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lunes, 25 de noviembre de 2019

Juramén de la burguesía de Osca a Ramón Berenguer IV

Juramén de la burguesía de Osca al regén Ramón Berenguer IV. A cap puesto lo nomenen rey pos tal títul passará de son sogre a son fill Alfonso II a través de Petronila, de la Casa Real de Aragó.
Antonio Ubieto Arteta.; Qué fue la Corona de Aragón, 1977.

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Todavía en el mes de agosto de 1137 Ramón Berenguer IV comenzó a recorrer todas las tierras aragonesas para recibir el juramento de sus nuevos súbditos. Se conocen las listas de los juradores de muchas poblaciones del Alto Aragón y el texto del juramento de los burgueses de Huesca, que traducido del latín dice así:
"Juro yo .. a ti Ramón Berenguer, conde barcelonés, que desde esta hora en adelante te seré fiel, de tu vida y de tu cuerpo y de todos los miembros que hay en tu cuerpo, con fe y sin engaño. Y te seré fiel de la ciudad de Huesca y de todo el reino aragonés; que ni yo te lo quite ni te lo quite hombre o mujer por mi consejo o asentimiento; y te seré fiel colaborador contra todos los hombres y mujeres por fe y sin engaño, salvada la fidelidad al rey Ramiro y a su hija".


Juramén de la burguesía de Osca a Ramón Berenguer IV

miércoles, 2 de diciembre de 2020

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA DÉSSIMA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA DÉSSIMA.

Dos sienesos volen a una dona comare de un dells. Mor lo compare y torne a visitá al compañ, segóns la promesa y juramén que se habíen fet, y li conte cóm se está al atre món.

Dos sienesos volen a una dona comare de un dells. Mor lo compare y torne a visitá al compañ, segóns la promesa y juramén que se habíen fet, y li conte cóm se está al atre món.

Quedabe sol lo rey per novelá, y después de vore a les siñores calmades (que se dolíen de la perera escamochada, que no habíe tingut cap culpa), va escomensá:
Manifestíssima cosa es que tot just rey té que sé primé guardadó de les leys fetes per nell, y si datra cosa fa, com a criat digne de cástic y no com a rey té que jusgás. Y yo, que vostre soc lo vostre rey, com estic obligat per fuero, me toque caure a la vostra justíssia. Ahír vach doná yo orde y manamén de que los nostres raonaméns de avui, en intensió de no voldre fé aná lo meu privilegi, y raoná sobre alló que tots hau raonat; pero no sol ha sigut contat tot alló sobre lo que yo creía que parlaría, sino que han sigut dites tantes coses millós, que yo, en cuan a mí, per mol que a la memória busca, recordá no puc ni sé que sobre la materia algo puga di que pugue comparás a les históries ya contades. Y per naixó, debén contravíndre a la ley per mí mateix donada, com soc digne de cástic, a tota reparassió que me sigue ordenada me declaro aparellat, y al meu acostumat privilegi tornaré. Tos dic que la história dita per Elisa sobre lo compare y la comare, y tamé la idiotés dels sienesos, tenen tanta forsa, caríssimes siñores que, dixán les burles que a los seus homens nessios fan les dones discretes, me porten a contátos una historieta sobre ells, que, encara que en sí tingue mol de lo que no té que créures, no menos sirá en part plassentera de escoltá.

Va ñabé, pos, a Siena, dos jovens de poble, la un se díe Tingoccio Mini y lo atre Meuccio de Tura; y casi may estaben la un sense lo atre, y per lo que pareixíe se volíen mol.
Y anán, com van los hómens, a la iglesia y als sermóns, moltes vegades habíen sentit la glória y la miséria que a les almes o ánimes dels que moríen ere segóns los seus mérits, consedida al atre món; dessichán sabé algo segú de estes coses, y no trobán lo modo, se van prometre la un al atre que lo que primé de ells se moriguere, al que quedare viu tornaríe si podíe y li donaríe notíssia de lo que volíen sabé; y aixó u van confirmá en juramén dabán los cuatre evangelis. Habénse fet esta promesa y continuán juns, com se ha dit, va passá que Tingoccio va emparentá com a compare en un tal Ambruoggio Anselmini, que estabe a Camporeggi. Este teníe un fill de la seua dona, de nom doña Mita. Tingoccio, jun en Meuccio visitán alguna vegada an esta comare seua, que ere una majíssima y atractiva dona, no obstán lo sé compares se va enamorá de ella; y Meuccio igualmen, de tan sentíla alabá per Tingoccio, se va encaprichá de ella. Y en este amor la un se amagabe del atre, pero no per la mateixa raó: Tingoccio se guardabe de descubrílay a Meuccio per la maldat que an ell mateix li pareixíe que ere lo vóldre a la seua comare, y se hauríe avergoñit de que algú u sapiquere. Meuccio no se guardabe per naixó, sino perque ya sen habíe acatat de que li agradáe a Tingoccio, per lo que se díe:
«Si yo li descubrixgo aixó, pendrá sels de mí, y puguenli parlá tan com vol, com a compare de ella, en lo que pugue la fará odiám, y aixina may res de lo que vull obtindré de ella». Ara, va passá que Tingoccio, al que li ere mes fássil pugué obríli a la dona tots los seus dessichos, tan va sabé fé en actes y en paraules que va conseguí de ella lo seu gust; de lo que Meuccio be que sen va acatá, y encara que mol li desagradare, sin embargo, esperán alguna vegada arribá al objecte del seu dessich, per a que Tingoccio no tinguere manera ni ocasió de estorbá o impedí algún assunto seu, fée vore que no sabíe res. Va passá que, trobán Tingoccio a les terres de la comare lo terreno blan, perque ñabíen aiguamolls, tan va llaurá y cavá que li va víndre una enfermedat per la humitat, y esta después de uns díes se va agravá tan que va passá a neumonía, y no podén soportála, sen va aná al atre món. Y ya difún, tres díes después, que potsé primé no habíe pogut, va torná, segóns la promesa feta, una nit a la alcoba de Meuccio, que dormíe com un soc, y lo va cridá. Meuccio, despertánse assustat, va di: - ¿Quí eres tú?

A lo que va contestá:

- Soc Tingoccio que, segóns la promesa que te vach fé, hay tornat a donát notíssies del atre món. Se va espantá Meuccio al vórel, pero tranquilisánse después va di: - ¡Sigues benvingut, germá meu!

Y después li va preguntá si se habíe perdut; a lo que Tingoccio va contestá: - Perdudes están les coses que no se troben: ¿cóm hay de está yo perdut si estic aquí dabán de tú?

- ¡Ah! - va di Meuccio- , yo no vull dí aixó: te pregunto si estás entre les ánimes condenades al foc etern del infern.

A lo que Tingoccio va contestá:

- Assó no, pero sí que estic, per los pecats cometuts per mí, en penes gravíssimes y mol angustioses. Li va preguntá entonses Meuccio particularmen a Tingoccio quines penes se donaben allá per cada un de los pecats que aquí se fan; y Tingoccio les hi va dí totes. Después li va preguntá Meuccio si ell podíe an este món fé per nell alguna cosa; a lo que Tingoccio li va contestá que sí, y ere que faiguere cantá misses, resá orassións y doná almoynes, perque estes coses mol ajuden als de allá de allá. A lo que Meuccio va di que u faríe de bona gana; y separánse Tingoccio de ell, Meuccio sen va enrecordá de la comare, y eixecán una mica lo cap, va di:

- Ara que men enrecordo, Tingoccio: ¿per la comare en la que te gitabes cuan estabes aquí, quína pena te han donat allá dal?

A lo que Tingoccio va contestá.

- Germá meu, cuan vach arribá allá dal, ñabíe un que pareixíe coneixe tots los meus pecats, y sels sabíe de memória. Este me va maná que aniguera an aquell puesto (aon vach plorá en gran pena les meues culpes), aon vach trobá a mols amics condenats a la mateixa pena que yo; y están yo entre ells, y enrecordánmen de lo que había fet en la comare, y esperán per naixó una pena mol mes gran de la que me habíe sigut dada, encara que estiguera al mich de una gran foguera mol ardén, com si fore de lleña de melis, tremolaba de paó. Veén aixó un que ñabíe al meu costat, me va di: «¿Qué tens mes que los demés que aquí están que tremoles están al foc?». «¡Oh! - vach di yo- , amic meu, ting gran po del juissi que espero de un gran pecat que hay fet.» Aquell me va preguntá entonses quín pecat ere aquell; y li vach di: «lo pecat va sé tal, que me tombaba a una comare meua: y tan me vach girá y tombá que me vach despellotá». Y ell entonses, burlánse de alló, me va di: «Ala, tontet, no tingues temó, que aquí no se porte cap cuenta de les comares», lo que sentínu yo, me vach tranquilisá.

Y dit aixó, arrimánse lo día, va di:

- Meuccio, quédat en Deu, que yo no puc quedám mes tems en tú - y de repén se va esfumá. Meuccio, habén sentit que cap cuenta se portabe de les comares, va escomensá a fé burla de la seua castidat, pos ya ne habíe dixat passá unes cuantes; per lo que, abandonán la seua ignoránsia, en alló mes abán va sé sabut. Estes coses, si fray Rinaldo les haguere sabut, no hauríe tingut cap nessessidat de empleá silogismos cuan va persuadí a fé lo seu gust a la seua bona comare.
Estabe Céfiro sén alsat per lo sol que al ponén se arrimabe cuan lo rey, acabada la seua história y no quedánli res per di, traénse la corona del cap, al cap de Laureta la va ficá, dién:

- Siñora, tos corono reina de la nostra compañía; alló que de ara en abán cregáu que sirá plaé y consol de tots, com a Siñora manaréu -. Y se va torná a assentás. Laureta, feta reina, va fé cridá al senescal, al que li va maná que se pararen les taules an aquella valleta una mica abans de lo acostumat, per a que después en tems se puguere torná a la casa; y después, lo que teníe que fé mentres durare lo seu gobern, li va explicá. Después, dirigínse a la compañía, va di:

- Dioneo va voldre ahí que avui se parlare de les burles que les dones fan als seus marits u hómens; y si no fore que yo no vull mostrá sé de casta de gos gruñidó, que incontinenti vol vengás, manaría yo que demá se raonare sobre les burles que los hómens fan a les seues dones. Pero dixán aixó, dic que cadaú penso en contá burles de eixes que tots los díes o la dona al home o lo home a la dona, o un home a un atre home se fan. Y dit aixó, ficánse de peu, hasta la hora del sopá va doná lissensia a la compañía. Eixecánse, pos, les siñores y los hómens, algúns de ells, descalsos, van caminá per l´aigua clara y atres entre los drets ábres del prat se anaben entretenín. Dioneo y Fiameta un bon rato van cantá juns sobre Arcita y Palemón; y aixina van passá lo tems hasta la hora de la sena. A la vora de les taules, un milená de muixóns cantáen, y lo airet fresquet que baixabe de aquelles montañetes espantáe les mosques y mosquits, aixina que van sopá en molta alegría y ben tranquils. Y alsats los mantels, después de fé una volta per aquella valleta, están lo sol encara alt pero anán de baixada, cuan va voldre la reina, cap a la seua acostumada morada a pas lento se van adressá, bromeján y charrán de mil coses, tan de les que durán lo día se habíe parlat com de atres. Van arribá a la villa al tardet, y allí van beure vins fresquíssims y van minjá dolsaines y pastes, descansán de la curta caminata, y al voltán de la fon van ballá, unes vegades al só de la cornamusa de Tíndaro y atres cantán caroles y romanses. La reina li va maná a Filomena que cantare una cansó, que díe aixina.

¡Ay de la meua infelís vida!

¿Alguna vegada podría torná

al lloch del que vach sé desposeída?

No estic segura, y es tan ardén

lo afán del meu pit

per torná aon viure solía,

oh lo meu be, oh únic descáns,

que me té maltratada.

¡Ah, disme tú, que no preguntaría

a datre, ni sabría!

Ah, siñó meu, fésmu esperá,

que es lo consol de la meua alma afligida.

No sé be repetí cuán va sé lo plaé

que me té inflamada

sense pugué descansá nit ni día,

perque lo sentí, lo escoltá y lo vore,

en forsa desusada,

cada un a la seua foguera me enseníe,

aon cremo encara:

y sol tú me pots animá

y tornám la virtut perduda.

¡Ah, disme tú si passará algún día

que te troba potsé

aon los ulls que causen lo meu dol;

dísmu, be volgut, dolsa alma meua,

disme cuán vindrás,

que al di «Pronte» ya me dones consol;

passe lo tems en un vol

que hay de esperát, y llarg sigue la teua estada,

per a curám, que es gran la ferida!

Si passare que alguna vegada te tinga

no sé si siré tan loca

com antes vach sé y te dixaré anáten,

te retindré, y que vingue lo que vingue,

pos de la dolsa boca

lo meu dessich se té que be nutrí;

només vull di;

aixina, víne pronte, víne ya a abrasám,

que en sol pensáu la cansó cobre vida.

En esta cansó tota la compañía va pensá que un nou amor assediabe a Filomena; y com per les seues paraules pareixíe que sol ne habíe probat de ell en la vista, tenínla per mol felís, enveja li van tíndre algúns de los que allí estaben. Pero después de acabá la cansó, enrecordánsen la reina de que en son demá ere diviandres, aixina los va di:
- Sabéu, nobilíssimes siñores, y vatros jovens, que demá es lo día consagrat a la passió de nostre Siñó, lo que, si be ton enrecordáe, devotamen vam selebrá sén reina Neifile; y les entretingudes narrassións vam suspendre; y lo mateix vam fé lo dissapte siguién. Per lo que, volén seguí lo bon ejemple donat per Neifile, crec que honesta cosa sirá que demá y después demá, mos abstinguem del nostre novelá, portán a la memória lo que en tals díes per a la salvassió de les nostres almes va passá. Tots van está de acuerdo, y habén ya passat un bon tros de la nit, la reina los va doná lisénsia y tots sen van aná a descansá.

ACABE LA SÉPTIMA JORNADA.

sábado, 24 de noviembre de 2018

Dicsionari chapurriau castellá, J

(A Valchunquera y La Fresneda se sol pronunsiá CH, com la G)

ja, sol se fa aná per a escriure la rissa, en chapurriau es YA
ja (risa); ya
jabalí, jabalins; jabalina, jabalines jabalí, jabalíes
jactabe (se) jactaba (se)
jactám (vore jactás) jactarme
jactás, alardejá, vanagloriás, pressiás, fanfarronejá, pressumí, ufanás, pavonejás, engreís, farolejá, gallardejá, alabás, ostentá jactarse, alardear, vanagloriarse, preciarse, fanfarronear, presumir, ufanarse, pavonearse, engreírse, farolear, gallardear, alabarse, ostentar
jacuzzi, yacussi jacuzzi
jalá, minjá, fartás, empapussá jalar, comer, hartarse, empapuzar
jaleá, alentá, animá, aplaudí, elogiá, espolejá, exhortá jalear, alentar, animar, aplaudir, elogiar, espolear, exhortar
jaleám jalearme
jamacuco, jamacucos jamacuco, jamacucos
Jamba - Dit mestre aja de fundar quatre pilastres y jambes, ço es donant... dos palms a cada jamba – Cada una de les dos parts laterals verticals que están a una porta. del fr. jambe, ‘cama’. jamba
japonés japonés
japonesos japonesos
jaque, jaques, amenassa, perill, avís, alerta, jugada de ajedrez (escacs) jaque, jaques, amenaza, peligro, aviso, alerta, lance, jugada
jaqueca, jaqueques, mal de cap jaqueca, jaquecas, dolor de cabeza
jaquesos, jaqueses, de Jaca jaqueses, jaquesas, de Jaca
jaqueta, jaquetes chaqueta, chaquetas, chupa, chupas, cazadora, cazadoras
jaqueteta, jaquetetes chaquetilla, chaquetillas
jarabe, jarabes jarabe, jarabes
jardí jardín
jardiné jardinero
jardinera, jardineres jardinera, jardineras
jardinería jardinería
jardinet, jardinets jardincito, jardincitos
jardins jardines
jarra, jarres (vore engerra) jarra, jarras
jarres jarras
jarretes, garretes de un animal, com lo cordé jarretes
jarrón, jarrons jarrón, jarrones
jauja jauja
jauleta, jauletes, gabieta, gabietes jaulita, jaulitas
jefa, jefes jefa, jefas
jefe, jefes, amo, amos jefe, jefes
jerárquic jerárquico
jerigonsa, follón, guirigay, galimatíes, embolic, enredo, algarabía, caos galimatías, jerigonza, embrollo, enredo, algarabía, caos, follón, guirigay
jeringuilla, jiringuilla, jeringuilles, jiringuilles, les fa aná mol lo practicán jeringuilla, jeringuillas
jinete, jinetes, lo que monte un caball jinete, jinetes
joc juego
jocs juegos
jónec, bou jove mol gort, casi com Juaquinico Monclús de la Ascuma toro joven muy gordo
joqué, lloqué, puesto aon dormen les gallines y atres bichos de ploma / allí aon se ajoquen les lloques, cloques o gallines ponedores sitio donde duermen las gallinas
jornada, jornades jornada, jornadas
jornal, jornals jornal, jornales
jornalé, jornalés jornalero, jornaleros
jorobá jorobar
jorobán (g)
jorobat : cheput, geput o jeput; jorobada: gepuda, jepuda, chepuda.
jorobando
jorobado, chepudo, jorobada, chepuda
jota, jotes jota, jotas : baile y canción
jou, jau, jous, jaus - instrumén de fusta que se fique al coll del parell de besties cuan se llaure. Lo vel que se fique als novios cuan se casen. yugo
jove - jovens, joves joven, jóvenes
jovenet, jovenets jovencito, jovencitos
joveneta, jovenetes jovencita, jovencitas
jovial jovial
joya, joyes joya, joyas
joyería joyería
jubilá, jubilás jubilar, jubilarse
jubilada, jubilades jubilada, jubiladas
jubilassió jubilación
jubilat, jubilats jubilado, jubilados
jubiléu, julibéu jubileo, júbilo, fiesta
jubón, jubons (roba) jubón, jubones (ropa)
juche, juches – setse juches mingen feche del penjat de un jusgat juez, jueces
judía, jueva judía
judissial judicial
jues, juez, juche juez, jueces
jueua, jueva, judía; jueves, judíes (pl.) judía (religión); judías


jugá, chugá – jugo, jugues, jugue, juguem o jugam, juguéu o jugáu, juguen – jugat, jugada – si yo jugara, jugares, jugare, jugarem, jugareu, jugaren  jugar
jugabe jugaba
jugada, jugades jugada, jugadas
jugadó, jugadós jugador, jugadores
jugáe, jugabe jugaba
jugáem, jugabem jugábamos
jugán (g) jugando
jugará jugará
jugare jugara, jugase
jugat, jugats jugado, jugados
jugue juega
juguen juegan
juguetería, jugueteríes juguetería, jugueterías
juissi, juissis juicio, juicios
juliol julio
julivert, Petroselinum (En alemán Petersilie) crispum, latín jolium viride. Juliverd – jolverd en ocsitá – A mon cusí Pedro Gil Guimerá li dic Julivert :) perejil
jun junto
junc, jung junco
juncs, jungs juncos
jungla, jungles jungla, junglas
junissen, juñissen, juñixen, ajunten ajuntan, juntan
juns juntos
juntá, ajuntá – ajunta la porta que entre aire!
O que se escape lo gat.
juntar, cerrar la puerta – cierra la puerta que entra aire ! O que se escapa el gato.
Junta, juntes junta, juntas
juntaben, ajuntaben juntaban
juntamén, jun en - ajuntamén junto con – ayuntamiento
juntán (g) ajuntán juntando
juns, ajuntats; yunta = jou o chou de dos animals per a llaurá juntos, ajuntados
jupa, jupes, chupa, chupes, cazadora, cassadora, cazadores, cassadores chaqueta, chaquetas, chupa, chupas, cazadora, cazadoras
jupeta chaquetita, chupa pequeña, chupita
jurá jurar
juráe, jurabe juraba
jurali jurarle
juramén, juramens Juramento, juramentos
jurán (g) jurando
jurats jurados
jurídic, juridics jurídico, jurídicos
jusgá juzgar
jusgabe juzgaba
jusgada, jusgat juzgada, juzgado
jusgál juzgarlo
jusgán (g) juzgando
jusgare juzgara, juzgase
jusgat juzgado
jusgat, jusgats juzgados
jusgo juzgo
jusguéu juzgáis
Just – No es lo mateix just que correcte. Si te fótego lo dit al cul entre just, pero no es lo correcte. Justo – No es lo mismo justo que correcto. Si te meto el dedo en el culo entra justo, pero no es lo correcto.
Justadó, combatién, luchadó justador, combatiente, luchador
justamen justamente
justán (g) – ajustán Justando – ajustando
justet justito
justeta justita
justificá justificar
justissia justicia
justíssima justísima
juvenil juvenil
juvenils juveniles
juventut juventud

jueves, 25 de febrero de 2021

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA QUINTA.

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA QUINTA.

Doña Dianora li demane a micer Ansaldo un jardí de giné tan majo com al mach; micer Ansaldo, comprometénse en un nigromante, lay done; lo home li consedix que faigue lo que vullgue micer Ansaldo, que, escoltada la generosidat del home, la libere de la promesa y lo nigromante, sense voldre res de lo seu, libere de la seua a micer Ansaldo.

Per tots los de la alegre compañía habíe sigut ya micer Gentile pujat al sel en sumes alabanses cuan lo rey li va maná a Emilia que continuare; ella, desenvoltamen, aixina va escomensá:

Blanes siñores, dingú dirá en raó que micer Gentile no va obrá en magnifissensia; pero di que no se pugue en mes potsé no demostro que se pot mes: lo que penso contátos en una noveleta meua.
Al Friuli, puesto alt, fret, pero mol adornat de majes montañes, mols rius y clares fons, ña una siudat que se diu Udine (Údine), a la que va viure una hermosa y noble Siñora de nom doña Dianora, casada en un gran home ric de nom Gilberto, mol amable y de bona índole; y va mereixe esta Siñora per lo seu valor sé mol volguda per un noble y gran baró que teníe per nom micer Ansaldo Gradense, home de alta condissió y en les armes y en la cortessía conegut a tot arreu. Este, volénla mol y fen tot lo que podíe pera sé volgut per nella, y assobín solissitánla en embaixades, en vano se esforsabe. Y sénli ya a la Siñora cansinesles solissituts del caballé, y veén que, encara que li negare tot lo que ell demanáe, ell no dixabe de insistí, va pensá que podríe tráuressel de damún demanánli algo extrañ y al seu juissi impossible; y a una dona que an ella acudíe moltes vegades de part dell, li va di un día aixó:

- Bona dona, tú me has afirmat moltes vegades que micer Ansaldo me vol sobre totes les coses y maravillosos dons me has oferit de part seua; regalos que vull que se quedo perque per naixó no hay de vóldrel. Si puguera está segura de que me vol tan com diéu, sense falta me entregaría an ell y faría lo que ell vullguere; y per naixó, si puguere assegurám de aixó en algo que li vach a demaná, estaría disposada a lo que me manare. Va di la bona dona: - ¿Qué es, Siñora, lo que voléu que faigue?

Va contestá la Siñora: - Lo que dessicho es aixó: vull tindre, al próxim mes de chiné, prop de esta siudat, un jardí ple de herbes verdes, flos y ábres frondosos, com si fore mach; aixó, si no u fa, que no envío ni a tú ni a dingú mes a parlám, si mes me solissite, tal com hasta ara u hay tingut amagat al meu home y als meus paréns, me queixaré an ells y ben pronte mel trauré de damún.

Lo caballé, escoltada la petissió de boca de la correvesydili, y la promesa de la seua Siñora, encara que li pareixíe algo mol difíssil, casi impossible de fé, y veén que per naixó li habíe demanat la dama alló, pera que abandonare tota esperansa, se va proposá, sin embargo, intentá fé tot lo que puguere, y per moltes parts del món va aná buscán a vore si trobabe algú que li donare ajuda o consell; y ne va trobá un que li va di, que si li pagabe be, li prometíe féu en arts nigromántiques. Micer Ansaldo, consertánu per una grandíssima cantidat de perres, va esperá lo tems que li habíe dit la Siñora. Vingut lo giné, en grans gelades, escarches y gebrades, neu, canalobres, broma y tot lo que correspón al crúo hivern, lo valerós home a un hermossíssim prat prop de la siudat en les seus arts va fé apareixe, lo primé matí de giné, segóns los que u van vore testimoniaben, un dels mes hermosos jardíns que may va vore dingú, en herbes verdes, ábres frondosos y fruites de totes les classes. Cuan micer Ansaldo, contentíssim, va vore alló, fen cullí alguna fruita de les mes majes que ñabíen y arrencán flos de les mes vistoses, de amagatóns u va fé portá a la seua Siñora, y la va invitá a vore lo jardí per nella demanat pera que per puguere vore cuán la volíe y enrecordássen de la promesa que li habíe fet y sellat en juramén, y lealmen procurare después cumplíla. La Siñora, vistes les flos y les fruites, y habén sentit parlá a mols del maravellós jardí, va escomensá a arrepentís de la seua promesa; pero en tot lo seu arrepentimén, dessichosa de vore coses extrañes, en moltes atres dames de la siudat va aná a vore lo jardí, y no sense maravella alabánlo mol, mes triste que cap atra dona va torná a casa, pensán en alló a lo que estabe obligada. Y va sé tan gran lo doló que, no podén agamál a dins, va eixí fora, y lo seu home sen va acatá; y va voldre que li contare quína ere la raó. La Siñora, per vergoña, u habíe callat mol tems, pero, al remat, obligada, lay va contá tot.
Gilberto, sentín alló se va enfadá mol; después, considerán la bona intensió de la Siñora, foragitán la ira, en mes discressió, va di: - Dianora, no es cosa prudén ni honesta escoltá embaixades de cap classe, ni negossiá en cap condissió la castidat en dingú. Les paraules ressibides per al cor escoltades per los oíts tenen mes forsa de la que mols pensen, y casi tot los es possible als que se volen. Mal vas fé, pos, primé escoltánlo y después fén un trate; pero com conec la puresa de la teua intensió, pera liberat del llas de la promesa feta, te consediré lo que no li consediría a dingú mes, portánme an aixó tamé la temó al nigromante, al que micer Ansaldo, si lo burlares, podríe demanáli algo roín per a natros. Vull que acudíxques an ell y, si pots, te les ingenios en fé que, conserván la teua honestidat, sigues liberada de esta promesa; pero si no puguere sé, per esta vegada, consedíxli lo cos, pero no l´ánim. La dona, sentín al seu home, plorabe y negabe que tal grassia vullguere dell. Gilberto va voldre, per mol que la seua dona se negare, que fore aixina, per lo que, arribat lo día siguién, al eixí la aurora, sense adornás o arreglás massa, en dos dels seus criats dabán y en una camarera zaguera, sen va aná la Siñora a casa de micer Ansaldo. Este, al sentí que la seua Siñora habíe vingut a vórel, se va alegrá mol, y eixecánse y fen cridá al nigromante, li va di:

- Vull que veigues lo que me ha fet conseguí lo teu art. Y eixín a trobála, en reverensia la va ressibí honestamen, y a una hermosa cámara en un gran foc van entrá tots; y fénla assentá, li va di: - Siñora, tos rogo, si lo llarg amor que tos hay tingut mereix algún galardón, que no tos molesto dím la verdadera raó que an esta hora tan matinera tos ha fet vindre y en tanta compañía. La Siñora, vergoñosa y casi en llágrimes als ulls, va contestá: - Siñó, ni amor que tos tinga ni la paraula donada me porten aquí, sino la orden del meu home, que, tenín mes respecte a les faenes del vostre amor que a la seua honra y la meua, me ha fet acudí aquí, y perque ell mu mane estic disposada per esta vegada a fé lo que vullgáu. Micer Ansaldo, si primé se habíe extrañat, sentín a la Siñora mol mes se va maravellá, y conmogut per la generosidat de Gilberto, la seua fogosidat se va torná compassió, va escomensá a cambiá, y va di: - Siñora, no vullgue Deu, ya que aixina es com vos diéu, que siga yo qui taco lo vostre honor, del que té compassió lo meu amor; y per naixó, lo está aquí vos, sirá com si estiguere aquí man germana, y, cuan vullgáu, libremen podréu anáton, en la condissió de que al vostre home, per tanta cortessía com ha sigut la seua, li donéu les grassies que cregáu conveniéns, tenínme a mí sempre daquiabán com amic y servidó.

La Siñora, sentín estes paraules, mes contenta que may, va contestá: - res podíe fém creure, tenín en considerassió les vostres costums, que datra cosa se haguere de seguí de la meua vinguda mes que lo que vech que feu; per lo que tos estaré sempre obligada. Y despedínse, honrosamen acompañada va torná en Gilberto y li va contá lo que li habíe passat; de aixó se va seguí una mol estreta y leal amistat entre los dos.
Lo nigromante, al que micer Ansaldo ya volíe donáli la prometuda recompensa, vista la generosidat de Gilberto en micer Ansaldo y la de micer Ansaldo en la Siñora, va di:

- Después de habé vist a Gilberto sé liberal en la seua honra y a vos en lo vostre amor, tamé yo hay de sé liberal en la meua recompensa; y per naixó, sabén que tos correspón a vos, vull que sigue vostra.

Lo caballé se va avergoñí y va intentá tan com va pugué félay agarrá, sansera o en part; pero después de cansás en vano, habén lo nigromante fet desapareixe lo jardí después del tersé día y volén anássen, li va doná llisensia y lo va despedí; y apagat al cor lo fogós amor, per la dona se va quedá ensés lo afecte.

sábado, 29 de septiembre de 2018

SEGONA JORNADA. NOVELA NOVENA.

Bernabó de Génova, engañat per Ambruogiuolo, perd lo seu y mane matá a la seua dona, inossén; ésta se salve y, en hábit de home, servix al sultán; trobe al engañadó y porte a Bernabó a Alejandría aon, castigat lo estafadó, tornán a ficás vestits de dona, jun en lo home, rics tornen a Génova

Habén Elisa en la seua triste história cumplit lo seu deber, la Reina Filomena, que hermosa y alta de estatura ere, mes que cap atra amable y sonrién de rostro, va di:

- Lo pacte fet en Dioneo té que sé respetat y, aixina, no quedán mes que ell y que yo per novelá, diré yo la meua história primé y ell, com u va demaná per mersé, sirá lo radé que la digue. Y dit aixó, aixina va escomensá:
Ñabíen a París, a un albergue, uns cuans importantíssims mercadés italiáns, uns per un assunto y atres per uns atres. Habén sopat una nit tots, van escomensá a parlá de diferentes coses, y passán de una conversa a un atra, van arribá a parlá de les seues dones, que habíen dixat a les seues cases; y fen bromes va escomensá a di un:

- Yo no sé lo que fará la meua, pero sí sé be que, cuan aquí me se fique per dabán alguna joveneta que me agrade, dixo a una vora l´amor que li ting a la meua dona y trac de ella lo plaé que puc.
Un atre va contestá:
- Y yo fach lo mateix, perque si crec que la meua dona té alguna aventura, la té, y si no u crec, tamé la té; y per naixó, lo que se fa que se faigue: lo que lo burro fot contra la paret, ixo ressibix.

Lo tersé va arribá a la mateixa opinió, y a tots los pareixíe que estáen de acuerdo en que les dones dixades per nells no perdíen lo tems.
Sol un, que teníe per nom Bernabó Lomellin de Génova, va di lo contrari, afirmán que ell, per espessial grássia de Déu, teníe per cónyuge a la dona mes cumplida en totes aquelles virtuts que dona o caballé o donsella pot tindre, que potsé a Italia no ñaguere datra igual: perque ere hermosa de cos y encara bastán jove, y templada y forta, y res ñabíe propi de dona, com bordá
laboresde seda, fé calseta y coses paregudes, que no faiguere milló que cap. Ademés de aixó no se podíe trobá cap escudero, o criat si volém cridál aixina, que puguere serví milló la taula de un siñó del que ella servíe, sabíe mol y ere discreta. Ademés de aixó, sabíe montá a caball, goberná un falcó, llichí y escriure y contá una história milló que si fore un mercadé; y de aixó, después de moltes atres alabanses, va arribá a lo que se parlabe allí, afirmán en juramén que cap atra mes honesta ni mes casta se podíe trobá que ella; pel que creíe ell que, si deu añs o per sempre estiguere fora de casa, ella no se entendríe en datre home en tals assuntos. Ñabíe entre estos mercadés que aixina parlaben un jove de nom Ambruogiuolo de Piacenza, que an esta radera alabansa que Bernabó habíe fet de la seua dona va escomensá a fótre les mes grans carcañades del món, y li va preguntá si lo emperadó li habíe consedit aquell privilegio sobre tots los demés homes. Bernabó, una mica mosquejat, va di que no lo emperadó sino Déu, qui teníe algo mes de podé que lo emperadó, li habíe consedit aquella grássia. Entonses va di Ambruogiuolo:
- Bernabó, yo no dudo de que creus di la verdat, pero segóns me pareix, has mirat poc la naturalesa de les coses, perque si la hagueres mirat, no te crec de tan torpe ingenio que no hagueres vist an ella coses que te faríen parlá en mes cautela sobre este assunto. Y per a que no cregues que natros, que mol libremen ham parlat de les nostres dones, cregám tindre una dona feta de un atra pasta que la teua y ham parlat aixina per un espabil natural, vull charrá una mica en tú sobre esta materia. Sempre hay entés que lo home es lo animal mes noble que va sé creát per Déu entre los mortals, y después la dona; pero lo home, tal com generalmén se creu y veu en les obres, es mes perfecte, y tenín mes perfecsió, sense falta té que tindre mes gran firmesa, y la té perque universalmen les dones són mes caprichoses y volubles (
ladonna é mobile), y lo perqué se podríe en moltes raóns naturals demostrá, pero ara u dixaré a una vora. Si lo home, que es de mes gran firmesa, no pot ressistís, no diguém ya a una que lay rogo, sino a no dessichá an alguna que an ell li faigue tilín, y ademés de dessichála faigue tot lo que pugue per a está en ella, y alló no una vegada al mes sino mil al día li passe, ¿qué esperes que una dona, naturalmén caprichosa, pugue fé dabán dels rogs, los piropos y mil atres trucos que fa aná un home que la ame? ¿creus que podrá ressistís? Sértamen, encara que u afirmos no crec que u cregues; la teua dona es de carn y ós, com u són totes les demés. Es possible, encara que sigue honestíssima, que faigue lo que fan les atres: y no es possible negá res tan absolutamen ni afirmá lo contrari, com u fas tú.
A lo que Bernabó va contestá y va di:
- Yo soc mercadé y no filósofo, y com a mercadé contestaré; y dic que sé que lo que dius los pot passá a les néssies, que no tenen cap pudor; pero aquelles que sábies són tenen tanta solissitut per lo seu honor que se fan mes fortes que los homes, y de éstes es la meua.

Va di entonses Ambruogiuolo:

- Verdaderamen si per cada vegada que sediguéren a tals assuntos los creixquére un cuerno (baña) al fron, que donare testimoni del que habíen fet, crec yo que poques ñauríe que se dixáren engatussá, pero com lo cuerno no naix y no sels note, cuan poden los fiquen de amagatóns. Pots tindre aixó per sert, que sol es casta la que no ha sigut festejada per dingú, o si va festejá ella, la que no va sé escoltada. Y encara que yo sápiga per naturals y diverses raóns que les coses són aixina, no parlaría tan cumplidamen com u fach si no ne haguera ficat a proba moltes vegades a moltes dones; y te dic que si yo estiguera a la vora de la teua dona santíssima, crec que en poc tems la portaría a lo que ya hay portat a datres.

Bernabó, enfadat com un mico o macaco, va contestá:
- Lo debatí en paraules podríe allargás massa: tú diríes y yo diría, y al final no serviríe de res. Pero ya que dius que totes se pleguen tan fássilmen y que lo teu ingenio es tan, per a que te asseguros de la honestidat de la meua dona estic disposat a que me tallon lo cap si may pots conduíla al llit; y si no pots, no vull mes que pérgues mil floríns de or.

Ambruogiuolo, acalorat sobre lo assunto, va contestá:

- Bernabó, no sé qué faría en la teua sang si te guañara; pero si vols tindre una proba del que te hay explicat, aposta sing mil floríns de or dels teus, que tenen que sét menos volguts que esta calibóssia tan dura, contra mil dels meus, y men aniré a Génova y abáns de tres mesos desde que men hayga anat, hauré fet la meua voluntat en la teua dona, y en siñal de alló portaré en mí algunes de les seues coses mes pressiades, y tals y tans indissis que tú mateix conféssos que es verdat, en la condissió de que me dónos la teua paraula de no vindre a Génova abáns de este tems ni li escriurás res sobre este assunto.

Bernabó va asseptá la aposta, y encara que los atres mercadés que allí estaben van probá de estorbá aquell fet, veén que un gran mal podíe víndres, estaben sin embargo tan ensésos los ánims dels dos mercadés que, contra la voluntat dels atres, se van comprométre la un en l´atre y van firmá dos escrits. Y fet lo compromís, Bernabó se va quedá y Ambruogiuolo tan pronte com va pugué sen va aná cap a Génova.
Y quedánse allí algúns díes y en molta cautela informánse del nom del barri y de les costums de la Siñora, va sentí de ella lo que li habíe sentit a Bernabó; pel que li va paréixe habé emprés una néssia empresa. Pero sin embargo, habén conegut a una pobre dona que mol anabe a casa seua y a la que la Siñora volíe mol, la va corrómpre en dinés (soborná) y a dins de un baúl construít per al seu propósit, se va fé portá no sol a la casa sino a la alcoba de la noble Siñora: y allí, com si an alguna part vullguere anássen la pobre dona, segóns les órdens donades per Ambruogiuolo, li va demaná que la guardare algúns díes.

Quedánse, pos, lo baúl a la habitassió y arribada la nit, cuan Ambruogiuolo va pensá que la Siñora dormíe, obrínla en sertes ferramentes que portabe, va eixí a la alcoba en silénsio, a la que ñabíe una llum ensesa. Va escomensá a mirá y a guardás a la memória la decorassió de la cámara, les pintures y totes les demés coses notables que an ella ñabíe. Después, arrimánse al llit y veén que la Siñora y una sagaleta que en ella estabe dormíen com a socs, desplayet la va destapá tota y va vore que ere tan hermosa despullada com vestida, y cap siñal (marca) per a podé contála li va vore fora de una que teníe a la mamella esquerra, que ere una peca y en rogle uns pelets rubios com l´or; y vist aixó, en cuidadet la va torná a tapá, encara que, veénla tan hermosa, li van entrá ganes de aventurá la seua vida y gitásseli al costat.
Pero com habíe sentit que ere tan rigurosa y fura en aquells assuntos no se va arriesgá y, quedánse la mayoría de la nit per la alcoba ben a gust, una bossa y una saya va traure de un cofre seu, y uns anells y una correcha (un sinto), y ficán tot alló a la seua arca, ell tamé se va embutí a dins, y la va tancá tal com estabe abáns: y lo mateix va fé dos nits sense que la Siñora sen donare cuenta de res. Arribat lo tersé día, segóns la orden donada, la bona dona va torná a per l´arca, y se la va emportá; eixín de ella Ambruogiuolo y recompensán a la dona segóns li habíe prometut, lo mes pronte que va pugué en aquelles coses sen va entorná a París abáns del plasso que se habíen ficat. Allí, cridán als mercadés que habíen estat preséns a les paraules y a la aposta, están presén Bernabó va di que habíe guañat la aposta que habíe fet, ya que habíe conseguit alló que habíen apostat: y de que alló ere verdat, primé va dibuixá la forma de la alcoba y les pintures que an ella ñabíe, y después va enseñá les coses de ella que se habíe emportat, afirmán que les hi habíe donat. Va confessá Bernabó que aixina ere la cámara com ell diebe y que, ademés, reconeixíe que aquelles coses verdaderamen habíen sigut de la seua dona; pero va di que habíe pogut per algúns dels criats de la casa sabé les característiques de la alcoba y del mateix modo habé conseguit les coses; pel que, si no diebe res mes, no li pareixíe que en alló ñaguere prou per a donás per guañat. Pel que Ambruogiuolo va di:

- En verdat que en aixó tindríe que ñabé prou, pero com vols que diga algo mes, u diré. Te dic que la Siñora Zinevra, la teua dona, té daball de la mamella esquerra una peca grandeta, y al voltán uns pelets rubios com l´or.
Cuan Bernabó va sentí aixó, li va paréixe que li habíen enclavat un gaviñet al cor, tan doló va sentí, y en la cara cambiada, sense di cap paraula, va doná siñals manifestes de sé verdat lo que Ambruogiuolo diebe; y después de un ratet va di:

- Siñós, lo que diu Ambruogiuolo es verdat, y per naixó, habén guañat, que vingue cuan vullgue y se li pagará.
Y aixina se li va pagá al día siguién, y Bernabó, eixín de París, en cruels intensións contra la seua dona, cap a Génova sen va aná. Y arrimánse allí, no va volé entrá a la siudat, sino que se va quedá a unes vin milles a una de les seues possesións; y a un criat seu, del que mol se fiabe, en dos caballs y en les seues cartes va enviá a Génova, escribínli a la Siñora que habíe tornat y que vinguere a trobál. Al criat li va maná que, cuan estiguere en la Siñora, allí aon milló li pareguere, la matare y tornare aon estabe ell. Arribat, pos, lo criat a Génova y entregades les cartes y feta la seua embajada, va sé ressibit per la Siñora en gran alegría; y ella al matí siguién, montán en lo criat a caball, cap a la seua possessió se va ficá en camí; y caminán juns y parlán de diferentes coses, van arribá a una valleta mol fonda y solitaria y rodejada (voltada) per altes roques y ábres; y pareixénli al criat un puesto aon podíe en seguridat cumplí la órden del seu siñó, traén lo gaviñet y agarrán a la Siñora pel bras va di:
- Siñora, encomanéu la vostra alma a Déu, no aniréu mes abán, es nessessari que morigáu.

La Siñora, veén lo gaviñet y sentín les paraules, tota espantada, va di:

- ¡Mersé, per Déu! Abáns de que me matos dísme en qué te hay ofés per a que tingues que matám.

- Siñora - va di lo criat - , a mí no me hau ofés en res, pero en qué hau ofés al vostre home yo no u sé, ell me va maná que, sense tíndretos cap misericórdia, an este camí tos matara: y si no u fach me va amenassá en fém penjá. Sabéu be qué obligat li estic y que no puc díli que no a consevol cosa que ell me ordeno: sap Déu que per vos séntigo compassió, pero no puc fé datra cosa.

A lo que la Siñora, plorán, va di:

- ¡Ay, mersé per Déu!, no vullgues convertít en assessino de qui no te ha ofés per serví a un atre. Déu, que tot u sap, sap que no hay fet may res pel que tinga que ressibí tal pago de lo meu home. Pero dixém ara aixó; pots, si vols, a la vegada agradá a Déu, al teu siñó y a mí, fému de esta manera: agarra estes robes meues, y dónam lo teu jubón (jaqueteta) y una capa, y en elles torna al teu siñó y lo meu y disli que me has matat; y te juro que men aniré an algún puesto aon may ni a tú ni an ell tos arribo cap notíssia meua. Lo criat, que contra lo seu gust la teníe que matá, fássilmen se va apiadá; pel que va agarrá les seues robes y li va doná una jaqueteta seua y una capa en capucha, y algúns dinés, y li va rogá que de aquelles comarques se alluñare, la va dixá a peu a la vall y sen va aná aon lo seu siñó, al que li va di que no sol la seua orden habíe sigut cumplida, sino que lo cos de ella lo habíe aviát a uns llops. Bernabó, después de un tems, sen va entorná a Génova y, cuan se va sabé lo que habíe fet, va sé mol recriminat.
La Siñora, quedánse sola y desconsolada, al vindre la nit, disfrassánse tan be com va pugué va aná a una aldeaprop de allí y li va comprá a una agüeleta lo que nessessitabe, va arreglá la jaqueta a la seua medida, y la va acursá, y se va fé en la camisa un parell de miges y se va tallá lo pel. Com si fore un mariné, cap al mar sen va aná, aon per ventura va trobá a un noblecatalá de nom señer en Cararh, que de una nave seua, que estabe algo alluñada de allí, habíe baixat a refrescás a una fon de Alba; entrán en ell en conversa, la va contratá per criat, y va pujá en ell a la nave, fénse cridá Sicurán de Finale. Allí, en millós robes vestit en indumentária de gentilhome, lo va escomensá a serví tan be que mol li va agradá.
No va passá mol tems desde entonses que este catalá en la seua cárrega va navegá cap a Alejandría y li va portá al sultán uns falcóns peregrinos, pareguts als esparvés, y los hi va regalá; y habénlo lo sultán invitat a minjá alguna vegada y vistes les maneres de Sicurán que sempre anabe a aténdrel, y agradánli, lay va demaná al catalá, y éste, encara que du li va paréixe separás de ell (ella), lay va dixá. Sicurán en poc tems tamé la grássia y l´amor del sultán va conquistá en lo seu esmero, pel que en lo pas del tems va passá que, tenínse que fé a serta época del añ una gran reunió de mercadés cristianos y mussulmáns, com una fira, a Acre, que estabe al Señorío del sultán, y per a que los mercadés y les mercansíes segures estigueren, sempre habíe acostumbrat lo sultán a enviá allí, ademés de als atres ofissials, algúns dels seus dignataris en gen que atenguere a la guardia. Per an esta fira, arribat lo tems, va enviá a Sicurán, que ya coneixíe mol be la llengua.

Están, pos, Sicurán a Acre com siñó y capitá de la guardia dels mercadés y les mercansíes, y desempeñán allí be lo que tocabe pel seu ofissi, y donán voltes vigilán, veén a mols mercadés sicilianos y pissanos y genovesos y venessiáns y atres italiáns, en ells de bon grado se entreteníe, recordán la seua terra.
Ara, va passá una vegada que, habén ell un día desmontat a un almassén de mercadés venessiáns, va vore entre atres joyes una bossa y una correcha que enseguida va reconéixe com que habíen sigut seues. Sense fé cap gesto, amablemen va preguntá de quí eren y si les veníen. Habíe vingut allí Ambruogiuolo de Piacenza en moltes mercansíes en una nave de venessiáns, y al sentí que lo capitán de la guardia preguntabe de quí eren, va doná unes passes cap abán y, enriénsen, va di:
- Micer, les coses són meues, y no les veng, pero si tos agraden to les (donaré) daré en gust. Sicurán, veénlo riure, va sospechá que l´habíe reconegut en algún gesto; pero, ficán la cara seria, va di:
- Ten enríus potsé perque me veus a mí, home de armes, aná preguntán sobre estes coses de dones. Va di Ambruogiuolo:
- Micer, no men enric de aixó, sino del modo en que les vach conseguí. A lo que Sicurán va di:

- ¡Ah, aixina Déu te dóno bona ventura, si te apetix, dísme cóm les vas conseguí!

- Micer - va di Ambruogiuolo - , me les va doná en alguna atra cosa una noble Siñora de Génova, Zinevra, dona de Bernabó Lomellin, una nit que me vach gitá en ella, y me va rogá que pel seu amor les guardara. Ara, men enric perque me hay enrecordat de la tontina de Bernabó, que va está tan loco de apostá sing mil floríns de or contra mil meus a que la seua dona no se rendíe a la meua voluntat; cosa que vach fé yo y vach guañá la aposta; y ell, a qui se tendríe que castigá per la seua brutalidat en ves de an ella per habé fet lo que totes les dones fan, tornán de París a Génova, segóns u hay sentit, la va fé matá. Sicurán, al sentí aixó, va compéndre quina habíe sigut la raó de la ira de Bernabó contra nella y va vore que éste ere lo culpable de tot lo seu mal; y va dessidí al seu interió no dixál seguí impune. Va fé vore, pos, Sicurán que li habíe agradat mol esta história y va trabá en ell una estreta familiaridat, tanta que, per los seus consells, Ambruogiuolo, acabada la fira, en ell y en totes les seues coses sen va aná a Alejandría, aon Sicurán li va encarregá un negossi y li va dixá en depósit bastáns dels seus dinés, pel que ell, veénse traure gran profit, se quedabe de bona gana. Sicurán, preocupat de demostráli la seua inossénsia a Bernabó, no va descansá hasta que, en ajuda de algúns grans mercadés genovesos que a Alejandría estaben, trobán extrañes raóns, lo va fé vindre; y están éste en pobre estat, per algún amic seu lo va fé ressibí de amagatontes hasta lo momén que li va pareixe adecuat per a fé lo que cavilabe. Habíe ya Sicurán fet contáli a Ambruogiuolo la história dabán del sultán, y al sultán li va agradá, pero después de vore allí a Bernabó, pensán que no teníe que doná llargues a la faena, buscán lo momén adecuat, li va demaná al sultán que cridare a Ambruogiuolo y a Bernabó, y que en presénsia de Bernabó, si no podíe fes fássilmen, en severidat se li arrancare a Ambruogiuolo la verdat de cóm habíe sigut alló del que ell vassilabe o fanfarronejabe.
Arribán Ambruogiuolo y Bernabó dabán del sultán, en presénsia de mols, en cara seria, a Ambruogiuolo li va maná que diguere la verdat de cóm habíe guañat a Bernabó sing mil floríns de or; y estabe presén allí Sicurán, en qui confiabe mol Ambruogiuolo, y ell en la cara mol mes enfurruñada lo amenassabe en tortures si no diebe la verdat. Pel que Ambruogiuolo, acollonit y obligat, en presénsia de Bernabó y de mols atres, no esperán mes castic que torná los sing mil floríns de or y les coses, cóm habíe anat lo assunto va contá. Y habénu contat Ambruogiuolo, Sicurán, com delegat del sultán en alló, giránse cap a Bernabó, li va di:
- ¿Y tú, qué li vas fé per esta mentira a la teua dona?
A lo que Bernabó va contestá:
- Yo, portat de la ira per la pérdua dels meus dinés y de la vergoña pel deshonor que me pareixíe habé ressibit de la meua dona, vach fé que un criat meu la matare, y segóns lo que ell me va contá, pronte va sé engullida per mols llops.
Dites totes estes coses en presénsia del sultán y per nell sentides y enteses totes, no sabén ell encara aón volíe arribá Sicurán (que aixó li habíe demanat), li va di Sicurán:

- Siñó meu, claramen podéu vore cuán aquella bona Siñora podíe gloriás del amán y del home; perque lo amán la prive del honor tacán en mentires la seua fama y aparte de ella al home; y lo home, mes cregut de les falsedats de atres que de la verdat que ell per llarga experiénsia podíe sabé, la fa matá y destripá per los llops y ademés de aixó, es tan poc lo cariño y l´amor que tan l´amic com l´home li tenen que, están mol tems en ella, ningú la coneix. Si se pot castigá al estafadó y perdoná al estafat, faré que vingue ella dabán la vostra presénsia. Lo sultán, disposat en este assunto a contentá a Sicurán en tot, va di que sí, que faiguere vindre a la dona. Se maravillabe mol Bernabó, que firmemen la creíe morta; y Ambruogiuolo, veén vindre lo mal, no sol teníe temó ara de torná los dinés. Feta, pos, la consesió pel sultán a Sicurán, éste, plorán y aginollánse dabán del sultán, va abandoná la veu de home y va di en la seua veu natural:
- Siñó meu, yo soc la misserable y desventurada Zinevra, y porto sis añs voltán disfrassada de home pel món, per culpa de este traidó Ambruogiuolo, y per este infame y cruel home entregada a la mort a máns del seu criat y a sé despellotada per los llops. Y esgarránse los vestits y mostrán les dos cantrelles, va fé evidén que ere dona al sultán y a tots los demés; giránse después a Ambruogiuolo, preguntánli en insultos cuán, segóns fanfarronejáe, se habíe gitat en ella. Ell, reconeixénla y mut de vergoña, no diebe res. Lo sultán, que sempre per home la habíe tingut, veén y sentín aixó, tan se va maravillá que se pensabe que alló ere un somni. Pero después de passásseli lo encantamén, veén la verdat, va loá (alabá) en máxima alabansa la vida y la constánsia y les costums y la virtut de Zinevra, hasta entonses cridada Sicurán. Y fen portá riquíssims vestits de dona y dames que li faiguéren compañía segóns la petissió feta per nella, a Bernabó li va perdoná lo habéla fet matá, y ell se li va aviá als peus plorán y li va demaná perdó moltes vegades, y ella benignamen lo va perdoná, lo va fé eixecás y lo va abrassá com al seu home.
Lo sultán después va maná que Ambruogiuolo an algún puesto de la siudat fore lligat al sol a un poste y enviscat o en mel, y que de allí no lo traguéren hasta que caiguere; y aixina se va fé. Después de aixó, va maná que lo que habíe sigut de Ambruogiuolo se li donare a la Siñora, que no ere menos de deu mil doblas: y ell, fen prepará una hermossíssima festa, va honrá a Bernabó com a home de la Siñora Zinevra, y a la Siñora Zinevra com mol valenta dona, y li va doná, tan en joyes com en vajilla de or y de plata com en dinés, un atre tan, que valíe unes deu mil doblas.
Y fen prepará un barco per an ells, después de acabás la festa que los fée, los va doná llisénsia per a torná a Génova, aon forrats y en gran alegría van torná, y en máxim honor van sé ressibits, espessialmen la Siñora Zinevra, a qui tots creíen morta; y sempre va sé reputada de gran virtut mentres va viure.

Ambruogiuolo, lo mateix día que va sé lligat al piló y enviscat en mel, en grandíssim estorbo per les mosques, avespes, formigues y tabáns, dels que aquell país está plenet, va morí y va sé rossegat hasta los óssos. Estos, blangs y penján dels tendóns, durán mol tems, sense sé tocats de allí, de la seua maldat van sé testimoni a consevol que los vée. Y aixina lo burladó va sé burlat.


Déssima