Mostrando las entradas para la consulta jurá ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta jurá ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

sábado, 24 de noviembre de 2018

Dicsionari chapurriau castellá, J

(A Valchunquera y La Fresneda se sol pronunsiá CH, com la G)

ja, sol se fa aná per a escriure la rissa, en chapurriau es YA
ja (risa); ya
jabalí, jabalins; jabalina, jabalines jabalí, jabalíes
jactabe (se) jactaba (se)
jactám (vore jactás) jactarme
jactás, alardejá, vanagloriás, pressiás, fanfarronejá, pressumí, ufanás, pavonejás, engreís, farolejá, gallardejá, alabás, ostentá jactarse, alardear, vanagloriarse, preciarse, fanfarronear, presumir, ufanarse, pavonearse, engreírse, farolear, gallardear, alabarse, ostentar
jacuzzi, yacussi jacuzzi
jalá, minjá, fartás, empapussá jalar, comer, hartarse, empapuzar
jaleá, alentá, animá, aplaudí, elogiá, espolejá, exhortá jalear, alentar, animar, aplaudir, elogiar, espolear, exhortar
jaleám jalearme
jamacuco, jamacucos jamacuco, jamacucos
Jamba - Dit mestre aja de fundar quatre pilastres y jambes, ço es donant... dos palms a cada jamba – Cada una de les dos parts laterals verticals que están a una porta. del fr. jambe, ‘cama’. jamba
japonés japonés
japonesos japonesos
jaque, jaques, amenassa, perill, avís, alerta, jugada de ajedrez (escacs) jaque, jaques, amenaza, peligro, aviso, alerta, lance, jugada
jaqueca, jaqueques, mal de cap jaqueca, jaquecas, dolor de cabeza
jaquesos, jaqueses, de Jaca jaqueses, jaquesas, de Jaca
jaqueta, jaquetes chaqueta, chaquetas, chupa, chupas, cazadora, cazadoras
jaqueteta, jaquetetes chaquetilla, chaquetillas
jarabe, jarabes jarabe, jarabes
jardí jardín
jardiné jardinero
jardinera, jardineres jardinera, jardineras
jardinería jardinería
jardinet, jardinets jardincito, jardincitos
jardins jardines
jarra, jarres (vore engerra) jarra, jarras
jarres jarras
jarretes, garretes de un animal, com lo cordé jarretes
jarrón, jarrons jarrón, jarrones
jauja jauja
jauleta, jauletes, gabieta, gabietes jaulita, jaulitas
jefa, jefes jefa, jefas
jefe, jefes, amo, amos jefe, jefes
jerárquic jerárquico
jerigonsa, follón, guirigay, galimatíes, embolic, enredo, algarabía, caos galimatías, jerigonza, embrollo, enredo, algarabía, caos, follón, guirigay
jeringuilla, jiringuilla, jeringuilles, jiringuilles, les fa aná mol lo practicán jeringuilla, jeringuillas
jinete, jinetes, lo que monte un caball jinete, jinetes
joc juego
jocs juegos
jónec, bou jove mol gort, casi com Juaquinico Monclús de la Ascuma toro joven muy gordo
joqué, lloqué, puesto aon dormen les gallines y atres bichos de ploma / allí aon se ajoquen les lloques, cloques o gallines ponedores sitio donde duermen las gallinas
jornada, jornades jornada, jornadas
jornal, jornals jornal, jornales
jornalé, jornalés jornalero, jornaleros
jorobá jorobar
jorobán (g)
jorobat : cheput, geput o jeput; jorobada: gepuda, jepuda, chepuda.
jorobando
jorobado, chepudo, jorobada, chepuda
jota, jotes jota, jotas : baile y canción
jou, jau, jous, jaus - instrumén de fusta que se fique al coll del parell de besties cuan se llaure. Lo vel que se fique als novios cuan se casen. yugo
jove - jovens, joves joven, jóvenes
jovenet, jovenets jovencito, jovencitos
joveneta, jovenetes jovencita, jovencitas
jovial jovial
joya, joyes joya, joyas
joyería joyería
jubilá, jubilás jubilar, jubilarse
jubilada, jubilades jubilada, jubiladas
jubilassió jubilación
jubilat, jubilats jubilado, jubilados
jubiléu, julibéu jubileo, júbilo, fiesta
jubón, jubons (roba) jubón, jubones (ropa)
juche, juches – setse juches mingen feche del penjat de un jusgat juez, jueces
judía, jueva judía
judissial judicial
jues, juez, juche juez, jueces
jueua, jueva, judía; jueves, judíes (pl.) judía (religión); judías


jugá, chugá – jugo, jugues, jugue, juguem o jugam, juguéu o jugáu, juguen – jugat, jugada – si yo jugara, jugares, jugare, jugarem, jugareu, jugaren  jugar
jugabe jugaba
jugada, jugades jugada, jugadas
jugadó, jugadós jugador, jugadores
jugáe, jugabe jugaba
jugáem, jugabem jugábamos
jugán (g) jugando
jugará jugará
jugare jugara, jugase
jugat, jugats jugado, jugados
jugue juega
juguen juegan
juguetería, jugueteríes juguetería, jugueterías
juissi, juissis juicio, juicios
juliol julio
julivert, Petroselinum (En alemán Petersilie) crispum, latín jolium viride. Juliverd – jolverd en ocsitá – A mon cusí Pedro Gil Guimerá li dic Julivert :) perejil
jun junto
junc, jung junco
juncs, jungs juncos
jungla, jungles jungla, junglas
junissen, juñissen, juñixen, ajunten ajuntan, juntan
juns juntos
juntá, ajuntá – ajunta la porta que entre aire!
O que se escape lo gat.
juntar, cerrar la puerta – cierra la puerta que entra aire ! O que se escapa el gato.
Junta, juntes junta, juntas
juntaben, ajuntaben juntaban
juntamén, jun en - ajuntamén junto con – ayuntamiento
juntán (g) ajuntán juntando
juns, ajuntats; yunta = jou o chou de dos animals per a llaurá juntos, ajuntados
jupa, jupes, chupa, chupes, cazadora, cassadora, cazadores, cassadores chaqueta, chaquetas, chupa, chupas, cazadora, cazadoras
jupeta chaquetita, chupa pequeña, chupita
jurá jurar
juráe, jurabe juraba
jurali jurarle
juramén, juramens Juramento, juramentos
jurán (g) jurando
jurats jurados
jurídic, juridics jurídico, jurídicos
jusgá juzgar
jusgabe juzgaba
jusgada, jusgat juzgada, juzgado
jusgál juzgarlo
jusgán (g) juzgando
jusgare juzgara, juzgase
jusgat juzgado
jusgat, jusgats juzgados
jusgo juzgo
jusguéu juzgáis
Just – No es lo mateix just que correcte. Si te fótego lo dit al cul entre just, pero no es lo correcte. Justo – No es lo mismo justo que correcto. Si te meto el dedo en el culo entra justo, pero no es lo correcto.
Justadó, combatién, luchadó justador, combatiente, luchador
justamen justamente
justán (g) – ajustán Justando – ajustando
justet justito
justeta justita
justificá justificar
justissia justicia
justíssima justísima
juvenil juvenil
juvenils juveniles
juventut juventud

jueves, 7 de enero de 2021

Lo Camí, XIX.

XIX.

Germán, lo Tiñós, va eixecá un dit, va girá un poc lo cap pera escoltá milló, y va di:

- Assó que cante an eixa bardissa es un arrendajo.

garrulus glandarius, arrendajo
(garrulus glandarius)

Lo Mussol va di:

- No. Es una cardelina.

Germán, lo Tiñós, li va explicá que los arrendajos teníen unes condissións vocals tan particulás, que podíen imitá los piulits y chulits de tota classe de muixóns. Y los imitaben pera atráurels y fótressels después. Los arrendajos eren muixóns mol poc recomanables, hipócrites y roíns. Lo Mussol va insistí:

- No. Es una cagarnera.

Trobabe plaé en portá la contraria aquell matí. Sabíe que ñabíe una forsa a la seua opossisió, encara que esta fore infundada. Y trobabe una satisfacsió morbosa y fosca en la contradicsió. Roc, lo Moñigo, se va incorporá de un bot y va di:

- Miréu; un tonto de aigua. Siñalabe a la dreta de la Badina, tres metros mes allá de aon desaiguabe lo Chorro. Al poble los díen tontos a les serps de aigua. Ignoraben lo perqué, pero ells no ficaen may lo nas a les raóns que inspiraben lo vocabulari de la vall.
U asseptaben, simplemen, y sabíen per assó que aquella serp que arribabe a la riba del riu a coetades espasmódiques ere un tonto de aigua. Lo tonto portáe un peixet atravessat a la boca. Los tres se van ficá de peu y van apilá uns códuls.

Germán, lo Tiñós, va advertí:

- No lo dixéu pujá. Los tontos a les costes se fan un aro y roden mes de pressa del que corre una llebre. Y ataquen, ademés. Roc, lo Moñigo, y Daniel, lo Mussol, van mirá en temó a la serpota. Germán, lo Tiñós, va saltá de bolo en bolo pera arrimásseli en un codul a la ma. Va sé una mala patejada o una rellissada a la herbeta de les pedres, o un fallo de la seua cama coixa. Lo cas es que Germán, lo Tiñós, va caure aparatosamen contra les roques, y se va estossolá en un cop tremendo al cap, y va baixá, com un feix de lleña sense vida, hasta la Badina del Inglés. Lo Moñigo y lo Mussol se van aviá al aigua detrás dell, sense pensássu. Brasseján dessesperadamen van pugué traure a la vora lo cos estamordit del seu amic.
Lo Tiñós teníe una ferida mol gran al clatell y habíe perdut lo coneiximén. Roc y Daniel estaben assustats. Lo Mussol se va tirá al muscle lo cos inanimat del Tiñós y lo va puchá hasta la carretera. Ya a casa de Quino, la Pesteta li va ficá unes compreses de alcohol al cap. Al poc tems va passá per allí Esteban, lo forné, y lo va portá al poble en la seua tartana. Rita, la Tonta, va escomensá a cridá al vore arribá al seu fill en aquell estat.
Van sé uns moméns de confusió. Sing minuts después, lo poble en massa se apiñabe a la porta del sabaté. Apenes li dixaben pas a don Ricardo, lo meche; tanta ere la seua anhelán impassiensia. Cuan este va eixí, tots los ulls lo miraben, pendéns de les seues paraules:

- Té fracturada la basse del cráneo. Está mol grave. Demanon una ambulansia a la siudat - va di lo meche.

De repén, la vall se habíe tornat grisa y opaca als ulls de Daniel, lo Mussol. Y la llum del día se va fé pálida y massilenta. Y tremolabe al aire una forsa encara mes gran que la de Paco, lo ferré. Pancho, lo Sensedéu, va di de aquella forsa que ere lo Destino, pero la Pesteta va di que ere la voluntat del siñó. Com no se ficaben de acord, Daniel se va escabullí y va entrá al cuarto del ferit. Germán, lo Tiñós, estabe mol blang y los seus labios tancats en una suave y diluída sonrissa. Lo Tiñós va serví de cam de batalla, durán vuit hores, entre la vida y la mort. Va arribá la ambulansia de la siudat en Tomás, lo germá del Tiñós, que treballabe a una empresa de autobusos. Lo germá va entrá a casa com un endemoniat y al passillo se va trobá en Rita, la Tonta, que eixíe despavorida de la habitassió del dolén. Se van abrassá mare y fill de una manera casi eléctrica.
La exclamassió de la Tonta va sé com una chisparrada fulminán.

- Tomás, arribes tart. Ton germá se acabe de morí - va di.

Y a Tomás se li van saltá les llágrimes y va jurá entre dens com si se rebelare contra Deu per la seua impotensia. Y a la porta de la casa les dones van escomensá a sanglotejá y a plorá y a cridá, y Andrés, "lo home que de perfil no se veu", va eixí tamé de la habitassió, tot belcat, com si vullguere vore les pantorrilles de la enana mes baixeta del món.
Y Daniel, lo Mussol, va sentí que volíe plorá y no se va atreví a féu perque Roc, lo Moñigo, vigilabe les seues reacsións sense pestañejá, en una rigidés despótica.
Pero li va extrañá advertí que ara tots volíen al Tiñós. Per los singlots, gemecs y plos se diríe que Germán, lo Tiñós, ere fill de cada una de les dones del poble. Pero a Daniel, lo Mussol, lo va consolá, en serta manera, este síntoma de solidaridat.
Mentres amortallaben al seu amic, lo Moñigo y lo Mussol van aná a la forja.

- Lo Tiñós se ha mort, pare - va di lo Moñigo. Y Paco, lo ferré, se va tindre que assentá a pesá de lo gran y fort que ere, perque la impresió lo anonadabe.
Va di, después, com si luchare contra algo que lo enervare:

- Los homens se fan; les montañes ya están fetes.

Lo Moñigo va di:

- ¿Qué vols di, pare?

- ¡Que begáu! - va di Paco, lo ferré, casi furiós, y los va allargá la bota de vi.

Les montañes se van entenebrí aquella tarde y los prats y los carreróns y les cases del poble y los muixóns y los seus acentos. Entonses, Paco, lo ferré, va di que ells dos teníen que encarregá una corona fúnebre a la siudat com a homenaje al amic perdut y van aná a casa de les Llebres y la van encarregá per teléfono. La Camila estabe plorán tamé, y encara que la conferensia va sé llarga no la va vullgué cobrá. Después van torná a casa de Germán, lo Tiñós. Rita, la Tonta, se va abrassá al coll del Mussol y li díe atropelladamen que la perdonare, pero que ere com si puguere abrassá encara al seu fill, perque ell ere lo milló amic del seu fill. Y lo Mussol se va ficá mes trist encara, pensán que cuatre semanes después ell sen aniríe a la siudat a escomensá a progressá y la Rita, que no ere tan tonta com díen, se tindríe que quedá sense lo Tiñós y sense ell pera eixugá los seus pobres afectes trencats. Tamé lo sabaté los va passá la ma per los muscles y los va di que los estabe agraít perque ells habíen tret al seu fill del riu, pero que la mort se habíe empeñat en emportássel y contra nella, si se ficabe tossuda, no se coneixíe cap remey. Les dones seguíen plorán jun al cadáver y, de cuan en cuan, alguna teníe algún arrang y besabe y apretabe lo cosset fluix y fred del Tiñós, y fen aixó les llágrimes y crits se incrementaben. Sons germáns de Germán li van voltá una toalla al cráneo pera que no se li veigueren les calves y Daniel, lo Mussol, va experimentá mes pena perque, de esta guisa, lo seu amic pareixíe un chiquet moro, un infiel. Lo Mussol esperabe que a don José, lo mossen, li faiguere lo mateix efecte y manare traure la toalla. Pero don José va arribá; va abrassá al sabaté y li va administrá al Tiñós la Santa unsió sense repará en la toalla. Los grans raramen sen acaten del doló sutil dels menuts. Son pare mateix, lo formaché, al vórel, per primera vegada, después del acsidén, en ves de consolál, se va limitá a di:

- Daniel, pera que veigues en lo que acaben totes les diablures. Lo mateix que li ha passat al fill del sabaté podríe habét passat a tú. Espero que aixó te servixque de escarmén. Daniel, lo Mussol, no va voldre parlá, pos se barruntabe que de féu acabaríe plorán. Son pare no volíe donássen cuenta de que cuan va sobrevindre lo acsidén no intentabe fé cap malesa, sino, simplemen, matá un tonto de aigua. Ni advertíe tampoc que igual que ell li va fotre una perdigonada a la galta lo matí que van matá lo milá en lo Gran duc de reclam, podríe habélay futut al pols y habél enviat allí aon los abres tenen una sombra allargada. Los grans atribuíen les desgrássies a les imprudensies dels chiquets, olvidánse de que estes coses son sempre dessignios de Deu y que los grans tamé fan, a vegades, imprudensies. Daniel, lo Mussol, va passá la nit en vela, a la voreta del mort. Sentíe que algo gran se entaragañabe dins dell y que desde ara res siríe com habíe sigut. Ell pensabe que Roc, lo Moñigo, y Germán, lo Tiñós, se sentiríen mol sols cuan ell sen aniguere a la siudat a progressá, y ara ressultabe que lo que se sentíe sol, espantosamen sol, ere ell, y sol ell. Algo se va semá de repén mol a dins del seu ser:

potsé la fe en la perennidat de la infansia. Va advertí que tots acabaríen morínse, los agüelos y los chiquets. Ell may se va pará a pensáu y al féu ara, una sensassió punchán y angustiosa casi lo asfixiabe. Viure de esta manera ere algo brillán, y al mateix tems, terriblemen tétric y dessolat. Viure ere aná morín día a día, poquet a poc, inexorablemen.
A la llarga, tots se acabaríen morín: ell, y don José, y son pare, lo formaché, y sa mare, y les Pestetes, y Quino, y les sing Llebres, y Antonio, lo Buche, y la Mica, y la Mariuca-uca, y don Antonino, lo marqués, y hasta Paco, lo ferré. Tots eren efímeros y transitoris y al cap de sen añs no quedaríe ni rastre dells damún de les pedres del poble. Com ara no quedabe rastre dels que los habíen pressedit un siglo abáns. Y la mutassió se 
produiríe de una manera lenta, imperseptible. Arribaríen a desapareixe del món tots, absolutamen tots los que ara poblaben la seua crosta y lo món no advertiríe lo cambi. 

La mort ere lacónica, misteriosa y terrible. Al alba, Daniel, lo Mussol, va abandoná la compañía del mort y sen va aná a casa seua a desdichuná (com diu lo Sebeta), amorsá.
No teníe gana, pero creíe una medida prudén omplí lo estómec dabán de les emossións que se aveinaben. Lo poble assumíe an aquella hora una quietut massa estática, com si tot ell se sentiguere agarrotat per la geló de la mort. Y los abres estaben parats. Y lo quiquiriquí dels galls ressultabe fúnebre, com si cantaren en sordina o no se atrevigueren a mansillá lo ambién de dol y replegamén que pesabe sobre la vall. Y les montañes se vestíen de dol, daball de un sel de plom. Y hasta les vaques que pasturaben als prats pareixíen mes lentes y adormides de lo habitual. Daniel, lo Mussol, només almorsá va torná al poble. Al passá frente a la tapia del boticari va vore un tord picoteján un siré bort prop de la carretera. Se van reviscolá en ell los sentiméns del Tiñós, lo amic perdut pera sempre. Va tentá la massecha a la burchaca y va colocá una pedreta a la badana de cuero artifissial de Beseit. Después va apuntá al animalet y va estirá les gomes en forsa. La pedra, al aterrissá al pit del tord, va fé un soroll sec de ossos cruixits. Lo Mussol va corre cap al muixó abatut y les mans li tremolaben al arreplegál. Después va seguí lo camí en lo tordet a la burchaca. Germán, lo Tiñós, ya estabe a dins de la caixa cuan va arribá. Ere una caixa blanca, barnissada, que lo sabaté habíe encarregat a una funeraria de la siudat. Tamé habíe arribat la corona encarregada per nells en la leyenda que va maná ficá lo Moñigo: "Tiñós, los teus amics Mussol y Moñigo no te olvidarán may".
Rita, la Tonta, va torná a abrassál en énfasis, diénli, en veu baixa, que ere mol bo. Pero Tomás, lo germá colocat a una empresa de coches de linia, se va enfadá al vore la inscripsió y va tallá lo tros aon ficabe "Tiñós", dixán sol: "los teus amics Mussol y Moñigo no te olvidarán may". Mentres Tomás retallabe la sinta y los demés lo contemplaben, Daniel, lo Mussol, va dixá dissimuladamen lo tord a dins del féretro, jun al cadáver del seu amic. Habíe pensat que lo seu amic, que ere tan afissionat als muixóns, li agrairíe, sense duda, desdel atre món, este detall. Pero Tomás, al torná a colocá la corona fúnebre als peus del cadáver, va repará en lo muixó, incomprensiblemen mort a la vora de son germá. Va arrimá mol los ulls pera sersiorás de que ere un tord lo que veíe, pero después de comprobáu no se va atreví a tocál. Tomás va notá una corrén superstissiosa pel seu cos.

- ¿Qué... quí... cóm dimonis ha parat aquí aixó? - va di.

Daniel, lo Mussol, después del enfado de Tomás per lo de la corona, no se va atreví a declará la seua part de culpa en esta nova peripessia. Lo esglay de Tomás sels va apegá pronte a tots los presséns que se arrimaben a contemplá lo muixó. Dingú se atrevíe a tocál.

- ¿Cóm pot sé que ñague un tord ahí dins?

Rita, la Tonta, buscabe una explicassió raonable a la cara de cada un dels seus veíns. Pero a totes lligíe un idéntic estupor.

- Mussol, ¿saps tú...?

- Yo no sé res. No había vist lo tord hasta que u ha dit Tomás.

Andrés, "lo home que de perfil no se veu", va entrá en aquell momén. Al vore lo muixó se li van reblaní los ulls y va escomensá a plorá silensiosamen.

- Ell volíe mol als muixóns; los muixóns han vingut a morís en ell - va di.

Los plos sels van contagiá a tots y a la sorpresa inissial va seguí pronte la creensia general de una intervensió ultraterrena. Va sé Andrés, "lo home que de perfil no se veu", lo que primé u va insinuá en veu tremolosa.

- Aixó... es un milacre.

Los presséns no dessichaben datra cosa mes que algú expresare en alta veu lo seu pensamén pera petá. Al escoltá la sugerensia del sabaté se va sentí un crit unánime y esgarrat, mesclat en ays y plos:

- ¡Un milagre!

Varies dones, esglayades, van eixí corrén a buscá a don José. Datres van aná a avisá als seues homens y familiás pera que foren testigos del prodigi. Se va organisá un revol caótic, irrefrenable. Daniel, lo Mussol, tragabe saliva sense pará a un racó de la estansia. Encara después de mort lo Tiñós, los entes perversos que flotaben al aire seguíen enredán los mes inosséns y ben intensionats assuntos. Lo Mussol va pensá que tal com se habíen ficat les coses, lo milló ere callá. Datre modo, Tomás, en la seua exitassió, siríe mol capás de escañál. Va entrá apressuradamen don José, lo mossen.

- Miro, miro, don José - va di lo sabaté.

Don José se va arrimá en ressel al borde del ataút y va vore lo tord rosán la bauba ma del Tiñós.

- ¿Es un milagre o no es un milacre? - va di la Rita, tota exaltada, al vore la cara de estupefacsió del mossen. Se va sentí un llarg murmull al voltán. Don José va moure lo cap de un costat al atre mentres observabe les cares que lo observaben. La seua mirada se va pará un instán a la careta assustada del Mussol. Después va di:

- Sí que es raro tot aixó. ¿Dingú ha ficat ahí eixe muixó?

- ¡Dingú, dingú! - van cridá tots.

Daniel, lo Mussol, va acachá los ulls. La Rita va torná a cridá, entre carcañades histériques, mentres mirabe en ulls desafiáns a don José:

- ¡Qué! ¿Es un milagre o no es un milacre, siñó retó?

Don José va intentá apassiguá los ánims, cada vegada mes exitats.

- Yo no puc pronunsiám dabán de una cosa aixina. En realidat es mol possible, fills meus, que algú, per broma o en bona intensió, haigue colocat lo tord al ataúd y no se atrevixque a declaráu ara per temó a la vostra ira. - va torná a mirá fito fito a Daniel, lo Mussol, en los seus ullets afilats com agulles de cap. Lo Mussol, assustat, va doná mija volta y se va escapá al carré. Lo mossen va seguí -: De totes formes yo li faré traslat al ordinari de lo que aquí ha passat. Pero tos repetixgo que no tos faigáu ilusións. En realidat, ñan mols fets de apariensia milagrosa que no tenen de milagre mes que assó: la apariensia.
- De repén va tallá, sec -: A les sing tornaré peral enterro.

A la porta del carré, don José, lo mossen, que ere un gran san, se va trobá en Daniel, lo Mussol, que lo observabe furtivamen, tímit. Lo mossen va ataullá les proximidats y com no va vore a dingú pels voltáns, li va sonriure al chiquet, li va pegá uns copets paternals al clatell, y li va di en un sussurro:

- Bona la has armat, fill; bona la has feta.

Después li va doná a besá la seua ma y se va alluñá, apoyánse a una gayata, a passes mol curtes y lentes.

lunes, 17 de septiembre de 2018

PRIMERA JORNADA. NOVELA PRIMERA

Lo siñó Cepparello engañe a un san flare en una falsa confessió y mor después, y habén sigut un home mol roín en vida, es reputat per san y de nom San Ciapelletto.

Convé, mol volgudes Siñores, que tot lo que lo home fa u escomenso en nom de aquell que va sé de tots creadó; per lo que, tenín yo que doná escomensamén al nostre novelá, enteng escomensá en un dels seus maravillosos fets per a que, sentínlo, la nostra esperansa en ell com en cosa inmutable se afirmo, y sempre sigue per natros alabat lo seu nom. Manifesta cosa es que, com les coses temporals són totes transitóries y mortals, están plenes de doló, de angustia y de molestia; los que vivím mesclats en elles y som part de elles, no les podém ressistí ni féls frente, si la espessial grássia de Déu no mos preste forsa y prudénsia, que no es de creure que baixo per cap mérit nostre, mes que moguda per la seua propia benignidat y per les plegáries de aquells que, com u som natros, van sé mortals y, habén seguit be los seus gustos mentres van tindre vida, ara se han transformat en eternos y benaventurats. Natros mateixos, ben informats per la experiénsia de la nostra fragilidat, y potsé no atrevínmos a mostrá les nostres plegáries a la vista de tan gran juez, roguém per les coses que creém oportunes. Y ell, ple de piadosa liberalidat cap a natros, siñalém que, no podén la agudesa de los ulls mortals traspassá de cap modo lo secreto de la divina men, a vegades passe que, engañats per la opinió, fem procuratresdabán sa majestat a gen que ha sigut aviáda per Ella al etern exili. Aquell a qui cap cosa se li pot amagá, com si fore benaventurat dabán dels seus ulls, no pot dixá de escoltá a qui li rogue. Lo que apareixerá a la novela que contaré, no es lo juissi de Déu mes que lo dels homes.

Se diu, pos, que habénse convertit Musciatto Franzesi de riquíssim y gran mercadé a Fransa en caballé, y tenín que vindre a Toscana en micer Carlos Senseterra, germá del rey de Fransa, que va sé cridat per lo papa Bonifacio, donánse cuenta de que los seus negossis estaben, com moltes vegades u están los de los mercadés, mol enredats aquí y allá, y que no se podíen fássilmen ni de repén desenredá (desintrincá), va pensá transferíls a varies persones, y per a tots va trobá cóm; li va quedá la duda de a quí dixá per a rescatá los crédits fets a uns cuans borgoñóns. Y la raó de la duda ere sabé que los borgoñóns són pleitejáns y de roína condissió y desleals, y an ell no li veníe al cap quí podríe ñabé tan malvat per a fé frente a la seua perversidat. Y después de pensá mol tems en este assunto, li va vindre a la memória lo siñó Cepparello de Prato, que moltes vegades se hospedabe a la seua casa de París, baixet pero mol pincho y arreglat, no sabén los fransesos qué volíe di Cepparello, y creén que volíe di capelo, es di, guirnalda, com al seu romance, perque ere minut com diém, no Chapelo, sino Ciappelletto lo cridaben: y com Ciappelletto ere conegut a tot arreu, mol pocs com Cepparello lo coneixíen. Ere este Ciappelletto notari, y sentíe grandíssima vergoña si algún de los seus instruméns (encara que ne eren pocs) no fore fals; de los que ne haguere fet tans com li hagueren demanat gratuitamen, y en milló gana que algún de un atra classe mol ben pagat. Declarabe en fals mol a gust, tan si se li demanabe com si no; y donánse en aquells tems a Fransa grandíssima fe als juraméns, no preocupánse per jurá en fals, guañabe malvadamen tantes causses, encara que li demanaren que jurare di la verdat per la seua fe. Teníe un atra classe de plaés (y mol se empeñabe en alló) en provocá entre amics y paréns y consevol atre, mals y enemistats y escándols, de los que contra mes mals veíe que seguíen, mes alegría sentíe. Si sel invitabe an algún assessinato o a consevol atre acto criminal, sense negás may, de bona gana hi anabe y moltes vegades se va trobá a gust ferín y matán homes en les propies mans. Gran blasfemadó ere contra Déu y los sans, y per consevol atra coseta, perque ere rabiós com cap atre. A la iglesia no hi anabe may, y mol menos a missa, y a tots los sacraméns com a cosa vil ofeníe en palabrotes y cagánse en ells; y per lo contrari les tabernes y los atres puestos deshonestos visitabe de bona gana y los frecuentabe. A les dones ere tan afissionat com u són los gossos a la gayata, mes que cap atre home flaco se encantae. Hauríe furtat y robat en la mateixa consiénsia en la que resaríe un san. Mol golut y gran bebedó, hasta arribá als repugnáns vómits, tamé ere un solemne jugadó en dados trucats.
Pero ¿per qué me allargo en tantes paraules? Ere lo pijó home, potsé, que may haigue naixcut. Y la seua maldat mol tems la va mantindre lo poder y la autoridat de micer Musciatto, per qui va sé protegit moltes vegades, no sol de les persones privades a qui assobín injuriabe, sino tamé de la justíssia.
Vingut, pos, este siñó Cepparello a la memória de micer Musciatto, que coneixíe mol be la seua vida, va pensá que éste ere lo que nessessitabe contra la maldat de los borgoñóns; per lo que, cridánlo, li va di aixina:
- Siñó Ciappelletto, com sap, estic per retirám del tot de aquí y, tenín entre atres coses que enténdrem en los borgoñóns, homes engañadós, no sé a quí podría dixá mes apropiat que vosté per a rescatá de ells los meus bens; y per naixó, com vosté ara mateix no está fen res, si vol ocupás de aixó li conseguiré lo favor de la corte y li donaré aquella part del que rescato que sigue convenién.
Lo siñó Cepparello, que se veíe desocupat y mal provit de bens y veíe que sen anabe qui lo seu sostén y auxilio habíe sigut durán mol tems, sense pensássu gens y com espentat per la nessessidat se va dessidí, y va di que volíe féu de bona gana. Per lo que, ficats de acuerdo, ressibits per lo siñó Ciappelletto los podérs y les cartes credensials del rey, sen va aná cap a la Borgoña aon casi dingú lo coneixíe: y allí, de modo extrañ a la seua naturalesa, de bones y en tranquilidat va escomensá a rescatá y fé alló a lo que habíe anat, com si se reservare la ira per al final. Y fénu aixina, hospedánse a casa de dos germáns florentíns prestamistes que féen préstamos en ussura y per amor a micer Musciatto lo honraben mol, va passá que se va ficá dolén, en lo que los dos germáns van fé vindre meches y criats per a que lo servigueren en consevol cosa nessessária per a recuperá la salut.
Pero tota ajuda ere en vano perque lo bon home, que ere ya agüelet y habíe viscut desordenadamen, segóns díen los dotós anabe cada día de mal a pijó com qui té un mal roín; los dos germáns mol se dolíen y un día, mol prop de la alcoba a la que lo siñó Ciappelletto estae patín, van escomensá a enraoná entre ells.
- ¿Qué farém en este? - li diebe la un al atre- . Estém per culpa seua en una situassió péssima perque fótrel fora de la casa nostra tan dolén mos portaríe gran deshonra, y siríe un signo manifest de poc juissi. Voríe la gen que primé lo habíem ressibit y después fet serví y ara medicá, sense que haygue fet res que puguere oféndremos, fótrel fora de casa nostra tan de repén, y dolén de mort. Per un atra part, ha sigut un home tan calavera que no voldrá confesás ni ressibí cap sacramén de la iglesia y, com morirá sense confessió, a cap iglesia voldrán ressibí lo seu cos y sirá aviát a les fósses com un gos. Y si per lo contrari se confesse, los seus pecats són tans y tan horribles que no ne ñaurá de pareguts y cap flare o móssen voldrá ni podrá absóldrel; per lo que, sense perdó de Déu, sirá tamé aviát a les fósses com un goz. Y si aixó passe, lo poble de esta terra, tan per lo nostre ofissi, que los pareix poc bo perque tot lo tems passen maldiénlo, com per lo dessich que té de robámos, veénu, se amotinará y cridará: «Estos gossos lombardos als que la iglesia no vol ressibí no se poden aguantá mes», y correrán en busca de les nostres arques y potsé no sol mos róbon los dinés sino que igual mos trauen la vida; per lo que de tota manera estém fututs si éste se mor.
Lo siñó Ciappelletto, que, estabe prop de aon éstos parláben, com teníe encara bon oít, com la mayoría de les vegades los passe als doléns, va sentí lo que estaben dién y los va fé cridá y los va di:
- No vull que tingáu temó per mí ni tinguéu po de ressibí per la meua caussa algún mal; hay sentit lo que hau estat parlán de mí y estic convensut de que passaríe com diéu si aixina com pensáu anáren les coses; pero anirán de un atra manera. Hay fet, vivín, tantes injúries al Siñó Déu que per féni una mes a la hora de la mort poc se portará. Y per naixó, procuréu fé vindre un flare tan san com lo trobéu y dixéume fé, que yo arreglaré los vostres assuntos y los meus de tal manera que resulton be y estigáu conténs.
Los dos germáns, encara que no teníen massa esperanses, no van dixá de aná a un convén de flares y van demaná que algún home san y sabio escoltare la confessió de un lombardo que estabe dolén a casa seua; y los va sé donat un flare agüelo de santa y bona vida, y gran mestre de la escritura y home mol venerable, a qui tots los siudadáns teníen en grandíssima y espessial devosió y estima, y lo van portá en ells. Lo flare, arribat a la cámara aon lo siñó Ciappelletto estabe, y assentánse a la seua vora, va escomensá primé a confortál y li va preguntá después que cuán tems fée que no se habíe confessat. A lo que lo siñó Ciappelletto, que may se habíe confessat, va contestá:
- Pare meu, la meua costum es de confessám totes les semanes al menos una vegada; y bastantes vegades me confesso mes assubín; y la verdat es que, desde que m´hay ficat dolén, que són ya casi vuit díes, no me hay confessat, tan es lo malestá que en la enfermedat hay tingut.
Va di entonses lo flare:

- Fill meu, be has fet, y aixina tens que fé de ara en abán; y vech que si tan assubín te confésses, poca faena tindré de escoltát y preguntát.
Va di lo siñó Ciappelletto:

- Siñó retó, no diguéu aixó; yo no me hay confessat may tantes vegades ni en tanta frecuénsia que no vullguera fé sempre confessió general de tots los pecats que puguera recordá desde lo día en que vach náixe hasta lo que me hayga confessat; y per naixó tos rogo, bon pare, que me preguntéu de totes les coses com si may me haguéreu confessat, y no tinguéu compassió perque estiga dolén, que mes vull disgustá an estes carns meues que, excusánles, fé cap cosa que puguere resultá en la perdissió de la meua alma, que lo meu Salvadó va rescatá en la seua pressiosa sang.
Estes paraules van agradá mol al flare y li van pareixe siñal de una men ben amoblada; y después que lo siñó Ciappelletto habíe alabat mol esta práctica, va escomensá a preguntáli si habíe pecat alguna vegada de lujuria en alguna dona. A lo que lo siñó Ciappelletto va contestá suspirán:
- Pare, me fa vergoña di la verdat tenín temó de pecá de vanagloria.
A lo que lo san flare va di:

- Dísla en tranquilidat, que per di la verdat ni a la confessió ni a cap atre cas may se ha pecat.
Va di entonses lo siñó Ciappelletto:

- Ya que u voléu aixina, tos u diré: soc tan virgen com vach eixí del cos de la meua mare.

- ¡Oh, que Déu te beneíxque! - va di lo flare- , ¡qué be has fet! Y al féu has tingut tan mérit perque, si hagueres vullgut, teníes mes libertat de fé lo contrari que tením natros y tots los atres que están tancats detrás de alguna regla y reixa.

Y después li va preguntá si habíe desagradat a Déu en lo pecat de la gula. A lo que, suspirán mol, lo siñó Ciappelletto va contestá que sí y moltes vegades; perque, ademés del dijú de la cuaresma que les persones devotes fan durán lo añ, totes les semanes teníe la costum de minjá només pá y beure aigua al menos tres díes, y se habíe begut l'aigua en tan gust (espessialmen cuan no habíe pogut resá o aná en peregrinassió) com los grans bebedós se béuen lo vi. Y moltes vegades habíe dessichat minjás l´ensiám de herbetes que fan les dones cuan van al campo, y algunes vegades li habíe paregut milló minjá que fé dijú. A lo que lo flare va di:
- Fill meu, estos pecats són naturals y són leves, y per naixó no vull que te carrégos la consiénsia mes del nessessari. A tots los homes los passe que los pareix bo minjá después de fé dijú durán un tems, y, después de cansás, beure.

- ¡Oh! - va di lo siñó Ciappelletto- , pare meu, no me diguéu aixó per a reconfortám; be sabéu que yo sé que les coses que se fan en servissi de Déu tenen que fes llimpiamen y sense cap taca al ánimo: y qui u fa de un atra manera, péque.

Lo flare, contentíssim, va di:

- Y yo estic contén de que aixina u entengues, y mol m´agrade la teua pura y bona consiénsia. Pero dísme, ¿has pecat de avaríssia dessichán mes del convenién y volén tindre mes de lo que s´ha de tindre?
A lo que lo siñó Ciappelletto va di:
- Pare meu, no voldría que sospecháreu de mí perque estic a casa de estos ussureros: yo no pinto res aquí, sol había vingut en la intensió de amonestáls y empéndrels y arrancáls de este abominable ofissi; y crec que u hauría pogut fé si Déu no me haguere visitat de esta manera. Pero hau de sabé que mon pare me va dixá ric, y de los seus bens, cuan ell va morí, ne vach doná una gran part a Déu; y después, per a sustentá la meua vida y podé ajudá als pobres de Cristo, hay fet los meus negossiets y hay dessichat tindre ganánsies de ells, y sempre en los pobres de Déu lo que hay guañat u hay partit a miges, dedicán la meua mitat a les meues nessessidats, y donánlos an ells l’atra mitat; y en aixó me ha ajudat tan be lo meu Creadó que sempre de be a milló han anat los meus negossis.
- Has fet be - va di lo flare- , pero ¿en cuánta frecuénsia te has dixat portá per la ira?

- ¡Oh! - va di lo siñó Ciappelletto- , aixó tos dic que moltes vegades u hay fet. ¿Y quí podríe aguantás veén tot lo día als homes fen coses brutes y asqueroses, no observá los mandamientos de Déu, y no tindre temó al seu juissi? Han sigut moltes vegades al día los que hay vullgut está milló mort que viu al vore als joves aná detrás de les vanidats y sentínlos jurá y perjurá, aná a les tasques o tabernes, no visitá les iglesies y seguí mes les víes del món que les de Déu.
Va di entonses lo flare:
- Fill meu, esta es una ira bona y yo per lo que a mí respecte no sabría imposat per nella cap peniténsia. Pero ¿auncás no te haurá pogut portá la ira a cométre algún homissidi o a insultá an algú o a fé algún atre despressio?
A lo que lo siñó Ciappelletto va contestá:

- ¡Ay, siñó!, vos que me pareixéu home de Déu, ¿cóm diéu estes paraules? Si yo haguera pogut tindre encara que fore un pensamén de fé alguna de estes coses, ¿creéu que Déu me hauríe aguantat tan? Aixó són coses que fan los assessinos y los criminals, de los que, sempre que n´hay vist an algún, hay dit sempre: «Ves en Déu a que te convertixgue».

Entonses va di lo flare:
- Ara dísme, fill meu, que beneít sigues per Déu, ¿alguna vegada has dit fals testimoni contra algú, o dit mal de algú o agarrát an algú coses sense consentimén del seu amo?

- Sí, siñó - va contestá lo siñó Ciappelletto - hay dit mal de atres, perque vach tindre un veí tan cafre que en la rabia mes gran del món no fée mes que apalissá a la seua dona tan que una vegada vach parlá mal de ell als paréns de la dona. Tanta pena vach sentí per aquella pobreta, a la que ell, cada vegada que habíe trascolat massa, la assuriacabe com només Déu u sap.
Va di entonses lo flare:
- Ara be, tú me has dit que has sigut negossián: ¿Has engañat alguna vegada an algú com fan tots los mercadés?

- Per la meua fe - va di lo siñó Ciappelletto- , siñó, sí, pero no sé quí eren: habénme donat uns dinés que me debíen per roba que los había venut, yo los vach ficá a un cofre sense contáls, y vach vore después de un mes que eren cuatre reals mes del que tocabe, per lo que, no habénlos tornat a vore y habénlos conservat un añ per a tornálsi, los vach doná per amor a Déu.
Va di lo flare:

- Aixó va sé poca cosa y vas fé be.
Y después de aixó li va preguntá lo san flare sobre moltes atres coses, a les que va doná resposta de la mateixa manera. Y volén ell prossedí ya a la absolusió, va di lo siñó Ciappelletto:

- Siñó meu, ting encara algún pecat que no tos hay contát.
Lo flare li va preguntá quin, y va di:
- Men enrecordo que vach fé al meu criat, un dissapte después de nona, agraná la casa y no va tindre al san día del domenge la recompensa que debíe.

- ¡Oh! - va di lo flare- , fill meu, aixó es poca cosa.

- No - va di lo siñó Ciappelletto - , que lo domenge mol ña que honrá perque en un día aixina va ressusitá de la mort a la vida nostre Siñó.
Va di entonses lo flare:

- ¿Alguna cosa mes has fet?

- Siñó meu, sí - va contestá lo siñó Ciappelletto- , que yo, no donánmen cuenta, vach escupiñá una vegada a dins de la iglesia de Déu.
Lo flare se va ficá a riure, y va di:
- Fill meu, éissa no es cosa de preocupassió: natros, que som religiosos, tot lo día escupiñém an ella.
Va di entonses lo siñó Ciappelletto:

- Y féu una gran canallada, perque res convé tindre tan limpio com lo san templo, al que se rendíx sacrifissi a Déu.
Y de tals fets ne va di mols, y per a acabá va escomensá a suspirá y a plorá mol, com be u sabíe fé vore cuan volíe. Va di lo san flare:

- Fill meu, ¿qué te passe?
Va contestá lo siñó Ciappelletto:

- ¡Ay, siñó! Que me ha quedat un pecat del que may me hay confessat, tan gran vergoña me done contál, y cada vegada que lo recordo ploro com veéu, y me pareix mol sert que Déu may tindrá misericórdia de mí per neste pecat.
Entonses lo san flare va di:
- ¡Bah, fill! ¿Qué estás dién? Si tots los pecats que han fet tots los homes del món, y que farán tots los homes mentres lo món duro, siguéren tots de un home sol, y éste estiguere arrepentit y apenat com te vech, tanta es la benignidat y la misericórdia de Déu que, confessánse, los hi perdonaríe; aixina que díslo en confiansa.
Va di entonses lo siñó Ciappelletto, encara plorán mol:

- ¡Ay, pare meu! lo meu es un pecat massa gros, y apenes puc creure, si les vostres plegáries no me ajúden, que puga sé per Déu perdonát.
A lo que li va di lo flare:

- Díslo en confiansa, que yo te prometixgo demanáli a Déu per tú.
Pero lo siñó Ciappelletto plorabe y no u diebe y lo flare venga animál a díu. Después de plorá un bon rato y tindre al flare entretengut, va soltá un gran suspiro y va di:
- Pare meu, ya que me prometix rogá a Déu per mí, tos u diré: sabéu que, cuan era minudet, vach despotricá una vegada de ma mare.
Y dit aixó, va torná a plorá encara mes fort. Va di lo flare:

- ¡Ah, fill meu! ¿Y aixó te pareix tan gran pecat? Oh, los homes blasfemám contra Déu tot lo día y si ell perdone de bon grado a qui se arrepentíx de habé blasfemat, ¿no creus que te perdonará aixó? No ploros, consólat, que segú que encara que hagueres sigut un dels que lo van enclavá a la creu, tenín la contricsió que te vech, Ell te perdonaríe.
Va di entonses lo siñó Ciappelletto:

- ¡Ay, pare meu! ¿Qué diéu? La dolsa mare meua que me va portá al seu cos nou mesos día y nit, y me va sostindre en brassos mes de mil vegades. ¡Mol mal vach fé en oféndrela, y es un pecat mol gros; y si no reséu a Déu per mí, este pecat no me sirá perdonát!
Veén lo flare que res li quedabe per di al siñó Ciappelletto, li va doná la absolusió y la seua bendissió tenínlo per home santíssim, perque del tot se creíe lo que lo siñó Ciappelletto li habíe dit: ¿y quí no su haguere cregut veén a un home en perill de mort confessánse? Y después de tot aixó, li va di:

- Siñó Ciappelletto, en la ajuda de Déu estaréu pronte sano; pero si passare que Déu cridare a la vostra beneita alma, ¿tos agradaríe que lo vostre cos fore sepultat al nostre convén?
A lo que lo siñó Ciappelletto va contestá:

- Siñó, sí, no voldría está a datre puesto, ya que vos me hau prometut rogá a Déu per mí, ademés de que yo hay tingut sempre una espessial devosió per la vostra orden; y per naixó tos rogo que, en cuan estiguéu al vostre convén, féu que vingue a mí aquell verdadé cos de Cristo que vos per lo matí consagréu al altá, perque encara que no siga digne, voldría combregá en la vostra llisénsia, y después la santa y radera unsió per a que, ya que hay viscut com a pecadó, al menos móriga com a cristiano.
Lo san home va di que mol li agradabe y ell diebe be, y que faríe que lay portáren enseguida; y aixina va sé.

Los dos germáns, que teníen molta temó de que lo siñó Ciappelletto los engañare, se habíen ficat en la orella apegada a un tabique que separabe la alcoba aon lo siñó Ciappelletto estabe de un atra y, escoltán, fássilmen sentíen y enteníen lo que lo siñó Ciappelletto al flare li diebe; y sentíen algunes vegades tantes ganes de enríuressen, al sentí les coses que li confessabe habé fet, que casi petáen de rissa, y se díen un al atre: ¿quin home es éste, al que ni la vellesa ni la enfermedat ni la temó de la mort que veu tan prop, ni de Déu, de qui lo juissi espere tindre de aquí poc, han pogut apartál de la seua maldat? Pero veén que habíe dit que sí, que ressibiríe la sepultura a la iglesia, de res mes se van preocupá. Lo siñó Ciappelletto va combregá poc después y, empijorán sense reméi, va ressibí la radera unsió; y poc después de la baixada del sol, lo mateix día que habíe fet la seua bona confessió, se va morí. Per lo que los dos germáns van prepará lo cos per a que fore honradamen sepultat y enviál al convén, y van avisá que vinguéren per la nit a velál segóns ere la costum. Lo san flare que lo habíe confessat, al sentí que habíe finát, va aná a buscá al prior del convén, y habén fet tocá a capítul, als flares reunits los va contá que lo siñó Ciappelletto habíe sigut un home san segóns ell u habíe pogut enténdre de la seua confessió; y esperán que per nell Déu mostrare mols milagres, los va convénse de que en grandíssima reverénsia y devosió ressibiguéren aquell cos. En aixó lo prior y los flares, creénsu tot, van está de acuerdo: y per la nit, anán tots allí aon descansabe lo cos del siñó Ciappelletto, li van fé un gran y solemne velatori, y pel matí, vestits tots en albes y capes, en los llibres a la má y les creus dabán, cantán, van aná a per este cos y en grandíssima festa y solemnidat sel van portá a la seua iglesia, seguínlos tota la siudat, homes y dones; y, habénlo ficat a la iglesia, puján al púlpito, lo san flare que lo habíe confessat va escomensá sobre ell y la seua vida, sobre los seus dijús, la seua virginidat, la seua simplissidat y la inossénsia y santidat, a predicá maravilloses coses, entre atres contán lo que lo siñó Ciappelletto teníe com lo seu pecat mes gros, y plorán li habíe confessat, y cóm ell apenes li habíe pogut ficá al cap que Déu lay perdonaríe. Después se va girá a empéndre al poble que lo escoltabe, dién:
- Y vatros, fugíts de Déu, per consevol palla a la que entropesséu, blasfemáu, y tos caguéu en la mare de Déu y en tota la corte selestial.
Y ademés de estes, moltes atres coses va di sobre la seua lealtat y la seua puresa, y en les seues paraules, a les que la gen de la comarca donaben completa fe, hasta tal pun lo va ficá al cap de tots los que allí estaben que, después de acabat lo ofissi, entre los mes grans apretóns del món tots van aná a besáli los peus y les máns, y li van esgarrá tota la roba que portabe damún, tenínse per benaventurat qui al menos una mica de ella va pugué agarrá:
y tot lo día va sé conservat aixina, per a que per tots puguere sé vist y visitat. Per la nit, en una urna de mármol va sé sepultat en honor a una capella, y al día siguién ya va escomensá la gen a aná allí y a enséndre veles y sírios y a venerál, y a fé promeses y a penjá exvotos de sera segóns la promesa feta. Y tan va creixe la fama de la seua santidat y la devosió que se li teníe que no ñabíe dingú que contra alguna desgrássia faiguere promeses a datre san, y lo van cridá y lo criden San Ciappelletto, y afirmen que Déu ha mostrat mols milagres per nell y los amostre encara. Aixina pos, va viure y va morí lo siñó Cepparello de Prato y va arribá a sé san, com hau sentit; y no vull negá que sigue un benaventurat a la presénsia de Déu perque, encara que la seua vida va sé criminal y malvada, va pugué fé al final un acto de contricsió de manera que Déu va tindre misericórdia de ell y lo va ressibí al seu reino; pero com aixó es una cosa amagada, raóno sobre lo que es aparén y dic que mes segú es que estigue condenat entre les máns del dimoni que al paraísso. Y si aixina es, grandíssima ham de reconéixe que es la benignidat de Déu, que no mire los nostres fallos sino la puresa de la fe, y al péndre natros de consiliadó a un enemic seu, creénlo amic, mos escolte, com si an algú verdaderamen san acudiguérem com a consiliadó de la seua grássia. Y per naixó, per a que per la seua grássia a la adversidat presén y en esta compañía tan alegre mos conservém sanos, alabán lo seu nom en lo que la ham escomensat, an ell acudirém en les nostres nessessidats, seguríssims de sé escoltats.