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jueves, 23 de mayo de 2019

FUNDACIÓN DE LA VILLA DE ACUMUER


2.82. FUNDACIÓN DE LA VILLA DE ACUMUER (SIGLO IX. ACUMUER)

FUNDACIÓN DE LA VILLA DE ACUMUER (SIGLO IX. ACUMUER)


Muerto el conde don Aznar, el primer gran conde de los jacetanos, le sucedió en el gobierno del territorio su hijo primogénito don Galindo, hombre valeroso, aguerrido y religioso a la vez. En efecto, si junto al rey de Sobrarbe concurrió contra los moros en múltiples y variadas acciones bélicas, dio también muestras de su gran devoción religiosa, engrandeciendo con sus donaciones piadosas al monasterio de San Pedro de Siresa o fundando el cenobio de San Martín de Cercito.

Precisamente la fundación de este último cenobio dio origen a una importante controversia, pues el lugar donde fue hallada la vieja capilla que dio origen al monasterio erigido por el propio don Galindo estaba ubicado fuera de los límites del condado. La pronta fama alcanzada por el nuevo monasterio motivó que varios pueblos cercanos reclamaran para sí la ubicación del mismo en su respectivo término jurisdiccional, controversia que les llevó incluso, en varias y repetidas ocasiones, al uso de las armas para tratar de dirimir la cuestión, actitud que disgustó enormemente al conde, quien se dispuso a intervenir de manera decidida y definitiva.
Entre los contendientes, destacaron los pueblos de Santa María de Eruson, que contaba entonces con un magnífico castillo, y Cercito, que también alardeaba de otro no menos importante, el llamado de Panifico. Llegadas hasta este extremo las cosas, el conde Galindo decidió poner fin a tales desavenencias mandando fundar y construir la villa de Acumuer, a la cual quedaron adscritos ambos pueblos en litigio, a la vez que declaraba corresponder al territorio de la misma el monasterio fundado por el propio Galindo, de modo que, desde aquel instante, pasó a conocerse de manera indistinta como monasterio de San Martín de Cercito o de Acumuer.
En realidad, la decisión adoptada por el joven conde jacetano no era sino una muestra más de la tarea repobladora emprendida en un territorio prácticamente vacío de gente.
[Blasco, Cosme, Historia de Jaca, págs. 56-61.]



Acumuer es una localidad española perteneciente al municipio de Sabiñánigo, en el Alto Gállego, provincia de Huesca, Aragón, situado al norte del término, en el Valle del río Aurín, que también recibe el nombre de la localidad o Valle de Acumuer.


Se accede desde Sabiñánigo por la carretera secundaria de Larrés -donde se encuentra el Museo de Dibujo Castillo de Larrés- pasando Isín, finalmente llega a Acumuer, donde ésta acaba.

Desde el pueblo de Acumuer por un camino forestal vetado al tráfico discurre paralelo al río un camino entre bosques de pinos, abetos y hayas que nos adentra a la cabecera del valle, una amplia zona de praderas salpicada de bordas. Siguiendo el curso del río, que se presenta abundante en pequeñas cascadas y gradas, y ascendiendo por el fondo del valle se llega hasta el ibón de Bucuesa, precioso lago natural de origen glaciar situado a más de 2.000 msnm.



Entre 1842 y 1857, se anexiona el término de Asqués y Bolás, el de Asún y el de Isín, por lo que desde ese censo el municipio de Acumuer cuenta con la población total de las cinco localidades.

En 1965, el antiguo municipio de Acumuer es absorbido por el término municipal de Sabiñánigo, de acuerdo con lo fijado en el Decreto 1121/65, de 8 de abril, publicado en el Boletín Oficial del Estado número 104, de 1 de mayo. Desde la incorporación a Sabiñánigo la población de la localidad de Acumuer varía.

En el pueblo destaca la Iglesia Parroquial de La Asunción. Próximas a Acumuer están las ruinas de la Ermita de Nuestra Señora del Pueyo, lugar que albergaba a la Virgen del Pueyo, talla románica de principios del siglo XIII.

Pilar Gracia Oliván: Tradición oral en el Valle de Acumuer. Col. Yalliq 1, Comarca Alto Gállego (2002).
Jesús Montuenga Ruiz: Acumuer (1556-1965). Asociación de Amigos del Serrablo (2008).
Andolz Canela, Rafael (junio de 2004). Diccionario aragonés (5ª edición). Zaragoza: Mira editores. ISBN 84-8465-160-6.



martes, 14 de mayo de 2019

EL ORIGEN DE ALCORISA


2.69. EL ORIGEN DE ALCORISA (SIGLO XII. ALCORISA)

EL ORIGEN DE ALCORISA (SIGLO XII. ALCORISA)


Parece ser que la actual villa de Alcorisa se debió llamar antiguamente Acol, de manera que, en algunos antiguos edificios de la misma, podía verse en el escudo de armas, junto a las tradicionales barras de Aragón, un grumo de col, del que derivaría el topónimo actual. Sin embargo, voces se levantan para defender que el nombre inicial de la villa fue el de «Alcoriza» y mantienen, por lo tanto, un origen toponímico algo distinto.
Es bien sabido cómo los núcleos de población de todas estas tierras bajoaragonesas, como tantos otros del reino de Aragón, estuvieron habitados y regidos por musulmanes, quienes, por cierto, en buena parte, permanecieron en sus casas de siempre tras la reconquista, que tuvo lugar en el siglo XII. Y, aunque tras la victoria el gobierno de estas poblaciones pasó a las nuevas autoridades cristianas, la influencia mora permaneció durante siglos en las costumbres y modos de vida de los nuevos dominadores.
Una vez reconquistada la zona bajoaragonesa, ocurrió que un valiente cristiano, hijo de la villa, organizó a sus expensas un nutrido y selecto grupo de guerreros para ponerse con ellos a disposición de su rey. Este auténtico capitán adiestró a sus hombres, hasta rayar en la perfección, en el manejo de la ballesta, de modo que muy pronto se convirtieron en un grupo de élite y destacado dentro del ejército aragonés.
Tanto en sus ejercicios de adiestramiento como en el campo de batalla, los ballesteros de Acolrespondían como un solo hombre a la voz de mando de «al-cor hiza» dada por su jefe, vocablo, sin duda alguna, de origen moro. Muy pronto, aquellos guerreros singulares, reclutados todos ellos en una villa del Bajo Aragón, no sólo comenzaron a ser conocidos como los ballesteros de «Alcoriza» —como Juslibol derivaría de «Deus lo vol»—, sino que su jefe fue armado caballero por el rey aragonés, concediéndole el derecho a utilizar en su escudo de armas una ballesta. Y pronto se extendió por todas partes el nombre de «Alcoriza» como el de la villa de la que eran oriundos aquellos admirados guerreros que obedecían a la voz de mando de «al-cor hiza».
[Gil Atrio, Cesáreo, Alcorisa y sus tradiciones, págs. 4-5.]





Alcorisa es un municipio de la provincia de Teruel en Aragón, España. Cuenta con 3313 habitantes (INE 2017) y tiene una extensión de 121,20 km². Comprende la entidad de población de La Vega.


Alcorisa se sitúa a 632 m s. n. m. en la parte nororiental de la provincia de Teruel, en el extremo oeste de la histórica comarca del Bajo Aragón. Igualmente pertenece a la actual comarca oficial del Bajo Aragón con capital en Alcañiz, que se encuentra a 33 km. Encrucijada de caminos, equidista aproximadamente 120 km de Zaragoza, Teruel y la costa mediterránea, cuya influencia se deja sentir en el paisaje que le circunda.

Está situada al pie de monte ibérico, escalón hacia las tierras altas del centro y sur de la provincia de Teruel. El río Guadalopillo, afluente del Guadalope, discurre encajonado en la plataforma calcárea a través de hoyas terciarias excavadas. La mezcla de sierras calizas y hoyas arcillosas, donde los estratos que aún asoman forman un rosario de complicados montículos, es el componente esencial del suelo alcorisano.

Su temperatura media anual es de 12,6º C y tiene una precipitación anual de 510 mm.

El olivo es el árbol emblemático de la zona. Los nuevos cultivos han borrado casi en su totalidad las antiguas viñas y los almendros han sustituido parcialmente a los olivares. En la zona de vega, los cultivos de huerta se mezclan con choperas. En los altos pueden encontrarse pequeños bosques de pinos mediterráneos. También hay enebros y restos de viejos encinares, junto con sinfín de arbustos y plantas aromáticas.

El poblamiento conocido más antiguo en esta localidad se remonta hasta el Neolítico final o Eneolítico, habiéndose encontrado algunos talleres de sílex como los de Estancos y Cabezo de la Vega. No obstante, el poblamiento más abundante tuvo lugar en época ibérica —cuando esta región estaba habitada por los sedetanos— como lo demuestran el gran número de emplazamientos, destacando entre todos ellos el del Cabezo de La Guardia. De la época romana también hay importantes yacimientos, como el existente al pie del mismo Cabezo de La Guardia.

Durante el dominio musulmán, Alcorisa formó parte de la Marca Superior Musulmana, con centro en Zaragoza. Originalmente el municipio recibió el nombre de Alkol, del árabe Al-Kura, en referencia a «las alquerías». No está tan claro el origen de su actual topónimo, Alcorisa, aunque parece derivar de «alcor», en alusión a los numerosos cerros de la zona. Tras la reconquista, la localidad formó parte de una donación que hizo Alfonso II a la Orden de Calatrava (1179) y estaba incluida, en 1263, en el distrito de Alcañiz.

En la Edad Moderna dos fechas marcan la historia de Alcorisa: el 14 de marzo de 1601, cuando Felipe III concede a la aldea de Alcorisa el título de «Villa Real», y el 23 de mayo de 1738, al otorgarle Felipe V el título de «Fiel y Muy Ilustre», junto con la flor de lis, símbolo que ocupa uno de los cuarteles de su actual escudo. Esta última concesión premió la adhesión de Alcorisa a la causa borbónica durante la Guerra de Sucesión. Dicho apoyo estuvo dirigido por Don Pedro Cebrián Ballester, conocido como «El reyecico de Aragón», que organizó fuerzas populares para la lucha a favor de Felipe V.

El siglo XVIII trajo consigo una etapa de prosperidad para la villa, como atestigua una importante actividad alfarera y un aumento de la población. No obstante, las Guerras Carlistas produjeron grandes estragos en la localidad. En mayo de 1834, partidarios de Carlos María Isidro de Borbón al mando de Quílez no pudieron penetrar en Alcorisa sino a costa de un considerable número de bajas; atacada nuevamente el 29 de junio de 1836, la población opuso tan tenaz resistencia, que no consiguieron rendirla, pero habiéndola incendiado, más de 300 casas fueron quemadas, y muchas entregadas al robo y al pillaje. Años más tarde, Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Alcorisa «en un llano al pie de dos enormes masas de piedra de almendrilla... Cuenta 400 casas de mediana elevación y poco gusto en su arquitectura, de las cuales están arruinadas por efecto de la guerra civil cerca de 120... No obstante lo dicho, forman una vistosa población».

Durante la Guerra Civil Española, los alcorisanos sufrieron el efecto de dos represiones: mientras que al inicio de la guerra, milicias antifascistas libertarias se cobraron la vida de 77 personas afectas al «bando nacional», la posterior ocupación franquista de la población (17 de marzo de 1938) conllevó una represión de signo opuesto encabezada por el jefe de la Falange local.

A lo largo del siglo XX, Alcorisa se convierte en un punto de comunicación que enlaza el Bajo Aragón con el sur de la provincia de Teruel. Las posibilidades económicas derivadas de la minería en la comarca, convirtieron al municipio en un centro de servicios, lo que propició la transformación sustancial de la economía e impulsó el incremento demográfico.

También se puede visitar el yacimiento de Cabezo de la Guardia, emplazado sobre un pequeño cerro cercano a la confluencia de los ríos Alchoza y Guadalopillo.

Los restos descubiertos corresponden a viviendas y espacios de planta rectangular, así como a un gran torreón de planta circular; también se conservan vestigios de un posible recinto defensivo. Asimismo, en los campos de labor de su base se excavaron parte de unas termas romanas. Los restos de la época ibérica datan de los siglos V-VI a. C. y el siglo I d. C.; los restos de la ocupación romana en la base del cerro se han fechado en el siglo III d. C.

La Iglesia parroquial, dedicada a la Virgen de la Asunción, fue construida en varias fases, comenzando a edificarse a finales del siglo XIV.

Pero su actual fábrica es obra, fundamentalmente, de la ampliación que se inició en 1688. Es un edificio de tres naves con capillas laterales y cabecera recta. El presbiterio, configurado como prolongación de la nave central, está cubierto con bóveda estrellada. Al exterior, la portada se sitúa a los pies del templo; es barroca y probablemente es obra de canteros franceses. Por desgracia, el retablo original, obra del afamado escultor Damián Forment, fue destruido y quemado en los tumultos de la Guerra Civil, al igual que el resto de iglesias y ermitas. Sobresale la monumentalidad de su torre campanario —del siglo XVIII—, de reminiscencias mudéjares. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en 2002.

La Iglesia de San Sebastián es un templo del siglo XVIII, de limpia y austera fachada. Actualmente acoge el Centro de Interpretación de la Semana Santa, el Museo de la escuela rural y el Centro de visitantes de la Ruta de los Iberos —véase más abajo—. Otra iglesia, la de San Pascual, perteneciente a un antiguo convento de alcantarinos y posterior seminario, data también de la misma época, estando inspirada en la Iglesia del Santo de Villarreal (Castellón).

Alcorisa posee numerosas ermitas, como las de San Juan y San Bernabé. Estrecha relación con la Semana Santa tiene la Ermita del Calvario, templo del siglo XVII que se alza en la cota más alta del municipio. De arquitectura barroca, consta de una sola nave con dos capillas laterales; la fachada, el zócalo y las esquinas del edificio son de cantería, mientras que el resto es de ladrillo. Además, el entorno posee un gran interés paisajístico.

En cuanto a arquitectura civil, como conjunto arquitectónico destaca la plaza porticada del Ayuntamiento, aunque de éste solamente se conserva la portada. A la izquierda de la Casa Consistorial se encuentra la casa de los Daudén, con el escudo más antiguo de la población. La calle Mayor cruza parte del casco antiguo y en ella se sitúa la Casa-palacio del Barón de la Linde, edificio de estilo popular aragonés, con arquerías en la parte superior y fábrica de mampostería y ladrillo.

Alcorisa cuenta también con una particular plaza de toros, construida entre colinas.

El Centro de visitantes de la Ruta de los Iberos es un espacio museístico dedicado a la cultura ibera en donde se ha recreado un horno ibérico a tamaño natural con piezas cerámicas en su interior preparadas para su cocción. Asimismo se expone una reproducción exacta del conocido kalathos (pieza de cerámica) de La Guardia.

En las cercanías de Alcorisa se encuentra el pantano de Gallipuén, encajonado entre barrancos y cañones, y desde donde se pueden apreciar interesantes vistas. Concluido en 1927, fue construido para el riego. No obstante, en él es posible bañarse, pescar o realizar deportes acuáticos.

En la misma localidad se encuentra el jardín de rocas autóctonas «Geólogo Juan Paricio». Una muestra al aire libre de la geología de la zona, a través de una selección de rocas y fósiles realizada por el geólogo Luis Moliner Oliveros, con la colaboración del ayuntamiento y el geoparque del Maestrazgo. Pueden verse 14 rocas distintas, de origen marino o continental, algunas con fósiles, que representan la historia geológica de la región desde hace 210 millones de años, y los correspondientes paneles explicativos.

Entre los platos típicos de Alcorisa están las judías con chorizo y morro, magras con tomate, conejo, ternasco, los diversos embutidos del cerdo o el típico «fulladre» (bollo con tomate y pimiento).

De las pastas destacan los «misterios» y las «tortas de alma», rellenas de cabello de ángel. Entre los dulces cabe citar la «cazuela de Reyes» (guirlache en forma de olla rellena de bizcocho borracho y merengue), así como las «piedrecicas del Calvario» (guirlache con almendras enteras forradas de chocolate con leche).

Personajes ilustres:

Pedro García Ferrer (1583 - 1660). Pintor barroco que marchó en 1640 a México, acompañando a don Juan de Palafox y Mendoza, quien había sido nombrado obispo de Puebla. Allí trabajó como arquitecto y pintor en la Catedral de Puebla.
Valero Lecha (1894 - 1976). Pintor que emigró a El Salvador, considerado por algunos como el padre de la pintura salvadoreña.
Andrés Álvaro García (n. 1947). Arqueólogo e historiador.
José Félez Bernad (n. 1952). Escultor.




  • Ayuntamiento de Alcorisa



  • El historiador Pascual Madoz, en 1845, refirió cómo Alcorisa contaba con 5 calles, 3 travesías y 5 plazas, todas espaciosas y bien empedradas.



    lunes, 29 de abril de 2019

    LA RECONQUISTA DE ALQUÉZAR


    2.25. LA RECONQUISTA DE ALQUÉZAR (SIGLO XI. ALQUÉZAR)

    Alquézar, durante la dominación musulmana, era cabecera administrativa de la comarca. Su gobernador residía en el castillo y su poder era omnímodo no sólo ante sus correligionarios sino, y sobre todo, ante la población cristiana mozárabe que se quedó tras la conquista.

    LA RECONQUISTA DE ALQUÉZAR (SIGLO XI. ALQUÉZAR)


    Era costumbre del gobernador, llamado Banu Jalafel, exigir a los cristianos un tributo consistente en la entrega de las más bellas doncellas de los poblados circundantes con destino a su harén. Todos los días se hacía llevar a palacio una muchacha distinta, con gran disgusto de los cristianos, que no veían la forma de terminar con aquel oprobio. Por fin idearon la manera.
    Por aquel tiempo, la presión de los ejércitos cristianos frente a los dominadores musulmanes era ya ostensible, lo que daba ánimos a los sometidos mozárabes. En tales circunstancias, éstos creyeron llegado el momento de actuar ideando un plan que mantuvieron en secreto.
    Una mañana, para cumplir con el tributo, tenía que ir al castillo una bella muchacha de Buera, llamada María, población que estaba cercana a Alquézar. Aparentemente, se resistió cuando pudo, pero acabó accediendo, aunque, eso sí, con un plan premeditado que cumplir.
    Una vez en presencia del gobernador, cuando estaban a solas, la muchacha le clavó el cortaplumas que había introducido oculto entre sus trenzas, dándole muerte. Luego, con gran aplomo, empapó su propio pañuelo con la sangre del jefe moro, se asomó a la ventana de la estancia e hizo la señal convenida con los cabecillas cristianos. Todos, armados como pudieron, se dirigieron al castillo.
    Cuando se corrió la noticia de la desaparición del gobernador entre la guarnición musulmana, atemorizados como estaban por la presión de los ejércitos cristianos en fortalezas contiguas a Alquézar, cundió el pánico y, antes que verse desamparados y sin guía para afrontar la lucha que se avecinaba, los soldados decidieron arrojarse al río desde las rocas altas del castillo y huir.
    La fortaleza fue tomada en nombre del rey de Aragón, a quien enviaron emisarios con la buena nueva.
    [Proporcionada por Adolfo Castán. Colegio «San Viator». Huesca, así como por Pilar Ballarín, Mª Carmen Cabrero, Eva Gilaberte, Elena Huguet y Silvia Lascorz.]


    https://es.wikipedia.org/wiki/Alqu%C3%A9zar

    Alquézar (Alquezra en aragonés) es un municipio de la comarca Somontano de Barbastro, en la Provincia de Huesca, comunidad autónoma de Aragón, España.

    Está situado en la margen derecha del río Vero, en su último cañón, al pie de las sierras de Balcez y Olsón. Dista de Huesca 51 km.

    Parte de su término municipal está ocupado por el Parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

    Radiquero
    San Pelegrín

    Debe su nombre al castillo o al-qasr construido para defender el acceso a la Barbitanya.
    Siglo IX. Jalaf ibn Rasid mandó construir el castillo y se convirtió en el principal punto de defensa de Barbastro frente a los reinos cristianos del Sobrarbe.
    El 28 de agosto de 1067, el rey Sancho Ramírez de Aragón concedió la villa de Beranuy y Santa María de Sabiñánigo al abad de Fanlo "porque fabricasteis la torre en Alquézar" (CANELLAS, Cartulario de Fanlo, nº. 46).
    El 27 de abril de 1069 Sancho Ramírez, concedió fueros a Alquézar (LACARRA, Documentos, nº. 2).
    https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/03/52/11canellas.pdf

    En 1075 Sancho Ramírez, concedió privilegios a Alquézar "cuando se levantó el sitio de los sarracenos" (MUÑOZ, Colección de fueros, p. 252).
    En febrero de 1125 el rey Alfonso I el Batallador otorgó fueros a Alquézar (LACARRA, Documentos, nº. 115).
    Fue de realengo desde su conquista hasta 1202 (MIRET, Itinerario de Pedro II, p. 266).
    En 1218 el rey Jaime I de Aragón dio al obispo de Tortosa la iglesia de Alquézar (HUICI-CABANES, Documentos, nº. 12).
    El 6 de febrero de 1233, estando en Sariñena, Jaime I de Aragón concedió a Artal de Foces el castillo y villa de Alquézar (HUICI-CABANES, Documentos de Jaime I, nº. 176).
    El 25 de septiembre de 1245 Jaime I de Aragón confirmó a los hombres de Alquézar los fueros dados por el rey Sancho Ramírez, otorgando los privilegios de feria y mercado (HUICI-CABANES, Documentos, nº. 413).

    Vista del valle del Vero desde la colegiata.
    El 28 de enero de 1290 era de realengo (SINUÉS, Nº. 195).
    En 1295 era de realengo (Codoín, 39, p. 299).
    En 1327 se deslindaron los dominios entre los términos de Alquézar y Alberuela de la Liena (NAVARRO TOMÁS, Documentos lingüísticos, nº. 103).
    El 5 de septiembre de 1357 el rey Pedro IV de Aragón vendió a Pedro Jordán de Urriés el castillo y villa de Alquézar (SINUÉS, nº. 196).
    El 11 de junio de 1372 Pedro IV entregó el castillo y villa de Alquézar a Gonzalo González a cambio de Ricla (SINUÉS, nº. 198).
    El 22 de marzo de 1380 Violante de Urrea vendió el castillo, villa y aldeas de Alquézar al rey Pedro IV (SINUÉS, nº. 203).
    El 1 de junio de 1398 el rey Martín I de Aragón confirmó la compra de Colungo por los de Alquézar (SINUÉS, nº. 205).
    En 1610 eran de Alquézar las poblaciones de Asque, Colungo, Buera, Radiquero y San Pelegrín (LABAÑA, p. 63).
    1960 – 1970 se le unió Radiquero.
    En 1966 la colegiata fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional.
    En 1982 el casco urbano fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.

    Personas célebres nacidas en esta localidad:

    Domingo Alquézar
    Pedro Melero
    Bartolomé de Lecina
    Martín Garcés
    Juan de Naya
    José Azara Cáscaro
    José Nicóstrato Belenguer
    Francisco Tomás Vilellas Férriz
    Blas Nasarre
    Antonio Vicente Lamarta y Buil
    José Cáscaro y Férriz
    Rafael Fierro Trallero
    Mariano Ordás López
    Ramón Rosa
    Elías López Sarrayo
    Florentín Felipe Naya, Beato de la iglesia católica.
    Mariano Sierra Almázor, Beato de la iglesia católica.
    Antonio Buil Casquillo

    UBIETO ARTETA, Antonio, "Historia de Aragón". Los pueblos y los despoblados I (Ed. Anubar. Zaragoza, 1984)
    CONTE OLIVEROS, Jesús. “Personajes y Escritores de Huesca y Provincia”. Ed. Librería General (Zaragoza 1981)

    LA RECONQUISTA DE JACA


    2.18. LA RECONQUISTA DE JACA (SIGLO VIII. JACA)

    Tras la conquista musulmana, en el siglo VIII, Jaca estaba gobernada por Abel el Malek ben Omar, pariente del propio Muza. Vivía en el lujoso castillo de Apriz, acompañado por su hija, la hermosa Zaida, con quien llegara desde África hacía algunos años.
    Una tarde del mes de abril, mientras la joven oraba a su dios, se escuchó un rumor lejano que poco a poco se iba acercando: era el walí que regresaba del último combate contra los cristianos. Venía él delante, orgulloso de su nuevo triunfo, seguido de los soldados, que traían un magnífico botín y muchos cautivos. Zaida, inundada por la alegría de saber que su padre estaba a salvo, corrió a esperarlo en la puerta del castillo.
    Los soldados miraban complacidos a la bella muchacha, y las penas de los cautivos parecían atenuarse ante ella. Uno de los cristianos prisioneros no pudo contenerse y gritó: «¡Aragón por san Jorge y las hembras sandungueras!». Este atrevido prisionero no era otro que el conde Waldo, hijo de don Rodrigo, a quien el walí, en lugar de darle muerte, lo hizo prisionero con la esperanza de obtener un buen rescate por él.
    Zaida había quedado prendada del caballero cristiano y de la lisonja que se atreviera a pronunciar. Por eso, salvando múltiples peligros, la joven se decidió a visitar al cautivo en las mazmorras. Allí, ambos se declararon su mutuo amor, y, tras ocho días de visitas clandestinas, Zaida anunció a su padre que Waldo se convertiría al Islamismo y se casaría con ella. Y así acaeció.
    Pero poco duró la felicidad de la pareja, pues la misma noche de la boda entró en Jaca el ejército cristiano y tomó el castillo y la ciudad, acuchillando a todos los infieles, incluido Abel el Malek. Zaida fue hecha prisionera y destinada al servicio de la mujer del conde don Aznar.
    Waldo, que había sobrevivido al ataque, reorganizó el ejército moro e intentó recobrar la ciudad, pero fue derrotado por los cristianos, quienes, junto con algunas otras, expusieron su cabeza ensartada en una lanza para escarmiento de los infieles. Zaida se desvaneció ante tan cruel espectáculo.
    Así castigaba Dios la apostasía de un cristiano.

    [X.X., «En el castillo “Apriz” de Jaca», Aragón, 166 (1940), pág. 59.]

    2.19. LAS MUJERES EN LA RECONQUISTA DE JACA (SIGLO VIII. JACA)

    Jaca, como el resto del actual Aragón, había pasado rápidamente a poder de los musulmanes a comienzos del siglo VIII, y la mayor parte de sus habitantes habían huido hacia las altas montañas en espera de mejores tiempos. Poco después, en San Juan de la Peña, un puñado de no más de trescientos cristianos había nombrado como primer rey de Sobrarbe a García Íñiguez, que no sólo recobró Aínsa y Pamplona, sino que llegó hasta Álava. No obstante, Jaca, a poca distancia del cenobio pinatense, continuaba en manos moras.
    Mientras García Iñiguez recorría victorioso tierras alavesas, capitaneaba en su nombre las tropas cristianas que vivaqueaban por las sierras de San Juan y Oroel, hasta llegar a la vera del río Aragón, un guerrero valiente llamado Aznar. Éste, sintiéndose con fuerzas suficientes, decidió sitiar Jaca hasta ganarla por las armas y repoblarla, reparando sus murallas, restituyendo sus iglesias y poniendo en explotación las tierras circundantes que regaban los ríos Aragón y Gas. El rey García Íñiguez, alentado por la recuperación de Jaca, creó —corría entonces el año 759— el condado de Aragón, designando, como no podía ser menos, al valiente Aznar como primer conde del territorio.
    Al año siguiente, el primer viernes del mes de mayo, no menos de noventa mil moros, a las órdenes de cuatro experimentados adalides, llegaron desde Navarra para tratar de retomar Jaca, dada su importancia estratégica. El conde Aznar les salió presto al encuentro en las tierras onduladas de Guaso, donde el río Gas confluye en el Aragón.
    En la batalla, que fue tremendamente sangrienta y reñida, el menor número de combatientes cristianos fue contrarrestado por su mayor arrojo y por el apoyo moral de la virgen de la Victoria, que se apareció a las tropas para infundirles ánimo. No obstante, fue definitiva la ayuda inesperada de las mujeres jaquesas que, armadas y vestidas completamente de blanco, acudieron en socorro de sus hombres. Sorprendidos, los musulmanes sufrieron una humillante derrota, quedando tendidos en el campo de batalla los cuatro adalides, representados desde entonces en el escudo de armas de la ciudad de Jaca.
    [Anónimo, «Conquista de Jaca», en Eco del Pirineo Central, 4 (Jaca, 1881). Lustono, E. de, «La conquista de Jaca», El Pirineo Aragonés, 3 (Jaca, 1882). Leante García, Rafael, Santuarios..., págs. 101-105.

    Olivera, Gonzalo, Condado de Aragón..., págs. 26-29.]

    https://es.wikipedia.org/wiki/Jaca

    Jaca (Chaca o Xaca en aragonés) es un municipio de la provincia de Huesca, capital de la comarca de La Jacetania en la comunidad autónoma de Aragón, España.


    El término municipal, además del casco urbano de Jaca, incluye los núcleos de población de Abay, Abena, Acín, Ara, Araguás del Solano, Ascara, Asieso, Astún, Atarés, Badaguás, Banaguás, Baraguás, Barós, Bataraguá, Bergosa, Bernués, Bescós de Garcipollera, Binué, Botaya, Caniás, Espuéndolas, Fraginal, Gracionépel, Guasa, Guasillo, Ipás, Jarlata, Larrosa, Lastiesas Altas, Lastiesas Bajas, Lerés, Martillué, Navasa, Navasilla, Novés, Orante, Osia, Ullé, Villanovilla y Yosa de Garcipollera, denominados «barrios rurales» y que acogían a inicios de 2018 a 951 habitantes.



    Panorámica de Jaca a los pies de la peña Oroel desde el Fuerte de Rapitán.
    Panorámica de Jaca a los pies de la peña Oroel desde el Fuerte de Rapitán.

    Jaca es la capital de la comarca de La Jacetania y dista 72 km de Huesca, la capital provincial, y 143 km de Zaragoza. Está situada en el norte de la provincia, en el valle del Aragón, único gran valle paralelo al eje de la cadena pirenaica. La prolongación de este eje, desde la Cuenca de Pamplona, al oeste, hasta la Cuenca de Tremp, al este, facilita las comunicaciones entre Navarra y Cataluña a través del norte de Aragón.


    La ciudad está emplazada en la depresión de la Canal de Berdún, a 818 msnm, sobre una terraza fluvioglaciar en la margen izquierda del río Aragón a la salida del valle de Canfranc, precisamente en el exterior del codo que forma el río al cambiar la dirección norte-sur por la este-oeste que lleva sobre la Canal de Berdún.


    Edad Antigua

    Iaca o Iacca —nombre antiguo de Jaca— era la capital de los iacetanos, citados por el historiador griego Estrabón (siglo I) como un pueblo que se extendía desde las estribaciones del Pirineo hasta las llanuras, llegando hasta la región de los ilergetes alrededor de Ilerda (Lérida) y Osca (Huesca). Poco se sabe de su límite occidental, pero se ha sugerido que pudo estar en Navardún, término céltico que aludiría al antiguo nombre de unos extintos navarri sobre los cuales surgió luego el topónimo Navarra. Los iacetanos (Iakketanoi, en griego) eran parientes de los aquitanos (Akkitanoi), siendo ambos pueblos parecidos. De acuerdo a Estrabón, hubo entre los iacetanos reminiscencias de usos matrilineales, predominio del pastoreo, agricultura complementaria —acaso a cargo de las mujeres— y actividades guerreras como solución habitual a los problemas económicos.

    Iaca acuñó moneda autónoma con alfabeto ibérico y se piensa que controlaba la actual Jacetania y la Canal de Berdún. Excavaciones arqueológicas dentro del casco urbano han descubierto en el nivel más profundo fragmentos de cerámica fabricada a torno con «técnica ibérica», así como cerámica campaniense de tipo A. Dicho material, fechado en el siglo II a.C., supone la aparición de los primeros indicios arqueológicos que se pueden relacionar con la población indígena de Iaca.


    Existe una hipótesis alternativa, menos plausible, postulada en el siglo XVI por el cronista imperial Florián de Ocampo —y que decía haber explicado Alonso de Nebrija—, que afirma que Jaca fue fundada por el capitán griego Dionisio Baco —de sobrenombre Yaco— en el año 1325 a. C.


    En el año 195 a. C., el cónsul romano Marco Poncio Catón inició la conquista de la ciudad que terminó en la primavera de 194 a. C. A fines del siglo III a. C. y comienzos del II a.C., los iacetanos habían efectuado numerosas expediciones de rapiña sobre los suessetanos afincados en las llanuras centrales de Aragón y parece ser que, en general, lo habían hecho impunemente.​ Conociendo la enemistad entre iacetanos y suessetanos, Catón situó a estos últimos delante de la escasa caballería romana ante las puertas de Iaca, provocando la salida de los montañeses, acostumbrados a vencer siempre a sus vecinos; una vez quedó desguarnecida la ciudad, ésta fue conquistada por el cónsul.



    Integrada en el Imperio romano, Jaca constituyó un punto de vigilancia de los caminos del Pirineo y desarrolló una próspera economía cuyo auge se mantuvo hasta el siglo III. En el siglo IV entró en decadencia por la amenaza de los bandidos que atacaban a las caravanas y a los mercaderes que transitaban los caminos pirenaicos.

    En las montañas de los Pirineos se conservaron territorios cristianos tras la conquista de los árabes debido al protectorado carolingio establecido por Carlomagno en la llamada Marca Hispánica. Uno de esos condados fue el núcleo del Reino de Aragón. Hacia 920, establecido por el Reino de Pamplona como condado independiente de los francos, Galindo II Aznárez repobló antiguas poblaciones de la cuenca del río Aragón, a lo largo de la cual se articulaba el condado, entre las que se encontraba Jaca, que entonces era una fortaleza habitada por unos pocos pobladores, una aldea con actividad meramente agropecuaria. Pertenecía a una zona dependiente del monasterio de Siresa y contaba con un monasterio con una iglesia de planta basilical, una nave y cabecera plana, que fue reformada en el siglo XI y derribada en 1841.​


    Jaca era a comienzos del siglo XI un castro (o campamento militar fortificado) perteneciente al Reino de Pamplona, a cuyo entorno había surgido un conjunto exiguo de viviendas, pero que iría cobrando cada vez mayor importancia por su situación al pie del paso de Somport (uno de los más accesibles para acceder a Francia desde la Edad Antigua) y por su situación estratégica en el Camino de Santiago que, en este siglo, iba a cobrar creciente importancia, y como cabeza del camino hacia Pamplona que recorría la Canal de Berdún.



    A la muerte en 1035 del rey de Pamplona Sancho Garcés III, apodado el Mayor, este deja escrito el reparto de sus extensos dominios a sus diferentes hijos. Uno de ellos, Ramiro (1006-1063), que ya ejercía de Régulo en La Jacetania y norte de Huesca, se convertirá en Ramiro I de Aragón y establece en Jaca una residencia regia, posiblemente en el castro fortificado, y situó cerca del monasterio de San Pedro la sede del obispo de Aragón, denominado así hasta que en 1077 Sancho Ramírez dotara a Jaca de su fuero e iniciara, hacia 1082, la construcción de la sede catedralicia. La posesión de fueros, catedral con obispado y su ciudadela, hicieron de Jaca la primera y más importante capital del Reino de Aragón. Sin embargo, entre el monasterio de San Pedro y el castro inicial, la aldea estaba deshabitada. Como señaló José María Lacarra, siendo sede real y residencia habitual del obispo aragonés, comenzaron a llegar personas dedicadas a la administración y comerciantes que hicieron de Jaca algo más que una aldea dedicada exclusivamente a la ganadería y la agricultura.


    Retrato idealizado de Galindo II Aznárez, conde de Aragón, que repobló Jaca en torno a 920.
    Retrato idealizado de Galindo II Aznárez, conde de Aragón, que repobló Jaca en torno a 920.
    Así, en 1063 se celebró en la localidad el Concilio de Jaca. El historiador Jerónimo Zurita, en sus Anales de la Corona de Aragón, refiere que Ramiro I «porque había diversos abusos en el estado eclesiástico y por descuido de los reyes pasados duraban grandes corruptelas contra lo establecido por los sagrados concilios generales que hubo en la primitiva Iglesia, procuró que se congregase en la ciudad de Jaca concilio provincial».

    También señala que este monarca fue el primero de los reyes de la península ibérica en restaurar los «cánones», que no debieron ser otros que los establecidos por el Concilio de Roma de 1059 referidos a la vida canónica y al celibato de los clérigos.


    Otro de los resultados de este concilio fue restablecer la diócesis de Huesca —suprimida durante el dominio musulmán—, quedando la sede provisional en Jaca en tanto no se reconquistara Huesca.


    Pero el definitivo impulso a Jaca se lo dio Sancho Ramírez en 1077 cuando, por lo dispuesto en el mencionado fuero, pionero entre los territorios cristianos y difundido posteriormente en otras ciudades de Navarra o Cuenca, convirtió a la villa en ciudad, la dotó de sede episcopal, en cuya catedral se asentaría el ahora obispo de Jaca, y le dio el estatus que la hacen ser considerada la primera capital del reino entre 1077 y 1096 en que, conquistada Huesca, sucedería en el obispado y capitalidad. Asimismo, edificó Sancho Ramírez un nuevo palacio real en el barrio de Santiago, y unificaría los tres núcleos iniciales (castro fortificado, monasterio de San Pedro y burgo de Santiago) en una sola entidad poblacional unida por dos calles cruzadas, al modo del cardo y decúmano romanos, y las viviendas de todos aquellos hombres francos que quisieran acogerse a los nuevos privilegios que se decretaron para los habitantes de Jaca.


    el fuero de Jaca



    La pérdida de la capitalidad no implicó para Jaca la desaparición de otras funciones urbanas relacionadas con su situación geográfica. Así, siguió desempeñando su papel de ciudad-mercado y de servicios para su comarca; también, como ciudad final de etapa, Jaca cobraba uno de los cinco peajes que se percibían sobre la ruta de Zaragoza a Francia, y albergaba a los peregrinos a Santiago de Compostela.


    Las pestes y los incendios de finales de la Edad Media hundieron a Jaca en una profunda crisis de la que no saldría hasta la intervención de Fernando el Católico para formar un gobierno local. La burguesía se vio favorecida por esta situación y muchos se convirtieron en mecenas de artistas cuyo resultado se puede apreciar especialmente en la catedral.



    Vista aérea de la Ciudadela de Jaca.

    La situación fronteriza de Jaca se fue determinando a medida que se consolidaban los límites territoriales de los reinos europeos y los Pirineos se erigían como eficaz frontera natural. La ciudad se consolidó como plaza militar desde la que defender los reinos peninsulares de una hipotética invasión francesa. A este respecto, Felipe II ordenó la construcción de varias fortalezas a lo largo de todo el Pirineo. En 1592 este monarca ordenó la construcción de una fortaleza en los campos que habían configurado el Burgo Nuevo, el barrio levantado extramuros de la ciudad. Así, se levantó una soberbia fortaleza pentagonal diseñada por el ingeniero italiano Tiburcio Spannocchi, la Ciudadela de Jaca, para dar respuesta a un ejército provisto de artillería. De esa época es también la bella Casa Consistorial (1544), construida según el estilo de los palacios platerescos aragoneses.

    La epidemia de peste que asoló el levante peninsular a mediados del siglo XVII —cuyos primeros brotes surgieron en Valencia en 1647— ocasionó una mortandad entre la población de Jaca del 42%.16​17​ La epidemia llegó en dos oleadas diferenciadas: la primera entre octubre de 1653 y febrero de 1654, y la segunda —la más devastadora— entre mayo y diciembre de 1654.


    En la Guerra de Sucesión, Jaca se puso del lado de los Borbones. Por ello, en 1707 fue asediada por aliados del Archiduque Carlos y socorrida por el marqués de Salutcio a cuya vista se retiraron a un bosque, donde fueron atacados por el marqués de Santa Coloma, quien les mató mucha gente e hizo numerosos prisioneros. El rey Felipe V gratificó a la ciudad de Jaca con los títulos de «muy noble, muy leal, y muy vencedora», añadiendo la flor de lis al escudo de sus armas que ostentaba la Cruz de Sobrarbe y las cuatro cabezas, emblema de la batalla de Alcoraz.


    A finales del siglo XVIII, Jaca jugó un papel importante en la Guerra del Rosellón, al ser uno de los objetivos de los revolucionarios franceses por su situación estratégica. En la Guerra de la Independencia, la ciudad se rindió a los franceses el 21 de marzo de 1809 a causa de la deserción que fomentó en secreto el misionero Fray José de la Consolación, que gozaba de influencia, quedando dentro de la plaza muy pocos soldados. El general Mina recuperó la plaza en febrero de 1814.


    En el marco de las Guerras Carlistas, fueron denunciados en 1839 varios soldados de la guarnición de Jaca por vender armas a los "revolucionarios". Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Jaca en los términos siguientes: «sus casas en número de 488 de sólida y buena construcción todas blanqueadas, cómodas y aseadas en su interior, se distribuyen en 37 calles bien alineadas, empedradas, y la mayor parte con aceras... tiene 7 plazas, entre las cuales solo la llamada Campo del Toro y la del Mercado con soportales, destinada á la venta de hortalizas, son las principales, pues las otras no tienen objeto y son pequeñas».​ La Revolución Gloriosa de 1868 trajo consigo el nacimiento de la Junta revolucionaria de Jaca, enfrentada a la de Huesca, que tomó una serie de medidas tales como la supresión del Seminario o la creación de los Voluntarios de la Libertad, completadas en el sexenio revolucionario con la construcción de la carretera de Jaca a Francia.


    Jaca experimentó a principios del siglo XX un despertar urbanístico y demográfico, motivado en buena medida por el derribo de su muralla medieval, que se inició en 1908. En 1928 llegó el ferrocarril a Canfranc, a cuya inauguración asistió el monarca Alfonso XIII. En ese mismo año también se creó la Universidad de Verano.

    El 12 de diciembre de 1930 tuvo lugar el episodio de la Sublevación de Jaca, pronunciamiento militar contra la monarquía de Alfonso XIII durante la «dictablanda» del general Berenguer. Se inició con la proclamación de la República desde los balcones del ayuntamiento jaqués y el nombramiento de la primera alcaldía republicana. Al mismo tiempo se organizaron dos columnas dirigidas por el capitán Fermín Galán y Salvador Sediles que partieron hacia Huesca.


    La sublevación fue sofocada en la madrugada del día siguiente y el 14 de diciembre fueron fusilados los capitanes Galán y García Hernández, mientras que el capitán Sediles, también condenado a muerte, fue indultado ante las movilizaciones populares. Sin embargo, los efectos de esta sublevación se dejaron sentir en la proclamación de la Segunda República Española cuatro meses después; tras las elecciones del 12 de abril, la monarquía se exilió y se proclamó la República, que les reconoció como "mártires".


    Conclusión


    Pero tras esto, lo más notable de Jaca es su condición de pionera. Primera capital del Reino de Aragón, primera que aclamó a Ramiro II "el monje", primera que se sublevó a favor de la república, cuando se hizo famosa su Calle Mayor, la misma ruta que cantó Miguel Fleta en ritmo de jota. Grandes personajes y escritores hablaron de Jaca; en el siglo XIII, Alfonso X el Sabio, hablaba de la jacetana fiesta de la victoria; en el Renacimiento, Nebrija, explicaba sus orígenes legendarios; Cervantes la cita en El Quijote hablando de sus grandes montañas; Unamuno alaba la Peña de Oroel; y Ramon y Cajal describe su largo periodo de vida en la ciudad.



    lunes, 24 de diciembre de 2018

    Quí es feixista aquí ?

    Quí es feixista aquí ?

    Quí es feixista aquí ?, Mallorca, Balears, Baleares, mallorquí


    Lengua mallorquina / Sa llengo mallorquina /


    El mallorquín está sufriendo un proceso de lenta pero inexorable desaparición, para ser sustituido por el catalán-barceloní.
    Para ello está siendo fundamental el vergonzoso esfuerzo realizado por la mayoría de nuestros políticos, y entre otros, de un colectivo que se autocalifican como "intelectuales de Baleares".
    Que lejos de defender y preservar los valores culturales y lingüísticos de Baleares, menosprecian la lengua de sus abuelos, para imponer una lengua que nunca ha sido propia de Baleares.

    En esta página demostraremos que Mallorca tenía su propia lengua romance antes de la llegada de los musulmanes, que es la que utilizaron para comunicarse con Jaime I y sus gentes. Y para ello basta con leer las diferentes crónicas de la conquista y documentos históricos, como vamos ha hacer aquí.

    Guiem Rosselló Bordoy (historiador y arqueólogo mallorquín), comenta una hipótesis realizada por Juan Vernet (arabista e historiador español), en 1976 durante una conferencia en el Estudio General Luliano de Mallorca.

    En esta hipótesis, http://ibdigital.uib.es/greenstone/collect/bsalArticles/import/BSAL_1982/BSAL_1982v39p257.pdf (no funciona)
    Vernet se pregunta, ¿por qué Ramón Llull escribió una obra que debía servir para la conversión de los musulmanes de Mallorca al cristianismo, en catalán?

    Según él, esta obra iría dirigida a aquellos musulmanes que habrían perdido su lengua, el árabe, para adoptar la lengua de los conquistadores, el catalán. Ya que Ramón Llull podría haber escrito su obra perfectamente en árabe.

    Aplicando el más mínimo sentido común, esto parece absurdo.

    ¿Un colectivo que en 40 años pierde su lengua materna pero no pierde su religión?

    Hay otra posibilidad mucho más lógica, y es que la población indígena convertida al Islam, siguiera usando la lengua que utilizaban antes de la llegada de los musulmanes, la lengua romance mallorquina, el latín vulgar hablado por el pueblo de Mallorca.

    Además, ¿es tan difícil suponer que pudieran utilizar las dos lenguas, su lengua materna mallorquina y el árabe?. Actualmente en Mallorca la mayoría de personas entienden o hablan mallorquín y castellano, sin ninguna dificultad.

    ¿Eran menos inteligentes en aquel tiempo?

    Debemos recordar que la invasión musulmana no significó el desplazamiento de la población nativa, para repoblar con población árabe.

    De hecho, se estima que el aporte de población árabe y norteafricana a la Península no superó el 10%.

    De la misma forma que ocurrió en la península, la población nativa en muchos casos, simplemente cambió unos señores por otros. En el caso de Baleares fueron los bizantinos, quienes fueron sustituidos por los árabes. No se obligó a la población a convertirse al islam.


    En las ciudades, tanto cristianos, como judíos, vivían en una especie de guetos, con sus iglesias y sinagogas. Sin embargo debían pagar unos impuestos por practicar su religión, (yizia), que no debían pagar los musulmanes.


    barrio judio en Mallorca, Xuetes a Ciutat. Wikipedia.
    Xuetes a Ciutat. Wikipedia.

    Después de la conquista cristiana la judería estaba detrás de la iglesia de Santa Eulalia, probablemente era la misma situación que tenía durante la época musulmana.


    Año 123 a. C. llegan los romanos. Durante la dominación romana los pobladores de las islas obtuvieron un idioma común, el latín. Con el transcurso de los años, se desarrolló una lengua hablada por el pueblo (latín vulgar), que cada vez era más diferente al hablado por la élite (latín culto). Esto ocurrió en todo el imperio, y dio lugar al desarrollo de las diferentes lenguas romances, que tras la caida de éste, se convirtieron en los diferentes idiomas de muchos países de la Europa mediterránea.

    Año 425,
    llegaron los vándalos. Su huella cultural en las islas, quizás se limite a algunas iglesias arrianas.


    Año 534, Los bizantinos fueron los nuevos señores de las islas,
     y con ellos seguimos teniendo el latín como idioma, mientras nuestra lengua romance se sigue desarrollando.

    Año 799, el imperio bizantino se retira para defenderse del avance musulmán en oriente. Baleares se encuentra ahora en la órbita carolingia, de quien recibe protección ante los ataques musulmanes.

    En el año 897, una bula papal hace depender las islas del obispado de Gerona. Confirmando así su vinculación con la Marca Hispánica, creada por Carlomagno. Durante más de 100 años, los Condados Catalanes, la Septimania y las Baleares forman parte del mismo ente político dentro del Imperio Carolingio. Se produce una fuerte influencia cultural, lingüística y religiosa entre las islas y el continente.


    En el 902 llegan los musulmanes. Una importante cantidad de población de Baleares huye, su destino será la costa de Gerona, principalmente. Donde dejarán su impronta lingüística y cultural.

    Ahora los musulmanes son los nuevos señores, con ellos trajeron el árabe.
    El pueblo seguiría usando su lengua romance, mientras el ejército y la administración usarían la lengua árabe.


    Por poner un paralelismo, hace 100 años teníamos en Mallorca la administración, el ejército y la guardia civil en castellano, mientras la inmensa mayoría de población hablaba su lengua materna mallorquina. De hecho, sobre todo en los pueblos, la gente tenía dificultades para expresarse en castellano.

    Hace 1000 años teníamos la administración y el ejército en árabe, y la inmensa mayoría de la población hablaría su lengua materna, el mallorquín de aquel tiempo.


    En Valencia, otra zona de domino musulmán, esta lengua romance la vemos reflejada en las jarchas, que era romance escrito en alfabeto árabe. Las jarchas eran versos en romance, escritos al final de poemas escritos en árabe.

    Traducción del árabe
    Ay mamá!,
    meu al habib vay-se
    e no més tornarad,
    Gar, que faré yo, mamá?
    no un bezyello lleixarad?
    Ibn Lubbun, siglo XI
    Texto en valenciano
    Ai mamà!,
    el meu amat se'n va
    i mai mes tornarà
    Digués, que faré yo, mamà?
    ni un beset me deixarà?

    En Mallorca no se han encontrado jarchas. Después de la destrucción que produjeron las incursiones cristianas en 1114 y 1229, muchos documentos fueron destruidos o extraviados. De todas maneras no debemos descartar que algún día se descubran jarchas mallorquinas. Aunque nuestra, "querida Universitat.cat", no parece tener mucho interés por el periodo musulmán, quizás podrían encontrar verdades incomodas.

    la toponimia mozárabe balear

    En 1114, Pisa decide atacar Baleares debido a los frecuentes ataques piratas que sufren sus barcos. Llegan a Menorca y hablan con un campesino menorquín para recabar información, no tienen ningún problema de comunicación, simplemente porque hablan una lengua romance parecida.

    liber maiolichinus

    Parte de la escuadra se pierde y llega a Blanes, en la costa de Gerona. Piensan que han llegado a Mallorca y se dedican a apalear a toda la gente que encuentran. Después de un buen rato, los gerundenses consiguen convencer a los pisanos de que no están en Mallorca sino en Gerona.


    ¿Y por qué habían de saberlo?, los gerundenses hablan una lengua romance parecida a la que se habla en Pisa y su piel es del mismo color. Igual que el payés menorquín, igual que la gran mayoría de gente que verán cuando llegen a Mallorca, salvo los soldados y los nuevos señores, de origen africano.


    Y en 1229, la conquista cristiana significó de nuevo, el cambio de unos señores por otros. La lengua de los nuevos señores era un incipiente catalán, si lo queremos llamar catalán. Según algunos filólogos un dialecto del occitano, que a su vez era una evolución del latín.


    Esta es una página del "Libro de los hechos", escrita o dictada por Jaime I.


    "en aquest castell que li sia saluat, e que uos assegurets be a nos que pus ela cobra laltre comtat per iuhiy de. nostra cort, e per dret, e per rao, els altres lio atenen, que uos quel li atenats, e que li retats son castell. E sempre reterenlo. E enuiam a Oliana, e quan saberen que retut era lo castell de Pons, reterense sempre a la Comtessa. E no uolien re demanar en nom de nos pel dret que ela hauia.

    47. E passat mig any nos fom a Tarragona. E uolch nostre Senyor que menys de cort, que nos no hauiem manada, foren ab nos la major partida dels nobles de Cathalunya, e per nom don Nuno Sanxe qui fo fiyl del comte don Sanxo, e en ·G· de Muntcada, el comte Dampuries, en ·R· de Muntcada, e en Guerau de Cerueylo, e en ·R· Alamany, e en ·G· de Clarmunt, e en ·Bñ· de Sancta Eugenia, senyor de Torroela. E conuida en ·P· Martel ciutada de Barçalona, e que sabia molt de mar, a nos e a tots aquels nobles qui eren aqui ab nos. E sus quant nos haguem prop de menjar, leuarense paraules entre ells. E dixem: Quiyna terra era Maylorques, ni quant, te son Regne? E demanarenho an ·P· Martel, perço con era comit de galees, e en ·P· Martel dixlos quels"

    Jaime I el Conquistador, Libro de los hechos, párrafo 47.
    Solo a título de curiosidad, si os fijáis en la cabecera, podréis observar un burdo intento de manipulación catalanista, al final de la misma y en otro tipo de letra pone, "Jaume I, Rei de Catalunya-Aragó". Nunca existió el reino de Catalunya-Aragó.


    libro de los hechos de Mallorca
    Llibre dels feyts. Wikipedia.
    Esta es la página en el original del libro. Aquí podéis ver la imagen ampliada, por si la queréis leer.


    Esta lengua no debía ser muy diferente del idioma que hablaba la población indígena de Baleares. En aquel tiempo, la evolución de las diferentes lenguas romances era muy temprana, y era muy probable que gentes originarias de todo el sur de Francia y todo el norte de la Península Ibérica pudieran entenderse sin demasiada dificultad, exceptuando las zonas de idioma vasco.

    Y no olvidemos que durante todo el siglo IX, Baleares forma parte del Imperio Carolingio junto a los Condados Catalanes y Occitania.


    Recordemos también, que durante el asedio de Medina Mayurka (Palma), hubo facilidad de comunicación entre los cristianos y los mallorquines musulmanes que les apoyaron.


    En la crónica de Desclot podemos comprobar como los nativos mallorquines se expresaban en su latín, así es como en aquel tiempo llamaban a las diferentes lenguas romances. Esto demuestra claramente que las gentes de Mallorca hablaban su propia lengua romance, con la que se entendían sin demasiada dificultad con las gentes que vinieron con Jaime I.

    En este capítulo de la crónica de Bernat Desclot, nos describe como Alí, un nativo mallorquín, habla con Jaime I, en el islote de Pantaleu, en la zona que ahora es San Telmo (en tiempos de Jaime I se conocía como "Sa Palomera").

    CAPITOL XXXV
     

    Com
    la ost del rey d'Arago pres terra en la ylla de Mallorques a hun lloch al qual dien Senta-Ponça.
    Diu lo comte que, quant tots los navilis foren ajustats a la Palomera, el rey fo exit a la ylla de Pantaleu ab molts de richs homens e d'altres gents per deportar e per esduir se, com la mar los havia trevallats, ço fo un diumenge mati, quels Serrayns de la terra se foren ajustats davant la ylla de Pantaleu, tro a quinze milia Serrayns a cavall e a peu ab llurs armes. Dels quals Serrayns s'en parti hu, e gitas en mar, e nadent vench a la ylla hon lo rey era. E quant fo exit de la mar, vench devant lo rey, e agenollas a ell, e saludal en son lati. El rey feu li donar vestidures, e puix demanali del feyt de la terra e del rey serray. El Serray dix li:

    (De los sarracenos se separó uno y se tiró al mar, y nadando llegó a la isla donde el rey era. Y cuando salió del mar, vino delante del rey, y se arrodilló, y le saludó en su latín. El rey le hizo dar vestimenta, y después le preguntó por los hechos de la tierra y del rey sarraceno. El sarraceno le dijo:)

    Este es otro capítulo de la crónica de Bernat Desclot, en que el rey moro de Mallorca (Abu Yaya), después de la batalla de Porto Pi, entra furtivamente en la ciudad de Mallorques (Palma)


    CAPITOL XXXVIII
    lo rey serray de Mallorques entra en ciutat celadament.

    Quant lo rey serray fo fuyt de la batalla e s'en fon muntat en les muntanyes, si stech amagat al bosch quatre jorns; que ne fo atrobat, tro quels Serrayns qui foren scapats de la batalla, ben huyt milia, lo atrobaren. E puix ab ell ensemps vingueren s'en vers la ciutat, de nit, per tal que poguessen entrar dins. Si que, aquella nuyt que vench apres fo molt scura e torbada. Els Serranys de la ciutat que sabien quel rey venia, llur senyor, e volia entrar en la ciutat, per tal quels crestians de la ost no s'en apercebessen, aportaren moltes falles e moltes lums enceses, e de aquella part hon la ost era, e cridaren molt fortment en llur llati, si quel cel e la terra tot s'en entras en aquesta hora. E lo rey serrahi ab sa gent, aquesta hora, que era al gall cantant, recollis en la ciutat que cells de la ost non saberen res aquella nit, tant staven maravellats dels crits e dels fochs quels Serrayns feren.

    ( Los sarracenos de la ciudad que sabían que el rey venía, su señor, y quería entrar en la ciudad, por tal que los cristianos de la hueste no se apercibieran, aportaron muchas hogueras y muchas luces encendidas, y de aquella parte donde la hueste era, y gritaron muy fuertemente en su latín, así que el cielo y la tierra entrase en esta hora. Y el rey sarraceno con su gente, esta hora, que era el gallo cantando, se recogiese en la ciudad que aquellos de la hueste no supieron nada aquella noche, tanto estaban maravillados de los gritos y de los fuegos que los sarracenos hicieron.)

    En el "Llibre dels Feyts" se puede comprobar como Jaime I no necesita interpretes para comunicarse con los nativos de Mallorca, sin embargo cuando han de hablar con Abu Yaya, líder de la secta almohade venida del Norte de África que gobernaba las Islas, necesitan la asistencia de un traductor de algaravía, así llamaban los cristianos a la lengua árabe.
    Libro de los hechos, párrafo 74. - primera entrevista de Nuño Sans (conde del Roselló) con Abu Yaya (Rey de Mallorques).

    E enuiam hi don Nuno ab X cauallers seus, e I iuheu de Saragoça qui sabia algarauia per trujaman, e hauia nom don Bahihel.
    Y enviamos a don Nuño con 10 caballeros suyos, y un judío de Zaragoza que sabía algaravía para traducir, y tenía por nombre don Bahihel.


    Libro de los hechos, párrafo 76. - segunda entrevista.
    "E quan se foren acostats lo Rey de Maylorques e don Nuno, deualaren en la tenda, e parlaren lo Rey tan solament ab II de sos ueyls: e don Nuno, e lalfaquin qui anaua per trujanma, e els cauallers qui eren ab don Nuno estauen de fora ab alguns sarrains qui estauen ab els."
    Y cuando se acercaron el Rey de Mallorca y don Nuño, bajaron a la tienda, y hablaron el Rey tan solo con 2 de sus viejos y don Nuño, y el alfaquín (médico musulmán) que iba para traducir, y los caballeros que eran con don Nuño estaban fuera con algunos sarracenos que estaban con ellos.


    Ahora Baleares forma parte de la Corona de Aragón. En lo referente a la lengua, siguen llegando nuevos pobladores, que enriquecen la lengua nativa.
    Mientras la mayoría de los musulmanes nativos, igual que hicieron a la llegada de los conquistadores musulmanes, adoptan la religión de los nuevos señores.
    Y los nativos cristianos, que durante la dominación de la secta almohade fingieron su conversión al islam, pueden volver a practicar su fe libremente.

    Se crea una lengua culta o literaria, diferenciada de la lengua del pueblo. Es la misma historia repetida otras veces.

    Pocos años después de la conquista cristiana, nace en Palma Ramón Llull. Escribe en la lengua de los nuevos señores, sin embargo usa palabras y formas de expresión inexistentes en lemosín (catalán). Son mallorquinismos que continúan presentes hoy día. Probablemente es la lengua que Ramón Llull ha escuchado durante su infancia y adolescencia en las calles de Palma.
    Esto es algo que pone muy nervioso al catalanismo, y son incapaces de dar una explicación coherente sin hacer tambalear esa absurda teoría catalanista de "la repoblación catalana".

    En este libro, el autor, Antoni M. Badia i Margarit (filólogo y lingüista catalán) describe los mallorquinismos de Llull, e intenta dar una explicación sin salirse del pensamiento catalanista.

    Esto es algo de lo que puede leerse en el libro.

    Palabra en mallorquín y su correspondiente en catalán:

    pus - mes
    feels - fidels
    perrós - peresós
    poria - podria
    servici - servei
    enganar - enganyar...


    Pero los mallorquinismos de Llull no solo son palabras, sino formas de expresión totalmente presentes en el mallorquín de hoy.

    "Altres trets, i ben típics per cert, del parlar mallorquí. Un d'ells, la col.locació de les formes dins la combinació de pronoms febles. Així:"

    qui la vos podria dir - qui us la podria dir


    O la característica más notoria del habla mallorquina como es el artículo salado.

    "En efecto, se hace duro, aun violento, no admitir que el artículo IPSE de Ramón Llull sea el mismo IPSE del mallorquín de hoy. Y lo pongo en relieve nuevamente, ahora a base de un ejemplo solo, puede ser el más característico, porque su concreción muestra hasta que punto es sorprendente, forzado y todo, obstinarse en no aceptar los dialectismos baleáricos en Ramón Llull."

    Lo que el autor del libro nos está diciendo, es que 30 años después de la conquista cristiana de Mallorca ya existían mallorquinismos, palabras y formas de expresión inexistentes en catalán. 
    No hace falta ser un lince para concluir que estos mallorquinismos, no es más que la lengua romance que Ramón Llull ha escuchado desde su infancia en las calles de Palma, no es mas que la lengua romance que los nativos mallorquines conservaron durante todo el periodo de dominio musulmán de Baleares. La misma lengua romance en la que se comunicaban 300 años atrás con los Condados Catalanes y Occitania, cuando Baleares formaba parte del Imperio Carolingio.

    Hoy, estos mallorquinismos los podemos ver reflejados en nuestros chavales, estudiando en un sistema educativo totalmente politizado y catalanizado donde se ha impuesto a sangre y fuego el catalán-barcelonés, una lengua que nunca ha sido propia de Baleares. Y nuestros chavales, igual que hiciera Ramón Llull, escriben en un catalán incorrecto, con palabras y formas de expresión mallorquinas.

    Un siglo después la población mallorquina sigue diferenciando claramente la lengua propia de Mallorca de la lengua que han traido los nuevos pobladores.
    En una entrevista al que fue profesor de historia medieval de la Universidad de las Islas Baleares, Álvaro Santamaría, nos relata un hecho acaecido en aquella época.


    "En 1341, a un siglo vista de la conquista cristiana del reino de Mallorca, en el curso de una investigación judicial sobre el robo de una colcha perpetrado un año antes, Geralda, dueña de la colcha, al interrogarla el juez (como ha documentado Gabriel Llompart): "¿Qué idiomote loquebatur? (qué idioma hablaba ); contestando Geralda que en rosellonés ("dixit quod rossillionenssem"), por lo que el magistrado que llevaba la investigación, dedujo que el ladrón no podía ser un tal Guiem Revull, que es de Mallorca o habita en Mallorca, porque habla a la manera mallorquina ("Guillermus Revull est de Maioricis vel moratur in Maioricis et loquetur ad modum maioricencem").
    Como se desprende de lo que se atestigua en la indagatoria judicial, las gentes de Mallorca sabían y eran conscientes ya en 1340, de que su habla a la manera mallorquina, les identificaba como mallorquines, como naturales o habitantes de Mallorca, por la misma razón que la señora Geralda identificaba por hablar en rosellonés al incógnito sospechoso, como del Rosellón."
    El profesor nos habla de la diferenciación en la lengua que se hablaba 100 años después de la conquista. Pero esta diferenciación ya se daba desde el primer momento de la conquista, entre la lengua de los conquistadores y la lengua romance mallorquina, que con toda seguridad hablaban los habitantes de la isla.

    Juan José Amengual crea en 1835 una gramática mallorquina83 años antes que la actual gramática catalana de Pompeyo Fabra de 1918.

    En 1880, Antoni María Alcover (Mosén Alcover), escribe bajo el seudónimo de Jordi d'es Racó, "Las rondallas mallorquinas".

    Eran y son, una recopilación de cuentos populares, escritos en el idioma del pueblo, la lengua mallorquinaLeyendo las rondallas nos damos cuenta de las expresiones y palabras que se han perdido en los últimos 100 años, para aproximarnos cada vez más al catalán oficial. Pero estas rondallas no son las originales de Mossén Alcover, sino unas catalanizadas por Borja Moll.



    rondalles mallorquines
    Rondallas mallorquinas. mallorca festival.
    Pero éstas no son las rondallas originales de Mossén Alcover, sino unas catalanizadas por Borja Moll.
    Mosén Alcover tuvo una participación fundamental en el diccionario de la lengua catalano-valenciano-mallorquin, que utilizó traidoramente Pompeyo Fabra, según Alcover, para crear su diccionario de la lengua catalana.


    Pompeyo Fabra


    Mosén Alcover se arrepintió más tarde de haber colaborado con lo que serían las bases del catalanismo actual. Pidió perdón al pueblo mallorquín y envió una carta al diario la vanguardia balear para intentar corregirlo, pero ya era tarde, el mal estaba hecho.

    Es a partir del segundo tercio del siglo XIX, cuando el catalanismo empieza a coger fuerza, con el apoyo de la potente burguesía catalana. Este realmente es el factor más importante en el auge del catalanismo, dentro y fuera de Cataluña.

    La posibilidad de financiar concursos literarios, academias de la lengua catalana o comprar adhesiones, y marginar a todo aquel que no comulgara con los principios del catalanismo, una actitud que ha perdurado hasta hoy.

    Un claro ejemplo de esto es Wilhelm Meyer-Lübke, lingüista, romanista e hispanista suizo, en 1890 asignó a la lengua catalana el status de dialecto del provenzal en su "Gramática de las Lenguas Románicas", donde dice:


    "En el Este la transición se opera poco a poco con el catalán en el Rosellón: Esta última habla (parlen), que no es más que un dialecto provenzal...."
    Antoni Badia Margarit, catalán


    Sorprendentemente cambió de parecer cuando en 1925 es nombrado, "Mantenidor dels Jochs Florals de Barcelona" y haber sido "onerosamente fidelizado" por la burguesía catalanista. Fue entonces cuando empezó a utilizar generalizadamente el nombre de, "lengua catalana". www.teresafreedom.com


    Entre 1904 y 1932, Pompeyo Fabra publica varias obras, que sientan las bases del catalán estándar, basado en el dialecto barceloní. Tanto la lengua de Baleares como la de Valencia debían ceñirse a esta normativa.

    La intelectualidad balear acepta, con alguna discrepancia, como la citada de Mosén Alcover.


    De esta manera, la lengua literaria se aleja aún más de la lengua del pueblo, el mallorquín. Y como ocurre hoy día, a partir de los años 1930, todos aquellos que no escriban en el catalán estándar son tachados de paletos e incultos.


    Durante estos años la lengua mallorquina a perdido muchas de sus palabras y expresiones, acercándose cada vez más al catalán normalizado.
    Antes de la caida del franquismo los catalanistas ya habían tomado posiciones. Con la llegada de la democracia se inicia el proceso autonómico.
    Es en este proceso autonómico cuando los catalanistas ejercen toda su influencia. Consiguen que en el Estatuto de Autonomía se incluya al catalán como lengua oficial de las Baleares, con el respeto a las formas dialectales, aunque esto último ha quedado en el olvido.

    Esto se produjo debido a la ignorancia por parte de los dirigentes políticos baleares de aquel momento, de su propia historia, y posiblemente por la "irresistible persuasión" ejercida por el adinerado catalanismo.

    Ahora, después de 40 años de catalanismo, están consiguiendo lo que no consiguió 40 años de franquismo.

    En las escuelas los niños son educados exclusivamente en catalán. Cualquier expresión escrita en mallorquín es tachada de "paletismo e incultura".
    Las placas de los nombres de calles, que durante el franquismo se leían en mallorquín, ahora han sido sustituidas por otras en catalán.

    Si durante siglos, en Baleares, siempre hubo la clara diferenciación entre la lengua escrita y la lengua del pueblo. Ahora el catalanismo esta consiguiendo que el catalán estándar sea la única que utilice el pueblo, lo que significará la desaparición de la lengua mallorquina.

    Ahora se tilda de paleto a quien escribe en mallorquín, más tarde será de paletos hablar en mallorquín.






    Según el autor del libro la palabra "arena" y "sorra", las dos son correctas, pero "sorra" es la palabra moderna.
    ¿Cuanto tiempo tardaremos en ver sustituida esta palabra en los informativos de la televisión autonómica?, en éllos ya no dicen "noltros" sino "nusaltres".
    ¿Y "al.lot", se convertirá en "noi"?  / IB3 = TV3% = á punt /

    A nuestra "llengo" la están haciendo desaparecer poco a poco, sin darnos cuenta.

    Ignacio Sorolla Vidal, el normalitzador catalanista d´Aragó
    Ignacio Sorolla Vidal, el normalitzador catalanista d´Aragó, pupilo de Arturo Quintana Font



    Esto está sacado de un foro .cat, esta es la realidad de eso que llaman normalización lingüística, la desaparición de todo lo que no sea el estándar barceloní. Esto es lo que nos encontraremos dentro de pocos años en Baleares, no solo la desaparición del artículo salado, sino la desaparición de palabras y formas de expresión propias de Baleares.
    A la zona de Palafrugell quan jo era petit la majoria de gent salava. Ara s'ha perdut gairebé del tot, però queden els toponims: Sa Riera, Sa Tuna...
    Racó català
    Decir que la lengua mallorquina es un dialecto del catalán, es como decir que el mejicano es un dialecto del argentino.

    Eso que llaman catalán no tiene más de 100 años, es simplemente el dialecto que se hablaba en Barcelona (barceloní, el dialecto más corrupto de los diferentes dialectos que se hablaban en la antigua Corona de Aragón, lleno de castellanismos y galicismos), al que limpiaron un poco para convertirlo en el estándar catalán.



    occitano, catalán



    Mientras que la lengua mallorquina, la que conserva más fielmente palabras y expresiones medievales, que deberían preservarse como un tesoro lingüístico, es menospreciada, y está desapareciendo en favor de ese corrupto dialecto barceloní.

    Padre Batllori, historiador y profesor universitario. Premio Príncipe de Asturias 1995 y doctor honoris causa por diferentes universidades catalanas. En 1992, Universidad de Gerona:
    "El catalán de Barcelona que se intenta imponer en Valencia es un dialecto infame e infecto. Lo que se está intentando imponer en Valencia y Baleares, como lengua literaria, es el dialecto infame de Barcelona"..., "nunca se aceptará que un dialecto tan infecto como el de Barcelona se pueda imponer como lengua nacional"...
    Pues parece que Batllori se equivocó, si han conseguido imponer ese dialecto infame, que se ha convertido en lengua, prácticamente única, de la enseñanza en Baleares, despreciando las dos verdaderas lenguas de Baleares: el balear y el castellano.


    Durante el régimen franquista, el catalán era considerado un dialecto del español, y quien disentía de esto era considerado un rojo comunista o un independentista. Ahora durante el régimen catalanistael mallorquín es considerado un dialecto del catalán y todo aquel que opine lo contrario es considerado un fascista españolista o un paleto gonella.
    Durante el régimen franquista, había familias mallorquinas que a sus hijos solo les hablaban en castellano para que no aprendieran el mallorquín, que consideraban una lengua vulgar y de payeses. / Pero se publicaban libros en mallorquín y se estudiaba mallorquín en la escuela, 
    https://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/15/baleares/1366014119.html comentario : ¿El artículo salado en desuso? Eso es debido a la catalanización de los medios y libros, porque los baleares seguimos haciendo uso del mismo. Lo triste es que en tiempos de Franco mi padre estudiase MALLORQUÍN en la escuela, y ahora en clase te hablen de los Países Catalanes, y me suspendan por usar palabras y estructuras propias de mi tierra. En Mallorca hasta hace 20 años (Estatuto finales de los 80) era impensable decir ''Jo parlo Català'', ahora te miran raro si dices 'Jo xerr mallorquí'. / o jo som mallorquí / Malditos usurpadores. Desde'n Pere IV s'Ussurpador, domés mos han vingut a ussurpà s'identidat.



    Franco, francotirador


    Ahora tenemos a ciudadanos que hablan un mallorquín corrompido por toda clase de catalanadas, como: nosaltres-vusaltres, després, esport, servei, vacances... Se va perdiendo el artículo salado y hay algunos colectivos que directamente hablan catalán-barceloní sin ningún tipo de rubor. Piensan que así son más cultos e incluso más inteligentes, cuando en realidad no son más que víctimas de su propia ignorancia, igual que aquellas familias mallorquinas en tiempos de Franco.


    Tenemos que escuchar auténticas barbaridades, como decir que el mallorquín al catalán es como el andaluz al castellano. Y lo más triste es que algunos de estos personajes ocupan importantes cargos públicos en la administración o en la educación. 

    Nuestro sistema educativo está totalmente podrido por un catalanismo que lleva ya muchos años predicando el amor al catalán y lo catalán, mientras la ignorancia, incluso el desprecio a la lengua mallorquina y lo mallorquín es inculcado a nuestros chavales. Y esto se convirtierte en un circulo vicioso, ya que algunos de estos chavales serán los futuros profesores.

    como este idiota de Calaceite, Carlos Rallo Badet
    com este idiota de Calaceite, Teruel, que en ves de díli chapurriau li diu catalá, Carlos Rallo Badet



    Normalmente los políticos, sobre todo de la izquierda balear, solo hablan catalán en discursos institucionales, pero en los debates o entrevistas utilizan el mallorquín.

    En un programa de debates de una televisión balear, apareció un joven perteneciente a un partido catalanista de MallorcaMES.
    Realmente me impresionó, porque hablaba con un acento cerrado mallorquín, pero en catalán, con esas palabras que suenan tan groseras en bocas mallorquinas como: "nusaltres, purtá, sota..."
    Fue una mezcla de indignación y de tristeza.



    la ASCUMA en Calaceite hace lo mismo con el catalán de Pompeyo Fabra, se quiere cargar el chapurriau, no solo el nombre, también sus particularidades.
    la ASCUMA en Calaceite hace lo mismo con el catalán de Pompeyo Fabra, se quiere cargar el chapurriau, no solo el nombre, también sus particularidades.
    chapurriau, champouirau


    http://www.mallorcaapocrifa.com/lengua.html

    ¿ES ESTE EL FUTURO DE NUESTRA LENGUA?

    ¿SU DESAPARICIÓN PARA SER SUSTITUIDA POR UN CATALÁN-BARCELONÉS CON ACENTO MALLORQUÍN, COMO OCURRE EN ARAGÓN CON EL CASTELLANO?

    / También se recupera el aragonés, pero muy diferente del medieval (aragonés - occitano)



    aragonés, als presentz