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miércoles, 11 de mayo de 2022

POETAS MALLORQUINES

SECCIÓN LITERARIA. 

POETAS MALLORQUINES (1). (Extracto de REVISTA DE ESPAÑA Y SUS PROVINCIAS DE ULTRAMAR)

(1) En nuestro número del 15 del pasado octubre prometimos para el siguiente el artículo de los poetas cubanos, cosa que no pudo tener tampoco efecto por lo que dijimos aquel día; y hoy, que íbamos a cumplir con esta deuda, nos ha parecido también suspenderlo, para dar en su lugar el que acabamos de recibir extendido por el conocido literato el señor don Joaquín María Bover, residente en Palma de Mallorca, y que viene a ser como el ensayo crítico de los poetas de aquel suelo. De este modo, habiendo ya publicado el artículo de los poetas canarios, seguirá este y después el de los cubanos, más distantes que unos y otros de nuestra madre patria. La erudición y la crítica que se notan en este trabajo no desdicen por cierto de las prendas que este autor ha manifestado en otros. Hubiéramos querido en obsequio de su pensamiento y del gusto de nuestros lectores darlo íntegro: pero, no nos lo permiten los límites estrechos de que disponemos para las demás materias. 

Mallorca, madre fecunda de hombres en todos conceptos eminentes, ha producido también, desde la antigüedad más remota, vates que supieron distinguirse en los certámenes que celebraban las academias de Barcelona y Tolosa. En el siglo XIII (sólo se lee III), cuando la rima vulgar empezaba y era tan estimada la que se llamó gaya scienciaBernardo Mogoda, uno de los caballeros que siguieron a don Jaime I en la conquista de esta isla, creído en el instinto de vaticinar y en el influjo de las estrellas, escribió en el estilo bíblico y oriental muchas predicciones de prosperidades y de infortunios. 

Con las estrofas que siguen parece que quiso pintar la derrota que en 1343 experimentó D. Jaime III último rey de Mallorca.

Lo rey se despedía 

ab sola una galera; 

vindrá á la ribera

ja destrosada. 

Dient ab ven (veu) alzada: 

lo reina per qui sona, 

dirán: per la corona 

aragonesa." 


Els contraris l' han presa 

despres de la victoria; 

per eterna memoria 

será perduda. 


En la plassa venzuda 

corps y voltons carnatje 

faran en lo ribatje

dels homens presa. 


Por aquel mismo tiempo vino al mundo Raimundo Lulio, aquel ingenio asombroso que antes que Bacon de Verulamio alzase el noble grito de libertad filosófica y mucho antes que el célebre Erasmo diera al orbe literario días de gloria y honor a las ciencias útiles; dotado por la naturaleza de vastos y grandiosos proyectos, de sublime talento y comprensión universal, dio un agigantado paso en la escabrosa senda del saber, y sepultando en el olvido las ridículas formas del ergotismo, al través de la atmósfera de oscurantismo en que yacían sepultados los pueblos de la Europa, cultivando las lenguas orientales, y observando el majestuoso y sencillo curso de las leyes que rigen al orbe físico, dio el ejemplo, que sirvió de pauta a los restauradores de las ciencias, de establecer sobre la observación y experiencia los conocimientos físicos, que auxiliados de las matemáticas son deudores a Lulio de los rápidos progresos que Newton y demás sabios de primer orden hicieron en el vasto campo de la naturaleza. El inventor de la aguja náutica y del ácido nítrico, el hombre grande de su tiempo, el mallorquín Raimundo Lulio, (Ramón o Ramon Lull) escribía a sus discípulos del colegio de Miramar en esta isla: 

Rey poderos de l' alta cort divína 

quil fragil hom volgués ab vos vnir, 

teniu recort dels qui triste ruina 

de mort cruel en esta vall mesquina 

volen per vos passar y sofferir: 

Datslos esforz d' honrar y venerarvos 

yab (y ab : y con) alta veu tots temps glorificarvos. 


Frares menors ab ven (veu) clar argentina 

recordats ja de qui 's volgué vestir 

la nostra carn obrint del cel la mina, 

á Miramar á la gent mallorquina 

y al seu gran rey han fet prest construir: 

aquets, Senyor, iran tots per loarvos (pone lo-arvos) 

á convertir los moros en amarvos. 


¿Qué tarden donchs de sonar llur botzina 

los precadors que volen Deu servir, 

bísbes, abats, priors quin la fusina 

d' aquest mon trist per lór fan contramina 

los pobres tots dexant de fam perir? 

Que fan los reis que tarden en mostrarvos 

quel seu tresor es sols en exalzarvos? 


Grans y mitjans y chichs dins la cortina 

d' oprobis grans me volen escarnir; 

y amor ab plors y greus suspirs refina 

mon esperit en vos qui sou la tina 

del meu cos trist quis vol en vos languir: 

lenteniment, volér en recordarvos 

aumenten ja y en tot temps desitxarvos. 


Servir donchs vull, humil verge Maria, 

de mon poder, puis desitg esperanza 

prest m'ha tramés. Blanquerna ¿quin sabria 

dir hon teniu la vostra cetla pia 

perqu' hey servis l' Etern yo sens tardanza? 

y 'l meu desitg pogués tot saciarse 

en ell en qui tot sol pot alegrarse. 

El mismo Lulio empieza así su excelente plegaria al (pone la) Todopoderoso, plegaria que no ha visto aún la luz pública:

(Gerónimo Rosselló publica Obras rimadas de Ramon Lull escritas en idioma catalan-provenzal en 1859, seguidas de un glosario de voces anticuadas. El siguiente poema aparece con ligeras variantes) 

Alt en lo cel hont es la cort divina 

Ma pensa veu ab fervor inflamat 

que vos, Señyor, plorau de la ruina 

del mal etern á hont lo mon camina 

y est gran mal vos te granment irát. 


Plorau, Señyor, que mos ulls plorarán 

ab dolros plant vos faran compañía 

Señyor plorau que a Miramar irán (pone írán) 

faels sarvents que per vos penarán 

portant silicis dejunant cada dia. 

Mirau Señyor las nafras canceradas etc. (Atentos a: las, nafras, canceradas)

A principios del siglo XIV floreció el anónimo conocido con el nombre de mercader mallorquí, quien en una de sus poesías expresa elegantemente el desdén: 

Cercats duy may, ja siats bella e pros 

quels vostres pres e laurs eris plasents: 

car vengút es lo temps quem aurets menys; 

nom anziura vostro sguard amoros 

ne la semblanza gaya; 

car trobat nay 

altre quim play 

sol que luy playa 

altra sens vos perque lin voltray be 

e tindrem car s' amor que axis convé. 

Otro poeta floreció por aquel mismo tiempo que es notable por la pureza de versificación y por la perfección de lenguaje. Hablamos de Lorongo, hijo de Ferrario Roselló (Rosselló), consejero del rey don Jaime III de Mallorca y hermano de Saura casada con el infante don Sancho de este reino. Escribió un epitalamio al casamiento de su tía Blanca con el conde de Cardona y es de notar lo dulce y sentimental de la segunda estrofa. 

A vos jo li dou le blanque doncele, 

á vos alt Señyor de tant clar linatje: 

ella es de mon quor rique maravele, 

de vostra notblia molt brilant estrele 

y á vostra quorona será un adornatje. 


Si donchs la teniu ab molt gran valia 

y de ses virtuts n' estau molt prendat, 

el meu sperit, Blanque perla mia, 

el jorn que ixquires de ma compañya 

quedá ab plor y dol del tot ofuscat. 


Si arnesos y lansas y escuts y quoronas 

aportau señyor dels inclits passats 

qui tembran las armas dels Folchs y Cardonas 

que en tantas asañyas tan altas personas 

molts de sarrayns veren traspasats; 


La vostra motler ab roitjios pavesos 

y ab virtuts y merits yl vostro blassó 

y vostre notblía y fets gentilesos 

ab los de lurs avis serán adornesos 

ab barras y sanch del rey de Aragó

Generalizado el gusto a la poesía lemosina necesario era un libro que fijase las reglas para aprender a escribirla con toda perfección. Este libro apareció a mediados del siglo XIV siendo su autor el mallorquín Berenguer Noya.

Romeo Burguera, (Romeu Bruguera) célebre dominico, privado íntimo del rey Felipe el Hermoso, a quien ayudó en la expulsión de los templarios, compuso varios tratados ascéticos en poesía lemosina. Su Biblia rimada é en romans, es una verdadera traducción de la latina llamada aurora que en el siglo XII escribió Pedro de Riga, reducida a contar aisladamente en verso los principales sucesos de la historia sagrada con algunos de los sapienciales, inclusos los macabeos. Bruguera siguió el orden que tienen en la Biblia los libros históricos, sin omitir el de los proverbios, cuya traducción es graciosísima. Concluye con el Apocalipsis. Para muestra de su lenguaje copiaremos los versos con que termina el prólogo.

Asó ay de lati en romans tornat 

á honor de la contessa que Deus guard 

d'Ampurias marchessa á nom (1) 

(1) Creemos que esta marquesa de Ampurias es la hija de Guillermo de Peralta, vizconde de Cabrera, que murió a principios del siglo XIII según el historiador Bosch. 

E fo fila dun gran rich hom 

que fo vezcomte de Cabrera 

é lexá esta hereteyre 

de Muntsoriu e del vezcomptat 

tot quan havia la laxat 

de Cataluñya porta flor 

denseñyament é de valor, 

de franquea de gai parlar, 

dumilitat crey no ha par, 

de Deu li plats souen parlar 

molt dejunar e molt horar. 

La poesía académica o latina no empezó a cultivarse por mallorquines hasta principios del siglo XV. Entonces perdieron su boga los versos bárbaros y leoninos, y el canónigo Esperandeo Español, el caballero Arnaldo Descósy Antonio Geraldino, escribieron hexámetros muy dignos de la época de León X. De este último copiaremos los que puso sobre el sepulcro de Raimundo Lulio

sepulcro de Raimundo Lulio. Ramon Lull.


Clauditur hac Lulli Raimundi corpus in arca 

egregia quem stirpe tulit Gymnecia tellus. 

Mollis amator erat primaevo in flore juvente, 

mortali implicitur cura; mox pectora mutans 

in coelum tollensque oculos, peritura reliquit 

inventa est sordes; lateque est divinitus illi 

infusum ingenium, naturae arcana resolvens; 

perque omnes errans artes coelique recessus 

edidit in toto celebranda volumina mundo. 

Ipse quoque inmenso solers errabit in orbe, 

ut Christi leges alio sub sole locatos 

funderet in populos, paganaque pectora nostrae 

verteret ad cultum fidei, Christumque docéret 

esse Deum atque hominem genitrice e virgine natum

qua propter quando divis gens hunc barbara saxis

agressa est, cessit Libitis detrusus ab oris, 

dumque solum natale petit, Balearica regna

in patria senior prospectu fessus obivit. 

Español escribió a la memoria de su padre, que fue uno de los héroes que más se distinguieron en la defensa de Rhodas (Rodas), contra la invasión del Soldán (sultán) de Egipto que tuvo lugar en 1439, los versos que siguen: 

Hic hic Spagnolius tuus o Majorica tutor 

Cujus est a proavis durat in urbe domus 

Ausus multa quidem fungens tot honoribus urbis 

Effulsitque loco mens bona semper opum 

concordes animo natos sex forte reliquit 

creverat undeno mira nepote quies 

Trinacriam atque Rhodon ductae Hariamque triremis 

plausibus hic praetor laetitiaque fuit 

naumachia duros fausta mox fuderat hostes 

id Maetona ducem prospiciens coluit 

quumque diu Cyprus premeretur fessa tirano 

insiluit classis sub cruce vasta Rodi

cui fervens inerat coram Balearicus ardor 

hoc acamas celebris consule mons gemuit 

contigit hinc tanden per lustra ophtalmia septem 

lumina cesserunt tabuit inde caro 

dicamus is nataeque duae Leonoraque conjux 

prima jacet simul hic natus ex alia 

nunc igitur gaudere juvat compage negata 

en à morte pius quisque resurget ovans. 

En los versos de Arnaldo Descós se observa una elegancia de lenguaje y una pureza de latinidad que pueden competir con las producciones de los autores clásicos. Descós fue uno de los literatos más conocidos de su época. En sus epístolas hace mención honorífica de su maestro el célebre Pedro Daqui, de su condiscípulo Juan de Malleon, obispo de Salamanca y de su amigo Bernardo Bohil, delegado apostólico en la expedición de Colón a las Indias. Así se expresa Descós en una de sus producciones: 

Si divum, ut fama est, servat tutela poetas, 

nunc ades, et gressus dirige virgo meos. 

Nil prossunt mussae, nil carminis auctor Apollo, 

ut possim justos nunc reperire pedes. 

Oh utinam versu tantas exponere laudes 

possem ut tam faustum nunc celebrare diem! 

Ergo subvenias inopi tua sacra canenti, 

conceptum ut referam, qui sine labe fuit. 

También cultivó Descós la poesía vulgar o lemosina, y en una, dedicada a la Purísima Concepción, son notables los versos que siguen: 

Perque es mastér que vos Verge sagrada 

ab vostro fill siau la nostra guia, 

clarificau la pensa entenebrada, 

y subveniu me llengua poc limada

que us puga dír ab nova melodia 

noves loors de vostre gran altesa 

qui de tot crim é pecat fou illesa.

(Se concluirá en el próximo número.) 

(Continuación.) 

Raimundo Lulio, como dice Quadrado, era en aquel tiempo la fuente que inspiraba a los poetas y en que bebían nuestros sabios: en su honor y en su nombre se exigían cátedras, en su honor se celebraban certámenes como el famoso de 1502, y la prensa mallorquina apenas ha sudado sino comentarios a sus obras. ¡Bien merecía esto y mucho más el hombre extraordinario que por dos siglos tuvo por discípulo al mundo entero! En el citado certamen de 1502 se distinguieron los poetas Antonio Massot, Gaspar de Verí (Veri), Jorge Albér y Juan Odón Menorca. De todos ellos hay excelentes composiciones: todos se lucieron a la par, y Gaspar de Veri, a quien se adjudicó el premio, recitó una larga poesía en la que es notable esta estrofa: 

Ram, on se cull, de flors molta natura 
l'ull qui preveu, en evitar lo mal 
segura mar, qui en lo temporal 
lo navegant, eximeix de presura 
rosa suau, als doctes qui refrega 
pom redolent, de un saber infús 
capsa d'unguents, on no ha res confús 
aigua de font, qui los provectes rega. 

El esclarecido literato Nicolás de Pax uno de los primeros catedráticos de la universidad de Alcalá, muy favorecido de su fundador el célebre cardenal Jiménez de Cisneros, habla del monte de Rauda, monumento que la naturaleza quiso prevenir para mostrar al orgullo mallorquín el teatro de las visiones misteriosas del gran Raimundo Lulio, en los términos siguientes: 

Rauda tenens regni centrum Balearis, ab alto 
aequor et ingentes undique monstrat agros. 
Panditur ad Phoebi radios, umbracula passim 
prospectus varios concava saxa parant. 
Elevat ingenium, curas expectorat omnes 
totaque vivaci pectora membra novat. 
Hic bibit infusum Raymundus dogma supernè; 
hic quoque mirandum condidit artis opus. 
Angelus hic illi visus, pastoris amictu, 
praebuit et meritis oscula multa libris. 
Dixit eos varia passuros multa sub hoste; 
sed foire pro sancta fortia tela fide. 
Tunc erecta sacrum collustrans cella cacumen, 
plena venustatis Gratia nomen habet. 
hinc manare potest doctrinae splendor in orbem, 
hinc sibi perniciem secta maligna timens. 

Por este tiempo el virtuoso sacerdote Francisco Prats ya había publicado en prosa y verso su devotísima contemplació y su poema del Sacrament de bona gracia. Empieza este último con la estrofa que sigue: 

Caritat me forsa, y ley me incita 
loar lo misteri de laucaristía 
lo poc exercici los señys me desvía 
en loc baix me posa y el desitg limita 
la ploma es presta y no gos escriure
perque la invidia rependre amenasa
las nafres ya em dolen y treball me brasa
sol Crist Deu y home men pot fer desliure. 


Jaime de Oleza y Zanglada hijo de una familia ilustre en la que se radicó el cultivo de los conocimientos humanos, escribió en excelentes dísticos latinos un libro de lege cristiana et de cuadruplici peste mundi, en el que apoya su doctrina con bellas razones y sólidas sentencias. En esta obra reprende los vicios, detesta la escuela de los nominales, demuestra la vanidad de las predicciones astrológicas, y confunde la filosofía de Averroes y de todos los antiguos. Este mismo Oleza escribió en rima otras varias obras y un cancionero teologal y espiritual. Como muestra de su numen poético copiaremos el epigrama que dirigió al doctor Caldentey con motivo de haber publicado un tratado del maestro Gerson; 

Perstrinxit legis praxim: moresque Joannes 
cui de Gersono nomen habere datur. 
Si ergo tuum lector pectus coelestia tangunt: 
hunc eme: plus solus que ubi mille dabit. 
Iste docet mores sacros: animunque perornat: 
vitaque sit nobis qua peragenda via. 
Quid sit honestum: quid justum: quid denique sanctum: 
quidve pium monstrat: quae fugienda mala: 
detegit hic coelum: et callem flagrantis averni: 
neu phleget honteis afficere malis. 
Ad summam hic vigili ducit rectore carinam: 
quae mundi immergi naufraga possit aquis. 
Huic igitur grates tanto pro munere lector 
redde: sed est nobis gratia habenda magis. 
Ille opus exegit: fateor: sed copia habendi: 
nostra est per terras multiplicata manu. 

Del citado Jayme de Oleza fue hijo Francisco, quien con motivo del dolor que le causó la muerte de su esposa doña Beatriz de Sant Martí, escribió el excelente poema titulado menosprecio del mundo, anticipando en él la versificación majestuosa y pura de León y Garcilaso. Con dificultad se 
encontrará elegía más tierna y suave. Empieza así: 

Ab manta de plors el cel se cobria. 
Y tota la terra mostrava gran dol, 
mirand d'aquest mon del tot se partia 
la qui de virtuts granment resplandia 
tristor señyalava la lluna y el sol. 
Oh triste jornada! oh cruel partida! 
oh perdua digna de plor y lament 
morir la qui era de tants bens complida 
y de tantas gracias estaba ennoblida 
que loar ni plañyer nos pot dignament. 

Describiendo el día del juicio final, pone en boca del Juez eterno las palabras siguientes, dignas del poeta Dante. Dirigiéndose Dios a los buenos les dice: 

Veniu beneits del meu Etern Pare 
puis treballs y penas en lo mon sentis 
posseiu lo regna preniulo desdara 
car puis meu servit es just queus ampare 
yus done per premi letern paradis. 
Donat meu á beura cuant yo sedetjaba 
haveume vestit essent despullát 
haveume pascút cuant yo fametjava 
haveume acollit cuant peregrinava 
y essent en la carcer heume consolát. 

Con los versos que siguen habla Dios a los malos, pintándoles el horror de las penas del infierno. 

Per darvos lo sou vos crida y espera 
de plors y suspirs ab grans atambors; 
los crits serán pifres, les flamas bandera, 
fereu escuadrons de nova manera 
ab molts arcabusos de cruels dolors. 

Dins lo foch ardent feréu ordenanza 
ab gran desconcert tot temps caminant, 
tindreu dura guerra ab tota ultransa, 
de pan (pau) no tenint ya mes esperanza 
los uns contra els altres granment batallant. 

Ni es cansaran mai los potents ministres, 
ni porán morir los qui penarán; 
rebrán de continu encontres sinistres; 
seran los jamechs clarins e ministres 
qui en tal exercit tot temps sonaran. 

Miraume las nafres vui com resplandexen, 
las cuals mai volgues vivint contemplar! 
Mirau los assots cuant bells aparexen! 
Mirau vui la creu que els bons tots conexen! 
No volteu la cara que be es de mirar. 

Ni Rioja cantó con más sublimidad y energía lo vano y fugitivo de las grandezas del mundo. 

Tengan de continu en nostra memoria 
los treballs y penas de nostres pasats. 
Mirem los sepulcres dels rich (richs) y sa gloria, 
y las grans banderas señyals de victoria, 
apres de tants plers hon son arribats. 
Mirém del gran Cesar los fets valerosos 
quil mon ab batallas ha tot subyugat, 
mirem de Annibal los actes famosos 
y dels Scipions los fets gloriosos 
escer ya no res vuy tot lo pasat. 

Ahon son las honras que han alcanzadas, 
y los tants triunfos de gloria gran? 
hon las pedras finas en or engastadas 
y las ricas robas de perlas brodadas? 
mirau vui que son, mirau hon están! 

Hon son las viandas granment esquisidas 
en los convits bells tots plens de delit? (delit : deleite)
Ahont las gran casas honradas, fornidas, 
y d'or y d' atzur pintadas guarnidas? 
Mirau com es tot vui ya preterít! (pretérito : pasado) 

Al mismo Francisco de Oleza debió el mundo literario una preciosa arte poética escrita en lemosín con el título de Nova art de trovar. Tratando en el prólogo del abandono en que se hallaba la poesía dice: 

L'art estava sepultada 
en sepulcra lemosí
mes ara desenterrada 
y molt ben afeyzonada
para tot bon us y fí, 
la us dona un malorquí

Entre los varios ejemplos de poesías de todas clases, es notable esta preciosa quintilla: 

Las testas y las costellas 
que tu veus en lo fossar 
spinadas y cañyellas
personas foren molt bellas, 
y tu comells has tornar. (com ells : como ellos, como ellas)

Un hijo del citado Francisco, llamado Jaime de Oleza y San Martí, escribió un hermoso poema en que Jesucristo abre una justa, y como mantenedor de ella sale triunfante de los vicios y de la muerte.
Cuando en 1541 vino a esta isla el rey don Carlos I, los mallorquines Juan Genovard (Ginovart), Pedro Autich (Antich), Gaspar Vidal, Tomás Marcer y Jayme Romañyá hicieron lucir su numen poético. Lamentándose el primero de la decadencia de Mallorca dirigió al monarca los preciosos dísticos que siguen: 

Dum fortuna dabat, titulis quod pingerer auri, 
invidisse mihi plurima regna putes. 
Non eram ab infroenis numidis direpta, sed illi 
nomine pallebant candidiore meo. 
Tunc mea tercentum complebant littora puppes, 
mercibus et variis, Carole, dives eram; 
nunc jaceo infelix: vix sum miserabilis ulli, 
vixque meo possum tutior esse sinu. 
Quare moesta, precor, prisco me redde nitori, 
ponendo numidis dura lupata feris; 
respice sollicitam, Caesar (pone Coesar), mitissime princeps; 
principis est, miseros erupuisse malis. 

Romañyá, a más de las diferentes poesías que escribió en dicha ocasión, fue autor de una comedia latina sobre el rico epulón, titulada Gastrimargus, miserable imitación de las de Plauto y Terencio. Esta comedia, ya que no por su mérito, es interesante para la historia del arte dramático, porque puede decirse que se le ve en ella en su primer desarrollo y como en su infancia. Por su asunto, tomado de la historia sagrada, pertenece a los misterios, a los que en los siglos medios debió su origen el teatro moderno, al paso que en sus formas y en su lenguaje, aunque rudo muchas veces y sin combinación métrica de ningún género, se observan reminiscencias de los autores clásicos latinos que con tanto ardor eran estudiados e imitados en el siglo XVI. 
En este mismo siglo floreció el erudito sacerdote Dionisio Pon (Pont), que solía firmar sus poesías con el anagrama de Disiponsi. En su curioso poema de la batalla de Lepanto, habla de las proezas del capitán don Juan Despuig y Mir, y dice: 

Que ilustre gent castellana 
aportaba don Joan, 
gent tudesca, italiana, 
que hauran fet de tallár carn. 

De Mallorca, isla dorada, 
es allí Puig capitá, 
que dels moros de Granada 
porta la gent carnisada, 
que per ell pochs turchs y há. 

Per totas parts esta nova 
fará de asó gran sentit: 
tant lo rich, com home y dona, 
tot estament de persona 
prega per ell dia y nit. 

Entusiasta Dionisio Pont por las glorias de su patria, las cantó con la exageración que se lee en el siguiente epigrama que publicó como propio el cronista D. Juan Dameto, a quien tanto imita en los plagios, aunque con menos circunspección, otro cronista de nuestros días: 

Divitias natura parens balearibus omnes 
contulit, et divum munera quisque sua. 
Insula dives opum, Neptuni pulcher ocellus, 
Mars hic imperium possidet, atque Venus. 
Palladis hic domus est, Cererisque et grata Lydi 
gaudia, cum garis aurea Flora tuis. 
Ambit aquis Nereus pro muro spumens omnem 
aequoreis largè, divitiisque beat. 
Dotibus his prestat cunctas Majorica tellus; 
hic mihi certa quies vivere, et opto mori. 

Contemporáneos a los poetas de que acabamos de hacer mención fueron el P. Antonio Pon, arzobispo de Oristañy, y el doctor Benito Español, sacerdote de gran virtud y doctrina, a quien Francisco de Oleza dedicó su menosprecio 
del mundo. Contestó a la dedicatoria con estos hermosos versos: 

Mostrau lobra vostra puis es be rimada 
y donaune copia á qui la volrá 
que vostra señyora qui visque honrada 
y ab molt bona fama está sepultada 
al cel ab los angels sen alegrará. 

Y las vostras coplas serán unas mostras 
de homens y donas segons he legit 
y ab tals sentecias per las vidas nostras 
qui volrá entendre los documens vostras 
tendrá en memoria lo mon aborrit. 

Yo per la part mia per fervos servicis 
en totas mes horas ne faré records 
que puis en sa vida fou tants beneficis 
per lanima sua faré sacrificis 
legint cada dia lofici de morts. 

Almoines, responsos, faré per aquella 
moltas oracions per ella diré 
y ab cremants civis (ciris) en vostra capella 
ofertas y misas cantaré per ella 
y sobre el sepulcre sovint absolré. 

Dos poetas mallorquines encontramos también en el siglo XVI que hacen versos en castellano, pero estos versos, desnudos de toda energía, pueden reputarse por una prosa cortada por sílabas determinadas. El doctor en artes y medicina Damián Carbó, haciendo alarde de sus blasones y de sus gloriosos ascendientes, escribió al pie de su escudo de armas: 

La banda y saetas que veis y señales 
son armas sin duda que los mis pasados 
carbones dejaron con autos nombrados 
de fama y de gloria todas inmortales. 

Y fueron fundadas por autos de reyes 
que aquellas en pago de tantos servicios 
a ellos han dado grandes beneficios 
no siendo ingratos con muy justas leyes. 

De Roma Senados leemos que fueron 
y por el mal Sila no sin guerra fuerte 
cuarenta mil dellos todos duna muerte 
con Mario Carbó juntos recibieron. 
Hernando de la Cárcel cantó el desgraciado suceso del destrozo de una nave llamada San Roque, salvada por el capitán Juan de Luca, cuyo canto empieza así: 

Suele la necesidad 
ser tan diestra en cualquier hora 
que tenga oportunidad, 
que de cualquier novedad 
es muy perfecta inventora: 
y no sólo inventa y traza 
lo que es muy dificultoso, 
que aun en lo peligroso 
se pone sin mano escasa 
con corazón animoso. 

Concluye del modo siguiente: 

Saltó en tierra Luca luego 
y contando el caso, agro, 
muchos sespantan del ruego 
mas los que tienen sosiego 
van diciendo que es milagro. 
Y pues que vino a alcanzar 
Juan de Luca tal victoria 
contra infieles, viento y mar, 
roguemos al que es sin par 
que nos de al cabo la gloria. 

Los poetas mallorquines que más se distinguieron en el siglo XVII fueron: Mateo Descallar y Damato, hijo de una familia ilustre, de quien es un excelente canto a la virgen María: Nicolás Oliver y Fullana, capitán del ejército de Felipe IV, a quien sirvió en las guerras de Cataluña, y después fue 
cosmógrafo y cronista de Carlos II. Describió las islas Baleares con las octavas siguientes: 

El balear dominio se compone 
de varias islas, fuerte y abundante 
sobre las ondas, y marcial se opone 
con gran castillo al émulo arrogante. 
La de Mallorca, regia se propone 
del mar mediterráneo sol brillante; 
siendo Menorca, Ibiza y Formentera, 
sus más lucientes rayos y Cabrera. 

Yace en el quinto clima, inexpugnable (pone inespugnable)  
del báleo solio el mallorquín estado, 
por sus bélicos hijos formidable, 
y sus crujientes hondas celebrado: 
de Aragón margarita inestimable, 
en la navegación aventajado, 
vestido de frondosas maravillas 
con dos ciudades y opulentas villas. 

La real Palma en la mano aragonesa, 
de Mallorca metrópoli valiente, 
dio laurel digno a la cartaginesa 
y al gran Meleto nombre permanente. 
Mahometanas coronas interesa 
de insignes reyes tronco floreciente, 
puerto de fama, población de lustre 
con mitra episcopal y gente ilustre. 

Entre dos promontorios se levanta 
ciudad Alcudia, desde que aplaudida 
al mayor Carlos su obediencia canta: 
por el coral que pesca conocida. 
Lluchmayor de sus villas se decanta 
famosa por la lid que en su florida 
campaña dio del rey Jaime tercero 
la vida y cetro al enemigo acero. 

Campos, por sus salinas es famosa; 
bellísima y fructífera Porreras; 
Bollenza por sus mirtos prodigiosa; 
Artá milagros toda y primaveras; 
Sineu de los romanos plaza hermosa; 
Felanix, Petra y Manacor guerreras; 
Alaró con castillo inexpugnable, 
riquísima Inca y Soller admirable. 

La fértil isla de Menorca tiene 
una ciudad llamada Ciudadela 
en la agradable costa que contiene 
muralla que defiende y juez que cela. 
Del gran Magon fundada se previene, 
donde el audaz contrario no recela, 
Mahón, que entre otros pueblos se encastilla; 
sublime puerto y generosa villa. 

Sigue Ibiza de pinos coronada, 
dando nombre a su isla inaccesible; 
por el fuerte castillo tan nombrada, 
como por sus vecinos invencible. 
Hoy se ve Formentera despoblada; 
Cabrera se propone apetecible; 
cobrando fama entre otras Cunillera 
del ínclito Annibál patria guerrera. 

A mediados de este mismo siglo, floreció Rafael Bover (pone Bovér), a quien Quadrado llama el Garcilaso mallorquín. La siguiente muestra de su numen lírico hará conocer a nuestros lectores la exactitud de tal comparación. 

Aldea qui ets tan trista 
y sens remei algun per me tristeza, 
si no cegar ma vista, 
puis no tinc altra cosa que aspereza, 
en un camp sens verdura 
rahó es que yo muyra ab tal postura. 

Posát en esta aldea 
un pobre y trist pastor se lamentaba
ausent per sa idea
de lo que en aquest mon mes adoraba:
ja finirá sa vida
per no haberí en el camp cosa florida. 

Cert es, señora mia, 
que ya en el mes present los camps estaban 
tots verts ab gran porfia, 
y de ells a son temps fruits aguardaban; 
mes ab seguedad tanta 
no hayá fruit que esperar ya de tal planta. 

Si lo temps fes mudanza 
convertintse me pena áb alegría, 
se creu mia esperanza 
de que lo sech de vert se vestiria, 
y la favera ab flor, 
Cullint de totas parts lo fruit millor. 

No te esquives, pastora, 
de lo que yo te escric ab esta lira, 
que mon cor te adora: 
abrassét en amor y no en ira, 
Perdona ma osadia 
que per servirte a tu yo moriria. 

En el romance que sigue, agotó Bover la suavidad de sus tonos, e hizo triunfar el tiernísimo dialecto mallorquín. 

No te espantes que yo cant, 
perque men pren com es cisna, 
qui cuant ya no te esperanzas 
contant acaba sus dias. 
Com veix que ma desventura
de poder parlarte hem priva, 
de est molt que ma vida acapia, 
puis de aliment me servia. 
Mos ulls llamentan y ploran, 
mon cor se romp com a vidra, 
mas entrañas se arrebasan, 
ma esperanza se mostia etc. 

Pertenecen también al siglo XVII Jaime Pujol abogado, autor de un poema en elogio del serenísimo infante D. Juan, y el doctor Antonio Gual, presbítero y canónigo de esta santa iglesia, digno imitador de Góngora. Entre otras poesías de este último tenemos el poema épico que escribió en 1646 con motivo de la pacificación de los partidos que dividían la nobleza mallorquina. Sus versos son excelentes, y como muestra de ellos copiaremos las octavas que siguen: 
….....
El puesto de dos vallas guarnecido, 
y en ellas dos informes arrimados 
bultos, que de lo humano se han vestido 
al yerro de las lanzas destinados: 
un duro azote de la diestra asido, 
y de sendos broqueles amparados; 
vestida ricamente de oro y grana 
el aurora salió aquella mañana. 
…....
Despertaron al sol confusas voces, 
festivo aplauso, alegres alaridos 
del vulgo y de la plebe que veloces 
se anticipan al puesto mal sufridos, 
No Ceres tal, a las villanas hoces 
los campos da de espigas guarnecidos, 
como se vieron por distancias tantas 
cubrir la arena las humanas plantas. 
…........
Juan Odón de Togores se descubre 
sobre un delfín terrestre que de estrellas 
la escama siembra de oro, que le cubre, 
de blancos grifos con labores bellas: 
su faz, que nube del plumaje encubre, 
por el campo marcial siembra centellas: 
y habiéndose ostentado reverente 
de su mantenedor se puso enfrente. 

Cuatro veces al son de los metales 
los polos de cristal se estremecieron; 
y del averno oscuro en los umbrales, 
de las herradas plantas se sintieron 
otras tantas los golpes desiguales 
con que el globo los brutos sacudieron, 
dejando con airoso movimiento 
de astillas cada cual poblado el viento. 

En el siglo XVIII florecieron don José de Pueyo y Pueyo, marqués de Campo Franco, que hizo ostentación de su excelente numen en la multitud de poesías que compuso en latín, castellano y francés: don Miguel Bover y Ramonell, autor de la comedia titulada la conquista de Mallorca, de la que habla Moratín en sus Orígenes del teatro español: el padre Ramón Nicolau, monje cartujo, que escribió en verso latino hexámetro la vida de Jesús, María y José: el doctor don Antonio González que tan al vivo expresó su melancolía y tristeza en su Teatro de la muerte, y don Luis Foco, traductor de la Merope de Maffey y de la comedia El enfermo imaginario de Moliere y autor de un poema épico de la conquista de Orán. 
Difusos seríamos si hubiésemos de hacer mención de los poetas mallorquines del siglo XIX, y más difusos si hubiésemos de detenernos en el examen de sus producciones. Sin embargo, no debemos pasar en silencio los nombres de don Antonio Llodrá, don Juan Nicolau, don Juan Muntaner y García, canónigo de esta santa iglesia y arzobispo electo de Caracas, don Leonardo Planes, don Nicolás Armengol, don Nicolás Campaner, oidor de esta real audiencia, don Pedro Andreu y don Vicente Far. Todos ellos han dejado conceptuosos versos y de todos ellos hemos hablado detenidamente en nuestro diccionario de escritores mallorquines

De los que actualmente viven omitimos hacer mención, atendida la diversidad de su mérito, temerosos de herir la modestia de los unos, hablando de ellos con el elogio que merecen, y la susceptibilidad de los otros, pasándolos en silencio. 
Palma 19 de octubre de 1850. 


miércoles, 23 de febrero de 2022

Biblioteca valenciana. Tomo 2. ESCRITORES DEL SIGLO XIX.

ESCRITORES DEL SIGLO XIX.

EL DR. D. ANTONIO PELECHÁ    

1801.

Nació en Valencia, parroquia de los santos Juanes, en 17 de enero de 1724. Desde muy niño descubrió un talento claro y perspicaz, y una tenaz aplicación al estudio; y con tan bellas cualidades hizo en pocos años rápidos progresos en la gramática, retórica, y poesía latina, que cultivó con esmero bajo la enseñanza y dirección de los padres jesuitas. No fueron menores sus adelantamientos en la filosofía y ciencias naturales, a las que siempre tuvo particular afición, especialmente a la física experimental, teniendo para ello una buena porción de máquinas e instrumentos, trabajado la mayor parte por su dirección e instrucciones. Dedicado a las ciencias eclesiásticas, se distinguió entre sus condiscípulos, y mereció el aprecio del Ilmo. Sr. D. Andrés Mayoral, arzobispo de esta diócesis; de suerte que a los veinticinco años de su edad le admitió a órdenes a título de suficiencia; y en menos de medio año le ascendió desde la primera tonsura hasta el presbiterado. Destinado a la cura de almas en las parroquias de S. Juan de S. Felipe de Játiva, Alberique y Burjasot, se hizo respetable, y fue generalmente amado por su actividad, prudente celo pastoral, caridad con los pobres, y demás prendas de un buen párroco. Al mismo tiempo sobresalía en el ministerio del púlpito; y por su exquisita y vasta erudición se granjeó la estimación de los literatos de su tiempo. El Ilmo. Sr. Azpuru, arzobispo de esta diócesis, teniendo noticia de su relevante mérito, le envió desde Roma el título de examinador sinodal. Murió en 19 de marzo de 1801, en su parroquia de Burjasot, después de haberla regentado cuarenta años; en cuyo tiempo se edificó por su incansable celo la magnífica iglesia parroquial, que en su capacidad, hermosa y noble arquitectura, excelentes pinturas, y bellas estatuas, es un testimonio perenne del buen busto, inteligencia, constancia y desvelos incesantes del cura Pelechá; quien entre otros medios con que contribuyó a la obra, predicaba todas las Cuaresmas, y Sermones de fiestas, cediendo su honorario a la fábrica del templo. En las horas que le dejaban expeditas sus tareas pastorales, no dejaba la pluma de la mano; y además de la numerosa colección de sermones sueltos que predicó, así en las iglesias de esta ciudad, como en otras muchas de fuera, dejó escritas de su puño, y bien coordinadas las obras siguientes, que se conservan en poder de sus sobrinos.

1. Sermones panegíricos y morales. Tres tomos en folio.

2. Lecciones sagradas sobre los libros Sapienciales. Un tomo en folio.

3. Catecismo dogmático para uso de los párrocos. Un tomo en 4.° 

Además dejó escrito un tomo en folio, que contiene una Selva muy abundante de asuntos y pensamientos predicables, sacados de la Sagrada Escritura y autores eclesiásticos y profanos. Tradujo del idioma italiano, y se conservan las obras siguientes:

4. Sermones escogidos. Un tomo en folio.

5. Ejercicios de la buena muerte, escrito por el P. Ambrosio Cataneo, de la compañía de Jesús. Un tomo en folio.

6. El cura en el altar: por José Malatesta Garrafi, arcipreste de Rímini. Un tomo en 4.°

A estas traducciones añadió índices copiosos, y sumamente exactos.

De sus poesías latinas apenas ha quedado alguna, sino sólo algunas reglas muy ingeniosas; y de sus trabajos filosóficos algunos fragmentos, especialmente un Diálogo muy curioso e instructivo: todas estas obras son manuscritas, porque su modestia se opuso a que vieran la luz pública; y sólo está impreso un sermón, con el título: Oración panegírica en honor del esclarecido protomártir del sigilo sacramental S. Juan Nepomuceno, etc. que se dio a la prensa sin consentimiento ni noticia suya, habiéndole sacado el manuscrito por sorpresa.

D. JUAN ANTONIO MAYANS.

1801.

Habla de este autor, Ximeno, tomo 2, pág. 331. Añádese a su artículo, que le hizo su majestad gracia del arcedianato de Culla, dignidad de la iglesia de Tortosa, de donde fue promovido a un canonicato de Valencia, en cuyo goce murió la madrugada del domingo de ramos 29 de marzo de 1801: fue insigne literato, tan versado en la historia de España, que nadie le ha aventajado. Son muchos los autores que le elogian, pero sólo su nombre es bastante alabanza; y es lástima que su muerte nos haya privado de que vean la luz pública muchísimas obras suyas, porque nunca cesó de trabajar, hasta su última enfermedad.

Se adicionan las obras siguientes:

1. Ilici, hoy villa de Elche, ilustrada con varios discursos. Valencia, por Francisco Burguete, 1771, en 4.° 

https://archive.org/search.php?query=Ilici

Ilici, hoy villa de Elche, ilustrada con varios discursos. Valencia, por Francisco Burguete, 1771, en 4.°

http://www.elche.me/imagenes/juan-antonio-mayans-y-ciscar-ilici-hoi-la-villa-de-elche-1771

2. Catecismo o exposición de la doctrina cristiana, compuesto por el señor Fitz-James, obispo de Soisons, traducido al español. Valencia, por Benito Monfort, 1770, en 8.° dos tomos. Madrid, por Sancha, 1781, en 8.° dos tomos. Valencia, por los hermanos de Orga, 1787, en 8.° dos tomos.

3. El pastor de Filida, compuesto por Luis Gálvez de Montalvo: sale a luz de la librería Mayansiana. Valencia, por Salvador Faulí, 1792, en 8.° mayor.

Cuidó de esta impresión nuestro Mayans, a la que añadió un prólogo tan extenso, que puede pasar por una obra separada, pues consta de 84 páginas.

Nuestro valenciano Sempere, en el tomo cuarto de su Biblioteca tantas veces citada, habla con el debido elogio del Sr. Mayans.

FR. PEDRO BIEL.

1801.

Religioso mercenario, natural de Valencia, hijo de hábito de la Merced de la misma ciudad, leyó filosofía y teología, y obtuvo en su orden todos los grados y cargos hasta el de provincial, y elector general por la provincia de Valencia y Mallorca: fue doctor de teología por la universidad de Valencia y examinador sinodal de su arzobispado. Su muerte acaeció en 1801. Escribió:

1. Sermón en la solemne dedicación del nuevo templo de la Merced de la villa de Elche, celebrada en 19 de febrero de 1796. Valencia, por José Esteban, dicho año, en 4.° 

2. San Felipe, ciudad por excelencia de la santísima virgen. Sermón que en la última y principal de las fiestas seculares consagrada por la muy ilustre ciudad de San Felipe, antes Játiva, reino de Valencia, a su benéfica patrona virgen nuestra señora de la Seo, por el cesamiento de la peste del año 1600, dijo día 5 de agosto de 1800. Valencia, por dicho Esteban, en 4.° 

D. JUAN BAUTISTA MADRAMANY Y CARBONELL.

1802.

Natural de la Alcudia de Carlet, donde nació en 25 de noviembre de 1738: era muy instruido en las humanidades, y cultivó la poesía en los ratos ociosos que le dejaban las tareas del campo, que eran sus delicias: murió en la misma villa, día 29 de diciembre de 1802. Escribió:

1. El arte poética de Nicolás Boileau Despreaux, traducida del verso francés al castellano, e ilustrada con un prólogo y notas. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1787, en 4.° 

2. El poema del Facistol (le Lutrin) de Boileau, traducido en verso de arte mayor, manuscrito.

3. La quinta. Poema manuscrito, del que sólo compuso los dos cantos primeros, de tres que debía constar. El asunto es la descripción de un huerto propio que tenía en la villa de la Alcudia, que fue del convento antiguo de Descalzos, y compró antes que se derribase.

D. LUIS BORRÁS Y GOYA.

1802.

Natural de la ciudad de Valencia, nació en la parroquia de S. Andrés en 12 de diciembre de 1724, y se bautizó en la de S. Esteban el 15: fueron sus padres D. José Borrás y doña Antonia Goya: siguió la carrera de leyes, en la que obtuvo el grado de bachiller en la universidad de Orihuela, y después de la correspondiente práctica, se recibió de abogado por la real audiencia de Valencia: en este intermedio siguiendo su inclinación fue jesuita, en cuya religión por falta de salud no hizo voto alguno, como así consta del certificado que a su salida le dio el P. Tomás Juste, entonces provincial de la provincia de Aragón, su fecha en Valencia 21 de junio de 1745.

En 1754 fue nombrado alcalde mayor de la baronía de Mislata por D. José Cebrián, barón de dicha población, y por el duque de Arcos lo fue también de su villa y baronía de Planes: el mismo duque le nombró en 1759 corregidor y justicia mayor de la villa de Marchena: también fue admitido e incorporado de abogado en los reales consejos: sirvió otras muchas plazas de alcaldías; pero apreciando más el retiro de su casa renunció varios destinos, entregándose a una vida solitaria, y pasando el tiempo con sus libros y labores de manos de carpintería, a que era muy inclinado: le asaltó la muerte en 10 de agosto de 1802, y está enterrado en la parroquia de S. Nicolás. Escribió bajo el nombre supuesto:

1. Vida de Hernán Cortés hecha pedazos en quintillas joco-serias, por el semi-poeta injerto Anastaf de Morales C. D. C. Valencia, por Miguel Esteban, 1797, en 8.° 

FR. JOSÉ MELIO.

1802.

Del orden de la observancia de S. Francisco, y padre de provincia, natural de la villa de Moxente, donde nació en 1727, fue confesor de las descalzas reales, murió en el convento de S. Francisco de Valencia día 31 de enero de 1802.

Publicó omitiendo su nombre:

1. Opúsculos del V. P. Nicolás Factor, entresacados de las vidas impresas y manuscritas de los procesos de su beatificación. Valencia, por Miguel Esteban, 1796, en 4.° Cuidó de la impresión de las obras del V. P. Antonio Moreno, de las que sólo salió a luz el tomo primero de la Claridad de simples, y aún este muy descorregido en la edición por la enfermedad de nuestro Melio.

D. TOMÁS MANUEL VILLANOVA MUÑOZ Y POYANOS.

1802.

Natural de Vigastro, pueblo inmediato a la ciudad de Orihuela, nació en 18 de septiembre de 1737, empezó sus estudios en la universidad de Valencia el año 1754, y en el de 1757 la medicina, que cursó con la mayor aplicación, aprendiendo al mismo tiempo la lengua griega, matemáticas y demás ciencias que tenían alguna conexión con aquella. Las conclusiones que en 1764 sostuvo para obtener el grado mayor de dicha facultad fueron notables, porque se componían de los ramos de matemática, física, historia natural, anatomía, botánica, química, farmacia y cirugía: y por lo perteneciente a la práctica de la medicina, defendió a la letra la obra de Boerave, intitulada: De cognoscendis et curandis morbis, comprendida en mil cuatrocientos noventa y seis aforismos; cuyas conclusiones dedicó a D. Manuel de Sada y Antillón, capitán general entonces de este reino; por cuyo acto fue condecorado con la borla de doctor, y en el siguiente año obtuvo la reválida de médico.

Hizo cuatro oposiciones a las cátedras de medicina en esta universidad: en la primera defendió en epítome y versos latinos el tratado de calenturas en general: en la segunda epilogó en doce versos leoninos toda la admirable doctrina de Solano de Luque sobre pulsos: en la tercera defendió la medicina estática de Sanctorio, comprendida en quinientos dos aforismos; y en la cuarta, habiendo creído ser necesaria la inteligencia del idioma griego para cumplir con el instituto de la cátedra, propuso por conclusión principal el verter del texto griego cualquiera aforismo de Hipócrates, y después explicarle, estableciendo su sentencia como tesis. De cuya conclusión hizo uso en el primer argumento, empezando a leer en griego el aforismo que señaló el arguyente, hasta que este, satisfecho, le pidió la versión latina, que ejecutó: fundó su lección de puntos sobre el mismo texto griego del aforismo 23, sesión 3.a, que le cupo en suerte, que también vertió, explicando juntamente su artificio gramatical, y señalando las raíces de las voces, enmendando de paso la versión de Nicolás Leoniceno, y prosiguió su discurso. El deseo de saber le impulsó a hacer un viaje de dos años a los países extranjeros, dedicándose entre tanto a aprender varios idiomas, con el fin de lograr mayor instrucción leyendo las obras en su original. Con su genio laborioso logró tener un herbario, que comprendía cerca de mil especies de plantas secas cogidas por su mano, y traídas de Francia, Italia, Alemania y Hungría, dispuestas según el sistema de Linneo. Después de haber sustituido varias cátedras de prima y teórica de medicina, en 1787 se le agració con la perpetua de aforismos de Hipócrates, y en 9 de octubre de 1783 fue nombrado socio de mérito de la real academia médica matritense en la clase de ciencias físicas y naturales, y el de socio del real colegio de medicina de Madrid, cuyo título se le expidió en 2 de mayo de 1798. La gran celebridad que le granjearon sus conocimientos botánicos hizo que D. Casimiro Gómez Ortega le dedicase una planta nueva de la clase Singenesia, orden de las polígamas, imponiendo al género que con ella formó el nombre de Villanova bipinnatífida. Con este motivo el sabio botánico aragonés D. Baltasar Manuel Boldo (Boldó) le escribió e hizo imprimir en la Habana en 1798 una carta, en que le hace todo el honor debido a su mérito. Regentó la referida cátedra hasta su muerte, ocurrida en la tarde del domingo 5 de septiembre de 1802. Está enterrado en la capilla de S. Juan de Letrán del convento de la Merced de Valencia. Imprimió durante su vida varios opúsculos, como son los siguientes, de que tengo noticia. 

1. Tabla para saber todos los días del año a qué hora y minutos sale el sol y se pone en Valencia. En ella, por José Esteban Dolz, 1758.

2. Índice copioso y circunstanciado, dispuesto en orden alfabético, de las cosas notables que se hallan en las Instituciones de Piquer (Andrés, lo del Fórnols).

Cuando en 1766 se le nombró académico público de su facultad, lo compuso para el aprovechamiento de sus discípulos, y mereció se insertase en la impresión que de esta obra se hizo en 1773.

3. Problema physicum de mirabili quodam repulsionis effecto ex succi tithymali (o leche-trezna) in aquam instilatione resultante, nunc forte primum philosophi: propositum sed solvi etiam atque illustrari tentatum à Thoma Villanova.... Valencia, por Esteban Dolz, 1774, en 4.° 

Esta disertación propone un problema a los físicos sobre la notable repulsión que produce en la broza o paja menuda puesta en el agua, una gota del zumo (pone sumo) de la yerba llamada leche-trezna. Este fenómeno, aunque muy sensible en el zumo de dicha planta, y más aún en el de otra nombrada texicodendro, hace ver el autor que es común a todo jugo vegetal, atribuyéndolo a efecto de atracción por su afinidad con el agua, y de ahí concluye que dicha propiedad contribuye a la vegetación, como una de sus causas próximas.

4. Discurso sobre un nuevo método fácil y expedito de demostrar las proposiciones matemáticas, fundadas en proporcionalidad por Manuel Muñoz Vigastro. (Anagrama suyo.) Valencia, por Francisco Burguete, 1782, en 4.° 

5. Curso del nuevo planeta Herschel, según se observará desde Valencia en el año 1786, ilustrado con otras muchas observaciones astronómicas, y modo de reducirlas a otros tiempos y lugares: su autor Manuel Muñoz de Vigastro. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1785, en 8.° mayor.

Un músico alemán, llamado Herschel, muy aficionado a la astronomía, observando el cielo con un excelente telescopio, descubrió en 1781 un astro, que aunque a la simple vista no aparecía mayor que una estrella de sexta magnitud, halló ser verdadero planeta; de cuyo movimiento, según las más exactas observaciones, se formaron ya tablas, de suerte que desde 1787 se propuso calcalado de medio en medio mes en los calendarios de París. Nuestro Villanueva queriendo anticipar este gusto a sus paisanos para el año 1786, dando noticia de este planeta explica su órbita y dimensiones, y propone los avisos que le parecieron oportunos para facilitar su observación; trata de su lugar y movimiento para los primeros días de cada mes según debía observarse en Valencia, y también del modo de reducirle por mayor a otros días y lugares de España, notando todos sus aspectos con los demás planetas.

6. Modo fácil de observar el planeta Herschel en su movimiento del año 1788, con otras varias observaciones astronómicas, todo manifestado con un mapa celeste muy puntual y acomodado a cualquier lugar sin distinción de meridianos ni latitudes, por D. Manuel Muñoz y Poyanos. Valencia, por el mismo, 1787, en 8.° mayor.

7. Breve método para la cobranza y pago de cualesquiera cantidades en la especie de monedas de oro, según el valor que últimamente se las ha dado por su majestad en su real pragmática de 17 de julio de 1779. Valencia, por José Esteban y Cervera, 1782, en 8.° 

8. Carta apologética de D. Tomás Villanova, médico, cirujano del colegio de Valencia, sobre un papel que con título de disertación ha publicado este, donde censura la conducta de aquel. Valencia, por José Esteban y Cervera, 1798, en 4.° 

9. Explicación de los calendarios español y francés, y de la reducción mutua de sus fechas, por D. Tomás Villanova, médico. Valencia, por D. Benito Monfort, 1800, en 4.° 

10. Método curativo antirreumático de D. Rafael Ramos, puesto en orden, y acomodado al clima de Valencia, por D. Tomás Villanova, médico. Valencia, por el mismo, 1801, en 4.°         

11. Thomae Villanovae, med. doct. chem. et botan. prof. in Val. acad. De materia medica contracta Ludovici Tesssari nuperrime in hac civitate pro scholae usu recusas monitum ad Tyrones. Sin año ni lugar de impresión, en 4.° 

12. Tabla de la correspondencia del calendario francés con el vulgar, y otras seis tablas que comprenden la reducción mutua de la moneda de plata o corriente a moneda de vellón o en menudos; y las pesetas con el valor de las demás piezas de oro y plata. Acomodado todo al uso del reino de Valencia. Sin lugar ni año de impresión.

Obras manuscritas que existen en poder de su hijo D. Tomás Villanova y Entraigües.

13. Una obra de química, intitulada: Adversaria Chemica, por D. Tomás Villanova y Muñoz, en 4.° mayor, tres tomos.

14. Elementos de química práctica, por D. Tom.... un tomo en 4.° mayor.

15. Elementos de química dispuestos para el uso de sus lecciones, por D. Tom.... en 8.° mayor, un tomo.

16. Lecciones de química ad usum scholae, en 4.° mayor.

17. Compendio de química según el sistema de Stahl, recopilado principalmente de la química experimental y razonada de Mr. Baumé por el Dr. D. Tom.... Un tomo en 4.° mayor.

18. Manual de química de Mr. Baumé, recopilado y traducido del francés al castellano por D. Tom.... Un tomo en 4.° 

19. Curso de química según el sistema de Mr. Baumé, dispuesto para el uso de las universidades de Valencia por D. Tom.... Es obra no concluida.

20. Elementos de química moderna, dispuesto para el uso de la escuela por el Dr. D. Tom.... Está también sin concluir.

21. Flora Valentina inchoata, sive plantarum in Valentino Regno degentium historia. Auctore Thoma Villanova et Mugnosio Vigastrensi, M. D. Está sin concluir.

22. Vocabularium Botanicem à Thom. Villanova collectum. Sin concluir.

23. Pro studio botanices ad medicinae Tyrones oratio, á D. D. T. V.

24. Botanices commendatio ad medicinae Tyrones scholae valentinae per Thomam Villanovem, M. D. et Prof.

25. Modo fácil de encontrar la correspondencia entre las datas arábigas y las españolas o europeas, por Manuel Muñoz de Vigastro: dedicado a D. Mariano Pizzi, médico del hospital de italianos de Madrid, y catedrático de lengua arábiga en los reales estudios de S. Isidro. (Este fue su maestro de árabe, y escribió una oda en dicha lengua en su alabanza.)

26. Tratado de análisis de aguas por D. Tom...

27. Otro sobre análisis y observaciones sobre las aguas de Quinto, de Tortosa y del Avellá.

28. Observaciones sobre las aguas minerales de Villavieja y Archena.

29. Repartimiento de las aguas de Murviedro, Lombay, Catadau, Castellón y Almazora, para el mejor regadío de sus tierras.

30. Nivelación desde la fuente de Alandiga y Enebro hasta Valencia, y observaciones y cálculos sobre aguas para dicha ciudad.

31. Dictamen sobre los efectos de la laguna del Grao, y de las amarjales, pantano y acequia de Gandía y su remedio.

32. Varios pensamientos sobre medidas de aguas corrientes.

33. Disertación sobre la verdadera existencia de los zahoríes, y fundamento de su ciencia, por el D. T. V. médico.

34. Tratado de matemáticas, en 4.° 

35. Un tratadito en forma de cartas sobre la cuadratura del círculo.

36. Discurso sobre la práctica del más y del menos en el álgebra, por el Dr. T. V. médico.

37. Carta a un amigo e que se examina y reprueba, por el modo más fácil que se ha podido, la resolución del célebre problema de la duplicación del cubo, que D. Juan de Gajano y el Ribero dio en el apéndice de la Antorcha matemática, por Tomás Villanueva, estudiante de medicina de la universidad de Valencia. (Dudo si esta carta se imprimió).

38. Observaciones sobre la física del P. Roselli, por T. V.

39. Tratado sobre la electricidad, por T. V.

40. De figura telluris systema Newtonianum commendante dissertatio. Auctore Thoma Villanova, M. D.

41. Quaestionis de vi viva corporum explanatio intenta à Thoma Villanova, doctore medico-physico valentino. Dissertatio.

42. Instrucción sobre las máquinas aerostáticas, donde se explica el fundamento, formación, cálculo y manejo de los globos volantes con varias observaciones sobre ellos, por Manuel Muñoz de Vigastro.

43. Radices graece in tres primos libros aphorismorum Hippocratis à T. V. en 4.° 

44. Catálogo de las estrellas fijas, tabla de las declinaciones de la eclíptica de 10 en 10 segundos, supuesta la máxima 23 tercios, ** cuestiones astronómicas resueltas por trigonometría, por T. V. M. en 4.° mayor.

45. Varios fragmentos de astronomía, y entre ellos una carta (que no sé si se publicó) a los señores diaristas de Valencia, bajo el nombre de Domingo Polo, estudiante, corrigiéndoles sus afecciones astronómicas. Tomó el apellido Polo, porque su esposa se llamaba doña Josefa Entraigües Briester, Pastor y Polo.

46. Varios cálculos sobre la posición, movimientoetc. de varios planetas, y especialmente de Herzel (Herschel), con muchas tablas sobre este.                        

47. Varios cálculos, cómputos y tablas de las estrellas fijas.

48. Calculus motus lunaris juxta tabulas Landii.

49. Varias tablas de las refracciones para las alturas verdaderas y aparentes.

50. Tabla de las diferencias ascensionales, y de las respectivas de París y Valencia, tanto en grados como en tiempo, por el Dr. D. T. V.

51. Tabla de las amplitudes ortivas para todos los grados posibles de declinación en la latitud de Valencia.

52. Tabla de los arcos semidiurnos para todos los grados posibles de declinación en la latitud de Valencia.

53. Tabla de diferentes ascensionales hasta 36 de declinación para la altura de polo de París y Valencia, con su mutua diferencia y reducción de esta en tiempo.

54. Varias tablas sobre las héjiras y muchísimos otros fragmentos.

En el archivo de la real sociedad económica se conserva manuscrito un informe, o más bien una sabia memoria, sobre la conducción de las aguas potables de Chiva a Valencia, para el uso de sus habitantes, que escribió Villanova, después de haber evacuado la comisión e inspección de aquellas fuentes; su análisis y medios de conducirlas a esta capital.

ILUSTRÍSIMO SEÑOR DON FRAY RAIMUNDO MELCHOR MAGÍ.

1803.

Natural de Vinaroz, donde nació en 6 de enero de 1782, después del estudio de la gramática, vistió el hábito del orden de nuestra señora de la Merced, y acabados sus estudios, en que hizo grandes progresos, manifestando mucha afición a las letras, bien persuadido que nada era más capaz de mantenerle con decoro y virtud, que la lectura de buenos libros, obtuvo varias condecoraciones en su religión, como las lectorías, el magisterio y el provincialato. Su juicio sólido, brillante ingenio, florida imaginación y amor a las ciencias y bellas letras, junto con el largo tiempo que estuvo en Roma, le llenaron de muchos conocimientos, dotándole del buen gusto y discernimiento exacto en la literatura. Vuelto a España, y dedicado al ministerio del púlpito, fue un orador consumado, mereciendo ser nombrado predicador de su majestad; siendo acreedor a este honor por sus prendas oratorias, maestría en la lengua castellana, energía, propiedad y gracia que sobresalían en sus discursos. Finalmente fue promovido por su majestad al obispado de Guadix y Baza, donde gobernó aquella diócesis con suma prudencia, caridad e ilustrado celo hasta su muerte, acaecida en dicha ciudad en 25 de septiembre de 1803. Escribió:

1. Oración dicha en la academia de nobles artes de S. Carlos, con el motivo de la distribución de los premios, en 9 de octubre de1786. Se lee desde la página 37 de las actas de dicho día, e impresas por Benito Monfort, 1787, en folio. Al encargarle la academia la oración antecedente, le envió el nombramiento de académico honorario en 23 de mayo de 1786.

2. Sermón de exequias, celebradas en la santa iglesia de Salamanca y real seminario de S. Carlos, en la traslación del cadáver del Exmo. Sr. D. Felipe Bertrán, obispo de Salamanca, 1789, en 4.° Este sermón se reimprimió en el tomo primero de la colección de sermones españoles, publicada en Madrid en la imprenta de Sancha en 1797.

3. Varias pastorales.

JUAN BAUTISTA MALLÉN.

1803.

Nació en Valencia en la parroquia de S. Martín en 1755, fue hijo de D. Juan Antonio Mallén, del comercio de libros, y hermano de D. Diego Mallén de la misma profesión, tan acreditado en ella, que podemos llamarle el conductor de las ciencias a esta ciudad, por haber traído del extranjero cuanto necesitaban los aficionados para su instrucción, en especial en un viaje que hizo a París en tiempo de las turbulencias de aquel reino, en el que recogió una multitud de libros preciosos, con los que enriqueció esta ciudad y reino, dando con ello ocasión para que se aumentasen muchas bibliotecas, entre otras, la pública de la ciudad de Segorbe. Fue también hermano del P. Mateo Mallén, religioso francisco, el que abandonando al mundo y su profesión de encuadernador de libros, se retiró vistiendo el hábito en el colegio de Santo Espíritu, donde después de muchos meses de enfermedad, murió en buena opinión día 5 de abril de 1820.

Se dedicó D. Juan Bautista al comercio, y murió a principios del año 1803. Publicó anónima la obra siguiente:

Los suspiros de David, extraídos de los Salmos, y recopilados por el célebre P. Pedro Deschamps-Neufs (de los campos nuevos). Traducida, se imprimió en Valencia, por Miguel Esteban y Cervera, 1796, en 8.° 

DR. PEDRO MORATA Y MELIÁ.

1803.

Natural de Valencia, fue bautizado en la parroquial de los santos Juanes en 12 de diciembre de 1760: estudió en esta universidad la filosofía y teología, se graduó en ella de bachiller y maestro en artes de filosofía y doctor en sagrada teología. En varias oposiciones que hizo a cátedras de filosofía, dio pruebas de su aplicación al estudio de las matemáticas y física, defendiendo en ellas todas las partes de estas ciencias, inclusa la geometría sublime, y todos los tratados más difíciles del cálculo diferencial e integral. Esta afición a las matemáticas le fue tan natural, que aun antes de establecerse en esta universidad el nuevo plan de estudios, que D. Vicente Blasco su rector, propuso a su majestad y aprobó, mandando su observancia en 1787, dio ya tales muestras de inteligencia en ellas, que no dudó el señor Blasco encargarle la sustitución de la cátedra de mecánica y física experimental, explicando la que trae D. Jorge Juan en su Examen marítimo. Se vio encargado igualmente de plantificar el ramo de observaciones y experimentos físicos, y contribuir también a la construcción de los muchos instrumentos que se fabricaron en esta ciudad.

Fue el primer candidato del claustro de filosofía, habiéndose ejercitado en los actos acostumbrados que solían preceder para lograr este honor: tradujo de repente el texto griego del filósofo Platón, y sufrió un riguroso examen sobre unas conclusiones que presentó para dichos actos, que incluían la historia antigua de la filosofía, la lógica, metafísica, ética y las matemáticas puras: las conclusiones del segundo acto preciso igualmente para dicha candidatura fueron también muy copiosas, pues comprendían la historia moderna de la filosofía, y todas las ciencias físico-matemáticas. En 15 de diciembre de 1794 fue agraciado con la cátedra de mecánica o física experimental por la muy ilustre ciudad, la que regentó en propiedad hasta el día 19 de junio del año 1803 en que falleció de edad de cuarenta y dos años. También hizo una oposición al canonicato lectoral de esta metropolitana en el año 1801. Fue antes colegial del de los santos reyes, llamado vulgarmente de Villena, cuya plaza logró precedida oposición. Era sacerdote y beneficiado de la parroquial iglesia de los santos Juanes. Escribió:

1. Confutatio demonstrationis typis editae ac Petro Morata in publica concertatione philosophice cathedra à R. P. competitore Fr. Antonio Ludovico Quegles obiectae. Valentiae, typis Salvatoris Faulí, 1789, en 4.° 

2. Philotimus Anticyranus virum sui amicissimum Petrum Morata à censorum iniuria vindicaturus, eius dissertationem publico iudicio offert, eamque adnotationibus illustrat. Praemittitur Philotomo ad censores epistola. Accedit formula de Circuli Quadratura. Valentiae, apud Salvatorem Faulí, anno 1793, en 8.° 

D. JOSÉ VICENTE TOMÁS Y CATALÁ.

1803.

Natural de la ciudad de Valencia, en donde después de los estudios en la universidad de su patria, se graduó de doctor en leyes, y recibido de abogado en su colegio, pasó a la corte por los años de 1784, y de allí a la ciudad de Barcelona, donde murió a fines del año 1803. Era muy laborioso, y publicó traducida del francés la obra siguiente:

1. Nueva descripción geográfica del imperio ruso, en particular y en general de todas las provincias que componen aquel dilatado imperio, con muchas noticias históricas antiguas y modernas. Los nuevos descubrimientos que se han hecho hasta hoy. Un vocabulario y una gramática de las dos principales naciones tártaras, que son los Calmucos y los Mulgales. Una idea de las lenguas de las naciones septentrionales, con algunas notas curiosas del autor. Valencia, por Francisco Burguete, 1780. Dos tomos en 4.° 

FR. CARLOS MORATA.

1803.

Religioso observante de nuestra señora del Carmen, nació en Valencia en 4 de noviembre de 1747, en la parroquia de Santa Cruz, vistió el hábito en el convento de su patria: después de su profesión y estudios, obtuvo en su religión varios empleos honoríficos, como regente de estudios, doctor en sagrada teología, y examinador sinodal de este arzobispado. En el capítulo provincial celebrado en 30 de abril de 1803 en el convento de Valencia, en el que fue electo provincial el maestro Miguel Ruiz, se le eligió a nuestro Morata para secretario de provincia, cargo que no pudo desempeñar por haberle sobrevenido un insulto apoplético, que dio lugar sólo para recibir los sacramentos, muriendo en el día 2 de mayo de 1803, en la edad de cincuenta y seis años. Escribió:

1. Sermón en celebridad de la proclamación de nuestro católico monarca D. Carlos IV, en fiesta por los comerciantes del vino (hubo muchos bautismos ese día) de la ciudad de Valencia, celebrada en la iglesia del convento del Carmen día 26 de abril de 1787. Murcia, por Antonio Ramírez, dicho año, en 4.° 

2. Sermón de María santísima de la Seo de san Felipe, antes Játiva, predicado en su iglesia colegial día 23 de marzo de 1794, por haber libertado dicha ciudad del terremoto del día 23 de marzo del año 1748. Valencia, por los hermanos de Orga, 1795, en 4.° 

3. Sermón de S. Felipe Neri, predicado en la iglesia de los padres de la congregación del oratorio de Valencia día 27 de mayo de 1797. Valencia, por Miguel Esteban, dicho año, en 4.° 

4. Novena de santa Ana. Valencia, por Francisco Burguete, 1798, en 8.° 

Manifiesta en ella su autor con varias autoridades competir muy en particular a la orden del Carmen la devoción de dicha santa.

5. Sermón sobre el respeto debido a los sacerdotes, predicado en el Carmen día 29 de julio de 1798, en la solemnidad de la primera Misa del P. José de Orellana, religioso de dicho convento. Valencia, por Burguete, 1789, en 4.° 

6. Sermón que predicó en el primer día del centenar de María santísima de la Seo, patrona de la ciudad de S. Felipe (antes Játiva), haciendo la fiesta los comerciantes de Cataluña, en 1.° de agosto de 1800. Valencia, por Salvador Faulí, dicho año, en 4.° 

7. Sermón de santo Tomás de Aquino, doctor de la iglesia, predicado en el convento de dominicos de Valencia día 7 de marzo de 1800. Valencia, imprenta del diario, dicho año, en 4.° 

8. Sermones panegírico-morales. Parte primera. Valencia, por Miguel Esteban, 1802, en 4.° La segunda parte quedó por muerte del autor con las licencias correspondientes sin imprimirse.

9. Escribió una carta de aprobación a D. José Moreno, capitán de inválidos, residente en Valencia, que está impresa al principio del libro que este tradujo del francés del P. D. morel, intitulado: La felicidad del simple religioso. Valencia, oficina del diario, en 8.° sin año de impresión, aunque fue en 1796.

D. JOAQUÍN GIMENO.

1804.

Valenciano, canónigo y dignidad de maestre-escuela de la santa iglesia de Orihuela, catedrático de concilios generales, rector y juez de estudios de su universidad literaria. Escribió: 1. Exhortación sobre la hospitalidad con los pobres enfermos, alivio y socorro de las almas del purgatorio, y mérito de tan excelentes obras, que hizo a la junta, hermandad de caridad y hospital de nuestra señora de las Angustias de la ciudad de Orihuela el día 10 de noviembre de 1800. Madrid, imprenta real, 1804, en 4.° mayor.

D. PEDRO BARRACHINA.

1804.

Natural de Cinctorres, gobernación de Morella, reino de Valencia, obispado de Tortosa, estudió la filosofía en esta universidad, que empezó en 1747, y después la medicina, pasando la práctica con los doctores D. Manuel Mañes y D. José Manuel Morera, ambos catedráticos de la referida universidad, revalidándose en 1754 por el real protomedicato para el ejercicio de su facultad. En el año 1756 se graduó de doctor en medicina, oponiéndose desde luego a las cátedras vacantes que ocurrían de su profesión, hasta que últimamente fue provisto en la de prima por fallecimiento del Dr. D. Mariano Durá en el año 1778; cuya cátedra desempeñó con grandes créditos hasta su muerte, sucedida en esta ciudad día 15 de febrero de 1804. Fue médico de cámara honorario. Escribió:

1. Disertación histórico-crítica de todos los comentadores de Hipócrates (hasta 122) que pudo indagar, desde aquel príncipe de la medicina, hasta D. Andrés Piquer (mi paisano de Fórnoles).

2. Discurso cronológico de los escritos pertenecientes al instituto de la cátedra de prima, que han producido y van produciendo en nuestros días los más insignes clínicos de Alemania, Francia, Inglaterra etc., procurando con esto formar un suplemento al tratado: De consilio faciendae medicinae de Haller, que consta de veinte y cuatro páginas. Ambas disertaciones se imprimieron en el cuerpo de conclusiones que trabajó para la oposición de las cátedras que hizo en 1772 y 1776.

D. JOSÉ VILLARROYA.

1804.

Natural de la ciudad de Valencia, nació en 1732, fue hijo de D. Bartolomé Villarroya, escribano de cámara de esta real audiencia, estudió la filosofía y leyes en la universidad de su patria, aprobóse de abogado en 1758, y después se graduó en esta última facultad: ejerció la abogacía en esta ciudad con créditos de un excelente jurisconsulto. Atendiendo el rey a sus méritos y servicios hechos a su autoridad, le nombró en 1782 alcalde honorario de su real casa y corte, y en 26 de octubre de 1795 la real academia de S. Carlos lo admitió entre los académicos de honor, dispensándole  el elogio en sus actas a que era acreedor con motivo de su fallecimiento. Murió de muerte arrebatada en la mañana del jueves 25 de octubre de 1804, en su casa parroquia de S. Esteban, y fue enterrado en la iglesia del convento de predicadores de Valencia. Publicó:

1. Disertación sobre la autoridad real y soberana regalía de conocer privativamente los jueces legos de todas las cuestiones de bienes de realengo, que poseen los eclesiásticos en el reino de Valencia. Madrid, imprenta real, 1778, en 8.° Valencia, por Benito Monfort, 1789, en 8.° 

2. Real Maestrazgo de Montesa. Tratado de todos los derechos, bienes y pertenencias del patrimonio y maestrazgo de la real y militar orden de santa María de Montesa y S. Jorge de Alfama. Valencia, a expensas y orden de su majestad, en la oficina de D. Benito Monfort, 1787. Dos tomos en folio.

3. Disertación sobre el origen del nobilísimo arte tipográfico, y su introducción y uso en la ciudad de Valencia de los Edetanos. Valencia, por Monfort, 1796, en 8.° mayor.

El objeto de este opúsculo es convencer, que el primer establecimiento de la imprenta en las provincias de España, fue en nuestra ciudad de Valencia en el año 1474, cuya obra tenía muy adelantada cuando el P. Méndez publicó la suya sobre el mismo objeto, pero con más extensión, lo que no impidió el que nuestro Villarroya imprimiera la suya.

4. Disertación sobre la justicia y utilidad de una ley que declare a favor del real fisco la pertenencia de bienes de realengo, situados en el reino de Valencia, que se destinan a manos muertas, a quienes falta la habilitación del Príncipe. Valencia, por Monfort, 1789, en 4.° mayor.

5. Colección de cartas eruditas, escritas por D. Gregorio Mayans a D. José Nebot y Sanz. Valencia, por Monfort, 1791. Tomo primero que publicó nuestro autor, y no vio la luz el segundo.

6. Colección de cartas histórico-críticas, en que se convence que el rey D. Jaime I de Aragón no fue el verdadero autor de la crónica o comentarios que corren a su nombre. Valencia, por Monfort, 1800, en 4.° Son veinte y seis cartas.     

https://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=1762     

7. Apuntaciones para la historia del derecho valenciano, en veinte y cuatro cartas. Valencia, por José de orga, 1804, en 4.° 

8. Disertación en que se demuestra, que hasta ahora no se ha venerado en los altares santa ni beata alguna valenciana en la línea y clase de confesores. Valencia, por D. Benito Monfort, 1804, en 4.° 

9. Disertación en que se fija la fundación de la real, militar y esclarecida religión de nuestra señora de las Mercedes en el día 10 de agosto del año iiii (1804). Cita esta obra en la carta veinte y dos, página 205 de la colección número seis.

10. Trabajó muchísimos papeles en derecho, y de que sólo él hubiera podido dar cabal noticia.

D. MÁXIMO ANTONIO BLASCO Y JORRO.

1804.

Natural de Callosa de Ensarriá, reino de Valencia, estudió la filosofía y medicina en la universidad de esta capital, donde recibió los grados de bachiller y doctor en dicha facultad, regentó en ella las cátedras de medicina de teórica y práctica, y atendiendo a su mérito la sociedad médica de Sevilla, lo admitió por su individuo; pasó a ejercitar su facultad a la ciudad de Alicante, y murió en ella año 1804, de resultas de la epidemia padecida en aquella ciudad el mismo año. Escribió:

1. Specimen Materiae Medicae in gratiam praxim inchoatium. Valentiae, typis Iosephi de Orga, 1799, en 8.° 

2. Principios o elementos de materia médica, para el uso de los que empiezan la práctica de medicina. Valencia, por José de Orga, 1800, en 8.° 

3. Compendio de materia médica, para el uso de los médicos jóvenes. Barcelona, por Francisco Isern y Oriol, 1804, en 8.° Valencia, por José de Orga, 1809, en 8.° y 1815, en 8.° 

De esta obra dice el suplemento al diccionario de medicina y cirugía, impreso en 4.° en Madrid, 1821, tomo 2.° página 679, lo siguiente: “Es de las más útiles que pueden presentarse a los discípulos para instruirse en lo más útil e interesante de la materia médica; pues en ella, además de desempeñar el autor completamente el objeto que se ha propuesto, se hallan doctrinas sólidas y de grande utilidad, sacadas de los mejores escritores, y reunidas como en un foco, las cuales no sólo podrán servir para los estudiantes en medicina, sino también para los más adelantados.”

D. JOSÉ CAVANILLES.

1804.

Presbítero, nació en Valencia en 16 de enero de 1745, estudió filosofía, que empezó en 1759 con el Dr. D. Joaquín Llázer, y la teología en 1726, graduándose de doctor en esta facultad en Gandía año 1766, haciendo en los dos años siguientes oposiciones a las cátedras de filosofía y a la de matemáticas, mereciendo un gran concepto por su talento, juicio y aplicación: mantuvo academias de filosofía, comunicando a sus discípulos un verdadero conocimiento de esta ciencia y el desprecio de las sutilezas con que otros la afeaban, procurando juntamente con D. Juan Bautista Muñoz el desterrar la filosofía peripatética de dicha universidad, infundiendo el buen gusto a sus alumnos. El alto concepto que formó de sus circunstancias el señor D. Teodomero Caro, oidor de esta audiencia, regente después de la de Oviedo, y consejero últimamente de Indias, le obligó a fiarle la educación de su hijo, con cuyo motivo le acompañó a dicha ciudad, y a la corte: muerto este togado en 1774, fue llamado por el Sr. obispo de Murcia para enseñar la filosofía en el colegio de S. Fulgencio de aquella ciudad, donde permaneció hasta que llegando la fama de su sabiduría al Exmo. Sr. duque del infantado, le pasó a ser preceptor de sus hijos al año y medio de estar ejerciendo dicho empleo. Acompañó al duque a París en el mes de julio de 1777, y allí fue donde a los treinta y seis años de su edad, esto es en 1781, se dedicó a la botánica, haciendo tales progresos, que a los cuatro de haber comenzado este estudio, publicó su primera disertación en París en 1785, y la décima y última en Madrid en 1790, mereciendo que la academia de ciencias aprobase sus obras, y aún le instase a continuarlas. Son muchos los elogios que en esta ocasión recibió de diferentes autores, y los que se leen en las gacetas de Madrid de 1797, y en el tomo segundo de la biblioteca de Sempere. Restituido a España en 1789, de orden del gobierno emprendió algunos viajes por la península, en que hizo muchas observaciones físicas y botánicas, manifestando entre otras causas para precaverse de ellas, y extinguirlas en algunas partes. Enterado el rey de los muchos méritos de nuestro Cavanilles, lo premió condecorándole con el priorato de las ermitas, dignidad de la santa iglesia patriarcal de Sevilla. Fue jefe y único profesor del real jardín botánico, individuo de las academias y sociedades científicas de Peterburgo, Upsal, Zurich, Linneana de Londres, Filomática y de Agricultura de París y Mompeller. Murió en 10 de mayo, a las once y media de la noche, y cincuenta y nueve de edad, año 1804, llorado y amado de sus discípulos y amigos que eran muchos; y para que se acredite el aprecio que se hacía de su persona, véase el suplemento a la Gaceta de Madrid, año 1808, número 31, página 344, donde se lee la orden de su majestad en que dice: “Se colocarán en la clase de orden y a expensas del rey los retratos de Mutis y de Cavanilles, para que a vista del mérito y de la gloria de tan célebres naturalistas, y del alto aprecio que su majestad y la Europa han hecho de su ilustre nombre, se excite en la juventud estudiosa el deseo de imitarlos en beneficio del estado y de las ciencias.”

La real sociedad económica de Valencia, de la que fue individuo numerario el Sr. Cavanilles, ofreció un premio el año pasado de 1826 al mejor elogio histórico de este sabio naturalista, que obtuvo el Dr. D. José Pizcueta, regente de la cátedra de botánica de esta universidad, que verá luego la luz pública, y en él se admirará a un tiempo el mérito universal de un insigne valenciano, y el que ha acreditado en la composición de su apreciable elogio el joven y modesto autor que ha sido coronado por nuestra sociedad filantrópica. Escribió:

1. Observations de Mr. l 'Abbe Cavanilles sur l 'article Espagne de la nouvelle Encyclopedie. París, 1784, en 8.° Esta obrilla se tradujo al español, e imprimió posteriormente en Madrid. En la nueva edición de la Enciclopedia, se insertó un artículo pintando a la España con colores que la hacen poco honor, lo que obligó a nuestro Cavanilles a escribir contra Mr. Masson, autor del referido artículo, manifestando las muchas equivocaciones en que había incurrido. Los periódicos de Francia hicieron muchos elogios de la referida obra, y en el año literario de 1784 se lee, desde la página 304 hasta la 317, una carta muy satisfactoria para nuestro autor, y en alabanza de ella. Del mismo modo se elogió en el diario enciclopédico, en el de los sabios, en el correo de Europa, en los Affiches de París y otros muchos.

2. Monodelphiae classis dissertationes decem. Están distribuidas en tres tomos en folio, de los cuales se imprimieron las dos primeras disertaciones en París por Didot, y las restantes en Madrid, 1790. En la misma Monodelfia insertó una disertación sobre el cultivo de las malbaceas (malváceas), especialmente de la sidarbutilon y malvacrispa.

3. Icones et descriptiones plantarum quae aut sponte in Hispania creccunt, aut in Hortis hospitantur. Matriti, ex Typogr. Regia, 1791 á 1801. Seis tomos en folio de marquilla. Esta obra, que ha merecido los mayores elogios de los sabios naturalistas, consta de seiscientas láminas dibujadas por mano de nuestro autor. Entre ellas se cuentan cincuenta y nueve géneros nuevos, y las especies de los géneros conocidos son en la mayor parte nuevas también. Contiene además un gran número de observaciones interesantes para aclarar puntos difíciles, relativos a géneros conocidos.

4. Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia. De orden superior. Madrid, en la imprenta real, 1795, 1797. Dos tomos en folio mayor. En esta obra se manifiesta como historiador, filósofo y naturalista nuestro autor, enriqueciéndola con multitud de observaciones interesantes sobre la historia natural en general, usos y costumbres de los pueblos del reino de Valencia, presentándolos con bastante brevedad; enriqueciéndola con muchas láminas dibujadas por él mismo, que ofrecen las vistas de varios pueblos y antigüedades, con otras cosas curiosas, y todas útiles de nuestro reino.

5. Colección de papeles sobre controversias botánicas, con algunas notas a los escritos de sus antagonistas. Madrid, imprenta real, 1796, en 8.° mayor.

6. Descripción de las plantas que D. José Antonio Cavanilles demostró en las lecciones públicas del año 1801, precedida de los elementos de la botánica. De orden superior. Madrid, imprenta real, dos tomos en 8.° grande.

No es esta obra un índice molesto de nombres técnicos, una compilación de voces fastidiosas o un catálogo árido de plantas; sino unos principios elementales en que enseña la filosofía de la ciencia, en que con conocimiento y crítica imparcial pesa los varios pareceres de los autores, y en que presenta con brevedad y concisión los fundamentos que tiene para no seguirlos algunas veces. En fin estas lecciones son la obra más completa para la enseñanza de la botánica, y hasta el día no ha salido otra obra que la aventaje en su clase. En el periódico intitulado: Anales de la historia natural, impreso en Madrid, desde el octubre de 1799, imprenta real, hasta 1804, en 4.°, y consta de siete tomos, hay de nuestro Cavanilles varias producciones, que anotaremos para no defraudar a los lectores de su noticia.

Tomo 1.°

Número 1. Octubre: Descripción de cinco géneros nuevos y de otras plantas con cinco láminas, página 33.

Número 2. Diciembre: De los géneros Goodenia y Scavola, página 89.

Diez especies nuevas del género Acrostichum, página 101.

Nuevos caracteres genéricos de los helechos, traducidos y aumentados con los géneros tecturia y oleandra, página 108.

Historia natural de las palomas domésticas de España, y especialmente de Valencia, página 146. 

Año 1800. marzo. número 3. Observaciones sobre el suelo, naturales y plantas del puerto Jackson, y bahía-botánica, página 240.

Tomo 2.°

Número 4. junio: Materiales para la historia de la botánica, página 3.

Del terremoto que se observó en el reino de Quito en 1789, página 91.

Descripción de algunas plantas nuevas, página 104.

Observaciones sobre algunos vegetales que producen resina elástica, página 124.

Número 5. septiembre: Descripción del género Bonplandia y de otras plantas, página 131.

Polvos contra la rabia, página 178.

Número 6. octubre: Del simfito petreo, página 178.

Descripción del género Buena, página 278.

Tomo 3.°

Número 7. Enero. Fascículo 1.° De las plantas del ciudadano Broussonet, página 5.

Número 8. Ferero: Enfermedad y muerte de un rabioso, página 115.

Descripción de los géneros Aeginetia, Rizoa y Castelia, página 129.

Número 9. Marzo: Descripción de dos géneros nuevos de plantas, página 229.

De la Junia avellanada, página 234.

Enfermedad y muerte de un hombre que murió rabioso en 1.° de febrero de 1801, página 250.

Tomo 4.°

Número 10. Junio: Funestos efectos de la rabia, página 3.

Fascículo 2.° De las plantas que el ciudadano Augusto Broussonet colectó en África y Canarias, página 52. 

Suplemento al género Buena, página 109.

Número 11. Julio: De la utilidad del cacahuete o arachis hypogaea, página 206.

Nuevas experiencias que confirman la virtud profiláctica de los polvos vegetales, página 225.

Caso extraordinario en la enfermedad de rabia, página 230.

Del género nuevo Francoa, página 236.

Extracto del primer fascículo de las plantas del jardín de Pavia, página 239.

Número 12. Octubre: Del género Ugena, página 249.

Suplemento a los artículos sobre la rabia y sus remedios profilácticos, página 344.

Extracto de los cuatro primeros fascículos del jardín de Cels, página 316.

Número 13. Junio: De los géneros Cephalophora y Tricycla, página *66.

Extracto de la historia de las encinas de la América septentrional del ciudadano Andrés Michano, página 104.

Número 14. Agosto: Discurso que leyó en el real jardín botánico de Madrid en 1.° de abril de 1802, página 111.

Medicina militar, fragmentos de la colección de observaciones que R. Desgenettes hizo en el ejército de Oriente. Extracto del número 24 de la década filosófica, año 10, página 218.

Continuación de la obra titulada: Plantarum rariorum Hungariae decades, página 223.

Número 14. Noviembre: De la cigüeña blanca, página 234.

Observaciones botánicas: 1.a sobre la fructificación de los musgos y helechos: 2.a sobre el verdadero estigma del iris: 3.a sobre los estambres de la Periploca graeca: 4.a sobre la clase y futo de la Neurada procumbens de Linneo: 5.a sobre la fecundación de una nueva especie de Adelia: 6.a sobre la vegetación de una especie de Pita o Agave de Linneo: 7.a sobre la verdadera inserción de los estambres de la Estapelia, página 245 y siguientes.

Tomo 6.° 1803.

Número 16. Mayo: discurso leído en 13 de abril en el real jardín botánico, página 119.

Número 17. Junio: descripción de la cueva llamada de les dones, página 182.

Número 18. Octubre: extracto de una carta que escribió el barón de Humbolt (Humboldt) a Cavanilles, página 281.  

Observaciones botánicas y descripción de algunas plantas nuevas, página 323.

Tomo 7.° 1804.

Número 19. Febrero: Del macrocnemo, y de algunas plantas descubiertas por los españoles, página 55.

Jardín de la Malmaison. Extracto, página 70.

Número 20. Abril: discurso sobre algunos botánicos españoles del siglo XVI, leído en el real jardín botánico al principiar el curso de 1804, página 99.

Del género nuevo Viviana, página 211.

FR. FRANCISCO FOLCH. 1804.

Religioso mínimo, natural del lugar de Cuarte de Poblet, cerca de Valencia, vistió el hábito en el convento de san Sebastián extramuros de dicha ciudad, en el que después de los estudios obtuvo los honores de asistente general, provincial y postulador de la causa de beatificación del beato Gaspar de Bono. Murió en el referido convento día 9 de junio de 1804. Escribió:

1. Vida del beato Gaspar de Bono, sacerdote profeso del orden de mínimos de S. Francisco de Paula, escrita en italiano por el P. Fr. Pedro Agustín Miloni, asistente general del mismo orden, y traducida al castellano por el P. Folch. Valencia, por Francisco Burguete, 1787, en 8.°

D. VICENTE IGNACIO FRANCO TORMO DE OLORÍS.

1804.

Natural de la Villanueva de Castellón de Játiva, graduado en leyes, muy aficionado a la historia, a las antigüedades, a la estadística y a la economía política, fue socio de mérito de la real sociedad económica de Valencia. Murió en esta ciudad a últimos de agosto de 1804. Escribió e imprimió las obras siguientes.

1. Noticia de los sumos pontífices, cardenales, patriarcas, arzobispos y obispos naturales de la ciudad y reino de Valencia, elegidos desde su conquista por el rey D. Jaime de Aragón. Valencia, por Benito Monfort, 1790, en un pliego tendido.

2. Catálogo de la época de las fundaciones de parroquias, cleros, conventos y ermitorios de Valencia. En pliego tendido de marca.

3. Advertencias al tomo 1.° de observaciones sobre la geografía, agricultura y población del reino de Valencia, que ha publicado el Sr. Abate D. Antonio José Cavanilles. Valencia, por Miguel Estevan, 1797. en 4.° Son cuatro cartas: la segunda y tercera tratan sobre la historia natural, y la cuarta se intitula:

4. Discurso económico sobre la necesidad de extender y fomentar las producciones a que tiene tendencia la agricultura de este reino, y medio fácil de beneficiarla. Valencia, 1798, en 4.° 

5. Contestación a las observaciones sobre la necesidad de la cría de los arroces en las riberas del Júcar, reino de Valencia, e influencia de su cultivo en la salud pública, que publicó el Abate D. José Antonio Cavanilles. Valencia, oficina del Diario, 1794, en 4.° 

6. El carácter del genio valenciano. Valencia, por la viuda de Martín Perís, 1798, en 4.° 

7. Noticia de la actual población del reino de Valencia, la de sus despoblados desde la conquista por el rey D. Jaime I: las leguas que distan de la capital: los señores directos que los poseen, y las diócesis a que pertenecen. Se notan en trece estados. Valencia, imprenta del Diario, 1804, en 4.° 

8. Memoria en que se contiene la población actual de uno de los pueblos de primero, segundo y tercer orden de este reino de Valencia, con la historia y estado en que se hallan la ciudad de Gandía, y las villas de Pego, Callosa de Ensarriá y Enguera. Actas de dicha sociedad, año 1803, página 129.

Además de estas obras impresas hay otras muchas manuscritas, que presentó en varias épocas a la real sociedad económica de Valencia, por quien fue continuamente premiado y auxiliado para escribirlas, y de las que se hará mención extensa en el artículo de la sociedad, en cuyo archivo se custodian.

FR. JOSÉ FULLANA.

1804.

Religioso francisco, natural de Xaló, reino de Valencia, maestro de gramática en su convento de la villa de Alcoy. Publicó por los años de 1804 la obra siguiente:

1. Explicación de la sintaxis, para el uso de la escuela de Alcoy. Orihuela, por Antonio Santamaría, sin año, en 8.° 

(Mismo apellido que Luis Fullana Mira, Benimarfull, 1871 - Madrid 1948, filólogo, profesor, escritor y sacerdote franciscano, padre de la lingüística valenciana moderna; gramática valenciana ; ningún rastro en archive org a día 23.2.22)

P. JOSÉ REIG.

1804.

Jesuita valenciano, nació en Murla, gobernación de Denia, en 6 de agosto de 1744, vistió la sotana en 2 de febrero de 1761, le alcanzó la expulsión estando estudiando filosofía en el colegio de Calatayud; trasladado a Italia fijó su morada en Bolonia, y cuando se les permitió a los de su religión volver a España, se restituyó a donde permaneció hasta que por segunda orden tuvo que volverse otra vez a Bolonia, en cuya ciudad murió por los años 1804. Escribió:

1. Josephi Reigii, presbyteri valentini, epistolarum et orationum. Libri tres. Bononiae, 1790. Ex typographia S. Thomae Aquinatis, en 8.° mayor. Contiene varias cartas escritas a los padres Damián Riera, Tomás Serrano, José Montengón, José Julián, Félix Arascot &c. Las oraciones son tres: a S. Francisco Xavier, S. Luis Gonzaga, y la venida del Espíritu Santo.

2. Compendio de todos los concilios generales, de algunos nacionales y provinciales, y de los herejes y herejías que se condenaron en ellos. Sacado de varios autores por D. José Reig, sacerdote de la extinguida compañía de Jesús, natural de Murla. En Bolonia, 1796, en la misma imprenta, en 8.° mayor.

FR. JUAN FRANCISCO DE VALENCIA.

1805.

Religioso capuchino, natural de dicha ciudad, hijo de Francisco Ximeno y de Josefa Sbert, se llamó en el siglo Francisco Ximeno, vistió el sayal de S. Francisco en el convento de menores capuchinos de la Magdalena, donde profesó día 18 de junio de 1744, en la edad de diez y siete años y medio. La obediencia le destinó al convento de Murcia, donde murió en 1805. Escribió:

1. Explicación de los casos reservados del obispado de Cartagena, e instrucción práctica para auxiliar a los enfermos moribundos, y a los sentenciados a muerte. Murcia, por la viuda de Teruel, en 8.°, sin año.

2. Tratado sobre la oración. Impreso sin nombre, lugar ni año, en 8.° 

D. JOAQUÍN MOLES. 1805.

Presbítero, nació en Valencia, en 1730, estudió la gramática en las escuelas de los padres jesuitas en dicha ciudad, después fue catedrático de retórica, poesía y teología, y en sus obritas se titula: Teólogo, y Examinador de la Nunciatura; pasó a la Corte de Madrid, donde murió en 1805. Publicó:

1. Meditaciones cristianas para un retiro espiritual: su autor, la serenísima señora doña Isabel de Borbón, infanta de España: traducido al español, al que se ha añadido una noticia de su vida. Madrid, por Pantaleón Aznar, 1771, en 8.° 

2. Doctrina cristiana para niños y adultos a la mente de S. Carlos Borromeo y del catecismo romano, ilustrada con ejemplos curiosos. Madrid, por Santos Alonso, 1769, en 16, y después reimpreso por orden del Sr. arzobispo de Toledo. Madrid, en 8.° 

3. Institución eclesiástica del Papa Benedicto XIV, sobre la obligación de comulgar cada uno en su parroquia. Madrid, en 8.° 

4. Discurso sobre el modo de predicar, que escribió en francés el abad Claudio Fleuri. Madrid, por F. Martín, 1779, en 8.°, y por Manuel Martín, 1780, en 8.° 

En esta obrita se hace un análisis sucinto del estilo y elocuencia de la sagrada escritura, y asienta el autor por libro sagrado más antiguo a la Biblia, por profano a Homero, y por historiador a Heródoto: después trata del estilo de cada uno; de las pirámides de Egipto; de los cinco libros de Moisés, y con particularidad del Génesis; de la genealogía de los hijos de Noé; de los cuatro Evangelistas, y del Antiguo Testamento. El traductor al principio da una breve noticia del autor de esta obra, en cuyo contenido se descubre el designio y el espíritu de la iglesia para ganar las almas, comprobándolo con el modo que han tenido los obispos y santos padres en los siglos antiguos, y para el uso de los presentes en la nueva más mitigada disciplina, alega como fuente y texto al Tridentino, y a sus mejores intérpretes los Concilios de Milán de S. Carlos.

5. El predicador o instrucción sobre el verdadero modo de predicar, que escribió en francés san Francisco de Sales. Madrid, por Martín, 1779, en 8.°

6. Dos cartas encíclicas del santísimo padre Benedicto XIV, sobre el enseñar y aprender la doctrina cristiana, y de los medios conducentes para remediarla, impresas en latín y castellano con algunas notas. Madrid, por Manuel Martín, 1780, en 8.° 

Este libro empieza por una carta del traductor a los arzobispos y obispos de España e Indias, en la que les suplica que hagan decorar a los niños el catecismo del cardenal Belarmino, a quien se le mandó componer el Papa Clemente VIII, que ha merecido un aplauso general, y se halla traducido en griego, latín, y en casi todas las lenguas vivas de la Europa.

7. Institución eclesiástica de Benedicto XIV, sobre santificar el sagrado tiempo de la cuaresma, y circunstancias de su ayuno. Madrid por Hilario Santos, 1769, en 8.° 

8. Discurso sobre el estilo y elocuencia de la sagrada escritura, traducido del francés, del abad Claudio Fleuri. Madrid, por D. Manuel Martín, 1780, en 8.° 

9. Institución eclesiástica de Benedicto XIV, sobre santificar el Adviento. Madrid, por Santos Alonso, 1769, en 8.° 

10. Instrucciones y meditaciones sobre el perdón de los pecados para el tiempo del jubileo, y sobre el modo de ganar las indulgencias, sacadas principalmente del Concilio Tridentino, escritas en francés por el ilustrísimo señor Bosuet (Bossuet), traducidas, en 8.° Madrid, imprenta de Ibarra, 1785.

Explica qué cosa sea jubileo, (lo) qué es necesario para ganarle. Comprende varios puntos de meditación con diferentes parábolas, indulgencias, oraciones, afectos y propósitos.

11. Catecismo para confesarse y comulgar niños y niñas, que dio en el Concilio Romano el Papa Benedicto XIII, traducido al castellano. Madrid.

12. Educación y estudios de los niños jóvenes de ambos sexos, escrito en francés por Carlos Rollin, el que se aprobó por la universidad de París, en 8.° 

13. Compendio histórico del Jubileo del año santo, con la serie cronológica de los que ha habido hasta el presente, sacado de la historia eclesiástica. Va circunstanciado el modo y diligencias que han de practicarse para ganarlo, según la Bula de Pío VI. Dos tomos.

14. Dichos, recuerdos y documentos morales de S. Felipe Neri, muy útiles para todo género de personas, traducidos del italiano. Madrid, imprenta real, 1781, en 8.° 

Va añadido a esta obra, verdaderamente pía y cristiana, un compendio de la vida del santo que trae el breviario romano, y el ejercicio cotidiano de los cinco actos necesarios para salvarse.

15. Doctrina cristiana breve, para que pueda aprenderse de memoria, compuesta por el cardenal Belarmino. Madrid. Es un compendio de dicha doctrina.

16. Los cinco libros con el apéndice de las fábulas de Fedro Liberto de Augusto, en latín y castellano: nueva versión, más adaptada a los niños. Madrid.

17. Tres catecismos a la mente de S. Carlos Borromeo: uno para confesarse y comulgar niños, otro como los comunes, y el tercero más copioso, y con ejemplos curiosos, impreso en Madrid, en 8.°

18. Institución eclesiástica de Benedicto XIV sobre las campanas, su origen en la iglesia, uso y circunstancias con que deben o no tocarse en Semana Santa. Madrid, por Alonso Cano, 1787, en 8.° 

19. Institución eclesiástica de Benedicto XIV sobre la procesión del Corpus, las de las Minervas, sobre el acompañamiento siempre que sale al público, y el modo con que se le debe la adoración, procurando enmendar muchos abusos. Madrid, por dicho Cano, 1787, y antes por D. Manuel Martín, 1782, en 8.° 

20. La perfección del cristiano, sacada de la moral de Jesucristo por Rapin, y traducida. Madrid, por Cano, 1787, en 4.° 

21. Suplemento a la Institución Eclesiástica de Benedicto XIV sobre los seminarios conciliares, en que se prueba que la ilustración que recibieron los sagrados estudios en este punto y en los demás en el concilio Tridentino, y en todo el mundo, se debe en la mayor parte a los españoles: traducido del que escribió el Abate Lampillas. Madrid.

22. Institución eclesiástica de Benedicto XIV, siendo arzobispo de Bolonia; del grande patrocinio de S. Antonio Abad para guardar la salud de los animales. Madrid, por Santos Alonso, 1786, en 8.° 

23. Elogio histórico de Benedicto XIV, que escribió en francés el marqués Caracciolo, traducido. Madrid, 1780, en 8.° 

25. Concilios provinciales de Benedicto XIV, traducidos.

FR. ANDRÉS DE VALDIGNA. 1805.

Natural de Taberna, en el territorio de Valdigna, religioso capuchino, nació en 25 de diciembre de 1716, fue hijo de Miguel Estruch y María Grau, se llamó en el siglo Miguel, que mudó en el de Andrés en la religión de menores capuchinos, cuyo hábito vistió teniendo la edad de catorce años y diez meses, haciendo su profesión en 28 de diciembre de 1732: obtuvo en su religión los empleos de lector de teología y provincial de la provincia de Valencia, examinador sinodal de su arzobispado y del obispado de Orihuela, académico honorario de la real de S. Carlos de las nobles artes de Valencia, predicador célebre, especialmente en los sermones morales, asistiendo un numeroso concurso a oír su voz, que por la dulzura, atractivo y persuasión edificaba a sus oyentes. Murió de muerte arrebatada en el convento de la sangre de Cristo de capuchinos de Valencia, en la mañana del viernes 23 de agosto de 1805, de edad de ochenta y ocho años. Escribió:

1. El buen rey. Sermón de horas (honras?) que hizo el tribunal de la inquisición de Valencia por el alma del rey Carlos III, día 6 de mayo de 1789. Valencia, por José y Tomás de Orga, dicho año, en 4.° 

2. Sermón predicado en el triduo celebrado en la parroquia de Campanar, con motivo de haberse cumplido en este año 1796 el segundo centenar del hallazgo de la imagen de María, venerada en dicha parroquia, y en el día tercero de la festividad. Valencia, por Benito Monfort, 1797, en 4.° 

3. El pastor solícito. Sermón pronunciado en el día de la solemnidad hecha con motivo de la beatificación del beato Juan de Ribera en el colegio y seminario de Corpus Christi, fundado por el mismo beato, en el día 27 de agosto de 1797. Valencia, en la imprenta del Diario, en 4.° 

4. Oración que en junta general y pública que tuvo la real academia de S. Carlos de las nobles artes de Valencia el día 24 de julio de 1789, con motivo de la distribución de premios asignados a los alumnos opositores, dijo etc. Valencia, por Orga, 1790, en 4.° y en las actas de dicho año impresas en folio.

5. Sermones cuadragesimales. Valencia, por José de Orga, 1806. Tres tomos en 4.° 

Reúne esta obra los sermones de tres cuaresmas que predicó su autor, y es sin duda alguna digna de los mayores elogios.

D. FRANCISCO BAHAMONDE Y SESSÉ. 1805.

Natural de la ciudad de Valencia, parroquia de S. Bartolomé, donde fue bautizado en 14 de septiembre de 1750: fueron sus padres D. Francisco Bahamonde y Seixas, y doña María Vicenta Sessé. Aún desde niño manifestó su aplicación a las humanidades, aprendiendo la gramática y retórica en las aulas de la escuela pía de su patria (cuya fundación se acababa de verificar); salió de ellas muy aprovechado en estas ciencias, pero aún más en la poesía, manifestándolo en varias composiciones métricas en toda clase de versos: una de ellas presentada a la real academia de las bellas artes con motivo de la distribución de premios, mereció le nombrase académico de honor, por lo que en varias ocasiones sustituyó el empleo de secretario: también fue socio de número de la de amigos del país de Valencia, donde murió en 10 de octubre de 1805. Está enterrado en la iglesia de la parroquial de S. Miguel, dejando a sus amigos y amantes de las letras el dolor de una pérdida tan sensible.

Estos quisieron conservar su memoria en una lápida sepulcral, cuya inscripción, dictada por D. Pedro Pichó, presbítero, del que hablaremos en su lugar, dice así:

D. O. M.

FRANCISCO BAHAMONDE

ET SESSÉ

GENERE LITTERISQVE CLARO

VALENTINO

VERI ET AEQVI AMANTISSIMO

POETAE NITIDISSIMO

MORIBVS INCORRVPTO

DESIDERIO EIVS MOERENTES

MONIMENTVM HOC IN AEVVM

AMICI POSVERE

MORTE ABREPTO

V IDVS OCTOB. CI(c vuelta)I(c vuelta)CCCV

AETATIS SVAE LVI    

El jesuita, entonces abate D. Manuel Lassala, compuso los siguientes versos a nuestro poeta:

Mors dulces, Francisce, tui crudelis amicis,

Et patriae rapuit corporis exuvias.

At semper nomenque tuum, laudesque manebunt;

Tu seclis vives innumerabilibus. 

Dum servabo memor te mente et corde repostum;

Hoc, precor, excipias pignus amicitiae.

Otro literato de sus apasionados le dedicó los dos sonetos siguientes.

MELPÓMENE.

SONETO.

Con magestad, decoro y entereza

¡Quién ha con mis hermanas contratado,

Y en la correspondencia dulce agrado

Quién obtuvo más bien! quién tal franqueza!

¡Ni en quién la probidad, la sutileza,

El candor, la honradez, lo moderado,

La integridad y atento desenfado,

Se halló jamás! Ni en Sabio tal llaneza!

Sólo fue: sin cotejo... Decid, ¿dónde 

Con tantas cualidades un sujeto,

Que así honre a Edetania, podrá hallarse?

El poeta bien puede titularse.

Fue el más puro, el más grave, el más discreto,

Mi amigo D. Francisco Bahamonde.

B. E.


SONETO.


Bahamonde murió! De ti, ó Valencia!

Se ausentó la armonía numerosa:

Crítica no has de oír tan juiciosa;

Ni en otro encontrarás tan vasta ciencia.

Loadle, Euterpe, vos: mi insuficiencia      

No basta a un Héroe tal: bien veis llorosa       

A Talía; y a Urania dolorosa;

A Clío suprimiendo su influencia.

Cantad de Melpómene el sentimiento,

Al ver faltar la Luz de los sensatos:

Suspende un tal dolor el movimiento.

Decid... Mucho tardáis, Minerva, Apolo,

Publicad que de Edeta el Sol fue él solo. 

B. E.

Como son muchas las poesías que están esparcidas en diferentes impresos, me ha parecido aunque es algo difuso el dar noticia de cuantas sepa, por si algún amante de sus producciones quiere en lo venidero reunir alguna colección para darla a la prensa haciendo en ello a la posteridad un obsequio, y a nuestro Bahamonde la memoria tan merecida por todas ellas. Escribió pues:

1. Relación de las fiestas celebradas en Valencia en los días 19, 20 y 21 de febrero de 1789, con motivo de la proclamación del rey D. Carlos IV. Valencia, por José Estevan, en 4.° Salió en prosa, y sin nombre de autor.

2. Romance endecasílabo que es aplauso de la proclamación del rey nuestro señor pone a sus reales pies, en protestación de su humilde afecto, el gremio de especiería y droguería de Valencia. En ella, por dicho impresor, en 4.° 

3. Conquista de Duvelandia por los españoles en el año 1574. Rasgo poético. Valencia, por el mismo impresor, sin año, en 4.° 

4. En el papel en cuarto de varias poesías que publicaron los comerciantes de vara de Valencia, con motivo de la referida proclamación, hay dos odas anacreónticas, página 4 y 5.

5. Cleopatra, escena trágica unipersonal. Valencia, por los hermanos de Orga, 1791, en 8.° 

6. Florinda, escena trágica unipersonal. Valencia, por los dichos, 1792, en 8.° 

7. Canción a la solemne bendición de las banderas de los cinco batallones de voluntarios honrados de la ciudad de Valencia, celebrada en la iglesia del convento de predicadores de la misma, día 18 de octubre de 1794. Valencia, dicho año, en 4.° 

8. A la solemnidad con que celebró Valencia la beatificación del venerable señor D. Juan de Ribera, en los días 26, 27 y 28 de agosto de 1797. Romance endecasílabo, que dedica al mismo ejemplar de prelados uno de sus devotos, en 4.° 

9. En el cuaderno titulado Abertura del nuevo establecimiento de estudios de la ciudad de S. Felipe, aprobado por el real y supremo consejo, celebrada en 26 de julio de 1797, impreso en 4.°, en Valencia, por Benito Monfort, dicho año, son de nuestro autor los endecasílabos que se leen en dicha obrita.

10. Cantado del drama sagrado: la adoración de los reyes, en 8.° marquilla. El drama es del abate Colomes.

11. Cuatro poesías a las nobles artes. Se hallan impresas en las actas del año 1792, en la página 59; en las de 6 de noviembre de 1795, página 49; en las de 1798, página 101, y en las de 12 de noviembre de 1801, página 54. Las dos primeras y la última son canciones, y la tercera es un romance endecasílabo.

12. Villancicos de Navidad para la Metropolitana de Valencia, los compuso desde los años 1794 hasta 1803, ambos inclusive, impresos en sus respectivas épocas por José Estevan y Cervera, en 4.° 

13. Endecasílabos en que manifiesta su alborozo por el feliz arribo de los reyes y príncipes nuestros señores a Valencia el cuerpo de especieros, en 4.° 

14. Canción que en obsequio de los reyes y príncipes nuestros señores publica el consulado de Valencia. Oficina de Monfort, en 4.° marquilla.

15. En el cuaderno del mismo objeto que los dos anteriores publicado por la universidad de Valencia impreso por José de Orga, es de nuestro autor la epístola: Crito á Filandro, puesta en la página 5.

16. Canción que en celebridad del feliz cumpleaños de la reina, leyó en la junta pública de la real sociedad económica de Valencia, día 10 de diciembre de 1802. Valencia, por Monfort, dicho año, en 4.° 

En el diario de Valencia hay diferentes producciones de nuestro Bahamonde que suelen estar suscritas con las iniciales F. B.; a saber, en verso:

Año 1790.

1.° de julio, página 3: Oda al establecimiento del Diario. = 22 de julio, página 86: el julio, oda = día 29, página 114: endecasílabos al lienzo del martirio de san Erasmo, pintado por D. José Vergara. = agosto 25, página 222: a los días de la reina, oda. = septiembre 23, página 338: la vendimia, sextillas reales. = octubre 14, página 54: a los años del príncipe nuestro señor, canción. = octubre 26, página 102: el octubre, oda. = noviembre 4, página 138: a los días del rey, canción. = noviembre 22, página 210: el noviembre, oda.

Año 1791.

Enero 21, página 38: el enero, oda. página 110: a la apertura de la enseñanza práctica de química, oda. = febrero 24, página *218: el febrero, oda. = marzo 24, página 330: el marzo, oda. = abril 12, página 46: la soledad, canción. = 26, página 103: el abril, oda. = mayo 1, página 122: poesías para el altar de S. Vicente. Un soneto al nacimiento del santo, y cuatro octavas a su dominio sobre los elementos. = mayo 2, página 128: soneto a la muerte de S. Vicente. = junio 7, página *270: la sensibilidad, canción. = día 27, página 351: el junio, oda. = julio 6, página 21: el cementerio de Ara-CHristi, endecasílabos. = diciembre 17 de 1802, página 353: villancico que se cantó en la iglesia metropolitana, con motivo de pasar a visitarla SS. MM. y AA.

En prosa, año 1790.

Octubre 30, página 118: noticia histórica del establecimiento y creación de la real academia de S. Carlos, y de sus progresos. Se continúa en 31 del mismo, concluyendo en 2 de noviembre.

Año 1791.

30 de enero, página 118: carta irónica sobre ciertas comedias representadas en Valencia. = mayo 24, página 214: reflexiones sobre los daños que ocasiona el juego inmoderado. = mayo 31, página 242: reflexiones sobre la agricultura. = junio 3, página 254. Reflexiones sobre los daños que causa el juego inmoderado (se repite?). = junio 14, página 299: siguen dichas reflexiones. = 21 de idem, página 327: reflexiones sobre los daños que causa la profusión entre el común de las gentes. = 22 de idem, página 230: noticia de la procesión del Corpus de Valencia, y se concluye en 23 del mismo, página 331.

17. La Isabela: comedia en tres actos manuscrito que se representó con aplauso en el teatro de Valencia.

18. Traducción de la continuación de la obra de la historia de España, del P. Mariana, quedó manuscrito.

FR. VICENTE COLL. 1805.

Del orden de S. Agustín, hijo del lugar de Cuarte de Manises (Quart de Poblet), a una legua de Valencia, donde estudió la gramática bajo la enseñanza de mosen Vicente Griñó, presbítero, del mismo pueblo, a cuyas aulas por el crédito y fama de buen maestro, acudían muchos alumnos del contorno, y aún de esta misma ciudad, donde enseñó algunos años en el colegio de S. Pablo. Nuestro autor, a juicio de mosen Griñó, fue el más aventajado de todos los discípulos que tuvo en la larga carrera de su enseñanza. Tomó el hábito de S. Agustín, donde brilló su luminoso talento, no menos en calidad de estudiante, que de lector de filosofía y teología. Ninguno de su tiempo se le aventajó en el modo de argüir en los teatros, no porque usase de un ergotismo hijo de la capciosidad y del capricho, sino porque parece no sabría argüir sino ajustando a una cabal dialéctica las dificultades de peso y solidez. Siempre fue tenido por gran teólogo, y dio pruebas indudables de ello en unas conclusiones del capítulo provincial de su orden, donde hizo ver su profunda erudición y sana crítica en varios puntos, que suelen mirarse como extraños a la profesión de dicha ciencia. Fue condecorado con el grado de maestro, prior de su convento de Rocafort, y muchos años rector del colegio de S. Fulgencio, donde por rescripto pontificio que impetró la religión, fue honrado con las exenciones de padre de provincia. Falleció en su convento de S. Agustín de esta ciudad, del que era hijo de profesión, en 17 de septiembre de 1805. Su muerte fue sentida de los sujetos de mérito. Escribió:

1. Sermón del cíngulo de santo Tomás predicado en el convento de predicadores de Valencia, en 14 de marzo de 1772. Impreso en Valencia, en 4.° 

http://archivosquartdepoblet.blogspot.com/2015/02/la-ilustracion-en-las-aulas-de-quart-el.html

2. El héroe de piedad y varón de misericordia santo Tomás de Villanueva, modelo de prelados, predicado en el capítulo provincial de agustinos calzados celebrado en Valencia en 1782. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1790, en 4.° 

Esta producción es del mayor aprecio, y debe mirarse como uno de los modelos de la elocuencia española en el siglo XVIII.

3. La muerte de Julio César. Manuscrito, pieza dramática que tradujo del francés.

https://www.abc.es/cultura/20150713/abci-muerte-julio-cesar-punaladas-201507111420.html

4. Carta a un prebendado de Chinchilla, manuscrita. Este escrito es una sabia disertación que fija la inteligencia de muchos puntos teológicos que controvierten las escuelas.

No careció nuestro autor de buen numen para la poesía. Son muchos los que tienen noticias de ello, y han visto algunas producciones poéticas. Sabemos que en las fiestas de la conclusión de la nueva capilla de la comunión de Cuarte, se hermosearon las paredes de su templo con varias poesías, y todas eran del ingenio y pluma del maestro Coll.

FR. JOSÉ MELIÁ. 1805.

Natural de esta ciudad de Valencia, y bautizado en la parroquial de S. Martín día 1 de abril de 1735, fueron sus padres José Meliá y Vicenta Salvador. Después de haber estudiado la gramática y filosofía en esta universidad, recibió en ella el grado de maestro en artes, tomó el hábito de S. Agustín en el real convento de su patria, donde continuó la carrera de las letras con esmero y ventajas sobre sus compañeros. Leyó artes y teología en su mismo convento, y graduado de doctor en la universidad, hizo oposición a las cátedras de filosofía. Condecoróle su religión con el grado de maestro, fue prior del convento de Alicante, y secretario de la provincia de Aragón, siendo prelado provincial de ella el P. Mtro. Fr. Juan Facundo Villaroig (Vilarroig), discípulo del mismo maestro Meliá. Por último le nombraron prior de su real convento de S. Agustín, de cuyo cargo consiguió desentenderse mediante repetidas renuncias, que le fueron finalmente admitidas antes de acabar el trienio de su prelacía, con no pequeño sentimiento de sus súbditos. Este religioso fue toda su vida ejemplarísimo, retirado en extremo, y muy aplicado al estudio de buenos libros, con lo que era consultado de muchos, que en los más intrincados asuntos encontraban la resolución de sus dudas; y como pasaban años sin que saliese de su celda sino para los actos de comunidad, era siempre encontrado en su retiro, donde tenía tiempo para todo. Falleció en su convento de Valencia en 26 de julio de 1805. Escribió:

1. Novena al patriarca S. José para conseguir una buena muerte, impresa en la oficina de Esteban y Cervera, 1801, en 8.° 

2. Trienio josefino. Meditaciones sobre la vida y virtudes del patriarca S. José, para el ejercicio de los días 19 de los meses de cada un año, en la real capilla de nuestra señora de los Desamparados de Valencia, por E. M. T. J. M. en la imprenta de Monfort, 1803. Al fin de esta obrita se reimprimió la antecedente novena en 8.° La misma obra se reimprimió en la oficina de Monfort en 1808. Era difunto su autor, y un yerro material que no está en la primera impresión que el autor mismo corrigió por sí, quedó enmendado por el edicto de la inquisición, que expresa suponer que lo enmendado es yerro de imprenta.

3. Collectio parabolarum in operibus S. Thomae à Villanova, ordinis M. P. Agustini, et Archiepiscopi Valentini occurrentium. Compilatore Fr. Josepho Thoma Meliá, magistro Augustiniano, et doctore theologo valentino. Manuscrito.

Esta obra comprendida en un tomo en folio, que consta de cuatrocientas cuarenta y cinco páginas en folio, sin contar el índice alfabético, es otra prueba del estudio y laboriosidad de su autor, y arroja de sí cuan manejados tenía los escritos del santo arzobispo de Valencia. La escribió varias veces de propio puño, y la dejó en limpio poco antes de morir. Existe en la librería del M. Fr. Francisco Hurtado, de la misma orden, catedrático de la universidad de Valencia. Al maestro Meliá debe la nación la primera publicación de tres sermones de santo Tomás de Villanueva, que remitió desde esta ciudad a los editores de la colección de sermones españoles sobre todo género de materias, cuyo primer tomo salió a luz en Madrid en la imprenta de Sancha de 1797. Era concepto general de los sabios, dice el plan de la citada obra, página 19, que este santo arzobispo no había dejado sermones en castellano. Ni sus analistas, ni D. Nicolás Antonio, hacen mención de alguno. “Al maestro Meliá, pues, no solamente nosotros, dicen los editores página 25, sino también toda la nación, debe reconocimiento, tanto por el precioso regalo de los tres sermones del padre santo Tomás de Villanueva con que ha enriquecido esta colección, cuanto por las diligencias que ha practicado para acumular pruebas que desvanezcan toda duda, de que el santo escribió sermones en castellano.” En este plan van impresas dos cartas de nuestro autor.

D. JUAN SALA. 1806.

Natural de la villa de Pego, reino y arzobispado de Valencia, nació en 19 de febrero de 1731, fue hijo de Miguel Sala y Ana María Bañuls, del estado noble, estudió la filosofía y la jurisprudencia en la universidad de Valencia, siguió estudiando las matemáticas con el Dr. D. Francisco Ballester con tal aplicación, que enfermó de calenturas y dolores reumáticos, constituyéndole en un estado peligroso, quedando de sus resultas tan débil de la cabeza que apenas le permitía leer; sin embargo llevado de su afecto continuó el estudio de leyes en el siguiente año con tal tesón, que ya en 1749 defendió conclusiones en el teatro de esta universidad; pero en el siguiente de 1751 agravándosele tanto el mal tuvo que suspender los estudios y salirse de la ciudad con el fin de lograr su restablecimiento; algo mejorado se restituyó a Valencia; y obtuvo en el año 1753 los grados de bachiller y doctor en leyes; pero luchando siempre con su enfermedad, se vio otra vez en la dolorosa precisión de abandonar enteramente los libros y ausentarse para respirar el aire nativo, en cuyo estado se mantuvo hasta el año 1764, en que reconociéndose algo recobrado recibió los sagrados órdenes. Esforzado, fuerte y victorioso de los trabajos pasados en su salud, hizo oposición a una de las cátedras temporales de Instituta en esta universidad, graduándose en 1767 de bachiller y doctor en ambos derechos, oponiéndose a una pavordría secundaria de cánones, vacante por ascenso a la primaria del Dr. D. José Madroño, que aunque no la logró, sustituyó las cátedras de Instituta y derecho canónico, obteniendo después en propiedad aquella. Últimamente vacando otra pavordría por ascenso a la primaria del Dr. D. Luis Capera, fue agraciado con ella, la que desempeñó con los créditos de un hombre sabio, tanto que el Exmo. Sr. arzobispo de Valencia D. Fr. Joaquín Company lo nombró vicario general, empleo que sirvió con mucho trabajo por los atrasos que ocasionó la larga enfermedad de su antecesor, hasta que víspera de Navidad de 1805 le sobrevino un accidente que le impidió continuar algún tiempo; recobrado de él, siguió en su despacho hasta la primavera de 1806 en que le repitió el insulto: viéndose aliviado de este mal pasó a Madrid, por ver si con la mudanza de aires lograría su perfecta curación; pero a su regreso de la corte, al llegar al pueblo de Rotglá le repitió el accidente con tal vigor, que acabó con su existencia día viernes 29 de agosto de 1806, en la edad de setenta y cinco años, pudiendo decirse que fue víctima de su laboriosidad y estudio. Escribió:

1. Vinnius castigatus, atque ad usum Tyronum Hispanorum accommodatus in quorum gratiam hispanae leges opportunioribus locis traduntur. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1779. Dos tomos en 4.° mayor; y por los mismos en 1786, también dos tomos en 4.° Esta obra es el mismo Vinio compendiado en algunas materias tratadas con sobrada extensión. Añadió a los márgenes respectivos las leyes concordantes del reino; y al fin de algunos parágrafos las disposiciones del derecho patrio, o derogatorias o ampliatorias contenidas en las leyes del reino; finalmente adicionó un tratado de la sucesión intestada, y cinco apéndices: el primero sobre las mejoras de tercio y quinto; el segundo sobre mayorazgos; el tercero sobre censos; el cuarto sobre retractos, y el quinto sobre sociedad conyugal o bienes gananciales. Todo según las leyes del reino, y en los títulos oportunos.

2. Institutiones Romano-Hispanae ad usum Tyronum Hispanorum ordinatae. Valencia, por Salvador Faulí, 1788, y por José y Tomás de Orga, 1795. Dos tomos siempre en 4.° 

https://es.scribd.com/document/461612529/diccionario-biografico-de-personajes-alicantinos-fichero-provincial-tomo-10-s-847967-pdf

Es la misma obra que la anterior, con la única diferencia de estar más compendiado el texto de Vinio, y algún tanto mejoradas y ampliadas las remisiones al derecho patrio, las notas y apéndices del mismo.

3. Digestum Romano-Hispanum ad usum Tyronum Hispanorum adornatum. En Valencia, por dichos Orga. Dos tomos en 4.° Madrid, por D. Tomás Albán, 1824. Dos tomos en 4.° 

Contiene un comentario de todos los títulos del Digesto, exceptuando sólo los que ya se tratan en la Instituta; es conforme a las leyes romanas, pero tiene cada título las concordantes del derecho de España, con las correspondientes notas del mismo. Adviértese que en el tomo primero insertó literalmente los apéndices de retractos, censos y sociedad conyugal, publicados en las obras anteriores.

4. Iurium Romani et Hispani Historia. Valencia, por los de Orga, 1798, en 4.° 

5. Ilustración del derecho real de España. Valencia, por José de Orga, 1803. Dos tomos en 4.° Madrid, por José Collado, 1820. Dos tomos en 4.° 

FR. FRANCISCO SEGURA. 1806.

Religioso mínimo, natural de Xabea, gobernación de Denia, arzobispado de Valencia, vistió el hábito en el convento de S. Sebastián de esta ciudad, fue en su religión lector jubilado, difinidor de provincia, ex-colega, provincial, regente de estudios, pro-asistente general y varias veces corrector en su convento. Fue predicador de bastante mérito, y publicó los sermones siguientes.

1. Elogio en honor de los santos mártires de Valencia, Juan de Perusia y Pedro de Saxoferrato, hijos y compañeros de S. Francisco. Valencia, por José Esteban, 1779, en 4.° 

2. Sermón de la sábana, en 4.° 

3. Elogio al santísimo cristo del Salvador, pronunciado en su día. Valencia, por Esteban, 1794, en 4.° 

4. Elogio en honor del santo sepulcro de Cristo, venerado en la parroquial de S. Bartolomé, predicado día de Pascua de resurrección en dicha iglesia. Valencia, por el mismo, 1798, en 4.° 

5. El retrato de Cristo. Elogio que los padres mínimos del convento de nuestra señora de Olivar de la villa de Alacuás, hicieron a S. Francisco de Paula en 8 de abril de 1806. Valencia, por Esteban, en 4.° 

FR. VICENTE MONDINA. 1806.

Natural de Villareal, reino de Valencia, tomó el hábito en la provincia de S. Juan Bautista, de la regular y más estrecha observancia de S. Francisco; hecha su profesión y concluidos los estudios, fue lector de artes y teología en el convento de Valencia, en el que después de haber sido guardián pasó a Roma por secretario general de los descalzos y recoletos del vice-procurador general Fr. Francisco Baello, postulador de la causa del beato Ibernón; pero por muerte de este, la provincia le encargó la continuación de aquella, y el general de la orden le nombró procurador general de los descalzos de España y recoletos de Francia; concluyó felizmente la causa de dicho beato: vuelto a España fue nombrado difinidor y padre de provincia, y murió en este convento de S. Juan de la Ribera por los años de 1806. Escribió:

1. Vita del Beato Andrea Ibernon, laico professo dell' ordine di S. Francesco della piu stretta observanza di minori scalzi di S. Pietro d'Alcantara della Provincia di S. Gio. Batista di Valenza nella Spagna. Roma, 1791, nella stamperia di Gioacchomo Puccinelli, en 4.° mayor.      

2. Oratio habita in Vaticana Ecclesia. Die 29 mensis Maij 1791. Se halla al fin de la expresada vida. 

D. JOSÉ PASCUAL ZALÓN Y FONT. 1806.

Hijo de Villareal, reino de Valencia, obispado de Tortosa, empezó la filosofía en la universidad de Valencia el año 1753, siendo discípulo del Dr. D. Francisco Pascual Tudela, que después murió canónigo penitenciario de esta catedral; el mismo año logró una de las becas del mayor de santo Tomás de Villanueva de esta ciudad, y en 1756 obtuvo los grados de bachiller y maestro en artes, logrando los mismos grados de teología en 1760, habiéndola estudiado con el doctor y pavordre D. Cayetano Aragonés. Hizo varias oposiciones a las cátedras de filosofía en la universidad de Valencia, y en 1763 fue provisto en una de ellas. En Segorbe logró mediante concurso el canonicato curado de aquella santa iglesia catedral, donde fue examinador sinodal, y en sede vacante visitador del obispado por su ilustre cabildo. Murió en la villa de Gérica (Xérica o Xerica, Jérica) día 3 de diciembre de 1806. Publicó:

1. Sermón de María santísima en el misterio de su presentación al templo, titular del colegio mayor de santo Tomás de Villanueva de la ciudad de Valencia, predicado día 21 de noviembre de 1770. Valencia, por Monfort, dicho año, en 4.° 

2. Sermón de la dedicación de la nueva capilla de comunión de la iglesia parroquial de la villa de Chelva, predicado en 23 de septiembre de 1781. Tortosa, imprenta de José Cid, en 4.° 

3. Sermón de renovación y dedicación del nuevo templo de Segorbe. Valencia, por José Esteban, 1795, en 4.° 

4. Sermón en la proclamación de Carlos IV, impreso en Valencia, en 4.° 

D. IGNACIO PÉREZ DE SARRIÓ Y PARAVISINO. 1806.

Marqués de Algorfa y señor de Formentera, nació en la ciudad de Alicante en 1715; desde sus más tiernos años lo dedicaron sus padres al estudio, entregándole a los jesuitas encargados entonces de la educación pública, bajo cuya enseñanza hizo rápidos progresos en las letras. Concluidos estos, se dedicó a cultivar toda especie de conocimientos, y en especial el de la astronomía y ciencia numismática, que fueron siempre sus favoritas, llegando a juntar una gran colección de monedas antiguas, especialmente de las llamadas Fenicias, cuyo alfabeto hasta ahora no enteramente conocido ha intentado descifrar. (Francisco Pérez Bayer estudió también este alfabeto comparándolo con el griego)

Escribió varias memorias sobre comercio; sobre los medios de poblar nuestros establecimientos ultramarinos; sobre aclimatación, cultivo y fomento de plantas exóticas; sobre navegación; sobre fundación de casas de caridad para recoger pobres, y otras muchas que existen manuscritas en poder de D. Ignacio Pérez de Sarrio (Sarrió), coronel de los reales ejércitos, su hijo; siendo de admirar que en medio de tan continuas labores, y de la administración de sus cuantiosos bienes, aún tuviese tiempo para presentar planes al gobierno sobre varios objetos de utilidad pública, y entre otros sobre desagüe de terrenos pantanosos; sobre erección de parroquias en pueblos que carecían de ellas, y motivó la aclaración que el Sr. D. Carlos III dio sobre el fuero llamado Alfonsino, (1: después de este artículo insertaremos la noticia de este fuero, que de él dio e imprimió nuestro sabio autor) que tantas utilidades ha producido al reino de Valencia. En los últimos años de su larga carrera se entregó exclusivamente a la numismática; de su gran colección de medallas habla el Sr. Bayer en sus Vindicias. Este anciano respetable, estimado de cuantos le conocían, adorado de los pobres y amado de sus hijos, fue arrebatado a sus tareas literarias en la edad de noventa y un años el día 25 de marzo de 1806, en Alicante su patria.

Escribió y publicó la obra siguiente.

1. Disertación sobre las medallas desconocidas españolas. Valencia, por D. Benito Monfort, 1800, en 4.° 

Llevado del deseo de ilustrar varios puntos de la historia de nuestros tiempos primitivos publicó esta disertación, que llamó la atención del instituto de Francia, en cuyas actas se hizo mención honorífica de ella, y también en otros periódicos extranjeros, como en la gaceta de Nápoles, citada en el memorial literario del año 1802, número 17, página 288, cuyo párrafo dice: “Esta obrita, aunque pequeña por el volumen, es grande atendida su novedad, y la utilidad que de ella resulta; pues se conoce el alfabeto fenicio, tenido por el primitivo, se entienden muchas monedas, se tienen nuevos documentos de la más remota antigüedad, y últimamente se enriquece maravillosamente la historia no sólo de España, sino también la de otros muchos pueblos más famosos y antiguos. Este infatigable anticuario, cuyos adelantamientos han merecido la aprobación del instituto nacional de París y de muchos eruditos, se emplea actualmente, sin embargo de tener más de noventa años (tenía ochenta y cinco), en aclarar más su sistema, y darle mayor solidez.”         

Sobre el mismo asunto escribió también otras disertaciones.

3. Resolución de las dudas que ocurren entre los sabios de Europa sobre la gravedad de los cuerpos en varios climas, valor de la hora, figura y magnitud de la tierra, navegación y eclipses y cartas geográficas, en que con nuevos principios de astronomía se arregla el cronómetro al sol, y se deducen prácticamente las longitudes en el mar etc. Esta obra de astronomía fue muy apreciada por los inteligentes que la han visto, y para manuscrita, con las anteriores disertaciones, en poder de sus herederos.

FUERO ALFONSINO.

Aunque el reino de Valencia estaba bastante poblado en tiempo de la dominación sarracena, y se habían establecido diferentes lugares cortos que llamaban alquerías, y se componían de labradores para los adelantamientos de la agricultura; pero había algunas villas que conservaban un término muy dilatado, que en parte quedaba erial, y en parte mal cultivado por la dificultad de procurarlo debidamente, estando la población a distancia de tres, cuatro o más leguas: algunos sujetos amantes del bien público proyectaban remediarlo, y se les ofreció la ocasión de que el rey D. Alonso II (?? en 1328 hubo Cortes en Zaragoza por Alfonso IV de Aragón) citó a los valencianos para Cortes generales en la misma ciudad de Valencia en el año de 1328, que fueron célebres así por la calidad de diputados que concurrieron, siendo entre otros el insigne Ramón Montaner, esclarecido general en la guerra contra el Emperador de Constantinopla y Bartolomé Matoses, almirante que había sido de la armada de Valencia, como por los importantes fueros que se establecieron. En ellas propusieron los tres Estamentos al Rey, un medio utilísimo para el aumento de la población y agricultura sin costo del real erario, como era: Que a todos aquellos que fundasen en heredad suya propia, sita en término de cualquier otra villa, un pueblo de quince casas de cristianos casados, se les concediese la jurisdicción civil y criminal, que no se extendiese a imponer las penas de muerte, natural o civil o mutilación de miembro &c. El rey se sirvió concederlo, según consta por la rúbrica siete de dichas cortes, impresas en Valencia en 1482, de que se formó el fuero 78 del título de Curia et Baculo del código legal de Valencia, y por ello se llamaba Alfonsina esta jurisdicción. Se ofrecieron algunas dudas sobre ella, y para disolverlas escribió un tratado el insigne secretario Guillen Jafer, dirigiéndolo al gran Maestre de Montesa D. Pedro de Tous, de que he hablado en el tomo primero, página diez. Desde luego se experimentaron los más favorables efectos, pues aparecieron una multitud de nuevas poblaciones, y reducidos a cultivo más terrenos, aumentándose por este medio la población, y con estas nuevas cosechas la riqueza del reino. Los alcaldes o gobernadores de las villas, en cuyo término se habían fundado dichas poblaciones, sentían que en el mismo ejerciesen otros la jurisdicción, y procuraban impedirlo por varios medios; pero los reyes mandaron constantemente el cumplimiento de lo dispuesto en el referido fuero, a saber: El Rey D. Martín en las Cortes de Valencia de 1403, el Príncipe D. Felipe en las de 1547, el Rey D. Felipe III en las de 1604, y D. Felipe IV en las de 1626. 

Abolidos los Fueros de Valencia y Aragón en el año de 1707 pretendió el Fiscal del Consejo que también lo estaba la jurisdicción Alfonsina; pero el Sr. D. Felipe V, lejos de adherir a su dictamen, declaró en favor de esta jurisdicción la ley 3.a, título 3.°, libro 3.°, que está inserta en la Novísima Recopilación.

Pareció tan conveniente dicho Fuero al Consejo y al Sr. D. Carlos III, que a consulta del mismo de 10 de marzo de 1772 acordó la orden siguiente.

Siendo tan útil la formación de lugares pequeños para la más fácil cultura de los campos y aumento de la población, he venido en mandar, conformándome con el dictamen del Consejo, que se publique de nuevo en el reino de Valencia la confirmación y subsistencia del Fuero otorgado por el Rey D. Alonso en las Cortes de la Corona de Aragón (fueron de Valencia) celebradas el año de 1328, por el cual concedió la jurisdicción baja a cualquiera que fundase un lugar con quince casas y otros tantos vecinos que las habitasen, con las cualidades y circunstancias que en el nuevo Fuero se contienen: y por lo que toca a la extensión de dicho Fuero, que me propone el Consejo para toda España, me consultará el modo, términos y circunstancias con que podrá convenir que yo conceda esta nueva gracia (1: libro 1.°, título 3.° del suplemento de la Novísima Recopilación).

En consecuencia de lo cual, por resolución publicada en el Real Consejo en 28 de abril de 1785, se dignó declarar que estaba en su fuerza y vigor a favor del marqués de Peñacerrada y D. Ignacio Pérez de Sarrió el expresado privilegio Alfonsino en los lugares que de nuevo fundaren en sus heredades o de sus mujeres (cuyo privilegio fue registrado en el archivo del Real Acuerdo). Así continuaban las cosas hasta el tiempo de las denominadas Cortes generales y extraordinarias, en las cuales se trató sobre los señoríos jurisdiccionales y territoriales; y aunque un diputado de Valencia manifestó los motivos de conceder la jurisdicción Alfonsina y las órdenes expedidas sobre ella; las Cortes por Decreto de 6 de agosto de 1811 declararon incorporados a la Nación todos los señoríos jurisdiccionales de cualquiera clase y condición que fuesen. Habiéndose restituido el Rey a España acudieron diferentes Grandes y títulos de Castilla, dueños jurisdiccionales de pueblos de Aragón y Valencia, quejándose de los despojos y atentados que sufrían en el goce de los derechos y prestaciones preservadas en el mismo Decreto: y su Majestad, con Real Cédula de 15 de septiembre de 1814, mandó que los llamados Sres. Jurisdiccionales fuesen reintegrados en la percepción de todas las rentas, emolumentos, prestaciones y derechos de señorío territorial y solariego que hubiesen disfrutado antes del 6 de agosto de 1814; y considerando que la jurisdicción es una preeminencia inherente a la Corona, y que el derecho público no permite que se desprenda de ella, lejos de revocar la incorporación de la misma, añadió que no fuesen reintegradas en los derechos que traigan notoriamente origen de la jurisdicción y derechos exclusivos, añadiendo, todo con calidad de por ahora, sin perjuicio de lo que resuelva de la nulidad, subsistencia o revocación del referido Decreto de dichas Cortes: y por la Real Cédula de 15 de agosto de 1823 se mandó el reintegro en los términos acordados en la antecedente; y como su majestad se desvela tanto en procurar el bien del reino adoptará otros medios, que crea conducentes, para el aumento de su población y adelantamientos de la agricultura.  

FR. NICOLÁS CHRONET Y AÑÓ, EN VALENCIANO ANYÓ.

(¿Este Justo no ha visto la ñ en valenciano en textos antiguos, con tanto que lee?)

Religioso carmelita calzado, hijo del lugar de Guadasuar, obtuvo en su religión los empleos de maestro en artes, doctor en teología, prior en los conventos de S. Felipe, antes Játiva, y del Carmen de Valencia; fue maestro en su religión, y en 1796 lo eligieron por provincial de la provincia de Aragón; varón ejemplar, muy observante de su regla, y predicador de los más aplaudidos de esta ciudad. Murió en el convento del Carmen de Valencia, en la madrugada del día 14 de mayo de 1806. Publicó:

1. La fuerte Judit de España Santa Teresa de Jesús. Panegírico predicado en el Carmen de Valencia día 15 de octubre de 1770. Valencia, por Benito Monfort, 1771, en 4.° 

2. La gloria de S. Felipe, el santísimo Cristo del Carmen. Sermón histórico panegírico en la iglesia del convento del Carmen de dicha ciudad, día 10 de noviembre de 1771. Valencia, por dicho, 1772, en 4.° 

3. Medio seguro para triunfar de la Francia: oración deprecatoria y ascética, que en el día 10 de junio de 1794, y segundo de las solemnes rogativas con motivo de la justa guerra contra los franceses, en que algunos ilustres individuos de la distinguida nobleza de esta ciudad de Valencia pidieron al Dios de los ejércitos su auxilio en la parroquial del santísimo Cristo del Salvador de la misma. Valencia, por Francisco Burguete, dicho año, en 4.°  

D. MANUEL LASSALA. 1806.

D. MANUEL LASSALA. 1806.

Ex-jesuita, nació en Valencia, día 25 de diciembre de 1738, fueron sus padres D. Bernardo Lassala, comerciante de nación francés, y doña Inés Sangermán (en francés Saint Germain), natural de Segorbe. Desde los primeros años descubrió mucha propensión a las bellas letras, y cuidadosos sus padres de la mejor educación, procuraron aprendiese la gramática, retórica y los estudios de la humanidad en las escuelas de la compañía: ya desde muy joven dio admirables pruebas de su numen poético, pues en el certamen que celebró en julio de 1751 el seminario de nobles de S. Pablo, que se imprimió en Valencia, oficina de José Esteban Dolz, dedicado a la ciudad de Valencia, por el P. Jaime Jornet, maestro de retórica, dictó a un tiempo de repente, sobre tres diferentes asuntos, tres especies de versos distintos a una pluma en griego, a otra en latín, y a la tercera en castellano: “Cosa (decía aquel profesor) que mostrándola verdadera la experiencia, no parecerá tal vez verosímil al que lo oyere contar; ni fuera creíble en un niño de doce años (que esta es la edad que tiene), si no nos lo hubiera hecho creer la experiencia de todos los días, de la que convencido me he atrevido a ofrecerlo a V.S.”

Concluida la gramática, estudió la filosofía en la universidad de Valencia, que empezó en octubre de 1751, bajo la enseñanza del Dr. D. Sebastián Sales, que murió siendo pavordre de esta santa iglesia, con créditos de mucha erudición, gran talento y eminente teólogo: defendió dos veces públicas conclusiones, la una de súmulas, y la otra de lógica y metafísica, recibiendo el grado de bachiller, concluyendo los tres años de filosofía con el referido catedrático. Hallando en el instituto de la compañía el ameno pábulo que su genio apetecía, se aficionó a dicha religión aun desde la edad de diez años, y sintiendo no haberlo abrazado algún tiempo antes, declaró su vocación y ánimo a sus padres, que temiendo verse privados de un hijo, cuyo ventajoso talento les prometía seguras y bien fundadas esperanzas, de mucho descanso en su compañía, y que pudiera en el siglo prosperar, disfrutando y aumentando el pingüe patrimonio que ya poseía su padre, con un natural sentimiento procuraron practicar cuantas diligencias alcanzó el paternal cariño para retraerle de su intento. pero insistiendo en su propósito, y examinado por el padre Agustín Pujol, del orden de S. Francisco (de quien hemos hablado en su lugar) y otras personas cuerdas, se comprobó su espíritu y ser verdadera su vocación, con lo cual hubieron de resignarse, consintiendo en el ingreso la mucha cristiandad de sus padres; en efecto vistió la sotana en 2 de octubre de 1754 en el colegio de Tarragona, donde pasó el tiempo del noviciado, y el de seminario en Manresa: de allí fue destinado a Calatayud, enseñando en aquella ciudad la gramática dos años. Cuantos le conocieron dicen, que aún siendo joven, parecía un hombre de edad madura, por su mucho asiento y circunspección, con una juiciosa madurez y decoro en todas sus cosas, unidas a una virtud, amabilidad y dulzura que constituyeron su carácter distintivo hasta la senectud. Con estas prendas naturales fue acaudalando y adquiriendo las de la mayor ilustración, con la dulce tarea de sus amenos estudios, sin olvidar el de las lenguas griega y francesa, como otras extrañas. Concluido el curso  de teología en Valencia, con crédito de erudición, así en esta ciencia como en las matemáticas, defendió en el acto general toda la Suma de santo Tomás y varias cuestiones del derecho canónico, y en la edad de los veinte y cuatro años se le confirió la cátedra de retórica de las aulas que la ciudad de Valencia había erigido en el real seminario de nobles de S. Pablo. En ella, y en los progresos de sus discípulos, acreditó cuanto había trabajado en su enseñanza, en los tres públicos certámenes que celebraron, representando los seminaristas en sus intermedios la tragedia de José descubierto a sus hermanos, la de D. Sancho de Albarca, dedicada al conde de Aranda, capitán general entonces de este reino; y la del sacrificio de Jephte, que había compuesto movido de su genio dramático, que tanta celebridad le había de dar después en Italia. Continuó en la enseñanza con el mismo aplauso por espacio de cinco años, desde 1762 hasta principios de 1767, en que ocurrió la expulsión, añadiendo a aquella enseñanza la de la lengua griega, y recitando según costumbre en la universidad de Valencia una oración retórica en el día de S. Lucas, como lo habían hecho hasta entonces los maestros de esta ciencia en las aulas de S. Pablo. Las de los años 1762 y 63 se imprimieron, como diremos después; pero las de los años siguientes quedaron manuscritas, y con ello el público privado de estas tres producciones, por haberse extraviado al tiempo de la expulsión de los jesuitas. La oración del año 1764 versaba sobre las matemáticas; la de 1765, sobre las lenguas orientales; y en la de 1766 insertó el elogio académico del célebre valenciano Juan Luis Vives. Expatriado Lassala con sus compañeros de destierro aportó a la isla de Córcega, donde los superiores le nombraron maestro de filosofía, cuyo curso acabó en Ferrara, presidiendo las conclusiones generales que se imprimieron en 1770, comprensivas de ambos sistemas antiguo y moderno. Profesó en el inmediato año continuando en la religión, hasta que extinguida esta en 1773, se quedó en clase de sacerdote secular, fijando su residencia en la ciudad de Bolonia, desde donde hizo algunos viajes a Roma, Ferrara, Génova y otras ciudades de Italia. Se dedicó en la universidad de Bolonia a las matemáticas, siendo su maestro el célebre geómetra conde Vicente Ricatti; en la astronomía lo fue el sabio Dr. Eustaquio Zanotti, presidente del instituto de las ciencias de Bolonia, al que acompañaba en las observaciones astronómicas. Estudió la física experimental en la escuela de la señora Laura Basi, profesora pública en el instituto de la universidad, donde obtuvo Lassala el grado de bachiller en 22 de noviembre de 1773. Aprendió igualmente las lenguas hebrea, alemana, arábiga, inglesa, francesa, italiana y portuguesa, ejercitándose para no olvidarlas en la castellana y lemosina (valenciana, sompo).

Encontrándose sin cargo ni cuidado alguno gozando la pensión que le daba el gobierno español, a que agregaba lo que su tierna madre le enviaba, se hizo con una copiosa librería, y en emplear sus haberes en la impresión de las muchas obras que escribió y publicó; y también en el alivio de muchos de sus compañeros que se hallaban necesitados. Pronto se esparció la fama de nuestro literato por Italia; los sabios le honraron con su amistad y trato; pero en particular mereció los mayores afectos y cariños a toda la familia de los marqueses de Tanari, a la de la marquesa de Pepoli, a las de la condesa Malvasía y Zambeccari, al cardenal legado Buon Compagni    , después secretario de estado, al general Caprara, y al rector y colegiales del mayor de S. Clemente de los españoles: les mostró su gratitud en las dedicatorias de varias obras que les presentó, o escribió por complacerles; pero particularmente cantó en mil y mil versos, bajo el nombre de Emilia, las virtudes, la amistad y el ingenio de la poetisa marquesa Justina Sagredo Tanari.  

Muchas academias de Italia lo admitieron en su seno. La de los Fuertes de Roma, con el nombre de Zeleuco, en 1.° de diciembre de 1775. La de los Arcades, dándole el de Eurilio Cleoneo, en 14 del mismo mes y año. La Romana de los Alborigenses, con el de Lisido Tarentim, en 9 de febrero de 1780; y la D'egli Inestricati (inescrutables) de Bolonia en 3 de agosto de 1786. Las muchas obras de estos cuerpos literarios abundan de composiciones de Lassala. Siempre tuvo presente su patria, sin olvidarse jamás de ella en una ausencia de treinta años, manteniendo correspondencia con su amada madre, sus deudos y amigos de España, lo que dio ocasión de dirigir a unos y a otros muchas poesías, celebrando en ellas al sabio Bayer, a Orellana, al P. Labaig, a Montengón, Colomes, Serrano, Eximeno, a los escultores insignes Vergara y Esteve y otros valencianos. No olvidó elogiar con sus poesías los acaecimientos más memorables de los reinados de los señores D. Carlos III y IV. Ni dejó de cultivar las lenguas así antiguas como modernas, ni el gracioso y dulce dialecto valenciano (¡será imbécil y justico este Justo!) que habló en su juventud; y aunque fue mirado como gran poeta, fue igualmente un buen retórico (cosa que Justo no es, cansino), pues se hallan entre sus manuscritos muchas obras en prosa que son dignas de la luz pública, como un Elogio no concluido del cardenal Albornoz; varias cartas latinas al Sr. Bayer, al Ilmo. Francisco de Nelis, obispo de Amberes; al pavordre D. Sebastián Sales, su catedrático de filosofía; y diferentes artículos insertos en los periódicos literarios de Roma, Florencia, Ferrara y Bolonia. Mantuvo una correspondencia epistolar con muchos sabios italianos de las capitales de Venecia, Mantua, Módena, Milán, y Génova, y con los ex-jesuitas españoles Lampillas, Gallisá, Serrano y otros, cuyas cartas originales son el elogio más imparcial y completo de Lassala; pero sobre todo manifiestan su mérito las que de puño propio le dirigía con frecuencia al Exmo. Sr. D. Nicolás de Azara, ministro de España en Roma, cuyo nombre basta para calificar su mérito.

El abate Serrano, a quien tantas alabanzas debió Lassala, compuso en aplauso de la universalidad de ciencias que este poseía, un epigrama, que es el sesenta y siete de su obra póstuma, y está en la página 57, que es el siguiente:

Ne tantum Musae Lassala credite vestrum

Artibus ingenuis omnibus ille vacat,

Utque illum vestrum totum vos esse putatis,

Sic totum quaevis ars putat esse suum.

Estuvo continuamente suspirando como buen hijo por ver a su tierna madre anciana, quiso Dios cumplirle este gusto en el año 1798, en el que restituido a España juntamente con los demás ex-jesuitas, tuvo la satisfacción de abrazarla, estar y disfrutar de su compañía, y en fin de que terminase su vida en brazos de su querido hijo, muriendo en 1803, sin haberse separado de este, siendo así que por real orden hicieron salir segunda vez a sus compañeros para Italia, quedándose por especial providencia de Dios nuestro Lassala en su patria, donde permaneció edificando con su compostura, aumentando de cada día el respeto y aprecio de su familia, y de cuantos sabían estimar su vasta literatura y rica imaginación, que no apagaron la edad ni los achaques que le sobrevinieron, así por su ancianidad, como por el sentimiento de la pérdida de su madre, con lo que su salud empezó a decaer, hasta que una hipocondría complicada acabó con su vida en 22 de marzo de 1806. Está enterrado en la sepultura de la capilla de S. Bernardo en S. Francisco el grande, cuyo patronato es de su familia.

Como sus producciones están esparcidas y nunca han sido vendibles, y así también los manuscritos que sólo se hallan entre sus parientes y amigos, no podemos dar una relación exacta de ellas, sin embargo la daremos de las que han llegado a nuestra noticia, y son: Obras impresas: 

1. Certamen literario, en el cual el seminario de nobles de S. Ignacio de la compañía de Jesús, con los alumnos de las escuelas que la muy ilustre ciudad de Valencia instituyó en dicho seminario, ponen a la vista de su muy ilustre patrona el acierto que tuvo en su institución. Lo dedica a la misma nobilísima ciudad el P. Manuel Lassala, maestro de retórica y poesía en dichas escuelas, y juntamente la tragedia de José descubierto a sus hermanos, representada en el acto académico. Valencia, por D. Benito Monfort, 1762, en folio.

2. Certamen literario etc. con título igual al anterior. Acompaña una tragedia intitulada: El José. Valencia, por el mismo impresor, 1764, en folio.      

3. Orationes habitae ad senatum et academiam valentinam XV Kalend. Novemb. ann. 1762 ab Emmanuele Lassala e Soc. Jes. Rethore. Eduntur in lucem ex decreto et impensis Valentini senatus. Valentiae. Edet. Ex officina Emmanuelis Monfort (Manuel Monfort), 1763, en 4.° mayor de 29 páginas. Son dos oraciones: la primera de Syllogismo in pristinam dignitatem restituto: la segunda de Summo Bono Morali assequendo.

4. D. Sancho Abarca, tragedia que se ha de representar en el acto literario, que dedica al Exmo. Sr. D. Pedro Pablo Abarca de Bolea etc. Gobernador y capitán general de los reinos de Valencia y Murcia, el seminario de nobles de S. Ignacio de la compañía de Jesús, en los días... del mes de mayo del año 1765. En Valencia, por Benito Monfort, 1765, en 8.° 

5. Eminentissimo Principi Ignatio Buoncompagnio Ludovicio S. R. E. cardinali amplissimo: dum Bononiensem Legationem universa paludente civitate adiret, haec carmina Emmanuel Lassala Romae Arcadiae Pastor dicabat. Bononiae, ex typographia Sancti Thomae Aquinatis, 1778, en 4.° 

6. Ad clarissimum virum Eustachium Zanottum bononiensis scientiarum institui praesidem perpetuum; carmina, quibus celeberrimi ejusdem Patrui Francisci María Zanotti luctuossisimam mortem deflebat. Emmanuel Lassala romanae arcadiae pastor. Bononiae, ex typis S. Thom. Aquinatis, 1778, en 4.° 

Contiene este opúsculo dos elegías y un epigrama. El número siete del año 1778 de las efemérides literarias de Roma incluye el juicio y elogio de esta poesía.

7. Ifigenia in Aulide: tragedia del' Abatte Emmanuele Lassala. In Bologna à Sancto Thomasso Aquino, 1779, en 4.° En alabanza de este drama compuso el abate Serrano el siguiente epigrama, que es el setenta y cinco de sus obras poéticas, y se halla a la página 56.

Iphigenia tulit si nomen ad astra Timantis

Cur non Lassala nomen ad astra feret?

Arrisit, dices, Graecis pictoribus illa;

¿An minus Ausoriis Vatibus haec placuit?

Clara Agamemmonio velamine fama Timantis,

Et major Patris visus inarte dolor.   

Tu pingis nobis Agamemnona, sed sine velo,

Nec dolor est Patris visus in ora  minor.

La misma tragedia fue traducida en español por D. Juan Bautista Palavicino, caballero valenciano, barón de Frignestany, y la imprimió bajo el nombre de D. Julián Cano y Pau, en Valencia, oficina de José y Tomás de Orga, 1781, en 4.° Habiendo remitido este al autor algunos ejemplares de su versión, le respondió con un romance que empieza:

¿Esta es aquella Ifigenia

que tuvo cuna en Bolonia? &c.

En el número dos de las efemérides literarias de Roma del año 1780 se publicó un Análisis crítico de esta tragedia; y aunque concluía elogiándola, se creyó obligado el abate Lassala a defenderla vigorosamente en una erudita carta que imprimió con el título de Lettera del Signor N. N. à un suo amico.

8. A la Conquista de Menorca por las armas católicas: oda en once estrofas. 

9. Al denuedo y constancia con que peleó el Navío Santo Domingo el día 16 de enero de 1780: Oda en diez y nueve estrofas.

Estas dos poesías y el romance al traductor de Ifigenia, se imprimieron en Valencia por José y Tomás de Orga, 1782, en 4.° en un cuaderno.

10. Fabulae Locmani Sapientis, ex arabico sermone latinis versibus interpretatae ab Emmanuele Lassala, ad clarissimum virum Franciscum Perezium Bayerium. Bononiae, 1780, ex typographia S. Thom. en 4.° Precede una elegante dedicatoria y elogio del Ilmo. Sr. D. Francisco Pérez Bayer, y una introducción, en la cual se trata del autor de estas fábulas, y de las versiones que se habían hecho de ellas: fueron traducidas del verso latino al castellano por D. Miguel García Ascensio, y las imprimió en Madrid Barco López en 1784, en 4.° 

11. Rhenus Emmanuelis Lassala ad eminentissimum principem Ignatium cardinalem Boncompagnium Ludovicium bononiensis provinciae legatum. Bononiae, 1781, ex typographia S. Thomae Aquinatis, en 8.° Consta de cuatro libros, cuyo argumento es la descripción de los estragos de la avenida del Reno en Bolonia, y de las obras construidas para la defensa del país, y de aquella ciudad. En aplauso de esta obra compuso el abate Serrano el epigrama setenta y seis, que se lee a la página 57 del tomo de sus poesías, que imprimió en Madrid D. Miguel García Ascensio.

Dat Rhenus clarum Heroem, dat Turia Vatem;

Ille celebrandas res facit, iste canit.

Ingeminat Rhenus meritos et Turia plausus;

Ille sui Herois; vatis et iste sui.

12. De serificio Coorum Bononiensium, libellus singularis. Bononiae nella Stamperia della Volpe, 1782, en folio. Escribió el autor este poema con motivo de la función que hicieron los mercaderes de Velos cuando volvió a Roma el soberano pontífice de su viaje a Viena. En las memorias enciclopédicas de Bolonia del mes de septiembre de 1782 se insertó un largo extracto de esta obra, haciendo tal elogio de ella y de su autor, que sólo él, bastaría para acreditarlo de gran poeta latino en toda la Italia.

13. Ormisinda: tragedia con alcune scene liriche. In Bologna, à Sancto Tomaso de Aquino, 1783, en 4.° mayor. La dedicó a la señora marquesa Justina Tanari, su protectora y amiga: preceden dos epitalamios en verso griego, y las escenas líricas adjuntas a la Ormisinda, son Pigmalione del Sig. Giangiacomo Rousseau tradot. dal francese. = La Partenza d'Enea. = Didone abandonata. = Il Misantropo, y Andrómaca. Estos unipersonales fueron representados varias veces con aplauso en el teatro Marsigli de Bolonia. Así la Ormisinda como las piezas líricas, se tradujeron en Ferrara en verso suelto castellano por el abate D. Eusebio Cañas, quien las envió a Valencia, donde se hallan manuscritas.

14. Lucía Miranda: tragedia. In Bologna à S. Tomaso d'Aquino, 1784, en 8.° 

El argumento de este drama está sacado de la historia de los españoles en el Paraguay: está tratado con destreza y maestría.

15. Vincentio Ranutio, cardinali amplissimo, Anconae episcopo, exacta legatione apud Lusitaniae Reginam, in Italiam redeunti. Carmen. Bolonia, en la misma imprenta, 1786, en 8.° mayor.

16. C. Sectani L. Fil. Sermones. Bononiae, 1787, ex typog. S. Thomae Aquinatis, en 8.° mayor. Son cuatro sátiras escritas con aquel estilo y gusto de latinidad que conviene a este género de poesía, habiendo sabido el autor hermanar lo urbano y natural de Horacio con el fuego de Juvenal. Con mucha razón es alabada esta obra en el número cuarenta y cinco de las efemérides literarias de Roma de 10 de noviembre de 1787.

17. Sermoni di Cayo Settano figlio di Lucio tradotti dall'autore col testo latino à fronte. In Bologna, 1790, nella stamperia di S. Tomaso d'Aquino, en 8.° mayor. Esta traducción en verso italiano con el texto latino al frente, hecha también por el autor, fue presentada a la marquesa Sagredo Tanari, a cuya insinuación correspondió gustoso prestándose a un nuevo trabajo, como lo dice en las dos elegantes dedicatorias que en prosa y en verso preceden a la versión.

18. Sátiras de Cayo Sectano, hijo de Lucio, compuestas en verso latino por el abate D. Manuel Lassala y Sangermán, individuo de las academias de los Arcades, Alborigenses, y Fuertes de Roma, y de la de los Inescrutables de Bolonia, traducidas por el mismo autor. Valencia, oficina de José Esteban, 1795, en 4.° Así como la versión italiana la hizo el autor a petición de la señora marquesa Tanari, la española fue nacida por complacer a su tierna madre doña Inés Sangermán, quien la hizo imprimir con el texto latino, según lo manifiesta al fin de una introducción y dedicatoria que concluye de esta manera:

“Del bajo pueblo al duro tardo oído

será desconocido

su peregrino idioma,

que bajo Augusto habló la antigua Roma,

y así vestidos con un nuevo traje

hablan el español patrio lenguaje.

Con alegre semblante

recibe de mi amor tierno y constante

esta pequeña muestra

y ligera memoria; ya que nuestra

suerte adversa de ti con mano avara

tan lejos me separa.”

19. Emmanuelis Lassala, carmina excerpta ex opusculis à D. doctore Antonio Meloni editis illustrium Italiae scriptorum de rebus ad scientias et humaniores litteras pertinentibus. En 4.°, sin año ni nombre de impresor. En estos opúsculos reunió el Dr. Meloni (conozco varios doctores melón o melones) los pocos borradores que pudo recoger de versos sueltos inéditos escritos en Bolonia por nuestro autor. Entre ellos hay unos endecasílabos a su pariente D. Marcos Antonio de Orellana, quien los hizo reimprimir en Madrid, por Ortega e hijos de Ibarra, en 1789, en 4.° 

20. Villancico para la misa de la solemne profesión de doña Inés Lassala y Beltrán, sobrina del autor, en el real convento de la Puridad de Valencia, el día 16 de febrero de 1791. Por José Esteban, en 4.°

21. Giovani Blancas: tragedia. Bologna, 1793, à S. Tomaso d'Aquino, en 8.° mayor.    

El asunto es sacado de lo que refiere Feliu, Anales de Cataluña, tomo 3.° lib. 17, capítulo 15, página 71. Está también dedicado este drama a la marquesa Tanari, con motivo del enlace del senador marqués Tanari, su hijo, con la condesa Julia Malvasía.

22. Sancho García: tragedia. In Bologna, 1793, à S. Tomaso d'Aquino, en 8.° mayor.

23. Parabolae sacre latinis versibus illustrate. Valentiae, ex praelo Josephi Estevan, 1800, en 4.° 

24. Raphael. Carmen desumptum ex libro Tobiae latinis versibus illustrato, D'Agneti Sangermaniae Lassala parenti optimae dicatum ab Emmanuele Lassala. Valencia, por el mismo impresor, año 1800, en 4.° 

25. Margarita. Es un poema latino a santa Margarita de Cortona. Valencia, por Tomás de Orga, 1800, en 4.° 

26. Litaniae Beatae Mariae Virginis. Valentiae, typis Viduae Augustini Laborda, 1802, en 4.° Compuso esta letanía a nuestra señora del Patrocinio del lugar de Foyos, donde solía ir a veranear.

27. Carmen de Inventa Sacra Imagine Beatae Mariae Virginis, quae Fundis (Foyos) sub appellatione Patrocinii antiqua religione colitur. Valencia, por el mismo Laborda, 1803, en 4.° 

28. La llegada a Valencia de la prodigiosa imagen del santísimo Cristo de san Salvador, poema en sextillas reales. Valencia, por dicha impresora, 1803, en 4.° 

29. En el libro de fiestas del real colegio mayor de S. Clemente de los españoles de Bolonia por la exaltación al trono de los señores reyes católicos D. Carlos IV y doña Luisa de Borbón, impreso en Venecia por Antonio Zatta, 1789, en folio magnífico, hay una canción de nuestro Lassala; como también se leen en las actas de la academia romana Alborigense, en la Racolta (raccolta) Ferrarese d'opuscoli letterari è scientifici, y en diferentes colecciones impresas en varias ciudades de Italia. En la junta pública de la real sociedad económica de Valencia de 11 de diciembre de 1799 se hallan impresos unos endecasílabos con el título: el hombre en sociedad, de D. Manuel Lassala, que están inclusos en las actas de aquel cuerpo.

Obras manuscritas.

30. Poesías varias de D. Manuel Lassala. Un volumen en 4.° Contiene:

1. La virginidad triunfante: comedia.

2. Sainete para representarse con la misma.

3. Loa a S. Vicente Ferrer.

4. Baile alegórico en su loor. 

5. Vida de S. Luis Gonzaga, en cuartetas.

6. Octavas en honor de la purísima concepción.

7. Los pastorcillos: sainete.

8. Carta en prosa del autor al P. Felipe Seguer, de la congregación del oratorio.

9. Memorial en verso del autor a su padre, pidiéndole permiso para entrar en la compañía.

10. Décimas joco-serias, dirigidas a su hermana doña Josefa.

11. Décimas a su hermana Francisca.

La mayor parte de estos ensayos poéticos fueron escritos en su juventud, y antes de la edad de diez y seis años que entró en la religión, de aquí es que se resienten de la época en que se escribieron; pero sin embargo manifiestan lo que debía esperarse de este genio nacido para la poesía.

32. El sacrificio de Jephte: tragedia en español.

33. La tragedia española vindicada: diálogo en verso.

34. El filósofo moderno: comedia en verso suelto italiano.

35. Berenice: tragedia en italiano, incompleta.

36. Roberto: tragedia en italiano.

37. Agostino: escena lírica, extractada de las confesiones de S. Agustín.

38. Margherita di Cortona: escena lírica. 
https://santamargheritadacortona.com/

39. Viaggio da Bologna à Ferrara: poema de ochocientos versos libres en italiano, que dirigió a su hermano D. Joaquín Lassala: en él se incluye la descripción de aquella capital.

40. Perlina: Scherzo poetico, en italiano, cuatro cantos sobre (pone obres) la muerte de una perrilla.

41. Duello poetico per la morte d'un canario.

42. Minerva placata: composición dramática puesta en música, y representada en el seminario episcopal de Pesaro.

43. La cavagnola: poema en un canto, sobre el juego así llamado en Italia.

44. Emilia, poemetto: está dividido en tres cantos, y dedicado a celebrar las virtudes maternales de la marquesa de Tanari.

45. I doveri del l'uomo (dell'uomo), poemetto, en tres cantos.

46. Dissertatio de rebus dialecticis.

47. Elementa Arithmeticae et Geometriae.

48. Psalmi poenitentiales. Gradual. Cantic. et Lamentationes Jeremiae, ex Hebraico autografo latinis versibus interpretatae ab Emmanuele Lassala.

49. Elegiae. Elegías latinas sobre las principales festividades del año.      

50. Colección de varias poesías en latín.

51. Otra colección de varias en griego, con la traducción castellana.

52. Otra idem en francés.

53. Inscripciones y epitafios: en latín.

54. Colección de poesías: en italiano.

55. Cantatas italianas, puestas en música.

56. Canción a la conquista de Valencia.

Dio motivo a Lassala para componer esta canción, el deseo de corresponder de algún modo a la invitación del sabio valenciano D. Vicente Noguera Ramón, dedicándosela, y dirigiéndole en respuesta esta canción con un soneto en su elogio; y habiendo tenido el placer de lograr copia del mismo original, la insertaremos en esta biblioteca para que vea la luz pública. Es la siguiente:

CANCIÓN A LA CONQUISTA DE VALENCIA,

dirigida por don Manuel Lassala desde Bolonia a D. Vicente Noguera Ramón de Valencia.


I. 

Después que el cuerpo frío

Del Cid, vestido de luciente acero,

Sobre el Babieca puesto caballero,

Derrota, y de sombrío

Terror la África llena.

Quedando al albedrío

Del vencido Valencia, la Agarena

Gente ocupa, seguros

De nuevo asalto los desiertos muros.


II.

La religión trayendo

En fin remedio cierto a tantos males

Llama a la empresa a Jaime: sus Reales

Hacia el Turia moviendo,

Se apresta a la batalla,

El militar estruendo

Se levanta hasta el cielo, y la muralla

De diversas regiones

Estrechan numerosos escuadrones.


III.

La rápida corriente

Del río rompe Jaime, y pasa a nado,

Y armado en guerra de alazán tostado

La espalda oprime. Siente

Su voz Turia, y descubre

Sobre el agua la frente,

Cuyas puntas frondoso en vano cubre,

Y habla de esta manera

Al Rey, que toma la veloz carrera:


IV.

“Jaime, a quien el Divino

Fuego inspira coraje y ardimiento,

Oye mi voz, corta el paso un momento,

Y suspende el camino

A los muros, en donde

A tu vista el destino

Arcanos oscurísimos esconde:

Tus dignos Herederos

Irás viendo en los siglos venideros.


V.

Romperás la cadena

Que a Valencia con fiero altivo orgullo

Forjó Zaen: con tanto mormullo (murmullo)

La chusma sarracena

A una y a otra parte

Corre en desorden, llena

De espanto y de terror: lejos se parte

Al campo la fortuna,

Y se oscurece la enemiga luna.


VI.

Que la fama ligera

Por mar y tierra levantando el vuelo

Engrandeció tu gloria y puro celo,

Cuando nueva carrera

De empresas militares

Abriste, y tu bandera

Con denuedo en las Islas Baleares

Alzando, al cielo plugo

Levantar de ellas el pesado yugo.


VII.

Guadalquivir teñido

De la sangre otomana crece, y lleva 

Por largo trecho vencedor la nueva

Del Cordobés rendido

Al inmortal Fernando:

Con lúgubre gemido,

Tardo suspiro y llanto, abandonando

Los muros, sin camino

Huye la chusma su infeliz destino.


VIII.

Más y más acosados

Del corto avance de los fuertes Godos,

Los bárbaros irán perdiendo todos

Los reinos usurpados,

Y buscando acogida

Les dejaron los hados

A la margen del oro su guarida,

De donde quede abierto

El paso libre al africano puerto.


IX.

Hasta que oyendo el cielo

Los tristes ruegos de la España, envíe

Nuevo Fernando, y al Granadino guíe

Sus pasos; la lira, el zelo,

que arde en los nobles pechos, (que en minúscula, como a mí me gusta)

Derribará en el suelo

Del asilo invencibles los pertrechos;

Y al cerrarle esta puerta

Llorará el Moro en esperanza muerta.


X.

Entonces la dorada

Abundancia, y alegre paz volviendo,

Lejos del militar confuso estruendo,

Fijarán su morada:

A Isabela y Fernando

Enlazará en sagrada

Dulce unión el amor: precipitando

Sus aguas, irán bajo

Un mismo imperio unidos Ebro y Tajo.


XI.

Qual arbolillo tierno

Que altas ramas y verde tronco aumenta

Con reinos dilatados se acrecienta

En suave gobierno

La inmensa Monarquía,

Ya cumplido el eterno

Orden del tiempo, en donde cae el día,

Desde el seno profundo

De nuevos mares se alza un Nuevo Mundo.


XII.

Ya cubierto de gloria,

A entrambos mundos imponiendo leyes,

Carlos descuella altero entre los Reyes;

Vivirá tu memoria

Eterna: a todas partes

Le sigue la victoria;

Y después que humilló a sus estandartes

Uno y otro hemisferio,

Abandona las riendas del Imperio.


XIII.

Se engreirá Señora

De España largos lustros la altanera

Águila de Austria: la nación Ibera

Vencida y vencedora,

El Reino dividido,

En fin los daños llora

De la civil discordia; el dulce nido

La ave mal ceñuda

Huyendo al margen del Danubio muda.


XIV.

Del alto Pirineo

La barrera se rompe: desde el Sena

Pasas del Manzanares a la amena

Orilla, y crecer veo,

Cubriendo el verde suelo,

Las blancas lises: leo

Augustos nombres, que al templar del vuelo

Su derrumbo sublime,

En volumen dorado el tiempo imprime.


XV.

Felipe, a cuyo mando

El negro carro gobernó Belona,

Vencedor en sus sienes la corona

Asegura, domando

El animoso activo

Catalán. A Fernando

La paz adorna de su verde olivo,

Y Ceres sin cuidado

Roza la tierra con su corvo arado.


XVI.

Carlos baja la altera

Pujanza del Britano, que oprimía

Entrambos mares a la luz del día,

De oscura madriguera

Africanos ladrones

Saca, y destruye: espera,

Minerva, que renazcan largos dones,

Vertiendo a manos llenas

Las Nobles Artes con su nueva Atenas.


XVII.

Con su consejo Astréa

Renueva el suavísimo gobierno

Del prudente Saturno: inmenso, eterno (inmenso no se lee bien)

Su alto imperio desea

La España; y sus distantes

Confines que ahora vea,

Me niega avaro el cielo: otros reinantes

En profundas tinieblas

Con velo oscuro encubren densas nieblas.


XVIII.

Parte, Jaime, apresura

A la Ciudad tus pasos: nuevo aliento

Te inspire al noble pecho el sentimiento

Dulce de tu futura

Grandeza: la victoria

El cielo te asegura

Ve, da principio con inmensa gloria

En siglos apartados

Al orden inmutable de los hados.”


XIX.

Dijo el Turia, y la frente

Cubrió en el agua: de alta maravilla

Las bellas Ninfas a una y otra orilla

De la lenta corriente

Sorprendidas las manos

Batieron blandamente

Y aplaudieron su canto; a los lejanos

Montes la voz que oía,

Siguiendo eco parlera repetía.


XX.

Jaime parte, y socorre

La nueva Roma: más y más estrecha

Al bárbaro Zaen: ya vasta brecha

Abre en los muros: corre

Pisando la otomana

Chusma; y en la gran torre

Que ostentó largos siglos la Africana

Luna, ondeando altera,

Domina enarbolada su bandera.


SONETO.


Ceñudo a Jaime que furor respira

Yo entre sueños en noche oscura veo:

¿Osas, dice, templar tu ronca lira?

¡Así te burla un crédulo deseo!

Aquel calce el coturno, en quien admira

La Grecia Edipo y el feroz Atreo:

Suene la trompa, el que describe la ira

Del hijo inexorable de Peleo.

Temple la lira, quien del Cisne Griego

Siguió el vuelo, el dulcísimo Noguera,

Cantor del Turia. Yo despierto, y luego

Tomando el Turia su veloz carrera

Al sublime Cantor la lira entrego,

Y oigo tu voz suave en la ribera.

Carta de D. Vicente Noguera al abate D. Manuel Lassala.

Valencia y enero 2 de 1784. = Señor D. Manuel Lassala. Muy señor mío: disimúleme V. que en tanto tiempo no haya correspondido a la estimable memoria con que me honra, por no haber estado en mi mano excusarme de varias ocupaciones, que no me han permitido mostrar el singular gusto que he logrado en la lección de la excelente pieza lírica que se ha servido dirigirme, tan llena de elevación y armonía, como de brillantes imágenes y gracias. Así no tuviera el lunar del Soneto que la compaña en elogio de mi habilidad poética, la cual yo por creer a V. busco en mí mismo, y no encuentro. Sin duda que mi señora doña Francisca, su hermana y mi honradora, preocupó a V., y permítame decirlo así, me levantó el falso testimonio de Poeta: y V. sin más examen me alistó en su cofradía, y aún me colocó entre los padres maestros del Parnaso. 

No puedo negar que soy sensible, no sólo a los puros placeres que engendra la poesía en el ánimo, sino también a los encantos de sus gracias y bellezas: conozco también aunque escasamente la teórica del arte; pero estoy muy lejos de lisonjearme que la poseo, y mucho menos de creerme capaz de volar a grande altura. Siempre me quedo a las faldas del Helicón, nunca a mis ruegos hiere el Pegaso la tierra con el pie para que mane raudales Hipocrene: y enfadado al fin de los crueles desvíos de las Musas, reduzgo (reduzco) sus escasas inspiraciones a pequeñas piezas para juguete de los vientos. Por esta ingenua confesión se ha de gobernar V. para refundir su Soneto, y no desperdiciar tan elegantes conceptos en las alabanzas de quien no las merece.

Cuando tuve el honor de hablar a mi señora doña Francisca, sobre el asunto que ha dado impulso a la preciosa canción de V., no me ceñí al limitado empeño de una Oda que V. compondrá en menos tiempo que gastaré yo en escribir esta, sino al de una Epopeya majestuosa que perpetuase el nombre de su Autor, para que en un tiempo en que cuasi todas las naciones de Europa disputan por la preferencia de este género de poema, se vea España obligada a callar con rubor, por no tener una obra Épica digna de oponerse a las extrañas. Y a la verdad, dejando aparte las obras maestras de Homero y Virgilio, a cuyos primores aún no han llegado los modernos; ¿de qué Poema Épico puede hacer alarde nuestra Nación que sea comparable con la Jerusalén del Tasso, el Paraíso perdido de Milton, y la Henriada de Voltaire? ¿El Monserrate de Virués, los Amantes de Yague (Yagüe), la Austríada de Rufo, la Araucana de Ercilla, el Pelayo de López Pinciano, la Conquista de Sevilla de CuevaSería engañarnos neciamente si pretendiéramos que alguna de estas piezas pudiera competir con cualquiera de las extranjeras anunciadas, porque en unas se falta a las reglas, en otras a la grandeza del héroe; quien carece de invención, quien de episodios que hermosean y deleitan: por lo general no se halla la armonía y alteza de la dicción que corresponde, ni la sublimidad de los pensamientos, en todas se nota mal disimulado el arte, y una afectación de imitar servilmente a los antiguos en las cosas triviales y menudas, no en los primores que los elevaron a la cumbre de la inmortalidad.

Así movido de estas poderosas razones, creo que V. solamente puede librarnos del oprobio, y en la elección que hago de V., no menos atiendo a su grande ingenio felizmente acreditado en las obras publicadas, que al honor de nuestra Nación, la cual en ningún tiempo más que ahora necesita de estos auxilios literarios para poder parearse con las demás europeas: y no tanto hablo de la Nación Española, como de la Valenciana, que sin embargo de ser la más ingeniosa y cultivada entre las de España, no logra la estimación que corresponde a su mérito, de modo que para que la gloria recayese cumplidamente sobre ella, dije que la Epopeya fuese de asunto peculiar a nuestra gente: y en este concepto propuse el de Conquista de Valencia por el Rey D. Jaime. El asedio de nuestra ciudad, acción llena de gloriosas acciones militares, daría mucho honor al héroe, y pudiendo admitir algunos episodios, convendría introducir uno que directamente mirase a dar a conocer los grandes hombres que han salido de esta Ciudad y Reino. Por ejemplo podría suponerse que el rey pensaba levantar el sitio, sabiendo que venían de África tropas auxiliares a sostener la constancia de los sitiados; pero se opuso S. Pedro Nolasco que le acompañaba en la expedición prometiendo feliz término, y declarándole haber tenido una revelación o sueño en que había visto los ilustres descendientes del rey, y los hombres famosos en armas que saldrían de Valencia hecha cristiana. El fundador de la Merced podría hacer las veces del Anchises virgiliano, dando en profecía noticia de las bizarras acciones de los antiguos Boíles, Centellas, Moncadas, Colomas, Vic, Borjas, Marradas, Joannes, y de otros insignes varones que dieron honor a nuestra patria. Esto es, señor y amigo mío, el plan del pensamiento que propuse a Madama Peyrolón, para que trasladado a la noticia de V., y apoyado con la recomendación de esta señora, se empeñare en hacer tan honroso servicio a la nación y patria. V. tiene verdaderamente talento poético, posee perfectamente las lenguas de los mejores poetas y filósofos, puede acaudalar la erudición correspondiente con el conocimiento de los idiomas vivos de Europa, para apropiarse la abundancia y majestuosa sencillez de Homero, la igualdad de Virgilio, y aquella oculta mágica (magia) que mueve los personajes de su Eneida, el arte sublime y los ricos colores del Tasso, el fuego abrasador de la imaginación de Milton, la nobleza y caracteres de Voltaire, las imágenes y fecundidad del Camoens, el aire militar de Ercilla: finalmente puede V. con su vastísima lección y grande ingenio enriquecer el Poema de todos los primores y gracias que advierten los sabios en las obras de los épicos de primer orden. Yo desde este rincón del mundo vaticino la gloria que ha de resultar a V., y la que se ha de acrecentar a la patria: y espero darme la enhorabuena de haber sido el impulsor, y de poder cantar en alabanza de V. el Cedite Romani. Si el empeño es arduo, sabe V. muy bien que por estas esperanzas se camina de la inmortalidad al alto asiento. Para ello no puedo ofrecer a V. mas que mis buenos deseos, por ser muy cortas e inferiores mis facultades; sin embargo cualesquiera que sean están a la disposición de V., con el afecto que soy su apasionado servidor Q. B. L. M. de V. Vicente Noguera Ramón.

El abate D. Juan Andrés en su grande obra Dell'origine progressi è stato attuale d'ogni Letteratura, en el tomo segundo, hablando de los poetas trágicos, dice de Lassala: Ma sopra tutti (gli Spagnoli venute in Italia) il Lassala edición il Colomés hanno ottenute lodi distinte è fatto risonare dal suo nome i Teatri d'Italia. También en el tomo primero de sus Cartas familiares se expresa así: Lassala tiene también mucha variedad: matemáticas, lenguas vivas y muertas. Poesía latina o italiana, todo ha contribuido a darle buen nombre en Bolonia y fuera de ella.

D. Juan Sempere y Guarinós en el tomo tercero de su Biblioteca española de los mejores escritores del reinado de Carlos III, impresa en 1786, coloca entre ellos a Lassala, manifestando las obras que hasta entonces había publicado, llenándole de elogios, y copiando trozos de ellas, como para muestra de la pureza de estilo, facilidad y elegancia poética. En el libro impreso en Roma año 1803, intitulado: Operum scriptorum olim è Societate Jesu in Italiam Deportatorum Index, su autor el abate ex-jesuita catalán D. Onofre Prat de Sabá (1: falleció en 16 de noviembre de 1810), y publicado con el nombre alegórico de Josepho Fontio á Valle Ausetano, después de manifestar las obras que había compuesto Lassala hasta aquel año, concluye con lo siguiente: “A estas obras añadirá otras, por ser varón incansable, e inspirado por las Musas.”

Y finalmente los Autores de las Memorias Enciclopédicas de Bolonia, dando noticia de la obra de Serificio Coorum Bononiensium, concluyen así: Noi proviamo nei versi del Sig. Ab. Lassala un'armonia, che non sentiamo in tante altre composizioni latine di miseri versificatori, che ci annojano continuamente con la loro raucedine.... Noi sappiamo grado al Sig. Ab. Lassala ò á chiunque abbia ispirato al medesino il pensiero di fare un poemetto utile, per averci risparmiata la noja di leggere in sua vece una di quelle tante insulse filastrocche chiamate Raccolte, in cui si ripete stucchevolmente quello che siamo nauseati di sentire da che abiiamo per la Dio mercè l'uso delle nostre orecchie. Volesse il cielo che simile costumanza fosse per sempre sbandita da'nostri paesi. Ne' i cattivi poeti avrebbero ocassione di andar pettoruti per la belleza delle altrui piume, di cui si rivestono sovente; nè i buoni soffrirebbero il tormento di dovere continuamente redersi attorno tante insaziabili Sangui-sughe, le quali minacciano loro con la trista alternativa, ò di farli sborsare un soneto, ò di abbreverarsi crudelmente del loro sangue.”

Sería alargar mucho este artículo, si hubiéramos de insertar las alabanzas que le dieron varios sabios, como Dios Dado Caballero en su Bibliotecae scriptorum Societis Jesu Supplementa, en el tomo cuarto de la Raccolta Ferrarese d'Oposculi scientifici é letterari etc. etc.

FR. LUIS SALES. 1807.

Del orden de predicadores, nació en la ciudad de Valencia en 20 de abril de 1745, fue bautizado en la parroquial de S. Esteban; después de los estudios de gramática y parte de filosofía en la universidad de su patria, tomó el hábito en el convento de santo Domingo de dicha ciudad en 23 de octubre de 1761. Concluido el curso de filosofía que defendió en públicas conclusiones, pasó al de teología de santo Tomás y Melchor Cano: pero animado por una convocatoria de misioneros para la antigua California, se alistó voluntariamente, verificando la salida de su convento en el mes de octubre de 1770; luego que llegó a su destino trabajó incesantemente, hasta que colocado en las fronteras de gentiles, fundó él solo la última misión o pueblo llamado S. Miguel, con lo que se unió la California nueva con la antigua: después de bastantes trabajos, obtenida su licencia, regresó a su convento por el mes de octubre del año 1790, donde vivió con créditos de grande orador, y con el título de presentado. En 1806 fue elegido para prior del convento de Segorbe, allí cayó enfermo de una especie de asma; regresó a Valencia, y después de haber recibido los sacramentos, pasó a tomar las aguas de Navajas, donde murió en 10 de septiembre de 1807. Escribió:

1. Noticias de la California. Valencia, en la imprenta de Orga, 1794, en 8.° Esta obra, que a instancia de algunos amigos compuso su autor, está dividida en tres cartas: en la primera trata de la extensión de dicha provincia, altura, longitud, puertos, árboles, frutos, pesca, cuadrúpedos, insectos, yerbas medicinales, costumbres de los indios, enfermedades, curanderos, entierros, fiestas y otras cosas curiosas: en la segunda del modo con que se introdujo el gobierno y la religión; y en la tercera los adelantamientos que hicieron los Dominicos, con un estado general de toda la Provincia.

2. Mapa particular de lo interior de la provincia, y otro de lo exterior de la costa oriental y occidental. Ambos manuscritos originales se los pidió al autor el Exmo. Sr. D. Francisco Fabián y Fuero, siendo arzobispo de Valencia, y con su muerte se desaparecieron del palacio.

3. Diario de su viaje desde que salió de Valencia hasta su regreso. Manuscrito.

4. Instrucción fácil para la reducción de los gentiles. Manuscrito. 

5. Una representación al obispo de Sonora D. Fr. Antonio Reyes, del orden de S. Francisco, a favor de los misioneros, proponiendo muchos puntos importantes para el gobierno de dicha provincia. Manuscrita.

6. Notas críticas a la Vida que se imprimió en Méjico en 1784 en un tomo en 4.° del P. Junípero Serra, mallorquín, misionero que fue de dicha provincia de California, en las que rebate muchas falsedades etc.

D. VICENTE RODRÍGUEZ VOLO. 1807.

Presbítero, beneficiado de la catedral de Valencia, hijo de dicha ciudad, parroquia de S. Esteban, nació día 25 de septiembre de 1726. En el año 1750 fue nombrado segundo maestro de ceremonias en dicha catedral, y en 1761 lo eligió el cabildo primer maestro, desde cuyo año compuso hasta el de su muerte el Añalejo u orden del divino oficio con notas, especialmente en los primeros años, sobre las rúbricas del breviario y misal pertenecientes al oficio y misa. Murió en dicha ciudad a 12 de octubre de 1807. Escribió:

1. Manual eclesiástico de las sagradas ceremonias de la iglesia. Tratado del coro, de sus empleos y de las ceremonias que deben observar los residentes. Valencia, por José de Orga, 1767, en 8.° 

2. Manual eclesiástico de las ceremonias de la iglesia. Disertación sobre la rúbrica IV del misal romano de las misas votivas, privadas, cantadas y solemnes. En Valencia, por D. Benito Monfort, 1789, en 8.° Va sin nombre de autor.

3. Manual eclesiástico de las ceremonias de la iglesia. Disertación sobre las rúbricas V y XIII del Misal Romano de las Misas de réquiem. Valencia, por dicho, 1789, en 8.° 

4. Manual eclesiástico de las ceremonias de la iglesia. Disertación del Breviario y partes que le componen. Valencia, por el mismo, 1797, en 8.° 

5. Manual eclesiástico de las ceremonias de la iglesia. Disertación de los comunes del Breviario. Valencia, por idem, 1797, en 8.° 

6. Manual eclesiástico de las ceremonias de la iglesia. Disertación sobre nuestro oficio y partes que le componen. Valencia, por José Esteban, 1797, en 8.° 

7. Manual eclesiástico de las ceremonias de la iglesia. Disertación sobre las conmemoraciones, horas menores y antífona final de nuestra señora. Valencia, por dicho Esteban, sin año, en 8.° 

8. Manual eclesiástico de las ceremonias de la iglesia. Disertación de la práctica y modo de rezar el oficio divino. Extracto de las disertaciones que anteceden del Breviario y divino oficio, para ordenarle según las rúbricas y decretos de la sagrada congregación. Valencia, por los hermanos de Orga, 1797, en 8.° 

9. Instrucción manual para celebrar y visitar con fruto las cuarenta horas. Tratado de su institución, de la exposición del santísimo Sacramento, de la Indulgencia y diligencias que se piden para ganarla. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1784, en 8.° 

10. Advertencias pertenecientes a las ceremonias del coro de la santa iglesia metropolitana de Valencia, para los señores canónigos y demás residentes. Valencia, por José Esteban y Cervera, en 4.° sin año.

11. Diario valentino de las cuarenta horas, adornado con la noticia de las diarias fiestas, ejercicios espirituales, algunas noticias curiosas y devotas, y de todas las indulgencias que generalmente se pueden ganar en las iglesias de la ciudad de Valencia. 

Publicó por cinco años seguidos e imprimió en Valencia, desde 1772 hasta 1776, en 16.°, los dichos Diario Valentino, que salieron anónimos, y merecieron mucha aceptación del público por contener muchas noticias históricas, a más de ser un Efemérides adaptable a otros años, si se sabe manejar con discreta aplicación.

D. MARIANO IRANZO. 1807.

Nació en Valencia, parroquia de S. Martín, hijo de D. Mariano, del Comercio, y doña Rosalea Fernández. Murió su padre siendo aún muy joven, quedando a la tutela de su abuelo paterno D. Blas Iranzo, en cuya casa se instruyó perfectamente en las fábricas de tejidos de seda, de modo que en pocos años se halló en disposición de dirigir los muchos telares que tenía corrientes. En medio de sus ocupaciones su amor a instruirse le desvelaba en la lectura de nuestros mejores libros, lo que juntamente con un curso completo de matemáticas a que asistió en la real academia de las bellas artes, bajo la dirección de D. Joaquín Martínez, contribuyó para que pudiese desempeñar los asuntos de su profesión, y aventajarla en tejidos de gusto y primor.

Hizo construir un torno de su invención para hilar la seda, que mereció mucho aplauso de los inteligentes, del cual da noticia D. José Antonio Valcárcel en su obra de agricultura.

Hallándose establecido en su propia casa, compuso varios tratados sobre el comercio y fábricas; algunos que versan sobre los medios de adelantar los conocimientos en las de esta ciudad, presentó a la real junta de comercio y moneda, y tuvo la satisfacción que de orden de aquella se le hiciese saber atendía su aplicación, y dispuso se imprimiesen en la obra periódica que se publicaba en Madrid, intitulada Correo Mercantil, como puede verse en el de 28 de enero de 1793, capítulo de Valencia, número 8 hasta 18 inclusive: suyas son también las Observaciones sobre todo el progreso de una cosecha de seda, inclusas en el de 27 de febrero de 1794, igualmente en el de 29 de junio de 1795, y algún otro.

Últimamente deseando lograr algún descanso en sus tareas, y con la salud bastante quebrantada, se retiró a un pequeño lugar de este reino. En Sot de Chera, pues, permaneció en el estado de celibato, procurando adquirir la paz y felicidad que deseaba en la soledad un amante de la verdadera filosofía, apartado del lujo y ceremonias que tan molesta hacen la vida civil. Últimamente víctima de una larga enfermedad volvió a Valencia, donde murió día 16 de febrero de 1807.

D. JUAN BAUTISTA COLOMÉS. 1807.

Natural de la ciudad de Valencia, donde nació en 22 de febrero de 1740, en cuyo día fue bautizado en la parroquial de santa Catalina mártir; fueron sus padres José Colomés y Bautista Lliso; hizo sus primeros estudios en el colegio de S. Pablo de la compañía de Jesús; inclinado a esta religión, tomó la sotana en 31 de julio de 1755; y desde luego fue destinado para maestro de gramática a la ciudad de Orihuela, en cuyo cargo le alcanzó el expatriamiento de los de su religión, pasando con sus compañeros a Italia, avecindándose en Bolonia, donde se dedicó a todo género de literatura.

Permaneció en ella hasta que por nueva orden se permitió a los ex jesuitas el restituirse a su patria; lo hizo Colomés viniendo a Valencia en 1798, donde fue recibido por todos los literatos con sumo placer; se mantuvo en dicha ciudad hasta que por otra orden expedida a principios de 1801, le fue preciso volver con sus compañeros a Italia, privando a los sabios de esta de la presencia y trato de su estimable amigo, el cual permaneció escribiendo y dando a luz varias producciones de su ingenio hasta su muerte, acaecida en Bolonia a 7 de enero de 1807.

En su elogio, y para dar una idea de sus estudios y ciencia, bastará lo que el P. Juan Andrés dice en una carta escrita a su hermano desde Parma, fecha 15 de enero 1801, y se halla en las impresas en Valencia por Orga, dicho año, en 8.°; en ella le dice: 

“Ya que hablamos de poesía, aprecio la noticia que me das del drama sagrado del Nacimiento, que componía el abate Colomés, y que ahora ya se habrá cantado, y tal vez impreso. (Se cantó en Navidad de 1800 en casa del canónigo Roca, y se imprimió dicho año. Véanse sus obras) “Si así es me alegrará de leerlo, como leí con mucho gusto el otro de la Adoración de los reyes, admirando la ingeniosa destreza con que él supera las dificultades del argumento, uniendo con delicado artificio las sencillas gracias pastoriles con la majestad de los personajes que ennoblecen la acción, y a quienes él hace hablar con los sentimientos elevados que nacen de su genio poético, y de las sublimes ideas que le inspiran los sagrados libros. Yo quisiera que diese a luz en castellano algunas composiciones trágicas, en las cuales pudiera dejar correr libremente su vena, y dar dilatado campo a la energía de las pasiones que sabe manejar con tan acreditada maestría. Sin dejarme llevar de la amistad, te puedo confirmar con verdad lo que tantas otras veces te he escrito, que Colomés es uno de los mejores talentos que tenemos de mucha extensión, y al mismo tiempo profundidad, y que sobresale felizmente en cualquiera género de literatura que emprende.

En Bolonia estudió las matemáticas bajo la enseñanza del célebre Riccati, y en poco tiempo hizo en ellas extraordinarios progresos. Yo hubiera deseado que a lo menos hubiese impreso el tratado de mecánica, que estaba trabajando según los nuevos principios de Riccati; pero las novedades sobrevenidas, y su falta de salud, no le permitieron la continuación de sus obras en este género, y se dio a otra clase de estudios menos penosos, y sobresalió en ellos igualmente. Te escribí ya en años pasados el aplauso universal con que fueron leídas y representadas en Italia sus óperas y tragedias. Los italianos, y entre ellos Metastasio mismo, se quedaron admirados viendo el dominio con que un forastero manejaba la lengua italiana; y en los bien entendidos panes de las acciones trágicas, en la belleza sostenida de los caracteres, y en el contraste de las pasiones que él pinta con energía, y con aquella delicadeza de sentimientos, que caracteriza la viva sensibilidad de su ánimo, reconocieron su genio verdaderamente trágico, y le hicieron con sus elogios la bien merecida justicia.

He leído algunas Disertaciones suyas críticas ya impresas; y a más del buen estilo, y de su doctrina y juicio, he visto que manejaba en prosa la lengua italiana con igual pureza y elegancia que en verso. Ha querido estudiar algunas lenguas vivas y muertas, y con la misma facilidad ha salido con su intento. Su inteligencia y gusto en la pintura y nobles artes muestran su genio y fino trato en todo lo que pertenece a la belleza, tanto de artes, como de letras. Me acuerdo haberle oído decir, que sobre las nobles artes meditaba, y escribía una obra voluminosa y de empeño; y quisiera que me dijeses en qué estado la tiene, pues saliendo de su pluma, no puede menos de estar llena de ideas luminosas y útiles. Todo esto prueba en nuestro Colomés un feliz ingenio, versátil y pronto para todo cuanto quiera emprender. Hablándote de él me he extendido tal vez más de lo que conviene a una carta; pero no he podido contenerme, porque me duele verle ocioso, y siento mucho que no se haga conocer más ahí con sus producciones literarias.”

Las obras impresas de nuestro Colomés son las siguientes.

1. Poesías españolas sobre la pasión de nuestro señor Jesucristo. Impresas en Orihuela, 1766, en 4.° 

2. Certamen literario. En Valencia, en la imprenta de Benito Monfort, 1767, en folio.

En este certamen se describen los progresos que hicieron los discípulos del autor, y de que dieron públicas pruebas en la ciudad de Orihuela, no sólo en las lenguas y poesía española, latina y griega, sino también en la geografía, historia, heráldica &c. Se hace mención de la tragedia que el autor compuso para esta función, y que se intitulaba: Hermenegilda o Armengola, heroína goda, que fue la que principalmente contribuyó a librar la ciudad de Orihuela del yugo sarraceno, y a franquear libre entrada a las armas de Castilla en la persona de D. Alfonso el Sabio. Se leen en este libro algunos versos de los coros de la tragedia, y varias liras que se cantaron en la apertura de la función.

3. Cayo Marzio Coriolano (Marco). Tragedia, impresa en santo Tomás de Aquino, en Bolonia, año 1779, en 4.° Esta tragedia la compuso el autor en verso italiano, dedicándola a la señora marquesa Pepoli Spada, y fue la primera que se vio salir a la pública luz en Italia de la pluma de un español. Fue recibida con indecible aplauso de los principales trágicos de Italia, como Metastasio, Varani, Albergati, Betinelli &c. Y la pureza del estilo sorprendió a todos los lectores. Anunciamos, dijeron las efemérides literarias de Roma, una bella tragedia escrita en elegantísimos versos italianos de un español; y quisiéramos que de ella tomasen ocasión de avergonzarse aquello literatos de nuestra nación, los cuales han corrompido nuestro purísimo idioma con sus bárbaras expresiones.

Metastasio en elogio de esta tragedia escribió la siguiente carta a nuestro Colomés: Por muchos títulos, respetabilísimo Sr. Abate, su Coriolano es digno, no solamente de alabanza, sino de admiración. La franca y noble exactitud, que sorprendiendo a los lectores, se halla en el idioma extranjero, que V. ha adoptado con tanta felicidad; el arte con el cual ha sabido regularse entre los escollos que se esconden en este, tan celebrado de la antigüedad, pero no menos difícil, que luminoso argumento; sus sabios y tan bien conexos pensamientos, y la índole poética que claramente se observa en todas sus expresiones, manifiestan ya mucho, y prometen aún más del talento del escritor. Le quedo muy obligado de la convincente prueba, que se ha complacido darme de su distinto mérito; y lleno de verdadera y obsequiosa estima, me digo: Viena 11 de noviembre de 1779: Devotísimo, obligadísimo servidor verdadero Pedro Metastasio.

En celebridad de esta obra, y de su autor, escribió el abate Serrano los versos siguientes, que están impresos en el libro de sus Epigramas, que después de su muerte publicó el abate D. Miguel García, y es el epigrama 78.

Ad. Jo. Baptistam Colomensium Valentinum, de ejus prima italica tragedia Marco Marcio Coriolano.                  

EPIGRAMMA.

Nondum Felsine cum sit spectata theatro

Jam tua Melpomene plausibus excipitur.

Nil actor valet ex ista decerpere laude

Nil valet venit, et doctis lectoribus omnis;

A magnis pleno ingeni Albergatius ore

Et Tragicus Tragico dat decus eximium:

Musarum, et Phabi spernere judicium.

En la biblioteca española de Sempere de los autores del reinado de Carlos III, se hace mención con los debidos elogios de esta tragedia, y de la siguiente.

4. Agnese di Castro, o sea Inés de Castro. Tragedia impresa en Liorna, 1781, en la imprenta de Juan Vicente Falorni, en 4.° 

Esta tragedia la compuso también el autor en verso italiano; y mereció doblados aplausos que la antecedente, tanto por todas las cualidades esenciales de una tragedia, como por la elegancia, y poesía de estilo, de modo que creció la admiración de Albergati al leer la Inés de Castro; y habiéndola remitido el autor a Metastasio, cuando ya estaba este en cama para morir, sin embargo el pobre viejo escribió a Colomés muchos elogios, mostrando el vivo deseo que tenía de leerla, si Dios le daba vida; pero no se la dio el señor.

En aplauso de nuestro Colomés, y de sus dos tragedias, le dedicó Francisco Torti una Anacreóntica, con cuarenta y cuatro estrofas en italiano, que imprimió en Bolonia en la imprenta de santo Tomás de Aquino, año 1782.

5. Scipione in Cartagine, o bien Escipión en Cartago (Cartagena : Cartago nova). Drama italiano, o sea Opera en música. Impreso en Bolonia en la imprenta de santo Tomás de Aquino, año 1783, en 8.° 

Este drama fue estimado de los italianos, como uno de los mejores después de Metastasio; y se cantó en el teatro con grande aprobación. Los críticos italianos más severos en punto de poesía española, confesaron en los públicos Diarios literarios, que el estilo era excelente, y que las arias de este drama tenían toda la dulzura, y toda la facilidad inimitable de Metastasio. Se hace mención de él en la citada biblioteca de Sempere.

6. Osservazioni sopra l'Achille in Ciro di Metastasio. En Niza, en la imprenta de la sociedad tipográfica, 1785, en 8.° 

Habiendo la dicha sociedad tipográfica emprendido una bellísima edición de todas las obras de Metastasio, quiso que a cada drama precediese una disertación crítica, que hiciese observar todo el mérito, y aun los defectos del poeta cesáreo. Para esto recurrió la sociedad a los principales literatos de Italia, entre los cuales contó a nuestro Colomés. Se ve en estas observaciones una crítica delicada, y un profundo conocimiento del autor en el arte dramático.

7. Osservazioni sul Demofonte di Metastasio. Otra disertación como la antecedente; y a más, llena de vasta y oportuna erudición, va inserta en la sobredicha edición de Niza, en el mismo año.

8. Lettera ad un amico intorno il giudizio dato nelle Efemeridi Romane del dramma intitulato Scipione in Cartagine. Bolonia, en santo Tomás de Aquino, 1784.

9. Diálogo entre S. Francisco y santa Clara, en verso italiano suelto. En Bolonia, en la imprenta de santo Tomás de Aquino, 1782, en 4.° 

Este piadoso diálogo lo compuso el autor en la ocasión de vestir el hábito religioso una señora boloñesa; y se representó en el mismo monasterio, en donde tomó el hábito la dicha.

10. Memorie apologetiche d'un marmo viterbese, in cui si contiene il decreto del Ré Desiderio. En Bolonia, en la imprenta de santo Tomás de Aquino, 1780, en 4.° 

Este famoso mármol, o lápida, la conserva el magistrado de Viterbo con el más celoso cuidado, a motivo de su grande antigüedad, y de los hechos históricos que en ella se describen. Algunos autores han tentado desacreditarlo; pero en estas memorias se defiende con convincentes razones su autenticidad; y por este motivo la ciudad de Viterbo honró mucho al autor, considerándole como su defensor.

11. Storia di Messico dell'Ab. Clavigero. En Bolonia, en la imprenta de santo Tomás de Aquino, a'o 1781, en 4.° 

Nuestro autor ha hecho un compendio elegantísimo, y muy sustancioso de la dicha historia; de la cual hace resaltar con mucha precisión y exactitud las prendas, y las cosas más notables de ella.

12. Riflessioni sopra le congetture meteorologiche del dottore Lorenzo Pignetti, publico professore di fisica nell'universita (università) de Pisa. En Bolonia, imprenta de santo Tomás de Aquino, 1781, en 4.° 

Estas reflexiones de nuestro autor le acreditaron mucho por los conocimientos físicos, y la justa crítica que en ellas manifiesta.

13. En las memorias enciclopédicas de Bolonia de los a'os 1781, 1782 &c. se leen muchos artículos de nuestro Colomés sobre todos los géneros de literatura, los cuales ganaron gran concepto de todos los hombres doctos.

14. La concordia tra la virtú é la sapienza. Composición dramática. En Bolonia, en la imprenta de Lelio de la Volpe, 1786, en 4.° 

Esta composición tiene toda la dulzura y gracia Metastasiana, y está llena de profunda y pura filosofía.

15. Miscellanee curiose, edición erudite. Bolonia, en la imprenta de Floriano Canetoli, 1795, en 8.° En esta obra se da noticia de las cosas más singulares y extraordinarias que se hallan en todos los reinos de la naturaleza, empezando del hombre y de los animales hasta las plantas, fósiles, metales &c. &c. Entresacado todo con selecto juicio de las memorias de las más ilustres academias de Europa, y de los naturalistas y físicos de mayor crédito; excluyendo todos los cuentos fabulosos e infundados esparcidos en los muchos libros de los siglos pasados. Habiéndose impreso ya algunos tomitos, se suspendió la continuación de los restantes a motivo de las sabidas vicisitudes, y de las guerras de estos últimos años, que turbaron el ocio literario. 

16. Les Filosofs al encant. Parma, en la imprenta Carmiñani, 1793, en 8.° Se reimprimió con este título: Les Philosophes á l'Encan. A Cosmopoli, 1796, en 8.° 

Esta obra fue escrita por el autor en francés, en forma de diálogo, con suma elegancia de lengua, y con todas las gracias del griego Luciano. En ella se combaten los escritos de los que se llaman filósofos con las mismas armas de ellos. Por la misma razón de las pasadas guerras, y falta de ocio, se interrumpió la continuación de esta obra utilísima.

17. La adoración de los Santos Reyes. Drama sagrado, mezclado de arias, recitados &c. Escrito en verso español, e impreso en Valencia, en la imprenta de la viuda de Martín Perís, 1800, en 8.° 

Se representó este drama en Valencia (donde le compuso el autor) en 6 de enero de dicho año, en casa del canónigo D. Antonio Roca, muy amigo de Colomés, y fue recibido con mucho aplauso, esmerándose los eruditos y poetas de esta ciudad en elogiarle, como lo hicieron imprimiéndose sueltas algunas poesías en alabanza del drama y de su autor; y para no defraudar al lector del gusto de leer alguna poesía de tantas que se imprimieron, copiaré aquí la que el abate D. Juan Francisco Masdeu hizo, y es el siguiente.

SONETO.

Ay! Metastasio dulce, deleitoso,

A cuyo suave acento lisonjero

Mil veces aplacó su ceño fiero

El torvo Dios del Istro pavoroso:

Ay, que a tu voz! Ay, que a tu plectro honroso

Hirió la Muerte con su crudo acero!

Ay! que el Etrusco Metro placentero

Yace contigo en tu fatal reposo!

Suspiraba yo así. Y el Vate en tanto,

Aún más que su Enemiga, osado y fuerte,

Alzó la frente, y desplegó su manto,

Mi Metro, dijo, no cedió a la muerte;

Vive en el Cisne, que en Ibero canto

Allá en el Turia mis dulzuras vierte.

18. La adoración de los pastores. Es otro drama como el antecedente que se representó también en Valencia; pero que hasta ahora no se ha impreso. Fue también muy aplaudido y alabado con algunas poesías.

19. Cantado del drama sagrado, Nacimiento de nuestro señor Jesucristo. Impreso sin nota de año ni lugar de impresión, pero fue en 1800, en 8.° marquilla.

20. Diálogo sagrado, o sea Paráfrasis de algunos lugares de los Cantares de Salomón. En Valencia, en la imprenta de la viuda de Perís, 1800, en 8.° con notas piadosas, o explicación mística de algunos versos. Se compuso con ocasión de vestir el hábito religioso doña Juana María Pallarés, en el monasterio de las Servitas de la villa de Murviedro. Van unidos al diálogo unos endecasílabos, y la paráfrasis del Salmo 127: Beati omnes qui timent dominum: dedicado todo a un amigo del autor.

21. Poesías castellanas y valencianas, compuestas para las fiestas que se hacen todos los años en Valencia en honor de S. Vicente Ferrer, en la calle del Mar. Impresas en la misma ciudad por José de Orga, en 4.° 

22. Muchas otras obritas y poesías sueltas ha compuesto e impreso el autor, las cuales no ponemos aquí, porque no hemos podido tener exacta noticia de ellas, ni del lugar de la impresión.

23. Sobre la obra voluminosa, que está trabajando el autor, de las bellas artes, véase lo que dice el célebre abate Andrés en sus cartas, que ya dejo al principio de este artículo insinuada una de ellas.

Dejando las muchas obras que sabemos estar (está) haciendo el autor, tiene varias ya prontas para la estampa. Entre ellas hay una:

24. Sobre la fe que se debe a los poetas en muchos puntos de historia.

25. Sobre la dirección de los globos volantes o aerostáticos.

26. Sobre la famosa estatua colosal de Pompeyo Magno, a cuyos pies fue muerto Julio César; y sobre ocho bajos relieves antiguos, que se conservan junto con la dicha estatua en el palacio Spada de Roma.

27. Henriqueta (pone Henrtiqueta) de Suffolk, tragedia, la cual ha sido ya representada en público teatro con la misma continuación de aplausos que se ha merecido constantemente el autor en este género.

28. Hermenegilda o Armengola, que compuso en verso español para el certamen literario de Orihuela, y de la cual se ha hecho mención arriba en el número 2.°

29. Tratado de mecánica según los nuevos principios de Riccati. Obra que no concluyó el autor por las novedades que ocurrieron en la Italia.

30. Lettera ad un amico etc. Carta a un amigo sobre el Drama Escipión en Cartago. Bolonia, en la imprenta de santo Tomás de Aquino, 1784. Esta es una carta muy erudita y graciosa de nuestro autor. A una persona le vino el prurito de hacer una insulsa crítica sobre dicho drama, teniendo medio de hacerlo insertar en las Efemérides de Roma. La crítica no recae ni sobre el estilo ni invención, ni sobre las otras cualidades poéticas del drama que el mismo crítico alaba, sino sobre algún punto histórico, y sobre una otra bagatela del argumento, escogido de la historia española; crítica que le dictó su antipatía a las cosas de España. Nuestro autor rebatió su censura con tanta plenitud de erudición, y con sales tan graciosas, bien que sin sátira, que le hizo objeto de desprecio del público, el cual había recibido este drama con aquel aplauso, con que había ya alabado todos los otros escritos del autor; y quitó a los efemeridiotas las ganas de dar en lo venidero lugar en su Diario a semejantes fútiles censuras.

31. J. Gemelli. Este es un drama a la manera de los de Metastasio de no mucha extensión, y todo de invención poética, fuera del sujeto verdadero del drama. Lo compuso el autor con la ocasión del nacimiento de los gemelos, hijos de nuestra augusta soberana. Algunas personas se habían unido para imprimir una colección de poesías que celebrasen el augusto parto, y pidieron con este fin el dicho poema o drama a nuestro autor. Desunidos entre sí los colectores, quizá por mutuas etiquetas, no se imprimió la colección, y por consecuencia tampoco el drama. Los que lo han leído dicen, que es una de las producciones más ingeniosas y delicadas de nuestro autor. 

32. Vida del la venerable madre Inés de Benigánim. Manuscrita.

Esta obra estaba ya preparada para darse a la imprenta. Está escrita toda en verso español, y convienen todos los que la han visto, que está llena de dulzura, delicadeza, y de todas las sencillas gracias de la poesía; y al mismo tiempo de gravedad, y de una santa unción, como corresponde al argumento. La gran variedad de metros añade mucha amenidad, y recrea piadosamente el ánimo. 

Los Filósofos en el Encante, se tradujo al español, y se imprimió en Madrid, 1819, en 8.° 


Parte 2

BIBLIOTECA VALENCIANA.