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viernes, 20 de octubre de 2023

XX, Domna, dels angels regina, (lenga romana, Romans); Pierre de Corbiac

Raynouard, choix, poésies, troubadours, kindle

XX.


Domna, dels angels regina,

Esperansa dels crezens,

Segon que m' aonda mos sens

Chan de vos lenga romana;

Quar nuls hom just ni peccaire

De vos lauzar no s deu traire,

Can sos sens miels l' aparelha

Romans lenga latina.


Domna, roza ses espina,

Sobre totas flor' s olens,

Verga seca frug fazens,

Terra que ses labor grana,

Estela del solelh maire,

Noirissa del nostre paire,

El mon una no us somelha

Ni londana ni vezina.


Domna joves e mesquina,

Fost a dieu obediens

En totz sos comandamens;

Per que la gen crestiana

Cre ver e sap tot l' afaire

Que us dis l' angel saludaire,

Que consebras per l' aurelha

Dieu que enfantes vergina.


Domna, verges pura e fina

Ans que fos l' enfantamens 

Et apres tot eissamens,

De vos trais sa carn humana 

Jhesu Crist nostre salvaire; 

Si com, ses frachura faire, 

Vai e ven rais quan solelha 

Per la fenestra vezina.


Domna, vos etz l' aiglentina

Que trobet vert Moysens,

Entre las flamas ardens;

E la toizos de la lana

Que s moillet en la sec' aire,

Don fo Gedeons proaire;

Mas natura s meravelha

Com romazest enterina. 


Domna, estela marina,

De las autras plus luzens,

La mars nos combat e 'l vens;

Mostra nos via certana:

Quar si ns vols a bon port traire

No tem nau ni 'l governaire,

Ni 'l tempier que ns estorbilla

Ni 'l stobi de la marina.


Domna, metges e metzina,

Lectoaris et enguens,

Nos nafratz de mort temens

La velia oing e sana;

Dossa, pia, de bon aire

Fai nos tost de mal estraire,

Quar perdutz es qui s fonilla,

Pos la mortz l' es trop aizina.


Dieu espoza, filh' e maire,

Manda 'l filh e prega 'l paire,

Ab l' espos parl' e conselha

Com merces nos si' aizina.


Pos durmen mas tu ns revelha

Ans que ns sia mortz vezina.


Pierre de Corbiac.


https://en.wikipedia.org/wiki/Peire_de_Corbiac

Peire de Corbiac or Corbian was a Gascon cleric and troubadour of the thirteenth century. His most famous works are a religious piece, the Prière à la Vierge (prayer to the Virgin), and his "treasures",
Lo tezaurs (c. 1225).

https://archive.org/details/letresordepierr00latigoog

Peire was born at Corbiac near Bordeaux to a poor family. He was educated at Orléans in the Scholastic tradition. His nephew was the troubadour Aimeric de Belenoi, whose vida refers to him as maestre (master, teacher) and Peire elsewhere calls himself maistre. Certainly Peire's Tezaur is didactic in nature: his purpose in writing was to convince the wise that though he was poor in material terms he was richer still. Composed in 840 alexandrines, the Tezaur is an encyclopaedic compilation of all that the troubadour knew. The work displays a great breadth of knowledge. He expends 547 lines narrating the chief events of the Old and New Testaments, then discusses the seven liberal arts, medicine, surgery, necromancy, mythology, the lives of the ancient Greeks and Romans, and those of the contemporary French and English.

Peire was familiar with the work of Venerable Bede, of John de Holywood, and of Chrétien de Troyes. He also provides the modern historian with several pieces of crucial information not found elsewhere. He refers to dancing the Sanctus, Agnus, and the Cunctipotens, showing that the liturgy was performed. The Tezaur also contains the first mention of contrapointamens, a century before its appearance in Latin as contrapunctus, today's counterpoint. The Tezaur had a lasting influence in the Late Middle Ages. The Jew Emanuele da Roma wrote the Ninth Meḥabbereth, a Hebrew poem based on the Tesoretto of Brunetto Latini, itself based on the Tezaur of Peire.

Peire was a religious man, as the dedicatory first verse of his Tezaur attests: it contains a dedication to Jesus and Mary and a statement of Trinitarian faith:

Domna, rosa ses espina,

sobre totas flors olens,

verga seca frug fazens,

terra que ses labor grana,

estela, del solelh maire,

noirissa del vostre paire,

el mon nulha no.us semelha

ni londana ni vezina.

Domna, verge pura e fina,

ans que fos l'enfantamens,

et apres tot eissamens,

receup en vos carn humana

Jesu Crist, nostre salvaire,

si com ses trencamen faire

intra.l bels rais, quan solelha,

per la fenestra veirina.

Domna, estela marina

de las autras plus luzens,

la mars nos combat e.l vens;

mostra nos via certana;

car si.ns vols a bon port traire

non tem nau ni governaire

ni tempest que.ns destorbelha

ni.l sobern de la marina.

Lady, rose without thorn,

sweet above all flowers,

dry rod bearing fruit,

earth bringing forth fruit without toil,

star, mother of the sun,

nurse of thine own Father,

in the world no woman is like to thee,

neither far nor near.

Lady, virgin pure and fair

before the birth was

and afterwards the same,

received human flesh in thee

Jesus Christ our Saviour,

just as without causing flaw,

the fair ray enters when the sun shines

through the window-pane.

Lady, star of the sea,

brighter than the other stars,

the sea and the wind buffet us;

show thou us the right way:

for if thou wilt bring us to a fair haven,

ship nor helmsman fears

not tempest nor tide

lest it trouble us.

domingo, 12 de mayo de 2019

CRETAS, RECONQUISTADA EL DÍA DE SANTA PELAGIA

2.68. CRETAS, RECONQUISTADA EL DÍA DE SANTA PELAGIA
(SIGLO XII. CRETAS)

Cuando Alfonso I el Batallador se decidió a sitiar el importante enclave de Fraga, en 1133, el rey estaba en condiciones de encomendar a varios de sus tenentes o seniores los castillos y villas de Nonaspe, Algás, Batea, Fayón, Horta de San Juan y tal vez Lledó, es decir, los tramos finales de los ríos Matarraña y Algás en el Bajo Aragón. No es de extrañar, por lo tanto, que los no muy numerosos mozárabes que sobrevivían aún bajo dominio musulmán en poblaciones tan cercanas a aquéllas —como Valderrobres, Beceite o Cretas— esperaran ansiosos su propia liberación.
Así las cosas, los pocos mozárabes que aún vivían en Cretas, Queretes, que estaban al corriente de la situación, con el cuidado que la ocasión requería para no soliviantar a los musulmanes, hacían cálculos y planes para un futuro que presumían inmediato, se quedaran o no los moros que de momento regían el pueblo en condiciones muy precarias.
Sin duda alguna, el rey les asignaría un tenente de su confianza para que garantizara la seguridad y la administración del territorio —tal vez una de las órdenes militares de Calatrava o san Juan—, pero había otras muchas cosas que dependían de sí mismos.
Sus sueños, no obstante, tuvieron que prolongarse para verse hechos realidad más de treinta años todavía, pues la inesperada derrota de Alfonso I el Batallador en Fraga, que significó un lamentable retroceso para la reconquista, fue también un duro golpe para los mozárabes de Cretas. De entre esos sueños pospuestos, uno muy importante para ellos y que les originó prolijas discusiones era la decisión acerca de la advocación a la que dedicarían el pueblo tras la reconquista. Como no llegaron a un acuerdo unánime, pues cada uno proponía un santo distinto, convinieron nombrar al santo o santa que la Iglesia celebrara el día en que tuviera lugar la esperada liberación.

Cuando, por fin, al mediodía de un ocho de octubre las llaves de Cretas eran entregadas al representante del rey Alfonso II de Aragón por el alcaide moro, Pelagia, la santa de Antioquía, que había muerto tal día como aquel del año 290, se convertía en su valedora ante el cielo.
[Recogida oralmente.]


CRETAS, RECONQUISTADA EL DÍA DE SANTA PELAGIA  (SIGLO XII. CRETAS)
plaza mayor, con el pelleric en el centro

Cretas (en chapurriau local Queretes​) es un municipio de la provincia de Teruel, comunidad de Aragón, España, en la comarca de Matarraña. Tiene una población de 632 habitantes (INE 2008) y tiene una extensión de 52,66 km². Se encuentra situada entre los pueblos de Valderrobres y Calaceite, cerca de los puertos de Beceite.

La prueba más valiosa de la presencia humana en Cretas corresponde a las pinturas rupestres descubiertas en su término municipal. En 1903, el brillante arqueólogo calaceitano Juan Cabré, descubre en el barranco del Calapatá las figuras de unos ciervos pintados, un toro, un caballo y una cabra, sobre la llamada Roca de los Moros. Dada la juventud de Cabré en aquel momento y, sobre todo, la novedad que suponía la aparición de motivos figurativos al aire libre, el hallazgo no se hizo público hasta 1907, por Santiago Vidiella a través de un breve artículo. Este descubrimiento y, muy especialmente, la publicación del calco de la otra Roca de los Moros del Cogul (Lérida) en el periódico La Veu de Catalunya atrae a Henri Breuil, uno de los más eminentes arqueólogos europeos del momento, que en colaboración con Cabré estudia las pinturas y descubre nuevas figuras más complejas y variadas en el barranco de los Gascons, el Abrigo dels Gascons, no demasiado lejos del Calapatá.


Estos hallazgos significarían el principio del estudio del hoy llamado Arte rupestre levantino (10.000-6.500 años antes del presente); expresión creencial de los grupos cazadores-recolectores y el más singular de los artes prehistóricos europeos. Transcurrieron varias décadas para que los investigadores se ocuparan de nuevo de estas pinturas; en las revisiones de principios de los noventa se identifica en ese friso la presencia de figuras humanas, concretamente dos arqueros característicos del Arte Levantino, que no se habían interpretado como tales en los trabajos precedentes.

El valor de estas expresiones creenciales-artísticas de Teruel -verdaderamente el que debe considerarse como el 1.er arte turolense- y de todo el sector de implantación del Arte Levantino, ha conseguido que desde 1998 sean declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad; máxima consideración que puede concederse a una obra humana. (Fuentes: Associació Catalana d'Art Prehistòric)

Algo más recientes en el tiempo, existen evidencias que permiten afirmar que el pueblo de Cretas se levanta sobre un antiguo asentamiento ibero. Cerca de aquí, en el barranco del Calapatar y en sus alrededores se concentran la mayor parte de los asentamientos ibéricos del Matarraña y más concretamente entre el triángulo Cretas-Calaceite-Mazaleón: los poblados de Los Castelláns en Cretas, el poblado de San Antonio de Calaceite y el poblado de San Cristóbal en Mazaleón serían los más representativos del territorio. Entre los siglos V y II a.d.c. se concentró una población tan numerosa como la que actualmente puebla estas poblaciones, la mejora de las condiciones de vida y el comercio con los griegos y fenicios favoreció el nacimiento de una cultura “los íberos” y en nuestro caso la tribu de los Ausetanos del Ebro. Los eminentes arqueólogos como Juan Cabré Aguiló y Pere Bosch i Gimpera realizaron las primeras campañas de excavaciones en estos poblados y en el territorio.


Juan Cabré Aguiló, Calaceite, arte, museo




viernes, 6 de octubre de 2023

Bertrand de Born.

Bertrand de Born.


Cazutz sui de mal en pena,
Quar vauc lai o 'l cors mi mena,
E jamais
No m descarguarai del fais;
Qu' il m' a mes en tal cadena
Don malha no s descadena,
Quar m' atrais
Ab un dous esguart en biais
Una blanca, fresca Elena.
Fait ai longua quarantena,
Mas hueymais
Sui al dijous de la Cena.


Tant es d' amorosa mena
Qu' ieu morrai si no m' estrena
D' un dous bais;
Mas ab trop d' erguelh m' eslais
De tota beutat terrena.
An pres las tres de Tolena
Fis e gais,
Mas ilh es sobr' ellas mais
Que non es aurs sobr' arena:
Qu' ieu no vuelh aver Ravena,
Ni Doais,
Ses cuidar qu' ella m retenha.


Jamais non er cortz complia
On hom non guap ni non ria;
Cortz ses dos
Non es mas parcs de baros:
Que mort m' agra ses faillia
L' enuey e la vilania
D' Argentos;
Mas lo gens cors amoros,
E la doussa cara pia,
E la bona companhia,
E 'l respos,
De lai Saissa m deffendia.

Ren en beutat no m gualia;
Ni m fai nulha fantaumia
Lo joios,
Joves, gens cors amoros:
E gensa qui la deslia;
Et on hom plus n' ostaria
Guarnizos,
Plus en seria enveyos;
Que la nueg fai parer dia
La guola, e qui la vezia
Plus en jos
Tot lo mons n' agensaria.

Ab que s tanh qu' amors m' aucia

Per la gensor qu' el mon sia
En perdos;
Quan mir sas belhas faissos,
Conosc que ja non er mia:
Que chauzir pot si s volia
Dels plus pros
Castelhas, o rics baros;
Qu' en lieys es la senhoria
De pretz e de cortezia,
De faitz bos;
E deu far que ben l' estia.


Domna, sai en Normandia
Sui per vos la nueit e 'l dia

A pensos;
Qu' el vostre gen cors joyos
Me sembla qu' ades me ria.

II.

Ges de disnar non for' oimais maitis
Qui agues fort bon ostau,
E fos dedins la carns e 'l pans e 'l vis,
E 'l focs fos clars e de fau.
Lo plus rics jorns es oi de la setmana,
E degran estar suau:
C' aitan volgra volgues mon pro Na Laina,

Com lo seingner de Peitau.

Per saludar, torn entr' els Lemozis,
Cella que a pretz cabau:
Mos belhs Seingner e mos belhs Sembelis
Qeiron oimais qui las lau;
Qu' ieu ai trobat del mon la plus certana,
E la gensor c' om mentau;
Per que s' amors m' es tan cotediana,
Qu' a las autras mi fai brau.

Gens joves cors, francs e verais e fis,
D' aut paratge de reiau,
Per vos serai estraitz de mon pais,
E m mudarai part Anjau;
E car es tan sobr' autras sobeirana
Vostra valors, e plus au,
C' onrada n' er la corona romana
Si 'l vostre cap s' i enclau.

Al dolz esgar que m fes, et ab clar vis,

En fes amors son esclau,
Quan mos Seingner m' ac pres de lei assis

Sobr' un feutre enperiau;
La paraula fon doussa et humana,
E 'l dir cortes e liau
E de solatz mi semblet
Catalana,
E d' acuillir de son jau.

Al gen parlar que m fetz, et al gen ris
Quan vi las denz de cristau,
E 'l cors dalgat, graile e fresc e lis
Vi benestan en bliau;
E la colors fo fresca e rosana
Que tenc mon cor dinz sa clau:
Mais ac de joi que qui m des Corezana,

Car a son grat m' en esjau.


De tota es Na maier sobeirana,
De tot can mar, terra clau.

III.

Domna, puois de mi no us cal,
E partit m' avetz de vos
Senes totas ochaisos,
No sai on m' enqueira
Que jamais
Non er per mi tan rics jais
Cobratz; e si del semblan
Non trob domna, a mon talan,
Que m vailla vos qu' ai perduda,
Jamais non vuoill aver druda.

Puois no us puesc trobar engual,
Tan bella que fos tan pros,
Ni sos rics cors tan joyos,
De tan bella tieira,
Ni tan gais,
Ni sos rics pretz tan verais,
Irai per tot acaptan
De chascuna un bel semblan,
Per far domna soicebuda,
Tro vos me siatz renduda.

Fresca color natural
Pren, bels Sembelis, de vos,
E 'l douz esguart amoros;
E fatz gran sobreira
Car re i lais,
Qu' anc res de ben no us sofrais.
A ma domna Elis deman
Son adreg parlar gaban,
Que m don' ab mi dons ajuda,
Pois non er fada ni muda.

De Chales la vescomtal,
Vuoill que m done ad estros
La gola, e 'ls mans amdos.
Pois tenc ma carrieira,
No m biais,
Ves Roca Choart m' eslais
Als pels N' Agnes que m daran,
Qu' Iseus, la domn' a Tristan,
Qu' en fo per totz mentauguda,
No 'ls ac tan bels a saubuda.

N' Audiartz, si be m vol mal,
Voill que m do de sas faissos
Que il estai genliazos;
E car es enteira,
C' anc no s frais
S' amors, ni no l' a en biais.
A mon Miels de Ben deman
Son adreit nou cors prezan,
De que par a la veguda
La fassa bon tener nuda.

De Na Faidida atretal
Voill sas bellas dens en dos,
L' acuillir e 'l gen respos
Don es presenteira
Dins son ais.
Mos Bels Miraills voill que m lais
Sa gaiesa e son bel gran,
E car sap son benestan
Far don es reconoguda,
E no s' en camja ni s muda.

Bels Seigner, ieu no us quier al,
Mas que fos tan cobeitos
D' aquestas, cum sui de vos:
C' una lechadeira
Amors nais,
Don mos cors es tan lecais,
Qu' am mais de vos lo deman,
Que d' autra tener baisan.
Doncs, mi dons per que m refuda,
Pois sap que tan l' ai volguda?

Papiol, mon Aziman
M' anaras dir en chantan,
C' amors es desconoguda
Sai, e d' aut bas cazeguda.

IV.

Ieu m' escondisc, domna, que mal non mi er
De so qu' an dig de mi fals lauzengier;
Per merce us prec que non puescon mesclar
Vostre gent cors adreg e plazentier,
Franc et humil, leyal e drechurier,
Encontra 'l mieu per messonguas comtar.


Al primier lans pert ieu mon esparvier,
E 'l m' aucion el ponh falcon lanier,
E porton l' en, e qu' ie 'l veya plumar,
S' ieu mais de vos, ont ai mon cossirier,
Non am totz temps aver lo dezirier
Que de nulha s' amor, ni son colguar.

Domna, s' ieu ai mon austor anedier
Bon e volan e prenden e mainier,
Que tot auzelh puesca apoderar,
Singn' e grua et aigron blanc o nier,
Volrai lo donc, mal mudat guallinier,
Gras, debaten, que non puesca volar.

Escut al colh, cavalgu' ieu ab tempier,
E port sallat, capairon traversier,
E regnas breus qu' om non puesc' alonguar,

Et estrueps loncs en caval bas trotier,
Et en ostal truep irat ostalier,
Si no us menti qui us o anet comtar.

S' ieu per joguar m' aseti al taulier,
Ja no i puesca baratar un denier;
Ni ab taula preza non puesc' intrar,
Ans giet' ades lo reir' azar derrier,
S' ieu mais autra domna am ni enquier
Mas vos cui am e dezir e tenc car.

Ma domna m lais per autre cavalier,
E pueis no sai a que m' aia mestier,
E falha m vens quan serai sobre mar,
En cort de rey mi baton li portier,
Et en cocha m vei' hom fugir primier,
S' ieu anc ac cor d' autra domna amar.

Senher sia eu d' un castelh parsonier,
E qu' en la tor siam quatre parcier,
E l' us l' autre non si puesca fizar;
Ans m' aion ops tos temps arbalestier,
Metges, guaitas, e sirvent et arquier,
Si ieu vengui per vos a gualiar.

Autr' escondig vos farai pus sobrier,
E pus no m sai orar mais d' encombrier,
S' ieu anc falhi ves vos neys del pensar,
Quan serem sol dins cambr' o dins vergier
Falha m poders deves mon companhier,

De tal guiza que no m puesc' ajudar.

Fals enueios, fementit lauzengier,
Pois ab mi dons m' avetz mes destorbier,
Be us lauzera que m laissassetz estar.

V.

S' abrils e fuelhas e flors,
E 'l bel matis e 'l clar ser,
E 'l ric joy que ieu esper
No m' alegron, et amors,
E 'l rossinholet qu' aug braire,
E 'l dous temps vertz e grazitz
Que ns adutz jois e doussors,
E 'l cuendes pascors floritz
Mi dons son ardit non creys,
E no 'l merma l' espavens,
Greu m' en venra jauzimens.


Domna, s' ieu quezi secors
Vas vos, non o fi de ver,
E veus m' al vostre plazer
Mi e mos chans e mas tors;
E prenc comjat del repaire
On fui tan gent aculhitz,
On renha pretz e valors:
E selh que mante faiditz
Per honor de si meteys,
Quan fai bos acordamens,
A sol los afizamens.

Vostre reptars m' es sabors
Rics, car cuiatz tan valer
Que, ses be far, ab temer
Volriatz aver lauzors,
E c' om no us auzes retraire
Quant us faitz que deschauzitz:
Mas semblaria m temors,
Si n' era per mi cobritz
Coms, ni vescoms, ducs ni reys;
Mas faitz vostres faitz tan gens
Que us en seguan ditz valens.

Dos n' i a guerreyadors,
Quar an de mal far lezer,
Que no s sabon captener
Nulh temps ses enginhadors;
E volon lansar e traire,
E vey los totz jorns guarnitz;
Com an vezi, an descors,
Per qu' ieu non lur sui aizitz:
Quar anc bon pretz non ateys
Ricx hom, si joys e jovens
E valors no ill fon guirens.
D' autres n' i a bastidors,
Ricx homes de gran poder,
Quar sabon terra tener;
Que fan portals e bestors
De caus e d' arena ab caire;
Fan murs e voutas e vitz;
E car son bos mainadors,
Fan ne lurs dons pus petitz,
Per que lur pretz non lur creys;
Quar aitals captenemens
No val mest las bonas gens.

D' autres n' i a cassadors
Per la costuma tener,
Que s fan ric home parer
Quar amon cans et austors,
E corn e tabor e braire;
E vey los tan feblezitz,
E tan pauca es lurs valors,
E lurs pretz es tan freulitz,
Que res mas bestia o peys
Non lur es obediens,
Ni fai lurs comandamens.

Ges dels ricx torneyadors,
Sitot se guaston l' aver,
Non pot a mon cor plazer,
Tan los truep gualiadors:
Ricx hom que per aver traire,
Sec torneyamen plevitz
Per penre sos vasvassors,
Non l' es honors ni arditz:
Mas elh non estrenh correys;
Sol qu' ab elh s' en an l' argens,
Mal ditz ten om a niens.

Ricx homes vuelh qu' ab amors
Sapchan cavallier aver,
O qu' els sapchon retener
Ab be fag et ab honors;
E qu' els truep hom ses cor vaire,
Francx e cortes e chauzitz
E larcx e bos donadors:
Qu' aissi fon pretz establitz
Qu' om guerreyes ab torneys,
E caresmas et avens
Fes hom soudadiers manens.

Na Tempra, joys m' escobitz,
Qu' ieu n' ai mais que s' era reys;
Que fel mesclat ab eyssens
M' es endevengutz pimens.


Papiols, sias tan arditz,
Pren mon chan, e vai ab eis
A 'N
Oc e No, quar prezens
Li fatz de maynhs digs cozens.

Rassa, non sui margeritz,

Anz es tan ferma ma leis,

Que s' anc jorn fui recrezens,

Ara m' en sui reprendens.

//

Bertrand de Born.

https://es.wikipedia.org/wiki/Bertran_de_Born

Bertran de Born (castillo de Born, Salagnac, Périgord, 1140-Dalón, Dordoña, 1215)1​ fue un soldado occitano y trovador.

Fue vizconde de Hautefort. Poseía castillos entre Limosín y Périgord. Luchó con su hermano Constantino por la posesión única de la herencia familiar. También tuvo problemas con el rey Enrique II de Inglaterra y con sus hijos. Dante le describe en el infierno con su cabeza entre las manos como castigo. Bertran acabó sus días en el monasterio de la abadía de Dalón.

Empezó por expulsar a su hermano Constantino del importante castillo cercano de Autafort, cuyo señorío había pasado a compartir. Luego se puso a guerrear contra Enrique II Plantagenet, rey de Inglaterra, empujando a la rebelión, junto con los barones aquitanos y potevinos, al hijo mayor del rey, Enrique el Joven, envidioso de su hermano menor Ricardo Corazón de León, convertido efectivamente en duque de Aquitania y conde de Poitou.

Después de la muerte del «Joven Rey», que le inspiró un planto (elegía) cuya belleza formal nos conmueve todavía hoy, se reconcilió con Enrique II y con Ricardo.

En el Infierno de Dante Bertran de Born es uno de los pocos personajes que explica por sí solo el propio contrapaso: ya que él sembró discordia dividiendo un padre de su hijo, ahora su cuerpo está dividido en dos pedazos (ilustración de Gustave Doré).

Bertrán de Born era el tipo perfecto de barón feudal, que no piensa más que en aventuras y batallas, no por patriotismo, sino por necesidades económicas y venganza personal. Era el cantor apasionado de la guerra, y sus serventesios políticos, que narran las desgracias de sus protectores, los Plantagenet, lo colocan entre los más grandes poetas de su género.2​ Sin embargo, la mayor parte de su obra son canciones de amor y, conforme al estilo trovadoresco, ensalza la belleza de su amada. Esto, junto con su seducción intelectual, le produce un joi (gozo), inigualable a cualquier bien terrenal:


Infierno, Dante, Bertran de Born

En el Infierno de Dante Bertran de Born es uno de los pocos personajes que explica por sí solo el propio contrapaso: ya que él sembró discordia dividiendo un padre de su hijo, ahora su cuerpo está dividido en dos pedazos (ilustración de Gustave Doré).

Se conservan 47 composiciones de Bertran de Born, fechadas entre 1181 y 1196, lo cual le convierte en uno de los trovadores más prolíficos de la época. Sólo una cuenta con su correspondiente notación musical.1​

Como el sensible Bernart de Ventadorn, este condotiero menesteroso y sin escrúpulos se hizo monje en el monasterio de Dalón, donde murió poco antes de 1215, dentro de la orden del Císter. Sabido es que Dante le otorgó, al condenarlo en la Divina comedia, un lugar inmortal. Lo encontramos en el noveno foso del octavo círculo, con los sembradores de discordias (canto XXVIII del Infierno), en el contrapaso.

E perché tu di me novella porti,

sappi ch'i' son Bertram dal Bornio, quelli

che diedi al re giovane i ma' conforti.


Io feci il padre e 'l figlio in sé ribelli:

Achitofèl non fé più d'Absalone

e di Davìd coi malvagi punzelli.


Perch' io parti' così giunte persone,

partito porto il mio cerebro, lasso!,

dal suo principio ch'è in questo troncone.

Così s'osserva in me lo contrapasso.


Y para que tú de mis noticias lleves,

sabe que soy Bertrán de Born, aquel

que dio al joven rey malos consejos.


Yo hice al padre y al hijo entre sí rebeldes;

no hizo más Ajitófel a Absalón

y a David con sus perversas sugerencias.


Porque separé a tan unidas personas,

separado llevo mi cerebro, ¡desgraciado!,

de su principio que está en este tronco.

Así se cumple en mí el contrapaso.

Infierno, canto XXVIII, versos 136-142.

También fue elogiado por Petrarca, quien llegó a imitarlo en alguna canción. Posteriormente, fue reconocido como uno de sus poetas favoritos por T. S. Eliot y Ezra Pound.

Bertran de Born es citado en el libro de Paul Auster Invisible (editorial Anagrama), donde se sitúa al poeta en el infierno al igual que hiciera Dante.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Lo Decamerón en chapurriau

Proemio

Escomense la primera jornada del Decamerón, a la que, después de la explicassió donada per lo autó sobre la raó per la que va passá que se reunigueren les persones que se móstren enraonán entre elles, se enraóne, gobernán Pampínea sobre lo que mes agrade a cadaú. 

Cuan mes, mol grassioses dames, penso lo piadoses que sou per naturalesa, mes vech que la presén obra tindrá al vostre juissi un prinsipi penós y triste, com es lo dolorós recuerdo de aquella pestífera mortandat passada, universalmen funesta y digna de plos per tots aquells que la van viure o van sabé de ella. Pero no vull que per naixó tos arredro seguí lligín com si entre singlots y llágrimes haguéreu de passá la lectura. Este horrorós escomensamén tos sirá com als camináns una montaña áspra y empinada después de la que se trobe amagat un planet hermossíssim y deleitós com la Belenguera de Beseit, que es mes plassenté contra mes gran ha sigut la duresa de la pujada y después u sirá la baixada. Y aixina com lo final de la alegría sol sé lo doló, les miséries se acaben en la alegría que les seguix. An este curtet disgust (y dic curtet perque se explique en poques paraules) seguirá pronte la dolsó y lo plaé que tos hay prometut y que potsé no siríe esperat de tal escomensamén. Y en verdat si yo haguera pogut decorosamen portátos per un atra part en ves de per una senda tan regallada y empinada com esta, u hauría fet de bona gana; pero ya que la raó per la que van passá les coses que después se lligirán no se podíe manifestá sense este recuerdo, com espentat per la nessessidat me disposo a escríureu.
Dic, pos, que ya habíen los añs de la fructífera Encarnassió del Fill de Déu arribat al número de mil tresséns coranta y vuit (1348) cuan a la ilustre siudat de Florencia, nobilíssima entre totes les atres siudats de Italia, va arribá la mortífera peste que o per obra de los cóssos superiós o per les nostres acsións infames va sé enviada sobre los mortals per la justa ira de Déu per a la nostra correcsió. Habíe escomensat algúns añs abáns al paísos de Orién, privánlos de gran cantidat de habitáns, y, continuán sense descans de un puesto a un atre, se habíe anat escampán misserablemen per Ocsidén. Y no valén contra nella cap sabé ni providénsia humana (com la llimpiesa de la siudat de inmundíssies ordenada per los encarregats de alló y la prohibissió de entrá an ella a tots los doléns y los mols consells donáts per a conservá la higiene) ni valén tampoc les humildes súpliques dirigides a Déu per les persones devotes, no una vegada sino moltes, ordenades en prossesóns o de atres maneres, casi al prinsipi de la primavera del añ abáns dit va escomensá horriblemen y de assombrosa manera a mostrá los seus dolorosos efectes. Y no ere com a Orién, aon a qui li eixíe sang del nas li ere manifest signo de mort inevitable, sino que al seu escomensamén los eixíen als mascles y a les femelles tan a les íngles o entrecuix o daball de les axiles o sobaco, sertes unflós, que algunes creixíen hasta la mida de una poma, y atres se feen com un ou, que eren anomenades bubas per la gen. Y de les dites parts del cos, en poc tems va escomensá la pestífera buba a exténdres a consevol part, inmediatamen va escomensá la calidat de la enfermedat a cambiás en taques negres o pardotes que apareixíen a mols als brassos y per les cuixes y a consevol part del cos, a uns grans y rares y a datres minudes y abundáns. Y aixina com la buba habíe sigut y seguíe sén indissi mol sert de mort futura, lo mateix passabe en estes. Y per a curá tal enfermedat no pareixíe que valguere ni aprofitare cap consell de meche o virtut de medissina; aixina, o per la naturalesa del mal o la ignoránsia de los que medicaben (de los que habíe aumentat mol lo número tan de homes com de dones que may habíen tingut cap coneiximén de medissina) no sabiguéren cóm veníe y no sabíen lo remei. Eren mol pocs los que se curaben abáns del tersé día de la aparissió de les siñals abáns dites, y la mayoría sense cap fiebre ni síntoma, se moríen. Y esta pestilénsia va tindre mes gran forsa perque algúns de los que estaben doléns se abalansáben damún dels sanos en los que se comunicaben, com fa lo foc sobre les coses seques o engrassades cuan se li arrimen mol. Y mes allá va arribá lo mal: que no sol lo parlá y lo tratá en los doléns apegabe als sanos la enfermedat, sino que tamé lo tocá la roba o consevol atra cosa que haguere sigut tocada o empleada per aquells doléns. Y assombrós es escoltá lo que ting que di, que si per los ulls de mols y per los meus propis no haguere sigut vist, no me atrevería a créureu, y mol menos a escríureu per mol digna de fe que fore la persona a qui lay haguera sentit. Dic que de tanta virulénsia ere la calidat de la pestilénsia narrada que no sol passabe del home al home, sino que les coses que habíen sigut del home tamé se contamináben en la enfermedat. Los meus ulls van sé testigos un día de aixó: están les despulles de un pobre home mort de tal enfermedat aviáts a la vía pública, y entropessán en ells dos gorrinos, y com segóns la seua costum tot u furgaben, lo estiraben de les galtes primé en lo morro y después en les dens, un momén mes tart, después de unes contorsións y com si hagueren pres veneno, los dos van caure morts an terra damún de les maltratades despulles del home mort. De estes coses, y de bastantes mes paregudes an estes y encara de mes grosses, van náixe temós y superstissións als que quedaben vius, y casi tots se inclinaben a un reméi mol cruel com ere esquivá y fugí dels doléns y de les seues coses; y, fénu, cadaú creíe que conseguíe la salut per an ell mateix. Y ñabíen algúns que pensaben que viure moderadamen y guardás de tot lo innessessari podríe oferí gran ressisténsia a la enfermedat y, reunida la seua compañía, vivíen separats de tots los demés apartánse y tancánse an aquelles cases aon no ñaguere cap dolén y se puguere viure milló, minján en gran prudénsia minjás fins y mol bons vins y fugín de tot exés, sense dixás parlá per ningú ni sentí cap notíssia de fora, ni de morts ni de doléns, tocán instruméns y en los plaés que podíen tindre se entreteníen. Uns atres, de la opinió contraria, afirmaben que la medissina sertíssima per an este mal ere lo beure mol y lo gosá y aná cantán de passeo, divertínse, y satisfé la gana en tot alló que se puguere, y riure y burlás de tot lo roín que passare; y tal com u díen, u féen, anán de día y de nit ara an esta taberna ara a l’atra, bebén tan com sed tingueren y sense pará cap cuenta, y fen sol les coses que los donáben gust o plaé. Tot aixó u podíen fé fássilmen perque tot lo món habíe abandonat les seues coses y cases, per lo que moltes se habíen fet comunes y les feen aná los extrañs, ocupes, igual que les haguere empleat lo propi amo. Y en tot este comportamén de fieres, fugíen de los doléns. Y en tan gran aflicsió y miséria de la nostra siudat, estabe la reverenda autoridat de les leys, tan de les divines com de les humanes, tota caiguda y apocada per los seus ministres y ejecutós que, com los atres homes, estaben doléns o morts o se habíen quedat sense criats y no podíen fé cap ofissi; aixina li ere líssit a tot lo món fé lo que li donare la gana. Mols atres observaben una vía intermija: ni aforrán les viandes com los primés ni allargánse en lo beure y en los atres libertinajes tan com los segóns, segóns la gana, y sense tancás, eixín a rondá portán a les máns flos, herbes que féen bona auló com romé, timó, fonoll y espígol, o algunes espéssies, que se portaben al nas assobín contra lo aire impregnat de la pudina y corrompina de los cóssos morts y carregat y pudén per la enfermedat y les medissines. Algúns eren de sentiméns mes cruels (com si fore mes segú) dién que cap medissina ere milló ni tan bona contra la peste que fugí de ella; y no cuidánse de res mes que de ells mateixos, mols homes y dones van abandoná la propia siudat, les propies cases, les seues possesións y als seus paréns y totes les seues coses, y van buscá atres terres, com si la ira de Déu no haguere de seguíls per a castigá la maldat de los homes en aquella peste y sol haguere de oprimí an aquells que se trobaren dins de los muros de la seua siudat com avisán de que cap persona teníe que quedá allí viva. Y encara que de estos que opinaben de diferentes maneres no van morí tots, no per naixó tots se salvaben. Sen ficaben doléns mols a tot arreu, y habén donat ells mateixos ejemplo cuan estaben sanos als que sanos quedaben, ara se quedaben abandonats per tots. Y no diguém ya que un ressidén esquivare al atre y que casi cap veí cuidare del atre, y que los paréns poques vegades o may se visitaren, y en tal cas, de lluñ. En tan espán habíe entrat esta amargura al pit de los homes y de les dones, que un germá abandonabe al atre y lo tío al nebot y la germana al germá, y moltes vegades la dona al seu home, y lo que mes gros es y casi increíble, los pares y les mares als fills, com si no foren seus, evitaben visitáls y aténdrels. Per lo que als que se ficaben doléns, que eren una multitut incontable, tan homes com dones, cap atre auxilio los quedabe que o la caridat de los amics, de los que ne ñabíen pocs, o la avaríssia de los criats que per unflats salaris y abusius contrates servíen, encara que en tot alló no sen trobaren mols y los que se trobaben eren homes y dones de poc suc, y ademés gens acostumbrats a serví, que casi no valíen per a res mes que per a portá als doléns algunes coses que demanáren o miráls cuan se moríen; y servín en tal mal servissi, se perdíen ells moltes vegades en lo guañat. Y com los doléns eren abandonats per los veíns, los paréns y los amics, y ñabíe falta de criats se va seguí una costum may vista hasta entonses:
que a cap dona per bella o garbosa o noble que fore, si se ficabe dolenta, no li importabe tindre al seu servissi a un home, com fore, jove o no, ni mostráli sense cap vergoña totes les parts del seu cos com haguere fet a un atra dona, si u demanabe la nessessidat de la seua enfermedat. Aixina que aquelles que se van curá van tindre después menos honestidat.
Y ademés, va vindre de alló la mort de mols que si hagueren sigut ajudats se hauríen salvat. Faltaben servíssis que los doléns no podíen tindre y per la forsa de la peste ere tanta a la siudat la multitut de los que de día y de nit se moríen, que fée fredó sentíu di, y mes vóreu. Casi per nessessidat, coses contráries a les costums de los siudadáns van náixe entre los que quedaben vius. Ere costum, aixina com ara encara u veém, que les dones paréns y veínes se ajuntaren a la casa del mort, y allí, en aquelles que mes lo tocaben, ploraben; y per un atra part dabán de la casa del mort en los seus paréns se reuníen los seus veíns y mols atres siudadáns, y segóns la calidat del mort allí veníe lo clero, y lo difún, a muscles dels seus iguals, en un funeral de pompa de sera y cántics, a la iglesia triada per nell abáns de la mort ere portat. Estes coses, después de escomensá a aumentá la ferossidat de la peste, casi del tot o en gran part van pará, y unes atres noves van vindre al seu puesto. Per lo que no sol sense tindre moltes dones al voltán se moríe la gen sino que eren mols los que de esta vida passaben a l’atra sense testigos; y mol poquets ñabíe de aquells que ressibíen les piadoses ploreres y les amargues llágrimes dels seus paréns. Al revés, en ves de llágrimes van sé mes normals les risses y los chistes y lo festejá en compañía. Esta costum, les dones, la habíen adeprés mol be. Y ere mol raro vore cadávers que foren acompañats per mes de deu o dotse dels seus veíns a la iglesia; als que ya no portaben a muscles los honrats y amats siudadáns, sino una espéssie de enterradós eixits de la gen baixa que se féen cridá faquines y féen este servissi cobrán be, ficánse daball del ataúd y portánlo en pressuroses passes, no an aquella iglesia que s´haguere abáns de la mort disposat, sino a la que estabe mes prop lo portaben, detrás de cuatre o sis móssens, en poques llums, y a vegades sense cap. En la ajuda de los faquines, sense cansás en un ofissi massa llarg o solemne, a consevol sepultura desocupada, la que primé trobaben, de terra lo colgaben. De la gen baixa, y potsé de la mijana, lo espectácul encara estabe ple de mes miséria, perque éstos, o per la esperansa o la pobresa retinguts la mayoría a les seues cases, quedánse als seus barris, sen ficaen doléns per milenás cada día, y no sén ni servits ni ajudats per dingú, sense cap redensió se moríen tots. Y mols acababen a la vía pública, de día o de nit; y si se moríen a les seues cases, en la corrompina dels seus cóssos féen sentí als veíns que estaben morts; y entre éstos y los atres que per tot arreu se moríen, una aglomerassió. Ere sobre tot observada una costum per los veíns, moguts mes per la temó de que la corrupsió de los morts no los ofenguere que per l´amor que tingueren als finats. Ells, o sols o en ajuda de algúns portadós cuan ne podíen tíndre, traíen de les cases los cóssos de los morts y los ficaben dabán de les portes (aon, espessialmen pel matí, haguere pogut vore un sensenúmero de ells qui se haguere passejat per allí) y allí féen vindre los ataúds, y va ñabé mols als que per no ñabén los van ficá damún de consevol tauló. Tampoc va sé un sol ataúd lo que se va emportá juntes a dos o tres persones; ni va passá una vegada sol, sen hagueren pogut contá bastantes, que la dona y lo home, dos o tres germáns, o lo pare y lo fill, anigueren juns a la caixa. Y moltes vegades va passá que, anán dos móssens en una creu a per algú, se van ficá tres o cuatre ataúds, portats per portadós, detrás de ella; y aon los retós creíen tindre un mort per a sepultá, sen ajuntaben sis o vuit, o potsé mes. Tampoc eren éstos en llágrimes o llums o compañía honrats, la cosa habíe arribat a tan que igual se cuidabe de los homes que moríen com de les cabres; per lo que va apareixe manifestamen que alló que lo curs natural de les coses no habíe pogut en los seus minuts y raros mals mostrá als sabios que se debíe soportá en passiénsia, u fée la grandesa de los mals hasta en los simples, aprofitats y despreocupats. Per a la gran caterva de morts que a totes les iglesies, tots los díes y casi totes les hores, ere conduída, no ñabíe prou terra sagrada als fossás (y máxime volén doná a cadaú un puesto propi segóns la antiga costum), se féen per los sementeris de les iglesies, después de está tot ple, fósses grandíssimes a les que se ficaben per sentenás los que arribaben, y com se fiquen les mercansíes als barcos en capes apissonades, en poca terra se colgaben hasta que arribabe a ran de terra. Y per a no aná buscán per la siudat tots los detalls de les nostres passades miséries, dic que no tampoc sen va salvá lo campo dels voltáns. Dixán los burgos, que eren pareguts, per poblassió, a la siudat, per les aldees escampades per nell y los campos, los llauradós pobres y les seues famílies, sense meches ni ajuda de criats, per los carrés y per los collets y per les cases, de día o de nit, no com a homes sino com a bésties se moríen. Estos, dixades les costums com a les siudats, no se ocupaben de cap de les seues coses o faenes; y tots, com si esperaren a la mort, se esforsaben en tot lo seu talento no en ajudá als fruits de los animals y de la terra y de los seus passats traballs, sino en gastá tot los que teníen a má. Per lo que los bueys, los burros, les ovelles, les cabres, los gorrinos, los pollastres y hasta los mateixos gossos fiels al home, van sé expulsats de les cases y aventáts per los campos, aon les cullites estaben abandonades, sense sé ni arreplegades ni segades, y los animals campaben per aon los apetíe y se acampaben com podíen; y mols, com si foren rassionals, después de habé pasturat be durán lo día, per la nit sen entornaben fartets a les seues cases sense cap guía de pastó. ¿Qué mes pot dis, dixán lo campo y tornán a la siudat, tanta va sé la crueldat del sel, y potsé en part la de los homes, que entre la forsa de la pestífera enfermedat y per sé mols doléns mal servits o abandonats per la temó que teníen los sanos, a mes de sen mil criatures humanes, entre mars y juliol, se té per sert que dins de los muros de Florencia los va sé arrebatada la vida, que potsé abáns de la enfermedat no se hauríe estimat que ñaguere a dins tanta gen? ¡Oh qué grans palaus, cuántes cases tan majes, cuántes nobles morades plenes per dins de gen, de Siñós y de dames, se van quedá forres hasta de chiquets! ¡Oh cuáns memorables linajes, cuántes amplíssimes herénsies, cuántes famoses riqueses se van vore quedá sense hereu! ¡cuáns valerosos homes, cuántes hermoses dones, cuáns joves ben pitos als que Galeno, Hipócrates o Esculapio hagueren jusgat saníssims, van amorsá en los seus paréns, compañs y amics, y arribat lo tardet van sopá en los seus antepassats a l´atre món!
A mí mateix no m´agrade aná revolcánme entre tantes miséries; per lo que, dixán les que puc evitá, dic que, están la nostra siudat de habitáns casi forra, va passá, aixina com yo u vach sentí a una persona digna de fe, que a la venerable iglesia de Santa María la Nova, un dimats de matí, no ñabén casi cap atra persona, sentits los divinos ofissis en hábits de dol, com demanáben éixos tems, se van trobá sat dones joves, unides o per amistat o per vessindat o per sé familia, de les que cap habíe passat los vin añs ni ne teníen menos de devuit, discretes totes y de sang noble y hermoses de figura, adornades en robes, y honestes. Los seus noms diría yo com cal si una justa raó no me impediguere féu, no vull que per les coses contades de elles que vénen ara, y per lo escoltat, cap pugue avergoñís mes abán, están avui una mica mes restringides les leys del plaé que allacuanta, per les raóns abáns dites. Ni tampoc vull doná materia als envejosos (disposats a deshonrá tota vida loable), de disminuí de cap manera la honestidat de les valeroses dones en converses desconsiderades. Pero, sin embargo, per a que alló que cada una va di se pugue compéndre sense confusió, en noms conveniéns a la calidat de cada una, les nombraré: La primera, y la de mes edat, se dirá Pampínea, la segona Fiameta, Filomena la tersera, la cuarta Emilia, Laureta la quinta, la sexta Neifile, y la radera, la séptima, Elisa.

Estes mosses se van ajuntá a una de les parts de la iglesia com preparades a sentás en corro, y después de mols suspiros, dixán de resá padrenuestros, van escomensá a cavilá sobre la condissió de los tems moltes y variadas coses; y después de un rato, callán les demés, aixina va escomensá a parlá Pampínea:

- Vatres podéu, volgudes Siñores, tan com yo habé sentit moltes vegades que a dingú ofén qui honestamen fa ús del seu dret. Natural dret es de tots los que náixen ajudá a conservá y deféndre la seua propia vida tan com poden, y consedíume aixó, ya que alguna vegada ya ha passat que, per conservála, se hayguen matat homes sense cap culpa. Y si aixó consedixen les leys, que regulen lo bon viure de tots los mortals, honesto es que, sense oféndre a dingú, natros y consevol atre, faiguém aná los micháns que pugám per a la conservassió de la nostra vida. Sempre que me fico a considerá les nostres acsións de este matí y les ya passades y penso cuáns y quins són los nostres pensaméns, compreng, y vatres igual u podéu compéndre, que cada una de natros tingue temó per nella mateixa; y no me maravillo per naixó, me admiro de que passánmos a totes lo tindre sentimén de dona, no agarrém alguna compensasió de alló que en raó temém. Estém vivín aquí, al meu paréixe, com si vullguérem y tinguérem que sé testigues de cuans cóssos morts se porten a la sepultura, o escoltá si los flares de aquí dins (lo número de ells ya casi ha arribat a cero) cánten los seus ofissis a les hores que toque, o mostrá a consevol que aparégue, per los nostres hábits, la calidat y la cantidat de les nostres miséries. Y, si eixím de aquí, o veém cóssos morts o doléns portats per los carrés, o veém aquells a qui per los seus crímens o maleses la autoridat de les públiques leys ha condenat al exili, burlánse de elles perque van sentí que los seus ejecutós estaben morts o doléns, y en violénsia y fogosidat recórren la siudat, o als merdes y brossa de la nostra siudat sentí que los diuen faquines, y sentí cansonetes deshonestes que mos insulten. Y no sentím mes que «estos están morts», y «tals atres están morínse»; y si ñaguere qui puguere féu, per tot arreu sentiríem doloroses ploreres. Y si a les nostres cases torném, no sé si a vatres com a mí tos passe: yo, de familia numerosa, no vach trobá datra persona an ella mes que a la meua criada, me esglayo y séntigo que me se esturrufen los pels, y me pareix, aon sigue que vach o me quedo, vore la sombra de los que han mort, y no en les cares que solíen tindre, sino en un aspecte horrible, monstruós, no sé aón adquirit, y me espanto. Tan aquí com fora de aquí, y a casa, me trobo mal, y mes ara que me pareix que no ña cap persona que encara tingue pols al señ y puesto aon aná, com tením natros, dingú que se haygue quedat aquí mes que natres. Y hay sentit y vist moltes vegades que si algúns ne queden, aquells, sense fé cap distinsió entre les coses honestes y les que no u són, sol en que les ganes lay demánon, y sols o acompañats, de día o de nit, fan lo que milló sels oferix; y no sol les persones libres sino tamé les tancades als monasteris o convéns, convensudes de que los convé alló, trencades les leys de la obediénsia, se donen a delíssies carnáls, de esta manera pénsen salvás, y se han fet lujurioses, cachondes y depravades. Y si aixina es, com se veu, ¿qué fem aquí natros?, ¿qué esperám?, ¿qué ensomiám? ¿Per qué tením mes perea y som mes lentes per a la nostra salvassió que tots los demés siudadáns? ¿mos reputém de menos valor que tots los demés?, ¿o creém que la nostra vida está lligada en cadenes mes fortes al nostre cos que les de los atres? Estém equivocades, mos engañám, qué tontes som si u creém aixina. Tan com vullguém recordá cuáns y quins han sigut los joves y les dones vensuts y vensudes per esta cruel pestilénsia, tindrém una demostrassió claríssima. Y per naixó, no sé si tos pareixerá a vatres lo que a mí me pareix: yo penso que, aixina com mols u han fet abáns que natros y fan, ixquém de esta terra y anigám a les nostres viles del campo (totes ne tením) y allí tingám festa, alegría y plaé sense traspassá lo límit de lo raonable. Allí se sénten cantá los muixonets, se veuen verdejá los collets y los plans, y les finques plenes de blat, sivada y avena fan oles com lo mar y ñan moltes classes de ábres, y lo sel es mes cla y blau y ubert. Lo sel, per mol enfadat que estigue, no mos negue les seues belleses eternes, que mol mes majes són que los muros de la nostra siudat. Y es allí, ademés, lo aire mes fresquet y puro, y de les coses que són nessessáries a la vida ña allí mes abundánsia, y ñan menos de les que estorben: perque allí, encara que tamé se móriguen los llauradós com aquí los siudadáns, ofén menos, perque ñan menos cases y habitáns que a la siudat. Y aquí, per un atra part, si u vech be, no abandoném a dingú, abáns podém en verdat di que ham sigut abandonades: perque los nostres, o morínse o fugín de la mort, com si no siguérem seues mos han dixat en tanta pena. Cap reproche pot fes a seguí este consell, mentres que lo doló y lo disgust, y potsé la mort, podríen víndremos si no lo seguim. Y per naixó, si tos pareix, en les nostres criades y fénmos seguí de les coses oportunes, avui an este puesto y demá an aquell, la alegría y la festa que an estos tems se pugue crec que estará be que les disfrutém; y que mos estiguém allí hasta que veigam (si primé la mort no mos alcanse) quin final reserve lo sel an estes coses. Y enrecordéuton que no es res roín anámon honestamen cuan gran part de los atres deshonestamen se queden.
Habén escoltat a Pampínea les atres dones, no sol van alabá lo seu raonamén y consell sino que, en dessich de seguíl, habíen ya entre elles escomensat a considerá lo modo de féu, com si al eixecás de aon estaben assentades inmediatamen hagueren de ficás en camí. Pero Filomena, que ere discretíssima, va di:
- Siñores, per mol ben dit que haigue estat lo raonamén de Pampínea, no ham de córre a féu aixina com pareix que voléu. Tos recordo que som totes dones y no ña cap tan chiqueta com per a no sabé cóm se gobernen les dones juntes sense la providénsia de cap home. Som caprichoses, abalotadores y abalotades, desconfiades, temoriques y apocades, coses per les que mol dudo que, si no agarrém un atra guía mes que la nostra, se desfará esta compañía mol pronte y en menos honor per a natros del que siríe menesté: y per naixó bo es péndre providénsies abáns de escomensá.
Va di entonses Elisa:
- En verdat los homes són lo cap de la dona y sense la seua direcsió poques vegades arribe alguna de les nostres obres a un fin loable: pero ¿cóm podém trobá estos homes? Totes sabém que de los nostres están la mayoría morts, y los atres que viuen s´han quedat un aquí y un atre allá, sense que sapigám aón, fugín de alló de lo que natros tamé volém fugí, y lo admití a extrañs no siríe convenién; per lo que, si volém córre detrás de la salut, mos convé trobá lo modo de organisámos de tal manera que allí aon volém trobá gust y repós no trobém disgust y escándol. Mentres les dones estaben en estos raonaméns, entren a la iglesia tres joves, que no u eren tan per a que no tinguere lo menos vintising añs lo mes jove: ni la calidat y perversidat de los tems, ni la pérdua de amics y de paréns, ni la temó habíe pogut extinguí l´amor en ells, ni siquiera arrefredál. A un li díen PánfiloFilostrato lo segón y lo radé Dioneo, tots amables y cortesos; y estaen buscán a les seues dames, que estaben entre les sat nomenades, y les atres eren paréns de algún de ells. Pero primé van arribá ells als ulls de éstes que éstes van sé vistes per nells; per lo que Pampínea, entonses, sonrién va escomensá:

- La fortuna mos es favorable y mos ha ficat dabán an estos joves valerosos que mos farán en gust de guíes y criats.
Neifile, entonses, que se habíe ficat tota roija de vergoña perque ere una de les amades per los joves, va di:
- Pampínea, per Déu, mira lo que dius. Reconeixco que només coses bones poden dis de consevol de ells, y crec que poden oferí bona y honesta compañía no sol a natros sino a datres mol mes hermoses y estimades del que natros som; pero com es cosa manifesta que están enamorats de algunes de les que aquí están, ting temó de que mos seguixquen difamassións y reproches, sense tindre cap culpa ni natros ni ells, si mols emportém en natros.
Va di entonses Filomena:
- Ixo rai; allá aon yo honestamen viga y no me rossego la consiénsia, que parlo qui vullgue en contra: Déu y la verdat agarrarán per mí les armes. Pos, si estigueren disposats a vindre podríem di en verdat, com Pampínea va di, que la fortuna mos es favorable.

Les demés, sentín an estes parlá aixina, de acuerdo van di totes que foren cridats y sels diguere la seua intensió; y los rogaren que vullgueren tíndreles per compañía al viache. Per lo que, sense mes paraules, ficánse de peu Pampínea, que per consanguinidat ere parenta de un de ells, se va atansá cap an ells, que estaben parats com estaquirots miránles y, saludánlos en alegre gesto, los va fé manifesta la seua intensió y los va rogá en nom de totes que en puro y fraternal ánimo vullgueren tíndreles com a compañía. Los joves van creure primé que los fee la burla, pero después van vore que la dama parlabe en serio y van declará alegremen que estaben preparats, y sense mes tardansa, van doná órdens del que s´habíe de fé per a prepará la partida. Y ordenadamen fen prepará totes les coses oportunes y enviades aon ells volíen aná, en son demá de matí, aixó es, en dimecres, al clarejá lo día, les dones en algunes de les seues criades y los tres joves en tres dels seus criats, eixín de la siudat, se van ficá en camí, y no mes de dos milles se habíen alluñat de ella cuan van arribá al puesto primé dessidit. Estabe tal puesto a lo alt de una montañeta, per tot arreu una mica separat dels camíns, ñabíen diferéns arbustos, abrets, ábres y plantes, tots y totes verts y verdes, frondosos y frondoses y agradables de mirá; a la punta del puch ñabíe una masada en un gran y hermós pati al mich, y en galeríes y en sales y en alcobes totes elles bellíssimes y adornades en alegres pintures dignes de sé mirades, en pradets al voltán y en jardíns maravillosos y en pous de aigua fresquíssima y en bodegues plenes de pressiats vins: coses mes apropiades per als bons bebedós que per a les sobries pero no abstémies y honrades dones. La masada, ben agranada y en les alcobes y los llits fets, y plena de cuantes flos se podíen trobá a la estassió, y alfombrada en rames de jungs escampadetes, va ressibí la compañía que arribabe. Y al reunís per primera vegada, va di Dioneo, que mes que cap atre jove ere agradable y ple de ingenio:

- Siñores, la vostra discressió mes que la nostra previssió mos ha guiát aquí; yo no sé qué es lo que intentéu fé als vostres pensaméns: los meus los hay dixát yo a dins de les portes de la siudat cuan en vatres hay eixit de ella, y per naixó o vatres tos disposéu a entretíndretos y a riure y a cantá en mí (tan, dic, com convé a la vostra dignidat) o me donéu llissensia per a que a per los meus pensamens men entorna y me queda an aquella siudat desolada.
A lo que Pampínea, com si s´haguere desfet de tots los seus pensamens, va contestá alegre:
- Dioneo, mol be parles: ham de viure en alegría, pos les tristeses mos han fet fugí. Pero com les coses que no tenen orden no poden durá mol tems, yo que vach sé la inissiadora de los contactes per los que se ha format esta bona compañía, pensán en la continuassió de la nostra alegría, estimo que es de nessessidat triá entre natros an algún com a prinsipal a qui honrém y faigám cas com a superió, pero que tots los seus pensaméns se dirigíxquen a fémos viure alegremen. Y per a que tots próbon lo pes de les preocupassións jun en lo plaé de la autoridat, dic que a cadaú per un día se li dono lo pes y en ell lo honor, y quí sirá lo primé de natros se faigue per elecsió de tots. Los que continuarán, al arrimás la nit, sirán aquell o aquella que vullgue lo Siñó o Siñora del día, y los Siñós, segóns lo seu arbitri, durán lo día del seu señorío, ordenarán lo modo en que ham de viure. 

Estes paraules van agradá y a una veu la van triá com a Reina del primé día, y Filomena, corrén mol depressa cap a un lloré, perque moltes vegades habíe sentit parlá de cuán honor donáe a qui ere en lloré coronat, agarrán algunes rames, va fé una guirnalda o corona ben arreglada y lay va ficá damún de la coroneta. Va sé alló, mentres va durá aquella compañía, manifest signo a tots los demés del Real Señorío y privilegio. Pampínea, feta Reina, va maná que tots callaren, y habén fet ya cridá allí als criats de los tres joves y a les seues criades; y callán tots, va di:

- Per a doná lo primé ejemplo a tots vatros, per a que la nostra compañía en orden y en plaé y sense cap deshonor vixque y duro tan com pugám, nombro primé a Pármeno, criat de Dioneo, lo meu senescal, y an ell encomano lo cuidado y la solissitut per a tota la nostra familia y lo que perteneix al servissi de la sala. Sirisco, criat de Pánfilo, vull que sigue administradó y tessorero y que seguixque les órdens de Pármeno. Tíndaro, al servissi de Filostrato y de los atres dos, que se ocupo de les seues alcobes cuan los atres, ocupats en los seus ofissis, no puguen ocupás. Misia, la meua criada, y Licisca, de Filomena, estarán seguit a la cuina y prepararán les viandes que digue Pármeno. Quimera, de Laureta, y Estratilia, de Fiameta, volém que estiguen pendentes del gobern de les alcobes de les dames y de la llimpiesa de los puestos aon estiguém. Y a tots en general, volém y los ordenám que se guardon, aon sigue que vaiguen, de consevol puesto del que tornon, consevol cosa que séntiguen o veiguen, y de portá de fora cap notíssia que no sigue alegre. -

Y donades estes órdens, eixecánse de peu, va di:
Aquí ñan jardíns, aquí ñan prats, aquí ñan atres puestos mol bons, per los que vaigue cadaú al seu gust a esparsís; y al sentí lo toque de tersia, tots estiguen aquí per a minjá a la fresca.
Despedida, pos, per la ressién Reina, la alegre compañía, los joves y les belles dones, parlán de coses agradables, en pas lento, sen van aná per un jardí fénse hermoses guirnaldes de flos y fulles y cantán amorosamen. Y después de habé passat aixina lo rato que los habíe sigut consedit per la Reina, tornán a la masada, van vore que Pármeno habíe escomensat lo seu ofissi, per lo que, al entrá a una sala de la planta baixa, allí van vore les taules parades en mantels blanquíssims y en tasses que pareixíen de plata, y totes les coses cubertes de flos y de rames de ginesta; per lo que, rentánse tot les máns, com li va apetí a la Reina, segóns lo juissi de Pármeno, tots van aná a assentás. Les viandes delicadamen fetes van arribá y van sé escansiats vins finíssims, y en silénsio los tres criats van serví les taules. Alegrats tots per estes coses, que eren hermoses y ordenades, en plassenté ingenio y en festa van minjá; y eixecades les taules, com totes les dames sabíen ballá los danzes de carola, y tamé los joves, y part de ells tocá y cantá mol be, va maná la Reina que vinguéren los instruméns: y per orden seua, Dioneo va agarrá un laúd y Fiameta una viola, y van escomensá a tocá una dansa suave. Per lo que la Reina, en les atres dames, agarránse de la má en corro en los joves, com si fore una sardana o un ball sardo, en pas lento, enviáts a minjá los criats o sirviéns, van escomensá una carola: y cuan la van acabá, van cantá cansóns amables y alegres. Y aixina van passá tan tems com a la Reina li va pareixe, antes de maná que sen teníen que aná a dormí; donán a tots llisénsia, los tres joves a les seus alcobes, separades de les de les mosses, sen van aná. En los llits ben fets y tot ple de flos com la sala se van trobá. Igualmén les seues les dames, per lo que, despullánse, se van gitá a dormí.
No fée mol que habíe sonat nona cuan la Reina, eixecánse, va fé eixecás a tots los demés, afirmán que ere roín dormí massa de día. Van amorsá be y van passá lo rato, y después sen van aná a un prat aon la herba ere verda y alta y lo sol no podíe entrá ni per cap regata; y allí, aon se sentíe un suave airet, tots se van assentá en corro sobre la verda herba tal com la Reina va volé. Y ella los va di:
- Com veéu, lo sol está alt y la caló ya aprete, y res se sen mes que les chicharres als olivés o les oliveres, per lo que aná ara a consevol puesto siríe sense duda tontería. Aquí estem be y fresquets, y ñan, com veéu, tableros y pésses de ajedrez, y cadaú pot, segóns lo que al seu ánimo li dono mes plaé, chalá. Pero si tos vinguere en gana, podríem contámos cuentos y aixina passaríem esta calenta part del día. Cuan haigáu acabat tots de contá una história cadaú, lo sol ya haurá baixat y haurá menguat la caló, y podríem aná a entretíndemos aon mes gust mos dono; y per naixó, si aixó que hay dit tos agrade (ya que estic disposada a seguí lo vostre gust), fému; y si no tos apetiguere, que faigue cadaú lo que mes li agrado hasta la hora de véspres. Les dones y tots los homes van alabá lo novelá.

- Entonses - va di la Reina - , si tos apetix, an esta primera jornada vull que cadaú parlo del que mes li chauche.
Y girada cap a Pánfilo, que estabe assentat a la seua dreta, amablemen li va di que en una de les seues históries escomensare; y Pánfilo, sentit lo mandato, rápidamen, y sén escoltat per tots, va escomensá aixina:

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