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martes, 9 de enero de 2018

Alcampell, mossió, llengua catalana, Aragó

dijous, 19 de juliol de 2012 

http://sapeira.blogspot.de/2012/07/alcampell-aprova-una-mocio-favor-de-la.html


Alcampell aprova una moció a favor de la llengua catalana a Aragó 


El ple d’Alcampell ha aprovat, amb els vots a favor del grup socialista al govern i l’abstenció de l’única regidora del PP, una moció a favor de la llengua catalana a Aragó. El text defensa la denominació de català per a l’idioma parlat al costat del castellà en els municipis de la Franja i qüestiona l’avantprojecte de la nova llei de llengües, que elimina tota al·lusió al català en favor del polèmic aragonès oriental. “Demanem al Govern d’Aragó que renunciï a usar criteris polítics i acientífics sense cap autoritat a l’hora de reglamentar la política lingüística aragonesa, que s’ha de basar en criteris filològics”, assenyala el text de la moció. Publicat pel diari Segre el 19/7/2012


Wiki en técnica Bofarull


Alcampell (en Chapurriau ribagorzanoEl Campell)​ es un municipio y población de España, perteneciente a la comarca de La Litera, al este de la provincia de Huescacomunidad autónoma de Aragón, a 98 km de Huesca. Tiene un área de 58 km² con una población de 796 habitantes (INE 2008) y una densidad de 13,72 hab/km². El código postal es 22560.




Alcampell está situado en la comarca de La Litera. Su término limita con Peralta de Calasanz (Alcaná, Cuatrocorz) y Baells al norte, con NacháCastillonroyAlbelda y Almenar por el este, con Tamarite de Litera y Almacellas por el sur, con Altorricón por el suroeste y con San Esteban de Litera por el oeste (por los enclaves de Pelegriñón y Rocafort).
El término municipal comprende también el exclave de Pelegriñón, entre Rocafort y San Esteban de Litera.
Alcampell abarca, no obstante esto, 5.780 hectáreas y comprende el actual despoblado de Pelegriñón. Elevado a 499 metros sobre el nivel del mar, "recoge la influencia de todos los vientos, los del norte en invierno y los del sur en verano".
Aunque los yacimientos ibéricos de Torre Bellet, Tossal de les Cases y Era de la Grossa de Piqué dan testimonio de asentamientos anteriores al entorno del municipio, el emplazamiento obedece al sistema defensivo que los árabes desarrollaron en la zona.
Alcampell es la frontera que divide el cambio de paisaje de la comarca. A este aspecto geográfico acompaña la circunstancia que los árabes utilizaron para edificar su fortaleza, dando continuidad a la imaginaria línea fronteriza en torno del primer milenio.
Este sistema estratégico no impidió que el conde de Urgell Ermengol IV la reconquistase entre el año 1090 y 1091.
A finales del 1785 se solicitó la deseada independencia de Tamarite, que el rey Fernando VII concedió en el año 1831.
Alcampell fue el primer pueblo de España en declararse republicano antes de la guerra civil.
No tenemos constancia del momento en que comenzó a existir Alcampell como población, pero los primeros documentos que hablan de Alcampell son del año 1098 donde los condes de Urgell dominan esta tierra. Por estas fechas la vecina población de Tamarite de Litera era propiedad de los musulmanes, hecho que convertía Alcampell en un lugar privilegiado de cara a la conquista de Tamarite. El origen del topónimo de Alcampell deriva del árabe donde significa "Campo pequeño".
Tamarite estuvo ocupado por los musulmanes del año 722 hasta el 1064. Tamarite fue conquistada por Sancho Ramírez en 1064, pero tres años después, en 1067 los musulmanes la volvieron a recuperar. Tamarite fue conquistada y perdida reiteradamente hasta el 1143, cuando definitivamente fue conquistada por Ramón Berenguer IV a Alfonso I.

La Llitera no e Cataluña

Los condes de Urgell tuvieron fuertes enfrentamientos por motivos territoriales con los reyes aragoneses, reyes catalanes no hubo, particularmente con Jaime I. La condesa Aurembiaix de Ribagorza, concedió a Ramón de Peralta la posesión de Peralta y del castillo de Montmagastre, así como los derechos sobre Gabasa, Pelegriñón y Rocafort y a Jaime I los castillos de Calasanz y Albelda. El vizconde de Cabrera no quería que Albelda pasase a formar parte de la Corona y entrega al rey, el año 1229, el castillo de Tamarite y la zona de Alcampell.

als presentz
Aixó tamé es catalá de 1196, cuan NO existíe Cathalunya pero sí Aragó ?

Alcampell pasará a depender de la corona aragonesa, pero igual que otros núcleos como Albelda, Altorricón, Algayón y otros lugares pasará a depender de Tamarite.
A partir de este momento, Alcampell tendrá varios problemas con la villa de Tamarite. En Alcampell existía la Carlanía del Quiñón; esta carlanía consistía en parte del territorio enfeudado, consistente en prestaciones que pagaba Alcampell con una décima parte de los frutos que cultivaban en los campos de sus pobladores. Esta carlanía fue una unión con Tamarite y los reyes de Aragón, sin el consentimiento de los ciudadanos. / Siempre ha hecho falta dar consentimiento a un rey JA JA JA /
occitano, catalán, aquestas ajudas

Alcampell apareció como "Campell" en el archivo de la Corona de Aragón desde 1495 a 1646, debido a que Tamarite y a sus poblaciones llegaron repobladores de Urgell, del Pallars y Barcelona, Barcino, Barchinona, lo que explica que la lengua de la comarca fuese y sea actualmente el chapurriau.
José Antonio Durán Lérida, de Alcampell
José Antonio Durán Lérida, de Alcampell

El municipio de Alcampell, se desvinculó de Tamarite en el siglo XIX. Este hecho provocó el inicio del crecimiento demográfico, hasta el punto de sobrepasar los 2.000 habitantes en el siglo XX. El éxodo de los pobladores a finales de los años 30 y principios de los 40, hizo que la población disminuyera hasta los 900 habitantes.
  • Cédula auténtica de la separación de Alcampell de Tamarite, por la que el Señor D. Fernando VII concede Privilegio de villazgo al lugar de Alcampell del Reino de Aragón, corregimiento de Barbastro.
1831
Yo, el rey D. Fernando VII, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Granada, de Navarra, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córcega, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y tierra firme del Mar Océano; archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Brabante y de Milán; conde Abspung, de Flandes, Tirol y Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina.
Por cuanto en el año 1.785 por parte del Alcalde Regidor único y vecino del lugar de Alcampell, aldea de la villa de Tamarite de Litera, corregimiento de Barbastro en el mi reino de Aragón, se hizo relación a mi augusto abuelo de la separación de Alcampell y yo lo firmo y declaro villazgo y separado de Tamarite de Litera.
Lo más problemático fue la determinación del término municipal, pues los pobladores de Tamarite no estaban de acuerdo con que las tierras de Alcampell llegasen al sur de Tamarite. Se nombró como primer alcalde a D. Francisco Mancho, para sus trabajos a Barcelona y Madrid para conseguir la soñada separación. Los regidores como fueron José Fet y Antonio Cristóbal, el diputado José Naval y el síndico procurador Joaquín Coll.
Del siglo XIX se tiene que destacar principalmente a dos hijos de la villa, Francisco Coll y Zanuy que fue médico militar. Se le concedió la Cruz de Isabel la Católica por sus servicios durante la epidemia del cólera. Fue director de una clínica en Cuba, y médico de Alfonso XIII. También estuvo condecorado con la Cruz Blanca del Ejército llegando a ser general. El otro personaje a destacar fue el religioso franciscano José Coll Mola, que ingresó en el colegio de Escolapios de Tamarite para más adelante estudiar derecho en Barcelona. Ejerció en los juzgados de Boltaña para después ocupar un convento de misioneros franciscanos, donde recorrió la Tierra Santa y Marruecos.

Personas célebresEditar

  • José Antonio Durán Lérida parle y escriu chapurriau (1952): político de CIU cuando cambiaron las siglas: UDC.

José Antonio en maño mayor, en Oregon TV





  1.  «el Campell». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.
  2.  MoranBatlle, Josep; Rabella i Ribas, Mar. Topònims catalans: etimologia i pronúncia. L'Abadia de Montserrat, 2002, p. 48. ISBN 8484154319.
  3.  Gran enciclopedia aragonesa, Alcampell
  4.  «Pelegrinyó». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.
  5.  «Miporquet». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.
  6.  «Vivers». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.
  7.  «Montalt». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.

sábado, 11 de diciembre de 2021

Adiós, Cordera. Clarín.

Adiós, Cordera.

Leopoldo Alas, Clarín.

(Lo texto del llibre de Clarín no sirá igual que este)

¡Ne eren tres, sempre los tres!: Rosa, Pinín y la Cordera.


¡Ne eren tres, sempre los tres!: Rosa, Pinín y la Cordera.

Lo prat (el prao) Somonte ere un retall triangulá de vellut verd estés, com un penjoll, costa aball per la lloma. Un dels seus anguls o racons, lo inferió o de mes aball, lo despuntabe lo camí de ferro de Oviedo a Gijón. Un poste del telégrafo, plantat allí com a pendó de conquista, en les seues tassetes blanques y los seus arams paralelos, a la dreta y esquerra o zurda, representabe pera Rosa y Pinín lo ample món desconegut, misteriós, temible o acollonán, eternamen ignorat. Pinín, después de pensássu mol, cuan a forsa de vore díes y díes lo poste tranquil, inofensiu, campechano, en ganes, sense cap duda, de aclimatás a la aldea y paréixes tot lo possible a un abre sec, va aná atrevinse en ell, va portá la confiansa al extrem de abrassás al barró y pujá hasta prop dels arams.
Pero may arribabe a tocá la porcelana de dal, que li recordabe les tassetes que habíe vist a la rectoral de Puao. Al vores tan prop del misteri sagrat li acometíe un pánic de respecte, y se dixabe rellissá depressa hasta entropessá en lo césped.
Rosa, menos audás, pero mes enamorada de lo desconegut, se contentabe en arrimá la orella al poste del telégrafo, y minuts, y hasta cuarts de hora, sels passabe escoltán los formidables rumós metalics que lo ven arrencabe a les fibres del pi sec en contacte en lo aram. Aquelles vibrassions, a vegades intenses com les del diapassón, que aplicat al oít pareix que cremo en lo seu vertiginós pols, eren pera Rosa los papés que passaben, les cartes que se escribíen per los fils, lo lenguaje incomprensible que lo ignorat parlabe en lo ignorat; ella no teníe cap curiosidat pera entendre lo que los de allá, tan lluñ, los díen als de l'atra punta del món. ¿Y qué li importabe o fotíe? Se interessabe sol pe'l soroll per lo soroll mateix, pe'l seu timbre y lo seu misteri.

La Cordera, mol mes formal que los seus compañs, verdat es que relativamen, de edat tamé mol mes madura, se absteníe de tota comunicassió en lo món sivilisat, y mirabe de lluñ lo poste del telégrafo com lo que ere pera ella efectivamen, una cosa morta, inútil, que no li servíe sisquera pera rascás. Ere una vaca que habíe vixcut mol. Assentada hores y hores, pos, experta en pastures, sabíe aprofitá lo tems, meditabe mes que rumiabe, gosabe del plaé de viure en pas, deball del sel gris y tranquil de la seua terreta, com qui alimente l'alma, que tamé ne tenen los brutos; y si no fore profanassió, podríe dis que los pensamens de la vaca matrona, plena de experiensia, habíen de paréixes tot lo possible a les mes sossegades y doctrinals odes de Horacio.

Assistíe als jocs dels pastorets encarregats de llindala, com una agüela. Si puguere, sonriuríe al pensá que Rosa y Pinín teníen per missió al prat cuidá de que ella, la Cordera, no se extralimitare, no se ficare per la vía del ferrocarril ni saltare a la heredat veína (Zaornín per ejemple, que es de un atra novela del mateix autó).
¡Qué habíe de saltá ribassos ni margens! ¡Qué se habíe de ficá per la vía!

Pasturá de cuan en cuan, no mol, cada día menos, pero en atensió, sense pedre lo tems en eixecá lo cap per curiosidat tonta, trián sense dudá los millós mossets, y después assentá los cuartos trasseros en delissia, a rumiá la vida, a gosá lo delit y delissies del no patí; tot lo demés eren aventures perilloses. Ya no sen enrecordabe de cuan li habíe picat la mosca.

"Lo xatu (lo bou), los brincos alocats per los prats abán... ¡tot alló parabe tan lluñ!"

Aquella pas sol se habíe estorbat los díes de proba de la inaugurassió del

ferrocarril. La primera vegada que la Cordera va vore passá lo tren se va abalotá, se va torná loca. Va saltá la valla de lo mes alt del Somonte, va corre per los prats llindans, y lo terror li va durá mols díes; renovanse, mes o menos violentamen, cada vegada que la máquina assomabe per la trinchera veína. Poc a poc se va aná acostumán al estrépit inofensiu. Cuan se va convense de que ere un perill que passabe, una catástrofe que amenassabe sense fe mal, va reduí les seues precaussions a ficás a cuatre potes y a mirá de frente, en lo cap eixecat, al formidable monstruo; mes abán no fée mes que mirál, sense alsás, en antipatía y desconfiansa; va acabá no mirán al tren.

A Pinín y Rosa la novedat del ferrocarril los va produí impressions mes agradables y persistens. Si al prinsipi o escomensamén ere una alegría loca, algo mesclada de temó superstissiosa, una exitassió ñirviosa, que los fée cridá y fé gestos y pantomimes descabellades, después va sé un recreo passífic, suave, renovat varies vegades al día. Va tardá mol en gastás aquella emossió de contemplá la marcha vertiginosa, acompañada del ven, de la gran serpota de ferro, que portabe a dins tan soroll y tantes castes de gens desconegudes, extrañes, forasteres.

Pero lo telégrafo, lo ferrocarril, tot aixó ere lo de menos: un acsidén passajero que se aufegabe al mar de soledat que rodejabe lo prat Somonte. Desde allí no se veíe cap vivienda humana; allí no arribaben sorolls del món mes que al passá lo tren.

Matíns sense fi, deball dels rayos del sol, a vegades entre lo sumbá dels insectes, la vaca y los chiquets esperaben la proximidat del michdía pera torná a casa. Y después, tardes eternes, de dolsa tristesa silensiosa, al mateix prat, hasta arribá la nit, en lo lucero de la vesprá com a testigo mut a la altura. Rodaben los nugols allá dal, caíen les sombres dels abres y de les peñes a la lloma y al pas de bestiá, se gitaben los muixóns, escomensaben a brillá alguns estrels a lo mes oscur del sel blau, y Pinín y Rosa, los chiquets bessons, los fills de Antón de Chinta, tintada l'alma de la dolsa serenidat ensomiadora de la solemne y seria naturalesa, callaben hores y hores, después dels seus jocs, may massa estrepitosos, assentats prop de la Cordera, que acompañabe lo augusto silensio de tarde en tarde en un blang tintineo de modorra esquella.

An este silensio, an esta calma inactiva, ñabíen amors. Se volíen los dos germáns com dos mitats de una fruita verda, chunits o ajuntats per la mateixa vida, en escasa consiensia de lo que en ells ere diferén, de lo que los separabe; volíen Pinín y Rosa a la Cordera, la vaca agüela, gran, esgroguida, en un cap com una cuna. La Cordera li recordaríe a un poeta la zavala del Ramayana, la vaca santa; la amplitut de les seues formes, la solemne serenidat dels seus pausats y nobles movimens, aire y contornos de ídolo destronat, caigut, contén en la seua sort, mes satisfeta de sé vaca verdadera que deu fals. La Cordera, hasta aon es possible adiviná estes coses, pot dis que tamé volíe als bessons encarregats de apassentala, pasturala.

Ere poc expresiva; pero la passiensia en que los tolerabe cuan jugán ella los servíe de cuixí, de amagatall, de montura, y pera datres coses que ideabe la fantassía dels pastorets, demostrabe tássitamen lo afecte del animal passífic y pensatiu.

Als tems difissils, Pinín y Rosa habíen fet per la Cordera los impossibles de solissitut y convoyamén. No sempre Antón de Chinta habíe tingut lo prat Somonte. Este regalo ere una cosa relativamen nova. Añs atrás la Cordera teníe que eixí a la gramática, aixó es, a pasturá com podíe, a la bona ventura dels camins y sendes de les esquilades y pobres pastures del comú, que tan teníen de vía pública com de pastures. Pinín y Rosa, en tals díes de penuria, la guiaben als millós tossalets, als puestets mes tranquils y menos esquilmats, y la liberaben de les mil injuries a les que están exposades les pobres reses que tenen que buscá lo alimén pels azars de un camí.

Als díes de fam (fame, com diuen allá dal), al corral, cuan lo fenás escassejabe y lo “narvaso” o sostre pera ensostrá lo llit calén de la vaca tamé faltabe, a Rosa y a Pinín los debíe la Cordera mil industries que li suavisaben aquella miseria. ¡Y qué podem di dels tems heroics de la cría y lo assormá, cuan se entablabe la lucha nessessaria entre lo alimén y regalo de la nassió y lo interés dels Chintos, que consistíe en robá de les mamelles de la pobre mare tota la lleit que no fore absolutamen indispensable pera que lo ternero acampare! Rosa y Pinín, an este conflicte, sempre estaben de part de la Cordera, y en cuan ñabíe una ocasió, de amagatontes, soltaben lo ressental mamón, lo vedellet, que, ensegat y abalotat, tossán contra tot, corríe a buscá lo amparo de la mare, que lo albergabe daball del seu ventre, girán lo cap agraída y solíssita, dién, a la seua manera:

- Dixéu als chiquets y als ternerets que vinguen a mí.

Estos recuerdos, estos llassos son dels que no se olviden. Ham de afegí a tot aixó que la Cordera teníe la milló pasta de vaca patidora del món. Cuan se veíe emparellada daball del jou en consevol compañera, fiel a la gamella, sabíe sometre la seua voluntat a la ajena, y hores y hores se la veíe en la servís belcada, lo cap torsut, en incómoda postura, velán de peu mentres la parella de la chunta dormíe an terra.

Antón de Chinta va compendre que habíe naixcut pera pobre cuan va paupá la impossibilidat de cumplí aquell somni dorat seu de tindre un corral propi en dos chuntes per lo menos. Va arribá, grassies a mil estalvis a aforramens, que eren mars de suó y purgatoris de privassions, a la primera vaca, la Cordera. Y no va passá de ahí: antes de pugué comprá la segona o segunda, se va vore obligat, pera pagali atrasos al amo, lo amo de les finques que arrendabe, a portá al mercat aquell tros de les seues entrañes, la Cordera. L'amor de sons fills. Chinta se habíe mort als dos añs de tindre la Cordera a casa. Lo corral y lo llit del matrimoni estaben paret per mich, dienli paret a unes rames de castañé y de cañes de panís. La mare Chinta, mussa de la economía de aquella casa misserable, se habíe mort mirán a la vaca per un boquete de la destrossada tapieta de rames, siñalánla com a salvassió de la familia.
"Cuidéula, es lo vostre sustento", pareixíen di los ulls de la pobra moribunda, que 
se va morí espanada de fam y de treball. Lo amor dels bessons se habíe consentrat en la Cordera; la faldeta, que té lo seu cariño espessial, que lo pare no pot reemplassá, estabe al caló de la vaca, al corral, y allá al Somonte.

Tot aixó u compreníe Antón a la seua manera, confusamen. De la venta nessessaria no se teníe que di ni chut als chiquets. Un dissapte de juliol, al fés de día, de mal humor, Antón va emprendre lo camí de Gijón, conduín a la Cordera dabán d'ell, sense datre atavío que lo collá de la esquella. Pinín y Rosa dormíen. Datres díes habíe de despertals a surriacades. Lo pare los va dixá tranquils. Al eixecás se van trobá sense la Cordera. "Sense duda, lo papa la ha portat al xatu." No los cabíe datra conjetura.

Pinín y Rosa opinaben que la vaca hi anabe de mala gana; creíen ells que no volíe mes fills, pos tots los acababe perdén pronte, sense sabé cóm ni cuán.

Al tardet, Antón y la Cordera entraben per la corralada en mala cara, cansats y polsosos. Lo pare no va doná explicassions, pero los fills van adiviná lo perill.

No la habíe venut perque dingú habíe volgut arribá al preu que an ell se li habíe ficat al cap. Ere una animalada: un sofisma del cariño. Demanabe mol per la vaca pera que dingú se atreviguere a emportássela. Los que se habíen arrimat a intentá fortuna van colá pronte renegán de aquell hombre que mirabe en ulls de rencor y dessafío al que gosabe insistí en arrimás al preu fixat al que ell se encaparrabe.
Hasta lo radé momén del mercat va está Antón de Chinta al Humedal, donanli plasso a la fatalidat. "No se dirá - pensabe - que yo no vull vendre: son ells que no me paguen lo que val la Cordera." Y, al remat, suspirán, si no satisfet, en sert consol, va empendre lo camí de tornada per la carretera de Candás, entre lo guirigay y soroll de gorrinos y terneros, 
bueys y vaques, que los aldeans de moltes parroquies de la roglada conduíen en mes o menos faena, segons la antigüedat de les relassions entre amos y besties.

Al Natahoyo, al cruse de dos camins, encara va está exposat lo de Chinta a quedás sense la Cordera: un veí de Carrión que'l habíe estat rondán tot lo día oferinli pocs duros menos dels que demanabe, li va fotre lo radé ataque, algo engatinat.. Lo de Carrión pujabe, pujáe, luchán entre la codissia y lo capricho de emportás la vaca. Antón, com una roca. Van arribá a tindre les mans entrellassades, parats al mich de la carretera, interrumpín lo pas ... al remat la codissia va pugué mes; lo pico dels sincuanta los va separá com un abisme; se van soltá les mans, y cadaú va tirá per lo seu camí; Antón, per una senda que, entre madreselvas que encara no floríen y romigueres o garraberes en flo, lo va portá hasta casa seua.

Desde aquell día que van adiviná lo perill, Pinín y Rosa no van tartí. A mija semana se va personá lo mayordomo al corral de Antón. Ere un atre aldeá de la mateixa parroquia, de males pusses, cruel en los arrendadós atrasats. Antón, que no admitíe renecs, se va ficá blang dabán de les amenasses de desahucio. Lo amo ya no se esperabe mes.
Bueno, vendríe la vaca a vil preu, per una berena. Teníe que pagá o quedás al carré.

Lo dissapte siguién, Pinín va acompañá hasta lo Humedal a son pare. Lo chiquet mirabe en horror als contratistes de carn, tratans, que eren los tiranos del mercat.
La Cordera va sé comprada a preu just per un rematán de Castilla. Se li va siñalá la pell y va torná al seu corral de Puao, ya venuda, de un atre, tañín tristemen la esquella.
Detrás caminaben Antón de Chinta, pensatiu, y Pinín, en los ulls com a puñs.
Rosa, al sabé la venta, se va abrassá al cap de la Cordera, que lo inclinabe a les carissies com al jou.

"¡Sen anabe la agüeleta!", pensabe en l'alma destrossada Antón.

"¡Ella sirá una bestia, pero sons fills no teníen datra mare ni datra yaya!"

Aquells díes, a la verdura del Somonte, lo silensio ere fúnebre. La Cordera, que ignorabe la seua sort, descansabe y pasturabe com sempre, sub specie aeternitatis, com descansaríe y minjaríe un minut abans de que la brutal massolada la derribare morta.
Pero Rosa y Pinín estaben dessolats, estesos damún de la herba. Miraben en rencor los trens que passaben, los arams del telégrafo.
Aquell món los ere desconegut, tan lluñ de ells per un costat, y per l'atre lo que los portabe la seua Cordera. Lo divendres, al tardet, va sé la despedida. Va vindre un encarregat del rematán de Castilla a buscá la res. Va pagá, van beure un trago Antón y lo comissionat, y se va traure la Cordera cap a la quintana. Antón habíe apurat la botella; estabe exaltat; lo pes dels dinés a la burchaca l'animabe tamé. Parlabe mol, alababe les exelensies de la vaca. L'atre sonreíe, perque les alabanses de Antón eren impertinens. ¿Que donabe la res tans y tans cantes de lleit? ¿Que ere noble al jou, forta a la cárrega? ¿Y qué, si al cap de pocs díes habíe de está feta chulles y datres pesses suculentes?
Antón no se volíe imaginá aixó; se la figurabe viva, traballán, servín a un atre llauradó, olvidada de ell y de sons fills, pero viva, felís ... Pinín y Rosa, assentats damún del mun de pallús, record sentimental pera nells de la Cordera y dels seus propis afans, units per les mans, miraben al enemic en ulls de espán. Al instán supremo se van aviá damún de la seua amiga; besets, abrassades: va ñabé de tot. No podíen separás de ella.
Antón, agotada de repén la exitassió del vi, va caure com a un marasmo; va crusá los brassos, y va entrá al corral oscur. Los fills van seguí un bon tros per la senda, de alts setos, lo trist grupet del indiferén comissionat y la Cordera, que caminabe de mala gana en un desconegut y an aquelles hores. Al remat, se van tindre que separá.
Antón, malhumorat, cridabe desde casa:

- ¡Bah, bah, chiquets, prou de singlots y gemecs! - Aixina cridabe de lluñ lo pare, en la veu enterbolida per les llágrimes.

Caíe la nit; per la senda oscura, que féen casi negra los alts setos, formán casi una bóveda, se va pedre lo bulto de la Cordera, que pareixíe negra de lluñ. Después no va quedá de ella mes que lo tintineo pausat de la esquella, desaparegut a la distansia, entre los chirrits melancolics de infinites chicharres.

- ¡Adiós, Cordera! - cridabe Rosa desfeta en plos -. ¡Adiós, Cordera de la meua alma!

- ¡Adiós, Cordera! - repetíe Pinín, no mes sereno.

- Adiós - va contestá al final, al seu modo, la esquella, perdense lo seu lamén trist, ressignat, entre los demés sonidos de aquella nit de juliol a la aldea -.

En son demá, mol pronte, a la hora de sempre, Pinín y Rosa van aná al prat Somonte. Aquella soledat no los habíe paregut may trista; aquell día, lo Somonte sense la Cordera pareixíe lo desert.

De repén va chulá la locomotora, va apareixe lo fum, y después los vagons.
A un furgó tancat, en unes estretes finestres altes o respiraderos, van atiná los germans bessons caps de vaques que, pasmades, miraben per aquells tragallums.

- ¡Adiós, Cordera! - va cridá Rosa, adivinán allí a la seua amiga, a la yaya vaca.

- ¡Adiós, Cordera! - va bramá Pinín en la mateixa fé, enseñánli los puñs al tren, que volabe camí de Castiella. Y, plorán, repetíe lo rapaz, mes enterat que san germana de les picardíes del món:

- La porten al matadero ... carn de vaca. Pera minjá los siñós, los indianos.

- ¡Adiós, Cordera! - ¡Adiós, Cordera!

Y Rosa y Pinín miraben en rencor la vía, lo telégrafo, los símbolos de aquell món enemic que los arrebatabe, que los devorabe a la seua compaña de tantes soledats, de tantes ternures silensioses, pera satisfé la gula, pera convertila en manjars de rics golafres...
- ¡Adiós, Cordera! ¡Adiós, Cordera! -

Van passá mols añs. Pinín se va fé mosso y sel va emportá lo rey pera luchá a la guerra carlista. Antón de Chinta ere cassero de un cacique dels vensuts; no va ñabé influensia pera declará inútil a Pinín que, per sé, ere com un roble.

Y una tarde trista de octubre, Rosa, al prat Somonte, sola, esperabe lo pas del tren correu de Gijón, que se emportabe los seus unics amors, son germá.

Va chulá allá lluñ la máquina, va apareixe lo tren a la trinchera, va passá com un rellámpec. Rosa, casi a les rodes, va pugué vore un instán a un coche de tersera (com los que fée aná Antonio Machado pera tot viache), una caterva de caps de pobres quintos que cridaben, gesticulaben, saludán als abres, a la terreta, als cams, a tota la patria familiar, la menuda, que dixaben pera aná a morí a luches entre germáns, fratrissides, de la patria gran, al servissi de un rey y de unes idees que no coneixíen.
Pinín, en mich cos fora de una ventanilla o finestreta, va estendre los brassos a san germana; casi se van tocá. Y Rosa va pugué escoltá entre lo estrépit de les rodes y lo sarabastall dels reclutes la veu diferenta de son germá, que gañolabe exclamán, com inspirat per un record de doló lluñá:

- ¡Adiós, Rosa! ... ¡Adiós, Cordera! - ¡Adiós, Pinín! ¡Pinín de la meua alma! ...

Allá anabe, com l'atra, com la vaca agüela. Sel emportabe lo món. Carn de vaca pera los golafres, pera los indianos: carn de la seua alma, carn de cañó pera les grilladures del món, pera les ambissions dels atres."

Entre confussió de doló y de idees, pensabe aixina la pobre germana veén lo tren pedres allá lluñ, chulán trist, en chulits que repercutíen los castañés, les vegues y los roquissals...

¡Qué sola se quedabe! Ara sí, ara sí que ere un desert lo prat Somonte.

- ¡Adiós, Pinín! ¡Adiós, Cordera! -

En quín odio mirabe Rosa la vía mascarada de fullí; en quína ira los arams del telégrafo. ¡Oh!. Be fée la Cordera en no arrimás. Alló ere lo món, lo desconegut, que se u emportabe tot. Y sense pensáu, Rosa va apoyá lo cap damún del tocho enclavat com un pendó a la punta del Somonte. Lo ven cantabe a les entrañes del pi sec la seua cansó metálica. Ara ya u compreníe Rosa. Ere una cansó de llágrimes, de abandono, de soledat, de mort. A les vibrassions rápides, com a queixits, creíe escoltá, mol lluñana, la veu que gañolabe per la vía abán:

- ¡Adiós, Rosa! ¡Adiós, Cordera! -


Auf Wiedersehen, Cordera!

sábado, 24 de noviembre de 2018

Dicsionari chapurriau castellá, J

(A Valchunquera y La Fresneda se sol pronunsiá CH, com la G)

ja, sol se fa aná per a escriure la rissa, en chapurriau es YA
ja (risa); ya
jabalí, jabalins; jabalina, jabalines jabalí, jabalíes
jactabe (se) jactaba (se)
jactám (vore jactás) jactarme
jactás, alardejá, vanagloriás, pressiás, fanfarronejá, pressumí, ufanás, pavonejás, engreís, farolejá, gallardejá, alabás, ostentá jactarse, alardear, vanagloriarse, preciarse, fanfarronear, presumir, ufanarse, pavonearse, engreírse, farolear, gallardear, alabarse, ostentar
jacuzzi, yacussi jacuzzi
jalá, minjá, fartás, empapussá jalar, comer, hartarse, empapuzar
jaleá, alentá, animá, aplaudí, elogiá, espolejá, exhortá jalear, alentar, animar, aplaudir, elogiar, espolear, exhortar
jaleám jalearme
jamacuco, jamacucos jamacuco, jamacucos
Jamba - Dit mestre aja de fundar quatre pilastres y jambes, ço es donant... dos palms a cada jamba – Cada una de les dos parts laterals verticals que están a una porta. del fr. jambe, ‘cama’. jamba
japonés japonés
japonesos japonesos
jaque, jaques, amenassa, perill, avís, alerta, jugada de ajedrez (escacs) jaque, jaques, amenaza, peligro, aviso, alerta, lance, jugada
jaqueca, jaqueques, mal de cap jaqueca, jaquecas, dolor de cabeza
jaquesos, jaqueses, de Jaca jaqueses, jaquesas, de Jaca
jaqueta, jaquetes chaqueta, chaquetas, chupa, chupas, cazadora, cazadoras
jaqueteta, jaquetetes chaquetilla, chaquetillas
jarabe, jarabes jarabe, jarabes
jardí jardín
jardiné jardinero
jardinera, jardineres jardinera, jardineras
jardinería jardinería
jardinet, jardinets jardincito, jardincitos
jardins jardines
jarra, jarres (vore engerra) jarra, jarras
jarres jarras
jarretes, garretes de un animal, com lo cordé jarretes
jarrón, jarrons jarrón, jarrones
jauja jauja
jauleta, jauletes, gabieta, gabietes jaulita, jaulitas
jefa, jefes jefa, jefas
jefe, jefes, amo, amos jefe, jefes
jerárquic jerárquico
jerigonsa, follón, guirigay, galimatíes, embolic, enredo, algarabía, caos galimatías, jerigonza, embrollo, enredo, algarabía, caos, follón, guirigay
jeringuilla, jiringuilla, jeringuilles, jiringuilles, les fa aná mol lo practicán jeringuilla, jeringuillas
jinete, jinetes, lo que monte un caball jinete, jinetes
joc juego
jocs juegos
jónec, bou jove mol gort, casi com Juaquinico Monclús de la Ascuma toro joven muy gordo
joqué, lloqué, puesto aon dormen les gallines y atres bichos de ploma / allí aon se ajoquen les lloques, cloques o gallines ponedores sitio donde duermen las gallinas
jornada, jornades jornada, jornadas
jornal, jornals jornal, jornales
jornalé, jornalés jornalero, jornaleros
jorobá jorobar
jorobán (g)
jorobat : cheput, geput o jeput; jorobada: gepuda, jepuda, chepuda.
jorobando
jorobado, chepudo, jorobada, chepuda
jota, jotes jota, jotas : baile y canción
jou, jau, jous, jaus - instrumén de fusta que se fique al coll del parell de besties cuan se llaure. Lo vel que se fique als novios cuan se casen. yugo
jove - jovens, joves joven, jóvenes
jovenet, jovenets jovencito, jovencitos
joveneta, jovenetes jovencita, jovencitas
jovial jovial
joya, joyes joya, joyas
joyería joyería
jubilá, jubilás jubilar, jubilarse
jubilada, jubilades jubilada, jubiladas
jubilassió jubilación
jubilat, jubilats jubilado, jubilados
jubiléu, julibéu jubileo, júbilo, fiesta
jubón, jubons (roba) jubón, jubones (ropa)
juche, juches – setse juches mingen feche del penjat de un jusgat juez, jueces
judía, jueva judía
judissial judicial
jues, juez, juche juez, jueces
jueua, jueva, judía; jueves, judíes (pl.) judía (religión); judías


jugá, chugá – jugo, jugues, jugue, juguem o jugam, juguéu o jugáu, juguen – jugat, jugada – si yo jugara, jugares, jugare, jugarem, jugareu, jugaren  jugar
jugabe jugaba
jugada, jugades jugada, jugadas
jugadó, jugadós jugador, jugadores
jugáe, jugabe jugaba
jugáem, jugabem jugábamos
jugán (g) jugando
jugará jugará
jugare jugara, jugase
jugat, jugats jugado, jugados
jugue juega
juguen juegan
juguetería, jugueteríes juguetería, jugueterías
juissi, juissis juicio, juicios
juliol julio
julivert, Petroselinum (En alemán Petersilie) crispum, latín jolium viride. Juliverd – jolverd en ocsitá – A mon cusí Pedro Gil Guimerá li dic Julivert :) perejil
jun junto
junc, jung junco
juncs, jungs juncos
jungla, jungles jungla, junglas
junissen, juñissen, juñixen, ajunten ajuntan, juntan
juns juntos
juntá, ajuntá – ajunta la porta que entre aire!
O que se escape lo gat.
juntar, cerrar la puerta – cierra la puerta que entra aire ! O que se escapa el gato.
Junta, juntes junta, juntas
juntaben, ajuntaben juntaban
juntamén, jun en - ajuntamén junto con – ayuntamiento
juntán (g) ajuntán juntando
juns, ajuntats; yunta = jou o chou de dos animals per a llaurá juntos, ajuntados
jupa, jupes, chupa, chupes, cazadora, cassadora, cazadores, cassadores chaqueta, chaquetas, chupa, chupas, cazadora, cazadoras
jupeta chaquetita, chupa pequeña, chupita
jurá jurar
juráe, jurabe juraba
jurali jurarle
juramén, juramens Juramento, juramentos
jurán (g) jurando
jurats jurados
jurídic, juridics jurídico, jurídicos
jusgá juzgar
jusgabe juzgaba
jusgada, jusgat juzgada, juzgado
jusgál juzgarlo
jusgán (g) juzgando
jusgare juzgara, juzgase
jusgat juzgado
jusgat, jusgats juzgados
jusgo juzgo
jusguéu juzgáis
Just – No es lo mateix just que correcte. Si te fótego lo dit al cul entre just, pero no es lo correcte. Justo – No es lo mismo justo que correcto. Si te meto el dedo en el culo entra justo, pero no es lo correcto.
Justadó, combatién, luchadó justador, combatiente, luchador
justamen justamente
justán (g) – ajustán Justando – ajustando
justet justito
justeta justita
justificá justificar
justissia justicia
justíssima justísima
juvenil juvenil
juvenils juveniles
juventut juventud