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miércoles, 14 de diciembre de 2022

Carlos V, Carlos I, a Juan de Margarit, obispo de Gerona.

Carlos V, Carlos I, a Juan de Margarit, obispo de Gerona

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XIII.

Exemplum epistolae Caesaris Caroli quinti, Hispaniarum Regis ad Reverendissimum Dominum Johannem a Margarit, Episcopum Gerundensem. (Vid. pág. 83.)

Ex Act. capitular. Capit. eccles. Gerund.

(N. E. Caesaris: Kaiser o Káiser: César, emperador Carlos V, Carlos I de España, hijo de Juana “la loca” y Felipe "el hermoso" de Habsburgo.
El texto está en castellano, su lengua materna, por si alguien duda de que lo supiese hablar; escribir lo solían hacer sus escribas, secretarios, &c.
Se conserva la ortografía tal como Villanueva la copió)


EL REY.

Reverendo in Christo Padre Obispo amado consejero nuestro. Ya teneis entendida la instancia que continuamente havemos hecho por la celebracion del concilio general conforme á la grand necesidad que en la iglesia havia de semejante remedio, y como á nuestra supplicacion la Santidad del Papa Paulo defuncto le convocó en Trento, como lugar mas comodo y á proposito, y tratado y concertado assi para satisfazer á los stados de Germania, que siempre han pretendido que pues se congregava principalmente por las necessidades de su provincia, se habia de elegir lugar de la misma nation. Y approbando la convocacion en el dicho lugar se han sometido á la determinacion del concilio que en él se celebrasse, donde como sabeis se continuó por algund tiempo, hasta que por los respetos y causas que entonces se ofrecieron se anduvo tratando de la translacion que ha sido causa de tan larga suspension, sin que se pudiese en tiempo del dicho Papa Paulo III, aunque lo procuramos con la instancia y diligencia que nos fue possible, dar en ello ningun remedio. Y porque despues de tan grandes trabajos y gastos como havemos padecido y os son notorios para reducir á los desviados de la fe á la submission y determinacion del dicho concilio; y habiéndose obtenido que los de la Germania se hayan sometido al que es convocado en Trento, se ha instado siempre por nuestra parte por la prosecucion dél en el dicho lugar y la Santidad del Papa Julio III, movido por et zelo del servicio de Dios y bien de su universal Iglesia, cuya es la causa; y conociendo señaladamente quanto importa el remedio de la Germania, ha subvenido á la dicha necessidad haviendole dado en la dicha ciudad de Trento y expedidose ya la bulla de la reduction y prosecution dél, siendo necessario que para primero de mayo del año siguiente de quinientos cinquenta y uno, que como vereis por el traslado de la dicha bulla, es el dia en ella señalado para comenzar á proseguir el dicho concilio, todos los Prelados de la christiandat que son obligados comparecer de derecho ó costumbre, se hallen alli juntos y congregados, como quiera que holgaramos que vuestra persona por las letras y experiencia que en ella concurran no dexará de hallarse presente; haviendo respecto á que por vuestra edad terneis sufficiente excusa, nos ha parecido todavia avisaros del stado en que sta el negocio, para que siendo de la importancia que es, mireis de hazer luego election de una persona docta para embiarla á Trento, y que parta en tiempo que pueda ser allá á principio de abril ó mediado el mes, con poder tan bastante como se requiere para no solamente excusar vuestra venida por et impedimiento susodicho, mas aun para comparecer en vuestro nombre en caso que se acordasse de admetir en concilio los votos de los legitimamente impedidos, que demas de cumplir con lo que sois obligado, nos ternemos en ello por muy servido. Datum en Augusta á XXI de diziembre de MDL (1550). Y darnos eis aviso de como lo complireis assi. = Yo el Rey. = Al Reverendo in Christo Padre y amado consejero nuestro el Obispo de Gerona. = Vargas, secretario.

Responsio Reverendissimi Domini Episcopi ad supra scriptas litteras Caesaris.

S. C. C. R. M

Aunque por lo que ha respecto á mí bastaria que en el concilio de Trento se allegasse la justa excusa que tengo para no poder comparecer en él, tengo concertado con el Obispo Jubí que irá alla en mi nombre para acodir á lo que V. M. me tiene mandado con su carta de XXI de diziembre, la qual me ha sido embiada á los IIII deste por el Marques de Aguilar; pero no podrá ser su partida antes de la Pascha, porque queda obligado á predicar cadal dia en la iglesia Cathedral desta ciudad toda esta coresma, y tiene ya empezado del primer dia que se ha entrado en ella. Bien hallara yo algun otro doctor, theólogo ó jurista, el qual se pornia en camino á tiempo que pudiesse llegar allá para et término que me tiene mandado V. M.; pero que fuesse tanto approposito como este, no le hallado hasta aqui, ni tengo speranza de le poder hallar por adelante, porque es muy buen theólogo y bien docto en otras facultades y buen religioso de la órden de Sant Francisco. El poder levará tan bastante como manda V. M., y podrá ser que en él por ser Obispo aprovechara mas que en otro que no lo fuesse. Por todos estos respectos he pensado que aunque el dicho Obispo no llegue tan presto en el dicho concilio como llegaria un otro, pues la differencia no será de muchos dias, no se terná por deservido V. M., cuya Imperial persona N. S. guarde muchos años con acrecentamiento de muchos stados y señorios por el bien universal de la christiandat, como sus buenos vassallos disseamos.

De Barcelona á XVIIII de febrero MDLI (1551).


XIV.

Exemplum cuiusdam epistolae Serenissimi Philippi, Hispaniarum Principis filii et heredis Invictissimi Catolicique Caroli V. Hispaniarum RegisImperatoris semper Augusti scriptae ad Reverendissimum Dominum Joannem a Margarit, Episcopum Gerundensem dignissimum: ann. MDLIV. (1554) (Vid. pág. 84).

Ex Act. capitular Capit. eccl. Gerund.

(N. E. Se conserva la ortografía tal como Villanueva la copió de las actas capitulares del capítulo de la iglesia de Gerona, Sedissedeseu)


EL PRINCIPE.

Revdo. in Christo Padre Obispo amado consejero. Aviéndose tractado estos dias passados por mandado del Emperador mi Señor de mi casamiento con la Serenissima Reina de Inglaterra, ha sido Dios servido que se concluyesse con voluntad (pone vo-untad, salta linea) del Emperador mi Señor, y assi se hizo el desposorio con mi poder por palabras de presente y la Reina me ha embiado dos Embaxadores que ya han llegado à la Coruña. Es este casamiento de tan grande importancia, assi por las grandes qualidades, méritos y christiandad de la Reina, como por la grandesa de aquell reino y por lo que concierne à la seguridad, pacificacion y sosiego de los reynos de S. Magt. y para poner en razon à sus enemigos y nuestros, y reprimir sus insolencias y acometimientos que avemos dado muchas gracias à nuestro Señor, por averlo tambien encaminado, que cierto se muestra aver sido obra de su mano y guiado por su divina voluntad, segun eran grandes los estorvos y difficultades que en ello ha avido, las quales la Reina con el ayuda de Dios y con su gran zelo, christiandad y valor, ha sobrepujado y vencido. Y aunque sentimos mucho el ausentarnos destos reinos de Spaña por el particular amor que les tenemos, que es el que nos merece su gran fidelidad y natural afficion, todavia para dar conclusion en nuestro casamiento no se podiendo hazer de otra manera, avemos determinado de partirnos de aqui brevemente para embarcarnos en la Coruña, donde está presta el armada para nuestra navegacion quedando por Governadora general destos reinos nombrada por S. Magt. la Serenma. Doña Joanna, Princesa de Portugal, mi muy chara y muy amada hermana. La qual tendrá el mismo cuydado que yo del buen govierno dellos, y de la administracion de la justicia. Desto os avemos querido avisar tan en particular assy para que lo sepais como para encargaros que en lo que en vos fuere tengais cuenta con servir a la Princesa mi hermana en esta nuestra ausencia y el respecto que tendriades à Su Magd. si aqui estuviesse, que el è yo seremos dello muy servidos. Y demas desto os encargamos mucho que tengais particular cuydado de proveer que en essa vuestra diocesi se aga continua oracion en las Iglesias y Monasterios dél para que nuestro Señor sea servido de darnos prospero viaje y levar al desseado fin esto que sta ya en tan buenos terminos y darnos su favor para que redunde todo en su sancto servicio y en beneficio de toda la christiandad, que es lo que principalmente pretendemos, que en esto nos areis singular plazer y no os areis descuidar dello por lo que deveis à la voluntad que os tenemos. Datum en Valladolid à onze de mayo de M.D.LIIII. = Yo el Principe. = Perez, Secretario.

miércoles, 6 de enero de 2021

Lo Camí, V.

Lo Camí a Amazon (tapa blana)

V.

Es verdat que la Pesteta gran se habíe guañat lo seu mote per la seua careta redona y coloradeta y lo seu carácter picán y agre com lo aiguardén. Per afegit ere una bachillera. Y a les bachilleres no los ve mal tot lo que los caigue damún. No teníe cap dret de tratá de dominá al poble. Lo poble volíe sé libre, independén, y an ella ni li anabe ni li veníe, ni li fotíe res, a final de cuentes, si Pancho creíe o no creíe en Deu, si Paco, lo ferré, ere abstemio o bebíe vi, o si son pare de Daniel, lo Mussol, fée lo formache en les mans llimpies o en les ungles brutes. Si aixó li fée escrúpol, que no se minjare lo seu formache y assunto acabat. Daniel, lo Mussol, no creíe que lo que la Pesteta gran fée sigueren actes de una bona dona. Los bons eren los demés que li aguantaben les seues impertinensies y hasta la van nombrá pressidenta de varies assossiassións piadoses.
La Pesteta gran ere un esperpento y un escursó. Antonio, lo Buche, teníe tota la raó al di aixó, encara que lo Buche pensabe mes, al fallá aixina, en la competensia comersial que li fée la Pesteta, que en los seus defectes físics y morals. La Pesteta gran, no obstán lo coló roch de la seua pell, ere alta y seca com una cucaña, encara que no tinguere, com esta, sing duros a la punta. Total, que la Pesteta no teníe res, apart de uns nassos mol dessarrollats, un afán inmoderat o sense cap moderassió de fótres a la vida dels demés y un variat y sempre renovat repertori de escrúpols de consiensia.
A don José, lo mossen, que ere un gran san, lo portabe de vólit.

- Miro vosté, don José - li díe, consevol día, un minut abáns de escomensá la missa -,  anit no vach pugué dormí pensán que si Cristo al Monte dels Olivés se va quedá sol y los apóstols se van adormí, ¿quí va vore que lo Redentó suáe sang?

Don José ajuntabe los ullets, penetráns com agulles de cap:

- Tranquilisa la teua consiensia, filla; eixes coses les coneixem per revelassió.

La Pesteta gran ploriquejabe y fen cuatre pucheros, díe:

- ¿Creu vosté, don José, que podré combregá tranquila habén pensat eixes coses?

Don José, lo mossen, teníe que traure tota la passiensia de Job pera soportála:

- Si no tens datres faltes pots féu.

Y aixina un día y un atre.

- Don José, anit no vach pegá l´ull donánli voltes al assunto de Pancho.
¿Cóm pot ressibí este home lo sacramén del matrimoni si no creu en Deu?

Y unes hores después:

- Don José, no sé si me podrá absoldre vosté. Ahir domenge vach lligí un llibre pecaminós que parlabe de les religións de Inglaterra. Los protestáns están allí en franca majoría. ¿Creu vosté, don José, que si yo haguera naixcut a Inglaterra, haguera sigut protestán?

Don José, lo mossen, tragabe saliva:

- No siríe difíssil, filla.

- Entonses me acuso, pare, de que podría sé protestán de habé naixcut a Inglaterra.

Doña Lola, la Pesteta gran, teníe trenta nou añs cuan Daniel, lo Mussol, va naixe.
Tres añs después, lo siñó la va castigá en lo que mes podíe dóldreli. Pero no es menos sert que la Pesteta gran se va imposá al seu doló en la rigidés y destemplansa en que solíe imposás als seus conveíns. Lo fet de que a doña Lola se la coneguere per la Pesteta gran ya fa pensá que ñagueren datres Pestetes mes menudes. Y aixina ere; les Pestetes ne habíen sigut tres, encara que ara sol ne quedaren dos: la gran y la menuda; les dos Pestetes. Eren filles de un guardia sivil, durán mols añs jefe al poble. Al morí lo guardia, que, segóns les males llengües, que may ne falten, se va morí de pena per no tindre un fill mascle, va dixá uns ahorrets en los que les seues filles van obrí una tenda.
Lo sargento va morí a un tems al que un subofissial de la Guardia Sivil podíe, en lo seu jornal, viure discretamen y encara aforrá una mica. Desde la mort del guardia - la seua dona ya se habíe mort fée añs - Lola, la Pesteta gran, se va fé cárrec de les riendes de la casa. Se va imposá a san germanes per edat y per estatura.

Daniel, lo Mussol, sol va coneixe a dos Pestetes, pero segóns habíe sentit di al poble, la tersera va sé un mun de ossos com elles y, a la seua época, va resultá un problema difíssil diferensiáles sense efectuá, previamen, un minussiós análisis. Res de assó desmentix que les dos Pestetes menudes li faigueren passá, en vida, a san germana gran un verdadé purgatori. La del mich ere dixada y dropa y lo seu carácter y manera de sé trassendíe al poble que, per los crits y estridéns rebomboris que a tota hora eixíen de la trastenda y de la casa de les Pestetes, seguíe la roína, y tirán a pijó, situassió de les relassións fraternals. Assó sí, díen al poble y debíe sé verdat perque u díen tots, que mentres les tres Pestetes van viure juntes may se les va vore faltá un día a la missa de vuit que don José, lo mossen, que ere un gran san, díe a la parroquia, dabán del altá de San Roc. Cap allí caminaben, tiesses y pites, les tres, faiguere fred, ploguere a cabassades o tronare. Ademés marchaben acompassades, marcán lo pas, perque son pare, apart dels ahorrets, les va dixá a les filles en herensia un mol despert y pressís sentit del ritmo militá y atres virtuts castrenses.

Un-dos, un-dos, un-dos; cap a missa marchaben les tres Pestetes, en los seus pits secs, les seues caderes esmirriades y la seua soberbia estatura o alsada, camí de la iglesia, en los vels lligats en un nugo deball de la barbilla y lo breviari deball de un bras.
Un ivern, la del mich, Elena, se va morí. Se va apagá un matí fosc y plovinós de desembre. Cuan la gen va acudí a donáls lo péssame a les dos germanes superviviéns, la Pesteta gran se santiguabe y repetíe:

- Deu u sap tot y es just en les seues dessisións; se ha emportat lo mes inútil de la familia. Donémli grassies. Ya al sementeriet tocán a la iglesia, cuan tapaben en dos tarrossos de terra lo cos descarnat de la Elena - la Pesteta del mich -, unes plañideres o ploradores van escomensá a gañolá.
La Pesteta gran se va encará en elles, aspra y digna y destemplada:

- No la ploréu - va di -; s´ha mort de dessidia.

Y, desde entonses, lo trío se va convertí en dúo y a la missa de vuit que don José, lo mossen, que ere un gran san, resabe dabán del altá de San Roc, se trobabe a faltá lo afilat y justet volumen de la Pesteta difunta. Pero va sé encara pijó lo que li va passá a la Pesteta menuda. A fin de cuentes lo de la del mich va sé dessignio de Deu, mentres que lo de l´atra va sé una fluixesa de la carn y per tan degut al seu libre y despreocupat albedrío. Allabonses se va establí al poble la sucursaleta del bang que ara rematabe un dels costats de la plassa. En lo directó va arribá tamé un ofissialet ben plantat y ben vestit al que sol per vóreli la cara de prop, a través de la finestreta, li portaben los ahorros les veínes del carré. Va sé un bon cuquet lo que va fé aná lo bang pera pessigá esta clientela a la ratera. Un prossedimén que consevol finansié de talla no haguere asseptat, pero que al poble va rendí uns ressultats formidables. Tan va sé que Ramón, lo fill del apotecari, que escomensabe entonses los seus estudis jurídics, se va lamentá no está en condissións encara de elaborá la seua tessis doctoral, que haguere fet mol a gust sobre lo original tema "La influensia de un personal escrupulosamen triat a les economíes de un poble". En lo de "economíes" se referíe a "ahorros" y en lo de "poble", concretamen, a la seua "aldeeta". Lo que passabe es que sonabe mol be alló de "economía de un poble" y li donabe al seu hipotétic treball, y encara que ell u díe en broma, mes altura y un alcáns mol mes ample. En la arribada de Dimas, lo ofissialet del bang, los pares y los mossos vells del poble se van ficá en guardia.
Don José, lo mossen, que ere un gran san, va parlá moltes vegades en don Dimas, apuntánli les grans consecuénsies que lo seu bigot podríe portáli al poble, pera be o pera mal. La assiduidat o frecuensia en la que lo mossen y don Dimas se entrevistaben va menguá bastán lo ressel dels pares y mossos vells y hasta la Pesteta menuda va considerá que no ere imprudén ni irreligiós dixás acompañá, de cuan en cuan, per don Dimas, encara que san germana gran, extremán la prudensia, la censurare a crits en "lo teu libertinaje y descoco són notoris". Lo sert es que a la Pesteta menuda, que hasta entonses li pareixíe aquella vall una presó vuida y sense llum, se li va obrí de repén lo horizonte, la línia que ajunte la terra y lo sel, y sen va acatá, per primera vegada a la seua vida, de la bellesa de les montañes abruptes, tallades a destral, y de la poessía de la verda campiña y de lo sugestiu que ressultabe escoltá esgarrás la nit de la valleta per lo estridén chulit de un tren. Bobades, pero bobades que porten una afilada trassendensia cuan se té lo cor unflat.
Una tarde, la Pesteta menuda va torná del seu acostumat passeo abalotada:

- Maña - va di -. No sé de aón te ve eixa inquina contra Dimas. Es lo milló home que hay conegut may. Avui li hay parlat dels nostres dinés y ell me ha donat en seguida cuatre idees pera colocáls be. Li hay dit que los teníem a un bang de la siudat y que parlaríem tú y yo abáns de dessidí res.

Va aullá, escaldada, la Pesteta gran: - ¿Y ya li has dit que sol són mil duros?

Va sonriure la Pesteta menuda pel menospreu que san germana li fée del seu flat:
- No, naturalmen. De la sifra no li hay dit res - va di.

Lola, la Pesteta gran, va alsá los seus muscles ossuts en ademán de impotensia. Después va cridá, dixán rellissá les paraules, com per un tobogán, pel seu llarg y esmolat nas: - ¿Saps lo que te dic? Que eixe home es un truhán que sen está enfotén de tú.
¿No veus que tot lo poble u comente y sen enriu de la teua tontería? Sirás tú la única que no sen acato, germana. - Va cambiá de repén lo to de la seua veu, suavisánlo -:
tens trenta sis añs, Irene; casi podríes sé la mare de eixe mosso. Pénsatu be.
Irene, la Pesteta menuda, va adoptá una actitut de llevantada, de mar abalotada.

- Me dolen los teus ressels, Lola, pera que u sápigues - va di -. Me fastidien les teues insinuassións. No té res de particulá, crec yo, que se entenguen un home y una dona.
Y no signifique res que se porton uns añs. Lo que passe es que totes les del poble, escomensán per tú, me teníu enveja. ¡Aixó es tot!
Les dos Pestetes se van separá en los nassos pujats. A la tarde siguién, Cuco, lo factó, va anunsiá al poble que doña Irene, la Pesteta menuda, y don Dimas, lo del bang, habíen agarrat lo mixto cap a la siudat. A la Pesteta gran, al enterássen, li va pujá la sang a la cara y li va enterbolí la raó. Se va desmayá. Va tardá mes de sing minuts en recuperá lo sentit. Cuan u va fé, va traure de un apolillat baúl lo traje negre que encara conservabe desde la mort de son pare, se va embuchá en ell, y va marchá a pas ligero cap a la rectoría.

- Don José, Deu meu, quína desgrassia mes gran - va di al entrá.

- Assosségat, serénat, filla.

Se va assentá la Pesteta a una cadira de vime, jun a la taula del retó.
Va interrogá a don José en la mirada.

- Sí, ya u sé; lo Cuco me u ha contat tot - va contestá lo mossen.

Ella va respirá fort y les seues costelles van ressoná com si entrechocaren. Seguidamen se va llimpiá una llágrima, redona y apretada com una gota de aigua que cau de un abre.

- Escóltom en atensió, don José - va di -, ting una horrible duda. Una duda que me rossegue les entrañes. Irene, man germana, es ya una puta, ¿no es aixó?

Lo mossen se va ficá una mica colorat: - Calla, filla. No digues animalades.

Va tancá lo mossen lo breviari que estabe lligín y se va aclarí la gola, pero la seua veu va eixí, no obstán, empañada per una sorda gangossidat.

- Escolta - va di -, no es una prostituta la dona que se entregue a un home per amor.
La ramera es la que fa de lo seu cos y de les grassies que Deu li ha donat un comers ilíssit; la que se entregue a tots los homens per dinés. ¿Compréns la diferensia?

La Pesteta va eixecá lo pit, inexorable: - Pare, de totes maneres lo que ha fet la Irene es un gravíssim pecat, un asquerós pecat, ¿no es sert?
- U es, filla - va contestá lo mossen -, pero no irreparable. Crec que conec a don Dimas y no me pareix mal mosso. Se casarán.

La Pesteta gran se va tapá los ulls en los dits descarnats y va reprimí a miges un gemec:

- Pare, pare, pero encara ña un atra cosa - va di -. A man germana la ha fet caure lo ardó de la sang. Es la seua sang la que ha pecat. Y la meua sang es la mateixa que la della. Yo podría habé fet lo mateix. Pare, pare, me acuso de aixó. De tot cor, horriblemen apenada, me arrepentixgo de aixó.

Se va eixecá don José, lo mossen, que ere un gran san, y li va tocá lo cap en los dits:

- Ves, filla. Vésten cap a casa y tranquilísat. Tú no tens la culpa de res. Lo de la Irene, ya u arreglarem.
Lola, la Pesteta gran, va abandoná la rectoría. En serta manera estabe mes consolada. Per lo camí se va repetí mil vegades que estabe obligada a expresá lo seu doló y vergoña de manera ostensible, ya que pedre la honra sempre es una desgrassia mes gran que pedre la vida. Influída per esta idea, al arribá a casa, va retallá un cartonet de una caixa de sabates, va agarrá un pinsell y en lletres nervioses va escriure: "Tancat per deshonra". Va baixá al carré y lo va enclavá a la porta de la tenda. La botiga, segóns li van contá a Daniel, lo Mussol, va está tancada deu díes en les seues deu nits consecutives.

martes, 22 de diciembre de 2020

Lo corv. Edgar Allan Poe.

Lo corv.

Edgar Allan Poe.

Traducsió de Ramón Guimerá Lorente (Moncho).


Lo corv. Edgar Allan Poe. Traducsió de Ramón Guimerá Lorente, Moncho

Traducsió de una versió trobada a internet
que no té res a vore en la original de Edgaret "The Raven".
Carlos Arturo Torres.


I

Una nit pavorosa, ñirviós
relligía un mamotreto gros
cuan vach creure escoltá
un extrañ soroll, de repén
com si algú tocare suavemén
a la meua porta: «Visita impertinén
es, vach di, y res mes».

II

¡Ah! Men enrecordo mol be; ere al ivern,
impassién yo medía lo tems etern
cansat de buscá
als llibres la calma tranquilisadora
al doló de la morta Leonora
que habite en los ángels ara
¡pera sempre mes!

III

Vach sentí los cruixits y l´elástic
rosá de les cortines, un fantástic
terror, com may sentit había
y vach volé aquell soroll explicám,
lo meu espíritu oprimit calmá per fin:
«Un viaché perdut es,
vach di, y res mes».

IV

Ya en mes calma: «Caballé
vach cridá, o dama, suplicátos vull
tos servigáu excusá
pero la meua atensió no estabe ben desperta
y va sé la vostra cridada tan inserta...»
Vach obrí allabonses de gom a gom la porta:
oscurina, y res mes.

V

Miro al no res, exploro la tiniebla
y séntigo entonses que la meua mén
se ompli de idees com cap atre mortal
les va tindre abáns,
y escolto en oíts anhelans
«Leonora » unes veus sussurrans
murmurá, y res mes.

VI

Torno a la meua estansia en temó
y torno a escoltá mes fort fotre cops;
«algo, me dic, toque a la finestra,
compendre vull la siñal arcana
y calmá esta angustia sobrehumana»:
¡lo ven, y res mes!

VII

La finestra vach obrí: revolán
vach vore entonses un corv aleteján
com un muixó de un atra edat;
sense mes seremonia va entrá a la sala
en gesto siñorial y negres ales
y damún de un busto, al dintel de Palas,
se va posá, y res mes.

VIII

Miro al muixó negre, sonrién
dabán del seu grave y serio continén
y li escomenso a parlá,
no sense intensió irónica:
«Oh corv, oh venerable ave anacrónica,
¿quín es lo teu nom a la regió plutónica?»
Va di lo corv: «May mes».

IX

En este cas tan raro
me vach extraña de escoltá tan cla
tal nom pronunsiá
y ting que confessá que me vach assustá
pos dingú, crec, va tindre lo gust
de un corv vore, posat damún de un busto
en tal nom: «May mes».

X

Com si haguera volcat l´alma,
va callá lo muixó y ni un momén
les plomes va sorollá,
«datres de mí han fugit y yo me crec
que ell sen anirá demá sense tardá
com ya m´ha abandonat la esperansa»;
va di lo corv: «¡May mes! »

XI

Una resposta al escoltá directa
me vach di, no sense inquietut secreta,
«Es aixó y res mes.
Tot lo que va adependre de un amo desgrassiat,
al que tossut ha perseguit la fortuna
y sol este estribillo ha conservat
¡eixe may mes, may mes!»

XII

Vach girá l´assiento hasta quedám enfrente
de la porta, del busto y del vidén corv
y entonses ya, reclinat a la blana cadira
en somnis fantastics me afonaba,
pensán sempre en qué volíe di
aquell may mes, may mes.

XIII

Mol tems me vach quedá aixina ensomián,
y aquell extrañ muixó
sense pará mirán;
ocupabe lo diván
de vellut, aon juns mos assentabem
y en lo meu dol, pensaba que Ella,
may mes ocuparíe esta habitassió.

XIV

Entonses me va pareixe l´aire denso
com una auló de sucarrat incienso
de un invissible altá;
y escolto veus repetí:
«Olvida a Leonor, béute lo nepenthes
beu l´olvido a les seues fons»;
va di lo corv: «¡May mes! »

XV

«Profeta, vach di, augur de atres edats
que van aventá les negres tempestats
aquí peral meu mal,
huésped de esta morada de tristesa,
dísme, oscur engendre de la nit de paó,
si una mel ñaurá per a la meua amargó»:
va di lo corv: «¡May mes!»

XVI

«Profeta, vach di, o dimoni, tú, corv,
per Deu, per mí, per la meua gran doló,
per lo teu poder fatal
dísme si alguna vegada a Leonora
tornaré a vore a la eternal aurora
aon está felís en los querubins»;
va di lo corv: «¡May mes! »

XVII

«Que sigue esta paraula la radera,
torna a la plutónica rivera»,
vach cridá: «¡No tornos mes,
no dixos ni potades, ni una ploma
y lo meu espíritu, rodejat de densa broma
libera del pes que té!»
Va di lo corv: «¡May mes! »

XVIII

Y lo corv parat, fúnebre y adusto
seguix sempre de Palas posat al busto
y en la llum del meu cresol,
proyecte una taca umbría a la alfombra
y la seua mirada de demoni assombre...
¡Ay! ¿La meua alma en dol
de la seua sombra se podrá apartá?
¡May mes!

https://narrativabreve.com/2017/02/el-cuervo-allan-poe-en-estado-puro.html

Aquí os ofrezco la traducción de Julio Cortázar y, tras esta, la versión original (The Raven).

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos.  Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir graznando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

//


Once upon a midnight dreary, while I pondered weak and weary,
Over many a quaint and curious volume of forgotten lore,
While I nodded, nearly napping, suddenly there came a tapping,
As of some one gently rapping, rapping at my chamber door.
`’Tis some visitor,’ I muttered, `tapping at my chamber door –
Only this, and nothing more.’

Ah, distinctly I remember it was in the bleak December,
And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor.
Eagerly I wished the morrow; – vainly I had sought to borrow
From my books surcease of sorrow – sorrow for the lost Lenore –
For the rare and radiant maiden whom the angels named Lenore –
Nameless here for evermore.

And the silken sad uncertain rustling of each purple curtain
Thrilled me – filled me with fantastic terrors never felt before;
So that now, to still the beating of my heart, I stood repeating
`’Tis some visitor entreating entrance at my chamber door –
Some late visitor entreating entrance at my chamber door; –
This it is, and nothing more,’

Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
`Sir,’ said I, `or Madam, truly your forgiveness I implore;
But the fact is I was napping, and so gently you came rapping,
And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door,
That I scarce was sure I heard you’ – here I opened wide the door; –
Darkness there, and nothing more.

Deep into that darkness peering, long I stood there wondering, fearing,
Doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before;
But the silence was unbroken, and the darkness gave no token,
And the only word there spoken was the whispered word, `Lenore!’
This I whispered, and an echo murmured back the word, `Lenore!’
Merely this and nothing more.

Back into the chamber turning, all my soul within me burning,
Soon again I heard a tapping somewhat louder than before.
`Surely,’ said I, `surely that is something at my window lattice;
Let me see then, what thereat is, and this mystery explore –
Let my heart be still a moment and this mystery explore; –
‘Tis the wind and nothing more!’

Open here I flung the shutter, when, with many a flirt and flutter,
In there stepped a stately raven of the saintly days of yore.
Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he;
But, with mien of lord or lady, perched above my chamber door –
Perched upon a bust of Pallas just above my chamber door –
Perched, and sat, and nothing more.

Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling,
By the grave and stern decorum of the countenance it wore,
`Though thy crest be shorn and shaven, thou,’ I said, `art sure no craven.
Ghastly grim and ancient raven wandering from the nightly shore –
Tell me what thy lordly name is on the Night’s Plutonian shore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’

Much I marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly,
Though its answer little meaning – little relevancy bore;
For we cannot help agreeing that no living human being
Ever yet was blessed with seeing bird above his chamber door –
Bird or beast above the sculptured bust above his chamber door,
With such name as `Nevermore.’

But the raven, sitting lonely on the placid bust, spoke only,
That one word, as if his soul in that one word he did outpour.
Nothing further then he uttered – not a feather then he fluttered –
Till I scarcely more than muttered `Other friends have flown before –
On the morrow he will leave me, as my hopes have flown before.’
Then the bird said, `Nevermore.’

Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken,
`Doubtless,’ said I, `what it utters is its only stock and store,
Caught from some unhappy master whom unmerciful disaster
Followed fast and followed faster till his songs one burden bore –
Till the dirges of his hope that melancholy burden bore
Of “Never-nevermore.”‘

But the raven still beguiling all my sad soul into smiling,
Straight I wheeled a cushioned seat in front of bird and bust and door;
Then, upon the velvet sinking, I betook myself to linking
Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yore –
What this grim, ungainly, ghastly, gaunt, and ominous bird of yore
Meant in croaking `Nevermore.’

This I sat engaged in guessing, but no syllable expressing
To the fowl whose fiery eyes now burned into my bosom’s core;
This and more I sat divining, with my head at ease reclining
On the cushion’s velvet lining that the lamp-light gloated o’er,
But whose velvet violet lining with the lamp-light gloating o’er,
She shall press, ah, nevermore!

Then, methought, the air grew denser, perfumed from an unseen censer
Swung by Seraphim whose foot-falls tinkled on the tufted floor.
`Wretch,’ I cried, `thy God hath lent thee – by these angels he has sent thee
Respite – respite and nepenthe from thy memories of Lenore!
Quaff, oh quaff this kind nepenthe, and forget this lost Lenore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’

`Prophet!’ said I, `thing of evil! – prophet still, if bird or devil! –
Whether tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore,
Desolate yet all undaunted, on this desert land enchanted –
On this home by horror haunted – tell me truly, I implore –
Is there – is there balm in Gilead? – tell me – tell me, I implore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’

`Prophet!’ said I, `thing of evil! – prophet still, if bird or devil!
By that Heaven that bends above us – by that God we both adore –
Tell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall clasp a sainted maiden whom the angels named Lenore –
Clasp a rare and radiant maiden, whom the angels named Lenore?’
Quoth the raven, `Nevermore.’

`Be that word our sign of parting, bird or fiend!’ I shrieked upstarting –
`Get thee back into the tempest and the Night’s Plutonian shore!
Leave no black plume as a token of that lie thy soul hath spoken!
Leave my loneliness unbroken! – quit the bust above my door!
Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!’
Quoth the raven, `Nevermore.’

And the raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
On the pallid bust of Pallas just above my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon’s that is dreaming,
And the lamp-light o’er him streaming throws his shadow on the floor;
And my soul from out that shadow that lies floating on the floor
Shall be lifted – nevermore!

sábado, 22 de diciembre de 2018

Tretse llibres que may van existí, Franco, prohibissió del catalá

Tretse llibres que may van existí, Franco, prohibissió del catalá

http://www.agonfilosofia.es/index.php?option=com_content&view=article&id=383&Itemid=15

Imaches al final.


Francisco Franco disfruta todavía de no pocos seguidores en nuestro país, algo perfectamente visible cuando uno examina el panorama político y la actitud de determinados partidos ante la Ley de Memoria Histórica impuesta por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero: PSOE, IU, Podemos, PP o Ciudadanos. Todos ellos comparten una característica fundamental: se trata de partidos de izquierdas, si bien algunos como el PP son prácticamente unos recién llegados a ese lado del espectro político. Comparten, además, otra característica esencial: están muy contentos de que Franco haya sido un dictador, pues esto les permite subir nuestros impuestos con excusas tan dispares y rocambolescas como, entre otras insensateces, cambiar los nombres de “calles franquistas”, rotular en catalán o imponer una “educació en català”. Todo ello en valiente lucha contra un régimen cuyo máximo representante Franco, lleva muerto cuarenta años.
Dicen estos francófilos que Franco fue un malvado dictador. Y de derechas, para más inri. Y quien menos se parece a un dictador de derechas, sino que es más bien todo lo contrario, alguien de izquierdas, ¿no va a ser bueno? Si no les suena el argumento, les recomiendo que dejen a un lado el Manifiesto Comunista de Marx y echen un vistazo a la siempre actual Genealogía de la Moral de Nietzsche, cuya metáfora entre los corderos y el hombre débil y enfermizo surgido en el seno del cristianismo bien podría aplicarse a aquellos que hoy siguen esa religión secular llamada marxismo, una ideología que guarda enormes semejanzas con la secta de los nazarenos.
Entre las pantomimas que a todos nos han inculcado en Cataluña desde la infancia se encuentra la ficticia prohibición franquista de la lengua catalana, un agravio que se ha convertido en dogma indiscutible y cuya negación le vale a cualquiera el calificativo de franquista. No obstante, los hechos demuestran que durante la dictadura el gobierno español no sólo defendió la lengua catalana, sino que permitió que esta floreciese con absoluta libertad en el mundo de las artes. Así, durante el franquismo existieron, por ejemplo, editoriales especializadas en la tan vilipendiada lengua como Selecta (1946) o Edicions d’Aportació Catalana (1962) y productoras discográficas catalanas como Edigsa o Concèntric, además de realizarse habitualmente conciertos, películas, obras de teatro e, incluso, tesis doctorales en catalán.

Uno de los ejemplos más notables de la falsedad de la afirmación que aquí pretendemos refutar –que la lengua catalana sufrió represión durante el franquismo–, ha sido ya comentado en esta página web.

Se trata de una noticia que apareció en La Vanguardia el 30 de marzo de 1969, en pleno franquismo, en referencia a la condena a Néstor Luján, director de la revista Destino, por permitir la publicación de una carta en la que se atacaba la lengua catalana.
Pero el entorno en donde el catalán brilló con más fuerza fue sin duda el de la literatura. Cientos de libros fueron legalmente publicados en estos años sin que sus autores o editores sufrieran persecución alguna, como demuestra el simple hecho de que se incluyese en los mismos la dirección física de la editorial en la Ciudad Condal, Manresa o Reus, entre otras. Libros no sólo en catalán, sino también sobre lengua catalana y destinados a su enseñanza. / También hay para el mallorquín y valenciano durante la dictadura de Franco /
El hecho de que estos libros permanezcan ignorados, no sólo evidencia cuán grande es la desmemoria histórica de los catalanes, sino que constata una vez más que el verdadero enemigo de la lengua y de la cultura catalana no es Franco, sino el nacionalismo catalán.
Ellos han intentado borrar de la historia de la literatura y de las artes todos estos volúmenes para así inventarse su particular “Cosa Nostra” con la que enriquecerse a costa del contribuyente. A continuación mostramos una breve galería de algunas de las muchas obras que el lector curioso podrá localizar fácilmente en cualquier biblioteca universitaria catalana.

[Edición barcelonesa de las obras del escritor catalán Pero Martínez, prologadas en español, con texto en el catalán original del s. XV.]
  

2. Josep MiracleGramàtica catalana, Tallers Gràfics de la S. G. De P., Barcelona, 1951.
[Segunda edición de la Gramàtica catalana de Josep Miracle, publicada originalmente en febrero de 1938. En la primera página puede leerse “Tallers Gràfics de la S. G. De P., S.A. – Comte Borrell, 243-249 – Barcelona”.]


3. Antonio Badía MargaritGramática histórica catalana, Noguer, Barcelona, 1951.
[Gramática catalana publicada en lengua española en 1951, el mismo año de la reedición de la gramática de Josep Miracle, e impresa en Manresa. Además de reproducir un mapa lingüístico de lo que hoy se denomina “Países Catalanes”, en la pág. 10 de la introducción puede leerse lo siguiente: “Quiera Dios que la segunda mitad de este siglo que mañana empieza se caracterice por la continuación de las grandes obras que el catalán tiene entre manos”.]
   

4. Joan AlcoverObres completes, Selecta, Barcelona, 1951.
[Edición de las obras completa de Joan Alcover en lengua catalana, con “prólogo de Miquel Ferrià y Joan Pons i Marquès” y “Nota bibliográfica, por Joan Pons i Marquès”. Esta obra fue impresa por “Tallers Gràfics ARIEL, S.L. – Carrer d’Aragó, 255 – BARCELONA”.]
     

Dos detalles del contenido del libro:
  
Izquierda: “Las cuestiones de lenguaje, importantes en todos los países, lo son más en Cataluña; mejor diría, en Cataluña vibran en el entorno del lenguaje cuestiones que en la mayoría de los pueblos no existen. No estamos aquí, por extraño que parezca, en posesión pacífica del órgano natural de expresión; y por eso el idioma, discutido y pleiteado, se encuentra, por así decirlo, en situación militante, y lleva espada y yelmo en defensa propia y en defensa de los derechos que representa”, en Joan Alcover, “Cultura de llenguatge” [Conferencia pronunciada el 12 de diciembre de 1916 en la Sala Mozart de Barcelona], en J. Alcover, Obres Completes, 1951, p. 244.
Derecha: “El catalán es, entre nosotros, la única expresión posible del escritor-artista”, en J. Alcover, “La llengua catalana és entre nosaltres l’única expresió possible de l’escriptor-artista” [Discurso del Primer Congreso Internacional de la Lengua Catalana en Barcelona, 1906], en J. Alcover, Obres Completes, 1951, p. 273.

5. Josep Miracle, La restauració dels Jocs Florals, Aymà, Barcelona, 1960.
[En 1960, diez años después de la reedición de su gramática catalana, Josep Miracle publica La restauració dels Jocs Florals en Barcelona, obra por la que le fue otorgado el “Premio Francesc Matheu del Instituto de Estudios Catalanes”.]


6. J. M.ª Arnavat, Els set pecats capitals, Arca, Barcelona, 1963.
  

7. J. M.ª Arnavat, Declaro pertot i enlloc. Poemes, Arca, Reus, 1963.


8. A. Bori i Fontestà, El trobador català, Millà, Barcelona, 1963.
[Primera edición de El trobador català de Bori, publicada por la Editorial Millà, sita en “Carrer de Sant Pau, 21 – Barcelona” e impresa por “Imprenta Muñoz. Constitución, 19 – BARCELONA”. Como puede verse en la imagen, la obra dispone tanto de número de registro como de depósito legal.]
     

9. Joseph GulsoyEl Diccionario valenciano-castellano de Manuel Joaquín Sanelo. Edición, estudio de fuentes y lexicología, Sociedad Castellonense de Cultura, Castellón de la Plana, 1964.
[Joseph Gulsoy dedicó su tesis doctoral en 1961, bajo la dirección de Joan Corominas, al diccionario valenciano-castellano de Manuel Joaquín Sanelo, conservado en manuscrito. Su publicación en 1964 a cargo de la Sociedad Castellonense de Cultura contó con la financiación del “Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Banco de Valencia y la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Castellón”.]
   


10. Francesc Torres i LloretApel·les, sóc aquí, El Llibres d’Or, Tàrrega, 1966.
[Lujosa edición con portada dorada de Apel·les, sóc aquí… de Torres i Lloret, con prólogo de Josep Miracle. Esta obra fue editada e impresa por “F. Camps Calmer, editor – Sant Eloi, 2 – Tàrrega”.]
     

   

12. Rosa Maria Arquimbau, La Pau és un interval, Pòrtic, Barcelona, 1970.
[La pau és un interval, de Rosa Maria Arquimbau, apareció en su primera edición en catalán en 1970, dentro de la colección de libro de bolsillo de la Editorial Pòrtic y fue impreso por “Talleres Gráficos Ibero-Americanos, S.A. – Provença, 86”].
  






Joan Alcover, obres completes

Joan Alcover, obres completes

Joan Alcover, obres completes 2


















Franco, PSOE, PP, VOX, C´s, ERC, IU, CUP, PDECAT, gracias por no olvidarme nunca