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domingo, 19 de diciembre de 2021

BIBLIOTECA VALENCIANA. Justo Pastor Fuster.

BIBLIOTECA VALENCIANA.

TOMO PRIMERO.

CONTIENE A MÁS DE LOS AUTORES ÁRABES;

LOS QUE FLORECIERON HASTA EL AÑO 1700. 

(Libro original en Österreichische Nationalbibliothek 396.368-C.
Edición de Ramón Guimerá Lorente)

https://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=34

Hállase en la Librería del Autor, Calle de Campaneros.

BIBLIOTECA VALENCIANA.

BIBLIOTECA VALENCIANA

DE LOS ESCRITORES

QUE FLORECIERON HASTA NUESTROS DÍAS

CON ADICIONES

Y ENMIENDAS A LA DE D. VICENTE XIMENO.

POR D. JUSTO PASTOR FUSTÉR,

Socio de Mérito de la Real Sociedad Económica

de Valencia y su Reino.

TOMO PRIMERO.

CONTIENE LOS AUTORES HASTA EL AÑO 1700. 


VALENCIA: 

IMPRENTA Y LIBRERÍA DE JOSÉ XIMENO, 

FRENTE AL MIGUELETE. 1827.



A LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA

DE VALENCIA Y SU REINO.


La protección que V. S. ha dispensado a la Biblioteca Valenciana, no sólo es un título de honor y distinción para su autor, sino in testimonio permanente del aprecio que le merecen los Escritores que contiene; y el benéfico nombre de V. S. al frente de esta obra, estimulará a los sucesores en la carrera; a sostener el crédito literario de nuestra Patria.

Así este respetuoso homenaje de mi gratitud, al mismo tiempo la ingenua expresión de mis votos por la prosperidad de este Reino, bajo tan favorables auspicios.

Ciertamente las obras de este género, de más utilidad que brillantez, no son del gusto del día, en que la indiferencia con la que son recibidas, desalienta a los que se dedican a largas y penosas investigaciones históricas y bibliográficas.

El amor a las letras y a los literatos, me inspiró el gusto a la lectura; mi profesión poniéndome en las manos los materiales me inclinó a construir este edificio Bibliográfico, y el celo por la gloria de mis compatriotas me sostuvo hasta terminarle, debiendo por fin la luz pública a la ilustración de V. S. y a sus auxilios.

Bien quisiera yo ofrecerle producciones originales de mayor estima, mas no siendo capaz de aspirar a ellas, me he contentado con dar a conocer las de mis paisanos; y conservar su memoria a una posteridad agradecida que sabrá apreciarlos, como también a la influencia ilustrada con que V. S. ha alentado mi poquedad. En lo uno y en lo otro cifro yo mi recompensa y mi esperanza.


Justo Pastor Fustér.


PRÓLOGO.


Conservar la memoria de los que contribuyen con sus escritos a la ilustración pública, es lo mismo que transmitir con gloria a los tiempos venideros unos nombres que acaso en los nuestros estuvieron injustamente sumidos en la desestimación y el olvido; es enriquecer el depósito de la literatura, y es por último dejar a la posteridad un ejemplo muy digno de imitarse. Esta es, pues, la noble empresa de los que se dedican a redactar las Bibliotecas de los escritores públicos.

Y en verdad el estudio de la bibliografía va unido íntimamente a la historia literaria, la cual tanto se ha promovido en este siglo, que como demuestra con su voto decisivo nuestro célebre D. Juan Andrés en su Historia de toda la literatura (1: Tomo 2.° de la edición castellana, pág. 412), se puede decir que le pertenece exclusivamente: “la infinita copia de libros, la multiplicidad de ediciones y la variedad de las impresiones, hace preciso este estudio, y justifica bastante las fatigas que algunos literatos emplean en la ilustración de las noticias bibliográficas. Y es cierto que los títulos de los libros, la diversidad y mérito de las ediciones, la noticia de los autores, editores e impresores, el tiempo y lugar de la estampa, la rareza de algunas de ellas, la pulidez y corrección, y por decirlo así, el lujo y riqueza de otras, las vicisitudes de las obras y ediciones, y en suma toda la historia bibliográfica, forma el objeto de los estudios de muchos, y ha producido en este siglo obras eruditas de críticos escritores. ¿Qué inmenso tesoro de erudición no se encuentra en las Bibliotecas de Fabricio, que por sí solas bastan a obscurecer los trabajos de todos los filólogos eruditos de los siglos precedentes, y ciertamente serán el pasmo de los siglos venideros? ¿De cuánto auxilio no pueden servir a los literatos el Catálogo de los libros de la Biblioteca Laurenciana del doctísimo Bandini, la Biblioteca arábiga del Escorial del inmortal Casiri, y otras semejantes obras bibliográficas? Ahora sabemos cuantos escritos raros y peregrinos poseen las Bibliotecas más ricas, y no hay en Europa ninguna de algún mérito de que no tengamos catálogo. No sólo salen a luz las de los Reyes y Príncipes, no las que están destinadas a la utilidad pública, sino también las que tienen en sus casas los

estudiosos particulares; y, así hay catálogos de la Biblioteca de Fabricio, de la de Mayans, de la de Crevena y de algunos otros. Es digna de particular memoria una obra apreciable, compuesta por Montfaucon después de principios de este siglo, de una Biblioteca de las bibliotecas; pero ahora se han aumentado tanto estas, que las referidas por Montfaucon no llenarían más que algunos pequeños estantes de la vasta biblioteca que las tuviese todas."

Tan conducente es el uso de las bibliotecas para la propagación de las letras en todos tiempos. Si lo eran por su escasez cuando los libros corrían manuscritos, no lo son menos por su multiplicación después de inventada la imprenta. “Que ora sean manuscritas o impresas las obras, dice Villanueva en su Viaje a las Iglesias de España (1: Tomo 8, pág. 102), la noticia de los literatos trae consigo la de la literatura en que brillaron los siglos pasados, sin cuyo conocimiento, ni la patria tiene el honor que le corresponde, ni nadie debe tenerse por sabio. Este fruto no se adquiere, si no se reúnen en un cuerpo y cronológicamente todos los escritores domésticos, que es como una escuela, y digamos espejo del progreso que hicieron los conocimientos humanos.” De aquí el ansia de formar bibliotecas de los escritores que han ilustrado su patria; pero en España ninguna Provincia, como Valencia, puede gloriarse de haber tenido tantos ilustres hijos que hayan conservado la memoria de los escritores nacidos en este venturoso suelo, ilustrando la república de las letras con sus obras, y sostenido nuestro honor literario con la variedad de sus producciones. Morlá, Escolano, Vimbodí, Martínez de la Vega, Mariner, Esquerdo, Gil Polo, Lorga, Ortiz, Rodríguez y Cerdá se esmeraron en su elogio, ya en prosa, ya en verso; empero distinguióse entre todos el laborioso D. Vicente Ximeno, que tuvo la constancia de emplear catorce años en reunir noticias para formar su Biblioteca, que afortunadamente poseemos.

El recto juicio, la fina crítica y la igual imparcialidad con que está escrita, le concilió grande aceptación entre los amantes de las letras. Los eruditísimos Mayans y el P. Burriel, le colmaron de elogios, como debidos a su mérito, y la fama llevando su nombre más allá de los Pirineos, recogió alabanzas de los mismos que se mostraron émulos de nuestra literatura. Los autores de las Memorias de Trevoux examinaron la obra, y les mereció tanto aprecio que en los meses de Abril y Mayo de 1750, publicaron varios extractos de sus artículos, realzando el mérito de aquel bibliógrafo con los honoríficos dictados de varón atento y escritor muy juicioso. Han transcurrido ya cerca de ochenta años desde que se imprimió la Biblioteca de Ximeno, y como en este largo periodo no han cesado de sostener la acreditada nombradía de su literatura muchos valencianos que dignamente han cultivado las letras, justo será también que se continúe su memoria y la de los escritos que en este intervalo han dado a la prensa.

Mi innata afición a la bibliografía y mi profesión, proporcionándome recoger noticias que se ocultaron a D. Nicolás Antonio, al P. Rodríguez, y últimamente a Ximeno, me hicieron concebir la idea de llenar este vacío arrostrando una empresa superior a mis alcances; pero que veía con sentimiento que ninguno hasta ahora había tomado a su cargo, y que acaso no le tomaría tan pronto, en mengua entre tanto del honor literario de mi patria. El celo (zelo en el original) de sostenerle me inspiró alguna confianza, y puse mano en una obra que hasta ahora siempre temí que no llegaría a su término. 

Fui encontrando en mis primeras investigaciones muchos escritos de los autores contenidos en aquella Biblioteca, que no había podido descubrir la diligencia de Ximeno; al paso que se ponían por delante otros escritores de la misma época, que era justo no quedasen sepultados en el silencio, cuando tanto nos honraba su memoria. Hube pues de entrar en un escrutinio minucioso de escritos y de escritores, y empeñándome más y más en mi trabajo, los documentos que se me iban ofreciendo a la vista, tuve que apelar a todos los recursos a que me llevaba mi infatigable curiosidad.

Dos Bibliotecas públicas poseíamos en esta Ciudad, la una en el Palacio Arzobispal, que el celosísimo Prelado D. Andrés Mayoral había establecido y que aumentaron sus sucesores; y la otra en la Universidad Literaria, dádiva del Ilmo. Sr. D. Francisco Pérez Bayér, con que dejó un digno monumento de generosidad, de desprendimiento y de amor a las letras y a su patria: tan copiosa la una como selecta la otra, ambas quedaron incendiadas por el bombardeo que sufrió esta Ciudad en la gloriosa guerra de la independencia, y con motivo de la irreparable pérdida de esta última, cantó un poeta: (1 : El Dr. D. José Chicoy y Gosalves, ahora Catedrático de Clínica en esta Universidad de Valencia.)

El tirano, y sus furias del abismo, 

De Marte siembran el furor sangriento; 

Vomita llamas el averno mismo; 

De Palas arde el sacro monumento, 

Sepultando entre escombros de heroísmo 

Siglos de ilustración en un momento. 


En el Convento de Padres Agustinos Calzados, existía también una librería abundante en libros impresos en el siglo XV, y que el P. M. Fr. Juan Facundo Sidro Villaroig había aumentado con la compra de parte de la Biblioteca Mayansiana, y la entera del Dr. D. José Molins, célebre literato que murió siendo Rector del Colegio llamado de la Ciudad, cuyo edificio ya no existe, porque todo desapareció en la entrada del ejército francés en Valencia. También teníamos las famosas librerías de Santo Domingo, la más rica en libros de todas, la del Carmen Calzado, del Sacro Convento de Montesa, del Monasterio de S. Miguel de los Reyes, preciosa por sus manuscritos que dejó el Duque de Calabria.

Frecuenté todas estas bibliotecas, y formando varios extractos y anotaciones, aumentaba considerablemente el caudal para la obra que meditaba. Pero este grande golpe de luz que recibía, al paso que me descubría nuevas vistas, me hacía sentir lo arduo de recorrerlas con la dignidad y firmeza con que debía sostenerme: viérase decaído mi ánimo muchas veces a no alentarme varios amantes de nuestra literatura. El Sr. D. Francisco Xavier Borrull, Oidor decano de esta Real Audiencia, cuya modestia no me permite espaciarme como deseara en elogio de sus luces y dirección que he recibido de su extensa erudición y sabia crítica, y los auxilios que me ha prestado con noble generosidad, comunicándome curiosos descubrimientos y franqueándome cuanto de su exquisita librería he necesitado. El Sr. D. Onofre Soler, Canónigo de esta Santa Iglesia, me ha permitido con la mayor generosidad disfrutase de su librería. Los Padres Fr. Bartolomé Ribelles y Fray Jaime Villanueva, ambos Religiosos Dominicos, me suministraron noticias apreciables, dirigiendo mis pasos para el acierto. D. Marcos Antonio de Orellana había bosquejado unas adiciones al Ximeno, las cuales y las copias que tenía el P. Teixidor, Dominico, me prestaron mucha claridad. Tampoco quiero defraudar la parte que tienen en mi trabajo los autores de que me he aprovechado siempre que se ha presentado la oportunidad. Así he copiado párrafos enteros de las notas que nuestro paisano D. Francisco Cerdá, puso al Canto del Túria en la Diana de Gil Polo, y de la Biblioteca del Reinado de D. Carlos III, compuesta por D. Juan Sempere y Guarinós. Mi profesión no menos me ha ofrecido ocasiones de adquirir noticias bibliográficas, justipreciando las famosas bibliotecas de D. Juan Bautista Herman, Canónigo de esta Metropolitana, sabio y erudito valenciano, la que en su muerte compró el Arzobispo de esta Diócesis y luego Cardenal D. Antonio Deispuig, y entera en el día existe en Mallorca; también justiprecié la Mayansiana y otras varias.

Con todos estos materiales he formado mi obra, y ya será tiempo manifieste el plan que he seguido; habiendo meditado mi empresa inferí que se reducía a dos puntos, el primero sobre lo que había hecho Ximeno, y el segundo sobre lo que yo debía hacer, esto es, debía atender a suplir lo que faltaba a mi predecesor en esta carrera, y partir desde donde él la había dejado, y este pensamiento me ofreció naturalmente la idea de las dos partes generales de todo mi diseño, que son según el título: Adiciones y continuación: bajo el primer aspecto he fijado la época de muchos escritores de que habla Ximeno; he descubierto nuevos escritos suyos, designando con mayor exactitud sus impresiones; he recogido varias obras y autores de nota que él dejó en olvido o que no llegaron a su noticia. También he rectificado algunos pasajes, ampliado otros artículos con noticias y hechos abundantes, y en suma lo he procurado poner al nivel de los conocimientos del día. 

Después del tiempo de nuestro bibliógrafo ha adquirido este Reino un nuevo lustre con los descubrimientos que hizo el célebre D. Miguel Casiri examinando los manuscritos árabes existentes en el Escorial, y que han quedado consignados en su preciosa Biblioteca Arábigo-Escurialense, impresa en 1760. En ella vemos que el estruendo de las armas no ahuyentó las musas de nuestro recinto, ni pudo impedir que floreciesen las letras bajo la dominación sarracena; fundado en documentos tan incontestables el 

Cl. P. Juan Andrés ha demostrado a la República literaria en su ya citada e inmortal obra del Origen, progresos &c. que la época de aquella dominación, no fue la del horror y barbarie, sino un tiempo feliz y glorioso para las letras, y que los estudios de los sarracenos influyeron más bien en la restauración de las ciencias en Europa. Sabido es el nombre que en aquella época lograron por su instrucción y producciones muchos valencianos. Y como el erudito P. Masdeu nombre sólo a dos de ellos en los catálogos que formó en el tomo 13 de su Historia Crítica de España en que numera los autores de aquellos siglos, me ha parecido muy conducente darlos a conocer mejor, copiando cuanto de ellos dice Casiri. Ciertamente causa admiración la multitud de Bibliotecas de hombres ilustres y escritores esclarecidos, que no obstante de ser obras de tanto trabajo, compusieron los sarracenos valencianos, cuando ha sido menester que pasaran después algunos siglos para que viera la luz pública la Biblioteca Hispana de D. Nicolás Antonio. Animaba a los sarracenos a emprender obras tan penosas el celo de sus Príncipes en ilustrar la Nación. Contábanse setenta Bibliotecas públicas en las ciudades de su dominio, que todos disfrutaban para su ilustración; lo cual sorprende con razón al considerar que aún no se había descubierto la imprenta. Así lo acredita Casiri en la página 71 del tomo 2.° En los tiempos posteriores miraron los Reyes Católicos con tanto descuido estos tesoros literarios, que hasta que vino a gobernar la España D. Felipe V no se conoció en la Capital una Biblioteca pública que correspondiese a la grandeza de esta Nación. 

Bajo el aspecto de continuación he descrito la serie de los Escritores de este Reino desde 1748 sin interrupción hasta el presente en que escribo. De ellos he hecho la división de los que han fallecido y de los que aún viven. En todos he seguido el mismo método que Ximeno para que la obra sea uniforme, repartiéndola en dos tomos en folio casi iguales a los suyos, del mismo tamaño y ejecución tipográfica. El primero comprelemosnderá a más (además) de los autores árabes, los que florecieron desde el siglo XIII hasta el XVII; y el segundo desde el XVIII hasta nuestros días, y no sólo los muertos, si bien los vivos, aunque guardada a estos la debida consideración hablaré de ellos sin crítica ni elogio. Sigo también el orden cronológico que presenta con más variedad el cuadro histórico literario, en el cual sin preferencia ni exclusión, aparecen los escritores valencianos, procurando amenizar la narración biográfica con las flores de la poesía, trasladando algunas muestras de nuestro gusto patrio en el cultivo de las musas, y al fin se extienden los índices alfabéticos de los apellidos y nombres de los autores, de las épocas en que florecieron, y otro general de las cosas más notables de la obra, la cual incluirá sobre mil escritores entre los adicionados, de los que trata Ximeno, o nuevos.

Habiendo observado que la lengua lemosina nos es poco familiar en el día, he insertado al fin del primer tomo un breve vocabulario de voces anticuadas, y otras muchas sin uso, para facilitar la inteligencia de las poesías y citaciones en prosa que se hallan en esta obra, dando allí razón, de lo que contiene, del autor y motivo de su formación. 

Por esta idea abreviada de la obra, se conocerá fácilmente que me hubiera sido de menos trabajo refundir la de Ximeno en otra nueva que hubiese podido llamar con mayor propiedad mía; pero he querido ceder la gloria de único autor de ella, a la satisfacción que me cabe de poderla dar a luz más pronto, en honor de mi patria.

Con este esmero y desprendimiento he creído desempeñar el plan que me había propuesto en la formación de mi obra; empero como los hombres no vemos los objetos bajo un mismo punto de vista, de aquí nace que aun cuando nuestros intereses no estén encontrados, nos suelen parecer tan diferentes, siendo digno de censura o desmérito para unos, lo mismo que de buena fe, y a las claras les parece muy loable y precioso a otros. Si hubiera pues querido contentar a todos, hubiese intentado un imposible, y si deseara no desagradar a nadie, mi pretensión merecía entonces justamente la risa de los sensatos que conocen el humor que reina en la república de las letras, cuyos moradores no siempre ven con buen ojo las fatigas de los otros, y mucho menos sus lauros, ya excitados como hombres del amor propio degenerado, ya también por el atrevimiento de los que escriben atraídos por la facilidad de la imprenta con que se han hecho ya trato y mercancía las letras estudiando los hombres para escribir y escribiendo para granjear. (Saavedra en la Introducción de la República literaria.)

En mi mano sólo ha estado dar la razón de mi trabajo, esto es, del fruto de largas tareas y de años de indagaciones, y para precaver si es posible a lo menos en mis lectores una prevención perjudicial, saldré al encuentro a las objeciones, reparos o llámense tiros disfrazados de la pasión dominante del que los asesta, ya según he leído en algunos escritos de este género, ya también como había llegado a mis oídos. El P. Fr. Jaime Villanueva en el tomo 8, pág 102 de su Viaje literario, echando menos una Biblioteca de Escritores Catalanes, anuncia esta mi obra, a la cual en varias ocasiones me había estimulado con eficacia, y aun reanimado cuando decaía mi ánimo a la vista de tamaña empresa, por cierto superior a mis alcances, mostrándome la perspectiva halagüeña que disfrutaría en su terminación. Pero después hablando de lo que debe tenerse presente en la formación de una Biblioteca, dice así: “Claro está que de estas bibliotecas, si no son más que una noticia seca de la vida de los autores y de los títulos e impresiones de sus libros, algún fruto sacará la bibliografía, pero muy escaso la literatura; y cierto parece justo que pudiendo ser, se procuren las dos cosas a un tiempo. La erudición de un bibliotecario debe ser mayor que la de un comerciante de libros. Lo importante es dar a conocer los libros, más que los autores de ellos. 

Por esto son justamente elogiados Nicolás Antonio en la biblioteca española antigua, y Qnietiff y Echard en la de mi Orden. Otra cosa entiendo yo que deberá tenerse presente en la formación de esta nueva biblioteca; y es que no se dé lugar en ella sino a los que hayan escrito alguna obrilla que merezca este nombre, o pueda hacer figura en la historia de las ciencias y artes. Difícil es fijar en esto una regla segura; pero no lo es señalar el extremo en que han caído algunos bibliógrafos, colocando entre los escritores a cualquiera que haya impreso no más que un sermón o un soneto, y aun al que dejó manuscritas estas piezas de oratoria y poesía. Cosa por cierto insufrible que sólo puede tener cabida en la pluma del que piense, que el mérito de las bibliotecas se mire por el número de los escritores, y no por la calidad de sus escritos. 

Muy pronto se había olvidado el P. Villanueva cuando sienta que la erudición de un bibliotecario debe ser mayor que la de un comerciante de libros, habiendo echado en cara a los catalanes en la página anterior, que carecían de una biblioteca cual la estaba redactando en Valencia un encuadernador de libros. Si es difícil fijar la regla segura para determinar los que han de entrar en esta biblioteca ¿cómo nos conduciremos para saber los que hemos de excluir con justicia? ¿Acaso un soneto bien hecho no es un poema, y un sermón según todas las reglas de la elocuencia, no es un escrito que puede dar mucha gloria a su autor? ¿No alaba a Echard autor de la biblioteca de sa Orden? pues esta incluye muchos autores que sólo publicaron un sermón, cosa que para que yo lo haga han de tener lo menos dos, y que sean impresos. No quiero detenerme en manifestar las contradicciones que contiene este pasaje de Villanueva, contentándome a responderle por la parte que se dirige a mi obra, que no me he propuesto hacer en ella una historia literaria del Reino de Valencia sino una Biblioteca de sus escritores, con cuyo modesto título queda justificada mi conducta en haber incluido algunos, no por el número e importancia de sus escritos, sino por la gloria que de ellos, bien por el tiempo, bien por otras circunstancias particulares, resultaba a nuestra amada patria.

Hállanse también algunos escritores cuyas producciones así en prosa como en verso corren sueltas, las cuales aunque bastantes en número, y aun si se quiere en mérito, por haberse dado al público en distintas épocas, no se han reunido en cuerpo todavía. Esta circunstancia, aunque poco favorable a su fama literaria, no debe perjudicarles del lugar a veces de preferencia que se han adquirido en esta Biblioteca con los frutos de su ingenio y meditación, de los que en justificación mía inserto algunas muestras. 

En todo me he arreglado a mi plan, sin salir de la esfera de mis conocimientos, y no perdiendo de vista el honor literario de mi patria, he seguido las huellas de mis dignos predecesores en la carrera bibliográfica, no considerando a mis paisanos por su parte física, moral ni política, sino únicamente por la intelectual y científica, con lo que quedan resueltas las dificultades sin excederme de los límites que me he prefijado.

No obstante, careciendo de crédito literario quise dar a mi obra un aspecto que preparase la aceptación pública. Con este objeto la presenté a la Real Sociedad de Amigos del País de este Reino, a la cual la comisión encargada de su informe manifestaba entre otras cosas que “este trabajo, fruto de largas tareas sostenidas por una constante indagación, merecía la gratitud y aprecio de todo buen valenciano, y que por él era digno su autor de que se le protegiese y auxiliase para que saliera a la luz pública; que el estilo narrativo de que usaba era claro, natural, sin bajeza, y acomodado a la índole de su obra.” En su consideración la Sociedad admitió la dedicatoria, auxiliando al autor y dispensándole su protección, al mismo tiempo que la recomendaba a sus individuos.

Con tan felices auspicios ofrezco al público el fruto de mis tareas de tantos años en obsequio del honor literario de mi patria. Mis descuidos y mis desaciertos dejan abierto no espacioso camino para que otros dotados de más sabiduría y fino gusto, de más extensa erudición y de una crítica más sagaz, logren completar la Biblioteca Valenciana, pasando a la posteridad sus nombres con tanta gloria como han adquirido los escritores, cuya memoria sabrán conservar para la gratitud pública, que por una serie de vicisitudes prósperas y adversas, de aciertos y descuidos llegan las obras humanas a su perfección. 

BIBLIOTECA

DE LOS ESCRITORES

ÁRABES-VALENCIANOS

QUE FLORECIERON

DURANTE LA DOMINACIÓN SARRACENA

EN ESTE REINO.


BIBLIOTECA

ARÁBIGO

VALENCIANA.


SIGLO IV DE LA Hégira (hégira : emigración de Mahoma de La Meca a Yathrib : Medina, septiembre del 622 A.D. El autor no calcula bien el año de Cristo, suma 612 e incluso otras cifras). 


ISA BEN MOHAMAD ALABDERITA.


Nació en Elche; poeta amenísimo: floreció en el siglo IV de la hégira. Casiri, tom. 2, pág. 138, col. 1 y 2.


AHMAD BEN MOHAMAD BEN ABDELBER.


Valenciano. Vivió en el siglo IV de la hégira. Escribió: Historia de los Varones que florecieron en España en la Jurisprudencia.

Está comprendido en el códice 1671, folio 133. Casiri, tomo 2, pág. 135, col. 2.


PHATEMA.

HIJA DE IOSEPH BEN IAHIA ALMOGAMI.

Nació en Valencia; se dedicó en Córdoba a la jurisprudencia, en donde se hizo célebre por sus escritos y piedad dignos de grande alabanza. Murió en el año de la hégira 319 (de Cristo 931). Casiri, tomo 2, pág. 149, col. 2.


SIGLO V DE LA HÈGIRA. 


ISAC BEN SALAMA ISACI, FILIUS ALCAINI.

Valenciano, escritor erudito del quinto siglo de la hégira: publicó: Annales Hispaniae. 

En los cuales habla de los Pretores, Cónsules, Jurisconsultos y Poetas célebres, como también de guerras y fortificaciones.

Está comprendido en el códice 1671. Casiri, tomo 2, página 136, col. 2.

 

SOLIMAN BEN GIOLGIOL.

Valenciano, médico que floreció en el siglo V de la hégira. Escribió: Historia Medicorum Hispanorum. Está inserta en el mismo códice, y lo nota Casiri, tomo 2, pág. 137, col. 1.

ALI BEN HALBAN.

Valenciano: se cree floreció en el siglo V de la hégira. Escribió: Codex Orthodoxorum Propositorum de traditionibus Divinis. Es el códice 1685. Casiri, tomo 2, pág. 153.


ALI BEN MOHAMAD ABU ALHASSAN.

Valenciano, orador y poeta célebre y autor de la erudita obra: De similitudinibus.

Que solían usar en sus versos los poetas españoles. Murió en el año de la hégira 439 (de Cristo 1047). Casiri, tomo 2, pág. 138, col. 2.


OTHMAN BEN SAID ABU AMRÚ.

Natural de Denia; fue gran jurisconsulto y filólogo; escribió: Más de cien tomos de varia literatura. 

Murió en el año de la hégira 444 (de Cristo 1052). Casiri, tomo 2, pág. 138, col. 2.


ABULMONDER HESCHAM BEN MOHAMAD ALKALBI.

Valenciano: escribió: 

Equorum genealogia et historia.

Obra histórico-genealógica de los caballos que han tenido entre los árabes más fama y nombradía. Lo escribió en el año de la hégira 450 (de Cristo 1058). Está copiado en el códice 1700. Casiri, tomo 2, pág. 157, alaba también a este autor en la prefacion del tomo 1, pág. XVI.

 

ABDELAZIZ BEN TABET BEN SUAR.

Natural de Belala, o Volalat, en español Vallada. Escritor de bastante crédito: vivió en el año de la hégira 453 (de Cristo 1061). Casiri, tomo 2, pág. 132, col. 2.


ABDELRAHMAN BEN ABDALLA ABU ZAID.

Valenciano, descolló en las matemáticas, y publicó un Tratado de aritmética y álgebra.

Que corría en manos de todos. Murió en el año de la hégira 456 (de Cristo 1063). Casiri, tomo 2, pág. 131, col. 1.


ABDALLA BEN MUSA BEN SAID ALANSARI.

Que se llamaba Alscharaci. Nació en Scharaca, a saber Xérica, varón distinguido, así por sus costumbres como por su literatura. Murió en el año de la hégira 456 (de Cristo 1063). Ibid. tomo 2, pág. 143, col. 2.


AHMAD BEN MOHAMAD BEN HEZBALLA ABULHASSEN.

Valenciano, Jurisconsulto y Pretor de Toledo.

Murió en el año de la hégira 453 (de Cristo 1061). Se menciona en la Biblioteca Arábico Hispana, intitulada: Munnus Chronologicum Hispanum de Abulcassem vulgo Ben Paskual de Còrdoba. Es el códice 1672, tomo 2 de Casiri, pág. 140 y 141. 


ABDALLA BEN HAIAN ALRUSCHI.

Valenciano, Jurisconsulto erudito, el que según Ebn Alcama (Ebn : ben: Ibn) en los Anales de España fue poseedor de una Biblioteca tan copiosa, que con sus libros llenaron los herederos 140 sacos. Murió en el año de la hégira 484 (de Cristo 1091). Casiri, tomo 2, pág. 138, col. 1


AHMAD BEN ABDELVALI ABU GUIAPHAR ALBATI.

Nació en Bata (al + bata: albatí, albati), lugar del Reino de Valencia; poeta elegante y erudito: murió quemado en el año de la hégira 488 (de Cristo 1095) de orden del Rey de los Cristianos llamado el Emperador (D. Alfonso de Castilla) (de León, imperator hispaniae). Ibidem, tomo 2, pág. 135, col. 1.


SIGLO VI DE LA HÈGIRA.


MAHOMAD BEN ABI BAKER BEN ALI ALSCHATEBI.

Nació en Xátiva (al + schatebi, schatebí), y floreció en el siglo VI de la hégira. Escribió:

Auxilium pro rei veritate, en 25 capítulos.

Trata del buen gobierno de la Monarquía, de las virtudes de los Reyes, y de los dotes de los Ministros. Casiri, tomo 1, pág. 230. Es el códice 771.


ABULCASSEM ABDALLA BEN MOHAMAD BEN NAKIA.

Doctor valenciano: floreció en el siglo VI de la hégira. Escribió: Liber Margaritarum.

Es un comentario del Alcorán, y está en el códice 1371. Casiri, tomo 1, pág. 502.


ABU MOHAMAD ALCASSEM BEN MOHAMAD ALDAIMURTI. (de Aldaya ?)

Filólogo (philólogo en el original) valenciano: floreció en el siglo VI de la hégira; fue un escritor muy conocido por la obra siguiente: De eloquentiae Arabicae regulis. 

Se halla inserta esta obra en el códice 1597, núm. 2. Casiri, tomo 1, pág. 538.      

MOHAMAD BEN MASSUD BEN KHALASAT ABA ABDALLA BEN ABILKHASSAL.

Natural de Xúcar, Alcira. Estuvo en Córdoba y en Granada: varón excelente en todo género de ciencias; fue gran poeta y retórico, filósofo, teólogo, jurisconsulto e historiador consumado. Menciona este autor Mohamad Ben Abdalla Ebn Alkastib, de Granada, en su Biblioteca Arábico-Hispana, intitulada: Granatensis Encyclica, en la cual trae algunos fragmentos, que publicó en el año de la hégira 763 (de Cristo 1361), y añade que no especificaba sus obras por estar en manos de todos. Nació en el año de la hégira 465 (de Cristo 1072); fue muerto por los almorávides (Almoravides) en Córdoba en el de 540 (de Cristo 1145). Casiri, tomo 2, pág: 75, col. 1, y folio 71, códice 1668.


THONA, LLAMADA HABIBA.

Valenciana muy perita en la gramática y jurisprudencia; escribió libros de ambas facultades. Murió en el año de la hégira 506 (de Cristo 1112). Casiri, tomo 2, pág. 150, col. 1.


EBN ABDELMALEK, VULGO ALMARAKSCHI.

Natural de Valencia; vivió en el siglo VI de la hégira. Escribió: Bibliotheca Arabico-Hispana, intitulada: Supplementum. Es el códice 1677. Ibidem, tomo 2, pág. 152.


MOHAMAD BEN KHALAPI BEN MARZUC.

Jurisconsulto, y tradicionista célebre: nació en Onda, año de la hégira 509 (de Cristo 1115), y murió en el año 599 (de Cristo 1202), feria 6, viernes 12 del mes de Schaban. Casiri, tomo 2, pág. 124, coluna 1. 


ABU ABDALLA MOHAMAD ABDELRAHMAN ALLAKHAMI. (de Alacant, Alicante?)

Valenciano: floreció en el año de la hégira 519 (de Cristo 1125): estudió en Murcia, y murió en Denia: fue poeta, y se hallan poesías suyas en el códice 354, en el cual se encuentra la historia de los poetas más insignes de España, intitulada: Munus hospitii de Abdalla Ben Abdelrehman Ebn Alabar Alcodhai, valenciano, y escritor de este mismo siglo. Tomo 1, pág. 95 de Casiri.


MOHAMAD BEN KHALAPH BEN SOLIMAN BEN PHATUM. 

Natural de Orihuela, célebre jurisconsulto: no quiso admitir la Prelatura de Denia para dedicarse a las letras. Escribió entre otras obras la De contractibus forensibus.

Y no quiso concluirla porque le manifestaron sus amigos, que daría mucho campo a pleitos, y fatigaría a los jueces. Murió en el año de la hégira 519 (de Cristo 1125). Se comprende en la biblioteca arábigo-hispana, intitulada: Viri cupidi res expedita de Ahmed Ben Iahia Ben Ahmad Ben Amira Aldhobide de Córdoba. Códice 1671. Casiri, tomo 2, pág. 133.


ABDELVAHAB BEN ISAC ABU MOHAMAD ALPHARI, VULGO EBN ALHAMRI.

Fue natural de Alhamra, lugar de la jurisdicción de Xátiva (como Alhambra; Alfambra y Perales de Alfambra, Aguilar de Alfambra en Teruel) cultivó con mucho crédito la poesía: murió en el año de la hégira 525 (de Cristo 1130). Casiri, tomo 2, página 133.


MOHAMAD BEN SOLIMAN BEN MARVAN, VULGO ALBONETI.

Valenciano: historiador y jurisconsulto. Murió en Almería año de la hégira 536 (de Cristo 1141) en las vísperas de la feria segunda del día 11 de Saphar. Ibidem, tomo 2, página 147, col. 2.


ABU ABDELMALEK MERVAN BEN ABDALLA BEN ABDELAZIZ.

Nació en Valencia en el año de la hégira 505 (de Cristo 1111). Fue muy célebre por la nobleza de su linaje, por su grande valor, y por su eminente doctrina. Todo lo cual contribuyó a que en el año de la hégira 538 (de Cristo 1143) fuese elegido Rey de Valencia, donde era Pretor. Casiri, tomo 2, pág. 53, habla con extensión de todos sus sucesos.  


MOHAMAD BEN ABDALLA BEN SOPHIAN ALTAGIBI.

Nació en Xátiva, fue varón de exquisita erudición; publicó: Epitomen Historicam de viris Hispanis qui scribendo claruere. 

Murió en el año de la hégira 558 (de Cristo 1162). Casiri, tomo 2, pág. 127.


MOHAMAD BEN ISMAIL BEN ALGIONHI.

Natural de Cocentaina; en la jurisdicción de Denia resplandeció en letras y nobleza; fue Juez de Valencia, donde murió en el año de la hégira 543 (de Cristo 1148). Sus obras se hallan en el Códice 1170. Casiri, tomo 2, pág. 121.


MOHAMAD BEN IAHIA BEN MOHAMAD BEN ALASI.

Nació en Liria, año de la hégira 470 (de Cristo 1077): estudió en Valencia, y tomada esta por los Cristianos en el año de la hégira 488 (de Cristo 1095), se fue a Jaén, de donde volvió a Valencia, que los moros habían recuperado de los cristianos, en el mes Ragheb del año de la hégira 495 (de Cristo 1101), y enseñó la Jurisprudencia (según Antonio Conde). Fue Almocrí o lector en la mezquita mayor; escribió sobre las variantes del Alcorán una obra muy crítica; después se retiró a su patria Liria, donde falleció a la hora del alba, Domingo día 6 del mes Shavhal, en el año de la hégira 547 (de Cristo 1152), y fue enterrado en la makbura de Benizcuun de aquella población. Conde, tomo 2, pág. 186, habla de este escritor variando algo el nombre, porque lo llama Muhamad ben Bakrben Aari Alanzari. Casiri, tomo 2 pág. 121, comprende a este escritor en la Biblioteca Arábigo Hispana del valenciano Abu Abdalla ben Ati Baker Alcodai, y dice que murió en Liria, feria 7, día 6 del mes de Schaval.

MOHAMAD BEN IAHIA BEN KHALIPHA, VULGO BEN JANEC.

Natural de Xátiva, varón elocuente y perito en la lengua árabe, filosofía, matemáticas y medicina. Escribió: Historia de los Reyes de España. 

Nació en el año de la hégira 482 (de Cristo 1089), y murió en el de 547 (de Cristo 1152). Casiri, tomo 2, pág. 122, col. 1.


ABDALLA BEN JOSEPH BEN AYUB ALCARSCHI ALPHARI.

Natural de Rogat, cerca de Xátiva; nació en el año de la hégira 469 (de Cristo 1078): enseñó la jurisprudencia en Denia, donde murió en el de 548 (de Cristo 1153), día 14 del mes Schaval. Ibidem, tomo 2, pág. 128 (o 228, no se ve bien), col. 1.


ABU GIAPHAR AHMAD BEN ABRAHIM BEN SALAM ALMO APHERI.

Natural de Xátiva: murió en el año de la hégira 550 (de Cristo 1155): tiene poesías en el códice 354 al núm. 20. Casiri, tomo 1, pág. 96.


ABU MOHAMAD ABDALLA BEN OVAID ALROHMAN BEN HIGIAPH ALMOAPHERI. 

Valenciano; poeta que murió en el año de la hégira 551 (de Cristo 1156). Hay poesías de este autor en el códice referido 354, núm. 21. Casiri, tomo I, pág. 96.


MOHAMAD BEN GIAPHAR ABU AMER, VULGO SCHARAVIA.

Varón rico y erudito; predicador y Chantre en la Mezquita mayor de Valencia, de donde era natural; murió en esta Ciudad en el año de la hégira 547 (de Cristo 1152, feria 1, día 6 del mes Dilcadat, fue enterrado fuera de la puerta Baitala (1) en el cementerio de los presidentes, derribado por los cristianos cuando se apoderaron segunda vez de la Ciudad el año de la hégira 636 (de Cristo 1238) día 17 del mes Saphar. Casiri, tomo 2, pág. 122, col. 1. (Conquista de Jaime I de Aragón)

(1) A esta puesta llama Beuter Veytealla, que corrompido el nombre la decían Botalla o Boatella; se llamó también puerta Sucronense por estar en el camino del río Xúcar. Estaba en la calle de S. Vicente, entre la de Cerrajeros y el horno, que casi enfrenta. 


MOHAMAD BEN MONKHOL BEN RAIAN.

Fue natural de la península de Xúcar, Alcira; resplandeció en la jurisprudencia, aritmética y geometría. Murió en su patria año de la hégira 551 (de Cristo 1156). Ibidem, tomo 2, pág. 122, col. 1.


MOHAMAD BEN MOHAMAD ABU AMER VULGO ALMONCARRAL.

Natural de Xátiva; fue escritor diligentísimo de las cosas de España, y el primero que instituyó en su patria una academia de historia. Murió allí mismo de 70 años de edad, en el de la hégira 541 (de Cristo 1146). Casiri, tomo 2, pág. 121.


ABU ABDALLA MOHAMAD BEN GALEB ALRAPHA ALRASIPHI EX RASIPH, VULGO ARRACIFE. Rusafa.

Valenciano, y vecino de Málaga. Murió en el año de la hégira 572 (de Cristo 1176). Hay poesías suyas en el códice 354, núm. 31. Casiri, tomo 1, pág. 97.


MOHAMAD BEN GALEB ARISIPHI ABA ABDALLA.

Valenciano: estudió y se domicilió en Granada: era tenido por el mejor poeta de su tiempo. Escribió entre otros: Tres poemas y dos epigramas. Se hallan en el códice 1668 que cita Casiri, tomo 2, pág. 71. En los cuales la elegancia de la dicción compite con la brillantez de las sentencias. Murió en Málaga día 19 del mes Ramdam año de la hégira 572 (de Cristo 1176). Su sepulcro era visitado por muchos. Casiri, ibidem, pág. 77, y pág. 122, col. 2.


AHMAD BEN MOHAMAD ALMAKHZUMI ABU BAKER.

Natural de la península de Xúcar, Alcira; fue un varón esclarecido en nobleza, piedad y doctrina. Hay muchos y elegantes versos en el códice 1649. Aconsejó la sujeción de Valencia a los Almohades; y siendo Pretor la defendió por tres meses del sitio que le puso el Capitán Abulhagiag Bensaden el año de la hégira 566 (de Cristo 1170). Casiri, tomo 2, pág. 58.


ABU HASSAN ALI BEN ABRAIM BEN SAAD ALKHAIR.

Poeta insigne, natural de Valencia. Murió en Sevilla, año de la hégira 571 (de Cristo 1175). Hay poesías suyas en el códice 354, al núm. 28. Casiri, tomo 1, pág. 97.


MOHAMAD BEN IOSEPH BEN ABI SCHAKER ALANSARI.

Natural de Scion o Xion, tal vez Xixona (Jijona, como el turrón), perteneciente a Valencia. Nació en el año de la hégira 510 (de Cristo 1116). Fue peritísimo en las antigüedades árabes, y en la cronología. Murió en Murviedro en el año de la hégira 574 (de Cristo 1178), feria 5, día 25 del mes Gemadi segundo. Casiri, tomo 2, pág. 122, col. 2.          


ABU MOHAMAD ABDALLA BEN IAHIA ALHADHRAMI.

Nació en Denia, y habitó en Xátiva. Murió en Valencia en el año de la hégira 578 (de Cristo 1182). Fue poeta, y tiene poesías en el códice 354, al núm. 37. Casiri, tomo 1, pág. 97.


ABDALLA BEN IAHIA ALHADHRAMI, VULGO BEN SAHEB ALSALAH.

Nació en Palma, señorío de Denia, de linaje noble, filólogo e historiador celebérrimo. Publicó: Biblioteca Arabico-Hispana. Fue en Valencia profesor de artes liberales en el real colegio. Murió en el año de la hégira 578 (de Cristo 1182), en las vísperas de la feria 7, día 1 del mes Rageb. Casiri, tomo 2, pág. 128, col. 2.


ABDALLA BEN ABDELRAHMAN EBN ALABAR ALCODAI.

Valenciano; escritor ilustre del siglo VI de la hégira. Publicó: Historia de los poetas insignes españoles, insertando en ella sus más selectas poesías, la intituló: Munnus Hospitii, y está comprendida en el códice 354 que menciona Casiri, tomo 1, pág. 93.

Habla también de este autor, Conde, Historia de los árabes, tomo 2, pág. 174, y tomo 3, pág. 35.


MOHAMAD BEN OMAR BEN VAGEB ALCAISI.

Valenciano; fue muy instruido en el derecho y en varia literatura; ejerció el cargo de Pretor en muchas ciudades del reino. Nació en el año de la hégira 517 (de Cristo 1123), feria 3, día 6 del mes Gemadi segundo, y murió en el de 583 (de Cristo 1187), feria 1, día 1 del mes Rabi primero. Casiri, tomo 2, pág. 123, col. 1.


MOHAMAD BEN ABI BAKER ALGAPHEKI, ALIAS BEN APHIUN.

Nació en Xátiva. Fue insigne filólogo y jurisconsulto: murió en el año de la hégira 584 (de Cristo 1188); publicó las obras siguientes:

1 De maris rebus admirandis.

2 Monachorum Vita.

3 Muchos versos.

Ibidem, tomo 2, pág. 123, col. 1.


MAHOMAD BEN GIAPHAR BEN KHALAPH BEN HAMID, VULGO ABU MOHAMAD ALCORTHOBI.

Nació en Valencia en el año de la hégira 513 (de Cristo 1119): varón muy sabio, insigne teólogo y célebre intérprete del Alcorán: tuvo muchos discípulos y muy aventajados. Sólo quedan de este autor: 

1 Dos Comentarios a la Gramática del Dr. vulgo Alpharesi.

2 Tratado de praepositionibus Alzagiagi.

Murió en Murcia en el año de la hégira 586 (de Cristo 1190) (586 + 622 : 1208), en las vísperas de la feria 7, día 17 del mes Gemadi primero. Ibidem, tomo 2, pág. 82, col. 2


MOHAMAD BEN GIAPHAR BEN HAMAID BEN MAIMON ALAMAVI.

Nació en un lugar llamado Basila, no muy lejos de Valencia, en el año de la hégira 513 (de Cristo 1119). Estudió en Sevilla, y adquirió tanta fama, que se le dio el cargo de presidente de la Curia Valentina. Murió en Murcia en el año de la hégira 586 (de Cristo 1190), en las vísperas de la feria 7, esto es, en la 6.a del día 17 del mes Gemadi primero. Casiri, tomo 2, pág. 123, col. 1.

Por la conformidad de la muerte de estos dos autores, parece ser uno solo, aunque notados en diferentes páginas por Casiri.   

                 

MAHOMAD BEN SAIED RAI ABDELUAHAB ABU BAKER.

Valenciano: esclarecido por su linaje, doctrina, valor y fortaleza que heredó de su padre, y siguió como él el partido de los almorávides contra los almohades, a quienes sitió de modo que fueron más los que murieron al rigor de la hambre, que al de la espada. Peleó dos veces con fortuna contra los cristianos, cerca del castillo Alphath, que les ganó año de la hégira 587 (de Cristo 1191), en el mes Gemadi primero, después de haberle poseído 32 años. Refiere esta batalla en una poesía, cuyo principio se halla en el códice 1640. Casiri, tomo 2, pág. 30. Y hay añadidos unos versos, en que le felicita por ella su mujer, hábil poetisa. Casiri, tomo 2, pág. 59.


ABULHAGIAC IOSEPH BEN ABDALLA BEN AIUB ALFAHARI. (Alfajarín, Zaragoza)

Natural de Denia, habitador de Valencia. Murió en el año de la hégira 592 (de Cristo 1195). Fue poeta, y se hallan poesías suyas en el códice 354, al núm. 45. Casiri, tomo 1, pág. 98.

   

MOHAMAD BEN AHMAD BEN HOZAIL ABDARITA.

Natural de Abescha o Abesa, en los confines de Valencia. Gramático insigne. Murió en Sevilla en el año de la hégira 593 (de Cristo 1196). Casiri, tomo 2, pág. 123, col. 2.


ABDALLA BEN MARVAN ALTAGIBI ABULAHASSEN.

Jurisconsulto valenciano, prefecto de Sobrob, Segorbe; varón prudente y justo; nació en el año de la hégira 539 (de Cristo 1144): murió en el de 593 (de Cristo 1196), feria 7, en las vísperas del día 15 del mes Schaval. Ibidem, tomo 2, pág. 129, col. 1.


MOHAMAD BEN SAID GEHUR ALCODHAI.

Natural de Bairan, en la jurisdicción de Denia, escritor diligentísimo de los 

Anales de Valencia. (No confundir con las prácticas anales de Chimo Puig)

Murió en el año de la hégira 597 (de Cristo 1200). Casiri, tomo 2, pág. 123, col. 2.


SIGLO VII DE LA HÉGIRA.


MOHAMAD BEN IOSEPH BEN ABDALLA, VULGO EBN AIAD.

Nació en Liria en el año de la hégira 544 (de Cristo 1149), feria 5, día 27 del mes  Schaval: murió en su patria en el de 603 (de Cristo 1206). Publicó:

Bibliotecam Valentinam.

Casiri, tomo 2, pág. 124.


MOHAMAD BEN MOHAMAD BEN KHALAPH ALANSARI, LLAMADO EBN MOCASIR.

Valenciano, jurisconsulto insigne; enseñó en Valencia la retórica y jurisprudencia. Murió en Xerez (Jerez), siendo prefecto, en el año de la hégira 603 (de Cristo 1206), feria 2, día 10 del mes Ramdan. Casiri, tomo 2, pág. 124, col. 2.


ABULHASSAN ALI BEN AHMAD BEN AVI COVAT ALZADI.

Natural de Denia: murió en el año de la hégira 608 (de Cristo 1211): tiene poesías en el códice 354, núm. 66. Casiri, tomo 1, pág. 99.


ABU ABDALLA MOHAMAD BEN MOHAMAD BEN SOLIMAN ALANSARI EBN ABI ALBACA.

Valenciano, originario de Zaragoza. Murió en el año de la hégira 610 (de Cristo 1213). Hay poesías suyas en el antes insinuado códice 354, al núm. 70. Casiri, tomo 1, pág. 100.


MOHAMAD BEN ABDELRAHMAN ALGIBI.

Ilicitanus o de Elche, varón muy distinguido por su piedad, doctrina, y escritos. Publicó:

1 Hispaniae Annales.

2 Una Historia de los literatos de España más difusa, y otra más compendiada.

Murió en la ciudad de Tremezen el año de la hégira 610 (de Cristo 1213). Casiri, tomo 2, pág. 125, col. 1.


ABDALLA BEN ABRAHIM, POR SOBRENOMBRE BEN MONTEL.

Natural de Murviedro, habitó en Valencia, donde se distinguió así en las ciencias como en la historia de la literatura. Murió en el año de la hégira 611 (de Cristo 1214), día 15 del mes Rageb. Casiri, tomo 2, pág. 129, col. 1.

ABDALLA BEN SOLIMAN ABU MOHAMAD ALANSARI, VULGO BEN HAUTH-ALLA.

Nació de clara estirpe en Onda, en el año de la hégira 549 (de Cristo 1154), feria 4, día 4 del mes Ragheb, aunque Casiri juzga que en el mes Schaval: es autor de

1 Biblioteca Hispana. Obra erudita: también es escritor célebre de los

2 Anales Valencianos.

Ejerció este autor el cargo de pretor o gobernador en Córdoba, Sevilla, Murcia y otras ciudades (y al mismo tiempo reinos). Murió en Granada (reino también) en el año de la hégira 612 (de Cristo 1215), feria 5, día 4 del mes Rabi primero. Casiri, tomo 2, pág. 129, col. 1, y el Dr. D. Juan Lozano, en su Batistania, disertación VII, tomo 1, pág. 244.


MOHAMAD BEN SOLIMAN BEN ABDELAZIZ ALSALAMI.

Natural de Xátiva: aritmético y geómetra distinguido, y prefecto de Elche, donde murió, día 23 del mes Ragheb, el año de la hégira 612 (de Cristo 1215). Casiri, tomo 2, pág. 125, col. 1.


MOHAMAD BEN ABDELAZIZ BEN SAADA ABU ABDALLA.

Nació en Xátiva: fue muy perito en ambos derechos, distinguiéndose por la integridad de sus costumbres. Murió en su patria, de cien años de edad, en el de la hégira 614 (de Cristo 1217), feria 2, día 9 del mes Schaval. Ibidem, tomo 2, pág. 125, col. 1.


ABULCASSEM MOHAMAD BEN MOHAMAD BEN NUH ALGAPHEKI.

Natural de Valencia, en donde fue juez, y murió en el año de la hégira 614 (de Cristo 1217). Hay poesías suyas en el códice 354, al núm. 74. Casiri, tomo 1, pág. 100.


MOHAMAD BEN BAKER ALPHAHRI ABU ABDALLA.

Valenciano: médico y cronógrafo insigne. Murió en Purchena en el año de la hégira 618 (de Cristo 1221), feria 4, día 15 del mes Muharram. Ibidem, tomo 2, pág. 125, col. 2.


ABDALLA BEN ABI BAKER ALCODHAI.

Padre de Abu Abdalla Ben Abi Baker Alcodhai Ebn Alabari, autor del códice 1670, que trae Casiri, pág. 121 del tom. 2.

Nació en Onda en el año de la hégira 571 (de Cristo 1175): desde niño vino a Valencia para hacer sus estudios, y se granjeó mucho crédito, tanto por su instrucción como por sus costumbres. Acaeció su muerte el año de la hégira 619 (de Cristo 1322) hacia el medio día de la feria 2 del día 5 del mes Rabi primero. Casiri, tomo 2, pág. 129, col. 2.


ABULHAGIAG JOSEPH BEN MOHAMAD BEN THALMUS.

Natural de la Isla de Xúcar, Alcira, que pertenece a Valencia, se encuentran sus poesías en el códice 354, núm. 79. Casiri, tomo 1, pág. 100. Murió en el año de la hégira 620 (de Cristo 1223). 


MOHAMAD BEN ALI BEN IAHIA ALGAPHEKI ABU ABDALLA.

Nació en Alsharat, Alsarat o Alxarat, esto es Alxara, Alcira; doctor excelente en ambos derechos, e historiador de bastante crédito escribió varias obras canónicas, muy estimadas en su tiempo. Murió en Septa, Ceuta, de 90 años, en el de la hégira (de Cristo 1226). Ibidem, tomo 2, pág. 126, col. 1.


ABRAHIM BEN EDRIS BEN ISAC BEN GIAME.

Poeta valenciano, prefecto de Septa, Ceuta (Ciudad de África), cuyo cargo ejerció en el año de la hégira 621 (de Cristo 1224). Murió en la batalla de Tarifa, en el año de la hégira 626 (de Cristo 1228), día 6 del mes Ramdan. Tiene poesías en el códice 1649. Citado por Casiri, tomo 2, pág. 59.


MOHAMAD BEN ALI BEN ALZOBAIER ALCODHAI.

Nació de padres ilustres en Onda, Reino de Valencia, en el año de la hégira 544 (de Cristo 1149), feria 2, en la tarde del día 15 del mes Gemadi primero. Floreció en ambos derechos; obtuvo dos veces la pretura de Onda. Murió en Valencia en el año de la hégira 627 (de Cristo 1229), feria 4, día 16 del mes Gemadi segundo. Casiri, tomo 2, pág. 127, col. 2.


MOHAMAD BEN ISMAIL BEN KHAMIS, VULGO ABU AMER ALGIOMAHI.

Nació en Costantania o Concentanea (Cocentaina): enseñó las letras humanas y canónicas en Xátiva y en Valencia, cuyas preturas obtuvo después. Murió en su patria de edad avanzada, día 16 del mes Saphar, año de la hégira 629 (de Cristo 1231). Casiri, tomo 2, pág. 127, col. 2.


ABU TAMAM GALEB BEN MOHAMAD BEN ISMAIL ALANSARITA.

Valenciano. Murió en el año de la hégira 629 (de Cristo 1231), tiene poesías en el códice 354, al núm. 84. Casiri, tomo 1, pág. 101.


ABU GIAPHAR AHMAD BEN MOHAMAD BEN THALHAT.

Escritor Ansareo, natural de la Isla Xúcar, Alcira. Fue muerto en Septa, Ceuta (ciudad de África), en el año de la hégira 632 (de Cristo 1234). Hay poesías suyas en el referido códice 354, núm. 93. Casiri, tomo 1, pág. 101.


MOHAMAD BEN EDRIS BEN ALI ABA ABDALLA, DE SOBRENOMBRE EBN FARAG ALKOHOL.

Natural de la península, vulgo Xúcar, Alcira. Fue el poeta más excelente de su tiempo, y se encuentran sus poesías en la biblioteca Arabico-Hispana, intitulada: Granatensis Encyclica de Mohamad Ben Abdalla Ben Allchatib de Granada, que es el códice 1668. Murió en su patria, feria 2, día 2 del mes Rabi primero, año de la hégira 634 (de Cristo 1236). Casiri, tomo 2, pág. 71 y 74.


ABU MOHAMAD ABDALLA BEN MOHAMAD BEN MATHRUH ALTEGIBITA.

Fue natural y juez de Valencia, donde murió en el año de la hégira 635 (de Cristo 1237), en el mes Dilcadat, cuando los cristianos la tenían sitiada. Hay poesías suyas en el códice 354, núm. 96. Casiri, tomo 1, pág. 102.


ABDALLA BEN MOHAMAD BEN MATHRUH ALTAGIBI.

Nació en Valencia, y era oriundo de Zaragoza. Fue jurisconsulto y orador muy elocuente. Obtuvo las preturas de Denia y Valencia, donde murió en el año de la hégira 635 (de Cristo 1237), feria 6, día 5 del mes Dilcadat, cuando la tenían sitiada los cristianos. Casiri, tomo 2, pág. 129.

Creo que este árabe es el mismo que el anterior. (Jodó, qué águila era Justo)   

 

HENDA, NATURAL DE VALENCIA.

Poetisa moral. De esta autora hay versos al núm. 100 del códice 354. Casiri, tomo I, pág. 102. Murió en el año de la hégira 637 (de Cristo 1239).


OBAIDALLA ALCASEM BEN IOSEPH BEN ALI ALTAGIBI.

Valenciano: es autor de la obra intitulada: Catalogus.

Contiene un itinerario literario de España y África, que publicó en el año de la hégira 626 (de Cristo 1228). Está en los códices 1751 y 1812. Casiri, tomo 2, pág. 169, col. 2, y 341, col. 1.


ABULHASSAN ALI BEN LEBI BEN SCHALBON ALMOAPHERI.

Valenciano, poeta: tiene poesías en el códice 354, al núm. 90. Murió en el año de la hégira 639 (de Cristo 1241). Casiri, tomo 1, pág. 101.


MOHAMAD BEN ABDALLA BEN KHALAPH BEN CASSEM ALANSARI.

Nació de una familia noble en Valencia, en el año de la hégira 554 (de Cristo 1159), feria 3, día 15 del mes Ramdan. Enseñó en dicha ciudad muchos años la retórica y poesía: escribió muchos libros de Vita Monastica.

Murió en Orihuela de 83 años, en el de la hégira 640 (de Cristo 1242), feria 4, día 10 del mes Schaval. Este día fue muy notable, porque en él llegó a Murcia con los cristianos el príncipe Ahmad Ben Mohamad Ben Hud, y entregó la ciudad a S. Fernando. Casiri, tomo 2, pág. 126, col. 2; y el canónigo Lozano, en su Batistania y Contestania del Reyno de Murcia, disertación VII, pág. 244.


IAIA BEN AHMAD BEN ISA ABULHASIN ALHKAZRAGITA.

Nació de nobles padres en Denia, donde se instruyó hasta los 20 años, progresando mucho en las ciencias, principalmente en la poética y retórica, como lo acreditan los versos del código 1649, mencionado por Casiri, tomo 2, pág. 30. Fue prefecto de Xátiva, y después de Denia, hasta que se entregó a los cristianos el año de la hégira 641 (de Cristo 1243) (641 + 622 : 1263), día 1 del mes Dilhaglat (Dilcadat).    

El mismo refiere, que los cristianos conducidos por el Conde de Barcelona, se apoderaron de Xátiva a fines del mes Saphar, y principios del año de la hégira 644 (de Cristo 1246) (644 + 622: 1268, 30 años después de entrar el rey de Aragón Jaime I el conquistador en Valencia), y que habiéndose hecho dueños antes de Valencia, a saber, en el año de la hégira 636 (de Cristo 1238) (el año 1238 es correcto, pero 636 + 622 son 1258), día 17 del mes Saphar, feria 3, y no pudiendo sufrir los árabes la dominación cristiana, abandonaron la ciudad en el año de la hégira 645 (de Cristo 1247) (645 + 622: 1267). Ibidem, tomo 2, pág. (páp. en el original) 60, coluna 1.


ABDALLA BEN AHMAD BEN HAPHS ALANSARI.

Natural de Denia, domiciliado en Xátiva; médico e historiador insigne. Murió en el Cairo en el año de la hégira 465 (de Cristo 1247) (465 + 622 = 1077), feria 7, día 29 del mes Schaval. Casiri, tomo 2, pág. 130, col. 1.


ABU BAKER ALCODHAI, VULGO BEN ALABAR.

Valenciano: compuso una obra, que intituló: Alphabetum.

Es una biblioteca Arábigo-Española que llega hasta el año de la hégira 650 (de Cristo 1252). Casiri, tomo 2, pág. 163. Creo que este autor es el mismo que el siguiente: 

Abu Baker Alcodai Ebn Alabar (qué tío, qué eminencia, Justo Pastor Fuster ha sabido quitar la h de Alcodhai y ver que ben : ebn), valenciano, que murió en el último día del año de la hégira 658 (de Cristo 1259), que escribió una obra intitulada: Vestis Serica. Propiamente es una historia de los árabes ilustres por su nobleza y por sus destinos, que se distinguieron en España en la poesía, de los cuales se insertan algunos versos en el códice 1649, que menciona Casiri, tomo 2, pág. 30, y extracta varios pasajes históricos, hasta la pág. 65, donde habla del mérito de la obra y de lo contenido en ella.


ABU ABDALLA BEN ABI BAKER ALCODHAI.

Natural de Valencia e hijo de Abdalla Ben Abi, de quien se ha hablado antes: murió en el año de la hégira 619 (de Cristo 1222). Este Abu Abdalla es autor de la biblioteca Arábigo-Hispana, que intituló: Supplementum.

Y se contiene en el códice 1170, extractado por Casiri, páginas de 121 a 133 del tomo 2, y allí dice que el dicho se llamaba vulgarmente Ben Alabar, y que murió en el año de la hégira 656 (de Cristo 1258). Conde, en el prólogo de la historia de la dominación de los árabes en España, pág. 21, manifiesta merecerle tal aprecio la Historia de Aben Alabar el Codai valenciano, y el suplemento a la misma obra de varones ilustres de España y África, que prefiriéndola a las demás de los escritores árabes, dice que se sirve de ella para referir los sucesos de la conquista, gobierno de los Walies y Amires, y medios tiempos de la dominación arábiga; añadiendo que era muy docto, y los autores de que se valió para componer dicha historia.

Poseía casa y huerto en esta ciudad cerca de la puerta de la Boatella (1: véase la nota que sobre el sitio de esta puerta está puesta a la página VIII), en que vivía como natural de la misma; y el Rey en 15 de las calendas de Octubre de 1238, casi pocos días antes de apoderarse de ella, las dio a Guillem Zelarn, según consta del Regestrum primum Regis Jacobi Primi, folio 49.


MOHAMAD BEN SOBAIE BEN IOSEPH ALGEZAM.

Valenciano, poeta no despreciable. Fue prefecto de Denia, siendo Rey de Valencia Giomaiel Zian su primo. Murió en Túnez en el año de la hégira 653 (de Cristo 1255), día 28 del mes Rabi segundo. Casiri, tomo 2, pág. 65.


ABULRABI BEN MUSA SALEM ALCALI.

Orador valenciano: murió en la batalla de Anissa (tal vez Bonisa, vulgo Enesa), que dista tres parasangas (2: una parasanga es el espacio de 30 estadios, y cada estadio consta de 125 pies.) de la ciudad de Valencia, en las vísperas del jueves día 20 del mes Dilhagiat, año de la hégira 634 (de Cristo 1236). Hay poesías de este autor en el códice 354, al núm. 87. Casiri, tomo 1, pág. 101.


ABU MOHAMAD ALABDERITA.

Valenciano: escribió: Iter Africanum.

Es una descripción de África escrita con elegancia, en que se habla de las ciudades, costumbres y usos de los africanos con una noticia de los varones literatos que vio el escritor en aquellas regiones. Es el códice 1753, que publicó el autor en el año de la hégira 688 (de Cristo 1289). Casiri, tomo 2, pág. 165, y en la prefacion del tomo 1, pág. XIV, donde lo celebra.


ABU BAKER MOHAMAD BEN MOHAMAD BEN MAHRAZ ALZAHARI.

Juez valenciano. Publicó: Poema de la expugnación de la ciudad de Santa María y del Castillo de Serala, tal vez Cervera, y esto después que los cristianos embistieron la parte de Valencia más poblada de habitadores. Y como esto fue en el siglo VII de la hégira, por eso colocamos en ella este escritor. Al núm. 88 de la Historia de los poetas, códice 354. Casiri, tomo 1, pág. 101.


ABULMOTHREPH AHMAD BEN ABDALLA BEN AMIRA ALMAKHZUMI.

Natural de la Isla Xúcar, Alcira: domiciliado en Valencia, publicó: Un poema en alabanza de esta ciudad, y otro lamentándose de haberse apoderado de ella los cristianos. Como también esto sucedió en el referido siglo VII (de la hégira); colocamos  en él a este autor, al núm. 89 del referido códice 354. Casiri, tomo 1, pág. 101.


SIGLO VIII DE LA HÉGIRA.


ABI ABDALLA MOHAMAD BEN ALABAR.

Valenciano. Escribió: Bibliotheca Hispana titulada: Supplementum.

De la cual, entre otras, se valió Abraham Ben Ali Ben Pharhum Aliamar para la formación de su Biblioteca universal o Doctorum Arabum classes, que concluyó en el año de la hégira 761 (de Cristo 1359). Casiri, tomo 2, pág. 70.


ABD ALVADAD.

Valenciano. Ejerció la medicina, viajó a la Persia, y tuvo mucha amistad con Mohamed Emperador de Chorasan, que disfrutó de salud mientras vivió este autor, según se colige de un epigrama de la Biblioteca intitulada: Granatensis Encyclica de Alkhathib, publicada en el año de la hégira 763 (de Cristo 1361): Clase 9. Casiri, tomo 2, pág. 71 y 101.


AUTORES DE EDAD INCIERTA.


ABU BAKER EBN ALABANA.

Natural de Denia, poeta del cual se habla en el códice 355 intitulado: Torques aurei de viris clarissimis, núm. 57. Y habiendo muerto el autor de esta obra en el año de la hégira 535, se ve que Abu Baker no pudo ser posterior a este año. Casiri, tomo 1, pág. 105.


ABULCASSEM, 

Y

ABRAHIM BEN SAHL.

Ambos poetas valencianos. Las odas de estos dos autores se encuentran en el códice 436, números 12 y 29. Casiri, tomo 1, pág. 128; el cual afirma, que muchas de ellas no desdicen en el artificio de las de Horacio. Sus autores florecieron antes del año de la hégira 571 (de Cristo 1175) en el cual murió el Doctor Mohamad Ben Arsakar Damasceno, autor de aquel códice.


ABULRABII BEN ABI MOHAMAD.

Valenciano, es autor de una colección de poesías que tienen por título: 

Margaritarum series ac apparatus vestis elegantis et laneae.

Contiene diversos géneros de poesías, laudatorios, amatorios y morales, que recogió Mohamad Ben Abdelhac Algasanita de Granada, y publicó en el año de la hégira 571 (de Cristo 1175), en obsequio de la Academia Granatense, a quien los dedica. Es el códice 462. Casiri, tomo 1, pág. 135. No se sabe en qué tiempo vivió este autor, aunque debió ser antes del mencionado año 571.

        

ABU BAKER BEN MAGAU.

Natural de Xátiva, y poeta. Sus obras se hallan en el códice 354 intitulado: Viatoris Commea*us, en el que se hallan reunidos muchos versos de poetas españoles que recogió Abu Bahr Sephvan, y que cita Casiri, tomo 1 pág. 93. (o 98)                                              

ABU ALI HASSAN ALNOSCHAR.

Natural de Valencia, tiene poesías en el mismo códice. Ibidem, pág. 94.


ABU ABDALLA BEN IARBU.

Poeta, natural de Xátiva, sus obras en el mismo. Ibidem, pág. 94.


ALHAGAEUS ABULHASSAIN BEN GIOBAIR.

Natural de Xátiva, se hallan sus poesías en el mismo. Casiri, tomo 1, pág. 94, col. 2.


ABU BAKER BEN ALGIONAN.

Natural de Xátiva, se insertan sus poesías en el mismo. Ibidem, pág. 94, col. 2.


ABU ABDALLA BEN AIAS.

Valenciano, tiene poesías insertas en el mismo tomo 1, pág. 94, col. 2.


ABU ABDALLA BEN IASIM.

Natural de Xátiva, sus obras están en el mismo. Ibid. pág. 94 col. 2.


ABULHOKM GIAPHAR BEN IAHIA.

De Denia, sus obras están incluidas en el munus hospitii, comprendido en el mismo códice núm. 9. Casiri, tomo 1, pág. 96.


ABULABBAS AHMAD BEN MOHAMAD BEN ALBORAR ALTAGIBI.

Valenciano, oriundo de la Isla verde; se hallan poesías suyas al núm. 2, de la Historia de los poetas insignes españoles, que está unida al mismo códice 354, del que hemos hablado en el siglo VI de la hégira en Abdalla Ben Abdelrahman Ebn Alabar Alcodai: citado por Casiri, tomo 1, pág. 93, en cuya Historia se hallan las de los autores que siguen:


ABU OMAR BEN KHALIL ALAPHADITA.

Valenciano, al núm. 5, pág. 95.


ABU MOHAMAD ABDALLA BEN ALKHALAPH BEN ALCAMA.

Valenciano, al núm. 10, pág. 95.


ABU ABDALLA MAHOMAD BEN ABRAHIM ALGIMINI, LLAMADO EBN ALSCHEVASCH.

Valenciano, al núm. 51, pág. 98.


ABULMAALI MAGED BEN MAHPHUDI BEN MARI.

Valenciano, varón ilustre, al núm. 56, pág. 99.


ABULRABI SOLIMAN BEN AHMAD BEN ALI BEN GALEB ALABDARI.

Natural de Denia, y juez en Málaga, al núm. 80, pág. 100.


ABU ABDALLA BEN ALPHAGIAR.

Valenciano: se refiere en el códice 355, que contiene una biblioteca de varones ilustres que florecieron en España con fama de buenos poetas, y tiene por título: Torques aurei de viris clarissimis. En el índice de esta obra, al núm. 15, se nombra este autor, pág. 103, del tomo 1 de Casiri.


ABU BAKER BEN ATHIA.

Valenciano, jurisconsulto: está nombrado en el código susodicho al núm. 49. Ibidem, pág. 105.


ABU MOHAMAD BEN SARA.

Valenciano, filólogo que celebró la llegada a Granada del capitán Abu Iahia Ben Abrahim, con una larga poesía, cuyos versos acaban en la sílaba Z (ja). Ibidem, núm. 59, pág. 105.


EBN VAPHEDI.

Médico valenciano, escribió: Manuductio ad artem medicam. 

Trata de la medicina teórica y práctica, y de la farmacéutica. Es el código 828. Casiri, tomo 1, pág. 272. Y también lo celebra en la prefacion del tomo 1, pág. XII, en donde le llama Ebn Haphedi.


ABU BAKRI ABDELAZIZ.

Natural de Arbela (tal vez Orihuela); escribió: Tractatus de alimentis.

En él habla de la leche, de las verduras, carnes, y de otros alimentos de esta especie. Está en el códice 888, núm. 5. Casiri, tomo 1, pág. 314 y 315.


ABULABBAS AHMAD BEN SAID BEN ALSCHAT.

Valenciano; escribió: Commentaria opera in canonica Doctoris Moslemi.

Cuyo tomo primero se encuentra en el códice 1192, que cita Casiri, tomo 1, pág. 476.


ABULCASSEM BEN ABILCASSEM ALRAINI.

Natural de Xátiva; escribió una paráfrasis o exposición del Alcorán, en versos que todos acaban en la sílaba y (la). Es el códice 1365. Casiri, tomo 1, pág. 501, y en el códice 1330, pág. 496.


ABULCASSEN.

De Xátiva; escribió: De castigata Alcorani lectione. Poema que consta de mil versos. Es el códice 1555, Casiri, tomo 1, pág. 531, núm. 6.

Este autor es tal vez el mismo que el anterior.


ABULCASSEM BEN PHIRA KHALAPH BEN AHMAD ALRAINI.

Natural de Xátiva; escribió un poema explicando el Alcorán, cuyo título es:

Securitatis foedus, et letitiarum exordium.

Consta de dos mil versos, que acaban todos en la sílaba y (la). Escribió también otro poema que intituló De variantibus Alcorani lectionibus. 

Cuyos versos acaban en la sílaba y (la). Es el códice 1401. Ibidem, tomo 1, pág. 507.

Este autor es tal vez el mismo que los dos anteriores.


ABULABBAS AHMAD.

Valenciano; escribió: Carmen de Lógica.

En el códice 1556. Casiri, tomo 1, pág. 531, al núm. 2.


BEN MONDER.

Valenciano; escribió: De animi in praellis constantia qua Hispani caeteras inter nationes praecellunt. 

Se cita en el códice 1647. Casiri, tomo 2, pág. 29.


__


En el códice 1672 citado por Casiri, tomo 2, pág. 140, y del que hemos hablado en Hamad Ben Mohamad, en el siglo V de la hégira, hay un índice de las diez y seis Bibliotecas Arabe Hispanas que se encuentran en él, y entre ellas con alabanza se citan de autores valencianos las siguientes:  


ABI AMRI.

De Xátiva: Biblioteca Grammaticorum, pág. 150.


ABU BAKER ALHASSEN, VULGO ALCABSCHI.

Valenciano: Biblioteca Philologorum. Ibidem.


ABU ABDALLA MOHAMAD BEN ATAB CON SU HIJO ABULCASSEM.

Biblioteca Valentina. Ibidem.


AHMAD BEN MOHAMAD, VULGO ALSCHOMNI.

Valenciano, ilustró con notas los hechos de Mahoma, y sus socios, e intituló la obra:

Historia genuina illustrata. Es el códice 1738. Casiri, tomo 2, pág. 166.


ABU ABDALLA MOHAMAD BEN KALPHUN AZADITA.

Valenciano; escribió: Biblioteca auctorum principum sectae Mahometanae secundum magnam collectionem Doctoris Iahia Allaithi Cordubensis notis illustrata.

La publicó con el siguiente título: Liber Declarationum.

Es el códice 1742. Casiri, tomo 2, pág. 167.


ABU ABDALLA MOHAMAD BEN HAIUN.

Natural de Xátiva; escribió una paráfrasis del Alcorán. De la cual habla Casiri, en el tomo 1, pág. 501, códice 1364.


ABU ABDALLA MOHAMAD ABDELALIZ.

Natural de Xátiva; escribió: Hispanie cronicon.

Citado por Casiri, tomo 2, pág. 42.


ABU FALIB ABOEL GEBAR.

Natural de Xúcar, Alcira, célebre poeta árabe. Lo cita Conde, Historia de los árabes, tomo 2, pág. 272.


NOTA.


Abdalla Ben Saíd Alvagedi Abu Mohamad, natural de Vageda, jurisdicción de Tremezen, fue jurisconsulto y dos veces pretor en Valencia; la primera en el año de la hégira 495 (de Cristo 1101) en el cual en el mes Ragiab fue dicha ciudad perdida por los cristianos. Murió en Valencia en el año de la hégira 510 (de Cristo 1116) dejando grandes monumentos, entre ellos el cónclave de la Mezquita mayor que edificó a sus expensas; y existió hasta que fue recuperada la ciudad por los cristianos en el día 17 del mes Saphari, año de la hégira 636 (de Cristo 1238). Casiri, tomo 2, pág. 130, col. 1.

Mohamad Ben Soliman Abu Abdalla Alcalabi, librero de Calatayud, con el motivo de sus estudios vino a Valencia, donde enseñó la gramática, y pensando en irse, los cristianos ocuparon la ciudad después de la célebre batalla de Cotanda (Cutanda) sucedida en el año de la hégira 514 (de Cristo 1120).    

escritores del siglo XIII (13)

jueves, 14 de octubre de 2021

MEDICINA DE PECCAT. LA MEDICINA DEL PECADO.

/ La ´y dedico al apotecari de Valderrobres, Alejandro Romero Rivases , cantarín de un grupet de música que SE diu LOS draps (bruts) /



LA MEDICINA DEL PECADO.

Este poema lo escribió Raimundo en Mallorca en el mes de julio del año 1300, y es el mismo que algunos mencionan con el nombre de Libro o tratado sobre la contrición, confesión, satisfacción, tentación y oración que, según el autor expresa en su introducción, son la medicina o ungüento para sanar el alma de la enfermedad de la culpa, forman el camino de la salud, y dan fortaleza al ánimo para que pueda levantarse el hombre caído en el abismo de la muerte del pecado.

Divídese pues el tratado en cinco partes. En la primera, que es la de contrición, habla del amor que arranca al corazón el llanto del arrepentimiento; del temor que hace amar a Dios y anhelar al pecador el perdón de sus culpas; del dolor que ayuda a vencer el pecado; del valor sin el cual nada vale el hombre; de la elección que debe este hacer entre el bien y el mal; del arrepentimiento con el cual se alcanza la divina misericordia y el perdón; de la culpa que llena el corazón de mortal tristeza; de la fuerza que impele u obliga nuestra voluntad; de la desobediencia al Criador, que hace al hombre vil en todo; de la vergüenza que debe refrenar la voluntad cuando el alma se siente inclinada a hacer mal; de la mentira que arrebata el reposo al hombre haciéndole estar inquieto como la hoja del árbol agitada por el viento; del engaño que se engaña a sí mismo olvidando que un día la lealtad habrá de juzgarle; de la crudeza que es la mayor enemiga del hombre; y de la desesperación que es el infierno del alma. Habla de los males del perjurio; de la infamia, dice que ocasiona grandes daños, porque el calumniador no puede restituir la honra a la persona infamada por la calumnia; de la excusa, que es ineficaz para sanar al alma enferma; de la impaciencia, que borra de la memoria los efectos de la contrición; de la deslealtad, que aleja para siempre el corazón de Dios; y del descanso que apetece el hombre en este mundo más que la gloria eterna. Al ocuparse de la ociosidad, recuerda que la vida es el camino que nos conduce apresuradamente a la muerte, y que al llegar a esta no puede el hombre alegar mérito alguno si no ha practicado con diligencia el bien; dice que la sensualidad se convertirá en dolor en la otra vida; y después de ocuparse de los pensamientos inútiles, de las palabras vanas y perjudiciales, y de las obras o acciones viciosas, origen y ocasión de tantos males, hace mención de las tortuosas sendas que nos ofrece la vida y que debemos evitar para llegar al buen fin que deseamos. Luego trata del corazón, de la imaginación, del modo de recobrar el bien perdido, del mal ejemplo, de la discreción y del olvido.

En la segunda parte que es la de la confesión, trata de Dios, confesándose pecador a su unidad, a su trinidad, bondad, grandeza, eternidad, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad, gloria, justicia y misericordia, y por último a su divina humanidad, a su gloriosa pasión y a su excelsa señoría. Luego se dirige a la Santísima madre del Salvador, a la que hace símbolo de la santidad, de la alteza, de la nobleza, de la virginidad, de la constancia, de la humildad, de la esperanza, de la maternidad, y de la piedad; y concluye ocupándose de los ángeles, de los profetas, de los apóstoles, de los mártires y de los confesores, para que intercedan por el perdón de sus pecados.

En la tercera parte del tratado, que es la de satisfacción, dedica un capítulo a cada uno de los diez preceptos del decálogo, extendiéndose en consideraciones de la moral más pura, deshaciéndose su corazón en piadosas lágrimas y elevando su alma a las regiones de la oración más fervorosa. Después dedica del mismo modo otro capítulo a cada uno de los cinco sentidos corporales, otro al don de la palabra, en el cual cita a su tratado sobre los Cien nombres de Dios, otro a la imaginación, otro a cada una de las potencias del alma, otro a cada una de las virtudes cardinales y a cada una de las teologales, y a la castidad, humildad, diligencia, lealtad y paciencia.

La cuarta parte que es la que se ocupa de la tentación, es la más extensa del vasto poema. Empieza tratando del ángel bueno y del ángel malo, y después de haber discurrido sobre la Esencia de Dios, dedica un largo capítulo a su santísima Trinidad (1) en donde aduce larga copia de sólidas razones para probar este incomprensible misterio. Extiéndese después en extensas consideraciones sobre la creación, deshaciendo los sofismas que levanta contra ella la tentación del maligno espíritu; practicando lo mismo con respecto al misterio de la encarnación. Afirma luego la fé y creencia del cristiano en los tormentos que sufrió el Salvador en su acerbísima pasión y muerte, extendiendo más adelante sus consideraciones a su gloriosa resurrección. Habla asimismo razonadamente de la eucaristía, y de las llaves del reino de los cielos entregadas por el Redentor a san Pedro, elegido para que fuese la piedra angular de la Iglesia, a lo cual añade algunas consideraciones sobre la muerte. Se ocupa seguidamente de la tentación en el ver, en el oír, en el oler, en el gustar, en el tocar, en el hablar, en el imaginar, en el memorar, en el entender y en el querer; y concluye tratando en capítulos separados de lo que llama las diez razones naturales del hombre, que enumera con los nombres de bondad, grandeza, duración, poder, virtud, verdad, gloria, belleza, libertad y perfección.

(1) De este capítulo, incluido en el poema que nos ocupa, tenemos una copia manuscrita por separado. Algunos le consideran por sí solo con un opúsculo aparte: en varios catálogos le vemos continuado con el titulo de Dictado sobre la Trinidad.

Forma la quinta y última parte del poema el tratado de Oración, que D. Nicolás Antonio continúa en su catálogo como una obra distinta y separada. Divídese en nueve capítulos. El primero trata de la esencia de Dios eterna e infinita, a la cual debemos pedir misericordia y perdón, porque en ella hay un inmenso tesoro de caridad, bondad, poder, virtud, amor, sabiduría, verdad, gloria y grandeza. El segundo trata de las preces que deben dirigirse a Dios, de donde emana Dios y de quien es Dios; al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, que son de un ser infinito, de una bondad, de una grandeza, de un poder, de un amor y de una sabiduría eternas; a Dios en quien no cabe culpa ni nada que sea limitado y temporal o perecedero; padre de sí mismo, y cuyo origen no puede imaginarse porque es inconmensurable; y de la humildad con que a Dios debe dirigirse el hombre vestido de podredumbre y pasto de gusanos. En el tercero adora a Dios, por quien es todo cuanto en el universo existe, bueno por su bondad, eterno por su eternidad, sabio por su sabiduría, amoroso por voluntad, virtuoso por su virtud, verdadero por su verdad, Dios por su deidad y glorioso por su gloria; cuya bondad vale más que todo el bien que ha criado y cuyo amor es tan grande, que aunque lo desamemos, no deja de amarnos ni nos quita nada de su amor. En el cuarto, que titula de la Oración de cantidad, dice que debemos multiplicarla con la bondad y la razón, la virtud y la perfección. En el quinto se ocupa de la Oración de cualidad, que concluye con este hermoso pasaje:
- Quiero esforzarme á ser bueno por el amor, y dolerme de mis culpas, pues mi Dios así lo desea; quiero deshacerme en llanto y suspiros para amar y arrepentirme, porque con el amor y el arrepentimiento puede el pecador alcanzar la divina misericordia. ¿Quién sino él ha podido nunca crear cosa alguna ni perdonar el pecado? ¿Quién sino él puede destruir el mundo con un soplo? ¿Quién sino él puede hacer florecer los campos, granar las sementeras y hasta resucitar al muerto? ¿Quién sino él da gloria y, esplendor al cielo? ¿Dónde hay amigo más fiel y verdadero? ¿Quién sino él puede salvar al hombre, derramar la lluvia sobre la tierra, y hacer relumbrar los relámpagos en el espacio?
¿Quién sino él puede llamarse Señor poderoso y Rey de emperadores, que lanza a los condenados a un abismo de fuego eterno? Únicamente él es quien puede hacer cuanto digo, aquel que es Dios de amor, aquel ante el cual caigo postrado, y a quien ruego me dé el premio a que aspiro y me perdone las culpas de que me arrepiento." -
En el capítulo sexto trata de la oración que llama de tiempo, el cual dice que no existe para Dios porque es eterno, exclamando más adelante. -"Ah, Señor! ¿por qué no me fue dado vivir en aquellos días en que nacisteis, para poderos ver tierno niño, echado en humilde lecho, sin que vuestros escasos pañales bastasen a cubrir la desnudez en que estabais, vos tan poderoso y rico de bondad? ¿Cómo me hubiera enamorado de vos si hubiera podido veros, tocaros y abrazaros, humillando mi necio orgullo al mirar el rey del cielo yacer en tan pobre cuna! " - ¡Cuándo vendrá el tiempo en que el hombre os amará, honrará y servirá, sufriendo toda clase de trabajos, más para dar ejemplo de buen pastor que por honra propia y de su pariente! - Malhadado es el tiempo en que vivo, puesto que no lo empleo en serviros, Dios mío, a pesar de que veo adelantarse la muerte paso a paso, sin saber la hora en que llegará ni si alcanzaré vuestro perdón."
- El capítulo séptimo se titula de Oración de lugar, en el cual dice, que Dios está en todo lo criado y que cree en él, le ama y le adora; que el cielo imperial es lugar de gloria, de valor inconcebible, en donde habita el celeste coro que rodea el trono esplendente de Jesús, y el de su madre la virgen María que está junto al de su hijo; que Jesús con su claridad eterna llena de tanto resplandor al cielo, a los ángeles y a todos los bienaventurados, que Dios no puede crearlo mayor; que adora el rey del cielo y pide a los santos intercesores que rueguen al Señor que le vista de eterna y vívida luz en el paraíso; implora el martirio por amor a Dios, y anhela la suerte que cabe a los que mueren por él. Añade que el rostro divino de Jesús es lo mejor que pudo crearse, porque viéndole se satisfacen todos los deseos; que su palabra llena el cielo de dulzura y de una armonía arrebatadora; y por último hace de los goces eternos del cielo una relación tan bella, como es terrible la de los tormentos del infierno con que da fin al capítulo. En el octavo trata de las condiciones de la oración y de los objetos en que el hombre debe tener puesta su imaginación al orar, para enamorarse más de Dios. - "Imagine el hombre al orar, dice, el dolor que Cristo padeció en la cruz y al pie de ella la amargura que sintió su Santísima Madre. - Imagínese a Dios sentado en su celeste trono, rodeado de todos los santos y de todos los fieles bienaventurados; y después de haber suspirado y vertido un raudal de lágrimas, eleve a la más grande altura su entendimiento, su amor y su memoria; póngase en silenciosa y profunda meditación, cierre sus ojos y sus oídos y tenga tan embargado su pensamiento en los misterios de la divinidad, que otra cosa no considere, ni otra cosa desee más que Dios. Ame a su criador por su bondad, no por los beneficios que de él recibe, no por el perdón que le otorga de sus culpas, no porque le libra de los tormentos eternos del infierno."
Y por último el capítulo noveno se ocupa de los medios de que se ha de valer el hombre para orar. Dice que debe hacer oración con la boca pidiendo a Dios perdón, hablando de Dios, y enumerando sus excelencias; a lo cual añade, que se adora a Dios no dando abrigo en el corazón más que a los buenos deseos; haciendo limosna y absteniéndose de toda acción vil y censurable; elevando su entendimiento en alas del amor y del saber; olvidando la pasada culpa; amando la castidad; suspirando llenos los ojos de lágrimas contritas, y amando a su Criador más que a sí mismo; y concluye sometiendo humildemente el tratado a la debida corrección por las faltas o errores que acaso contenga, y dedicándole a la Virgen María.
Este vasto poema está lleno de máximas saludables, de bellos conceptos y de profundos rasgos. Si aquí se remonta a las sutilezas de la más alta teología o en las regiones de la moral más pura; allá vuela el poeta por la atmósfera de la imaginación y de la poesía, ostentando siempre una dicción tan pura y una versificación tan fácil de que no pueden ofrecerse muchos ejemplos en la literatura lemosina de últimos del siglo XIII.


MEDICINA DE PECCAT.

Deus, ab vostra gran pietat,

Fás medicina de peccat.
--------

Contricció, confessió,

Encara satisfacció,

E la bona temptació,

E oració exament,

Son medicina e ongent

Contra peccat e falliment:

E d' estas sinch fás est tractat,

Lo qual vull que sia rimat;

Car mils pòt esser decorat.

E est tractat est depertit,

Segons que demunt havem dit;

E sia pe ‘l Sanct Esperit

Donat e per mant hom sabut,

Car carrera es de salut:

E leva tot hom cahút

En peccat de la mala mòrt,

Si lo tractat ama molt fòrt,

E aporta gaug e confort.


De la primera part de est libre,

qui es de contricció.


I.

D' AMOR.


¡Ah bon amor! ¡E per qual tòrt

Qu' eus haja fayt a mala mòrt

Ma acusat la mala amor,

Qul' m fá estar xi peccador,

Qu' eu pauch no son desesperat?

Car home qui es en peccat

E qui mal amor lo té pres,

Sens contricció no fá res.

¡Ah bon amor: ¿porets me dar

Contricció de mon mal far,

Per ço que fuja mal amors

Qui procura plòrs e dolors,

E 'n infern mal tots temps haver,

Per ço car fan a son voler?'

¡Ah bon amor! tant mal me sent,

Car vas vos hay fayt falliment

Mòrt só si de mí nous sové,

E que venga a vostra mercé.


II.

DE TEMOR.


Temor d' amor fine, leyal,

Contricció en vostr' hostal

Es medicina de dolor

Qui fá plorar li pecador

Per la pahor qui res no val,

E tots los seus gita a mal;

E car vas vos fá tant d' engan,

No ‘m tench per seu d' aqui avan,

E maldich lo jórn que l' ampres (1);

Car li Senyor de tot quant es

No hay tant temut, còm lo mon

Qui de null bé no ha ahon.

¡Ah temor d' hom enamorat

Qui tem e plora son peccat!

A vos deman contricció

Ab qui puscha trobar perdó,

E qul' m faça sovén plorar

Los meus peccats e Deus amar;

E qui vos no há, res no val,

Ni fá d' amor son còr hostal.


III.

DE DOLOR.


¡Ah! còm es douça la dolor

Que sostenon li peccador,

Quant serveixen contricció

E de peccats queren perdó!

¡Ah dolor de bon' amistat!

Aydatsme a vençre lo peccat

Qui mi ha vençut tant espes;

Car al rey qui per mí mòrt pres
E' s fó per mi home carnal (2),

Son estat fals e desleyal;

Car no havia greu dolor,

Quant vehía la deshonor

Que li fahien li malvat

Qui son per éll tant fòrt honrat.

¡Ah dolor d' hon venon li plor

Qui plaen a nostre Senyor!

Venits ab tal contricció (la tilde no se ve, pero se haya varias veces escrito con tilde ó)

Perque puscha trobar perdó;

E faytsme doler tant sovén

Que tots jorns estía temén.


IV.

DE VALOR.


¡Ah! ¿Qué val sovén Deu pregar

Que peccats vulla perdonar

Si hom no ha contricció?

¿Qué val a procurar perdó?

Contricció, pus tant valets

Contra peccat, tot me prenets,

Lo cor e ‘ls uylls e li sospir;

Car li plòr me farán ausir

Sus en lo cèl al creador,

Qui 'm trametrá per vostr' amor

Sajus pietat e perdó,

E una tal devoció

Que no pòt qui la ha fallir,

E pòt hom tot peccat delir.

Contricció, vostre valor

Fá valer home peccador,

Qui sens vos en res no val,

Ans está digne de tot mal:

E qui vos ha está complit

De virtut e Sanct Esperit.


V.

DE ELEGIMENT.


Contricció, quius ha electa

Bé pòt estar a cara dreta

Devant la crotz querre perdó;

Car ja Deus no dirá de nó

A null home si 's vostr' amich.

Contricció, a vos ublich

Lo còr a sovén suspirar,

E' ls uylls a lágremes gitar;

E eleyg vos contra peccat

E dona de ma volentat;

E vull vos esser tant sotsmes,

Que sens vos no préch Deus de res.
E pus vos som si obligat,

Procuratsme tal pietat

Que sia elet ab los salvats,

E de los libres dels dampnats

Sia dampnat, hon son escrit

Aytantas vets com hay fallit.

Ah! ¡Cóm es fòl e pauch de sen (seny)

Qui lexa ‘l bé e lo mal pren!


VI.

DE PENEDIMENT.


Contricció, penediment

Sots quant home fá errament

Contra Deu, e ha gran dolor

E penetse fòrt per s' amor.

Si sovent, vos, contricció,

Me donavets compulsió

Al còr, tement fòch infernal,

Ja no faria tant de mal,

penedirmia soven

Quant faria lo fallimen.

Penediment, cell quius haurá

Apres lo mal que fayt haurá,

Vos estarets losanament

Contra 'l peccat, e mantinent

Serán en él suspir e plor

E s' acusará peccador (3).

Penediment, contricció,

Aportatsme de Deu perdó,

Car tot lo meu còr vos sotsmet;

Velvos á des ¡é qu' es penet!



VII.

DE FALLIMENT.


Contricció, mercé vos rent,

Car me fayts estar tant dolent

Del greu falliment que hay fet,

Car per vos, dona, me' n penet,

Car hon mays vos volets dar

A mon còr, mays me fayts plorar

E sanar de mon falliment,

Per qui 'm fayts trist e penedent;

Lo qual penedir e tristor

Me fan gitar suspir d' amor,

Perque mi fayts acordament

De tristor e d' alegrament,

Lo qual atorch, am e desir;

Car falliment no ‘m pòt venir

Quant só enaxí meytadat,

Car si 'm vòl alegrar peccat,

Tristor m' ajuda encontinent,

E si 's fá bò alegrament;

Car tristor me vòl enganar

E vòl que no puscha amar.


VIII.

DE OBLIGAMENT.


Si com home enamorat

Qui obliga a son amat

La libertat de son voler

En servirlo a son plaser,

Hay obligada a peccat

La mia francha volentat,

Tant que n' está en servitut

E per Deu ne son mal volgut;

Car él me doná libertat,

Per ço que no l' amás forçat,

Car força d' amor no val res.

E car eu mateix me son pres,

No pusch exir de mon peccat

Si Deus no 'm rent la libertat

Que 'm dona ab contricció

De còr, ab tal compulsió

Que tot m' ho tenga per fallit,

Clamant: - Mercé, Sanct Esperit! -

Ab còr contrit, enamorat,

Qu' él me renda ma libertat.


IX.

DE DESOBEDIENCIA.


Desobeir a son senyor

Qui 's vòl servir a bon amor,

Es desobeir descortes,

E fá hom vil en tota res.

Vil suy eu, donchs, qu' hay obeit

A senyor de mal esperit,

Qui 's vòl servir a mal amor,

Qui 'n infern met son servidor;

Perqu' eu me tench molt per falit,

Car a mal senyor hay servit;

E si no 'm val contricció

Qui de Deu m' apòrt gran perdó,

Estaray de tot bé faydit,

E de tota pena vestit.
Contricció no ‘m pòt valer

Si ‘n mon còr no hay gran doler,

E tan gran qu' en git mant suspir, (git : expulso, arrojo; mant: mucho, muchos, a manta)

E que 'm ublich a Deu servir (oblich, oblic, oblig; obligo)

Tant, que mala occasió

No faça vas él falió. (fallió)


X.

DE VERGONYA.


Qui ha vergonya de far bé,

Ha vergonya que no val re.

E aquel es desvergonyat,

Qui ha plaer en fer peccat;

Perqu' eu son trist e vergonyos

Com hay estát tant viciós

Contra vergonya, qui 's donada

Per ço que 'n sia refrenada

La volentat quant vòl far mal.

E per ço vergonya moral

Es a home bona virtut,

Perqu' eu me tench per desçebut; (decepcionado; decebut)

Car ab vergonya no ‘m tinch pres

Tant fòrt que no falis en res;

E virme a contricció,

Penedent de la falió,

Ab tal compulsió de còr,

Que àm mays vergonya que òr; (am; amo; mays : más : mais)

Car vergonya fá consirar (considerar)

Lo mal ans que hom lo vulla far. (lo quiera hacer; far : fer : facer : hacer : facere)


XI.

DE MENTIR.


Si com la fulla qui p' el vent

Atotas parts está movent,

Está movent hom mentider;

Car falsia ‘l té en poder,

Contra veritatleyaltad.

E car mentider son estat,

Hayne 'l còr molt gran dolor;

Perque 'l prech qu' als uyls me dó plor

Que sia douç, gran e amar,

E que no cés de suspirar;

Douç sia per querre perdó,

E amar per contriccio. (Encontramos palabras con tilde y sin tilde)

E vos, boca, cerrats las dents, (cerrats : cerrad; tancar; las, plural femenino occitano)

Tant que mays no siats mintents.

E vos, dona contricció,

Senyoretjats tant ma raysó (razón; rahó, raó)

Que 'n totas mes parts sia pres

E a veritat tot sotsmes;

E faytsme veritat servir,

E enemich de tot mentir.



XII.

DE ENGAN.


Ab engan! ¡Qué vos enganats! (engany; engaño; enganats : engañáis : enganyeu)

Per leyaltat serets jutjats (serets → sereu, sireu; seréis)

A un tant greu costreyniment, (constrenyiment, la yn : ny se encuentra a menudo : ayn)

Que tots n' estarets en turment; (estarets → estareu; estaréis)

E es gran dret que ho façats (façats → faigáu, faigau, faiguéu, faigueu; hagáis)

Car vos mateix vos infernats.

¡Ah, las! a mi mateix menaç, (menaç : amenazo; mi, mí se encuentra con y sin tilde)

Car eu estar en aquel cas, (ego : eu : jo : je : yo : io, etc en lenguas romances // aquell)

son aquel enganador (eu son : jo som ; yo soy; jo sòc; yo soc; ego sum; eu sunt)

Qui hay enganada valor (hay : haig : he)

En tot ço perqu' en mí no val;

Car de mon còr fayt hay hostal (he fet, hay fet; he hecho)

A engan e a trayment, (traició, traycio, trayció; traición)

Perque a leyaltat me rent

Ab contricció e ab plòr (plor : lloro - sustantivo; también yo lloro; plorar : llorar)

Com a home gran peccador.

E vos, leyaltat, no perdets (1) (perdeu, perdéu; perdéis)

Si de mí pietat havets, (tenéis : haber y tener; havéu, haveu; teníu, teniu)

faytsme estar home legal (me fayts : me feu, féu; me hacéis + ser, estar)

E enemich de tot fayt mal. (fayt : hecho, fecho antiguo : mal + fet, malifeta)



XIII.

DE CRUELTAT.


¡Ah crueltat!

Tant fòrt hay errat

Per la vostra mala amistad! (amistat; todavía se encuentran palabras con d final)

E quant consir (considero)

Qu' hòm vos fá mal servir

E hòm s' en fá per vil tenir, (tener; tindre, tenir)

Molt me penet, (me arrepiento; “em penedeixu” según Pompeyo Fabracap de fava)

Car per vos hay nelet,

coven me 'n estar a dret (me conviene; me convé, me cové, covén)

De jutjament,

E ja acorriment

De vos hauray mas noyment.

Contricció,

Estatsme ‘n a raysó

A una tal compulsió

De còr amar

Ab suspirs e plorar,

Que crueltat puscha sobrar. (pueda; puxa; pugui; pugue; puxque, pusque, etc.)


XIV.

DE DESESPERAR.


Jens no 's cové (5) (gens : en absoluto, nada; no conviene en absoluto)

Que ço qui de no re

Es vengut, hom hage gran fe,

E en lo bé

Qui es estat ja se

Hom haja desesper de re.

¡Ah desesper,

Qui fayts infern haver!

Ja nous pogués en mi saber.

¡Ah penedir
Que fayts suspirs exir (exir : salir)
Del còr, éʻl cors fortment languir! (cor: corazón, coraçon, coraçón: coração, cuore, coeur)

Faytsme doler

A tot vostron poder; (vuestro; vostre)

Car hanc hay haút desesper (aunque he tenido desesperanza)

Per mon peccat

De la gran pietat

D' aquel Senyor qui m' ha creat.



XV.

DE JURAR.


¡Ah de jurar!

E còm fá mant mal far!

E majorment quant perjurar

Fá a scient

Lo mon mintent

Per un pauch de cobejament

Qui petit val,

E fá esser gran mal
Quant hom jura “si Deus me sal”

O 'l cap de Deu”

¡Ah falliment tan greu!

Tant home fayts esser romeu

A mala mòrt,

E estar en tal pòrt

Hon ha tots temps mal sens conòrt!

Contricció,

Faytsme querre perdó

Dels juraments hon perjur . (sòc, soc; soy perjuro)



XVI.

DE INFAMIA.


¡Ah! tant mal fá

Qui a tòrt afamá

La persona qui virtud ha;

Car satisfer

No li pòt per haver,

Porqu' eu deig gran ira haver;

Car blastomament (blasfemia)

Per la gola mintent (mintiendo por la garganta: garganchón: cuello; gola también gula)

Contra mante femma valent

E hom leyal,

Hay donat, perque mal

Greu e pesant eviternal (sempiterno)

Ne dey portar,

Pus no pòt recobrar (pues; también usa donchs y derivados)

Fama bona cell qu' afamar (disfamar, quitar la fama, a + famar)

Fás contra ver.

Si no 'm donas doler,

Contricció, no hagré esper.



XVII.

DE ESCUSACIÓ.


Jens escusar

No pòt home sanar,

Ans fá 'l peccat montiplicar, (multiplicar)

Si contra ver

Hom vòl escus haver,

Perqu' eu n' hay en mon còr doler;

Car falsament

Hay fayt escusament

De mon mortal greu faliment; (falliment; “de mi mortal grave fallo”)

Perque mes greu
Que de ma colpa leu

Nuyl temps la gran ira de Deu;

Donchs quer perdó

E ajut te contricció

Qui delex escusació

Quant es en plor,

E dona 'l còr dolor

E humilia lo senyor.



XVIII.

DE IMPASCIENCIA.


Impascient

No ha remembrament

Del piadós recorriment,

Que passió

Fá ab contricció

A hom qui demana perdó;

Donchs, pascient

Ateñy perdonament (la ñ en tiempos de Ramon Lull, aproximadamente 1300)

Quant ama haver languiment

Per son nalet;

E car de si fá dret,

Pasciencia 'l té tan dret,

Que tot tòrt vens

E nulla re vivens

No ‘l pòt forçar a ponimens; (puniments : punir; castigos : castigar)

Perqu' eu m' en , (porque yo me los doy; dó : dono : doy; dó también don; verbo dar)

Per dret a passió,

E ajutme contricció.

XIX.

DE DESLEYALTAT.


Desleyaltat,

Qui ha vostra amistat,

Ja no será per Deu amat;

E qui vos vòl,

Durará tant co 'l sòl (com; durará tanto como el sol)

En el marriment, pena e dòl.

E car eu só (y ya que yo soy)

Lo vostre companyó,

Tement que Deus jamays mí perdó, (jamás; jamaisjames, jamés)

Perque 'm partray

De vos, e per jamay

En vostra amistat no seray;

Mas jens no só

Sens contricció

Poderós de querre perdó,

Ni vos lexar; (deixar; dixar; dejar; leixar)

Perque 'm vull tot donar

A contricció e plorar,



XX.

DE SEJORNAR.


Bé es malvat

Hom pres en peccat,

Car ama estar sejornat;

Car cell qui vá

En infern hon haurá

Pena que jamay no morrá, (morirá)

No deu dormir,

Ni cessar que querir

Ab contricció, penedir,

A Deu perdó,

Plorant sa fallió

Ab una tal compulsió,

Que mant suspir

De son còr faça exir, (de su corazón haga salir; exitus, exit, exida, eixida, eixir etc)

Tant que quant venrá al fenir (finir; fallecer, finar, morir, acabar)

La pietat

Qu' haurá 'l tenga trebaylat,

Lo tenga delay repausat. (reposat; reposado; au → o : pauc : poc, pòc : poco)


XXI.

DE OCIOSITAT.


Hom ociós, (ocioso)
¿Perque est pererós, (perezoso)
Pus que a la mòrt fás ton cós?

Quant mòrt serás,
¿De qué merit haurás (mèrit : mérito)
Si desá negun bé no fás? (de çá: en esta parte; dellá : en esa parte, en la otra parte)

¡Ah las! eu só

Ociós de rahó,

Car no ‘m vir a contricció,

E a suspir,

E a mercé querir,

Car eu no só say per vivir;

Emper ja sé,

Ni que no faça re,

Ans só creat a fayre bé, (faire : facer : hacer : fer : fé)

E cessar mal;

E si d' asò no ‘m cal. (variantes: aço, açò, açó,assó, assò, aixó, això ...)

Estaray en foch infernal.


XXII.


DE SENTIR.


¡Oh tú qui sents

Viandesestruments, (viandas : comestiblesinstruments : instrumentos)

Odors, paraules, tocaments! (olores, palabras, tocamientos)

Quant mòrt serás

Delay ¿é que sintrás (sentirás, de sentidos)

Dels plaers que say sentits has? 

Sintrás dolor

Si feneix peccador, (fenece, muere)

La cual dolor será major

Que tot plaer

Qui 's puscha desay haver (6), (como el deça anterior; que se pueda en esta parte tener)

Si no 't vires a greu doler

Desay sentir,
E a mercé querir,
Per ço que puschas far delir (puedas; puguespuxques, puguis)

Lo faliment

Qu' has fayt, en sintent (sintiendo)

Ab contricció penedent. (arrepintiendo; penitencia, penitensis : PenedésPanadés, etc)


XXIII.


DE COGITAR. (cogito ergo sum : pienso, luego existo, soy)


¡Ah cogitar! E рег nient pensar, (niente italiano; nada; res, re, rè)

¿Perqu' el vòls en ton còr posar?

Car per nient

Ha hom cogitament,

Si cogita a no scient;

Ans s' en sech mal,

Car ço que re no val (no vale nada)

, ne a , ne a sal, (pan, vino)

Tòl bon pensar, (tòl, de tolre, toldre: tolere : quitar, apartar, suprimir, etc)

D' hon se pòt gran bé far, (de donde se puede gran bien hacer)

Perqu' eu deuria fòrt plorar; (debería)

Car longament (“largamente”, longa: larga : mucho tiempo)

Sens nuyll profitament (sin ningún provecho; nulo; null)

Hay cogitat a no scient,

E certament

Fí mant cogitament;

Mal perqu' en só molt penedent.

XXIV.


DE PARLAR.


Per erguyllós e mal parlar (orgullosoergullósorgullósmalparlatmal hablado)

Tantas vets m' havets fayt peccar, (Tantas veces me habéis hecho pecar)

Afermant ço qui 's falsetat

E negant ço qui' s veritat.

¡Ah mal parlar tant neleytós!

¡E tant home fayts viciós!

Ab contricció e plorar (7)

Poray ja perdó trobar

De tan malvat greu parlament (tant, tan; la t final se perdía ya en algunos sitios)

Ab que hay fayt tan faliment,

Estant vilá e descortes (villano, de villa; vila; descortés se encuentra también con tilde)

En mon parlar en tota res,

Nomnant noms de gran sutzetat (nombrando : nomenant; suciedad)

Qui son gran horribilitat.

¡Ah boca sutza e pudent! (con boca sucia y apestosa; podrir: putir : putput, abubilla)

¡Ah lengua mala e mintent! (Hay ya palabras con ll inicial en Ramon Lull : Llull)

Recorrets a contricció

demanats a Deu perdó, (demanáu, demanau, demanéu, demaneu; demandáis, pedís)

E ajutvos mercé clamar

Ab greus suspirs e plorar.


XXV.


DE OBRAR.


¡Ah mal viciós obrar!

Ja nous pogués mays atrobar (trobar, atrobar; encontrar)

En mes mans, hon tant faliment

Ay fayt a tòrt a mante gent! (este ay: hay : he hecho entuertos a mucha gente)

¡Ah mal obrar que res no val!

Per vos me venrá tant de mal,

Si contricció no ‘m secor (si contrición no me socorre; secor : socor : socors etc)

Ab mant suspir e ab mant plor!

¡Ah mans malas plenas de mal! (¡Ah manos malas llenas de mal; típico plural fem occ.)

Si anats en fòch infernal, (anats → anáu, anau, aneu, anéu; anar : andar, ir; vais)

¿Qu' eus valrá quant havets obrat

En esta vida ab peccat? (Ramon Lull usa tanto esta como aquesta, est' con apóstrofe)

Car d' ella no haurets poder

En neguna bona obra fer, (usa neguna: ninguna; posterior es el “cap” : ningún, ninguna)

Ans estarets co ‘l pex nadant (sino que estaréis como el pez nadando; peix; co : com)

En flama de fòch, tròp cremant. (muy + cremant : ardiente, que quema; llama; fuego)

Fayts, donchs, de say quant bé porets, (feu: haced; cuanto bien podáis, podréis)

Car si ho fayts mercé trobarets, (ya que si lo hacéis merced encontraréis)

E lo bé que no porets far, (se encuentra far, fer: facer, hacer, faire, facere)

Faytslo al còr molt desirar.


XXVI.

DE CARRERAS. (plural femenino de calle, calles, , carrera, latín carraria : vía, carrercarré)


¡Ah peus! e tant havets errat

En tot quant havets pasetjat! (la s: ss no era uniforme, ni lo fue durante siglos)

En anys, setmanes e dias (plural occitano de día, días; a veces está con tilde)

Anavets per malas vias,

Perque 's tayn que siats cremats; (tany : pertany, pertayn)

Car ab vos ay fayts mants peccats.

E si per un peccat d' Adam

Tuyt en malas vias estam,

Quant mays vá cascú a gran mal

Quant fá mant peccat actual:

Perqu' eu vull virar lo camí,

Per ço que vinga a bona fí. (8)

Mas cové que lo virador

Haje contricció major

Que los peccats, si 'l vòl virar

Al pòrt hon se puscha salvar,

E que y ajut suspir e plòr,

E mercé de nostro Senyor. (En mallorquín sobrevive nostro en 2021; nostre; nuestro)


(la y griega era muy común, y lo fue también en la renaixença del siglo XIX.
Esta y : hi : hic latín; en castellano antiguo también aparece “hy” : abiertas assí como logares comunales a todos los qui hy quisieren entrar.)

XXVII.


DEL CÒR.


¡Ah còr malvat e mal hostal

En qui alberga hom tant de mal (9),

E qui de vos havets gitat (gitat: expulsado, sacado; gitar: foragitar; no es gitar : acostar)

Deus, qui 'n vos no sia amat!

Ah! en tan mal hostal anats,

Si donchs molts suspirs no gitats, (expulsar, exhalar suspiros)

E que molta ayga 'ls uylls donets, (y que mucha agua a los ojos deis; aygua, aigua etc.)

Per ço que ploren mantes vets. (muchas veces; moltes vegades, moltas vegadas)

Encareus cové penedir (“todavía os conviene arrepentiros”)

De tot vostre malvat consir,

E qu' els umplats de bon amor (umpliromplir : llenar; adimplere; plenar es posterior)

Amant Deu vostre creador;

E si tot aço no vos val,

Trametets un suspir coral

A la regina de valor

Qui munda còr de peccador, (limpia; contrario inmunda, inmundicia)

Si a ela ‘s rent per hostal, (ella)

E de suspirs li fá sensal, (censal)

E molta ayga 'ls uylls vulla dar, (y mucha agua a los ojos quiera dar; donar)

Per ço que molt puschan plorar, (puedan llorar)


XXVIII.


DE IMAGINACIÓ.


¡Ah mala imaginació!

Si no havets contricció

De tant peccat imaginat

Per vos cregut e procurat,

Imaginarets vostre mal

Tots temps en lo fòch infernal,

Hon haurets mant malvat turment,

Si no imaginats forment (si no imagináis fuertemente; fort + ment; forment es trigo)

Say pietat, contricció,

Misericordia e perdó.

Imaginació, ¿quéus val

Imaginar ço queus fá mal,

E no ço quius es garisó,

E qui mòu la contricció

A moure en lo còr sospirs

E en la volentat desirs,

E mòu los uylls a molt plorar

E las mans mòu a molt bé far,

Cóm Deu sia servit, honrat,

E tot lo peccat perdonat?



XXIX.


DE PERDRE.


¡Ah, las! mesqui! tant has perdut

De granea e de virtut,

Car has gitat a no caler

Ço perque pográs bé haver,

E jamays ço que perdut has

En aquel nombre cobrarás;

Mas si has gran contricció

E que 't vinga de Deu perdó,

Bé porás cobrar son semblant

Per ço qui ve d' aqui avant;
Mas lo bé que pogres haver

No venrá mays en ton poder,

E esne ‘l teu peccat cregut

En quant tú l' has a tú perdut.

Veges, donchs, cóm es hom malvat,

Car has de tú tant bé privat,

E privarás si no 't sotmets (sots: debajo, mets: metes : si no te sometes)

A contricció e a drets

De tot quant Deus en volrá fer,

E que de tòt n' hages plaer.


XXX.


DE MAL EXIMPLI.


¡Ah eximpli de gran peccat

Per gran senyor o per prelat,

O per tot altre home vivent!

Tant gran será lo poniment

Qui venrá per la vostra sòrt

En aquels qui a mala mòrt

Venrán per vos si no secor

La pietat de lo Senyor,

Ab contricció e suspir

E ab plorar e penedir.

¡Ah mal eximpli qui segnal

Sots perque hom fá tan de mal!

E car vos tant home movets

A far lo mal, per ço es drets

Que l' hom en qui sots sustentat

Sia per vos tant turmentat
Co 'l dan d' hon sots occasió,

Si donchs no y val contricció,

E qu' hom vuyla molt desirar

Con bò eximpli pogués dar.


XXXI.

DE INDISCRECIÓ.


¡Ah, las, de indiscreció!

Poram aydar contricció,

Com sia tant gran faliment

Qui fal contra enteniment,

Per ira o per gran desir

Ni per la pahor de morir,

E per molts d' altres mals asatz

Mants jorns indiscret suy estatz;

E si no 'm val contricció

A recobrar discreció,

Moray en greu peccat mortal

Car terra de fòch infernal (10),

Car a la mòrt discreció

No 'm valrá, pus contr' ela só,

Car a hom qui 's rent bestial,

Discreció en res no val,

Perqu' eu prechvos, contricció,

Que 'm rendats ma discreció,
E ab ella venga 'l servir,

E 'm faça molt fòrt penedir.


XXXII.

DE OBLIDAR.

Oblidar son leyal amich

E remembrar son enemich

No es membrar bò ne cortes

E son oblidar de mal es;

E oblidar contricció

Com hom ha fayta falió,

Es oblidament desleyal

D' hon se pòt seguir tant de mal,

Qu' el jorn de lo jutjament

Membrará Deus lo faliment

Sens membrança de perdonar

E ab membrança del jutjar.

Perqu' eu qui tant ay oblidat

Deu e la sua gran bontat,

E 'l bé que per él m' es vengut,

Me tench tot per desconegut;

E vuyl membrar contricció,

E de Deu gracia e perdó,

E vuyl membrar son gran jutjar,

Per ço que fòrt tema peccar