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sábado, 14 de octubre de 2017

Aguaviva, Teruel, Mezquín, Aragón

https://lavolteta.wordpress.com/2012/02/06/evolteto-fogg-recorre-la-cuenca-del-bergantes-aguaviva-zorita-ortells-y-palanques/  

Aguaviva, una pequeña incursión en Terruel

Un poco tristes por no poder entrar en la ermita de la Balma, continuamos nuestro camino hacia el norte, siguiendo el cauce del río Bergantes hasta llegar a la población turolense de Aguaviva. Es un trayecto muy interesante, especialmente en su primer tramo cuando la carretera se acerca más al río (bastante caudaloso en esta zona), y discurre por una garganta. Poco a poco el paisaje se hace más seco y menos arbolado al entrar en la provincia de Teruel.

Aguaviva es un curioso pueblo con su propia lengua, una mezcla de aragonés, castellano y valenciano: el chapurriau, lo llaman por estas tierras. //Refuerza el origen del chapurriau como mezcla de lenguas//

Lo más destacado de la población es su Iglesia Parroquial de San Lorenzo, una gigantesca mole en el centro de la población; construida en el siglo XVII es de estilo manierista-barroco con tres naves, cabecera poligonal y torre campanario. También es curioso el conjunto formado por el ayuntamiento y la plaza, junto a la Iglesia; y sus dos ermitas la de San Gregorio (barroco del siglo XVIII) y la de Santa Bárbara renacentista del Siglo XVII. Quedan algunas casas señoriales de estilo renacentista aragonés, como la Casa Mir en la calle Larga.

Iglesia Parroquial de San Lorenzo en Aguaviva
La Iglesia Parroquial, el edificio más notable de Aguaviva
De los alrededores caba citar el puente Cananillas del siglo XVII, el molino harinero y la nevera. El entorno natural, especialmente el cercano río Bergantes, es de gran belleza y, en verano, un lugar ideal para hacer excursiones y contemplar la flora y la fauna, pero en esta época del año es poco apetecible.


 Zorita del Maestrazgo

Por la misma carretera regresamos a la provincia de Castellón y visitamos la población de Zorita. El pueblo está en un pequeño cerro por lo que, tras abandonar la carretera, ascendemos por calles irregulares aparcando en las eras.  A lo lejos podemos ver la ermita de la Balma suspendida sobre la montaña.
La estructura del pueblo nos hace adivinar que la villa estaba amurallada, de hecho podemos ver enclavado en una casa (Casa Peralta-el Castell) los restos de un torreón defensivo del siglo XIV. Los edificios más destacados son la Iglesia de la Virgen de la Asunción (siglo XVIII) y el ayuntamiento.
Casa Peralta o el Castell en Zorita del Maestrazgo
El torreón (XIV) de la casa Peralta es un vestigio de la muralla
La Iglesia, como las del resto de las poblaciones de la comarca, es un edificio enorme desproporcionado y sobrio, una mole gigantesca que parece caída del cielo en medio del resto de las casas. La cúpula muestra los típicos azulejos azules brillantes. Su portada es renacentista herreriana sin adornos ni alardes, elegante, y frente a ella se abre una plazoleta, un lujo en este entramado de calles estrechas y empinadas, adornada por los restos de una campana.
Iglesia Parroquial de la Virgen de la Asunción Zorita del Maestrazgo
La Iglesia aparece como una gigantesca mole caída del cielo
Hay junto a la Iglesia un bar-restaurante-centro social donde aprovechamos para almorzar unos magníficos bocadillos de tortilla de jamón tamaño familiar. Tras reponer fuerzas paseamos por Zorita, un pueblo encantador, precioso, con casas de piedra muy bien arregladas, de las que sobresalen los balcones de madera y los trabajados aleros.
Zorita del Maestrazgo
Casas de piedra con balcones y aleros de madera
De todos los edificios merece especial mención el ayuntamiento, construcción de piedra con un pequeño porche al que se accede por un airoso arco de medio punto. En él podemos contemplar, a izquierda del arco, el escudo de la ciudad esculpido en piedra en el año 1889.
Ayuntamiento de Zorita del Maestrazgo
El ayuntamiento aparece como un coqueto palacete

Palanques

Abandonamos Zorita y regresamos a la CV-14, a pocos kilómetros un desvío a la derecha nos llevará al pueblo de Palanques tras atravesar un largo puente sobre el cauce del Bergantes. Palanques es un pequeño pueblecito que parece desparramado por la falda de una montaña. Subimos por sus estrechas calles y dejamos el coche en la plaza del ayuntamiento, un coqueto edificio del siglo XVIII con un porche y arcadas.
Vista de Palanques
El pueblo ascendiendo por la ladera de la montaña
En la parte alta de la población se encuentra la Iglesia Parroquial, destacan en ella el airoso campanario y la portada barroca. A la derecha de la fachada principal, tras atravesar un pequeño arco, se abre un bonito jardín que ocupa la parte trasera del templo. Además en la pared lateral podemos ver la antigua portada gótica (un sobrio arco de medio punto con grandes dovelas). Desde la Iglesia  podemos seguir un sendero donde se indica el camino para llegar a las pinturas rupestres. Siguiendo las indicaciones llegamos a un precioso mirador desde el que se contempla todo el valle del Bergantes y la población de Zorita.
Iglesia Parroquial de Palanques
La Iglesia queda en la parte alta de la población
Seguimos ascendiendo hasta el camposanto que corona la colina, el sendero hacia las pinturas pasa junto a su tapia, una vez coronada la montaña (donde de nuevo tenemos unas preciosas vistas del valle) descendemos por la vertiente contraria al pueblo. Entre pinos y un penetrante olor a romero y tomillo llegamos a unos abrigos rocosos donde contemplar los restos de la pinturas tras una reja. Como siempre que hemos intentado contemplar arte rupestre, la búsqueda y el entorno siempre han superado a las propias pinturas, de las que quedan escasos restos, son curiosas escenas de caza que podemos reconocer por los paneles explicativos que les acompañan.
Vista de Zorita desde Palanques
Contemplamos el valle del Bergantes con Zorita al fondo
Tras visitar la Balma quedamos con la reflexión sobre la gran importancia que los abrigos rocosos tienen en la cultura de toda la zona. En ellos pintaron los prehistóricos, no sabemos si con fines mágicos o como mera forma de expresión, pero también es en estos abrigos donde aparecieron milagrosamente figuras de vírgenes y donde lenvantamos templos que cuelgan sobre acantilados, como el de la Balma. El abrigo rocoso es un escondite que la naturaleza nos ofrece para defendernos de la naturaleza misma, pero un refugio frágil.
Pintura rupestre de Palanques
Se pueden contemplar curiosas escenas de caza

Ortells

Seguimos hacia el sur, dirección Morella y llegamos a la población de Ortells, una pedanía morellana. El pueblo está muy arreglado en la zona baja con casas de piedra usadas en vacaciones. La mayoría son de piedra y han tratado de conservar el aspecto general del pueblo. El centro de la población es la plaza mayor en la que se encuentra el imponente edificio del Palacio de los Brusa del siglo XV. Un enorme caserón con aspecto de invulnerable fortaleza, cuyas ventanas parecen puestas al azar y se protegen con fuertes rejas de hierro. Frente a él un edificio, centro social, con arcadas, cierra la plaza.
Palacio de los Brusa en Ortells
El palacio de los Brusa parece una invulnerable fortaleza
El otro gran edificio de la población es la Iglesia Parroquial de San Blas y Santa Magdalena, con muros de piedra lisos y una portada barroca añadida, el campanario cuadrado está rematado en punta y tiene reloj. Alrededor de la Iglesia hay una zona con casas casi abandonadas y balcones destartalados pero de encanto decadente, casi de pueblo abandonado.
Casa vieja en Ortells
Casas con encanto decadente, de pueblo abandonado
Tiene fama Ortells de una excelente gastronomía, de hecho es habitual que gentes de la provincia realicen excursiones los fines de semana para comer allí. Sus platos más conocidos son la coqueta de panoli y, para el duro invierno, la Olla de Ortells un chute de calorías contra el frío. Sin embargo nosotros decidimos comer en Forcall, nuestra siguiente parada.

domingo, 16 de diciembre de 2018

traducciones, verdaderas obras maestras de caligrafía y adorno

Las traducciones, verdaderas obras maestras de caligrafía y adorno, forman 20 volúmenes de 500 páginas cada uno "próximamente" /aprox,/, y contienen todas las lenguas greco-latinas de Europa ..

Las lenguas de España. (El Siglo Futuro, 1879)

Las lenguas de España. (El Siglo Futuro, 1879)




Y a la wikitroles trobém :

https://es.wikipedia.org/wiki/Idiomas_de_Espa%C3%B1a

Mapa cronológico que muestra la evolución territorial de los idiomas de España.
Mapa cronológico que muestra la evolución territorial de los idiomas de España.


JA JA JA ! Quí l'ha fet este GIF animat, Arturet Quintaneta ?

Arturet Quintaneta Font

O lo seu discípul Ignacio Sorolla Amela ?

Ignacio Sorolla Amela



Fundado por Cándido Nocedal (1821-1885), aparece el 19 de marzo de 1875 con el subtítulo “diario católico”, cuando la tercera guerra carlista (1872-1876) está en un momento enconado, pero no defenderá claramente esta causa hasta 1879, manteniendo una exacerbada polémica en el seno del carlismo con La Fe (1876-1891), de Antonio Juan de Vildósola (1829-1893) y Vicente de la Hoz y Liniers (1841-1886), y el “colaboracionista” El Fénix (1879-1884), de Alejandro Pidal y Mon (1846-1913), que acabará años después en el cisma entre sus filas. Nocedal fue en este tiempo jefe de prensa y representante en Madrid del pretendiente Carlos María de Borbón (1848-1909) –Carlos VII–, pero el órgano oficial del carlismo lo ostentaba el diario El Correo catalán, que a partir de 1876 había fundado Luis María Llauder (1837-1902).


El Siglo futuro no aparecerá los días festivos, tendrá una larga vida que alcanza los 61 años, será de gran formato, que variará en el tiempo, así como las imprentas en la que será estampado, y pasará de ser compuesto de cuatro a cinco columnas. Con editoriales y artículos doctrinales, políticos y religiosos y noticias nacionales y extranjeras, muchas de ellas recogidas de otros periódicos, como especie de revista de prensa, y otras procedentes de telegramas de la agencia Fabra. Contaba también con una sección oficial, otra religiosa, gacetillas y mientras duró la guerra carlista una propia sobre noticias de la misma. Al principio publicará un folletín de carácter religioso y moralista. Visualmente se caracterizará por circunscribir su primera plana con una gran orla negra, y el espacio para los anuncios comerciales, que habían sido escasos al principio, irá aumentando con los años, incluyendo las esquelas.

Entre sus primeros y principales redactores y colaboradores estuvieron Leandro Ángel Herrero, Gabino Tejado, Francisco Navarro Villoslada, Manuel Tamayo y Baus, Francisco Mateos Gago, Juan Manuel Ortí y Lara, Zacarías Metola y José Fernández Montaña.

Nocedal entablará una batalla doctrinal no sólo con los periódicos ya citados de su mismo carácter ideológico sino con los propios obispos españoles a los que tachará de veleidades liberales, y mientras que Pidal y Mon y su nuevo partido Unión Católica (1879) terminará engrosando las filas del canovista Partido Conservador, ocupando su ala más a la derecha, La Fe será desautorizada en 1881 por el pretendiente don Carlos. 

A la muerte de Nocedal y después de un breve “directorio” carlista integrado por varios generales, Francisco Navarro Villoslada será nombrado jefe de Comunión Tradicionalista y su jefe de prensa, a la vez que el hijo de don Cándido –Ramón Nocedal Romea (1842-1907)– tomará las riendas del diario y lejos de ir hacia un encuentro con sus correligionarios, radicalizará su ideología antiliberal llegando al enfrentamiento directo y personal con Carlos VII, y junto a otros 23 periódicos de la misma naturaleza publicará el Manifiesto de la Prensa Tradicionalista, siendo acusado por el mismo pretendiente de “rebelde y excitador de la rebeldía” a su causa, decretando su expulsión del Partido Tradicionalista. Fruto de esta escisión, en 1889, nace el Partido Integrista, del que El Siglo futuro será su órgano central de prensa.

El diario integrista ocupará pues, a través de su furibundo antiliberalismo neocatólico, la extrema derecha política española y seguirá atacando a sus irreconciliables periódicos enemigos dentro de las propias filas ultramontanas y a los mismos prelados españoles de la Restauración, a través de su máxima de que el liberalismo era “pecado”.

Tras el fallecimiento de Ramón Nocedal, en 1907, y el del pretendiente Carlos VII, en 1909, asume la jefatura del Partido Integrista Juan de Olozábal Ramery (1863-1937), a quien se le transfiere la propiedad de El Siglo futuro, que había iniciado una segunda época y numeración dos años antes y que seguidamente estampará junto a su cabecera un estampa del Sagrado Corazón de Jesús. Será nombrado director del diario Manuel Senante Martínez (1873-1959), y entre sus principales redactores y colaboradores de entre siglos destacaron Cristóbal Botella, Manuel Sánchez Asensio, Manuel Sánchez Cuesta (con el seudónimo Mirabal), Antonio María Sanz Cerrada (Fray Junípero), Juan Marín del Campo (Chafarote) y como editorialista, Emilio Ruiz Muñoz. Jenaro Fernández Yáñez será su redactor-jefe, siendo sustituido después por Jaime Maestro.

Si durante la primera guerra mundial se había declarado germanófilo, la proclamación de la II República Española, en abril de 1931, será obviada en su primera plana. Desde su militancia ultracatólica, su credo siguió siendo de un furibundo fundamentalismo antiliberal, el más reaccionario, fanático e intransigente del neocatolicismo, siendo tildado de “cavernícola”. Con una tirada escasa, en torno a los 5.000 ejemplares, y una circulación por suscripción, según Seoane, fue el clásico diario de los curas rurales mesetarios.


Coincidiendo con la muerte del heredero Jaime de Borbón (1870-1931) y la asunción de la jefatura de la causa legitimista por parte de su tío Alfonso Carlos (1849-1936), de carácter más integrista, a finales de 1931 se producirá la reconciliación entre Comunión Tradicionalista Carlista y el Partido Integrista, pasando El Siglo futuro a ser órgano oficial del movimiento tras la reunificación, momento en el que su director –Juan de Olózabal– forma también parte activa en la fundación de Acción Nacional.

En mayo de 1933, Olózabal entrega gratuitamente la propiedad del periódico a Sociedad Editorial Tradicionalista, de la que es presidente el conde de Rodezno, Tomás Domínguez Arévalo (1882-1952). El cuatro de noviembre de ese año cambia su subtítulo “diario católico tradicionalista” por el lema: “Dios, patria, rey”, coincidiendo con un número dedicado al “centenario” carlista, y formalizando una alianza política con Renovación Española (TYRE). Un año después el integrista Manuel Fal Conde (1894-1975), quien ya había participado en la sanjurjada de 1932 y después participará en los preparativos del golpe de julio de 1936, toma la jefatura del movimiento carlista y sellará una alianza con Falange y las JAP, estableciendo relaciones con el fascismo italiano.

El diario había pasado a ser compuesto a siete columnas y había aumentado hasta las seis páginas. Durante varios años había llegado a editar un almanaque y a sacar diferentes ediciones. Había introducido en sus paginas la información sobre las cotizaciones de la bolsa y los deportes, la crítica teatral y la literaria, y ya en la década de 1920 había empezado a incluir la fotografía y las viñetas de actualidad, aunque al principio modestamente, y coincidiendo con un número especial, el 22 de abril 1935 comenzará a insertarlas profusamente, empezando con una de gran formato en su primera página, al tiempo que cambia radicalmente su diseño, haciéndolo más gráfico y atractivo, y aumentando sus páginas hasta las 32.

Ya a partir de los años veinte se había hecho evidente también su obsesión apocalíptica de que los males de España eran fruto de la alianza entre la masonería, el judaísmo y el comunismo internacionales, así que aplaudirá la política antisemítica del nazismo, aunque no estuviera de acuerdo con la teoría de la superioridad de la raza aria en Europa. Editó su último número el 18 de julio de 1936, y con la sublevación militar sus talleres fueron confiscados por la CNT, de los que saldrá el periódico Castilla libre.