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lunes, 29 de abril de 2019

LA RECONQUISTA DE JACA


2.18. LA RECONQUISTA DE JACA (SIGLO VIII. JACA)

Tras la conquista musulmana, en el siglo VIII, Jaca estaba gobernada por Abel el Malek ben Omar, pariente del propio Muza. Vivía en el lujoso castillo de Apriz, acompañado por su hija, la hermosa Zaida, con quien llegara desde África hacía algunos años.
Una tarde del mes de abril, mientras la joven oraba a su dios, se escuchó un rumor lejano que poco a poco se iba acercando: era el walí que regresaba del último combate contra los cristianos. Venía él delante, orgulloso de su nuevo triunfo, seguido de los soldados, que traían un magnífico botín y muchos cautivos. Zaida, inundada por la alegría de saber que su padre estaba a salvo, corrió a esperarlo en la puerta del castillo.
Los soldados miraban complacidos a la bella muchacha, y las penas de los cautivos parecían atenuarse ante ella. Uno de los cristianos prisioneros no pudo contenerse y gritó: «¡Aragón por san Jorge y las hembras sandungueras!». Este atrevido prisionero no era otro que el conde Waldo, hijo de don Rodrigo, a quien el walí, en lugar de darle muerte, lo hizo prisionero con la esperanza de obtener un buen rescate por él.
Zaida había quedado prendada del caballero cristiano y de la lisonja que se atreviera a pronunciar. Por eso, salvando múltiples peligros, la joven se decidió a visitar al cautivo en las mazmorras. Allí, ambos se declararon su mutuo amor, y, tras ocho días de visitas clandestinas, Zaida anunció a su padre que Waldo se convertiría al Islamismo y se casaría con ella. Y así acaeció.
Pero poco duró la felicidad de la pareja, pues la misma noche de la boda entró en Jaca el ejército cristiano y tomó el castillo y la ciudad, acuchillando a todos los infieles, incluido Abel el Malek. Zaida fue hecha prisionera y destinada al servicio de la mujer del conde don Aznar.
Waldo, que había sobrevivido al ataque, reorganizó el ejército moro e intentó recobrar la ciudad, pero fue derrotado por los cristianos, quienes, junto con algunas otras, expusieron su cabeza ensartada en una lanza para escarmiento de los infieles. Zaida se desvaneció ante tan cruel espectáculo.
Así castigaba Dios la apostasía de un cristiano.

[X.X., «En el castillo “Apriz” de Jaca», Aragón, 166 (1940), pág. 59.]

2.19. LAS MUJERES EN LA RECONQUISTA DE JACA (SIGLO VIII. JACA)

Jaca, como el resto del actual Aragón, había pasado rápidamente a poder de los musulmanes a comienzos del siglo VIII, y la mayor parte de sus habitantes habían huido hacia las altas montañas en espera de mejores tiempos. Poco después, en San Juan de la Peña, un puñado de no más de trescientos cristianos había nombrado como primer rey de Sobrarbe a García Íñiguez, que no sólo recobró Aínsa y Pamplona, sino que llegó hasta Álava. No obstante, Jaca, a poca distancia del cenobio pinatense, continuaba en manos moras.
Mientras García Iñiguez recorría victorioso tierras alavesas, capitaneaba en su nombre las tropas cristianas que vivaqueaban por las sierras de San Juan y Oroel, hasta llegar a la vera del río Aragón, un guerrero valiente llamado Aznar. Éste, sintiéndose con fuerzas suficientes, decidió sitiar Jaca hasta ganarla por las armas y repoblarla, reparando sus murallas, restituyendo sus iglesias y poniendo en explotación las tierras circundantes que regaban los ríos Aragón y Gas. El rey García Íñiguez, alentado por la recuperación de Jaca, creó —corría entonces el año 759— el condado de Aragón, designando, como no podía ser menos, al valiente Aznar como primer conde del territorio.
Al año siguiente, el primer viernes del mes de mayo, no menos de noventa mil moros, a las órdenes de cuatro experimentados adalides, llegaron desde Navarra para tratar de retomar Jaca, dada su importancia estratégica. El conde Aznar les salió presto al encuentro en las tierras onduladas de Guaso, donde el río Gas confluye en el Aragón.
En la batalla, que fue tremendamente sangrienta y reñida, el menor número de combatientes cristianos fue contrarrestado por su mayor arrojo y por el apoyo moral de la virgen de la Victoria, que se apareció a las tropas para infundirles ánimo. No obstante, fue definitiva la ayuda inesperada de las mujeres jaquesas que, armadas y vestidas completamente de blanco, acudieron en socorro de sus hombres. Sorprendidos, los musulmanes sufrieron una humillante derrota, quedando tendidos en el campo de batalla los cuatro adalides, representados desde entonces en el escudo de armas de la ciudad de Jaca.
[Anónimo, «Conquista de Jaca», en Eco del Pirineo Central, 4 (Jaca, 1881). Lustono, E. de, «La conquista de Jaca», El Pirineo Aragonés, 3 (Jaca, 1882). Leante García, Rafael, Santuarios..., págs. 101-105.

Olivera, Gonzalo, Condado de Aragón..., págs. 26-29.]

https://es.wikipedia.org/wiki/Jaca

Jaca (Chaca o Xaca en aragonés) es un municipio de la provincia de Huesca, capital de la comarca de La Jacetania en la comunidad autónoma de Aragón, España.


El término municipal, además del casco urbano de Jaca, incluye los núcleos de población de Abay, Abena, Acín, Ara, Araguás del Solano, Ascara, Asieso, Astún, Atarés, Badaguás, Banaguás, Baraguás, Barós, Bataraguá, Bergosa, Bernués, Bescós de Garcipollera, Binué, Botaya, Caniás, Espuéndolas, Fraginal, Gracionépel, Guasa, Guasillo, Ipás, Jarlata, Larrosa, Lastiesas Altas, Lastiesas Bajas, Lerés, Martillué, Navasa, Navasilla, Novés, Orante, Osia, Ullé, Villanovilla y Yosa de Garcipollera, denominados «barrios rurales» y que acogían a inicios de 2018 a 951 habitantes.



Panorámica de Jaca a los pies de la peña Oroel desde el Fuerte de Rapitán.
Panorámica de Jaca a los pies de la peña Oroel desde el Fuerte de Rapitán.

Jaca es la capital de la comarca de La Jacetania y dista 72 km de Huesca, la capital provincial, y 143 km de Zaragoza. Está situada en el norte de la provincia, en el valle del Aragón, único gran valle paralelo al eje de la cadena pirenaica. La prolongación de este eje, desde la Cuenca de Pamplona, al oeste, hasta la Cuenca de Tremp, al este, facilita las comunicaciones entre Navarra y Cataluña a través del norte de Aragón.


La ciudad está emplazada en la depresión de la Canal de Berdún, a 818 msnm, sobre una terraza fluvioglaciar en la margen izquierda del río Aragón a la salida del valle de Canfranc, precisamente en el exterior del codo que forma el río al cambiar la dirección norte-sur por la este-oeste que lleva sobre la Canal de Berdún.


Edad Antigua

Iaca o Iacca —nombre antiguo de Jaca— era la capital de los iacetanos, citados por el historiador griego Estrabón (siglo I) como un pueblo que se extendía desde las estribaciones del Pirineo hasta las llanuras, llegando hasta la región de los ilergetes alrededor de Ilerda (Lérida) y Osca (Huesca). Poco se sabe de su límite occidental, pero se ha sugerido que pudo estar en Navardún, término céltico que aludiría al antiguo nombre de unos extintos navarri sobre los cuales surgió luego el topónimo Navarra. Los iacetanos (Iakketanoi, en griego) eran parientes de los aquitanos (Akkitanoi), siendo ambos pueblos parecidos. De acuerdo a Estrabón, hubo entre los iacetanos reminiscencias de usos matrilineales, predominio del pastoreo, agricultura complementaria —acaso a cargo de las mujeres— y actividades guerreras como solución habitual a los problemas económicos.

Iaca acuñó moneda autónoma con alfabeto ibérico y se piensa que controlaba la actual Jacetania y la Canal de Berdún. Excavaciones arqueológicas dentro del casco urbano han descubierto en el nivel más profundo fragmentos de cerámica fabricada a torno con «técnica ibérica», así como cerámica campaniense de tipo A. Dicho material, fechado en el siglo II a.C., supone la aparición de los primeros indicios arqueológicos que se pueden relacionar con la población indígena de Iaca.


Existe una hipótesis alternativa, menos plausible, postulada en el siglo XVI por el cronista imperial Florián de Ocampo —y que decía haber explicado Alonso de Nebrija—, que afirma que Jaca fue fundada por el capitán griego Dionisio Baco —de sobrenombre Yaco— en el año 1325 a. C.


En el año 195 a. C., el cónsul romano Marco Poncio Catón inició la conquista de la ciudad que terminó en la primavera de 194 a. C. A fines del siglo III a. C. y comienzos del II a.C., los iacetanos habían efectuado numerosas expediciones de rapiña sobre los suessetanos afincados en las llanuras centrales de Aragón y parece ser que, en general, lo habían hecho impunemente.​ Conociendo la enemistad entre iacetanos y suessetanos, Catón situó a estos últimos delante de la escasa caballería romana ante las puertas de Iaca, provocando la salida de los montañeses, acostumbrados a vencer siempre a sus vecinos; una vez quedó desguarnecida la ciudad, ésta fue conquistada por el cónsul.



Integrada en el Imperio romano, Jaca constituyó un punto de vigilancia de los caminos del Pirineo y desarrolló una próspera economía cuyo auge se mantuvo hasta el siglo III. En el siglo IV entró en decadencia por la amenaza de los bandidos que atacaban a las caravanas y a los mercaderes que transitaban los caminos pirenaicos.

En las montañas de los Pirineos se conservaron territorios cristianos tras la conquista de los árabes debido al protectorado carolingio establecido por Carlomagno en la llamada Marca Hispánica. Uno de esos condados fue el núcleo del Reino de Aragón. Hacia 920, establecido por el Reino de Pamplona como condado independiente de los francos, Galindo II Aznárez repobló antiguas poblaciones de la cuenca del río Aragón, a lo largo de la cual se articulaba el condado, entre las que se encontraba Jaca, que entonces era una fortaleza habitada por unos pocos pobladores, una aldea con actividad meramente agropecuaria. Pertenecía a una zona dependiente del monasterio de Siresa y contaba con un monasterio con una iglesia de planta basilical, una nave y cabecera plana, que fue reformada en el siglo XI y derribada en 1841.​


Jaca era a comienzos del siglo XI un castro (o campamento militar fortificado) perteneciente al Reino de Pamplona, a cuyo entorno había surgido un conjunto exiguo de viviendas, pero que iría cobrando cada vez mayor importancia por su situación al pie del paso de Somport (uno de los más accesibles para acceder a Francia desde la Edad Antigua) y por su situación estratégica en el Camino de Santiago que, en este siglo, iba a cobrar creciente importancia, y como cabeza del camino hacia Pamplona que recorría la Canal de Berdún.



A la muerte en 1035 del rey de Pamplona Sancho Garcés III, apodado el Mayor, este deja escrito el reparto de sus extensos dominios a sus diferentes hijos. Uno de ellos, Ramiro (1006-1063), que ya ejercía de Régulo en La Jacetania y norte de Huesca, se convertirá en Ramiro I de Aragón y establece en Jaca una residencia regia, posiblemente en el castro fortificado, y situó cerca del monasterio de San Pedro la sede del obispo de Aragón, denominado así hasta que en 1077 Sancho Ramírez dotara a Jaca de su fuero e iniciara, hacia 1082, la construcción de la sede catedralicia. La posesión de fueros, catedral con obispado y su ciudadela, hicieron de Jaca la primera y más importante capital del Reino de Aragón. Sin embargo, entre el monasterio de San Pedro y el castro inicial, la aldea estaba deshabitada. Como señaló José María Lacarra, siendo sede real y residencia habitual del obispo aragonés, comenzaron a llegar personas dedicadas a la administración y comerciantes que hicieron de Jaca algo más que una aldea dedicada exclusivamente a la ganadería y la agricultura.


Retrato idealizado de Galindo II Aznárez, conde de Aragón, que repobló Jaca en torno a 920.
Retrato idealizado de Galindo II Aznárez, conde de Aragón, que repobló Jaca en torno a 920.
Así, en 1063 se celebró en la localidad el Concilio de Jaca. El historiador Jerónimo Zurita, en sus Anales de la Corona de Aragón, refiere que Ramiro I «porque había diversos abusos en el estado eclesiástico y por descuido de los reyes pasados duraban grandes corruptelas contra lo establecido por los sagrados concilios generales que hubo en la primitiva Iglesia, procuró que se congregase en la ciudad de Jaca concilio provincial».

También señala que este monarca fue el primero de los reyes de la península ibérica en restaurar los «cánones», que no debieron ser otros que los establecidos por el Concilio de Roma de 1059 referidos a la vida canónica y al celibato de los clérigos.


Otro de los resultados de este concilio fue restablecer la diócesis de Huesca —suprimida durante el dominio musulmán—, quedando la sede provisional en Jaca en tanto no se reconquistara Huesca.


Pero el definitivo impulso a Jaca se lo dio Sancho Ramírez en 1077 cuando, por lo dispuesto en el mencionado fuero, pionero entre los territorios cristianos y difundido posteriormente en otras ciudades de Navarra o Cuenca, convirtió a la villa en ciudad, la dotó de sede episcopal, en cuya catedral se asentaría el ahora obispo de Jaca, y le dio el estatus que la hacen ser considerada la primera capital del reino entre 1077 y 1096 en que, conquistada Huesca, sucedería en el obispado y capitalidad. Asimismo, edificó Sancho Ramírez un nuevo palacio real en el barrio de Santiago, y unificaría los tres núcleos iniciales (castro fortificado, monasterio de San Pedro y burgo de Santiago) en una sola entidad poblacional unida por dos calles cruzadas, al modo del cardo y decúmano romanos, y las viviendas de todos aquellos hombres francos que quisieran acogerse a los nuevos privilegios que se decretaron para los habitantes de Jaca.


el fuero de Jaca



La pérdida de la capitalidad no implicó para Jaca la desaparición de otras funciones urbanas relacionadas con su situación geográfica. Así, siguió desempeñando su papel de ciudad-mercado y de servicios para su comarca; también, como ciudad final de etapa, Jaca cobraba uno de los cinco peajes que se percibían sobre la ruta de Zaragoza a Francia, y albergaba a los peregrinos a Santiago de Compostela.


Las pestes y los incendios de finales de la Edad Media hundieron a Jaca en una profunda crisis de la que no saldría hasta la intervención de Fernando el Católico para formar un gobierno local. La burguesía se vio favorecida por esta situación y muchos se convirtieron en mecenas de artistas cuyo resultado se puede apreciar especialmente en la catedral.



Vista aérea de la Ciudadela de Jaca.

La situación fronteriza de Jaca se fue determinando a medida que se consolidaban los límites territoriales de los reinos europeos y los Pirineos se erigían como eficaz frontera natural. La ciudad se consolidó como plaza militar desde la que defender los reinos peninsulares de una hipotética invasión francesa. A este respecto, Felipe II ordenó la construcción de varias fortalezas a lo largo de todo el Pirineo. En 1592 este monarca ordenó la construcción de una fortaleza en los campos que habían configurado el Burgo Nuevo, el barrio levantado extramuros de la ciudad. Así, se levantó una soberbia fortaleza pentagonal diseñada por el ingeniero italiano Tiburcio Spannocchi, la Ciudadela de Jaca, para dar respuesta a un ejército provisto de artillería. De esa época es también la bella Casa Consistorial (1544), construida según el estilo de los palacios platerescos aragoneses.

La epidemia de peste que asoló el levante peninsular a mediados del siglo XVII —cuyos primeros brotes surgieron en Valencia en 1647— ocasionó una mortandad entre la población de Jaca del 42%.16​17​ La epidemia llegó en dos oleadas diferenciadas: la primera entre octubre de 1653 y febrero de 1654, y la segunda —la más devastadora— entre mayo y diciembre de 1654.


En la Guerra de Sucesión, Jaca se puso del lado de los Borbones. Por ello, en 1707 fue asediada por aliados del Archiduque Carlos y socorrida por el marqués de Salutcio a cuya vista se retiraron a un bosque, donde fueron atacados por el marqués de Santa Coloma, quien les mató mucha gente e hizo numerosos prisioneros. El rey Felipe V gratificó a la ciudad de Jaca con los títulos de «muy noble, muy leal, y muy vencedora», añadiendo la flor de lis al escudo de sus armas que ostentaba la Cruz de Sobrarbe y las cuatro cabezas, emblema de la batalla de Alcoraz.


A finales del siglo XVIII, Jaca jugó un papel importante en la Guerra del Rosellón, al ser uno de los objetivos de los revolucionarios franceses por su situación estratégica. En la Guerra de la Independencia, la ciudad se rindió a los franceses el 21 de marzo de 1809 a causa de la deserción que fomentó en secreto el misionero Fray José de la Consolación, que gozaba de influencia, quedando dentro de la plaza muy pocos soldados. El general Mina recuperó la plaza en febrero de 1814.


En el marco de las Guerras Carlistas, fueron denunciados en 1839 varios soldados de la guarnición de Jaca por vender armas a los "revolucionarios". Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Jaca en los términos siguientes: «sus casas en número de 488 de sólida y buena construcción todas blanqueadas, cómodas y aseadas en su interior, se distribuyen en 37 calles bien alineadas, empedradas, y la mayor parte con aceras... tiene 7 plazas, entre las cuales solo la llamada Campo del Toro y la del Mercado con soportales, destinada á la venta de hortalizas, son las principales, pues las otras no tienen objeto y son pequeñas».​ La Revolución Gloriosa de 1868 trajo consigo el nacimiento de la Junta revolucionaria de Jaca, enfrentada a la de Huesca, que tomó una serie de medidas tales como la supresión del Seminario o la creación de los Voluntarios de la Libertad, completadas en el sexenio revolucionario con la construcción de la carretera de Jaca a Francia.


Jaca experimentó a principios del siglo XX un despertar urbanístico y demográfico, motivado en buena medida por el derribo de su muralla medieval, que se inició en 1908. En 1928 llegó el ferrocarril a Canfranc, a cuya inauguración asistió el monarca Alfonso XIII. En ese mismo año también se creó la Universidad de Verano.

El 12 de diciembre de 1930 tuvo lugar el episodio de la Sublevación de Jaca, pronunciamiento militar contra la monarquía de Alfonso XIII durante la «dictablanda» del general Berenguer. Se inició con la proclamación de la República desde los balcones del ayuntamiento jaqués y el nombramiento de la primera alcaldía republicana. Al mismo tiempo se organizaron dos columnas dirigidas por el capitán Fermín Galán y Salvador Sediles que partieron hacia Huesca.


La sublevación fue sofocada en la madrugada del día siguiente y el 14 de diciembre fueron fusilados los capitanes Galán y García Hernández, mientras que el capitán Sediles, también condenado a muerte, fue indultado ante las movilizaciones populares. Sin embargo, los efectos de esta sublevación se dejaron sentir en la proclamación de la Segunda República Española cuatro meses después; tras las elecciones del 12 de abril, la monarquía se exilió y se proclamó la República, que les reconoció como "mártires".


Conclusión


Pero tras esto, lo más notable de Jaca es su condición de pionera. Primera capital del Reino de Aragón, primera que aclamó a Ramiro II "el monje", primera que se sublevó a favor de la república, cuando se hizo famosa su Calle Mayor, la misma ruta que cantó Miguel Fleta en ritmo de jota. Grandes personajes y escritores hablaron de Jaca; en el siglo XIII, Alfonso X el Sabio, hablaba de la jacetana fiesta de la victoria; en el Renacimiento, Nebrija, explicaba sus orígenes legendarios; Cervantes la cita en El Quijote hablando de sus grandes montañas; Unamuno alaba la Peña de Oroel; y Ramon y Cajal describe su largo periodo de vida en la ciudad.



miércoles, 14 de febrero de 2024

Lexique roman; Engan - Epyzeuzis


Engan, Enjan, s. m., tromperie, fraude.

Voyez Muratori, dissert. 33. 

Si vos o tendrei et vos o atendrei tot senes engan. Titre de 960.

Ainsi je vous le tiendrai et je vous le maintiendrai tout sans tromperie.

On trobava enjan e non fe. 

(chap. Aon trobaba engañ y no fe.)

Folquet de Marseille: En chantan. 

Où je trouvais tromperie et non foi.

Per bona fe e ses engan, 

Am la plus belha e la melhor.

B. de Ventadour: Non es meravelha. 

Par bonne foi et sans tromperie, j'aime la plus belle et la meilleure.

Per qu' a bona dompna cove 

Que conosca ont es noiritz 

Engans ni fals entendemens.

Aimeri de Bellinoi: Aissi com hom.

C'est pourquoi à bonne dame il convient qu'elle connaisse où est nourrie tromperie et fausse affection. 

Loc. fig. Porta las claus d'engan e de non fe. 

G. de Berguedan: Amicx. 

Porte les clefs de fraude et de mauvaise foi.

ANC. FR. Qui me puet faire plus d' engaignes.

Roman de la Rose, v. 8548. 

ANC. CAT. Engan (sin ny). ESP. Engaño. PORT. Engano. IT. Inganno.

(chap. engañ; v. engañá.)

2. Enguana, s. f., tromperie, fraude.

Qant autres fan enguanas farguar 

Et elhs enguans per maior maystria. 

P. Cardinal: Un sirventes. 

Quand autres font forger tromperies et les fraudes par plus grande maîtrise.

3. Enjanamen, s. m., tromperie, fraude.

Car senes leis tot es enjanamen.

(chap. Ya que sense ella tot es engañamén.)

P. Milon: A vos amors.

Car sans elle tout est tromperie.

ANC. FR.

De Richart k'il perdi par tiex engignement. 

Ankes dobteit Francheiz è lor engignement. (Ankes o Aukes)

Roman de Rou, v. 3204 et 4507. 

ANC. CAT. Enganament. ANC. ESP. Engañamiento. IT. Ingannamento.

(chap. engañamén, engañamens, engañamenta, engañamentes.)

4. Enganaire, Enganador, s. m., trompeur.

Quar a la pagua van tut, 

L'enguanat e l'enguanaire, 

Si com Abels e son fraire.

P. Cardinal: Rasos es.

Car tous vont à la paie, le trompé et le trompeur, tout comme Abel et son frère.

Li enguan 

Qu'aura fag l'enguanaire

Retornaran 

Sobre l'enguanador.

P. Cardinal: Tals cuia be. 

Les tromperies qu'aura faites le trompeur, retomberont sur le trompeur.

ANC. CAT. Enganador. ESP. Engañador. PORT. Enganador. IT. Ingannador.

(chap. engañadó, engañadós, engañadora, engañadores.)

5. Enganairitz, s. f., trompeuse.

Albert marques, vers es qu'ieu ai amada 

L'enganayritz don m'avetz escomes. 

T. d'Albert Marquis et de R. de Vaqueiras: Ara m. 

Albert Marquis, il est vrai que j'ai aimé la trompeuse dont vous m'avez défié. 

Adj. Per mal que m fetz la bella enganairitz. 

Rambaud de Vaqueiras: Savis e folhs. 

Pour le mal que me fit la belle trompeuse. 

Adoncs es ben dregz qu'om lais 

Fals' amor enguanairitz.

Pierre d'Auvergne: En estiu. 

Alors il est bien juste qu'on laisse fausse amour trompeuse.

Roma enganairitz, 

Qu' etz de totz mals guitz

E sims e razitz.

G. Figueiras: Sirventes vuelh. 

Rome trompeuse, qui de tous maux êtes guide et sommet et racine.

ANC. CAT. Enganaritz. IT. Ingannatrice.

6. Enganable, adj., capable de tromper, insidieux.

En faytz et en ditz enganables.

Leys d'amors, fol. 37.

En faits et en dits capables de tromper.

L'enemic dih lhi resposta enguanabla.

Cat. dels apost. de Roma, fol. 137. 

L'ennemi lui dit réponse insidieuse.

7. Enganar, Enjanar, v., tromper.

Non enganera sua persona. Tit. de 985. 

(chap. No engañará la seua persona.)

Il ne trompera pas sa personne.

Pus que tos vezis enganas

Ab fals pes, ab falsas canas.

P. Cardinal: Jhesum Crist. 

Puisque tu trompes tes voisins avec faux poids, avec fausses mesures. Anet lonc temps per lo mon per enganar las domnas.

V. du comte de Poitiers.

Il alla long-temps par le monde pour tromper les dames.

Tals cuia autrui enganar

Que si mezeis lassa e repren.

Pistoleta: Manta gent. 

Tel pense tromper autrui, qui lui-même s'enlace et se reprend.

A penas er negus drutz, so sapchatz, 

Que non enjan o no si' enjanatz.

Peyrols: Ab gran joi. 

A peine sera nul amant, sachez cela, qui ne trompe ou ne soit trompé.

Enjanan cre l'us l'autre far son pro.

Aimeri de Peguilain: Mantas vetz. 

L'un l'autre croit faire son profit en trompant. 

Quar conois qu' ieu mezeis m'engan.

P. Raimond de Toulouse: Enquera. 

Car je connais que je me trompe moi-même.

Part. pas. En aissi m sui enganada e trahia. 

La Comtesse de Die: A chantar. 

Ainsi je me suis trompée et trahie.

Subst. Quar a la pagua van tut, 

L'enguanat e l'enguanaire.

P. Cardinal: Razos es. 

Car tous vont à la paie, le trompé et le trompeur. 

ANC. FR. Renart qui tot le mont engane. 

Roman du Renart, t. II, p. 20. 

Clerc i sont engané sovent.

Fables et cont. anc., t. II, p. 280. 

Bien voit qu'il l'ont traïe et qu'il l'ont enganée.

Roman de Berthe, p. 27.

ANC. CAT. Enganar. ESP. Engañar. PORT. Enganar. IT. Ingannare.

8. Enganosament, adv., trompeusement. 

Ton fraire m'es vengut... enganosament, e a pres la tieua benediccion.

Hist. abr. de la Bible, fol. 7.

Ton frère m'est venu... trompeusement, et a pris la bénédiction tienne. ANC. CAT. Enganosament. ESP. Engañosamente. PORT. Enganosamente. IT. Ingannevolmente. (chap. engañosamen.)

Enges, s. m., vase, auge, coupe. 

Set enges de fust e tres de veire.

Palais: Molt m'enoia. 

Sept coupes de bois et trois de verre.

(chap. engerra, engerres.)


Engres, adj., fâcheux, violent, pénible.

Ben conosc que drutz mesclius, 

Fals, engres e deschauzitz, 

Es mays amatz e grazitz 

Qu'us adreitz.

Raimond de Miraval: Pus oguan. 

Bien je connais que galant querelleur, faux, violent et grossier, est plus aimé et chéri qu'un loyal. 

Per que l' afans no m pot esser engres. 

Arnaud de Marueil: Us joys. 

C'est pourquoi la peine ne me peut être fâcheuse. 

Son dous plazen rire 

M'a donat martire

Engres.

Giraud de Salignac: Per solatz. 

Son doux agréable sourire m'a donné pénible martyre. 

Subst. L' engres, fals, engeingnaire.

B. Zorgi: L'autr' ier. 

Le violent, faux, trompeur. 

ANC. FR. Le siècle est si engrés de demander que pou sont de gent qui resgardent au sauvement de leur âmes.

Joinville, p. 139.

Mes tu es si angresse et fole.

Marie de France, t. II, p. 380. 

Quant il de li se tient plus près, 

Et il plus est d'amer engrès.

Roman de la Rose, v. 2368. 

Me cumbatrai par la grant presse 

U la bataille iert plus engresse.

Roman de Rou, v. 12802. 

Et si levrier vienent après 

Qui de prendre le sont engrès. 

Roman du Renart, t. III, p. 100.

2. Engrestara, s. f., agression, félonie.

Anc, al temps d'Artus ni d'Ara, 

No creis que nuls hums vis 

Tan bel colp cum en las crins 

Pris Sordel, d'un' engrestara. 

Un troubadour anonyme, Coblas esparsas.

Oncques, au temps d'Artus et d'Ara, je ne crois pas que nul homme vit si beau coup comme, d'une agression, Sordel reçut en les cheveux. 

ANC. FR. Trop estoit baude et hardie, selonc la coustume de tel fame, à faire engresties et félonnies. 

Chr. de Fr., Rec. des Hist. de Fr., t. III, p. 208. 

Et il l'ocist par engresté.

Marie de France, t. 1, p. 322. 

En catalan, engrescar signifie disputer, attaquer.

(N. E. ESP. 1. tr. Incitar a riña. U. t. c. prnl.

Sin.: enzarzar, cizañar, encizañar, azuzar, malmeter, enredar, incitar, enardecer, achuchar.

2. tr. Meter a otros en broma, juego u otra diversión. U. t. c. prnl.

Chap. engrescá, engrescás: yo me engresco, engresques, engresque, engresquem o engrescam, engresquéu o engrescáu, engresquen; engrescat, engrescats, engrescada, engrescades.)


Enigma, s. f., lat. enigma, énigme.

Enigma es filha de allegoria. Leys d'amors, fol. 137.

Énigme est fille d'allégorie. 

CAT. ESP. PORT. IT. Enigma. (chap. enigma, enigmes; enigmátic, enigmatics, enigmática, enigmátiques.)


Enportun, adj., lat. importunus, importun, déplaisant.

Ben es enportus,

Car no m respondes ab motz clus.

T. de Sifre et de Bernard: Mir Bernard.

Vous êtes bien déplaisant, car vous ne me répondez avec mots couverts. CAT. Importú. ESP. PORT. IT. Importuno. (chap. carregán, pesat, fastidiós, enfadós, podrit, com Carlos Rallo Badet.)

2. Enportunamen, adv., importunément.

Los truans Pataris que van par lo setgle... tan emportunamens mostron lurs paupertatz. V. et Vert., fol. 69.

Les truans Patarins qui vont par le monde... montrent si importunément leurs pauvretés.

CAT. Importunament. ESP. PORT. IT. Importunamente.

3. Emportunitat, s. f., lat. importunitatem, importunité.

Per lor gran emportunitat.

Brev. d'amor, fol. 125.

Par leur grande importunité.

CAT. Importunitat. ESP. Importunidad. PORT. Importunidade. IT. Importunità.


Ensa, s. f., lat. ensis, épée, glaive.

Ensa per espaza. Leys d'amors, fol. 69.

Glaive pour épée.


Ensems, Ensemps, Essemps, adv., lat. insimul, ensemble. 

Voyez Denina, t. III, p. 102; Muratori, dissert. 33; Aldrete, p. 179.

Volia que ill aguesson guerra ensems, lo paire e lo fils.

(chap. Volíe qu'ells tingueren guerra juns (entr'ells), lo pare y lo fill.)

V. de Bertrand de Born.

Il voulait qu'ils eussent guerre ensemble, le père et le fils.

Los meta amdos en paradis ensemps.

Aimeri de Peguilain: Anc no cugei. 

Les mette tous deux ensemble en paradis. 

Estem essems, no nos partam; 

Essems vivam, essems muyram.

Passio de Maria.

Demeurons ensemble, ne nous séparons; ensemble vivons, ensemble mourons.

Vers es que los cors son essems,

E ja no s partiran nulh temps.

Arnaud de Marueil: Dona selh.

Il est vrai que les coeurs sont ensemble, et que jamais ils ne se sépareront en aucun temps.

Adv. comp. Cel que tot ben pert a ensems.

A. Daniel: Amors e joy.

Celui qui perd tout bien à la fois.

ANC. CAT. Ensems. ANC. ESP. Ensemble. IT. Insieme. (chap. en assamblea, juns, ensamblats, tots a la vegada; v. ensamblá.)

2. Essembladamens, Assembladamen, adv., ensemble.

O dos o tres o catre tot essembladamens.

P. de Corbiac: El nom de. 

Ou deux ou trois ou quatre tout ensemble. 

Adonc fo Dieus e hom tot assembladamenz.

P. de Corbiac: El nom de. 

Alors il fut Dieu et homme tout ensemble. 

Inpedient lor passage assembladament.

Eluc. de las propr., fol. 249.

Empêchant leur passage ensemble.

ANC. FR. Prindent assembléement le chemin. 

Lett. de rém. Carpentier, t. I, col. 335.

3. Asemblar, v., assembler.

Voy. sur ce mot Muratori, diss. 33.

Pauc e pauc s'asembla et esdeve grans et efla.

Liv. de Sydrac, fol. 103. 

Peu à peu s'assemble et devient grand et enfle. 

ANC. ESP. Asembló sos poderes de todo so regnadv.

V. de S. Millán, cop. 418.

IT. Assembrare.

Le Dictionnaire d'Alberti porte voce provenzale.

4. Assemblansa, s. f., réunion, assemblée.

Troba lo rey aparelhat per anar combatre... 

Si regarda tant la assemblansa del rey.

L'Arbre de Batalhas, fol. 114.

Trouve le roi préparé pour aller combattre... Il regarde beaucoup la réunion du roi.

5. Assemblada, s. f., assemblée.

Suspect no deu intervenir en l'assemblada.

Fors de Béarn, p. 1073. 

Suspect ne doit intervenir dans l'assemblée. 

(CAT. Assamblea, com l'ANC; ESP. Asamblea.) PORT. Assemblea. 

ANC. IT. Assembiata.

6. Assemblatiu, adj., copulatif. 

Per adverbi assemblatiu.

O son... assemblativas.

Leys d'amors, fol. 122 et 26.

Pour adverbe copulatif. 

Ou elles sont... copulatives.


Ent, adv., lat. inde, en, de là, d'ici.

Denina, t. I, p. 168, dit que Ent est l' * grec et l' inde latin.

Veder ent pot l'om per quaranta ciptatz.

(chap. Vore NE pot hom per coranta siudats.)

Poëme sur Boèce.

On en peut voir par quarante cités.

ANC. FR. Alés vos ent; none est sonée.

Fables et cont. anc., t. IV, p. 67.

Je dois faire remarquer que Int, Ent du latin Inde, qui a produit dans la langue romane Ent, a sans doute existé dans l'ancien espagnol, puisqu'on y retrouve dalind, dalent.

ANC. ESP. Acá torna Bucar venist dalent mar.

Poema del Cid, v. 2419.

ESP. MOD. IT. Ende.

2. En, adv., lat. inde, en, de là, d'ici. 

Trastuh dison a Karle: Senher, tornem nos en.

(chap. Tots li diuen a Carlos: Siñó, entornemon.)

Roman de Fierabras, v. 3817.

Trétous disent à Charles: Seigneur, retournons-nous-en.

Vauc m'en lay a selui 

On merce clamon pelegri. 

Le Comte de Poitiers: Pus de chantar. 

Je m'en vais là à celui où les pélerins crient merci. 

ANC. FR. Au bois s'en foui tot honteus.

Roman du Renart, t. I, p. 4.

CAT. Ab aytan metzina s'en fuy.

Trad. catalane dels auz. cass.

3. Ne, adv., en, de là, d'ici.

Adoncs sentiro un' odor

Que ne issi tota la melhor.

(chap. literal: Entonses van sentí una auló que ne ixíe tota la milló.)

V. de S. Enimie, fol. 56.

Alors ils sentirent une odeur qui en sortit toute la meilleure.

IT. La polvere posta in alto ne è portata e sparta dal vento.

Dict. de la Crusca, v°. En.


Entamenar, v., du grec *, entamer, mettre en pièces. 

Voyez Leibnitz, Coll. étym., p. 57.

El cop que t don

Non pot ton elme entamenar...

E vai sus en l'elme ferir

Tal colp que fuec en fai sailir,

Mas jes non l'a entamenat.

Roman de Jaufre, fol. 13.

Le coup que je te donne ne peut entamer ton heaume... Et va frapper tel coup sur le heaume qu'il en fait jaillir feu, mais point ne l'a entamé. 

Non es cars frugz pus vil cors l'entamena. 

Serveri de Gironne: Qui bon. 

N'est fruit précieux puisque vil corps l'entame. 

Ieu irai lo tant cercar 

Tro que puesca l'entamenar.

Roman de Jaufre, fol. 33. 

J'irai tant le chercher jusqu'à ce que je puisse l' entamer. 

Part. pas. Si qu' el duc es un pauc en carn entamenatz.

Roman de Fierabras, v. 3572. 

Tellement que le duc est un peu entamé en la chair.


Enteruscle, s. m., zeste, écorce.

L'enteruscle de l'amela,

C'om clama git per autre nom...

E l'enteruscle de las vitz.

Deudes de Prades, Auz. cass. 

Le zeste de l'amande, qu'on appelle git par autre nom...

Et l'écorce des vignes.


Entomar, v., sodomiser.

Que garsos corba et entoma.

G. de Berguedan: Mal o fe.

Qui courbe et sodomise les garçons.


Entre, prép., lat. inter, entre, parmi. 

Metre l'escut denan, 

Savals entre lui e se.

Cadenet: Amors e com er. 

Mettre l'écu devant, du moins entre lui et soi.

Non sapcha triar lo melhor 

Entr' els malvatz.

Le Comte de Poitiers: Ben vuelh. 

Que je ne sache choisir le meilleur parmi les mauvais. 

Qu' els mals e 'ls bes partissem entr' amdos. 

Pons de Capdueil: Per joy d'amor. 

Que nous partageassions entre nous deux les maux et les biens.

Domna, sai dizen entre nos. 

T. de M. de Ventadour et de Gui d'Uisel: Gui. 

Dame, ils disent ici parmi nous. 

Om non troba ni sap devezio, 

Mas sol lo nom, entre vers e chanso. 

A. de Peguilain: Mantas vetz. 

On ne trouve ni sait de différence, mais seulement de nom, entre vers et chanson. 

Prép. comp. Qu'ai d'entre cent bellas lesta. 

G. Adhemar: Be m'agr' obs. 

Que j'ai choisie parmi cent belles. 

Prép. de relation. Veus que us ameni, entre bueus e vaquas et entre cavals e muls, CCCC. Philomena. 

Voici que je vous amène, entre boeufs et vaches et entre chevaux et mulets, quatre cents. 

Conj. comp.

S' aissi pert sos dregz entre qu'es tos. 

Bertrand de Born: S'ieu fos. 

Si ainsi il perd ses droits tandis qu'il est enfant.

Entre que a son brieu, 

No li falh temps per ver.

G. Riquier: Als subtils. 

Tandis qu'il a sa vigueur, le temps ne lui manque pas en vérité. 

CAT. ESP. PORT. (chap.) Entre. IT. Intra.


Entreval, s. m., lat. intervallum, intervalle.

Que un petit entreval i sia... Fay un petit d'entreval.

Regla de S. Benezeg, fol. 29 et 52.

Qu'un petit intervalle y soit... Fait un peu d'intervalle.

ANC. CAT. Entrevall. ESP. (chap.) Intervalo. PORT. IT. Intervallo.


Enula, s. f., lat. enula-campana, aunée, plante.

Enula... la razitz de la qual si deu culhir quan comensa estiu, et dezicar al solelh. Eluc. de las propr., fol. 207.

Aunée... la racine de laquelle se doit cueillir quand commence l'été, et dessécher au soleil.

PORT. IT. Enula.

Enula, s. f., lat. enula-campana, aunée, plante

Enveia, Eveia, Evea, s. f., lat. invidia, envie, désir. 

Anz per eveia lo mesdren e preiso... 

Per grant evea de lui volg far fello.

Poëme sur Boèce.

Mais par envie le mirent en prison... 

Par grande envie il voulut faire félon de lui. 

Si ab enjan baileyas,

Ab erguelh et ab enveyas.

P. Cardinal: Jhesum Crist.

Si tu gouvernes avec fraude, avec orgueil et avec envies.

Ailas! qual enveia m'en ve!

B. de Ventadour: Quan vey la. 

Hélas! quel désir m'en vient!

Pueis ne faitz a l'auzel enveia.

Deudes de Prades, Auz. cass. 

Puis vous en faites envie à l'oiseau.

Si 'l me dona cill cui m'aten, 

No us port enveia, bels fraire.

Rambaud d'Orange: Non chant per. 

Si celle à qui je suis affectionné me donne cela, je ne vous porte envie, beau frère. 

CAT. Enveja. ESP. Envidia. PORT. Inveja. IT. Invidia. (chap. enveja, enveges; envecha, enveches.)

2. Enveios, Envezos, Envios, adj., lat. invidiosus, envieux, désireux, jaloux. 

Domna ab bellas faissos, 

Don tot lo mons es enveios. 

T. de G. Faidit et de Perdigon: Perdigons. 

Dame aux belles manières, dont tout le monde est désireux.

Son d'autrui dreg enveyos.

G. Riquier: Cristias. 

Sont envieux du droit d'autrui.

Que chascus fos enveios

De vos amar e servir.

Pons Barba: Non a tan. 

Que chacun fut désireux de vous aimer et servir. 

Adonc parti m destreitz et envezos 

De vos, dona.

G. Faidit: Mon cor e mi. 

Alors je me séparai de vous, dame, oppressé et désireux.

Substantiv. S'esser pogues

Que ja us d'aquels envios 

Lur amistat non conogues!

B. de Ventadour: Ja mos chantars. 

S'il pouvait être que jamais un de ces envieux ne connût leur amitié!

ANC. FR. Ne envios ne mesdisanz.

2e version du Chastoiement, conte 18. 

CAT. Envejos. ESP. Envidioso. PORT. Invejoso. IT. Invidioso.

(chap. envejós, envejosos, envejosa, envejoses; envechós, envechosos, envechosa, envechoses.)

3. Enveiador, s. m., qui désire, convoitant, soupirant.

Son las femnas vilandrieiras

Tot jorn baten las carrieras 

Per aver mais d'enveiadors.

Brev. d'amor, fol. 130. 

Les femmes dévergondées sont sans cesse battant les rues pour avoir plus de soupirants.

4. Enveiar, v., lat. invidere, envier, désirer.

Vos, qu' ieu plus envey 

D'autra qu'el mon estey.

G. de Cabestaing: Lo dous. 

Vous, que je désire plus qu'autre qui soit au monde. 

Re mai sotz cel non envei.

B. de Ventadour: Lanquan fuelhon. 

Je ne désire rien davantage sous le ciel.

Car totz lo mons enveia sas beutatz.

Albertet: E mon cor.

Car tout le monde envie ses beautés.

CAT. Envejar. ESP. Envidiar. PORT. Invejar. IT. Invidiare.

(chap. envejá, envechá: envejo, enveges, envege, envegem o envejam, envegéu o envejáu, envegen; envejat, envejats, envejada, envejades.)


Envezar, Envesar, v., réjouir. 

Part. pas. Quant la vei, soi tan fort envezat, 

Veiaire m'es qu'el cor ves lieis mi salha. 

B. de Ventadour: Per meillz cobrir.

Quand je la vois, je suis si fort réjoui, qu'il m'est semblant que le coeur me saillisse vers elle. 

Quan mi membra cum era 

Gais e joves, alegres, envesatz.

Raimond de Salas: Si m fos. 

Quand je me souviens comme j'étais gai et jeune, allègre, réjoui. 

ANC. FR. Grant joie fait e moult s'envoise.

Roman du Renart, t. I, p. 142. 

Les yex gros et si envoisiés, 

Qu'il rioient tousjors avant 

Que la bouchete.

Roman de la Rose, v. 849.

2. Envezadamen, adv., gaiement, joyeusement.

Per aquest art sai ieu tot envezadamens 

Far sos e lais e voutas, e sonar estrumens. 

P. de Corbiac: El nom de. 

Par cet art je sais tout gaiement faire sons et lais et roulades, et sonner instruments.

ANC. FR. Et treschent envoisiément.

Roman du Renart, t. III, p. 265.

3. Envezadura, s. f., joie, gaieté, envoisure.

Cascuna creatura 

S'alegra per natura, 

Ieu sol fauc estenensa 

De far envezadura.

B. de Ventadour: Quan lo dous. 

Chaque créature se réjouit par nature, moi seul je fais abstinence de faire gaieté.

ANC. FR. Signié d'or por envoiséure.

Roman du Renart, t. IV, p. 455. 

Après ce te doit sovenir 

D'envoiséure maintenir.

Roman de la Rose, v. 2186.


Envidar, Enviar, v., renvier, terme de jeu. 

Quum facio invitum, facias quoque, Balde, revitum.

Merl. Coccaii, Mac. 2, t. 1, p. 88. 

Que segon juoc non puesca envidar.

(chap. Que segón lo joc no puga envidá, fé envite.)

Bertrand de Born: Ieu m'escondisc. Var. 

Que selon le jeu je ne puisse renvier.

Qui jeta fal e s' envia ad intrar.

P. Milon: Pois que d'al. 

Qui jette faux et se renvie à l'entrer.

Part. pas. Aquest juoc tenc per guazanhat

Deves vos, e per envidat.

Bertrand de Born: Ieu chan. 

Je tiens ce jeu pour gagné devers vous, et pour renvié.

(ESP. Envidar, hacer envite en el juego. Chap. envidá.)


Envis (A), adv. comp., lat. invitus, malgré soi. 

Aquel lhi pardonet molt a envis.

Roman de Gerard de Rossillon, fol. 90.

Celui-là lui pardonna beaucoup malgré soi.

ANC. FR. A enviz é volentiers le servirent.

Roman de Rou, v. 9343.

Sire, envis ou volentiers, 

Dit li moines, la vos donrai-je.

Fables et cont. anc., t. III, p. 23. 

Laquelle chose luy fut octroyée assez envis. 

Monstrelet, t. 1, fol. 307. 

Il li dona volentiers, non envis.

Roman de Garin le Loherain, t. 1, p. 48.


Epacta, s. f., lat. epactae, épacte. 

D'ela sai per cert totz los acoingramens,

Endicios, epactas e claus.

P. de Corbiac: El nom de. 

D'elle je sais certainement toutes les conjonctions, indictions, épactes et clefs. 

CAT. ESP. PORT. (chap.) Epacta. IT. Epatta.


Epatic, adj., lat. hepaticus, hépatique, qui est malade du foie. 

Subst. Ad epatics, splenetics... es mens util. 

Eluc. de las propr., fol. 272. 

Aux hépatiques, splénétiques... il est moins utile.

- Qui concerne le foie.

Aloe... es citri, epatic... Aloe epatic a color de fegge.

Eluc. de las propr., fol. 199. 

Aloës... est citrin, hépatique... Aloës hépatique a couleur de foie. 

ESP. (hepático) PORT. Hepatico. IT. Epatico. (chap. hepátic, del feche, que té lo feche dolén, tirán cap a la cirrossis hepática.)


Epenthezis, s. f., lat. epenthesis, épenthèze.

*gr est appositio ad mediam dictionem litterae aut syllabae, ut: Relliquiis, pro, Reliquiis; Induperator, pro, imperator.

Donat, De Schemat., col. 1772, 2. 

Epenthezis es ajustamens e creysshemens de letra o de sillaba en lo mieg de dictio. Leys d'amors, fol. 120. 

L' épenthèze est ajustement et accroissement de lettre ou de syllabe au milieu d'un mot.

ESP. Epentesis. PORT. Epenthesis. IT. Epentesi.


Epictafi, s. m., lat. epitaphium, épitaphe.

Ditz el epictafi, cel qui 'l sap ben legir, qu'el es sans e martiris.

Guillaume de Tudela.

L' épitaphe dit, celui qui sait bien la lire, qu'il est saint et martyr. 

CAT. Epitafi. ESP. PORT. IT. (chap.) Epitafio.


Epicurieu, s. m., lat. epicureus, épicurien.

Alcu Epicurieu et Estoci... desputavan amb el.

Trad. des actes des apôtres, ch. 17. 

Aucuns Épicuriens et Stoïciens... disputaient avec lui.

(ESP. chap. Epicúreo, epicúreos.)


Epidimia, Epedemia, s. f., lat. epidemia, épidémie.

La ost fo tota plena d'epidimia... Felip, rey de Fransa, vis sa ost a gran mescap per la epedemia que hi era.

Cat. des apost. de Roma, fol. 203.

L'armée fut toute pleine d'épidémie... Philippe, roi de France, vit son armée à grand méchef par l'épidémie qui y était.

CAT. ESP. PORT. IT. Epidemia. (chap. epidemia, epidemies; vore Lo Decamerón en chapurriau, peste bubónica.)


Epifania, Piphania, s. f., lat. epiphania, épiphanie.

So fo a una festa que a nom epifania. 

Guillaume de Tudela. 

Ce fut à une fête qui a nom épiphanie. 

Jorn de cap de an... de la efiphania.

Ord. des R. de Fr., 1457, t. XIV, p. 436. 

Jour du commencement de l'année... de l'épiphanie.

Ayso era enviro la piphania.

(chap. Aixó ere als voltans de la Epifanía.)

Chronique des Albigeois, col. 46.

Cela était environ l'épiphanie.

CAT. ESP. (chap.) Epifanía. PORT. Epiphania, epifania. IT. Epifania.


Epiglos, s. m., lat. epiglossis, épiglotte.

Alcus van a inscidir... epiglos, per so que respire.

Trad. d'Albucasis, fol. 25. 

Aucuns vont à inciser... l'épiglotte, afin qu'il respire.

CAT. ESP. (chap.) Epiglotis. PORT. Epiglottis. IT. Epiglotta.


Epilepcia, Epilemcia, Epilencia, s. f., lat. epilepsia, épilepsie.

Diversas malautias, cum es epilepcia, que ve per vici de humiditat de cap.

Val contra epilencia. Eluc. de las propr., fol. 27 et 193.

(chap. Val contra la epilepsia.)

Diverses maladies, comme est épilepsie, qui vient par vice d'humidité de la tête.

Est bon contre épilepsie.

Aquella epilemcia es per flecma. Trad. d'Albucasis, fol. 4.

Cette épilepsie est par flegme. 

CAT. ESP. PORT. (chap.) Epilepsia. IT. Epilessia.

2. Epilectiu, adj., épileptique. 

Pendent al col, cura epilectiu.

(chap. Pendén, penján al coll, cure al epiléptic.)

Eluc. de las propr., fol. 192. Pendant au cou, guérit épileptique.

5. Epilectic, Epilemtic, Epilentic, adj., lat. epilepticus, épileptique. Substantiv. Cum els epilectix.

Purga cap de flecma, et val ad epilentics. 

Eluc. de las propr., fol. 17 et 221. 

Comme aux épileptiques.

Purge la tête de flegme, et est bonne pour les épileptiques.

Es cauterizat... epilemtic. Trad. d'Albucasis, fol. 4. 

L' épileptique... est cautérisé.

CAT. Epileptic. (chap. epiléptic, epileptics, epiléptica, epiléptiques.) 

ESP. (epiléptico) PORT. Epileptico. IT. Epiletico.


Epistolar, adj., lat. epistolaris, épistolaire. 

Letras epistolars. Eluc. de las propr., fol. 218. 

(chap. Cartes, lletres, epistolás.)

Lettres épistolaires.

CAT. ESP. PORT. Epistolar. IT. Epistolare. (chap. epistolá, epistolás.)

2. Pistola, s. f., lat. epistola, épître, lettre.

Aisso es la pistola que trames fraires Matfres... a sa sor.

(chap. Aixó es la epístola, carta, lletra, que va trametre lo flare Marfres... a san germana.)

Ep. de Matfre Ermengaud à sa soeur.

Ceci est la lettre que frère Matfre transmit... à sa soeur.

Anc pus sans Pauls fetz pistola. 

A. Daniel: Autet e bas.

Oncques depuis que saint Paul fit épître.

- Épître qu'on récite à la messe. 

Sill que solian dire 

Las pistolas e 'ls missals.

P. Cardinal: L'afar del comte. 

Ceux qui soulaient dire les épîtres et les missels.

ANC. ESP.

Desent leen lu pistola, la oracion complida.

El Sacrificio de la Misa, cop. 40.

CAT. ESP. (chap. Epístola) MOD. PORT. IT. Epistola.


Epydiocezis, s. f., épidiocèse.

Ce mot ne se trouve pas dans les rhéteurs grecs.

Epydiocezis es cant hom remov et osta so que premieramen ha dig.

Leys d'amors, fol. 142.

Épidiocèse est quand on écarte et ôte ce que premièrement on a dit.


Epymone, s. f., lat. epimone, épimone.

*gr Alexander, * p. 578.

Cicéron, de Orat., III, 52, appelle la même figure commorationem in una re.

Epymone es cant hom, per gran dezirier o per gran affectio, retorna una meteyssha dictio. Leys d'amors, fol. 142. 

Épimone est lorsque, par grand désir ou par grande affection, on ramène un même mot. 

ESP. (epímone: Repetición sin intervalo de una misma palabra para dar énfasis a lo que se dice, o intercalado de un mismo verso o una misma expresión varias veces en una composición poética.) IT. Epimone.


Epynalensis, s. f., épanalepse.

Epanalepsis est sermonis in principio versus positi ejusdem in fine replicatio, ut est illud: Crescit amor nummi quantum ipsa pecunia crescit. Isid., Orig., I, 35.

Voyez sur le mot *gr, Hermog., * I, p. 50.

Epynalensis es cant una meteyssha dictios es en lo comensamens et en la fi del verset. Leys d'amors, fol. 123. 

Épanalepse est quand un même mot est au commencement et à la fin du verset.


Epynalimpha, s. f., synalèphe.

*gr est per interceptionem concurrentium vocalium lubrica quaedam lenisque collisio, ut: atque ea diversa, etc. - Haec a quibusdam synaeresis nuncupatur. Donat, de Schem., coll. 1772.

Sinerezis, en autra maniera dicha epynalimpha, es contraria a dyeresi.

Leys d'amors, fol. 121.

Synérèse, en autre manière dite synalèphe, est contraire à la diérèse.


Epytheton, s. f., lat. epitheton, épithète.

*gr est superposita dictio cum proprio nomine.

Donat, de Tropis, col. 1776, Pustch (Putsch). 

Epytheton es cant hom ad algu nom propri o comu li pauza son propri adjectiu. Leys d'amors, fol. 131. 

L' épithète est quand à aucun nom propre ou commun on lui joint son propre adjectif.

CAT. ESP. (epíteto) Epiteto. PORT. Epitheto, epiteto. IT. Epiteto.

(chap. epíteto; ejemple, Carlos Rallo Badet, lo destorbadetArtur Quintana Font, lo de la boina negra; Mario Sasot lo capsot; Tomás Bosque Peñarroya, lo mes membrillo de La CodoñeraIgnacio Sorolla Vidal, lo sorollines; etc.) 


Epyzeuzis, s. f., épizeuxis, réduplication.

Epizeuxis in uno sensu congeminatio verbi, ut: 

Sic, sic juvat ire sub umbras.

Isid., Orig., 1, 35.

Epyzeuzis es cant hom retorna una meteyssha dictio ses tot meia... coma: Senher, Senher, vos nos gardatz, etc.

Leys d'amors, fol. 124.

Épizeuxis est quand on répète un même mot sans aucun intermédiaire... comme: Seigneur, Seigneur, vous nous gardez, etc.