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martes, 11 de agosto de 2020

JORNADA SEXTA. NOVELA TERSERA.

JORNADA SEXTA. NOVELA TERSERA. 


Doña Nonna de los Pulci en una rápida resposta a les bromes menos que honestes del obispo de Florenciaimpose silénsio.

Cuan Pampínea habíe acabat la seua história, después de que tots hagueren alabat la resposta y la liberalidat de Cisti, va volé la reina que Laureta narrare después; y ella, alegremen, va escomensá aixina:

Amables siñores, primé Pampínea y ara Filomena en molta verdat han insidit en la nostra poca virtut y en la bellesa de los dits ingeniosos; per lo que com no ña nessessidat de tornáy, ademés de lo que se ha dit de les dites ingenioses, vull recordátos que la naturalesa de estos dits es tal que del modo que mossegue la ovella deuen atacá al oyén y no com fa lo gos: perque si com lo gos mossegaren, les paraules no siríen ingenioses sino villanes. Es verdat que, si com a resposta se diuen, y lo que respón mossegue com lo gos cuan ha sigut primé mossegat com per un gos, no pareix tan reprensible com u siríe si no haguere passat aixina, y per naixó ña que considerá cóm y cuán y en quí y aón se fa gala del ingeni. Estes coses, sense tíndreles en cuenta un prelat nostre, va ressibí mes ataque del que va doná; lo que vull mostrátos en una curta história.
Sén obispo de Florencia micer Antonio de Orsi, sabio prelat, va víndre a Florencia un noble catalá de nom micer Diego de la Ratta, mariscal del rey Roberto, que ere mol ben plantat en persona y mol gran galantejadó. Va passá que entre les atres dames florentines ni va agradá una que ere mol hermosa y neboda de un germá del obispo. Y habén sabut que lo seu home, encara que de bona familia, ere mol agarrat y malvat, va arreglá en ell que li entregaríe sincuanta floríns de or y que ell lo dixaríe gitás una nit en la seua dona; per lo que, fen dorápopolinos de plata, que entonses se feen aná, gitánse en la dona, encara que contra lo gust de ella, los hi va doná. Aixó, escampánse después per tot arreu, li va portá al mal home moltes burles, y lo obispo, com prudén que ere, va fé vore que no habíe sentit res de tot alló. Per lo que, tratánse mol lo obispo y lo mariscal, va passá que lo día de San Juan, montán a caball un a la vora del atre, mirán a les dones pel carré per aon se fa corre lo palio, lo obispo va vore a una jove a qui la pestilénsia presén mos ha tret ya sén Siñora, de nom Nonna de los Pulci, cusina de micer Alesso Rinucci y a qui totes vatres hau degut conéixe; ésta, sén entonses una sana y hermosa jove, elocuén y de gran ánim, poc tems abans casada a Porta San Pietro, la va enseñá al mariscal. Después, arrimánse an ella, ficánli al mariscal una ma al muscle, va di:
- Nonna, ¿qué penses de ell? ¿Creus que lo venseríes?

A Nonna li va pareixe que aquelles paraules en algo anáen contra la seua honestidat o que la tacaríen en la opinió de los que los sentigueren, que n´eren mols; per lo que, sense preocupás de llimpiá esta taca mes que de torná cop per cop, rápidamen va contestá:

- Siñó, ell potsé no me guañaríe a mí, que nessessito bona moneda de bon pes.
Sentides estes paraules, lo mariscal y lo obispo, sentínse vulnerats, la un com autó de la deshonrosa história en la neboda del germá del obispo y l´atre com lo que la habíe ressibit en la neboda del propi germá, sense mirás la un al atre, avergoñits y silensiosos van colá sense di aquell día ni una paraula mes. Aixina pos, habén sigut atacada la jove, no va está mal que atacare als atres en ingenio.

Fiorino, Florencia, moneda


La grulla de una pota

viernes, 13 de mayo de 2022

CARTA 3. Catálogo de los Prelados de Valencia desde su conquista.

CARTA 3. 

Catálogo de los Prelados de Valencia desde su conquista. 

Mi querido hermano: Para conocer cumplidamente los ritos y prácticas de cada una de las Diócesis, conviene tener a la vista un catálogo (pone catálago) exacto de los Obispos que las han gobernado. Con este objeto, mientras se van formando los extractos y copias de los códices litúrgicos de esta Iglesia, he ido recogiendo la noticia de sus Obispos desde la conquista de Valencia por D. Jayme I de Aragón. He comenzado desde esta época, porque de los anteriores a la invasión de los bárbaros dio larga noticia el M. Flórez (España Sagrada t. VIII). Digo de los ciertos; porque de los falsos y dudosos que a esta y a otras Iglesias regalaron los fingidos cronicones, no hay quien haga caso. Trata también el mismo Flórez en el t. XIV, hablando de Salamanca y Zamora (1), del Obispo de esta Iglesia D. Gerónimo, que eligió el Cid cuando conquistó esta ciudad a fines del siglo XI. Por tanto comenzaré del año 1238, sin proponerme referir todo lo que hicieron en su gobierno estos Obispos, sino sólo lo que tiene relación con la liturgia, indicando de paso la patria de cada uno.

Para formar esta serie cronológica he tenido presentes las Observaciones a las Antigüedades de Valencia, que dejó MSS. el P. Fr. Joseph Texidor, Dominico: el catálogo que publicó el Arcediano Ballester al fin de las Memorias del Santo Cristo de S. Salvador: el que dejó MS. en lemosín el Archivero de esta Iglesia Gregorio Ivanyes a fines del siglo XVI; y el que compuso en castellano Mosen Joseph Paloma (Senach) en 1763, también MS. Gobernaron pues dicha Iglesia en su estado moderno los Prelados siguientes. 

I. (2) Ferrer de Sant Martí, Catalán, Pabordre de Tarragona, elegido en 1239, y muerto a principios de 1243.

II. D. Arnaldo de Peralta, Aragonés, gobernó esta Iglesia hasta el año 1248, en que fue promovido a la de Zaragoza.

III. D. Fr. Andrés de Albalat, Dominico, desde 4 de Diciembre de 1248 hasta 1276. Celebró Sínodos en 1255, 58, 61, 62, 68, 69 Y 73, los cuales trae Aguirre tom. 3, aunque se engañó en atribuirlos al antecesor D. Arnaldo, como diré en la carta siguiente.

IV. D. Jasperto de Botonach, natural de Gerona, electo por el Papa Juan XXI en 1276: murió en 1288. En su testamento dejó, entre otras cosas, cuatrocientos sueldos anuales, para que en la Catedral ardiesen ante el altar mayor dos velas día y noche. El sepulcro de este Prelado se halla en la capilla, que hoy es de S. Vicente Ferrer. He copiado la inscripción sobre mármol (3) de versos leoninos, que dice así: 

Presul. Jaspertus. jacet. hic. ju- 

rista, disertus. 

Lector. sis. certus. vixit. sine. 

labe. repertus. 

Annis. millenis. octo. simul. oc-

tuagenis. 

Inde. ducentenis. temporibus. de.

ordine. plenis. 

Aprilis. nonas. terno. numerum.

sibi. ponas. 

Sancti. Felicis. Abbas. laudandus.

amicis 

Sic. eras. unde. fuit. in. de. Sacrista.

Gerunde.

Inde. Valentine. sedis. Pastor. medicine. 

Utrosa (a) virtutis. gregibus. dans. dona.

salutis. 

Pulxer. formosus. largus. letus. generosus. 

Querere. de. genere. sivis. descendit. aquo. 

De. Castro. genitrice. novo. patre. de. 

Botonaco. 

Presbyteros. que. duos. altare. quod.

edificavit. 

Magdalena. tuos. statuit. quam.

semper. amavit.

Candelam. statuit. divine. Matris.

honori. 

Totum. se. tribuit. Domini. subjec- 

tus. amori. 

Requiescat. in. pace. Amen. 

Dic. Pater. noster. pro. anima. sua. 

V. D. Fr. Raymundo Despont, natural de Fraga, electo por el Cabildo en 1.° de Mayo de 1288. Celebró Sínodo en 19 de Septiembre de 1296, al cual añadió un tratado de Sacramentis. Murió en 1312. 

(a) Quiso decir Utilosa, y así lo han copiado algunos eruditos: pero no dice sino Utrosa. 

VI. D. Raymundo Gastón, Catalán, natural de Millán del Vizcondado de Ager, electo por el Cabildo en 16 de Noviembre del mismo año. Celebró Sínodo en 1326. Instituyó la Cátedra de Teología en 1345. Murió en 1348. Este es el Obispo a quien el Papa Juan XXII dirigió la carta que publica Aguirre en el tom. 3. Concil. Hispan. pág. 554. 

VII. D. Hugo de Fenollet, Catalán, Obispo de Vique (Vich, Vic), electo por el Cabildo ese mismo año a 29 de Julio, y trasladado a esta Iglesia por Bula de Clemente VI de 29 de Octubre del mismo. Celebró Sínodo en 1350, y murió seis años después. 

VIII. D. Vidal de Blanes, natural de Gerona, electo por el Cabildo en 23 de Junio de 1356, y confirmado por Inocencio VI. Celebró Sínodo en 1368, y murió en el siguiente. 

IX. D. Jayme de Aragón, natural de Valencia, tercer nieto del Rey D. Jayme el Conquistador, Cardenal de Santa Sabina, fue elegido por el Papa Urbano V en 13 de Junio de 1369. Murió en 1396, habiendo pasado en Roma gran parte de su pontificado. 

X. D. Hugo de Lupia y Bagés, Catalán, después de dos años y medio de vacante, fue electo por Benedicto XIII (Luna) en 28 de Noviembre de 1398. Murió en Valencia en 1427. Formó con su Cabildo en el año 1408 varias constituciones sobre los oficios divinos. 

XI. D. Alonso de Borja, natural de la Torre de Canals, bautizado en la Iglesia Colegial de Xátiva, hoy S. Felipe, electo en 20 de Agosto de 1429 por el Legado de Martino V. Conservó el gobierno de esta Iglesia hasta el año en que murió, siendo ya Papa Calixto III. En 1457 concedió a esta Iglesia un jubileo en el día de la Asunción de nuestra Señora, imponiendo para la fábrica la contribución de diez sueldos. De otro jubileo concedido a la misma Iglesia, por Paulo II a 8 de Septiembre de 1469 hace mención el citado Diario, en el cual se impuso la contribución de diez reales, esto es, añade, diez sueldos para la fábrica, y cinco para la Cruzada contra el Turco. 

Arzobispos

XII. D. Rodrigo de Borja, natural de Xátiva, electo por su tío Calixto III en 30 de Junio de 1458. Fue su primer Arzobispo, elevada esta Iglesia a Metropolitana por Inocencio VIII, año 1492 día 9 de Julio. 

XIII. Electo Sumo Pontífice D. Rodrigo de Borja con el nombre de Alexandro VI, dio el Arzobispado de Valencia a D. César de Borja en 31 de Agosto de 1492. 

XIV. Por renuncia del anterior nombró Alexandro VI para este Arzobispado a Juan de Borja, natural de Valencia, en 9 de Agosto de 1499. 

XV. Muerto este en 1500 a 22 de Junio, fue electo Arzobispo por el dicho Papa Pedro Luis de Borja, natural de Valencia, en 29 de Julio del mismo año. Murió en 1511. 

XVI. D. Alonso de Aragón, hijo de Don Fernando el de Aragón llamado el Católico (Fernando II de Aragón) fue trasladado a esta Iglesia de la de Zaragoza por Julio II el mismo año. Murió en 1520. La tuvo sólo en administración. 

XVII. D. Erardo de la Marca, Alemán, fue nombrado Administrador de esta Iglesia por León X, el cual casó la elección que el Cabildo hizo en otro, por contarse la vacante desde el Cardenal D. Pedro Luis de Borja, que la tuvo en propiedad. Marca murió en Lieja en 1538. 

XVIII. D. Jorge de Austria, natural de Gante en Flandes, electo por Paulo III a petición de Carlos V a 27 de Mayo de 1538. Había ciento y once años que esta Iglesia no había visto la cara de su Pastor; a saber, desde 1.° de Abril de 1427, en que murió D. Hugo de Lupia, a excepción del poco tiempo que estuvo en Valencia D. Alonso de Borja. Entró en ella D. Jorge en 12 de Enero de 1539, y perseveró poco más de cuatro años, hasta que pasó a Flandes, y hecho Obispo de Lieja, renunció la mitra de Valencia en 1544. 

XIX. Santo Tomás de Villanueva, natural de Fuenllana, electo por Paulo III a petición de Carlos V en Octubre de 1544. Murió en 1555. 

XX. D. Francisco de Navarra, natural de Tafalla en Navarra, trasladado de la Iglesia de Badajoz por Paulo IV, y provisión de Felipe II en 1556. Murió en el lugar de Torrente a 14 de Abril de 1563. 

XXI. D. Acisclo de Moya y Contreras, natural de Pedrochas, territorio de Córdoba, confirmado por Pío IV en 26 de Febrero de 1564. Hallábase en el Concilio Tridentino como Obispo de Vique; y viniendo a esta su Iglesia, murió en Montserrat el día 3 de Mayo del mismo año 1564. 

XXII. D. Martín de Ayala, natural de Hieste, Diócesis de Cartagena, trasladado de Segovia el dicho año en 6 de Septiembre. Murió a 5 de Agosto de 1566 (a). Celebró Concilio Provincial, que se concluyó el día de San Matías de dicho año; y por el mes de Mayo del mismo celebró Sínodo diocesano.  

(a) La muerte de este Prelado acaeció en Valencia, no en Onteniente, (Ontinyent) como dijo Ponz en su viaje tom. IV. p. 35. De aquella villa salió ya enfermo a 28 de Julio de 1566, y en Xátiva predicó Dominica infraoctava de Santiago. De allí pasó al monasterio de la Murta, que está en desierto a una legua de Alcira, donde se recreó tres días con los monjes Gerónimos que habitan aquella santa casa. Mas no hallando alivio a su mal, vino a Valencia, y quedándose en la casa del Duque de Segorbe, en el arrabal de Murviedro, y habiendo dispuesto ante Esteban Corbi en 3 de Agosto un segundo codicilo al testamento y codicilo que había otorgado en Onteniente, murió sábado día 5 del mismo mes y año. 

XXIII. D. Fernando de Loazes, natural de Orihuela, Patriarca de Antioquía, confirmado por S. Pío V en 1567. Murió en 28 de Febrero de 1568. 

XXIV. B, Juan de Ribera, natural de Sevilla, Patriarca de Antioquía, trasladado de la Silla de Badajoz, y confirmado por S. Pío V en 3 de Noviembre de 1568. Murió a 6 de Enero de 1611. 

XXV. D. Pedro de Castro y Nero, natural de Ampudia, en Castilla la Vieja, muerto en Segovia, donde era Obispo, antes que le llegasen las Bulas de este Arzobispado en 28 de Octubre de 1611. 

XXVI. D. Fr. Isidoro de Aliaga, natural de Zaragoza, trasladado de la de Tortosa en 1612. Murió a 2 de Enero de 1648 (a). (a) No cuento entre los Obispos de esta Silla a Don Domingo Pimentel. Porque aunque fue promovido a ella como consta por una escritura de 6 de Junio de 1648, en que el Cabildo eligió al Canónigo D. Carlos Ginet para besar la mano a dicho Pimentel; mas no llegó a tener efecto esta provisión. 

XXVII. D. Pedro de Urbina, natural de Berantevilla, provincia de Álava, trasladado del Obispado de Coria en 1649, y Promovido luego a la Iglesia de Sevilla en 1658. En 9 de Abril de 1652 puso la primera piedra de la hermosa capilla de nuestra Señora de los Desamparados. 

XXVIII. D. Martín López de Hontiveros, natural de Salamanca, trasladado de la de Calahorra. Gobernó esta Iglesia desde 1658 hasta 1666, en que murió a 5 de Septiembre. 

XXIX. D. Ambrosio Ignacio Spínola de Guzmán, trasladado del Obispado de Oviedo, confirmado en 7 de Marzo de 1667, y promovido al de Santiago antes de venir a Valencia. 

XXX. D. Luis Alfonso de los Cameros, Arzobispo de Monreal, trasladado a esta Iglesia por Clemente X en 1668. La gobernó hasta el 1676, en que murió. 

XXXI. D. Fr. Juan Tomás de Rocaberti (o Rocabertí), natural de Peralada en Cataluña, confirmado por Inocencio XI en 1676. Murió en Madrid a 13 de Junio de 1699. En tiempo de este Prelado, es a saber, en 1697, concedió el Papa Inocencio XII a esta ciudad de Valencia (4) la indulgencia del Laus perennis o cuarenta horas. Es la primera ciudad de España donde se estableció este culto continuo al augusto Sacramento de la Eucaristía, a imitación del que ya se hallaba establecido en Roma desde 1592 por Clemente VIII. 

XXXII. D. Antonio Folch de Cardona, natural de Valencia, confirmado por Inocencio XII en 1699. Murió en Viena a 1.° de Julio de 1724. 

XXXIII. D. Andrés de Orbe y Larreategui, natural de Hermoa (Ermua) en Vizcaya, trasladado de Barcelona en 1725. Renunció esta dignidad en 1736. 

XXXIV. D. Andrés Mayoral, natural de Moracillos junto a Zamora, confirmado por Clemente XII en el año 1738. Murió en 6 de Octubre de 1769. Prelado liberalísimo, cuya memoria dispiertan (despiertan) continuamente los innumerables establecimientos píos que levantó desde los cimientos. Entre otras obras suyas merece particular mención la Biblioteca Arzobispal, tan rica de libros exquisitos, como vistosa por la claridad y hermosura del claustro alto del palacio, donde fue colocada. 

XXXV. D. Tomás Azpuru tomó posesión en 13 de Mayo de 1770. Murió en Roma dos años después día 7 de Julio sin haber podido ver a su Iglesia. 

XXXVI. D. Francisco Fabián y Fuero, natural de Terzaga, Diócesis de Sigüenza, trasladado de la Puebla de los Ángeles. Tomó posesión a 14 de Noviembre de 1773. Gobernó esta Iglesia hasta el 1794, en que renunció el Arzobispado. 

XXXVII. D. Antonio Despuig y Dameto, Mallorquín, trasladado a esta Silla de la de Orihuela en 1795. Tomó posesión en 30 de Julio, y poco después fue trasladado a la de Sevilla. 

XXXVIII. D. Juan Francisco Ximénez del Río, natural de Oncala, Diócesis de Calahorra, trasladado a esta Iglesia de la de Segovia. Tomó posesión en 28 de Febrero de 1796. Murió a 1.° de Abril de 1800. 

XXXIX. D. Fr. Joaquín Company, natural de Penáguila, reino de Valencia, actual Arzobispo de esta Iglesia (el libro se publicó en 1803), trasladado de la de Zaragoza. Tomó posesión a 6 de Noviembre de 1800. 

Esta es la noticia sucinta que me propuse dar de los Prelados de esta Iglesia. Algo más extensa será la que preparo para otro correo sobre los Sínodos que aquí se han celebrado: materia mucho más digna de nuestra atención, como que abraza, no hechos particulares de personas ilustres, sino la doctrina eclesiástica y las costumbres religiosas de nuestros mayores. No por esto ofrezco analizarlos todos; harto haré con proporcionarte copias de los que he podido haber a las manos, y llorar contigo la suerte de los que se conservan enterrados en el olvido. A Dios. Valencia 1.° de Noviembre de 1802. 


NOTAS Y OBSERVACIONES. 

(1) Del Obispo de esta Iglesia D. Gerónimo. Este D. Gerónimo gobernó la Iglesia de Valencia desde su conquista por Rodrigo Díaz el Campeador, hasta que volvieron a perderla los cristianos. Fue este Prelado uno de aquellos doctos y virtuosos varones que trajo de Francia a España por los años 1096 el Arzobispo de Toledo D. Bernardo a su vuelta de la Cruzada que había publicado Urbano II. Era D. Gerónimo de Petrocorio (Perigord), región de la Galia Aquitánica (de Aquitania).

Si es cierto que algunos monumentos llaman a este Prelado Hieronymo Vique, pudo ser equivocación nacida de la mala inteligencia que dio alguno a la crónica del Cid antes de D. Gil González Dávila, el cual alega así sus palabras: el Obispo D. Hieronymo Visquio de buena vida é honesta &c., cuyo engaño y el de los que le han seguido en este punto, demostró el M. Risco, 

aprovechándose de las observaciones de Berganza, y haciendo ver la genuina lección de la dicha crónica, que es esta: el Obispo D. Hieronymo visquio (vivió) buena vida e honesta.

Fue consagrado D. Gerónimo Obispo de Valencia por el Papa Urbano II hacia los años 1098. Tal vez hay exageración en lo que se escribe, así en la crónica general, como en la particular del Cid, que D. Gerónimo era uno de los Capitanes nombrados por él para las batallas, y que llevaba consigo una imagen de Cristo, que se venera hoy día en Salamanca con el título del Cristo de las batallas, y cuya historia publicó Gil González Dávila. (Risco, Historia del Cid, c. XVIII.) Permaneció en Valencia D. Gerónimo desde el año 

1098 hasta el de 1102, en que el Rey de Castilla Don Alonso VI, cediendo a sus ruegos, fue con su gente a socorrer a los fieles de aquella ciudad, de donde salieron ambos para Toledo en Mayo del mismo año, como consta, no sólo de los anales toledanos y del cronicón de Cardeña, sino también de las memorias del mahometano español Alkhatib, que extractó Casiri en su Biblioteca (Bibl. arab. hisp. t. II. pág. 94). Flórez (Esp. sagr. t. XIV. trat. LIV. c. III. n. 36. siguiente.), a quien siguen los ilustradores de Mariana (Not. al lib. X. cap. IV.), creyó que D. Gerónimo fue nombrado entonces Obispo de Zamora, y le distingue de otro del mismo nombre que lo era por entonces de Salamanca, fundado, entre otras conjeturas, en el testimonio del Arzobispo D. Rodrigo, que dice haberle elegido el Arzobispo D. Bernardo, para que ejerciese las funciones episcopales en Zamora. Pero el M. Risco convence que luego que llegó Don Gerónimo a Toledo, fue nombrado Obispo de Salamanca y de Zamora, cuyas Iglesias gobernó, no hasta el año 1126, en que fija Berganza su muerte, sino hasta 1120, constando por la historia compostelana, que en 1121 estaba ya Giraldo electo Obispo de Salamanca

Diéronle sepultura en la Catedral en un arco sobre el cual fue colocado el Santo Cristo de las batallas. Allí permaneció quinientos años hasta, el de 1607, en que tratándose de trasladar aquella santa imagen a otra capilla más suntuosa, se abrió el sepulcro de este venerable Prelado, dentro del cual en un cerco de oro se leía: Hieronymus Episcopus servus Christi fidelis: a todo lo cual se halló presente Gil González Dávila. Por esta relación de un testigo tan calificado debe corregirse la de Bleda (Milagros de la Cruz mil. 382) que dice haberse descubierto y hallado entero su cuerpo el año 1595; y la de Escolano, que supone haberse hallado sobre el mismo un letrero, en que se llamaba D. Hieronymo de Vique.

(2) Ferrer de Sant Martí. Antes de ser elegido Ferrer de Sant Martí, luego que el Rey D. Jayme hubo reedificado la Iglesia mayor, tratando de restablecer en esta Diócesis el culto divino, y ordenar todo lo perteneciente al gobierno eclesiástico, de voto y consejo de los Prelados que se hallaban en la ciudad fue propuesto para primer Obispo de ella el año 1238 Fr. Berenguer de Castel-Bisbal (Castellbisbal, bisbe : obispo), Frayle Dominico, compañero del V. Fr. Miguel de Fabra en la conquista de Mallorca. No tuvo efecto esta elección por la competencia que ocurrió entre los Arzobispos de Toledo y Tarragona, sobre cual de los dos había de ser Metropolitano de Valencia. Y como este punto no le decidió Gregorio IX hasta Octubre del año de 1239, como consta de la Bula áurea que se conserva en el archivo de Valencia, habiendo vacado en este intermedio la Silla de Gerona, eligió su Cabildo para Obispo al dicho Berenguer, por cuya causa no llegó a serlo de Valencia, ni a tener lugar en el catálogo de sus Prelados.

El haber sido este Fr. Berenguer Religioso Dominico y primer Obispo electo de Valencia, dio ocasión a que creyese Beuter que Ferrer de Sant Martí fue de la Orden de Predicadores, confundiéndole con Castel-Bisbal. (V. Zurita lib. III. cap. XXXIV y Mariana lib. XII cap. XIX.) 

(3) De versos leoninos. Este uso de los versos leoninos y otras composiciones rimadas en inscripciones, prosas, cánticos y otros monumentos de la antigüedad eclesiástica, juzgó Huet (Huetian. §. LXXVIII.) haberle introducido en España los africanos y los árabes. A mi parecer, no hay necesidad de recurrir a estos conductos cuando ya nuestro español Séneca descubrió afición a estas consonancias, mal imitadas de Nerón, su discípulo, en sus versos rimados que satirizó Persio, y usadas después cuando ya decaía el imperio por Sidonio Apolinar, Simaco, Casiodoro y otros autores eclesiásticos. Por estos medios pudo introducirse la rima en España, así como pasó a África, donde vino a hacerse casi general, tanto que se vio como estrechado a adoptarla S. Agustín en los cánticos que van al principio de sus tratados contra los donatistas, cuyos versos sin ceñirse a la cantidad de las sílabas, guardan cierta consonancia, aunque con poca exactitud. Los árabes aficionados ya a la rima, como lo demuestran en el Corán las finales de ciertos períodos, y otras composiciones métricas de ellos que se conservan en España; hallando al África dominada de este gusto, pudieron muy bien propagarle después en Europa, mayormente si es cierto lo que dice Huet, que en esta parte del globo no se hallan obras rimadas antes del año 712, en que vino Tarico (Tarik) a España. (Huet. origine des Romans. p. 19.) 

(¿Y si encontráramos textos rimados en griego o fenicio? El padre nuestro en arameo, según se reza hoy a me ha enseñado a pronunciarlo un colega del trabajo, empieza: Abun de baschmayo, nejtada sishmój, tithe maljuzój, nejua sebionój, con 3 ój)



La Iglesia, conformándose cuanto cabe con el gusto y el genio del pueblo, no se desdeñó de admitir desde luego este género de adorno en sus cantos y en otros  monumentos piadosos. Esta práctica dio ocasión a que el poeta León, Canónigo de S. Víctor, que floreció en tiempo de los Reyes de Francia Ludovico VII y Filipo Augusto (AEgid. Parísiens. Karolin. lib. V.) inventase los versos que de su nombre se llamaron leoninos; de los cuales publicó varías muestras Esteban Pascasio (Disquis. Francicar. lib. VII cap. II.), que desvanecen la equivocación con que procedió Escalígero en este punto (Scalig. Poet. lib., II cap. XXIX.) 

(4) La indulgencia del Laus perennis o cuarenta horas. En orden a la exposición del Santísimo Sacramento, fuera de la festividad del Corpus y su octava, ha habido entre los Doctores católicos gran variedad de pareceres, nacidos todos de sana intención y de buen espíritu. Unos creyeron que no convenía poner de manifiesto el Santísimo Sacramento; fundados lo 1.° en que la Iglesia en sus días floridos ocultaba la Eucaristía a los infieles y aun a los catecúmenos, como consta de S. Cirilo Hierosolimitano, de S. Agustín y otros Padres, y en que aun a los penitentes no se les dio algún tiempo licencia para mirar la sagrada hostia, como se ve en algunas liturgias, y por lo tocante a España se colige de las palabras de nuestro S. Isidoro: non enim omnes videns alta mysteriorum quae operiuntur à Levitis ne videant qui videre non debent. (Offic. lib. II, capítulo VIII.) 

Lo 2.° en que la Iglesia, a pesar de la franqueza con que en sus primeros días permitió a los fieles que tocasen la santa Eucaristía, y la llevasen a sus casas, y que con la sangre del Señor, luego que la recibían, se ungiesen la frente y los ojos, como lo atestigua S. Cirilo (Catech. mystag. V.), viendo el abuso que de esta práctica hacían con sus encantos y supersticiones los priscilianistas y otros herejes, la cortó enteramente hasta el extremo de no manifestar el Santísimo Sacramento durante el mismo sacrificio, con especialidad en el Occidente, donde dice S. Gregorio de Tours (lib. VII. capítulo XXII.), que acabada la consagración se ocultaba la hostia debajo del corporal; de cuya práctica observada en parte aún en el siglo XII hace memoria un célebre escritor de aquel tiempo, diciendo: statim post.... elevationem demitti sacramentum à Sacerdote solitum, et operiri sindone. (Guibert. de Pignor. Sanct. c. II.) 

Lo 3.° en que el Concilio de Colonia de 1452, presidido por el Cardenal de Cusa, Legado de Nicolao V, prohibió esta manifestación del Santísimo Sacramento en custodias fuera de la octava del Corpus, a no ser ex singulari indulto ordinarii, aut aliàs pro pace, aut alia necessitate imminente. Porque consta haber recaído este decreto sobre la costumbre de exponer la Eucaristía todos los jueves del año, y haberse tenido en consideración, como advierte Alberto Krantzio (Cronol. lib. IV.), que este divino Sacramento no le instituyó el Salvador para que estuviese a la vista del pueblo, sino para que le sirviese de manjar espiritual. Otros más prudentes, absteniéndose de establecer sobre esto regla general, no tienen por justo defraudar la devoción y el fervor del pueblo, que desea ver patente el Santísimo Sacramento para dispertar en su ánimo la verdadera y espiritual adoración que él desea (V. Grancol. l' ancien. Sacram. de l' Eglis. pág. 220.). Y de este bien ni aun a los pecadores excluye Alexandro de Hales (part. IV. q. 52. n. 6.), cuyas son aquellas graves palabras: ex ista inspectione Sacramenti accidit commodum inspicienti, etiam peccatori; tum ex ponderatione charitatis Salvatoris, tum ex subventione beneficii reparationis, tum ex recordatiom passionis Redemptoris. 

Con esta consideración ya en el siglo XVI comenzaron los Prelados de algunas Diócesis a conceder esta indulgencia de las cuarenta horas en ciertas capitales piadosas, donde no podía temerse abuso de esta solemnidad, y bajo ciertas reglas prudentes, cuya muestra puede verse en el cuarto Concilio de Milán, y con más extensión en la piadosa instrucción del Cardenal Marefoschi de 1730, publicada por mandato de Clemente XII.

Este culto del Santísimo Sacramento le instituyó primero en Milán el Padre Joseph de Milán, Religioso Capuchino, el año 1556, en memoria del tiempo que estuvo el cuerpo del Señor en el sepulcro, como lo dice Pedro de S. Romualdo en su Tesoro cronológico (tit. I.).

Cuatro años después con aprobación de Pío IV instituyó en Roma otras cuarenta horas mensuales la Cofradía llamada de la muerte, en memoria de los cuarenta días que ayunó el Salvador en el desierto, y para imitar en algún modo la continua oración de los Apóstoles y demás fieles de la primitiva Iglesia. A esto se siguió la Bula Graves, et diuturnae de Clemente VIII, expedida en 25 de Noviembre de 1592, en que con motivo de las revueltas de Francia y de los atentados de los herejes y de los turcos, estableció una exposición del Santísimo Sacramento día y noche, ad placandum Deum, dice, ut, avertatur ira ejus à populo suo, et ad ejus opem his difficillimis temporibus impetrandam. Esta gracia fue continuada por Paulo V en 1606. (Laert. Cherub. in laud. Bull. Clem. VIII.) 

En Septiembre de 1601 se celebraron en la Catedral de París por el feliz parto de la reina, preces quadraginta horarum incipientes ab hora quarta matutina dictae diei dominicae, et finientes crastina die, horam octavam vespertinam. Otras semejantes acordó aquel Cabildo en Octubre de 1621 por la conservación del Rey y otras necesidades del reino. Iguales ejemplos dio aquella Iglesia con motivo de varias necesidades públicas en los años siguientes, como consta de sus registros publicados por Thiers (de l' exp. du S. Sacr. l. III. c. IX.). Algunos creen que en estas cuarenta horas no se exponía aún el Santísimo Sacramento (Thiers ib. lib. IV. c. VI. p. 644. sig.). Pudo ser esto cierto en los principios, y aun puede creerse que se practicó así en las cuarenta horas celebradas en Milán por S. Carlos Borromeo el año de la peste delante de la insigne reliquia del clavo de Cristo que allí se venera (Muñoz Vida de San Carlos lib. IV. c. XII.). Más adelante, así en esta ciudad, como en otras de Occidente, se permitía que se pusiese patente la sagrada Eucaristía entre cristales, en ostensorios o custodias semejantes a las de ahora. Aun en Francia hizo ley de esta permisión el Concilio Provincial de Aviñón de 1594 (c. 45.), diciendo: quadraginta horarum oratio fiat in conspectu SS. Sacramenti, quod è tabernaculo expositum, in majori, aliove altari, si ita expedierit, palam collocetur. De esta práctica, como cosa común y recibida, se hace ya memoria en el decreto para las cuarenta horas de aquella Iglesia, que se celebraron en Julio de 1641, pro felici belli eventu, donde se lee: ut omnia cum solemnitate et devotione majori fiant, matutinae diurnae cum expositione augustissimi Sacramenti de more cantabuntur. Y en otras dos del año 1649: continuabuntur adhuc preces cum expositione augustissimi Sacramenti corporis Christi, ad diem dominicam proximam inclusivè finiendae. = Exponetur sacrosanctum corporis Christi Sacramentum, quod singulis diebus cum cantico seu hymno musico et precibus …. reponetur (ap. Thiers ib. lib. III. c. IX.). De esta práctica general ya en toda la Iglesia dan testimonio los varios decretos expedidos sobre esto por la sagrada Congregación de Ritos, algunos de los cuales publicó Merati en sus adiciones al Tesoro de los sagrados ritos (t. I, pág. mihi 310.) 

De propósito omitimos la controversia sobre el origen de las cuarenta horas de la Quinquagésima, establecidas en Francia a principios del siglo XVII, como quieren algunos, o tal vez en Italia por los Regulares de la Compañía de Jesús (Nicol. Orland. Annal. lib. XVI. pág. 540.), que es lo más verosímil; retroceder para esto con otros al siglo XIII, en que florecía Santa Gertrudis, carece de apoyo. De esto se ofrecerá ocasión de hablar en otra parte, con motivo de la indulgencia plenaria anexa a estas gracias, y de las justas causas que para su concesión ha tenido la Silla Apostólica. 

domingo, 28 de abril de 2019

EL OBISPO DE ZARAGOZA ANTE LA CONQUISTA MUSULMANA

8. EL OBISPO DE ZARAGOZA ANTE LA CONQUISTA MUSULMANA
(SIGLO VIII. ZARAGOZA)

Discurría el año 714, cuando el cerco de los hombres de armas que capitaneaba Tariq a punto estaba ya de conseguir la victoria sobre la importante ciudad de Cesaraugusta. Como quiera que ésta —amparada tras las gruesas murallas que construyeran los romanos— se defendía con bravura inusitada, aún se le unieron a aquél las tropas de Muza llegadas desde Toledo, de modo que el obispo zaragozano Bencio, ante la gravedad de la situación, reunió en la iglesia de Santa María la Mayor a los personajes más destacados de la ciudad para aconsejarles que abandonaran rápidamente la ciudad para ir a refugiarse en zonas más inaccesibles y seguras de las montañas pirenaicas.
Mientras se luchaba denodadamente en los muros, en la iglesia, en medio de aquella plática, un noble hispanogodo interrumpió al obispo en su arenga para advertirle que era él quien debía huir y poner a salvo las sagradas reliquias y el tesoro de la iglesia, no así los caballeros cristianos, que debían aprestarse a defender la ciudad hasta el final junto a sus hombres. Sin excepción, todos los allí presentes apoyaron con rotundidad la propuesta de aquel noble.
Así fue como el obispo Bencio, acompañado por dos de sus familiares, recogieron todos los bienes de valor, lo cargaron a lomos de varias mulas, y salieron por la puerta de Oriente en dirección a las montañas del norte, hacia Huesca, amparados por la escolta de los hombres de dos de los nobles presentes en la reunión.
Aquella fue una decisión que reflejaba perfectamente el ánimo de los cristianos, conocedores de lo que estaba sucediendo en todas las poblaciones que, una tras otra, caían en manos sarracenas. Lo cierto es que —según la leyenda— aún no habían transcurrido tres horas de la huida de la comitiva del obispo Bencio, cuando los musulmanes consiguieron derribar la puerta Cinegiay, entrando como una auténtica avalancha por sus calles y plazas, obligaron a las autoridades de Cesaraugusta a capitular.

[Sánchez Pérez, José A., El Reino de Aragón, págs. 81-82.]



Carrillo y Lamberto prolongan su episcopado hasta el año 700 o 701 nombrando como su sucesor a Bencio, a quien Risco considera un obispo ficticio.

http://books.google.es/books?id=HG4OAAAAQAAJ&pg=PA197


miércoles, 16 de diciembre de 2020

JORNADA OCTAVA. NOVELA CUARTA.

JORNADA OCTAVA. NOVELA CUARTA.

Lo prebost de Fiésole vol a una dona viuda; no es amat per nella y, creén gitás en ella, se gite en una criada seua, y los germáns de la Siñora fan que lo seu obispo u descubrixque.

Habíe arribat Elisa al final de la seua história, no sense gran plaé de tota la compañía, cuan la reina, giránse cap a Emilia, li va amostrá que volíe que ella, después de Elisa, la seua contare. Ella, de seguida, va escomensá aixina:

Valeroses siñores, cuán solissitadós dels nostres pensaméns són los mossens y los flares y tot los clérigos, com a moltes históries de les contades recordo que se ha demostrat; pero com may podríe parlás de aixó tan que no quedare mol mes per di, yo, ademés, vull contáton una sobre un prebost que volíe que una noble Siñora viuda lo amare, vullguere ella o no. Ella, com mol sabia, lo va tratá com se mereixíe.

Com totes vatres sabéu, Fiésole, que podem desde aquí vore, va sé una siudat mol antiga y gran, encara que avui estigue tota assolada, y no per naixó ha dixat de tíndre obispo propi y encara lo té. Allí, prop de la iglesia majó, teníe una noble Siñora viuda, de nom doña Piccarda, una possesió a una casa no mol gran; y com no ere la dona mes acomodada del món, allí vivíe la majó part del añ, y en ella dos germáns seus, joves mol bons y cortesos. Va passá que frecuentán esta Siñora la iglesia majó y sén encara mol jove, hermosa y agradable, se va enamorá de ella en molta ardó lo prebost de la iglesia, y después de algún tems va sé tan atrevit que ell mateix li va di an esta Siñora lo seu dessich, y li va rogá que estiguere contenta del seu amor y de vóldrel com ell la volíe. Ere este prebost ya vell pero mol jove de juissi, petulán y pujadet, y de ell mateix pensáe tot lo milló, en modos y costums plenes de afectassió y desagrado, y tan pesat y fastidiós que dingú ñabíe que lo vullguere be; y si algú lo volíe poc ere esta Siñora mateixa, que no sol no lo volíe gens sino que lo odiabe mes que a un mal de quixals. Ella, en molta prudénsia, li va contestá:

- Siñó, que vos me améu me té que sé mol agradable, y yo ting que vóldretos y tos voldré de bon grado; pero entre lo vostre amor y lo meu cap cosa deshonesta té que passá may. Sou mon pare espiritual y sou mossen, y ya tos aproximéu mol a la vellesa, coses que tos deuen fé honesto y casto; y per atra part yo no soc una chiqueta a la que estos enamoraméns senton ya be, y soc viuda, que sabéu cuánta honestidat se espere de les viudes; y per naixó, tingueume per excusada, que del modo en que me requeríu no tos voldré may ni aixina vull sé amada per vos.

Lo prebost, no podén aquella vegada traure de ella datra cosa, no va desmayá vensut al primé cop, sino que fen aná la seua arrogán ossadía la va solisitá moltes vegades en cartes y en embajades, y encara per ell mateix cuan la veíe acudí a la iglesia; per lo que, pareixénli este tabá massa pesat a la Siñora, va pensá en tráuressel de damún del modo que mereixíe, ya que de atra manera no podíe; pero no va volé fé res sense primé parláu en sons germáns. Y habenlos dit lo que lo prebost fée en ella y tamé lo que ella enteníe fé, y ressibín de ells plena autorisassió, als pocs díes va torná a la iglesia com acostumabe; y en cuan la va vore lo prebost, va aná cap an ella, y com solíe fé, prenense confianses va entrá en ella en conversa. La Siñora, veénlo víndre y mirán cap an ell, li va ficá alegre gesto, y retiránse a una vora, habenli lo prebost dit moltes paraules del modo acostumat, la Siñora después de soltá un gran suspiro va di: - Siñó, yo hay sentit di moltes vegades que no ña cap castell tan fort que, sén bombardejat tots los díes en un fonévol, no sigue assaltat algún día; lo que vech mol be que me ha passat a mí. Tan unes vegades en dolses paraules y atres en bromes y atres en atres coses me hau sercat, que me hau fet rompre lo meu propósit; y estic disposada, ya que tan tos agrado, a sé vostra. Lo prebost, tot contén, va di:

- Siñora, mol tos u agraixco y a di verdat, me hay maravillat mol de cóm tos hau ressistit tan, pensán que may me habíe passat aixó en cap atra. Aixina hay dit yo algunes vegades que, si les dones foren de plata no valdríen cap diné perque cap ressistiríe lo martell. Pero dixem aixó: ¿cuán y aón podrem está natros juns? A lo que la Siñora va contestá:

- Dols siñó meu, lo cuán podríe sé la hora que mes tos vinguere be perque yo no ting cap home a qui li tinga que doná cuenta de les meues nits; pero aón no u sé.
Va di lo mossen: - ¿cóm que no? ¿y a casa vostra?

Va contestá la dama: - Siñó, sabéu que ting dos germáns jóvens, que de día o de nit venen a casa en les seues amistats, y la meua casa no es mol gran, y per naixó no podríe sé, a no sé que vullguereu está allí com si foreu mut, sense di paraula ni respirá fort, y a fosques, com un sego; si vullguereu féu aixina se podríe, perque ells no entren a la meua alcoba; pero está la seua apegada a la meua y no se pot di ni una parauleta tan baixet que no se escolto.

Va di entonses lo prebost: - Siñora, que no quedo per naixó per una nit o dos, mentres yo penso aón podem está en mes comodidat.

La Siñora va di: - Siñó, aixó es cosa vostra, pero una cosa tos rogo, que aixó quedo tan secret que no se sápigue may una paraula.

Lo prebost va di entonses: - Siñora, no tingáu temó per naixó, y si pot sé, féu que esta nit estem juns. - Aixina sirá - y donánli indicassións de cóm y cuán habíe de acudí, sen va aná y sen va entorná a casa. Teníe esta Siñora una criada, que no ere massa jove y que teníe la cara mes fea y mes contrafeta que may se habíe vist: teníe lo nas mol chato y la boca torta y los labios grossos y les dens mal compostes y grans, y ere garcha, y may estabe sense mal de ulls, y teníe un coló verd y groc que pareixíe que no a Fiésole sino a Sinagalia habíe passat lo estiu; y ademés de tot aixó, ere coixa y algo manca del costat dret. Y se díe Ciuta (se pronúnsie chiuta: chuta, ólipa; lechuza), y com teníe la cara tan blanca, tots li díen Ciutazza (chiutátza); y encara que fore mol desgarbada de figura, ere, sin embargo, bastán malissiosa. La Siñora la va cridá y li va di: - Ciutazza, si vols fém un servissi esta nit, te donaré una bona camisa nova. Ciutazza, sentín mentá la camisa, va di: - Siñora, si me donéu una camisa, me aviaré al foc, no ya datra cosa. - Pos be - va di la Siñora -, vull que esta nit te gitos en un home al meu llit y que lo acarissios, y guárdat de di cap paraula, que no te séntiguen mons germáns, que saps que dormen a la vora; y después te donaré la camisa.
Ciutazza va di: - Aixina dormiría yo en sis com en un, si faiguere falta.

Arribada pos la nit, lo siñó prebost va acudí, com li habíe sigut fixat; y los dos jóvens, com la Siñora habíe combinat, estaben a la seua alcoba y féen mol soroll; per lo que lo prebost, silensiosamen y a paupontes entrán a la alcoba de la Siñora, sen va aná cap al catre com ella li habíe dit, y al atre costat Ciutazza, ben informada per la Siñora de lo que teníe que fé. Lo siñó prebost, creén tíndre a la seua Siñora al costat, va abrassá a Ciutazza y la va escomensá a besá sense di ni chut, y Ciutazza an ell; y va escomensá lo prebost a refregás en ella, prenén possesió de los bens llárgamen dessichats. La Siñora los va maná als germáns que faigueren lo demés de lo que habíen planejat; ells, eixín en cuidadet de la seua alcoba, sen van aná a la plassa, y los va acompañá la fortuna per a lo que volíen fé, mol mes de lo que ells mateixos demanáen perque, sén la calina gran, lo obispo – vispe - bisbe – episcopus - habíe enviat a buscá als dos jóvens per a aná hasta casa seua passeján y acompañáls bebén algún vi fresquet de Chianti o Montepulciano d´Abruzzo. Al vórels víndre, diénlos que volíe fé un tastet en ells, van empendre lo camí;  y entrán a un pati fresquet que ells teníen aon ñabíen moltes llums enseses, en gran plaé se van assentá a catá algún dels bons vins que teníen. Y habén begut van di los joves:

- Siñó, ya que tan favor mos hau fet acompañánmos, que tos hau dignat visitá esta la nostra menuda barraca a la que veníem a invitátos, volém que veigáu una coseta que tos volíem mostrá. Lo obispo va contestá que de bona gana; per lo que un de los joves, agarrán a la ma una antorcheta ensesa y anán per dabán, seguínlo lo obispo y tots los demés, se va adressá cap a la alcoba aon lo siñó prebost estáe, que per a arribá pronte se habíe donát pressa cabalgán y habíe, antes de que éstos arribaren allí, cabalgat ya mes de tres milles; per lo que rendit y tenín a Ciutazza en brassos encara que fée caló, dormíe. Entrán, pos, en la llum a la ma lo jove a la alcoba, y lo obispo detrás de ell y tots los atres, van vore al prebost en Ciutazza en brassos. En aixó, despertánse lo siñó prebost, y veén la llum y esta gen al voltán, avergoñinse mol y assustat va embutí lo cap daball de los llansols. Lo obispo lo va insultá y li va fé traure lo cap y volíe vore en quí estabe gitat. Lo prebost, al vore lo feo engañ de la Siñora y lo vituperi que ere, se va sentí lo mes dolgut home que may haygue existit: y per manamén del obispo, vestínse, a patí un gran cástic per lo pecat cometut, ben custodiat, va tíndre que anássen cap a casa. Va volé averiguá lo obispo cóm habíe passat alló, que aquell haguere anat a gitás allí en Ciutazza. Los joves li van contá ordenadamen totes les coses; lo que sentín lo obispo, mol va alabá a la Siñora, y tamé als jóvens que, sense voldre tacás les mans en la sang de un sacerdote, lo habíen tratat com mereixíe. Este pecat lay va fé lo obispo plorá coranta díes, una corantena com la del Covid, pero l´amor y la vergoña lo van fé plorá mes de coranta nou; sense contá en que, per mol tems después no podíe aná pel carré sense que los sagals lo siñalaren en lo dit y que digueren: - ¡Míratel, lo que se gite en la Ciutazza! - Lo que li dolíe tan que va está a pun de tornás lloco; y de esta manera la valerosa Siñora se va traure de damún al pesat, corcó, canso o cansino prebost, que u ere casi tan com u es Carlitos Rallitos Badetitos , cohet de Calaseit, al Matarraña, y la Chutassa se va guañá una camisa.

lunes, 23 de mayo de 2022

ÍNDICE DE LAS COSAS MAS NOTABLES. TOMO 1.

ÍNDICE DE LAS COSAS MAS NOTABLES. 

(Las páginas no coinciden con este formato. Son las del PDF escaneado.)


Abad Joaquín. Si tuvo espíritu profético, pág. 242. 

Observaciones sobre sus escritos, 241, 242. 

D. Acisclo de Moya, arzobispo de Valencia, 54. 

Adam de S. Víctor. Compuso muchas prosas para la liturgia, 103. 

Adultos. No deben ser admitidos al bautismo sin ser catequizados, 193. 

Agua bendita. Su antigüedad en la Iglesia católica, 12. Varios usos de ella, 12 y sig. Origen de su bendición, 13. Festividades en que no se rociaba con ella el pueblo, 138, 145. 

C. Aguirre. Enmendado, 40, 48, 70, 71, 76. 

Alleluia. Por qué tiempos la omitía en la misa la Iglesia de España, 99. Su canto dio origen a la secuencia o prosa, ibid. 

D. Alonso de Aragón, arzobispo de Valencia, 52. 

D. Alonso de Borja, obispo de Valencia, 51, Fue electo papa con el nombre de Calixto III, ibid. 

D. Ambrosio Ignacio de Spínola, arzobispo de Valencia, 56.

D. fr. Andrés Albalat, obispo de Valencia, 48. Celebró varios sínodos, ibid. y 70. 

D. Andrés Mayoral, arzobispo de Valencia, 57. Fundó la biblioteca arzobispal, ibid. 

D. Andrés de Orbe, arzobispo de Valencia, 57. Sus preces a Benedicto XIII sobre la fiesta del SS. Christo de S. Salvador, 246.

D. Antonio Despuix, (Despuig) arzobispo de Valencia, 58.

D. Antonio Folch de Cardona, arzobispo de Valencia, 57. 

Archivos, cuanto se promueven las buenas letras con la publicación de sus códices, 113.

D. Arnaldo de Peralta, obispo de Valencia, 47, 48, Celebró sínodo, 70. No son suyas las constituciones que le atribuye el Cardenal Aguirre, ibid.

Las santas Basilisa y Anastasia, Su culto en Sétabis, 9, 10. 

Fr. Berenguer de Castelbisbal (Castellbisbal : castillo episcopal), electo primer obispo de Valencia después de su conquista; por qué no llegó a serlo, 61.

Berito. Antigüedad de esta ciudad, su situación, sus alternativas y su actual estado, 120 y sig. Cuándo se erigió en metrópoli, 130. Suceso milagroso de su crucifijo, 130, 131. Cómo se propagó su fiesta, 131. Descripción de esta santa imagen, 120, 121. Dónde se conserva actualmente, 121, 122. 

Beuter, Enmendado, 61.

Biblioteca. La de la metropolitana de Valencia abunda en códices litúrgicos y otros monumentos, 88 y sig. La de la casa arzobispal erigida por el señor Mayoral, 107.

Bleda, Enmendado, 61.

Bulas. Con qué fecha se expiden las de canonización, 245. 


Cabildo. Qué obispos eligió el de Valencia, 49, 50.

Calixto III confiesa haber sido bautizado en la iglesia de Xátiva, 9, 18, 181. Hízole donación de varias reliquias, ibid. Concedió a sus canónigos los hábitos de la de Valencia, 8, 33, 181 y sig. V. don Alonso de Borja.

Campanas. Por qué se tocan a los difuntos, 188. 

Cánones penitenciales. Cuánto han recomendado su estudio los prelados de España, 158. 

Capa de coro. Su origen, 44.

Casulla. La talar redonda hasta qué siglo se usó en la Iglesia, 95. Descripción de la de Calixto III, que se guarda en Valencia, 104. 

Cementerios. Si los había en Valencia en los siglos XV y XVI, 106. Conjeturas sobre su antiguo sitio, 167, 168. Reliquias del de los cofrades de Santiago, ibid. Estado actual de ellos en Valencia, 170. 

Censuras. Moderación con que procedió en ellas santo Tomás de Villanueva, 193. 

D. César de Borja, arzobispo de Valencia, 52.

El Cid. Si dedicó a S. Pedro la iglesia mayor de Valencia, 30, 40 y sig. A quién eligió por su primer obispo, 47 

Clérigos. Deben dar buen ejemplo, 196. Con qué modestia deben vestir, ibid. De qué oficios deben eximirse, ibid. 

Cofradía de Santiago. Erigióse en Valencia en el siglo XIII, 169. Entierro de sus alumnos, 168. 

Colas. Usadas por el clero en la corona de Aragón, no son las prohibidas, 43, 44. Equivalen a la capa de coro, 32. Cuando se dejan sueltas, 34. Antigüedad de esta práctica. 45 y sig. 

Confirmación. Mandada administrar en la catedral de Valencia todos los domingos, 194. 

Consagración del obispo. Ceremonias que observaba en ella la Iglesia de España, 114, 115. 

Constituciones sinodales. Las de Tarragona mandadas observar en Valencia por santo Tomás de Villanueva, 193, 

Corazón de Jesús. Antigüedad de esta devoción en Valencia, 171, 172. Historia de lo ocurrido sobre la institución de esta fiesta, 175, 176. 

Corpus Christi. Colegio fundado en Valencia por el beato Juan de Ribera, 34. Decoro y magnificencia singular con que se celebran en su templo los divinos 

oficios, 35. 

Cristianos. Los antiguos donde se sepultaban, 15, Se aprovechaban de los sarcófagos de los gentiles, 15, 16.

Crucifijo. Si el que se venera en la parroquia de S. Salvador de Valencia es el de Berito, 120 y sig. Si llegó a aquella ciudad por el río Turia, 122 y sig.


Difuntos. Ritos en sus entierros, 183, y sig. 212 y sig. 

Distribuciones cotidianas. A quiénes deben darse a juicio de santo Tomás de Villanueva, 206 y sig. 

Santo Domingo de Guzmán. Origen de su familia, 229. Cuál fue el verdadero nombre de su padre, 112, 223, 229. Si se crió en casa de Gumiel de Izán, 230. Año de su canonización, 224, 244. Traslación de sus reliquias, 226. Conjeturas sobre la cruz que sirve de divisa a su orden, 236, 237. 

D. Domingo Pimentel. Si fue arzobispo de Valencia, 55. 


Era dionisiana. Desde cuándo debe contarse, 231 y sig. 

Era española. Cuántos años precede a Jesucristo 231. Si comenzó en las kalendas de Enero, 234. Hasta cuándo duró en León y Castilla, ibid. 

D. Erardo de la Marca, administrador de la iglesia de Valencia por León X, 53. 

Esclapés. Enmendado, 168, 169. 

Escolano, Enmendado, 61. 

España. Cuándo comenzó a usar el cómputo dionisiano, 232 y sig. Si contaba los años desde las kalendas de Enero, 234.

Españoles. A cuan poca costa pudiéramos perfeccionar los trabajos de los literatos extranjeros en la edición de los PP., 113.

Eulogias, Qué eran, 163, 164, 172 y sig. Vestigios de este rito, ibid.

Evangelio de S. Juan. El decirle en la misa estaba antiguamente al arbitrio del sacerdote, 166, 167.

Extranjeros. Cuan francos han sido en publicar los documentos de sus archivos, 113.

S. Félix M. el diácono de Gerona, patrono de la antigua Sétabis, 2, 12. Conservóse en ella su templo durante la dominación de los moros, ibid. Conjeturas sobre su antigüedad, 3.

D. Fernando de Loaces, arzobispo de Valencia, 55.

Ferrer de Sant Martí, obispo de Valencia, 47. No fue fraile dominico, 61, 62.

Fiesta del Corpus. De qué santos puede rezarse durante su octava, 189.

Fiestas. Las señaladas por santo Tomás de Villanueva en la diócesis de Valencia, 195.

M. Flórez. Enmendado, 60.

D. Francisco Fabián y Fuero, arzobispo de Valencia, 58.

D. Francisco de Navarra, arzobispo de Valencia, 53.


D. Gerónimo, obispo de Valencia, electo por el Cid, 47. Vino de Francia con el arzobispo de Toledo don Bernardo, 59. Historia de su Pontificado, y año y 

lugar de su muerte, 59 y sig. 

S. Gil abad. Su culto en el arzobispado de Valencia, 10. Bendición de hinojo en el día de su fiesta, ibid.

Gil González Dávila. Enmendado por el maestro Risco, 59.

Gloria marial. Qué era, 108. 


Huet. Su opinión sobre el origen de la rima en España, impugnada, 62.

D. Hugo de Fenollet, obispo de Valencia, 50. Reliquia del sínodo que celebró, 72.

D. Hugo de Lupia, obispo de Valencia, 51. Es autor de varias constituciones, ibid. y 73. Celebró sínodo, ibid. 


Imágenes. Qué debemos venerar en ellas, 127. Las controversias sobre su origen no se oponen a su veneración, 126.

Inocencio II, fue sepultado en el sepulcro de Adriano, 16. 

Inscripciones inéditas, halladas en Sétabis y sus cercanías, 6 y sig.

D. fr. Isidoro de Aliaga, arzobispo de Valencia, 55. Celebró sínodo, 82.


D. Jayme de Aragón, obispo de Valencia, 50.

D. Jasperto de Botonach, obispo de Valencia, 48. Celebró sínodo, 71. Hizo varias constituciones, ibid. Inscripción de su sepulcro, 48, 49.

D. Jayme I de Aragón, conquistó a Valencia, 27. Bienes que hizo a aquella ciudad, 28. Si dedicó su iglesia a la Asunción de nuestra Señora, 29, 30. Edición de sus privilegios y constituciones, 40.

D. fr. Joaquín Company, arzobispo de Valencia, 58.

D. Jorge de Austria, arzobispo de Valencia, 53.

D. Juan de Borja, arzobispo de Valencia, 52. 

D. Juan Francisco Ximénez del Río, arzobispo de Valencia, 58. 

Beato Juan de Ribera, arzobispo de Valencia, 55. Celebró siete sínodos 81, 82. 

D. fr. Juan Tomás de Rocaberti, arzobispo de Valencia 56. Celebró el último sínodo de esta iglesia, 83.


Laus perennis. V. Cuarenta horas.

León, poeta, si fue inventor de los versos leoninos, 63.

Lectura de teología, instituida en la catedral de Valencia, 31. La regentó S. Vicente Ferrer, ibid.

Liturgia. A qué se limitó su mudanza en el siglo XI, 94, 95. 

D. Luis Alfonso de los Cameros, arzobispo de Valencia, 56.


María SS. Especial memoria de su virginidad en la bendición del cirio pascual, 152.

Marqués de Mondéjar. Su correspondencia literaria con fr. Serafín Tomás Miguel, 111 y 223. Impugnación de algunas equivocaciones suyas, 223, 224, 231, 232, 234.

D. Martín de Ayala, arzobispo de Valencia, 54. Celebró concilio provincial y sínodo diocesano, 54, 55, 80, 81. Lugar cierto de su fallecimiento, 54.

D. Martín López de Hontiveros, arzobispo de Valencia, 56.

Mayans (D. Gregorio) impugnado, 232, 234.

Miedes (Bernardino Gómez) publicó un epítome de las constituciones capitulares, impresas por Miguel Pérez Miedes, 69.

Miedes (Miguel Pérez) ordenó y publicó las constituciones capitulares de la iglesia de Valencia, 69. De esta obra se imprimieron solos treinta ejemplares , ibid. 

Misa. En la noche de Navidad se decía dentro de laudes en algunas diócesis, 137, 145. La de Resurrección se decía a media noche, 152, 161. Origen de este rito en España, 161. 

Misa seca. Llamóse náutica, y por qué, 117. Dónde se decía y cuándo, 106, 115 y sig. Rito de ella en la iglesia de Valencia, ibid. y 117, 167. 

Monsant. Priorato de la orden del Císter en Sétabis, sujeto al abad del real monasterio de Valdigna, 10, 11. Historia de este monasterio, 11, 20 y sig. 

Monumentos. Antigüedad de los de semana santa en Valencia, 149, 150. 

Mozárabes. Su templo en la antigua Sétabis, 2. Si le tuvieron en Valencia, 26, 27. 

Mujeres públicas. Eran encerradas en Valencia parte de la semana santa, 150, 160. 

Muceta. Las actuales de nuestro clero a qué vestidura antigua corresponden, 32, 45.

Neuma. En el canto de la liturgia qué es, 99, 100. 

Notgero Bálbulo, fue autor de las prosas introducidas en la misa, 103.


O. Las antífonas de este nombre que se cantan antes de Navidad eran más que ahora, 134, 140.

Oración secreta. Varios nombres que le dieron antiguamente los latinos, 89. 

Ósculo de paz. Variedad de este rito en España, 165, 166.


Palencia. Incorporación de su universidad en la de Valladolid, 238. Si la fundó Urbano IV, 238, 239. 

Pan. Su bendición al tiempo del ofertorio 163, 164. Rito de su distribución durante la misa, 172, 173.

Párrocos. Estrecha obligación de su residencia, 195, 196. Su celo por la reforma de las costumbres, 197.

Parroquias. Su derecho en orden a las exequias de los difuntos, 183 y sig.

De Passione imaginis. Origen de esta fiesta, 118, 119. Fue invocación de una capilla de la catedral de Valencia, 128, 129.

D. Pedro de Castro, arzobispo de Valencia, 55.

D. Pedro Luis de Borja, arzobispo de Valencia, 52. 

D. Pedro de Urbina, arzobispo de Valencia, 55, 56. Dio principio a la capilla de nuestra Señora de los Desamparados, 56. Celebró sínodo, 83.

Penitencia canónica. Cuan pronto comenzó a decaer su imposición en algunas iglesias, 155 y sig. Hasta qué tiempo duró en España, 146, 147, 155. Cuánto han deseado su restauración los prelados españoles, 157. 

Pentecostés. Rito antiguo de la iglesia de Valencia en esta festividad, 153. Cuándo cesó, y por qué causa, 154, 162. Variedad de esta ceremonia en otras iglesias, 161. 

Pila de agua bendita. Descripción de la antiquísima que se conserva en S. Felipe en el templo de san Félix M., 3, 4. Conjeturas sobre su antigüedad, 12 

y sig. 

Planeta. Vestidura sagrada, si era igual a la casulla antigua, 95. 

Ponz (don Antonio). Enmendado, 36, 54. 

Porta paces. Cuándo se introdujeron en la misa, 166, 173. 

Prosa. En la liturgia qué es, 100, 104. Origen de su canto, ibid. Decíase también en maitines y vísperas, 133, 139. Por qué se omitió cuando no se decía alleluia, ibid. Quien fue el primero que hizo esta especie de obras, 103. Si llegó a haberlas en todas las misas, ibid.


Quarenta (cuarenta) horas. Su origen, 64, 65. Historia de su propagación en toda la Iglesia, 65 y sig. Valencia es la primera ciudad de España que adoptó este culto al SS. Sacramento, 56, 57. 


Ramos. Bendecíanse en la catedral de Valencia antes que en las parroquias, 147. 158. Circunstancias que acompañaban esta bendición, 147, 148, 159. 

D. Raymundo Despont, obispo de Valencia 49. Celebró sínodo, ibid. y 71. Compuso un tratado de sacramentis, 71. Hizo una constitución sobre las exequias de los difuntos, 183 y sig. Preciosos códices suyos que se han perdido, 71.

D. Raymundo Gastón, obispo de Valencia, 50. Celebró sínodo, ibid. y 72. Instituyó la cátedra de teología, ibid.

Retablo mayor. Suntuosidad del de la metropolitana de Valencia, 29, 36. Su descripción, 37, 38. Sus artífices, 36. Cuándo y con qué motivo se quemó, 154. Quién pintó las puertas que ahora tiene, 38, 39. Ejemplos de otros no menos suntuosos en la antigüedad eclesiástica, 37.

Rima. Uso de ella en los monumentos eclesiásticos, 62. Si la introdujeron en España los árabes, ibid.

Robos. Los de los archivos y bibliotecas cuánto daño causan a la buena literatura, 3.

D. Rodrigo de Borja, primer arzobispo de Valencia, 52. Promovido a la silla de S. Pedro se llamó Alexandro VI, ibid. 

Fr. Rodrigo Cerratense, autor de un santoral, 112.


Saetas. Se bendecían en la iglesia, y para qué, 96. 

Salamanca. Si se trasladó a esta ciudad la universidad de Palencia, 237, 238. 

Salmos graduales. Su distribución en el oficio antiguo, 134.

S. Salvador. Iglesia parroquial con este título en Valencia, 118. Si se llamó de S. Jorge en lo antiguo, 122. Si el crucifijo que en ella se venera es el de 

Berito, 118, 120 y sig. Origen de su fiesta, 128. 

SS. Sacramento. Variedad que en orden a su exposición se ha observado en la Iglesia, 63, 64. Causas por qué llegó a ocultarse en el mismo sacrificio, 

ibid. Consideraciones justas que tiene ahora la Iglesia para exponerle a la adoración pública, 64, 65. Dónde se depositaba antiguamente en el jueves 

santo, 148, 149. 

Santo sepulcro. Si hubo antiguamente en Valencia templo con esta advocación, 26, 27. 

Santos Padres. Cuánto pudieran ilustrarse sus obras con algunos códices de la catedral de Valencia, 113.

Sarcófago. Descripción y conjeturas sobre la antigüedad de uno de jaspe que se conserva en S. Felipe, 4 y sig.

Segorbe. Cuándo dejó de ser esta Iglesia sufragánea de la de Zaragoza, 81. 

Sepultura eclesiástica. A quiénes debe negarse, 185, 187, 188. 

Secuencia. Origen de esta parte de la liturgia, 99, 100. Rara vez se decía en la misa durante el Adviento, 89. Muestras de esta excepción, 98 y sig. 

Sétabis (hoy S. Felipe). Tuvo silla episcopal, 1, 2. Titular de su iglesia S. Félix Diácono, 2. Sitio de su antigua catedral, 2. Erección de su colegiata, 8. Hábitos de coro de sus prebendados, 8, 9. Reliquias dadas a esta Iglesia por Calixto III, 9.

Sibilas. Si fueron muchas, o una sola, 142. Si hablaron por divina inspiración, 141. Si son legítimos los oráculos que se les atribuyen, 142 y sig. Si se aprovechó de ellos S. Pablo, 143. Testimonio de la erítrea en el oficio de Navidad, 135, 141; y en otras festividades, 144. 

Sibilistas, herejes, qué enseñaban, 141. 

Sigilo sacramental. A qué pena quedaba sujeto el que le quebrantase, 168, 173, 174.

Sínodos. No deben confundirse con las constituciones peculiares de los cabildos, 69, 70. Cuántos bienes causa su publicación, 84, 85. Noticia de los celebrados en Valencia después de su conquista, 67 y sig. Hallazgo del de santo Tomás de Villanueva, 77 y sig. 

Sobrepelliz. Su origen, descripción y uso, 44, 45. 

Squilla, Conjeturas sobre la significación de esta voz bárbara, 9. 


Te Deum marial. Qué era, 108. Muestra de esta composición, ibid.

D. Tomás Azpuru, arzobispo de Valencia, 57. 

Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, 53. Celebró un solo sínodo, 74 y sig. Hallazgo de un ejemplar de este documento, 77 y sig., 192 y sig. Hizo constituciones generales para el culto divino, 199; y otras para la iglesia de Xátiva, 77, 80. Su contestación a algunas peticiones de esta colegiata, 202 y sig. Su declaración sobre varios casos pertenecientes a las distribuciones cotidianas, 206 y sig. Su testamento, 80 y 209. 

Túnica o tunicela. De qué hechura era la antigua de los diáconos, 95. 

Valencia. Si conservaron en ella templo los cristianos bajo la dominación de los moros, 26, 27. Cuánto debió a don Jayme I de Aragón, 27 y sig., 35 y sig. Glorias de su iglesia en el estado moderno, 28 y sig. Cuánto trabajó en la reforma de su breviario, 93, 94. Decoro con que se celebran en ella los divinos oficios, 31 y sig. Hábitos corales de sus prebendados, 32 y sig., 177 y sig. Verdadero artífice de su retablo mayor, 36. Catálogo de sus prelados desde la conquista, 46 y sig. Es la primera ciudad de España donde se establecieron las cuarenta horas, 56, 57. 

Verbeta. Conjeturas sobre la significación de esta palabra, 91, 92.

Versos leoninos. Quién les dio este nombre, 63. Su antigüedad en España, 62.

S. Vicente Ferrer sentenció un pleito entre las parroquias de Valencia y los mendicantes, 85, 86, 199. Copia de esta sentencia, 212. 

D. Vidal de Blanes, obispo de Valencia, 50. Celebró sínodo, ibid. Hizo varias constituciones para aquella iglesia. 73. 

Vidas de los santos. Cuánto pudieran ilustrarse con un códice de la catedral de Valencia, 112, 113.

Vigilia de la Ascensión. Rito singular de este día en la metropolitana de Valencia, 152, 153.

Vigilias nocturnas. Abusos que ocasionaron su prohibición, 198.

Vino. Su bendición en el ofertorio de la misa, 164. Por qué causa cesó este rito, 173. 

Vísperas. En el jueves y viernes santo se decían dentro de la misa, 151. 

Westminster. Insigne abadía de benedictinos, al poniente de Londres, 97. Antigüedad de este monasterio, su reedificación, ruina y actual estado, 97, 98. Códices litúrgicos de él que se guardan en la metropolitana de Valencia, 88. 

sábado, 21 de mayo de 2022

VIII. Testamento, Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, 3-9-1555

VIII. 

Testamento otorgado por Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, en su última enfermedad día 3 de Septiembre de 1555: copiado de los protocolos del notario Juan Alemany por el P. Fr. Joseph Texidor, dominico, e inserto en su obra MS. Observaciones críticas a las antigüedades de Valencia, t. I. p. 334. sig., la cual se conserva en la biblioteca del convento de Predicadores de la misma ciudad. 

(Se actualiza un poco la ortografía en las tildes)

En nombre de nuestro salvador Jesuchristo. Sea a todos los que la presente vieren cosa manifiesta, como el día que se contaba tres del mes de Septiembre, año del nacimiento de nuestro salvador Jesuchristo de mil quinientos y cincuenta y cinco años, el reverendísimo y ilustrísimo Sr. D. Fr. Tomás de Villanueva por la gracia de Dios, arzobispo de Valencia, del Consejo de S. M, &c., estando enfermo en la cama en una cámara de la casa y palacio arzobispal de esta ciudad de Valencia, convocados y llamados a mí Juan Alemany, notario público de la dicha ciudad, y los testigos de yusso (abajo, jus) escritos, dixo, que en toda aquella mejor vía, forma y manera, que de derecho le era lícito é permitido, declarando su voluntad, quería, ordenaba y mandaba que por quanto su voluntad era siempre que nuestro Señor le llevase de este mundo para su eterna gloria, sepultarse en monasterio del orden y hábito del Sr. S. Agustín, que por tanto elegía y eligió por su sepultura la iglesia del monasterio de nuestra Señora del Socós del dicho orden, constituido fuera los muros de esta ciudad, en el paso que hay entre la puerta de la dicha iglesia, y la entrada de la capilla de nuestra Señora en medio, con una losa encima.

Otrosí, quiso su señoría, ordenó y mandó que la capilla por su señoría labrada en el monasterio del señor San Francisco de la Villanueva de los Infantes, sea sepultura de sus padres y de los descendientes de ellos perpetuamente, haciéndoles desde ahora y para siempre jamás, gracia y concesión de la dicha capilla, y del jus sepeliendi en ella. 

Otrosí, el dicho reverendísimo señor arzobispo, atenta su indisposición, y que el hablar es dañoso para su salud, é por quanto su intención y voluntad es, quanto le sea lícito y permiso, remunerar en alguna manera los servicios que de sus allegados, servidores y criados tiene recibidos, por descargo de su conciencia, y también hacer algunas limosnas adalgunos monasterios, parientes pobres y obras pías: por tanto, confiando de la buena ánima, vida, ciencia y conciencia del reverendísimo Sr. D. Juan Segrián, obispo christopolitano, sufragáneo suyo, y del muy reverendo P. Fr. Pedro de Salamanca, prior del monasterio y convento del señor Santo Domingo, de la orden de Predicadores de esta ciudad, en poder de los quales su conciencia quedará bien descargada: dixo que elegía y nombraba, y eligió y nombró a los dichos reverendísimo señor obispo y prior para que los dos juntamente en nombre del dicho señor arzobispo y por él, bien ansí como si él personalmente lo hiciese, puedan tomar y distribuir, y tomen y distribuyan todas y qualesquiera cantidades de dineros, y otras como que de presente están en poder y casa de su señoría y de su tesorero, aceptadas qualesquier donaciones hechas particularmente por su señoría reverendísima antes o después de este auto, y aquellas dividir entre aquellas personas allegadas y parientes, servidores y criados de su señoría y lugares pobres ansí de iglesias, como de monasterios y obras pías, que a los dichos señor obispo y prior bien visto les fuere, dexándolo todo al parecer y voluntad de ellos como más y mejor les parezca convenir al servicio de Dios y descargo de su conciencia de su señoría. Y porque el dicho reverendísimo señor obispo Segrián entra en el número de sus allegados, y con quien el dicho señor arzobispo quiere se tenga cuenta, como es razón; por tanto quiso, mandó y fue su voluntad que dicho reverendo prior sólo pueda disponer y ordenar lo que al dicho señor obispo se le debiere, y aquel hubiere de haber por razón del dicho descargo, dexándolo a su arbitrio y voluntad; y asimismo en lo que pareciere se debe dar al dicho monasterio y convento de Predicadores, ansí por razón de misas, como aliàs, dio facultad al dicho señor obispo que aquel sólo pueda proveer y distribuir a su voluntad. En testimonio de todas las quales cosas el dicho reverendísimo señor arzobispo mandó a mí el notario de yuso escrito recibiese auto público para haber memoria de lo susodicho en lo por venir, que fue hecho en el palacio arzobispal de Valencia día, mes y año susodichos. Presentes fueron por testigos a todas las susodichas cosas llamados y especialmente rogados los magníficos García Abad, Domingo Bonet Valacloig, y Juan Fernández, residentes en la ciudad de Valencia. E yo Juan Alemany por las autoridades apostólica y de la ciudad de Valencia, notario y escribano público, que a las susodichas cosas juntamente con los dichos testigos presente fui, y lo recibí; en fe y testimonio de lo cual puse aquí mi acostumbrado de arte de notaría sig+no. 

domingo, 20 de noviembre de 2022

Cataloniam, Cataluña, 844, 806, Ludovico Pío

GODMARO o GONDEMARO

desde antes de 841 hasta después de 850.

La primera memoria que queda de este Obispo es del año 841, es a saber, IIII. nonas septembris anno II. post obitum Dmni. Ludovici Imperatoris, día en que uno llamado Domingo, a consecuencia de la sentencia judicial dada en presencia del Vizconde Wifredo, reconoció a Gondebe, agente y abogado de nuestro Obispo, que las tierras que poseía en Terradellas eran de la jurisdicción episcopal. A esta escritura copiada (a: Ap. núm. II.) del Cartoral del Vicariato, llamado de Carlo Magno, pág. 89, sigue otra del año 842, y es la sentencia que poco antes decía dada sobre los derechos de teloneo y pascuario, los cuales parece que le disputaba en los condados de Empurias y Peralada el Conde Adalarico por medio de su agente (mandatario) Ansulfo. Los testigos hicieron sus declaraciones juradas (que llamaban conditiones sacramentorum) en la iglesia de San Martín, dentro de la ciudad de Empurias, asegurando que el Obispo Wimer, antecesor de Godmaro, fue puesto en posesión de dichos derechos en los Condados de Gerona y Besalú por el Conde Bernardo, y en los de Empurias y Peralada por el Conde Suniario, y que hasta su muerte percibió aquellos frutos. Esto es lo que contiene la escritura que va adjunta (a: Ap. núm. III), copiada del Libro verde de esta Catedral, fol. 53, cuya fecha dice así: latae conditiones sub die duodecimo kal. septembris in anno tertio postquam obiit Lodovicus Imperator. El modo de contar en ambas escrituras por la muerte de Ludovico Pío nació de la discordia que siguió entre Carlos Calvo y su hermano el Emperador Lotario; porque hasta el 843 en que se terminó, hubo territorios en nuestra Marca en que no se reconoció por Rey a dicho Carlos. Habiendo pues muerto Ludovico a 20 de junio de 840, la fecha de nuestra escritura de 21 de agosto, año tercero después de su muerte, pertenece al 842. Hállase en la Marc. Hisp. (ap. núm. XVI) la sentencia de los jueces a favor de Gondemaro, conforme a la declaración que acabo de decir de los testigos, que es lo único que comprende la escritura que yo envío.

Y con ser así que ambas tienen la fecha de la misma manera, se halla reducida allí al año 843, en el cual dice Baluzio (Ib. lib. IV), que se verificó sin dar razón del por qué alteraba una cuenta tan clara.
Alguna diversidad se halla entre ambos instrumentos: tal es que en el mío Ansulfo suena agente del Conde Adalarico, y en el de Marca él mismo lo parece ser del Obispo Godmaro, su competidor.
Con todo eso el mío añade varias circunstancias de este hecho, que no declara el de Marca; propone los nombres de los testigos y el altar sobre el cual juraron, y el nombre de Bernardus Comes (de Gerona y Besalú), donde Marca leyó Benedictum quondam. Por lo demás en la sustancia son coherentes, y ambos ponen existente a Godmaro en 842. Otra memoria suya hay del año 844, en el que a 11 de junio el Rey Carlos el Calvo, estando en el monasterio de San Saturnino, en el sitio de Tolosa, expidió un diploma de confirmación de todos los bienes de esta iglesia a instancias de su Obispo Gondemaro. Publicó ya este documento Baluzio en el apéndice ad Capitul. Reg. Franc., n. LXIV. También existe en el libro quinto de este capítulo, fol. 179; mas no lo he copiado, ya por no añadir cosa interesante en los documentos de esta clase, ya por el error que en él hay de poner por antecesor de nuestro Gondemaro a otro Gondemaro, en lugar de Wimer. Todavía está por publicar, que yo sepa, la memoria más curiosa e importante de nuestro Obispo; y es la sentencia que junto con Enrique, Conde Pictaviense, Gacfero, Conde Burdegalense, Servo Dei, juez y Pedro, Arcediano de San Esteban de Tolosa, dio de 
orden del Rey Carlos el Calvo en el pleito del monasterio de San Quirico de Colera contra el Conde Alarico sobre la posesión del Castro Tolon (Peralada). Dará razón de este cuento la copia adjunta (a: Ap. núm. IV.), no quedando yo fiador de la autenticidad de la escritura, la cual merece sin embargo alguna consideración por hallarse copiada en un libro de feudos en la curia episcopal, escrito en el siglo XIII, en cuyo tiempo, como allí se nota, presentó el original el Abad de dicho monasterio Fr. Br.

Contiene esta escritura algunas cosas que notaré aquí:
1.° Que aquel monasterio fue edificado en tiempo y de orden de Carlo Magno.
2.° Que el nombre de Castro Tolon fue puesto por los paganos como significando tierra muerta, al cual sucedió el de Petralata (Petra : Pera + lata : lada).
3.° Que los monjes construyeron entre otras iglesias la de Santa Maria in Reccesvindo (Recesvindo, Recesvinto), nombre de un monte que pudo intitularse del Rey Godo, y que corrompido en Rechesindo, fue sin duda raíz del de Requesens que hoy tiene:
4.° Que el citado Conde Alarico era hijo del Conde que Ludovico Pío estableció cuando conquistó a Barcelona:

(https://www.cervantesvirtual.com/obra/la-conquista-de-barcelona-por-ludovico-pio-y-creacion-de-su-primer-conde-bara--en-tres-actos--por-haberse-representado-en-el-teatro-de-la-m-i-ciudad-de-barcelona-en-el-ano-1777/)

5.° Que el tal Conde primero fue instituido super totam 
Cataloniam:

6.° Que esta es la primera vez en que se cree nombrado Cataluña. Vuelvo a repetir que no salgo fiador de la autenticidad de esta escritura, mayormente viendo firmar a todos los testigos con apellidos de familia, cosa que es mucho más reciente que el diploma, cuya fecha es de 25 de mayo, año IV del Rey Carlos, y de Cristo 844, sin poderse equivocar con los reinados de otros Carlos, pues los testigos dicen que vieron y conocieron a Ludovico Píoconquistador de Barcelona.

Por lo que hace a la antigüedad de la palabra Catalonia, no quiero dejar de poner aquí, pues se ofreció la ocasión, una memoria anterior que vi en Perpiñan entre las copias que el sabio M. Fossa tenía preparadas para la historia completa del Rosellón. Entre ellas del Cartoral de la abadía de la Grassa, cerca de Carcasona, copió una donación de Carlo Magno a dicho monasterio data nona aprilis anno sexto Christo propitiante imperii nostri, et trigessimo nono regni in Francia, atque XXXII. in Italia, indictione XIII. actum apud Narbonam in Dei nomine, etc., que corresponde al año 806. Dice pues el Rey:
Damus Deo et in dicto monasterio et omnibus monachis ejusdem loci praesentibus et futuris de rebus nostris quae sunt in 
comitatu Cathaloniae (condado de CataluñaChastelongne) in pago Rossillionensi (Rosselló, Rosellón) S. Stephani de monasterio nuncupati, S. Felicis de Pedillano... S. Vincentii de Stagello cum terminis, etc. Basta haber advertido esto para los curiosos.

IV.

Judicatum pro monasterio S. Quirici de Colera sub Gondemaro Episcopo Gerundensi: anno DCCCXLIV. (Vid. pág. 17.)

Ex. libr. XXIV. feudorum curiae episcopalis Gerund. ubi additur eam cartam produxisse (en el original con una s) Fr. Br. Abbatem S. Quirici de Colera pro se et suo monasterio. Porro translatum est sec. XIII. exaratum.

Mota fuit quaestio in praesentia domini gloriossimi Caruli Regis in civitate prope Tolosam in monasterio Sancti Saturnini inter domino Alaricho Comite ex una parte et Giemundo monacho et suo monasterio Sancti Cirici et Sancti Andreae sito in territorio Tolonense ex altera parte et dati Judices a dicto Carolo Rege, scilicet Guondemaro Gerundensi Episcopo, Eienrico Comite Pictavensi et Gaefero Burdalensi Comite e, Servo Dei Judex, et Petri Archilevitae Sancti Stephani Tolosae ut audiamus, judicemus ac diffiniamus hanc causam. Venit in nostra praesentia ubi dictus Giemundus monachus, et petivit dicto Alarico Comite pro suo monasterio Sancti Cirici et Sanct Andreae dicens: quod libentius avunculus meus una cum genitore meo nomine Assinario per preceptum dompni gloriossisimi Caroli Imperatoris prendiderunt primi homines Castro Tolon et fines et adjacentias suas, et tota terra illa et montaneas et valles Leocarcari, el ibi plantaverunt et edifficaverunt monasterio Sancti Cirici et Sancti Andreae et in Castro Tolon domo Sancti Martini fecerunt, et ibi villam, mansos, mansatas, vilarunculos poblaverunt, et parrochiam constituerunt, et postea nomen Petralata ibi miserunt quae antea a Paganis Tolon sive terra mortua vocaverunt. Et in tota terra illa et montaneas et valles Leocarcari villas, vilarunculos, mansos, mansatas poblaverunt, et ecclesias fecerunt, et parrochias constituerunt, habuerunt et tenuerunt et judicaverunt totum hoc predictum secundum ipsorum voluntatem per XL. annos et amplius, et ad mortem illorum totum hoc predictum dimiserunt liberi ac solidi dicto monasterio, vel ad illi qui ibi vitam monasticam vivebant. Et dum erimus ibi domini possessores post mortem illorum per X annos et amplius sic venit dictus Alarius Comes (Alaricho, Alarico) et depotestavit nos injuste, et contra lege et multas malas exacciones extorsit ab hominibus qui erant populati in omnibus dictis locis. Nos supradicti Judices interrogavimus dicto Alarico Comite quid respondit ad ea quae sibi aponunt. Ille dictus Comes ita respondit: Iste Castro Tolon cum fines et adjacentias earum, et tota terra illa et montaneas et valles Leocarcari quod iste Giemundus monachus mihi requirit pro suo monasterio Sancti Cirici et Sancti Andreae infra meo comitatu est, et debeo habere et possidere et judicari quasi res proprias de meo comitatu, et non credo ullo modo quod a divae memoriae Carolo imperatore donacio fuisset facta jam dicto Libencio Abba vel ad suo fratre nomine Assenario monacho, sive a dicto monasterio et nunc potui credere quod omnia predicta essent aprisiones de illis dictis, nec illis essent populatores de omnibus predictis locis. Nos supradicti Judices interrogavimus dicto Giemundo monacho si haberet firmas scripturas et bene corroboratas, vel testes boni testimonii ut ea quae dicis in veritate mittere possis, et si facere nequivis de jure, vox tua extincta sit de hac re, et ea amplius non resolves. Qui statim dictus Giemundus monachus protulit nobis testes veraces IIII presbiteri, et IIII milites, et VI paienses. Nos Judices statuimus eos testes jurare super altare consecrato in honore Sanctae Mariae Virginis in ecclesia Sancti Saturnini, et super reliquias dicti Sancti Saturnini, et super quator Evangelia, et ita haec fecerunt. Et post sacramentos nos dicti Judices singuli ac discussi sicut lex docet, exquisivimus ab illis rei veritatem, et omnes dicti testes concorditer quasi una voce protestabant hunc testimonium ita: nos vidimus et audivimus et presentes fuimus quando domno gloriossisimo Carolo Imperatore dedit de fischo suo Libentio Abbate, et ad suo germano Assenario monacho Castro Tolon cum fines et adjacentias suas, et tota terra illa et montaneas et valles Leocarcari cum fines et adjacentias eorum tali pacto, ut in ipsas valles Leocarcari plantent et edifficent monasterium Sancti Cirici et Sancti Andreae. Item postea vidimus et audivimus et presentes fuimus quando Libentius Abba una cum Assenario monacho prendiderunt primi homines post mortem Galaffre et Biuxan filio eius et aliorum Sarracenorum dicto Castro Tolon cum fines et adjacentias et tota terra illa et montaneas et valles Leocarcari cum fines et adjacentias eorum, et ibi in dictas valles plantaverunt, et edifficaverunt monasterio Sancti Cirici et Sancti Andreae, et in Castro Tolon domo Sancti Martini fecerunt, et ibi villa, mansos, mansatas, vilarunculos poblaverunt, et parrochiam constituerunt, et postea nomen Petralata ibi miserunt, qui antea a Paganis Tolon, sive terra mortua voceaverunt (vocaverunt), et in tota terra illa et montaneas et valles Leocarcari mansos, mansatas, villas, vilarunculos poblaverunt et fecerunt ecclesias scilicet in Novis Sanctae Eulaliae et in Daltiano Sancti Romani, et in Moleto Sancti Cipriani, et in Maseracho Sancti Martini, et juxta rivo Agneti Sancti Clementi, et in Cantalupis (Cantallops) Sancti Stephani et in Rechisindo (Requesens) Sanctae Mariae, et in Baneigis Sancti Martinis, et juxta rivulo Urline Sancti Genesii, et in Rabedoso Sancti Juliani, et in Spodilia Sancti Jacobi, et in Turnebule Sanctae Mariae et parrochias constituerunt in dictas ecclesias et postea fecerunt cellulas sanctorum in dictas parrochias habuerunt ac judicaverunt omnia predicta secundum illorum voluntatem. Item postea vidimus et audivimus et presentes fuimus quando dompno gloriossisimi Ludovicho filio dompno Carolo Imperatore venit ad expugnandos omnes Sarracenos qui erant in Barchinona et cepit ea, et ibi dimisit genitori de isto dicto Alaricho Comite domino super totam Cataloniam. Et vidimus et audivimus et presentes eramus quando dictus Ludovichus mandavit atque precipiendo dixit dicto Comite quod non tangat neque capiat vel judicet nullam rem de rebus vel honoribus dicti monasterii Sancti Cirici et Sancti Andreae quia de fischo patri mei est hereditatus, sed manuteneas ac deffendas quasi res proprias de fischo genitori meo habuerunt et possederunt ac judicaverunt in bona pace totum hoc predictum heremum et condirectum pratis, pascuis silvis, garricis, aquis aquarumve molendinis et molinaris, piscatories, ruppes, petras, fontes, plano monte, vie ductibus, vel reductibus omnia et in omnibus quicquid visum est habere infra fines et terminis de omnibus predictis locis per XL annos et amplius, et postea totum hoc predictum liberi dimiserunt predicto monasterio, et ad illi qui ibi vitam monasticam vivebant. Et dum essent domini possesores post mortem illorum per X annos et amplius nos videntibus sic venit dictus Alaricus Comes et depotestavit illos injuste et contra lege, et multas exactiones judicando sive rapiendo injuste extorsit ab hominibus qui erant populati in omnibus predictis locis et hodie plus... tur omnibus predictas parrochias cum fines et adjacentias et terminis eorum a isto Giemundo monacho, et ad suo monasterio sive ad illis qui ibi vitam monasticam vivent ad expletandum et regendum ac judicandum quam a nullo alio homine viventi. Nos supradicti Judices interrogavimus dicto Alarico Comite si voluit nec potuit nulla bona ratione ponere contra istos testes, ut ea quae testantur invalidum sit. Et Comes Alaricus ita respondit: Nollo ponere ulla ratione contra illos testes. Et nos supradicti Judices pariter ac diligenter exquisivimus hanc causam rey veritatem. Auditis rationibus, allegationibus, renunciatione exinde facta, donavimus hanc diffinitivam sententiam; ita ut dictus Comes Alaricus pleniter reddat dicto monasterio Sancti Cirici et Sancti Andreae, et ad suorum monachorum tam presentium quam futurorum dicto Castro Tolon cum fines et terminis adjacentias suas et tota terra illa et predictas parrochias cum fines et terminis adjacentiis eorum habeant heremum et condirectum quantum visum est infra fines et terminis adjacentiis de omnibus predictis locis, et possideant, regant et judicent et per alodium teneant in perpetuum de fischo Imperatoris sive Regis totum hoc predictum sine omni retentu et servicio et judicio ac justitia quod ibi in omnibus praedictis locis dictus Comes, necne alii non habeant vel capiant pro ulla ratione. Item pleniter reddat in triplo omnia mobilia quae habuit receptas pro vi sive gratis, vel aliqua alia ratione in omnibus predictis locis sicut eas certas sive veras poterint hostendere in presentia dicto Gondemaro Episcopo quando fuerit presens in dicto monasterio. Data fuit haec sententia in civitate Tolosa in dicto monasterio Sancti Saturnini VIII. kalendas junii anno IV. regnante dompno Carolo Rege. = Gondemarii Gerundensis Episcopi. + = Sig+num Eyenrici Pictavensi Comiti. = Sig+num Gauferi Burdolensi Comiti. + Petri Archilevitae Sancti Stephani Tolosae. = Pe+tro Judex ordinarius in curia Regis. Nos Judices mandato Carolo Rege hanc sententiam donamus et corroboramus. = Sig+num Gaucperti de Castronovo. = Sig+num A. de Barbaveteri. = Sig+num Gaucerandi de Avalrino. = Sig+num Eymerici Castellanus de Castro Tolon quem modo vocant Peralada. = Sig+num Samarelli presbiteri. = Sig+num Ugo presbiteri. = Sig+num Falcuchii presbiteri. = Sig+num Salomoni presbiteri. Sig+num Rodulfi. = Sig+num Novelli. = Sig+num Eriberti.= Sig+num Sancii. = Sig+num Clementi. = Sig+num Roberti. Nos testes producti in hac causa confirmamus sententia data.= Sig+num Giberti Domino Terragonae. = Sig+num Eymerici domino Narbonae. = Sig+num Bocardi de Portaclusa. = Sig+num Esquivi de Caput stagni.= Sig+num Umberti de Accuta. = Sig+num Fulchi de Sancto Martino testes rei huius. = Iterius presbiter et publicus scriptor in civitate Tolosa in Burgo Sancti Saturnini rogatus a predictis Judicis scripsit die et anno prae+fixo. = Gondemarii Gerundensis Episcopi praescripta sententia sigillari + feci. Servo Dei Judex ordinarius Carolo Regi + similiter feci.