Mostrando las entradas para la consulta finestra ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta finestra ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

martes, 22 de diciembre de 2020

Lo corv. Edgar Allan Poe.

Lo corv.

Edgar Allan Poe.

Traducsió de Ramón Guimerá Lorente (Moncho).


Lo corv. Edgar Allan Poe. Traducsió de Ramón Guimerá Lorente, Moncho

Traducsió de una versió trobada a internet
que no té res a vore en la original de Edgaret "The Raven".
Carlos Arturo Torres.


I

Una nit pavorosa, ñirviós
relligía un mamotreto gros
cuan vach creure escoltá
un extrañ soroll, de repén
com si algú tocare suavemén
a la meua porta: «Visita impertinén
es, vach di, y res mes».

II

¡Ah! Men enrecordo mol be; ere al ivern,
impassién yo medía lo tems etern
cansat de buscá
als llibres la calma tranquilisadora
al doló de la morta Leonora
que habite en los ángels ara
¡pera sempre mes!

III

Vach sentí los cruixits y l´elástic
rosá de les cortines, un fantástic
terror, com may sentit había
y vach volé aquell soroll explicám,
lo meu espíritu oprimit calmá per fin:
«Un viaché perdut es,
vach di, y res mes».

IV

Ya en mes calma: «Caballé
vach cridá, o dama, suplicátos vull
tos servigáu excusá
pero la meua atensió no estabe ben desperta
y va sé la vostra cridada tan inserta...»
Vach obrí allabonses de gom a gom la porta:
oscurina, y res mes.

V

Miro al no res, exploro la tiniebla
y séntigo entonses que la meua mén
se ompli de idees com cap atre mortal
les va tindre abáns,
y escolto en oíts anhelans
«Leonora » unes veus sussurrans
murmurá, y res mes.

VI

Torno a la meua estansia en temó
y torno a escoltá mes fort fotre cops;
«algo, me dic, toque a la finestra,
compendre vull la siñal arcana
y calmá esta angustia sobrehumana»:
¡lo ven, y res mes!

VII

La finestra vach obrí: revolán
vach vore entonses un corv aleteján
com un muixó de un atra edat;
sense mes seremonia va entrá a la sala
en gesto siñorial y negres ales
y damún de un busto, al dintel de Palas,
se va posá, y res mes.

VIII

Miro al muixó negre, sonrién
dabán del seu grave y serio continén
y li escomenso a parlá,
no sense intensió irónica:
«Oh corv, oh venerable ave anacrónica,
¿quín es lo teu nom a la regió plutónica?»
Va di lo corv: «May mes».

IX

En este cas tan raro
me vach extraña de escoltá tan cla
tal nom pronunsiá
y ting que confessá que me vach assustá
pos dingú, crec, va tindre lo gust
de un corv vore, posat damún de un busto
en tal nom: «May mes».

X

Com si haguera volcat l´alma,
va callá lo muixó y ni un momén
les plomes va sorollá,
«datres de mí han fugit y yo me crec
que ell sen anirá demá sense tardá
com ya m´ha abandonat la esperansa»;
va di lo corv: «¡May mes! »

XI

Una resposta al escoltá directa
me vach di, no sense inquietut secreta,
«Es aixó y res mes.
Tot lo que va adependre de un amo desgrassiat,
al que tossut ha perseguit la fortuna
y sol este estribillo ha conservat
¡eixe may mes, may mes!»

XII

Vach girá l´assiento hasta quedám enfrente
de la porta, del busto y del vidén corv
y entonses ya, reclinat a la blana cadira
en somnis fantastics me afonaba,
pensán sempre en qué volíe di
aquell may mes, may mes.

XIII

Mol tems me vach quedá aixina ensomián,
y aquell extrañ muixó
sense pará mirán;
ocupabe lo diván
de vellut, aon juns mos assentabem
y en lo meu dol, pensaba que Ella,
may mes ocuparíe esta habitassió.

XIV

Entonses me va pareixe l´aire denso
com una auló de sucarrat incienso
de un invissible altá;
y escolto veus repetí:
«Olvida a Leonor, béute lo nepenthes
beu l´olvido a les seues fons»;
va di lo corv: «¡May mes! »

XV

«Profeta, vach di, augur de atres edats
que van aventá les negres tempestats
aquí peral meu mal,
huésped de esta morada de tristesa,
dísme, oscur engendre de la nit de paó,
si una mel ñaurá per a la meua amargó»:
va di lo corv: «¡May mes!»

XVI

«Profeta, vach di, o dimoni, tú, corv,
per Deu, per mí, per la meua gran doló,
per lo teu poder fatal
dísme si alguna vegada a Leonora
tornaré a vore a la eternal aurora
aon está felís en los querubins»;
va di lo corv: «¡May mes! »

XVII

«Que sigue esta paraula la radera,
torna a la plutónica rivera»,
vach cridá: «¡No tornos mes,
no dixos ni potades, ni una ploma
y lo meu espíritu, rodejat de densa broma
libera del pes que té!»
Va di lo corv: «¡May mes! »

XVIII

Y lo corv parat, fúnebre y adusto
seguix sempre de Palas posat al busto
y en la llum del meu cresol,
proyecte una taca umbría a la alfombra
y la seua mirada de demoni assombre...
¡Ay! ¿La meua alma en dol
de la seua sombra se podrá apartá?
¡May mes!

https://narrativabreve.com/2017/02/el-cuervo-allan-poe-en-estado-puro.html

Aquí os ofrezco la traducción de Julio Cortázar y, tras esta, la versión original (The Raven).

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos.  Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir graznando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

//


Once upon a midnight dreary, while I pondered weak and weary,
Over many a quaint and curious volume of forgotten lore,
While I nodded, nearly napping, suddenly there came a tapping,
As of some one gently rapping, rapping at my chamber door.
`’Tis some visitor,’ I muttered, `tapping at my chamber door –
Only this, and nothing more.’

Ah, distinctly I remember it was in the bleak December,
And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor.
Eagerly I wished the morrow; – vainly I had sought to borrow
From my books surcease of sorrow – sorrow for the lost Lenore –
For the rare and radiant maiden whom the angels named Lenore –
Nameless here for evermore.

And the silken sad uncertain rustling of each purple curtain
Thrilled me – filled me with fantastic terrors never felt before;
So that now, to still the beating of my heart, I stood repeating
`’Tis some visitor entreating entrance at my chamber door –
Some late visitor entreating entrance at my chamber door; –
This it is, and nothing more,’

Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
`Sir,’ said I, `or Madam, truly your forgiveness I implore;
But the fact is I was napping, and so gently you came rapping,
And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door,
That I scarce was sure I heard you’ – here I opened wide the door; –
Darkness there, and nothing more.

Deep into that darkness peering, long I stood there wondering, fearing,
Doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before;
But the silence was unbroken, and the darkness gave no token,
And the only word there spoken was the whispered word, `Lenore!’
This I whispered, and an echo murmured back the word, `Lenore!’
Merely this and nothing more.

Back into the chamber turning, all my soul within me burning,
Soon again I heard a tapping somewhat louder than before.
`Surely,’ said I, `surely that is something at my window lattice;
Let me see then, what thereat is, and this mystery explore –
Let my heart be still a moment and this mystery explore; –
‘Tis the wind and nothing more!’

Open here I flung the shutter, when, with many a flirt and flutter,
In there stepped a stately raven of the saintly days of yore.
Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he;
But, with mien of lord or lady, perched above my chamber door –
Perched upon a bust of Pallas just above my chamber door –
Perched, and sat, and nothing more.

Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling,
By the grave and stern decorum of the countenance it wore,
`Though thy crest be shorn and shaven, thou,’ I said, `art sure no craven.
Ghastly grim and ancient raven wandering from the nightly shore –
Tell me what thy lordly name is on the Night’s Plutonian shore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’

Much I marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly,
Though its answer little meaning – little relevancy bore;
For we cannot help agreeing that no living human being
Ever yet was blessed with seeing bird above his chamber door –
Bird or beast above the sculptured bust above his chamber door,
With such name as `Nevermore.’

But the raven, sitting lonely on the placid bust, spoke only,
That one word, as if his soul in that one word he did outpour.
Nothing further then he uttered – not a feather then he fluttered –
Till I scarcely more than muttered `Other friends have flown before –
On the morrow he will leave me, as my hopes have flown before.’
Then the bird said, `Nevermore.’

Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken,
`Doubtless,’ said I, `what it utters is its only stock and store,
Caught from some unhappy master whom unmerciful disaster
Followed fast and followed faster till his songs one burden bore –
Till the dirges of his hope that melancholy burden bore
Of “Never-nevermore.”‘

But the raven still beguiling all my sad soul into smiling,
Straight I wheeled a cushioned seat in front of bird and bust and door;
Then, upon the velvet sinking, I betook myself to linking
Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yore –
What this grim, ungainly, ghastly, gaunt, and ominous bird of yore
Meant in croaking `Nevermore.’

This I sat engaged in guessing, but no syllable expressing
To the fowl whose fiery eyes now burned into my bosom’s core;
This and more I sat divining, with my head at ease reclining
On the cushion’s velvet lining that the lamp-light gloated o’er,
But whose velvet violet lining with the lamp-light gloating o’er,
She shall press, ah, nevermore!

Then, methought, the air grew denser, perfumed from an unseen censer
Swung by Seraphim whose foot-falls tinkled on the tufted floor.
`Wretch,’ I cried, `thy God hath lent thee – by these angels he has sent thee
Respite – respite and nepenthe from thy memories of Lenore!
Quaff, oh quaff this kind nepenthe, and forget this lost Lenore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’

`Prophet!’ said I, `thing of evil! – prophet still, if bird or devil! –
Whether tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore,
Desolate yet all undaunted, on this desert land enchanted –
On this home by horror haunted – tell me truly, I implore –
Is there – is there balm in Gilead? – tell me – tell me, I implore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’

`Prophet!’ said I, `thing of evil! – prophet still, if bird or devil!
By that Heaven that bends above us – by that God we both adore –
Tell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall clasp a sainted maiden whom the angels named Lenore –
Clasp a rare and radiant maiden, whom the angels named Lenore?’
Quoth the raven, `Nevermore.’

`Be that word our sign of parting, bird or fiend!’ I shrieked upstarting –
`Get thee back into the tempest and the Night’s Plutonian shore!
Leave no black plume as a token of that lie thy soul hath spoken!
Leave my loneliness unbroken! – quit the bust above my door!
Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!’
Quoth the raven, `Nevermore.’

And the raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
On the pallid bust of Pallas just above my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon’s that is dreaming,
And the lamp-light o’er him streaming throws his shadow on the floor;
And my soul from out that shadow that lies floating on the floor
Shall be lifted – nevermore!

domingo, 9 de junio de 2019

Tomo I, texto XXIV, lo rey, Pedro Torrelles


XXIV.

Reg. 2252 fol. 97. 22 de julio de 1409.

Lo Rey. - Capita. Laltra dia reebem una letra vostra ab la qual nos significavets com apres que fos arribat ab lestol en castell de Caller nostre molt car primogenit lo rey de Sicilia vos aculli molt be e com havent gran plaer de vostra venguda vos feu marescal de que havem haut fort singular plaer e loy grahim molt: placia a nostre Senyor Deus que li do longavida e salut ab aquella prosperitat quel nostre cor e lo seu desijen. Sapiats que digmenge a XIIII del present mes estantsen la casa de Bellesguard e desijants molt saber novelles de nostre molt car primogenit lo rey de Sicilia e de la sua host veem de la finestra de la nostra cambra venir una galea de les parts de levant que arriba en la plaja de Barchinona e a cap de un poch fo ab nos en G. Pujada quins dix que la dita galea venia de Sardenya e que portava bona nova pero que ell encara no la sabia': e apres fort poch estants nos en la dita finestra veem venir mossen Jacme Roure et en Johan Barthomeu ab III
harauts fort corrents e abans que fossen dos trets de ballesta prop de la dita casa de Bellesguard començaren tots a cridar a altes veus e vengueren cridant victoria victoria Arago et Sanct Jordi. E pujants alt en la dita casa faerennosreverencia ens donaren les letres que portaven del dit nostre molt car primogenit e de vos e dels altres ens recitaren largamentlo fet de la batalla e de la victoria que sen era seguida e de la preso de Sanct Luri les quals havia XV jorns que eren estades fetes e encara res non sabiem de que haguem inextimableplaer e singular consolacio e per sobres de goig prenguemnos a plorar e encontinent votam de anar a la seu de Barchinona e de enclourens aqui
per tenirhinovena e complir altres vots que ya haviem fets esperantsla bona novella dessus dita. Mas per tal com era digmengee axi com sabets no acostumam de cavalcar aquell jorn ladonchs nons moguem: mas lo dilluns seguenta IIII hores apres mija nit cavalcam e anamnosen dret cami a la dita seu on nos enclouguem que non som exitsdespuys e aqui fom reebuts ab gran processo e devotes oracions e pujamnosen tantost al altar major e puys devallam a Sancta Eulalia continuantstots temps les dites processo e la Salve Regina e oracions molt devotes ques dien cascun jorn en la dita seu e en los monastirse esgleyes de Barchinona per retre laors e gracies a nostre Senyor Deus de la gracia quens ha feta. Per tal quen hajats plaer vos significam que som en bon punt e ben sans en tota nostra persona per gracia divinal: manantse pregantsvos quens scrivats soven de la salut e bon estament del dit rey nostre molt car primogenit e del fet de la guerra e del estament daqueix regne e de totes noves que sabrets quar singular consolacio ne haurem. E sapiatsque som estats fort merevellats de la batalla quar be sabnostre molt car primogenit que no era axi empres: e digatslique nos lo pregam ab fort gran affeccio que nos torn soven a fer semblants coses quar la sua persona presa molt e no la deu axi arriscar com ha fet ne exposar a fortuna ço que segurament e sens perill pod aconseguir axi com fara sens tota falla per divinal gracia quar nos et ell havem bon dret al qual nostre Senyor Deus no sab ne ha acostumat fallir ne noure. Apres que haguem reebudes les dites letres e bones novelles vench a nos Manuel de Cassi ab letres sobrel soccors quel dit rey nostre molt car primogenit demana: e per tal com per raho de la dita novena que tenim en la seu no podiem anar a les corts encontinent tramesemals de les dites corts que venguessen açi a nos e faerenho e posamlus devant com pus graciosament poguem lo dit fet e ells preserenho fort be e esperamfermament e sens tot dubte quel fet haura bon compliment e spatxatrecapte. Maestre Viçent Ferrer es açi on ha ja estat ben per VI setmanes e diu missa alta e preycafort merevellosament cascun jorn en que ha continuament de VII millia en VIII millia persones e ha preycat e fet lofficiaçi en la seu devant nos e cantat ensemps ab tota la gent quey era la Salve Regina a altes veus e ha seguida la processo per la ciutat la qual es estada fort devota solempne e molt bella en que havia de XXV millia persones ensus qui la seguien e no sap homque jamay en Barchinona se faesprocesso que per tanta gent fos seguida ne tant devotament acompanyada. A present noyc ha altres noves sino quel papasera açi en Barchinona lo primer dia dagost primer vinent e entenemlo acullir com pus honorificament e pus sollempnamentporem e metremlo en lo palau major e nos mudaremnosen lo menor: e la primera vegada queus scrivam faremvossaber largament laculliment e la festa els entremesos e altres honors que fetes li haurem per tal quen hajats plaer. Nos escrivim al dit rey nostre molt car primogenit pregantlo que no partesca de Caller en aquests dos meses qui venen de calor: e si nostra molt cara filla la reyna de Sicilia era aqui ab ell nos ne hauriem fort gran pler e que la poria fer anar aqui ab dues o tres dones tant solament e que totes les altres ensemps ab tota la roba sino ab aquella que necesariament hauria mester romanguessen en Sicilia ab la mes gent que pogues de sa casa en manera quels sicilians estiguessen ab bona esperança de ella retornar en breu quar pus lo consell del dit rey *? resident en Sicilia romangues en bon orde no li calriatembre que res si mogues quar tot stara pla majorment per la prosperitat e assenyalada favor que nostre Senyor Deus li dona: perqueus manam quel instets de nostra part que ho façaquar son benavenir seria. Dada en Barchinona sots nostre segell secret a XXII dies de juliol del any MCCCC nou. - REX MARTINUS. - Dominus rex mandavit michi - Bernardo Medici. - Dirigitur a mossen P. Torrelles.

lunes, 9 de noviembre de 2020

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA OCTAVA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA OCTAVA.

Un home té sels de la dona. Ella se lligue una cordeta a un dit, per la nit, y sen arribá al seu amán. Lo home sen done cuenta, y, mentres acasse al amán, la dona fique al seu puesto del llit a un atra dona, a la que lo home pegue y li talle les trenes, y después va a buscá a los germáns de la seua dona. Estos, trobán que lo que díe no ere verdat, lo insulten.

Extrañamen malissiosa los pareixíe a tots doña Beatriz, al enfótressen del seu home y tots afirmaben que la temó de Aniquino teníe que sé mol gran, cuan, aguantánlo mol fort la Siñora, la va sentí di que ell la habíe requerit de amors.

Pero después de que lo rey va sentí callá a Filomena, giránse cap a Neifile, li va di:
- Continuéu.

Ella, sonrién, va escomensá:

Hermoses siñores, gran pes me cau si vull en una bona história donátos gust, com tol han donat aquelles que antes se han contat. En la ajuda de Deu, espero descarregám mol be. Hau de sabé, pos, que a la nostra siudat va ñabé un riquíssim viachán de nom Arriguccio Berfinghieri, que nessiamen, tal com ara fan cada día los mercadés, va pensá ennoblís casánse, y va pendre per dona a una jove Siñora noble (que mal li conveníe) de nom doña Sismonda. Esta, com ell, tal com fan los mercadés, estáe fora mol assobín per viaches de negossis, y poquet estabe en ella, se va enamorá de un jove de nom Roberto, que mol tems la habíe festechat; y habén arribat a tíndre intimidat los dos, y tenínla poc discretamen perque mol los agradáe, va passá que (o perque Arriguccio sentiguere algo, o per consevol atra raó) se va fé lo home mes selós del món, y va dixá de eixí de viache, y tots los seus demés negossis, y tota la seua solissitut la habíe ficat en guardá be a la dona, y may se adormíe si no la sentíe abans ficás al llit; per lo que la dona va sentí grandíssim doló, perque de cap manera podíe está en lo seu volgut Roberto.
Pero habén cavilat fort per a trobá algún modo de está en ell, y sén tamé mol solissitada per nell, li va víndre al pensamén de fé açó: com la seua alcoba donáe al carré, y ella sen habíe donat cuenta moltes vegades de que a Arriguccio li costabe mol adormís, pero que después dormíe profundíssimamen, va ideá fé víndre a Roberto a la porta de la casa a mijanit y aná a obríli y está en ell mentres lo seu home dormíe com un soc. Y per a sentí ella cuán arribáe per a que dingú sen acatare, va inventá tirá una cordeta fora de la finestra de la cámara que arribare ben prop de enterra, y lo atre cap portál pel pavimén y hasta lo catre, ficál per deball de los llansols y mantes, y cuan ella estiguere gitada lligássel al dit gros del peu. Después, envián a díli aixó a Roberto, li va maná que, cuan vinguere, estirare de la corda y ella, si lo seu home dormíe, la soltaríe y aniríe a obríli, y si no dormíe, pegaríe un estironet, per a que ell sapiguere que no habíe de esperás prop de la porta. Esta cosa li va pareixe be a Roberto, y anánhi moltes vegades, alguna li va passá de está en ella, y datres va fé massola.

Seguín en este artifissi de esta manera, va passá una nit que se va adormí la Siñora, y Arriguccio va notá algo raro pel llit, va tentá a la escurina y va trobá lo cordellet lligat al dit gros del peu dret de la seua dona, y se va barruntá: «Seguramen que aixó té que sé alguna estratagema».

Y veén después a la llum de un cresol que lo cordell eixíe per la finestra u va tindre per segú; va deslligá lo bensill en cuidadet del dit de la dona y sel va lligá al seu peu, y va está atento per a vore a qué portáe alló. No mol después va víndre Roberto, y estirán del cordell com acostumáe, Arriguccio u va notá, y com no sel habíe lligat be, y lo estiró habíe sigut bastán fort, Roberto se va quedá en la cordeta a la ma, entenén que teníe que esperás, y aixina u va fé.

Arriguccio, eixecánse rápidamen y agarrán les seues armes, va corre cap a la porta per a vore quí ere aquell y per a vóresseles en ell. Com Arriguccio, encara que fore viachán, ere un home fort y valén, en arribá a la porta, no la va obrí en tan cuidadet com solíe féu la dona, y Roberto, que esperabe, veénu, sen va doná cuenta de que no ere ella qui obríe, y només assomá lo nas Arriguccio, va escomensá a fugí, cametes ajudáume, y Arriguccio a acassál. Después de habé fugit Roberto un bon tros, y no parán Arriguccio de perseguíl, están tamé Roberto armat, va desenvainá la espasa y se va girá cap an ell, y van escomensá los dos a intentá ferís o matás.

La dona, al obrí Arriguccio la alcoba, se va despertá, y se va vore que no teníe lo cordellet lligat al dit, y enseguida sen va doná cuenta de que lo seu engañ se habíe descubert, y eixecánse de un bot, donánsen cuenta de lo que podíe passá, va cridá a la seua criada, que u sabíe tot, y tan li va rogá que la va ficá al seu puesto al llit, demanánli que, sense dixás vore, los cops que li foteguere Arriguccio los aguantare en passiénsia y ella lay recompensaríe tan be que no tindríe cap raó de queixás.

Y apagat lo cresol que a la alcoba cremáe, sen va aná de allí y se va amagá a un raconet de la casa, se va ficá a esperá lo que passaríe. Seguín la riña entre Arriguccio y Roberto, los veíns del barri, escoltánu tot y eixecánse, van escomensá a insultáls, y Arriguccio, per temó a sé reconegut, sense habé pogut vore quí ere lo jove ni feríl de cap manera, enfadat, lo va dixá en pas, sen va entorná cap a casa, y arribán a la alcoba, en veu forta va escomensá a cridá: - ¿Aón estás, dona roína? ¡Has apagat la llum per a que no te troba, pero te equivoques! Y anán cap al llit, creén agarrá a la dona, va agarrá a la criada, y tan com va pugué menejá mans y peus tantes puñades y patades li va fotre que li va marcá tota la cara, y per a colmo li va tallá les trenes, diénli mentres los insults mes grans que may se li han dit a una dona roína. La criada ploráe mol, y en raó, y encara que alguna vegada diguere: «¡Ay! ¡Per l´amor de Deu!» o «¡Para!», teníe la veu tan trencada per los plos y Arriguccio estáe tan sego de rabia que no podíe acatássen de que aquella dona no ere la seua.

Esbatusánla, pos, en tot lo dret y tallánli lo pel, va di: - Mala dona, no te tocaré de atre modo, aniré a buscá als teus germáns y los contaré les teues bones obres; y después que vinguen a per tú y que faiguen lo que creguen que correspón al seu honor y te se emporton de aquí, que an esta casa pots está segura de que no hi estarás may mes. Y dit aixó, eixín de la alcoba, la va tancá per fora y sen va aná a casa dels cuñats. Cuan doña Sismonda, que tot u habíe sentit, va sentí que lo home sen habíe anat, va obrí la alcoba y, ensenén la llum, va trobá a la seua criada tota machacada, plorán. Com milló va pugué la va consolá y la va portá a la seua cámara, aon después de amagatóns la va fé cuidá y curá, y la va recompensá mol be, y ella se va quedá contenta. Después de dixá a la criada a la seua habitassió, rápidamen va arreglá lo llit y va ordená la alcoba, y pareixíe que dingú se habíe gitat allí aquella nit, va torná a ensendre lo cresol, se va vestí y arreglá, com si encara no se haguere gitat; y prenén unes teles, se va assentá a cusí, esperán a vore en qué parabe alló.

Arriguccio, al eixí de casa, lo mes rápit que va pugué sen va aná a la casa de sons cuñats, y va pegá tans cops a la porta que lo van sentí y li van aubrí. Los germáns de la dona, que ne eren tres, y sa mare, sentín que ere Arriguccio se van alsá tots, y fen ensendre les llums van aná a ressibíl, y li van preguntá qué buscáe an aquelles hores y sol. A lo que Arriguccio, escomensán pel cordell que habíe trobat lligat al dit del peu de doña Sismonda, los u va contá tot; y per a donáls testimoni de lo que habíe fet, los va ficá a les mans les trenes que creíe habéli tallat a la seua dona, afegín que anigueren a per nella y que li faigueren lo que cregueren que corresponíe al seu honor, perque ell no pensáe tíndrela mes a casa. Los cuñats, mol enfadats de lo que habíen sentit y tenínu per sert, van fé ensendre antorches, en la intensió de ajustáli les cuentes a san germana, y en Arriguccio se van ficá en camí y van arribá a la casa. La mare, plorán detrás de ells, ara a un ara al atre los anáe demanán que no se cregueren aquelles coses sense vóreu ni sabé res mes, perque lo home podíe está enfadat en ella per alguna raó y habéli fet mal, y ara díls alló per a excusás, dién ademés que ella se extrañáe mol de cóm podíe habé passat alló, perque coneixíe be a la seua filla, perque la habíe parit y criat desde menudeta, y moltes atres coses los díe.

Entrán a dins de la casa, van escomensá a pujá los escalóns, y sentínlos víndre doña Sismonda, va di:

- ¿Quí es?

A lo que un dels germáns va contestá:

- Be u sabrás tú, dona roína, quí som.

Va di entonses doña Sismonda:

- ¿Pero qué voldrá di aixó? ¡Siñó, ajúdam! - Y ficánse de peu, va di -: germáns meus, sigáu ben vinguts; ¿qué anéu buscán an estes hores los tres aquí dins?
Ells, habénla vist assentada y cusín y sense cap marca a la cara, cuan Arriguccio los habíe dit que la habíe dixat baldada, se van extrañá y van refrená lo ímpetu de la seua ira, y li van preguntá cóm habíe sigut alló de lo que Arriguccio se queixabe de ella, amenassánla mol si no los u díe tot.

La dona va di:

- No sé qué tos hay de di, ni de qué se pot queixá de mí Arriguccio. Arriguccio, al vórela, la mirabe com idiotisat, enrecordánsen be de que li habíe futut potsé mil puñades a la cara, la habíe esgarrapat, li habíe fet totes les maleses del món, y ara la veíe com si no haguere passat res de alló. En ressumen, los germáns li van di lo que Arriguccio los habíe dit del cordell y de los cops y de tot.

La dona, giránse cap a Arriguccio, va di:

- ¡Ay, home meu! ¿Qué es lo que séntigo? ¿Per qué me fas tindre per roína cuan no u soc, y a tú per home roín y cruel, cuan no u eres? ¿Cuán has estat esta nit a casa, no ya en mí? ¿Cuán me has pegat? Per lo que a mí respecte, no men enrecordo.
Arriguccio va escomensá a di:

- ¿Cóm, roína dona, no mon vam aná al llit juns? ¿No hay tornat después de habé estat encorrén al teu amán? ¿No te hay futut toba y te hay tallat les trenes?
La dona va contestá:

- An esta casa no te vas arrimá anit, pero dixem aixó, que no puc doná datre testimoni que les meues paraules verdaderes, y anem a lo que dius que me vas pegá y tallá lo pel. A mí no me has pegat may, y los que esteu aquí, y tú tamé, fixéuton en mí, si a cap tros del cos ting alguna siñal de palissa; ni te aconsellaría que fores tan atrevit de ficám la ma damún, que, per la creu de Cristo te fotría un bon bufeteo. Y si me vas tallá lo pel, yo no u hay notat ni u hay vist, pero potsé u vas fé sense que men donara cuenta; díxam vore si los ting tallats o no. Y traénse lo vel del cap, los va amostrá que los teníe ben sansés, ajuntats en dos trenes; veén aixó y sentínu los germáns y la mare, van escomensá a díli a Arriguccio: - ¿Qué dius, Arriguccio? Aixó no concare en lo que mos has vingut a di que habíes fet; y no sabem cóm pots probá lo que quede per sabé.

Arriguccio estabe com si ensomiare, y volíe parlá; pero veén que lo que creíe que podíe probá no ere aixina, no se atrevíe a di res.

La dona, adressánse a sons germáns, los va di:

- Germáns meus, vech que ha estat buscán que yo faiga lo que no haguera fet may, aixó es, contátos les seues miseries y la seua maldat; y u faré. Crec firmemen que lo que tos ha contat li ha passat, escoltéu cóm. Este home de pro, o prohome, al que per al meu mal me vau entregá per dona, que se diu viachán y que vol sé respetat y que hauríe de tíndre mes templansa que un mossen y mes honestidat que una donsella, poques són les nits que no ronde y se engatine per les tabernes, y se va entenén ara en una ramera, ara en un atra putarranca; y a mí me se fa hasta mijanit y a vegades hasta la matinada esperánlo cusín, com me hau trobat. Estic segura de que esta nit, anán ben calén, sen ha anat en alguna pelandusca y an ella, al despertás, li ha trobat un cordell lligat al peu y después ha fet totes estes gallardíes que diu, y va torná aon ella, li va pegá y li va tallá lo pel; y no habénse serenat encara, se ha cregut, y estic segura de que su creu encara, que estes coses me les habíe fet a mí; y si ton fixéu be en la seua cara, encara va mich torrat. Tot aixó que ha dit de mí no vull que lay tingáu en cuenta, ya que són coses de un borracho, y com yo lo perdono lo perdonaréu vatros tamé. Sa mare, sentín estes paraules, va escomensá a abalotás y a di: - Per la crez del Siñó, filla meua, aixó no u faré, se hauríe de penjá an este gos, gat y desconsiderat, que no es digne de tíndre a una bona mossa com eres tú. ¡Ni encara que te haguere arreplegat del fang! ¡Que lo partixgue un rellámpec! No tens que aguantá les podrides paraules de un comersianot ple de merda de burro que ve del campo, dels que ixen de les solls vestits de pardillo en les calses de campana y en la ploma al cul, y en cuan tenen tres perres volen a les filles dels gentilhomens y de les bones dames per dones, y porten armes y diuen: «Soc de los tals» y «Los de casa meua van fé aixó y alló». Be voldría que los meus fills hagueren seguit lo meu consell, que tan honorablemen te podíen habé colocat a casa de los condes Guido per un corrusco de pa; y en cambi van volé donát an esta valiosa joyeta que, sén tú la milló mossa de Florencia y la mes honesta, no se ha avergoñit de di a mijanit que eres una puta, com si no te coneguerem; pero a fe que si me faigueren cas se li donaríe un escarmén que lo podriríe. - Y giránse cap als seus fills, los va di -: Fills meus, be tos día yo que aixó no podíe sé. ¿Hau sentit cóm lo vostre cuñat trate a vostra germana, eixe viachantot de cuatre al cuart? Que, si yo fora vatros, habén dit lo que ha dit de ella y fen lo que fa, no estaría contenta ni satisfeta mentres no mel haguera tret de en mich; y si yo fora home en ves de dona no voldría que datre per mí u faiguere. ¡Siñó, fes que li peso, borracho asquerós pocavergoña!

Los joves, vistes y sentides estes coses, se van encará en Arriguccio y li van di les mes grans males paraules que may se li han dit a cap malvat, y encara li van espetá:
- Esta te la perdonam perque encara vas gat, pero cuídaten de que en tota la teua vida de aquí abán no sentigám mes notíssies de estes, que si alguna mos arribe als oíts per sert que mo les pagarás per nesta y per aquella.

Y dit aixó, sen van aná.

Arriguccio, que se va quedá assompat, no sabén ell mateix si lo que habíe fet ere verdat o si u habíe ensomiat, sense di res va dixá a la seua dona en pas. Y ella, no sol en la seua inteligénsia se va escapá del perill inminén, sino que se va obrí camí per a fé en lo tems lo que li donáe la gana o les ganes, sense cap temó del home.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA QUINTA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA QUINTA.

Un selós disfrassat de retó confesse a la seua dona, y ésta li done a entendre que vol a un mossen que ve a está en ella totes les nits. Mentres lo selós de amagatóns fa guardia a la porta, la dona fa entrá a un amán seu per la teulada o tellat, y están juns.

Lo rey, per a no pédre tems, li va di a Fiameta que continuare, y ella va escomensá aixina: Nobilíssimes siñores, la pressedén história me porte a raoná sobre los selosos, furtadós de la vida de les dones joves y casi procuradós de la seua mort. Están elles tota la semana tancades, atenén a les nessessidats familiás y doméstiques, dessichán, com tots, tíndre después los díes de festa alguna distracsió, algún descáns, y pugué entretíndres com u fan los llauradós al campo, los artesáns a la siudat y hasta los regidós dels tribunals, com va fé Deu cuan lo día set va descansá de tota la seua faenada, y com u volen les leys santes y les sivils, que miren pel honor de Deu y pel be comú, per naixó se han diferensiat los díes de treball de los de descáns. En aixó no miren res los selosos, y aquells díes, que per a totes les atres són alegres, an elles, tenínles mes tancades y mes vigilades, fan sentí mes mesquines; y aixó sol u saben les pobretes que u han experimentat. Per lo que, per a acabá, lo que una dona li fa a un home selós sense motiu, per sert que no se hauríe de condená, sino alabás.

Va ñabé a Rímini un viachán mol ric, en moltes possessións, y en mols dinés, que teníe una majíssima dona, y va arribá a está mol perdut pels sels, sensa datra raó que vóldrela mol, y la teníe per mol hermosa y sabíe que ella en tot lo seu afán se preocupabe de agradál, pero creíe que tots los atres homens la volíen, que a tots los pareixíe hermosa y tamé que ella se preocupáe de agradáls tan com an ell (argumén de home desgrassiat y de poc sentimén). Y aixina, en estos sels, tan la vigiláe y tan preta la teníe com u están los condenats a la pena capital, inclús mes. La dona, no ya a bodes o a festes o a missa no podíe anáy, sino que no se atrevíe ni a assomás a la finestra y mirá fora de casa; per naixó la seua vida ere mol trista, y no aguantabe este fastidio perque no teníe cap culpa de res.

Per lo que, veénse maltratá sense raó per lo seu home, va dessidí per a consolás trobá lo modo de tornáli esta injustíssia. Y com no podíe assomás a la finestra, no se podíe mostrá per a que algún li manifestare lo seu amor passán per la casa; pero sabén que a la casa apegada a la seua ñabíe un mosso pito y amable, va pensá que per un foradet a la tapia que dividíe les dos cases lo podríe mirá y a lo milló parláli, y potsé donáli una mica del seu amor si ell ne volíe, y de esta manera passá la seua desgrassiada vida hasta que lo dimoni ixquere del seu home.

Y anán de una part a l´atra, cuan lo seu home no hi estáe, revisáe la tapia, y va vore a un raconet mol amagat una bada, y mirán per nella, encara que casi no atináe res, sen va doná cuenta de que donáe a una alcoba, y se va di:

«Si fore esta la habitassioneta de Filippo (es di, del mosso veí seu), estaría ben contenta.» Y en secreto, a una criada seua, que li teníe llástima, la va fé espiá, y va trobá que lo jove dormíe allí sol; per lo que, arrimánse assobín a la bada, cuan sentíe que lo jove estáe allí, dixáe caure pedretes y rametes seques, y aixina lo jove, per a vore qué ere alló, se va arrimá a la bada. Ella lo va cridá en veu baixeta, y ell, que li va coneixe la veu, va contestá; y ella en curtes paraules li va obrí lo seu pensamén. Ben contén lo jove, va fé de la bada un forat, y cada día una mica mes gran, pero amagat per a que dingú puguere donássen cuenta; y per allí moltes vegades se parláen y se tocáen la ma, pero mes aban no podíen aná per la rígida guardia del home selós. Arrimánse la festa de Nadal, la dona li va di al home que, si li dixáe, volíe aná a missa, confessás y combregá, com fan los atres cristiáns; a lo que lo selós li va contestá: - ¿Y quín pecat has fet que vols confessát?

Va di la dona:

- ¿Cóm? ¿Creus que soc una santeta perque me tens tancada? Be saps que fach pecats, com totes les demés persones; pero no vull dítels a tú, que no eres retó. Lo selós va notá la mosca detrás de la orella, y va dessidí enterássen de quíns pecats habíe fet la seua dona, y va pensá la manera de féu; va contestá que li pareixíe be, pero que no volíe que aniguere a datra iglesia mes que a la seua capelleta, y que hi aniguere pel matí, prontet, y que se confesare en lo seu capellá o en lo retó que lo capellá li diguere, y no en datre, y que tornare enseguida a casa. A la dona li va pareixe que algo habíe entés; pero sense di res va contestá que aixina u faríe. Arribat lo matí de Nadal, la dona se va eixecá al eixí lo sol, se va arreglá y sen va aná a la capelleta que lo home li habíe manat. Lo selós, per la seua part, se va alsá pronte y sen va aná cap an aquella mateixa capelleta, y va arribá allí antes que ella; y habén ya en lo mossen de allí arreglat lo que volíe fé, vestínse rápidamen una de les sotanes del retó y una cassula gran en capucha, com u veém a la mayoría dels flares, se va assentá prop del coro. La dona, al arribá a la capelleta, va fé preguntá per lo mossen. Lo retó va víndre, y sentín que la dona volíe confessás, li va di que ell no podíe sentíla, pero que la encomanaríe a un compañ seu, y la va enviá cap al selós. Este, encara que estáe algo oscur y que portáe la capucha ficada, que li tapáe hasta los ulls, no va pugué amagás tan be que no siguere reconegut rápidamen per la seua dona; y ella, al vore alló, se va di an ella mateixa:

«Alabat sigue Deu, éste de selós se ha fet retó, pero dixéumel, que li daré lo que está buscán.»

Fen vore que no lo coneixíe, se va assentá als seus peus. Micer selós se habíe ficat unes pedretes a la boca per a que li cambiaren una mica la veu, y aixina la dona no lo reconeguere, pareixénli que en lo demés estabe ben disfrassat. Están al confessonari, entre les demés coses que la Siñora li va di, habénli dit primé que estabe casada, va sé que estabe enamorada de un mossen del seminari que totes les nits anabe a gitás en ella.

Cuan lo selós va sentí aixó, li va pareixe que li habíen enclavat un gaviñet de Albacete al cor; y si no fore que lo va animá lo dessich de sabé mes de alló, hauríe abandonat la confessó a miges y haguere colat, pero se va quedá coto y li va pregunta a la dona:

- ¿Y cóm es assó? ¿No se gite en vos lo vostre home?

La dona va contestá:

- Pare, sí.

- Pos - va di lo selós- ¿cóm pot tamé gitás en vos lo mossen? - Siñó - va di la dona - , cóm su fa lo retoret no u sé, pero no hay ña a casa cap porta tan tancada y barrada que, al tocála ell, no se óbrigue; y me diu ell que, cuan arribe a la de la meu alcoba, abans de obríla, diu sertes paraules per les que lo meu home se adorm incontinenti, y al notá que dorm, obri la porta, entre, ve cap a mí y me fique les garres altes; y aixó may falle, pos vaya potro está fet lo capellanet.
Va di entonses lo selós, una mica farfallós:

- Siñora, aixó está mol mal fet, teníu que abstíndretos de féu.
La dona li va di: - Siñó, aixó no crec que puga féu may, perque lo vull massa.
- Pos yo no podré absóldretos.
Va di la dona:
- U séntigo mol: no hay vingut aquí per a di mentires; si creguera que puc féu tos u diría. Va di entonses lo selós:

- En verdat, Siñora, me feu llástima, que tos vech pédre l´alma fen en estes coses; pero per a servissi vostre intentaré resáli unes orassións espessials a Deu en lo vostre nom, que potsé tos ajudon; y tos enviaré alguna vegada un escolanet meu al que li diréu si tos han ajudat o no; y si tos ajuden, continuarem.

La dona li va di:

- Siñó, no me enviéu dingú a casa, que si lo meu home sen entere, com es tan selós pensaríe que només ve per a algo roín, y may mes tindré pas en ell.
Lo selós li va di:

- Siñora, no tingáu temó per naixó, que u faré de tal manera que may tos dirá una paraula. Va di entonses la Siñora:

- Si assó tos diu lo cor, que se faigue.

Acabada la confessió, ressibida la peniténsia y eixecánse, sen va aná a sentí missa.
Lo selós, en la seu desgrássia, bufán y rebufán, sen va aná a tráures la roba de mossen y sen va entorná cap a casa, pensán cóm su faríe per a trobá juns al mossenet y a la dona, y fels una mala passada als dos. La dona va torná de la iglesia y li va notá al home a la cara que li habíe donat bones pascues; pero ell intentáe tan com podíe amagá lo que habíe fet y lo que li pareixíe sabé. Y habén dessidit passá la nit a la vora de la porta del carré esperán a vore si veníe lo retoret, li va di a la dona:

- Esta nit ting un sopá y dormiré fora, tancaré la porta del carré, cuan vullgues, gítat.
La dona va contestá: - En bona hora.

Y cuan va tíndre tems sen va aná cap al forat y va fé la siñal pactada, y al sentíla Filippo enseguida va acudí allí. La dona li va contá lo que habíe fet pel matí, y lo que lo home li habíe dit después de diná, y li va di:

- Estic segura de que no eixirá de casa, se ficará de guardia a la porta, aguaitán, y per naixó troba la manera de víndre esta nit aquí per la teulada, y estarem juns.
Lo jove, mol contén de aixó, va di: - Siñora, aixina u faré.

Arribada la nit, lo selós se va amagá en les armes carregades a una alcoba del pis baix.
La dona va fé tancá totes les portes, y sobre tot atrancada la del mich de la escala, per a que lo selós no puguere pujá si sentíe algo. Cuan li va pareixe be, lo jove va acudí per lo tellat, com si fore un gat, y a la alcoba de la dona que va entrá; y al llit se van está fénse la un al atre cussigañes y algo mes; y despuntat lo día, lo jove sen va entorná cap a casa.

Lo selós, dolgut, sense sopá y carpidet de fret, casi tota la nit va está en les armes prop de la porta, esperán que arribare lo mossenet; y arribán lo día, com ya no podíe velá mes, se va adormí a la alcoba del pis baix. Después, casi a la hora de tercia, se va eixecá, y com ya estáe uberta la porta de casa, va fé vore que veníe de fora, va pujá a casa y va amorsá en bona gana. Y poc después, envián a un sagal com si fore lo monaguillo o escolanet del mossen que la habíe confessat, li va preguntá si qui ella sabía habíe tornat allí. La dona, que mol be va coneixe al missaché, li va contestá que no habíe vingut aquella nit, pero que lo esperáe, perque no sel podíe traure del cap. Lo sagal li va portá la contesta al selós, y ell se va está moltes nits velán, volén enchampá al retoret a la entrada, y la dona va seguí passánsu be en lo seu veí. Al final, lo selós, que ya no podíe aguantá mes, enfadat li va preguntá a la dona qué li habíe dit al mossen lo matí de Nadal que se habíe confessat. La dona li va contestá que no volíe dílay, perque no ere cosa honesta ni convenién.
Lo selós li va di: - Mala dona, encara que no mu digues, yo ya sé lo que li vas di, y hay que sabé quí es lo mossen este del que estás tan enamorada, y que se gite en tú totes les nits fen aná ensalmos o encantaméns, o te tallaré les venes. La dona va di que no ere verdat que estiguere enamorada de un mossen.
- ¿Cóm? - va di lo selós-. ¿No li vas di aixó al mossen que te va confessá?
La dona va di: - No pareix que tu haiguen contat, sino que hagueres estat allí; pero sí que lay vach di. - Pos dísme - va di lo selós -, quí es eixe mosse, y dísmu enseguideta.

La dona va arrancá a riure y li va di:

- Me agrade mol cuan a un home sabut lo porte una dona simpleta com se porte a un borrego per los cuernos al matadero; encara que tú no eres listo, ni u has sigut desde que vas dixá entrá al teu pit al maligne espíritu de los sels; y contra mes tonto y animal eres, la meua glória es mes baixa. ¿Creus tú, home meu, que soc sega del ulls de la cara com tú u eres de los de la men? Sert que no; y mirán vach sabé quí ere lo mossen que me va confessá, enseguida vach vore que eres tú, pero me vach proposá donát lo que estáes buscán, y te u hay donat. Pero si hagueres sigut sabut, com creus, no hagueres intentat descubrí de aquella manera los secrets de la teua honrada dona, y sense sospechá ten hauríes donat cuenta de que lo que yo te confesaba ere la verdat, y no ñabíe an ella gens de pecat. Te vach di que volía a un mossen; ¿y no estáes tú disfrassat de mossen, y no te vull? Te vach di que cap porta de casa meua podíe está tancada cuan lo mossen volíe gitás en mí; ¿y quína porta te ha resistit alguna vegada a casa teua, si allí aon yo estaba hagueres volgut víndre? Te vach di que lo mossen se gitabe en mí totes les nits; ¿y cuán ha sigut que no te haigues gitat en mí? Y totes les vegades que me vas enviá al teu falso escolanet saps que no te vas gitá en mí, y li vach di que lo mossen no hi habíe estat. ¿Quín atre ña de mes desmemoriat que tú, que per los sels te has dixat segá? ¡Y has estat a dins de casa, vigilán la porta, y creus que me hay cregut que has anat fora a sopá y a dormí! ¡Torna a sé lo home que habíes sigut, y no faigues fé burla de tú a qui coneix les teues costums com yo, y dixa eixa guarda que fas, que te juro per Deu que si me vingueren ganes de ficát los cuernos, encara que tingueres sen ulls en ves de dos, me donaría lo gust de fé lo que vullguera, y tú no ten enteraríes!
Lo desgrassiat selós, a qui li pareixíe habéssen enterat mol astutamen del secreto de la dona, al sentí aixó se va vore burlat; y sense contestá res va tíndre a la dona per sabuda y per bona, y ara que teníe que sé selós, se va desvestí dels sels, aixina com sels habíe vestit cuan no ne teníe nessessidat. Per lo que la discreta dona, casi en llissénsia per a féu tot al seu gust, sense fé víndre al seu amán per la teulada com los gats, sino per la porta, lo va fé víndre después moltes vegades, y va passá en ell mols bons ratets.

domingo, 3 de marzo de 2024

Lexique roman; Fen, fe - Fenix


Fen, fe, s. m., lat. fenum, foin.

E m dona pan e vin e fen e blat.

(chap. Y me done pa y vi y fenás y blat.)

T. de Guiraut et de H. de S. Cyr: N Uc de. 

Et me donne pain et vin et foin et blé. 

Vendran vos avols sivadas

Mal lieuradas, e fes poiritz.

Folquet de Lunel: E nom del.

Ils vous vendront mauvaises avoines mal livrées, et foins pourris. 

La trilla 4 , Los noms,sibá,avena,senteno,

ANC. FR. De fein qu' aüné avoit.

Roman du Renart, t. III, p. 112. 

Si cume fein de terre.

Anc. trad. du Psaut. Ms. n° 1, ps. 71. 

ANC. ESP. Mas ansi te secaras como rocio et feno. 

(MOD. Pero así te secarás como rocío y heno.)

Arcipreste de Hita, cop. 245.

CAT. Fe. ESF. MOD. Heno. PORT. Feno. IT. Fieno. (chap. Fenás, fenassos; fenassera, fenasseres, fenasseral, fenasserals.)

2. Fenier, s. m., tas de foin, grange où l'on met le foin.

Jus s' en estai sotz lo fenier.

S' om avant lo fenier n'osta.

Deudes de Prades, Auz. cass.

En bas s'en tient sous le tas de foin.

Si avant on n'ôte le tas de foin.

ANC. FR. Qu'il serre en son fenault pour son bestail repaistre.

Philip. Hegemon, fol. 21.

(chap. Pallissa es aon se guarde la palla, fenás, aufals, avena, sibada, vessa, pipirigallo, etc.)

3. Fenar, v., faner.

A fenar e... a plantar.

Cartulaire de Sauxillanges. 

A faner et... à planter.


Fendre, v., lat. findere, fendre, crever.

Veirem escutz et elms macar e fendre.

Aicarts (Aicart) del Fossat: Entre dos.

Nous verrons frapper et fendre écus et heaumes.

Va 'lh ferir per tal vertut que tot lo fendec per miey. Philomena.

Va le frapper de telle force qu'il le fendit entièrement par le milieu. 

Fig. A pauc de cobeytat no fen

Cel que fon pros, e s' en repen.

Alegret: A per pauc. 

Peu s'en faut qu'il ne crève de convoitise celui qui fut preux, et s'en repent. 

Part. pas. substantiv.

De fendutz per bustz tro als braiers. 

Bertrand de Born: Miez sirventes. 

De fendus par le buste jusqu'aux enfourchures. 

ANC. ESP. Fende las el mar por medio igualmentre.

Poema de Alexandro, cop. 256.

ANC. CAT. Fendrer. ESP. MOD. Hender. PORT. Fender. IT. Fendere.

(chap. Fendre no lo conec : badá, asclá, tallá, esbadocá, esclopá, acribassá, acribassás, quebrá : crebá, esguellá, agrietá.)

2. Fendillament, s. m., crevasse, gerçure.

Cura fendilhament de potz escorjatz.

Don ve fendillament et autras greus passios.

Eluc. de las propr., fol. 62 et 52. 

Guérit gerçure de lèvres écorchées. 

D'où vient crevasse et autres graves affections.

3. Fendilhar, v., crevasser, gercer. 

La terra fendilhar.

(chap. La terra acribassá, fé cribasses, talls per la sequía, com se fan pel fret a les mans. Azarías se pixabe a les mans, que les teníe acribassades. U podéu lligí a Los Sans Inossens, de Delibes.)

los sans inossens, Miguel Delibes, chapurriau

Eluc. de las propr., fol. 123.

Crevasser la terre.

Part. pas. Sana potz fendilhatz o autrament ulceratz. 

May aspra pel et plus fendilhada.

(chap. Mes aspra pell y mes acribassada.)

Eluc. de las propr., fol. 211 et 99. 

Guérit lèvres gercées ou autrement ulcérées. 

Peau plus âpre et plus gercée.

4. Fendilla, Fendilha, s. f., fente, crevasse.

Ni sobre pont passo voluntier quan, per fendilhas, podo veyre l'ayga corrent.

(chap. Ni sobre pon passen voluntariamen cuan, per les bades, grietes, poden vore l'aigua corrén.) 

Caverna o fendilha.

Eluc. de las propr., fol. 236 et 201. 

Ni passent volontiers sur pont quand, par les fentes, peuvent voir l'eau courante.

Caverne ou crevasses.

- Gerçure de la peau.

Han soven excoriaduras... e fendillas als talos.

Eluc. de las propr., fol. 114.

Ont souvent excoriations... et gerçures aux talons.

5. Fendedura, s. f., fente, crevasse. 

Per las dichas fendeduras.

Brev. d'amor, fol. 39. 

Par lesdites crevasses.

Si deu fendre et, dins la fendedura, metre una peyra.

Eluc. de las propr., fol. 220. 

Se doit fendre et, dans la fente, mettre une pierre.

6. Fendedureta, s. f., petite fente.

Que creissera 'n vostra fendedureta. 

T. de R. Gaucelm et de S. Miralhas: Joan. 

Que votre petite fente en croîtra.

7. Afendre, v., fendre, percer.

Per lors murs afendre.

Rambaud de Vaqueiras: Truan mala. 

Pour percer leurs murs.

8. Perfendre, v., pourfendre. 

Part. pas. Tot l'a perfendut del cap entro al pis. 

Trastot l'a perfendut entro sus al braguier.

Roman de Fierabras, v. 1771 et 2919. 

Il l'a tout pourfendu de la tête jusqu'à la poitrine. 

Il l'a tout entier pourfendu jusque sus au braguier.


Fenher, Feigner, Finher, v., lat. fingere, feindre, supposer. 

Ella s fen sorda. Poëme sur Boèce.

(chap. Ella fingix sordera; fa vore que es sorda.)

Elle se feint sourde.

- Se préoccuper, rêver. 

D' una sola sui cortes, 

E d'una chan, e d'una m fenh.

Raimond de Miraval: Selh que non. 

Je suis courtisan d'une seule, et je chante d'une, et je me préoccupe d'une.

De fenher ou se feigner a été souvent employé dans le sens neutre de feindre.

Mas se sap feigner enamorat ad ellas ab son bel parlar.

V. de Hugues de S. Cyr.

Mais il sut se feindre enamouré envers elles avec son beau parler.

Part. pas. Tota lur bontat era fencha. V. et Vert., fol. 10.

(chap. Tota la seua bondat ere fingida.)

Toute leur bonté était feinte.

- Terme de grammaire.

Noms finhs es aquel que recep son nom per alcuna semblansa de so, que se fa per la causa a cuy es empauzatz. Leys d'amors, fol. 48.

Le nom feint est celui qui reçoit son nom par aucune ressemblance de son, qui se fait par la chose à qui il est imposé. 

ANC. FR. De nous trahir ne s'est fegny.

Godefroi de Paris, Chr. métr., p. 266. 

CAT. ESP. PORT. Fingir. IT. Fingere. (chap. Fingí: fingixco o fingixgo, fingixes, fingix, fingim, fingiu, fingixen; fingit, fingits, fingida, fingides.)

2. Feintamen, adv., avec feinte, par feinte.

Non o fai mas feintamen. 

(chap. No u fa mes que fingidamen; en fingimén.)

Un troubadour anonyme: Seinor vos que.

Il ne le fait que par feinte.

ANC. CAT. Fentament. CAT. MOD. Fingidament. ESP. PORT. Fingidamente. IT. Fintamente. (chap. fingidamen.)

3. Feintedat, s. f., feintise, dissimulation.

Sains Esperiz fui feintedat. Trad. de Bède, fol. 17.

Le Saint-Esprit fuit dissimulation.

4. Fenha, Fencha, s. f., feinte, dissimulation, déguisement.

(chap. fingimén, dissimulasió, disfrás.)

Ja no 'l feira fenha ni gronh ni lanha.

Pons de Capdueil: Leials amicx. 

Jamais je ne lui ferais feinte ni murmure ni plainte.

Sens tota fencha.

Tit. de 1295. DOAT, t. CXXXIX, fol. 124. 

Sans aucune feinte. 

L'ai chausida senes fencha e ses gab.

Raimond de Miraval: Selh cui joys. 

Je l'ai choisie sans feinte et sans tromperie. 

ANC. ESP. IT. Finta.

5. Fenhemen, Fenchamen, Feintament, s. m., feinte, dissimulation.

Es mager fenhemens 

Que si us escaravais 

Si fenhia papaguais.

P. Cardinal: Pus ma boca. 

C'est plus grande feinte que si un scarabée se feignait perroquet.

Us fenchamens ses saber.

Peyrols: Quar m'era. 

Une dissimulation sans savoir.

Bo feintament. Trad. de Bède, fol. 58.

Bonne dissimulation. 

ANC. FR. En feignement de feintes paroles.

Anc. trad. du Psaut. Ms. n° 1, ps. 34. 

CAT. Fingiment. ESP. Fingimiento. PORT. IT. Fingimento. (chap. Fingimén, fingimens; dissimulasió, dissimulasions; solem fé aná “fé vore que”.)

6. Feintesa, s. f., feintise, dissimulation.

Negus hom non pot portar lonja feintesa. Trad. de Bède, fol. 7.

Nul homme ne peut porter longue dissimulation.

7. Ficxio, Fiction, s. f., lat. fictionem, fiction, fraude.

Las ficxios dels poetas.

(chap. Les ficsions dels poetes; fraudes, mentires, invensions.)

Eluc. de las propr., fol. 114. 

Les fictions des poètes. 

Per forsa et per fiction. Chronique des Albigeois, col. 83.

Par force et par fraude. 

CAT. Ficció. ESP. Ficción. PORT. Ficção. IT. Fizione, finzione. (chap. ficsió, ficsions.)

8. Fenhtis, adj., faux, dissimulé.

Ni grans thesaurs ni grands poders 

No salva 'l rich vilan fenhtis.

P. Cardinal: D'un sirventes. 

Ni grand trésor ni grand pouvoir ne sauve le riche vilain dissimulé.

ANC. FR. Vers ceulx qui sont faintis et faux.

Roman du châtelain de Coucy, v. 628.

9. Feigneire, Fenhedor, s. m., hypocrite, dissimulé.

Sofre que 'l fals fenhedor

Se van fenhen de s'amor.

Bertrand de Born: Greu m'es.

Souffre que les faux hypocrites se vont feignant de son amour.

Qui s vol fenhedor m' apelh,

Qu' en pessan tenc sotz mo mantelh

Ma domna, malgrat dels gilos.

Deudes de Prades: En un sonet. 

Qui se veut m'appelle dissimulé, parce qu'en pensant je tins sous mon manteau ma dame, malgré les jaloux.

- Amant timide.

Cel qu'a bon cor de domna amar,

E la vai soven cortezar,

E non l'auza enrazonar,

Feigneires es espaventatz.

Un troubadour anonyme: Domna vos. 

Celui qui a bon coeur d'aimer une dame, et va souvent la courtiser, et ne l'ose entretenir, est amant timide effrayé.

CAT. ESP. PORT. Fingidor. IT. Fingitore. (chap. fingidó, fingidós, fingidora, fingidores.)


Fenestra, s. f., lat. fenestra, fenêtre.

Ac be la fenestra clauza.

(chap. Teníe la finestra ben tancada : closa, com lo carré Villaclosa de Beseit, anomenat la botera, detrás de la llonja.)

R. Vidal de Bezaudun: Unas novas.

Eut bien fermé la fenêtre.

Si com, ses frachura faire, 

Vai e ven rais, quan solelha, 

Per la fenestra vezina. 

Pierre de Corbiac: Dona dels angels. 

Ainsi comme, sans faire brisure, quand le soleil luit, le rayon va et vient par la fenêtre voisine. 

Fig. Los V cens..., lo propheta los apella las V fenestras de la mayzo per hont la mort entra soven al cor. V. et Vert., fol. 85. 

(chap. Los sing sentits..., lo profeta los anomene les sing finestres de la casa per aon la mort entre assobín al cor.)

Les cinq sens..., le prophète les appelle les cinq fenêtres de la maison par où la mort entre souvent au coeur.

ANC. FR. Renart, qui savoit tous les estres, 

Regarde par unes fenestres.

Roman du Renart, t. 1, p. 162. 

Elle ne conçoit que par les fenestres des sens qui bien souvent l'abusent.

Camus du Belley, Diversités, t. II, fol. 325.

IT. Questi cinque sensi... sono le finestre onde la morte entra sovente all' anima. Trattato del Equità. Ms. 

CAT. Finestra. (chap. Finestra, finestres; finestró, finestrons. ESP. ANC. fenestra.)

2. Fenestrella, s. f., fenêtre.

Bell compagnos, fatz vos a fenestrella,

E regardatz n' el cel a l'estella.

Giraud de Borneil: Rei glorios. Var. 

Beau compagnon, avancez-vous à la fenêtre, et regardez-en au ciel à l'étoile. 

ANC. FR. Aude s' estuet à une fenestrele.

Roman de Gérard de Vienne, v. 2410. 

IT. Finestrella. (chap. Finestreta, finestretes.)

3. Fenestral, Fenestrel, s. m., fenêtre.

En lieit, al fenestral.

(chap. Al llit, al finestral.)

B. de Ventadour: Lo gens temps.

Au lit, à la fenêtre.

Bel companhos, issetz a fenestrel,

Et esgardatz las ensenhas del cel.

Giraud de Borneil: Rei glorios. 

Beau compagnon, paraissez à la fenêtre, et regardez les signes du ciel. IT. Finestrello. (chap. Finestral, finestrals.)

4. Fenestratge, Fenestragge, s. m., fenêtrage.

El sobeirans soliers de las maizons, sobre fenestratge.

Statuts de Montpellier du XIIIe siècle. 

A l'étage supérieur des maisons, sur le fenêtrage.

De jaspi vert ero... fenestragges. Palaytz de Savieza. 

De jaspe vert étaient... les fenêtrages.

Aranha... las linhas noza el centre, lassan quaysh a guiza de filat, la una pres de l'autra, entre las quals, per suptil artifici, fa traucs et fenestragges. Eluc. de las propr., fol. 239.

L'araignée... noue les fils au centre, les enlaçant quasi en guise de filet, l'un près de l'autre, entre lesquels, par subtil artifice, elle fait trous et fenêtrages. 

ANC. ESP. Fenestrage.


Fenice, adj., lat. phoeniceus, rouge, pourpre.

Color fenicea de la qual si fan... comensamens dels libres.

(chap. Coló fenissia, púrpura, roch, del cual se fan... los escomensamens dels llibres.)

Eluc. de las propr., fol. 267.

Couleur rouge de laquelle se font... les commencements des livres.

ESP. Fenice.


Fenix, Fenics, s. m., lat. phoenix, phénix.

S'ieu pogues contrafar

Fenix, don non es mas us,

Que s'art, e pois resortz sus.

Richard de Barbezieux: Atressi cum.

Si je pouvais contrefaire le phénix, dont il n'en est qu'un, qui se brûle, et puis ressuscite. 

Fig. Ai! bels fenics! merces e cortesia 

Me vaill' ab vos!

R. Bistors: Aissi col fortz. 

Ab! beau phénix! que merci et courtoisie me vaille avec vous!

Allus. Amiga, tant vos sui amics

Qu' a autras en paresc enics, 

E vuelh esser en vos fenics.

P. Vidal: Pois Ubert. 

Amie, je vous suis tellement ami qu'aux autres j'en parais maussade, et je veux être pour vous phénix.

CAT. ESP. (chap. Fénix) Fenix. PORT. Feniz. IT. Fenice.