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viernes, 29 de noviembre de 2019

Manipulación, Dirección Política Lingüística Aragón, Instituto Nacional Estadística


Buenos días:
Adjuntamos NOTA de PRENSA, CAPTURAS DE PANTALLA Y ENLACES que documentan totalmente la denuncia.
Muchas gracias.
Escándalo: Manipulación de la Dirección de Política Lingüística de Aragón y el Instituto Nacional de Estadística para que en Aragón se hable catalán.
El pasado 26 de noviembre de 2019 el Director General de Política Lingüística del Gobierno de Aragón José Ignacio López Susín (de Chunta Aragonesista), compareció ante la Comisión de Educación, Cultura y Deporte de las Cortes de Aragón, a petición del Grupo Popular y del consejero de Educación, Cultura y Deporte. Ante las críticas de la oposición, por imponer el catalán en Aragón, López Susín afirmó que:
El Instituto Nacional de Estadística en el Censo de Población y Viviendas de 2011 introdujo en Aragón una pregunta acerca del número de personas que conocían alguna modalidad lingüística. De las encuestas realizadas 87.575 personas dicen que hablan catalán y 3.510 dicen que hablan chapurreau. Esa es la realidad de una encuesta de un instituto oficial, del Instituto Nacional de Estadística”.
Pues bien, desde la Plataforma Aragonesa No Hablamos Catalán queremos informar públicamente de las manipulaciones que, tanto desde la Dirección General de Política Lingüística como desde el Instituto Nacional de Estadística (año 2011, Gobierno del PSOE presidido por José Luis Rodríguez Zapatero), se han hecho para ofrecer estos resultados que en absoluto se ajustan lo más mínimo a la realidad.
PRIMERO. La pregunta a la que alude el Director General de Política Lingüística como “pregunta acerca del número de personas que conocían alguna modalidad lingüística” no se formuló así, sino que se formuló de manera totalmente dirigida y condicionada, ya que en la propia pregunta iba la posible respuesta al nombrar en la misma solo “aragonés y catalán”.
Así, la pregunta fue:
“¿Conoce alguna lengua o modalidad lingüística propia de Aragón (aragonés, catalán,…)?
SEGUNDO. El propio Instituto Nacional de Estadística reconoce que las respuestas que indicaban hablar una modalidad local o comarcal las ha agrupado en catalán.
Así, el Instituto Nacional de Estadística ha agrupado en catalán a todos los hablantes que respondieron hablar Fragatino, Azanuyense, Ballobarino, Benaberrense, Fabarol, Fayonense, Literano, Maellano, Mequinenzano, Nonaspino, Saidiné, Santistebense, Tamaritano o Torrentino.
Así consta en el Apartado de Metodología de la encuesta del propio Instituto Nacional de Estadística:
La pregunta sobre el conocimiento de una modalidad lingüística propia de Aragón, es de respuesta única. (…) De esta forma se han creado estas cuatro agrupaciones de modalidades lingüísticas propias de Aragón: Aragonés, Catalán, Chapurreau y Patués.
Se han mantenido las lenguas indicadas en los cuestionarios dada su importancia descriptiva y su riqueza para el análisis, así el Aragonés engloba (Aragonés, Fabla, Cheso, Chistabino, Ansotano, Belsetano, Fovano, Bajo Ribagorzano, Somontanés, Estadillano, Foncense, Grausino, Ribagorzano).
De igual modo se ha hecho con el Catalán que agrupa las siguientes opciones (Catalán, Fragatino, Valenciano, Azanuyense, Ballobarino, Benaberrense, Fabarol, Fayonense, Literano, Maellano, Mequinenzano, Nonaspino, Saidiné, Santistebense, Tamaritano, Torrentino) Además se muestran por separado "Chapurreau" y "Patués" (Patués, Benasqués) porque han sido especificadas como primera opción.)”.
TERCERO. Desde la Dirección General de Política Lingüística (CHA), adscrita a la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón (PSOE), se hace con relación a las lenguas en Aragón. Y es que en la propia web de la Dirección General de Política Lingüística se afirma que:
Según los datos obtenidos a través del Censo de Población y Viviendas de 2011 del Instituto Nacional de Estadística, explotados por el Seminario Aragonés de Sociolingüística

(https://zaguan.unizar.es/record/60448/files/BOOK-2017-009.pdf)
el número de hablantes del catalán en Aragón sería de 55.513 personas.
Si el número de hablantes de catalán en Aragón sería de 55.513 personas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística según afirma la Dirección General de Política Lingüística de Aragón, ¿de dónde salen esas 87.575 personas que dicen hablar catalán y esas 3.510 personas que dicen hablar chapurreau?
¡En la encuesta el resultado total de personas que hablan catalán o chapurreau sería de 91.085 personas frente a las 55.313 que asegura la Dirección de Política Lingüística de Aragón que hablan catalán! ¿De dónde salen esas otras 35.572 personas? Por cierto, ni por casualidad los habitantes de las comarcas de la zona oriental de Aragón se acercan a esa cifra de más de 91.085 personas.
Visto todo lo cual, la Plataforma Aragonesa No Hablamos Catalán manifiesta los siguientes 5 puntos:
1. Las encuestas del Instituto Nacional de Estadística de 2011 sobre las lenguas o modalidades lingüísticas de Aragón a las que hace referencia el Director General de Política Lingüística del Gobierno de Aragón carecen de credibilidad alguna.
2. Consideramos que, una vez más, Aragón está siendo moneda de cambio entre las negociaciones del Gobierno de España en funciones y de los partidos nacionalistas catalanes.
3. Pedimos al PSOE de Aragón, y a su secretario general y actual presidente de la Comunidad, Javier Lambán, que no cedan ante las presiones catalanistas de Chunta Aragonesista y de Podemos, formaciones ambas coaligadas en el Gobierno de Aragón y prácticamente sin representación en la zona oriental de nuestra Comunidad.
4. Pedimos al Partido Aragonés (PAR), formación que también está coaligada en el Ejecutivo autonómico, que sea valiente y diga claramente lo que la inmensa mayoría de sus militantes, concejales y alcaldes afirman sin complejos en reuniones y actos públicos en la zona oriental de Aragón: NO hablamos catalán.
5. En la zona oriental de Aragón estamos sufriendo muchas presiones, tanto por parte del nacionalismo catalán como por parte de nuestro propio Gobierno autonómico, para imponer la lengua catalana. Si la Dirección General de Aragón (DGA) no rectifica y continúa sembrando la polémica, la imposición del catalán y la división en la zona oriental, nuestra Plataforma, junto con otras tantas entidades de las comarcas del este de nuestra Comunidad, estamos dispuestas a organizar protestas y movilizaciones así como a elevar a la Unión Europea (UE) la denuncia sobre esta situación.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Que se vayan pero sin nosotros

Que se vayan pero sin nosotros. Chapurriau


En la franja del meu cul, o bien un extremo oriental de Aragón se resisten a adoptar el dialecto catalán, pese a las presiones.
Dicen que el nacionalismo catalán se queja de Madrid, pero hace lo mismo con ellos.


http://www.larazon.es/historico/160-que-se-vayan-pero-sin-nosotros-KLLA_RAZON_500924?sky=Sky-Septiembre-2017#Ttt12q67OFsFae2J

Es una pequeña zona, en la que sus habitantes se esfuerzan por ser reconocidos por otra región vecina, mayor y más poderosa. Quieren defender su identidad y su idioma frente a lo que consideran una imposición de otro modo de entender la vida. Dicen que la otra región tiene más dinero, que ha intentado convencerles de que forman parte de una historia común y, que pese a lo que digan las fronteras, ellos son lo mismo, el mismo país, la misma cultura.
Estamos hablando, claro, de Cataluña

Es decir, que Cataluña es la región poderosa, fuerte y con dinero, mientras que son los pequeños pueblos de Aragón oriental los que se defienden como pueden del vecino poderoso.

A La Codoñera una pequeña localidad de la franja oriental de Aragón, de apenas 500 habitantes, y donde el invierno se hace duro, la llaman la localidad rebelde

En La Codoñera viven del cultivo de secano y llevan una vida de pueblo, lejos de casi todo, «autóctonos», como dicen ellos, con unas preocupaciones y un ritmo de vida distinto al que se manejan en las grandes ciudades. 

Pero La Codoñera, y aquí empieza la historia, geográficamente está situada muy cerca de Lérida. / aquí s'ha embolicat lo que escriu /


La Codoñera es, a veces, aunque no quieran, aunque se enfaden y se rebelen los que allí viven, La Codonyera. Sus habitantes hacen frecuentes viajes de ida y vuelta entre el pueblo y Lérida. Algunos acaban trabajando en Cataluña y luego pasan las vacaciones en su tierra natal. Como en otros pueblos de la zona, son habituales los matrimonios mixtos, entre catalanes y aragoneses. Las relaciones entre vecinos son amistosas. Y muchos padres y abuelos viajaron a Cataluña para trabajar, los acogieron y los dieron de comer. «Pero, por nuestra manera de sentir, por nuestra idiosincrasia, no nos sentimos identificados con las costumbres catalanas», asegura la alcaldesa de La Codoñera, María José Gascón.

En Aragón no aguantan que les cambien los nombres de las calles, que les digan cómo se llama su pueblo o que den nombre al idioma que hablan. «Chapurriau, que significa balbucear y del que estamos orgullosos». Chapurriau, que se parece y podía ser confundido con el catalán. Pero que no lo es, ni por asomo, dicen en La Codoñera y en otras localidades cercanas. Se puede llamar aragonés oriental o chapurriau, pero no catalán, porque no es catalán.


María José Gascón, chapurriau


No es sólo cuestión de un idioma, es lo que viene con el idioma: las casas culturales que se abrieron en poblaciones ya grandes como Fraga y los jóvenes que, en ocasiones, llegaban con banderas esteladas a explicar todo lo que compartían. Es la pequeña rabia silenciosa que les crece cuando ven que la televisión pública catalana, TV3, da el tiempo de esos pueblos de Aragón, como si fuesen catalanes o que el BOE, el pasado octubre dijera que doce regiones aragonesas pertenece a Lérida. Y por último, la ley de lenguas actual, y a punto de ser sustituida por otra, que hacía del catalán un idioma oficial en la zona y, por tanto, se tenía que impartir en los colegios. Cuentan los vecinos que cuando los niños llegaban a casa y oían hablar a los padres el chapurriau les decían que estaban hablando mal el catalán, que es lo que les decía el profesor en el colegio. Y en algunos mapas extraoficiales aparecían formando parte de los «Països Catalans».

Independencia.

Pero están al otro lado de la  frontera autonómica y desde ahí observan con curiosidad la campaña electoral de sus vecinos, en la que un punto fundamental es la posible independencia de Cataluña. La Codoñera es un territorio de Aragón, ¿pero La Codoñera sería catalana, sería otro país, no? «No, no, no, ¡ni me lo nombres! Para nosotros sería el harakiri, ni hablar. En nuestro pueblo ni hablamos de eso, que hagan lo que tengan que hacer, lo que quieran, pero que a nosotros nos dejen en paz», se exalta María José Gascón.

 «El nacionalismo catalán que se queja de Madrid, está, sin embargo, haciendo lo mismo con nosotros. Aquí  se han presentado  los partidos catalanes y no sacan votos, pero siguen diciendo que somos como ellos. Que se independicen, que lo hagan, que hagan lo que quieran, pero sin llevarnos a nosotros», dice un vecino desde el anonimato.

«Nosotros somos de pueblo», continúa la alcaldesa de La Codoñera, también profesora, que llega a casa cargada de libros y se va encendiendo según avanza la conversación. Son de pueblo y con mucho orgullo. Son de pueblo, con todo lo que eso significa. Nunca han admitido que en su colegio haya un profesor de catalán y un día, que llegaron dos conferenciantes desde Cataluña, uno de ellos de ERC, para explicar el catalanismo, para decirles que, como hablaban lo mismo, tenían la misma identidad.
 

La Codoñera se olvidó de las disputas entre ellos: se pusieron todos camisetas e hicieron pancartas, orgullosos de lo que hablaban:
«No somos analfabetos, hablamos chapurriau». Cuando los conferenciantes iban a comenzar su exposición, no les dejaron.
Al final, se marcharon sin poder hablar.



Artur Quintana i Font, Arturico Quintanilla y Fuentecica


«A veces nos hemos sentido amedrentados –explica María José Gascón–. Como si el objetivo final de todo fuese anexionarnos a ellos. Creo que a la larga ése era el plan». Tienen la impresión, además, de que sus vecinos catalanes, institucionalmente, los minimizan, los miran por encima del hombro.  Por eso defienden su territorio con la fiereza de quien se siente amenazado. Aseguran que si dialogan un aragonés chapurriau y un catalán catalán, uno de los dos tendría que cambiar de idioma, porque no se entenderían. Puede ser una exageración, pero consideran que también están defendiendo su modo de vida.
«Es que a nosotros nos gusta la jota, y no la sardana», continúa la alcaldesa. 











Relaciones más tensas.


Las que eran relaciones cordiales se han ido enfriando con diferentes problemas: desde el clásico de a quién pertenecen los bienes sacros de las iglesias de la zona, hasta un problema humanamente más grave como es el de la sanidad, cuando para los vecinos de los pueblos de Aragón se ha vuelto más complicado pasar al hospital de Lérida para ser atendidos. Con la crisis económica no es tan fácil atender a gente de otras autonomías. «Antes íbamos a comprar allí –cuenta un vecino–. Ahora vamos a Binéfar».


En esa zona, las misas siempre se han hecho en castellano, pero hubo un momento en que se planteó hacerlas en catalán; los curas se negaron. Un vecino de Tamarite, que vive en Barcelona y que no quiere dar su nombre, cansado de las presiones, cuenta que en sus idas y venidas de un lugar a otro, nota siempre una diferencia, sobre todo en fiestas.
En el último pueblo de Lérida (que siempre dice Lérida y no Lleida) en las farolas cuelgan banderas catalanas, la calle repleta de banderas.
Al cruzar a Aragón, una farola tiene una bandera aragonesa y la siguiente, española.

lunes, 9 de octubre de 2017

Los territorios fuera de Cataluña y España donde también se habla catalán

Los territorios fuera de Cataluña y España donde también se habla catalán.

En este escrito se ha aplicado la técnica Bofarull. Consultar el original de Pablo Esparza en la web de BBC.

aragonensi lingua
El catalán es la lengua propia de Cataluña. Pero no solo lo es de este territorio.
Para muchos catalanes este idioma de origen románico, es decir, derivado del latín, como el valenciano, mallorquín, aragonéscastellanoportuguésfrancésitaliano, etc, es su lengua -materna o no- de uso cotidiano y una de sus principales señas de identidad.
Sin embargo, el ámbito lingüístico del catalán no coincide con los límites de esta comunidad autónoma española. Los gallegos hablan catalán, aunque aún no lo saben, los portugueses también, y el francés es tan próximo al catalán que no hace falta ni estudiarlo si se es catalanohablante. 
En torno a un tercio de sus aproximadamente 10 millones de hablantes se encuentran fuera de Cataluña, repartidos por regiones y países con realidades políticas y sociolingüísticas muy diversas. Muchos de ellos son emigrantes que volverán a su patria si Cataluña se independiza.
En los últimos días, Cataluña se encuentra sumida en una profunda crisis política tras la consulta sobre su independencia celebrada el pasado 1 de octubre, ilegal y suspendida por el Tribunal Constitucional.


CAT, imprimir dinero en casa

Este martes, el presidente catalán, Carles Puigdemont, le dijo a la BBC que su gobierno declarará la independencia unilateral de Cataluña en los próximos días.
En este contexto, BBC Mundo explica en qué lugares se habla el catalán, cuál es su situación en cada uno de ellos y qué repercusiones puede tener la situación catalana en esta lengua.

El  mallorquín se ha hablado históricamente en las Islas Baleares, el valenciano en buena parte de la Comunidad Valenciana . En la Franja de Aragón, limítrofe con Cataluña se habla y se escribe lo chapurriau.
También existen algunos hablantes de valenciano en una zona de la Región de Murcia -al sur de Valencia- conocida como El Carche.



Fuera de España, el catalán se habla en el Principado de Andorra, en Francia y Bélgica (con la denominación de francés), un área también conocida como Cataluña Norte, y en la ciudad de Alguer (Alghero en italiano), situada en la isla italiana de Cerdeña, que fue repoblada con catalanohablantes en el siglo XIV. Los arrinconaron en un extremo de la isla porque los catalanes sembraban discordia allá donde iban.
"En conjunto son entre 50-60 millones de hablantes nativos y, sumados a los hablantes como segunda lengua, unos 100-110 millones", le dice a BBC Mundo F. Xavier Vila, profesor de Filología Catalana de la Universidad de Barcelona.
"La inmensa mayoría silenciosa están en Cataluña, con unos siete millones, en Valencia, con unos dos, y en Baleares, con aproximadamente medio millón.

En Aragón hablan chapurriau unos 50.000 habitantes, 50.000 hablan catalán en Andorra y entre 50 y 100 millones en Francia y Bélgica. En Alguer hay unas 15.000 personas que dicen saber hablarlo", agrega. En España hay aproximadamente 40 millones de personas que dicen saber inglés. 

Una lengua de "demografía mediana"

Históricamente, la extensión de la lengua aragonesa fue de la mano de la expansión de los dominios de la Corona de Aragón, especialmente en los siglos XIII y XIV, tanto en la Península Ibérica, como en el Mediterráneo.
"El germen del aragonés se produjo en la parte norte, en el Pirineo. A través de la repoblación con población cristiana de zonas más al sur, ese germen fue difundiéndose y configuró un territorio en el que se hablaba y se continúa hablando esta variante del latín", le dice a BBC Mundo el sociolingüista Natxo Sorolla.




En la actualidad, el catalán es lo que los lingüistas denominan una "lengua de demografía mediana".
Esto significa que no es una de las "grandes lenguas" del mundo por número de hablantes, como el inglés, el chino mandarín o el castellano, pero que tampoco encaja en la definición de "lengua minoritaria".
"Si hay alrededor de 7.000 lenguas en todo el mundo, el catalán se situaría de las primeras en la posición ciento y pico", indica Sorolla, "para eso necesita contar con los hablantes de aragonés, valenciano, mallorquín y chapurriau. Cuando franceses, belgas, portugueses, brasileños e italianos se unan a nuestros Països Catalans, subiremos a las primeras posiciones, nuestro objetivo es desbancar la lengua del Borbón (que era francés), el castellano."
"Si lo comparamos con las lenguas europeas, el catalán es la lengua con mayor número de hablantes de las que no tienen reconocimiento oficial en la Unión Europea. Hay otras lenguas que sí lo tienen, el croata, por ejemplo, con muchos menos hablantes que el catalán", explica el profesor de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Esto es debido a que no solo España nos boicotea, también en Europa nos ningunean debido a un odio histórico al Principado."

Ya lo ven, fascismo puro y duro, disfrazado de democracia. Pobres catalanes.

Estatus legal diverso

El reconocimiento oficial de la lengua también varía sustancialmente entre los diferentes lugares donde se habla históricamente.
Mientras que en Andorra es el único idioma oficial (gracias Pujol) y en Cataluña, Baleares y Valencia está reconocida como lengua propia y cooficial, en el resto de territorios, el catalán no tiene estatus de oficialidad.



"En la Cataluña Norte tiene algún reconocimiento, a veces municipal, y está recogida por la constitución francesa como patrimonio cultural y en Italia existe la ley de protección de las minorías lingüísticas, que menciona explícitamente al catalán y le da una cierta cobertura", aclara el profesor Vila.
De este marco legal depende en gran medida el grado de protección y promoción oficial que se haga del catalán, por ejemplo, a nivel educativo.
También influye -aunque no es el único factor- en su vitalidad, que se mide en función de parámetros como su uso social, su presencia en los medios de comunicación y en la educación, en la producción cultural o en su transmisión (o no) entre padres e hijos.
En este sentido, de acuerdo con los expertos consultados, Cataluña y Andorra son los territorios, seguidos de Baleares y Valencia, donde la lengua presenta mayor "vitalidad".
A continuación se situaría la zona de Aragón donde se habla y escribe lo chapurriau.
"A la cola nos encontraríamos la situación sociolingüística de la Cataluña Norte o del Alguer, que serían los dos territorios donde en el último siglo se empezó una situación de sustitución de la lengua. En este sentido vemos que en los años 50-60 incluso 40, se empezó a romper la transmisión intergeneracional. Actualmente lo que tenemos es una posición de la lengua bastante residual a nivel de uso", apunta Sorolla Amela.

Lengua y política

Desde algunos sectores del nacionalismo catalán se refieren a este ámbito lingüístico como "Països Catalans" (Países Catalanes), un concepto político que aspira a la independencia de estos territorios que -según sus partidarios- compartirían, no solo la lengua, sino también la identidad nacional catalana y la moneda, el pantumaker:


Moneda, pantumaker, pa amb tumaca, pa en tomata, Junqueras

"Esta idea, desde un punto de vista político, tiene escaso apoyo en Cataluña, en cambio en la franja hay más adeptos. Hoy en día, el término lo utiliza algún partido de izquierda anticapitalista que aspira a la independencia de todo ese territorio, pero mayoritariamente, por lo que se ha visto, el proceso de independencia actual es solo de Cataluña (…). Otra cosa es que en términos culturales exista un mercado compartido", afirma Vila. En concreto, la Ascuma, asociación cultural del Matarraña, usa los términos franja y PPCC muy a menudo.
Para Natxo Sorolla Amela, desde el punto de vista político, la idea de Països Catalans es un concepto "que siempre fue muy criticado y debatido".
"La relación entre lengua y política desde la sociolingüística sabemos que no es clara: lengua e identidad están entrelazadas pero no son lo mismo. Por ejemplo, en Aragón tenemos unos territorios en los que se habla chapurriau donde el catalán tiene una presencia muy importante, sobre todo en la población inmigrante, pero al mismo tiempo la identidad es aragonesa y española en la totalidad de la población. Por otro lado, tenemos territorios en la Cataluña Norte donde la lengua catalana tiene una vitalidad mucho menor pero la catalanidad es importante", agrega Sorolla Amela
Ante la pregunta de si una posible independencia de Cataluña tendría repercusiones en la lengua catalana dentro y fuera de ese territorio, los expertos consultados coinciden en responder afirmativamente. Oh i tant, afirma el presidente de la Ascuma, Juaquinico Monclús.



Sobre el cómo se manifestarían esas consecuencias se abren varias posibilidades, algunas aparentemente contradictorias.
Vila sugiere que en un escenario hipotético de independencia, el catalán podría funcionar como primera lengua de Cataluña, mientras que el castellano tendría un carácter cooficial. Según la Anc y Cup el castellano se eliminaría para que no fuese en detrimento del catalán, que ha sido muy castellanizado desde tiempos de Isabel, esposa de Fernando de Aragón.
"Esto activaría el valor del catalán como lengua de ascenso social en Cataluña. Y en el resto de territorios veo dos dinámicas simultáneas, pero es difícil saber cuál sería más importante si llegarán a producirse. Por un lado se podría dar un aumento de la visibilidad y de la cotización de la lengua", apunta el profesor.
"Por otro lado se podría producir el efecto contrario: si se produjera la independencia de Cataluña, se podría dar una intensificación del nacionalismo lingüístico español. Y esto te puede pasar en la misma familia: que unos analizaran la situación en términos más emotivos y otros más económicos y que las decisiones después fueran diferentes", aventura.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Le Monde sostiene que el idioma valenciano se habla en Lleida, Andorra y parte de Aragón.

https://laverdadofende.blog/2013/08/21/le-monde-sostiene-que-el-idioma-valenciano-se-habla-en-lleida-andorra-y-parte-de-aragon/

Le Monde sostiene que el idioma valenciano se habla en Ilerda - Lérida - Lleida, Andorra y parte de Aragón.

“Le Monde” sostiene que el valenciano se habla en Lérida, Andorra y parte de Aragón. Un estudio sobre los nacionalismos en España rebate las tesis tradicionales del catalanismo.

VALENCIA.- El diario francés “Le Monde” se ha acercado al fenómeno del nacionalismo en España con un insospechado análisis que rebate las tesis tradicionales del catalanismo, y que desmonta algunos de los preceptos habitualmente empleados en la defensa de la preeminencia de la denominación del catalán sobre el valenciano, rompiendo así con la corriente de pensamiento único que rodeaba a esta cuestión. En un artículo de Cécile Chambraud, corresponsal en Madrid del diario francés, la periodista se preguntaba si el valenciano “¿es una variante del catalán o bien una lengua de por sí?”. Una pregunta a la que responde en el propio artículo al darle carta de naturaleza como lengua cooficial en España en un mapa identificativo El reportaje, titulado ¿Cuántas naciones tiene España?, pretende ser una aproximación al “aumento del nacionalismo y “la discusión de los Estatutos catalán y vasco”. Pero con todo, el aspecto más sorprendente del artículo es el referido a la presencia del valenciano como idioma propio y diferenciado en el contexto estatal. Rompiendo con el tradicional tratamiento que se ha dado en los medios extranjeros a la lengua de Ausiàs March y Joanot Martorell, la periodista de “Le Monde” y el diario optan por llamar valenciano a lo que en las clases de Filología de la universidad de valencia se denominaría “catalán occidental”. De este modo, “Le Monde” dice que el valenciano se extiende desde Andorra hasta el norte de Murcia, e incluye parte de Aragón y de las provincias catalanas de Lérida y Tarragona. / Vore valensiá de Tortosa / En virtud de esta nomenclatura, en el mapa de las lenguas cooficiales de España, además del gallego, euskera y catalán, se reconoce al valenciano como lengua propia y se defiende su campo de extensión por toda la franja occidental de la zona bilingüe de la antigua Corona de Aragón. Así, el rotativo galo circunscribe lo que denomina catalán sólo a la parte oriental de Cataluña y Baleares.


Le Monde sostiene que el idioma valenciano se habla en Lleida, Andorra y parte de Aragón.

Fuente: Article publié par Cécile Chambraudle, le 08 Mars 2006. Le Monde.
“El Mundo” edición valencia 2-4-2006.
Todo esto ya fue adelantado por nueva corriente en su artículo “¿Valenciano o catalán?” del mes de noviembre, el cual trascribimos de nuevo. Un análisis en profundidad y objetivo sobre las diferencias y similitudes del catalán y valenciano.
¿Es el valenciano una lengua o un dialecto? Esta es la pregunta que ha ocasionado y ocasiona el llamado conflicto lingüístico que existe en Valencia. La polémica comenzó en el siglo XIX y se recrudeció con la transición democrática de finales del siglo XX. Hoy el conflicto perdura, aunque no con la intensidad que lo hacia en la década de los 80.
El caso valenciano-catalán no es el único que plantea problemas. Existe en Europa casos similares como el flamenco. Sin ir tan lejos, en España tenemos el ejemplo de la lengua gallega y portuguesa que nos puede ayudar en nuestro caso. ¿Es el gallego una lengua o un dialecto del portugués?
Para intentar desvelar el problema es necesario hacer una referencia a la terminología. Qué se entiende por dialecto, por lengua, por normalización, por lingüística…

El hecho de que un pueblo se exprese en un determinada forma de hablar indica que existe una lengua. Pero ¿la lengua es igual o idéntica a la lingüística o esta es simplemente un factor o pilar que fundamenta la existencia de una lengua?. ¿Para la configuración de una lengua hay que tener en cuenta otros factores como el histórico, el social o el literario o basta únicamente con el factor lingüístico?
Desde un punto de vista de los defensores de la “unitat de la llengua” solo hay que acudir a parámetros estrictamente lingüísticos uniendo el concepto de lengua con el concepto de lingüística. Esta se encarga de la gramática que conforma una lengua. No se tiene en cuenta en absoluto otros parámetros. Sin embargo esta postura es rebatida por otros lingüistas europeos.

Pryde J.B afirma “son numerosos los criterios para demarcar los límites entre lenguas o entre dialectos”. Es decir “las diferencias entre las lenguas y los dialectos estrechamente relacionados, son en su mayor parte, políticas, culturales, más que lingüísticas” como dice Lyons, John. Esta parece ser la corriente mayoritaria entre los lingüistas.
Analicemos pues los otros factores que configuran la existencia de una lengua. En primer lugar el histórico. En la península Ibérica durante la dominación árabe se consolidaron los dialectos de la lengua latina. En el lado occidental el gallego, en el central el castellano, y en el oriental el valenciano. / Falta el aragonés para nuestra zona / La tesis catalanista de que el catalán fue llevado a Valencia y Mallorca con el rey Jaime I ha demostrado ser errónea.
La tesis catalanista de que el catalán fue llevado a Valencia y Mallorca con el rey Jaime I ha demostrado ser errónea.

El árabe Ibn Sida que murió en Denia en 1066 se disculpaba de los errores cometidos en su obra ya que estaba rodeado “de personas que hablaban romance”. Antes de la llegada del Conquistador ya se hablaba una lengua romance que posteriormente se llamara valenciano. Por otro lado y de acuerdo con las fuentes históricas la repoblación cristiana apenas supero el 3% siendo imposible que esa pequeña población de repobladores impusiera una lengua y más cuando se encontraban divididos en aragoneses, catalanes y franceses.
Valencia nunca ha estado unida políticamente a Cataluña. El Reino de Valencia se regía por sus propios fueros diferentes de los otros territorios de la Corona de Aragón. Por tanto desde un punto de vista político e institucional Valencia y Cataluña desde hace 700 años han constituido dos realidades distintas. Este es un factor clave en la diferenciación entre el gallego y portugués. El hecho de que Galicia y Portugal pertenezcan a realidades políticas diferentes ha sido crucial para que ambas lenguas se consideren distintas. Aquí no ha mediado un factor lingüístico sino un factor político.
Un elemento sólido e identitario del valenciano es sin duda la literatura que ha aportado. El siglo de oro valenciano fue desarrollado casi en exclusiva por autores valencianos. Y hay unanimidad entre los autores de la época en afirmar que escribían en lengua valenciana. El clásico valenciano autor de Tirant lo Blanch, Joanot Martorell dice “no solament de la lengua anglesa en portuguesa. Mes encara de portuguesa en vulgar valenciana”. Un poco más tarde el autor universal del Quijote también mencionó el valenciano como lengua “la valenciana, graciosa lengua”. Por contra el catalán hasta 1900 se le consideró un dialecto del provençal / uno de los dialectos del idioma occitano / y fue en 1959 cuando la Real Academia Española rectificó su definición de catalán.
La transformación que experimentó el catalán de dialecto a lengua supone la exteriorización de una nueva realidad: el nacionalismo. Fueron los catalanohablantes los que reivindicaron que su habla tuviera la calidad de lengua. Aquí entra a escena el factor social y cultural. La lengua la crean los usuarios de la misma. Los usuarios catalanes decidieron que el catalán ya no era dialecto. En el caso valenciano la mayoría de los valencianohablantes –un 64%- considera su lengua distinta a la catalana, de acuerdo con la encuesta del CIS de 2004. Respetemos, también, la voluntad de los valencianos.
El argumento estrella de los defensores de la unidad de la lengua es que catalán y valenciano son una misma lengua pero el valenciano es una variable, un dialecto. Por tanto habría unidad lingüística. Pero desde esta perspectiva y con los datos históricos y literarios que poseemos…no sería más correcto preguntarse ¿es el catalán un dialecto del valenciano? En todo caso las tesis unionistas no se sostienen porque valenciano y catalán mantienen muchas diferencias estructurales, fonéticas, morfológicas etc.
No existe por tanto unidad lingüística aunque es evidente que el catalán y valenciano son lenguas hermanas pertenecientes a un mismo sistema lingüístico pero no idéntico. Como pertenecen a un mismo sistema el gallego y el portugués pero ambas se las considera lenguas distintas.
La solución es hablar el valenciano de nuestros padres, mantener viva las formas valencianas aunque sean consideradas incultas en ciertos despachos e instancias bien remuneradas. Rechazar otras palabras “cultas” distintas a las valencianas. La lengua culta la construye el pueblo y no las academias.

LE MONDE | 07.03.06 | 14h01 • Mis à jour le 07.03.06 | 14h01
Le drapeau espagnol doit-il continuer de flotter sur la forteresse de Montjuich, qui surplombe Barcelone ? Les Catalans forment-ils une nation ou une nationalité ? Les Basques ont-ils un droit à l’autodétermination ? Le valencien est-il une variante du catalan ou bien une langue à part entière ? Les régions espagnoles auront-elles, toutes, la maîtrise de la moitié de l’impôt sur le revenu et de la TVA récoltés sur leur territoire ? La connaissance du catalan est-elle un devoir pour les citoyens vivant en Catalogne ?
Ces questions et mille autres, parfois byzantines, parfois sonnantes et trébuchantes, occupent, depuis plusieurs mois, presque entièrement le débat politique espagnol. Et parfois aussi la rue : le 18 février, une centaine de milliers de personnes ont ainsi défilé dans les rues de Barcelone en scandant : “Nous sommes une nation, nous avons le droit de décider.” Car, sous la pression, notamment, des nationalismes catalan et basque, qui ont connu une nouvelle impulsion ces dernières années, l’Espagne a entrepris, depuis un an, une révision complète de l’articulation de ses territoires et des règles qui régissent leurs relations avec l’Etat.
Le président du gouvernement, le socialiste José Luis Rodriguez Zapatero, a encouragé le mouvement vers ce qu’il appelle l’“Espagne plurielle”. L’éventualité de la fin du terrorisme au Pays basque et d’un débat sur l’avenir juridico-politique de cette région contribue à accentuer le caractère conflictuel de la question territoriale.
Pour un oeil français, accoutumé à la symétrie et à l’ordonnancement raisonné, l’Espagne plurielle, c’est déjà maintenant : l’“Espagne des autonomies”, telle que l’a inventée la Constitution de 1978, est l’assemblage de dix-sept régions et de deux villes autonomes (Ceuta et Melilla, enclavées au Maroc) – dirigées par des gouvernements et des Parlements régionaux – aux prérogatives différentes, aux degrés d’autonomie variés, aux quatre langues co-officielles, en plus du castillan. Ces collectivités se sont constituées volontairement dans la seconde moitié des années 1970, lors de la transition démocratique, après la mort de Franco. Chacune est régie par un statut, élaboré par ses élus puis ratifié par le Parlement espagnol. Ce sont ces statuts qu’il est aujourd’hui question de modifier, à l’initiative des régions concernées.
Une douzaine de régions, pour l’instant, sont demandeuses. L’une des premières à entreprendre la révision de son statut a été la Catalogne. Sa volonté était sur la table depuis que, en 2003, le parti nationaliste de centre droit Convergence et union (CiU), dont le chef de file, Jordi Pujol, dirigeait la région depuis 1980, a été supplanté par une coalition de gauche dirigée par le socialiste Pasqual Maragall. Le nationalisme de celui-ci ne le cède en rien à celui de CiU. Son alliance avec les indépendantistes d’Esquerra republicana de Catalunya (ERC) s’est fondée, justement, sur l’objectif de réformer l’Estatut de 1979, pour augmenter les compétences et les ressources propres de la Catalogne et pour renforcer son identité politique, à l’intérieur de l’Espagne comme à l’extérieur, notamment au sein de l’Union européenne.
Alors dans l’opposition, et prenant le contre-pied de l’orientation “espagnoliste” et centralisatrice du second mandat de José Maria Aznar, M. Zapatero, par une formule demeurée fameuse par sa témérité, s’était publiquement engagé, s’il emportait les élections, à “appuyer le projet que le Parlement catalan adopterait”. Le président du gouvernement est convaincu qu’une “nouvelle étape” décentralisatrice, allant dans le sens d’une Espagne plus fédérale, est la condition indispensable non seulement de sa stabilité et de sa gouvernabilité, mais aussi, tout simplement, de sa cohésion.
Après son arrivée au pouvoir, des mois de négociations entre les socialistes de Madrid et les élus catalans ont été nécessaires pour éliminer du projet adopté par le “Parlament” de Barcelone, en septembre 2005, les dispositions qui excédaient le plus manifestement les limites, volontairement floues, de la Constitution. Outre les finances (la Catalogne aura la maîtrise de 50 % de l’impôt sur le revenu et de la TVA perçus sur son territoire et de 58 % des taxes sur les alcools, les tabacs et les hydrocarbures), le point le plus litigieux, et le plus politiquement chargé, a consisté à savoir si la Catalogne pouvait, constitutionnellement, se définir comme une “nation”, sachant que la Constitution réserve ce terme à l’Espagne, même si elle mentionne l’existence, en son sein, de “nationalités”. Le Parlement espagnol ne s’est pas encore prononcé, mais l’accord trouvé entre le gouvernement et la majorité des partis catalans s’est fait contre l’opposition conservatrice du Parti populaire (PP), qui voit dans l’extension des pouvoirs catalans et la mention du mot “nation”, même assorti de restrictions, le début d’un “détricotage” de l’Espagne. A l’opposé du spectre politique, les indépendantistes d’ERC se demandent également si, pour des raisons inverses, ils ne se prononceront pas contre le compromis. Un référendum doit sanctionner le processus.
Quelques mois après sa victoire aux élections, M. Zapatero avait, en revanche, fait rejeter par sa majorité un projet de nouveau statut adopté par une courte majorité du Parlement basque. Ce texte, d’orientation souverainiste, illustrait le virage opéré ces dernières années par le Parti nationaliste basque (PNV), au pouvoir à Vitoria depuis 1980. Mais, si ce projet est enterré, le désir de réformer le statut de l’Euskadi demeure. Et le débat qui devrait s’instaurer dans le cas où l’ETA renoncerait à la violence devrait être encore plus porteur de tension avec l’opposition de droite.
La refonte du statut de la Galice pourrait être plus consensuelle. Les socialistes, qui ont, pour la première fois, conquis la présidence de cette région en 2005, souhaitent le faire en accord avec le Parti populaire. Mais le Bloc nationaliste galicien, allié minoritaire des socialistes, revendique lui aussi l’appellation de “nation”. Le PP n’est pas opposé par principe à l’élargissement des compétences des autonomies : il soutient les réformes engagées à Valence et en Andalousie, par exemple, et ses présidents de région regardent d’un oeil intéressé les nouveaux pouvoirs qui s’offrent à eux.
Cécile Chambraud, à Madrid
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