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domingo, 18 de noviembre de 2018

Abū Zayd

La población del área leridana en 1238 no superaba los 5.000 habitantes, de los cuales un pequeño porcentaje fueron a enseñarles hablar a más de 150.000 valencianos. Claro que sí, guapi.


Reino de Valencia 1238-1707


https://kerchak.com/el-reino-de-valencia-1238-1707/



El reino de Valencia (1238-1707) El imperio almohade entró en descomposición tras la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), ganada por los hispánicos coaligados. Tampoco los almohades habían sabido dar coherencia y efectividad a su dominio. Balansiya, o Valencia, una de las taifas musulmanas de Sarq al Andalus (oriente de Al ándalus) era gobernada por el príncipe Abū Zayd, nieto del fundador del imperio, que no pudo sofocar la insurrección de Ibn Hud de Murcia ( 1228), al que se sometió Alzira y todo el territorio valenciano meridional. Entonces surgió en Valencia un caudillo local, Zayyan, / Saidí - Zaidín ? / nieto de Ibn Mardan /mardá es borrego/, que al frente de los enemigos de los norteafricanos, obligó Abū Zayd a huir a Segorbe y buscar la protección de Jaime I.


Fracasó una contraofensiva de Abū Zayd con el concurso de aristócratas aragoneses, pero sin la ayuda del rey, entonces atareado con la expedición a Mallorca. Abū Zayd / Beseit en chapurriau / se convirtió al cristianismo, se convirtió en un señor feudal aragonés y cedió sus derechos al obispo de Segorbe. El susodicho Ibn Hud de Murcia, valiente y fanático antialmohade que llegó a dominar casi todo 
Al Andalus, atacó la ciudad de Valencia dominada por Zayyan, pero tuvo que levantar el cerco cuando el rey de León Ferran II apoderó de Mérida Badajoz. Zayyan, atrevido, aprovechando la estancia en Mallorca de Jaime I, atacó Ulldecona, pero infructuosamente.



taifas, Aragón, Valencia

Jaime I inició formalmente la conquista de Valencia con la toma de Burriana en 1233 (en aquel tiempo el término de Burriana comprendía los actuales de Burriana, Villarreal y Les Alqueries).
Zayyan, encerrado dentro de las murallas de Valencia, no osaba hacer frente a las incursiones de Jaime I, el cual en 1236 se apoderó del Puig, la posición clave septentrional de Valencia.
Zayyan intentó recuperarla pero fue derrotado el 1237.
Entonces Jaime I puso sitio a la ciudad de Valencia, y Zayyan pidió socorro a Abū Zakariya, reyezuelo de Túnez, que le envió doce galeras, las cuales sin embargo, no desembarcaron. Zayyan, entonces, entregó la ciudad a Jaime I el 28 de septiembre de 1238. Después de la muerte de Ibn Hud, los murcianos, insatisfechos con sus sucesores, llamaron Zayyan, el destronado reyezuelo de Valencia que se había instalado en Dénia, el que los gobernó sólo ocho meses (1.239), por cuanto fue reinstaurada en Murcia la dinastía los Banu Hud. Sin embargo, en 1243 el reyezuelo murciano aceptaba el protectorado que le ofrecía el rey de Castilla, aunque fue necesario que los castellanos se ampara por la fuerza de la mayoría de los castillos de Murcia. El trato duro de los castellanos provocó la sublevación de los moros murcianos, que fueron dominados por Jaime I (1266). Las autoridades y la población musulmanas de las localidades murcianas fueron sustituidas por castellanos, excepto Crevillente, que permaneció con su población y organización sarracena intacta, gobernada por su rayos Ibn Hudayr, hasta la integración del territorio en el Reino de Valencia por Jaime II en 1296, confirmada el 1304. Crevillente constituyó un enclave de señoría musulmana en tierra de cristianos, la autonomía del que fue respetada hasta en 1317.

entrada, Jaime I, Jaume I, Valencia, València, Balansiya

La conquista de las tierras valencianas, sin embargo, comenzó de forma casual con el inesperado éxito de Blasco de Alagón en Ares y Morella, al final del 1232 que obligó Jaime I -hasta entonces ocupado con Mallorca- a interesarse en los posibles acontecimientos bélicos que se produjeran y aun encabezar los mismos. La reunión de Alcañiz del comienzo del 1233, que reunió el rey, el maestro del Hospital, Hugo de Forcalquier y Blasco de Alagón comportó por primera vez la planificación oficial de la conquista, que fue proyectada en tres etapas. La primera, tras la cesión de los derechos adquiridos por Blasco de Alagón, se centró completar la expansión militar de la región castellonense: toma de Burriana (1233), Peñíscola, Xivert, Cervera, Pulpis, Castellón, Borriol, las Cuevas de Vinromà, Vilafamés, etc, salvo algunos núcleos aislados de la agreste sierra de Espadán. La convocatoria de cortes a catalanes y aragoneses en Monzón en 1236 y la concesión de la bula de la cruzada por parte del papa Gregorio IX en 1237 inició la segunda fase, que tuvo por objeto la toma de la ciudad de Valencia (1238) y de la llanura valenciana hasta las inmediaciones del Júcar. Finalmente, después de una tregua con los musulmanes, que el rey aprovechó para la puesta en marcha del nuevo reino. En 1243-45 Jaime I puso fin a la conquista hasta los límites que los anteriores tratados con Castilla de Tudillén y de Cazola le habían impuesto, ratificados de nuevo a Almizra (1244).

Llibre dels fets

La falta de repobladores para ocupar todo el Reino, además de los compromisos contraídos de no expulsión de los musulmanes, obligó al rey a ceder la mayor parte del ámbito rural a los señores conquistadores, lo que motivó el origen del latifundio continental. Una serie de factores que arrancan de los mismos días de la conquista modelaron, por tanto, una gran parte de la historia del Reino de Valencia, caracterizada por la demografía (con una triple influencia, de elementos cristianos aún en minoría catalanoaragonesa, de una amplia masa musulmana vasalla y de una potente minoría semita), por la economía (predominio de la agricultura extensiva, continental, seguida de cultivos hortícolas litorales, muy pronto comercializados en el exterior con la creación del Consulado de Mar el 1283) y por el derecho, con la aplicación de diferentes cartas de poblamiento.

Jaume I


La primera etapa conquistadora fue llevada a cabo mayoritariamente por la nobleza aragonesa y para caballeros fronterizos de Aragón, que concedieron cartas puebla a fuero de Zaragoza fuero de Aragón. En 1240 el rey promulgó la Costumbre de Valencia, con el propósito de aplicarlo en todo el reino, y en 1261 fue incluido en la redacción de los Fueros de Valencia, que compitieron con la legislación aragonesa.
Pedro II, 1196, occitano, aragonés
Pedro II, 1196, occitano, aragonés

Sin embargo, al compás de la ampliación del código valenciano se iba registrando una oposición más y más grande por parte de los señores con posesiones al reino que querían asegurarse el predominio jurídico y también el social y económico. Así, la gran nobleza, radicada en Aragón o establecida en Valencia pero coaligada en una liga opuesta al poder real -la Unión-, obtuvo ciertos éxitos en aprovechar la delicada situación de Pedro el Grande, derivada de su intervención en Sicilia (1282). 

En la corte de Zaragoza del 1283, el rey juró todos los privilegios del reino de Aragón y los hizo extensivos a todos aquellos que quisieran observar el Fuero de Aragón en el Reino de Valencia. No fue hasta el reinado de Alfonso III (1327-36) que se adoptó una solución intermedia al problema foral que finalmente favoreció la nobleza y trajo como consecuencia la creación de un importante régimen señorial en Valencia.
El verdadero conflicto de las Uniones estalló en forma bélica en el reinado de Pedro III, tomando como pretexto el propósito antiforal del rey de nombrar como heredera a su hija Constanza en perjuicio de su hermano y de sus hermanastros, ambos hijos de Leonor de Castilla. La reacción de los afectados cristalizó finalmente en la reactualización de la Unión aragonesa y en la aparición de una nueva Unión: la valenciana. Pero después de los acontecimientos de la primavera de 1348, en que el rey quedó en Valencia humillado a merced de los sublevados, Pedro III huyó en Teruel, donde organizó las tropas realistas. Habiendo conseguido estas la victoria sobre la Unión, la represión, además de las incautaciones económicas, se caracterizó por su crueldad.
El fracaso de la Unión significó el fracaso de las posibilidades pre-burguesas del Reino de Valencia a mediados del s XIV y la consolidación aún más fuerte de la causa nobiliaria. Esto explicaría en parte la alianza de los reinos de Valencia y
Aragón frente al Principado en la coyuntura del compromiso de Caspe.

domingo, 14 de enero de 2018

Julián Segarra Esbrí, Chert

En el Maestrazgo hablamos un dialecto que siendo conocido con el nombre de valenciano realmente se aparta de la lingüística oficial y aunque con el tiempo se conseguirá su unificación, tiene unos rasgos característicos por los que a menos de cincuenta kilómetros nos delatan y entre el rico refranero hay uno que dice: "Lo qu'es dona car se ven, si no es bestia qui-hu pren" que para el lector de lengua castellana viene a significar que los regalos siempre se pagan caros y si elegí esta presentación, es porque el valor dado a las cosas siempre está basado en el precio, especialmente cuando valoramos lo que no necesitamos, tal vez porque recordemos al Arcipreste de Hita "quien no da dineros, no es de sí señor" o a Francisco de Quevedo y Villegas "poderoso caballero es don dinero", lo cierto es que la publicidad, el marketing y la competitividad, nos han confundido hasta el punto de no saber distinguir lo superfluo de lo necesario y en consecuencia, siempre valoramos las cosas por el precio, incluso los regalos.

Licores Segarra, valensiá, valenciano, valencià
Licores Segarra, Chert, Xert, Castelló, Castellón, Comunidad Valenciana

Para conocer el origen del Maestrazgo (al preu que siga) al precio que sea, solo deberemos acudir a los libros de historia y remontarnos allá por el año de 1095 cuando el Papa Urbano II promovía la formación de un ejército internacional que acudiría en ayuda de los cristianos de oriente y rescataría los Santos Lugares del dominio musulmán y aunque no realizaron guerras de conquistas sino empresas místicas y caballerescas, durante más de tres siglos propiciarán el establecimiento de lazos culturales y comerciales entre oriente y occidente porque su nacimiento, estuvo vinculado a las Cruzadas, un fenómeno de raíz religiosa y eclesiástica creado ante la amenaza que representaban para el Imperio Bizantino las incursiones de los turcos.
  
La Orden de San Juan del Hospital nace alrededor de 1048 cuando unos mercaderes de Amalfi fundaron en Jerusalén un hospital bajo la advocación de San Juan el Limosnero. Posteriormente, desde 1120 a 1160 tuvo que adoptar una organización militar para defender y proteger a los peregrinos con la finalidad de velar por la seguridad de quienes iban a los Santos Lugares y promovida por Godofredo de Saint-Omer y Hugo de Payens, nace en 1118 en Jerusalén la Orden del Templo como una agrupación de caballeros, aunque será suprimida en 1312 por el Papa Clemente V.
  
El conflicto permanente entre cristianos y musulmanes en la península Ibérica con la Reconquista y durante el transcurso del siglo XII, propicia la creación en los Reinos de Castilla y León de algunas órdenes militares encargadas de defender la frontera del Islam y su presencia en los reinos cristianos se debió a importantes donaciones, especialmente en la Corona de Aragón. De todas la órdenes militares creadas, sólo cuatro tuvieron importancia relevante en la península Ibérica, a saber: Calatrava, Alcántara, Santiago y Montesa.

La Orden Militar de Calatrava fue fundada en 1158 por el abad cisterciense Raimundo de Fitero para defender a la villa de Calatrava asediada por los almohades, destacando su participación el 16 de julio de 1212 en la batalla de las Navas de Tolosa y fue aprobada por el Papa Alejandro III en 1164. Adoptó la regla de San Benito y Constituciones del Císter, pero durante el reinado de los Reyes Católicos tuvieron que ceder el Maestrazgo a la Corona porque en 1487 muere el Gran Maestre de la Orden de Calatrava Frey don García López de Padilla y los Reyes Católicos interceden ante S.S. el Papa Inocencio VII para solicitar autorización como administradores de la Orden, concedida mediante Bula de 1488.
  
La Orden Militar de Santiago fue fundada en 1161 en el Reino de León con el beneplácito de una docena de caballeros leoneses que decidieron unirse para defender a los peregrinos de Santiago y guardar las fronteras de Extremadura. Su fundador fue Pedro Fernández de Fuentecalada y al existir desavenencias años más tarde entre don Alonso de Cárdenas y don Rodrigo Manrique por hacerse con el Maestrazgo de Santiago, este maestrazgo también fue incorporado a la Corona durante el reinado de los Reyes Católicos.

La Orden Militar de Alcántara fue fundada en 1156 por varios caballeros de Salamanca como Cofradía de Armas, a cuyo frente estaba don Suero Fernández Barrientos y fue confirmada por el Papa Alejandro III en calidad de orden de caballería. Adoptó la regla del Cister pero, en 1546 se autorizó el casamiento de los caballeros que sustituyeron el voto de castidad por el de defender el dogma de la Inmaculada Concepción. Participó activamente en la toma de Castilla de Almeida, la Ciudad de Trujillo, la de Valencia de Alcántara y las plazas de Magacele y Zalamea, así como en la toma de Granada y curiosamente, en la Orden de Alcántara, también hubieron luchas internas entre don Juan de Zúñiga y don Alonso de Monroy por el maestrazgo, propiciando su desaparición.

La Orden de San Jorge fue fundada en 1201 bajo la regla de San Agustín por el rey Pedro II de Aragón, Cataluña y Occitania, hermano de Alfonso de Provenza y padre de Jaime I, con el título de Orden de San Jorge en agradecimiento a su santo patrón porque le había dado protección en la guerra contra los sarracenos, a la que se añadiría "de Alfama" por el señorío que le dio en El Perelló al norte de la desembocadura del río Ebro cerca de la villa de Tortosa. Sus caballeros debían defender la costa desde Oropesa del Mar hasta el Coll de Balaguer contra los ataques berberíscos y ayudaron a la conquista a los musulmanes de Castielfabib y Ademuz, participaron en la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212 contra el califa almohade Muhammad An-Nasir, al solicitar refuerzos el rey castellano Alfonso VIII y formaron parte en la conquista de las islas Baleares con Jaime I, pero, obligada tanto a combatir con el rey que la había creado que a su vez deseaba la amistad de los nobles de Languedoc y un Papa en contra de los cátaros, los occitanos se enfrentaron a los francos dirigidos por Simón de Montfort a las puertas de Muret el 12 de septiembre de 1212 y Pedro II resultó muerto, con lo que toda Occitania quedó en manos de los cruzados obligando a que la Orden de San Jorge prácticamente dejara de existir hasta que Martín I de Aragón "el Humano" pensó en unir la Orden de San Jorge de Alfama con la Orden de Montesa por el estado ruinoso de sus agotadas rentas que presentaba su Maestre don Francisco Ripollés en 1399 y que renunciaba a sus derechos en favor de Frey don Berenguer March Maestre de Montesa  El Papa Luna Benedicto XIII dio su aprobación y la nueva situación aportó en principio autonomía propia a los miembros procedentes de la Orden de San Jorge de Alfama, hasta que por fin, quedó absorbida de manera completa en la poderosa Orden de Montesa por Bula de 24 de enero del año 1400 dando origen al nacimiento de la Orden Militar de Santa María de Montesa, de ahí el color rojo de la cruz, ya que después de la desaparición de la Orden del Temple, el rey Jaime II de Aragón decidió tener una Orden Militar como tenían los reyes de Castilla, enviando al noble valenciano don Vidal de Vilanova a parlamentar con el Papa Clemente V con la pretensión de crear una nueva Orden con los bienes de los Templarios y de los Hospitalarios del Reino de Valencia pero no hubo acuerdo, aunque su sucesor papal Juan XXII, el 10 de junio de 1317 y ante la nueva embajada real aragonesa, accede promulgando la Bula "Pía Matris Eclesia cura, de fidelium salute solicita" para la Orden Militar de Santa María de Montesa. La orden papal faculta a Frey Pere Alegre, Abad del monasterio de Santes Creus para elegir el primer Gran Maestre de Santa María de Montesa que en la capilla de Santa Agueda del palacio real de Barcelona, ante el Rey Jaime II, el Obispo de la Ciudad, los Abades cistercienses de Santes Creus, Valdigna y Benifasá, caballeros de las Ordenes de la Merced, de San Juan del Hospital, San Jorge de Alfama y Frey don Gonzalo Gómez comendador de Alcañiz con plenos poderes del Maestre de Calatrava se imponía el 22 de julio de 1319 el hábito de la nueva Orden a don Galcerán de Bellerra, a don Erimau de Eroles y a don Guillem de Eril, que será nombrado el primer Gran Maestre de la Orden de Santa María de Montesa pero que fallece en Peñíscola el día 4 de octubre de 1319 y por ello, el 27 de febrero de 1320 Frey Arnau Soler será elegido sucesor como Gran Maestre.

Para comprender la situación histórica en las tierras del sur del delta del río Ebro hay que remontarse a los tiempos de la fallida conquista de Peñíscola en 1225 y de las Islas Baleares desde 1229 hasta 1231 recordando la decisiva colaboración y fidelidad del noble don Blasco de Alagón, a quien el Rey don Jaime I nombrará lugarteniente para empezar el sitio a la ciudad de Morella, plaza fortificada cabeza en territorio musulmán valenciano que se rinden el día 7 de enero de 1232, día de San Julián mártir, ante las tropas cristianas al mando de don Blasco de Alagón y como el Rey Jaime I envió sus efectivos militares aragoneses de Teruel a Ares, consiguió su conquista en día 8 de enero de 1232. Pero para proseguir la reconquista, precisa de más efectivos militares y el rey Jaime I se desplaza hacia el desierto de Alfama, a unas cinco leguas de Tortosa atravesando el Barranco de Givalcolla y llegando a Ca'n Roig para pernoctar en un lugar seco y árido junto a la Rambla Cervera con unas torres de vigilancia sin valor estratégico y que sus escasos vecinos no opusieron resistencia a su llegada continuando camino hacia el poblado de la Barcella al que concedió carta de población su abuelo Alfonso II en 1192. El número de monjes hospitalarios de La Barcella unidos a sus fieles efectivos militares era insuficiente como para afrontar de nuevo la conquista de Peñíscola y sabiendo que si lo intentaba otra vez sus moradores se replegarían en su fortaleza como ya lo hicieron en 1225 y se resistirían en su ciudad amurallada del mar, abandonó el lugar de La Barcella hacia Tortosa en los límites territoriales bajo el dominio sarraceno para despachar con el Gran Maestre Frey Guillem de Cardona de la Orden de San Jorge de Alfama recordemos fundada por su padre Pedro II de Aragón el 24 de septiembre de 1201, de cuya nobleza y valentía se había hecho hacedor en la conquista de Mallorca junto al rey Jaime I.

Con un cambio de estrategia militar, el día 16 de julio de 1233 el rey Jaime I y tras dos meses de asedio, tomará Burriana y aislando los castillos árabes del sur del delta del río Ebro al cortar el nexo de unión con Valencia, el enclave marítimo-rocoso de Peñíscola se entrega sin lucha por capitulación en octubre del mismo año, aunque bajo los pactos que respetan las leyes y costumbres sarracenas por la imposibilidad de inmediato repoblamiento cristiano, haciendo su entrada el 22 de septiembre de 1234. El 28 de enero de 1251 les otorgará Carta Puebla, pero desposeerá a los árabes peñiscolanos de todas sus propiedades y bienes entregándoselos a los nuevos pobladores cristianos. A partir de ahora, la organización territorial del sur del delta del río Ebro, está condicionada por los compromisos anteriores de los monarcas aragoneses con los nobles y las órdenes militares del Hospital y del Temple, los Hospitalarios, con el Castillo de Cervera y todos sus territorios de la Bailía de Cervera de la Frontera, el Temple con los castillos de Chivert (1234), Polpis (1286), Peñíscola, Coves y Ares (1294) y Culla (1303), don Blasco de Alagón en Morella de 1232 a 1250 y posterior dominio real y la Tinença de Benifassà que está bajo el dominio del monasterio cisterciense del mismo nombre.

La conquista del entonces territorio árabe al sur del delta del río Ebro conseguida por Jaime I de 1232 a 1245 fue la consecuencia natural de los esfuerzos políticos y guerreros de los reyes predecesores pero para llevar a cabo la conquista en la zona norte castellonense, precisó pactar con prelados, órdenes militares, ricos hombres y caballeros, quienes le ayudaron a cambio de un reparto de las tierras conquistadas a los moros. La colaboración hospitalaria vino de la mano de Hugo de Follalquer, castellán hospitalario de la Orden en Amposta y de este modo, el Hospital quedaría señor del castillo de Cervera tomado a los sarracenos pero como el maestre del Temple Ramón Patot también pretende ser merecedor de la donación y unos pocos días después se rendirán los castillos de Chivert y Pulpis, tanto el monarca, como los maestres o castellanes de las órdenes militares, aceptan con el acuerdo de reparto de las tierras del castillo de Cervera, con todas sus pertenencias para la Encomienda hospitalaria de Cervera de la Frontera, origen del histórico bailío y por anteriores privilegios, el dominio de los castillos de Chivert, Pulpis y Culla para los Templarios que, en tratado realizado por Jaime II con la Orden en 1294, se concedían además el castillo de Peñíscola, el de Ares y el de Cuevas de Vinromá, con todos sus términos y pertenencias.

El 17 de junio de 1237 se otorga carta puebla a San Mateo de Las Fuentes (Sant Mateu) según usos y costumbres de Lleida a favor de Guillem Forner, Pere Clarigues, Guillem Colom y otros hombres libres, pero el día 24 de septiembre de 1274, Frey Berenguer de Almenara otorga la segunda carta puebla a la población de San Mateo de Las Fuentes (Sant Mateu) ahora de acuerdo con los usos y costumbres de Valencia, lo que propiciará nazca como residencia del Gran Maestre de la Orden.

Como consecuencia de esta reconquista, las tierras del sur del delta del río Ebro en la actual provincia de Castellón quedó parcelado en un mosaico de castillos con las jurisdicciones heredadas de los árabes, su carácter geográfico, factores humanos y culturales.
El castillo de Ares con Ares del Maestre (Ares del Maestrat) que en 1294 pasará a la orden del Temple.
El castillo de Cuevas de Vinromá (Les Coves de Vinromá o Les Coves d'Avinromà) con Albocácer (Albocásser), Salsadella (Salzedella), Sarratella (Serratella), Tirig, Torre Endoménech (Torre d 'en Domenech o La Torre dels Domenges), Villanueva de Alcolea (Vilanova d' Alcolea). Aunque en 1235 pasó a posesión de don Blasco de Alagón y a su muerte en 1243 es donado a la orden de Calatrava, en 1275 sería de Artal de Alagón por cambio con la Orden, en 1293 pertenecería a la Corona y al año siguiente pasaría a los Templarios. Dentro de este castillo se incluía a Sierra Engarcerán (La Serra dEn Galceran), aunque este municipio nunca se incorporará a la Orden de Montesa.
El Castillo de Culla con Adzaneta (Atzeneta) Benafigos, Molinell (hoy desaparecido), Torre Embesora (Torre d'En Besora) , Villar de Canes (Vilar de Cans), Vistabella del Maestrazgo (Vistabella del Maestrat), Benasal (Benassal), fue donado a los Templarios por Pedro II en 1213. Reconquistado por Jaime I en 1234, pasará a don Blasco de Alagón en 1235, luego a su hija Constanza, casada con Guillén de Anglesola y después al hijo de éstos que lo conservaría hasta 1303 para después pasar a la Orden del Temple.
El Castillo de Cervera con San Mateo (Sant Mateu), Chert (Xert) (con las tierras del Molinar y Barçella), La Jana (Con Carrascal,  hoy desparecido), Traiguera (que incluía los actuales términos de San Jorge, Sant Jordi del Maestrat, antes Mas dels Estellers y San Rafael del Río, Sant Rafel del Maestrat o Sant Rafel del Riu), Canet (Canet lo Roig), Cálig (Cálig de La Torre) y Rosell. Se incorpora a los Hospitalarios tras un pleito con el convento de Benifasar siendo donado por Ramón Berenguer IV a la Orden. Esta entrega es confirmada por Alfonso, II en 1171, por Pedro II en 1208 y por Jaime I en 1233 al tomar posesión Hugo de Follalquer, maestre o castellán del Hospital.
El Castillo de Peñíscola (Paníscola, Peníscola, Penyiscola, Península), Benicarló, Vinaroz (Vinarós), Irta o Hirta (hoy desaparecido). Conquistado por Jaime I en 1233, pasó a Guillén II de Moncada, volviendo al poder real, en 1289 es señorío de Artal de Alagón, en 1293 Jaime II lo incorpora a la Corona para el año siguiente donarlo al Temple.
El Castillo de Pulpis con Santa Magdalena de Pulpis (Santa Magdalena de Polpís), concedido en 1189 por Alfonso II a los Templarios y tras la conquista de Peñíscola fue donado a la Orden de Calatrava en 1244, para después pasar a los Templarios en 1286.
El Castillo de Chivert con Alcalá de Chivert (Alcalá de Xivert) y Alcocebre (Alcossebre), donado por Alfonso II en 1169 a los Templarios, por Jaime I en 1225 a Rodrigo Ximénez de Luesia y en 1233 vuelve a la Orden del Temple.

Recordemos que la Orden Militar de Santa María de Montesa fue instituida durante el reinado de don Jaime II de Aragón y aprobada por el papa Juan XXII el 10 de junio en 1317 por bula "Ad Fructus Uberis" con el objetivo combatir a los musulmanes que invadían con frecuencia las costas valencianas, siendo nombrado su primer Maestre don Guillén de Eril descendiente de don Berenguer Roger de Eril uno de los "Nueve de la Fama" y aunque era un hombre de noble cuna y además con gran experiencia en las artes militares, por su avanzada edad falleció setenta días después de su nombramiento.
 
 Cuando los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel deciden recuperar para la Corona el Reino de Granada, los caballeros montesanos colaboraran enfrentándose peligrosamente y logrando conquistar Vera, no en vano la ciudad ostenta en su escudo la siguiente leyenda: "Quien aquí ve a esta ciudad, en este llano formada, fue ponerle freno al turco y una llave a toda España" y posteriormente también batallaron en Muxacar cerca de Cartagena, la antigua Cartago Nova fundada por el cartaginés Asdrúbal y en la ciudad de Baza en la que los caballeros montesanos libraron una gran y desigual batalla contra los moros con desastroso resultado al ser derrotados y su Gran Maestre don Felipe de Aragón y Navarra sobrino del rey Fernando "El Católico" muerto a los treinta y dos años de un arcabuzazo disparado a poca distancia.

Al extinguirse la Orden de los Templarios en 1311, se pidió sin éxito la cesión de todas las rentas que estos tenían en territorio peninsular y fue cuando se estableció como casa principal para este maestrazgo en la Villa de Montesa en manos de los templarios pero con el pretexto de fortalecer el Reino, los Reyes Católicos albergaron la posibilidad de eliminar el poder de las Ordenes Militares de su territorio y consiguieron incorporar a la Corona la Orden de Calatrava en 1488, la Orden de Santiago en 1494 y la de Alcántara en 1499. Con todo ello, solo continuaba vigente en la península Ibérica junto al Reino de España, la Orden de Santa María de Montesa pero, el 1492 llegaba a la sede papal don Rodrigo de Borja Llançol con el nombre de Alejandro VI, hijo de Jofré de Borja i Escrivà y de Isabel de Borja i Llançol, hermana de Alfonso de Borja, obispo de Valencia y anterior papa Calixto III y hasta su muerte en Roma el 18 de agosto 1503, el criterio del papa valenciano de Játiva, población junto a Enguera que tiene en su partido judicial al pueblo de Montesa, es discordante con el de doña Isabel y don Fernando en España, por ello "El Maestrazgo", no se incorporará a la Corona hasta 1587 durante el reinado de su biznieto Felipe II.

Son poderosas e inverosímiles razones las que intervienen inexplicablemente en el curso de la historia pero, entiendo la necesidad de hacer un inciso en la genética humana para comprender su evolución. Los genes juegan también un papel clave en lo que ocurre con el ácido úrico cuando alcanza las articulaciones ya que los cristales de urato, aunque por sí son casi inofensivos, lo que atormenta a quien padece gota es la batalla inmunológica que se libra en las articulaciones cuando las células del sistema inmune reconocen que entre un hueso y otro hay depositado ácido úrico. Cuando los valores son normales, ya que la inmensa mayoría de las personas con ácido úrico elevado, no tienen jamás gota, las personas que realizan mucha actividad física, su cuerpo reacciona produciendo sudoración y expelen rápidamente los residuos de la actividad celular por los poros de la piel, pero cuando la vida es más sedentaria, la eliminación debe hacerse por las vías naturales de la heces y la orina e incluso, quienes han padecido traumatismos importantes en la zona lumbar por razones de trabajo, pueden sufrir una menor capacidad de eliminación de purinas y en consecuencia, se elevan los niveles de ácido úrico por encima de lo soportable por su cuerpo.

Puede ocurrir y de hecho ocurre que algunas en personas, el ácido úrico lo tienen alto sin comer carne, ni marisco y muy poco pescado y tal vez sea una consecuencia por no comer estos alimentos siguiendo las pautas nutricionales recomendadas y cumplidas a rajatabla según el criterio médico al mantener los niveles del ácido úrico disparado con tensión arterial normal y sin comer apenas proteínas animales.

Cuando se tienen los aumentos del nivel de ácido úrico en sangre tras un ayuno por necesidad de hacer un análisis de sangre, posiblemente su origen sea consecuencia del consumo de fructosa que puede acentuarse significativamente en las personas con la edad o por el sobrepeso. Esto sucede porque la absorción y posterior metabolismo de la fructosa no está limitada por ninguna hormona que envíe una señal de saciedad al cerebro. Toda la fructosa que se consuma, va a ser transportada al hígado y se absorbe en presencia de la fosfofructoquinasa-C que también conduce a una mayor producción de ácido úrico a través de la vía de degradación de las purinas, lo que nos lleva indirectamente a contribuir a crear y acumular grasas en el hígado, generando al mismo tiempo oxidantes mitocondriales y aunque el ácido úrico es un potente antioxidante, los niveles elevados pueden estar asociados con un aumento del estrés oxidativo, aunque aún no se ha estudiado en profundidad su influencia en el contexto de las enfermedades metabólicas. La fructosa incrementa la grasa visceral y provoca una respuesta inflamatoria que altera la correcta señalización de la insulina en el hígado aumentando los niveles de lípidos hepáticos.

Si existe resistencia a la insulina en las células del hígado y se mantiene el consumo de fructosa, provocamos la creación de más grasas (triglicéridos y de tipo apoB) que necesitan ser transportadas, lo que aumenta el VLDL o lipoproteína de muy baja densidad hecha de colesterol y por ello, es habitual que ambos niveles a la vez estén altos. En la metabolización de la fructosa a fructosa-1-P, se convierte el vector ATP en adenosina monofosfato (AMP) y fosfato inorgánico. La degradación del AMP es un eficaz activador de la adenilato desaminasa, que contribuye a la formación de inosina convirtiéndose en hipoxantina y ácido úrico y a pesar que el aumento de ácido úrico puede provocar gota, no es ni de lejos la peor consecuencia, ya que el aumento inducido por la fructosa tiene más efectos indeseables como es el acumular grasa en el hígado, además de triglicéridos altos, estrés oxidativo, resistencia a la insulina, hígado graso, aumento de presión arterial, aumento de peso, aumento de grasa visceral de muy difícil solución por la complejidad del organismo humano y nuestra poca sapiencia.
 
Pero en el pueblo de Traiguera, dentro del Maestrazgo, hay un santuario dedicado a la advocación mariana de Nuestra Señora la Virgen de la Fuente de la Salud y este lugar tiene el calificativo de Real Santuario porque en él pasaba largas temporadas nuestro monarca el rey Felipe II cuya primera vez que sintió un agudo dolor en su mano derecha fue a mediados de abril de 1568 y durante varios días la mano se le hinchó y enrojeció de una forma evidente por mucho que fuera el hombre más poderoso de la tierra y aunque cuentan que sufrió esta dolencia hasta su fallecimiento a los 71 años en un estado lamentable víctima de una patología cruel que deberá soportar doloroso y atormentado durante 30 años, no es comprensible por el amante de las plantas medicinales.
 
Esta enfermedad milenaria que en los libros de texto recibió indebidamente el calificativo de enfermedad de reyes, era familiar en el caso del Rey de España puesto que también la padecía el emperador Maximiliano de Austria, primo del monarca español y fue frecuente entre los emperadores romanos, como también la sufrió el rey británico Enrique VIII o el mismo Benjamín Franklin entre otros personajes.
 
Como quiera que no deja de ser anecdótico que el rey más poderoso del mundo en cuyos dominios nunca se pone el Sol tenga que padecer su convalecencia en un territorio fuera de su jurisdicción, he sentido la necesidad de visitar los alrededores del Santuario de este vecino pueblo en búsqueda de la razón de la mano de la madre naturaleza y en colaboración con mi amigo Miguel, localizar y encontrar la planta que permite neutralizar los efectos de esta dolencia y motivo por la cual nuestro monarca pasó largas temporadas de su vida en esta tierra del Maestrazgo cuyo Gran Maestre era a la sazón Frey Pedro Luis Garcerán de Borja y Castro y Pinós, marqués de Navarrés y decimocuarto y último Gran Maestre de la Orden de Montesa, hijo del tercer Duque de Gandía Juan de Borja y Enríquez de Luna y de su segunda esposa Francisca de Castro y Pinós que, a su vez, era hija del vizconde de Evol, lo que le convertía en hermanastro de San Francisco de Borja.
 
Cuando fue elegido Gran Maestre en 1545 a los diecisiete años ya era comendador por especial licencia papal aunque bien es cierto que en su elección hubo mucha discordia porque una fracción de la Orden eligió a frey Onofre Gerau Bou para este cargo, lo que le propició un contencioso que duró un año, pero se resolvió en favor de Frey Pedro Luis Garcerán de Borja por el papa Pablo III que había accedido a la Santa Sede con una veloz carrera eclesiástica ya que comenzó sin ser sacerdote y aunque se ordenó en 1519, el 20 de septiembre de 1493 fue nombrado cardenal con el título de San Cosme y San Damián por el papa Alejandro VI Rodrigo de Borja que era amante de su hermana Julia Farnesio.

Frey Pedro Luis Garcerán de Borja contrajo matrimonio en 1558 con la noble portuguesa doña Leonor Manuel dama de la infanta de Portugal, aprovechándose de la dispensa que el Papa había concedido a la Orden de Calatrava en 1540 lo que le valió de mucha controversia y división sobre la validez de este matrimonio habida cuenta del voto de castidad que contraían los Caballeros de Montesa al ingresar en la Orden. Esta disputa causó divisiones y no llegó a resolverse hasta el capítulo general de 1583 pero en 1572, un tribunal de la Inquisición de Valencia condenó a Pedro Luis Garcerán de Borja por un escandaloso proceso por sodomía.

Antes de ser ejecutado en 1574 Martín de Castro, un rufián dedicado a la prostitución y el proxenetismo tanto de mujeres como de hombres y que fue sorprendido en la cama con el conde Juan II de Ribagorza, delató a Pedro Luis Garcerán de Borja acusándolo de haber sido su enamorado y explicando todo tipo de detalles, lo que unido a una la crisis interna de la Orden de Santa María de Montesa dividida en facciones por las enemistades creadas al promocionar a sus favoritos, fue aprovechado por Felipe II que al ser consultado por la Inquisición sobre la conveniencia del juicio, decidió emplear el proceso para dar una lección a la nobleza contrarrestando la alianza de los Borja con la familia real portuguesa, de tal suerte que Pedro Luis Garcerán de Borja fue condenado a 10 años de reclusión en el Convento de Montesa y a pagar una multa de 6000 ducados, a razón de 1000 por año.

Pedro Luis Garcerán de Borja en 1583, después de unas disputas internas por la sucesión del Gran Maestre en la Orden relacionadas en particular con su octavo hijo don Juan, que era comendador mayor a sus 23 años y a quien había prometido el Maestrazgo con gran oposición interna en la Orden al declarar esta intención en el capítulo de 1583, resolvió negociar la entrega del Maestrazgo de Santa María de Montesa al rey Felipe II de quien fue valiente y leal servidor, obteniendo del Papa Sixto V el permiso necesario para recibirla en una bula del 15 de marzo de 1587. Así quedó incorporada a la Corona del Reino de España la última Orden que se mantenía independiente en la península Ibérica pero a cambio de que Frey Pedro Luis Garcerán de Borja y Castro y Pinós obtuviese como recompensa la Encomienda Mayor de Calatrava y en 1591 el Virreinato de Cataluña hasta su defunción en Barcelona el 20 de marzo de 1592 y en consecuencia, las tierras del sur del delta de río Ebro en donde el monarca más poderoso de la tierra pasaba largas temporadas por su convalecencia, eran conocidas en la Corte como El Maestrazgo y por evidencia, sus vecinos fueron los últimos españoles en unirse al Reino de España un siglo más tarde, aunque los monarcas sucesores delegaron la administración directa de los bienes montesianos hasta 1784 en el Lugarteniente General o Gobernador afincado en San Mateo de Las Fuentes. El Lugarteniente General quedaba como superior jerárquico de las posesiones de la Orden y como Delegado Real. Se le consideraba como un Virrey en los pueblos de la Orden y era recibido bajo palio con volteo general de campanas. El cargo era de nombramiento real, siendo el último gobernador Garcés de Marcilla que falleció en 1784 y en su lugar se nombró un justicia Mayor hasta que desapareció en 1834 porque con la Constitución de Cádiz de 1812 los bienes de la Orden pasaron al erario público y al declararse extinguidos los señoríos territoriales por las leyes desamortizadoras de 1835-1836, la Orden Militar de Santa María de Montesa quedó reducida a una corporación nobiliaria de carácter honorífico al ser suprimida definitivamente al proclamarse la república en 1931.

Pero el Papa Sixto V, hombre curtido en los tribunales de la inquisición que había redactado en 1569 la bula de excomunión a Isabel I de Inglaterra, hermanastra de María I de quien era viudo Felipe II, porque había reinstaurado el régimen protestante y en respuesta a la ejecución de María Estuardo reina de Escocia de religión católica, quiso unir a las naciones católicas contra la reina inglesa con la pretensión de destronarla y solo obtuvo apoyo del monarca español por evidentes sobradas razones. Tras las oportunas negociaciones del agente papal italiano Roberto di Ridolfi presentado ante la Corte de España proponiéndole al rey Felipe II una conspiración para asesinar a la reina inglesa, se entera Isabel I del complot y ordena a Sir Francis Drake atacar la bahía de Cádiz donde se estaban construyendo barcos, en una refriega conocida como la Expedición de Drake de 1587, consiguiendo neutralizar por destrucción o captura hasta un centenar de buques españoles e interrumpiendo los preparativos, logra retrasar los trabajos en los astilleros cerca de un año. Al año siguiente ya se disponía de una flota compuesta de 127 barcos para cuya construcción se aprovechó también de una tala masiva de pinos y encinas de la sierra del monte Turmell en Chert (Maestrazgo) y con 7000 marineros, 19000 infantes, 1000 caballeros de fortuna y 180 clérigos, al mando del almirante de Castilla Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz que, muriendo de tifus el 9 de febrero de 1588 poco antes de la partida de la Grande y Felicísima Armada desde el puerto lisboeta el día 30 de mayo, debió ser sustituido a toda prisa por Alonso Pérez de Guzmán, VII duque de Medina-Sidonia, Grande de España solo relacionado con el mar por la concesión de la pesca del atún con almadraba en Sanlúcar de Barrameda y obligado por el Rey, a pesar de sus declaraciones acerca de su inexperiencia, falta de capacidad y sus mareos constantes en el mar que junto con la descoordinación de las fuerzas españolas que salieran simultáneamente desde Países Bajos con los Tercios de Flandes a las órdenes del duque de Parma Alejandro Farnesio, para desembarcar en el Condado de Kent y sitiar Londres con 30000 hombres, coincidieron con las inesperadas inclemencias meteorológicas y no consiguieron ni tan siquiera desembarcar en las islas inglesas, sin embargo, 87 barcos, menos de las tres cuartas partes de la flota, pudieron regresar a España, lo que representó un costo de cuarenta embarcaciones con sus respectivos tripulantes que sumados al centenar de bajas navales de la Expedición de Drake del año anterior, puede hacerse una idea el lector de la situación de las arcas de la corona para que desde el año 1588 a 1603 llegaran más tesoros de América a España que en ningún otro período de quince años de la historia española.

Aclarados sus orígenes, la confusión social sobre la ubicación del Maestrazgo en el siglo XXI es una consecuencia de la ley sálica, que debe su nombre a la tribu de los francos salios, siendo básica en la legislación de los antiguos reyes franceses hasta su extinción y la aparición de un moderno reino de Francia entre los siglos X y XI, por la cual, se  prohibía a una mujer heredar el trono francés, prohibición establecida en Francia en 1316, con la muerte del rey neonato Juan I de Francia y que su aprobación se debió a una manipulación del código de los salios, motivada por intereses políticos y dinásticos para que no accediera al trono la hermana del difunto niño sino su tío Felipe V de Francia.

Ascendido al trono de España el rey Borbón Felipe V tras la desaparición de la Casa de Austria con Carlos II y después de la Guerra de Sucesión Española, ideó establecer la Ley Sálica que gobernaba en Francia también en España y presentó este proyecto a las Cortes de Castilla en 1713 que discordaron con el rey y no se pudo asegurar su designio, pero congregadas las Cortes en Madrid desde el día 5 de noviembre de 1712, medio año más tarde, el 10 de mayo de 1713 se promulgó con ellas el Reglamento de Sucesión que es conocido como Ley de Sucesión Fundamental por ser ésta su función y su importancia. Según las condiciones de esta norma, las mujeres podrían heredar el trono aunque únicamente en los casos de no haber herederos varones en la línea principal (hijos) o lateral (hermanos y sobrinos). Cuando fue coronado rey Carlos IV de España, hizo aprobar a las Cortes en 1789 una disposición para derogar la ley y volver a las normas de sucesión establecidas por el Código de las Partidas, sin embargo, la pragmática sanción real no llegó a ser publicada hasta que su hijo Fernando VII de España la promulgó en 1830, desencadenando el conflicto dinástico del Carlismo.

Con todas estas modificaciones sucesorias, allá lejos de la Corte, en el pueblo de Tortosa había nacido el 27 de diciembre de 1806 Ramón Cabrera y Griñó, I duque del Maestrazgo, I Conde de Morella y I Marqués del Ter, que será un militar y político español conocido por los liberales como "El Tigre del Maestrazgo" al ser además, un destacado líder carlista porque el obispo de Tortosa, Víctor Damián Sáez de férreas convicciones absolutistas y exministro de Fernando VII, no quiso ordenarle sacerdote ante su falta de vocación religiosa cuando disfrutaba en su formación de un beneficio eclesiástico, propiciando el abandonó del hábito para sumarse al levantamiento carlista de 1833 en favor del pretendiente don Carlos María Isidro de Borbón.

Don Ramón Cabrera fue ascendido a coronel en 1834 por el pretendiente don Carlos hermano del rey Fernando VII, bajo las órdenes del general Manuel Carnicer que nacido en Alcañiz, era el primer jefe de las tropas carlistas en Aragón y Valencia. En 1835, detenido y fusilado Manuel Carnicer el día 6 de abril en Miranda de Ebro, Ramón Cabrera tomó el mando al ser nombrado comandante general interino del Bajo Aragón y destacó en sus esfuerzos por organizar las fuerzas y la estrategia de la facción, consolidando su puesto de mando en Cantavieja, en donde publicó un Boletín del Ejército Real de Aragón y edificó una fortificación para articular una red de aprovisionamiento que pondrá en funcionamiento la fábrica de cañones y munición.

En enero de 1838, el general Cabrera tomó Morella convirtiéndola en la capital del territorio bajo su control y sede de la Comandancia General del Maestrazgo, en el verano de 1839 la defendió con éxito frente al general Marcelino Oráa conocido por sus soldados como "el Abuelo" y por los carlistas como "Lobo Cano", por ello y en recompensa a sus servicios, el pretendiente Carlos V le nombrará Conde de Morella, siendo finalmente el único general en la causa del pretendiente y al mando de 25000 hombres prolongó la lucha en el Maestrazgo hasta mayo de 1840 y por caer gravemente enfermo.

De la mano del presentador Daniel Vindel, fue estrenado en 1965 por TVE el programa "Cesta y Puntos" en emisión los sábados por la tarde, con Aurora López como lectora de las preguntas y César Gil y Juan Luis Méndez en calidad de jueces del programa, su coordinador y guionista era Enrique Dominguez Millán y Manuel Ripoll su realizador, estando dirigido a los alumnos que cursaban bachillerato. La mecánica del programa enfrentó a centenares de institutos y escuelas españolas durante los cinco años que duró en antena en un concurso basado en las reglas del baloncesto y cuyos ganadores, conseguían premios personales y también para los Centros donde estudiaban.

Un buen sábado el presentador preguntó: ¿La capital del Maestrazgo es...?: Delanteros, defensas y pivot no dieron respuesta, por lo que hubo rebote que el equipo contrario tampoco supo aprovechar. Entonces don Daniel dijo: "Morella" y quedose tan tranquilo mientras las gentes de Maestrazgo que estábamos contemplando el programa, quedamos impávidos.

Esta anécdota televisiva desató un río de tinta mayor que el río Ebro y desde Sant Mateu don Eduardo Ferreres Castell publicaba durante varios años consecutivos en el programa de las fiestas patronales textos de la obra de Montesa Ilustrada y las razones de la capitalidad histórica y en Forcall don Manuel Millán Mestre publicaba el libro "Morella y sus puertos" manifestando y aclarando que la Comarca de Morella nunca perteneció al Maestrazgo sino que dependía directamente de la corona aragonesa aunque la semilla de la ignorancia estaba sembrada y además por un medio de comunicación masivo cual era la televisión española.

Mientras tanto, en 1969 se creaba y emitía por TVE otro programa dirigido por Enrique Martí Maqueda y presentado por Joaquín Soler Serrano que permitía en 1970 aparecer ante las pantallas de todos los televisores de la geografía española a don Angel Giner Ribera de Vinaròs en el popular concurso “Los hombres saben, los pueblos marchan” que con una resonante victoria y triunfo mediático, esparció el nombre de Vinaròs por toda España y su alcalde don Francisco José Balada Castell supo aprovechar para hacer famosa en los años setenta a la población con un slogan que decía “VINAROZ TIENE ANGEL” y que, en forma de adhesivo, iba pegado en el cristal trasero casi todos los coches de la comarca. Como por esta época los pueblos del interior tenían una fuerte emigración de sus vecinos hacia las poblaciones costeras en la búsqueda de mejor bienestar económico y en sus visitas a sus familiares del pueblo durante las fiestas patronales, llevaban en sus vehículos la curiosa pegatina, se propició el despertar de los slóganes por las cabezas pensantes dicharacheras de todas las poblaciones y el reparto de adhesivos propios en todos los pueblos.

Con esta situación generalizada, a un personaje muy apreciado en los círculos burgueses y gubernamentales de la capital, a quien se le dedicó una calle, la pegatina de su pueblo le debió parecer insuficiente y observó la posibilidad de potenciar la tierra de su familia con el nombre del Maestrazgo favoreciendo el invento del nacimiento de una mancomunidad turística que daría a conocer las virtudes y curiosidades de las vecinas poblaciones turolenses durante los 40 años que la Diputación de Castellón subvencionó la publicidad, hasta que con la aprobación de la Ley 10/1993 de 4 de noviembre, de Comarcalización de Aragón, se iniciaba un largo camino en las comarcas aragonesas para que diez años después, a finales de mayo de 2003, Aragón contara con 32 comarcas nacidas mediante una Ley en Cortes lo que facilita conseguir la creación de la Comarca del Maestrazgo concretada en la Ley 8/2002, de 3 de mayo, de creación de la Comarca del Maestrazgo fuera del Maestrazgo, publicada en el Boletín Oficial de Aragón nº 53 de 8 de mayo y en el B.O.E. nº 134 de 5 de junio. La primera actuación fue la de nombrar los miembros electos de este Consejo Comarcal que de los resultados de las Elecciones Locales celebradas en el año 1999 se permitió la designación de los mismos y se constituye en la provincia de Teruel la Comarca del Maestrazgo el día 13 de junio de 2003, en consecuencia, la Mancomunidad Turística del Maestrazgo de creación anterior también fuera del Maestrazgo en 1972 y que aglutinaba a 57 municipios de las provincias de Teruel y de la comarca de los puertos de Morella en Castellón, era disuelta por acuerdo entre las Diputaciones de Castellón y Teruel el 22 de febrero de 2012 dejando de existir.

Gracias a la reivindicación lingüística actual por nuestras señas de identidad, hemos perdido el nombre de maestrazgo y casi también el de maestrat porque cuando en la vida desatendemos lo nuestro, sabremos lo que cuesta el intentar recuperarlo ya que observando al número de personas con habla castellana, que es la segunda lengua del mundo con 528 millones de hablantes después del chino mandarín, la tercera mayor población alfabetizada del planeta y la tercera lengua con 182 millones de usuarios en la red de Internet, descubriremos un idioma valenciano que ya alcanza los 2 millones de hablantes.

domingo, 19 de diciembre de 2021

BIBLIOTECA VALENCIANA. ESCRITORES DEL SIGLO XIII.

BIBLIOTECA VALENCIANA.

BIBLIOTECA VALENCIANA.

ESCRITORES DEL SIGLO XIII.
(Al margen, año 1270)


MOSEN JORGE.

XIMENO, TOMO I, PÁG. 1.A

La antigüedad de Mosen Jordi, y la gloria que resultaba de copiar y apropiarse el Petrarca algunos versos suyos que publicó Ximeno; y que por espacio de algunos siglos habían reconocido, no sólo los españoles, sino también los italianos y los escritores de casi todas las Naciones; se ha puesto en duda por dos célebres autores, que son: el Maestro Sarmiento, en sus Memorias para la historia de la poesía, números 503 y siguientes; y Sánchez, en la Colección de poesías anteriores al siglo XV. Pero sin legítimo fundamento; pues porque diga el Marqués de Santillana: en estos nuestros tiempos floreció Mosen Jorge de Santjordi, no puede inferirse, que en el siglo XIII no hubiese florecido también otro sujeto del mismo nombre y apellido, y mucho menos alguno, que, aunque tuviese el mismo nombre, pero su apellido fuera distinto del que usaba aquel de quien habla el Marqués como existente en el siglo XV: con esta reflexión quedarían desvanecidos sus fútiles raciocinios; pero aún le da más fuerza el considerar, que era imposible que Beutér (Beuter), que nació en el mismo siglo XV en que escribía dicho Marqués, se atreviese a publicar que un poeta tan moderno y conocido, existía cerca de trescientos años antes, y acompañaba en sus expediciones al Rey D. Jaime I, pues habría muchos que le hubieran desmentido. Y sobre todo no se puede negar que vivía entonces Mosen Jorge del Rey, constando por el Registro Donat. Valentiae et termino de 1237, que el Rey D. Jaime, en premio de los servicios que le hacía en aquella conquista (aún no tomada Valencia, que fue en 1238), le concedió un heredamiento en la ciudad de Valencia; ni poner tampoco en duda que este fuera poeta, porque un sujeto tan instruido en la historia de la poesía valenciana, como fue el célebre Gaspar Gil Polo, dijo en el canto del Túria:
Jorge del Rey con verso aventajado
ha de dar honra a toda mi ribera,
y siendo por mis Ninfas coronado
resonará su nombre por do quiera:
el revolver del cielo apresurado
propicio le será de tal manera,
que Italia de su verso terná espanto,
y ha de morir de envidia de su canto.


Cuyos últimos versos pueden manifestar bastante el aprecio que merecieron los suyos en Italia, y al Petrarca mismo, que no reparó en adoptarlos.
Y así es visto, que el Jorge de San Jorge que dice Santillana florecía en su tiempo año 1450, e hizo la pasión de amor, en la que copiló muchas canciones antiguas, es distinto del Jorge del Rey que floreció dos siglos antes; lo que se comprueba por haber en aquella época familias de Sant Jorge, o Sent Jordi, según la escritura que recibió Mateo Esteve, notario, año 1436, y aún en el día de hoy los hay de este apellido.
El eruditísimo P. Juan Andrés ha tratado este artículo con la fina crítica y severo juicio que acostumbra en la célebre obra del Origen, progreso y estado actual de toda la literatura, tomo 2.° de la traducción, cap. II pág. 112, y así me remito a ella.


N'ALBERT D'ALAVANYA.

Jurisconsulto valenciano, su familia vino a la conquista de este Reino; y una rama suya se estableció en la ciudad de Orihuela, luego que la ocupó D. Jaime I, según manifiesta el exactísimo historiador Viciana, en la segunda parte de la Crónica de Valencia, fol. 38v. Se dedicó Alberto al estudio de la jurisprudencia; y según la fama que tenía entonces, y el gran número de jóvenes de la España y otros Reinos, que atraía la Universidad de Bolonia, puede presumirse que se fue a estudiar en ella: hasta que pasados los cursos se graduó de doctor en leyes, de cuyo título usaba frecuentemente: y sin duda adquirió grandes créditos de literato, cuando el Rey D. Jaime lo elevó al cargo de consejero suyo, y lo era ya en el año de 1268, como lo acredita la célebre sentencia arbitral sobre pago de diezmos y primicias, que dio el referido Príncipe en Valencia en el palacio Episcopal, a los 4 días, a la deseixida (dice) del mes de abril del mismo año, y existe en varios libros del archivo de la bailía, y en la primera impresión de los fueros hecha en 1482, a continuación de estos, y en la cual se expresa haber sido testigo N'Albert (En Alberto) Dalavanya (de Alavanya), Maestre en lleys, y consejero suyo: lo cual da bastante motivo para presumir, que hubo de trabajar también en su arreglo. Se encontró en las turbulencias que suscitaron los abogados contra los fueros, por no quererse conformar con sus disposiciones, sino valerse de las del derecho canónico y civil, lo que obligó al Rey a prohibir su ejercicio en 1250 (Privil. 37); y aunque lo permitió en 1264 (Privil. 56), fue imponiéndoles graves penas, en caso de apartarse de lo prescrito en el código foral. Merece pues elogios este autor por haber sido el primero, que para desengaño de los ciegos entusiastas del derecho romano y del decreto, y facilitar el cumplimiento de lo mandado, se dedicó a comentar aquel código, y manifestar la sabiduría de sus leyes.
Las obras de este escritor fueron muy estimadas, y hablaron con elogio de ellas Guillermo Jaffer y Arnaldo Juan, que ocupan un distinguido lugar en esta Biblioteca; mas por desgracia ni Pedro Belluga, ni los jurisconsultos posteriores hacen la menor mención de ellos, y hubiera quedado sepultado en el olvido el nombre de este insigne varón y de otros comentadores de los fueros, que vivieron en los tiempos anteriores a Belluga, a no ser por el erudito Sr. D. Francisco Xavier Borrull, ministro decano de esta Real Audiencia, que movido de sus deseos de ilustrar en cuanto pudiera su patria, procuró examinar diferentes manuscritos del siglo XIV y XV, copiar algunos de ellos, y encontrándose con un gran número de comentarios de los fueros, formar un catálogo de sus autores, averiguar el tiempo en que florecieron, y cargos que desempeñaron, y comunicarlo todo al Ilmo. Señor D. Francisco Pérez Bayer, que haciendo un particular aprecio de estos trabajos, formó un breve compendio de ellos, y con elogio de dicho señor, lo insertó en la Biblioteca Hispana Vetus; y yo ejecutaré lo mismo en esta obra, añadiendo las preciosas noticias que me ha comunicado. Escribió:
1. Notae super Foris Regni Valentiae.
Están escritas con mucho juicio e instrucción, y tratan sólo de los Fueros de D. Jaime I, sin extenderse a fuero o privilegio alguno de sus hijos. Se conservan estas glosas, y las de los demás intérpretes anteriores a Belluga, en la selecta biblioteca del Sr. Borrull, en dos tomos en folio, uno del siglo XV, y el otro copiado de varios manuscritos de la misma edad.
2. Tractatus de contractu comande. Lo cita Arnaldo Juan en sus Comentarios.

MOSEN FEBRER.  

(Al margen, 1281) 

Ximeno, tomo 1, pág. 2.a y 363.

El maestro Sarmiento y D. Tomás Sánchez también han querido quitar del siglo XIII a Mosen Jaime Febrer, y trasladarlo al XV, fundados en la carta del Marqués de Santillana, mas no reparan que este sólo habla de un Mosen Febrer, pero no de Mosen Jaime Febrer, y así por ello quieren sin razón hacer de dos uno, y aunque le hubiera citado con dicho nombre, no dice que viviera en su tiempo, como lo asegura de Mosen Jordi: por lo que la mención que hace del mismo, no puede probar de modo alguno que no existiese en el siglo XIII, ni disminuir la fe que se merece Beuter en la relación de este hecho.

Además, que se cuenta entre los heredados por el Rey D. Jaime I.° en la conquista del castillo del Puig y ciudad de Valencia; como lo asegura la donación que hizo S. M. a Mosen Jaime Febrer, en premio de sus servicios, de ciertas tierras en la Alquería de Mormany, huerta de dicha ciudad, a 14 de las calendas de mayo 1237. Hállase registrada fol. 12 pág. 1 del Real Registro Donationes Valentiae, & term. de 1237.

Con más esfuerzo ha impugnado Sánchez la antigüedad de las trobas de las familias, que vinieron a la conquista de Valencia, y quedaron establecidas en esta ciudad y reino, que el doctor Ximeno y varios otros atribuyen a Mosen Jaime Febrer; el P. Maestro Ribelles se empeñó en demostrar y apoyar la opinión de Sánchez, pero desistió luego de la empresa. Ello es cierto o probable, que ni Beuter, ni Viciana, ni Escolano, ni Diago tuvieron noticia de tales trobas, puesto que no hacen mención de ellas cuando tratan de las familias de Valencia; pero también lo es, que si se examinan las que cuenta Ribera (1: Centuria primera de la Milicia Mercenaria) haber sido heredadas en Valencia y su término por el Rey D. Jaime en 1239, y en otras partes en los años posteriores, según los registros de sus donaciones custodiados en el Archivo de Barcelona, las que refiere Escolano, lib. 3, cap. último, núm. 8 de su historia, haberlo sido, como aparece del libro de la Obispalía, y las que lo fueron en Xátiva, que en vista del libro del repartimiento, copia él mismo en el libro 9, cap. 22, núm. 1.° y 2.° &c. se descubrirá la certidumbre de haber venido a la conquista muchos de los que menciona Febrer, y la de no ser supuesta dicha obra; y como nunca han existido los registros de dichas donaciones en este reino, y encontrándose el manuscrito en el siglo XVII antes que el P. Ribera publicase su Milicia Mercenaria, hay bastante motivo para asegurar, que escribió las trobas quien lo había presenciado todo, como fue Mosen Febrer.

El P. Maestro Teixidor empezó a comprobar con varios documentos el establecimiento en esta ciudad y reino de las familias contenidas en dichas trobas, y lo ejecutó en todas las comprendidas en la letra A. Es verdad, que no pudo continuar este ímprobo trabajo por hallarse en la edad de 76 años; mas parece que bastan sus esfuerzos y las reflexiones anteriormente propuestas, para que mientras que no se produzcan otros argumentos que prueban lo contrario, se repute antigua dicha obra, y se atribuya a Mosen Febrer. Porque tampoco es prueba de consideración el haber estado ocultas algunos siglos; pues esta ha sido desgracia común a otras muchas obras. Ni vale recurrir a alguna diferencia de estilo, puesto que es cosa harto sabida, que algunos con buena intención, y para hacerlas más inteligibles, las han variado en algún modo.

Según puede presumirse, en el siglo XVII, y en tiempos de Onofre Esquerdo, se descubrió un ejemplar de estas trobas, con la expresión de haberlas compuesto Mosen J. Febrer: Esquerdo procuró adquirirlo, y persuadido de que ni había otro, ni se habría esparcido la noticia del hallazgo, hizo sacar una copia atribuyendo el escrito a Mosen J. Esquerra, que suponía ascendiente suyo, y al que daba los empleos y demás cargos de Mosen Febrer; lo que a más de referirlo Ximeno, se confirma por existir en la biblioteca del Sr. Borrull un ejemplar escrito con elegancia, e iluminados los escudos de armas de las familias, como también las primeras letras de cada troba.

Pero después llegó a sus oídos no haber quedado enteramente oculta la noticia de ser Mosen Febrer el autor de dichas trobas, que consiguientemente no podían atribuirla a los Esquerras; y así hizo una traducción de ellas en prosa, y conservando el contenido de la troba de Febrer, añadió en la letra E un artículo de la familia de Esquerra, diciendo haber venido a la conquista los dos hermanos Bartolomé y Juan, de quien preciaba ser descendente, pues se quedó este segundo hermano establecido en Valencia, así como el primero en Benisa. Esta obra escrita de letra del mismo Esquerdo, se conserva en la referida biblioteca del Sr. Borrull, que ha advertido que aquel insertó alguna familia, que no vino al tiempo de la conquista, y que el Dr. D. Agustín Sales, cronista de esta ciudad, ingirió también en la suya.

A más de estos ejemplares, posee también dicho Sr. Borrull otro de muy buena letra, escrito a mediados del siglo pasado, y una traducción en verso castellano, hecha según denota en el frontis por el Doctor Tomás Izquierdo y Guerrero, ciudadano de Alicante, y vecino de la Corte.

Permanecían manuscritas las trobas, cuando el diarista de esta ciudad, a instancia de D. José March, caballero erudito de la misma, empezó a insertarlas en el diario de 1 de Setiembre 1791, y después las publicó en el año de 1796 en un tomo en 4.°, con sus escudos, aunque grabados mezquinamente; y si hubiera cuidado de añadir en cada familia la donación de casa o tierras, que refiere el P. Ribera haberles concedido el Rey D. Jaime, y el registro en que estaba notada, se hubiera hecho más acreedor a la gratitud del público, dándole con ello a conocer, que las trobas eran ciertamente de Febrer, y bastante motivo para que algunos eruditos viesen si podían probar lo mismo que algunas otras; y manifestar las que hubiesen añadido algunos sujetos más modernos.

PEDRO GARCÍA DE XÁTIVA.

1300.

Tal vez por ser natural de S. Felipe, antes Xátiva. Habla de este autor D. Francisco Pérez Bayer, en las notas a la Biblioteca Vet. de D. Nicolás Antonio, tomo 2, pág. 103, col. 2, diciendo: Petrum Garciam de Xativa laudatum in Chrysopraso Ioannis Ekchii inter Scriptores Theológicos, apud Gesnerum. 

Siglo XIV

domingo, 17 de octubre de 2021

Del Consili qui feu mestre RAMON LULL malorquí.

EL CONCILIO.

La noticia divulgada por la Europa de que la iglesia iba a celebrar en Viena un concilio general por el año 1311, durante el pontificado de Clemente V, inspiró al gran Lulio el poema de que nos ocupamos, entre otras obras en las que en tal ocasión manifestó un ardiente celo por la extirpación de los errores, la conversión de los infieles, la conquista de los Santos Lugares, y la dilatación del dogma católico. En París, en vísperas de emprender el viaje hacia la gran ciudad del imperio alemán para echarse a las plantas del jefe de la grey cristiana, fue donde trazó Lulio en enérgicos versos lo que aquel gran acontecimiento hacía concebir a su infatigable imaginación. La esperanza que tenía en los resultados de aquella asamblea, encendió en su corazón la llama del entusiasmo que rebosa en los versos de la obra El Concilio. El objeto que en ella se propuso era excitar a los poderosos para que emprendiesen el recobro del Santo Sepulcro, y hacerles presente las virtudes de que debía estar adornado el corazón de los que habían de tomar parte en tan trascendentales deliberaciones, y los vicios que en ellas deben alejar de sí.

la iglesia iba a celebrar en Viena un concilio general por el año 1311, durante el pontificado de Clemente V

Divídese la obra en once capítulos. El primero consiste en una introducción, en la que manifiesta el objeto de la composición, y exhorta a los que han de concurrir al concilio, a que no sean en él avaros ni perezosos, a que sean esforzados y cumplidos de amores, de suspiros y lágrimas, para que Dios les haga llevar a feliz término la santa empresa del honor divino. - "Aconsejaos, exclama, de hombres de entendimiento esclarecido no de artificiosos y astutos, porque el que va vestido de vicios y mala intención va mal apuesto; a lo cual añade: que quien está negativo en el concilio, niega al Señor, que expiró en la cruz; y concluye diciendo: - "Ayúdeos Dios en el concilio, porque mucho temo que se os engañe. Antes que habléis mirad por donde empezáis; no os fiéis de todo el mundo, porque hay muchos de intención torcida. En el concilio el astuto cordero burla al lobo y al león, y la zorra se ríe de la raposa. El sí es peor a veces que el no, y si no andáis con prevención seréis engañados y escarnecidos. Tened presente siempre que vuestro objeto es Dios, vía por la cual ascendemos al cielo; y si persistís día y noche en el concilio, no os vendrá daño, antes estaréis seguros y seréis perfectos.

El segundo capítulo va dirigido al Sumo Pontífice Clemente V, a quien arenga para que no ande remiso en la celebración del concilio, para que le honre con su presencia, y haga en él cuanto pueda por la fé de Jesu-Cristo; diciéndole, que si así no lo practica será blasfemado y aborrecido de las gentes, y que Dios le pedirá estrecha cuenta de su conducta. Aconséjale que lejos de ser orgulloso y altivo en el concilio, que es el camino por donde con fina y perseverante voluntad se llega a buen término, sea noble y use de largueza en sus concesiones. Indúcele también a que haga predicar la fé católica y probarla con razones concluyentes, para atraer los infieles al bautismo y a la salvación eterna; y concluye en estos términos: - "Si el concilio no se celebra o no tiene buen éxito, miedo he de que gran mal nos sobrevenga; mas quien ante el daño permanezca indiferente, irá a hospedarse en mala casa, para padecer eternamente males sin cuento y sin que sienta el consuelo de los que se arrepienten. Rogad a Dios, alto pontífice, que en este gran suceso seáis ayudado, que el Espíritu-Santo os ilumine, que la excelsa reina de los cielos os tenga siempre en su memoria y que el Dios del amor os preste el necesario auxilio en el gran negocio de su honra." -

Dirígese a los cardenales en el tercer capítulo, como consejeros que son del Sumo Pontífice; a los cuales recuerda el grande premio que alcanzarán de Dios, si cooperan al buen éxito del concilio; y amenázales con la cólera divina, si en él promueven obstáculos. Les ruega que escojan buenos caballeros para emprender la reconquista de los Santos Lugares, y continúa diciéndoles: - "El que no haga todo el bien que le será dable, atraerá sobre sí la venganza celeste; pues con no hacer el bien, hará mal; al paso que no hará mal procurando hacer el bien; y pues en vuestras manos reside el poder, sed amigos del bien." - "Consagrad a Dios el poder que de Dios habéis recibido, porque si no lo hacéis, vais a excitar su enojo y os sobrevendrán grandes males." - "Vuestra decidida voluntad puede conquistar y llevar a buen fin el orbe todo, con sólo dedicar a Dios el poderío que tenéis. Contribuid, pues, a los buenos resultados del concilio, que valen más que todos los tesoros imaginables, y que el descanso y las vanas comodidades del mundo.” -

Los príncipes son objeto del capítulo cuarto, y es uno de los más enérgicos e inspirados de la obra. Después de alentar a los reyes y barones para que levanten su bandera, dice: - "Caballero que bien sabe amar, no debe permanecer indeciso un solo momento en emprender la gloriosa conquista de la Siria. Ármense, pues, para la honra de Dios, con vigor y esfuerzo, reyes y emperadores. Pronto veremos quienes serán los buenos, quienes harán de la razón bandera, y armadura del amor (de) Dios; y quienes los prelados que dispuestos a la santa empresa, darán la señal, diciendo: - Prontos estamos: sús, bravos paladines!" - "Al buen caballero cúmplele cabalgar, embrazar el escudo, empuñar la espada o enristrar la lanza; cúmplele amar a Dios para dedicarse a su servicio, emprender la conquista del Santo Sepulcro y alcanzar el perdón de sus culpas. Mucho avergonzaréis, ó príncipes, al jefe de la iglesia, si mostrándoos dispuestos a acometer la santa empresa, no os ayuda ni favorece. "
- "No es cortés el caballero que no ama a Dios sobre todas las cosas; ni sabe dar buenos mandobles en su servicio quien se encenaga en el pecado. ¡Ah, caballero! corre con todo tu brío y tu voluntad a servir a tu Dios." - "El caballero que a Dios sirve no conoce el miedo, porque Dios le da esfuerzo, y el santo amor le alienta. ¡Ah, caballero! Ama la caridad y el bien de tu prójimo, si quieres merecer el nombre de valiente. No hay caballero esforzado si no se adorna de virtudes, ni lo es el que con falso amor se olvida, descansando en su lecho, de la honra de Dios.” - “El buen caballero ha de servir a la justicia, ha de perseguir la sinrazón y el mal, para que el bien pueda entronizarse." -
"Más vale el paladín aventurero para el servicio de Dios, que el malvado que desama a su Criador y no llora sus desvíos. ¡Ah caballeros! Pronto veremos cuales serán los primeros, cuales serán los más esforzados!" -

El capítulo quinto se ocupa de los prelados, a quienes encarga que no sean desidiosos ni amigos de la molicie y que den lo que reciben, en pro de la santa conquista; que empleen todo su poder y valimiento en hacer bien; y que ofrezcan a Dios cuanto tengan, puesto que en dar hacen una buena obra, avisándoles de que si así no lo practican, verán cuán tremendo les parecerá el juicio de Dios. - "Prelado, dice, considera lo honrado (que) te ves por Jesucristo, y cuán poco le amas, no procurando el recobro de su santo sepulcro; ve pues a honrarle sin mezquinidad (mezquindad) de corazón; ve a ser una de sus columnas en el concilio." - "¿Qué harás de la gran potestad que has recibido?
¿La emplearás en el servicio de Dios? Si así no lo haces, ¿qué es lo que dirás al parecer ante el tribunal de la justicia divina, cuando aquel juez recto exclame:
- Puesto que quisiste mi mal, ve a los eternos tormentos. -

"No imagines que puedas engañar a Dios, ni que puedas torcer sus justos juicios; si nada quieres hacer por él, te expones a ser blanco de la ira celeste; si no practicas el bien, no creas encontrar excusa a los ojos de tu Criador." - "Después dirígeles consejos e infúndeles el temor de Dios, y les asegura el menosprecio de los hombres si no procuran el buen éxito del concilio; y concluye diciendo: - "¿Qué vale, ó prelados, vuestro anillo, vuestro soberbio caballo, vuestro rico manto, vuestro séquito de apuestos donceles, si en vuestros hechos no hay discreción, si cuando es oportuno no hay ardimiento en vuestro espíritu, no hay nobleza en vuestro corazón?" -

Trata en el siguiente capítulo de los religiosos. Díceles que exhorten al Papa y le aconsejen, y que prediquen la cruzada; y les advierte que el que vaya contra el concilio, bajo su hábito va vestido de mal y no procede con lealtad. Añade que el religioso contemplativo hace su lecho de temor de Dios, que no se arredra por amenazas ni contrariedades, y que el que quiere servir a Dios debe sacrificar por él su existencia, predicando su santa ley, y enseñándola a los infieles; porque mucho complace a Dios el que muere para sostener la verdad; y concluye diciendo: - "Religioso, si el Papa va a la conquista de Ultra-mar, todos le seguirán, y el triunfo indudablemente coronará la empresa: si tienes, pues, ardimiento, clama, predica con valor. Tú sabes que el perro ladra para que el hombre despierte y evite el mal que amenaza; ladremos, pues, para despertar aquellos que pueden contribuir a la santa empresa. Cubrirte has con el hábito del bien y del buen ejemplo; el amor verdadero debe hacerte esforzado; y sin miedo has de elevar tu voz para predicar las excelencias del Señor." -

El capítulo séptimo está dedicado a la contrición (contriccion), la que desea hiera los corazones, para que brote de ellos el amor, los suspiros y las lágrimas en satisfacción de los pecados. Dice, entre otras cosas, que la contrición pierde su nombre, si no hay verdadero arrepentimiento, si no llora amargamente su pecado; y si no tiene éxito el concilio, será porque muchos se vestirán con paño de falsedad, puesto que la hipocresía va en torno a veces de la contrición, levantándola el traidor a menudo por enseña; siendo en el fondo maldad lo que nos parece bueno en el exterior; aunque otros de más elevado ánimo, hacen de la contrición su cota de malla y su manto; a todo lo cual añade:
- “A ti me entrego, o contrición; y con tal que inspires la devoción, que induzcas a la celebración del gran concilio, y que alejes de todos la perfidia, contigo iré a la Tierra Santa para la exaltación del bien; porque el que se arrepiente, pronto queda perdonado, en todo obra con justicia, en todo anda derecho, y es valeroso, porque tras ti se guarece." -

El octavo capítulo se ocupa de la satisfacción, a la que llama casa donde no habita mal alguno. Y después de varios conceptos, exclama: - "Si no eres partidario del concilio, te haces enemigo de la santidad y tendrás la ira de Dios suspendida sobre tu cabeza." - "Considera todo cuanto Dios te ha dado, los bienes de que te colma, y todo cuanto le robaste, y si de ello no has razón, en mala hora naciste." - "Si en este mundo no das la debida satisfacción de tu culpa, irás a las profundidades del infierno, asediado de toda clase de males, sin que conozcas el bien. ¡Ah, caballero! Sé bueno y valiente paladín, y acude el primero a donde Dios te llama." -

La devoción es el objeto del capítulo noveno, que empieza con estas palabras:
- "Devoción, ¿á dónde estás? ¿No nos es dado saber si irás al concilio, si le quieres, o si dirás al Padre Santo y a los cardenales que señora eres de su albergue?” -
Dícele que sea amiga de la bondad, del entendimiento y de la voluntad, a lo cual añade:
- "Las consideraciones, los suspiros y las lágrimas te piden un amor ardiente. ¡Ojalá que vayas a la gran conquista, que prelados y barones te abriguen en su pecho para cobrar en ti aliento y ardor, y que seas puerto de consolación? Ahora se verá lo que valen tus lágrimas; y si nada consiguen ¿quién te creerá de hoy en adelante? ¿Quién creerá ya con las palabras y el llanto de Raimundo?" - "Ahora es tiempo de que con el papa Clemente des comienzo a la alta empresa, y que todo el mundo reciba de ello contento; de lo contrario ¿quién creerá después en tu loro, en tu palabra y en tus elocuentes razonamientos? - ¿De qué sirve que ciña el yelmo una cabeza sin devoción?"
- "Llorando me iré al concilio a exhortar a los grandes señores. Ven conmigo y ayúdame; y levantaremos hasta el cielo nuestra voz, hasta que hayamos conseguido nuestro intento." -

La oración da materia al capítulo décimo, a la cual dice personificándola: -"Ven en nuestra compañía y predicarás al Dios de bondad, para que nos ayude a honrarle y a dar término al concilio, disponiendo la santa conquista de Ultramar. Ruega al Todopoderoso que dé esfuerzo y voluntad al Papa, a los cardenales, a los prelados, a los barones y a todas las órdenes religiosas para acometer grandes empresas." - Y entre otros conceptos, añade:
- "Oración, si mientras tus labios murmuran la plegaria, forjas el mal en el fondo de tu corazón o imaginas el modo de practicarlo, mucho yerras y nada vales." - "Oración, óigote cantar y veo que operas milagros, mas poco basta para extraviarte, hasta el punto de que parezca que tienes más grande amor a las riquezas, al ocio y a los placeres de los sentidos, que al Dios a quien te diriges. Si no tienes firmeza en tu voluntad, no vayas al concilio, puesto que en él perdería el Señor sus derechos; mas si te sientes inspirada por el amor, Dios te ayudará, el concilio llegará a su término y de él emanarán grandes bienes. Mas todo cuanto a Raimundo es dable hacer para ordenarlo, es levantar su bandera y exhortar con el ejemplo de un amor grande a todos los que habiendo recibido del Todopoderoso el mundanal poder, puedan contribuir a su feliz éxito.” -

Por último constituye el capítulo undécimo una plegaria o himno, dirigido al Ser Supremo, para que dé a los padres del concilio, por consejeros a la justicia y a la prudencia, a la fortaleza por ayuda y por tesoro a la templanza; para que en el la fé tenga amigos, la esperanza infunda aliento, y la caridad encienda los corazones en santa llama; y por último para que aleje de su recinto la avaricia, la gula, la soberbia, la pereza, la envidia y la ira.

Abundan en esta poesía, que puede colocarse entre las escogidas del poeta, los rasgos valientes y los elevados conceptos. Como está dedicada al asunto que fue el móvil constante de todas las acciones, peregrinaciones y trabajos de Lulio, está llena de inspiración y entusiasmo; a todo lo cual se unen una dicción esmerada y una versicación (versificación) que nada deja que desear.


EL CONSILI.

Del Consili qui feu mestre RAMON LULL

malorquí.


I.


Un consili vuyl començar

En mon coratge, e xantar,

Per ço que faça enamorar

Tots cells qui ho poden far

Per Deu servir,

E lo sepulcre conquerir:

Molt ho desir.

En consili tan gran siats,

E tan bellament ordenats,

Que Deus ne sia molt honrats

E mant hom ne sia salvats,

E tot lo mon

En lònch, ample e pregon (1)

Haja ahon,


En consili no façats fòr
Per argent, castell ne per òr;
Temets ho cóm seny si que mòr;
Car si havets bò e gran còr,
¡Ah! ¿qué dirán
Juseu, sarrahí, crestian,
Tártres e man?
En consili no siats duptós,

Avár, ni trist, ne pererós;

Tant fòrts siats complits d' amors,

De suspirs, lágremes e plors,

Per bòn amar

Que Deus vos faça acabar

Lo seu honrar.


En consili hajats consell

Ab hom ardit e no volpell,

A consellar per bòn capdell (2),

E si ‘u havets serets molt bell;

Car hom vestit

De vicis e mal sperit,

Es mal garnit.


En consili qui 'us diu de no,

De no diu al Senyor del trò,

Qui per amor en la creu fó:

Si éll lo lexa abandó

Al diable,

Infern será son stable

Turmentable.


En consili Deus vos ajut;

Temme no siats desçebut, (me tem; me temo)

Car mant home ha leu volgut

Alcú bé far qui es recregut

Al començar;

Prech Deus qu' eus vulla amparar

Ab bò amar.




En consili ans que parlets,

Guardats en quals començarets;

En tots homens non vos fiets,

Car mant home no está drets.

¡Ah, bòn amich!

Savi 's qui per altre 's castich

E tem destrich.


En consili lo péch moltó (cordero avispado)

Engana 'l lop e lo leó,

E la volp engana al rapó (3) (vulpes : zorra; rapó : raposo, raposa; rabosa : zorra, zorro)

E mant hoc es pijor que no. (este hoc: sí OCcitano)

Si no ‘us guardats,

Per mant hom serets enganats

meynspreats. (menyspreats : menospreciados)


En consili guardats la fí

De Deu, qui está lo camí

De paradis, veray fí;

E si hi anats vespre e matí (4),

Segur irets, (iréis)

Barat ne tòrt, mal no tembrets (6); (temeréis)

Perfayt serets (6).



II.

DEL PAPA.

SENYOR en Papa quint Clement,

Qui estats Senyor de tanta gent!

Fayts qu' el consili sia breument;

Si tròp hi fayts delongament

Parrá barat,

E Deus vos en haurá desgrat (7);

Serets jutjat.


Senyor en Papa! ¿qué farets?

¿Vostre consili honrar lets?

Si no 'y fayts tot quant porets,

Per tot lo món blasmat serets,

E mal volgut;

Mostrarets siats recresut,

E es perdut.


Senyor en Papa! ¿qué fará

Lo gran poder qui ‘n vos está?

Si no 'l fayts far tot quant porá (8),

A Jhesu-Christ s' en clamará

Fortment de vos;

E car no vòl sia occiós,

E es raysós.

Senor en Papa! tal vos riu,
Que volria no fossets viu;
Guardats que no siats altiu
Al consili, qui está riu
E bòn camí,
Perque hom vá a bona fí
Ab voler fí.
Senyor en Papa! per lo món

En lònch, ample e pregon,

Vostre poder hi es en tòrn;

Perque sant Pere n' ha sejòrn (9),

Hajats l' on vos,

No siats avar, pererós,

Mas larch e pròs.


Senyor en Papa! fayts preycar

La sancta fé e mostrar clar,

Perque vengon a batejar

Tuyt l' infesel, e per salvar; (infieles)

E eu say raysons,

Contra que no vál lurs sermons;

Dats hi perdons.


Senyor en Papa! eu m' escús

Al bòn rey, salvayre Jhesus (10);

Qu' eu vos ne pregat sajus

Qu' el consili pujets en sús;

Al jutjament

Diray que al Papa Clement

Ho fuy dient.


Si el consili no es ni val,

Pahor ay qu' en ischa gran mal; (salga; cuando significa surta : sortir)

E qui dirá: - "Res no m' en cal” -

Crey que iray en mal hostal

Tots mals sofrir,

Pena e dan sens penedir,

E sens exir.




Senyor en Papa! Deus pregats

Que en est pas siats aydats,

P' el Sanct Sperit spirats,

Per nostra dona remenbrats;

E 'l Deu d' amor

Ajút a la cuyta major,

Per sa honor.


III.

DELS CARDENALS.


CARDENAL, es bò cardenil

De gran porta bòna, humil,

Per la qual entra hom gentil,

Que ço que fá tot va a fil.

¡Ah, gran nom ha!

Cardenal, lo poder que ha

¡Ah! qu' en fará?


Cardenal, es lo conseller

Del Papa, e ha lo poder

Que ha 'l Papa en son mester;

E ço que ensemps poden fer,

¿A qual punir

Si élls no volen Deu servir?

¡Ah! ¿quí 'l pòt dir?


Si 'ls cardenals han bòn consell

Qu' el consili sia bò e bell,

Cascú ab gran gaug s' aparell;

Car Deus será totstemps ab éll

Sus en lo cèl,

Cherubin, Seraphin, Michael,

E Gabriel.

Cardenal que vòl destorbar

Qu' el consili no 's puscha far,

Lo consili s' irá clamar

A Deu, qui ‘l venjará ben car.

¡Lás! ¿qu' es fará,

Car no li ‘n valrá puig ne plá

Ne tot quant ha?


Senyors cardenals! ordenats

Que cavaller sia triats

Religiosos, e si los dats

Ço del temple, e les potestats

D' altres maysós (casas, órdenes religiosas; maison, maisons)

De las altres religiós,

Cavallers bos.


Tal cavaller vaja estar

Per totstemps may en Ultra-mar;

La décima li fayts donar

Per lo Sepulcre cobrar;

Lo gran poder

Qui haurá ¿quí lo pòt saber?

Vullats ho fer.


Cell qui no fá 'l bé que porá,

Sapia que Deus s' en venjará;

Car en no far bé, mal fará,

E en far bé nuyl mal fará.

E, dónchs, senyors,

Puis qu' el poder está en vos, (pues ya que el poder está en vosotros)

Estiats bos.




Senyors cardenals! dats a Deu

Lo vostre poder qui es seu;

Si no ho fayts seralí greu;

Porie ‘us en venir mal leu.

¡Ah! bé 'us guardats

Que son poder no li tollats;

Car es venjats (11).


Senyors cardenals! ab voler

Podets tot lo món conquerer,

Ab que donets vostre poder

A Deu, e podets ho leu fer,

Pus que 'us vullats:

Si no ho fayts será car comprats.

¡Ah! bé 'us guardats.


Senyors cardenals! lo consili

Fayts per venir a bona fí,

Que val mays que argent ne cosí,

Ne sejorn, vespre ne matí.

¡Ah, Deus amat!

Ha son orde cardenalat (12);

Qu' en sia honrat.


IV.
DELS PRINCEPS.


SENYORS princeps, duchs e marques!

Sapiats gran maravella es

Si 'l consili no 's fá ades,

E lo millor que parria mes;

Tan bò que no fó,

Cascú meta son ganfanó,

Per gran perdó.


Cavaller qui bé sàb amar

En conquerir tot Ultra-mar,

En nuyla res no deu duptar;

Pensar pòt que Deus vòl aydar

A sa honor.

Vagen, dónchs, rey, emperador

Ab gran vigor.


Rey, emperayre e baró!

Cras veyrem si serán bò,

Ne de raysó fán ganfanó,

E del amor de Deu gonilló;

E quals prelats

Diguen: - Nos som aparellats;

Senyors, anats! -


Al cavaller tayn cavalcar,

Escut e sella, e brochar (silla de montar; la otra silla es cadira; cadiera aragonés)

Espasa e llança, e còlps dar; (espada y lanza, y golpes dar; llança, con ll)

E taynli atresí amar,

Per conquerir

Lo Sepulcre, per Deu servir;

Peccats delir.

Senyors prínceps! si prometets

Al Papa que trestuyt irets

E que 'y farets tot quant porets,

En gran vergonya metrets,

Si no 'us vòl dar

Per lo Sepulcre acobrar.

Vets l' on pregar.


Cavaller no tinch per cortes,

Si Deus no ama mes que res;

No sàb fer còlps a manes (13)

D' amor, si gran peccador es;

¡Ah, cavaller!

En Deu servir fay ton poder

E volenter.


Cavaller qui es servidor

De Deu, no ha de res pahor,

Car conforte 's en son Senyor,

E en força de bòn amor.

¡Ah, cavaller!

Si tú vòls esser bòn guerrer

Ama bé fer.


Nuyl cavaller está ardit,

Si de virtuts no es complit,

E falsa amor sia 'n son llit (14) (vemos lit y llit; pero no escribe Llull)

E que lo honor de Deu l' oblit

¡Ah, gran baró!

Mit tota ta entenció

Que sias bò.




Cavaller es per dret servir

E que lo mal faça fugir,

Perque lo bé puscha venir,

E que lo dó per obeir

Al Deu d' amar,

Ab que vaja en Ultra-mar

Bé exalçar.


May val cavaller pasejats,

Per tal que Deus sia honrats,

Que malvat viu e desamats

Per Deu, e no plòr sos peccats.

¡Ah, cavallers!
Cras veyrem quals son primers

E bòns guerrers.


V.
DELS PRELATS.


REMEMBRAR vuyl a los prelats,

Qui per Deu estan tan bastats,

Que no sian tróp sejornats,

E que donen ço que 'ls es donats,

A conquistar

Tota la terra d' Ultra-mar,

Pus qu' es pòt far.


Prelat! tant quant ha de poder

En far bé, lo bé li quer

Que dó a Deu de son haver;

E lo donar es son bé fer

En son bòn lòch;

Sino delay no 'ls parra jòch.

¡Ah! fòrt los tòch!

Prelat! guarda quant est honrat

Per Jhesu-Christ, molt deshonrat;

Car per tú está pauch amat,

E p' el Sepulcre no cobrat,

¡Ah! vay l' honrar
Per lo consili emparar,

Sens còr avár.


Senyors prelats! ¿e qué farets

De lo gran poder que havets?

¿A Deu honrar dar lo volrets?

Si no ho fayts, ¡ah! ¿qué direts

Al jutjament,

Quant Deus dirá: - “Mon malvolent!

Vay a turment!" -


Prelat! no pòts Deus enganar,

Ne en res no lo pòts forçar;

E si del seu no li vòls dar,

De tú 's porá fortment venjar;

Si no est bò,

No haurás escusació;

Dir t' ha de no.


Senyors prelats! bé 'n son certá (13

Que si lo consili no 's fá,

Vos hi metrets la vostra má;

Aquella má on fugirá

A greu dolor

Perpetual, per qui 'l Senyor

Ha deshonor.




Senyors prelats! tal mal me sent (16)

Car vey alcú ensenyament,

Que el consili no sia nient (17);

E si ho es ha defalliment (18)

Pena e mal,

De qui serets perpetual

Malvat hostal.


Senyors prelats! bé 'us es vengut

Si fayts consili e rebut;

Si no 'l fayts mal vos es cresut,

Lo consili no fós sabut,

Ne nomenats;

Per mant home serets blasmats

E meynspreats.

Senyors prelats! no es leó

Qui no faça tembre el moltó:

E diets hòc, puis diu de no (19) (hòc : sí en OCcitano, lenga d´Òc, oc, och)

De ço en qui ha gran raysó,

Pauch es temut;

Bò li fora que estés mut,

No recreut.


Senyors prelats! no val anell

Ne gran cavall, ne bél mantell,

Ne gran flocha de mant donçell (20) (flota, muchedumbre)

Si en sos fayts no ha capdell,

Discreció,

E que sia ardit e prò

Quant es raysó.




VI.

DELS RELIGIOSOS.

RELIGIÓS! fayts monastir,

Per tal que 'y puscats Deu servir;

Si en Ultra-mar l' anats bastir,

P' el consili podets venir (21),

E preycar,

E per lo Papa a pregar,

E consellar.


Religiós bò se sotsmet

A servir Deu quant éll vá dret;

E si contra el consili es met,

Sots son habit está nelet,

Habit de mal;

Sots lo qual habit no val

Ni es leyal.


Religiós contemplatiu

Temor de Deu está son niu;

No tem menaças ne nuyl briu,

Ne no vòl esser sejorniu:

Vay preycar

Que anem tuyt en Ultra-mar

Per Deus honrar!


Religiós! entinme bé; (entiéndeme)

Si contra Deu fay nuyla re,

Molt pus gran pena te cové;

Car fenys te que faças mays bé

Que altre, e par

Que mays que altre 't deus guardar

En lo mal far.

Religiós! si vòls servir

Molt Deu, vay per s‘ amor morir,

E de la sancta fé ver dir

Als infaels, per convertir; (infieles; se encuentran variaciones de esta palabra)

Car gran plaer

Ha Deu d' hom qui vòl sostener

Mòrt per dir ver.


Religiós! oració

Fay a Deu molt gran, qu‘ él nos dó

Consili verdader e bò, (verdadero; vertader; de veritas: veritat, vertat, verdad)

E qu' el Papa dó gran perdó

Ab gran tresòr;

Car l' un e l' altre han lo fòr,

E mal hi mòr.


Religiós bò es presich

Que faça a l' hom que se castich (22)

E que dó a cell qui te rich;

E pus que t' es mes en oblit,

Vay preycar

Lo Papa, que vuyla passar

En Ultra-mar.


Religiós! si 'l papa vá

En Ultra-mar, tot hom irá,

Tota la terra conquerrá. (conquistará; conquerirà)

Religiós! si en tú ha

Gran ardiment,

Crida, preyca valentment

E mantinent.




Religiós! tú saps qu' el chá, (cà; can, perro)

Tant ladre, qu' hom s' en despertá, (lladre; ladra)

E fuyg lo mal e lo bé fá.

¿Quál de nosaltres ladrará,

Per despertar

Aquells qui poden gran bé far

En Ultra-mar?


Religiós! lo teu habit

Deu esser de molts béns complit.

E de bons eximplis guarnit,

Per ver amor esser ardit;

E sens pahor

Deu esser gran preycador

Per lo Senyor.


VII.

DE CONTRICCIÓ.


CONTRICCIÓ, a mon albir (23)

Tròp vos delicats en dormir (24),

¿Per qué no anats còr ferir

Del qual façats amor exir,

E gran amar,

Dolor, sospirs e molt plorar,

Per satisfar?


Contricció, cell qui no 'us vòl

Sens fina amor está tot sòl;

E si lo còr contrit no ‘s dòl,

De tot en tot serets en sòl;

Ja gras capó (28) (capón gordo, con mucha grasa; gras, como el foie gras)

No 'us valrá a dampnació,

Préchs ni perdó.

Contricció, lo nòm perdrets,

Si dels peccats dòl no havets;

E que 'ls peccats tant no plorets,

Com sabets que gran scarn fets;

Si no 'ls mundats,

Plena estarets de barats

E falsetats.

Contricció, hipocrita

Vos vá en torn, e si no 's fá

Lo consili, vostra lana

De falsetat mant hom vestrá,

Per destruir

Lo consili, fá jaquir

Deus a servir.


Contricció, vostre panó

Alcuna vets es tració;

Car ço que defòra eus per bò,

De dins es mal e falió

E gran peccat;

Perque havets lo nòm mudat

Per gran barat.


Contricció, cota e mantell

Fán de vos mant hom gran e bell,

E si vos sots de bòn capdell,

Deus vòl que hajats mant donçell

E mant cavall,

A destruir mal en vall

D' on mal tresall.




Contricció, no 'us vuyl mentir;

No ‘m play ab vos en lur dormir,

¿D' on fayts devocio exir

Si ‘l consili fayts er jaquir (26)?

E car plorats

Per ço que façats grans barats,

Mal vos n‘ es dats.


Contricció, a vos me dó

Ab que amets devoció,

E far consili gran e bò,

Fòra de tota tració

E mal pensar;

Ab vos iray en Ultra-mar,

Bé exalçar.


Contricció, qui bé es penet,

Tantost es exit de nelet;

E en tot ço qui es ha dret,

E per tot vá cap dret (27)

E es ardit,

Pus que está de mal exit,

Per vos guarnit.


Contricció, lo dejunar

Que fayts, el sospir e plorar,

Oració e lo cantar,

Tot se coneix al satisfar

De qual part vé;

Car luny está lo mal al bé,

Ço leu hom ve (28).




VIII.

DE SATISFACCIÓ.


SATISFACCIÓ es hostal

En qui no está negun mal,

Ne tem menaçes ne destral,

Car satisfer es son cabal;

Perque Deus há

Qui li ajuda ça e llá,

Segur está.


Satisfarás a ton voler

Del mal que has fayt, ab bé fer;

Satisfarás a ton saber,

A ton membrar e a ton poder,

Que 'ls dóns a Deu,

Per ço que trestot sia seu

Ab tot son feu.


Satisfarás a ton sentir

A imaginar e consir

En ayço que no deus tenir,

Ab còr contrit e ab sospir

De lo mal far,

E gran sia lo desirar

En Deus honrar.

Satisfé consili a Deu
En tot ço que ‘y sia seu;
Si no ho fas mal ten vendrá leu
En tot quant has, e será ‘t greu.
¡Oh, consili!
No ‘t valdrá tresòr ne cosí
A mala fí.

Si lo consili bò no ‘t sáb,
De sanctetat te farás gàb (29);
Nuyl bé menjarás en ton màb,
Ira de Deu será en ton càp.
¡Ah, robador!
No faças a Deu deshonor,
Lo teu Senyor.

Consira quant t‘ ha Deus donat,
E com te fá estar bastat,
E quant es ço que ‘l has emblat;
Si no ho sàbs, mala fuist nat.
Hages consell
Ab virtuts, no ‘t dóns del coltell,
Hages capdell.

Si no satisfás en aquest món,
En infern irás tan pregon,
Que de tot mal haurás ahon,
E nuyl bé no ‘t será en torn.
¡Ah, cavaller!
Sias bò e valent guerrer
E vay primer.

Si satisfás a ton parent
De ayço en que no has nient,
No satisfás, mas fentement (30)
Sabrás ho al traspassament,
Quant Deus dirá:
- “Qui no satisfá ço que ha,
Dampnat será.” -



Si satisfás a ta honor

Mays que a Deu, car es millor;

Si a éll satisfás amor,

Ell te dará lo dó major

De salvament,

Hon estarás eternalment

Alegrament.


Qui satisfá sí ha raysó,

No está pech, ne es moltó;

Si al consili diu de no,

No estará veray ne bò,

E tot lo mal

Que li vendrá, será hostal

De mal cabal.

IX.

DE DEVOCIÓ.


DEVOCIÓ! ¿e hon estats?

¿Poriem saber si vendriats

A est consili, si 'l amats?

E que al Papa tòst digats

E al cardenal

Que dona sots de lur hostal

Perfayt cabal (31)?


Devoció de volentat,

Siats cosina de bontat,

D' enteniment e de bòn grat,

E que no 'y sia nuyl barat

Ne dir de no

Al consili, com sia bò

De gran perdó.

Devoció, lo consirar

E li sospir e li plorar

Requeren a vos gran amar.

Prelats, barons a escalfar

Cascú vos pòrt

En Ultramar, e siats pòrt

De bòn conòrt.


Devoció, tot quant havets,

Sia amor, lausor e prets;

E si no fayts quant far porets,

Fals e debades planyerets (32):

Vostre plorar,

E 'ls sospirs fayts per enganar

Contra bé far.


Devoció, are 's parrá

Si lo vostre plorar valrá;

E si no vál, ¡ah! ¿quí creyrá

Vos e RAMON per paraulá

E per plorar?

Anats los altres enganar

E baratar.


Devoció, ara es temps

Que per vos sia tal comèns,

E per lo Papa quint Clemens,

Tot lo món ne sia jausens;

E si fallits,

¿Qui 'us creyrá per plòrs ne per crits

Vostres bélls dits?




¡Ah! ¿e qué vál gran caparó

En càp sens devoció?

¿Ne qué val menjar gras capó

Emblat a son bòn companyó,

Per Deus honrat,

Qui ab hom s' es aparentat

Per amistat?


Devoció, iray plorar

E al consili preycar

Als senyors qui lo poden far;

E si vos hi volets anar

E m' ajudats,

Cridarem trò sia altrejats

Bé ordenats.


Devoció sens ardiment,

Discreció, bò estament,

E sens manera d' ardiment,

No valrá 'l consili nient.

¿Qué nos farem?

De bòns fayts nos aparellem,

Quant hi irem.


Qui bé ama, no ha pahor,

Ne res no 's té a deshonor;

Pus que de Deus es servidor,

Al nostro hostal lexem pahor (33);

E ardiment

Sia nostre pà e piment, (sea nuestro pan y pimienta)

E bòn talent.


X.
DE ORACIÓ.

ORACIÓ! venits ab nos.
E que siam bòns companyós;
Vos preyrets Deus qui es bòs
Que ajút a fayre s‘ honors
Per sí honrar,
E lo consili acabar
Per Ultra-mar.

Oració, a Deu pregats
Que al Papa dó volentats,
Com es lo poder que ‘ls ha dats
Als cardenals e als prelats,
E los barons
E a totas religions,
Per far fayts bòns.

Oració, qui prega Deu
Que li perdó los peccats leu
El dó e no vòl esser seu,

Lo consili li es molt greu;
Vá per camí
A hostal greu de mala fí
Vespre e matí.

Oració, en mant hom sots,

Qui Deus prega per ço desots,

Plora, suspira al sanglots,

E de Deu no 'l cal una crots (34),

Perque fallits;

Car ets en homens mal nudrits (35)

De bòn fayts dits.

Oració, si com pregats

Ço que en boca vos formats,

En vostre còr mal pensats,

Com lo façats greument errats,

Res no valets;

Car no fayts lo bé que parlets,

E mal volets.


Oració, Deus diu de no

A quí 'l prega ab tració,

Ab sacrifici qui es bò

Mala lo met en son mentó.

Anats dormir;

Mantes vets m' havets fayt fallir,

Deus escarnir.


Oracio, al hom pech

Diu hom cauech bauech (36):

- E com vos estats fals alberch!

Bè 'us fá qui 'us diu qui' s famech. -

Oració,

Lo mal puja è lo bé no;

Deus vos perdó (37).


Los apostols preycaven,

Deus los dava que volien,

Los infaels convertien,

E per amar élls morien,

E per honrar;

Tròp vos havets venuda car
Per oblidar.


Oració, veig vos xantar,

Molt e petits miracles far;

Ab petit vos veig destorbar;

Par que no hajats gran amar,

Mays en cosí,

En sejornar, e en bòn ví (38),

E en aur fí.


Oració, ja no anets

Al consili si no volets;

Car Deus hi perdrá sos drets.

E si vos molt amar volets,

Deus vos valrá;

Per vos lo consili es fará,

E' l bé 'n vendrá (39).


RAMON, tot ço que pòt far

Per bòn consili ordenar,

Ab la senyera e preycar,

Aquells qui 'l poden ordenar

Per gran amor,

E qui han la força mayor

Per lo Senyor.


XI.


Senyor Deus: pluja,
Perque el mal fuja,
Car peccat puja!
------

Senyor, tal pluja donats,
Que en amor, Papa, prelats,
El Sepulcre sia cobrats,
E lo gran nòm vostre honrats.
Senyor Deus! pluja,
Perque el mal fuja,
Car peccat puja!

Quant el consili es justats (40),
Ver Deus, justicia donats
Per conseller a los prelats;
Car no ‘y será nuyl barats.
Al consili ver Deus ajudats (41).
Senyor Deus! pluja,
Perque el mal fuja,
Car peccat puja!

Prudencia sia conseller,
Que consella fayt vertader;
A lo consili es mester;
Sens ella no valrá diner.
Senyor Deus! pluja,
Perque el mal fuja,
Car peccat puja!


Fortitudo de gran confòrt

De lo consili sia pòrt;

Si no ho es já me ‘n desconòrt,

Car lo bé hi perdrá son sòrt (42).

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Si lo consili ha son fòr,

Temprança gran será el tresòr,

Car tot será vestit d' òr,

E de virtuts, e de bòn còr.

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Si la fé grans amichs no há

A lo consili ¿qué fará?

Lo consili es clamará

A Deu, car la fé no ‘y valrá.

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Qui 'l consili volrá honrar,

Esperança vuyla menar;

Car ab ella es porá acabar (43),

Fals hom no ‘y porá contrastar.

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!



Caritat venits aydar

Al consili, per lo bé far,

E ‘l Papa enamorar

E cardenals aconsellar.

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Avaricia es camí

Per qui hom vá a mala fí;

Si ella es al consili

Ell no valrá un peytani (44).

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Glotonía es destral

Ab còlp mortal;

Si al consili ha hostal,

Lo consili en res no vál.

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Si al consili vá ergull

Ab nuyl hom, ne en éll l' acull,

Tot hi será de mal escull;

No ‘y cal anar RAMON LULL.

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Accidia e neglijar

De far bé e destorbar,

Si al consili pót entrar,

No ‘y cal nuyl hom bò anar.

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Enveja es desijament

De fembra, castell e argent;

Si lo consili es son parent,

Tot será vestit de nient.

Senyor Deus! pluja,

Perque el mal fuja,

Car peccat puja!


Ira es trista passió;

D' ella no vé consell bò:

Si al consili ha maysó,

Lo consili no será bò.

Senyor Deus! pluja,

Que RAMON s' huja,

Car lo mal puja!


VARIANTES.

(1) En lònch e ample e ‘n pregon

(2) Aconsellar per bòn capdell,

(3) E la vòlp engana al capó (*)

(4) E si anats vespre, matí,

(5) Barat ne tòrt, mal no pendrets;

(6) Per fayt secrets.

(7) E Deus vos haurá desgrat;

(8) Si no li fayts far quant porá,

(9) Perque sant Pere ne sejorn,

(10) Ab bòn Rey, salvayre Jhesus;

(11) Car envenjats.

(12) A son orde cardenalat;

(13) No sáb fer còlps amanés

(14) E falsa amor si en son llit

(15) Senyors prelats! Bé 'n son cèrt ¡ah!

(16) Senyors prelats! tan mal me sent,

(17) Que el consili no si ment;

(18) E si 'u es ha defalliment

(19) Qui no 'n faça tembre un moltó;

E qui diu hoc e puis diu no

(hoc : sí en OCcitano, lenga d‘Ócocòcoch; en 146x todavía se encuentra en textos de los deputats del General de Cathalunya residents en Barchinona. Y pretenden decir que el catalán es una lengua diferente al occitano, JA JA JA.
Sus variantes o dialectos: provenzal, provençal, lemosin, lemosín, de Limoges, lengadoc, Languedoc, vivaroaupenc, gascón : aranés, catalan comprés, etc
).

(20) Ne gran flota de mant donçell,

(21) Al consili podets venir,

(22) Que fas a l' hom que se castich,

(23) Contricció, es a mon albir

(24) Tròp vos delitats en dormir,

(25) J‘ agras capó

(26) Si ‘l consili fayts en jaquir?

(27) E per tot vá cap aret

(28) Coleu hom ve.

(29) De seendat te farás gàb;

(30) No satisfás, mas fen tament

(31) Per fayt cabal.

(32) Fals adebadas planyerets: (debades; en vano)

(33) Al nostre hostal lexem pahor;

(34) E de Deu no 'l cal una nots, (**)

(*) En el texto dice rapó en vez del vocablo capó (capón) de la variante. La palabra rapó no la hemos visto usada por ningún autor lemosín; ni sabemos, si es que no sea equivocación de copista, su equivalencia castellana, aunque hayamos usado en el extracto que va al frente de la composición de la palabra raposa, para no dejar intraducido el pasaje. (la canción ai vist lo lop, lo “rainard”, la lebre; rabosa : zorra, zorro)

(**) En otro códice se lee: E de Deu no 'l cal una tiots, (crots : crotz : creu : cruz)

(35) Car ets en homens mal noyrits
(36) Diu hom cavech bavech:
(37) Deus vos ho perdó.
(38) E en sejornar, e en bon ví,
(39) E 'l ben venrá
(40) Quant al consili er justats,

(41) Al consili ver Deus aydats.
(42) Car lo bé hi perdrá son fòrt.
(43) Car ab ella es porá cobrar,
(44) Ell no valrá un peytavi.