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viernes, 3 de mayo de 2019

LA TRAICIÓN DEL MORO GLAFAR


2.43. LA TRAICIÓN DEL MORO GLAFAR (SIGLO XI. RUEDA DE JALÓN)

A mediados del siglo XI, todo Al-Andalus se había cuarteado en más de cien feudos musulmanes más o menos grandes —los llamados reinos de taifas—, destacando entre todos ellos la taifa sarakustí, que tenía su corte en el bello palacio de la Aljafería, todavía en pie, y cuya construcción tuvo lugar a la vez que se levantaba la catedral jaquesa.

LA TRAICIÓN DEL MORO GLAFAR (SIGLO XI. RUEDA DE JALÓN), Aljafería


No obstante, los importantes reyes taifales zaragozanos edificaron y mantuvieron otras residencias, cual es el caso del entonces inexpugnable castillo de Rueda, elevado a la vera del río Jalón, fortaleza que fue corte de GinfarAmad, hijo de rey de Sarakusta Abdel-Mech, hasta que tuvo que entregarlo a Alfonso I el Batallador, en 1118, como consecuencia de la caída de Zaragoza.

castillo de Rueda, elevado a la vera del río Jalón, fortaleza que fue corte de GinfarAmad, hijo de rey de Sarakusta Abdel-Mech

Pocos años antes, en 1084, el moro Glafar —que ya tenía problemas de supervivencia para mantener independiente su feudo— fingió que estaba dispuesto a hacer entrega del castillo a los cristianos a cambio del cumplimiento de determinadas condiciones, cuando, en realidad, lo que pretendía era ganar tiempo y apoderarse del mismo monarca aragonés.
Aunque no logró su propósito, puesto que fue descubierto con suficiente antelación, hizo que sus secuaces apresaran y asesinaran a los infantes pamploneses Sancho y Ramiro Garcés, hijos del rey, así como al conde Nuño Álvarez de Lara y al conde González Salvadórez, «Cuatro manos», entre otros caballeros. La venganza de la traición quedó pendiente por el momento.
[Bernal, José, Tradiciones..., pág. 222.]


El castillo de Rueda de Jalón es un castillo medieval de propiedad particular situado en el municipio zaragozano de Rueda de Jalón y que se encuentra en grave riesgo ruina.


Rueda de Jalón llamada en otros tiempos Rota o Rotalyeu, fue conquistada por los Banu Casi, de Zaragoza en el año 882. Existen noticias de que en 935 fue sitiado por Durrí, general de Abderramán III, cuando estaba en manos de Tuchibí, del reino de taifa de Zaragoza.
En el año 1083, siendo alcaide de la fortaleza el caudillo Al-Mustaín, Alfonso VI de Castilla plantó cerco aunque no llegó a conquistarla. Posteriormente, Amed-Saif-Dola, hijo y sucesor en Rueda de Beni Hud, cambió el lugar con Alfonso VII de Castilla por un terreno en Toledo. Por fin, la plaza fue definitivamente reconquistada por Alfonso I el Batallador.

Constan como tenentes de Alfonso II de Aragón entre otros Pedro Ortiz en 1165 o Ortún de Sotiu en 1178. En 1228 Alfonso III de Aragón entregó el castillo a los nobles de la Unión. Jaime II de Aragón lo entregó en rehenes a su prometida Isabel de Castilla y en 1291 aparece como propiedad de Lope Ferrench de Luna, VII señor de Luna y siguió en tenencia de los Luna hasta 1315. En 1391 Juan I de Aragón lo vendió a Ramón de Perelló, dos años después lo compró el señor de Épila, que lo unió a sus señoríos, convirtiéndose más tarde en vizconde de Rueda.

La fortaleza es un amplio recinto triangular situado sobre un espolón inaccesible por dos de sus lados accediéndose por el tercero donde se encontraba la puerta de acceso al recinto que hoy día no existe. El recinto se distribuye en tres niveles escalonados.
En el más alto tenemos una torre, que ha perdido el remate y la puerta de acceso. En el nivel medio queda un lienzo de muralla en el que se pueden reconocer los arranques de los muros de varias dependencias rectangulares y algunos muros de tapial que serían la zona residencial. El nivel inferior era el más amplio y llano, pero apenas quedan restos visibles.

Se conserva un tramo de muralla almenada que conecta con una torre albarrana que protegía el acceso. Esta torre es de planta cuadrada, con puerta y ventanas de estilo caifal. También se conserva un aljibe subterráneo, al que se puede acceder por unas escaleras talladas en la roca. En lo alto de la montaña se alzan dos hermosas torres cuadradas construidas en tapial. El castillo se encuentra en estado ruinoso, aunque conservando algunos muros de considerable volumen formando un conjunto de importancia relevante. Se encuentra en un estado de conservación lamentable lo que hace que esté incluido en la Lista roja de patrimonio en peligro (España).






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jueves, 9 de mayo de 2019

LA RECONQUISTA DE MALUENDA, siglo XII


2.56. LA RECONQUISTA DE MALUENDA (SIGLO XII. MALUENDA)

A lo largo y ancho del valle del Ebro, algunas poblaciones como Belchite, por ejemplo, decidieron capitular sin lucha nada más caer Zaragoza en manos de Alfonso I el Batallador, pero no ocurrió así en otros núcleos importantes del reino moro sarakustí, como son los conocidos casos de Calatayud, Daroca o Tarazona que, dada la tenaz e importante resistencia que opusieron, tuvieron que ser tomadas por la fuerza de las armas.

En efecto, el rey aragonés, crecido por el éxito logrado ante los imponentes muros de Zaragoza y auxiliado por varios caballeros franceses, como el conde Guillermo de Poitiers, se dirigió hacia Calatayud —amparada en su magnífico castillo y considerada como la auténtica llave del Jalón— y la sitió. Luego, una vez asegurado su cerco, partió inmediatamente siguiendo el curso del río Jiloca para tratar de salir al paso de los almorávides, quienes, por fin, se decidieron a socorrer a sus correligionarios del valle del Ebro, y a los que Alfonso I vencería en Cutanda en 1120.

LA RECONQUISTA DE MALUENDA (SIGLO XII. MALUENDA)


Pero el camino de los expedicionarios desde Calatayud a Daroca y Cutanda no fue nada fácil, puesto que cerca de la primera, en el lugar de Maluenda —donde se habían concentrado moros de otras poblaciones aledañas— tuvo lugar un encarnizado e inesperado combate campal en el límite con las casas del poblado, circunstancia que no sólo retrasó la expedición hacia su principal objetivo sino que, según la leyenda, originó importantes pérdidas humanas en la hueste de los cristianos aragoneses.

restos, castillo, Maluenda
Restos del Castillo de Maluenda, sitiado en el siglo X por Abderramán III.


Aunque acabó saliendo victorioso Alfonso el Batallador de la contienda y la guarnición mora de Maluenda tuvo que entregar al fin las llaves (lo cual significaba un problema menos para Calatayud que seguía sitiada), una partida de soldados aragoneses tuvo que retrasarse del resto de expedicionarios para enterrar a sus muertos, asistir a los heridos y hacerse cargo de los
prisioneros. Fue entonces cuando los canteros que formaban parte de la expedición labraron y erigieron la Cruz Blanca —todavía existente como testigo de aquel suceso— y la colocaron enhiesta en el mismo sitio en el que tuvo lugar la batalla, en conmemoración y recuerdo de quienes cayeron allí.
[Recogida oralmente.]


https://es.wikipedia.org/wiki/Maluenda

Maluenda es un municipio español en la provincia de Zaragoza, perteneciente a la Comunidad de Calatayud, comunidad autónoma de Aragón. Tiene un área de 40,09 km² con una población de 989 habitantes (INE 2016) y una densidad de 26,94 hab/km².

Maluenda está situada en el Sistema Ibérico a orillas del Jiloca a 581 msnm. Comprende una superficie de 4 037 hectáreas, de las cuales 400 son de regadío y 2 000 de secano, correspondiendo el resto al casco urbano y al monte público. Dista 9 km de la capital comarcal, Calatayud, y 90 km de Zaragoza.

Límites:
Noroeste: Paracuellos de Jiloca
Norte: Paracuellos de Jiloca
Noreste: Villalba de Perejil
Oeste: Munébrega
Este: Belmonte de Gracián
Suroeste: Olvés
Sur: Alarba

Sureste: Velilla de Jiloca y Morata de Jiloca

Aunque los orígenes de Maluenda no están completamente esclarecidos, se sabe que existió un asentamiento en la Edad de Bronce, situado en el cerro detrás del Castillo, en donde aún se perciben restos de muros y otras edificaciones. En él se han encontrado diversos materiales como molinos barquiformes, cerámicas de tipología diversa y utillaje lítico en sílex, hoy expuestos en el Museo arqueológico de Calatayud.

En cuanto a época indígena, el hallazgo más notable es un tesoro de denarios ibéricos, junto a un número importante de denarios romanos republicanos que se fechan entre los años 90 y 79 a.C., por lo que su ocultación se relaciona con la Guerra de Sertorio, tan determinante en este territorio. Asimismo, hasta hace pocos años se conservaba un puente romano que permitía cruzar el río Jiloca.

En la Edad Media Maluenda fue una importante plaza militar, como así lo atestiguan sus importantes restos fortificados, y el hecho de ser mencionada por fuentes árabes en las luchas de la Marca Superior contra el poder central de Córdoba. La fortaleza de la plaza existía ya en el siglo X, y es que, según el geógrafo al-Udri, el califa Abderramán III acampó ante los muros del castillo de Malonda, nombre con el que aparece nombrada la villa en documentos de la época. Ello sucedió en los años 933-934, durante la primera campaña de castigo contra el rebelde Muhammad al-Tuyibí de Zaragoza, y luego en (937), cuando la fortaleza, defendida por el propio al-Tuyibí, fue definitivamente ocupada por los ejército califales.

En 1120, Maluenda fue reconquistada para los reinos cristianos por Alfonso I el Batallador y en 1255 pudo ser el escenario de una reunión secreta mantenida entre Jaime I de Aragón y Enrique de Castilla —hermano de Alfonso X el Sabio—, narrada en el Libro de las tres razones del Infante Don Juan Manuel. Posteriormente, en la Guerra de los dos Pedros, desempeñó un importante papel en la defensa del corredor del Jiloca, entre Daroca y Calatayud.​ Tropas castellanas se apoderaron del castillo en 1363. En Maluenda se encontraba el Archivo de la Comunidad de aldeas de Calatayud que en el día de hoy aún no se ha localizado.

Ya en el siglo XIX, el historiador Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Maluenda en los términos siguientes: «Tiene 150 casas de mala fábrica y 100 cuevas de peor calidad, que se distribuyen en calles estrechas y 2 plazas; casa de ayuntamiento; escuela de niños». Menciona también la existencia de tres iglesias parroquiales: la de la Asunción de Nuestra Señora, la de San Miguel y la de las Santas Justa y Rufina, así como seis ermitas. Refiere que «Los vecinos se surten para sus usos de las aguas del río Jiloca, de buena calidad» y resalta la producción de trigo, cebada, vino, cáñamo, legumbres y hortalizas, indicando que había «1 fábrica de papel de estraza, batanes, tintes y 2 molinos harineros».

El Castillo, actualmente en ruinas, es una de las pocas fortalezas auténticamente musulmanas de tapial. De acuerdo a La Chanson de Roland, cuando Carlomagno organizó su marcha contra Zaragoza, era Blancandrín su alcaide, lo que indica que fue una de las primeras fortalezas construidas por los musulmanes en Al-Andalus.

La fortaleza se alza sobre una pelada muela oblonga desde donde se domina el pueblo. Tiene planta alargada, cuyo eje mayor era de unos 80 m, adaptada a la cumbre del monte. Consta de dos torreones y un recinto amurallado, parcialmente conservado en el lado orientado hacia la población, pero prácticamente desaparecido en el lado opuesto. Los torreones se sitúan en el lado oeste, son rectangulares y de gran volumen.

http://www.castillodemaluenda.com/vinos/index.php



sábado, 11 de mayo de 2019

LA RECONQUISTA DE ALCAÑIZ, siglo XII

2.60. LA RECONQUISTA DE ALCAÑIZ (SIGLO XII. ALCAÑIZ)

Los ejércitos de Alfonso I el Batallador —que para entonces ya se había apoderado de la ciudad de Zaragoza—, con una fuerza incontenible fueron reconquistando una tras otra todas las poblaciones del Bajo Aragón, que estaban fuertemente arabizadas y pobladas por musulmanes, aunque pervivían en ellas pequeños grupos de mozárabes que veían llegar la hora de su liberación.

No obstante, en alguna de estas plazas bajoaragonesas el rey aragonés no tuvo ni siquiera la necesidad de usar las armas ni de derramar ni una sola gota de sangre, puesto que se pactaron capitulaciones. Ese fue el caso, por ejemplo, de Alcañiz cuando le tocó su hora.

Cuando don Alfonso llegó a tierras alcañizanas, la población musulmana, que naturalmente era mayoritaria en la ciudad, se concentraba en las quebradas y estrechas callejuelas del llamado Alcañiz Viejo, al amparo de una ciudadelamuy bien defendida y casi inexpugnable. Deseoso el rey aragonés de reconquistar tan importante enclave, pero conocedor, asimismo, de la dificultad que entrañaba la empresa si sus defensores oponían resistencia, acampó con sus huestes y, en lugar de intentar el asalto, comenzó a construir de manera acelerada un castillo frente por frente de la población mora, con el fin de dejarla aislada de sus correligionarios del alcázar moro.
Los sarracenos, que veían crecer, allá en lo alto, de manera acelerada los muros de una nueva y magnífica fortaleza cristiana, se sintieron amenazados. Por eso, muerto entre tanto su alcaide, y antes de proceder al nombramiento de un sucesor, como era costumbre, decidieron, por el contrario, destruir o esconder sus tesoros y derribar sus propias casas, quedando todo absolutamente arrasado. Luego, formando interminables colas y cargados sus carros y acémilas con los enseres más imprescindibles, fueron saliendo todos por la puerta principal de los muros del Alcañiz Viejo, desapareciendo del lugar, aunque llevándose las llaves de las casasque acababan de destruir, anidando la esperanza de retornar un día no muy lejano que nunca llegó. Alfonso I el Batallador, que había logrado no derramar ni una sola gota de sangre, tomó posesión de Alcañiz en nombre de la cristiandad.
[Caruana, Jaime de, «El castillo de Alcañiz», Teruel, 13 (1955), págs. 13-14.]


Alcañiz: Descripción histórica, artística, detallada y circunstanciada de la Ciudad de Alcañiz y sus afueras (Nicolás Sancho)



LA RECONQUISTA DE ALCAÑIZ (SIGLO XII. ALCAÑIZ)


Alcañiz es una ciudad y un municipio español de la comarca del Bajo Aragón, provincia de Teruel, en la comunidad autónoma de Aragón.


El municipio está formado por el núcleo urbano de Alcañiz y las pedanías de Valmuel y Puigmoreno. En el año 2014 tenía 16.333 habitantes, según los datos del INE y es, junto con Andorra y la capital de la provincia, uno de los pocos municipios que cuenta con un incremento de población notable en la provincia de Teruel, en contraposición a la despoblación que sufre la mayor parte de ese territorio.

Es, asimismo, la capital y sede de la actual comarca oficial del Bajo Aragón, así como capital tradicional del territorio, más amplio, que forma el Bajo Aragón histórico. La construcción del circuito de velocidad de Motorland a las afueras de este municipio es una de las obras más destacadas del municipio.

lengua catalana Bajo Aragón

lo finestró del Pep Miquel Gràcia Sabaté la llengua catalana al Baix Aragó, Arturico Quintanilla i Fuente texto de Arturico Quintana Font, el ductó catalanista miembro honorífico de la Ascuma de Calaceite.



Carta de Población de Alcañiz otorgada por el Príncipe D. Ramon Berenguer, en 1157. 

En el nombre de Cristo y del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen. 
Esta es la Carta de Población, que Yo Raimundo Berenguer, Conde de Barcelona, Príncipe de Aragón y Marques de Provenza, expide en favor de todos vosotros los pobladores de Alcañiz, así los que al presente la pobláis, como los que antes la habéis poblado. 

Doy, pues, a todos vosotros y concedo de buen grado y libre voluntad todos los fueros de Zaragoza. Igualmente os concedo los términos siguientes; desde Alloza, hasta Estercuel: desde Estercuel, hasta el collado de las Turbanas (que está cerca de Aliaga): desde las Turbanas, hasta la sierra de Pitarque; y desde Pitarque, todo lo que comprende aquella sierra entre los Puertos de Meritescat y Santella (esto es, entre Aliaga y Villarroya). 

Igualmente os concedo los términos que cruza aquella sierra desde el nacimiento del río de las Truchas (que tiene su origen encima de Pitarque), y marcha por Montoro hacia la sierra de la Cañada o Fortanete en dirección a la Muela de Aras encima de Cantavieja; y 
según se va al Portell, a la AlbercaAvinsilona (Moll) Vallibona y Benifazá, hasta llegar al punto de Traseras (Caseras). Y finalmente, os concedo los términos que recorre el río Algás desde su nacimiento hasta el Ebro: y subiendo éste su canal, hasta el término de Escatrón: y desde el término de Escatrón, hasta la loma de Puimoreno: y desde esta, hasta Andorra; y desde Andorra hasta Alloza

Os doy, pues, y concedo a vosotros los pobladores de Alcañiz todo lo sobredicho, en la forma y manera que hemos fijado y deslindado los mencionados términos que os hemos concedido y señalado, para que los pobléis según los fueros de Zaragoza, y no de otro modo; y construyáis casas y habitaciones, guardándome fidelidad en todo tiempo a Mí y a mis Sucesores. Me reservo, sin embargo, para Mí y mi posteridad el Castillo de Alcañiz, y la heredad que conservaba para mi uso y el del Castillo sobredicho. Mas los otros castillos que se hallan dentro de los términos expresados debéis poblarlos vosotros los pobladores de Alcañiz, o cualesquiera otros hombres que vinieren a poblar; cuyas tierras o término trabajaréis y podréis tener y conservar íntegros y completos sin detrimento alguno, y guardarlos con la fidelidad debida a mi persona y a mis sucesores, entregándolos de buen grado y sin resistencia alguna, siempre que Yo os los pidiese o mis sucesores, bien sea por nosotros mismos, o por medio de nuestros comisionados. 

Todo aquel que estorbase a alguno de los que vengan a poblar a Alcañiz, o quitase alguna cosa suya, devolverá lo robado y pagará mil sueldos; quinientos a Mí y quinientos al demandante. Y si algún malhechor (de cualquiera daño que fuese) viniese a poblar a Alcañiz, no responda del daño hecho hasta el presente, esto es, hasta el 25 de octubre, a no hallarse en su poder los daños causados. Pero si se hallasen en su poder, deberá restituirlos al que se los exija, y lo mismo pagar al acreedor las deudas que sean manifiestas y estén reconocidas. 
Si desde el día de hoy en adelante causase algún daño y viniese a poblar a Alcañiz con los daños hechos, se acudirá con el reclamante ante mi Justicia, según los fueros de Zaragoza. 

De cequia ita sit, quod azud, el ex exemel in simul faciamus (es decir, que concedido por el Rey el derecho de las aguas ordena que el cuidado de ellas, del azud, y de la limpia de la acequia, deba correr por entrambas partes, según lo que a cada uno tocare), debiendo tener un Celacequia vecinalmente de vuestra parte, tanto en vuestras posesiones como en las mías, y un Zalmedina que represente las que me tocan. ZABALMEDINA.

Concedo finalmente a todos los pobladores de Alcañiz la franquicia del derecho de lezda y de peaje por todo el Reino de Aragón, y hasta Cervera de Cataluña
Todo hombre que privase de su derecho y voz a cualquier poblador de Alcañiz, pagará mil sueldos, a saber quinientos a Mí, y quinientos al agraviado. 

S. + R A Y Mundo, Conde. Dada esta Carta H. C. MCXCV. H. En el mes de Noviembre, en Zaragoza, hallándose presente el obispo Martín; y reinando Yo Raimundo Conde de Barcelona, en Aragón y Sobrarve: siendo Obispo de Lérida, Guillelmo de Pedro; en Huesca Dodono; Pedro en Zaragoza, y Martín en Tarazona: y siendo Seniores o Ricos-hombres, Feriz en Huesca, Galindo Jimeno en Albalate; Fortunato en Barbastro; Sancho de Boria en Ayerbe; Ferrench en Aguero; Pedro López en Lucia; García Almoravit en Egea; Fortun Aznarez en 
Tarazona; el Conde Pallarés en Ricla; Pedro Ortiz en Aranda; Pedro Castellazol en Calatayud; Sancho Necones en Daroca; Palacin en Zaragoza, en Alagon y en Ariza; y Galindo Jiménez, en Belchite.

Sello del Rey +



Confirmación del Rey D. ALONSO II, en 1162.

Alfonso, hijo del Rey Conde de Barcelona, autorizo esta Carta-puebla, guardándose fidelidad a mi persona y posteridad. Son testigos, el Arzobispo de Tarragona, el Obispo de Barcelona, el Obispo de Zaragoza, el Conde de Pallarés, D. Pedro Castellazol, Fortuño Aznarez de Tarazona, el Señor Pelegrin y Pedro Ortiz en Calatayud. 

Día primero de Setiembre, Era MCC. - La escribió Andrés, por mandato del Rey. 
Sello, Confirmo, + de Pedro Rey de Aragón y Conde de Barcelona, que apruebo lo arriba dicho, salva la fidelidad a mi persona y posteridad, en todo tiempo. 
En la Era MCCXXXVL.

Carta-puebla de Alcañiz por el Príncipe D. Ramon Berenguer, en 1157.

In Cristi nomine, Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen. Haec est Carta Populationis, quam Ego Raymundus BereguerComes Barchinonensis, et Princeps Aragonum, facio vobis omnibus populatoribus de Alcanicia, qui modo populatis, ut in antea, ibi, populavistis. Dono namque vobis omnibus, et concedo, bono animo, et spontanea voluntate totos illos fueros de Saragoza. Similiter dono vobis terminos videlicet de Alloza usque al Estrequel, et de Estrequel ad Collado de las turbanas; et de las turbanas usque in serram de Pitarch. Et de Pitarch quomodo vadit illa Serra inter illos puertos de Meritescat, et Santella. Et quomodo vadit illa Serra in Cap de rivo de las truitas, et exit ad Serram de Alcorba, /Corbó?/ et quomodo vadit ad molam darás /Ares/. Et sicut vadit ad illum Portum de prunellas. Et vadit ad Serram demoxaca; et vadit ad albercam avinsilona, et sicut ad vallibonam. Et sicut vadit adBel. Et de Bel usque ad Beniazau. Et sicut vadit illa Serra usque ad traseras. Et quomodo nascit ribus de Algars,
et discurrit usque in iberum, et usque ad terminum de scatron. El de illo termino de scatron usque ad podios de Confratribus. Et de podiis de Confratribus usque ad Andorram. Et de Andorra usque ad allozam. Praefata autem omnia dono vobis omnibus populatoribus de alcanicia, sicut abentur et terminantur et continentur infra iam dictos terminos. Hoc modo ut populetis ibi ad fuerum de Saragoza. Et faciatis ibi casas, salva mea fídelitate, et
de omni mea posteritate, per secula cuncta. Excepto, quod retineo mihi, et succesoribus meis ipsum Castrum de Alcanicia ad meam voluntatem. Et ipsam hereditatem, quam ad opus mei et castri retinui. Et duo molendina extra cequiam, unum ad opus mei, et aliud ad opus Castri. Alia vero Castra, quae infra iam dictos terminos sunt, quos vos populatores de alcanicia populabitis, vel alii homines qui ibi advenerint populare, quorum terras vel terminos laborabitis, habeatis, et teneatis ea bene constructa, sincera et integra, et custodita ad meam fidelitatem, et omnium succesorum meorum. Et donetis et succesoribus meis citati, et pacati potestatem fideliter de ipsis Castris, quandocumque eam voluero vobis demandare ego, vel mei successores, per nos vel per nuncios nostros. Quisquis vero aliquem venientem ad Populationem de alcanicia deturbaverit, vel sua abstulerit, vel mea perhibuerit, ablata redat, et pectabit mille solidos.


Michi quingentos, et clamanti quingentos. Si vero aliquis malefactor cuiuslibet malefacti, qui ad alcaniciam populare venerit, de ipso malefacto quod usque hodic fecit, scilicet, VIII kallendas Novembris exactori suo non respondeat, nisi ipsa malefacta fuerint inventa cum eo; si autem ipsa malefacta habuerit, restituat ea exactori suo. De debitis etiam quod sunt manifesta et recognita, debitori suo respondeat. Si quis ab hodierna dia, et deinceps aliqua malefacta alicui fecerit, et cum ipsis malefactis populare ad alcayniciam venerit, faciet ibi directum clamanti suo ante meam justitiam. secundum fueros de Saragoza.
De cequia ita sit quod azud et ex exemel in simul faciamus, secundum ipsam partem, quam unusquisque habuerit ibi. Et ut habeatis ibi Zabacequiam vicinaliter, per manum vestram, tam in meo quam in vestro Dominatu, et Zabalmedinam per manum meam habeatis.

Dono, etiam, et concedo omnibus populatoribus de alcagnicia, ut sicut Regnum Aragonis concluditur, et continuatur, et á me venere, et habere videtur, et usque adCerberam ullam lezdam, vel pedagium, aliquo modo non douetis. Quisquis homo extallaverit populatorem de alcanicia suam vocem, pectet mille solidos, mihi quingentos, clamanti quingentos.
S. + R A Y Mundus Comes: facta Carta H. C. M. C. L. XXXXV. H mense novembris, in
Cesaraugusta. Epo. Martino. Dominante me Raimundo Comite barchinonensi inaragone, et in suprarbi. Episcopo Guillermo Petri in Lérida. Episcopo Dodono inOscha. Episcopo Petro in cesaragusta. Episcopo Martino in tarazona. Feriz Seniore in Oscha. Galindo Exemenos in albalá. Fortumdat in Barbastro. Sancio de Boria inaierb. Lo ferrench in aguero. Petro Lopez in Lusia. Garsia almoravit in egeia. Blascho doscba in Boria. Fortun Aznarez in tazarona. Comite paliarensi in Ricla. Petro Ortiz inaranda. Petro Castellazol in Calalayub. Sancio necones in Daroca. Palacino in Saragoza. in alagon, et in fariza. Galindo exemenez in belxit. Signum Regis. +



Confirmación del Rey D. Alonso II, en 1162.

Ildefonsus filius Regis Comitis Barchinone qui hoc autorizo, salva mea fidelitate, et de omni mea posteritate. Sunt testes Archiepiscopus Tarragone, et Episcopus Barchinone, et Episcopus Cesaraguste. Et Comite de Pallars. Et Don Petrus de Castellazolo. Et Fortunio Aznarez de Tarazona. Et Dognus de Pelegrin. Et Petrus Ortiz in Calatayub. Primo die Septembris. Era M. C. C. Andreas scripsit, iussu Domini Regis. SIGNVM Confirmo + Petri Regis Aragonum et Comitis Barchinone qui supra dicta laudo, et salva mea, meorumque fidelitate tempore omni. Sub Era. MCCXXXVI. (1236)


In nomine Sancte trinitatis, et in divine maiestatis. Pateat omnibus hominibus presentibus atque futuris: quod ego Ildefonsus Dei gratia Rex aragonensis, Comes Barchinonensis, et Marchio Provincie facio hanc cartam donacionis Domino Deo et fratribus de Kalatrava presentibus atque futuris. Placuit in bono, et spontanea voluntate, et pro remediis anime mee, el Patris, et Matris mee, et aliorum parentum meorum, ad defensionem, et exaltationem Christianitatis, et opositionem paganorum, quod dono, atque in perpetuum concedo Domino Deo, et preceptori, domui et fratribus ibidem Deo servientibus, presentibus atque futuris Castrum et Villam de Alcañiz cum his terminis inferius anotatis. Ex parte sciliter Sancti Petri de Calanda sicut termini deAlcañiz dividuntur cum terminis Sancti Petri de Kalanda et usque ad podium confratrum, et usque ad Casp. Et sicut habet iam suos terminos usque in iberum, et sicut predicti termini de Alcañiz; et sicut predicti termini de Alcañiz dividuntur cum terminis de Archon, et per fluvium de Algars ad pinam de bené, el sicut vadit ad penas de Aznar la gayona, et ad Forespalda.

http://www.fuentespalda.es/el-pueblo-2/historia/lengua-catalana-en-fuentespalda/ en catalán de Pompeyo se tiene que escribir FonTdespaTla, dice el idiota de Daniel Vives Albesa de esa localidad que las t se pronuncian, si escuchas bien. Pues en 
Forespalda igual se pronuncian también las T. JA JA JA, qué idiotas son estos catalanistas aragoneses !

Et sicut dividit terminos cum monte rubeo / MONROCH / et dein ad balbona, et ad jaganta, et ad serram de Molinos, et de Exulve, et vadit ad mezquitam, usque ad arannonal. Et sicut dividit terminos cum monte albano, et Obon, et Olieth, et dearinnyo, et de Albalat, et de Hijar. Predictam, autem, donacionem, cum omnibus consignatis terminis, hermis, et populatis plantis, adque montanis, paschuis aquis aquarumque decursibus, graniciis, lignaribus, piscationibus, venacionibus, et aliis omnibus, que ad usum hominum et ius meum pertinet dono, et hac presente Scriptura in perpetuum valitura concedo domino Deo, etiam dicte domui de Kalatrava, et fratribus presentibus atque futuris, ibidem Deo sevientibus, ut habeant, et posideant liberum et franchum, atque ingenuum absque omni diminucione ad suam propriam hereditatem, et ad defensionem, et exaltacionem Cristinitatis, et oprimendam terram, et gentem paganorum. Ita etiam ut de Castro predicto et terminis suis faciat pacem, et guerram contra paganos, per me et succesores meos, salva etiam semper mea fidelitate, et de tota mea posteritate per secula cuncta amen.

Signum Ildefonsi Regis aragonensisComitis Barchinonensis et Marchionis Provincie. +

Facta carta huius donacionis, apud farizam mense martii. Era M. CC. XVII. In manu magistri Martini Pedriz tunc temporis de Calatrava, et fratrum suorum Sancii Pedriz. Regnante me, Dei gracia Rege Ildefonso in aragonia, et in barchinone, et in provincia. Episcopo Petro in
Cesaraugusta. Episcopo Joanne in tarassona. Episcopo Sthefano in Oscha. Blasco Romen Seniore in Cesaraugusta. Artallo Alferez Regis in Allagone. Blasco Maza in Borria.
Ximeno Romen in Tarrasona. Petro Ortiz in Aranda. Ximeno de Orreya in Epila. Petro de Castellozol in Calalayub. Michael de Santa Cruz in Daroca et Therol. Petro Ladron in Belchit. Petro de Sos in Sos. Gombalth de Benabent in Bel. Marco Ferriz in Oscha. Fortunio de Stada in Statela. Peregrino de Castellazol in Alchecer. Sancio de Orta stante mayordomo regis. Ego Fernandus de Caldis scriba Domini Regis scripsi hanc Cartam et feci hoc Signum. +


Confirmación de la Población, hecha por el Maestre Nuño Perez, en 1190.

Sit notum cunctis hominibus populatoribus de Alcanicia, et de totis suis terminis, qui modo populatis, vel in antea populavistis, ibi usque ad finem seculi. Quod Ego frater Nunus Magister de Calatrava dono vobis omnibus et concedo bono animo, et spontanea voluntate, cum mandamentum et consensu Domini Rex Aragonis et Princeps barchinonensis, et Marchio Provincie, ut habeatis et posideatis vos, et filios, et generacio vestra per secula cuncta, terras, vineas, cassas, que in alkaniz sunt, vel in totis suis terminis, post annum et diem, teneritis et habueritis, sine mala voce habeatis et possideatis illa hereditate sincera, et firma de totos homines removentes, et non respondeatis vos, et vestri ad ullum clamantem in secula seculorum. Extra Comanda et pignus que habeat unusquisque. Et ego dominus furtado Comendator de alkaniz sub manu magistro nunno de Calatrava, et omnibus fratres del kaniz qui hodie sunt ibi, vel in antea veniant in alkaniz placuit nobis et placet, et autorizamus istum donativum que fecit domino Rex aragonis, et illo magistro de Calatrava, per secula cuncta amen. Facta Carta de istum donativum vel foro in mense Ianuario
Era MCCXXVIII. (1228)
Confirmación del Maestre Martin Fernandez de Quintana, en 1219.

Ego frater Martinus Ferrandi magister milicie Calatrava laudo et confirmo omne supra scriptum donativum, et omnes supra scriptos foros, quos Raimundus Berengarii Comes Barchinonensis, et Princeps aragonensis dedit omnibus populatoribus dal kaniz, et meus antecesor frater nunus, magister milicie Calatrava conccessit et confirmavit. Huius rei sunt testes, qui hoc viderunt et audierunt Frater martinus morant, et frater Martinus Diaz, et frater tello, et frater Sancius Lupipreceptor aliaga et do ato osella, et domnus astallit de Gudar, et domno Blasco Petriz. Facta Carta mense Februarii: Era millesima duo-centessima quinquagessima septima. (1257 ?)


Confirmación del Rey D. Jaime I el Conquistador, en 1219.

Sig + num Jacobi Dei gracia regio aragon Comitis Barchinone et dominus montis plani, qui predicta omnia et singula concedimus, et confirmamus, salva fidelitate nostra et nostrorum. Testes de Aragon Domnus Arnaldus Palacin, et domnus Blasco de Alagone. De Catalonia Domnus Guillermus de Cerveria, et Domnus Raimundus de Moncada. Factum fuit hoc tercio idus Decembris. Era millessima duocentessima quinquagessima septima. (1257 ?)

domingo, 12 de mayo de 2019

LA RECONQUISTA DE AGUILAR DE ALFAMBRA


2.66. LA RECONQUISTA DE AGUILAR DE ALFAMBRA (SIGLO XII. AGUILAR DE ALFAMBRA)

LA RECONQUISTA DE AGUILAR DE ALFAMBRA (SIGLO XII. AGUILAR DE ALFAMBRA)


Tras cruentas y reiteradas escaramuzasy auténticas batallas contra los musulmanes por toda la altiplanicie turolense, el rey Alfonso II de Aragón, el reconquistador de Teruel, pudo por fin apoderarse de Aguilar de Alfambra en 1170. Cuenta la leyenda cómo su castillo, hoy llamado de la Virgen de la Peña, sirvió de baluarte casi inexpugnable durante algún tiempo a todos los moros que andaban huidos y dispersos por la comarca y tras sus muros se hicieron fuertes, sin que los guerreros cristianos lograran rendirlos, por más denodados esfuerzos que realizaban.
Sin embargo, la toma de Aguilar se mostraba totalmente necesaria para poder proseguir la tarea reconquistadora. Así es que los capitanes del ejército cristiano, al ver que no podían vencer mediante las armas a los aguerridos musulmanes empleando la táctica habitual, dada la dificultad existente para entrar en el castillo, decidieron utilizar otra estrategia, concibiendo un ingenioso plan para rendirlos.
El plan a seguir era sencillo y consistía en reunir —con el mayor de los sigilos para lo cual tuvieron que atarles los hocicos— un enorme rebaño de cabras traídas de toda la comarca que fueron concentradas en una paridera cercana.

Luego esperaron una noche sin luna, muy oscura, y les colocaron teas encendidas amarradas a los cuernos, lanzando a las bestias de esta guisa y por sorpresa hacia el castillo. Los musulmanes, muchos de los cuales dormían al abrigo de los muros de la inalcanzable fortaleza, despertaron asustados por tan extraño y desmedido ejército, salieron del alcázar y huyeron despavoridos entre aullidos, hasta terminar la mayor parte de ellos como cautivos.
Del empleo de esta curiosa estratagema que los cristianos utilizaron contra los musulmanes procede el apelativo de chotos con que todavía se designa hoy a los habitantes de Aguilar de Alfambra.

[Zapater, Alfonso, Aragón pueblo a pueblo, tomo I, pág. 60.]



https://es.wikipedia.org/wiki/Aguilar_del_Alfambra

Aguilar del Alfambra es una localidad y municipio de la comarca Comunidad de Teruel en la provincia de Teruel, en la Comunidad Autónoma de Aragón, España. Tiene un área de 39,04 km² con una población de 64 habitantes (INE 2016) y una densidad de 1,64 hab/km².

Aparece como Aguilar en un texto de 1212. Durante la Edad Media y todo el Antiguo régimen, hasta la división provincial de 1833, fue tierra de realengo, quedando encuadrada dentro de la comunidad de aldeas de Teruel en la sesma del Campo de Monteagudo.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Lo Decamerón en chapurriau

Proemio

Escomense la primera jornada del Decamerón, a la que, después de la explicassió donada per lo autó sobre la raó per la que va passá que se reunigueren les persones que se móstren enraonán entre elles, se enraóne, gobernán Pampínea sobre lo que mes agrade a cadaú. 

Cuan mes, mol grassioses dames, penso lo piadoses que sou per naturalesa, mes vech que la presén obra tindrá al vostre juissi un prinsipi penós y triste, com es lo dolorós recuerdo de aquella pestífera mortandat passada, universalmen funesta y digna de plos per tots aquells que la van viure o van sabé de ella. Pero no vull que per naixó tos arredro seguí lligín com si entre singlots y llágrimes haguéreu de passá la lectura. Este horrorós escomensamén tos sirá com als camináns una montaña áspra y empinada después de la que se trobe amagat un planet hermossíssim y deleitós com la Belenguera de Beseit, que es mes plassenté contra mes gran ha sigut la duresa de la pujada y después u sirá la baixada. Y aixina com lo final de la alegría sol sé lo doló, les miséries se acaben en la alegría que les seguix. An este curtet disgust (y dic curtet perque se explique en poques paraules) seguirá pronte la dolsó y lo plaé que tos hay prometut y que potsé no siríe esperat de tal escomensamén. Y en verdat si yo haguera pogut decorosamen portátos per un atra part en ves de per una senda tan regallada y empinada com esta, u hauría fet de bona gana; pero ya que la raó per la que van passá les coses que después se lligirán no se podíe manifestá sense este recuerdo, com espentat per la nessessidat me disposo a escríureu.
Dic, pos, que ya habíen los añs de la fructífera Encarnassió del Fill de Déu arribat al número de mil tresséns coranta y vuit (1348) cuan a la ilustre siudat de Florencia, nobilíssima entre totes les atres siudats de Italia, va arribá la mortífera peste que o per obra de los cóssos superiós o per les nostres acsións infames va sé enviada sobre los mortals per la justa ira de Déu per a la nostra correcsió. Habíe escomensat algúns añs abáns al paísos de Orién, privánlos de gran cantidat de habitáns, y, continuán sense descans de un puesto a un atre, se habíe anat escampán misserablemen per Ocsidén. Y no valén contra nella cap sabé ni providénsia humana (com la llimpiesa de la siudat de inmundíssies ordenada per los encarregats de alló y la prohibissió de entrá an ella a tots los doléns y los mols consells donáts per a conservá la higiene) ni valén tampoc les humildes súpliques dirigides a Déu per les persones devotes, no una vegada sino moltes, ordenades en prossesóns o de atres maneres, casi al prinsipi de la primavera del añ abáns dit va escomensá horriblemen y de assombrosa manera a mostrá los seus dolorosos efectes. Y no ere com a Orién, aon a qui li eixíe sang del nas li ere manifest signo de mort inevitable, sino que al seu escomensamén los eixíen als mascles y a les femelles tan a les íngles o entrecuix o daball de les axiles o sobaco, sertes unflós, que algunes creixíen hasta la mida de una poma, y atres se feen com un ou, que eren anomenades bubas per la gen. Y de les dites parts del cos, en poc tems va escomensá la pestífera buba a exténdres a consevol part, inmediatamen va escomensá la calidat de la enfermedat a cambiás en taques negres o pardotes que apareixíen a mols als brassos y per les cuixes y a consevol part del cos, a uns grans y rares y a datres minudes y abundáns. Y aixina com la buba habíe sigut y seguíe sén indissi mol sert de mort futura, lo mateix passabe en estes. Y per a curá tal enfermedat no pareixíe que valguere ni aprofitare cap consell de meche o virtut de medissina; aixina, o per la naturalesa del mal o la ignoránsia de los que medicaben (de los que habíe aumentat mol lo número tan de homes com de dones que may habíen tingut cap coneiximén de medissina) no sabiguéren cóm veníe y no sabíen lo remei. Eren mol pocs los que se curaben abáns del tersé día de la aparissió de les siñals abáns dites, y la mayoría sense cap fiebre ni síntoma, se moríen. Y esta pestilénsia va tindre mes gran forsa perque algúns de los que estaben doléns se abalansáben damún dels sanos en los que se comunicaben, com fa lo foc sobre les coses seques o engrassades cuan se li arrimen mol. Y mes allá va arribá lo mal: que no sol lo parlá y lo tratá en los doléns apegabe als sanos la enfermedat, sino que tamé lo tocá la roba o consevol atra cosa que haguere sigut tocada o empleada per aquells doléns. Y assombrós es escoltá lo que ting que di, que si per los ulls de mols y per los meus propis no haguere sigut vist, no me atrevería a créureu, y mol menos a escríureu per mol digna de fe que fore la persona a qui lay haguera sentit. Dic que de tanta virulénsia ere la calidat de la pestilénsia narrada que no sol passabe del home al home, sino que les coses que habíen sigut del home tamé se contamináben en la enfermedat. Los meus ulls van sé testigos un día de aixó: están les despulles de un pobre home mort de tal enfermedat aviáts a la vía pública, y entropessán en ells dos gorrinos, y com segóns la seua costum tot u furgaben, lo estiraben de les galtes primé en lo morro y después en les dens, un momén mes tart, después de unes contorsións y com si hagueren pres veneno, los dos van caure morts an terra damún de les maltratades despulles del home mort. De estes coses, y de bastantes mes paregudes an estes y encara de mes grosses, van náixe temós y superstissións als que quedaben vius, y casi tots se inclinaben a un reméi mol cruel com ere esquivá y fugí dels doléns y de les seues coses; y, fénu, cadaú creíe que conseguíe la salut per an ell mateix. Y ñabíen algúns que pensaben que viure moderadamen y guardás de tot lo innessessari podríe oferí gran ressisténsia a la enfermedat y, reunida la seua compañía, vivíen separats de tots los demés apartánse y tancánse an aquelles cases aon no ñaguere cap dolén y se puguere viure milló, minján en gran prudénsia minjás fins y mol bons vins y fugín de tot exés, sense dixás parlá per ningú ni sentí cap notíssia de fora, ni de morts ni de doléns, tocán instruméns y en los plaés que podíen tindre se entreteníen. Uns atres, de la opinió contraria, afirmaben que la medissina sertíssima per an este mal ere lo beure mol y lo gosá y aná cantán de passeo, divertínse, y satisfé la gana en tot alló que se puguere, y riure y burlás de tot lo roín que passare; y tal com u díen, u féen, anán de día y de nit ara an esta taberna ara a l’atra, bebén tan com sed tingueren y sense pará cap cuenta, y fen sol les coses que los donáben gust o plaé. Tot aixó u podíen fé fássilmen perque tot lo món habíe abandonat les seues coses y cases, per lo que moltes se habíen fet comunes y les feen aná los extrañs, ocupes, igual que les haguere empleat lo propi amo. Y en tot este comportamén de fieres, fugíen de los doléns. Y en tan gran aflicsió y miséria de la nostra siudat, estabe la reverenda autoridat de les leys, tan de les divines com de les humanes, tota caiguda y apocada per los seus ministres y ejecutós que, com los atres homes, estaben doléns o morts o se habíen quedat sense criats y no podíen fé cap ofissi; aixina li ere líssit a tot lo món fé lo que li donare la gana. Mols atres observaben una vía intermija: ni aforrán les viandes com los primés ni allargánse en lo beure y en los atres libertinajes tan com los segóns, segóns la gana, y sense tancás, eixín a rondá portán a les máns flos, herbes que féen bona auló com romé, timó, fonoll y espígol, o algunes espéssies, que se portaben al nas assobín contra lo aire impregnat de la pudina y corrompina de los cóssos morts y carregat y pudén per la enfermedat y les medissines. Algúns eren de sentiméns mes cruels (com si fore mes segú) dién que cap medissina ere milló ni tan bona contra la peste que fugí de ella; y no cuidánse de res mes que de ells mateixos, mols homes y dones van abandoná la propia siudat, les propies cases, les seues possesións y als seus paréns y totes les seues coses, y van buscá atres terres, com si la ira de Déu no haguere de seguíls per a castigá la maldat de los homes en aquella peste y sol haguere de oprimí an aquells que se trobaren dins de los muros de la seua siudat com avisán de que cap persona teníe que quedá allí viva. Y encara que de estos que opinaben de diferentes maneres no van morí tots, no per naixó tots se salvaben. Sen ficaben doléns mols a tot arreu, y habén donat ells mateixos ejemplo cuan estaben sanos als que sanos quedaben, ara se quedaben abandonats per tots. Y no diguém ya que un ressidén esquivare al atre y que casi cap veí cuidare del atre, y que los paréns poques vegades o may se visitaren, y en tal cas, de lluñ. En tan espán habíe entrat esta amargura al pit de los homes y de les dones, que un germá abandonabe al atre y lo tío al nebot y la germana al germá, y moltes vegades la dona al seu home, y lo que mes gros es y casi increíble, los pares y les mares als fills, com si no foren seus, evitaben visitáls y aténdrels. Per lo que als que se ficaben doléns, que eren una multitut incontable, tan homes com dones, cap atre auxilio los quedabe que o la caridat de los amics, de los que ne ñabíen pocs, o la avaríssia de los criats que per unflats salaris y abusius contrates servíen, encara que en tot alló no sen trobaren mols y los que se trobaben eren homes y dones de poc suc, y ademés gens acostumbrats a serví, que casi no valíen per a res mes que per a portá als doléns algunes coses que demanáren o miráls cuan se moríen; y servín en tal mal servissi, se perdíen ells moltes vegades en lo guañat. Y com los doléns eren abandonats per los veíns, los paréns y los amics, y ñabíe falta de criats se va seguí una costum may vista hasta entonses:
que a cap dona per bella o garbosa o noble que fore, si se ficabe dolenta, no li importabe tindre al seu servissi a un home, com fore, jove o no, ni mostráli sense cap vergoña totes les parts del seu cos com haguere fet a un atra dona, si u demanabe la nessessidat de la seua enfermedat. Aixina que aquelles que se van curá van tindre después menos honestidat.
Y ademés, va vindre de alló la mort de mols que si hagueren sigut ajudats se hauríen salvat. Faltaben servíssis que los doléns no podíen tindre y per la forsa de la peste ere tanta a la siudat la multitut de los que de día y de nit se moríen, que fée fredó sentíu di, y mes vóreu. Casi per nessessidat, coses contráries a les costums de los siudadáns van náixe entre los que quedaben vius. Ere costum, aixina com ara encara u veém, que les dones paréns y veínes se ajuntaren a la casa del mort, y allí, en aquelles que mes lo tocaben, ploraben; y per un atra part dabán de la casa del mort en los seus paréns se reuníen los seus veíns y mols atres siudadáns, y segóns la calidat del mort allí veníe lo clero, y lo difún, a muscles dels seus iguals, en un funeral de pompa de sera y cántics, a la iglesia triada per nell abáns de la mort ere portat. Estes coses, después de escomensá a aumentá la ferossidat de la peste, casi del tot o en gran part van pará, y unes atres noves van vindre al seu puesto. Per lo que no sol sense tindre moltes dones al voltán se moríe la gen sino que eren mols los que de esta vida passaben a l’atra sense testigos; y mol poquets ñabíe de aquells que ressibíen les piadoses ploreres y les amargues llágrimes dels seus paréns. Al revés, en ves de llágrimes van sé mes normals les risses y los chistes y lo festejá en compañía. Esta costum, les dones, la habíen adeprés mol be. Y ere mol raro vore cadávers que foren acompañats per mes de deu o dotse dels seus veíns a la iglesia; als que ya no portaben a muscles los honrats y amats siudadáns, sino una espéssie de enterradós eixits de la gen baixa que se féen cridá faquines y féen este servissi cobrán be, ficánse daball del ataúd y portánlo en pressuroses passes, no an aquella iglesia que s´haguere abáns de la mort disposat, sino a la que estabe mes prop lo portaben, detrás de cuatre o sis móssens, en poques llums, y a vegades sense cap. En la ajuda de los faquines, sense cansás en un ofissi massa llarg o solemne, a consevol sepultura desocupada, la que primé trobaben, de terra lo colgaben. De la gen baixa, y potsé de la mijana, lo espectácul encara estabe ple de mes miséria, perque éstos, o per la esperansa o la pobresa retinguts la mayoría a les seues cases, quedánse als seus barris, sen ficaen doléns per milenás cada día, y no sén ni servits ni ajudats per dingú, sense cap redensió se moríen tots. Y mols acababen a la vía pública, de día o de nit; y si se moríen a les seues cases, en la corrompina dels seus cóssos féen sentí als veíns que estaben morts; y entre éstos y los atres que per tot arreu se moríen, una aglomerassió. Ere sobre tot observada una costum per los veíns, moguts mes per la temó de que la corrupsió de los morts no los ofenguere que per l´amor que tingueren als finats. Ells, o sols o en ajuda de algúns portadós cuan ne podíen tíndre, traíen de les cases los cóssos de los morts y los ficaben dabán de les portes (aon, espessialmen pel matí, haguere pogut vore un sensenúmero de ells qui se haguere passejat per allí) y allí féen vindre los ataúds, y va ñabé mols als que per no ñabén los van ficá damún de consevol tauló. Tampoc va sé un sol ataúd lo que se va emportá juntes a dos o tres persones; ni va passá una vegada sol, sen hagueren pogut contá bastantes, que la dona y lo home, dos o tres germáns, o lo pare y lo fill, anigueren juns a la caixa. Y moltes vegades va passá que, anán dos móssens en una creu a per algú, se van ficá tres o cuatre ataúds, portats per portadós, detrás de ella; y aon los retós creíen tindre un mort per a sepultá, sen ajuntaben sis o vuit, o potsé mes. Tampoc eren éstos en llágrimes o llums o compañía honrats, la cosa habíe arribat a tan que igual se cuidabe de los homes que moríen com de les cabres; per lo que va apareixe manifestamen que alló que lo curs natural de les coses no habíe pogut en los seus minuts y raros mals mostrá als sabios que se debíe soportá en passiénsia, u fée la grandesa de los mals hasta en los simples, aprofitats y despreocupats. Per a la gran caterva de morts que a totes les iglesies, tots los díes y casi totes les hores, ere conduída, no ñabíe prou terra sagrada als fossás (y máxime volén doná a cadaú un puesto propi segóns la antiga costum), se féen per los sementeris de les iglesies, después de está tot ple, fósses grandíssimes a les que se ficaben per sentenás los que arribaben, y com se fiquen les mercansíes als barcos en capes apissonades, en poca terra se colgaben hasta que arribabe a ran de terra. Y per a no aná buscán per la siudat tots los detalls de les nostres passades miséries, dic que no tampoc sen va salvá lo campo dels voltáns. Dixán los burgos, que eren pareguts, per poblassió, a la siudat, per les aldees escampades per nell y los campos, los llauradós pobres y les seues famílies, sense meches ni ajuda de criats, per los carrés y per los collets y per les cases, de día o de nit, no com a homes sino com a bésties se moríen. Estos, dixades les costums com a les siudats, no se ocupaben de cap de les seues coses o faenes; y tots, com si esperaren a la mort, se esforsaben en tot lo seu talento no en ajudá als fruits de los animals y de la terra y de los seus passats traballs, sino en gastá tot los que teníen a má. Per lo que los bueys, los burros, les ovelles, les cabres, los gorrinos, los pollastres y hasta los mateixos gossos fiels al home, van sé expulsats de les cases y aventáts per los campos, aon les cullites estaben abandonades, sense sé ni arreplegades ni segades, y los animals campaben per aon los apetíe y se acampaben com podíen; y mols, com si foren rassionals, después de habé pasturat be durán lo día, per la nit sen entornaben fartets a les seues cases sense cap guía de pastó. ¿Qué mes pot dis, dixán lo campo y tornán a la siudat, tanta va sé la crueldat del sel, y potsé en part la de los homes, que entre la forsa de la pestífera enfermedat y per sé mols doléns mal servits o abandonats per la temó que teníen los sanos, a mes de sen mil criatures humanes, entre mars y juliol, se té per sert que dins de los muros de Florencia los va sé arrebatada la vida, que potsé abáns de la enfermedat no se hauríe estimat que ñaguere a dins tanta gen? ¡Oh qué grans palaus, cuántes cases tan majes, cuántes nobles morades plenes per dins de gen, de Siñós y de dames, se van quedá forres hasta de chiquets! ¡Oh cuáns memorables linajes, cuántes amplíssimes herénsies, cuántes famoses riqueses se van vore quedá sense hereu! ¡cuáns valerosos homes, cuántes hermoses dones, cuáns joves ben pitos als que Galeno, Hipócrates o Esculapio hagueren jusgat saníssims, van amorsá en los seus paréns, compañs y amics, y arribat lo tardet van sopá en los seus antepassats a l´atre món!
A mí mateix no m´agrade aná revolcánme entre tantes miséries; per lo que, dixán les que puc evitá, dic que, están la nostra siudat de habitáns casi forra, va passá, aixina com yo u vach sentí a una persona digna de fe, que a la venerable iglesia de Santa María la Nova, un dimats de matí, no ñabén casi cap atra persona, sentits los divinos ofissis en hábits de dol, com demanáben éixos tems, se van trobá sat dones joves, unides o per amistat o per vessindat o per sé familia, de les que cap habíe passat los vin añs ni ne teníen menos de devuit, discretes totes y de sang noble y hermoses de figura, adornades en robes, y honestes. Los seus noms diría yo com cal si una justa raó no me impediguere féu, no vull que per les coses contades de elles que vénen ara, y per lo escoltat, cap pugue avergoñís mes abán, están avui una mica mes restringides les leys del plaé que allacuanta, per les raóns abáns dites. Ni tampoc vull doná materia als envejosos (disposats a deshonrá tota vida loable), de disminuí de cap manera la honestidat de les valeroses dones en converses desconsiderades. Pero, sin embargo, per a que alló que cada una va di se pugue compéndre sense confusió, en noms conveniéns a la calidat de cada una, les nombraré: La primera, y la de mes edat, se dirá Pampínea, la segona Fiameta, Filomena la tersera, la cuarta Emilia, Laureta la quinta, la sexta Neifile, y la radera, la séptima, Elisa.

Estes mosses se van ajuntá a una de les parts de la iglesia com preparades a sentás en corro, y después de mols suspiros, dixán de resá padrenuestros, van escomensá a cavilá sobre la condissió de los tems moltes y variadas coses; y después de un rato, callán les demés, aixina va escomensá a parlá Pampínea:

- Vatres podéu, volgudes Siñores, tan com yo habé sentit moltes vegades que a dingú ofén qui honestamen fa ús del seu dret. Natural dret es de tots los que náixen ajudá a conservá y deféndre la seua propia vida tan com poden, y consedíume aixó, ya que alguna vegada ya ha passat que, per conservála, se hayguen matat homes sense cap culpa. Y si aixó consedixen les leys, que regulen lo bon viure de tots los mortals, honesto es que, sense oféndre a dingú, natros y consevol atre, faiguém aná los micháns que pugám per a la conservassió de la nostra vida. Sempre que me fico a considerá les nostres acsións de este matí y les ya passades y penso cuáns y quins són los nostres pensaméns, compreng, y vatres igual u podéu compéndre, que cada una de natros tingue temó per nella mateixa; y no me maravillo per naixó, me admiro de que passánmos a totes lo tindre sentimén de dona, no agarrém alguna compensasió de alló que en raó temém. Estém vivín aquí, al meu paréixe, com si vullguérem y tinguérem que sé testigues de cuans cóssos morts se porten a la sepultura, o escoltá si los flares de aquí dins (lo número de ells ya casi ha arribat a cero) cánten los seus ofissis a les hores que toque, o mostrá a consevol que aparégue, per los nostres hábits, la calidat y la cantidat de les nostres miséries. Y, si eixím de aquí, o veém cóssos morts o doléns portats per los carrés, o veém aquells a qui per los seus crímens o maleses la autoridat de les públiques leys ha condenat al exili, burlánse de elles perque van sentí que los seus ejecutós estaben morts o doléns, y en violénsia y fogosidat recórren la siudat, o als merdes y brossa de la nostra siudat sentí que los diuen faquines, y sentí cansonetes deshonestes que mos insulten. Y no sentím mes que «estos están morts», y «tals atres están morínse»; y si ñaguere qui puguere féu, per tot arreu sentiríem doloroses ploreres. Y si a les nostres cases torném, no sé si a vatres com a mí tos passe: yo, de familia numerosa, no vach trobá datra persona an ella mes que a la meua criada, me esglayo y séntigo que me se esturrufen los pels, y me pareix, aon sigue que vach o me quedo, vore la sombra de los que han mort, y no en les cares que solíen tindre, sino en un aspecte horrible, monstruós, no sé aón adquirit, y me espanto. Tan aquí com fora de aquí, y a casa, me trobo mal, y mes ara que me pareix que no ña cap persona que encara tingue pols al señ y puesto aon aná, com tením natros, dingú que se haygue quedat aquí mes que natres. Y hay sentit y vist moltes vegades que si algúns ne queden, aquells, sense fé cap distinsió entre les coses honestes y les que no u són, sol en que les ganes lay demánon, y sols o acompañats, de día o de nit, fan lo que milló sels oferix; y no sol les persones libres sino tamé les tancades als monasteris o convéns, convensudes de que los convé alló, trencades les leys de la obediénsia, se donen a delíssies carnáls, de esta manera pénsen salvás, y se han fet lujurioses, cachondes y depravades. Y si aixina es, com se veu, ¿qué fem aquí natros?, ¿qué esperám?, ¿qué ensomiám? ¿Per qué tením mes perea y som mes lentes per a la nostra salvassió que tots los demés siudadáns? ¿mos reputém de menos valor que tots los demés?, ¿o creém que la nostra vida está lligada en cadenes mes fortes al nostre cos que les de los atres? Estém equivocades, mos engañám, qué tontes som si u creém aixina. Tan com vullguém recordá cuáns y quins han sigut los joves y les dones vensuts y vensudes per esta cruel pestilénsia, tindrém una demostrassió claríssima. Y per naixó, no sé si tos pareixerá a vatres lo que a mí me pareix: yo penso que, aixina com mols u han fet abáns que natros y fan, ixquém de esta terra y anigám a les nostres viles del campo (totes ne tením) y allí tingám festa, alegría y plaé sense traspassá lo límit de lo raonable. Allí se sénten cantá los muixonets, se veuen verdejá los collets y los plans, y les finques plenes de blat, sivada y avena fan oles com lo mar y ñan moltes classes de ábres, y lo sel es mes cla y blau y ubert. Lo sel, per mol enfadat que estigue, no mos negue les seues belleses eternes, que mol mes majes són que los muros de la nostra siudat. Y es allí, ademés, lo aire mes fresquet y puro, y de les coses que són nessessáries a la vida ña allí mes abundánsia, y ñan menos de les que estorben: perque allí, encara que tamé se móriguen los llauradós com aquí los siudadáns, ofén menos, perque ñan menos cases y habitáns que a la siudat. Y aquí, per un atra part, si u vech be, no abandoném a dingú, abáns podém en verdat di que ham sigut abandonades: perque los nostres, o morínse o fugín de la mort, com si no siguérem seues mos han dixat en tanta pena. Cap reproche pot fes a seguí este consell, mentres que lo doló y lo disgust, y potsé la mort, podríen víndremos si no lo seguim. Y per naixó, si tos pareix, en les nostres criades y fénmos seguí de les coses oportunes, avui an este puesto y demá an aquell, la alegría y la festa que an estos tems se pugue crec que estará be que les disfrutém; y que mos estiguém allí hasta que veigam (si primé la mort no mos alcanse) quin final reserve lo sel an estes coses. Y enrecordéuton que no es res roín anámon honestamen cuan gran part de los atres deshonestamen se queden.
Habén escoltat a Pampínea les atres dones, no sol van alabá lo seu raonamén y consell sino que, en dessich de seguíl, habíen ya entre elles escomensat a considerá lo modo de féu, com si al eixecás de aon estaben assentades inmediatamen hagueren de ficás en camí. Pero Filomena, que ere discretíssima, va di:
- Siñores, per mol ben dit que haigue estat lo raonamén de Pampínea, no ham de córre a féu aixina com pareix que voléu. Tos recordo que som totes dones y no ña cap tan chiqueta com per a no sabé cóm se gobernen les dones juntes sense la providénsia de cap home. Som caprichoses, abalotadores y abalotades, desconfiades, temoriques y apocades, coses per les que mol dudo que, si no agarrém un atra guía mes que la nostra, se desfará esta compañía mol pronte y en menos honor per a natros del que siríe menesté: y per naixó bo es péndre providénsies abáns de escomensá.
Va di entonses Elisa:
- En verdat los homes són lo cap de la dona y sense la seua direcsió poques vegades arribe alguna de les nostres obres a un fin loable: pero ¿cóm podém trobá estos homes? Totes sabém que de los nostres están la mayoría morts, y los atres que viuen s´han quedat un aquí y un atre allá, sense que sapigám aón, fugín de alló de lo que natros tamé volém fugí, y lo admití a extrañs no siríe convenién; per lo que, si volém córre detrás de la salut, mos convé trobá lo modo de organisámos de tal manera que allí aon volém trobá gust y repós no trobém disgust y escándol. Mentres les dones estaben en estos raonaméns, entren a la iglesia tres joves, que no u eren tan per a que no tinguere lo menos vintising añs lo mes jove: ni la calidat y perversidat de los tems, ni la pérdua de amics y de paréns, ni la temó habíe pogut extinguí l´amor en ells, ni siquiera arrefredál. A un li díen PánfiloFilostrato lo segón y lo radé Dioneo, tots amables y cortesos; y estaen buscán a les seues dames, que estaben entre les sat nomenades, y les atres eren paréns de algún de ells. Pero primé van arribá ells als ulls de éstes que éstes van sé vistes per nells; per lo que Pampínea, entonses, sonrién va escomensá:

- La fortuna mos es favorable y mos ha ficat dabán an estos joves valerosos que mos farán en gust de guíes y criats.
Neifile, entonses, que se habíe ficat tota roija de vergoña perque ere una de les amades per los joves, va di:
- Pampínea, per Déu, mira lo que dius. Reconeixco que només coses bones poden dis de consevol de ells, y crec que poden oferí bona y honesta compañía no sol a natros sino a datres mol mes hermoses y estimades del que natros som; pero com es cosa manifesta que están enamorats de algunes de les que aquí están, ting temó de que mos seguixquen difamassións y reproches, sense tindre cap culpa ni natros ni ells, si mols emportém en natros.
Va di entonses Filomena:
- Ixo rai; allá aon yo honestamen viga y no me rossego la consiénsia, que parlo qui vullgue en contra: Déu y la verdat agarrarán per mí les armes. Pos, si estigueren disposats a vindre podríem di en verdat, com Pampínea va di, que la fortuna mos es favorable.

Les demés, sentín an estes parlá aixina, de acuerdo van di totes que foren cridats y sels diguere la seua intensió; y los rogaren que vullgueren tíndreles per compañía al viache. Per lo que, sense mes paraules, ficánse de peu Pampínea, que per consanguinidat ere parenta de un de ells, se va atansá cap an ells, que estaben parats com estaquirots miránles y, saludánlos en alegre gesto, los va fé manifesta la seua intensió y los va rogá en nom de totes que en puro y fraternal ánimo vullgueren tíndreles com a compañía. Los joves van creure primé que los fee la burla, pero después van vore que la dama parlabe en serio y van declará alegremen que estaben preparats, y sense mes tardansa, van doná órdens del que s´habíe de fé per a prepará la partida. Y ordenadamen fen prepará totes les coses oportunes y enviades aon ells volíen aná, en son demá de matí, aixó es, en dimecres, al clarejá lo día, les dones en algunes de les seues criades y los tres joves en tres dels seus criats, eixín de la siudat, se van ficá en camí, y no mes de dos milles se habíen alluñat de ella cuan van arribá al puesto primé dessidit. Estabe tal puesto a lo alt de una montañeta, per tot arreu una mica separat dels camíns, ñabíen diferéns arbustos, abrets, ábres y plantes, tots y totes verts y verdes, frondosos y frondoses y agradables de mirá; a la punta del puch ñabíe una masada en un gran y hermós pati al mich, y en galeríes y en sales y en alcobes totes elles bellíssimes y adornades en alegres pintures dignes de sé mirades, en pradets al voltán y en jardíns maravillosos y en pous de aigua fresquíssima y en bodegues plenes de pressiats vins: coses mes apropiades per als bons bebedós que per a les sobries pero no abstémies y honrades dones. La masada, ben agranada y en les alcobes y los llits fets, y plena de cuantes flos se podíen trobá a la estassió, y alfombrada en rames de jungs escampadetes, va ressibí la compañía que arribabe. Y al reunís per primera vegada, va di Dioneo, que mes que cap atre jove ere agradable y ple de ingenio:

- Siñores, la vostra discressió mes que la nostra previssió mos ha guiát aquí; yo no sé qué es lo que intentéu fé als vostres pensaméns: los meus los hay dixát yo a dins de les portes de la siudat cuan en vatres hay eixit de ella, y per naixó o vatres tos disposéu a entretíndretos y a riure y a cantá en mí (tan, dic, com convé a la vostra dignidat) o me donéu llissensia per a que a per los meus pensamens men entorna y me queda an aquella siudat desolada.
A lo que Pampínea, com si s´haguere desfet de tots los seus pensamens, va contestá alegre:
- Dioneo, mol be parles: ham de viure en alegría, pos les tristeses mos han fet fugí. Pero com les coses que no tenen orden no poden durá mol tems, yo que vach sé la inissiadora de los contactes per los que se ha format esta bona compañía, pensán en la continuassió de la nostra alegría, estimo que es de nessessidat triá entre natros an algún com a prinsipal a qui honrém y faigám cas com a superió, pero que tots los seus pensaméns se dirigíxquen a fémos viure alegremen. Y per a que tots próbon lo pes de les preocupassións jun en lo plaé de la autoridat, dic que a cadaú per un día se li dono lo pes y en ell lo honor, y quí sirá lo primé de natros se faigue per elecsió de tots. Los que continuarán, al arrimás la nit, sirán aquell o aquella que vullgue lo Siñó o Siñora del día, y los Siñós, segóns lo seu arbitri, durán lo día del seu señorío, ordenarán lo modo en que ham de viure. 

Estes paraules van agradá y a una veu la van triá com a Reina del primé día, y Filomena, corrén mol depressa cap a un lloré, perque moltes vegades habíe sentit parlá de cuán honor donáe a qui ere en lloré coronat, agarrán algunes rames, va fé una guirnalda o corona ben arreglada y lay va ficá damún de la coroneta. Va sé alló, mentres va durá aquella compañía, manifest signo a tots los demés del Real Señorío y privilegio. Pampínea, feta Reina, va maná que tots callaren, y habén fet ya cridá allí als criats de los tres joves y a les seues criades; y callán tots, va di:

- Per a doná lo primé ejemplo a tots vatros, per a que la nostra compañía en orden y en plaé y sense cap deshonor vixque y duro tan com pugám, nombro primé a Pármeno, criat de Dioneo, lo meu senescal, y an ell encomano lo cuidado y la solissitut per a tota la nostra familia y lo que perteneix al servissi de la sala. Sirisco, criat de Pánfilo, vull que sigue administradó y tessorero y que seguixque les órdens de Pármeno. Tíndaro, al servissi de Filostrato y de los atres dos, que se ocupo de les seues alcobes cuan los atres, ocupats en los seus ofissis, no puguen ocupás. Misia, la meua criada, y Licisca, de Filomena, estarán seguit a la cuina y prepararán les viandes que digue Pármeno. Quimera, de Laureta, y Estratilia, de Fiameta, volém que estiguen pendentes del gobern de les alcobes de les dames y de la llimpiesa de los puestos aon estiguém. Y a tots en general, volém y los ordenám que se guardon, aon sigue que vaiguen, de consevol puesto del que tornon, consevol cosa que séntiguen o veiguen, y de portá de fora cap notíssia que no sigue alegre. -

Y donades estes órdens, eixecánse de peu, va di:
Aquí ñan jardíns, aquí ñan prats, aquí ñan atres puestos mol bons, per los que vaigue cadaú al seu gust a esparsís; y al sentí lo toque de tersia, tots estiguen aquí per a minjá a la fresca.
Despedida, pos, per la ressién Reina, la alegre compañía, los joves y les belles dones, parlán de coses agradables, en pas lento, sen van aná per un jardí fénse hermoses guirnaldes de flos y fulles y cantán amorosamen. Y después de habé passat aixina lo rato que los habíe sigut consedit per la Reina, tornán a la masada, van vore que Pármeno habíe escomensat lo seu ofissi, per lo que, al entrá a una sala de la planta baixa, allí van vore les taules parades en mantels blanquíssims y en tasses que pareixíen de plata, y totes les coses cubertes de flos y de rames de ginesta; per lo que, rentánse tot les máns, com li va apetí a la Reina, segóns lo juissi de Pármeno, tots van aná a assentás. Les viandes delicadamen fetes van arribá y van sé escansiats vins finíssims, y en silénsio los tres criats van serví les taules. Alegrats tots per estes coses, que eren hermoses y ordenades, en plassenté ingenio y en festa van minjá; y eixecades les taules, com totes les dames sabíen ballá los danzes de carola, y tamé los joves, y part de ells tocá y cantá mol be, va maná la Reina que vinguéren los instruméns: y per orden seua, Dioneo va agarrá un laúd y Fiameta una viola, y van escomensá a tocá una dansa suave. Per lo que la Reina, en les atres dames, agarránse de la má en corro en los joves, com si fore una sardana o un ball sardo, en pas lento, enviáts a minjá los criats o sirviéns, van escomensá una carola: y cuan la van acabá, van cantá cansóns amables y alegres. Y aixina van passá tan tems com a la Reina li va pareixe, antes de maná que sen teníen que aná a dormí; donán a tots llisénsia, los tres joves a les seus alcobes, separades de les de les mosses, sen van aná. En los llits ben fets y tot ple de flos com la sala se van trobá. Igualmén les seues les dames, per lo que, despullánse, se van gitá a dormí.
No fée mol que habíe sonat nona cuan la Reina, eixecánse, va fé eixecás a tots los demés, afirmán que ere roín dormí massa de día. Van amorsá be y van passá lo rato, y después sen van aná a un prat aon la herba ere verda y alta y lo sol no podíe entrá ni per cap regata; y allí, aon se sentíe un suave airet, tots se van assentá en corro sobre la verda herba tal com la Reina va volé. Y ella los va di:
- Com veéu, lo sol está alt y la caló ya aprete, y res se sen mes que les chicharres als olivés o les oliveres, per lo que aná ara a consevol puesto siríe sense duda tontería. Aquí estem be y fresquets, y ñan, com veéu, tableros y pésses de ajedrez, y cadaú pot, segóns lo que al seu ánimo li dono mes plaé, chalá. Pero si tos vinguere en gana, podríem contámos cuentos y aixina passaríem esta calenta part del día. Cuan haigáu acabat tots de contá una história cadaú, lo sol ya haurá baixat y haurá menguat la caló, y podríem aná a entretíndemos aon mes gust mos dono; y per naixó, si aixó que hay dit tos agrade (ya que estic disposada a seguí lo vostre gust), fému; y si no tos apetiguere, que faigue cadaú lo que mes li agrado hasta la hora de véspres. Les dones y tots los homes van alabá lo novelá.

- Entonses - va di la Reina - , si tos apetix, an esta primera jornada vull que cadaú parlo del que mes li chauche.
Y girada cap a Pánfilo, que estabe assentat a la seua dreta, amablemen li va di que en una de les seues históries escomensare; y Pánfilo, sentit lo mandato, rápidamen, y sén escoltat per tots, va escomensá aixina:

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