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lunes, 17 de diciembre de 2018

Y Saragossa va respóndre

amics del chapurriau, Y Saragossa va respóndre


Y Saragossa va respóndre.

Com ya sabéu tots, la assossiassió cultural amics del chapurriau va fé este dissapte día 15 de desembre un importán acte de promossió y defensa del chapurriau a Saragossa, aon se va colocá una taula informativa. Pos be, Saragossa ha respost, Saragossa mos ha ajudat, Saragossa mos ha donat mol cariño, moltíssim, a Saragossa ham adeprés moltes coses importáns.
Grássies, Saragossa.

Durán les 9 hores que vam está actius vam arribá a moltíssima gen, va sé un seguit goteo de persones que mos van doná lo seu apoyo, sol vam tindre algo de respiro a la hora de diná. A les raderes hores de la tarde vam está desbordats, no podíem doná abast a apuntá a totes les persones que volíen apuntás com a sóssios, la sensassió final ha sigut mol positiva, inmillorable, tením tantes coses, anécdotes, que contá que possiblemén mos donará per a mes de un escrit, aném a per nelles.



Gracias, Salvador Berlanga !

amics del chapurriau, Saragossa, Zaragoza, Ramiro Domínguez

Per a escomensá volém apuntá los diferéns tipos de persones que mos van apoyá, uns eren viandáns, gen que al passá per allí y vóremos preguntaben quí erem, y tamé qué féem allí, eren persones que no coneixíen lo problema del nostre chapurriau, a les que teníem que dedicá unes paraules per a explicáls lo nostre objectiu, pero només unes paraules perque ya ne teníen prou per a que un 80% dessidiguéren donámos lo seu apoyo y ademés mol ánimo y cariño.

Ñabíen unes atres persones (moltíssimes) que ya sabíen a lo que veníen, pos ya mos coneixíen a través de les reds sossials o per les nostres publicassións a la prensa, gen convensuda que va aprofitá esta oportunidat per a víndre a vóremos, a apoyámos, a charrá en natros, a oferís, va sé mol emotiu, la verdat.

ANÉCDOTES:

Una siñora que no coneixíem y a la que colocaríem an este segón grupo mos va di:
entre vostés y los que defenen lo catalá ting cla quí té la raó. Soc de aquí de Saragossa, soc pos castellanoparlán, es obvio que vostés són gen traballadora, que avui dissabte están empleán unes hores del seu tems libre per a está aquí, treballán per lo chapurriau, puguén está en les seues famílies avui han dessidit víndre hasta aquí moguts per un verdadé sentimén com vostés diuen de amor a la seua llengua, ademés tenen que costejás o pagás de la seua propia burchaca o faltriquera los gastos del viache.
¿Quina nessessidat tindríen de féu si no fore perque creuen de verdat en este proyecte? ¿Quí está pos en possessió de la verdat y ademés está disposat a sacrificás per nella de manera tan altruista?, a mes de un mo se va escapá una llágrima. 

Tamé va ñabé bastanta gen que mos va preguntá cuáns dinés habíem ressibit en forma de ajudes de les administrassións públiques. Cuan los vam di que CERO € mos van mostrá lo seu enfado, mos van alentá a protestá perque per an ells no es just que a les institussións, assossiassións, grupos, y persones que defenen lo catalá porton décades donánlos milenás de euros en subvensións, dinés que están empleán en la promossió y defensa de una llengua propia de un atra comunidat autónoma, una llengua que aquí a Aragó es rechassada de forma tan tallán inclús per aquells que tenen que sé los seus usuaris. Ademés apuntaben, vostés que representen a mils de aragonesos 0€, y los atres que apenes representen a uns sens, mils y milenás de euros.
Saragossa mos ha enseñat mol, mos ha ubert los ulls, dabán de este tipo de comentaris només podem di que algú tindrá que explicás, algú te que justificá lo perqué, y ademés eixe algú hauríe de tancá la eixeta, tením encara mes coses que contá, u farém próximamen, a escape.   

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Com anécdota se pot comentá un home, bon home, honrat a carta cabal, que en ve de aná al campo o está en la seua familia en un día de festa, va está potechán adoquíns sense pará, parlán en la chen, portán y portán saragossáns o a cualquier que se arrimáe o que ell podíe alcansá pa que firmare. Pero no ere sol ell, al atre costat estáe lo seu fill de dotse añs fenli la competánsia, a ver qui podíe més dels dos. No van pará en tot lo día, vin minuts pa diná, y en lo mos a la boca a torná a donalí. Com ells ne va ñaure uns atres, pero a mi me van cridá la atensió esta parella, parán a tot lo mon, repartín fulles, fen MÉS amics del Chapurriau entre la chen que passechabe per lo nostre voltán. Grasies bon home y enhorabona, per tú y per lo teu fill.
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Y ZARAGOZA RESPONDIÓ.
Como es sabido por todos la Asociación Cultural Amics del Chapurriau realizó este sábado dia 15 un importante acto de promoción y defensa del Chapurriau en Zaragoza, donde colocó una mesa informativa, pues bien Zaragoza ha respondido, Zaragoza nos ha ayudado, Zaragoza nos ha dado mucho cariño, muchísimo, en Zaragoza hemos aprendido muchas e importantes cosas.



GRACIAS ZARAGOZA.

Durante las 9 horas en que estuvimos activos llegamos a muchísima gente, fue un continuo goteo de personas las que nos dieron su apoyo, solo tuvimos algo de respiro a la hora de comer, en contrapartida en las ultimas horas de la tarde llegamos a estar desbordados, no podíamos dar a basto en apuntar a todas las personas que querían apuntarse como socios, la sensación final 
ha sido muy positiva, inmejorable, tenemos tantas cosas, anécdotas que contar que posiblemente nos dará para mas de un escrito, vamos a por ellas.
Para empezar queremos apuntar los diferentes tipos de personas que nos apoyaron, unos eran viandantes, gente que al pasar por allí y vernos preguntaban quienes éramos, y también que hacíamos allí, eran personas que no conocían el problema de nuestro Chapurriau, eran personas a las que les teníamos que dedicar unas palabras en explicarles nuestro objetivo, pero eso solo unas palabras por que ya les bastaba para que un ochenta por cien decidieran darnos su apoyo y además mucho animo y cariño.

Había otras personas (muchísimas) que ya sabían a lo que venían, pues ya nos conocían a través de las redes sociales o por nuestras publicaciones en la prensa, gente convencida que aprovechó esta oportunidad para venir a vernos, a apoyarnos, a charlar con nosotros, a ofrecerse, fue muy emotivo la verdad.

ANÉCDOTAS:

Una señora que no conocíamos y a la que colocaríamos en este segundo grupo nos dijo: entre ustedes y los que defienden al catalán tengo claro quien tiene la razón, y soy de aquí de Zaragoza, soy pues castellanoparlante, es obvio que ustedes son gente trabajadora, que hoy sábado están empleando unas horas de su tiempo libre para estar aquí, trabajando por el Chapurriau, pudiendo estar con sus familias hoy han decidido venir hasta aquí movidos por un verdadero sentimiento como ustedes dicen de amor hacia su lengua, además tienen que costearse de su propio bolsillo los gastos del viaje, 
 ¿Qué necesidad tendrían de hacerlo si no fuera por que creen de verdad en este proyecto?, ¿Quién pues está en posesión de la verdad y además está dispuesto a sacrificarse por ella de manera tan altruista?, a mas de uno se nos escapo una lagrima.

También hubo bastante gente que nos preguntó cuanto dinero habíamos recibido en forma de ayudas de las administraciones publicas, cuando les dijimos que cero euros nos mostraron su enfado, nos alentaron a protestar por que para ellos no es justo que a las instituciones, asociaciones, grupos, y personas que defienden el catalán lleven décadas dándoles miles de euros en subvenciones, dinero que están empleando en la promoción y defensa de una lengua propia de otra comunidad autónoma, una lengua que aquí en Aragón es rechazada de forma tan tajante incluso por aquellos que tienen que ser sus usuarios, además apuntaban, ustedes que representan a miles de aragoneses cero euros, y los otros que apenas representan a unos cientos miles y miles de euros. Zaragoza nos ha enseñado mucho, nos ha abierto los ojos, ante este tipo de comentarios solo podemos decir que alguien deberá de explicarse, alguien deberá de justificar el porque, y además ese alguien debería de cerrar ya el grifo, tenemos aun mas cosas que contar lo haremos próximamente.


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MAS COSAS SOBRE EL VIAJE A ZARAGOZA.

Ya os comentamos que el sábado día 15 tuvimos tantas anécdotas que daría para varios escritos. Vamos pues a por el segundo.
Tuvimos también apoyos de profesores, lingüistas, juristas, historiadores, estudiantes, policías, políticos......

Son personas que se pusieron en contacto con nosotros para animarnos a seguir, pues según nos hicieron saber estamos por el buen camino, "así llegareis lejos", " podéis ganar", " lo conseguireis", " ánimo y a seguir", frases, expresiones, balsámicas para nosotros. Cada día estamos mejor arropados, y si amigos, cada día estamos más convencidos de que lo podemos conseguir. El reconocimiento del Chapurriau esta cada vez más cerca.

Hoy no queremos extendernos mucho y para finalizar este escrito os queremos comentar que también tuvimos visitas vip, vamos a mostrar dos ejemplos que simbolizaran el amplio abanico ideológico de nuestros apoyos. Queremos agradecer que un buen amigo, un gran amigo, como Salvador Berlanga, que además fue de los primeros en acudir, estuviera con nosotros en un dia tan importante. Siempre es reconfortante recibir el apoyo de una personalidad tan relevante. El otro ejemplo es el de otro buen amigo del Chapurriau, Ramiro Domínguez, que está apoyándonos desde el día en que realizamos nuestra presentación, son dos buenos amigos nuestros, dos personalidades de la sociedad aragonesa que coinciden en apoyar a esta asociación, en apoyar al Chapurriau. Seguramente que en otros aspectos ideológicos estarán muy distantes el uno del otro, pero a la hora de defender a una lengua aragonesa como es el Chapurriau coinciden plenamente, esto les honra, esto nos anima a nosotros pues el hecho que en torno a nuestro proyecto se junten diferentes ideologías hace que seamos muy optimistas.

SÍ, LO LOGRAREMOS.

jueves, 7 de enero de 2021

Lo Camí, XVIII.

XVIII.

Com atres moltes dones, la Pesteta gran va despressiá lo amor mentres cap home li va proposá voldre y sé volguda. A vegades, la Pesteta sen enríe de que lo únic amor de la seua vida haguere naixcut pressisamén del seu zel moralisadó. Sense lo seu afán de recorre los montes durán los crepúsculs dels domenges no haguere enfadat a los mossos del poble, y, sense enfadá als mossos del poble, no li haguere donat a Quino, lo Manco, la oportunidat de deféndrela y sense esta oportunidat, may se haguere ubert lo sec cor de la Pesteta gran, massa señit y tancat entre les costelles. Ere, la del seu primé y únic amor, una cadena de causalidat y cassualidat que si pensabe en ella la abrumabe. 

Són infinitos los camíns del siñó. Los amors de la Pesteta y Quino, lo Manco, van tardá en sabés al poble. Ademés, van progressá en lentitut. Ere un pas definitiu.
Quino, lo Manco, ya habíe pensat en ella, en la Pesteta, antes del insidén en los mossos. La Pesteta no ere jove y ell tampoc. Per un atre costat, la Pesteta ere seca y prima y teníe un negossi en marcha; y un evidén talento comersial. Pressisamén lo que ell no teníe. Raderamen, Quino estabe asfixiat per les hipoteques. Ben mirat, propiedat dell, lo que se diu dell, no quedabe ni lo gram del hort. Ademés, la Pesteta ere prima y teníe los músculs reblanits. Bueno, u pareixíe. Naturalmen, ni ell ni dingú li van vore may los músculs a la Pesteta. En fin, la Pesteta gran constituíe pera nell una solusió congruén y pintiparada, ni feta aposta.

Cuan Quino, lo Manco, la va defendre dels mossos al pon no u va fé en mires egoístes.
U va fé perque ere un home noble y digne y detestabe la violensia, sobre tot en les dones. ¿Que después se va embolicá la cosa y la Pesteta lo va mirá de este o datre modo, y li va besá ardorosamen lo muñó y ell, al besál, va sentí com a cussigañes o una rampa o calambre pel bras y se va conmoure? Be. Eslabóns de una mateixa cadena. Insidensies nessessaries pera abordá un propósit ineluctable. Dessignios de Deu. Lo bes a la carn retortigada del muñó va serví tamé pera que Quino, lo Manco, constatare que encara existíe al seu cos la forsa y la eficassia de la virilidat. Encara no estabe neutralisat com a sexo; encara contabe. Y se va ficá a pensá en eventualidats susceptibles de sé portades a la práctica. Y aixina va naixe la idea de embutíli o coláli una flo cada matí a la Pesteta, per deball de la porta de la tenda, antes de que lo poble se despertare.
Quino, lo Manco, sabíe que en esta ocasió teníe que aná en peus de plom. Lo poble aburríe a la Pesteta y la Pesteta ere una puritana y l´atra Pesteta un gat escaldat (o sucarrat en una lupa). Teníe que actuá, pos, en cautela, sigilo y discressió. Cambiabe de flo cada día y si la flo ere gran embutíe sol un pétalo. Quino, lo Manco, no ignorabe que una flo sense intensió se la emporte lo ven y una flo intensionada té mes forsa persuassiva que un filó de or. Sabíe tamé que la assiduidat y la constansia acaben mellán lo ferro (lo gat pesat se emporte lo ratolí o la rata). Ademés, tot este caudal de ternures va acabá sabénlo, com no podíe sé de un atra manera, don José, lo mossen, que ere un gran san.

Li va di la Pesteta:

- Don José, ¿es pecat dessichá desmayás als brassos de un home?

- Depén de la intensió - va di lo mossen.

- Sense mes intensió que desmayás, don José.

- Pero, filla, ¿als teus añs?

- Qué vol, siñó retó. Dingú sap cuán li arribará la hora. Lo amor y la mort, a traissió.

Y si es pecat dessichá desmayás als brassos de un home, yo vic en pecat, don José, lay advertixco. Y lo meu no té remey. Yo no podré voldre datra cosa encara que vosté me digue que eixe es lo pecat mes gran del món. Eixe dessich pot mes que yo. Y plorabe.

Don José movíe lo cap de un costat al atre maquinalmen, com un péndul.

- Es Quino, ¿verdat? - va di.

La pell de la Pesteta gran se va enroijí.

- Sí, ell es, don José.

- Es un bon home, filla; pero es una calamidat - va di lo mossen.

- No importe, don José. Tot té remey.

- ¿Qué diu tan germana?

- No sap res encara. Pero ella no té forsa moral pera parlám. Siríe inútil que me donare consells.

Irene, la Pesteta menuda, sen va enterá al final.

- Pareix mentira, Lola. ¿Has perdut lo señ? - va di.

- ¿Per qué me dius aixó?

- ¿No u saps?

- No. Pero tú tampoc ignores que a casa nessessitam un home.

- Cuan lo meu en Dimas no ne nessessitabem cap.

- Es diferén, germana.

- Ara la que ha perdut lo oremus has sigut tú; no ña cap diferensia.

- Quino té vergoña.

- Tamé Dimas pareixíe que ne teníe.

- Anabe a per los teus doblers (com diuen en mallorquí). Dimas va durá tan com les sing mil pessetes. Tú u vas di.

- ¿Es que te creus que Quino se arrime per la teua persona?

La Pesteta gran va saltá, ofenguda:

- ¿Quíns motius tens pera dudáu?

La Pesteta menuda va di:

- A la vista, no cap, desde luego.

- Ademés, yo no me hay de amagá com tú. Yo sometiré lo meu cariño a la ley de Deu.

Li brillaben los ulls a la Pesteta menuda:

- No me parlos de alló; te u demano per la beneída memoria dels nostres pares.

Encara al poble no se barruntabe res del festech. Va sé pressís que la Pesteta y Quino, lo Manco, recorregueren los carrés emparellats, un domenge per la tarde, pera que lo poble sen enterare al final. Y contra lo que Quino, lo Manco, suposabe, no se van semá los geranios als balcóns, ni se van sorollá les vaques als seus corrals, ni se va badá la terra, ni se van desmoroná les montañes al difundís la notissia. Apenes unes sonrissetes incissives y unes insinuassións en doble sentit. Menos no podíe esperás.

Dos semanes después, la Pesteta gran va aná a vore a don José.

- Siñó retó, ¿es pecat dessichá que un home me beso a la boca y me apreto entre los seus brassos en tota la seua forsa, hasta cruixím?

- Es pecat.

- Pos yo no puc remediáu, don José. Peco a cada minut de la meua vida.

- Tú y Quino tos hau de casá - va di lo mossen.

Irene, la Pesteta menuda, va ficá lo crit al sel al sabé la sentensia de don José:

- Li portes deu añs, Lola; y tú ya ne tens sincuanta. Has de sé sensata, reflexiona.
Per l´amor de Deu, torna en tú abáns de que sigue tart.

La Pesteta gran acababe de descubrí que ñabíe una bellesa al sol amagánse detrás dels montes y al chirrit de una carreta o un carro plena de fenás, y al vol tranquil dels miláns al sel llimpio de agost, y hasta al mero y simple fet de viure. No podíe renunsiá an ella ara que acababe de descubríla.

- Estic dessidida, germana. Tú tens la porta uberta pera anáten cuan vullgues - va di.

La Pesteta menuda va arrencá a plorá, después li va fotre un patatús pels ñirvis, y se va gitá en fiebre. Aixina va está una semana. Lo domenge habíe desaparegut la calentura. La Pesteta gran va entrá a la habitassió de puntetes y va escorre les cortines en alegría.

- Venga, maña, eixécat - va di -. Don José lligirá avui, a missa, la meua primera amonestassió. Avui té que sé pera tú y pera mí un día inolvidable. La Pesteta menuda se va alsá sense di ni chut, se va arreglá y sen va aná en san germana gran a escoltá la primera amonestassió. De tornada, ya a casa, la Lola va di:

- Anímat, germana, tú sirás la meua padrina.

Y, efectivamen, la Pesteta menuda va fé de padrina a la boda. Tot alló sense rechistá.
Als pocs mesos de casada, la Pesteta gran, extrañada de la sumissió y de que Irene no parlare, va maná cridá a don Ricardo, lo meche.

- Esta chica ha patit una impressió massa forta. No raóne. De totes maneres no es perillosa. Lo seu trastorno no done cap mostra de violensia - va di lo meche. Después li va resseptá unes inyecsións y va marchá. La Pesteta gran se va ficá a plorá apenada.

Pero a Daniel, lo Mussol, res de aixó li va causá cap sorpresa. Escomensabe a donássen cuenta de que la vida es pródiga en fets que antes de passá pareixen mentira, són inverossímils, y después, cuan passen, sen acate un de que no tenen res de inextricables ni de sorprendéns. Son tan naturals com que lo sol se assomo cada matí, o com les plogudes, o com la nit, o com lo ven als oróns. Ell va seguí la marcha de les relassións de la Pesteta y Quino, lo Manco, per la Uca-uca. Va sé un fet curiós que tan pronte com va sabé estes relassións, va sentí que se ni anabe totalmen lo seu antic aburrimén per la chiqueta. Y al seu puesto brotabe com un vago impuls de compassió.

Un matí la va trobá furgán per la malea, a la riba del riu.

- Ajúdam, Mussol. Se ha amagat aquí una gribeta que casi no vole.

Ell se va afaná per a enchampá al muixó. Al final u va conseguí, pero lo animalet, probán de escapá, se va pressipitá insensatamen al riu y se va aufegá en un momén. Entonses la Mariuca-uca se va assentá a la vora, en los peus sumergits a la corrén. Lo Mussol se va assentá al seu costat. Als dos los entristíe la mort del muixonet. Después, la tristesa se va dissipá.

- ¿Es verdat que ton pare se casará en la Pesteta? - va di lo Mussol.

- Assó diuen.

- ¿Quí u diu?

- Ells.

- ¿Tú qué dius?

- Res.

- Ton pare, ¿qué diu?

- Que se case pera que yo tinga una mare.

- Ni pintada voldría yo una mare com la Pesteta - va di lo Mussol.

- Lo pare diu que ella me rentará la cara y me pentinará les trenes.

Va torná a insistí lo Mussol:

- Y tú, ¿qué dius?

- Res.

Daniel, lo Mussol, pressentíe la pena inexpresada de la menuda, lo valor heroic del seu hermetisme, tan dignamen soportat.

La chiqueta va preguntá:

- ¿Es sert que tú ten vas a la siudat?

- De aquí tres mesos. Hay cumplit ya onse añs. Mon pare vol que progressa.

- Y tú, ¿qué dius?

- Res.

Después de parlá sen va doná cuenta lo Mussol de que se habíen cambiat les tornes; de que ere ell, ara, lo que no díe res. Y va compendre que entre ell y la Uca-uca eixíe de repén un pun comú de rara afinidat. Y que no su passabe mal charrán en la chiqueta, y que los dos se assemellaben en que teníen que acatá lo que mes los conveníe a sons pares sense que an ells sels demanare opinió. Y va advertí tamé que están aixina, charrán de unes coses y atres, se estabe be y no sen enrecordabe pera res de la Mica.

Y, sobre tot, que la idea de marchá a la siudat a progressá, tornabe a fésseli difíssil, insoportable. Cuan tornare de la siudat de progressá, la Mica, seguramen, hauríe perdut lo cutis y tindríe, en cambi, una dotsena de chiquets. Ara se trobabe en la Uca-uca mes assobín y ya no la esquivabe com u fée abáns.

- Uca-uca, ¿cuán es la boda?

- Peral juliol.

- Y tú, ¿qué dius?

- Res.

- Y ella, ¿qué diu?

- Que me portará a la siudat, cuan sigue ma mare, pera que me traguen les peques.

- Y tú, ¿u vols?

La Uca-uca acachabe los ulls:

- Claro.

Lo día de la boda, Mariuca-uca no va apareixe per cap puesto. Al fes de nit, Quino, lo Manco, se va olvidá de la Pesteta gran y de tot y va di que se habíe de buscá a la chiqueta costare lo que costare. Daniel, lo Mussol, observabe fascinat los preparatius. Los homens en tochos, cresols y llinternes, en los peus calsats en grosses botes en claus que feen un soroll chirrián per la carretera. Daniel, lo Mussol, al vore que passabe lo tems sense que los homens tornaren de les montañes, se va aná omplín de ansiedat.
Sa mare plorabe a la seua vora y no parabe de di: "Pobre criatura". Per lo vist no ere partidaria de donáli a la Uca-uca una mare postisa. Cuan Rafaela, la Chancha, la dona del Cuco, lo factó, va passá a la formachería dién que ere probable que a la chiqueta la haguere devorat un llop, Daniel, lo Mussol, va tindre ganes de cridá en tota la seua alma. Y va sé en eixe momén cuan se va confessá que si a la Uca-uca li traíen les peques, li trauríen la grassia y que ell no volíe que a la Uca-uca li tragueren les peques y tampoc que la destripare y minjare un llop. A les dos de la matinada van torná los homens en los tochos, les llanternes y los farols y la Mariuca-uca al mich, mol blanca y desgreñada, despelussada, en lo pel esturrufat.
Tots van corre cap a casa de Quino, lo Manco, a vore arribá a la chiqueta y a besála y a apretála y a selebrá la aparissió. Pero la Pesteta se va adelantá a tots y va ressibí a la Uca-uca en dos galtades, una a cada galta. Quino, lo Manco, apenes va pugué aguantá una blasfemia, pero li va cridá la atensió a la Pesteta y li va di que no li agradabe que li pegaren a la chiqueta y doña Lola li va contestá irritada que "desdel matí ere ya sa mare y teníe que educála". Entonses Quino, lo Manco, se va assentá a una banqueta de la tasca y se va dixá caure de morros damún del bras que apoyabe a la taula, com si plorare, o com si acabare de sobrevíndreli una gran desgrassia.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA NOVENA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA NOVENA.

Lidia, dona de Nicostrato, vol a Pirro. Este, per a pugué créurela, li demane tres coses y ella les fa totes, y ademés de aixó, en presénsia de Nicostrato se revolque en Pirro, y a Nicostrato li fa creure que no es verdat lo que ha vist.

Tan los habíe agradat la história de Neifile que no podíen dixá de enríuressen ni de parlá de ella, y encara que lo rey moltes vegades los haguere ordenat silénsio. Habénli manat a Pánfilo que contare la seua, después de que callare la juventut, aixina va escomensá:
No crec yo, reverendes siñores, que ñague res, per serio y perillós que sigue, que no se atrevixque a féu qui en ardó vol. Aixó, encara que haigue sigut probat en moltes históries, yo probaré de contáton una, y escoltaréu com una Siñora va tindre mol mes favorable la fortuna que sensato lo coneiximén. Y per naixó no aconsellaría a dingú que les patades de la que tos parlaré se arriesgo a seguí, perque no sempre la fortuna está disposada de un modo, ni tots los hómens del món se poden burlá tan fássilmen.

A Argos, siudat antiguíssima de Acaya, mol mes famosa per los seus antics reys que per la seua grandesa, va ñabé un home noble de nom Nicostrato, que ya prop de la vellea la fortuna li va doná per dona a una gran Siñora, mol hermosa y tirada cap abán, que se díe Lidia. Teníe este home, que ere noble y ric, mols criats, gossos y falcóns de cassa, y li enchisáe la cassera. Teníe entre los seus atres doméstics un jovenet cortés, adornat, mol majo de cos, y en ma dreta per a consevol cosa que haguere volgut fé, de nom Pirro, al que Nicostrato mes que a cap atre volíe, y mol se fiabe de ell. De éste, Lidia se va enamorá en molta passió, tanta que ni de día ni de nit podíe tíndre lo pensamén a datra part mes que en ell; y de este amor, o Pirro no sen acatáe o igual no u volíe, aixina que no sen preocupabe gens. De aixó la Siñora portáe al ánimo un doló intolerable; del tot disposada a félay sabé, va quirdá a una camarera seua, de nom Lusca, de la que sen fiáe mol, y li va di assó: - Lusca, los benefissis que has ressibit de mí te han de fé obedienta y fiel, y per naixó has de tindre cuidado en lo que ara te diré, que cap persona u séntigue may, mes que aquell a qui yo te mana. Com veus, Lusca, yo soc una dona jove y fresca, y plena de totes les coses que consevol pot dessichá, y en ressumen, exepte de una cosa, no puc queixám; y ésta cosa es que los añs del meu home són massa si se comparen en los meus, aixina que de alló de lo que les dones joves mes disfruten vic poc contenta; y sin embargo, dessichánu com les atres, fa mol tems que vach dessidí no voldre (si la fortuna me ha sigut poc amiga al donám un home tan agüelo) sé yo enemiga de mí mateixa, y sabré trobá la manera de conseguí lo que vull. Hay pensat que esta falta la podría arreglá als brassos de Pirro, com que mes digne de aixó es que cap atre, y hay ficat en ell tan amor que may me trobo be, mes que cuan lo vech o penso en ell; si no me ajunto en ell pronte, sértamen crec que me moriré. Y per naixó, si la meua vida te es volguda, per lo michá que milló te paregue li significarás lo meu amor y tamé li rogarás de la meua part que vullgue víndre a mí cuan tú vaigues a buscál.

La camarera va di que u faríe de bona gana, y cuan li van pareixe lo tems y lloch oportuns, emportánse a Pirro apart, lo milló que va sabé, li va doná la embaixada de la seua Siñora. Sentín aixó, Pirro se va extrañá mol, perque no sen habíe acatat de res, y se li va ficá la mosca detrás de la orella, pensán que la Siñora vullguere probál, per lo que va contestá enseguida:

- Lusca, no me puc creure que estes paraules vinguen de la meua Siñora, y per naixó has de tindre cuidadet en lo que dius; si vingueren de ella, no crec que siguere en ánim de cumplíles, pero si les diguere en serio, lo meu siñó me honre mes de lo que me mereixco, no li faría esta traissió, per la meua vida, y tú cúidaten de no parlám de estes coses. Lusca, sense assustás per les seues dures paraules, li va di:

- Pirro, de éstes y de consevol atra cosa que la Siñora me mano te parlaré tantes vegades com ella meu encomano, te agrado o te molesto. Y enfadada, en les paraules de Pirro sen va entorná cap a la Siñora, la que, al sentíles va dessichá morís; y después de algúns díes va torná a parláli a la camarera:

- Lusca, saps que a la primera destralada no cau la carrasca; per lo que me pareix que has de torná an aquell que tan leal li vol sé al seu Siñó, en perjuissi meu, y cuan trobos lo tems convinén, amóstrali lo meu ardó y fésu com pugues, pero que la cosa tingue efecte, perque si no se pot conseguí, yo me moriré y ell se creuríe que habíe sigut per probál; y de lo que busquem, que es lo seu amor, se seguiríe lo odio. La camarera va consolá a la Siñora y, buscán a Pirro, lo va trobá alegre y ben disposat, y aixina li va di: - Pirro, yo te vach mostrá fa pocs díes en quín gran foc la teua Siñora y meua está per l´amor que te té, y ara un atra vegada te u hay de repetí, que si tú continúes tan du com lo atre día, ella viurá poc tems; per lo que te rogo que vullgues consolála en lo seu dessich; y si te emperres en dí que no, encara que yo te tenía per sabut, te tindré per un saboc.
¿Quína glória mes gran que una Siñora com ella, tan guapa, tan noble, tan rica, te vullgue sobre totes les coses? Ademés de aixó, ¡cuán obligat te has de sentí a la fortuna, pensán que te ha ficat dabán tal oportunidat, mol apropiada per a la teua juventut, y encara refugi per a les teues nessessidats! ¿A quí coneixes paregut a tú que estigue milló del que tú podríes está, si u penses be? ¿Quín atre trobarás que tingue armes, caballs, robes y dinés, y pugue está com tú estarás, si vols consedíli lo teu amor? Obri, pos, lo pensamén a les meues paraules, y recorda que sol una vegada te passará, que la fortuna vingue a trobát en cara alegre y en los brassos uberts. Si ara no la saps ressibí, al trobát después pobre y pidolán, de tú mateix y no de ella te haurás de queixá. Y ademés de aixó, no se té que tindre la mateixa lealtat entre los criats y los Siñós que entre amics y paréns; tal los tenen que tratá los del servissi com an ells los traten. ¿Esperes tú, si tingueres una dona guapa, o mare, o filla, o germana, que li agradare a Nicostrato, que ell entropessaríe en la lealtat que tú vols guardáli en la seua dona? Tonto eres si tu creus; pots está segú que si rogán y festeján no u conseguire, faríe aná la forsa. Tratem, pos, an ells y a les seues coses com ells mos traten a natros y a les nostres; agarra ara lo benefissi de la fortuna, no la apartos; ix a trobála al camí, y ressibixla cuan ve, que per sert, si no u fas, ademés de la mort que sense cap duda se seguirá de la teua Siñora, tú te arrepentirás tantes vegades que voldrás seguíla.

Pirro, que moltes vegades habíe estat donánli voltes a les paraules que Lusca li habíe dit, habíe dessidit que, si ella tornáe an ell un atra vegada, li donaríe un atra resposta, y del tot se plegaríe a complaure a la Siñora, si puguere assegurás de que no lo estáe ficán a proba; y per naixó va contestá: - Mira, Lusca, totes les coses que me dius sé que són verdat; pero yo tamé sé que lo meu siñó es mol sabut y espabilat, y com fique a la meua ma tots los seus assuntos, mol me barrunto que Lidia, en lo seu consell y voluntat faigue aixó per a probám, y per naixó, si tres coses que yo li demana vol fé per a aclarímu, lo que me demano después u faré sense chistá. Y les tres coses que vull són éstes: primera, que en presénsia de Nicostrato ella mateixa mato al seu falcó mes cassadó; segona, que me envió una treneta de la barba de Nicostrato, y, tersera, un quixal de ell, de los mes sans.

Estes coses li van pareixe mol difíssils a Lusca y a la Siñora; pero Amor, que es bon consoladó y gran mestre de consells, la va fé dessidís a féu, y per la camarera li va enviá a dí que alló que li habíe demanat u faríe, y pronte; y ademés de aixó, encara que mol listo reputabe a Nicostrato, li va di que en presénsia seua se gitaríe en Pirro y que a Nicostrato li faríe creure que no ere verdat. Pirro, pos, se va quedá a la espera de lo que faríe la noble Siñora. Ella, al cap de uns pocs díes, cuan Nicostrato donáe un gran amorsá, com acostumabe a fé assobín, an algúns gentilhomens, y habén ya alsat los mantels, vestida de vellut verd y mol adornada, eixín de la seua cámara, an aquella sala aon estáen ells va acudí, y veénla Pirro y tots los demés, sen va aná cap a la percha aon estabe lo falcó, al que Nicostrato volíe tan, y soltánlo com si lo vullguere pendre a la ma, lo va agarrá y lo va empastrá contra lo muro, matánlo. Nicostrato va cridá: «¡Ay, dona! ¿Qué has fet?», no li va contestá res, sino que giránse cap als nobles hómens que en ell habíen minjat, los va di: - Siñós, tanta vengansa me pendría de un rey que me afrentare, com u hay fet de este falcó. Hau de sabé que este muixonot me ha pres tot lo tems que se té que dedicá a la dona, durán mol tems. Apenes apunte la aurora, ya está Nicostrato eixecat y pujat a caball, en lo seu falcó a la ma, y cabalgán per los plans veénlo volá; y yo, com veéu, sola y descontenta, al catre que me hay quedat; per naixó moltes vegades hay tingut dessichos de fé lo que ara hay fet, y sol me reteníe lo tindre que féu dabán de hómens que justos jutges siguen de la meua querella, com crec que u siréu vatros. Los nobles Siñós que la escoltáen, sen enríen tots de les seues paraules, y giráen lo coll cap a Nicostrato, que estabe enfadat, y li van escomensá a di: - ¡Ah, qué be ha fet la Siñora al vengá la seu afrenta en la mort del falcó! Y en datres bromes sobre tal materia, habén ya la Siñora tornat a la seu cámara, en rissa van convertí lo cabreo de Nicostrato.

Pirro, vist aixó, se va di a sí mateix:

«Soberbio escomensamén ha donat la Siñora a los meus felisos amors: ¡Deu faigue que persevero!». Matat, pos, per Lidia lo falcó, no van passá mols díes cuan, están ella a la seua alcoba juns en Nicostrato, ell fénli cusigañes y caríssies, van escomensá a tontejá, y ell, jugán chugán, estiránla del pel, li va doná ocasió de ficá en efecte la segona cosa demanada per Pirro; y agarránlo de la barba, y rién, tan fort va estirá que li va arrancá una bona mota de pel, de lo que queixánse Nicostrato, ella va di:

- ¿Per qué tens que ficá esta cara per tráuret uns sis pelets de la barba? ¡Ara saps lo que sentía yo cuan me estirabes fa poquet dels pels!

Y aixina continuán de una paraula en atra lo joguet, la dona se va guardá los pels de la barba que li habíe arrencat, y lo mateix día los va enviá al seu amán. La tersera cosa li va fé cavilá mes a la Siñora, pero tamé (com ere espabilada y amor la fée espabilá mes) va trobá lo modo de cumplíu. Nicostrato teníe dos sagalets confiats per son pare per a que an aquella casa adeprengueren bones maneres. Estos, cuan Nicostrato minjáe, la un li talláe o trincháe y li servíe lo plat, y lo atre li escansiáe y donabe de beure. Fen cridá als dos, los va doná a entendre que los fée pudó lo aliento o alé, y los va enseñá que, cuan servigueren a Nicostrato, tiraren lo cap cap a atrás tan com pugueren, y no li digueren aixó may a dingú.

Los jovenets, creénsu, van escomensá a seguí aquelles maneres que la Siñora los habíe enseñat; ella una vegada li va preguntá a Nicostrato:

- ¿Ten has donat cuenta de lo que fan estos sagals cuan te servixen?
Va di Nicostrato: - Claro que sí, pero no hay volgut preguntá per qué u fan.
La Siñora li va di:

- No cal que u preguntos, que yo te u diré. Te u hay amagat mol tems per a no disgustát, pero ara que men dono cuenta de que datres escomensen a acatássen, ya no ting que amagátu. Aixó te passe perque la boca te put, te fa pudó, y no sé quina sirá la raó, perque aixó no solíe passá; y ésta es una cosa mol desagradable, tenín que tratá tú en gentilhomens, y per naixó se ha de vore la manera de arregláu.
Va di entonses Nicostrato:

- ¿Qué podrá sé assó? ¿Tindré algún quixal querat?
A lo que Lidia va di:

- Potsé sí.

Y portánlo cap a una finestra li va fé obrí la boca com un rap o un sirulo - siluro de Mequinensa, y después de mirá be totes les pesses, de dal, de baix, de la dreta, de la esquerra, li va di:

- Oh, Nicostrato, ¿cóm pot sé que no ten haigues acatat? Ne tens una an esta part que, per lo que me pareix, no sol está querada, mes be está tota podrida, y casi segú que si no se trau corromprá a les que están a la vora; per lo que te aconsellaría que te la arrancaren antes de que lo assunto vaigue mes abán.

Va di entonses Nicostrato:

- Ya que aixina te pareix, estic de acuerdo, que vaiguen a buscá a escape a un Maestrebarres que me la trague.
A lo que la Siñora va di: - No fará falta que per a naixó vingue cap maestre, me pareix que sense buscán cap yo mateixa te la arrencaré prou be. Y, per atra part, estos maestres són tan crueles al fé estos servissis que lo cor no me podríe patí de vóret a les mans de un extrañ; y per naixó voldría féu yo mateixa, que al menos, si te fa mol mal, yo te la soltaré incontinenti, cosa que lo destripaquixals no faríe.

Fénse, pos, portá los instruméns propis de tal faena y fen eixí de la cámara a tots menos a Lusca, se van tancá a dins y van fé gitás a Nicostrato damún de una taula. Ficánli les mordasses a la boca, y pessigán un quixal del señ, per mol fort que ell va cridá y plorá de doló, ben aguantat com estáe, la Siñora li va arrencá lo quixal. Amagánlo enseguida, y cambiánlo per un atre querat y podrit que Lidia teníe a la burchaca, an ell, casi mich mort, lay van amostrá, dién:

- Mira lo que has tingut a la boca tan tems.

Creénsu ell, encara que tan doló habíe aguantat, y encara mol se queixáe, sin embargo, después de vórel fora, li va pareixe está curat, y poc a poc se va aná reconfortán, menguán lo doló, y va eixí de la cámara.

La Siñora li va enviá al seu amán lo quixal per mich de Lusca. Este, ya segú del seu amor, se va oferí disposat a tot lo seu gust. La Siñora, dessichán assegurál mes y pareixénli cada hora mil antes de está en ell, volén cumplí lo que li habíe prometut, fen vore que estáe dolenta, están después de minjá Nicostrato visitánla, com sol estáe en ell Pirro, los va demaná, per a aliviás de les molesties, que la ajudaren a baixá hasta lo jardí. Per lo que aguantánla Nicostrato de un costat y Pirro del atre, la van arrimá al vergé, y a un planet al peu de una bona perera la van dixá. Allí, están assentats un ratet, va di la Siñora, que ya li habíe fet informá a Pirro de lo que teníe que fé: - ¡Pirro, ting gran dessich de minjám alguna de estes peres; puja a la part mes alta y avíamen unes cuantes de les mes maduretes!

Pirro, puján a la perera ágilmen, va escomensá a aviá peres cap aball, y mentres les tiráe, va di: - Ey, Siñó meu, ¿qué es assó que feu? ¿Y vosté, Siñora, cóm no teniu vergoña de féu están yo presén? ¿Se creuen que soc lo cèlio de Tortosa? Vosté estabe fa un momén mol dolenteta, ¿cóm se ha curat tan pronte per a fé estes coses? Per a fé aixó tenen moltes hermoses alcobes; ¿per qué no sen van an alguna de elles a fé estes gorrinades? Sirá mol milló que féu están yo dabán, o damún.
La Siñora, giránse cap al home, va di:

- ¿Qué diu este Pirro? ¿Alusine?

Va di entonses Pirro:

- No alusino, no, Siñora; ¿no se creuen lo que vech?

Nicostrato se extrañáe mol, y va di:

- Pirro, verdaderamen crec que ensomies truites.

A lo que Pirro va contestá:

- Siñó meu, yo no ensomio res, y vosté tampoc ensomie; vosté se meneje tan que si aixina se menejare esta perera, no ne quedaríe cap a dal, la solada siríe grossa.

Va di la Siñora entonses:

- ¿Qué pot sé aixó? ¿Podríe sé que li pareguere verdat lo que diu? Si yo estiguera sana, pujaría a la perera, a dal de tot, per a vore quínes maravilles són eixes que diu que veu.

Pero Pirro, a la punta de la perera, parlabe y continuabe lo discurs, aixina que Nicostrato li va di: - Baixa aquí.

Y ell va baixá; y li va di:

- ¿Pero qué dius que veus?

Va di Pirro:

- Crec que me teníu per sompo o alelat. Yo los veía als dos, vosté damún de la vostra dona, ya que ting que díu; y después, al aná baixán, los hay vist eixecás y ficás com ara están, assentats.
- De verdat - va di Nicostrato -, tens que está alusinán per lo que dius, no mos ham mogut gens desde que vas pujá a la perera, estáem tot lo rato com tú mos veus.

A lo que va di Pirro:

- ¿Per qué hauríem de discutí? Yo tos hay vist la un damún del atra.
Nicostrato se extrañáe mes a cada momén, tan que va di: - ¡Vull vore si eixa perera está encantada y si qui está ahí dal veu maravilles! Y se va empiná soca amún; y cuan ya estáe a dal de tot, la seua dona y Pirro van escomensá a refregás an terra.
Veén aixó Nicostrato, va escomensá a quirdá:

- ¡Ay, dona roína! ¿Qué estás fen? ¿Y tú, Pirro, de qui yo mes men fiaba? Y dién aixó va escomensá a baixá de la perera. La Siñora y Pirro díen: - Estem aquí assentadets.

Y al vórel baixá se van alsá y se van assentá de la mateixa guisa que ell los habíe dixat. Al arribá a baix Nicostrato y vórels aon los habíe dixat, va escomensá a insultáls.
Y Pirro li díe:

- Nicostrato, ara men dono cuenta de que, com vos díeu antes, vach vore coses engañoses mentres estaba damún de la perera; y u vech cla perque a vosté li ha passat lo mateix. Y que yo dic la verdat no tos u pot demostrá res mes que lo señ, y pensá per qué la vostra dona, que es honestíssima y mes prudén que cap, si vullguere engañátos, u faríe dabán dels vostres ulls. Res vull di de mí, que primé me dixaría fé a cuarts que pensá en assó, no ya féu en presénsia vostra. Per lo que la raó de estes visións han de vindre de la perera, perque res del món me haguere fet creure que vos no estáeu aquí baix refregántos en la vostra dona si no haguera sentit de vosté mateix que li ha paregut que yo u faia, que ni may u faría, ni u pensaría. La Siñora, que tota enfadada se habíe eixecat, va escomensá a di: - Mala ventura tingues si me tens per tan poc sensata que, si vullguera arribá an estes miseries que tú dius habé vist les faiguera dabán dels teus ulls. Pots está segú de aixó, si alguna vegada lo dessich me vinguere, no me vindríe aquí, sino que me voría capás de féu de amagatóns a una de les nostres alcobes, de guisa o manera que tú may ten enterares. Nicostrato, al que verdat li pareixíe lo que díen la un y l´atra, que dabán de ell no hagueren fet lo que habíe vist, dixán les paraules y los renecs sobre aquell assunto, va escomensá a raoná sobre lo extrañ del fet y del milacre de la vista que aixina cambiabe a qui pujáe a la perera. Pero la Siñora, que de la opinió que Nicostrato mostrabe habé tingut de ella estáe enfurruñada, va di: - Esta perera no ne fará datra, ni a mí ni a cap atra dona, de estes deshonres, si yo puc; y per naixó, Pirro, ves y busca una destral y en dos asclades tállala, y véngamos als dos, encara que mol milló siríe fótreli en lo cas de la estral al cap de Nicostrato, que sense cap considerassió tan pronte se ha dixat segá los ulls de la inteligénsia; que, encara que als dos que tens a la cara los pareguere lo que dius, per res habíes de creure lo que la teua men te presentáe. Pirro, a escape, va aná a buscá una destral y va tallá la perera a ran de soca, y cuan la Siñora la va vore an terra, li va di a Nicostrato: - Pos com ya vec abatut al enemic de la meua honestidat, la meua ira se ha acabat. Y a Nicostrato, que lay demanáe, benignamen lo va perdoná, manánli que no se li ocurriguere pensá may mes de aquella manera, que mes que an ella lo volíe. Aixina, lo pobret home cornut, juns en ella y en lo seu amán sen van torná cap a la casa, y allí, después, moltes vegades Pirro de Lidia y ella de ell, en mes calma van chalá tot lo que van vullgué.
Deu mos u dono a natros.

martes, 18 de diciembre de 2018

qui no te conégue que te compro, Juan Valera

No mos atrevim a asseguráu, pero mos pareix que lo tío Cándido ere natural y veí de Beseit.

Pot sé que lo retó al batejál no li ficare lo nom de Cándido, sino que mes tart tots los que lo coneixíen y lo tratáen van escomensá a díli Cándido perque u ere mol.
En tot Aragó no ere possible trobá cap persona mes inossenta y sensilla. Y teníe mol bona pasta.
Ere generóscaritatiu y amable en tot lo món.
Com habíe heredat de son pare terra, olivés y una casa al poble y damún no tenie fills, encara que estáe casat, vivíe desahogat.

En la bona vida que se fotíe se habíe ficat de bon añ, gort, mol gort.

Acostumbráe o acostumáe a aná a vore com anáen les olives, montat a un burro pressiós que teníe. Lo tío Cándido ere mol bo, pero pesáe massa y pa no cansá al burro y ademés per a vore si se aprimáe li agradáe aná caminán pa no engordís més. Aixina que habíe agarrat la costum de aná caminán y torná igual del monte, portán al burro del ramal detrás d’ell.


qui no te conégue que te compro, burro, Cándido, Juan Valera


Uns estudians del poble mol gamberros y bromistes lo van vore passá un día caminán en lo burro detrás, cuan ya tornáe de la finca dels olivás cap a casa y estáe entrán al poble per lo portal de Vilanova.

Ell anáe tan distret mirán los rafecs de les cases que no se va doná cuenta de que lo seguíen los estudians.

Un d’ells lo coneixíe de vista y de nom y ademés sabíe de les seues cualidats. Los u va contá als compañs y entre tots van pensá en gastali una broma.
Y cavilán quina siríe la milló, van maquiná péndreli lo burro, ademés si los eixíe be se podíen guañá unes perretes.
Tots van está de acord. Y a la auló dels dinés hasta van aplaudí de contens que estáen.
Dos de ells, ben calladets, aprofitanse de lo distret que anáe lo tío Cándido, se van arrimá per detrás y li van pendre al burro del cabestre. Un se va emportá al animal per la escalinata cap a la plassa y l’atre, lo mes atrevit y pocavergoña, se va quedá en lo cabestre a la ma, y va seguí caminán detrás del home com si fore lo burro.

Cuan lo que portáe lo burro ya habíe desaparegut pel cantó de la Felissidat, lo del cabestre va pegá un estiró del ramal que l’home portáe agarrat a la ma.

Lo tío Cándido se va girá y se va quedá pasmat al vore que en ves de portá lo burro detrás de ell, dúe un jove aguantán lo cabestre.

Al notá que lo tío Cándido ya lo miráe, mirán cap al sel, va dí:

- Alabat sigue Deu!

Lo tío Cándido, encara esglayat, va contestá:

+ Per sempre sigue beneít y alabat.

Lo estudián al vore que lo home lo escoltáe, va seguí parlán:

- Perdónom vosté, tío Cándido, tot lo mal que, sense vullgué, li estic fen patí. Pero li vach a contá la meua historia:
- Mon pare teníe dinés, y yo era un jugadó, pendensié, me agradáen les dones pero no estudiá. No adelantaba res. Cada día estudiaba menos. Mol enfadat, mon pare, me va aventá una maldisió, me va dí:
eres un burro y ojalá te tornos burro.

- Dit y fet. Sol acabá mon pare de di la maldisió, me vach quedá a cuatre potes, al mateix tems que vach notá que me creixíen les orelles y me eixíe coa.

Cuatre añs hay viscut sén un burro, pero pareix que mon pare me ha perdonat y li ha demanat a Déu nostre siñó que tornara a sé persona.
Y an este momén, grássies a Deu, acabo de torná a la forma de home.

Mol se va estrañá lo tío Cándido de aquella historia, pero li va doná pena lo estudián, lo va perdoná y li va dí que sen aniguere ascape a presentás a son pare y a fé les paus en ell.

En cuan u va sentí lo estudián, sen va aná corrén, despedinse del tío Cándido en llagrimetes als ulls y hasta volíe besali la ma de agraimén per lo favor tan gran que li habíe fet.

Encantat lo tío Cándido de la obra de caridat feta sen va entorná cap a casa, vivíe prop de La Pedra, sense cap burro al ramal y lo cabestre a la ma.

No li va contá a dingú lo que li habíe passat perque lo estudián aixina lay va demaná, afegín que si la gen sabíe que habíe sigut burro, u tornaríe a sé o, si acás se sabíe, la gen li diríe burro, lo que tamé li vindríe mal y a lo pijó no podríe acabá los estudis, com ell, arrepentit, volíe fe.

Los estudians van vendre lo burro a un gitano que vivíe a Valdarrores.

A les poques semanes ere fira y lo tío Cándido, que nessessitáe un burro, va baixá a peu pel Martinet a comprán un.

Se li va arrimá un tratán y li va dí que teníe un burro pa vendre, que si lo volíe ere per an ell. Y lo va portá a vórel.

Quina va sé la sorpresa del pobre tío Cándido cuan va reconeixe al burro que ell habíe tingut hasta fée uns dies y que se habíe convertit en estudián. Y va pensá:

- Seguramén este desgrassiat en ves de aplicás als estudis, ha tornat a fé maleses y son pare l´ha tornat a maldí y aquí lo tenim, burro un atre camí.

Seguidamén se va arrimá al burro y dissimuladamén, per a que no sen enterare lo tratán, li va di baixet a la orella:

Qui no te conegue, que te compro.

Y eixes paraules se han convertit en un refrán que encara se fa aná.

El burro del tío Cándido (versión de un cuento de Juan Valera)


Traducsió libre de Juan Valera. Luis Arrufat u ha traduít y yo hay fet cuatre cambis /

miércoles, 3 de octubre de 2018

TERSERA JORNADA. NOVELA PRIMERA.

Masetto de Lamporecchio se fa lo mut y entre com jardiné a un convén de monges, que competíxen en gitás en ell.

Hermossíssimes Siñores, bastáns homes y dones ñan que són tan burros com per a créures que cuan a una jove se li fiquen al cap les toques blanques y damún dels muscles se li avíe la cogulla negra, díxe de sé dona y ya no sentíx la cridada de la carn, com si se la haguere convertit en pedra al féla monja; y si per cassualidat algo sénten contra eixa creénsia seua, tan se enfaden com si se haguere cometut un grandíssim y criminal pecat contra natura, no pensán ni tenínse en considerassió an elles mateixes, a qui la plena libertat de fé lo que vullguen no pot sassiá, ni tampoc al gran podé de la soledat y lo tíndre tems. Y ñan encara mols que se creuen que la cavegueta, la pala y los bons minjás y les incomodidats trauen del tot als llauradós la ganeta de cardá y los fan amples de inteligénsia y espabil. Pero cuán engañats están los que aixina creuen tos u demostraré en una historieta.

An esta comarca nostra ñabíe y encara ña un convén de nones, mol famós per la seua santidat, que no nombraré per a no disminuí gens la seua fama; allí, no fa mol tems, ñabén entonses sol vuit monges y una abadesa, y totes joves, y un bon homenet jardiné de un vergéseu que, no contentánse en lo jornal, demanán la cuenta al mayordomo de les monges, a Lamporecchio, de aon ere, sen va entorná. Allí, entre los demés que alegremen lo van ressibí, ñabíe un jove llauradó fort y valén, y per a sé villano guapo de cara, de nom Masetto, y li va preguntá al jardiné aón habíe estat tan tems. Lo bon home, que se díe Nuto, lay va di, y Masetto li va preguntá qué fée al monasteri. A lo que Nuto va contestá:

- Yo traballaba a un jardí mol hermós y gran, y ademés de aixó, anaba alguna vegada al bosque a per lleña, portaba aigua y féa atres servíssis; pero les Siñores me donaben tan poc jornal que apenes podía pagám les sabates. Y ademés de aixó, són totes joves y pareix que tenen lo dimoni a dins, aixina, cuan yo traballaba alguna vegada al hort, una diebe: «Fica aixó aquí», y l’atra: «Fica astí alló» y un atra me preníe la eixadella de la má y diebe: «Aixó no está be»; y me fée tanta rabia que dixaba la faena y men anaba del hort, aixina que, entre una cosa y l’atra, no vach volé estáy mes y hay tornat. Y me va demaná lo seu mayordomo, cuan men vach aná, que si tenía an algú a má que puguere fé la meua faena, que lo enviara, y lay vach prometre, pero aixina li guardo Déu los riñóns que ni buscaré ni li enviaré a dingú.
A Masetto, sentín les paraules de Nuto, li va vindre al ánimo un dessich tan gran de está en estes monges que se derretíe veén per les paraules de Nuto que podríe conseguí algo del que volíe. Y considerán que no u conseguiríe si li diebe algo a Nuto, li va di:

- ¡Ah, qué be has fet de torná! ¿Qué es un home entre dones? Milló estaríe en diables: de sat vegades, sis no saben lo que elles mateixes volen.

Pero después, acabada la conversa, Masetto va escomensá a pensá quin camí empendríe per a pugué está en elles; y com sabíe fé be les faenes que Nuto fée, no va tindre temó de pédre este treball per aixó, pero se pensabe que no siríe admitit perque ere massa jove y guapo. Pel que, donánli voltes, va pensá:
«Lo puesto está bastán llun de aquí y dingú me coneix allí, si sé fé vore que soc mut, segú que me admitirán».
Y en aquell pensamén, sense dili a dingú aón anabe, com un home pobre sen va aná al convén. Una vegada allí, va entrá a dins y va trobá al mayordomo al pati, a qui, fénli gestos com fan los muts, li va explicá que demanabe de minjá per amor de Déu y que ell, si lo nessessitabe, li asclaríe la lleña. Lo mayordomo li va doná de minjá de bona gana, y después lo va ficá dabán de uns trongs que Nuto no habíe pogut asclá, pero éste, que ere mol mes fort, en un momén los va estronchiná.

Lo mayordomo, que nessessitabe aná al bosque, lo va portá en ell y allí li va fé tallá lleña; después, ficánli lo burret dabán, per señes li va doná a enténdre que lo portare al convén. Ell u va fé mol be, y lo mayordomo, fénlo fé sertes faenes, mes díes va volé tíndrel. Un de estos díes la abadesa lo va vore, y li va preguntá al mayordomo quí ere. Este va di:
- Siñora, es un pobre home sort y mut (sordomut), que va vindre fa uns díes a per limosna, aixina que li hay fet un favor y tamé li hay fet fé bastantes coses que mos féen falta. Si sapiguere llaurá un hort y vullguere quedás, crec que estaríem ben servits, perque ell u nessessite y está fort y se podríe fé de ell lo que se vullguere; y ademés de aixó no tindríeu que preocupatos de que gastare bromes a les vostres joves.

A lo que va di la abadesa:

- Per Déu que dius la verdat: entérat de si sap llaurá y procura retíndrel; dónali un parell de albarques, algún tabardo vell, y dónali be de minjá. Lo mayordomo va di que u faríe.

Masetto no estabe mol lluñ, y fen vore que agranáe lo pati, sentíe totes estes paraules y se diebe:

«Si me fiquéu ahí dins, tos llauraré lo hortet tan be com may tos se ha llaurat.»
Habén vist lo mayordomo que sabíe llaurá mol be y preguntánli per señes si volíe quedás allí, y éste per señes contestán que faríe lo que ell vullguere, habénlo admitit, li va maná que llaurare lo hort y li va enseñá lo que teníe que fé; después sen va aná a datres assuntos del monasteri y lo va dixá. Ell, llaurán un día detrás de l´atre, les monges van escomensá a marejál y a ficál en cansóns, com moltes vegades passe que datres fan als muts, y li díen les paraules mes roínes del món creén que ell no les sentíe; y la abadesa, que potsé creíe que ell teníe tanta poca coa com veu y oít, de alló poc o gens se preocupabe. Pero va passá que habén traballat un día mol y están descansán, dos monges que caminaben pel jardí se van arrimá aon estabe, y van escomensá a mirál mentres ell fee vore que dormíe. Pel que una de elles, que ere algo mes dessidida, li va di a l’atra:

- Si me hagueres de guardá lo secreto te diría un pensamén que hay tingut moltes vegades, que potsé a tú tamé podríe agradát.
L’atra va contestá:
- Parla en confiansa, que no lay diré may a dingú.

Entonses la mes valenta va escomensá:

- No sé si has pensat lo estrictamen que vivím y que aquí may ha entrat un home mes que lo mayordomo, que es agüelo, y este mut. Y moltes vegades hay sentit di a moltes dones que han vingut a vóremos que totes les dolsaines del món són una broma comparades en la dolsó de ajuntás la dona al home. Pel que moltes vegades me han entrat ganes, y ya que en datre no puc, u probaría en este mut si es verdat, y éste es lo mes indicat del món per an aixó perque, encara que vullguere, no u podríe ni sabríe contáu; ya veus que es un mosso tontot, mes creixcut de cames que de juissi. En gust escoltaré qué te pareix aixó.

- ¡Ay! - va di l’atra- , ¿qué dius? ¿No saps que ham prometut la nostra virginidat a Déu?

- ¡Oh! - va di ella- , ¡cuántes coses se li prometixen tots los díes y no sen cumplix cap! ¡Si lay ham prometut, que sigue un atra o atres les que cumplíxquen la promesa!

A lo que la germana va di:

- Y si mos quedárem preñades, ¿qué passaríe?
Entonses aquella va di:

- Escomenses pensán en lo mal abáns de que te arribo; si passare, entonses ya hi pensarém: podríen fes mil coses de manera que may se sápigue, sempre que natros mateixes no u charrém. Esta, sentín aixó, tenín encara mes ganes que l’atra de probá cóm ere l'home, va di:

- Pos be, ¿qué farém?

- Veus que pronte sirá nona(la hora novena), les tres de la tarde; crec que les atres monges están dormín menos natros; mirém pel hort a vore si ña algú, y si no ña dingú, ¿qué farém mes que agarrál de la má y portál a la barraqueta aon se amague cuan plou, y allí una se quede a dins en ell y l’atra fa guardia? Es tan saboquet que se acomodará a lo que volém.
Masetto escoltabe tot este raonamén, y disposat a obeí, no esperabe mes que vinguéren a agarrál. Elles, mirán be per tot arreu y veén que desde cap puesto podíen sé enchampades, arrimánse la que habíe escomensat la conversa a Masetto, lo va despertá y ell se va ficá de peu; ella en gestos afalagadós lo va agarrá de la má, y ell pegán unes carcañades de tontet, lo va portá a la barraca, aon Masetto, sense fes mol rogá va fé lo que ella volíe. Ella, habén obtingut lo que volíe, li va dixá lo puesto a l’atra, y Masetto, sempre fen vore que ere un saboc, fée lo que elles volíen; pel que abáns de anássen de allí, mes de una vegada va volé cada una probá cóm cabalgabe lo mut, y después, parlán entre elles moltes vegades, díen que en verdat alló ere tan dols com habíen sentit, inclús mes y tot, y buscán los moméns conveniéns, en lo mut anaben a jugá.
Va passá un día que una germana seua, desde una finestra de la seua alcobeta sen va doná cuenta del tejemaneje y lo va amostrá a unes atres dos;
primé van pensá en acusáles a la abadesa, pero después, cambián de paréixe y ficades de acuerdo en les dos primeres, se van ajuntá per a tombás a Masetto, y an estes se van sumá les atres tres que sen van aná enterán.

Al final, la abadesa, que encara no sen habíe donat cuenta de estes coses, passeján un día sola pel jardí, sén gran la calina, se va trobá a Masetto (que en poca faena ya se cansabe durán lo día per massa cabalgá) que se habíe adormit tombat a la sombra de un armelé, y habénli eixecat les robes lo airet que bufáe, estabe en tot al descubert. Veén aixó la abadesa y trobánse sola, va caure a la mateixa gana que les seues mongetes, y despertán a Masetto, a la seua alcoba sel va emportá, aon uns cuans díes, en grans queixes de les monges perque lo jardiné no veníe a llaurá lo hortet, lo va tindre, probán y tornán a probá aquella dolsó que abáns solíe censurá a les atres. Al final, enviánlo a la habitassió de ell y requerínlo en molta frecuénsia, no podén Masetto satisfé a tantes, va pensá que de fes lo mut podríe víndreli un gran mal si durabe mes tems; y per naixó una nit, están en la abadesa, va escomensá a di:

- Siñora, hay sentit que un gall pot en deu gallines, pero que deu homes ben just poden contentá a una dona, y yo ting que cumplí en nou, per res del món podré aguantáu, ya no puc fé ni poc ni mol; y per naixó, o me dixéu anámen en Déu o li trobéu un arreglo an aixó.

La Siñora, sentín parlá an este a qui teníe per mut, se va esbarrá, y va di:

- ¿Qué es aixó? creía que eres mut.

- Siñora - va di Masetto -, sí que u era pero no de naiximén, sino per una enfermedat que me va dixá mut, y per primera vegada esta nit séntigo que me torne la veu, pel que alabo a Déu tot lo que puc.

La Siñora su va creure y li va preguntá qué volíe di alló de que a nou teníe que serví. Masetto li va di lo que passabe, lo que sentín la abadesa, sen va doná cuenta de que no ñabíe cap monja que no fore mol mes sabia que ella; pel que, sense dixá anássen a Masetto, se va disposá a arribá en les seues monges a un acuerdo en estos assuntos, per a que per culpa de lo que passáe en Masetto no fore criticat lo convén.

Aquells díes va morí lo mayordomo, y de común acuerdo, fénse manifest lo que a esquenes de totes se habíe estat fen, van fé creure a la gen de la roglada que grássies a les orassións y los mérits del san al que estabe dedicat lo convén, a Masetto, que habíe sigut mut mol tems, li habíe tornat la veu, y lo van fé mayordomo; y de tal manera se van repartí les faenes que ell va pugué aguantáu. Y en elles bastáns monaguillos va engendrá pero en tanta discressió que res se va sabé hasta después de la mort de la abadesa, sén ya Masetto agüelo y volén torná ric a casa seua.

Aixina, pos, Masetto, vell, pare y ric, sense tindre la faenada de alimentá als seus fills ni pagá los seus gastos, grássies al seu espabil, al poble de aon habíe eixit sense res, va torná, afirmán que aixina tratabe Cristo a qui li ficabe los cuernos damún de la corona.

SEGONA

jueves, 2 de mayo de 2019

Cuarta jornada. Novela segona.



Cuarta Jornada. Novela segona.
Fray Alberto convéns a una dona de que lo arcángel Gabriel está enamorat de ella y, com si fore ell, moltes vegades se gite en ella, después, per temó als paréns de ella fugín de casa seua se refugie a casa de un home pobre, lo que, com a un home salvache, al día siguién a la plassa lo porte; aon, reconegut, los seus flares li fóten ma y lo fiquen a la presó.

Venecia, puente Rialto
pon Rialto de Venecia

La história contada per Fiameta habíe fet saltá les llágrimes a les seues compañeres moltes vegades, pero están ya completa, lo rey en inconmovible gesto va di:
- Poc preu me pareixeríe doná la meua vida per la mitat de la chaleraque en Guiscardo va gosá Ghismunda, y cap de vatres té que maravillás, que yo, vivín, a cada pas mil morts vech, y per totes elles no me es donada ni una part de esta chalera. Pero dixán está los meus assuntos de momén, vull que sobre casos dus, y en part als meus acsidéns semelláns, continúo parlán Pampínea, y si u fá com ha escomensat Fiameta, sense duda alguna rosada escomensaré a sentí caure damún de les meues flames.
Pampínea, sentín que aquella orden ere per an ella, va vore lo ánimo del rey mes per la emossió de les seues compañeres que les paraules del rey y per naixó, mes disposada a recreáles un poc que a tíndre que contentá al rey, se va ficá a contá una história que sense eixíssen de lo proposat, los faiguere riure, y va escomensá:
Acostumbre lo poble a di lo proverbio siguién: «Lo que es malvat y per bo tingut, pot fé lo mal y no es cregut», lo que done per a demostrá cuánta y quina es la hipocresía de los religiosos, los que en les robes llargues y amples y en les cares artifissialmén pálides y en les veus humildes y manses per a demaná a datres, y altaneríssims y áspres al empéndre als atres los seus mateixos vissis y en mostráls que ells per agarrá y los demés per a donáls an ells conseguíxen la salvassió, y ademés de aixó, no com homes que lo paraísso tinguen que guañás com natros sino casi com a siñós y posseedós de ell donán a cadaú que se mor, segóns la cantidat de dinés que los dixe, un puesto mes o menos exelén, en aixó primé a sí mateixos, si aixina u creuen, y después a qui a a les seues paraules donen fe se esforsen en engañá. Sobre los que, si cuan los convé me fore permitit demostrá, pronte los aclararía a mols simples lo que en les seues capes amplíssimes tenen amagat. Pero vullgue Déu que en totes les seues mentires a tots los passare lo que a un flare menor, de aquells que per mes grans santóns eren tinguts a Venecia; sobre lo que tos parlaré per a potsé aliviá una mica en risa y en plaé los vostres ánimos plens de compassió per la mort de Ghismunda.
Va ñabé, pos, valeroses siñores, a Imola, un home de malvada y corrupta vida de nom Berto de la Massa. Les seues vituperables acsións eren mol conegudes per los imolenses, y a tan lo van portá que ni les mentires ni les verdats se les creíen los de Imola. Per lo que, acatánsen de que allí ya les seues artimañes no li servíen, se va mudá a Venecia, resseptácul de tota la inmundíssia, y allí va aná cavilán en trobá la manera per a mal obrá com u habíe fet a un atra part. Y com si li rossegare la consiénsia per les malvades acsións cometudes per nell en lo tems passat, mostránse embargat per suma humildat y convertit en milló católico que cap atro home, va sé y se va fé flare menor y se va fé cridá fray Alberto de Imola; y en tal hábit va escomensá a fé en apariénsia una vida sacrificada y a alabá mol la peniténsia y la abstinénsia, y may minjáe carn ni bebíe vi cuan no ñabíe lo que li agradabe.
Y sense donássen cuenta casi dingú, de lladre, de rufián, de fals, de homissida, súbitamen se va convertí en un gran predicadó sense habé per naixó abandonat los vissis cuan de amagatóns puguere ficáls en obra. Y ademés de aixó, fénse móssen, sempre al altá, cuan selebrabe, si mols lo veíen, plorabe per la passió del Siñó com a qui poc li costaben les llágrimes cuan volíe. Y en poc tems, entre les seues predicassións y les seues llágrimes, va sabé de tal manera engatussá als venessiáns que casi de tot testamén que allí se fée ere fideicomissari y depositari, y guardadó de los dinés de mols, confessó y consellé casi de la mayoría de los homes y de les dones; y obrán aixina, de llop se habíe convertit en pastó, y ere la seua fama de santidat an aquelles parts mol mes gran que may habíe sigut la de San Francisco de Asís. Ara, va passá que una dona jove, badoca y sompa que se díe doña Lisetta de en cá Quirini casada en un ric mercadé que habíe anat en les seues galeres a Flandes, va aná en atres dones a confessás en este san flare; y están als seus peus, com venessiana que ere, que són tots unos vanidosos, habén dit una part de los seus assuntos, va sé preguntada per fray Alberto si teníe algún amán. Y en mal gesto li va contestá:
- Ay, siñó flare, ¿no teníu ulls a la cara? ¿Tos paréixen los meus encáns fets com los de eixes atres? Massa amáns tindría, si vullguera; pero no són los meus encáns per a dixá que los vullgue consevol. ¿A cuántes veéu que los seus encáns siguen com los meus, yo que siría hermosa hasta al paraísso? Y ademés de aixó va di tantes coses de esta hermosura seua que fastidiabe sentíla. Fray Alberto va vore que aquélla putíe a tonta, y pareixénli terra per al seu aladre, de ella enseguida y en desmesura se va enamorá; pero guardán les alabanses per a un momén mes cómodo, per a mostrás san aquella vegada, va escomensá a empéndrela y a díli que alló ere vanagloria, y atres de les seues históries; per lo que la dona li va di que ere un animal y que no sabíe que ñabíe hermosures mes grans que atres, per lo que fray Alberto, no volén enfadála massa, acabada la confessió, la va dixá anássen en les demés. Y unos díes después, agarrán un fiel compañ, sen va aná a casa de doña Lisetta y, retiránse apart a una sala en ella y sense pugué sé vist per atres, se li va aginollá dabán y va di:
- Siñora, tos rogo per Déu que me perdonéu de lo que lo domenge, parlánme vos de la vostra hermosura, tos vach di, per lo que tan fieramen vach sé castigat la nit siguién que no hay pogut eixecám del llit hasta avui.
Va di entonses doña Trulla:
-¿Y quí tos va castigá de esta manera?
Va di fray Alberto:
- Tos u diré: están en orassió durán la nit, com solgo está sempre, vach vore de repén a la meua selda una gran llumenária, y abáns de que puguera girám per a vore lo que ere, me vach vore damún un jove hermossíssim en una gayata grossa a la ma, que, agarránme per la capa y fénme eixecá, tan me va blandí que me va dixá cruixit. Li vach preguntá después per qué me habíe fet alló, y va contestá:
«Perque avui te has atrevit a repéndre los selestials encáns de doña Lisetta, a la que vull, Déu apart, sobre totes les coses». Y yo entonses li vach preguntá:
«¿Quí sou vos?». A lo que va contestá ell que ere lo arcángel Gabriel. «Oh, siñó meu, tos rogo que me perdonéu», vach di yo. Y ell va di entonses: «Te perdono en la condissió de que anirás a vórela en cuan pugues, y demánali perdó; y si no te perdone, yo tornaré aquí y te fotré tantes gayatades que u sentirás mentres visques». Lo que me va di después no me atrevixco a dítosu si no me perdonáu primé.
Doña Carbassa de ven, que ere un sí es no es dols de sal, se esponjabe sentín estes paraules y totes se les creíe com a mol verdaderes, y después de un rato va di:
- Be tos día yo, fray Alberto, que los meus encáns eren selestials; pero aixina Déu me ajudo, que ting llástima de vos, y ara, per a que no tos faiguen mes mal, tos perdono, si me diéu lo que lo ángel tos va di después.
Fray Alberto va di:
- Siñora, ya que me hau perdonat, tos u diré de bon grado, pero una cosa tos recordo, que lo que yo tos diga tos guardaréu de contáu a dingú del món, si no voléu fé malbé los vostres assuntos, que sou la mes afortunada dona que ña avui en tot lo món. Este ángel Gabriel me va di que tos diguera que li agradéu tan que moltes vegades hauríe vingut a está per la nit en vos si no haguere sigut per no assustatos. Ara, tos envíe di per mí que vol víndre una nit a vóretos y quedás en vos un bon rato; y perque com es un ángel y vinín en forma de ángel no lo podríeu tocá, diu que per a disfrute vostre vol víndre en figura de home, y per naixó diu que li diguéu cuán voléu que vingue y en quina fomra, y que u fará; per lo que vos, mes que cap dona viva, tos podréu tíndre per felís.
Doña Bachillera va di entonses que mol li agradabe que lo ángel Gabriel la amare, perque ella lo volíe be, y may passaríe que una vela de un matapán no li ensenguere dabán de aon lo veiguere pintat; y que cuan vullguere víndre an ella ere benvingut, que la trobaríe sola a la seua alcoba; pero en lo pacte de que no la dixaríe per la Virgen María, que li habíen dit que la volíe mol, y tamé lay pareixíe aixina perque a consevol puesto que lo vee estabe aginollat dabán de ella; y ademés de aixó, que ere cosa seua víndre en la forma que vullguere, sempre que no la assustare. Entonces va di fray Alberto:
- Siñora, parleu sabiamen, y yo arreglaré be en ell lo que me diéu. Pero podéu fem un gran favor, y no tos costará res y lo favor es éste: que vullgáu que víngue en este cos meu. Y escoltéu per qué me faréu un favor: me traurá l´alma del cos y la ficará al paraísso mentres ell estigue en vos.
Va di entonses doña Estirada:
- Be me pareix; vull que per les gayatades que tos va fótre per la meua culpa, que tingáu este consol. Entonces va di fray Alberto:
- Aixina, faréu que esta nit trobo ell la porta de casa vostra uberta, de manera que pugue entrá, perque venín en cos humano com vindrá, no podrá entrá mes que per la porta. La dona va contestá que u faríe. Fray Alberto sen va aná y ella se va quedá en tan gran alegría que no li entrabe la camisa al cos, mil añs pareixénli hasta que lo arcángel Gabriel vinguere a vórela. Fray Alberto, pensán que caballé y no ángel teníe que sé per la nit, en confits y atres bones coses va escomensá a agarrá forses, per a que no puguere sé aviát fássilmen del caball; y conseguit lo permís, en un compañ, al fes de nit, sen va aná cap a casa de una amiga seua de aon un atra vegada habíe arrancat cuan anabe corrén les yegües, y de allí, cuan li va pareixe be, disfrassat, sen va aná a casa de la dona y, entrán allí, en los perifollos que habíe portat, en ángel se va transfigurá, y puján a dal, va entrá a la cámara de la dona. Ella, cuan va vore aquella cosa tan blanca, se li va aginollá dabán, y lo ángel la va beneí y la va fé ficás dreta, y li va fé siñal de que sen aniguere al llit; lo que ella, dessichosa de féli cas, va fé rápidamen, y lo ángel después se va gitá en la seu devota. Ere fray Alberto majo de cos y fort, y mol ben plantat; per lo que trobánse en doña Lisetta, que ere fresca y cachonda, moltes vegades aquella nit va volá sense ales, de lo que ella mol contenta se va quedá; y ademés de alló, moltes coses li va di de la glória selestial. Después, arrimánse lo día, organisán la retirada, en los seus arnesos fora sen va eixí y va torná aon estabe lo compañ, al que, per a que no tinguere temó dormín sol, la bona dona de la casa li habíe fet amigable compañía. La dona, en cuan va amorsá, prenén als seus acompañáns, sen va aná a fray Alberto y li va doná notíssies del ángel Gabriel y de lo que li habíe contat de la glória y la vida eterna, y cóm ere ell, afegín ademés an aixó, maravilloses fábules.
A la que fray Alberto va di:
- Siñora, yo no sé cóm tos va aná en ell; lo que sé be es que esta nit, venín ell a mí y habénli yo donat la vostra embajada, me se va emportá de repén l´alma entre tantes flos y tantes roses que may se han vist tantes aquí, y vach está a un de los puestos mes agradables aon may hay estat hasta este matí a maitines: lo que va pasá del meu cos, no u sé.
-¿No tos u dic yo? - va di la Siñora -. Lo vostre cos va está tota la nit als meus brassos en lo ángel Gabriel, y si no me creéu miréutos daball de la mamella esquerra, aon li vach chupá al ángel, allí tindréu la siñal uns cuans díes.
Va di entonses fray Alberto:
- Avui faré algo que no hay fet en mol tems, me despullaré per a vore si me diéu la verdat.
Y después de mol charrá, la dona sen va entorná a casa, aon en figura de ángel fray Alberto va torná después moltes vegades sense trobá cap obstácul. Pero va passá un día que, están doña Lisetta en una comare seua y juntes parlán sobre la hermosura, per a ficá la seua dabán de cap atra, com qui poca sal teníe a la carbassa, va di:
- Si sapiguéreu a quí li agrade la meua hermosura, en verdat que no parlaríeu de les demés. La comare, dessichosa de sentíla, com be la coneixíe, va di:
- Siñora, podréu di verdat; pero no sabén quí es ell, no pot una desdís tan ligeramen.
Entonces la dona, que poc magín teníe, va di:
- Comare, no pot dís, pero en qui me enteng es en lo ángel Gabriel, que mes que an ell mateix me vol com a la dona mes hermosa, per lo que ell me diu, que ñague al món o a la marisma.
A la comare li van entrá ganes de enríuressen, pero se va aguantá per a féla parlá mes, y va di: - A fe, Siñora, que si lo ángel Gabriel se entén en vos y tos diu aixó té que sé aixina, pero no creía yo que los ángels féen estes coses.
Va di la dona:
- Comare, estéu equivocada, per les llagues de Déu: u fa milló que lo meu home, y me diu que tamé se fa allá dal; pero perque li pareixco mes hermosa que cap de les que ñan al sel se ha enamorat de mí y ve a está en mí moltes vegades; ¿Está cla? La comare, en cuan sen va aná doña Lisetta, se li van fé mil añs hasta que va está a un puesto aon pugué contá estes coses; y reunínse en una gran compañía de dones, ordenadamen los contá la história. Estes dones los u van di als seus homes y a datres dones, y éstes a datres, y aixina en menos de dos díes tota Venecia anabe plena de aixó. Pero entre aquells als que los va arribá, estaben los cuñats de ella, que, sense di res, se van proposá trobá aquell arcángel y vore si sabíe volá: y moltes nits van está apostats esperánlo.
Va passá que de este anunsi alguna notissiota va arribá a oíts de fray Alberto, que, per a empéndre a la dona anán una nit, apenes se habíe despullat cuan los cuñats de ella, que lo habíen vist víndre, ya estáen a la porta de la alcoba per a obríla. Sentínu fray Alberto, y entenén lo que ere, eixecánse y no veén datre refugi, va obrí una finestra que donabe al gran canal y desde allí se va aviá al aigua. La fondária ere gran y ell sabíe nadá aixina que cap mal se va fé; y nadán hasta l’atra vora del canal, a una casa que ñabíe uberta se va embutí a escape, rogán a un bon home que ñabíe a dins que per amor de Déu li salvare la vida, contán fábules de per qué estabe allí an aquella hora y despullat. Lo bon home, compadeixcut, com teníe que eixí a fé los seus assuntos, lo va ficá al seu llit y li va di que se estiguere allí hasta que tornare; y tancánlo a dins, sen va aná a les seues coses. Los cuñats de la dona, entrán a la alcoba, se van trobá que lo ángel Gabriel, habén dixat allí les alas, habíe volat, y van renegá mol a la dona, y per fin desconsoladíssima la van dixá en pas y sen van entorná a casa seua en los arnesos del arcángel. Mentrestán, clareján lo día, están lo bon home a Rialto, va sentí contá cóm lo ángel Gabriel habíe anat per la nit a gitás en doña Lisetta, y, trobat per los cuñats, se habíe aviát al canal per temó y no se sabíe qué habíe sigut de ell; per lo que rápidamen va pensá que aquell que teníe a casa teníe que sé ell; y tornán allí y reconeixénlo, después de moltes históries, va arribá en ell al acuerdo de que si no volíe que lo entregare als cuñats, li donare sincuanta ducados; y aixina u va fé. Y después de aixó, dessichán fray Alberto eixí de allí, li va di lo bon home: - No vech datra manera de que ixque sense sé reconegut. Avui fem natros una festa a la que un porte un disfrás de oso y un atre va a guisa de home salvache y aixina un disfrassat de una cosa y un atre de un atra, y a la plassa de San Marcos se fa una cassería, y acabada se acabe la festa; y después cadaú sen va en qui ha portat aon mes li agrado; si voléu, antes de que pugue descubrís que estéu aquí, yo tos portaré disfrassat de alguna de estes maneres, y tos podré portá aon vullgáu; de un atre modo, no vech cóm podréu ixí sense sé reconegut; y los cuñats de la Siñora, pensán que an algún puesto de aquí dins estéu, han ficat per tot arreu guardies per a enchampátos.
Encara que mal li pareguere a fray Alberto aná de tal guisa, u va tíndre que fé per la temó que teníe als paréns de la dona, y li va di an aquell aón teníe que portál. Este, habénlo embadurnat tot en mel y recubert de plomes minudetes, en una cadena al coll y una máscara a la cara, y una gran gayata a una ma y a l’atra dos grans gossos que habíe portat del matadero, va maná a un a Rialto a que pregonare que si algú volíe vore al ángel Gabriel pujare a la plassa de San Marcos. Y va sé lealtat venessiana ésta.
Y fet aixó, después de un rato, lo va traure fora y lo va ficá dabán de ell, y caminán detrás aguantánlo per la cadena, no sense gran abalot de mols, que díen tots: «¿Qué es aixó? ¿Qué es aixó?», lo va portá hasta la plassa aon, entre los que habíen vingut detrás y tamé los que, al sentí lo pregó, se habíen arrimat desde Rialto, ñabíe una caterva de gen. Este, arribat allí, a un puesto destacat y alt, va lligá al seu home salvache a una columna, fen vore que esperabe la cassa, al que les mosques y los tabáns, perque estabe enviscat de mel, lo molestaben mol.
Pero después de vore la plassa a cormull de gen, fen com que volíe deslligá al seu salvache, li va traure la máscara a fray Alberto, dién:
- Siñós, com lo jabalí no ve a la cassera, y no pot fes, per a que no haigáu vingut en vano vull que veigáu al arcángel Gabriel, que del sel baixe a la terra per les nits per a consolá a les dones venessianes.
Al tráureli la máscara fray Alberto va sé reconegut per tots enseguida y contra nell se van eixecá los crits de tots, diénli tots los insultos que sabíen y la infamia mes gran que may se va di a cap bribón, y, ademés de aixó, aventánli a la cara los uns una gorrinada y los atres un atra, aixina lo van tíndre durán mol tems, hasta que va arribá la notíssia als seus flares, y sis de ells se van ficá en camí y van arribá allí, y, tiránli una capa damún y desencadenánlo, no sense grandíssim abalot detrás hasta casa lo van portá, aon lo van empresoná, y después de viure a la miséria se creu que va morí. Aixina éste, tingut per bo y obrán mal, sense sé cregut, se va atreví a fé de arcángel Gabriel; y de ell convertit en home salvache, en lo tems, com u habíe mereixcut, sense profit va plorá los pecats cometuts. Vullgue Déu que a tots los demés los passo lo mateix.

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