champouirau, chapurriau, chapurriat, chapurreau, la franja del meu cul, parlem chapurriau, escriure en chapurriau, ortografía chapurriau, gramática chapurriau, lo chapurriau de Aguaviva o Aiguaiva, origen del chapurriau, dicsionari chapurriau, yo parlo chapurriau; chapurriau de Beseit, Matarranya, Matarraña, Litera, Llitera, Mezquín, Mesquí, Caspe, Casp, Aragó, aragonés, Frederic Mistral, Loís Alibèrt, Ribagorça, Ribagorsa, Ribagorza, astí parlem chapurriau, occitan, ocsitá, òc, och, hoc
La dolor de mon ventre, après l'enfantament. V. de S. Magdelaine.
La douleur de mon ventre, après l'enfantement.
ANC. CAT. Infantament.
7. Infancia, s. f., lat. infantia, enfance.
Infancia, puericia.
Cartulaire de Montpellier, fol. 174.
Enfance, âge puéril.
CAT. ESP. PORT. Infancia. IT. Infanzia. (chap. Infansia, infansies, tems al que se es chiquet o sagalet.)
8. Enfansa, Efansa, s. f., enfance, enfantillage.
Non l' es grans honransa
Selh que ditz mal d'aisso don nays enfansa.
R. Jordan: No puesc.
Ne lui est grand honneur à celui qui dit mal de ce dont naît enfance.
Anz es folia et enfansa,
Qui d' amor a benenansa,
Qu'a om n' auze son fin cor descubrir.
B. de Ventadour: Ab joi mov.
Mais c'est folie et enfantillage, qui a bonheur d'amour, qu'il en ose découvrir à homme sa fine pensée.
Amicx, quan se vol partir
De si dons, fai gran efansa.
G. Faidit: Sitot ai tarzat.
Un ami, quand il veut se séparer de sa dame, fait grand enfantillage.
(chap. Sagalada, sagalades, chiquillada, chiquillades; coses de chiquets.)
9. Enfanteza, s. f., enfance, jeunesse.
Fom un que vi lo rey del cel
En s' enfantesa.
Trad. d'un Évangile apocryphe.
Fut un qui vit le roi du ciel en son enfance.
La on el nos agues offendut, nos lo y devriam perdonar per sa enfanteza.
Hist. abr. de la Bible, fol. 9.
Là où il nous eût offensé, nous le lui devrions pardonner à cause de sa jeunesse.
ANC. CAT. Infantesa.
10. Enfantilhatje, s. m., enfance, jeunesse, enfantillage.
Per penre bon usatje
En lor enfantilhage.
Amanieu des Escas: En aquel mes.
Pour prendre bon usage en leur enfance.
11. Enfantilhorga, s. f., enfantillage.
Vol dir que layssadas avia totas sas enfantilhorgas et avia fagz e costumas e portamens d'ome perfieg. V. et Vert., fol. 105.
Veut dire qu'il avait laissé tous ses enfantillages et avait actions et coutumes et conduite d'homme parfait.
12. Enfantayritz, s. f., lat. infantaria, celle qui enfante.
L' enfantayritz non a taqueta
De sang, mays es pura e neta.
(chap. La paridora no té (cap) taqueta de sang, sino que es pura y llimpia.)
Trad. d'un Évangile apocryphe.
Celle qui enfante n'a pas petite tache de sang, mais elle est pure et nette.
13. Enfan, Effan, Efan, s. m., lat. infans, enfant.
Enfans que teta.
P. Cardinal: Las amairitz.
Enfant qui tète.
Pus fom amdui enfan,
L' ai amad' e la blan.
B. de Ventadour: Lo gens temps.
Depuis que nous fûmes tous deux enfants, je l'ai aimée et je la caresse.
Si com l'enfas qu'es alevatz petitz.
P. Raimond de Toulouse: Si com l'enfas.
Ainsi que l'enfant qui est élevé petit.
Loc. Plor tota dia, faz cosdumna d' efant. Poëme sur Boèce.
Je pleure tout le jour, je fais coutume d'enfant.
Dis que reys, que lo sieu vai donan
Ni s' en torna, fai costuma d'enfan.
Bertrand de Born: Un sirventes.
Je dis que roi, qui va donnant le sien et s'en dédit, fait coutume d'enfant.
Femna qu' a pena d'effan. Brev. d'amor, fol. 113.
Femme qui a peine d'enfant.
Non ai de sen per un efan.
B. de Ventadour: Non es meravelha.
Je n'ai pas de sens pour un enfant.
- Infant, titre spécialement consacré à certains princes.
Al efant d'Aragon platz,
Don Peire, chans e solatz.
G. Riquier: De far chanso.
A l'infant d'Aragon, Dom Pierre, plait chant et allégresse.
(N. E. El infante que será el rey Pedro III de Aragón. De Alfonso II de Aragón, N Anfos, Nanfos, N' Anfos, Adefonsus, etc. tenemos algún texto en provenzal, como “mantas vetz”; y de otros reyes como Pedro II. Martín I, en su lecho de muerte, contesta “hoc” : òc, oc, och : sí, a las preguntas que le hacen. Los deputats del General de Cathalunya, en 1461 y fechas posteriores, aún usan el hoc afirmativo:
En este libro y el anterior, Choix de poésies des Troubadours, Raynouard explica muy bien cómo se forma en Francia la plana lengua romana, langue romane, romance, romans, romanç, romantz, occitano, occitan, provenzal, provensal, provençal, Provence, etc. etc.)
CAT. Infant. ESP. PORT. IT. Infante. (chap. infán, infans, infanta, infantes, fills o filles dels reys.)
14. Enfantet, Efantet, s. m., enfançon, petit enfant.
La imposición que la Generalidad de Cataluña quiere imponer en los demás territorios que formaron la Corona Aragonesa junto con sus socios y la complicidad del Gobierno Central, no es nada nuevo, y están consiguiendo que incluso en estos territorios exista dudas sobre los orígenes y el camino recorrido en la historia. Dada la insistencia de varios seguidores en el afán de convencernos que el catalán es el origen de las lenguas romances que se hablaban en la Corona, consideramos que seria interesante hacer un recorrido en la historia con el único propósito de aportar un poco de luz a este asunto, aunque estoy totalmente convencido que:
“Intercambiar argumentos con alguien que ha renunciado a la lógica, es como darle medicina a un muerto” (Thomas Paine).
En el siglo VIII, comenzando la reconquista cristiana dirigida por los reyes francos, durante ese periodo, fue imponiendo la modalidad de la lengua proveniente de la Occitania, como lengua, sobre el romans vulgar muy arabizado que se hablaba en estas tierras. Esto sucedió por dos causas:
La primera por haber estado los habitantes de la región conquistada por los musulmanes en el año 714, refugiados en la Septimania Norte entre 90 y 435 años (tierras occitanas de habla lemosina).
Segunda, por los guerreros y nobles que conquistaron las tierras de los condados de Aragón, Sobrarbe, Ribagorza, Barcelona, Ausona, Besalú, Girona, Pallars: Jussá y Subirá, Ampurias y Urgel - Urgell, tierras todas ellas repobladas con gente occitanade habla d'oc o lemosina (existen un sinfín de cartas otorgadas por los reyes francos y los de Aragón. Las ultimas están fechadas por Pedro IV de Aragón). Al frente de los condados los reyes colocaron todos ellos nobles occitanos de lengua d'oc o lemosina.
Los Condes de Barcelona, eran occitanos de nacimiento o descendientes de ellos, desde el primer Conde Bera, hasta el último Ramón Berenguer IV. Todos ellos eran de habla lemosina (en 1.162, el condado pasó a formar parte de los reyes de Aragón con Alfonso II, también de lenga romans)
En los archivos de la Corona de Aragón, se guardan unos documentos del Condado de Barcelona (tal vez por esto no son reclamados), donde Ramón Berenguer III escribió con motivo de su boda con la condesa Dulce de Provenza: "Siendo los condados de Barcelona y de Provenza una tierras muy parecidas, tener gente parecida y con una lengua común, el LEMOSIN, bien podrían formar un reino".
Principios del siglo XVI, con la unión de los reinos de Castilla y Aragón, el castellano fue relegando al lemosín, como lengua de uso de la corona de Aragón. Nació un interés entre los intelectuales de la Corona de Aragón y por ello fueron creándose organismos para su conservación.
Anteriormente, nace el Siglo de Oro de las Letras Valencianas, abarca prácticamente todo el siglo XV y fue la época de máximo esplendor de la Lengua Valenciana escrita. Durante este siglo, autores tan reconocidos como Jordi de Sant Jordi, Ausiàs March, Joanot Martorell, Joan Roiç de Corella, Jaume Roig o Sor Isabel de Villena.
La lengua mallorquina y balear, fue reconocida en 1840 por la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona. Por la Real Academia Española en 1928. Por segunda vez por la Real Academia Española, cuando en 1959 ratificó la categoria de lengua independiente con la misma categoría que la valenciana y la catalana (Boletín de la R.A.E número correspondiente a los meses de septiembre/diciembre de 1959).
En 1833 el poeta Buenaventura Aribau compone “ Oda a La Patria “ un poema convencional , escrito en Madrid, en homenaje a su jefe comercial, un tal Remisa con motivo de su fiesta onomástica. En esta poesía, el tal Aribau no habla aún de “lengua catalana”. Sólo nombra, nada menos que cinco veces, a la “llengua llemosina” como su lengua materna. Los nacionalistas lo exaltan como una exaltación de la lengua catalana, pero si lo leen, verán que su exaltación es para el lemosín. La quinta estrofa dice así:
En llemosisoná lo meu primer vagit,
quant del mugró matem la dolça llet bebia;
en llemosi al Senyor pregaba cada dia,
e cántichs llemosinssomiaba cada nit.
Esta oda inicial de Aribau fue seguida por Rubió y Orts en su Lo Gayter del Llobregat, en el año 1841.
En 1842 el Padre de la Romanística Europea, el alemán Friedrich Diez, publica la primera edición de su “Gramática de las Lengua Románicas “ en la que expone su clasificación de seis lenguas fundamentales “por su importancia literaria”, nacidas del rompimiento del latín :
Dos al este: Italiano y Rumano
Dos al sur-oeste: Español y Portugués
Dos al nor-oeste: Provenzal y Francés
En esta clasificación no se deja ningún sitio especial al catalán , que es asignado al “dominio del Provenzal” y no es considerada lengua romance independiente, “además de existir en estado latente su fraccionamiento dialectal” (V. E. Vidos: ”Manual de Lingüística Románica”. Universidad de Nimega. 1963). Cataluña fue, hasta el 1906, un mosaico de dialectos.
Antonio de Bofarull y Mariano Flotats, (catedráticos de la universidad de Barcelona y archiveros de la corona de Aragón) en 1.848 tradujeron al castellano y editaron “La Historia de la vida del Monarca don Jaime I de Aragón, el Conquistador”. Como ellos hacen constar, partiendo de lo escrito por el mismo monarca en LEMOSIN. En el prólogo de dicha biografía Antonio Bofarull, repite más de 20 veces las excelencias del limosín, pero 26 años más tarde edito Antonio Bofarull una gramática, la segunda de llengo catalana, haciendo costar en el prólogo que la llengo catalana no venia del lemosín. ¿Cuándo mintió, en 1848 o en 1878?.
En 1850 Antonio de Bofarull, traduce la crónica del Rey Pedro IV El Ceremonioso ó Punyalet, en la portada podemos leer: Escrita en Lemosinpor el mismo Monarca, y traducida al castellano y anotada por Antonio de Bofarull. Unos años después, (1854), editan una segunda edición donde cambian el lemosin, por catalán.
El 1 de Mayo de 1859 se celebran los primeros “Juegos Florales de Barcelona: Patria. Fides. Amor” bajo los auspicios del archivero Próspero de Bofarull y Mascaró. En la convocatoria de 1860 se nombra secretario “dels Jochs Florals” de Barcelona a Adolfo Blanch en la que cada concursante todavía usaba "su" particular ortografía, lo que revela la caótica situación de la ortografía catalana, que todavía era llamada "llemosí" por Aribau y otros. El panorama catalán era el de un mosaico de dialectos provenzales de camino hacia la “selección natural” por imposición del dialecto barceloní ( al ser el más hablado).
El 9 de febrero de 1861 se intenta en Barcelona una nueva reunión para "unificar" la ortografía que, hasta entonces, era caótica. La reunión para "normalizar" en la que participaron Milá y Fontanals, Víctor Balaguer, Blanch, Flotats y Bofarull fue un auténtico fracaso.
El Consistorio de los Juegos Florales trataba de conseguir la "normalización" de la ortografía, que seguía caótica, y se presentan dos proyectos: uno de Milá y Fontanals y otro el de l´Academia de les Bones Lletres de Balari. El Consistorio de Barcelona se vio ante dos proyectos enfrentados pero, para evitar una especie de guerra civil interna, se evitó tomar una decisión.
1862:
El escritor de FórnolesBraulio Foz en la Revista de Cataluña, escribe; No sé hablar el catalán pero lo entiendo perfectamente, porque en mi tierra (la que llamamos Bajo Aragón) hay pueblos donde se confunden todas las que se han hablado en España, dominando empero la lemosina con un dialecto casi de ella en cada pueblo, así que los naturales de ellos tienen mucha facilidad para entender a los valencianosy a los catalanes(pág. 401) …… tiene pues aun más dialectos la lengua catalana o lemosina en estas nuestras provincias, distinguiéndose entre otros el catalán propio, el mallorquín, el valenciano, el ampurdanés y el que llamaremos literano -por errata, el original dice literario- (pág.404). / Literano, de La Litera, La Llitera, comarca de Huesca /
Como entre los dialectos del catalán he nombrado el literano, y podrá ser que hasta el nombre sea nuevo para muchos, me ha parecido declarar cual es, sin que por eso insista en que se conserve el nombre. Es pues el que se habla en algunos pueblos entre el Cinca y el Segre, especialmente en Tamarite. Y también es muy parecido y casi el mismo que se habla en varios pueblos de nuestra Tierra Baja entre Cataluña y Valencia, habiendo sido sus pobladores después de la reconquista, aragoneses de los llanos y de las montañas, catalanes de las riberas del Segre y aún del centro de Cataluña, y algunos antiguos pobladores (págs. 406-407).
En 1871 Friedrich Díez publica la tercera edición de su "Gramática de las Lenguas Románicas" en la que mantiene su clasificación anterior en las seis lenguas fundamentales por su importancia literaria, nacidas del rompimiento del Latín, dos años mas tarde Mayans i Siscar también afirmaba que “el catalán es un dialecto del lemosín” (“Orígenes del español”. Madrid 1873). Fue Milá i Fontanals quien propago el bulo sobre la “clasificación rigurosamente científica del catalán“.
En 1890 el filólogo suizo W. Meyer-Lübke publica su obra : ”Gramática de las Lenguas Románicas” en la que continúa la misma clasificación de Díez y donde dice (pág 4):” En el este la transición se opera poco a poco con el catalán en el Rosellón: esta última habla (parler), que no es más que un dialecto provenzal”...
"Le catalán qui n'est qu'un dialecte provenzal transporté en Espagne au VIII siècle, pénétra de plus en plus vers le Sud pendant la lutte des rois d'Aragóncontre les Arabes."
En la revista "L´Avenç" del 31 de Marzo de 1891 el joven ingeniero cubano Pompeyo Fabra i Poch, Jaume Massó i Torrents, Joaquim Casas i Carbó dicen que una misma ortografía para el catalán, el valenciano y el mallorquín es "impossible perquè és contra natura”. (Algo muy distinto será el tono amenazante del mismo Pompeyo Fabra a los valencianos, en 1930, cuando quiso imponer su normativa I.E.C. del dialecto barceloní: “El que aneu a fer es molt arriscat”...). Los hombres de L´Avenç, desentendiéndose de la antigua koiné, se lanzaron a la actualización y sistematización del dialecto barceloní con el fin de convertirlo en el moderno catalán literario. Y así, entre todo el mosaico de dialectos catalanes nacidos del provenzal, eligieron e impusieron como “standard” de referencia el “infame e infecto dialecto barceloní”, según definición del erudito Padre Batllori.
Pompeyo Fabra publica su “Ensayo de gramática del catalán moderno” donde explica que el sistema gramatical que se va a adoptar será una normativa que tome como modelo el dialecto barceloní y no el del interior, más rural, porque el barceloní era “la parla más viva” de las que entonces se hablaban....
En 1904 el cura payés mallorquín mosén Antoni Alcover organiza el I Congreso Internacional de la Lengua Catalana y utiliza al profesor alemán Bernhard (Bernardo) Schadel para hacer viable una primera gramática catalana, expuso a sus asesores barceloneses el proyecto del profesor alemán, pero lo encontraron irrealizable porque no existía en toda Cataluña ni una docena de lingüistas especializados capaces de hacer el estudio de una manera científica ni con garantías de seriedad. El 13 de Octubre se inauguró el congreso en el Teatro Principal de Barcelona con un discurso patriotero y de tintes exaltados por Mosén Alcover, alentando a todos los catalanes a "crear" la primera gramática y diccionario de la lengua catalana.
Prat de la Riba, quien creó el Instituto de Estudios Catalanes en 1912, presidente de la Diputación de Barcelona, y presidente de la primera Mancomunidad de Cataluña, sistematizador y potenciador del independentismo catalán, dice:
“En las costas del mar Sardova a encontrarse la etnos ibérica, la nacionalidad ibera extendida desde Murcia al Ródano, o sea desde las gentes libio fenicias de Andalucía oriental hasta los ligures de la Provenza”.
En el Levante de la península Ibérica se dan por lo menos los siguientes dialectos con las características precedente de una evolución del latín vulgar sobre un sustrato de la lengua ibera: Apitxat - apichat, Meridional, Alicantí, Mallorquí (de Tarbena i la Vall Gallinera), Valencià, Murciá (desaparecido), Ribagorçà, Pallarès, Lleidatà, Tortosí, Matarraña - Matarranya, Maestrat, Castellonenç Salat de la Costa Brava (Sa Costa Brava), Barceloní, Tarragoní, Xipella, Menorquí, Eivissenç. A las que hay que añadir el chapurriau de la franja oriental de Aragón. O la franja del meu cul.
A estos dialectos, localizados en España hay que añadir todas las variantes de la lengua occitana, localizadas en el sur y centro de Francia, que tienen las mismas características de las españolas, entre ellas el limosín, el aranés ( que viene del auvernhat - gascón según fuentes), el gascón, el provenzal(la lengua de los trovadores), el vivaroaupenc.
Gerhard Rohlfslingüista y Romanista Alemán, en 1926 Catedrático de Filología Románica en la Universidad de Tubinga, alumno de Friedrich Díez, defiende el mismo criterio científico que su profesor.
El Filólogo suizo-alemán Meyer Lübcke en su libro dice: “el catalán, que no es más que un dialecto del PROVENZAL” (Grammaire des Langues Romanes". Paris.1890. Pág. 13).
En 1959 la Real Academia Española adoptó el importantísimo acuerdo, escamoteado, de sustituir el término dialecto por el de lengua, y ello especialmente por razones científicas. Poseemos el fidedigno testimonio de Julio Casares, Secretario Perpétuo a la sazón:
"También ha estado en cierto modo presente la política en las recientes deliberaciones de la Academia, SE HA DADO EL VISTO BUENO a totalitarismo, antimilitarismo, antisemita y antisemítico (...) Y no está exenta de alcance político la RECTIFICACIÓN QUE SE HA HECHO en las definiciones del catalán, valenciano, mallorquín y balear con el fin de AJUSTARLAS A LAS EXIGENCIAS DE LA LINGÜÍSTICA, dando de paso espontánea satisfacción a los naturales de las respectivas regiones. Del VALENCIANO, por ejemplo, se decía dialecto de los valencianos. AHORA SE LE RECONOCE LA CATEGORÍA DE LENGUA, y se añade que es la hablada en la mayor parte del antiguo reino de Valencia; y la nueva definición del catalán pondrá término a las consultas que recibo un día sí y otro no, para que diga si es lengua o dialecto. Hela aquí: Lengua romance vernácula que se habla en Cataluña y en otros dominios de la antigua corona de Aragón".
En 1972 D. Antonio Ubieto Arteta, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Valencia y archivero de la Corona de Aragón, lee en el Paraninfo su lección magistral “Los Orígenes del Reino de Valencia” en la inauguración de curso 1972-73. En esa investigación el profesor Ubieto desmonta todas las falsas teorías catalanas que se querían imponer en la Universitat de Valencia sobre la conquista del Reino de Valencia y demuestra que el porcentaje de catalanes venidos a Valencia fue escaso (algo que innumerables veces hemos denunciado en esta pagina), y no pudieron traer la lengua, porque “el romanç valencià” ya existía en el Reino moro de Valencia.
A partir de ese momento el profesor Ubieto y su equipo es acosado y amenazado de muerte por las nuevas huestes catalanizantes que se habían apoderado materialmente de la Universidad y tiene que trasladarse a la Universidad de Zaragoza, y así, poco a poco, el monolitismo histórico-lingüístico catalán acabó con el pluralismo libre pensante que durante tantos años había ilustrado las aulas literarias universitarias. Esa asfixiante situación es la que ha perdurado y perdura. Y la universidad de Zaragoza ya se ha contaminado. Un ejemplo: Javier Giralt Latorre, pero hay más.
Ver AVL = IEC = Ascuma en Calaceite.
En 2003 el Profesor Blanchet afirma que el catalán es un dialecto provenzal y advierte de las presiones lingüísticas desde Cataluña.
Francisco Rodríguez Adrados Filólogo y Académico experto en lenguas clásicas en febrero de 2008 recuerda que antes del siglo XX solo existían dialectos y fue Pompeyo Fabra quien estableció el catalán como una lengua. Miembro de la Real Academia Española y de la Real Academia de la Historia es autor de Historia de las lenguas de Europa.
José Angeles Castelló reconocido lingüista y profesor docente durante 18 años en Estados Unidos dirigiendo el departamento de Estudios Hispánicos en la Universidad del estado de Florida reconoce las diferencias lingüísticas de los territorios de la Corona de Aragón y citando a Kosh:
Las lenguas mueren por los niños, una persona mayor no puede renunciar a su lengua, pero el niño que de momento no tiene una lengua los maestros se la imponen (lo estamos viendo en la actualidad).
No es el catalán una lengua románica que siempre haya estado entre las lenguas en personalidad propia: todo lo contrario, era considerado como una variedad dialectal de la lengua provenzal, y sólo desde hace relativamente poco, ha merecido la categoría de lengua neolatina independiente (Gramática histórica catalana. Editorial Gredos). A. Badia Margarit. Rector de la Universidad de Barcelona.
Resumiendo:
No fue hasta el I Congreso de la Lengua Catalana (1906) en la que el catalán abandonó su condición de dialecto para adquirir de forma oficial el estatus de lengua independiente por primera vez en su historia. Hasta entonces el catalán era considerado un dialecto de las lenguas de Oc.
Hoy, mayo 2016, los habitantes de Limoges (centro de Francia) que conozcan el limosín, no tienen dificultad para comprender los dialectos hablados en la región de Cataluña, o en la de Valencia, lo que confirma que existe una misma lengua fraccionada en dialectos, algunas de cuyas piezas son los dialectos usados en el pasado y en la actualidad en el territorio llamado Cataluña.
¿Porque si en Cataluña, como hemos probado no se crea una léxica común hasta 1906 quieren imponernos su léxica cuando los territorios en cuestión llevan siglos con su propia cultura y tradición?, ¿que interés sino es el meramente político mueve los hilos de esa imposición lingüística?
Quiero invitar a las fuerzas políticas de Aragón, Baleares y Valencia a defender nuestra cultura que sin duda tiene mucho recorrido común con Cataluña, ante la imposición que desde la Generalidad catalana quieren imponernos. Durante siglos fuimos una Corona temida y respetada, que ese respeto se mantenga entre los territorios que en antaño formamos la gloriosa Corona de Aragón.
ENSAYO DE UN
DICCIONARIO ARAGONÉS-CASTELLANO POR DON MARIANO
PERALTA, ABOGADO DE LOS TRIBUNALES DEL REINO **(dedicatoria y
firma: Al Sr. Conde de Ay* Su *ser.° de aprecio El
autor) CON LICENCIA: ZARAGOZA. IMPRENTA REAL. AÑO
1836.
Amigo mío: aunque
no mediasen los motivos de la amistad, que para mí siempre serán
muy principales, bastaría para ofrecerle este Ensayo el derecho que
tiene V. a ello, como escritor aragonés, que no se deshonra de
parecerlo en su estilo, si es que no fue envidia del crítico que le
notó de provincialismo. No soy tan lince que en las obras de V.
señaladamente en la del Verdadero Derecho Natural conozca la patria
de su autor, y aun me atrevo a decir, que no la conociera ningún
español, ni sospechara nadie que había nacido en las riberas del
Ebro, (en Fórnoles, comarca del Matarraña) si V. mismo no lo
hubiera asomado en aquellas expresiones, nuestro fuero aragonés,
nuestros mayores y otras que V. usa en esta obra. Pero habiendo
sabido, que no se defendió V. de la crítica de aquel temerario,
diciendo, “que caso de ser fundada la miraba V. como un testimonio
del mérito de su estilo, y que si podían tacharle de aragonés,
nunca le podían calificar de afrancesado,” lo que es muy raro
entre nuestros modernos escritores: me ha parecido que era este un
título de justicia *para que le dedicase esta obrita, cuya
publicación se debe sólo a las instancias de V. A la autoridad
del hecho que he referido se debe la idea general del discurso
preliminar; y aun las observaciones oportunas (en mi concepto) con
que en él se defienden del supuesto provincialismo de nuestros
escritores.
Antes de conocer a
V. tenía ya compuesto mi Diccionario, pero ha sido suerte muy feliz
no haberle publicado, pues así ha merecido la aprobación de un
escritor castizo e inteligente con cuya amistad se honrará siempre.
S. S. S. Q. B. S. M.
(Quizás en otra
edición aparece: Zaragoza 6 marzo de 1835. En esta no.)
PRÓLOGO.
Para aquellos que
pretenden reducida la España en materia de idioma culto a los
confines de la Castilla y que sólo juzgan que allí se habla el
lenguaje puro y castizo de los hijos de Pelayo, parece una empresa
ridícula y mezquina la de un Diccionario de las voces que se usan en
Aragón y que no han merecido tener cabida en el de la Academia. Sin
embargo un trabajo de esta naturaleza no sólo es un testimonio de
laboriosidad y de que se ha fijado una atención filosófica sobre
cosas, que no llaman ordinariamente la de los que sólo viven en el
mundo de los muertos conversando únicamente con los autores que
fallecieron en siglos remotos y apartados, sino que es un medio
asimismo de presentar materiales para enriquecer nuestra lengua. Los
idiomas pobres en su principio crecen como los ríos con los caudales
que se les agregan. Los romanos que sojuzgaron la Italia y que
trasladaron al recinto de su ciudad pueblos enteros adoptaron también
parte de las palabras de que usaban aquellos. Podría citarse la voz
Quírites tomada de los sabinos, y aun se podría hacer patente que
fueron a enriquecerse fuera del Lacio con los despojos de otras
naciones acogiendo una palabra española para significar el escudo.
¿Los franceses no han tomado también de nosotros la palabra número
para evitar las equivocaciones que produciría la ambigua aplicación
de nombre? Estas adopciones frecuentes en todos los idiomas
comprueban lo conveniente, que es recoger dentro de una misma nación
las palabras que se usan en las provincias. Un gran provecho
resultará a los magistrados para entender las declaraciones de los
testigos, para penetrar la fuerza de los contratos y ordinaciones
redactadas en este lenguaje, pero también se originará otro
beneficio y es que muchas de estas voces desechadas ahora con hastío
como bárbaras puedan ser admitidas algún día en el Diccionario de
la lengua, después de haber observado, que escritores profundos y
cultos, no reparan en valerse de ellas, para expresar ciertas ideas,
que antes las significaban con rodeos y circunloquios. ¿Por qué no
había de adoptarse en un código rural, la Agüera, Alfarda,
Aguacivera y otras? Será más castellano ni más propio decir
acequia de aguas pluviales, pago de aguas o contribución de estas,
que alfarda? Lo único, pues, que puede oponerse contra las palabras
que contiene el catálogo, que presento, es que no se hallan, o muy
pocas en el Diccionario de la Academia. Pero ¿acaso esta omisión o
calificación de provinciales puede ser un anatema invencible, ni un
justo título de proscripción?
La Academia no puede
ejercer una autoridad tan ilimitada, ni los castellanos pueden dar la
ley hasta tal punto a los aragoneses. Quieren ser los jónicos de la
lengua castellana; pues nosotros seremos los áticos o los dóricos,
y con cualquier título tan castizos y tan buenos como ellos. Los
andaluces alegarán el mismo derecho, que es el uso de su país,
derecho muy legítimo, como que no tienen otro los castellanos, y
podrán también formar su Diccionario.
Es una paradoja
gálica, porque los franceses son los que lo han inventado, para
consolarse de la pobreza de su lengua, y un engaño decir, que la
riqueza de una lengua no consiste en la abundancia de voces, sino en
la diversa significación que tienen, en la variedad y diferencia de
ideas, que unas mismas representan. No sé como los que así sienten,
puedan entender la riqueza de los idiomas. Y lo peor es, que al fin
han llegado a hacer su opinión de moda, porque es corriente entre
nuestros filólogos. Siempre el prólogo de Huerta a sus Sinónimos
me ha parecido obra de un filólogo educado fuera de su patria, en
esa Nación donde es muy usado ese estilo, porque así cree que
conviene a su estimación y al desprecio de las cosas en que otros le
llevan alguna ventaja. Vaya aparte la cuestión, si hay o no
verdaderos sinónimos, que ya sólo puede ponerse a ventilarla el que
nunca haya examinado en dos voces que lo parecen, las ideas ya
simples, ya compuestas que encierran. Pero con todo no puedo menos de
advertir que siempre es argumento en favor de la opinión contraria a
la del Sr. Huerta y de los franceses. Aun en las anticuadas se
hallarán ideas que faltan a las que el uso les ha sustituido, aun en
las simples conjunciones. ¿Quién dirá que por tanto, así que son
absolutamente lo mismo que por ende? Séanlo dende y desde, porque la
diferencia no está en la voz, sino en las letras de una misma; pero
si aquella es diferente, apenas se hallará una en que las ideas no
lo sean. Doy sin embargo que haya una absoluta identidad, ¿nada es
la variedad, la armonía, la facilidad de asonantes y consonantes por
las diferentes terminaciones? Dejemos pues esas paradojas, esos
errores, esas artes a los franceses, llamen ellos claridad a la
mezquindad, exactitud a la ruindad y monotonía de su sintaxis
(sintácsis): y formando la opinión por nosotros mismos, y
por nuestras cosas nacionales, atrevámonos a estimar nuestra
riqueza, y la abundancia, variedad y la generosidad de la más
hermosa lengua de Europa.
No se trata en este
Diccionario de la las voces particulares de un dialecto, porque este
nombre no se puede dar sino a una lengua distinta de otra en algo en
la sintaxis, o por lo menos de la declinación de los nombres y
conjugación de los verbos, y semejante a la misma en lo general de
ella. Sería dialecto del español la lengua que hablan nuestros
aragoneses del Somontano, porque sin dejar de ser española tiene
diferencias bastante considerables en lo esencial de todo idioma.
Allí dicen, o mulo, os mulos por el mulo, los mulos: tu yés, el yé,
por tú eres él es: vinon, tubon, se fuen: por vinieron, tuvieron,
se fueron: a yo, por a mí: subiba, teneba: por subía, tenía: gosa
ser, gosa tener: por debe de ser, debe de tener: bel tunante que la
quie engañar, por algún tunante que la quiere engañar: bella
muller d'a galera, por alguna mujer de la galera. Esto es un
verdadero dialecto de la común lengua española; pero no lo es la
que se habla en Zaragoza ni en parte alguna de Aragón (fuera de
esa), porque es absolutamente la misma de Castilla. Una que otra voz
ni muchas no hacen diferencia de idioma.
Muchas de estas son
tomadas del lemosín o catalán, por la proximidad a Cataluña y la
antiquísima unión de estas dos naciones. Pero no por eso se crea
que en Aragón se habló el catalán en algún tiempo, como dice sin
ningún fundamento el Marqués de Mondéjar, que quiere atribuir al
rey Fernando 1.° la introducción de la lengua castellana. Poco
había leído de nuestros antiguos escritores, y poco sabía de
nuestras cosas. El rey Fernando vino a principios del siglo XV
(después del Compromiso de Caspe) y ya mucho antes hablábamos
la misma lengua que ahora, si bien usábamos algunas voces que poco a
poco se fueron dejando, como también ha sucedido en Castilla. En
1385 decía D. Juan 1.° escribiendo a los jurados de Zaragoza. Omes
buenos, bien creemos que habedes sopido, como en el principado de
Cataluña no hay aquella abundancia de pan que sería menester.
Pregunto; ¿cómo se diría esto en Castilla en aquel tiempo? ¿Era
otra lengua o estaba más adelantada la que entonces hablaban los
castellanos? Sin embargo aún tardó más de veinte años a venir el
rey Fernando del Marques de Mondéjar.
Que en Aragón
resultase del latín, del arábigo y del gótico una lengua tan
parecida, o la misma que resultó en Castilla, no debe admirar,
porque con los mismos elementos en el idioma, la misma pronunciación,
las mismas costumbres, las mismas causas políticas y religiosas, el
mismo cielo, el mismo carácter y una comunicación y mezcla tan
continua entre ambas naciones, fuera imposible suceder otra cosa. No
así en Cataluña donde la corrupción del latín vino de la Provenza
con los primeros reconquistadores. Conque ni los castellanos
introdujeron aquí su lengua, ni es diferente la nuestra de la de
ellos: es uno mismo y solo idioma.
No todas las voces
que usamos nosotros y son extrañas en Castilla pertenecen al
lemosín, aunque hay algunas que tienen este origen. Unas son
latinas, otras derivadas de raíces españolas, otras arábigas, lo
que demostraría su etimología si se examinase. Pero para prueba
véase en estas. Concieto (apetito fuerte y especial de comer o beber
alguna cosa determinada) viene de conceptus (deseo concebido) que es
muy latino. Porgar (acribar, ahechar) de purgare, (limpiar). Pinocha
de Pinna o pinus, por la figura. Trasmudar de transmutare. Remondar
de mundare (limpiar) Recantillo de canto (extremo) y re que tiene
fuerza de trabajado, repetido, redoblado, porque así se hace una
buena barda. Vesque (liga) de Viscus. Botinflado de boto (cuero) e
inflar. Basta de etimologías. Las voces arábigas son harto
conocidas, y no es menester citarlas. En fin tenemos también algunas
griegas, como entre otras: aturar, que es parar en un sitio por estar
entretenido o cebado en alguna distracción o juego. Caloyo,
recental, cabritillo.
El desprecio o nota
infamatoria con que los castellanos desechan algunas voces nuestras
es una injusticia, y una presunción exorbitante; y esto se funda en
que los castellanos tienen un diccionario de su idioma, en el cual se
han visto obligados a dar lugar a algunas voces extrañas a su
provincia, como lo son muchas de las suyas para nosotros. La disputa,
pues, debe ser, si un escritor aragonés puede usar las voces que
aquí usamos propias de nuestra provincia, que usaron ya, o no
usaron, nuestros escritores de otros siglos.
Que los castellanos
se rían, sólo prueba que les sorprende un lenguaje a que no está
acostumbrado su oído. Porque ¿en qué se funda la autoridad de las
lenguas? La contestación no la darán sin que podamos sacar
ventajas. Así también un ateniense se burlaba de unas sicilianas
porque dorizaban, y con todo nunca aquellos en su dialecto supieron
componer cosas tan amables y preciosas y en estilo tan dulce.
No podemos los
aragoneses oponer a los castellanos un poeta que haya usado nuestras
voces provinciales, igual a un Garcilaso. Pero sin esta
circunstancia, aunque algunas quizá (quizà, con à) se les
encontrarían, permítaseme citar a los Argensolas, los cuales no
aprendieron su lengua en Castilla, en Toledo, Valladolid, o Alcalá
de Henares, sino en Aragón, en Barbastro, Huesca y Zaragoza. Y dijo
de estos (Lopez) Lope de Vega, que habían ido de Aragón a
Castilla a enseñar la lengua a los castellanos. En efecto así estos
dos escritores célebres, como otros de menos nombre, hablaron la
lengua española tan bien como los más cultos toledanos del siglo
XVI. Que si Cervantes reprende, no sé qué dialectismo en el autor
tordesillesco, ya se sabe que habló en odio de los Argensolas, y con
tan mala prueba no obstante, que ni Tordesillas es pueblo de Aragón,
ni se conoció acá ningún Avellaneda. (Tordesilos sí es de
Aragón, cerca de Alustante, Guadalajara)
No diré yo que los
antiguos escritores aragoneses no se pueden conocer por el estilo; y
aun los modernos; pero será como se distinguen los toledanos de los
sevillanos de aquel siglo, y unos y otros de los que se criaron en
Castilla la Vieja. Notarase lo más un cierto carácter, una índole,
que consistirá precisa y únicamente en más o menos naturalidad,
candor, popularidad, ingenuidad: en mayor o menor concisión, gracia,
energía o suavidad. Pero todos hablan la misma lengua, y fuera de
una que otra voz o frase, tan la misma, que sólo un filólogo
consumado podrá conocer por el estilo donde aprendió a hablar y
cultivó la lengua el escritor que se examina. ¡Ojalá todos ellos
hubieran tomado más de la índole de sus respectivas provincias, más
de su diccionario particular, de sus costumbres y leyes: así
tendríamos una lengua más abundante y varia, como hicieron y
lograron los italianos, y como sobre todos hicieron y lograron los
griegos; pues no se deben a otra causa sus varios, hermosísimos y
encantadores dialectos. Si yo hubiese nacido en Somontano, o hablase
con perfección aquel dialecto, puede ser que me probase a componer
en él algunas églogas, que respecto de la común lengua española,
presentarían el rústico pero suavísimo dialecto dórico de Bion y
Teócrito en la griega.
Advierto que no
todas las voces de este Diccionario son igualmente cultas: hay
algunas bajas, otras son familiares, otras burlescas, otras jocosas:
pero este juicio se deja a la educación, gusto y oído del que
conoce la lengua.
Decimos pues,
respondiendo a la pregunta de arriba, que con la debida elección, y
según la naturaleza de la obra que se escribe, se pueden usar estas
voces en escritos para el público, y por supuesto en instrumentos de
notarios, en la conversación y trato familiar, sin ningún
escrúpulo, como las más puras castellanas, o de la común lengua
española. ¿Qué poeta reparará en una égloga en usar de la voz
ternasco, (cabritillo destinado para regalo de la mesa), tan legítima
por su etimología (tierno) y tan castiza por el sonido? ¿Qué poeta
describiendo el campo no usará la suave y hermosa voz, Ababol, por
la especie de amapolas que se crían en las mieses en primavera, y
que en lemosín se llaman, ruellas, ruillas, por su color rojo? Pues
no menos hermosas que esta hay muchas en este diccionario. Otras son
expresivas de un modo particular. Otras graciosas; otras sonoras: y
aunque todas tuvieran sus equivalentes en castellano, y equivalentes
rigurosos ¿quién se privará de esta riqueza y variedad; sobre todo
en poesía, por un respeto casi idólatra a la Academia de Madrid? Si
en vez de ir Fernando el Católico a Castilla, hubiese venido la
reina Isabel a Aragón y fuera Zaragoza la corte de España; aquí se
hubiese formado el diccionario de la lengua, y contendría nuestras
voces como primeras y las provinciales de Castilla como segundas.
Prevengo que los
zaragozanos hallarán aquí algunas voces que ellos no usan, y quizá
echarán (de) menos una que otra de las más usadas en esta
capital: pero aquello deben atribuirlo a la generalidad del
diccionario, y esto a un cuidado muy especial, que hemos puesto en el
discernimiento de las mismas voces. Las hay en todas las lenguas que
por su rustiquez, inutilidad o corrupción no deben estar en ningún
diccionario. Las propias de nuestros fueros se darán en un apéndice
al que precederá un tratadito del derecho público político y civil
de los aragoneses, cuando tomando consejo de las circunstancias, me
parezca que puedo y debo publicarle.
Explicación de las
abreviaturas. Agr. Agricultura. Adj. Adjetivo. Adv.
Adverbio. Ant. Anticuado. P. u. Poco usado o sólo en algunos
pueblos. For. Forense. n. Nombre. V. Véase. v. a. Verbo
activo. v. n. Verbo neutro. v. r. Verbo recíproco. -
Separación de las varias acepciones de un vocablo, o señal para
excusar la repetición de las voces.
DICCIONARIO
ARAGONÉS-CASTELLANO.
A
Ababol. n.
Amapola que nace en la mies en primavera.
Abadía. n. Casa del
cura de un pueblo. Abadiado. n. Territorio de la abadía.
Abejero. n. Abejaruco. Abispado (avispado). adj.
Agudo, vivo, entendido y activo. Abolorio. n. for. Abolengo.
Retracto gentilicio. Abrahonar. v. r. Ceñir por los brahones.
Abrevador. n. Abrevadero. Acacharse. v. r. Agacharse.
Acampo. n. Dehesa. Acantalear. v. a. Caer granizo grueso.
Acapizarse. v. r. Asirse a las greñas. Acoplar. v. a.
Atraillar, unir dos personas o bestias. Acortadizos. n.
Cortaduras, desperdicios de papel, guantes, etc. Acorzar. v. a.
Acortar. Acotolar. v. a. Aniquilar, acabar con alguna cosa.
Ademprío. n. Ejido, término común de pasto. Ador. n. Turno
en el riego. ADULA. n. Hato de ganado mayor de todo un pueblo,
reunido para pacer (la dula). - Terreno que no tiene riego
destinado. AFIRMARSE. v. r. Ajustarse, contratar un criado o
criada su servicio. AGRAMAR. v. a. Machacar cáñamo, lino.
AGUA ESMERADA. Agua reducida a menor cantidad por la acción del
fuego. AGUACIBERA (aguacivera). n. Tierra sembrada en seco
y regada después. AGUAITAR. v. a. Acechar. AGÜERA. n.
Acequia para dirigir el agua pluvial a los campos. AGUJA. n.
Alfiler. AGUATIELLO. n. Abertura hecha en la pared, para despedir
el agua de un patio, calle etc. ALACET. n. Fundamento de un edificio.
ALADRO. n. Arado. ALAICA. n. Aluda, hormiga con alas.
ALAMBRE. n. Hilo de hierro. ALBADA, n. Alborada. - Canción
de los mozos al rayar el día.
ALBARÁN. n. Papel
de obligación privada. - El que se da en Cuaresma para acreditar el
cumplimiento con la iglesia. ALBELLÓN. n. Arbollón. n. Albañal.
- Conducto subterráneo de piedra en los campos para dar salida a las
aguas sin perjuicio de la labor. ALBERGE. n. Albaricoque.
ALCOVILLA. n. Chimenea sólo para calentarse. ALCORZAR. v. a.
V. Acorzar. ALERA FORAL. n. agr. Pastos comunes a dos o más
pueblos. ALFALZ o ALFALCE. n. Alfalfa.
ALFARDA. n.
Contribución por el riego.
ALFARDÓN. n.
Arandela.
ALFARRAZAR. v.
Pactar el pago de una cosa por otra.
ALFÓNDIGA. n.
Alhóndiga.
ALGORÍN. N.
Atajadizo para poner la aceituna separadamente. - Sitio para tener a
mano harina, cebada etc.
ALMADÍA. n. Balsa
de maderos, o conjunto para conducirlos por los ríos.
ALMENARA. n. Zanja
para conducir al río el agua sobrante de una acequia.
ALMOGÁBARES
(almogávares). n. Tropa irregular de Aragón.
ALMUD. n. La dozava
parte de una fanega aragonesa.
ALMUDÍ. n.
Alóndiga.
ALMUESTAS. n.
Tributos reales.
ALMUTAFAT. n.
Almotacén, fiel de pesos y medidas.
ALQUEZ. n. Medida de
doce cántaros de vino.
ALUFRAR. v. a. Ver
con prontitud. - preveer.
ALUM. n. Alumbre.
AMANTA. adv. Mucho.
AMERAR. v. a. Merar,
mezclar el agua con vino, etc. - Amerar la olla: echar agua en olla
de nuevo. AMORGONAR. v. ac. agr. Tender los sarmientos para que
arraiguen. AMOSTA. adv. Lo que puede cogerse con las
palmas de las dos manos juntas. AMPRAR. v. a. Pedir o tomar
prestado.
ANDADERAS. n. Secas.
ANDADOR. n. agr.
Andén, calle de jardín. - Ministro de Ayuntamiento.
ANDALOCIO. n. Lluvia
de poca duración.
ANEGA. n. Fanega.
ANTECOGER. v. a.
Coger las frutas antes de tiempo.
ANTIPOCA. n.
Instrumento, por el cual uno se declara deudor. ANTORCHERA. n.
Velón de cobre. ANTOSTA. n. Tabique. APAÑAR. v. a.
Remendar. APARADOR. n. Basar. APENAR. v. a. Intimar una pena
ya señalada. APERCAZAR. v. a. Coger con alguna dificultad.
APETENCIA. n. ant. Apetito. APOCA. n. Recibo. - Testimonio
que dan los curas y frailes por las misas de algún cargo que han
celebrado. APRENSIÓN. n. for. Uno de los cuatro procesos
forales. ARGUELLADO. adj. Desmedrado en salud. ARGUELLARSE.
v. r. Parecer enfermizo y desmejorado. - No blanquear la ropa, lo que
debiera. ARGUELLO. n. Desmedro. - Suciedad. ARIBOL. n. Aspa:
ARMADÍA. n. V. Almadía. ARQUIMESA. n. Papelera. ARRAMBLAR.
v. a. Dejar una avenida llena la tierra de arena. - Llevarse uno todo
lo de una especie o muchas cosas con grande ambición o codicia.
ARTIGA. n. Tierra recientemente roturada. ARTO. n. Espino.
(??? si florecen os artos, nieve en os altos)
ASOLARSE. v. r.
Aclararse los licores turbios bajando al suelo las partículas más
gruesas. ATAR, fardos, paquetes. v. a. Liar, etc. ATRAZAR. v. a.
Trazar, disponer el éxito de alguna cosa.
ATRAZO. n. Persona
desaseada y despreciable. ATURAR. v. a. Hacer parar o detener
las bestias. - El que a 40 años no atura, a 50 no adevina, a 60 desatina. V. el prólogo. AUGETAS. n. Albricias, gratificación
que se suele dar a las criadas en casas particulares, mesones,
diligencias. - Especie de pastel. - Penca de escarola cocida.
AVEZAR. - AMALVEZARSE. v. r. Aficionarse, cebarse. (chap.
aveá, aveás, malveá, malveás)
AZAROLLA. n. Serva.
(acerola)
AZUD. n. Presa para
sacar agua de un río.
AZUDA. n. Noria.
B
BABAZORRO.
adj. Rústico, tosco. - Dícese con desprecio del joven que se atreve
a mayores empresas de lo que está bien a su edad. BADAL. n.
Carne de las espaldas y costillas. BADINA. n. Charco o laguna que
deja un río. - De aquí embadinar. BANDEAR LAS CAMPANAS.
Tocarlas, haciéndoles dar vueltas. BAGA. n. Cuerda para atar
cargas. BAGUETA o BAGUERETA. V. Baga. Ballón. n. agr. Arroyo
pequeño. BALLUECA. n. agr. Ballico, joyo, especie de cizaña.
BÁNOVA. n. Colcha
de lana, cubierta de cama. BARBADO. n. agr. Sarmiento con
raicillas para plantarse. BARCHILLA. n. La doceava parte de un
caiz de granos. BARDO. n. Barro. BARRAL. n. Garrafa.
BARREÑO. n. Jofaina. BASTA. n. Hilván. BASTARDELO. n.
Minutario, cuaderno de borradores de las escrituras. BASTE. n.
Basto, especie de albarda. BATEAGUAS. n. Paraguas. BATIR. v.
a. Verter, arrojar, desechar, derribar. BATUECO. adj. Huevo
huero. BÁZARO de cera, pez, etc. n. Escoria. BECCARDÓN. n.
Agachadiza. BERGANTO. n. Cardenal, señal o hinchazón que deja
el látigo. BERLANCO. n. V. Berganto. Besque. n. Liga.
BIMARDO. n. Novillo, buey de dos a tres años. BISALTO. n.
Guisante. Bisca. n. Remurguillo, viento no muy fuerte, pero frío
y penetrante. BISTRAER. Sonsacar. BISTRETA. n. Cantidad que
en lo antiguo se adelantaba a un procurador.
BLANQUERO. n.
Blanqueador.
BOALAR. n. agr.
Dehesa.
BOIRA. n. Niebla muy
espesa.
BOJARDONES. n. agr.
Especie de setas.
Bofo. adj. Fofo.
Bolado. n. Pan de azúcar rolado. (panal de azúcar).
BOLEA. n. Pelota jugada al aire. - fam. mentira. BOLISA. n.
Pavesa, motilla en la ropa, y la que vuela en el aire. BOLLO. n.
Chichón. Boñiga. n. Excremento del ganado vacuno (bacuno).
Boque. n. Macho cabrío. Botiga. n. Tienda de mercader. -
Taller de un artista. BOTINFLADO. adj. Hinchado. Boto. n.
Pellejo, cuero para poner vino. BRAZAL. n. agr. Arroyo, hijuela
de acequia. BRESCA. n. Panal de miel. BRISA. n. Orujo de la
uva. BROCAL de canal. n. Bocal, azud (o presa). BROCUL,
BROQUIL o BRÓCULI. n. Brócules, col. Buco. n. V. Boque. BUEGA.
n. Mojón, linde. BULCAR. v. a. Volcar. BURO. n. Greda,
arcilla. BUSCA. n. Mota. BUIDADOR o BUIRADOR. n. El que
trabaja en latón o cobre.
С
Cabezana. n. Cabestro. CABIDAR. v. a. Ahorrar,
economizar. CABALLÓN. n. agr. Lomo de tierra que divide las eras
de los huertos. CABEZERO. n. Inquilino principal de una casa.
CABREO. n. Libro becerro. Cacha. n. Envite falso en ciertos
juegos de naipes,
CACHILADA. n.
Lechigada.
Cacho. adj. Gacho.
Cadejo. n. Madeja.
CADILLO. n. La flor
del olivo cuando sale el fruto. - Cachorro.
CADIELLO. V.
Cadillo.
CADIERA. n. Escaño,
banco de respaldo.
Cado. n. Madriguera.
CALAJE. n. Cajón o
naveta.
CALAMONAR. v. a.
Corromperse o fermentar la yerba u otro vegetal.
CALIBO. n. Rescoldo.
CALOYO. n. Recental, cabritillo destinado para el plato.
Callizo. n. Callejuela, calleja.
CAMAL. n. Rama.
CAMPAR. v. n.
Solazarse. - Descollar, sobresalir: lucir el garbo, pasear con
vanidad u ostentación de la ropa, riqueza, etc. CANALERA. n.
Canal de tejado. CANERO. n. Salvado grueso. CANSO, CANSE o
CALSO DE AGUJA. n. Ojo de aguja. CANTAL, CANTALAZO. n. Canto o
piedra grande. Caño. n. Cueva para refrescar el agua, vino en
verano. CAÑUTO. n. Alfiletero. CAPAZA. n. Espuerta para los
molinos de aceite. Capazo. n. Esportilla. CAPARRA. n.
Garrapata. CAPARRÓS. n. Caparrosa. CAPEL. n. Capullo, se
dice del gusano de seda. CAPELARDENTE. n. Tumba. (capilla
ardiente) Capítulo. n. Cabildo de cualquiera iglesia.
CAPOLAR. v. a.
Cortar menudamente carne, cebolla. CAPSUELDO. n. Ventaja del uno
por diez le da al que paga ciertas deudas antes del término. Y así
se dice ganar capsueldo o capsuelda, por pagar anticipadamente.
CARAMULLO. n. Colmo. CARDELINA. n. Jilguero. CARDÓN. Árbol.
n. agr. Laurel silvestre. CARIÑAR. v. a. Echar (de) menos
a una persona, lugar, etc. sentir su ausencia y privación.
CARIÑARSE. v. r. Sentir tristeza por la ausencia de los amigos,
padres, etc. Sentir novedad triste de un lugar, de gentes no
conocidas, etc.
CARNERARIO. n.
Panteón u osario.
CARPETA. n. Cubierta
de carta.
CARRAÑA. n. Ira:
persona de mal genio.
CARRAÑAR. v. n.
Regañar.
CARRAÑÓN. adj.
Regañón.
CARRAZA de n. Ristra
de ...
CARRAZO de uva. n.
Racimito de la uva.
CARRADA. V. Carraza.
CASAL. n. Solar:
edificio de casa arruinado.
CASERA. n. Ama de
gobierno.
CAJETA. n. Cepo para
pedir limosna.
CAVAL (cabal).
n. Peculio, pegujar, de los hijos segundos.
CAVALERO. n. El hijo
que no es heredero. (aquí aparece cabezero. n. Inquilino
principal de una casa.)
CAZUELO o CAZUELA.
n. Cacharro.
CENERO. n. Terreno
no pacido.
CENTENAR, CENTENAL O
CENTENERO. n. Cuenda de madejas.
CENSAL. n. Censo.
CENSALISTA. n. El
acreedor a los censos.
CEÑAR, v. a.
Guiñar, hacer señas.
CEPRÉN, CEPRENAR.
Palanca: mover algo con ella. CERCILLO. n. Arco de cuba. CERPA
DE LANA. n. La porción que puede cogerse con los dedos. CHAFAR.
v. a. Escachar, machucar: - dejar burlado a uno con una salida que no
esperaba. CHAFARREAR. v. a. Hablar, platicar. CHANDRO. adj.
Flojo, desaseado. CHANCHULLO. n. Bahorrina, conjunto de cosas
despreciables y asquerosas. CHAPARRAZO. n. Chubasco. CHAPEAR o
CHAPIAR. v. a. Chapotear. CHARADA DE FUEGO. Llamarada de poca
dura duración.
CHARRAR. v. a.
Charlar, hablar con indiscreción.
CHEMECAR. v. n.
Quejarse.
CHEMECO. n. Quejido.
CHIRNETE. N.
Chichón.
CHIRIGOL. n. Pisto.
(algunas no están
en este orden en el texto que tengo delante)
CHORDÓN. n.
Frambuesa: zumo de fresas.
CÍA. n. Silo.
CIBIACA. n.
Parihuelas, andas.
CIRIUELO. n. Libro
de cerilla. CHOLLAZO. n. Pescozón. CHOTA. n. Vaca. -
Ternera.
CHULLA. n. Lonja de
tocino, carnero, etc.
CLAMOR. n. f.
Barranco o valle, que es arroyo crecido en las lluvias copiosas.
COBAR. n. Cobijar.
COCINILLA. V.
Alcobilla.
Cocio. n. Cuenco.
Coconas (nueces).
adj. Nueces vanas.
Cocote. n. Cogote.
COGER. v. n. Caber.
COGULLADA. n.
Cogujada.
COLLETE. n.
Alzacuello.
Concieto. n. Apetito
semejante al de las mujeres preñadas. CONFITAR. v. a. Cocer las
frutas en almíbar y cubrirlas con azúcar. CONSUETA. n. Añalejo.
- Apuntador de teatro. CONVOLAR A SEGUNDO MATRIMONIO. Contraer
segundo matrimonio. COQUETA. n. Palmeta. - Especie de pan.
CORCARSE. v. r. Se dice de la madera cuando la roe el gusano.
CORRENTIAR. v. a. agr. Echar agua en los campos para
beneficiarlos. CORRINCHE. n. Círculo de gente. CORRO. V.
Corrinche. COSCARANA. n. Torta delgada y seca. Coso. n. Calle
muy ancha, que suele ser la principal de una ciudad. Cosero. n.
Arroyo para regar un campo. Cospillo. n. Orujo de oliva.
COTILDEQUÉ (de) m. ad. Clase ínfima de un mismo título
de nombre, autoridad, dignidad, etc. CREMALLOS. n. Llares.
CRESARSE LA MADERA. V. Corcarse. CUARTEAR. v. a. Cuartar,
sacar la cuarta parte de la décima. CUARTEADOR. n. El encargado
de esta operación. Cuezo. V. Cocio. CULTARAR. v. a.
Cultivar. CUITAR. n. Reja para arar cuando la tierra está
seca. CUNAR. v. a. Mecer.
D
Dalla o dallo. n.
Dalle.
DAZA o ADAZA. n.
agr. Cierta semilla parecida al trigo cuando está en cierne.
DEGÜELLA. n. La res que se mata por haber entrado en vedado.
Degüello.n. Degolladero. DENTERA. n. Apetito de comer una
cosa excitado por su presencia. DESCAI O DESGAI. n. Retal, pedazo
de tela. - El tanto en dinero que se paga cuando en los diezmos no
llega al número la especie. DESGANA. n. Desmayo, congoja.
DESMADEJADO. adj. Flojo, desmazalado. Despedida. n. Salida,
desaguadero. Dica. adj. Hasta. DIEZMADOR. n. El preceptor de
diezmos. DOBLERO. n. Panecillo de cierta especie. DOMINICATURA.
n. Cierto derecho del señor temporal. Doncel. n. Ajenjo.
DORONDÓN. n. V. Boira. Niebla espesa y fría de invierno.
Dropo. adj. haragán
(aragan en el original), inaplicado.
DULA. V. Adula.
DURAZNILLA. n.
Durazno.
DESJUÑIR. v. a.
agr. Desuncir.
E
ECHAR
GATOS AL EBRO. (No estar para) estar miserable, etc. EJECUTOR, n.
Albacea. EMBAFAR. v. a. Empalagar. EMBASTAR. v. a. Hilvanar.
EMBASADOR. n. Embudo. EMPANDULLO O EMPANTULLO. Pastel,
ensuciada, mala salida de un negocio, - embolismo, embrollo. Enverar
las uvas y demás frutas. v. a. Principiar a sazonar las frutas.
EMPEDREAR. v. a. Empedrar. EMPELTRE. n. Olivo (injertado)
engertado. EMPENTA. n. Empujón, empellón. EMPENTÓN V.
Empenta. EMPENTAR. v. a. Empujar. Enatizo. n. Desmedrado, mal
nacido físicamente. - De ánimo apocado, ruin. ENCANTAR. v. a.
Vender en almoneda. ENCANTE, ENCANTILLO. n. Lugar en que se
venden las cosas viejas o de desecho. ENCARRAÑARSE. v. r. Irritarse,
incomodarse. ENCETAR. v. a. Decentar, empezar. ENCORRER. v.
a. Correr tras alguno para cogerle. ENDURAR. v. a. Pasar hambre,
sufrir. ENGALZAR. v. a. V. Encorrer. ENGARDAJINA. n.
Lagartija. ENGLUCIAR. v. a. Mirar con intensión, hacer gestos
para conseguir alguna golosina. ENGULLIDOR. n. Sumidero.
ENRONA. n.
Escombros, desperdicios de obra.
ENRONAR. v. a.
Envolver con escombros.
ENRUENA. V. Enrona.
ENSOBINARSE. v. r.
Caer una caballería en postura supina con peligro de perecer.
ENTORNAR. v. a. Hacer el dobladillo. ENTRECABAR. v. a. Sachar,
limpiar de yerbas la hortaliza. ERAGE. n. Miel virgen. ESBARAR.
v. a. Resbalar. ESBARRAR. v. a. Asombrar, espantar la caza,
caballerías, etc. ESBAFAR. v.
a. Evaporar. ESCACHAR. v. a. Despachurrar met. Chasquear,
dejar burlado con admiración. ESCALFETA. n Braserillo. ESCAHAR.
v. a. Roturar. ESCAÑARSE. v. r. Desgañitarse, ahogarse de una
tos fuerte. Escaño. n. Féretro. ESCACILAR. v. a. Cacarear.
ESCALIBAR. v. a. Sacar el rescoldo. ESCAMPAR. v. a. Tender el
estiércol por la tierra. - Derramar granos y cualquiera cosa.
ESCOBAR. v. a. Barrer. ESCOPETADA. n. Escopetazo. ESCORCHA.
n. Túrdiga, correa ancha de cuero sin curtir. ESCORCHAR. v. a.
Levantar la corteza de un mal. ESCOTOLARSE. v. r. Frotarse el
cuerpo con la camisa moviéndose. Escudillar las sopas,
chocolate. Calar las sopas. ESGARRIFAR. v. a. El efecto que nos
causa la lima cuando da en falso. - Espeluzarse (espeluznarse)
de estremecimiento y horror por un hecho atroz.
ESMUIRSE. v. a.
Deslizarse, escurrirse, zafarse.
ENAVESAR. v. a.
Trasponer.
ESPEDO. n. Asador.
(espeto)
ESPERREQUE. n. Niño
u hombre mal sano, regañón. Cosa despreciable.
ESPICHAR. v. a.
Morir.
Espinai. n.
Espinaca.
ESPONJADO. n.
Azucarado.
ESPORTÓN. n. Serón.
Espuenda. n. Margen
de río, campo.
ESQUILA o ESQUILO.
n. Cencerro.
ESQUILADA. n.
Cencerrada.
ESQUIROL. n.
Ardilla.
ESTADAL. n. Librito
de cerilla.
ESTREÑIR. v. a.
Entornar una puerta, medio cerrar. ESTRENAS. n. V. Augetas en su
primera acepción. ESTRICALLAR. v. a. Hacer pedazos. ESTREUDES.
n. Trébedes. ESVIRAR. v. a. Bruñir.
F
FABOLINES. n.
Especie de habas pequeñas.
FABUEÑO. n.
Fabonio, viento.
Fajo. n. Haz.
FALCA. n. Cuña.
FALAGUERA. n. Deseo
impertinente y extravagante.
FALORDIA o FALORÍA
(hay tilde, faloria). n. Cuento, Fábula.
FARDACHO o HARDACHO.
Lagarto.
Falsa. n. Desván. -
zaquizamí.
FARACHAR. v. a.
Espadar el cáñamo, lino.
Farfalloso. adj.
Tartamudo, balbuciente.
FARINETAS, n.
Puches.
FARNACA. n. Lebrato.
FASCAL. n. Hacina de
30 haces de mies.
FEJUDO. adj. Basto,
pesado: se dice de las ropas.
FEJUDEZ. n. Pesadez.
FEMERA. n.
Estercolero. FENDILLA. n. Grieta.
FENAL. N. Prado.
FERGENAL, FERGINAL o
FREGENAL. n. Campos que se comprenden en la redonda de un pueblo.
FIEMO. n. Estiércol.
FILA. N. Madero,
viga.
Findoz. n. Regaliz.
FIRMA. n. Uno de los
cuatro procesos forales.
FITERO DEL SOL. n.
Resistero.
FIZAR. v. a. Clavar
el aguijón la abeja o algún animal ponzoñoso. Fizón. n.
Aguijón. FONDELLÓN. adj. Vino muy bueno que tiene fondo o madre
antigua en la vasija. FOSQUETA. n. Calabozo. Fraga. n. Fresa en
la parte septentrional de Aragón. (Fraula en Valencia)
FRAGENCO. n. Cerdo de dos años. Fres. n. Galón de plata u
oro. FRITADA. Pisto. FRIOLENCO. adj. Friolento. FRONTINAZO.
n. Golpe dado en la frente, contra una pared, puerta, etc. FULCO.
n. Geme. FURO. adj. Fiero, huraño, animal coceador. - Mujer
esquiva, cerrera. - Hacer fura alguna cosa. - Trasnocharla. -
Hurtarla.
G
GABOTE. n.
Volante, juego. GAFETE. n. Corchete. GAJO. n. Porción de
manzana, naranja. GALACHO. n. Hoyo o cortaduras que dejan las
avenidas o aguas derrumbadas. GALDRUFA. n. Peonza. GALERA. n.
Casa de corrección para mujeres. GALLINERO. Cazuela de teatro.
GALLIPUENTE. n. Puente que llevando una acequia, sirve también
para paso.
GALLOFA. n. Añalejo.
GALLÓN. n. Césped arrancado de los prados para hacer paredes.
GANA, tenerla o darla. Querer o no querer. GAÑA. n. Extremos
de herradura, reja o azada. GARGOL. V. Batueco. GARNACHA. n.
Uva y vino de cierta especie. GARRAMPA. n. Calambre. GARRASPA.
n. Escobajo. GARRÓN. n. Calcañar. GARROSO. adj. Patituerto.
GARVA. n. agr. Gavilla de mies. GARUFO. adj. Garifo. GAVIÑO.
n. Pretil. GAY o GAYO. n. Cierta ave. GENERAL. n. ant. Rentas
generales. GENERALILIDADES. n. ant. Contribuciones. GETA. n.
Grifo - boca y aun mejillas. - Hinchar a uno la geta - darle de
mogicones. GETAZO. n. Bofetón. GIGUENTENA. n. Multa o pena por
abuso de las aguas de riego. GIMENZAR. v. a. Sacudir a golpes la
simiente de lino, cáñamo. Ginjol. n. Ginja, azofaifa. GORITO.
adj. Ruin. GRAMEN. n. Grama. GRATAR. v. a. Rascar poquito a
poco. GRIPIA. n. Mujer díscola y pendenciera. GRITAR. v. a.
Reprender reconvenir. GRUENZA, n. Tolva. GUARDA o GUARDIA. V.
Dula o adula. GUANTĄZO. V. Getazo. GUAJO. n. Pie de trigo,
cebada con más de una espiga. GUAJAR. v. n. Echar muchas
espigas. GUARÁN. N. Garañón. GÜELLAS. n. Ovejas. GUIJA.
n. Amorta (almorta), especie de legumbre. GUIJONES. n.
Especie de guisante. GUIÑOTE. n. Brisca real, tute, juego de
naipes. GUINGORRIA. (a la) mod. adv. Se dice de un traje mal
puesto, extravagante. Guito. adj. Mulo o asno coceador.
GUSANERA. n. Herida hecha con palo o piedra en la cabeza.
H
HILARZA. n. Hilaza.
HILADILLO. n. Cinta
de algodón.
HILERA. n. Hueca del
uso.
Hilete. n. Hilo
delgado.
HORCA PAJERA. n.
Aviento.
Hoya. n. Terreno
llano y dilatado rodeado de montes.
Huega. V. Buega.
HUEBRA. n. Barbecho.
HURTA-DINEROS. n.
Alcancía, hucha.
I
INDIGNARSE LA LLAGA.
Enconarse la. INGENIO. n. Fábrica donde se elabora la cera.
INTIMA. n. El acto de apenar. INVENTARIO. n. Uno de los
cuatro procesos forales de Aragón. IRASCO. n. Macho cabrío.
J
JARRO. n.
Medida de vino. - el cacharro. Jasco. adj. Desabrido, áspero al
paladar. JAUTO. adj. Soso. Jota. n. Baile (bayle) de
Aragón. - Sonata de la provincia. - Canto. JORDIGA. n. Ortiga.
JUBO. n. Yugo. JUBADA. n. Yugada. JUÑIDERA. n. Coyunda.
JUÑIR. v. a. Uncir. JUSTILLO. n. Ajustador de las mujeres. -
En francés y en Castilla corsé.
L
LABOR. n.
Simiente de seda que se aviva. LAMÍN. n. Golosina. LAMINERO.
adj. Goloso. Lapo. n. Bofetón no fuerte y dado por venganza y
con desprecio. LASTÓN. n. Yerba seca. LATONERO o LITONERO.
n. Almez, árbol. Ley. n. Cariño, afecto. - Tener poca o mucha
ley. - Querer poco o mucho. - No tener ley al pan que se come. - ser
un descastado. Libón. a. Fuente donde borbolla el agua de abajo
arriba. - Depósito de agua para una fuente. LIBRA. n. Peso en
los molinos de aceite. - veinte sueldos moneda; libra jaquesa.
LIESTRA. n. Planta silvestre parecida al mimbre. LIGALLO o
LIGAJO. n. Junta de ganaderos que determina el paso de los ganados, y
en lo antiguo dirimía las controversias que de esto se producían.
Lillas. n. Aguinaldos. LISIADO. adj. ant. Aficionado. LITÓN.
n. El fruto del almez, almez. LIZA. n. Bramante. LOMILLO. n.
Solomillo. LONJA. Edificio público para depositar artículos de
comercio. Loseta. n. Trampa hecha de un ladrillo o losa pequeña
para coger ratones y pájaros. LUCIAR. v. a. Apuntar la reja o arado.
LUCERO. n. Libro Becerro.
LUMINERO. n.
Mayordomo de cofradías.
LUMEN-DOMUS. V.
Lucero.
LUNA. n. Patio.
LUQUETE. n. Pajuela.
Lorza. n. Alforza,
pliegue que se hace en los vestidos para alargarlos, si acomoda.
LLEGA, (hacer la) n. Recoger limosna, o lo que la caridad da aún a
los que no son pobres, como los frailes. LLEGAR. V. Llega.
M
Macelo. n. Rastro.
MADRAZA. n. Madrona. MAIGAR. V. Entrecavar. MALBUSCA. n.
Mujer inquieta, sagaz y muy astuta. MALMETER. v. a. Echar a
perder. MANCHA. n. Fuelle. MANCHAR. v. a. Mover los fuelles.
MANCHADOR. n. El que los mueve. MANIFACERO. adj. Entrometido
en lo que no le importa. MANIFESTACIÓN. n. for. Uno de los
cuatro procesos forales. MANTORNAR. v. a. agr. Binar. MANZANA
DE DAMA. n. Azarolla. MARDANO. n. Morueco, carnero que se deja
para padre. MÁRFEGA. n. jergón. MÁRRAGA. n. Tela basta de
estopa y pelo de cabra. MARTÍN-PASEO. V. Fritada. (pisto;
chirigol) MAS. n. Casa de campo en secano. MASADA. V.
masía.
MASAR. v. a. Amasar.
MASÍA. v. a. agr.
Cortijo.
MASOBERO. El que
vive en cortijo.
MASCARA. n. Tizne.
MASCARAR. V. Tiznar.
MATA DE PELO. n.
Crencha.
MATACABRA. n.
Granizo muy menudo y frío que cae en invierno.
MAYENCO. n. Deshielo
de nieve en primavera.
MAZA. n. Pértiga.
MAZERO (macero).
n. Pertiguero, oficio de las iglesias.
MEJANA. n. Isla de
río. MELSA o MIELSA. n. Bazo.
MELÓN DE AGUA.
Sandía.
melón de carne o de
tierra. Melón.
MEMORIA, (caer o
dormir de) boca arriba, panza arriba, posición supina. MENUCELES,
MINUCIAS. Los perceptores de décimas entienden todos los frutos,
menos los granos, vino y aceite, que llaman mayores. MENUDILLO.
n. Moyuelo, salvado menudo. MESTURA o MISTURA. n. Trigo mezclado
con centeno. MERMAR. v. n. Disminuirse el agua, la cera, y
cualquier líquido por la acción del fuego. Mida. n. Medida,
sincopada de medida. Milocha, o MILORCHA. n. Cometa. MITADENCO.
n. V. Mestura. MOLADA. n. Cantidad de aceituna que se deshace de
una vez. MOLTURA. n. Maquila. Molla, musgo, mohó. n. Tierra
sustanciosa.
Momo, momero. n.
Fisgón.
MOÑACO. n. Muñeco.
MORCACHO. V.
Mestura.
MORCAS. n. La hez
del aceite.
MORGUERA. n.
Tomillo.
MORGÓN DE VID. n.
Mugrón.
MORGONAR. v. a.
Tender los sarmientos para que arraiguen. MORTIJUELO. n. Párvulo,
niño muerto dispuesto para enterrarle. MORÚGULA o MÚRGULA. n.
Criadilla de tierra. Mosen. Título o tratamiento. Equivale a
Don: y se da a los clérigos. Antiguamente se daba
a los nobles.
MOTACÉN. V.
Almotacén.
MUTAFA. V.
Almotacén.
MOTILAR. v. a.
Cortar el pelo.
Mueso. n. Bocado.
MUIR. v. a.
Ordeñar. (muñir)
N
NANTARSE. v. r. p.
u. Apresurarse. NATILLA. n. Natillas. NAVESAR. V. Esnavesar.
NAYA. n. Galería dentro de sala, iglesia, etc. NIETRO. n.
Medida de 16 cántaros de vino. Niquitoso. adj. Dengue, hombre
que se emplea en menudencias y reparos despreciables. No-cosa. mod.
adv. p. u. Nada.
O
OLEAZA. n.
El agua sucia que sobra después de sacado el aceite de la pila.
OLIVA. n. Aceituna. OLIVERA. n. Olivo árbol. ONCEJO. n.
Vencejo. ORDINACIÓN. n. Ordenanza. ORDIO. n. Cebada.
OTRI-OTRIE. adj. p. u. Otro. - Ocupa hacienda, ropa ajena.
P
PACENTAR o PAGENTAR.
v. a. Apacentar. PAJUZ, PAJUZO. n. Paja desecha en los pesebres
y eras.
Panes. n. El trigo
en yerba.
PANIZO, n. Maíz.
PANIQUESA. n.
Comadreja.
PANOLLA. n. Mazorca.
PAREJO. adj. Poco
limpio en guisar y gobernar la comida.
PASAMÁN. n.
Pasamanos.
Paviso. n. Pavía. -
adj. - Tonto, lerdo.
PAÚL. n. Pradería
común.
PECINA. n. Riña.
PECULLO. n. ant.
Peculio.
PEDRADA. n.
Apedreada.
PEDREÑA. n.
Pedernal.
PELELE. n. Pobre en
potencias y fortuna.
PELLA DE COL. n. El
cogollo de la col.
PENAR. v. n. Pesar,
arrepentirse.
PENAMÉ. Pésame.
PENEQUE. n.
Borracho. Ponerse peneque, embriagarse.
PEONÍA. n. Peonada,
jornal.
PERCAZAR. V.
Apercazar.
PERDIQUERO. n.
Perdigón.
PERERA. n. Peral.
PETENAR. v. a.
Retozar.
Pezolaga, n. Hombre
o mujer tronera, de poco asiento y malas mañas. PICAR. v. a. en
el almirez. - Machacar. Pichón. n. Palomino, el polluelo de
paloma casera. Picor. n. Picazón, escozor. Pie. n. Medida de
aceituna. PIGRE. n. Negligente, el peor de la escuela. PILLA.
n. Pillaje. Pilma. n. Vizma. - Deuda o trampa. PINOCHA. V.
Panolla. PIÑORAR o PEÑORAR. ant. Sacar prendas. PINCHE. n.
Ayudante, marmitón de cocina. PIQUERO. n. Albañil, alarife.
PIGÜESA. n. Viruelas. Picota. V. Pigüesa. (pigota) Pizco.
n. Pellizco. PLACER (A). mod. adv. Despacio, poco a poco.
Planzón. n. Estaca de olivo vivo; y de cualquier árbol.
PLEGAR. V. Llegar. PLEGADOR. n. El que recoge la limosna.
Pocear. v. a. Sacar agua de un pozo con pozales. PORCHE. n.
Poste, soportal. PORGADERO. n. Arnero.
PORGAR. v. a.
Aechar. PORGUESAS. n. Aechaduras. (Pocha. n.
Faldriquera.) Pocho. adj. Pálido, descolorido. Pollos. V.
Caballón. POLPA. n. Pulpa. Poso. n. La parte gruesa de
líquidos que se queda o baja al fondo de la vasija. POZAL. n.
Cubo de pozo. POZALEAR. v. a. Revolver la agua de un pozo
con los cubos y cuerda subiendo y bajando. PRECIOS. n. Estimación
de daño causado en campo. PREDICADERA. n. Púlpito. PRESA.
Puchero de enfermo. PRESTAR EL PAÑO. v. a. Dar de sí
extendiéndose. PRIETO. adj. Mezquino, mísero, tacaño.
PROCURA. n. Procuradoría. PROBAR. v. a. Catar. PUDIR. v.
n. Heder. PUDOR. n. Hedor, hedentina. PUNCHAR o PINCHAR. v.
a. Punzar. PUNCHÓN, PINCHÓN. n. Punzón. PUNCHAZO. n.
Punzada. PURNA. n. Chispa. Puya. n. Poya.
Q
QUADERNA. n. La
cuarta parte de alguna cosa. - Moneda de dos cuartos. - El prest de
los presos. QUERA. n. Carcoma. QUERAR. v. a. Carcomer.
QUEBRAZAS, de aquí AQUEBRAZARSE. n. Herpes en pies y manos.
QUIÑÓN. n. Almenara; turno para regar algún término o huerta.
R
RABADA n. Rabadilla.
RACIMAR. v. a. Recoger los racimos después de vendimiada una
viña. RACIMO, n. Hijuela, parte de uva. RAEDOR. n. Rasero.
Rafe. n. Alero de tejado. RAN DE TIERRA (cortar al) Cortar la
raíz. (cortar por la parte más baja, la raíz queda aún más
abajo) RAMPA. n. Calambre. RAMPALLOS. n. Pimpollos. Ras.
(Paño de tapiz). RASAS. n. Porción elevada de tierra de
regadío. Raso, adj. Lleno, colmado, lengua rasa, (hombre o mujer
de) desbocado, desvergonzado. Raspa. n. Escobajo. RASTRA. n.
Rispa (ristra), Sarta. REAL o REAL DE PLATA. Diez y seis
cuartos. REBÉS (revés). n. Sornavirón, bofetón dado
vuelta la mano. REBECAR. v. Pandear, inclinarse un árbol o sus
ramas por el peso del fruto. REBUSCAR. v. a. V. Racimar. REBLAR.
v. n. arredrar. - Hincar en la madera la punta de un clavo cuando
sale otro.
REBOTIGA. n.
Trastienda.
REBUÑOSO. ad.
Tomado de orín.
RECADO. (buen) mod.
adv. Mucho.
RECANTILLO. n. Barda
de tapia.
RECARDERO. n.
Revendedor.
RECIBIDOR. n.
Recibimiento. - Cierto oficio honorífico de alguna encomienda.
Rechichivado. adj.
Guisado demasiado cocido o pasado de fuego.
REGACHO, REGACHADO.
n. Canal que abre agua derrumbada de los montes. (regall; regallo)
REPARAR. v.
Operación del pan.
Reposte. n.
Despensa.
REPOSTEAR. v. n.
Mirar, registrar con curiosidad reprensible lo que no importa.
REPROPIAR. v. a.
Resistir el freno las caballerías. - Repetir con impertinencia y
poca atención una misma respuesta, unas mismas palabras.
RESTIL. n. Resistero
del sol.
RETASTINARSE. (el
guisado) v. Asurarse.
REVISALSEAR. V.
Repostear.
REVISALSERO. adj.
Curioso, bachillero.
REVOLTINA. n Motín,
conmoción (comocion) popular.
REZAGO. n. Ganado
endeble, que se separa del rebaño para mejorarle en otro pasto.
(rezagado, de zaga: detrás, atrás; zaguera, zaguero)
RIADA. n. Avenida de
río.
RIOSTRA. n. Aldava.
(aldaba ?) REBELLONES. n.
Especie de hongos. (robellones, rovellones, níscalo,
lactarius)
ROLDE. n. Círculo.
ROÑAR. v. a.
Regañar, roñón. adj. Regañón.
Roncha. n. Lonja
(loncha) de tocino, carne, salchicha, etc.
Rónego. adj.
Descarnado.
Royo. adj.
Rojo. Robel. V. Labacio.
Roscadero. n.
Cuévano.
ROSADA. n. Escarcha.
Roya. n. Cierta
yerba. - Cierta enfermedad del trigo.
Ruejo o rollo de
molino. n. Rodillo. (roll)
Rufo. V. Garufo.
Rusio rusiente. adj. Candente.
RUJAR. v. a. Rociar.
RUJADA. n. Rociada.
S
SABANILLA. n.
Pañuelo. SACAFUEGOS. n. Eslabón. SACA. (derecho de) V.
Abolorio. SANSA. n. Orujo de oliva. SAQUERA. n. Aguja de
coser sacos. SARGANTANA. n. Lagartija. SARRAMPIÓN. n.
Sarampión. SARRIO. n. Especie de cabra montés. Saso. n.
Tierra ligera y opuesta a la vega. SEÑAR. v. a. Hacer señas.
SIRGA. n. Maroma. SIRRIO. n. Sirle, Sirria. SITIADA. n.
Junta de gobierno de una casa de beneficencia. SOBA. n. Cueva o
boquerón profundo horizontalmente. SOBATER. v. n. Agitar
líquidos, sacudirles. SOMARRARSE o SUMARRARSE. v. a. Pegarse un
guisado.
SOPAPO. V. Revés.
SOTOBAR o sostobar.
v. a. Mullir.
SUELDO, SUELDO
JAQUÉS. Ocho cuartos.
SUPLICACIONES. n.
Barquillos.
T
TABLERO. v. n.
Mostrador.
Taca. n. Mancha.
TAFARRA. n. Atarre.
TAJADERA. n. Tabla
para detener el agua.
TALA. n. Tara.
TALEGAZO. n Caída
de resbalón. - Costalada.
TANERÍAS. n.
Tenerías.
Tano. n. Nudo en la
madera.
TÁPARA. n.
Alcaparra.
TARDANO. adj.
Tardío.
Tarde. adv. Las
primeras horas de la noche.
TARQUÍN. n. Cieno.
TARRANCO, o
TARRANCHO. V. Garrancho.
TARRANCAZO. V.
Garrancho.
TASTAR. v. a.
Probar, gustar.
TERCIAR. v. Dar la
tercera reja a la tierra.
TERNICES. n.
Gusanillos que se ven en la carne que empieza a podrirse.
TERNASCO. n.
Recental.
TERUELO. n. Bolita
de lotería, o semejante.
TINGLADO. n. Tablado
en alto, poco seguro.
TIRETA. n. Tira de
piel sobada.
TITADA. n. Monería.
Tobo. adj. Hueco,
mullido.
Tocho. n.
Cachiporra.
TONGADA. n. Capa de
tierra, paja alternada con fruta.
Toña. n. Pan
grande.
TORMO. n. Terrón.
TORRE. n. Quinta,
Carmen, casa de recreo.
Toza. n. Chueca.
TOZAL. n. Monte, collado. TOZUDO. adj. Obstinado, testarudo.
TOZOLADA. n. Tozolón. Trallo, n. Cuartón. TRANZA. n.
Trance. Trapal. n. Paño para recoger la aceituna, tendido debajo
del árbol. - Agujero grande en ropas. TRASCA. n. Pellejo grande
de buey. TRASCÓN. n. Pezcuño. TRASMUDAR. v. a. Trasegar.
TREMEDAL. n. Páramo, montes despoblados. (Como los de
Orihuela, en Teruel) TREMONCILLO. n. Tornillo. TRENA. n.
Trenza. TRENCHA n. Pretina. TRENZADERA. n. Cinta de hilo.
TRIBUTACIÓN. n. ant. Reconocimiento de los límites concedidos a
la mesta. - El contrato constitutivo del treudo. TRINGOLA. n.
Campanilla de cabestro. TRIPLICA. n. Petición respondiendo a la
segunda contradicción. TROMPICHÓN. n. Perinola. (Esta
palabra no está en la versión que tengo delante. TRIUNFA. n.
Patata.) TRUJAL. n. Lagar. TRUJALETA. n. Vasija o tarro
para recibir el vino del lagar o de las cubas. TRUCAR a la
puerta. v. a. Golpear a la. TÚBERAS o TÚFERAS. n. Especie de
criadillas de tierra. TUMBILLA. n. Calentador. TRASCOLAR. v.
a. Trasegar.
U Uva (uba en el original). n. El
racimo de la uva (uba).
V
VALONES. n. Calzones.
VELLUTERO. n. Oficial que trabaja en seda. Vendema. n.
Vendimia. VERDUZCO, VERDUSCO, o VERDIASCO. n. Látigo hecho de
rama de un árbol. VERGUER o VERGUERO. Alguacil de vara. - V. Mazero
(macero).
VETA. n. Cinta de
algodón. - Hebra de hilo.
Vicioso. adj.
Mimado.
Vicios. (dar) v. a.
Mimar.
VIOLA. n. Violeta.
VIRAGA. n. Especie
de zizaña. (cizaña)
VISTRAER. v. n.
Desembolsar. ant. Sonsacar. V. Bistreta.
VIZALERO. V. Dulero.
VOLADA DE AIRE. n.
Ráfaga.
VUELTAS. n. Techo.
VULTURINO. n. Nasa
de hilos para pescar.
X
Xada: ni. Azada
XAMBOLIER. n.
Camarero. (chambre : cámara : cámara) XAMBRAR v. a.
Enjambrar. XAPURCAR o CHAPURCAR. v. a. Revolver el agua u otro
líquido.
XAQUE. n. Cualquiera
de los dos lados de las alforjas. (en esta edición no aparece: -
Estar hecho un xaque. - Estar ebrio) XARAPOTEAR. n. Xaropear.
XEPE. n. Azumbre. XETAR. v. a. Desatar algo en cosa líquida.
- Frotar una cosa con otra, v. gr. un ajo. Xeto. n. Colmena
vacía, untada con miel. XIMENZAR. v. a. Quitar a golpes la
simiente del cáñamo, lino, etc. XINGLAR. v. a. Chinglar, gritar
con regocijo. Xisca. n. Especie de caña basta en lugares
húmedos. XIJALLO o SISALLO. n. Arbusto para el ganado.
Z
ZABACEQUIAS.
El que cuida de los turnos del riego y de multar a los que abusan de
las aguas, o cierran mal las atajaderas. ZABORRA. n. Piedra
pequeña y sin labar. (lavar; zahorra) ZABORRERO o
ZABURRERO. adj. Albañil que trabaja con zaborras. - Poco esmerado en
su oficio cualquiera que sea. ZAL-MEDINA (zalmedina) o
SALMEDINA. n. Antiguamente era el alcaide, ahora el preso que hace de
caporal en una estancia de la cárcel. Suele ser el más antiguo y el
más esforzado y valentón. Está encargado del orden interior. No
obstante que su causa sea grave, como no esté en incomunicación.
ZALEAR. v. a. Ajar la fruta, carne, etc. manoseándola. ZANCOCHAR.
v. a. Guisar con poca limpieza, revolver, desgobernar.
ZANCOCHO. n.
Derivado de zancochar V. Empandullo.
ZAPOTAZO. V.
Talegazo.
ZARANGA. V. Fritada.
ZERIGALLO. n.
Pingajo. - Joven que se lleva y sigue impertinentemente a donde y con
quien no debe.
ZOCA. V. Choca.
ZORRA DE CARNE. n.
Piltrafa.
Zoque. n. Tarugo o
pedazo grande del tronco de un árbol para cortar las carnes.
Nota. Por un descuido
involuntario dejó de ponerse en la página 4.a del prólogo la nota
de que: las observaciones pertenecientes a la lengua griega se deben
a un Helenista aragonés, que las suministró habiéndole consultado
el diccionario. (Supongo que era Braulio Foz, helenista, le gustaban las mujeres con nombre Helena, y otras con diferentes nombres y apellidos, como Nogués, aragonés de Fórnoles, ver la dedicatoria: A DON BRAULIO FOZ:
PROFESOR DE
LENGUA GRIEGA EN LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA.)