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jueves, 13 de agosto de 2020

Falacia nacionalista, castellano impuesto por la fuerza en Cataluña

La posición estratégica de Cataluña, puerta hacia el resto de Europa y bañada por el Mediterráneo, ha convertido su historia en un constante mestizaje cultural. Al contrario de lo que afirman los nacionalistas, en esta región española el catalán no ha sido el único idioma y, desde luego, el castellano nunca fue introducido a la fuerza. Ambos idiomas, y otros, convivieron en Cataluña sin confrontación hasta el siglo XX. 

Loís Alibèrt: dialèctes occitans, catalan comprés
Loís Alibèrt: dialèctes occitans, catalan comprés


Como relata Jordi Canal en « Historia mínima de Cataluña» (Turner), el catalán se originó en el noreste peninsular y en el sur de la Galia a partir del latín vulgar que introdujeron los romanos durante la conquista. La alta penetración que tuvo la cultura romana, sobre todo en el litoral, hizo a su idioma inmune a la influencia celta, griega, fenicia e ibérica. Solo en la zona pirenaica la influencia latina fue menor, hasta el punto de que en Ribagorza y Pallars se habló hasta la época carolingia una modalidad del vasco. (Y la universidad Sertoriana ?)

Al igual que con otras lenguas peninsulares es imposible saber el momento exacto en el que el latín vulgar, en la variante de este territorio, evolucionó a un incipiente catalán. Algunos filólogos sugieren el primitivo romance se conformó entre los siglos VII y VIII. Lo que está claro es que durante la Edad Media Cataluña y el resto de territorio peninsular fueron multilingües. El catalán –como señala Jordi Canal– «nunca, a lo largo de la historia, ha sido la única lengua en Cataluña. Ha coexistido, tanto en sus formas habladas como escritas, con otras lenguas, igualmente consideradas como propias por una porción más o menos amplia de catalanes». De esta forma, la convivencia entre el latín, la lengua de oc, el aragonés y el catalán fue lo habitual en Cataluña. (Te dejas el valenciano).

La convivencia medieval entre lenguas.

La lengua de oc o provenzal fue la lengua cultural de lo que es hoy en día el sur de Francia y las regiones vecinas durante todo el periodo medieval, particularmente a través de los trovadores y trobairitz. En Cataluña la penetración fue amplia e, incluso cuando dejó de usarse a nivel oral, la poesía se siguió cultivando en lengua de oc durante siglos, no así la prosa (también la prosa). De modo que esta tradición no se rompió definitivamente hasta el siglo XV con la obra del valenciano Ausìas March, autor de «Llir entre cards», aunque hay que aclarar que se trató de un texto en valenciano.

Los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.
Los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.

La convivencia entre el aragonés y el catalán también se extendió durante varios siglos. No obstante, dentro de la Corona de Aragón, conformada por los reinos sometidos al Rey de Aragón (Aragón, los Condados catalanes, Valencia, las islas baleares, parcialmente Sicilia, Córcega, Cerdeña, Nápoles y los ducados de Atenas y Neopatria), la lengua no era el eje vertebrador, ni el factor común, sino la sumisión a la jurisdicción de un Rey y de una dinastía, la Casa de Aragón. Cada uno de los territorios conservó su propia lengua y en la Cancillería real, organizada por Jaime II, los funcionarios dominaban a la perfección el catalán, el aragonés y el latín, del mismo modo que lo hacían los comerciantes y la incipiente burguesía. En la Corte, por su parte, se hablaba o el aragonés o el catalán dependiendo del lugar en el que estuviera establecida. La influencia entre ambas lenguas fue inevitable.

La clerecía no catalana llegada en esos años se esforzó en aprender la lengua catalana y los jesuitas, por ejemplo, se cuidaron de escoger solo a catalanes para trabajar en la región.

La lengua de las élites: el castellano.

La edad de oro de la literatura castellana, entre los siglos XVI y XVII, vincularon en Cataluña la idea de que este idioma era propio de las letras cultas. De las 38 obras impresas en Lérida (Ilerda, Leyda, Lleida) en las dos primeras décadas del siglo XVII, doce eran en latín y el resto en castellano; mientras que ninguno en catalán. Pero mientras en las librerías catalanas las obras más vendidas eran en castellano, con un éxito inédito de los textos de Santa Teresa de Ávila; en las calles casi todo el mundo hablaba catalán. «En Cataluña el pueblo común no entiende el castellano», afirmaba todavía en 1636 un clérigo de esta región española. Entonces, ¿cómo y cuándo se produjo el proceso de asimilación del castellano entre las clases bajas?

Cuadro de Felipe V (considerado por el nacionalismo la bestia negra de Cataluña) en el Almudín de Játiva.
Cuadro de Felipe V (considerado por el nacionalismo la bestia negra de Cataluña) en el Almudín de Játiva.

El proceso comenzó con la práctica de las élites de Barcelona del bilingüismo por una razón pragmática e inmediata. La administración del virrey y la Inquisición manejaban el castellano como lengua vehicular y quien quería influenciar en estos organismos requería conocer esta lengua. Un amplio sector de las clases altas prefería hablar castellano en vez del idioma del vulgo y educar a sus hijos en esta lengua, así como realizar los discursos públicos en ella. De las élites, el castellano se trasladó finalmente al pueblo con el paso de los siglos, pese a lo cual el catalán sobrevivió en una «modalidad infradesarrollada», de espaldas a la alta cultura.

La lengua hablada en Cataluña fue casi exclusivamente el catalán hasta finales del siglo XIX. Lo que contradice el mito nacionalista de que después de 1714, cuando se produjo el asedio de Barcelona que puso fin a la Guerra de Sucesión, hubo un intento desde la Corte de Madrid de erradicar el catalán. En este sentido, sí es cierto que las Leyes de Nueva Planta exigieron el uso general del castellano en la administración, con el fin de unificar las ordenanzas administrativas. Lo que no evitó que el catalán siguiera usándose en la vida pública y privada de forma mayoritaria. Así las cosas, no hay que olvidar que en la corte de Felipe V la lengua oficial era el francés y los despachos importantes se realizaban en esta lengua. El castellano no era ya una lengua tan predilecta como se podría esperar... En cuanto a la alta cultura, el idioma efectivo era el italiano, lejos de la edad de oro de la literatura castellana un siglo antes.

De la represión franquista a la nacionalista.

El castellano fue asimilado de forma progresiva desde arriba, mientras que el catalán seguía vivo abajo sin que fuera objeto de agresiones de ningún tipo. A finales de siglo XIX fue perdiendo influencia, sobre todo en las grandes ciudades. Durante la dictadura de Primo de Rivera se intentó limitar su uso, pero aquella intentona tuvo pocos efectos prácticos. No así con la dictadura Franquista, donde la lengua catalana fue penalizada en todos los ámbitos a modo de castigo contra una zona considerada rebelde por el bando nacional. La publicación y venta de libros en catalán quedaron restringidos, e incluso hubo intromisiones en la esfera privada con la obligación de bautizar a los niños con nombres castellanos.

César Cervera, has leído
https://www.dolcacatalunya.com/2014/03/cuando-franco-premiaba-libros-en-catalan/ ? Te hace falta leer más. 

Una vez finalizó el periodo dictatorial, la Generalitat trató de revertir todo el proceso valiéndose de algunos de los mismos instrumentos represivos pero, esta vez, contra el castellano. El objetivo de las últimas décadas ha sido el de controlar y casi eliminar el papel del idioma más hablado hoy en la vida pública y privada de Cataluña: el castellano.

https://www.lavanguardia.com/vangdata/20150420/54430743206/retrato-linguistico-de-catalunya-en-cinco-graficos-interactivos.html#:~:text=El%2080%2C4%25%20de%20la,es%20la%20lengua%20m%C3%A1s%20habitual.

Los nacionalistas (catanazis) han empleado el separatismo lingüístico como arma arrojadiza y la Generalitat ha relegado el castellano a una posición secundaria, a pesar de que los estudios sobre el uso del catalán apuntan a que el castellano es el idioma más habitual. Según la encuesta de usos lingüísticos de la población de 2013, realizada por la Generalitat, el catalán es el idioma habitual del 36,3% de la población de Cataluña, mientras que el castellano lo es para el 50,7% de los habitantes.

La tendencia parece clara. En el mencionado libro de Kamen, se atreve a pronosticar que en el futuro el catalán pueda acabar en la lista de la UNESCO de lenguas europeas en amenaza de extinción, como le ha ocurrido al euskera (vascuence) recientemente. «No es sorprendente, porque el bilingüismo regional nunca ha funcionado en ninguna parte, en ningún país. En España, todas las lenguas minoritarias están amenazadas por el avance del castellano», sostiene el hispanista.

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https://www.abc.es/historia/abci-falacia-nacionalista-castellano-impuesto-fuerza-cataluna-201709270118_noticia.html

https://www.abc.es/autor/cesar-cervera-1068/

sábado, 14 de marzo de 2020

INVÉNTATE UN ORIGEN

INVÉNTATE UN ORIGEN.


INVÉNTATE UN ORIGEN. Marca hispánica

Las mentiras de los nacionalismos: cómo crear un país de la nada en sólo 7 pasos.
El profesor Javier López Facal explica en su nuevo libro cómo surgieron las naciones europeas y qué proceso siguieron para construir su identidad (inventada)
16/01/2014

Este año Europa vivirá dos de los procesos soberanistas más importantes de los últimos años. El 18 de septiembre se celebrará el referéndum sobre la independencia de Escocia y, si todo sale según los planes de Artur Mas, Cataluña celebrará una consulta similar el 9 de noviembre. Ambas regiones europeas cuentan con un fuerte movimiento nacionalista, que insiste en que sus habitantes forman un pueblo sin Estado, con una identidad que se remonta por los siglos de los siglos.
Lo que suelen olvidar todos los nacionalistas, de forma consciente o inconsciente, es que la nación es un invento moderno. En su libro Breve historia cultural de los nacionalismos europeos (Catarata, 2013), el filólogo y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Javier López Facal, explica como “la mayoría de los símbolos, ritos y tradiciones que hoy tienden a creerse inmortales se crearon, en realidad, entre 1870 y 1914”.
La construcción de la identidad nacional permite montajes diferentes a partir de las mismas categorías elementales.
En ese periodo concreto, de la mano del romanticismo, políticos, artistas, historiadores, clérigos y filósofos, construyeron las modernas naciones europeas, y lo hicieron siguiendo un modelo similar, imitado por una nación detrás de otra. La construcción de la identidad nacional se convirtió pronto, tal como explica el sociólogo Orvar Löfgren, en una especie de kit de do it yourself (“hazlo tú mismo”), “un sistema IKEA de construcción de las identidades nacionales, que permite montajes diferentes a partir de las mismas categorías elementales que pertenece actualmente al dominio público mundial”.
De un modo u otro, tal como explica López Facal, todas las naciones modernas siguieron una serie de pasos, encaminados a construir una identidad que hasta entonces no existía. Son estos.
1. Inventar un origen remoto.
Toda nación, para ser tomada en serio, tiene que tener una cierta antigüedad. Esto lo entendieron bien los escoceses que, según López Facal, fueron los primeros en construir su identidad.
En 1707 los parlamentos de Inglaterra y Escocia aprobaron sendas leyes sobre la unión de sus respectivos reinos, dando paso a la creación de la Gran Bretaña. Muchos escoceses no aceptaron de buen grado la unión y en las décadas siguientes comenzaron a crearse una serie de hechos diferenciales para reforzar su scottishness frente a los vecinos del sur.
A mediados del siglo XVIII, James MacPherson (1736-1796) se encargó de traducir al inglés una serie de baladas tradicionales de las Highlands. Pero no se limitó a recoger poemas conocidos por transmisión oral, además los modificó a su gusto, e inventó muchos nuevos, mezclando a Homero, Milton y pasajes de la Biblia. Se sacó de la manga, además, al bardo que los había escrito, Ossian, que, aseguró, había vivido en el siglo II (algo que sería imposible de creer por cualquier historiador).
El bardo Ossian visto por François Gérard (1880)

El éxito de los poemas osiánicos fue arrollador. Fueron el producto literario e ideológico que toda Europa estaba esperando, un poco cansada de rendir culto a la literatura y los mitos de griegos y romanos. Esto era “auténtica” poesía popular, que otorgaba identidad remota a unos pueblos que no carecían de tal cosa.
Pronto muchas naciones europeas imitaron los poemas osiánicos, creando su propia identidad folclórica. El rexurdimiento gallego y la renaixença catalana, son buenos ejemplos del fenómeno. El folclore se convirtió con frecuencia en un fake-lore, una “supercherigrafía”, porque, como explica López Facal, se pasaba con mucha facilidad de estudios etnográficos reales a invenciones “pseudográficas”, que más que recolectar tradiciones, las inventaban. Mediante este proceso llegamos al absurdo de abrir el periódico las pasadas navidades y encontrar un anuncio del Gobierno vasco en que se vende al Olentzero como “uno de los precursores mundiales del shopping”. De aquellas aguas, estos lodos.
2. Buscar un héroe legendario, de raza.
Alemania fue el segundo país, después de Escocia, que más contribuyó a crear la mitología nacionalista en Europa. Y partía de una gran ventaja respecto a estos: no necesitaban inventarse ningún Ossian, porque contaban con un autor prestigioso y, además, antiguo de verdad. El gran historiador romano Tácito (56-117) había escrito un librillo sobre las costumbres y pueblos de Germania, más conocido, sucintamente, como la Germania.
Desde su publicación en época moderna, los humanistas alemanes se lanzaron sobre él y lo convirtieron en una indiscutible, precisa y exacta descripción de cómo era su pueblo en la antigüedad. Siglo tras siglo los alemanes se veían cada vez más identificados con el heroico Arminio, traducido de una manera quizá interesadamente nacionalista como Hermann, que había derrotado a las legiones romanas en el bosque de Teutoburgo en el año 9 a.C y con su gente, tan genuina y diferente de sus vecinos: grandes y vigorosos, con ojos azules, pelo rubio, igualitarios y monógamos. Tácito también los describía como perezosos, borrachos, zafios y bárbaros, pero eso, como explica López Facal, “eran defectillos que más de una edición del libro contextualizaba púdica o comprensivamente, o expurgaba sin más”.
3. Unirse frente a un enemigo común.
Toda nación, para su construcción, necesita de un archienemigo, y al igual que Cataluña, el País Vasco y Galicia tienen a España, España tuvo a Francia. Como explica José Álvarez Junco en su libro Mater Dolorosa. La idea de España en el siglo XIX (Taurus, 2001), “presentar la larga y sangrienta confrontación de 1808 a 1814 como una guerra de la independencia, o enfrentamientos con los franceses por una liberación española, es una de las simplificaciones de la realidad tan típicas de la visión nacionalista del mundo”.
La Guerra de la Independencia fue en realidad una guerra internacional entre Francia e Inglaterra. Como apunta López Facal, no debemos olvidar que el comandante en jefe “español” era el duque de Wellington, y si las Cortes de Cádiz pudieron hacer su trabajo, a pesar de tener a las tropas napoleónicas al otro lado del puente de San Fernando, fue porque las protegía la escuadra inglesa. En realidad, en la guerra dominó más el odio al francés que la voluntad de construir una nación española.

Muerte de Pedro Velarde y Santillán durante la defensa del Parque de artillería de Monteleón. 1884

Años después, la Guerra de la Independencia sería reinterpretada como un episodio más de la secular lucha de los “españoles” contra el invasor, sea este romano –aunque luego quede muy patriótico pensar que Viriato era español– o musulmán. El nacionalismo español, como todos los demás, se ha basado en el mito de una España eterna cuyos belicosos habitantes habrían defendido heroicamente su independencia siglo tras siglo.
Hoy nos parece un hecho natural y de secular antigüedad que en Francia se hable francés; en Italia, italiano o en Alemania, alemán. Pero ni es natural ni siempre ha sucedido así. Durante siglos en ningún lugar de Europa existió algo parecido a una lengua oficial. El latín cumplía la función del inglés, era la lengua académica y culta, y el francés, más adelante, se convirtió en el idioma por antonomasia de las cortes. Por lo demás la diversidad lingüística era abrumadora.
En 1789 el 50% de los franceses no hablaba nada de francés y, correctamente, sólo lo hacía un 12 o 13%
Cuando empezaron a surgir las naciones, se consideró necesario dotarlas también de una lengua propia para distinguirse de los vecinos, y fue necesario un esfuerzo alfabetizador en un idioma que no siempre era mayoritario. Parece increíble, pero según Eric Hobsbawm, en 1789 el 50% de los franceses no hablaba nada de francés y, correctamente, sólo lo hacía un 12 o 13%. La situación española era parecida, se calcula que en 1860 en torno al 50% de los 16 millones de habitantes no eran castellanoparlantes. No existía la tan cacareada “lengua común”, la escolarización de la población en la lengua nacional fue una decisión política.
5. Diseñar una bandera, un himno y un traje típico.
La mayoría de los elementos de distinción de una nación, como la bandera, el himno o el traje típico, nacieron también de la nada, a la vez que se construían las identidades nacionales.
Una ikurriña ondea tras la estatua de Sabino Arana en Bilbao. (Euskalduna/CC)
La famosa falda escocesa para hombre, el kilt, fue un invento de un empresario siderúrgico de Lancashire –en Inglaterra–, que en 1727 mandó transformar las roñosas mantas con las que vestía un clan de las Highlands que había contratado. Ocurre algo parecido con el traje de flamenca, que todas las sevillanas llevan con orgullo el día de la feria: se inventó muy a finales del siglo XIX y no se popularizó hasta 1929, año en que se celebró la Exposición Universal de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla.
El himno más antiguo del mundo tampoco es demasiado viejo. Se trata de La Marsellesa, que se escribió en 1792. Y las banderas se crearon todas al mismo tiempo que las naciones, como adaptación de los estándares militares y las enseñas marítimas de uno u otro reino o, directamente, a partir de planteamientos originales. Para su diseño, de hecho, los nacionalistas se fueron imitando unos a otros. La ikurriña vasca, por ejemplo, fue creada por Sabino Arana –alguien que creía que el pueblo vasco descendía de Tubal, nieto de Noé y había venido directamente desde el Paraíso hasta Euskadi– en 1894, a imagen y semejanza de la Union Jack británica. Luego, claro está, se inventó toda una simbología en torno a ella.
6. Celebra una fiesta nacional.
Toda nación tiene que tener un momento fundacional, un día en que se celebre el despertar del pueblo (por usar la retórica típicamente nacionalista). Que lo que ocurriera ese día no tenga nada que ver con lo que se está festejando, importa poco.
Caso paradigmático es el 11 de septiembre catalán. Todos los años una comitiva encabezada por el presidente de la Generalitat se dirige al monumento a Rafael Casanova, donde se vienen depositando flores desde el año 1894.

Artur Mas y su gobierno durante la ofrenda floral de la Diada, frente a la estatua de Rafael Casanova. (Reuters)

Entre los asistentes que entonan el himno Els segadors (compuesto en 1899), se da por supuesto que Casanova fue algo así como el iniciador de la lucha por la independencia de la nación, por la que resistió heroicamente en 1714 el asedio de la ciudad de Barcelona, frente a las tropas españolas que acabarían arrasando la ciudad y suprimiendo sus tradicionales derechos y centenarias libertades.
Pero lo que se vende como una guerra entre Cataluña y España fue en realidad una guerra entre dos bloques europeos, los Habsburgo de Austria frente a Francia, y cada bando trataba de situar a su propio candidato al trono vacante de la Corte española. Dentro de la propia España las simpatías políticas por uno u otro bando estaban muy divididas. Rafael Casanova, el héroe nacionalista catalán, partidario de los Austrias, creía y confesaba luchar per la libertat de tota Espanya. Considerar esta contienda como una guerra de España contra Cataluña es un desvarío.
7. Escribe buenos libros de texto.
El sistema escolar es el instrumento por antonomasia para lograr la identificación de los ciudadanos con la idea de nación. La historia nacional española “oficial”, inamovible de los libros de texto hasta la Constitución de 1978, fue obra del palentino Modesto Lafuente, que redactó una Historia General de España, entre 1850 y 1867, que recogió todos los tópicos del nacionalismo español: los visigodos, Numancia, la reconquista, el Cid campeador, los Reyes Católicos, los comuneros
Los estudiantes catalanes y vascos están acostumbrados a mapas donde Euskal Herria o los Països Catalans son entidades geográficas y políticas diferenciadas.
El reduccionismo castellanista de Lafuente era evidente, pero eran los nacionalistas españoles los que tenían el poder de imponer la enseñanza a toda la población cautiva en las aulas de España. Con la llegada de la democracia, se dio la vuelta a la tortilla, y las otras nacionalidades se esforzaron por hacer sus propios libros de texto.
Aunque el carácter localista y doctrinario de los manuales escolares no se da sólo en las nacionalidades históricas, es en el País Vasco y Cataluña donde la ideología nacionalista está más generalizada y es más obvia en los libros de texto. Así no es de extrañar que en los libros de geografía de los estudiantes vascos y catalanes no aparezca nunca la palabra "España", sino conceptos como “Estado español” o “Península” y estén acostumbrados a mapas donde Euskal Herria o los Països Catalans son entidades geográficas y políticas diferenciadas.
"Los nacionalismos son como el olor corporal", afirma López Facal a modo de conclusión de uno de los capítulos de su libro.
"Uno no percibe el propio, sino sólo el ajeno".

http://historia-aragon.blogspot.com/search?q=nacio

clvii-arch-dip-diet-1460-diciembre

1461. Setiembre.
SANT KARLES PRIMOGENIT DARAGO E DE SICILIA.
- Dimecres a XXIII. - Aquest die entre III e IIII hores de mati passa desta vida en la gloria de paradis la sancta anima del illustrissimo senyor don Karles primogenit Darago e de Sicilia lo qual fini sos dies en lo palau reyal major de aquesta ciutat de mal de pleusulismochsen grandissim dol en Barchinona e per tot lo principat de Catalunya per la gran e bona amor que ell portava a tota la nacio cathalana quil havien tret de preso el havien lunyat e separat de la ira e furor del senyor rey son pare.
Loat e beneit sia lo nom de Deu a qui ha plagut separar ten sanct e virtuos senyor daquells qui tant lamaven el volien.
Nota: beneit sia lo nom de Deu - tant lamaven el volien; el: y lo – y lo volien, e lo volien, et lo volien. Encara no apareix la i latina, pero sí la y grega.
mal de pleusulis: pleuresía, o más bien tisis
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Empezóse con la lectura de la carta que sigue:

Núm. 386. Tom. 20. Fol. 1792.

Als molt reverents egregis nobles et honorables senyors: a la vostra molt gran saviesa notifich com per lo patro del laut armat quels honorables consellers de Caller hichan trames he rebut un plech de letres de vosaltres senyors trameses ensemps ab los capitols que la senyora reyna trametia per mossenyer Bertran de la Saga lo qual plech yo he reebut et he vista la sustancia de les dites letres. E de present per correu ho tramis tot a mos companyons en Cathania dels quals he haguda resposta feta a vint et set de abril com han reebut lo dit plech et dada la letra a la dita senyora et als barons de son consell et han explicat de paraula et satisfet segons lo carrech que en la vostra letra per vosaltres senyors nos era donat. De la resposta de la dita senyora et dels barons de son consell sereu plenariament informats per lo honrat en Montholiu lo qual dies ha sta en Mecina sperant les galeas dels venicians ab les quals vol muntar: et si a Deus plaura que passen per sta ciutat yo hi muntare et men ire en sa companyia per ço car me sembla que la concordia de la dita senyora et dels barons de sa part no es en termens ques faça guardant les maneres que per la dita senyora et per son consell son tengudes: ço es quels capitols de la concordia feta et tractada per los navarresos et loats et fermats per la dita senyora et signats de la sua ma et segellats de son segell en neguna manera no ha volguts aquells tenir ne servar: et per nos missatgers vostres fon tractat stant la dita senyora en lo castell de Solento que la dita senyora passas als dits capitols anedinthi algunes altres coses que demanava: et treballam tant quel noble baro mossenyer Bernat de Cabrera mestre justicier passa et loha les addicions que la dita senyora volia: pero ella retengut que nou juraria neu loaria tro tant queu hagues demanat alguns barons en que ho havia promes et jurat que concordia alguna no faria ab lo dit mestre justicier tro los ne hagues demanats.
Et ab aquest pacte parti de Solento per anar al castell de Cathania hon devia tenir son dret cami et no exir en neguna ciutat ne vila que alguns poguessen esser pus poderosos que ella ne al dit castell de Cathania no permetria intrar barons que li poguessen tolre sa libertate sots aquests pactes mos companyons sen anaren ab ella tres: en quant foren a Cathania la dita senyora volch exir a la ciutat et per los dits companyons meus fo requesta que li plagues no isques de la galea ne prengues terra sino al castell axi com havia promes: e no stant per cosa que ells li diguessen ella isque a la dita ciutat els dits companyons meus romangueren en la galea que non volgueren exir tro tant que la dita senyora fon al castell en poder de mossenyer Gabriel de FanoE stant aqui la dita senyora ha haut diversos consells et acorts ab los barons et ab aquells que li ha plagut et ha respost que no passaria en les coses concordades a Solento que convenia que dels quinçe milia florins que devia reebre ans de sa anada que fossen vint milia florins et quel mestre justicier perdonas a tots los foraexits de les terres del domay en manera que segurament poguessen star quiscuns en lurs cases et que fes treua general ab tots los barons et altres parcials seus: e ab aquesta concordia et conclusio fon trames aci en Macia Just scriva nostre: e yo presenti los dits capitols al dit mestre justicier ab una letra quels dits companyons meus li trameteren de la qual havia gran malaltia et ab gran dificultat se podia hom rasonar ab ell: pero ab la gracia del Sperit sant et ab ajuda del noble mossenyer Archimbau de Foix treballi tant et tengui les millos maneres que a mi foren possibles. Lo dit noble baro mossenyer Bernat justicier loha et ferma de fet en poder de notari ço que la dita senyora demanave dels vint milia florins et de la treua dels barons et de la remissio dels foraexits e tot aço havia per loat et fermat ab carta publica tota hora que la dita senyora hagues loats et jurats et fermats los dits capitols ço es en sustancia que totes les terres del domay et les terres et castells de la cambra de la dita senyora fossen meses en mans et obediencia del dit mestre justicier per part de aquel qui per justicia sera elet rey de Arago et de Sicilia: la qual cosa me appar que la dita senyora no hage volgut loar ne fermar jatsia moltes de vegades ho haja atorgat et dit de paraula la qual cosa apparria ara nou volgues fer ne metre en obra per ço car en Mecia Just parti daci a deu deabril ab los dits capitols los quals havia carrech de dir a mos companyons que de present com la dita senyora hagues lohats et fermats los dits capitols per correu propri scrivissen notifficantho al dit mestre justicier et a mi e fins vuy non havem haut certifficacio. Perquel mestre justicier et tot hom generalment se te per dit que la dita senyora no ha cor ne voluntat de fer la dita concordia et aquells per qui ella se governa no li ho consellene par be versemblant que apres que la dita senyora es en Cathania ha fet liurar lo castell de Sent Felip a mossenyer Golota de que la gent de la vila se son molt sentits et han haut gran desplaer en tant ques diu certament quel dit mossenyer Golota ha presos et feta justicia de alguns dels millors de la vila per ço com resistien a la sua senyoria: apres ses seguit quel comte Johan de Vintimilla sa ocupada la ciutat de Xifalo dihent al poble que per nom et per part de la dita senyora ho ha fet mostrant letra sua quel ha fet capita de guerra: pero lo castell que te Johan Aragones nol ha volgut obesir ans ha scrit al dit mestre justicier requirintlo de socorrerli: jatsia tota hora haja stat en obediencia de la dita senyora ara empero no ha acceptada la dita letra la qual li es stada presentada per lo dit comte Johan o per son procurador: perque lo dit mestre justicier hi ha trameses dues galiotes per socorrerlo de ço que haja necessari. Perque mos senyors tot hom hic fa comte que es necessari quel mestre justicier sia poderos et favorit en tal manera que puga conservar aquest regne per la casa de Arago que sens falla si ell fos mort de aquesta malaltia tota la nacio cathalana fore sterpada de aquest regne: hoc encara los barons cathalans qui no son de sa obediencia ab los quals lo dit mestre justicier vol fer pau segons ha dit et atorgat a nos missatgers tota hora que parlat havem ab ell de aquesta materia: pero ab los barons sicilians quel senyor rey que Deus haja havia condempnats no ha atorgada pau neguna sino la treua dessus expressada. Al present noych ha altres coses necessaries scriure a la vostra molt gran saviesa la qual man a mi tot ço quem sia possible. E sia la Trinitat sancta guarda de tots. Scrita en Palerm a cinch del mes de maig del any de mil et quatrecents et dotze. - Apres la data de la present sich es sabut per letra qui es venguda del Matzari que mossenyer Johan de Munchada ses ensenyorit del castell et de la vila de Plosa et que lo castellan quil tenia se te molt per enganat de la manera que li han tenguda perques diu que lo dit mossenyer Johan te vuy la vila et lo castell. Closa en lo dit loch a sis dels dits mes et any. - Lo vostre missatger en lo regne de Sicilia qui humilment se recomana en gracia de tots vosaltres senyors Guillem Gavella.

Fueron leídas después algunas otras cartas en que se trataba de las demandas de abogados que hacía don Fadrique, y de las comunicaciones que había dirigido a las universidades doña Violante.

jueves, 5 de marzo de 2020

La Diada, Una mentira.

La Diada, Una mentira.

En el 2013, publique este post, que con la cercanía de la fecha, vendría bien recordar.
La historia perdurará por más manipulaciones y falsedades que quieran contar, pues la mentira tiene las patas muy cortas... 


https://www.facebook.com/Corona.Daragon/

La Diada, Una mentira. se confia de tots, com vertaders fills de la Patria, amants de la llibertat
... se confia de tots, com vertaders fills de la Patria, amants de la llibertat, ...

Falsedad sobre la Guerra de Sucesión española

Se ha hablado mucho de la Guerra de Sucesión, sin duda un sueño ideológico para los nacionalistas catalanes que no tiene ningún sentido ni histórico, ni real.

Resumiendo dicha etapa de nuestra historia, Carlos II murió sin descendencia y con un testamento polémico, eso hizo de Felipe de Anjou y el Archiduque de Austria se frotaran las manos para adueñarse de los territorios españoles, al final, quien perdió sin duda fue España, ya que los interesados europeos y los piratas ingleses, se empezaron a dividir los territorios que pertenecían a la Corona. De ese modo se perdió Los Países Bajos, Napoles, Sicilia Gibraltar, Menorca y mucho más...., todo ello por el famoso Tratado de Utrecht, en el cual no hubo participación española, una vez más, el desacuerdo de los Nobles españoles, trajeron las penas y ruinas al pueblo soberano (algo que en nuestros tiempos, estamos sufriendo también).
Mucho se habla de la wikipedia, pero tiene un buen escrito sobre todo lo sucedido.
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_sucesi%C3%B3n_espa%C3%B1ola


El celebrar esa fecha, solo puede ser apoyado por quien no desea ser español e insulta a todos los muertos que el día 11 de septiembre que murieron por una nacionalidad y unidad de España, ya que lucharon por el bien de una Nación y no por la separación de parte del territorio como quieren hacernos ver los nacionalistas y que tanto costó reconquistar a los moros.

Considero una difamación a los que dieron su vida en esa guerra que como siempre, el nacionalismo catalán intenta tergiversar mintiendo y manipulando y prueba de ello y gracias a las nuevas tecnologías quien desee saber la verdad, tiene en la red infinidad de documentos que lo demuestras; afortunadamente ya no solo dependemos de las editoriales catalanas para poder informarnos, la red nos permite leer momentos de nuestra historia que demuestran y desnudan todas las mentiras.

Voy a dar algunos datos y quien tenga dudas, solo tiene que buscar en la red si son ciertos o no.

La verdadera historia del 11 de septiembre de 1714

Todos saben que la Diada, es el día que los catalanes, conmemora una derrota: el asalto a la ciudad de Barcelona por las tropas borbónicas, al mando del inglés Mariscal-Duque de Berwick, el 11 de septiembre de 1714. Lo que ya no es tan sabido es que la guerra no fue una guerra de catalanes y resto de España, sino de Sucesión a la Corona de España y en la que intervino toda Europa

El 1 de noviembre de 1700 moría en Madrid el último rey español de la casa de Austria, Carlos II. Estando ya moribundo y al carecer de herederos, Carlos II, bajo la presión de la aristocracia redactó, un testamento que legaba el Trono a un nieto de Luis XIV, el duque Felipe de Anjou, al que le corresponderá reinar con el título de “Felipe V; testamento que los seguidores del Archiduque Carlos consideraron nulo sobre todo porque esa legación vulneraba lo dispuesto en el Tratado de los Pirineos de 1659.

Fueron varias las razones por las que el pueblo español, principalmente en los territorios de la Corona de Aragón vio con enorme recelo y temor la llegada al Trono de la Casa de Borbón.
A la casa Borbón la apoyó la mayoría de la nobleza castellana, así como comarcas pertenecientes al antiguo reino de Aragón como Castellón, Alicante, el valle de Arán, el interior de las provincias de Barcelona y Valencia, Calatayud o Tarazona.
El Duque de Anjou hacía su entrada por Irún el 23 de enero de 1701. El 18 de febrero de ese año llegaba a Madrid y el 8 de marzo era entronizado por los cortesanos. acude a Barcelona y celebra allí Cortes el 8 de septiembre de 1701, recibiendo el agasajo de la aristocracia.

El 13 de septiembre de 1703 es proclamado en Viena el Archiduque Carlos de Austria como Rey Carlos III de España.
El 14 de octubre de 1705 el pueblo de Barcelona, impulsado por el estudiantado universitario, se alza a favor de la causa de Austria, adhiriéndose al Archiduque. El 16 de diciembre lo hace Valencia. El 27 de junio de 1706 entra Carlos en Madrid, recibiendo una tardía adhesión de quienes momentáneamente lo creyeron ganador. El 29 de junio es jurado Rey en Aragón.
La contraofensiva borbónica, pese a una segunda y fugaz entrada de Carlos en Madrid en septiembre de 1710, es propiciada por la traición de Inglaterra, que abandona su causa para entenderse con la Casa de Borbón.

El 29 de enero de 1712 se inaugura el Congreso de Utrecht. Hasta el 19 de marzo de 1713 mantiene su corte en Barcelona la esposa de Carlos, la Reina Isabel Cristina. Sin embargo, en una asamblea de los «Brazos» el día 9 de julio de 1713 se decide resistir a las tropas borbónicas.

El 6 de marzo de 1714 se firma el Tratado de Rastadt entre Francia y Austria: el gobierno de París, en nombre del Duque de Anjou, renuncia a los territorios españoles de Bélgica, Luxemburgo e Italia.

Barcelona es sometida a asedio y bombardeo. Berwick, que manda las tropas borbónicas, a título de “Generalísimo de las dos Coronas'”, tras haber lanzado un ataque a la misma, da orden de asalto el 11 de septiembre de 1714, habiendo amenazado con pasar la población a cuchillo si se prolongaba la resistencia antiborbónica. Mallorca resiste a los borbónicos hasta el 2 de junio de 1715 en que es tomada Palma.
Destacaron en aquella contienda civil muchos patriotas de una Casa y de otra que veían en la causa de Carlos y la de Felipe la de una España más justa y más libre
Entre esos patriotas mencionaremos aquí: Rafael Casanova y Coma (1660-1743), Consejero jefe de la Generalidad, Doctor en Derecho; Salvador Feliú de la Penya; los guerrilleros Antonio Desvalls, Pere Barceló (Carrasclet), Bach de Roda; el General Josep Moragues, decapitado luego por los borbónicos, que hicieron que su cabeza pendiera 14 días, expuesta a la intemperie, junto a una puerta de la muralla de Barcelona; Antonio de Villarroel, General jefe de Cataluña y comandante de la plaza de Barcelona. Éste último proclamó: “Combatimos por toda la nación española”.

Los catalanes que intentan mantener la dignidad y la honradez intelectual, los que creen que la nación española es un conjunto de leyes, fundamentadas en una Constitución aprobada por todo el pueblo español, que nos iguala a todos en derechos y deberes, los que no están dispuestos a inventarse el pasado, conmemoran que el 11 de septiembre de 1714 Los catalanes se levantaron en armas en nombre de España.

Ferrán Soldevila, historiador nacionalista catalán, dice:
“Hasta el último momento de la lucha los objetivos habían sido los que se hacían constar en el documento dirigido al pueblo: salvar la libertad del Principado y de toda España; evitar la esclavitud que espera a los catalanes y al resto de españoles bajo el dominio francés; derramar la sangre gloriosamente por su rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España” (F. Soldevila, Moments crucials de la Història de Catalunya).

¿Por qué los nacionalistas de hoy han tergiversado los hechos que los nacionalistas de ayer reconocían como ciertos? ¿Por qué historiadores radicalmente nacionalistas como Soldevila coinciden en su explicación de los hechos de 1714 con historiadores no nacionalistas, mientras hoy difieren totalmente e inventan unos hechos que no sucedieron?.
Cabe destacar que en 11 de septiembre de 1714, lucharon en Barcelona gente de toda la Corona aragonesa y de toda España, no solo catalanes, y en las tropas invasoras, había también catalanes.

No hubo enfrentamiento entre regiones:
Al revés de lo que inventan hoy los nacionalistas, la guerra de Sucesión no supuso el enfrentamiento entre Cataluña- Austria y España (o Castilla)-Francia. Ciudades y comarcas pertenecientes al antiguo reino de Aragón como Castellón, Alicante, el valle de Arán, el interior de las provincias de Barcelona y Valencia, Calatayud o Tarazona, fueron partidarias de Felipe V, el rey Borbón. Y lugares como Madrid, Alcalá o Toledo se declararon fieles al aspirante austriaco, el archiduque Carlos. El enfrentamiento interterritorial de 1714 es otra patraña más inventada por el nacionalismo para negar el carácter de guerra civil que tuvo aquella sucesión al trono.

Ningún ejército español tomó Barcelona.
Las fuerzas que integraban el ejército de Felipe V estaban formadas por soldados procedentes de varias regiones españolas y de países europeos. De él formaban parte varios miles de soldados nacidos en Cataluña. En cuanto al bando supuestamente catalán, los soldados que se enfrentaron a Felipe V y fueron derrotados el 11 de septiembre de 1714 estaban mandados por un general, Antonio de Villarroel, que en su última arenga recordó a las fuerzas bajo sus órdenes que estaban luchando “por nosotros y por toda la nación española”.

Los vencedores no destruyeron la identidad nacional de nadie.
El fin del sistema foral que había estado vigente hasta 1714 fue abolido sin que en tal medida existiera la menor voluntad de acabar con una “identidad nacional” que solo se inventaría doscientos años después con personajes como Prat de la Riba. Es otra muestra más de supina ignorancia histórica, cuando no de mala fe y de manipulación, sostener que semejantes argumentos podían encajar en la mentalidad y las estructuras políticas y jurídicas del siglo XVIII.

Felipe V juró en 1702 fidelidad a las leyes de Cataluña, cosa que no siempre habían hecho sus predecesores. Pero los sublevados de 1714 cometieron un delito de lesa majestad. Habían traicionado su juramento de fidelidad y eran culpables del peor de los pecados políticos de la época.

No hay aquí relación jurídica entre estados, solo existía uno, sino una traición a la lealtad debida expresada a través de compromisos personales y colectivos con la dinastía. De modo que los privilegios de las zonas derrotadas fueron abolidos como castigo a la traición dinástica, en modo alguno como procedimiento para destruir una nación que no existía.

Nadie persiguió la lengua catalana.
Los decretos de Nueva Planta, a través de los cuales se articuló el Estado adaptándolo a los mismos criterios modernizadores que se estaban aplicando en otros países y que se consideraban esenciales para organizar con mayor eficacia el único país que existía, es decir, España, en ningún momento prohibieron el uso de la lengua catalana. Los nacionalistas no pueden mencionar ni una sola línea de aquel texto en que se prohíba el uso del catalán. Por la sencilla razón de que no era esa la intención de los decretos. Además el catalán no se utilizaba en la documentación administrativa, jurídica, etc., de las instituciones catalanas. La lengua de la administración, en Cataluña como en toda España, era el latín. Mal podía pues prohibirse el catalán.

Lo único que legislan en este sentido los decretos de Nueva Planta es que los documentos de la Audiencia de Barcelona debían abandonar el latín para usar el castellano. Y esa norma se adoptó en toda España. Se puede argumentar que fue una medida injusta. Pero eso también será falsear la realidad porque supone juzgar con criterios actuales los códigos que regían hace 300 años.

No hubo una reacción “nacional” catalana porque no hubo agresión españolista.
Tras el 11 de septiembre de 1714 nadie en Cataluña lamentó los hechos en el sentido en que se plantea hoy. No hubo una reacción de carácter nacionalista, catalanista, frente a la toma de Barcelona. No existe un solo documento, del tipo que sea, que recoja la queja de un pueblo agredido, de una nación vejada y sometida, o la lamentación por la supuesta prohibición del catalán.

1714 supuso el despegue económico de Cataluña.
Con el desmantelamiento de los últimos residuos feudalizantes de la arcaica sociedad española de la época gracias a leyes importadas de Europa como los decretos de Nueva Planta, la economía catalana quedó lista para iniciar su despegue y pudo convertir a Cataluña como la región más próspera de España. Las medidas políticas del rey Borbón sentaron las bases del desarrollo económico catalán de los siglos XVIII y XIX. Sin el fin de los arcaicos privilegios de la monarquía austriaca tanto en Cataluña, como en el País Vasco, como en el resto del país, España hubiera permanecido anclada quién sabe cuánto tiempo más en el pasado.

No hubo mártires en 1714.
La represión que siguió a la toma de Barcelona fue del mismo tipo y alcanzó la misma intensidad que la desatada en cualquier otro episodio de guerra civil, con independencia de la región que lo viviera. La brutalidad de las represalias resulta espantosa contemplada desde nuestro actual punto de vista, pero no fue más sanguinaria por estar dirigida a los sublevados de Barcelona.
Ni siquiera su supuesto líder, Rafael Casanova, se comportó como el héroe y mártir que hoy nos presenta el nacionalismo. Casanova, que no quería resistir frente al ejército de Felipe V sino negociar la entrada de las tropas en la ciudad, no mostró el menor ardor patriótico y falsificó el certificado de su propia defunción para huir de la ciudad disfrazado de fraile. Se instaló a pocos kilómetros, en Sant Boi de Llobregat, y ejerció tranquilamente su profesión de abogado. No perdió ninguno de sus bienes y a los pocos años fue perdonado públicamente por el rey Felipe V.

Esta es la historia que se han inventado los nacionalistas que se reúnen en Barcelona para conmemorar una patraña de este calibre.

Si 1714 fue una derrota de la “nación” catalana frente a España, ¿por qué ningún contemporáneo lo proclama? ¿Tal vez el miedo, la represión? Pero tampoco lo proclaman los hijos de los derrotados. Ni sus nietos. Durante 150 años nadie se queja del episodio del 11 de septiembre. De hecho no existe la menor protesta hasta que llegan los inventores del nacionalismo, a finales del siglo XIX. La fiesta del 11 de septiembre no se establece hasta 1901, es decir, cuando cuatro extraviados que defienden los intereses económicos de las clases dirigentes catalanas se han inventado ya lo de que Cataluña es una nación. ¿Dos siglos sin sentirse agraviados como nación? ¿No será que no hubo agresión nacional?