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lunes, 23 de noviembre de 2020

La ortógrafa Mónica Ros y el catalán «iaia», Ricart Garcia Moya,

http://ricartgarciamoya.com/2020/11/21/la-ortografa-monica-ros-y-el-catalan-iaia/

(Atres imaches a la web orichinal)

iaia, yaya, abuela, agüela, ahuela, agüelo, abuelo, ahuelo, güelo

Las bombas juguete fueron una de las armas más crueles empleadas para matar seres humanos, generalmente niños. Eran bombas de racimo con apariencia de pelotas de tenis, y sus efectos aún se observan en los que fueron menores y ahora son mutilados adultos en Yemen, Laos, Siria, Vietnam, Líbano, etc. El aspecto inofensivo de las bombas las convertía en eficaz artilugio mortal. Aquí, en el Reino, el agresivo expansionismo usa el idioma como arma destructiva y, especialmente, con alumnos de poca edad. En el diario catalán Levante tenemos un ejemplo de inocente bomba-sentimental camuflada de noticia:

«Una ‘iaia’ leyó el cartel que pintaron sus nietos y les respondió con el corazón» (Levante, 17/ 11/ 2020).

Tanta ternura y sensibilidad me provoca llanto, ¡snif, snif!; pero la carga explosiva esta oculta por el empalagoso cóctel lacrimógeno de abuela + nietos + corazón, ¡snif, snif!. La finalidad del maestro que lavó el cerebro a los niños y les enseñó a escribir el catalán «iaia», más la conocida habilidad enredadora del periódico catalán Levante, son los que lanzan al lector la bomba-juguete; pues, ¿quién dudaría de una noticia tan enternecedora? Además, la periodista ortógrafa Mónica Ros adereza el engaño al destacar la perfecta ortografía de estos niños-escudo de 9 y 7 años:

«Eligieron el tamaño, las letras, los colores y el mensaje, con perfecta ortografía: Iaia cúrate pronto’» (Mónica Ros, en Levante, 17/ 11/ 2020).

Huele mal el mensaje-petardo de la petarda Mónica, pues en idioma valenciano se escribe «yaya», aunque los que viven de la inmersión ordenen usar el catalán ‘iaia’. Hay incógnitas sin resolver respecto a la génesis de esta voz valenciana que se extendió hacia Aragón, Cataluña, Albacete y Murcia (como sucedió, p.ej., con ‘baladre’). Corominas propagó el dogma de fe de que «yaya» era un imperfecto vocablo infantil, pues los bebés pronunciaban el cat. «avia» como «iaia»; lástima que no tenga ninguna documentación en manuscritos o impresos de los numerosos observadores y usuarios de la lengua pretérita. En las abundantísimas comedias, sainetes, dramas, novelas y ensayos, siempre surge una situación en que el narrador intenta expresar los balbuceos idiomáticos de un niño, algo que confería realismo a la narración. No hallamos ese eslabón diacrónico perdido que sustentaría el origen catalán de «yaya», palabra relativamente moderna que se documenta abundantemente en valenciano antes que en castellano y catalán:

“pot ser yaya” (Casademunt: Un bateig en Burriana, 1871, p. 12)

“la yaya… vinga la neta” (Colom, J.: El sant del agüelo, 1882, p. 12)

“la veu de ma yaya” (Semanari El Cullerot, Alacant, 15 maig 1898)

“ta muller, vostra mare, vostra yaya” (Urios, Elvira: Día de Pascua, c. 1925)

“¿Vosté sap que ve ma yaya?” (Alberola, E.: L’amo y senyor, 1927)

esta nit soparás en ma casa; y ton yayo, y ta yaya” (Meliá: Els reys dels chiquets, 1927)

“escolta, yaya” (Esteve, Ch.: Els Magos del chiquet, 1928)

“he oit parlar alguna vegá a ma yaya” (Meliá: Al pas del Nasareno, 1928)

“¡Net meu! .-Es la yaya, dónali un bes” (Aznar Pellicer: L´hora tonta, 1929)

“la meua yaya” (Peris: La bolcheviquí del Carme, 1932)

“eixa que parla es la yaya” (Coloma Pellicer: El secret, Alacant, 1933)

El sustantivo no es una simple deformación hipocorística; aunque la voz sí los puede generar, incluso con variable de género:

“Bon dia mos done Deu… es la seua yayeta” (Gayano: Del Tersio…, 1921)

“sentat así, yayet” (Beltrán: Ratolins de casa rica, 1934)

Precaución, amiga conductora Mónica Ros. Ve despacio por el tobogán inmersor y no te pises tu raciocinio por la precipitación en aplaudir aberraciones ortográficas y, por vergüenza deontológica, no te degrades a espoleta de las bombas-juguete del expansionismo.

‘Yaya’, ¿voz guadiana del valenciano?

Parte del léxico de una lengua suele permanecer en la reserva de colectivos aislados, sea por su situación geográfica o social, sin que ello significara que fueran palabras tabúes. Lo cierto es que una voz guadiana emerge cada cierto tiempo. Son atractivas para los etimólogos y provocan castillos de naipes sobre su origen y parentesco; p.ej., el valenciano «torondo» emerge y vuelve a sumergirse periódicamente en la profundidad del tiempo lingüístico. Hacia el 1400 vemos «torondo» (Bib. Univ. Valencia, Ms. 505) en un manuscrito en valenciano caótico, que parece copia de otro del 1300. La palabra vuelve a esfumarse y no tenemos noticia de ella hasta que Covarrubias confirma que era usual en valenciano; y que él, dedicado hacia el año 1600 a recopilar material para su diccionario, lo escuchaba como equivalente al castellano chichón: «chichón… en valenciano torondo» (Tesoro de la lengua, a.1611). En 1887 aparece descrito por Escrig y Llombart: «torondo: bulto o chichón que se levanta en alguna parte del cuerpo, especialmente en la cabeza, de resultas de un golpe. Lo mismo que bony» (Dicc.1887). Según Alcover, «torondo… podría ser forma mozárabe valenciana con -o, procedente del latín tŭrŭndu» (DCVB). Fuera mozárabe o no, hoy nos queda el refrán valenciano: «Sobre bony, torondo«, es decir, la acumulación de un mal, Mónica Ros, encima de otro que padecemos, el diario Levante.

Periodista ortógrafa Mónica Ros: con tus salpimentados catalaneros en el Levante ayudas a indroducir bombas-juguete contra el lector despistado; pero, cuando el pueblo recobre la autoestima y borre de nómina a los profesionales del autoodio, quizá no seas tan vehemente en tu defensa del idioma invasor. Mira, portento de la lingüística, el filólogo y académico Fullana, pese a la tremenda presión ejercida por los colaboracionistas hacia el año 1920, todavía mantenía la morfología valenciana «yaya» (Vocabulari ortográfic valenciá, 1921); algo que también respeta en la actualidad nuestra academia pobre, pero honrada, en su dicc. de la RACV.

La 1ª documentación de «yaya» aparece en el Perú español

Respecto al enigma de «yaya» y su tardía aparición impresa en el 1800, me viene a la memoria algo chocante relativo a las lenguas americanas. Así, en relatos descriptivos del Perú español aparece la voz «yaya» como parental del quechua. El carmelita sevillano Vázquez de Espinosa, autor de un Compendio donde recogía hechos anecdóticos como la erupción del volcán Huaynaputina en el año 1600, también dejó interesantes anotaciones sobre idiomas peruanos:

«para dezir, hombre, runa, padre, yaya… lengua general del Pirù» (Vázquez de Espinosa, Antonio: Compendio y descripción de las Indias Occidentales, año 1629, p.31)

El inca-español Poma de Ayala nos dejó en «El primer coronica» (h.1595) la primera documentación del parental ‘yaya’. Curiosamente, mi cuñada peruana Sofía, que conoce el quechua, me dice que, para ella, sólo significa ‘herida».

Anterior a Vázquez tenemos al inca Felipe Huamán Poma de Ayala, cronista de la sociedad indígena del Imperio y ejemplo de integración en la hispánica. Su valiosa Crónica ofrece una perspectiva del mundo andino y permite conocer aspectos de los peruanos del siglo XVI, con textos en quechua y español. Enviado a España el manuscrito de 1180 páginas, como regalo a Felipe III, no pudo conocerlo el monarca al desaparecer en el viaje. Hoy se custodia en la Biblioteca Real de Dinamarca. El antropólogo Poma de Ayala comentaba que en su lengua, el quechua, la yaya también aludía a la comadre o madrina:

«Y avia bautismo de palabra y se bautizauan y le dauan sus nombres de sus padres a las mugeres, de sus madres a las crias, con ello hazian fiestas, con el que daua el nombre de palabra se hazían parientescos, y conpadre (sic) y comadre, a estos les llamauan yaya» (Poma de Ayala: El primer nueva coronica, c. 1595, p.67)

El parental ‘yaya‘ podía aludir en la antigua lengua quechua al padre, al compadre y la comadre, es decir, al padrino y la madrina que, en ocasiones, era la propia abuela. Los dos historiadores ofrecen acepciones distintas: «yaya» era el padre, según el cronista sevillano; y «compadre y comadre», según el recopilador hispano-inca. Curiosamente, la ambigüedad de género en «yaya», femenino y masculino, recuerda la que existía en el antiguo occitano «l’avi dona» y «l’avi home», del Rosellón. En el mismo folio del manuscrito del inca Poma de Ayala nos hace ver que la comadre o yaya era también la abuela de una unidad familiar que, en aquella sociedad en que a los 13 años se solía ser madre, a los 26 eran yaya, abuela o comadre, y los hijos podían ser de diferentes padres:

«no se consentian pecados que ubiesen adulterio ni con ermanas y tias y comadres y sobrinas y parientas sercanas» (Poma de Ayala: El primer nueva coronica, c 1595, p.67)

Al existir multitud de lenguas en el país andino (quechua, matsigenka, shipibo, ashaninka, aimara….), puede que la alusión a la ‘yaya‘, comadre o madrina, que frecuentemente era la propia abuela del bautizado, para los españoles poco avezados del laberinto idiomático andino la asociaran solamente a abuela. Además, los españoles peruanos que iban y venían embarcados en los grandes galeones de la ruta hispánica de Filipinas, Perú, España, llevarían en sus alforjas léxicas la voz, con ligeros cambios semánticos y sin dejar de ser parental. En las Filipinas españolas, en tagalo se amplió la polisemia de la palabra: «yaya: mujer encargada de cuidar niños»:

tagalo: Dapat magbayad ng yaya o iba pang mga gastusin sa tahanan.

español: Tiene que pagar a una niñera o por otros gastos domésticos.

Los cerca de 40 idiomas del Perú español del 1600 ofrecían matices morfosemánticos que los singularizaban. Así, el jesuita Holguin recogió la voz «paya: abuela». (Holguin: Voc. Lima, 1608)

Paya, abuela, Perú, quechua

Quien escucha o lee un texto tagalo constata la pervivencia de léxico de origen español: tinidor (tenedor), silya (silla), baraha (baraja), baca (vaca), etc. Respecto a ‘yaya’, hay concordancias que conforman campo semántico: abuela que cuida nietos, mujer que cuida niños, madrina que protege ahijados, etc. Hay que valorar que muchos vocablos que ahora son usuales en español, proceden de territorios americanos del Imperio: canoa, tiburón, cancha, puma, caucho, chocolate, etc. En las variables de la lengua quechua, el sust. ‘yaya‘ designaba a quien tenía hijos o descendientes, y no hay duda de que la ‘yaya o abuela los tenía. El jesuita González Holguin compuso otro diccionario quechua en 1608, con morfologías casi homógrafas a ‘yaya’, también con valor parental: el sust. «paya: abuela» y «payap: bisabuela» (Vocabulario de la lengua quichua (sic), año 1608). En fin, el tema no esta claro; y espero sentado que los defensores de la «iaia» catalana nos ofrezcan documentación de su uso en el 1700, para que reconozcamos su prevalencia: pero, por favor, que no aparezca sobre un manuscrito manipulado y falseado, como las ‘Regles ‘esquivar vocables» de 1930.

L’ahuelo vert de la dreta, el del nas jagant, en ulleres y boca mig auberta, soc yo. La sinyora es ma cunyá peruana Sofía, que encá sap paraules quechues de les que parlaven en sa familia. Respecte a «yaya» me diu que asoles es ferida cutánea; y «paya», sinyora en la vellea. Pot ser que’n atra llengua, de les milanta que tenen en Perú, tinguen l’arcaisme com a paraula viva y polisémica. Per sort, les ortógrafes en furor catalaner del periódic Levante no han aplegat dasta Lima.

sábado, 8 de diciembre de 2018

Dicsionari chapurriau castellá, w, y, z

whisky, güisky, güiski whisky
wuesque, wesque, crit a les caballeríes, Als animals los cridaen wesque cuan volíem que anaren cap a la isquiarra y passallá cuan volíem que anaren a la dreta. gritos a los equinos, wesque izquierda, pasa allá derecha

x al escomensamén de paraula no ne ña en chapurriau
x al principio no hay

ya

ya
yate, yates yate, yates
yayo, yaya, agüelo, agüela, yayos, yayes, agüelos, agüeles abuelo, abuela, abuelos, abuelas
yayo, yayos abuelo, abuelos
yema, yemes, rovell del ou, turró o tarró de yema de casa Foz a Beseit yema, yemas
yessaire, gessaire albañil que aplica el yeso – yesaire en aragonés
yo, tú, ell, ella, natros, natres, vatros, vatres, ells, elles / valensiá : mosatros, mosaltros / catalá : nosaltros, nosaltres pronombres personales
yodo yodo

zaboc, saboc, zaboca, saboca = tonto, tonta – a Cataluña siboc , saboc, xiboc, bocatxo, escloper es un muixó, dels caprimúlgids, caprimulgus ruficollis, y restaurán saboc

zaboc, saboc, zaboca, saboca = tonto, tonta – a Cataluña siboc o saboc, xiboc, bocatxo, escloper es un muixó, dels caprimúlgids, caprimulgus ruficollis, y restaurán saboc

tonto, tonta
zagala, sagala, mossa zagala, moza, chavala
zagalet, sagalet, zagal, sagal, mosset zagal, muchacho, mocete
zagaleta, sagaleta, mosseta zagalica, muchachica, mocica
zaguero, zaguera, radé, radera (saguero, saguera), que va a la zaga último, última, que va a la zaga
zanja, sanja zanja
zapo, sapo , son pare dels cullerots jun en la rana sapo
zarandeá, zarandejá - sacsá, ajetrejá, menejá, moure, traquetejá zarandear, agitar, sacudir, ajetrear, menear, zamarrear, mover, traquetear
zarrio, sárrio, traste zarrio, zaleo, cachibache, trasto
zigzag, zigzags zigzag, zigzags
zipizape, chipi-chape chipi-chape, zipizape, golpe, encuentro violento de dos cuerpos. Riña ruidosa o con golpes.
zolle, zolles, soll, solls del gorrino - latín SUILE, relativo a <SUS, «gorrino») “sus strofa” es lo jabalí pocilga

zoo, zoos

zoo, zoos
zoquet a Torrevelilla, soca, soquet, soquete - tarugo, taco, soca, calse,
mendrugo, corrusco, cuscurro, churrusco,
bruto, ignorán, torpe, mentecato, zote, sot, tonto, imbéssil, baubo, idiota, memo
zoquete, tarugo, taco, leño, calce,
mendrugo, corrusco, cuscurro, cantero, churrusco.
bruto, ignorante, torpe, mentecato, zote, tonto, imbécil, bobo, idiota, memo
zoqueta, soqueta, de fusta, protecsió dels dits cuan se talle en corbella, fals, falseta

zoqueta, soqueta, de fusta, protecsió dels dits cuan se talle en corbella, fals, falseta

zoqueta, protección de madera para cortar con hoz
zote, zotes – vore zoquet zote, zotes – ver zoquete
zurda, zurdo zurda = esquerra a La Codoñera, Mezquín zurda, zurdo
zurdo, que fa aná la part esquerra, má, peu zurdo, que usa la parte izquierda, mano, pie
zurriaca, suriaca, surriaca - correrá la suriaca - suriaco es lo mote de Roda de Valderrobres. Es un látigo o fuét per a pegá al bestiá, té una vara de fusta y una correcha lligada a la punta.
zurriaga – Tipo de látigo para azotar el ganado, que incluye una vara de madera y una correa sujeta a uno de sus extremos.

martes, 6 de noviembre de 2018

Lo cuento de les farinetes

Lo cuento de les farinetes

Mol conte la Lola Guimerá de Beseit

Casa Lola Beceite Beseit

Fa mols añs, dos germáns masobés van aná a buscá novia a un atre mas y los van invitá a sopá. Un de ells ere mol minjadó y l´atre li va dí:

- Cuan te palsiga lo peu no mínjos mes, a vore si quedarém mal. -

Així que se assenten a la taula y li fiquen un plat de farinetes (que ademés li agradáen mol) y al momén passe lo gat y´l palsígue, així que pobre ya no va minjá mes, y li dien:
- Home minja, que no has minjat res. -
Y ell: - no, no, que no ne vull mes. 

Son germá tamé li díe: - pero home, mínja, que después tindrás gana -
- no, no, que no ne vull mes. -

Cuan sen van aná a dormí, lo germá li díu:
 

- ¿Qué t´ha passat que no has vullgut minjá, en lo que te agraden a tú les farinetes? -

- Si claro, me vas dí que no minjara mes cuan me tocares en lo peu, y tú m´has tocat lo peu sol escomensá. ¿Qué volíes que faiguera? Ara tinc molta gana !! -


Així que se eixequen y sen van a escurines allí aon estáe la cassola y se va fótre ben fartet. 


La agüela del mas se habíe eixecat y se va tirá una llufa, y lo germá li va dí al que estabe minján: 

¡No bufos, no, que están fredes!

lunes, 8 de octubre de 2018

Meche y menescal de Valderrobres

A la vila medieval de Valderrobres, a prinsipis del siglo XX, vivíen a la mateixa casa del arrabal, a dos pisos diferéns, dos germáns, un meche, al que li díen Lodotó y l´atre veterinari, de nom Menescal.

Los dos eren mol volguts al poble natal de Elvira Juana Rodríguez Roglán ya que la vida de los animals en époques de roba justa ere tan apressiada com la de les persones, sense uns ben just podíen alimentás los atres.

Casi totes les cases teníen bestiá y animals per a minjá, produí lleit y derivats, collada, flans, formache, carn y pells. Inclús alguns de estos animals y datres salvaches se quedaben com a mote o insignia de una familia: matabous, matallops, lo conill, capaburres, etc.

Se criaben gorrinos, gorrines, conills, conilles, cabres, cabrits, cabrons o chotos, ovelles ullades y palomes, cordés, borregos o mardans, pichons, coloms o palomes, gallines, galls, pollastres o polls (ñabíe un ball en este nom), polles, pites, lloques, patos, los que foten en la
pata, gansos (sobre tot a Queretes), ganses, oques, ocos no ne ñabíen, codornius o gualles, vaques, terneres, terneros, jonecs, bueys, bous, de los que se apartaben los millós com a sementals, com los famosos ejemplás de la fábrica de les faixes, que se alquilaben per a montá vaques als pobles de la roglada, per ejemple, a la lechería de Tomás del Rufo de Beseit, aon les vaques sempre teníen los ulls plorosos perque les tocaben tots los díes les mamelles pero sol portaben al mascle una vegada al añ. Lo mateix passabe a la vaquería de Raboseta, a la vora del cup de la sequia majó, l´olla, al escomensamén del passeo de los cañerets. Un tros mes abán, uns añs después se faríe la festa del abre, se van plantá diferéns tipos de abres, potsé algún pi tamé. Ña una fonteta an eixa replasseta.

Un día, al mas de Cresol, una vaca que teníen se va escapá del ras espentán un poste de fusta corcat y querat y va eixí a una finqueta del veí, plena de romigueres y herbes delissioses y aromátiques, romé, timó, pipirigallo, trencanugos, pero tamé ñabíe cañota, que es una herba espessialmen perillosa per als bovinos, moltes vegades se moríe la res y dixabe a una familia
sense res.

Aquell mateix día, al carré Parras, a una casa mol estreta a mitat de la costa, se va ficá dolenta una agüela de 91 añs, la tía María Sarmén de casa Reventatruites, que habíe traballat tota la seua vida com una mula, al monte, al martinet, a les mines de Beseit, tan a la María Dolores com a la Maruja. Habíe sigut modelo de faixes y corsés a la fábrica de Valderrobres, pero los añs la habíen dixat arrugadeta y pansideta com una pansa de cap d´añ.

An aquell tems encara no se minjabe raím, y mol menos sense pepites, sino panses de moscatell secades al estilo romano, passa en latín, damún de cañissos a la esgorfa, daball del tellat. An aquella casa tan estreta sol cabíe un cañís al perchi; com proveníen de La Portellada li dieben aixina a la algorfa, y los de Valderrobres los quirdaben extrangés, ya que es lo mote de los del portell. Lo nom de Reventatruites los veníe perque la caseta del Portell, al carré Curt, ere tan minudeta que a la cuina no teníen puesto ni per a voltá la truita, aixina que aviáen per la enchumenera amún la truita y esperaben en la paella al balcó. Alguna vegada erraben y la truita se empastrabe al carré Curt, y de ahí los va vindre lo nom. La mayoría de vegades ensertaben a enchampála y quedabe un regustet a fullí, pero en bona gana tot es bo, y si algo teníen entonses, ere fam.

La escala interió de la casa ere tan estreta y empinada que no la podíen traure en camilla entre dos homes, y tampoc van pugué assentála a una cadira de vime o sarguera de casa lo sistellé y baixála, perque los escalons eren massa perillosos, aixina que la van tindre que baixá per fora desde una finestrota en una curdiola, una maroma y colocada a un llansol com lo día que la sigüeña la va portá 91 añs atrás a la casa del mas de dal de La Portellada.

A baix al carré estabe un dels fills, mosso vell de 55 añs, fort y hermós, calvo com una bola de billar o un bolo de riu, y a dal una filla casada en lo hereu del mas del Cresol, espentán la corda per a que la mare puguere baixá sense pegás al cap o a les fluixetes cames a la paret de pedra rebossada de blavet y cals. Lo home de esta agüeleta fée uns mesos que sen habíe anat als atres de una enfermedat mol común an aquella época y encara avui en día, lo mal de Repén.

A baix a la replasseta esperabe lo forense, que no ere meche ni res, pero teníe un Ford Model A y li díen aixina; ell portaríe a la agüela a casa del meche.
Allacuanta no ñabíe ambulatori ni sentro de salut, ni ambulansies; lo meche visitabe per les cases en lo seu maletín de cuero artifissial que putíe a pentaclorofenolato, pero la semana de abáns li habíe futut un ataque de gota y no podíe sorollás, aixina que li portaben als passiens a casa, y may se habíe vist una passién en tanta passiensia com la tía Reventatruites.

Cuan van arribá a la casa, la van pujá a cascarrulles hasta lo pis de Lodotó, que ere lo segón pis, y lo meche la va está auscultán, preguntán, escoltán y reconeixén durán un cuart de hora. La va vore tan delicada y casi picán la fulla de la dalla en martell y encrusa que sol se va atreví a resseptáli un reconstituyén consentrat a una sola ampolla per a allargá uns díes mes lo inevitable. Los va di als fills que la teníen que sacsá antes de péndressela, y que eixa medissina li donaríe ganeta. Si empijorabe, que vinguere algú a avisá, pero que no la portaren, perque al seu estat, torná a baixála per la paret de fora podríe tindre un funesto resultat.

Van portá a la agüeleta hasta lo carré Parras en lo Ford Model A, van aparcá a la vora de los actuals apartamens Santa Águeda, y desde allí en una carretilla de fusta costa amún hasta lo brancal de casa. Allí la van colocá en cuidadet al llansol y lo fill desde baix va estirá de la corda de la
curdiola hasta la altura de la finestreta. La filla y lo forense van conseguí féla entrá a la habitassioneta y la van gitá al seu llitet, al que no se podíe ni tombá a un costat. No se sap cóm dormíen cuan vivíen los dos agüelets.

Per sort, habíen sentit que al Mas de Barberans, a una agüela a la que li habíen resseptat una ampolla de sacsá antes de péndressela, li habíen futut un meneo an ella en tanta energía que sels va quedá als brassos, aixina que en este cas van sacsá la ampolla y no a la agüela, van trencá lo cap de la botelleta, y li van doná la medissina, mes amarga que un gintónic de bitter lemon en fel, y mes aspra que una serba verda.

A la finqueta tocán al Mas de Cresol, la pobre vaca que se habíe futut una fartanera de cañota y habíe begut aigua de un manantial paregut a la Fon Mala de Beseit, estabe tombada an terra, unflada y traén espuma per la boca.

Un pastó de casa Beret, de nom Pepe, portabe eixe día les ovelles a pasturá an aquella finca en lo seu fiel gosset Komtú, y desde lluñ va vore un gran bulto que no va pugué reconeixe hasta que va aná abansán lo bestiá, que anabe desplay esperán a una ovella que habíe criat fee uns minuts. Lo gos, Komtú, se va minjá la plassenta, va rotá, Pepe li va di “está mal pero descanse lo animal”, y van tirá abán en direcsió al bultot extrañ, que ya anabe agarrán la forma de un bóvido.

En cuan va vore a la pobre vaca en un cólic de campeonato, viva encara, se va encandilá, se va ficá les dos mans al cap, va tirá la gayata an terra y va eixí corrén cap al mas tocánli los talons al cul, intentán avisá a los masovés del grave acsidén de la vaca. Komtú se va quedá vigilán lo ramat, y en un guau va avisá a les ovelles blanques que pararen cuenta en la cañota, bueno, a les negres tamé, ya que Komtú no ere rassista com lo gos de Arturo Quintana.

Avisats los amos del mas, Pepe va torná a la finca y ells van eixí a escape cap a la casa del veterinari, a peu, resán per a trobál allí y que no estiguere a un atra masada o per algún corral. Lo van trobá y, después de donáli a entendre lo cas, rápidamen se van ficá en camí, tot lo rápit que se pot aná en abarques de goma als peus per camíns pedregosos y a vegades costa amún. Si arribe a passá al Mas dels Aubellons, no hagueren arribat hasta la nit.

Cuan van arribá aon estabe la vaca lechera, que no ere una vaca consevol, donabe lleit merengada y ere una vaca mol salada, va vindre del mas de Tolón, mol sonrienta y de coló lila, encara vivíe, pero Menescal los va di que siríe difíssil salvála.
Estabe unflada com un bot, fluixeta, entressuada. Lo veterinari li va inmovilisá les barres, la dentadura, va embutí un tubet de goma per lo essófago, va abocá oli de oliva virgen extra de arbequina prensat en fret en un embut de eixos que se ficaben los llocos al cap, y va escoltá en cuidadet a vore si eixíe aire del interió de algún dels cuatre subestomecs de la vaca. Va ixí una miqueta de aire pudén, que recordabe la auló de ous podrits o a les bombetes de pólvora que portaben los exiliats a Valensia al mars cuan volén escapás de les mascletades y les falles de San José, modelo de pare y home, patrono de los fustés, ingenieros y traballadós en general, no confundí en lo patrono dels pirómanos, San José de Arrimatea.

Lo veterinari va sorollá lo cap horissontalmen de un costat al atre (signifique negassió menos a Bulgaria, aon signifique afirmassió), va fé un sorollet esclafín la llengua contra les dens y va di unes paraules que sol entenen los catalanoparlans: “no la salvarem”.

Va rentá les ferramentes y les va arrepetá en cuidado al maletín, li va doná la ma viscosa al amo de la vaca com si de un te acompaño en lo sentimén o péssame se tratare, y li va di que no li cobraríe res, ya que prou perdua ere despedí a Cordera, pos aixina se díe la vaca, com la de Pinín y Rosa. Los va intentá reconfortá diénlos que a vegades la providensia obre milagres, y que si veíen alguna siñal de milloría anigueren a casa a avisál, pero que se prepararen per a lo pijó. Los va doná la esquena com la estatua de Fondespala, fon de espala, y va empendre lo camí de casa.

¡Ne eren tres, sempre los tres!: Rosa, Pinín y la Cordera.

A casa de la agüela estabe amanín la sena la filla, estaben tamé lo seu home, del mas de Cresol, y lo fill de 55 añs. Borraines en pataca de primé, en un rach de oli de la torre Gachero, abadejo dessalat que portabe un de Valderrobres de la seua tenda o botiga de Barchinona cuan anabe al poble; per a beure, grassiosa “copet”, Arrufat, rebaixada en vi Portal de Bergós, que se fee mol prop de casa, y per a la agüela una truita a la fransesa en una den de all y un corrusquet de pa.

La medissina li habíe fet agarrá ganeta, y justet al primé mos de pa per a acompañá la omelette o truiteta, va y li salte una den de les pales, a lo que la agüeleta se va di “pronte escomensam, consevol día los pedré tots”, y después de unos mossets mes, se li va afluixá un quixal, se ni en va aná garganchó aball, y se va embossiná.


Va pugué quirdá una mica y aixina va avisá als fills y al gendre que senaben al minjadó, a una taula redona tan minudeta que Arturo (lo rey, Quintaneta no, encara que li agrade mol la Ginebra) se haguere pixat de rissa en sol vórela. Van acudí enseguida a ajudála, y mentres la filla li manabe al seu home que aniguere a casa Lodotó volán, lo fill intentabe desatascála y reanimála, foténli tans cops a la esquena que casi la cruix.

Va arribá lo hereu del mas de Cresol y va cridá al timbre del veterinari en ves de tocá lo del meche. Se va assomá Menescal al balcó embolicat en una bata, y com ya ere tan de nit com a la boca del llop dels Ports, no lo va reconeixe, y preguntán “¿qué passe?” y contestán ell “ara mo se ha embossinat”, com teníe la mateixa veu que son pare, l´amo de la vaca del mas de Cresol, y los dos germáns meche y veterinari tamé parlaben casi igual, se va armá lo embolic.

Va di Menescal:

- “¿Encara ha minjat mes? No mu puc creure. Ya no ña res a fé, passéuli lo gaviñet y al menos aprofitéu la carn. -

Y en estes paraules sen va aná cap al carré de les parres, y sitán les paraules lay va contá a la seua dona, y ella del susto casi pert lo fill que esperaben per a Nadal, y lo fill mosso vell encara seguíe pegánli a sa mare a la esquena en la palma de la ma uberta, perque Heimlich encara no habíe naixcut com per a habé inventat la maniobra.

Y después de este cas, a Valdarrores y a tota la comarca del Matarraña, cuan dos germans eren meches o menescals, no van viure mai mes a la mateixa casa.