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viernes, 3 de diciembre de 2021

DVA, Borao, C

C.


CABAL. d. Peculio, pegujar de los hijos segundos.

CABALERO. El hijo que no es heredero. (Obtiene el cabal)

CABALGADA. n. Contribución antigua en Aragón. (Cabalgada, cavalcada, era una incursión a caballo en una población para saquear)


CABALLERÍA. a. Las rentas que señalaban los ricos-hombres a los caballeros que acaudillaban: había caballerías de honor, de mesnada y otras.

CABALLEROS-PARDOS. n. Los que, sin ser de antemano hijodalgos o nobles, se armaban como francos por carta o por privilegio real, recibiendo en el hombro la pescozada. - En Castilla los que, sin ser nobles, no pechan y gozan preeminencias de hijodalgos por privilegio del rey.

CABALLÓN. d. Lomo de tierra que divide las eras de los huertos. (caballó, caballóns)

CABAÑERA. n. Cañada o espacio señalado para la marcha de los ganados trashumantes, que suele ser de 60 a 90 varas.

CABECEQUIA. a. Persona a cuyo cuidado están los riegos y acequias. -n. Guarda de viñas, custos vinearum. (zabacequia; sobresequié)

CABECERO. n. El que tomando el arriendo de toda una casa por un tanto alzado, recauda los alquileres de las habitaciones y se entiende con los inquilinos.

CABEZADA (dar la) n. Desfilar saludando por delante de las personas que hacen el duelo en algún entierro. -n. Hacer alguna visita muy corta.

CABEZANA. d. Cabestro.

CABEZUDO. n. Hombre de buena cabeza, esto es, de buena organización intelectual.

CABIDAR. d. Ahorrar, economizar. (cabdal : caudal, caudales)

CABLETA. n. Véase capleta y los siguientes vocablos, que todos se hallan indistintamente escritos con p y b.

CABO. a. Párrafo, división o capítulo. (capita : cabeza : capítulo; cap, caps)

CABREAR. n. Echar las cabras los jugadores, para ver a quien cabrá pagarlo todo como dice Rosal.

CABREO. a. Libro becerro o de privilegios.

CABREVACIÓN. a. Acto y efecto de cabrevar.

CABREVAR. a. Apear en los terrenos realengos las fincas sujetas al pago de los derechos del patrimonio real.

CABREVE. a. Apeo en las bailías de dichas fincas.

CACHA. d. Envite falso en ciertos juegos de naipes.

CACHILADA. c. Lechigada: la Academia escribe cachillada.

CACHIRULO. n. Fleco o adorno, generalmente ordinario. (Muy conocido es el pañuelo en la cabeza típico de Aragón, que lleva este nombre. En Valencia es una cometa)

CACHO. c. Gacho.

CADEJO. c. Madeja.

CADIELLO. c. Cadillo.

CADIERA, d. Escaño, banco de respaldo: la Academia escribe cadira, ant. silla

CADILLO. a. Cachorro. -c. Flor del olivo cuando sale el fruto. (Cadell, cadells)

CADO. a. Madriguera, huronera. (cau)

CADUFO. n. Arcaduz, voz dórica y lemosina: en catalán catúfol y cadúfol.

CAGAZAS. n. Cobarde, pusilánime, o, como dice la Academia, cagado.

CAGUERA. n. Cagalera. (Ting caguera, me estic cagán).

CAJETA. Cepo para recoger limosna.

CAL, CALEN. c. Importa, interesa: úsase siempre en tercera persona y se emplea universalmente entre las clases menos acomodadas de Aragón. = Entre los provenzales no sólo era usual esa palabra, sino la de calensa necesidad o cuidado, y la de calier cuidadoso, necesitado. (No te cal patí: no te hace falta sufrir).

CALAGE. a. Cajón o naveta. (Calaje)

CALAMONAR. d. Corromperse o fermentar la yerba u otro vejetal.

CALANDRIA REAL. n. Variedad de la calandria: sólo en Zaragoza se designa con aquel nombre según Asso.

CALCERO. n. Calzado. (calsé)

CALDERETA. n. Se dice de la mujer entremetida y que comúnmente disipa el día en la ociosidad y los pasatiempos.

CALENDATA. a. Fecha, voz forense antic. usada hoy en Aragón. (Kalendas)

CALIBO. a. Rescoldo. (Caliu, calius).

CALMAR. n. Escarmentar a alguno, dejarle mal parado.

CALMUDO. n. Calmoso.

CALOMANCO. a. Calamaco o tela de lana angosta con un torcidillo como jerga: ant.

CALONIA. n. Multa: la Academia admite en este sentido las palabras caloniar y caloña.

CALORINA. n. Calor fuerte y más bien seco: en Castilla calina, pero en significación del vaporcillo caliente que enturbia la atmósfera: en idioma provenzal calina calor.


CALOYO. d. Recental, cabritillo destinado al regalo del paladar.

CALLIZO. a. Callejuela, callejón.

CAMADA. n. Se usa en la frase hacer o tener camada para denotar que se madruga menos que ordinariamente. (Se está más tiempo en la cama)

CAMAJUSTE. n. Escalera para coger la oliva, que es un palo rajado hasta cierta altura y atravesado de otros, de suerte que ofrece base de apoyo y punta para apoyar en las ramas.

CAMAL. d. Rama. (Simal)

CAMARLENGO. a. Oficial de la casa real de Aragón, cuyas atribuciones y dependencia eran análogas a las del Camarero en Castilla. (Cámara, cambra)

CAMATÓN. n. Véase camero.

CAMBALACHE. n. Véase combalache, que, aunque menos castellano, es más usual.

CAMEÑA. n. Cama rústica o campestre dispuesta con paja o ramaje. (Pareguda a la márfega, feta en barallofa de panolles).

CAMERO. n. Especie de colchón de que se sirven los pastores, y consiste en dos pellejos unidos.

CAMINO (de). n. Al momento, en el instante: la Academia admite esta frase pero en sentido de al paso, al mismo tiempo.

CAMPAR. d. Solazarse. -c. Descollar, sobresalir. -d. Lucir el garbo, pasear con vanidad u ostentación.

CAMPICO. n. Diminutivo de campo, que incluimos aquí, no sólo por ser muy usual, sino aún más porque la Academia no le da cabida a pesar de admitir siempre como castellana y algunas veces como exclusiva aquella terminación: verdad es que admite campecico.

CAMPO. n. Se dice por excelencia del de Cariñena, famoso por su viñedo.

CANA. p. Medida de dos varas. Zurita dice “y rompieron más de cincuenta canas de muro.”

CANALERA, a. Canal en el tejado, y el agua que cae por ella cuando llueve.

CANCIÓN (poner en). n. Inducir a alguna cosa, hacer consentir en algo.

CANCHILAGUA. n. Planta.

CÁNDARA, a. Zaranda.

CANDILERA. n. Planta.

CANDONGA. n. Gollería, salida intempestiva: - en Castilla zalamería.

CANERO. d. Salvado grueso.

CANSAR. n. Usan de ese verbo transitivo los pescadores para expresar la acción de dar carrete o proteger los movimientos de un pescado prendido a quien es preciso fatigar para que, perdida la fuerza, se le pueda sacar a tierra.

CANSO. a. Cansado, voz ant. que se lee en la Crónica del príncipe de Viana y que según la Academia usan hoy los rústicos de Aragón y Castilla la Vieja. -d. Canso, canse o calso de aguja, ojo de aguja. (Se usa como pesado, insistente, cansino).

CANTAL. a. Canto grande. (piedra)

CANTALAZO. d. Canto grande. -n. Golpe dado en un cantal. (cantalada; cantaleo)

CÁNTARO. a. Medida de vino de unas 28 libras. (Un cante de vi)

CANTERO. a. Parte o pedazo de heredad.

CANTILAGUA. n. Planta, linum catharticum.

CANTO. n. Bizcocho o pan bendito.

CANUTILLO. n. Juego que consiste en colocar sobre un tubo de caña algunas monedas y tirar con otras procurando volcar con ellas el tubo y colocarlas cerca de las contrarias.

CAÑADA. a. Medida de vino en Aragón y parte de Asturias.

CAÑICERRADA. n. Res que padece enfermedad inflamatoria en la cabeza.

CAÑO. c. Cueva para enfriar y serenar el agua y para refrescar frutas, carne, vino o cualquiera vianda. -a. Vivar.

CAÑÓN. n. El esquilón que se pone a los machos cabríos cuando trashuman a la cabeza de los rebaños de ovejas y carneros: llévanlo a veces estantes en la estación del verano.

CAÑUTO. a. Alfiletero.

CAPACEAR. a. Dar de capazos o con la capa, ant.

CAPACIDAD. n. Poder, y así se dice "no hay capacidad de hacerle venir, no hay capacidad de reducirle."

CAPARRA. a. Alcaparra. -p. Garrapata.

CAPARRÓS. a. Caparrosa.

CAPAZA. a. Capacho, espuerta para los molinos de aceite.

CAPAZO. c. Esportilla. (Cabás; peña de Alcañiz).

CAPEL. d. Capullo del gusano de seda.

CAPELARDENTE. c. Tumba, capilla ardiente, catafalco.

CAPITULO. a. Cabildo.

CAPLETA. n. Fianza de bienes inventariados: tomar a capleta, tomar con fianza, entregar en cableta entregar bajo fianza.

CAPLEVADOR. n. El fianza de bienes inventariados.

CAPLEVADORA. n. Adjetivo que se aplica a la fianza que se prestaba en los juicios y sobre los bienes inventariados: llamábase también cablevadora y cableta. En Castilla cablieva es anticuado con la significación de fianza de saneamiento, y en Berceo se lee Tomaronlis cablievas et bonos fiadores.

CAPOLADO. a. Picadillo: es a la vez sustantivo y adjetivo.

CAPOLAR. a. Picar la carne.

CAPSUELDO. d. Ventaja del uno por diez que se da al que paga ciertas deudas antes de vencido el plazo; dícese, pues, ganar capsueldo o capsveldo al pagar anticipadamente.

CAPUCETE. n. El acto de meter la cabeza en el agua por un momento, y aun también todo el cuerpo. (cabussó)

CARACOLA. a. Variedad de caracol más pequeño que el común y con la concha blanca. (caragola; té un gust que a mí me enchise)

CARAMULLO. d. Colmo. (Cormull, ple a cormull)

CARASOL. n. Paraje abrigado y protegido por el sol.

CÁRCAVO. n. La capacidad interior de los puentes en los molinos.

CARCHESIA. n. Planta genista sagitattalis. (Tipo de hiniesta, ginesta, argilaga)

CARDELINA. d. Jilguero. (Carduelis; cagarnera, cadernera)

CARDÓN. c. Árbol. -d. Laurel silvestre.

CARGA. n. Peso de tres quintales. -n. Medida de 16 cántaros.

CARGADAL. n. Cargazón de tierra y otras sustancias al fondo de los ríos o acequias.

CARGADAS. n. Se usa en la expresión llevarse las cargadas que significa llevarse las culpas, cargar con la responsabilidad de alguna cosa.

CARGADOR. n. Palo para sujetar en él con facilidad ingeniosa las cuerdas que amarran una carga.

CARICA. a. Judía careta.

CARIÑAR. d. Echar de menos a una persona o sitio, sentir su ausencia: en Castilla encariñar y encariñarse. (añorar)

CARIÑARSE. d. Sentir tristeza por la ausencia de personas queridas o por la extrañeza de lugares no conocidos.


CARITATERO. a. Antigua dignidad en la iglesia metropolitana de la Seo de Zaragoza. (de caritas? almoyner, almoiner, limosnero; elemosina, almoyna, almoina)

CARLÁN. a. Custos castri, seu illius Gubernator infundatus, los cuales fuera del condado de Ribagorza se conocían en otros puntos con el nombre de castellanos.
(castlán, carlán, catalán) La Academia dice que es el que en algunas partes de la Corona de Aragón tiene cierta jurisdicción y derechos en algún territorio.

CARLANÍA. a. Dignidad, territorio y jurisdicción del Carlán.

CARMENAR. n. Escarmentar a uno, haberle dado un golpe fuerte, un pellizco, etc.: en Castilla repelar.

CARNE. n. En el juego del marro la presa que se hace en los contrarios. CARNERARIO. a. Osario.

CARNERERA. n. Esquila que llevan los carneros.

CARNERO. a. Piel de carnero curtida. -n. vaso carnero sepultura. (vas carni)

CARPETA. a. Cubierta de carta o pliego.

CARRACLA n. Carraca. -n. Achaquiento.

CARRADA, d. Carraza o ristra.

CARRAÑA, d. Ira, enojo. -d. Persona propensa a estas pasiones.
CARRAÑAR, d. Regañar.

CARRAÑÓN. d. Regañón.

CARRASQUILLA. n. Planta medicinal que se cría con abundancia en los montes, y comúnmente se emplea con mucho éxito para refrescar y disminuir la sangre.

CARRAZA. d. Ristra.

CARRAZO. d. Racimillo principalmente de uvas.

CARRETE (dar). n. Dar pie para que se hable mucho de una cosa con objeto de enterarse de ella o de comprometer con sus explicaciones al que habla.

CARRETILLAS. n. Las cuatro variedades de la estirpe medicago polymorpha.

CARTA DE GRACIA, a. Pacto de retrovendendo, en fuerza del cual el vendedor puede volver a adquirir la cosa vendida siempre que entregue el precio. -n.

CARTA DE RAFEZ: la Declaración del Privilegio general dice: "Item como las cartas de rafez se clamen falsas por razon de su poca pena que y es puesta en el fuero contra aquellos que redarguecen aquellas de falso etc."
CARTUARIO. ,n. Cartulario o libro becerro: úsala entre otros Latassa, y la cita Ducange apoyado en Moret.
CASA Y TINELO. a. Antepuesto el verbo tener, significa dar de comer a todo el que quiera ir, tener mesa franca.

CASADA. a. Casa solar de donde toma origen algún linaje, ant.

CASAL. p. Solar, edificio de casa arruinada.
CASAMUDA. n. El acto de cambiar (mudar) de domicilio o habitación: dícese generalmente estar de casamuda, ocupar mucho la casamuda.
CASCAMAJAR. a. Quebrantar una cosa machacándola. -n. Metafóricamente explicar con minuciosidad una cosa, insistir en ella más de lo necesario.

CASCAR. n. Dedicarse con preferencia a una cosa como se ve en las frases cascarle al pan, cascarle al derecho romano etc.

CASCUCIA. n. Tunda: de cascar, voz castellana.

CASERA. a. Ama o mujer de gobierno que sirve al hombre solo, principalmente si es sacerdote.

CASERO. n. El que ocupa alguna caseta en portazgo y pontazgo.
CASTELLÁN. a. Castellano o gobernador de un Castillo: se usa sólo en la orden de S. Juan en Aragón hablando del Castellán de Amposta. (carlán, castlán, castlá etc.)

CASUAL. a. Aplícase a las firmas o decretos judiciales expedidos al fin de impedir algún atentado.

CATAPLASMERO. n. El encargado en el Hospital de la confección y aplicación de las cataplasmas. -n. Zalamero, hazañero.

CATORCÉN. n. Se dice del madero que tiene 28 palmos de longitud: esa palabra suele usarse comparativamente diciendo de los niños robustos "pesa más que un catorcén”. (14+14: 28 palmos)

CAUSAR. a. Hacer causa o proceso.

CAZA. n. Lebrillo.

CAZADA. n. Golpe decisivo o mortal, y así se dice "de una cazada va abajo esa puerta" "¡qué lástima de cazada a ese perverso!" (Suposo que es un cop en lo cas, caz, la part de detrás de un arpioc)

CAZAMOSCAS. n. Papamoscas: pertenece entre los animales invertebrados a la clase de las aves, orden de los pájaros, familia de los dentirrostros, género de los papamoscas, en cuyas numerosas variedades se cuenta.

CAZUELA. d. Cacharro. (Cassola; En Francia, cassole)

CAZUELO. d. Cacharro.

CEBADA MARCIAL. n. La que se siembra en marzo y se cría por lo mismo en menos tiempo.

CEBOLLADA. n. Planta, descrita por Asso.

CEBOLLINO. a. Precedido de la palabra arráncate, significa el juego de arráncate, nabo.

CEDACILLO. n. Planta briza media.

CEGALLO. - n. Véase segallo.

CEGAMA. n. Cegato.

CELA-CEQUIAS. n. Véase zabacequias y cabacequia.

CENA DEL REY. a. Tributo para la mesa del rey, equivalente en Aragón y Navarra al de yantar conocido en Castilla: en Navarra se llamaba cena de salvedat y se daba también a los ricos-hombres cuando llegaban a sus gobiernos.

CENERO. d. Terreno no pacido.
CENTENAR. CENTENERO. d. Cuenda de madejas.

CENSAL. a. Censual. -a. Censo.

CENSALISTA. a. Censualista.

CEÑAR. d. Guiñar, hacer señas: se halla en documentos aragoneses que inserta el Memorial literario de la Academia de la Historia.

CEPRÉN. d. Palanca.

CEPRENAR. d. Mover o sostener algo con cualquiera palanca o cuña.
CEQUIARIO. n. El oficial encargado del cuidado de las cequias
(acequias).
CERAMICO. n. Escrupuloso, irresoluto, persona para poco.
CERCILLO. c. Zarcillo.
CEREMEÑA. n. Avugo, en algunas localidades.
CEREMEÑO. n. Avuguero.
CERCHEAR. n. Ceder las vigas que sustentan algún peso.
(cercha)
CERPA. d. Con aplicación a la lana, se dice de la que puede cogerse con los dedos.

CERRADO. n. Se aplica a la res que, pasando de los cinco años, ya ha dentado y no da a conocer la edad por el número de sus dientes.

CERRAR. n. Echar una res todos los dientes: la Academia limita esta significación a las caballerías.

CERRO. n. Remate, tejadillo o vertedero que corona las tapias o paredes expuestas a la intemperie.

CIA. d. Silo.

CIBIACA. d. Andas, parihuelas.

CICLÓN. n. Ciclan. -n. La res que tiene un testículo interno y otro externo o ambos internos: la Academia llama rencoso al cordero de primera clase.
CICURES. n. Mansos domesticados: úsase por los montañeses en sentido recto y figurado, como entre los latinos.

CIENTO EN UN PIE. n. Clavel menor que el ordinario, el cual brota en grupos y tiene el tallo más oscuro.

CIERRO. n. Copo, en la primera acepción de esta palabra. - n. Uno de los lances en el juego del dominó: véase encerrona.

CIJA. a. Prisión o calabozo angosto. (citja, sitja, sitjar; citges, Sitges)

CINTERO. a. Braguero.

CIRCUNDUCTO. n. Se dice de lo que queda desvanecido o sin efecto por transcurso de término, como el decreto de Aprehensión si no se ejecutaba en los treinta primeros días.

CIRIUELO. Libro de cerilla.

CISCO (mover). n. Armar pendencia o discordia, andar al estricote.
CISTERNO. n. Se dice del artículo de propiedad para los que ya litigaron (en el proceso de Aprehensión) en alguno de los artículos anteriores, a diferencia del externo que es para aquellos que o no litigaron o deducen después nuevo derecho.

CLAMOR. d. Barranco o valle que con las lluvias copiosas forma un grande arroyo.

CLARABOYA. n. Alabastro.

CLAREARSE. n. Tener mucho apetito.

CLARIZCA. n. Se dice de la pedrezuela lisa y brillante.

CLAUQUILLADOR. a. El que antiguamente sellaba los cajones en la Aduana:

CLAUQUILLAR, a. Sellar los cajones o bultos en la Aduana: los catalanes decían cauquillador, cauquillar y cauquilla.

CLAUSTRILLO. n. Salón destinado en la Universidad para toda clase de ejercicios en los grados, menos para la investidura que se da en el Teatro mayor.

CLAVELLINA. a. Yerba o planta de donde nacen los claveles.
CLAVIGERA, a. Abertura practicada en las tapias de los huertos para que entre el agua. (Claveguera : alcantarilla).

CLERIGUETE. n. Cierta ánade abundante en la estanca de Alcañiz.
CLOCARSE. n. Ponerse en cuclillas.

CLOQUETAS (en). n. En cuclillas.

COBAR. d. Cobijar.

COCA. n. Cualquiera golosina que se ofrece a los niños.

COCER (maldito de). n. Se dice del muchacho perverso, mal inclinado o demasiado impaciente.

COCINILLA. p. Alcobilla o chimenea.

COCIO. d. Cuenco.

COCÓN. n. Coco, en sentido de "fantasma que se figura para meter miedo a los niños."

COCONA. d. Se denomina de ese modo a la nuez vana. -n. salir la nuez cocona, frase con que se denota que algún negocio no ha correspondido al deseo, a la probabilidad o a la esperanza.

COCOTE. a. Cogote: esa palabra está ya como castellana en las últimas ediciones: Cervantes usa del verbo acocotar. (acogotar)

COCHA. n. El perol en que se elaboran algunos efectos de confitería. COCHAMANDRERO. n. Entremetido, oficioso, amigo de manejarlo todo.
CODA. a. Cola: es de uso general en el lenguaje de la música.

COGER. c. Caber. -n. coger el tiento o tomar el tiento, frase que equivale a la de tomar el corriente que se explica en su lugar.

COGULLADA. d. Cogujada. (Ave; cogullades; vore lo llibre de Réquiem de Sender)

COLADILLA. n. Pepitoria.

COLAMBRE. n. Rasuras o heces del vino. -n. estar de colambre o colambrijo, estar de colada.

COLODRO. a. Medida para los líquidos. -n. Taza ancha da poca altura y sin asas.

COLLETE. d. Alzacuello.

COLLIDA. n. "En aquella misma cort fue feyta declaracion en la collida del comun jus esta forma" dice el Códice de los Privilegios de la Unión. (recogida; cullita)
COLLILARGO. n. Variedad de las ánades: anas acuta. (cuello largo)

COMANDA. n. Obligación o escritura de préstamo que, sobre ser muy privilegiada, no tiene término contra el acreedor.

COMBALACHE. n. Confabulación o acuerdo, generalmente en mal sentido: tiene, como se ve, alguna conexión con el cambalache castellano.

COMISARIO FORAL. n. El encargado de administrar los bienes en el juicio de Aprehensión.

COMPAÑÍA DE ALPARGATA. a. Compañía de gente ruin que desampara a los demás cuando más necesaria es su asistencia. Por ampliación se dice familiarmente de cualquiera.

COMPÁS. n. Distancia. (Ordinaciones de Zaragoza).

COMPRERO. n. Comprador.

COMPROMÍS. n. Compromiso, en su acepción vulgar y en la forense; el plural es compromises.

CONCARAR. n. Confrontar, carear.

CONCELLO. n. Concejo.

CONCIETO. d. Apetito semejante al de las mujeres preñadas.
CONCOMERSE. n. Véase reconcomerse.

CONDENADO. n. Perverso, violento, con relación al genio, carácter, maña, voz etc.

CONDENAR. n. Irritar, disgustar, enfadar, y así dice un poeta anónimo que hemos visto ms. Diré yo que te condena
que se grite contra el vicio.
CONFITADO. n. Conserva de fruta en almíbar, confitura.

CONFITAR. n. Cocer las frutas en almíbar.

CONSERVACIÓN. n. Distrito y fuerzas de que disponía cada uno de los Conservadores de la Unión.

CONSERVADORES. n. Los jefes de la Unión, o digamos su junta presidencial o directiva.

CONSIENTE. n. Consenciente, el que consiente o se hace cómplice en alguna cosa.

CONSUETA. a. Añalejo que contiene el orden de rezar el oficio divino. -p. Apuntador en las compañías teatrales. (Consuetudines : costumbres)

CONTORNILLO. n. Se usa en la frase poner a uno en un contornillo, equivalente a la de ponerle en un aprieto, apuro o compromiso. (torno)
CONTRA. n. Cuanto, y así se dice "contra más pobre, más generoso; contra más frío hace, más se agrava."

CONTRA-CARTA. n. Escritura que limita los efectos de la comanda.

CONTRA-FIRMA. a Inhibición contraria a la de la Firma.

CONTRA-FIRMANTE. a. La parte que tiene esa inhibición.

CONTRAFIRMAR. a. Ganar inhibición contraria a la de Firma; suele decirse contrafirmar de derecho.

CONTRAYERBA. n. Pedimento contrario al apellido en el proceso de Aprehensión. CONVENIDO. n. Emplazado o citado de una manera obligatoria: en Castilla se usó la frase parecida convenir a alguno en juicio, ponerle demanda judicial.

CONVOLAR a segundo matrimonio. -d. Contraer segundo matrimonio.

COQUETA. a. Palmeta o golpe que dan los maestros con el plano de la férula o palmeta en la palma de la mano. - a. Panecillo de cierta hechura. -n. Asegurar la coqueta adquirir un buen pasar seguro: antes, meterse fraile.

CORAL. n. Se dice fino como un coral del que es muy testarudo o muy suyo: la Academia lo refiere a la persona astuta y sagaz: el poeta aragonés Pedro Torrella dice Car en mon sor
Vos port amor tan fina e tan corrall
(Cancionero inédito, pág. 201)

CORALINA. n. Pimiento rojo y picante, guindilla.

CORCA. n. Carcoma. (corcó; quera)

CORCARSE. d. Se dice de la madera cuando la roe el gusano. (corcás)
CORDEL. n. Se dice cordel valenciano y cordel de punta de azote con alusión a dos géneros de cuerda que por su buena elaboración tienen proporcionalmente más resistencia que diámetro. -n. Cañada o cabañera.
CORDERETAS (en). A horcajadas una persona sobre otra.
CORITATIS (en) n. En carnes, en cueros.
CORNETA. n. Guindilla, pimiento de Indias.
CORRALIZAR. n. Encerrar ganado en los corrales.
CORREDOR. a. Pregonero.
CORREGÜELA. n. Enredadera, planta. (correhuela)
CORRENCIAR. n. Filtrarse el agua de un campo en otro.
CORRENDERO. n. Se dice del que muestra diligencia cuando no es precisa. CORRENTÍA. a. Inundación artificial cuando, después de segar y antes de la primera labor, se llena de agua el campo para que, pudriéndose con el rastrojo y raíces, sirva de abono.
CORRENTIAR, a. Hacer correntías. Hay ríos que, como el Nilo, se desbordan produciendo correntías naturales.
CORRER-BURRO. n. Extraviarse, perderse una cosa, generalmente por malicia de alguien.
CORRIBLE. n. Corriente: se aplica a la moneda según lo hemos visto en documentos mss.

CORRIENTE. n. Arroyo o centro de la calle: es sustantivo masculino. -n. Se dice tomar el corriente o tener tomado el corriente, para denotar que se toma el tiento a alguna cosa, o que ya se comprende la marcha de los negocios en algún oficio.

CORRINCHE. d. Corrincho, círculo de gente. (corrillo, corro)

CORRO. c. Corrincho. -n. Trecho o trozo de tierra con destino al cultivo. CORROMPER. n. Aburrir, importunar, disgustar, p. ej. me corrompe para que le venda la casa, me corrompe haciéndome vestir. -n. corromperse, asustarse: es voz local.

CORTADA. n. Rebanada, corte de pan, melón, sandía etc. (tallada)

CORTE. n. Se llamaba Corte del Justicia a su Tribunal compuesto de sus Lugartenientes y Asesores.

CORVA. n. Una de las partes de que se compone el arado.
CORVATIELLA. n. Una de las variedades del cuervo.

CORVILLO. n. Espuerta de mimbres. (cartó, cartró)

COSCARANA. a. Torta muy delgada y seca que se quiebra y cruje al mascarse.

COSCÓN. n. Hombre entrado en días, viejo marrullero.

COSERO. d. Arroyo para regar los campos.

COSO. d. Calle que, por su anchura y extensión, suele ser la principal en algunas ciudades.

COSPILLO. a. Orujo de la aceituna después de molida y prensada. (Samsa, sansa, oliassa).
COSQUIJO. n. Cosquillo, en algunas localidades.

COSTUMBRE. n. En Aragón se usa frecuentísimamente como masculino: en italiano se usa costume como masculino y costuma y costumanza como femenino.

COTENAS (en). Véase en corderetas.

COTI. n. Mallo, juego.

COTILDEQUE (de). d. Clase ínfima en un mismo título de nombre, autoridad, dignidad etc.
COTO. n. Número de partidas estipulado en algunos juegos, como límite o como tipo para las pérdidas y ganancias: se dice coto de tres dos, de cinco tres, etc. (guiñot) COTORRERO, COTORRERA. n. Se dice del que asiste a toda diversión y quiere verlo y saberlo todo.
COTORRÓN, COTORRONA. n. La misma significación y la de hablador desordenado.

COZUELO. n. Género de tributo o pecha que hemos visto mencionado en una carta de franqueza otorgada a 16 de marzo de 1258.

CRABONERA. n. Esquila que llevan los machos cabríos (cabrón, cabrones) que van a la cabeza de los rebaños de primales y borregos. (craba : cabra)

CREBOL. a. Acebo, árbol. (grévol)

CREMALLOS. d. Llares o cadena de la cual pende la caldera puesta al fuego.

CRESARSE. d. Corcarse, querarse o pulverizarse la madera. (Querás la fusta.)

CRIAZÓN. n. Cría, según vemos en un documento de 1238 en donde dice "criazones de bestiar, zo es de potro, de polino etc."

CRÍO. n. Niño: también se dice cría sin diferencia de sexos.
CRUDO. p. En algunas partes la fruta sin sazón.

CRUJIDA. n. Se da este nombre a las enfermedades graves que han tenido un término feliz.
CUADERNA. a. La cuarta parte de alguna cosa, especialmente de pan y dinero. -d. Moneda de 8 maravedises. -d. El prest de los presos.

CUAIRE. n. Cuasi en algunas localidades.

CUAJA-LECHE. n. Planta muy común, galtum verum.

CUAJADA. n. Composición con leche y con el cuajo añejo del cordero mamón.

CUARTEAR. d. Cuartar, sacar la cuarta parte de la décima.
CUARTEADOR. d. El encargado de esa operación.

CUARTIZO. n. La esquila que tiene formas rectangulares.
CUARTOS. n. Se usa en la expresión caerse a cuartos, que equivale a la castellana de la Academia irse o caerse cada cuarto por su lado.
CUATERNADO. n. Lo que consta en cuadernos o registros.

CUATRIMUDADO. n. Se dice de la res que entra en los tres años y que ha mudado cuatro dientes: también toma el nombre de andosco, palabra que no incluimos por ser corrupción de la castellana adosco.

CUBA. n. Palabra que, en son de adverbio, se emplea como sinónimo de basta, no hay más, principalmente aludiendo a lo que se come.

CUBERIL. n. Se dice del clavo cuya marca es entre el tirado y el de pontón: tiene un decímetro de longitud y es sencillo o doble según su diámetro.
CUBICULARIO. n. Catedrático en lo antiguo.

CUBIERTA. n. Al parecer escritura o documento cerrado, pues en las Observancias se lee “quod fuerat pactum in fide vel pro cubierta."

CUBIERTOS. n. Soportales.

CUBILAR. n. Cubil.

CUCAR. n. Guiñar o cerrar un ojo. (clucá un ull)

CUCO. n. Cuclillo. -n. Familiarmente se usa esta vez para designar a un hombre taimado, experto, calculista y solapado.

CUCHARA DE PASTOR. n. Planta, centaurea conífera.

CUCHARERO. n. Zorrón o bolsa de piel en que los pastores llevan, no sólo las cucharas de palo que ellos mismos tallan, sino también otros útiles para comer. -n. Pequeño aparador portátil en que se colocan los cubiertos de palo, las especias y el almirez.

CUCHITRIL. n. Cuartucho: en Castilla pocilga de cerdos, de donde se ha tomado metafóricamente aquella significación.

CUDUJO. n. Voz cariñosa con que se designa o lisonjea a los niños de corta edad cuando ostentan su hermosura y sobre todo su precocidad o sus hechizos.

CUDUJÓN. n. El ojo o bolsa de la manta, (que en documentos oficiales hemos visto llamarse corujón), el de cada lado de la alforja y aun el esportón.

CUENCO, a. Cuezo para colar. -a. Canasta de colar.

CUENTA. n. Dícese en cuenta de por en vez de o en lugar de, como Zurita "mucho me duele que, teniéndoos en cuenta de padre, me digáis semejantes palabras."

CUENTO. n. El conjunto de treinta haces de leña floja principalmente romero. CUESCO. d. Cospillo; en Castilla la piedra redonda en que la viga aprieta los capachos.

CUEZO. d. Cocio o cuenco.

CUITAR. d. Reja para arar cuando la tierra está seca.

CUITRE. n. Buey: se usa en las Ordenanzas agrarias de Zaragoza y en documentos navarros.

CULAR (morcilla). n. Morcón. -n. Morcilla cular a muchos la ofrecen y a pocos la dan, proverbio.

CULECA. n. -Clueca. -n. Torta en cuya tapa se suelen poner huevos duros:

en Valencia y Murcia mona, según la Academia. (La mona de Pascua)

CULERA. n. La parte del pantalón correspondiente a las aposentaderas. (culo)

CULTURAR. a. Cultivar, labrar la tierra.

CUMPLIDO. n. La sala principal y gabinetes adyacentes en que se recibe a las visitas que no son de confianza. -n. Cumplimiento, y así se dice visitas de cumplido, relaciones de cumplido, persona de cumplido.

CUNAR, d. Mecer. (acunar)

CUQUERA. n. Gusanera. (cuc, cucs)

CURCULLO. n. Se dice del que está doblado, encogido o hecho un ovillo. CURCULLÓN. n. Cada punta, generalmente atada, del fondo del saco o talega.

CURTO. a. Rabón o corto.

CUSCURRO. n. Mendrugo o zoquete de pan: dícese también cuzcurro.

CUTIANO. n. Diario, frecuente, constante. (Cotidiano).

CUTIO. n. Constante, sin interrupción.

jueves, 7 de enero de 2021

Lo Camí, XI.

XI. 

Roc, lo Moñigo, va dixá de admirá y voldre a Quino, lo Manco, cuan se va enterá de que este habíe plorat hasta fartás lo día que se va morí la seua dona. Perque Quino, lo Manco, ademés de la ma, habíe perdut a la seua dona, la Mariuca. Y no siríe perque no lay avisaren. Mes que dingú la Josefa, que estabe enamorada dell, y lay refregabe per los nassos a la mínima oportunidat, y moltes vegades sense esperá la oportunidat.

- Quino, pénsau. Mira que la Mariuca está tíssica perduda.

Quino, lo Manco, se sulfurabe.

- ¿Y a tú qué collóns te importe, si se pot sabé? - díe.

La Josefa tragabe bilis y lo dixáe. Per la nit plorabe, a soles, a la seua alcoba, hasta amerá lo cuixí y se jurabe no torná a intervindre al assunto. Pero en son demá se olvidabe de la seua determinassió. Li agradabe massa Quino, lo Manco, pera abandoná lo campo sense cremá lo radé cartucho. Li agradabe perque ere tot un home: fort, serio y cabal. Fort, sense sé un animal com Paco, lo ferré; serio, sense arribá al esceptissisme, com Pancho, lo Sensedéu, y cabal, sense sé un san, com don José, lo mossen, u ere.
En fin, lo que se diu un home equilibrat, un home que no pecabe ni per exés ni per defecte. Quino, en realidat, no creíe en la tuberculossis. Lo món, pera nell, estabe ple de prims y gorts. Mariuca ere prima, com primes eren doña Lola y doña Irene, les Pestetes y Andrés, lo sabaté. Y ell ere gort, com u ere tamé Cuco, lo factó. Pero assó no volíe di que los atres estigueren doléns y ells sanos. De la Mariuca díen que estabe tíssica desde que va naixe, pero ahí la teníen als seus vintytrés añs, fresca com una flo.

Quino se va arrimá an ella sugestionat mes que enamorat. La seua natural tendensia lo inclinabe a les femelles gordetes, de formes calentes, caigudes per lo seu propi pes, y exuberáns. Concretamen, cap a dones com la Josefa, pretes, denses y apelmassades. Pero Quino, lo Manco, reflexionabe aixina: "A les siudats, los siñorets se casen en les femelles flaques. Algo espessial tindrán les primes cuan los siñorets, que tenen estudis y talento, les busquen aixina". Y se va arrimá a la Mariuca perque ere prima. Als pocs díes, sí que se va encaprichá. Se va enamorá segamen de ella perque teníe la mirada trista y sumissa com un corderet y la pell blavosa y clarejabe com la porcelana. Se van entendre. A la Mariuca li agradabe Quino, lo Manco, perque ere la seua antítessis: massís, vigorós, corpulén y en uns ulls aguts y punchadós com a bisturís.

Quino, lo Manco, va dessidí casás y los veíns se li van fotre damún:
"La Mariuca está delicada". "La Mariuca está dolenta". "La tissis es mala compañía".
Pero Quino, lo Manco, va saltá per damún de tot y un matí relluén de primavera se va presentá a la porta de la iglesia embutit a un traje blau y en un mocadó blang lligat al coll. Don José, lo mossen, que ere un gran san, los va beneí. La Mariuca li va ficá la aliansa al dit anular, de annulus, lo del anell, de la ma zurda, perque Quino, lo Manco, teníe secsionada la ma dreta.

La Josefa, a pesá de tots los intentos, no va pugué amargáli la lluna de mel. La Josefa se va proposá que li pesare tota la vida sobre la consiensia la sombra de la seua desgrassia. Pero no u va conseguí. A la iglesia, a la primera amonestassió, va saltá com una pantera, cridán, mentres corríe cap al altá de san Roc y ficán al san per testigo, que la Mariuca y Quino, lo Manco, no se podíen casá perque ella estabe tíssica. Va ñabé, primé, un revol y, después, un silensio fet de sen silensios, al templo. Pero don José coneixíe milló que ella los impediméns y tot lo dret Canónic.

- Filla - li va di -, la ley del siñó no prohibix als doléns contraure matrimoni. ¿U has entés?

La Josefa, desesperada, se va dixá caure sobre les grades del presbiterio y va escomensá a plorá com una loca, mesánse lo pel y demanán compassió. Tots la compadíen, pero ressultabe inoperán fabricá, en un momén, un atre Quino. Desde los bangs del fondo, aon se assentaben los homens, lo Manco sonreíe tristemen y se donabe cops amistosos en lo muñó a la barbilla. La Pesteta gran, al vore que don José dudabe, sense sabé quín partit pendre, se va adelantá hasta la Josefa y la va traure de la iglesia, agarránla compassivamen per les axiles. (La Pesteta gran va pretendre, después, que don José, lo retó, diguere un atra missa en atensió an ella, ya que entre traure a la Josefa de la iglesia y aténdrela un rato al atrio se li va passá lo Sanctus. Y ella afirmabe que no se podíe quedá sense missa per fé una obra de caridat, y que alló no ere just, ni raonable, ni lógic, ni moral y que se la minjaben per dins los remordiméns y que ere la primera vegada que li passabe alló a la seua vida... A dures penes don José va lográ apassiguála y tornáli la seua inestable pas de consiensia). Después va continuá lo san sacrifissi com si res, pero al domenge siguién no va faltá a missa ni Pancho, lo Sensedéu, que se va colá subreptissiamen al coro, detrás de lo armonio. Y lo que passe. Aquell día, don José va lligí les amonestassións y no va passá res. Al pronunsiá lo mossen lo nom de Quino va eixí un suspiro aufegat del bang que ocupabe la Josefa. Pero res mes. Pancho, lo Sensedéu, va di, al eixí, que la piedat ere inútil, un traste, que an aquell poble no se traíe res en llimpio sén un bon creyén y que, per tan, no tornaríe a patejá la iglesia.

Lo gros va passá durán lo refresco lo día de la boda, cuan dingú pensabe pera res en la Josefa. Que dingú pensare en ella potsé fore lo motiu que la va espentá a cridá la atensió de aquella bárbara manera. De totes maneres va sé alló una fosca y dolorosa contingensia. Lo seu crit se va sentí perfectamen desde lo corral de Quino, lo Manco, aon se reuníen los convidats. Lo crit proveníe del pon y tots van mirá cap al pon. La Josefa, tota despullada, estabe pujada al pretil, de cara al riu, y mirabe la fiera corrén en los ulls fora de les cassoletes. Tot lo que sels va ocurrí a les dones pera evitá la catástrofe va sé cridá, ficá los ulls com a plats, y desmayás. Dos homens van apretá a corre cap an ella, segóns díen pera aguantála, pero les seues dones los van maná agramen tirás cap atrás, perque no volíen que los seues homens veigueren de prop a la Josefa en pilota picada. Entre estes dudes, la Josefa va torná a cridá, va eixecá los brassos, va ficá los ulls en blang y se va aviá a la fosca corrén del Chorro. Van acudí cap allí tots menos los novios. Al poc tems va torná a la taberna lo juez

Quino, lo Manco, li díe en eixe momén a la Mariuca: - Eixa Josefa es una burra.

- Ere...- va corregí lo juez.

Per aixó van sabé la Mariuca y Quino, lo Manco, que la Josefa se habíe matat.

Pera enterrála al sementeriet apegat a la iglesia van ñabé los seus mes y menos, pos don José no se aveníe a donáli entrada al fossá a una suissida y no u va consentí sense antes consultáli al ordinari. Al final van arribá notíssies de la siudat y tot se va arreglá, pos, per lo vist, la Josefa se habíe suissidat en un estat de enajenassió mental transitori.

Pero ni la sombra de la Josefa va valé pera avinagrá les mels de Quino al seu viache de bodes. Los novios van passá una semana a la siudat y de tornada li va faltá tems a la Mariuca pera anunsiá als cuatre vens que estabe preñada.

- ¿Tan pronte? - li va preguntá la Chata, que no se explicabe cóm unes dones se quedaben preñades gitanse una nit en un home y datres no, encara que se gitaren en un home totes les nits de la seua vida.

- Míratela esta. ¿Qué té la cosa de particulá? - va di la Mariuca.

Y la Chata va mastegá una palabrota per dins.

Lo prossés de gestasió de la criatura no va sé normal. Tal com se li abultabe la pancha a la Mariuca se li afilabe la cara de una manera alarmán. Les dones van escomensá a murmurá que la chica no aguantaríe lo parto. Lo parto sí quel va aguantá, pero se va quedá al sobreparto. Va morí tíssica a la semana y mija de criá y va sé als sing mesos justos de suissidás la Josefa. Les comares del poble van escomensá a explicás entonses la pressa de la Mariuca per a pregoná lo seu estat, encara abáns de apeás del tren que la va portá de la siudat. Quino, lo Manco, segóns díen, va passá la nit sol, plorán jun al cadáver, en la chiqueta ressién naixcuda als brassos y acarissián tímidamen, en lo retortigat muñó, la inerte melena rubia de la morta.
La Pesteta gran, al enterássen de la desgrassia, va fé este comentari:

- Aixó es un cástic de Deu per habés minjat lo cocido abáns de les dotse.

Se referíe a lo del naiximén prematuro, pero l´ama de don Antonino, lo marqués, teníe raó al comentá que seguramen no ere alló un cástic de Deu, ya que la Irene, la Pesteta menuda, se habíe minjat no sol lo cocido, sino lo caldo tamé abáns de les dotse, y no li habíe passat res. En aquella época, Daniel, lo Mussol, sol teníe dos añs, y cuatre Roc, lo Moñigo. Sing añs después van escomensá a visitá a Quino de tornada del bañ a la Badina del Inglés, o de peixcá cangrejos o madrilles. Lo Manco ere tot generosidat y los donabe una tassada de sidra de barril per una perra chica. Ya entonses la tasca de Quino anabe de capa caiguda. Lo Manco tornabe les lletres sense pagá y los proveedós li negaben la mercansía. Gerardo, lo Indiano, lo va afiansá varies vegades, pero com no vée en Quino cap propósit de enmendás, passats uns mesos lo va abandoná a la seua sort. Y Quino, lo Manco, va escomensá a aná de tomb en tomb, de mal a pijó. Assó sí, ell no perdíe les ganes de charrá y continuabe regalán lo poc que li quedabe.
Roc, lo Moñigo, Germán, lo Tiñós, y Daniel, lo Mussol, solíen assentás en ell al bang de pedra de la carretera. A Quino, lo Manco, li agradabe charrá en los chiquets mes que en los grans, potsé perque ell, a fí de cuentes, no ere mes que un chiquet gran tamé.
A vegades, al llarg de la conversa, ixíe lo nom de la Mariuca, y en ell lo record, y a Quino, lo Manco, se li ameraben los ulls y, pera dissimulá la emossió, se pegabe cops en lo muñó a la barbilla. En estos casos, Roc, lo Moñigo, que ere enemic de llágrimes y de sentimentalismes, se eixecabe y coláe sense di res, emportánse als dos amics cusits als pantalóns. Quino, lo Manco, los mirabe tot parat, sense entendre may lo motiu que impulsabe als sagals pera marchá tan de repén de la seua vora, sense doná cap raó.

Quino, lo Manco, may se va vanagloriá en los tres menuts de que una dona se haguere matat despullada per nell. Ni va aludí an aquella contingensia de la seua vida. Si Daniel, lo Mussol, y los seus amics sabíen que la Josefa se habíe aviát en pilota al Chorro desde lo pon, ere per Paco, lo ferré, que no dissimulabe que li habíe agradat aquella dona y que si ella haguere volgut, siríe, an estes altures, la segona mare de Roc, lo Moñigo. Pero si ella va preferí la mort que lo seu enorme pitral y lo seu pel roch y risat, que se u minjare en lo seu pa. Lo que mes despertabe la curiossidat dels tres amics als tems cuan a la taberna de Quino se despachabe una tassada de sidra de barril per sing séntims, ere sabé la causa per la que al Manco li faltabe una ma. Constituíe la raó una historia sensilla que lo Manco contabe en sensillés.

- Va sé mon germá, ¿sabéu? - díe -. Fée lleña. Als concursos guañabe sempre lo primé premio. Partíe un trong gros en pocs minuts, antes que dingú. Ell volíe sé boxejadó.

La vocassió de son germá de Quino, lo Manco, aumentabe la tentassió dels sagals. Quino prosseguíe:

- Claro que aixó no va passá aquí. Va sé a Vizcaya fa quinse añs. No está lluñ Vizcaya¿sabéu? mes allá de estos montes - y siñalabe la punta fosca, empenachada de broma, del Pic Rando. A Vizcaya tots los homens volen sé forts y mols u són. Mon germá ere lo mes fort del poble, per assó volíe sé boxejadó; perque los guañabe a tots. Un día, me va di: "Quino, aguántam este trong, que vach a partíl en cuatre destralades". Aixó me u demanabe assobín, encara que may partiguere los trongs en cuatre asclades. Assó ere un di. Aquell día lay vach aguantá firme, pero al momén de descarregá lo cop, yo vach adelantá la ma pera féli una advertensia y ¡zas! - les tres caretes infantils expresaben, an aquell momén, un mateix nivell emossional. Quino, lo Manco, se mirabe cariñosamen lo muñó y sonreíe -: La ma va saltá a cuatre metros de distansia, com un ascla 

- continuabe -. Y cuan yo mateix vach aná a replegála, encara estabe calenta y los dits se retortigaben sols, nerviosamen, com la coa de una sargantana.

Lo Moñigo tremolabe al preguntáli:

- ¿Te... te importe amostrám de prop lo muñó, Manco?

Quino adelantabe lo bras, sonrién:

- Al contrari - díe.

Los tres chiquets, animats per la amable consessió del Manco, miraben y remiraben la incompleta extremidat, lo sobaben, ficaben les ungles brutes per les bades de la carn, se féen la un al atre indicassións y, al remat, dixaben lo muñó sobre la taula de pedra com si se tratare de un objecte ya inútil.

La Mariuca, la chiqueta, se va criá en lleit de cabra y lo mateix Quino li va prepará los biberóns hasta que va cumplí un añet. Cuan la yaya materna li va insinuá una vegada que ella podíe fes cárrec de la chiqueta, Quino, lo Manco, su va pendre tan a pit y se va enfadá tan que ell y la seua sogra ya no van torná a dirigís la paraula. Al poble asseguraben que Quino li habíe prometut a la difunta no dixá la criatura en mans de atre, encara que tinguere que criála en los propis pits. Aixó li pareixíe a Daniel, lo Mussol, una evidén exagerassió. A la Mariuca-uca, com la cridaben al poble pera indicá que ere una consecuensia de la Mariuca morta, la volíen tots menos Daniel, lo Mussol.
Ere una chiqueta de ulls blaus, en lo cabell dorat y la part alta de la cara pleneta de peques. Daniel, lo Mussol, va coneixe a la chiqueta mol pronte, tan, que lo primé record della se perdíe a la seua memoria. Después sí, recordabe a la Mariuca-uca, encara una coseta de cuatre añs, rondán los díes de festa per la vora de la formachería. La chiqueta despertabe en la mare de Daniel, lo Mussol, lo instín de la maternidat prematuramen trencada. Ella dessichabe una chiqueta, encara que haguere tingut la careta plena de peques com la Mariuca-uca. Pero assó ya no podríe sé. Don Ricardo, lo meche, li va di que después del aborto li habíe quedat lo ventre sec. Lo seu ventre, pos, se fée vell sense esperanses. De aquí que sa mare de Daniel, lo Mussol, sentiguere cap a la menuda huérfana una inclinassió casi maternal. Si la veíe pindongueján per les inmediassións de la formachería, la cridáe y la assentabe a la taula.

- Mariuca-uca, filla - díe, acarissiánla -, voldrás una mica de collada, ¿verdat?

La chiqueta assentíe. Sa mare del Mussol la ateníe solíssita.

- Menuda, ¿tens prou sucre? ¿Te agrade?

Tornabe a assentí la chiqueta, sense parlá. Al acabás la dolsaina, sa mare de Daniel se interessabe per los pormenors doméstics de la casa de Quino:

- Mariuca-uca, filla, ¿quí te rente la roba?

La chiqueta sonreíe: - Lo pare.

- ¿Y quí te fa lo minjá?

- Lo pare.

- ¿Y quí te pentine les trenes?

- Lo pare.

- ¿Y quí te rente la cara y les orelles?

- Dingú.

Sa mare de Daniel, lo Mussol, sentíe llástima de ella. Se eixecabe, ficáe aigua a una grela y li rentabe les orelles a la Mariuca-uca y, después, li pentinabe en cuidadet les trenes. Mentres fée esta operassió musitabe com una letanía: "Pobra chiqueta, pobra chiqueta, pobra chiqueta..." y, al acabá, díe pegánli una surreta al culet:

- Bueno, filla, aixina estás mes curioseta.

La chiqueta sonreíe débilmen y entonses sa mare de Daniel, lo Mussol, la agarrabe als brassos y la besabe moltes vegades, frenéticamen. Podríe sé que per naixó a Daniel, lo Mussol, este cariño de sa mare cap a la Mariuca-uca li faiguere que no fore san de la seua devossió. Pero no; lo que enfadabe a Daniel, lo Mussol, ere que la menuda Uca vullguere embutí lo nas a totes les salses y intervindre activamen en assuntos impropis de una dona y que no li tocaben. Sert es que la Mariuca-uca disfrutabe de una envejable libertat, una libertat una mica assalvachada, pero la Mariuca-uca ere una dona, y una dona no pot fé lo mateix que ells féen ni tampoc ells parlá de "aixó" dabán della. No haguere sigut delicat ni oportú. Per lo demés, que sa mare la vullguere y la convidare a collada los domenges y díes de festa, no li donabe ni fred ni caló. Li molestabe la insessán mirada de la Mariuca-uca a la seua cara, lo seu afán per a interseptá totes les contingensies y eventualidats de la seua vida.

- Mussol, ¿Aón anirás avui?

- Al dimoni. ¿Vols vindre?

- Sí - afirmabe la chiqueta, sense pensá lo que díe.

Roc, lo Moñigo, y Germán, lo Tiñós, sen enríen y lo puncháen, diénli que la Uca-uca estabe enamorada dell. Un día, Daniel, lo Mussol, pera desfés de la chiqueta, li va doná una moneda y li va di: - Uca-uca, tin aixó y vésten a la farmassia a pesám.

Ells sen van aná al monte y, al torná, ya de nit, la Mariuca-uca los aguardabe en passiensia, assentada a la porta de la formachería. Se va eixecá al vórels, se va arrimá a Daniel y li va torná la moneda.

- Mussol - va di -, diu lo boticari que pera pesát hi has de aná tú.

Los tres amics sen enríen mol y ella los mirabe en los seus intensos ulls blaus, probablemen sense enténdrels. Uca-uca, a vegades, habíe de fotre ma a tota la seua astussia pera pugué aná aon lo Mussol. Una tarde, se van trobá los dos sols a la carretera.

- Mussol - va di la chiqueta -. Sé aón ña un niu de muixóns negres en polls emplomats.

- Dísme aón está - va di ell.

- Vine en mí y tel enseño - va di ella.

Y, eixa vegada, sen va aná en la Uca-uca. La chiqueta no li traíe l´ull de damún en tot lo camí. Entonses sol teníe nou añs. Daniel, lo Mussol, va sentí la impresió de les seues nines a la carn, com si li escarbaren en un punchó.

- Uca-uca, ¿per qué dimonis me mires aixina? - va preguntá.

Ella se va avergoñí, pero no va apartá la mirada.

- Me agrade mirát - va di.

- No me miros, ¿sens?

Pero la chiqueta o nol va sentí o li va fé un cas com un cabás.

- Te hay dit que no me miros, ¿no me has sentit? - va insistí ell.

Entonses ella va acachá los ulls.

- Mussol - va di -. ¿Es verdat que te agrade la Mica?

Daniel, lo Mussol, se va ficá colorat. Va dudá un momén, notán com un extrañ bambolleo al cap. Ignorabe si en estos casos se teníe que enfadá o si, per lo contrari, teníe que sonriure. Pero la sang continuabe acumulánseli al cap y, pera abreviá, se va indigná.
Va dissimulá, fén vore que li costabe saltá la valla de un prat.

- A tú no te importe si me agrade la Mica o no - va di.

Uca-uca va insinuá débilmen:

- Es mes gran que tú; te porte deu añs.

Se van enfurruscá. Lo Mussol la va dixá sola a un prat y ell sen va entorná cap al poble sense enrecordássen mes del niu. Pero en tota la nit no va pugué olvidá les paraules de Mariuca-uca. Al gitás va sentí una rara sensassió. Sin embargo, se va dominá. Ya al llit, va recordá que lo ferré li contabe moltes vegades la historia de la Pesteta menuda y don Dimas y sempre escomensabe aixina: "lo carnús ere quinse añs mes jove que la Pesteta...". Va sonriure Daniel, lo Mussol, a la oscurina. Va pensá que la historia podríe repetís y se va adormí arrullat per la sensassió de que lo voltaben los efluvios de una plássida y extraña felissidat.