Mostrando las entradas para la consulta puesto ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta puesto ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

sábado, 1 de diciembre de 2018

Javier Giralt Latorre

El catalán noroccidental a ambos lados de la frontera.

(Javier Giralt Latorre)

Una nota molt significativa:

""10. Es muy probable, como plantea Vicent de Melchor (2010: 19), que los funcionarios del Estado llegados a este territorio durante el siglo XIX, al topar con una lengua desconocida, tuvieran la necesidad de «bautizar» la nueva realidad lingüística y lo hicieran a la manera colonial, es decir, de una forma peyorativa, con el nombre de chapurreado.
No obstante, matiza Melchor que dicha denominación no se refería en su origen al catalán local, sino al castellano que los habitantes de este territorio de Aragón fronterizo con Cataluña lograban articular, el cual estaría plagado, como es natural, de catalanismos.

Javier Giralt Latorre, lingüística, canalla, fluix, merda, catalanista, brossa, Albelda
Javier Giralt Latorre, amiguet de Ignacio Sorolla Vidal

Cómo se puede ser tan idiota y trabajar en la universidad de Zaragoza? Este tío no sólo es flojo en lingüística, sino un canalla.

fluixet en Lingüística, un canalla o les dos coses

La distinsió entre llengua y dialecte se base normalmén mes en lo sossial y lo polític que en bases puramen lingüístiques. Per ejemple, diferéns variáns del chino son popularmen considerades com a dialectes, encara que los seus parláns no se poden entendre entre ells. Pero parláns de sueco y noruego, que están considerats com llengües separades en general se poden entendre.

Entre Alemania, Suiza y Austria tamé passe, a la tele fiquen subtituls perque sinó la gen de per ejemple Hannover no entén lo Schweizer Deutsch, alemán suizo. Yo enteng sol algunes paraules del alemán suizo, lo demés me se pert. Apart ñan dialectes com lo Bayerisch a Bayern, Baviera, Hessisch a Hessen, aon estic, pero no lo enteng. En entendre bastán alemán ya ne ting prou.



Dicsionari "Lou Tresor dóu Felibrige", de Frédéric Mistral, pg 528.

CHAMPOUIRAU (rom. Champoiral) n. de l. et s.m. Champoiral (Gard) On appelle ansi "champouirau" ou "champourrau" un jargon composé d'espagnold'italien, de portuguès et de provençal, parlé par des étrangers que frequentent nos côtes. On donne le même nom à ces étrangers.  / Som chapurriaus / Aón está lo catalá an esta frase? A cap puesto.

Traducsió al castellá:

CHAMPOUIRAU (rom. Champoiral) n. del. y s.m. Champoiral (Gard) Llamamos así "champouirau" o "champourrau" una jerga compuesta de español, italiano, portugués y provenzal, hablada por extranjeros que frecuentan nuestras costas. A estos extraños se les da el mismo nombre. Dónde está el catalán en esta frase? En ningún sitio.

//

En consecuencia, lo que en realidad chapurreaban era el castellano y no el catalán, puesto que era la lengua propia. Sin embargo, con el tiempo y sobre todo desde la escuela, este nombre fue adoptado por los habitantes de la Franja del meu cul y arraigó como designación de la lengua catalana autóctona.

//

Repetín mentires la gen se les creu. Ahí al muro de Alberto Moragrega Julián, home de la Margarita Celma Tafalla, vach vore algo paregut, se veu que los loros sol saben repetí lo que los atres pajarracos los diuen. 

lenguas España, instituto Valderrobres




Lèxic de la Llitera es un repertorio lexicográfico que tiene como objetivo profundizar en el conocimiento de las hablas de La Litera, con lo que tienen de particular en relación con el catalán y el castellano. Todos los materiales que se incluyen en esta obra son de procedencia oral. En este vocabulario se ha puesto en práctica una especie de ecodialectología -usando palabras del profesor, Veny-, porque se han introducido los términos que designan actividades e instrumentos tradicionales hoy desaparecidos o prácticamente desusados de las hablas de La Litera. Este léxico no tiene carácter normativo ni prescriptivo, sino que tiene un enfoque estrictamente descriptivo, respetando la información proporcionada por los hablantes.
// Li has preguntat a Durán Lleida? JA JA JA !! :) :) //

Lenguas minoritarias en Europa y estandarización

  • ISBN-13: 978-8417358693

Lenguas minoritarias en Europa y estandarización

Este volumen recoge las ponencias que se impartieron en el curso extraordinario de la Universidad de Zaragoza titulado Lenguas minoritarias en Europa y estandarización, celebrado en Jaca en 2017.
En sus páginas se ofrece un acercamiento a los procesos de normativización que han experimentado ―y todavía experimentan― algunas de las lenguas minoritarias de Europa, las propias de la Comunidad Autónoma de Aragón y las más próximas a ella (gallego, asturiano, euskera, occitano, dialecte occitan catalan y aragonés)
/ valensiá NO, claro, mallorquí tampoc /

occitano, catalán, Xavier es un jove que ha complit vint ans amb decisions de far obras traballant a París
Abans de Pompeyo, en catalá tamé ere OBRAS, en A.

, y, al mismo tiempo, se aportan las claves para entender que un proceso de estandarización se convierte en un camino plagado de dificultades y que bien poco se puede avanzar si todas las partes implicadas no muestran la firme voluntad compartida de solventarlas. Todo ello permite comprender mucho mejor las medidas que el Gobierno de Aragón, en particular, está adoptando actualmente en favor del aragonés y del catalán de Aragón.

ARGUMENTOS DE VENTA

La obra que se presenta está dirigida tanto a especialistas como a interesados en las lenguas minoritarias de Europa. En síntesis, es un compendio de las colaboraciones de quienes participaron en el curso extraordinario de la Universidad de Zaragoza con el mismo título, en las cuales se analiza el proceso de estandarización de las lenguas minoritarias de la Península Ibérica. 

ENLACE DESCARGA 


Giralt Latorre, Javier ; Nagore Laín, Francho
2018
Prensas de la Universidad de Zaragoza 

Resumen:

Durante los días 19, 20 y 21 de julio de 2017 se impartió en el marco de la Residencia Universitaria de Jaca el curso extraordinario de la Universidad de Zaragoza titulado Lenguas minoritarias en Europa y estandarización, dirigido por los Dres. Francho Nagore Laín (Profesor Titular de Lengua Española) y Javier Giralt Latorre (Profesor Titular de Filología Catalana), en quienes el Vicerrectorado de Cultura y Proyección Social de la Universidad de Zaragoza y la Dirección General de Política Lingüística del Gobierno de Aragón habían depositado su confianza para la organización del mismo. La idea inicial que se nos transmitió fue que ideáramos una propuesta que se ocupara de las lenguas minoritarias de Europa, con absoluta libertad para enfocarla como mejor consideráramos. El campo de posibilidades que se nos abría era inmenso, por cuanto las lenguas que en Europa podemos calificar como minoritarias o regionales son numerosas. Debíamos acotar, pues, el ámbito de estudio y pensamos que era preferible dedicar el curso a las lenguas minoritarias de España, sencillamente porque así se circunscribía a una realidad lingüística mucho más próxima, sin duda alguna, a los posibles interesados en el mismo. También decidimos limitar su temática, dado que eran inabarcables los aspectos que se podían abordar en relación con cada una de dichas lenguas, y creímos que el de la estandarización era especialmente adecuado en aquellos momentos por la experiencia que se ha vivido en la Comunidad Autónoma de Aragón en relación la ortografía del aragonés. Hablar de normativización de lenguas minoritarias supone tener presente que nos referimos a lenguas que han estado desposeídas de las prerrogativas y del apoyo que otras (mayoritarias) han tenido por parte de un estado. Después de haber vivido épocas de normalidad en sus respectivos territorios, dichas lenguas se han convertido en lenguas minorizadas, es decir, lenguas que, además de menguadas en cuanto al número de hablantes y limitadas en lo que respecta a los usos, se han visto privadas de muchos de los derechos o las funciones habitualmente reconocidos a las lenguas normalizadas.

Sie manifesta cosa a tots homèns. El català del segle XIV en textos notarials de (Estudios)

Sie manifesta cosa a tots homèns.
El català del segle XIV en textos notarials del Matarranya.


Al texto de aquí baix, miréu : Sie - sian / tots - tots / homèns - omnes / a que pareix chapurriau este texto? Pos es aragonés antic, del 1196.

Lo bo es que Francho Nagore Laín no lo fa baixá del burro, está massa ocupat en la normatibizazion de la fabla batúa Frankenstein a la que diuen aragonés y contán los dinés que li passen desde Cataluña.

als presentz

Als presentz, als que son per venir, for durable que tots los omnes qui son e seran en Osca de dintz los murs d'esta terra sian salps e segurs de tots lurs enemics, e aquel que enuayará ad altre o fará de mays ad algún d'els en alguna cosa, sian pris e tot lo poble venguia se d'el.

//

La documentació dels arxius aragonesos que conserven originals redactats en català no permet, en la majoria dels casos, remuntar-se més enllà del segle XIV; per aquest motiu, tant des d’una perspectiva filològica com històrica, els documents de la baixa edat mitjana, en particular, i la resta de testimonis que es custodien en els fons aragonesos, en general, contribueixen a la recopilació de referències essencials sobre la llengua antiga de l’Aragó catalanòfon. En la present publicació s’ofereix l’edició de 50 manuscrits en pergamí del segle XIV, en els quals són protagonistes els pobles i la gent del Matarranya (Terol), i s’hi analitza la llengua catalana reflectida en aquella scripta. Tot i que, en general, no s’hi perceben particularitats lingüístiques notables, almenys si es contrasten els textos amb altres de la mateixa sincronia, no hi ha dubte que aquesta recerca esdevé una aportació fonamental per conèixer l’estat del català en aquella època dins un territori administrativament aragonès.

miércoles, 6 de enero de 2021

Lo Camí, VII.

VII.

Entre ells tres no cabíen les discussións. Cadaú acatabe lo puesto que li corresponíe a la pandilla. Daniel, lo Mussol, sabíe que no podíe imposás al Moñigo, encara que tinguere una inteligensia mes desperta que la seua, y Germán, lo Tiñós, reconeixíe que estabe per deball dels atres dos, a pesá de que la seua experiensia en muixóns ere mol mes sutil y vasta que la dells. La prepotensia, aquí, la determinabe lo bíceps y no la inteligensia, ni les habilidats, ni la voluntat. Después de tot, alló ere una cosa raonable, pertinén y lógica. Daniel, lo Mussol, ere lo únic capás de alcansá los trens de mercansíes en ple aufec de pujada y encara los mixtos si no veníen descarregats o en una máquina nova.
Lo Moñigo y lo Tiñós corríen menos que ell, pero les cames ligeres tampoc justificaben una primassía. Representabe una estimable cualidat, pero sol assó. A les tardes dels domenges y durán les vacassións del estiu los tres amics frecuentaben los prats y los montes y lo rogle de les birles y lo riu. Los seus entreteniméns eren variats, cambiáns y una mica salvaches y elementals. Es fássil trobá diversió, an eixa edat, a consevol puesto. En les masseches féen, a vegades, terribles carnisseríes de tords, merles y gribes. Germán, lo Tiñós, sabíe que los tords, les merles y les gribes, de la mateixa familia, se trobaben milló que a datra part, a les gabarreres y a les bardisses, a les hores de caló. Pera matáls als abres o a la vía, enchampánlos encara mich adormits, ere pressís matiná. Per assó preferíen buscáls en plena canícula, calina, cuan los animals féen la michdiada en perea entre la malea. Lo tiro ere, aixina, mes curt, lo blanco mes reposat y la pessa ressultabe mes segura. Pera Daniel, lo Mussol, no existíe cap plat mes selecto que los tords en arrós. Si ne cobrabe un li agradabe, inclús, desplomál ell mateix y de esta forma va pugué vore un día que casi tots los tords teníen miseria deball de les plomes. Li va dessepsioná la resposta del Tiñós al comunicáli lo seu maravillós descubrimén.

- ¿Ara ten enteres? Casi tots los muixóns tenen brutíssia deball de les plomes. Segóns mon pare, a mí me va apegá les calves un mussol. Daniel, lo Mussol, se va fé lo propósit de no intentá mes descubriméns en los muixóns. Si volíe sabé algo dells ressultabe mes cómodo y rápit preguntálay al Tiñós. Datres díes anaben al corro de birles a jugá una partida. Aquí, Roc, lo Moñigo, los aventajabe de forma contundén. De res servíe que los dixare una apressiable ventaja inissial; al acabá la partida, ells apenes se habíen mogut de la puntuassió obtinguda de grassia, mentres lo Moñigo rebassabe, sense esfors, lo máxim. An este joc, lo Moñigo demostrabe la forsa y lo pols y la destresa de un home ya dessarrollat. Als campeonats que se selebraben per a la Virgen, lo Moñigo - que partissipabe en casi tots los homens del poble - may se classificabe per deball del cuart puesto. San germana la Sara se sulfurabe per esta precossidat.

- Bestia, bestia - díe -, que sirás mes bestia que ton pare.

Paco, lo ferré, la mirabe en ulls esperansats.

- Aixina u vullgue Deu - afegíe, com si resare.

Pero, potsé, aon los tres amics trobaben un entretenimén mes inténs y complet ere al riu, al atre costat de la tasca de Quino, lo Manco. Se obríe, allí, un prat mol gran, en una carrasca grandíssima al mich, y, al fondo, una escarpada muralla de roca viva que los independisabe del resto de la vall. Enfrente de la muralla estabe la Badina del Inglés y, uns metros mes aball, lo riu se desllissabe entre roques y códuls, en poca fondaria.
An esta sona peixcaben cangrejos a sarpeta, en la ma, eixecán en cuidadet los bolos y pessigán en forsa als animalets per la part mes ampla de la clasca, la crosta de los crustáceos, mentres estos se retortigaben y obríen y tancaben patosamen les seues pinses en un radé intento de evasió inútil. Atres vegades, al Toll del Inglés, peixcaben sentenás de peixets que navegaben en bangs tan numerosos que, assobín, les aigües negrejaben per la seua abundansia. Només calíe aviá a la badina una caña en consevol sebo artifissial de colós chillóns pera enchampáls a dotsenes. Lo roín va sé que, 
degut a la abundansia y a la fássil peixca, los sagals van escomensá a subestimáls y van acabá despressiánlos del tot. Y tamé passabe en les sireres de alborsé, serves, mores y avellanes silvestres. Cooperabe no poc a fomentá este desdén lo fet de que don Moissés, lo maestre, preferiguere als estudiáns que passaben tontamen les seues hores libres arreplegán mores o serves pera obsequiá en elles a les seues mares. O be, peixcán madrilles. Y, per si aixó fore poc, estos mateixos sagals eren los que al final de curs obteníen diplomes, puntuassións de sobressaliente y mensións honorífiques. 

Roc, lo Moñigo, Daniel, lo Mussol, y Germán, lo Tiñós, sentíen per nells un desdén tan fondo per lo menos com lo que los inspiraben les mores, les serves y les madrilles.
A les tardes bascoses de estiu, los tres amics nadaben a la Badina del Inglés. Constituíe un plaé inigualable sentí la pell en contacte directe en l´aigua, refrescánse. Los tres nadaben a gosset, esquichán y removén les aigües de tal manera que, mentres durabe la inmersió y los cabussóns, no se barruntabe, sen metros riu aball y uns atres tans riu amún, la mes insignificán siñal de vida. Una de estes tardes, mentres se secaben, tombats al sol al prat de la carrasca, Daniel, lo Mussol, y Germán, lo Tiñós, se van enterá de lo que volíe di tindre lo ventre sec y de lo que ere un aborto. Teníen, entonses, set y vuit añs, respectivamen, y Roc, lo Moñigo, se tapabe en uns calsonsillos recusits en lo de detrás dabán y lo Mussol y lo Tiñós se bañaben en pilota picada perque encara no los habíe naixcut la vergoña. Va sé Roc, lo Moñigo, qui los hi va despertá aquella mateixa tarde. Sense sabé encara per qué, Daniel, lo Mussol, relassionabe tot aixó en una conversassió tinguda en sa mare, cuatre añs abáns, al amostráli ell la estampa de una exuberán vaca holandesa.

- Qué maja, ¿verdat, Daniel? Es una vaca lechera - va di sa mare.

Lo chiquet la va mirá tot parat. Ell sol habíe vist lleit a les cassoles, peroles, lecheres y cantes.

- No, mare, no es una vaca lechera; mira, no té cantes - va di.

La mare sen enríe silensiosamen de la seua ingenuidat. Sel va ficá a la faldeta y li va aclarí: - Les vaques lecheres no porten cantes, fill.
Ell la va mirá de frente pera adiviná si lo engañabe. Sa mare sen enríe. Va intuí Daniel que algo, mol amagat, ñabíe detrás de tot alló. Encara no sabíe que existiguere "aixó", perque sol teníe tres añs, pero en aquell momén u va pressentí.

- ¿Aón porten la lleit entonses, mare? - va indagá, en un afán de aclaríu tot.

Sa mare sen enríe encara. Va farfallá una mica, sin embargo, al contestáli:

- A... La pancha, claro - va di. Com una explosió va ressoná la perplejidat del chiquet:

- ¿Quééééé?

- Que les vaques lecheres porten la lleit a la pancha, Daniel - va afegí ella, y li apuntabe en la chata ungla lo mamellám preto de la vaca de la estampa. Va dudá un momén Daniel, lo Mussol, mirán les mamelles esponjoses; va siñalá lo mugró.

- ¿Y la lleit ix per eixe gra? - va di.

- Sí, fillet, per eixe gra ix.

Aquella nit, Daniel no va pugué parlá ni pensá en atra cosa. Intuíe en tot alló un misteri

velat pera nell, pero no pera sa mare. Ella sen enríe com no solíe enríuressen datres vegades, al preguntáli atres coses. Paulatinamen, lo Mussol sen va aná olvidán de alló. Mesos después, son pare va comprá una vaca. Mes tart va vore les vin vaques del boticari y les va vore muñí. Daniel, lo Mussol, sen enríe mol después, sol de recordá que se habíe pensat que les vaques sense cantes no donaben lleit.

Aquella tarde, al prat de la carrasca, a la vora del riu, mentres lo Moñigo parlabe, ell sen va enrecordá de la estampa de la vaca holandesa. Acababen de bañás y un airet afilat los secabe lo cos en fredes llengüetades. Encara aixina, flotabe una calina apegalosa al ambién. Tombats pancha per amún al prat, van vore passá per damún dells un muixó mol gran.

- ¡Mireu! - va chillá lo Mussol -. Seguramen sirá la sigüeña que espere la mestra de La Cullera. Va en eixa direcsió.

Va tallá lo Tiñós: - No es una cigüeña; es una grulla. Lo Moñigo se va assentá a la herba apegán los labios en un gesto furo y enfurruñat. Daniel, lo Mussol, va contemplá en enveja cóm se unflabe y desunflabe la seua enorme pitralera.

- ¿Qué dimoni de sigüeña espere la maestra? ¿aixina estéu encara? - va di lo Moñigo.

Lo Mussol y lo Tiñós se van eixecá tamé, assentánse a la herba. Los dos miraben

anheláns al Moñigo; intuíen que algo los diríe de "aixó". Lo Tiñós li va doná peu.

- ¿Quí porte los chiquets, entonses? - va di.
Roc, lo Moñigo, se manteníe serio, consién de la seua superioridat en aquell momén.

- Lo parí o criá - va di, sec, rotundo.

- ¿Lo criá? - van preguntá, a dúo, lo Mussol y lo Tiñós.

L´atre va remachá:

- Sí, lo parí. ¿Hau vist alguna vegada criá a una conilla? - va di.

- Sí.

- Pos es igual.

A la cara del Mussol se va dibuixá un cómic gesto de sorpresa.

- ¿Vols di que tots som conills? - va aventurá.

Al Moñigo li molestabe la torpesa de los seus interlocutós.

- No es assó - va di -. En ves de una conilla es una dona; la mare de cadaú.

Va brillá a les nines del Tiñós un extrañ resplandó de inteligensia.

- La cigüeña no porte los chiquets entonses, ¿verdat? Ya me pareixíe raro a mí - va explicá -. Yo me día, ¿Per qué mon pare ha de tindre deu visites de la sigüeña y la Chata, la veína, cap, y está dessichán tindre un fill y mon pare no ne volíe tans?

Lo Moñigo va acachá la veu. Al voltán ñabíe un silensio que sol trencaben lo cristalino chapoteo dels rápits del riu y lo suave rose del ven contra les fulles.
Lo Mussol y lo Tiñós teníen la boca uberta.

Va di lo Moñigo: - Los fa mol mal, ¿sabéu?

Van estallá les dudes del Mussol:

- ¿Y tú cóm saps totes estes coses?

- Assó u sap tot cristiano menos vatros dos, que vivíu encantats - va di lo Moñigo -.
Ma mare se va morí de tan doló que va tindre cuan vach naixe yo. No se va ficá dolenta ni res; se va morí de doló. Ñan vegades que, per lo vist, lo doló no se pot resisstí y se mor un. Encara que no estigues dolén, ni res; sol es lo doló. - Emborrachat per la ávida atensió del auditori, va afegí -: datres dones se partixen per la mitat. Lay hay sentit di a la Sara.

Germán, lo Tiñós, va preguntá:

- Mes tart sí que se fiquen dolentes, ¿no es sert?

Lo Moñigo va assentuá lo misteri de la conversa acachán encara mes la veu:

- Se fiquen dolentes al vore al chiquet - va confessá -. Los chiquets naixen en lo cos ple de pelussa y sense ulls, ni orelles, ni nas. Sol tenen una boca mol gran pera mamá. Después los van eixín los ulls, les orelles, y lo nas y tot lo demés. Daniel, lo Mussol, escoltabe les paraules del Moñigo tot tremolós y espectán. Dabán dels seus ulls se obríe una nova perspectiva que no ere datra cosa que la justificassió de la vida y de la humanidat. Va sentí de repén vergoña de trobás despullat del tot al aire libre. Y, al mateix tems, va experimentá un amor remossat, vibrán y impulsivu per sa mare. Sense ell sabéu, notabe, per primera vegada, dins dell, la emossió de la consanguinidat. Entre ells ñabíe un víncul, algo que fée, ara, de sa mare una causa imprescindible, nessessaria. 

La maternidat ere mes hermosa aixina; no se debíe al azar, ni al capricho una mica absurd de una sigüeña. Va pensá Daniel, lo Mussol, que de cuan sabíe de "aixó", ere aixó lo que mes li agradabe; lo sabés consecuensia de un gran doló y la coinsidensia de que eixe doló no lo haguere esquivat sa mare perque dessichabe tíndrel pressisamén an ell.

Desde entonses, va mirá a sa mare de un atra manera, desde un ángul mes humano y simple, pero mes sinsé y en mes estremessimén. Ere una sensassió extraña la quel embargabe en presensia seua; algo aixina com si lo seu pols palpitare al uníssono, uniformemen; una impresió de paralelisme y mutua nessessidat.

Desde aquell día, Daniel, lo Mussol, sempre que anabe a bañás a la Badina del Inglés, portáe uns calsonsillos vells y recusits, com lo Moñigo, y se ficabe lo de detrás dabán.
Y, entonses, pensabe en lo feo que debíe sé ell al naixe, en tot lo cos cubert de pelussa y sense ulls, ni orelles, ni nas, ni res... sol una enorme boca afanosa de chuplá.
"Com un top", pensabe. Y lo primé estremessimén se transformabe al poc rato en unes carcañades espasmódiques y contagioses.

jueves, 25 de febrero de 2021

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA NOVENA.

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA NOVENA.

Saladino, disfrassat de viachán, es honrat per micer Torello; ve después la crusada; micer Torello li fique un plasso a la seua dona pera que pugue torná a casás, es fet presoné y com es mol bon amaestradó de falcons li arribe la notissia al sultán, que, reconeixénlo, lo honre mol; micer Torello, per arte de magia, es portat en una nit a Pavia, y a les bodes que se selebraben per lo nou matrimoni de la seua dona, reconegut per nella, torne a casa en la seua dona.

Habíe acabat Filomena, y la magnífica gratitut de Tito habíe sigut alabada mol per tots, cuan lo rey, resservánli lo radé puesto a Dioneo, aixina va escomensá a parlá: Atractives siñores, sense falta conte Filomena la verdat sobre la amistat, y en raó al final de les seues paraules se lamen que avui sigue esta tan poc grata als mortals. Y si natros estiguerem aquí pera corregí los defectes del món, o encara que sol fore pera repéndrels, continuaría yo lo discurs de les seues paraules; pero com estem aquí pera un atre proposit, me ha vingut al ánim lo mostrátos, potsé en una historia mol llarga, pero agradable, una de les magnífiques obres de Saladino.

Dic, pos, que, segóns afirmen algúns, al tems del emperadó Federico I, pera reconquistá terra Santa va ñabé una crusada general entre los cristiáns.
Saladino, valentíssim siñó y allabonses sultán de Babilonia, habén sentit algo de aixó, va voldre vore personalmen los preparatius dels Siñós cristiáns pera naquella crusada, pera milló pugué previndres. Y arreglats los seus assuntos a Egipto, fen vore que sen anabe de peregrinassió, en dos dels seus homens mes ilustres y mes sabuts y sol en tres criats, disfrassat de viachán se va ficá en camí; y habén caminat per moltes provinsies cristianes y cabalgán per la Lombardía pera passá mes allá dels montes, va passá que, anán de Milán a Pavia y fénse ya de nit, se van topá en un gentilhome de nom micer Torello de Strata de Pavia, que anabe en los seus criats y en gossos y falcóns cap a una hermosa possessió que teníe prop del riu Tesino.
Al vórels, micer Torello sen va doná cuenta de que eren nobles y forastés y va voldre honráls; per lo que, preguntánli Saladino a un dels criats de micer Torello cuán faltabe encara per a arribá a Pavia, y si arribaríen a tems de entráy, no li va dixá contestá al criat sino que ell mateix va contestá: - Siñós, no podréu arribá a Pavia a tems de entrá dins.
- Pos - va di Saladino - feumos la mersé de enseñámos, perque som extranjés, aón podríem albergámos milló.

Micer Torello va di: - Assó u faré de bona gana. Ara mateix estaba pensán en enviá a un de estos criats meus a Pavia per a sert assunto: lo enviaré en vos y tos portará a un puesto aon tos albergaréu mol convenienmen. Y arrimánse al mes discret dels seus criats, li va maná lo que teníe que fé, y lo va enviá en ells; y anánsen ell a la seua possessió, rápidamen, lo milló que va pugué va fé prepará un bon sopá y pará la taula a un jardí; y fet aixó, a la porta va aná a esperáls. Lo criat, parlán en los homens nobles sobre diverses coses, los va aná desvián per serts camíns y los va conduí hasta la possessió del seu siñó, sense que sen donaren cuenta. En cuan los va vore micer Torello, ixín a peu a trobáls, los va di sonrién:
- Siñós, sigáu mol ben vinguts.

Saladino, que ere mol espabilat, sen va doná cuenta de que este caballé se habíe pensat que no li hauríen asseptat lo convit si los haguere convidat cuan se van trobá, y per naixó, pera que no pugueren negás a quedás aquella nit en ell, en una artimaña los habíe portat hasta la seua casa; y contestán al seu saludo, va di:
- Siñó, si dels homens cortesos puguere un queixás, mos queixaríem de vos, que, encara que haigáu estorbat lo nostre viache, sense meréixemos la vostra benevolensia per sol saludámos, mos hau obligat a asseptá tan alta cortessía com es la vostra. Lo caballé, sabut y elocuén, va di:

- Siñós, esta que ressibíu de mí, en lo vostre aspecte, es pobra cortessía; pero en verdat fora de Pavia no podríeu está a datre puesto bo, y per naixó que no tos peno lo habé allargat un poc lo camí pera tindre una mica menos de incomodidat.

Y aixó dién, venín los seus criats y voltán als convidats, en cuan van desmontá, van acomodá los seus caballs a les cuadres, y micer Torello va portá als tres homens nobles a les cámares preparades pera nells, aon los va fé descalsás y refrescás un poc en fresquíssims vins, y en amable conversa hasta la hora de sopá los va entretindre. Saladino y los seus compañs y criats sabíen tots latín, per lo que mol be los enteníen y eren entesos, y los pareixíe a tots ells que este caballé ere lo home mes amable y mes cortés y que milló parlabe de tots los atres que habíen vist hasta entonses. A micer Torello li pareixíe que eren aquells homens ilustríssims y de mol mes valor de lo que abans habíe pensat, per lo que se dolíe de no podé honráls en compañía y en un convit mes solemne aquella nit; per lo que va pensá en repará alló al matí siguién, y informán a un dels seus criats de lo que volíe fé, a la seua dona, que ere discretíssima y de grandíssim ánimo, lo va enviá cap a Pavia, que estabe mol prop, y les portes no se tancaben may. Después de aixó, portán als gentilhomens al jardí, cortésmen los va preguntá quí eren y aón anáen.
A lo que va contestá Saladino: - som mercadés chipriotes, venim de Chipre, y per los nostres negossis anem a París.
Entonses va di micer Torello: - ¡Vullguere Deu que esta terra nostra produguere tals nobles com vech que a Chipre se fan los mercadés!

Y de este raonamén passán a datres, se va fé hora de sená: per lo que los va invitá a assentás a la taula, y encara que ere lo sopá improvisat, van sé mol be y ordenadamen servits; y poc después, desparades les taules, se van ficá de peu, y, donánsen cuenta micer Torello de que estaben cansats, los va fé portá a gitás a uns hermossíssims llits, y ell, poc después, tamé sen va aná a dormí. Lo criat enviat a Pavia va doná la embajada a la Siñora, y ella va fé rápidamen cridá a mols amics y criats de micer Torello, y va fé prepará totes les coses oportunes pera un grandíssim convit, y a la llum de les antorches va fé invitá al convit a mols dels mes nobles siudadáns, y va fé traure robes y sedes y pells y se va ficá en orden tot lo que lo home li habíe manat. Vingut lo día, los gentilhomens se van eixecá, y micer Torello, montán a caball y fen vindre los seus falcóns, sels va emportá cap a una bassa allí prop, y los va amostrá cóm volaben. Cuan va preguntá Saladino si algú podíe aná a Pavia y portáls al milló albergue, va di micer Torello:

- Tos acompañaré yo, perque ting que aná allí.

Ells, creénsu, se van alegrá y se van ficá en camí; y sén ya la hora de tersia y habén arribat a la siudat, creén que los portabe al milló hotel, en micer Torello van arribá a casa seua, aon ya lo menos sincuanta dels mes ilustres siudadáns habíen vingut pera ressibí als gentilhomens. Veén aixó Saladino y los seus compañs, van compendre qué ere alló y van di: - Micer Torello, aixó no es lo que tos habíem demanat: ya hau fet prou esta nit passada y mol mes del que mos mereixem; per lo que sense cap inconvenién podíeu dixámos seguí lo nostre camí.
A lo que micer Torello va contestá: - Siñós, de lo que anit to se va fé estic yo mes agrait a la fortuna que a vatros, que a tems tos vach alcansá al camí cuan nessessitabeu vindre a la meua caseta; de lo de este matí tos quedaré yo obligat y jun en mí tots estos gentilhomens que están al vostre voltán, als que si tos pareix cortés negátos a minjá en ells podéu féu si voléu. Saladino y los seus compañs, vensuts, van desmontá y ressibits per los gentilhomens van sé portats a les seues cámares, que estaben mol ben preparades; y dixán les robes de camí y refrescánse una mica, van aná cap a la sala, que estabe aparellada esplendidamen; y después de rentás les mans y assentás a la taula en orden, en moltes viandes van sé magníficamen servits; tan que, si lo emperadó haguere vingut allí, no se haguere sabut cóm féli mes honor. Y encara que Saladino y los seus compañs foren grans Siñós y acostumats a vore grandíssimes coses, no menos se van maravellá de esta, y los pareixíe de les mes grans, tenín en cuenta la calidat del caballé, que sabíen que ere burgués y no noble. Acabada la minjada y desparada la taula, habén parlat un tan de altes coses, com fée molta caló, cuan va volé micer Torello, los gentilhomens de Pavia sen van aná a descansá, y quedánse ell en los tres seus, y entrán en ells a una cámara, allí va fé cridá a la seua valerosa dona. Ella, majíssima y alta, adornada en riques vestimentes, al mich de dos fills seus, que pareixíen dos angelots, va vindre cap an ells y los va saludá. Ells, al vórela, se van eixecá y en reverensia la van ressibí, y fénla assentás entre ells, gran festa van fé en los seus dos hermosos fillets. Pero después de apartás un rato micer Torello, ella amablemen los va preguntá de aón eren y aón anáen; a lo que los gentilhomens van contestá lo mateix que li habíen dit a micer Torello. Entonses la Siñora, en alegre gesto, va di:

- Aixina pos, vech que la meua previsió femenina sirá útil, y per naixó tos rogo que per espessial mersé no rechasséu ni tinguéu per vil lo regalet que tos faré portá.

Y fen portá pera cadaú dos parells de sobrevestes, una forrada de seda y un atra de marta, roba de siñós, y tres jubóns de sendal y lli, va di: - Prenéu aixó: les robes de lo meu siñó són com les vostres; les atres coses, considerán que estéu lluñ de les vostres dones, y lo llarg camí fet, y lo que tos quede per fé, y que los mercadés són homens asseats y delicats, encara que poc valguen podrán sétos pressiades.
Los gentilhomens se van maravillá y claramen van vore que micer Torello cap classe de cortessía volíe dixá de féls, y se van pensá, veén la noblesa de les robes, gens propies de viacháns, que hagueren sigut reconeguts per micer Torello; pero sin embargo, va contestá un dells: - Estes són, Siñora, grandíssimes coses y no hauríem de péndreles si no mos obligaren los vostres rogs, als que no pot dís que no.

Fet aixó y habén ya tornat micer Torello, la Siñora, encomanánlos a Deu, se va separá dells. Micer Torello los va demaná que tot aquell día se quedaren en ell; per lo que, después de dormí un rato, ficánse les seues robes, en micer Torello un rato van cabalgá per la siudat, y arribán la hora del sopá, en mols honorables compañs magníficamen van sená. Y cuan va sé lo momén, anánsen a descansá, al arribá lo día se van alsá y van trobá en ves de los seus rossíns cansats, tres palafrens bons y datres caballs nous y forts pera tots los seus criats.
Veén aixó Saladino, giránse cap als seus compañs, va di:

- Juro dabán de Deu que home mes cumplit ni mes cortés ni mes precabut que este no lo hay vist may; y si los reys cristiáns són tals reys en la seua condissió com este es caballé, lo sultán de Babilonia no podrá enfrentás ni en un sol, ¡ya no digám en tots los que veém que se preparan pera fótresseli damún!

Pero sabén que negás a recibirlos no ere oportú, agraínu mol cortésmen, van montá a caball. Micer Torello, en mols compañs, un bon tros del camí los va acompañá fora de la siudat, y per mol que a Saladino li dolguere separás de micer Torello, tan se habíe prendat ya dell, li va demaná que sen tornare cap atrás, que ells continuaríen lo viache. Ell los va di: - Siñós, u faré perque voleu, pero tos diré aixó: yo no sé quí sou ni vull sabé mes de lo que vullgáu dím; pero sigáu qui sigáu, que sou mercadés no mu crec; que Deu tos guardo.

Saladino, habén ya pres llissensia de tots los compañs de micer Torello, li va contestá:- Siñó, encara podríe passá que tos faigám vore la nostra mercansía, en la que assegurarem la vostra creensia; anéu en Deu.

Sen van aná, pos, Saladino y los seus compañs, en grandíssim ánimo de (si la vida los durabe y la guerra que esperaben no u impedíe) féli encara no menos honor a micer Torello del que este li habíe fet; y mol dell y de la seua dona y de totes les seues coses y actes y fets va parlá en los seus compañs, alabánu tot. Pero después que tot Ponén, no sense gran fatiga, van recorre, entrán al mar, en los seus compañs sen van torná a Alejandría, y plenamen informat, se va disposá a la defensa. Micer Torello va está cavilán quí siríen aquells tres, pero no va arribá a la verdat, ni se va aproximá. Venín lo tems de la crusada y fénse grans preparatius per tot arreu, micer Torello, a pesá de los rogs de la seua dona y les llágrimes, se va disposá a anássen a la guerra; y habén fet tots los preparatius y están a pun de montá a caball, li va di a la seua dona, a la que volíe mol:

- Dona, com veus, men vach an esta crusada tan per lo honor del cos com per la salvassió del alma; te encomano totes les nostres coses y lo nostre honor; y com estic segú de anámen, y no ting cap sertesa de torná, per mil acsidéns que puguen sobrevindre, vull que me consedixques una grassia: que passo lo que passo en mí, si no tens cap notissia serta de la meua vida, que me esperos un añ y un mes y un día sense torná a casát, escomensán este día del que de tú me separo.
La dona, que mol plorabe, va contestá:

- Micer Torello, no sé cóm soportaré este doló en lo que me dixau al partí: pero si la meua vida es mes forta que ell y algo tos passare, podéu está segú de que viuré y moriré com a dona de micer Torello y de la seua memoria.

A lo que micer Torello va di:

- Dona, estic mol segú de que, si fore per tú faríes aixó que me prometixes; pero eres una dona jove y maja y de gran linaje, y la terua virtut es mol coneguda per tots; per naixó no dudo de que mols grans y gentilhomens, si no se sapiguere res de mí, te demanarán per dona als teus germáns y paréns, y dels seus consells, encara que vullgues, no podrás deféndret y per forsa tindrás que compláurels; y este es lo motiu per lo que te demano este plasso y no mes llarg.
La dona va di: - Yo faré lo que puga de lo que te hay dit; y si un atra cosa tinguera que fé, tos obeiré en aixó que me manáu. Li demano a Deu que estos plassos ni a vos ni a mí mos porton estos tems. Acabades estes paraules, la Siñora, plorán, se va abrassá a micer Torello, y traénse del dit un anell lay va doná, dién:

- Si passe que me móriga yo abáns de torná a vóretos, enrecordéuton de mí cuan lo veigáu. Y ell, agarránlo, va montá a caball, y dién adiós a tot lo món, va empendre lo seu viache; y arribán a Génova en la seua compañía, puján a la galera, sen va aná, y en poc tems va arribá a Agre y en latre ejérsit dels cristiáns se va ajuntá. En lo que casi inmediatamen va escomensá una grandíssima enfermedat y mortandat, durán la que, fore l´art o la fortuna de Saladino, casi tot lo que va quedá dels cristiáns que se van salvá van sé per nell capturats a mansalva, y per moltes siudats repartits y ficats a la presó; entre los que estabe micer Torello, y lo van portá a Alejandría. Allí, no sén conegut y tenín temó de donás a coneixe, per la nessessidat obligat se va dedicá a domesticá falcóns, en lo que ere un grandíssim maestre; y de aixó va arribá la notissia a Saladino, per lo que lo va traure de la presó y se va quedá en ell com a falconé. Micer Torello, al que Saladino li díe «lo cristiano», no reconeixíe al Sultán, ni lo sultán an ell, sol a Pavia teníe lo ánimo, y moltes vegades habíe intentat escapás, y no habíe pogut féu; per lo que, vinguts serts genovesos com a embaixadós a Saladino pera rescatá an algúns consiudadáns seus, y tenín que anássen, va pensá en escríureli a la seua dona que estabe viu y que tornaríe en ella en cuan puguere, y que lo esperare; y aixina u va fé, y mol li va rogá a un dels embaixadós, que coneixíe, que faiguere que aquelles notissies arribaren a mans del abat de San Pietro de Cieldoro, que ere son tío. Y están en estos termes micer Torello, va passá un día que, parlán en ell Saladino de los seus falcóns, micer Torello va escomensá a sonriure y va fé un gesto en la boca del que Saladino, están a casa seua de Pavia, sen habíe fixat mol, per lo que li va vindre al cap a Saladino micer Torello; y va escomensá a mirál fíxamen y li va pareixe que ere ell; per lo que, dixán la primera conversa, va di: - Dísme, cristiano, ¿de quín país de Ponén eres tú?

- Siñó meu - va di micer Torello -, soc lombardo, de una siudat que se diu Pavia, home pobre y de baixa condissió.

Al sentí aixó Saladino, ara casi segú de que ere ell, se va di alegre: «¡Deu me ha donat la ocasió de amostráli an este cuán me va agradá la seua cortessía!»
Y sense di mes, fen prepará a una alcoba tots los seus vestits, lo va portá a dins y li va di: - Mira, cristiano, si entre estes robes ne ña alguna que haigues vist abans. Micer Torello va escomensá a mirá y va vore aquelles que la seua dona li habíe donat a Saladino, pero no va pensá que podíen sé aquelles; pero va contestá:

- Siñó meu, no ne reconeixco cap, encara que aquelles dos s´apareixen a robes en les que yo me vach vestí, ademés de tres mercadés que a casa meua van está. Entonses Saladino, no podén ya aguantás, lo va abrassá tendramen, diénli:
- Vos sou micer Torello de Strá, y yo soc un dels tres mercadés als que la vostra dona los va doná estes robes; y ara ha arribat lo tems de assegurá la vostra creensia en lo que ere la meua mercansía, com al separám de vos tos vach di que podríe passá.

Micer Torello, al sentí aixó, va escomensá a ficás contentíssim y a avergoñís; a está contén de habé tingut tal invitat, y a avergoñís de que pobremen li pareixíe habél ressibit; a lo que Saladino va di:

- Micer Torello, ya que Deu tos ha enviat a mí, penséu que de ara en abán sou vos aquí l´amo.

Y fénse festes grans, en reals vestits lo va fé adornás, y portánlo dabán dels seus baróns mes ilustres y habén dit moltes coses en alabansa del seu valor, va maná que per consevol que la seua grassia apressiare tan honrat fore com la seua persona; lo que desde entonses tots van fé, pero mol mes que los atres los dos Siñós que habíen sigut compañs de Saladino al viache. La altura de la súbita gloria a la que se va vore micer Torello li va fé olvidássen una mica de les coses lombardes, y mes encara perque en seguridat esperabe que les seus cartes hauríen arribat a son tío. Ñabíe, al campo aon estabe lo ejérsit dels cristiáns, lo día que van sé apresats per Saladino, mort y sepultat un caballé provensal de poca monta de nom micer Torello de Dignes; per lo que, sén micer Torello de Strá per la seua noblesa conegut per lo ejérsit, consevol que va sentí di «Ha mort micer Torello», se va pensá que ere micer Torello de Strá y no lo de Dignes; y lo acsidén del apresamén que los va sobrevindre no va dixá que los engañats ixqueren del seu error. Per lo que mols itálics van torná en esta notissia, entre los que ne van ñabé algúns tan presuntuosos que van osá di que lo habíen vist mort y que habíen assistit a la seua sepultura. Aixó, sabut per la dona y per los seus paréns, va sé ocasió de molta pena, no sol dells, sino de tots los quel habíen conegut. Llarg siríe de contá lo doló y la tristesa y los plos de la seua dona. Después de algúns mesos de dol va sé solissitada per los mes ilustres homens de la Lombardía; sons germáns y tots los seus paréns van escomensá a demanáli que se casare, a lo que ella moltes vegades y en grandíssims plos se habíe negat; pero obligada, al final va tindre que fé lo que volíen los seus paréns, en esta condissió: que teníe que está sense conviure en lo home tan tems com li habíe prometut a micer Torello. Mentres a Pavia estaben les coses de la Siñora en estos termes, y faltán sol vuit díes per a anássen a viure en lo seu nou home, va passá que micer Torello va vore a Alejandría un día a un que habíe vist pujá en los embaixadós genovesos a la galera que veníe a Génova; per lo que, fénlo cridá, li va preguntá quín viache habíen tingut y cuán habíen arribat a Génova. A lo que va di este:

- Siñó meu, mal viache va fé la galera, tal com vach sentí a Creta, aon me vach quedá; perque están prop de Sicilia, se va eixecá una perillosa tramontana que la va espentá contra les naus de la Berbería, y no se va salvá ni un alma; y entre los atres van morí tamé dos germáns meus.

Micer Torello, creén les paraules de aquell, que eren mol verdaderes, y enrecordánsen de que lo plasso que li habíe demanat a la seua dona se acababe, y donánsen cuenta que a Pavia no se deuríe sabé res dell, va tindre per sert que la seua dona se hauríe tornat a casá; en lo que va caure en tan gran doló que, perduda la gana de minjá y tombánse al llit, va dessidí morís. Aixó, cuan va arribá a oíts de Saladino, que mol lo volíe, va acudí a vórel; y después de mols rogs que li va fé, sabuda la raó del seu doló y de la seua enfermedat, li va reprochá mol no habélay dit abáns, y después li va demaná que se animare, asseguránli que, si podíe, ell obraríe de modo que estiguere a Pavia abáns del plasso donat; y li va di cóm se podríe fé. Micer Torello, donán fe a les paraules de Saladino, y habén moltes vegades escoltat di que alló ere possible y se habíe fet moltes vegades, va escomensá a animás, y a demanáli a Saladino que se donare pressa en fé alló. Saladino, a un nigromante seu, li va maná que arreglare la manera de que micer Torello, damún de un llit fore transportat a Pavia en una nit; a lo que lo nigromante va contestá que aixina siríe fet, pero que per lo seu be lo adormigueren. Arreglat aixó, va torná Saladino a Micer Torello, y trobánlo completamen determinat a está a Pavia abáns del plasso donat, si puguere sé, y si no se puguere fé a dixás morí, li va di aixó: - Micer Torello, si mol voléu a la vostra dona y teméu que pugue sé de un atre, sap Deu que yo no puc reprochátosu perque de cuantes dones me pareix habé vist ella es la que per les seues costums, les seues maneres y lo seu porte (dixán la hermosura, que es flo caduca) mes digna me pareix de alabás y tíndres en apressio. Me hauríe complagut mol que, ya que la fortuna tos habíe portat aquí, lo tems que vos y yo visquerem, al gobern del regne que yo ting forem igualmen Siñós; pero com puc enviátos a casa y vos dessicháu está allí, de la forma que tos hay dit tos enviaré.

A lo que micer Torello va replicá:

- Siñó meu, sense les vostres paraules, los vostres actes me han demostrat be la vostra benevolensia, que yo may hay mereixcut, y de lo que diéu, encara que no u diguéreu, vic y moriré sertíssim; pero tal com hay dessidit, tos rogo que lo que me hau dit que faréu u faigáu pronte, perque demá es lo radé día del plasso.
Saladino va di que alló estabe arreglat; y esperán enviál per la nit, va fé Saladino prepará a una gran sala un hermossíssim y ric llit ple de madalaps, cuixíns, segóns la seua costum, en vellut y bordats en or, y se va ficá una banua en arabescos de perles mol grosses y en riquíssimes pedres pressioses, que va sé después aquí tinguda com un incalculable tessoro; y fet aixó, va maná que a micer Torello li ficaren un traje a la guisa sarracena, que ere la roba mes rica y mes maja que may dingú haguere vist, y lo cap, a la seua manera, va fé que lay embolicaren en un dels seus llarguíssims turbáns. Y sén ya tard, Saladino va entrá, en mols dels seus baróns, a la alcoba aon Micer Torello estabe, y assentánse a la seua vora, casi plorán, va escomensá a díli: - Micer Torello, lo momén que me separará de vos ha arribat, y com yo no puc acompañátos ni fétos acompañá, per la condissió del camí que teníu que fé, aquí a la alcoba ting que despedím de vos, a lo que hay vingut. Y per naixó, antes de dixátos en Deu, tos rogo que per l´amor a la amistat que ña entre natros, que no tos olvidéu de mí, y si es possible, antes de que mos arribo la nostra hora, que vos, habén ficat en orden les vostres coses a la Lombardía, una vegada per lo menos vinguéu a vórem pera que puga yo entonses enmendá la falta que ara per la vostra pressa ting que cometre; y hasta que aixó passo, visitéume en cartes y demanáume les coses que tos agradon, que en mes agrado per vos que per cap home del món u faré en seguridat.

Micer Torello no va pugué aguantás les llágrimes, y per naixó, impedit per nelles, va contestá en poques paraules que ere impossible que may los seus benefissis y lo seu valor se ni anaren de la memoria, y que sense falta lo que li demanabe faríe si lo tems lay consedíe. Per lo que Saladino, abrassánlo y besánlo, entre llagrimots li va di:

- Anéu en Deu - y va eixí de la alcoba, y los demés baróns detrás dell se van despedí y sen van aná en Saladino a la sala aon habíe fet prepará lo llit.

Pero sén ya tard y lo nigromante están esperán a fé alló y preparánu tot, va vindre un meche en un brebaje pera micer Torello, y diénli que lay donabe pera reforsál, sel va beure: y no va passá mol rato abáns de adormís. Y aixina dormín va sé portat per orden de Saladino al hermós llit; y li van colocá una gran y bella corona mol valuosa, y la va siñalá de manera que claramen se va vore después que Saladino lay enviabe a la dona de micer Torello. Después, li va ficá a micer Torello al dit un anell al que se habíe engastat un carbunclo tan relluén que pareixíe una antorcha ensesa, de valor inestimable; después li va fé señí una espasa valuosa, y un broche al pit, en perles may vistes, y moltes atres pedres pressioses, y después, als dos flancos, va fé ficá dos grandíssims ribells de or plens de doblers y perles enredades, y anells, y sinturóns, y datres coses que llarg siríe contáu. Y fet aixó, un atra vegada va besá a micer Torello y li va maná al nigromante que faiguere lo seu; per lo que, en seguida, en presensia de Saladino, lo llit que portabe a micer Torello, va desapareixe de allí, y Saladino se va quedá parlán dell en los seus baróns.

Ya a la iglesia de San Pietro de Cieldoro (ciel d´oro, sel o sial de or) de Pavia, tal com u habíe demanat, estabe micer Torello en totes les dites joyes y adornos, y encara dormíe, cuan habén tocat ya a maitines, lo sacristá va entrá a la iglesia en una llum a la ma, va vore lo ric llit y no sol se va maravellá, sino que se va esglayá, y va fugí. Veénlo lo abat y les monjos, li van preguntá la raó. Lo monjo la va di.- ¡Oh! - va di lo abat -, no eres ya cap chiquet ni tan nou a la iglesia pera espantát tan fássilmen; anémhi, pos, y veigám quín coco has vist. Enseses, pos, mes llums, lo abat en tots los seus monjos van entrá a la iglesia y van vore este llit tan maravellós y ric, y al caballé que dormíe; y mentres, temoricos y timits, sense arrimás al llit, les nobles joyes miraben, va passá que, habén passat la virtut del brebaje, micer Torello se va despertá y va suspirá. Los monjos al vore aixó, y lo abat en ells, espantats y cridán: "¡Siñó, ajúdamos!", van fugí tots.

Micer Torello, uberts los ulls y mirán al voltán, va vore que estabe allí aon li habíe demanat a Saladino, de lo que se va ficá mol contén; per lo que, assentánse al llit y miránu tot detalladamen, per mol que ya sabíe la magnifissensia de Saladino, li va pareixe ara mes gran. Veén als monjos fugín y donánsen cuenta del perqué, va escomensá a cridá al abat pel seu nom, y a rogáli que no tingueren temó, perque ell ere Torello, lo seu nebot. Lo abat, al sentí aixó, encara se va esglayá mes, perque lo teníe per mort; pero después de un rato, tranquilisat per verdaderes probes, fen la siñal de la santa creu, se va arrimá cap an ell; al que micer Torello va di: - Oh, pare meu, ¿de qué teníu temó? estic viu, grassies a Deu, y aquí hay tornat de ultramar. Lo abat, a pesá de que teníe la barba llarga y estabe vestit en traje de moros, después de un bon rato lo va reconeixe al final, y lo va agarrá de la ma, y li va di:
- Fill meu, ¡sigues ben vingut! - No tens que extrañát de la nostra temó, perque an esta terra no ña dingú que no cregue firmemen que estás mort. Hasta doña Adalieta, la teua dona, vensuda per los rogs y les amenasses dels seus paréns y contra la seua voluntat, se ha tornat a casá; y avui de matí té que anássen en lo seu home, y les bodes y tot lo que se nessessite pera la festa está ya preparat.
Micer Torello, eixecánse del ric llit y fénlos al abat y als monjos maravelloses festes, los va demaná a tots que de la seua tornada no parlaren en dingú, hasta que no haguere ell resolt un assunto seu. Después de aixó, fen ficá a salvo les riques joyes, li va contá al abat lo que li habíe passat hasta aquell momén. Lo abat, contén de les seues aventures, en ell va doná grassies a Deu. Después de aixó, li va preguntá micer Torello al abat quí ere lo nou home de la seua dona. Lo abat lay va di, a lo que micer Torello va di:
- Abáns de que se sápigue que hay tornat vull vore lo comportamén que té la meua dona en estes bodes; y per naixó, encara que no sigue costum que los religiosos vaiguen a tals convits, vull que per lo meu amor u arregléu de manera que los dos hi aniguem.

Lo abat va contestá que de bona gana; y al fés de día va maná un recado al ressién casat dién que volíe assistí a la boda en un compañ; a lo que lo gentilhome va contestá que mol li agradabe. Arribada, pos, la hora del minjá, micer Torello, en aquell traje que portabe, sen va aná en lo abat a casa del ressién casat, mirat per tots en assombro, pero no reconegut per dingú; y lo abat los díe a tots que ere un sarraceno enviat per lo sultán al rey de Fransa com a embaixadó. Y, pos, micer Torello assentat a una taula exactamen enfrente de la seua dona, a la que en grandíssim plaé mirabe; y en lo gesto li pareixíe molesta per estes bodes.
Ella tamé alguna vegada lo mirabe, no perque lo reconeguere en res (que la llarga barba y lo extrañ traje y la firme creensia de que estabe mort no lay permitíen), sino per la raresa del traje. Pero cuan li va pareixe oportú a micer Torello vore si sen enrecordabe dell, traénse del dit lo anell que la seua dona li habíe donat al separás della, va fé cridá a un mosset que servíe dabán dell, y li va di:

- Dísli de la meua part a la ressién casada que al meu país se acostume, cuan algún forasté com yo minge al banquete de una ressién casada, com es ella, en siñal de que li agrade de que ell haigue vingut a minjá, que ella li envíe la copa en la que beu plena de vi; y después de que lo forasté ha begut, tapánla, la novia se beu lo que ha quedat.

Lo jovenet li va doná lo recado a la Siñora, que pensán que aquell ere un gran infanzón, pera mostrá que li agradabe la seua arribada, una gran copa dorada, que teníe dabán, va maná que fore rentada y omplida a cormull de vi y portada al gentilhome; y aixina se va fé. Micer Torello, que se habíe embutit a la boca lo seu anell, lo va dixá caure a dins de la copa sense que dingú sen acatare, y dixán un poc de vi, la va tapá y lay va enviá a la Siñora. Ella, prenénla, pera cumplí en la costum, destapánla se la va portá a la boca y va vore lo anell, y sense di res lo va está mirán un rato; y reconeixénlo com lo que ella li habíe donat al anássen a micer Torello, lo va pendre, y mirán fíxamen al que creíe forasté, com si se haguere tornat loca, tirán an terra la taula que teníe dabán, va cridá:

- ¡Es lo meu siñó, es verdaderamen micer Torello!

Y corrén a la taula a la que ell estabe assentat, sense importáli les seues robes ni res de lo que ñabíe damún de la taula, se va aviá contra nell, lo va abrassá mol fort, y no se la va pugué arrencá del seu coll, hasta que micer Torello li va di que se tranquilisare una mica, perque tems ñauríe de abrassál. Entonses ella, alsánse, están ya les bodes totes turbades y en part mes alegres que may per la recuperassió de tal caballé, rogats per nell, tots van callá; per lo que micer Torello los va narrá tot lo que li habíe passat desdel día de la seua partida hastan aquell momén, concluín que al gentilhome que, creénlo mort, habíe pres per dona a la seua, si están viu lay preníe, no teníe que paréixeli mal.
Lo ressién casat, encara que se sentire burlat, generosamen y com amic va contestá que de les seues coses podíe fé lo que mes li agradare. La Siñora, lo anell y la corona ressibides del nou home allí los va dixá y se va ficá aquell que de la copa habíe pres, y tamé la corona que li habíe enviat lo sultán. Ixín de la casa aon estaben, en tota la pompa de unes bodes, hasta la casa de micer Torello sen van aná, y allí los desconsolats amics y paréns y tots los siudadáns, que lo miraben com si haguere ressusitat, en llarga y alegre festa se van consolá. Micer Torello, donánlos de les seues pressioses joyes una part als que habíen fet lo gasto de les bodes y al abat y a mols atres, y per mich de un mensajero fenli sabé la seua felís repatriassió a Saladino, declaránse lo seu amic y criat, mols añs en la seua valerosa dona va viure después, sén mes cortés que may.

Este va sé, pos, lo final de les penes de micer Torello y de les de la seua volguda dona, y lo galardón de les seues alegres cortessíes.
Algúns que tenen en qué, saben tan mal féles que les fan pagá mes de lo que valen; per lo que, si de elles no se seguix cap recompensa, no tenen que maravillás, ni ells ni datres.

domingo, 23 de septiembre de 2018

SEGONA JORNADA. NOVELA SEGONA

Rinaldo de Asti, robat, va a pará a Castel (Castell) Guiglielmo y es albergat per una Siñora viuda, y desagraviat dels seus mals, sano y salvo torne a casa seua.

De les desventures de Martellino contades per Neifile sen van enriure les dames desmedidamen, y sobre tot entre los jóvens Filostrato, a qui, com estabe assentat a la vora de Neifile, va maná la Reina que continuare en lo novelá; y sense esperá, va escomensá:
Hermoses Siñores, me séntigo inclinat a contátos una história sobre coses católiques entremesclades en calamidats y en amors, que sirá per ventura útil habéla sentit, espessialmen a qui no haygue resat lo padrenuestro de San Julián moltes vegades, encara que tingue bon llit, mal se hospede.

Ñabíe, pos, en tems del marqués Azzo de Ferrara un mercadé de nom Rinaldo de Asti que, per los seus negossis, habíe anat a Bolonia; habénlos provist y tornán a casa, li va passá que, habén eixit de Ferrara y caminán cap a Verona, se va topetá en uns que pareixíen mercadés pero eren uns malandríns y homes de mala vida y condissió.
Éstos, veénlo mercadé y jusgán que debíe portá mols dinés, van pensá que a la primera ocasió li robaríen, y per naixó, per a que no notare cap sospecha, com homes humildes y de bona condissió, sol de coses honrades y de lealtat anaben parlán en ell, mostránse tan com podíen y sabíen humildes y bons als seus ulls, pel que ell creíe que ere bona cosa habéls trobat. Anabe sol en lo seu criat y lo seu caball. Y caminán y charrán, com sol passá, van arribá a discutí sobre les orassións que los homes dirigíxen a Déu. Y un dels maleáns, que ne eren tres, li va di a Rinaldo:
- Y vos, gentilhome, ¿quina orassió acostumbréu a resá per los camíns? A lo que Rinaldo va contestá:

- En verdat yo soc home ignorán y rústic, y poques orassións ting a má, ya que vic a la antiga y conto dos sueldos per vinticuatre dinés, pero no per naixó hay dixat de tindre per costum al aná pels camíns resá pel matí, cuan ixco del albergue, un padrenuestro (parenostre, paternoster) y un avemaría per l´alma del pare y de la mare de San Julián, y después demano a Déu y an ell que a la nit tinga bon albergue. Y ya moltes vegades me hay vist, anán pels camíns, en grans perills, y escapán de tots hay estat per la nit a un bon puesto y ben albergat; pel que ting firme fe en que San Julián me haygue conseguit de Déu esta grássia; no me pareix que podríe aná be lo día, ni arribá be la nit, si no li haguera resat pel matí.
Entonses aquell, que ya sabíe lo que li passaríe, se va di per anell - «Falta te fará, perque, si no fallám, tealbergarás ben mal segóns me pareix». Y después li va di:

- Yo tamé hay viachat mol y may hay resat, encara que u hayga sentit a mols recomaná, y may me ha passat que per no resádixára de albergám be; y esta nit podréuvore quí se albergará milló, o vos que uhau fet o yo que no hay resat. Be es verdat que yo en ves de resá dic lo Dirupisti o la Intemerata o lo De Profundis que són, segóns una yaya meua solíe dím, de grandíssima virtut.
Y parlán aixina de varies coses y continuán lo seucamí, y esperán lo puesto y ocasió per al seu mal propósit, va passá que, sén ya tart, del atre costat de Castell Guiglielmo, al vadejá un riu aquells tres, veén la hora que ere y lo puesto solitari y amagat, lo van assaltá yrobá, y dixánlo a peu y en camisa, sen van aná, diénli:

- Ara mires a vore si lo teu San Julián te done esta nit bon albergue, que lo nostre be mos donará. Y, vadejánlo riu, sen van aná. Lo criat de Rinaldo, veén que lo assaltaben, no va fé res per ajudál, sino que donán la volta al caball, no se va aturá hasta Castell Guiglielmo, y entrán allí, sén ya tart, sense cap dificultat va trobá albergue. Rinaldo, que se habíe quedat en camisa y descals, sén gran lo fret y nevánencara mol, no sabén qué fé, veén arribada ya la nit, tremolán y castañejánliles dens, va escomensá a mirá al voltán en busca de algún amagatall aon puguere passála nit sense morís de fret; pero no veénnecap perque no fée mol que habíe ñabutguerra an aquella comarca y tot se habíe cremat y arrasat, espentat pel fret, se va adressá, trotán sense caball, cap a Castell Guiglielmo, sense sabé que lo seu criat habíe fugitallí, y pensán que si puguere entrá allí, algún socorro li enviaríe Déu.

Pero la nit tancada lo va agarrácasi una milla lluñdel burgo, per lo que va arribá allí tan tart que, están les portes tancadesy barrades y los ponseixecats, no va pugué entrá a dins. Plorán en doló y desconsoladamen, buscabe al voltán aón podríe embutís per a que al menos no li nevare a damún; y per sort va vore una casa sobre les murallesdel burgo com un balagosto cap a fora, y an aquell ráfec va pensá quedás hasta que fore de día; y anánsen allí y habén trobat una porta daball de aquell alero, com estabe tancada, reunín una miquetade palleta que per allí prop ñabíe, triste y en doló se va quedá, moltes vegades queixánse a San Julián, diénli que no ere digne de la fe que habíe ficaten ell. Pero San Julián, que lo volíe be, sense tardá mol li va proví un bon albergue. Ñabíe aneste burgo una Siñora viuda, bellíssima de cos com la que mes, a qui lo marqués Azzo amabe tan com a la seua vida y aquí a la seua disposissió la fée está. Y vivíela Siñora an aquella casa damún del ráfec aon Rinaldo se habíeanat a refugiá. Y lo día d´abánshabíe vingut lo marqués aquí per a gitásper la nit en ella, y a la seua casa secretamen habíe manat preparáli un bañ y un bon sopá.

Y están tot preparat, y res mes que la arribada del marqués esperán ella, va passá que un criat va arribá a la porta, portabe notíssies al marqués per lesque va tindre que ficás en camí en seguida; pel que, manán di a la Siñora que no lo esperare, va colá rápidamen. En lo que la dona, una mica desconsolada, no sabén qué fé, va pensá en ficás al bañ preparat per al marqués, después de sopá y después sen aniríe al llit; y aixina, se va ficá a dins del bañ. Estabe este bañ prop de la porta aon lo pobre Rinaldo estabe gitat acurrucadet; pel que, están la Siñora al bañ, va sentí losplos y lo tremoláde Rinaldo, que pareixíe habés convertit en una sigüeña. Y cridán a la seuacriada, li va di:

- Ves a baixy mira fora dels muros al peu de eixa porta quí ña allí, y quí es y lo que fa. La criada hi va anáy, ajudánla la claridat del aire, va vore al que en camisa y descals estabe allí, com se ha dit, tremolán com les rames de un saúc, y li va preguntá quí ere. Y Rinaldo, tremolán tan que ben justet podíe articulá una paraula, quí ere y cóm y per qué estabe allí li va pugué di, y después va escomensá a rogálique, si fore possible, no lo dixare allí morís de fret durán la nit. La criada, sentín compassió, va torná a la Siñora y tot lay va contá; y ella, tamé sentín Piedat, sen vaenrecordá de que teníe la clau de aquella porta, que algunes vegades servíe per a les entradesde amagatontes del marqués, y va di:

- Ves y óbrili sense fé soroll; aquí está este sopá que no teníe qui sel minjare, y per a podél albergá ña puesto de sobres.
La criada, habén alabat mol la humanidat de la Siñora, hi va aná y la vaobrí; y habénlo fet entrá, veénlo carpidet y esglayadet, li va di la Siñora:

- Depressa, bon home, entra an aquell bañ, que encara está calén. Y ell, sense esperá mes invitassións, uva fé de bona gana, y reconfortat en aquella caldoreta, de la mort a la vida li va pareixe habé tornat. La Siñora li va fé prepará robes que habíen sigut del seu home, mort poc tems abáns, y una vegá ficades pareixíen fetes per an ell; y esperán a vore qué li manae la Siñora, va escomensá a doná grássies a Déu y a San Julián que de una nit tan roína com la que li esperabe lohabíen librat y a bon albergue, pel que pareixíe, conduít. Después de aixó, la Siñora, algo descansada, habén manat fé un grandíssim foc a la enchumenera de un dels salóns, va aná cap al raconet del foc y li va preguntá qué ere de aquell bon home. A lo que la criada va contestá:

- Siñora meua, se ha vestit y es un bon mosso y pareix persona de be y de bones maneres.

- Ves- va di la Siñora- , y crídal, y disli que vingue aquí al foc, y aixina sopará, que sé que no ha sopat.
Rinaldo, entrán al salón y veén a la Siñora y pareixénli prinsipal, la va saludá y li vadoná les grássies pel benefissique li habíe fet. La Siñora lo va vore y lo va escoltá, y pareixénli lo que la criada li habíe dit, lo va ressibí alegremen y en ella familiarmen lova fé assentás a la vora del foc y li va preguntá sobre la desventura que lo habíe portatallí, y Rinaldo li va narrá totes les coses pelseu orden. Habíe la Siñora sentit algo de alló cuan la arribada del criat de Rinaldo al castell, per loque se va creure lo que ell li contabe, y tamé li va di lo que del seu criat sabíe y cóm fássilmen podríe trobál pel matí.

Después de que la taula se va pará com la Siñora va volé, Rinaldo anella, rentades les máns, se va ficá a sopá. Ell ere alt de estatura, y hermós y agradable de cara y de maneres loables y grassioses, y jove de mijana edat; y la Siñora, habénli ya moltes vegades ficatlos ulls damún y apressiánlo mol, y com lo marqués ya no vindríea gitás en ella, tenín laganeta sensualdesperta al cap, después del sopá, eixecánse de la taula, a la seua criada li va preguntá si li pareixíe be que ella, ya que lo marqués la habíe burlat, disfrutare de aquell be que la fortuna li habíe enviat. La criada, veén lo dessich de la seua Siñora, la va animáa seguíl; pel que la Siñora, tornán al foc aon habíe dixat sol a Rinaldo, escomensán a mirálamorosamen, li va di:

- ¡Ay, Rinaldo!, ¿qué caviléu tan? ¿No creéu podé recuperá un caball y unes cuantesrobes que hau perdut? Confortéutos, alegréutos, estéu acasa vostra; y mes vull dítos: que, veéntos en eissesrobes damún, que van sé del meu difún home, me pareixéu vos ell mateix, me han vingut esta nit mes de sen vegades dessichos de abrassátos y de besátos, y si no haguera tingut temó de desagradátos per sert que uhauría fet.
Rinaldo, sentín estes paraules y veén rellampegáals ulls de la dona, com no ere un tontet, sen va aná a trobála en los brassos uberts y va di:

- Siñora meua, pensán que per vos puc sempre di que estic viu, y mirán alló de aon me vau tráure, gran sanguangadasiríe la meua si yo tot lo que puguerasétos agradable no me ingeniara en fé; y aixina, contentéu lo vostre dessich de abrassám y besám, que yo tos abrassaré y tos besaré bena gust. Después de aixó no van calé o cáldremes paraules. La dona, tota ruenta dedessich, se li va aventá alsbrassos; y lo va apretá mil vegades, lova besá y atres tantes vegades va sé besada per nell, eixecánse de allí sen van aná cap a la alcoba y sense esperá, gitánse, hasta que va apuntálo día, los seus dessichos van cumplí. Pero después deeixí la aurora, eixecánse, per a que alló no puguere sé sospechatper dingú, donánli algunes robes y omplínlila bossa de dinés, rogánli que tot alló guardare en secreto, habénli enseñat primé quincamí teníe que seguí per a entráal burgo a buscá alseu criat, per aquella portetaper aon habíe entrat lo va fé eixí. 


Ell, al aclarís lo día, donán mostresde vindre de mes lluñ, ubertes lesportes, va entrá an aquell burgo y va trobá al seucriat. Después, vestínseen les atresrobes que a les alforjes s´habíen quedat, y pensán en montáal caball del criat, casi per milagre de Déu va passá que los tres malandrínsque la nit anterió li habíen robat, per un atra malesafeta después, habíen sigut pessigats y portatsan aquell castell y, per confessió, li va sé restituítlo caball, les robes y los dinés y no va pédre mes que un parell de liguesde les calses (míches)de les que no sabíen los bandolerosqué habíen fet. Pel que Rinaldo, donánli grássies a Déu y a San Julián, va montá a caball, y sano y salvo va torná a casa seua; y als tres maleáns, al día siguién, los van portá a sacsálos peus al aire.

TERSERA