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domingo, 21 de noviembre de 2021

DVA, Gerónimo Borao, introducción, 2

II.


A este examen vamos a dedicar el resto de nuestra tarea, procurando señalar la procedencia de algunas palabras, legitimando en lo posible su uso, probando que a su invención ha precedido instintivamente el mejor juicio, y manifestando que no son barbarismos de gente inculta, sino a veces primores que el idioma castellano debiera prohijar (53)
o no haber abandonado. Entiéndase que para la formación de este discurso, así como para la del Diccionario que le sigue, hemos de servirnos, en cuanto nos sea dable, de escritores aragoneses, de anuncios e inscripciones oficiales, de avisos impresos, de la conversación de personas cultas, y sólo en donde todo esto no alcance, del habla común de los aragoneses. No abultaremos, pues, el vocabulario ni la crítica con palabras de las que frecuentemente se improvisan pero no se extienden ni se hacen permanentes: tampoco no lo haremos con las locuciones latinas usadas por nuestros foristas como ne pendente apellatione, artículo de toliforciam, sentencia de lite pendente, neutram y otras, pues aunque sabemos que la Academia incluye algunas locuciones latinas, de antiguo castellanizadas, no le hace, y esto con su habitual prudencia, sino cuando son del dominio general y no del tecnicismo de una ciencia; ni tenemos por verdaderamente aragonesas, aunque de uso particular de nuestros escritores, algunas libertades derivadas del idioma castellano, como tierra baja para denotar cierta comarca de la derecha del Ebro y alto Aragón para denotar la de la izquierda, turbante en sentido del que turba, comisante por el que comisa y adminiculado de adminicular, voces usadas por Larripa; adrezar que dice Blancas; catedrero que consignan los Gestis de la Universidad de Zaragoza; consimile por semejante; reforme por reforma y tisiquez por tisis, que hemos leído en otra parte; caminos circunstantes que también hemos visto usado; membranáceo que dice no mal, en lugar de membranoso, el racionero Latassa; comisarios (54), cercenadores, lugar tenientes y otros cargos que no puede especificar el Diccionario de la lengua y que sin embargo son corrientes en los tratados de legislación aragonesa.

Procedemos en este punto con tal cautela y tan desapasionadamente, que ni damos cabida a algunas palabras (55) por el solo hecho de hallarse en nuestros autores y no en el Diccionario de la Academia; ni incluimos otras que son explicadas como aragonesas por algunos escritores pero que en el Diccionario oficial figuran como castellanas, tales son universidades, gramalla, pedreñal y otras varias; ni acrecemos mucho nuestro Vocabulario con otras cuya definición académica no tiene el alcance de los textos aragoneses como en aquellas hermosas palabras de la Unión “porque non querrian, si Deus e el seynor rey quissies, tener ni seguir otra carrera que la suya;”
ni aun reputamos como aragonesa la palabra dosel usada en las coronaciones de Blancas y calificada como esencialmente aragonesa por él y su comentador el cronista Andrés, el cual para su mejor inteligencia se refiere, bien inoportunamente por cierto, al Tesoro de Covarrubias y al Comento del Polifemo, escrito por García Coronel, cuyos autores no le dejan muy airoso con sus declaraciones.

Lo mismo hemos practicado con algunas palabras puramente lemosinas o catalanas como mateix, res, tantost, apres, nueyt, muyto, destrenyer (acosar), los adverbios en ment o mientre, y con mucha más razón cercar por buscar que usa el Códice de los Privilegios de la Unión, y environar por cercar que dijo el rey D. Martín en la famosa oración con que abrió las cortes de 1398. Hemos también omitido algunos de los muchos tributos o pechas que en documentos latinos aparecen, pero que no creemos del todo aragoneses, como plantáticum que se pagaba por echar el ancla, plateaticum por pasar las plazas, porcagium por los cerdos, salinaticum por la sal, portulaticum y tavitáticum por las naves, etc.; y también algunos de los oficios de la casa real, como subbotellerius, subfornarius, sobrecoch (jefe de la cocina) (Koch, alemán “koj”: cocinero; inglés cook “kuk”) y otros varios, si bien con esta ocasión enumeraremos los que se hallan discernidos en las Ordinaciones de la Real casa de Aragón, compiladas por Pedro IV en idioma lemosín el año 1344, (están en historia-aragon.blogspot.com , son parte de la colección de los Bofarull) traducidas al castellano en 1562 por el protonotario (protonario en el original; prothonotari en un texto del Ceremonioso: https://historia-aragon.blogspot.com/2019/12/offici-sagelladors-scrivania.html )
D. Miguel Climente de orden del príncipe D. Carlos y dadas a la estampa en Zaragoza año de 1853 por D. Manuel Lasala, cuyos oficios (que decíamos) son, dejando a un lado los de uso y nombre más conocidos, los de botilleros mayores y comunes, aguador de la botilleria, panaderos mayores y comunes, escuderos trinchantes, argentarios o ayudantes de cocina, menucier o repartidor, escuderos que traen los manjares, comprador, cazadores o perreros, sobreacemilero y sotacemilero, tañedores, escuderos y ayudantes de cámara, guarda de las tiendas, costurera y su ayudante, especiero, barrendero y lavador de la plata, hombres del oficio del alguacil (jusmetidos a él para aprender criminosos), mensajeros de vara o vergueros, escalentador de la cera para los sellos pendientes, selladores de la escribanía, promovedores, enderezadores de la conciencia, sotaporteros; servidor de la limosna
(almoyna) y escribano de ración que era a manera de contador o tenedor de libros.

Con igual economía hemos obrado al examinar el Índice donde se declaran algunos vocablos aragoneses antiguos, el cual, aunque trabajado por el insigne Blancas; si bien contiene doscientas nueve voces, pero trae muy pocas rigurosamente aragonesas; y aun por eso no hemos incluido de entre ellas sino diez, habiendo despreciado las que nos han parecido castellanas antiguas, que son las más, y habiendo renunciado no sin pena a algunas otras que no dejan de tener semblante aragonés, como son aconsegüexca alcance, bellos ricos, boticayx bofetada, camisot alba, caxo mejilla, desconexenza ingratitud, esguart cuenta, guarda-corps sayo, las oras entonces, lunense apártense (luny, lluny, alunyar, allunyar; chap. llun), meyancera medianía, ont por esto, pertesca parta o tome, pertaña toma, rengas riendas, sines sin, vaxiellos vasos, umplie llenó, izca salga (ixca, ixir, eixir; exitus).

Esa misma parsimonia, pero mucho más fundada, nos ha guiado en cuanto a las palabras castellanas que Ducange define en su Glosario (56), apoyado en documentos aragoneses, cuales son, entre otras, acémila, albarda, alodial, arada, armador, azcona, bandosidad, cabezalero, cahiz, corredor, escombrar, espera, fincar, jurista, malatia, maleta, mayoral, mezclarse, parral, pérdida, perdidoso, quilate, quitación, rastro, realengo, renegado, saca, salva, sesmero, sobreseimiento, soldada, sollo, tapial, taza, timbre, tornadizo y trepado (57). Y si contra este nuestro sistema de conceder a Castilla cuanto la Academia le atribuye (sea cual fuere el verdadero origen de las voces), damos cabida a las ciento o algunas más académicas que Peralta incluye en su Ensayo de un Diccionario aragonés castellano, es, no tanto por ser ellas de más uso, si ya no de procedencia aragonesa, cuanto por respetar, como base de nuestro Vocabulario, el primer trabajo que se hizo en ese género; mas, así y todo, las señalamos, para descargo de nuestra responsabilidad literaria, con una letra particular que las distinga, y esto nos permite marcar asimismo las que como aragonesas o provinciales incluye la Academia y las que se deben exclusivamente a nuestra tal cual diligencia.

Pero no hacemos tanto, antes las excluimos por completo, con muchas de las voces que en sus respectivas obras de historia natural escribieron dos insignes botánicos, Bernardo Cienfuegos en los primeros años del siglo XVII y D. Ignacio de Asso (zaragozano) en los últimos del XVIII. Este, sobre todo, a quien se deben muy curiosos y eruditos tratados sobre las producciones, las ciencias, las leyes, la economía política y aun la literatura de Aragón, tuvo la advertencia de consignar, lo mismo en su Synopsis stirpium indigenarum Aragoniae (1779), que en su Introductio ad Oryctographiam et zoologiam Aragoniæ (1784), las voces puramente aragonesas con que se designaban y todavía se designan en el país (que recorrió herborizando y estudiando su suelo y los animales que le pueblan) los objetos sometidos a su descripción. En consecuencia de su plan, calificó unas veces con la palabra vernaculé o provincial de Aragón, otras con la más expresiva de nostratibus, las palabras que tenía por exclusivamente aragonesas, distinguiéndolas de todas las restantes con la anteposición de la palabra hispanis; y por si pudiera dudarse de que designaba con aquellos antepuestos los vocablos aragoneses, él mismo lo declara, ora en el prólogo diciendo Adjunxi etiam vernacula provintiæ nostræ nomina, ora en el índice que titula Nomina hispánica et vernacula Aragoniæ.
Y decimos todo esto, porque parece después muy extraño que persona tan competente en todo aquello que emprendía, calificara de aragonesas palabras que pasan por castellanas, como asnallo, balsamina, cadillo, camomila, cebadilla, ginesta (
plantagenet; parecida a la aliaga, argilaga), margarita, regaliz (regalíssia), sosa, tuca, anadón, andario, becada, calandria, chorlito, dogo, gavilán, lechuza (chuta, ólipa), pajarel, perdiguero, picaraza (garsa en Beceite), polla de agua (focha), pulgón (puó), saboga, tordo (tord o tort en Beceite; tordus), triguero, verderol y otras. Colocónos (nos colocó) esto en la difícil alternativa, o de aceptar por aragonesas bajo la fé de quien, puesto que filólogo, al cabo no se distinguió como etimologista, palabras que no sólo la Academia pero aun los hablistas castellanos han considerado de uso general entre los españoles (también chófer, y no es castellana, a ver si adivinas de dónde viene; o aspirina); o de desairar, sinó, el voto calificado de un literato dedicado con ardor a las ciencias naturales y conocedor por sí mismo de los nombres con que la ciencia y el vulgo designan cada cual los objetos de la naturaleza. Pero nuestra imparcial elección ha estado en favor del habla común española, no sólo por el mayor crédito que nos merecen las muchas y buenas autoridades que contradicen la absoluta de Asso, sino por otra consideración que, favorable como lo es a Aragón, no podemos excusarnos de aducirla.

De esas voces, hoy todas castellanas, supuesto el admitirlas como tales la Academia, las hay, como balsamina, cadillo, calandria, cebadilla, chorlito, dogo, gavilán, ginesta, perdiguero, pulgón, regaliz, saboga y sosa, que ya se hallaban incluidas en la edición príncipe del Diccionario publicada en 1726 por aquella corporación literaria, y no se concibe cómo pudo desentenderse de esta autoridad el naturalista de Asso: pero hay otras, y a la fé muy bellas, como andario, asnallo, camomila, margarita, pajel,

picaraza, polla de agua, tordo, tuca y verderol, que no tenían cabida en aquella edición (58), que en Aragón eran ya muy usuales, y que hoy han pasado al fondo común de la Academia, sin que de nuestra parte quepa contra esto reclamación alguna,
(
como pasan casi todas las palabras aragonesas, mallorquinas, valencianas al DCVB y las consideran catalanas. Sólo hace falta revisar un poco Lou tresor dóu Felibrige para ver su procedencia occitana) como quiera que todos los idiomas viven de esos cambios mutuos, principalmente cuando la lengua de una nación prevalece (como su política) sobre los dialectos (o lenguas documentadas) de las provincias que vienen a constituirla.

Pero hay que considerar como aragonesas algunas palabras que, si bien incluidas como castellanas en el Diccionario general de la lengua, no puede negarse que son de uso constante, popular, y, por decirlo así, privilegiado en Aragón, mientras lo tienen muy raro o ninguno fuera de él, pudiendo asegurarse desde ahora que, pasado algún tiempo, y cuando ya la Academia forme la convicción en que nosotros nos hallamos, habrá de conservarlas en su Diccionario con el carácter exclusivo de provinciales de Aragón (59). Aquí, en efecto, se dice suplicaciones por barquillos como en el Desden con el desden; no marra por no falla como en las farsas de Lucas Fernández; aturar, como en Berceo «Abrán con el diablo siempre a aturar, y como en Lorenzo de Segura «Anda cuemo ruda que no quiere aturar,» amanta, amprar, arguello, arramblar, caño, malmeter, masar, paridera, punchar, rematado, vencejo, y otras varias (60) que se usan frecuentemente entre nosotros, y de las cuales y otras ya notó Capmany que algunas, como aturar, cal, dita, malmeter, ostal y pudor, eran a un tiempo de Cataluña y de Castilla.

De entre las palabras verdaderamente aragonesas aunque de apariencia castellana, de entre las palabras que, a cambio de otras citadas y consentidas como castellanas, tenemos que revindicar como nuestras y sólo nuestras, citaremos más detenidamente, por ser de las más vulgares en nuestro pueblo llano y sólo en él, la famosa expresión impersonal no me cal (no te cal, no le cal) en significación de no me importa, no me conviene, no me es menester, no me cumple, no tengo que etc., cuya frase, que no traen ni Covarrubias, ni la Academia en su Diccionario grande, ni el jesuita Terreros, ni Rosal en su Diccionario manuscrito, se halla autorizada en nuestros días como castellana por la Academia de la lengua, pero usada como aragonesa por sólo nuestros labriegos. (Yo soy filólogo de literatura inglesa y la uso en mi pueblo, Beceite) - En el poema del Cid hablando este de los Infantes sus yernos dice Curiellos quiquier ca dellos poco min' cal, y más atrás Si el rey me lo quisiere tomar, a mi non minchal: en el Poema de Alejandro se lee non te cal ca se vencires non te menguarán vasallos, y en otra parte Mas quequier que él diga a mi poco me cala: en las poesías atribuidas (61) a D. Alonso el Sabio también encontramos

E si vos veis este fuego

non vos otras cosas calen;

en el Laberinto de Juan de Mena

Mas al presente hablar no me cale;

Verdad lo permite, temor lo devieda;

en las poesías de A. Alvárez Villasandino:

Ya non me cal

pensar en al; (chap. ya no me cal pensá en datra cosa)

en las farsas o cuasi-comedias de Lucas Fernández n' os cale desemular; y, lo que es mucho más notable, en las epístolas del obispo Guevara, predicador de Carlos I, «no le cale vivir en Italia el que no tiene privanza de rey para se defender.»


Pero aunque las autoridades que llevamos citadas han podido influir en la Academia para la admisión de esa voz, que sin embargo no vemos incluida en el gran Diccionario de autoridades de aquella corporación, ni tampoco en el de Terreros publicado en 1786, debemos advertir que quienes la han conservado sin interrupción son los aragoneses, desde que (a nuestro parecer) la tomaron de los provenzales, en cuya poesía se halla usada repetidas veces, así como la tienen el idioma italiano en calere, el francés antiguo en chaloir, el catalan en caldrér, y, aun forzando un poco la analogía, el latín en calescere, agitarse, moverse, pudiéndose decir no me mueve, no me agita, no me domina, no me da cuidado, no me importa. Del uso lemosín no puede dudarse al leer en una canción de Pedro III no m' calgra no me sería necesario, y en un poema anterior (62) perteneciente a los primeros años del siglo XIII y publicado y traducido recientemente por Fauriel

Per Dieu, n’ Ugs, ditz lo coms, nons clametx que nous cal.

Por Dios, D. Hugo, dijo el Conde, no os quejéis, que no os conviene.

y más adelante al verso 4844

A la meridiana quel soleilhs pren lombral

el baro de la vila estan á no men cal.

esto es “al mediodía, cuando el sol penetra en todo sombrío y los defensores de la ciudad están descuidados”, o “no están sobre las armas,” como viene a decir Fauriel, o “están en un no me importa,” si fuera posible traducir así aquella expresión que de todos modos indica el abandono.

Y finalmente, verso 4913

Mas non aia Belcaires temensa que nolh cal.
que Fauriel traduce “Mais que Beaucaire n'ait plus de crainte; il n'en doit pas avoir" y que en castellano se puede expresar diciendo “Pero no tema Beaucaire, pues no debe, pues no le corresponde, pues no tiene motivo, pues no tiene por qué.”

Haciendo punto en esta digresión, ya demasiado extensa pero no inútil a nuestro propósito, y anudando el pensamiento de donde ha partido, tócanos manifestar que, señaladas las palabras usadas por autores aragoneses mas no por eso aragonesas, e indicadas también las que a toda luz son de Aragón aunque todavía calificadas como castellanas; pudieran añadirse ciertas otras generalmente usadas en Aragón y que, a pesar de serlo en Castilla por escritores de nota, no tienen cabida como castellanas en el Diccionario de la lengua; tales son haldeta que usa Moratín en aquel verso de sus Navés de Cortés.

de azul y negro las haldetas de ante;

esmangamazos, que, sin el prepuesto privativo, leemos en aquellos versos del Cancionero de Baena

A ty mangamazo syo otra tonsura.

por mi serà dada muy gran penitencia;

(págs. 447 y 481.)
laminero, que tanto divierte a los castellanos cuando lo oyen a algún aragonés y que, sin embargo, no sólo es muy natural derivado de lamer, y muy parecido a lamistero y lamiscado, sino que se ve usado en el arcipreste de Hita,

La golosina tienes goloso laminero;
a placer, que vemos en aquel romance

en corte del rey Alfonso

Bernardo a placer vivía;

pintar, que usan nuestros pastores por tallar, aunque justo es decir que la Academia lo hace sinónimo de escribir, explicando bien ambas versiones aquellos versos encantadores de Gil Polo

mas serate cosa triste

ver tu nombre allí pintado (señalado en mil robles)

…..

no creo yo que te asombre

tanto el verte allí pintada etc.;

mueso, o bocado, (mos; mossegá) que derivado de morsus (de donde después almuerzo) (amorsá, almorsá) se halla como provincial de Aragón y, no obstante, lo encontramos en el Poema del Cid.

Nol' pueden facer comer un mueso de pan,

y en el de Alejandro aunque con varia lección, y en los poetas del Cancionero de Baena

E luego será del todo vengado

el mueso podrido que dió el escorpion
….

Mas freno sin mueso é chapa

vos daria aun emprestado;

peñora (pignorare) y caritatero que explican Berganza y Merino, dando a pennora el significado de multa y prenda, y a caritas el de refección de bebida tras la colación y lección espiritual; tastar, (taste inglés: probar) que si bien se halla en sentido de tocar, derivado de tactus, también tiene en Berceo el de probar o morder en aquel verso

Que de meior boccado non podriedes tastar;
macelo, cuyo derivado macelario no incluye la Academia pero sí en sus vocabularios los eruditos PP. Berganza y Merino; vencejo, de vinculum, (
vencill, bensill, etc; para atar una garba de paja, alfalfa) que, aunque admitido por la Academia en significación de ligadura, sobre todo para atar las haces (feix, feixos) de las mieses, lo declara
D. Tomás Antonio Sánchez privativo de Aragón al explicar el verso de Berceo

Alzáronlo de tierra con un duro venceio;

cútio, que en Aragón significa constante, diario, no interrumpido, conforme con su elimología quotidie, quotidianus, y que la Academia escribe y explica de otro modo, poniendo cutío, trabajo material, y omitiendo absolutamente en su Diccionario el adjetivo cutiano (quotidiano) (cotidiano) que leemos en el poema de Alejandro

Un pasarïello que echaba un grant grito

andaba cutiano redor de la tienda fito

y en Berceo

facie Dios por los omes miraclos cutiano

y en el célebre Villasandino

Pues memento mey cutiano disanto.

de, partícula expletiva que se usa en la frase me dijo de antes su parecer, y en otras parecidas, y que también usan nuestros clásicos como Cervantes, “tan bien barbado y tan sano como de antes,“ y el obispo Guevara “y sus pueblos quedaron como de antes perdidos.“

Añadiríamos a estas algunas otras palabras y frases que, siendo muy familiares en Aragón, y no teniendo nada de exóticas ni nuevas, están excluidas, no obstante, del Diccionario de la Academia, por donde oficialmente resultan no ser castellanas, mientras son positivamente, ya que no aragonesas, de uso aragonés; pero atribuyendo este silencio, no a decisión magistral sino a descuido inevitable de aquel sabio cuerpo literario, no adicionaremos el anterior catálogo ni aun con las dos que por ahora nos ocurren. Es la una llevar la corriente, frase que hemos oído a castellanos puros y que usa el Duque de Rivas (poeta cordobés) en el romance último de su Moro Expósito

“, le acaricia, le lleva la corriente”

La otra es la voz medicina que no se define por la Academia sino como “ciencia de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano,” y que en sentido de medicamento (63) es en Aragón vulgarísima, se usa mucho por los facultativos y se lee con frecuencia en las Ordinaciones del Hospital de Zaragoza 1656, siendo además común a la lengua italiana y al dialecto catalán, pero que no puede formar parte de nuestro Diccionario cuando la vemos usada en todos los más distinguidos escritores castellanos, desde Cervantes a Espronceda, desde Quevedo hasta el poeta popular Trueba, y lo mismo en fr. Luis de Granada que dice sin los tormentos de los médicos y las medicinas, en Mexía como el buen medico sus medicinas, en Guevara y lo poco que las medicinas le han aprovechado, en Rhúa que sana la herida con medicinas lenitivas.

Pasando ahora a uno de los más notables grupos en que pueden dividirse las palabras aragonesas, digamos en honor suyo que este pueblo ha conservado un gran número de las que constituyeron el habla antigua castellana, siendo ya consideradas como arcaísmos fuera de uso algunas y no pocas, que acá nos son del todo familiares, y que en parte componen el más usual vocabulario de la gente inculta, cuyos modismos excitan hasta cierto punto la compasión de quien los oye, ignorándose, aun por nosotros mismos, que así hablaron los padres del común idioma castellano.

Sería, en efecto, un trabajo muy curioso el de reunir las voces, incorrectísimas hoy, de las clases últimas del pueblo, y observar su perfecta identidad, no ya con las que se emplearon en los siglos primeros del habla, sino aun con muchas de los escritores que florecieron en el siglo XVI (64). Llegarían esas semejanzas hasta el punto de ser fácil componer todo un discurso, y aun todo un libro, con palabras tomadas del antiguo castellano, que sin embargo serían exactamente las que usa con predilección el pueblo aragonés; bien que muchas de ellas no dejan de ser comunes con el ya bárbaro dialecto que todavía conserva el estado llano en toda España. Sean ejemplo de esta observación, sin que por eso abultemos con ellas nuestro Diccionario, las palabras niervo; omecida, gomitar, buticario, reconvinió, *prolvengan, filicidad, tuviendo, entreviniendo, abellota, quisiendo, *previdencia, risistir, pidir, dicir, recebir, vieda (veda), siguidilla, ambrolla, crocodilo, (latino puro) virificar, ogepción, asasinar, etc. Séanlo también mesmo, trujo (65), agora, escuro, enantes, dende, que los poetas dicen con frecuencia. Séanlo igualmente estentinos, malmeter y rancar, que usa Juan Lorenzo de Segura; emparar que se lee en Berceo; bulra, estoria, estruir y mandurria que emplea el arcipreste de Hita ; churizo (66), (choricer en Alcañiz, jueves lardero y chorizo) previlegio y rétulo, que nos dice Covarrubias; rabaño y aspárrago que conforman más con la etimología hebrea y latina; pedricado, que dice el rabí D. Santob; cantacio, estentino y otras muchas que se ven en el Cancionero de Baena; empués, que dice Marcuello (pero también Berceo); agüelo y cudicia Aldrete; acontentar el autor del Diálogo de las lenguas; inconvinientes, encorporar y muchas otras Zurita; riguridad Tirso de Molina; mesmamente el P. Isla.

Pero estas palabras no son otra cosa, aunque saludadas con el nombre de barbarismos, sino ligeras desviaciones enfónicas de otras verdaderamente castellanas: las hay que siendo notadas en Castilla como arcaísmos, son en Aragón bastante corrientes, y de ellas citaremos (aunque no hagamos uso de todas en el Diccionario) abejera, aconsolar, afigir, afirmar, almuestas, aplegar, apoticario, árcaz, asin, asisia, asumir, azarolla, bahurrero, batifulla, batimiento, bogeta, buco, cadillo, calendata, cablieva, canso, capacear, casada, cocote, coda, espedo, fajo, fendilla, ferial, fosal, interese, marzapán, mayordombría, mida, mueso, nano, ostaleros, otri, pasturar, peñorar, pigre, tardano, tributación etc.; de cuyo catálogo, que pudiéramos no sin dificultad engrandecer, se deduce lo que ya hemos indicado, es a saber, la religiosidad con que el pueblo ha guardado la antigua manera de hablar, haciendo en él la ignorancia las veces del respeto.

No son menos recomendables, pues son igualmente puras y perfectamente conformes con la índole o genio del idioma, las palabras compuestas que ostenta el aragonés.
No hay para qué decir la belleza y el número que de los compuestos resulta; ni la facilidad con que la lengua española los admite, merced a sus terminaciones vocales y a la buena proporción en que entran estas letras; ni la condensación que producen, economizando circumloquios y partículas; ni el uso que de ellos hicieron las lenguas antiguas, principalmente la griega: todo es demasiado conocido para necesitar
esplanarlo, y mucho menos aquí en donde por otra parte no tiene su principal asiento. Pues bien: de estas composiciones que deben tomarse, sino es en las ciencias, del fondo que ofrece el propio idioma (según lo insinuó Mayans con acierto, tomando cabalmente por ejemplo una voz aragonesa) hay algunas, entre las muchas que a cada

paso inventa la conversación, como aguacibera, aguallevado, aguatiello, ajoarriero, ajolio, alicáncano, alicortado, antecoger, antípoca, apañacuencos, arquimesa, arrancasiega, babazorro, botinflado, cabecequia, carasol, casamuda, cazamoscas, contrayerba, entrecavar, escondecucas, gallipuente (gallipont, gallipons), habarroz, hurtadineros, malbusca, matacabra, matacan, miramar, paniquesa, rabiojo, sobrebueno, sobrecielo, tragacantos, zabacequias.


Y si de los compuestos pasamos a los derivados, que son una parte tan principal, y por ventura la más numerosa de los idiomas, ¿cuántos no encontraremos en Aragón, cuya mayor parte debieran adoptarse por la Academia? Permítasenos ofrecer de ellos una muestra, la cual, contribuyendo a esclarecer este punto, dejará también probado que en la conservación tenaz de sus modos de hablar, generalmente proceden los aragoneses con una lógica instintiva, muy ajena de la especie de extrañeza depresiva con que son saludados sus provincialismos. Véanse, sino, las palabras aceitero, adinerar, afascalar, agramar, aguachinar, agüera, ahojar, aladrada, alaica, anzoleto, añero, apabilado, apenar, aquebrazarse, arrancadero, arrobero, asolarse, azutero (azud, assut), bajero, boalage, bolsear, brazal, cabecero, cabezudo, cabreo, calorina, callizo, canalera, cantal, capolado, capucete, casera, comprero, collete, cresarse, crujida, cuaternado, culturar, cunar, chorrada, defenecer, dentera, desbravar, descodar, desgana, encerrona, engafetar, enzurizar, esbafar, escorchón, escorredero, estribera, frontinazo, galgueado, helera, huevatero, jetazo, juguesca, lavacio, manifacero, mañanada, maseta, matacía, mitadenco, molada, ocheno, oleaza, parejo, pastenco, peduco, picoleta, plantero, pulgarillas, racimar, repaso, saquera, simoso, sondormir, sudadero, tardada, ternasco, vendería, volandero.

Hay otras muchas palabras que difieren muy poco de las correspondientes castellanas, resultado necesario de la varia eufonía de las provincias, a veces de la mayor o menor fidelidad etimológica, y no pocas del simple decurso de los tiempos, que refinan o adulteran, pero no para todos, el idioma. Vocablos hay que varían la terminación, como abejero por abejaruco, ancheza por anchura, apuñadar por apuñear (puño, puñada; puñetazo), azanoriate por zanahoria, balsete por balsilla, blanquero por blanqueador, capaza (capazo) por capacho, cargadal por cargazón, corrinche por corrincho, chaparrazo por chaparrón, dalla por dalle (guadaña), exigidero por exigible, friolenco por friolento (friolero, friolera), perera por peral, pescatero por pescadero, picor por picazón, rocador por rocadero. Unos se han sincopado en Aragón, como abrío por averío, albada por alborada, (auba Mallorca, alba) cartuario por cartulario, censalista por censualista, cobar por cobijar, chapear por chapotear, mida por medida, zanguilón por zangarullón: otros, al contrario, se han alargado por epéntesis, como alirón por alón, bienza por binza, cadiera por cadira, carracla por carraca, empedrear por empedrar, hilarza por hilaza, jarapotear por jaropear, marrega por marga, panso por paso, valentor por valor. Unos suprimen por aféresis la sílaba inicial, como caparra por alcaparra (también garrapata), dula por adula, jada por azada, jambrar por enjambrar, pedrada por apedreada, zafrán por azafrán (safrá; saffron): otros la toman por prótesis, como amerar por merar, asesteadero por sesteadero, atrazar por trazar. Unos pierden la final por apócope, como alum, brócul, caparrós, espinai, por alumbre, bróculi, (brócoli) caparrosa y espinaca: otros la toman, como rondalla por ronda. Algunos duplican una letra, como acerolla, sarrampión, por acerola, sarampión: otros son anagramáticos, como amorgonar y arraclan, (arraclau, arreclau) por amugronar y alacrán: otros obedecen más al origen latino, como bufonería, calonia, concello, curto, gramen por buhonería, caloña, concejo, corto, grama (lo gram en Beceite): otros padecen la leve alteración que algunos gramáticos llaman antítesis, (metátesis) como sucede en achacarse, albellón, alcorzar, almadia, anganillas, aradro, bofo, boteja, cogullada, ensundia, furrufalla, garufo, gayata, jijallo, lezna, mandurria, panolla, (mazorca) restrojera, rujiada, tamborinazo y vendema, cuyas equivalencias castellanas no es necesario enumerar (para la gente poco versada es necesario). Otros, finalmente, se distinguen por su sílaba inicial es, que en Aragón suele preceder como privativa en lugar del antepuesto des, y aun aumentarse a la voz castellana, como se ve en esbafar, escañarse, escrismar, esgarrar, espatarrarse, estral, estrévedes (67) y esvarar, bien que la lengua castellana es también abundante en esas voces, la mayor parte anticuadas (y esto prueba nuevamente en favor de Aragón lo que a la página 71 llevamos dicho) como escañar, esfogar, esfriar, espabilar, espalmar, espavorido, espedirse, espejar, espeluzar, esperezarse, espolvorear, esposado y estajo.

También son de citar, y merecerían una interesante explicación individual, algunas palabras y modismos, que, sin separarse del idioma común, tienen valor nuevo en Aragón, por estar tomadas graciosamente en sentido figurado o translaticio, cuya manera de hablar es uno de los más altos primores de una lengua. Notaremos como ejemplo, acantalear, ajustarse, albarrano, andaderas, anieblado, armarse fandango, asnillo, bandearse, barbaridad, brazo de S. Valero (68), caballón, cárcavo, carmenar, crujida, chaparrudo, echar la barredera (69), echar la ley, encabezado, encanarse, dar carrete, florecer la almendrera, garras, gorrino, guitón, gusanera, herejía (heregia), indignarse la llaga, julepe, jusepico, lucero, lucidario, macerar, mazada, morir a loseta, mostacilla, nazareno, pinganetas, salida de pavana, tiorba y otras.
A este grupo corresponden igualmente la palabra tocino en que los aragoneses toman la parte por el todo; las palabras azulejo, elástico, y esponjado, que toman pie de la cualidad sobresaliente del objeto para darle nombre; también talegazo y titada, cuya analogía con costalada y monería no deja de ser curiosa; igualmente bigardo, que aplicándose primeramente a unos frailes de la orden de S. Francisco condenados por herejes en Alemania e Italia, se extendió después a los de mala vida, concluyendo por significar en Aragón el mancebo de grandes medros y de buena apariencia para el trabajo pero que hace vida inútil y ociosa; y finalmente las antonomásticas florín que así se llamó por ser usual en Florencia, según Merino; frederical, con motivo del manto que usaron algunos Fadriques de Sicilia, según la explicación de Blancas; con D. Antón te topes, a guisa de maldición, en recuerdo de D. Antonio de Luna que asesinó al arzobispo de Zaragoza en los disturbios promovidos por el conde de Urgel; más listo que Cardona, con alusión al vizconde de ese título que, aterrado por el miedo cuando su grande amigo el infante D. Fernando fue mandado matar en 1363 por el rey su hermano, huyó precipitadamente desde Castellón a Cardona pasando el Ebro, por Amposta; ya se murió el rey D. Juan, frase proverbial alusiva al pródigo D. Juan II y dirigida contra los ambiciosos de mercedes; que viene Vargas, expresión con que se asusta a los niños desde la jornada funesta en que aquel mandó prender y decapitar a Lanuza de orden de Felipe II; zaforas, voz moderna, suponemos que ocasionada por el longista Zaforas en cuya casa se dice que sirvió como criado el famoso Cabarrús; piculín, en recuerdo de un famoso volteador de aquel nombre que, procedente de Castellón de la Plana, trabajó en Zaragoza muy a gusto de todos desde 1803 a. 1815, según Casamayor (70), bien así como en Castilla ejecutó sus habilidades en el siglo XVI el italiano Buratin, de donde tomaron ese nombre los volatines en general, según lo hemos leído en algún trabajo etimológico y aun nos parece recordar que en alguna comedia de Lope, por más que en el Diccionario de la Academia no hayamos hallado esa palabra.

Viniendo ahora a las etimologías, por demás está que repitamos lo que ya hemos indicado en este punto, ocioso es que digamos de nuevo lo que por otra parte de todos es sabido: las lenguas se forman por aluvión y por derivación, de lo cual nace su división en familias, el parentesco estrecho que a muchas liga entre sí, la riqueza misma que ostentan, como se ve en la griega con la acumulación de sus dialectos, en la latina con su imitación griega, en las germánicas y neolatinas con la asimilación de sus afines y con el contacto de los pueblos conquistados y conquistadores, aliados y enemigos. Pero si es un gran mérito filial, como lo es a nuestros ojos, la conservación cariñosa de las raíces o voces matrices, supuesta la necesaria y aun oportuna reforma de la sintaxis, en Aragón hay por qué envanecerse en este punto, pues son muchas las voces provinciales que derivan inmediatamente del idioma del Lacio (71).

Unas han conservado toda su estructura latina, como lumen-domus, articulata, calendata, portata, testificata, exhibita, cancelata, extracta, intramarino, ultramarino, cisterno, forideclinatorio, paciscente, y bonavero que, aunque tiene por su terminación aire español, procede de la frase antigua Bona vero quæ demandantur sunt hæc, y expresa hoy como entonces la lista de los bienes a que se refiere la demanda.
Otras son idénticas, o no han variado sino la desinencia o la ortografía, como ápoca, apoticario, ordio, cicures, brisa, ligona, uva, lucidario, sansa, comanda, excrex, convenido, pigre y motilar. Otras, aunque un poco más desemejantes, conservan muy visible su procedencia, como cuaderna, adimplemento, la Seo, coda, falenciales, oleaza, túberas, fiemo (
fem; humus; estiércol), macelo, farinetas (farina : harina), batifulla, fabear, zaborra y fabolines. Otras, en fin, aunque no de tan incuestionable etimología, la tienen bastante lógica, y desde luego mucho menos violenta de lo que suelen buscarla muchos etimólogos, a quienes, por lo mismo de no poseer nosotros su caudal, no los imitaremos ciertamente en disiparlo: tales son geta, gitar y jetar, de getare (y no de jacere, como otros suponen) (gitar : acostar sí es de jacere; gitar : expulsar, echar; foragitar); besque de viscus (pasta de muérdago viscosa, pegajosa, para atrapar pájaros); fajo (y aun fascal) de fax, origen de haz, (fasces; feix) hacinar etc.; huebra derivado de opera, que debió pasar por opra, obra y uebra, acabando por recibir entre nosotros un sentido genérico o trópico; aturar que Rosal (72) deriva de obturare; emberar acaso de ver, primavera, por empezar a colorear entonces algunas frutas, como se dice agostar al marchitarse de las plantas (agosto); exárico de exaro; concieto, de conceptus deseo concebido; muñido de monere, avisar, citar, obligar a comparecer; vellutero, de vellus, lana (vellut : terciopelo); trincar, de trincare, silvar, beber, dar muestras de recocijo; encante de in cantu; amosta, de amba manu hausta, según Monlau; tastar de tactus; mueso, de morsus; vencejo de vinculus; rufo, tal vez de rufus, rubio (rubeo : rojo); teruelo acaso de textula, tejuela con que en lo antiguo se votaba; caritatero, probablemente de charitas, a juzgar por el objeto de aquel cargo que suponemos equivalente al de limosnero; baste, quizá de bastaga, transporte, o de basterna, litera; calamonar, no muy extraño a calamenthum yerba; bando, que puede provenir de pando, siendo tan conformes las dos letras labiales en que se diferencian ambas voces; luquete, a luce como dice Rosal, aunque esa palabra no la incluye la Academia como aragonesa sino como castellana.

Otra de las más copiosas fuentes de donde el idioma español ha tomado un gran número de palabras, es la lengua árabe que, correspondiendo a una civilización muy adelantada sobre todas las de Europa, hubo de forzarnos a admitir, con sus raros conocimientos en las ciencias y artes, las voces que servían a desarrollarlos. No se habló en Aragón aquel idioma como en otras provincias, y es que tampoco no fue tan larga la dominación árabe, reconquistada Zaragoza en 1188 y Valencia (por D. Jaime) en 1238; pero fuélo todavía lo bastante para imprimirnos su influencia; y sobre todo nos impusieron los árabes en adelante, aun después de sometidos, ese suave yugo que, por lo mismo de no ser impuesto a la violencia sino en el seno de la paz, es, no sólo más duradero, pero aun tan honroso a los conquistados como a los conquistadores. Todavía subsisten, sobre todo en Valencia, pero también en Aragón y aun en Navarra, y claro es que en muchos otros puntos de España aun sin contar la Andalucía, prácticas agrícolas, costumbres indelebles, restos, del traje calles y barrios, y principalmente muchos vocablos de la lengua árabe con que la nuestra ha venido a enriquecerse.

Sobre las voces que son generales a toda España, y que Marina enumera cuidadosamente hasta formar un catálogo de cerca de mil quinientas, si bien algunas de origen griego u oriental pero siempre transmitidas a nosotros por los árabes, tiene Aragón otras propias de las cuales citaremos ajada, ajadón, alamín, alberge, albarán, alcohol, alfarda, algorín, almenara, almud, almudí, amelgar, antibo (de anteba, hincharse), arcaz, arguello, arna, aturar (73), badal, bailío, barreño, bocal, boto, bucarán, eraje, gaya, gafete, jauto, jebe, jeto, jimenzar, lapo, márfega, márraga, mossen, rafalla, rafe, sirga y zafrán; a las cuales no dudamos en agregar las investigadas a ruego nuestro por un competente amigo nuestro (74), de entre los cuales son incuestionablemente árabes, según sus informes razonados, alguaza, alquinio, antosta, badina, bahurrero, cabidar, capleta, charada, fardacho, fizón, maigar, tabarda, tría, zaborra y zalear; muy verosímiles alfarrazar, alacet, arcén, buega, cija, libón, y liza, y algún tanto dudosas abollón, *aribol, batueco, bistreta, boira, caramullo, cibiaca, cocón, cospillo, cudujón, fejudo, fres, güellas, jasco, lillas, pardina y pocho.
(
En el glosario etimológico de las palabras españolas de origen oriental, de Leopoldo De Eguilaz y Yanguas he encontrado algo: Baden, badina. La zanja que dejan hecha las corrientes de las aguas. Charca. De * bátin, "rebajado, hundido (suelo terreno) en Kaz. "the low or depressed tract of land, of the plain, where water rests and stagnates" en Lane. Alix. (badina, badines, a Beseit, la badina negra al Parrissal). // ALACET. Voz aragonesa que significa fundamento de un edificio. Borao. Es la arábiga alist o alicet, que, entre otras acepciones, tiene la de fundamento en Kazimirski. Tráela R. Martín bajo la forma *ar alast o alacet, según la pronunciación vulgar, aunque con significado distinto. Acaso alacet no sea más que la contracción de *ar alisését, pl. de alisés, fundamentum en R. Martín, la base o cimiento de un edificio.)

En cuanto a la influencia provenzal, (ver Lou tresor dóu Felibrige, Mistral) con decir que se sintió más o menos aun en Castilla, no puede sorprender que en Aragón fuese extraordinaria, y lo admirable es, pero no menos cierto, que aquí no resultase un dialecto como el catalán o valenciano, y que alcanzara a conservarse el idioma español, nacido como en Castilla pero independientemente de Castilla, y perfeccionado lentamente no sin alguna intervención castellana, pero desde luego con más y mejores aunque no muy aprovechados elementos. Haciendo fondo común de las voces puramente lemosinas y de las catalanas, tenemos, principalmente de estas, un buen número, siéndonos perfectamente comunes amosta, baga, banova, barral, botiga, braga, bresca, corcar, embafar, empentar, escalfeta, escalibar esclafar, esgarrifarse, falca, fuina, gallofa, garba, garraspa, ginjol, gosar, greuge, madrilla, mas, máscara, porguesas, pudor, purna, quera, a ran, sirga, taca, tastar, tongada, trena, trucar, veguero, veta, y, según puede verse en Raynouard (75), adobar, aturar, borda, getar, rosigar, tetar y alguna otra; así como también son comunes al aragonés y al catalán, aunque aquel les ha dado desinencia o pronunciación castellanas, ajordar, calage, calibo, fitero, guito, manifacero, masobero, tinelo, trespontin etc. y lo son también, o por su raíz o por su semejanza, argadillo, cuquera, espenjador, fosqueta, garrampa, milocha y alguna otra.

Algunas de estas palabras pertenecen también a los otros idiomas neo-latinos, no siendo fácil decidir si fueron elaboradas a un mismo tiempo, ni en caso contrario de qué parte estuvo la precedencia; pero de todos modos es lo cierto que tastar, por ejemplo, es común a los idiomas aragonés, catalán, francés e italiano, (e inglés, taste) que botiga, y gingol (jíngol, gínjol), traspontín y aun falordia lo son a los tres primeros, que fuina, muir, taca y aun escalfeta lo son al aragonés, al catalán y al italiano. En cuanto a las semejanzas del aragonés con el francés o el italiano pueden citarse, respecto a este, gratar, chemecar, falaguera (de follegiare), y aun badal y picota; y respecto a aquel acoplar, aguaitar (de guetter), alberge, argent, (Ag, argentum, plata) becardon, chapelete, empachar, esparvel (de épervier) (esparver, esparvé), fuina, guipar (de gûepe abispa), manchar, mazonero, niquitoso (de nique mueca), planzón, pocha, pochada y algunas otras como gallón que la Academia escribe gasón tal vez por aproximarla al gazón francés, y mascarar que, desusado hoy por ellos más no por nosotros, usó sin embargo Rabelais en “Gargantúa) se mascaroyt le nez.”

Expuesto ya, si bien concisamente y sin extendernos a observaciones, panegíricas, lo más preciso de saber para la inteligencia del habla aragonesa en lo tocante a su historia, su etimología, su propiedad y aun sus ventajas, seguramente que completaría en gran parte nuestro trabajo la exposición de los modismos, frases o refranes peculiares de Aragón; pero nos ha retraído de esta idea, no sólo la dificultad de llevarla a cabo con algún acierto, sino la consideración de que aquellas maneras usuales de decir no alteran en nada el idioma castellano, ni difieren (sino es en los pueblos del Somontano (76)) de la sintaxis común, ni marcan ninguna genialidad aragonesa, ni son otra cosa que combinaciones de las sin número que permite un idioma, y que todos los días crea el gusto o la improvisación individual. Ni las construcciones poderse asumir a bolsa de caballero y llevar mujeres a ganancia, que usan nuestros fueros, tienen nada de repugnante con el idioma castellano; ni ofrecen originalidad de alguna monta las frases campar por sus respetos, no le hace por no importa, conducir por Ebro vez de vez de conducir por el Ebro, jugar a pelota (creo que en Navarra y País Vasco se usa también) por a la pelota, parar fuerte por mantenerse sano, vagar te puede por ancho te viene, hacer duelo por dar lástima, (sobre todo en la comida: me hace duelo dejármelo: me fa dol dixámeu; no te cale : no te cal : explicado más arriba) el Juan y la Isabel por Juan e Isabel (77), (el artículo delante del nombre propio se usa en toda España, pese a lo que diga la gramática; la Yoli, la Jeni, el Jonatan, etc) sin parar por al momento, tal cual por al punto y otras como estas; ni tampoco los decires familiares o proverbiales pan de mi alforja, hasta las pulgas toman tabaco, a sopas hechas, ir atrás como el soguero, peor que Geta, más malo que Piván, más feo que Tito, peor que Fierrabrás (Fier-à-bras) (Fierabrás), más célebre que Barceló por la mar (con alusión al famoso marino mallorquín del siglo pasado), sabe más que Briján (Bricán nigromante o hechicero, como Merlín, según Milá), tiene más que Zaporta (cuya esplendidez se conserva en Zaragoza en el palacio monumental de su nombre que después se llamó de la Infanta por haberlo habitado la esposa del infante D. Luis), con la faldeta remangada, priétate la frente, para cuestas arriba quiero mi mulo, como los perros en misa, el que a su enemigo plañe en sus manos muere, más vale sudar que estornudar, más caro que el salmón de Alagón, que se pasa el asado, serio como bragueta de ciego, viejo como las bragas de fr. Pedro, sabido como el chiste de Saputo (78), qué trenzadera o qué alpargata lleva (embriaguez o (borrachera), donde Cristo dio las tres voces (en paraje extraviado), irse por Val-de-Gurriana (desviarse del camino natural aunque sea en la conversación, en el juego etc.), costar un sentido, ya viene Martinico (para decir a los niños que les entra el sueño), más duro que el pie de Cristo, llamar a Cachano con dos tejas (querer un imposible, apelar a quien no puede socorrernos) y otros de ese carácter ; ni encontraríamos cosa alguna reparable sino en muy contadas locuciones que en cierto modo alteran el idioma y se presentan en él como verdaderos solecismos, según lo vemos en ir viaje o estar viaje por ir de viaje o estar de viaje, se lo dé V. por déselo V., es tu que no llueve usado por la gente vulgar en forma interrogativa en vez de ¿cuánto va que no llueve?, lo qué? por qué?, en puesto de y en igual de por en vez de (locus : lugar, puesto, lloch, lloc, loc, loch; en lloch de, en lloc de, en puesto de, en ves de), hasta de ahora por hasta ahora, con otras que pudieran añadirse y que nosotros omitimos rebuscar.

En lo que sí queremos detenernos algún tanto es en el gracioso diminutivo en ico, que consideramos más bien como un modismo que como una palabra, y que, si bien es manera de hablar muy castellana y aún no considerada como arcaísmo por el Diccionario de la lengua, pero es desusada y aun ridícula entre los castellanos, al paso que muy general en todas las clases sociales de Aragón y de Navarra (y Murcia).
Y decimos que muy general, porque hemos de confesar que un gran número de palabras de las que hemos citado como aragonesas, y por ventura las más interesantes, como cal, aturar, amprar y muchísimas otras, ya no se conservan sino entre las clases ínfimas del pueblo; que también
acá (acá se conserva más en Sudamérica, en España ven p'acá, p'aquí) ha cundido entre las personas cultas el desdén hacia nuestras bellezas provinciales; pero el diminutivo de que hablamos es universal, y ya no depende de la educación sino del nacimiento.

El idioma español, rico en los diminutivos cual ningún otro, y desde luego muchísimo más que el hebreo, el árabe, el griego y aun el latín y el italiano, como que reúne más de treinta diversas terminaciones (79), habiendo palabra que permite ella sola doce desinencias, claro es que no aplica todas esas variantes o aumentos de final a todas las palabras, antes se conforma con lo que cada una permite (80); mas en medio de ser esto cierto, las en ico, en illo y en ito son terminaciones generales que se aplican indistintamente a casi todos los nombres, habiendo entre ellas una verdadera sinonimia.


Pero el diminutivo en ico tiene dos ventajas incontestables, el uso preferente que de él hicieron los padres de la lengua, y su significación especial e intrínsecamente distinta de los de otras terminaciones. En los escritores de nuestros orígenes, sobre cuyos sencillos versos parece que vagaba, como una fresca brisa sobre las plantas silvestres, el ambiente de la naturalidad, era el diminutivo en ico el que dominaba en la expresión de los afectos o las apreciaciones, y por eso es tan general en la poesía popular y en la familiar de posteriores tiempos. ¡Qué bien dicho está en una farsa de Lucas Fernéndez

¡Oh, pastorcico serrano!

¿viste, hermano,

un caballero pasar?

y en un romance sobre el moro Calainos

Bien vengáis, el francesico

de Francia la natural?

¡Cuán propio es de la poesía de Castillejo, último trovador de los amores y la sátira, paladín de la poesía nacional contra los petrarquistas, contra los luteranos como él decía, cuán propios son de aquella poesía fácil y sentida aquellos versos, ya pertenecientes a una época muy adelantada, en que se pinta con gracia inimitable a un vizcaíno borracho metamorfoseado en mosquito
tuvo con esto a la par

una risica donosa,

las piernas se le mudaron

en unas zanquitas chicas,

los brazos en dos alicas,

dos cornecicos por cejas!

¡Qué bien sienta en Rodrigo de Cota o Juan de Mena, o quien quiera que escribiese la primitiva Celestina (que nosotros no hemos de desatar nuestras dudas como el editor de Barcelona que atribuyó a aquellos dos tan admirable obra); qué bien sienta aquella aglomeración graciosa de diminutivos «Nezuelo, loquito, angelico, perlica, simplecico, lobitos en tal gestico, llégate acá putico etc.»! ¡Qué encanto hay en aquellas deleitables fontecicas de filosofía, que nos dice Fernando de Rojas! (autor de la Celestina)
¡Qué espontaneidad tan amorosa en Fr. Luis de Granada el pollico que nace luego se pone debajo de las alas de la gallina... y lo mismo hace el corderico; en Mendoza las mañanicas del verano a refrescar y almorzar; en Santa Teresa al primer airecico de persecución se pierden estas florecicas; en Guevara lo demás que callandico me pedistes en la oreja etc.; en Ávila cuando aconseja conservar esta centellica del celestial fuego; en Lope para quien la constelación de S. Telmo era una estrellica como un diamante! (81) ¡Qué difíciles son de enmendar aquellas tajadicas subtiles de carne de membrillo con que se atendía a la voracidad plebeya de Sancho el Gobernador, aquellos zapaticos para sus hijos que echaba de menos su mujer, y, entre muchos pasajes de la GITANILLA DE MADRID, aquel «Preciosica, canta el romance que aquí va porque es muy bueno”! y ¡cuán superior es en la misma novela aquel cabo de romance (82) «Gitanica que de hermosa te pueden dar parabienes» sobre el que le sigue «Hermosita, hermosita, la de las manos de plata!» ¡Qué tono de familiaridad en aquella carta de Caballero de la Tenaza «Ahora es, y aun no acabo de santiguarme de la nota del billetico de esta mañana!" (83) Y viniendo todavía más a nuestros tiempos, cuando la lengua y la poesía tocaban el último grado de la perfección, el principio ya de su inminente decadencia, léanse nuestros grandes poetas dramáticos y líricos, y veremos que, cuando el asunto les consiente cierta familiaridad, prefieren el ico para denotarla más fielmente, como en los versos de Calderón

La ropilla ancha de espaldas,

derribadica de hombros,

y redondica de falda;

como en Moreto, en quien todavía resulta más terminantemente nuestro aserto cuando entre sus personajes de TRAMPA ADELANTE pone a Jusepico y Manuelico pajes,

a la manera de Quevedo que llama Pablicos al héroe de su novela el Buscón (84).

Tan admitido era entre los más serios escritores aquel diminutivo, que en el testamento (verdadero o falso) del Brocense, el cual inserta e impugna con su exquisito natural buen juicio el Sr. marqués de Morante en la excelente vida de aquel humanista publicada como apéndice al tomo V de su Catálogo, hay una cláusula que dice «Item, Mando a Antonita mi nieta el mi lignum crucis con su cristalico у las seis esmeraldas de que está cercado»; y, lo que es más reparable, Covarrubias, cuyo lenguaje didáctico parece que había de excluir todo diminutivo, dice al explicar (bien ridículamente por cierto) la etimología del gavilán «cuasi cavilan por la astucia y sutileza con que hace presa en las avecicas,» cuya frase le copia y prohija la Academia en la primera y más completa impresión de su Diccionario (85).

Y para que se vea con otro género de prueba la importancia que tuvo ese diminutivo, obsérvese que hay palabras de que no ha quedado, según la Academia, sino el diminutivo en ico, por ejemplo bolsico, calecico, doselico, farandulica, sonetico, fuellecico y zamarrico, a las cuales pueden añadirse las locuciones y refranes veranico de S. Martín, mañanicas de abril buenas son de dormir, Romero ahíto saca zatico etc.: hay algunas que no admiten otro que él, como Perico, borrico, gemidicos y lloramicos; (ploramiques, els pluramicas catalanistas) otras que han venido a determinar una nueva significación perdiendo absolutamente la diminutiva, como acerico, pellico, velico, villancico, farolico, (en sentido de yerba), frailecico (en el doble de ave y pieza del torno de la seda), besicos de monja (en el de planta), (teticas o tetillas de monja, el dulce o pasta, o algo delicioso; mamelleta de monja) palmadica (en el de baile), y tal vez espacico sinónimo de aciago en los antiguos escritores. (despacico conmigo, que tiro de chirla y te echo las tripas en un canasto. José Mota, de un lugar de La Mancha)

La segunda ventaja que abona el uso del diminutivo en ico es su particular significación, (decimos ahora significado) pues aunque parecen sinónimos los en ico, illo e ito, que la Academia agrupa concediendo la elección al buen gusto del escritor, es lo cierto que el diminutivo aragonés (permítasenos esta frase) tiene dos diferencias con aquellos otros, una que podemos llaman gramatical y otra moral, una que se resuelve como todas las cuestiones de sinónimos, otra que tiene relación con el carácter del país en que principalmente se conserva generalizado aquel diminutivo. La diferencia gramatical, a la verdad no muy marcada desde que la supresión del diminutivo en ico ha refundido en los otros su verdadero significado, consiste en que la terminación en illo tiende visiblemente al desprecio, al achicamiento voluntario de un objeto, por ejemplo, chiquillo, capitancillo; la en ito tiene algunas veces carácter depresivo y no pocas denota cierta repugnante hipocresía, como se observa por ejemplo en las frases ¡ tiene una risita! ¡la mosquita muerta!; la en ico demuestra cariño o predilección, siendo a lo menos un aditamento inofensivo, como nos lo declara prácticamente el ejemplo que llevamos citado de la CELESTINA, en el cual se ve que prepondera aquella expresiva terminación para la alabanza, angelico, perlica, simplecica, gestico, y se reservan otras para lo que puede indicar detracción, como nezuelo, loquito y lobitos. En cuanto a la diferencia moral, estriba en que el diminutivo en ico representa el lenguaje de la familiaridad, de la conversación, de la intimidad, y por decirlo así, de la buena fé, fuera del cual apunta en cierta manera el estudio, el disimulo, la desconfianza, la reserva, la falta de espontaneidad.

Hemos expuesto, sucintamente algunas veces, y otras con mayor difusión, los caracteres esenciales del idioma aragonés, mal apreciado en general, tan poco estudiado aún por los mismos aragoneses, pero tan digno de un examen todavía más lato que el que le hemos consagrado. Las fuentes de donde procede, que son las más puras; la respetuosa conservación de voces latinas, y sobre todo de españolas antiguas; la asimilación que se ha procurado parca y atinadamente con las arábigas y lemosinas; la suma de sus palabras técnicas, compuestas, derivadas y aun onomatópicas, en todo conformes con el carácter de la lengua española; la expresión genial, candorosa y fácil que distingue a muchos de sus vocablos y a no pocos de sus modismos; todo contribuye a darle un conjunto inexplicable de belleza que, si no se ha beneficiado todo lo posible, consiste en que la sumisión aragonesa y la tiranía castellana puede decirse que han concurrido a eliminar de la literatura los elementos más útiles del idioma aragonés, que viene a ser una variante cuando no un complemento del impropiamente llamado castellano.

De las ventajas que a este mismo lleva, algo es lo que ya tenemos indicado, pero todavía podemos añadir tal cual observación que se compadece muy bien con nuestro objeto. Hay palabras, como ababol, que, no desmereciendo en suavidad de sus respectivas castellanas, obedecen más a su etimología: hay otras, como abortín, que conforman mejor con el genio de la lengua, si bien ya sabemos que por uno de los muchos secretos de la española los diminutivos tienen a veces desinencia aumentativa (a la hebrea y griega) como sucede en anadón y liebratón, verdadera antítesis de otros, como tordella que es aumentativo: hay otras, como remoldar, que son más concretas, pues en ese mismo ejemplo vemos que Castilla hace sinónimos a remoldar y podar, mientras en Aragón lo uno se refiere a los árboles y lo otro a las vides (esporgá, expurgar, pera los abres; podá la viña, desullá, etc.): hay otras, como cortada y huevatera, muy superiores a sus análogas corte y huevera, que en castellano son ambiguas y confusas por sus diversas significaciones: otras que tienen más conformidad con la lengua madre, como uva, que responde en Cicerón y en Fedro, como entre los aragoneses, a la idea castellana de racimo, que en Columela todavía expresa el que forman de sus propios cuerpos las abejas, y que en Virgilio tiene la más general significación de cepa o vid, fert uva racemos: hay otras sutilísimas, como respetudo y gobernudo, que denotan, no ya la idea despectiva propia de esa terminación, sino una especie de falsa importancia, pues respetudo quiere decir el que inspira cierto infundado respeto, no por lo que es en sí, sino por su edad, su figura y su entonación oraculosa; y gobernudo, no el que es realmente metódico y ordenado, sino el que bulle mucho y parece estar en todo, aunque positivamente no tenga tanto gobierno como agilidad y movimiento: hay otras dotadas de gran propiedad y de muy buenas condiciones eufónicas, como agüera, alud, asnada, brisa, caloyo, eraje, jugadero, mejana, lloradera, redolino, ternasco (86) y vulturino: hay otras de excelente composición, como aguacibera, aguallevado, ajo-arriero, ajolio (ally oli, allioli; allium oleum), alicortado, botinflado, cabecequia, malbusca, matacabra y matacán, que no puede rehusar ningún gramático: hay otras perfectamente significativas y en igual grado concisas y aun irreemplazables, como los verbos alfarrazar, amprar, antecojer, atreudar, bolsear, ceprenar, chemecar, entrecavar, favear, malvar y otras que son de composición castellana con cierta libertad francesa.

A todas las cuales, que de suyo no tienen equivalencia en castellano, hay que añadir, porque tampoco no la tienen exacta, las palabras alfarda, almenara, amelgar, amosta, antípoca, antor, apercazar, apuradamente, atrazo, axobar, bimardo, borroso, boto, brazal, cabecero, capacear, capleta, *cenero, cerpa, convenido, correntía, crujida, cudujón, chorrada, emberar, empeltre, encabezado, fádiga, hablada, lorza, mantornar, mañanada, marraga, masobero, modoso, oleaza, panicero, picotear, racimo, rafe, ruello, saso, tardada, taste, teruelo, terrón, tinglado, vellutero, venora, zaborra y zancochar, todas o casi todas las cuales, y otras que aquí no citamos ni definimos para prueba, como quiera que lo están en nuestro Diccionario, debieran adoptarse como propias en el idioma español, e igualmente las que se citan en la ENCICLOPEDIA ESPAÑOLA (87), artículo de España lingüística, en cuya obra, que no debe parecer sospechosa de provincialismo, se defiende resueltamente al idioma aragonés y se inculpa gravemente a los castellanos por el exclusivismo con que proceden en materias de lenguaje, prefiriendo en muchos casos ostentar su pobreza más bien que adoptar de los dialectos españoles aquello en que estos les superan.

Hemos terminado con eso la tarea que nos habíamos impuesto, a la cual vamos a dar cima con una sola observación. Puesto que se ha perdido literariamente, aun en las márgenes del Ebro, el habla aragonesa; puesto que lejos de perfeccionarse ni aun conservarse estos dialectos, amenazan confundirse poco a poco en el idioma general; bueno fuera que la lengua conquistadora utilizara en beneficio común esos restos lingüísticos que de otro modo han de perderse, y entonces, ya que el vocabulario aragonés ni se conservara sino en libros como este u otros de mejor desempeño, ni sirviera sino como una curiosidad filológica; contribuiría por lo menos a enriquecer el acerbo común de la sin par lengua española, y, a cambio de tantas glorias abdicadas en favor de la unidad ibérica, conservaría el Aragón la de haber mejorado con su hermoso dialecto el habla rica de Cervantes.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Reciben en las cortes a Amics del chapurriau

Reciben en las cortes a Amics del chapurriau

Reciben en las cortes a Amics del chapurriau





DICTAMEN ELABORADO POR LA COMISIÓN ESPECIAL SOBRE LA POLÍTICA LINGÜÍSTICA EN ARAGÓN.
Legislatura: IV. B.O.C.A. n.º 105
Ind. Tramitación: Otros documentos - Varios
PRESIDENCIA DE LAS CORTES DE ARAGÓN
De conformidad con lo establecido en el artículo 111.1 del Reglamento de la Cámara, se ordena la publicación en el Boletín Oficial de las Cortes de Aragón del Dictamen de la Comisión especial sobre la política lingüística en Aragón.

Zaragoza, 7 de abril de 1997.

Nadie habla del valenciano como lengua ? Curioso.

denominació llengua valenciana any 1335


El Presidente de las Cortes
EMILIO EIROA GARCÍA




Dictamen elaborado por la Comisión especial sobre la política lingüística en Aragón

I. ANTECEDENTES

1. Acuerdo de creación

El Pleno de las Cortes de Aragón, en sesión celebrada el día 20 de junio de 1996, con ocasión del debate de la Moción núm. 5/96, relativa a política lingüística en Aragón, acordó la constitución, en el plazo máximo de tres meses, de una Comisión especial para la definición del estudio de dicha cuestión en nuestra Comunidad.
La Mesa y la Junta de Portavoces, en sesión celebrada el día 10 de septiembre de 1996, procedieron a constituir dicha Comisión especial de estudio cuyo objeto será elaborar un Dictamen sobre la situación de las diversas lenguas minoritarias en Aragón y que sirva de base para la adopción de las medidas que sean necesarias para la normalización de su uso (reconocimiento legal, cooficialidad, protección, promoción y enseñanza).

2. Duración

De conformidad con lo establecido en el artículo 7 de las normas de funcionamiento de la Comisión, ésta debería finalizar sus trabajos en un plazo máximo de seis meses desde su constitución. La Comisión se constituyó el 20 de septiembre por lo que el plazo debía finalizar el 20 de marzo.
Con fecha 10 de febrero, se presentó un escrito a la Mesa de las Cortes de Aragón solicitando que fuera ampliado el plazo otorgado para la emisión del Dictamen, lo que fue debatido por la Mesa y Junta de Portavoces en sesión conjunta celebrada el 3 de marzo de 1997, acordándose ampliar dicho plazo hasta el día 7 de abril de 1997.

3. Composición

De acuerdo con el artículo 63.2 del Reglamento de las Cortes de Aragón y el artículo 2 de la Resolución de la Mesa y Junta de Portavoces, la Comisión debía estar constituida por un representante de cada Grupo Parlamentario. De acuerdo con ello, los Grupos Parlamentarios designaron a los siguientes Diputados:

Por el G.P. Popular: D.ª Marta Calvo Pascual
Por el G.P. Socialista: D. José M.ª Becana Sanahuja
Por el G.P. del Partido Aragonés: D. Manuel Escolá Hernando
Por el G.P. Izquierda Unida de Aragón: D. Félix Rubio Ferrer
Por el G.P. Mixto: D. Chesús Bernal Bernal

4. Plan de trabajo

El día 20 de septiembre, la Comisión procedió a su constitución formal. De conformidad con lo previsto en el artículo 63.6 del Reglamento de las Cortes de Aragón, elaboró un Plan de trabajo y procedió a elegir un coordinador.
Como coordinador fue elegido D. Manuel Escolá Hernando, representante en la Comisión del G.P. del Partido Aragonés.
En el Plan de trabajo se incluía la elaboración de un dossier documental y la celebración de una serie de comparecencias.

II. ACTUACIONES

1. Comparecencias

Ante la Comisión han tenido lugar las comparecencias que a continuación se indican para informar sobre el objeto de la Comisión:

A) REPRESENTANTES DE INSTITUCIONES CULTURALES DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA

Dicha sesión tuvo lugar el día 3 de octubre de 1996 y en ella comparecieron los Sres. D. José M.ª Enguita Utrilla, D. Jesús Vázquez y D. Javier Sáez Guallar en representación de la Institución «Fernando el Católico», Instituto de Estudios Altoaragoneses e Instituto de Estudios Turolenses, respectivamente.

Todos ellos aludieron a la estructura de sus respectivas instituciones, los trabajos realizados por ellos en relación con la situación lingüística de la Comunidad Autónoma y proyectos de futuro. Defendieron la existencia del catalán y aragonés, si bien hicieron especial hincapié en la necesidad de proteger las variedades locales. En relación con el catalán, se apunto por el Sr. Sáez, la necesidad de «incorporar a la escuela el catalán, normalizado evidentemente, aunque teniendo en cuenta las variedades locales». Respecto a las hablas aragonesas el Sr. Enguita aludió a que «vienen del latín directamente» y el Sr. Vázquez, tras indicar que son 10.000 los hablantes, añadió que estamos frente a «variedades que no son ni castellano, ni francés ni catalán, sino que son algo que tenemos que adscribir a una cosa que los lingüistas llamamos aragonés».
Aportaron el mapa lingüístico de Aragón elaborado en el año 1968 y anunciaron que se está procediendo a su actualización, considerando los Sres. Sáez y Vázquez conveniente llevar a cabo un estatuto territorial de las lenguas, así como la necesidad de apoyar una lengua aragonesa literaria que «superase la fragmentación en que se encuentren en la actualidad las hablas aragonesas de carácter aragonés».
Por su parte, D. José M.ª Enguita no ve esa «unificación o normalización de todos ellos», puesto que en estos momentos «hay una desconexión bastante grande entre lo que es aragonés literario y lo que son los hablantes altoaragoneses».

B) REPRESENTANTES DE DIVERSAS ENTIDADES SOCIALES

Un segundo grupo de comparecientes tuvo como sujetos activos a una serie de entidades sociales y así:

a) El 8 de octubre de 1996 acudieron a la Comisión representantes de la Asociación Cultural Matarraña, Instituto de Estudios del Baix Cinca Asociación de Consells Locals de la Franja del meu cul, haciéndolo los Sres. D. José Ignacio Micolau y D. Ricard Solana por la primera entidad, D. Josep Galán Castán en representación de la segunda y D. Francesc Blanc Castells, por la tercera.

En primer lugar, intervino el Sr. Micolau Adell, quien arrancó del «reconocimiento como lenguas propias de Aragón tanto del aragonés como del catalán de Aragón» manifestándose a favor de la «cooficialidad de estas lenguas en sus respectivos territorios». Reivindicó el «derecho a recibir la enseñanza en la lengua vernácula en la educación infantil y que la enseñanza de esta lengua se garantice también en la enseñanza secundaria y en la educación de adultos», para lo cual se «debería superar la consideración de asignatura marginal», reclamando que «la enseñanza estuviese integrada en el horario escolar y que mejorase su consideración en el proyecto de centro». Finalizó su intervención aludiendo al informe de la Unión Europea en el que de una tabla de 38, el catalán de Aragón ocupa el lugar 22, con 50.000 hablantes.

A continuación, el Sr. Blanc Castells afirmó que «el catalán es una lengua viva en Aragón», en concreto en el «116% del territorio de Aragón, unos 5.370 Km2 , con un cómputo más allá de los 60.000 habitantes» . Defendió «la existencia de esta lengua en las comarcas de la Ribagorça, La Litera, Baix Cinca y el Matarraña, hablada en diversos dialectos, que actúa como un doble mecanismo de unicidad y de contraste» y solicitó «una ley de normalización lingüística que reconozca la cooficialidad del catalán y el aragonés junto al castellano».

Por último, el Sr. Galán Castán advirtió que «el catalán en la Franja del meu cul está sufriendo una erosión que supone una regresión» y afirmó que «cualquier solución que no sea la cooficialidad es paternalismo». Describió que la comunidad aragonesa «está desconectada y dificultada con una situación de una larga tira de territorio, muy estrecha, que corresponde a 21 pueblos de Teruel, 5 pueblos de Zaragoza y 55 localidades de la provincia de Huesca», por lo que apuntó la necesidad de un estatuto territorial de las lenguas.

b) El 21 de octubre de 1996 comparecieron D. Francho Rodés Orquín, representante del Consello d´a Fabla Aragonesa ; D. Carlos Abril Carnicer, en representación del Ligallo de Fablans de l´Aragonés; D. Rubén Ramos Antón, representante de Nogará , y D.ª Chulia Ara Oliván, en representación de Rolde de Estudios Aragoneses.

Intervino, al comienzo de la sesión, como portavoz de todos ellos, el Sr. Rodés Orquín, quien aludió a antecedentes históricos y situación actual e invitó a los miembros de la Comisión a reflexionar sobre la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos aprobada por unanimidad por el Congreso de los Diputados el pasado 18 de septiembre. Dice así: «Todas las lenguas son la expresión de una identidad colectiva y de una manera distinta de percibir y de describir la realidad y, por tanto, han de poder gozar de unas condiciones necesarias para su desarrollo en todas las funciones; todas las comunidades lingüísticas son iguales en derecho». Aportó datos numéricos referidos al único censo, realizado en 1981, y así mencionó que existen «11.824 hablantes activos, personas que hablan aragonés de forma habitual, y 17.653 hablantes pasivos, personas que conocen la lengua y que la hablan sólo de forma ocasional». Respecto a los datos de enseñanza «en los planes de enseñanza no reglada se contabilizan, en lo que va de década, 1.931 alumnos que han pasado por los cursos que imparte el Consello d'a Fabla Aragonesa en el Alto Aragón y que casi se triplica si computamos las cifras de los cursos que otras asociaciones realizan en el resto de Aragón».
Finalizó su intervención solicitando la «creación de una legislación lingüística» que «determine los dominios lingüísticos, regule la enseñanza de las lenguas y en las lenguas, reconozca el derecho al uso de las lenguas ante la Administración, reconozca el derecho a la presencia de las lenguas en los medios de comunicación, reconozca el derecho a oficializar los nombres de las personas, la toponimia y la hidronimia en las lenguas vernáculas y se precisa que se reconozca oficialmente algo que fuera de Aragón todo el mundo tiene muy claro, que en nuestra Comunidad existen dos lenguas, dos sistemas lingüísticos con sus variedades dialectales internas como cualesquiera otras y que reciben los nombres de aragonés y catalán».
Tras las intervenciones de los GG.PP., realizaron diversas precisiones y aclaraciones el resto de comparecientes, y así, la Sra. Ara Oliván recordó que la Plataforma propone «el derecho a recibir la enseñanza íntegra en dicha lengua en la educación primaria, secundaria y educación de adultos». En una nueva intervención, el Sr. Rodés Orquín afirma que «no parece recomendable instaurar una Academia», pero sí imprescindible una «ley de demarcación de dominios lingüísticos o estatuto territorial».
El Sr. Abril Carnicer manifestó que «todos los grupos estamos por la cooficialidad, acompañada de una serie de medidas».
Por último, el Sr. Ramos Antón describió cómo se imparte el aragonés en los cursos que dan «partiendo siempre de los dialectos locales, pero se tiene que acabar y se acaba de forma natural en el estándar»

c) Para finalizar esta fase de las comparecencias dedicadas a entidades sociales, el 25 de octubre de 1996 la Comisión contó con la asistencia de los Sres. D. Angel Hernández Galicia y D. Santiago Escandil Bagué, de la Asociación Amics de Fraga; D. Ector Castro Ariño, de Rolde Choben; D. Ramón Pociello Ardiaca, de la Asociación Belenista, y D. Luis Gascón Cases, de la Asociación Baisch Aragonés.


Al comienzo de la sesión facilitan a los miembros de la Comisión un Manifiesto, firmado por catorce asociaciones, en el que se reflejan los conceptos básicos de su postura. Tras la lectura del Manifiesto, toma la palabra el Sr. Hernández Galicia, que afirma que «la gran mayoría de la zona oriental de Aragón está a favor de esas opciones nuestras» que concreta en la existencia de «variedades locales; nos entendemos muy bien, por lo tanto es un sentimiento de que el catalán oriental que se nos quiere imponer no nos satisface...», «nos sentimos afirma con una imposición de una lengua y, por lo tanto, decimos que no; entendemos que nuestras variedades han de pervivir, que es una riqueza cultural que tenemos de muchos años». «Creemos continúa que no podemos permitir que nos digan desde Barcelona cómo hemos de hablar.» Rechaza la expresión «Franja» y propone que se sustituya por «zona oriental de Aragón» o franja del meu cul. Muestra su deseo de una normalización que salve las variedades locales, es decir, «una normalización abierta, no estricta, acotada, cerrada y que excluye un montón de variedades; ha de ser abierta, con modismos, con lo que sea, para que se pueda entender».
Posteriormente, el Sr. Castro Ariño considera que «con la imposición del catalán lo que se va a producir es una sustitución lingüística acelerada, porque se va a perder lo autóctono de la zona», y concluye que «la gente del Aragón oriental es la que tiene el derecho a decidir sobre su lengua».
El Sr. Gascón Cases reivindica como denominación la de «catalán aragonés, aragonés oriental o bien el nombre de orienaragonés» y rechaza la cooficialidad del catalán.

Por último, D. Ramón Pociello denuncia «que hay una terrible manipulación, política y sectorial» y que los habitantes de la Franja del meu cul están viviendo una especie de colonización.

En turno de dúplica, intervinieron nuevamente los comparecientes, haciéndolo en primer lugar el Sr. Hernández Galicia, que alude a la necesidad de investigación y rechaza el centralismo de Barcelona, denunciando la edición en Cataluña de un libro denominado Vocabulario de Barbarismes, donde se encuentran «el 80% de nuestras palabras». Advierte que en la escuela «se enseña catalán normalizado; no se están enseñando las variedades locales» y rechaza la cooficialidad «tal como está presentada hoy».
El Sr. Escandil Bagué advierte que «sólo puede hablar de sentimientos» y en línea con tal postura afirma que «sí puedo decir que me duele cuando me llaman catalán», así como «el que nos ataquen desde tantos frentes».
El Sr. Gascón Cases sugiere que se haga «una propuesta generalizada a toda la población de nuestra zona oriental, a ver si está de acuerdo en la normalización y la cooficialidad del catalán». El Sr. Pociello rechaza igualmente la cooficialidad castellano y catalán y reivindica la «cooficialidad de nuestro catalán y nuestro español» y reclama una unidad de la lengua del Aragón oriental.

C) PROFESORES DE CATALÁN Y ARAGONES

El 28 de octubre de 1996 se contó con la presencia de profesores de catalán aragonés, y en concreto asistieron: D.ª Carmen Alcover Pinos, coordinadora de enseñantes de catalán; D. Fernando Vallés Calvo D. Luis Ortas Terraza, profesores de aragonés y, excepcionalmente, por motivos de calendario, D. Ángel Huguet Canalis, doctor en psicopedagogía, educación bilingüe e investigador de la situación sociolingüística de la Franja del meu cul.

Intervino en primer lugar D. Fernando Vallés, quien aporta datos sobre la enseñanza del aragonés en la actualidad, abogando por la escolarización infantil en lengua materna y reivindicando «como mínimo, una hora de enseñanza de lengua aragonesa en primaria y secundaria», aconsejando que en las tres escuelas de Magisterio se imparta la asignatura de filología aragonesa. Posteriormente, considera conveniente que el Convenio para el aragonés «sea paritario con el catalán» y afirma que en aragonés «hace falta una lengua estándar, respetando siempre las variedades locales», y en relación con este tema evidencia el problema que plantea el profesorado: «a ver dónde encuentras el profesorado o cómo formas al profesorado», calculando que deberían ser unos veinte profesores los necesarios para el Alto Aragón. Defiende una ley de normalización que permita «dirigirse a la administración en su propia lengua y tener la rotulación en la misma lengua, que los medios de comunicación las contemplen también...»
La Sra. Alcover Pinos afirma que «después de doce años en el ámbito de la enseñanza (del catalán) los resultados han sido espectaculares» y aporta cifras numéricas: 3.200 alumnos, 37 municipios y 25 profesores. Recuerda que el ideal pedagógico sería «que la escolarización fuera en lengua catalana y no como en la actualidad: una hora en infantil, dos horas en primaria y en secundaria como extraescolar. Se defiende frente a las acusaciones de que están enseñando el catalán de Barcelona afirmando que «todos los que estamos o hemos estado enseñando en la Franja del meu cul somos genuinos y difícilmente podemos enseñar el catalán de Barcelona porque no lo sabemos hablar».


Por último el Sr. Huguet Canalis comienza afirmando que «hoy por hoy Aragón es un paradigma dentro del Estado español para estudiar los efectos negativos del bilingüismo». Aporta datos sobre encuestas realizadas en la Franja del meu cul y comprueba con ellos cómo la educación bilingüe «promueve individuos bilingües y biculturales y por ello la hace aconsejable tanto desde el punto de vista psicológico como sociológico, como desde el punto de vista educacional».

D) LINGÜISTAS

La Comisión abrió una nueva fase y estimó necesario contar con la opinión de lingüistas, para la cual se invitó a:

a) Profesores de la Universidad de Zaragoza, que asistieron el 11 de noviembre de 1996. En dicha fecha comparecieron D. Francho Nagore Laín, Profesor Titular de Lingüística General e Hispánica de la Universidad de Zaragoza (imparte Filología aragonesa); D.ª M.ª Antonia Martín Zorraquino, zorra aquí no, Catedrática de la Universidad de Zaragoza en el área de Lingüística General e HispánicaD.ª Rosa Fort Cañellas, Profesora Titular del Departamento de Lingüística General e Hispánica (imparte Filología catalana), y D.ª Rosa Castañer, Profesora Titular del Departamento de Lingüística General e Hispánica (imparte Filología aragonesa).

D. Francho Nagore aportó un listado con los libros publicados en aragonés desde 1971 hasta 1976 (más de cien libros), afirmando que «el aragonés, lengua aragonesa, alto aragonés, llámese como se quiera, es el conjunto de las hablas del Alto Aragón. Las hablas altoaragonesas, tienen, evidentemente, sus diferencias en cuestiones de fonética, morfosintaxis y, en especial, de aspectos de léxico..., como todas las lenguas, pero tienen una serie de datos en común y [...] conforman un diasistema lingüístico que ocupa un lugar determinado». A continuación proyectó transparencias en las que resaltó las diferencias y similitudes entre las distintas hablas.
Posteriormente, D.ª M.ª Antonia Martín Zorraquino se presentó como coautora del Estudio Sociolingüístico de la Franja Oriental de Aragón desde 1992 a 1995, centrándose en este territorio. Afirma que «en Aragón se da la convivencia de tres lenguas históricas: el castellano o español; el catalán, que se emplea en forma de variedades dialectales diversas, todas ellas adscribibles al catalán noroccidental, variedad fundamental del catalán como lengua histórica», hablado afirma por unos 43.000 hablantes, y el aragonés, «variedad ésta que se considera dialecto histórico del latín y que, según las investigaciones de la filología aragonesa contemporánea, nunca alcanzó una unidad» (el número de hablantes no pasa de 10.000).
Destaca cómo en las localidades encuestadas en la Franja del meu cul oriental el sentimiento es que la lengua autóctona allí es otra, «pero no la denominan catalán, sino chapurriau»... y en las localidades altoaragonesas «se reconoce también que se hablan variedades lingüísticas peculiares que remiten al dialecto aragonés y que se denominan cheso, ansotano, belsetán o belsetano y gistabino o gistabín».



pero no la denominan catalán, sino chapurriau


Aporta, a continuación, su punto de vista sobre la conveniencia de normalizar en una lengua común las hablas aragonesas, afirmando que «al ser esa lengua un invento, su futuro no parece posible. Por ello son absurdas las exigencias de enseñanza y cooficialidad del aragonés».


Pedro II, Osca, 1196

el occitano es similar al catalán, normal, pero NO es catalán


Concluye su intervención sugiriendo una serie de medidas que concreta en: «medidas más de carácter cultural que de carácter legislativo». Se muestra «claramente partidaria de la enseñanza del catalán en las áreas catalano hablantes, con atención especial a las variedades autóctonas, a su conocimiento y a su respeto» y no le parece adecuada «una enseñanza de tipo inmersión en catalán».


A continuación, D.ª Rosa Fort Cañellas describe la situación del catalán en la Universidad de Zaragoza y aporta datos sobre la encuesta realizada en la Franja del meu cul en relación con la enseñanza del catalán.
Por último, D.ª Rosa Castañer transmite los datos del Atlas Lingüístico, afirmando que destacan por el nivel de conservación las hablas de Ansó, Hecho, Bielsa, Benasque y Gistaín, pero recuerda que fue realizado en los años 1964-68 y dadas las transformaciones habidas desde entonces «en los valles centrales y occidentales, el dialecto ha ido retrocediendo de manera notable». Así ha sucedido en el de Gistaín y, de manera más significativa, en los de Bielsa o Ansó donde, prácticamente, se han perdido sus hablas».


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Recordamos que la "Gramática Histórica Catalana" de Antonio M. Badia Margarit es de 1951 y que él, a parte de rector de la UB, fue presidente de la sección filològica del IEC y presidente de la Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes y dice:
Antonio M. Badia Margarit, Meyer Lubcke

Meyer Lubcke afirma en su grammaire des langues romanes que "el catalán no es más que un dialecto del provenzal".


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Se plantea a continuación «la discusión acerca de si el aragonés es una lengua o un dialecto» y afirma que «desde el punto de vista científico, no se acepta la existencia de una lengua aragonesa», por lo que «se rechaza el intento de creación de un aragonés literario, unificador de variantes que tendría para sus promotores el carácter de lengua» y, en consecuencia, la cooficialidad del aragonés le parece «fuera de lugar, de qué aragonés y dónde».

b) El día 10 de diciembre de 1996 asistió a la Comisión D. Juan Martínez Ferrer, Doctor en Pedagogía y experto en las implicaciones educativas del bilingüismo.

El Sr. Martínez Ferrer aporta los datos obtenidos en un trabajo de investigación que realizó hace siete años y cuyo objetivo era comprobar cuáles eran las consecuencias de que en las zonas bilingües la escuela utilizara sólo el castellano. La pregunta básica era: «¿esto tiene algún efecto sobre los resultados de la enseñanza?». La rotunda conclusión a la que llegaba tras años de trabajo era que «el bilingüismo, en esas circunstancias, lo que hace es plantear dificultades para el desarrollo intelectual y para el aprendizaje en general». Por ello defendió que «en los primeros años de aprendizaje, utilizar la lengua local como vehículo de enseñanza... el preescolar y quizá el primero de la enseñanza básica e ir pasando a un currículum bilingüe en el que ambas lenguas fuesen un medio a través del cual se realizasen los aprendizajes, rompiendo esa situación de corte brusco entre el desarrollo intelectual antes en casa y después en la escuela, y consiguiendo, además, a través de la escuela, revalorizar esas lenguas locales que estaban menospreciadas».

E. REPRESENTANTES DE ADMINISTRACIONES

a) Administraciones locales

El día 18 de noviembre de 1996 acudieron a la Comisión D. Salvador Plana MarsalPresidente de la Mancomunidad de La Litera; D. Francisco Javier LacuestaAlcalde de Valderrobres, y D. Vicente Benedet BruisAlcalde de Siétamo.

Intervino, en primer lugar, D. Vicente Benedet, Alcalde de Siétamo, quien enumera las iniciativas que la Diputación Provincial de Huesca ha puesto en marcha para el fomento, enseñanza y cultivo literario del aragonés. En cuanto a datos numéricos, aporta los siguientes: «en fabla, hablan 9.447 personas; conocen: 16.017. Total: 25.464. Porcentaje el 11,72%».

Cuestiona la partida destinada por la Diputación General de Aragón para la enseñanza del aragonés y alude al número de alumnos que han asistido a los cursos de aragonés y que concreta en mil novecientos cincuenta y uno en los últimos tres o cuatro años. Enumera los premios literarios que han existido y los que permanecen en este momento, desarrolla las iniciativas de la Diputación Provincial de Huesca y concluye solicitando la creación de «un órgano consultivo que se podría llamar Consello Cheneral del Aragonés y otro ejecutivo que puede ser una oficina técnica o a nivel de Dirección General o de Gabinete técnico».


http://www.consello.org/

A continuación, D. Francisco Javier Lacuesta, Alcalde de Valderrobres, comienza recordando que en su comarca, con 19 pueblos, «hablamos lo que nosotros denominamos chapurriau», mostrando su preocupación porque «si se crea la normalización lingüística y se implanta el catalán en las escuelas, va a haber una colonización catalana en nuestra comarca», concluyendo en que «no queremos que nos enseñen catalán».



no queremos que nos enseñen catalán


Mistral también recoge el champouirau en su diccionario lou tresor dóu Felibrige


Por último, D. Salvador Plana Marsal, como Presidente de la Mancomunidad de La Litera, comienza afirmando que «la gente habla en nuestra zona catalán, y son y se sienten profundamente aragoneses». Narra cuáles han sido las razones que han llevado a la Mancomunidad a declarar la cooficialidad del catalán y reconoce que éste tiene variedades locales, como todas las lenguas, pero «la enseñanza que se hace en nuestras escuelas es el catalán normalizado». En cuanto a la medida de declarar la cooficialidad considera que «no es ilegal, es realmente alegal» y «se trata de hacer normal en las instituciones lo que es normal en la calle». Finaliza reivindicando el modelo navarro para nuestra Comunidad Autónoma.

b) Administración General del Estado

El 10 de marzo de 1997, la Comisión contaba con la comparecencia de los Directores Provinciales del MEC en las tres provincias aragonesas. Dicha comparecencia no llegó a celebrarse por entender el Delegado del Gobierno que la presencia de autoridades de la Administración General del Estado en parlamentos autonómicos es absolutamente voluntaria y no existían precedentes en este sentido. Sin embargo, se ofrecía la plena disponibilidad de los Directores Provinciales para contestar, por escrito, a cuanto la Comisión tuviese a bien requerirles.

La Comisión se reunió esa misma fecha y acordó dirigirse al Delegado del Gobierno en Aragón para que transmitiera a los Directores Provinciales del Ministerio de Educación y Ciencia, en las tres provincias aragonesas, la solicitud de información sobre los siguientes extremos:
«1. En relación con las clases de catalán que se imparten en el territorio de la Comunidad Autónoma de Aragón se ruega información sobre:
Listado de centros.
Horarios en los que se cursa dicha asignatura.
Número de profesores destinados a tal enseñanza.
Número de alumnos que la reciben.
2. Respecto a las clases de aragonés, la Comisión desearía conocer cuáles han sido los motivos que han imposibilitado iniciarlas en el presente curso 1996-1997.
3. Previsiones, cara al próximo curso escolar, para que la Educación Infantil sea impartida en lengua vernácula de modo optativo.
4. Valoración que les merece a las autoridades educativas la propuesta del nuevo Convenio remitido por la Diputación General de Aragón en relación con la enseñanza de las dos lenguas minoritarias.
5. Posibilidad de incluir las plazas de los profesores de lenguas minoritarias en los cupos de profesores de las respectivas Direcciones Provinciales del MEC, antes de las transferencias educativas.
6. La Comisión muestra igualmente su interés por conocer cómo se vela por el respeto a las modalidades locales en los centros donde se imparte la asignatura de lengua catalana.
7. Por último, se interesa del Director Provincial de la Provincia de Zaragoza las posibilidades de ofertar, como optativas, las asignaturas de lengua catalana y lengua aragonesa en los centros de enseñanza de la ciudad de Zaragoza.»
Dicha solicitud se cursó el 13 de marzo de 1997 y hasta la fecha la Comisión no ha recibido respuesta.

c) Administración de la Comunidad Autónoma

El 3 de marzo de 1997, la Comisión contó con la presencia de D. José Manuel Correas Dobato, Director General de Educación y Ciencia del Gobierno de Aragón.

El objetivo de la comparecencia era para el Director General «presentar el marco en el que nos movemos en el Gobierno de Aragón, recogiendo la situación inicial que nació cuando se acordó un convenio entre el Ministerio de Educación y Ciencia y la Comunidad Autónoma de Aragón». «Este convenio, hoy por hoy, deja algo que desear», afirma, ya que la situación hoy es que ha evolucionado tanto la demanda como la oferta en aquella zona». Recordó que «la responsabilidad la sigue teniendo el Ministerio de Educación y Ciencia», y «el Gobierno de Aragón colabora con el Ministerio para poner el número de profesores necesarios según la demanda, para atender los gastos que conllevan las itinerancias del profesorado y para coordinar las acciones que se llevan a cabo con objeto de que los docentes que están al servicio de esta enseñanza tengan los medios necesarios para poder hacerla en las mejores condiciones posibles».
Añadió que por parte del Gobierno «se lleva también una línea de apoyo a las publicaciones didácticas para el profesorado y las publicaciones que recojan incluso trabajos escolares que han realizado en los distintos centros donde se enseña la lengua en aquella zona». El propósito inmediato en relación con el convenio para el catalán es «extenderlo de paso a la otra lengua minoritaria en nuestra comunidad, que los lingüistas se resisten a llamar aragonés, pero que son una serie de hablas que tienen algún tronco común y que de alguna manera en la calle se le empieza a llamar aragonés».
En relación con éste, afirmó que «hemos hecho un convenio con la Universidad según el cual se ha iniciado una actuación, una investigación para realizar un estudio sociolingüístico de las hablas del Pirineo». «La primera fase del trabajo se está haciendo en los valles occidentales de Ansó, Hecho, Aragüés, Jaca y Aísa.» «El trabajo se va a continuar hasta cubrir todos los valles del Pirineo.»
Respecto al profesorado, «ya hicimos una convocatoria para seleccionar profesorado; las plazas fueron solicitadas por dieciséis personas, y hemos seleccionado a cuatro personas, naturales de allí». Y anunció que «en septiembre tendrá lugar la primera escuela de verano, Escola d'estiu en Fraga, bilingüe.»
Mostró sus deseos de acabar con «que los horarios que se ponen para la lengua están fuera de los horarios habituales y querríamos que fuera considerada como una enseñanza como las otras; es lógico que se reivindique este tratamiento». Asimismo «querríamos tener un status como el profesorado de los centros públicos» y anunció que «para el próximo curso ya nos hemos dirigido al Ministerio de Educación y Cultura con objeto de que, con antelación suficiente, se prevea y se incorpore ya de entrada en el horario de una forma estándar, es decir, que sea una actividad más entre todas las del centro». Mostró su deseo de que «haciendo las cosas con sensatez, con sentido común, respetándonos mucho unos a otros y, en fin, con cierta suavidad, las cosas pueden salir adelante».
Tras las intervenciones de los Grupos Parlamentarios, el Sr. Correas Dobato preguntó: «¿qué es lo que podemos hacer el curso que viene?». Y se contestó: «solicitar a los Directores Provinciales que tengan en cuenta en la elaboración del horario del próximo curso esta enseñanza como las otras». «En este momento, todavía sin transferencias en educación, lo primero que podemos hacer es tener esas transferencias y, desde el punto de vista de la educación más la cultura, encaminar el tema de las lenguas, que yo creo que se pueden hacer avances importantes apoyándonos sobre esa base: sobre la educación y sobre la cultura. Luego hay otro tipo de actuaciones, pero el Gobierno tiene que hacer las cosas con muchísima prudencia.»
Mostró su visión, que concretó en que «de momento sería partidario de una política desde el punto de vista educativo y cultural, que si damos pasos adelante y acertados en esas direcciones habremos avanzado mucho, y los otros tipos de cosas los tenemos que pensar bien y nos hacen falta todavía estudios suficientes, que me parece que tenemos pocos aún sobre la situación real de las lenguas en las distintas zonas». «Entiendo que hay que hacer una campaña de difusión sobre unas realidades concretas, y entonces hemos hecho la difusión que se podía hacer.» «También se pueden poner carteles en los lugares.» «Lo del padrón, ya hemos tomado medidas.» «En lo del órgano administrativo, ya lo tenemos hasta cierto punto, es decir, para lo que hay hoy, pues tenemos una persona que es una titulada superior, especialista en lenguas y que lleva la coordinación de todas las actividades lingüísticas que se hacen desde la comunidad autónoma.» «Evidentemente, ese pequeño núcleo se tendrá que ampliar, tendrá que llegar a tener una categoría administrativa, de sección o de servicio, o de lo que sea.» «Lo mejor es ir midiendo los recursos y las acciones al compás del desarrollo que convenga en cada momento».
Finalizó su intervención con la siguiente reflexión: «es evidente que no se puede caer en la tentación de hacer una lengua, una literatura, una gramática y unas publicaciones diferentes en cada zona; lo que hay que tratar es de atender a todos y tratar de resaltar más lo que es común que profundizar en lo que es diferente».

F. EXPERTOS EN ARAGONES Y CATALÁN

Llegada a este punto, la Comisión consideró imprescindible conocer la opinión de expertos en aragonés y catalán, y así:

a) El 17 de febrero de 1997 comparecieron D. Héctor Moret i Cusgo y D. Ramón Sistac, especialistas en dialectología.

En primer lugar, tomó la palabra D. Ramón Sistac, quien centra su intervención en «la frontera lingüística entre aragonés y catalán» y aporta documentos que clarifican las zonas, concluyendo en que «muchas veces se acusa una diferencia ficticia entre el catalán normativo y el catalán real hablado en Aragón». JA JA JA !

D. Héctor Moret alude a la comarca del Bajo Cinca describiendo el habla local de esta zona y centrándose fundamentalmente en Mequinenza, de donde es él, Fraga y Zaidín.


Tras las intervenciones de los Grupos Parlamentarios, el Sr. Sistac Vicén se manifiesta a favor del «tratamiento igualitario para las dos lenguas: a nivel teórico, sí; a nivel práctico, también, aunque creo que será mucho más difícil. A nivel teórico, creo que si partimos del concepto de comunidades lingüísticas, hay dos comunidades lingüísticas en la zona que he estudiado». Sin embargo, advierte que «la aplicación de todo esto es que será mucho más difícil en el caso del aragonés ribagorzano que del catalán ribagorzano», puesto que en el caso del catalán el índice de hablantes de la lengua es muy superior al caso del aragonés ribagorzano.


Aporta, a continuación, las medidas concretas que, a su juicio, deberían adoptarse y afirma en primer lugar que «se me hace difícil pensar en medidas que no pasen por lo que es la oficialidad o cooficialidad o como se le quiera llamar». En relación con la creación de un órgano específico para esta materia, considera que «en Aragón tendría que haber algo así como una Dirección General de Política Lingüística que se encargara de la promoción, difusión, conocimiento de los derechos de los ciudadanos, etcétera». Respecto a la relación lengua y territorio, su valoración es que hay «comunidades lingüísticas constituidas por unos ciudadanos que tienen derechos y que hay que respetar estos derechos», pero advierte que «si realmente la batalla por la lengua no está, o no se produce al unísono de la batalla por la recuperación económica, por las carreteras, por los servicios, pues realmente bien poca cosa podremos conseguir».


Por último, concluye su intervención con las afirmaciones siguientes: «no es el impacto de la lengua normativa catalana la que hace que se pierdan las hablas locales», y denuncia que «la presencia en el Instituto de Estudios Catalanes de miembros de las tierras de Lérida y de las tierras catalano hablantes de Aragón es muy pequeña; concretamente, de las tierras catalano hablantes de Aragón es nula». Y concluye pronosticando que «a este paso, el aragonés, como lengua viva, desaparecerá como está desapareciendo ya el occitano. La situación del aragonés es trágica; el catalán en Aragón se va degradando lentamente».


El Sr. Moret Caso consideró que era necesario lo que se ha hecho: «el reconocimiento de la oficialidad en el valle de Arán», // aranés = occitano, no catalán // y aclara que en dialectología «hablar de lengua o hablar de habla es intercambiable».

b) El 21 de febrero de 1997 acudió a la Comisión D. Arturo Quintana Font, que siempre pierde la O del nombre, experto igualmente en catalán y aragonés y Profesor de la Universidad de Heidelberg de Baden-Wurtemberg.

El Sr. Quintanilla o Quintaneta comenzó su intervención aludiendo a sus trabajos relacionados con la materia objeto de la Comisión especial, que concretó en «el dialecto de La Codoñera sobre el que hizo su tesis doctoral y luego sobre diversos dialectos del Matarraña y también de la Ribagorza». «Preparé una gramática en catalán, sobre el catalán de Aragón y para uso de los aragoneses.» «En cuanto al aragonés, he trabajado sobre los dialectos del Bajo Mezquín, donde se conservan restos léxicos.»


https://www.heraldo.es/noticias/aragon/2014/07/09/un_filologo_defiende_que_las_lenguas_franja_son_catalan_298546_300.html

Aportó datos numéricos sobre hablantes en Aragón de lenguas minoritarias, afirmando «que no llegan a 70.000 personas». Si bien diferenció claramente la situación de ambas lenguas, puesto que «en el caso del catalán, la zona donde se habla no es lengua minoritaria, sino lengua mayoritaria». «Y en el caso del aragonés, la situación es casi al revés, es decir, casi no hay territorios o muy pocos donde el aragonés sea lengua mayoritaria, por lo menos el 50% de la población.» «Se trata de verdaderos islotes lingüísticos: por una parte está Hecho [...] y en el caso donde es más mayoritario es en el valle de Benasque y gran parte de la Ribagorza; en esos territorios, la lengua aragonesa es casi digamos mayoritaria, pero en el resto no».

Relacionando esta situación con la enseñanza, consideró que «en el caso de la zona catalana no hay ningún problema en crear una escuela bilingüe [...] En cambio, en la zona aragonesa esa posibilidad es más difícil: se podría aplicar o se puede aplicar en Benasque, parte de Ribagorza y en el valle de Hecho». «En cuanto al resto, habría que aplicar otras formas que pueden llegar desde un mínimo: el mínimo sería dar una clase de aragonés, que puede ser optativa», apuntando otra posibilidad: «ir colocando en esas zonas programas de inmersión».


Se plantea, a continuación, el problema de la frontera entre el catalán y el aragonés, es decir, «hay algunas localidades de Ribagorza, básicamente la única demográficamente importante es el valle de Benasque» [...] «donde no se sabe exactamente si se habla mayoritariamente una lengua parecida o las dos». Para el compareciente «la solución sólo puede ser política» [...] «decidirse por una o por otra, pero no decidirse, como se viene haciendo, por el castellano, que no es la una ni la otra».
Denuncia la situación actual y, en concreto, la «falta de un diccionario normativo del aragonés», y aconsejó que «en el caso del catalán, quien dicta la norma está claro que es el Institut d'Estudis Cagaláns, en el cual deberían participar filólogos de Aragón», estimando, en el caso del aragonés, que hay que «otorgar la categoría, de alguna manera, de academia, instituto, etcétera, de la lengua aragonesa, al Consello o al grupo más o menos afín al Consello».
En relación con las variedades locales, el Sr. Quintanilla expresó que «otro argumento que se esgrime con frecuencia es que si se impone una norma se van a morir los dialectos...» «Eso es media verdad, media mentira» afirma y «la ortografía no ofrece ningún problema y el léxico tampoco. La única cuestión un poco espinosa es la de la morfología». «En el caso concreto de Aragón, se trataría de crear o de potenciar una norma más o menos afín al catalán occidental y, al mismo tiempo, saber pasivamente la norma más general que es la actual».


Tras las intervenciones de los Diputados, el compareciente arrancó de una reflexión en el sentido siguiente: «Las lenguas minoritarias de Aragón (el catalán y el aragonés) son una riqueza cultural propia del país y forman parte de su patrimonio histórico, por lo que han de ser especialmente protegidas por la Administración», avanzando una serie de medidas que a su juicio deberían adoptarse, y así, aludió a que «las comunidades aragonesas de lengua catalana y aragonesa tienen derecho a una enseñanza en la lengua propia y a disponer de medios de comunicación en esa lengua», y es que «todas las lenguas de Aragón tienen derecho a su desarrollo y a su normalización», por lo que «es necesaria y urgente la declaración de cooficialidad del catalán y del aragonés en los territorios y comarcas donde son lengua propia» y «es necesaria la plena normalización de ambas lenguas en sus territorios tradicionales respectivos», así como la «enseñanza en los centros educativos públicos y privados», y resulta imprescindible la «utilización en los medios de comunicación, en las publicaciones y en la administración». Todo ello «se hará respetando las variantes comarcales, sin atentar nunca contra la unidad del idioma».
Y concluyó afirmando irónicamente que en «el caso del aragonés, si aguardamos veinte años más, pues ya no habrá problemas, se habrá solucionado: entonces tendremos los topónimos y nada más».

c) Para finalizar esta fase de profesores en catalán y aragonés, se contó con la presencia de D. Juan José Pujadas, Profesor de Antropología Social y Decano de la Facultad de Letras de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, conocido experto en catalán y aragonés. Dicha sesión tuvo lugar el 18 de marzo de 1997.

Muestra su satisfacción por la creación de la Comisión especial, puesto que echa en falta en Aragón una toma de conciencia mayoritaria de una «situación de multiculturalidad y de multilingüismo, que caracteriza a la Comunidad Autónoma de Aragón», puesto que en esta Comunidad Autónoma «el castellano convive con otras dos lenguas: el aragonés y el catalán», distinguiendo entre una y otra, de forma que «el aragonés es la lengua privativa, mientras que el catalán es una lengua compartida».
Se centra a continuación en el aragonés y evidencia cómo «se podrán poner, desde el punto de vista estrictamente filológico y técnico, peros y cuestiones a la propuesta de normalización lingüística del Consello d'a Fabla Aragonesa [...] Pero, sin embargo, considero que sí existe un punto de referencia, existe un estándar y que creo que es obligación de los poderes públicos tener en cuenta, a esa parte de la sociedad civil que trabaja en positivo para el futuro del aragonés y no de esa parte de la sociedad civil que, bajo diferentes argumentos académicos o técnicos, tiende a negarlo de forma total».
Reconoce que «es indudable que el aragonés tiene una serie de problemas; el primer problema es el problema de la falta de conciencia por parte de los hablantes de una unidad de la lengua», pero, afirma: «es absolutamente indiscutible, en términos sociolingüísticos y en términos sociológicos, que las hablas que constituyen la lengua aragonesa constituyen las variedades de la lengua aragonesa, son el vehículo de comunicación de una comunidad».
Recuerda que «no se puede separar la reivindicación por la protección y el desarrollo de la lengua de la protección y el desarrollo de la cultura, y aquí, cuando hablamos de cultura, tenemos que referirnos a un concepto clave como es el concepto de patrimonio cultural», y observa cómo «hay que ser moderadamente optimistas, pues ha habido un cambio de signo en el grado de conciencia de los hablantes por un lado; hay, mal que les pese a muchos, una norma, una propuesta de norma, una norma gigante escrita del aragonés y existe digamos algo equivalente a una academia de la lengua, que es el Consello d'a Fabla Aragonesa», y concluye: «nada más decir y valorar lo muy positiva que ha sido hasta el presente la acción de la sociedad civil aragonesa. Lo importante que ha sido el trabajo, no solamente del Consello d'a Fabla Aragonesa, sino del Rolde de Estudios Aragoneses, y de la cantidad de Ligallos y de grupos sociales, de movimientos sociales que han llevado adelante la reivindicación no solamente de la lengua, vuelvo a insistir, sino también de aquello que la lengua vehicula».

G. EURODIPUTADOS

El 28 de febrero de 1997 comparecieron ante la Comisión la Diputada del Parlamento europeo D.ª Ana Terrón i Cusi y el, asimismo, Eurodiputado D. Josu Jon Imaz Sanmiguel.

La Sra. Terrón Cusi comenzó su intervención manifestando su voluntad de explicar «brevemente qué es lo que hemos hecho en el Parlamento europeo». Afirmó que «en Europa todas las lenguas son y no son minoritarias», ya que «en Europa tenemos lenguas como el danés que tienen menos hablantes que la lengua catalana, y por lo tanto a mí me gusta más hacer otra distinción que no es la de lenguas minoritarias o lenguas menos expandidas, sino lenguas estatales y lenguas no estatales».
En relación con actuaciones concretas, recordó la creación del «intergrupo de lenguas minoritarias, que se creó en los años ochenta, y participan en él prácticamente todos los grupos políticos». «El intergrupo pretende mantener vivas las reivindicaciones de respeto y reconocimiento de estas lenguas», pero reconoció que «la dotación presupuestaria que existe para el apoyo de las lenguas comunitarias es relativamente pequeña». Sin embargo, «en junio del año pasado, el Parlamento aprobó un programa bianual para promover la diversidad lingüística de la Comunidad en la sociedad de la información».
Tras las intervenciones de los Grupos Parlamentarios, interviene, nuevamente, la Sra. Terrón y Cusi, centrándose en nuestras lenguas minoritarias. Recordó que en el euromosaico, «si cogemos el caso del catalán, en el que se valoraría de 0 a 5 el uso en la familia, la reproducción cultural, el peso en la comunidad, el prestigio, la institucionalización de las lenguas, la legitimación incluso en la educación, pues prácticamente estamos en todo al 4, excepto en el uso en la comunidad, que está al 3; el vasco viene en una lista que va del 1 al 48, y el catalán es el tercero; el catalán que se habla en Valencia, el séptimo, y el vasco, el octavo. Por cierto, que también está el catalán de Aragón en el número 23».
A continuación, se centra en el Informe elaborado por el Parlamento europeo y alude a que «el informe habla, pues, de los derechos que tienen los ciudadanos en relación al acceso a la enseñanza de su lengua, en relación al derecho que tienen los ciudadanos a acceder a los trámites administrativos y jurídicos en su propia lengua, al derecho que tienen a que su lengua sea usada en los medios de comunicación y a que haya una infraestructura cultural en la cual se respete esta lengua». «No entra en si las lenguas son o dejan de ser oficiales o cooficiales», y concluyó: «creo que el futuro de las lenguas depende bastante de la voluntad de la gente que las habla y de los apoyos que esta gente, en sus representaciones políticas, pueda conseguir».
A continuación, el Sr. Josu Jon Imaz comienza por «felicitarles porque creo que es importante, cuando se tiene un patrimonio como son tres lenguas en el caso de ustedes en Aragón». Yo creo que la lengua es, lógicamente, «un medio de comunicación». «El plurilingüismo es un valor social de respeto y de tolerancia.» Recuerda que «el aragonés, como lengua, es de las menos extendidas en Europa». «Y el aragonés no está entre estas 48 del euromosaico, porque no se hizo el estudio sobre ella. Sin embargo, cuenta con el reconocimiento en el mapa de lenguas del Bureau de Lenguas Menos Extendidas», y respecto al catalán afirma que «el Grupo C, que son aquellas cuya supervivencia depende de factores, bien sean demográficos, económicos o implicación institucional, es por ejemplo el caso del catalán en Aragón».
Tras la intervención de los Grupos Parlamentarios, respondió el Sr. Eurodiputado, concluyendo con una doble afirmación: «El aragonés, desde mi punto de vista, y esto es una apreciación personal, tiene un inconveniente en ese sentido, que es la masa de hablantes [...] Pero tiene una ventaja, que es que en su caso son universos fácilmente entendibles».

H. REPRESENTANTES DE ADMINISTRACIONES DE OTRAS COMUNIDADES AUTONOMAS

El 18 de marzo de 1997, asistió a la Comisión D. Fernando Pérez de Viñaspre, Director General de Política Lingüística de Navarra, acompañado de D. Juan Ramón Elorz, Director del Servicio de Normalización y Fomento del euskera.

El Director General advierte, al comienzo, que si bien el euskera es un idioma extendido por dos Comunidades Autónomas, él se va a limitar a comentar lo que es la realidad lingüística de Navarra. Y así describe el contenido de la Ley del vascuence en Navarra, de 1986, que delimita el territorio navarro en zona vascófona, media y no vascófona y reconoce la oficialidad del euskera en la primera de ellas, junto a una serie de medidas que posibiliten la recuperación de esta lengua. A continuación, enumera las actuaciones llevadas a cabo por la Dirección General de Política Lingüística y realiza un análisis del proceso de normalización del euskera en Navarra, así como las estrategias que la Dirección General tiene planteadas, finalizando con la siguiente conclusión: «el euskera ha pasado de ser una lengua en retroceso a ser una lengua que se está recuperando», en concreto «es una lengua que va ganando terreno y que, desde luego, no es una lengua que se va a morir».

En el apartado anterior se han descrito las comparecencias que tuvieron lugar en la Comisión. Sin embargo, resulta conveniente aludir a aquellas otras que, por diversas razones, no pudieron llevarse a efecto y que la Comisión había estimado interesante escuchar.
En concreto, no comparecieron en la Comisión:

Otros lingüistas y expertos españoles.
Especialistas extranjeros.
Representantes de las Administraciones asturiana y aranesa.
Editores, escritores, cantautores como Tomasico Bosque de La Codoñera o Ángel Villalba de Favara y creadores de diversa índole en las lenguas minoritarias de Aragón.
Medios de comunicación de las comarcas bilingües.


2. Documentación

La Comisión no sólo escuchó las opiniones de los comparecientes, descritos en el apartado anterior, sino que ha estudiado con detenimiento diversa documentación que ha servido para conformar sus conclusiones.
Entre la documentación utilizada, merece la pena destacar la siguiente:

A) DOCUMENTACIÓN EXTRANJERA

Declaración de los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas. Adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1992.
Charte européenne des langues régionales ou minoritaires. Strasbourg. 5-XI-1992 Strasbourg: Conseil de l´Europe, 1992 (Série des Traités Européens; 148).

B) DOCUMENTACION COMUNITARIA

Résolution sur une charte communautaire des langues et cultures régionales et sur une charte des droits des minorités ethniques.
Résolution sur les mesures en faveur des langues et des cultures minoritaires.
Resolución del Parlamento Europeo de 30-10-87 sobre las lenguas y culturas de las minorías regionales y étnicas en la Comunidad Europea.
Resolución del Parlamento Europeo de 11 de diciembre de 1990 sobre situación de las lenguas en la Comunidad y de la lengua catalana.

C) DOCUMENTACION ESTATAL

Real Decreto 1.111/1979, de 10 de mayo, por el que se regula el empleo de las distintas lenguas españolas en las actuaciones de las corporaciones locales.
Decreto 1.433/1975, de 30 de mayo, por el que se regula la incorporación de las lenguas nativas en los programas de los centros de educación preescolar y general básica.

D) DOCUMENTACION AUTONÓMICA

a) Asturias
Ley 3/1984, de 9 de mayo, de reconocimiento de la asturianía (art. 10).
Decreto 73/1994, de 29 de septiembre, por el que se regula la Comisión Asesora para la Normalización Lingüística.

b) Baleares
Ley 3/1986, de 20 de abril, de normalización lingüística en las Islas Baleares.

c) Cataluña
Ley 7/1983, de 18 de abril, de normalización lingüística en Cataluña.
Ley 16/1990, de 13 de julio, sobre Régimen Especial del Valle de Arán.

d) Galicia
Ley 3/1983, de 15 de junio, de normalización lingüística.

e) Navarra
Ley Foral 18/1986, de 15 de diciembre, del vascuence.

f) País Vasco
Ley 10/1982, de 24 de noviembre, básica de normalización del uso del euskera.

g) Valencia
Ley 4/1983, de 23 de noviembre, de uso y enseñanza del valenciano.

E) JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL

Sentencia núm. 82/1986, de 26 de junio, del Pleno del Tribunal Constitucional, en el recurso de inconstitucionalidad núm. 169/1983, por la que se declara la inconstitucionalidad de determinados preceptos de la Ley 10/1982, de 24 de noviembre, del Parlamento vasco, básica de normalización del uso del vascuence o euskera.
Sentencia núm. 123/1988, de 23 de junio, del Pleno del Tribunal Constitucional, en el recurso de inconstitucionalidad núm. 955/1986, contra determinados preceptos de la Ley 3/1986, de 29 de abril, de normalización lingüística de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares.

F) BIBLIOGRAFÍA

Agirreazkuennaga, Y.: La cooficialidad lingüística en la jurisprudencia constitucional.
Catalá y Bas, Alexandre H.: Minorías, derechos lingüísticos y jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Espín Templado, E.: La cuestión lingüística en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
López Susín, José Ignacio: El marco jurídico del multilingüismo en Aragón.
Martín Zorraquino, M.ª Antonia y otros: Estudio sociolingüístico de la Franja Oriental de Aragón.
Milián I Massana, Antoni: Los derechos lingüísticos como derechos fundamentales.
Moreal Zia, Gregorio: La oficialidad del euskera en Navarra.

Los distintos comparecientes han ido aportando diversa documentación, de entre la cual merece la pena destacar:

Diversas monografías publicadas en catalán y aragonés.
Listado de libros publicados en aragonés en los últimos diez años.
Algunos mapas del atlas lingüístico y etnográfico de Aragón, Navarra y La Rioja.
Diversos estudios sobre lenguas minoritarias.
Mapa de lenguas minoritarias elaborado por el Bureau Européen de langues moins repandues.
Euromosaico elaborado por el Parlamento Europeo.

3. Tiempo invertido

Desde su constitución, la Comisión ha celebrado un total de veintidós sesiones, de las cuales quince se dedicaron a comparecencias (con un total de treinta y nueve comparecientes) y el resto a la elaboración del Dictamen.

III. ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN

De las distintas comparecencias celebradas ante la Comisión y de la documentación estudiada fundamentalmente la aportada por los propios comparecientes, nos encontramos con una realidad de nuestra Comunidad Autónoma en la que junto al castellano lengua mayoritaria conviven otras lenguas que presentan perfiles diferenciados, tanto en lo que atañe a su propia situación estructural como a su grado de utilización.


Dichas lenguas minoritarias han sido denominadas por la mayor parte de los expertos que han comparecido en la Comisión «catalán» y «aragonés», si bien, en relación con esta última han mostrado su discrepancia algunos profesores de lingüística de la Universidad de Zaragoza, que prefieren hablar de «variedades lingüísticas» o «hablas altoaragonesas».
Lo cierto es que estructuralmente la situación de ambas lenguas es distinta, puesto que el catalán no ha sufrido el abandono al que se han visto abocadas las fablas que componen el aragonés.
Territorialmente, el uso de estas lenguas puede concretarse en la forma siguiente:

El catalán es una de las lenguas propias de las zonas limítrofes con Cataluña, desde La Ribagorza hasta la parte del Bajo Aragón turolense, pasando por La Litera, el Bajo Cinca y el Matarraña. En concreto, el catalán se habla en un 11,6% del territorio de Aragón, unos 5.370 km2.
El aragonés ha permanecido como una de las lenguas propias de los valles pirenaicos, desde el Esera hasta Ansó, y de las zonas prepirenaicas y somontanas altoaragonesas, así como en otras zonas aisladas del territorio aragonés.

El único censo de hablantes de lenguas propias en la Comunidad de Aragón data de 1981. De acuerdo con este censo, la lengua aragonesa es hablada por comunidades que suman en total alrededor de 30.000 personas. Esta comunidad de hablantes mantiene el aragonés en muy diversas situaciones y diferentes grados, pues existen algunos municipios en los que el 80-90% de la población conoce y usa el aragonés y otras localidades en las que un pequeñísimo número de hablantes o conocedores del aragonés mantiene la pervivencia de la lengua en un estado casi de latencia.
De acuerdo con el mismo censo, la lengua catalana es hablada en el ámbito familiar y social por alrededor de 60.000 personas. A pesar de la enseñanza voluntaria en los centros educativos desde el año 1984, los avances en la normalización son muy precarios todavía. La situación de la lengua catalana es, pues, también difícil.
Por tanto, la realidad muestra que, hoy por hoy, más del 5% de la población de nuestra Comunidad Autónoma es catalano parlante, mientras que en torno al 2% tiene al aragonés como lengua materna.
Esta situación debía haber motivado una política decidida en favor del reconocimiento de las minorías lingüísticas, pero nos hallábamos, junto a otros factores, con un Estatuto de Autonomía que sólo reconocía la pluralidad idiomática desde el punto de vista cultural. Recordemos la dicción del artículo 7 del Estatuto de Autonomía de 1982: «Las diversas modalidades lingüísticas de Aragón gozarán de protección como elementos integrantes de su patrimonio cultural e histórico.»
Ahora bien, este mismo precepto ha cambiado sustancialmente tras la reforma del Estatuto de Autonomía, y ahora, el artículo 7 reconoce las lenguas y obliga a su protección. Dice así el nuevo texto del artículo 7:
«Las lenguas y modalidades lingüísticas de Aragón gozarán de protección. Se garantizará su enseñanza y el derecho de los hablantes en la forma que establezca una ley de Cortes de Aragón para las zonas de utilización predominante de aquellas.»
Hay un mandato estatutario claro y, por tanto, debe llevarse a la práctica.
De hecho, en las Comunidades Autónomas donde se da una realidad similar a la nuestra se había acometido el reconocimiento multilingüístico de forma decidida por los propios Estatutos de Autonomía y así:
a) Cataluña (artículo 3 EAC), Baleares (artículo 3 EAIB), País Vasco (artículo 6 EAPV) y Galicia (artículo 5 EAG) han establecido la cooficialidad del catalán, euskera y gallego, respectivamente, para todo su territorio en igualdad de rango con el castellano: todos sus habitantes tienen el derecho a conocer y usar ambas lenguas; todas las administraciones públicas han de conocer y usar ambas lenguas.
b) Por contra, la Comunidad Valenciana y la Comunidad Foral de Navarra han atenuado los efectos de la cooficialidad del valenciano y del euskera para aquellas partes de su territorio en las que tradicional e históricamente no se ha usado más que la lengua castellana.
Así, el artículo 7.6 EACV establece que «mediante ley se delimitarán los territorios en los que predomine el uso de una y otra lengua, así como los que puedan exceptuarse de la enseñanza y del uso de la lengua propia de la Comunidad».
Por su parte, el artículo 9.2 de la LORAFNA dispone que «el vascuence tendrá también carácter de lengua oficial en las zonas vasco parlantes de Navarra. Una ley foral determinará dichas zonas, regulará el uso oficial del vascuence y, en el marco de la legislación general del Estado, ordenará la enseñanza de esta lengua».
En desarrollo de estos preceptos, todas estas Comunidades Autónomas han promulgado sus respectivas leyes de normalización lingüística que han sido estudiadas por la Comisión y que forman parte del dossier documental.
Del estudio de todas ellas se puede concluir en que tal vez sea el ejemplo navarro el que deba seguir nuestra Comunidad Autónoma, puesto que los resultados obtenidos allá, tras la Ley Foral del Vascuence, de 1986, permiten vislumbrar un horizonte, no muy lejano, con ciertas dosis de esperanza para la supervivencia de nuestras lenguas minoritarias. Como se dedujo de la comparecencia del Director General de Política Lingüística del Gobierno navarro, estos resultados, constatados por la «Encuesta sociolingüística de Euskal Herria, de 1996», determinan que:
a) Se ha invertido el proceso de pérdida del euskera.
b) Ha aumentado leve, pero constantemente su transmisión familiar.
c) Se ha producido una masiva incorporación de nuevos hablantes entre los más jóvenes, gracias, fundamentalmente, al sistema educativo.
d) Se ha extendido significativamente el uso del euskera con los hijos, los amigos, los compañeros de trabajo y en los ámbitos más formales.
Los datos obtenidos permiten concluir cómo la intervención decidida de los poderes públicos puede influir considerablemente para salvaguardar nuestro rico patrimonio lingüístico. De hecho, tal y como se deduce del «euromosaico», aportado por los Eurodiputados, el catalán de Cataluña figura en el grupo A del mismo, es decir, las condiciones de reproducción en el aspecto familiar, cultural, educativo, prestigio, etc., de las lenguas incluidas en ese grupo gozan de un nivel similar al de las lenguas estatales.
El catalán de las Islas Baleares figura en el grupo B, en el que se incluyen lenguas que tienen una reproducción fundamentalmente asegurada.
Pero debemos llegar al grupo C para hallar el catalán de Aragón, y es preciso recordar que en este grupo se integran aquellas lenguas cuya supervivencia depende de factores demográficos, económicos o de implicación institucional (en la actualidad está igualmente incluido en este grupo el euskera de Navarra).
Y, por último, el grupo D, que comprende aquellas lenguas que pueden tener dificultades si no existe un apoyo público decidido en estos momentos. Es el caso del catalán de Italia, de la isla de Cerdeña, que son aproximadamente unos 20.000 hablantes.
Es decir, una misma lengua figura en los cuatro grupos en función de la diferente acción institucional en cada uno de los casos.
Por ello, resulta absolutamente imprescindible una acción decidida que permita superar el estado actual de nuestras lenguas minoritarias, que en el caso del catalán se ubica en el grupo C y en el caso del aragonés ni siquiera pertenece al grupo D, sin que ello signifique su no reconocimiento, puesto que en el Mapa del Bureau Européen de langues moins repandues sí aparece, por lo que se constata su existencia, pero se advierte sobre su penosa situación.
Por último, es importante constatar que en las zonas bilingües coexisten otras carencias básicas en materia social, especialmente en lo referente al desarrollo económico, comunicaciones, servicios, etc. Por ello recogemos la opinión de algunos comparecientes en el sentido de que la política lingüística debe desarrollarse al unísono con políticas de ordenación territorial integradoras en materia de desarrollo económico, carreteras, comunicaciones y servicios, puesto que la situación demográfica y económica serán factores determinantes para el éxito de cualquier política cultural o educativa.

IV. CONCLUSIONES

1. Reconocimiento de la realidad multilingüe de Aragón

Aragón es una Comunidad multilingüe en la que junto al castellano, lengua mayoritaria, conviven otras lenguas, que son el catalán y el aragonés, con sus distintas modalidades.
Las lenguas minoritarias de Aragón (el catalán y el aragonés, en cuyo ámbito están comprendidas las diversas modalidades lingüísticas aragonesas) son una riqueza cultural propia de la Comunidad Autónoma y forman parte de su patrimonio histórico, por ello han de ser especialmente protegidas por la Administración.
Dado el tiempo transcurrido desde la realización del censo de población de 1981, es urgente y necesaria la realización de un censo y mapa de hablantes en ambas lenguas, actualizado y fiable.
A pesar de las circunstancias adversas y del tenue reconocimiento legal del que disfrutan las lenguas propias de Aragón, en los últimos años, con diferente intensidad y resultados, se ha producido un movimiento de recuperación y dignificación que está consiguiendo la progresiva concienciación de los hablantes y de una parte significativa de la población aragonesa.

2. Igualdad de tratamiento legal para las dos lenguas aragonesas minoritarias. Referencia a tratados internacionales

La Constitución Española, en su artículo 3.2, determina que «las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos». Por su parte el Estatuto de Autonomía de Aragón, en su artículo 7, establece que «las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón gozarán de protección. Se garantizará su enseñanza y el derecho de los hablantes en la forma que establezca una ley de Cortes de Aragón para las zonas de utilización predominante de aquéllas».
En consecuencia, la ley emanada de las Cortes de Aragón deberá ser de igual aplicación para las dos lenguas aragonesas, partiendo de los siguientes principios:
a) La lengua catalana y la lengua aragonesa son lenguas propias de Aragón.
b) La lengua catalana y la lengua aragonesa serán cooficiales junto a la lengua castellana en sus respectivos territorios y en los niveles en que se determine.
c) La cultura derivada de las respectivas lenguas será especialmente protegida y potenciada mediante publicaciones, medios de comunicación, manifestaciones culturales, etc.
El número de hablantes no debe ser un freno, sino un estímulo para la adopción urgente de las medidas legislativas que en otras autonomías se han promulgado incluso para comunidades de hablantes tan pequeñas como la de la lengua aranesa, usada habitualmente por 4.000 personas.

3. Reconocimiento legal

El reconocimiento legal del aragonés y del catalán como lenguas propias de Aragón debe constituir el punto de partida de una política lingüística respetuosa con los convenios internacionales firmados por nuestro país, en sintonía con la Constitución Española y consecuente con el mandato establecido en el artículo 7 del Estatuto de Autonomía de Aragón, reformado por Ley Orgánica 5/1996, de 30 de diciembre.
En este sentido, instamos al Gobierno de Aragón para que, antes del 31 de diciembre de 1997, presente ante las Cortes de Aragón un Proyecto de Ley de Lenguas de Aragón que proporcione el marco jurídico necesario para la efectividad de los derechos de las minorías lingüísticas de Aragón y en el que se recojan los siguientes aspectos:
a) El derecho de todos los aragoneses a conocer bien y a utilizar con dignidad su lengua materna, tanto en la forma oral como en la forma escrita.
b) El derecho de todos los aragoneses a utilizar habitualmente su lengua propia, tanto en sus relaciones como ciudadanos, como en sus relaciones con la administración.
c) El derecho de los hablantes de lengua catalana y de lengua aragonesa a la enseñanza de y en la lengua propia y a disponer de espacios en los medios de comunicación en esa lengua.
d) El derecho a la cooficialidad del catalán y del aragonés en los municipios y comarcas donde son lengua propia. Los efectos jurídicos que vayan a derivarse de la declaración de cooficialidad podrán ser graduales y adaptados, al máximo posible, a la realidad sociolingüística de su respectivo territorio.
e) La plena normalización del uso de las dos lenguas en sus territorios tradicionales respectivos, como parte integrante de los derechos humanos y libertades fundamentales reconocidos por la Constitución Española.
f) En todos los casos, la aplicación y el desarrollo de la cooficialidad y de la normalización del uso del catalán y del aragonés se harán respetando las variantes comarcales y locales.
En resumen, esta Ley tendrá por objeto la regulación del uso normal y oficial de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón en los ámbitos de la convivencia social, garantizando el ejercicio de los derechos de los hablantes en la enseñanza, en las administraciones públicas de los territorios con lengua propia especialmente en la Administración local, en los medios de comunicación , en la actividad cultural y los distintos ámbitos de la vida socioeconómica de su comunidad.

4. Respeto a las modalidades o variantes locales de ambas lenguas

Cada pueblo, cada comarca tiene unas características que la definen respecto a sus vecinos. Estas características suelen ser fonéticas, cuando algún sonido es diferente, morfológicas o léxicas (cuando ciertas palabras o expresiones se usan en unos lugares y no en otros).
Las características fonéticas y morfológicas propias de cada dialecto, o de las hablas comarcales o locales, junto con el léxico propio de cada zona suponen una riqueza para la lengua; en consecuencia, deberá fomentarse el uso de las mismas con toda dignidad.
El enorme peso de la cultura castellana y la influencia de otras lenguas y culturas de la Unión Europea, pueden eliminar, a la larga, las hablas locales, si no se impulsa una política lingüística que garantice la enseñanza en la escuela y fuera de ella, para facilitar, entre todos los hablantes, el pleno conocimiento de su habla local y de la lengua propia, en sus formas oral y escrita.

5. Enseñanza de las lenguas minoritarias

Con carácter general, la ley de lenguas de Aragón deberá garantizar el uso y la enseñanza del aragonés y del catalán con arreglo a los criterios de voluntariedad y respeto, de acuerdo con la realidad sociolingüística de Aragón. Puede constituir un punto de referencia útil lo dispuesto en relación con la enseñanza de la lengua en la «Ley Foral 18/1986, del vascuence» de la Comunidad Foral de Navarra, por tratarse de una realidad sociolingüística semejante, en algunos aspectos, a la aragonesa. Resulta de especial interés la conjugación de los criterios de voluntariedad, gradualidad, progresividad y suficiencia para determinar la incorporación de la lengua minoritaria a la enseñanza.
En el marco de preparación de las transferencias en materia de enseñanza no universitaria a la Comunidad Autónoma de Aragón, instamos al Gobierno de Aragón para que desarrolle los planes adecuados para garantizar la alfabetización y enseñanza de las respectivas lenguas propias dentro del sistema educativo general, incluida la educación de personas adultas.
Con carácter inmediato, en el horizonte del curso 1997-1998, es urgente modificar el Convenio con el Ministerio de Educación y Cultura para la enseñanza del catalán, en el sentido de que dicho convenio se adapte a la ley general de educación vigente y se extienda en paridad para la enseñanza de la lengua aragonesa, tal como contempla la Moción 5/96, aprobada por unanimidad de las Cortes de Aragón.
Igualmente, en el horizonte del curso escolar 1997-1998, en aquellos centros donde sea factible, pueden establecerse en la educación infantil grupos en los que, de forma voluntaria, se inicie la escolarización en lengua materna, dado que la alfabetización en la lengua materna desde los mismos inicios del aprendizaje educativo es estimada, unánimemente, por la doctrina científica como necesidad pedagógica ante el retraso que presentan los escolares que no son alfabetizados en su lengua propia.
La formación y capacitación del profesorado de las lenguas aragonesa y catalana es un objetivo prioritario para desarrollar los planes de enseñanza. Para ello, es imprescindible la presencia de las asignaturas de filología aragonesa, filología catalana y didáctica de ambas lenguas en las Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza.
El Gobierno de Aragón, una vez asumidas las competencias de educación no universitaria, creará en las comarcas donde se imparten las asignaturas de aragonés y catalán un órgano pedagógico que colabore en la formación permanente y especialización del profesorado y en la elaboración de proyectos y materiales educativos en los que, respetando la unidad de la lengua, se integren las características propias de las hablas locales.

6. Toponimia. Plan de señalizaciones

El reconocimiento legal de las lenguas minoritarias abarcará también la reglamentación de la toponimia tradicional, haciendo extensiva la cooficialidad a los topónimos de la Comunidad Autónoma y fijando los nombres oficiales de los territorios, las comarcas y los núcleos de población.
El reconocimiento legal establecerá la competencia de las administraciones locales en materia de denominación bilingüe de vías urbanas y de lugares o partidas del término municipal.
De conformidad con la Ley de Carreteras vigente en la Comunidad Autónoma, el Gobierno de Aragón desarrollará un Plan de señalizaciones bilingüe en las zonas de cada dominio lingüístico y establecerá un programa de ayudas a las Administraciones locales para la rotulación bilingüe de las vías urbanas, lugares o partidas municipales.
En todos los casos, la reglamentación de la normalización de la rotulación pública respetará las normas internacionales asumidas por el Estado español.

7. Apoyo a publicaciones, manifestaciones y medios de comunicación en las lenguas minoritarias. Apoyo a las asociaciones

El Gobierno de Aragón y las Administraciones públicas aragonesas protegerán, mediante planes de acción cultural específicos, las manifestaciones culturales y artísticas, la edición de libros, la producción audiovisual y, en general, las actividades que se realicen en aragonés y en catalán, con especial atención a las variantes locales y comarcales de ambas lenguas.
Las Administraciones públicas aragonesas cooperarán con las asociaciones e instituciones que tienen por objeto impulsar la defensa, promoción, protección, estudio e investigación y difusión de las lenguas minoritarias y de sus características locales, mediante el establecimiento de convenios o de líneas específicas de subvención.
Los medios de comunicación social tienen un papel importante en la normalización del uso de las lenguas minoritarias en Aragón, tanto en lo que respecta a la producción y difusión de espacios en aragonés y catalán, como a la concienciación de todos los aragoneses para que reconozcan como patrimonio cultural propio de toda la Comunidad Autónoma la diversidad lingüística.

8. Creación de un órgano administrativo encargado de la normalización lingüística

Establecimiento de un órgano administrativo encargado de la política lingüística, en un plazo no superior a seis meses.
Serán funciones de este órgano:
a) El impulso a la realización de estudios sociolingüísticos e investigaciones lingüísticas y sociales, de censos de hablantes actualizados y de un mapa lingüístico de Aragón.
b) La coordinación de las diferentes administraciones en las actuaciones de política lingüística propuestas en este Dictamen.
c) El seguimiento del Convenio con el Ministerio de Educación y Cultura y su desarrollo, hasta la culminación del proceso de transferencias en materia de enseñanza no universitaria.
d) La promoción de acciones pedagógicas dirigidas a la sociedad para tomar conciencia de las propias señas de identidad, puesto que ser pedagógicos en la idea de un Aragón plural en lo lingüístico debe conducir a prestigiar la lengua materna frente a actitudes de menosprecio. Asimismo, deberá incrementar la información lingüística en los territorios bilingües al objeto de fomentar la concienciación de los hablantes, que en definitiva serán los verdaderos artífices de la conservación y protección de las lenguas y modalidades lingüísticas encomendadas por el Estatuto de Autonomía de Aragón.
e) La relación de la Administración autónoma con la Institución Consultiva Oficial que se establezca, en su caso, para la lengua aragonesa y para la lengua catalana.

En el plazo de seis meses, el Gobierno de Aragón creará un unidad administrativa en la Diputación General de Aragón de traducción oficial aragonés-castellano y catalán-castellano, al objeto de facilitar que los aragoneses que lo deseen puedan dirigirse a su administración autónoma por escrito en cualquiera de las lenguas propias de Aragón y puedan ser contestados en ellas tal y como han regulado algunas administraciones locales.

Zaragoza, 7 de abril de 1997.

Los Diputados
MARTA CALVO PASCUAL
JOSE M.ª BECANA SANAHUJA
MANUEL ESCOLA HERNANDO
FELIX RUBIO FERRER
CHESUS BERNAL BERNAL


Voto particular que el G.P. Popular
plantea frente a los apartados III y IV del
Dictamen elaborado por la Comisión especial
de estudio sobre política lingüística en Aragón


A partir de la información y documentación aportada por los comparecientes en la Comisión especial de estudio sobre política lingüística en Aragón, el Grupo Parlamentario Popular ha llegado a las siguientes conclusiones sobre el estado de la cuestión:

1. RECONOCIMIENTO DE LA REALIDAD MULTILINGÜE DE ARAGON

En Aragón, como consecuencia de la diversidad humana que participó en su configuración histórica, se da la convivencia de tres sistemas lingüísticos:
el castellano o español, lengua oficial del Estado y lengua de uso general en la Comunidad Autónoma;
el catalán noroccidental, empleado en forma de variedades locales diversas como instrumento habitual de comunicación eminentemente oral en las zonas limítrofes con Cataluña, zona compacta constituida por la Ribagorza, La Litera, el Bajo Cinca y parte del Bajo Aragón zaragozano y turolense;
el conjunto de hablas altoaragonesas que, al no haberse codificado en un momento dado como una lengua que se haya utilizado en todas sus posibilidades de comunicación, al no nivelarse ni alcanzar una unidad a lo largo de su historia, se presenta con un alto grado de fragmentación, en su forma oral, en los valles pirenaicos, en zonas prepirenaicas, así como en otros puntos aislados del territorio altoragonés.
Ambas variedades lingüísticas minoritarias, que constituyen un elemento irrenunciable de nuestro patrimonio cultural, han de ser protegidas por la Administración, resultando necesaria una actuación decidida del Gobierno de Aragón que venga a desarrollar el artículo 7 del Estatuto de Autonomía, dada la especial situación en que se encuentran: en el caso del conjunto de hablas altoaragonesas, el número de hablantes es cada vez más reducido, se está produciendo un envejecimiento de los hablantes sin que las jóvenes generaciones incorporen su uso y están sufriendo un progresivo grado de castellanización; este riesgo de desaparición no amenaza al catalán de Aragón, que es trasmitido oralmente de padres a hijos, si bien se encuentra en una situación de diglosia funcional y corre el peligro de verse progresivamente catalanizado y, en cierta medida, castellanizado.
El único censo de hablantes de estas variedades lingüísticas minoritarias data de 1981. De acuerdo con él, el conjunto dialectal aragonés es hablado por comunidades que suman en total alrededor de 30.000 personas. Esta comunidad de hablantes lo mantiene en muy diversas situaciones y diferentes grados, pues existen algunos municipios en los que el 80-90% de la población lo conoce y utiliza, otras localidades en las que un pequeñísimo número de hablantes o conocedores del dialecto mantienen su pervivencia en un estado casi de latencia, y otros en los que se mantiene como un elemento puramente folclórico. De acuerdo con el mismo censo, el catalán de Aragón es hablado en el ámbito familiar y social por alrededor de 60.000 personas. No obstante, las últimas estimaciones sitúan la utilización de las hablas altoaragonesas por debajo de los 10.000 hablantes y del catalán de Aragón en torno a los 43.000.
Dado el tiempo transcurrido desde la realización de dicho censo, es urgente y necesaria la realización de un censo de hablantes y de un mapa lingüístico actualizados y fiables para ambos sistemas lingüísticos.
A pesar de las circunstancias expuestas que rodean su utilización, en los últimos años, con diferente intensidad y resultados, se está produciendo un creciente interés por su recuperación y dignificación, que está consiguiendo la concienciación de los hablantes y de una parte significativa de la población aragonesa.

2. DESARROLLO DEL ARTICULO 7 DEL ESTATUTO DE AUTONOMIA DE ARAGON

El Estatuto de Autonomía de Aragón, en su artículo 7, establece: «Las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón gozarán de protección. Se garantizará su enseñanza y el derecho de los hablantes en la forma que establezca una Ley de Cortes de Aragón para las zonas de utilización predominante de aquéllas».
En ese sentido, instamos al Gobierno de Aragón para que, antes del 31 de diciembre de 1998, presente ante las Cortes de Aragón un proyecto de ley en el que, conocidos los datos resultantes del Estudio sociolingüístico de las hablas pirenaicas que está realizando el Departamento de Lingüística General e Hispánica de la Universidad de Zaragoza, teniendo en cuenta el ya realizado para la zona oriental y, tras la realización, si fuese necesario, de una consulta generalizada a los hablantes, se reconozca la existencia junto al castellano del conjunto de hablas altoaragonesas y del catalán de Aragón como dos sistemas lingüísticos propios de la Comunidad autónoma, se delimiten las zonas de dominio y utilización predominante de éstos y se establezcan las medidas necesarias para garantizar su protección, su enseñanza y el derecho de los hablantes.
Dichas medidas deberán tender a garantizar:
el derecho de todos los aragoneses a utilizar su habla materna y a expresarse en ella tanto en la forma oral como escrita;
el derecho de los hablantes de las variedades lingüísticas minoritarias a recibir su enseñanza y a disponer de espacios de comunicación en dicha variedad;
la progresiva normalización del uso de los dos sistemas lingüísticos minoritarios en los territorios donde su uso ha sido tradicional e histórico.

3. ACCIONES DE CARACTER CULTURAL Y DE RECUPERACION DEL PATRIMONIO

Considerando la delicada situación en que se encuentran ambos sistemas lingüísticos minoritarios y las distintas, y muchas veces contrapuestas sensibilidades que el tratamiento de la cuestión lingüística despierta entre los propios hablantes, parece aconsejable dedicar un esfuerzo prioritario a acciones de carácter cultural y plantear las medidas legislativas con una gradación meditada en función de la voluntad de los propios hablantes, de forma que las acciones que se determinen sean medidas que todos los aragoneses encuentren razonables, no generen conflicto y fomenten la tolerancia en una Comunidad Autónoma que, por su propia configuración histórica, ha sido espacio de convivencia de razas, religiones y culturas diversas.
De esta forma, parece conveniente que desde el Gobierno de Aragón:
a) Se promueva la investigación y la realización de estudios fonográficos que describan las hablas locales y comarcales a nivel léxico, morfológico, fonético y sintáctico, con el fin de fijar sus rasgos diferenciadores y coincidentes y poder determinar el objeto de enseñanza/aprendizaje en cada localidad preservando las peculiaridades propias.
b) Se potencie la recuperación de textos en hablas vernáculas.
c) Se potencie las manifestaciones culturales y artísticas, publicaciones y producción de los medios de comunicación en dichas hablas, como medida que coadyuve a su dignificación y a garantizar el derecho de los hablantes a recibir información en estas hablas con contenido aragonés.
d) Se apoye económicamente, en la medida de las posibilidades presupuestarias, a las asociaciones e instituciones que tienen por objeto la promoción, protección, estudio, investigación y difusión de estas variedades lingüísticas.
e) Se informe y se forme correctamente a todos los aragoneses acerca de la realidad lingüística de Aragón y especialmente a los propios hablantes para que se conciencien de su riqueza cultural como patrimonio de toda la Comunidad.

4. ACCIONES DE CARACTER EDUCATIVO

En desarrollo del artículo 7 del Estatuto de Autonomía, el Gobierno de Aragón, de acuerdo con lo que establezca la Ley, deberá garantizar la enseñanza de las hablas altoaragonesas y del catalán de Aragón en las zonas de dominio de éstos, en horario lectivo, tanto en la Enseñanza Obligatoria como en los Planes de Educación de Adultos, con arreglo a los criterios de voluntariedad y respeto.
Resulta urgente la modificación del Convenio existente con el Ministerio de Educación y Cultura para la enseñanza del catalán de Aragón, en el sentido de que dichas enseñanzas se adapten a la LOGSE y se extienda en paridad para la enseñanza de las hablas pirenaicas, tal como contempla la Moción 5/96, aprobada por unanimidad de las Cortes de Aragón.
Asimismo, la formación y capacitación del profesorado en estos sistemas lingüísticos es un objetivo prioritario para desarrollar los planes de enseñanza. Para ello es imprescindible la presencia de las asignaturas de Filología Catalana, Aragonesa y sus respectivas didácticas en las Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza y de los centros universitarios de ella dependientes.
El Gobierno de Aragón, una vez asumidas las competencias en materia educativa no universitaria, deberá establecer un Diseño Curricular Base y crear en las comarcas donde se impartan dichas asignaturas un órgano pedagógico que coordine la elaboración de las programaciones, colabore en la formación permanente del profesorado y en la elaboración de proyectos y materiales educativos propios adaptables a cada una de las variedades locales. En todo caso, si se adoptase un panorama común para facilitar la enseñanza, velará por que la referencia de y al habla local sea permanente.

5. OTRAS MEDIDAS DE CONCIENCIACION Y DIGNIFICACION: TOPONIMIA Y PLAN DE SEÑALIZACIONES

El Gobierno de Aragón señalizará progresivamente los núcleos de población y carreteras circunscritas al ámbito de utilización predominante de las variedades lingüísticas minoritarias en castellano y en la variedad local, tan pronto como disponga del catálogo de topónimos etimológica e históricamente utilizados.
Asimismo, establecerá la competencia de la administración local para la doble denominación de vías urbanas, lugares y partidas de los términos municipales objeto del dominio lingüístico que establezca la propia Ley y establecerá un plan de ayudas a las administraciones locales que opten por dicha señalización.
En todos los casos se respetarán las normas internacionales asumidas por el Estado español.

6. AMPLIACION DE LOS MEDIOS ADMINISTRATIVOS EXISTENTES PARA EL DESARROLLO DE UNA POLITICA LINGÜISTICA ACORDE CON LAS NECESIDADES SOCIOLINGÜISTICAS DE LA COMUNIDAD AUTONOMA

A medida que las necesidades lo requieran, se dotará de un equipo suficiente de personas al Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón para que lleve adelante las acciones necesarias para el desarrollo del artículo 7 del Estatuto de Autonomía y de la Ley de Cortes que regule la política lingüística en la Comunidad Autónoma.

Zaragoza, 7 de abril de 1997.