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viernes, 8 de septiembre de 2017

Más de 81.000 aragoneses saben hablar catalán o aragonés

Más de 81.000 aragoneses saben hablar catalán o aragonés (un 6% de la población total de Aragón), según el primer censo de estas lenguas, realizado por el Seminario aragonés de sociolingüística (vinculado a la Universidad de Zaragoza). Según este informe, elaborado a partir de los datos del último Censo de Población y Viviendas del INE (de 2011), en Aragón 55.513 personas saben hablar catalán y 25.556, aragonés.

"Es el primer censo completo que se realiza en Aragón del número de hablantes de catalán y aragonés y sus características sociodemográficas. El Censo de Población y Viviendas realizó 176.623 encuestas en Aragón, por lo que los datos tienen una gran fiabilidad estadística. Este estudio nos permite conocer y analizar la realidad lingüística de la comunidad autónoma", afirma Natxo Sorolla, sociólogo, originario del Matarraña, profesor en las universidades Rovira i Virgili y Autónoma de Barcelona, y uno de los autores del estudio.
El censo -que se presenta este lunes en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza- es fruto del trabajo de varios años de los sociólogos Natxo Sorolla, Anchel Reyes, Chabier Gimeno, Miguel Montañés y Pep Espluga, y el profesor de ingeniería Juan Pablo Martínez, en colaboración con el Instituto Aragonés de Estadística.
El 10% de la población aragonesa entiende una de las dos lenguas minoritarias. La competencia oral es mucho mayor que la escrita. Muchos hablantes de catalán o aragonés no saben escribir en estas lenguas. En total hay 81.069 hablantes de ambas lenguas, pero solo 44.119 declaran que saben escribir (27.110 catalán y 17.009 aragonés).


¿Dónde se habla?
Las comarcas donde históricamente se habla catalán son seis: Ribagorza, La Litera, Bajo Cinca, Bajo Aragón-Caspe, Matarraña y Bajo Aragón. En esta zona, seis de cada diez habitantes entienden el catalán y cerca de la mitad lo saben hablar. Las comarcas con más hablantes son el Matarraña (56% de su población) y el Bajo Cinca (46%). Donde más gente sabe escribirlo es en La Litera (uno de cada tres habitantes).
Las comarcas donde el aragonés es propio son siete: Jacetania, Alto Gállego, Sobrarbe, Hoya de Huesca, Somontano de Barbastro y Cinca Medio. Las comarcas con mayor proporción de hablantes de aragonés son la Ribagorza (20%) y Sobrarbe (10%).
Un caso especial es el de la Ribagorza, la única comarca trilingüe de Aragón, según recoge el informe. El 17,5% de sus habitantes saben hablar catalán y el 20,7%, aragonés. En la encuesta no se preguntaba si se usaban las dos lenguas, por lo que los autores recomiendan que se incluya esta pregunta en el futuro.
En Zaragoza también se habla catalán y aragonés
El catalán y el aragonés estaban históricamente muy localizados, pero la emigración rural del siglo XX ha extendido su uso a otras zonas. Ahora, alrededor de una cuarta parte de los hablantes de aragonés o de catalán están en la comarca de Zaragoza.
En la ciudad de Zaragoza hay 12.291 hablantes de catalán y 7.183 de aragonés. En Huesca, 1.558 de catalán y 1.048 de aragonés. Y en Teruel, 671 de catalán y 488 de aragonés. Destaca el alto número de hablantes de catalán en la única ciudad del ámbito históricamente catalanohablante, Fraga (7.357), pero también en zonas de proximidad como Alcañiz (1.226). En Ejea hay 700 hablantes de aragonés por 50 de catalán. Otras ciudades aragonesas también tienen hablantes de ambas lenguas: en Barbastro, 799 de catalán y 649 de aragonés; en Jaca, 211 y 273; en Monzón, 1.208 y 629; en Sabiñánigo, 204 y 354.
Los hablantes de aragonés y catalán que viven en Zaragoza proceden en menor medida de zonas de uso histórico (11% y 7% respectivamente). Muchos proceden de otras zonas de habla catalana que por motivos de estudio o trabajo se han instalado en Zaragoza. Y hay un importante número de neohablantes, que han aprendido aragonés en cursos.
Los mayores conocen las lenguas más que los jóvenes
El censo analiza los datos según diferentes variables sociodemográficas. No hay mucha diferencia por sexo o por nivel de estudios, pero sí por edad. En las zonas de mayor vitalidad del habla aragonesa (Ribagorza, Hecho y Ansó), los mayores son los que más lo hablan (aunque lo escriben muchos menos). El 30% de sus hablantes tiene más de 65 años. Y solo el 5% tienen menos de 16 años.
En el caso del catalán no hay tanta diferencia. Los porcentajes de hablantes de la lengua son similares a la distribución de la población por franjas de edad. El 22% de los hablabantes de catalán tienen más de 65 años y el 9%, menos de 16.
Una novedad de este informe es el estudio de la transmisión de las lenguas en el ámbito familiar. Los autores advierten que la transmisión familiar del aragonés se está perdiendo, por lo que se convierte en una lengua "amenazada". En las zonas de mayor vitalidad del aragonés, el 56% de los padres y el 50% de las madres lo transmiten a sus hijos. En el 32% de los casos se rompe la transmisión. Y en el resto, los jóvenes lo han aprendido por otras vías.
En el caso del catalán, casi el 80% de las familias lo transmiten a sus hijos. El informe atribuye este "éxito" al apoyo educativo desde los años 80, a una mayor visibilización social de la lengua y a la cercanía de territorios catalanohablantes (Lérida, Tarragona y Castellón). Sin embargo, sí se observa una reducción en las zonas más periféricas, como la Ribagorza, la Litera y el Mezquín (Bajo Aragón).
El aragonés, "amenazado"
"Tanto el catalán como el aragonés tienen una presencia importante en el territorio, más allá de sus zonas históricas. El estudio nos ha permitido constatar el proceso de sustitución lingüística del aragonés. Es una lengua amenazada, según la denominación de la UNESCO, y es urgente que las administraciones públicas lleven a cabo políticas de protección y promoción", asegura Natxo Sorolla.
Los autores del estudio concluyen que la situación del catalán es "estable, pero en retroceso en algunas zonas". Por ello piden campañas de divulgación de la lengua y "unas medidas educativas más ambiciosas".
Tanto el catalán como el aragonés se ofrecen como asignaturas optativas en los centros escolares de las zonas de uso mayoritario de estas lenguas (Pirineo y Aragón oriental). Cerca de 800 alumnos estudian las distintas modalidades de aragonés y unos 4.500, de catalán.

lunes, 14 de agosto de 2017

encuesta usos lingüísticos franja del meu cul

Presentación de los resultados de la encuesta de usos lingüísticos en la Franja del meu cul.
Se trata de una investigación que se ha llevado a cabo bajo el auspicio de Campus Iberus y la Direcció General de Política Lingüística de Cataluña, en la que han intervenido lingüistas y sociólogos de las universidades de Zaragoza, Lleida y Tarragona.
El pasado miércoles, 31 de mayo de 2017, se presentaron en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras los resultados de la Encuesta de Usos Lingüísticos en la Franja de Aragón, realizada en 2014, y que se ha llevado a cabo gracias al convenio que en 2015 firmaron Campus Iberus y la Direcció General de Política Lingüística de Cataluña, con el apoyo a partir de 2016 de la Dirección General de Política Lingüística de Aragón. Ello permitió que, además de los técnicos de la citada Direcció General catalana (Joan Solé y Anna Torrijos), intervinieran en el estudio de los datos investigadores de la Universidad de Zaragoza (Chabier Gimeno, Javier GiraltMiguel Montañés, Maite Moret , Ánchel Reyes), de la Universitat de Lleida (Ramon Sistac) y de la Universitat Rovira y Virgili de Tarragona (Natxo Sorolla).
Uno de los primeros datos que ofrece el estudio es que, en términos poblacionales, los 47.631 habitantes de la Franja en 2014 representan el 3,59% de la masa demográfica de Aragón y el 0,35% del conjunto de los territorios de lengua catalana. Se trata de una población muy envejecida, a la que se han incorporado un importante número de alóctonos que condiciona en buena medida los resultados obtenidos.
El análisis del conocimiento lingüístico del catalán pone de manifiesto que sigue siendo mayoritaria la población que entiende el catalán y lo sabe hablar, frente a aquella que lo sabe leer y escribir; pero, también es cierto que, en relación con los datos existentes en 2004, han aumentado notablemente los porcentajes de aquellos que lo leen y escriben (especialmente entre los más jóvenes).
El catalán sigue siendo la lengua inicial de la mayoría de los hablantes, la lengua de identificación principal y también la más habitual, aunque la presencia del castellano aumenta en los tres parámetros, lo cual lleva a pensar que la capacidad de atracción del catalán hacia los extranjeros es más bien limitada. También se puede afirmar que hay cierta estabilidad en la transmisión generacional del catalán.
Por lo que respecta a los usos interpersonales, el empleo del catalán es ligeramente superior al castellano, si bien los castellanohablantes no suelen usar el catalán nunca, mientras que los catalanohablantes sí utilizan el castellano en muchas ocasiones (un 22% de los encuestados afirma que nunca usa el catalán). El catalán suele prevalecer en las comunicaciones más privadas (hogar, vecinos, amigos), pero decae claramente con los compañeros de estudio o el trabajo. En los ámbitos públicos predomina el castellano, con un cierto equilibrio en las tiendas y en la administración local. En general, el catalanohablante se adapta a la lengua del interlocutor, lo cual no suele ocurrir en sentido contrario.
En cuanto a la percepción sobre la unidad de la lengua, se reconoce mayoritariamente que en la Franja se habla el mismo idioma que en otros territorios del ámbito de la lengua catalanaEsto se traduce en un cambio espectacular en la denominación de la lengua: el 45,6% responde espontáneamente que el nombre es catalán, el 27,7% utiliza gentilicios locales (fragatítamarità) y solo el 26,7% emplea el peyorativo xapurriat (y variantes). Chapurriau.
Parece, pues, que todos los datos apuntan en la misma dirección: a pesar del medio hostil, el catalán goza todavía de una vitalidad casi insólita, nada habitual en las lenguas sometidas a procesos de minorización. Sin embargo, en todos los ámbitos estudiados el catalán ha experimentado un retroceso. El desencadenante de ello ha sido la transformación demográfica. Los cambios en la composición de la población han sido de los más destacables de la historia reciente. Por un lado, ha continuado el éxodo de las zonas más rurales hacia las poblaciones grandes; un éxodo que afecta muy especialmente a la gente más joven y con estudios, es decir, aquella que tiene una mayor capacidad dinamizadora y que puede servir de modelo a nuevos habitantes. Por otro, la llegada masiva de foráneos, básicamente extranjeros.
Pero la inmigración no es la única causa del descenso del uso del catalán. Ha sido el detonante, pero hay causas más profundas. La socialización en catalán está debilitada, pues está ganando terreno el castellano, fundamentalmente por la actitud contemporizadora y adaptable de los catalanohablantes. I tampoco ayuda demasiado la inexistencia de un reconocimiento social y político del catalán como lengua de Aragón desde el interior de la propia comunidad autónoma. Sin una normalización planificada del catalán el medio será cada vez más hostil y en cualquier momento se podrá producir un proceso generalizado de sustitución lingüística.
A pesar de todo, hay algunos signos esperanzadores. El mantenimiento de la transmisión generacional es uno de ellos. También lo es el aumento de la capacidad de lectura y escritura en catalán, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Igualmente es un factor de equilibrio la normalidad con la que se emplea en catalán con las poblaciones vecinas catalanas, con las que se suele tener un contacto cotidiano. Asimismo, mejora la percepción del estado de la lengua por parte de sus usuarios. Y el hecho de que la denominación “catalán” esté ganando terreno es el más esperanzador de todos, ya que indica un cambio de estatus y conciencia lingüística importante.