Mostrando las entradas para la consulta Córcega ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Córcega ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

jueves, 13 de agosto de 2020

Falacia nacionalista, castellano impuesto por la fuerza en Cataluña

La posición estratégica de Cataluña, puerta hacia el resto de Europa y bañada por el Mediterráneo, ha convertido su historia en un constante mestizaje cultural. Al contrario de lo que afirman los nacionalistas, en esta región española el catalán no ha sido el único idioma y, desde luego, el castellano nunca fue introducido a la fuerza. Ambos idiomas, y otros, convivieron en Cataluña sin confrontación hasta el siglo XX. 

Loís Alibèrt: dialèctes occitans, catalan comprés
Loís Alibèrt: dialèctes occitans, catalan comprés


Como relata Jordi Canal en « Historia mínima de Cataluña» (Turner), el catalán se originó en el noreste peninsular y en el sur de la Galia a partir del latín vulgar que introdujeron los romanos durante la conquista. La alta penetración que tuvo la cultura romana, sobre todo en el litoral, hizo a su idioma inmune a la influencia celta, griega, fenicia e ibérica. Solo en la zona pirenaica la influencia latina fue menor, hasta el punto de que en Ribagorza y Pallars se habló hasta la época carolingia una modalidad del vasco. (Y la universidad Sertoriana ?)

Al igual que con otras lenguas peninsulares es imposible saber el momento exacto en el que el latín vulgar, en la variante de este territorio, evolucionó a un incipiente catalán. Algunos filólogos sugieren el primitivo romance se conformó entre los siglos VII y VIII. Lo que está claro es que durante la Edad Media Cataluña y el resto de territorio peninsular fueron multilingües. El catalán –como señala Jordi Canal– «nunca, a lo largo de la historia, ha sido la única lengua en Cataluña. Ha coexistido, tanto en sus formas habladas como escritas, con otras lenguas, igualmente consideradas como propias por una porción más o menos amplia de catalanes». De esta forma, la convivencia entre el latín, la lengua de oc, el aragonés y el catalán fue lo habitual en Cataluña. (Te dejas el valenciano).

La convivencia medieval entre lenguas.

La lengua de oc o provenzal fue la lengua cultural de lo que es hoy en día el sur de Francia y las regiones vecinas durante todo el periodo medieval, particularmente a través de los trovadores y trobairitz. En Cataluña la penetración fue amplia e, incluso cuando dejó de usarse a nivel oral, la poesía se siguió cultivando en lengua de oc durante siglos, no así la prosa (también la prosa). De modo que esta tradición no se rompió definitivamente hasta el siglo XV con la obra del valenciano Ausìas March, autor de «Llir entre cards», aunque hay que aclarar que se trató de un texto en valenciano.

Los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.
Los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.

La convivencia entre el aragonés y el catalán también se extendió durante varios siglos. No obstante, dentro de la Corona de Aragón, conformada por los reinos sometidos al Rey de Aragón (Aragón, los Condados catalanes, Valencia, las islas baleares, parcialmente Sicilia, Córcega, Cerdeña, Nápoles y los ducados de Atenas y Neopatria), la lengua no era el eje vertebrador, ni el factor común, sino la sumisión a la jurisdicción de un Rey y de una dinastía, la Casa de Aragón. Cada uno de los territorios conservó su propia lengua y en la Cancillería real, organizada por Jaime II, los funcionarios dominaban a la perfección el catalán, el aragonés y el latín, del mismo modo que lo hacían los comerciantes y la incipiente burguesía. En la Corte, por su parte, se hablaba o el aragonés o el catalán dependiendo del lugar en el que estuviera establecida. La influencia entre ambas lenguas fue inevitable.

La clerecía no catalana llegada en esos años se esforzó en aprender la lengua catalana y los jesuitas, por ejemplo, se cuidaron de escoger solo a catalanes para trabajar en la región.

La lengua de las élites: el castellano.

La edad de oro de la literatura castellana, entre los siglos XVI y XVII, vincularon en Cataluña la idea de que este idioma era propio de las letras cultas. De las 38 obras impresas en Lérida (Ilerda, Leyda, Lleida) en las dos primeras décadas del siglo XVII, doce eran en latín y el resto en castellano; mientras que ninguno en catalán. Pero mientras en las librerías catalanas las obras más vendidas eran en castellano, con un éxito inédito de los textos de Santa Teresa de Ávila; en las calles casi todo el mundo hablaba catalán. «En Cataluña el pueblo común no entiende el castellano», afirmaba todavía en 1636 un clérigo de esta región española. Entonces, ¿cómo y cuándo se produjo el proceso de asimilación del castellano entre las clases bajas?

Cuadro de Felipe V (considerado por el nacionalismo la bestia negra de Cataluña) en el Almudín de Játiva.
Cuadro de Felipe V (considerado por el nacionalismo la bestia negra de Cataluña) en el Almudín de Játiva.

El proceso comenzó con la práctica de las élites de Barcelona del bilingüismo por una razón pragmática e inmediata. La administración del virrey y la Inquisición manejaban el castellano como lengua vehicular y quien quería influenciar en estos organismos requería conocer esta lengua. Un amplio sector de las clases altas prefería hablar castellano en vez del idioma del vulgo y educar a sus hijos en esta lengua, así como realizar los discursos públicos en ella. De las élites, el castellano se trasladó finalmente al pueblo con el paso de los siglos, pese a lo cual el catalán sobrevivió en una «modalidad infradesarrollada», de espaldas a la alta cultura.

La lengua hablada en Cataluña fue casi exclusivamente el catalán hasta finales del siglo XIX. Lo que contradice el mito nacionalista de que después de 1714, cuando se produjo el asedio de Barcelona que puso fin a la Guerra de Sucesión, hubo un intento desde la Corte de Madrid de erradicar el catalán. En este sentido, sí es cierto que las Leyes de Nueva Planta exigieron el uso general del castellano en la administración, con el fin de unificar las ordenanzas administrativas. Lo que no evitó que el catalán siguiera usándose en la vida pública y privada de forma mayoritaria. Así las cosas, no hay que olvidar que en la corte de Felipe V la lengua oficial era el francés y los despachos importantes se realizaban en esta lengua. El castellano no era ya una lengua tan predilecta como se podría esperar... En cuanto a la alta cultura, el idioma efectivo era el italiano, lejos de la edad de oro de la literatura castellana un siglo antes.

De la represión franquista a la nacionalista.

El castellano fue asimilado de forma progresiva desde arriba, mientras que el catalán seguía vivo abajo sin que fuera objeto de agresiones de ningún tipo. A finales de siglo XIX fue perdiendo influencia, sobre todo en las grandes ciudades. Durante la dictadura de Primo de Rivera se intentó limitar su uso, pero aquella intentona tuvo pocos efectos prácticos. No así con la dictadura Franquista, donde la lengua catalana fue penalizada en todos los ámbitos a modo de castigo contra una zona considerada rebelde por el bando nacional. La publicación y venta de libros en catalán quedaron restringidos, e incluso hubo intromisiones en la esfera privada con la obligación de bautizar a los niños con nombres castellanos.

César Cervera, has leído
https://www.dolcacatalunya.com/2014/03/cuando-franco-premiaba-libros-en-catalan/ ? Te hace falta leer más. 

Una vez finalizó el periodo dictatorial, la Generalitat trató de revertir todo el proceso valiéndose de algunos de los mismos instrumentos represivos pero, esta vez, contra el castellano. El objetivo de las últimas décadas ha sido el de controlar y casi eliminar el papel del idioma más hablado hoy en la vida pública y privada de Cataluña: el castellano.

https://www.lavanguardia.com/vangdata/20150420/54430743206/retrato-linguistico-de-catalunya-en-cinco-graficos-interactivos.html#:~:text=El%2080%2C4%25%20de%20la,es%20la%20lengua%20m%C3%A1s%20habitual.

Los nacionalistas (catanazis) han empleado el separatismo lingüístico como arma arrojadiza y la Generalitat ha relegado el castellano a una posición secundaria, a pesar de que los estudios sobre el uso del catalán apuntan a que el castellano es el idioma más habitual. Según la encuesta de usos lingüísticos de la población de 2013, realizada por la Generalitat, el catalán es el idioma habitual del 36,3% de la población de Cataluña, mientras que el castellano lo es para el 50,7% de los habitantes.

La tendencia parece clara. En el mencionado libro de Kamen, se atreve a pronosticar que en el futuro el catalán pueda acabar en la lista de la UNESCO de lenguas europeas en amenaza de extinción, como le ha ocurrido al euskera (vascuence) recientemente. «No es sorprendente, porque el bilingüismo regional nunca ha funcionado en ninguna parte, en ningún país. En España, todas las lenguas minoritarias están amenazadas por el avance del castellano», sostiene el hispanista.

//

https://www.abc.es/historia/abci-falacia-nacionalista-castellano-impuesto-fuerza-cataluna-201709270118_noticia.html

https://www.abc.es/autor/cesar-cervera-1068/

martes, 9 de enero de 2018

Alcampell, mossió, llengua catalana, Aragó

dijous, 19 de juliol de 2012 

http://sapeira.blogspot.de/2012/07/alcampell-aprova-una-mocio-favor-de-la.html


Alcampell aprova una moció a favor de la llengua catalana a Aragó 


El ple d’Alcampell ha aprovat, amb els vots a favor del grup socialista al govern i l’abstenció de l’única regidora del PP, una moció a favor de la llengua catalana a Aragó. El text defensa la denominació de català per a l’idioma parlat al costat del castellà en els municipis de la Franja i qüestiona l’avantprojecte de la nova llei de llengües, que elimina tota al·lusió al català en favor del polèmic aragonès oriental. “Demanem al Govern d’Aragó que renunciï a usar criteris polítics i acientífics sense cap autoritat a l’hora de reglamentar la política lingüística aragonesa, que s’ha de basar en criteris filològics”, assenyala el text de la moció. Publicat pel diari Segre el 19/7/2012


Wiki en técnica Bofarull


Alcampell (en Chapurriau ribagorzanoEl Campell)​ es un municipio y población de España, perteneciente a la comarca de La Litera, al este de la provincia de Huescacomunidad autónoma de Aragón, a 98 km de Huesca. Tiene un área de 58 km² con una población de 796 habitantes (INE 2008) y una densidad de 13,72 hab/km². El código postal es 22560.




Alcampell está situado en la comarca de La Litera. Su término limita con Peralta de Calasanz (Alcaná, Cuatrocorz) y Baells al norte, con NacháCastillonroyAlbelda y Almenar por el este, con Tamarite de Litera y Almacellas por el sur, con Altorricón por el suroeste y con San Esteban de Litera por el oeste (por los enclaves de Pelegriñón y Rocafort).
El término municipal comprende también el exclave de Pelegriñón, entre Rocafort y San Esteban de Litera.
Alcampell abarca, no obstante esto, 5.780 hectáreas y comprende el actual despoblado de Pelegriñón. Elevado a 499 metros sobre el nivel del mar, "recoge la influencia de todos los vientos, los del norte en invierno y los del sur en verano".
Aunque los yacimientos ibéricos de Torre Bellet, Tossal de les Cases y Era de la Grossa de Piqué dan testimonio de asentamientos anteriores al entorno del municipio, el emplazamiento obedece al sistema defensivo que los árabes desarrollaron en la zona.
Alcampell es la frontera que divide el cambio de paisaje de la comarca. A este aspecto geográfico acompaña la circunstancia que los árabes utilizaron para edificar su fortaleza, dando continuidad a la imaginaria línea fronteriza en torno del primer milenio.
Este sistema estratégico no impidió que el conde de Urgell Ermengol IV la reconquistase entre el año 1090 y 1091.
A finales del 1785 se solicitó la deseada independencia de Tamarite, que el rey Fernando VII concedió en el año 1831.
Alcampell fue el primer pueblo de España en declararse republicano antes de la guerra civil.
No tenemos constancia del momento en que comenzó a existir Alcampell como población, pero los primeros documentos que hablan de Alcampell son del año 1098 donde los condes de Urgell dominan esta tierra. Por estas fechas la vecina población de Tamarite de Litera era propiedad de los musulmanes, hecho que convertía Alcampell en un lugar privilegiado de cara a la conquista de Tamarite. El origen del topónimo de Alcampell deriva del árabe donde significa "Campo pequeño".
Tamarite estuvo ocupado por los musulmanes del año 722 hasta el 1064. Tamarite fue conquistada por Sancho Ramírez en 1064, pero tres años después, en 1067 los musulmanes la volvieron a recuperar. Tamarite fue conquistada y perdida reiteradamente hasta el 1143, cuando definitivamente fue conquistada por Ramón Berenguer IV a Alfonso I.

La Llitera no e Cataluña

Los condes de Urgell tuvieron fuertes enfrentamientos por motivos territoriales con los reyes aragoneses, reyes catalanes no hubo, particularmente con Jaime I. La condesa Aurembiaix de Ribagorza, concedió a Ramón de Peralta la posesión de Peralta y del castillo de Montmagastre, así como los derechos sobre Gabasa, Pelegriñón y Rocafort y a Jaime I los castillos de Calasanz y Albelda. El vizconde de Cabrera no quería que Albelda pasase a formar parte de la Corona y entrega al rey, el año 1229, el castillo de Tamarite y la zona de Alcampell.

als presentz
Aixó tamé es catalá de 1196, cuan NO existíe Cathalunya pero sí Aragó ?

Alcampell pasará a depender de la corona aragonesa, pero igual que otros núcleos como Albelda, Altorricón, Algayón y otros lugares pasará a depender de Tamarite.
A partir de este momento, Alcampell tendrá varios problemas con la villa de Tamarite. En Alcampell existía la Carlanía del Quiñón; esta carlanía consistía en parte del territorio enfeudado, consistente en prestaciones que pagaba Alcampell con una décima parte de los frutos que cultivaban en los campos de sus pobladores. Esta carlanía fue una unión con Tamarite y los reyes de Aragón, sin el consentimiento de los ciudadanos. / Siempre ha hecho falta dar consentimiento a un rey JA JA JA /
occitano, catalán, aquestas ajudas

Alcampell apareció como "Campell" en el archivo de la Corona de Aragón desde 1495 a 1646, debido a que Tamarite y a sus poblaciones llegaron repobladores de Urgell, del Pallars y Barcelona, Barcino, Barchinona, lo que explica que la lengua de la comarca fuese y sea actualmente el chapurriau.
José Antonio Durán Lérida, de Alcampell
José Antonio Durán Lérida, de Alcampell

El municipio de Alcampell, se desvinculó de Tamarite en el siglo XIX. Este hecho provocó el inicio del crecimiento demográfico, hasta el punto de sobrepasar los 2.000 habitantes en el siglo XX. El éxodo de los pobladores a finales de los años 30 y principios de los 40, hizo que la población disminuyera hasta los 900 habitantes.
  • Cédula auténtica de la separación de Alcampell de Tamarite, por la que el Señor D. Fernando VII concede Privilegio de villazgo al lugar de Alcampell del Reino de Aragón, corregimiento de Barbastro.
1831
Yo, el rey D. Fernando VII, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Granada, de Navarra, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córcega, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y tierra firme del Mar Océano; archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Brabante y de Milán; conde Abspung, de Flandes, Tirol y Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina.
Por cuanto en el año 1.785 por parte del Alcalde Regidor único y vecino del lugar de Alcampell, aldea de la villa de Tamarite de Litera, corregimiento de Barbastro en el mi reino de Aragón, se hizo relación a mi augusto abuelo de la separación de Alcampell y yo lo firmo y declaro villazgo y separado de Tamarite de Litera.
Lo más problemático fue la determinación del término municipal, pues los pobladores de Tamarite no estaban de acuerdo con que las tierras de Alcampell llegasen al sur de Tamarite. Se nombró como primer alcalde a D. Francisco Mancho, para sus trabajos a Barcelona y Madrid para conseguir la soñada separación. Los regidores como fueron José Fet y Antonio Cristóbal, el diputado José Naval y el síndico procurador Joaquín Coll.
Del siglo XIX se tiene que destacar principalmente a dos hijos de la villa, Francisco Coll y Zanuy que fue médico militar. Se le concedió la Cruz de Isabel la Católica por sus servicios durante la epidemia del cólera. Fue director de una clínica en Cuba, y médico de Alfonso XIII. También estuvo condecorado con la Cruz Blanca del Ejército llegando a ser general. El otro personaje a destacar fue el religioso franciscano José Coll Mola, que ingresó en el colegio de Escolapios de Tamarite para más adelante estudiar derecho en Barcelona. Ejerció en los juzgados de Boltaña para después ocupar un convento de misioneros franciscanos, donde recorrió la Tierra Santa y Marruecos.

Personas célebresEditar

  • José Antonio Durán Lérida parle y escriu chapurriau (1952): político de CIU cuando cambiaron las siglas: UDC.

José Antonio en maño mayor, en Oregon TV





  1.  «el Campell». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.
  2.  MoranBatlle, Josep; Rabella i Ribas, Mar. Topònims catalans: etimologia i pronúncia. L'Abadia de Montserrat, 2002, p. 48. ISBN 8484154319.
  3.  Gran enciclopedia aragonesa, Alcampell
  4.  «Pelegrinyó». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.
  5.  «Miporquet». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.
  6.  «Vivers». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.
  7.  «Montalt». L'Enciclopèdia.cat. Barcelona: Grup Enciclopèdia Catalana.

viernes, 14 de diciembre de 2018

JORNADA TERSERA. NOVELA SEXTA

Ricciardo Minútolo vol a la dona de Filippello Sighinolfo, a la que advertín selosa y diénli que Filippello al día siguién se reunirá en la seua dona a uns bañs, la fa aná allí y, creén que ha estat en lo home se trobe en que ha estat en Ricciardo.

Res mes li quedabe per di a Elisa cuan, alabada la sagassidat de Assicalat, la Reina li va di a Fiameta que continuare en una história, y ella, tota sonrién, va contestá: 
- Siñora, de bona gana.
Y va escomensá:
Mos convé eixí de la nostra siudat, que tan com es abundán en atres coses tamé u es en ejemplos de tota classe, y com Elisa ha fet, tos contaré algo de les coses que pel món han passat, y per naixó, passán a Nápoles, tos contaré cóm una de estes beates que se mostren tan esquives al amor va sé pel ingenio del seu amán portada a sentí los fruits del amor abáns de que haguere conegut les flos o les yemes; lo que a un tems tos fará mes cauteloses en les coses que poden sobrevíndretos y tos deleitará en les ocurrides. 

Bandera , escudo, rey, Aragón, Señal Real, historia, reinos, Aragón, Mallorca, Valencia, Sicilia, Córcega y Cerdeña, Nápoles, ducados, Atenas, Neopatria, marquesados, Provenza, condados, Barcelona Barcino Barchinona, Rosellón, Urgell, señoríos, Montpellier, dominios, Gelves, Gozzo Gozo, Malta, tributos, Murcia, Tremegen, Túnez


A Nápoles, siudat antiquísima y potsé tan deleitable, o mes, que cap atra a Italia, ñabíe un jove noble de sang y espléndit per les seues riqueses, de nom ere Ricciardo Minútolo. Este, encara que per dona teníe a una hermossíssima y grassiosa jove, se va enamorá de una que, segóns la opinió de tots, en mol sobrepassabe en hermosura a totes los demés dames napolitanes. Se díe Catella, y ere la dona de un jove noble de nom Filippello Sighinolfo, al que ella, honestíssima, mes que a res amabe y teníe en apréssio. Amán, pos, Ricciardo Minútolo an esta Catella y ficán en obra totes aquelles coses per les que la grássia y l´amor de una dona tenen que podé conquistás, y en tot alló no podén arribá a res del que dessichabe, se desesperabe, y del amor no sabén o no podén deslligás, ni sabíe morís ni li aprofitabe viure. Y en tal disposissió están, va passá que per les dones que eren les seues parentes va sé un día bastán alentat per a que se desfaiguere de tal amor pel que en vano se cansabe. Com Catella no teníe datre be que Filippello, del que ere tan selosa que hasta temíe que los muixóns que pel aire volaben lay prenguéren. Ricciardo, sabén dels sels de Catella, de repén va maquiná una manera de satisfé los seus dessichos y va escomensá a mostrás desesperat pel amor de Catella y a habél ficat en un atra noble Siñora, y per amor seu va escomensá a mostrás justán a caball y luchán y fen totes aquelles coses que per Catella solíe fé. Y no u habíe fet mol tems cuan al ánimo de tots los napolitáns, y tamé de Catella, estabe que ya no volíe a Catella sino an esta segona Siñora, y tan en aixó va perseverá que tan per sert per tots ere tingut alló que hasta Catella va dixá de sé fura en ell per l´amor que tíndrela solíe, y com si fore de la família, com a veí, al aná y al vindre lo saludabe com fée als atres.
Va passá que, fen una caló que ataubáe, moltes compañíes de dames y caballés, segóns la costum dels napolitáns, van aná a recreás a la voreta del mar y a diná allí y a sopá allí; sabén Ricciardo que Catella en la seua compañía habíe anat, tamé ell en los seus amics s´hi va atansá, y en la compañía de les dames de Catella va sé ressibit, fénse primé de rogá, com si no li apetiguére quedás allí. Allí les Siñores, y Catella en elles, van escomensá a gastáli bromes sobre lo seu nou amor, y mostránse mol inflamat, mes materia los donabe per a parlá. Después, habénsen anat una de les Siñores cap allí y l’atra cap allá, com se fa an aquells puestets, habénse quedat Catella en unes poques allí aon Ricciardo estabe, va dixá caure Ricciardo miránla an ella una alusió a sert amor de Filippello lo seu home, pel que ella va sentí sels de repén y per dins va escomensá tota a enséndres en dessich de sabé lo que Ricciardo volíe di. Y después de contíndres una mica, no podén aguantá mes, li va rogá a Ricciardo que, per l'amor de la Siñora a qui ell mes amabe, li vinguere en gana aclaríli lo que habíe dit de Filippello
Ell va di:
- Me hau conjurat y no tos puc negá res de lo que me demanéu, y per naixó tos u diré, si me prometíu que ni una paraula diréu ni an ell ni a datre, mes que cuan veigáu per los fets que es verdat lo que vach a contátos, que si voléu tos enseñaré cóm podéu vórel. A la Siñora li va aná be lo que li demanabe, y va creure que ere verdat, y li va jurá no díu may. Retirats, pos, apartadets, per a no sé sentits per los demés, Ricciardo va escomensá a díli aixó: 
- Siñora, si yo tos vullguera com tos vach volé, no osaría dítos res que tos dolguére, pero com aquell amor ha passat me cuidaré menos de dítos la verdat de tot. 
No sé si Filippello alguna vegada va péndre a ultraje l´amor que yo tos tenía, o si ha tingut lo pensamén de que alguna vegada vach sé amat per vos, pero a mí may me va demostrá res. Pero potsé esperán lo momén adecuat, cuan yo menos u sospechara, amostre vóldre fém a mí lo que crec que pense que li hay fet yo, es di, vóldre tíndre a la meua dona per a plaé seu, y segóns me pareix la ha solissitat desde fa no mol tems hasta ara en moltes embajades, que totes hay sabut per nella, y ella li ha donat la resposta que yo li hay manat. Pero este matí, abáns de vindre aquí, hay trobat a la meua dona a casa en un atra dona en secret consiliábul, y enseguida me ha paregut de qué parláen. Hay cridat a la meua dona y li hay preguntat qué volíe aquella. Me ha dit: 
«Es eisse fisó y corcó de Filippello, al que donánli respostes y esperanses tú mel has futut damún, y diu que vol sabé lo que enteng fé, y que, si yo vullguera, faríe que yo puguera aná secretamen a una casa de bañs de esta siudat y en aixó me rogue y me canse, y si no fore perque me has fet tíndre estos trates, mel hauría tret de damún de tal manera que may hauríe ficat los ulls aon yo haguera estat». 
Ara me pareix que ha anat massa lluñ y que ya no sel pot soportá mes, y dítosu per a que conegáu quina recompensa ressibix la vostra fiel lealtat per la que yo vach está a pun de morí. Y per a que no cregáu que són cuentos y fábules, si teníu ganes de vóreu y tocáu, vach fé que la meua dona li donare an aquella que esperabe esta resposta: 
que aniríe en son demá cap a la michdiada, cuan la gen dorm, an eixa casa de bañs, en lo que la dona sen va aná contentísima. 
Ara, no creuréu que la enviaría allí, pero si yo estiguera al vostre puesto faría que ell me trobare allí en ves de aquella en qui pensabe trobás, y cuan haguera estat una mica en ell, li faría vore en quí habíe estat; y fen aixó crec que sel ficaríe en tanta vergoña que al mateix pun lo despréssio que a vos y a mí vol fé siríe vengat.
Catella, al sentí aixó, sense tíndre en considerassió quí ere qui lay díe ni los seus engañs, segóns la costum dels selosos, va doná fe an aquelles paraules, y sertes coses passades abáns va escomensá a lligá en este fet; y ensenénse en ira, va contestá que ella faríe alló, que no ere tanta faenada féu y que sertamen si ell anabe allí li faríen passá tal vergoña que sempre que veiguére an alguna dona después se li vindríe a la memória. Ricciardo, contén en aixó y pareixénli que lo seu invento habíe sigut bo y donabe resultat, en atres moltes paraules la va confirmá en alló y va aumentá la seua credulidat, rogánli que no diguere may que lay habíe dit ell; lo que ella li va prométre pel seu honor.
Al matí siguién, Ricciardo sen va aná a una bona dona que dirigíe aquells bañs que li habíe dit a Catella, y li va di lo que enteníe fé, y li va rogá que en alló li ajudare. 
La bona dona, que mol obligada li estabe, li va di que be u faríe, y en ell va consertá lo que habíe de fé o di. Teníe ésta, a la casa aon estaben los bañs, una alcobeta mol fosca, perque no ñabíe an ella cap finestra per la que entrare la llum. Aquella, segóns les indicassións de Ricciardo, va prepará la bona dona y va prepará a dins un llit tan be com va pugué, al que Ricciardo, com u habíe planejat, se va ficá y se va quedá esperán a Catella.
La Siñora, sentides les paraules de Ricciardo y habénles donat mes fe del que mereixíen, plena de indignassió, va torná per la nit a casa, aon per cassualidat Filippello despistat en uns atres pensaméns tamé va torná y no li va fé lo ressibimén que acostumbrabe a féli. Notánu ella, va tíndre mes sospeches de les que teníe, diénse an ella mateixa: 
«En verdat, éste té lo cap ficat a la dona en qui demá creu que se donará plaé y gust, pero aixó no passará.»
Y en tal pensamén, imaginán lo que li diríe cuan ya haguere estat en ell, va passá tota la nit. Arribada la hora de nona, Catella va péndre la seua compañía y sense cambiá de propósit sen va aná cap an aquells bañs que Ricciardo li habíe enseñat; y trobán allí a la bona dona li va preguntá si Filippello ya habíe vingut. A lo que la bona dona, adoctrinada per Ricciardo, va di: 
- ¿Sou la Siñora que té que vindre a parlá en ell?
Va contestá Catella:
- Sí, yo soc.
- Pos - va di la bona dona- , anéu en ell.
Catella, que anabe buscán lo que no hauríe volgut trobá, fénse portá a la alcoba aon estabe Ricciardo, en lo cap cubert va entrá an ella y va tancá per dins. Ricciardo, veénla vindre, alegre se va ficá de peu y ressibínla als seus brassos li va di en veu baixeta: 
- ¡Benvinguda sigue l´alma meua!
Catella, per a mostrá que ere un atra, lo va abrassá y lo va besá li va fé grans festes sense di ni una paraula, tenín temó de que si parlabe la reconeguére. La alcoba estabe fosca com la boca de un llop, per lo que cada una de les parts estabe contenta; y no per está allí mol tems guañaben los ulls mes vista. Ricciardo la va portá al llit y allí, sense parlá per a que no puguere reconéixe la veu, durán mol tems en gran plaé y gust, mes per una de les parts que de l’atra van está; pero después de que a Catella li va pareixe tems de dixá eixí la indignassió, ensesa per la ira, va escomensá a cridá aixina:
- ¡Ay!, ¡qué misserable es la fortuna de les dones y que mal se emplee l´amor de moltes en los seus homes! Yo, misserable de mí, fa vuit añs ya que te amo mes que a la meua vida, y tú, com u hay sentit y ara vist, vas tot calén y te consumíxes pel amor de una dona extraña, home culpable y mol roín. ¿Pos en quí te creus que has estat? Has estat en aquella que se ha gitat a la teua vora durán vuit añs; has estat en aquella a qui en falsos afalagaméns has engañat mostránli amor y están enamorat de un atra. Soc Catella, no soc la dona de Ricciardo, traidó desleal: escolta a vore si reconéixes la meua veu, que soc ella; faltarán mil añs hasta que a la llum estiguém per a avergoñít com u meréixes, gos asquerós y deshonrat. ¡Ay, misserable de mí!, ¿a quí li hay dedicat tan amor tans añs? An este chucho desleal que, creénse tíndre en brassos a una dona extraña, m'ha fet mes caríssies y tendreses en este poc tems que hay estat aquí en ell que en tot lo restán que hay sigut seua. ¡avui has sigut ben pito y potén, gos renegat, cuan a casa sols mostrát tan fluix, cansat y sense forsa! Pero alabat sigue Déu que lo teu hortet has llaurat y no lo de un atre, com te creíes. No me extrañe que esta nit no te arrimáres; esperabes descarregá la cárrega a un atra part y volíes arribá mol fresc caballé a la batalla: ¡pero grássies a Déu y a la meua artimaña, l´aigua per fin ha baixat per aon debíe! ¿Per qué no contestes, home culpable? ¡Per Déu que no sé per qué no te fico los dits als ulls y tels trac! Te vas creure que de amagatontes podíes fé esta traissió. ¡Per Déu, tan sap un com l´atre; no has pogut: millós sabuessos te hay tingut detrás del que creíes!
Ricciardo chaláe en estes paraules y, sense contestá res la abrassabe y la besabe y mes que may li fée grans caríssies. Pel que ella, que seguíe parlán, diebe: 
- Sí, te creus que ara me afalagues en les teues caríssies fingides, gos fastidiós, y me vols tranquilisá y consolá; estás equivocat: no me consolaré de aixó hasta que no te hayga presentat a la vergoña de tots los paréns, amics y veíns tením. ¿Pos no soc yo, mol roín, tan hermosa com u pugue sé la dona de Ricciardo Minútolo?, ¿no soc igual en noblesa an ella? ¿No dius res, gos sarnós? ¿Qué té ella mes que yo? Apártat, no me tocos, que per avui ya has combatit prou. Be sé que ya, ara que saps quí soc, lo que faigues u farás forsadamen: pero aixina Déu me dono la seua grássia que te faré passá carénsia, y no sé per qué no envío a per Ricciardo, que me ha amat mes que an ell mateix y may va pugué gloriás de que lo mirara ni una vegada; y no sé qué mal haguere ñabut en féu. Tú has cregut tíndre aquí a la seua dona y es com si la hagueres tingut, perque per tú no ha quedat; pos si yo lo tinguera an ell no me u podríes criticá, en tota la raó del món.
Aixina, les paraules van sé moltes y la amargura de la Siñora gran; pero al final Ricciardo, pensán que si la dixabe anássen en esta creénsia a mol mal podríe portá, va dessidí descubrís y tráurela del engañ en que estabe; y agarránla en brassos y apretánla be, de manera que no puguere anássen, va di: 
- Alma meua dolsa, no tos enfadéu; lo que sol amán no podía tíndre, Amor me ha enseñat a conseguíu en engañ, y soc lo vostre Ricciardo.
Sentín aixó Catella, y reconeixénlo per la veu, va vóldre aventás fora del llit, pero no va pugué; entonses va volé cridá, pero Ricciardo li va tapá la boca en una de les máns, y va di: 
- Siñora, ya no pot sé que lo que ha passat no haygue passat; encara que cridáreu durán tot lo tems de la vostra vida, y si quirdéu o de alguna manera féu que aixó se sápigue alguna vegada per algú, passarán dos coses. La una sirá (que no poc té que importátos) que lo vostre honor y la vostra fama se empañarán, perque encara que diguéu que yo tos hay fet vindre aquí en engañs yo diré que no es verdat, sino que tos hay fet vindre aquí en dinés y preséns que tos hay prometut y que com no tos u hay donat tan cumplidamen com esperábeu tos hau enfadat, y per aixó parléu y quirdéu, y sabéu que la gen está mes disposada a creure lo roín que lo bo y me creurá abáns a mí que a vos. Ademés de aixó, se seguirá entre lo vostre home y yo una mortal enemistat y podríen ficás les coses de modo que o yo lo matara an ell abáns o ell a mí, pel que may podríeu está después alegre ni contenta. Y per naixó, cor meu, no vullgáu infamátos y ficá en perill y buscá riñes entre lo vostre home y yo. No sou la primera ni siréu la radera que es engañada, y yo sol tos hay engañat pel exessiu amor que tos ting y estic disposat sempre a tíndretos, y a sé lo vostre humildíssim criat. Y si fa mol tems que yo y les meues coses y lo que puc y valgo han sigut les vostres y están al vostre servissi, enteng que u siguen mes que may de aquí en abán. Ara, vos sou prudén en les atres coses, y estic segú que tamé u siréu en ésta.
Catella, mentres Ricciardo diebe estes paraules, ploráe mol, y encara que mol cabrejada estiguere y mol se lamentare, no va dixá de escoltá la raó en les sinseres paraules de Ricciardo, y va vore que ere possible que passare lo que Ricciardo diebe; pel que va di: 
- Ricciardo, yo no sé cóm Déu me permitirá soportá la ofensa y lo engañ que me has fet. No vull cridá aquí, aon la meua simplesa y exessius sels me han portat, pero estáte segú de aixó, no estaré may contenta si de un modo o atre no me vech vengada del que me has fet; per naixó díxam, no me tocos mes; has tingut lo que has dessichat y me has humillat tan com has vullgut; es hora de que me díxos. Díxam, te u rogo.
Ricciardo, que sen donabe cuenta de que ella estabe encara massa enfadada, se habíe proposat no dixála anássen hasta conseguí que se calmare; pel que, escomensán en dolses paraules a ablaníla, tan va di, y tan va rogá y tan va jurá que ella, vensuda, va fé les paus en ell, y en lo mateix dessich per les dos parts se van quedá juns en grandíssim gust durán mol rato. Y veén entonses la Siñora que eren mes gustosets los besets del amán que los del home, transformada la seua duresa en dols amor per Ricciardo, desde aquell día cap abán lo va vóldre y, obrán en prudénsia, moltes vegades van gosá del seu amor. 
Que Déu mos faigue chalá del nostre.

séptima