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miércoles, 26 de septiembre de 2018

Lligassa, vensill

Aragonés : Ligarzo, ligarza. Atadura de la gavilla con la misma mies.


Lligassa a Beseit pot sé un NUGO, o un VENSILL.

El tío Pascual de Simforosa lligant el vencill.


El tío Pascual de Simforosa lligant el vencill.

DCVB:
VENCILL m. 
|| 1. Lligall fet d'un manoll de brins d'un cereal o d'espart, i a vegades de sarment, per a lligar les garbes quan seguen; cast. vencejo, tramojo. 
Es pràctica molt seguida la de lligar vencills als troncs, 
Serra Calend. folkl. 176. 
|| 2. Corretgeta que lliga el mantí amb el vergueró de la batolla (Puigcerdà).
    Var. form. 
dial.: vencí, vencís, vincell.

    Fon.: 
vənsíʎ (Valls, Reus); bənsíʎ (Rosselló, Conflent, Cerdanya, Ripollès, Solsona, Igualada, St. Martí SG, Sta. Col. de Q.); bensíʎ (Pont de S., Tremp, Urgell, Ll., Gandesa, Tortosa, Vinaròs, Morella, Val., Gandia); vensíʎ (Calasseit, Cast., Sueca, Alcoi, Pego, Sanet); benzíʎ (Llucena); bɛnsíʎ (Guardamar); bənsí (Ripollès, Empordà, Berguedà, Vic, Vallès); bənzí (Vilafr. del P.); vənsíј, vənsí (Mall.); vənsís (Mall., Men., Eiv.); binséʎ (Bonansa).

    Pl.: 
la forma normal és vencills, però de la forma dialectal vencís s'ha format un plural vencisos.

    Intens.: 
vencillet, vencillot, vencilló.

    Etim.: 
del llatí vg. *vincīcŭlum, VINCULO ‘lligam’ (derivat de vincire, ‘lligar’). La forma
ribagorçana 
vincell ve d'una forma llatina *vincĭcŭlum amb tònica breu (la mateixa que ha donat en cast. vencejo).


martes, 25 de septiembre de 2018

Pastell, pastellet, balda, baldeta, falleva, falleba, picaport,

Baldeta a Tamarite de Litera, balda,

pastell a Beseit, pastellet

pastell, finestró, porteta

Grupo aragonés : Tornet, Trabillo, Aldaba / Aldeba

pestillo (RAE)

//

PICAPORT

picaport, picaporte, es la polla
lo de casa meua es la polla

picaport, collóns, ous
y este es un picaport en dos collóns

falleba, porta

La falleba a una porta de dos fulles es la barreta que les ajunte, per dins.

DCVB : FALLEVA f. 

Barreta de ferro giratòria al voltant del seu eix, que va aplicada al bastiment d'una fulla de finestra o de porta i que es subjecta amb l'altra fulla per tancar en fort (occ., val., eiv.); cast. falleba.

Fon.: faʎéβa (Tamarit de la L., Aitona, Tortosa, Calasseit, Benassal, Morella, Llucena, Cast.); faʎéβɛ (Massalcoreig, Gandesa); faʎévɛ (Sueca); faʎéva (Cocentaina, Altea); faʎéɣa (Albaida, Al.); fəʎévə (Eiv.).
Etim.: de l'àrab ẖallaba ‘balda, baldilló’ (cf. Eguílaz Glos. 394) tal volta per via del cast. falleba. Cal donar per infundada l'opinió de Griera (BDC, xx, 159), segons la qual el cast. falleba vindria d'una forma ferrolleva.

//

Glosario Etimológico de Eguílaz: 

Falleba cast. y cat. De jallába, "aldaba, taravilla para puertas" en el P. Lerchundi.

jueves, 21 de junio de 2018

LA RECONQUISTA ARAGONESA, Agustín Ubieto Arteta

LA RECONQUISTA ARAGONESA, AGUSTÍN UBIETO ARTETA.

15.1. VICISITUDES DE LOS TERRITORIOS MUSULMANES DEL SUR.

Cuando en 1031 desaparece el último califa de Córdoba, al-Andalus
se nos muestra dividido en más de cien reinos de taifas, división que tiene lugar cuatro años antes de que nazca el reino de Aragón (1035). «Al formarse los reinos de taifas cristalizaba definitivamente el ansia de
individualismo de que habían hecho gala los musulmanes aragoneses
durante generaciones. Recuérdese, si no, a la familia de los Banu Qasi y
los intentos de los Tuyibíes hasta que Mundir ibn Yahya consiguió
independizarse y formar el reino de Zaragoza» (J. BOSCH).


Banu Qasi , Tuyibíes , Mundir ibn Yahya, Zaragoza


— La inestabilidad fronteriza fue una constante en el valle del Ebro
musulmán, de modo que los repartos sucesivos del reino Hudí acabaron
por debilitar la taifa sarakustí. Por otra parte, los musulmanes
zaragozanos financiaron y enriquecieron a los territorios cristianos del
norte, sobreviviendo, más de lo que cabía esperar de sus fuerzas reales,
merced al oro que entregaban a los reyes cristianos para comprarles la paz. Con el fruto de estos tributos, las parias, todos los reyes cristianos, los aragoneses entre ellos, pagaron los servicios militares y espirituales de nobles y clérigos, lo que originó una concentración de la tierra y, por tanto, del poder en sus manos, hecho que será importante para comprender la historia futura.


En la segunda mitad del siglo XI y primeros años del XII, se está
jugando el futuro del valle del Ebro. El valle del Ebro fue considerado por
todos los gobernantes cristianos como zona expansiva, de ahí que
lucharan entre sí y buscaran alianzas de conveniencia con los musulmanes sarakustanos. Las presiones más fuertes eran las de Castilla y Aragón-Pamplona. Alfonso VI no tomó Zaragoza para Castilla en 1086 porque la llegada de los almorávides y su victoria en Sagrajas (1086) frenó su avance al tener que ir a cortarles el paso, cambiando así el curso de la reconquista.



Al-Mustain II (1085-1110) se salvó, pues, de los castellanos y logró
también mantener su reino independiente de los almorávides, que habían
sometido bajo su «protectorado» al resto de al-Andalus, pero no pudo
evitar la pérdida de importantes poblaciones en la frontera con el reino de Aragón:
Estada (1087), Monzón (1089), Naval (1095), Huesca (1096),
Barbastro (1100), Tamarite (1104) y Ejea (1105-1106). Sarakusta estaba siendo cercada.

A al-Mustain II le sucedió su hijo Abd-al-Malik (1110), pero para
entonces los zaragozanos estaban divididos en dos bandos ante la
solución a adoptar, y uno de ellos llamó a los almorávides que, tras tomar la ciudad, terminaban con la dinastía hudí y con el último reino de taifas.

— Por otra parte, durante la desmembración del Emirato en el siglo
IX, la familia berberisca de los Beni Razin había logrado, como tantas
otras, independizar la antigua «cora» de Sahla respecto a Córdoba. Con
Abderrahmán III, Sahla (Albarracín) tuvo que volver a la unidad, pero
la familia Aben Razin subsistió para renacer con el reparto taifal (1031).

«Los Beni Razín... saldrán adelante y seguirán su marcha, al igual que los
Beni Hud de Zaragoza, y se mantendrán a flote, como islotes en un mar
revuelto, hasta el último momento en que los almorávides —verdadero
simún procedente del Sahara— acabarán con ellos». (J. BOSCH).

— En definitiva, la toma de Toledo (1085) por Alfonso VI movió al
rey de la taifa de Sevilla, al-Mutamid (1068-1091), a solicitar ayuda a los almorávides quienes, tras atravesar el Estrecho, vencieron en Sagrajas al rey castellano (1086).

Tiene lugar ahora un fanático proceso de «africanización» y centralización de los reinos de taifas que, uno a uno, van cayendo bajo su poder. Ante este hecho, el señorío constituido por el Cid en Valencia había servido de tapón ante los almorávides.

Sarakusta y Sahla tuvieron las espaldas cubiertas. Pero una vez muerto el Campeador (1099), Valencia no tardó en caer en manos de aquéllos
(1102). Todos los reinos de taifas peninsulares habían pasado a manos
almorávides excepto Sahla y Sarakusta, que ahora quedaban desamparados.
Y, efectivamente, Albarracín caía en 1104, mientras que Sarakusta lo
hacía en 1110.

No obstante, el dominio almorávide en el valle del Ebro estaba
sentenciado, asimismo. La toma por los reyes aragoneses de Ejea, AyerbeHuesca, Barbastro y Tamarite, como se ha indicado, suponía un jaque constante a Zaragoza y Lérida, independientemente de que el gobierno musulmán estuviera en manos taifales o almorávides.

En efecto, el reino moro de Zaragoza, una vez perdida su capital en
1118, se deshizo como la espuma. Los valles del Jalón, Jiloca, Huerva,
Martín, Guadalope y Matarraña, por el sur, y los bajos valles del Aragón,
Gállego y Cinca (menos Fraga), por el norte, cayeron entre 1118 y 1127, y aunque los almorávides recuperaron una gran parte al vencer a Alfonso I en Fraga (1134), está pérdida aragonesa será pasajera. De cualquier modo, Sarakusta permanecerá en manos aragonesas definitivamente, y Fraga y Lérida serán reconquistadas en 1149.

El Bajo Aragón almorávide estaba condenado al jaque-mate.
Este imperio almorávide, aglutinado por tribus berberiscas del norte
de Africa, alcanzó en la Península una vida efímera, desde 1086 hasta
1147; en el valle del Ebro, mucho menos. Sus sucesores, los almohades,
también oriundos del Magreb, les sustituirán entre 1147 y 1214, pero el
territorio aragonés se verá ya poco afectado por ellos, pues tan sólo
sometieron los reinos taifales almorávides del sur, este y sudeste, para
finalizar deshaciéndose, asimismo, en otras taifas, ahora almohades, tras
ser vencidos en las Navas de Tolosa (1212) por un ejército compuesto
por combatientes de todos los reinos cristianos peninsulares.

Las tierras musulmanas convertidas en aragonesas tan rápidamente se
vieron sumidas en una tarea múltiple: organizarse, repoblarse y asimilar a los musulmanes que quedaron en las ciudades reconquistadas, es decir, los «mudéjares», que van a representar un fundamental papel en el futuro de Aragón.

15.2. LA RECONQUISTA PROPIAMENTE ARAGONESA.

El particularismo montañés frente a los musulmanes no hubiera
cristalizado durante tres siglos y medio (del VIII a mediados del XI) sin
la doble ayuda franca y pamplonesa. Pues bien, Ramiro I (1035-1062) comenzó a sacudirse toda dependencia, aunque las ansias reconquistadoras aragonesas van a encontrar gran oposición por parte de pamplonesescastellanos, que también aspiraban a dominar y anexionarse las tierras musulmanas del Ebro, abiertas a cualquier ejército.

Ahora, desde mediados del siglo XI, sin la suma de una serie de
circunstancias favorables, Ramiro I y sus inmediatos sucesores no
hubieran podido sobrepasar, quizás, la línea fortificada por Sancho III el
Mayor. Gracias a esas circunstancias, Sancho Ramírez (1062-1094) y
Pedro I (1094-1104) se van a quedar con sus ejércitos a las puertas de
Tudela, Ejea, Zaragoza, Tamarite, Fraga y Lérida y, por vez primera,
serán capaces de reconquistar por las armas dos posiciones musulmanas
de relevante importancia: Huesca (1096) y Barbastro (1100). Había
comenzado la toma del llano que conduce a Zaragoza. ¿Cuáles son esas
circunstancias?

— En primer lugar, uno de los principales problemas de la dinastía
inaugurada por Ramiro I era el de su propia legitimidad. Pues, bien, su
hijo Sancho Ramírez, entre 1073 y 1074, puso al joven reino en manos
«de Dios y de San Pedro», es decir, de la Santa Sede, dirigida ahora por
Gregorio VII, vasallaje que sería confirmado por Urbano II en 1089 y
renovado en 1095, reinando ya Pedro I.

El Papa, con su acrecentada autoridad temporal y espiritual, se convirtió en instrumento legitimador de la nueva dinastía. Aragón, así auspiciado y amparado, entró a formar parte, por derecho propio, del concierto de los estados occidentales.


— Por otro lado, en 1076, el monarca pamplonés Sancho el de
Peñalén era asesinado y los pamploneses elegían como rey al aragonés
Sancho Ramírez, quien llegó a un acuerdo con Alfonso VI para repartirse el territorio navarro. Aragón se vio favorecido con la zona fronteriza con los musulmanes y con la montaña, aparte del denominado condado de Pamplona (que incluía la capital y Estella), por el que el rey aragonés se vio obligado a prestar vasallaje al castellano. Además de titularse «rey por la gracia de Dios de aragoneses y pamploneses», Sancho Ramírez dobló el territorio, lo que conllevaba una gran aportación en hombres y en recursos económicos.

— La fragmentación taifal de los musulmanes debilitó militarmente a
éstos, que ahora tendrán que comprar la paz con oro. El reino aragonés
participó de ese reparto y las iglesias románicas del Pirineo, por ejemplo, van a ser uno de los frutos tangibles del renacimiento económico que ahora tiene lugar.

— Aragón y la parte pamplonesa que le correspondió se convierten en
ruta obligada de los mercaderes que pusieron en contacto dos economías
bien distintas: la agraria del occidente europeo y la industrial de al-
Andalus. Pamplona y Canfranc-Jaca contaron, desde tiempos de Sancho III el Mayor, con un arancel aduanero bien revelador del importante comercio que controlaban.

— El afianzamiento, por último, de la ruta que penetraba por
Roncesvalles y Somport propició la europeización de Aragón. Se cambió el rito eclesiástico indígena, el mozárabe, por el romano; se abandonó la ininteligible letra visigótica por la Carolina, origen de la actual; se extendió por todo el Reino el arte románico; se romanizó la Iglesia y nuevas órdenes religiosas de origen europeo sustituyeron a las locales; comenzó, en fin, toda una serie de alianzas matrimoniales con casas importantes del otro lado del Pirineo que rendirán pronto sus frutos en forma de ayuda militar, política, humana y técnica para la guerra.

Todo cuanto llevamos dicho facilita, por un lado, la restauración
urbana —que se concretará en el resurgimiento de Jaca, ahora capital del reino —, así como la espiritual; y, por otra parte, va a permitir progresar en la reconquista de las tierras bajas, a pesar de la oposición del rey castellano y de los musulmanes sarakustíes.

El fuero otorgado a Jaca en 1076 servirá de modelo a muchas poblaciones cercanas al Camino de Santiago, tanto aragonesas como pamplonesas.

Hasta alcanzar los límites del Aragón actual, aún quedan casi ciento
cincuenta años de reconquista; aún quedan por incorporar otros muchos Aragones: el Aragón de la Tierra llana; el «regnum Caesaraugustanum»; la Extremadura aragonesa (asiento de las comunidades de CalatayudDaroca, Albarracín y Teruel); las tierras del llamado Bajo Aragónincluso un irredento Aragón de playas mediterráneas.

15.3. SIGNIFICADO DE LA OBRA DE ALFONSO I.

En 1035 nacía el reino cristiano de Aragón, en el norte; en 1039, el
reino de Sarakusta pasaba a manos de la dinastía Beni Hud, en el sur.
Mientras el primero luchaba por sobrevivir, el segundo atravesó un
momento esplendoroso. Luego, tras unos compases de equilibrio,
simbolizado, respectivamente, por la catedral de Jaca y por la Aljaferíaobras coetáneas, la tendencia se invierte.

Tras las toma armada de Huesca (1096) y Barbastro (1100), ahora se
plantea la posesión de las ciudades de la misma línea del Ebro, frente a
las que Sancho Ramírez y Pedro I todo lo más que pudieron hacer fue
instalar posiciones de vigilancia y hostigamiento, como había ocurrido
frente a Huesca con el famoso Pueyo de Sancho (hoy ermita de San
Jorge) y Montearagón. Así, frente a Tudela, habían fortificado Arguedas
(1084) y Milagro —«Miráculo, Mirador»— (1098); frente a Zaragoza, El
Castellar (1091) y Juslibol (1101); ante Fraga, Velilla de Cinca (1109); frente a Lérida, Almenar (1093). Pero ahí había quedado todo.

El reino que heredó Alfonso I (1104-1134) adolecía de poder militar
efectivo. Estaba bastante bien preparado para la defensa del Aragón
montañoso, pero no para acometer con éxito la reconquista del llano:
faltaban fuerzas de caballería para oponerse a la caballería musulmana;
carecía de efectivos humanos; no disponía de máquinas guerreras con las
que abatir los muros que rodeaban a las ciudades sarakustíes; la nobleza, en fin, no estaba especialmente interesada en la reconquista.

Alfonso I propició una táctica nueva: conceder privilegios y
exenciones ventajosas a quienes colaboraron con él en la reconquista del sur; crear cuerpos de caballería no nobiliaria, es decir, de villanos, incluso fundando una especie de orden militar en Belchite; fundamentar una nueva legislación jurídica distinta de los fueros de Jaca o de Sobrarbetotalmente desfasados ante las nuevas necesidades; convocar a los hombres del otro lado del Pirineo, en virtud de los lazos de amistad y parentesco que le unían con distintas casas condales francesas; adquirir en Francia ingenios bélicos para batir y asaltar murallas; conseguir del papa una «bula de cruzada» que atrajera hombres para tratar de incorporar Zaragoza, la auténtica llave del Ebro medio.

A pesar del intento almorávide de defender el «Regnum Caesaraugustanum» (de cuya capital se habían apoderado en 1110, deponiendo al último Beni Hud) y el actual Bajo Aragón, Alfonso I reconquistó las tierras cuyo perímetro delimitan Tamarite (1107), Ejea (1105-1106), Zaragoza (1118), Tudela (1119), Soria (1120), Calatayud (1120), Molina de Aragón (1128), Celia (1128), Morella (1117), Mequinenza (1133) y Fraga (1134). En menos de treinta años incorporó un territorio casi cuatro veces mayor que el heredado de su hermano Pedro I.

Muerto el Batallador tras su derrota en Fraga (1134) sin haber
llegado al mar, como deseaba —por la oposición del barcelonés Ramón
Berenguer III, que llegó incluso a pactar con el reyezuelo de Lérida
(1120)—, será precisamente por aquí por donde el contraataque
almorávide estuvo a punto de recuperar todo lo ganado por Alfonso I.

15.4. LA CRISIS POLÍTICA TRAS LA MUERTE DEL BATALLADOR.

La muerte de Alfonso I, aparte de las inmediatas pérdidas
territoriales, abrió una grave crisis de gobierno. La propia ciudad de
Zaragoza y todo el «Regnum Caesarugustanum» estuvieron en juego,
como en la época de Alfonso VI. ¿Serían para Castilla, para Navarra o
para Aragón?

Tiene lugar ahora un drama, cuyos actores principales son:
Alfonso VII de Castilla-León, García Ramírez de Navarra, Ramiro II el Monje de Aragón, el conde barcelonés Ramón Berenguer IV y las Órdenes Militares a las que Alfonso I había dejado como herederas del Reino.

Nadie, excepto las Ordenes Militares interesadas, acató tan singular
testamento. Navarra, que había estado unida a Aragón desde 1076, se
independizó con García Ramírez «el Restaurador»; Alfonso VII el
Emperador se apoderó de Zaragoza (1134-1136), donde fue recibido
como libertador, e incluso entregó al monarca navarro el «Regnum
Caesaraugustanum» en vasallaje; Ramiro II, hermano de Alfonso I,
abandonó el monasterio donde profesaba, a petición de los barones
aragoneses, para convertirse en rey y procurar una descendencia; el conde barcelonés Ramón Berenguer IV casó con la recién nacida hija de Ramiro II el Monje; las Ordenes Militares, muy a pesar suyo, accedieron al fin al incumplimiento del testamento que les era favorable, pero a cambio de determinados privilegios. El resultado de esta trama será múltiple, destacando, entre otros, los siguientes hechos:

— Navarra y Aragón no volverán a tener una monarquía común
hasta los Reyes Católicos. Su frontera, hasta mediados del siglo XIII, será conflictiva y movediza, aunque esta nueva Navarra se encontró ahora cercada por el sur, sin tierras que reconquistar.

— Como consecuencia de las alianzas y pactos del conflicto originado
en 1134, las tierras del «Regnum Caesaraugustanum», reconquistadas por el Batallador, seguirán dependiendo del rey de Aragón, ahora de manera definitiva.

— Las Ordenes Militares beneficiadas por el testamento de Alfonso I,
tras renunciar a él, se van a convertir en garantes y repobladoras del bajo Ebro y del Maestrazgo.

— Petronila, hija de Ramiro II, fue casada, cuando sólo tenía unos
meses, con el conde barcelonés Ramón Berenguer IV, (1137), dando
origen a lo que, andando el tiempo se conocerá como Corona de Aragóncuyos límites máximos estaban todavía por labrarse.

15.5. EL REINO DE ARAGÓN ALCANZA SUS LÍMITES MÁXIMOS.

Una vez solucionada la crisis, Ramón Berenguer IV, como mero
príncipe de Aragón, y los inmediatos sucesores de éste y de Petronila
— Alfonso II, Pedro II y Jaime I — van a completar la reconquista
propiamente aragonesa (diferenciada de la catalana, primero, y de la
valenciana, después), incluso con territorios que hoy no son aragoneses.

— Ramón Berenguer IV (1137-1162) reconquistó Chalamera (1141),
Alcolea, Ontiñena (1147), Fraga, Lérida y Mequinenza (1149), Híjar,
Albalate (1149), Huesa (1151), Alcañiz (1157), Monreal y Castellote,
entre otras plazas, organizando en el Bajo Aragón y en el curso del Jiloca una importante línea defensiva, al estilo de la levantada en su día por Sancho III el Mayor en el Prepirineo.

— Alfonso II (1162-1196), a quien su madre Petronila había
transmitido el título de rey de Aragón, reconquistó todo el valle del Ebro, con Nonaspe, Gandesa, Horta de San Juan, Valderrobres (1169) y la zona costera entre Tortosa y Vinaroz, con lo que lograba para Aragón la ansiada salida al mar. Por otra parte, apoyado en la línea fortificada por su padre, reconquistó una gran parte de tierras hoy turolenses, con Montalbán, Aliaga, Cantavieja, Mora y Teruel (1170).

— Pedro II (1196-1213), más atento a los intereses de la Corona de
Aragón en el sur de Francia, apenas si pudo recuperar para el reino de
Aragón algunas tierras al sur de Mora de Rubielos y la zona de Ademuz
(1210).


— Jaime I (1213-1276), por fin, recuperaba el resto del Maestrazgo,
en su vertiente mediterránea castellonense, antes de que se lanzara a la reconquista de lo que luego sería Reino de Valencia, independiente de Aragón.

— Por fin, el señorío independiente de Albarracín de los Azagras
navarros era incorporado en 1284.

Ahora bien, entre 1239 y 1300 (excepto un fragmento de Ribagorza, que se perdió casi con seguridad en el siglo XIX), una buena parte de las,
en esos momentos, tierras aragonesas, como se observa al considerar el
sistema jurídico y administrativo aragonés, pasaron a depender del
Principado de Barcelona y del Reino de Valencia, respectivamente. En
este proceso desmembrador territorial aragonés, en el que se incluye la
salida al mar, Jaime I, el más antiaragonés de los monarcas de la Corona
de Aragón, será el máximo exponente.

15.6. DESARROLLO DE LA CORONA DE ARAGÓN.

En 1137, el matrimonio de Petronila y Ramón Berenguer IV sentaba
las bases de lo que, andando el tiempo, se constituyó en Corona de
Aragón, aun cuando en aquel momento los territorios aliados ni siquiera
estaban unidos geográficamente, puesto que los separaban ambos
condados de Pallars, más el de Urgell y los almorávides de Lérida. El
concepto geográfico, político e institucional de la Corona de Aragón es el
doble fruto de la reconquista peninsular, de un lado, y de la expansión
mediterránea, por otro.

— La reconquista peninsular, a partir del siglo XII, es consecuencia
del equilibrio de fuerzas entre Castilla-Corona de Aragón y Castilla-
Portugal. Navarra, cuyo papel fue fundamental hasta mediados del siglo
XI, quedó ahora ahogada, como se ha indicado.

La frontera entre las Coronas de Castilla y de Aragón fue gestándose
poco a poco, merced a sucesivos tratados entre ambas — Tudilén (1151), Cazola (1179), Almizra (1244), Campillo (1304) y Monreal (1305), entre otros — y a la dinámica interna de cada Corona.

En la de Aragón, la nobleza aragonesa opuso resistencia a la expansión, en tanto que la catalana la apoyó.
Lo cierto es que en 1305, con la incorporación definitiva de la zona
de Villena-Alicante-Elche-Orihuela y la renuncia a la de Cartagena y mar Menor, había finalizado para la Corona de Aragón la reconquista
peninsular.

— La expansión mediterránea es consecuencia, entre otras causas, de
la finalización de la reconquista peninsular. El Mediterráneo será la espita
de escape tanto de una organización social secularmente guerrera como
de la necesidad de captar nuevos mercados para el comercio, fundamentalmente catalán. De ahí que, a finales del siglo XIII, las Coronas de Castilla y de Aragón pactarán, asimismo, como lo habían hecho para la Península, las respectivas zonas de influencia en el mar común. El tratado de Monteagudo (1291) será, en adelante, la base legal de la expansión catalano-aragonesa por el Mediterráneo.

— La Corona de Aragón, tan lentamente gestada, va a ser un amasijo
de entidades políticas muy diversas, incorporadas en fechas distintas y con alternativas territoriales, según las épocas, de forma que el mapa es cambiante. Algunas dependieron, incluso, de súbditos catalano-aragoneses en determinados momentos, pero no de la Corona, cual es el caso de los ducados de Atenas y Neopatria, en Grecia, fruto de las correrías de catalanes y aragoneses a comienzos del siglo XIV, los almogávares, y que no pasarían a depender de la Corona propiamente dicha hasta 1381.

Algunas de las entidades constitutivas de la Corona de Aragón eran
reinos: Aragón, Mallorca (independiente desde la muerte de su
reconquistador, Jaime I, hasta 1344), Valencia, Sicilia (entre 1282-1296 y 1409-1713), Cerdeña (entre 1322 y 1708), Córcega (cuya ocupación por parte de los reyes de Aragón fue más nominal que efectiva, y sólo en determinados momentos) y Nápoles (ocupado por Alfonso V en 1443integrado a la Corona hasta 1707).

El conglomerado resultante incluyó, asimismo, ducados (Atenas y Neopatria, dependientes de pleno derecho sólo entre 1381 y 1385), un marquesado (Provenza, aunque de forma muy intermitente), condados (Barcelona, Urgel, y Rosellón) y un señorío, el de Montpellier.

Cada una de estas entidades políticas tuvo, dentro de la Corona de Aragón, independencia administrativa, económica y jurídica. Les unía a todas la misma cabeza en calidad de rey, duque, marqués, conde y señor a la vez.

BIBLIOGRAFIA:

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Historia de Albarracín y su Sierra. III, Teruel, 1959.

BALAGUER SANCHEZ, F., «Noticias históricas sobre Ramiro el Monje
antes de su exaltación al trono» EEMCA, I (1945), 327-333; «Notas
documentales sobre el reinado de Ramiro II» EEMCA, III (1947-48), 29-54; «La 'Chronica Adefonsi Imperatoris' y la elevación de Ramiro II al trono aragonés. EEMCA, 17(1956), 7-40.

BOSCH, J., «El reino de taifas de Zaragoza. Algunos aspectos de la cultura
árabe en el valle del Ebro» CHJZ, 10-11 (1960), 7-67; Historia de Albarracín y su Sierra. II: Albarracín musulmán. Teruel, 1959.

CABESTANY FORT, J. F., «Alfons el Cast», en Els primers comtesreis.
Barcelona, 1963, 53-99.

BUESA CONDE, D., El rey Sancho Ramírez. Zaragoza, 1978.

DURAN GUDIOL, A., De la Marca Superior de al-Andalus al reino de
Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, Huesca, 1975; Ramiro I de Aragón, Zaragoza,
1978.

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Almorávides. (Nuevas aportaciones)». EEMCA, VII (1962), 12-17.

LACARRA, J. M., «Zaragoza musulmana», en Historia de Zaragoza.
Zaragoza, 1976; Aragón en el pasado. Col. «Austral», 1435. Espasa Calpe, Madrid, 1972; «Dos tratados de paz y alianza entre Sancho el de Peñalén y Moctádir de Zaragoza, 1069-1073». Homenaje a Johannes Vincke, I, Madrid (1962-63), 121-134; «La reconquista y repoblación del valle del Ebro», en La reconquista española y la repoblación del país. Zaragoza, 1951; Alfonso el Batallador. Zaragoza, 1978; Colonización, parias y repoblación y otros estudios.
Zaragoza, 1981; «Alfonso II el Casto, rey de Aragón y conde de Barcelona». VII
Congreso de Historia de la Corona de Aragón, I (1962), 95-120.

LARREA, A., «La autonomía de Aragón y la familia Banu Casi». CHJZ, 29-30 (1976-1977), 79-96.

SCHRAMM, P. E., «Ramón Berenguer IV», en Els primers comtesreis
Barcelona, 1963, 9-51.

TURK, A., El Reino de Zaragoza, en el siglo XI de Cristo (V de la Hégira).
Madrid, 1978.

UBIETO ARTETA, Agustín, Historia de Aragón en la Edad Media.
Bibliografía para su estudio. Anubar, Zaragoza 1980; Cómo se formó Aragón I:
Comentarios; II: Diapositivas. «Materiales para la clase», 2. ICE, Zaragoza, 1982.

UBIETO ARTETA, Antonio, Historia de Aragón. La formación territorial.
Anubar, Zaragoza, 1981; La formación de la Corona de Aragón D.G.A.,
Zaragoza, 1987; Colección diplomática de Pedro I de Aragón y Navarra.
Zaragoza, 1951; «Navarra-Aragón y la idea imperial de Alfonso VII de Castilla».
EEMCA, VI (1956), 41-82.

VIGUERA, M.J. Aragón musulmán. Col. «Aragón», 50 Libr. General,
Zaragoza, 1981; «La corte tuyibí de Zaragoza en el Diwan de Ibn Darray». Actas
del IV Coloquio Hispano-tunecino, Madrid (1983), 243-251.

Las tierras del Valle del Ebro, por las que avanzaba la conquista cristiana desde los enclaves pirenaicos y de Pamplona, formaron la Marca Superior de Al-Andalus a partir del año 713. Durante más o menos cuatro siglos, y en el área geográfica desde La Rioja y Ribera del Ebro hasta el Cinca (La parte Occidental de la Marca) se produjeron sintonizados sucesos políticos narrados en este libro, que, por aproximación, se titula Aragón musulmán.


Bloque 3. Historia de Aragón I , Miguel Ángel Pallarés Jiménez


Vamos a abordar la evolución histórica de nuestra comunidad autónoma, desde los tiempos previos a la romanización hasta los últimos momentos de Aragón como reino. Diferentes culturas y civilizaciones han dejado su impronta en el suelo que pisamos, y de todo ello somos herederos los aragoneses actuales. Los pueblos prerromanos de raíz indoeuropea, ibérica y vascona experimentaron el contacto, pacífico en ocasiones y conflictivo en otras, con una realidad, la romana, que se impondría en el ámbito mediterráneo. Roma impuso su ley y su cultura en un proceso en el que también recibió influencias. Tras el establecimiento visigodo, la imposición en gran parte del territorio aragonés del Islam (suministrador de un notable legado), encontró resistencia en las montañas pirenaicas.

Ahí se gestó el reino de Aragón, dotado de leyes e instituciones propias, que creció hacia el Sur y se consolidó tras la unión dinástica con la casa condal de Barcelona, adquiriendo una nueva dimensión como cabecera de la Corona de Aragón, muy influyente en la política mediterránea de la baja Edad Media.
La incorporación de Aragón a otro proyecto de mayor envergadura, la monarquía hispánica que forjó un imperio mundial durante la Edad Moderna, significó para el reino una progresiva pérdida de identidad al no poder afrontar los retos que planteaba esa nueva situación.
Recursos en red

También puede ser de interés el libro de Agustín Ubieto Leyendas para una historia paralela del Aragón medieval (Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1998-2010), que se encuentra en libre acceso en http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/30/14/_ebook.pdf



La conquista del reyno de Nápoles, con todas las cosas que Gonçalo de Fernandes ha fecho despues que partió de España. Estudio y edición de una crónica anónima de 1505

La conquista del reyno de Nápoles, con todas las cosas que Gonçalo de Fernandes ha fecho despues que partió de España. Estudio y edición de una crónica anónima de 1505

Viaje a San Sebastián de un joven de la aristocracia madrileña y un baturro de Tauste

Viaje a San Sebastián de un joven de la aristocracia madrileña y un baturro de Tauste, Pablo Peguero y Miguel Ángel

La imprenta de los incunables de Zaragoza y el comercio internacional del libro a finales del siglo XV

La imprenta de los incunables de Zaragoza y el comercio internacional del libro a finales del siglo XV.

Apocas de la receptoría de la inquisición en la zona nororiental de Aragón (1487-1492), con algunas otras noticias de interés sobre dicho tribunal en este reino.

Apuntes de Historia y Cultura de Aragón I

Bardenas

domingo, 17 de junio de 2018

Vall de Roures

Vall de Roures, Valderrobles, Valderrobres, Vall-de-Roures

Crec que esteu mol atontats, acatalanisats, miréu l'origen de la paraula roure, lemosín, dialecte del occitan, tamé podeu vore rove y rore (a Beseit se díe Valdarrores).


Rore « chêne blanc », XVe s. Alpes-Maritimes. La forme avec –r- qui se trouve dispersée dans le Midi existe également  en catalan: roure.
Voir aussi roire et roveVoir  l’article qui approfondit  les différentes dénominations des chênes en occitan :
 

Cassanus, robur, quercus, carra /carrasca/.
N’oubliez pas de visiter les pages écrites par Josiane Ubaud consacrées aux noms occitans du chêne.
Rouiredo « chênaie ». Languedocien d’après   Mistral est un dérivé de roire.

Com se díe y encara u diu algú a Beseit lo poble ?
Valdarrores , en una L, Val da rores.

entrada a Valderrobres, blang y negre, todocolección, costa del muro




  • ròure? : rove, rore  / Valderrobres, Teruel , 

(1694) Chesne, altération, d’après fresne, frêne, de l’ancien français chasne (1160)chaisne (1177-88), du latin populaire casnus (508), emprunté au gaulois *cassanos (d’où l’occitan cassanh, le franco-provençal tsâno, l’occitan casse. Formation avec suffixe différent en aragonais avec caixicocaixigo, en espagnol avec quejigo (« chêne faginé »).L’étymologie du gaulois *cassanos est incertaine ; son origine est peut-être préceltique.
  1. On aurait un radical *cax-inus (→ voir fraxinus et Cacunus) pour casnuset *cax-icus pour quejigo, caixigo.
  2. D’après Ascoli, ce *cassanus représente, en gaulois, le grec κάστανον,kástanon (« châtaigne ») dérivé de κάστονkáston (« bois »).
  3. D’après Diez, il provient du latin quercinus devenu *quercnus
L’s qui est dans casnus, la plus ancienne forme, écarte l’étymologie celtique par tann, (« chêne »), qui, prononcé \chann\, → voir tsâno aurait donné chêne ; mais il n’est pas impossible que le celtique ait agi pour s’assimiler le mot originairement latin et pour lui donner la forme singulière qu’il a prise.
Cachigo en aragonés , y variantes.

Comentari al grupo :

Pues que ese tío es pancuzo perdido (y además destila odio por una lengua que pudo ser traída ya por sefardíes cuando el pueblo estaba bajo dominación árabe) y además, su catalán es pésimo ... "Roure" es una palabra claramente valenciana y robada por los catalanes a pesar de que en esta última lengua tienen la genuina forma "pènol" (y por tanto, deberían decir "Vall de Pènols"). Un "iaio" es un invento de laboratorio que suena a rebuzno, algo que no me extraña ya que los pancuzos suelen pegar en sus coches un borricolón (deberían decir "avi" y no "iaaaaaaiooooooo"); y suelta un "este", como en valenciano o como valencianismo en el castellano (debería de decir "aquest"); y luego suelta un "complejo" (¿no debería ser "compleix") ... Para nombrar finalmente a un renegado antivalenciano como Raimon, que nunca o casi nunca cantó en su lengua sino en la de su vecino invasor del Norte, incluso en pleno franquismo desde los años 60  y fomentada por uno de sus lugartenientes falangistas más importantes, además de borracho, pederasta y demás como era Joan Fuster (recordar la hornada de cantantes en catalán de "La nova cançó"). Y blablabla ...

Pretenden destilar un antiespañolismo y un anticastellanismo feroz cuando en realidad, lo que destilan es antisemitismo.

Por cierto, verdad es que "quien pierde su origen, pierde su identidad" ... Por eso, quien deja de hablar chapurreat para pasarse al dialecto "terralliurano", deja de ser aragonés para ser catalán: Goebbels también lo tenía claro ("Si habla alemán, es alemán" .... parafraseando a Prat de la Riba o Companys, que fueron maestros de aquel: "Si hablas catalán, eres catalán").



Cuan veiga escrit Barchinona, lo, los, e, pus, affers, oy, carrech, etc, yo escriuré Vallderoures, sense guións. Al texto de aquí baix, de 1410, ix. Ademés, al idioma que parláe y escribíe lo rey Martín, la reyna de Castilla, Castiella o Castella li díe "lengua aragones".

Despachóse en seguida a Raimundo Xatmar para que fuese a recibir al rey de Navarra, y se acordó escribir a dicho rey, al gobernador de Rosellon y Cerdaña, a los cónsules y al castellano de Perpiñan, a los oficiales reales y jurados de Gerona, y generalmente a todos y cualesquier oficiales del principado de Cataluña, sobre lo que se encargaba a dicho Xatmar en sus instrucciones (1). Acordóse escribir también a los embajadores en Aragón para que procurasen apaciguar los bandos de Pedro Galceran de Pinos y Pedro de Gurrea. Leyóse después la carta que sigue de los embajadores enviados a Valencia.

(1): Véanse en la sesión del día 10.

Núm. 44. Tom. 15. fol. 375.

Als molt reverents egregis nobles e honorables senyors los del parlament general del principat de Catalunya. - Molt reverents egregis nobles e honorables senyors. Per bon començament dels fets de nostra benaventurada missatgeria decontinent com som stats a la ciutat de Tortosa per raho del carrech quens havets donat en nostres instruccions o capitols en lo nom de nostre Senyor Deu nos
som curats
de certificar e avisar al mills que havem poscut axi ab los procuradors de la dita ciutat com ab altres persones dignes de fe de la disposicio e estament de convalescencia e sanitat de aquestes fronteres e partides. E primerament trobam que en la dita ciutat ha a present convinent temps: be es ver segons havem per relacio dels dits procuradors que encara no es quitia del tot de epidemies ans ni moren alguns en poch nombre daquells specialment qui hi tornen oy venen daltres parts. E mes havem trobat que en la vila de Maella e en Vallderoures ha mal temps de epidemies e en la vila de Gandesa han regnat per algun temps pero eshi molt remediat: es ver que encara ni moren alguns. En terra Dorta ha alguns lochs quin son quitis e altres no: axi que bonament nos pot dir que en les dites fronteres e partides haja perfeccio de sanitat o almenys aquest temps pestilencial hi sia passat axi com seria necessari. Apres molt reverents egregis nobles e honorables senyors tenints nostre cami a Trayguera e aci a la vila de Sent Matheu hon ha covinent temps som stats notablement e be receptats per lo reverent frare Romeu de Corvera maestre de Muntesa ab lo qual per esser avisats dels affers daquest regne havem haut daquen colloqui e rahonament: e trobam que los tres braços daquest regne no son en un loch justats ne disposts per via de parlament general ans par sien divisen e scampats en diverses parts axi que per lurs discordies no podem dir que lurs affers sien en lestament ques debia (o dehia) com partim daqui ans presumim segons los sentiments que havem que ab gran affany e treball los porem ajustar e unir majorment axi per lo mal temps que es en la ciutat de Valencia e en altres lochs circunvehins com en altra manera. Daço que per avant sabrem e farem vos certificarem Deu volent per nostres letres pus clarament. Nosaltres partim daci decontinent tenint nostra via e cami en la dita ciutat de Valencia per fer exequir e estrenyer los affers segons la manera per vosaltres senyors ordonada: e farem estrem de potencia ab aquells millors engins expedients e maneres que puxam sobre lur concordia e unitat en tal forma que los affers de nostra missatgeria prenguen Deus mijançant aquella pus breu conclusio e bona fi ques pertany. Placia a nostre Senyor Deu que per la sua acostumada clemencia nos hi vulla en tal manera illuminar e endreçar que sia lahor e gloria sua e be avenir de la corona reyal Darago de la cosa publica e servey e honor del principat de Catalunya. E conserveus la santa Deytat molt reverents egregis nobles e honorables senyors per lonch temps al seu sant servey. Scrita en la vila de Sent Matheu lo primer dia de deembre del any MCCCC deu. - Vostres missatgers en regne de Valencia prests a vostres manaments.  

miércoles, 25 de octubre de 2017

Safarech


SAFAREIG (i dial. safreig). m. 

çaffareig, safarech, safareig, safaretx, pila, artesa, alberca, estanque, aigua, riu, sénia, séquia, depósito,


|| 1. Dipòsit artificial, fet de parets de pedra o de ciment, per a contenir l'aigua procedent d'un riu, sèquia, sènia, pou, etc., destinada a regar (Ross., Vallespir, Urgell, Camp de Tarr., Ribera d'Ebre, País Valencià, Bal.); cast. alberca, estanqueAvia-y una fontanella petita la qual decorria en un çaffareigPere Pasqual, Obres, i, 47. Pot encara... fer forns..., e pous, e çafaregs, e cènies, Cost. Tort. VI, iv, 11. Lo qual és prop del safareig major,Codi Çagarriga 119. Que naguna persona no gos traura aygua del çafareyg qui és dins lo loch de Fullola, doc. a. 1385 (BABL, xii, 191). Llançaua mel qui era molt blanca e clara e daua en un safareig qui era fet de calcedònies, Tirant, c. 48. Feyen sa torniola devers el safretxGalmés Flor 15. 


|| 2. Dipòsit quadrangular, fet de parets d'obra, dins el qual es posa l'aigua per a rentar la roba (or., Pallars, Ll., Gandesa, Maestrat); cast. pila. Rentant sa roba en el safaretxRuyra Pinya, i, 156. Els blanqueigs y safretxos, mitj enteulats, mitj al aire lliure, Pons Auca 246. a) per ext., Mena de pastera de fusta per a rentar-hi la roba (Pont de S.); cast. artesa. 

|| 3. Dipòsit de pedra obrat en terra, per a recollir-hi l'oli procedent de la premsa de tafona (Mall.); cast. pila, depósito. Convé per la obra de la iglésia fer alguns safareis, com aquest que s'és fet en la plassa de la present vila... per replegar algun oli qui va perdut de las síquies de ses tafones quant fan oli, doc. a. 1610 (Hist. Sóller, ii, 233). Carrega les 30 pipes de oli... a boca de saferexdoc. a. 1764 (BSAL, xxii, 144). 


|| 4. Safareig de llanes: establiment per a descruar, rentar i blanquejar les llanes. 
|| 5. Dipòsit fet de parets de ciment, dins el qual trepitgen el raïm (Xàtiva). 
|| 6. fig. Conjunt de crits i soroll desordenat (Penedès); cast. barullo, rebumbio. «Quin safareig hi ha aquí!»
|| 7. fig. Conjunt de coses desordenades (Escrig-Ll. Dicc.). 
|| 8. fig. «Qualquiera cosa de comer, cruda o guisada, que por averla manoseado u bazucado queda como machacada y hace mal ver, se dice qu'està feta un safareig un safuny» (Ros Dicc. 208).

    Fon.: səfəɾέʧ (Puigcerdà, Empordà); safaɾéʧ (Pont de S., Pobla de S., Ll., Mequinensa, Gandesa, Tortosa, Amposta, Vistabella, Cast., Val., Xàtiva, Alzira, Benissa, Sanet); səfəɾə́ʧ (Mall., Eiv.); səfɾέʧ (Ross., Bagà, Martorell, Igualada, Sta. Col. de Q., Camp de Tarr., Maó); safɾéʧ (Urgell, Vinaròs); səfɾə́ʧ (Mall., Ciutadella).

    Intens.:—a) Augm.: safaretjàs, safaretjarro.—b) Dim.: safaretget, safaretgeu, safaretgí, safaretgiu, safaretjó.—c) Pejor.: safaretjot.
    Var. form.: 
tafreig (Vallespir). De l'aygua del tafreig feyen llur element,Caseponce Man. 50.
 

   Etim.: de l'àrab ṣaharij