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miércoles, 1 de mayo de 2019

BARBASTRO, TOMADA GRACIAS A UNA TRAICIÓN


2.30. BARBASTRO, TOMADA GRACIAS A UNA TRAICIÓN (SIGLO XI. BARBASTRO)

Tras cabalgar varias jornadas por tierras resecas de Huesca en permanente estado de guerra, el relativamente numeroso ejército cruzado aragonés que capitaneaba el propio rey Sancho Ramírez se dirigió por los terrenos quebrados del somontano hacia el enclave de Barbastro, importante y populoso centro comercial y agrario musulmán, sometido a la jurisdicción del señor de Lérida, entonces al-Muzaffar, quien, cogido completamente por sorpresa, no pudo reaccionar ante el ataque cristiano. La ciudad del Vero trató de resistir en espera de ayuda exterior, pero tras cuarenta largos y agotadores días de asedio continuado, la plaza acabó por rendirse.
Como en tantas otras ocasiones, los cronistas árabes, al tratar de justificar tan rotundo y lamentable fracaso —del que pronto tuvieron noticia en la propia capital cordobesa—, culpan del mismo a un moro traidor, cuyo nombre silencian, que habría mostrado al enemigo cristiano, no se sabe por qué motivos, las fuentes que abastecían de agua de la ciudad, dato fundamental para organizar la estrategia del cerco; aunque otros cronistas más cautos hablan de una enorme piedra que las cegó por azar tras una tormenta, dejando desabastecida de agua a la población barbastrense.

río Vero

A los vencidos, que fueron tratados con mucho rigor tras la rendición, se les requisaron todas sus riquezas, fueron considerados cautivos, y unos seis mil de ellos fueron ejecutados. El botín del general cristiano que había dirigido el asedio consistió en más de un millar de doncellas, además de las siete mil que regaló a su rey, más de quinientas cargas de objetos diversos. «Nunca —se duele tristemente el cronista— habían actuado así contra los musulmanes» los cristianos, lamentando que, de cara al futuro, este pudiera ser el espíritu de la tan anunciada cruzada.
[Viguera, M.ª Jesús, Aragón musulmán, pág. 150.]



jueves, 11 de octubre de 2018

Samalamdrán

Samalamdrán. Persona gran desgarbada, per alusió a San Balandrán ,  Monasteri o convén del Pueyo o Puch.

https://es.wikipedia.org/wiki/Balandr%C3%A1n_(santo)


A Tamarite encara se diu.


samalandram 


chapalandrán 


Samalamdrán


Balandrán es un santo legendario. De acuerdo con la tradición, fue un pastor aragonés al que se le apareció la virgen en el lugar en el que posteriormente se construiría el Monasterio del Pueyo

Corría el año 1101 y se acababa de trasladar la sede episcopal de Roda de Isábena a Barbastro. Ocurrió en un día de esos tiempos que Balandrán, un pastorcillo apenas adolescente natural de Morilla (hoy en día una aldea una perteneciente a Ilche), dormía en una choza y, de repente oyó una voz que pronunciaba su nombre tres veces. Se trataba de una voz feérica acompañada de música interpretada por instrumentos celestiales. Presa del temor, salió fuera de su refugio pastoril y se topó con la imagen de la Virgen entre las ramas de un almendro (en otras versiones se dice que era una carrasca). Comunicó la noticia a los vecinos de Barbastro, los cuales en el lugar donde se produjo la aparición divina construyeron una primitiva ermita al estilo rústico y tradicional de la zona. Posteriormente se edificó en ese mismo paraje el Monasterio del Pueyo. En ese diminuto templo Balandrán sirvió de sacerdote hasta su muerte. En una pequeña estancia vecina a la iglesia del actual monasterio se halla una tumba de características góticas donde está sepultado San Balandrán, el cual era un hombre de gran estatura y poderío físico. Cuenta una tradición oral del Somontano de Barbastro que las mujeres en edad de merecer de Barbastro y de las aldeas cercanas debían ser capaces de abarcar con sus brazos extendidos toda la longitud de la tumba a fin de poder conseguir pretendiente con el que compartir los sagrados votos nupciales.

martes, 5 de septiembre de 2017

Chusé Inazio Nabarro

Chusé Inazio Nabarro va se professó meu de llengua española, castellana, al institut de Valderrobres, entonses Francisco Grande Covián. Mos va acompañá a la selectividat a Teruel.

Cómo Tauste? Muy bien, gracias! 😁

Chuse Inazio Nabarro, leyendo

Fabla, aragonés


Chusé Inazio Nabarro (n. Tauste, 1962) es un escritor español en lengua aragonesa. Licenciado en Filología Hispánica, es desde 2004 y actualmente presidente del Consello d'a Fabla Aragonesa, miembro del Consello Asesor de l’Aragonés y vocal del Área de Lengua y Literatura del Instituto de Estudios Altoaragoneses.
Chusé Inazio Nabarro
Información personal
Nacimiento30 de noviembre de 1962  (54 años)
Tauste, España 
NacionalidadEspañola 
Información profesional
OcupaciónEscritor 
Distinciones

Algunos de sus artículos sobre lingüística del aragonés son: "As rebindicazions lingüísticas en a poesía en aragonés" (1989), "Construzions y chiros con o berbo fer" (1999), "Sobre la sufijación apreciativa en A lueca, de Juana Coscujuela" (1990), "Biello idioma de loiras e paxarelas, de tu que se fayó? (arredol d'a koiné aragonesa)" (2000), "O rechimen preposizional de o berbo e altras peculiaridaz sintauticas en a luenga de Acordanzas de San Pelegrín" (2004), "O caso de bels femeninos irregulars u poco frecuens en a onomastica aragonesa" (2005), "Os Monegros como tema literario en a poesía en aragonés" (2008) o "Estudio lingüístico d'un capbreu de Tauste d'o sieglo XV" (2011).
De su amplia obra cabe destacar en poesía:

Podéis comprar sus libros aquí:
En novela y relato destacar los libros:
Reloch de pocha (2006; Premio Internacional de novela Ciudad de Barbastro)


Chuse Inazio Nabarro, Miguel García




Chuse Inazio Nabarro, serio







Es autor además de una serie de textos breves publicados en libros colectivos: Prebatina d’una falordia sin de fadas ni nanez (en “III premio literario Val d’Echo”, Publicazions d’o Consello d’a Fabla Aragonesa, Uesca, 1984), A lifara (en “I premio literario Bal de Xalón”, Publicazions d’o Consello d’a Fabla Aragonesa, Uesca, 1988), Cartas dende Cuba (en IV Premio “Billa de Sietemo”, Publicazions d’o Consello d’a Fabla Aragonesa, Uesca,1997), Triptico de os tiempos de a postema (en Nuei de tiedas, Xordica, Zaragoza, 1999), Con as fuellas contatas como as balas (en Desde aquí, Prames, Zaragoza, 1999), Renaximiento (en Zaragoza, de la z a la a. Diputación Provincial de Zaragoza, 2003), Os cuatre cantos de o cuculo (en La torre de papel, Ed. Camiño do faro, A Coruña, 2003) Cans e cochins (en Branquil d'a Cerdanya, Publicazions d’o Consello d’a Fabla Aragonesa, Uesca, 2007), M'estimarba más no fer-lo (en Capiscol, Publicazions d’o Consello d’a Fabla Aragonesa, Uesca, 2008) y Pexes e paxaros (Premio de Relatos "Luis del Val", Sallent de Gállego, 2011).

Consello:
Asociación que tiene como objeto la defensa, promoción, estudio y difusión de la lengua aragonesa. Surge en Zaragoza, en la primavera de 1976, merced a la actividad de un grupo de profesores, estudiantes y trabajadores, que desde años atrás sentían la necesidad de revitalizar el aragonés y potenciar su resurgimiento, en un momento en que parecía abocado a la desaparición a causa de la total desasistencia por parte de los poderes públicos, e inserto en un contexto general de renacer de la conciencia aragonesa.

Cabe distinguir dos etapas bien definidas en el proceso evolutivo del Consello: la anterior a su legalización, con centro en Zaragoza, y el posterior traslado de su centro de gravedad al Alto Aragón, coincidiendo aproximadamente con su legalización. Dentro de la primera etapa, a poco de su constitución, hace público un manifiesto en el que solicita el reconocimiento oficial y científico del aragonés como lengua, y el respeto a la realidad lingüística de Aragón.
El Consello d´a Fabla Aragonesa ha sido siempre consciente de la urgente necesidad de acelerar el proceso de normalización lingüística, y para ello planifica su actividad en dos terrenos fundamentales: la unificación lingüística y, en el plano sociológico, su difusión a través de la enseñanza y la presencia en los medios de comunicación. La unificación de la lengua no supone el acabar con las distintas variedades dialectales habladas en Aragón, sino el partir de ellas y de todos los elementos comunes que poseen para la elaboración de un instrumento común como vehículo literario, premisa fundamental para su difusión en la prensa con carácter literario. Labor que culminará con la publicación del Diccionario Aragonés, de Rafael Andolz, y la Gramática de la lengua aragonesa, de Francho Nagore, ambas obras aparecidas en 1977, y con la celebración en 1987 en Huesca del I Congreso ta ra normalización de l´aragonés, de cuya organización se hizo cargo.
En esta etapa, el Consello d´a Fabla Aragonesa participa en la elaboración, por una comisión de juristas del Colegio de Abogados de Zaragoza, del anteproyecto de Estatuto de Autonomía de Aragón, que no sería tenido en cuenta por la Asamblea de Parlamentarios, y que recoge, en su capítulo IV, artículos 21 a 23, los derechos de las minorías lingüísticas en Aragón. Al propio tiempo se elabora un plan de enseñanza continua del aragonés a través de sucesivos cursillos que se darán también por prensa y radio, en Zaragoza, y que tendrán continuidad con los organizados durante el verano por el rolde de Biescas, en esta villa pirenaica. Se editan sendos folletos que recogen la traducción o versión aragonesa de nombres propios y topónimos altoaragoneses, reivindicándose al mismo tiempo el derecho a inscribirse en el registro civil con nombres en lengua vernácula y solicitando la rotulación en carreteras y centros urbanos con los topónimos en aragonés.
Tras una etapa de fructífero trabajo en Huesca, cuyo rolde de trabajo se va ampliando con la entrada de nuevos miembros y la llegada de algunos procedentes del núcleo fundador zaragozano, y que editará el mapa de la provincia de Huesca, con los topónimos en aragonés, y la cartilla Ninos para la enseñanza de esta lengua en las escuelas, el Consello d´a Fabla Aragonesa, en febrero de 1978, es legalizado como asociación de carácter cultural en el ámbito territorial de la provincia de Huesca, cuando su presencia era ya constante en los medios de comunicación y su existencia reconocida por entidades y corporaciones aragonesas.
La primera asamblea general extraordinaria en su etapa legal, se celebra el 6 de marzo del mismo año, resultando elegido presidente de la asociación Francho Nagore Laín. De acuerdo con sus Estatutos, se dota el Consello d´a Fabla Aragonesa de una organización basada en los roldes o secciones de ámbito comarcal, coordinados por la junta directiva. Pueden ser socios del mismo todas las personas con capacidad de obrar que acrediten un amplio conocimiento de la lengua aragonesa. Seguidamente, se realiza una campaña de presentación e implantación con actos y charlas en distintas cabeceras comarcales, de tal manera que llegan a constituirse o continúan funcionando roldes en Huesca, Ayerbe, Sabiñánigo, Biescas, Aínsa, Estadilla y Zaragoza, y se mantienen contactos con los valles de Ansó, Echo, Tena, Bielsa, Chistau, Benasque, Jaca, Bolea, Barbastro, Monzón y Binéfar organizándose cursillos en algunos de estos lugares.
El Consello d´a Fabla Aragonesa publica su Alternativa al problema lingüístico de Aragón e inicia una serie de publicaciones, así como la edición de las Fuellas o boletín informativo, en el que se dan noticias y se insertan creaciones literarias en prosa y verso. Se inicia la campaña L´aragonés t´a escuela, solicitando la implantación de la enseñanza de la lengua aragonesa como asignatura en los distintos niveles de E.G.B., resaltando igualmente la urgencia de la creación de cátedras de aragonés en las Escuelas de Magisterio, especialmente dirigidas a aquellos maestros que vayan a ejercer a zonas aragoneso-parlantes.
El Consello d´a Fabla Aragonesa es miembro de la Asociación Internacional para la Defensa de las Lenguas y Culturas Amenazadas (AIDLCM), y en calidad de tal ha asistido a varios congresos internacionales de la misma, e incluso organizó en julio de 1997 en Huesca el decimoctavo. En diversos escritos y entrevistas con autoridades aragonesas, esta asociación ha pedido la cooficialidad del aragonés, al menos en los territorios donde todavía se habla o se conoce, y un estatuto personal, que permita a cualquier persona aragoneso-hablante utilizar su lengua en sus relaciones con la Administración. El Consello d´a Fabla Aragonesa convoca y otorga el premio de poesía «Ana Abarca de Bolea» al mejor libro de poemas escrito en aragonés, premiándolo con la publicación del mismo.
Realiza anualmente cursos de iniciación y de perfeccionamiento de lengua aragonesa, cursillos y seminarios más específicos (como el realizado en junio de 1983 sobre normalización y planificación lingüísticas) y, con frecuencia, diversas charlas, conferencias y presentaciones de libros. En diciembre de 1983 colaboró con el Instituto de Estudios Altoaragoneses en la organización de las V Chornadas de Cultura Altoaragonesa, en el marco de las cuales se realizó una exposición de publicaciones en aragonés (que reunió, entre libros y folletos, cuarenta y cinco -revistas aparte-).
Convoca cada tres años -desde 1987- el Premio Internacional de novela corta en aragonés (al que se ha dado el nombre de Chusé Coarasa, en homenaje al gran escritor en cheso), publicando después los libros ganadores por medio de su editorial, Publicazions d´o Consello d´a Fabla Aragonesa , en la cual se han publicado más de ochenta libros, en su mayor parte de creación literaria y tanto en aragonés común como en diversas modalidades dialectales (aragonés común, ribagorzano, cheso, chistabino, y somontanés). Otros premios convocados son «O Gua» de narración corta para niños y niñas y «A carracla». Igualmente ha publicado un disco en aragonés, Fendo camín (1983), de Mario Garcés. Colabora con varios ayuntamientos y asociaciones en premios literarios en aragonés  («Val d´Echo», «Guayén », «Naya », «Lo Grau » y «Billa de Sietemo»). Su publicación bimestral en aragonés Fuellas  alcanzó en diciembre de 1999 su número 134 (en 1985 se publicó un especial que conmemoraba los cincuenta números). Por otra parte, su programa de radio «Charramos » se ha mantenido en antena desde el comienzo de su emisión en 1980. Durante el curso 84-85 se encargó (por medio de un concierto económico con la DGA) de coordinar y desarrollar la enseñanza del aragonés en el último trimestre del curso en las escuelas de Ayerbe, Bolea y Tierrantona y en el Instituto de Barbastro. En mayo de 1986, una delegación del Consello representó a la lengua aragonesa en el II Congrés Internacional de la Llengua Catalana.
Lor remplaçament deu se far per manlèu d'en primièr als autres parlars lengadocians, en segond lòc als autres dialèctes occitans, catalan comprés, e d'en darrièr a la lenga anciana.
aragonensi lingua, Francisco de Aranda, Berenguer de Bardají o Bardaxí, Bardaxino
Ha creado la nueva revista de estudio y documentación Luenga & fablas  y nuevas colecciones de libros siempre dentro de Publicazións d´o Consello d´a Fabla Aragonesa, editorial que participa habitualmente en las Ferias del Libro.
De abril a junio de 1994 celebró una serie de actos conmemorativos de sus 18 años de existencia. Se encarga de la secretaría para el aragonés en la Plataforma para la defensa de las lenguas minoritarias de Aragón. En febrero de 1997 colabora con el Instituto de Estudios Altoaragoneses  en la organización de la I Trobada d’Estudios y Rechiras arredol de l´aragonés , que tuvo su segunda edición los días 18-20 de noviembre de 1999, con 90 personas inscritas, de las cuales 40 presentaron comunicación. Institucionaliza la celebración a finales de mayo de la Fiesta de l´Amostranza de l´Aragonés, como terminación de los cursos anuales, celebrándose en diferentes localidades (Sta. Cruz de As Serors, Alquezra, Agüero, Fañanars, ...).
En 1998 el Consello inicia los «Cursez Internazionals d´estiu de lengua aragonesa». En 1999 se crea la «Beca de rechira lesicografica Mosen Rafael Andolz Canela», para dar continuidad a la obra del gran lexicógrafo aragonés, fomentando nuevas recopilaciones de vocabulario aragonés.
• Bibliografía:
Conte, Ánchel; Cortés, Chorche; Martínez, Antonio; Nagore, Francho y Vázquez, Chesús: El Aragonés: Identidad y problemática de una lengua; Zaragoza, 1977. 
Conte, Ánchel; Cortés, Chorche; Martínez, Antonio; Nagore, Francho y Vázquez, Chesús: El Aragonés: Identidad y problemática de una lengua; Zaragoza, 1977.

Gracia, José: «Poemas»; Argensola, Huesca, 1978. (Chuse Gracia, Chusé)

Fuellas d´informazión d´o Consello d´a Fabla Aragonesa
, desde junio de 1978.

Torrodellas Español, CletoVersos y romances en ribagorzano; Huesca, 1980.

Abarca de Bolea y Mur, Ana FranciscaObra en aragonés; Huesca, 1980.

Dueso Lascorz, Nieves LucíaAl canto´l Cinqueta; Huesca, 1980.

Obras editadas por Publicazions d´o Consello d´a Fabla Aragonesa en sus múltiples colecciones (Serie cheneral en Aragonés, Puens enta ra parola, A tefla de cuatro fuellas, A tuca, Os fustez, Charrín charrán O gua).
Revistas: Luenga & Fablas.

jueves, 21 de junio de 2018

LA RECONQUISTA ARAGONESA, Agustín Ubieto Arteta

LA RECONQUISTA ARAGONESA, AGUSTÍN UBIETO ARTETA.

15.1. VICISITUDES DE LOS TERRITORIOS MUSULMANES DEL SUR.

Cuando en 1031 desaparece el último califa de Córdoba, al-Andalus
se nos muestra dividido en más de cien reinos de taifas, división que tiene lugar cuatro años antes de que nazca el reino de Aragón (1035). «Al formarse los reinos de taifas cristalizaba definitivamente el ansia de
individualismo de que habían hecho gala los musulmanes aragoneses
durante generaciones. Recuérdese, si no, a la familia de los Banu Qasi y
los intentos de los Tuyibíes hasta que Mundir ibn Yahya consiguió
independizarse y formar el reino de Zaragoza» (J. BOSCH).


Banu Qasi , Tuyibíes , Mundir ibn Yahya, Zaragoza


— La inestabilidad fronteriza fue una constante en el valle del Ebro
musulmán, de modo que los repartos sucesivos del reino Hudí acabaron
por debilitar la taifa sarakustí. Por otra parte, los musulmanes
zaragozanos financiaron y enriquecieron a los territorios cristianos del
norte, sobreviviendo, más de lo que cabía esperar de sus fuerzas reales,
merced al oro que entregaban a los reyes cristianos para comprarles la paz. Con el fruto de estos tributos, las parias, todos los reyes cristianos, los aragoneses entre ellos, pagaron los servicios militares y espirituales de nobles y clérigos, lo que originó una concentración de la tierra y, por tanto, del poder en sus manos, hecho que será importante para comprender la historia futura.


En la segunda mitad del siglo XI y primeros años del XII, se está
jugando el futuro del valle del Ebro. El valle del Ebro fue considerado por
todos los gobernantes cristianos como zona expansiva, de ahí que
lucharan entre sí y buscaran alianzas de conveniencia con los musulmanes sarakustanos. Las presiones más fuertes eran las de Castilla y Aragón-Pamplona. Alfonso VI no tomó Zaragoza para Castilla en 1086 porque la llegada de los almorávides y su victoria en Sagrajas (1086) frenó su avance al tener que ir a cortarles el paso, cambiando así el curso de la reconquista.



Al-Mustain II (1085-1110) se salvó, pues, de los castellanos y logró
también mantener su reino independiente de los almorávides, que habían
sometido bajo su «protectorado» al resto de al-Andalus, pero no pudo
evitar la pérdida de importantes poblaciones en la frontera con el reino de Aragón:
Estada (1087), Monzón (1089), Naval (1095), Huesca (1096),
Barbastro (1100), Tamarite (1104) y Ejea (1105-1106). Sarakusta estaba siendo cercada.

A al-Mustain II le sucedió su hijo Abd-al-Malik (1110), pero para
entonces los zaragozanos estaban divididos en dos bandos ante la
solución a adoptar, y uno de ellos llamó a los almorávides que, tras tomar la ciudad, terminaban con la dinastía hudí y con el último reino de taifas.

— Por otra parte, durante la desmembración del Emirato en el siglo
IX, la familia berberisca de los Beni Razin había logrado, como tantas
otras, independizar la antigua «cora» de Sahla respecto a Córdoba. Con
Abderrahmán III, Sahla (Albarracín) tuvo que volver a la unidad, pero
la familia Aben Razin subsistió para renacer con el reparto taifal (1031).

«Los Beni Razín... saldrán adelante y seguirán su marcha, al igual que los
Beni Hud de Zaragoza, y se mantendrán a flote, como islotes en un mar
revuelto, hasta el último momento en que los almorávides —verdadero
simún procedente del Sahara— acabarán con ellos». (J. BOSCH).

— En definitiva, la toma de Toledo (1085) por Alfonso VI movió al
rey de la taifa de Sevilla, al-Mutamid (1068-1091), a solicitar ayuda a los almorávides quienes, tras atravesar el Estrecho, vencieron en Sagrajas al rey castellano (1086).

Tiene lugar ahora un fanático proceso de «africanización» y centralización de los reinos de taifas que, uno a uno, van cayendo bajo su poder. Ante este hecho, el señorío constituido por el Cid en Valencia había servido de tapón ante los almorávides.

Sarakusta y Sahla tuvieron las espaldas cubiertas. Pero una vez muerto el Campeador (1099), Valencia no tardó en caer en manos de aquéllos
(1102). Todos los reinos de taifas peninsulares habían pasado a manos
almorávides excepto Sahla y Sarakusta, que ahora quedaban desamparados.
Y, efectivamente, Albarracín caía en 1104, mientras que Sarakusta lo
hacía en 1110.

No obstante, el dominio almorávide en el valle del Ebro estaba
sentenciado, asimismo. La toma por los reyes aragoneses de Ejea, AyerbeHuesca, Barbastro y Tamarite, como se ha indicado, suponía un jaque constante a Zaragoza y Lérida, independientemente de que el gobierno musulmán estuviera en manos taifales o almorávides.

En efecto, el reino moro de Zaragoza, una vez perdida su capital en
1118, se deshizo como la espuma. Los valles del Jalón, Jiloca, Huerva,
Martín, Guadalope y Matarraña, por el sur, y los bajos valles del Aragón,
Gállego y Cinca (menos Fraga), por el norte, cayeron entre 1118 y 1127, y aunque los almorávides recuperaron una gran parte al vencer a Alfonso I en Fraga (1134), está pérdida aragonesa será pasajera. De cualquier modo, Sarakusta permanecerá en manos aragonesas definitivamente, y Fraga y Lérida serán reconquistadas en 1149.

El Bajo Aragón almorávide estaba condenado al jaque-mate.
Este imperio almorávide, aglutinado por tribus berberiscas del norte
de Africa, alcanzó en la Península una vida efímera, desde 1086 hasta
1147; en el valle del Ebro, mucho menos. Sus sucesores, los almohades,
también oriundos del Magreb, les sustituirán entre 1147 y 1214, pero el
territorio aragonés se verá ya poco afectado por ellos, pues tan sólo
sometieron los reinos taifales almorávides del sur, este y sudeste, para
finalizar deshaciéndose, asimismo, en otras taifas, ahora almohades, tras
ser vencidos en las Navas de Tolosa (1212) por un ejército compuesto
por combatientes de todos los reinos cristianos peninsulares.

Las tierras musulmanas convertidas en aragonesas tan rápidamente se
vieron sumidas en una tarea múltiple: organizarse, repoblarse y asimilar a los musulmanes que quedaron en las ciudades reconquistadas, es decir, los «mudéjares», que van a representar un fundamental papel en el futuro de Aragón.

15.2. LA RECONQUISTA PROPIAMENTE ARAGONESA.

El particularismo montañés frente a los musulmanes no hubiera
cristalizado durante tres siglos y medio (del VIII a mediados del XI) sin
la doble ayuda franca y pamplonesa. Pues bien, Ramiro I (1035-1062) comenzó a sacudirse toda dependencia, aunque las ansias reconquistadoras aragonesas van a encontrar gran oposición por parte de pamplonesescastellanos, que también aspiraban a dominar y anexionarse las tierras musulmanas del Ebro, abiertas a cualquier ejército.

Ahora, desde mediados del siglo XI, sin la suma de una serie de
circunstancias favorables, Ramiro I y sus inmediatos sucesores no
hubieran podido sobrepasar, quizás, la línea fortificada por Sancho III el
Mayor. Gracias a esas circunstancias, Sancho Ramírez (1062-1094) y
Pedro I (1094-1104) se van a quedar con sus ejércitos a las puertas de
Tudela, Ejea, Zaragoza, Tamarite, Fraga y Lérida y, por vez primera,
serán capaces de reconquistar por las armas dos posiciones musulmanas
de relevante importancia: Huesca (1096) y Barbastro (1100). Había
comenzado la toma del llano que conduce a Zaragoza. ¿Cuáles son esas
circunstancias?

— En primer lugar, uno de los principales problemas de la dinastía
inaugurada por Ramiro I era el de su propia legitimidad. Pues, bien, su
hijo Sancho Ramírez, entre 1073 y 1074, puso al joven reino en manos
«de Dios y de San Pedro», es decir, de la Santa Sede, dirigida ahora por
Gregorio VII, vasallaje que sería confirmado por Urbano II en 1089 y
renovado en 1095, reinando ya Pedro I.

El Papa, con su acrecentada autoridad temporal y espiritual, se convirtió en instrumento legitimador de la nueva dinastía. Aragón, así auspiciado y amparado, entró a formar parte, por derecho propio, del concierto de los estados occidentales.


— Por otro lado, en 1076, el monarca pamplonés Sancho el de
Peñalén era asesinado y los pamploneses elegían como rey al aragonés
Sancho Ramírez, quien llegó a un acuerdo con Alfonso VI para repartirse el territorio navarro. Aragón se vio favorecido con la zona fronteriza con los musulmanes y con la montaña, aparte del denominado condado de Pamplona (que incluía la capital y Estella), por el que el rey aragonés se vio obligado a prestar vasallaje al castellano. Además de titularse «rey por la gracia de Dios de aragoneses y pamploneses», Sancho Ramírez dobló el territorio, lo que conllevaba una gran aportación en hombres y en recursos económicos.

— La fragmentación taifal de los musulmanes debilitó militarmente a
éstos, que ahora tendrán que comprar la paz con oro. El reino aragonés
participó de ese reparto y las iglesias románicas del Pirineo, por ejemplo, van a ser uno de los frutos tangibles del renacimiento económico que ahora tiene lugar.

— Aragón y la parte pamplonesa que le correspondió se convierten en
ruta obligada de los mercaderes que pusieron en contacto dos economías
bien distintas: la agraria del occidente europeo y la industrial de al-
Andalus. Pamplona y Canfranc-Jaca contaron, desde tiempos de Sancho III el Mayor, con un arancel aduanero bien revelador del importante comercio que controlaban.

— El afianzamiento, por último, de la ruta que penetraba por
Roncesvalles y Somport propició la europeización de Aragón. Se cambió el rito eclesiástico indígena, el mozárabe, por el romano; se abandonó la ininteligible letra visigótica por la Carolina, origen de la actual; se extendió por todo el Reino el arte románico; se romanizó la Iglesia y nuevas órdenes religiosas de origen europeo sustituyeron a las locales; comenzó, en fin, toda una serie de alianzas matrimoniales con casas importantes del otro lado del Pirineo que rendirán pronto sus frutos en forma de ayuda militar, política, humana y técnica para la guerra.

Todo cuanto llevamos dicho facilita, por un lado, la restauración
urbana —que se concretará en el resurgimiento de Jaca, ahora capital del reino —, así como la espiritual; y, por otra parte, va a permitir progresar en la reconquista de las tierras bajas, a pesar de la oposición del rey castellano y de los musulmanes sarakustíes.

El fuero otorgado a Jaca en 1076 servirá de modelo a muchas poblaciones cercanas al Camino de Santiago, tanto aragonesas como pamplonesas.

Hasta alcanzar los límites del Aragón actual, aún quedan casi ciento
cincuenta años de reconquista; aún quedan por incorporar otros muchos Aragones: el Aragón de la Tierra llana; el «regnum Caesaraugustanum»; la Extremadura aragonesa (asiento de las comunidades de CalatayudDaroca, Albarracín y Teruel); las tierras del llamado Bajo Aragónincluso un irredento Aragón de playas mediterráneas.

15.3. SIGNIFICADO DE LA OBRA DE ALFONSO I.

En 1035 nacía el reino cristiano de Aragón, en el norte; en 1039, el
reino de Sarakusta pasaba a manos de la dinastía Beni Hud, en el sur.
Mientras el primero luchaba por sobrevivir, el segundo atravesó un
momento esplendoroso. Luego, tras unos compases de equilibrio,
simbolizado, respectivamente, por la catedral de Jaca y por la Aljaferíaobras coetáneas, la tendencia se invierte.

Tras las toma armada de Huesca (1096) y Barbastro (1100), ahora se
plantea la posesión de las ciudades de la misma línea del Ebro, frente a
las que Sancho Ramírez y Pedro I todo lo más que pudieron hacer fue
instalar posiciones de vigilancia y hostigamiento, como había ocurrido
frente a Huesca con el famoso Pueyo de Sancho (hoy ermita de San
Jorge) y Montearagón. Así, frente a Tudela, habían fortificado Arguedas
(1084) y Milagro —«Miráculo, Mirador»— (1098); frente a Zaragoza, El
Castellar (1091) y Juslibol (1101); ante Fraga, Velilla de Cinca (1109); frente a Lérida, Almenar (1093). Pero ahí había quedado todo.

El reino que heredó Alfonso I (1104-1134) adolecía de poder militar
efectivo. Estaba bastante bien preparado para la defensa del Aragón
montañoso, pero no para acometer con éxito la reconquista del llano:
faltaban fuerzas de caballería para oponerse a la caballería musulmana;
carecía de efectivos humanos; no disponía de máquinas guerreras con las
que abatir los muros que rodeaban a las ciudades sarakustíes; la nobleza, en fin, no estaba especialmente interesada en la reconquista.

Alfonso I propició una táctica nueva: conceder privilegios y
exenciones ventajosas a quienes colaboraron con él en la reconquista del sur; crear cuerpos de caballería no nobiliaria, es decir, de villanos, incluso fundando una especie de orden militar en Belchite; fundamentar una nueva legislación jurídica distinta de los fueros de Jaca o de Sobrarbetotalmente desfasados ante las nuevas necesidades; convocar a los hombres del otro lado del Pirineo, en virtud de los lazos de amistad y parentesco que le unían con distintas casas condales francesas; adquirir en Francia ingenios bélicos para batir y asaltar murallas; conseguir del papa una «bula de cruzada» que atrajera hombres para tratar de incorporar Zaragoza, la auténtica llave del Ebro medio.

A pesar del intento almorávide de defender el «Regnum Caesaraugustanum» (de cuya capital se habían apoderado en 1110, deponiendo al último Beni Hud) y el actual Bajo Aragón, Alfonso I reconquistó las tierras cuyo perímetro delimitan Tamarite (1107), Ejea (1105-1106), Zaragoza (1118), Tudela (1119), Soria (1120), Calatayud (1120), Molina de Aragón (1128), Celia (1128), Morella (1117), Mequinenza (1133) y Fraga (1134). En menos de treinta años incorporó un territorio casi cuatro veces mayor que el heredado de su hermano Pedro I.

Muerto el Batallador tras su derrota en Fraga (1134) sin haber
llegado al mar, como deseaba —por la oposición del barcelonés Ramón
Berenguer III, que llegó incluso a pactar con el reyezuelo de Lérida
(1120)—, será precisamente por aquí por donde el contraataque
almorávide estuvo a punto de recuperar todo lo ganado por Alfonso I.

15.4. LA CRISIS POLÍTICA TRAS LA MUERTE DEL BATALLADOR.

La muerte de Alfonso I, aparte de las inmediatas pérdidas
territoriales, abrió una grave crisis de gobierno. La propia ciudad de
Zaragoza y todo el «Regnum Caesarugustanum» estuvieron en juego,
como en la época de Alfonso VI. ¿Serían para Castilla, para Navarra o
para Aragón?

Tiene lugar ahora un drama, cuyos actores principales son:
Alfonso VII de Castilla-León, García Ramírez de Navarra, Ramiro II el Monje de Aragón, el conde barcelonés Ramón Berenguer IV y las Órdenes Militares a las que Alfonso I había dejado como herederas del Reino.

Nadie, excepto las Ordenes Militares interesadas, acató tan singular
testamento. Navarra, que había estado unida a Aragón desde 1076, se
independizó con García Ramírez «el Restaurador»; Alfonso VII el
Emperador se apoderó de Zaragoza (1134-1136), donde fue recibido
como libertador, e incluso entregó al monarca navarro el «Regnum
Caesaraugustanum» en vasallaje; Ramiro II, hermano de Alfonso I,
abandonó el monasterio donde profesaba, a petición de los barones
aragoneses, para convertirse en rey y procurar una descendencia; el conde barcelonés Ramón Berenguer IV casó con la recién nacida hija de Ramiro II el Monje; las Ordenes Militares, muy a pesar suyo, accedieron al fin al incumplimiento del testamento que les era favorable, pero a cambio de determinados privilegios. El resultado de esta trama será múltiple, destacando, entre otros, los siguientes hechos:

— Navarra y Aragón no volverán a tener una monarquía común
hasta los Reyes Católicos. Su frontera, hasta mediados del siglo XIII, será conflictiva y movediza, aunque esta nueva Navarra se encontró ahora cercada por el sur, sin tierras que reconquistar.

— Como consecuencia de las alianzas y pactos del conflicto originado
en 1134, las tierras del «Regnum Caesaraugustanum», reconquistadas por el Batallador, seguirán dependiendo del rey de Aragón, ahora de manera definitiva.

— Las Ordenes Militares beneficiadas por el testamento de Alfonso I,
tras renunciar a él, se van a convertir en garantes y repobladoras del bajo Ebro y del Maestrazgo.

— Petronila, hija de Ramiro II, fue casada, cuando sólo tenía unos
meses, con el conde barcelonés Ramón Berenguer IV, (1137), dando
origen a lo que, andando el tiempo se conocerá como Corona de Aragóncuyos límites máximos estaban todavía por labrarse.

15.5. EL REINO DE ARAGÓN ALCANZA SUS LÍMITES MÁXIMOS.

Una vez solucionada la crisis, Ramón Berenguer IV, como mero
príncipe de Aragón, y los inmediatos sucesores de éste y de Petronila
— Alfonso II, Pedro II y Jaime I — van a completar la reconquista
propiamente aragonesa (diferenciada de la catalana, primero, y de la
valenciana, después), incluso con territorios que hoy no son aragoneses.

— Ramón Berenguer IV (1137-1162) reconquistó Chalamera (1141),
Alcolea, Ontiñena (1147), Fraga, Lérida y Mequinenza (1149), Híjar,
Albalate (1149), Huesa (1151), Alcañiz (1157), Monreal y Castellote,
entre otras plazas, organizando en el Bajo Aragón y en el curso del Jiloca una importante línea defensiva, al estilo de la levantada en su día por Sancho III el Mayor en el Prepirineo.

— Alfonso II (1162-1196), a quien su madre Petronila había
transmitido el título de rey de Aragón, reconquistó todo el valle del Ebro, con Nonaspe, Gandesa, Horta de San Juan, Valderrobres (1169) y la zona costera entre Tortosa y Vinaroz, con lo que lograba para Aragón la ansiada salida al mar. Por otra parte, apoyado en la línea fortificada por su padre, reconquistó una gran parte de tierras hoy turolenses, con Montalbán, Aliaga, Cantavieja, Mora y Teruel (1170).

— Pedro II (1196-1213), más atento a los intereses de la Corona de
Aragón en el sur de Francia, apenas si pudo recuperar para el reino de
Aragón algunas tierras al sur de Mora de Rubielos y la zona de Ademuz
(1210).


— Jaime I (1213-1276), por fin, recuperaba el resto del Maestrazgo,
en su vertiente mediterránea castellonense, antes de que se lanzara a la reconquista de lo que luego sería Reino de Valencia, independiente de Aragón.

— Por fin, el señorío independiente de Albarracín de los Azagras
navarros era incorporado en 1284.

Ahora bien, entre 1239 y 1300 (excepto un fragmento de Ribagorza, que se perdió casi con seguridad en el siglo XIX), una buena parte de las,
en esos momentos, tierras aragonesas, como se observa al considerar el
sistema jurídico y administrativo aragonés, pasaron a depender del
Principado de Barcelona y del Reino de Valencia, respectivamente. En
este proceso desmembrador territorial aragonés, en el que se incluye la
salida al mar, Jaime I, el más antiaragonés de los monarcas de la Corona
de Aragón, será el máximo exponente.

15.6. DESARROLLO DE LA CORONA DE ARAGÓN.

En 1137, el matrimonio de Petronila y Ramón Berenguer IV sentaba
las bases de lo que, andando el tiempo, se constituyó en Corona de
Aragón, aun cuando en aquel momento los territorios aliados ni siquiera
estaban unidos geográficamente, puesto que los separaban ambos
condados de Pallars, más el de Urgell y los almorávides de Lérida. El
concepto geográfico, político e institucional de la Corona de Aragón es el
doble fruto de la reconquista peninsular, de un lado, y de la expansión
mediterránea, por otro.

— La reconquista peninsular, a partir del siglo XII, es consecuencia
del equilibrio de fuerzas entre Castilla-Corona de Aragón y Castilla-
Portugal. Navarra, cuyo papel fue fundamental hasta mediados del siglo
XI, quedó ahora ahogada, como se ha indicado.

La frontera entre las Coronas de Castilla y de Aragón fue gestándose
poco a poco, merced a sucesivos tratados entre ambas — Tudilén (1151), Cazola (1179), Almizra (1244), Campillo (1304) y Monreal (1305), entre otros — y a la dinámica interna de cada Corona.

En la de Aragón, la nobleza aragonesa opuso resistencia a la expansión, en tanto que la catalana la apoyó.
Lo cierto es que en 1305, con la incorporación definitiva de la zona
de Villena-Alicante-Elche-Orihuela y la renuncia a la de Cartagena y mar Menor, había finalizado para la Corona de Aragón la reconquista
peninsular.

— La expansión mediterránea es consecuencia, entre otras causas, de
la finalización de la reconquista peninsular. El Mediterráneo será la espita
de escape tanto de una organización social secularmente guerrera como
de la necesidad de captar nuevos mercados para el comercio, fundamentalmente catalán. De ahí que, a finales del siglo XIII, las Coronas de Castilla y de Aragón pactarán, asimismo, como lo habían hecho para la Península, las respectivas zonas de influencia en el mar común. El tratado de Monteagudo (1291) será, en adelante, la base legal de la expansión catalano-aragonesa por el Mediterráneo.

— La Corona de Aragón, tan lentamente gestada, va a ser un amasijo
de entidades políticas muy diversas, incorporadas en fechas distintas y con alternativas territoriales, según las épocas, de forma que el mapa es cambiante. Algunas dependieron, incluso, de súbditos catalano-aragoneses en determinados momentos, pero no de la Corona, cual es el caso de los ducados de Atenas y Neopatria, en Grecia, fruto de las correrías de catalanes y aragoneses a comienzos del siglo XIV, los almogávares, y que no pasarían a depender de la Corona propiamente dicha hasta 1381.

Algunas de las entidades constitutivas de la Corona de Aragón eran
reinos: Aragón, Mallorca (independiente desde la muerte de su
reconquistador, Jaime I, hasta 1344), Valencia, Sicilia (entre 1282-1296 y 1409-1713), Cerdeña (entre 1322 y 1708), Córcega (cuya ocupación por parte de los reyes de Aragón fue más nominal que efectiva, y sólo en determinados momentos) y Nápoles (ocupado por Alfonso V en 1443integrado a la Corona hasta 1707).

El conglomerado resultante incluyó, asimismo, ducados (Atenas y Neopatria, dependientes de pleno derecho sólo entre 1381 y 1385), un marquesado (Provenza, aunque de forma muy intermitente), condados (Barcelona, Urgel, y Rosellón) y un señorío, el de Montpellier.

Cada una de estas entidades políticas tuvo, dentro de la Corona de Aragón, independencia administrativa, económica y jurídica. Les unía a todas la misma cabeza en calidad de rey, duque, marqués, conde y señor a la vez.

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Las tierras del Valle del Ebro, por las que avanzaba la conquista cristiana desde los enclaves pirenaicos y de Pamplona, formaron la Marca Superior de Al-Andalus a partir del año 713. Durante más o menos cuatro siglos, y en el área geográfica desde La Rioja y Ribera del Ebro hasta el Cinca (La parte Occidental de la Marca) se produjeron sintonizados sucesos políticos narrados en este libro, que, por aproximación, se titula Aragón musulmán.


Bloque 3. Historia de Aragón I , Miguel Ángel Pallarés Jiménez


Vamos a abordar la evolución histórica de nuestra comunidad autónoma, desde los tiempos previos a la romanización hasta los últimos momentos de Aragón como reino. Diferentes culturas y civilizaciones han dejado su impronta en el suelo que pisamos, y de todo ello somos herederos los aragoneses actuales. Los pueblos prerromanos de raíz indoeuropea, ibérica y vascona experimentaron el contacto, pacífico en ocasiones y conflictivo en otras, con una realidad, la romana, que se impondría en el ámbito mediterráneo. Roma impuso su ley y su cultura en un proceso en el que también recibió influencias. Tras el establecimiento visigodo, la imposición en gran parte del territorio aragonés del Islam (suministrador de un notable legado), encontró resistencia en las montañas pirenaicas.

Ahí se gestó el reino de Aragón, dotado de leyes e instituciones propias, que creció hacia el Sur y se consolidó tras la unión dinástica con la casa condal de Barcelona, adquiriendo una nueva dimensión como cabecera de la Corona de Aragón, muy influyente en la política mediterránea de la baja Edad Media.
La incorporación de Aragón a otro proyecto de mayor envergadura, la monarquía hispánica que forjó un imperio mundial durante la Edad Moderna, significó para el reino una progresiva pérdida de identidad al no poder afrontar los retos que planteaba esa nueva situación.
Recursos en red

También puede ser de interés el libro de Agustín Ubieto Leyendas para una historia paralela del Aragón medieval (Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1998-2010), que se encuentra en libre acceso en http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/30/14/_ebook.pdf



La conquista del reyno de Nápoles, con todas las cosas que Gonçalo de Fernandes ha fecho despues que partió de España. Estudio y edición de una crónica anónima de 1505

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Apocas de la receptoría de la inquisición en la zona nororiental de Aragón (1487-1492), con algunas otras noticias de interés sobre dicho tribunal en este reino.

Apuntes de Historia y Cultura de Aragón I

Bardenas