Mostrando las entradas para la consulta petardos ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta petardos ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

jueves, 13 de diciembre de 2018

conillets

coléte, silene inflata, coleta, conillets, conills, acoletas, alcadicea, alcaducea, alcanducea, alcandueca, alcoletas, ben blanco, berza, berzuela, blanca, botello, bragas de cuco, calzón de cuco, carnicuela, carnihuela, cascabelillo de Canarias, cebolla, churriana, cluxidera, cohetes, coleja, colejón, colellas, coleta, colleja, colleja común, colleja fina, colleja marina, collejas, collejas de España, collejas finas, collejicas finas, collejón, conehera, coneja, conejera, conejeras, conejina, conejinos, conejito de campo, conejuelas, coneles, conillets, cornagüela, cornahuela, cornihuela, cuetes, cunillos, estallaores, farifuelles, farolillos, guiso, hierba conejina, hierba de los truenos, manzana de cuco, manzanillón, petardos, pistones, polemonia, polemonio, raíz blanca, restallones, restallos, restralleta, restralletas, restrallete, restrallos, restrallón, roya, sanjuanines, santibañes, silena, tirabeques de la esperanza, tirapeoh, tiratiros, tracabols, trisco, triscos, truenos, verderuela

coléte, silene inflata, coleta, conillets, conills collejas, planta que se come como ensalada, silene inflata, “conejitos” cunillos


https://es.wikipedia.org/wiki/Silene_vulgaris


Silene vulgaris es una especie de planta de flores perteneciente a la familia Caryophyllaceae.


Planta herbácea y vivaz, que alcanza los 10-100 cm de altura, cuyas partes aéreas se agostan a finales del verano o con la llegada del frío, rebrotando de cepa con la llegada de las temperaturas primaverales más cálidas; en otras zonas de España, cerca del litoral, sus hojas son lanceoladas, de color verde claro. las flores, hermafroditas, con los pétalos blancos, divididos en dos lóbulos y con el cáliz amplio característico de la especie. Pertenece a la familia de las cariofiláceas, que entre otras especies conocidas incluye a los claveles y clavellinas (género Dianthus), o al salvadillo (género Spergularia).


La colleja sobrevive y se expande gracias a un denso sistema de estolones o tallos subterráneos que crece cada año, dando lugar a colonias densas de rosetas de hojas, de las que a mediados de la primavera emergen tallos portadores de flores con 5 pétalos blancos, parcialmente envueltos por un cáliz en forma de saco. Las hojas basales son lanceoladas, glaucas –de color verde azulado-, de hasta 4-5 cm de longitud, algo crasas y de borde finamente serrado; las del tallo son más triangulares, menores, pero de textura similar. Los pétalos están divididos en dos lóbulos en su parte superior, por lo que pueden dar la apariencia de ser 10, en vez de 5. A partir de cada flor se forma un fruto en forma de cápsula, con forma de vasija, que aloja numerosas semillas oscuras y arriñonadas; las semillas están cubiertas de pequeños tubérculos, que facilitan su transporte por las mandíbulas de las hormigas.


El género Silene tiene numerosos representantes en la flora, pero la mayoría de éstas son anuales y de llamativas flores rosadas, frecuentes durante la primavera a lo largo de las lindes de caminos y sembrados.



Las collejas viven en pastizales algo embravecidos, cunetas, inmediaciones de cortijos y ermitas rurales, y en general terrenos algo compactados y no sometidos a laboreos anuales; no es raro verlas al pie de encinas u otros grandes árboles como olivos y chopos, donde la presencia de plantas espinosas cercanas, como las esparragueras, ayudan a protegerlas del diente del ganado. Tampoco faltan junto a los muros de las huertas, e incluso en alguna calle del casco urbano. Escasean en los hábitats más evolucionados como jarales, manchas y encinares. En general prefieren los suelos arenosos, donde sus raíces crecen con menos impedimentos, aunque aparecen también en los derivados de pizarras y otras rocas compactas, en las que se en cuentra como inflorescencias en cimas terminales.

La colleja es una de las plantas nutricias autóctonas por excelencia en toda la región mediterránea, pudiendo consumirse las hojas y los tallos tiernos, incluso en crudo. Es una verdura muy fina, hasta el punto de que ni siquiera suele ser necesario eliminar el agua de cocción para consumirlas. El hervido previo es recomendable para reblandecer los tejidos de la hoja, aunque no es necesario. Puede emplearse en guisos, hervida, en ensalada o incluso en tortilla, bastando sofreír previamente las hojas, con o sin cocción preliminar. Su empleo como verdura tradicional se ha ido abandonando con el tiempo, probablemente por lo laborioso de su preparación, ya que las hojas deben separarse de los tallos una a una.

Silene vulgaris fue descrita por (Moench.) Garcke y publicado en Flora von Nord- und Mittel-Deutschland 64. 1869.

Citología
Número de cromosomas de Silene vulgaris (Fam. Caryophyllaceae) y táxones infraespecíficos: 2n=242​

Etimología

El nombre del género está ciertamente vinculado al personaje de Sileno (en griego Σειληνός; en latín Sīlēnus), padre adoptivo y preceptor de Dionisos, siempre representado con vientre hinchado similar a los cálices de numerosas especies, por ejemplo Silene vulgaris o Silene conica. Aunque también se ha evocado (Teofrasto via Lobelius y luego Linneo) un posible origen a partir del Griego σίαλoν, ου, "saliva, moco, baba", aludiendo a la viscosidad de ciertas especies, o bien σίαλος, oν, "gordo", que sería lo mismo que la primera interpretación, o sea, inflado/hinchado.

vulgaris; epíteto latino que significa "común".

Subespecies

Silene vulgaris subsp. aetnensis (Strobl) Pignatti
Silene vulgaris subsp. angustifolia Hayek
Silene vulgaris subsp. commutata (Guss.) Hayek
Silene vulgaris subsp. suffrutescens Greuter, Matthäs & Risse

Sinonimia

Behen alpinus (Lam.) Gusul.
Behen angustifolius Schott ex Steud.
Behen antelopum (Vest) E.H.L.Krause
Behen fabarius Link
Behen glareosus Fourr.
Behen oleraceum E.H.L.Krause
Behen puberulus Fourr.
Behen trachiatus Fourr.
Behen vesicarius Fourr.
Behen vulgaris Moench
Behenantha behen (L.) Ikonn.
Behenantha cserei Schur
Behenantha glaucescens Schur
Behenantha inflata Schur
Behenantha saponariifolia Schur
Cucubalus alpinus Lam.
Cucubalus angustissimus Nocca & Balb.
Cucubalus antelopum Vest
Cucubalus behen L.
Cucubalus inflatus Salisb.
Cucubalus latifolius' Mill.
Cucubalus littoralis Vis.
Cucubalus marginatus Schult.
Cucubalus montanus Vest
Cucubalus personii Spreng. ex Steud.
Cucubalus rotundifolius Steud.
Cucubalus saponariifolius Moench ex Steud.
Cucubalus scaber Fisch. ex Regel
Cucubalus venosus Gilib.
Cucubalus viridis Lam.
Elisanthe zawadskii (Herbich) Fuss
Lychnis behen Scop.
Oberna alpina (Lam.) Ikonn.
Oberna antelopum (Vest) Sourková
Oberna behen (L.) Ikonn.
Oberna rupicola (Boreau) Ikonn.
Oberna schottiana (Schur) Tzvelev
Oncerum glareosum Dulac
Oncerum globosum Dulac
Silene alpina Thomas
Silene angustifolia Guss.
Silene angustissima Boreau
Silene behen var. cucubalus (Wibel) Kuntze
Silene brachiata Jord. ex Boreau
Silene brachyantha Schur ex Nyman
Silene campanulata Saut.
Silene coulteriana Otth
Silene cucubalus Wibel
Silene fischeri Steud.

Silene inflata Sm.
Silene inflata var. pubescens DC.
Silene inflata var. vulgaris Turcz.

Silene latifolia (Mill.) Britten & Rendle
Silene latifolia var. pubescens (DC.) Farw.
Silene linearis Sweet
Silene marginata Kit.
Silene microloba Schott, Nyman & Kotschy
Silene oleracea Boreau
Silene persoonii Schott ex Rchb.
Silene pseudobehen Schur ex Nyman
Silene puberula Jord. ex Boreau
Silene rupicola Boreau
Silene scabra Fisch. ex Sweet
Silene schottiana Schur
Silene venosa Asch.
Silene wallichiana Klotzsch
Silene zawadskii Fenzl
Viscago behen (L.) Hornem.

Nombre común:

acoletas, alcadicea, alcaducea, alcanducea, alcandueca, alcoletas, ben blanco, berza, berzuela, blanca, botello, bragas de cuco, calzón de cuco, carnicuela, carnihuela, cascabelillo de Canarias, cebolla, churriana, cluxidera, cohetes, coleja, colejón, colellas, coleta, colleja, colleja común, colleja fina, colleja marina, collejas, collejas de España, collejas finas, collejicas finas, collejón, conehera, coneja, conejera, conejeras, conejina, conejinos, conejito de campo, conejuelas, coneles, conillets, cornagüela, cornahuela, cornihuela, cuetes, cunillos, estallaores, farifuelles, farolillos, guiso, hierba conejina, hierba de los truenos, manzana de cuco, manzanillón, petardos, pistones, polemonia, polemonio, raíz blanca, restallones, restallos, restralleta, restralletas, restrallete, restrallos, restrallón, roya, sanjuanines, santibañes, silena, tirabeques de la esperanza, tirapeoh, tiratiros, tracabols, trisco, triscos, truenos, verderuela.​

  1.  «Silene vulgaris»Tropicos.org. Missouri Botanical Garden. Consultado el 8 de febrero de 2013.
  2.  Recuentos cromosómicos en plantas vasculares españolas. Fernández Casas, J. (1977) Saussurea 8: 33-55
  3.  En Epítetos Botánicos
  4.  Silene vulgaris en PlantList
  5.  «Silene vulgaris»Real Jardín Botánico: Proyecto Anthos. Consultado el 8 de febrero de 2013.


  1. Cody, W. J. 1996. Fl. Yukon Terr. i–xvii, 1–669. NRC Research Press, Ottawa.
  2. Flora of China Editorial Committee. 2001. Fl. China 6: 1–512. Science Press & Missouri Botanical Garden Press, Beijing & St. Louis.
  3. Flora of North America Editorial Committee, e. 2005. Magnoliophyta: Caryophyllidae, part 2. 5: i–xxii + 1–656. In Fl. N. Amer.. Oxford University Press, New York.
  4. Gleason, H. A. & A. J. Cronquist. 1991. Man. Vasc. Pl. N.E. U.S. (ed. 2) i–910. New York Botanical Garden, Bronx.
  5. Great Plains Flora Association. 1986. Fl. Great Plains i–vii, 1–1392. University Press of Kansas, Lawrence.
  6. Hickman, J. C. 1993. Jepson Man.: Higher Pl. Calif. i–xvii, 1–1400. University of California Press, Berkeley.
  7. Hokche, O., P. E. Berry & O. Huber. 2008. 1–860. In O. Hokche, P. E. Berry & O. Huber Nuevo Cat. Fl. Vasc. Venezuela. Fundación Instituto Botánico de Venezuela, Caracas.
  8. Marticorena, C. & M. Quezada. 1985. Catálogo de la Flora Vascular de Chile. Gayana, Bot. 42: 1–157.
  9. Nasir, E. & S. I. Ali (eds). 1980-2005. Fl. Pakistan Univ. of Karachi, Karachi.
  10. Voss, E. G. 1985. Michigan Flora. Part II Dicots (Saururaceae-Cornaceae). Bull. Cranbrook Inst. Sci. 59. xix + 724.
  11. Zuloaga, F. O. 1997. Catálogo de las plantas vasculares de la Argentina. Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 74(1–2): 1–1331.
  12. Zuloaga, F. O., O. Morrone, M. J. Belgrano, C. Marticorena & E. Marchesi. (eds.) 2008. Catálogo de las Plantas Vasculares del Cono Sur (Argentina, Sur de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay). Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 107(1): i–xcvi, 1–983; 107(2): i–xx, 985–2286; 107(3): i–xxi, 2287–3348.


martes, 13 de noviembre de 2018

Pedro Saputo en chapurriau (tot lo texto)

Vida de Pedro Saputo natural de Almudévar: Autó: Braulio Foz, Fórnols, Matarraña, Teruel, Aragó
Crompá este llibre a Amazon

Se pot agarrá lo texto y traduíl al catalá, valensiá, mallorquí, occitan, etc, los drets de autó han expirat.


Braulio Foz, Fórnoles, Fórnols, Fornos
Braulio Foz, de Fórnols (Fornos allacuanta) al final ña una biografía


//


Llibre primé


Capítul I


Naiximén de Pedro Saputo.


¡Beneít sigue Déu, que al final lo gran Pedro Saputo ha trobat qui aplegare los seus fets, los ordenare convenienmén, y separán lo fals de lo verdadé eixecare a la história acrisolada y pura de la seua vida la digna estátua que debíem al seu talento y a les séues virtuts! ¿Qué me donará lo món per este servissi, per este deute comú que pago, tocánme a mí en ves de a consevol atre veí? Pero ¡a cascala lo interés! No vull datra recompensa que sabé, com u sé desde ara, que este llibre se lligirá en gust per agüelos y joves, per sabuts y per ignoráns, a les siudats y a les aldees. ¡Oh, cuáns bons ratos a les velades de hivern passarán en ell escofanse al foc o al brasé! Pos no vull mes recompensa, com dic; aixó, y aixó sol es lo que me hay proposat. Y pos u dono per conseguit, res mes me se oferix advertí, ni previndre als meus lectós y lectores. A la vila de Almudévar, a tres legües de la famosa siudat de Huesca, a la carretera de Saragossa, va náisse Pedro Saputo de una huérfana donsella que vivíe sola perque se habíe quedat als quinse añs sense pare ni mare, y ere pobra, no teníe mes bens que una caseta a la carrera del forn de fora, y manteninse en lo ofissi de rentadora y lo de cuinera de totes les bodes y de les grans festes del lloc; a la seua juventut cantáe en molta grássia perque teníe una veu extremada y tocáe lo pandero com una gitana. En estes habilidats may li faltáe lo menesté, y algún regalo y bons passatems. Sempre anáe mol pincha y asseada; no envecháe res, ni a pobres ni a rics; tots la volíen be, y ella no volíe mal a ningú. Per a mes gran notíssia de la persona dirém que ere espabilada, redona de cara, no fea, pero tampoc guapa, primeta de cara tirán a grossa, desembossada de paraules; pit ple y ubert, discreta, honrada de casta, recatada, en bona fama al poble, y en tot mol afable. En estes virtuts entendre se pot que tindríe mols pretendéns, y los va tindre, en efecte, no menos en línea recta que en la línea torsuda, y de tots los gustos y apariénsies; pero no se donáe per entesa de la mala intensió de algúns, y agarrán les paraules sempre a la dreta, a tots responíe lo mateix y los despedíe sense oféndrels dién que no volíe casás ni tindre amors. Y aissó que la van marejá mossos mol fanfarróns y valéns, y algúns en ajuar y pegujar, que la hagueren convertit en una hidalga. Cuan escomensáe a sé mosseta li va di una gitana en lo romeret a la boca que si se casáe ploraríe moltes llágrimes, fenli una professía en vers que diebe: Si te cases tindrás home, llágrimes, pena y doló; conserta sola lo teu amor y lo fruit sirá gloriós. No enteníe lo sentit general de la professía y poesía, pero va entendre mol be y se li va enclavá ben fondo com puncha al alma lo de llágrimes y penes, y ere prou per a que tinguere po: conque se va tapá los oíts a tota proposta de matrimoni per mes que passán lo tems va arribá a cumplí los vin añs de edat, que an aquell siglo casi ere afrenta está soltera. Antes de que sen acataren al poble, ya teníe una pancha de sis mesos, y encara que teníe gran opinió de honesta no su hagueren cregut si ella no u diu; pero u díe y u afirmáe en tanta naturalidat que van tindre que créureu. Cuan va arribá lo tems va parí un chiquet mol fortot y majo, y preguntánli de quí ere, va di: Per ara meu y de Deu. Y de aquí no la van pugué traure. Una mica se van mosquejá lo justíssia y tamé lo siñó retó perque no díe quí ere lo pare del chiquet; pero ella se va mantindre en lo dit y van habé de frená la curiosidat y se va mantindre lo secreto. Cuan van batechá al chiquet, may un cas com aquell se habíe vist al poble y pareixíe un milagre (que los tems diuen que eren atres diferéns de los que corren ara, encara que yo no u crec), dingú se oferíe a sé lo seu padrí; y lo justíssia y lo síndic van ajuntá consell general del poble y van di: «honrats veíns de Almudévar: per la veu que ha corregut debéu sabé que la honesta filla pupila de Antonio y Juana del forn de fora ha parit casualmén un chiquet, y no té qui lo porto a la pila. Fému a sorts si tos pareix, y de los tres noms que ixquen sen triará un per vots libres de tots.» - ¡Be, be!, va cridá lo gentío. Y van eixí dos hómens y una dona; y passán a votassió, tots menos sis van votá que fore padrina la dona, y que los dos homes y lo síndic la acompañaren. Ere una donsella, y no va faltá qui remugare dién que les donselles no teníen que habés presentát per séu la mare del chiquet y no estáe be que la visitaren. Pero a qui aixó va di, que ere un ricacho en vanidat de hidalgo, lo van mirá mal de reúll y lo van aburrí tot aquell día. Va sé, pos, padrina la donsella, y lo va traure de pila mol contenta; y com ere de una casa acomodada va ñabé gran batech y alifara, que la van doná los acompañáns y son pare de la mateixa padrina. Li van ficá de nom Pedro, y no se va parlá en mols díes de atra cosa al lloc. Cuan la mare va traure al chiquet al públic pareixíe una conda en la formalidat y satisfacsió que mostráe y als dijes y mantilla que li ficae; y la gen la volíe encara mes que abáns. La paráen tots per a mirá al chiquet, y sense sabé per qué se alegraen; y moltes dones, espessialmén les donselles, casi li teníen enveja. 


Capítul II 


Espabil de Pedro Saputo cuan ere chiquet. Renego de mantellines fetes aná. ¿Saps, lectó, per qué yo no vach sé mes espabilat de chiquet y u soc tan poc de gran? Pos es perque los mantells en los que me van portá a batejá y purificá sels habíen ficat ya atres germáns meus que van vindre dabán y van absorbí tota la seua virtut. Ya se veu, com sol se empleáen dos o tres vegades per a cada un duráen sempre, y en una mica de almidón y aigua de fon quedáen un atra vegada com a nous, no com anous del anogué, de la noguera, como nuevos en castellá. ¡Qué poc li va passá aixó a Pedro Saputo! Per aissó va sé tan viu y en tan ingenio. Tot lo que portáe ere nou, y tot cusit per sa mare, que va besá y bañá mil vegades en llágrimes aquelles robetes; y los besets y les llágrimes de una mare són cosa mol eficás y santa. Y li va ajudá mol lo sé donsella y mirál en ulls de casada, criánlo en lo amor consentrat de mare desamparada y sola. Aixina consevol ixiríe espabilat. No ña perqué admirás de lo que lligirás. La mare lo portáe en brassos en molta naturalidat y grandesa, y los que la miráen cuan anáen per los carrés díen: pareix una siñora. Y u pareixíe de verdat. Tots volíen vore al chiquet, lo agarráen y soltáen; pero ell, desde que va tindre tres o cuatre mesos, no se dixáe agarrá per tots, de uns sí y datres no: y si lo anáe a besá algún home o dona de mals ulls, apartáe lo cap y giráe la cara apretánla al coll de sa mare, y no ploráe com los atres chiquets, primé gitáe (vomitáe) la lleit y después ploráe en tristesa y no volíe eixecá lo cap hasta que sen aniguere aquella persona. En aixó díen tots que lo chiquet de la pupila teníe mol talento, y sa mare contestae: be lo haurá menesté, perque ni té patrimoni ni sa mare atra esperansa, a no sé que... y de aquí no passae. Va creixe poc a poc y va arribá als sis añs, habíe tingut lo sarrampió y la viruela, y una y atra enfermedat va passá, com diuen, pel carré. Sa mare va escomensá a díli que anare a escola, pero ell no volíe anay, només jugá y aná bambán tot lo día. Una vegada li va di: - Mira, fill meu; ya tens sat añs y encara no coneixes una lletra; Agustinet, lo teu veinet y amic, es del mateix tems que tú y ya deletreche als dotse pares y los romanses. ¿Cuán penses aná a escola? Y ell contestae: - Si me reneguéu, no u sé; si no me fotéu la bronca, cuan sigue tems. Eisse Agustinet y atres com ell estúdien per a burros, y yo per a montáls. - Pero, fill meu, li va replicá sa mare: ¿Cóm no hay de renegat si a mí les persones del poble me se mingen la cara perque no te fach aná a escola? - Mare, li va contestá ell: yo tos hay dit que si me reneguéu no sé lo que faré, y si no me importunéu, cuan arribo lo tems no caldrá que me arrastron. Y an eixes persones que tos mingen la cara enviéumeles a mí y yo los diré cuatre coses. ¿No ñaurá cap taragaña a les séues cases? Pos mentres a vosté li donen mal, que váiguen a llimpiáles y los sirá mes de profit. Sa mare se admirabe de estes contestassións y va dixá de molestál. Van passá mols díes, y ell aná jugán y fen maleses, follán nius, encorrén als gossos y cassán vileros (pardals) en tochets enviscats. Si algú lo tratáe de dropo sen enríe a carcañades y dixáe en dos pams de nassos a qui lay díe; pero si li díen malcriat se ofeníe mol, y la primera pedra que topetáe per allí la agarráe y la tiráe en gran furia y forsa a la persona que lo habíe enfadat; y si los fee un boñ al cap o alguna ñafra, no ñabíe datre remei que cridá al dotó, perque lo justíssia y lo retó lo volíen y amparaben, y li donaen la raó y no volíen que ningú li prenguere cuentes ya que ell a ningú molestáe ni díe paraules roínes. En tot, sa mare se apenáe, y no podíe en la pena, un día li va di en gran passió: - ¡Pobre de mí, que ting un fill que ere la meua alegría y tota la meua esperansa, y vach veén que lo que puc esperá de ell són disgustos y malaventura! Y ell li va contestá: - Ploréu, mare meua, be de barat, be de balde, be de Baldarrores, be de … pures ganes de plorá. Aneu, que pronte siré home o dixaré de sé chiquet, y coneixeré les lletres y lligiré milló que Agustinet. Guardéu, ¡va!, les llágrimes per a milló ocasió, per a un atra nessessidat mes gran, que no vullgue Deu que vingue, perque ésta, creéume, es ocasió de mol descáns y de bona y sana esperansa. Y sa mare se va consolá, y se va proposá no importunál mes sobre este pun. 


 Capítul III 


De cóm Pedro Saputo se va ficá mol fort. A los nou añs se anáe ya arrimán, y encara no parláe de aná a la mostra. Sa mare u sentíe, pero calláe, encomanán a Deu la sort del seu fill y la séua. Les séues diversións eren córre mol, jugá a la pilota y saltá y caminá per bardes y parets, ere tan ligero y sereno, que en la mes gran fassilidat se empináe als tellats mes alts y eixíe y se ficáe dret a un caballó, y miráe al carré y no se ni anáe lo cap. Una vegada, ajudat de atres sagalets, va atravessá un tauló prim desde un tellat al atre y va passá per nell moltes vegades, y balláe al mich y corríe a la coj, coj, y fee atres mil moneríes. Tamé solíe aná en los llauradós als cams, y tot lo día estáe preguntán de les faenes, y terres, plantes y estassións. Ere mol charraire. Aixó, així com atres moltes coses, se u va traure del ventre de sa mare, igual que una careta majíssima, ulls amorosos, mirada expresiva y profunda, y un aire grassiós y noble, tots teníen ficats los ulls an ell, y ell los preníe lo cor a tots, pareixíe un encantamén. Un día va arribá en gran pena a casa perque un mosset del seu tems li habíe guañat a reñí, y li va di a sa mare que li diguere per qué li habíe vensut si no ere mes alt y teníen la mateixa edat. Sa pobre mare no sabíe qué contestáli; al final se li va ocurrí díli que aissó consistíe en que com l’atre pesolaga ere llauradó y fee aná les forses, se habíe endurit y encara que ere tan chiquet com ell, ere mes fort. Va quedá satisfet de esta raó; y aquell mateix día va aná a casa sa padrina, y li va rogá a son padrí (que no ere mes que lo home de sa padrina, que fee tems que se habíe casat) que li portare en lo carro sing o sis pedres mol grosses, tan grans com un arca; y lo padrí, que lo volíe com si fore fill, li va doná lo gust y va portá en dos tongades sat roques, unes mes grosses, y atres menos, y una mol gran, y se les va fé entrá al corral de casa seua, lo que va costá no pocs esforsos a micha dotsena de ganapáns. Desde aquell día estáe seguit regirán les pedres en una palanca y les minudes en los brassos, volcánles, cambiánles de puesto, fen grans esforsos, y suán y jurán com si estiguere condenat an aquell traball del infern. Tamé va fé afilá dos destrals velles que estaen per allí, y com descáns del ejercicio de los barróculs agarráe una estral y fee esclops y bades a uns trongs de carrasca que se va fé portá. No contén en aixó va demaná una massa y chafáe y machacáe la roca mes gran. Al cap de tres o cuatre mesos, per a probá les séues forses, va cridá al sagal de marres y li va di que habíen de reñí un atra vegada; lo zagal no volíe, pero ell lo va amenassá que lo arrastraríe com un gat mort, y lo va obligá y van reñí en gran passió y bravura. Va guañá Pedro Saputo, pero en tanta ventaja, que después se probáe a reñí en atres mes granets y tamé los guañáe fássilmen. Y va di a sa mare: ya hay vist, siñora mare, que me va di la verdat cuan la riña de Geronimillo, pos en lo tombá de les roques y lo ejercicio de la destral y la massa, y alguna vegada que me fico a cavá en los llauradós, me hay ficat tan fort que guaño a tots los sagals del meu tems y hasta algúns atres mol mes grans. Bon secreto me va enseñá. Yo li prometixgo que no me guañará datre a luchá ni a pegá puñades, y hasta hay de derrocá y cossejá, encara que sigue a un chagán que se atrevixque a enfrentás en mí. Y així va sé, perque entrenán mol les forses, y en la bona y perfecta complexió y salut del seu cos, va alcansá mol grans bríos, y va sé tan forsut, que después, tan per diversió com per probás agarráe dos o tres homes y jugáe en ells com si foren tochets de fe calseta (palillos de randa). 


 Capítul IV 


De cóm Redro Saputo va aná a escola. 


Un de los mes grans engañs que se patixen al món es que no tots los burros porten albarda ni caminen a cuatre potes y ferrats com hauríen, perque aixina no entropessaríe un en tans que pareixen un atra cosa. Si al menos los creixqueren les orelles, que es lo distintiu mes propi; pero ni aissó. ¡Oh qué bo que siríe! Pedro Saputo los coneixíe en sol mirals a la cara; y desde chiquet, com se va vore lo que li va di del veinet sa mare, que lo proposáe com a modelo de aplicassió de les lletres, pero ñan arts y siénsies que moren en los seus autós; ésta va sé una de elles. La que después han fundat los moderns fisionomistes dits servellistes o frenólogos, es un atra; lo que no veu res als ulls y a tot lo rostro, poc vorá al cráneo, y sobre aixó, que me torron viu. En estos ejercicios y jocs va passá encara algún tems, cuan una nit después de sená y de estás un rato calladet y cavilán li va di a sa mare en ressolusió: - Mare, esta nit vull ditos algo bo: demá si tos pareix aniré a escola. - Sí, fill; sí que me pareix be, va contestá sa mare emossionada; sí que vull que vaigues a la mostra. ¡Grássies a Deu! Bona nit me dones, fill: be u has dit: de goch no podré dormí. ¡Ay! Si sapigueres lo que hay patit cuan me díen que criaba a un dropo. Ara sí que estic contenta. Perque mira, fill, que soc ta mare, y estem los dos sols al món. - Y mos bastém, va contestá ell: los dos y lo de allá dal (siñalán al sel en la má) contra tot lo món si mos es contrari; que no u sirá mare, no, sino mol favorable. - Miréu, mare meua: la escola es pa mol du y sense bones dens no se pot mossegá. M’han caigut los primés, ting tots los segundos, y forts, y puc mossegá y minjá lo pa de la escola que com hay dit es mol du y estopeng, y no té que donás als chiquets mentres són tan tendres. Tots ploren, tots u senten mol, tots van capbaixos y se queden arguellats, enatizos y entecos de sujeción y apocadets, y no adelanten res o están en les primeres lletres tans añs, que sol per sé cosa corrén no es gran vergoña per an ells y per als maestres. Yo, la verdat, no sé be lo que són les lletres; pero me pareix que en poc tems hay de alcansá y passá an eixe Agustinet y a tots los que fa tres o cuatre añs que van a la escola. Ara anem al catre, y demá voreu al seu fill escomensá a sé home y séu mol depressa. Sa mare lo miráe y ploráe de goch, y donán grássies a Deu se va gitá y no va pugué dormí de alegría com habíe dit. Se va fé de día, pero mol abáns la bona mare teníe la llum als ulls només de pensá en la ressolusió del seu fill. Se va eixecá, y cuan va tindre fet lo amorsá, va aná a despertá al chiquet Pedro, que li va demaná la roba de los díes de festa dién que aquell ere mol gran per an ell. - Y per a ta mare tamé, va contestá ella. Y li va traure lo traje mes nou y milló; después de habé minjat un plat de migues y sense voldre pendre atra cosa va di a sa mare que lo acompañare per a díli al mestre que lo entregáe a la seua potestat y gobern. Van arribá a les escoles, y la mare li va di al mestre que li portáe y presentáe a son fill Pedro; qui hasta aquell día no habíe tingut a be escomensá la escola perque volíe creixe y fes fort. Lo mestre sen va enriure y va contestá que admitíe en gust al chiquet Pedro per discípul, y que confiabe que en poc tems adependríe la paleta de la Jesús. En aixó sen va aná la mare, y ell se va quedá a la classe. Aquell primé día y los dos siguiéns no va fé mes que repetí los noms de les lletres com los anaen dién en veu alta los atres chiquets; pero lo cuart va preguntá al mestre si ñabíen mes lletres que aquélles; y com li va di que no, va torná a preguntá si als llibres que lligíen los chiquets adelantats ñabíen unes atres, y contestán lo mestre que ni a ixos llibres ni a tots los del món ñabíen mes lletres que aquélles, va di lo chiquet Pedro: - Pos si es aixina en adependre yo estes lletres ya sabré tot lo que hay de sabé per ara. - No, fill, va contestá lo mestre; perque después se han de ajuntá unes en atres per a formá les palaures. - Pero en fin, va replicá Pedro, en éstes se han de compondre totes. - Sí, va di lo mestre. - Pos be, va continuá lo chiquet: esta tarde me donareu llisénsia per a no vindre a escola, y demá tos demanaré un favor, que si mel feu, ni yo me trauré de está aquí cridán tantes hores matí y tarde, ni vosté tindrá que fé mes que dim lo que li pregunta. Li va otorgá lo mestre lo que demanae; y aquella tarde va pendre una viola de sons yayos mich asclada y sense claus, la va desfé, va pegá a les dos taules per un costat un papé blang y sen va aná cap al tallé de un fusté. Li va demaná una regla, un llápis y una serreta fina, y tirán línies de dal a baix y de crusat a les taules, les va serrá les dos y va fé de vintissis a trenta tablilles cuadrades, les va ficá a la capucha del gabán, y sen va aná a amostrálesi a sa mare diénli que demá voríe en qué paráe alló. En son demá per lo matí va aná a escola y va demaná al mestre que li escriguere a cada tablilla una lletra; después li va rogá que les embutiguere per orden a un filferro passánlo per un foradet que teníen, y fet tot per lo mestre li va doná les grássies y va di: - Ara, siñó mestre, ya me avindré yo en estes lletres, perque les sé de corregut y ne coneixco mol poques. Donéume llissénsia y men vach a casa. Dos díes va está a casa donán voltes a les tablilles y mirán de cuan en cuan una paleta del A. B. C., que teníe penjada a la paret, al cap de los dos díes li va di a sa mare: - Ya coneixco les lletres; vingue en mí a escola y vorá que no la engaño. Van aná a la escola, va fé lo mestre la proba y no ne va errá cap. Va quedá espantat lo mestre; los chiquets lo miráen encantadets y sa mare estáe embargada de goch. Va corre la notíssia al poble, y tots selebráen lo ingenio del chiquet Pedro de la pupila, escomensán algúns a díli desde entonses Pedro Saputo, que al dialecto antic del país volíe di Pedro lo sabut; nom que se li va quedá com a propi y ya no va sé conegut per atre. Lo van ficá a deletrechá; y fenlo escriure a un papé les sílabes soltes a un costat, y al atre lo vocablo que componíen, en sing díes va adependre a llichí, habénse perfecsionat del tot en catorse desde lo primé en que va aná a escola. 


Capítul V 


De cóm Pedro Saputo va determiná adependre algún ofissi. Llichí y mes lligí als llibres que li dixáe lo retó y un ric del poble va sé lo que va fé en mol tems. Entre tots los que mes li agradáen eren los de história y les fábules de Esopo en la vida de este gran fabulista: y un atre llibre al que li dieben Lo Cortessano. Pero no olvidáe lo ejercicio de les roques ni lo aná als campos en lo primé llauradó que entopetabe, ni les probes de agilidat. Un día li va di sa mare: - Fill, ya tens dotse añs; ya es tems de que adeprengues algún ofissi. Y ell va contestá que per a qué eren los ofissis. Són, fill, li va contestá sa mare, per a no está bambán y guañás la vida. - ¿Només que per an aissó?, va di ell; pos yo tos dono paraula de no está may bambán, com veeu que tampoc no u estic ara, pos ya vech que es roín, encara que sol sigue perque lo que no fa res, ya en aissó fa mol mal no ocupán lo entretenimén y les máns, y en cuan a guañás la vida tingue firme esperansa que no me faltará, si Deu vol, ni a vosté en mí. Que no vull yo que vaigue a rentá en fret y en caló perque es siñal de molta pobresa, y no ha de passá tans mals ratos. Pero si tos entristix que no adeprenga un ofissi, digueume quin hay de adependre. Y sa mare li va contestá que lo que vullguere. - Pos yo, va di ell, no ne vull adependre cap. Perque hau de sabé que segóns yo hay advertit, los homes són mol ignoráns y no fan mes que disparates, obrán en tot en molta torpesa y sense cap discurs; y encara mes, generalmén fan mal als atres en malíssia, y potsé an ell mateix per reverbero. Yo no sé si a datres puestos són diferéns, perque ya sabeu que no hay eixit de Almudévar mes que per a aná a vore als nostres paréns, y dos vegades a Huesca aon a ningú vach coneixe ni vach tratá mes persones que les recaderes del mercat, que per sert gasten mol desenfado y poca vergoña. Pero si tots són lo mateix, no nessessito cap ofissi per a guañám la vida y félay a vosté descansada. - Fill meu, va di entonses sa mare: mol saps y vech que parles com los flares que prediquen o com los homes que van en nous trajes per lo món y vénen de luengas terres. Fes lo que vullgues y Deu te ilumino: sol no vullguera que fores roín. - Hasta ara, mare, va contestá ell, no u hay sigut ni hay probat de séu ; y lo que hasta los dotse añs no es roín, ya sempre sirá bo. - Segóns, li va replicá sa mare: algúns si tornen después. - No pot sé, va di ell: perque yo sé que lo que es ruín de home fet ya u ere de chiquet, pero no sabíe ni podíe empleá la maldat, pero lo que es mala inclinassió ya la teníe al alma. - Ara vech, va contestá sa mare, que vas tenín raó. ¿Quí t’ha amostrat estes coses? - Aquí dins, va contestá ell, me les amostren totes; y los llibres que llechisco y les dones cuan riñen unes en atres. - ¿Cóm poden enseñat res les dones y mes reñín?, va preguntá sa mare mol admirada. - Pos me enseñen mol, va contestá ell; tot lo que entonses diuen es locura y sabiduría, y lo mateix me enseñe la un que l’atre. Y u adepreng de elles y de los atres chics a les séues enganchades, y de los llibres, u aplego aquí dins y u guardo, y alló engendre atres coses, y éstes engendren después atres; y les junto y les regiro y amasso totes, o les separo y compong segóns me demanen les ocasións. Entonses sa mare, esbarrada de sentil parlá en tanta sabiduría, li va di: - No sé, fill meu, cóm sen tan tonta hay parit un fill tan espabilat. - ¡Tonta, dieu!, va contestá ell; pos yo no hay advertit que u siguéu, perque les dones que yo ting per tontes al poble són vanes, cantoneres, gorrines, desastrades, rezongueres, noveleres, picudes, chismoses y bachilleres. - Fill, fill, li va di entonses sa mare; eixa es massa malíssia per a la teua edat; dixa a les pobres dones, que tan despréssio porten a costes per sé dones y per ende lo espart del món. - Ara sí que vech que sou una mica tonta, va di ell: perque hau dit una tontada mol gran. ¿Cóm dieu que les dones són lo espart del món? ¿Quin espart sou vosté a la vostra casa? Vosté sou la siñora y yo lo vostre fill, vosté me voleu y yo la vull; vosté me servís ara y yo la serviré después; vosté me cuideu y yo creixco y me fach home per a donáli honra y amparála y mantíndrela. No tos digau espart, perque me habéu afrentat y casi no puc mirala a la cara. Un atre día a la hora de minjá va arribá sa mare en gran sofoco dién entre llágrimes: - Los rics sempre rics y los pobres sempre ham de callá. Mira, fill, que ving acalorada. Lo hidalgo de la cantonada de la plassa me ha topetat al carré, y plantánse a cuatre passes me ha dit: «Be críe lo fill, la pupila; ya casi es home y sol sap parlá y fé lo Marc Esopo. Lo pago que ell tos donará per lo ofissi que li habeu amostrat. ¿Pensau fel rentadora o cuinera com vosté? Milló li cuadraríe lo ofissi de comare o de casamenté.» Yo, al sentí paraules tan ofenedores, me hay mort de vergoña, la llum del sel no la veía; y casi me aufego de la pena que me unfle lo pit. ¿Qué me dius, fill meu, per al meu consol? - Per ara, mare meua, sol tos dic que mincheu en gust, y demá tos diré lo que faré en este enfado que tos han donat perque no convé obrá ni adoptá consell cuan la caló de la passió está al mes alt pun, com u está ara als dos, vosté plore pero yo encara que estic ofés parlo en esta templansa. Ya que eixe hidalgo creu que pot oféndrela perque no me doneu ofissi, dixem la seua insolénsia y agarrem la raó. Demá, si voleu, adependré de teixidó, después demá, de sastre, lo dillúns, de pelaire, lo dimats, de fusté, lo dimecres... - Fill meu, lo va tallá sa mare olvidán les llágrimes y la afrenta: ¿qué disparate estás dién? ¿No saps que cada un de eissos ofissis coste mols añs de adependre, y tú, vols adependren un cada día? - Torno a di y sertifico, va contestá ell, que cada día hay de adependre un ofissi, y mes si es menesté o convé. Hasta mich día lo estudiaré, per la tarde entrenaré les máns, y a la nit cuan vinga a casa li portaré ya alguna mostra de la meua obra. Perque yo hay mirat a ixos homes als seus tallés y sé lo que me dic. Mincho y alegros, que lo fill que hau parit no va náisse per a burret; ni tampoc per a sé humillat per cap hidalgo ni per a patí que sa mare u sigue per ningú. Yo faré que dins de pocs díes sigau beneída per tots, y envechada potsé de eixe mateix hidalgo que tos ha insultat. Perdonémlo empero per la bona intensió en que u haurá fet, encara que en poc miramén y sobrada fanfarronería y mals modos. Aissó es soberbia de naiximén y confiansa en les riqueses. Aquella tarde anáe Pedro a casa de sa padrina, com solíe, y al passá per la plassa va vore al hidalgo en lo móssen: se va arrimá an ells y sense saludá se va encará en aquell y en gran enteresa li va di: - Siñó hidalgo de la cantonada (cridanlo aixina per despréssio): avui hau fet plorá a ma mare, y les séues llágrimes me han abrasat les entrañes y les guardo aquí (siñalán lo cor), perque soc lo seu fill y sé quí té o no té dret a oféndrela. No u olvideu, que tampoc yo u olvidaré. Adiós. Y dién aixó sen va aná en tota serenidat y mirada severa. Lo móssen lo va cridá moltes vegades y hasta va volé seguil; pero lo va tindre que dixá perque ni la cara va girá per a miral y va colá com un rellámpec. Va sentí mol lo móssen aquell cas, y u va sentí tamé lo hidalgo, pero de manera diferén, perque lo móssen u sentíe per amor al chiquet, y l’atre de ira y de mancilla de les séues paraules y atrevimén. 


 Capítul VI 


De cóm Pedro Saputo adepreníe tots los ofissis en un rato. 


Iguals en lo essensial y diferéns en lo acsidental va fé als homes la naturalesa. Y encara que es sert que an eixa dessigualdat se contenen les causses del orden primitiu general de la sossiedat, y hasta de la condissió de los individuos en particulá, pero lo que es la autorisassió no prové de ixes causes sino de les que fan al pare digne del respecte del fill, al agüelo per al jove, y al magistrat per al siudadá; sen tot lo demés ussurpassió, presunsió, exés de orgull, soberbia. Cap autoridat representabe lo hidalgo per a empendre a la pupila; y la caridat, si per la caridat u haguere fet, parle y obre de un atra manera. Sobre tot per a avassallá, per a oféndre, per a insultá y afrentá al pobre, al desgrassiat, al infelís, cap ley done dret; y es lo orgull tan grave ofensa del sel, que rara vegada dixe de castigál, fénmos vore tart o pronte humillat al soberbio, així com exaltat al humilde. Entre tan ya va castigá com va pugué lo chiquet Pedro la insolénsia en que lo hidalgo (fill d´algo, algú) va parlá a sa mare, y encara se resserváe mes gran vengansa com donáen a entendre les séues paraules. Va arribá a casa de sa padrina, pos la trobada de la plassa no lo va distraure del seu propósit y la va trobá ocupada cusín unes teles y fen cuentes per a uns vestits que habíen de fes, ya que tindríe allí al sastre en son demá. Al sentí aixó Pedro Saputo se va alegrá y va di: - Mol be, siñora padrina, mol be me ve; perque en esta ocasió escomensaré demá a adependre lo ofissi de sastre. Matinaré y vindré abáns que lo maestre per a vore totes les séues operassións. Li va pareixe be a la padrina, perque res del seu fillol li podíe pareixe mal, pero li va chocá que vullguere adependre aquell ofissi habén ella consebut coses mes altes. Va callá, empero, temén la resposta de Pedro, que tan fássilmen confoníe a tots. En son demá va aná a casa de la padrina mol abáns que lo maestre sastre, y així que se va presentá éste y se va ficá al ofissi, va mirá en molta atensió cóm preníe la mida a la mare, cóm estenén la tela a una taula aplicán la mida y fen puns y rayes blanques y dixán siñalat lo cos, les mánegues y demés pesses; cóm después va empleá la estirora y les va tallá una a una. Va pendre enseguida la mida al home, y va aná fen lo mateix part per part. Y cuan va aná a pendre la mida a una chiqueta que teníe nau añs, va di Pedro: - Dixéume, siñó mestre, que an ésta li vull tallá yo lo vestit per la meua má. - Sí, fill meu, va di la padrina. Pero lo mestre espantat va di: - ¿Hau perdut lo entenimén, siñora? ¿Voleu quedatos sense la pessa y lo mocadó? - No vull aissó, va contestá ella; pero si lo meu fillolet Pedro erre lo tall y me fa malbé lo vestit, ya está pagat. - Es verdat, va contestá lo home, que tamé volíe vore la proba. - Y después, va continuá la dona, ting un atra pessa al arca, y a Huesca micha dotsena de botigues a la meua disposissió y a la de los meus doblés. Conque fill meu, pren la mida a tan germaneta y tállali lo vestit segóns lo teu bon juissi y entenimén. Pedro entonses mol confiat va pendre la mida, va aná fen tot lo que va vore fé al mestre; y cuan va tindre siñalades les pesses a la roba, y endressades y corregides, va di al mestre: - Mireu si me ha iluminat avui bona llum; ¿qué dieu de eixes rayes? - Dic, va contestá lo mestre, lo que vosté vullgueu y cumplix a la meua confussió. Per la memória de mon pare a qui sol vach coneixe ya mort, que eixes pesses están marcades com si les haguere dibuixat lo mateix mestre Lorda Azufre de Huesca. Venga, tira les estisores y vorem. Va tirá Pedro la estisora, va tallá les pesses amostránles al mestre y a la padrina tal com les anáe retallán, y acabada la operassió va di: ara veigam lo que es cusí. - No fill meu, va contestá lo mestre; ara vorem lo que es jalá; que la siñora Salvadora se ha olvidat del nostre amorsá en la contemplassió de la teua habilidat. - Teniu raó, mestre Gafo, va di ella; y en la chiqueta y la criada va traure lo amorsá per als dos mestres y tamé van fé un mosset lo home y la chiqueta. Acabat de amorsá, y enrit y selebrada la nova grássia del chiquet Pedro, se van assentá a cusí. Va demaná un dedal lo aprendís de mestre, y com no sabíe tindre lo dit doblegat, va passá un filet per lo dedal, y embutit al dit, va fé que li lligaren lo fil per damún. Va pessigá la agulla en una hebra y sense fé pun o nugo, anáe cusín un retall perdut y passán mol depressa la agulla; y no va fé atra cosa hasta michdía. ¡Cuán sen va enriure sa padrina! ¡Cóm sen enríe y divertíe la chiqueta! Perque en tan afán y traball no ressultáe costura, pespún ni cusit. Va arribá la hora y van minjá de mol bona gana. Eixecats de la taula, va pendre Pedro lo capotillo de la chiqueta, y va cusí primé lo cos, después, les mánegues, que sol eren miches y ubertes; después les va ajuntá de hilván per a probáu. Lay va ficá a la chiqueta, y li caíe tan be, que se van admirá lo mestre y la padrina, arribán an este tems la mare de Pedro que veníe a vore cóm son fill entráe al ofissi. La chiqueta no se va volé ya traure lo capotillo hasta que vinguere son pare; y lo que faltabe, que eren les juntes del forro, la esclavina y los vivos, u va fé lo mestre en son demá, perque Pedro no va volé continuá lo ofissi dién que no ere digne de homes cabals, sino propi de geputs, coixos, enanos y monfloritos. Sol a casa seua y per an ell y sa mare va tallá y va cusí alguna vegada los vestits. Un atre día va volé adependre de pelaire, y va aná a casa de un mestre, y va adependre a cardá y a pentiná, y abáns y primé de tot a abatollá y prepará la llana. Per la nit li va portá a sa mare per mostra un vestit mol untat y un copo de estambre pentinat y acabat per nell de una dotsena que aquella tarde habíe fet. Y del ofissi va di que ere una mica despressiat, pero sano y alegre. Lo dillúns va aná al taller de un fusté, y per la nit li va portá un marc de finestra a modo de bastidó en un enserat mol pulit y fet tot de la seua má. Pero va di a sa mare que aquell ofissi requeríe vuit díes de estudis y un mes de práctica; y que veiguere quin atre o quina dotsena de ells volíe que adeprenguere y quin preferiríe. Sa mare estáe contenta, pero no sabíe qué contestali: - Yo no sé, fill meu, lo que vull y lo que no vull: lo que me pareix es que sol vull lo que tú voldrás; y lo que tú faigues, tot, fill meu, tot u dono per bo, perque ya vech que te guíe una sabiduría mes alta y una llum que no arribo a entendre. Y va di ell: - Ya veeu, mare, cóm en poques hores hay adeprés consevol ofissi que me hay proposat. Perque hau de sabé que eixes arts y atres moltes, segóns lo que yo ting observat, les sabem tots los homes naturalmén, y sol fa falta vóreles y inventá los instruméns propis si no són coneguts, y después amoldá les máns an ells, be que la perfecsió sigue cosa de la práctica y de mes tems. Pero ahí, a casa del carnissé vach vore uns papés en uns dibuixos de portes, finestróns, taules, aladres, masades, rius, bosques y montañes y me han agradat mol y voldría adependre lo art del dibuix. Si podeu aneu un día a Huesca y compréume los instruméns que fan falta, que me pareix són un llápis, dos compasos, y lo que tos diguen a la tenda, que no sirá molta cosa. Y va aná sa mare a Huesca, y li va portá tots aquells instruméns; y ell passáe después lo tems dibuixán lo que li fee goch, y va omplí lo seu cuarto de dibuixos . Después de un tems va fé lo retrato de sa mare, después lo de sa padrina, al llápis los dos; y eren tan pareguts, que tots al vórels díen: ésta es la pupila, la Salvadora de Olbena. 


 Capítul VII 


De cóm Pedro Saputo va adependre la música. ¡Aik!, dirá aquí algún lectó; brumín anem puján. Primé sastre, que es lo mes pla que ña a la artesanía, vinín a formá lo llas y comunicassió entre los ofissis masculins y los femenins, com lo formen entre lo reino animal y lo vegetal los zoófitos o animals plantes. Después cardadó pelaire, que es algo mes; después fusté, que es mol mes; y no contem en lo dibuix, que perteneix ya al orden superió de les arts, be que sense exclusió de sexo com estes atres, lo anem ara a adorná en lo de la música, art baixat del sel y amor del cor humano. ¿Aón anirem a pará? ¡Aissó me se pregunte! ¿Y per a qué hauríe ressibit lo nostre chiquet filósofo tantes y tals dotes del creadó, y lo don soberano y raríssim de sabé empleales? Pos aquí vorás lo que ell fa y yo vach escribín en no menos admirassió que tú, lectó o lectora, sigues qui sigues. Va adependre lo dibuix, com has vist; ara adependrá música; y encara vorás atres maravilles. Per algo lo van nombrá Saputo. Si haguere sigut com yo o com tú, y perdona la meua franquesa, res de aixó se escriuríe, perque res haguere passat. Anem a la história. Ñabíe a Almudévar un eclesiástic, organista de la parroquia, cridat per mote Vivangüés, y lo seu nom verdadé ni se sap ni lo nessessitem; este móssen se emportáe algunes vegades al chiquet Pedro a casa seua per a donali alguna golosina. Ere un home que en cuan a músic tocáe michanamén be lo órgano, lo clave y lo salterio; y en cuan a gramátic auloráe una miqueta lo latín del breviari; pero lo que es de la missa habíe preguntat tantes vegades lo que significáe lo canon y demés latins, que fora de los introitos, les orassións, les epístoles, y los evangelios ñabíe poques coses que no entenguere, y encara aixina a vegades se barruntáe lo seu sentit. Per lo demés teníe bon cor, ere tan candorós com un chiquet, y se creíe lo mes hábil del capítul, que ere numerós, exeptuán al siñó móssen, que diuen ere llissensiat per Huesca, y a qui per aixó respetabe ell com mes sabut. A tots los demés los passáe per deball de la cama. Y ña qui diu que si errabe lo tiro ere de poc tros. Lo cridaen en lo apodo que hay dit, perque cuan se fotíe entre esquena y pit algún goted de bon vi, que ere en frecuénsia, entre les llágrimes que li apuntaben de la fortalesa del vi y la veu mich cobrada del bon trago, díe respirán: ¡viva Angüés!, y acababe de respirá. Li van preguntá al prinsipi, y después de moltes vegades per gust qué significabe alló; y contabe esta grassiosa, disparatada y original história: «Es sabut, siñós, que entre los pobles de Angüés, Casbas, y Ybieca va ñabé antigamén uns atres dos que se díen Bascués, y Foces, y los seus habitáns eren los mes grans afissionats a la mamera del món, y los seus termes la milló viña de Aragó, y potsé de España si me apetix diu. Estos dos pobles van morí: vull di, que sigue per guerra, per epidemia, o per un atra caussa, se van quedá sense habitáns, habén mort hasta los sacristáns y los móssens. Foces va morí uns díes abáns y Bascués va aguantá uns díes mes. Pero cuan los dos pobles van vore que s´acabaen sense remei, van fé testamén y van dixá lo seu bon gust als pobles de Angüés, Casbas y Ponzano, dos terseres parts al primé y una repartida entre los atres dos. Aixina que lo poble de Angüés té mes saque ell sol en materia de vins, que Casbas y Ponzano juns. Per aissó yo cuan me bec un goted de bon vi, si la tassa es gran y lo vi bo, que lo trascolo sempre de una atacada, penso en aquell poble y dic ¡viva Angüés! Que es com si diguera: viva lo gust de Angüés, que es lo que ara trobo yo an este goted que acabo de trascolam. O de atre modo: votovadeu, que este vi es tan bo com lo milló que proben los hereus de Bascués y Foces. Per a abreviá u dic tot an ixa exclamassió tan significativa. Y si no diguera aixó, me pareixeríe que lo vi per bo que fore no me faríe profit.» Y preguntán als que escoltaen, ¿qué tos pareix, siñós?, brotabe delissia del cor y se esponjáe de glória. Este home, pos, tan sensill y tan beneít, se va emportá un día a casa seua al chiquet Pedro Saputo per a donali unes avellanetes que li habíen portat: y com lo chiquet va vore ubert lo clave li va rogá que tocare algo. Pot sé que no fore clave, sino un atre instrumén de tecles: poc importe. Li va vindre en gana, y va tocá una pessa tan alegre y espolejadora que Pedro no podíe tartí (estás quieto), meneján tot lo cos y dién: ¡va, va! Va pará lo músic, y va preguntá qué ere alló, y li va contestá lo capellá: - Aixó es una cosa nova; fa poc tems que la han ficat en solfa los compositós; y es tan fecunda a caprichos, que sense eixíssen del tema pot un tocá tres díes seguits y tot sirá sempre lo mateix pero tot diferén. Es un ball al que li diuen lo Gitano. - Sol per sabé aissó, va di Pedro, adependría de solfa de bona gana. - ¡Ay, chiquet, chiquet!, va contestá lo capellá; no saps lo que dius. ¡Adependre la solfa! - ¿Pos qué, va rechistá lo chiquet, tan difíssil es? - Mol, mol, moltíssim y mes que moltíssim, li va contestá lo móssen en los ulls tancats: ¿vols que te u diga? Mira: una vegada los dimonis estaen de tertulia al palau de Lucifer, tot lo edifissi es de flames de sofre, dispután sobre la solfa y la gramática y defenén uns que ere mes difíssil la una y los atres que l´atra, u van volé probá dos diablets joves mol presumidets, y van eixí al món, ficanse, lo un a infantillo a casa de un mestre de capella, y l’atre a estudián a una escola de gramática. Van passá tres mesos, y lo músic va preguntá al gramátic de qué anáe, y va contestá que de fum y tiniebles; pos yo, va di l’atre, ni fum vech perque no vech res. Allí me fan una manopla que als nugos dels dits té escrits los noms de la solfa, que pareixen agarrats de algúns de natres; y puján y baixán y corrén les juntes dels dits; y después en la mateixa obra a un papé que no diu res, me van ya jorobán y rematán la passiénsia. Perque a cada marro de la veu cau una bufetada, y plora si vols plorá y plorán o rién canta lo día sansé perque eixe es lo teu ofissi. - Yo, va di lo gramátic, si no fore per la rechifla que mos faríen los compañs de allá baix, ya haguera enviat a cascala lo estudi y al foc en los llibres y les séues musses y mussos, que així los enteng com tú eres lo fill de Deu mes vullgut. Pero continuém algún tems mes si te pareix, perque tan pronte seríe mengua dixáu. En efecte, van seguí durán sis mesos mes, al cap dels cuals se van torná a ajuntá; y lo músic va di que encara que los compañs lo soflamaren eternamen, estáe determinat a abandoná la empresa y torná al infern. - ¿Sí?, va contestá lo gramátic; pos no ten anirás sol, que tamé vull acompañat; y aixina van quedá la solfa y la gramática per a patimén de los fills dels homes. Y sense mes deliberassió van tancá los ulls al sol, van fotre un percut y se van aviá de cap als inferns. Conque mira tú, fill meu, Pedro, si te empeñes en adependre solfa, cuan los diables sen dimonis no ne van pugué eixí. Pedro Saputo sentíe al capellá contá un cas tan estupendo; li va preguntá al clérigo si ell habíe adeprés la solfa. Va contestá que sí: - ¿No veus que soc organista? Dotse añs entre infante y capillero vach está a la catedral de Huesca, y sempre estudián solfa. - Pero al fin y a la postre vostra mersé la va adependre, y en menos añs, perque diu que va sé capillero y entonses ya la sabíe. - Sí, va contestá móssen Fallata. - ¿Y la gramática?, va preguntá lo chiquet. - Tamé, va contestá lo bon home, sabén que mentíe: ¿no veus que soc móssen? - Pos en eixe cas, va di lo chiquet Pedro, vostra mersé té mes ingenio y es mes sabut que dos diables juns. Sen va enriure lo capellá, no sense ficás una mica colorat de vergoña, perque li va pareixe que ñabíe algo de ironía o malíssia a la charrada del chiquet. Éste va volé vore la manopla o má de la solfa, y va vore que los noms que ñabíe als nugos (va sé menesté que los hi enseñare lo músic) ere: A - la - mi - re, B - fa - b - mi, C - sol - fa - ut, D - Ia - sol - re, Y - la - mi, F - fa - ut, G - sol - re - Ut. - Be teníe raó, que pareixen noms de diables, va di Pedro, perque de algúns de ells a Belcebub no ña molta distánsia. Pero, ¿per a qué se adeprén aissó a la má? ¿Ha de escriures la solfa a la má o cantá miránla? An estes preguntes no va sabé respondre lo del ingenio y agudesa de dos diables, y se va acabá la plática per falta de paraules, o de suc an elles, que es lo mateix; y lo chiquet Pedro, que no podíe tindre la atensió distreta un momén, li va di adiós y va agarrá la escala. Al eixí al carré va sentí lo violín a dal. Se va pará; lo capellá se divertíe en lo diapassón per tots los seus puns (be que aixó vol di diapassón), ya per terseres, quintes; ya al tono mes alt, ya al mes baix: va ferí lo oít de Pedro; escolte, perssibix, sen y admitix aquella ley y verdat primordial de la música, aquella verdat general, aquella proposta elemental de puns o sonidos; y torne a pujá y rogue al capellá que li enseño alló al instrumén. - No, va di lo músic; al violín no pot sé ni a datre instrumén; primé u has de adependre en la boca y a la solfa, y per a naissó s´ha de fe aná la má o manopla. - No, siñó, va replicá lo chiquet; ya no vull adepéndreu en la boca, sino en lo violín, perque així u adependré de una vegada. Sobre tot, lo que es la manopla, ni vórela. Aissó es lo que yo vull y no atra cosa; y no men vach de la vostra casa hasta que no me la haigáu amostrat, encara que me costo una semana. Lo capellá sen enríe y li fee compassió vore lo error del sagal que sense la má y algúns mesos y hasta añs de solfeo volíe escomensá a tocá instruméns; impossible tan gran per an ell com que dixare de sé verdat lo que habíe lligit aquell día al evangelio de la missa, siguere lo que siguere, ya que no u habíe entés. Pero se les teníe en un atre mes fort; va apretá tan lo chiquet, que va tindre que enseñáli a ficá los dits a les cordes y feríles en lo arco, fen gruñí lo diapassón durán un hora. Va torná per la tarde y va está hasta la nit foténli al diapassón y a les terseres y quintes. Y lo mateix va fé dos díes seguits; y preguntán al capellá lo que li pareixíe essensial y habén entés lo que va creure que ere prou per entonses se va emportá lo instrumén a casa. Tancáe les finestres del seu cuarto per a que no ixquere lo eco; y passada una semana en que cada día empleabe de sis a sat hores ensayán en lo instrumén, dibuixán algún rato per a descansá, va aná a casa del organista y va tocá per llissó bastán be y mol afinat, tot lo que lo vulgo solíe cantá an aquell tems. Y va di lo clérigo admirat: - Sense duda, Perico, dins de tú portes de familiá algún demoni mes templat que los dos que van eixí a estudiá la solfa y la gramática y les van aburrí. - Diéume, va di Pedro Saputo, qué signifiquen ixos puns en cogues y creus que teniu an ixos cuaderns y a lo que dieu solfa y música. La hi va explicá lo home. Ell va pendre apúns per escrit de lo mes importán, va demaná que en lo violín li donare una llissó práctica, y entés lo que ere se va emportá un cuadern de primeres lecsións y va passá uns atres vuit díes estudián y foténli al instrumén. Va demaná noves explicassións, va passá hasta vintising o trenta díes ensayán en gran aplicassió y cuidado, y después va pendre dos mesos lo violín prometén tornál y entregál al mestre. Y va cumplí la seua paraula, dién lo bo del capellá al vórel tocá: - Me desengaño; cuatre añs si no van sé sing me va costá a mí aissó y coste a tots; no vorem mes que milagres: se van ficá a tocá los dos una sonata, lo un en lo violín y l’atre en lo clave o lo que fore, y no ñabíe mes que sentí. Va continuá Pedro estudián mes y mes la solfa y lo seu instrumén, y al cap de algúns mesos li va di lo organista: - Eres, Pedro, lo milló arco de la terra, perque lo tens mol fi, alt, sonoro, valén, expresiu y firme. Pots aná a tocá a la mateixa capella de Toledo. Lo capellá, ademés, tocae, encara que poc y mal, la vihuela y la flauta, y va volé Pedro que li enseñare tamé estos instruméns. - Fill, li va contestá; lo que es enseñat no me atrevixco, perque ne sé mol poc. Pero mira, la prima de la vihuela solta o al aire es mi mayor a la clave de G - sol - re - ut; busca los demés puns, armoníes y postures y los tonos, que ya u trobarás; y lo pun mes baix de la flauta es re per la mateixa clave. Y encara que veus que sol té sis foradets y lo que tape la clau que es re sostenido, pero donán sert espíritu al alé o bufera per als aguts y graves, y tapán éste o aquell, o dos o mes, a un tems, se fan dos octaves, y hasta dos y micha lo que ne sap. Ves en Deu y fesme vore un atre milagre. Sen va aná lo sagal en los instruméns; y als quinse díes van avisá al móssen, al justíssia, a la padrina, y a la seua chiqueta mes gran y algunes atres persones del poble (may al hidalgo de la cantonada), y los dos músics van doná un consert que los va pareixe an aquella gen la capella del Vaticano, o per lo menos la de la Catedral de Huesca, que ere la que tots habíen sentit. Lo móssen, ple de goch, va rogá al organista que li dixare los instruméns al chiquet Pedro hasta que ell faiguere portá los millós que se trobaren. En efecte, va escriure a Barcelona (Barchinona, Barcino antigamén) y Saragossa, y ne van vindre dos de cada clase, mol bons. Per a entrenáls va ñabé un atra reunió mes numerosa a casa de la padrina, aon se va doná un atre consert; y ella, que ere espléndida y volíe entrañablemén a son fillol, se va lluí mol agassaján als convidats en un gran refresco. Van tocá después entre atres coses lo canari, ball que entonses se usabe mol; y lo gitano, que escomensáe a fes aná; estos balls, de variedat en variedat y de nom a nom, han vingut a sé y dis al nostre tems, lo primé la jota y lo segundo o segón, lo fandango. Passada la velada y al despedís, per a sorpréndrels en mes efecte, va traure la padrina ficats a una taula dos bustos minuts y blangs representán les dos mateixes persones dels retratos que va fé primé en la llapissera; y va di - Aixó ha fet lo meu fillol Pedro. Eren mol pareguts, viuríen, parlaríen, si hagueren tingut ulls y colós. Tot va sé pasmos, tot enhorabones a la mare de Pedro, que no fee mes que plorá, y la padrina lo mateix y lo móssen y atres persones. ¿En qué parará este chiquet?, díen. Y plens de assombro sen van aná beneín a Deu y dessichán viure per a vore al home que aquelles mostres anunsiaben y prometíen. Y sert que tantes habilidats juntes en un chiquet de tretse añs, y de aquell modo adepreses, be mereixíen aquella admirassió y aquells extrems; sobre tot a qui pensare que ere fill de una pupila infelís, y naixcut sol y sense protecsió a la llum del món. Los retratos o bustos eren de alchés, y ell los habíe donat un simple bañet de cals en aigua de cola perque encara no sabíe fé lo que diuen estuco. 


 Capítul VIII 


Humanidat y caridat de Pedro Saputo. Fort es sempre lo bon ejemplo, y mes cuan ve de persones de autoridat o de mol favor al poble, o mol volgudes o de compañs. Pero cuan som chiquets tot u fem per imitassió perque mos falte lo auxilio de la reflexió y de la experiénsia, y se vol fé tot lo que se veu, sen per atra part la nostra espéssie natural y essensialmén imitadora. Lo perillós ejemple que Pedro Saputo donáe als sagals del poble puján als tellats y parets va sé caussa de algunes desgrássies, sense que les pugueren evitá en prevensións ni cástics ni los pares mes selosos. Als chiquets en passá de cuatre o sing añs ningú los guarde, una vegá la han cavilat ya han fet una travesura o malesa, y ningú pot tampoc previndre ni adiviná los perills als que se exposen aon y com menos se pense. Estaen un domenche per la tarde tirán al can a les eres uns cuans sagals, entre ells Pedro Saputo, y ñabíe una turba de sagales cantán y triscán a un atra era; cuan de repén se va pará tot aquell estrapalussi y se va vore escapá a les sagales cap al poble, no sentinse cap gos ni cap veu mes que los plos de una criada del hidalgo de la plassa (lo de la cantonera). Ella, desesperada y toquiñanse los pels, cridáe demanán auxilio. Van aná allá los sagals, y una filla del hidalgo de uns nau o deu añs de edat, mol traviessa y arriesgada, s´habíe estossolat caén del tellat de una pallissa, y pegán en lo cap a unes pedres s´habíe quedat morta de la caiguda. En cuan van sentí 'está morta', van arrencá tots los rapaces a córre dixán sol a Pedro en la criada que invocabe a tots los sans y vírgens del sel, no tan per a que tornaren a la vida a la chiqueta, com per a que la libraren de vore lo semblán rigurós y vengatiu de los seus amos. Pedro va fé en la sagala lo que habíe vist fé atres vegades per a recuperá als que patíen algún desmayo, pos va vore que sol estáe estamordida, y poc a poc va aná tornán en sí. Escomensáe la pobra a queixás en tals crits, que la criada va pensá que teníe chafats tots los óssos del seu cos: y plorán y dessichanli la mort sen va aná cap a casa de sons pares (que eren del poble) y se va quedá ell sol en la chiqueta... No teníe asclats tots los óssos del seu cos, ni la mitat, pero sí un bras, aboñat y ubert lo cap, queixoses atres moltes parts. Lo compasiu Pedro la va aná tentán per a alsála, y al final en sumo tiento y suavidat la va agarrá y se la va emportá a casa seua entre molta gen que per curiosidat y llástima lo van seguí pels carrés. No estaen sons pares a casa, que habíen eixit a passejá per un atre camí; pero lo ven los va portá la notíssia y al momén estaen al costat de sa filla y en ells lo facultatiu. Va ñabé mols ays y plos, va ñabé desmayos; al final a dures penes y crits pelats que partíen lo cor, va quedá curada, emparchada y bizmada, y se van assossegá tots per a plorá mes desahogadamén y informás de les sircunstánsies de la desgrássia y del descuido de la criada a qui habíen encomanat a la chiqueta. En tot va fé Pedro lo milló que va pugué: y com lo hidalgo va vore que en mich de la relassió se li bañaen los ulls, va dixá ell córre libremén les séues llágrimes, y juntamén en la seua dona li va doná les grássies per aquell bon ofissi que habíe fet a sa filla, oferinli casa y favor, y rogánli que no olvidare a la pobreta de Eulalia, que la vinguere a vore per a donali forses y consolals a tots. Pedro estáe tendre y se rentáe la sang que portáe a les máns y a la roba. La mateixa siñora de casa va di entre llágrimes, ¡ay sang de la meua filla!, ¡ay sang de la meua filla!, se va despedí cortés y afablemén perque ere ya tart, y sen va aná a casa de sa padrina aon sa mare habíe dit que vinguere. Mentres la chiqueta Eulalia (que així se díe) va está al llit la visitabe tots los díes; pero cuan ya se eixecae, cuan ya estáe mol adelantada la seua cura, que en poc tems va quedá perfectamén sana, fora de alguna dificultat (que tamé se va corregí después) al bras per a serts moviméns, va pará de aná a vórela, perque les séues visites eren de sola humanidat y a part de cumplimén. Als tres o cuatre díes va enviá lo hidalgo a una criada a preguntá si teníe novedat, y sabén que no, va aná ell mateix a casa de Pedro Saputo, y com si tratare en un home de mes edat y de algún respecte li va torná a doná les grássies per lo que habíe fet en sa filla, y de part de ella, de la seua dona y de la seua li va rogá se serviguere honrals en la seua visita. Y va afegí, tocán lo pun mes delicat, que si a sa mare li habíe fet a un atre tems una adverténsia, creguere que va sé per dessich de vórel home de profit, ignorán entonses que u fore de tan. An esta satisfacsió y comedimén va contestá Pedro en un atra milló, dién al hidalgo, que lo que habíe fet en sa filla no mereixíe tantes grássies, y que ben pagat estáe en la honra que aquella humilde casa ressibíe habénse ell dignat a vindre an ella. Van passá encara atres cumpliméns entre ells; y pel matí en son demá va aná Pedro a visitá a Eulalia, continuán ya desde entonses; se habíe engendrat entre los dos una amistat tan íntima que en lo tems va sé un atra cosa, y ni ells ni dingú va pugué remediau. Pero lo que mes brilláe al chiquet Pedro Saputo ere la caridat. Tots los del poble u sabíen; y si al carré li demanaen algo los atres sagals ya se u habíen repartit tot; y a vegades sense demanáu. Als pobres los donáe cuan podíe ñabé, y hasta la roba que portáe si los veíe fets un acsiomo y fee fret. Ell mateix cuan va arribá a la edat de mes coneiximén va habé de corregí lo vissi de la seua solidaridat. Se va atreví una vegada sa mare a renegál; y ell en molta grássia li va contestá: - Aissó es siñal de rics; lo fill de una rentadora no té que sé agarrat ni viure en l´alma arrugada. L´agarramén, siñora mare, no dixe vore la hermosura del sol ni la grandesa de la terra. Lo preto no coneix a Deu, ni Deu encara que vullgue li pot fé mersé, perque es incapás de los seus benefissis. Sense cante per a portá l´aigua, ¿a qué aniríe a la fon? ¿Sabéu mare, a quí penso yo que aburriríen los ángels si pugueren despressiá an algú? Pos es als pussilánimes y als desconfiats. La rogo mol de veres que sigáu magnánima de cor, no estorbeu la generossidat del vol en que yo abarco lo món, y encara me pareix minut. 


Capítul IX 


De cóm Pedro Saputo va pintá la capella de la Virgen de la Corona. O u hay ensomiat o u hay vist; yo crec que es lo segón. ¡Y en quina ocasió y cóm u vach vore! Encara me bull la sang y me se ensén lo coraje de pensáu. ¡Cobart! Allí debía morí, allí debía acabá, que ésta va sé la seua intensió o lo seu aturdimén. Pero me va salvá l´ángel antic de Pedro Saputo perque sabíe que passán lo tems había de tindre la inspirassió de escriure la seua vida. Agraixco la seua protecsió, y cumplixco lo encárrec de la Providénsia. Tenen los de Almudévar, a la part del poble que mire cap a Saragossa, un santuari y capella de la nostra Siñora de la Corona a un puch (pueyo, pui) o eixecada aon a un atre tems estáe lo castell dels moros. Y com la habíen renovat de la seua dixadesa y ruines van volé tamé pintála, buscán per a la obra un pintó mol afamat de Huesca, Raimundo Artigas, home melancólic, estreñit de genio, coló de fel, sec de carn, llarc de coll y cla de barbes; éste va demaná tressentes libres jaqueses per lo seu traball en la condissió que ell ficaríe los colós y l´aigua llímpia. U va sabé lo chiquet Pedro Saputo y se va alegrá mol perque volíe sabé de pintura, faltánli entre atres coses vore la compossisió y mescla de los colós, ya que al dibuix habíe arribat al extrem de primor y fassilidat. Va aná al mestre Artigas y li va di que lo prenguere com aprendís y criat; y la primera vegada no va volé. Pedro va rogá, suplicá, y veénlo sempre du li va di una mica enfadat pero templadamen: - Miréu, pos, siñó mestre Artigas, que vullguéu o no vullgáu yo hay de sé lo vostre discípul; y si no, lo vostre mestre. Lo va mirá entonses lo mestre Artigas, va menejá lo cap y va contestá: - Yo tos admitixgo, chiquet Pedro, perque me es impossible fé un atra cosa obligánme una forsa secreta que no sé lo que es; pero entén que sirás lo meu discípul mentres sápigues menos que yo y may lo meu mestre encara que arribos a pintá milló que Miguel Ángel, perque per an aissó han de passá mols añs y yo soc ya vell, que ting sixanta y nou añs, y an ixa hora que me buscon al món. Y tots se van admirá de que lo mestre Artigas li haguere contestat tan blanamen, perque ere de condissió mol áspra, de voluntat absoluta y de opinió forta y asserada. Van escomensá, pos, a pintá; y lo primé que lo mestre li va enseñá va sé a móldre los colós; y Pedro li preguntáe moltes vegades cóm se mesclaben y quina diferénsia ñabíe de los que portaen oli als que no ne dúen, en atres coses del art. Lo mestre Artigas se importunabe, pero unes vegades de bona gana, y atres de mala, satisfée al discípul; y alguna tamé se quedabe mut o li allargáe un clatellot o clatellada per resposta. Pero ell no se aburríe ni arredráe, sino que cada día procuráe servíli en mes afissió y tornáe a les preguntes. Habíen demanat los del consell al mestre Artigas que primé pintare parres y muixóns y después lo que vullguere; y va pintá a la faixa del altá a la má dreta un árbre en una parra y mols muixóns an ella picán los raíms; y a la punta de un sarmén que fee eixí per un costat va pintá un corv. Li va di entonses Pedro: - Siñó mestre Artigas, si me done llissénsia li diré una cosa que observo an esta pintura. La hi va doná, y va di: - Astí hau pintat un corv a la parra, y los corvs mes van als muladás que a les viñes. Una garsa quedaríe milló. Se va assombrá lo mestre Artigas per l'atrevimén del discípul, y li va maná que callare y no sen ixquere de moldre los colós. Va passá un rato, y un atra vegada va di Pedro Saputo: - Pos encara si me donáreu llissénsia diría un atra cosa, siñó, mestre meu. - No te la dono, va contestá éste mol alsada la veu. - Es una friolerilla, va replicá lo sagal: volía di a vostra mersé que lo corv té que pesá tan com una gallina o poc menos; y de raó hauríe de fé inclinás eixe sarmén solt, y la vostra mersé lo ha pintat tan tiesso com si fore de asser o lo corv estiguere fofo. Al sentí aixó va sé tan gran la rábia del mestre Artigas, que no podén atiná en les paraules va acudí al cacharro dels colós que teníe entre les máns y la hi va aviá en molta furia, chafánse en trossets contra enterra perque lo chiquet va esquivá lo tiro, y va di: - No vull pintá mes, perque eres un llauradó, un descarat, un insolén, un malsín, un grandíssim bellaco. Y va cridá al poble, y ajuntanlos a la plassa los va di, que mentres tingueren al poble al atrevit de Pedro Saputo, no pintaríe la capella. Entonses Pedro Saputo va demaná llissénsia per a parlá y va contá lo que habíe passat en lo seu mestre; y li van doná la raó y lo van aprobá, y no van volé que sen aniguere del poble. - Pos men aniré yo, va contestá mol emborrascat lo mestre Artigas. - Aneu enhorabona, van cridá tots; pero que no se pinto la capella. Y Pedro Saputo eixecán la veu desde una pedra va di al poble: - Si lo mestre Artigas sen va y vatres voleu yo pintaré la capella. - ¡Que la pinto, que la pinto!, va cridá lo gentío. Y lo justíssia y lo consell en los prohómens del poble van encarregá la pintura a Pedro Saputo. Ell entonses mol contén va di: - Ara miráu, poble de Almudévar; yo pintaré la capella de la nostra Siñora de la Corona, pero me hau de doná lo mateix que li donáeu al mestre Artigas. Y lay van prometre. Los va preguntá qué volíen que pintare, y no sabíen qué díli. Y va torná a preguntáls: - ¿Voleu que pinta lo que veéu o lo que no veéu? Y van contestá tots: - Lo que no veém. - Pos yo, va di ell, u pintaré, y tos ha de agradá. Inmediatamen sen va aná cap a la capella y va borrá lo que habíe pintat lo mestre Artigas, que ere poca cosa. Tres mesos va está pintán, y va acabá l´ obra y va di al poble a la plassa: - La pintura está acabada. Ara vull que la ermita estigue vuit díes uberta per a que vaiguen a vórela tots los del poble, grans y minuts, sabuts y ignoráns, y que si algú trobe defectes a la pintura me los digue per a enmendáls. Y van aná tots a vórela y ningú va trobá cap falta, sino al contrari, lo alabáen mol y díen: - ¿Cóm sap fé aixó lo fill de la pupila, que es un chiquet y ningú la hi ha amostrat? Pero li van di que no enteníen les escenes que habíe pintat ni la intensió de ixos cuadros. Y ell los va di: - Escoltéume, fills de Almudévar: yo tos vach preguntá si había de pintá lo que veéu o lo que no veéu, y me vau contestá que pintara lo que no veéu. Pos be: segóns ixa paraula, yo tos hay pintat a un lienzo dos cuadros; la un es un olivá, y l’atre una viña, que són coses que per a vore teniu que aná a Huesca y al Semontano; pero lo que es al vostre lloc no les veéu per dixats y dropos. Al atre lienzo ñan dos cuadros mes; la un es una dona de casa seua mol asseada y cuidada, mol atenta, modesta y aplicada a la seua faena y a la inteligénsia de les coses del gobern doméstic, la volten dos chiquets y una chiqueta, fills seus mol grassiosos, llimpios, asseats, ben vestits y criats; que tamé es cosa que no veeu al vostre poble. Al atre ña una sogra y una nora minchán les dos a un plat mol concordes, amigues y ben animades entre elles: cosa que tampoc veéu a la aldea. Per lo voltán y per l´aire ñan bosques, fieres y muixóns, núgols, y atres coses segóns me s´anaen ocurrín, importabe poc que foren éstes o datres. Y a dal a la bóveda o sel de la capella hay pintat a María Santíssima en les máns tancades perque no ña an este poble qui les óbrigue en orassións devotes y sinseres, y la obligo a obriles per a dixá caure damún de vatres les bendissións de que les porte plenes. Al sentí esta explicassió se van quedá tots espantats de la sabiduría de les pintures, y van cridá mol rato en gran ardó y jubileu: - ¡Es verdat!, ¡es verdat! ¡Viva Pedro Saputo! ¡Viva lo fill de la pupila! ¡Viva la honra de Almudévar! Y lo van agarrá y lo van portá a muscles a casa seua alabánlo y cantán a la seua glória y lo van presentá a sa mare y li van di que ere la dona mes dichosa del món. Ella lo va ressibí plorán de goch, y va doná a tots les grássies per aquell favor que mostraben a son fill. 


 Capítul X 


Extraordinaria aplicassió de Pedro Saputo. 


Capsots los pares, tontos los mestres, badocs los veíns, mes valdríe no naixe, o no estudiá res y viure sol o anássen als montes si un sapiguere que allí habíe de topetá en una compañera de trate confortán y recreatiu. Dichós de Pedro Saputo, que encara que va doná en mols abatuts va sabé librás de ells y fels la figa. Yo, fora de mon pare... No vull di lo demés. Sobre que ting amics y amigues del alma que a pun estic de tratáls de idiotes, com a creure homes de pro als faramallas, charlatáns, embaidores y hipócrites que mos se venen per Licurgos tocats per la Providénsia per a remediá la España y reformá lo món. Habíe lo nostre chiquet pintó sentit parlá al mestre Artigas de autós y llibres del art, y li va suplicá al siñó móssen que li faiguere portá tots los que trobare; y en dos o tres mesos va tindre los que mes se coneixíen allabonses. Se va ficá a estudiáls en molta afissió y no menos constánsia, y per los matíns y les velades passáe casi tot lo tems en alló, sense olvidá al mateix tems los atres ejercicios, alternán después lo traball per hores y hasta per díes segóns lo humor o la disposissió, perque teníe per máxima lo no violentás may ni cansás fen ejercicio. Conque estudiabe, dibuixabe, pintabe, esculpíe, tornejabe, repassabe la solfa, y tocáe los diferéns instruméns que sabíe. A sa mare li va di que no anare mes a rentá roba de atres, sino que bonamen serviguere a casa a les persones de mes estat del poble que li pareguere; y encara aixó li díe lo cor que duraríe poc tems, y mentrestán se anare tratán en algo mes de estima y dessénsia. Per capricho va pintá a un taulonet un niu de oronetes al momén de arribá la mare en lo minjá, ya escomensán a trare ploma los minudets, y la va enclavá per la nit desde una finestra a una fusta de les que formáen lo ráfec de la teulada, que no ere alt; y pel matí mol prontet ya lo estaen codolechán los sagals del carré enfadánse perque no podíen sisquera fé fugí a la mare, y cridánla oreneta bruixa perque habíe fet allí lo niu sense vóreu ells. U va sentí Pedro Saputo, y va eixí y va traure lo taulonet, quedán los sagals avergoñits per una part, y per l´atra enriénsen de ells mateixos. Va corre la veu y van vindre a vore la pintura infinites persones; pero ell los va di que no podíe vores de prop, sino al ráfec y desde lo carré; y així la va torná a ficá al seu puesto, y tot lo poble veníe a vore aquell prodigio de un chiquet de catorse añs. Si no s´haguere perdut después de mort, haguere pugut sé un atre Yalisso, que va fé un goz pintat a un cuadro en tal perfecsió, que pareixíe hasta rabiós, y va costá guerres per tíndrel, y al final, después de mol tems, va sé portat del Asia a Roma y dedicat per Augusto César al Capitolio. Va pintá aquell añ dos sales, una de un benefissiat ric, y l´atra del hidalgo pare de Eulalia, qui, per a acabá de borrá la memoria de les paraules que va di a sa mare de Pedro Saputo, li fee mes favor que ningú al poble. Y en verdat, encara que lo chiquet ere tan generós, no podíe olvidá del tot les dos raderes expresións que va fé aná contra nell y sa mare; y aissó que no compreníe encara tota la malíssia que portaen. Va morí desgrassiadamen lo hidalgo cuan estáe pintán lo radé lienzo de la seua sala. La va acabá, pero afegín a dal dos ángels en ademán de estendre sobre lo cuadro un vel blang de crespón en orla negra. Y va ficá encara allí un atre primor; y va sé que an aquells ángels va fé lo retrato de Eulalia y lo seu, ixíen tan be que pareixíe que los hagueren tallat los caps y los hagueren apegat als cossos despullats dels ángels. Com ya seguíe les regles del art y sabíe com plasmá la naturalesa, va advertí entonses mols defectes a les pintures de la capella de la Corona; y va demaná llissénsia per a ficá un rótul que declarabe quí les habíe fet y la edat que teníe. Pero la obra milló, la obra de mes mérit, y u va di ell cuan ya no podíe equivocás, va sé sempre lo niu de oronetes, que algúns van volé comprá, ñabén qui li va oferí hasta coranta escuts de or, que per als coneixedós que podíe ñabé a un poble com Almudévar, ere mol, sense duda. Se va pédre, com hay dit, a la seua mort, així com atres coses de mol primor y valor que ñabíe a casa seua. Entre los llibres de pintura van vindre tamé dos en latín y un en italiá, y va di: pos yo estes llengües hay de adepéndreles. Y en efecte se va ficá a estudiá la latina, y en una semana va adependre los nominatius y les conjugassións, perque la seua memoria ere assombrosa. Pero no li van permétre seguí este estudi les dos obres de pintura que va tindre al poble. Sa bona mare recordabe ara moltes vegades la professía de la gitana, pero calláe per no di lo engañ en que la habíen seduít, exponénse ademés a que no la cregueren, encara que la seua honestidat y mol juissi la abonaren per al que vullguere di en defensa seua. Pero después de ben pensat u dixáe está, y ressumíe totes les séues reflexións en estes cristianes paraules: Deu me perdono aquell fallo y no me dono tot lo be an esta vida. 


Llibre segón 


Capítul I 


De cóm Pedro Saputo va eixí a córre lo món. 


Que a ningú se li ocurrixque di, de esta aigua no beuré, perque pot sé que tingue que béurela, y aissó encara que estigue térbola, y mesclada en sang humana; encara que la estiguen passán de un cuerno a un atre, com fee un loco al carré estatre día. ¿Cuánta aigua de cuerno per al hidalgo de la cantonada de la plassa, que vóres obligat a rendí la seua soberbia al fill de aquella pupila a qui ell va denostá en tan despréssio y en paraules de tanta injúria, debénli nada menos que la vida de sa filla y no tenín pas (paz, pau) y amor en ella si cada día no la visitabe lo que ell destinare per a comadrón y casamenté, y ademés va eixí ara, que valíe mes sén un chiquet y pobre que tots los hidalgos de la provínsia? Y encara ell va patí menos que datres en aquella humillassió, perque no ere desagraít, y l´agraimén, ¡ay, qué majo que es!, no permitix quisquilles del amor propi. Si visquere una mica mes, y veiguere encara coses mes grans, y la seua soberbia mes retirada, y la seua imprudénsia mes arrepentida. Van preguntá a un sabut antic qué fee Deu, y va contestá: Recachá lo alt y eixecá lo baix. Se ha de anotá que la Providénsia done lloc a preguntes com aquélles: Dísme, pare comú, pos eres just, an ésta may se ha de dessichá mol tems lo seu cuidado de recordá al home vano, que no es res y no res pot fé de ell mateix; habénmos previngut per a que no lo extrañém, que lo que se alegre de la caiguda de un atre, de la flaquesa de l´atre, o se creu exento y segú de ella, no quedará sense castic, no dixará de sé abandonat per a que caigue an aquella mateixa o a un atra mes miserable. Trobáe Pedro Saputo esta llissó y doctrina als seus llibres, y encara que lo chiquet la teníe sempre mol presén y evitabe així la vanaglória, la presunsió, lo engreimén, ajudánli tamé sa mare que continuamen referíe a Deu totes les grássies y habilidats del seu fill. Passáe lo tems mentrestán, y ell entráe ya als quinse añs de edat; y va di un día a sa mare: - Yo, mare meua, voldría anámen a vore món. Hasta ara sol hay vist la siudat de Huesca y algúns atres poblets de la comarca aon m´hau portat; y aissó es com no habé eixit de Almudévar, perque no ña diferénsia en les costums, ni al sel, ni a la terra y vull anámen sol y mes lluñ, perque al món ña mol que vore y mol que sabé, y a casa y per aquí sempre són los mateixos campos, los mateixos márgens, ribassos, les mateixes parets, finestres y finestróns, y ni los uns diuen res, ni les atres fan mes llum que lo primé día. Conque donéume la vostra bendissió y men aniré en la vostra llissénsia. Se va apená sa bona mare en esta notíssia, y li va di plorán: - ¿Cóm, fill meu, cóm sirás lo consol de ta mare si ten vas del meu costat? - Mare meua, va contestá ell: los fills són lo consol de sons pares pero no están sempre lligats a les seues garres, sino honrats, guañánse honéstamen la vida, no donánlos maldecaps, volénlos mol, y assistínlos y cuidánlos cuan u nessessiten. Ademés, no tardaré en torná, perque com sirá lo primé viache y soc encara mol sagal, no vull aná a terres apartades ni embutím a la confussió de llengües y nassións per a probá a la fortuna. - Pos be, va di sa mare, ya que estás convensut, yo voldría que u comunicares al siñó móssen, que es home que coneix a moltes persones, y escriu y ressibix cartes del correu, per a que te dono cartes que diuen de recomanassió. - ¡Ay mare!, va contestá ell entonses; ¡qué llun estéu de atiná al blang, y qué mal caléu lo meu pensamén! No vull cap lletra de recomanassió, perque ni sé aón aniré, ni dixen de sé pigüelas (pulles, sátires) que no se poden chafá sense ofensa de algú. Ademés, ¿Qué faré? ¿Pintá? Es títul que obligue a mol, y per ventura no me se oferirá pintá un estrel. ¿De músic? No sé aón podríe portám esta habilidat si no es an algún sarao, boda o festa de convén. Pero sobre tot la libertat es lo que me fa al cas; cap respecte, cap ley inútil me convé, fora de la honradés; y lo parlá be y lo just comedimén. Esta nit anirém a casa de ma padrina y li dirém que demá me se oferix un curt viache, y a ningú mes donarém cuenta, exepte si después vullgueres contálay al siñó móssen, que es tan amic nostre. - ¿Demá ya ten vols aná?, va preguntá sa mare. ¿No veus, fill, que aissó es massa de repén? - Aixó per a vosté, va contestá ell; no per a mí, que fa mol tems que u ting pensat y resolt. Pleguéume dos camises, y en esta mateixa roba y un ferreruelo (farsell) al muscle ting lo menesté per al poc tems que penso caminá fora de casa. Va habé de asseptá sa mare per mes que li ploráe lo cor; y en son demá de matinet li va besá la má y va eixí del poble eixecán los ulls al sel com per a invocá a la Providénsia. Com lo camí de Huesca ere lo mes conegut y al mateix tems lo mes curt, se ni en van aná los peus per nell y va dixá lo poble atrás, no portán mes bártuls que lo que per la nit li va di a sa mare, y deu libres jaqueses de or, no habén vullgut mes provisió, perque díe que lo que va a córre món a la aventura, lo món li ha de valé y al món ha de trobá la vida o la mort. 


Capítul II 


De lo que li va passá a Huesca


Aufanós, alegre, altiu, confiat y tan ligero de peus y de cos camináe lo nostre home aventurero buscán nous confíns (cofíns no) y noves terres, homes, opinións y costums, que no estampabe cap marca de pas al pols del camí, com si anare per l´aire o volare en lo seu pensamén. Lo sol de les sat del matí, a micháns del mes de mars, puríssima la atmósfera, cla lo horizonte, cotet lo ven y mol bon orache, alegráe la humida terra que reviscolada ya pel seu caló amic y apuntán la primavera, li haguere oferit la naturalesa renován la seua vida a la estassió mes apassible del añ, si la campiña que atravessáe, despullada, aburrida y triste, presentare a un costat y a l´atre a la vista algo mes que algunes verdes esplanades de cams de blat (hordio, ordi, trigo), y al frente la foscó de la serra de Gratal formán falda als lluñáns y encara blangs Pirineos que pareix que aguánton la bóveda del sel per a dixála caure a l´atra part, que ya sabíe que ere lo Reino de Fransa. Arribat de un vol a les Canteres, va vore abaix escomensán desde la mateixa vall la negra y agorera selva de Pebredo extenénse per un gran terme en les séues carrasques del diluvio y habitada encara de les primeres fieres que la van poblá. La va atravessá insensiblemen, va descubrí los famosos plans de Alcoraz, va arribá a San Jorge, y va di: Ya estic a Huesca. Y no habíen tocat encara les nou del maití. Mol abáns se trobáe ya sa pobre mare a casa de la padrina, a qui va aná a di en gran pena: - ¡Ya sen ha anat! Van plorá les dos un rato llarg, acompañánles tamé la chiqueta Rosa per imitassió y algún sentimén que al seu modo alcansabe, pos ya teníe dotse añs, no ere boba y volíe mol a son germanet Pedro. Ell, mentrestán, estáe ya a les avingudes de la siudat, aon va topetá en un flare motilón del Carmen calsat, y trabán conversa en ell, va entendre que al seu convén se tratabe de pintá la capella de la Virgen; pero que lo mestre Artigas ere mol judío, que los demanáe singsentes libres y ells ni donaen tressentes sincuanta y no volíe. - Yo, pos, va contestá Pedro Saputo, voré ixa capella, y pot sé que busca an algú que la pinto per neixes perres. - Si es de Saragossa, va di lo motilón, ni u probos, perque si los pintamones de Huesca demanen tan, ¿Cuán demanarán los famosos pintós de Saragossa? Y en aixó van arribá a la siudat y se van atansá juns cap al convén. Va vore Pedro Saputo la capella, y va pujá a la habitassió del prior y li va di que si lo mestre Artigas no habíe de tindre queixa, ell buscaríe algún pintó que igual rebaixaríe algo la cantidat que aquell demanae. Va contestá lo prior que lo mestre Artigas no podíe fé mes que resignás, perque aixó de totes les maneres se faríe, y no tindríe raó per a queixás, perque ya después de ell habíen tratat en un atre pintó y tampoc se habíen ajustat. Podíe di quí ere lo pintó que se proposae: - Yo, va contestá Pedro Saputo. - ¿Vosté pot di quí es? - No dic aissó, sino que soc YO lo pintó que ha de pintá la capella. - ¡Vosté! - Yo, sí, pare prior; yo mateix. - Féume lo favor, va di entonses lo prior en desdén, de aná a la Creu de San Martín a comprá un boliche y vaigue a jugá per neixos carrés, o arreplego cuatre pedres y codolets al vostre herreruelo (farsell) y anéu a cantalejá gossos per los racóns y plasses. - Pos es verdat, pare reverendo, va contestá Pedro Saputo, que encara que se enfado li hay de di que les séues paraules desdiuen de la vostra seriedat. ¿A quin llibre hau vist, a quin autó hau lligit, a quin sabut sentit a la vostra vida, que no haygue ñabut may al món home de la meua edat que pintá no puguere una capella de flares? Si haguere preguntat cóm me dic, si ya sapiguere quí soc, si s´haguere informat qué ting o no ting fet, entonses podríe parlá com li vinguere en gana, y tan menospreu no lo puc esperá de consevol atre home mes prudén. Així que, podeu encarregá y doná la vostra obra a qui vullgáu, que ya vech que no arribarém a cap acuerdo. Quedáutos en Deu y en la la vostra capella, que a mí no me cal tratá en homes de tan mala raó y conveniénsia. Y dit y fet, va girá la esquena al prior y va agarrá la porta. Pero lo prior, que a les séues paraules habíe vist molta discressió y prudénsia, lo va cridá y va eixí a detíndrel, y entrán un atra vegada en ell li va di en veu mes atenta que no se extrañare que li haguere parlat de aquella manera, ya que los sagals de la seua edat se solíen dedicá mes an aquells entreteniméns de brutos, que a obres de tanta empresa y capassidat. Pero que si teníe confiansa de eixíssen be en elles, se serviguere di quí ere y trataríen. Perque lo flare ya sospecháe quí podíe sé, ya que teníe de ell notíssia per la fama del seu nom. Entonses va contestá lo mosso: - Yo me dic Pedro Saputo; soc... - Prou, prou, prou, fill meu, va di en gran exclamassió lo prior al sentí lo seu nom. Y eixecánse lo va abrassá en molta voluntat, y lo va fé sentás al seu costat, y li va di: - Miréu, Pedro Saputo; ya que Deu ha dessidit portátos an esta santa casa, yo actuaré de modo que a vosté no li peno habé vingut. Per descontat tos acomodaré a una cámara ben arreglada y en tots los servissis; tos ficaré assiento al refecterio en los pares mes importáns; y tos pagaré les singsentes libres jaqueses que demanáe lo mestre Artigas. Yo sé que hau pintat la ermita de la Corona a la vostra vila, y raderamen dos sales; y persones inteligentes que tos han vist me han sertificat que hau derramat en elles mes arte que lo que ha pintat en tota la seua vida lo adotsenat del mestre Artigas. Y si no me importunáren al seu favor algúns flares y dos caballés de la siudat, ya tos volía escriure que vinguéreu a fé la nostra obra. La fareu, y yo men alegro mol. A vosté, lo arte de la pintura, este arte divino que entenen pocs y alcansen mes pocs encara, tos u ha amostrat la mateixa naturalesa, y per aixó, fill meu, sou tan aventajat. Sol tos demano que no tos unfleu, perque contra mes humildes som, mes grans y mes exeléns són les grássies que ressibím de Deu lo nostre Siñó, y les mersés que la seua gran misericórdia y bondat infinita mos fa de pura grássia. No olvideu que humille als soberbios y arrogáns, y exalte als humildes. Una enfermedat pot anugolátos lo juissi, una caiguda estronchinátos y dixátos inútil per al vostre arte y per a tota obra de profit, y donántos llarga vida obligátos a mendigá de porta en porta una limosna, sen mol infelís y despressiat. La glória y les riqueses que podeu esperá alcansá en la vostra gran habilidat y talento que yo del modo que puc beneíxco, y en lo cor ficat an aquell abisme de bondat y omnipoténsia del Siñó, li rogo encamino a la seua mes gran honra y glória, així com al profit teu y descáns de les persones a qui tingues obligassió y correspondénsia. Ara anireu a descansá hasta la hora de diná, y después ya tos anireu preparán per a la vostra obra. Va entrá en aixó un lectó, un home de ixos que sense cridáls van a tot arreu y se arrimen a tots y apliquen la orella a tots los foradets, y u volen tot sabé y mangonejá, que se bullen del aire, y encara del flat y de la seua mateixa movilidat, qui habén sentit algo del payo que estáe a la cámara del prior, se va embutí per farol y compare. Va preguntá entonses Pedro Saputo qué ere lo que s´habíe de pintá a la capella per a aná formánse la idea (va di), regirála y perfecsionála. Agarrán la paraula lo lectó va contestá y va di (cuan ixíe lo prior de la celda a doná orden de que preparáren la que destinabe a Pedro Saputo): - Ya sé yo lo que vol lo pare prior. Mireu: hau de pintá lo primé lo infern, y a la boca o entrada a la part de fora a Nostra Siñora del Carmen desvián del boquerón uns cuans beatos que van a pará allí, aguardánlos mols diables, y la má de sa Majestat de María Santíssima los siñalará un atre camí, que sirá lo del purgatori, y ells lo empendrán mol conténs. Después hau de pintá lo purgatori y a Nostra Siñora del Carmen traén de ell a tots los seus devotos en lo escapulari. Después hau de pintá lo sel, y a la mateixa Siñora mol gloriosa rodejada de una caterva de devotos seus; y lo mes amún de tots y mes prop del seu torno a N. P. S. Elías en mols flares a la seua sombra. Y después, per los racóns o aon tos paregue pintéu una dotsena de milagres, los mes inaudits que puguéu imaginá. - Pero ixos milacres, va di Pedro Saputo, mels hauréu de referí, o amostrám lo llibre aon cónsten, perque yo no ne sé cap. - Tampoc yo ne sé cap en particulá, va contestá lo lectó, no ña cap llibre de milacres que yo sápiga, encara que hay sentit que se está escribín. Per aissó hay dit que los hau de imaginá vosté mateix. - ¿Y ne han de sé mols? Va contestá Saputo. - An eixa materia, va di lo lectó, hau de tindre entés que may podreu pecá per massa; contra mes ne siguen y mes estupendos, mes alabansa redundará al pintó y mes crédit a la orden carmelitana. - Pos a fe, va di Pedro Saputo, que no quedaréu desconténs la comunidat ni la orden, perque vach a pintátos allí tals milagres, que no entro home en vista a la capella, que no se espanto. - Pos aissó mos fa falta y no datra cosa, va acabá lo lectó, perque aixina se inflame la caridat de los parroquiáns y carregue lo poble al convén. Una mica sospechosa li va pareixe a Pedro Saputo la religió, o mes be la filosofía del lectó; pero com res anáe sobre la seua consiénsia, va fé la seua cuenta y va pensá en la má plena dién, l´alma a la palma. Y en son demá va escomensá a prepará les parets de la capella y a provís de broches, pinsells y colós. Va pintá una semana, y lo prior y tots los flares no se fartáen de mirá la pintura, de alabá al pintó discípul de la naturalesa, com li díen. Tamé del poble anaen a vórel mols curiosos y bachillés sense bachillerat (may lo mestre Artigas), - ¿Quí u diríe? - un canónigo y un pintaire, de los que, díe Pedro Saputo, que la un enteníe algo perque habíe vist mol, y l’atre si en ves de fé pintes se haguere dedicat de jove a un atra cosa, podríe sé lo seu compañ; y lo volíe mol, se van fé amics. Va pintá dos semanes; y al tersé dillúns va tindre que dixá la obra y eixí de la siudat mes depressa que habíe entrat. Ñabíe al convén un flare de los que diuen de missa y olla, perque de ababol no sabíe adependre datra cosa que di missa y acudí al papeo; tots los díes anáe a la capella a doná un mal rato y fótreli la tabarra a Pedro Saputo fénli sempre les mateixes preguntes, que eren: - ¿Cóm se diu lo pintó? ¿De quin poble es lo pintó? ¿Cóm se diuen los pares del pintó? Ya lo mosso se habíe queixat al pare prior y demanat que no dixare aná an aquell flare a la capella; y lo prior, home sense malíssia, li va contestá que com ere un flare de poc entenimén no teníe qué fé cas de les séues tontades. Pero a Pedro Saputo lo cabrejáe tan, que aquell día, així com lo va vore entrá, se li va ensendre la cara, y de rabia va malmetre lo cap de un ángel que estáe pintán. Va escomensá lo flare a preguntáli en soflama lo mateix de sempre, cóm se diu lo pintó de la nostra santa capella. Y Pedro Saputo, ensés, li va contestá: - Avui lo pintó se diu Pedro Códul ! Y dién aixó li va aventá en gran saña y tota la forsa que teníe un códul de la mida de un puñ que teníe a má, li va fotre al pit y lo va tombá an terra, y va agarrá los pinsells y los cacharros de los colós en un sarpat, va saltá de la embastida, y per si lo flare tramontabe, que no se menejabe ni queixabe mes que en un ressoll aufegat y ronco, sense despedís de ningú va ficá peus en polvorosa. Vull di, que va doná de colses al convén fugín en tal ligeresa, que en dos minuts ya dixáe atrás lo Pueyo de don Sancho (ara Puch dels mártirs o fossá), y en no mols mes ya pujáe y passáe lo estret del Quinto y perdíe de vista la siudat y la seua Hoya. Se diu costa o estret del Quinto la pujada del riu Flumen als collets y sardas aon después escomense ya lo Semontano



Flumen, palomeras


Capítul III 


Aventures del camí de Barbastro. 


No anáe per lo camí real o triscat temén que lo flare s´haguere mort y lo estigueren acassán, sino per sendes y voreres per culpa de la temó que lo guiabe. Se va topetá en un llauradó que ajudat de dos mossos fills seus estáe fen uns forats com a fósses y li va preguntá per a qué los fáien. Li van contestá que per a plantá una viña, y que a cada forat ficáen dos sarméns. Va mirá ell un rato y va di: - Bons llauradós, ¿no siríe milló en ves de ixos forats obrí una sanja tan llarga com la tira de viña, y u faríeu en mes fassilidat, y después de orejada y solejada ficáreu los sarméns atravessats y los enterráreu en la terra ya curada que vau traure primé? Y va di lo mes mosso de los fills: - Yo crec, pare, que este sagal té raó. Pero lo pare va contestá: - Ni tú ni ell la teniu; així me va enseñá lo vostre yayo, mon pare, a plantá la viña, y aixina tos u enseño yo a vatres. - Y ¿no donaréu datra raó, bon home?, li va di Pedro Saputo. ¿Conque moro mon pare y moro hay de morí yo? Pos en verdat que si sempre faiguérem lo que van fé los nostres pares y allacuanta feen ya los antics, sempre lo món estaríe com al primé día. Y diéume, ¿Cuán donará fruit aquella atra viña? - Éixa, va contestá lo llauradó, se va plantá l’añ passat y encara tardará a doná fruit, perque ara creix y arraíle, después se pode a ran, degolle o escamoche , per a tráureli los chupóns inútils, y después torne a rechitá, llansá, y són ya los sarméns que han de formá lo sep; y al cuart añ de plantada fa lo primé fruit. Va mirá Pedro Saputo la viña de mes a prop, va mirá les atres y se va girá al llauradó y li va di: - Yo crec que dixá llansá al seu aire a la viña ha de tráureli forses del seu arrailamén, y que siríe milló podála com lo primé añ, o al menos llimpiála mol be, y podála lo segón, cuan ya tindríe que doná algúns carrolls. Perque... - No ña perque ni per cuán, lo va tallá lo llauradó; sou un mosset que encara put a la lleit de la mare, ¿y veniu donánme llissóns y volén enseñám modes noves? Camineu, fill-de-puta, y seguíu lo vostre camí, si es que sabéu aón está, que yo, per sert, no tos hay cridat. - Men vach, sí, men vach, va contestá Pedro Saputo, pero tos dic, home fals, y chafaré sen llanses sobre aixó, que la viña que no done fruit y bo, encara que no mol abundán lo segón añ, o no va náisse per a viña o es filla de burro. - ¿L´hau sentit al insolén? Va di lo llauradó a sons fills; y los mossos van arremetre contra nell eixecán les séues caveguetes. Ell anáe ya a probá un atra vegada la puntería del seu bras en un parell de códuls contra los mossos, cuan, enrecordánse del flare preguntón, los va dixá caure als peus; pero se va enfrentá al primé que veníe, y agarránlo de costat va esquivá lo cop de la eixadella, li va saltá damún y lo va tombá an terra, mentrestán va arribá l’atre y va fé en ell lo mateix. Bregáen per eixecás, y ell los marejáe com un ratolí al gat, hasta que per a acabá li va fotre una puñada al mes gran al muscle y li va estamordí un bras, y al mes minut de una cóssa li va empaná los nassos fénli saltá un riu de sang; y va di al pare que veníe cap an ell mol furién: - Vech canes al vostre cap y no li vull ficá les máns damún, cap de suro, que si no teníu mes dicha en atres coses que tindre fills valéns, mireu la cara que porten. Llimpiéu los mocs an eixe mosso que se embrute la cara y la camisa, y an eixe atre lliguéulo curt si ne sabéu, que be u ha de menesté, y donéu memóries de la meua part al albéitar del poble. Y en aixó los va dixá y va tirá cap abán. Atravessán plans, y baixán y puján barrangs, algúns mol fondos, passán rius y no tocán cap poble, perque se desviabe de tots, va vindre la nit y no sabíe aón se trobae, habíe perdut lo tino y estáe baldat. Va trobá un collet coronat de un edifissi cuan miráe cap al sel perque ñabíe molta oscurina; y a má dreta allá lluñ sentíe algunes campanes. Este collet y este edifissi, va di, be podríe sé la ermita famosa de Nostra Siñora del Pueyo y eixes campanes que séntigo siríen de la siudat de Barbastro. Y així ere en verdat. Y fen alto y mirán a la ermita díe: ahí té que ñabé per lo menos un capellá en la seua casera; pero es hora sospechosa, y primé contestarán los morts dels sementeris y se eixecarán al juissi de Deu, que contestarán ixos solitaris ara y me obrirán la porta. La siudat, segóns lo eco de les campanes, no pot está mol lluñ y vech una faixa blanca que deu sé lo caminet, la senda. Dormiu en pas, guardes del santuari; no vull estorbá lo vostre descáns ni donátos cap susto sense profit. Y dién aixó va empendre lo camí de la siudat. A les poques passes y entre una gran espessura de abres que fáen del tot fosc lo puesto de un costat al atre del camí, va sentí remugá, y después va topetá en un home que li va preguntá sobressaltat: - ¿Quí va?, ¿sou cosa de este món o del atre? - De éste y del atre, va contestá Pedro Saputo; y vosté, ¿quí sou? - Yo, va di lo home en veu tremolosa, soc un penitén, y totes les nits ixco de la siudat a les nou, y en los peus descalsos y resán lo rosari ving a la ermita, reso a la porta a ginollóns sat credos y tres salves, y men entorno cap a casa. De nou díes men falten tres, avui es lo sexto de la novena. - ¿Y quin pecat hau cometut, li va preguntá Pedro Saputo, per a fé tan extraña peniténsia? Y va contestá lo home: - Un domenche que va aná molta gen al Pueyo vach está yo un rato per eixes caigudes del monte en algunes mossetes y ne vach seduí a una de elles. - Pos, amic, va di Pedro Saputo, si tots los que seduíxen donselles als santuaris o van an ells a demostrá los seus amors, segóns ting sentit y prediquen per ahí los flares, hauríen de fé esta peniténsia que vosté fa, me pareix a mí que totes les ermites del món hauríen de sé mes visitades de nit que de día. - Es que yo, va di lo penitén, li vach doná paraula, y ara ha eixit de sing y no vull casám en ella, sino en un atra. - ¡Hostia!, va di Pedro Saputo; ésta ya es mes grossa. Pero has de entendre, mosso engañat, que en la teua peniténsia no satisfarás a la mosseta, perque ella creén en la paraula que li vas doná se va entregá a la teua voluntat, y la has burlat. La deuda de la teua paraula sempre estará viva; aquell deute sempre es lo mateix; lo dret es de ella y sol de ella, y si no sedix, la vostra persona tota no es la vostra sino seua. ¿Qué feu als passeos de nitet a la ermita, y en los credos y salves? Encara que vingueres tota la teua vida, en ves de sol nou nits, no enmendaríes la mala obra que li vas fé ni li tornaríes la honra que li has pres, ni redimiríes la obligassió que tens en ella. No vas be, mosso, no vas be; y lo confessó que te ha imposat ixa peniténsia es un ignorán que tos porte a la perdissió en eixe engañ que vols fé a Deu y has fet al món y a la sagala. Yo te dic y créume: si vols viure en pas de la teua alma, y no sé desgrassiat an este món y condenat al atre, cumplix primé la peniténsia, ya que te la han imposat, y después la paraula an aquella simple inossén mosseta. Yo sé que ella te vol, y com la vas engañá, cada día demane a Deu que te castigo. ¡Y te castigará!... ¡Y ara mateix! ¡Aquí mateix y per la meua má!... Si no te arrepentixes inmediatamen y vas demá a demanáli perdó y oferíli la teua má. ¿U enténs?... Va di estes paraules en gran forsa y severidat, y lo mosso estáe ya tan acollonat, que al sentíles va caure an terra de ginolls y va di tremolán y plorán: - U faré, siñó ángel, u faré; ¡no me matéu!, ¡no me faiguéu mal, per Deu! - ¡Sí que u faré! - ¡Ay, Siñó!, ¡Dixéume aná a demaná perdó a la Virgen Santíssima!... - Ves en hora bona, va di Pedro Saputo en la mateixa seriedat; pero has de tindre entés que si no cumplixes, si demá mateix no vas a casa de la mosseta, y quedes conforme, te trauré la vida de repén en una espasa invissible que porto sempre en mí. Perque, ¡villano! - ¡Siñó, siñó!, va gañolá lo mosso mich mort de po. - Camina, malaventurat; seguix lo teu camí, y demá mos vorem aquí o a un atra part. Y dién aixó lo va agarrá del bras y de una espolsada lo va eixecá y lo va aventá camí abán en tal furia, que al infelís li va pareixe que lo remate siríe obrís la terra daball dels peus y caure al mes fondo dels abismos del infiarn. Va aná entropessán deu o dotse passes caigo o no caigo y bramán:
 - Virgen Santíssima, ¡perdó!, ¡perdónam!, tot escagarsat, aterrorisat, en temó de que sel emportaren los dimonis. La escurina los va separá y arribán lo mosso a la porta de la capella va fé mols actes de contricsió y va está dos hores allí en la boca seca demanán misericórdia a Deu y a María Santíssima. Y en son demá a la matinada va aná a vore a la de los sing, li va di que ya volíe casás en ella, y en efecte va portá cap abán lo negossi en tanta actividat que abáns de acabás lo mes estáen casats, y mol contén ell de pugué aná al sel en una dona que ben mirada valíe tan com un atra, apart de habela conegut, que no done o trau poca cosa. 


Capítul IV 

Aventures de Barbastro. 

Va arribá a la siudat prop de les onse de la nit; y sentín una rondalla sen va aná cap allá y se va agregá a la turba. Passada una carrera se van prepará per a cantáli dabán de una casa a una sagala que per lo nom que repetíen a les lletres se diebe Lorenza. Va vore Pedro Saputo que un de los de la ronda mentres los atres cantaben se va arrimá y va brincá a una reixa no mol alta, va fé 'st'! tres vegades, y se van entreobrí los finestróns. Se va ficá a escoltá dissimuladamen, y va sentí que lo mosso, un sabaté en molta grássia, díe:
 - Mira, Lorenza, no ploros, pos un atra vegada te juro que no ha sigut mes que una rascada en algo de sang. Se veu que ha ficat lo peu a una puta pedra que ere com un bolo redó de riu y s´ha futut de cap contra la paret de la iglesia. Lo Gafed y Resuello han anat en ell, y a mí me han encarregat que te u diguera. Conque después lo tindrás aquí. No te gítos. Adiós. Y va baixá. Va aná a la ronda, y Pedro Saputo per a divertís y passá lo tems, ya que no sabíe qué fé aquella nit, se va ajustá un drap al cap y va aná cap a la reixa, va fé la seña, van obrí la finestra, va escalá y va di la mosseta al vórel: ¡Ay, Conched meu!, va di mol abalotada; ya pensaba que no te voría. ¿Conque no es cosa de perill? Y dién aixó li agarráe les máns y les hi apretabe. Ell li va di: una mica me fa mal lo cap, pero per voret... Es di, que esta nit, va di ella en sentimén, ya no entrarás pel corral. - No, va contestá ell; y prou me pene. - Passiénsia, va contestá ella donán un suspiro, y van cuatre nits. Com ha de sé; ya mos u cobrarém. Ara vésten a casa, que no te fáigue mal lo fret de la nit; pren este pastel y esta llenguañissa cruga. Adiós, amor meu; vésten, y demá no ixques de casa. - No ixiré, va di ell; adiós, alma meua. Y va baixá de la reixa y se va apartá en lo ven, no fore que la trampa portare allí a Conched mes pronte de lo que ere menesté y passáre una calamidat. Y li va vindre be lo agassajála (convoyála), perque mes be li feen lo pastel de magre y la llenguañissa que los suspiros y les caríssies de la mosseta; com que en tot lo día no habíe minjat mes que un parell de ous que va robá a un molí; y dinán y senán a un tems anáe de carré en carrera. Va pará al riu, y va di: tot me va be. Ara que teníe sed en lo regustet salat del magre, se trobe al riu. Pero no podíe baixá al aigua, y veén un pon se va embutí per nell y al atre costat un chorro perenne de aigua, un burs com lo bras. Aixó es una fon, va di: y arrimánse y baixán en mol tiento unes grades, perque no se veíe mes que a una bossa de avaro, va arribá al chorro que sentíe y va beure mol a gust. Se va sentá a un escaló, se va acabá lo magre y va empendre la llenguañissa; va torná a beure, se va gitá a dormí y encara mastegán los radés bossíns se va quedá adormit a la vora de la fon del tío Matacroc. Abáns del día y ya de día, perque la gen de Barbastro es mol matinera y templada, bullíe pels carrés y per la vora de la fon, y Pedro Saputo no despertabe; hasta que va arribá una sagala a omplí aigua. Ell, una mica sobressaltat, pero dissimulán, li va preguntá si coneixíe algún mestre sastre que lo puguere péndre com a aprendís; y va contestá la mossa: - A casa nostra ha de cusí avui lo nostre, que per naissó hay matinat una mica mes de lo ordinari. Si voleu vindre, allí podréu parláli. Va asseptá Pedro Saputo y va seguí a la seua grassiosa guía. Van arribá a la casa y dit al pare y a la mare lo que habíe passat, y afegín Saputo lo que li va pareixe mentí, y satisfén les preguntes impertinéns, encara que fássils que li van fé, los va enviá lo sastre un recado dién que perdonaren, que aquell día no podíe vindre, perque la seua dona no se trobáe be. - No importe, va di ell; yo retallaré y cusiré los vestits. Y contra antes milló, siñores meues; venga ixa tela o lo que sigue, y que sápiga yo a quí hay de pendre la mida. Lo que me falte són estisores y les demés ferramentes del ofissi; pero les supliré en lo que ñague per casa; perque an este món sol ñan dos coses que no se poden suplí, que són, lo pa, y la bona dona. Va fé después assentás a la seua vora a la sagala per a enseñáli, y lo pare sen va aná mol pagat y a la mare se li ablaníe lo cor de gust. Y se va passá lo día sense novedat que digna de contá sigue, lo únic que ell va vore que la sagala se li afissionabe clara y determinadamen, y an ell sense sabé per qué, li agradáe tamé tíndrela prop y mirála; encara que ere llauradora, teníe molta grássia en tot y parláe y sentíe en gran amabilidat. Fea u podríe sé sa mare, pero ella ere mol maja, guapa, y una rosa del amor al obrí lo capullo. Casi de nit o entre sol y cresol, hora a la que los jornalés se solen pendre un rato de descáns per a vuidá la bufeta de lo que conté y lo ventre de flatos, los va di que en la seua llissénsia ixiríe un ratet al carré a oreás. Y va eixí, pero en ánim y propósit de no torná, perque no podíe assossegás ni está pel ofissi, encara li pareixíe poc disfrás, se assustáe tot lo día cuan sentíe cridá, no foren los corchetes que veníen a péndrel. Donán voltes per los carrés se va trobá al mich de un famós enterro que se encaminabe a la catedral, y en la gen lo va seguí y se va embutí a la iglesia. Van tocá moltes sinfoníes a la morta, que ere una donsella de uns devuit o vin añs de edat, filla de una casa prinsipal, plena de dijes mol pressiosos y un vestit de molta riquesa, en un vel solt galonejat de or, y al cap una diadema de valor mol alt segóns brillaben les pedres. Van durá hasta ben entrades les deu les sinfoníes y los cántics, y después van pará y van ficá a la morta a una capella, la van rodejá de veles y llums y sen va aná tot lo món, menos Pedro Saputo, que se va di: ¿Yo aón hay de aná? Aquí podré passá la nit, y no ña perill que me buscon los flares; demá ixirá lo sol y voré lo que me convé fé. Y dién aixó se va acomodá a un arca o bang de l´atra capella d´enfrente de la morta, va encomaná a Deu lo seu cos y alma, y se va tombá a dormí. Se va adormí pronte, li fee falta desde la nit passada; pero la son ere tan ligera com dura la fusta a la que descansáe, y va sentí a deshora un soroll que li va fé eixecá lo cap. Ere lo chirrit de una porta. Y después va vore entrá (perque la llum y resplandó de les antorches que cremáen en honor de la difunta omplíe la iglesia) dos homes que se van dirigí cap a la capella de la depossitada. Van arribá, y la un, que ere un mosso de uns vinticuatre a vintissis añs de edat, va escomensá a tráureli los dijes y diadema, y al mateix tems li anáe colocán uns atres que ell portáe mol pareguts an aquélls. Los de la morta eren fins y los que li ficáen falsos y de pichó vista. Van acabá de fotre lo cambiasso, y donán lo jove al atre una bossa li va di: hasta aquí a partí, lo demés es sol meu: ahí tens los trenta escuts del pacte y vésten a la sacristía. Lo mosso se va arrimá a la morta, la va abrassá y li va doná mols besets, y pareixíe aná mes allá, cuan Pedro Saputo no puguén soportáu, y escandalisat, va pendre del altá de la seua capella un candelabro michanet de bronce y lo va embestí en tota la seua forsa. Li va assertá al mosso al muscle y al pit, se va plegá an terra pegán un bram espantós. Va acudí lo sacristán o ajudán, lo va vore desmayat, se va assustá, va corre a per aigua, la hi va tirá a la cara, va torná lo mosso en sí, lo va eixecá, y sense coló y tancán los ulls de po y casi tan mort com la difunta sel va emportá l’atre mich caminán mich arrastrán. Va agarrá Pedro Saputo un atre candelabro y fen abáns un caragol en les máns contra la fusta del altá, va pegá un rugit tan fort que va pareixe que caíen les columnes de la iglesia atronánse tota y amenassán les séues altes bóvedes; y después disparán lo candelabro en tota la seua forsa, que ere molta, li va fotre al sacristán a la esquena y lo va fé caure an terra com un taco, juns en lo mosso que ya casi expirabe. Li va faltá tamé an ell l´ánim entonses, y pareixíe que los dos s´anaen a quedá allí morts de horror y del susto. No parlaen, y después de esforsás mol rato y de está entre basques y entressuó freda, en una respirassió agonisán, van podé arribá a la porta per aon van entrá, y la van tancá, y se van sentí encara unes atres mes interiós. Y tot sossegat y volta al silénsio majestuós y solemne, se va embolicá Pedro Saputo en los mantellets del altá de la seua capella, per si algú lo puguere vore, fore com fore, y va passá a la de la morta. La va mirá a la cara, y pareixíe en la seua serenidat y pau que li donáe les grássies de tan bon ofissi y defensa com li habíe fet. Y pateján en los peus alguna cosa, va vore que ere la roba que li habíen tret a la morta. La va agarrá tota, y ficánla en gran respecte al llit y recomponén mol be lo vel y lo vestit, li va ficá a les máns un paperet doblegat, escrit en un llápis que portae, aon díe: «Esta nit entre les dotse y la una dos homes infames y descombregats han cambiat los dijes y adornos de esta donsella per los que portaen ells. Passá volíen a ultrajála; pero un atre mort que invissiblemen la guardabe la ha defengut del ultraje y profanassió que anáe a patí, y ha arreplegat la roba robada. Si se vol sabé quí són los desalmats que tan gran maldat van acométre, que se miro quín del sirviéns de esta iglesia está ben futut de la esquena, éste es un de ells y sap del atre.» Fet aixó y al retirás va vore una cosa blanca a enterra, la va alsá y va vore que ere la bossa de los trenta escuts que lo perdut del jove habíe donat al sacristán y habíe éste dixat caure sense preocupás de arreplegála. Meus són, va di; perque encara que los faiga pregoná, segú que no vindrá l´amo a demanáls. Y en aixó se va retirá a la capella, tornán los candelabros al seu puesto, una mica boñats, y se va tombá al arca. Pero de la escena que habíe vist li va escomensá a naixe al ánim tan gran horror, que se li van esturrufá los pels del cap, y se ni anáe la forsa de les cames y la vida del cor. Al final, pensán en la obra tan caritativa y tan heroica y santa que habíe fet se va aná assossegán y va aguardá lo día. Se va ficá después a pensá en lo seu estat, y después de vores mil vegades a les máns dels alguassils de Huesca y de escapás unes atres tantes per casualidat y ben justet, tot a la seua imaginassió, va determiná fé la mes atrevida y grassiosa travesura que cap home ha imaginat may, com se vorá al capítul siguién. 


 Capítul V 


De lo que va fé Pedro Saputo per a librás de los alguassils. 


¡Oh libertat pressiosa, no comparada al or ni al be mes gran de la espassiosa terra! ¡Mes rica y mes gossosa que lo pressiat tessoro que lo mar del Sur entre nácar amague! En armes, sang y guerra, en les vides y, fama conquistades al món; pas dolsa, amor fondo. Que lo mal apartes y al teu be mos crides: a tú sola fa lo niu, or, tesor, pas, be, glória y vida. No volíe Pedro Saputo pérdre este or, este tessoro, esta pas, este be, esta glória y esta vida que tan alabe aquí lo poeta, y que en un sol nom sempre dols y amat diem libertat. No la volíe pédre, y ya estáe sense ella, perque la verdadera libertat está tan al espíritu com al cos, y ell teníe lo espíritu a les presóns de la po, tan oprimit, que a cap puesto se sossegabe, com si en una corda elástica desde Huesca li hagueren lligat l´alma, y encara que probáe de trencá la llassa no li ere possible. No ere libre, perque en la temó de la justíssia, li pareixíen tots los homes los seus ministres, no teníe pau ni descansae, ni ossáe mirá a consevol que passáe al seu costat. Com van di algúns filósofos antics, lo home sabut y just encara a la esclavitut no dixará de sé libre, pero es innegable que a la libertat del cos no está essensialmen la del ánim, y que cuan éste no ne té, tamé li falte an aquell perque no se assegure. Aixína que patix lo home moltes esclavituts, o esclavitut de moltes maneres, que se poden reduí a una sola explicassió general, dién que es causa de esclavitut tot lo que oprimix o inquiete l´ánim. Sol pot sé verdadera y constanmen libre lo home just y animós, lo home de be y sereno, lo home de consiénsia clara y pura que no té temó de res, sobre tot si se contente en la seua sort. Aon anáe Pedro Saputo portáe les presóns de la temó, com se ha dit; y probán de escapá de elles va doná en un pensamén diabólic y temerari que sol an ell se li haguere pogut ocurrí y que sol ell haguere pugut eixíssen en lo servell sano. Estae, pos, a la capella de la iglesia regirán lo seu proyecte y preveén los cassos y dificultats que aon fore pugueren eixecás; y pas per pas y sense ell moures va aná vinín lo día. Se van obrí les portes, va entrá la gen, y cuan li va pareixe va eixí al carré y va aná a les botigues y va comprá tela, fil, seda; se va emportá un pa y unes salchiches, y fet un fardellet de tot sen va aná de la siudat riu amún. Va arribá a un puesto retirat y amagat; va plantá los seus reals y se va ficá a tallá y después a cusí un vestit de dona tan ben parit, que cuan sel va ficá, ell mateix se vee com una dona real y com si tal haguere naixcut. Se va arreglá tamé lo pel, lo teníe negre y llarg; y adressat, atildat y pulit va quedá convertit en la sagala mes denguera de tota la terra, tan satisfet y alegre que va dudá si tornaríe a portá lo traje y pensaméns de home. Se va minchá enseguida lo pa y les salchiches, ere ya hora perque lo sol caíe ya a amagás a la serra dels Monegros, va beure del riu, va torná a mirá y esperá una mica, va fé dos o tres zalameríes de donsella requebrada, va tirá pelets al aire, y despullánse y arrepetán a un mocadó lo traje de dona va aná a passá la nit aon lo guiaren los peus y la bona ventura. Com va vore al eixí del barrang una aldea, empinada als primés montes, se va adressá cap allá reposán a la primera casa que va trobá uberta. Va sopá be y se va fartá, va pagá be a la casera, que ere una pobre mare de cuatre fills y sense home perque traballáe a un atre poble, va dormí a una cadiera o escaño en una manta a la cuina (com a casa Rano), y al arribá lo nou día se va despedí de aquella humilde fonda y sen va aná del poble dién: mameula, alguassils. Y dit aixó se va allargá com lo ven, no l´haguere acassat ni en la vista lo mes rápit andarín del món. ¿Aón arribaríe si no paráe?, y aissó que no anáe per camíns, sino sempre a campo traviesa, y no tot ere pla y recte. Va pará a minjá a un poble, y a passá lo tems a un bosque, después a un collet, después a un riu aon se va vestí de dona y va esgarrá y escampá lo vestit de home; y al tardet se va trobá prop de una poblassió granada, va apareixe un edifissi gran y distinguit que per algunes siñals va sabé que ere un convén de monges. ¡Aixó es lo que buscaba, va di; aquí se vorá lo meu ingenio; aquí tota la astússia y tacañería que me va doná mon pare y la pupila de Almudévar! Ahí es aon yo hay de entrá, perque així u ordenen la nessesidat y la temó que aquí són una sola persona. ¿Quina vida deuen portá estes dones que fugixen del món sense sabé per qué? Ahí viuen tancades miránse y girán sobre elles mateixes com aigua divina de la seua corrén, com peix a redoma, com serp tapada al seu cau. Ahí viuen soles, dones soles, dones sempre y sol dones entretengudes resán latinajos que així los entenen com yo sé si fray Toribio lo del códul va quedá viu o mort a la capella. Pos ahí se ha de penetrá, y va entrá Pedro Saputo, y ahí hay de viure lo que puga, a la moda de les dones hasta que traga de tino a micha dotsena de elles, o yo lo pérga y tinga que eixí fugín y torná an este món que ara yo vach a dixá sense despedím ni díli: mira que tramonto. Dites estes paraules se va fé un gran estrep al vestit, se va descomposá una mica lo tocat y los pels, se va fotre dos o tres esgarraps a la cara y una bona bufetada a una galta, se va enfangá una mica les calses y se va afeá entre atres desmáns; representán una sagala escapada per milagre de les máns de uns insoléns y gossos arrieros que van volé violála. Va traure lo coló de tristesa y compunsió, se va bañá y refregá los ulls en saliva y una poca de terra, y aixina va arribá al torno y va tocá la campaneta; va contestá una veu gangosa en lo Ave María de costum, y ell donán grans suspiros y sense di paraula va arrencá a plorá com desahogánse de un gran pes que li inundabe lo pit y lo aufegabe. Al fin va pugué parlá, y a les sen preguntes que li va fé la gangosa mare, va pugué di que ere una sagala que arribáe morta de temó per culpa de uns homes dels que s´habíe librat grássies a Deu per dos vegades aquell día anán al poble de una tía pobre y dolenta per a cuidála, aon la portáe un tío, germá de son pare a qui uns lladres van lligá de peus y máns. ¡Mare de Deu lo que va inventá y va di allí de repén per a que per caridat y hasta sabé de son tío y avisá a un germá teixidó que teníe a la terra baixa la admitigueren al convén! ¡Lo que va suspirá y plorá y fingí y di mentires de punta, de pla, a estall y del revés en un momén! La tornera va aná a avisá a la priora, a la que va escomensá a referíli, sempre ploriqueján o sumicán, les mateixes y atres sen patrañes, y plorán y desatinán de modo que fee compasió, y en calidat de criada per algúns díes, si atra cosa no se repensae, la va admití al final y li van obrí la porta.


Capítul VI 


Pedro Saputo al convén


No va péndre lo hábit de monja, com volen di algúns y creu lo vulgo ignorán, que hasta han arribat a afirmá que va professá y va viure tres añs al convén. Tot es fals, tot inventos y donaire de homes destalentats, burlóns y faltóns. ¿Y per a qué? Per a acabá en un cuento absurdo, infame y asquerós que fa vómit y vergoña. Res de indessén, res de negre ni de mulato va passá an aquell convén; de grassiós y amable, sí, mol, perque no cabíe datra cosa a la edat y miramén de Pedro Saputo, ni a la amabilidat y virtut de aquelles siñores. Admitixgo, pos, dins de reixes, que entonses no eren tan quisquilloses ni tan fortes ni espesses com después se van torná a tots los convéns com precaussió nessessária contra la fragilidat humana que a dins se refugie, y diénles que se díe Geminita, la van destiná per de pronte de ajudanta a la cuina, fénla sotacuinera (sous chef). Pesat li va resultá, repugnán y afrentós; pero per sort, als tres o cuatre díes li va preguntá la mare priora si sabíe cusí, y va di que una mica a la moda y gust de les gens del siglo; y per a probála li va doná a cusí dos parells de calsonsillos de un reverendo exguardián que males llengües díen que habíe sigut y ere encara lo amor mes amartellat de una germana de la priora, casada al poble y ya viuda. Al poc rato va vore la priora que Geminita cusíe en mes primor que les mes reputades entre elles, y va amostrá la labor a les atres monges, los va pareixe tan be a totes, que per acuerdo unánime o mes be per aclamassió la van traure de la cuina y la van declará la donsella de labor de la comunidat, tratánla en mol cariño, y procurán la mayoría de elles mostrás mol séues, ya que u mereixíe tot la seua modéstia, afabilidat y bona grássia. Se van prendá de ell mol espessialmen dos novíssies que ñabíe casi de la seua mateixa edat. La una perque de chiqueta caénse de morros al foc ubert de lleña se va volcá damún una olla de aigua bullín y se habíe escaldat lo coll y tot un pit, van creure sons pares que siríe inútil per al món y la van incliná a sé monja, dixánse ella incliná y portá, volén o no, mol inossenmen a tot lo que li proposaben. Y l´atra, veína y amiga seua, la va seguí pocs díes después sol per fé lo mateix; y portaen entonses de sis a sat mesos de hábit. Estes dos sagales, pos, li van manifestá prou cariño per sé de la mateixa edat, ya que la mes gran, que ere la cremada, teníe setse añs y algúns mesets; y l´atra no mes de ixos mesos menos. Per a viure y parlás y tratás mes libremen van demaná a la mestra de novíssies que demanare a la mare priora la grássia de dixá dormí a Geminita al novissiat, la maestra ere blaneta, y va parlá aquell mateix día a la priora, qui per a contentá a les cuatre va consedí lo seu dessich, passán aixó a les dos semanes de está ell al convén. En cuidadet anáe ell en tot per a no descubrís; parláe poc y sempre en oportunidat y agudesa, pero sensillamen y com si fore cosa natural y sense adverténsia. De sort que sol en les séues paraules y bons modos se habíe de embutí al cor y al moll del os (als tuétanos) de totes elles; y així passae, hasta abrassál y donáli besos jovenetes y agüelotes cuan lo sentíen parlá en tanta discressió y sabiduría. Per supost, ell se dixáe abrassá y besá, per a no eixecá sospeches, pero no solíe torná estes caríssies, rara vegada u feie. Se li queixáen amorósamen de sé massa áspra y fura. Les que mes se queixaben eren les dos novíssies, perque tamé eren les que mes cariños li feen. Se díen elles la una Juanita, y l´atra Paulina. La Juanita ere la del pit escaldat. Habíe tingut Paulina molta temó als morts y als duendes, y encara li durabe; aixina que la maestra de novíssies les permitíe alguna vegada dormí juntes, cosa que no se usabe ni aprobabe la regla. Van allargá esta libertat después de entrá allí Geminita, y alguna vegada dormíen les tres juntes, dixán ell córre sempre la ignoránsia de aquelles sagales. Al final se va tindre que descubrí diénles un día, que estáe mol apenada perque al seu pareixe se tornáe home. Sen van enriure aquelles inossentes mossetes; ell va insistí en que ere verdat, y elles encara sen enríen mes y no faen cas. Su van tindre que creure, pero sense sospechá lo engañ y tenínlo sol com un cas mol raro y casi milagrós. Perque dudá de que va entrá dona al convén ni sels podíe ocurrí. Conque van passá prop de dos mesos de esta manera en la mes gran sensillés y naturalidat del món, y sense cap escrúpol ni reparo. Lo mes gran perill que va corre lo seu disfrás constanmen va sé que olvidat del papé que fee descubriguere que sabíe lligí, y anáe sobre aixó parán molta cuenta, no agarrán may cap llibre a les máns per mes que los veíe a totes les taules, be que reduíts a breviaris, diurnos y devossións cristianes; y si alguna vegada ne obríe algún lo miráe un rato y díe: aixó es o..., y ésta, ele, y nombrabe tres o cuatre lletres, sempre les mateixes, de lo que sen enríen mol les novíssies y les atres monges. Y ningú sen recordáe de la seua familia ni se va tratá de escriure al seu poble. Encara va fé un atra inossentada. La organista ere una coixa, que fora de esta falta y la de una den, ere bastán grassiosa y la mes lista, pincha y atrevida de la comunidat; pobres a casa seua, la van admití per lo ofissi. Passán un día Geminita per la seua cámara va entrá y va vore que amagáe mol depressa un papé brut, y li va di: - Perdonéu sor Nazaria; pero eixe papé, si está escrit yo no hay de lligil, y escrit o no, ha de mascará tot lo que toco segóns hay vist. - Pos que mascaro, va contestá la monja; lo embutixco aquí prop del cor perque es de una persona a qui ting apossentada al mich de les entrañes; y te u descubrixco perque eres discreta. Escolta lo que diu: «Dolsa y grassiosa paloma meua (dols y grassiós colomet meu): me fan aná a predicá tres sermóns, y tardaré dos siglos en torná, que dos siglos o mes significarán per a mí tindre dolén lo cor les dos semanes que estaré sense vore los teus ulls amorosos, sense sentí la teua veu encantadora, sense contemplá lo teu rostro encantadó, sense donat y ressibí aquells apassionats abrassos entesos sol per tú y per mí. Si puc, vindré a despedím; pero per si auncás escriume esta tarde, y aplica al papé una dotsena de besets com yo los dono an éste per a que tú los arreplegos. ¡Prenda meua! ¡Ama meua! La teua imache, que sempre ting presén, sirá lo meu ídolo en esta aussénsia, així com tú, aussén y presén, eres la meua vida y la meua alma. Teu. N.» - Tendre y enamorat está fulano, va di Geminita; pero lo seu papé mereixíe mes cuidado, pareix que hau llimpiat en ell lo cresol o embolicat una butifarra de sang rostida al caliu. - Es que, va di la monja, me l´ha enviat a dins de un pichonet guisat y farsit. Tamé yo li envío los meus en dolsaines, bizcochos, en lo que puc. - Y, ¿qué traéu, diéume, li va preguntá, de ixos amors, no se poden vore mes que de lluñ y sempre reixa pel mich, ni tratás mes que per escrit? ¿Quin gust poden tindre uns besets que venen embolicats en un colomet guisat, fen auló a espéssies y tan pringosos? - No u entenéu, va contestá la monja; si no fore per naixó mos moriríem totes badallán. Perque has de sabé que fora de algunes de gust mol soberbio, com la priora y sor Mercedes, totes tenim cada una lo seu cada un, y tratém la una en un flare, l´atra en un benefissiat, y així, filla meua, tenim ocupat lo cor y entretengut lo pensamén. Y si ixos homes pugueren entrá... Y no es difíssil, perque yo sé cóm y per aón; pero lo meu es flare y se sabríe, que si no... Pos, com día, si pugueren entrá, totes mos pedríem, perque tot aniríe al ample. Lo nostre amor es mes violén que fora a la libertat del siglo que corre. Yo men enrecordo que vach voldre be a un jove abáns de entrá, perque vach vindre ya en vin añs y ya ne fa nou que hi estic, y aquell amor a cap desesperassió me portae, com éste me porte a vegades, y com yo sé que los passe a les atres en los seus. Perque aquí lo que es al exterió, molta humildat y mansedumbre, molta pas y tranquilidat; pero interiormén y a soles són les batalles y furós, y la brasa a les entrañes, y lo avivás o reviscolás lo foc, y lo estampit y cruixí de les flames que rodejen y u abrasen tot. Hasta la mare priora ha tingut los seus mals de cap, y potsé los té encara, pero u dissimule mol o per la edat ya no u sentix en tanta forsa. Y sor Mercedes, si no los té, es perque diu que lo que ha de agradáli y mereixe lo seu amor ha de sé mol superlatiu, y después mol prudén per a sabé patí y callá, y no caminá fen lo enamorat y lo suspirós, y menos dién chiquillades per tot arreu. Cada una tenim lo nostre gust y les nostres aprensións. - Yo creía, va di Pedro Saputo fénse lo simple, que les monges eren totes santes. - Y u som, va contestá ella; pero hechizas y de botarga: de les verdaderes va passá ya lo tems. Mira: diuen que lo món, lo demoni y la carn són los enemics del alma; pos yo te asseguro que a cap puesto se troben tan a gust com als claustros. Es sert que lo món no mos se oferix per plasses y palaus, no mos deslumbre en la seua pompa y vanes apariénsies; ni s´apareix al estat y vida que seguím; pero ve a les nostres reixes y mos entre per nelles en totes les séues inmundíssies, y mos taque encara mes que als mateixos que los porten. Aquí se pregunte y averigüe tot lo que passe al poble, y lo que gasten aquell y aquélla, y de aón y cóm; y lo que parle y trate y se descuide la donsella, y lo que engañe la casada, y se desenfade la viuda; se sap per díes y hasta per hores la vida del móssen, del dotó, del caballé, del villano, de tots en una paraula, grans, micháns, y menuts; y u pensám, u regirám y murmurám, y ya la enveja, ya lo juissi temerari, ya la mes refinada malíssia mos consumix, mos contente y cobre vengansa. Pos entre natros (y aquí entre lo demoni), palometes sense fel, tórdoles arrulladores de la soledat, ¡ay, quina tela, va di lo sastre! ¡ah, qué carneta, va di lo carnissé! ¡ay, qué inossén, va di lo novio!; tot es motejamos, criticamos, calumniamos, ficamos a pelá; tot soberbia, passións, chismes, odio, bandos, riñes, sels, despiques, enveches, reconcomios; y a vegades de esta ficsió y hipocresía, dién al món perdut y relajat, doném grássies a Deu per habemos librat de los seus perills. - Lo dimoni de la vanidat mos té mes rendides y esclavissades que a les dones mes tontes y profanes del siglo. May mos criden al locutori sense antes passamos revista y donamos tres máns al espill, per a que lo vel caigue així, volo aixá, jugo de esta manera, descanso de l´atra; y que la toca, y la correcha y la cadena y lo escapulari diguen algo al que mos mire, com si per mol que mos atildém pugam dixá de sé dones visións y hermosures de carnerario, ni mes ni menos que los flares dixá de fé pudó a sobaquina. - Pos en cuan a la carn, ya te hay dit lo que mos passe, perque tan mal inclinada está aquí, y alguna vegada tan avesada, com allá fora, y sempre mes irritada, o al menos mes fássil y rebelde, be que menos libre y satisfeta. Pero yo, Geminita, miro totes estes coses com oreo de abanico y te dic y asseguro que si deu vegades naixquera, deu vegades me ficaría a monja, encara que fore per a passá aquí lo infern y allá lo purgatori; o al revés, y me ixíen los pans de pintadó hosties (y me salían las hogazas hostias). No saben, no, les gens del món lo que passe als claustres, ni u podríen entendre sense vóreu ni experimentáu. ¡Oh, qué diferén u jusguen y u creuen tots, com u creía yo mateixa, que me imaginaba aquí la inossénsia y la vida del paraís! - Mol engañada, pos, vivía yo, va contestá Pedro Saputo; y encara que en los díes que fa que estic hay vist algo, no veía tan com tot aissó. - Perque sou mol chiqueta y no teniu malíssia, va di la coixa; creixéu, creixéu, creixéu, mudáu eixe hábit al nostre, feu la creu y nugo gordiano de los votos, y entonses voreu, y ya mu diréu si voleu di la verdat. Mira, pos, quin pun éste de la verdat. Aquí, Geminita, se mentix mes que a una fira, mes que a la tenda de un mercadé sense consiénsia; y la que va en la verdat té damún la burla y lo despréssio de totes. Y ojito de fiáten de alguna, perque no se sap lo que es la lealtat, y de la caridat sol se coneix lo nom. - En tot, va replicá Pedro Saputo, al meu pareixe hau exagerat una mica massa mols defectes ben minuts, eixecán montes al pla, com lo puch de Puigmoreno, y valletes al secá, com a Valmuel. Yo no los miro en vidres de aumén ni del coló de les passións; y vech caridat, indulgénsia y bon espíritu, y no trobo ixa discordia del infern que tot segóns diéu u porte a punta de llengua y dardo de escursó. Perque, ¿qué són algúns desvíos, alguna enganchada, algunes contradicsionetes? Entre germáns se troben, y hasta entre pare y fills, y no per aissó dixen de sé lo que són, y después sels olvide y tornen a tratás y confiás com si res haguere passat. - Pero dixán tot aixó, si tos pareix, ¿no voldríeu enseñám a lligí y tocá lo órgano de Turull? - Si la mare priora vol y te dixe, va contestá la monja, per mí en mol gust. Demánali la grássia; sí, sí, demánalay y sirem bones amigues. En efecte, va parlá a la priora y li va otorgá la grássia, discurrín que si a la sagala la podíen traure una mica lletrada y organista, se quedaríe de segona y la professaríen de monja de obediénsia. Y va escomensá lo seu estudi adeprenén la paleta de la Jesús y teclechán contínuamen a un instrumén que teníe la coixa a la seua cámara, paregut al de Fondespala, al Matarraña. Va volé ésta enseñáli tamé la solfa, y ell va di que lo que importabe eren les lletres y les tecles, que aissó vindríe mes abán; y en vuit díes va fé vore que adepreníe y coneixíe totes les lletres de la primera línea de la paleta hasta la H, de lo que estáe mol orgullosa la coixa. Y uns ratos cusín, atres tecleján, y servín tamé a la priora y an alguna atra monja de les de copete, y fen lo pesolaga algún rato en les novíssies, se pegáe mol bona vida.


 Capítul VII 


Se descubrix a les monges. 


Al cap de poc mes de dos mesos li va pareixe que lo bigot se li anáe espessán, y va di a les séues dos enamorades novíssies, que ere ya tems de pensá en lo que teníen que fé. Perque si ella (ell) se quedabe home com portáe trassa de séu per lo que li quedáe de vida, allí no podíe está; y si les mares u sabíen, ñauríe una gran tronada de escándol y aspavéns. - Pos si tú ten vas, li van contestá, mos morirém les dos de pena. - Calléu, va di ell, que ya ne cavilaré yo alguna per a que ton aniguéu tamé vatres dos y mos veigam les tres fora de esta presó, y mos amém y busquém y tratém en libertat y gust. ¿Qué, no voleu torná a les vostres cases y al estat libre que teníeu? - Sí, sí, van di les dos mol contentes; ¿pero cóm u farém? - Ya u ting pensat, va di ell, y tos u comunicaré al seu tems. Ara entenéu que yo no puc dixá de manifestá a la mare priora lo que me passe, y figuréutos ya lo que resultará; no pot dixá de sé la meua eixida del convén. Pero abáns quedará mol ben ordenat lo que toque a vatres. Sentíen elles aixó y los saltáe lo cor de jubiléu perque se habíen ubert los seus ulls y veíen que aquell estat no los conveníe. En molta vergoña y en temó va aná ell a la cámara de la mare priora y li va di (demanánli abáns perdó y suplicánli que no la maltratare), que segóns habíe advertit, fee algúns díes que se estáe tornán un home; y que ya u ere casi del tot. La priora al sentí tal charrada, va arrencá a riure, la va mirá a la cara, y después de un rato va di: - Tú, Geminita, no estás be del cap. ¿Qué te passe, pobreta?, ¿qué es aixó?, ¿T´añores de la teua terra?, ¿Tens la semaneta y aissó te gire lo juissi? No te preocupos; cridaré a sor Mercedes, que es íntima amiga meua, y te vol tamé mol, y vorém lo que se ha de fé en tú. Ara vésten al coro y résa nou Padrenuestros y nou Salves al san del día, San Estés, al nostre beato patriarca y a la Virgen de la teua devossió; y a les sat tornarás y ya vorém. En aixó lo va agarrá de la má en bondat y li va besá al fron. Va cridá a sor Mercedes, “Mercedes ven“, li va di lo que ñabíe, y sen va enriure tamé mol y u va tindre per imaginassió, y van quedá en que tornare al cap de un hora. Va aná, per supost, al coro Pedro Saputo y va resá lo que li va maná la priora, no per a que los sans que invocabe li tornaren lo entenimén que no habíe perdut, sino per a que, pos ya que eixiríe de aquella seguridat y asilo, de aquella oscurina y retiro, lo libraren de los alguassils de Huesca. Y va arribá la hora entre tan y se va presentá a la cámara de la priora aon lo aguardaben les dos amigues. - Me pareix, siñores y mares meues, va di, que la orasió del coro me ha acabat de convertí en home, no sol perque ya u soc perfecte en cos, sino perque me séntigo en unes forses extraordináries, y un gran dessich de blandí espases y arcabussos, y de montá y bufáls a la coa als caballs; y hasta la cara me s´ha mudat. Y dién aixó brassejabe y apretabe los puñs, y ficáe lo semblán fort y marcat. Y per a proba, va di, miréu y perdonéu, y va agarrá a sor Mercedes y la va fé voltá com a una nina, y después a la priora, encara que ere mes grossota, y se van admirá les bones monges, y van pensá que efectívamen ere ya un home o u acabaríe de sé mol depressa. La escena va sé divertida, la rissa gran, y después la admirasió y lo pasmo de aquelles dos beneídes dones, sense podé creure del tot lo que veíen, ni tampoc dixá de créureu. En conclusió van acordá no di res a la comunidat y doná vuit díes de tems a Geminita per a que se reconeguere milló y puguere afirmá y ratificá lo que acababe de declará. La forseguera de que va fé alarde, y hasta lo semblán que ara sels figuráe mes reforsat y que tirabe a señes de home, cuan hasta aquell día les habíe paregut dona. Tamé sels representabe mes alt de estatura, y lo seu cos mes dret y musculós. Y van está parlán dos hores bones, acabánse lo consell en la ressolusió (mentres ell estáe ya jugán en les séues novíssies) de repudiá tota proba que ofenguere lo pudor o repugnare a Geminita; encara que sén totes dones (va di la priora) no tindríe que sé tan gran l´empach. Va proposá tamé la priora consultá al pare confessó; y a sor Mercedes, que ere mes avisada, no li va pareixe be per moltes raóns y atres tans motius que va exposá, ressumín que per la seua part no se teníe que consultá a ningú, ni se atropellaríe a la sagala, ni volíe tindre escrúpols; y se va conformá la priora. En ixos vuit díes van tindre les dos monges mols coloquios, y sempre quedaben en lo mateix, amagánse empero la una a l´atra, que les dos miraen a Geminita en uns atres ulls dels que la habíen mirat hasta entonses, y que la volíen tamé mes y en un atre gust. No va tindre ell a les séues volgudes novíssies mol tems en suspense, si passats los vuit díes se veíe obligat a eixí del convén, les va previndre y va di: - Ya veéu, amigues meues, que este estat y esta vida no tos convé; engañades vau vindre, o ignoráns mes be y sense sabé lo que tos féieu. Y com me diéu que tos moriríeu les dos en pocs díes si aquí tos quedáreu, vach a donátos la trassa que hau de inventá y seguí per a eixí de aquí y torná a les vostres cases. La una fará vore que está dolenta y l´atra mol triste. La mare priora haurá de escriure als pares de la dolenta; vindrán, los demanaréu que tos tráguen uns díes, y ya no tornaréu. La manera de fé aixó... - No ña per qué cansás, va di Juanita; ya t´ham entés; yo soc la dolenta y Paulina la triste. Als dos mesos que tú ten haigues anat, ya faltará poc per a la nostra professió, se fa lo embeleco, y te prometixgo que ixirá be, vullgue o no vullgue. ¿Yo quedám aquí? Primé me tiraré de la finestra mes alta. - Y yo, va contestá Paulina, me agarraré a les teues faldes y caurém juntes. - Per a fé vore que estás dolenta, continuabe Pedro Saputo... - ¡Qué pesadet, quina corca o corcó! Lo va interrompre o interrumpí Juanita. Hay dit y repetixgo que está calat. En dixá de vóret me ficaré dolenta tan de veres, que pot sé que después me costo mich añ recuperám; y si vull un añ. Pero, ¿mos dones paraula de vindre a vóremos? - Sí, va contestá Pedro Saputo; y vatres, ¿me la donéu a mí de vóldrem sempre com ara? - Sí, y mes encara, li van di les dos. Y van quedá en aixó. Passats los vuit díes se va torná a presentá a les mares, y va confirmá y ratificá lo que habíe dit, assegurán que sense remei ere home, y home del tot, y sol home; que ya no li chauchaben los ofissis de dona, y se afrentabe ya del vestit y persona de dona, que en consecuénsia veíe que no podíe está mes al convén; que u sentíe mol, pero que ya veíen que Deu als seus inexcrutables y inapelables juissis habíe disposat un atra cosa. ¡Oh, quí u habíe de di! Se van ficá tendres aquelles dos sensibilíssimes y apressiabilíssimes siñores. Y ell que u va guipá, va continuá dién: - Yo hasta ara hay mereixcut de la bondat de algunes mares, de vostra mersé espessialmén, algunes mostres de cariño que potsé ya no me atreviré a torná com abáns; y es un atra proba mes de la meua sansera transformassió, pos la vech y u séntigo per la amistat de unes persones de qui tan favor y potsé amor hay mereixcut. An aixó elles sense tartí, sense di ni mu, miráen com un mussol de Fornos, y los pareixíe que Geminita parláe mes dóctamen, com si desde que ere home tinguere infuso lo sabé y la autoridat. La priora, per fin, li va di: - Pos be, cuan vullgues, cuan te paregue determinarás la teua eixida del convén; natres no te traurém; a la teua prudénsia y voluntat u dixem. - Yo, los va contestá, no men aniría may; no, siñores; que moltes llágrimes vech haurá de costam. - Tamé a natros, va di la priora; y desde ara te demaném que mos dónos noves teues, te passo lo que te passo. Y mentres estigues al convén sigues prudén y no digues res a ningú; sobre tot a les novíssies. Acordat aixó y mossegánse Pedro Saputo los labios sobre lo que ñabíe a l´atra part, los va demaná que li fassilitaren roba, la que fore, per a fes un vestit de home. Vindrás demá, li van di, y la tindrás preparada. En efecte van acudí a algunes túniques y mantellets de san, perque no teníen datra cosa a má, y com a gorra una tuniqueta de vellut (terciopelo) blavós tirán a violeta de un chiquet Jesús Nazareno, adornada en galóns de or; y en tres díes se va fé tot lo traje. Res va di a les novíssies, la nit que lo va tindre acabat, sel va ficá y reunínles a la cámara de Paulina sels va presentá vestit de home y en una pluma mol pincha a la gorra que se va acomodá de una de pavo real que teníe la priora. Cuan elles lo van vore, van pensá que se tornaen loques de amor, y en micha hora no van acabá de mirál, ni en una, ni en dos, ni en tota la nit, de fé extremos y regalás en ell y regaláli lo cor y l´alma. En son demá va proposá y li va pareixe be a la priora, que per la nit, después de sená, se vestiríe a la seua cámara per a que lo veigueren ella y sor Mercedes. Se van reuní, y ell va demaná que lo pentináren com a un home y caballé, y u van fé elles de boníssima gana. Va entrá a la alcoba, se va vestí, se va ajustá la gorra una miqueta inclinada cap a un costat, y en una grássia y bizarría capás de marejá a una santa pintada, ix cap a fora de les cortines mirán afablemen y sonrién a les monges, que al vórel van creure que ere una visió del sel. Tan galán estae, tanta ere la seua hermosura, tal lo seu donaire y gallardía. Miránles en una tendresa que derretiríe la neu, y enterbolits los ulls de llágrimes va corre cap a la priora en los brassos uberts, y después cap a sor Mercedes, y elles lo van ressibí en lo mes gran apréssio que van pugué perque ni la una ni l´atra sabíen lo que les passae; y sol les pareixíe que Geminita no ere Geminita sino l´ángel del amor, ni elles sor Fulana y sor Zutana, sino dos dones a qui un foc interió que may habíen sentit les estáe desfén lo cor y enterbolíe la raó y los sentits. En son demá lo va cridá sor Mercedes a la seua cámara, y tancán la porta va di: - Desde lo primé día que mos vas parlá de lo que dius que te estáe passán, hay estat pensán cóm podíe sé; y en fin, Geminita, me dono a entendre, y crec que estic covensuda, y no me fará ningú creure un atra cosa, que tan home eres cuan vas vindre al convén, com ara, perque ixa transformassió siríe un milagre mol gran, y tan de rissa com gran, y no u habíe de fé Deu aixina per passatems y joc. Pero sigue lo que vullgue, no te obligaré a que me descubrixques lo misteri de la teua persona y de la teua vinguda an esta casa, perque misteri es y no minut per mes que u dissimulos. Ni tú eres tan ignorán com fas vore, ni tan sensill com aparentes, ni te dius Geminita, sol vech en tú un gran secreto que farás be de no revelá a ningú perque així estarás mes segú. Així com yo res hay dit de esta sospecha a la mare superiora, perque es algo aprensiva y podríe rompre per aon no vinguere al cas. La teua mirada continguda y serena me diu que es verdat tot lo que estic dién. Pero te has cansat de viure en natres y vols anáten; o has satisfet ya la teua curiosidat y gust. Vésten en hora bona, encara que per mí te juro que no ten aniríes; y si me fore possible tamé te seguiría. Perque vach vindre mol engañada, y engañada me vach ficá este hábit, y mes que engañada vach professá y abrassá un estat que si no me fa tan infelís com a les atres, perque no ting la imprudénsia de fotre cosses contra lo fisó (aguijón), y me conformo en lo dit del vulgo y de la resignassió animosa, que diuen al fet, pit; en tot confesso que me fa viure sense vida. Cap abán empero, no sé cóm me anirá, perque la teua presénsia y bellíssima figura no se borrará de la memoria fássilmen; no, jove apressiable. ¡Y ten vas! ¡Ten vas ara que t´ham conegut!, ¡y sense sabé quí eres!, ¡sense sabé quí es lo que a una edat tan de chiquet tanta discressió ha tingut vivín entre natres, tal desenvoltura, tan amor y encán ha escampat an esta casa...! Dissimula y no extraños estes llágrimes... ¡te vull, jove amable! Sí, ¡ay! te vull... sol te demano... que parlos... y... que me consólos...! Y dién aixó y plorán se va aviá als seus brassos. A l´atre día la priora, encara que en algún rodeo y menos franquesa, li va di lo mateix, y tamé va dixá córre una llágrima y se li van escapá algúns suspiros; tots mes templadamen ya pel seu carácter, ya per la seua edat, pos teníe coranta y sing añs, cuan sor Mercedes ne teníe sol trenta y un, y encara que de espíritu eixecat ere mes delicada y amán. No sabíen está sense ell aquells díes que indefinidamen se quedáe al convén; y ell per gratitut y per afecte, perque ere impossible dixá de correspondre a tans favors, les contemplabe lo mes sensiblemen que podíe. 


 Capítul VIII 


Ix del convén. 


Se va corre la veu que sen anáe Geminita, y va ñabé una consternassió general a la comunidat. La coixa, o sigue la organista, va di, que después que la habíe escomensat a desburrá (¡una coixa desburrá a Pedro Saputo!) la fotíen fora del convén per a que aniguere a un atre a lluí la seua habilidat; afegín en lo seu desenfado natural que mes valdríe que se morigueren la mitat de les monges y hasta lo mateix pare confessó a que sen aniguere Geminita. Una agüela de nom sor Bonifacia, que habíe sigut mol viva y conserváe encara la valentía de la seua verda edat, se va presentá a la priora y li va di: ¿Qué feu, mare priora? ¿Cóm dixeu anássen, si es que no la fotéu fora, an ixa pressiosa sagala, cuan la tindríem que conservá com a una reliquia? Desde que está al convén han parat los odios y les riñes que abáns ñabíe; perque veénla an ella a totes mos se amansabe lo pit y se templabe la saña. Be sabéu que sor Venancia y sor Tolomea mos teníen fartes y apenades en les séues batalles, y que fa pocs díes están al claustre nou se van enganchá de modo que se van fé fils (desfilagarchá) los vels, y se van agarrá de les toques, y se les van arrencá, y van passá al que yo men dono vergoña de di; y presentánse allí de improvís ixa sagala, o ángel o lo que sigue, que anáe a les séues obligassións, y paránse a miráles com demanánles lo pas passífic, se va aturá lo combate com per encán, y sense res mes que di en aquella grássia tan atractiva, en aquell tó y veu que derretix les pedres: ¡Ay, siñores, que aissó no su creuríe la gen del siglo de persones tan virtuoses! Se van aplacá y separá, y ara ya se parlen si no com amigues al menos no com enemigues. Miréu per Deu que no fotegáu fora de casa an ixa sagala, perque feu cuenta que aventéu del convén la pau y la alegría. Y díe be la mare Bonifacia, perque al menos este be sí que lay debíe la comunidat; tal ere l´enchís de les séues paraules, y hasta de la seua sola presénsia. Així es que per a tot la buscaben. Geminita u ha dit; Geminita u ha fet; Geminita es; Geminita entre; Geminita ix; Geminita puje; Geminita baixe; Geminita va; Geminita ve. Y en raó tot, y mes y mol mes que faigueren. Perque si se oferíe a retallá alguna pessa de roba, encara que foren uns calsonsillos de flare, portáe molta ventaja en fassilidat y perfecsió a la mateixa sor Mercedes, que ere la milló estisora de la comunidat; si cusíe, dixáe mols puns atrás a sor Ángeles, que ere tamé la milló agulla del convén; si bordáe, lo seu primor fee ajupís a totes; si vestíe alguna imache, alló ere encantás de vóreu; si contáe cuentos, per a cada un que sabíen les mes sabudes, ne sabíe Geminita una dotsena. Y ¡qué grassiosos!, pero al mateix tems mol desséns, com se supose. ¡Cóm no habíen de sentí que sen anare! U sentíen mol, y no va ñabé monja ixos díes que no la abrassare, que no la besare, que no li suplicare, que no li apretare la má, si be diuen que moltes teníen tanta enveja com cariño. A la coixa, que de un arrebato de espíritu y de una avinguda de amor li va doná un día una dotsena de besos, perque ere de genio fogós, no va tindre per convenién díli la causa per qué sen anáe pareixénli perillós descubrís perque ere malissiosa, y sobre tot fássil y ressoluta. Ni creuríe tampoc la seua transformassió, al seu cas ñabíe que díli la verdat o inventá una história mol calificada que se puguere admití y no portare a sospeches contra cap monja o contra les novíssies. Per fin va arribá lo día; res teníe ya que previndre a les dos sagales; y per a que no malpensaren la priora y sor Mercedes, no va volé les raderes nits dormí al novissiat, sino a una segona cámara que se comunicabe en la de la priora, intermija en la de la amiga; pero passán tots los ratos libres del día en les séues caríssimes (estimades, encariñades) novíssies; ratos als que vee lo ressel en que lo volíen tindre sempre al seu costat la una o l´atra de aquelles dos tendres amigues. Va tocá un matí les sis lo rellonge del poble; y mentres la comunidat estáe al coro, va eixí vestit de dona y en un feix lo traje de home del bras, y van plorá al cap de uns minuts la seua aussénsia totes les mares, espessialmen les dos que tan lo volíen y tan se regaláen en ell los radés quinse díes. Les simpletes novíssies ploráen, pero se van consolá después en la esperansa de eixí a la libertat del siglo. Va quedá viuda la comunidat; als claustres reinabe lo silénsio; les parets se cubríen de dol; lo minjadó estáe desganat, y lo coro, picat y enfadat. Van tindre consell aquella nit les dos consabides mares, van suspirá, van plorá, y van proposá de manáli que tornare; pero ya ere tart; s´habíe allargat mol y no sabíen la direcsió que portae. Van torná a suspirá, van torná a sentí la pena, y al seu cor passáe mol mes de lo que manifestaben, portánles lo sentimén casi a desesperás. Be mos se está, va di sor Mercedes; a la nostra má estae; ¡y lo vam dixá anássen! ¿Quina nessesidat ñabíe mentres no passare algo mes? Consoléutos ara si podéu, moríu an esta tristesa. Va contestá an aixó la priora en un gran suspiro y dién: Teniu raó, pero ya no ña remei. Y ere verdat, perque ell encara no habíe caminat dos mil passes cuan se va traure les faldes de dona y se va ficá lo traje, enfoténsen per una part de la inossénsia de aquelles monges, y sentín per l´atra la falta de repén de la seua acostumbrada veu y compañía, y del amor tan natural y dols de dos angelicals novíssies. 


 Capítul IX 


De cóm Pedro Saputo se va fé estudián de la tuna


Eixe es lo sol: a tota la terra ilumine, y tota la terra es meua. Perdono mare, no torno per ara al seu cariño. Y dién aixó afluixáe lo pas y camináe en nou sabor y contén pareixénli que ere la primera vegada que fee aná la seua agilidat. No sabíe aón anáe, y sol procuráe doná la esquena a la seua terra, vinguere lo que vinguere. Pero va vore no lluñ una serra tota vestida de ábres y mol tancada, y se va adressá cap an ella per a atravessála en lo propósit de amorsá allá dal, mirán cap atrás y cap abán per a vore lo país y lo sel que dixáe y lo que anáe a registrá per primíssies del seu viache. Va empendre la costa amún; y veén una quebrada, un claro, a una selva espessíssima va aná cap allá, com Pelayo a Beseit, y la frescoreta del puesto lo va convidá a sentás, y después va traure les provissións, detall de sor Mercedes y la mare priora, va minjá per a tot lo día, perque en eixecás de allí no pensabe pará mes que per a beure de la primera aigua que trobare; y se va ficá a reflexioná sobre la temeridat de habés embutit al convén pareixénli entonses tan gran hassaña, que tremoláe de pensáu. Habíe dormit poc la nit passada; y trobánse mol cómodo sentat y apoyat contra un terré se va quedá adormit. No fee encara una hora que dormíe, cuan van assertá a passá per allí prop uns estudiáns que anáen de motus, que com joves y de peus ligeros buscaben les adresseres hasta aon no les ñabíe per lo gust de no aná pel camí. Lo van vore y se van arrimá; lo van mirá un rato, y ell dorm que dormirás. La seua apassibilidat, juventut, la seua pressiosa cara, aquells pels tan negres y solts que tan l´habíe adornat com a dona y ara fee glória a la vista, van encantá als estudiáns, y un de ells va di: - ¿Qué li fa falta an este mosso per a sé un ángel? ¿Qué no donaríe per séli pare lo mateix Rey de España y de les Indies? - Dixémlo en pas, va di un. - No, va replicá l´atre, que l’ham de despertá y emportámol en natros. Va parlá lo cuart (pos no ne eren mes) y va di lo mateix, y pareixénlos be als dos primés lo van despertá cridán un de ells: expergiscere, frater, et surge. (Que vol di: desperta germá y eixécat.) Se va ficá dret de un bot, no per la forsa del latín, que ell no lo enteníe, sino per lo soroll de les paraules que van entrá als seus oíts; y al vóres dabán als cuatre llissensiats, va pensá que siríen alguassils; pero los va vore algúns instruméns de música y reparán en lo traje va adiviná lo que eren. - Noli turbari, va di lo mateix, escolastici enim sumus, et te miramur et amore prosequimur. (Vol di: no te turbos, no te assustos, pos som estudiáns y te contemplam admirats y te volem.) - Siñós, va di ell ya eixecat: si vostres mersés no me parlen en la meua llengua, no entendré lo que me diuen. - Non licet nobis, va di sempre lo mateix, alio sermone uti quam latino. (No mos es permitit parlá mes que latín.) - Siñós, va di ell una mica mes sansé; si me ha de fé la burla, parlo en llengua que yo entenga, y voré lo que me convé. - Calléu per la vostra vida, va di un de ells en latín; lo mosso té raó. ¿Qué li hau de di en latín? Sabeu, jove exelén, que tos ham topetat y mos hau paregut be. Sentim que no sigau del gremio, perque vindríeu en natros, y tos sertifico per la experiénsia que ting, que passaríeu la vida mes alegre que hau de coneixe al món. - Esta faena, siñós, va di ell entonses, no me pareix a mí cosa roína; eixe latín es lo que me estorbe, perque si se oferix alguna vegada parlál descubriré la meua falsa roba. - Yo tol enseñaré, va di un de ells, en quinse díes. - Pos yo, va contestá Saputo, tos dono paraula de adepéndrel en vuit, y ton sobren sat per a mirá y remirá la obra que hauréu fet. Va sé tan lo gust que los va doná als cuatre esta resposta, que lo van abrassá en molta alegría diénli ya compañ. - La primera dificultat, va di ell, está al vestit, pos no ting capa (manteo). - Aissó es lo que no tos faltará, va contestá un; lo meu está sansé; venga una navalla o estisora y lo retallarém. Y dién y fen van agarrá entre dos lo manteo, lo van tallá de dal a baix, van hilvaná les noves vores, lo va péndre Pedro Saputo, y ficánsel y fen en ell tres o cuatre plantes, va quedá ordenat estudián. Después de un retall de un atre manteo van ficá de dol la gorra en una funda, y van arrencá a caminá, beneín primé un de ells en moltes creus la nova roba y la persona del nou compañ. Pel camí y abáns de eixí del brosquill de la selva los va di: - Yo no dudo, siñós, que sabrán moltes habilidats; yo voré tamé de ajuntán algunes meues. Per ejemple: quedáutos firme (va di a un de ells), y terciándose, apartánse a una vora, lo tros de manteo y después dixánlo caure, va pegá una correguda de tres passes y li va salta als muscles. - Caminéu, compañ, li va di, que yo vach aquí tan formal y segú com a la seua llitera una matrona romana. Va caminá lo estudián algunes passes, y Pedro Saputo va fé l´águila, lo mono, lo gorrino, lo tornavos, l´ama que críe, lo sastre, lo sabaté, y atres coses y figures, tot en gran admirassió dels compañs, que van di que sol en alló pensaben guañás la renta de un canónigo de Toledo aquell estiu. - ¿Sabeu, compañ, va di lo que lo portae, que me pareix que sou tot espíritu segóns lo poc que pesau? - Pos, ara, va di Pedro Saputo, formeu corro; lo van formá y donáe la volta per los muscles y hasta per los caps de tots. Los va fé formá lo púlpito, y cubrín lo cap a tots en lo seu manteo menos al que miráe dabán, va di en veu de predicadó, que aquell ere l´ángel conductó que veníe a redimí al món perdut. Y escomense de repén un sermón irónic tan disparatat, que de rissa no van pugué mantindre la forma de moxiganga los compañs castellés y van caure tots llarcs enriénsen mich cuart de hora. - Ara, pos, los va di, vull fétos vore si soc espíritu com diéu, compañ, o si ting óssos y músculs. Veniu astí, y no sigáu torpe. Li va ficá lo peu al costat, li va fotre la má al cul y alsánlo de enterra y aviánlo com un barró, lo avente a deu pásses com si fore un figurón de palla, esbarramuixóns, espantapájaros, o de un atra materia mes llugera. Lo van mirá entonses los estudiáns, y se van enrecordá de la forma en que los habíe preguntat si li feen la burla en lo seu latín que no enteníe. En tot los va agradá la proba, y per a perfecsionála van volé que la faiguere moltes vegades en tots ells, perque podríe vindre be alguna vegada per a dixá admirada a una sala. Cap de ells pesabe deu arrobes, ni la mitat, y tots estáen entre los setse y vin añs; pero un en particulá, lo mes grassiós, Francisco, com a músic ere mol pito, se diríe que se va dixá a casa seua les carns y que se va emportá sol en ell per al viache los óssos y la pell; an este va agarrá moltes vegades y lo aventáe moltes passes, y ell anáe entrenán a caure de peus ya com una estatua, ya com una birla, ya de atres maneres, movénse mol be al mateix tems, y pareixén segóns jugabe que los brassos y cames los teníe apegats al cos. - Viu Deu, va di un de ells, que vosté, compañ, sou desde avui lo faraute, lo mestre y cap de la compañía. Diguéu quí sou, de aón y cóm tos dieu; perque res li habíen encara preguntat. Y ell va contestá: - Lo que soc, siñós ya u veéu; de aón ving, me se está olvidán a tota mecha y ya no podría díu; lo meu nom, lo que vullgueu, perque tantes regirades li hay donat al que solía tindre, que per totes les séues lletres se está desfén. No reparéu en tornám a batejá y fiquéume lo nom que tos paregue, encara que sigue de dona, perque igual tos podéu topetá en una sagala mes gachona que una gitana y mes sandunguera que una bandera de regimén; o be per lo contrari, mes modesta y gazmoña que una beata. Lo que tos asseguro es que lo vostre nou compañ es honrat y ve de bones, y que no se trobe tan desastrat per lo presén. Si algún día falte la Providénsia tunesca, porto aquí en mí la santa compañía de vin a trenta escuts d´or y plata que no ña cosa mes sana y pura a les mines de América. Los estudiáns al sentí tantes discressións y al vore tantíssimes grássies y tal noblesa no acababen de admirás y de manifestá lo conténs que estáen, li van ficá nom; y per a que no fore difíssil diferensiá lo de home y lo de dona van aprobá unánimamen lo de Paquito. No va volé ell asseptá la direcsió de la compañía excusánse en que ere lo radé que habíe entrat an ella y en que en realidat no ere estudián. Pero en estos jocs y olvidos no van repará en que lo día habíe avansat mol, y van minjá de les vitualles de Pedro Saputo y de lo que ells portaen, que se reduíe a pa y vi, perque tamé portáe una bota de cuartillo y mich; be que tots piaben per aigua, secs del mol parlá y de la caló del día que no va sé poca. Van eixí al final de la serra y van prosseguí lo seu camí. 


Capítul X 

Pedro Saputo escomense la vida de estudián. 

Aquella nit van arribá a una aldea de mes de sixanta y vuit cases, y parats entre dos llums y fen alto a la plassa van tocá una mica los instruméns per a cridá la atensió. Pronte se van trobá voltats de gen dixánse mols la cullera al plat per a vindre a sentíls. Paquito en una seña los va fé formá lo púlpito, va saltá an ell y va di en tono de oratoria y en veu grossa: «Fills y siñós de esta siudat: no penséu que estos sing estudiáns vením a demanátos lo pa que tos hau de minjá ni les perres que teníu condenades a mort, perque som bastán rics per a no nessessitá res de lo que tingáu mes menesté y falta. Mol menos venim a sabé lo que les vostres dones han fet avui o van fé ahí; encara que si vullguerem be tos sabríem di lo que farán demá. Ni tampoc venim a fétos rics, perque esta operassió y pensamén la guardém per a natres; pero tampoc pobres, encara que avui mos donéu de sená y llit y demá lo que pugáu. A lo que vením es a tráuretos cavilassións y aforrátos sen setse visites del vostre meche si ne teníu; encara que segóns yo crec, o no ne teníu, o li paguéu y no tos visite.» Y ere la verdat, perque se habíen consertat en lo dotó de un atre poble mes gran y may anáe an éste si no lo cridáen, mes que a firmá la escritura y cobrá los seus honoraris. Lo escoltáe embelesada aquella gen, sen enríen com a báubos, y ell al pas que se internabe a la materia anáe soltán chistes y malissioses alusións, pero sense provocá vergoña ni faltá a dingú; y va preguntá si los escolástics habíen de dormí a la plassa y sená rayos de lluna y resplandós de les estrelles o dels estels. En aixó se va arrimá un home de bon talante pero una mica severo que va di que ere l´alcalde y ne va demaná dos per a casa seua; y un atre de bones trasses va demaná los tres que quedáen; y un atre de no pichós indissis va demaná los sing; y per bona compossisió y eixecanli la má Paquito, perque encara ñabíe datres que volíen emportássels, se va acordá que soparíen a sing cases, un a cada una, y dormiríen a dos, les mes veínes entre elles, per a separás lo menos possible. Pero que abáns, per a alegrá a tan nobles veíns, donaríen una volta per lo poble tocán los instruméns, que eren una vihuela, un violín, una pandereta y lo pito. Aubríe camí Paquito cuatre o sis passes dabán, parlán sense pará y fen riure a la gen, tan que apenes se sentíe la música per damún de les risses y carcañades. Ningú se descusíe de ells; y va di: - Si pensáu, siñores dones, que avui an esta siudat se ha de sená ven y armonía de oíts, estéu mol equivocades. Sabéu, sobre tot, que esta primera música es sol per als hómens, l´atra sirá per a vatres les dones. Anéu inmediatamén a prepará la sena, o de lo contrari mor la música y no la ressusitaréu encara que tos tornéu totes bruixes les que no u siguéu ya. - Té raó, van cridá los homes; a casa les dones. Y elles avergoñides y en temó de un atra jaculatoria mes picán, se anáen desfén del motín y enfilán cap a les séues cases. Van doná, pos, la volta al poble, y se van repartí per a sená. Reunits después a casa del alcalde en los prohómens del poble van deliberá que, per a que cabiguere mes gen, fore lo ball a la sala de les cases consistorials; y als estudiáns los van di que no demanáren res perque entre los prinsipals y mes generosos los replegaríen una bona propina. Y així u van cumplí com honrats que eren. Lo ball va durá hasta les dotse de la nit, y va córre lo bon vi blang, los bizcochos, cocs rápits, cocs en anous y la galantería. En son demá se van despedí de les persones que mes los habíen honrat y afavorit, y del poble en una música rasgada que sempre sonáe be y los anáe portán fora del poble, seguínlos tots en gran afissió y mol conténs, com a Hamelín. Van pará de tocá a la eixida y van alsá los instruméns en siñal de besamáns, y después en les gorres se van despedí mes a la manera y a la inteligénsia del vulgo. Al mateix poble se van fé en un llibre antic de latín que van demaná a un huésped, y agarránlo Pedro Saputo, en un rato va repassá los nominatius, en un atre les conjugassións, callán que les haguere adeprés; va adependre de memoria escribín a un papé les parts indeclinables que mes se fan aná, y en pocs díes va resultá sé un mich latino, faltán poc de lo que va prometre cuan va di que adependríe lo latín en vuit díes. Perque en lo ejercicio de parlá sempre en latín entre ells, mol pronte va igualá als seus compañs, y después a casa seua lo va acabá de adependre en mes fundamén. Los estudiáns no van volé creure que no sapiguere latín, pensáen que fée vore que lo estudiabe y que no los enteníe, tot teatro. Perque ademés a les cuestións de filosofía y hasta de atres siénsies, parláe tan be o milló que ells, y discurríe mol sabiamen a totes. Y lo van mirá en respecte creénlo de gran naiximén, encara que dissimulat en aquell disfrás, pos encara los va doná atres probes que los van confirmá esta sospecha. Una vegada fora del poble y algo apartats, los va demaná que li faigueren la mersé de lligíli o díli les ordenánses, usos y estils que guardáben; y li van contestá: - U sabeu ya tan be com natros perque totes se reduíxen a dos, a sé honrat y fé lealmén lo traball y lo profit. - U són, en efecte, com diéu, va contestá ell, perque són les leys de la raó y de la bona y justa sossiedat. Y parlán y proyectán essenes, jocs y diablures, se van entretindre tamé lo que quedáe del día, y van arribá a les sing de la tarde a un poblet de uns tresséns o cuatresséns veíns, y van entrá tocán un viu passacalle, afegit ya un nou instrumén a la orquesta: perque Pedro Saputo, habíe manat fé al ferré de la primera aldea, apellidat Dilla, un triángul de ferro primet y ben amartellat per a que sonáre mol. Lo que tocáe lo pito, que estáe arguellat y ere mol feo, y, com tots los feos solen sé, charraire y grassiós, teníe lo papé de tuno, que sempre se done al mes matraca y espabilat de la compañía. Y encara que desde que va sentí la vespra a Paquito se creíe mol inferió an ell, va conservá la autoridat ordinária. Lo pito per atra part ere un instrumén que no lo incomodabe, fee poca falta a la orquesta, y lo tocáe o no segóns li apetíe o conveníe. Com van entrá ya tocán se va formá un clapé de gen voltánlos, y después lo tuno alsán lo pito en alt, va di: - Siñós, al meu pito, al meu pito, que a ningú fa falta com veéu. Al meu pito, dic; ixa micha pesseta, ixa pesseta, eixe escut, eixe doblón tallat de una barra de or deu vegades mes gran que lo meu pito. Y lo enseñabe, y tocáe per dos o tres carrés, y tornae: al meu pito, siñós, que té la virtut de espantá a les bruixes, esbarrá los duendes, curá lo mal de mare, adormí als morts, despertá als vius, alegrá al que té ganes, y torná lo pel als segos, la vista als calvos, lo oít als coixos y l’añ bissiesto al calendari. Aquí lo veéu, aquí lo teniu, aquí está a la meua disposissió y a la vostra. A vore, dic ixa micha pesseta, ixa pesseta que está al purgatori y vol eixíssen de penes. Y dién aixó tiráe la gorra abán y la anáe passán per lo corro sense pará de parlá com un energúmeno; y caíen allí monedes de totes les edats y talles, figures y colós com si ploguere. Mentrestán anáen adelantán pel carré, y aon veíen bones robes y bones cares als balcóns se paraben una mica a obsequiáls, y féen plega de lo que caíe al atractíu de les veus del tuno. Va caure de un balcó un escut de or (que valíe noranta sueldos jaquesos, o uns 85 reals de vellón); y al vóreu Pedro Saputo va saltá als muscles de un compañ y va besá mil vegades la má y los peus a una chiqueta de dessat a devuit añs de edat, tendra com una flo al eixí del cális, hermosa com cap atra a la terra, amabilíssima de mirá, y mol rica y grassiósamen vestida. Ere la del escut, la hi habíe entregat son pare al mateix balcó y a vista de tots, per a que de la seua má fore mes asseptat. La va mirá mol Pedro Saputo, al mateix tems que li estáe dién les alabanses a la seua dignidat y bellesa, y requeríe la ocasió; y ella, encara que vergoñosa, lo va mirá tamé an ell en la libertat dissimulada de aquella pública inesperada festa. Va baixá y preguntán cóm se díe aquella deidat y diénli que Rufina, li va mudá lo nom a Morfina, li van cantá micha dotsena de lletres en les que la declaraben (sense féli favor) la mes hermosa, la mes amable y soberana de la terra, y se oferíen tots ells com los seus esclavos, quedánse per a sempre hasta a casa seua y al poble lo nou nom de Morfina, perque a tots va agradá mes que lo verdadé. Van tirá cap abán; y estáen tocán a un cruse, apretats de tanta gen que los seguíe y voltae, y corríe la gorra del tuno prou per a no esperá mes del concurs, al tems de probá de ixíssen de la turba. Al sentro se habíe ficat una dona de sincuanta a sixanta añs de edat, mal vestida y en alguna extravagánsia, y reparán lo tuno en ella y les espentes que donáe per a eixí, li va di: - Bona dona, ¿per qué ixíu de casa en ixe nas y tan mal farjada (fachada)? Ere lo cas que lo teníe encara mes feo; pero ella se va picá y va contestá un disparate. Va acudí Pedro Saputo y li va di: - Aquí, reina meua, que ting que ditos algo al oít. - A un atra part me u direu (y la va nombrá), va contestá ella, burlón y bellaco. - Adiós, pos, reina, va torná a díli. Y ella sense girás: - Be podríes portá algún gat o mona per a divertítos, mol fill de puta. Entonses Paquito (Pedro Saputo), pegán un brinco, salte als muscles de un compañ, y dirigínse a la dona que se allargáe remugán y refunfuñán, li va dispará este borbollón de insults tiránlos a aumostades en les dos máns: - Vaigue en Deu la piltrafa pringada, zurrapa, gitada, vomitada, aubarda arrastrada, tía curtna, tía cachinga, tía juruga, tía chamusca, pingajo, espart, zarandajo, drapot, cullerot, ranacuajo, zancajo, espantall, granerot, escarbat, escarabicha, gargall, moc, mocajo, mocarro, pell de rabosa, fuina, cagachurre, mocarra, pum, pum, callosa, cazcarrosa, chinchosa, mocosa, legañosa, estoposa, mohosa, sebosa, muermosa, asquerosa, ojisucia, ullbruta, podrida, culiparda, hedionda, pudina, picuda, getuda, greñuda, juanetuda, patuda, hocicuda, morrudallanuda, zancuda, diabla, puncha tripes, fogó apagat, caldero aboñat, to - to - to - ottorrrrr... culona, cagona, zullona, moscona, trotona, ratona, chochona, garrullona, sopona, tostona, chanflona, gata chamuscada, gossa parida, morcón reventat, butifarra reventada, trasgo del barri, tarasca, estafermo, pendón de Zugarramurdi, chirigaita, ladilla, verruga, caparra, sapo revolcat, jimia escaldada, cantonera, mochilera, cerrera, capagalls... Y va pará tan perenne temporal de vituperios, perque la infelís va desapareixe de la vista habén torsut per un atre carré, traén flames de la cara, y suán y morínse de vergoña. No haguere acabat ell en tota la tarde la ploguda de insultos si la cantonada que va girá no la haguere amparat. La gen sen va enriure tan y estáe tan embelesada, que ningú pensabe anássen, per minuts creixíe lo concurs y lo favor del poble. Al mich de esta distracsió y jaleo, un sagal que se va colá per entre les garres y faldes va presentá al tuno un llibre en latín per si lay volíe comprá. Va pendre lo llibre y lo va mirá y va vore que ere de medissina, y va di: ¿Llibres creíes que compraríem? Errasti, fill de ta mare. Mira, les dens mos se han secat y corcat de tan estudiá (y los hi enseñabe). Estos díes ham tratat seriamen del cas y yo y lo meu pito dixarém la carrera y mos embarcarém cap a Jauja, o mos ficarem a monges capuchines. Per lo Chiquet de la bola, que ha sigut impertinénsia la teua. Ves en Deu y en lo teu llibre a qui t´ha parit. Y va torná a la séua. Poc a poc va arribá la nit, mes per núgols que per la paora o les tiniebles, que no eren mes de les vuit y parán la ronda van preguntá per lo messón o fonda pública per a retirás. ¿Cóm que una fonda?, va cridá un dels que los seguíe desde lo primé carré; aquí, siñós lissensiats, lo messón per a vostra mersé, lo palau y la barraca, es casa meua. Anem cap allá, que ya hay avisat a la meua dona que aumento algo la sena. Pos yo, veí, va di l´atre, había manat un atra cosa; pero vosté hau parlat primé, váiguen allá esta nit; demá, siñós llissensiats, són vostres mersés los meus convidats tot lo día. Van aná cap allá y van sopá. Pero ya mentres senaben se habíe tratat entre los del poble de reunió y ball; cuan arribe lo pare de la chiqueta que va doná lo escut de or, y los va di: - Siñós llissensiats, séntigo habé de molestá, pero soc home y pare, y vull doná gust a la meua dona y no tráurel a una filla única que Deu me ha donat. Yo dessicharía que después de sená se servigueren vostres mersés vindre a casa meua en los instruméns un rato. - A la vostra noblesa, siñó caballé, va contestá Pedro Saputo, res podem ni volem negá: som mol criats de vostra mersé, y agraím y fiquem al seu pun la cortessía de habé vingut en persona, cuan un simple recado mos valíe per a aná a ficámos a la vostra disposissió y al respecte y órdens de aquelles siñores. - Pos vosté los acompañaréu amic, va di al nou huésped. Los va doná les grássies, saludánlos y sen va aná sense permití que se eixecaren de la taula. - Es un home mol ric, va di lo huésped, y sap gastá. Té una filla (ya la hau vist) a la que li diuen lo sol de Aragó; y de España y del món u podríe sé, per la seua hermosura. Cada día arriben pretendéns, y entre ells algúns siñós de títul; y tots prometixen resposta, y la donen sense duda, pero cap de ells torne, perque lo pare vol que la filla se caso en tot lo seu gust, y la chiqueta no se enamore al vol, que, encara que jove, es tan discreta com hermosa. Mol be tos ha de aná allá. ¿Un escut de or va caure del balcó? Atres seguirán an aquell, yo tos u fío, perque es don Severo mol nobilíssim. - Pos despachém, va di lo del pito, y aném. - No, siñós, no, va replicá lo huésped; no ña per qué saltá per damún de los plats; ara a sená y después lo festejá. Pero ells tan al sopá com después a casa del caballé van está mol templats, perque la tersera ley de les séues ordenanses ere que se habíe de guardá sobriedat per a no deshonrá lo hábit o caure a mengua. 


Capítul XI 


Aon se prosseguix lo escomensat. 


Va arribá la hora, y abáns de eixí se van asseá los estudiáns lo milló que van pugué. Pedro Saputo va traure la funda de la gorra, se va ficá un coll nou mol risat y va quedá fet un caballé, y per lo jove y guapo, un Amor vestit, un Adonis en traje español y de tall, y acompañats del huésped, de un cuñat, una filla de deu añs y una neboda de quinse, en algúns veíns que se van pendre la libertat de pujá mentres sopáen, se van encaminá a la casa portán detrás una gentada, mes gen que va aná may al sermón de la galtada. Van arribá, van saludá mol cortésmen an aquelles siñores y a datres que elles habíen convidat; y don Severo al vórels tan cortessanos, tan atentos y ben parlats se va alegrá mol y va di en veu baixa a la dona y filla: - ¿Veéu, glória meua, quin porte y qué ben criats? No dirás mes que són fills de grans caballés: y algúns de ells u sirán, perque mentres seguixen los estudis ñan mols als que los agraden les aventures y libertat de esta vida a les vacassións, y cuan se reincorporen al curs repartíxen los profits als compañs mes pobres. En aixó la mare y la filla los trataben en miramén, y al mateix tems los mostraben afabilidat y confiansa. La gen del poble que los habíe seguit va sé tamé admitida a dos grans sales que estaen una a cada costat de la del sarao y va di lo caballé: - An ésta rogo que ningú entro sense la meua llissénsia; a les atres que s´acomódon los que puguen en orden y bons modos. Ara, siñós, cuan vullgau, va di als estudiáns, podéu escomensá la música. Primé van tocá un rato per a amostrá la seua habilidat, y después van preguntá a don Severo si se habíe tratat de que ballaren. Va contestá que sí, y los va suplicá que obrigueren dos de ells lo ball, pos així tamé u dessichaben aquells joves caballés. Entonses dixen los instruméns lo de la pandereta y lo del pito, y trauen a ballá lo primé a la filla de la casa, y lo segón a un atra donsella que ere cusina de Morfina, agarrán mentrestán Pedro Saputo la pandereta. La destresa y grássia que los estudiáns van ostentá al ball va agradá a tots, y no menos la dessénsia, que sempre y en tot es importán. Ya no eren ixos estudiáns vestits en cuatre draps; eren uns verdadés caballés ben naixcuts, y finamen educats, de lo que s´alegrabe l´amo del convit y no dixáe de mediu la seua dona y atres siñores prinsipals que ñabíe. Se van retirá y van agarrá los instruméns, dixán la part del ball als joves que van vindre convidats. Ban ballá totes y tots, la festa se va correspondre en la magnifissénsia que en tot se usabe a la casa. Lo del pito li va di al home de la casa: - Ara, don Severo, si li pareix a vostra mersé, lo meu compañ Paquito y yo predicarém un sermón a la plebe de les antessales, los dos a un tems, y cada un a una sala desde la porta pujats a uns púlpitos que sirán dos taules. - Está be, va di lo caballé, ¿y a tú, Mariquita?, va preguntá a la dona. Va contestá ella que sí. Y parades les taules y saltán an elles los oradós, escomensen a soltá chorros de disparates, que cada minut teníen que pará y doná tems a la rissa que a les tres sales va arrencá mil novedats als cóssos ya una mica fluixos. Les dames y caballés de la del mich podíen sentí al un o al atre, no paráen de riure y apretás les barres y pegás als ginolls en les dos máns y hasta puñades a les parets. Lo mateix don Severo va pédre la seua seriedat, y va tindre que recuperála, tapánse los oíts per a pugué díls: - ¡Prou, siñós, prou!, que mos morirém tots. Pero ells embriagats de elocuénsia ni paraben ni podíen encara que vullgueren. Hasta que van agarrá los instruméns los atres y van fé soná la música, y ésta per fin va tallá l´enchís. Paren ells y pare tamé la música, y saludán los dos a les siñores y caballés en una gran cortessía, va estampí un aplausso de máns tan estrepitós y llarg, que se va comunicá a les antessales y pareixíe que anaen a enrunás. Se van volé ficá a ballá per segona vegada, y no va sé possible. Be se esforsaben los músics, pero ningú podíe fé mes que riure y torná als disparates de los sermóns. Se ficáen en actitut de ballá, pero algú soltáe una carcañada y ya tots se retiráen, caén a les cadires y fen pasmos y exclamassións. Entretán corríe la nit, y mirán don Severo la hora, va vore que eren les onse y micha, y va di: - Siñós, esta micha hora que falte hasta les dotse, perque de micha nit no passen les festes a casa meua, tots la nessessitém per a templamos y disposamos a dormí. Siñós llissensiats: ting barruntos de que vostés volen passá an este poble vuit díes per lo menos; yo per la meua part espero que lo dimecres per la nit tornon an esta casa. - Demá, va di un jove caballé, me ha manat mon siñó pare que los rogara se dignaren vindre a la meua. - Y a casa vostra, va contestá don Severo, tamé anirán les meues siñores dona y filla. Li va doná les grássies lo caballé, y parán los cumpliméns se van oferí los estudiáns a les órdens de don Severo, y als peus de aquelles siñores, y se van despedí de tots los convidats. Cada nit va sé la funsió a una casa diferenta, y tamé los estudiáns variaben les invensións passán los matíns en ordenáles, sense descuidás de visitá a les persones que mes los honraben y se u mereixíen, com don Severo. La nit de la segona funsió a casa de éste se va presentá Pedro Saputo disfrassat de dona y va engañá a tots, mes particularmen a Morfina, la va obligá a confessá lo seu amor guañánse lo cor y vensén la seua resserva. ¿Cóm resistiríe la infelís per advertida, per reportada, per serena, profunda y circunspecta que fore? No ere possible. Y així ell, lograt lo seu objectiu, va dixá caure lo disfrás, rién tots mol del engañ y selebrán la donosura de la forastera; después va continuá ya la funsió com totes les nits. Lo radé día en lo bon pareixe de don Severo, perque tot lay comunicaben y consultaben, van fé un atra ronda pels carrés, y van fé tanta plega que casi los va pareixe massa; cosa impossible per als estudiáns. Daball del balcó de don Severo van pará y van cantá un rato. Per la nit van aná de tertulia a casa seua y don Severo los va doná sis escuts de or, suplicánlos que si no se apartaben mol a un atra direcsió tornaren per allí al retirás als seus estudis, y lay van prometre. Pel matí van eixí del poble, passán aposta, encara que donaen volta, pel carré de Morfina, y a la porta se van pará a tocá lo himno de despedida. Van eissí don Severo y les séues siñores a sentíls; y Pedro Saputo, que anáe previngut, va cantá en los seus compañs y mol ben acompañat de la música, unes lletres que portáe pensades, de les que la primera diebe: Pos me dixo lo cor ¿Me emportaré un pensamén? Morfina en mol dissimulo va fé seña que sí; y van cantá la segona, que teníe per final: Pos te vach entregá, cor,
 ¿Aón te guardarán? Y Morfina a se va tocá y señalá lo pit en dissimulo. La tersera acababe: ¿Te trobaré, cor, cuan torna, aon estarás? Va incliná Morfina una mica lo cap y los ulls y per cántic de glória y conclusió díen los radés versos de la radera lletra: Pos influí ya no pot sino be la estrella meua. Y en aixó se va acabá lo can y se van despedí. Morfina, com se va alegrá de vórels encara un atra vegada, no va pugué evitá que se li bañaren los ulls, ixquere un suspiro, aufegat pel decoro, y corregueren per les séues rosades galtes dos llágrimes de mes valor que tot l'or que teníe son pare, al menos per al que les va vore córre y que va pugué di meues són cuan caíen y arreplegáles en los seus labios y passáles al cor en l´amor que les derramabe. 


Capítul XII 


Camine cap al final la vida de la tuna


Mol podem sentí, lectó amán, que an aquell tems no se faigueren aná los taquígrafos, éixos que escriuen tan depressa com se parle, per a que algú haguere escrit los sermóns de los nostres dos predicadós, pos així hagueren arribat a natros y podríem jusgá lo gust de aquelles persones, y si teníen raó o no de riure tan; perque a uns tems tenen grássia unes coses y a datres no. Be que dites per Pedro Saputo, ¿quina no la tindríe? Yo sol per la tradissió de casa de Morfina hay pogut averiguá, que al primé sermón va tocá entre atres estos puns tan serios: si una dona coixa pot sé grassiosa, si pot pareixe be una torta; y si una cheposa pot tindre bon genio; y quina de les tres pot envidiá la sort a les atres. Al segón sermón diuen que va parlá de los pensaméns de la dona als estats de cuñada, de nora y de sogra; lo seu assunto me pareix que no va pugué desempeñá be per sé tan sagal, y requerí de mes edat y mes experiénsia. Pero com mu han venut u veng yo; lo lectó cregue lo que vullgue; y continuém. No habíen fet encara la mitat del plan que habíen cavilat, perque les séues habilidats eren tantes, y tan lo seu comedimén y bona criansa, que no visitaben poble que per a anássen d´allí no hagueren de reñí, o per lo menos está de mala cara en los huéspedes, y alguna vegá hasta en los parroquiáns. Los bufáe en aixó lo ven mol favorable y l´estat prosperabe. Y com se arrimáe lo tems dels estudis, van tratá de torná cap a la Universidat, passán si ñabíe puesto per casa de sons pares als que volíen vore abáns de tornás a pedre a les escoles. Van tindre consell per a acordá lo que teníen que fé, y van deliberá no entretíndres. Se va proposá la cuestió de si visitaríen lo poble de don Severo; y encara que feen volta algunes legües van acordá anáy, y van empendre lo itinerari, mol al gust de Pedro Saputo que, sin embargo, va dixá la ressolusió als compañs, no reservánse mes que lo determiná lo día y pun de la separasió. Van examiná la caixa de la plega, y estáe mes rica de lo que pensaben, com que se van repartí sen trenta y sis libres jaqueses cada un, habén trobat persones encara mes generoses que don Severo. Los va di Pedro Saputo que encara que no ere de casa rica, no nessessitaen aquella miseria, y que lo mes nessessitat la prenguere. No u enténs, li va contestá un de ells; eixes perres són lo mes cariñós que tindrás a la teua vida. Empórtateles, que yo sé que ha de sé lo radé que gastos, y que es capás de fetos avaro per lo apego que tindrá a la casa y a la teua burchaca. Aquell mateix día pel matí los va di Pedro Saputo al camí que no volíe dixals sense probás al violín y la vihuela, dos instruméns als que portáe molta ventaja als estudiáns. Los habíe millorat mol la orquesta desde un prinsipi enseñán al de la pandereta a tocá los platillos, lo baix continuo, los fortes y los pianos, y atres coses que ell habíe adeprés del mestre Vivangüés. Tamé als del violín y de la viola va doná mol bones llissóns; pero no habíe vullgut tocá may perque no fee falta la seua habilidat espessial. Y agarrán lo violín, y desviánse una mica del camí per un barrang, va amostrá als seus admirats compañs un primor que may habíen vist a datre; y no va sé menos en la viola. Al fes fosc van arribá al poble de Morfina; y al passá los primés passajes van sentí un soroll de espases. - Venga, anem, va di Pedro Saputo. Van aná y van topetá en dos caballés soldats que reñíen en tal furia, que no reparaben en los que teníen ya al costat. Va pendre Pedro Saputo a un compañ la gayata, perque dos de ells ne portaen ; y arrimánse als luchadós va di: - Siñós, per lo honor del hábit que porten los rogo que suspenguen la riña un momén. La van suspendre a les séues paraules, y mes al vores allí sing homes tan majetóns; y va continuá: Vostres mersés riñen mol mal al orden, pos la seua valentía los ha portat a reñí com les fieres, vull di, de nit, sense testigos del seu valor, ni juches de justíssia. Yo soc home de lletres, pero enteng les leys del duelo; y per les sircunstánsies que hay dit declaro ilegal y nulo este campo. Creéume, siñós, lo honor de caballés tos prohibix continuá y tos mane condená lo que hau fet. Pero si no vullguéreu envainá, lo que se mostro ressistén, que also un atra vegada la espasa, vingue a mí un atra y en mí se les vorá; ell luchará per ferossidat, y yo en defensa de la ley y de la justíssia. - Yo no puc sedí perque soc lo retat. - Sedixco per ara, va di l’atre, per respecte an este siñó llissensiat, y perque les séues paraules me han convensut. Demá mos vorem. - Los rogo, pos, als dos, va di Pedro Saputo, que entreu en natres an este poble. Van entrá tranquilamen en ells, y de pas los van contá aquells rivals que la riña ere per quí habíe de serví a una hermosura que a cap de los dos volíe, pos si al un li fee desaire, al atre no li donáe may la cara mostránse importunada de los seus obséquios. Sen va enriure entonses Pedro Saputo y va di: - Pos siñós, si tampoc lo guañadó habíe de sé admitit, ¿a qué ve esta riña? - Ve, va di un de ells, a que cada un volem aná a casa seua y que no hi vaigue l’atre; perque es tal la bellesa de la donsella, que a cada un ofén que la miron atres ulls ni la séntiguen parlá uns atres oíts. - Ells es, siñó llissensiat, per a que u sapiguéu, un sol mil vegades mes hermós que lo del sel; una lluna mil vegades mes serena que éissa que se llevante; una estrella que oscurix a totes les demés; un ángel de soberanía y de glória, com no se va vore may a la terra, y es impossible que ne formo un atre igual la naturalesa. Va riure tamé Pedro Saputo de estes alabanses, y del tono y forsa en que les díe lo soldat, y no va dudá que aquell sol, aquella lluna, aquella estrella, aquell ángel ere Morfina. Pero va callá, perque entraben ya al poble, y los soldats sen van aná al seu hostal y los estudiáns a la fonda de la Cinta. Ñabíe allí una bandera o compañía de soldats fee vuit díes, y ya per naixó, ya perque de totes maneres no volíen fé parada de la seua orquesta, van entrá mol silensiosos. Pero los van coneixe, y abáns de sená ya teníen un motín al carré, y van ressibí un recado de don Severo, que no li tragueren la satisfacsió de portáls a casa seua. No van coneixe a Saputo hasta que va parlá, perque estáe torradet pel sol, com los de La Torre del Compte, mes prim y estirat, y mes home tamé, en bigotet y perilla, que a la moda de los estudiáns mes romántics com Bécquer s´habíe dixat. La roba que portáe ere un atra, per la caló se va fé una roba mes ligereta y tamé mol mes airosa. Va dudá la mateixa Morfina que tan ben retratat lo teníe al cor y tan presén a la memoria. Don Severo y lo huésped van convindre que los dos que habíen vingut allí soparíen a casa del primé, y los atres a la del segón, y dormiríen tots aon van dormí l´atra vegada. ¡Quina satisfacsió per a Morfina! ¡Quina glória per a Pedro Saputo! Se trobáe entonses a casa un germá de ella mes gran de edat, y se va alegrá mol de vore als estudiáns de qui tan habíe sentit y estáe aussén cuan van está a escomensaméns de l´estiu. Inmediatamen se va parlá de ball; pero Pedro Saputo enrecordánse de los soldats li va di que per serta causa que per entonses ere secreta, encara que fora de casa, no podríe ñabé ball sino sol velada de música. Y al poble se li va fé entendre que no se obriríe la porta, que se dixaríe entrá només a les persones convidades. Se van presentá entre elles, un detrás de l´atre, los dos caballés soldats de la riña. Y ¡quina va sé la seua sorpresa cuan van vore a Morfina mol amable y arrimadeta al llissensiat del seu duelo! ¡Y vore a don Severo tratál en familiaridat y confiansa! Se van avergoñí, van callá, van respetá lo que veíen y no enteníen, y se van fé amics declarán a Pedro Saputo que estáe determinada la competénsia en retirás los dos de aon tan bon puesto ocupaben atres seguramen mes dignes: sen aniríen al cap de tres díes. Al passá del minjadó al estrado, y arribán a la porta, va fé Pedro Saputo a don Severo una seña; y quedánse allí en los seus compañs que ya habíen arribat, los va aná avián un per un com a barróns o ninots hasta mes allá de la mitat de la sala. Acsió que van vore los ofissials y la mayoría dels convidats, y tots se van quedá muts de assombro. Lo germá de Morfina va fé extremos de admirassió, y va di acalorat: - Pos siñó, si no u haguera vist no mu creuría, y al que u osare afirmá, li haguera dit que mentíe. Sen van enriure tots mol; y la mare exclamabe: - Jesús, eixe mosso sirá de azero templat. Entonses Pedro Saputo va torná a la porta en los seus compañs, y están prop de les cadires caballés y siñores, va torná a aviáls del mateix modo, pero mol mes tros; y com lo tuno que anáe lo radé se movíe en molta grássia y extravagánsia, va ñabé un gran palmoteo. - Ara ya mu crec, va di don Vicente; sense duda estos siñós llissensiats tenen ales secretes; a vore, agarréume a mí, don Paquito, que no sé volá. Lo va agarrá, y al eixecál per a aventál, veénse portá com una ploma, va di: ¡prou, prou!, me dono per satisfet. Y giránse a mirál, li va tocá y paupá los brassos per si eren de la materia que habíe dit sa mare. Passat este bon rato se va fé silénsio, va agarrá Pedro Saputo lo violín descansán abáns una mica per a calmá la agitassió del esfors que habíe fet, y previnguda Morfina desde abáns de sená, que al seu obsequio y per an ella tocaríen aquell día lo violín per primera vegada en tota la expedissió, y que tot lo que tocare se dirigíe al seu amor, o mes be, que siríe la história de los seus amors, distinguín les parts prinsipals, com la primera vegada que se van vore, la seua charrada la nit que se van entendre, la despedida, la pena en que ella va quedá cuan ell sen va aná, y la alegría de la nova visita. ¡Oh, cóm va entendre ella lo llenguache de aquella música tan expressiva! Sense pensá y transportada va plorá de pena al sentí la despedida, y va torná al mateix sentimén cuan va expresá lo doló de cuan lo va vore anássen y ella se va retirá al seu cuarto. Los demés de la sala sentíen tamé, y algún rato pareixíe un velatori del silénsio que ñabíe mentres escoltaben. Va pendre después la vihuela, y va tocá algunes sonates que ell se habíe inventat. Pero después, y donán tems a que se desahogaren los aplaussos y admirassió que va exitá la seua may vista habilidat, van agarrá los instruméns los seus compañs, ell va abandoná la orquesta, se va ficá a roda y se va passá la velada. Volíen los estudiáns despedís aquella nit, pero no va admétre (admití) don Severo la despedida, y mol menos don Vicente, y se van doná les bones nits hasta demá. Encara no pensaben ells en eixí de casa, encara casi en eixecás pel matinet, que ya estáe allí don Vicente, y los va rogá y suplicá tan ahincadamen que no sen anigueren aquell día, y van tindre que claudicá. No los va pená a cap de ells, y menos a Pedro Saputo, com se supose. En este motiu van fé un mosset per a amorsá, perque lo huésped no va volé sedí lo obsequi de la fartanera a michdía. Y per la nit van prepará lo ball a casa de don Severo per doná gust a don Vicente, que lo volíe per a obsequiá a una jove a qui servíe. Qui va guañá en tot aixó va sé Pedro Saputo, pos va tindre ocasió de parlá en Morfina y acabá de guañássela si algo faltabe, va sopá al seu costat, va ballá en ella y res li va quedá per dessichá per a la seua satisfacsió. Una criada li va contá lo que habíe sentit di al seu siñó parlán en la siñora: - Si este mosso fore ben naixcut com pareix, encara que tingue poc, li haurem de doná la filla; perque, ¿has reparat que ella lo mire en bons ulls? Baixet y en discressió va di aixó don Severo, no creíe que ningú lo estáe sentín; pero lo va sentí la dimonieta de la criada, a qui les albríssies li van valé dos escuts de plata. ¡En bons ulls, díe! Algo mes ere; sí, algo mes, patriota don Severo. Per fin se van despedí ya al mateix ball, y matinán en son demá sen van aná de aquell poble aon a tots los pareixíe que estaen entre los seus o a una isla encantada. 


 Capítul XIII 


Pedro Saputo se separe de los estudiáns passán abáns per la aldea de les novíssies. 


 Difíssil ere vóreles y mantindre lo incógnit; pero la compañía que portáe li ficáe freno, y va determiná passá pel poble per a sabé si habíen eixit del convén, y torná a vóreles sol y de esplai. Lo que es conéixel elles ere impossible, perque ademés de está mes prim y mol moreno pel sol, mes alt y del tot diferén per an elles, portáe bigot y un traje mes distinguit, y se habíe esquilat com un escolástic. A les deu del matí del segundo día van arribá al poble; y mentres almorsaben y minjáen a la primera casa que van trobá uberta y aon se van fé prepará l´amorsá (pagánlo), se presente un home a suplicáls que anigueren a casa seua. Eixecats los mantels van trobá la casa y van vore que ere son pare de la Juanita, estaen esperánlos ella, sa mare y una cuñada. Encara no habíen acabat de saludá y ya estáe allí la Paulina en un atra sagala veína y los pares que les acompañaben. Al momén se va tratá de ball y lo van dixá aplassat per a mes tart. Se van repartí entre sing cases, y ell va preferí la de Paulina per no sé tan sospechosa com Juanita. Pero ¡oh lo que va patí!, ¡lo que se va tindre que esforsá per a aguantás!, per a no di: ¡yo soc, tendríssima Paulina! Va passá lo día, va passá lo ball, va passá la velada, y va passá la nit, y va sé home de valor; no se va dixá conéixe. Hassaña mes gran que la de cremá les naves de Cortés, que la de passá Julio César lo Rubicón, Aníbal lo Pirineo y los Alpes, Alejandro lo Estret del Parrissal y después los montes de Cilicia. En tot, al anássen va entregá a Paulina un billet tancat per a Juanita a dins de un sobre (per a que aquélla no lo obriguere abáns), aon los díe a les dos: ¡Traidores! ¡Ya no me coneixéu! ¡No me hau conegut! Va corre a portál, y cuan lo van obrí, se van quedá mudes y com un estaquirot pel seu contingut. Perque les paraules eren de Geminita; pero, ¿quí la trobará entre ixos estudiáns? Loques se tornáen cavilán quí podríe sé lo que així les parláe, lo que així se queixabe de elles. Perque ell, aposta, habíe empleat mols latíns en sons pares y en lo móssen del poble, y va tocá lo violín y la vihuela. Ademés Geminita ere mol blanca y los sing estudiáns eren ¡tan negres com un teó! - Vaya, vaya, va di Juanita; tú no coneixes cap estudián ni yo tampoc; si algo teníe que dímos, que se haguere explicat. Y u van dixá aissina per a no pérdre l´entenimén. Ya haurá guipat lo lectó que en la trassa que les va doná Pedro Saputo sen van eissí del convén. Y encara que no van di que no tornaríen, y son pare de Juanita pensabe que sa filla teníe una vocassió mol forta al claustre, elles sen enríen, y díen entre sí y a soles cuan se juntaben: primé mortes que monges. Los estudiáns van continuá lo seu viache; y al vore la direcsió que lo segón día preníe la marcha van vore la intensió de Pedro Saputo, perque ere lo que solíe guiá sempre. En efecte, los portáe a la serra y al mateix puesto de la floresta aon lo van trobá dormín; y una vegada allí van fé un alt, van traure les güeñes, formache, llenguañissa com la de Graus y butifarres que portaen de la radera aldea aon van tocá y les van aná aligerán. Satisfeta la gana los va di Pedro Saputo: «Amics, compañs y siñós meus: an este puesto me vau pendre a la vostra compañía, y an éste me dixéu, o mes be tos dixo yo, pos de aquí no puc passá. Mol tos dec; lo vostre trate y la vida que ham portat ha sigut per a mí una escola que me ha amostrat mes que pugueren les de tots los filósofos de Grecia. Si un atre añ an este mateix puesto, y lo mateix día y hora passáreu per aquí, pot sé que tos estiga aguardán, o vinga a trobátos; y si ni lo un ni l’atre passare, sirá siñal que no me ha sigut possible vindre. No tos dono mes señes de la meua persona; y de les vostres ting les que me fan falta, perque sou honrats y generosos, que són les que yo solgo preferí de los homes. Anéuton de aquí ya y arrenquéu a caminá, que la vostra jornada no done per a mes entreteniméns. Adiós, compañs, adéu; lo cor me sen va en vatres.» Y dit aixó los va abrassá, y se van emossioná tots, contestánli después un de ells: «Qui vullgue que sigues, amic y compañ, per a natros has sigut verdaderamen l´ángel conductó guián les nostres passes y dirigín la nostra ignoránsia. Y si escola pot ésta dis, vosté hau sigut lo maestre y la llum de ella. Tornarém, si Deu vol, l’añ que ve, mos obligue la vostra molta discressió y la vostra amistat y trate.» Y se van torná a abrassá, se van separá y se van doná les espales en molta pena, caminán ells al michdía serra amún, y ell al nort serra aball. Tendra y llagrimosa va sé la despedida, perque se volíen de verdat, fen de tots sing la amistat un sol cor y una sola alma. Per lo demés, les gallines y pollastres que se van minjá, los cuixots y conserves que los van regalá, les diablures y carnussades que van fé, les donselles que van alegrá, les casades que van desenfadá, les viudes que van consolá, y los abatuts a qui van humillá, no tenen número; ni vida mes ligera, alegre, plena de goch y descuidada la va passá ningú en tots los siglos y edats del món. Barrabassades y maleses no ne van fé cap. Los van acusá al cap de algún tems que se habíen emportat disfrassada de home a una donsella de Sieso, filla de un escribén mol ric, de solá antic, que va morí com un san perque escoltáe missa tots los díes y guardáe dijú los divendres y dissaptes, se confessáe y combregáe tots los primés domenches de mes y va casá y dotá en diferentes vegades a sis donselles pobres. Hasta que va enviudá una de elles y va escomensá a enríuressen de la santidat del escribén; y después un atra que fee lo mateix. Díe la primera: «Y, ¿qué li fot a ningú?, yo vull di; bon home vach tindre, y en lo meu me quedo.» Y la segona: «mal cónten del hivern de aquell añ; no dic yo mes que: ¡hala amún!, que vach tratá en bons, y dosséns escuts ninguna va dixá de agarráls a no sé que fore boba.» Pero a la filla no la van pugué sonsacá. Ella, portada per la seua imaginassió, als dos díes que van passá per allí va fé la picardía de vestís de home, agarráli dinés a son pare, y aná a trobáls a pedra Pertusa, aon los va di que volíe anássen y córre món en ells. Va caminá en ells vuit díes y entonses Pedro Saputo la va podé convense, la va restituí y acompañá hasta lo seu poble. Y va di a son pare per a que veiguere lo mol honor y consiénsia de ells que ni un maravedí la habíen dixat gastá de les perres que portae. En tot cas conveníe casála contra antes milló; y que de aquell antojo de tornás estudián y córre tan libres aventures, com ere una chiquillada, a tots importabe callá, y no fé soroll. Lo escribén apretán los puñs y mirán al sel, va bramá per dolgut, y s´anáe a abalansá sobre sa filla per a apalissála o matála; pero lo va templá y sossegá Pedro Saputo en la seua elocuénsia, y reconsiliánlo del tot en sa filla, va torná a buscá als seus compañs. Después se va casá la sagala, y ben casada, perque es gran capa una bona dote, y se amolden les persones a la auló de les riqueses. Los estudiáns sen van aná sense sabé quí ere Pedro Saputo, discurrín y pareixénlos per la seua educassió, desinterés y noblesa, que deuríe sé fill de algún gran caballé, y que per alguna travessura sen hauríe anat de casa de sons pares, y li anabe milló aquella vida solta y alegre, que la apretada y formal del orden en lo que se hauríe criat. Tamé van dudá sempre si ere aragonés, castellá o navarro, inclinánse per aixó radé sol perque se dixáe cridá navarro; pero per l´acento podíe sé de consevol provínsia de España, perque un día lo teníe de una manera y l´atre de un atra, fen de lo seu parlá y trasses lo que volíe. 


 Capítul XIV 


Pedro Saputo va a vore a les séues amigues. 


 Triste y pensatiu camináe después de aquella dolorosa separasió, y no assertabe a caminá ni sabíe aón volíe aná. Pero lo seu cor lo portáe cap a la aldea de les séues novíssies, a la que va entrá per a estáy dos díes, procurán arribá tart y fen vore que estáe coix, per a descansá be aquella nit. Se va embutí a la primera casa que va trobá uberta, va sená y se va gitá queixánse del baldamén y de la coixera. Pel matí cuan se estáe traén los bigots postissos y rentán van entrá los pares de les dos sagales, y al vórel ocupat en lo asseo lo van saludá y sen van eissí cap a la cuina. Rentat, mudat y asseat va eixí mol alegre fen sempre lo coix, lo van agarrá y sel van emportá a casa de la Paulina aon se faríe la minjada; y com la coixera ere gran segóns caminae, lo van dixá allí y sen van aná cada un a les séues obligassións. Va pugué parlá una mica a soles en la Paulina, y li va di: - ¿Vau entendre lo meu papé? - No, siñó, va contestá ella. - Be, pos, día que ya me hau olvidat. ¡Mentiroses! ¡Ingrates! Lo va mirá entonses ella, y com ya no portáe los bigots y la perilla que ere lo que mes lo fee pareixe un atre, lo va aná reconeixén, y se li va cambiá lo coló, y ya assertáe ya, cuan li va di ell: - Sí, soc yo; ¡lo mateix!, ¡no te engañes!; lo vostre compañ y amán del novissiat. Obri ella entonses mes los ulls, lo reconeix, y sense podés aguantá s´avíe cap an ell en los brassos uberts. - Ves, li va di, y dóna la notíssia a la Juanita. Pero siguéu prudentes. Se desfee ella de amor, y neguitosa y anhelosa va aná a dílay a la Juanita. La va cridá apart y apretánli la má li va di: ¡Ay, amiga, que lo estudián del billet ere Geminita, y es ell qui está ara a casa meua y no lo vam coneixe! Juanita va creure que la seua amiga habíe perdut lo cap o delirabe; pero va aná cap allá y va habé de desengañás, y creure lo que van vore los seus ulls y va sentí lo seu cor al vórel y sentí aquella veu tan acostumbrada. Cuatre díes va durá la coixera, y no va durá mes perque va tindre temó de que sospecharen o caure an algún descuido. Va minjá un día a cada casa de les dos y en los instruméns que ñabíe al puesto se divertíen algúns ratos, y uns atres los empleabe en los seus amors en aquelles amabilíssimes sagales. Per al día que sen va aná li van brindá una mula, y va di que un estudián no pot aná a caball mes que del seu poble a la siudat aon té los seus estudis, y que ell encara no habíe arribat a Navarra. Perque habénlo cregut tots navarro va dixá córre eixa opinió, que mes be lo afavoríe que lo perjudicabe. Va seguí lo seu camí, y va arribá al poble de Morfina, al que va entrá encara mes tart, pos eren ya les vuit, y a un tems que no passe de les siat la posta de sol; y sen va aná al messón, gitánse enseguida, y encarregán a la messonera que vinguere qui vinguere no lo cridare. Pel matí va sabé que habíen anat a vórel algunes persones, don Vicente entre elles; y se va vestí y asseá, per a lo que se había previngut fen rentá la roba a un atra aldea aon se va aturá un día. Va eixí de casa en direcsió a la de don Severo; y abáns de arribá va topetá en don Vicente que veníe a buscál, y que lo va renegá mol de la seua part y de la de los siñós pares perque los habíe fet lo despréssio y ofensa de anássen a la fonda pública. - A sopá y dormí esta nit a casa meua, va contestá don Vicente, y no sé yo si tamé demá, no passaréu de llarg, amic meu; perque esta nit, a porta tancada, y sol una persona de fora de casa, hau de tocá lo violín igual que vau tocá l’atre día, de lo que encara estem alusinats. - No ting instrumén. - No ten faltará. Man germana diu que mes voldríe sentí alló que vores reina de España; perque es afissionada a la música y la paladeje o saboreje mol si es bona. Van arribá en aixó a la casa. ¡Quin ressibimén! ¡Quin afecte! ¡Quin amor li van mostrá tots! ¡En quina naturalidat y confiansa li parláe Morfina! A tiro de ballesta se coneixíe que la criada li habíe dit lo que va sentí a son pare y va contá a Pedro Saputo. Va minjá allí, van passejá per la tarde, y al tardet no habénse avisat mes que a la persona que va di don Vicente, que ere la seua dama, va tocá Pedro Saputo lo mateix que l´atra vegada, y encara en mes primor y reflexió. Estáe ell mes felís encara en les noves dels seus amors. Pero a la matinada li va doná don Severo un mal rato. Li va preguntá a seques si habíe sentit parlá de Pedro Saputo; va contestá ell que una mica, pero que no podíe doná notíssies del fulano. - Pos amic, va di don Severo, vach arribá ahí del Semontano y allí me van parlá de eixe portento. Es un sagal que diuen no té mes de dotse a catorse añs, criat a Almudévar, y a la seua edat es lo mes gran sabut que se coneix: com que aissó mateix vol di Saputo. Es tamé pintó, músic, pero famós, potsé tan com vosté, don Paquito; un filósofo consumat, tan inteligén en les séues respostes, que tenen temó de ficás a tiro los homes de mes barbes de la terra. Ell sap tots los ofissis. En dotse díes va adependre a lligí y escriure ell mateix; en un rato a pintá, en un atre a tocá tots los instruméns; y es tan tratable y ben parlat que a tots encante. No té pare, perque es fill de una pupila que ere pobre y ell la ha feta ya rica guañán tots los dinés que vol. Diuen que desapareix de casa y torne carregat d´or que guañe per ahí en la seua habilidat, o lay done alguna persona que d´amagatontes lo afavorix per encárrec de son pare, no se sap si se trate de un gran siñó de la Corte que va passá per allí, o de un príncipe que anáe disfrassat. Axina, don Paquito, que no se parle de atra cosa; vaigues aon vullgues, tots te parlen d´ell, tots te pregunten y lo selebren. Y lo mes grassiós es que ningú lo veu may, mes que a les temporades que está al seu poble, com si portare en ell l'anell de Giges, que lo fa invissible. Diuen que unes vegades se disfrasse, y se cambie la cara; atres creuen que sen va en los gitanos. Al sentí aixó no va pugué aguantás Pedro Saputo, va arrencá a enriúressen y va di: - Raro humor seríe lo de eixe sagal. - Sí, siñó, mol raro, va di don Severo, ya se veu, un home tan extraordinari per forsa u ha de sé en tot. Hasta la mare diuen que sense sabé cóm se ha tornat una verdadera siñora, com si haguere naixcut a un alta cuna, sol per la nova educassió que li ha donat son fill. Pero no está pujadeta ni soberbia sino mol plana, y tots la volen y respeten mol. No sé, amic don Paquito, cóm de Almudévar ha pogut eixí un elemén com éste. Perque hau de sabé (y perdónom la crítica) que es un poblacho feo a la vista y mes feo encara al tacte; y la gen d´allí no són dels mes espabilats que se digue. Yo estic determinat a anáy cuan sápiga sert que hi está, perque per a anáy en vano me penaríe lo viache. - Faréu be, va di Pedro Saputo; encara que yo crec que no tot es vero lo que sone al pandero y que la fama aumente mol o potsé u aporte tot. De un sagal de la meua terra me contaben tamé maravilles y ell cuan u va sabé, sen enríe y va di: pos si yo soc home gran, ¿qué sirán los demés? Y agarrán lo violín se va ficá a tocá y va distraure a don Severo de la seua manía. Al amor ningú l´engañe; l´amor tot u sospeche, tot u pense, tot u adivine. Mentres don Severo se tornáe llengua selebrán a Pedro Saputo, per lo que de ell habíe sentit, estáe Morfina miránlo enamorada y cavilán y medín cuan habíe vist al seu amán y sentit de ell als estudiáns, y se díe per an ella: o no ña tal Pedro Saputo o es éste; perque es tan guapo com diuen, y tan sabut, y tan gran músic, y tan amable y tan diferén de los atres homes. Y pensán aixó lo miráe y li saltabe lo cor, y se li enseníe la cara, y se moríe de dessich de vores a soles y díli, tú eres. Ell la observabe, y va sospechá lo que estáe imaginán, y lográn un momén de libertat li va di: - Sí, Morfina, u has ensertat, yo soc; pero calla; y si ara que saps quí soc no te pene habem conegut... Se va quedá ella parada com un estaquirot durán un rato, pero después va rompre y va di acalorada y mol aventada: - Morí primé que voldre ni mirá a datre home. Ya no ña remei; está tirada la sort; teua, teua soc. La meua passió y la meua raó u volen. Te vach vore, te vach coneixe, y no puc menos que vóldret, y me costaríe la vida si no me vullgueres. Perque tú sol (después de mons pares) estás per a mí al món. No tenía homes per a mí hasta ara, no los tindré mes abán. Pero ¡ay!, no me engaños, perque me moriré; no me digues que me vols si no me vols tan com dius y tan com yo crec. Perdona, amán meu, este desahogo, esta franquesa y mes encara la libertat que dono al teu amor y se pren lo meu cariño. No haguere acabat la elocuén y apasionada Morfina, si la veu de son pare que pujáe no la tornare al puesto de aquell rapto amorós. Ell li va assegurá tot lo que podíe dessichá; y después de minjá se va despedí y sen va aná acompañat de don Vicente, que lo va dixá después per a aná a una finca aon teníe algúns jornalés. 


Capítul XV 


Sap Pedro Saputo de fray Toribio, lo del códul, y se quede al seu poble. 


Tan pronte va pérdre de vista lo poble de Morfina, li va torná a agarrá lo malsón dels alguassils, sol en pensá que camináe cap al seu poble aon sense duda lo aguardaben per a péndrel. A tot li anáe donán la isquiarra així com per instín, y si no se apartabe tampoc se arrimabe; ademés de habé adelantat mol poc en tres díes que portáe de marcha desde la despedida de los seus compañs, perque tot ere equis y marros lo que fee. Lo matí siguién va allargá lo pas en intensió de aviás per los montes de la serra de Guara y passá si ere menesté lo Pirineu; cuan allá a les nou poc mes o menos va vore vindre per un atre camí a la dreta una multitut de gen que per les señes ere una prossesó o romería. Allá van, va di y allá vach yo tamé; un estudián a tot arreu es ben ressibit, y este traje me libre de sustos. Va dixá passá la prossesó y va aná a ajuntás en los rezagats, que eren joves que se preocupaben mol poc de la religió de la festa, y mossetes mol alegres que tamé se trobaen milló en aquella compañía que en los que anaen dabán resán rosaris y letaníes. Va pensá en lo penitén de Barbastro y va di: ¡cuáns farán avui la mateixa peniténsia! Van volé divertís en ell com gen de poc servell; pero les séues respostes eren tan agudes, les séues paraules tan talláns, que en poc rato se li van declará amics, y tres de ells, lo van convidá a minjá al seu rancho. - Si mos han de fé compañía estes sagales, va di ell, assepto lo convit, si no, no. Ya sabeu que la dona es la grássia de la vida y la glória de la fortuna, sense elles está mort lo món y la fortuna es casi tan próspera com contraria. Cada vegada que parláe se prendaben mes de ell aquells mossos. Un de ells al poc rato li va di: - Ara penso yo que lo caball de Roldán, que va saltá aquelles peñes de una a l´atra (les estáe mirán de frente), habíe de sé ben saltadó y ligero. - Yo vach está una vegada allí, va di un atre, desde Santolarieta; y lo mínim que ña de una part a l´atra es un llarg tiro de bomba. - ¿Y sabeu vatros, va di Pedro Saputo, lo que va passá después de fotre lo caball tan gran bot? - Natros, van contestá, no sabem mes que Roldán va saltá aquelles peñes escapán de Oliveros de Castilla. - Pos be, va di Pedro Saputo, yo tos diré lo demés. Lo caball se va reventá al caure a l’atra part, y Roldán va escomensá a córre a peu, y brincán de peña en peña hasta l´Ou de San Cosme, va pujá a dal de tot, y a Oliveros, que se va quedá a l’atra peña mirán y en tres pams y mich de nassos, li va fé dossentes sixanta y vuit figues y cuatresséntes noranta set butifarres. ¿Sabíeu aixó vatres? - No, li van contestá. - Pos tampoc sabréu, va continuá ell, un atra cosa que va passá encara mes grossa que lo salt. Al caball, al tems que atravessáe l´aire, li van caure les sobres al riu Flumen per art y malefissi de un encantadó; lo Flumen les va portá a la Isuela, la Isuela a Alcanadre, Alcanadre al Cinca, lo Cinca al Segre, lo Segre a l´Ebre, lo Ebro al mar, lo mar se va abalotá y de ola en ola van aná les pesses a pará a la ribera de África entre dos figueres mascles silvestres (cabrahigos, y allí va náixe una mota, que va traure tres flos mol majes, una blanca, un atra negra, y un atra morada; va arribá una yegua y se va minchá les flos y la mota; y va parí después tres caballs de los mateixos colós que les flos; los caballs anaen tan a escape, que corríen y brincáen trenta y dos vegades mes depressa que lo ciervo mes rápit de la serra de Ontiñena. Encantadets, en la boca uberta, bobos per dins y per fora estaen ixos joves y mossetes sentín contá al burlón de Pedro Saputo aquell maravillós cuento; y sense donássen cuenta van arribá a la ermita. Van descansá una mica, y echando un puntal de magras de tocino, se van escomensá los ofissis, o sigue, la missa. Estáe Pedro Saputo a la iglesia en los seus nous amics, y va vore pujá al predicadó al púlpito. ¡Oh quina casualidat! ¡Oh quina geló li va entrá al vórel y conéixel! Ere lo mateix pare prior de los carmelitas de Huesca; lo que habíe ajustat la pintura de la capella. Pero va pensá en lo seu disfrás de estudián, y se va assegurá de la borrasca. Va arribá la hora de minjá y sen va aná al rancho aon estáe convidat, al que va reiná la franquesa y la alegría, y tamé potsé algún exés de libertat. Va durá tan lo minjá y lo beure, y lo riure, que va tindre tems un tío de un d'aquells mossos que habíe minjat a la taula del predicadó, de vindre aon ells estaen y contáls un cas mol grassiós que habíe referit son pare minchán. Y los conte pun per pun lo cas de Pedro Saputo en la pintura de la capella y lo arrebato y manera en que va tancá la boca al flare que anáe a provocál tots los díes. - Per a un mes, va afegí, diu que va tindre que curás fray Toribio, ple de bizmas y faixes. Y lo pare predicadó diu que sen enríe mol contánu, y que sol sentíe que no tornare Pedro Saputo a continuá la pintura, pos no volíe que datre ficare les máns an ella. Sentínu Pedro Saputo, va di per an ell: pos se va escapá lo flare, segú puc aná ara al meu poble, y segú entrá a Huesca y hasta visitá al pare prior si me ve a má. Caíe la tarde depressa; y reunida la gen dispersa van formá la prossesó y van marchá. Pedro Saputo se va despedí de los seus amics y va torse cap al seu poble en gran dessich de vore a sa mare y entregáli les perres que habíe aplegat. Pero per a que no se sapiguere que va aná de tuno en los estudiáns, volén tindre dissimulada esta part de les séues aventures per está massa relasionada en lo del convén, va aná per Huesca, se va fé un traje nou de caballé, y va arribá al seu poble per lo mateix camí que habíe eixit. ¡Al seu poble! ¡Y casi chiquet que encara ere! ¡Y tan tems aussén! ¡Oh montes del meu poble! ¡Oh peñes, fons, valletes, riu, ambién, sel, núgols y celajes coneguts! ¡Oh sol y lluna que fa propis lo horizonte, y bañéu de la mateixa línea de ell los mateixos objectes sempre, los mateixos collets y faixes, los mateixos edifissis, la mateixa terra, y sempre del mateix modo! ¡Ay, tot aquí me coneix y me abrasse, tot es amor recíproco, tot cariño, dolsó, descáns, tranquilidat, confiansa y seguridat! ¡Los ecos tan familiás; los muixonets fills del país, lo seu can acostumbrat, lo seu vol sabut, los seus puestets frecuentats! ¡Los abres que vach vore de chiquet, si ne va desapareixe algún espessial o notable com lo platané de la Roseta sén lo cor la seua falta y no se console de no vórels! ¡Oh vana, engreída y engañosa filosofía, que este humano instín has volgut negá y vas traballá bárbara y néssia per a destruí esta sensibilidat, este amor a la patria, la coexisténsia nessessária, pressisa, natural y justa de este amor y de la vida! ¡Ay del que no cride seu lo sel que lo va vore náixe y lo mire en indiferénsia! ¡Apartéulo del meu costat, pero lluñ, sí, ben lluñ, pos no lo vull com amic, ni sirá, si puc, lo meu compañ ni a la pas ni a la guerra! Abalotat y en un jubiléu que lo enarboláe y humits los ulls de tendresa va vore Pedro Saputo después de esta primera aussénsia de set a vuit mesos lo horizonte, la línea del seu poble, lo monte de edifissis que se eixecáe a la vista, y va vore crusá y remontás les turcássos que pareixíe que lo saludaben en lo seu can. No ña allí ni riu, ni vall, ni fons, no ñan grans y siñalats objectes particulás; pero va trobá lo mateix amat sel, la mateixa amada terra, campiña, los mateixos camíns, avingudes y ejidos que de chiquet recorríe; y ere, en fin, la seua vila, ere lo seu lloc, lo seu poble, la seua patria; y allí estáe la seua cuna y casa seua aon se va criá tan dólsamen; y allí sobre tot estáe sa mare y les demés persones del seu etern primé amor, que lo volíen en tendresa y lo habíen de voldre tota la seua vida. Pero va volé entrá de nit per a evitá que se amotinaren los veíns a vórel; y se va aná aturán y fen tems, saboreján a la seua imaginassió la sorpresa y alegría de la arribada. Y perque no ere segú trobá a sa mare a casa an aquella hora va aná a la de sa padrina y va ensertá, perque estáe allí; anánsen los dos después de acabá de abrassál y entendrís; y de sená tamé, pos no los van dixá anássen sense que senáren. Li van preguntá ansiosamén aón habíe estat y qué habíe fet tan tems, y ell contestáe que córre món, y vore món, y prometénlos cuentos llarcs. Lo van visitá per lo matí totes les persones del poble, y abáns y primé que ningú les séues dos amigues Rosa y Eulalia en molta franquesa y cordialidat; y tots se admiraben de vórel tan creixcut y tan home. A los pocs díes va ressibí una carta del prior del Carmen a la que li donáe la benvinguda y li díe que no habén volgut que datre pintó continuare la obra de la capella, li suplicabe vinguere a concluíla, ya que lo de fray Toribio lo del códul no va sé gran cosa; y que en tot cas ell faríe que ni este flare ni datre lo molestaren. Pedro Saputo li va contestá al prior que aniríe la próxima semana a vores en ell, después de dixá ben encaminat un remiendo que estáe fénse a casa seua, perque va volé arreglála una mica y renovála per dins. En efecte així que va tindre fet lo que mes pressa corríe, va aná cap a Huesca, y va entendre en mol gust de boca del prior lo escarmentat que va quedá fray Toribio, al que se li va maná baix pena de santa obediénsia que ni una vegada parlare en lo pintó ni entrare están ell a la capella. Va continuá, pos, la seua obra, lo que va permití la estassió hasta que va calá en forsa lo hivern. Los mesos mes crugos los va passá a Almudévar dedicat al estudi y a la música. Va vindre la primavera: la primavera, ¡ay! estassió tan apassible y dessichada, estassió tan plassentera y amable, y que per a natros ha desaparegut del añ. Lo món físic patix a la par que la moral y la política. ¡Quin tems que ham alcansat! ¡Qué diréu de natros, futures generassións! Va vindre, com día, la primavera; va doná orden al que habíe de fé a casa seua, vivín tan en sa mare com en sa padrina, va acabá la obra de la capella, passán totes les semanes a vore y dirigí la seua perque no se fiabe de los paletes, obrés. Y la una y l´atra se van acabá a un tems, emportánse les singsentes libres de la de Huesca y un bon regalo que li va fé lo prior, perque li habíe fet dissimuladamén lo retrato al patriarca san Elías. Les dos sales que va dixá pintades al poble van mereixe tantes alabanses de los forastés que les veíen, y algúns de ells en inteligénsia, que lo bon agüelet del móssen va volé que tamé li pintare algo a casa seua, y li va doná gust y u va fé de vades per lo amor tan tendre que li debíe. Y a un atre ric li va pintá la sala del estrado. Lo va previndre Eulalia que no faiguere cosa milló que a la seua sala, perque se enfadaríe; y ell li va contestá: encara que vullguera no podría, perque ñabíe a la teua un ángel que me inspirabe. No va acudí a la sita en los estudiáns; ells sí, y tan puntuals que per minuts portaen la hora. Burlats de la seua esperansa, van visitá a don Severo; y dissimulán Morfina, y portán recomanassió del pare per a portá al compañ del añ passat, van torse a la zurda y van passá la vía recta a Navarra per si lo trobaen. Ell se va enterá del pas de ells, pero se va aguantá y va riure; y perque va sentí no torná sisquera a un bon pasagonzalo de tuna, va carregá mes al amor de Eulalia uns díes per a consolás y ressistí aquella cridada tan forta y tossuda.


Llibre tersé 


Capítul I 


Pedro Saputo visite algúns pobles. 


Se trobe al torná en un gran empeño als del seu poble. ¡Venerable antigüedat, amor del cor, encanto de la imaginassió, dessich del tems presén, glória y honor de los pobles, de les nassións y de la humanidat, ajuntán sempre lo sel en la terra, als deus en los homes! ¡Salve! Tamé yo me alimento de la teua memória, me exalto de les teues maravilles, magnifico a los teus héroes y contemplo estátic y ansiós lo mágic resplandó de los teus núgols arrebolats. Mol tems fáe que Pedro Saputo dessichabe visitá los pobles histórics de lo nostre reino; y libre ara de tota preocupassió y abáns de que lo cridare alguna nova obra, va determiná satisfé la seua curiossidat. Va visitá, pos, los antics forts de los cristianos, que eren Marcuello, que al seu tems encara se conserváe, Loharre, LoarreMontearagón y Alquézar, que tan sélebres y nomenats són a les nostres históries. A Alquézar habíe estat en los estudiáns, pero no va examiná les séues antigüedats, y va volé torná mol aposta a vóreles, y mes les pintures de la iglesia. Va vore unes opossisións de segón violín de aquella capelleta de música; aon van concursá sis opositós. Per sert que al vore la parsialidat en la que se va jusgá la habilidat comparativa de los músics, va di: «Pamema de pamemes y tot mentires es aixó de les opossisións; una cortina que cubrix una farsa; lo cumplimén de una ley lo seu espíritu no entre a la consiénsia o se quede allí y no ix als efectes. Van competí aquí les mitres y les faldes, y van guañá les faldes.» Va sabé que ñabíe recomanassións de dos siñós obispos y de una siñora de títul, habénse emportat la plassa lo recomanat per ésta. Per lo demés, lo milló de ells li va pareixe sol mijanot. Y encara que en gust haguere agarrat lo violín y ficat en ridícul a tots, no va volé féu per a evitá la vanidat. De Alquézar, per está tan prop y habé volgut sempre, va puchá a la serra de Guara. Va pujá, y una vegada a la punta va mirá infinidat de pobles que se veuen, sobre tot an aquell pressiós lienzo estés desde la falda al que diuen lo Semontano. Y va di: ¿ñaurá un atre paraís a la terra? Sol falte que u entenguen y valoron los que hi viuen. Va mirá después cap al seu lloc, y va saludá a sa mare, a sa padrina, a san germaneta Rosa y a Eulalia; va bachá un atra vegada al poble, y va visitá lo alcázar de aon agarre lo nom aquella mol antiga y mol noble vila. De ahí va pujá al Sobrarbe, y va visitá la seua capital, la famosa vila de Aínsa, poble entonses de singséns veíns y ara de poc mes de sen, habén sigut cremat a la guiarra de sucessió, y enrunats fee poc los seus valéns forts; sén, sin embargo, una plassa que si tinguerem gobern siríe mes respetable y forta que la de Jaca y no menos importán y nessessária. Va pujá tamé a San Victorián; va visitá la antiga cova de los monjos, o sigue del san; va adorá lo cos de éste pensán en Alcoraz; va venerá lo sepulcre de don Gonzalo, y dudán del de Arista, va baissá y sen va aná a Jaca, desde aon va pujá a San Juan de la Peña



sen va aná a Jaca, desde aon va pujá a San Juan de la Peña.


 ¡Oh, en quin respecte y amor va venerá les sendres de los nostres reys allí enterrats, y de los héroes que al seu costat dórmen an aquell antic panteón y cova aon están les memóries y tota la glória de lo nostre reino! Va sentí lo del vol del caball o lo salt al aire just al canto de aquella altíssima peña; va vore, meneján lo cap, les columnes, altera Troja, de que mos parle lo bon pare Briz Martínez, y al sabé de les rentes del monasteri y veén qué poc les nessessitaen los monjos, se va di per an ell: eisses rentes han de pédrels, primé pedrán a Deu, después pedrán lo món. Tamé va pujá a la cova mes alta del monte Oruel; y después de respirá fondo va baixá per lo camí real cap a Almudévar, pero passán per Riglos, perque va volé vore los Mallos, aquelles peñes que pareixen martells en renglera, en lo mánec embutit a la montaña. Pareguts a les roques del Masmut y les roques de Benet als Ports de Horta de San Juan.



pero passán per Riglos, perque va volé vore los Mallos, aquelles peñes que pareixen martells en renglera, en lo mánec embutit a la montaña.


S’hi va atansá, y los va vore, y va pujá an ells, y en un gaviñet va escriure lo seu nom al fron del que mes erguit y solt té lo cap. Cuan arribáe prop del seu lloc va vore una gran gentada a la part de fora, se sentíe un gran estrapalussi, brogit, crits y veus com de mando. Y ¿qué ere? No u haguere volgut vore; sego haguere vullgut está. Habíe caigut un rayo a la torre de la iglesia y la habíe inclinat una mica cap a un costat desde lo radé cos; y lligada en redol una maroma passán per damún de los edifissis de les cases hasta lo campo, estaen tots agarrats an ella y estirán per a adressála. Així que lo van vore y van coneixe se van alegrá mol y lo van cridá, perque esperáen que en lo seu bon discurs se inventaríe alguna trassa per a animá lo intento, y li van di lo que passae, que prou veíe ell y sentíe. Pero va dissimulá y va maná portá mes cordes y lligáles a la maroma de la que estiráen; va repartí la forsa entre totes, y va di que lo llas de la torre no estáe ben ficat; y que abáns de fé lo gran estiró volíe ell compóndrel. Va escalá la torre com un gat, y en una navalla va retallá la maroma sense dixáli mes que una veta sana, per a que al menos puguere atribuí la desgrássia al poble. Va fé desde la teulada de la iglesia la siñal convenida, y a una veu que va doná lo encarregat de la direcsió de les forses, van estirá tots en tanta forsa y tan rápit que se va trencá la maroma y van caure tots de cul a enterra; estáe mol humida y blana y va quedá un forat mol gran, tardán tots no poc en alsás, ya que no podíen desapegás del fang. Va ploure per la tarde y tota la nit y se va umplí lo forat de aigua, y pel matí se van trobá en una bassa feta y dreta que encara al nostre tems, después de tans añs desde lo fet, se diu la bassa de la culada. 


Capítul II 


De cóm Pedro Saputo li va traure la mongería (lo monjío) del cap a una sagala.


¡Benaventurats los mansos de temperamén, perque de ells es lo pessebre an este món y al atre, lo sel de los que se moren sense chupá la sal del siñó móssen! Beneíts, bonachóns, passífics y alegres sense sabé lo que es bondat, dicha, y alegría; sense amor ni odio de res; la fullarasca, burufalla, pallús del trate sivil, que no sé cóm los fa falta datre alimén que ells mateixos. A los pocs díes va aná a visitál un ric del poble, que se díe Juan del Alt, y per mal nom y mote, Sisenando; éste li va di que veníe a demanáli consell de lo que faríe en sa filla Tereseta, una mossa de denou añs de edat, que habén anat a vore l’añ passat a una tía monja a les descalses de Huesca y passat sing o sis mesos al convén per a adependre algunes moneríes de la agulla, va aná a buscála y ne va tindre un fart per a portála a casa, perque va di que volíe sé monja. - Yo, va afegí lo bon home, la había pensat casá en un fill de Pero Pérez de Tardienta, mol compinche meu, y en qui desde fáe mols añs tenía mich consertat este casamén. - Está be, va di Pedro Saputo; pero vosté ¿qué es lo que vol?, ¿que li traga la vocassió del claustro o que la convensixca de que se caso en lo Pero Pérez? - Yo, va contestá lo del alt, voldría les dos coses, pero si no pot sé, me contentaré en una. Com la mes gran la ting ya casada, voldría fé an ésta hereua, ya que Deu sol me ha donat sagales, y portám lo gendre a casa. - Nessessito, pos, va di Pedro Saputo, que me permitixque visitála en alguna frecuénsia y parláli a soles y en alguna libertat. - ¿Aissó?, va contestá lo buit de alma: encara que vullgáu vindre dos o tres vegades al día, y estátos desde que se fa cla lo sel hasta que se apague la radera llum de casa per la nit. Ya u ting parlat en la meua dona, y així u enteném los dos. - Pos anéu en pas, siñó Juan, va di Pedro Saputo, que demá en pretexto de tornátos la visita, faré la primera a la vostra filla. Y miréu que la intensió no la sábigue ella ni dingú. - Pos entesos, va contestá Sisenando; y sen va aná mol contén. Ere la casa del siñó Juan alt o del alt de les que may frecuentáe Pedro Saputo, perque no li agradáe tratá en tontos, y u ere Sisenando mes que un drap, y no mol aguda la seua dona, a qui tamé habíen batejat en lo apodo de la Pintiparada. Teníen un arca de algún pes a les séues tripes, y se habíen tornat encara mes badocs de lo que van naixe, y la filla se va criá absoluta per la vanidat que li habíen infundit y la poca autoridat dels pares. Néssia com ells no u ere, y de la seua persona, ben feta, encara que no hermosa; pero teníe uns ulls que lay suplíen tot, negres, vius y pensadós; la veu mol dolsa, la seua conversa sucosa, y lo seu trate afissionat y amable, si no caíe en les impertinénsies de la seua mala educassió; rara vegada les fee aná, sol en persones de molta franquesa, com eren los paréns y algunes amigues. La va corregí mol de estos defectes Pedro Saputo; pero encara li va quedá un resabio del que no va sé possible curála del tot, ni es fássil curá de ell a ningú si no són persones de mol talento, de molta reflexió y capassos de una filosofía que se enseñe poc y se practique encara menos al món. Se reduíe lo resabio que li va quedá, a que perque no se diguere que fee algo per avís de atres, o que la opinió de atres ere mes fundada que la seua, volén sempre quedá per damún, no admitíe adverténsia ni consell, ni en les coses de menos importánsia, com són ficás una flo mes o menos a la guirnalda, una sinta al traje, una agulla de cap; o enmendá o revocá una disposissió no ben ensertada al gobern de la casa; fé primé o después, o fe o no fe una cosa fore la que fore; només fee falta que se li donare un consell per a fe lo contrari. U sentíe Pedro Saputo, y lay va di oportúnamen moltes vegades, dixánla al final y dissimulán esta miséria que admitix en moltes atres lo ánim flaco de la dona per una vana pressunsió de exelénsia a la que se sebe lo seu amor propi. Pero es lo cas que la patixen tamé algúns homes, y tots per les mateixes raóns; que són, mala criansa la primera, y después orgull, soberbia y quijotismo. Va arribá Pedro Saputo, y la mare li va abocá tota la canasta de oferiméns no quedánli res per di ni oferí. No així la sagala, lo va ressibí en agrado y res mes. Va torná en son demá y la mare los va dixá sols un rato. Ell va parlá de coses generals; y lo mateix va fé cuatre o sing díes, pero procurán en dissimul y eficássia arribá al seu cor, y anotán tot lo que ella sense pensá anáe manifestán. Un día, después de está segú de la disposissió de Tereseta per varies señals infalibles, va di, están la mare, que tratabe de fé un viache de algúns mesos. Apenes va sentí aixó la mare, va saltá: - ¿Cóm? ¿Ara que tos escomensáem a voldre tan ton aniréu? - ¿Cóm? Va contestá ell. ¿Ara escomensáeu a vóldrem, cuan yo pensaba que sempre me habíeu vullgut? Engañat hay viscut, per vida meua. - Les que tos volíen abáns, o sempre, com dieu, va di la sagala, teníen en vosté esta obligassió; natros no la teníem hasta ara. Va entendre Pedro Saputo la alusió, que per atra part ere bastán clara; pero ya la sagala habíe mostrat está vívamen ferida per la notíssia, per mes que va volé dissimulá. Y va di ell sonriénse: - Yo, apressiable Tereseta, correspong a qui su mereix, y en lo grado que su mereix. Y no van passá de aquí an esta primera explicassió que tot u dixáe al mateix estat, pero en la brecha siñalada y casi uberta. Va torná per la tarde, y la mare com acostumbrabe tamé los va dixá sols. - Regularmén, li va di a la Tereseta, vindré ya sol a despedím, perque estic cometén una imprudénsia de la que hasta avui no había caigut. Vosté hau de sé monja, y ni a vosté ni a mí están be tan frecuentes visites; a vosté perque igual dirán que tos agraden les converses mundanes, y a mí perque lo tems que passo an esta casa lo podría empleá milló a datres aon no pensen desapareixe dels meus ulls per a sempre. - Y vosté u sentíx mol, va di ella. Diguéu milló que tos pene de vindre a vorem, o que tos demanen sels, y no aleguéu lo monjío. - No me demanen sels, va contestá ell; pero sí me pene de vindre a vóretos, perque a la que no vol als homes, ¿per qué la voldríe algú? - Si me dixáren voldre a qui yo vull, va contestá ella, no pensaría en lo claustro. - Pero lo amor, Tereseta, es libre, y si vullguéreu an algún, estéu segura de que ningú tos u podríe impedí; y si aburriu an eixe home que tos proposen, ningú tampoc tos forsaríe a amál. Parléu, explicáutos, diguéume lo que ña al vostre cor, y yo intentaré librátos de tota molestia  (importunidat). En estes paraules ella se va conmoure, lo va mirá an ell en vergoña y en tendresa, se va ficá colorada, va suspirá, y va di: - Ya u veéu, no tos puc di mes; u hau pogut coneixe estos díes. - Sí, amable Teresa, va di ell, sí que u hay conegut... Viu tranquila y segura, que yo te asseguro que no te parlarán mes del fill de Pero Pérez ni del triste y desesperat claustro. - Pos yo, va di ella sense cap reserva, perque ya no ne cabíen, te hay volgut sempre, ¡y tú no veníes a vórem! No tenía, no, vocassió de monja; en tú y sol en tú pensaba sempre, y aixó y lo vore la tossudería de mon pare en eixe payo de Tardienta me desesperabe y vach di: pos monja, primé monja per despecho, monja per vengansa... Maldién la meua sort y a tú y a tots en ella. ¡Perque, ay, tan teua que era, y tú ni sabéu volíes! Tan poc valía hasta avui als teus ulls. ¡Ay lo que hay patit! - Valíes mol, Teresa, valíes mol, li va di ell; pero ya acabarás de conéixem, y entendrás per qué esquivaba lo teu trate o mes be lo vindre a casa teua. Pero ¿S´acabará desde avui tota la teua pena? - Ya s´ha acabat, va contestá; ya, sí, ya ha parat, ya soc felís. Hay pogut dit que ere teu lo meu cor, y tú u has admitit. Lo demés corre tot de la teua cuenta. (Y va corre, en efecte, hasta lo honor de ella mateixa.) En son demá va di ell a son pare, que ya Tereseta habíe desistit de lo seu propósit de ficás a monja, pero que conveníe no parláli al particulá per ara; y a sa tía escríureli que com cosa de tanta consecuénsia su habíe de pensá mol, y que se li avisaríe. En cuan al enllás que teníen proyectat, que no la importunaren, perque habíe ell vist que ni a un ni al atre los conveníe. Y així u van fé, quedánli mol agraít per lo servissi lo alma fofa de Sisenando. Perillós es lo examen de la vocassió y una mica ocassionada la proba; pero de teules aball este examen es lo mes legítim, y esta proba la de menos engañs. Per lo menos es cosa averiguada que la vocassió a la vida del claustro es mol rara, així com són mol rares les persones a qui diu mes lo estat recte y natural del matrimoni que lo violén y antinatural del selibat perpetuo. Tamé está observat que les joves que creuen y se creu que no saben voldre, es perque no han donat en lo home de lo seu cor; cuan dónon en ell, al pun amarán, al pun se les vorá sensibles y apassionades. Y si al brancal del convén se topen y les fan una seña, del brancal del convén se tornarán atrás, y lo seguirán, y buscarán lo seu descáns y felissidat als brassos de aquell home. Yo, testigo. 


 Capítul III 


De cóm Pedro Saputo va fé un atre viache mes llarg. 


 Dos añs y mich fee que habíe tornat de la seua primera ixida, y va viure en un ay perque continuamen li escribíen y cridaen per a obres de pintura, volén tots donálay an ell en gran enveja de los pintós que hasta entonses se feen la competénsia entre ells al país; y com reconeixíen la maestría de Pedro Saputo, callaben y se feen fotre. Tamé aixó sentíe ell, y per a que no patigueren nessessidat, se excusabe de la mayoría de les obres, y alguna vegada de totes per no oferís cap de mes gran empresa. Al mateix tems se li fee estret aquell sel a la seua alma tan gran; y consebín ya atres coses diferentes a les de la primera eixida, va determiná anássen a córre la España, sense limitás per tan a sol España si li veníe be. Una vegada resolt lo viache, va comprá una mula de bona presénsia y poc preu, una bona espasa (que sabíe fe aná), y lo día fixat per a la ixida, va montá y va tirá cap a Cataluña. Y sa mare, y la padrina y sa filla, Eulalia y Tereseta, que ploraren lo que vullgueren, perque per nelles no habíe ell de viure y morí an aquell racó del món. No va entrá a lo seu plan aná a vore a les séues amigues, perque la edat les debíe aná demanán a tota pressa les raderes paraules que totes volen sentí de los homes, y ell no se trobabe an eixe cas. Pero passáe no mol lluñ de la aldea de les novíssies, y no va pugué evitá torse allí lo camí, sénne dos no podíen ficál en apuros, com faiguere Morfina, encara que be sentíe no vórela. Va arribá, y al entrá ixíe son pare de Juanita, que lo va coneixe; se van saludá y van aná juns a casa seua, y juns van passá después a la de Paulina, encara abáns de diná, perque eren sobre les deu del matí. Com lo creíen navarro y estudián se van extrañá que viachare de aquell modo: ell, que may se quedáe parat, los va di: - Hogaño, curs perdut. Unes vegades valen mes lletres que hacienda; atres, hacienda que lletres. Lo tems es lo que goberne; y les lletres sempre se troben; pero la hacienda pot pédres. Y yo me trobo ara an este segón cas. Les sagales sempre eren les mateixes, y així que lo van vore, sen va aná lo juissi de casa. Después van voldre sabé lo misteri de la seua persona, y li van di que les dos estaen demanades en matrimoni, y encara que los partits eren mol ventajosos, espessialmen lo que lograbe Juanita, li demanaen consell, ya que encara no estaen del tot obligades. Ell va contestá que cuan estigueren casades les diríe quí ere, ara ni u podíe di ni les conveníe sabéu. Si puguera casám en les dos (les va di), vatres siríeu les meues dones; pero la ley no u permitix, y cap voldríe vore a l´atra casada en mí. Per tan debéu casatos. Y passat lo día mol alegremén en elles, va continuá lo seu viache lo siguién. Al poc mes de dos legües va entropessá la mula y va caure en ell a un forat. Se va assustá de aixó y va di: - Pos si ara me haguera trencat un bras o una cama, ¿quí me traíe de aquí y me portabe aon me curaren? Es di, que debíe portá un criat; es di, que teníe que viachá en alguna autoridat; es di, que ya no soc Pedro Saputo lo libre, lo listo, lo sense temó, lo sense respecte a cap vanidat. Mula, mula, una me n´has fet y no men farás dos; poc valíes, y ara vals menos; ¡pren!, y tirán de la espasa la hi va embutí per lo pit hasta lo puñ y la va dixá espiritán, y en dos potades que va pegá se va quedá morta per a sempre y carn per als corvs y llops de la comarca. Va traure de la maleteta uns tapissos, y una llibreta en blang, dos camises y un gabancillo (los dinés per supost, encara que no ne va pendre cap gran cantidat de casa), va formá un paquetet en tot, va atravessá per nell la espasa, se u va ficá al muscle, y fen la siñal de la creu, va di: san Perico: ¡adiós, mare!; ¡adiós, amors meus!; ¡adiós, Aragó!; ¡hasta que torna! Va arribá a Lérida y va pensá en Julio César. Se va interná al Prinsipat, y va visitá lo famós monasteri de Montserrat, aon los flares li van contá la história del sélebre Juan Garín en la filla del conde Jofré lo Velloso (Gofredo o Uvifredo), y la va sentí en molta formalidat per respecte als preséns. Después se va admirá de la peniténsia de que parlaen y del regalo en que vivíen. Va mirá les pintures que ñabíe y va passá cap abán, no parán hasta Gerona. Allí va voldre vore les mosques de san Narciso; pero li van di que com la sang que chupaben de los fransesos ere sang venenosa y descombregada per la invicta espasa del gran Rey don Pedro III de Aragó, se van morí totes después de habéli ajudat a acabá en la canalla, a la que no li va valé portá lo estandarte sagrat que diuen lo Oriflama: ni les bendissións y aigua bendita en la que los va arruixá lo papa cuan en mala hora van publicá la crusada contra lo Rey de Aragó, del que encara tenen memoria. De allí per la costa va aná cap a la gran Barcelona, y habén sabut que al port ñabíe un buque a pun de eixecá áncora y fé vela cap a Italia, va aná allá lo día y hora a la que debíe eixí; lo va vore, va envejá al mes infelís que an ell anáe, y lo va seguí en los ulls y lo cor hasta que lo va pedre de vista. Se va quedá sol mirán cap al mar, y desconsolat y casi plorán, va traure lo retrato de sa mare que sempre portáe damún, se va ficá de ginolls, girada la cara cap a Aragó, y va di: - ¡Oh mare! Al teu amor y soledat oferixco este sacrifissi. Per tú no men vach a Italia; per tú no visito la siudat de los Césars; per tú no voré la capital y siñora del món. Seguín sempre la costa va arribá a Tarragona, y comparánla, lo que ere en lo que habíe sigut, y recordán la dominassió y poderío inmenso de los romanos, casi en ves de plorá li van doná ganes de riure considerán la vanidat y mindundi de les gran fetes humanes y de los imperis de la terra. Va continuá y de allí va passá lo Ebro cap a Tortosa, va entrá al Reino de Valénsia, va saludá a Peñíscola y va vore lo castell del papa Benedicto de Luna; va arribá a Valénsia y va buscá la porta al seu muro, va vore al Rey Don Jaime fen tremolá lo seu gloriós estandarte en siñal de victoria desde lo Real hasta aon estae. Va aná después al mateix Real, que eren palacios y jardíns (ara sol jardíns, sorsits y enrunats aquélls a la guerra de la independénsia). Va visitá después lo Real primé del mateix Rey a Ruzafa, lo seu puesto ocupabe un convén de monges. Y acordánse de les seues de un atre tems, va di: - Siguéu santes les que aquí tos trobeu; pero procuréu que no penetro a dins de les reixes algún Pedro Saputo, perque li auxiliará la naturalesa que es tan poderosa, y... Perdonéu, filles del error o del espíritu de Deu, que de tot ñaurá entre vatres. Les que fóreu víctimes de la violénsia, del engañ o de un despecho, aquí teniu un cor que tos acompañe en lo sentimén. Hau perdut lo món, y no sabeu si guañaréu lo sel; pero potsé no sirá vostra tota la culpa ni tos se demanará tota la cuenta. Dites estes paraules en gran sentimén, va girá la esquena an aquell triste y melancólic edifissi, y va entrá a la siudat; a la que se va aturá prop de un añ dedicat a la pintura, perque li van agradá los pintós valensiáns. 


Capítul IV 


De cóm Pedro Saputo se va fé dotó. Seguix lo seu viache. 


Deu mos libro de los tontos: amén. Perque tratá en ells es lo mateix que entrá de nit y sense llum a una casa revolta aon no se ha estat may. Pero tamé teníles en homes tan espabilats es traball y demane sing dotsenes de sentits. Y si són antojadizos o garchos de intensió, no són ya homes sino demonis. A be que lo nostre no coneixíe lo mal per a guardás. Ara se li va antojá fes meche; sí, siñós, dotó sense mes ni mes, meche, siñó, com qui no diu res. Totes les professións haguere ell volgut coneixe ejersínles per la seua cuenta; pero com es tan curta la vida del home, li va pareixe impossible. Fora de que algunes teníen per an ell poc atractiu. Ne teníe mol gran entre datres la de soldat; pero va habé de renunsiá an este gust per la obligassió y cariño de sa mare. De móssen de almes no podíe ordenás y ejersí lo ofissi una temporada; perque lo sacerdocio es un llas mes fort encara que lo del matrimoni, y lo que una vegada se arribe a ordená, ordenat se quede in eternum. Flare, ya podíe di que u habíe sigut habén sigut monja, y habén estat mich añ al Carmen de Huesca aon va coneixe mol be lo flarisme. De la professió de lletrat se contentabe en la siénsia. Lo que va di don Severo, de anássen en los gitanos, va sé una veu que ell mateix va soltá y va fé corre per a omplí lo vuit del seu eclipse al convén. Encara que be u dessearíe; perque, ¿quina vida com la del gitano? Pero lo (arredrabe) tiráe per atrás lo habé de sé lladre per forsa y engañadó, de pérdre tota la vergoña y acomodás a tota la brutíssia y gorrinada. Envidio la vida de eissos filósofos judaicocínicos, díe; pero no ting estómec per an aixó. La seua curiossidat habíe de escomensá o mes be seguí de algún modo y probá alguna nova professió, va volé inissiás a la de meche. Passán de Valénsia a Murcia va sentí parlá de un meche famós que ñabíe a una vila prinsipal, uns diuen que ere Alberique, atres que Elche, atres Cullera; y va di: bona ocasió; allá vach, y assento plassa de practicán. Dit y fet. Va y se presente al Esculapio de aquella terra, al que li díen lo siñó meche y li va di que habíe estudiat a la Sertoriana de Huesca y que anáe de siudat en siudat, de reino en reino buscán un mestre que u fore digne de ell; no per lo talento que Deu li habíe donat, que no ere mes del nessessari, sino per la aplicassió en que pensabe está penjat de les séues paraules y portá después la recomanassió de la seua escola; que la seua bona estrella li habíe fet sabé de la seua molta sabiduría; y li rogáe que lo admitiguere entre los seus discípuls. Me dic, va afechí, Juan de Jaca, soc aragonés, fill de bons pares y natural del poble de Tretas, a la montaña. Li va agradá al dotó lo empaque y desparpajo de Pedro Saputo, y per vía de examen li va preguntá en latín qué es calentura, qué es pols, y qué es meche. Ell, que per passatems habíe lligit algúns llibres de medissina y teníe tan bona memoria, li va contestá tamé en latín, parlán micha llarguíssima llengua, a la que va regirá, ajuntá, concordá, y casá a Hipócrates y Galeno en Raimundo Lulio y lo Mestre de les senténsies; a Aristófanes, Varrón y Paracelso, en Plinio, Averroes, Nebrija y Pico de la Mirándula; afegín de ell reflexións tan própies y adecuades, que ni Piquer después va parlá milló de calentures, ni Solano de Luque del pols, cuan van vindre al món a enseñá als meches lo que encara no sabíen. Tamé va pujá a la lluna y de allí mes a dal, y va nombrá mes planetes y constelassións que va coneixe don Diego de Torres, y va parlá maravilles de la astrología médica y de la influénsia de los astres (de los sastres no) al cos humano; va fingí una fe que no teníe. La definissió del dotó la va reduí a dos paraules, dién que es Lucifer de la salud (Lucifer vol di lucero). Pero después la va extendre y la va ampliá donán mes de vin definissións del meche a modo de letanía. Se omplíe de goch lo mestre al vore que un home tan consumat veníe a sé discípul, y se va creure lo mateix Esculapio en gayata y gorra a la moderna. Ben serio li va di: Recte, fili; in discipulum te coopto; et spero fore ut intra paucos menses par sis magistro, et mihi in schola succedere possis. Que vol di: «Mol be, fill; te admitixgo com a discípul, y espero que en pocs mesos me igualos com a maestre y pugues relevám a la escola.» Va escomensá, pos, la práctica, les práctiques, y lo mestre cada día mes enamorat de ell, distinguínlo mol entre los discípuls, que ne eren de dotse a quinse. Los van ressibí mal un día a una casa, y encara van ofendre de paraula al mestre; y mostránse mol sentit Pedro Saputo, li va di: - Gustosa la siénsia, fill, pero odiosa la professió. Porte mols disgustos, desazones, sinsabores, corcovos, hipos (singlots) y tamé indigestións; pero tamé alguna bendissió y favor y sobre tot es mol socorrida. Per lo demés ya sabrás los secretos del arte. Pero no te arredros, no te faigues cap atrás. Ya saps que al home se li va di: in sudore vultus tui (a la suó de la teua fron); pos per al dotó se mude a P la S, afán y traball; roíns díes y pijós nits es la condissió del home en general; dos díes de tristesa, y un repartit entre la alegría y les distracsións del doló; y aixó cuan li va be; pero lo meche... En fin, ya sabrás, repetixgo, los secretos de la professió, lo segón arte del dotó. Perque a tú sol, fill, a tú sol vull revelátu. Faríe uns tres mesos que practicabe cuan lo seu mestre va ressibí una carta del consell de Villajoyosa, a la que li demanaen un meche de la seua escola; y si no lo teníe cumplit o de la seua satisfacsió a má, los enviare un de los seus discípuls mes adelantats. Li va pareixe cridá a tots, los va lligí la carta, y los va proposá que ya que cap de ells habíe cumplit la práctica, designaren al que en mes confiansa podríe enviá, ya que entre ells teníen que conéixes. Tots al sentí aixó se van girá a mirá a Pedro Saputo y va di lo mestre: - Enteng, siñós, enteng; tamé yo me inclinaba per Juan de Jaca; pero en lo vostre testimoni se assegure mes lo meu. Hi anirá Juan de Jaca, y repelará y furgará los morbos que afligixen a la poblassió, y tallará la tabe que la infecte. (Perque an aquella siudat se estaen patín unes calentures podrides de pus que díen que se apegaben una mica a la roba, y hasta a la carn.) Sápigue Juan de Jaca, lo meu mol dilecto discípul, que Villajoyosa es teatro de proba per a un dotó. Mols marinés, com a port de mar; caló a la sang, afrodisis als aliméns, pubertat y amors primerengs, passións tiráns y vellesa antissipada. Sangría, vomitoris y purgues als joves; vomitius, purgues y sangría a les persones de micha edat; purgues, sangría y vomitines als agüelos; después sudorífics a tots, tintures analéptiques y dieta amorescente. Pero sobre tot tingues presén que la sang es lo mes gran enemic del home; después entre lo amor. Per aissó an ixa vila ña lo que ña, com porto dit. Y bons que los tingues, y als que te consulton, dieta y separatio toriabsoluta desde san Miguel de Mach a san Miquial de Setembre. Aixó ya se veu que no u farán, se extenuarán, caurán, morirán; pero lo meche ya sen va eixí per la seua porta. Que se mórigue en hora bona lo que vullgue morís. ¿Va pagá les visites?, pos requiescat in pace. Dirán, parlarán: requiescat in pace. Lo dotó lo ha matat; requiescat in pace. Fora de que, fill meu, tots segóns lo poeta, sedem properamus ad unam (caminém a una cap al atre món). Y fet com cal lo nostre ofissi, que lo dolén o dolenta se mórigue del mal o de la medissina, lo tímpano de los coribantes (que es tocá la zambomba y fé soroll). Si te se oferix algún cas fort, audaces fortuna juvat (a los valéns, osats, ajude la fortuna): sang y mes sang, que, com vach di, es lo nostre mes gran enemic; y después, passo lo que vullgue passá, lo tímpano sussodit, y si lo dolén se mor, requiescat in pace. Acabada esta famosa llissó, lo va abrassá téndramen, y va escriure y li va entregá la carta de autoridat y persona. Ell, compránse una mula, va tirá cap a Villajoyosa montán an ella, en lo que se va acreditá mol, pos ya abáns de ejersí la professió cabalgabe en mula, que an aquell tems ere distintiu y siñal de exelénsia entre los dotós. Y es sert, desde que van baixá de la mula la professió va per enterra y no se veuen mes que mechets. Portáe tamé una gran gorra negra, un gabán pajizo en forro morat, y una gayata llarga en empuñadura de plata a la que figurabe una serp enrollada a la fusta com símbol de la medissina. Perque Esculapio, que ere lo Deu de los meches y de los boticaris entre los gentils, va vindre de Grecia a Roma transformat en serpota a petissió y honor del senat que va enviá a buscá los tres embaixadós en un hermós buque de la república. Va arribá, va presentá les séues cartes de recomanassió; y com an elles lo seu mestre lo va ficá per damún dels cuernos de la lluna y lo va anivellá en les estrelles, no van repará en la seua curta edat. Ni van repará tampoc en les calentures ni la tabe o lo que fore, pos encara que ressetabe a paupóns, allí aon apuntae, la ensertáe, la pássia declinabe, en quinse díes se va quedá sense doléns, passiéns y cliéns, curats tots felísmen en los purgáns, les sangríes y los suoráns o fesuás; exepte sis monges, dos capelláns, vuit marinés, tres buhoneros y algún atre, que entre tots no arribaen a sen; en atres tans flares y un Argos que lo enfadabe selán a una nebodeta que per la seua molta bellesa díe ell que se habíe escapat del Olimpo y baixat a la terra. Va morí la tía esta perque va arribá la seua hora, y se supose; pero es sert que Pedro Saputo (casi tremolo al díu) va tindre gran tentassió de ajudála. ¡Ay!, la ocasió pot mol. Deu faigue san al meu meche. Com discurríe y sabíe fé aplicassións per analogía y consecuénsia, encara va formá una espéssie de sistema, reformán la doctrina del seu mestre y de los práctics que entonses se seguíen, va curá entre atres a un epiléptic (mal del cor), a un en gota y a un maniátic; al primé en un parche de cerato fort y revulsiu a la boca del estómec; al segón en fregues seques los matíns abáns de alsás, per lo espinás y totes les juntes o articulassións; y al tersé en sangríes (Deu mos libro), purgues y música, fénli adependre la música y la poesía. Les sagales se ficáen dolentes sol per lo gust de que ell les visitare. Y hasta ne va ñabé dos que van fé vore que les habíe picat una tarántula; ell va reconeixe lo mal, elles lay van confessá, y va obrá lo milagre de la seua curassió en gran crédit y no menos profit, habén sigut mol ben pagat per los pares. Anáe, pos, assombrósamen fen la seua práctica; lo seu mestre li escribíe contínues enhorabones; tots lo miraen com al orácul de Delfos, y los marinés de Villajoyosa portaen la seua fama a les cuatre parts del món. Pero ell en ell mateix; ¡qué cachondeo cuan tornáe de visitá y se embutíe al seu cuarto! Allí se vee lo eixecá los muscles y soltá la carcañada, lo pegá puñades a la taula, lo fé pasmos y no acabá de admirás y enríuressen de lo que veíe y tocae, que ere la tontería de la gen y les pessetes que guañabe, en los mol rics regalos que li feen, si haguere estát allí un añ s´haguere pugut comprá un coche. Villajoyosa es un poble entonat y los seus naturals generosos y agraíts. Ademés ixíe als pobles de la roglada y se emportáe mol bon or y riques propines. Pero se li va acabá la nova consiénsia, y als cuatre mesos de ejersissi li va pegá per una ocasió que igual haurán tingut mols atres y no lo haurán imitát. Lo van cridá per a un arriero de Carcagente que al passá en la seua recua un barranquet que ña prop de Villajoyosa, creixcut per l´aiguat de la tarde anterió, va doná un pas en fals lo seu burret y va caure en la cárrega. Eren les deu del matí al mes de juliol; fee molta caló, y lo arriero amerat de un mar de suó va tindre que aviás al aigua, y va traure de ella y en lo burro una enfermedat que lo va acompañá mol tems. Lo va visitá lo nostre Galeno, y se va di per an ell: ésta es la ocasió de probá lo remei de Quinto Curcio. Lo mateix li va passá a Alejandro, y lo seu meche li va propiná un mejunje en lo que lo va fé dormí tres díes, y después va rompre a suá com un carboné y aixó lo va saná, en vuit díes estáe sano. Grássies, pos, al remei. Y en efecte se va ficá máns a la obra. Pero com lo amic Quinto Curcio no diu de qué se componíe, se va ficá Pedro Saputo a adiviná, y li va pareixe que teníe que mesclá los narcótics y los fesmesuás; y així u va fé. Pero va carregá massa la má de los primés; y sí que va dormí lo dolén dos díes, pero después a la vegada de rómpre a suá fort, cosa favorable y esperada, tamé li van vindre les basques de la mort, o mes be quedás geladet al llit, pos ni basques va tindre lo pobret. Y encara díe la gen: ¡Quin meche! Tres díes li ha allargat la vida; un atre l´haguere dixat morís. Poc satisfet Pedro Saputo de sí mateix, y demanán la venia al consell va aná a vore al seu mestre. Li va contá lo cas, y lo mestre li va contestá: no desaprobo lo fet, pero un atra vegada, y com díe Juan de Jaca, esperimentum fac in anima vili (fes la proba a persona que poc valgue). - Pos ¿quina ánima mes vil podía habé trobat?, va di Pedro Saputo. - Mol engañat estás, fill, li va contestá lo mestre; encara que la culpa es meua que no te vach previndre. Ánima vil es un flare, un benefissiat, una monja; y en cas de nessessidat, una donsella vella; una casada estéril, una viuda sense fills, pero no un pobre arriero, y mes pare de familia. An aquelles, particularmén a monges y flares, se fan eixes probes, que no li poden dóldre a ningú y fan mes falta al atre món que an éste. Torna al teu partit, a la teua vila, y de aquí a un mes o dos, perque ara estic afaenát, mira de dixát vore mes, per a revelát los secretos de la professió y la compossisió de la persona del meche. Va besá Pedro Saputo les máns al seu mestre y se va despedí de los seus condiscípuls. Pero espantat de la seua temeridat y corcat per la consiénsia, no va volé torná a Villajoyosa, aixina que va pará a Murcia, aon va vendre la mula y va torná al seu ofissi de pintó aventurero. Van sentí mol la seua desaparissió a Villajoyosa, y mes les donselletes, creénse totes huérfanes y abandonades de la providénsia. ¡Cuántes lo van plorá! ¡Cuántes lo ensomiaben de día y lo suspiráben de nit! ¡Cóm se torsíen les máns invocán lo seu nom desesperades! ¡Quina amargura! Díen: ¡Juan de Jaca de la meua alma! Y es de advertí que desde entonses saben les sagales de Villajoyosa pronunsiá la jota com natros, habénse esforsat an esta gutural per a cridál be y no oféndrel convertín lo seu apellit en una paraula fea y malsonán. Va passá después a Múrsia y de allí a Granada. La seua curiosidat se va sebá sense terme a les memóries de la gran siudat de los árabes, de la gran siudat de los Reys Católics, de la siudat de los Vegas, Mendozas y Gonzalos: de la Troya de la Europa moderna. Va visitá después la de Santafé y de allí va aná a Sevilla, aon se va aturá un añ per la mateixa raó que a Valénsia. Va pujá a Córdoba y va saludá a la mare de les siénsies, después de nous siglos, cuan les demés nassións de Europa eren encara semirrassionals y se alimentaben (o poc menos) de les bellotes de la primitiva ignoránsia. De allí va passá a Castilla, sen la primera siudat que va visitá la imperial Toledo, y va vore que ben just podíe aguantá la grandesa del seu nom. De Toledo va aná a Salamanca, la Atenas de España, y se va admirá del sarabastall a les escoles, del número de elles y de estudiáns, y entrán a examiná la doctrina va vore que no corresponíe a la opinió ni al afán y concurs de los estudis. Va passá a Valladolid; va vore la seua catedral; y cansat de curiossidats se va adressá cap a la Corte que entonses estáe a Madrid, un poblacho a un atre tems, y ara una de les mes hermoses poblassións de Europa, encara que sense memóries antigues, sense glóries de los siglos passats. No se va volé cansá mol en examinála perque sabíe lo que ere; y per un atra part la auló que ixíe de los palaus y ofissines li va entabuchá lo cap y lo va obligá a eixí de allí lo mes pronte milló sense vore mes que algunes coses que sempre ha tingut com a bones; y va empéndre lo camí de Burgos. Esta antiga corte de Castilla, esta primera capital de la antiga Castilla, va di al arribá, no put y corróm com l´atra. Éisse es lo palau, en gust lo voría tot; éissa la catedral, hermosa, magnífica, digna de la seua famosa antigüedat. Pero estáe desabrit, se añorae, lo seu cor se dolíe de una aussénsia tan llarga, y pensán en sa mare, va estretí lo sírcul del seu viache y va adressá al dret voltán cap a Aragó per Saragossa. Les ales del pensamén li van ficá lo dessich als peus desde lo momén en que va determiná entornás cap a la seua terra. Encara no acababe de eixí de Burgos, per díu així, y ya estáe a Calatayud y va arribá a La Almunia. Va aná al messón, y apenes fee micha hora que habíe arribat lo van vindre a buscá un home y una dona preguntán si ere meche. - Sí, los va di, enteng algo de medissina, ¿qué se oferix? - Mireu, van di; lo meche del poble va aná a Ricla a una consulta, y jugán a una casa va reñí en lo albéitar per una jugada, y lo albéitar an ell li va arrencá lo nas de una mossegada; y ell al albéitar li va fé saltá un ull, y allá que van los dos en lo seu mal y los cirujanos. Un tío nostre, ya mol agüelet, va caure anit per la escala; no se va fé cap mal; sol se va quedá adormit o estamordit; lo vam gitá, y an esta hora encara no se ha despertat; y diuen que així dormín y respirán sen pot aná a l´atra banda y quedámos a copes de la herénsia si no fa testamén o desfá lo que té fet. Va entendre Pedro Saputo lo que ere; va aná cap allá y va vore a un home de uns setanta añs de edat llarc al llit, en lo coló natural, una mica ensés, y com en una son mol descansada; ya li habíen aplicat candelilles, ferro ruén, lo habíen pessigát mil vegades, y res, dorm que dormirás. Va di: - Este home se va tindre que sangrá después de la caiguda; pero se li aplicará un atre remei. Que me pórton una mica de pólvora, damún de un parell de onzas. Lay van portá, y ficada a una escudilla en una mica de aigua, va escomensá a remóurela y pastála, y después va fé en ella dos flarets (petardos) y manán eixí a tots de la alcoba, exepte a dos homes que eren los que mes dessich mostraben de la salut del dolén, lo va ficá pancha per aball y de un costat; y cuan lo va tindre així, li va aplicá un flaret al cul y li va pegá foc. Se ensén la pólvora, chispeje, se agarre, se consumix, y lo dolén adormit y mes adormit. Li va embutí l’atre, y va fé mes estrago, pos va escomensá a chumáli sang en tanta abundánsia, que se formabe un charco al llit. Y al poc rato va escomensá a menejá los peus, después a queixás y fotre algún bram, y va torná del tot a la vida. Pedro Saputo va dixá eixí molta sang, y cuan li va pareixe prou, va maná que lo rentaren en oli y aiguardén batut y li aplicaren después compreses empapades y un atre día los va di lo que habíen de fé per a curá la llaga. Li van doná un doblón, sen va aná pel matí y va quedá al país lo prodigiós remei per a sempre. Ña qui diu que no va sé aixó a La Almunia, sino al Frasno, y atres que a Épila. Poc importe; yo de La Almunia de Doña Godina u vach trobá escrit. 


 Capítul V 


Arribe a Saragossa. Después al seu poble. 


No va torná a vore al dolén, ni als seus paréns los fotíe ya res, habén conseguit lo que dessichaben; per nells lo tío agüelet podíe morís cuan vullguere y contra mes pronte milló. Va vore les torres de Saragossa; se va arrimá mes, les va vore en mes claridat, alegránse de un modo que may habíe experimentat; y va di: persona, siudat ilustre, mare meua, com de tots los que náixen deball de este gran sel de Aragó. Yo hay visitat atres capitals, casi totes les de España, y les mes famoses; y no te había visitat a tú, que teníes que sé la primera y que per a natros vals per totes. Ixa majestat tan ben assentada; ixa grandesa que se eixeque a la imaginassió y a la memoria; lo teu nom que es tot amor, sublime, glória, heroísme: ¡Oh siudat! ¡Oh Saragossa! Ressibixme al teu seno, donaré al olvit cuantes grandeses me han assombrat, cuanta noblesa y dignidat se han oferit als meus ulls admirats. Y dién aixó va aná adelantán, va arribá als muros y va entrá per la porta de Santa Engracia. Va penetrá al Coso, después de vista esta hermosa carrera, se va embutí per la de San Gil y va atravesá la siudat hasta lo pon, desde aon va vore lo Ebro, va mirá cap al seu poble y li va saltá lo cor pensán en sa mare. Va entrá a la siudat, y veén a la zurda una iglesia y la porta uberta va entrá y se va trobá en lo suntuós, magnífic y soberano templo de la Seo. Tornaré, va di, que aixó demane mes tems. Y preguntán per lo Pilá y sentín que estáe prop, mol prop, va visitá a Nostra Siñora y sen va aná a una fonda. Deu díes se va aturá a Saragossa, y se haguere aturat deu mesos si lo cariño de sa mare no lo faiguere añorás. Va vore lo que va pugué y no lo que va volé ni com va volé, y en propósit de portá a sa mare un atra vegada va eixí cap al seu poble en lo mateix equipaje que va traure de casa seua, pero en un sinto de monedes de bon coló que habíe guañat pintán y fen de meche, y que al seu cor y al pensamén portabe en ofrenda a sa mare. Caminae, pos, mol contén com soldat aventurero que torne de la guerra millorat, ric y gloriós, cuan al arribá al pla de Violada veu allá lluñ una multitut o compañía de gen que formiguejaen y se movíen com si traballaren. Se va aná arrimán, va arribá a tiro de la veu y de la vista, y va coneixe als seus paissanos los veíns de Almudévar que estaen caván a dos o tres puns. - ¿Qué es aixó, siñós y paissanos meus?, los va preguntá. Lo van coneixe ells, y se van alegrá y lo van ressibí en gran alifara, dién en lo mes gran afecte: - ¡Ah, que fa mes de dos añs que ten vas aná y res sabíem de tú, y la teua bona mare plorae! Pero la trobarás bona, y tamé a ta padrina; y a tan germaneta, y a tots los teus amics y amigues. Sigues mol ben vingut. Per ahí va lo teu padrí. Y entonses lo seu padrí lo abrasse per detrás y en ell Sisenando, o sigue lo siñó Juan del Alt. ¡Quina alegría! ¡Quin goch y jubileu! ¡Qué podíen preguntáli! Tots volíen vórel de prop y parláli sisquera una vegada o una sola paraula. En aixó arribe un regidó y li diu: - En hora bona, Pedro Saputo, y tots tamé mos la agarrém. Arribéu tan a sazón pintada, al pun, que en lo vostre singulá discurs podreu servímos mol an esta empresa que Deu sap si donará glória o confusió al consell y a tot lo poble. ¿Veeu eixes grans fósses (fuesas) que estam obrín? Pos no són mes que forats y cates que fem per a buscá uns riquíssims tessoros que ñan acá o acullá enterrats desde tems de los moros. Se va ficá Pedro Saputo només sentí aixó a pensá una mica; y va di al regidó y als que lo escoltaben: - Que an este pla y cap an este costat, milla mes o menos, va ñabé antigamén un poblat, casi no se pot dudá; pero que per habé ñabut un poble s´haiguen de trobá tessoros rics o pobres, yo per la meua part no u crec. Possible es que ne quedaren algúns enterrats, perque los homes solen amagá los dinés deball de terra, encara que no los falton arques com a Torredarques per a tíndrels a bon recado, y portes a les seues cases y armes per a deféndrels; pero la possibilidat no es un fet. Y primé de tot estáe lo determiná lo puesto que va ocupá, lo poblado que se creu que va ñabé an este pla. ¿Y tos se han donat les probes y determinat este puesto? Diéume: ¿Quí tos ha fet vindre aquí y tos ha convensut de obrí estos clots? Cuan van sentí esta pregunta se van girá a mirá com buscán al fulano, y lo cridaen y no apareixíe. ¿Aón está?, ¿aón está?, díen. Pero lo home ya habíe colat; perque així que va vore y va sentí nombrá a Pedro Saputo se va doná per perdut, y se va escurrí y va arreá cametes ajudéume. Van estendre la vista a tots los costats y van vore córre a un home cap a la serra y maléa en tanta pressa de arribá y aviás an aquells brosquills, que en un instán se va embutí per nelles, se va pédre de vista y ya no l´hagueren alcansat. - ¿Y ara?, va di Pedro Saputo. ¿Encara tos creuréu que aquí ñan tessoros? - ¡Ay!, van contestá; ¡si lo arribám a tindre a les máns! ¡Lo majadero! Mos ha engañat, y mos sen va en sincuanta escuts de plata que li vam doná lo domenche a cuenta de singséns que vam consertá de donáli si topábem en los baúls. - Ya los vach di yo, va di Sisenando, que no foren tan creguts. - Podéu consolátos, va di Pedro Saputo, perque al cap sincuanta escuts són un maravedí per a tot lo poble. ¿Cóm sou tan blans de opinió? ¿Cóm sentíu al primé embaucadó (embaidor y follón) de zahorí que tos embauque? - Pos eixe u ere, van di. ¡Oh, si vosté, Pedro Saputo, lo haguéreu vist aquí mirá lo enterra y fé gestos y visións y com contáe les olles si no les pesses una per una y les alhajes de or y plata que ñan segóns ell a grans arcóns y tinalles enterrades! Y ¡quins rius y maravilles veíe al sentro de la terra! - Al sentro de la vostra sagalería y tontería, hauríeu de di, va contestá Pedro Saputo. No me contéu, per Deu, mes badocades perque me afrento de sentíles. Sou del meu poble, tos vull mol, y me fa vergoña lo que de vatros se diu, que sou mol chiquets y com a veletes. Perdonéu, pero així sou, y no mudaríeu o cambiaríeu encara que tos donaren mil y mes dessengañs. Ésta no tos ha costat mol cara; rogo a Deu que no ne vingue datra. Y anem, siñós, si tos pareix, caminán cap al poble, que la tarde corre depressa. Dit aixó se va ficá a caminá y tots lo van seguí. No van desfé lo fet: y així duren encara avui en día y se veuen a una vora del camí real los grans forats que van obrí a modo de sepultures, en lo nom de fuesas de Pedro Saputo. Pero mal cridades pel seu nom, perque no va sé ell qui les va maná obrí, sino que al contrari va sé ell qui va fé abandoná la obra que tan creguda y abaubádamen habíen escomensat los del seu poble. 


 Capítul VI 


De cóm Pedro Saputo va fé lo milagre de Alcolea. 


 Van arribá al poble en tot lo acompañamén de gen que traballabe a les fósses, seguínlos los carros de vitualles y ferramentes. Li van fé gran festa los amics, que u eren tots, y mes, encara que en menos soroll les amigues, que com se sap eren dos prinsipalmen: Eulalia, la de la caiguda, y la consabida y desmadejada Tereseta, no tan viva y salerosa com aquélla, pero entesa y fonda. Estáe casada desde fee cuatre mesos, pensán que no voríe mes a Pedro Saputo y per doná gust als seus pares que la van achuchá mol; no en lo de Tardienta, sino en un mosso ben plantat de Bolea. Ya se veu, lo novio tossut, lo pare sandio, la mare apretán lo morro, Pedro Saputo aussén mes de dos añs, y ella passá de los vin ¿qué habíe de passá? Pero ¡oh, cuán u va sentí al vore torná a Saputo! Poc li va faltá per a aburrí al home o feríl en sospeches; be que ere de bona pasta y mol passadó de raóns, pagánse de consevol. Pedro Saputo en prudénsia la va aná consolán, y animán, y poc a poc li va doná a entendre y la va persuadí de que la dona casada se podíe morí, pero no faltá al que deu al home, y tratánla en suavidat no demostránli desvío y severidat, y no irritán lo seu genio, la va fé prudenta y virtuosa, y va restituí al seu cor la pas, al seu pit la serenidat, y al seu semblán y trate la natural y acostumbrada apassibilidat. Encara se va trobá en una novedat no esperada; un atra amiga en qui may haguere pensat; y va sé Rosa, la filla de sa padrina, a la que ell cridáe y va cridá sempre germaneta, sagala majíssima y que va vore que lo volíe en un atre amor del de abáns. Pero ell en la mateixa familiaridat y inossénsia que la tratabe la contentabe fássilmen. Encara no fee sis díes que habíe arribat, encara no habíe acabat sa mare de mirál, y de alegrás de vórel, encara no se cansaben los del poble de saludál, cuan se li pressenten dos ricachos de Alcolea de Cinca diénli que veníen a demanáli consell y trassa per a vendre un vi que sels apuntabe; perque ya entrat lo setembre y están les viñes carregades de fruit, no ñabíe mich ni esperansa de despachá lo vell. Los va preguntá cuán vi ñabíe, y li van di que sobre setse mil cantes. Y ¿qué me donaréu?, los va preguntá entonses. Y ells van contestá: la cuarta part de lo que valgue, segóns se vengue. - ¿Pot encara béures per vi y no per vinagre? - Per ara encara es vi y no roín, perque encara escomense a tombás cap a agre. - Pos donéume ixa cuarta part del seu valor en dos reals de plata, que es lo preu mes baix al que lo vendréu, y yo tos lo dono per venut. Si dudéu, si no se ven, o no tot, tos tornaré lo que sigue a prorrata. - No tenim tantes perres. - Busquéules: sense los meus dinés a la má no cal que me parléu mes del assunto. Se van conformá, van aná a per los dinés a Alcolea, los hi van portá y entregá a Pedro Saputo. Entonses ell los va di... - Pos ara aneu, y féume pregoná a Huesca, a Barbastro, a tot lo Semontano, a la Llitera y Ribagorsa, que Pedro Saputo saltará a les Ripas de Alcolea lo día de San Miguel: que los que vullguen vore lo milagre, acudixquen allá aquell día y no los costará mes que lo traball de eixecá la vista a mirál. ¿Qué dudéu? - Pero... - Aneu, tos dic, o no ña res de lo dit y me quedo en estes perres. Ells, veénlo tan resolt, sen van aná dién: - La seua alma a la seua palma; ell se compondrá; ell sap com u prometix. Natros vengám lo nostre vi, que aixó es lo que mos importe. Y sen van aná y van fé publicá lo dit pregó a tot arreu, y van esperá a vore en qué pararíe alló. Són les Ripas de Alcolea una muralla natural mol altíssima, formada sobre lo Cinca, de uns montes plans que corren la seua ribera dreta dividínlo del riu Alcanadre, en lo que té confluénsia una mica mes aball, tallats perpendicularmen per aquella part que sirá be un cuart de legua. A primera vista pareix que lo riu passare per lo peu an algún tems passat, y que esgarrapán lo monte se vinguere éste aball arrebatán les aigües la terra sorsida, y va quedá aquella maravilla als ulls del viaché a qui de llarg sorprén: vistoses tamé de prop per la seua eixecada y la variedat uniforme del seu magnífic fron, frontispicio, adornánles ademés a un ters de altura les hermoses faixes del Arco Iris, que de lluñ no se veuen. Allí críen, viuen, canten, piulen y revolotejen continuamen muixóns de mil espéssies, tots a la vegada y segóns lo instinto de cada un, trobánse desde l´águila o áliga hasta lo vilero, pardal, los ciquilines en los coloms, y los mes contraris y que menos t´esperaríes trobát allí solen avenís. Y desde dal habíe de saltá Pedro Saputo, que, sert ere salto digne de vores, y que si algú ara lo vullguere pegá faríe yo dos jornades que estic de aquella ribera. Perque encara que própiamen parlán no ere saltá, sino dixás caure, pero estáe lo chiste a que no pensabe fes mal, y així u creíe y esperabe la gen. La vespra de san Miguel se va omplí lo poble de forastés, y encara que haguere sigut mes gran tamé, pos sen van eissí al campo y lo van aná collán de acémilas, tendes y persones de totes les edats y condissións, ñabén qui va fe pujá lo número a coranta mil almes, despoblades casi les siudats, viles, lugares y aldees desde Ayerbe a la Albelda, y desde Bujaraloz a les valls de los Pirineos. Tamé va arribá Pedro Saputo, sen gran la curiossidat de vórel, y se va hospedá a casa del mes ric y al que mes li importabe lo milagre per sé lo que mes vi teníe. Va eixí lo sol lo día de San Miquial, se va di una missa al peu de les Ripas, que van escoltá les multituts com van pugué, y se van quedá tots en gran expectassió de aquell salt o vol que ni se habíe vist als siglos passats ni se habíe de vore als que vindríen; cuan allá a les onse del matí va eixí Pedro Saputo y va di fénlo pregoná per lo campo, que lo siñó móssen li habíe fet presén que peligrán y perillán la seua vida a la proba que anáe a fé, no podíe a fuer de cristiano dixá de confessás y combregá; y que per tan no podíe saltá aquell día perque teníe que preparás. Per al siguién va fé di y pregoná que lo siñó móssen volíe que la confessió fore general, y que un home del món no podíe fé lo examen de consiénsia mentres se fregix un ou com una monja que se confesse totes les semanes y va entrá al convén abáns de mudá les dens. Y aquella nit va preguntá al seu huésped com anáe lo despach del vi. - En un día mes, li va contestá, se venen hasta les solades y se les haurán de trascolá perque no ñaurá datra cosa. Pos eixe día, va di ell, ya lo tenim guañat. Manéu pregoná que demá a les dos de la tarde sirá lo salt y la satisfacsió de tots. Va passá la nit, va vindre lo día, va arribá la hora, y Pedro Saputo va pujá a les Ripas, donánles la volta per lo nort; se va presentá a la mes alta y en gran veu va preguntá a la caterva: - ¿Conque saltaré de esta ripa? - Sí, van contestá tots, ressonán lo crit un cuart de hora per les mateixes ripas y la vall del riu. Y ya del susto, ya de la imaginassió van malparí sing dones, una faenada per als homes y allegats. ¿Per qué hi anaen si habíen de assustás?, dirá algún; y yo li contesto, que hi van aná perque en no anáy se hagueren mort de dessich; y mes val malparí que morís. Va torná a dils Pedro Saputo: - Mireu que no ñague entre vatres qui u contradigue, perque un sol que ñague que digue que no, ya no puc saltá. Y van contestá: - ¡Sí!, ¡sí!, ¡sí!, en un crit general y tots a una. Y va di ell entonses: - Pos allá vach... ¡allá vach!... ¡que vach!... que salto... (fen grans conatos y ademáns), pero per si acás y perque aquí ña un que diu que no, ahí va lo meu gabán, mireu cóm vole. Y al mateix tems lo va aviá en forsa, y va arrencá a córre cap al monasteri de Sigena aon ñabíe inmunidat y salvaguardia, y va dixá an aquella caterva de gen mes creguda y veleta encara que los del seu poble, miránse los uns als atres y medínse los nassos que a tots sels van quedá tan llargs com va sé lo vol del gabán; mentres lo seu amo se moríe de rissa, encara corrén talóns al cul cap a port segú. Pero no se van ofendre de la burla; los va caure en grássia, y sen van entorná mol conténs a les séues cases. A los vuit díes va eixí del monasteri cap al seu poble, después de habé pintat alguns cuadros famosos, y va di an algúns amics, que de bona gana se haguere dixat encantá entre aquelles monjes, perque fora del gutibambismo de la orden y de les séues famílies, eren de conversa fássil, amables algunes de elles, admitíen visites particulás, y no se arrugaben en lo mojigatisme y escrúpols que tan empalagaben a datres. Desde lo primé día va tindre amigues, desde lo segón, amáns, los demés, favors a dos máns, y lo radé lo teu goch a un pou, perque va di que sen volíe aná, y no lo van pugué detindre en rogs, llágrimes, afalagaméns ni tendreses; y aissó que en ell no se verificabe lo dit: amor de monja y pet de flare, tot es aire, y sol un día mes les va consedí, sénne nou los que va está entre elles. 


 Capítul VII 


De cóm Pedro Saputo va doná cuenta del seu viache de la volta a España.


 Restituít a casa seua, no lo dixáben viure preguntánli pel seu gran viache; y per a satisfé a tots a la vegada va fé pregoná que acudigueren a la plassa; van acudí, y desde lo balcó va di: «Si tot lo que hay vist y me ha passat haguera de referitos, en un mes no acabaría. Pero algunes coses particulás les aniré contán als amics, y ells les contarán a datres, y així les sabréu tots. Atres no les diré ni an ells ni a dingú, perque no vach demaná llissénsia per a publicáles y lo món es mol mal pensat.» Sabeu pos, amics y compatrissis meus, que a tot arreu hay trobat homes espabilats, y homes tontos; de éstos mes que de aquells; homes que se creurán lo que se diu als chiquets, que lo sel es de seba y que los faríeu combregá en rodes de molí. Aixó tos u dic per a que veigáu en quina raó podrán di per neissos pobles veíns que sou los mes tontos del món. ¡Cuáns u són mes que vatres!, perque encara que es verdat que vau aná al planet de Violada a cavá ixos forats buscán tessoros amagats, pero aissó u han fet y u fan mols atres que se tenen per mol espabilats, y troben lo mateix que vatres, que es la terra fresca y la fron suáda. Pero dingú de Almudévar ha anat a vórem pegá lo salt de Alcolea, perque ya tos figurábeu que ere chanza, cuan hi han anat mols doctós de la Universidat de Huesca, y hasta colegials de Santiago y de San Vicente, algúns canónigos, mols caballés y dames prinsipals, y totes les sing pes de la copla. De Barbastro, pos, no dic res; van anáy de tres parts les dos, sen los que en mes llargs nassos se van quedá veén volá l´áliga del meu gabán desde la Ripa. Y nombrántos a Huesca y Barbastro, no ña per a qué mensioná a Fraga, Monzón, Binéfar, Tamarite y tota la Litera, Graus, Benabarre, Fontz, Estadilla, Sariñena, Ayerbe, Loharre, Bolea, ni los pobles de la Hoya, ne van aná mes que al jubileu del añ san; com igualmén del Semontano y Sobrarbe. Conque be podéu consolátos y no tíndretos per mes tontos que atres, perque no u sou com estáu sentín. Pos respecte al meu viache, hau de sabé que hay recorregut lo Prinsipat de Cataluña, lo Regne de Valénsia, los cuatre de Andalussía y les Castelles; y total hay vist lo que vatros veéu sense móuretos de casa, apart de los rius, montes, siudats y atres coses que tamé són com les que vatres teniu vistes de lluñ o de prop. Així mateix a tot arreu lo sol ix per lo matí y se pon per la tarde, y sempre la lluna fa llum de nit y a les dotse es michdía menos a la Corte, que michdía es a les cuatre de la tarde, y micha nit es a les sis del matí. Perque a les terres aon es de día cuan aquí de nit, hivern cuan aquí estiu, y estiu cuan aquí invern, yo no hi hay estat, perque hay que caminá mol cap al frente o a la zaga, a la dreta o a la zurda. De les costums de los pobles ña mol que di. Pero miréu; que pórton la robeta mes o menos llarga, enaigüetes a modo de calses, montera, gorra o barretina a modo de sombrero; que amorson figues y panses, o migues y sopes de oli, y berenon gazpacho o be pa en tomata y formache (fromage té casi les mateixes lletres en fransés); a la postre homes y dones són tots, y tots lo mateix que vatres se maten per nelles y per los dinés; y a tot arreu ñan rics y pobres, y lo mes tonto es lo alcalde y lo mes sego lo que los guíe. Per lo demés a Cataluña me vach vore una mica apuradet; a Valénsia me va aná be; y a Andalussía vach guañá lo que vach volé, y vach di y fe lo que vach voldre, y tot su van creure y tot u donaen per be, remitínme a les probes. A Cataluña vach vore comersiáns y marinés; a Valénsia artistes, volatines y gaités; a Andalussía comares y matóns mes femelles encara que les comares. A Castilla es la gen de un modo que pareix que ara ixquen del ou y que no han ubert los ulls. Pel meu gust, aniría a Castilla per nessessidat, a Andalussía per curiossidat, a Barselona viuría tres mesos, a Valénsia un añ, y a Saragossa tota la vida. Y aissó que Valénsia es un món abreviat, perque lo que ha vist tot lo món y lo que sol ha vist Valénsia, lo mateix han vist la un que l’atre, y encara mes potsé lo segón que lo primé. Va escomensá en aixó a ploure una mica, y va di: Lo tems no vol que acaba la meua relassió, pero ya estáe mol abansada. Una cosa vull que entengáu sobre tot; y es, que aon vullgue que vach procuro doná honra a la meua patria. Perque tos fach sabé que al meu cor ñan dos grans amors, lo de la meua bona mare y lo vostre, enrecordánmen sempre de lo mol que per nella y per mí hau fet desde lo meu naiximén. ¡Viva Pedro Saputo!, va cridá lo poble: ¡Viva lo nostre fill y veí! ¡Viva la glória de Almudévar! Y se va dispersá la gentada alabán y beneín a Deu, que tan sabé y tanta virtut habíe donat al fill de la pupila. Dins a la sala estaen lo justíssia, los jurats y los prinsipals del poble, y lo bon Sisenando, a qui li caíe la baba de gust. Allí lo van agassajá en un vermudet y después en un gran sopá o sena a la que casi los va agarrá lo día assentats. 


 Capítul VIII 


Una carta anónima. Visita de un caballé. 


Per aquells díes va ressibí una carta sense fecha ni firma, en lo sobre: «A Pedro Saputo, Almudévar.» Y dins, Fa cuatre añs. No se va cremá, com diuen, los cuernos cavilán de quí seríe; su va pensá enseguida. Y agarrán la pluma, ne va escriure un atra contestán esta sola paraula: Passiénsia. Y sense fecha ni firma la va dirigí a don Severo Manuel de Estada, sense dudá de que lo recuerdo ere de Morfina. Cuan lo caballé va vore esta carta perdíe lo juissi no podén atiná lo que significabe ni de quí podríe sé. Consultabe a la seua dona, a son fill, a la nora, a la filla; la enseñáe als seus amics, a tot lo món; y ningú assertabe (¿cóm ere possible?), dissimulán Morfina y fen vore que se admirabe igual que tots. Y va di al final son pare: - Ara sí que vach a vore a Pedro Saputo, pos diuen que está al seu poble, que en la seua molta sabiduría pot sé que enserto. ¿Quí vindrá en mí? Don Vicente se va oferí, y la nora tamé, y Morfina va di que no li demanaríe a son pare datra grássia a la seua vida. Al sentí aixó son pare se va alegrá, per poc no li va doná lo gust; casi se la va emportá en ell. Pero va di que primé hi aniríe sol, y que después ya se voríe. Y així u va fé. Va arribá a Almudévar, y dixada la mula a la fonda, va aná cap a casa de Pedro Saputo. Lo va coneixe éste al momén; pero, sospechán lo cas, li va pareixe callá mentres no fore reconegut; y li va preguntá cóm se díe. Va di don Severo lo seu nom y apellits; y entonses va cridá ell a sa mare y li va di: - Enviéu a la criada al messón y que lo criat de este caballé li faigue portá la mula y les aubardes en lo bagache. Se oposabe don Severo, y ell, mol resolt, li va di: o a casa meua o fora de casa meua. No es digne de tan prinsipal caballé, pero es mes dessén que la fonda, y sobre tot siréu servits en bona voluntat. Se va ressigná o conformá don Severo, y no se va atreví a parláli de la carta hasta después de michdía. Lay va enseñá, y li va preguntá si sabríe de quí podríe sé, habénla ressibit a seques per lo corréu. Va pendre Pedro Saputo la carta, la va mirá, y discurrín una mica (per a dissimulá) va di: - Esta carta es la contestassió a un atra. - No pot sé, va contestá don Severo, perque de totes les que hay escrit hay ressibit contestassió; y ademés no li hay parlat a ningú de forma que me puguere doná esta resposta: ni los meus fills saben res tampoc, ni los meus amics. - Pos resposta es. - Perdoneu, pero no u puc créure. - Que u cregáu o no, es un atra cosa; pero es lo que tos dic. Ñan somnis, siñó don Severo, que són realidats, y realidats aon pareix que estigues ensomián. Diguéume, ¿teniu almes al purgatori? - Alguna ñaurá potsé de tantes com ne van aná allá, entre pares y agüelos. - Pos veéu de tráureles; y si són almes de este món, mes, perque aquí se sap y se veu lo que patixen, y allá es cosa de la fe y de la imaginassió. ¡Teníu paréns pobres! - Un o dos. - Pos auxiliéulos. ¿Teniu filles casades a casa de la sogra? - No, siñó. - ¿Y solteres? - Una. - Pos caséula. - No vol casás. - Yo tos dic que sí que vol. - Yo tos dic que no. - Yo tos dic que sí. - ¿Me u asseguréu? - Sí, o soc lo home mes tonto y badoc del món. - Pos yo tos juro que la casaré ben pronte vullgue o no vullgue. - Matéula milló. - ¿No me diéu ...? - Al seu gust. - No vol a ningú; no li agrade cap home. - Impossible. - A fe de caballé. - ¿Hau agarrat lo cor de la vostra filla a la má, y mirat be tots los seus foradets? ¿Hau fet la proba de portála a un convén, y obligála a vestís de monja? - No vol tal cosa; ni té vocassió al claustro. - Pos es que ne té al atre estat; al matrimoni. Y sobre tot aixó fico lo meu honor, lo meu nom y hasta la vida. - Estic atabalat. ¿Qué hay de fé en arribá a casa meua? - Res, traure almes del purgatori. - Veníu vosté a ajudám. ¿Qué, no tos pendríeu la molestia de vindre y me pintaríeu una sala? - En mol gust. - Pos ya respiro, ya descanso, ya men aniré contén. Pero miréu de no engañatos, perque la meua filla, y perdonéu que la alaba tan, es mol entesa, mol discreta, y mol resservada. Diuen que es mol hermosa, y crec que u es si no me engañen los ulls de pare, y per aissó dic lo que los pareix a tots; pero en aixó atre la puc jusgá en menos passió; y tos dic que los secretos del seu pit no los penetre ni lo rayo mes sutil y puro del sol; y be podríe sé que mos dixare burlats. - Es mes sutil lo pensamén del home y lo coneiximén del cor humano. Yo tos prometixco que als pocs díes que la trata ham de sabé si es alma triste del purgatori, o alma benaventurada de la glória. Y sobre la carta faré tals probes, que no tos quedará cap duda de lo que hay dit. Yo pintaré y observaré; vosté callaréu, y tot anirá be y mos desengañarém. Mol satisfet se va quedá don Severo de les raóns de Pedro Saputo, y mes de la seua promesa. Als dos díes se disposáe a anássen y li va di Pedro: - Los antics, siñó don Severo, cuan ressibíen algún huésped, lo obsequiáben, agassajaben y regalaen tres díes sense preguntáli de la seu persona; passada esta tresena li preguntáben quí ere, cóm se díe, de aón veníe y aón anáe. Ham dixat esta costúm y fórmula per la gran pressa que tenim de sabé quí es lo huésped que mos ve, y potsé per la mes gran de despachál de casa. Si no trobéu a faltá la comodidat y regalo de la vostra casa, tos rogo que tos aturéu los tres díes de la ley per vosté y per mí, y un mes per l´alma del purgatori que me ha proporsionat la satisfacsió de hospedá a casa meua a un tan prinsipal y amable caballé. Los antics donáen tamé al huésped al tems de despedil lo que díen dones de hospedaje, que ere alguna roba mol pressiosa, alguna espasa, escut de armes, o be algún caball, y res de aixó nessessiteu ni ña ara la mateixa raó que allacuanta per an esta costúm, mireu lo que ña a casa meua que no ñague a la vostra, y si algo topéu del vostre gust, emportéutosu en señal de la nostra amistat. ¿Sou afissionat als llibres? ¿U sou als cuadros? Astí teniu llibres, y allá teniu cuadros. - ¿Y si agarro lo que no deuría? - Aissó no pot sé. Ya don Severo habíe passat algúns ratos lligín La consolación de Boecio traduída y afegida per Pedro Saputo, encara que manuscrita; y la va apartá com a llibre que volíe emportás. Va mirá los cuadros, y se parabe moltes vegades dabán del de Pedro y lo de sa mare fets los dos aquell añ; y va di: - Si estos dos retratos vostres no foren tanta part del vostre cor... - U són y mol gran, va contestá Pedro Saputo; pero per naixó mateix tos los oferixco... - ¡Ah!, va di don Severo; yo los ficaré llum a casa meua. Li va doná Pedro Saputo les grássies per lo favor, y li va entregá los cuadros y lo llibre dién: - A un atre al món no los hi donaría; pero don Severo Manuel de Estada té privilegio a casa de Pedro Saputo. Sen va aná don Severo, va arribá a casa seua, y van acudí la dona y los fills a preguntáli com si vinguere de una peregrinassió al atre hemisferio. Ell los va di: - U séntigo, Mariquita, u séntigo, fills meus, séntigo de no habetos emportat a tots. ¡Ay, quin home! ¡Ay, quin home tan sabut y tan amable! Mol diu la fama, pero es mol mes de lo que se diu. Cuatre díes me ha fet está, pero a casa seua, perque es mol generós, y al pareixe ric. ¡Qué be que hay estat! Es lo home mes natural que hay conegut: mol caballé, aissó sí, pero al mateix tems tan pla y amable, que se pegue al cor com un ferro a un atre a la forja (fragua). ¡Quin agassajo! ¡Quin servissi tan fi y sensill! ¡Quina fassilidat en tot! Alló, fills, es viure encantat. ¿Pos, y sa mare? Sa mare es tota una siñora. No dirá ningú, no, que ha sigut pobre y tingut ofissi tan humilde com lo de rentadora. - Pero de la carta, va preguntá don Vicente, ¿qué tos ha dit? - De la carta, va contestá, ha dit moltes coses (Morfina mol atenta); pero com vindrá después... - ¿Aquí?, va preguntá lo fill. - Aquí, aquí, an esta casa, va contestá don Severo. Y ya podéu disposatos tots a ressibil com a un amic, pero tamé com a un home tan sabut, y no faiguéu tontades o extravagánsies perque los seus ulls penetren hasta l´alma, y sap lo que un está pensán cuan lo mire. - ¿Conque vindrá?, va torná a preguntá don Vicente. - Sí, fills, sí, ya u hay dit: y pintará la sala del estrado. - Men alegro, men alegro, va di don Vicente donán fortes palmades; lo coneixerém. - Abáns lo podéu coneixe, va di son pare, pos li vach demaná y me va doná lo seu retrato y lo de sa mare, que són éstos. Va sé traure los retratos, y los cuatre se van amontoná damún de ells y no los podíen vore a gust. Los va penjá don Vicente a dos claus alts y aixines los van mirá mes de esplai. Después va di don Vicente: - ¿Sabeu pare, que Pedro Saputo me pareix que se assemelle an aquell estudián navarro al que díen don Paquito? - Calla ignorán, li va contestá son pare; ¿qué té que vore don Paquito ni tots los Paquitos del món en eixe retrato? Don Paquito ere un estudián, espabilat sí, y vivaracho; pero un quidam, un ningú, comparat en Pedro Saputo. En fin, ya lo voréu y tos desengañaréu; entretán no diguéu disparates. Morfina se admirabe de lo que li podíe la aprensió a son pare, pos sen un mateix don Paquito y Pedro Saputo, ni lo va coneixe allá ni veíe ara lo paregut, o mes be la identidat al retrato. Y per a fé un atra proba, va di: - Pos tamé a mí me pareix lo de este retrato lo mateix que a Vicente. ¿No veéu, pare, que té los ulls y tot lo aire de don Paquito? - Los ulls y lo aire de la meua quinta bruixa de yaya sí que té, va contestá son pare enfadat, porros que sou tots. No me nombréu mes a don Paquito; perque es compará la nit al día, un teó al sol, un pigmeo a un gigán. Pos, dic, ¡si lo sentigueres tocá lo violín! Don Paquito esgarrañabe les cordes de tripes de gat; pero alló es sentí als mateixos ángels del sel. - Es segú pare, va di don Vicente, que ha de vindre aquí, sino demá montaré a caball y men aniré a vórel. Y mira tú siñoríssima germana meua, de no sé en ell tan seca y impenetrable com has sigut en tots los que han vingut a vóret. - Yo te dono paraula, va contestá ella, de no séu en ell, sino al contrari, mol blana y penetrable, per explicám al teu modo. ¿Qué habíe de di un home tan sabut si me veiguere seria, indiferén y resservada? - Pos vorem, va di son germá, cóm u cumplixes. - Dónau per cumplit, va contestá ella. Y en verdat que u díe de cor, com pot suposá lo lectó, que sap lo misteri del seu amor en Pedro Saputo, y lo secreto de la carta.


 Capítul IX 


De aon ve lo dit: La justíssia de Almudévar. 


 Mol al seu gust vivíe Pedro Saputo an aquell tems, volgut de tots, requerit, buscat, cridat y selebrat, próspero com Bufa-al-ull y ric, mes be per la seua modestia y filosofía que per les riqueses, encara que ya ere tal lo seu estat, que sa mare lluñ de serví a datres ere ella servida, pos teníe criades y se veíe estimada y respetada al poble per lo seu fill, y per nella mateixa tamé, que sabíe tratá en los grans y en los minuts sense adulá an aquells ni afoná als atres. Pedro Saputo estudiabe, cassabe, y donáe los ratos libres a les seues dos enamorades Rosa y Eulalia, que en les lecsións y trate de un home com ell habíen millorat mol lo seu bo natural, y reflejaben la seua amabilidat y la seua grandesa de ánimo, discretes, enteses, ben parlades y naturals, en tot amabilíssimes. Al poble y casa de don Severo pesse a la carta y amor de Morfina y de la promesa a son pare no pensabe anáy tan pronte per raóns que ell teníe y que al seu tems declarará a qui correspongue. Y no va dijá de sentí esta contradicsió de la sort, perque encara no van passá dos mesos, cuan va sabé que habíe mort don Severo; y ni en este motiu se va atreví a aná a vore a Morfina. La sala en aixó ya no se pintaríe; y se quedaríe al seu puesto. Ixíe a pintá per algúns pobles; encara que sen totes obres de poca monta, eren les aussénsies curtes y servíen sol per a renová lo gust de aquella dolsíssima vida. Pero va ocurrí al cap de un tems un cas que lo va entristí de gran manera, casi no ne teníe prou en tota la seua filosofía per a no renegá del seu poble, y agarrá a sa mare y anássen a viure a un atre. Lo ferré un día se va cabrejá en la seua dona perque li habíe portat lo amorsá gelat; y agarrán un ferro que estáe calentánse a la forja lay va embutí per la boca hasta lo garganchó, expirán la infelís al cap de un ratet. Ere lo ferré home mol estrafalari, bossal, may segú y de mol males bromes, perque es de advertí que tot u fee enriénsen. La pobre dona passáe molta pena en ell, si li apetíe fótreli lleña, lay fotíe; si acarissiáli lo pel, lay acarissiae; féla dormí a enterra despullada y sense roba al hivern, la fee dormí o gitás aixina; si li oferíe com per cariño un mosset en la cullera, al tems que obríe la boca lay tiráe a la cara o al pit. Atres vegades agarrabe un gaviñet, y fénla estirás y ficánli lo peu al coll jugabe a degollá al cordé o al gorrino, o acabáe eixecán lo bras dién: quí com Deu. Atres li lligabe los brassos al cos y después les cames, y la fee rodá per lo cuarto y alguna vegada per la escala. Pero esta burla que va volé fé en lo ferro de la forja va superá a totes, pos va dixá a la pobre dona sense vida en menos de cuatre minuts. Lo van prendre inmediatamén, y ficat a la presó en moltes cadenes al coll y grillets als peus, lo van jusgá aquell mateix día y lo van condená a mort; la senténsia la ejecutaríen un atre día. Ya estáe la forca eixecada y tot lo poble a la plassa aguardán la ejecussió; ya lo traíen y portáen al patíbul, cuan puján un del poble baixotet damún de los muscles de un atre poc mes alt, va di: «¿Qué fareu, fills de Almudévar? ¿Conque esforcareu penjaréu al ferré que sol ne tenim un? Y ¿qué farem después sense ferrero? ¿Quí mos luciará les relles? ¿Quí ferrará les nostres mules? Mireu lo que passe. En ves de penjá al ferré que mos fará después muita falta, perque ye sol, enforquem un teissidor que ne tenim set al poble y per un menos o mes no ham de aná sense camisa». - ¡Té raó!, ¡té raó!, van cridá tots; ¡penjarem a un sastre!, ¡un teissidor!... ¡un sastre!... Y sense mes que esta veu y crit agarren al primé de ells que van topetá per allí, lo porten a la forca, lo pujen y lo penchen, y fiquen en libertat al ferré. Va sabé aixó Pedro Saputo, que no va volé aná a la ejecussió ni habíe eixit de casa, y va aná corrén a escape a la plassa a vore si podíe impedí aquella animalada injusta; pero va arribá tart perque ya estáe garreján lo infelís del sastre. Se va umplí de horror de tan gran barbaridat, y sen va entorná cap a casa seua mut de paraules y gelat lo cor pareixénli que lo sel y la terra se habíen cambiat lo puesto. Per la tarde va di als prinsipals del poble que van aná a vórel: - Calleu al menos, siñós; que aixó no se sápigue; que aixó no ixque de los nostres muros; perque, ¿qué se dirá de natres? Si aixó arribe a sabés, y se sabrá, no dudeu que mentres lo món seguixque sen món se sitará y recordará en etern baldón del nom de Almudévar. Pero ells se van excusá dién que no van podé convense a la multitut irrassional, ni fes sentí en aquell momén. Y se va consumá la barbaridat mes gran que van vore los siglos. Pedro Saputo va sentí tan disgust, que per a distraures va agarrá la espasa y una mula de son padrí y sen va aná a passá uns díes fora. 


 Capítul X 


De cóm Pedro Saputo va aná a Barbastro. 


 Habíe sentit que los de Barbastro reedificaben o ampliaben la capella del Pueyo, y va aná cap allá a oferí lo seu pinsell si trataben de pintála. Y apenes va arribá, va tindre curiossidat de vore la fon de Matacroc y va eixí cap al riu. Be va está an aquella siudat en los estudiáns, y com no se separáen may per a aná ell a soles, ara va refé les séues antigues passes. ¡Cuán se va alegrá de vore aquella fon y aquelles grades aon va passá la nit, y se va minjá lo pastel de magre y la llenguañissa de la engañada mosseta de la rondalla! Y sen va enrecordá tamé de la sagala que lo va despertá y lo va portá a casa seua de ofissial de sastre, y va di: pos vach a vórela. No li va sé gens difíssil trobá la casa, perque com aventura tan singular se va imprimí tota mol be a la seua memoria, y va sabé seguí lo carré y reconeixe la porta. Va cridá y va pujá escala amún. La sagala, ya se veu, ere la mateixa, la va trobá sola y pentinánse. Una mica se va turbá al vóres dabán de un caballé, pos no frecuentaben casa seua persones de tanta clase; en tot li va torná lo cumplit en bastanta naturalidat. - ¿No me coneixéu, Antonina?, li va preguntá. Lo va mirá ella y va contestá, que no mes que per a servíl. - Pos yo tos dic que me coneixéu, així com yo tos coneixco. Diéume: fa sis o siat añs, ¿no vau topá un matí a la fon de Matacroc en un sagal y lo vau portá a casa perque tos va di que ere sastre? Pos aquell mateix sagal es lo home que ara tos está parlán. Se va alegrá la sagala, y va mostrá mes confiansa y va parlá en mes libertat. - Per sert, va di, que mos vau dixá plantades anánton per la tarde y no tornán. - Men vach aná a pendre lo oreo an aquella hora, vach pedre lo tino de los carrés y no vach assertá a torná al meu ofissi. En son demá vach sentí lo que va passá a la iglesia Majó y vach tindre temó que lo sel castigare an esta siudat y me embolicare a mí al castic. - ¿Y quina culpa teníem los demés?, va contestá Antonina; be u van pagá ixos desdichats, que un atre mort se va eixecá del sepulcro y los va ferí no se sap cóm, y se van morí los dos en tres díes sense que la justíssia tinguere nessessidat de ficáls la má damún. La familia del jove, que eren plateros, sen va habé de aná per lo món y no se ha sabut mes de ells. Ya tot está olvidat. - Com totes les coses que passen al món, va di Pedro Saputo; y com deu está olvidat per part de vosté lo sastret de la fon. - No siñó, va contestá ella, encara que be u mereixíe, pos tan poc cas va fé de natres y de los vestits que mos dixáe tallats. Ell va sé lo que mos va olvidá, que yo ben presén lo vach tindre mol tems; y lo que es del tot encara hasta avui no lo había olvidat. No podría encara que vullguera, perque tots los díes vach a la fon y sempre me pareix que lo vech allí, com lo Doncel de Sigüenza, com lo vach trobá aquell matí. Van passá después a datres explicassións y van quedá entesos. - Pero vosté no éreu sastre, va di ella, perque poca pinta teníu ara de fé tal ofissi. - No, Antonina; de chiquet vach sé mol carnús y pesolaga, y algo atrevidet, y per sagalería anaba a tots los tallés, y cusía en lo sastre, llimaba en lo ferré, asserraba en lo fusté, cardaba en lo pelaire, borrajeaba en lo pintó, y día missa en lo móssen. ¿No vas vore aquell mateix estiu uns estudiáns que van passá per aquí y van está vuit díes? - Sí que men recordo; y que un de ells ere mol gran predicadó, y pujabe als muscles de los seus compañs en la fassilidat de un gat. - Pos aquell era yo; feu memoria, que a casa de N. aon vas assistí al ball, vach di entre atres coses, que les Petres eren tontes dossiletes o beates, y les Antonines resservades y grassioses. - Es verdat, y men vach enriure mol. - Pos u vach di per tú y te miraba al mateix tems. - Men enrecordo, es verdat; pero ¿cóm había yo de figurám que éreu lo sagal de la fon y lo sastre dels meus vestits? ¿Per qué no me vau di algo? - No podía aná a vóretos, ya que ere costúm que cap de natros se separare a coses particulás. Antonina lo miráe tan embelesada, y ell estáe tan olvidat de la seua pintura, que se habíen fet les nou del maití, y los van doná les deu y les onse, les dotse, la una y les dos y les tres, sense donássen cuenta y pareixénlos que no fee mes de micha hora que estaen parlán. Ella li va di que sa mare estáe a la verdat fee ya tres añs; que son pare, sempre delicat de salut, ixíe al campo ben entrat lo día, que un germá de devuit añs sen anáe de matí en lo jou a llaurá, alguna vegada tamé a polligana; y que, en fin, ella no se habíe casat per no dixá a son pare hasta que se casare lo germá, que ere lo que debíe quedás a casa. Li va alabá Pedro Saputo lo propósit y confirmat lo antic amor a satisfacsió dels dos, y se va despedí hasta l’atre día. Después de minjá va aná al santuari, y sen va enrecordá pel camí del penitén reconeixén lo puesto del encuentro, de la trobada. Va arribá al Pueyo y va trobá un regidó que cuidabe la obra. Después van vindre un atre regidó, un canónigo y un caballé, componéns de la junta o comissió de la obra; y los va preguntá si al seu tems se pintaríe la capella. Va pendre la paraula lo canónigo y va di que pensabe pintála, y que volíen buscá un pintó de nota. - De nota, sí siñó, va di un regidó chato, sellut, baixet y rechonchet; un pintó famós, un pintó que no ñague al món datre igual; extranjé, per supost, perque a España no ñan mes que asclapinsells; o andalús, que es mes que extranjé. - Pos siñós, va di Pedro Saputo, yo soc pintó, pero no de gran nota, y español per a la meua desgrássia an este cas. Sé lo que ña a Andalussía; la escola sevillana es bona, té professós aventajats, pero sense tanta vanidat de homes y gastos se podríe pintá be la capella. - No siñó, no home, va contestá lo nassutet; y si vosté sou lo pintó, feu cuenta que no hau vist a dingú. - La fach, siñó decano, la fach, y tan, que ara mateix vech aquí cuatre homes y me pareix que no ne vech cap. - Taimado sou, va di lo canónigo; y yo crec que mos estáu insultán. - Yo no tos insulto, sol contesto al gust y sentit del caballé decano, que me ha manat fé cuenta de que no había vist a ningú; y repetixgo que me fach ixa cuenta y que crec, veénlos als cuatre, que no vech a ningú. Encomanéume tos rogo, a la Virgen, y a Deu. Los va girá la esquena dit aixó, va montá a la seua mula, y en ves de aná cap a la siudat va tirá cap a lo peu de la serra, donánli a Antonina lo chasco de no torná a vórela y fénla passá un mal día. Va sabé lo poble después que Pedro Saputo habíe vingut a pintá la capella del Pueyo, y sentín que lo despressiaren, se va amotiná y acantalejá les cases de los regidós y del canónigo; y al caballé lo van empendre al carré, sense que los valguere di que no lo coneixíen. Li van enviá una embaixada costa aball als pocs díes, y ell va contestá, que de Barbastro ni lo sel, mentres lo gobernaren sabocs, chatos y surdos y homes tan ababols com los que ell va vore al Santuari. 


 Capítul XI 


La cova de Santolaria 


Teníe Pedro Saputo una tía, germana de son yayo per part de mare y de poca mes edat que sa mare, al poble de Santolaria la Mayor, aon va aná a pará desde Barbastro y aon desde chiquet solíe aná los estius a passá algunes temporades. Lo volíe mol sa tía y tota la familia, que ere numerosa y no tan pobre per a que no lo pugueren convidá al seu gust. Al poble lo idolatraben y sentíen que no fore de allí dién cada vegada que lo veíen: llástima que haigue naixcut a Almudévar. Li agradáe mol lo sel de Santolaria, y solíe di que sol faltabe an aquell poble una calzada o refalda que formare replá hasta la seua mitat o tersera part del lloc per a criás allí los millós enteniméns y les mes glorioses imaginassións del mon. Perque lo mirá sempre aon se fiquen los peus, díe que fa los ingenios botos y les almes raquítiques, apocades y terrenas. Sen anabe moltes vegades a dreta y esquerra de la serra, atres al nort y per lo sentro a recórre aquelles atalayes, aquellas quebrades, senos y barrangs, ya en la flauta, ya en la escopeta, y sempre en la llapissera y algún llibre, encara que rara vegá lo obríe, perque li arrebataben la imaginassió aquelles magnífiques, sublimes y silensioses soledats. Allí ere poeta, ere pintó, ere filósofo. Tan pronte sel veíe a la corona de un alta peña inaccessible, com al peu de aquelles eternes impoténs muralles y torreóns, calculán libremen los siglos de la seua fundassió y elevánse a la contemplassió de la eternidat y del poder y grandesa del creadó que tot u va traure del no res. A un de estos filosófics passeos an aquells palacios y alcázares de la naturalesa, se va assentá al peu de una peña a péndre la fresca, y dixánse caure cap atrás va repará que una mica mes amún ñabíe una boca o forat que tapaben casi del tot unes herbes naixcudes a la mateixa peña. Va sentí al cor un fort dessich de pujá a vore lo que ere y hasta embutís a dins si cabíe; y agarrán unes pedres va fé un poyo desde aon va llimpiá la entrada de herbes y se va ajupá y va ficá lo cap, perque lo boquete ere mes ample de lo que pareixíe. Aquella entrada se anabe eixamplín al pas que adelantabe per nella, que ere mol poquer a poquer y tremolán, perque se acababe la llum de la boca y la cova teníe trassa de sé mol fonda. Se girabe a mirá cap a la zaga cada tres o cuatre passes; y mentres allá lluñ se atinabe algo de claridat de la llum de la porta, va aná entrán per aquella regió oscura y pavorosa y reconeixén aquell ventre amagat de la peña. Lo enterra an algunes parts ere arenós, com a sauló, a datres pedregós, atres llimpio y sec; la cova, en general, de cuatre a sing peus de altura, de sis a siat lo mes alt, y un poc menos ampla aon no ñabíen colses. Va patejá a una vora una cosa dura, va tentá en la má y ere un martell de fierro sense mánec, lo que li va pareixe una troballa de gran preu y un indissi de habé entrat atres antes que ell; y hasta va pensá lo que se diu a España, que no ña cova retirada que no se cregue que fore albergue de los moros y depósit de les seues riqueses cuan anaben perdén la terra y no desconfiaben de recobrála en milló fortuna, amagánse mentrestán an elles moltes famílies y vivín amagades, engañán en disfrás de cristianos si ixíen a tomar lengua de lo que passabe y a provís de lo menesté. Pedro Saputo va dixá allí lo martell com a siñal de hasta aon había arribat, y en ánimo de torná un atre día mes prontet, pos ere ya de tarde, sen va eixí de la cova y va torná al poble. Va matiná en son demá; se va emportá un chisquero o mechero de mecha per a ensendre, una llinterna de cristals y un atra de papé, dos bujíes, un blandón de dos a tres pams, un gaviñet de monte y un arcabuz, y espolechán a la mula y apeánse cuan veníe mal camí, va arribá al puesto en menos de dos hores. Va millorá lo poyet, va tirá a dins los instruméns, va entrá com un gat, a marramiaus, y dixán una bujía aon se acababe la claridat de la porta y una llinterna un poco mes a dins va aná en lo blandón a la má mirán y penetrán la cova. Va arribá al martell, y a poques passes mes se va trobá a una sala que podíe dis espassiosa, pos teníe uns deu passos de ampla en diámetro y com a sat peus de alta; y seguín a la dreta un boquerón, un forigó que continuabe mes estret que lo de la entrada, va topá en un cadáver tombat boca aball, pero girada la cara a un costat y los brassos amples, sense mes roba que la camisa y un corpiño a la antigua; tot ell sansé estáe tan ben conservat que encara que estiguere de coló negre y passat pareixíe que acababe de morís o que estabe dormín. Li va doná tan horror a la vista, que se li van esturrufá los pels y li penabe habé entrat. Lo va tocá en lo peu y se va desfé en pols tota una cama. Lo va dixá aixina, y sen lo mateix per a la temó torná cap atrás que tirá cap abán, va volé acabá lo reconeiximén. A uns sis passos mes a dins y damún de una colcha o camilla an terra va topá un atre mort, pero dona, no menos sansera y ben conservada, mich tapada en una manta o cosa que u pareixíe, y a la llum del cresol brillaben com a foc les riques pedres de un collá que portáe ficat y de les arracades, y l´or de una cadena pressiosa que en una joya de gran valor caíe per un costat. Se va esglayá; les cames li flaquejaben y l´alma se li perdíe al cos. Volíe agarrá aquelles joyes y no se atrevíe. Al final, per a recobrá l´ánim y vénse cara a cara a la po se va assentá entre los dos cadávers, y mirán ya al un, ya a l´atre se va ficá a discurrí lo que alló podríe habé sigut, cuan va repará en uns instruméns de guiarra que ñabíe a la voreta del primé cadáver contra la paret, y algúns caiguts an terra. Va aná a examináls y eren dos alfanges, dos espases, tres gaviñets, una daga, un peto, un morrión, y per allí escampats algúns pedernals, trossos de asser, dos o tres llimes, dos parells de tenalles curtes, tres botelles de vidre, algúns pots, una alcuza y atres utensilis; un salé, dos o tres culleres de plata, atres tantes de fusta de boix, relíquies de pa o al menos u pareixíe, carbó y un foc an terra en séndra, óssos y atres coses que no se coneixíe lo que eren, tot a un racó o ángul que formabe la peña. Ñabíen tamé algunes robes que al tocáles se desféen en pols, menos la seda de alguna y los bordats. Un poc mes tranquil y sereno al examen de estos objectes, va aná seguín aquell negre y horrorós claustro hasta unes dotse passes mes allá de los cadávers, aon se acababe. Y com va advertí que lo remate estabe fet a pic, y que acababe com a una tronera, va examiná ésta y va vore que u ere en efecte; una enchumenera o respiradero que se tancabe en una pedra mol ajustada, la va soltá sense massa dificultat, va vore la llum del sol y los montes y peñes de enfrente, pero no teníe de diámetro mes que sing o sis pulgades. Com entrabe algo de ven y perilláen les llums la va tancá y va doná per acabat lo registre de la cova. Va arribá hasta los cadávers, y miránlos va di: ésta es dona y aquell, home; sense duda va sé un bandolero y ella la seua dona o la seua querida, que se albergaben an esta cova y van morí sense auxili humano; o van sé dos amáns que aquí se van amagá en tota esta prevensió de armes y provissións que, pareix, no van consumí, al menos per radera vegada, morín potsé entabuchats y aufegats pel fum, com pareix per la seua separassió y actitut y per estes siñals de foc. Siguéu qui vullguéu, joves desgrassiats, lo món tos va olvidá mol pronte, pos ni tradissió ha quedat de la vostra desaparissió ni de la vostra existénsia, si no éreu de paísos mes apartats. Descanséu en pas, y no portéu a mal que yo arreplega estes joyes que tos adornaben y vau portá en vatros per a gala y honor de les vostres persones, y tamé sense duda per a auxilio y reparo de la sort. Y dién aixó va espabilá la llum, y a un foradet natural que ñabíe a la peña a modo de armari va vore una arquilla que, pegánli en lo gaviñet un parell de cops, va saltá en áscles minudes y casi tot en pols, y va dixá vore al seu seno lo tessoro de aquells infelissos, ara seu per dret de ocupassió o de natural herénsia. Al vórel va di: no ha sigut mal empleat lo viache: encara que sense aixó lo donaría tamé per bo. Eren monedes de or y plata en abundánsia unes y atres y mes les primeres, y brillaben moltes pedres engastades a collás de or, arracadas, brincos, joyes, adornos del cap, ajorcas y una empuñadura de espasa sembrada de carreres de diamáns y perles finíssimes y la roseta, de brilláns. Va traure lo tessoro; y miránlo y calculán lo seu valor, per lo que fa a les monedes u va jusgá per lo pes y comparassió en les actuals, pos les mes ressentes no baixaben de sen a sen sincuanta añs de antigüedat; li va pareixe que tot jun y lo que la dona portáe damún podríe valé de nou a deu mil escuts. Y giránse cap als cadávers va di: No tos coneixco les señes, no són clares, pero sí sospechoses, perque es molta riquesa per a dos simples amáns. Diéu: ¿de aón u vau traure? ¿Quí sou? Eixequéutos y contestéu. ¿Sol l´amor tos va portá y va fé viure an esta sepultura? ¿Van sé les vostres máns inossentes de tot atre delito? Lo silénsio que seguíe an estes preguntes y la quietut eterna de los cadávers lo va horrorisá y tornáe a eixecás la temó al cor; conque va arreplegá lo tessoro, mes lo que portáe ficat la dona, y al tráurelay se li va desfé lo cap y part del pit, y tota una má aon portabe dos o tres anells riquíssims, y sen va eixí emportánse un alfange, una espasa y un gaviñet. Y per a que un atre que fore tan curiós com ell trobare algún premio de valor, va dixá al armari del cofret algunes monedes, un dengue, unes arracades y un collaret de no massa valor, de modo que tot jun y les armes que quedaben li va pareixe que vindríe a valé de uns tresséns a tresséns sincuanta escuts. Va arribá a la boca de la cova, se va descarregá, y arribat abaix se va assentá, va respirá fondo y va descansá sense pugué eixecás, de baldat y esglayat, en un bon rato. Va desfé lo poyet después y va assolá y escampá los barróculs per a que no quedare rastre ni sospecha de la seua visita a la cova, y que si algú había de pujá an ella fore per la seua espontánea curiosidat y no seguín lo ejemplo del que donaríen indissis aquelles pedrotes. Va carregá la mula, va montá, y com encara no ere michdía, va aná per montes y peñascals y costeján serres y passán fondonades espantoses, a visitá la famosa cova de la Tova, no perque esperare trobá an ella algo de valor, sino per dissimulá lo seu viache y fé creure per les mostres de les armes que no podíe ni volíe amagá, y de algunes monedes que pensabe enseñá, que a la Tova ñabíen grans tessoros com díe y creíe lo vulgo, y com diu y creu encara al nostre tems. En efecte, va entrá an ella una mica, va vore que nessessitabe mes ferramentes y aparells y si auncás tamé compañía; y com la curiosidat de aquell día habíe quedat satisfeta a la cova de los dos amáns, se va assentá a la porta, se va minjá un pa en tomata y magre de espaleta que portabe, y donánli ya lo sol mol de ple y de esquena al camí, sen va entorná a Santolaria aon va arribá prop de les nou de la nit. En lo que veíen que va portá Pedro Saputo (que sol eren les armes y algunes monedes a modo de medalles, perque lo tessoro lo va guardá ben guardadet), va creixe la fama per la montaña y peu de la serra, y dure encara, que a la Tova ña molta riquesa amagada; si be ell parláe sempre de aixó en misteri ocultán la verdat y dixán pensá a cadaú lo que vullguere. Rogánli después moltes vegades coneguts y no coneguts que aniguere en ells a la Tova, contestabe que ell per a aná a traure tessoros no volíe compañía per no partí en ningú; y que lo que fore temorico no teníe que aná aon se nessessitabe cor y no llengua. Los parlabe de calaveres, de encantats, de simes y passadissos. - Imagináutos, díe, lagos negres, en sapos y serps que eixequen lo cap una vara per damún del aigua, que fotén uns grans chulits y sacsán la cresta tos van seguín per la vora y amenassán. Aquí toparéu en un mort que pareix viu, o en un viu que pareix mort; allá tos íxen dos agüeles en barbes y mantos blangs; mes abán topetéu en un home o una dona convertits en estátues de sintura per aball; a un atre costat entropesséu en una comunidat de flares de la Merced; a lo milló sentíu suspiros y quéixes que no se entenen y tos gelen la sang a les venes; o igual tos ve una bandada de muixóns en rostros humanos pegán bufits acollonáns y de una aletada tos estamordíxen y derriben an terra sense sentit. Pos ¿qué, cuan de repén se sén allá lluñ un estrapalussi y griterío com si fore un ejérsit que aclame al seu general, a un príncipe? Miréu allá aon per supost no veéu res, y sentíu a la vostra esquena una carcañada que tos assuste y tos fa pixá damún. ¿Quí es lo guapo que tan valor té y no cau mort sen vegades? En estos y atres disparates que se le ocurríen los fee mes temó a tots, y no se sap que ningú haigue reconegut encara del tot aquella cova que asseguren que es grandíssima y mol fonda. Mols, sí, parlen de ella y hasta de fes rics sol arribán y ficán les dos mans hasta los colses; pero conversassió: les tinalles de or y plata encara se están allí com lo primé día. Perque si va algú, entre pocs passos, li agarre diarrea y sen entorne dixánla tota per registrá, o al menos les parts mes amagades y enrevessades, que es pressisamén aon han de está los tessoros.


 Capítul XII 


De los reméis contra lo mal de viuda que li va revelá a una Pedro Saputo. 


 ¡Ay de la honra!, díe en veu chafada una vella pateján an terra y meneján lo cap. ¡Votovadéu, si aixó haguere passat al meu tems! ¡Las desolladas! Y, ¿qué ere? Que va vore a una mosseta parlán en un mosso a la porta del carré a plena llum del día, y a vista y toleránsia de sons pares y de tot lo barri; y al seu tems, si habíen de parlá en ells, teníen que amagáls per corrals, cuartos y sótanos, y obríls de nit, y fels saltá bardes, teulades, baranes y finestres, mentres elles los aguardaben igual al llit, o ixíen a ressibíls descalses, y de puntetes y mal rebujadas, y hasta los donáben la má per a ajudáls. Aixó, sin embargo, per a aquella envejosa agüela no ere res, y lo parlá al carré de día o a la porta de casa (en honra y cortessía, com diuen elles) ere mol y cosa de desesperás qui u veíe. ¡Cuán tros ña de los setanta a los vin! Se va introduí esta moda als puestos que frecuentabe Pedro Saputo per una ocasió mol sensilla. Ell no podíe ni volíe aná a totes les cases; y totes les dones, igual agüeles que joves, solteres que casades, volíen vórel de prop y parláli; y per an aixó, cuan lo veen vindre, baixaben disimuladamén a la porta del carré, y al passá ell les saludabe, se solíe pará alguna vegada y parlaben un rato. Y de aquí va passá a sé costum a Almudévar y Santolaria, y después a atres mols pobles, passán dels uns als atres la moda. Y ere lo que no podíen vore les agüeles; ¡una cosa tan inossén!, ¡y mes a les aldees!, y lo que elles faen, que tot ere casi infamia, sol perque se guardaben de sé vistes, com la agüela del vissillo, ere lo bo y lo sano. Y lo que es per parlá en Pedro Saputo no sol baixaben a la porta, sino que tot ere buscá achaques en los que aná a les cases aon estabe. ¡Ere tan guapo! ¡Parlabe tan be! ¡Teníe uns ulls! Pero entre les que lo van aná a vore mereix espessial mensió una de Santolaria. Estabe un día minján a casa de sa tía, y se va presentá una viuda carregada de bayetes, llagrimosa, ullerosa, doblegada y suspirán; y después de llimpiás los ulls y sonánse los nássos, y una vegada saludat a tots en grans ímpetus de plorera, va exclamá donán un mol fondo suspiro: -¡Ay, Eugenia, qué dichosa sou de tindre a casa a un home tan sabut! Miréu, aquí ving sol per a desahogám y que me digue algo per a vore si me console un poc y descanse lo meu cor, perque tot lo san día no fach mes que plorá, y a la nit encara mes, y si me adórmigo algún ratico, ensómio y me assusto; y estic... estic mol apenada, mol, y mol desconsolada! Y dién assó va rompre a plorá tan aposta que un atra vegada se va anegá de llágrimes y mocs. Se va llimpiá, va aubrí y tancá los ulls tres o cuatre vegades, se va torná a llimpiá y soná, y va doná un suspiro tan fondo y fort, que va pareixe que se habíe reventat per lo melic, o que se li escapabe l´alma per la boca; y desde la seua cadira aon sol teníe un racó de la molla (nalga) com de humilde o vergoñosa, mirabe a Pedro Saputo esperán la resposta y consell que buscabe. Ell, naturalmén compassiu y mes en les dones, li va di: - Lo milló meche de lo vostre mal es lo tems, sense dili res de la raó, perque igual mos sen va de casa. Pero, se pot fé mol en la ajuda de atres reméis. Fa dos mesos... - Y onse díes justos, va di. - Pos sí, va continuá Pedro Saputo, dos mesos y eissos díes que va morí lo vostre home; y encara que podría ditos mol sobre esta desgrássia, vull aná al gra. Teníu dos criats per al campo y una criada per a casa, y per ara no nessessitéu mes homes ni mes paréns al vostre costat. Lo únic que la criada la hau de cambiá perque es mol jove, y (aquí entre natres) no podéu mirála en bons ulls, agora encara menos que cuan teníeu home; y debéu buscá una dona de juissi. - Me pareix be, va di ella, perque aquella mossa sol pense en devaneos y orenetes. - Pos, ya u día yo, va continuá Pedro Saputo; ixo, lo primé. Después no hau de plorá cuan tos vingue en gana; hau de tindre unes hores dedicades per an eisse ofissi, que per ara sirán dos cada día, una pel matí y un atra per la tarde, ploránla sansera sense pará mes que lo tems de resá un pater noster y una ave maría en réquiem al mich y al final de cada una. Y después de la plorera del matí hau de rentátos, pentinátos, asseátos y adorná lo cap y tota la vostra persona com si fore un día de festa y mirántos al espill. ¿Estéu en aixó, bona Gertrudis? - Sí estic, va contestá ella; pero yo no sé per qué hay de mirám al espill si no es per a espantám de vórem tan desastrosa y horrífica. - Per naixó mateix, va di Pedro Saputo, tos resseto lo ejercicio del espill, perque aixines voréu lo mal que li estéu fen al vostre rostro, que lo hau desfet de modo que no tos conec, sén que antes no ñabíe jove mes maja an este poble, encara que casada. Y si no tos u vach di, va sé per aixó mateix, perque estáeu casada, y este estat lo respeto yo mol. Pero ara, si me donéu llissénsia, aniré a vóretos alguna vegada, encara que sol sigue per a tráuretos eissa tristesa de la vida. - Sempre que vullguéu, va saltá ella mol espabilada. - Assepto la vostra cortessía, va di Pedro Saputo; aniré a vóretos, y quede aixó aixina, ya que estam conformes. Pero miréu que tos troba com hay dit. - Aixó no sé si podrá sé, va contestá ella, acabán de assentás a la cadira. - Sí podrá sé, va di ell, y sirá, amable Gertrudis; perque en fin, encara estáu lluñ de los coranta. - Treinta y dos añs vach fe al mars, va contestá ella, pero este cop ... - Dixéu lo cop, va di Pedro Saputo, y miréu de restituí lo coló y la grássia an eisse rostro que malmetéu infelismen, y la vivieza y la tendresa an eissos ulls afonats y apagats. Pero no hay acabat encara. Demá, sense mes retardáu (diferillo), enviéu un criat a Huesca y que tos porto ápit, rabanetes y mostassa, y mingéu ápit en ensiam per a postre per a diná y sopá, rabanetes en sal per a berená, y la carn del topí en mostassa que adobaréu mol be, com suposo sabéu fé. Se va avergoñí aquí un poc la viuda y casi va vindre a oféndres, agarránu com a pulla; pero se va reprimí y va di: - Aixó, si yo be u alcanso, mes pareix un remei per a una donsella opilada que per a una viuda apenada. - No u entenéu, Gertrudis, no u comprenéu, va replicá Pedro Saputo. No dic que lo remei no convingue a qui diéu, pero no dixe de sé mol propi y eficás al nostre cas. Féu y tos anirá be; en la inteligénsia que si no u faiguéreu, no adelantaríeu gens en la vostra milloría, ni yo podré aná a visitátos. Creéume, Gertrudis; lo mal de viuda sen va per la orina. Conque quedém en lo dit. Plorá primé una hora, después molta pinta y mol espill, y lo demés que tos encarrégo. Y si dudéu de la virtut del remei, yo aniré a vórela después demá per la tarde, y me diréu lo que vullguéu; pero tos u prometixgo en la condissió que hau de fé tot lo que acabo de manátos per al vostre be y lo de la vostra casa y amics, entre los que, si tos dignéu admitím, hermosa Gertrudis, me conto yo desde este día. - Sí, siñó, sí, siñó, va di ella; en lo cor y l´alma. Sen va aná en aixó, y ¡oh poder de les paraules de un home sabut! Sen va aná en la mitat de la pena que habíe portat y conforme en fé tot lo que li va maná Pedro Saputo. De sort que cuan éste va aná a vórela passats los dos díes ya ere un atra; perque anabe mol asseada, los seus paños muy bien prendidos, lo parlá solt y natural, lo semblán viu, y los ulls afables y hasta casi amorosos. Va sabé Pedro Saputo que no plorabe les dos hores sanseres, y li va aliviá los plos reduínlos a un cuart de hora pel matí. Y encara li va acabá de explicá lo que lo primé día no li habíe explicat del tot per ñabé testigos. Va vore tamé que la casa estabe mol ben agranada, llimpios y relluéns los mobles y tot en bon orden com en vespra de festa. Y en ves de tuf de sementeri se notabe una ligera auló de timó y espígol, que consolabe. Va continuá Pedro Saputo les seues visites diáries. A los cuatre díes li va aliviá del tot los plos, no permitínla plorá mes que los domenges per la tarde. A los vuit díes ya ere la mateixa de antes y mes, perque lo seu rostro ere tot un abril, restituít lo coló y la antiga viveza y alegría; a un chiquet de sing añs y a una chiqueta de tres que teníe los besabe en lo mateix amor que solíe demostrá a un atre tems; lo dol lo penjabe en molta soltura; y lo cor lo teníe sansé lo nou meche del seu mal, habénli confessat, pressisamén lo día vuit desde la seua primera visita, que se teníe per dichosa de habé enviudat per a conéixe y tratá a un home com ell, ya que lo seu anterió estat la privabe de esta glória. Y en aixó va vindre a pará lo seu sentimén, les seues llágrimes y lo seu desconsol. Per lo demés, ya se sap que les viudes han perdut la temó a los homes, no perque siguen viudes, sino perque van está casades. Si me diuen que no totes són unes ni una es totes, contestaré que es verdat, pero aixó no veníe al cas, perque ni yo les hay insultat, ni dixo de tíndreles compassió, ni crec de elles mes que lo que se té que creure en bona raó y dret. Li van privá a la viuda Gertrudis de no poques visites de Pedro Saputo los consultós de diferéns pobles que veníen a demanáli consell, a plantejáli dudes y consiliá pretensións enfrentades, a concluí pactes y concórdies. En un día van arribá de Ayerbe, de Lanaja y Poliñino, Berbegal, Alquézar, valle de Nocito, valle de Sarrablo, Jaca, Biescas, Estadilla y San Esteban de Litera. Y va arribá tamé lo síndic de Almudévar a suplicáli que baixáre per a un assunto de importánsia; y per a serví al seu poble va baixá inmediatamén. 


 Capítul XIII 


De la comissió de les tres figues. 


 ¡Oy!, ¡cuántes classes, espéssies y géneros de lladres ñan al món! Uns en trajes de caballé, atres en lo de pillos. Uns roben desde casa seua, a peu firme y a lance segú; atres al carré, al campo, als camíns; ñabénne a tot arreu y per a tot, y están tan poc segús de ells los palacios y hasta les mateixes corones de los reys, com la mes solitaria aldea y la fruita mes roína del ábre que creix sol al desert com lo de los Monegros. Pero en tanta variedat y diferénsies de lladres, cuatreros y tahúrs, cap de ells són mes serenos y rematats que los historiadós; y encara pressumín mol de honrats sol perque no roben o furten per an ells. Pero per aissó lo robo no dixe de sé hurto, y lo despojo, despull. A fe que si los despullats no estigueren morts, generalmén, que no sempre, los estiguere be lo seu atrevimén. Ha de sabé lo lectó, que un autó extrangé (de La Portellada no) li ha tret a Pedro Saputo lo fet y comissió de este capítul, per a donálay a un personache arrapiezo que may ha existit, y a qui fingix una vida y aventures tan enatizas com la persona, per a entretindre a gen, músics, mossos de botiga; pajes, lacayos y chiquets de escola. Y después vol dissimulá y realsá la baixesa de la seua invensió en alegoríes de aquell tems, que així medren als meus enemics com diuen a la fábula y lo seu puro significat. Sempre han fet aixó los extranjés; espessialmen los italiáns y los fransesos, habén casi arribat a di aquells que lo Gran Capitán va adependre a montá a caball de un padrone que va tindre a la Calabria; y éstos, que Cervantes va náixe a la botiga de un barbé de Versalles. ¿Qué extrañ es, pos, que homes de tan poc aquell (vergoña anaba a di) se haiguen propassat traénli a Pedro Saputo la glória del fet que referím? Lo que yo mes séntigo es que lay haiguen atribuít a un fulano de tan poc valor, ridícul y carregat de despréssio, aixó ha corromput la grássia, ha malmetut lo coló y revocat la dignidat de la acsió al héroe de Almudévar. Pero tindrá lo seu mérit, original y primitiu, mal que li peso al menguat biógrafo que va adorná en ella la vida del seu arrugat y monstruós engendro. A la explanadeta del collet de la Corona ñabíe una figuera que may habíe donat fruit, y aquell añ va doná tres figues tan hermoses, orondes y extraordináries, que lo consell va determiná enviáles de regalo a S. M., y van nombrá a Pedro Saputo per al encárrec y comissió de portáles. Van maná fé una sistelleta mol pulida a un sistellé de Huesca, lo mes famós que ñabíe a la siudat, trunfero per afissió, en tres compartiméns per a ficá les figues separades. Y una vegada fet tot y ficades les figues ben tobetes, li van doná a Pedro Saputo la sistella, li van doná perres per al viache, y va empendre lo camí de la Corte. Al poc tros va escomensá a dís per an ell; aixó que fan los del meu poble es una grandíssima burrada, y no sé yo cóm dissimulála per a que no u paregue. Suposat que arribo allá: y ¿qué dic? ¿Qué diré an aquelles raboses descolades de los cortessáns? Y ¿qué dirán cuan veiguen que desde Almudévar, a Aragó, porten tres figues a S. M. y demano audiénsia y les vull presentá y (porfío) insistixco en alló? A mí no me importe aná a la Corte; ha de vóretos y ressibítos lo Rey o yo no soc Pedro Saputo. Pero ¿cóm mu faré yo per a que esta ignoránsia y sagalería redundo en estimassió y crédit de los del meu poble? Y així discurrín va aná caminán la seua jornada, y lo cuart día va arribá a Alcalá de Henares, enrecordánsen del gran Miguel de Cervantes Saavedra y del poble de Horna, aon naix lo riu. Ya estic prop, va di; y per al que ting cavilat, lo mateix són dos figues que tres; men minjo una. Y se la va minjá y va tirá cap abán. Arribat al puesto que diuen la venta del Espíritu San, va di: per al que hay tornat a pensá, lo mateix es una figa que dos; men minjo un atra, y se la va empassá o cruspí y va tirá cap abán. Va arribá al Bon Retiro aon ressidíe lo Rey y tota la real familia; y com tot u portáe mol discurrit, compost y considerat, va entrá a palacio mol confiat y sereno. Ere entonses lo que privabe a palacio, per sé lo gust dominán, les bufonades y chocarreríes. De modo que la grássia y mérit de la bona conversa y trate cortessano consistíe en chistes, equívocos, conceptillos y agudeses mes que menos indessentes, passán tot de bona ley a títul de discressió y galantería. Va sabé aixó Pedro Saputo cuan va passá l´atra vegada per la Corte; per sert que se va avergoñí de vore tanta baixesa al mateix tems que majestat y dignidat que corresponíe a un imperi tan gloriós, a una Corte com la de España, siñora de tans móns. Pero ara li va pareixe que aissó mateix li fassilitáe la seua comissió, y esperabe eixíssen de ella airós. En efecte, va arribá a palacio, y fen del bobo va demaná vore a S. M., a qui portáe un ofissi de la Vila de Almudévar y en ell un regalo que seríe contat als anales del reino per la cosa mes estupenda que s´haguere vist. Li van preguntá al pun los cortessanos qué ere lo que portae, y va contestá que primé u habíe de sabé S. M., que ells u voríen y no u cataríen. Y que no lo entretengueren mol perque ere home de poca passiénsia y se embutiríe a la cámara y hasta al llit de S. M. digueren lo que digueren. Ells van volé divertís, y lo paraben insistín per a vore lo que portáe a la sistella. Ell los va di, sempre fénse lo simple: - Mireu, polilles, que si me cabrejo, apreto a córre cap ahí dins, despenjo la espasa de S. M. y tos conjuro en ella y tos envío a per almes de alquiler si ña a la Corte qui les alquilo, perque tos hau de quedá sense la vostra. - ¿Hau vist, va di un de ells, un lloco mes grassiós? Portémlo a S. M. que, per San Jorge, li agradará mol sentíl. Y lo van ficá entre mich de tots fen un rogle y lo van entrá a la cámara de S. M. Arribat a la presénsia del Rey en lo ofissi o plec a la má y la sistella a l´atra, li va demaná llissénsia per a presentáli un ofissi escrit del ajuntamén del seu poble, y S. M. lo va admití en agrado, y lligit lo que ñabíe, va di: - ¿Conque me portes tres figues? - Sí, siñó, aquí están, an este sistell. Y lay entregue a S. M. La va obrí lo Rey, y no veén mes que una figa va di: - Aquí sol ña una figa. - Pos una, va contestá Saputo. - Pero lo ofissi rese tres, va di lo Rey. - Pos tres, va contestá lo bribón. - Home, va di lo Rey; lo ofissi diu que me envíes tres figues y aquí sol ne vech una. - Aissó, siñó Rey, consistix en que abáns de arribá m´hay minjat yo les atres dos. - ¡Te les has minjat! ¿Y com has pogut féu?, va preguntá lo Rey. - Aixína mateix, va contestá Pedro Saputo, y agarránli al Rey la figa de la má se la va fotre en molta grássia y desenvoltura. Los cortessáns que u van vore van selebrá mol lo ingenio, van di que chiste com aquell no se habíe vist; y hasta S. M. se va alegrá y u va selebrá tamé, y va afavorí a Pedro Saputo. Així u habíe ell esperat y no se va engañá, coneixén la sagalería y cachondeo de la corte desde l’atre viache. Li va maná lo Rey que no ixquere del palau sense la seua orden, y als cortessans y caballés de casa seua que lo atengueren y mimaren. Un día li va di lo Rey: - Ya que has vist la meua taula, ¿te pareix si ñaurá algún príncipe al món que sense portá res de fora de los seus estats la tingue tan aufanosa? Y va contestá: - Me pareix que no, perque no ña cap reino al món que produíxque tanta variedat de productes y tan exeléns per al regalo de la vida. Pero ne falten moltes, siñó, a la taula de V. M., y yo sén lo que soc les ting cuan vull, mol mes exquissites, o me les mincho, que es lo mateix. Perque Vostra Majestat no minje pa de Huesca ni de Andorra. - No. - Pos yo, sí. V. M. no se minje los corderets dels Monegros. - No. - Pos yo, sí. V. M. no se minje les truches del Cinca ni del riu de Troncedo. - No. - Pos yo, sí. V. M. no minche churuvíes montañeses y de Mainar, ni les penques de carchofera ni la esquirola de Alcañís. - No. - Pos yo sí. V. M. no minche formache de Tronchón, oli de Fornos, fesols de Beseit, raím de Ráfels, sireres de Monzón, bresquilles de Torre del Compte, figues de Maella, ni les mangranes o los mullareros de Fraga. - No. - Pos yo sí. V. M. no minche cap oliva negra, ni maurada, ni moragues de empeltre del Baix Aragó. - No. - Pos yo sí. V. M. no beu aigua del Gállego o del Cinca. - No. - Pos yo, sí. - ¿Tan bona es?, va preguntá lo Rey. - Es tan bona, siñó, va contestá, que ademés de sé mol ligera, fássil y suave, pura com la llum, mol primeta y la mes llimpia que corre damún de la terra, no patixen de gota ni apoplejíes o embólies los que la beuen; en espessial de les seues corréns. - No me has nombrat cap vi, li va di lo Rey. - Siñó, no ne falten de mol espessials, pero per ara són millós los de les provínsies de Andalussía, que si los meus paissanos los aragonesos no tingueren lo talento de fé de bon raím vi roín, manaríe V. M. portán del Campo de Cariñena y atres, y los compararíen en los millós. - Men alegro, li va di lo Rey, de que lo meu Reino de Aragó sigue un paraís a la terra per los seus fruits naturals. Algúns ya yo los había sentit nombrá, atres ya venen a la meua taula y hasta algúns que tú no has nombrat, com la borraina y los crespells; y atres habíen arribat a la meua notíssia. Pero, en efecte, yo crec que vas una mica massa exagerat al pun de exelénsia. - Siñó, va replicá ell, a Aragó tot está a un nivell, la exelénsia de los fruits de la terra, y la noblesa de los cors de los seus naturals per a estimá al seu Rey, y la lealtat de los seus pits per a defendre la seua corona. Esta conclussió va dixá al Rey mol pagat, y mes que va parlá Pedro Saputo en gran ahínco y firmesa, com home que sabíe lo que díe. Tots los díes solíe cridál lo Rey a la seua cámara y holgabe mol de la seua discressió y dites fines; encara que no va tardá en vore que Pedro Saputo ere home per a mes que per a fé riure com un bufón sense cadiera ni meollo. Hasta lo va cridá alguna vegada cuan deliberabe en lo ministre, y li va arribá a demaná lo seu pareixe en gravíssims, mol serios, negossis del estat. Per fin se va atreví Pedro Saputo a declaráli a S. M. que la comissió y regalo de les figues, com lo papé de bobo que estáe fen, habíe sigut achaque per a introduís, y tot per a tindre ocasió de díli a S. M. lo que habíe observat al reino. Les dames de palacio lo volíen mol, y jugaben y sen enríen en ell per simple y sense malíssia, y ell se dixáe marejá y anáe jugán, y traíe tot lo partit que podíe, que no ere poc de tots modos. Pero algunes van adiviná mol pronte que la seua simplissidat ere fingida, y lo trataben de un atra manera y lo afavoríen mes, y se enteníen en ell per a burlás de algúns caballés que se teníen per discretos. Sen va cansá empero de está a la Corte y de vore al Rey seguidamen engañat per los seus ministres y consellés; y no atrevínse a combatí sol una batalla tan ressia com la que hauríe de doná a tans y tals enemics del Rey y del Reino, va di un día a S. M.: - Siñó, si V. M. me done llissénsia, yo voldría torná a Aragó, perque ting que cumplí este añ un voto a la Virgen del Pilá, y se arrimen les festes. U va sentí lo Rey, perque li habíe agradat lo seu bon entenimén, y voldríe tíndrel sempre al seu costat. En tot li va contestá: - No te privaré de cumplí la teua bona obra; y sápigues que ting enveja als aragonesos que tan prop están de aquella siñora y mare de tots. Ves, pos, a la teua terra. Pero cuan estigues a pun de anáten, entrarás, que has de portá unes lletres meues y un encárrec de paraula an aquell lo meu virrey y Capitán General. - Siñó, va di Pedro Saputo; yo ya men aniría demá, si V. M. no me ha de menesté mes tems a la corte. - Ten anirás, pos, demá, va contestá lo Rey; y entén que si vols torná, sempre te voré en gust y si algo me demanes no te u negará lo teu Rey. En efecte, lo van despachá aquell mateix día; ell va besá la má del Rey, se va despedí de les seues amigues y dels seus amics, y carregat de regalos de elles, va eixí de la Corte y va empendre lo camí de Saragossa. 


 Capítul XIV 


Pedro Saputo cride a sa mare a les festes del Pilá. 


De una extraña aventura que los va passá an elles. Desde la Corte habíe escrit al consell de Almudévar donánli cuenta de la seua comissió y diénlos que S. M. agraíe lo regalo, pero encarregánlos que u tingueren callat hasta la seua tornada, per serta raó que los diríe. Y arribat a Saragossa va escriure a sa mare rogánli que vinguere a vore les festes y visitá a Nostra Siñora del Pilá. Se va alegrá mol sa mare, y la resposta va sé presentás en una familia honrada de lo seu poble y emportánse en ella a la filla de sa padrina, que van vullgué aná a Saragossa y en tan bona compañía y al costat de una persona com la pupila no sels podíe negá tan natural y just dessich. Pedro Saputo va entregá lo plec al Capitán General y li va di lo que de paraula li van encarregá S. M. y lo ministre. Lo preveníen a les séues lletres que ressibiguere mol be al portadó y mensajero y que no despressiare los seus consells. En aixó lo virrey lo va convidá a minjá algunes vegades y lo va volé vore tots los díes. Sa mare, veénlo tratá en tan altes persones, donáe seguit grássies a Deu y no sabíe eixí del Pilá, costánlos traball a les pobres sagales tráurela per a féla seguí y vore la siudat. Van arribá les festes, y lo virrey lo va convidá a vore la correguda de bous al seu balcó, sen entonses lo Coso aon se corríen y torejaen los bous. Después se van refrescá, y cuan anáe ya a despedís va ressibí un billet. Lo seu sobre díe: Per al caballé que esta tarde ha estat a la zurda del siñó virrey veén los bous, y portabe una sinta verda al pit. Y a dins va lligí: «Demá a les dos de la tarde en pun tos aguarde a una casa, la porta es la segona a la dreta al carré de don Juan de Aragó entrán pel Carré Majó. - La triste María Mercedes Orante, o sor Mercedes que va está al convén en Geminita.» Lo fret de la mort va sentí a les séues entrañes al vore este recado; va sé la nova que mes profunda y cardinalmén lo va sobressaltá y va conmossioná la seua vida. Sen va aná inmediatamén de la casa y visita dién que lo cridaen, y ple de confusió sense podé casi fé eixí la respirassió del pit, anáe diénse: ¿Qué es aixó? ¿Ensomio o es verdat? ¡Sor Mercedes fora del convén! ¡La sensible y tendra sor Mercedes! ¿Qué li passaríe? ¿Qué li ocurriríe a la infelís? ¡Y en tans añs no habé sabut de ella! ¡Secreto gran seríe! Be que ella no sabríe quí era yo. Y ara ya u enteng; ¡me haurá vist, y me ha conegut! Obríu, sels, lo camí de San Pedro, y aquí estic per al sacrifissi que lo cas pugue demaná. Y va doná algunes voltes per los carrés per a calmás una mica, procurán en esfors y valor dissimulá la seua profunda cavilassió y tristesa per a no apená a la seua bona mare ni doná a entendre res a les dos sagales. ¡Quina nit aquélla! ¡Quin día lo siguién! ¡Qué cambiat se va vore al espill! Li pareixíe que no ere lo mateix; y entre mil embolicades imaginassións va passá lo día y va sentí tocá les tres de la tarde a la Seo (al asseo no); conque se va disposá a aná a la casa de la sita. Lo cor li martellae, les cames li fallaben, la espasa lo incomodabe, y hasta lo cos li volíe fugí y seguíe arrastrán la intensió de les passes. Va arribá al carré, y sense volé se va trobá a la porta. Va entrá, va cridá, van obrí, va pujá y a un replá de la escala se va obrí una porta; va entrá per nella donánli a cada pas mes forts y mes ansiosos batecs lo cor, cada vegada mes enarbolat. Va vore a una siñora mol ben vestida a la porta de una sala, que pareixíe aguardál; se va dirigí an ella, pero la siñora sen va aná al mateix pas que ell adelantabe cap an ella. Sén passes detrás, se torne a mirá en algún ressel, y veu a un atra siñora no menos ben vestida y misteriosa. Va seguí a la primera sense sabé si debíe saludáles o callá, perque cap de elles parláe y no podíe vóreles la cara per la poca llum que permitíen unes cortines de damasco a les vidrieres, que tampoc estaen del tot ubertes. La que anáe dabán va arribá hasta la finestra y se va pará; la que veníe detrás se va aturá tamé, y ell al mich de les dos, no adivinabe en qué pararíe alló ni podíe coneixe quina de elles siríe sor Mercedes. Mentres miráe a la una y a l´atra, elles guardán lo mateix silénsio, van aná adelantán cada una hasta ajuntás en frente de ell entre dos alcobes que ñabíe y se van quedá a unes sis passes com dos estátues. Lo van está mirán aixina un ratet, y ell an elles: y después la que va vindre dabán va di mich en vers, pero en tono serio y fingín la veu, perque sinó lay haguere conegut: Hau vingut al terré ben engañat, per Deu; no un cor, sino dos, nessessitéu, caballé. Ell, ixquere lo que ixquere, pero adoptán lo sentit cortessano, va contestá en serenidat y prestesa: Si de amor es lo terré, en un ne ting prou, per Deu; be pot serví a dos, si se oferix, un caballé. Y un atra vegada se van quedá mirán. Entonses la mateixa de los versos va di en la seua veu natural y en molta confiansa y ahínco: ¡Ay, cèlio!, y van corre les dos a abrassál, ressibínles ell una mica dudós, preocupat sempre de la sort y desgrássia de sor Mercedes. Les va acabá de coneixe, y va exclamá: ¡Filles meues! Perque eren... ¿Quí se u habíe de imaginá? Eren Juanita y Paulina, que lo van coneixe al balcó del virrey y van discurrí aquella aventura per a fótreli un bon susto y disfrutá de la seua turbassió y zozobra. No acabáben de alegrás, de mirál, de satisfé y assossegá lo cor ple de amor y de tendresa. Y agarránli les máns lo van entrá al estrado. Van vullgué explicás; pero van preguntá tantes coses y tan de tropel, que en ves de contestá, perque ere impossible de aquell modo, va soltá ell tamé un llarg borbollón de preguntes. Se van calmá poc a poc, y li van aná dién que estaen casades y habíen vingut a les festes en los seus homes; que Paulina teníe un chiquet de dos añs, y a Juanita se li habíe mort una chiqueta de un añ fee tres mesos; que los hómens en una criada per a les dos, en lo huésped y atres forastés sen habíen anat als bous y de allí aniríen a les festes del Pilá hasta les nou de la nit anán de passada a refrescás a un atra casa; que habénlo conegut ahí al balcó del virrey habíen acordat cridál del modo que u van fé; y quedás avui a casa en algún pretexto, que may ne faltaben a les dones, per a vórel y díli que elles sempre eren les mateixes. Les va preguntá si estaen contentes en la seua sort, y van di que no les penabe habés casat; que Juanita estáe entre be y mal, be per la casa y lo home, perque la casa ere mol rica y lo home un bonachón y calsonassos; y mes que be per lo seu sogre, que ere un home mol instruít y amable, pero que estáe mal per la seua sogra, perque en lo seu genio ere tres vegades sogra, igual per als demés que per an ella. Que Paulina habíe trobat gen sensilla y passífica fora de sé lo seu sogre una mica áspre y gorito, encara que de bona raó en general. - Pero, ¿es possible, va di después Juanita, que en vóret hagám de torná sempre a sé sagales? ¿Y es possible que no sapigám quí eres después de tans añs? Pero lo día ha arribat; cuan estiguéu casades, vas di; y ya hi estem, cumplix la teua paraula. - La vach a cumplí, va di ell; no tos u faré dessichá mes, perque be u mereixéu. ¿Hau sentit parlá de Pedro Saputo? Al sentí este nom se van quedá estupefactes, mudes, miránse la una a l´atra, miránlo an ell, y com recorrén a la seua memoria la história de les séues aventures en ell desde lo novissiat. Al final, va exclamá la mateixa Juanita: - ¡Tú, Pedro Saputo! ¡Lo Geminita, lo estudián, lo caballé, ara lo cortessano y home de palacio! ¡Tú, Pedro Saputo! ¡No podíe sé datre! Ya no me admiro de lo teu mol sabé, de la teua molta agudesa, del teu espabil, ni de res de cuan ham vist desde que te vam coneixe. ¿Qué extrañ que a totes mos vas engañá al convén fingínte dona, fen lo que vas fé y que mos encantares de aquella manera? Pero en fin, a tú te debém lo no habé quedat allí sepultades per a tota la vida; a tú te debém... Mira, Paulina, be mos podém perdoná los dessatinos y locures que en ell ham fet. ¿Quí se ressistix a les teues paraules? ¿Quí pot en ixa grássia? ¿Quí no creu triunfá cuan sense reflexió ni sentit se dixe portá del encán de les teues mirades y té tanta perfecsió y gallardía? - ¿Estás lloca, Juanita?, li va di ell. ¿Concluíxes y passám a un atre assunto? - ¿Qué es concluí?, va di Paulina. ¿Quí pot acabá de admirás? ¡Pedro Saputo, lo nostre antic y primé amán! ¡Oh!, sí que u eres, sí, no u dudém, si no eres algún dimoniet del infern. ¡Y tan segues natres, Juanita! ¡Y tan com ham sentit lo teu nom, no ensertá que sol tú podíes sé! Home y dimoni. ¿De aón has eixit? ¡Ay, cuántes torres haurán caigut als teus peus! ¡Cuántes fortaleses te s´haurán rendit! ¡Cuántes infelísses deuen pensá en tú an este mateix instán, y plorá y afligís, mentres estás aquí en natres! Pero eres lo nostre, y de ningú mes; sí, lo nostre, encara que sigue un crimen díu. ¿Per qué te vam coneixe? Va fé callá tamé a Paulina, y així parlán y tornán sempre al mateix se va passá lo tems hasta les nou; an ixa hora se va alsá y sen va aná cap a la fonda, dién que no podríe torná a vóreles; pero prometínles aná als seus pobles. Se van acabá les festes del Pilá; van descansá tres o cuatre díes y elles sen van aná en los seus hómnes als seus pobles, y ell, a Almudévar en sa mare y les sagales. A la seua arribada lo van visitá tots los del consell o ajuntamén, después de la formalidat y en lo afecte de sempre, los dos hidalgos y mich que ñabíe al poble, y los tres caballés que se donáe a entendre que u eren per tindre dos rucs y una somera y señí espasa los díes de festa. Als del consell va encarregá que parlaren poc de les tres figues, y los va di que per a librás de la baya del vejamen que los donaríen atres pobles no reparáren en fótreli treballassos y cascots al simén del obra, y així creuríen que va ñabé an ella algún misteri. Y misteri habíe sigut la seua presénsia a la Corte y la seua assisténsia a palacio. Pero de habél vist en familiaridat y amic del virrey y de atres personajes no se admiraben, perque, encara que eren aldeanos y sense món, be sels alcansabe que Pedro Saputo ere home per an aissó y per a mol mes; ni tampoc se extrañaen de que Sa Majestat li haguere fet tan favor. Y tots se creíen honrats en la fama y gran persona de aquell fill del seu poble. 


 Capítul XV 


Del pleite al sol. 


 Este capítul, discreto lectó, no voldría que lo llixgueres, perque dirás: trufa, trufa: y ya veus que aixó es contra lo meu crédit y la estimassió del llibre. Be me hay dit a mí mateix, que no debía escríureu; pero me hay contestat, que yo no ting la culpa de que la tradissió haigue conservat este fet. Y per a descárrec de la meua consiénsia ting que manifestá que yo u crega o no u crega, si ha passat, potsé no va sé a Almudévar, pos ña qui u atribuíx a datres pobles. Anem al cas. Diuen, pos, que mentres Pedro Saputo va está a la Corte, van ficá los del seu poble un pleite al sol, y que cuan va arribá de Saragossa y después que lo van saludá tots, lo van cridá un día a la plassa aon estáe ajuntat lo poble, y li va di un del consell: - En mol dessich, oh fill, lo nostre Pedro Saputo, esperábem la teua vinguda a la vila per a donát cuenta de una cosa que ham fet y que tú en la teua molta agudesa y sabiduría mos has de ajudá a portá a bon terme y final cumplimén. Has de sabé que fará un mes vam ficá un pleite al sol... tal com va sentí aixó Pedro Saputo, va di: - ¡Pleite al sol! Y va contestá un de la plassa: - Pleite al sol, sí, pleite al sol; perque sempre mos ferix de frente al camí de Huesca. ¿Anem cap allá? Mos ferix la cara; ¿Torném de allá?, mos torne a ferí la cara. Y l’atre día a Simaco Pérez y a Calisto Espuendas los va passá que de tan feríls lo sol se van torná segos; y com aixó ya ha passat atres vegades no volem que mos passo a tots, avui un, demá dos, perque después los de atres pobles mos farán momos y mos dirán ullets, garchos y guiñosos. Per naissó ham ficat un pleite al sol, y hasta que lo guañém y no mos ferixque mes de cara al camí de Huesca, no ham de pará. Y ya pots, tú que eres tan espabilat y tan aquell, mirá de fé que aixó no se pergue y traballá en los juches y lletrats, que be los paguem, que yo vach doná l’atre día una ovella mamia que me va tocá per als gastos. - Pero, siñós, va di Pedro Saputo: ¿es possible que haigáu caigut a la mengua que estáu dién? ¿Pleite al sol hau ficat? ¿Qué dirán los atres pobles? - Que diguen lo que vullguen, va contestá un atre bárbaro de la gentada; mes val que diguen aissó que no tornámos cèlios com aquell del noi y lo mut de Ferreríes y después no valgam per a res mes que fé bona música y fandangos, y mos fáiguen la figa y no u veigám. Y ya pots traballá, sinós a volá d'icho puesto, que pareix que desde que has estat a la Corte del Rey ya no te coneixém. Y an estes paraules ne van seguí datres mes altes, acaloránse la gen de modo que Pedro Saputo va habé de sedí, y fen siñal de volé parlá, se van assossegá y van callá, y ell los va di: - Yo tos dono paraula que lo pleite se acabará pronte, que no durará ni una semana, y que lo guañarém. - ¡Be! ¡Be! ¡Viva Pedro Saputo! Y se va desfé la junta. Va preguntá quí ere lo lletrat que defeníe a Almudévar, y va aná a vóres en ell y les demés pesses de aquell ajedrez. Lo lletrat, despert com un mussol, li va di que efectivamén li habíen demanat los de Almudévar que los escriguere una demanda y querella contra lo sol, perque los feríe de cara cuan veníen cap a Huesca y cuan sen entornáen al poble, y que li volíen ficá un pleite; que primé los va di que ere un disparate, pero que no va pugué dissuadíls; que después los va volé acolloná en los gastos que vindríen, y que an aixó habíen contestat que no faltaríen dinés; y que en efecte después habíe sapigut que se escotaben y reuníen una cantidat mol considerable. Per esta relassió va vore Pedro Saputo que no ñabíe estafa o malíssia; sen va enriure en lo lletrat, P.J.B.C. y se va está passeján per allí dos díes, y al tersé per la tarde sen va entorná cap a Almudévar discurrín lo modo de eixí del pas, dixán als del seu poble per sabocs hasta la consumassió dels siglos. Va convocá al poble per lo matí, y los va di desde unes pedres que habíen sigut los solaméns y lo peu de una creu: - Fills de Almudévar, tos partissipo que ham guañat lo pleite al sol... No tos abalotéu; escoltéu: ya no tos tornaréu segos, ni tos podrán di ullets o garchos, perque no u siréu mai mes. La cosa ha passat de esta manera. Después de vore lo que se va alegá de la nostra part y lo que va contestá la contraria, vach aná a la justíssia y li vach parlá llárgamen de la tirria que mos té lo sol, de lo tossut que es, mos ferix sempre de cara; y a forsa de les meues reflexións ha sentensiat al nostre favor; y yo, agarrán una copia de la senténsia, me la vach ficá an esta burchaqueta secreta del meu gabán, y diu aixó: (¡Cóm van eixecá lo cap y obríen la boca per a sentíu!): «A la siudat de Huesca, als set díes del mes de novembre del añ a Nativitate mil y tans deu catorse, yo la justíssia, alcalde, corregidó, tribunal y definidó de causses, pleites y querelles de la terra y los planetes del sel; a la instánsia que se seguix per lo consell y vila de Almudévar contra lo procuradó Benito Camela nomine y de part del sol de España; atento al que per les dos parts se ha alegat, y remitínme al prossés en tot cas tam in preses cuam in futurum, declaro y fallo a justíssia, ley, consiénsia, y raó, y a nom y veu de la católica Majestat del Rey lo nostre Siñó (que Deu lo guardo), que lo consell y vila de Almudévar no demane cap gollería ni lo que diuen cotufas al golfo, peres al olm, sino lo que fa mols añs y hasta siglos que van pugué demaná en lo mateix dret y justíssia que ara, y que lo sol de dabán no sigue osat de feríls de cara cuan vaiguen cap a Huesca y cuan sen entornon per lo matí...» Aquí no va pugué ya aguantás la multitut, y van tirá los sombreros al aire cridán: ¡Viva Almudévar! ¡Viva Pedro Saputo! Y va durá un rato la alifara y selebrasió de la victoria. Així que se habíen desfogat, va continuá Pedro Saputo y los va di: - Ara de eixes perres que hau arreplegat, que segóns hay calculat passe de mil libres jaqueses, se podríe fé un pou de pedra per a tindre aigua abundán y bona a tot hora y tems, en una bassa, de la que se podríe passá l´aigua del sel después de aclarida y desenterbolida, com al Mas de Torubio de Queretes. - ¡No, no!, va cridá una veu de la turba. ¿Aigua dius? Hasta la del sel mos fa nosa. Si hagueres dit una fon o un pou manantial de vi, entonses sí que hagueres assertat; pero d'aigua, ¡mal empleades perres! En un atra cosa u podém empleá. Escolteu lo que passe: per ahí se están sorsín los muros y arruinánse a tota pressa, y día y nit tenim lo poble ubert; que se refórson los muros y faiguém unes portes ben fortes per a tancá de nit que no entron los lladres y no torno a passá lo fet (fecho) de la semana passada, que van entrá a micha nit, van matá gossos, van assustá a la comare y al forné vell, y se van emportá a la filla de Jorge Resmello, a Resmella, pos ya la coneixíeu; y la tornarán, sí, gora un rasco, o la dixarán que no valdrá per a res. Aixó es lo que ham de fé en eixes perres. Y van aplaudí tots al que aissó va di; y Pedro Saputo va callá, va eixecá los muscles, y sen va aná cap a casa seua, imaginán la ligeresa y fassilidat del vulgo, que igual aclamáe en vives com amenassáe de mort. Pero, en efecte, lo lectó té que atíndres al que hay dit al prinsipi: a sabé, que este fet es puro cuento, perque tanta simplisidat, tanta gran tontería, no cap a homes que caminen en dos peus y tenen los ulls a la cara. Ña qui assegure que van sé los de Loharre los del pleite al sol, uns atres diuen que los de Beseit; dic lo mateix. Y tamé u hay sentit de un poble de Galíssia y de dos de Andalussía. Pero de éstos y de tots, lo dit, dit. Conque lo lectó se servirá tindre este capítul per no escrit; o de lo contrari lo mano desde aquí per a malévolo y lo acuso de burlón y enemic de la pau de los pobles. 


 Llibre cuart 


Capítul I 


Propose sa mare a Pedro Saputo que se caso. Revelassió importán. ¡Quina llástima que Pedro Saputo passare de los dessat o devuit añs de edat que teníe cuan va eixí del convén! ¡Quines coses tan amables ñauríe a la seua vida! Perque lo que es ell no nessesitáe mes barbes, mes tempero ni madurassió: ere un gran músic, un bon pintó, literato, filósofo, mol ample de muscles y ben reforsat, un home perfecte, un home complet y fet de totes totes. Es verdat que com los demés van aná envellín, no haguere pugut tindre sempre los mateixos amors, y se va vore obligat a dixá los que sen anaven de la orfanidat, y aná agarrán los que van aná vinín. Pero aixó an ell ¿qué li fotíe?; algo, ya u vech; perque ni lo cor del home es aixina ni ña verdadé amor sense estima, ni estima sense virtut, y la virtut seguix totes les edats. Pijó siríe encara si tinguere fills, perque éstos creixeríen, trauríen barba, y se faríen homes, y lo pare se quedaríe detrás de ells y sagal sempre. Vaya, no pot sé, no estaríe be, es disparate pensáu; milló es lo que ara se use. Per un atra part, ¡sé sempre jove!, ¡no passá may dels vin añs! ¡Ay, qué bo siríe, dirá aquí alguna sagala lectora passada ya de ixa edat o assománse an ella! ¡Ay, qué bo! Pos mira, lectó, sagala, o enténu tú que llíches, la jove de los cuatre lustros, o los que tingues, que si a la meua má estiguere may siríeu velles, sense que sigue lisonja féu mes bon goch y mos agradéu mes de joves. Una vegada passats los trenta y cuatre o trenta y sing, tos pararía allí y no tos faríeu mes fees. Sí que ha passat ya la juventut y sen va aná lo coló de rosa, y la vivesa de los ulls y la finura de la careta, y lo aire y la amabilidat de los añs de les grássies. Pero encara no sou fees. ¿Qué mes volíeu? Parléu als deu añs mes, y diréu: ¡ay quí los agarrare! Pero no me se ha donat este encárrec; u séntigo, y mes no podéu remediá. Conque admitiu la voluntat o alcansáume llissénsia per a servitos. Ham arribat al llibre cuart de la vida de Pedro Saputo, al que ya es home de mes sérios pensaméns, ya no li putíxen los mantellets, y ya no faltará qui mol pronte li dono una sofrenada y li digue: hola, mosso; mira que eres home. Sino que es lo cas que yo, com lo vull tan y ere ell tan viu y demoniet de sagal, séntigo que no u sigue sempre y tingám que tratá de coses tan formals com sirán les que apunten y seguixen. En tot, ell es lo mateix, y yo tamé, y així ni ell dixará de obrá com qui ere, ni yo de escriure com hay escrit hasta ara. Conque, ¡arredro, tristesa!, ¡oste allá, pesás del alma! Bon ánim y continuém. Aquell inviarn lo va passá Pedro Saputo al seu poble, dedicánse al estudi prinsipalmen y sense olvidá la pintura y la música. Los ratos libres descansáe en la conversa de Eulalia que en tan bon mestre va arribá a sé la sagala mes discreta y amable de la terra. No dixáe de créures digna del mateix favor la filla de sa padrina, perque ere tamé mol amable, grassiossíssima, maja, garbosa, entesa, encara que inossén, y un verdadé diamán traballat, y traballat per tals máns; y tamé lo volíe mol, habénla inclinat sa mare al amor de Pedro Saputo en propósit de que la amistat de los pares se arribare a estretí del tot en la unió de los fills y quedaren les dos cases fetes una sola. Ell, sabénu, contemplabe y alegrabe a san germaneta, pero la part prinsipal sempre ere per a Eulalia. Sa mare, en fin, después de habéu pensat moltes vegades y habé reculat tantes atres per temó de la seua resposta, se va determiná a insinuáli que lo seu dessich siríe vórel casat, a la seua edat ya conveníe. Y li va afechí que al poble mateix podríe casás mol be, si vols casat be, cásat al carré, al seu poble no lo engañaríen. Yo sé, va di, que ña qui te vol y pense en tú mes de lo que tú assertarás a imaginát. De Eulalia tú sabrás a lo que está disposá, habén dit sempre a la seua familia y públicamen que te volíe tan que may voldríe a datre home, perque no lo podíe ñabé ya digne de ella después de habet conegut a tú y merescut lo teu amor. Gala, sí, fill meu, gala está fen, de sé filla de un fidalgo que tú saps lo fanfarrón que ere, del amor en que te vol y diu que tú li correspóns. Y lo que es mes, ningú murmure de ella sino que encara pareix que tots la volen mes per esta ressolusió y desenfado. De les demés del poble, grans, minudes y michanes, potsé te costaríe mes preguntá que conseguí lo sí de elles y de los pares; perque yo sé cóm me saluden, yo sé lo que me afavorixen, tratánme com a igual hasta les mes engreídes y pujadetes, visitánme y alegránse cuan yo les visito. No sé lo que es; pero hasta per a criades me se han brindat sagales de cases mol dessentes. Pero entre totes me pareix que a qui te pots dirigí es a la filla de ta padrina, a tan germaneta, an ixa Rosa que u es verdaderamen y a qui sa mare ha criat com aposta per a tú, y ella mereix un home com tú, perque es un ángel com veus de hermosa y amable, sempre alegre y natural, viva, dóssil y grassiosa, advertida, sempre portán la glória als seus ulls y an aquella careta que no sé si haurás mirat be, pero que sense parlá diu mol, en un cor puro y tendre, y un pensamén florit; que ben dichós sirá, fill meu, ben dichós al que ella óbrigue lo seu pit y se li entrego del tot. Pedro Saputo li va contestá: - Cosa natural es que vosté, siñora mare, me haigáu proposat que me casa. No obstán, a mí me pareix que encara soc massa jove. ¿Qué són vinticuatre añs per a un home, y encara no cumplits? Y per a mí són menos que per a datres. Tamé crec que coneixéu poc lo cor humano si agarréu com una simple enhorabona los obsequios que tos fan a les cases prinsipals del poble, yo buscaría lo gat. Y entre tantes sagales com vosté me trobéu, no me atrevería a parlá de llas y enllás mes que en dos, la una perque está vist lo bon dessich de la seua familia, que es man germaneta Rosa; l´atra, Eulalia, perque trencaríe tots los inconveniéns y despressiaríe la contradicsió de los seus. Pero no mos engañém, bona mare y siñora meua; yo com Pedro Saputo soc ben ressibit aon vach, y les joves, lo que es per nelles, repararán poc en una vanidat o soberbia que no diu al cor; pero tenen pares, y éstos no poden dixá de pensá en lo pas del tems; y me atrevixco a di que hasta de eixes, si no es Rosa, ñauríe alguna dificultat per a vore nora a la vostra casa. Y la pas después duraríe o no, y lo mateix la felissidat. Lo món se goberne per preocupassións y no per raó; y ñan preocupassións nessessáries, sénu unes a uns tems, y atres a datres, y algunes conveniéns a tots, perque toquen al alma mateixa de la sossiedat. En fin, siñora y mare meua, tos u diré sense voltes: me sobren bens, o al menos ne ting bastáns y puc aumentals fássilmen; pero me falte nom y familia, y no tenim que cometre la temeridat de buscá desaires o disgustos que mos faiguen mal, mos dolguen y mos ofenguen. De Rosa parlaré mes en particulá al seu momén. Sa mare lo va entendre y va di: - Parles, fill meu, com lo que eres y te cride lo món. Es verdat, tens raó, per a la teua desgrássia y per a la meua... Y aquí se va ficá a plorá, se va encaná y no va pugué di res mes. - No ploréu, mare, li va di ell; pensau que res tos falte, y que teniu un fill que tos adore y res trobe a faltá en la seua condissió. - Sí, fill, sí, ya u vech, va contestá ella; pero ya que ham tocat este pun, y eres tan prudén, vull que sápigues lo que hasta ara no me había atrevit a dit: - Yo entraba a casa una tarde de hivern mol freda y en tronada, y al mateix tems va assertá a entrá al poble y passá per allí un caballé, me va mirá en atensió, va pará lo caball, y com va vore que yo me avergoñía y anaba a ajuntá la porta, me va cridá y va demaná fonda per a un rato, pos encara volíe passá del poble, res mes que calentám, va di, y pegá un mosset. Yo li vach di que desmontáre y entráre a casa meua si volíe, pero que sentía que fore tan poc digna del tal huésped. Veníe carpidet de fret. Ell se va apeá, va pujá, se va calentá, va minchá algo, y ya manáe al criat traure al caball cuan mirán per la finestra va vore lo tems cruel y va di: no importe la vida ni la hacienda, amable possadera meua; yo a ningú coneixco ni hay de vore an este poble, si no tos hay de molestá, me quedaría aquí esta nit. Yo, plena de confusió per lo meu mal ajuar, li vach di que mirare lo que fee; que no ere casa aon puguere está a gust y cómodamen, perque la bona voluntat en que yo lo serviría no suplíe atres faltes. Y se va mostrá mol satisfet y contén. En son demá va nevá, bufáe un airet sers que talláe la cara y no va eixí de casa. A l´atre día va fé un airegaz y unes ventolines que se emportáen les teulades y un fret que no se podíe viure mes que damún de los calius; y habén enviat al criat a per aigua perque no va volé que yo hi aniguera, me va di: - ¿Conque sou pupila? - Sí, siñó. - ¿Y soltera? - Sí, siñó. - ¿Y honrada? - Ya u veéu. - Pos yo, va di entonses, soc mosso y caballé, huérfano tamé de mare, y vach a seguí lo consell de mon pare, que es un home mol sabut. ¿Voléu vindre en mí? - No, siñó, y perdonéu, li vach contestá yo. - No siréu la meua criada, sino siñora de casa meua. - Tos dono les grássies, li vach di tremolán, pero mons pares me van encarregá mol la honestidat y no me van dixá atres bens. - No tinguéu vergoña, digna donsella, me va di entonses serio pero amorós. Deu me ha fet entrá an esta casa cridánme en la vostra modestia y la noblesa de cor que vach vore a la vostra mirada y vach sentí a les vostres paraules. Los llássos mes amagats que me tenen sujeto al vostre costat són mol forts, creéume, y vull que siguen vissibles y mes forts encara; són del cor, y vull que siguen tamé de la ley. Donéume la má. Y dién aixó me va agarrá de la má y va di: - Sou la meua dona. Yo estaba tan fora de mí, que no podía parlá y no li contestaba. Y ell me va di: - Parléu o apretáume al menos la má. ¿Admitíu la meua? Yo lay vach apretá y crec que vach di «siñó». Entonses me va abrassá, y me vach creure, fill meu, me vach creure la seua dona... Aquí va torná a plorá la beneita, y después va prosseguí dién: y en aixó se va pará un día mes, ¡y vach sé ta mare!... No va pugué continuá la pobreta, y son fill la va dixá plorá y gemegá una mica, y después la va consolá y li va di en mol amor que acabare la história, perque la sentíe en mol gust. - No ting res mes que di, va contestá sa mare, exepte que lo caballé me va dixá coranta escuts y sen va aná prometénme torná al cap de un mes, pero sense dim cóm se díe ni de aón ere. Tot, fill, me pareix habéu ensomiat; y si tú no hagueres naixcut per somni u tindría. Perque sinó ¿cóm un home tan formal y virtuós podíe engañá aixina a una infelís per pago de habél ressibit a casa meua? ¡Y te li assemelles tan! Va pensá una mica Pedro Saputo y va di: - No tos desconsoléu; aquell caballé no tos va engañá, no podíe engañátos, o se va morí o se li va desvindre alguna desgrássia, sigue com sigue, que no li ha dixat torná als brassos de una dona que tan líbremen y en tanta reflexió va pendre del modo que hau referit. No ploréu, no penséu mes en aixó; consoláutos y sigáu felís com u hau sigut hasta ara. Dixéu tot, y alegréu la vostra imaginassió en lo be y estat presén, que tans atres envéchen, com vosté mateixa veéu. Y en cuan al meu casamén no tos preocupéu, que ya u aniré yo pensán, y vorém lo que mos anirá milló, ya que no ña cosa que mos apremio, ningú mos fique flarets al cul. Se va consolá sa mare, y no sen va parlá mes del assunto. Sen va enrecordá Pedro Saputo de lo que habíe sentit del pare, que hasta príncipe lo creíen algúns, y de bona gana li haguere fet algunes preguntes a sa mare; pero va tindre per mes convenién no seguí una curiosidat potsé inútil y no del tot ben vista entre un fill y sa mare. 


 Capítul II 


De cóm Juanita va cridá a Pedro Saputo. 

Se descubrix un gran secret. 

 Pos siñó, aixó porte lo seu camí, pero mol depressa, a escape, a tota mecha. Per supost que lo lectó sempre haurá pensat que lo llibre se teníe que acabá; pos be, u séntigue o no, corre cap al seu final, y sen va a ressibí y tancá l´arco; y si un atre portal es, lo veu ya doblegat y buscánse los dos caps per a tocás y quedá fet un sírcul perfecte. O de un atre modo, aquí lo tossal y aquí lo prinsipi de la baixada. Están un día senán Pedro Saputo va arribá un criat de Juanita en una carta a la que li suplicabe aniguere cap allá inmediatamén, pos li fee falta, y que procurare arribá entre les nou y onse del matí. Ere lo primé favor, la primera mersé, la primera grássia y firmesa que li demanáe aquella vella amiga, a la que com a Paulina, ya sap lo lectó que no podíe ell negá res, pero cridánlo tan a propósit y en tanta urgénsia, del sementeri se haguere eixecat per a servíla. Sen va aná cap allá, pos, y va prepará la jornada de modo que va arribá a la hora prevista. Va trobá a Juanita vestida de dol, encara que al semblán va vore que ere per los vius y no per lo mort. Y en efecte, li va di que qui se habíe mort per a descáns de tots, de un benéfic tabardillo, ere la seua bona y gloriossíssima sogra, dona (va afegí) de la rassa de les harpíes o germana de les furies, a qui de dret li tocáe per home un cancerbero, y se va emportá un ángel, si es que ñan entre los homes casats. Be que va tindre la culpa un descuido. En fin, s´ha mort, no li rosseguem los óssos; Deu la hasque perdonat, tanta pau se emporto com descáns dixe; y anem al cas abáns de que vingue lo meu sogre. - Te hay cridat perque te nessessito. Yo hay viscut en una sogra y antes me frechirán viva que ne patiré un atra. ¡Ay si sapigueres lo que hay patit en ella! Tres mesos fa que la va diñá, y tres mesos fa que se descanse y viu an esta casa; perque no patía yo sola, sino tots; y sort de la prudénsia y amabilidat del meu sogre, si no, yo al menos ya me haguera secat y mort. Lo meu home no té lo talento de son pare. Pos be, ting barruntos de que este home, no escarmentat encara de una dona, trate de casás. ¡Cagüen los homes y les dones! Y desde que hay sabut la seua idea ha perdut mol a la meua opinió, perque no es de sabuts casás dos vegades tenín fills y casa; fills bons, vull di, com natros que besam la terra que ell poteche, de amor y respiate que li tenim; y la casa plena a cormull de totes les bendissións del sel. Yo crec que u trate en lo móssen del poble, que no li aconsellará mes que lo mateix que ell proposo y vullgue, perque sap mes lo meu sogre que lo retó, y cuan lo móssen eixeque lo peu, ell ya ha anat y tornat dos vegades. Yo li diré que te vach coneixe de estudián después de passá pel meu poble, y que te vam vore tamé a Saragossa. ¿Li dic quí eres? - Per ara no, va contestá Pedro Saputo. - Be, va di Juanita; y si te rogue que te estigues demá y mes díes no sigues melindrós. Ell te portará a vore los seus bancals, les séues finques, márges en coruñes y ribassos de romé, y tú l´has de dissuadí del casamén, aprofitán be la ocasió y parlánli com se parle a qui no nessessite consells. La ocasió, si es verdat que té eixe maldit pensamén, ell mateix te la donará sabén guañáli la voluntat, que u farás, perque no ha de sé ell una exepsió al món. En aixó va arribá un jornalé de casa en lo recado de que no aguardaren a minjá al amo perque habíe passat al poble de N. y no vindríe hasta´l tart. Ere lo poble de Paulina, y va di Juanita: men alegro; estarém sols, perque lo meu home no ve hasta la nit. Has de sabé que com mos va tocá la sort de casamos prop, no mes de dos legües de distánsia, mos visitám assubín, y natres ham fet amics als sogres y a les famílies. Paulina té sogres y cuñades; pero una bona gen que la idolatren, y es la verdadera siñora de la casa. - ¿Saps, Juanita, li va di Pedro Saputo, que te has tornat una chicharra? Si no acabes, ¿qué hay de dit yo del propósit en lo que me crides? Ara es la meua, escóltam. No me pene habé vingut, perque ting lo gust de vóret, y después aniré a vore tamé a Paulina. Pero yo no sé si sirá assertat parláli a ton sogre encara que ell me dono peu, que no es normal perque de eixes coses no se parle mes que en persones mol conegudes, en amics en una paraula, y encara aixina no en tots. Pero no te apuros. Si ton sogre té la idea de casás, creu que no li estará mal ni an ell ni a vatres. Perque no pot dixá de sabé que la vostra compañía no la milloraríe una dona forastera y nova, y pérdre la vostra per la de ella siríe imprudénsia que hómens com ell no cometixen. - Una mica me calme ixa reflexió, va contestá Juanita; pero sempre ting aquí dins un pes y tristesa que no sé lo que me anúnsie. Per sí o per no, aprofita la ocasió si te la done y tráuli ixa manía del cap; anem al segú. En tot lo día sol van parlá de lo mateix, y no va pugué Pedro Saputo assossegá del tot a Juanita, no perque an ell li faltaren raóns sino perque ella ere dona. Per la tarde tampoc va vindre lo sogre, va torná en son demá per lo matí. Li va di Juanita cóm teníe un huésped que habíe conegut a casa de Paulina a un atre tems, y que esperabe que se alegraríe de vórel, pero que encara no se habíe alsat. Al poc rato ya estáe Juanita al apossento de Pedro Saputo y li va di: - Mon sogre acabe de arribá y pareix que vol entrá a vóret; yo voldría que anigueres tú al seu cuarto y acompañát. Perque, encara que en rigor an ell li tocáe visitát primé, eres tú mes jove, estás a casa desde ahí y així li donarás a vore que no eres un ignorán. Van entrá, en efecte, a vore al sogre, que se entreteníe mirán uns papés; se va girá al sentí la porta, y veén a Pedro Saputo se li va escomensá a cambiá lo semblán, contestán en poca atensió a les séues paraules cuan lo saludabe; y sense apartá la vista de la seua cara, se va assentá y va fé seña als dos que s´ assentaren. Juanita, sense sabé per qué, se va ficá a tremolá veén tan formal y serio al seu sogre. Pedro Saputo no estáe tampoc sereno al seu interió perque no esperáen aquell ressibimén. Al cap de un bon minut de silénsio li va preguntá: - ¿De aón sou?, y ell va contestá: - De Almudévar. - ¿De quí sou fill? - De una dona. - ¿Y lo vostre pare? - No lo hay conegut. - ¿Quí es la vostra mare? - Una infelís y honrada pupila que va sé pobre a la seua juventut y de un engañ en que la van seduí va tindre un fill que ha sapigut féla rica y exaltála a un estat dessén y a la estima y respecte públic. - ¿Quina edat teniu? - Vach als vinticuatre añs. - ¿Cóm tos diéu? - La gen me diu Pedro Saputo... Va callá una mica lo caballé, va torná a mirá a Pedro Saputo, y tussín y aclarínse la gola, va di mes sossegat y en veu natural, encara que reprimín lo afecte de la expresió: - ¡Sou mon fill...!, ¡Yo soc ton pare! Al acabá de pronunsiá estes paraules y veén a Pedro Saputo enrochit de cara y eixecánse del seu assiento, se va eixecá ell tamé, y se van abrassá en gran amor y sense sentís mes paraules que la exclamassió de Pedro Saputo cuan va di: ¡Pare meu...! Juanita se va trastorná del tot, y plena de imaginassións, avergoñida, acalorada, blanca y casi sense llum als ulls sen va eixí fora y va pendre un glopet de aigua, y sen va aná y se va dixá caure al llit; va suspirá, va suá, va entressuá, se va assossegá una mica y va di: - ¡Pedro Saputo fill de mon sogre! ¡Pedro Saputo germá del meu home! ¡Y cuñat meu! ¡Paulina! ¡Qué dirás cuan u sápigues! Va torná a suspirá, una y un atra vegada, y va fixá lo pensamén en Paulina, se va eixecá, va escriure mol depressa dos línies aon li díe que a casa seua estaen passán acontessiméns mol serios, no tots de bon agüero, y que per Deu vinguere corrén; va cridá a un criat, lo va enviá cap allá aposta, y sen va entorná cap al cuarto de la gran escena. Va mirá entonses al fill y al pare, y no fen cas de lo que parláen va di exclamán: ¡tan que s´assemellen, y no había caigut! Van riure los dos, y lo pare li va preguntá si habíe enviát recado al seu home; ella va di que no hi habíe pensat, pero que sen anáe a enviál, com en efecte u va fé y va torná a vore y aguaitá milló an aquells dos homes que se teníe que coneixe abáns de tindre tancats los ulls per a sempre. Va vindre lo fill, se van alegrá mol, van selebrá lo día, y después de la michdiada va cridá lo pare als tres, va ajuntá la porta y los va fé una llarga relassió de la seua vida que tocáe al cas presén. Pero aixó demane un atre capítul. Advertixgo que en lo nom del caballé tenim les nostres dudes; yo per lo que ting averiguat lo hay anomenat sempre don Alfonso López de Lúsera: y lo fill mes gran, lo home de Juanita, se díe don Jaime. 


 Capítul III 


Relassió del pare de Saputo. 


Yo, fills meus (va di), vach tindre a la meua juventut uns fums que me han costat mol cars, pos me van traure la felissidat de la vida, sense traure de ella per contrapés datra utilidat que desengañám de la virtut de les dones. Pero no cregáu per naixó que les condeno o que penso mal de elles; no poden sé de atra manera. Encara mes: ni convendríe que u fóren si no se cambie del tot la inclinassió que se tenen los dos sexos. Tamé admitiré exepsións si me se demánen; o al menos dixaré en la seua opinió al que les defengue. Habíe arribat lo final dels meus libres entreteniméns, sin embargo, no vach montá cap escándol ni vach doná peu a mals rumós; pensaba en casám, pero cap de les joves que había tratat o coneixía me van pareixe dignes de sé la meua dona. Mon pare me habíe dit que lo seu, es a di, mon yayo, a qui li van pesá los collóns en romanes y sense contá la llana pesáen mes que lo cap de Pelayo, va sé home mol sabut y que li va parlá moltes vegades de la condissió de los caballés, de la diferénsia de los tems, de la mudansa de les costums, del oblit de los usos antics, tot per caussa que ya no estáe en máns de los homes aturá, y los seus efectes siríen encara mes grans per sí mateixos y per lo sol abansá de les coses, perque en un siglo habíe corregut mol lo món y habíe cambiat tan que ya no se reconeixíe. Que per tan lo home que sabíe apartás del vulgo chusgán les coses, y teníe valor per a obrá conforme a la raó vensén les falses opinións ressibides, no debíe fé los solaméns de la felissidat en causses d´atres y potsé contráries al orden y fin de la naturalesa. Y entre atres moltes consecuénsies que de estes reflexións traíe, aplicánles al estat particulá de cada un, díe que a la dona no se li teníe que buscá mes que dos coses, talento y agrado; y del naiximén díe que sense despressial de cap modo, no ere de les primeres raóns que contribuíen a féles mes o menos dignes. Així es que mon pare imbuít de estes sábies máximes se va casá en una llauradora filla de una familia honrada, sí, pero casi pobre, y va sé mol felís en ella; y u vam sé los seus fills tamé, perque ere una dona mol amable, y solíssita, fee tot lo que li demanáes, y advertida de tot. Y a mí me díe que si me pareixíe be una dona plebeya, no reparára en preferíla a un atra de naiximén, com si per la seua roba no fore tan digna com aquella. Confesso que esta filosofía de mon pare y de mon yayo me pareixíe una mica irregulá; pero observán lo que passáe a mols matrimonis veía que ere la verdadera; y entonses me fáe escrúpol, y hasta casi m´haguere deshonrat vóreu a casa meua. Me va apetí en aixó un viache a Saragossa, y de allí passá a Huesca, a Casbas y atres pobles, y no tenín a Almudévar cap conegut y acassánme lo fret vach demaná fonda a la primera persona que vach trobá al carré. Ere una sagala de una presénsia agradable que entráe a una caseta que me va pareixe que pegáe en lo traje y aire modesto de la persona. Volía sol passá un rato; pero la veu de aquella jove, les séues respostes y paraules, sempre naturals, sempre atentes y hasta discretes, me reteníen y me feen contá les hores per minuts. Se va passá lo día; en son demá va continuá lo mal orache, y me vach alegrá per dins, y li vach di que si no li había de fe nosa no men aniría en aquell temporal. Ella, en una grássia que va acabá de prendám, va contestá: «lo mal tems, siñó, lo té vostra mersé a casa meua; y no al monte o per los camíns; pero vostra mersé mane. No lay pareix, lo mateix sirá engañás que está be en realidat. Ya li vach di ahí que sol séntigo no podé hospedál com dessicharía; lo demés es cuenta de vostra mersé que u patix». Esta resposta, com dic, me va encantá de tal manera, que vach passá tot lo día observán los seus ademáns; y enrecordánmen del consell de mon pare vach di per a mí: an esta sagala en dos mesos la educo yo y la eixeco a la dignidat del porte que li correspón a casa meua; es discreta, mansa, naturalmén grassiosa y afabilíssima; honrada tamé y pel que puc jusgá, me pareix que no me engañe, es honesta y recatada. Lo seu apellit ha tingut lustre a Aragó, y no fará dissonánsia en lo meu. Ésta es, pos, la meua sort; seguiré la filosofía de los meus bons pares y yayo. Y per algo tamé me ha portat la Providénsia an esta casa. La vach cridá entonses, y fénli primé algunes preguntes, li vach di: no tinguéu temó, soc caballé; la vostra virtut mereix un premio, y vach a donátos lo mes gran que puc. Soc libre, miráume; y si no tos pareixco mal, donéume la má y siréu la meua dona. Ella se va esbarrá, com ere natural, y tremoláe; yo li vach agarrá la má, la hi vach apretá y li vach preguntá: ¿me la donéu com yo to la demano?, y va contestá plena de neguit y sense pugué casi pronunsiá les paraules: sí, siñó. Me vach aturá aquell día y part del siguién, y vach continuá lo meu viache. Vach eixí de casa seua, felís, gloriós, com si fora un atre home. No vach voldre aná a Huesca, vach torná vía recta cap a casa a díli a mon pare lo que había fet; cuan al arribá me entregue una lletra que fee dos díes que me aguardabe, a la que la pobreta me díe: «Ting notíssia que has tornat a Saragossa, y ya me moría de pena, y mes pensán que fa sis mesos que no te has dignat vindre a vórem. Que sápigues que la teua radera visita me ha ficat en un estat que ya no puc amagá. Si dins de tres díes no vens, u descubriré tot a mons pares que ya su están barruntán; o me tallo lo coll o fach alguna malesa, perque estic desesperada y no puc dissimulá mes, no fach mes que plorá y doná a entendre la meua desgrássia.» Figuréutos lo que me va passá en esta nova tan a deshora. Mon pare, al vórem sense coló y sense veu me va preguntá qué ere, y yo li vach doná a lligí la carta. La va lligí y me va di: Séntigo lo teu disgust y lo de aquella família; pero tot té remei, si no es mala elecsió la que has fet, perque lo carácter de ixa sagala li donará mal genio y sirá poc amable, al no domála desde lo primé día. Ha tingut una educassió mol roína, o milló dit, no ne ha tingut cap; la han criat a la soberbia y sol sap sé soberana, impertinén y sompa, com si tinguere sang blava; y lo no sé fea no compense estos defectes. - Per a humillá la seua soberbia, vach di entonses, la vach volé enamorá de esta manera sense está yo enamorat de ella. - Pos has sigut ignorán, me va contestá mon pare; la soberbia del carácter, la fanfarronería del genio, la vanidat y lo orgull, no tenen que vore en la sensibilidat del cor, si ña honor al home no ha de mostrá aquella flaquesa. Per la meua part estic resignat a vórela de nora a casa meua, encara que tindrém faena en ella. Vach arreá aquell mateix día; y a poc mes de la mitat del camí vach topetá en un germá de ella que veníe a buscám. Me se va plantá dabán y mol serio me va preguntá: - ¿Aón aneu, don Alfonso? - A casa vostra, li vach contestá. - ¿Sabeu lo que passe an ella? - U sé y an aissó vach. - Pos anem. Y sense tartí, sense chistá en tot lo camí, vam arribá. Son pare, home una mica furo y áspre, perque la soberbia ere innata an aquella familia, me va ressibí en seriedat, me va portá al cuarto aon estáe sa filla plorán, y sense preguntám res, sense dim res, me va pendre del bras, me va presentá an ella y va di: - Aquí tens a la teua dona; dónali la má. Yo li vach allargá la má, ella me va doná la seua, y va di lo pare: ya s´ha acabat tan plorá, o al menos plórali al que ha de consolát y no a mí. Yo al vórela tan humilde, tan apocadeta y avergoñida, li vach di: - Has de tindre bon ánimo, Vicentita; esta má es teua, y este bras lo teu escut. Avui hay de minjá en tú a la taula, y no hay de vore despenjás mes llágrimes de eissos ulls. Per a abreviá; aquella mateixa nit se va arreglá tot, y als sis díes caminabem ya cap an esta casa units legítimamen. Yo, sin embargo, no podía olvidá a ta mare; sempre estáe allá lo pensamén; pero cuan vach sabé que habíe parit un chiquet, vach pensá en doná al traste en la meua ressignassió y aviá lo carro pel pedregal. Vach tindre que conformám en lo que no teníe remei, y pretextán no sé qué vach aná a Huesca, me vach presentá al siñó obispo y li vach di lo que passae, per a suplicáli que en gran recato y mol secreto, y valénse del móssen del poble a qui res se li habíe de revelá y sí encarregá no diguere per qué ni aón, procurare assistí a ta mare y al fill, sense má llarga que despertare la curiossidat dels bachillés del poble, o de un modo dissimulat, en prudénsia, y fen vore que ere un favor que ella y lo chiquet mereixíen; en ocasió de una festa, en públic, li vach dixá mil escuts de plata, y ne vach enviá uns atres mil después de sing añs. Així se va fé hasta que tú vas escomensá a volá; y ten anáes y entornáes del niu per la teua cuenta, y campabes al ample; que va sé cuan vas acabá de pintá la capella del Carmen. Per lo siñó obispo vach sabé que la pintabes, y vach aná a vóret y vach está a la capella com un mes de tans visitáns. Me va pareixe conéixet, y no vach dudá de que fores tú, disfrassat de estudián, están de casualidat a Berbegal cuan vau passá, y be podrás enrecordáten que de una sola má vau arreplegá trenta sis escuts de plata, y no vau sabé de quí veníen. - Men enrecordo, ya u crec que men enrecordo, va contestá Pedro Saputo, de eixe gesto de soltura; pero vach está ben llun de imaginá que fore de mon pare. - Yo pos, va continuá don Alfonso, cuan te vach vore tan aventajat y listo, y que desde chiquet te díen Pedro lo Sabut, vach di: éste ya no me nessessite; ni yo ting que fé mes per ara; al seu tems sirá un atra cosa. Y desde entonses (no olvidán may lo teu dret) te vach encomaná a la Providénsia, y sol vach procurá sabé si mare y fill vivíeu, la mateixa fama del teu nom me u díe. Ara hay quedat libre y determino cumplí la meua obligassió en ta mare y en tú; y an aissó me disposaba cuan no sé cóm te has presentat aquí per a obrí mes fássil lo camí an este trate, per al que, Juanita y tú, Jaime, espero no me negaréu la vostra aprobassió y consell. - Yo, va contestá Juanita, admitixco, ressibixco y abrasso de cor an este nou germá que me trobo, y a sa mare per meua y per siñora an esta casa. Lo seu home (lo fill mes gran de don Alfonso) va di lo mateix, y va afegí que ademés lo pare faríe lo que vullguere, aprobánu y donánu tot per be desde aquell pun. Lo pare entonses ple de amor y consol del cor, va abrassá als tres; y passades les demostrassións y satisfacsións primeres de aquell cas tan gran, va di lo pare a Pedro Saputo:
 - Ara, fill, te toque a tú. Vull que un atre rato, o atres, me contos mol detalladamén y ben desplay la teua vida, les teues travessures, aventures, que no dudo ne sirán moltes y mol bones. - Crec que sí, va di Juanita; dignes sirán de sabés, perque segóns la fama, y encara no u deu di tot, ha de ñabé coses mol extraordináries de sentí de la vida del vostre fill y lo nostre germá. Pero per an aissó, tems ñaurá; calléu, que séntigo un caball o mula a la porta, y me diu lo cor que es la meua amiga Paulina a qui vach escriure que vinguere. Vach a ressibíla. Mira germá, va di a Pedro Saputo, de no contá lo que yo tamé vull sentí, que tindrás doble faena. No nessesitáe ell esta adverténsia, que va entendre mol be lo pensamén de Juanita, pos no anáe a contá les pesolagades del novissiat ni unes atres después de aquelles. 


Capítul IV 


Arribe Paulina. Casamén dels pares. 


Un reparo estic veén que ficarán algúns an esta ilustríssima história o biografía (no pintoresca per Deu, que maldita sigue tota la turba de faramallas pintoresques de la nostra edat, pos hasta lo radé sacramén de la Iglesia en los seus ministeris mos donarán al fin pintorescos); dic que un reparo, si caben an este llibre, estic temén que me ficon, y lo vull satisfé per a traure dimes y diretes. Los pareixerá an algúns que Pedro Saputo trobáe mol dóssil y afable al majo sexo. An aixó no contestaré yo per sé part apassionada; sino que vull que conteston per mí les dones de esta era, que són les mateixes de entonses, pero en una mica mes de recato, y hasta de virtut si me apuren; verdadé recato digne y verdadera virtut; pos sén mes libres per a dixás parlá y tratá per los homes, no les vech mes desenvoltes. Perque es de sabé, que an aquell tems aixó de les visites y tertúlies no se usabe tan y ñabíe mes etiqueta; y sobre tot moltes reixes, baranes y celossíes, mol tancamén, moltes ames, y poc vore lo carré. Per tan, les donselles se criaben mes temoriques y fluixotes; y los joves teníen que tornás bruixots per a tratá los seus amors en elles. Pero en cambi, perque an este món no ña cosa que no ne tingue (si no, se moriríe de rabia) contra les ames, les reixes, y lo retiro, estaen les terseres, les Celestines y casamentés, los jardíns y los galanteos, festechos admitits; y potsé les mateixes ames servíen al ofissi. Y contra mes sujessió cap a les sagales mes arriesgades, eren les ocasións mes fortes, buscánles en tot lo perill y seguedat de les passións, cuan se enamoraben de un home que creíen de confiansa (¡y lo amor los fa creure tots!), entregánse al seu sol honor y paraula. ¿De qué es caussa la privassió? Del exés al us de la libertat cuan se logre, y de los objectes dels que mo se prive. Pos ara que se aplico lo lectó lo refrán, y miro si lo que ha lligit an este llibre es o no conforme an ell y a la verdat de la experiénsia. Ademes de aixó se ha de tindre presén que Pedro Saputo ere mol galán, mol grassiós y seductó, amable, discreto y ben parlat. ¿Y no se pot creure tan favor a les dones? ¡A que sí, per la meua vida! Sin embargo, no va abusá, com se veu a diverses ocassións a les que tot se li va oferí vensut y a la má. ¿Quede satisfet lo reparo? Pos anem cap abán. En efecte, la que va arribá (com anaba dién) ere Paulina, que portáe un gran susto y molta temó. Sense mes acompañamén que un criat agüelet de casa seua se va posá en camí apenes va ressibí la esquela. Y va di a la seua amiga al saludás al peu de la escala: - Disme lo que ña, perque estic destronada, no fach mes que imaginá desgrássies tot lo camí, y cuan hay arribat, només vore la casa me ha donat un salt al cor y me sen eixirá per la boca. - No tan, no tan, va contestá Juanita; assosségat; lo que ña es que ahí dins está lo nostre amic Pedro Saputo; pero ¡Deu meu! ¡Cuan te u diga! Y en aixó van acabá de pujá y van entrá a un cuarto. - No me faigues patí, va di Paulina, perque ving plena de confussió y desventura. - T´hay dit que t´assosségos, va contestá Juanita; res de lo que penses; no es aissó lo que passe. ¡Jesús, qué coses!, Estic abalotada, no sé lo que me dic ni lo que me fach; se ha destapat, que es germá meu. - ¡Germá teu?, va di Paulina mol sofocada. - No així a seques germá meu, va continuá Juanita, sino del meu home, que es lo mateix; es fill de mon sogre; fill del meu sogre, sí; ¿qué te pareix? ¡Y no habé caigut natres may en lo paregut! Perque ya vorás, s´assemellen mol. ¡Qué ségues ham estat! (y li va contá la história del seu sogre). Acabats los pasmos y admirassións van entrá al cuarto, y se va aumentá en la arribada de Paulina la satisfacsió de aquell día. S´en va aná al día siguién perque habíe de torná en lo seu home. Lo pare va torná a cridá als seus fills y los va di cóm pensabe portá a casa a la seua nova y primera dona, cumplín en les leys en cuan a les formalidats públiques y usos de la Iglesia: que a Pedro, com lo fill segón, li destinabe los bens libres y algúns dinés per a fundá una casa; y que sense aguardá mes, si los pareixíe be, teníe determinat aná en Pedro Saputo a Almudévar a vore a la seua siñora. Tot va pareixe be als fills; y Pedro li va di que la fortuna li habíe sigut favorable, pos per los camíns que va recorre durán la seua vida habíe fet aplec de un caudal de deu a dotse mil escuts; y que per lo tan no ñabíe per qué desmembrá o disminuí notáblemen lo patrimoni. - Aissó, va contestá son pare, no u deus a ningú, y yo ting obligassións que cumplí en tú. Prou los quedará a tons germáns. Y com dius que no se ha de avisá a ta mare, perque may has tingut eixa costum, anem a vórela que es lo mes urgén. Van aná cap allá procurán arribá a Almudévar entre dos llums. La mare al sentí caballs a la porta va baixá com acostumbrabe a ressibí a son fill sense dudá de que fore ell en algún amic. La va saludá y ella va abrassá a son fill Pedro Saputo, y demanán un cresol per al criat de los caballs va pujá en sa mare de la má, y detrás seguíe lo nou huésped sense di res después de habéla saludat mol ligéramen a la primera vista. Cuan ya estaen a dal van entrá en una llinterneta al cuarto, y eixecán Pedro Saputo la llum entre los dos, va di a sa mare: - Mireu, siñora mare, an este caballé. Habíe procurat don Alfonso vestí un traje lo mes paregut al que portáe cuan va está allí y se va casá en ella; y ella lo mirae, y pareixíe que rebuscabe a la seua memoria, y lo anáe reconeixén; y al advertí don Alfonso que lo teníe casi del tot reconegut, per la alterassió que se notabe al seu semblán, va di: - Sí, soc yo; y lo va acabá de coneixe, y va caure desmayada, aguantánla son fill y ajudánli don Alfonso. La van fe torná en sí, li van fe beure una mica de aigua; y li va di Pedro Saputo: - Serenéutos, siñora mare; don Alfonso López de Lúsera, mon pare y siñó, ve a acabá en la vostra llarga pena y esperansa. - Sí, siñora, va continuá don Alfonso; yo soc lo que se va casá en vosté an este mateix cuarto; que al final hay pogut cumplí lo meu dessich de abrassá al meu fill Pedro y a vosté después de tan tems. Mes de esplai tos contará lo vostre fill y lo meu, pos li hay contat la história, y yo to la repetiré de bon gust les vegades que vullgáu, cóm me ha sigut impossible hasta ara mostrátos y acreditátos que no tos vach engañá. Serenáutos, per Deu; miréu que som lo vostre home y lo vostre fill. A tot aixó res responíe la infelís, embargada del goch que habíe inundat lo seu pit. Y temén lo fill algún mal acsidén li va fé beure un goted de aiguardén de gitám y la va distraure dién: - Au, agarréu la má del meu siñó pare. Y no olvidéu que ham vingut famolengs y esperám un bon sopá. Va incliná una miqueta lo cap de sa mare, y después de apretá la má al seu home, se va aventá als brassos del fill plorán y gemegán en gran ímpetu com si fore la radera hora de la seua vida. Se van alegrá los dos de que així rompeguere, pos habíe vensut la opresió traénla del pit en aquells gañols y ploreres. La van torná a sentá mes aliviada, y eixecán lo cap per a mirá a don Alfonso va di: - ¡Vintising añs!, y va torná a plorá. - Mol be, mol be, va di Pedro Saputo; desahogo la vostra pena. - ¡Vintising añs!, va torná a exclamá: ¡Ay, don Alfonso, que ni lo nom me vau di! - Pero vivim los tres, va contestá lo fill; donéu grássies a Deu, que mos ham trobat y conegut. Y per ara, yo com a fill, tos rogo, pares y siñós meus, que s´aturon les llágrimes y los records, y les quéixes per cariñoses que siguen, perque tems tos quede per an elles. Se van aná serenán de mica en mica, y don Alfonso va quedá mol pagat de vore aquella pobre y humilde pupila de atre tems en un estat de tan decoro. Lo cuarto, encara que lo mateix aon va está, pareixíe de una persona prinsipal per los mobles y les pintures que lo adornaben; de modo que no li penaríe que estaren preséns son fill mes gran y Juanita. Als dos díes sen van aná pare y fill cap a Huesca y van torná en los despachos de la curia eclesiástica, si be entonses no eren estes diligénsies de tan escrúpol com ara, ni tampoc reñíen los ordinaris per si la novia o lo novio són teus o meus. Se va selebrá formalmén lo casori, y lo segón día per la tarde se van presentá de repén Juanita y lo seu home y van volé vore als pares a la seua casa de Almudévar, y van aumentá la alegría de tots. Juanita se va fé mol amiga de Eulalia, y a Rosa la abrassabe en tot lo cariño de germana. Van torná als tres díes per a prepará lo ressibimén. Una semana después los van seguí los pares en Pedro Saputo, emportánse per a uns díes a Rosa, y quedánse Eulalia huérfana de amors y cariños y mol trista. Los va acompañá tot lo poble a la ixida, y no parabe en vivas y ademáns de jubileu de doná la enhorabona a la virtuosa y de tans modos dichosa pupila, que al fin recobrabe la seua honra y se vee eixecada a la clase de siñora, casánse en tan noble caballé. Don Alfonso veíe en una satisfacsió inexplicable aquell amor que lo poble manifestabe a la seua dona y fill, y se omplíe de consol, agraín tan favor en paraules mol corteses y afectuoses. Avisats Juanita y lo fill mes gran del día y hora a la que arribáen, habíe disposat aquella un ressibimén digne de la seua discressió y tampoc va faltá Paulina an esta ocasió tan solemne. Descriure la alegría y glória de aquella casa es impossible; tantes y tals eren les persones que se van ajuntá, y per tans y tals casos de fortuna se reuníen y formaben una sola familia. Lo segón día a la velada va volé Pedro Saputo donáls un bon rato, y mostrá a son pare lo que sabíe fé en la música. Va pendre lo violín, y va di: - História de ma mare; la seua vida abáns de vore a mon pare. Y va tocá en estil mol sensillet la seua vida y faenes, la seua natural alegría, lo seu constán propósit de no casás dién que no a tots los pretendéns. Después va di: visita de un caballé... lo meu siñó pare: Va vindre después la seua aflicsió creénse burlada, y lo que va portá al seu naiximén. Y per no allargás se va casá fen plorá un atra vegada a son pare, y a la mateixa mare de tendresa, cuan va di: la escena del cuarto. An esta se va entretindre mes perque va volé expresáu tot. Y va concluí en la arribada y ressibimén de la vespra, que ya van entendre milló los atres oyéns. Assombrat se va quedá son pare de vore tanta habilidat, tan sublimes idees y frases tan patétiques; un llenguache, en fin, complet per mich de los tonos y la forma de los sonidos (si així se pot di), en la armonía y expresió tan perfecta de les passións y de los afectes. Y com sabíe que ningú lay habíe amostrat, lo miráe y no s´acababe de creure lo que veíe; y als demés, encara que en menos inteligénsia, los passáe lo mateix. Rosa, la inossén Rosa, estáe elevada sentín aquella música, sol sentíe en lo oít y en lo cor. Tots van repará en ella; y no va dixá Paulina de sembrá algo de sissaña, pos va di en veu baixa a Juanita: - Ara sí que vech que van acabá los nostres amors. Ixa guapa y amable chiqueta, potsé sense advertíu, está enamorada del que cride germá. ¿Veus que no mire mes que sempre an ell, que en la vista seguix tots los seus moviméns, y si ell sen va a un atre puesto, no s´assossegue? ¡Qué candorosa! ¡Qué pura! ¡Qué encantadora! ¡Pero qué apassionada está la pobreta! - Pos encara ña un atra a Almudévar, va contestá Juanita, mes capás que ésta de guañámos lo joc si per a jugá estiguera; perque ésta sol está enamorada, pero aquella enamore y domine. Yo los díes que vach está allá volía a les dos, pero l´atra me va afissioná al seu trate de modo que si no la tenía en mí me pareixíe que tot me faltabe. Un mes van tindre allí an esta donossíssima chiqueta, sense que ella pensare casi en Almudévar; pero va vindre son pare a buscála perque sa mare estáe prop de parí, y l´atra germana que teníe no ere capás de goberná la casa. Va plorá la infelís al vore que marcharíe, y ningú se extrañabe perque sabíen lo que volíe a Pedro Saputo y a sa mare; ni ella tampoc se reprimíe ni dissimulabe. Va di per fin ya una mica menos destronada: - Yo pensaba que estaba a casa meua. - Pos a casa teua estás, li van di tots; sí, sí, a casa teua y en la teua familia. - Pos ne ting dos, va contestá ella, en molta grássia, y ara me nessessiten a l´atra. - Be, filla, be, va di don Alfonso. Y Juanita va córre y la va abrassá en mol afecte. Pero Pedro Saputo, que sabíe milló que ningú la verdadera causa de les séues llágrimes, se va eixecá y va di: - Mira si eres de esta casa y familia, que per a que no te separos del tot de ella, o cregues que n´arrastres una part en tú, t´acompañaré yo hasta Almudévar. ¡Oh, quina satisfacsió li va doná la notíssia! Se va arrebolá la seua alma, y va bañá lo seu semblán de una lluentó que la va ficá mes hermosa, fee mol mes goch. La va acompañá en efecte, y se va aturá allá vuit díes.


Capítul V 


Ix Pedro Saputo al registre de novies. Sariñena – Almudévar. 


Después de un tems, que va empleá en fé los retrates de tots los de casa, es di, de los pares y son germá y Juanita, li va preguntá son pare si habíe pensat en pendre estat y viure com home de atres obligassións. Va contestá que alguna vegada hi habíe pensat, pero poc; que ara, sin embargo, li pareixíe que debíe tratáu en servell y ressolusió, encara que la edat no lo apremiabe. Li va manifestá entonses son pare que així ell com sa mare dessichaben vórel casat; y cuan u determinare, va di, aquí ting encara la lista que vach fe per a ton germá de totes les donselles que a la terra de Huesca y Barbastro y la próxima Montaña me va pareixe que ñabíe. Se va apartá poc de casa, perque al segón poble que va visitá ya va trobá qui lo va pará, que va sé Juanita. Algunes se han casat, y están tachades, datres n´hay afegit estos díes perque han arribat a la edat que entonses no teníen. Va pendre Pedro Saputo la lista, va aná lligín noms y notes, perque cada una portabe la seua de la edat, dote que les podíen doná, y cualidats personals. Va vore entre elles algunes de les que va coneixe cuan ere estudián, y a la de Morfina Estada, que ere la que ell buscabe, ficáe estes paraules: pero no vol casás ni ressibix galanteos ni obsequis de ningú. Com lo pare y lo fill eren mol furigañes van empleá aquells dos díes en escriure cartes, Pedro Saputo va eixí a verificá lo registre de aquelles donselles en lo propósit de divertís mol, acomparán aquella expedissió a la de los estudiáns. Per de pronte y abáns de vóren a cap, eren tres les que li ocupaben lo pensamén: Eulalia, Rosa y Morfina. La primera teníe lo mérit de habél vullgut en molta constánsia, y de habé dit mil vegades públicamen que per Pedro Saputo despressiaríe al mes gran príncipe del món en lo seu cetro y la seua corona real. La segona estáe tamé al seu cor, pero mes com a germana que com amán, pareixénli impossible amála de un atra manera. Morfina, que per la seua hermosura, educassió, talento, discressió y virtuts ere la que preferíe entre totes, fee casi set añs que no la habíe vist, ni li va escriure may per dudá de la seua sort y no atrevís a viure en ella al país ni portála a datra provínsia; y teníe temó de que lo haguere olvidat o pensare en ell en indiferénsia, per sé proba de que cap amor pot ressistí faltán la esperansa, o la comunicassió, que es la que lo sosté. Es de pit mes fondo que totes, se díe an ell mateix; la de milló entenimén; la que tratánme menos me ha conegut mes y me se ha oferit en mes inteligénsia y estima; lo seu amor, si encara existiguere, lo mes antic tamé; y ¡en quina firmesa va sé fundat y assegurat! ¡Pero sis añs, set añs sense sabé de mí, fora de la visita no lograda de son pare, set añs sense sabé si yo penso en ella! Ningú los va ressistí al món sense nessessidat u obligassió pública o secreta, pero serta y eficás, y en rigor no miche esta calidat entre natros. En estes reflexións va arribá al primé poble de la lista, y va passá com qui entre a una casa coneguda a pendre una tassa de aigua y fé una visita; la enregistrada no li va pareixe digna de mes. Va continuá la senda; y encara que no tenim lo itinerari, sol una nota de los pobles que va visitá, y no se sap quí la va fe, vull ficá algún orden a la relassió, pos vech a Sariñena al costat de Tamarite, Adahuesca y Ayerbe, juns, y atres així no menos dissonáns. Vull escomensá per Sariñena, ya que la hay nombrat primé. No ñabíe cosa de gust, y aissó que ne portabe tres a la lista; perque la una ere fea y presumida, y mol sompa; y pareixíe acostumbrada a tratá en tratáns de mules, o en les mules mateixes; l´atra, mol crítica y sabionda, apretabe los labios per a parlá y només movíe la coa del moño; y la tersera, entre boba y malissiosa, germana de la tersera orden, sabuda y lligida tamé, faixabe en molta naturalidat als chiquets de sa cuñada, y pareixíe destinada per al ofissi de compondre la cofia a les que habíen parit. Pero la ocasió la haguere ell buscat, se li va despertá lo dessich que sempre va tindre de vore a les séues antigues monges. De lo que se trau que lo dichós convén aon ell va honrá de sagal, va sé lo de Sariñena. Y encara an esta história, si se llich en cuidado, se trobaríen atres probes a favor de Sariñena, y en contra de Tamarite, les monges de allí pressumixen de habé sigut les favorites del filósofo, per una descripsió del convén aon va está que convé a les dos com tamé la situassió al seu poble respectiu: y viles son tan Tamarite com Sariñena, encara que se creu que ésta radera dixará de séu. Yo, que no hay sigut monja a cap de estos convéns, pero sé grans secretos de algunes de les que se van tancá an ells, voto resoltamén per lo de la vila de les grans fires. Y vull di lo que va passá, y no abáns ni después, segóns les meues notes a les que me referixco. Se va encaminá, pos, cap al convén. Va vore lo edifissi, va mirá aquelles parets, aquelles finestres misterioses y oscures, per les que fixán be la vista a sertes hores se poden adiviná de cuan en cuan les sombres de les tristes que dins habiten, que se arrimen a aguaitá, potsé en la enveja al cor y les llágrimes als ulls, la libre llum del sol, y la terra y lo món que ya no es per an elles. Y va di: dins están: ¿cóm les trobaré después de tans añs? ¡Cóm han de aguardá esta visita! ¿Qué passará cuan me veiguen? Estáe ya prop de la porta y va pará lo pas. Tres vegades se va moure cap an ella, y tres vegades se va aturá, no volén los seus peus aná cap abán; y dudabe, y li latíe lo cor al pas que se arrimabe o determinabe arribá. Pareixíe que acabare de lligí lo falso billet de Juanita a Saragossa. Va patejá al final lo umbral, va entrá, y sen va enrecordá de cuan va arribá allí l´atra vegada disfrassat de dona tan carregat de embustes com de temó, y se va espantá de aquell atrevimén y temeridat. Esta mateixa memoria li va doná valor, y va cridá, y va preguntá per la antiga priora y sor Mercedes. Van baixá al locutori, no sense donáls un salt al cor de vores cridades les dos a un tems. Les va saludá en naturalidat y les va entregá un papé que díe: «Lo caballé que teniu dabán es lo que fa vuit añs va está an esta casa en traje de dona y en lo falso nom de Geminita, diénse Pedro Saputo...» Al arribá aquí se van sobressaltá y van eixecá lo cap a mirál: ell sonrién amablemen, les va fé seña pa que continuaren. Van continuá y van lligí: «Pero fa cuatre mesos hay trobat lo meu nom verdadé habén conegut per una felís casualidat a mon pare, que es lo caballé don Alfonso López de Lúsera, viudo de la seua primera dona, y ara casat legítimamen en ma mare, a qui ting lo consol de vore siñora de aquella casa y adorada del seu home y fills polítics. Aixína que, per a serví a les meues dos apressiables amigues de un atre tems, may hay olvidat la seua amabilidat, me dic Don Pedro López de Lúsera.» Lligit lo papé y cambiánlos lo coló y faltes de veu per a parlá, se van ficá a mirál entre alegres y vergoñoses. Sels caíen los ulls an terra, y no sabíen qué fé ni qué di. Ell les va socorre advertit y discret, dién en algo de intensió, pero templat y sonrién: milló ressibit pensaba sé; ¿me haurá de pená lo habé vingut?... ¿Me faltará honor, prudénsia, resserva, sircunspecsió y coneiximén de les coses, no habén faltat a una edat que generalmén no porte mes que imprudénsia y mal recado? Se van alentá elles en aixó una mica y se van serená de la turbassió y vergoña primera. Pero ¡oh, lo que aquell ratet van patí! Van eixecá al final los ulls y lo van mirá sense empach, van parlá en libertat y van recordá en gust y en doló, be que en termes mol generals aquelles inolvidables escenes de los radés díes, quedán ya sol lo alborozo que ere natural, y la suspensió y pensamén que debíe exitáles la vista de un home a qui tan dolsa y impensádamen van apretá de mes mosso als seus brassos. Van repassá después lo papé, y van di que segóns lo nom del pare hauríe trobat de nora a casa a la seua compañera de novissiat, Juanita. - Sí, siñores, va contestá ell; efectivamén es Juanita ara ma cuñada, y está com lo ángel del amor y de la alegría an aquella casa felís, si felisos ñan a la terra. Mol se van admirá les monges de vore les coses que passen al món, y ya del tot serenes y tan afables com sempre, li van preguntá de la ocurrénsia y diablura de fes passá per dona per a aná allí y engañáles com u va fé. Ell va contá les séues aventures desde la capella de Huesca hasta que va arribá al convén (omitín lo de la catedral de Barbastro). - Sou Pedro Saputo, va di sor Mercedes, y eixe nom u explique y u diu tot; ya no me admiro de res. Pero entenéu que encara que tos haguéreu descubert a natres (después de está dins, com se supose y aixó tos u vull di per la finesa que se deu al nostre antic cariño) no tos haguerem venut ni aventat atropelládamen. Ya ton enrecordaréu de que yo no me vach creure la transformassió que tan benéitamen se va engullí esta nostra bona prelada. - Es verdat, va contestá ella; yo ya se veu que mu vach tragá... Tan be va sabé lo siñó fingíu ... - Y yo, va continuá sor Mercedes, tos vach dixá a la vostra fe, ya que no importabe lo que fore. Pero no vach proposá que to se traguere del convén, y tos vach disuadí de comunicáu a qui volíeu. Estaen les monges a la seua conversa y tan bons recuerdos, cuan se va sentí a deshora un batall que les cridabe al coro. May habíe sonat tan impertinénmen aquella campana; pero va soná, y no va sé possible fe vore que no u habíen sentit. Conque se van eixecá, ell se va despedí, y se van separá antes de escomensá a saborejá la visita, y per tan, poc satisfetes y en mes sed de explicassións y de desahogo. Sor Mercedes va eixí de allí mol triste; y cuan se va vore sola a la seua habitassió va suspirá profúndamen y va dixá córre de los seus ulls algunes llágrimes que ningú va arreplegá per al seu consol. Passats tres o cuatre díes van cridá a la coixa, o sigue, a la organista, y li van di lo que ñabíe de Geminita; y cuan su va acabá de creure va acabá tamé de avergoñís y va escomensá a tirás maldissións. - ¡Desburrá a Pedro Saputo!, li díen les atres en sorna y una caidica que la cremáe. Va demaná que callaren, sinós s´arrancabe la toca o les esgarrañáe an elles la cara. Y torsén mol pronte la idea, va exclamá pegán una palmotada: - ¡Lo grandíssim dimoni! ¡Conque ere home! ¡Mira per qué yo lo volía y me agradáe tan! ¡Ah, no habéu sabut! ¡Y en quina picardía (gazmoñería) mos va engañá a totes y mos va embelesá la vista per a que no reconeguérem res!... Sí que es verdat; home, home ere; ara me ve al cap. ¡Ah, tonta de mí! ¡Tantes ocasións que vach tindre!... Pero no tos perdono, siñores mares, lo no habém cridat per a vórel. ¡Qué pincho, pito, majo, quin caballé deu está fet! Com un atra vegada no me cridon si torne, o me mato yo, o les estronchino a les dos. Mol sen van enriure les dos amigues de sentí desatiná a la coixa. Y después sempre que volíen passá un rato de humor, la cridaen y tocaben este registre. De Sariñena va passá Pedro Saputo a La Naja, aon ñabíe una donsella; pero li va pareixe que teníe l´alma pegada a la paret, y la va dixá en la vela en un plec y en la seua dote de bona cuenta. A Alcubierre casi li va agradá una sagala de denau añs per la seua inossénsia; después va sabé que se habíe jugat la flo en un mut. Va visitá atres pobles, no se va pará a cap, y va arribá a Almudévar per a passá al Val de Ayerbe. Va aná a casa de sa padrina, la seua segona mare, y que u haguere sigut a tots los ofissis, si quedare pupilo huérfano de la seua; dona de algún talento y de un cor boníssim, que no va tindre atra ambissió en tota la seua vida que la de vore a sa filla Rosa casada en Pedro Saputo. Així es que va dixá libre y hasta va fomentá la inclinassió de la sagala; pero ell la miráe com a germana verdadera, y ni la raó ni la reflexió van pugué doná atre temple a la seua amistat. Veíe que la infelís estáe enamorada, y no sabíe cóm anássen per a no desesperála. Va fé lo seu retrato y lo de Eulalia en miniatura, y per a donáli mes al seu gust los radés retoques, les va portá una tarde a casa seua a berená. Apart de no ñabé pa, que van agarrá de casa de Rosa, res se habíe tret y estáe la despensa o rebost encara pleneta de coses bones y sabroses. Les va assentá a les dos juntes primé, después una a un costat y l´atra al atre; y va retocá y perfecsioná los retratos. Pero mentres elles van eissí del cuarto a doná una volta per la casa y proví lo menesté per a la berena, se va ficá ell a pensá en la seua vida y en sa mare; miráe ixos cuadros de pintura en que habíe adornat les parets, miráe los mobles, va recordá cuan ere chiquet y después mosset, y va caure en una tristesa que no van podé desfé del tot les dos sagales en la seua presénsia tan alegre; en la alegría que teníen, que chumabe per los ulls y se mostráe en totes les séues palaures y moviméns. - ¿Qué tens?, li va preguntá Eulalia al cap de un rato veénlo pensatiu. - Res, va contestá ell; an esta casa y an este cuarto hay naixcut, me hay criat, hay sigut felís, res me faltabe, mes be me sobrabe tot, y lo món per a mí ere menos que este cuarto y que aquella sort, que en vatres dos, amors meus dolsíssims, omplíe lo meu cor y lo regabe de glória y alegría al costat de ma mare. - ¿Y qué penses tú, va di ella, qué has fet en aixó? ¡Pos mo s´has mort, sí, mo s´has mort! Rosa, no lo dixem eixí de Almudévar; ajuntémos, y en los teus brassos y los meus, en lo teu cariño de germana y lo meu de amiga, formém uns llássos que no pugue trencá, y no lo dixem anássen; perque me diu lo cor... ¡No lo dixem aná, Rosa meua! - Prou, va di ell; prou; no ham vingut aquí a plorá. Van berená enseguida, y fénli pendre después la vihuela, una mica van aná los tres recuperán la seua natural alegría. 


 Capítul VI 


Testamén del tío Gil Amor. 


Moltes coses grassioses o extraordináries ha vist lo lectó hasta ara; pero cap mes que la que va passá aquells mateixos díes en uns consultós de Ayerbe. Eren un agüelo, una agüela y una sagala de uns vin añs, bastán donosa, encara que una mica morena, y mol ben vestida, formán contraste en les gales de los agüelos, que ya no podíen mes de cansats; y los tres en un tuf a dol mol espés y ressién, be que sense cap siñal de habé plorat. Los acompañabe un sagal del poble en lo que igual s´habíen topetat al carré y lo van agarrá per guía, ere aprenén de barbé, de uns catorse añs de edat, nova generassió que ya no coneixíe Pedro Saputo. Li va preguntá de quí ere, y va di que ere fill de la Suspira, y que sa mare díe que encara eren en ell algo paréns. - Home, mira lo que dius: coneixco a ton pare y a ta mare, y no sé res de mescles en ells. A vore cóm u endilgas. - Sí, siñó, va replicá lo aprendís mol confiat; perque ma mare es cusina tersera de la tía Simona de Tuteubusques, que es cusina germana de Ramón Portodós, y Ramón Portodós va sé en la seua primera dona gendre carnal de la mare de Juan Brams, que está casat en la filla de Tornavoltes, que es cuñat de la sogra del germá del home de Salvadora Olvena, sa padrina de vosté. Va soltá aquí Pedro Saputo una gran carcañada, se va fé sis miches creus de admirassió, va torná a enríuresen, y va di: - En efecte, tot aissó es verdat; pero sumats tots eissos parentescos, afinidats y consanguinidats, podríes di: multiplícat per cero. Li va caure tan en grássia aquell método de trobá les famílies, que después cuan sentíe de parentescos lluñáns que se buscáen per interés, per vanidat, o per afissió y amor a les persones, al pun sen enrecordáe y díe. Lo entronque de la Suspira. Hasta los agüelos de la consulta sen van enriure en tot lo dol y la temó que portáen. Li va di al sagal que teníe que parlá y tratá en los forastés, que sen podíe aná, pero que tornare un atre día mes desplayet a fé una nova mostra de la seua bona memoria. Va pendre entonses la paraula lo vell, y va di: - Natros, siñó, vením a presentátos an esta chica, ya la veeu, que es mol pobra, y vosté si voleu la podéu fé rica. - ¿Yo?, va di Pedro Saputo; ya tos explicaréu. - Sí, siñó, ya mos explicarém, va continuá lo agüelo. Pos, com anaba dién, es filla de un gendre que vam tindre, y de una filla que se va morí fa sis añs. Ell la va matá, ell, sí siñó, perque ere una mala testa, gos, dropo, gastadó en dones roínes, que, siñó, a tot arreu ne ñan. Conque segóns aissó, esta sagala es neta nostra. Pero com son pare se va acabá lo que li van doná y li vam doná, sempre los vam tindre que portá a encostes mentres va viure la nostra filla, y después de tot mos sen van aná acabán; y ara les passem no de limosna, perque no es verdat, pero sí com Deu vol. En fin, que la chica sigue felís, que a natros de poc ya mos pot engañá lo món. Pos siñó, yo tenía un germá que ere ric, no ric ric que diguém, perque atres u són mes; pero sí, siñó, ric de verdat per al que ell ere. Perque ademés que mons pares (¡cuáns añs fa!) li van doná mes que a mí, ell va sé mes tratán y ambulán, y la seua dona mes áspra y roína que una (azarolla verde) serba verda. Y van tindre bons añs y no mals fills, ni bons ni roíns, perque ne no van tindre cap. En mules y bueys y bestiá de tota classe de pel va guañá lo que ell se sap. Mort ara fa sing díes, dixe hereua a la nostra neta Ninila (Petronila), que es única a casa seua y a la meua, en pacte y condissións que se ha de casá dins de un añ y que sigue en la aprobassió y a gust de Pedro Saputo de Almudévar, que es vostra mersé. Y lo que ha dixat són sing mil libres en dinés y atres tantes que valen les séues possesións a casa. Miro ara vostra mersé si está a la seua má, com día, fé rica o pobre a Ninila, perque diu lo testamén que si passe del añ o no es a gust de la vostra mersé, tot u dixe per a les almes del purgatori y del atre món. No se va admirá Pedro Saputo de este testamén, perque lo testadó (que al momén va adiviná quí ere) lo coneixíe y volíe mol, entráe a vórel sempre que passáe per Almudévar, de sol sentil parlá ploráe de goch, y li díe moltes vegades: Después de Deu, Pedro Saputo; y li va oferí moltes vegades tots los seus bens y buscáli novia en ells. Paraules que enteníe mol be Pedro Saputo, perque ara teníe en ell a la neboda. - Segóns la vostra explicassió, va contestá al vellet, eixe germá ere lo meu bon amic lo tío Gil Amor. - Lo mateix, sí, siñó, - va di lo vellet. - Que en pas descanso, va continuá Saputo. Séntigo no habél vist a les séues raderes hores; alguna vegada lo vach fe quedá a minjá juns. Pero yo voldría vore lo testamén. - Aquí lo porto, va di lo paissano; y lay va traure; y en efecte, ficáe a la sagala les dos condissións. Li va preguntá an ella si teníe galáns o pretendéns. - ¿Que si ne té?, va contestá la yaya; aixina, aixina. Y menejabe los dits de la má cap a dal. - Pero natros, va di lo vellet, n´hi tenim buscat un; aquell sí que es bo, ric, sí siñó, de una casa mol bona. Una mica torsut porte lo coll del cap, y no li agrade mol an esta rapaza; pero ya li diem que aissó ve después; lo que importe es que sigue ric. - Es verdat, va di la vella; y yo encara hay pensat en un atre milló que éisse, perque es mes ric, y tampoc no li agrade perque es garcho, tort de un ull, y li falte lo dit gros de una má. ¿Quina culpa té lo pobre mosso? Volíe Pedro Saputo preguntáli a la sagala, y los agüelos, parla y fóli parlá, y no la dixáen respondre, adelantánseli sempre y reñín casi los dos per quí habíe de portá la paraula. Al final va di lo yayo: - Val, mira, lo que natros volem es que sa mersé mos dono un papé escrit pel seu puñ que digue que li pareix be y aprobe lo casamén que natros faigam. - ¿Conque només es aissó?, los va preguntá ell. - Sí, siñó, van contestá los dos; no volem res mes, que después ya u endilgarém natros. - Pos be, va di Pedro Saputo; per a fé este papé vull preguntá algunes coses a Ninila, pero a soles. - Tot lo que vullgue, va di lo vellet; ahí la té; lo que vullgue; la chica es mol aquell, y sinó... ¡ojito!... (va di miránla en amenassa). Natros mon anem a la fonda. - No sirá tan rato, va di Pedro Saputo, només caldrá que ixquen un rato a la cuina. Y sen van eissí. - Mira, li va di a la sagala; per lo que vech, traten de casát en qui tú no vols, y yo, al contrari, dessicho que te casos al teu gust. Disme: ¿tens algún amán, algún mosso que te vullgue y te agrado? Párlam en libertat, perque ya vech que está la teua sort a la meua má. - Yo crec, va contestá ella, que ñan tres que me volen be, pero un mes perque fa dos o tres añs que me festeche. Y dels atres dos, si en aquell no pot sé, tamé me casaría en consevol de ells. Li va preguntá entonses (ya sol per curiossidat) si son tío Gil Amor li habíe parlat de ell alguna vegada; y va contestá que moltes, y que díe que sol dessichabe una cosa an este món. - ¿Y va di quina cosa ere? Se li van ensendre les galtes a la sagala en esta pregunta, y plena de vergoña va contestá, que portál an ell de gendre a casa. Entonses Pedro Saputo se va ficá a escriure una carta en contestassió a un atra que li van portá del móssen, y acabada, va cridá en veu grossa, van entrá los agüelets, los va entregá la carta y va di que estaen despachats. - Pos ¿y la chica?, va preguntá lo vell. - Úspen los tres de dabán de mí, los va contestá en aspresa, si no volen que los agarra del bras y los faiga rodá escales aball. - ¡Siñó! - Fora de casa meua, dic; ¡Au! Los pobrets, tremolán, esglayats y no atinán casi en les portes, sen van aná plorán, sense sabé qué passae. Los van vore Rosa y sa mare y los va doná compassió; pero al arribá a la porta del carré y abáns de eixí van sentí que lo vell li díe a la sagala: - Tú tens la culpa, sí, tú; que no li haurás volgut doná gust. - Ah, tunanta, va di la vella: te hay de desfé a bufetades y pessics. ¡Per no donáli gust! ¡Y la herénsia qué! ¡Carnussa, que mos has perdut! - ¡Per Deu!, díe plorán la sagala. ¿Qué gust ni qué disgust li hay pogut doná yo si no me ha dit res? - ¡No te ha dit res! Eixes coses se fan sense dis. Tú ten recordarás del día de avui. Y la amenassabe en lo puñ preto. La sagala juráe que res li habíe dit ni demanat; y sinó, va di, torném a pujá. - A pujá, va di s´agüelo, a que mos agarro en un feix y mos faigue volá per la finestra. Anem, anem, que ya te passarém la cuenta. Van escoltá tamé tot aixó la mare y la filla, lay van contá a Pedro Saputo, extrañánles mol aquella duresa y crueldat. Pero ell les va di que ñabíe una raó pa tot alló, y que pronte aquelles llágrimes se convertiríen en goch y alegría. - Veigáu lo que pot lo interés, pos tan sentíen los dos pérdre la herénsia per no habé acatat la sagala lo que malissiosamén discurríen que yo li había demanat, creén que per naissó hay volgut quedám a soles en ella. Y lo que éstos han fet, no dudéu que de cada sen u faríen noranta nou, trobánse al mateix cas. Y aquell únic u aprobaríe potsé dels atres. Van arribá los agüelos a Ayerbe y apenes se va sabé lo mal recado que portaen se van espantá los pretendéns de la sagala y la van dixá com los muixóns cuan en gran sarabastall acudixen al caure lo día, que si va algú y tire en forsa un códul escampen tots calladets y fan una revolada cap a un atra part. Pero lo móssen, lo prior de Santo Domingo y atres persones prinsipals van prometre intersedí en Pedro Saputo, y en efecte li van enviá micha dotsena de cartes, y ell los va despachá sense contestán cap; en lo que se van reafirmá en que Pedro Saputo volíe los bens del tío Gil Amor per a les almes del atre món, y ya lo mateix móssen y lo prior de los flares sels repartíen caritatívamen en esperansa. Sis díes fee que estáe a Almudévar cuan van arribá los agüelos del testamén, y ne va está vuit mes consedínlos al cariño de Eulalia y Rosa, a qui haguere consedit mol mes de bona gana. Les va dixá, pero en tan sentimén que casi va plorá en elles; y va aná cap a Ayerbe aon tamé ne portabe una registrada. Apenes va arribá, va cridá a Ninila y en molta afabilidat li va preguntá quins galáns li habíen quedat de tans com van di que ne teníe. Ella, enrecordánse del mal trate de los agüelos, y veén que tamé la habíe entrat a un cuarto a soles, dudán, en les galtes colorades, mirán an terra, sofocada, y luchán en la vergoña, va contestá: - Encara que sé que no soc prou hermosa... sin embargo... ningú me ha tocat encara... lo que vostra mersé vullgue fé de mí... Pedro Saputo, al sentí aixó, se va portá la má al fron enrabiat; y la ira per una part, la compassió per un atra, pensán en la malíssia de los agüelos, y en lo candor y inossénsia de la sagala, va está un rato neguitós y apamplat sense sabé cóm rompre. Al final va eixecá lo cap y li va di entre severo y afable: - Yo lo que dessicho es la teua felissidat, y lo que te demano es que me digues si de los pretendéns que teníes ten ha quedat algún fiel después de sabé que yo no te volía doná la herénsia. - Un, va di ella, tota avergoñida, suán y tragán saliva dels ñirvis. - ¿Es lo que tú creíes que te volíe mes? - No, siñó, ara vech que me volíe mes que aquell, perque me ha dit que tan li fotíe si yo era pobra. - Pos ves y que me lo pórton aquí tons yayos; tornarás tú tamé en ells. Se van presentá en lo mosso; va vore Pedro Saputo que ere ben pincho, galanet, gallet, no massa ardén y fogós, pero de un cor com un Alejandro. Li va pareixe be y va maná cridá a un escribén y se va fé la declarassió en forma, aprobán la boda de Ninila en aquell noble y desinteressat jove. Acabat aixó, va fé quedá als agüelos y a la sagala, y an ells los va empendre áspramen lo seu mal propósit y villana sospecha, y an ella li va encarregá mol la virtut y la fidelidat al home. En cuan a la enregistrada de aquell poble la va vore dos vegades y sempre per casualidat: ere tiessa, jarifa, collerguida, pantorrilluda y ben plantada, en aire de ficás en jarres, descocada y capás de aventáli un mentís al fill del sol; y va di: Llástima que yo no siga tot un térsio de soldats per a emportámela de vivandera. 


 Capítul VII 


Seguix lo registre de les novies. Festa y ball a una aldea. 


 De Ayerbe va aná cap a Alharre, aon ne portabe un atra, pero la va trobá en un genio com un barrócul, (berroqueña de genio) pareixíe picada de les peñes de la serra veína. A Bolea ne ñabíen dos, la una, beata, absoluta y novelera, l´atra, filla de un lletrat y tan docta com son pare. A la primera li va fé la creu; la segona va volé enseñáli a parlá, dién mol remilgada al cas de nombrá a sa yaya, no la vach coneixe; y sobre viure a la siudat o a l´aldea, que enteníe la diferénsia. Se li va tallá l´estómec a Pedro Saputo, y en tres minuts va vomitá cuatre vegades. Tans vómits li va doná sentíla. Va seguí al peu de la serra aon va vore algunes flos desfullades. Y al passá per Lierta va mirá a Gratal y li va apetí, se li va antojá pujá a la seua (picota) picossa. Lo día convidabe, claro, ere apassible y sereno, al mes de setembre que alguna vegada es tan amable com lo mach. Va cridá, pos, a un paissano del poble, perque ni ell ni lo seu criat se sabíen lo camí; va fé que se portare bon minjá a la delissiosa fon del prat del Solaz, y va empendre la pujada. Una vegada a dal, ¡quin goch al cor! ¡quin airet tan puro! ¡quin sol y quin sel al michdía! ¡quins plans hasta Saragossa! ¡cuáns pobles sembrats an aquella noble y grassiosa vega! Y a la esquena y als costats, ¡cuántes puntes! Pero fixán la vista a Huesca, va di: «¡Qué ben assentada estás, siudat alta y composta, siudat de les sen torres als teus muros! ¡Qué maja la teua catedral soberana en lo seu edifissi y tan vistosa en les séues agulles al ven! ¡En quin señorío y grandesa reines a la teua Hoya, amor que vas sé y Corona de Aragó a los teus siglos passats, siudat libre y gloriosa per los Sanchos, per los Pedros y los Alfonsos! ¡Cuántes y qué hermosures vas amagá sempre, brillaes, vas sé la enveja de Palos y de Citera! ¡Y no hay de vóreles ara, an este radé viache dels meus amors! Pero així u ordenen los hados. Y encara... encara... Pero no; está ahí tancada la meua sort per un pare a qui venero. Y no vull patí lo cacarech de les vostres maldites agüeles trilingües.» Y en aixó va girá la esquena, y se va aviá com qui diu a redolá monte aball. Díe trilingües a les agüeles de Huesca no perque parlaren o sapigueren tres idiomes, que may ne van sabé mes que lo seu, sino perque teníen tres llengües per a parlá y parlaen en les tres a un tems. ¡Quines agüeles aquelles! Va passá felísmen la seua generassió; y ya después, agüeles y joves, segóns informes que se han ressibit, sol tenen una llengua, expeditilla, sí, pero una sola. Va passá dabán y va arribá al Abadiat. - Se sen cantá, va di als de Montearagón, y se note al flat lo incienso que allí crémen. Anem cap abán. Conque va pujá a Santolaria a vore als seus paréns y a la viuda de marres, y se va aviá cap al Semontano. Yo empero no haguera passat tan de volada, perque lo sel particulá del Abadiat, encara que minut, es amable, lo país jocoso, lo terreno fássil y bo, y sol criá algunes plantes espessials. A lo Semontano va fé moltes equis y esses anán de uns pobles als atres, perque ya se veu, no estaen tots alineats y va passá una llarga revista de donselles contánles casi per dotsenes, encara que no totes eren adotsenades. ¿A quina valleta no náixen distinguides, perfumades y majes flos, al voltán de les fees, vanes y vulgárs? Ñabíe, pos, de tot; y si abundabe la roba de almassén, la quincalla de cantonada y los cuadros de almoneda y hasta de sobres, tamé sen trobabe alguna que atra que foren mol bon descáns de consevol peregrinassió. Y yo fío, de no está preocupat de atres amors, allí me haguera quedat pres de ells, si ñabíe entonses donselles com algunes que coneixco al nostre tems, sin embargo del sin embargo. No les produix aquell país arteres, falses, astutes, ni fingides; y si alguna s´hi torne es perque les obliguen en engañs los que les traten. Se va trobá a la festa de un poble, y es cosa de contás. Va arribá a una aldea, y a la casa aon se va hospedá ñabíe una filla y una neboda que sol aguardaben a eissecás de la taula a michdía per a anássen a la festa de un atre poble, que uns diuen que ere Colungo, atres Casbas, atres Abiego; y ña qui afirme que va sé Adahuesca. Pero yo que u sé be dic que va sé Colungo. Portáe carta per al pare de la filla, que ere tamé de les de la lista, y li van proposá que anare en elles. Va asseptá y agarrán a cascarrulles a la seua Helena (que Helena se díe), ya que podíe mol be portán la maleta lo criat en una mula, van aná al atre poble, aon no se sap si ne teníe alguna al seu registre. Per la nit y al hora primera de la velada van acudí mes de sen persones a la casa a vore als forastés, y mes veus, crits, chillits y rissotades que a una plassa de bous. Van cridá a la taula, y se va amontoná la gen de manera que estaen a micha vara, y cada cadira ere un mun de cóssos, brassos y caps, perque en ves de sis huéspeds convidats ne van vindre sis sisos. Lo sopá, abundán, pero mal acondissionat y góssamen servit. Encara estaen als postres cuan va sobrevindre una ola de sagales acompañades de uns mossos, que donánse espentes, chillán, entropessán y agarrades dels brassos y serpenteján van di que veníen a buscá a les chiques per a aná al ball de casa de N. - Sí, sí, va di lo pare; ya van, y ya elles se habíen eixecat y s´agarráen a les atres. Pero no sen anaven, estaen mirán com si les faltare algo. - Anem, don Pedro, li va di lo huésped. Vostra Mersé se servirá acompañáles y suposo que ballará en Helena. - ¡Home!, va contestá una de les de la casa, zurda, mofletuda y de pit eixecat; aixó faltaríe, que don Pedro no vinguere al ball. Lo sel li va caure damún al sentí aixó; y advertín lo capellá la seua perplejidat, va di que hi aniríe tamé, ya que no podíe excusás. Va baixá entonses lo cap, sabén que no evitaríe que se l´ emportáren, encara que se empeñare una comisió sansera. Ya están a la casa del ball. ¡Quina confusió! ¡Quin jaleo! ¡Quina bahorrina! Ere gran la sala, pero estaen com a sardines a un sistell. Va escomensá, o mes be va continuá la música, que se reduíe a un mal violín, a una pijó viola, y a una pandereta, tan desafinats los dos instruméns de corda, que feen mal als oíts y per ells se ficáe dolenta l´alma. Va habé de ballá sense remei, habén ballat la radera vegada a la corte cuan ere estudián de tuna. Se va retirá después a una cadira que li van oferí, y cuan se ficáe a observá lo que veíe, se li fóten damún disparatades y corrén dos forasteres y les atres dos sagales del seu huésped, y en la mes gran desenvoltura se li assente la creguda privilegiada als ginolls, y les atres dos damún y dabán de aquélla cul en falda, servín ell de fundamén a tota la batería. - ¿Qué feu, Helena, qué feu?, li va preguntá admirat. - ¡Un atra!, va contestá ella, en mol desenfado, que ya per sí pecabe mes per afable que per fura; lo que fan totes (cosa fan tutti), después de un canari, de una chacona o un mal tros de un atre ball, anaben a sentás als ginolls dels mossos. Teníe prop al capellá, y li va di: - ¿Pero es possible que sigue costum aixó? - Sí, siñó, va contestá lo bo del benefissiat; aquí se fa y ningú fique cap reparo. Lo van liberá pronte de aquell pes perque van traure a ballá a les cuatre chiques, y ell se va ficá a mirá la sala. Ñabíe per allí algunes mares que pareixíen habé anat a cuidá de les séues filles y de atres, y ere en lo que menos pensaben. Sentades a enterra y per aquelles arques unes se contaben los partos que habíen tingut y los mesos que la veína va pugué doná lleit al primé chiquet; atres les lleits que va mamá lo seu; atres s´adormíen a un racó; atres animaben a les sagales tímides; hasta que van traure un canaste vestit de gala en molta roba per a fé calseta (randa) y ple de tortelles de oli mes seques que una mula sorda. An este mateix pun estáe ell discurrín una treta per a no ballá mes, pos ya li habíen intimat les chiques que volíen ballá en ell; y li va eixí perféctamen. Li van presentá lo canastet, va agarrá una tortella y se va eixecá per a repartíla a les sagales, que acababen de ballá; pero va fé vore que se li retortigáe un turmell y com estáe tan espessa la sala, va dixá incliná lo cos y va caure damún de una pobre dona que veénsel caure a pes va tirá lo cos atrás y van caure del tot: ella pancha per amún, y ell de esquena y de costat, saltánli la tortella cap aon ella va volé aná. Sen van enriure tots mol; se va eixecá, coixejabe que ere una llástima, y agarrat del bras del capellá sen va aná a la cuina aon se va bañá lo peu en aigua freda, per a dissimulá, y així se va librá de torná al ball dién que encara no podíe caminá. En tot, sobre les onse va eixí a la sala, va demaná lo violín, lo va afiná, y va preguntá si sabíen ballá lo gitano. Van di que be o mal tamé lo balláben. - Que ixque, pos, una parella, o dos si volen, va di ell. Y fen callá al de la viola, y advertín al del pandero que donare sol algúns cops y lo acompañare en soroll baix contínuo, va escomensá a tocá lo fandango mes rabiós que se va sentí de máns de músic: unes vegades alt y estrepitós; atres blan y suave; unes picat y mordén, atres ligat y pla; ya com un riu ple y descontrolat que arrastre lo que trobe; ya com una corrén apassible que se remanse y pareix que se amague a la chopera hasta que rom un remolino, y arribe y cau despeñat en gran brogit y estruendo a la vall y montes veíns. Tots se van abalotá per les vibrassións de ixos ecos tan provocadós. Al prinsipi, sol balláen dos parelles; mol pronte ne va eixí un atra, después un atra, después ya totes; y hasta les agüeles que s´adormíen y les comares que parlaen se van ficá de peu y donaen meneos en lo cos y en lo cap, y no podíen pará, y se derretíen y disfrutáen. La rissa escomensae, creixíe, cundíe, se va fé general; y entre lo violín, y les castañoles, y tal bullí y saltá, y tan arrope y jadeo; y lo foc que se habíe ensés a tots, igual agüelos que joves se va soltá la corda, y tots per los ulls y per la boca y per tot lo cos flamejaben. Los miráe Pedro Saputo, y espessialmen se divertíe al vore lo meneo y gestos de les agüeles, cuan pareixénli ya massa perillós lo efecte de la seua endemoniada música, va pegá una gran gaviñetada al violín, y en un gorjeo de oronetes se va tallá aquell insendi y estrago, dixánse caure los bailaríns per aquelles cadires y per aon podíen, fets tots un volcán, y procurán en una gran rissa dissimulá una mica lo que los passae, elles en molta vergoña y no menos desassossiego, ells perdut lo tino, desmandats casi a vistes y no assertán una paraula a dretes. ¡Ah mares, les que voleu librá de perills a les vostres filles! En quinse díes no van torná les pobres sagales al seu temple ordinari; en sol pensá en lo ball se tornáen a destemplá y s´enseníen. Pero lo que es la memoria va durá sempre. Ya eren mares, ya yayes, y hasta rebisyayes, si no habíen mort les que habíen assistit, encara parlaen y nombraben lo gitano de aquell añ. Y per aquella nit, ¿quí estáe ya per a mes obra ni ball? Per a desbraváu del tot, va pendre un atra vegada lo violín y va di: vach a tocá una cosa que vach compondre al doló y llágrimes de ma mare, habénli dit un traidó que yo había mort a Cataluña. Y va tocá una compossisió mol triste y patética, sense tindre mol en cuenta les regles del art perque va sé una idea repentina y suposat lo motiu; per de pronte se van calmá aquells jóvens y va torná tot al orden. Van escoltá en maravillós silénsio, no va ñabé qui no se dixare penetrá y ficás tendre de una música tan afectuosa; y algunes dones hasta van plorá, perque va esforsá ell mol lo sentit del doló y del desconsol. Va acabá, van tocá les mares a retirás, y se van retirá tots. Pero a casa de Pedro Saputo se va abalansá tal batería de sagales y en tanta algazara, que no cabíen per la escala, y va pensá que veníen fugín de alguna emboscada o cam de batalla, o que volíen acabá de vore en qué parabe la locura y desenfreno de aquell día; pero se va assossegá cuan va sentí que veníen a dormí en les forasteres y les huéspedes. Cóm se gobernaríe lo dormitori per a tantes no u enteníe; ell va tindre que anássen al seu llit en lo capellá y no va pegá los ulls. Conque va matiná, y despedínse casi en mala cara, perque volíen que se estare totes les festes, y dixán desconsolades a les sagales y mes a Helena, va montá a caball y sen va aná, respirán així que se va vore al campo, com los de una cuina plena de fumarrina de gom a gom al hivern íxen a respirá y recuperá l´alé a una sala o a la finestra. 


 Capítul VIII 


De la fira de Graus. 


Va visitá encara per allá algúns atres pobles, y se va arrimá al Cinca passán per Barbastro, aon sol va visitá a la sempre amable Antonina, encara que portabe cuatre donselles a la lista, no per despréssio de elles, sino perque de Barbastro no volíe amistat ni deudo. Va incliná la seua direcsió cap al orién y amún per a pujá a la Ribagorsa, y va arribá a la Puebla de Castro, aon va pará al messón, sense portá registre de aquell poble. Ere lo taberné charraire, alegre, franco y mol atento. Als postres va demaná llissénsia y va entrá al cuarto de Pedro Saputo, y li va di que si volíe matiná una mica li podíe serví, perque pensabe aná a la fira de Graus a divertís un rato, y en veu baixa va afegí: y portám una criada per a ama de claus, perque me se case la que ting, y la cuinera no val mes que per als topíns y los teóns. Va arribá en aixó un llauradó, y lo va fé entrá dién: - Este home, siñó caballé, es cuñat meu, germá de la meua dona que en pas descanso. Me vach casá fa setse añs, y mos van doná a mí una finca y an ella un atra; y entre les dos, que les vach sembrá aquell añ, vach arreplegá dos cahíces y mich de morcacho, una mica de pipirigallo y ya me va parí la dona. Yo vach escomensá a dim: pos vas be, Juan Simón; no tens aon sembrá hogaño, y la Felipa te parirá totes les pascues. Mal, Juan Simón, perque no ñaurá pa. ¿No ñaurá?, vach di, pos n´ha de ñabé, a discurrí. Y cavilán y no dormín me se va ocurrí un espessífic que algún san me va ficá al cap. Y li vach di a la meua dona: cariño, ya hay discurrit un modo per a que no mos falto; ya pots criá sense temó. Mira, Felipa, an este món sol són deshonra tres coses: sé pobre, no tindre dinés y portán. - De aissó radé ya te libraré yo, va di ella. - Calla boba, li vach contestá yo; no va per tú, que ya sé que no penses ficámels. Pos sí siñó, li vach di; aissó sol es deshonra an este món, y no atra cosa. - Anem, Juan Simón, va di lo cuñat, que datres coses ñan. - Ya u sé, va replicá lo parlán; pero la verdat es la verdat, y en lo demés no se repare. Díxam parlá y no me golfejos les paraules. La meua Felipa se va alegrá mol y yo vach di: ya veus que an este poble ningú vol sé tendé o botigué, ni messonero, perque u tenen per afrenta, y los arrieros y viacháns no saben aón pará, y van demanán favor y u paguen mes car y están mal servits. Lo comprá y véndre, ¿pot sé afrenta?; lo doná fonda al que no té aón embutís, ¿pot sé afrenta? Cornut siga si aissó no es mentira. Yo hay pensat, pos, comprá oli, vi, pa, arrós, abadejo, sardines, guardiassivils de cubo, tossino salat, cansalada, magre, espéssies y atres coses, y tindre abacería de botiga y fem messonero; ¿te pareix be, cariño? Y me va contestá: - Com diuen que venim de bons... - Calla, tonta, an este món cap pobre es bo; tots los miren de reúll y així com de gairó. Disme que sí, y en dos paletes te fach rica, y tamé mes hermosa, perque les ríques totes u són, encara que no u siguen. ¡Qué guapa, y qué refilada los díes de festa cuan vaigues a missa, y tornos, y a cada cosa que remogues al arca sónon per allí los doblóns! Encara no n´has vist cap, encara no saps cóm són; ya vorás allavonses. Y en aixó la vach ficá contenta, y me vach eixecá, que ere encara de matí y estáem a la márfega. Y aquell mateix día, agarro y veng los dos terrenos, lo meu y lo de la meua dona. Aquí está mon cuñat que no me dixará di mentires. ¡Qué lloco, díe la gen, qué perdut! Lo que ven, acabe. Y tú tamé, Silvestre, u díes, y ton pare mes, que va vindre y me se va volé minjá, y va fé plorá a Felipa. Pero yo callán y a la meua. Conque vach y me compro un ruc (en perdó de vostra mersé), y ¡qué tieso que ere!, y baixo a Basbastro y lo torno en les banastes carregades a cormull per a la botiga. Y a la hora que solen vindre los arrieros vach eixí a la plassa y los vach di: a casa meua, que soc messonero. Ya fa de aixó catorse añs, prop de quinse, y cuatre que me se va morí la dona, ben rica, y en mes carneta que vatres me la vau doná, cuñat, en tota la vostra sopopeya, que al final, en que veniu de bons, tens una somera, y roína, que si te se mor te quedes tan a peu que no has de montá ya mai datra cabalgadura que la cavegueta, si yo no te dixo alguna béstia. Yo ting un parell de mules, una está ya algo desmemoriada, y campos y terra, finques, faixes, gayes, freginals, y olivás plens de olivés y olives, y un jaco que se beu y talle lo ven, y grássies a Deu que no sé aón ficáls; y per aissó tan de bons ving ara com cuan me vach casá y era pobre. Los meus fills van a llaurá, y no ne ñan de mes garridos, pitos y envejats al poble. ¡Ay, habés mort sa mare! En mol gust sentíe Pedro Saputo la relassió del messonero, y preguntánli per la fira, va di: - An ixa fira, siñó caballé, no se ven lo que de ordinari se ven a totes, encara que no falte res, sino que es fira de criats y criades. Allí acudixen de tota la Ribagorsa los mossos y mosses, en cuadra o sense cuadra, que volen afirmás, ells per a mossos de labor o de mules, y tamé per a pastós o un atre ofissi, y elles per a criades, niñeres, caseres de móssens, lo que ixque y segóns la persona. Y ¡qué guapes algunes! ¡Qué fresques y espabilades! Yo no me la pergo may; y dos criades que ting y tres que me se han casat, dos al tems de la meua dona y una después, totes les hay portat de allí, y totes bones, perque ting ull y no me engañen. Es verdat que lo bon amo fa lo bon criat, y com les trato be... - Massa, va di lo cuñat. - ¿Veeu?, ya ha caigut a la malíssia. Siñó caballé, la enveja es mol roína, perque no cregáu que es atra cosa. Be pareix que me les trauen, que no dirán sino que lo serví a casa meua, y aissó messonero, sigue concilianda de novios, que sempre les sobre per damún del cap. Sense armonía y bona voluntat, ¿cóm habíe de ñabé pau a casa? Y viure sense pau y sense gust cap ley u mane. ¿Ting raó, siñó caballé? - La teníu, y mol gran, va contestá Pedro Saputo; perque la vida sense agrado, sense descáns del cor, no es vida verdadera sino purgatori abáns de tems. Sol que com sou viudo, la malíssia salte después... - Aissó, aissó, va di lo messonero. ¿Veeu, Silvestre com tamé lo siñó diu que es malíssia? Y si me casara, después no me serviríen tan be les sagales, perque totes en sentí que es un home casat, al instán li fiquen la cara anugolada. Un atra que troba com la Simona, que així se diu ésta; y lo que tingue enveja que revento. Anem, cuñat, que lo siñó ha de descansá. Van eixí los dos cuñats, quedán en Pedro Saputo en que lo acompañaríe lo messonero y li enseñaríe lo que encara no habíe vist ni se veu mes que an aquella fira. Van matiná y lo messonero en lo seu jaco voladó y talladó de ven va acompañá a Pedro Saputo, diénli pel camí: - Ya vorá sa mersé, cuántes y qué guapes. Totes se fiquen al seu puesto, que es la Creu y cuan se arrimen a miráles fan uns ullets... Yo per la mirada les calo, y la que es fina tamé me cale a mí, y sense parlá mos enteném. Porten cusida per dins una burchaqueta deball del bras, y allí una estampa de Santa Romera, abogada de les rellissades; les burchaques les hi cusen les yayes, encarregánles mol que se encomanon a la santa. Y si aneu a féles cussigañes, pessigolles, pessiguañes o gochet, fúchen y diuen que les malmetréu la estampa; pero aixó es a la plassa y al comensamén. En tan alegre conversa van arribá a Graus, y com día de festa que ere (san Miquial) van aná primé a la iglesia, van empendre lo amorsaret, y después, habénse dixat portá Pedro Saputo aon va volé Juan Simón, van aná a la Creu, que es la parada, la botiga y ferial propi de les sagales. En efecte, estaen allí y ñabíen moltes, y algunes mol grassioses y ben majes. Y va di Pedro Saputo al messonero: - Aneu vosté, Juan Simón, per un costat y yo per un atre; vosté ne marcaréu una y yo un atra, que sabén lo seu gust vach a vore si lay enserto. U van fé així, y acabán la revista de totes, se van apartá a una vora a conferensiá. Y encara que Pedro Saputo ne habíe vist una que li va pareixe que seríe la que mes ompliríe lo ull al seu huésped, en tot per probál, va di que li conveníe una que ñabíe en sintes blaves, y de bon talle, y linda presénsia, que en dos amigues fee la desfeta a una vora. Y lay siñalabe. - Perdoneu, siñó, va contestá lo messonero; sí que me agrade, pero sirá mol retrechera y engañará hasta a la seua sombra, ¿no veéu que sap mol? Milló es la del llas vert, aquella que mos mire, y que encara que vergoñoseta ya me ha dit en los ulls tot lo que yo volía sabé. Y veeu, ya me la está encorrén aquell móssen, que es lo de Salas Altas, y me la bufará y me dixará a la lluna de Valénsia. Pos no ha de sé per an ell, voto a bríos que vach allá y la firmo de un brinco. Y dit y fet se dispare cap an ella y li diu: - Demaneu jornal, la del llas vert, y veníu en mí per a ama de claus de casa meua, que soc botigué. Li va demaná nou escuts y dos parells de espardeñes de espart. - Deu ten daré, va di ell, ademés de un parell de sabates, y van quedá conformes, y se la va emportá y la va enviá cap a la seua fonda en les señes. Va quedá admirat Pedro Saputo del coneiximén del messonero, pos en efecte ere la mateixa que ell li habíe marcat. La de les sintes blaves se va acomodá de casera en lo móssen de Salas. Y de mes de sixanta sagales sol unes quinse se van entorná cap als seus pobles per a un atre añ. Tamé Pedro Saputo ne va afirmá un atra per a casa de sons pares, y com no podíe portála en ell la va entregá y encomaná al messonero hasta que una persona de confiansa vinguere a per nella. - Y mireu, li va di... - Enteng, enteng, va contestá Juan Simón; bon ull hau tingut; pero aneu descansat, que yo, siñó, lo meu meu y lo de atre de atre (otri de otri). ¡Collóns! Milló es esta que la meua; pero res, lo dit dit; com si li dixáreu ficades armes reals. La enviaré a vostra mersé igual que la va parí sa mare, exeptuán les cuentes passades. En cuan a les del registre, que ne eren dos, les va vore Pedro Saputo sense manifestá quí ere, y se va doná per satisfet. 


Capítul IX 


Seguix lo mateix registre. Morfina. 


De Graus va passá a Benabarre, va doná una volta per la Llitera, va baixá a Monzón, de allí va pujá a Fontz y Estadilla, va pensá en dirigí lo rumbo cap a casa seua, penánli no podé torná a Benabarre, perque va sé aon va vore mes cares majes, y pits mes uberts, y olvidán en pena algúns amors que se va dixá allá desperdigats. - Pero prou, va di; hay donat gust a mon pare y me l´hay pres yo tamé, y no poc. Li faltáen micha dotsena de pobles, entre atres lo de Morfina; y donán los demés per vistos, se va atansá al de aquell nobilíssim primé amor que no sabíe cóm trobaríe ni cóm se habíe de presentá, ni en quina cara después de tans añs. Y dudán, y baténli fort lo cor, y en no menos temó que dessich, va arribá al poble y se va encaminá a casa seua. Habíe mort lo pare fee dos añs, com vam di, aquell don Severo tan bo y tan generós; y lo fill fee cuatre que estáe casat. Morfina, cumplits ya los vintising añs, sense pare, sa mare pensán sol en misses y rosaris, y lo germá en poca autoridat a casa seua, se miráe an ella mateixa com la sombra de la casa; lo que jun en lo chasco tan cruel que li va doná lo home del seu amor y a qui li va fiá mes que lo seu cor (que chasco se pot di tan llarga suspensió de la seua esperansa), y sempre en una passió que no teníe sol ni día al añ, habíe perdut aquella alegría que tan brilláe a un atre tems al seu bellíssim rostro, y sense está esguellada se coneixíe que se habíe semat la lozanía de los seus pensaméns, entregada a una ressignassió penosa, que de sé ella menos animosa o de temple menos fi, la haguere consumit del tot. ¡Ah!, de los vin als vintising passe una época, una edat sansera, y la mes forta y de mes gran mudansa a les donselles. Pero a Morfina ademés se li ajuntáe la causa espessial de que habíe amat y amabe encara al únic home que va arribá al seu cor y éste ¡fee sat añs que la teníe olvidada!, mentres ella ere insensible per a tots, resignada a morí an aquell estat antes que doná la seua má a datre. Va arribá Pedro Saputo y sol ella lo va coneixe abáns de parlá; pero tots se van alegrá, hasta la cuñada. Buscán una ocasió va preguntá a Morfina qué ere de lo seu antic amor y cariño. Ella li va contestá que no sabíe en quí parláe. - En lo teu amán, va di ell. - No tos coneixco per tal, va contestá ella; pero sí tos diré que ne vach tindre un , y que si me se presentare se trobaríe com la primera vegada, y com la segona, y com la tersera que mos vam vore. - Pos yo soc, va di ell; dónam la teua queixa, pero disposat a sentí la meua contesta. - No trobo cap satisfacsió, va di ella; y si tots los grans homes són com vosté, si tal prossedí es inseparable de la seua exelénsia, ben infelises són les que los volen. Yo tos vach volé sense sabé quí éreu, perque vach vore lo que éreu; vach vore que la idea de perfecsió que yo me había format de un home cabal, de un home digne de mí omplíe vosté cumplidamen, y mes si mes puguere sé, encara que tan jove. Después vach sabé que éreu Pedro Saputo, y sol vach tindre que ajuntá a la persona la fama del nom; y al sentí del vostre naiximén vach doná grássies a la meua estrella perque me fassilitabe fé algo per vosté y per lo meu amor; pos encara que de la fortuna fores poc afavorit, teníes un alma mol sublime. Yo tenía que heredá de mon pare, lo just per a no tindre temó que per esta caussa fore mes poca la nostra felissidat. Y desde aquell momén passe un añ, passen dos, y cuatre y sing y sis, y cap notíssia ressibixco de vosté. ¿Tos escric y qué me contestéu? Va aná a vóretos mon pare, vau prometre vindre, y tos vau burlá de la vostra paraula. ¿Debía yo creure, dec ara creure, que me hau vullgut? Se case mon germá, mor mon pare, quedo del vostre amor abandonada y sola; passen los añs, ni veníu, ni teniu la cortessía de escríurem una carta, o de enviám un simple recado. Sé per la fama que estéu per la vostra terra; y al mateix silénsio sempre. ¿Debía creure, ting que creure ara, que me volíeu o que me haigáu volgut may? Lo meu amor es sempre lo mateix, u confesso, perque es la meua mateixa vida, soc yo mateixa; ¿qué me diréu vosté del vostre? ¿Qué me diréu per a que a mí no me sigue fassilidat, imprudénsia y error voluntari créuretos y fiám de les vostres paraules? Y encara abáns de sentí la vostra resposta, vull sertificátos que no me ha penat ni me penará habetos vullgut, encara que ara mateix sense contestá a la meua queixa me aviéu una mirada de despréssio, y me giréu la esquena y desapareguéu, y sápiga después que tos hau casat en un atra. Es mes fort que tot aissó lo amor que tos hay tingut, y la alta aprobassió que lo meu cor li ha donat sempre. Y encara aixina, sacrifissi per vosté no nay fet cap; may faré aná esta paraula, tos vach doná lo cor, allí estáe tot. Va sentí Pedro Saputo la seua justa y sentida queixa sense interrumpíla, y miránla afablemen, li va contestá: - La sort y no la meua voluntat te ha privat de la satisfacsió que lo teu amor nessessitáe y lo meu ploráe per no podet doná. No admitixgo, pos, no admitixgo contra mí la teua queixa, perque no ha estat a la meua má lo naixe de pare conegut, la seua desgrássia ha sigut la caussa general y particulá de la forsa de moltes sircunstánsies, ben tristes, per sert, después de conéixet, de diverses époques de la meua vida. Pensarás tú, en hora bona, en tota la noblesa que dius y vach vore per los meus ulls; pero yo debía tindre datres miraméns en tú y en lo nostre amor, que no habíe de sé de un sol día, ni gosás a la soledat y fora del trate humano. Talento tens, y no nessessites que te explica estes reflexións. Per un atra part, a la teua edat y a lo meu dessich ya no cabíe entretindre la esperansa en plassos indefinits, pijós mil vegades que lo absoluto silénsio que hay guardat, perque éste podrá matá un amor vulgar, pero no traure lo temple ni embotá un amor verdadé a cors com los nostres. Una mirada de la fortuna que ningú sap encara, me va fassilitá lo podet proposá condissións que mos permitíen pressindí de lo que tú me oferíes en los bens de ton pare. Y cuan me disposaba a vindre a vóret, va ocurrí un cas que ha arretrasat esta visita hasta ara, com te diré cuan me haigues declarat la teua ressolusió. Estám al día; avui es, dolsa y encantadora Morfina. Mira lo sel; y si encara eres la mateixa per a mí, dónali les grássies al teu cor, y vine per a sempre als brassos del teu amán, als brassos del teu home... Va di estes raderes paraules en tan afecte, que no va pugué Morfina aguantás; y abalotada, tendra y resolta lo va abrassá ben preto exclamán: - ¡Amor meu! ¡Home meu! - Pos ara, li va di ell, sabrás per a la teua satisfacsió y la de la teua familia, que ya no soc Pedro Saputo, fill de aquella pupila de Almudévar, sino que soc fill de ella y del caballé don Alfonso López de Lúsera, en qui se va casá ma mare fa cuatre mesos, habénme ell conegut per casualidat y trobánse viudo de la seua primera dona. - ¡Fill eres, va di Morfina espantada, de don Alfonso López de Lúsera! Lo coneixco de nom y de vista, perque añs atrás va passá per aquí dos o tres vegades y se tratáe de amic en mon pare. Sí que eres son fill, sí; men enrecordo, te li assemelles. Be díe la fama que eres fill de un gran caballé. ¡Don Alfonso, ton pare! Tamé, pos, haurás ya conegut a la seua nora, ara ta cuñada, aquella Juanita que diuen que es tan discreta, y la mes selebrada de tota esta terra. - Sí, va contestá ell, y la vach coneixe ya de estudián, en la seua amiga Paulina... - Són inseparables, va di Morfina; y tamé diuen de ixa Paulina que es mol grassiosa. - Ara vindrás tú, va di Pedro Saputo, a aumentá lo número de les persones que unix aquella amistat y la sang, mes discreta que Juanita, mes amable que Paulina, mes hermosa y digna que les dos, y la verdadera glória meua y de la meua familia. Mira sinó lo consepte que li mereixes a mon pare. Y li va enseñá la lista de les donselles en la nota que teníen totes. La va mirá Morfina; estáe ella la cuarta habénles ficat son pare per orden de distánsia de los pobles; y sen va enriure de lo que afegíe al final sobre no voldre sentí parlá de amors ni casás. - ¿Cóm, va di, haguere pogut lo bon don Alfonso imaginá, que si yo no volía sentí de amors, ere perque amaba a son fill? Pareix, pos, que ya les has vist a totes, si aissó signifique la creu que porten los seus noms. - Ixa creu, va contestá ell, la vach fé a totes lo primé día, donánles per vistes; pero per a féli cas a mon pare y passá uns díes de curiossidat que me recordáen una mica la vida de estudián, hay estat an algúns pobles, y sert que men hay enrit. - ¿Tamé has vist a la filla del escribén Curruquis?, va preguntá Morfina. - ¿Quí es lo escribén Curruquis? - Éste (siñalán en lo dit); y si no hi has estat, mira de anay encara que faigues volta, perque vorás a un pare y a una filla mol originals. Y de pas podrás vore estes dos que formen la sombra del cuadro. Va arribá en aixó la cuñada, y van continuá la charrada, y tamé dabán del germá que va vindre después, y de sa mare; que va sé la declarassió de Pedro Saputo a la familia, pos tratán a Morfina en tanta familiaridat, van entendre que ñabíe algún secreto ya no secreto entre ells. - Este caballé, va di Morfina, es fill de don Alfonso López de Lúsera. - ¿Cóm?, va di lo germá; ¿pos no es Pedro Saputo? - Sí, don Vicente, va contestá ell, pero tamé soc fill de don Alfonso, encara que hasta fa poc tems no se sabíe; com fa poc tamé que va enviudá de la seua primera dona y se ha casat en ma mare. Y en lo nou nom y en lo antic hay vingut a vore a Morfina y ditos a tots, que desde estudián mos volem y teníem tratat, o entés al menos entre los dos, lo nostre casamén. - ¡Oy, sel san, si visquere mon pare!, va exclamá don Vicente. ¡Vosté, Pedro Saputo, fill de don Alfonso López de Lúsera! ¡Mireu si u vach di yo cuan vach vore lo retrato! ¿Quí está, pos, a casa nostra? - Un amán de Morfina, va di ell; un fill polític vostre, siñora (dirigínse a la mare), y un germá vostre, don Vicente, si Pedro Saputo primé, y ara don Pedro López de Lúsera es digne de tan honor, així com es amo fa tans añs del cor de la vostra germana. - Mireu, va di don Vicente a sa mare, mireu a la que no volíe casás. - ¿Y cóm había de voldre a datre, va contestá Morfina, volén ya desde sagala a don Pedro? Sí, germá, desde entonses lo vull y mos volem, y ni vull ni voldré a datre home, ni lo podría voldre, encara que don Pedro haguere mort. Y perdonéu, siñora mare, que sen donsella y están vosté presén me atrevixca a parlá de esta manera. - Filla, va contestá sa mare: ya saps que ploraba de voret reassia y perque no volíes casát; ara ploro de goch de sentí lo que me dius y de vore a don Pedro a la nostra casa; ya no ting res mes que demaná a Deu an este món. ¡Ay, si visquere ton pare! ¡Tan que parláe de Pedro Saputo, y no sabé que tots lo coneixíem! Pero tú, filla meua, ya u sabríes. - Sí, mare; pero no me atrevía a díu. - Pos siñó, va di don Vicente; ara sí que no ton aniréu al cap de un mes, ni may; ham de cassá, amic, ham de aná de cassera, y hau de tocá lo violín, anem, aquelles coses tan bones que sabeu fé. ¡Conque Pedro Saputo! Y tú, Morfina, u sabíes y has callat. - No tan cassá, amic don Vicente, perque vull fé lo retrato de la vostra germana. - Y lo de la meua dona, va di don Vicente. - Be, lo farem. - Y lo meu. - Tamé, ya que mos fiquem. Después ting que contáli a Morfina coses importantes de la meua vida, y preguntán moltes atres. - Ahí la teniu, va di don Vicente; ya no es chiqueta; vostra es ¿no es verdat, mare? - Sí, fill, sí, va di la bona siñora. Deu los bendigue com yo los beneíxco de la meua part. La nora, sin embargo, se coneixíe que pensabe alguna vegada en lo patrimoni que significabe Morfina, a qui teníe destinada al seu cap com a tía mol volguda de los seus fills. Li habíe dissat son pare un patrimoni que pujáe uns mil dosséns escuts al añ; y sentíe la nora que ixquere de casa seua. Lo germá ere mes noble. Pedro Saputo va enviá al criat a son pare, escribínli que estáe a casa del difún don Severo Estada, una familia que coneixíe mol desde estudián, y lo aturaben algúns díes per a fé los seus retratos. Pero Morfina en la gran satisfacsió de tindre al seu amán y en la seguridat del seu amor que tans suspiros y llágrimes li habíe costat, y en la libertat de confessáu y manifestáu, va recobrá la seua antiga bellesa, la energía de los afectes, la alegría del seu cor; y serena, contenta, ufana y gloriosa brilláe en totes les grássies y (encantos) encáns de la incomparable hermosura que li debíe a la naturalesa. Mes y mich se va pará allí Pedro Saputo, fen los retratos, cassán tamé algún día, y gosán de la felissidat suprema del amor en la seua amabilíssima y dolsíssima enamorada, Morfina. Don Vicente, veénlo tan hermós, pincho, caballé, cabal y perfecte en tot y en tantes grássies y habilidats li va preguntá un día a la taula: - La verdat, don Pedro; ¿cuántes dones hau tornat loques an este món? ¿Totes les que hau vist? - Y mes, va contestá Morfina, perque algunes se haurán enamorat de ell per la fama. - No per sert, va contestá ell; perque algo diríe ixa mateixa fama, y res hau sentit. Aixó, Morfina, signifique sol que vach naixe per a vosté, així com vosté hau naixcut per a mí; y don Vicente, que me vol com amic y com a germá, está sense duda encara mes sego que tú, y per aissó delire tan. Al final va arribá lo día de separás: día anugolat y triste; día que may haguere tingut que portá lo sel en les séues voltes; y dixá casi sense vida an aquella infelís. ¡Glória de este món! ¡Felissidats de esta vida! 


 Capítul X 


Acabe lo registre de novies. Y es lo milló de tot. 


 Va mirá la lista, y li faltaen sing o sis pobles. Al primé lo van obsequiá tenínlo enclavat a dos taules de joc desde lo matinet hasta la nit. Se moríe de asco y se enfadabe; y sense di res a les sagales, que ne eren dos, la una jove y no maleja, y l´atra atrevida de edat y talla, y encara que en opinió de bona mosseta, llum sense caló per massa nostra, va passá dabán. A lo segundo poble va coneixe a la persona mes extravagán que va vore a la seua vida; y lo van ressibí poc menos que en desaire prenénlo per un aventurero, hasta que va presentá la carta de son pare, a la que sol díe al amo de la casa que son fill don Pedro passáe a visitá algúns amics, y que si algo se li oferíe li faigueren la cortessía de ressibíl. Entonses tot va mudá, y van passá al extrem contrari. Ere lo escribén de qui li va parlá Morfina, home ric, de genio irregulá, tan pronte arrebatat com remiso o insensible; raquític, arguellat, o mes be una mica cheput o geperut, cames llargues y primes, cos curt y arrepetat, lo que va sé motiu per a que li digueren Curruquis; ulls ixits, rostro minut, boca rasgada, coll dudós, pit eixecat y propenso a doble giba; charraire sempiterno, y mes cla y pla que la pobresa a camisa. Així que va vore la carta de don Alfonso va di: - Ya coneixco al vostre siñó pare y hay sentit la história de vostra mersé, y me alegro mol y selebro tindre a casa meua al gran Pedro Saputo, ara don Pedro López de Lúsera, fill de un tal caballé com don Alfonso López de Lúsera. Del sabut naix lo sabut, que u es tamé, encara que no tan, lo caballé don Alfonso López de Lúsera; y potsé de homes minuts naixen homes grans, encara que gran es tamé don Alfonso López de Lúsera; y encara hay vist naixe de grans minuts, encara que aquí tot ha millorat y pujat un pun del un al atre. Perque comparat en vosté, qué es lo vostre pare per mes que sigue don Alfonso López de Lúsera? Siguéu mol ben vingut. Esta casa tota es vostra en domini propi y absolut; ne ting prou en sabé que sou lo home mes gran de España y de Aragó y tot. Y mes ara en lo nou nom que portéu, nada menos que fill del caballé don Alfonso López de Lúsera, la flo y la nata de los caballés aragonesos de mes alta alcurnia. Pero parlem cla: ¿veníu a vore a ma filla Pepita? Se trobabe ella dabán, y va contestá Pedro Saputo: - Yo ving a fetos una visita, y confesso que no me pene de vore an ixa siñora Pepita, la vostra filla, pos la seua presensia no es per a espantá a ningú. - Ya u crec, ¡cuerno!, va di lo escribén; ahí la teniu, miréula; y después, ¿eh?, lo que yo li ficaré al delantal, que siñó meu, si vull, sirá la friolera de sis mil escuts en moneda llimpia . ¿Tos pareix poc siñó don Pedro?, no reñirém: que ne siguen sat mil. ¿Encara no estéu conténs? Pos, vuit mil, y tanquém. ¿Qué voleu, amic? Un fill y dos filles me va doná lo de dal; lo fill me sel va emportá y van quedá elles; la mes gran me la van casá fa cuatre añs, y la vach fé hereua en la condissió de que no me ficare los peus a casa hasta que me tragueren de ella. ¿Me entén vostra mersé? Pos dic, la vostra presensia es gallarda; votovadéu que sou galán y ben fet. Mira, Pepita, mira; aixó es cosa bona. Pos de la vostra familia... Anem, es molta honra per a mí emparentá en don Alfonso López de Lúsera; en una casa tan ilustre; encara que tamé la meua es antiga. Giréu la vista; éisses són les meues armes: sí siñó, les armes de los Jordanes. Perque yo soc Jordán per part de mare, y Almanzor per part de pare. Los Almanzores (véigue vostra mersé les séues armes, són les de eixe cuartel) van aná per lo menos generalíssims de los moros; dic, capitáns cristiáns, pero mol famosos, que van derrotá a generalíssims de los moros, y de algún tope que los van doná van pendre lo seu nom per apellit. Pos los Jordanes, trague vostra mersé la cuenta; a la Terra Santa de un toqueo van matá lo menos tressens mil mahometáns, que si ara vingueren a España mos ficaben a fregí l´alma. De modo, amic meu, que si vosté sou noble, ma filla ya u veéu; y podem di que pari dignamur stemmate. ¿Entenéu lo latín? - Sí, siñó. - Es que sinós, tos diría que aissó vol di que en linaje som iguals. Anem al negossi. Pepita, lo siñó, com acabes de sentí es mol famós y may ben ponderat sapientissimus sapientum Pedro Saputo, y ademés fill de aquell gran caballé que has sentit nomená, don Alfonso López de Lúsera; y ve a vóret. Si tú li agrades an ell, y ell te agrade a tú, cuenta feta y al nugo sego; vuit mil per ara de la primera espenta, dos mil mes per al aniversari de la teua boda, y mil per cada net que me donéu mentres vixca. Conque mirautos be, tantejeutos de amor, coneixeutos per dins y per fora y enamoreutos com a locos. Yo men vach a N. (un poblet que distabe legua y micha) a fé una escritura; són les nou del matí y tornaré a minjá, o no tornaré; es di, que a la hora, ¡Jesús!, y la cullera al plat. Adiós. Y dién aixó se eixeque, agarre uns papés y lo tinté, lo sombrero y la capa, torne a di adiós, tanque la porta en clau, trau la clau y sen va dixán als dos tancats al cuarto. - ¡Pare!, ¡pare!, va cridá la sagala. - Soc sort, estic sort, va contestá ell; y va cridá a la seua dona y li va di: ahí se queden los dos tordolets; la clau yo me la emporto; cuidado que ningú los incomodo. Hasta la tornada. Y se van quedá los dos miránse la un al atre; ell, admirat y sonrién; ella, una mica avergoñida y ensesa de coló, pareixén casi hermosa en este realse; pero tan un com l´atra se van ressigná. Li va preguntá Pedro Saputo si son pare habíe fet alló alguna atra vegada, y va di que fee un añ u va fé en un rústic llauradó, que después (va afegí) perque no va sabé parlám ni una paraula en mes de hora y micha que mos va tindre an este mateix cuarto, lo va despedí en desabrimiento y bochorno, diénli que no volíe cap abatut y majadero per a gendre. - Y ara, va preguntá Pedro Saputo, ¿cuán penseu que tardará en obrímos? - Lo menos cuatre hores, va di la sagala, perque tres de aná y torná, que may fa córre la mula, y una mes allá, o mes, per a despachá la diligénsia que porte. ¿Li pareix a vostra mersé mol? - ¿A mí, Pepita?, va contestá ell; que paredon la porta si volen, y hasta que yo los crida. - Pensaba, va di ella... En aixó va cridá la mare a la porta y va di: - ¡Mira, filla, disli an eixe caballé que tingue passiénsia; yo u séntigo mol, pero com ton pare es així... Entreteniu lo tems lo milló que pugau; alegra, filla meua, alegra a don Pedro; yo aniré a goberná lo diná en la mosseta. - Mol be, siñora, mol be, va contestá Pedro Saputo; la vostra Pepita es amable, y no me pareixerá llarg lo tems que duro esta peniténsia. - Milló, caballé, milló, va contestá la bona de la mare; no té remei. Ella sen va aná a la cuina, y ells van entrá al despach del pare. Pos siñó, va di per an ell Pedro Saputo; an esta casa tots están llocos; bon remate porto. Pero la sagala no es fea ni melindrosa; pit al aigua. Portáe per casualidat un llápis damún, los colós estaen a la maleta, y se va ficá a fé lo seu retrato. Lo va traure mol paregut, y la sagala va quedá súmamen complaída; y van tocá les onse. Después les dotse, después la una, y al final les dos; ell, home de món, ella tentada de la rissa, y lo pare que no veníe. Toquen les tres, y an este mateix pun lo van escoltá a la escala cuan pujáe repetín la declarassió de una dona que habíe ferit a son sogre, y díe, com parlán per an ell, pero en veu alta y clara; va di que u habíe fet per a féli entendre la seua raó, per cuan teníe sentit que no ña cap sort que haigue dissat de sentí donánli un bon cop en les tenalles a la espinilla... ¡Ja - ja - ja! Y va soltá una gran carcañada. Va arribá així al cuarto, y los va obrí la porta, mostránse incomodat y casi furiós perque no habíe minjat. - Pos siñó pare, va di la sagala; si teníe vosté la clau, ¿cóm habíem de eixí? - Es verdat, va di ell, enriénsen, no men enrecordaba. ¿Y cóm ha anat, filla? - Mol be, pare, va contestá ella. - Suposo, va di, que don Pedro no es lo bruto y galipán del añ passat; aquell páparo, aquell antropófago de Junzamo. Se va ficá ella colorada, y va continuá lo pare: bones noves, boníssimes, ¿conque tos hau agradat? Men alegro. - Mireu lo que ha fet don Pedro, va di la sagala; y li va enseñá lo retrato. Va fotre un bot lo escribén, y va di: - Deu mil lo primé día, y ademés lo pactat. Mira, Pepita... ¡Votovadéu!... lo primé net que me dónos vull que se digue don Alejandro Magno Almanzor Jordán de Jerusalén y López de la Sabiduría de Lúsera... Al revés: don Alejandro Magno López de Lúsera Jordán de Jerusalén y Almanzor de los... Sí, sí, així se ha de di. Ya veeu, amic, que aixó de Jordán de Jerusalén fa mes rebombori y tabaleo que aissó atre de la vostra familia. Anem, anem a minjá. Van minjá, y no parán lo escribén de ponderá lo talento y habilidats de sa filla, y de afegí nets y milenás de escuts a la dote, y de matá infiels y moros a los Jordanes y Almanzores, se va eixecá Pedro Saputo, cansat y dién que encara teníe que passá pel poble de... Tal com va sentí aixó lo escribén va arrencá a riure y va di: - ¿Penseu que tindreu mal llit? Y se va dispará com una saeta escales aball, va tancá la porta del carré en clau y totes les seues serralles, y va torná a pujá dién: en mí está (enseñán la clau); yo ting que extendre dos escritures y un testamén, y ma filla no ha de está sola, perque sa mare en póndres lo sol s´alloque tamé, sense nial, que está una mica delicada y se embutix entre les mantes. Conque feu la cuenta, y lo sol mireu cóm mos entre. Y en lo mateix donaire los va doná la esquena entrán a la seua escribanía, y retiránse tamé mol pronte la mare. La filla li va enseñá la casa: la despensa o rebost en la pastera, los granés, la bodega, los corrals, y hasta les nou, cuan van pendre una sena ligereta, va habé de donáli, be que sense penáli, conversa y entretenimén a la sagala. Per lo matí no lo van dixá anássen; va minjá allí; pero desde la taula, y casi reñín en lo pare y la filla, que no se preníe ya menos libertat se va despedí y va montá al caball, enfoténsen tot lo camí ell sol, com home a qui se li ha girat lo juissi, del carácter de les tres originalíssimes persones de aquella casa. Va sé la radera que va visitá, perque volíe acabá y torná a vore als seus pares. Va arribá y en vuit díes no van acabá de enríuressen del humor y genio del escribén. Juanita y sa mare casi se van ficá dolentes de tan riure; lo pare li preguntabe moltes vegades: - Pero, fill, ¿es possible que aissó haigue passat així com mos u cóntes? Y sen enríe tamé y tornabe a la mateixa admirassió y pregunta. Van avisá a Paulina que Pedro habíe portat un registre de novies y entre tots habíen de triáli esposa; va vindre y cuan va sentí esta relassió, sen va enriure tan que li caíe a chorros la lleit dels pits y li díe a Juanita: - Per Deu, amiga, aguántam que me mórigo; séntigo no sé home per a aná a festejá an ixa sagala y vore si me tancaben en ella. Cóntau, cóntamosu un atra vegada; dísmos lo gesto del escribén Curruquis y la trassa de sa filla, y lo que vau fé en ella, que no siríe sol lo retrato en tantes hores, algo te dixes; no mos u dius tot. Y sense cap duda se dixáe algo, si no es malíssia pensáu. Durán mols díes sol en mirás los uns als atres estallabe la rissa, se pixaben; y a consevol ocasió, y hasta sense ella, repetíen les paraules del escribén y lo remedaben. Encara que tamé los van agradá mol atres aventures que li van passá, ésta va sé la mes selebrada y en la que mes sen van enriure. Y u podíe sé, perque en verdat sol un burladó de geput o un lloco rematat podríe sometre als gendres a la proba que ell los ficabe. En tot yo sé de un abogat de sert reino de España, los fills viuen encara, que va fé intimá encara mes a un pretendén que va aná a demanáli una filla. Y ere, com dic, un abogat, tot un abogat. 


Capítul XI 


Elecsió de dona. Viache del pare y lo fill a Saragossa


Día per día, poble per poble y donsella per donsella, li va contá ell llárgamen la história de la seua expedissió, donán mérit hasta als fets mes sensills. Resumín, después de lo mes particulá que ya se ha referit, an estes observassións generals: que habíe trobat a les mosses bastán ben enteses, pero sense cap instrucsió, ya que está mol errada o del tot abandonada la educassió, fénla consistí massa en exterioridats casi de hipocresía y en práctiques religioses y devossións que no íxen del cor ni penetren an ell, ni tenen mes arraíls que la imitassió, ni mes autoridat que lo que manen los pares y la forsa del ejemplo desde que són chiquetes, pero vanes generalmén, sense suc y incapasses de doná cap fruit de verdadera, sólida y entesa virtut. Lo que més li habíe agradat: del Semontano, lo epicureísmo; de Graus, la formalidat; de Benabarre, la sensillés; de Tamarite, la caridat; de Monzón, la cortessanía, y de Fontz y Estadilla, la amenidat. Li van advertí que se olvidáe de Barbastro, y va contestá que de Barbastro li agradáe mol la aussénsia. Y los va contá lo cas de la pintura del Pueyo, del que sen van enriure tots, espessialmen don Alfonso, perque coneixíe an algúns dels sujetos. - Sé empero, fill, que ñan sagales mol pinches y menos mal criades que a datres puestos. Pero arribats al pun de triá novia, se va reduí la competénsia a les tres consabides, callán Pedro Saputo per a sentí mes libres los vots, lo que teníe tratat y adelantat en Morfina, y dién sol que contaren en ella, pos la seua repugnánsia al matrimoni no habíe sigut lo que se creíe. Rosa, la amable Rosa, aquella pensadora, inossenta y enamorada Rosa, va tindre tres vots, lo de la mare, lo de don Jaime y lo de Paulina. Los va di Pedro Saputo que teníen raó perque ere una sagala mol pressiosa; pero que li ere impossible mirála mes que com a germana; per mes que se habíe esforsat a doná al seu afecte lo temple del amor, may la podríe abrassá com amán ni com home, perque no li exitaríe mes que la correspondénsia de un puro germá. Van sedí a tan just reparo, encara que sa mare en gran sentimén, desconsolánse de un modo que en prou penes la van pugué fé assistí a la consulta. Eulalia va tindre los vots de tots menos lo del pare, que va di: - Mol me agrade, mol vull a Eulalia, y mol val; pero aon estigue la perla, lo diamán de Morfina, que callon totes les donselles del món; ya que mos dius que has vensut la seua repugnánsia. Entonses va pendre la paraula Pedro Saputo y va di: «No hay vensut la repugnánsia de Morfina al matrimoni, perque no la teníe; no, siñó pare, no la ha tingut may, y es éste un dels secretos de la meua vida, que se revele ara. Desde chiqueta, o desde lo primé sentit y coneiximén de estos afectes, ha vullgut Morfina a un home, y ni abáns ni después ha pogut voldre a datre; de modo que si en ell no haguere donat, potsé no sen trobare al món cap atre capás de arribá al seu cor. Y eixe home soc yo. Al passá per allí de estudián se va enamorá de mí y yo de ella; y se va enamorá perque la vach mirá y li vach parlá en intensió forta y atinada de penetrála de amor, y no va pugué ressistís, ajudánme an este empeño la semellansa de sensibilidat que ña als dos, lo seu gust delicat; y lo raríssim y sublime entenimén de que va náixe dotada. Se va confirmá después este amor en dos visites mes que li vach fé, la una en los estudiáns a la volta o gira, l´atra, después de separám de ells, habén fet posada a casa seua, per rogs de son pare la primera, y de son germá la segona vegada. Pero en lo tems vach advertí que había cometut una imprudénsia, pos lo meu naiximén no permitíe tan altes mires. Be va sabé quí yo era la radera vegada, adivinánu per unes paraules que son pare va di en alabansa meua, y lay vach confesá sense engañ; be me va jurá y probá que lo seu amor per aissó no dixáe de sé lo mateix y que seguíe están mes segura encara y enamorada; en tot no habíe tornat a vórela desde entonses, dixánla en libertat de un modo indirecte, y com obligánla a olvidám si puguere, o a pensá en lo que mes li convendríe. Va sé ella per a mí lo primé amor, perque hasta an aquell pun había sigut mol chiquet y puros jocs de sagalet los meus entreteniméns en atres; y yo per an ella lo primé tamé, y ademés lo únic possible, com se ha vist. Yo, mentrestán, no me hay obligat a cap atra. Perque de Rosa ya te hay dit lo que ña; y Eulalia, que si no me haguera prendat de Morfina y obligat an ella, seríe la meua tría entre totes les donselles que coneixco, may me ha insinuat res de casamén ni ha demostrat extrañá que yo no li insinuara res an ella. Potsé u ha donat per cosa plana, pos ha dit algunes vegades que me preferíe a tots los prínsipes del món juns; pero aixó no es una verdadera obligassió possitiva per a mí; ni micha promesa ni asseptassió entre natros: mos unix la finura; gran sí, mol; pero res mes que finura; així com ella me deu a mí datres que si no equivalixen an éissa, al menos són de bastán momén per a que may me puguere di desconegut o ingrato. De chiquet vach jugá en ella; y cuan vach torná home al poble, ya (yo) era de un atra, y a la seua amistat y trate no hay olvidat esta sircunstánsia. Prop de sat añs hay dissat passá sense visitá ni escriure a Morfina, sense féla entendre de cap modo que pensaba en ella, donán puesto al que hay dit; y se ha mantengut constán, fiel, amán sempre y la mateixa que cuan mos vam declará la primera vegada. Encara ha acreditat de un atre modo que lo seu amor es lo mes assendrat (acendrado) y fi y que cap al cor humano. En este tems ha tingut mols pretendéns, entre ells algúns mayorazgos de cases de títuls, mossos ben plantats, adornats de aventajades parts, y mol estimats, y per a tots ha sigut insensible, habénse format y cundit al món la opinió que no habíe naixcut en sensibilidat a propósit per al matrimoni, y que no ñabíe an ella inclinassió natural als homes. Tot aixó ¿qué vol di? ¿En quin cas y obligassió me fique, sense la que miche entre los dos fa tans añs? No sé yo quí u declare; a vosté, pare, a vosté siñora mare, a tots dixo la ressolusió. Sol demano que se tinguen per sertes les raóns que hay ficat y los motius que hay manifestat, així respecte de ella, com de Eulalia y Rosa, que són les tres a qui está la competénsia. Va pará de parlá Pedro Saputo, y ningú preníe la paraula. Va parlá al final don Alfonso y va di: - Morfina Estada es la donsella mes hermosa y discreta que hay conegut. Y habén yo cregut que absolutamen no volíe casás, com u va creure tamé son pare pandescanse, en qui vach parlá de ella algunes vegades, mos trobem ara en que ere lo teu amor lo que la fáe pareixe desdeñosa y fura, o mes be desamorada. Mol apressiades són, cada una per lo seu, Rosa y Eulalia; consevol de elles te mereix, y la voría en gust de nora a la familia; pero después de lo que acabes de dimos, ya no tenim que pensá en elles, potsé se podríe repará en que Morfina té dos añs o una mica mes que tú, cuan fore milló que ne tingueres tú dotse mes que ella; yo no fico cap reparo. - Ni yo, va di Pedro Saputo; perque la virtut may se fa vella y la discressió sempre té flo. - Pos a la faena, va di lo pare; demá pronte monto a caball y men vach a vore a Morfina y a la seua bona mare, y tú, Pedro, si te pareix, perque lo teu juissi es lo sol que an aixó ha de regít, podríes aná a Almudévar a satisfé an aquelles dos amabilíssimes joves del modo que lo teu talento y lo teu discurs te sugerixque; perque Rosa no pot dissimulá lo seu amor, que al meu pareixe té poc de germana y mol de amán; y si ademés de aissó la han confiat, ya veus que seríe un cop de mort per an ella, sobre quedá mal en sa mare, que es tamé mare teua. Y a Eulalia ¿qué no li deus? ¿Qué no mereix? Yo vech que lo empeño es fort: pero, cumplix, fill meu, cumplix al teu honor y reputassió, has de doná este pas que exigix la humanidat al amor de aquelles dos amables donselles. - Aniré, pos, a Almudévar, va di Pedro Saputo; les voré, les parlaré; y encara que les dones an estos casos tenen la raó al cor y no admiren reflexións, en tot no desconfío de dixáles si no contentes, perque es impossible, al menos no desesperades ni enemigues meues. Ixiré demá mateix, mon anirém los dos a un tems. En efecte, van eissí los dos en son demá, lo pare a vore a Morfina y tratá del casamén en la debuda formalidat, y lo fill a fé a les infelisses de Almudévar la declarassió acordada, que va sé lo trance mes recio al que se va vore en tota la seua vida. La mare va quedá pensán en la seua Rosa, que li pareixíe la mes grassiosa y amable de totes les donselles naixcudes de dona, y pressindíe de lo que díe son fill. Dos díes fee que estáe Pedro Saputo a Almudévar no habén insinuat encara res a les sagales, tot se habíe reduít a festa y alegría entre ells, cuan va ressibí un plec del virrey aon li díe que se serviguere aná a Saragossa, pos teníe que comunicáli una lletra de S. M. Va acusá lo ressibo al virrey, li va di que anáe a empendre lo camí, y va volá. Va arribá, y al vórel vindre tan pronte se va admirá y li va preguntá qué ñabíe. A Morfina, veén la admirassió de don Alfonso, perque ya sabíe que estáe a Almudévar, encara que no va di res, li va doná un salt al cor, y sol se va assossegá veénlo sonriure sense cap siñal sospechosa. Los va amostrá lo plec, y va di son pare: - Anirem juns; pero cuan va pugué parláli libremen a Pedro Saputo, li va di: me ha trastornat ixa notíssia. ¡Yo que después de tans añs de esperá y no esperá, y de patí continuamen me creía ya al día de la meua felissidat y glória! - Se haurá de diferí per uns díes, va di Pedro Saputo; ara veus cóm es la sort la que done y trau los gochos de la vida, la que done llum y sombra, la tristesa y la alegría, en los nostres cálculs y contra nells, en los nostres dessichos y en la seua contra. ¿puc yo dixá de obeí al meu Rey? ¿puc dixá de aná y presentám inmediatamén a Saragossa? Pos causses tan contráries com ésta y de mes eficássia encara, per lo que ara se pot jusgá, te han privat de tindre noves de mí estos añs, y a mí de seguí lo meu dessich de donáteles y visitát. No ploros... - No puc dixá de plorá, va contestá ella, y mes ara que puc plorá y sentí en libertat, y di per qué y per quí ploro. ¡Amán meu! ¡Home meu! ¡Glória meua! No acababe la infelís de lamentá la seua desgrássia, y dabán de tots ploráe y díe que no habíe ressibit lo seu cor cap cop tan fort en la seua vida. Pero no va ñabé arbitri per a detíndrel; pare y fill se van despedí, y ella se va tancá al seu cuarto a afligís y fartás de díli cruel y malissiosa a la sort, barruntán oscuramen allá al sego sentimén desgrássies que no sabíe quines seríen, ni cóm ni per aón habíen de vindre, pero que li anunsiabe lo cor com infalibles. Pedro Saputo y son pare van aná al seu poble y sense pará se van ficá al camí de Saragossa. Se va presentá primé al virrey Pedro Saputo sol y li va enseñá aquell una carta de S. M. a la que li díe que averiguare aón se trobáe Pedro Saputo y li diguere que lo nessessitáe y dessichabe vórel; y va afegí: - Espero que no tos faréu esperá a Palacio. - No, va contestá Pedro Saputo; pero primé vindré a vóretos en mon pare, que fa poc tems lo hay trobat y vach sé reconegut per nell. Hi van aná los dos en efecte, van minjá en lo virrey, y li van contá la seua história, holgando mol S. Y. de sentíla. Se va aturá a Saragossa uns díes, y se van separá, partín la un cap a la Corte, y l’atre cap a la seua aldea. 


 Capítul XII 


No se sap res mes de Pedro Saputo. Sort de Morfina, de los pares y de Rosa y Eulalia. 


¡Oh qué infelís es lo home, que no vol entendre que la alegría es anunsi de penes, la molta prosperidat, lo rostro irónic de la desgrássia y lo día de la satisfacsió, la vespra del doló y del mes gran cop de la sort! ¡Qué infelís lo que aixó no u entén o u olvide! Traissións mes be que favors pareix que siguen les glóries de este món; alevossíes, ardids y emboscades del mal, caén sempre an elles confiadamén per a espantamos después de la mudansa y renegá de la nostra estrella y de la vida. ¡La nostra estrella! ¿A qué diém estrella? No ña estrella, hado, sort ni fortuna, que la manifesta soberana Providénsia que fa lo que vol de natros y de les nostres coses, valénse unes vegades de los nostres mateixos vissis, atres de les nostres virtuts; unes, de la nostra prudénsia, atres, de la nostra temeridat; y atres obrán sense pará cap cuenta de lo que natros som, o fem o fiquem de la nostra part. ¿Quina familia mes dichosa y mereixcudamen felís que la de don Alfonso? ¿Quina satisfacsió la de ajuntás al final tantes persones, tan volgudes entre elles, tan exeléns y tan dignes tamé de aquella felissidat? Pos que séntigue lo lectó en qué va pará tot mol depressa. Un mes fee que Pedro Saputo habíe eixit de Saragossa, y encara no se sabíe de ell; ni se va sabé en dos ni en tres mesos que van passá. Lo pare va escriure al virrey, éste, al ministre; y ¡quin espán al ressibí una carta autógrafa de S. M. a la que li díe, que sempre habíe dessichat torná a vore a Pedro Saputo, y que en efecte pensabe cridál, pero que res sabíe de aquella carta, no habíe donat orden a ningú que lo faigueren vindre! Va escriure inmediatamén a don Alfonso; se va presentá éste a Saragossa, y al vore lo que passae, va pensá que caíe mort. Lo virrey se va ficá neguitós y se va omplí de pena, ya per lo que li puguere habé passat a Pedro Saputo, ya perque se podríe sospechá que habíe tingut algo que vore al engañ. Va alentá a don Alfonso, li va aconsellá que anare a la Corte y se presentare a S. M.; y u va fé lo bon caballé. Pero lo Rey, tan apocat com ell del cas, y ofés y sentit de que se haguere agarrat lo seu nom per a un fet de traidós com pareixíe sé, va fé practicá contínues diligénsies durán uns dos mesos, y cap llum se va pugué traure del cas. Entonses don Alfonso va incliná lo cap a la seua desgrássia, va besá la má al Rey, que va plorá en ell al despedíl, y sen va entorná cap a Aragó a casa seua. Tots en tan funesta nova van caure a la mateixa aflicsió y abatimén; y va tindre encara valor per a aná a vore a Morfina. Ella, cuan lo va vore arribá sol, blang, y com dudán de saludál después de tan tems que no teníe notíssies, va sospechá lo que passáe y se va desmayá. Cuan va retorná, la van portá al llit y van fé lo que en estos casos se fa en persones mol volgudes. - Ya no lo vorem mes, díe don Alfonso... - ¡Ay, don Alfonso!, voléume mol, que yo tamé tos vull. - Filla, li responíe ell, tos vull tan com al meu fill. - Sí, sí, díe ella; ¡diguéume així, cridéume filla, tratéume com a filla, parléume com un pare, perque ya no sonará datra veu de consol als meus oíts! Vuit díes se va aturá allí don Alfonso, per una part no podíe dixá a Morfina, y per l´atra volíe torná a casa seua aon igual ñabíe mes nessessidat de la seua presénsia. Sen va aná, pos, diénli a Morfina que mentres de sert no sapigueren res de ell, no debíe desconfiá, pos teníe la costum de no escriure cuan estáe de viache. Morfina va contestá meneján lo cap, y donán a entendre en aixó que ya no ere lo mateix que a un atre tems. Be lo coneixíe don Alfonso, y ell no u creíe; pero ¿qué li habíe de di an aquella infelís? Y tamé se engañáe an ell mateix tot lo que podíe. La semana siguién van aná a vórela Juanita y lo seu home y van estáy sis díes. Sen van entorná y continuán los correus diaris entre les dos famílies, li va fé al cap de un mes un atra visita don Alfonso, y se la va emportá a casa seua acompañánla tamé son germá don Vicente. ¡Quins abrassos! ¡Quins llagrimots! Pero, ¿quí u diríe? La mes serena de tots va sé la mare; perque estáe acostumbrada a que desde chiquet sen anare los mesos y los añs y a no tindre noves de ell, y li pareixíe que tamé ara ere lo mateix, no fen cas de la fingida carta del Rey ni de lo que tots sospechaben y ploraben. Una mica se va ablaní al vores abrassá per Morfina que li va doná lo títul de mare, y va plorá tamé en ella; pero sempre ere la que menos afligida estáe perque ere la que menos creíe en la seua desgrássia. Los primés díes encara pareix que se distraíe Morfina una mica de lo seu doló, pero pronte va escomensá a decaure hasta que del tot vensuda se va quedá un día girada al llit per a no aixecás mes. Com tots ploráen, com no ñabíe a la familia cap persona indiferén, y Paulina que va vindre, va aumentá encara lo desconsol general si ere possible, perque no va fé mes que plorá, la pobre Morfina se va aná acabán mol depressa. Y un matí veénse rodechada de tots, los va mirá, va tancá una mica los ulls, y después tornánlos a obrí, va exclamá en un fondo sentimén: ¡y no l’ham de vore mes...! Y se li va apretá lo cor de modo que li va doná un desmayo del que ya no va torná, expirán als brassos de don Alfonso y de Juanita que, feta un esqueleto de arguellada, pero en peu en una fortalesa invensible, la va assistí constanmen sense apartás de lo seu llit hasta que la va vore expirá, hasta que li va ajuntá los ulls; dién de ella que no haguere cregut que podíe ñabé una dona tan perfecta al món. Perque los seus ulls, si dis pot de una mortal, eren verdaderamen selestials, plens de sensibilidat y inteligénsia, y ñabén an ells, a juissi de la mateixa Juanita, mes meditassió encara y profundidat que als de Pedro Saputo, y templán les séues mirades en una suave tendresa que pujabe del cor y regalabe y desfée lo de qui la miráe. Los seus moviméns, encara que naturals, teníen molta noblesa, y la seua grássia en tot ere extremada, lo seu gesto afable y sereno, lo seu parlá encantadó: en una paraula, no pareixíe naixcuda a la terra. La mort de esta infelís va sé com la siñal y anunsi de les que mol pronte habíen de seguí: va sé Juanita la primera que va morí parín als cuatre mesos. An ella la va seguí don Alfonso dins del añ, de un carbúnculo al pit. La mare, sense lo seu home y una nora tan apressiable y amán, sen va volé aná a Almudévar, pareixénli que allí viuríe menos apenada: y encara que u va sentí mol don Jaime no se va oposá al viache de sa mare política, y la va acompañá y la va visitá después en frecuénsia. A Almudévar va descansá una mica de la seua aflicsió, pos al prinsipi li va pareixe que tornáe al seu antic estat de pupila en lo hermós y noble fill de lo seu amor. Pero tamé se va passá rápit este engañ de la seua imaginassió; y encara que no se podíe convénse de la mort de lo seu fill, y per mes que Eulalia y Rosa no la dixaben, esmeránse a porfía a servíla y contemplála, se va aná carregán de tristesa, después de melancolía, y als cuatre o sing añs va morí plorada per tots y mes espessialmen de aquelles les séues dos filles, com les cridabe. Tampoc elles no se van pugué creure la desgrássia de Pedro Saputo; pero al fin van rendí la seua esperansa; y después se ajudaben y esforsaben, passán lo tems juntes continuamen y parlán de Pedro Saputo; y ni se van casá, despressián a tots los bons partits que les van tantejá, ni van pensá en tancás al claustro, que ere al que entonses solíen pará les donselles desengañades. No se van fé velles, pos van morí en un añ de diferénsia, primé Rosa, y después Eulalia, als vuit de la mort de la pupila, y dixán en vida la una a la seua viuda mare, y l´atra a son pare y a sa mare, que ere la padrina, aquella padrina tan bona y tan enamorada de lo seu fillol. Don Jaime, son germá de Pedro Saputo, se va torná a casá, y sol va reconeixe lo que habíe perdut en la seua primera dona, cuan va experimentá lo que ere la segona. Be que com home de menos temple que atres, se va acomodá a viure y a no morís mes que de agüelo. Paulina ya no va torná mes an aquell poble; sí auncás una vegada a vore a la pupila de Almudévar. La visitabe assobín don Jaime, y la instabe que vinguere, pero li va contestá desde la primera vegada, que lo sel sense Deu y los sans no siríe sel; que la seua aldea habíe sigut lo sel y la terra y dissat de seu per a sempre; y que no se cansare fénli instánsies, perque no hi aniríe ni en lo pensamén, si podíe de allí apartál. Pero ell, com tamé sentíe la soledat a casa seua, tornáe sempre y insistíe en lo mateix; y sempre per a emportás la mateixa resposta. 


 Capítul XIII 


Del natural de Pedro Saputo. 


 No se va sabé mes de ell. Als coranta o sincuanta añs de la seua desaparissió se va presentá a Almudévar un mendigo de ixa edat poc mes o menos, vull di, de uns sincuanta añs, dién que ere Pedro Saputo, cuan éste haguere tingut allavonses, si visquere, setanta cuatre o setanta sing añs. Pero per burla y en mol despréssio li van preguntá per casa seua y no va sabé di quina ere; ni contestá a mil atres preguntes que li van fé. Li van demaná que pintare, y tocare algún instrumén; y va contestá mol entonat y serio: l´áliga no casse mosques. Y repetíe y jurabe que ere fill de Almudévar y lo verdadé Pedro Saputo. Com ere zafio, baixet, gort, y un borrachín mol torpot, los de Almudévar se van ofendre y lo van entregá als sagals, que lo van colgá de fang y en gran ignominia y algazara lo van arrastrá per los carrés y lo van traure del poble a gorrades puntapéus, y ben apalissat. Ell se va eixecá, y mirán al poble, va di en tono profétic: pronte sirá que lo sel vengo esta ingratitut y mala obra. ¡Poble de Almudévar!, no saps lo que has fet: ya u sabrás cuan caigue sobre tú lo castic y vingue a tú la calamidat del teu pecat. Los del poble van riure, y hasta ara no ha vengat res lo sel, ni los ha sobrevingut cap calamidat en castic de habé tratat an aquell asquerós com se mereixíe. Pero ell sen va aná a datres pobles, caminán mol per lo peu de la serra y per lo Semontano, dién que ere Pedro Saputo. Y com parláe en seriedat y díe moltes senténsies, encara que la mayoría de elles mol disparatades, se habíen atribuít algunes al verdadé Pedro Saputo; pero no a Almudévar ni per ningú de los que van coneixe al gran fill de la pupila. Com lo lectó u está veén desde lo prinsipi de la história de la seua vida, no va ñabé home al seu tems ni después se ha conegut que lo igualare en espabil, talento, discressió, habilidat per a tot, ajuntán a tan exelentes dotes una amabilidat que robabe lo cor a cuans li parlaen, un aire de molta dignidat, una presénsia gallarda y hermosíssima, y una grássia incomparable en tot lo que díe y fee; y may sel va vore unflat ni se va vanagloriá de res. En la mateixa naturalidat y fassilidat tratabe en los grans que en los minuts, sense faltá al respecte que se debíe a cada un y al decoro de les persones y de les coses. No se fee minut en uns, ni gran en atres; ni pujadet o desdeñós en estos, ni baix o servil en aquells. Va ressibí algunes ofenses, y no ne va vengá cap, donán sempre vengansa al seu tems los mateixos que lo van ofendre, perque la seua virtut y la estimassió pública, y sobre tot la seua generossidat, confoníen mol pronte als seus enemics. Va fugí de tindre envechosos, dissimulán en lo possible la seua gran superioridat; y en tot a Andalussía se diu que va tindre un lance en dos émulos a qui va combatí a un tems y va desarmá, foténlos después bones bufetades per despréssio, y com notánlos de infamia per habé fet aná en ell una villanía y acometénlo alevosamen cuan ixíen al campo. Tamé se assegure que habénse fet de ell un gran elogio a serta tertulia de Huesca, va tindre un caballeret, mol enfotedó y faltón, la imprudénsia de di mogut per la enveja: pero sol es un bort. No ere aixó sértamen una injuria; pero ademés va nombrá a la pupila de Almudévar en una calificassió prou fea. U va sabé Pedro Saputo y lo domenche inmediat per lo matí se va atansá a la siudat, y per la tarde a la hora que la gen prinsipal ixíe a recreás a serts puns, va aná aon mes gen ñabíe, y lo va vore en un atre y una siñora an aquell desdichat. Se li va arrimá, y demanán permís a la siñora y al caballé li va di: - Yo soc Pedro Saputo; ¿qué es lo que vau di de ma mare lo dijous a casa de N.? Se va turbá; y ell li va di en severidat: de aquí a tres díes hay de sabé yo que hau anat a la mateixa casa y hau declarat a les persones que estaen allí preséns, que no sabíeu lo que díeu perque no estábeu mol cristiano. ¿U fareu? Acusat l’atre per la consiénsia y com sabíe del valor y forsa de Pedro Saputo, va contestá que sí. Pos en siñal de amistat, y que no sen parlo mes, donéume la má. Lay va doná; y ell lay va apretá de tal manera que li va cruixí los dits, refregánlos uns en los atres; se va quedá lissiat per a sempre después de está mol tems visitán cirujanos; va gañolá mol lo misserable y va cridá la atensió del passeo; pero Pedro Saputo li va di: de viu a mort es inmensa la distánsia, y aissó no es res; una llissoneta de prudénsia, y una memoria del día que mos vam vore an este passeo. Y mol sereno, y saludán als coneguts, sen va aná caminán a la siudat, y sen va entorná cap a Almudévar. Y solíe di que les séues particulás injúries totes les perdonaríe; pero que les que digueren o faigueren contra sa mare, li trauríen la son an ell, y la son y algo mes als seus autós. Se va parlá a Huesca de este lance, y tots lo van aprobá com obra de un verdadé fill que torne per la honra de sons pares. Portáe sempre en ell lo Manual de Epicteto, y díe que per mes que llixguere, sempre lo obríe en gust y profit. Y solíe di que este llibre es lo testamén de la rassa humana, així com lo Evangelio es lo testamén de la sabiduría increada, conduín lo un (a lo possible) a la pas de la vida y l’atre a la pau de la vida y a la felissidat eterna. Yo voldría podé traure de la história de la seua vida algunes maleses que va fé de sagal, en espessial la de disfrassás de dona y embutís al convén; pero se té que considerá la seua curta edat, los motius perque u va fé, y no jusgál per naixó. No va sé una calaverada; va sé sol per culpa de la temó, per mes que a un atre no se li haguere ocurrit. Tamé an algúns los pareixerá que siríe milló habé olvidat después an aquelles dos compañes del novissiat, o que les haguere tratat ya en menos familiaridat. Pero, ¿ere aixó possible per an ell y per an elles? Si cuantes dones lo veíen y trataben una mica, lo que es per elles, se donaen después per perdudes, ¿qué les passaríe an aquelles dos que van naixe en ell a la llum y coneiximén de la malíssia? ¿Y de un modo tan singulá y may vist? Desde lo momén en que se va reconeixe an ell mateix y va vore qué fássilmen podíe sé ric si volíe, que va sé cuan va torná del gran viache per España, va di a sa mare estes paraules tan majes: «Ya, bona mare y siñora meua, tenim un estat dessén, si Deu vol y yo ting salut no ha de faltamos res. Yo tos rogo, pos, que a cap pobre, agüelo, dolén o desvalit, y mes si es dona, dixéu que l´agarro la nit sense pa si no sabeu que algú atre li ajude. Enrecordéuton cuan u éreu vosté y yo chiquet, enrecórdossen de lo que sentíe cuan alguna persona la saludabe en afabilidat y li donáe algo per a mí o en pretexte y veu que ere per a mí, y se trobáe en un día bo tenínme en brassos o assentadet a la faldeta, a la vostra vora. Aquell goch que entonses sentíe lo pot renová y tindre sempre que vullgue, en la ventaja de sé vosté mateixa la autora de la seua felissidat, donán als que no ténen. Perque si felissidat ña an este món, es la consiénsia de los benefissis que se fan.» Y ell per la seua part, encara que generalmén valénse de terseres persones, socorríe moltes nessessidats. ¿Quí en aixó no lo voldríe, encara que no ñaguere datra causa? Veén tal caridat, li va di una vegada un eclesiástic virtuós, que no podíe dixá de sé la seua vida mol felís y próspera; y ell, generós y magnánim, va contestá: eixa no es cuenta meua. Se pot discutí si va sé un be o un mal de cara an ell lo habé trobat a son pare. Perque los seus bens no los nessesitáe; lo seu favor tampoc, ni la dignidat de la familia; fora de si se volíe casá en una dona que se deshonrare de un home sense linaje. Pero com ell no la haguere vullgut en esta vanidat, no se pot considerá com un favor de la fortuna lo adornál después en un tan ilustre apellit. Lo de Saputo que ha mereixcut y portabe ere mol mes gran. Y en cuan a dona digna de ell se habíe prevengut a la hermosa y discreta Morfina, que naixcuda en un entenimén mol cla, un juissi fondo y recte, y un pit nobilíssim, va preferí entre tots los seus unflats pretendéns un home de dudosa cuna, pero en ilustre dictado de sabut, que portabe sense vanidat, sense afectassió. Dignes eren tamé de ell san germaneta y Eulalia, tan apressiables una com l´atra, cada una per lo seu. Per a res, pos, nessessitáe a son pare ni lo seu apellit. Se va alegrá mol de conéixel, encara que per sa mare prinsipalmen. May ell habíe cregut liviandad ni desenvoltura lo fet de sa mare, perque, sobre doná crédit a la seua relassió, la coneixíe prou be per a no dudá de la seua virtut, sense tindre en cuenta lo que sentíe a tots de la seua molta honestidat y recato; pero la infelís no podíe está satisfeta en la seua bona opinió, y mes creénse engañada. Per lo demés, pareix que la sort va volé amostráli an ell que los homes que náixen de la seua cuenta no tenen que procurá sé fills mes que de ells mateixos, de la seua aplicassió y de les séues obres, pos li va ocultá al món, sigue en mort, sigue d´un atra manera, después que va trobá un pare que li donare estat. No ere lo que li conveníe; y per naissó y perque ya habíe perdut a l’atre, que ere lo legítim a la seua condissió, va dixá de sé son fill, y se va perdre la llum y la glória en que an ell va volé iluminá y adorná lo món. Sobre lo final que va tindre res se pot afirmá. Se va sospechá per algúns y hasta se va volé assegurá, que la carta y cridada a la Corte va sé traissió de los cortessáns, que veén al Rey en dessichos de fel vindre y mostrán alegría algunes dames de les prinsipals y mes hermoses, se van omplí de enveja y van discurrí esta maldat per a desfés de ell, valénse después de assessinos que li van traure la vida al camí, juns en lo criat. Aixó es lo que se va sospechá y va di, y lo que yo hay cregut sempre; pero de sert no pot sabés. De tots modos, be va exclamá lo poeta aragonés: 



¡Oh Corte, oh, confussió! quí te dessiche.  O Corte ! ò confusión ! quién te deséa. Lupércio Leonardo de Argensola, Barbastro



Capítul XIV 


Máximes y senténsies de Pedro Saputo. Solíe di que preferíe enemics espabilats que amics apamplats. Díe que en general tots los homes són bons y tots roíns, perque no los ham de demaná lo que no poden doná, ni voldre que óbron com no los convé encara que igual entenen mal esta conveniénsia. Y en cuan a la justíssia, que o no la conéixen en los casos que obren mal, o que no saben lo que val. Li van preguntá una vegada, quins homes eren los mes perjudissials, y va contestá que los envechosos. Se van admirá de esta resposta, y van voldre sabé lo que sentíe de los lládres, assessinos y atres; y va di, que de los primés, lo envechós pegue en lládre, y per enveja escomensaben a sé roíns; que los atres són uns misserables, ignoráns, soques y mal encaminats per uns atres com ells, o perduts per la mala educassió cuan eren chiquets y mossos; pero que al final, tart o pronte se fa justíssia. Pero que lo envejós o envejosa es un verdadé malsín, lo traidó per naturalesa, lo animal própiamen dit, contra qui no ña castic a les leys ni a les costums, per al mal que causse en general y en particulá, que es mes que lo que mos ve de totes les demés classes juntes de homes perversos y malvats. Que la enveja ha caussat mes trastornos al món que la codíssia y la ambissió juntes si no es que la ambissió sigue un nom dorat per a la enveja. Pero que sin embargo podíen alguna vegada, y de particulá en particulá, produí un be paregut al de les cagarrines y cólics al cos humano, que si no són frecuéns ni mol graves, fan al home templat y sobrio. Tamé díe moltes vegades que la avaríssia no habíe eixecat cap casa; y sí moltes lo orden y la economía. Díe que los mes grans enemics del be del home solen sé la vanidat y la dropina. La vanidat perque gaste mes de lo que pot y se arruine o diu mes de lo que deu y cau en grans inconveniéns; y la perea, la dropina, perque va detrás de les estassións al tems, de la saó als negossis, de los fets als acontessiméns, dixánsu vindre tot damún, hasta que li cau la casa y acabe a les séues ruines, enrunat y arruinat, o fuch espantada y no trobe aon fótres, pobre, falta de consell y aburrida. Díe que la tontería es mal incurable y códul al que sempre se entropesse; y que los tres mes grans traballs que pot passá un home són viure en imbéssils, tratá en embusteros y viachá en un cobart. Lo influjo de la imprenta y la aplicassió de cadaú guiáda y exitáda per los sabuts, díe que lo faríen home al món, perque hasta ara (al seu tems) encara no habíe eixit de chiquet. Creíe que los homes may habíen sigut millós, sino que a uns atres tems van tindre menos leys y menos sossiedat, y així menos juissi y censura de les séues acsións; pero que la sossiedat se habíe anat constituín milló, encara que no be del tot. Segóns ell, los homes del seu tems no enteníen lo comérs, la agricultura, les artes, ni les siénsies, perque li pareixíe que no veíe mes que torpesa, cassualidat, charlatanisme y miséria. Cuan se va sabé la seua ressolusió de casás li van preguntá, cóm sén tan sabut caíe an esta vulgaridat. Y va contestá: no es vulgaridat casás, perque es seguí la naturalesa, sino casás mal per interés o per mera y sola raó de nom, y queixás después, o condená lo matrimoni y parlá mal de les dones. Abáns de coneixe a son pare díe que donáe grássies a Deu perque no lay habíe dixat conéisse, pos habíe vist mols chiquets de qui no li penaríe sé pare, y pocs homes de qui voldríe sé fill. Pero cuan va trobá a son pare, va plorá de pena de no habél conegut desde la cuna. Y sobre lo seu apellit va contestá a don Vicente, son germá de Morfina, que li va preguntá si estáe orgullós de ell: ya me pareixíe a mí que no podíe escapá de un López, de un Pérez, de un Martínez, Jiménez, Sánchez, o Fernández, perque estos linajes són com los vileros que a tota vila se troben. Com habíe tratat en flares y monges y los coneixíe mol be, díe que an aquells los faltabe un voto, y an éstes nels sobraben dos. Pero no explicabe mes, y no sabém quins votos eren eissos. Per tres coses (díe) donaría yo la vida: per la religió que profésso, per ma mare y per lo meu poble. Li van preguntá una vegada que acababe de di aixó, si la donaríe per lo Rey; y va contestá que no enteníe la pregunta. Solíe di que en general la primera nessessidat de les dones es parlá; la segona murmurá de atres, y la tersera, sé aduládes. La peréa als joves, la desautoridat als agüelos, la vanidat a les fees, y casá a un home baixotet en una dona alta, díe que són cuatre pecats iguals, contra natura. Recomanán la frugalidat solíe di: carn una vegada al día, y éissa a l´olla o rostida. Y condenán la tacañería als plats: lo milló dols es la mel, lo milló coc, lo bon pa, lo milló licor, lo bon vi, y lo milló guiso, lo mes curtet y simple. Díe que ñabíe cuatre coses que lo ficaben a pun de alferecía: taula minuda, llit curt, mula pesada, y navalla sense afilá. Cuatre que li omplíen l´alma de rissa: una agüela en flos, un home gurrumino, un predicadó de mal ejemplo, y un flare o retó fénli la roda a una dama. Y cuatre que li feen portá la má a la espasa: engañá a un sego, féli la burla a un agüelo, un home pegán a una dona, y un fill maltratán a son pare o a sa mare. Están a Sevilla li van brindá si volíe aná a vore a una poetissa que componíe sonetos, églogues de pastós y atres poemes; y va contestá que sí, pero que li habíen de di en tems lo día y la hora perque volíe preparás. - ¿Quina preparamenta nessessiteu?, li van preguntá, y va di: purgám y llimpiá be la pancha, y después péndrem un elixir que sé fé yo, mol espessial contra los vómits y la fluixera del ventre. Entre les senténsies de los antics la que mes li agradáe ere aquella de Virgilio: Felix qui potuit rerum cognoscere causes. «dichós, felís, lo que alcanse a coneixe les causses de les coses»; aixó es, a la naturalesa. Y de ell la senténsia mes sélebre es ésta: que lo mol resá a ningú ha fet san, ni lo mol lligí sabut, ni lo mol minjá robusto y fort. Moltes atres dites y senténsies se li atribuíxen; pero o són mol vulgárs, o sels vol doná autoridat en lo seu nom. Y així mateix se cónten de ell diferéns fets que de cap manera correspónen al consepte que lo seu gran talento y máxima prudénsia meréixen. Yo estic convensut de que així los dits com los fets que córren com si foren seus y són tan indignes de la seua discressió y sabiduría, pertenéixen al fals o apócrifo Pedro Saputo, a qui los de Almudévar van fotre fora a gorrades y en raó del seu poble, tan malparat, y que, com ham dit, ere un acsiomo, un dropo, gat, torpe, indessén. Lo fill de la pupila va sé mol sobrio, mol fi, mol amable, persona de mol respecte, y tan gran en tot com se ha vist an esta verdadera história de la seua vida. 


Braulio Foz


Va estudiá los primés estudis a Calanda, y al 1807 apareix matriculat a la Universidat de Huesca. Allí, com mols atres compañs, va pendre les armes contra la invasió fransesa y, después de distinguís a la acsió de Tamarite, va sé detingut al puesto de Lérida y conduít a Fransa. Ere la seua primera estánsia allí, y pareix habela aprofitat - segóns propi testimoni - per a completá los estudis y ejersí lo professorat. Acabada la guerra, torne a Huesca y entre 1814 y 1816 dicte la cátedra de Latinidat a la agonisán Universidat Sertoriana. Después de una llarga ressidénsia a Cantavella, al 1822 es catedrátic de Griego a la de Saragossa, encara que lo final del Trienio Constitussional a 1823 lo torne a portá a Fransa, ara com exiliat per dotse añs, hasta después de la mort de Fernando VII. A la tornada, se reintegre a la dossénsia y al 1838 funde Lo Eco de Aragó, diari liberal, que redacte casi en exclusiva y que parle elocuenmén de les séues convicsións. Ocupe lo decanat de la facultat de Lletres saragossana (abáns va habé de obtindre lo grado, com prescribíen los decrets ministerials que van acabá en la libertat universitária en la que sempre se va moure Foz) l’añ 1861, dos abáns de la seua jubilassió y cuatre abáns de la seua mort. Lo seu folleto reflexións a M. Renan (Barcelona, 1864) incluíx una relassió de les séues obres que ilustre mol be sobre les dimensións intelectuals de uns homes que van viure lo final del antic régim, van enseñá a una Universidat transisional y van contemplá lo reemplás de les velles dissiplines clásiques per atres mes técniques, per mich de la discussió política y siudadana. Se trate, en suma, de un curriculum bastán frecuén entre los universitaris de provínsies que incluíx títuls professionals (Plan y método per a la enseñansa de les lletres humanes, 1820; Literatura griega, 1849; Art latino, 1842), obres de alcáns filossófic y jurídic (Lo verdadé dret natural, 1832; Drets del home, 1834; documéns filosófico - religiosos y morals, 1861), esbossos histórics (com lo quinto tomo, Del gobern y fueros de Aragó, 1850, que va afegí a la história de Aragó de Antonio de Sas, reimpresa per los seus cuidats al tallé de Roque Gallifa, en lo que sempre va treballá). La seua hostilidat en les noves corréns filossófiques, compatible en lo seu peleón liberalisme, es visible a la impugnassió a la Vie de Jesus de Ernest Renan que ham sitat mes amún, o la Terre et ciel del teólogo condenat per la Iglesia, Jean Reynaud. An elles se tenen que afegí les de una llarga lista que lo autó done com «imprimides y no publicades»: un Modelo perpetuo de inaugurales. Discurs satíric, aon se burle de estes litúrgies académiques; uns documéns religiosos, morals, histórics y polítics per al radé período de la primera enseñansa, etc. Declare habé perdut a la seua azarosa vida unes exelénsies de llengua española, un dicsionari históric - crític español (revolussionari) desde 1808, y traducsións de Demóstenes, Esquines y Anacreonte. Sing comédies tiníe preparades per a la imprenta y de elles conservam los manuscrits: Quinse hores de un liberal de 1823 (en prosa y verso), La palaura de un pare (a prosa) y una trilogía sobre la homeopatía, Lo homeópaten fingit, Los homeópates de provínsies y La derrota de la homeopatía, totes elles en prosa. Aixó, mes algúns versos de sircunstánsies, siríe tota la obra de Foz (destinada per los seus mérits a un benévolo olvido), si no haguere publicat al 1844 la seua Vida de Pedro Saputo, natural de Almudévar, fill de dona, ulls de vista clara y pare de la agudesa. Sabia Naturalesa la seua maestra, impresa per Roque Gallifa. Al nostre siglo ha sigut reimpresa en varies ocasións y es difíssil regatejali la condissió de la obra de autó aragonés mes importán desde Baltasar Gracián. Entre les reedissións, nombrá la de 1927 per lo S.I.P.A.; a 1959, al cuidado de Francisco Ynduráin, per la institussió «Fernando lo Católic»; a 1973, Ed. Laia, de Barcelona, va reproduí la anterió, en un prólogo de Sergio Beser; a 1980, la Nova Biblioteca de autós aragonesos edite lo estudi y texto de Ynduráin, mol enmendats, en un texto epilogal de Rafael Gastón Burillo. Es sabut que lo origen de Pedro Saputo se trobe a un personache folclóric, héroe de refráns y anécdotes que se apleguen ya a finals del XVI y que Foz va pugué sentí de viva veu a les séues llargues estánsies a Huesca. Pero, evidenmén, per a la novela de 1844 aissó es sol un pun de partida. Encara que publicada en plena época romántica, poc de ixa escola té lo autó que abomine del adjetiu «pintoresco» tan fet aná per aquélla y que - en ple momén del relato históric - excluix consevol datassió temporal y ambiental de una novela que se pretén intemporal: no sabem quí es lo virrey de Saragossa (rasgo que apuntaríe al XVI o XVII, encara que seguix mol poc exacte) al que visite al final, ni lo Rey que vol vórel a Madrid. Foz habíe lligit mol be les noveles del Siglo de Or y, particularmén, a Cervantes: la seua desenvoltura narrativa, lo seu tó de ironía, les séues reflexións com narradó, se atenen a ixa progenie, com la seua ideología - la idea algo estoica de la vida («sempre portáe lo Manual de Epicteto»),
lo consepte de Naturalesa com espontaneidat, les séues crítiques anticlericals y los seus rasgos epicúreos - pareixen tamé cervantinos, pero mitigats per lo espíritu laico y burgués, socarrón y crític, de un siglo XVIII que seguix están presén a la seua obra, a mitat del XIX. La Vida de Pedro Saputo se dividix en cuatre llibres, en sincuanta y cuatre curts capítuls en total. Se narre com la crónica de un personache ya mol conegut y de ahí que la seua caminata tingue a vegades un aire temátic (segóns les virtuts y habilidats del protagonista) que, sin embargo, está per damún de un relato de viache - técnica que es la del Quijote, mes que la de la novela picaresca -: - viache que recorre - y aquí la pressisió toponímica y descriptiva es extrema - tot lo Semontano de Huesca. Poques aventures són estrictamén originals, pero totes delissioses: la entrada al convén disfrassat de dona (y lo enamoramén de dos novíssies) va sé empleada per Ramón J. Sender al verdugo afable; lo milagre de Alcolea, lo cuento de la justíssia de Almudévar o lo pleite del sol tenen una antiga prosapia, igual que lo registre de novies y novios, calcat de atres de la literatura áurea española. Lo secreto del art de Foz está, pos, al conjún, que sap mesclá rasgos de observassió mes «novelescos»: la relasió en la mare, lo amor per Morfina..., que donen an eisse personache, divertit pero algo irreal, una dimensió mes humana. Y un atre secreto es la perfecta adecuasió de un llenguache de ressonánsies clássiques que sap esquichá de modismos aragonesos que convertixen la novela a un filón per al lingüista (Sender va fe aná al Réquiem una ringlera de insultos que allí fique en boca de una agüela y que venen de un tros de la novela de Foz), y per a qui estudie la imache que los aragonesos han tingut de ells mateixos (abunden, en efecte, les caracterissassións morals de pobles concrets).
Atres llibres, en castellá:
Plan y método per a la enseñansa de les lletres humanes, 1820. Paraules de un vizcaíno als liberals de la reina Cristina, que ha publicat a París M. J. A. Chaho, traduídes y contestades per don Braulio Foz, 1835. Lo testamén de don Alfonso lo batalladó, 1840, drama. Art latino sensill, fássil y segú, 1842. Literatura griega, 1849. História de Aragó (Revisió y ampliassió en un quinto tomo titulat Idea del Gobern y Fueros de Aragó de la História de Aragó de Antonio de Sas, 1850). Método per a enseñá la llengua griega, 1857. Lo verdadé dret natural, 1832. Los drets del home deduíts de la seua naturalesa y explicats per los prinsipis del verdadé dret natural, 1834. Dret natural Sivil, Públic, Polític y de Gens, 1842. Cuestións cosmogónico - geológiques, 1854. Cartes de un filósofo sobre lo fet fundamental de la religió, 1858. reflexións a M. Renán, 1853. Novísima Poética, 1859. Los franciscáns y lo Evangelio, 1864. Dicsionari Biográfic del Trienio Liberal. Madrid: Lo Museo Universal