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jueves, 4 de febrero de 2021

El mordisco catalán a Aragón, Ricart Garcia Moya,

Leo en el diario catalán Levante: «Obstinarse en que una comunidad tiene una lengua propia es absurdo», frase dicha por el baturro Ángel López García, Codirector de la Biblioteca Lingüística Catalana y autor de ‘Repensar España desde sus lenguas’. Dada la publicidad que le ofrece el diario catalán, podemos deducir qué filigranas ideará el viejo enredante zaragozano para agradar al Régimen, y lo hace con reflexiones típicas del que presume de imparcial inocencia:

«Ni el español es la ‘lengua nacional’, como puedan serlo el francés o el italiano en sus respectivos países» (López García: Repensar España desde sus lenguas, 2020)

¡Vaya! El francés o italiano son lenguas nacionales, pero no el español. Es raro. Cuando un catalanazi habla con un vasconazi emplea la lengua vehicular de España, el español. En fin, dejamos a López García y sus ideícas para chistes de baturros. De los idiomas, por seguir el tema, se preocupó Pascual Madoz, navarro que estudió en Zaragoza y, en 1833, coordinaba en Barcelona diversas publicaciones y asumía la dirección del periódico ‘El Catalán’. Aparte de su trayectoria política de gobernador de Barcelona, jefe de fuerzas del valle de Arán, hijo adoptivo de Barcelona…, se le recuerda por el Diccionario geográfico-estadístico-histórico’, conocido popularmente como Dicc. Madoz, la obra más completa sobre España y sus costumbres, producciones, folclore, patrimonio artístico, economía, cultura, etc. El diccionario también recogía referencias a idiomas, hablas y dialectos, incluidos los aragoneses; es decir, de los antepasados del citado lingüista Ángel López García de Zaragoza; aunque quizá haya olvidado su origen, al estar danzando por la Universidad de Valencia desde hace 40 años.

Leo en el diario catalán Levante: «Obstinarse en que una comunidad tiene una lengua propia es absurdo», frase dicha por el baturro Angel López García, Codirector de la Biblioteca Lingüística Catalana y autor de ‘Repensar España desde sus lenguas’.

La documentación es la que puede ayudarnos a disipar la niebla generada por estos personajes. Así, a mediados del XIX, en el turolense Aguaviva usaban un dialecto particular:

«un lenguaje tan particular, que no es usado por los vecinos de los pueblos de su entorno: consiste en una miscelánea del castellanovalenciano, y catalán, que sólo ellos entienden, si bien es cierto que cuando salen del pueblo, o hablan con forasteros se sirven de la lengua española.» (Diccionario Madoz: I, año 1845, p.128)

Aquí comprobamos la realidad de tres idiomas: castellano, valenciano y catalán, además del dialecto de Aguaviva (‘Aiguaiva’, en el aragonés local), que actualmente ha sido masticado y digerido por el insaciable expansionismo catalán. El idioma aragonés, fragmentado en mil hablas en el 1850, tuvo su etapa de difusión y se filtraba hasta en textos latinos como el Liber Regum (h.1195). Fue lengua de prestigio en el ms. Vidal Mayor (del 1247 al 1280), escrito en aragonés con el beneplácito de Jaime I; «Nos, don Iavmes, por la g[rat]ia de Dius rey d’Aragon et de Malliorgas et de Ualentia, conde de Barcalona» (Vidal Mayor, h. 1250). En 1250, para Jaime I, existían los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca; pero nada que se llamara CataluñaCorona CatalanaGran CataluñaPaíses Catalanes y demás ridículas fantasías que, impunemente, enseñan a los niños los colaboracionistas por Aragón, Valencia y Mallorca.

Texto en aragonés del Vidal Mayor : «Nos, don Iavmes, por la g[rat]ia de Dius rey d’Aragon et de Malliorgas et de Ualentia, conde de Barcalona» (Ms. Vidal Mayor, siglo XIII, Fundación Getty, California). No existía Cataluña hacia el año 1250, pero si Aragón, Mallorca y Valencia.
Texto en aragonés del Vidal Mayor : «Nos, don Iavmes, por la g[rat]ia de Dius rey d’Aragon et de Malliorgas et de Ualentia, conde de Barcalona» (Ms. Vidal Mayor, siglo XIII, Fundación Getty, California). No existía Cataluña hacia el año 1250, pero si Aragón, Mallorca y Valencia.

Bajo el franquismo, ante la indolencia de la sociedad, los fascistas catalanes comenzaron a idear nombres como ‘Marca de Ponent’ o ‘Cataluña aragonesa’ para sus nuevos territorios. Al final, en la Barcelona del 1970, cuatro caníbales catalanazis acordaron que el territorio robado a Aragón se llamaría ‘Franja de Ponent de Catalunya’. No hallaron denominación más anodina. Era la táctica despersonalizadora aplicada a los antaño prestigiosos Reinos de Valencia y Mallorca, degradados a ‘País’ e «Illes». En Alemania, bajo el nazismo, la primera medida para convertir en inhumanos a los prisioneros era darles un número y prohibir nombres y apellidos. Después era más fácil la eliminación de esas ‘cosas’ sin nombre.

Iba a escribir un artículo documentado y extenso sobre el saqueo de Aragón, no sólo idiomático, por parte de Cataluña, pero no vale la pena; es inútil y nadie los lee. Lo cierto es que en 1845 constataba Madoz que el dialecto de Aguaviva sólo lo entendían los del pueblo, aunque no tenían problemas en usar el español como lengua vehicular, ese español al que el zaragozano López niega la condición de ‘lengua nacional’. En febrero del 2021, tras la acción del catalanismo, estoy convencido de que en Aguaviva se entienden en catalán con los turistas sardaneros que acuden a visitar las nuevas colonias de la Franja del PonienteSinceramente, no tengo ganas de recordar a tiasnurias como Carmen Junyent y otras monjas cojoneras del idioma, que lloran y patalean por la defensa de cualquier dialecto o lengua del mundo (no el español y valenciano, por supuesto) como los 400 dialectos de Nigeria, o los de Australia y Siberia. En Aguaviva supongo que quedará alguien que hable el dialecto que sólo los del pueblo dominaban, hecho que me recuerda el alboroto de filólogos de todas las ganaderías en la defensa del tehuelche de la Patagonia argentina. La única hablante nativa falleció en 2019, pero se ha convertido en un dialecto en proceso de recuperación a bombo y platillo en el país de los psicólogos.

Aquí, en una España donde faltan médicos y medios para combatir el Covid, nos sobra el repugnante colesterol social de cientos de miles de asesores, maestros, periodistas, políticos, comisarios, inmersores y demás parásitos cuya única misión es catalanizar Aragón, Valencia y Mallorca. Cuando pase el tiempo nadie entenderá esta locura. Aquí gobiernan matarifes idiomáticos, y no se limitan a laminar dialectos aragoneses, sino que progresivamente destruyen y prohíben los idiomas valenciano y español. Lamentablemente, en pueblos como Aguaviva, esta labor la facilitan emigrantes que regresan catalanizados de Cataluña e intentan demostrar superioridad hablando la lengua que no es de «las bestias», que diría Torra, sino la de la Gran Cataluña. Hoy no tenemos un Madoz, sólo textos inmersores que enseñan que en la «Franja, el País y las Islas» se habla catalán y somos catalanes.

jueves, 23 de mayo de 2019

FUNDACIÓN Y DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE PANO


2.81. FUNDACIÓN Y DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE PANO
(SIGLO VIII. SAN JUAN DE LA PEÑA)

FUNDACIÓN Y DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE PANO  (SIGLO VIII. SAN JUAN DE LA PEÑA)


En los momentos inmediatamente posteriores a la conquista musulmana de Zaragoza, la principal ciudad del valle medio del Ebro, no era extraño advertir la presencia de pequeños grupos de cristianos huidos y escondidos en bosques, cuevas y montes que esperaban a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos por si podían regresar a los hogares que habían abandonado de manera precipitada. Estos fugitivos solían reunirse para llorar sus penas, solicitar la ayuda de Dios y ayudarse unos a otros. Fue en una de estas reuniones cuando, ante la permanencia de los moros en la ciudad, surgió la idea de reconquistar las tierras perdidas y tratar de fundar una ciudad cristiana.
Animados por esta ilusionante idea, los cristianos huidos —que conocían perfectamente la zona, pues no en vano era su casa— escogieron una cumbre inaccesible, la cima del monte Pano, como lugar de asentamiento de su primera ciudad tras la invasión agarena. Dicho monte, que situado entre Santa Cruz de la Serós y Botaya, está coronado en su cima por una extensa llanura, por lo que el trazado y la construcción fueron fáciles, máxime cuando aún hoy por allí abundan la piedra y la madera. Se dieron cita en aquel lugar familias enteras que se rigieron por los antiguos usos y costumbres bajo la protección de la Cruz, el auténtico símbolo de su fe.
No tardó mucho en llegar la noticia de la existencia de esta nueva y pequeña comunidad a oídos de Abdelaziz, gobernador musulmán de Zaragoza, quien, temeroso de que aquel intento pudiera constituir algún peligro, dispuso inmediatamente un ejército, capitaneado por Abdemelic, para tratar de someter a la ciudad de Pano.

Cuando los cristianos advirtieron la presencia del ejército musulmán se aprestaron a defender sus casas. En principio, las dificultades para acceder al lugar escogido pudieron mantener a salvo sus casas y enseres por un cierto espacio de tiempo, pero finalmente acabó imponiéndose el mayor poderío humano y bélico del ejército atacante, que penetró en la ciudad y la arrasó por completo, frustrando así el sueño de aquellas familias.
Nada quedó en la ciudad de Pano, salvo esta historia.

[Martínez y Herrero, B., Sobrarbe y Aragón..., I, págs. 46-48.]


El Real Monasterio de San Juan de la Peña situado en Botaya, al suroeste de Jaca, Huesca, Aragón (España), fue el monasterio más importante de Aragón en la alta Edad Media. En su Panteón Real fueron enterrados un buen número de reyes de Aragón. Forma parte del camino aragonés del Camino de Santiago. Su enclave es extremadamente singular.


Cuenta la leyenda, que un joven noble de nombre Voto (en algunas versiones, Oto), vino de caza por estos parajes cuando avistó un ciervo. El cazador corrió tras la presa, pero ésta era huidiza y al llegar al monte Pano, se despeñó por el precipicio. Milagrosamente su caballo se posó en tierra suavemente. Sano y salvo en el fondo del barranco, vio una pequeña cueva en la que descubrió una ermita dedicada a San Juan Bautista y, en el interior, halló el cadáver de un ermitaño llamado Juan de Atarés. Impresionado por el descubrimiento, fue a Zaragoza, vendió todos sus bienes junto a su hermano Félix se retiró a la cueva, e iniciaron una vida eremítica.

Este sería el inicio del Monasterio del que escribía don Miguel de Unamuno:

...la boca de un mundo de peñascos espirituales revestidos de un bosque de leyenda, en el que los monjes benedictinos, medio ermitaños, medio guerreros, verían pasar el invierno, mientras pisoteaban la nieve jabalíes de carne y hueso, salidos de los bosques, osos, lobos y otros animales salvajes.

Claustro de San Juan de la Peña.
Claustro de San Juan de la Peña.


Se habitan estas montañas poco después de la conquista musulmana, al construir el castillo de Pano, destruido en el año 734. El origen legendario del Reino de Aragón también encuentra en el monasterio cueva de San Juan de la Peña su propia historia, cuando reunidos los guerreros cristianos junto a Voto y Félix deciden por aclamación nombrar a Garcí Ximénez su caudillo que les conducirá a la batalla por reconquistar tierras de Jaca y Aínsa, lugar este donde se produjo el milagro de la cruz de fuego sobre la carrasca del Sobrarbe.

Reinando en Pamplona García Íñiguez y Galindo Aznarez I, conde de Aragón, comienzan a favorecer al Monasterio. El rey García Sánchez I concedió a los monjes derecho de jurisdicción, y sus sucesores hasta Sancho el Mayor, continuaron esta política de protección. Allí pasó sus primeros años San Íñigo. En el reinado de Sancho Ramírez de Aragón adquiere su mayor protagonismo llegando a ser panteón de los reyes de Aragón.

Fueron devastadores los incendios de 1494 y 1675. A raíz del último de ellos, se construyó el Monasterio Nuevo. El Monasterio Antiguo fue declarado Monumento Nacional el 13 de julio de 1889 y el Monasterio Moderno el 9 de agosto de 1923. La restauración fue dirigida por el arquitecto modernista aragonés Ricardo Magdalena.

Probablemente existiera algún tipo de cenobio anterior al siglo XI, pero la construcción de mayor importancia empieza el año 1026 por iniciativa de Sancho el Mayor. En el año 1071 el rey Sancho Ramírez cede el conjunto existente a los monjes cluniacenses y favorece su reforma. En este momento se levanta el conjunto que hoy queda, en mayor o menor medida. La reforma benedictina de Cluny no podía obviar la construcción de un claustro que se finalizará ya entrado el siglo XII.

A finales del siglo XI son un conjunto de capiteles de influencia jaquesa del claustro con temas de animales fantásticos y algunos motivos geométricos y vegetales donde destacan los roleos. Un segundo grupo, formado por veinte capiteles, fue encargado en el último tercio del siglo XII al llamado maestro de San Juan de la Peña, autor anónimo, también conocido como Maestro de Agüero, probablemente para sustituir otro anterior.​ El pequeño recinto ofrecía un cerramiento diáfano en forma de arcadas separadas por columnas. Los arcos se veían rematados con cenefas con el típico taqueado jaqués.

El Maestro desarrolla un programa sobre escenas bíblicas donde aparecen entre otras el Anuncio a los pastores, la Natividad, la Anunciación, la Epifanía, el Bautismo y la Circuncisión de Jesús, la Última Cena, episodios sobre Caín y Abel, la Creación de Adán y Eva, así como su Reprobación y posterior condena al trabajo. Seguramente el maestro de Agüero solo elaboró los capiteles para dos alas del claustro ya que a finales del siglo XII el monasterio entró en franca decadencia. El programa iconográfico que plantean los 26 capiteles que conservamos parece enfocar la Salvación a través de la Fe escogiendo los episodios más significativos para ello.

Se trabaja con bajorrelieves casi todos dominados por un horror vacui muy acentuado que provoca contorsiones en algunas figuras que superan el propio marco sacando un brazo como en la escena de Jesús y los Apóstoles. Los gestos son exagerados, casi teatrales, acentuando los ojos y la boca, y confiriendo narratividad a las escenas. En cuanto a las formas, estas se someten a esquemas geométricos que dominan desde la configuración del rostro o los pliegues de los paños, hasta los movimientos de caballos o de la misma agua que se vierte de un jarro a otro.

En el piso superior se encuentra el Panteón real. En él, durante cinco siglos se enterraron algunos de los monarcas de Aragón y de Navarra. Su aspecto actual data del siglo XVIII.

En San Juan de la Peña, los reyes de Aragón fueron sepultados en tumbas de piedra colocadas en tres órdenes superpuestos, desde la roca hacia afuera, presentando a la vista solo los pies del féretro. El panteón real ocupa las dependencias de la antigua sacristía de la iglesia alta, que data del siglo XI; fue reformado por Carlos III en 1770, siguiendo las indicaciones de don José Nicolás de Azara y del conde de Aranda, quien quiso ser enterrado en el atrio. La reforma solo afectó a la decoración, quedando los sepulcros en el mismo lugar; se levantó delante de ellos una pared en la que se colocaron láminas de bronce con las inscripciones correspondientes, se distribuyó por la sala profusión de estucos y mármoles, colocando en la pared frontera unos medallones con relieves que representan escenas de legendarias batallas.

Alberga los restos de algunos monarcas navarros que reinaron en Aragón, de los primeros condes aragoneses y de los tres reyes iniciales de la dinastía ramirense, Ramiro I, Sancho Ramírez, Pedro I, junto con sus esposas.

En 1889 se le otorga el título de Monumento Nacional que en 1920 es completado con la declaración por parte del rey Alfonso XIII como Sitio Nacional. Ya el 2 de febrero de 2004, el Gobierno de Aragón completa su declaración como Bien de interés cultural con la protección del conjunto monástico y su entorno.

La mayor parte del fondo documental del Monasterio se trasladó al Archivo Histórico Nacional de Madrid, donde se encuentra en la sección de Clero. Atendiendo a los trabajos publicados, la documentación se divide en tres grandes grupos:

Textos más antiguos, entre 507 y 1064, que se recogen en el Cartulario de San Juan de la Peña.
Documentos fechados entre 1064 y 1194.
Documentos fechados entre 1195 y finales del siglo XV.

Según la leyenda española sobre el Santo Grial, este permaneció en el monasterio, después de pasar por diversas ubicaciones como la cueva de Yebra de Basa, monasterio de San Pedro de Siresa, iglesia de San Adrián de Sásabe, San Pedro de la Sede Real de Bailo, la Catedral de Jaca, desde 1071 hasta 1399.

La necesidad de atraer a los peregrinos a Santiago que pasaban por el cercano camino de Jaca al monasterio aconsejó que en él se ubicara la reliquia. En 1399 el rey Martín I se llevó el vaso sagrado al palacio de la Aljafería de Zaragoza, donde estuvo más de veinte años, después de una breve estancia en Barcelona, acompañando al rey y posteriormente se trasladó a la Catedral de Valencia.

El primer lugar en España donde se celebra con el rito Romano es en el Reino de Aragón en el monasterio de San Juan de la Peña, el 22 de marzo de 1071, durante la estancia del Santo Cáliz en el monasterio y a continuación se oficializa en el resto del reino, sustituyendo al rito mozárabe.

Martínez y Herrero, Bartolomé (1866). Sobrarbe y Aragón : estudios históricos sobre la fundación y progreso de estos reinos, hasta que se agregó á los mismos el Condado de Barcelona. pp. 54-59. http://bibliotecavirtual.aragon.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=3703

Enríquez de Salamanca, Cayetano, Rutas del románico en la provincia de Huesca, Las Rozas (Madrid), 1987, pág. 42, ISBN 84-398-9582-8.

Lapeña Paúl, Ana Isabel (1997). «Documentos en romance del Monasterio de san Juan de la Peña (primera serie, siglo XIII-1325)». Alazet, 9, pp. 215-249.

La introducción del rito romano en Aragón y Navarra.




  • Sitio web oficial del Monasterio de San Juan de la Peña (en español, francés e inglés)


  • http://www.jacetania.es/jacetaneas/opencms/site/web/conoce_la_comarca/jaca/botaya/?comboIdiomas=spanish

    domingo, 11 de noviembre de 2018

    DGA delega en los municipios regular el «catalán de Aragon»

    https://www.lacomarca.net/dga-delega-en-los-municipios-regular-el-catalan-de-aragon/


    Cartel de Beceite instalado tras la comarcalización en los dos idiomas
    Cartel de Beceite instalado tras la comarcalización en los dos idiomas

    DGA delega en los municipios regular el «catalán de Aragon»

    La nomenclatura del idioma, el mayor escollo. 17 de los municipios bajoaragoneses rechazan la norma, 8 la respaldan y 4 no contestan

    Disparidad de opiniones y controversia ante la circular que el Gobierno de Aragón envió a 29 de los municipios del Bajo Aragón Histórico para que se pronunciasen sobre el «catalán de Aragón».

    La consejería de Educación, Cultura y Deporte remitió el pasado mes de agosto una carta a todas las localidades de los denominados municipios del ámbito de los idiomas aragonés y catalán de Aragón para decidir sobre su incorporación o no en la denominada zona de utilización histórica predominante de cada una de las dos lenguas, delegando así esta decisión en los equipos de gobierno municipales.
    La circular fue enviada a un total de 208 municipios. En el ámbito del catalán se incluyen 56 municipios de las comarcas del Matarraña, Bajo Aragón, Bajo Aragón-Caspe, Bajo Cinca, Litera y Ribagorza y los 152 restantes de 10 comarcas oscenses y zaragozanas están considerados del ámbito del idioma aragonés. En dicho documento se les insta a tomar la decisión de adscribirse a esta denominada «zona de utilización histórica» y se les concedía un plazo de dos meses, que ya ha finalizado, para manifestarse a favor o en contra y se les daba la opción de no responder en cuyo caso el ejecutivo entendería que no había objeción.
    Desde el Gobierno de Aragón explicaron que el objetivo es determinar las zonas en las que el catalán es lengua propia, incluyendo todas las variedades locales y denominaciones locales, de tal manera que se pueda seguir manteniendo la enseñanza en los centros y los ciudadanos puedan ejercer los derechos que les reconoce la Ley de Lenguas, para «organizarlo normativamente».
    En dicho documento, a la vez que propone a los municipios su incorporación a este dominio histórico, les asegura que se incluirán sus modalidades lingüísticas propias. / JA JE JI JO JU (agarro aire) JU JO JI JE JA !!!

    De igual modo les ofrece utilizar de forma voluntaria el idioma propio en los distintos trámites del día a día o lo que es lo mismo, utilizarlo en documentos oficiales, bandos y trámites burocráticos.
    En dicho documento se hace alusión a la ley de lenguas y se recuerda que el Gobierno de Aragón es competente en el tema relativo a la lengua.
    Hasta el momento el ejecutivo no ha tomado una decisión sobre las opiniones recibidas de los 208 municipios consultados y previsiblemente se pronunciará a principios de diciembre.

    Pintada en un muro privado en favor del chapurriau en la travesía de Valderrobres
    Pintada en un muro privado en favor del chapurriau en la travesía de Valderrobres

    Mayor oposición que respaldo

    Entre las localidades bajoaragonesas consultadas, 17 se posicionaron en contra, 8 a favor y 4 optaron por el silencio administrativo o no se declararon competentes. La mayor parte de ellas llevaron la cuestión al orden del día de sus respectivos plenos municipales. 
    A favor se posicionaron las localidades de Arens de Lledó, Beceite, / hay un error /
    Calaceite, Mazaleón, Fabara, Monroyo, Peñarroya de Tastavins y Valjunquera
    .
    En contra Belmonte, La Chinebrosa - Ginebrosa, Torrevelilla, La Cañada de Verich, La Codoñera, La Portellada, Fuentespalda, Lledó, Ráfales, Fórnoles, La Fresneda, Valdeltormo, Torre de Arcas, Torre del Compte, Valderrobres, Maella y Nonaspe.
    «Piden opinión a un alcalde y concejales sobre una cuestión que tiene que solucionar el ejecutivo y los expertos en el tema, no nosotros», explicó Fernando Camps, alcalde de cretas.
    Fayón, Aguaviva y La Cerollera optaron por el silencio administrativo y Cretas declaró que no era competente para regular esta cuestión. «Piden opinión a un alcalde y concejales sobre una cuestión que tiene que solucionar el ejecutivo y los expertos en el tema, no nosotros», explicó Fernando Camps, alcalde de cretas. https://chapurriau.blogspot.com/2018/04/juan-luis-camps-juan-lacomarca.html
    En otros municipios como Calaceite o Peñarroya de Tastavins se aceptó por unanimidad el término de «catalán de Aragón». Entre algunos de los alcaldes que se manifestaron a favor reconocen, de igual modo, la dificultad de incluir todas las sensibilidades. «Nosotros hemos votado afirmativamente pero pensamos y respetamos que otros vecinos denominen a la lengua de otra manera», explicó Jose Ramón Guarc, alcalde de Monroyo. Otros alcaldes pese a reconocer la unidad de lengua, rechazaron la propuesta por considerar que en sus respectivas localidades el término utilizado por la mayoría es el de chapurriau. «Hemos llamado siempre a la lengua chapurriau y hay bastante unanimidad entre todos los vecinos», explicó Carlos Martín, alcalde socialista de Torrevelilla.
    En el caso de Aguaviva, cuyo alcalde es de IU-Unidos Podemos, se ha optado por la nomenclatura bilingüe y por la normalización y potenciación del idioma propio. Sin embargo no votaron afirmativamente a la propuesta por la denominación de «catalán» recogida en la circular, pero optaron por el silencio administrativo, por lo que a efectos prácticos para DGA se dará como aceptada. «Compartimos lengua y llevamos mucho tiempo apostando por su potenciación. Pero si la denominación suscita rechazo igual no hay que seguir por ese camino», explicó el alcalde Aitor Clemente.
    «Están intentando maquillar la denominación del idioma llamándolo catalán de Aragón. Nosotros lo llamamos chapurriau que es lo que nos han enseñado nuestros padres»
    Otras localidades rechazaron el texto en su totalidad argumentando que el chapurriau se trata de una lengua distinta y rechazando frontalmente la utilización del término «catalán». Una de las primeras localidades en manifestarse en contra de la propuesta del Gobierno de Aragón fue Valderrobres. «Están intentando maquillar la denominación del idioma llamándolo catalán de Aragón. Nosotros lo llamamos chapurriau que es lo que nos han enseñado nuestros padres», explicó Carlos Boné, alcalde de Valderrobres.
    Cartel de Mazaleón en los dos idiomas, localidad en la que se votó a favor por unanimidad
    Cartel de Mazaleón en los dos idiomas, localidad en la que se votó a favor por unanimidad

    En la misma línea se manifestó el alcalde de Maella que lamentó la «amenaza» que supone para el idioma propio la política del ejecutivo actual en materia de lengua. «Tenemos recopiladas cientos de palabras propias del maellano. Cuantos más idiomas sepamos mejor, pero esto no es territorio del catalán», manifestó el Jesús Zenón, alcalde de Maella.
    Otros alcaldes contrarios a la política lingüística abogaron, de igual modo, por preguntar a los vecinos en lugar de a los alcaldes y concejales. «No vamos a permitir que se nos adscriba a lo que ellos denominan catalán. Que pregunten a los vecinos de aquí», explicó María José Gascón, alcaldesa de La Codoñera.

    La denominación, principal escollo

    Las opiniones tanto de los alcaldes y concejales como de los vecinos a pie de calle son muy dispares y complejas por lo que lejos de haber unanimidad o dos claras opiniones enfrentadas, existe un amplio abanico de posiciones, lo que hace de la cuestión un asunto muy heterogéneo.
    Entre los defensores del catalán existe una postura y argumentación clara y defienden que el idioma es el mismo que el que se habla en el Norte de la provincia de Castellón y en el Sur de Tarragona, el denominado catalán noroccidental que englobaría además las vecinas comarcas de Morella y la Terra Alta. Argumentan que, a pesar de las peculiaridades que puedan existir en cada una de las localidades y comarcas, se mantiene de forma «clara» la unidad de lengua y defienden que, preservando las peculiaridades, deba de existir un marco común o estándar al igual que existe en todas las lenguas.
    Esta denominación contaría con más defensores en la comarca del Matarraña y causaría un mayor rechazo en las localidades con hablantes en la zona del Mezquín del Bajo Aragón.
    De igual modo tampoco existe una postura homogénea dentro de cada uno de los partidos políticos a nivel de municipio. A nivel regional e incluso nacional, el PSOE, Unidos Podemos y Chunta Aragonesista defienden la normalización del catalán en Aragón y apuestan por un modelo más o menos bilingüe. Por el contrario el PP siempre ha mantenido una postura clara en contra de utilizar el término “catalán” para referirse a la lengua que se habla en la zona oriental de Aragón, al igual que Ciudadanos. Y por su parte el PAR mantiene una posición ambigua que ha ido variando con el paso de los años y que actualmente pasa por un mayor rechazo del término propuesto por el ejecutivo autonómico.
    Sin embargo esas posiciones a nivel autonómico no son extrapolables a lo que han votado los alcaldes, que han mantenido o bien un criterio propio o bien han intentado recoger el sentir de sus vecinos.
    El mayor respaldo se encuentra entre los ediles socialistas, que mayoritariamente han votado a favor de la propuesta, excepto en el Bajo Aragón -Torreveilla votó en contra-. En el lado opuesto están los alcaldes del Par, que han votado todos en contra excepto el de Peñarroya de Tastavins. En el caso de los 7 alcaldes populares del Matarraña 3 votaron a favor -Beceite, Calaceite y Mazaleón- y uno declinó pronunciarse -el ya citado caso de Cretas-; en el resto de las comarcas se opusieron.
    Todo ello pocos meses después de que, de igual modo, DGA remitiese una carta a los municipios bilingües para preguntarles sobre la toponimia y nomenclatura local.
    Sin duda otro de los factores que contribuye a sembrar mayor confusión es la situación política que desde hace unos años se vive en la vecina Cataluña con la deriva secesionista. Son numerosas las opiniones de personas que creen que la utilización del término catalán obedecería a la visión catalanista de los denominados Països Cagaláns, término que incluye todas las comarcas orientales de Aragón, así como el resto del ámbito catalanoparlante y que mayoritariamente causa rechazo en la población del territorio
    Sin embargo otras personas, así como lingüistas y académicos advierten del peligro que comporta mezclar cuestiones políticas con el idioma y aluden a casos concretos como que en hispanoamérica o incluso dentro de España existen notables diferencias y dialectos del castellano y no por ello el nombre universal utilizado para denominar el idioma deja de ser el de castellano o español. “Somos aragoneses, somos españoles y hablamos catalán, no sé qué problema hay”, explicó un vecino de Calaceite. / Pues que habláis chapurriau o valenciano , ese vecino no sería Juaquinico Monclús, presidente de la ASCUMA, que escribe Montclús o Monclús según le venga en gana ? /
    Una de las denominaciones que resuena, aunque no termine de contentar plenamente a nadie, es la denominación de parla o parlá -habla- para referirse a la lengua, utilizando así la misma fórmula usada para referirse a la lengua aragonesa conocida coloquialmente como fabla, a pesar de que su denominación oficial y utilizada por los académicos es la de aragonés.

    Ley de Lenguas

    La Ley de Lenguas del Gobierno de Aragón de 2009 reconoce como catalán a todo el idioma hablado en las comarcas orientales aragonesas de la Ribagorza, La Litera, El Bajo Cinca, Matarraña y algunos municipios del Bajo Aragón y el Bajo Aragón-Caspe. La polémica de la denominación no es nueva. Cabe recordar que el anterior ejecutivo propuso en 2013 denominar a ambas lenguas con los controvertidos acrónimos de Lapao -Lengua Aragonesa del Área Oriental- y Lapapyp- Lengua Aragonesa Propia de las áreas Pirenaica y Prepirenaica-, hecho que suscitó la frontal oposición de académicos y lingüistas /y gente de a pie, que lo llaman chapurriau también/ de todo el país. / qué país, el valencià ? /
    Finalmente en enero de 2016 el nuevo ejecutivo de Javier Lambán eliminó el término Lapao y volvió a denominar a la lengua como catalán.



    Bofarull, Próspero

    Más de 15.000 hablantes en el Bajo Aragón Histórico

    Actualmente el Matarraña, los municipios bajoaragoneses del Mezquín y los del Bajo Aragón-Caspe de la cuenca del Matarraña constituyen el territorio con mayor porcentaje de hablantes de la lengua propia -llámese catalán o chapurriau- /valenciano no se puede llamar, verdad? / de todo Aragón con una tasa de más del 87%, tal y como se desprende del último estudio de 2017 que llevó a cabo el Seminario Aragonés de Sociolingüística de la Universidad de Zaragoza. /Ignacio Sorolla Amela y sus estadísticas/





    Destaca la tasa de vecinos que utilizan el idioma propio como lengua materna, más del 65%, una tasa incluso superior a la que se da en ciudades de la vecina Cataluña como Barcelona. Sin embargo la tasa de hablantes es inferior en las comarcas de la margen izquierda del Ebro y va decreciendo progresivamente hacia el Norte.
    En el conjunto de Aragón existen 81.000 hablantes bilingües, de los cuales 55.500 son catalanoparlantes y 25.500 utilizan el aragonés. Sin embargo solo 44.119 declaran que saben escribir correctamente su lengua materna. 27.110 corresponderían al catalán y 17.009 al aragonés. En dicho estudio se llega a la conclusión de que, pese a no estar amenazado, se observa un ligero descenso de catalanoparlantes. Por su parte advierten del serio peligro que corre el aragonés.


    lengua OCCITANA, 1196

    Distintas asociaciones

    En el territorio existen distintas asociaciones culturales que abogan por la conservación de la lengua. La más antigua es la Associació Cultural del Matarranya, que con sus más de 400 socios aboga desde su constitución en 1989 por la defensa del catalán en el Matarraña así como en resto de municipios catalanoparlantes del Bajo Aragón. Como principales objetivos plantea la divulgación del catalán a través del arte, la cultura y la edición de varias publicaciones, actividades y trovadas culturales.
    Por su parte recientemente se constituyó la Asociación Amics del Chapurriau, que suma casi un millar de apoyos, principalmente de la comarca del Matarraña y apuesta por la denominación de chapurriau como la lengua hablada en el territorio con las peculiaridades existentes en cada una de las localidades, rechazando así la denominación de catalán y organizando distintas actividades culturales.

    Milan Kundera



    viernes, 8 de septiembre de 2017

    Más de 81.000 aragoneses saben hablar catalán o aragonés

    Más de 81.000 aragoneses saben hablar catalán o aragonés (un 6% de la población total de Aragón), según el primer censo de estas lenguas, realizado por el Seminario aragonés de sociolingüística (vinculado a la Universidad de Zaragoza). Según este informe, elaborado a partir de los datos del último Censo de Población y Viviendas del INE (de 2011), en Aragón 55.513 personas saben hablar catalán y 25.556, aragonés.

    "Es el primer censo completo que se realiza en Aragón del número de hablantes de catalán y aragonés y sus características sociodemográficas. El Censo de Población y Viviendas realizó 176.623 encuestas en Aragón, por lo que los datos tienen una gran fiabilidad estadística. Este estudio nos permite conocer y analizar la realidad lingüística de la comunidad autónoma", afirma Natxo Sorolla, sociólogo, originario del Matarraña, profesor en las universidades Rovira i Virgili y Autónoma de Barcelona, y uno de los autores del estudio.
    El censo -que se presenta este lunes en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza- es fruto del trabajo de varios años de los sociólogos Natxo Sorolla, Anchel Reyes, Chabier Gimeno, Miguel Montañés y Pep Espluga, y el profesor de ingeniería Juan Pablo Martínez, en colaboración con el Instituto Aragonés de Estadística.
    El 10% de la población aragonesa entiende una de las dos lenguas minoritarias. La competencia oral es mucho mayor que la escrita. Muchos hablantes de catalán o aragonés no saben escribir en estas lenguas. En total hay 81.069 hablantes de ambas lenguas, pero solo 44.119 declaran que saben escribir (27.110 catalán y 17.009 aragonés).


    ¿Dónde se habla?
    Las comarcas donde históricamente se habla catalán son seis: Ribagorza, La Litera, Bajo Cinca, Bajo Aragón-Caspe, Matarraña y Bajo Aragón. En esta zona, seis de cada diez habitantes entienden el catalán y cerca de la mitad lo saben hablar. Las comarcas con más hablantes son el Matarraña (56% de su población) y el Bajo Cinca (46%). Donde más gente sabe escribirlo es en La Litera (uno de cada tres habitantes).
    Las comarcas donde el aragonés es propio son siete: Jacetania, Alto Gállego, Sobrarbe, Hoya de Huesca, Somontano de Barbastro y Cinca Medio. Las comarcas con mayor proporción de hablantes de aragonés son la Ribagorza (20%) y Sobrarbe (10%).
    Un caso especial es el de la Ribagorza, la única comarca trilingüe de Aragón, según recoge el informe. El 17,5% de sus habitantes saben hablar catalán y el 20,7%, aragonés. En la encuesta no se preguntaba si se usaban las dos lenguas, por lo que los autores recomiendan que se incluya esta pregunta en el futuro.
    En Zaragoza también se habla catalán y aragonés
    El catalán y el aragonés estaban históricamente muy localizados, pero la emigración rural del siglo XX ha extendido su uso a otras zonas. Ahora, alrededor de una cuarta parte de los hablantes de aragonés o de catalán están en la comarca de Zaragoza.
    En la ciudad de Zaragoza hay 12.291 hablantes de catalán y 7.183 de aragonés. En Huesca, 1.558 de catalán y 1.048 de aragonés. Y en Teruel, 671 de catalán y 488 de aragonés. Destaca el alto número de hablantes de catalán en la única ciudad del ámbito históricamente catalanohablante, Fraga (7.357), pero también en zonas de proximidad como Alcañiz (1.226). En Ejea hay 700 hablantes de aragonés por 50 de catalán. Otras ciudades aragonesas también tienen hablantes de ambas lenguas: en Barbastro, 799 de catalán y 649 de aragonés; en Jaca, 211 y 273; en Monzón, 1.208 y 629; en Sabiñánigo, 204 y 354.
    Los hablantes de aragonés y catalán que viven en Zaragoza proceden en menor medida de zonas de uso histórico (11% y 7% respectivamente). Muchos proceden de otras zonas de habla catalana que por motivos de estudio o trabajo se han instalado en Zaragoza. Y hay un importante número de neohablantes, que han aprendido aragonés en cursos.
    Los mayores conocen las lenguas más que los jóvenes
    El censo analiza los datos según diferentes variables sociodemográficas. No hay mucha diferencia por sexo o por nivel de estudios, pero sí por edad. En las zonas de mayor vitalidad del habla aragonesa (Ribagorza, Hecho y Ansó), los mayores son los que más lo hablan (aunque lo escriben muchos menos). El 30% de sus hablantes tiene más de 65 años. Y solo el 5% tienen menos de 16 años.
    En el caso del catalán no hay tanta diferencia. Los porcentajes de hablantes de la lengua son similares a la distribución de la población por franjas de edad. El 22% de los hablabantes de catalán tienen más de 65 años y el 9%, menos de 16.
    Una novedad de este informe es el estudio de la transmisión de las lenguas en el ámbito familiar. Los autores advierten que la transmisión familiar del aragonés se está perdiendo, por lo que se convierte en una lengua "amenazada". En las zonas de mayor vitalidad del aragonés, el 56% de los padres y el 50% de las madres lo transmiten a sus hijos. En el 32% de los casos se rompe la transmisión. Y en el resto, los jóvenes lo han aprendido por otras vías.
    En el caso del catalán, casi el 80% de las familias lo transmiten a sus hijos. El informe atribuye este "éxito" al apoyo educativo desde los años 80, a una mayor visibilización social de la lengua y a la cercanía de territorios catalanohablantes (Lérida, Tarragona y Castellón). Sin embargo, sí se observa una reducción en las zonas más periféricas, como la Ribagorza, la Litera y el Mezquín (Bajo Aragón).
    El aragonés, "amenazado"
    "Tanto el catalán como el aragonés tienen una presencia importante en el territorio, más allá de sus zonas históricas. El estudio nos ha permitido constatar el proceso de sustitución lingüística del aragonés. Es una lengua amenazada, según la denominación de la UNESCO, y es urgente que las administraciones públicas lleven a cabo políticas de protección y promoción", asegura Natxo Sorolla.
    Los autores del estudio concluyen que la situación del catalán es "estable, pero en retroceso en algunas zonas". Por ello piden campañas de divulgación de la lengua y "unas medidas educativas más ambiciosas".
    Tanto el catalán como el aragonés se ofrecen como asignaturas optativas en los centros escolares de las zonas de uso mayoritario de estas lenguas (Pirineo y Aragón oriental). Cerca de 800 alumnos estudian las distintas modalidades de aragonés y unos 4.500, de catalán.