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domingo, 21 de noviembre de 2021

DVA, Gerónimo Borao, introducción, 2

II.


A este examen vamos a dedicar el resto de nuestra tarea, procurando señalar la procedencia de algunas palabras, legitimando en lo posible su uso, probando que a su invención ha precedido instintivamente el mejor juicio, y manifestando que no son barbarismos de gente inculta, sino a veces primores que el idioma castellano debiera prohijar (53)
o no haber abandonado. Entiéndase que para la formación de este discurso, así como para la del Diccionario que le sigue, hemos de servirnos, en cuanto nos sea dable, de escritores aragoneses, de anuncios e inscripciones oficiales, de avisos impresos, de la conversación de personas cultas, y sólo en donde todo esto no alcance, del habla común de los aragoneses. No abultaremos, pues, el vocabulario ni la crítica con palabras de las que frecuentemente se improvisan pero no se extienden ni se hacen permanentes: tampoco no lo haremos con las locuciones latinas usadas por nuestros foristas como ne pendente apellatione, artículo de toliforciam, sentencia de lite pendente, neutram y otras, pues aunque sabemos que la Academia incluye algunas locuciones latinas, de antiguo castellanizadas, no le hace, y esto con su habitual prudencia, sino cuando son del dominio general y no del tecnicismo de una ciencia; ni tenemos por verdaderamente aragonesas, aunque de uso particular de nuestros escritores, algunas libertades derivadas del idioma castellano, como tierra baja para denotar cierta comarca de la derecha del Ebro y alto Aragón para denotar la de la izquierda, turbante en sentido del que turba, comisante por el que comisa y adminiculado de adminicular, voces usadas por Larripa; adrezar que dice Blancas; catedrero que consignan los Gestis de la Universidad de Zaragoza; consimile por semejante; reforme por reforma y tisiquez por tisis, que hemos leído en otra parte; caminos circunstantes que también hemos visto usado; membranáceo que dice no mal, en lugar de membranoso, el racionero Latassa; comisarios (54), cercenadores, lugar tenientes y otros cargos que no puede especificar el Diccionario de la lengua y que sin embargo son corrientes en los tratados de legislación aragonesa.

Procedemos en este punto con tal cautela y tan desapasionadamente, que ni damos cabida a algunas palabras (55) por el solo hecho de hallarse en nuestros autores y no en el Diccionario de la Academia; ni incluimos otras que son explicadas como aragonesas por algunos escritores pero que en el Diccionario oficial figuran como castellanas, tales son universidades, gramalla, pedreñal y otras varias; ni acrecemos mucho nuestro Vocabulario con otras cuya definición académica no tiene el alcance de los textos aragoneses como en aquellas hermosas palabras de la Unión “porque non querrian, si Deus e el seynor rey quissies, tener ni seguir otra carrera que la suya;”
ni aun reputamos como aragonesa la palabra dosel usada en las coronaciones de Blancas y calificada como esencialmente aragonesa por él y su comentador el cronista Andrés, el cual para su mejor inteligencia se refiere, bien inoportunamente por cierto, al Tesoro de Covarrubias y al Comento del Polifemo, escrito por García Coronel, cuyos autores no le dejan muy airoso con sus declaraciones.

Lo mismo hemos practicado con algunas palabras puramente lemosinas o catalanas como mateix, res, tantost, apres, nueyt, muyto, destrenyer (acosar), los adverbios en ment o mientre, y con mucha más razón cercar por buscar que usa el Códice de los Privilegios de la Unión, y environar por cercar que dijo el rey D. Martín en la famosa oración con que abrió las cortes de 1398. Hemos también omitido algunos de los muchos tributos o pechas que en documentos latinos aparecen, pero que no creemos del todo aragoneses, como plantáticum que se pagaba por echar el ancla, plateaticum por pasar las plazas, porcagium por los cerdos, salinaticum por la sal, portulaticum y tavitáticum por las naves, etc.; y también algunos de los oficios de la casa real, como subbotellerius, subfornarius, sobrecoch (jefe de la cocina) (Koch, alemán “koj”: cocinero; inglés cook “kuk”) y otros varios, si bien con esta ocasión enumeraremos los que se hallan discernidos en las Ordinaciones de la Real casa de Aragón, compiladas por Pedro IV en idioma lemosín el año 1344, (están en historia-aragon.blogspot.com , son parte de la colección de los Bofarull) traducidas al castellano en 1562 por el protonotario (protonario en el original; prothonotari en un texto del Ceremonioso: https://historia-aragon.blogspot.com/2019/12/offici-sagelladors-scrivania.html )
D. Miguel Climente de orden del príncipe D. Carlos y dadas a la estampa en Zaragoza año de 1853 por D. Manuel Lasala, cuyos oficios (que decíamos) son, dejando a un lado los de uso y nombre más conocidos, los de botilleros mayores y comunes, aguador de la botilleria, panaderos mayores y comunes, escuderos trinchantes, argentarios o ayudantes de cocina, menucier o repartidor, escuderos que traen los manjares, comprador, cazadores o perreros, sobreacemilero y sotacemilero, tañedores, escuderos y ayudantes de cámara, guarda de las tiendas, costurera y su ayudante, especiero, barrendero y lavador de la plata, hombres del oficio del alguacil (jusmetidos a él para aprender criminosos), mensajeros de vara o vergueros, escalentador de la cera para los sellos pendientes, selladores de la escribanía, promovedores, enderezadores de la conciencia, sotaporteros; servidor de la limosna
(almoyna) y escribano de ración que era a manera de contador o tenedor de libros.

Con igual economía hemos obrado al examinar el Índice donde se declaran algunos vocablos aragoneses antiguos, el cual, aunque trabajado por el insigne Blancas; si bien contiene doscientas nueve voces, pero trae muy pocas rigurosamente aragonesas; y aun por eso no hemos incluido de entre ellas sino diez, habiendo despreciado las que nos han parecido castellanas antiguas, que son las más, y habiendo renunciado no sin pena a algunas otras que no dejan de tener semblante aragonés, como son aconsegüexca alcance, bellos ricos, boticayx bofetada, camisot alba, caxo mejilla, desconexenza ingratitud, esguart cuenta, guarda-corps sayo, las oras entonces, lunense apártense (luny, lluny, alunyar, allunyar; chap. llun), meyancera medianía, ont por esto, pertesca parta o tome, pertaña toma, rengas riendas, sines sin, vaxiellos vasos, umplie llenó, izca salga (ixca, ixir, eixir; exitus).

Esa misma parsimonia, pero mucho más fundada, nos ha guiado en cuanto a las palabras castellanas que Ducange define en su Glosario (56), apoyado en documentos aragoneses, cuales son, entre otras, acémila, albarda, alodial, arada, armador, azcona, bandosidad, cabezalero, cahiz, corredor, escombrar, espera, fincar, jurista, malatia, maleta, mayoral, mezclarse, parral, pérdida, perdidoso, quilate, quitación, rastro, realengo, renegado, saca, salva, sesmero, sobreseimiento, soldada, sollo, tapial, taza, timbre, tornadizo y trepado (57). Y si contra este nuestro sistema de conceder a Castilla cuanto la Academia le atribuye (sea cual fuere el verdadero origen de las voces), damos cabida a las ciento o algunas más académicas que Peralta incluye en su Ensayo de un Diccionario aragonés castellano, es, no tanto por ser ellas de más uso, si ya no de procedencia aragonesa, cuanto por respetar, como base de nuestro Vocabulario, el primer trabajo que se hizo en ese género; mas, así y todo, las señalamos, para descargo de nuestra responsabilidad literaria, con una letra particular que las distinga, y esto nos permite marcar asimismo las que como aragonesas o provinciales incluye la Academia y las que se deben exclusivamente a nuestra tal cual diligencia.

Pero no hacemos tanto, antes las excluimos por completo, con muchas de las voces que en sus respectivas obras de historia natural escribieron dos insignes botánicos, Bernardo Cienfuegos en los primeros años del siglo XVII y D. Ignacio de Asso (zaragozano) en los últimos del XVIII. Este, sobre todo, a quien se deben muy curiosos y eruditos tratados sobre las producciones, las ciencias, las leyes, la economía política y aun la literatura de Aragón, tuvo la advertencia de consignar, lo mismo en su Synopsis stirpium indigenarum Aragoniae (1779), que en su Introductio ad Oryctographiam et zoologiam Aragoniæ (1784), las voces puramente aragonesas con que se designaban y todavía se designan en el país (que recorrió herborizando y estudiando su suelo y los animales que le pueblan) los objetos sometidos a su descripción. En consecuencia de su plan, calificó unas veces con la palabra vernaculé o provincial de Aragón, otras con la más expresiva de nostratibus, las palabras que tenía por exclusivamente aragonesas, distinguiéndolas de todas las restantes con la anteposición de la palabra hispanis; y por si pudiera dudarse de que designaba con aquellos antepuestos los vocablos aragoneses, él mismo lo declara, ora en el prólogo diciendo Adjunxi etiam vernacula provintiæ nostræ nomina, ora en el índice que titula Nomina hispánica et vernacula Aragoniæ.
Y decimos todo esto, porque parece después muy extraño que persona tan competente en todo aquello que emprendía, calificara de aragonesas palabras que pasan por castellanas, como asnallo, balsamina, cadillo, camomila, cebadilla, ginesta (
plantagenet; parecida a la aliaga, argilaga), margarita, regaliz (regalíssia), sosa, tuca, anadón, andario, becada, calandria, chorlito, dogo, gavilán, lechuza (chuta, ólipa), pajarel, perdiguero, picaraza (garsa en Beceite), polla de agua (focha), pulgón (puó), saboga, tordo (tord o tort en Beceite; tordus), triguero, verderol y otras. Colocónos (nos colocó) esto en la difícil alternativa, o de aceptar por aragonesas bajo la fé de quien, puesto que filólogo, al cabo no se distinguió como etimologista, palabras que no sólo la Academia pero aun los hablistas castellanos han considerado de uso general entre los españoles (también chófer, y no es castellana, a ver si adivinas de dónde viene; o aspirina); o de desairar, sinó, el voto calificado de un literato dedicado con ardor a las ciencias naturales y conocedor por sí mismo de los nombres con que la ciencia y el vulgo designan cada cual los objetos de la naturaleza. Pero nuestra imparcial elección ha estado en favor del habla común española, no sólo por el mayor crédito que nos merecen las muchas y buenas autoridades que contradicen la absoluta de Asso, sino por otra consideración que, favorable como lo es a Aragón, no podemos excusarnos de aducirla.

De esas voces, hoy todas castellanas, supuesto el admitirlas como tales la Academia, las hay, como balsamina, cadillo, calandria, cebadilla, chorlito, dogo, gavilán, ginesta, perdiguero, pulgón, regaliz, saboga y sosa, que ya se hallaban incluidas en la edición príncipe del Diccionario publicada en 1726 por aquella corporación literaria, y no se concibe cómo pudo desentenderse de esta autoridad el naturalista de Asso: pero hay otras, y a la fé muy bellas, como andario, asnallo, camomila, margarita, pajel,

picaraza, polla de agua, tordo, tuca y verderol, que no tenían cabida en aquella edición (58), que en Aragón eran ya muy usuales, y que hoy han pasado al fondo común de la Academia, sin que de nuestra parte quepa contra esto reclamación alguna,
(
como pasan casi todas las palabras aragonesas, mallorquinas, valencianas al DCVB y las consideran catalanas. Sólo hace falta revisar un poco Lou tresor dóu Felibrige para ver su procedencia occitana) como quiera que todos los idiomas viven de esos cambios mutuos, principalmente cuando la lengua de una nación prevalece (como su política) sobre los dialectos (o lenguas documentadas) de las provincias que vienen a constituirla.

Pero hay que considerar como aragonesas algunas palabras que, si bien incluidas como castellanas en el Diccionario general de la lengua, no puede negarse que son de uso constante, popular, y, por decirlo así, privilegiado en Aragón, mientras lo tienen muy raro o ninguno fuera de él, pudiendo asegurarse desde ahora que, pasado algún tiempo, y cuando ya la Academia forme la convicción en que nosotros nos hallamos, habrá de conservarlas en su Diccionario con el carácter exclusivo de provinciales de Aragón (59). Aquí, en efecto, se dice suplicaciones por barquillos como en el Desden con el desden; no marra por no falla como en las farsas de Lucas Fernández; aturar, como en Berceo «Abrán con el diablo siempre a aturar, y como en Lorenzo de Segura «Anda cuemo ruda que no quiere aturar,» amanta, amprar, arguello, arramblar, caño, malmeter, masar, paridera, punchar, rematado, vencejo, y otras varias (60) que se usan frecuentemente entre nosotros, y de las cuales y otras ya notó Capmany que algunas, como aturar, cal, dita, malmeter, ostal y pudor, eran a un tiempo de Cataluña y de Castilla.

De entre las palabras verdaderamente aragonesas aunque de apariencia castellana, de entre las palabras que, a cambio de otras citadas y consentidas como castellanas, tenemos que revindicar como nuestras y sólo nuestras, citaremos más detenidamente, por ser de las más vulgares en nuestro pueblo llano y sólo en él, la famosa expresión impersonal no me cal (no te cal, no le cal) en significación de no me importa, no me conviene, no me es menester, no me cumple, no tengo que etc., cuya frase, que no traen ni Covarrubias, ni la Academia en su Diccionario grande, ni el jesuita Terreros, ni Rosal en su Diccionario manuscrito, se halla autorizada en nuestros días como castellana por la Academia de la lengua, pero usada como aragonesa por sólo nuestros labriegos. (Yo soy filólogo de literatura inglesa y la uso en mi pueblo, Beceite) - En el poema del Cid hablando este de los Infantes sus yernos dice Curiellos quiquier ca dellos poco min' cal, y más atrás Si el rey me lo quisiere tomar, a mi non minchal: en el Poema de Alejandro se lee non te cal ca se vencires non te menguarán vasallos, y en otra parte Mas quequier que él diga a mi poco me cala: en las poesías atribuidas (61) a D. Alonso el Sabio también encontramos

E si vos veis este fuego

non vos otras cosas calen;

en el Laberinto de Juan de Mena

Mas al presente hablar no me cale;

Verdad lo permite, temor lo devieda;

en las poesías de A. Alvárez Villasandino:

Ya non me cal

pensar en al; (chap. ya no me cal pensá en datra cosa)

en las farsas o cuasi-comedias de Lucas Fernández n' os cale desemular; y, lo que es mucho más notable, en las epístolas del obispo Guevara, predicador de Carlos I, «no le cale vivir en Italia el que no tiene privanza de rey para se defender.»


Pero aunque las autoridades que llevamos citadas han podido influir en la Academia para la admisión de esa voz, que sin embargo no vemos incluida en el gran Diccionario de autoridades de aquella corporación, ni tampoco en el de Terreros publicado en 1786, debemos advertir que quienes la han conservado sin interrupción son los aragoneses, desde que (a nuestro parecer) la tomaron de los provenzales, en cuya poesía se halla usada repetidas veces, así como la tienen el idioma italiano en calere, el francés antiguo en chaloir, el catalan en caldrér, y, aun forzando un poco la analogía, el latín en calescere, agitarse, moverse, pudiéndose decir no me mueve, no me agita, no me domina, no me da cuidado, no me importa. Del uso lemosín no puede dudarse al leer en una canción de Pedro III no m' calgra no me sería necesario, y en un poema anterior (62) perteneciente a los primeros años del siglo XIII y publicado y traducido recientemente por Fauriel

Per Dieu, n’ Ugs, ditz lo coms, nons clametx que nous cal.

Por Dios, D. Hugo, dijo el Conde, no os quejéis, que no os conviene.

y más adelante al verso 4844

A la meridiana quel soleilhs pren lombral

el baro de la vila estan á no men cal.

esto es “al mediodía, cuando el sol penetra en todo sombrío y los defensores de la ciudad están descuidados”, o “no están sobre las armas,” como viene a decir Fauriel, o “están en un no me importa,” si fuera posible traducir así aquella expresión que de todos modos indica el abandono.

Y finalmente, verso 4913

Mas non aia Belcaires temensa que nolh cal.
que Fauriel traduce “Mais que Beaucaire n'ait plus de crainte; il n'en doit pas avoir" y que en castellano se puede expresar diciendo “Pero no tema Beaucaire, pues no debe, pues no le corresponde, pues no tiene motivo, pues no tiene por qué.”

Haciendo punto en esta digresión, ya demasiado extensa pero no inútil a nuestro propósito, y anudando el pensamiento de donde ha partido, tócanos manifestar que, señaladas las palabras usadas por autores aragoneses mas no por eso aragonesas, e indicadas también las que a toda luz son de Aragón aunque todavía calificadas como castellanas; pudieran añadirse ciertas otras generalmente usadas en Aragón y que, a pesar de serlo en Castilla por escritores de nota, no tienen cabida como castellanas en el Diccionario de la lengua; tales son haldeta que usa Moratín en aquel verso de sus Navés de Cortés.

de azul y negro las haldetas de ante;

esmangamazos, que, sin el prepuesto privativo, leemos en aquellos versos del Cancionero de Baena

A ty mangamazo syo otra tonsura.

por mi serà dada muy gran penitencia;

(págs. 447 y 481.)
laminero, que tanto divierte a los castellanos cuando lo oyen a algún aragonés y que, sin embargo, no sólo es muy natural derivado de lamer, y muy parecido a lamistero y lamiscado, sino que se ve usado en el arcipreste de Hita,

La golosina tienes goloso laminero;
a placer, que vemos en aquel romance

en corte del rey Alfonso

Bernardo a placer vivía;

pintar, que usan nuestros pastores por tallar, aunque justo es decir que la Academia lo hace sinónimo de escribir, explicando bien ambas versiones aquellos versos encantadores de Gil Polo

mas serate cosa triste

ver tu nombre allí pintado (señalado en mil robles)

…..

no creo yo que te asombre

tanto el verte allí pintada etc.;

mueso, o bocado, (mos; mossegá) que derivado de morsus (de donde después almuerzo) (amorsá, almorsá) se halla como provincial de Aragón y, no obstante, lo encontramos en el Poema del Cid.

Nol' pueden facer comer un mueso de pan,

y en el de Alejandro aunque con varia lección, y en los poetas del Cancionero de Baena

E luego será del todo vengado

el mueso podrido que dió el escorpion
….

Mas freno sin mueso é chapa

vos daria aun emprestado;

peñora (pignorare) y caritatero que explican Berganza y Merino, dando a pennora el significado de multa y prenda, y a caritas el de refección de bebida tras la colación y lección espiritual; tastar, (taste inglés: probar) que si bien se halla en sentido de tocar, derivado de tactus, también tiene en Berceo el de probar o morder en aquel verso

Que de meior boccado non podriedes tastar;
macelo, cuyo derivado macelario no incluye la Academia pero sí en sus vocabularios los eruditos PP. Berganza y Merino; vencejo, de vinculum, (
vencill, bensill, etc; para atar una garba de paja, alfalfa) que, aunque admitido por la Academia en significación de ligadura, sobre todo para atar las haces (feix, feixos) de las mieses, lo declara
D. Tomás Antonio Sánchez privativo de Aragón al explicar el verso de Berceo

Alzáronlo de tierra con un duro venceio;

cútio, que en Aragón significa constante, diario, no interrumpido, conforme con su elimología quotidie, quotidianus, y que la Academia escribe y explica de otro modo, poniendo cutío, trabajo material, y omitiendo absolutamente en su Diccionario el adjetivo cutiano (quotidiano) (cotidiano) que leemos en el poema de Alejandro

Un pasarïello que echaba un grant grito

andaba cutiano redor de la tienda fito

y en Berceo

facie Dios por los omes miraclos cutiano

y en el célebre Villasandino

Pues memento mey cutiano disanto.

de, partícula expletiva que se usa en la frase me dijo de antes su parecer, y en otras parecidas, y que también usan nuestros clásicos como Cervantes, “tan bien barbado y tan sano como de antes,“ y el obispo Guevara “y sus pueblos quedaron como de antes perdidos.“

Añadiríamos a estas algunas otras palabras y frases que, siendo muy familiares en Aragón, y no teniendo nada de exóticas ni nuevas, están excluidas, no obstante, del Diccionario de la Academia, por donde oficialmente resultan no ser castellanas, mientras son positivamente, ya que no aragonesas, de uso aragonés; pero atribuyendo este silencio, no a decisión magistral sino a descuido inevitable de aquel sabio cuerpo literario, no adicionaremos el anterior catálogo ni aun con las dos que por ahora nos ocurren. Es la una llevar la corriente, frase que hemos oído a castellanos puros y que usa el Duque de Rivas (poeta cordobés) en el romance último de su Moro Expósito

“, le acaricia, le lleva la corriente”

La otra es la voz medicina que no se define por la Academia sino como “ciencia de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano,” y que en sentido de medicamento (63) es en Aragón vulgarísima, se usa mucho por los facultativos y se lee con frecuencia en las Ordinaciones del Hospital de Zaragoza 1656, siendo además común a la lengua italiana y al dialecto catalán, pero que no puede formar parte de nuestro Diccionario cuando la vemos usada en todos los más distinguidos escritores castellanos, desde Cervantes a Espronceda, desde Quevedo hasta el poeta popular Trueba, y lo mismo en fr. Luis de Granada que dice sin los tormentos de los médicos y las medicinas, en Mexía como el buen medico sus medicinas, en Guevara y lo poco que las medicinas le han aprovechado, en Rhúa que sana la herida con medicinas lenitivas.

Pasando ahora a uno de los más notables grupos en que pueden dividirse las palabras aragonesas, digamos en honor suyo que este pueblo ha conservado un gran número de las que constituyeron el habla antigua castellana, siendo ya consideradas como arcaísmos fuera de uso algunas y no pocas, que acá nos son del todo familiares, y que en parte componen el más usual vocabulario de la gente inculta, cuyos modismos excitan hasta cierto punto la compasión de quien los oye, ignorándose, aun por nosotros mismos, que así hablaron los padres del común idioma castellano.

Sería, en efecto, un trabajo muy curioso el de reunir las voces, incorrectísimas hoy, de las clases últimas del pueblo, y observar su perfecta identidad, no ya con las que se emplearon en los siglos primeros del habla, sino aun con muchas de los escritores que florecieron en el siglo XVI (64). Llegarían esas semejanzas hasta el punto de ser fácil componer todo un discurso, y aun todo un libro, con palabras tomadas del antiguo castellano, que sin embargo serían exactamente las que usa con predilección el pueblo aragonés; bien que muchas de ellas no dejan de ser comunes con el ya bárbaro dialecto que todavía conserva el estado llano en toda España. Sean ejemplo de esta observación, sin que por eso abultemos con ellas nuestro Diccionario, las palabras niervo; omecida, gomitar, buticario, reconvinió, *prolvengan, filicidad, tuviendo, entreviniendo, abellota, quisiendo, *previdencia, risistir, pidir, dicir, recebir, vieda (veda), siguidilla, ambrolla, crocodilo, (latino puro) virificar, ogepción, asasinar, etc. Séanlo también mesmo, trujo (65), agora, escuro, enantes, dende, que los poetas dicen con frecuencia. Séanlo igualmente estentinos, malmeter y rancar, que usa Juan Lorenzo de Segura; emparar que se lee en Berceo; bulra, estoria, estruir y mandurria que emplea el arcipreste de Hita ; churizo (66), (choricer en Alcañiz, jueves lardero y chorizo) previlegio y rétulo, que nos dice Covarrubias; rabaño y aspárrago que conforman más con la etimología hebrea y latina; pedricado, que dice el rabí D. Santob; cantacio, estentino y otras muchas que se ven en el Cancionero de Baena; empués, que dice Marcuello (pero también Berceo); agüelo y cudicia Aldrete; acontentar el autor del Diálogo de las lenguas; inconvinientes, encorporar y muchas otras Zurita; riguridad Tirso de Molina; mesmamente el P. Isla.

Pero estas palabras no son otra cosa, aunque saludadas con el nombre de barbarismos, sino ligeras desviaciones enfónicas de otras verdaderamente castellanas: las hay que siendo notadas en Castilla como arcaísmos, son en Aragón bastante corrientes, y de ellas citaremos (aunque no hagamos uso de todas en el Diccionario) abejera, aconsolar, afigir, afirmar, almuestas, aplegar, apoticario, árcaz, asin, asisia, asumir, azarolla, bahurrero, batifulla, batimiento, bogeta, buco, cadillo, calendata, cablieva, canso, capacear, casada, cocote, coda, espedo, fajo, fendilla, ferial, fosal, interese, marzapán, mayordombría, mida, mueso, nano, ostaleros, otri, pasturar, peñorar, pigre, tardano, tributación etc.; de cuyo catálogo, que pudiéramos no sin dificultad engrandecer, se deduce lo que ya hemos indicado, es a saber, la religiosidad con que el pueblo ha guardado la antigua manera de hablar, haciendo en él la ignorancia las veces del respeto.

No son menos recomendables, pues son igualmente puras y perfectamente conformes con la índole o genio del idioma, las palabras compuestas que ostenta el aragonés.
No hay para qué decir la belleza y el número que de los compuestos resulta; ni la facilidad con que la lengua española los admite, merced a sus terminaciones vocales y a la buena proporción en que entran estas letras; ni la condensación que producen, economizando circumloquios y partículas; ni el uso que de ellos hicieron las lenguas antiguas, principalmente la griega: todo es demasiado conocido para necesitar
esplanarlo, y mucho menos aquí en donde por otra parte no tiene su principal asiento. Pues bien: de estas composiciones que deben tomarse, sino es en las ciencias, del fondo que ofrece el propio idioma (según lo insinuó Mayans con acierto, tomando cabalmente por ejemplo una voz aragonesa) hay algunas, entre las muchas que a cada

paso inventa la conversación, como aguacibera, aguallevado, aguatiello, ajoarriero, ajolio, alicáncano, alicortado, antecoger, antípoca, apañacuencos, arquimesa, arrancasiega, babazorro, botinflado, cabecequia, carasol, casamuda, cazamoscas, contrayerba, entrecavar, escondecucas, gallipuente (gallipont, gallipons), habarroz, hurtadineros, malbusca, matacabra, matacan, miramar, paniquesa, rabiojo, sobrebueno, sobrecielo, tragacantos, zabacequias.


Y si de los compuestos pasamos a los derivados, que son una parte tan principal, y por ventura la más numerosa de los idiomas, ¿cuántos no encontraremos en Aragón, cuya mayor parte debieran adoptarse por la Academia? Permítasenos ofrecer de ellos una muestra, la cual, contribuyendo a esclarecer este punto, dejará también probado que en la conservación tenaz de sus modos de hablar, generalmente proceden los aragoneses con una lógica instintiva, muy ajena de la especie de extrañeza depresiva con que son saludados sus provincialismos. Véanse, sino, las palabras aceitero, adinerar, afascalar, agramar, aguachinar, agüera, ahojar, aladrada, alaica, anzoleto, añero, apabilado, apenar, aquebrazarse, arrancadero, arrobero, asolarse, azutero (azud, assut), bajero, boalage, bolsear, brazal, cabecero, cabezudo, cabreo, calorina, callizo, canalera, cantal, capolado, capucete, casera, comprero, collete, cresarse, crujida, cuaternado, culturar, cunar, chorrada, defenecer, dentera, desbravar, descodar, desgana, encerrona, engafetar, enzurizar, esbafar, escorchón, escorredero, estribera, frontinazo, galgueado, helera, huevatero, jetazo, juguesca, lavacio, manifacero, mañanada, maseta, matacía, mitadenco, molada, ocheno, oleaza, parejo, pastenco, peduco, picoleta, plantero, pulgarillas, racimar, repaso, saquera, simoso, sondormir, sudadero, tardada, ternasco, vendería, volandero.

Hay otras muchas palabras que difieren muy poco de las correspondientes castellanas, resultado necesario de la varia eufonía de las provincias, a veces de la mayor o menor fidelidad etimológica, y no pocas del simple decurso de los tiempos, que refinan o adulteran, pero no para todos, el idioma. Vocablos hay que varían la terminación, como abejero por abejaruco, ancheza por anchura, apuñadar por apuñear (puño, puñada; puñetazo), azanoriate por zanahoria, balsete por balsilla, blanquero por blanqueador, capaza (capazo) por capacho, cargadal por cargazón, corrinche por corrincho, chaparrazo por chaparrón, dalla por dalle (guadaña), exigidero por exigible, friolenco por friolento (friolero, friolera), perera por peral, pescatero por pescadero, picor por picazón, rocador por rocadero. Unos se han sincopado en Aragón, como abrío por averío, albada por alborada, (auba Mallorca, alba) cartuario por cartulario, censalista por censualista, cobar por cobijar, chapear por chapotear, mida por medida, zanguilón por zangarullón: otros, al contrario, se han alargado por epéntesis, como alirón por alón, bienza por binza, cadiera por cadira, carracla por carraca, empedrear por empedrar, hilarza por hilaza, jarapotear por jaropear, marrega por marga, panso por paso, valentor por valor. Unos suprimen por aféresis la sílaba inicial, como caparra por alcaparra (también garrapata), dula por adula, jada por azada, jambrar por enjambrar, pedrada por apedreada, zafrán por azafrán (safrá; saffron): otros la toman por prótesis, como amerar por merar, asesteadero por sesteadero, atrazar por trazar. Unos pierden la final por apócope, como alum, brócul, caparrós, espinai, por alumbre, bróculi, (brócoli) caparrosa y espinaca: otros la toman, como rondalla por ronda. Algunos duplican una letra, como acerolla, sarrampión, por acerola, sarampión: otros son anagramáticos, como amorgonar y arraclan, (arraclau, arreclau) por amugronar y alacrán: otros obedecen más al origen latino, como bufonería, calonia, concello, curto, gramen por buhonería, caloña, concejo, corto, grama (lo gram en Beceite): otros padecen la leve alteración que algunos gramáticos llaman antítesis, (metátesis) como sucede en achacarse, albellón, alcorzar, almadia, anganillas, aradro, bofo, boteja, cogullada, ensundia, furrufalla, garufo, gayata, jijallo, lezna, mandurria, panolla, (mazorca) restrojera, rujiada, tamborinazo y vendema, cuyas equivalencias castellanas no es necesario enumerar (para la gente poco versada es necesario). Otros, finalmente, se distinguen por su sílaba inicial es, que en Aragón suele preceder como privativa en lugar del antepuesto des, y aun aumentarse a la voz castellana, como se ve en esbafar, escañarse, escrismar, esgarrar, espatarrarse, estral, estrévedes (67) y esvarar, bien que la lengua castellana es también abundante en esas voces, la mayor parte anticuadas (y esto prueba nuevamente en favor de Aragón lo que a la página 71 llevamos dicho) como escañar, esfogar, esfriar, espabilar, espalmar, espavorido, espedirse, espejar, espeluzar, esperezarse, espolvorear, esposado y estajo.

También son de citar, y merecerían una interesante explicación individual, algunas palabras y modismos, que, sin separarse del idioma común, tienen valor nuevo en Aragón, por estar tomadas graciosamente en sentido figurado o translaticio, cuya manera de hablar es uno de los más altos primores de una lengua. Notaremos como ejemplo, acantalear, ajustarse, albarrano, andaderas, anieblado, armarse fandango, asnillo, bandearse, barbaridad, brazo de S. Valero (68), caballón, cárcavo, carmenar, crujida, chaparrudo, echar la barredera (69), echar la ley, encabezado, encanarse, dar carrete, florecer la almendrera, garras, gorrino, guitón, gusanera, herejía (heregia), indignarse la llaga, julepe, jusepico, lucero, lucidario, macerar, mazada, morir a loseta, mostacilla, nazareno, pinganetas, salida de pavana, tiorba y otras.
A este grupo corresponden igualmente la palabra tocino en que los aragoneses toman la parte por el todo; las palabras azulejo, elástico, y esponjado, que toman pie de la cualidad sobresaliente del objeto para darle nombre; también talegazo y titada, cuya analogía con costalada y monería no deja de ser curiosa; igualmente bigardo, que aplicándose primeramente a unos frailes de la orden de S. Francisco condenados por herejes en Alemania e Italia, se extendió después a los de mala vida, concluyendo por significar en Aragón el mancebo de grandes medros y de buena apariencia para el trabajo pero que hace vida inútil y ociosa; y finalmente las antonomásticas florín que así se llamó por ser usual en Florencia, según Merino; frederical, con motivo del manto que usaron algunos Fadriques de Sicilia, según la explicación de Blancas; con D. Antón te topes, a guisa de maldición, en recuerdo de D. Antonio de Luna que asesinó al arzobispo de Zaragoza en los disturbios promovidos por el conde de Urgel; más listo que Cardona, con alusión al vizconde de ese título que, aterrado por el miedo cuando su grande amigo el infante D. Fernando fue mandado matar en 1363 por el rey su hermano, huyó precipitadamente desde Castellón a Cardona pasando el Ebro, por Amposta; ya se murió el rey D. Juan, frase proverbial alusiva al pródigo D. Juan II y dirigida contra los ambiciosos de mercedes; que viene Vargas, expresión con que se asusta a los niños desde la jornada funesta en que aquel mandó prender y decapitar a Lanuza de orden de Felipe II; zaforas, voz moderna, suponemos que ocasionada por el longista Zaforas en cuya casa se dice que sirvió como criado el famoso Cabarrús; piculín, en recuerdo de un famoso volteador de aquel nombre que, procedente de Castellón de la Plana, trabajó en Zaragoza muy a gusto de todos desde 1803 a. 1815, según Casamayor (70), bien así como en Castilla ejecutó sus habilidades en el siglo XVI el italiano Buratin, de donde tomaron ese nombre los volatines en general, según lo hemos leído en algún trabajo etimológico y aun nos parece recordar que en alguna comedia de Lope, por más que en el Diccionario de la Academia no hayamos hallado esa palabra.

Viniendo ahora a las etimologías, por demás está que repitamos lo que ya hemos indicado en este punto, ocioso es que digamos de nuevo lo que por otra parte de todos es sabido: las lenguas se forman por aluvión y por derivación, de lo cual nace su división en familias, el parentesco estrecho que a muchas liga entre sí, la riqueza misma que ostentan, como se ve en la griega con la acumulación de sus dialectos, en la latina con su imitación griega, en las germánicas y neolatinas con la asimilación de sus afines y con el contacto de los pueblos conquistados y conquistadores, aliados y enemigos. Pero si es un gran mérito filial, como lo es a nuestros ojos, la conservación cariñosa de las raíces o voces matrices, supuesta la necesaria y aun oportuna reforma de la sintaxis, en Aragón hay por qué envanecerse en este punto, pues son muchas las voces provinciales que derivan inmediatamente del idioma del Lacio (71).

Unas han conservado toda su estructura latina, como lumen-domus, articulata, calendata, portata, testificata, exhibita, cancelata, extracta, intramarino, ultramarino, cisterno, forideclinatorio, paciscente, y bonavero que, aunque tiene por su terminación aire español, procede de la frase antigua Bona vero quæ demandantur sunt hæc, y expresa hoy como entonces la lista de los bienes a que se refiere la demanda.
Otras son idénticas, o no han variado sino la desinencia o la ortografía, como ápoca, apoticario, ordio, cicures, brisa, ligona, uva, lucidario, sansa, comanda, excrex, convenido, pigre y motilar. Otras, aunque un poco más desemejantes, conservan muy visible su procedencia, como cuaderna, adimplemento, la Seo, coda, falenciales, oleaza, túberas, fiemo (
fem; humus; estiércol), macelo, farinetas (farina : harina), batifulla, fabear, zaborra y fabolines. Otras, en fin, aunque no de tan incuestionable etimología, la tienen bastante lógica, y desde luego mucho menos violenta de lo que suelen buscarla muchos etimólogos, a quienes, por lo mismo de no poseer nosotros su caudal, no los imitaremos ciertamente en disiparlo: tales son geta, gitar y jetar, de getare (y no de jacere, como otros suponen) (gitar : acostar sí es de jacere; gitar : expulsar, echar; foragitar); besque de viscus (pasta de muérdago viscosa, pegajosa, para atrapar pájaros); fajo (y aun fascal) de fax, origen de haz, (fasces; feix) hacinar etc.; huebra derivado de opera, que debió pasar por opra, obra y uebra, acabando por recibir entre nosotros un sentido genérico o trópico; aturar que Rosal (72) deriva de obturare; emberar acaso de ver, primavera, por empezar a colorear entonces algunas frutas, como se dice agostar al marchitarse de las plantas (agosto); exárico de exaro; concieto, de conceptus deseo concebido; muñido de monere, avisar, citar, obligar a comparecer; vellutero, de vellus, lana (vellut : terciopelo); trincar, de trincare, silvar, beber, dar muestras de recocijo; encante de in cantu; amosta, de amba manu hausta, según Monlau; tastar de tactus; mueso, de morsus; vencejo de vinculus; rufo, tal vez de rufus, rubio (rubeo : rojo); teruelo acaso de textula, tejuela con que en lo antiguo se votaba; caritatero, probablemente de charitas, a juzgar por el objeto de aquel cargo que suponemos equivalente al de limosnero; baste, quizá de bastaga, transporte, o de basterna, litera; calamonar, no muy extraño a calamenthum yerba; bando, que puede provenir de pando, siendo tan conformes las dos letras labiales en que se diferencian ambas voces; luquete, a luce como dice Rosal, aunque esa palabra no la incluye la Academia como aragonesa sino como castellana.

Otra de las más copiosas fuentes de donde el idioma español ha tomado un gran número de palabras, es la lengua árabe que, correspondiendo a una civilización muy adelantada sobre todas las de Europa, hubo de forzarnos a admitir, con sus raros conocimientos en las ciencias y artes, las voces que servían a desarrollarlos. No se habló en Aragón aquel idioma como en otras provincias, y es que tampoco no fue tan larga la dominación árabe, reconquistada Zaragoza en 1188 y Valencia (por D. Jaime) en 1238; pero fuélo todavía lo bastante para imprimirnos su influencia; y sobre todo nos impusieron los árabes en adelante, aun después de sometidos, ese suave yugo que, por lo mismo de no ser impuesto a la violencia sino en el seno de la paz, es, no sólo más duradero, pero aun tan honroso a los conquistados como a los conquistadores. Todavía subsisten, sobre todo en Valencia, pero también en Aragón y aun en Navarra, y claro es que en muchos otros puntos de España aun sin contar la Andalucía, prácticas agrícolas, costumbres indelebles, restos, del traje calles y barrios, y principalmente muchos vocablos de la lengua árabe con que la nuestra ha venido a enriquecerse.

Sobre las voces que son generales a toda España, y que Marina enumera cuidadosamente hasta formar un catálogo de cerca de mil quinientas, si bien algunas de origen griego u oriental pero siempre transmitidas a nosotros por los árabes, tiene Aragón otras propias de las cuales citaremos ajada, ajadón, alamín, alberge, albarán, alcohol, alfarda, algorín, almenara, almud, almudí, amelgar, antibo (de anteba, hincharse), arcaz, arguello, arna, aturar (73), badal, bailío, barreño, bocal, boto, bucarán, eraje, gaya, gafete, jauto, jebe, jeto, jimenzar, lapo, márfega, márraga, mossen, rafalla, rafe, sirga y zafrán; a las cuales no dudamos en agregar las investigadas a ruego nuestro por un competente amigo nuestro (74), de entre los cuales son incuestionablemente árabes, según sus informes razonados, alguaza, alquinio, antosta, badina, bahurrero, cabidar, capleta, charada, fardacho, fizón, maigar, tabarda, tría, zaborra y zalear; muy verosímiles alfarrazar, alacet, arcén, buega, cija, libón, y liza, y algún tanto dudosas abollón, *aribol, batueco, bistreta, boira, caramullo, cibiaca, cocón, cospillo, cudujón, fejudo, fres, güellas, jasco, lillas, pardina y pocho.
(
En el glosario etimológico de las palabras españolas de origen oriental, de Leopoldo De Eguilaz y Yanguas he encontrado algo: Baden, badina. La zanja que dejan hecha las corrientes de las aguas. Charca. De * bátin, "rebajado, hundido (suelo terreno) en Kaz. "the low or depressed tract of land, of the plain, where water rests and stagnates" en Lane. Alix. (badina, badines, a Beseit, la badina negra al Parrissal). // ALACET. Voz aragonesa que significa fundamento de un edificio. Borao. Es la arábiga alist o alicet, que, entre otras acepciones, tiene la de fundamento en Kazimirski. Tráela R. Martín bajo la forma *ar alast o alacet, según la pronunciación vulgar, aunque con significado distinto. Acaso alacet no sea más que la contracción de *ar alisését, pl. de alisés, fundamentum en R. Martín, la base o cimiento de un edificio.)

En cuanto a la influencia provenzal, (ver Lou tresor dóu Felibrige, Mistral) con decir que se sintió más o menos aun en Castilla, no puede sorprender que en Aragón fuese extraordinaria, y lo admirable es, pero no menos cierto, que aquí no resultase un dialecto como el catalán o valenciano, y que alcanzara a conservarse el idioma español, nacido como en Castilla pero independientemente de Castilla, y perfeccionado lentamente no sin alguna intervención castellana, pero desde luego con más y mejores aunque no muy aprovechados elementos. Haciendo fondo común de las voces puramente lemosinas y de las catalanas, tenemos, principalmente de estas, un buen número, siéndonos perfectamente comunes amosta, baga, banova, barral, botiga, braga, bresca, corcar, embafar, empentar, escalfeta, escalibar esclafar, esgarrifarse, falca, fuina, gallofa, garba, garraspa, ginjol, gosar, greuge, madrilla, mas, máscara, porguesas, pudor, purna, quera, a ran, sirga, taca, tastar, tongada, trena, trucar, veguero, veta, y, según puede verse en Raynouard (75), adobar, aturar, borda, getar, rosigar, tetar y alguna otra; así como también son comunes al aragonés y al catalán, aunque aquel les ha dado desinencia o pronunciación castellanas, ajordar, calage, calibo, fitero, guito, manifacero, masobero, tinelo, trespontin etc. y lo son también, o por su raíz o por su semejanza, argadillo, cuquera, espenjador, fosqueta, garrampa, milocha y alguna otra.

Algunas de estas palabras pertenecen también a los otros idiomas neo-latinos, no siendo fácil decidir si fueron elaboradas a un mismo tiempo, ni en caso contrario de qué parte estuvo la precedencia; pero de todos modos es lo cierto que tastar, por ejemplo, es común a los idiomas aragonés, catalán, francés e italiano, (e inglés, taste) que botiga, y gingol (jíngol, gínjol), traspontín y aun falordia lo son a los tres primeros, que fuina, muir, taca y aun escalfeta lo son al aragonés, al catalán y al italiano. En cuanto a las semejanzas del aragonés con el francés o el italiano pueden citarse, respecto a este, gratar, chemecar, falaguera (de follegiare), y aun badal y picota; y respecto a aquel acoplar, aguaitar (de guetter), alberge, argent, (Ag, argentum, plata) becardon, chapelete, empachar, esparvel (de épervier) (esparver, esparvé), fuina, guipar (de gûepe abispa), manchar, mazonero, niquitoso (de nique mueca), planzón, pocha, pochada y algunas otras como gallón que la Academia escribe gasón tal vez por aproximarla al gazón francés, y mascarar que, desusado hoy por ellos más no por nosotros, usó sin embargo Rabelais en “Gargantúa) se mascaroyt le nez.”

Expuesto ya, si bien concisamente y sin extendernos a observaciones, panegíricas, lo más preciso de saber para la inteligencia del habla aragonesa en lo tocante a su historia, su etimología, su propiedad y aun sus ventajas, seguramente que completaría en gran parte nuestro trabajo la exposición de los modismos, frases o refranes peculiares de Aragón; pero nos ha retraído de esta idea, no sólo la dificultad de llevarla a cabo con algún acierto, sino la consideración de que aquellas maneras usuales de decir no alteran en nada el idioma castellano, ni difieren (sino es en los pueblos del Somontano (76)) de la sintaxis común, ni marcan ninguna genialidad aragonesa, ni son otra cosa que combinaciones de las sin número que permite un idioma, y que todos los días crea el gusto o la improvisación individual. Ni las construcciones poderse asumir a bolsa de caballero y llevar mujeres a ganancia, que usan nuestros fueros, tienen nada de repugnante con el idioma castellano; ni ofrecen originalidad de alguna monta las frases campar por sus respetos, no le hace por no importa, conducir por Ebro vez de vez de conducir por el Ebro, jugar a pelota (creo que en Navarra y País Vasco se usa también) por a la pelota, parar fuerte por mantenerse sano, vagar te puede por ancho te viene, hacer duelo por dar lástima, (sobre todo en la comida: me hace duelo dejármelo: me fa dol dixámeu; no te cale : no te cal : explicado más arriba) el Juan y la Isabel por Juan e Isabel (77), (el artículo delante del nombre propio se usa en toda España, pese a lo que diga la gramática; la Yoli, la Jeni, el Jonatan, etc) sin parar por al momento, tal cual por al punto y otras como estas; ni tampoco los decires familiares o proverbiales pan de mi alforja, hasta las pulgas toman tabaco, a sopas hechas, ir atrás como el soguero, peor que Geta, más malo que Piván, más feo que Tito, peor que Fierrabrás (Fier-à-bras) (Fierabrás), más célebre que Barceló por la mar (con alusión al famoso marino mallorquín del siglo pasado), sabe más que Briján (Bricán nigromante o hechicero, como Merlín, según Milá), tiene más que Zaporta (cuya esplendidez se conserva en Zaragoza en el palacio monumental de su nombre que después se llamó de la Infanta por haberlo habitado la esposa del infante D. Luis), con la faldeta remangada, priétate la frente, para cuestas arriba quiero mi mulo, como los perros en misa, el que a su enemigo plañe en sus manos muere, más vale sudar que estornudar, más caro que el salmón de Alagón, que se pasa el asado, serio como bragueta de ciego, viejo como las bragas de fr. Pedro, sabido como el chiste de Saputo (78), qué trenzadera o qué alpargata lleva (embriaguez o (borrachera), donde Cristo dio las tres voces (en paraje extraviado), irse por Val-de-Gurriana (desviarse del camino natural aunque sea en la conversación, en el juego etc.), costar un sentido, ya viene Martinico (para decir a los niños que les entra el sueño), más duro que el pie de Cristo, llamar a Cachano con dos tejas (querer un imposible, apelar a quien no puede socorrernos) y otros de ese carácter ; ni encontraríamos cosa alguna reparable sino en muy contadas locuciones que en cierto modo alteran el idioma y se presentan en él como verdaderos solecismos, según lo vemos en ir viaje o estar viaje por ir de viaje o estar de viaje, se lo dé V. por déselo V., es tu que no llueve usado por la gente vulgar en forma interrogativa en vez de ¿cuánto va que no llueve?, lo qué? por qué?, en puesto de y en igual de por en vez de (locus : lugar, puesto, lloch, lloc, loc, loch; en lloch de, en lloc de, en puesto de, en ves de), hasta de ahora por hasta ahora, con otras que pudieran añadirse y que nosotros omitimos rebuscar.

En lo que sí queremos detenernos algún tanto es en el gracioso diminutivo en ico, que consideramos más bien como un modismo que como una palabra, y que, si bien es manera de hablar muy castellana y aún no considerada como arcaísmo por el Diccionario de la lengua, pero es desusada y aun ridícula entre los castellanos, al paso que muy general en todas las clases sociales de Aragón y de Navarra (y Murcia).
Y decimos que muy general, porque hemos de confesar que un gran número de palabras de las que hemos citado como aragonesas, y por ventura las más interesantes, como cal, aturar, amprar y muchísimas otras, ya no se conservan sino entre las clases ínfimas del pueblo; que también
acá (acá se conserva más en Sudamérica, en España ven p'acá, p'aquí) ha cundido entre las personas cultas el desdén hacia nuestras bellezas provinciales; pero el diminutivo de que hablamos es universal, y ya no depende de la educación sino del nacimiento.

El idioma español, rico en los diminutivos cual ningún otro, y desde luego muchísimo más que el hebreo, el árabe, el griego y aun el latín y el italiano, como que reúne más de treinta diversas terminaciones (79), habiendo palabra que permite ella sola doce desinencias, claro es que no aplica todas esas variantes o aumentos de final a todas las palabras, antes se conforma con lo que cada una permite (80); mas en medio de ser esto cierto, las en ico, en illo y en ito son terminaciones generales que se aplican indistintamente a casi todos los nombres, habiendo entre ellas una verdadera sinonimia.


Pero el diminutivo en ico tiene dos ventajas incontestables, el uso preferente que de él hicieron los padres de la lengua, y su significación especial e intrínsecamente distinta de los de otras terminaciones. En los escritores de nuestros orígenes, sobre cuyos sencillos versos parece que vagaba, como una fresca brisa sobre las plantas silvestres, el ambiente de la naturalidad, era el diminutivo en ico el que dominaba en la expresión de los afectos o las apreciaciones, y por eso es tan general en la poesía popular y en la familiar de posteriores tiempos. ¡Qué bien dicho está en una farsa de Lucas Fernéndez

¡Oh, pastorcico serrano!

¿viste, hermano,

un caballero pasar?

y en un romance sobre el moro Calainos

Bien vengáis, el francesico

de Francia la natural?

¡Cuán propio es de la poesía de Castillejo, último trovador de los amores y la sátira, paladín de la poesía nacional contra los petrarquistas, contra los luteranos como él decía, cuán propios son de aquella poesía fácil y sentida aquellos versos, ya pertenecientes a una época muy adelantada, en que se pinta con gracia inimitable a un vizcaíno borracho metamorfoseado en mosquito
tuvo con esto a la par

una risica donosa,

las piernas se le mudaron

en unas zanquitas chicas,

los brazos en dos alicas,

dos cornecicos por cejas!

¡Qué bien sienta en Rodrigo de Cota o Juan de Mena, o quien quiera que escribiese la primitiva Celestina (que nosotros no hemos de desatar nuestras dudas como el editor de Barcelona que atribuyó a aquellos dos tan admirable obra); qué bien sienta aquella aglomeración graciosa de diminutivos «Nezuelo, loquito, angelico, perlica, simplecico, lobitos en tal gestico, llégate acá putico etc.»! ¡Qué encanto hay en aquellas deleitables fontecicas de filosofía, que nos dice Fernando de Rojas! (autor de la Celestina)
¡Qué espontaneidad tan amorosa en Fr. Luis de Granada el pollico que nace luego se pone debajo de las alas de la gallina... y lo mismo hace el corderico; en Mendoza las mañanicas del verano a refrescar y almorzar; en Santa Teresa al primer airecico de persecución se pierden estas florecicas; en Guevara lo demás que callandico me pedistes en la oreja etc.; en Ávila cuando aconseja conservar esta centellica del celestial fuego; en Lope para quien la constelación de S. Telmo era una estrellica como un diamante! (81) ¡Qué difíciles son de enmendar aquellas tajadicas subtiles de carne de membrillo con que se atendía a la voracidad plebeya de Sancho el Gobernador, aquellos zapaticos para sus hijos que echaba de menos su mujer, y, entre muchos pasajes de la GITANILLA DE MADRID, aquel «Preciosica, canta el romance que aquí va porque es muy bueno”! y ¡cuán superior es en la misma novela aquel cabo de romance (82) «Gitanica que de hermosa te pueden dar parabienes» sobre el que le sigue «Hermosita, hermosita, la de las manos de plata!» ¡Qué tono de familiaridad en aquella carta de Caballero de la Tenaza «Ahora es, y aun no acabo de santiguarme de la nota del billetico de esta mañana!" (83) Y viniendo todavía más a nuestros tiempos, cuando la lengua y la poesía tocaban el último grado de la perfección, el principio ya de su inminente decadencia, léanse nuestros grandes poetas dramáticos y líricos, y veremos que, cuando el asunto les consiente cierta familiaridad, prefieren el ico para denotarla más fielmente, como en los versos de Calderón

La ropilla ancha de espaldas,

derribadica de hombros,

y redondica de falda;

como en Moreto, en quien todavía resulta más terminantemente nuestro aserto cuando entre sus personajes de TRAMPA ADELANTE pone a Jusepico y Manuelico pajes,

a la manera de Quevedo que llama Pablicos al héroe de su novela el Buscón (84).

Tan admitido era entre los más serios escritores aquel diminutivo, que en el testamento (verdadero o falso) del Brocense, el cual inserta e impugna con su exquisito natural buen juicio el Sr. marqués de Morante en la excelente vida de aquel humanista publicada como apéndice al tomo V de su Catálogo, hay una cláusula que dice «Item, Mando a Antonita mi nieta el mi lignum crucis con su cristalico у las seis esmeraldas de que está cercado»; y, lo que es más reparable, Covarrubias, cuyo lenguaje didáctico parece que había de excluir todo diminutivo, dice al explicar (bien ridículamente por cierto) la etimología del gavilán «cuasi cavilan por la astucia y sutileza con que hace presa en las avecicas,» cuya frase le copia y prohija la Academia en la primera y más completa impresión de su Diccionario (85).

Y para que se vea con otro género de prueba la importancia que tuvo ese diminutivo, obsérvese que hay palabras de que no ha quedado, según la Academia, sino el diminutivo en ico, por ejemplo bolsico, calecico, doselico, farandulica, sonetico, fuellecico y zamarrico, a las cuales pueden añadirse las locuciones y refranes veranico de S. Martín, mañanicas de abril buenas son de dormir, Romero ahíto saca zatico etc.: hay algunas que no admiten otro que él, como Perico, borrico, gemidicos y lloramicos; (ploramiques, els pluramicas catalanistas) otras que han venido a determinar una nueva significación perdiendo absolutamente la diminutiva, como acerico, pellico, velico, villancico, farolico, (en sentido de yerba), frailecico (en el doble de ave y pieza del torno de la seda), besicos de monja (en el de planta), (teticas o tetillas de monja, el dulce o pasta, o algo delicioso; mamelleta de monja) palmadica (en el de baile), y tal vez espacico sinónimo de aciago en los antiguos escritores. (despacico conmigo, que tiro de chirla y te echo las tripas en un canasto. José Mota, de un lugar de La Mancha)

La segunda ventaja que abona el uso del diminutivo en ico es su particular significación, (decimos ahora significado) pues aunque parecen sinónimos los en ico, illo e ito, que la Academia agrupa concediendo la elección al buen gusto del escritor, es lo cierto que el diminutivo aragonés (permítasenos esta frase) tiene dos diferencias con aquellos otros, una que podemos llaman gramatical y otra moral, una que se resuelve como todas las cuestiones de sinónimos, otra que tiene relación con el carácter del país en que principalmente se conserva generalizado aquel diminutivo. La diferencia gramatical, a la verdad no muy marcada desde que la supresión del diminutivo en ico ha refundido en los otros su verdadero significado, consiste en que la terminación en illo tiende visiblemente al desprecio, al achicamiento voluntario de un objeto, por ejemplo, chiquillo, capitancillo; la en ito tiene algunas veces carácter depresivo y no pocas denota cierta repugnante hipocresía, como se observa por ejemplo en las frases ¡ tiene una risita! ¡la mosquita muerta!; la en ico demuestra cariño o predilección, siendo a lo menos un aditamento inofensivo, como nos lo declara prácticamente el ejemplo que llevamos citado de la CELESTINA, en el cual se ve que prepondera aquella expresiva terminación para la alabanza, angelico, perlica, simplecica, gestico, y se reservan otras para lo que puede indicar detracción, como nezuelo, loquito y lobitos. En cuanto a la diferencia moral, estriba en que el diminutivo en ico representa el lenguaje de la familiaridad, de la conversación, de la intimidad, y por decirlo así, de la buena fé, fuera del cual apunta en cierta manera el estudio, el disimulo, la desconfianza, la reserva, la falta de espontaneidad.

Hemos expuesto, sucintamente algunas veces, y otras con mayor difusión, los caracteres esenciales del idioma aragonés, mal apreciado en general, tan poco estudiado aún por los mismos aragoneses, pero tan digno de un examen todavía más lato que el que le hemos consagrado. Las fuentes de donde procede, que son las más puras; la respetuosa conservación de voces latinas, y sobre todo de españolas antiguas; la asimilación que se ha procurado parca y atinadamente con las arábigas y lemosinas; la suma de sus palabras técnicas, compuestas, derivadas y aun onomatópicas, en todo conformes con el carácter de la lengua española; la expresión genial, candorosa y fácil que distingue a muchos de sus vocablos y a no pocos de sus modismos; todo contribuye a darle un conjunto inexplicable de belleza que, si no se ha beneficiado todo lo posible, consiste en que la sumisión aragonesa y la tiranía castellana puede decirse que han concurrido a eliminar de la literatura los elementos más útiles del idioma aragonés, que viene a ser una variante cuando no un complemento del impropiamente llamado castellano.

De las ventajas que a este mismo lleva, algo es lo que ya tenemos indicado, pero todavía podemos añadir tal cual observación que se compadece muy bien con nuestro objeto. Hay palabras, como ababol, que, no desmereciendo en suavidad de sus respectivas castellanas, obedecen más a su etimología: hay otras, como abortín, que conforman mejor con el genio de la lengua, si bien ya sabemos que por uno de los muchos secretos de la española los diminutivos tienen a veces desinencia aumentativa (a la hebrea y griega) como sucede en anadón y liebratón, verdadera antítesis de otros, como tordella que es aumentativo: hay otras, como remoldar, que son más concretas, pues en ese mismo ejemplo vemos que Castilla hace sinónimos a remoldar y podar, mientras en Aragón lo uno se refiere a los árboles y lo otro a las vides (esporgá, expurgar, pera los abres; podá la viña, desullá, etc.): hay otras, como cortada y huevatera, muy superiores a sus análogas corte y huevera, que en castellano son ambiguas y confusas por sus diversas significaciones: otras que tienen más conformidad con la lengua madre, como uva, que responde en Cicerón y en Fedro, como entre los aragoneses, a la idea castellana de racimo, que en Columela todavía expresa el que forman de sus propios cuerpos las abejas, y que en Virgilio tiene la más general significación de cepa o vid, fert uva racemos: hay otras sutilísimas, como respetudo y gobernudo, que denotan, no ya la idea despectiva propia de esa terminación, sino una especie de falsa importancia, pues respetudo quiere decir el que inspira cierto infundado respeto, no por lo que es en sí, sino por su edad, su figura y su entonación oraculosa; y gobernudo, no el que es realmente metódico y ordenado, sino el que bulle mucho y parece estar en todo, aunque positivamente no tenga tanto gobierno como agilidad y movimiento: hay otras dotadas de gran propiedad y de muy buenas condiciones eufónicas, como agüera, alud, asnada, brisa, caloyo, eraje, jugadero, mejana, lloradera, redolino, ternasco (86) y vulturino: hay otras de excelente composición, como aguacibera, aguallevado, ajo-arriero, ajolio (ally oli, allioli; allium oleum), alicortado, botinflado, cabecequia, malbusca, matacabra y matacán, que no puede rehusar ningún gramático: hay otras perfectamente significativas y en igual grado concisas y aun irreemplazables, como los verbos alfarrazar, amprar, antecojer, atreudar, bolsear, ceprenar, chemecar, entrecavar, favear, malvar y otras que son de composición castellana con cierta libertad francesa.

A todas las cuales, que de suyo no tienen equivalencia en castellano, hay que añadir, porque tampoco no la tienen exacta, las palabras alfarda, almenara, amelgar, amosta, antípoca, antor, apercazar, apuradamente, atrazo, axobar, bimardo, borroso, boto, brazal, cabecero, capacear, capleta, *cenero, cerpa, convenido, correntía, crujida, cudujón, chorrada, emberar, empeltre, encabezado, fádiga, hablada, lorza, mantornar, mañanada, marraga, masobero, modoso, oleaza, panicero, picotear, racimo, rafe, ruello, saso, tardada, taste, teruelo, terrón, tinglado, vellutero, venora, zaborra y zancochar, todas o casi todas las cuales, y otras que aquí no citamos ni definimos para prueba, como quiera que lo están en nuestro Diccionario, debieran adoptarse como propias en el idioma español, e igualmente las que se citan en la ENCICLOPEDIA ESPAÑOLA (87), artículo de España lingüística, en cuya obra, que no debe parecer sospechosa de provincialismo, se defiende resueltamente al idioma aragonés y se inculpa gravemente a los castellanos por el exclusivismo con que proceden en materias de lenguaje, prefiriendo en muchos casos ostentar su pobreza más bien que adoptar de los dialectos españoles aquello en que estos les superan.

Hemos terminado con eso la tarea que nos habíamos impuesto, a la cual vamos a dar cima con una sola observación. Puesto que se ha perdido literariamente, aun en las márgenes del Ebro, el habla aragonesa; puesto que lejos de perfeccionarse ni aun conservarse estos dialectos, amenazan confundirse poco a poco en el idioma general; bueno fuera que la lengua conquistadora utilizara en beneficio común esos restos lingüísticos que de otro modo han de perderse, y entonces, ya que el vocabulario aragonés ni se conservara sino en libros como este u otros de mejor desempeño, ni sirviera sino como una curiosidad filológica; contribuiría por lo menos a enriquecer el acerbo común de la sin par lengua española, y, a cambio de tantas glorias abdicadas en favor de la unidad ibérica, conservaría el Aragón la de haber mejorado con su hermoso dialecto el habla rica de Cervantes.

sábado, 13 de noviembre de 2021

Lo llibre dels poetas. Segle XIV.

SEGLE XIV. 

Bellviure, Pau de. - Fraderich de Sicilia. - Mallol, Llorens. 
- March, Arnau. - March, Jaume. - March, Pere.
(
los tres valencianos; Pere March fue el padre de Ausiàs March)
- Miquel, Bernat.
- Muntaner, Ramon. (
conocida crónica) - Prades Daude de.
- Pere l' Ceremoniós. (
rey de Aragón, Pedro IV; lo ceremoniós)
- Pons, Huch III, Compte d'Ampurias.
- Queralt, Pere de.
- Turmeda, Anselm.
PAU DE BELLVIURE. Per fembra fo Salamó enganat lo rey Daviu e Samsó exament lo payre Adam ne trencá 'l manament Aristotil ne fou com encantat e Virgili fon perdut per la tor e sen Johan perdé lo cap per llor e Ipocras morí per llur barat donchs si havem per dones follejat no smayar tenir tal companyía. FRADERICH DE SICILIA. (Al compte de Ampurias.) Ges per guerra nom chal aver consir ne non es dreiz de mos amis mi planga ch' a mon secors vei mos parens venir, é de m' onor chascuns s' esforza en s' langua perch' el meu nom maior cors pel mon aia. E se neguns par che de mi s' estraia no l' en blasme qu' en menta faiz apert ch' onor e prez mos lingnages en pert. Pero el reson dels Catalans auzir e d'Aragon puig far part Alamagna; e so ch' enpres mon paire gent fenir: del regn' aver crei che per dreiz me tangna, e se per ço de mal faire m'assaia ninguns parens, car li crescha onor gaia, bem porra far dampnage á deschubert, ch' en altre sol non dormi ni 'm despert. Poble, va dir a chui chausir so plaia che dels Latins lor singnoria m'apaia; per que aurai lor e il me per sert; mas mei parens mi van un pauc cubert.
LLORENZ MALLOL. 

Molt devetz dompnam suy presentatz 
á vos preyau que 'm disetz clarament 
qui son aycels qui 'us han dat entenen 
qui heu aya dit qu'en suy de vos amats 
car nuyll temps no dixi tal follor 
ne dins mon cap nos poch may presumir 
dir negun mal de vos ne consentir 
res que tornás a vostra desonor. 

E tant no 'us dich que vostra senyoria 
me vullye ausir ne ver per scusat 
d'on visch molt trist e quoax desesperat 
imaginant en la trob gran falsia 
que lausangiers alevar m'an volgut 
per metre mal entre nos e devis 
d'on prey á Deus ab cor veray e fis 
si 'u diguí may qu'en res El non m'ajut. 

Si 'u diguí may, que ja Deus no 'm perdó 
degus peccats qu' aya fets venials 
ne ay tampoch los que seran mortals 
ans en infern criéu penetensa 'm do 
tal que nuyll temps no 'n calgue haver sper 
d' exir de lay on auray marriments 
ans xascun jorn me doblen los turments 
tant que l' ausir perda é lo veser. 

Si 'u diguí may, qu'ab vos dampna ver aya 
hon mis lo cor lo primer jorn que 'us viu, 
no trob mercés ans me fassats l'esquiu 
havent plaser de tot mal que ieu haya, 
e si mon cors en vos preyar se mou 
qu'ab respost brau mostratz que 'm pesatz poch 
si que mon torn com á un bel badoch 
en tant mal punt que no faza mon prou. 

Si 'u diguí may, que si 'n cort de senyors 
per alguns fayts may de res aclamar 
que degus dels no 'm vullyen scoltar 
ne dir perque fan aleys mes clamors, 
ans del auzir se donen tal afayn 
que lo callar me donen per respost 
e tant no crit qu' á me degú s'acost 
ans diguen tuyt que me 'n vaya malgoayn. 

Si 'u diguí may, que si pux á vellesa 
tant dolent torn e tant croy e revés 
que per mos fayts desgrat de tota res 
haya tots temps ab gran colp de pobresa 
e per destret aya viure tot sols 
preyant á Deu que 'm tragué d' aycest mon 
e si no 'u fay no sie nuyt ni jorn 
que puscha aver sinó mals é grans dols. 


Si 'u diguí may, que si jugar me prench 
á degun joch de taules ne d' eschachs 
que a tant com juch mon sauber sie flachs 
e mala sort no 's parte de mon rench, 
á fi que 'ls daus trench tots ab lo coltell 
renegant Dieus e los sants atresí 
tant que 'l vaguer me prengue el matí 
me veyeu tuit sus alt en lo costell. 

Si 'u diguí may, que si nuyll temps viatge 
fas vultra mar ab mercadés ensemps 
que per me sols se mogue tant mal temps 
que tuyt pensém morir a mort salvatge 
que 'ls colps de mar nos donen tal esmay 
que 'l govern trench e 'ls arbres de hu en hu 
é l'endemá me trobie qualcú 
sus en mon trast mor de por e de glay. 

Si 'u diguí may, que si n'alguna part 
ieu m'esdevench entre mos enamichs 
que sobre me se mostren tan enichs 
que no 'm laixon fins qu'astruch sia e fart 
de ferir me la squena e lo cap 
tant crusellment que no 'm romangue sanch 
dins lo meu cors ans me sallon pel flanch 
tots los budels tant que de mort no scap. 

Si 'u diguí may, que si james notari 
sui ne cosech auctoritat reall 
que ell primer faze per mon seu mall 
un testament fals ab un inventari, 
d'hon sia pres axí soptosament 
que davant tuyt me posen sus al coll 
l'encartament e del sayt lo pus foll 
m'azot tan laig que muyra de present. 

Si 'u diguí may, que si cort d'algun rey 
seguesch ne vuyll aver fama he renom 
jo prech á Deus que no sie null hom 
que 'm vullye be ne salt de mon servey 
ans tots ensemps me vayen difamant 
trasen escarn de me com d'un sclau 
tant que ab bastons me giten del palau 
ferint mon cors e tots temps ahucant. 

Si 'u diguí may, que si poch ma ventura 
ieu me fau clerchs de cant misa de cert 
que 'l benifet que á mi será ofert 
haya á tenirlo ab simonia pura 
ez á far mals sia induytz 
que de present sia hirrigulars 
e 'l payre Sant man sien mors starts 
A Escornalbou on reta l'esperitz. 

Si 'u diguí may, que si nuyl temps m'acort 
d'aver moleyr ne conseguir ne puch 
jo prech á Deus que haja 'l cors malastruch 
o reu e vil ab sguart fer e tort 
ab leja faz e ragullosa veu 
ab lo nas lonch e que 'l pude l'alé 
e brava tant que no li gos dir re 
ne sonar mot tant me tengue sots peu. 

Si 'u diguí may, que 'l jorn qu'iray á casa 
no y puscha anar sino sols e ben luyn 
e si falcó se leve de mon puyn 
ja mes no torn per grans hauch é que faza 
es jeu cercant lay amont es avayll 
maleynt Deu encares tots los sans 
venguen molts lops que 's menjen tots los cans 
si que me 'n torn ab gran febra y rugayll. 


Si 'u diguí may, que si lay en ivern 
vau per camí cuitat per alguns fets 
que prech á Deu que 'm luyn del camí drets 
e 'm faza anar en loch brau e stern 
e com seray en aycest mal partit 
venga la nits e que 'l cel s'anuvol 
ab trons e lamps e tal terra tremol 
que 'm trobe mor é 'l rocí startit. 

Si 'u diguí may, que si 'm fau james frayre 
presicador, vullyes carmalita 
que ges ne trob monestí o cenobita 
on sostenir me vullyen poch ne gayre 
ans meys amichs fassen de me tal clam 
dizen qu'eu faz males arts e conjurs 
perque jutgats si afar mos acurs 
ans carçre scur on muyra de fam. 

TORNADA. 

Mon rich thesaur juntes mans vos reclam 
que no creyats males veus ni tafurs 
pus que vesetz qu'en suy leyals e purs 
en voluntat qui sus totes vos am. 


ALTRA OBRA D'EST POETA. 

Sobre 'l pus alt de tots los cims d' un arbre. (7 estrofas.) 


ARNAU MARCH. 

PARLE LO SENY. 

Presumptuós cors plé de vanitats 
inflats d'ergull sens neguna raysó 
com no t' coneys vols hoir tots temps no 
axi 't morrás seguint tes voluntats 
que feres tu si may te sdevenía 
d'esser amat d'alguna qui 't plagués 
que res ab mal tristor dol e faunía 
tan á llur vol e per no res conqués. 

PARLE LO COR. ........

PARLE LO SENY. 

Cor malastruch membret com axí 't pres 
en temps passat per lo voler seguir 
pren tot lo guany cos tristor e desir 
mal e treball qui t' ha molt fort sotmes 
dolent mesquí com est d'aytal crehença 
cuydes guanyar amant en tant alt loch 
pren los mitjans actiu á ma entendença 
dels grans estats fugirás com de foch. 


PARLE LO COR. 

Ay las mesquí be veig quan valgut poch 
mos greus treballs passats fins al jorn d' huy 
seny mes heu say que fortuna 'm defuy 
qui 'm pot valer si contra leys no 'm moch. ...
E si algun temps complia m'esperança 
bon sperar mes val viure en gran bonança 
un pauch que molt comunament passan. 

TORNADA DEL SENY. 

Si penses cor l'ergull com baxará 
per qui ne quant d' aqueys e d'altres mans 
sens lur estat enveya no 't fará 
havent morir cruelment per vils mans. 

TORNADA DEL COR. 

O tart o leu cascú sab que morrá 
e seguint tu no 'n soy pas restaurans 
si morts son cells la lur fama viurá 
perqué mes bo soferir tals afans. 
-------

Un novell fruyt eixit de la rebaça 
d'eternitat, humanal carn vestit, 
lo fill de Deu nat per aquesta nit 
s'es demostrat en la temporal plaça, 
peregrinant nostre camí passible, 
lo cors huma seguint la Deitat, 
perque 'l Satan ne fos mils enganat 
lo Salvador s'es fet á tots visible. 

ENDREÇA. 

Lo Sperit Sant prech que mon cor encena 
de gran ardor; tots temps puxca servir 
l'infant qu' es nat e puis volgué morir 
per nostre amor rement l' infernal pena. 

ALTRAS OBRAS D'EST POETA. 

Qui porá dir lo misteri tant alt. 

Y en lo poemet de Torroella: Tant mon voler, etc, 
figura com de est poeta una cobla que comensa aixís: 

Tot hom se guart de mí 
de si anant treva pus no tindria 
ne pau ne bona fi...... 
-----
JAUME MARCH.
(
autor del diccionari de rims,
http://www.rialc.unina.it/inc-|.march.htm http://www.rialc.unina.it/95.1.htm
http://www.rialc.unina.it/95.6.htm https://web.archive.org/web/20060828132316/http://proxy.cwe.es/folch/poesia/jmarch.htm) Quant heu cussir en los fets mundanals totes les gents vey regir per fortuna segons lo cors del sol e de la luna les planetes fan obres divinals fassen lur prou o lur dan a vegades axí que 'l mon es pertit per jornades mas Deu no vol l' arma sia sotmesa forcivolment aytal astre seguir ans la rahó pot e deu ben regir lo cors d'hon han entre si gran comptesa. Pero be 'm par obra descominals quant heu remir causa per sí cascuna e vey gran be haver persona struna e d'hom gentil e bo sofrir grans mals axi que 'l be vey amar per casades sens merit gran los vels ben debades e gran honor no seguint gentilesa e sino fos com dins mon cor malbir quatre mones mellor avenir hagre del tot la mia arma malmesa.
Donchs cars amichs qu' entenets bes e mals afigurats la cara de fortuna e no 'us girets si tots las vesets bruna de vostre sen per treball ne per als que chascun jorn hores hi son nombrades que may no 'u vis en be totes passades ges per ayçó non oblidets prohesa ans vullats vos en tot be captenir e los amichs amar e car tenir e en servir Deu non hajats peresa. TORNADA. Deus en cuy es tota virtuts compresa es ha formats los als els fay rogir pot si li play astre mal convertir e tot afan tornar en gran bonesa. TORNADA. Columba pros supliquém la nantesa de Deu que 'ns guart d'errar e de fallir volent nos aut en lo cel acullir que 's guany sens fi e complida riquesa. ALTRAS OBRAS D'EST POETA. I. Ab lo cor trist envirollat d' esmay. II. Dèu é rahó ha mos cinch senys forçats. III. Si á Deus plagués que m' hagués format bell.
______
(Se añade Cobles de Fortuna de la web anterior; los dos textos no son iguales. Empieza ) COBLES DE FORTUNA Quan eu cossir en los fets mundanals, (Quant heu en el anterior) totes les gents vei regir per Fortuna, (vey, fortuna) segons lo cors del sol e de la lluna. (luna) Les planetes fan obres divinals, fasent llur prou o llur dan a vegades, (fassen, lur, ) així que el món és partit per jornades. (axí, 'l mon, es, pertit) Mas Déu no vol l'arma sia sotmesa (Deu) forcívolment a aital astre seguir, (forcivolment aytal) ans la Raó pot e deu ben regir (rahó) lo cors d'on han entre si gran contesa. (hon, comptesa)
Però bé em par obra descominals, (Pero, be 'm)
quan en remir causa per si cascuna (quant, heu, sí) e vei gran bé haver persona estruna (vey, be, struna) e dom gentil e bo sofrir grans mals; (d'hom) així que el bévei anar per cassades: (axi, 'l be vey, amar, casades) sens mèrit gran los ve lo bé endebades (merit, vels, ben debades) e gran honor no seguint gentilesa; e, si no fos com dins mon cor m'albir (e sino, malbir) - que altre món és mellor per a venir -, (no está en el otro, pone “quatre mones mellor avenir”) hagra del tot la mia arma malmesa. (hagre)
Doncs, cars amic que entenets béns e mals, (amichs, qu', bes) afigurats la cara de Fortuna (fortuna) e no us girets, si tos la vesets bruna, ('us girets si, tots las) de vostre sen per treball ne per àls, (als) que xascun jorn hores hi són nombrades, (chascun) que mai non vis en bé totes passades. (may, 'u, be) Ges per aiçò non oblidats proesa, (ayçó, oblidets, prohesa) ans vullats-vos en tot bé captenir (vullats vos, be) e los amics amar e car tenir, (amichs) e-z en servir Déu non hajats peresa. (e en, Deu) Déus, en qui és tota virtut compresa (Tornada. Aquí cambia mucho, consultar el texto anterior) e-z ha formats los cels e els fai vogir, pot, si li plai, astre mal convertir e tot afan tornar en gran bonesa. Columba pros, supliquem la nautesa de Déu que ens guard d'errar e de fallir, volent-nos aut en lo cel acollir que és gauig sens fi e complida riquesa.
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PERE MARCH. Al punt com naix comence de morir e morint creix e creixent mor tot dia cun pauch moent no cessa de far via ne per menjar, ne jasser, ne dormir, tro per edat mor e descreix amassa tan qu'axi vay al terme ordenat ab dol, ab guaig, ab mal, ab sanitat mas pus avant dell terme null hom passa.
Trop es cert fayt que no podem guaudir
á la greu mort e que no y val megtía força ne giny, ricat e senyoría e trop incert lo jorn que deu venir. Com quant ne hon que tot ernés trespassa e no y te prou castell mur ne fossat e tan leu pren lo vici col cenat car tots som uns e forjats d'una massa. Be sabem tots que ych havem d'exir o tart o breu e que no y val mestria breu es tot cert qui pensar ho sabria mas lo foll hom no sen done cossir que renyren sa carn bella e grassa e' l front polit e lo cors ben tallat ha tot lo cor á lo seu aplicat als fayts del mon que per null temps no 's lassa.
Si le volém un petit sovenir com son tots fayts d'avol merchandiria e 'l zutze loch hon la mayre 'ns tenia e la viltat de que 'ns hac anoyrir e nexent nos roman la mare lassa, e nos plorám de fort anxietat, entram al mon ple de gran falsedat c' ades alçiu e adés nos abrassa. O vell podrit e que porás tu dir qui 't veus nafrat tot jorn de malaltía missatge cert es que la mort t' envia e tu no 'l vols entendre ne hoyr. Mas com á porch qui jats en la gran bassa de fanch pudent tu 't bolques en peccat di sen tractan fassent molt mal barat ab lo cor falç e la ma trop escassa.
De cor pregon deuriem advertir en l'estat d'hom qui tot jorn se cambia que 'l rich es baix é 'l baix pren manantia, é 'l fort es flach, é 'l flach sab enfortir, é 'l jove sa dolor breument la passa é mort ten leu col vell despoderat é 'l vell mesquí fay lehó de son gat é pense pauch en la mort qui' l manassa.
Deu sab perqué lexa mal hom regir o foll o pech é los bons calumpnia que tal es bo com no te gran batllía que 's fer e mal si 'u pot aconseguir. E tal humil quant es monje de Grassa qu'es ergullós quant ha gran dignitat é tal regir una granda ciutat fora millor á porquer de Terrassa.
Qui be volguès á Deu en grat servir ez en est mon passar ab alegría tot son voler a Deu lexar deuria e no pas Dieu á son vol convertir, car Dieu sab mills á qui tany colp de massa per acabar á qui tenir plagat per esprovar o fer sa voluntat de çó del seu e que 's rehó que 's fassa. TORNADA. Del Payre Sant ay aussit quant trespassa d'aycest exill al juhí destinat que: «diz er fos eu un bover stat» qu'onor d'est mon á peccat embarassa. ENDREÇA. Heu Peyres March pregui Dieu qu'el ny plassa donarme cor e voler esforçat qu'es ab plasser pendra la adversitat e sens ergull lo be que breument passa. ALTRA OBRA D'EST POETA. Jo 'm maravell com no 's veu qui ulls ha. (7 estr., torn. y endr.)
BERNAT MIQUEL. A Deu primer qui es causa causant, tot comprenent e per si incomprensible, genolls fincats estich laors donant com ha format rey tan inconnesible sobrepujant tots los que son mortals, de seny, saber, poder e valor tanta, e de virtuts que dites son morals que sols pensar l' enteniment m'espanta.
Lo sceptre os veig en má dreta portar en l' altre part lo pom d'or qui denota lo mon subdit á vos sens contrestar ab rahó gran car virtut no 's desnota de vos un punt avent les cardinals honor amant com honor amativa segons descriu esser menys principals lo Philosof e per vos les deriva.
…...
ENDREÇA. De cor e cors, de boca e voler á vos suplic ma culpa gran remetra vostre virtut si mon pobre saber no ha suplit en la part pus estreta.
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MUNTANER. I. En nom daycell ver Deus qui feu lo cel el thro, En so de genentul faray un bell sermó, A honor é á laus del casal Daragó: E per tal que axi sia la salutació, Diga cascú, sil platz, que la Verge nos perdó, Seny é enteniment quen façam nostre pro Per est mon é per laltre, e que á salvació Vengan trestuyt li compte, vescompte é baró Qui en est bo passatge de Serdenya habandó Metre si e sa terra e sa provessió, E segran laut enfant Nanfos, ques guanfanó E de tota Espanya creximent e crezó. De llevant á ponent, mig jorn, septentrió, Tremblara tota gent qui en sa gepció De sos payres valents reys En Jaymes ja no zo. E vull sapiats cascú, que aquest es lo lleó Que Sibella nos ditz, que ab senyal de bastó Abatria largull de mant alta mayzó, Que jes hor non diray, que be mentendon pro. II. E aras vull que sapiats lo meu entendiment, Que trestuyt li presich estant tant solament En tres causes que eu vos diray verament. La primera es la persona qui presicha la gent; La secunda del poble qui lau be é lentent; La terça es la raysó qui del sermó dexent. Adonchs de la primera vos dich, que follament Puje altre en trebuna, que sap certanament Dir e pro e en contra á tot son moviment, E que sapia salvar lo seu proposament. La secunda del poble, que sens marmurament Lo deuon escoltar cascuns molt bellament, Queu sapia retre á son millorament; Que en estes pauch valria tot son presicament, Que lavangeli ditz, ques pert la sement Quis gita entre peyres e espines e xament. A la terça vos dich, que deu fer fundament Al proposit que parla ses tot veyarament. Perqueu fundaray mon presich e breument En aquest bo viatge quens es á tuyt plazent. III. Adonchs, señor infant, com á vostre vasayll, E entendrets ma raysó, que assats de trebayll Hay vist en aquest mon, pus que nul de mon tayll, E per ço en la mar vullats pendre mirayll De li vostre secor, qui feron mant assayll, Que trezol no metats en leustol, e satayll Vos vendrán vostres feyts, que esberch ne capmayll Nous estaran davant, sal XX que lalmirall Galees faça fer lleugeres com á ventayll, En axils ballesters yran com á fibayll: Nols falrá de llurs armes, ans fors com á batayll Los trobarets als ops, quasi com prest, aprayll, Que tot quant les davant tira, que res non fayll, Fos en la vostra gent, Senyor, no hi ha mes cayll, Que trestuyt son de un cor, e nul non sen barayll. E axi es la veritat quel valent dun christayll No preu lals del mon mag del fi corayll Quen Serdenya se pesca, es apres del matayll Vos puscon far senyor, si que ab un sogayll Vos ameno davant tuyt selvazent eguayll. IV. Per ço ay comensat en lo feyt de la mar, Car la mar vol tenir cel qui vol aquistar Lo regne de Serdenya, e si ho fay trembrar, E ara trestuyt lo mon: e sens ço nos pot far, Sens menar la gent fresca per ferir e per dar E jamay ab trezols freschs no pot hom anar, Notxer ne ballester quels fayts san aparar, Ne proher ne remer ayço no cal provar, Quel ballester en taula juguen á tot llevar, Que per mar ne per terra nols pot res contrastar: E sobre aquest partit yo poria alegrar (1) perque, senyor infant, si Jesu Christ vos guar, Tota la vostra gent tenets en alt encar, (1) En l'original de Poblet diu allagar seguint apres est vers que hi manca en las impressions. - Mante bone reyso de que nom cal parlar. E honor e poder al almirayll donar Vullats, e que nul altre no hi haja comandar, Mas ell apres de vos, e en axi honrrar Vos fará de tots feyts que vullats començar. Cent galees ó pus say que porets menar, Lenys armats, sageties, com no pot albirar.
V. Sinquanta naus, senyor, say que vos menarets, Lenys, terides de bandes, e mas daltres lenyets, Que tots lla, Deus marcé, de vostra gent havets. A donchs lo recullir sia plazent é nets, E que a Port Fangos sien trestuyt alets, Que vengon a jorn cert, e les grans naus farets, Senyor, metre en escala, e apres los panquets, Per ço que nengun dan lenamich, questa guets Nous poguessen donar dany; çous prech queus guardets, Que ab gent falsa mester say que contrastarets, Perque dayço es ops, senyor, queus adonets, Que en les llurs paraules ne en ells nous fiets. E totes les galees pres de terra tindrets, En axi per escala los apareyllarets, Que sion ordonats, e en guarda metrets Uns quatre lenys armats, a cuy senyal darets Que feson aytant lleu, e puys ya no duptets, Que dan vos pusca dar home que no amets, Ans en guarda de Deus gint vos recullirets, Quius do honor e gaug e tot ço que volrets. VI. E sencarus sopley la reyal magestat, Quen cascuna galea que sion hordonat Dos notxers e prohers, qui, sens tot barat, Penson de li cavayll, que sol un oblidat No sia, que sos ops nols sia be donat; Car la gent tarasana tro que sion usat De si han pro afar, ans sion be pensat Cascuns en son daver, axils sia mandat, E axi yran tuyt freschs e repausat. E tuyt li cavayller sion acostumat, Que llay hon son cavayll yrat sia mudat Ab tota sa companya, per tal ques aviat Fosson en llur cavayll tuyt molt guint arreat, E si als sen fazia, seria vanitat, Quel passatje es breus, don alegre pagat Ira ab tot li seu, e sin era lunyat, Iria li lo cor que tot fos mal menat, E no estia mut qui vol esser lanzat; Qui son cavayll se lluna pot se tenir per fat, Quen lloch pora fallir don será menyspreat. VII. E per vostra alteza hordonarets, senyor, Que li almugaten e laltre cap major De lalmugaveria, qui son del mon la flor, Vajeen en las galees, e dets companys ab llor De cascú, e li autre yran ab gran bandor, Examen en les naus hon lo fasson honor. La vianda sordone, que segons sa valor Najon assats trestuyt, axil gran, col menor: E sen cascun vexell haja ordonador De totes estes causes que donen á salbor. E sen cascuna nau feyts metre per teror Tres ballesters de torn, e quins vos mal simplor. E trebuchs, manganells, ayço prech non demor, Exades, palafangues, ab mil bon llaurador, Vos, Senyor, menarets, e cent tapiador, Carpenter e ferrer, qui no temon calor; (carpintero; no fuster) E puys Dieu mijanzant, nous cal haver pahor, Que viles ne castells, ciutats, casals ne tor Que nos renda a vos, si donchs ab gran dolor No volion morir e perdre llur honor. VIII. E quant ayço, senyor, será feyt e complit, En nom del Payre el Fill e el Sant Esperit, E de sa dolça mayre, que prech nous oblit, E de trestuyt li sant, ab joy e ab delit Vos tengon en sa guarda e sa má, com es dit, Quel bon rey de Mallorques vos fara tal combit, Que trestuyt vos diran, que res no hi ha fallit. E sen apres, senyor, qual se vulla ne crit A la illa sent Pere, ab fe, e llarch, e trit Refrescats li cavayll, si eron afeblit, E se entretant lestol sera amanuit De passar en Serdenya trestuyt, gran e petit. Ay qui cell jorn veyrá de joy sera complit, Que tans coms e vescoms e vervasor exit Axi gent arreat, qui de cor son plavit Servir laut Senyor infant, qui es mol benesit, De tot á res quil ve, el pus exarnit Qui hanch fos, ni hanch mays nul hom vac marit E darmes say, quel mon non es tan sa delit.
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DAUDE DE PRADES. Daude de Prades non s'oblida pus que sens e cor lenenvida que no fassa un bon solats per si e per cells a qui platz que dels altres non he gran cura et si dats per bona ventura á far romans gay e cortés mentre quan bes mos talans es.
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Segons se qu' avia promes mos romans de tot complit es pero si negus ni havia mais ne saubes e mils dizia ia non pense que 'm anugés ni mal d'avege lin portés mas tals ni ha que 's fan pliers que non volen haver mestiers mas de maldir e de blasmar lo que no sauben esmendar e no enten d'on neix que s' es, PERE LO CEREMONIÓS. Mon car fill, per Sent Anthoni! vos juram quets mal consellat, con laxats tal matrimoni en que 'us dan un bon regnat, e que n'hajats altre fermat, en infern ab lo dimoni. Sia en breu qui 'us n'ha enganat!
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qui ben crex son patrimoni es n'est mont per tuyt presat. Axi ho dits Apolloni largament en un dictat, on ho á ben declarat; e li fa gran testimoni Alexandre, en veritat, no volg esser mullerat. ¡Pel valent de Sant Celoni! ¿Quen prodrés tal heretat?
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(A son fill En Marti, dienli com y de quina manera los joves de la illa de Sicila (Sicilia) devian en avant armarse cavallers.) Vetlan el lit suy nun pençer casat de dar consell als cavallers quis fan, de quis faran cavallers d'ara avant et en qual loch los será pus legat. E dich primer que la Cavallaría rebre deu hom de son Senyor si y es, o de valent cavaller en apres o de qui cap de son linatge sia. Lo loch me par que sia pus degut nobla ciutat o vila grosse e gran (Vilagrassa) o 'ls enamichs valentment garreian tenent el puny lança el bras escut, On esgleya en gran devota sia. e si 'u fa axi, no será ja représ per cavallers ne per null hom entés quin nobles fayts met(-)se pensá tot dia, D'amor no chant axi com far solía (1) car me vey trop en anys avant empés, duptant que'm fos en mal per alcumspres perque men call, que pus non chantaría. ALTRA OBRA D'EST POETA. A vos me don senyora de valor al present jorn per vostra gran honor, etc.

(1) Los cants d'amor
nos son desconeguts: mes no hi ha dupte de que
han existit, tota vegada qu'ell mateix en aquest vers ho aferma. --------- PONS HUCH III, COMPTE D'AMPURIAS. (Resposta á Frederich de Sicilia.) A l'onrat rei Frederic trez vai dir
q' a noble cor nos taing poder sofragna,
Peire comte; e pusc li ben plevir che dels parenz ch' aten de vas Espagna secors o gan non creia ch' a lui vaia, mas en estiu fasa cont chels aia, e dels amics; e tegna li oil ubert ch' els acoilla pales e cubert. Ne nos cuig ges ch' el seus parenz desir ch' el perda tan ch' el regne no il remagna; n'el bais d'onor per Franzeis enrechir: ch' en laisaran lo plan e la montagna. Confundal Deus é lor orgil decaia: pero lo rei e Cicilian traia onrat del faitz; che 'l poublat el edesrt (desert) defendon ben da chosion apert. Del gioven rei me plaz can non sesmaia per paraulas, sol qa bona fin traia so ch' el paire chonquis á lei de sert e si 'l reten, tenremlen per espert. PERE DE QUERALT. Sens pus tardar me ve de vos partir na falza amor puscha vey la falsía de vostre cors fals plé de tritxaria qui tot lo mòn vol en color tenir d'hon eu maldich lo jorn lo punt e l'hora qu'ieu a vos mon cors abandonat richa d'engan, paubre de leyaltat soltz et al tot pus amarga que tora. TORNADA. Al Dieu d'amor supley ab reverença qu' en breu de temps siatz pus freturans de servidors que vos non sotz bastans e no trobets qui 'us aport benvolença.
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ANSELM TURMEDA. (mallorquín; después se nombró ‘Abd Allāh b. ‘Abd Allāh, al-Taryuman, al-Mayurqī, al-Muhtadī. al convertirse al Islam.
“En Telm, Telmo” según https://dbe.rah.es/biografias/4201/anselm-turmeda
) En nom de Deu omnipotent vull començar mon parlament, qui apendrer vol nudriment, aquest seguesca. Primerament quant serás batejat; creurás que la Divinitat es un esser en trinitat de las personas. Y que Jesu-Christ fill de Deu viu es Deu ver Deu, fill de Daviu: aço es ver, y així ho diu la Santa Scriptura.
Dels articles, o tu fill meu,
creurás lo que la Iglesia creu; e si no lo seny teu, la fe hi basta. Aquest llibre jo he dictat, perçó que si es demanat d'algun fet sies informat de la resposta. Y no l'he dictat en llatí, perque lo vell, e lo fadrí, l' estranger e lo cosí entendrel puguen. Llegidor, precte humilment, si hi veus algun defalliment, que per tu, be y llealment esmenat sia. Y si vols saber mon nom fra Anselm me apella hom, y Turmeda sobre nom tots m'ajustan. Açó fon fet lo mes d'Abril temps de primavera gentil, noranta set, tres cents y mil (1397) llavors corrien. Prech á Deu Omnipotent que nos ha criat de nient, (E car fó vengut de nient) que lo nostre habit ament en paradis sia. Amen. (Estilo muy parecido al de Ramon Lull en alguno de sus poemas.
Fragmento de lo dictat de Ramon:
A honor del Sanct Spirit

Començá e finí son escrit,
RAMON, en vinent de Paris;
El comana a
Sanct Loys,
E al noble
rey d' Aragó
Jacme
, en l' encarnació
De Christ
M.CC.XC nòu. 1299)

que nos ha criat de nient,” Ramon Lull: “E car fó vengut de nient” etc.