El archivero acomplejado que intentó reescribir la historia de Cataluña para igualarla al Reino de Aragón
Próspero de Bofarull fue uno de los personajes más nefastos para la historiografía catalana.
La pregunta que acompleja al nacionalismo: ¿por qué Cataluña nunca fue un reino, pero Aragón y Valencia sí? (y Mallorca, etc.)

Uno de sus primeros actos fue hacer desaparecer el primer testamento del rey de Aragón Jaime I, datado en el año 1241. No era el único, pues volvió a testamentar en 1243, en 1248 y en 1262. Sin embargo, la importancia del primero se centra en que se establecían los límites de cada reino después de la reconquista que él realizó.
El hecho significativo que disgustaba a Bofarull y al nacionalismo catalán es que Jaime I dio a Cataluña la consideración de un condado feudal y a Aragón, Valencia y Mallorca, la de reinos. Jaime I no hablaba ni de «Corona catalano-aragonesa» ni de «condes-reyes», como se pretendía demostrar, para darle más importancia a un territorio que a otro. Que Cataluña fuera considerada de segundo orden no podía ser: por eso Bofarull hizo desaparecer el testamento.
La repoblación de Valencia
En 1847, el archivero reescribió el Llibre de Repartiment del Regne de València. La manipulación consistió en demostrar que la conquista del Mediterráneo, por la Corona de Aragón, había sido una empresa catalana. Bofarull no transcribió, como puede verse en la fotografía, los nombres de los aragoneses y navarros que habían participado, y aumentó la presencia de catalanes.
La realidad es que no hubo sólo aragoneses y navarros, también encontramos castellanos, franceses, húngaros o ingleses. Todos ellos repoblaron el Reino de Valencia. Bofarull, con estos errores de transcripción, quiso mantener su tesis de que si se hablaba catalán allí en el siglo XIX era gracias al enorme número de catalanes que reconquistaron aquellas tierras.