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sábado, 4 de diciembre de 2021

DVA, Borao, M

MACELO d. Rastro: Ducange, aunque sin apoyarse en citas aragonesas, incluye esa voz y las de macelator, macellanus, macellare, macellarius &: en italiano se usan macellajo y macellaro como carnicero, macello como matanza y carnicería, macellare como degollar. (masacrar)

MACERAR. n. Sobar o apretar la masa de que se hace el pan.

MACERO. c. Pertiguero, oficio de las iglesias.

MACHO LLANO. n. Cabrío castrado.

MADERA. n. Se usa en la frase tener mala madera para indicar el estado accidental de debilidad orgánica o nerviosa, o de displicencia y flojedad en el ánimo.

MADERISTA. a. Maderero.

MADRAZA. d. Madrona.

MADRILLA. a. Boga, pez de río.

MADRILLERA. a. Instrumento para pescar madrillas.

MAESTRE RACIONAL. a. Ministro real que tenía la razón de la hacienda en cada reino.

MAESTRO RACIONAL. a. Maestre racional o contador mayor.

MAIGAR. d. Entrecavar.

MAINATILLO. n. Apodo con que la gente vulgar denuesta a los jóvenes de regular fortuna clase o apariencia: es derivación corrupta de magnate. (magnatillo)

MAJO. n. Lujoso, elegante, bien puesto de traje. En Castilla se refiere principalmente al desgarro o libertad de maneras. (maja, majo : bonico : bonito)

MAL. n. Cuidado, zozobra: suele decirse en algunas localidades no te dé mal por no te dé cuidado. - n. Se usa en la frase por mal que se cuide, por mal que se divierta y otras, como reduplicativa causal o en equivalencia de la palabra causa.

MALAGAÑA, a. Industria para sentar los enjambres que salen de las colmenas.

MALA-VOZ. Opinión judicial contra la propiedad, o posesión, libertad de los bienes, sobre lo cual puede leerse entre otros pasajes, el libro VII de los ff. título de praescriptionibus.

MALBUSCA. d. Mujer inquieta, sagaz y astuta.

MALFARÁS. n. Se dice del muchacho travieso o mal intencionado.

MALMETER. c. Malbaratar, gastar, echar a perder. (malmetre, malmetut)

MAL-TRABAJA. n. Haragán, perezoso para el trabajo.

MALVAR. n. Adulterar, amerar o empeorar las condiciones de algún objeto, especialmente comestible. - n. Malearse o empezar a contraer malos hábitos alguna persona. En sentido muy semejante, pero no igual, vemos que toma aquel vocablo la Academia.

MALLACÁN. n. Capa de terreno de las más superficiales, que se compone de grava y sales calizas.

MAMIA. n. Véase teticiega. (Cabra, ovella que no done lleit. Mamitis)

MANÁ. n. Grajea.

MANANTÍA. n. Manantial.

MANANTIAR. n. Brotar agua, ya de manantial, ya de alguna filtración.

MANCID. n. Prestación sobre el pescado, según Ducange.

MANCUSO. n. Moneda de oro que valía sex septem sueldos de Zaragoza, aunque Briz Martínez dice que 17 o 49.

MANCHA. d. Fuelle. (Pera unflá les rodes)

MANCHADOR. d. El que mueve los fuelles.

MANCHAR. d. Manejar o dar aire a los fuelles.

MANCHOSO. n. Se dice de lo que, por su color bajo o delicado o por cualquiera otra causa, recibe con facilidad, o por mejor decir no oculta la suciedad ni las manchas.

MANDADA. n. Mandadera, o recaudera como en lo antiguo y en el siglo de oro se decía.

MANDADO. n. En la frase bien mandado, que también hemos oído en Castilla, significa obediente.

MANDRIA. n. Haragán, hombre egoísta: en Castilla cobarde, y en el lenguaje de la Germanía tonto.

MANDURRIA. n. Bandurria.

MANEFICIOS. n. Útiles, aparejos etc.: dícese maneficios de cocina, bestias de labor con sus maneficios.

MANGARRA. n. Persona negligente, perezosa y poco activa.

MANIFACERO. p. Entremetido.

MANIFESTACIÓN. a. Uno de los cuatro procesos forales, que consiste en avocar al tribunal del Justicia, y modernamente a la Audiencia, la persona y proceso de quien se halla preso por el juez incompetente o eclesiástico, hasta que, examinado el punto, se ponía en libertad al preso o se le entregaba a quien tuviese derecho de juzgarle.

MANIFESTAR. a. Poner en libertad por despacho del Justicia a los que la pidieron para ser juzgados.

MANTA. n. La prenda que completa el traje del pueblo, cubriendo todo el cuerpo a manera de capa: viene a ser una tira ancha de grueso tejido, la cual tiene doblada por igual y cosida la tira de uno de los extremos formando una bolsa.

MANTELL. n. Ropa rozagante según el Índice de Blancas.

MANTORNAR. d. Binar o dar segunda labor ala tierra después del barbecho.

MANTUDO (pollo) n. Persona muy sensible al frío, o que busca con frecuencia el abrigo.

MANZANA DE DAMA. a. Acerola.

MANZANILLA DE PASTOR. n. Planta.

MAÑANADA. n. Principio de la mañana.

MAÑO. n. Hermano, expresión cariñosa y familiar aplicada algunas veces a los amigos íntimos. (ma maña : man germana : mi hermana)

MARAVEDÍ. a. El tributo que de siete en siete años pagaban al rey los aragoneses cuya hacienda valiese diez maravedís de oro o siete sueldos, que era su valor en tiempo de Jaime el Conquistador.

MARCELINA. n. Macerina o servicio de chocolate, comúnmente de plata, que consiste en una bandejita a la cual va adherido un pocillo destinado a contener la jícara que es de la misma especie, pero pieza aparte.

MARCIDA. n. Se dice de la oliva fermentada: es voz local. (Marsida, oliva maurada, se fa ficanla a la serena en pell de taronja o llimó).

MARCO. n. El armado de madera en que se acondiciona y prensa el turrón de almendra. - n. La cantidad de turrón que se elabora en cada marco.

MARDANO. d. Morueco que se deja para padre. (Mardá, borrego, mascle de ovella)

MÁRFEGA. a. Jergón de tela tosca.

MARGIN. n. Margen. (Marge, marche a Valjunquera, La Fresneda)

MARGUIN. n. Margen de ríos o heredades: es femenino, y se ve usado en las Ordinaciones de Zaragoza.

MARI. n. Palabra que se antepone a otras muchas para denotar frecuencia en alguna cosa: dícese de uno mari-prisas, mari-enredos, mari-apuros, como si se dijera el hombre de las prisas, el hombre de los enredos, el hombre de los apuros.

MARINO. n. Pescador, ant.

MARIQUILLA. n. Márfega, voz local.

MARÍTIMA. n. "...lo que non podemos sino en Cathalunya cerca la maritima” dijo Pedro IV licenciando a las Cortes en 24 de octubre de 1347.

MARMOTEAR. n. Murmurar para sí a media voz, refunfuñar.

MARRAGA. c. Tela basta de estopa y pelo de cabra. Blancas dice que, a la muerte de D. Juan hijo de Fernando el Católico, vistieron los caballeros por luto marraga negra, que antes en Castilla era de gerga blanca llamada marga.

MARRANO. n. Cerdo. - n. Hombre zafio, abrutado.
MARREGA. a. Marga, jergón. (márfega)

MARRILLO. p. Palo corto y algo grueso.

MARTÍN-PASEO. d. Fritada.

MARZEAR. n. Se usa en la frase proverbial "si marzo no marzea, abril acantalea", y se entiende por marcear reinar vientos fuertes y fríos.

MAS. d. Casa de campo en secano. (Masía). -n. Tan, como se ve en las muchas y muy vulgares locuciones parecidas a esta: ¡qué pan más blanco! - n. Ni más ni mangas, expresión de asentimiento, pero tomada generalmente en sentido contrario.

MASA. a. Casa de labranza con sus tierras y aperos. (Masá) n. plata en masa, plata en bruto o sin labrar, no licuada o derretida que es la acepción castellana.

MASADA. p. Masía: también se usa la palabra Masadero por el colono o vecino de la masada. - n. Lo que se amasa de una vez.

MASAR. c. Amasar.

MASCARA. d. Tizne.

MASCARAR. d. Tiznar.

MASCARÓN. n. Tizne o mancha, generalmente en la cara. - n. Dibujo informe o mal ejecutado. - n. Persona ridículamente ataviada. - n. mascarón de proa, persona de facciones exageradas.

MASERO. n. Lienzo en que se acomodan los panes para llevarlos a cocer.

MASETA. n. Engrudo o pasteta para pegar cuerpos de fácil adherencia.

MASÍA. a. Cortijo, masada o casa de labor: por su etimología griega significa tierra vallada o cercada.

MASOBERO. d. El que vive en cortijo. (masové, masovera, masovés, masoveres)

MASTIQUE. n. Plaste.

MASTO. a. El árbol donde se injiere otro.

MASTRANZO NEVADO. n. Menta silvestre, planta.

MASTUERZO. n. Majadero, persona inútil o muy negada.

MATA DE PELO. d. Crencha.

MATACABRA. d. Granizo menudo y frío que cae en el invierno.

MATACÁN. n. Cierta clase de liebres muy corredoras, las que se distinguen por su menor volumen y por una como estrella que llevan en la frente.

MATACÍA, a. Muerte o matanza de animales para el consumo.

MATA-GALLEGOS. n. Arsolla, planta.

MATA-POLLO. n. Planta.

MATAPUERCO. n. Mondongo del cerdo, esto es, los embuchados que de él se hacen, como longaniza, morcilla etc. - n. La operación o faena del mondongo.

MATERIAS. n. Papel pautado: la Academia incluye esa voz como anticuada en significación de muestra que se da a los niños para que imiten la forma de la letra.


MAYENCO. d. Deshielo de nieve en primavera.

MAYORDOMBRE. a. Prohombre, veedor o maestro que preside un gremio.

MAYORDOMBRÍA, a. Oficio de prohombre.

MAYORDOMO. n. En Zaragoza cada uno de los tres jueces que ejercían jurisdicción mercantil en el palacio de la diputación después del medio día (M. Molino).

MAZA. c. Pértiga.

MAZACOTE. n. Se dice de cualquiera objeto de arte no bien concluido y en que se ha procurado más la solidez que la elegancia y ligereza.

MAZADA. n. Pensamiento o solución sin réplica que comúnmente no brilla por su ingenuosidad sino por su exactitud, y que suele proceder de persona taciturna o no muy locuaz, y así se dice: fulano tiene unas mazadas.

MAZARRÓN. n. El que defraudaba al fisco dejando de pagar el peaje u otro derecho de pasaje: así se infiere de los actos de Cortes en que se definía y penaba ese delito "é tomábanle por mazarrones sino pagaban" "non sia avido por mazarron mas se sea tenido pagar el dicho peage."- n. La misma pena en que incurrían los defraudadores, que era la pérdida de lo que transportaban y aun todas las cosas en que se cometía el fraude como caballerías, barcas etc. “las ditas penas et mazarrones sian divididos et divididas segund se siguen" esto es, por cuartas partes entre el Sr. del territorio, el aprensor, el fisco y los funcionarios públicos.

MAZO. n. Badajo.

MAZONERO. n. Albañil.

MAZORRIL. n. Mazorral.

MEADINA. n. Meada.

MEA-PERROS. n. Planta.

MEDIA. n. Medida de granos equivalente a la fanega aragonesa: en Castilla equivale a media fanega.

MEDIANIL. n. Tabique que divide dos casas o habitaciones o departamentos: también se dice de las tapias divisorias de huertos y heredades.

MEDIAR. n. Dividir por mitad: léese en las leyes palatinas de Jaime II de Mallorca.

MEDIERO. a. El que va a medias en la administración de tierras o cría de ganados.

MEDITAR. n. Recrear el ánimo, principalmente en la caza según Ducange, el cual incluye también la voz meditación.

MEJANA. d. Isla de río.

MELÓN DE AGUA. p. Sandía.

MELSA. a. Bazo. - n. Flema, calma, poltronería.

MEMORIA. p. Se dice caer o dormir de memoria para denotar que en posición supina o boca arriba.

MENSA. n. Algunos escritores usan esta palabra como sinónima de prepositura, pero dando a esta diferente valor que la Academia.

MENSURÁTICO. n. Género de tributo que también se llamaba mensuraje.

MENUCELES. a. Los frutos de poca monta que se percibían del diezmo, para distinguirlos de los granos aceite y vino: llamábaseles también minucias.

MENUCIER. n. Repartidor de las viandas para la mesa del rey.

MENUDILLO. a. Moyuelo, salvado menudo.

MERA. n. Marca para el ganado.

MERENDOLA. n. Merendona.

MERMAR. c. Disminuirse alguna sustancia al calor.

MERZINA. n. Homicidio, según documento de Jaime I, citado por Ducange.

MESA. n. Se dice mesa de sastre por aquella en que falta accidentalmente el pan, como en Castilla se dice mesa gallega.

MESACHE, MESACHA. n. Muchacho, muchacha; mozo, moza.

MESEGUERÍA. n. Derecho que se pagaba por el paso de ganados trashumantes junto a los sembrados, según se inclinan a creerlo los ilustrados aa. de las Instituciones de Derecho aragonés, SS. Franco y Guillén. - n. Oficio del meseguero.

MESEGUERO. a. El que guarda las viñas. (Meseguer)

MESNADEROS. n. Nobles de segunda clase educados en el palacio real, según Zurita en Indices rerum ab Aragoniae Regibus gestarum (Zaragoza 1578) libro I pág. 52.

MESTURA. a. Trigo mezclado con centeno. (mixto, mezcla, mixtura)

MIAJAS. n. La cantidad con que contribuye cada hermano para los gastos de la cofradía.

MIAJERO. n. Puchero pequeño.

MICER. n. Título de alguna distinción que se dio un tiempo a los letrados.

MICERO. n. Entremetido, persona que se pone en lo que no le importa: algunos derivan de la anterior esta palabra.

MIDA. p. Medida.

MIELSA. d. Melsa.

MIL EN GRANA. n. Planta.

MILOCHA. p. Cometa. - n. Apodo contra la persona demasiado alta y delgada.

MIMO. n. Músico, según la interpretación de Ducange a las leyes palatinas de Jaime I de Mallorca.

MINCHAR. n. Comer. (Minchá, minjá).

MINGLANA. n. Granada: es voz local y corresponde a mingrana, castellano antiguo. (mangrana)

MINGLANERA. n. Granado. (mangrané, mangranera)

MIÑÓN. n. Individuo de una compañía que también se titulaba de fusileros de Aragón y tenía por objeto la persecución de malhechores y todo lo que hoy forma el instituto de la Guardia civil: fue creada en 1768 y disuelta en 1843, siendo diferente esta fuerza de la que con igual nombre y parecido objeto se menciona en el Diccionario de la lengua, así como no le conviene la etimología que da Monlau a la palabra miñón derivándola de minuo minus, idea de pequeñez. (Mignon francés ??)

MIOJA. n. Migaja, miga. (Miaja)

MIRALLO. n. Balcón, reja o celosía.

MIRAMAR. n. Mirador, solana, azotea, sobre todo en las casas de campo. (Mallorca)

MISA. n. Se usa en la frase proverbial como misa de réquiem con órgano (lo cual nunca sucede en Aragón) para denotar la impropiedad, improcedencia o falta de gusto en una cosa.

MITADENCO. d. Trigo mezclado con centeno: se ve usado también en documentos de Navarra. - n. Se dice del censo que se paga mitad en una clase de frutas mitad en otra.

MOCAR. n. Sonar (sonarse la nariz; mocás). La Academia admite los conderivados moquero y mocador. (Mocá, mocadó; yo me moco, te moques, se moque, mos moquem o mocam, tos moquéu o macáu, se moquen)

MOCETE, MOCETA. n. Muchacho de cuatro a ocho o diez años: dícese también moced para el masculino y es usual en Navarra. (mosset, mossets, mosso, mossos, mossa, mosses, mossetes)

MODOSO. n. Se aplica a la persona de moderación y templanza en sus acciones y palabras.

MOJIJO. n. Salsa. (Para mojar pan)

MOLADA. d. Cantidad de aceituna que se deshace de una vez. (Mola; Muela; moler)

MOLEDERA. n. Se dice de la persona pesada, importuna o gárrula.

MOLINADA. n. La cantidad de trigo que se muele de una vez para el consumo en tiempo dado, y así se dice en las Ordinaciones del Hospital de Zaragoza "las molinadas de trigo de cada semana"- n. El abasto de trigo que se hace para el consumo anual de una familia, o el contrato equivalente que se hace con el tahonero para que surta de pan durante el año.

MOLTURA. a. Maquila o grano dado en precio al molinero, o medida de maquilar.

MOLLA. d. Musgo moho. (La molla del pá: la miga; molles de carn : grasa, michelín)

MOLLAR. n. En sentido de hito o mojón lo hemos visto en una escritura de narración de límites entre Vera y Tarazona, año 1245, con estas palabras "e mando alli fincar mollar. (molló; fita)

MOMO. d. Fisgón.

MOMOS. n. Gestos o visajes con que se hace burla de alguno.

MOMERO. d. Fisgón.

MONA. n. Juego de naipes que consiste en repartir toda la baraja entre un número ilimitado de jugadores, descartarse estos de sus parejas, tomar cada uno sucesivamente del de su izquierda un naipe cubierto para ver si reúne pares al descarte, y cuando queda una sola carta (pareja de otra que sin ser vista de nadie se ha quitado de la baraja al empezar el juego), el que la tiene resulta mona y paga lo convenido - n. Maza, en sentido de colgajo que se prende a los vestidos en Carnestolendas: es curioso de notar que maza y mona se dice, según la Academia, por dos personas que suelen andar juntas. - n. mona de pascua, suele decirse corrido, y otras veces alegre, como la mona de pascua a semejanza, en el primer caso, de la frase hecho una mona que admite la Academia.

MONCAÍNO. n. Lo derivado de la cordillera del Moncayo, como el viento, etc.

MONDA. n. Mondadura, desperdicio o piel de cualquiera fruta, legumbres etc.

MONEDA JAQUESA. a. La que se labró en Jaca y juraron los reyes mantener, la cual tenía el busto del rey y una cruz patriarcal: en general se dice de toda moneda aragonesa que es imaginaria.

MONEDAJE. a. Servicio de 12 dineros por libra jaquesa (cerca de un 4 por ciento) impuesto sobre los bienes muebles y raíces por Pedro II.

MONFORTERA. n. Cada uno de los palos o cestillas que, descansando en los rillos, sirven para contener vertical y paralelamente las dos paredes de los tapiales.

MONIS. a. Masa de huevos y azúcar.

MONITORIO. n. Provisión que expiden los tribunales para hacer cumplir sus decretos contra la resistencia de los jueces o particulares eclesiásticos; en Castilla monitoria es despacho que se obtiene del juzgado eclesiástico para obligar a comparecer a alguno.


MONTAMIENTO. n. Valor, precio, estimación; y así se dice “no he percibido montamiento de un alfiler”: esa significación da la Academia a la palabra monta. (Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando)

MONTÓN (A). n. Mucho, en gran cantidad, por ejemplo llueve a montón, lo quiere a montón. La Academia incluye a montones por abundante, excesivamente.

MOÑACO, d. Muñeco. (nina, nines, ninot, ninots)

MORA DE ZARZA. n. El fruto apiñado que da la zarza silvestre. (Zarzamora, mora)

MORABATÍN. n. Moneda usada antiguamente en Aragón. Para prueba de la variadísima lección que tienen algunas voces en los documentos antiguos, y de la dificultad de fijar a veces la verdadera, citaremos las que trae Ducange de esta palabra en su Glossarium: son marabatinus, marabetinus, marabitinus, marabocinus, marabotinus, marabutinus, marabuntinus, marapetinus, maravedinus, marbatinus, marbotinus, marmotinus, maurabotinus, mirabutinus, morabatinus, morabedis, morabetinus, morbotinus y morobatinus. (maravedí, maravedís, maravedíes, etc.)

MORADURA. n. Lividez que queda en la epidermis a consecuencia de alguna contusión o golpe. (El cardenal Omella sufrió bastantes de niño jugando en Queretes)

MORAVETINO. n. La misma moneda antes definida y por otro nombre llamada maravedí alfonsino.

MORCACHO. d. Mestura: en Castilla morcajo.

MORCAL. n. Intestino de carnero, vaca o cerdo, en el cual se ponen los embuchados de morcilla, longaniza etc.

MORCAS. d. Heces del aceite.

MORGAÑO. n. Ratón campesino muy hocicudo que suele mamar de las ovejas causándoles la muerte: su carácter venenoso ha dado origen al proverbio si te pica el morgaño prevén el escaño. (ve preparando; escaño : féretro; furigañ ??)

MORGÓN. d. Mugrón de vid. (mugró, mugróns: pezón, pezones)

MORGONAR. d. Tender los sarmientos para que arraiguen.

MORO. n. El médico Francisco del Rosal dice “que el aragonés llama moros por denuesto a los que descienden de moros, así como en Castilla se llama judíos a los que descienden de ellos, y en Andalucía moriscos a los unos y conversos a los otros.” (Algunos reyes de Aragón, Jaime I, llamaban príncipe de los moros a reyes de Jaén, Córdoba, Berbería, etc.)

MORQUERA. d. Tomillo. (timó; vore farigola y farigolero al dicsionari lleidatà-català)

MORRERAS. n. Manchas o erupción alrededor de los labios. (morro, morros; morreres)

MORRO. n. Enfado, berrinche.

MORROCOTUDO. n. Grande, formidable, temible: se usa, y sólo vulgarmente, con algunos sustantivos, como en las frases, hay cuatro leguas morrocotudas, es un capital morrocotudo, es un juego morrocotudo etc.

MORRUDO. n. Aficionado a los manjares exquisitos, práctico en gustarlos, el que se apercibe pronto de su buen o mal condimento: es voz familiar. - n. Se aplica al que está enfadado, o, como se dice metafóricamente, con hocico. (morrut, morruda)

MORTAJAR. n. Amortajar. (mortaja; mortalla; mort; muerte)

MORTIJUELO. d. Párvulo muerto. (Casi com un albadet, albaet)

MORÚGULA. d. Criadilla de tierra. (seta morchella; morúgola)

MOSARRICO. n. Hipócrita, taimado: voz local.

MOSEN. a. Título o tratamiento equivalente a Don, que antes se daba a los nobles y hoy a los clérigos. Abreviación enfónica árabe de mi señor. (mon seigneur, messieur, monseñor; mio çid, cid, cide, said, zayt, sire, sir, Herr, signore, senyor, senior etc.)

MOSIGÓN. n. Se dice familiarmente del niño arisco y torpe, que no obedece por falta de actividad y comprensión.

MOSTACILLA. n. Abalorio menudo para bordar.

MOTACÉN. a. Almotacén o fiel de pesos y medidas.
(GLOS: Almotacén, almutaceb (en el Fuero de Madrid) cast., almotacé val., almotacel port., almutacen, almotaçaf, almotazaf, almutazaf cast. Fiel de pesos y medidas, sinónimo de alamín en P. de Alcalá. De almohtasib, "proefectus annonae", juez de policía, encargado especialmente de la represión de los delitos, etc. V. Almacarí, I, 134, y Quatremère, Hist. des sult. maml.. I, 114, n. (Almostaf, mostaçaf etc. En los doc. Corona de Aragón)
Almotalaf cast. y val., almotalafe, almotalefe, mostalaf, motalefe, mudalafe cast., almotalaj val., almostalaf b. lat. (ap. Ducange, Glos., y Flórez, Esp. Sagr., XLII, 294). Fiel de la seda. Según Dozy, de mostáhlaf y con el art. almostáhlaf, "jurado", part. pas. de la 10.a forma del verbo hálafa, "jurar". Almotazaf ant. V. almotacen.)

MOTILAR. c. Cortar el pelo.

MOZLEMES. n. Moros, según un documento latino en que Briz traduce mozlesmes.

MUDÉJARES. n. Moros que permanecieron en Zaragoza después de la reconquista, según Blancas pág. 130 de sus Comentarios. (Teruel, arte mudéjar)

MUELA-PICADA. n. Se usa en la frase tener la muela picada para indicar que se tiene buen apetito.

MUELLES. n. Por flojo de muelles se entiende, no sólo el que tiene suelto el vientre, sino el que es fácil de lengua.

MUERMO. n. Hombre pesado e importuno.

MUESO. a. (mos) Bocado, voz anticuada que usaron mucho en otro tiempo los escritores castellanos (como puede verse en nuestra Introducción), entre ellos el autor del libro de Patronio o conde Lucanor, en el capítulo IX en que se dice: "y enderezaron entrambos al leon, é paráronle tal á muesos y a coces, que por fuerza se huvo á encerrar en la casa donde salió."

MUGA. p. Mojón, término o límite, y no montón, cúmulo o acervo que interpreta Ducange, citando el libro VI de las Observancias de Aragón. (Vino Rioja muy bueno)

MUÑIR, a. Ordeñar. (Muñí. Yo muñgo, muñs, muñ, muñim, muñiu, muñen)

MUÑIDO. p. Emplazado, citado, obligado a comparecer en juicio: “si muñidos a concello no viniesen, paguen, etc.” que dice Cuenca.

MÚRGULA. d. Cierta criadilla de tierra de forma cónica. (Morúgola, morchella)

MUSEO. n. Jefe de la cocina y la despensa del rey, según se ve en las leyes palatinas de Jaime II de Mallorca.
(En las de Pedro IV también está. Del moseu.
Sobre totes coses a us nostre e ornament necessaries cura e diligent custodia a certes persones esser comesa havem ordonat: necessaria cosa esser esguardan e consonant a raho que sobre les coses per nostre menjar e vitayla comprades a algun fael la custodia daquelles cometre dejam. E axi ordonam e volem que algun hom bo e leyal que sia nomenat museu per nos elegidor sia deputat qui la clau del reservatori de la nostra museria tenga e port et encara cascun dia les carns qui comprades o portades a la cuyna per comprador e sotscomprador seran abans del trancameut (trancament) daquelles presents lo majordom e lo comprador o sotscomprador repesar faelmen no oblit: les quals axi repesades facen certes peces e tayll e trench diligentment aquelles e encara el peix trencar sia tengut et aquelles que per nostra persona seran comprades e trencades als cochs per menjar a la dita nostra persona appareyladores e les altres carns comprades e trencades a obs de nostres domestichs als cochs aquelles appareyladores deputats liure ordonadament. Les dites empero carns per a nos apart e no sino los davant nomenats presents repes e trench perque freytura de suspicio de mesclar coses nocives hi sia: e als dits cochs de les coses en lo dit reservatori estants segons que als dits menjars appareyladors necessari sera ministre sens triga. E con los dits menjars seran appareylats e nostres domestichs seran a taula anats al palau ensemps ab lo manucier qui les carns els peis portaran tro al dreçador entrar procur sens triga. Aquelles coses empero que en les cuynes cuytes apres lo nostre menjar e de nostres domestichs sobraran a la almoyna o als servidors daquella cur de liurar sens frau: decernents e volents que continuament en lo dit reservatori de les coses dejus escrites copia sia atrobada ço es de sucre de gingebre e daltres especies picades de mel doli de carn salada de fromatges de peis salats de vinagre de sagins e daltres coses semblants menjadores als dits menjars pertanyents qui sens dubte de cotidiana distribucio se poran e han acostumat de reservar. E si alcuna cosa daquestes defallir veura encontinent sollicit los damunt dits comprador e sotscomprador que allo compren e en la dita despensa o reservatori reposen ab acabament. E aquestes coses totes lo dit museu en sa diligent e feel custodia haja e tenga e a nos sagrament e homenatge axi con los cochs a nostres menjars appareyladors destinats fer sia estret. Los nostres sobrecochs apres los majordomens en les coses tocans son offici a ell davant esser regonega.)

MÚSICA. n. El conjunto de esquilas que se pone a los rebaños.

MUTAFA. d. Almotacén. (Ver ALMUTAFAT)

jueves, 7 de enero de 2021

Lo Camí, XVI.

XVI.

Don José, lo mossen, que ere un gran san, fée aná, desde lo púlpito, tot género de recursos persuassius: apretabe los puñs, bramabe, reconveníe, suábe per lo fron y lo clatell, se mesabe los escassos pels blangs, recorríe los bangs en lo seu índice acussadó y inclús un matí se va esgarrá la sotana de dal a baix a un dels párrafos mes patétics y violéns que recordaríe sempre la historia de la vall. Encara aixina, la gen, particularmen los homens, no li féen massa cas. La missa los pareixíe be, pero al sermó li ficaben mala cara y arrugaben lo fron. La Ley de Deu no manabe escoltá cap sermó sansé tots los domenges y festes de guardá. Per tan, don José, lo mossen, se sobrepassabe en lo cumplimén de la Ley Divina. Díen dell que preteníe sé mes papista quel Papa y que assó no estabe be y menos en un mossen; y encara menos en un retó com don José, tan piadós y comprensiu, de ordinari, pera les flaqueses dels homens. Eren una mica aspres y desagraíts los homens de la vall. No obstán, un franco espíritu deportiu los infundíe un notori aliento humano. Los detractós de don José, lo mossen, com a oradó, díen que no se podíe di que parlare be un home que cada dos per tres díe "en realidat". Aixó ere sert. Claro que pot parlás be dién "en realidat" a cada dos per tres. Les dos coses, a juissi de Daniel, lo Mussol, resultaben perfectamen compatibles. Pero algúns no u enteníen aixina y si assistíen a un sermó sansé de don José ere pera jugás los dinés a pares o nones, sobre les vegades que lo mossen díe, desde lo púlpito, "en realidat". La Pesteta gran assegurabe que don José díe "en realidat" aposta y que ya sabíe que los homens teníen per costum jugás los dinés durán los sermóns a pares o nones, pero que u preferíe aixina, pos al menos de esta manera lo escoltaben y entre "en realidat" y "en realidat" algo de solamén los quedaríe. De un atra forma se exposabe a que los homens pensaren en la herba, lo ploure, lo panís o les vaques, mentres ell parlabe, y aixó ya siríe un mal irremediable o sense remey. La gen de la vall ere obstinadamen individualista. Don Ramón, lo alcalde, no mentíe cuan afirmabe que cada individuo del poble preferiríe morís abáns de moure un dit en benefissi dels demés. La gen vivíe aislada y sol se preocupaben dells mateixos. Y en verdat, lo individualisme ferós de la vall sol se trencabe les tardes dels domenges, al caure lo sol. Entonses los jovens se emparellaben y se escapaben als prats o als bosquets y los agüelos se embutíen a les tasques a fumá y a beure. Aixó ere lo roín. Que la gen sol perguere lo seu individualisme pera satisfé los seus instíns mes baixos. Don José, lo mossen, que ere un gran san, va empendre un matí a les parelles que sen anaben als prats o als bosques los domenges, al fes de nit; contra los que se apretaben al ball tancat; contra los que se emborrachaben y se jugaben hasta los pels a la taberna del Chano y, en fin, contra los que durán los díes de festa segaben lo fenás o entrecavaben les pataqueres o repassaben los panissals. Va sé aquell día cuan don José, lo mossen, en un arrebato, se va esgarrá la sotana de dal a baix. En definitiva, lo mossen no va dixá títere en cap, ya que a la vall podíen contás en los dits de la ma los que dixaben passá una festa sense escapás als prats o als bosques, refregás al ball tancat, engatinás y jugá a la tasca del Chano o segá lo fenás, repassá los panissals o entrecavá les pataqueres. Lo siñó retó va afirmá que, "en realidat, lo día del juissi Final ñauríe mol poca gen del poble a la dreta de nostre siñó, si les actuals costums no se enmendaben radicalmen".

Una comissió, pressidida per la Pesteta gran, va visitá al retó a la sacristía al acabás la missa.

- Siñó retó, ¿está a les nostres mans cambiá estes costums tan corrompudes? - va di la Pesteta.

Lo agüelet mossen va carraspejá, sorprés. No se esperabe una reacsió tan rápida. Va escrutá, una detrás del atra, aquelles cares predilectes del siñó y va torná a aclarís la gola. Guañabe tems.

- Filles meues - va di, al remat -, está a les vostres mans, si estéu ben disposades.

Al atrio, Antonio, lo Buche, li abonabe dos pessetes a Andrés, lo sabaté, perque don José habíe dit "en realidat" coranta dos vegades y ell habíe jugat a nones.
A la sacristía, don José, lo mossen, va afegí:

- Podem organisá un sentro aon la juventut se distrague sense ofendre al siñó. En bona voluntat assó no siríe difíssil. Un gran salón en tota classe de entreteniméns. A les sis podríem fé sine los domenges y díes de festa. Claro que proyectán sol películes morals, católiques a machacamartell.

La Pesteta gran va fé palmetes.

- Lo local podríe sé lo corral de Pancho. No té bestiá ya y vol véndrel. Podríem arrendál, don José - va di en entussiasmo.

Catalina, la Llebre, va intervindre:

- Lo Sensedéu no sedirá lo corral, siñó retó. Es un tunante sense fe. Antes se morirá que dixámos lo corral pera un fin tan san.
Daniel, lo Mussol, que habíe fet de escolanet a missa, escoltabe en la boca uberta la conversassió de don José en les beates. Va pensá anássen, pero la idea de que al poble se podíe montá un sine lo va aguantá.

Don José, lo mossen, va apassiguá a Catalina, la Llebre:

- No faigues juissis temeraris, filla. Pancho, al fondo, no es roín.

La Pesteta gran va saltá, com si la puncharen:

- Pare, ¿es que se pot sé bo sense creure en Deu? - va di.

Camila, l´atra Llebre, va unflá la seua exhuberán pechúa, com les Alejandre, y va tallá:

- Pancho per guañá una pesseta siríe capás de vendre l´alma al dimoni. U sé perque u sé. Va intervindre, tota exitada, Rita, la Tonta, la dona del sabaté:

- L´alma la ha regalat ya eixe tunante. Lo dimoni no nessessite donáli ni dos reals per nella. Assó u sabem tots.

Don José, lo mossen, va imposá, finalmen, la seua autoridat. Va nombrá una comissió, pressidida per la Pesteta, que faríe les gestións en Pancho, lo Sensedéu, y aniríe a la siudat pera comprá un proyectó sinematográfic. A tots los va pareixe de perles la dessisió. Al acabá la seua perorata, don José va anunsiá que les próximes colectes o plegues durán dos mesos tindríen per finalidat comprá una sotana nova. Tots van elogía la idea y la Pesteta, creénse obligada, va escomensá la suscripsió en un duro.

Tres mesos después, lo corral de Pancho, lo Sensedéu, ben blanquejat y desinfectat, se va inaugurá com a sine a la vall. La primera sessió va sé un gran éxit. Apenes se va quedá pels montes o als bosques alguna parella. Pero a les dos semanes va eixí lo problema. No ñabíen disponibles mes películes "católiques a machacamartell". Se va obrí un poc la ma y van tindre la nessessidat de proyectá alguna que atra frivolidat. Don José, lo mossen, tranquilisabe la seua consiensia, agarránse, com un náufrago a un tauló, a la teoría del mal mes menut.

- Sempre estarán milló aplegats aquí que magrejánse als prats - díe.

Va passá un atre mes y la frivolidat de les películes que enviaben de la siudat anabe en aumén. Per un atre costat, les parelles que antes se amagaben pels bosquets o pels prats al fes de nit aprofitaben la oscurina de la sala pera arrullás descomedidamen.

Una tarde se va ensendre la llum en plena proyecsió y Pascualón, lo del molí, va sé enchampat en la novia assentada als ginolls. La cosa anabe mal, y a finals de octubre, don José, lo mossen, que ere un gran san, va convocá a casa seua a la comissió.

- Ña que pendre medides urgéns. En realidat ni les películes són ya morals, ni los espectadós guarden a la sala la deguda compostura. Ham caigut an alló contra lo que luchabem - va di.

- Fiquem llum a la sala y censurem duramen les películes - va di la Pesteta gran.

Después de moltes discussións se va aprobá la sugerensia de la Pesteta. La comissió de censura se va quedá integrada per don José, lo mossen, la Pesteta gran y Trino, lo sacristá. Los tres se reuníen los dissaptes al corral de Pancho y passaben la película que se proyectaríe al día siguién.

Una tarde van pará la proba a una escena dudosa.

- Al meu entendre eixa marrana enseñe massa les cames, don José - va di la Pesteta.

- Assó me estabe pareixén a mí - va di don José. Y girán la cara cap a Trino, lo sacristán,

que mirabe la imache de la dona sense pestañejá y en la boca uberta, li va di -:
Trino, o dixes de mirála aixina o te excluíxco de la comissió de censura.

Trino ere un pobre home de escás criteri y gens de voluntat. Teníe una mirada blana y com aigualida y no teníe barbilla. Tot alló li donabe a la seua cara una torpe y bobalicona expresió. Cuan caminabe se assentuabe la seua torpesa, com si li costare mol esfors desplassá a cada pas lo volumen de aire que nessessitabe lo seu cos. Una completa calamidat. Claro que hasta lo mes simple servix pera algo y Trino, lo sacristá, ere casi un virtuós tocán lo armonio. Dabán de la reprimenda del retó, Trino va humillá los ulls y va sonriure bobamen, contristat. Al mossen li assistíe la raó, pero ¡Votovadéu!, aquella dona de la película teníe unes pantorrilles y una safraña admirables, com no se veíen assobín per lo món. Don José, lo mossen, veíe que cada día creixíen les dificultats. Ressultabe peliagut luchá contra les apetensies instintives de tota la vall. Trino mateix, a pesá de sé censor y sacristán, pecabe de dessich y pensamén en aquelles donotes que amostraben en la poca vergoña mes gran les cames a la pantalla. Ere una faena ímproba y ell se trobabe ya mol vell y cansat. Lo poble va agarrá en destemplansa les bombilles distribuides per la sala y enseses durán la proyecsió. Lo primé día van chulá; lo segón les van chafá a patades. La comissió se va torná a ajuntá. Les bombilles habíen de sé roijes pera no perturbá la vissibilidat. Pero entonses la gen la va agarrá en los talls o intermedios. Va sé Pascualón, lo del molí, qui va escomensá la queixa.

- Miro, doña Lola, pera mí si me trauen les cames y los bessuqueos se ha acabat lo sine
- va di. Atres mossos lo van secundá.

- O fiquen les películes sanseres o tornem als brosquills.

Un atra vegada se va reuní la comissió. Don José, lo mossen, estabe alterat:

- Se acabará lo sine y se acabará tot. Proposo a la comissió que los oferixque lo aparato de sine als Ajuntaméns de la comarca.

La Pesteta va chillá:

- Vendrem la ocasió del pecat, don José.

Lo mossen va acachá lo cap, abatut. La Pesteta teníe raó, li sobrabe raó esta vegada. Vendre la máquina de sine ere comersiá en lo pecat.

- La cremarem entonses - va di.

Y al día siguién se va cremá lo proyectó. A la vora de la sendra, la Pesteta gran, en plena fiebre inquisidora, va proclamá la seua fidelidat a la moral y la seua dessisió inquebrantable de no descansá hasta que esta reinare sobre la vall.

- Don José - li va di al retó, al despedís -, seguiré luchán contra la inmoralidat. No u dudo.

Yo sé lo modo de féu. Y al domenge siguién, al fes de nit, va agarrá una llinterna y va eixí sola a voltá los prats y los bosquets. Detrás de les romigueres y bardisses, y als puestets mes amagats y espessos trobabe alguna parella de tórdoles arrullánse. Proyectabe cap a les cares confundides la llum de la llanterna.

- Pascualón, Elena, estéu en pecat mortal - sol díe. Y sen anabe.

Aixina va recorre los voltáns sense fatigás, repetín incansablemen la seua terrible admonissió:

- Fulano, Fulana, estéu en pecat mortal.

"Ya que los mossos y mosses del poble tenen la consiensia tapada en suro, yo sustituiré a la veu de la seua consiensia", se díe. Ere una faena ardua la que se tirabe a la esquena, pero al mateix tems no estabe exenta de atractius.

Los mossos del poble van soportá lo entrometimén de la Pesteta en los seus devaneos durán tres domenges consecutius. Pero al cuart va arribá la insurrecsió. Entre tots la van voltá a un prat. Uns volíen fótreli una palissa, uns atres despullála y dixála a la serena, lligada a un abre, tota la nit. Al final se va imposá un tersé grupet, que va sugerí aviála de cap al Chorro. La Pesteta, abatuda, va dixá caure la llinterna an terra y se va disposá a entrá a les llargues llistes del martirologio cristiano; encara que, alguna vegada, ploriquejabe, y demanabe, entre singlot y sanglot, una miqueta de clemensia.

Proferín crits y insults, la van portá hastal pon. La corrén del Chorro vertíe l´aigua

en violensia a la Badina del Inglés. Flotabe, a la nit de la vall, un ambién tétric y sinistre. La multitut pareixíe alocada. Tot estabe disposat pera lo seu final y la Pesteta, mentalmen, va resá un acte de contricsió. Y, al final de cuentes, si la Pesteta no va pará aquella nit al riu, a Quino, lo Manco, lay habíe de agraí, encara que ell y la difunta Mariuca se hagueren minjat, segóns ella, lo cocido antes de les dotse. Pero, per lo vist, lo Manco encara conservabe al seu pit un assomo de dignidat, un caliu de noblesa. Se va interposá en valentía entre la Pesteta y los mossos y la va defendre com un home. Hasta se va enfadá y va moure lo muñó al aire com si fore lo mástil de una bandera arriada. Los mossos, als que los mals fums sels habíen dissipat al trayecte, van considerá que en aquell susto ne ñabíe prou y se van retirá. La Pesteta se va quedá sola, frente al Manco. No sabíe qué fé. La situassió ressultabe pera nella una mica embarassosa. Va soltá una risseta de compromís y después se va ficá a mirás les puntes dels peus. Va torná a riure y va di "bueno", y, al final, sense donássen cuenta de lo que fée, se va incliná y va besá en forsa lo muñó de Quino. Inmediatamen va apretá a corre, assustada, carretera abán, com una loca. Al día siguién, antes de la missa, la Pesteta gran se va arrimá al confessonari de don José.

- Ave María Puríssima, pare - va di.

- Sense pecat consebuda, filla.

- Pare, me acuso... me acuso de habé besat a un home a la oscurina de la nit - va di la

Pesteta. Don José, lo mossen, se va santiguá y va alsá los ulls al techo del confessonari, ressignat.

- Alabat sigue lo siñó – va musitá. Y va sentí una pena inmensa per aquell poble.

lunes, 28 de diciembre de 2020

Los sans inosséns, llibre segón

Llibre segón.

Paco, lo Baixet.

Si hagueren viscut sempre al cortijo potsé les coses hagueren passat de un atra manera, pero a Crespo, lo Guarda Majó, li agradáe adelantá a un a la Raya de lo de Abendújar per si les mosques y a Paco, lo Baixet, com qui diu, li va tocá la china y no es que li incomodare per nell, que an ell igual li donáe un puesto que un atre, pero sí per los sagals, a vore, per la escola, que en la Charito, la chiqueta Menuda, ne teníen prou y li díen la chiqueta Menuda a la Charito encara que, en verdat, fore la chiqueta mes gran, y los chiquets, mare, ¿per qué no parle la Charito?, ¿per qué no camine la Charito, mare?, ¿per qué la Charito se embrute les bragues?, preguntaben a cada pas, y ella, la Régula, o ell, o los dos a coro, pos perque es mol menudeta la Charito, a vore, per contestá algo, ¿quína atra cosa podíen díls?, pero Paco, lo Baixet, aspirabe a que los sagals se ilustraren, adeprengueren, que lo Hachemita assegurabe a Cordovilla, que los sagals podíen eixí de pobres en un polset de coneiximéns, y inclús la propia Siñora Marquesa, volén erradicá lo analfabetismo del cortijo, va fé vindre durán tres estius seguits a dos señoritos de la siudat pera que, al acabá les faenas cotidianes, los ajuntaren a tots al porche de la corralada, als pastós, als gorrinés, als esbatussadós, als muleros, als gañáns y als guardes, y allí, a la crúa llum del cresol, en les mosques cagadores y les polilles voltán la llum, los enseñaren les lletres y les seues mil misterioses combinassións, y los pastós, y los gorrinés, y los esbatussadós y los gañáns y los muleros, cuan los preguntaben, díen, la B en la A fa BA, y la C en la A fa ZA, y, entonses, los señoritos de la siudat, lo siñoret Gabriel y lo siñoret Lucas, los corregíen y los desvelaben les trampes, y los díen, pos no, la C en la A, fa KA, y la C en la I fa CI y la C en la E fa CE y la C en la O fa KO, y los gorrinés y los pastós, y los muleros, y los gañáns y los guardes se díen entre ells desconsertats, tamé tenen unes coses, pareix que als señoritos los agrado fótremos lo pel, pero no se atrevíen a eixecá la veu, hasta que una nit, Paco, lo Baixet, se va arreá dos copes al pap, se va encará en lo siñoret alt, lo de les entrades, lo del seu grupo, y, obrín los forats del seu nas chato (per aon, com díe lo siñoret Iván, los díes que estabe de bones, se li veíe lo servell), va preguntá, siñoret Lucas, y ¿a cuento de qué eixos caprichos? y lo siñoret Lucas va arrencá a riure en unes carcañades incontrolades, y, al final, cuan se va calmá un poc, se va limpiá los ulls en lo mocadó y va di, es la gramática, escolta, lo perqué pregúntalay als académics, y no va aclarí res mes, pero, ben mirat, aixó no ere mes que lo escomensamén, que una tarde va arribá la G y lo siñoret Lucas los va di, la G en la A fa GA, pero la G en I fa Ji, com la rissa, y Paco, lo Baixet, se va enfadá, que aixó ya estáe de mes, collóns, que ells eren ignoráns pero no tontos y a cuento de qué la E y la I habíen de portá sempre trate de favor y lo siñoret Lucas, venga a riure, que se destornillabe lo home de la rissa que li donáe, una rissa espasmódica y nerviosa, y, com de costum, que ell ere un mindundi y que eixes eren regles de la gramática y que ell res podíe fé contra les regles de la gramática, pero que, en radera instánsia, si se sentíen defraudats, escrigueren als académics, ya que ell se limitabe a exposáls les coses tal com eren, sense cap espíritu analític, pero a Paco, lo Baixet, estos despropósits li féen pedre l´oremus y la seua indignassió va arribá al cormull cuan, una nit, lo siñoret Lucas los va dibuixá en primor una H mayúscula a la pizarra, y después de pegá fortes palmotades pera captá la seua atensió y ficá silénsio, va advertí, mol cuidadet en esta lletra; esta lletra es un cas únic, no té pressedéns, amics; esta lletra es muda, y Paco, lo Baixet, va pensá pera nell, mira, com la Charito, que la Charito, la chiqueta Menuda, may díe esta boca es meua, que no parláe la Charito, que únicamen, de cuan en cuan, emitíe un gemec llastimós que sorolláe la casa hasta los seus solaméns, pero dabán de la manifestassió del siñoret Lucas, Facundo, lo Gorriné, va crusá les seues mans com a manoples damún del seu estómec abultat y va di, ¿qué vol dí aixó de que es muda?, te fiques a mirá y tampoc les atres parlen si natros no les prestam la veu, y lo siñoret Lucas, lo alt, lo de les entrades, que no sone, vaiga, que es com si no estiguere, no pinte res, y Facundo, lo Gorriné, sense alterá la seua postura de abat, ésta sí que es bona, y ¿pera qué se fique entonses?, y lo siñoret Lucas, cuestió de estética, va reconeixe, sol pera adorná les paraules, pera evitá que la vocal que la seguix se quedo desamparada, pero aixó sí, aquell que no asserte a colocála al seu puesto incurrirá en falta de lesa gramática, y Paco, lo Baixet, fet un lío, cada vegada mes confundit, pero, pel matí, ensilláe la yegua y a vigilá les fites, que ere lo seu, encara que desde que lo siñoret Lucas va escomensá en alló de les lletres se va transformá, que anáe com encantat lo home, sense assertá a pensá en datra cosa, y en cuan se alluñaé un galop del cortijo, descabalgabe, se assentáe a la sombra de un alborsé y a cavilá, y cuan les idees se li embolicáen al cap unes en atras com les sireres, recurríe a les pedretes, y los codolets blangs eren la E y la I, y los grisos eren la A, la O y la U, y, entonses, se liabe a fé combinassións pera vore cóm teníen que soná les unes y les atres, pero no se aclaríe y a la nit, confiabe les seues dudes a la Régula, a la márfega y, insensiblemen, de unes coses passabe a unes atres y la Régula, para quieto, Paco, lo Rogelio está desvelat, y si Paco, lo Baixet, insistíe, ella ae, estáte cotet, ya no estam pera joguets, y, de repén, sonabe lo desgarrat crit de la chiqueta Menuda y Paco se inutilisabe, pensán que algún mal amagat debíe de tindre ell als baixos pera habé engendrat una chiqueta inútil y muda com la hache, que menos mal que la Nieves ere espabilada, que a la Nieves, les coses, ell se habíe resistit a batejála en este nom tan blang, no li pegabe, vaiga, sén ell tan moreno y moruno, y haguere preferit ficáli Herminia, com la agüela o yaya, o consevol atre nom, pero lo estiu aquell fée un sol que badáe les roques, y don Pedro, lo Périt, insistíe que les temperatures ni de nit baixaben de 35 grados, y que vaya estiuet, mare, que no sen enrecordabe de atre igual, que se fregíen hasta los muixóns volán, y la Régula, de per sí fogosa, se queixáe, ¡ay Virgen, quína calina mes gran!, y que no corre ni una bufadeta de aire ni de día ni de nit, y después de abanicás un rato en un paipai, movén sol la falange del dit gros dret, aplanat com una espátula, afegíe, aixó es un cástic, Paco, y yo li demanaré a la Virgen de las Nieves que acabo este cástic, pero la canícula no sedíe y un domenge, sense dílay a dingú, se va arrimá al Almendral, aon lo Mago, y a la tornada, li va di a Paco, Paco, lo Mago me ha dit que si esta pancha es femella li fica Nieves, no sigue que, per contrariá lo meu dessich, me ixque la cría en un antojo, y Paco sen va enrecordá de la chiqueta Menuda y va está de acuerdo, pos bueno, que sigue Nieves, pero la Nieves, que desde mocosa llimpiabe la porquería de la impedida y li rentáe les bragues, no va arribá a aná a la escola del Patronato perque per aquell entonses anaben ya a la Raya de lo de Abendújar y Paco, lo Baixet, cada matí, antes de ensillá, li enseñabe a la mosseta cóm se ajuntáen la B en la A y la C en la A y la C en la I, y la sagala, que ere mol espabilada, aixina que va arribá la Z y li va di, la Z en la I fa CI, va contestá sense pensásu, eixa lletra sobre, pare, pera naixó está la C, y Paco, lo Baixet, sen enríe y procurabe unflá la rissa, solemnisála, imitán les carcañades del siñoret Lucas, aixó cóntalsu als académics, y, per les nits, unflat de satisfacsió, li díe a la Régula, esta sagala veu creixe la herba, y la Régula, que ya per entonses se habíe ficat tan pechugona com les pechúa de Beseit, comentabe, a vore, trau lo talento seu y lo de l´atra, y Paco, ¿quína atra?, y la Régula, sense pedre la seua flema habitual, ae, la chiqueta Menuda, ¿en qué estás pensán, Paco?, y Paco, lo teu talento trau, y escomensáe a magrejála, y ella, ae, cotet, Paco, los talentos no están ahí, y Paco, lo Baixet, tórnay, engolosinat, hasta que, de repén, lo bram de la chiqueta Menuda rasgabe lo silénsio de la nit y Paco se quedabe parat com un estaquirot, desarmat, y finalmen, díe, Deu te guardo, Régula, y que descansos, y, en los añs, se anáe acostumbrán a la Raya de lo de Abendújar, y a la barraca blanca en la parra de moscatell, y al cobertís, y al pou, y al tremendo roble fénli sombra, y als roquissals escampats dels primés ramals de la montaña, y al riuet de aigüas tibies en les tortugues a les vores, pero un matí de octubre, Paco, lo Baixet, va eixí a la porta, com tots los matíns, y només ixí, ve eixecá lo cap, va obrí be los nassos y va di, se arrime un caball, y la Régula, al seu costat, se va fé visera als ulls en la ma dreta y va mirá llun, ae, no se veu a dingú, Paco, pero Paco, lo Baixet, continuabe ensumán, com un sabuesso, lo Crespo es, si no me equivoco, va afegí, perque Paco, lo Baixet, segóns díe lo siñoret Iván, teníe lo nas mes fi que un pointer, que ventáe de llarg, y en efecte, no habíe passat ni un cuart de hora, cuan se va presentá a la Raya, Crespo, lo Guarda Majó, Paco, lía lo petate que ten entornes al cortijo, li va di sense mes preámbuls, y Paco, ¿y aixó?, que Crespo, don Pedro, lo Périt, u ha manat, a michdía baixará lo Lucio, tú ya has cumplit, y, en la fresca, Paco y la Régula van amontoná les seues coses al carromato y van empendre la tornada y a dal de tot, acomodats entre los madalaps de borra de llana, anáen los sagals y, a detrás, la Régula en la chiqueta Menuda, que no paráe de cridá y torsíe lo cap, ara cap a un costat, ara cap al atre, y les seues flaques cametes impedides assomaben daball de la bata, y Paco, lo Baixet, montat a la seua yegua, los donabe escolta, velán en orgull la retaguardia, y li díe a la Régula eixecán mol la veu pera dominá lo tantarantán de les rodes a les roderes, entre crits y brams de la chiqueta Menuda, ara la Nieves mos entrará al colegio y Deu sap aón pot arribá en lo espabilada que es, y la Régula, ae, ya vorem, y, desde la seua atalaya, afegíe Paco, lo Baixet, los sagals ya tenen edat de traballá, sirán una ajuda pera la casa, y la Régula, ae, ya vorem, y continuabe Paco, lo Baixet, exaltat en lo traqueteo y la novedat, igual la casa nova té una alcoba mes y podrem torná a sé jóvens, y la Régula suspirabe, acunabe a la chiqueta Menuda y li esbarráe los mosquits a manotades, mentres, per damún de los negres carrascals, se enseníen una a una les estrelles y la Régula mirabe cap amún, tornabe a suspirá y díe, ae, pera torná a sé jóvens tindríe que callá ésta, y en cuan van arribá al cortijo, Crespo, lo Guarda Majó, los aguardabe al peu de la vella casa, la mateixa que habíen abandonat sing añs atrás, en lo pedís jun a la porta tot lo llarg de la fachada, y les dixades eres de geranios y, al mich, l´oró de sombra calenta, y Paco u va mirá tot apenat y va moure lo cap com negán y después va baixá los ulls, ¡qué li ham de fé! va di resignadamen, y, poc mes allá, donán ordens, anabe don Pedro, lo Périt, y bona nit, don Pedro, aquí tornam a está pera lo que vosté mano, bona nit mos dono Deu, Paco, ¿sense novedat a la Raya? y Paco, sense novedat, don Pedro, y conforme descarregaben, don Pedro los anabe seguín del carro a la porta y de la porta al carro, dic, Régula, que tú haurás de atendre la tanca, com abáns, y apartála en cuan séntigues lo coche, que ya saps que ni la Siñora, ni lo siñoret Iván avisen y no los agrade esperá, y la Régula, ae, a maná, don Pedro, pera naixó estam, y don Pedro, de matinet soltarás los pavos y rascarás la gallinassa, que sinó no ña Deu que aguanto en esta pudina, cóm put, y ya saps que la Siñora es bona pero li agráen les coses al seu puesto, y la Régula, ae, a maná, don Pedro, pera naixó estem, y don Pedro, lo Périt, va continuá donánli instrucsións, y no parabe de donáli instrucsións y, al acabá, va torse lo cap, se va mossegá la galta esquerra y se va quedá com atascat, com si se dixare algo importán, y la Régula sumisamen, ¿alguna cosa mes, don Pedro? y don Pedro, lo Périt, se mossegáe nerviosamen la galta y giráe los ulls cap a la Nieves pero no díe res y al final, cuan pareixíe que anáe a marchá sense despegá los labios, se va girá cap a la Régula, aixó es cosa apart, Régula, en realidat éstes son coses pera tratá entre dones, pero... y la paussa se va fé mes llarga, hasta que la Régula, sumisamen, vosté dirá, don Pedro, y don Pedro, me referixco a la chiqueta, Régula, que la chiqueta be podríe pegáli un ma a casa a la meua siñora, que, ben mirat, ella se acobarde pera les coses del hogar, va sonriure ágramen, y la chiqueta ya está creixcuda, que ña que vore cóm s´ha ficat la chiqueta ésta en poc tems, y, segóns parlabe don Pedro, lo Périt, Paco, lo Baixet, se anáe desunflán com un globo, com la seua virilidat cuan cridabe per la nit la chiqueta Menuda, y va mirá cap a la Régula, y la Régula va mirá cap a Paco, lo Baixet, y al remat, Paco, lo Baixet, va obrí los nassos, va pujá los muscles, y va di, lo que vosté mano, don Pedro, pera naixó estam, y, de repén, sense vindre a cuento, a don Pedro, lo Périt, se li van dilatá les nines y va escomensá a desbarrá, com si vullguere amagás daball del alud de les seues propies paraules, que no parabe, que, ara tots volen sé señoritos, Paco, ya u saps, que ya no es com abáns, que avui dingú vol embrutás les mans, y uns a la capital y datres al extranjé, aon sigue, lo cas es no pará, la moda, ya veus tú, que se pensen que en aixó han resolt lo problema, imagínat que después resulte que, a lo milló, pasarán fam y se morirán de aburrimén, veus a sabé, que atra cosa, no, pero a la chiqueta a casa, no li ha de faltá res, no es perque yo u diga... la Régula y Paco, lo Baixet, assentíen en lo cap, y intercambiaben furtives mirades cómplices, pero don Pedro, lo Périt, no reparabe en alló, que estabe mol exitat don Pedro, lo Périt, y sén que estáu conformes, demá de matí esperam a la chiqueta a casa, y pera que no la trobéu a faltá y ella no se ómpligue, que ya sabem tots cóm se les gasten los sagals ara, per les nits pot dormí aquí, y después de moltes brassillades y aspavéns, don Pedro va colá y la Régula y Paco, lo Baixet, van escomensá a instalás en silénsio, y después van sopá y, al acabá la sena, se van assentá a la vora del foc, y, en eixe momén, va entrá Facundo, lo Gorriné, tamé tens corache, Paco, a la Casa de dal no te pare ni Deu, que ya coneixes a doña Purita, que pareix que la punchon en agulles de cap, lo histérica, que ni ell la aguante, va di, pero, com ni la Régula ni Paco, lo Baixet, van replicá, Facundo va afegí, no la coneixes, Paco, si no me creus pregúntali a la Pepa, que va está allí, pero la Régula y Paco continuaben muts com la h, y, en vista de assó, Facundo, lo Gorriné, va pegá mija volta y sen va aná, y de matí, la Nieves se va presentá puntualmen a la Casa de dal y al atre día lo mateix, hasta que aixó se va fé una costum y van escomensá a passá insensiblemen los díes, y, aixina que va arribá mach, se va presentá un día lo Carlos Alberto, lo fill mes gran del siñoret Iván, a fé la Comunió a la capelleta del cortijo y dos díes después, después de mols preparatius, la Siñora Marquesa en lo Obispo en la berlina gran, y la Régula, aixina que va obrí la tanca, se va quedá pasmada dabán de la púrpura, sense sabé qué fé, a vorem, que, en prinsipi, en ple desconsert, va pegá dos cabotades, va fé una genuflexió y se va santiguá, pero la Siñora Marquesa li va apuntá desde la seua altura inabordable, l´anell, Régula, l´anell, y entonses, la Régula se va minjá a besos lo anell pastoral, mentres lo Obispo sonreíe y apartabe la ma discretamen, y va atravesá les eretes plenes de flos y va entrá a la Casa Gran, entre les reverénsies dels gorrinés y los gañáns y, al día siguién, se va selebrá la festa per tot lo alt, y, después de la seremónia religiosa a la capelleta, lo personal se va ajuntá a la corralada, a minjá chocolate en migues y ¡viva lo siñoret Carlos Alberto! ¡viva la Siñora! cridáen, pero la Nieves no va pugué estáy perque estáe servín als invitats a la Casa Gran, y u fée en gran propiedat, que retirabe los plats bruts en la ma zurda y los renovabe en la dreta, y a la hora de oferí les fons se reclinabe o belcáe una miqueta per damún del muscle esquerro del comensal, lo antebrás dret a la esquena, sonrién, tot en tal garbo y discressió que la Siñora sen va fixá en ella y li va preguntá a don Pedro, lo Périt, de aón habíe tret aquella alhaja, y don Pedro, lo Périt, sorprés, la de Paco, lo Baixet, es, lo guarda, lo secretari de Iván, lo que va está hasta fa uns mesos a la Raya de lo de Abendújar la menuda, que se ha fet polla de repén, y la Siñora, ¿la de Régula? y don Pedro, lo Périt, exactamen, la de la Régula, Purita la va desburrá en cuatre semanes, la chiqueta es espabilada, y la Siñora no apartáe l´ull de la Nieves, observabe cada un dels seus moviméns, y, en una de éstes, li va di a la seua filla, Miriam, ¿ten has fixat en eixa mosseta? ¡quína planta, quíns modals!, pulínla un poc faría una bona primera donsella, y la siñoreta Miriam mirabe a la Nieves disimulán, verdaderamen, la chica no está mal, va di, si acás, pera lo meu gust, una mica mes de aquí, y se señalabe la pitralera, pero la Nieves, sofocada, consentrada en la faena, se sentíe transfigurada per la presénsia del chiquet, lo Carlos Alberto, tan rubio, tan majo, en lo seu traje blang de marinero, y lo seu rosari blang y lo seu misalet blang, de manera que, al servíli, li sonreíe extasiada, com si li sonriguere a un arcángel, y a la nit, en cuan va arribá a casa, encara que se trobabe tronsada y baldada per lo ajetreo del día, li va di a Paco, lo Baixet, pare, yo vull fé la Comunió, pero tan imperativamen, que Paco, lo Baixet, va fótre un bot, ¿qué dius? y ella, tossuda, que vull fé la Comunió, pare, y Paco, lo Baixet, se va portá les dos mans a la gorra com si pretenguere aguantás lo cap, ñaurá que parlá en don Pedro, chiqueta, y don Pedro, lo Périt, al sentí de boca de Paco, lo Baixet, la pretensió de la chica, va petá a riure, va ajuntá les palmes y lo va mirá fixamen als ulls, ¿en quína basse, Paco?, a vorem, parla, ¿quína basse té la chiqueta pera fé la Comunió?; la Comunió no es un capricho, Paco, es un assunto massa serio com pera péndreu a broma, y Paco, lo Baixet, se va belcá, si vosté u diu, pero la Nieves se mostrabe caborsuda, no se resignabe, y en vista de la actitut passiva de don Pedro, lo Périt, va apelá a doña Purita, siñoreta, hay cumplit catorse añs y séntigo per aquí dins com unes ansies, y, de primeres, doña Purita, la va observá en assombro, y, después, va obrí una boca mol roija, mol retallada, ¡quínes ocurrénsies, chiqueta! ¿no sirá un mosso lo que tú nessessites?, y va soltá una rissotada y va repetí, ¡quínes ocurrénsies! y, desde entonses, lo dessich de la Nieves se va pendre a la Casa de dal y la Casa Gran com un despropósit, y se fée aná com un recurs, y cada vegada que arribáen invitats del siñoret Iván y la conversa, per pitos o per flautes, se apagáe o se estiráe massa, doña Purita señalabe a la Nieves en lo seu dit índice, rosadet, llimpio com una patena, y exclamabe, pos ahí tenen a la chiqueta, ara li ha pegat per fé la Comunió, y, al voltán de la gran taula, una exclamassió de assombro y mirades divertides y un murmullo constán, com un revol, y al racó, una rissa sofocada, y, tan pronte com ixíe la chiqueta, lo siñoret Iván, la culpa de tot la té este dichós Concilio, y algún invitat paráe de minjá y lo mirabe fíxamen, com interrogánlo, y, entonses, lo siñoret Iván considerabe que teníe que explicá les idees de esta gen, se obstinen en que se les trato com a persones y aixó no pot sé, vatros u estáu veén, pero la culpa no la tenen ells, la culpa la té eixe dichós Concilio que los malmet, y en estos casos, y en atres pareguts, doña Purita ajuntáe los seus ulls negres de rímel, se giráe cap al siñoret Iván y li rosabe en la punta del seu nas respingón lo lóbulo de la orella, y lo siñoret Iván se inclinabe damún della y se assomabe descaradamen al hermós abismo del seu escote y afegíe per di algo, pera justificá de alguna manera la seua actitut, ¿qué opines tú, Pura, tú los coneixes? pero don Pedro, lo Périt, casi enfrente, los observabe sense clucá los ulls, se mossegáe la fina galta, se descomponíe y, una vegada que se retiraben los invitats, y doña Purita y ell se trobáen a soles a la Casa de dal, perdíe lo control, te fiques lo sostén que abulte y te obris l´escote sol cuan ve ell, pera provocál, ¿o es que creus que me chupo lo dit? renegáe, y, cada vegada que tornáen de la siudat, del sine o del teatro, la mateixa copla, antes de baixá del coche ya se sentíen les seues veus, ¡rabosa, mes que rabosa! pero doña Purita, canturrejabe sense féli cas, se apeabe del coche y se ficáe a fé momos y passos de ball a la escalinata, contonejánse, y díe mirán los seus peuets, si Deu me ha donat estes grássies, no soc yo dingú pera avergoñím de elles, y don Pedro, lo Périt, la perseguíe, les galtes colorades, blangs los pabellóns de les orelles, no se trate de lo que tens, sino de lo que enseñes, que eres tú mes espectácul que lo espectácul mateix, y venga, y fóli, y ella, doña Purita, may perdíe la compostura, entrabe al gran ressibidó, les mans a la sintura, balanseján exageradamen les caderes, sense pará de cantá y ell, entonses, tancáe de una portada, se arrimabe a la panoplia plena de armes y agarrabe la surriaca, ¡te vach a enseñá modals a tú! bramáe, y ella, se plantáe dabán dell, paráe de cantá y lo mirabe als ulls firme, desafián, yo sé que no te atrevirás, gallina, pero si algún día me tocares en eixa surriaga, ya pots aventám un galgo, díe, y tornabe a contonejás después de giráli la esquena y se encaminabe cap a les habitassións y ell, detrás, cridabe y tornabe a quirdá, fen brassillades, pero mes que crits eren los seus udols entretallats, y, en lo momén mes agut de la crissis, se li esbadocáe la veu, aviáe la surriaca damún de un moble, y arrencáe a plorá y, entre singlot y singlot, gañoláe, chales fénme patí, Purita, si fach lo que fach es per lo que te vull, pero doña Purita tornabe als seus momos y contoneos, ya tenim esseneta, díe, y, pera distráures, se encarabe en la gran lluna del armari y se contemplabe en diverses postures, movén lo cap, despelussánse lo pel y sonriénse cada vegada en mes generosidat hasta forsá les comisures dels labios, mentres don Pedro, lo Périt, se desplomabe de morros damún de la bánua del llit, amagabe la cara entre les mans y se arrencabe a pllorá com una criatura y la Nieves, que mes o menos habíe sigut testigo de la essena, arreplegáe les seues coses y tornáe a casa chino chano, y si per casualidat, trobáe despert a Paco, lo Baixet, li díe, bona la han armada esta nit, pare, la ha ficat de rabosa per amún, ¿don Pedro? apuntabe, incrédul, Paco, lo Baixet, don Pedro, díe la Nieves, y Paco, lo Baixet, se ficáe les dos mans al cap, com pera aguantássel, com si se ni haguere de aná volán, clucáe los ulls y díe templán la veu, chiqueta, a tú estos pleitos de la Casa de dal, ni te van ni te venen, tú allí, sentí, vore y callá, pero al día siguién de una de estes trifulques, se va selebrá al cortijo la batuda dels Sans, la mes sonada, y don Pedro, lo Périt, que ere un tiradó discret, no assertabe una perdiu ni a la punta del nas, y lo siñoret Iván, a la pantalla de la vora, que acababe de tombá cuatre muixóns de la mateixa barra, dos per debán y dos per detrás, comentabe sardónicamen en Paco, lo Baixet, si no u vech, no mu crec, ¿cuán acabará de adependre este marica? li están entrán y no talle ploma, ¿ten dones cuenta, Paco? y Paco, lo Baixet, cóm no men hay de doná cuenta, siñoret Iván, u veu hasta lo cèlio de Tortosa, y lo siñoret Iván, may va sé un gran matadó, pero erre massa pera sé normal, algo li passe an este soquet, y Paco, lo Baixet, aixó no, assó de la cassera es una lotería, avui be y demá mal, ya se sap, y lo siñoret Iván agarráe una y atra vegada los puns, en sorprendén velosidat de reflejos, y entre pim-pam y pam-pim, comentabe en la boca torta, pegada a la culata de la escopeta, una lotto hasta sert pun, Paco, no mos engañem, que los muixóns que li están entrán an eixe marica los baixe un en la gorra, y, per la tarde, al minjá de la Casa Gran, doña Purita va torná a presentás en lo sostén de abultá, y la generosa balconada y venga a féli arrumacos al siñoret Iván, sonrisseta va, cluquet va, mentres don Pedro, lo Périt, se enseníe al racó de la taula sense sabé qué fé, y se mossegáe les fines galtes per dins, y, tan tremoláe, que ni assertabe a manejá los cuberts y cuan ella, doña Purita, va recliná lo cap damún del muscle del siñoret Iván y li va fé una carantoña y los dos van escomensá a amartelás, don Pedro, lo Périt, lo home, se va mich incorporá, va eixecá lo bras, va apuntá en lo dit índice y va bramá tratán de captá la atensió de tots, ¡pos ahí tenen a la chiqueta que ara li ha donat per fé la Comunió! y a la Nieves, que retirabe lo servissi en eixe momén, se li va girá l´estómec y li va pujá lo sofoco, pero va sonriure com va pugué, encara que don Pedro, lo Périt, continuabe señalánla implacable en lo seu dit acusadó y cridán com un lloco, fora de sí, mentres los demés sen enríen, ¡que no te se pujo lo pavo, chiqueta, no vaigues a fé cacharros!, hasta que la siñoreta Miriam se va compadí de ella, y va tersiá y ¿quín mal faríe en assó? y don Pedro, lo Périt, mes aplacat, va baixá lo cap y va di en veu baixeta, movén apenes un costat del bigot, per favó, Miriam, esta pobre no sap res de res y en cuan al seu pare no té mes alcáns que un gorrino, ¿quína classe de Comunió pot fé? y la siñoreta Miriam va estirá lo coll, va alsá lo cap y va di com sorprenguda, y entre tanta gen, ¿es possible que no ñague dingú capás de preparála? y mirabe fíxamen a doña Purita, al atre costat de la taula, pero va sé don Pedro, lo Périt, lo que se va quedá tallat y, a la nit, ya a la Casa de dal, li va di, com de passada, a la Nieves, no te haurás enfadat en mí per lo de esta tarde, ¿verdat, chiqueta? no va sé mes que una broma, pero no pensabe en lo que díe, perque li parláe a la Nieves, pero sen anáe dret cap a doña Purita y, al arribá a la seua altura, se li van fé minuts los ulls, se li van estirá les galtes, li va ficá les mans tremoloses als frágils muscles despullats y li va di, ¿se pot sabé qué te proposes? pero doña Purita se li va separá en un movimén desdeñós, va pegá mija volta y va escomensá en los seus momos y les seues cansonetes y don Pedro, lo Périt, fora de sí, va agarrá una vegada mes la surriaca de la panoplia de les armes y la va acassá, ¡aixó sí que no te u perdono, tros de rabosot!, va cridá, y la seua furia ere tanta que se li van enganchá les paraules al garganchó, pero als pocs minuts de entrá a la alcoba, la Nieves, com de costum, lo va escoltá derrumbás al llit y gemegá sofocadamen contra lo cuixí.