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Aragonés: Orígenes y formación
El origen del aragonés es el latín . Pero no el latín clásico sino el latín vulgar. Ese latín se asentó posiblemente en territorios aragoneses donde se hablaba ibero, es decir, la zona llana concerniente al valle del Ebro y al sur sobre sustrato celta en una pequeña zona occidental ( somontano del Moncayo) y sobre una lengua vascona en los Pirineos y Alto Aragón en general. Así, se puede dar por formado un aragonés muy primitivo sobre los siglos VII-VIII.
El primer texto conocido es el conocido como Glosas Emilianenses, alrededor del año 976 en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja). Se trata de un texto en aragonés, aunque muy primitivo.
Durante los siglos X y XI se pueden encontrar bastantes formas del romance aragonés mezcladas en el texto latino de los documentos, pero en el siglo XII desaparecen casi del todo. Es sólo en la frontera de los siglos XII-XIII cuando aparecen por primera vez textos en los que predomina las formas aragonesas sobre las latinas.
El aragonés, se va desarrollando literariamente y extendiendo geográficamente a lo largo de estos siglos, si bien la expansión territorial quedaría terminada hacia mediados del siglo XIII. El aragonés se propagó geográficamente hacia el sur, abarcando progresivamente más extensión.
En el año 1412 se produce la instauración en Aragón de la dinastía Trastámara, dinastía castellana, que influyó notablemente en la castellanización de la Corte aragonesa. Este hecho, junto a la baja conciencia lingüística explican la rápida castellanización de las clases altas de la población. En la segunda mitad del s.XV y principios del siglo XVI las formas aragonesas se reemplazan por las castellanas.
Durante el siglo XVI, se produce la casi total castellanización, sobre todo, a nivel escrito pero no a nivel hablado. En el siglo XVIII se conserva el aragonés en tan sólo el área norte, desde Zuera hacia arriba.
Durante los siglos XIX y XX se produce la aportación de datos sobre el aragonés, gracias a las obras de eruditos, escritores y filólogos. Es en el siglo XX cuando se produce, en realidad, el descubrimiento científico del aragonés, en gran parte debido a la presentación y recogida de trabajos de gentes y filólogos alemanes como Rolhfs, Kühn, etc,... Hay que llegar a los 70 para poder hablar de un proceso de normalización del aragonés.
Aragonés: La realidad actual
Aragonés: La realidad actual
No existe un censo real y fiable del número de hablantes de aragonés. Lo más habitual ha sido manejar las cifras de algunos estudios al respecto que sitúan la población aragoneso-hablante en torno a 12.000 personas que lo hablan (hablantes activos) y a las 40.000 que lo conocen y lo usan esporádicamente (hablantes pasivos).
El aragonés se mantiene hoy vivo en el Altoaragón,entendiendo por éste casi toda la provincia de Huesca, excepto sus comarcas más meridionales y sus comarcas orientales, en las que se dan diferentes realizaciones lingüísticas de transición al catalán.
Por supuesto, el grado de conservación es muy dispar. Así, contrastan fuertemente zonas donde su grado de conservación es bueno, con otras en las que el aragonés es la base cultural de la lengua que se habla allí pero se halla fuertemente castellanizada.
Actualmente quedan pocos hablantes puros, pero hay muchos más hablantes jóvenes que tienen mayor conciencia lingüística, sobre todo porque en los últimos años un número considerable lo han estudiado.
Desde el punto de vista lingüístico se suele considerar que el aragonés tiene cuatro grandes áreas dialectales (occidental, central, oriental y meridional). Si entendemos que muchas de estas diferencias son tan sólo desinenciales podría hablarse más bien de dos zonas dialectales (occidental y oriental) que confluirían, de forma difusa en el aragonés meridional. Podríamos establecer tres categorías:
1. Zonas donde el aragonés donde se conserva bien. En ellas el aragonés está vigente como lengua y, aunque el castellano no encuentra oposición alguna, es la lengua de comunicación habitual entre sus hablantes: bal d'Echo, bal de Chistau, A fueba, bal de Benás, Ribagorza (desde Campo hasta Graus) y Ballibió.
2. Zonas donde el aragonés se encuentra en una clara fase regresiva frente al castellano, aunque sigue siendo, parcialmente, la lengua de comunicación : bal d'Ansó, bal de Tena, bal de Bielsa, Aragüés, Sobrarbe zentral y meridional, Ayerbe y Galliguera, algunas localidades de los Semontanos de Uesca y Balbastro.
3. Zonas donde el aragonés se conoce, pero se emplea de una forma cada vez más residual: bal de l'Aragón, Zinco Billas y Bal d'Onsella, Semontanos, Riberas del Ara, del Basa y del Güarga, Plana de Uesca.
1. Zonas donde el aragonés donde se conserva bien. En ellas el aragonés está vigente como lengua y, aunque el castellano no encuentra oposición alguna, es la lengua de comunicación habitual entre sus hablantes: bal d'Echo, bal de Chistau, A fueba, bal de Benás, Ribagorza (desde Campo hasta Graus) y Ballibió.
2. Zonas donde el aragonés se encuentra en una clara fase regresiva frente al castellano, aunque sigue siendo, parcialmente, la lengua de comunicación : bal d'Ansó, bal de Tena, bal de Bielsa, Aragüés, Sobrarbe zentral y meridional, Ayerbe y Galliguera, algunas localidades de los Semontanos de Uesca y Balbastro.
3. Zonas donde el aragonés se conoce, pero se emplea de una forma cada vez más residual: bal de l'Aragón, Zinco Billas y Bal d'Onsella, Semontanos, Riberas del Ara, del Basa y del Güarga, Plana de Uesca.
A lo largo de los años 70 se fueron configurando una serie de normas comunes para unificar el aragonés hasta que en 1987, a raíz del I Congreso ta ra normalizazión de l'aragonés, se revisaron y asumieron de forma más general. Destaca la existencia de asociaciones y colectivos que trabajan para la recuperación de la lengua aragonesa: Consello d'a Fabla Aragonesa, Ligallo de Fablans, Colla de Fablans o Nogará.
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