Mostrando las entradas para la consulta Clarín ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Clarín ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

martes, 30 de abril de 2019

EL SITIO DE BARBASTRO DE 1064


2.28. EL SITIO DE BARBASTRO DE 1064 (SIGLO XI. BARBASTRO)

EL SITIO DE BARBASTRO DE 1064 (SIGLO XI. BARBASTRO)
catedral de Barbastro, interior

Históricamente es bien conocido cómo la reconquista de Barbastro dio origen a la predicación de la primera cruzada, de modo que la ciudad del Vero fue conocida en toda Europa y, junto a los hechos históricos ciertos, pronto se construyó toda una leyenda acerca del sitio de Barbastro, que tomó forma de canción de gesta.
Según la leyenda, hallábase Aimerico de Narbona celebrando un torneo cuando le llegaron noticias de que el emir musulmán pretendía conquistar Francia, coronarse en el propio San Denís de París y apresar a Aimerico para cortarle la cabeza. Antes de lo esperado, los musulmanes avistaron Narbona, cogiendo prisionera a la propia condesa Hermenjart. La victoria, tras reñida y sangrienta batalla, sonrió a los musulmanes, que hicieron muchos prisioneros, entre los que se encontraban el hijo del propio Aimerico, llamado Buvés de Comarcís, y dos hijos de éste, Guirart y Guileín.

Ordenó el rey musulmán que llevaran a los prisioneros a la fortaleza de Barbastro, siendo encerrados junto a la terrible serpiente «Belinais», a la que afortunadamente lograron matar con las armas que les proporcionó Clarión de Vaudune, musulmán dueño de la mitad de Barbastro, que era despreciado por el resto de sus correligionarios. Buvés de Comarcís, con la ayuda de Clarión, se hizo con la plaza y consiguió bautizar a los musulmanes que allí quedaban.
El moro Corsout de Tabarie logró escapar de Barbastro e ir a Narbona, donde anunció al emir la pérdida de la ciudad. Ello hizo que las tropas musulmanasabandonaran Narbona para trasladarse a Barbastro. Buvés de Comarcís y el emir acabaron enfrentándose, cayendo herido el jefe moro.
Ante el cariz que tomaban los acontecimientos, los musulmanes de Barbastro pidieron ayuda a los cordobeses, de modo que las naves de Córdoba, tras cuatro días de navegación, llegaron al puerto de Barbastro. La situación para Buvés de Comarcís y los suyos era desesperada. Gracias a la llegada de un ejército mandado por Aimerico de Narbona y por el propio rey Luis de Francia, los sitiados cristianos fueron liberados y el victorioso rey francés pudo dedicarse a reconquistar España, arrojando de ella a los musulmanes.

Ubieto, Antonio, Historia de Aragón. Literatura medieval, I, págs. 359-360.]


https://es.wikipedia.org/wiki/Barbastro

Barbastro (en aragonés Balbastro) ​es una ciudad española de la provincia de Huesca, siendo la tercera ciudad más poblada y la séptima de Aragón, capital de la comarca del Somontano de Barbastro. La ciudad (originalmente es posible que se llamara Bergidum o Bergiduna) se encuentra en la unión de los ríos Cinca y Vero.

Entre las primeras estribaciones de los Pirineos y las llanuras de los Monegros se extiende la comarca del Somontano ("terreno situado en la falda de una montaña"), cuya capital es Barbastro. A estas vías se une una buena red de carreteras comarcales y locales, como el eje que siguen el cauce del río Vero para penetrar en el Parque Cultural del Río Vero al que da nombre y al Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara.

Barbastro posee una altitud de 341 metros sobre el nivel del mar. Está enclavada en una zona prepirenaica y su clima es mediterráneo continental con una temperatura media de 13,8 °C y une mediante las numerosas acequias que derivan del río Vero, que atraviesa la población y se encuentra canalizado en la zona urbana a lo largo de más de un kilómetro.

Como principales cultivos destacan el olivo, el almendro, los cereales y la vid, que produce un vino bajo la Denominación de Origen Somontano.

Es una de las ciudades con más empresas industriales de la comarca.

En la época romana formaba parte de la Hispania Citerior, más tarde llamada Hispania Tarraconensis.

La ciudad fue tomada por los árabes bajo el liderazgo de Muza (711), quienes le dieron el nombre Barbaschter, que deriva del nombre de Barbastrum, de acuerdo a la opinión comúnmente aceptada. Los sarracenos la mantuvieron en su poder hasta el año 1063 en que fue tomada por Sancho Ramírez. Ramiro I de Aragón ya había intentado repetidas veces apoderarse de Barbastro y Graus, lugares estratégicos que formaban una cuña entre sus territorios. Barbastro era la capital del distrito nororiental de la Taifa de Zaragoza y esta localidad acogía un importante mercado.

En 1063 Ramiro I sitió Graus, pero Al-Muqtadir en persona, al frente de un ejército que incluía un contingente de tropas castellanas al mando de Sancho II de Castilla (hermano de Alfonso VI de Castilla) que contaba entre sus huestes con un joven castellano llamado Rodrigo Díaz de Vivar, consiguió rechazar a los aragoneses, los cuales perdieron en esta batalla a su rey Ramiro I. Poco duraría el éxito, pues el sucesor en el trono de Aragón, Sancho Ramírez, con la ayuda de tropas de condados francos ultrapirenaicos, tomó Barbastro en 1064 en lo que se considera la primera llamada conocida a la cruzada, la cruzada de Barbastro. A ese hecho histórico se refiere el cantar de gesta francés del ciclo carolingio Le siège de Barbastre del que se conserva un ejemplar manuscrito de principios del siglo XIII en la Biblioteca Nacional de París.

En 1065 Al-Muqtadir reaccionó solicitando la ayuda de todo Al-Ándalus, y llamando a la yihad volvió a recuperar Barbastro. Este triunfo le permitió tomar a Al-Muqtadir el sobrenombre honorífico de "Billah" ("el poderoso gracias a Alá"), y Barbastro siguió en manos de la Taifa de Zaragoza hasta que fue recuperada definitivamente en 1101 por el rey Pedro I de Aragón que, con el permiso del Papa, la convirtió en sede episcopal, trasladando la sede desde Roda de Isábena. El primer obispo, Poncio, fue a Roma para obtener el permiso del Papa para hacer el traslado.

Muchos concilios provinciales y diocesanos se han realizado en la ciudad desde entonces: las Cortes Generales se han reunido allí ocasionalmente y durante una de las sesiones en 1134 el nuevo rey Ramiro II de Aragón, el Monje, renunció a la silla episcopal.

En el año 1137 se produjo en la ciudad uno de los acontecimientos históricos más relevantes: en el barrio del Entremuro, se firmaron los esponsales entre el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona y Petronila, hija de Ramiro II el Monje. Este hecho dio lugar al nacimiento de la Corona de Aragón.

De su importancia en la época nos hablan las frecuentes visitas de Alfonso II, puesto que desde su reconquista se ganó el rango de ciudad infanzona con voto en Cortes, acogió las celebradas por Pedro II, en 1196.

Dos siglos más tarde, y a la muerte de Juan I, Barbastro sufrió el sitio del Conde de Foix en 1395.

Nuevamente, en 1626, las Cortes Generales de Aragón, bajo el reinado de Felipe IV se convocaron en la ciudad. Con este monarca, Barbastro fue retaguardia en la guerra de Cataluña, reiterando un protagonismo en la vida militar que se repetiría en la guerra de la Independencia, en el primer choque entre liberales y carlistas o en la Guerra Civil española. El escritor británico George Orwell, que estuvo restableciéndose en Barbastro de una herida de guerra, hace referencia en varias páginas de su libro "Homenaje a Cataluña", a la vida y al paisaje urbano de esta ciudad. Durante la guerra civil española se produjo en esta zona la mayor persecución religiosa de toda España, donde murieron el 87% de los sacerdotes y monjes de toda la diócesis.

Del siglo XIX, con realizaciones importantes y caracterizado por un impulso urbano y comercial progresista, se pasa a un regresivo comienzo del siglo XX. Solo a finales de los años 60, con las obras del embalse de El Grado y el Canal, un nuevo ritmo reactiva la economía. Con este impulso, el afán de industrialización de la década siguiente, con la creación de un Polígono Industrial, retoma el testigo de la agricultura y el comercio. También la construcción en los años 70 del cercano santuario de Torreciudad, ha contribuido a la notoriedad de esta ciudad.

La actividad comercial en Barbastro ha sido siempre unos de los pilares económicos de la ciudad:

Las tiendas son muchas y en todas se encuentran objetos de uso del país y de lujo para las clases acomodadas que no tienen necesidad de acudir a otros puntos para llenar sus deseos de gusto y elegancia

Ignacio de Asso en su Historia de la economía Aragonesa, siglo XVIII
Durante la Guerra de los Pirineos, concretamente entre diciembre de 1794 y enero de 1795, en que el comercio no era floreciente, a la vez que las intensas relaciones comerciales con Francia estaban cortadas. A pesar de todo, los comerciantes de Barbastro mantenían su actividad comercial con la venta de géneros, no solo españoles sino ultramarinos, que llegaban de Inglaterra o de las colonias a los puertos catalanes o levantinos.

Las calles más comerciales de Barbastro eran Mayor, Monzón, Mercado y Rioancho, destacando las dos últimas que con sus porches y enlosados facilitaban al público sus compras. Basándonos en los derechos reales que debían pagar los comerciantes por los géneros ultramarinos éstos se pueden clasificar en tres grandes grupos:

Alimenticios: Cacao, chocolate, azúcar, especias como la pimienta, el clavo, la canela Casia o la de Manila y el abadejo, que se almacenaba en un local habilitado en el Santo Hospital de San Julián y Santa Lucía.
Quincalla: Hebillas, cruces, corazones, medallas, agujas de coser o del pelo, alfileres, clavos para carro, cascabeles, cuerdas de monocordio, persianas, dedales de hierro y de latón o hilo de hierro, entre otras cosas.

Textiles:
- Tejidos de lana como los barraganes
- Telas impermeables, el anascoto
- Las sargas de Guadalajara
- El tripe, similar al terciopelo
- El cristal, tejido muy fino con algo de lustre
- Las sempiternas, tejido muy tupido
- La rasilla
- Las serafinas, similar a la bayeta con flores o dibujos
- Las estameñas
- El lila, telas de colores
- El burato, para alivio del luto en verano
De los géneros de algodón destacan:
- La indiana, que estaba estampada por una cara
- Los ruanes
- Las sargas
- El fustán, que tenía pelo por una cara
- La muselina de Flandes
- El true, lienzo fino
- El coton
- El terliz que era una tela fuerte.
Por lo que respecta a los tejidos finos:
- La escarlatina de seda, brocada en oro
- La estofa de seda
- La griseta que era un tejido de seda con flores
- El broquat o brocado de seda con dibujos de colores.
Había otra serie de tejidos variados:
- Los chamelotes que era un tejido impermeable de pelo de camello
- Las platillas o lienzo barato
- El peñasco, tela muy duradera
- Los zaffres que eran de color azul
- El bocadillo, lienzo delgado muy barato
- Los chalones, mantos negros
- El clarín que era una tela fina de hilo para vueltas
- El cambray
- La holandesa

- monfortes, escadarzo, felipichi y otros.

A la ciudad de Barbastro, a lo largo de su historia, se le han concedido varias ferias; por el estudio de un documento del año 1732 depositado en el Archivo Municipal de Barbastro sabemos que la ciudad celebraba la feria de San Marcos Evangelista, que había sido concedida por Privilegio del rey Alonso de Aragón y que duraba siete días antes de la festividad del santo y siete después.

Otra era la feria de San Bartolomé que comenzaba quince días antes de la celebración del santo y continuaba quince días después; esta feria fue concedida por un Privilegio Real de Pedro IV de Aragón, dado en Zaragoza el 24 de junio de 1361, ratificado por el Justicia Mayor del Reino de Aragón el 30 de agosto de 1555 y posteriormente, el 23 de enero de 1672.

El 3 de noviembre de 1371, en la Villa de Caspe, el rey Pedro IV otorgó un Privilegio a la ciudad de Barbastro para celebrar una feria que durase quince días y que comenzaba el día de Nuestra Señora de Agosto.

También concedió el rey Carlos II, en las Cortes Generales de Zaragoza de 1678, un Privilegio para celebrar feria-mercado el día 1 y 15 de cada mes, sin que se extendiese a otros. La feria de Santo Tomás Apóstol se venía celebrando desde tiempo inmemorial.

Pero la que más nos interesa es la de Nuestra Señora de la Candelaria, concedida por un Privilegio de la “Serenísima Señora Doña Germana de Foix”, esposa del rey Fernando el Católico, en las Cortes celebradas en la Villa de Monzón el 22 de septiembre de 1512. La feria comenzaba doce días antes de la festividad de Ntra. Sra. y continuaba por espacio de otros doce días, vendiéndose en ella hierro labrado y quincalla, ampliándose posteriormente a otros géneros.

La feria de la Candelera se ubicaba en el cuartón de “dentromuro”, en la plaza del Entremuro o de la Candelera y calles adyacentes. Cobró tal auge que en un momento determinado las autoridades municipales decidieron cambiar su localización, buscando un sitio más amplio, por lo que en el año 1813 se publicó un bando para que la feria se celebrase “debajo del Coso y Rioancho y los cerdos se pusiesen en la Plaza Rastro”, mandándose iluminar las ventanas de las casas para el paso de la retreta que se celebraba el último día.

Pero no solo fue especial la Feria de la Candelera del año 1813 por su nueva ubicación sino porque además coincidió con el acto oficial de la jura de la Constitución política de la Monarquía Española que había sido proclamada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, pero al estar Barbastro ocupado por los franceses, el juramento no pudo efectuarse hasta 1813. La vigencia de esta constitución fue breve, ya que a finales de mayo del año siguiente y por orden expresa del rey Fernando VII se quemó el único cuadernillo que de ella había en la ciudad, en un acto público celebrado en la Plaza del Mercado, tal como describe el Libro Gestis de la Ciudad:

Aquí no se había hecho sino publicar la constitución en la forma y modo que queda dicho, ni había mas monumento que el exemplar de la misma depositado en las casas Consistoriales de las que fue extraído y conducido al Mercado donde fue entregado â las llamas por el Corredor de la Ciudad, y se reduxo â cenizas entre las execraciones del Pueblo que al mismo tiempo aclamaba â su Soberano”.

Libro Gestis de la Ciudad


La feria de la Candelera ha sido la única que ha conservado su carácter mercantil, ya que la feria de septiembre, que eran fundamentalmente de ganado, se ha convertido en las fiestas patronales, perdiendo totalmente su carácter comercial.

Barbastro acoge desde hace casi medio siglo el Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Barbastro
https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/25604-l-premio-internacional-de-novela-ciudad-de-barbastro-2019-espana
y el Premio Internacional de Poesía Hermanos Argensola.
https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/25605-li-premio-internacional-de-poesia-hermanos-argensola-2019-espana

Premios que son considerados dos de los certámenes de novela corta y poesía más prestigiosos y consolidados de España. A lo largo de los años han contado entre sus ganadores a autores como Javier Tomeo, Eduardo Mendicutti, Fernando Marías Amondo, Luis Leante, Pablo Villafruela, Juan Carlos Méndez Guédez, Antonio Rabinad, Cristina Cerrada, Blanca Riestra y Juan Malpartida, en novela corta, y Luis de Blas, Carlos Alcorta, Luna de Miguel y Jordi Virallonga, entre los de poesía.


Se enmarca dentro de la cocina aragonesa, caben destacar como autóctonos la empanada goguera. Aunque uno de los platos más representativos es la chireta (tripa de cordero rellena de arroz, jamón, tocino y vísceras). Dentro de la repostería cabe destacar los crespillos elaborados con las borrajas del lugar. Son populares también los pasteles Biárritz y el pastillo (denominado también: empanadico). Barbastro es la capital del vino de la D.O. Somontano.


sábado, 11 de diciembre de 2021

Adiós, Cordera. Clarín.

Adiós, Cordera.

Leopoldo Alas, Clarín.

(Lo texto del llibre de Clarín no sirá igual que este)

¡Ne eren tres, sempre los tres!: Rosa, Pinín y la Cordera.


¡Ne eren tres, sempre los tres!: Rosa, Pinín y la Cordera.

Lo prat (el prao) Somonte ere un retall triangulá de vellut verd estés, com un penjoll, costa aball per la lloma. Un dels seus anguls o racons, lo inferió o de mes aball, lo despuntabe lo camí de ferro de Oviedo a Gijón. Un poste del telégrafo, plantat allí com a pendó de conquista, en les seues tassetes blanques y los seus arams paralelos, a la dreta y esquerra o zurda, representabe pera Rosa y Pinín lo ample món desconegut, misteriós, temible o acollonán, eternamen ignorat. Pinín, después de pensássu mol, cuan a forsa de vore díes y díes lo poste tranquil, inofensiu, campechano, en ganes, sense cap duda, de aclimatás a la aldea y paréixes tot lo possible a un abre sec, va aná atrevinse en ell, va portá la confiansa al extrem de abrassás al barró y pujá hasta prop dels arams.
Pero may arribabe a tocá la porcelana de dal, que li recordabe les tassetes que habíe vist a la rectoral de Puao. Al vores tan prop del misteri sagrat li acometíe un pánic de respecte, y se dixabe rellissá depressa hasta entropessá en lo césped.
Rosa, menos audás, pero mes enamorada de lo desconegut, se contentabe en arrimá la orella al poste del telégrafo, y minuts, y hasta cuarts de hora, sels passabe escoltán los formidables rumós metalics que lo ven arrencabe a les fibres del pi sec en contacte en lo aram. Aquelles vibrassions, a vegades intenses com les del diapassón, que aplicat al oít pareix que cremo en lo seu vertiginós pols, eren pera Rosa los papés que passaben, les cartes que se escribíen per los fils, lo lenguaje incomprensible que lo ignorat parlabe en lo ignorat; ella no teníe cap curiosidat pera entendre lo que los de allá, tan lluñ, los díen als de l'atra punta del món. ¿Y qué li importabe o fotíe? Se interessabe sol pe'l soroll per lo soroll mateix, pe'l seu timbre y lo seu misteri.

La Cordera, mol mes formal que los seus compañs, verdat es que relativamen, de edat tamé mol mes madura, se absteníe de tota comunicassió en lo món sivilisat, y mirabe de lluñ lo poste del telégrafo com lo que ere pera ella efectivamen, una cosa morta, inútil, que no li servíe sisquera pera rascás. Ere una vaca que habíe vixcut mol. Assentada hores y hores, pos, experta en pastures, sabíe aprofitá lo tems, meditabe mes que rumiabe, gosabe del plaé de viure en pas, deball del sel gris y tranquil de la seua terreta, com qui alimente l'alma, que tamé ne tenen los brutos; y si no fore profanassió, podríe dis que los pensamens de la vaca matrona, plena de experiensia, habíen de paréixes tot lo possible a les mes sossegades y doctrinals odes de Horacio.

Assistíe als jocs dels pastorets encarregats de llindala, com una agüela. Si puguere, sonriuríe al pensá que Rosa y Pinín teníen per missió al prat cuidá de que ella, la Cordera, no se extralimitare, no se ficare per la vía del ferrocarril ni saltare a la heredat veína (Zaornín per ejemple, que es de un atra novela del mateix autó).
¡Qué habíe de saltá ribassos ni margens! ¡Qué se habíe de ficá per la vía!

Pasturá de cuan en cuan, no mol, cada día menos, pero en atensió, sense pedre lo tems en eixecá lo cap per curiosidat tonta, trián sense dudá los millós mossets, y después assentá los cuartos trasseros en delissia, a rumiá la vida, a gosá lo delit y delissies del no patí; tot lo demés eren aventures perilloses. Ya no sen enrecordabe de cuan li habíe picat la mosca.

"Lo xatu (lo bou), los brincos alocats per los prats abán... ¡tot alló parabe tan lluñ!"

Aquella pas sol se habíe estorbat los díes de proba de la inaugurassió del

ferrocarril. La primera vegada que la Cordera va vore passá lo tren se va abalotá, se va torná loca. Va saltá la valla de lo mes alt del Somonte, va corre per los prats llindans, y lo terror li va durá mols díes; renovanse, mes o menos violentamen, cada vegada que la máquina assomabe per la trinchera veína. Poc a poc se va aná acostumán al estrépit inofensiu. Cuan se va convense de que ere un perill que passabe, una catástrofe que amenassabe sense fe mal, va reduí les seues precaussions a ficás a cuatre potes y a mirá de frente, en lo cap eixecat, al formidable monstruo; mes abán no fée mes que mirál, sense alsás, en antipatía y desconfiansa; va acabá no mirán al tren.

A Pinín y Rosa la novedat del ferrocarril los va produí impressions mes agradables y persistens. Si al prinsipi o escomensamén ere una alegría loca, algo mesclada de temó superstissiosa, una exitassió ñirviosa, que los fée cridá y fé gestos y pantomimes descabellades, después va sé un recreo passífic, suave, renovat varies vegades al día. Va tardá mol en gastás aquella emossió de contemplá la marcha vertiginosa, acompañada del ven, de la gran serpota de ferro, que portabe a dins tan soroll y tantes castes de gens desconegudes, extrañes, forasteres.

Pero lo telégrafo, lo ferrocarril, tot aixó ere lo de menos: un acsidén passajero que se aufegabe al mar de soledat que rodejabe lo prat Somonte. Desde allí no se veíe cap vivienda humana; allí no arribaben sorolls del món mes que al passá lo tren.

Matíns sense fi, deball dels rayos del sol, a vegades entre lo sumbá dels insectes, la vaca y los chiquets esperaben la proximidat del michdía pera torná a casa. Y después, tardes eternes, de dolsa tristesa silensiosa, al mateix prat, hasta arribá la nit, en lo lucero de la vesprá com a testigo mut a la altura. Rodaben los nugols allá dal, caíen les sombres dels abres y de les peñes a la lloma y al pas de bestiá, se gitaben los muixóns, escomensaben a brillá alguns estrels a lo mes oscur del sel blau, y Pinín y Rosa, los chiquets bessons, los fills de Antón de Chinta, tintada l'alma de la dolsa serenidat ensomiadora de la solemne y seria naturalesa, callaben hores y hores, después dels seus jocs, may massa estrepitosos, assentats prop de la Cordera, que acompañabe lo augusto silensio de tarde en tarde en un blang tintineo de modorra esquella.

An este silensio, an esta calma inactiva, ñabíen amors. Se volíen los dos germáns com dos mitats de una fruita verda, chunits o ajuntats per la mateixa vida, en escasa consiensia de lo que en ells ere diferén, de lo que los separabe; volíen Pinín y Rosa a la Cordera, la vaca agüela, gran, esgroguida, en un cap com una cuna. La Cordera li recordaríe a un poeta la zavala del Ramayana, la vaca santa; la amplitut de les seues formes, la solemne serenidat dels seus pausats y nobles movimens, aire y contornos de ídolo destronat, caigut, contén en la seua sort, mes satisfeta de sé vaca verdadera que deu fals. La Cordera, hasta aon es possible adiviná estes coses, pot dis que tamé volíe als bessons encarregats de apassentala, pasturala.

Ere poc expresiva; pero la passiensia en que los tolerabe cuan jugán ella los servíe de cuixí, de amagatall, de montura, y pera datres coses que ideabe la fantassía dels pastorets, demostrabe tássitamen lo afecte del animal passífic y pensatiu.

Als tems difissils, Pinín y Rosa habíen fet per la Cordera los impossibles de solissitut y convoyamén. No sempre Antón de Chinta habíe tingut lo prat Somonte. Este regalo ere una cosa relativamen nova. Añs atrás la Cordera teníe que eixí a la gramática, aixó es, a pasturá com podíe, a la bona ventura dels camins y sendes de les esquilades y pobres pastures del comú, que tan teníen de vía pública com de pastures. Pinín y Rosa, en tals díes de penuria, la guiaben als millós tossalets, als puestets mes tranquils y menos esquilmats, y la liberaben de les mil injuries a les que están exposades les pobres reses que tenen que buscá lo alimén pels azars de un camí.

Als díes de fam (fame, com diuen allá dal), al corral, cuan lo fenás escassejabe y lo “narvaso” o sostre pera ensostrá lo llit calén de la vaca tamé faltabe, a Rosa y a Pinín los debíe la Cordera mil industries que li suavisaben aquella miseria. ¡Y qué podem di dels tems heroics de la cría y lo assormá, cuan se entablabe la lucha nessessaria entre lo alimén y regalo de la nassió y lo interés dels Chintos, que consistíe en robá de les mamelles de la pobre mare tota la lleit que no fore absolutamen indispensable pera que lo ternero acampare! Rosa y Pinín, an este conflicte, sempre estaben de part de la Cordera, y en cuan ñabíe una ocasió, de amagatontes, soltaben lo ressental mamón, lo vedellet, que, ensegat y abalotat, tossán contra tot, corríe a buscá lo amparo de la mare, que lo albergabe daball del seu ventre, girán lo cap agraída y solíssita, dién, a la seua manera:

- Dixéu als chiquets y als ternerets que vinguen a mí.

Estos recuerdos, estos llassos son dels que no se olviden. Ham de afegí a tot aixó que la Cordera teníe la milló pasta de vaca patidora del món. Cuan se veíe emparellada daball del jou en consevol compañera, fiel a la gamella, sabíe sometre la seua voluntat a la ajena, y hores y hores se la veíe en la servís belcada, lo cap torsut, en incómoda postura, velán de peu mentres la parella de la chunta dormíe an terra.

Antón de Chinta va compendre que habíe naixcut pera pobre cuan va paupá la impossibilidat de cumplí aquell somni dorat seu de tindre un corral propi en dos chuntes per lo menos. Va arribá, grassies a mil estalvis a aforramens, que eren mars de suó y purgatoris de privassions, a la primera vaca, la Cordera. Y no va passá de ahí: antes de pugué comprá la segona o segunda, se va vore obligat, pera pagali atrasos al amo, lo amo de les finques que arrendabe, a portá al mercat aquell tros de les seues entrañes, la Cordera. L'amor de sons fills. Chinta se habíe mort als dos añs de tindre la Cordera a casa. Lo corral y lo llit del matrimoni estaben paret per mich, dienli paret a unes rames de castañé y de cañes de panís. La mare Chinta, mussa de la economía de aquella casa misserable, se habíe mort mirán a la vaca per un boquete de la destrossada tapieta de rames, siñalánla com a salvassió de la familia.
"Cuidéula, es lo vostre sustento", pareixíen di los ulls de la pobra moribunda, que 
se va morí espanada de fam y de treball. Lo amor dels bessons se habíe consentrat en la Cordera; la faldeta, que té lo seu cariño espessial, que lo pare no pot reemplassá, estabe al caló de la vaca, al corral, y allá al Somonte.

Tot aixó u compreníe Antón a la seua manera, confusamen. De la venta nessessaria no se teníe que di ni chut als chiquets. Un dissapte de juliol, al fés de día, de mal humor, Antón va emprendre lo camí de Gijón, conduín a la Cordera dabán d'ell, sense datre atavío que lo collá de la esquella. Pinín y Rosa dormíen. Datres díes habíe de despertals a surriacades. Lo pare los va dixá tranquils. Al eixecás se van trobá sense la Cordera. "Sense duda, lo papa la ha portat al xatu." No los cabíe datra conjetura.

Pinín y Rosa opinaben que la vaca hi anabe de mala gana; creíen ells que no volíe mes fills, pos tots los acababe perdén pronte, sense sabé cóm ni cuán.

Al tardet, Antón y la Cordera entraben per la corralada en mala cara, cansats y polsosos. Lo pare no va doná explicassions, pero los fills van adiviná lo perill.

No la habíe venut perque dingú habíe volgut arribá al preu que an ell se li habíe ficat al cap. Ere una animalada: un sofisma del cariño. Demanabe mol per la vaca pera que dingú se atreviguere a emportássela. Los que se habíen arrimat a intentá fortuna van colá pronte renegán de aquell hombre que mirabe en ulls de rencor y dessafío al que gosabe insistí en arrimás al preu fixat al que ell se encaparrabe.
Hasta lo radé momén del mercat va está Antón de Chinta al Humedal, donanli plasso a la fatalidat. "No se dirá - pensabe - que yo no vull vendre: son ells que no me paguen lo que val la Cordera." Y, al remat, suspirán, si no satisfet, en sert consol, va empendre lo camí de tornada per la carretera de Candás, entre lo guirigay y soroll de gorrinos y terneros, 
bueys y vaques, que los aldeans de moltes parroquies de la roglada conduíen en mes o menos faena, segons la antigüedat de les relassions entre amos y besties.

Al Natahoyo, al cruse de dos camins, encara va está exposat lo de Chinta a quedás sense la Cordera: un veí de Carrión que'l habíe estat rondán tot lo día oferinli pocs duros menos dels que demanabe, li va fotre lo radé ataque, algo engatinat.. Lo de Carrión pujabe, pujáe, luchán entre la codissia y lo capricho de emportás la vaca. Antón, com una roca. Van arribá a tindre les mans entrellassades, parats al mich de la carretera, interrumpín lo pas ... al remat la codissia va pugué mes; lo pico dels sincuanta los va separá com un abisme; se van soltá les mans, y cadaú va tirá per lo seu camí; Antón, per una senda que, entre madreselvas que encara no floríen y romigueres o garraberes en flo, lo va portá hasta casa seua.

Desde aquell día que van adiviná lo perill, Pinín y Rosa no van tartí. A mija semana se va personá lo mayordomo al corral de Antón. Ere un atre aldeá de la mateixa parroquia, de males pusses, cruel en los arrendadós atrasats. Antón, que no admitíe renecs, se va ficá blang dabán de les amenasses de desahucio. Lo amo ya no se esperabe mes.
Bueno, vendríe la vaca a vil preu, per una berena. Teníe que pagá o quedás al carré.

Lo dissapte siguién, Pinín va acompañá hasta lo Humedal a son pare. Lo chiquet mirabe en horror als contratistes de carn, tratans, que eren los tiranos del mercat.
La Cordera va sé comprada a preu just per un rematán de Castilla. Se li va siñalá la pell y va torná al seu corral de Puao, ya venuda, de un atre, tañín tristemen la esquella.
Detrás caminaben Antón de Chinta, pensatiu, y Pinín, en los ulls com a puñs.
Rosa, al sabé la venta, se va abrassá al cap de la Cordera, que lo inclinabe a les carissies com al jou.

"¡Sen anabe la agüeleta!", pensabe en l'alma destrossada Antón.

"¡Ella sirá una bestia, pero sons fills no teníen datra mare ni datra yaya!"

Aquells díes, a la verdura del Somonte, lo silensio ere fúnebre. La Cordera, que ignorabe la seua sort, descansabe y pasturabe com sempre, sub specie aeternitatis, com descansaríe y minjaríe un minut abans de que la brutal massolada la derribare morta.
Pero Rosa y Pinín estaben dessolats, estesos damún de la herba. Miraben en rencor los trens que passaben, los arams del telégrafo.
Aquell món los ere desconegut, tan lluñ de ells per un costat, y per l'atre lo que los portabe la seua Cordera. Lo divendres, al tardet, va sé la despedida. Va vindre un encarregat del rematán de Castilla a buscá la res. Va pagá, van beure un trago Antón y lo comissionat, y se va traure la Cordera cap a la quintana. Antón habíe apurat la botella; estabe exaltat; lo pes dels dinés a la burchaca l'animabe tamé. Parlabe mol, alababe les exelensies de la vaca. L'atre sonreíe, perque les alabanses de Antón eren impertinens. ¿Que donabe la res tans y tans cantes de lleit? ¿Que ere noble al jou, forta a la cárrega? ¿Y qué, si al cap de pocs díes habíe de está feta chulles y datres pesses suculentes?
Antón no se volíe imaginá aixó; se la figurabe viva, traballán, servín a un atre llauradó, olvidada de ell y de sons fills, pero viva, felís ... Pinín y Rosa, assentats damún del mun de pallús, record sentimental pera nells de la Cordera y dels seus propis afans, units per les mans, miraben al enemic en ulls de espán. Al instán supremo se van aviá damún de la seua amiga; besets, abrassades: va ñabé de tot. No podíen separás de ella.
Antón, agotada de repén la exitassió del vi, va caure com a un marasmo; va crusá los brassos, y va entrá al corral oscur. Los fills van seguí un bon tros per la senda, de alts setos, lo trist grupet del indiferén comissionat y la Cordera, que caminabe de mala gana en un desconegut y an aquelles hores. Al remat, se van tindre que separá.
Antón, malhumorat, cridabe desde casa:

- ¡Bah, bah, chiquets, prou de singlots y gemecs! - Aixina cridabe de lluñ lo pare, en la veu enterbolida per les llágrimes.

Caíe la nit; per la senda oscura, que féen casi negra los alts setos, formán casi una bóveda, se va pedre lo bulto de la Cordera, que pareixíe negra de lluñ. Después no va quedá de ella mes que lo tintineo pausat de la esquella, desaparegut a la distansia, entre los chirrits melancolics de infinites chicharres.

- ¡Adiós, Cordera! - cridabe Rosa desfeta en plos -. ¡Adiós, Cordera de la meua alma!

- ¡Adiós, Cordera! - repetíe Pinín, no mes sereno.

- Adiós - va contestá al final, al seu modo, la esquella, perdense lo seu lamén trist, ressignat, entre los demés sonidos de aquella nit de juliol a la aldea -.

En son demá, mol pronte, a la hora de sempre, Pinín y Rosa van aná al prat Somonte. Aquella soledat no los habíe paregut may trista; aquell día, lo Somonte sense la Cordera pareixíe lo desert.

De repén va chulá la locomotora, va apareixe lo fum, y después los vagons.
A un furgó tancat, en unes estretes finestres altes o respiraderos, van atiná los germans bessons caps de vaques que, pasmades, miraben per aquells tragallums.

- ¡Adiós, Cordera! - va cridá Rosa, adivinán allí a la seua amiga, a la yaya vaca.

- ¡Adiós, Cordera! - va bramá Pinín en la mateixa fé, enseñánli los puñs al tren, que volabe camí de Castiella. Y, plorán, repetíe lo rapaz, mes enterat que san germana de les picardíes del món:

- La porten al matadero ... carn de vaca. Pera minjá los siñós, los indianos.

- ¡Adiós, Cordera! - ¡Adiós, Cordera!

Y Rosa y Pinín miraben en rencor la vía, lo telégrafo, los símbolos de aquell món enemic que los arrebatabe, que los devorabe a la seua compaña de tantes soledats, de tantes ternures silensioses, pera satisfé la gula, pera convertila en manjars de rics golafres...
- ¡Adiós, Cordera! ¡Adiós, Cordera! -

Van passá mols añs. Pinín se va fé mosso y sel va emportá lo rey pera luchá a la guerra carlista. Antón de Chinta ere cassero de un cacique dels vensuts; no va ñabé influensia pera declará inútil a Pinín que, per sé, ere com un roble.

Y una tarde trista de octubre, Rosa, al prat Somonte, sola, esperabe lo pas del tren correu de Gijón, que se emportabe los seus unics amors, son germá.

Va chulá allá lluñ la máquina, va apareixe lo tren a la trinchera, va passá com un rellámpec. Rosa, casi a les rodes, va pugué vore un instán a un coche de tersera (com los que fée aná Antonio Machado pera tot viache), una caterva de caps de pobres quintos que cridaben, gesticulaben, saludán als abres, a la terreta, als cams, a tota la patria familiar, la menuda, que dixaben pera aná a morí a luches entre germáns, fratrissides, de la patria gran, al servissi de un rey y de unes idees que no coneixíen.
Pinín, en mich cos fora de una ventanilla o finestreta, va estendre los brassos a san germana; casi se van tocá. Y Rosa va pugué escoltá entre lo estrépit de les rodes y lo sarabastall dels reclutes la veu diferenta de son germá, que gañolabe exclamán, com inspirat per un record de doló lluñá:

- ¡Adiós, Rosa! ... ¡Adiós, Cordera! - ¡Adiós, Pinín! ¡Pinín de la meua alma! ...

Allá anabe, com l'atra, com la vaca agüela. Sel emportabe lo món. Carn de vaca pera los golafres, pera los indianos: carn de la seua alma, carn de cañó pera les grilladures del món, pera les ambissions dels atres."

Entre confussió de doló y de idees, pensabe aixina la pobre germana veén lo tren pedres allá lluñ, chulán trist, en chulits que repercutíen los castañés, les vegues y los roquissals...

¡Qué sola se quedabe! Ara sí, ara sí que ere un desert lo prat Somonte.

- ¡Adiós, Pinín! ¡Adiós, Cordera! -

En quín odio mirabe Rosa la vía mascarada de fullí; en quína ira los arams del telégrafo. ¡Oh!. Be fée la Cordera en no arrimás. Alló ere lo món, lo desconegut, que se u emportabe tot. Y sense pensáu, Rosa va apoyá lo cap damún del tocho enclavat com un pendó a la punta del Somonte. Lo ven cantabe a les entrañes del pi sec la seua cansó metálica. Ara ya u compreníe Rosa. Ere una cansó de llágrimes, de abandono, de soledat, de mort. A les vibrassions rápides, com a queixits, creíe escoltá, mol lluñana, la veu que gañolabe per la vía abán:

- ¡Adiós, Rosa! ¡Adiós, Cordera! -


Auf Wiedersehen, Cordera!

jueves, 20 de enero de 2022

Biblioteca valenciana. Escritores del siglo XVII. Parte 2.

BIBLIOTECA VALENCIANA.

FREY D. JAIME SALVADOR.

1678.

Nació en la villa de Cervera de este reino, por los años de 1620; fue hijo de Miguel Salvador, familiar del santo oficio, y de Esperanza Cardona, consortes: familias de las más antiguas y distinguidas de la citada villa; y manifestando mucho talento y grande afición al estudio, le enviaron sus padres a la villa de S. Mateo, para que aprendiera la gramática bajo la enseñanza de mosen Francisco Gavaldá, sujeto muy celebrado, y de quien hacen honorífica mención Rodríguez y Ximeno, en sus Bibliotecas. Pasó a Valencia a estudiar filosofía, y a Huesca la jurisprudencia, que concluyó después en esta universidad de Valencia: consiguió mucho crédito por su aplicación y adelantamiento en dichas ciencias, y movido del digno ejemplo que le dio su tío el Ilmo. Sr. Fr. D. Felipe Marimón, obispo de Ampurias, y electo arzobispo de Sacer, pretendió y logró que se le vistiese el hábito de fraile de nuestra señora de Montesa en 10 de mayo de 1643: profesó en el año siguiente; y en el de 1647 se le dio el curato de la parroquial de la villa de Albocácer, en cuyo destino acreditó su grande religión y celo, asistiendo a los enfermos de la peste que se introdujo en este Reino, y socorriendo sus necesidades, no sólo con las rentas del curato, sino también con las suyas propias: por lo cual se le eligió cura de la encomienda de Silla en 1651; mas no llegó a tomar posesión, porque instruido de su mérito el Sr. D. Felipe IV, le nombró en el mismo año por capellán de honor suyo, haciéndole merced en el siguiente de 200 libras de pensión sobre el arcedianato mayor de Valencia; y en el de 1653, de 150 libras de casa y aposento para sí y sus sucesores, sobre la receta de Mallorca. Hasta entonces el hospital de nuestra señora de Monserrate, de la Corona de Aragón, había tenido por administrador a un simple clérigo; pareció al Consejo que fuese mayor su representación para su mejor gobierno, y así en consulta de 7 de mayo de 1657, expuso: Que S. M. tenía Capellanes de Honor por la orden de Montesa, que siempre se atendía que lo fuesen los más adelantados, y que sería bien que en adelante se eligiese a uno de los mismos por administrador de dicho hospital. Vino bien S. M. en ello, y nombró a D. Jaime que entró en la administración en 23 de noviembre siguiente (Samper, colectoría de misas de dicha iglesia de Monserrate vindicada, impresa en 1694, número 18.) Y en 1661 le concedió el priorato de S. Jorge de Alfama. No considerándose sitio oportuno para la curación de los enfermos el barrio de Lavapiés, donde estaba el referido hospital, acordó S. M. que se fabricase en la calle de Atocha, casi enfrente del de Antón Martín; y en 21 de marzo de 1658, se puso la primera (primer) piedra del nuevo hospital, con asistencia del consejo de Aragón, ejecutándolo su regente, después cardenal, D. Pascual de Aragón, acompañándole con capas los tres Capellanes de honor, D. Mateo Fraso, D. José Valls y el susodicho (Samper, ibid. núm. 22). Fue mucho lo que trabajó en la citada obra, muchas las dificultades que tuvo que vencer, y disgustos que se le ocasionaron. Mereció por su gran ciencia y recomendables circunstancias, un alto concepto a los señores patriarcas, al Excmo. Sr.  Vice-Canciller del Consejo de Aragón, D. Cristóbal Crespí de Valldaura; a los regentes del Consejo de Aragón, y a los literatos; y así Samper, en su Montesa ilustrada, parte 4.°, número 284, le aclama por excelente jurisperito, celoso de la religión, y digno de mejores puestos. Y lo reconoció el consejo; pues habiendo muerto en 21 de julio de 1678 el Ilmo. Sr. D. José Verge, obispo de Orihuela, se le consultó para este obispado (consta por los papeles que he visto); pero habiéndose interesado eficazmente el arzobispo y virrey D. Juan Tomás de Rocabertí, por el P. M. Fr. Marcelo Marona, religioso de su orden, como lo dice el canónigo Prats, en su sermón de honras, se dio a este aquella mitra; y aunque por renuncia del mismo hubiera podido obtenerla, lo impidió su muerte acaecida en 20 de septiembre del mismo año, habiendo tenido la satisfacción de ver concluida la obra del hospital, bendecir él mismo su iglesia con licencia del Sr. patriarca en 20 de abril, y decir la primera misa en 1 de mayo del citado año, con asistencia del consejo de Aragón. Escribió: 

1. Historia de la fundación, traslación, y cosas notables del real hospital de nuestra señora de Monserrat, de la Corona de Aragón, lo que ejecutó por encargo del Excmo. Sr. Vice-canciller D. Cristóbal Crespí de Valldaura, cuya historia estaba escrita con mucho juicio y crítica; sirvió para que corrigiese Samper algunas equivocaciones en su Montesa ilustrada; tenía él mismo el autógrafo, y en lugar de conservarlo en el Archivo, lo presentó al Rey con dicha obra de Colectoría de misas (véanse los números 7, 13, 55 y 56 de ella).

2. Constituciones para el gobierno de dicho Hospital, que trabajó de orden del Consejo; y aunque Samper las intitula apuntamientos por no estar aprobadas aún por dicho Tribunal; pero hallando que su contenido era conforme a lo que dictaba el derecho, enseñaban los autores, y se observaba en este y en otros Hospitales Reales, se vale de las referidas constituciones, y copia algunos de sus artículos, así en papel que escribió con motivo de la competencia movia en 1683, por D. Bernardo Pujol (Pujól), secretario contador del hospital, núm. 9, como también en dicha obra de Colectoría de misas, número 126 y 127.

3. Discurso sobre competir la jurisdicción eclesiástica del real hospital de Monserrat al Sr. Patriarca, y no al Ordinario, como pretendían algunos que habían acudido con esta solicitud al Consejo de Aragón, lo presentó él mismo, el cual conformándose con su dictamen, acordó en 27 de abril el decreto siguiente: Corra esto que toca a la jurisdicción del Hospital de Aragón como hasta aquí (que era ejercerla el Sr. patriarca); y si entre el Sr. Patriarca y el Ordinario se moviere algún pleito, seguirán su justicia. Samper tenía este discurso escrito de mano del autor, y lo presentó al Rey con dicha obra. Colectoría de misas. (Ibid. núm. 55, y nota T, y nota C.)

ILMO. D. FR. JUAN BAUTISTA SORRIBAS.

1678.

Ximeno, tomo 2, pág. páginas 83 y 365.

Carmelita. Se añade que fue hijo de la parroquial de S. Miguel de Valencia, bautizado en su pila en junio de 1631. Tomó el hábito en el convento de su patria en 29 de abril de 1645. Profesó en 17 de junio 1647, en manos del M. Fr. Anastasio Vives de Rocamora, prior (después obispo de Segorbe, siendo provincial el Ilmo. Olginat de Médicis, después obispo de Orihuela). Habiendo pasado a Madrid por negocios importantes, fue nombrado predicador del rey Carlos II en 1 de junio de 1666. Después el mismo monarca le eligió para obispo de Ampurias en la isla de Cerdeña a 27 septiembre de 1674, y en 1 de abril del mismo año le consagró en el convento de Onda el Ilmo. Vives de Rocamora, con asistencia del recién electo obispo de Segorbe D. José Sanchiz, y de D. José Barberá, obispo Maronense. En el mismo año, día 2 de octubre, tomó posesión de su dignidad por medio de un procurador. Habiendo llegado a su iglesia en 10 enero de 1675, empezó a visitarla, no obstante el rigor del invierno, corriendo toda su diócesis hasta 4 de mayo, en que concluyó. Murió (según el libro de difuntos del convento del Carmen) en 11 diciembre 1678.

De la obra que trae Ximeno, núm. 1: Perfecto cura de almas, hizo de ella un compendio D. Fr. Antonio Agustín, monje jerónimo y obispo de Albarracín, del que habla Nicolás Antonio, tomo 2, diciendo que se imprimió en Gerona año 1665.

La obra del núm. 2: Sermones &c. dice Villiers, biblioteca carmelitana, que estaba para publicarse un segundo tomo de esta obra.


D. RODRIGO ARTÉS Y MUÑOZ.   

1680.

Caballero valenciano, hijo legítimo de las musas: “tan conocido por su nobleza, por su ingenio, por sus prendas y erudiciones, como lo acreditan las experiencias de sus aciertos en certámenes y academias.” Así se explicó el P. Fr. José Carbó en el vexamen de las obras poéticas que se trabajaron en las fiestas por el declarado culto inmemorial de San Juan de Mata y San Félix de Valois, a la pág. 535 del libro en que las historió el P. José Rodríguez, impreso en Valencia, año 1669, en el cual desde dicha página se lee el vexamen en verso que pronunció sobre el mérito de las obras el citado D. Rodrigo como juez de aquel certamen.

A la verdad, no hay una colección impresa de sus poesías; pero son tantas en número, que corren esparcidas en varios libros que manifiestan en evidencia el gran numen poético de nuestro Artés; daremos noticia de las que hemos visto en varios libros.

Al principio de la obra de Murs y Valls de D. José Llop, hay un soneto; igualmente hay versos del mismo en las páginas 32 y 51 de la real academia celebrada en Valencia en 6 de noviembre 1668, al cumplir siete años la majestad de Carlos II, impresa en dicha ciudad el año 1669, en 4.° También en la página 30 de otra academia celebrada en ella, que se tituló: Sol de academias, impreso en 1658, en 4.°, en la cual se lee (pág. 55) como el referido Artés era el tercero y último de sus hermanos; del mismo hay un soneto al fin del sermón de honras del venerable Arbuixec, predicado por el arcediano Ballester en 1671, en 4.° En el libro de fiestas celebradas en Valencia el año 1667, a la traslación de nuestra señora de los desamparados a su nueva capilla, historiadas por D. Francisco de la Torre, se lee desde la página 168 una discretísima introducción de dicho D. Rodrigo Artés, del cual dijo Latorre (pág. 157) que: “Arte es no solo, sino ingenio, cuanto respira su clara vena...” En el libro luces de la aurora, impreso en Valencia año 1665, se hallan versos de Artés en las páginas 394, 95; y en la pág. 397 comienza el vexamen que dio con ingeniosa erudición a las obras poéticas que por aquella función se compusieron, que fue en aplauso del decreto de Alejandro VII, expedido en 2 de julio de 1664, en honor de la Concepción de nuestra señora; y a la pág. 536 del mismo libro, comienza una descripción, que en verso trabajó el dicho D. Rodrigo, de la comedia que se representó con esta ocasión, y se halla inserta en el referido libro, en el cual a fojas 583, comienzan otras varias poesías del mismo, compuestas a diferentes asuntos. También en el libro intitulado: Varias y hermosas flores del Parnaso, que publicó Juan Bautista Aguilar, y se imprimió en Valencia por Francisco Mestre, año 1680, en 4.°; y en una colección de varios poetas de aquel tiempo, hay en la página 7 unas endechas a Cristo nuestro redentor en el calvario; otras a Jesús Niño abrazado con el árbol de la cruz, en la pág. 17; un romance a la imagen del Cristo del Salvador de Valencia, pág. 44.


D. LORENZO MATEU Y SANZ.

1680.

De quien hace honorífica memoria, Salazar, Casa de Silva, tomo 2, lib. II, pág. 675.

Se añade que compuso también: 1. Sumario de los señores Reyes de Aragón, manuscrito. Lo cita Ortí en la vida de Aranda, al folio VIII.

2. Práctica civil.

Consta haber compuesto esta obra por una deliberación de la ciudad de Valencia de 10 de diciembre 1676, por la que resulta que se estaba imprimiendo en León de Francia, y también habérsele mandado librar trescientas libras para ayuda a los gastos de su impresión; en lo que no hizo la ciudad más que cumplir su antigua y plausible costumbre de auxiliar bizarramente, y a cualquier persona que trabajaba alguna obra, para alentar con este fomento y aliciente a los estudios, de cuya frecuente práctica observada, hemos citado en esta Biblioteca muchísimos ejemplares, sin tener libertad para omitir, aunque brevemente, algunos otros.

En deliberación de 1 de febrero 1539, se mandaron librar cincuenta libras a cumplimiento de cien, que por otra de 19 de noviembre de 1537, se habían mandado dar a Pedro Antón Beuter para ayuda de costa de la impresión de su obra Chronica de les antiguetats ó Conquesta de la Ciutat de Valencia (es la edición lemosina de 1538). Por otra de 22 de diciembre 1574, se dieron a Martín de Viciana, notario, veinte y cinco libras, para subvención de las costas de la obra que había estampado en alabanza de la lengua valenciana: es un cuaderno en 4.° que no llega a tres pliegos, y después se reimprimió en 8.° 

Por otra deliberación de 5 marzo de 1575, consta, como prestando su consentimiento los catorce prohombres del Quitamiento, se le entregaron por la ciudad cien libras al P. M. Justiniano Antist, dominico, para ayuda de costa de la impresión de la vida de S. Vicente Ferrer, y habiéndola después adicionado, se le mandaron dar otras cien por deliberación de 9 de mayo de 1581, aunque no tuvo efecto este pago, ni la impresión, por haberse perdido el original, como dice Ximeno, tomo 1, pág. 212.

En el año 1620 hubo otra deliberación, por la que a D. Gerónimo de León, para subvención de los gastos de la impresión del tomo 1.° y 2.° de sus Decisiones, se le dieron mil libras, y después cuando imprimió el tomo 3.° otras mil. A D. Lorenzo Mateu y Sanz, además de lo ya antes insinuado, se le libraron otras trescientas libras para la obra de Regimine Regni Valentiae, según la deliberación ya al principio citada. Cuyas considerables asignaciones se libraban de cualquier clase que fuesen las obras: como la del grabado y láminas de anatomía, para lo que aún antes de efectuarse, le asignaron 800 libras a Crisóstomo Martínez; por otra de Cirugía a Miguel de Leriza; por otra geográfica al P. Tosca, cuyas deliberaciones y cantidades respectivamente asignadas pudiera individuar, y mediante ellas le quedaba al autor franca la obra, y a su beneficio el producto de su venta, siendo la ciudad un mecenas continuo, que fomentando las letras sacaba Virgilios, como lo cantó Marcial:

Sint Moecenates, non deerunt, Flacce Marones.

Virgiliumque tibi ad tua rura dabunt.


D. ANTONIO JUAN DE CENTELLES.

1681.

Primer marqués de Centelles, natural de la ciudad de Valencia, parroquia de S. Martín, del que habla Ximeno, tomo 2, pág. 365. Añádense a sus obras:

1. Tratado histórico de las dignidades, oficios y cargos en las casas de Ioan y de Centelles. Nápoles, sin año, en folio.

La inscripción que trae Ximeno copiada de Topio, biblioteca napolitana, está equivocada, y trasladada por mí fielmente, es la siguiente:

D. ANTONIO IOANNI DE CENTELLAS

MARCHIONI

VALENTIAE, NOBILISSIMIS PARENTIBUS, ORTO

SED E REGNO NEAPOLITANO

ORIGINEM HABENTI.

EQUITI ORDINIS CALATRAVAE

REGIAM CANCELLARIAM REGENTI,

REGIAE CAMERAE LOCUMTENENTI,

AD REGIUM IN APULIA PATRIMONIUM

REGENDUM, AC REFICIENDUM

ELECTO.

SINGULARI DOCTRINA, VITAE INTEGRITATE, MAGNANIMITATE,

MODESTIA, LITERATORUM FAUTORI; & OPTIMIS MORIBUS

EXIMIO.

IN MEDIOLANI STATU MAGNO CANCELLARIO,

TANDEM MADRITI REGIO CONSILIARIO,

FISCIQ; PATRONO IN SUPREMO ITALIAE SENATU,

REGIORUMQUE DIPLOMATUM ADSERVATORI PRAECLARISSIMO.

NICOLAUS TOPPIUS I. C.

EJUS PERPETUO HEROI

ELOGIUM HOC UTINAM PERPETUUM

DEVOTO ANIMO POSUIT.

ANNO REPARATAE SALUTIS M.DC.LXXVIII.

IDIBUS IULIJ.


V. FR. ANTONIO MARIGÓ.

1682.

Religioso mercenario, hijo de la ciudad de Valencia, bautizado en la parroquia de Santa Catalina mártir, a 23 de febrero de 1607. Fue maestro en su religión, y después de otros muy merecidos honores, murió a 27 de diciembre de 1682. Cuya ejemplar vida escribió el P. Nolasco Risón, como lo expresa Ximeno, tomo 2, pág. 134.

Estando nuestro venerable conventual en Valencia, acabó de escribir en 18 de abril de 1678 la obra siguiente: 1. Tratado de la presencia de Dios nuestro señor para que los viadores creyentes vivan en continua fee, y memoria de su divina majestad siempre les hace y mira. Manuscrito, cuyo original vi en poder de Fr. Lorenzo Quiles, mercenario, y archivero que fue del convento del Puig.


FR. JOSÉ FAVORES.

1682.

Religioso dominico, natural de Valencia, de quien Ximeno, tomo 2, pág. 92, dice que publicó en Roma: Epitome singularium gestorum Sancti Ludovici Bertran, en dicha capital, por Angelo Tinas, en el año 1671, en 16; y que después vuelto de su viaje reimprimió en castellano este Epítome, dedicándole a la ciudad de Valencia. La traducción, pues, tiene este título: 1. Sumario de la vida del segundo apóstol Valenciano, el glorioso P. S. Luis Bertrán canonizado solemnemente por nuestro santísimo Papa Clemente X, a 12 de abril este año 1671. En Valencia, por Gerónimo Vilagrasa, año 1617, en 4.° 


D. FRANCISCO LA GUARDIA Y BELLVÍS.

1686.

Generoso del reino de Valencia, cuyo título consta por el libro: Sacro Monte Parnaso, que aunque anónimo, sabemos fue su autor el P. Vicente Claudio, de la compañía de Jesús. Fue un poeta de más que mediano numen, haciendo mucho papel en el referido libro, pues tiene una cuartilla glosada en cuatro décimas en la pág. 3; endechas reales al sueño, pág. 27; un romance, página 65; un soneto, pág. 187. Y como esta obra se imprimió en Valencia en 1686, colocamos en él a nuestro poeta.


FRANCISCO RAMÓN GONZÁLEZ.

1686.

Valenciano; poeta desconocido, licenciado y capellán, como se firma en la dedicatoria del libro antes insinuado: Sacro Monte Parnaso; en este, pues, tiene muchas poesías, la mayor parte en lemosín, como son: décimas en las páginas 56, 80, 104, 117, y 140; quintillas también en valenciano, pág. 89; redondillas, pág. 110; un romance lemosín, página 157; otro en castellano, en la 164; octavas lemosinas, pág. 174; endechas reales en castellano, página 202, y un romance endecasílabo en la pág. 219. Todas ellas podían formar un volumen, por lo que es acreedor este poeta hagamos honorífica mención de él, colocándolo en esta Biblioteca.


JUAN CENTELLAS.

1686.

Valenciano, aunque ignoramos el lugar de su nacimiento. Publicó: 1. Documentos espirituales de la esposa de la cruz: que dedicó a D. Francisco Lloris de la Torreta, canónigo de Valencia, con fecha en la misma ciudad a 30 de mayo de 1686. Valencia, por Pablo Fernández y Lorenzo Mercer, año 1686, en 16.


D. ISIDORO MATEU Y SANZ.

1687.

Sin duda hermano de don Lorenzo Mateu y Sanz, del que habla Ximeno, tomo 2, pág. 85.

Fue muy inclinado a la poesía, como se ve en los versos que se hallan de él a la pág. 166 del libro: luces de la aurora, de D. Francisco de la Torre, y a las páginas 211, y 239 del libro de fiestas a nuestra señora de los desamparados, por el mismo Latorre; también en los folios 42 y 100 de la real academia que celebró Valencia en 6 de noviembre de 1668 con motivo de cumplir 7 años el rey Carlos II, impresa por Gerónimo Vilagrasa, año 1669, en 4.° Además hay una erudita aprobación al libro intitulado: varios romances escritos a los sucesos de la liga sagrada desde el sitio de Viena, hasta la restauración de Buda, y otras plazas conseguidas en tres años, en que se celebran doce héroes insignes de estos tiempos, por el hermano Antonio Fajardo de Acevedo, ermitaño de la ermita de S. Antonio de la villa de Carcagente (Carcaixent), impreso en Valencia por Jaime Bordázar, en el año 1687, en 12.° después de cuya aprobación hay cuatro décimas del dicho Mateu, una en castellano, otra en valenciano, otra en latín, y otra en italiano.


D. MARCO ANTONIO ORTÍ Y MOLES.

1687.

Natural de Valencia, de quien trata Ximeno, tomo 2, pág. 103. Se añade que hay poesías suyas en la pág. 18 del libro: Academia celebrada en Valencia en 5 de febrero de 1685, impreso en esta ciudad por Vicente Cabrera, en 4.° Al principio del libro: Fiestas por la canonización de Santo Tomás de Villanueva, historiadas por su padre D. Marco Antonio Ortí, hay unas redondillas; y un soneto al fin del sermón de exequias del V. Arbuixec, predicado por el arcediano Ballester; finalmente, hay versos del mismo en el Parnaso de S. Francisco Xavier, pág. 224, expresando ser obra póstuma, y es así, porque se imprimió dicho libro en 1687.


V. FR. DOMINGO ALEGRE.

1687.

De quien trata Ximeno, tomo 2, pág. 102. Se añade a sus obras: 1. Quaresma sobre las 42 mansiones de los hijos de Israel en el desierto, aplicado a cada mansión por su orden uno de los Evangelios de las Dominicas y Ferias que en ella ocurren. Manuscrito. Esta cuaresma contiene 45 sermones, escritos todos de su mano, y llenas sus márgenes de adiciones doctas y curiosas. Síguese inmediatamente después de la tabla: 2. Varios sermones que en el progreso de la Cuaresma suelen predicarse; escritos también de su mano, en 61 folios. Luego después se sigue:

3. Quaresma sobre las 42 generaciones del primer capítulo de San Mateo aplicado a cada Patriarca uno de los Evangelios de los Domingos y Ferias que en ella ocurren.

Están también de su letra escritos en 286 folios. Síguese:

4. Sermones para misiones y pláticas vespertinas. Consta de 41 folios.

5. Commentarius in Tractat. Sphaera Johannis de Sacro Boscho. Manuscrito de su letra, en 8.° Después de este Comentario que expresa ya Ximeno, se siguen:

6. Quaesita varia Astronomica, manuscrito. Sigue:

7. De modo theorico directionum de tempore effectus et successionis et alia ejusmodi. Manuscrito. El elogio de las actas que copia Ximeno, no es del capítulo celebrado en Barcelona, sino en Valencia, a 15 de abril de 1690.


FR. CIRILO DE ALICANTE. (Cirilo Pascual Ibarra)

1688.

Religioso capuchino. Ilustrando el artículo de este autor, que trae Ximeno, tomo 2, pág.  96, diremos que fue hijo de D. Francisco Pascual y doña Ana Ibarra: nació en 1618. De edad de 16 años vistió el hábito de capuchino en Valencia, día 21 de septiembre de 1634; donde permaneció hasta su muerte acaecida en el convento de dicha ciudad en 26 de febrero de 1688. Era un orador célebre, dotado de una gracia particular para el púlpito, que le acarreó el honor de ser nombrado predicador de S. M.

En las fiestas que se hicieron en la villa de Onteniente, por el Breve de Alejandro VII, predicó el primer sermón, según consta de la relación que de ellas escribió el Dr. D. José Navarro, por estas palabras: “Llegado el tiempo del sermón (día 13 de septiembre de 1662) subió a predicar el primero el M. R. P. Fr. Cirilo de Alicante, guardián de PP. Capuchinos de Valencia:::: cuya erudición y eminentes letras, aún el clarín sonoro de la fama no es capaz para publicarlas y aplaudirlas::::” Continúa elogiándole, y después también en la introducción a la Justa poética que hizo la nobilísima villa de Onteniente a la Purísima Concepción de María Santísima.


D. ONOFRE VICENTE DE IXAR, PORTUGAL, MOMPALAU Y ESCRIVÁ.

1688.

Natural de la ciudad de Valencia. Segundo conde de la Alcudia y Gestalgar, barón de Xalón y Gata, de quien habla Ximeno, tomo 2, pág. 104. Añádese.

1. Genealogía de las casas de Escrivá, Monsoriu, Mompalau y Ferrer. Manuscrito que cita Franckenau, bibliot. heráldica, pág. 323, y en la siguiente 24 dice que escribió también: 2. Historia universal de España, formada con elegancia, noticias selectas y pureza de estilo. Manuscrito.

Hay poesías suyas, glosando una cuartilla en la pág. 210; y pág. 307 del libro de luces de la aurora, de D. Francisco Latorre; y en la vida de S. Pedro Pascual, titulada: La cándida flor del Turia, al principio hay un soneto de nuestro autor.


VICENTE IZQUIERDO.

1689.

Sacerdote, natural de la ciudad de Valencia, del que trata Ximeno, tomo 2, pág. 109. Se añade la obra siguiente: 1. Antigüedad de la Metropolitana iglesia, catálogo de sus obispos y arzobispos, y excelentes grandezas de que está adornada. Manuscrito en 4.° que original he tenido en mi poder.


FR. SEBASTIÁN DIONISIO COLERA. (Cólera)

1690.

Carmelita, natural del lugar de Manises, cerca de Valencia, de quien habla Ximeno, tomo 2, pág. 89, colocándolo en el año 1681. Se añade que nació en 7 octubre de 1651. Fue instruidísimo en las matemáticas, teniendo muchas disputas con su contemporáneo el P. Tosca, a quien proponía grandes dificultades. Hizo una lucida oposición en esta universidad a la cátedra de matemáticas, y no habiéndola logrado, marchó a Salamanca, donde la obtuvo en aquella universidad, y regentándola, murió por los años de 1690.

Consta así de un manuscrito que dejó en el Carmen de Valencia el maestro Fr. José Despuig. Además de las obras que cita Ximeno, escribió:

1. Tractatus theologicus et dogmaticus Agiographicus de theologia Scripturistica seu Agiographica id est de verbo scripto, sive de Sacra Scriptura, manuscrito en 4.° Obra que aunque en estilo menos culto, no deja de contener cosas dignas y excelentes. Se conservaba este manuscrito en el convento de Valencia.

2. Manuscritos varios y de varias materias; comenzóle (como él mismo dice) en 1 de enero de 1678, residiendo en el convento de Játiva, en un tomo en folio que comprende 309 fojas.

3. Suma Astrónomo-lógica, propónese lo mejor y más selecto de toda la Astronomía y Astrología, así especulativa como práctica, recogido de los mejores y más graves autores, así antiguos como modernos, que de esta materia han escrito; y especialmente ajustado a la racional y física astrología gálica del célebre Juan Bautista Morino, restaurador de la astrología. Comenzóse a 13 de junio del año 1690. Autor el P. Fr. Sebastián Dionisio Cólera de Avinent, carmelita valenciano. Ofrécela a los ingenios españoles. Trasladóla de su original Emmanuel Llorens su amantísimo discípulo. Manuscrito en 4.° Está dividido en dos partes, la primera trata de la astronomía, y la segunda de la astrología. La he tenido en mi poder.

FR. CRISTÓBAL BAS.

1691.

Religioso mercenario. A más de lo que nos dice Ximeno en su tomo 2, pág. 109, tratando de este autor, puede conocerse su excelente ingenio y esmero en la poesía, por la obra del núm. 2: Afectos de un corazón contrito, que es un acto de contrición en cuartillas continuadas, que forman un coloquio místico, dirigido al santo Cristo de la capilla de S. Juan de Letrán, en su convento de la merced de Valencia. En otras muchas poesías que compuso, como son: una glosa en cuatro décimas que se leen a la pág. 205 del libro intitulado: luces de la aurora, que refiere las fiestas con que el convento de S. Francisco celebró en Valencia el decreto de la concepción, impreso en 1665, en 4.° Del mismo hay una cuartilla glosada, con décimas, en el parnaso de S. Francisco Xavier, impreso en Valencia, año 1687, en 4.°, página 12; y en la 240, una poesía que comprende tres, y notada cada una con su número distinto: si se lee comenzando de la primera columna, resulta romance heroico; comenzando a leerse de la segunda columna, es romance regular de ocho sílabas; y si de la tercera, queda en clase de endechas. Escribió también: 1. Guerra contra guerra. Madrid año 1683, en 4.° ; son nos certámenes. Se publicó anónimo.


FR. DAMIÁN ESTEVE.

1692.

Religioso mercenario, hijo del convento y villa del Puig. La obra que cita Ximeno, tomo 2, pág. 114, al núm. 1, intitulada. 1. Demostración legal y política. Se imprimió, aunque variado algo el título, el año 1677, en folio.

En la librería del convento del Puig se conserva otro tomo en folio de: 2. Cartas latinas.

Son diez muy largas, en especial la nona, que es: Ad Illustrissimum D. Iohanem Caramuel Episcopum. De carmine, et de Simbolo Astronomico Pithagoraeo et Bedae. Del que ya el P. Fr. Francisco Martínez hace mención en la Historia de Nuestra Señora del Puig, lib. 1, cap. 1, pág. 8.


D. JOSÉ RAMÍREZ.

1692.

Presbítero, de la congregación de S. Felipe Neri, natural de Valencia, de quien Ximeno habla, tomo 2, pág. 3. Se añade que la obra del núm. 1, que de este autor trae nuestro bibliógrafo, intitulada: Via lactea, se reimprimió en Milán, esto es, Mediolani ex Tipographia Iosephi Ambrosi, Maietae 1680, en 8.°, edición anterior a la que cita Ximeno. Fue nuestro autor aficionado a la poesía, como se ve a las páginas 455, 459 y 461 del libro de fiestas a San Juan de Mata y S. Félix de Valois, del P. Rodríguez, en donde hay tres jeroglíficos de los cuales el primero llevó el tercer premio. Otras varias obras suyas de esta clase se hallan al fin del sermón de honras del V. Dr. Gaspar Blas Arbuixech, predicado por el arcediano Ballester en 1671. Sin duda era nuestro autor aficionadísimo a este ramo de poesías; pues en las honras funerales de la Reina María Luisa de Borbón, solemnizadas en esta ciudad en 1689, compuso nuestro Ramírez sesenta jeroglíficos según la obra que de ellos escribió D. José Ortí, pág. 157.


D. VICENTE TEXEDOR DE BELVÍS Y NONCADA.

1693.

Natural de S. Felipe, antes Xátiva, caballero del hábito de Montesa, señor de Montartal, capitán de caballos en el reino de Valencia, y Maesse de campo de infantería española. Era muy aficionado a la poesía, y por ello fue secretario en una academia que se celebró en su patria, respondiendo en prosa y rematando en verso a los asuntos encomendados a los poetas, y que estos proponían en prosa, concluyéndoles con una copla ya de consonantes o de asonantes; cuya academia publicó con este título: 1. Académico pensil de las musas. Dispuesto y compuesto en el breve espacio de 9 días; plantado en casa del Sr. D. Miguel Figuerola y Castro caballero de nuestra señora de Montesa; y meritísimo gobernador de la ciudad de Játiva. Valencia, por Francisco Ciprés, año 1669, en 4.° 

Hállanse versos de nuestro Texedor en los folios 239, 266 y 264 de las fiestas de la virgen de los desamparados, y en las de S. Juan de Mata, páginas 427, 502 y 528. Y amás en el de las que se hicieron en Almansa a la canonización de S. Pascual Bailón, escritas por el Dr. D. Pedro Luis Cortés, en la pág. 137 hay una glosa a una cuartilla; un soneto pág. 155, y décimas, pág. 166. Con otras que corren en diferentes certámenes y academias, tanto en su patria, como fuera de ella. Y como las referidas fiestas de Almansa se hicieron en 1692, por ello lo colocamos en este año.


FR. GASPAR NAVARRO.

1694.

Religioso carmelita, natural de Valencia, del que habla Ximeno, tomo 2, pág. 119. Se ha de añadir que de la obra del núm. 3, intitulada: Narratio Evangelica Mathaei, de la que imprimió no más un tomo, dejó el segundo concluido, y dispuesto para la estampa; pero le sobrevino la muerte, y se desapareció, como también los medios que había tomado para su publicación.

Núm. 4. Otros tratados de teología escolástica, los que son: 1. De esse Dei piusque atributis. Le concluyó día 12 de junio 1655. 2. De Scientia Dei. Día 22 de junio de 1654. 3. De voluntate Dei. Día 20 junio de 1657. 4. De sacro Triados mysterio. Lo acabó en 17 de junio 1658. 5. De sensibus sacrae scripturae. Lo acabó en 9 junio de 1666, y antes: Index Sacrorum Bibliorum voces abstrusiores referens, et exponens.


GABRIEL VERDÚ.

1694.

Natural de la villa de Catí, diócesis de Tortosa. Presbítero, doctor teólogo, beneficiado en la metropolitana de Valencia, y en ella penitenciario de su cabildo; de donde pasó a ser cura de la parroquial de la villa de Julilla, (Chulilla) arzobispado de Valencia. Escribió:

1. Descripción de Catí. Manuscrito.

2. Vida política, y muerte del Excmo. Sr. D. Fr. Isidoro Aliga arzobispo de Valencia. Manuscrito.


CRISÓSTOMO MARTÍNEZ.

1694.

Natural de Valencia, pintor de profesión, bastante diestro en su facultad, y tan laborioso, que sin embargo de estar falto de salud y accidentado del mal de gota en manos y pies, emprendió por los años 1680 unas tablas de anatomía, para cuya perfección pasó a Francia, y después a Flandes, donde delineó y grabó:

1. Veinte tablas de anatomía, inventadas, delineadas y grabadas por él todas, en pliegos de marca mayor y algunos de dos.

En cada una presenta a lo natural las partes del cuerpo humano, con propiedad y hermosura, añadiendo de letra suya al pie o al dorso de cada lámina la correspondiente explicación en español. En una de ellas, que es de dos pliegos, y contiene tres figuras humanas de estatura proporcional, hay un círculo, y dentro de él, un esqueleto de menor tamaño, y con letras de buril está firmado el autor de esta manera: Chrisostomus Martinez Hispanus, invenit delineavit, sculpsit. Cum privilegio Regit. La voz Hispanus está añadida en la impresión. 

Paran dichas tablas en poder de la ciudad de Valencia, a quien las envió desde Flandes, suplicando al mismo tiempo algún socorro para su continuación.

La ciudad, en vista de los informes y aprobación de peritos, médicos y cirujanos, deliberó se le diesen ochocientas libras para auxiliar de algún modo los gastos que inevitablemente cuestan a sus autores tales obras; pero habiéndole sobrevenido la muerte, acaecida por los años de 1694, no pudo concluir la suya, la cual aunque imperfecta, y comprensiva de solas veinte láminas, se conserva en la referida ciudad de Valencia. En un retrato suyo que poseo, grabado seguramente por él, con trofeos de su arte, tiene esculpido al pie: 

CHRISOSTOMVS MARTINES VALENTIANVS

Anagramma

ISTIC INTER SVMMOS IN ARTE SVA VOLANS

Epigramma

Quod praedocta, manu, tua Musa Poesis adumbrat 

Hoc Pictura Loquens Carmine nostra refert

Vtraque Pingentem digna te hac Laude Coronat

ISTE SVA SVMMOS INTER IN ARTE VOLAT

Hieronymus Lopes Ecclesiastes Burdigalensis Regius

Sacra Facultatis academia Burdiga.

Professor.     

Habla de nuestro Crisóstomo Rodríguez, bibliot. Valent. pág. 103.


D. FR. MARCELO MARONA.

1694.

Religioso dominico, natural de la ciudad de Valencia, de quien habla Ximeno, tomo 2, pág. 117. Se añade que además de las obras que trae de nuestro autor, compuso también: 1. Gramática en tercetos castellanos, de que hace ya mención Ximeno, pág. 117, col. 2.

2. Letanías latinas a la Virgen del Rosario, a S. Vicente Ferrer, S. Luis Bertrán, y Santo Tomás de Aquino en esdrújulos. Se han impreso, y se cantan en predicadores.

3. Rithmus in laudem S. Th. Aquin. imitando la secuencia del Corpus, que empieza así: Lauda Ecclesia Saluatorem, qui tibi quintum Doctorem, Sanctum Thomam contulit.

4. Officium de SS. Vincentio Ferrario, et Ludovico Bertrando Confesor Ord. Praed. Se imprimieron en Valencia por Gerónimo Vilagrasa, año 1673. Lo compuso para rezarle Feria II non impedita; y por eso tiene doce lecciones para otros tantos meses del año. En cada una de ellas pone primero una virtud de S. Vicente, y después dice cómo la imitó S. Luis.

5. Officium propium S. Ludovici Bertrandi Confes. Ordin. Pradic. Existe manuscrito en el archivo.

6. Oratio in solemnitate Generalium Comitiorum habita coram Rmo. Generali, et Diffinitoribus Valentiae 1647. Se conserva original en el tomo segundo de papeles varios, en 4.°, en Santo Domingo.

Las dedicatorias en la colección de las obras de Granada, impresas en Madrid por Juan García Infanzón, tres tomos en folio, son de nuestro autor, aunque van en nombre de Gabriel de León.


D. JOSÉ PÉREZ DE MONTORO.

1694.

Natural de Játiva, del que trata Ximeno, tomo 2, pág. 116. Se añade que todas las obras líricas y poéticas de este autor, se imprimieron con este título:

1. Obras póstumas, líricas, humanas de D. José Pérez de Montoro, secretario de S. M. Recogidas y dadas a la estampa por D. Juan de Moya. Madrid, en la oficina de Antonio Marín, año 1736, dos tomos en 4.°


D. PEDRO LUIS CORTÉS.

1696.

Presbítero, valenciano, nació en la villa de Ibi, reino y arzobispado de Valencia; estudió en esta universidad, en la que se graduó de maestro en artes y doctor en sagrada teología: fue en ella catedrático de filosofía, y siendo sacerdote obtuvo el curato de la santa iglesia de Orihuela, de donde se trasladó al de la parroquial de San Pedro de la villa de Novelda: por medio de permuta pasó a serlo a la de S. Salvador de la real villa de Ibi, su patria, donde permaneció hasta su muerte, acaecida el último día de octubre de 1696. Cultivó con mucha facilidad y gracia las musas, y publicó:

1. Demostraciones festivas con que la noble, antigua y siempre leal villa de Almansa celebró la canonización de su especial patrono y abogado S. Pascual Bailón, de los descalzos de S. Francisco, en su convento de Santiago, adonde vivió y obró muchos milagros. Escribiólas el Dr. Pedro Luis Cortés. Y las saca a luz D. José López de Huesca, regidor de dicha villa. Madrid, imprenta real, por Mateo de Llanos, año 1693, en 4.° 

2. Métrica oración panegírica que en variedad de metros, elogia la vida de S. Pascual Bailón. Es una poesía muy larga que corre al principio del antes referido libro.

Fue fiscal de la justa y vexamen de las poesías que se presentaron en estas fiestas. Y en ellas hay de nuestro Cortés las siguientes: canción y octavas, en la 138; una glosa con cuatro décimas, página 152, un romance en la 157; y pág. 167, otras décimas; y el vexamen, pág. 171.

Consta que era natural de Ibi, porque en la pág. 103, dice: “la devoción que toda mi vida tengo al santo, y ser uno de los milagros aprobados por la sacra congregación de ritos, para la gloria de su canonización, la fuente de la villa de Ibi, mi patria...”

En la pág. 206 hay un romance al milagro que S. Pascual Bailón hizo en la real villa de Ibi, con Domingo Pérez (que hoy vive, dice), y fue que al invocar su nombre dio un golpe con un azadón entre unas peñas, y salió una fuente que no ha faltado jamás: es uno de los aprobados para su canonización. Este romance es composición también de nuestro Cortés. 


FRANCISCO LLORENS.

1696.

Natural de la ciudad de Valencia, ciudadano, jurado en cap (o primero) de la dicha ciudad en el año 1656. Fue enviado con una embajada en representación del ayuntamiento a Felipe III, y con este motivo compuso lo siguiente: 1. Informe a la Magestad del Rey nuestro Señor D. Felipe el grande, III de la Corona de Aragón, que propuso Francisco Llorens en justificación de haber resuelto su embajada la ciudad y consejo general, y de las otras deliberaciones que fueron medio para su ejecución. Valencia, sin año ni nota de impresor, en folio.

Este escrito versa sobre desavenencias entre el virrey y justicia criminal, mandándole aquel que cuando fuese a verle entrase sin vara, lo que motivó a la ciudad a hacer el informe antecedente a favor del justicia criminal.

Francisco Llorens tuvo tanto crédito en la ciudad, que sirvió muchísimas veces el empleo de jurado, y otros, como fueron en los años 1652, 53, 56, 64, 72, 74, 75, 76, 80, 83, 91, 93, 94 y 1696, por lo que le colocamos en este año.


VICENTE CARBONELL.

1696.

Natural de la villa de Alcoy, del que habla Ximeno, tomo 2, pág. 71, al año 1672. Se añade que trabajó: 1. Representación histórico-genealógica que dio a S. M. Impresa en 1696, en folio. En ella recuerda y refiere su alcurnia y ascendencia por grados, desde el capitán Poncio Carbonell, que vino a la conquista del reino de Valencia, hasta el mismo D. Vicente Carbonell. He visto un ejemplar. Hay otro manuscrito, acaso el original que se guarda registrado en el archivo de la bailía general y real patrimonio, armario número 15 de papeles en folio, que contiene varios manuscritos auténticos, reales cédulas, privilegios y ejemplares de memoriales.

Siendo impresa dicha Representación en 1696, colocamos en él a nuestro escritor.


V. RUFINA ROS DE JESÚS.

1697.

Natural de la ciudad de Orihuela, donde nació, y fue bautizada martes 5 de febrero de 1658 en la parroquia de santa Justa y Rufina: fueron sus padres Ginés Ros y Vicenta Martínez. Tomó el hábito de la tercera orden de S. Francisco, martes 25 de marzo de 1681. Era sobrina del V. hermano Gerónimo Tomás de Casanova y Sanchiz, que murió en Granada, y cuya vida escribió D. José Vicente Ortí y Mayor, como dice Ximeno, tomo 2 de escritores valencianos, folio 316, columna 1: allí mismo consta escribió dicho Ortí también la de nuestra Rufina. Ambas vidas existían originales manuscritas en el archivo del real monasterio de S. Miguel de los Reyes, cajón de papeles de la casa real de Nápoles &c. Murió en jueves 1 de agosto de 1697, a los 39 años de su edad; fue enterrada en la iglesia del convento de S. Gregorio de religiosos franciscos descalzos, y llevado su cadáver en hombros de sacerdotes, celebrándole exequias en la parroquial de Santa Justa y Rufina miércoles 21 de agosto del referido año: dijo la oración fúnebre su director el P. Fr. Pedro Domingo, religioso francisco descalzo en la provincia de S. Juan Bautista, y se reimprimió dicho año en Orihuela por Jaime Mesnier. En 4.° De orden de su director escribió 1. Su vida, manuscrita.

Compuso unas poesías para expresar su afecto en la noche de Navidad, como más extensamente consta de su vida ya insinuada por D. Vicente Ortí.


FR. JOSÉ PARDO DE LA CASTA.

1698.

Religioso carmelita, natural de Valencia. A lo que dice Ximeno, tomo 2, pág. 127, al núm. 3, hablando de este autor, añadimos que cultivó las musas, como se manifiesta en las poesías que insertó en la página 35 de la academia que se celebró en Valencia, titulada: Sol de academias. También hay un romance en la pág. 394 del libro compuesto por el P. Rodríguez de fiestas a S. Juan de Mata y S. Félix de Valois. Y en el libro intitulado: luces de la aurora, que son de fiestas a la purísima concepción, historiadas por D. Francisco de la Torre, las hay también en las páginas 208, 296 y 315.


FR. JUAN BAUTISTA FORT.

1698.

Religioso dominico, natural de la ciudad de Valencia, e hijo de hábito del convento de predicadores de dicha ciudad. Fue discípulo del célebre maestro Lerma, de dicho orden, y un varón observantísimo, teólogo muy docto, predicador y poeta. Tuvo muchos oyentes en sus sermones, siendo tal su fama, que predicó diez cuaresmas, esto es, desde el año 1689, hasta el de 1698 inclusive, en el lugar de Belloch.

Escribió: 1. Sermones, tres tomos en 4.° Manuscritos que se guardaban en el convento de predicadores.

2. Sermón de los santos patriarcas S. Juan de Mata y S. Félix de Valois, fundadores de la orden de la santísima trinidad. Valencia por Benito Macé, año 1669, en 4.°

3. El prodigio de Belloch. Auto sacramental de la milagrosa imagen de la virgen del adyutorio, la cual está en el término de la villa de Belloch: manuscrito que dice el canónigo de Tortosa Jaime Mateu, en la historia del referido pueblo, pág. 6, tenía en su poder, y se había representado en dicho lugar en 14 de agosto de 1690.

             

FR. JOSÉ DOMINGO PONTÍ. 

1698.

Religioso dominico, natural de la ciudad de Valencia, de quien habla Ximeno, tomo 2, pág. 132. Fue muy instruido en la lengua latina, como lo manifiesta la carta que en el año 1659, siendo secretario del obispo de Vique D. Francisco Crespí de Valdaura, escribió en nombre de este, a su santidad, suplicando la canonización de S. Toribio, arzobispo, de Lima. También era excelente poeta latino, como lo prueban los 18 dísticos que hizo a la fiesta de la traslación de los santos mártires Luciano y Marciano, celebrada en Vique, día 24 de agosto 1664; y se llevó el premio del certamen poético. Están dichos versos en la pág. 503 de sus manuscritos, y en la 479 se halla: “Síguese un elogio en oración panegírica, que se recitó en el convento de Sta. Catalina mártir de la orden de predicadores al ángel Sto. Tomás de Aquino, en su día del año 1657, la cual dispuso en hexámetros, y la tomó de memoria un licenciado artista, que para imprimirla se añadió.”

Síguense después muchas poesías castellanas en el volumen de sus memorias, y aunque no se expresa que sea autor el maestro Pontí, es muy natural que fueran suyas. En este mismo volumen de sus obras, que es el número con el tomo 14 de papeles varios en folio, y se conserva en el convento de predicadores de Valencia.

Se hallan otras obras manuscritas de nuestro autor, a saber: 1. Las moscas de S. Narcís de Gerona.

2. Noticias curiosas.

3. Noticias necesarias assi á los que leen como á los que escriven Historias, Computos, y Chronologias, que son primeros principios para este fin.

4. Historia verdadera de los Santos Mártires Abdón y Senén Reyes de Persia martirizados en Roma y traídos à Arlés del Rosellón.

5. Noticias mathematicas, diferente de la obra del núm. 2 citada por Ximeno.

5. De la aplicación de las Misas.

7. Camino llano para religiosos y religiosas.

8. Tratado de oración para principiantes y novicios, que concluye con estas palabas: “Este breve raudálico le ofrece para que refresque el Novicio principiante con obsecuente voluntad el M. Fr. José Pontí, calificador del Sto. Oficio en Predicadores de Valencia.” Y luego añade. “Mas prosigamos algo de santos ejercicios...” Y seguidamente pone este título: Qué empleos se podrán hacer después de la oración mental.

D. JOSÉ SALA.

1699.

Natural de la villa de Elche, reino de Valencia, canónigo, maestre escuela en la colegial de Alicante y su catedrático de escritura, calificador del santo oficio en los Reinos de Valencia y Murcia, y examinador sinodal en el obispado de Orihuela. Publicó:

1. Sermón panegírico a S. Juan Bautista en las fiestas que se celebraron en la ciudad de Alicante en hacimiento de gracias por la feliz elección de Gran Maestre de Malta en el eminentísimo señor D. Ramón de Perellós y Rocafull. Orihuela por Jaime Mesnier, año 1699, en 4.° Lo publica Juan Bautista Carciniani, cónsul de la nación maltesa, con una breve relación de lo actuado en dichas fiestas.

En una carta de un anónimo, que precede a la dedicatoria que hace el dicho Carciniani al mismo D. Ramón de Perellós, se dice que nuestro Sala tenía compuestas:

2. Muchas obras de Cuaresmas, varios panegíricos, resoluciones y otros escritos.

Y más abajo se explica de esta suerte: “Oh! quiera Dios que así mismo salgan a luz todos sus escritos, y noticiosos desvelos escolásticos y morales, para que sea por ellos el autor conocido, como por espejo de las edades presentes y venideras, no encerrándose su esclarecido nombre en sola su Ilicitana patria.”


MATÍAS RAMÍREZ.

1699.

De quien habla Rodríguez, Bibliot. Valentina, folio 330, col. 2, y le omite Ximeno. Fue natural de la villa de S. Mateo. Doctor en medicina, y maestro de letras humanas en la ciudad de Alcañiz, en Aragón. Escribió: 1. Gramática de Príncipes. Impreso en Zaragoza. “Así me lo han ministrado (dice Rodríguez) de S. Matheo”, y no sabiendo el año en que se imprimió su gramática, lo colocamos a fines del siglo XVII.


D. FREY HIPÓLITO DE SAMPER Y GORDEJUELA.

1700.

Del orden de Montesa, natural de Valencia, del que habla Ximeno, tomo 2, pág. 135. Fue persona de tantas prendas, que mereció los mayores honores de varios autores, entre ellos D. José Pellicer de Ossau y Tovar, en su Sincello de las iglesias, en la prefacion y dedicatoria. Además de las muchas obras que cita Ximeno, escribió también: 1. Breve relación de la milagrosa imagen de nuestra señora de los desamparados de la ciudad de Valencia y de la copia que goza esta Corte (de Madrid) en la iglesia del real hospital de los Reinos de la Corona de Aragón.

Corre al principio del sermón que predicó el P. Fr. José de Madrid a 9 de febrero 1686, publicado por el mismo Samper en dicho año, con el título siguiente: Gratulación sacra en la primera solemnidad que dedicó a la santa imagen de nuestra señora de los desamparados, nuevamente erigida y colocada en el real hospital de nuestra señora de Monserrate de esta Corte &c.


FR. JOSÉ CARBÓ.

Natural de Valencia, religioso trinitario calzado (del que habla Rodríguez, Bibliot. Valent. folio 483). Fue hijo de hábito del convento de su patria, maestro en teología, y ministro. Logró tener un gran numen para la poesía, como se ve en el certamen celebrado en Valencia el año 1668 a S. Juan de Mata y S. Félix de Valois, comprendido en el libro de fiestas a dichos santos, del P. Rodríguez; pues en él escribió el vexámen que está a las páginas 503 y siguientes, y también hay poesías suyas en las páginas 426, 438, 466, 476 y 483. Son de Carbó los primeros versos de todos los asuntos que para el certamen se propusieron, como lo declara el autor del libro, pág. 425. También tiene versos en el Parnaso de S. Francisco Xavier, pág. 266; y en las páginas 78, 98 y 99 de la academia celebrada en el palacio real de Valencia, al cumpleaños de Carlos II; y en otra academia que se celebró en esta ciudad, impresa por Vicente Cabrera, año 1685, a las páginas 19 y 20. En el libro: Funesto jeroglífico, que es de exequias a Felipe IV, celebradas en Valencia, año 1666, hay poesías en la página 115, y también al principio. Las hay en el libro de fiestas a nuestra señora de los desamparados, en las páginas 218, 231, 255, 259 y 282. En el libro: luces de la aurora, pág. 245, y en lemosín 332, hay versos de Carbó. Y como el padre Rodríguez, hablando de este religioso no dice haber muerto en 1700, le colocamos en este año.


FR. AGUSTÍN ÁVILA.

1700.

Religioso franciscano de la provincia de Valencia, natural de Concentaina. Pasó a Guatemala (Goatemala), donde vivió 40 años sirviendo de ejemplar por sus virtudes monásticas. En el mismo día de su fallecimiento, como dice Beristain (1: en su biblioteca, pág. 125), que fue a fines del siglo XVII, se predicó en la iglesia de su convento el Elogio fúnebre, en que después de ponderar el orador su humildad profunda, su penitencia asombrosa, su celo apostólico, sus éxtasis frecuentes, y otros prodigios singulares de santidad, añadió sin escándalo y aun sin admiración del auditorio, que desde la fundación del orden seráfico apenas se encontraría un hijo de San Francisco que hubiese observado con más perfección que el P. Ávila la regla de su santo patriarca. Escribió y se conserva en la biblioteca del convento principal de Guatemala: 1. Libro de la explicación de la doctrina cristiana en lengua Kiche.                     

Continúa en los anónimos.