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miércoles, 26 de agosto de 2020

Cataluña como sinónimo de mentira, Juan García Sentandreu

En su artículo: “Cataluña como sinónimo de mentiraJuan García Sentandreu, Vox Valencia, escritor y jurista, escribe y aporta los siguientes datos y documentación:

El Reino de Valencia es 900 años LATINO y 530 años MUSULMÁN. De ahí que la Lengua Valenciana tenga la mayor parte de su base idiomática en el latín de los conquistadores romanos (900 años) y una gran y rica aportación árabe (530 años).
Los condados “catalanes” fueron 900 años LATINOS; 84 años MUSULMANES y 450 FRANCESES. Lo que nos lleva indefectiblemente a concluir que sobre la misma base latina que el resto de lenguas romances europeas, el catalán carecía de la aportación árabe de la que goza el valenciano y, por el contrario, tiene durante casi 5 siglos (450 años) la aportación occitano-provenzal francesa. Esta es la razón de que en Cataluña utilicen tantos términos franceses como el “gairebé”, “mercí” o “merces”, “donç”, “si us plau”, o “petit” todos importados del provenzal fruto de su dependencia y vasallaje a la corona francesa durante casi 5 siglos.
Mientras Valencia ha sido una provincia hispanorromana y un Reino hispano-árabe, y posteriormente un Reino perteneciente a la Corona de Aragón y a la Corona Española, las tierras catalanas fueron parte de una provincia hispanorromana (hasta el 801), francesa (hasta el 1258), aragonesa y española desde 1258 hasta hoy. NUNCA HAN SIDO UNA NACIÓN NI HAN GOZADO DE SOBERANÍA PORQUE NO HAN TENIDO UN REY NI HAN SIDO UN REINO. (Sí que han tenido rey, francés o aragonés; Reino nunca ha sido, sino Principat de Cathalunya, Catalunya)
LA MENTIRA EN SU DIMENSIÓN LINGÜÍSTICA.
LA GRAN MENTIRA DE QUE EL VALENCIANO PROVIENE DEL CATALÁN.
El nacionalismo catalán erige su supuesta nación en otra gran mentira: el carácter histórico y original de la lengua catalana. La lengua catalana impuesta por el nacionalismo catalanista desde el pasado siglo XX es un producto de laboratorio sobre la base de un barceloní, que tiene su origen en el provenzal francés o lemosín y que carece absolutamente de literatura histórica.

antigua lengua catalana según Bofarull (occitano y valenciano mezclado)
Una de las definiciones más certeras, y que me imagino son candidatas a ser manipuladas, es esta verdadera confesión –no de culpabilidad, sino de realidad- cuando la Wikipedia nos dice algo que he sostenido siempre y que tanto desagrada leer al catalanismo-, y es que la lengua catalana no existió como tal hasta el siglo XV (dos siglos después de la Conquista de Valencia) y como una variedad dialectal con muy escaso valor, y con una cierta relevancia hasta el siglo XIX con su “Renaixença”. Dice la enciclopedia que “La literatura en catalán vio sus primeras grandes obras antes en prosa que en verso. Esto se debió a que los poetas cultos, hasta el siglo XV, preferían utilizar el provenzal literario en vez de la variedad autóctona, como en el caso de Alfonso II (el Trovador). Cabe destacar, sin embargo, que existían pocas diferencias entre la lengua catalana y las diversas variedades occitanas (provenzal, languedociano, lemosín, gascón...), muchas menos en la Edad Media, ya que durante esa época y en siglos posteriores se consideraban la misma lengua”.

provenzal, languedociano, lemosín, gascón, etc


Por si la cosa no está clara, añado la cita del filólogo y lingüista catalán Antoni Badía Margarit, rector de la Universidad de Barcelona, que en su Gramática Histórica Catalana (1952) sostiene que “no es el catalán una lengua románica que siempre haya estado entre las lenguas con personalidad propia: todo lo contrario, era considerado como una variedad dialectal de la lengua provenzal, y sólo desde hace relativamente poco ha merecido la categoría de lengua neolatina independiente”. Ref. Antoni Badía Margarit. Gramática Histórica Catalana (1.952). Por si fuera poco, traigo a colación, también, la cita del insigne historiador y humanista, Menéndez Pelayo que de manera tajante afirma que “hasta muy entrado el siglo XV, en Cataluña los versos se componían en Provenzal”, lo que confirma tanto la versión de la enciclopedia como la de Badía Margarit.
Y en el mismo sentido la del filólogo e hispanista francés Alfred Morel-Fatio cuando sostiene que “el catalán es una mera variante de Provenzal porque los habitantes de Septimania y los de la Marca Hispánica (hoy Cataluña) hablaban la misma lengua Provenzal” (Études sur l'Espagne (3 vols., 1888-1904; segunda edición de los volúmenes I y II, 1895 y 1906).
Y también el Filólogo suizo-alemán Meyer-Lübke que de manera incontrovertible sostiene que “el catalán..., que no es más que un dialecto del Provenzal” (Grammaire des Langues Romanes". Paris, 1890. pág.13).
Finalmente, y como colofón y rúbrica de lo dicho, el patriarca de la Romanística y creador de la Gramática Comparada, el filólogo alemán Friedrich Christian Díez (15 marzo 1794-29 mayo 1876), confirma la dependencia dialectal del romance hablado en los condados catalanes” bajo influencia francesa: “el Provenzal se extiende particularmente en Cataluña” ("Grammaire des Langues Romanes”. Paris. 1874. p.3) “Alvernés, gascón, provenzal, lenguadociano son dialectos romances”.
Así pues, en el siglo XV, mientras los condados franco-catalanes tenían una incipiente y escasa literatura en provenzal - como dice la enciclopedia digital y los eruditos reseñados - y toda su legislación estaba en latín, el Reino de Valencia no sólo gozaba ya de dos siglos de leyes en valenciano sino que su literatura entraba en el gran siglo de Oro de la Lengua Valenciana y nuestros autores, Ausiàs March, Joanot Martorell, Jaume Roig, Roig de Corella, Marti de Viciana, Isabel de Villena, Bonifacio y Vicente Ferrer, todos ellos valencianos, manifestaban sin excepción que el idioma en que escribían sus obras en pleno siglo XV no era otro que la “Lengua Valenciana”.
CONCLUSIÓN, Así las cosas, volvemos siempre a la pregunta del principio: Unos condados fronterizos que durante 500 años pertenecieron a Francia (801-1258), que toda su legislación estaba en latín y que hablaban un galo-romance como el provenzal (tal como dicen los más prestigiosos filólogos e historiadores) al menos hasta 2 siglos después de la conquista de Valencia, ¿cómo van a traer a Valencia y a enseñar a hablar a todo un reino que les multiplicaba en todos los aspectos?
Y concretamente en la ciudad de Valencia que por aquel entonces tenía 30.000 habitantes según el estudio de la paleo-historiadora Amparo Cabanes, ¿eso lo hicieron 600 soldados o colonos iletrados de los condados franco-catalanes que reclutó Jaime I para su ejército conquistador y se asentaron en nuestra ciudad, según consta en el “llibre dels avehinaments” y en el "llibre del Repartiment"? repartimiento-de-valencia

Y si así fuera, ¿con qué prodigioso método enseñaron a hablar como para que el Rey Conquistador nos diera inmediatamente nuestra legislación foral -Els Furs- en romance valenciano, y obligara a jueces y médicos a dar sentencias y recetas “en lengua llana” para que los valencianos lo entendiéramos? "Los jutges en romanç diguen les sentencies...", "Metges axi fisichs com cirurgians les receptes que ditaran hajen a dictar en romanç declarant lo nom de les herbes en lur nom comu, e vulgar".
La teoría catalanista de la colonización del Reino de Valencia hace aguas por todos lados. Pero el esencialismo integrista de su nacionalismo irracional les ciega de tal manera que no admiten estos datos y pruebas científicas que desmontan definitivamente la gran mentira catalanista.
EL REINO MORO DE VALENCIA HABLABA VALENCIANO 300 AÑOS ANTES DE LA CONQUISTA DE JAIME I.
En el año 2002 publiqué el libro 'Breve historia de Valencia, Didáctica elemental para amar y defender en Valencia (Juan García Sentandreu, ediciones Fundacio Nuevo Valencianismo, 2002). En su primera parte: “Historia de la Lengua Valenciana”, y en su capítulo cuarto, hablo de la Valencia mozárabe en la que los cristianos que vivían bajo el dominio musulmán (mozárabes) hablaban desde el siglo IX, un latín vulgar arabizado en el nombre de 'romanç valenciá', la lengua que se encontraría Jaime I cuando conquista el Reino de Valencia en 1238.
Son diversos los testigos, los documentos, que manifiestan la existencia de los mozárabes y de la lengua de los mozárabes a lo largo del periodo de dominación islámica. He ampliado esta información en sus fuentes y citas bibliográficas para los que tengan interés en su estudio.
1.- El arabista, lexicógrafo e historiador Francisco Javier Simonet y Baca, por ejemplo, relata de los mozárabes que “dando gallarda muestra de la capacidad, su ingenio y aplicación, y acomodándose a las difíciles circunstancias de su largo cautiverio, cultivaron ambas lenguas y literaturas sobresaliendo, así, en el árabe como en la hispano-latina, pero sin olvidar la suya propia”. Y añade: “Los mozárabes conservaron perpetuamente el conocimiento de la lengua latina, al menos como lengua sabia. Ocurre la importante cuestión de que la lengua vulgar usada comúnmente por aquel pueblo, pues ni el árabe era hablado generalmente por los mozárabes, como algunos han supuesto, ni el antiguo latín se hablaba ya por los antiguos españoles, llevando algunos siglos de decadencia y descomposición en el uso familiar y corriente. Nosotros creemos que los mozárabes, hablaban un dialecto vulgar formado por el antiguo latín y otros elementos filológicos acumulados en el transcurso de los siglos en toda la península, siendo muy parecido al romance de hoy”.
2.- Dr. En Filosofía y Letras, el Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Manuel Mourelle de Lema, abunda en esta cuestión cuando dice que “en la Lengua Valenciana se encuentran vivos muchos vocablos procedentes del árabe… Hibridación y seudomorfosis son fenómenos lingüísticos resultantes de una larga convivencia de dos culturas: la ibero-latina valenciana y la árabe”. Mourelle de Lema entiende por tanto que “no se puede minimizar el valor de las jarchas valencianas para probar la existencia de un romance en Valencia antes del siglo XI… No es erróneo, sino muy científico e incontrovertible, suponer una tradición de canciones eróticas en romance en tiempos anteriores al que vivieron los citados poetas els musulmanes en lo que sería Reino de Valencia. Incluso podría pensarse en su existencia en los siglos IX y X”.
3.- El profesor Gómez Bayarri, licenciado en Filosofía y Letras y Doctor en Historia por la Universidad de Zaragoza, acota que “el romance idioma madre debió de constituir el vehículo de expresión de la vida cotidiana familiar y lazo de comunicación de la vida sentimental. Así lo atestiguan las canciones de amor, amplio repertorio, llenas de amable dulzura…”.
4.- La escritora y experta arabista, Teresa Garulo, profesora del Departamento de estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid que escribe que “Los viajes a Oriente se convierten en el vehículo transmisor de la cultura árabe, los hombres cultos van a las grandes metrópolis, deseosos de perfeccionar su cultura y, al regresar, llevan las novedades de Bagdad, toda la poesía de los modernos y más tarde de los neoclásicos, que son los que ejercen una influencia viva, directa y eficaz de los poetas hispanoárabes”. Y continúa. “A principios del siglo X, Muqqadam de Cabra crea la “moaxaja”, producto típicamente hispano-árabe, caracterizado por la estructura estrófica, desconocida en la poesía árabe, y por la adición de un final en romance: la jarcha”.
“Sólo en Valencia se mantiene la tradición cultural anterior a los almorávides, y con Ibn Jafaya (m. 1138) y su sobrino Ibn azZaqqaq (m. 1134) se crea la escuela de poetas paisajistas que todavía supieron reanimar el andamiaje de la “casida” y renovar el “cabnal” de las metáforas”, escribe Teresa Garulo.
La poesía árabe del final de la dominación islámica es una poesía popular. Los poemas reciben el nombre de “moaxaha” o “moaxaja”, rematadas por una jarcha. La moaxaha consta de seis partes rimadas entre sí y otras cinco partes que no tienen rima común. La jarcha o harja final es la salida, el remate y, por lo general, está redactada en romance. Las jarchas son cánticos de amigo, de amor, de cariño, puestas en boca de quien añora a la persona amada. Y son propias de la comunidad mozárabe cristiana. Pero las hay también escritas en árabe, incluso en hebreo, lengua que hablaba la comunidad judía.
5.- El Catedrático de Historia, Leopoldo Peñarroja, señala que las jarchas (harges) “se convierten en síntoma y en cristal a través del cual es posible penetrar en la interioridad de la civilización románica de Al Andalus, por su conexión o pertenencia a una primitiva lírica románica”. Para Peñarroja, “las jarchas anuncian, consecuentemente, la permanencia de un mundo cultural hispa-románico distinto, a pesar de que viene íntimamente de la cultura arábiga implantada en el siglo VIII. Hoy no cabe la menor duda de que en el trasmundo de las jarchas valencianas hay una literatura preexistente y popular”.
6.- El arabista Emilio García Gómez, presidente de la Academia de la Historia y miembro de la Real Academia Española de la Lengua, hace "la observación de que la métrica de les moaxahes y de los zejels no siguen la métrica arábica, sino la métrica silábica latina, la románica, que pervivió durante todo el período de arabización".
7.- El catedrático de lengua, literatura y filología, Dámaso Alonso Fernández de las Redondas, después de estudiar una veintena de “muwxxaha” se encontró a Samuel Stern, profesor universitario, en una sinagoga de Jerusalén, que le confirmó que “musulmanes, judíos y mozárabes utilizaban un romance vernáculo, con unos caracteres estructurales que eran similares a los del valenciano primitivo. Este romance vernáculo gozaba, además, de plena vitalidad a la hora de la reconquista y tenía límites definidos”.
8.- El filólogo, medievalista e historiador, Ramón Menéndez Pidal, cuenta que Mío Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, al conquistar la ciudad de Valencia en 1090, encargó la vigilancia y defensa de la ciudad a los mozárabes que había dentro “porque fueron criados con los moros y hablaban como ellos y sabían sus maneras y costumbres”.
9.- Es más, el medievalista y Catedrático de Historia Antonio Ubieto Arteta afirma que “los musulmanes que nos invadieron y colonizaron no fueron nunca superiores en número a los naturales de Valencia, a los cuales, además, respetaron, y recuerda que la Sura II del Corán obliga a los árabes a proteger a los cristianos y a sus iglesias”.
Está más que demostrado que no es verdad lo que sostienen los catalanistas de que cuando llegó Jaime I no encontró aquí ningún mozárabe y que, por lo tanto, no se hablaba el romance, el latín antiguo de los romanos, lo que hablaban los valencianos, dicen los catalanistas, es el catalán de los pocos “catalanes” que iban con Jaime I en la conquista de Valencia.
10.- El catedrático de Estudios Hispánicos Al Andalus de la Universitat de El Cairo, Hussein Mones, en su libro “Andalusia, Algarbia and Al Sharky”, cuenta que “a la llegada de Jaume I a Valencia en 1238, había aquí, en todo el territorio del Reino Moro de Valencia, 120.000 musulmanes, 65.000 cristianos (mozárabes) y 2.000 judíos”.
Según Mones, y así lo recoge en su libro, al rendirse el rey Zayán a Jaime I y darle las llaves de las puertas de la ciudad, le dijo: “En la ciudad de Valencia conviven musulmanes, gente noble de mi pueblo, junto a cristianos y judíos. Espero que sepa gobernarlos para que continúen viviendo con la misma armonía y para que trabajen esta noble tierra conjuntamente. Aquí, durante mi reinado salían procesiones de la Semana Santa y los cristianos profesaban su religión con toda libertad, ya que nuestro Corán reconoce a Cristo y a la Virgen María. Espero que Vd. conceda el mismo trato a los musulmanes de Valencia”.
F. J. Simonet, del que ya hemos hablado al principio, en referencia a esto, escribe que “los mozárabes nunca llegaron a olvidar, ni en el uso vulgar ni en el literario, el idioma latino e hispano-latino recibido de sus ascendientes, su idioma religioso y nacional”.
11.- El escritor, historiador y epigrafista, Aureliano Fernández Guerra, asegura que “los mozárabes fueron guardadores fidelísimos de la lengua romance, de la poesía y de las costumbres de sus antepasados”.
12.- El filólogo Joan Costa corona esta grupo de pruebas y argumentos de forma contundente y esclarecedora cuando escribe: “Si hoy en Valencia, después de 400 años de cultura castellana, de documentación oficial en castellano, de escuela y liturgia en castellano, de medios de comunicación en castellano, la gente, sobre todo en los pueblos, continúa hablando la lengua valenciana, aunque todos conozcan el castellano y la inmensa mayoría escribe siempre en castellano, ¿Por qué debería de ser diferente en la lengua valenciana? ¿Por qué los valencianos musulmanes, en continuo contacto con los cristianos de los reinos fronterizos, deberían de perder su romance?”.
13.- El filólogo romanista y etimólogo alemán, Harri Meier, citado por Peñarroja, tiene también una frase aplastante en esta polémica: “Nunca, en ningún lugar, ha sucedido el simple trasplante de un idioma a otro pueblo o población.
14.- Para al filólogo y miembro de la Real Academia Española de la Lengua, Luis Fullana Mira, “solo el substrato mozárabe configuró la individualidad lingüística de Valencia”.
Idea que amplia Gómez Bayarri al decir que el romance “constituyó el estrato fundamental en la configuración de la Lengua Valenciana, hecho que pronto se plasmó va en la singularizada conciencia idiomática medieval valenciana, y así quedó constatado en documentos jurídicos, literarios y notariales que dan imagen a su particular onomástica”.

jueves, 13 de agosto de 2020

Falacia nacionalista, castellano impuesto por la fuerza en Cataluña

La posición estratégica de Cataluña, puerta hacia el resto de Europa y bañada por el Mediterráneo, ha convertido su historia en un constante mestizaje cultural. Al contrario de lo que afirman los nacionalistas, en esta región española el catalán no ha sido el único idioma y, desde luego, el castellano nunca fue introducido a la fuerza. Ambos idiomas, y otros, convivieron en Cataluña sin confrontación hasta el siglo XX. 

Loís Alibèrt: dialèctes occitans, catalan comprés
Loís Alibèrt: dialèctes occitans, catalan comprés


Como relata Jordi Canal en « Historia mínima de Cataluña» (Turner), el catalán se originó en el noreste peninsular y en el sur de la Galia a partir del latín vulgar que introdujeron los romanos durante la conquista. La alta penetración que tuvo la cultura romana, sobre todo en el litoral, hizo a su idioma inmune a la influencia celta, griega, fenicia e ibérica. Solo en la zona pirenaica la influencia latina fue menor, hasta el punto de que en Ribagorza y Pallars se habló hasta la época carolingia una modalidad del vasco. (Y la universidad Sertoriana ?)

Al igual que con otras lenguas peninsulares es imposible saber el momento exacto en el que el latín vulgar, en la variante de este territorio, evolucionó a un incipiente catalán. Algunos filólogos sugieren el primitivo romance se conformó entre los siglos VII y VIII. Lo que está claro es que durante la Edad Media Cataluña y el resto de territorio peninsular fueron multilingües. El catalán –como señala Jordi Canal– «nunca, a lo largo de la historia, ha sido la única lengua en Cataluña. Ha coexistido, tanto en sus formas habladas como escritas, con otras lenguas, igualmente consideradas como propias por una porción más o menos amplia de catalanes». De esta forma, la convivencia entre el latín, la lengua de oc, el aragonés y el catalán fue lo habitual en Cataluña. (Te dejas el valenciano).

La convivencia medieval entre lenguas.

La lengua de oc o provenzal fue la lengua cultural de lo que es hoy en día el sur de Francia y las regiones vecinas durante todo el periodo medieval, particularmente a través de los trovadores y trobairitz. En Cataluña la penetración fue amplia e, incluso cuando dejó de usarse a nivel oral, la poesía se siguió cultivando en lengua de oc durante siglos, no así la prosa (también la prosa). De modo que esta tradición no se rompió definitivamente hasta el siglo XV con la obra del valenciano Ausìas March, autor de «Llir entre cards», aunque hay que aclarar que se trató de un texto en valenciano.

Los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.
Los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.

La convivencia entre el aragonés y el catalán también se extendió durante varios siglos. No obstante, dentro de la Corona de Aragón, conformada por los reinos sometidos al Rey de Aragón (Aragón, los Condados catalanes, Valencia, las islas baleares, parcialmente Sicilia, Córcega, Cerdeña, Nápoles y los ducados de Atenas y Neopatria), la lengua no era el eje vertebrador, ni el factor común, sino la sumisión a la jurisdicción de un Rey y de una dinastía, la Casa de Aragón. Cada uno de los territorios conservó su propia lengua y en la Cancillería real, organizada por Jaime II, los funcionarios dominaban a la perfección el catalán, el aragonés y el latín, del mismo modo que lo hacían los comerciantes y la incipiente burguesía. En la Corte, por su parte, se hablaba o el aragonés o el catalán dependiendo del lugar en el que estuviera establecida. La influencia entre ambas lenguas fue inevitable.

La clerecía no catalana llegada en esos años se esforzó en aprender la lengua catalana y los jesuitas, por ejemplo, se cuidaron de escoger solo a catalanes para trabajar en la región.

La lengua de las élites: el castellano.

La edad de oro de la literatura castellana, entre los siglos XVI y XVII, vincularon en Cataluña la idea de que este idioma era propio de las letras cultas. De las 38 obras impresas en Lérida (Ilerda, Leyda, Lleida) en las dos primeras décadas del siglo XVII, doce eran en latín y el resto en castellano; mientras que ninguno en catalán. Pero mientras en las librerías catalanas las obras más vendidas eran en castellano, con un éxito inédito de los textos de Santa Teresa de Ávila; en las calles casi todo el mundo hablaba catalán. «En Cataluña el pueblo común no entiende el castellano», afirmaba todavía en 1636 un clérigo de esta región española. Entonces, ¿cómo y cuándo se produjo el proceso de asimilación del castellano entre las clases bajas?

Cuadro de Felipe V (considerado por el nacionalismo la bestia negra de Cataluña) en el Almudín de Játiva.
Cuadro de Felipe V (considerado por el nacionalismo la bestia negra de Cataluña) en el Almudín de Játiva.

El proceso comenzó con la práctica de las élites de Barcelona del bilingüismo por una razón pragmática e inmediata. La administración del virrey y la Inquisición manejaban el castellano como lengua vehicular y quien quería influenciar en estos organismos requería conocer esta lengua. Un amplio sector de las clases altas prefería hablar castellano en vez del idioma del vulgo y educar a sus hijos en esta lengua, así como realizar los discursos públicos en ella. De las élites, el castellano se trasladó finalmente al pueblo con el paso de los siglos, pese a lo cual el catalán sobrevivió en una «modalidad infradesarrollada», de espaldas a la alta cultura.

La lengua hablada en Cataluña fue casi exclusivamente el catalán hasta finales del siglo XIX. Lo que contradice el mito nacionalista de que después de 1714, cuando se produjo el asedio de Barcelona que puso fin a la Guerra de Sucesión, hubo un intento desde la Corte de Madrid de erradicar el catalán. En este sentido, sí es cierto que las Leyes de Nueva Planta exigieron el uso general del castellano en la administración, con el fin de unificar las ordenanzas administrativas. Lo que no evitó que el catalán siguiera usándose en la vida pública y privada de forma mayoritaria. Así las cosas, no hay que olvidar que en la corte de Felipe V la lengua oficial era el francés y los despachos importantes se realizaban en esta lengua. El castellano no era ya una lengua tan predilecta como se podría esperar... En cuanto a la alta cultura, el idioma efectivo era el italiano, lejos de la edad de oro de la literatura castellana un siglo antes.

De la represión franquista a la nacionalista.

El castellano fue asimilado de forma progresiva desde arriba, mientras que el catalán seguía vivo abajo sin que fuera objeto de agresiones de ningún tipo. A finales de siglo XIX fue perdiendo influencia, sobre todo en las grandes ciudades. Durante la dictadura de Primo de Rivera se intentó limitar su uso, pero aquella intentona tuvo pocos efectos prácticos. No así con la dictadura Franquista, donde la lengua catalana fue penalizada en todos los ámbitos a modo de castigo contra una zona considerada rebelde por el bando nacional. La publicación y venta de libros en catalán quedaron restringidos, e incluso hubo intromisiones en la esfera privada con la obligación de bautizar a los niños con nombres castellanos.

César Cervera, has leído
https://www.dolcacatalunya.com/2014/03/cuando-franco-premiaba-libros-en-catalan/ ? Te hace falta leer más. 

Una vez finalizó el periodo dictatorial, la Generalitat trató de revertir todo el proceso valiéndose de algunos de los mismos instrumentos represivos pero, esta vez, contra el castellano. El objetivo de las últimas décadas ha sido el de controlar y casi eliminar el papel del idioma más hablado hoy en la vida pública y privada de Cataluña: el castellano.

https://www.lavanguardia.com/vangdata/20150420/54430743206/retrato-linguistico-de-catalunya-en-cinco-graficos-interactivos.html#:~:text=El%2080%2C4%25%20de%20la,es%20la%20lengua%20m%C3%A1s%20habitual.

Los nacionalistas (catanazis) han empleado el separatismo lingüístico como arma arrojadiza y la Generalitat ha relegado el castellano a una posición secundaria, a pesar de que los estudios sobre el uso del catalán apuntan a que el castellano es el idioma más habitual. Según la encuesta de usos lingüísticos de la población de 2013, realizada por la Generalitat, el catalán es el idioma habitual del 36,3% de la población de Cataluña, mientras que el castellano lo es para el 50,7% de los habitantes.

La tendencia parece clara. En el mencionado libro de Kamen, se atreve a pronosticar que en el futuro el catalán pueda acabar en la lista de la UNESCO de lenguas europeas en amenaza de extinción, como le ha ocurrido al euskera (vascuence) recientemente. «No es sorprendente, porque el bilingüismo regional nunca ha funcionado en ninguna parte, en ningún país. En España, todas las lenguas minoritarias están amenazadas por el avance del castellano», sostiene el hispanista.

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https://www.abc.es/historia/abci-falacia-nacionalista-castellano-impuesto-fuerza-cataluna-201709270118_noticia.html

https://www.abc.es/autor/cesar-cervera-1068/

sábado, 14 de marzo de 2020

INVÉNTATE UN ORIGEN

INVÉNTATE UN ORIGEN.


INVÉNTATE UN ORIGEN. Marca hispánica

Las mentiras de los nacionalismos: cómo crear un país de la nada en sólo 7 pasos.
El profesor Javier López Facal explica en su nuevo libro cómo surgieron las naciones europeas y qué proceso siguieron para construir su identidad (inventada)
16/01/2014

Este año Europa vivirá dos de los procesos soberanistas más importantes de los últimos años. El 18 de septiembre se celebrará el referéndum sobre la independencia de Escocia y, si todo sale según los planes de Artur Mas, Cataluña celebrará una consulta similar el 9 de noviembre. Ambas regiones europeas cuentan con un fuerte movimiento nacionalista, que insiste en que sus habitantes forman un pueblo sin Estado, con una identidad que se remonta por los siglos de los siglos.
Lo que suelen olvidar todos los nacionalistas, de forma consciente o inconsciente, es que la nación es un invento moderno. En su libro Breve historia cultural de los nacionalismos europeos (Catarata, 2013), el filólogo y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Javier López Facal, explica como “la mayoría de los símbolos, ritos y tradiciones que hoy tienden a creerse inmortales se crearon, en realidad, entre 1870 y 1914”.
La construcción de la identidad nacional permite montajes diferentes a partir de las mismas categorías elementales.
En ese periodo concreto, de la mano del romanticismo, políticos, artistas, historiadores, clérigos y filósofos, construyeron las modernas naciones europeas, y lo hicieron siguiendo un modelo similar, imitado por una nación detrás de otra. La construcción de la identidad nacional se convirtió pronto, tal como explica el sociólogo Orvar Löfgren, en una especie de kit de do it yourself (“hazlo tú mismo”), “un sistema IKEA de construcción de las identidades nacionales, que permite montajes diferentes a partir de las mismas categorías elementales que pertenece actualmente al dominio público mundial”.
De un modo u otro, tal como explica López Facal, todas las naciones modernas siguieron una serie de pasos, encaminados a construir una identidad que hasta entonces no existía. Son estos.
1. Inventar un origen remoto.
Toda nación, para ser tomada en serio, tiene que tener una cierta antigüedad. Esto lo entendieron bien los escoceses que, según López Facal, fueron los primeros en construir su identidad.
En 1707 los parlamentos de Inglaterra y Escocia aprobaron sendas leyes sobre la unión de sus respectivos reinos, dando paso a la creación de la Gran Bretaña. Muchos escoceses no aceptaron de buen grado la unión y en las décadas siguientes comenzaron a crearse una serie de hechos diferenciales para reforzar su scottishness frente a los vecinos del sur.
A mediados del siglo XVIII, James MacPherson (1736-1796) se encargó de traducir al inglés una serie de baladas tradicionales de las Highlands. Pero no se limitó a recoger poemas conocidos por transmisión oral, además los modificó a su gusto, e inventó muchos nuevos, mezclando a Homero, Milton y pasajes de la Biblia. Se sacó de la manga, además, al bardo que los había escrito, Ossian, que, aseguró, había vivido en el siglo II (algo que sería imposible de creer por cualquier historiador).
El bardo Ossian visto por François Gérard (1880)

El éxito de los poemas osiánicos fue arrollador. Fueron el producto literario e ideológico que toda Europa estaba esperando, un poco cansada de rendir culto a la literatura y los mitos de griegos y romanos. Esto era “auténtica” poesía popular, que otorgaba identidad remota a unos pueblos que no carecían de tal cosa.
Pronto muchas naciones europeas imitaron los poemas osiánicos, creando su propia identidad folclórica. El rexurdimiento gallego y la renaixença catalana, son buenos ejemplos del fenómeno. El folclore se convirtió con frecuencia en un fake-lore, una “supercherigrafía”, porque, como explica López Facal, se pasaba con mucha facilidad de estudios etnográficos reales a invenciones “pseudográficas”, que más que recolectar tradiciones, las inventaban. Mediante este proceso llegamos al absurdo de abrir el periódico las pasadas navidades y encontrar un anuncio del Gobierno vasco en que se vende al Olentzero como “uno de los precursores mundiales del shopping”. De aquellas aguas, estos lodos.
2. Buscar un héroe legendario, de raza.
Alemania fue el segundo país, después de Escocia, que más contribuyó a crear la mitología nacionalista en Europa. Y partía de una gran ventaja respecto a estos: no necesitaban inventarse ningún Ossian, porque contaban con un autor prestigioso y, además, antiguo de verdad. El gran historiador romano Tácito (56-117) había escrito un librillo sobre las costumbres y pueblos de Germania, más conocido, sucintamente, como la Germania.
Desde su publicación en época moderna, los humanistas alemanes se lanzaron sobre él y lo convirtieron en una indiscutible, precisa y exacta descripción de cómo era su pueblo en la antigüedad. Siglo tras siglo los alemanes se veían cada vez más identificados con el heroico Arminio, traducido de una manera quizá interesadamente nacionalista como Hermann, que había derrotado a las legiones romanas en el bosque de Teutoburgo en el año 9 a.C y con su gente, tan genuina y diferente de sus vecinos: grandes y vigorosos, con ojos azules, pelo rubio, igualitarios y monógamos. Tácito también los describía como perezosos, borrachos, zafios y bárbaros, pero eso, como explica López Facal, “eran defectillos que más de una edición del libro contextualizaba púdica o comprensivamente, o expurgaba sin más”.
3. Unirse frente a un enemigo común.
Toda nación, para su construcción, necesita de un archienemigo, y al igual que Cataluña, el País Vasco y Galicia tienen a España, España tuvo a Francia. Como explica José Álvarez Junco en su libro Mater Dolorosa. La idea de España en el siglo XIX (Taurus, 2001), “presentar la larga y sangrienta confrontación de 1808 a 1814 como una guerra de la independencia, o enfrentamientos con los franceses por una liberación española, es una de las simplificaciones de la realidad tan típicas de la visión nacionalista del mundo”.
La Guerra de la Independencia fue en realidad una guerra internacional entre Francia e Inglaterra. Como apunta López Facal, no debemos olvidar que el comandante en jefe “español” era el duque de Wellington, y si las Cortes de Cádiz pudieron hacer su trabajo, a pesar de tener a las tropas napoleónicas al otro lado del puente de San Fernando, fue porque las protegía la escuadra inglesa. En realidad, en la guerra dominó más el odio al francés que la voluntad de construir una nación española.

Muerte de Pedro Velarde y Santillán durante la defensa del Parque de artillería de Monteleón. 1884

Años después, la Guerra de la Independencia sería reinterpretada como un episodio más de la secular lucha de los “españoles” contra el invasor, sea este romano –aunque luego quede muy patriótico pensar que Viriato era español– o musulmán. El nacionalismo español, como todos los demás, se ha basado en el mito de una España eterna cuyos belicosos habitantes habrían defendido heroicamente su independencia siglo tras siglo.
Hoy nos parece un hecho natural y de secular antigüedad que en Francia se hable francés; en Italia, italiano o en Alemania, alemán. Pero ni es natural ni siempre ha sucedido así. Durante siglos en ningún lugar de Europa existió algo parecido a una lengua oficial. El latín cumplía la función del inglés, era la lengua académica y culta, y el francés, más adelante, se convirtió en el idioma por antonomasia de las cortes. Por lo demás la diversidad lingüística era abrumadora.
En 1789 el 50% de los franceses no hablaba nada de francés y, correctamente, sólo lo hacía un 12 o 13%
Cuando empezaron a surgir las naciones, se consideró necesario dotarlas también de una lengua propia para distinguirse de los vecinos, y fue necesario un esfuerzo alfabetizador en un idioma que no siempre era mayoritario. Parece increíble, pero según Eric Hobsbawm, en 1789 el 50% de los franceses no hablaba nada de francés y, correctamente, sólo lo hacía un 12 o 13%. La situación española era parecida, se calcula que en 1860 en torno al 50% de los 16 millones de habitantes no eran castellanoparlantes. No existía la tan cacareada “lengua común”, la escolarización de la población en la lengua nacional fue una decisión política.
5. Diseñar una bandera, un himno y un traje típico.
La mayoría de los elementos de distinción de una nación, como la bandera, el himno o el traje típico, nacieron también de la nada, a la vez que se construían las identidades nacionales.
Una ikurriña ondea tras la estatua de Sabino Arana en Bilbao. (Euskalduna/CC)
La famosa falda escocesa para hombre, el kilt, fue un invento de un empresario siderúrgico de Lancashire –en Inglaterra–, que en 1727 mandó transformar las roñosas mantas con las que vestía un clan de las Highlands que había contratado. Ocurre algo parecido con el traje de flamenca, que todas las sevillanas llevan con orgullo el día de la feria: se inventó muy a finales del siglo XIX y no se popularizó hasta 1929, año en que se celebró la Exposición Universal de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla.
El himno más antiguo del mundo tampoco es demasiado viejo. Se trata de La Marsellesa, que se escribió en 1792. Y las banderas se crearon todas al mismo tiempo que las naciones, como adaptación de los estándares militares y las enseñas marítimas de uno u otro reino o, directamente, a partir de planteamientos originales. Para su diseño, de hecho, los nacionalistas se fueron imitando unos a otros. La ikurriña vasca, por ejemplo, fue creada por Sabino Arana –alguien que creía que el pueblo vasco descendía de Tubal, nieto de Noé y había venido directamente desde el Paraíso hasta Euskadi– en 1894, a imagen y semejanza de la Union Jack británica. Luego, claro está, se inventó toda una simbología en torno a ella.
6. Celebra una fiesta nacional.
Toda nación tiene que tener un momento fundacional, un día en que se celebre el despertar del pueblo (por usar la retórica típicamente nacionalista). Que lo que ocurriera ese día no tenga nada que ver con lo que se está festejando, importa poco.
Caso paradigmático es el 11 de septiembre catalán. Todos los años una comitiva encabezada por el presidente de la Generalitat se dirige al monumento a Rafael Casanova, donde se vienen depositando flores desde el año 1894.

Artur Mas y su gobierno durante la ofrenda floral de la Diada, frente a la estatua de Rafael Casanova. (Reuters)

Entre los asistentes que entonan el himno Els segadors (compuesto en 1899), se da por supuesto que Casanova fue algo así como el iniciador de la lucha por la independencia de la nación, por la que resistió heroicamente en 1714 el asedio de la ciudad de Barcelona, frente a las tropas españolas que acabarían arrasando la ciudad y suprimiendo sus tradicionales derechos y centenarias libertades.
Pero lo que se vende como una guerra entre Cataluña y España fue en realidad una guerra entre dos bloques europeos, los Habsburgo de Austria frente a Francia, y cada bando trataba de situar a su propio candidato al trono vacante de la Corte española. Dentro de la propia España las simpatías políticas por uno u otro bando estaban muy divididas. Rafael Casanova, el héroe nacionalista catalán, partidario de los Austrias, creía y confesaba luchar per la libertat de tota Espanya. Considerar esta contienda como una guerra de España contra Cataluña es un desvarío.
7. Escribe buenos libros de texto.
El sistema escolar es el instrumento por antonomasia para lograr la identificación de los ciudadanos con la idea de nación. La historia nacional española “oficial”, inamovible de los libros de texto hasta la Constitución de 1978, fue obra del palentino Modesto Lafuente, que redactó una Historia General de España, entre 1850 y 1867, que recogió todos los tópicos del nacionalismo español: los visigodos, Numancia, la reconquista, el Cid campeador, los Reyes Católicos, los comuneros
Los estudiantes catalanes y vascos están acostumbrados a mapas donde Euskal Herria o los Països Catalans son entidades geográficas y políticas diferenciadas.
El reduccionismo castellanista de Lafuente era evidente, pero eran los nacionalistas españoles los que tenían el poder de imponer la enseñanza a toda la población cautiva en las aulas de España. Con la llegada de la democracia, se dio la vuelta a la tortilla, y las otras nacionalidades se esforzaron por hacer sus propios libros de texto.
Aunque el carácter localista y doctrinario de los manuales escolares no se da sólo en las nacionalidades históricas, es en el País Vasco y Cataluña donde la ideología nacionalista está más generalizada y es más obvia en los libros de texto. Así no es de extrañar que en los libros de geografía de los estudiantes vascos y catalanes no aparezca nunca la palabra "España", sino conceptos como “Estado español” o “Península” y estén acostumbrados a mapas donde Euskal Herria o los Països Catalans son entidades geográficas y políticas diferenciadas.
"Los nacionalismos son como el olor corporal", afirma López Facal a modo de conclusión de uno de los capítulos de su libro.
"Uno no percibe el propio, sino sólo el ajeno".

http://historia-aragon.blogspot.com/search?q=nacio

clvii-arch-dip-diet-1460-diciembre

1461. Setiembre.
SANT KARLES PRIMOGENIT DARAGO E DE SICILIA.
- Dimecres a XXIII. - Aquest die entre III e IIII hores de mati passa desta vida en la gloria de paradis la sancta anima del illustrissimo senyor don Karles primogenit Darago e de Sicilia lo qual fini sos dies en lo palau reyal major de aquesta ciutat de mal de pleusulismochsen grandissim dol en Barchinona e per tot lo principat de Catalunya per la gran e bona amor que ell portava a tota la nacio cathalana quil havien tret de preso el havien lunyat e separat de la ira e furor del senyor rey son pare.
Loat e beneit sia lo nom de Deu a qui ha plagut separar ten sanct e virtuos senyor daquells qui tant lamaven el volien.
Nota: beneit sia lo nom de Deu - tant lamaven el volien; el: y lo – y lo volien, e lo volien, et lo volien. Encara no apareix la i latina, pero sí la y grega.
mal de pleusulis: pleuresía, o más bien tisis
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Empezóse con la lectura de la carta que sigue:

Núm. 386. Tom. 20. Fol. 1792.

Als molt reverents egregis nobles et honorables senyors: a la vostra molt gran saviesa notifich com per lo patro del laut armat quels honorables consellers de Caller hichan trames he rebut un plech de letres de vosaltres senyors trameses ensemps ab los capitols que la senyora reyna trametia per mossenyer Bertran de la Saga lo qual plech yo he reebut et he vista la sustancia de les dites letres. E de present per correu ho tramis tot a mos companyons en Cathania dels quals he haguda resposta feta a vint et set de abril com han reebut lo dit plech et dada la letra a la dita senyora et als barons de son consell et han explicat de paraula et satisfet segons lo carrech que en la vostra letra per vosaltres senyors nos era donat. De la resposta de la dita senyora et dels barons de son consell sereu plenariament informats per lo honrat en Montholiu lo qual dies ha sta en Mecina sperant les galeas dels venicians ab les quals vol muntar: et si a Deus plaura que passen per sta ciutat yo hi muntare et men ire en sa companyia per ço car me sembla que la concordia de la dita senyora et dels barons de sa part no es en termens ques faça guardant les maneres que per la dita senyora et per son consell son tengudes: ço es quels capitols de la concordia feta et tractada per los navarresos et loats et fermats per la dita senyora et signats de la sua ma et segellats de son segell en neguna manera no ha volguts aquells tenir ne servar: et per nos missatgers vostres fon tractat stant la dita senyora en lo castell de Solento que la dita senyora passas als dits capitols anedinthi algunes altres coses que demanava: et treballam tant quel noble baro mossenyer Bernat de Cabrera mestre justicier passa et loha les addicions que la dita senyora volia: pero ella retengut que nou juraria neu loaria tro tant queu hagues demanat alguns barons en que ho havia promes et jurat que concordia alguna no faria ab lo dit mestre justicier tro los ne hagues demanats.
Et ab aquest pacte parti de Solento per anar al castell de Cathania hon devia tenir son dret cami et no exir en neguna ciutat ne vila que alguns poguessen esser pus poderosos que ella ne al dit castell de Cathania no permetria intrar barons que li poguessen tolre sa libertate sots aquests pactes mos companyons sen anaren ab ella tres: en quant foren a Cathania la dita senyora volch exir a la ciutat et per los dits companyons meus fo requesta que li plagues no isques de la galea ne prengues terra sino al castell axi com havia promes: e no stant per cosa que ells li diguessen ella isque a la dita ciutat els dits companyons meus romangueren en la galea que non volgueren exir tro tant que la dita senyora fon al castell en poder de mossenyer Gabriel de FanoE stant aqui la dita senyora ha haut diversos consells et acorts ab los barons et ab aquells que li ha plagut et ha respost que no passaria en les coses concordades a Solento que convenia que dels quinçe milia florins que devia reebre ans de sa anada que fossen vint milia florins et quel mestre justicier perdonas a tots los foraexits de les terres del domay en manera que segurament poguessen star quiscuns en lurs cases et que fes treua general ab tots los barons et altres parcials seus: e ab aquesta concordia et conclusio fon trames aci en Macia Just scriva nostre: e yo presenti los dits capitols al dit mestre justicier ab una letra quels dits companyons meus li trameteren de la qual havia gran malaltia et ab gran dificultat se podia hom rasonar ab ell: pero ab la gracia del Sperit sant et ab ajuda del noble mossenyer Archimbau de Foix treballi tant et tengui les millos maneres que a mi foren possibles. Lo dit noble baro mossenyer Bernat justicier loha et ferma de fet en poder de notari ço que la dita senyora demanave dels vint milia florins et de la treua dels barons et de la remissio dels foraexits e tot aço havia per loat et fermat ab carta publica tota hora que la dita senyora hagues loats et jurats et fermats los dits capitols ço es en sustancia que totes les terres del domay et les terres et castells de la cambra de la dita senyora fossen meses en mans et obediencia del dit mestre justicier per part de aquel qui per justicia sera elet rey de Arago et de Sicilia: la qual cosa me appar que la dita senyora no hage volgut loar ne fermar jatsia moltes de vegades ho haja atorgat et dit de paraula la qual cosa apparria ara nou volgues fer ne metre en obra per ço car en Mecia Just parti daci a deu deabril ab los dits capitols los quals havia carrech de dir a mos companyons que de present com la dita senyora hagues lohats et fermats los dits capitols per correu propri scrivissen notifficantho al dit mestre justicier et a mi e fins vuy non havem haut certifficacio. Perquel mestre justicier et tot hom generalment se te per dit que la dita senyora no ha cor ne voluntat de fer la dita concordia et aquells per qui ella se governa no li ho consellene par be versemblant que apres que la dita senyora es en Cathania ha fet liurar lo castell de Sent Felip a mossenyer Golota de que la gent de la vila se son molt sentits et han haut gran desplaer en tant ques diu certament quel dit mossenyer Golota ha presos et feta justicia de alguns dels millors de la vila per ço com resistien a la sua senyoria: apres ses seguit quel comte Johan de Vintimilla sa ocupada la ciutat de Xifalo dihent al poble que per nom et per part de la dita senyora ho ha fet mostrant letra sua quel ha fet capita de guerra: pero lo castell que te Johan Aragones nol ha volgut obesir ans ha scrit al dit mestre justicier requirintlo de socorrerli: jatsia tota hora haja stat en obediencia de la dita senyora ara empero no ha acceptada la dita letra la qual li es stada presentada per lo dit comte Johan o per son procurador: perque lo dit mestre justicier hi ha trameses dues galiotes per socorrerlo de ço que haja necessari. Perque mos senyors tot hom hic fa comte que es necessari quel mestre justicier sia poderos et favorit en tal manera que puga conservar aquest regne per la casa de Arago que sens falla si ell fos mort de aquesta malaltia tota la nacio cathalana fore sterpada de aquest regne: hoc encara los barons cathalans qui no son de sa obediencia ab los quals lo dit mestre justicier vol fer pau segons ha dit et atorgat a nos missatgers tota hora que parlat havem ab ell de aquesta materia: pero ab los barons sicilians quel senyor rey que Deus haja havia condempnats no ha atorgada pau neguna sino la treua dessus expressada. Al present noych ha altres coses necessaries scriure a la vostra molt gran saviesa la qual man a mi tot ço quem sia possible. E sia la Trinitat sancta guarda de tots. Scrita en Palerm a cinch del mes de maig del any de mil et quatrecents et dotze. - Apres la data de la present sich es sabut per letra qui es venguda del Matzari que mossenyer Johan de Munchada ses ensenyorit del castell et de la vila de Plosa et que lo castellan quil tenia se te molt per enganat de la manera que li han tenguda perques diu que lo dit mossenyer Johan te vuy la vila et lo castell. Closa en lo dit loch a sis dels dits mes et any. - Lo vostre missatger en lo regne de Sicilia qui humilment se recomana en gracia de tots vosaltres senyors Guillem Gavella.

Fueron leídas después algunas otras cartas en que se trataba de las demandas de abogados que hacía don Fadrique, y de las comunicaciones que había dirigido a las universidades doña Violante.