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sábado, 24 de noviembre de 2018

Dicsionari chapurriau castellá, J

(A Valchunquera y La Fresneda se sol pronunsiá CH, com la G)

ja, sol se fa aná per a escriure la rissa, en chapurriau es YA
ja (risa); ya
jabalí, jabalins; jabalina, jabalines jabalí, jabalíes
jactabe (se) jactaba (se)
jactám (vore jactás) jactarme
jactás, alardejá, vanagloriás, pressiás, fanfarronejá, pressumí, ufanás, pavonejás, engreís, farolejá, gallardejá, alabás, ostentá jactarse, alardear, vanagloriarse, preciarse, fanfarronear, presumir, ufanarse, pavonearse, engreírse, farolear, gallardear, alabarse, ostentar
jacuzzi, yacussi jacuzzi
jalá, minjá, fartás, empapussá jalar, comer, hartarse, empapuzar
jaleá, alentá, animá, aplaudí, elogiá, espolejá, exhortá jalear, alentar, animar, aplaudir, elogiar, espolear, exhortar
jaleám jalearme
jamacuco, jamacucos jamacuco, jamacucos
Jamba - Dit mestre aja de fundar quatre pilastres y jambes, ço es donant... dos palms a cada jamba – Cada una de les dos parts laterals verticals que están a una porta. del fr. jambe, ‘cama’. jamba
japonés japonés
japonesos japonesos
jaque, jaques, amenassa, perill, avís, alerta, jugada de ajedrez (escacs) jaque, jaques, amenaza, peligro, aviso, alerta, lance, jugada
jaqueca, jaqueques, mal de cap jaqueca, jaquecas, dolor de cabeza
jaquesos, jaqueses, de Jaca jaqueses, jaquesas, de Jaca
jaqueta, jaquetes chaqueta, chaquetas, chupa, chupas, cazadora, cazadoras
jaqueteta, jaquetetes chaquetilla, chaquetillas
jarabe, jarabes jarabe, jarabes
jardí jardín
jardiné jardinero
jardinera, jardineres jardinera, jardineras
jardinería jardinería
jardinet, jardinets jardincito, jardincitos
jardins jardines
jarra, jarres (vore engerra) jarra, jarras
jarres jarras
jarretes, garretes de un animal, com lo cordé jarretes
jarrón, jarrons jarrón, jarrones
jauja jauja
jauleta, jauletes, gabieta, gabietes jaulita, jaulitas
jefa, jefes jefa, jefas
jefe, jefes, amo, amos jefe, jefes
jerárquic jerárquico
jerigonsa, follón, guirigay, galimatíes, embolic, enredo, algarabía, caos galimatías, jerigonza, embrollo, enredo, algarabía, caos, follón, guirigay
jeringuilla, jiringuilla, jeringuilles, jiringuilles, les fa aná mol lo practicán jeringuilla, jeringuillas
jinete, jinetes, lo que monte un caball jinete, jinetes
joc juego
jocs juegos
jónec, bou jove mol gort, casi com Juaquinico Monclús de la Ascuma toro joven muy gordo
joqué, lloqué, puesto aon dormen les gallines y atres bichos de ploma / allí aon se ajoquen les lloques, cloques o gallines ponedores sitio donde duermen las gallinas
jornada, jornades jornada, jornadas
jornal, jornals jornal, jornales
jornalé, jornalés jornalero, jornaleros
jorobá jorobar
jorobán (g)
jorobat : cheput, geput o jeput; jorobada: gepuda, jepuda, chepuda.
jorobando
jorobado, chepudo, jorobada, chepuda
jota, jotes jota, jotas : baile y canción
jou, jau, jous, jaus - instrumén de fusta que se fique al coll del parell de besties cuan se llaure. Lo vel que se fique als novios cuan se casen. yugo
jove - jovens, joves joven, jóvenes
jovenet, jovenets jovencito, jovencitos
joveneta, jovenetes jovencita, jovencitas
jovial jovial
joya, joyes joya, joyas
joyería joyería
jubilá, jubilás jubilar, jubilarse
jubilada, jubilades jubilada, jubiladas
jubilassió jubilación
jubilat, jubilats jubilado, jubilados
jubiléu, julibéu jubileo, júbilo, fiesta
jubón, jubons (roba) jubón, jubones (ropa)
juche, juches – setse juches mingen feche del penjat de un jusgat juez, jueces
judía, jueva judía
judissial judicial
jues, juez, juche juez, jueces
jueua, jueva, judía; jueves, judíes (pl.) judía (religión); judías


jugá, chugá – jugo, jugues, jugue, juguem o jugam, juguéu o jugáu, juguen – jugat, jugada – si yo jugara, jugares, jugare, jugarem, jugareu, jugaren  jugar
jugabe jugaba
jugada, jugades jugada, jugadas
jugadó, jugadós jugador, jugadores
jugáe, jugabe jugaba
jugáem, jugabem jugábamos
jugán (g) jugando
jugará jugará
jugare jugara, jugase
jugat, jugats jugado, jugados
jugue juega
juguen juegan
juguetería, jugueteríes juguetería, jugueterías
juissi, juissis juicio, juicios
juliol julio
julivert, Petroselinum (En alemán Petersilie) crispum, latín jolium viride. Juliverd – jolverd en ocsitá – A mon cusí Pedro Gil Guimerá li dic Julivert :) perejil
jun junto
junc, jung junco
juncs, jungs juncos
jungla, jungles jungla, junglas
junissen, juñissen, juñixen, ajunten ajuntan, juntan
juns juntos
juntá, ajuntá – ajunta la porta que entre aire!
O que se escape lo gat.
juntar, cerrar la puerta – cierra la puerta que entra aire ! O que se escapa el gato.
Junta, juntes junta, juntas
juntaben, ajuntaben juntaban
juntamén, jun en - ajuntamén junto con – ayuntamiento
juntán (g) ajuntán juntando
juns, ajuntats; yunta = jou o chou de dos animals per a llaurá juntos, ajuntados
jupa, jupes, chupa, chupes, cazadora, cassadora, cazadores, cassadores chaqueta, chaquetas, chupa, chupas, cazadora, cazadoras
jupeta chaquetita, chupa pequeña, chupita
jurá jurar
juráe, jurabe juraba
jurali jurarle
juramén, juramens Juramento, juramentos
jurán (g) jurando
jurats jurados
jurídic, juridics jurídico, jurídicos
jusgá juzgar
jusgabe juzgaba
jusgada, jusgat juzgada, juzgado
jusgál juzgarlo
jusgán (g) juzgando
jusgare juzgara, juzgase
jusgat juzgado
jusgat, jusgats juzgados
jusgo juzgo
jusguéu juzgáis
Just – No es lo mateix just que correcte. Si te fótego lo dit al cul entre just, pero no es lo correcte. Justo – No es lo mismo justo que correcto. Si te meto el dedo en el culo entra justo, pero no es lo correcto.
Justadó, combatién, luchadó justador, combatiente, luchador
justamen justamente
justán (g) – ajustán Justando – ajustando
justet justito
justeta justita
justificá justificar
justissia justicia
justíssima justísima
juvenil juvenil
juvenils juveniles
juventut juventud

martes, 15 de agosto de 2017

Chapurriau, catalá, catalanisme

Chapurriau, catalá, catalanisme.

Ña molta diferensia entre catalanista y catalá

Un catalá ha naixcut o s'ha criat de minut a Cataluña, Catalonha, Catalunya, Catalonia, parlo o no parlo catalá, siguen sons pares catalans o marroquís, es un catalá, una catalana.
Ejemple, Jaume Fons García, (QEPD) que vivíe a Beseit.

Un catalaniste pot habé naixcut a Cataluña, Aragó, o a Murcia, Extremadura, y defendre lo catalanisme.
Ejemple, Paco Escudero, que viu a Beseit

El catalanismo es un movimiento orientado a la exaltación de los valores propios y distintivos de la personalidad histórica de Cataluña:
sus tradiciones, su cultura y el 
dialecto catalán.


El catalanisme, o nacionalisme català, és un moviment social estructurat tant polític com cultural que promou el reconeixement de la personalitat política, històrica, lingüística, cultural i nacional de Catalunya i, - en alguns casos — també dels Països Cagalans
A wikipedia en catalá, viquipèdia, fique en alguns casos també dels Països Catalans. Lo País Vasco tampoc es cap país, es una comunidat autónoma de España. Pronte tindrem los países extremeños, países andaluces, países cántabros, países aragoneses, etc.

Segons la teoría de un filólogo, un catalá va eixí de la figa de sa mare y va di: 
"Benvolguda familia, ja sòc aquí. Porto un pà devall del braç, porteu-me l'espetec". 

Es una teoría lingüística, se pot demostrá sientíficamen, o refutá, la lingüística es una siensia, a vegades pareix astrología, horóscopo, avui tindrás un mal día, y chay, asserte de plé.

Esta teoría es pareguda a la del gran filólogo grillat catalá, Arturo Quintana Font, va afirmá que lo catalá ya se parlae a la península, fa 2200 añs. Este home té la creu de Sant Jordi, Carlos Puigdemont lay va ficá. Arturo es catalá y catalanista.

Arturo Quintana Font, va afirmá que lo catalá ya se parlae a la península, fa 2200 añs

Té que sé mol tentadó fótreli un calvot a la calva del doctó Arturo teninlo acachat així com a la foto. 
Puigdemont té mol aguante, Mas y Pujol van triá mol be.

Calvot y calva segons la lingüística, etimología, filología, están emparentades, com la sogra y la nora. Estes dos raderes paraules no tenen la mateixa arrel, pero tenen lo fill en comú.

La lingüística es mol interessán, sobre tot per al sebollot Ignacio Sorolla, de Penarroija de Tastavins, que ademés es sociólogo, sociolingüista, doctor, cum laudeplus summum et mater tua mala burra est.
Ignacio, Natxo Sorolla Amela, es un catalanista aragonés.
Sempre ham parlat en chapurriau, pero ell defén que es catalá.

La llibertat de expressió permitix parlá y escriure en chapurriau , negá que sigue catalá, valensiá, y pensá que es una llengua diferenta, no sol un dialecte de la denominada la llengua pels catalanistes.

Si fas aixó, los catalanistes te traten de facha, feixista, blaver, nazi, catalanòfob, xenòfob, pancastellaniste, panespañol
Aixó u han dit mol antes del jaleo en la Falange al grupo. 

Al grupo no se va aseptá que la FE de las JONS defengue lo chapurriau, valensiá, mallorquí. La publicasió la va ficá y borrá la mateixa persona, militán de Falange Española y en llistes per Aragó.

Atres mos traten de incultos, baturros, maños (en molta honra), com Ramón Sistac, al seu escrit a Temps de Franja del meu cul, panfleto de la Ascuma, Alejandro Maño

Tot aixó u fa una gen que va de moderna, libertadós, liberals, cults. Sels veu enseguida, y ne ñan de amagats al grupo que passen informassió a atres que escriuen. Atres intenten comentá al blog, van probán totes les entrades que no están capades. Cap problema.

Entre gen a insultá, a dimos que ells no chapurrejen res, recurrixen a la RAE (real academia española), per a dimos que chapurrear es hablar mal un idioma. 

Me pregunto si esta gen entre tamé a un grupo de facebook que se diu "me gustan las tetas gordas" a díls que son uns misóginos, que pobretes elles, quin mal de esquena han de tindre, que an ells los agraden planes, o que ficon fotos de gays embutín butifarra, al mondongo me referixco, en seba de Penarroija, sang, y carn de gorrino de Fondespala.

Lo origen del la paraula chapurriau es un atre, una paraula del ocsitá, una amalgama de idiomes, champouirau, champoiral, champourrau, español, italiá, portugués, provensal, parlat per extrangés (de La Portellada no), que frecuenten les nostres costes, y se li done este nom tamé a estes persones, chapurriaus.

champouirau, champoiral, chapurriau



Ara ya tenim una ortografía básica orientativa, sense normalisá. Fem aná la gramática que coneixem desde que vam adependre a parlá chapurriau, podem escriure literatura, textos, y conservá la forma de parlá de cada poble aon se parle chapurriau. 

La forma de escriure intente representá la forma de parlá de cada persona que escriu, poc a poc anem fixán esta escritura. Li diem yo escric igual que parlo, y mos entenem tots.

Si lligiu al agüelo sebeta lligiréu lo chapurriau de Valjunquera, Teruel. Piau, diau, tiarra, chen, chuñ, etc.

Si escriu algú de Azanuy, se note, ña mol vocabulari que no coneixem, no sabem be com sone. Estem adeprenén uns dels atres, desde dal a Huesca a baix a Teruel.

Mos falten vídeos en chapurriau , al grupo yo parlo chapurriau de facebook sol ñan un parell meus, yo parlo chapurriau de Beseit. Podeu vore com me fótego una madalena pel cul, en directe, y en chapurriau roquerol.

Lo chapurriau s'apareix tan al catalá, valensiá, mallorquí, com lo catalá s'apareix al ocsitá (provensal, lemosín, etc), aragonés, castellá, gallego, portugués, fransés, italiá, rumano, etc. Ademés ñan paraules del árabe (moltíssimes) y datres idiomes. 
Ara está evolussionán mol, per a be y per a mal, se castellanise, amarill, lunes, cuchillo, y se perden paraules, sobre tot les de ofissis antics, llauradós, pero tamé se catalanise, bonic (bonico, majo), Tramuntana (sers), el en ves de LO, lo nostre artícul.

Sabem tots quina llengua va sé la mare de totes estes, romances, romániques, lo latín. Y lo latín no haguere existit sense lo griego.
Fen aná la paraula griego en un dels sentits que pot tindre una paraula, catalanistes, que tos faiguen un griego.

Los catalanistes diuen que lo mallorquí, valensiá, chapurriau son catalá, varians de una mateixa llengua. 

En chapurriau, catalá se escriu en tilde á , igual que al castellá, idioma al que li tenen molta manía, rabia, perque represente una unidat, moltes nassions fan aná lo castellá o español.
Per als catalanistes represente atres coses negatives, sobre tot per als que no les van viure pero les recorden com si les hagueren viscut. Com diu José Mota, yo no estaba, pero me acuerdo. Ahora vas y lo tuiteas.

Esta gen igual parle del añ 1300, que se escribíe catalá al Matarraña y Franja, notaris, y atres sol parlen de cuan la dictadura.

Diuen que no se podíe parlá catalá cuan Franco, pos cuan Franco, aixó no passae.

Mon yayo, de 1900, sempre va parlá chapurriau, que no deuríe está prohibit, menos en los grisos, algún señorito o gen que sempre parlae en castellá. Va viure a Beseit 87 añs.

Ña gen als pobles chapurriaus que entenen lo chapurriau, y no lo parlen, alguns son naixcuts o criats al poble, pero parlen y escriuen castellá.
Una cosa rara están a España! 

Algú publicaríe un escrit en chapurriau a Cataluña, ejemple http://www.cossetania.com, LaVanguardia, Grupo Planeta

Yo crec que la resposta es NEIN, en este cas, fotéutos la democrassia per lo forat de la Franja, la normalització es una dictadura, y está acabán en dialectes dins de Cataluña.


viernes, 4 de septiembre de 2020

och, occitan, hoc, oc, òc, languedoc

Rey Martín I de Aragón, el humano, Martí I de Aragó.

tomo-i-texto-lxi-hoc-rey-martin-acta-valldoncella

- Senyor plauvos que la successio de vostres regnes e ten es apres obte vostre pervingue a aquell que per justicia deura pervenir e quen sia feta carta publica.
- Et dictus dominus rex respondens dixit: - Hoc.

- Plauvos donchs senyor que la successio de vostres regnes e terres apres obte vostre pervinga a aquell que per justicia deura pervenir e quen sia feta carta publica.
- Qui quidem dominus rex respondens dixit: - Hoc.

hoc

Et hiis dictis dictus Ferrarius de Gualbis repetens verba per eum jam prolata dixit hec verba vel similia in effectu: Senyor plauvos que la succesio dels dits vostres regnes e terres apres obte vostre pervinga á aquell que per justicia deura pervenir? et dictus dominus rex tunc respondens dixit: Hoc; de quibus omnibus petiit et requisivit dictus Ferrarius publicum fieri instrumentum per me protonotarium et notarium supradictum.

//

Tomo XIV, 14, de la colección de documentos inéditos de la Corona de Aragón, publicados de real orden por Próspero de Bofarull y Mascaró.

//

Creheu ab gran dolor e congoxa recau en nosaltres tal pensament que sentissem la dita Majestat per reparacio de tals prejudicis no voler retornar lo Senyor Princep en la vegueria de Leyda don lo ha tret pero cove saber quen ha esser prestament del och o no

och : oc : òc: hoc, sí en OCcitano, langue d´òc, languedoc, occitan, ocsitá.
La lengua occitana (lenga) hoy en día comprende varios dialectos, antiguamente se llamaba lengua provenzal, otras veces lemosín. Hoy se la divide en 5 dialectos principales: provenzal, lemosín, languedoc, gascón y vivaroaupenc – en zona Alpes. Además hay otros dialectos como el aranés y por supuesto, el catalán, que siempre ha sido un dialecto occitano, como lo dicen varios autores:

Loís Alibèrt, después de publicar Pompeyo Fabra su gramática, "en su gramatica occitana segons los parlars lengadocians", escribe sobre los dialectos del languedoc, "... catalan compres". "... parlars lengadocians, en segond lòc als autres dialèctes occitans, catalan comprés, e d´en darrièr a la lenga anciana..." 

dialectes occitans, catalan compres



Meyer-Lübcke, romanista alemán, en su grammaire des Langues Romanes, 1890,

https://archive.org/details/grammairedeslang02meyeuoft (traducción al francés)

también afirma que el catalán no es más que un dialecto del provenzal.

Friedrich Díez, Grammaire des Langues Romaniques, 1874,

https://archive.org/details/grammatikderroma02meye (alemán original)

escribe que el provenzal se extiende particularmente en Cataluña. P. Aguado Bleye, Historia de España, 1929, dice "la poesía erótica de los trobadores provenzales fue imitada en Cataluña en los siglos XIII y XIV". Esto se demuestra además en varios textos como este, tomo XIV de la colección de archivos inéditos de la Corona de Aragón, publicado por Próspero de Bofarull y Mascaró. En otro tomo se lee al rey Martín I de Aragón, en Valdonzella, antes de morir, decir "hoc", y así lo escribe el protonotario.
- Dante Alighieri divide las lenguas románicas derivadas del latín en tres ramas generales según la afirmación: oc, oil u oïl, sì o sí, en su libro, no acabado, De vulgari eloquentia: 6. Totum vero quod in Europa restat ab istis, tertium tenuit ydioma, licet nunc tripharium videatur: nam alii oc, alii oil, alii affirmando locuntur, ut puta Yspani, Franci et Latini. Esta división aparece en varios puntos del libro).

//

E semblant resposta ha feta aquesta ciutat e lo consell de cent jurats e encara los del sindicat. E derrerament havem scrit als embaxadors una larga letra (pasa a llarga lletra, carta) per la qual los strenyem en virtut del jurament que han prestat fer e exequir lo quels scrivim que la dita letra ligen (lean; llixquen, llixguen; llegeixin) al dit Senyor e a la Senyora Reyna e encara als de son consell e sapiam lo och o lo no del Senyor Rey de nostra demanda e supplicacio a fi que segons la resposta pugam pensar e provehir en lo necessari.

//

Als molt reverend e honorables e savis senyors los diputats de Cathalunya.
Molt reverend e honorables Senyors. Ahir (ayer) que comptavem onze del present me fon (no: em fos, fou, va esser, va ser) tramesa una letra de vostres grans savieses ab la qual me pregavets (no: em pregaveu; pregavets es claro occitano, como "als presentz" de Pedro II) que vuy que havem XII daquest (d´aquest, no hay apóstrofes ni tildes en textos antiguos) mes jo fos aqui (vemos açi, assi; en la Litera y gran parte de Huesca es astí) per consellar en los negocis en aquella contenguts la qual cosa no es a mi possible car vuy es la jornada per vosaltres assignada es stat carrech daquells qui havian (se encuentra havien y havian, como saviesas y savieses; havien es valenciano) carrech de trametrem la letra que al darrer jorn (último día; radé día en chapurriau; derrier jour; giorno) se haja sperat. Pero (vemos también empero) la hon (allá donde) vostres grans savieses son ab tantes notables persones com se diu haveu convocades en vostre consell yo hi fas
(yo hi fach en chapurriau; jo hi faig; esta hi o hy, hic latín, se encuentra también en castellano y portugués:
"Estavào
hy outros de cavallo",
Crón. de D. Juan I, cap. 56, ap. Sta. Rosa, Supl. al Elucid. / Destos
auia hy muchos que fazien muchos sones, Libro de Alexandre, copla 1798)
poca fretura. Placia nostre Senyor que ab vostre bon treball e daquells queus consellen se do (se dé; se dono; no: es doni) orde que del Senyor Rey se obtinga la desliuransa del Senyor Princep en manera que sia servey del dit Senyor e be avenir del Senyor Princep. E ordonau (ordenad; ordenáu u ordonéu en chapurriau; ordenáume, ordenéume, manáume, manéume) de mi molt reverend e honorables senyors lo que plasent vos sia. Scrita a Cobliure (no pone en, sino a; Colliure) a XII de janer (no gener; giné en chapurriau). - Vostre Berenguer Dolms quins recomana a vosaltres.

//

Lo die (se encuentra dia, jorn y die) de proppassat rebem una vostra letra closa (cerrada, closa, como claustro) e segellada (sellada, sello; se encuentra sagell, sagellada; sigillo, sig+num) sots data de VIIII del corrent mes per la qual molt amplament som stats informats de tot lo negoci tocant lo Senyor Rey e lo Senyor Illustre Princep e dels avisaments e preparatoris lo dit fet tocants partida dels quals avisaments en vigor de una altra letra vostra a nos liurada a IIII del dit mes sots data de dos del ja dit corrent mes per nos es stada mesa en (metida, puesta en ejecución) execucio en tremetra (trameter; trametra, trametre) nostro embaxador e sindich ab ampla potestat e letra de creença (credencial) a vostras grans reverencies (vostras es occitano, concuerda con reverencias, reverencies es valenciano) segons som certs ja explicada. E es veritat que en vostra letra derrera (radera; darrera; derrier; última; detrás; zaguera, de zaga) es feta mencio quens trametets (ts final: occitano clarísimo) copia de la letra dels embaxadors e es veritat que tal copia no havem vista ne rebuda.

//

A tota vostra ordinacio prests quis recomanan (recomanen; recomanan occitano) en vostra gracia los consellers e tot lo concell (concejo, consejo, concello, conciello, consell, conçell, etc) de Vich.

//

Molt reverend e honorables los senyors diputats del General de Cathalunya.
Molt reverend e honorables e de grans providencies. Rebuda vostra letra havem gran anug (se encuentra enuig, enug) perque fins aci no es obtenguda la liberacio del Senyor Princep com es desijada e per vosaltres ab summa diligencia degudament tractada instada e supplicada. E per donar compliment en lo quens scrivets de Barchinona a dos del present mes havem de present donat ple e suficient poder al honorable En Francesch Millars de aquesta vila lo qual crehem esser aqui de e per entrevenir per aquesta vila en dita fahena de dita liberacio de dit Senyor Princep tant aqui quant en qualsevulla altra part. E ab tant si negunes coses altres vos son plasents de nos manats (occitano) a tota vostra posta oferint en fer per vosaltres tot lo a nos possible. Supplicants la Trinitat Sancta vos conserve en vostres prospers staments. De Vilafrancha de Conflent a VIII de janer. - Los que en gracia vostra se recomanen consols de Vilafrancha de Conflent.


//

E attesa la hora indisposta e perque los actes en la dita letra descrits no havien celeritat speram avuy de bon mayti a aplagar lo consell en lo cual legida aquella vist havem lo gran sforç del Principat e de vosaltres qui representats (occitano; representeu; representáis) aquell.


//

E mostrantho per obra dit consell novament ha lohat aprovat e per ferms ha tots vostres procehiments segons fets los havets (occitano) remetentse en aquells sperant en nostre Senyor Deu que son tals que son a honor e gloria sua servey del Senyor Rey e repos e tranquillitat del Principat observacio de les libertats de aquell e ben avenir del Senyor Princep.


Alibert, Alibèrt, occitania

(imagen muy grande, se puede descargar)

//

Als molt reverends nobles magnifichs e honorables senyor los deputats del General de Cathalunya e consell en virtut de la comisio de la cort elegit e assignat.
Molt reverends noble magnifichs e honorables senyors. Perque de negligencia per vosaltres no puixa esser increpat e mes per satisfer al que per vosaltres mes scrit que quant pus prest pore de totes coses e actes com succehiran en aquest benaventurat exercit gloriosissima empresa vos avise jatsia vuy dada de la present tan prest com fuy arribat en la present vila per correu de ventura ab avantatge vos haja scrit de la exequucio dels actes fins en aquella hora seguits no res menys per lo que dit es e encara perque es degut que del que scriure siau avisats perque mills e pus prest deliberar e provehir puixau he deliberat fervos hun correu volant avisant vostres reverencies noblesa e magnificencies com esser dinat jo e los del dit exercit nom fuy alsat que tots aquells foren sos les armes huns cridant al pont al pont que castellans venen altres al castell al castell que los castellans sen van en tant que jo duna part e mossen lo vaguer ab alguns altres gentills homens qui ab mi eren ab spases tirades hisquem en la carrera (carraria; calle; carré; carrer) e viu de la porta de ma posada fins al castell mes de sinchcents ballesters de que ab grans crits e senyalant en aquells cultellades e donant splanissades entre tots apenes los poguem fer tornar atras oferintlos que de continent se donaria obra ab acabament de haver lo dit castell a ma mia per vosaltres o Principat qui per lo Senyor Rey lo tingues. E axi ells reposats quant mills poguem fonch deliberat en lo consell que los jurats e prohomens de la dita vila de continent anassen a mossen Marti de la Missa qui tenia lo dit castell e per part mia lo desenganassen que per son repos me liuras hem lexas lo dit castell. E de continent los dits prohomens e informats per mi com dit es foren ab lo dit mossen Marti los quals per part de aquell me faeren resposta que eren contents buydarme lo dit castell e aquell lexarme del qual fes a ma voluntat e lo que bem vingues e havent haguda la dita resposta ab deliberacio del dit consell mossen Io vaguer fonch request per mi liuras lo dit castell per lo dit Principat an Renard Perayre hu dels consellers acompanyat de una sinquantena de homens de peu del dit exercit lo qual tingues per lo dit Principat fins altrament del regiment e govern de e sobre aquell e de la dita vila per vosaltres mossenyors fos provehit perque quant en aquest cap no he pus a dir sino sperar aci lo que per vosaltres sera ordonat voleu que faça. E perque en vostra letra dada en Barchinona a XXIIl del present me dieu que loau e comendau lo parer meu de don Johan Dixar e de mon consell sobre lo que scrit vos he de les barques de Ebro dient que puys mossen lo vaguer es açi per mija seu trametes aquell nombre de gent que a mi e al dit Johan e a mon consell sera vist per haver les dites barques a ma mia de Ebro volria haver vostre parer com se fara ni si voleu que yo reste aci e mossen lo vaguer vaja alla e com e per semblant si aquesta vila he dexar aquella e lo castell com ho fare e aqui les comanare signficantvos com segons les rahons que passades havem don Johan Dixer e jo en lo consell per ventura master nos sera haaver los lochs de mossen Vilalpando a ma mia o no car de aquells per ventura nos porem flixar. Remetho en lo sdevenidor segons los fets succehiran e com segons per letres altres dades en la ciutat de Leyda vos haja avisat com jatsia ladons lo exercit del Principat essent en Leyda per relacio dels pahers e habitans en aquella yo stigues en una gran gelosia de la ciutat de Balaguer la raho perque no obstant sapiau be encara per altres
laus haja dita no res menys gelos de aquella stich vuy per quant lo exercit es fora de la dita ciutat de Leyda e totalment divertit en aquesta vila. E no res menys com per mossen Johan Torrelles e mossen Andreu Despens cavallers los quals ab deliberacio de mon consell a la dita ciutat he tramesos ab creença per aquells als jurats de la dita vila explicadora qui era jo solament voler sentir de aquells si ver era lo ques dehia publicament que dins lur ciutat ells tinguessen gent de peu e de cavall strangera e encara fossen deliberats e preparats de acollirni molt mes de aquells e aço per correr damnejar e anujar los circumvehins de aquella e menyspreu e vilipendi de aquest exercit per empatxar e perturbar aquell en gran dan de la cosa publica del Principat e loch de ferme resposta per part de la dita ciutat de hoc o de no sobre les coses a ells explicades han dit en aquells ques aturaven acort e deliberacio sobre la resposta fahedora per ells a mi per la qual fer e respondrem me han trames mossen Piquer depres dinar lo qual en loch de ferme resposta com dit he me ha demanat per part de la dita ciutat jols donas temps per consultar la Majestat del Senyor Rey sobre la resposta a mi fahedora e encara com haurien viure e regirse ab lo Principat e rebre o no rebre gents strangeres dins en aquella als quals jo he respost que ells fratura poch demanarme temps per consultar e a mi menys de darlols com yo no haja fer pus sino del que veig e hoig (oigo; séntigo, escolto) consultar vostres grans reverencies nobleses e magnificencies e exequtar lo que per vosaltres sera deliberat. Sobre lo quem dien (o dieu) del castell de Algerri lo haja a ma mia e de vitualles lo tenga be provehit attes que segons som informats per En Johan Mayans quey tramis la vila e castell son cosa molt dolenta e derrocats he deliberat no empatxarmen per no fer despeses superflue e scampar la gent que he mester fins altrament per vosaltres me sia scrit. De la provisio de Tortosa mo alegre molt per lo temps que sera master. Pregantvos que si en mes letres som massa lonch mo hajau per scusat com dues rahons mi condoheixen esser tant larch la una es que vull ho sapiau tot laltra que saber les coses particularment com se segueixen son de mes delit en aquells qui per lo interes quey han desijen saber com passen. E comanvos al beneyt Jhesus qui vos haja en sa guarda e direccio. Dada en Fraga a XXV de febrer any Mil CCCC sexanta hu. - A vostra honor prest Bernat Johan de Cabrera comte de Modica.


miércoles, 19 de diciembre de 2018

Salvador Efraín Salazar Arrué, Salarrué.


SALARRUÉ: Seudónimo de Salvador Efraín Salazar Arrué, nació en Sonsonate, El Salvador, el 22 de Octubre de 1899 y murió en San Salvador el 27 de Noviembre de 1975.
Poeta, pintor y escritor, ha sido considerado el máximo exponente de la narrativa cuzcatleca, entre quienes se cuentan
 Arturo Ambrogi José María Peralta Lagos

Salarrué fue uno de los fundadores de la nueva corriente narrativa latinoamericana. En sus "Cuentos de Barro" y "Cuentos de Cipotes", él logra una plena identificación con el mundo campesino, nunca antes advertidas en los autores salvadoreños.

SALARRUÉ: Seudónimo de Salvador Efraín Salazar Arrué


Índice

El negro.
La botija.
La petaca.
El padre.
El circo.
De pesca.
El contagio.


EL NEGRO.

El negro Nayo había llegado a la costa dende muy lejos. Sus veinte años morados y murushos, reiban siempre con jacha fresca de jícama pelada. Tenía un no sé qué que agradaba, un don de dar lástima; se sentía uno como dueño de él. A ratos su piel tenía tornasombras azules, de aun azulón empavonado de revólver. Blanco y sorprendido el ojo; desteñidas las palmas de las manos; gachero el hombro izquierdo, en gesto bonachón, el sombrero de palma dorada le servía para humillarse en saludos, más que para el sol, que no le jincaba el diente. Se reiba cascabelero, echándose la cabeza a la espalda, como alforja de regocijo, descupiendose toduel y con gárgaras de oes enjotadas.
El negro Nayo era de porái.....: de un porái dudoso, mescla de Honduras y Berlice, Chiquimula y Blufiles de la Costelnorte. De indio tenía el pie achatado, caitudo, raizoso y sin uñas -pie de jenjibre-; y un poco la color bronceada de la piel, que no alcanzaba a velar su estructura grosera, amasada con brea y no con barro. Le habían tomado en la hacienda como tercer corralero. No podía negársele trabajo a este muchacho, de voz enternecida por su propio destino. Nada podía negársele al negro Nayo: así pidiera un tuco e dulce, como un puro o un guacal de chicha. Pero, al mismo tiempo era -pese a su negrura- blanco de todas las burlas y jugarretas del blanquío; y más de alguna vez lo dejaron sollozante sobre las mangas, curtidas con el barro del cántaro y la grasa de los baldes. Su resentimiento era pasajero, porque la bondad le chorreaba del corazón, como el suero que escurre la bolsa de la matequilla. Se enojaba con un "no miablés".....y terminaba al día siguiente el enojo, con una palmada en la paletiya y su consiguiente: "¡veyan qué chero éste!".... y la tajada de sonrisa, blanca y temblorosa como la cuajada.
        
Chabelo "boteya", el primer corralero, era muy hábil. Tenía partido entre las cipotas del caserío, por arriscado y finito de cara; por miguelero y regalón; pero, sobre todo, porque acompañaba las guitarras con una su flauta de bambú que se había hecho, y que sonaba dulce y tristosa, al gusto del sentir campesino. Nadie sabía cuál era el secreto de aquel carrizo llorón. Bía de tener una telita de araña por dentro, o una rendija falsa, o un chflán carculado...... La Fama del pitero Chabelo, se había cundido de jlores como un campaniyal. Lo llamaban los domingos y ya cobraba la vesita, juera de juerga o de velorio, de bautizo o de simple pasar. Un día el negro Nayo se arrimó tantito a Chabelo "boteya", cuando éste ensayaba su flauta, sentado en el cerco de piedras del corral. Le sonrió amoroso y le estuvo escuchando, como perro que mueve el rabo.

- ¡Oyí negró, querés que tenseñe a tocar?....Por la cara pelotera del negrito, pasó un relámpago de felicidad.

- Mire, chero, y yo le vuá a pagar el sábado, pero no me vaya a tirar...
  
Después de las primeras lecciones. Chabelo el pitero, le arquiló la flauta al negro para unos días. El negro se desvelaba, domando el carrizo; y lo domó a tal punto, que los vecinos más vecinos que estaban a las tres cuadras, paraban la oreja y decían:

- ¡Oiga, puero ese Chabelo! es meramente un zinzonte el infeliz.....
- Mesmamente; diayer paroy, le arranca el alma al cristiano como nunca.

Callaban.....y embarcaban sus silencio en el cayuco bogante de aquella flauta apasionada, que los hundía en la dulzura de un recordar sin recuerdos, de un retornar sin retorno. En poco tiempo, el negro Nayo sobrepasó la fama de Chabelo. Llegaban gente de lejos para oírlo; y su sencillez y humildad de siempre se coloreaban de austeridad y poderío, mientras su labio cárdeno soplaba el agujero milagroso. El propio Chabelo, que creyó, todos los secretos del carrizo, se quedaba pasmado, escuchando -con un sí es, no es, de despecho- el fluir maravilloso de un sentimiento espeso que se cogái con las manos.

Una tarde dioro en que el negro estaba curando una ternera trincada, con una pluma de pollo untada de creolina, Chabelo se decidió por fin; y un tanto encogido, se acercó y le dijo:

- Mirá, negro, te pago dos bambas si me decis el secreto de la flauta. Vos le bís hallado algo que le pone esa malicia....seya chero y me lo dice.....

El negro se enderezó, desgreñado, blanca la boca de dientes amigos y franca la mirada de niño. Tenía abiertos los brazos como alas rotas, sosteniendo en una mano la pluma y en la otra el bote.......miró luego al suelo empedrado y meditó muy duro. Luego. como satisfecho de pensada, dijo al pitero:

- No me creya egóishto, compañero, la flauta no tiene nada: soy yo mismo, mi tristura...., la color....
   

LA BOTIJA


Quim Torra, botija, botijo, cantrella, pichella, barrala
la tecnología del botijo supera a Juaquinico Torra el catanazi, ex presidente de la Generalidad de Cataluña, títere de Carlos Puigdemont Casamajor, y este de Jordi Pujol.

José Pashaca era un cuerpo tirado enun cuero; el cuero era un cuero tirado en un rancho; el rancho era un rancho tirado en una ladera. Petrona Pulunto era la nana de aquella boca:

 -¡Hijo: abrí los ojos, ya hasta la color de qué los tenes se me olvidó!.... José Pashaca pujaba, y a lo mucho encogía la pata.

-¿Qué quiere mamá?.

-¡Qués necesario que te oficiés en algo, ya tás indio entero!

-¡Agüen!....Algo se regeneró el holgazán: de dormir pasó a estar triste, bostezando.

Un día entró Ulogio Isho con un cuenterete. Era un como sapo de piedra, que se había hallado arando. Tenía el sapo un collar de pelotitas y tres hoyos: uno en la boca y dos en los ojos.

-¡Qué feyo este baboso!- llegó diciendo. Se carcajeaba, meramente el tuerto Cande!....Y lo dejó, para que jugaran los cipotes de la María Elena. Pero a los dos días llegó el anciano Bashuto, y en viendo el sapo dijo:

- Estas cositas son obras donantes, de los agüelos de nosotros. En las aradas se encuentran catizumbadas. También se hallan botijas llenas dioro.....

José Pashacase dignó arrugar el pellejo que tenía entre los ojos, allí donde los demás llevan la frente.

-¿Cómo es eso, ño Bashuto?..-. Bashuto se desprendió del puro, y tiró por un lado una escupida grande como un caite, y así sonora.

-Cuestiones de la suerte, hombré. Vos vas arando y ¡plosh!, de repente pegas en la huaca´, y yastuvo; tihacés de plata.
INTENTÁN IMITÁ A JUAN VALERA
-¡Achís!, ¿en veras, ño Bashuto?

-¡Comolóis!.

Bashuto se prendió al puro con toda la fuerza de sus arrugas, y se fue en humo. Enseguiditas contó mil hallazgos de botijas, todos los cuales "el bía prisenciado con estos ojos". Cuando se fue, se fue sin darse cuenta de que, de lo dicho, dejaba las cáscaras. Como en esos días se murió la Petrona Pulunto, José levantó la boca y la llevó caminando por la vecindad, sin resultados nutritivos. Comió majonchos robados, y se decidió a buscar botijas. Para ello, se puso a la cola de un arado y empujó. Tras la reja iban arando sus ojos. Y así fue como José Pashaca llegó a ser el indio más holgazán y a la vez el más laborioso de todos los del lugar. Trabajaba sin trabajar -por lo menos sin darse cuenta- y trabajaba tanto, que a las horas coloradas le hallaban siempre sudoroso, con la mano en la mancera y los ojos en el surco. Piojo de las lomas, caspeaba ávido la tierra negra, siempre mirando al suelo con tanta atención, que parecía como si entre los borbollos de tierra hubiera ido dejando sembrada el alma. Pa que nacieran perezas; porque eso sí, Pashaca se sabía el indio más sin oficio del valle. Él no trabajaba. Él buscaba las botijas llenas de bambas doradas, que hacen "¡plocosh" cuando la reja las topa, y vomitan plata y oro, como el agua del charco cuando el sol comienza a ispiar detrás de lo del ductor Martínez, que son los llanos que topan el cielo.


Tan grande como él se hacía, así se hacía de grande su obsesión. La ambición más que el hambre, le había parado del cuerpo y lo había empujado a las laderas de los cerros; donde aró, aró, desde la gritería de los gallos que se tragan las estrellas, hasta la hora en que el güas ronco y lúgubre, parado en los ganchos de la ceiba, puya el silencio con sus gritos destemplados. Pashaca se peleaba las lomas.

El patrón, que se asombraba del milagro que hiciera de José el más laborioso colono, dábale con gusto y sin medida luengas tierras, que el indio soñador de tesoros rascaba con el ojo presto a dar aviso en el corazón, para que este cayera sobre la botija como un trapo de amor y ocultamiento. Y Pashaca sembraba, por fuerza, porque el patrón exigía los censos. Por fuerza también tenía Pashaca que cosechar, y por fuerza que cobrar el grano abundante de su cosecha, cuyo producto iba guardando despreocupadamente en un hoyo del rancho por siacaso. Ninguno de los colonos se sentía con hígado suficiente para llevar a cabo una labor como la de José. "Es el hombre de Jierro", decían; "ende que le entró a saber qué, se propuso hacer pisto. Ya tendrá una buena huaca...."

Pero José Pashaca no se daba cuenta de qué, en realidad, tenía huaca. Lo que él buscaba sin desmayo era una botija, y siendo como se decía que las enterraban en las aradas, allí por fuerza la incontraría tarde o temprano. Se había hecho no sólo trabajador, al ver de los vecinos, sino hasta generoso. En cuanto tenía un día de no poder arar, por no tener tierra cedida, les ayudaba a los otros, les mandaba descansar y se quedaba arando por ellos. Y lo hacía bien: los surcos de su reja iban siempre pegaditos, chachadas y projundos, que daban gusto.
       

-¡Onde te metés babosada. Pensaba el indio sin darse por vencido.

-Y tei de topar, aunque no querrás, así mihaya de tronchar en los surcos.

San Pere, baturro, Zirigoza, rana       
Y así fue; no del encuentro, sino lo de la tronchada. Un día, a la hora en que se verdeya el cielo y en que los ríos se hacen rayas blancas en los llanos, José Pashaca se dió cuenta de que ya no había botijas. Se lo avisó un desmayo con calenturas; se dobló en la mancera; los bueyes se fueron parando, como si la reja se hubiera enredado en el raizal de la sombra. Los hallazgos negros, contra el cielo claro, voltiando a ver el indio embruecado y resollando el viento oscuro. José Pashaca se puso malo. No quiso que naide lo cuidara. "Dende que bía finado la Petrona, vivía íngrimo en su rancho".

Una noche, haciendo juerzas de tripa, salió sigiloso llevando, en un cántaro viejo, su huaca. Se agachaba detrás de los matochos cuando óiba ruidos, y así se estuvo haciendo un hoyo con la cuma. se quejaba a ratos, rendido, pero luego seguía con bríos su tarea. Metió en el hoyo el cántaro, lo tapó, bien tapado, borró todo rastro de tierra removida y alzando sus brazos de bejuco hacia las estrellas, dejó liadas en un suspiro estas palabras:
       

-"¡Vaya; pa que no se diga que ya nuai botijas en las aradas!"........


LA PETACA

Era pálida como la hoja mariposa; bonita y triste como la virgen de palo que hace con las manos el bendito; sus ojos eran como dos grandes lágrimas congeladas; su boca, cómo no se había hecho para el beso, no tenía labios, era una boca para llorar; sobre los hombros cargaba una joroba que terminaba en punta: La llamaban la peche María.
En el rancho eran cuatro: Tules, el tata, La Chon su mamá, y el robusto hermano Lencho. siempre María estaba un grado abajo de los suyos. Cuando todos estaban serios, estaba llorando; cuando todos sonreían, ella estaba seria; cuando todos reían, ella sonreía; no rió nunca. Servía para buscar huevos, para lavar trastes, para hacer rir...

- ¡Quitá diay, si no querés que te raje la petaca!

- ¡Peche, vos quizá sos hija del cerro!
sácate la retacía y el chapurriau
Tules decía:

- Esta indizuela no es feya; en veces mentran ganas de volarle la petaca, diún corvazo!

Ella lo miraba y pasaba de uno a otro rincón, doblaba de lado la cabecita, meciendo su cuerpecito endeble, como si se arrastrara. Se arrimaba al baúl, y con un dedito se estaba allí sobando manchitas, o sentada en la cuca, se estaba ispiando por un hoyo de la paré a los que pasaban por el camino.
       

Tenían en el rancho un espejito ñublado del tamaño de un colón y ella no se pudo ver nunca la joroba, pero sentía que algo le pesaba en las espaldas, un cuenterete que le hacía poner cabeza de tortuga y que le encaramaba los brazos: La Petaca.

Tules la llevó un día onde el sobador.

- Léi traido para ver si uste le quita la puya, pueda ser que una sobada....
  
- Hay que hacer perimentos difíciles, vos, pero si me la dejás unos ocho días, te la sano todo lo posible.

Tules le dijo que se quedara.

Ella se jaló de las mangas del tata; no se quería quedar en la casa del sobador y es que era la primera vez que salía lejos, y que estaba con un extraño.

- ¡Papa, paíto, ayéveme, no me deje!

- Ai tate, te digo; vuá venir venir por vos el Lunes.El sobador la amarró con sus manos huesudas.

- Anadate ligero, te la vuá tener!

El tata se fue a la carrera. El sobador se estuvo acorralándola por los rincones, para que no se saliera. Llegaba la noche y cantaban gallos desconocidos. Moqueó toda la noche. El sobador vido quera chula.
 
 - Yo se la sobo; ¡ajú!pensaba, y se reiba en silencio.

Serían las doce, cuando el sobador se le arrimó y le dijo que se desnudara, que le iba a dar la primera sobada. Ella no quiso y lloró más duro. Entonces el indio la trinco a la juerza, tapándole la boca con la mano y la dobló sobre la cama.

- ¡Papa, papita!.....

Contestaban las ruedas de la carretera noctámbulos, en los baches del lejano camino.

El lunes llegó Tules. La María se le presentó gimiendo...el sobador no estaba.

- ¿Tizo la peración, vos?

- Sí papa...

- Te dolió vos?

- Sí, papa...

- Pero yo no veo que se te rebaje...

- Dice que se me vir bajando poco a poco....

Cuando el sobador llegó, Tules le preguntó cómo iba la cosa.

- Pues, va bien -le dijo-, sólo quiay que esperarse unos meses.
Tiene quirsele bajando poco a poco.

El sobador viendo que Tules se la llevaba, le dijo que porqué no se la dejaba otro tiempito, para más seguridá; pero Tules no quiso, porque la peche le hacía falta en el rancho.

Mientras el papa esperaba en la tranquera del camino, el sobador le dió la última sobada a la niña. Seis meses después, una cosa rara se fue manifestando en la peche María. La joroba se le estaba bajando a la barriga. Le fue creciendo día a día de un modo escandaloso, pero parecía como si la de la espalda no bajara gran cosa.


- ¡Hombre! -dijo un día Tules-, ¡esta babosa tá embarazada!

- ¡Gran poder de Dios! -dijo la nana.

- ¿Cómo jué la peración que te hizo el sobador, vos?....ella explicó gráficamente.

- ¡Ayjuesesentamil! - rugió Tules- ¡mianimo ir a volarle la cabeza!

Pero pasaba el tiempo de ley y la peche no se desocupaba. La partera, que había llegado para el caso, uservó que la niña se ponía más amarilla, tan amariya, que se taba poniendo verde. Entonces diagnosticó de nuevo.

- Esta lo que tiene es fiebre pútrida, manchada con aigre de corredor.

- ¡Eee?......

Mesmamente, hay que darle una güena fregada, con tusas empapadas en aceiteloroco, y untadas con kakevaca.

Así lo hicieron. Todo un día pasó apagándose; gemía. Tenían que estarla volteando de un lado a otro. No podía estar boca arriba, por la petaca; ni boca abajo por la barriga.

En la noche se murió.

Amaneció tendida de lado, en la cama que habían jalado al centro del rancho. Estaba entre cuatro candelas. Las comadres decían:


- Pobre, tan güena quera; ¡ni se sentía la indizuela de mansita!

- ¡Una santa! ¡Si hasta, mirá, es meramente una cruz!

Más que cruz, hacía una equis, con la línea de su cuerpo y la de las petacas. Le pusieron una coronita de siemprevivas. Estaba cómo en un sueño profundo; y es que ella siempre stuvo un grado abajo de los suyos, cuando todos estaban riendo, ella sonreía; cuando todos sonreían, ella estaba seria; cuando todos estaban serios, ella lloraba; y ahora, que ellos estaban llorando, ella no tuvo más remedio que estar muerta....

EL PADRE.

La iglesia del pueblo era pesada, musgosa y muda como una tumba. detrás estaba el convento, encerrado entre tapiales, con su gran arboleda sombría; con su corredor de ladrillo colorado; de tejado bajero sostenido por un pilar, otro pilar, otro pilar...; pilares sin esquinas embasados en piedra tallada y pintados de un antiguo color.

El patio era de un barro blanco y barrido, propicio a las hojas secas. Las sombras y las luces de las hojas ponían agüita en el suelo; en aquel suelo pelón lleno de paz, por el cual pasaban, gritonas, las gallinas guineas.

Largo era el corredor: la mesa, el kinké, una silla, un sofá, un barril, una destiladera, un viejo camarín, unos postes durmiendo; otra silla, la hamaca, el cuadro bíblico; un cajón; un burrro con una montura; un freno colgado de un clavo y al final, ya para salir las gradas, unos manojos de pasto verde, el picadero y la cutacha. Después empezaba la alfombra de sol hasta la cocina; y allá contra la tapia, como una casita de juguete, con su chimenea de lata azul, el excusado.

El padre se paseaba en la tarde. Era la hora en que la paz le traía el cielo; el cielo de agradables matices, que llegaban a sentarse en la montaña lejana, pensativo como un hombre; pensativo hasta quedarse dormido, soñando en las estrellas, cada vez más profundamente.

El sacristán tocaba el ángelus para que todo se callara. Y todo se callaba.

La Coronada llegaba entonces penosamente, con su riuma y sus platos, a ponerle la mesa. Se sentaba el padre, siempre mirando al cielo, con su cara igual de triste. Con un pespuntar de máquina de cocer, sus labios hilvanaban un larga oración de gratitud. Humillaba los párpados y se persignaba. Luego, cogía calmosamente la cuchara y empezaba a probar la sopa. Estaba caliente. La Coro, encendía el kinké. Las gallinas empezaban a volar de rama en rama, con torpes aleteos. A lo lejos se oía pasar el tren por el puente de hierro, como una amenaza de tormenta.

La Chana era una cipota chulísima. había crecido de diadentro, al servicio del cura. hacía mandados, lavaba los trastes, les daba de comer a las gallinas y se comía lazúcar. Cuando el padre estaba bravo, como no tenía en quien descargar, regañaba a la Chana. La Chana no se quedaba chiquita y le contestaba cuatro carambas.

- ¡Agüen, usté! ¡Asaber que lián confesado las biatas y descarga en yo!...

El padre, en vez de enojarse, la estrechaba contra su pecho y le daba un beso en la frente. Se estaba viendo en ella, como decía la Coro.

En un dos por tres se había hecho mujer. De la mañana a ña tarde echó rollo, se cantonió y le brillaron los ojos. Ya se trataba una flor en el delantal, con un gancho, muy alto, muy alto, para podérsela oler poniendo cara interesante. Seguido se cachaba logas; por el tacón muy encumbrado, por unos papeles colorados para untarse los labios, por andar suspirando muy dentro. El cura la miraba de lejos. La miraba pasar, disimuladamente, y alejándose. Se cogía el mentón azul y su cara de cuarentero se ponía grave. Temblaba por ella. Hubiera querido podarla un poco. Se paseaba, se paseaba por el largo corredor, campaneando la lustrosa sotana vieja, como si en ella se hamaqueara su inquietud. Apretaba, sin querer, el crucifijo de plata que llevaba siempre colgado al cuelo. Si hubiera sido de cera, lo habría convertido pronto en una hostia. Allá a lo lejos, la risa de la Chana sonaba como una campanilla mundana. Cuando pasaba a su lado, apagaba los olores del incienso con un fuerte aroma de jabón diolor. Por el corredor silencioso, sus tacones pasaban, clavando la tranquilidad.

La niña Queta y la niña Menches, la una fea de tan vieja, y la otra vieja de tan fea, entraron apuradas en busca del padre para un asunto urgente. La puerta estaba entreabierta y empujaron. Y fue como si hubieran empujado su alma en un abismo. El padre estaba todo él sentado en un sillón y la Chana estaba toda ella sentada en el padre. Su cachete rosado se posaba dulcemente en el cachete azul del cura, como una madrugada sutil se posa sobre áspera montaña.

-¡Virgen pura!..

Dos lágrimas corrían por las mejillas marchitas del padre. Repitió su excusa:
   
- Un afán, un vago deseo de ser padre. Es como mi hija...

Su voz era oscura.

- Los niños despertaron siempre en mi alma una dulce inquietud...

-¡Hm!

Apretó el obispo sus labios temibles y lanzó al cura su más irónica mirada. Pero él se irguió austero, nobilísimo y puro, el rostro del acusado, encendido en radiante sinceridad; irresistible en su sencillez; tal si el mismo Dios mirara por sus ojos húmedos, abatiendo al instante la austeridad, la insolencia y el rango.

SALARRUÉ.

CUENTOS DE BARRO.

EL CIRCO.

Se azuló la noche. En medio del solar oscuro, e1 circo era como una luna desinflada. Parecía la chiche de la noche, onde mama luz el cielo, un chilguete manchaba de norte a sur el espacio y las gotitas zarpiaban el horizonte hasta la oriya del mundo.
        
Mito y Lencho, los dos hermanitos, miraban asombrados, por un juraco, cómo aquel siñor que le decían Irineyo Molina, se bía hecho payaso un dos por tres. Taba sentado en un cajón jumándose un puro, y con cara enojosa de hombre. el hoyito se véiya bien que le daba la luz de un carburo en la cara chelosa de harina. Abajo, junto a la goliya plisada, asomaba el cuello prieto de su propio cuero. Más allá, el negro Jackson sembraba una estaca, con una almágana. A cada golpe de juelgo, la estaca se hundía un jeme. Recostado en unos lazos, templados como cuerdas de violón, estaba un volatín.

-Apartáte, baboso.

-Peráte, quiero ver.

-Te vuá zampar una ganchada, Chajazo.

-¡AchísI, sólo vos querés mirar.

-A yo no mián dejado...

-¡Baboso, baboso, ayí entró una piernuda vestidedorado.

Sestá componiendo la atadera.

La cipotada ondeó, como un tumbo de carne; reventó en empujones y se vació sobre la carpa, derrumbando al lado diadentro un rimero de sillas. Se oyeron voces de hombre, furibundas, y pasos amenazadores. La cipotada se dispersó a la carrera, haciendo sonar con sus talones la panza de tambor del descampado, Se confundió entre el güevaso e gente silbando y riendo. Un sapurruco en camiseta, con unos grandes gatos que parecían de madera; salió encachimbado por debajo de la lona, con un acial en la mano. Llegó hasta el andén, mirando de riojo; escupió un salivazo con tabaco, y se metió otragüelta por debajo. Dos o tres chiflidos le condecoraron el fundiyo. El humo de los candiles y de los puestos de pupuseras ponía llanto en los ojos de aquella alegría. La manteca, ricién echada en las sartenas de las pasteleras, se oiba escandalosa, como cuando meya el tren. Las garrafas, en los mostradores de los chinamos, parecían jícamas de vidrio, que se bieran convertido en cocos. El guaro clarito temblaba adentro y dejaba descurrir su tufito embolón.

Las gentes iban entrando, guasonas, al circo. Daban su tiquete y levantaban la cortinenca de añididos, onde había unas letras que naide entendía, porque naide leyiya en el pueblo.

Una bandita descosida empezó a sonarse, allí dentro, debajo diaquel gran pañuelo. La buyanga sizo mayor, y las gentes empezaron a codearse por entrar a coger puesto.

Por tercera vez sonó la campanilla; aquella campanilla que daba güeltegatos de plata en la aljombra de la ansiedad. Un silencio profundo se agachaba, cargado de corazones, como una rama de mango. De una patada se abrió el telón de los secretos; una pelota de colores vino rodando hasta el centro del picadero, y, con un grito de sollozo burlón, el payaso se irguió amelcochado, bonete en mano, con algo de piñata y algo de barrilete. De golpe se descolgó, en el redondel, la cortina de tablitas del aplauso.

Vestidos a medias y de medias, los volatines y volatinas, en escuadrón, avanzaron marciales, con los brazos cruzados sobre el pecho y sonriendo con sonrisa postiza. Detrás, en dos caballencos ahumados como los del carrusel, que llevaban colas de gallo en la frente, venían las masonas, vestidas de espumesapo y sentadas, con una nalga, en el mero chunchucuyo de los caballos. Cerrando chorizo, iba un chele vestido dentierro, con un chiliyo bien largo; y un viejo bigotudo, jalándole las narices a un pobre oso medio bolo. Más detrás iban los guachis, con cotones de colores llenos de chacaleles. La música sonaba, toda ella, chueca y destemplada, como mocuechumpe.

En aquel pueblo de niños, sólo los cipotes se bian quedado ajuera. Ispiaban por onde podían, subiéndose algunos hasta las puntas de los cercanos jocotes, contentándose con ver el bailoteo de uno quiotro trapo de color, o el relámpago misterioso de las lentejuelas en las mecidas de los trapecios.

Los niños ajuera, los grandes adentro. . . El circo era como la felicidá, que se la cogen aquellos que menos la quieren. Los cipotes se conjormaban viendo la alegriya luminosa, por un hoyito, entre tablas y piernas oscuras. Mito y Lencho, los dos hermanitos, se bían retirado dionde bían miradores, porque les taban rompiendo toda la camisa. Sin embargo, cada granizada de aplausos los empujaba de nuevo a la carpa. De chiripa se hallaron un juraquito bajero, que los otros no bían incontrado. Con el dedito inano lo jueron haciendo más grande, y miraban por turnos.
Cuando más extasiados estaban, mirando, mitá y mitá que la piernuda caminaba sobre el alambre como sobre el viento, un guachi, con una tablita, los cogió de culumbron, soñadores e indefensos. Les dio con todas sus juerzas, el bandido jalacolchones; y ellos, dando alaridos, salieron corriendo y sobándose la nalga, ardida como con plancha caliente. Fueron a contarle a la mama; y la mama, cogiéndolos debajo de sus alas desplumadas, maldijo al miserable:

Disgraciado, quiá de pagarlas un diya en los injiernos!
Lencho rumió, en su corazón de niño perdonero, aquella frase; y, tras un rato de silencio, preguntó:

-Mama, ¿yen el injierno habrán hoyitos para mirar lo que andan haciendo en el cielo? ...

DE PESCA.

Eran allá como las tres de la madrugada. La luna, de llena, lambía las sombras prietas en los montarrascales y en los manglares dormilones. El estero, lagunoso en su calma, era como un pedazo de espejo del día; del día ya roto. La playa lechosa, de cascajo crema, se dejaba espulgar por las suaves ondas espumíferas, que la brisa devanaba sin prisa. La isla, al otro lado del agua, se alargaba como una nube negra que flotara en aquel cielo diáfano, mitad cielo, mitad estero. Las estrellas pintaban en ambos cielos. El mar, a lo lejos, roncaba adormilado por la frescura del aire y la claridad del mundo. Un cordón de aves blancas pasó, silencioso y ondulante como una culebra de luna.

De la mediagua oscura, salió a la playa un indio. Llevaba desnudo el torso, los calzones arremangados sobre las rodillas; se desperezaba, como queriendo echar al suelo el fardo del sueño. La arena, al ser hollada por los anchos pies descalzos, mascaba el silencio. Miró las estrellas con los ojos fruncidos. Se espantó los mosquitos, miró el agua platera y regresó al rancho.

-Son ya mero las tres, vos ¿Nos vamos?
Una especie de aullido de pereza le contestó. Luego, la voz atecomatada del compañero respondió

-A¡ veya, mano...

-Amonóos...
Los indios, hurgando en la sombra del caedizo, escogieron los utensilios y fueron trasladándose al bote. El bote dormía, encallado, mitad en el agua, mitad en la arena. Un chucho prieto iba y venía husmeando el viaje. Por efecto del silencio del agua, de la luz, del cielo bajero, el mundo todo parecía palpitar, cabecear como un barco en marcha. Los pocuyos, despenicados en la inmensidad, arrullaban la cuna de la noche con su triste "oíeo, oíeo, oíeo", que sonaba intermitente, como la paletada blanda del remo que va, va, va... sin prisa y sin ruido.

-Ya va ser parada diagua, vos.

-Ya paro, mano.

-¡Aligere, pué!...
Despegaron el bote a empujones y pujidos. El bote coleó, libre, descantillándose tantito y revolviendo la plata de la luna en desparpajos. Hundidos hasta las piernas, aún empujaron. Luego se metieron dentro y se dejaron llevar por el tranquil del agua parada. Era el cambio de marea; las corrientes que entraban al estero, fatigadas de ir buscando mundo, descansaban un momento, antes de regresar al mar abierto. Entonces el peje abismado venía arriba, flordeaguando, y buscaba la calma de las ramazones y de los bancos. Ligeros colazos de zafiro indicaban ya el punto del agua. Las sombras rojizas de los parvos pasaban, esquivando el peligro, avisados por el lánguido paleteo del canalete.
En fraterno silencio los indios cruzaban el agua, como si volaran entre dos cielos. En la proa, ávida de espacio, el uno empujaba con la pértiga negra y larga que subía y bajaba rítmicamente, sincronizando con el manosear del canalete, que el otro indio manejaba en la popa, acurrucado y friolento. En el centro del bote el chucho, sentado, miraba tímidamente los cacharros del cebo,

-¡Qué friyo, vos!.

-¡Ajú!...

-¿Vamos al ramazal de la bocana?

-Como quiera, mano.
Los ramazales emergían del agua purísima como inmensas arañas negras. Dos, tres, cuatro..., quedaban atrás. Al pasar rondando un tronco, el raizal projundo barzonió el bote, afligiéndolo. Con hábil punteo, salieron del paso.
-¡No se arrime mucho, mano¡


Torcieron hacia el sur; a poca distancia del ramazal, echaron el fondo y quedaron inmóviles. Poco tiempo después arrojaban los anzuelos. Con rápido ademán los lanzaban al aire, La pita hacía una larga parábola, y el plomo se hundía allá, con un ligero: "chukuz". Luego el cordel se quedaba. ondulando encima y poco a poco se abismaba. Quedaban a la expectativa. Habían encendido los puros y jumaban, acurrucados.

-¿Pican, mano?

-No quieren picar.

-Ya me punteyan, vos.

-¿Eh ... ?

-Es bagre, de juro. Estos chingados sian de ber llevado la chimbera.
La chimbera era el cebo. El indio sacó el anzuelo, de jalón en jalón. Por fin sobreaguó el plomo negruzco. Se habían llevado el bocado.

-¿Lo vido? Son esos babosos bagres, vos.

-Si quiere nos hacemos al lado de la isla..
Iba a sacar su cordel, cuando un fuerte tirón, que ladeó el bote, les advirtió de una presa mayor.

-Jale, mano; debe ser "mero"!
El indio tiró con todas sus fuerzas.

-¡Ya mero revienta este jodido!
Llegó el otro a ayudarle. Tiraron penosamente. El bote cimbraba, voltión. En la cola de un espumarajo surgió de pronto una sombra enorme, que arrollaba la linfa con ímpetus de marejada. La luz nerviosa le mordía en redor.

-¡A la ronca, mano, es tiburón!

-¡Y del fiero, vos!

-¿Lo encaramamos?

_¡Déjelo dir, chero, nos puede joder al chucho!

-¿Guá perder mi anzuelo?...

-¿Qué siarremedia?
Un coletazo formidable hizo crujir el bote. El chucho buscaba fijo, abriendo las cuatro patas y hundiendo la cola. Soltaron. Se apercoyaron a las bordas y trataron de nivelar. Un segundo coletazo ladeó el bote. Dos sombras eseantes atacaban con furia.

-¡Levante el fondo ligero!

-¡Aguárdese!
Un tercer coletazo echó de bruces al indio que tiraba del fondo. La caída hizo volcarse al bote; hubo un griterío salvaje; las colas golpeaban en la cáscara del bote como en un tambor. Grandes rosas de espuma se fugaban en círculos, empurpurando la plata mansa.
Después, todo quedó quieto.
Agrupados en la orilla, los moradores del valle escrutaban la noche. Los gritos habían levantado a las gentes. La ña Gerónima, gorda y grasienta, con su delantal de cuadros azules, comentaba temblorosa.

-¡Avemaríapurísima!...
Los viejos de quijada de plomo cabeceaban, como diciendo:

-Pa que veyan...
Los cipotes abrían sus bocas y se acurrucaban, para descansar las barrigas enormes.

-Esos han sido los Garciya.

-O los Munto.

-Hilario y Cosme, quizá ...

-A saber si Jué Mincho de la señá Fabiana.

-Sí, pué...
El día venía abriendo rápido, con ambas manos los azules del Azul. La luna, marchita ya, se arrinconaba en la montaña. Las ondas de la vaciante tráiban orito en la punta. El manglar se había separado del paisaje, tomando su cuerpo. La isla verdegueaba, y la fragancia de la mañana venía mera cargada.
De pronto, se vio una estela que flechaba hacia la orilla. Todos quedaron en suspenso. Un perro negro llegaba jadeante, aclarando el misterio de la tragedia. Salió de un último pechazo a la orilla; meneó el rabo; se sacudió bruscamente la gloria del sol, y no dijo nada.

EL CONTAGIO.

riu de les basses, toll de Rabosa, racó del toscá, riada 2






















Después del aguacero de la noche, había clareado gris, mojado, encharcado, invernicio... Venía la mañana en ondas frescas, anegando la oscuridad. Todavía no daban sombra las cosas; las sombras eran diluyentes, borrosas como luz golpeada, como humedad de sal. Se venía el olor jelado del cielo, con algo de amoníaco y algo de ropa limpia. Silbaba., único, un pajarito invisible en un árbol frondoso; silbaba con dulzura de agüita plateada. Las hojas nadaban en los remansos de brisa, como pececitos oscuros. Iba clareando... Y el alma, como los matorrales, estaba empapada de felicidad.
En la casa de la finca, el patio cuadrado dormía aún. Por el lodito habían pasado los chuchos. Una teja salediza se había quedado contando gotas azules, sobre un charquito que, abajo, bailaba trompos diagua. Salía el humo de la galera, como una parra celestial. Don Nayo, enrollada en la nuca una toalla barbona, venía por el corredor. Con el bastón abría un hoyito, y sembraba una tos; abría un hoyito, y sembraba una tos. Los murciégalos se iban enchutando en las rendijas oscuras del tabanco, como pedradas de noche.
A lo lejos, lejos; los gallos abrían puertas chillonas. El día se tambaleaba indeciso, bajo la nubazón sucia, como carpa de circo pobre.
Don Nayo llegó al portón. No podía enderezar la cabeza, porque su nuca estaba paralizada; lo cual le daba un vago aspecto de tortuga mareña. Miró al cielo de reojo; aspiró el olor de los limones; se puso el palo bajo el brazo y llamó aplaudiendo.

-¡Cande!...
La Cande gritó desde la cocina:

-¡Mandé!...

-Date priesa...
La Cande atravesó el patio dejando su priesa pintada en el suelo. Era quinzona, rubita, gordita, nalgona, chapuda y sonreiba constantemente. Daba la impresión de bañada, dentro del traje pushco y jediondo.

-¿Qué quiere, tata?
El viejo le alcanzó la oreja al tanteyo.

-¡Babosa, no téi dicho que cuando vengás a trer lagua, cerrés bien la palanquera!


La campaneó tantito y, arreándola, con el palo enarbolado, la siguió hasta el platanar.

-¡No cierre, animala, espere que salgan las yeguas!: ¿no ve que están allá?...
Tres yeguas secas estaban olisqueando en la huerta. Sobre las eras de nardos se veían los hoyos de los cascos. Se fueron aculando despacio contra la cerca; y, cuando la Cande les cortó el paso, salíendo del breñal con un chirrión en alto, las tres bestias dieron un respingo nervioso y huyeron por la puerta hacia el potrero. A lo lejos, seguía oyéndose el galope con su patacán, palacán, patacán...

Había amanecido. El viento madruguero había ido cogiendo cada estrella con dos dedos, soplándolas como mota de ángel, hasta desaparecerlas. Por un descascarado de nubes, se miraba la paré del cielo, ricién untada de azul. Los volcanes bostezaban, en camisón de dormir. Pringaba.

- Traiga el canasto, Cande. vamos a pepenar los nances y los limones.
        
La Cande fue por el canasto. Bajo el limonero, el suelo doraba. Olía a mañana. Daba lástima desarreglar el paisaje enfrutado. Don Nayo y la Cande fueron pepenando, uno a uno, los limones. Más abajo, al haz de un granado, estaba el nance. El suelo aparecía cundido. La ladera había llevado rodando los nances hasta ben lejos. Parecía como si a la planta se le hubiera roto el hilo de un inmenso collar.

-Témpapádo el monte, tata.

-Cuidá de no empuercar el vestido...

-Afijese que anoche soñé el Contagio...

-Era un endizuelo así, sapito, con buche y con una cosa feya aquí.

-¿Onde?

-Aquí ...
Seguían cayendo limones, que quedaban medio hundidos en el lodo negro. A orillas de la acequia se oía una fiesta de sanates. Bajo los charrales empezaron a rascar las gallinas, haciendo sonar las hojas marchitas. Los grillos se habían ido consumiendo en el claror.

-Mero horrible, el indizuelo; y me chunguiaba..

-¿Te qué?...

-Me guasiaba y me chunguiaba, en un cuento como cuarto oscuro... ¡Uy!... Es que comí chacalines...

-De juro que eso jué...

-Echeme una mano, tata.


Don Nayo le ayudó, como pudo, a ponerse el canasto en la cabeza. La Cande lo sostenía con ambas manos; las mechas le caiban por la cara; con un respingo se afirmó, equilibró el espinazo; sacó la puntita roja de la lengua y se alejó hacia la casa, con rítmico andar.
    
Don Nayo miraba alejarse a su hija. Pensó: "Es guapa, es güena, la chelona"; se sonrió, con sonrisa de arruga. Los gallos abrían a lo lejos fantásticas puertas; por ellas entró bruscamente un chorro de sol.

Don Nayo paró a su mujer en la mitad del dormitorio.

-Mirá, Lupe -le dijo-, andá con cuidado con la Cande: ya maliseya...


-¿Eh?...


-No me gustan tantito, sus caidas diojos, sus pandiadas al pararse. Méi fijado que deja a ratos de moler y se come las uñas; además, le ondeya el pecho como a las palomas. Andá con cuidado, te digo...


-Dice bien, Nayo; yo también la héi oservado. Se chiqueya, sin querer; se mira nél espejo, cada vez quentra aquí; y, a ratos, da brincos de calofriyo. También no me gustan las cosas que me cuenta. Dice quel otro día, cuando Nicho la tentó jugando, sintió un burbujeyo extraño. Además se le van los ojos, coge juergo a cada rato, le pica la palmelamano.


-Pa que veyás. Andále con tiento, no se nos descantiye con algún malvado.


-Decíle al Nicho que no liaga tanta fiesta.


-Se lo vuá poner en conocimiento a ese infeliz.


Zarceaba el viento en la Palazón de los conacastes, como en tina guitarra destemplada; el sol entraba ya en la hindidura dialcancía del horizonte. En el cielo, las nubes mostraban choyones desangrados. Las golondrinas inspeccionaban el velamen recién izado de la tarde; en el callar, la tierra daba bordazos de sombra.
Por el camino venía Don Nayo, lento y tosigoso. La Lupe lo esperaba en la palanquera.

-¿Qué lihubo, Nayó? ...

-Los casaron. Los juí a dejar al terreno. Tán Contentos.

-¿Le arvertiste a Nicho de lo que te dije?...

-Más valiera no me bieras dicho jota, miás azorrado con el yerno.

-¿Eh? ... ¿Por qué?...

-Cuando lo llamé aparte y le recomendé que la tratara con primor, no fuera ser que se asustara, se echó a rír y me dijo: "No siaflíja por babosadas, esa yés cosa antigua: asigún colijo, la tengo ya empreñada dende hace un mes".

-¡La Virgen del Martirio!

-Y parecía que no quebraba un plato ...

-Güeno, después de todo, arrecuérdese, Nayo, de nosotros, cómo hicimos ...

-Decís bien, es el Contagio.
La tarde se había perdido a lo lejos, deíando como estela un espuniarajo de estrellas; sobre la arena del mundo, los árboles negros se movían como cangrejos.


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Per a tots estos pelacañes de la normalissassió lingüística


An este texto literari trobaréu moltes paraules que no están a la RAE, com chapurriau, que no hi está, está chapurrear, y ya sabém que no es lo mateix que chapurriau: una mescla de varios idiomes, italiá, portugués, español, provensal (ara dialecte del ocsitá). Es curiós que al dicsionari de Frédéric Mistral (Félibrige 
Lou Tresaur dau Felibritge, 1854), de abans de Pompeyo Fabra y Francisco Franco Bahamonde, no fico ni catalá, ni valensiá, mallorquí o aragonés, cuan tením léxic de estes cuatre llengües, y de atres, com lo árabe, gallego, asturiano, leonés, vasco, navarro, riojano, latín, griego y alguna mes. 



champouirau, champoiral, chapurriau

La gen parle de una manera y este autó escriu de forma que se veigue cóm parlen, aixina u fach yo en lo chapurriau cuan escric o traduíxco. Y datres tamé u fan aixina, com Luis Arrufat al seu blog agüelo sebeta.


Si una NORMA fixare una llengua, los swahili potsé aniríen tot lo día en un dicsionari daball del bras esquerro, que no los cauríe en cuan aventaren una llansa en lo bras dret per a cassá. Y en cas de fé aná una escopeta, hauríen de dixá an terra la gramática y ortografía del swahili per a que no caiguere y se faiguere malbé, embrutanse de pols y de sang.


Si una NORMA fixare una llengua, los swahili potsé aniríen tot lo día en un dicsionari daball del bras esquerro
       

https://es.wikipedia.org/wiki/Salvador_Salazar_Arru%C3%A9


https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/6460/Salvador%20Salazar%20Arrue%20-%20Salarrue


http://literatura.wikia.com/wiki/Salvador_Salazar_Arru%C3%A9


http://museo.com.sv/2013/09/salvador-salazar-arrue-salarrue/


https://www.elsalvadormipais.com/salvador-salazar-arrue-biografia