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domingo, 5 de diciembre de 2021

DVA, Borao, P

PABOSTRE. Preboste. (paborde)

Del cat. prebost.

1. m. y f. Persona que es cabeza de una comunidad, y la preside o gobierna.

2. m. y f. Persona que en un determinado ámbito político, económico, profesional, etc., tiene una posición de gran poder e importancia.

3. m. Mil. capitán preboste.

PABOSTRÍA. n. Prebostazgo. (oficio de preboste)

PACENTAR, PAGENTAR. Apacentar. (Pasturá; pasturo, pastures, pasture, pasturem o pasturam, pasturéu o pasturáu, pasturen; pastura)

PACISCENTE. n. Pactante.

PADOLAMENTO. n. Género de peso, según Ducange apoyado en un documento de 1272.

PADRASTROS. n. Mastranzos.

PAJARILLA. a. Palomilla, insecto que destruye la cebada.

PAJAROTEAR. n. Hacer vida alegre, ociosa y disipada: nacen de ahí algunos derivados, como pajaroteo y pajarotero: en Castilla pajarear y pajarero.

PAJUZ. PAJUZO. a. Paja medio podrida, desechada de las eras y los pesebres. (pallús : se fa aná pera sostre, pera eixugá lo fem; pajar: pallissa)

PALA. n. Tira de tela en las camisas y otras prendas de vestir.

PALABRILLA. n. El bozo que se hace con un cabo del ramal para sujetar a las bestias o impedirles que coman o muerdan.

PALETA. n. El mancebo de albañil que maneja la llana y la paleta.

- a. media-paleta, el oficial de albañil que sale de aprendiz y aún no gana gajes de mancebo: es también muy usual la aplicación de esa frase a todo oficio o profesión.

PALLADA. n. Parvada.

PALLASO. n. Maceta o tiesto. - Úsase en el alto Aragón así como paellaso.

PAN. n. Rosal dice que tomó los nombres de sus precios, como en la corona de Aragón las vuitenas, quaernas (quaternas: 4) y otras suertes de panes.

PANDERETA. n. Panderete.

PANES. d. Trigo en yerba.

PANETE. n. Diminutivo de pan. Se conserva esa voz en la denominación vulgar de una de las iglesias memorables de Zaragoza, la cual fue primitivamente palacio real de los árabes con el nombre de azuda, (la Zuda) sirvió de hospedaje a Alfonso I cuando reconquistó la ciudad en 18 de Diciembre de 1118, llamóse después San Juan de Jerusalén, y hoy, y ya en tiempo de Blancas (pág. 119 de sus Comentarios), se da a conocer comúnmente con el título de San Juan de los Panetes.

PANICERO. El que tenía a su cuidado el servicio del pan en la casa real.

PANIQUESA. d. Comadreja. - n. Niño o niña de mucha viveza y movilidad. (mustela)

PANIQUESA. d. Comadreja. - n. Niño o niña de mucha viveza y movilidad. (mustela)


PANIZO. p. Maíz. (Panís)

PANOLLA. d. Mazorca, panoja. (Panolla de panís, panolles; panollo : atontat)

Manuel Riu Fillat insulte a amics del chapurriau, Ignacio Sorolla li riu les poques grássies

PANSO. n. Paso, seco, consumido: se aplica a las frutas así como la voz pansado.
En el Capbreu del peage que se pagaba en el puente de Luna (1436) se dice carga de pansas un sueldo: en el Glosario del Memorial histórico tomo V. se lee: pansa, cosa extendida o expuesta al sol, de pandere; uvas pansas, pasas. (pansa, panses; yo bec a vegades un vi de 14,5% de Italia, en “uva leggeramente appassita)

PANTASMA. n. Fantasma: es voz vulgar que se usa también metafóricamente.

PAPAHIGO. Aparato a manera de embudo para coger higos del árbol.

PAPELERO. n. Hazañero, finge-negocios.

PAQUETERO. El contrabandista que introduce en España paquetes de contrabando venciendo los Pirineos.

PARADERO, PARADERA. Compuerta o tajadera, formada de tablas portátiles.

PARAR. n. Se llaman gastos de parar la mesa los que ha ocasionado el proceso de Aprehensión desde el apellido hasta la reportación, y son de cuenta del que se opone al aprehendiente cuando obtiene sobre este la ventaja del juicio. - n. Disponer, preparar, y así se dice parar la mesa en sentido de cubrirla con los manteles, o, como dice la Academia, de ponerla. - n. Mullir, cuando se habla de colchones, cojines etc.

parar fuerte: mantenerse en buena salud: en Navarra se usó pararse mal sentirse mal.

PARAULA. n. Palabra: es voz anticuada de las incluidas por Blancas en su Índice. (incluso palaura, palaures; paraula, paraules)

PARCO. p. Parce o premio que dan algunos maestros, principalmente en la Escuela Pía, y que sirve para obtener perdón de ciertos castigos.

PARDINA. a. Despoblado, esto es, yermo o sitio que en otro tiempo tuvo población.
Se halla incluido por primera vez en la última edición de la Academia. - n. Prado. (Lapardina com apellit a Valderrobres, per ejemple)

PAREILLA. n. Matrimonio: voz usada en el fuero de Sobrarbe para designar los hijos legítimos, que allí se llaman hijos de pareilla. (Parella, parelles, parell : par: 2)

PAREJO. d. Poco limpio en aderezar la comida. - n. Dotado de cierta desaprensión y que todo lo lleva por igual. (Parello: al cavá, dixá lo tros cavat igual)

PARICIONERO. n. Pastor que se ajusta con algún ganadero para servirle durante la parición.

PARIHUELAS. n. Parihuela.

PARIZONAR. n. Parir el ganado.

PARRA. (subirse a la) n. Ofenderse, picarse de alguna alusión.

PARRANDA (de). n. De jolgorio, de gran diversión, ociosidad o pasatiempo. (No estaba muerto, que estaba de parranda)

PARRÓN. n. Vasija grande para ordeñar la leche en las cabrerías.

PARTE. n. Con la expresión ¿de qué parte? se indica que de ninguna manera, y así se dice ¿de qué parte he de temerle? ¿de qué parte ha de triunfar?

PARVADA. n. Gran cantidad.

PASADAS (a todas). n. Enajenación absoluta sin condiciones de retracto u otras: es frase que se usa en oposición con la de a carta de gracia.

PASAMÁN. d. Pasamano. (Passamans, en plural en chapurriau, pero no cuan se diu “passa la ma per la paret”)

PASAMANOS. n. Pasamano.

PASAMIENTO. n. Pase de cuentas. - n. Pasar, en el sentido de la última acepción que da a esta palabra la Academia.

PASIO. p. Pasión, por la parte del Evangelio. (La passió de Cristo)

PASIONERO. a. El sacerdote destinado en el Hospital de Zaragoza a la asistencia espiritual de los enfermos.

PASTENCO. n. La res que se echa al pasto: suele hacerse la división de las que aún maman en caloyos, ternascos y pastencos, y a estos se les llama también corderos lechales.

PASTRÓN. n. Bofetón o puñada, voz familiar.

PATERA. n. Enfermedad del ganado en las pezuñas. (pata; pota)

PATIO. n. Portal cubierto.

PAUL. d. Pradería común. (prat; prato; prado)

PAVANA. n. Salida de pavana es expresión que significa réplica intempestiva, insuficiente o grotesca, y también porte inesperado, desenlace poco delicado en algún asunto.

PAVISO. d. Pavia. - d. Tonto, lerdo.

PEAL. n. Se usa en la frase poner a uno como un peal equivalente a poner a uno como un trapo, pero es extensiva también a los malos tratamientos de obra.

PECINA. d. Riña, contienda, alboroto.

PECULLO. d. Peculio, voz anticuada.

PECHO ARRIBA. n. A repecho.

PEDER. n. Peer. (Fotres un pet, petá, petás; m’hay futut un pet; ting petera).

PEDRADA. d. Pedrea, apedreada.

PEDREGADA. n. Pedrea. (Granizo; granís; granissada)

PEDREÑA. d. Pedernal.

PEDUCO. n. Calzado tosco que se usa en las montañas.

PEIRÓN. n. Columna u obelisco que contiene alguna imagen y que se halla únicamente a la entrada de las aldeas: llámase también pairón.

PELADIZO. n. Piel que cubre la carne de las frutas: la gente vulgar dice pelarzo.

PELELE. c. Pobrete, falto de inteligencia y de fortuna: simple, inútil, dice la Academia.

PELINDUSCA. n. Ramera, mujer de mala vida. (pelandusca; puta, prostituta)

PELUCHÓN. n. Pelo crespo o descompuesto: se dice también del que lo lleva.

PELLA. c. El cogollo de la col. (Lo grumo de la col)

PELLEJERO. n. Entre ganaderos el que se dedica a comprar pieles de desecho o de reses mortecinas. (Pelleté; pelleter; tamé es lo que traballe la pell; peletero)

PELLEJANA. n. Persona de malas prendas o de mala vida: las rameras fueron llamadas pellejas (según Rosal) porque vestían pieles de cabra roja o zorra entre los pastores de Roma, y de ahí verosímilmente se ha derivado esa palabra, muy usada en Aragón. (Y zorra, vulpeja; vulpes)

PELLETA. p. Pelleja.

PELLÓN. a. Parte considerable de una cantidad: así se dice “ya ha pagado un buen pellón”, “le ha entrado un buen pellón con la dote de su esposa”.

PÉNAME. a. Pésame.

PENAR. d. Pesarle a uno, arrepentirse. (Me pene no habé fet alló cuan podía féu)

PENDIJO. n. Cualquiera adorno pendiente cuando se usa sólo por vanidad, como las borlas de un bastón, las cruces de honor y los dijes de las señoras en el cuello, las orejas o brazos.

PENDONEAR. n. Disipar el tiempo, callejear, concurrir a todo lo que sea distracción.

PENDONERO. n. Haragán, vago, amigo de diversiones y pasatiempos. (Pendón)

PENEQUE. c. Borracho.

PENEQUE. c. Borracho.

PENONES. n. Edictos o decretos del Rey, según Ducange. (Penó: pendón, estandarte)

PEÑORA. n. Prisión. - n. Multa o pena. (pignora, pignorare)

PEÑORAR. n. Prender. Dice Cuenca, “a los Señores de vasallos no se les peñora o prende.” - n. Multar, apenar.

PEONÍA. a. Peonada, jornal: lo que un peón trabaja en un día.

PERCAZAR. d. Apercazar o coger con dificultad.

PERDIGANA. a. Perdigón. (perdiu minuda, perdiganes, críes de perdiu).

PERDIGUERO. d. Perdigón.

PERERA. d. Peral. (Si vols que te diga quina fruita fa este abre, espérat)

PERINDOLA. n. Perinola.

PERJUDICIOSO. n. Perjudicial. (prejudicio, perjuicio; prejudici)

PERNADA. n. Predio rústico, según Ducange.

PERNERA. La parte del pantalón que cubre cada pierna. (Lo camal, de cama)

PERO. n. Esta conjunción adversativa tiene alguna vez oficios de partícula afirmativa, equivaliendo a sí, como es fácil, pero muy fácil.

PEROLA. n. Cazo. (olla; hortereta, hortera; perolas : tetas como cazos)

PEROLÓN. n. Perol grande, vasija de cobre u otro metal destinada a varios usos.

PERPAGAR. n. Pagar completamente, voz anticuada.

PERRERA. n. Berrinche.

PESCATERO. n. Pescadero, el que vende pescado. (peixcaté, peixcatera)

PETAFIO. n. Persona o cosa que sirve de estorbo: en Navarra se dice petacho.

PETENAR. d. Retozar.

PETRERÍA. n. Barreño, aguamanil: léese en leges palatinae Jac. II. Maj.

PEZ COCA. n. Jugo resinoso un poco más grueso que la pez ordinaria: sirve comúnmente para la formación de los barnices.

PEZOLAGA. d. Tronera, persona de poco asiento y mal de porte. (Pessolaga, pesolaga)

PICACHOVA. n. Instrumento o herramienta para demoler, de que generalmente usan los albañiles, y se distingue en que el hierro tiene pico en un extremo y boca en el otro.

PICAJOSO. n. El que se pica o resiente sin gran motivo y con bastante frecuencia.

PICA-PELÓN. n. Se usa en la frase estar de pica-pelón, en equivalencia de estar contrapuntado.

PICAPORTE. n. Llavín con que se abre la puerta exterior de las habitaciones.

PICAR. p. Machacar, desmenuzar. (Picá; pico, piques, pique, piquem o picam, piquéu o picáu, piquen)

PICOLETA. n. Pico de que usan los albañiles para demoler. - n. Taza con que se sirve el caldo u otros líquidos a los enfermos que no pueden incorporarse en la cama.

PICOR. p. Picazón, escozor. (picassó, del añ de la picassó; coissó, coentó)

PICOTA. d. Piquera. - n. No saber ni picota, no saber pizca, no conocer una jota, no tener noticia alguna de lo que se trata.

PICOTEAR. n. Picar o ir comiendo de poco en poco.

PICULÍN. n. Volatín, titerero como otros dicen, buratín como hay quien escribe a la italiana.

PICHÓN. c. Palomino o polluelo de paloma. (Pichó, pichons; críes de colom, coloms)

PIE. d. Medida para la aceituna. - n. hacer pies, empezar a sostenerse el niño sobre ellos: en Castilla se dice hacer piernas en otro sentido. (Un peu de olives)

PIEDRA. n. Díjose a piedra perdida en equivalencia de la expresión actual a fuego graneado, como puede verse en Zurita: hoy se dice en significación de apresuradamente.

PIERDE. n. Pérdida, y así se dice es calle que no tiene pierde. (carrera o carré que no té pérdua)

PIGRE. a. Tardo, negligente o desidioso: conforma, más que el castellano pigro, con la etimología latina. - n. Desaplicado o poco aprovechado en la escuela.

PIGÜELA. n. Echadiza, indirecta.

PIGÜESA. d. Viruelas. (Pigota)

PILLA. a. Pillaje.

PILMA. d. Vizma. - d. Trampa, deuda.

PILÓN. n. Guarda-cantón, poste. - n. Columna en que se exponían al público los miembros de los malhechores, cuando estaba en uso esa repugnante práctica: llamábase pilón de los cuartos. (descuartizados)

PILOTERO. n. Uno de los operarios en las fábricas antiguas de papel.

PIMENTÓN. p. Pimiento. (primentó, primentons; primentonera la planta)

PIMIENTA (hacer). n. Tomarse vacación.

PINCHAR. c. Punzar. (punchá; puncho, punches, punche, puncham o punchem, puncháu o punchéu, punchen)

PINCHE. c. Ayudante, marmitón de cocina.

PINCHÓN. d. Punzón. (punsó, punchó; puncha : espina - de rosa, zarza, etc.)

PINGANETAS. n. Se usa en la frase estar en pinganetas, que significa estar en cuclillas, estar mal sentado o acomodado, estar en peligro de caer: en Castilla estar en pinganitos es hallarse en puestos elevados o en buena fortuna.

PINGO. n. Sustantivo con que suele designarse al que es demasiado suelto, haragán y desaseado: generalmente se aplica a la mujer.

PINOCHA. d. Panoja. (panolla de panís; mazorca de maíz; panizo)

PINTA. n. Clarión. (clarió: argila blanca; arcilla blanca)

PINTAR. n. Tallar, esculpir: así llaman los pastores a los adornos que hacen en la madera con cualquiera instrumento cortante. - n. pintarla, figurar, garbear, darse importancia.

PINTURRUTEAR. n. Pintorrear, pintarrajar. (pintarrajear)

PIÑEROL. n. En Alcañiz el pájaro loxia curvirostra

Piñerol

PIÑORAR, c. Sacar prendas por algún adelanto que se ha hecho: dícese también peñorar y ambas son voces anticuadas. (pignorar, pignorare; peñora, piñora)

PIPIRIJAINA. n. Se dice compañía de pipirijaina a la tropa de malos comediantes, y reunión de pipirijaina a la de poco pelo o menor importancia de la que conviene.

PIQUERO. d. Albañil, alarife.

PIQUETE. n. Esquila de poco volumen que se pone en los rebaños a los borregos o corderos de desvezo.

PIRULO. n. Perinola pequeña y redonda sin las iniciales, ni por consiguiente las suertes, que tiene la perinola común.

PISADERA. n. Se dice de la reja colocada en el acera de una calle para dar ventilación y luz a algún sótano: puede aplicarse en general, como adjetivo, a todo lo que haya de ser pisado.

PISAZO. n. Pisada, pisotón: esta última palabra todavía no se halla admitida por la Academia. (patejada, potejada, palsigada, calsigada)

PITAÑAR. n. Casa de mala especie: vivienda extraviada, sospechosa y de pobre apariencia.

PITÓN. a. Piedrezuela con que juegan los muchachos a los cantillos.

PIZARRA. n. Encerado para verificar operaciones matemáticas o de otra ciencia a la vista de muchos.

PIZCO. c. Pellizco. (Pessic, pessics; pessigá)

PLACER (A). a. Despacio, poco a poco.

PLANTERO. n. Simiente. (planté de ensiam : simiente, plantero de lechuga)

PLANZÓN. d. Estaca de olivo u otro árbol. (plansó, pera plantá)

PLATADA. n. El comestible contenido en un plato colmado. (platerada de arrós)

PLEGADERA. n. Tablón que, colocado verticalmente o de canto y arrastrado por una o dos caballerías, va amontonando la mies en la era, dirigido por el labrador que lo sujeta con una esteva.

PLEGADOR. a. El que recoge limosna para alguna cofradía o comunidad.

PLEGAR. d. Hacer la llega (plega). - n. Concluir una cosa, quedar uno sin esperanza, y en este sentido se dice “ya hemos plegado.” (Ya ham plegat)

PLIEGA. n. Llega. (plega, dels quintos)

PLIEGUE. n. Se dice ¡buen pliegue va a tener!, en sentido de ¡buena vida, buen fin va a tener!

POCEAR. d. Sacar agua de un pozo con pozales o cubos. (poar, pouar, pová)

POCHA. n. Ave. - n. La bolsa que forma la camisa u otra prenda a la parte del pecho.

POCHADA. n. Lo que se contiene dentro de esa cavidad.

POCHO. c. Pálido, descolorido. - n. judías pochas, judías desgranaderas.

PODER. n. Úsase en la frase es cosa que me puede, como diciendo que me incomoda, que me saca de mí. (que puede con mis nervios)

POLPA d. Pulpa.

POLLO. a. Caballón o margen a trechos para que se detenga el agua. - n. Gargajo.

PONTAGERO. n. El empleado a cuyo cargo estaba el cobro del derecho de pontazgo.

PONTARRÓN. n. Aumentativo despectivo de puente.

PORCIÓN. n. Tablilla de chocolate de una onza o de tres cuartos.

PORCHE. c. Poste, soportal.

PORGADERO. a. Harnero, cedazo, zaranda o criba. (porgadó, porgadora, sedás, aré, criba, ventadó)

PORGAR. d. Aechar (cribar; porgá; porgo, porgues, porgue, porguem o porgam, porguéu o porgáu, porguen)

PORGUESAS. d. Aechaduras o desperdicios después de aechado o cribado el trigo. (Al carré pla venen blat, a Vilanova porgueres, y al carré de la muleta, la flo de les bachilleres)

PORRETÓN. n. Ave que no ha salido del nido y permanece todavía implume.

PORTADERA. n. Vasija de madera para transportar las uvas de la caja al lagar.

PORTATA. n. Acción de llevar, conducir, custodiar, instruir, tramitar &c, y así se dice “por la portata de procesos” en un tratado de los Oficios y Salarios de la Corona.

PORTEGADO. n. Pórtico de iglesia, voz local que por nuestra parte no hemos oído, pero nos ha sido comunicada por persona competente. (Portalada)

POSADOR. n. Posadero, mesonero.

POSO. c. Parte gruesa de los líquidos que queda en el fondo de la vasija.

POSTILLERÍA. n. Postigo: así se desprende de una declaración dada en 1522 por la corte del Justicia, condenando en 60 dineros a los que quiebren puerta o postillería.

POTREAR. n. Molestar, aburrir, cansar, apurar a uno.

POZAL. c. Cubo de pozo. (Poal, poval, galleta)

POZALEAR. d. Revolver el agua de un pozo subiendo y bajando sin objeto los pozales.

PRECIOS. d. Estimación del daño causado en los campos.

PREDICADERA. a. Púlpito.

PRENDADA. n. Apenamiento, o intimación de alguna pena.

PRENDAR. n. Apenar o intimar alguna pena.

PRESA. a. Puchero de enfermo.

PRESERO. n. Puchero de dos tazas de caldo.

PRESTAR. c. Dar de sí, extenderse las telas.

PRIETO. p. Mezquino, mísero, tacaño. (de puñ preto : de puño apretado; agarrat)

PRIVILEGIOS. n. Leyes o fueros políticos, código constitucional de los aragoneses. PROBAR. c. Catar.

PROBATINA. n. Prueba, ensayo, tentativa.

PROCESO DE CAMBRA. n. El que se hacía en lugar escondido: se llamaba también de cámara y estaba prohibido en Aragón.

PROCURA. p. Procuradoría.

PROCURADOR. a. Se dice procurador astricto del obligado a seguir ciertas causas, especialmente criminales, en las cuales nunca se procedía de oficio en Aragón.


PROFIERTA. n. Servicio extraordinario concedido por el reino al monarca con el carácter de empréstito, según puede verse en Asso, Economía Política.


PROMOVEDORES. n. Oficiales destinados a agitar los negocios civiles y aun criminales y a suplir al Canciller o vice-canciller en algunas funciones, siendo considerados como consejeros del Rey: eran en número de cuatro, dos caballeros y dos doctores, todo según las Ordinaciones de Pedro IV.

PRONUNCIA. a. Pronunciación o publicación, o acción y efecto de publicar alguna cosa.

PROPALO. n. Barra cilíndrica de hierro, que encaja por un extremo en el árbol y que termina por el otro en esquina para recibir el rodillo del molino harinero.

PROPIO (de). n. De intento, directamente, sin otro objeto, por ejemplo voy de propio a su casa para contárselo. (aposta)

PROPOSICIÓN. n. Demanda de posesión en el juicio de firma. - n. Discurso del trono al abrir las Cortes, Propositio Curiarum.

PROVISA. n. Decreto de secuestro, que es la primera diligencia en el juicio de Aprehensión.

PUDIR. d. Heder. (putí; aixó put com la poput, put put: abubilla)

PUDOR. d. Hedor, hedentina. (pudó, pudina, corrompina, mala auló)

putput, puput

PUERTA. n. En el juego de dominó la ficha que por un extremo presenta un número del cual van todos jugados menos uno: y del que conserva este en su poder se dice tener una puerta pues por allí nadie sino él puede jugar. - n. salir por la puerta de los carros, salir vergonzosamente de una casa, de un establecimiento, o de un negocio: en Castilla se dice salir por la puerta de los perros por salir huyendo.

PUGA. p. Púa.

PUGÉS. n. Moneda que valía la cuarta parte de un dinero en tiempo de Carlos V, según Juan Gutiérrez citado por el paleógrafo Merino.

PULGARILLAS. n. Castañuelas. (castañoles)

PULIENDA. n. Cospillo.

PULSERAS. n. La carga que se sobrepone a los costados de cualquiera carro o galera, atándosela con cuerdas fuera de la escalera del carruaje: también toma aquel nombre la misma red de cuerdas en que se contiene la carga. (pulsera, pulseres : pols : pulso, sien, sienes)

PUNCHAR. c. Punzar. (punchá)

PUNCHAZO. d. Punzada. (punchada, punchades)

PUNCHÓN. d. Punzón. (punchó; puncha)

PUNTERO. n. Tripulante en los barcos del Canal imperial, cuya maniobra consiste en evitar que la embarcación choque contra las márgenes, lo cual previene apoyando en ella unos largos remos. (remos largos como un puntal)

PUNTILLOSO. n. El que tiene mucho puntillo o una susceptibilidad exquisita. Aunque parece de etimología francesa, no debe de ser sino un derivado de puntillo: la Academia admite puntoso y puntuoso.

PUÑAZO. n. Puñada, puñetazo. (1)
(1) Tenemos a aquella por tan castellana como a estas dos palabras, pero no hallándola en el Diccionario de la lengua, a pesar de ser el derivado más próximo de la primitiva PUÑO, y siendo por otra parte muy frecuente en Aragón, nos hemos permitido incluirla como a algunas, aunque muy pocas, que se hallan en este caso. En lo demás, nosotros no hemos dado cabida a voces que la Academia califica de castellanas, por más aire aragonés que les hayamos encontrado, sino que hemos trasladado las que de entre ellas incluyó Peralta en su ensayo, y aun esas marcadas, para conocimiento del lector, con la letra c.

PURNA. d. Chispa. - n. tener malas purnas, tener malas chanzas, o mal genio, o mal carácter, o poco aguante. (malas pulgas)

purna, foc y destral an estos amics dels etarres y catanazis

PUYA. d. Poya.

PUYADA. n. Regreso, principalmente de los ganados trashumantes.

miércoles, 6 de enero de 2021

Lo Camí, VIII.

VIII.

Segóns Roc, lo Moñigo, la Pesteta menuda ere una de les dones del poble que teníe lo ventre sec. Aixó, encara que de difíssil comprobassió, no suposabe res de particulá perque les Pestetes, mes o menos, u teníen tot sec.

La Pesteta menuda va torná al poble en lo tranvía interprovinsial als tres mesos y cuatre díes, exactamen, de la seua fuga. La tornada, com antes la fugida, va constituí un acontessimén a tota la vall, encara que, tamé, com tots los acontessiméns, va passá y se va olvidá y va sé sustituit per un atre acontessimén al que tamé li va passá lo mateix, y se va olvidá. De esta manera anabe elaboránse, poc a poc, la elemental historia de la vall. La Pesteta menuda va torná sola, y a don Dimas, lo del bang, no se li va torná a vore lo pel, a pesá de que don José, lo mossen, prejusgabe que no ere mal mosso. Bo o roín, don Dimas se va esfumá al aire, com se disolvíe, sense dixá rastre, lo eco de les montañes. Va sé Cuco, lo factó, lo que primé va portá la notíssia al poble. Después de la "radio" de don Ramón, lo apotecari, Cuco, lo factó, ere la compañía mes codissiada del puesto. Les seues notíssies eren sempre fresques y curioses, encara que no sempre edificáns. Cuco, lo factó, teníe una personalidat de bon añ, en espenta, expansiva y físicamen optimista. Daniel, lo Mussol, lo admirabe; admirabe lo seu carácter, los seus coneiximéns y la simplissidat en la que manejabe y controlabe la eixida, entrada y sirculassió dels trens per la vall. Tot aixó implicabe una capassidat; la ductilidat y lo talento de organissasió de un factó no se improvisen.
Irene, la Pesteta menuda, al apeás del tren, portáe llágrimes als ulls y pareixíe mes magra y consumida que cuan va marchá, tres mesos abáns. Pareixié que caminare portán una cárrega invissible damún que la obligabe a belcás per la sintura. Eren, sense duda, los remordiméns. Vestíe com solen vestí les dones viudes, mol viudes, tota de dol y en una mantelleta negra y atapida que li escamotejabe la cara. Habíe plogut durán lo día y la Pesteta, al pujá la costa, camí del poble, no se preocupabe de bordejá los charcos, li pareixíe trobá un raro consol a la inmersió repetida de los seus pevets als clots y al fang de la carretera. Lola, la Pesteta gran, se va quedá parada al vore a san germana, indessisa, a la porta de la tenda. Se va passá la ma repetidamen per los ulls com volén esbarrá una aparissió roína.

- Sí, soc yo, Lola - va murmurá la menuda -. No te extraños. Encara que pecadora y tot, hay tornat. ¿Me perdones?

- ¡Per los siglos dels siglos! Vine aquí. Passa - va di la Pesteta gran.

Van desapareixe les dos germanes a la trastenda. Allí se van mirá la una al atra en silensio. La Pesteta menuda se manteníe arrupida, en lo cap cacho, humillada.
La gran aparentabe habés engordit de repén en la tornada y lo arrepentimén del atra.

- ¿Saps lo que has fet, Irene? - va sé lo primé que li va di.

- Calla, per favor - va ploriquejá la germana, y se va desplomá damún de la taula, plorán a moc estés. La Pesteta gran va respetá los plos de san germana. Los plos son nessessaris pera rentá la consiensia. Cuan la Irene se va alsá, les dos germanes se van torná a mirá als ulls. Apenes pressisaben de paraules pera enténdres. La comprensió ixíe del inexpresat:

- Irene, ¿has...?

- Hay...

- ¡Deu meu!

- Me va engañá.

- ¿Te va engañá o te vas engañá?

- Com vullgues, germana.

- ¿Ere lo teu home cuan...?

- No... Ni u es ara.

- ¡Deu meu! ¿Esperes...?

- No. Ell me va di... ell me va di...

Se li va trencá la veu en un gemec. Se va fé un atra vegada silensio. Al remat, la Pesteta gran va preguntá:

- ¿Qué te va di?

- Que era machorra.

- ¡Canalla!

- Ya u veus; no puc tindre fills.

La Pesteta gran va pedre de repén los bons modals y, en estos, los estribos.

- Ya saps lo que has fet, ¿verdat? Has tirat la honra. La teua, la meua y la de la beneída memoria dels nostres pares...

- No. Assó no, Lola, per l'amor de Deu.

- ¿Quín atra cosa, entonses?

- Les dones fees no tenim honra, desengáñat, germana.

Díe aixó en gesto ressignat, aplanida per un inexorable convensimén. Después va afegí:

- Ell u va di aixina.

- La reputassió de una dona es mes pressiosa que la vida, ¿no u sabíes?

- U sé, Lola.

- ¿Entonses?

- Faré lo que tú digues, germana.

- ¿Estás disposada?

La Pesteta menuda va acachá lo cap.

- U estic - va di.

- Vestirás de dol lo que te quede de vida y tardarás sing añs en assomát al carré.
Éixes són les meues condissións, ¿les asseptes?

- Les assepto.

- Pucha a casa, entonses.

La Pesteta gran va tancá en clau la porta de la tenda y va pujá detrás della. Ya a la seua habitassió, la Pesteta menuda se va assentá al canto del llit; la gran li va portá una grela en aigua tibia y li va rentá los peus. Durán esta operassió van está callades.
Al acabá, la Pesteta menuda va suspirá y va di:

- Ha sigut roín, ¿saps?

La Pesteta gran no va contestá. Li faie un sec respecte lo ademán de dessolasió de san germana. Esta va continuá:

- Volíe los meus dinés. Lo mol pocavergoña se creíe que teníem mols dinés; un mun de dinés.

- ¿Per qué no li vas di a tems que entre les dos sol sumáem mil duros?

- Haguere sigut la meua perdissió, germana. Me haguere abandonat y yo estaba enamorada dell.

- Callá es lo que te ha perdut, loca.

- Sels va gastá tots, ¿saps?

- ¿Qué?

- Va viure en mí mentres van durá los dinés. Se van acabá los dinés, se va acabá Dimas. Después me va dixá tirada com a una perduda. Dimas es un mal home, Lola. Es un home roín y cruel.
Les magres galtes de la Pesteta gran se van ensendre encara mes de lo que habitualmen rochecháen.

- Es un lladre. Assó es lo que es. Igualet, lo mateix quel atre Dimas - va di.

Se va quedá silensiosa al apagás lo seu arrebato. De repén los escrúpols van escomensá a socaváli la consiensia. ¿Qué es lo que habíe dit de Dimas, lo bon lladre?
¿No li agradaben al siñó esta classe de arrepentits? La Pesteta gran va sentí un viu remordimén. "De tot cor te demano perdó, Deu meu", se va di. Y se va proposá que en son demá, només eixecás, aniríe a reconsiliás en don José; ell sabríe perdonála y consolála. Aixó ere lo que nessessitabe: una mica de consol. Se va torná a passá la ma per los ulls, tratán de desfé lo malsón. Después se va soná en soroll lo llarg nas y va di:

- Está be, germana; múdat de roba. Yo torno a la tenda. Cuan acabos pots regá los geranios de la galería com fées sempre abáns de la desgrassia. Demá vorás a don José. Has de rentá lo abáns possible la teua alma en pecat.

La Pesteta menuda la va interrumpí:

- ¡Lola!

- ¿Qué?

- Me fa molta vergoña.

- ¿Es que encara ten quede?

- ¿De qué?

- De vergoña.

Irene va fé momos de dessesperasió.

- No u puc remediá, germana.

- Vergoña teníes que habén tingut antes de escapát en un home desconegut.
¡Per Deu beneít que entonses no vas fé estos remilgos!

- Es que don José, don José... es un san, Lola, comprénu. No entendríe la meua flaquesa.

- Don José comprén totes les flaqueses humanes, Irene. Deu está en ell. Ademés, una bona confessió forme tamé part de les meues condissións, ¿enténs?

Se va sentí lo tintineo de una moneda contra los vidres de la tenda.
La Pesteta gran se va impassientá:

- Venga, dessidixte, maña; criden a baix.

Irene, la Pesteta menuda, va acsedí, al remat:

- Está be, Lola; demá me confessaré. Estic dessidida.

La Pesteta gran va baixá a la tenda. Va doná mija volta a la clau y va entrá Catalina, la Lepórida o Llebre. esta, com les atres germanes, teníe lo labio de dal plegat com los conills y lo seu nasset se movíe sense pará com si ensumare, com algúns cachaps de Valchunquera. Los van ficá lo mote de Llebres. Tamé les apodaben les Caques, perque se díen Catalina, Carmen, Camila, Caridat y Cassilda y son pare habíe sigut farfallós o tartamut. (Menos mal que lo del registre no ere un fill de puta.)

Catalina se va arrimá al mostradó.

- Una pesseta de sal - va di.

Mentres la Pesteta gran la despachabe, ella va alsá la careta de cachap cap al techo y durán uns segóns van vibrá nerviosamen les aletes del seu nas.

- Lola, ¿es que tens forastés?

La Pesteta se va tancá, hermética. Les Llebres eren les telefonistes del poble y sabíen les notíssies casi tan pronte com Cuco, lo factó. Va contestá:

- No, ¿per qué?

- Pareix que se sen soroll a dal.

- Sirá lo gat.

- No, no; son potades.

- Tamé lo gat poteje.

- Enténme, son patejades de persones. No sirán lladres, ¿verdat?

La Pesteta gran va tallá:

- Ti, la sal.

La Llebre va torná a mirá cap al techo, va ensumá lo ambién en insistensia y, ya a la porta, se va girá:

- Lola, seguixco sentín potades a dal.

- Está be. Vésten en Deu.

Poques vegades la tenda de les Pestetes va está tan concurrida com aquella tarde y poques vegades tamé, de tan creixcut número de clientes, va eixí una caixa tan mesquina.

Rita, la Tonta, la dona del sabaté, va sé la segona en arribá.

- Dos reals de sal - va demaná.

- ¿No ne vas pendre ahir?

- Ne nessessito mes.

Al cap de una paussa, Rita, la Tonta, va acachá la veu:

- Tens llum a dal. Estará voltán lo contadó.

- ¿Me u has de pagá tú?

- Ni mu penso.

- Entonses díxal que volto.

Van arribá después la Basi, la criada del boticari; Uca, la del Chano; María, la Chata, que tamé teníe lo ventre sec; Sara, la Moñiga; les atres cuatre Llebres; Juana, l´ama de don Antonino, lo marqués; Rufina, la de Pancho, que desde que se va casá tampoc creíe en Deu ni en los sans, y datres vin dones mes.
Menos les cuatre Llebres, totes anaben a comprá sal y totes sentíen potades a dal o se enarbolaben, al vore llum per les finestres, per la carrera del contadó (casi com al Tour o la volta a España).

A les deu, cuan ya lo poble se rendíe al silensio, se va sentí la veu potenta, una mica engorgossada y arrastrada de Paco, lo ferré. Anabe este fen esses per lo carré y dabán dels balcóns de les Pestetes se va aturá. Portabe una botella a la ma dreta y en la zurda se rascabe sense pará lo clatell. Les frasses que cridáe hagueren resultat incoheréns si tot lo poble no haguere estat al cap del carré.

- ¡Viva la germana pródiga! ¡Viva la dona de les cuixes esmirriades y lo pit de taula!...-
va fé un cómic gesto de sorpresa, se va rascá un atra vegada lo clatell, va rotá, va torná a mirá als balcóns y va rematá: - ¿Quí te va robá lo cor? ¡Dimas, lo bon lladre!

Y sen enríe ell sol, embutín les poderoses barres de baix al gigán pitral. Les Pestetes van apagá la llum y van observá al escandalós per una regata de la finestra.
"Este perdut teníe que sé", va rossegá la Lola, la Pesteta gran, al descubrí la brillantó que lo farolet del racó arrancabe del pel roch y risat del ferré. Cuan este va pronunsiá lo nom de Dimas, li va entrá com un ataque de ñirvis a la Pesteta menuda.
"Per favor, trau an eixe home de ahí; que sen vaigue eixe home, maña.
La seua veu me torne loca", va di. La Pesteta gran va agarrá lo cubo o la galleta o lo poval aon desaiguabe la pica, va entreobrí la finestra y va aventá lo seu contingut cap a la cara de Paco, lo ferré, que en eixe momén escomensabe un nou vítor: - ¡Viva les...!
La remullada li va tallá la frasse. Lo borracho va mirá cap al sel en cara de idiota, va estendre les seues mans ficánse en creu y va rossegá pera nell, mentres avansabe fotén toms carretera abán: - Hala, Paco, cap a casa. Ya está diluvián un atra vegada.

lunes, 10 de agosto de 2020

JORNADA SEXTA. NOVELA SEGONA.

JORNADA SEXTA. NOVELA SEGONA.

Lo forné Cisti en una sola paraula fa arrepentís a micer Geri Spina de demanáli algo.

Mol va sé per totes les dones y los hómens alabat la dita de doña Oretta, y la reina va maná que Pampínea continuare; per lo que ella va escomensá aixina:

Hermoses siñores, no sé vore per mí mateixa quí té mes culpa, si la naturalesa emparellán un alma noble en un cos vil o la fortuna emparellán a un cos dotat de un alma noble en un vil ofissi, com li va passá a Cisti, lo nostre consiudadá, y en mols mes ham pogut vore que ha passat. Cisti, provist de un ánim altíssim, la fortuna lo va fé forné.
Y sértamen li fotría yo la martellada per igual a la naturalesa y a la fortuna si no sapiguera que la naturalesa es mol discreta y que la fortuna té mil ulls encara que los tontos se la imaginon sega. Com los mortals fan moltes vegades, insegús de qué los portará lo futur, per a un cas les seues coses mes valioses als puestos mes vils de les seues cases, com menos sospechós, sepulten, y de allí les trauen cuan venen les nessessidats, habenles lo vil puesto mes seguramen conservat que u hauríe fet una hermosa cámara.

Y aixina los dos ministres del món en frecuénsia les seues coses mes pressioses amaguen daball de la sombra de les arts reputades mes vils, per a que al tráureles de elles cuan los fa falta, mes cla aparegue lo seu esplendó. Aixina li va passá al forné Cisti obrínli los ulls de la inteligénsia a micer Geri Spina (la história de doña Oretta, que va sé la seua dona, mel ha portat a la memória). Tos u contaré en una historieta mol curta.

Lo papa Bonifacio, a la vora del cual micer Geri Spina va tíndre grandíssim favor, va maná a Florencia an algúns nobles embajadósseus per a sertes grans nessessidats seues. Habénse quedat ells a casa de micer Geri, y tratán ell en ells los assuntos del Papa, va passá que, consevol que fore la raó, micer Geri en estos embaixadós del Papa, tots a peu, casi tots los matíns passaben per dabán de Santa María Ughi, aon lo forné Cisti teníe lo seu forn y en persona coíe lo pa. A Cisti, encara que la fortuna li haguere donat un ofissi mol humil, tan en ell habíe sigut benigna que se habíe fet mol ric, y sense voldre may abandonál per un atre, vivíe espléndidamen, tenín entre datres bones coses los millós vinsblangs y negres que se trobáen a Florencia o als pobles del voltán. Cisti, veén tots los matíns passá per dabán de la seua porta a micer Geri y los embajadós del Papa, y sén gran la caló, va pensá que siríe gran cortessía invitáls a beure del seu bon vi blang; pero considerán la seua condissió y la de micer Geri, no li pareixíe cosa decorosa atrevís a invitál, y va discurrí una manera que portare a micer Geri a invitás an ell mateix. Y vestín una roba blanquíssima y un devantal o delantal mol llimpio, que mes be lo feen pareixe moliné que forné, tots los matinets a la hora que pensáe que micer Geri en los embajadós passaríe, se fée portá dabán de la seua porta una galleta o cubo nova o nou a cormull de aigua fresca y un jarronet boloñés del seu bon vi blanc y dos tassetes o gotets que pareixíen de plata, de tan clas que eren; y sentánse, cuan passaben (y después de aclarís la gola una vegada o dos), escomensabe a beure en tan gust aquell vi seu que li hagueren entrat ganes de béuressel hasta a un mort. Micer Geri, después de vore alló dos matíns, va di lo tersé: - ¿Qué es aixó, Cisti? ¿Está bo?

Cisti, alsánse rápidamen, va contestá:

- Siñó, sí; pero no tos u podría fé entendre si no lo probáu. Micer Geri, que o per lo tems calén que fée o per habés cansat mes de lo acostumat o potsé per lo gust en que veíe beure a Cisti, sentíe sed, y giránse cap als embajadós los va di sonrién: - Siñós, bo sirá que probem lo vi de este home honrat; potsé sigue tan bo que no mon arrepentiguem.

Y jun en ells se va arrimá a Cisti, y ell, fen inmediatamen traure un bon bang fora de la tahona, los va rogá que se assentaren, y als seus criats que se adelantáen per a rentá los gotets los va di: - Compañs, apartéutos y dixéume fé a mí este servissi, que igual que sé fornejá, sé escansiá; ¡y no esperéu probán ni una gota!

Y dit aixó, rentán ell mateix cuatre tassetes bones y noves, y fen traure un jarret del seu milló vi, nels va doná a beure a micer Geri y als seus compañs. An ells los va pareixe lo milló que habíen begut en mol tems, per lo que, alabánlo mol, mentres los embaxadós van está allí, casi tots los matíns va aná en ells a beure micer Geri. Habén acabat los seus assuntos y tenín que partí, micer Geri los va fé doná un magnífic convit, al que va invitá a una part de los mes honorables siudadáns, y va fé invitá a Cisti, que de cap manera va volé anáy. Va maná entonses micer Geri a un dels seus criats que aniguere a per un cante del vi de Cisti, y de ell ne donare mija tassa per persona la primera vegada que serviguere.

Lo criat, potsé enfadat perque no habíe pogut tastá lo vi, va pendre un gran cante, y al vorel Cisti li va di:

- Fill, micer Geri no te envíe a mí.

Lo que afirmán moltes vegades lo criat y no puguén obtíndre datra resposta, va torná aon micer Geri y lay va di aixina. Micer Geri li va di:

- Torna allí y dísli que de verdat te envío yo, y si un atra vegada te conteste lo mateix pregúntali que aón te envío.

Lo criat, tornán, li va di:

- Cisti, es verdat que micer Geri me envíe un atra vegada.

Cisti li va contestá:

- Segú, fill, que no.

- Entonses - va di lo criat - ¿a quí envíe?

Va contestá Cisti:

- Al Arno.

Lo que contánli lo criat a micer Geri, enseguida li va obrí los ulls de la inteligénsia, y li va di al criat:

- Díxam vore quín cante li portes. - Y veénlo, va di- : Cisti diu be. Y insultánlo, li va fé pendre un cante apropiat. Veénlo Cisti va di: - Ara vech que te envíe a mí.

Y de bona gana lay va umplí.

Y después, aquell mateix día, fen omplí un carretellet del mateix vi y fénlo portá desplayet a casa de micer Geri, sen va aná detrás y al trobás en ell li va di: - Siñó, no voldría que creguéreu que lo cante de este matí me habíe espantat; pero pareixénme que ton habíeu olvidat de lo que yo tos hay mostrat estos díes en les meues jarretes, es di, que este no es vi per a criats, hay vullgut recordátosu este matí. Pero com no soc lo guarda de ell, tos hay portat tot lo que me quede: feu en ell lo que vullgáu.

Micer Geri va ressibí lo bon regalo de Cisti y li va doná les grássies que creíe que conveníen, y sempre después lo va tíndre en gran estima y va sé lo seu amic.