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viernes, 13 de mayo de 2022

Carta 4, Noticia de los Sínodos de la santa Iglesia de Valencia celebrados después de su conquista.

CARTA 4. 

Noticia de los Sínodos de la santa Iglesia de Valencia celebrados después de su conquista. Hallazgo del de Santo Tomás de Villanueva

Mi querido hermano: Me da nuevo aliento para proseguir en mis tareas el aprecio que has hecho de la serie Cronológica de los Obispos Valentinos, que envié en la última carta. De propósito omití en ella los hechos particulares de estos Prelados y las circunstancias recomendables de su vida; porque sobre ser asunto muy vasto, le tengo por ajeno de mi inspección, que no se ordena a recoger materiales para toda la historia eclesiástica, sino principalmente para la litúrgica; tomando sólo de la primera los auxilios necesarios para distinguir las épocas de los usos y prácticas religiosas. Mas como la mayor parte de estos usos o nacieron, o se autorizaron, o cesaron por disposición de los Sínodos, juzgo necesario añadir una noticia exacta de los que ha celebrado esta Iglesia. 

Me he acabado de resolver a esto por ver cuan ignorados son comúnmente estos Sínodos, muchos de los cuales no se han publicado jamás; aun de los impresos se han hecho algunos sumamente raros, en tanto extremo, que 

varias personas doctas de esta ciudad han llegado a dudar de su existencia. Confieso ingenuamente que a pesar del empeño con que he procurado apurar este punto, acaso no lo hubiera conseguido sin las noticias que debo al erudito Presbítero D. Rafael Anglés, primer organista de esta santa Iglesia. 

Prevengo que algunos Sínodos anteriores a Santo Tomás de Villanueva, sólo me constan por el testimonio del Episcologio (episcopologio) MS. de que hablé en la carta pasada: cuyo autor Mosen Gregorio Ibanyes asegura que existían en un códice de constituciones sinodales, depositado en el archivo de esta Iglesia. Y aunque no he podido ver esta preciosa colección, es de mucha autoridad el testimonio de dicho escritor, que fue Archivero largos años hasta fines del siglo XVI. Por la misma razón no se ha de creer que confundió los Sínodos con las constituciones peculiares para el régimen de esta Catedral, las cuales hacían con frecuencia los Obispos con el Cabildo, o el Cabildo solo en sede vacante. Las establecidas hasta el año 1546 recogió y ordenó el Canónigo Miguel Pérez Miedes, y dedicándolas al Arzobispo Santo Tomás de Villanueva, las imprimió Juan de Mey el mismo año en un volumen en folio. De esta obra rarísima, porque sólo se hicieron treinta ejemplares, formó un Epítome el Canónigo Bernardino Gómez Miedes (de Alcañiz, cuyo libro sobre Jaime I edité), y dedicado al B. Juan de Ribera, le imprimió en la oficina de Pedro Patricio el año 1582 en 4.°; de cuya edición no se hicieron sino cien ejemplares, como consta de la constitución última de dicho volumen. Añadió las constituciones hechas hasta ese año; y este Epítome es el que injirió al fin de su colección de Concilios el Cardenal Aguirre. Dejando pues aparte estas constituciones, en las cuales nunca suena el título de Sínodo, me he propuesto hablar solamente de los congresos que merezcan este nombre.

El primero, que conquistada Valencia procuró seguir el ejemplo de sus mayores, y dar vigor en esta Diócesis a la disciplina eclesiástica, fue su segundo Obispo D. Arnaldo de Peralta, congregando para ello Sínodo diocesano poco después de su elección, como dice el citado MS. Debió de ser esto hacia los años 1243 o 44. El largo pontificado de su sucesor Don Fr. Andrés de Albalat dio tiempo para que pudiese celebrar hasta siete Sínodos en los años 1255, 58, 61, 62, 68, 69 y 73. El Cardenal Aguirre publicó el primero de estos Sínodos, nombrando su verdadero Presidente. Mas de los seis restantes publicó las constituciones sin distinción alguna, atribuyéndolas al antecesor D. Arnaldo de Peralta. Yerro excusable en este sabio escritor, si, como he oído, le engañó el códice valentino, que no he podido ver. La verdad es, que ni D. Arnaldo era Frater, como le llama, sino Clérigo; ni gobernaba por aquel tiempo esta Iglesia, de la cual había sido trasladado a la de Zaragoza en el año 1248.

En el de 1278 celebró Sínodo el IV Obispo D. Jasperto de Botonach. Así el MS., cuyo autor añade que este Prelado hizo muchas y oportunas constituciones, las cuales se hallan en la citada colección.

Por el testimonio del mismo sabemos que su sucesor D. Fr. Raymundo Despont congregó Sínodo en 1298. Pero Diago, que asegura haberle visto, dice que le celebró en 1296 a 19 de Septiembre, y que en él hace mención este Obispo de haber compuesto el tratado de Sacramentis, y de haberle aprobado el Sínodo (a: Diago, Historia de la Provincia de Aragón de la Orden de Predicadores lib. I. cap. VIII.). De este opúsculo y de otros de aquel Prelado hablan Nicolás Antonio y Echard en sus Bibliotecas. Sin duda podríamos prometernos algunas ventajas para la historia litúrgica de España, si se conservasen los preciosos códices que legó en su testamento a este convento de Predicadores y a los de Xátiva y Lérida. El ordinario de Valencia de 1527 nos guardó una constitución de este Prelado de exequiis mortuorum, cuya copia incluyo junto con lo que se establece en el mismo sobre esa materia (a: V. el apéndice número III.).

A este Prelado sucedió D. Raymundo Gastón, que celebró Sínodo en el año 1326, como consta del citado MS.De D. Hugo de Fenollet dice el mismo: "Congregó Sínodo, el cual fue publicado a doce de las calendas de Noviembre de 1351: en él se determinó, entre otras cosas, que los Rectores y Vicarios publicasen sentencia de excomunión contra los albaceas que dentro de un año no diesen cuenta de su testamentaría, y de haber cumplido cuanto en ella se les encargaba (b).” No he querido omitir esta reliquia que queda de aquel Sínodo. 

(b) Las palabras originales del MS. son estas: Congregá Sínodo, que fon publicat en dotze de les calendes de Nohembre de 1351; en lo qual, entre altres coses, en dit Sínodo determiná que fos per los Reptors (rectors, rectores) y Vicaris publicada sentencia de excomunicacio contra los marmessors, que dins de un any no auran donat conte de sa marmessoria, y cumplides totes les coses que per aquella sera obligat á fer. 

Oxalá (ojalá) halláramos otro tanto del que en el año 1368 celebró el Obispo D. Vidal de Blanes, pues sólo se sabe que hubo tal Sínodo, y que sus constituciones existían en el archivo de la Catedral. El MS. que da esta noticia añade que el mismo Prelado había ya hecho otras muchas constituciones: las cuales hallarás en la colección que dije de las de esta Iglesia. 

Don Hugo de Lupia y Bages (antes pone Bagés) celebró Sínodo en 1422. Así el citado MS., aunque, contra su costumbre, calla el lugar donde se conservan las constituciones. Lo que sé con certeza es, que el año 1408 formó este Prelado con su Cabildo varias constituciones sobre los oficios divinos, las cuales nos ha conservado el Breviario MS. de esta Iglesia del año 1464. Envío copia, porque en el Epítome impreso es muy escasa la memoria que hay de ellas en el título VIII de his quae spectant ad chorum &c. (a: V. el apéndice núm. IV.). 

Todos estos Sínodos que llevo dichos, o por no haberse aún descubierto la imprenta, o por otras causas que no me toca averiguar, han quedado desconocidos al mundo, a excepción de los siete de D. Fr. Andrés de Albalat, que publicó el Cardenal Aguirre, y de algunos leves fragmentos que sólo sirven para aumentar el dolor de ver sepultados en el olvido estos preciosos monumentos, a pesar de la ilustración tan justamente deseada de los buenos en este punto. ¿Y por qué el Cardenal Aguirre no publicó los demás, siendo así que el autor del MS. afirma como testigo que existían sus constituciones en el mismo archivo, y acaso en el mismo códice, de donde se le suministraron copias de los siete de Albalat? Dejemos esto; consuélame haber oído que quizás no está lejos el día en que se haga a toda la nación este presente tan digno de la literatura eclesiástica.

Impaciente estarás con estas digresiones por el ansia de saber algo del Sínodo de Santo Tomás de Villanueva. Voy a satisfacer esta curiosidad, aunque a costa de alguna dilación, que pide el caso.

El M. Fr. Miguel Salón en la vida de Santo Tomás de Villanueva (lib. II. cap. I.) parece dar a entender que este santo Arzobispo celebró Sínodo en el año 1545. De aquí tomaron ocasión los editores de las actas de los Santos para creer que celebró dos Sínodos; uno en dicho año, y otro en el de 1548, inclinándose a que este último fue provincial, y el primero diocesano (a: V. Acta SS. tom. V. Sept. pág. 818.). 

La prueba que alegan de la celebración del primero es la constitución, que se halla al fin del Epítome de las de esta Iglesia, donde se lee: ac insuper inhaerentes constitutioni olim editae per bonae memoriae Thomam de Villanueva Arch. Valent., et tunc existentes Canonicos, et Capitulum, sub die nona Novembris 1545, quae in calce libri constitutionum impressarum habetur &c. Tengo a la vista esta constitución del Epítome y veo que en ella solamente se hace mención de la que hizo el Cabildo de la Catedral acerca de la impresión y debida distribución de los ejemplares de las constituciones valentinas. Por consiguiente, esta no es constitución sinodal, ni hecha en tiempo de Sínodo, sino de la clase de las que dije al principio, que se establecían (1) para el régimen interior de la Catedral. Y para que se acabe de conocer que es equivocada la especie del tal Sínodo de 1545, copiaré lo que dijo el mismo Santo Tomás en el exordio del que celebró en 1548: 

Nos Fr. Thomas &c... qui ex injuncto Nobis officio ad ovium Nobis commissarum statum reformandunm, quas per centum fere annos hac synodali ope, et opera novimus caruisse, propensiùs studemus &c. 

Si Santo Tomás hubiera celebrado Sínodo tres años antes, no dijera que por espacio de un siglo faltaba este socorro a sus ovejas. Item, hubiera hecho mención de él, o para confirmarle, o para reformarle, como lo hicieron el Señor Ayala y el B. Ribera, y todos los posteriores, refiriéndose de un modo o de otro a los Sínodos antecedentes. Y esto mismo hizo Santo Tomás alegando solamente las constituciones de la Iglesia de Tarragona, que se observaban en esta antes de ser erigida en Metropolitana el año 1492. Prueba evidente de que desde el año 1422 hasta el 1548 no hubo Sínodo en esta Iglesia: que son los 126 años que Santo Tomás quiso indicar cuando dijo: per centum ferè annos, en los cuales había carecido también esta Diócesis de la presencia de sus Pastores. Queda pues averiguado que el Sínodo verdadero y único de Santo Tomás de Villanueva se celebró en el año 1548 día 12 de Junio, no 14, como dijo el Cardenal Aguirre publicando las constituciones pro choro, que se hicieron en él. Este es el Sínodo tan suspirado como desconocido en nuestros días del cual aun Escolano que publicó el Epítome de sinodales de esta Iglesia en 1616, no conoció más que las ya dichas ordinationes pro choro. Tan pronto habían desaparecido los ejemplares que de él se imprimieron. Y aun esas se conservaron porque el Santo Arzobispo tenía mandado que se fijasen en los coros de las Iglesias, y también porque se imprimieron al fin del Sínodo diocesano del Arzobispo Ayala. Y esta es la causa por qué el Cardenal Aguirre pudo publicarlas en su colección de Concilios. Al paso que me afligía la ignorancia de lo restante del Sínodo, me creía sin embargo sobre todos afortunado por haber podido ver y copiar las ordinaciones hechas en él para la Iglesia de Xátiva, que se guardan originales en su archivo. No sabía yo la merced que Dios me tenía guardada de hallar un ejemplar impreso de este precioso monumento, que pudo libertarse de la suerte que experimentaron los otros. Las circunstancias que acompañaron y proporcionaron este hallazgo me son de tanto consuelo, como el que tuve al leer el texto del Sínodo por un ejemplar auténtico. Ni me harto de bendecir la mano del Religioso de mi Orden, que tuvo la precaución de coserlo en las tapas del Epitome constitutionum Sedis Valentinae, y depositarlo así en la Biblioteca de este convento de Predicadores. Las pocas hojas de que consta, así como separadas se perdieran, fueron tal vez la causa de que escapase a la diligencia del que formó los índices de la Biblioteca. Yo mismo que he tenido varias veces dicho libro en mis manos, jamás había echado de ver la joya que contenía, hasta que Dios quiso dármela a conocer por una casualidad que no es para escrita. Le he dejado ver a algunos amigos, los cuales manifestaron como yo su gozo, besando repetidas veces la imagen del crucifijo que tiene en la portada. Demostración en que nada hay que extrañar ni que reprehender.

Como es muy posible que sea el único ejemplar que se conserve de este Sínodo, he mandado sacar una copia puntual y exacta, la cual incluyo, por no dilatarte el gusto de leerle. En los veinte y dos artículos de que consta, campea la unción y el celo según ciencia, de que estaba poseído aquel santo Prelado. En el 2.° quita todas las censuras eclesiásticas impuestas por sus antecesores, porque no sirviesen de lazo de perdición a sus súbditos. En el 8.° disminuye el número de las fiestas: ut festivitates SS., dice, melius observentur, et ne populus fidelis festorum multitudine gravetur, aliisque justis adducti causis. En el 19 establece que se observe acerca de los derechos funerales la concordia hecha por S. Vicente Ferrer entre los cleros y monasterios; de la cual hablaré otro día. En el 20 manda que se fijen en el coro de las Iglesias las ordinaciones que para la mayor decencia y gravedad del culto se habían hecho en el Sínodo. En fin verás en los demás prohibidas severamente las qüestuaciones, las vigilias en las iglesias, los sermones profanos en los días de S. Nicolás e Inocentes; reformados los desórdenes del clero, que por la larga ausencia de los Pastores había degenerado de su vocación, como consta por las historias impresas de aquel tiempo. Espero que me des las gracias por este precioso monumento, así como yo con sólo su hallazgo doy por bien premiadas todas mis fatigas.

Se me olvidaba decir, que el impreso es un cuaderno en 4.° de ocho hojas, y letra regular. Se imprimió en el mismo año 1548 por Juan de Mey. Al fin se halla la nota de los casos reservados en esta Diócesis: para la cual sola establece sus leyes, sin hacer memoria de las sufragáneas. Porque veas qué buen camino lleva este Sínodo de ser provincial. 

En el mismo se hicieron las constituciones que dije para la Iglesia de Xátiva, las cuales van por este correo, junto con una copia del testamento de dicho santo Arzobispo y la declaración que hizo a 11 (parece II) de Septiembre de 1548 sobre las personas y casos en que se deben dar o negar las distribuciones cotidianas en esta Diócesis. Todo inédito y muy digno de la luz pública (a: Todos estos documentos se hallarán en el apéndice número V. y siguientes.). Vamos adelante.

Don Martín de Ayala, en cumplimiento de lo mandado en el santo Concilio de Trento, á (al) que había asistido siendo Obispo de Segovia, luego que vino a esta Iglesia congregó Sínodo Provincial, el primero y último que se ha celebrado en ella. Comenzó en 11 de Noviembre de 1565, y se concluyó a 24 de Febrero del año siguiente. Concurrieron el Obispo de Mallorca Diego de Arnedo y Juan Segrián (o Cebrián, según dice Salón), Obispo Christopolitano, como procurador del de Orihuela (a). Consta el Sínodo de cinco sesiones; en él se determinó el arancel y tasa de los gastos curiales. Todo lo imprimió Juan de Mey en ese año 1566. 

No contento con esto el celoso Prelado, celebró Sínodo diocesano el mismo año por el mes de Mayo. Acaso se retardó su impresión por la muerte del Señor Ayala acaecida a principios del Agosto siguiente. Pero al fin le imprimieron Álvaro Franco y Gabriel Ribas el año 1594 en 8.° Ambos Sínodos se hallan en la colección del Cardenal Aguirre con todos los documentos en pro y en contra del primero, que omito por ser cosa notoria.

El largo pontificado del B. Juan de Ribera dio ocasión a que se desahogase su celo en la celebración de varios Sínodos, de cuyo número y épocas hay noticias harto confusas, por lo escasos que han venido a ser sus ejemplares. 

(a) No asistió a este Concilio provincial el Obispo de Segorbe, porque esta Iglesia no comenzó a ser sufragánea de Valencia hasta el año 1577, en que desmembrada de Albarracín, dejó de ser sufragánea de Zaragoza. 

Todos ellos son siete, es a saber: los de 1578, 84, 90; otro de Octubre del mismo año, y los de 94, 99 y 1607. Los cinco primeros imprimieron Franco y Ribas el año 1594: el sexto de 1599 le imprimió el mismo año Pedro Patricio Mey. He visto estas ediciones, inclusa la última, que es sobre todas rara, en la exquisita librería de D. Rafael Anglés. Con primera ocasión enviaré los cuatro primeros Sínodos, junto con los de Ayala que he adquirido estos días. El Sínodo de 1607 no se imprimió, que yo sepa, y sólo han visto la luz pública los extractos que de él injirió Escolano en su Epítome constitucion. sinodal. De todos ellos sólo publicó el Cardenal Aguirre el segundo, tercero, cuarto y quinto. Y esto es lo que he podido averiguar de su número, épocas y ediciones. Acerca de su mérito y de lo útiles que serán para nuestra obra litúrgica, tú sabrás juzgar mejor que yo; ahora sólo trato de concluir mi relación. Pasados veinte y cuatro años, en el de 1631, congregó Sínodo D. Fr. Isidoro Aliaga, cuya edición se hizo el mismo año en la imprenta de Chrisóstomo Garriz. Son muy estimables las oportunas advertencias que se hicieron en este Sínodo para los edificios y fábricas de los templos, y cuanto pertenece al culto divino. Otro Sínodo celebró el Arzobispo Don Fr. Pedro de Urbina en 1658, un año antes de ser trasladado a la Iglesia de Sevilla, y en el mismo le imprimió en folio Bernardo Nogués. También se publicó en el mismo año de su celebración el que congregó D. Fr. Tomás de Rocaberti en 1687, en folio por Jayme Bordázar. Este es último Sínodo de esta Iglesia. 

Gaspar Escolano compuso un breve Epítome de todos los celebrados desde el año 1548 hasta el 1616 en que publicó su trabajo, reducido a un tomito en 8.° de pocas páginas, impreso por Pedro Patricio Mey, y dedicado a D. Fr. Isidoro Aliaga. Esta obrita más bien debe llamarse muestra que análisis completo aun de los pocos Sínodos que abraza, que sólo son los de Ayala y Ribera, y las ordinationes pro choro de Santo Tomás.

Para que tengas a mano y como en epílogo la razón puntual del número de estos Sínodos y de los que se han impreso, he formado el estado siguiente. 


Sínodos. Impresos. 


D. Arnaldo de Peralta

D. Fr. Andrés Albalat 7

D. Jasperto de Botonach

D. Raymundo Despont 1

D. Raymundo Gastón 1

D. Hugo de Fenollet

D. Vidal de Blanes 1

D. Hugo de Lupia 1

Santo Tomás de Villanueva 1 1

D. Martín de Ayala 2 2

B. Juan de Ribera 7 6

D. Fr. Isidoro de Aliaga 1         1

D. Fr. Pedro de Urbina 1         1

D. Fr. Tomás de Rocaberti 1 1

(Totales) 27 19

Ocho son los inéditos; aun los diez y nueve que se publicaron han venido a hacerse rarísimos. No puede calcularse el fruto que causaría su lectura a los eclesiásticos y personas piadosas que carecen de ella por no hallarse quien haga una colección de todos, o á lo (al) menos reimprima los ya publicados. ¡Cuán loablemente emplearía su talento el que se dedicase a esta obra, o lo menos a ordenar y reducir a un cuerpo de doctrina todos los decretos de estos Sínodos, como lo han hecho ya otras Diócesis acaso de menos ilustración, y de más cortos auxilios! Estas son las ricas telas, y la pedrería y alhajas que más hermosean a las Iglesias. El que las ama de corazón se duele al ver algunas de ellas despojadas de tan rico atavío.

Dios te guarde. Valencia 9 de Noviembre de 1802. 

P. D. 

He dicho que (en) otro correo hablaría de la concordia o sentencia arbitral que dio San Vicente Ferrer en el pleito entre los Mendicantes y parroquias de Valencia, sobre derechos funerales, entierros, procesiones &c.; la cual mandó observar Santo Tomás de Villanueva en su Sínodo, cap. XIX. Mas habiéndose concluido a tiempo una copia que ha sacado de su mano mi docto amigo el P. Lr. Fr. Bartolomé Ribelles de mi Orden, Cronista de esta ciudad y reino, te la envío con todos los demás papeles (a: V. el apéndice núm. X.). Es documento apreciable para conocer la disciplina exterior y costumbres de aquel tiempo sobre esa materia. En sola su lectura se ve la sinrazón con que pretenden aquí algunos que no se debe llamar sentencia de S. Vicente. Es muy cierto que no la extendió el Santo, sino, como se lee poco después del principio, el Notario Jayme Rovira y Francisco Cortit, ciudadanos de Valencia, los cuales la entregaron al Santo para que la publicase. Mas si esto basta para que no se llame sentencia de S. Vicente acaso no se hallará una en el mundo que deba atribuirse al juez que la pronunció. En ella S. Vicente se llama, y fue el juez árbitro elegido por las partes con el Cura de S. Martín Pedro Peregrí, a los cuales se les dieron por consejeros, o digamos asesores, los ya dichos Rovira y Cortit: estos, como sucede ahora, ordenaron y extendieron la sentencia, en la cual sólo S. Vicente pronuncia como juez por hallarse ausente su compañero. Así que, con toda propiedad atribuyó nuestro Arzobispo Santo Tomás esta sentencia a San Vicente Ferrer. En el membrete verás que la copia no se sacó del original, que no ha sido posible hallar: y que son de los copiantes los solecismos e inexactitud que se echan de ver, singularmente en el exordio. 

A Dios otra vez. 


NOTAS Y OBSERVACIONES. 

(1) Para el régimen interior de la Catedral. Posteriormente he podido ver la constitución citada, y puesta a la larga al fin de la colección grande impresa el año 1546. Dice así: "Jesu Christi Domini nostri, ejusque intemeratae Virginis Mariae Matris, *gratiam humiliter imploratam; pateat cunctis quod Nos Canonici et Capitulum sanctae Metropolit. Ecclesiae Valent. in quo sumus praesentes Hieronym. Carroç Vicarius generalis, Michael Perez de Miedes Archidiac. Muriveteris (también Bernardo Gómez Miedes fue arcediano de Murviedro, archidiacono), Michael Dassio &c.... Statuimus, et ordinamus, quod constitutiones sive ordinationes nostrae insignis Metropolit. Ecclesiae Valent. nunc de novo imprimantur; ex quibus triginta dumtaxat volumina, sive exemplaria conficiantur. Ita tamen quod unicuique ex Canonicis qui nunc sunt, vel pro tempore fuerint, qui resideant in dicta Ecclesia unum volumen sive exemplar dictarum constitutionum tradatur &c.... Quod est actum Valentiae in Capitulo dictae Sedis, die nona Novembris, anno a Nativitate Domini 1545. = Signa nostrum Hieron. Carroç Vicarii generalis, Michaelis Perez &c. qui haec mandamus, concedimus, et firmamus.” 

Consta pues que la constitución citada por los editores de las actas de los Santos está tan distante de ser sinodal, que ni aun suena en ella el nombre del Arzobispo, y sólo fue acordada por el Capítulo de Canónigos, presidiendo el que entonces era Vicario general (Gerónimo Carroz, Carroç, Carrós). 

jueves, 17 de marzo de 2022

Biblioteca valenciana. Tomo 2. Parte 3. FIN.

D. FRANCISCO XAVIER ROMEU. 1825. 

Nació en Valencia, estudió y recibió el grado de doctor teólogo en esta universidad. Su decidida afición a las humanidades fue causa de que el Sr. obispo de Cartagena, D. Manuel Rubín de Celis, lo llamase para ocupar la cátedra de elocuencia en el seminario conciliar de S. Fulgencio de Murcia, que acababa de erigir, donde enseñó desde primero de enero de 1778 hasta fin de diciembre de 1790, sacando con sus lecciones excelentes discípulos, entre ellos al ilustrísimo Sr. D. Antonio Posadas Rubín de Celis, canónigo de S. Isidro, abad de Villafranca del Bierzo (pone Vierzo), y después obispo de Cartagena. En este tiempo dijo las oraciones latinas que es de costumbre en la apertura de las aulas, y mereció que aquel prelado mandase imprimir las cuatro primeras, que viviendo se recitaron. También trabajó muchas dedicatorias en latín, impresas al frente de las conclusiones de los actos de facultad mayor que se defendieron en el seminario, y seis oraciones en castellano que se dijeron en las solemnidades, así en este, como en la catedral. Volvió a Valencia con deseos de conseguir la cátedra de retórica de esta universidad, y como por el nuevo plan de estudios que acababa de establecerse para obtenerla, era preciso sujetarse al grado de candidato, sufrió los exámenes correspondientes, y recitar una oración que intituló: De didascalico dicendi genere, y se le confirió este grado; y por oposición logró en 1794 la cátedra de elocuencia, y en los años de 1806 y 7, como a tal, recitó día de S. Lucas, en el teatro de esta universidad, la oración inaugural acostumbrada: mediando los mismos actos y axámenes recibió el grado de candidato de teología, presentando la disertación intitulada: De sacrorum coelibatus lege in Ecclesia retinenda; y habilitado mediante concurso, fue nombrado en 11 de octubre de 1814 catedrático perpetuo de teología. Hizo así en Murcia, como en Valencia, oposición a los canonicatos vacantes; y últimamente en 1824, mediante concurso, fue promovido a una pavordría con cátedra anexa en la metropolitana de Valencia, que está desempeñando en el día. Tiene varios frutos de sus desvelos, y son:

1. De latinitate linguae tradendae praeclara et optima ratione. Valencia, en la oficina de José y Tomás de Orga, 1780, en 4.° Contiene un plan de enseñanza conforme a las reglas que se usaban en el siglo XVI.

2. De philosophicis disciplinis generosae juventuti publicorum munerum cupidae, maxime accommodatis. Valencia, por el mismo, 1781, en 4.° En esta oración se hace ver que la sólida y sana filosofía no está circunscrita y reducida a los estrechos límites de las especulaciones escolásticas, sino que también en los dilatados negocios públicos, y gobierno de las ciudades, provincias y reinos.

3. De Physicae experimentalis praestantia et utilitate. Murcia, imprenta de la viuda de Felipe Teruel, 1782, en 4.° Se empeña en probar las ventajas que dimanan de la cultura de esta ciencia para todo género de artes y ramos del saber.

4. De Sacrae Oratoriae dignitate adserenda. Murcia, por la misma, 1733, en 4.° Manifiesta el uso que tiene la retórica en el ejercicio del ministerio de la palabra divina, con el fin de estimular a los jóvenes que aspiran al estado eclesiástico al estudio de una ciencia tan recomendable y útil.

5. Seis oraciones latinas que se conservan inéditas, las pronunció en Murcia y Valencia, acomodándose a las circunstancias de lugar y tiempo. Además tiene otra latina que dijo en S. Isidro de Madrid.


D. JOSÉ ANTONIO SOMBIELA. 1825.

Nació en Valencia, y estudió la filosofía y jurisprudencia en la universidad de su patria, graduado del mayor en esta facultad, y recibido de abogado, fue incorporado en el colegio, y después elegido catedrático de leyes de la universidad de Valencia. Con motivo de la guerra de la independencia se le nombró en 1808 vocal de la junta congreso de esta ciudad, y luego para representante en las cortes extraordinarias de Cádiz. Vuelto a Valencia fue abogado de los presos del tribunal del santo oficio, y después de algunos disgustos y prisiones se le nombró por su majestad para una plaza de oidor de esta real audiencia: fue caballero de la orden pontificia de la espuela de oro (esta espuela les hace mucha falta a los prelados). Murió en 25 de enero de 1825. Escribió:

1. Discurso sobre los tribunales protectores de la fe. Impreso en Cádiz, y reimpreso en Valencia, por José Nebot, 1813, en 4.° No lo pudo pronunciar por haberse declarado suficientemente el punto discutido. 

2. Memoria de todo lo ocurrido en el sacrílego robo del viril con la sacrosanta hostia, y de otras alhajas, ejecutado en la iglesia parroquial de la villa de Onil, reino de Valencia, en la noche del 5 al 6 de noviembre del año 1824, y en su portentoso hallazgo. Valencia, por D. Benito Monfort, 1825, en 4.° mayor. Es obra póstuma.


D. MANUEL FORTEA. 1825.

Natural de Onteniente, tomó el hábito de descalzos de S. Francisco, y en su religión fue lector de prima de sagrada teología, regente de estudios en el convento de S. Juan de la Ribera, extramuros de Valencia, examinador sinodal del obispado de Tortosa, cronista de la villa de Castellón de la Plana; y después de la invasión de las tropas de Napoleón en esta ciudad se secularizó y estableció en Madrid, fue capellán penitenciario del caballero de Gracia, examinador sinodal del consejo de órdenes, conde palatino de Roma, y caballero de la espuela dorada. Murió en la corte día 16 de abril de 1825. Escribió:

1. Sermón de gracias en Castellón de la Plana por el beneficio del agua: lo dijo día 19 de mayo de 1798. Valencia, imprenta del diario.

2. Elogio de S. Antonio de Padua, predicado en la parroquial de santa Catalina mártir de Valencia. En esta ciudad, por Esteban, 1800, en 4.° 

3. La mujer buena en la fiesta de santa Catalina mártir de Valencia. Madrid, 1801, folio. Valencia, por Esteban, 1801, en 4.° 

4. Sermón de rogativa en la guerra contra Francia, predicado en la catedral de Valencia día 19 de marzo de 1809. Valencia, por Faulí, en 4.° 

5. Oración fúnebre en las exequias de Fr. Pedro Pascual Rubert en 16 de diciembre de 1813. Valencia, por los yernos de Esteban, 1814, en 4.° 

6. Sermón de gracias a nuestra señora de los Desamparados en su capilla en 21 de noviembre de 1813. Valencia, por López, 1814.

7. Colección de varios sermones predicados por el Dr. D. Manuel Fortea, en 4.° Se hicieron tres impresiones, siendo la última en 1829, en 4.° 


EXMO. SR. D. JOSÉ DE LA CERDA Y MARÍN. 1825.

Conde de Parcent y de Contamina, barón de Gurrea, gentilhombre de cámara de su majestad con ejercicio, hijo de la ciudad de Valencia, parroquia de S. Juan, fue nombrado para uno de los miembros de la junta central en la guerra de la independencia, pero vuelto a su patria murió en el mes de julio de 1825. Escribió:

1. Oda a las nobles artes. Se encuentra a página 55 de las actas de la real academia de S. Carlos de 9 de octubre de 1786.

2. oda anacreóntica a las mismas, página 67 de las actas de 6 de agosto de 1792.

3. Romance endecasílabo a las mismas, página 66 de las actas de 6 de diciembre de 1798.

4. Oración en alabanza de las mismas. Actas de 12 de noviembre de 1801, página 27.

5. Elogio del P. Benito de S. Pedro de las escuelas pías. Junta pública de la sociedad de amigos del país de Valencia, celebrada en 9 de diciembre de 1801, página 16.


FR. LUIS ESPARZA. 1825.

Religioso franciscano descalzo, nació en la villa de Benigánim en 2 de enero de 1744, fue hijo de Antonio Esparza, y Vicenta María Mateu, cursó los estudios en la universidad de Valencia, en la que se graduó de doctor en teología; obtuvo un beneficio en la parroquial de Benigánim, mediante oposición que hizo en el real convento de predicadores de esta ciudad, y lo poseyó hasta los cincuenta y dos años de su edad, en que siguiendo los impulsos divinos lo renunció con cuantos bienes poseía, y entró religioso en el convento de nuestra señora de Orito de franciscos descalzos de la provincia de S. Juan Bautista. A los seis años de su ingreso en la religión pasó a visitar los santos lugares de Jerusalén, en donde permaneció hasta su fallecimiento, que fue el 31 de agosto del año 1825. Este religioso fue siempre un perfecto modelo de cristianas y religiosas virtudes. Su muerte correspondió a su vida, según lo que escribieron de aquellos santos lugares, diciendo: “Bien puede gloriarse la religión franciscana, y en particular nuestra santa provincia, pues ha muerto un verdadero observante, de lo que ofreció a Dios nuestro señor en el día de su profesión. Luego que se tuvo noticia de su muerte, fue necesario poner guardias turcas para contener a los católicos cismáticos, griegos, armenios, y hasta los mismos turcos, que movidos de la fama de sus virtudes, ya habían empezado a despojarle de los hábitos y arrancarle los pelos de la barba. Su cuerpo quedó depositado y colocado en una arca en el convento de Nazaret de Galilea.”

Los libros que escribió siendo clérigo beneficiado, y dio a la prensa, son los siguientes.

1. Devoto septenario para los días de la semana en honor de María santísima señora nuestra, y provecho de sus devotos, en verso. Murcia, por la viuda de Teruel, sin año, en 8.° 

2. Entrega del corazón a Dios, glosando con décimas algunos lugares de la sagrada escritura. Murcia, en la misma imprenta, 1794, en 8.° 

3. Siete meditaciones para la mañana y tarde, con otras devociones. Valencia, por D. Benito Monfort, 1790. Dos tomos en 8.° El tomo primero contiene cuatro semanas, y el segundo tres. Además una semana de meditaciones para antes y después de la comunión, con un ejercicio de ayudar a bien morir, con otras devociones. 

Lo que escribió siendo religioso es lo siguiente:

4. Diálogo de la explicación práctica de las virtudes y vicios. Valencia, por el mismo impresor, 1801, en 8.° Es un diálogo en cuatro géneros de versos diferentes.

5. Exposición en prosa y verso del sagrado libro, el cántico de los cánticos de Salomón, sobre los desposorios de Jesucristo con el alma santa, moralizado con doctrina útil para las almas, e instructiva para los directores místicos. Valencia, por Benito Monfort, 1801, en 8.° 

6. Defensa de la religión católica entre los griegos cismáticos. Manuscrito que se le encontró después de su fallecimiento.    


D. ANTONIO BERNABEU. 1825.

Presbítero, hijo de Alicante, beneficiado en aquella ciudad, de donde pasó a ser arcediano de Murviedro, en la catedral de Valencia, dignidad que obtuvo después de varias contradicciones del Sr. arzobispo de esta diócesis, hasta que vuelto su majestad al goce de sus poderes se declaró vacante: marchó a Londres, en cuya corte murió a fines de 1825. Escribió:

1. Figuras de la Biblia o historia del viejo y nuevo testamento, traducido del francés al castellano. Madrid, 1768. Tres tomos en 12.°

2. Apología filosófico dogmática de la revelación, o carta al Sr. de l'Isle de Sales, miembro del instituto nacional de Francia, sobre varios errores que este escritor ha sembrado en su obra intitulada: memoria en favor de Dios, traducida del francés del abate Mr. Le-Coz. Madrid, por Repullés, 1806, en 8.° mayor.

3. La libertad y la ley, o fundamentos sólidos de la felicidad social en la religión católica, traducido del italiano. Madrid, 1821, en 4.° 

4. España venturosa ….. Madrid, 1820, en 4.° Esta obra se mandó recoger por el gobierno.

5. Varios discursos leídos en las cortes de 1820.


CARLOS GALLARDO. 1825.

Valenciano, ha publicado: 

1. Resumen histórico de la portentosa imagen del santísimo Cristo de S. Salvador, que se venera en la parroquial iglesia de este nombre. Valencia, imprenta de José Ferrer de Orga, 1825, en 8.° 


P. PEDRO ROCA. 1826.

De la compañía de Jesús, natural de Caudiel, reino de Valencia, estudió la gramática en las escuelas de S. Pablo de esta ciudad, vistió la sotana de jesuita en la edad de diez y siete años, pasó el noviciado en Tarragona, trasladado a Gandía, y antes de concluir el segundo año de filosofía, sobrevino la expulsión de los de su religión, aportó a Génova, donde concluyó el curso de esta facultad. En Ferrara estudió la teología, y suprimida en 1773 la compañía, permaneció siempre en esta ciudad, pasando únicamente a Cesena para recibir los órdenes sagrados. En 1798 volvió con los de su religión a España, y a su patria, Caudiel, permaneció en ella hasta su nueva expatriación: vuelto a Italia y a Roma, vivió en esta corte, hasta que el Sumo Pontífice Pío VII repuso la compañía en Nápoles, a donde pasó en mayo de 1805 a incorporarse con sus compañeros, a los que vistió la sotana el P. José Piñateli (Pignatelli), primer provincial en aquel reino. Después de catorce meses fue ocupado este por los franceses, y el nuevo rey entonces José Bonaparte, con decreto de 5 de julio de 1806, mandó salir dentro de tres días a los jesuitas extranjeros, destinando a sus casas a los que eran napolitanos, como así se verificó. Hallábase a la sazón en Roma el Sr. obispo de Orvieto, Mr. Juan Bautista Lambrusquini (supongo que le gustaba el vino espumoso), y deseoso de entregar su seminario episcopal con las aulas públicas que en él había a los jesuitas venidos de Nápoles, trató de ello con el P. Piñateli, el que aceptó gustoso tal oferta, formando en Orvieto un colegio de veinte y dos jesuitas, aunque vestdos de clérigos seculares, por no estar admitida aún la compañía en el estado pontificio; nombró por maestro de retórica y lengua griega a nuestro P. Roca, que enseñó a varios jóvenes jesuitas venidos de Nápoles, y a otros que quisieron instruirse en el griego. Cuando Bonaparte se apoderó del estado pontificio, mandó salir a los de este instituto de Orvieto, y el gobierno de aquella ciudad alcanzó la gracia de que quedasen tres maestros de ciencias mayores, y dos de lenguas orientales, uno de estos fue el P. Roca; pero no duró mucho esta condescendencia, porque la policía de Roma en el mes de junio de 1812 mandó a los maestros italianos se fuesen a sus casas, y a los españoles a su país. En cumplimiento de esta orden llegaron a Bolonia cuando ardía en España la guerra de la independencia, con cuyo motivo carecían enteramente de los medios para emprender tan largo viaje, y obtuvieron el permiso del gobierno de Milán para quedarse, y perseveraron, confesando así en las parroquias como en los hospitales de aquella ciudad, hasta que vuelto a Roma libre de su cautiverio el santo padre Pío VII, expidió en 7 de agosto de  1814 la bula de reposición de la compañía de Jesús. El Sr. D. Fernando VII con decreto de 29 de mayo de 1815, restableció la compañía en todos sus dominios, y comunicada la orden del regreso a su país emprendieron el viaje, y tan pronto como la junta de temporalidades les hizo el entrego del colegio imperial de Madrid en febrero de 1816, el P. comisario general de España Manuel de Zúñiga nombró por catedrático de retórica y lengua griega a nuestro Roca, que continuó en este ejercicio hasta su muerte, acaecida en abril de 1826, en la edad de cerca de ochenta y dos años. Escribió:

1. Ahhortatio ad studiosos adolescentes. Madrid, por Francisco Martínez Dávila, impresor de su majestad, 1816, en 4.° 

2. De praestantia linguae graecae. Madrid, por Buenaventura Cano, 1817, en 4.° 

3. Pro lingua latina. Madrid, por Francisco Martínez Dávila, 1818, en 4.° 

4. De laudibus linguae latinae. Madrid, por dicho Dávila, 1819, en 4.° 


D. PASCUAL FITA. 1826.

Nació en Valencia en 1752, y fue bautizado en la parroquia de S. Nicolás, estudió en su universidad, en la que recibió los grados de maestro en artes, leyes, y cánones. Obtuvo un beneficio en la iglesia catedral, y ordenado de presbítero, hizo varias oposiciones a las cátedras de leyes y a dos canonicatos, y en Madrid se opuso también a la cátedra de derecho público en el colegio de S. Isidro. Fue promovido a la prelacía de la villa y estado de Estepa, vere nullius nec intra limites alicujus. Obtuvo los honores de inquisidor de Córdoba y Jaén. Últimamente renunció dicha prelacía, y restituido a su patria y residencia de su beneficio, en 1812, por muerte de D. Salvador Adell, canónigo lectoral de esta metropolitana, mediante oposición fue elegido para esta prebenda, que obtuvo hasta su muerte, acaecida en 13 de marzo de 1826. Imprimió: 1. Oración al santísimo sacramento, que dijo día 29 de junio de 1723 en la real congregación del caballero de Gracia. Madrid, imprenta de Ibarra, en 4.° 

2. Sermón al real y supremo consejo de Castilla, predicado en la cuaresma de 1784. Madrid, en dicha imprenta, en 4.° 

3. Sermón de nuestra señora del Rosario, predicado en el lugar de Miragenil, en el estado de Estepa. Córdoba, por Ramos, en 4.° 

4. Sermón a la virgen de los Dolores, pronunciado en el hospital de Estepa. Córdoba, 1800, en 4.° 

5. Instrucción moral que dirigió a las villas y pueblos confiados a su dirección. Madrid, imprenta de la beneficencia, 1801, en 4.° '

6. Oración en la festividad de nuestra señora del Carmen y del patriarca S. Elías, día 20 de julio de 1806. Valencia, por Salvador Faulí, dicho año, en 4.° 

7. Sermón al acuerdo de la real audiencia de Valencia en 1807. Valencia, por dicho, en 4.° 

8. Sermón a la real asociación de caridad, fundada para socorro y alivio de los encarcelados de S. Narciso, dijo en la parroquial de S. Miguel, día 1.° de enero de 1808. Valencia, por José Esteban, dicho año, en 4.° 

9. Sermón a nuestra señora de Campanar, predicado en la parroquial de dicho lugar. Valencia, por dicho Esteban, 1808, en 4.° 

10. Sermón de S. Pascual Bailón, predicado en S. Juan de la Ribera en 22 de mayo de 1809. Valencia, por el mismo, en 4.° 

11. La obediencia al rey nuestro señor y sus ministros. Oración que el domingo de Ramos dijo en la santa metropolitana iglesia de Valencia, con motivo de haberle nombrado el ilustrísimo y excelentísimo Sr. arzobispo para el sermón de la Palma. Valencia, por José Esteban, 1812, en 4.° 

12. Sermón a S. José de Calasanz, predicado en las escuelas pías de Valencia.

13. Arenga hecha al excelentísimo e ilustrísimo Sr. D. Simón López, arzobispo de Valencia, con el motivo de su venida y encargo del cabildo de Valencia.

13 (se repite). Sermón al acuerdo de la real audiencia en la cuaresma del año 1825. Valencia, por la viuda de Monfort, dicho año, en 4.° 

14. Sermón en la beatificación del beato Alonso Rodríguez, de la compañía de Jesús, predicado por el ilustrísimo cabildo en día que celebraba su fiesta en la casa profesa en 1825. Valencia, por la misma viuda.


FR. BARTOLOMÉ RIBELLES. 1826.

Nació en la ciudad de Valencia a 8 de junio de 1765, vistió el hábito en el convento de santo Domingo de esta ciudad día 2 de junio de 1778, hecha su profesión y concluidos sus estudios leyó artes y teología, y obtuvo los honores de presentado y el de maestro en su religión. Su genio laborioso e incansable en escribir fue causa de que sus superiores lo nombrasen bibliotecario en su real convento, y que lo nombrase coronista (cronista) de su provincia de Aragón, y el ayuntamiento de Valencia coronista y analista (anales) del reino. En fuerza de su continuado estudio y falta de ejercicio, se quebrantó su salud, que fue perdiendo por grados hasta su muerte, acaecida en 11 de enero de 1816. Escribió:

1. Observaciones histórico-críticas a las trovas intituladas de mosen Jaime Febrer. Valencia, por José de Orga, 1804, en 4.° Sólo se publicó el primer cuaderno.

2. Compendio histórico de todas las epidemias padecidas en Valencia antes del año 1647. Valencia, por José de Orga, 1804, en 4.° 

3. Ilustración de la lápida romana, descubierta en Valencia en el año 1807, con motivo del ensanche de la calle del Almodín. Valencia, por Monfort, 1808, en 4.° Contra esta obra escribió la del número 19 el Sr. D. José Ortiz: véase el año 1822.

4. Memorias histórico-críticas de las antiguas Cortes del reino de Valencia. Valencia, por Miguel Domingo, 1810, en 4.°, y en el diario mercantil.

5. Disertación sobre el descubrimiento de varias inscripciones sepulcrales, en otros tantos pedestales, en el término y monte de Almenara. 

Son muchos los manuscritos que dejó, de los que no podemos dar razón por no haber logrado tener relación de ellos.


D. JOAQUÍN GIL. 1826.

Nació en Valencia en 26 de enero de 1767. Aplicado a la música siguió esta carrera, y en el año 1787 se le dio posesión y colación de la capellanía ministerial de tenor de primer coro de la santa iglesia de Segorbe, que obtuvo mediante oposición: concluidos los estudios de gramática y moral fue promovido a los sagrados órdenes hasta el de diácono. Elegido en 1790 hebdomadario de la metropolitana de Valencia por el ilustre cabildo, y ordenado de presbítero desempeñó este cargo a satisfacción de esta corporación. Mereció su aplicación que se le concediesen licencias perpetuas para que en esta diócesis pudiese celebrar, confesar y predicar: instruido en la práctica de las ceremonias, obtuvo la cátedra de liturgia en el seminario sacerdotal y conciliar de la purísima concepción, y santo Tomás de Villanueva de esta ciudad, siendo muchas las consultas que en distintas ocasiones se le hicieron sobre esta materia. Los señores arzobispos de Valencia D. Francisco Fabián y Fuero, y D. Joaquín Company le confiaron el examen de los presbíteros para la recta celebración del santo sacrificio de la misa. Últimamente se le nombró maestro de ceremonias y examinador de rúbricas de la subdelegación apostólica castrense de este arzobispado. Por su pericia en el canto llano logró que en 6 de abril de 1802 el excelentísimo Sr. D. Joaquín Company lo nombrase para esta cátedra en el referido seminario, que está desempeñando en el día. Publicó:

1. Breve instrucción del canto llano para los alumnos del seminario sacerdotal y conciliar etc., dedicado al excelentísimo Sr. arzobispo D. Fr. Veremundo Arias y Teyxeyro. Madrid, por D. Francisco Martínez Dávila, impresor de cámara de su majestad, año 1820, en 4.° Viendo la disonancia de canto que se observaba en varias iglesias con poca decencia del culto divino, ya para proporcionar algún remedio, ya también con el obejto de que los alumnos del dicho seminario, sin distraerse de los demás estudios, pudieran adquirir la suficiente instrucción para ejercer con el debido decoro las sagradas funciones de su ministerio dispuso este breve tratado. 

A más ha escrito en lengua lemosina las:

1. Súplicas a las reliquias de S. Pascual Bailón, beato Andrés Hibernón y beato José Oriol, nuevamente añadidas al reliquiario de la santa metropolitana iglesia para su acostumbrada publicación, que se hace todos los años en la tarde del segundo día de Pascua de Resurrección.

3. Preces in praesenti Jubilaeo ad procesionalem Ecclesiarum visitationem pro Diocesi Valentina. Las mandó imprimir el excelentísimo Sr. arzobispo D. Simón López, para la uniformidad de ambos cleros con la matriz en la procesión de visitas que debían hacerse a las iglesias elegidas para ganar el jubileo del año santo de 1825, y se efectuó en esta diócesis en el siguiente. Se imprimieron en Valencia, oficina de Monfort, en dicho año 1826, en 4.° 


DR. D. BERNARDO FALCÓ. 1826.

Natural de Castellón de la Plana, presbítero, beneficiado en la parroquial de los santos Juanes. Ha publicado:

1. Historia compendiada de la religión antes de la venida de Jesucristo, traducida al español y revisada en sus principales pasajes. Valencia, imprenta de Ferrer de Orga, 1826. Dos tomos en 8.° 


D. TOMÁS REIG Y GARCÍA. 1826.

Natural de la ciudad de Valencia, siguió la carrera del comercio hasta los acontecimientos del mes de mayo de 1808, en que fue empleado oficial de la dirección de provisiones de este ejército, continuando después en el de la hacienda militar ha compuesto las obras siguientes:

1. Intereses de vales reales y sus cambios. La escribió en el año 1807, en folio. Es obra muy lacónica, y presentada a los Sres. cónsules de este real consulado, que en aquel año lo eran D. Bernardo Lassala, D. José Inocencio de Llano y D. Mariano Canet y Longas, fue tanto lo que la apreciaron, que contrataron con el impresor Monfort para su impresión, que no se verificó por los acontecimientos de aquella época.

2. Reducción de pesos de 128 cuartos a reales vellón, y de reales vellón a pesos. Valencia, por José Ferrer de Orga, 1814, en 8.° 

Fue premiada esta obra en 28 de octubre de 1815 por la real sociedad de Valencia, con una medalla de plata emblemática, acompañada de una carta honorífica a su autor: y su majestad por real orden de 22 de marzo de 1817 le concedió los honores de oficial de la dirección general de reales provisiones de la corte. 

3. Varias tarifas de hospitalidades de todas clases, de que se compone el ejército. Manuscritas. Trabajó el autor en 1826 esta obra de orden del intendente de este reino D. Pío de Landa, cuyo original fue remitido por orden de su majestad a la intendencia general de la hacienda militar, sacándose varias copias por la contaduría principal de dicho ejército para su uso, y de los comisarios de guerra de este distrito, a fin de facilitar los ajustes mensuales de las hospitalidades que causa la tropa.


FR. LUIS NAVARRO. 1826.

Nació en la huerta de Alboraya en 1788, y fue bautizado en la iglesia de dicho lugar. Vistió el hábito en el real convento de predicadores de Valencia, y leyó artes en el mismo, y en el de S. Antonio y S. Onofre. Fue maestro de estudiantes, de donde se le transportó a Francia por las tropas de Napoleón con todos los religiosos de esta ciudad: concluida la guerra de la independencia, volvió a su patria y convento, y pasó al de Onteniente con el cargo de lector de teología. En 1815 fue trasladado con el mismo destino al convento de S. Antonio y S. Onofre, en donde concluyó su carrera. Ha sido dos veces prior del convento de Segorbe, y se halla graduado de presentado, y al presente es morador de Valencia. En el viaje a Francia escribió cuanto observaba en sus largas jornadas desde Valencia a Monmedi, en el delfinado, y a la Normandía, y de esta a Valencia. Por este y por su incansable laboriosidad en escribir, conserva preciosos manuscritos, y entre ellos son:

1. Una larga historia sobre el fingido cardenal de Borbón, que engañó a tantos franceses y españoles en varios pueblos y ciudades de la Francia durante la expresada guerra.

2. Varias poesías sueltas, así en castellano como en lemosín, en gran número de inéditas, serias y jocosas, en diferentes metros, que se podrán llenar algunos volúmenes.

3. Los realistas vandeanos. Es una novela historial de Mr. Josse sobre la revolución de Vendé en 1793, corregida y aumentada, y mudado el título que antes tenía. 

En 1816 recibió orden de su provincial de ayudar con sus luces y talento al P. maestro Fr. Mariano Rais en la formación de la historia de su provincia, que le estaba encargada, lo que desempeñó cumplidamente.


D. JOSÉ GOMIS. 1826.

Nació en Onteniente día 6 de enero de 1791, vino a Valencia, y estudió la música con el célebre maestro de capilla de la catedral de esta ciudad D. José Ponz, hijo de Gerona, principado de Cataluña (1: murió este digno profesor en 2 de agosto de 1818, habiendo enfermado el día anterior), cuyo nombre sin duda alguna veríamos hoy colocado a par de los más célebres, si los justos miramientos que guardó constantemente a su estado sacerdotal le hubiesen permitido componer algunas piezas para el teatro. Fue tanto el adelantamiento de Gomis, bajo tan sabio maestro, que en el año 1817 se le nombró director de la música del segundo regimiento de artillería de esta plaza, en cuyo destino manifestó el mucho talento, y buen gusto en varias composiciones llenas de novedad y gracia, que produjo su ardiente y fecunda imaginación, y en las muchas y difíciles obras para orquesta que acomodó de una manera original y feliz a la música militar de su cargo. En 1820 fijó su residencia en Madrid, donde igualmente desempeñó la dirección de la música de la guardia de su majestad. En 1823 pasó a París, y en 1816 a Londres, en cuyas capitales, y especialmente en esta, mereció la aprobación y estima de todos los aficionados y profesores: al presente está dando al público varias producciones con aplauso universal. En Francia publicó un cuarteto, que intituló: El invierno,y se ejecutó después de un tercetino de Rossini, titulado: L'inato ardir, los que también se cantaron en Londres. Algunos periódicos nacionales y extranjeros hablaron de estas composiciones de Rossini y Gomis, especialmente el Harmonicum de Londres de primero de mayo de 1827, el que censurando el quinto concierto de la sociedad filarmónica en la noche del 23 de abril anterior, dice: “El tercetino de Rossini, intitulado: L'inato ardir, no tuvo tanto suceso (éxito) como el cuarteto de Gomis. El último es de lo mejor que en su género hemos oído. Los solos hubieran quizá hecho más efecto si estuvieran distribuidos entre todas las partes; pero el conjunto es, por otro lado, tan ligero, y tan animado, que agradó a toda clase de gustos, y siendo en extremo alegre, estaba bien colocado: circunstancia muy importante, y de la cual depende en gran parte el resultado.”

Quien sepa que la tal sociedad filarmónica es la reunión de los mejores profesores de Europa, y no ignore hasta donde llega el incomparable mérito del inmortal Rossini, entenderá cuanto sea el de Gomis, por solo este pasaje del Harmonicum, mucho mejor que por todos los elogios imaginables. Las obras que tienen publicadas hasta el día sin el cuarteto, intitulado: El invierno, son las que siguen.

En España. 

1. Melodrama unipersonal, titulado: Sensibilidad y prudencia, o la aldeana en Valencia. = Cabatina para la ópera de Rossini, titulada: el barbero de Sevilla. = Otra para la ópera Riciardo é Zoraida del mismo autor; y varias piezas para música militar.

En Francia.

2. Un cuarteto notturno. = Otro titulado: La primavera. = Otro que llamó El invierno, y se ejecutó en los conciertos de Londres, y del que antes hemos hablado.          

3. Methode de solfege et de chant composée et dediée á Madame Josephine de Laborde Bussoni, per Joseph Gomis, profeseur de chants. A Paris, imprimé par Massus, 1826, folio mayor de 219 páginas. Esta obra está escrita en francés, italiano y español: fue aprobada por los dos grandes profesores Rossini y Boiledieu (1: autor de la ópera el califa de Bagdad, y otras), como consta de las cartas litográficas de ambos escritas al autor, y colocadas al frente de la obra. 

En Inglaterra.

4. Doce canciones italianas en dos distintas colecciones. Una colección de canciones españolas, y un himno a la divinidad.

(Vivaldi es 50 años anterior. Gioachino, Joaquín, Rossini 1792-1868 coetáneo)


D. ANTONIO FRANSERI. 1826.

Natural de Valencia, nació en 4 de diciembre de 1745, y fue bautizado en la parroquia de santa Cruz. Concluidos sus estudios en esta universidad, y obtenido el grado de doctor en medicina, se trasladó a Madrid, y pasó la práctica por espacio de seis años con el Dr. D. Andrés Piquer, médico de cámara de su majestad, mereciendo de su maestro un singular amor y aprecio, y en el público una gran opinión, por lo que fallecido este lo eligieron por su médico titular muchas comunidades religiosas y personas de primera distinción. En 1770 fue recibido académico de número en la real academia médico-matritense, en la que fue varias veces vicepresidente: también la médica de emulación de París lo agregó al número de sus asociados correspondientes extranjeros: la sociedad médica de Sevilla le nombró su individuo en 13 de enero de 1814, expresando en el diploma ser maxime benemeritum. La academia médico-práctica de Barcelona lo hizo también su socio íntimo. Del mismo modo lo agregó a la suya la médico-práctica de Cartagena, y otras. Nuestro valenciano Cavanilles le dedicó una planta nueva con el nombre de Franseria, cuya descripción está inserta en el primer volumen de su obra: Icones et descriptiones plantarum etc., y después de explicarla pone la siguiente nota, que dice así: In honorem D. Antonii Franseri, medicinae doctoris, qui Valentiae natus Matriti summa laude artem exercet. Cl. Androe Andreae, Andrés Piquer, aragonés de Fórnoles) Piquerii doctrina atque maxima familiaritate usus, scientiam quam ab hoc limpidissimo fonte ausit, varia postmodum lectione, assidua meditatione, atque felici praxi mirum in modum ausit. Huic ergo quo ab incunabilis familiarissime utor cujusque amor in me quadraginta annorum spatio immutatus permansit plantam dico in perpetuum gratitudinis atque amicitae monumentum. El Sr. D. Carlos III le nombró el año 1785 médico de su real familia. En 1779 fue elegido por el Sr. D. Carlos IV alcalde y examinador perpetuo del trbunal del protomedicato. En 1803 individuo de la junta suprema de sanidad del reino; y en 1808, a pocos días de poseer la corona el Sr. D. Fernando VII, le nombró médico de su real cámara con ejercicio, acompañando a su majestad en el memorable viaje de Bayona. Escribió: 1. Relación de la conversión del Sr. Juan Thayer, antes ministro protestante en Boston en la América septentrional, y convertido a la religión católica en Roma el día 25 de mayo de 1783, escrita por el mismo. Se añaden dos cartas: una a un hermano suyo, en la que responde a los argumentos que le hace sobre la resolución tomada; y la otra de una señorita inglesa que abjuró sus errores, y le da cuenta del estado de su alma en el día siguiente a su primera comunión: traducido del francés. Valencia, por D. Benito Monfort, 1788, en 8.° mayor. Aunque anónima es traducción del Sr. Franseri. 

2. Memoria sobre una dificultad de respirar que manifiesta el influjo de la luna en el cuerpo humano. Madrid, imprenta real, 1797, en 4.° 

3. Observaciones sobre la enfermedad llamada Chorea Sancti Viti (el baile de San Vito). Se hallan en el tomo 6.° de los anales de ciencias naturales, pág. 222.


D. ANTONIO GALIANA. 1826.

Nació en Xixona (Jijona), reino de Valencia, día 9 de enero de 1762, cursó la filosofía en esta universidad, que empezó en 1776 con el Dr. D. Esteban Querol, del orden de Montesa; continuó estudiando la teología, y en 1784 el derecho civil: defendió a su tiempo las conclusiones de lógica, aritmética y geometría, obteniendo sucesivamente los grados de bachiller y maestro en artes, el de bachiller y doctor de teología, y bachiller en leyes. En 1780 logró por oposición una de las becas del mayor de santo Tomás de Villanueva, y en él fue regente de estudios. Hizo varias oposiciones a las cátedras de filosofía, y en 1791 fue agraciado con una que leyó, como entonces era de costumbre, por tres años, con aprovechamiento de sus discípulos, contándose entre ellos el célebre D. Simón de Rojas Clemente, que fue premiado con el grado de maestro por el claustro de filosofía, y ocupa un honroso lugar en esta biblioteca. Pero el estudio predilecto del Dr. Galiana, era el de las ciencias exactas, como lo manifestó en las oposiciones que hizo a las cátedras de esta facultad; pues no contentándose con lo prevenido en los estatutos de la escuela, se dedicó a examinar e ilustrar en cuanto le fue posible algunos puntos, así de matemáticas puras como de las mixtas, dando de ello brillantes pruebas en la disertación del ensayo sobre la trisección del ángulo, que se publicó en 1791, en los principios de cosmogonía, que filosofando con alguna novedad, expuso en las conclusiones del año 1787. El apéndice a dichas conclusiones sobre el modo de caer los cuerpos por un plano inclinado, y finalmente la disertación sobre el cálculo de los radicales imaginarios (1: se perdió por la quema de la librería de la universidad literaria), que presentó para entrar en la clase de opositores; y teniendo al mismo tiempo la satisfacción de que sobre algunos de estos puntos le honrasen con sus contestaciones, el Dr. D. Pedro Morata, catedrático de mecánica y física experimental, y el insigne matemático ex-jesuita D. Antonio Eximeno. En 13 de febrero de 1799 obtuvo el grado de la candidatura, entonces preciso para entrar en la clase de los opositores; y en el público concurso para la provisión de la cátedra de matemáticas puras, fue agraciado en 4 de marzo de dicho año con la misma que ya antes regentaba por sustitución; teniendo la gran satisfacción de contar entre sus muchos discípulos a varios que fueron profesores de matemáticas y filosofía del real seminario de nobles de esta ciudad, cuando este estaba a cargo de su director el doctor pavordre, y después canónigo de esta catedral D. Joaquín Mas, al Dr. D. Fernando Gómez, catedrático de elementos matemáticos, beneficiado de la parroquial de san Bartolomé, y al Dr. D. Ramón Teruel, que también lo fue de matemáticas. Vacando últimamente la cátedra de mecánica y física experimental, fue agraciado con ella por la muy ilustre ciudad, y en el día desempeña, siendo el decano del claustro de catedráticos de esta universidad literaria. En el elogio fúnebre, predicado en la catedral de esta ciudad el 10 de julio de 1829, día de las exequias de la difunta reina María Josefa Amalia de Sajonia, donde se hace mérito de la honrosa visita que sus majestades se dignaron hacer a la universidad en la mañana del 5 de noviembre de 1827, se lee al pie de la página 17 la siguiente nota: “No fue sino muy llena la satisfacción del claustro en este día, al ver que sus majestades se dignaron manifestar su real agrado de las operaciones de física experimental que ejecutó el Dr. D. Antonio Galiana, catedrático de dicha facultad, asistido de su discípulo el Dr. D. Francisco Villalba, catedrático de filosofía.” Escribió:

1. Exercitatio de angulo trisectione per circinum et regulam. Valencia, por Salvador Faulí, 1791, en 4.° Es un teorema con algunos corolarios, y una resolución del problema más sencilla y fácil que las que hasta entonces se habían publicado.

2. Cartas de Dumvicefeld a Cristofilo, sobre el sistema de la venida del Mesías en gloria y majestad, publicado por Juan Josafat Ben Ezra, traducidas libremente por E. C. D. M. Y. F. E. D. L. V. D. V. anagrama que dice (el catedrático de mecánica y física experimental de la universidad de Valencia). Imprenta de Brusola, 1826, en 4.° Aunque dice que es traducción, es una obra originalo del Sr. Galiana.

3. En los diarios del mes de agosto de 1819 empezó a publicar una crítica de la teoría del universo de Mr. Allix. Quedó incompleta.


D. MANUEL MARÍN. 1827.

Natural de la ciudad de Valencia, nació en 1758, estudió en la universidad de su patria, y habiendo obtenido un beneficio eclesiástico en la parroquial iglesia de santa María de Cocentaina, se ordenó de presbítero, y sirvió muchos años la vicaría de esta iglesia a satisfacción de los feligreses, tanto que llegando a oídos del excelentísimo Sr. D. Simón López, arzobispo de esta diócesis, le nombró visitador de su mitra; empleo que obtuvo este benemérito sacerdote hasta su muerte, sucedida en el mes de marzo de 1827. Escribió: 1. El niño bien instruido, y prevenido para recibir dignamente y con fruto la sagrada comunión: diálogo en verso, entre un rector e Inocencio niño, dividido en cuatro partes. Valencia, por Miguel Esteban, 1801, en 8.° 





ILMO. SR. D. FR. FRANCISCO GENOVÉS. 1827.

Del orden de santo Domingo, nació en la ciudad de Valencia en 30 de noviembre de 1765, vistió el hábito en el convento de predicadores de Almenara, después de su profesión y estudios se trasladó a Filipinas, haciéndose morador en el de su orden de Manila, donde fue condecorado con el título de calificador del santo oficio, canciller de la universidad, y prior en su convento, siendo tal su buena moralidad y fama, que vacando la mitra de Cebú, sufragáneo de Manila, fue provisto por su majestad en esta dignidad, y preconizado en Roma día 21 de marzo de 1825; pero duró poco su pontificado, porque murió con sentimiento de sus diocesanos en 1.° de agosto de 1827. Imprimió: 1. Oración fúnebre en las exequias que celebró el convento de santo Domingo de Manila, en 26 de junio de 1799, al reverendo P. maestro Fr. Baltasar de Quiñones, general de todo el orden de predicadores, muerto en Florencia el 20 de junio de 1798. Impreso en Manila por D. E. Adriano, 1799, en 4.° 

2. Sermón panegírico que en la solemne fiesta de S. Pedro mártir de Verona, y acción de gracias por el restablecimiento del tribunal de la inquisición, predicó. Manila, imprenta de D. Manuel Memije, 1817, en 4.° 


D. GREGORIO GISBERT. 1827.

Nació en la villa de Alcoy a 24 de enero de 1779. En la universidad de Valencia estudió la filosofía, teología, las lenguas hebrea, griega y leyes; obtuvo los grados de bachiller y maestro en artes, a de premio por oposición, los de bachiller y doctor en teología. Allí mismo enseñó filosofía cuatro años. Fue colegial del mayor de santo Tomás de Villanueva, y en el colegio conciliar de S. Fulgencio de Murcia catedrático de teología y vicerector; asimismo cura propio de la parroquia de S. Lorenzo de la misma ciudad; y en las epidemias que se padecieron en esta los años 1811 y 12, asistió espiritual y corporalmente, con toda clase de auxilios, a los contagiados, hasta quedar vencido y moribundo del mismo mal. En aquellas críticas circunstancias quedó encargado por el ilustrísimo prelado de la diócesis del gobierno eclesiástico de la ciudad y demás pueblos epidemiados. Fue socio nato y censor de la real sociedad patriótica de amigos del país de Murcia. Logró un canonicato de la real iglesia de S. Isidro de Madrid, y el ilustrísimo Sr. arzobispo de Burgos lo eligió gobernador de su diócesis con aprobación de su majestad, en cuyo encargo sucedió al ilustrísimo Sr. arzobispo de santa Fé de Bogotá, que por su fallecimiento la dejó vacante. Después de la muerte del arzobispo de Burgos, fue reelegido por unanimidad de votos del cabildo de aquella iglesia metropolitana, que en ello dio un testimonio clásico de que le había sido grata la prudencia, moderación y celo con que se había conducido en circunstancias sumamente críticas. Actualmente está en su patria de catedrático de matemáticas y geografía del establecimiento científico, que con aprobación de su majestad, ha erigido la real fábrica de paños de la villa de Alcoy, con el fin de proporcionar a sus innumerables individuos una educación capaz de servir a sus ulteriores adelantamientos, y que los ponga al nivel de los conocimientos de las naciones extranjeras. Ha publicado:

1. Vindicias de la sagrada Biblia contra los tiros de la incredulidad y su justificación, y defensa de toda nota de contrariedad con la humana razón, con los monumentos de la historia, ciencias y artes: la física, la teología, la cronología, la geografía, la astronomía etc.: obra escrita en francés por M. el Ab-Duclot, cura y arcipreste que fue de la diócesis de Ginebra, traducido al español por un doctor presbítero, con las mejoras de que se da cuenta en la advertencia del traductor. Madrid, imprenta que fue de Fuentenebro, 1825 y 26. Siete tomos en 8.° El traductor y las mejoras son (aunque no llevan nombre) del Sr. Gisbert, el que ha tenido la satisfacción de que Dios bendijese este su trabajo por lo mucho que ha corrido por toda España, y aun en las Américas. De esta traducción habla con elogio el Sr. D. Tomás José González Carvajal en la página 54 del tomo VI de los libros poéticos de la santa Biblia, con que tanto honor está dando a la literatura de nuestra nación. Celébrala igualmente el P. M. Fr. José de Jesús Muñoz, agustiniano, en la página 307, tomo 1.° de su tratado del verdadero origen de la religión, y principales épocas etc., cuya obra ha merecido tan buena acogida en Roma, que se está traduciendo en italiano por la sagrada congregación de propaganda.

2. Catecismo histórico-dogmático-moral de la religión cristiana. Disponíale en verso para mayor aliciente e ilustración de los niños de ambos sexos, después de instruidos en el catecismo diocesano, D. Timoteo Filonepion, doctor en sagrada teología. Madrid, imprenta de Vargas, 1827. Un tomo en 12.° Es obra original del Sr. Gisbert.

3. Anti-Lucrecio del cardenal de Polignac, traducido en verso español. Estando ya esta traducción muy adelantada, fue interrumpida por otras ocupaciones a que tuvo que atender, y ojalá la veamos completa y acabada, porque será la primera que en nuestra lengua se halle traducida.

(Nota 1, no encuentro la llamada anterior). Del mismo se halla también con igual empleo D. Juan Subercase, socio de mérito en la de Valencia.


D. SIMÓN ROJAS CLEMENTE. 1827.

Nació en Titaguas, reino de Valencia, día 27 de septiembre de 1777. En la edad de 10 años le enviaron sus padres a Segorbe a estudiar las humanidades, y a la universidad de Valencia a cursar la filosofía, que empezó en 1791, bajo la enseñanza del Dr. D. Antonio Galiana, (no Galiano, como dice la gaceta de Madrid, página 146 de 1827.)

Desde el primer día que este experimentado profesor oyó la voz de tal discípulo, quedó extraordinariamente prendado de su talento, porque como hubiese acudido a principiar su curso algunos días después de la apertura de las aulas, y por consiguiente con algún atraso respecto de los demás que habían acudido desde el primer día; preguntado por su catedrático dio razón de todo lo que había estudiado por sí, y sin oír la explicación, con tanta limpieza, método y claridad, que obligó al profesor a formar de él un pronóstico de su genio extraordinario y singular. En efecto el tiempo lo acreditó así, y al fin del curso obtuvo en premio el grado de maestro en artes, que concedía el plan al opositor sobresaliente. Desde su juventud tuvo tal pasión a las ciencias naturales, que concibió y aun realizó el proyecto de reunir los nombres de todos los seres existentes: sus padres apartaban de él cuanto pudiese separarle del estado eclesiástico a que lo querían inclinar, y por no disgustarles siguió estudiando la teología, en que empleó tres años, suavizando la repugnancia con que miraba este estudio con la lectura de los autores del siglo de Augusto, y con un poco de música. Las lenguas griega y hebrea le parecieron un ameno estudio comparado con el de la teología; pero viéndose poco conceptuado en esta clase, fue tal su aplicación, que aunque contra su gusto aspiró a una beca de S. Pío V, que afortunadamente no le dieron; logró el grado de doctor de premio, con lo que ahorró los gastos a su padre, que enajenado de gozo permitió a Clemente invertirlos en un viaje a Madrid para oponerse a la cátedra de hebreo, aunque receló podría ser esta una disimulada fuga de la profesión eclesiástica en que debía entrar muy pronto. La cátedra fue provista en el Dr. D. Francisco Orchell, a cuyo mérito se hizo justicia. En el siguiente año 1800 firmó oposición a las cátedras de lógica y ética del seminario de nobles, y si no quedó agraciado, mereció tener algún voto para el primer lugar, y ser colocado en el segundo, logrando acreditar su aplicación en tales términos que se le confió en S. Isidro la sustitución de las tres cátedras a que había aspirado, mientras como discípulo asistía a las de griego y árabe. De este último idioma hizo un alarde singular, que desempeñó con aplauso. Abiertos en 1800 y 1801 los cursos de botánica, mineralogía y química, se entregó a sus estudios con tal tesón, que desde luego contribuyó a la composición de un breve tratado sobre las criptogamas españolas, que trabajó con los señores Lagasca y García, publicándose en el número catorce de los anales de ciencias naturales, correspondientes al mes de agosto de 1802. Entonces se deleitaba en el estudio de la naturaleza, buscando plantas y minerales por las inmediaciones de Madird y las alturas de Guadarrama, tanto en el ardor de la canícula, como en las escarchas del invierno, durmiendo do quier que le cogía la noche, lo que hizo hasta el año 1817, pasando semanas enteras en sus excursiones, aun después de encontrarse con su complexión bastante deteriorada. En 1802 se hallaba regentando la cátedra de árabe por indisposición de su profesor D. Miguel García Ascensio, cuando se presentó a sus lecciones un desconocido que en poco tiempo hizo rápidos progresos, y este no tardó en proporcionarle un viaje científico que podrían hacer juntos y disfrazados para nuevos descubrimientos hacia lo interior del África. Clemente lo aceptó sin vacilar un instante, y el incógnito, que era el Sr. Badía (murió desgraciadamente en el segundo viaje que hizo), le sacó el nombramiento real de asociado a esta empresa, con la pensión de diez y ocho mil reales anuales. No pudieron retraerle de este viaje las persuasiones de sus maestros Cavanilles y Herrgen, di de otros que le pintaban al desconocido como un aventurero lc; y en mayo de 1802 emprendió tan atrevida expedición, a que debía preceder un rápido paseo por Francia e Inglaterra, con el fin de acopiar noticias, instrumentos de observación, y otros artículos indispensables. En estas capitales procuró saciar su sed de la ilustración, visitando los museos de historia natural de París, y la casa de Banks en Londres (faltó la de William Fogg). No se  contentó con asistir a las lecciones públicas, sino que trataba con los sabios de una y otra capital, que quedaron admirados al ver un joven español, arrostrar con una empresa tan original que prometía tantas adquisiciones a las ciencias. Al mismo tiempo salía a recoger plantas a bastantes distancias de estas capitales, teniendo el gusto de presentar a aquellos sabios algunas, o no descubiertas, o no bastante conocidas. Ni en París, ni en Londres dejó culto alguno que no examinase en sus templos y sinagogas, abrazando todos los ramos de instrucción, siempre persuadido de que conservaría la fortaleza de la juventud desde los veinte y cuatro años que contaba, hasta los ochenta que podría vivir, creído de que le era posible llegar a abrazar en un día cuanto sabían los hombres, cálculo de que no se desengañó hasta que arruinó su salud, habiéndole hecho ver la experiencia no ser posible resistir a catorce o diez y siete horas de trabajo al día, y que una vez llena la capacidad humana, no puede recibir más sin vaciarse otro tanto; a la manera que un vaso lleno de líquido derrama la cantidad que se le aumenta. Badía y Clemente debían circuncidarse en Londres, a fin de aparentar en África que eran musulmanes, y no precipitarse en la tentativa como Horneman y otros. Un día que Clemente volvió a su casa de buscar plantas en los bosques de Epping Forest, encontró a Badía pálido, bañado en su sangre, y casi exánime, diciéndole había escogido la ocasión de encontrarse solo para practicar dicha operación, con el fin de hacerle ver su facilidad, y lo poco sensible que era; pero es tan cruel, añadió, que nunca osaré aconsejarla, pues me hallo en una situación mortal. En efecto estuvo muchos días en peligro de gangrenarse la herida, aún no bien cicatrizada: se embarcaron ambos para Cádiz, en cuya ciudad, los moros que allí había, los tuvieron por judíos disfrazados, pero su habilidad en fingir les obligó a creerles príncipes de Oriente, e implorar su protección. Quiso Badía adelantar su viaje, y pasar solo al África, como lo verificó, quedando nuestro Rojas en Andalucía, no pudiendo acompañarle por faltarle la circunstancia que ya tenía aquel, y que tan caro le costó. Llamábanle el moro sabio, siendo el objeto de la curiosidad general, en especial de las mujeres que se apresuraban por verle y pedirle yerbas para sus dolencias, fatigándole con muchas preguntas sobre las costumbres mahometanas; sufriendo también algunos ataques de varones apostólicos, empeñados en bautizarle, tan distintos de imaginar que ya lo estaba, como de presumirle tan amaestrado en semejantes materias. En este tiempo se ocupó Clemente en trabajar el Ensayo sobre las variedades de la vid que publicó en 1807, de que se han impreso extractos y capítulos enteros en todas las lenguas europeas, y en la latina, por los más acreditados botánicos y agrónomos. De la traducción francesa mandó el rey Luis XVIII, que se repartiesen ejemplares entre las autoridades civiles de los departamentos para que le recomendasen a los pueblos, y aun el ilustre Shulter (Schulter) trató de traducirlo al alemán. El gobierno no cesaba de enviarle órdenes para que pasase al África con el nombre de Mahamet Ben Alí, que había adoptado; pero hallándole inhábil para hacerlo, pidió que se le diese el encargo de examinar las producciones de los tres reinos de la naturaleza en las sierras de Granada y Ronda, mientras se podía verificar el viaje. Para ello salió nuevamente vestido de europeo una madrugada del marzo de 1804, a fin de comparecer cristiano, conservando los bigotes y la crespa barba debajo de un gran pañuelo de los que entonces usaban al cuello, y el vestido oriental siempre a la mano para lo que pudiere ofrecerse. Así recorrió todo el reino de Granada, desde el puntal del Pinar al de la Sagra, bastante para saciar su insaciable deseo. Midió generalmente la altura del famoso pico de Mulhacén (pone Mulaacen), las alturas de Sierra Nevada y demás de aquel montuoso reino, formando al mismo tiempo la escala vegetal desde sus cimas al nivel del mar: rectificando su geografía, equivocada en los mapas de López; examinó las prácticas agrícolas, los usos, el lenguaje, y cuanto incumbe a un viajero, observador eficaz e ilustrado. Engolfado en este país, dedicado particularmente a la botánica geográfica, ciencia de modernísima creación (que tanto impulso ha recibido por las indagaciones del príncipe de los viajeros Humbold, y tanto debe remontarse por las de nuestro Clemente, sino tan generales y combinadas, más numerosas, y sin comparación más circunstanciadas y exactas); y entregado a todo esto, hubo menester mucho esfuerzo para dejar tan delicioso país, y trasladarse en octubre de 1805 a Madrid, a servir la plaza de bibliotecario del jardín botánico, por nombramiento del rey, pues internado ya Badía en el África, era imposible su reunión. Entre más de ochenta arrobas sólo de muestras de las preciosidades granadinas, traía una serie de frumenticias, con la idea de hacer una monografía especial, o ceres española. A poco tiempo de su llegada comunicó a su amigo D. Mariano Lagasca este proyecto, y ambos se convinieron en llevarlo adelante; y aunque las vicisitudes políticas les proporcionaron copias de materiales con que engrandecerlo, han retardado la conclusión de un momento, no menos honorífico a la agricultura árabe española, que necesario a la europea actual, y sólo le falta la última mano. Después que cedió D. Juan Antonio Melón al jardín botánico la empresa del seminario de agricultura, de que había publicado diez y siete tomos, trabajó como uno de los redactores en los seis últimos hasta el veinte y tres en que se hallan sus tareas. Suspendiéronse con bastante sentimiento suyo en 1807, para ir a Sanlúcar de Barrameda a enseñar en el nuevo jardín experimental, establecido allí, cuanto podía contribuir a sus progresos. Un año debía durar este encargo, pero la invasión francesa de 1808 arrebató cual furioso torbellino, a casi todos los discípulos hacia el campo de Marte, y la ferocidad, la envidia y la ignorancia arruinaron aquel naciente establecimiento, que tan lisonjeras y útiles esperanzas prometía al estado. No por eso quedaron enteramente perdidos los conatos del director científico, como lo testifican algunos sobresalientes alumnos, entre ellos doña María Josefa de la Piedra, que sostuvo una correspondencia sabia con los más célebres botánicos, mereciendo de uno de ellos que haya inmortalizado su apellido con un género de este nombre. Faltábale perfeccionar la historia del reino de Granada, concluir el escrutinio de la serranía de Ronda y de la inagotable hoya malagueña, y prefiriendo al goce con tranquilidad del sueldo que disfrutaba, arrostrar nuevas tareas y riesgos, realizando su reconocimiento, sin que pudiesen estorbar los más arduos obstáculos. Los disturbios públicos le hicieron perder riquísimas colecciones, fruto de una expedición hecha a tanta costa, así en Sevilla como en toda la Andalucía baja, y muchísimos apuntes importantes. En 1809 la junta central le comisionó para recibir y cuidar un rebaño de vicuñas, alpacas mestizas de ambas especies, y llamas, que acababa de llegar a Cádiz; idea suscitada por el semanario de agricultura de primero de octubre de 1801, y de 5 de abril de 1804, cuyos artículos había hecho ver D. Francisco Zea a la fundadora de los jardines de la Malmaison, a cuyas instancias se había pedido a América, desde donde llegó en un estado lastimoso. Resultó de las observaciones de Clemente una memoria original todavía inédita, único producto de la malograda colonia, por los descuidos cometidos en su traslación a la península, y por la apurada sazón en que arribó. Así se demuestra en aquel escrito, que servirá de norte cuando se trate de una naturalización, no sin grave pérdida y descuido. En Sevilla perdió en 1810 sus manuscritos por la invasión francesa, y viendo ya ocupada la Andalucía por el ejército enemigo, se trasladó a Madrid a revisar sus papeles y colecciones, y no hallando en otra parte recursos para continuar sus tareas, faltándole medios para subsistir, se trasladó en 1812 al pueblo de su naturaleza que estaba libre de franceses, donde encontró la más generosa y agradable acogida. Allí se dedicó a establecer las cosas de su lugar escribiendo su historia civil, natural y eclesiástica, dejándola en su debida perfección, ilustrando el nombre de Titaguas, apenas oído en el día a distancia de ocho leguas. La diputación provincial de Cádiz le encargó en 1814 la formación del plano topográfico y estadístico de aquella provincia, que no concluyó, porque a mediados de este año volvió a Madrid a su plaza de bibliotecario, no ya con la pretensión de saberlo todo, sino con el intento de asegurar una subsistencia menos precaria, dedicándose en los tres años siguientes a ganar las matrículas de farmacia. Entonces (1817) se encargó a D. Mariano Lagasca recibir y arreglar las colecciones de Mutis, recién llegadas de santa Fe de Bogotá, y se nombró a Rojas por el gobierno para asociarse y cooperar a su publicación. El crédito de este sabio fue motivo de que a principios de 1818 se le eligiera censor para las oposiciones a la cátedra de zoología del real museo. La sociedad económica de Madrid le comisionó también para que en unión de otros cutro de sus individuos formase las adiciones al texto de la agricultura de Alonso de Herrera en la edición de 1818 y 19, y trabajó el prólogo y algunos artículos, y no llegaron a tiempo ciertos apéndices que hubieran dado mucho realce a la obra, por una pertinaz oftalmia que lo impidió. Mal restablecido de ella, había vuelto a continuar sus escritos principales, tantas veces, y tan a pesar suyo interrumpidos, cuando un vómito negro le puso a la muerte. Las sociedades científicas de Europa le enviaron sus diplomas, tales son la real academia de ciencias de Baviera, la de ciencias y artes de Barcelona, la de fisiografía de Lund en la Suecia, la de agricultura del alto Garona, las económicas de Madrid, Granada, Sanlúcar y Valencia, y el abolido instituto militar pertaloziano (pestaloziano, de Pestalozzi?). Elegido en 1820 vocal de cortes, desempeñó su encargo como aparece en los diarios de ellas, y concluidas se retiró a su casa y hogar, donde permaneció hasta el año 1825, en que mereció del amor del rey lo llamase nuevamente a Madrid para continuar y concluir la Ceres española, que sólo necesitaba la última mano; pero el riguroso invierno de 1827 acabó con su vida en 27 de febrero, a los cuarenta y nueve años cumplidos de su edad, de resultas de un vómito negro, después de haber estado cincuenta y ocho días sin tomar más alimento por la boca que cuatro tazas de caldo, seis cuartillos de agua, y dos medios quesitos helados. Infatigable para el estudio se olvidaba del alimento, y de los cuidados necesarios en su salud: en la enfermedad tenía el empeño de curarse con tan rigurosa dieta, que en el penúltimo ataque, sufrido en su pueblo, estuvo muchos días seguidos sin tomar alimento alguno, ni aun agua, según aseguraba él mismo y testifica su familia.

Entre sus legados dejó al rey nuestro señor su historia natural de Granada, y el tratado de la Ceres española: y al real gabinete una colección de animales disecados y de reptiles en espíritu de vino. Dejó escritas las obras siguientes.

1. Reglas para el cultivo del algodón. Valencia, imprenta de Ferrer de Orga, 1821, en 8.° 

2. Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía, con un índice etimológico, y tres listas de plantas en que se caracterizan varias especies nuevas. Madrid, imprenta de Villalpando, 1817, en 4.°

3. Historia civil, natural y eclesiástica de Titaguas, manuscrito que trabajó cuando se hallaba en su patria, y para en poder de su sobrino D. Ignacio Clemente, escribano de dicho pueblo, a quien lo legó.

4. Ceres española, manuscrito que deseamos ver algún día impreso, por haberla dejado casi concluida su autor.

5. En el número catorce de anales de ciencias naturales, tomo 5.° página 135, hay de este autor: Introducción a la critogamia de España, que con unión de los señores D. Mariano Lagasca y D. Donato García, compuso.

6. Memoria sobre el rebaño de vicuñas, alpaces (alpacas) mestizos etc., y su naturalización. Manuscrito. 


FR. JOSÉ ARNAU. 1827.                          

Religioso francisco descalzo, nació en la ciudad de S. Felipe en 1771, y estudiadas las humanidades vistió el hábito en 6 de septiembre de 1780 en el convento de S. Juan de la Ribera de Valencia; hechos sus votos lo destinó la obediencia a empezar su carrera literaria al convento de Ayora, donde sostuvo los dos actos de filosofía. En 1791 principió la teología en el de Gandía con tal aplicación, que al año y medio defendió públicamente todas las materias que debían estudiarse en tres años según sus leyes. Empleó otros tres estudiando cánones en el convento de Valencia, siendo el primero que en esta provincia tuvo conclusiones de esta facultad. Fue elegido en el convento de Liria lector de filosofía, en competencia de treinta y siete opositores que aspiraban a este honor. Pasó al de Valencia destinado a maestro de estudiantes de teología, que enseñó durante tres años, y concluidos se le nombró lector de teología escolástica, que enseñó en su convento nativo, de donde pasó a ocupar la cátedra de moral al sde S. José de la villa de Elche. Fenecida esta carrera literaria salió electo guardián del convento de S. Gregorio de Orihuela, y después de S. Onofre de Játiva; pero al año y medio de este gobierno, en el capítulo celebrado en el de Orihuela a 15 de septiembre

 de 1815, lo eligieron aquellos padres con todos los votos en ministro provincial: se le agració en el siguiente año con el empleo de calificador del santo oficio y predicador de su majestad, ejerciéndolo en 1817, en cuyo año predicó en la capilla real: concluido el provincialato le nombró la religión definidor general de toda la orden de S. Francisco, y poco después en secretario general de la misma, presidien en 1827, por comisión del vicario general, el capítulo provincial de su provincia. Ha predicado con aplauso varias cuaresmas, así en su patria como en Alicante, Valencia, y otras partes, y en el día se halla con la salud quebrantada, retirado en su convento de S. Juan de la Ribera. Escribió: 1. Sermón de rogativa por la peste de Cádiz, predicado en la metropolitana de Valencia en 1800. Valencia, imprenta de Esteban, dicho año, en 4.° 

2. Sermón del miércoles de Cuaresma, predicado al rey nuestro señor en su real capilla día 12 de marzo de 1817. Alicante, oficina de Nicolás Carratalá e hijos, dicho año, en 4.° 

3. Discurso que en la solemne fiesta que por acuerdo de ambos cabildos eclesiástico y secular de la ciudad de Valencia, se celebró en la santa iglesia metropolitana de la misma, en acción de gracias a Dios nuestro señor por los extraordinarios beneficios que ha recibido la España con la libertad de nuestro católico monarca el Sr. D. Fernando VII y su familia, pronunciado día 19 de octubre de 1823. Valencia, por D. Benito Monfort, en 4.° 

4. Sermón predicado al rey en 1821. Valencia, imprenta de Brusola, 1827, en 4.° 

Tiene además varias poesías en lemosín a la referida libertad del rey.


D. MANUEL SANELO. 1827.

Médico, natural de la ciudad de S. Felipe, antes Játiva, nació en 1760, fueron sus padres Joaquín Sanelo, nacido en Cremona, y Manuela Lagardera: estudió en la universidad de Valencia, y se dedicó al conocimiento de las letras antiguas que leía con mucha velocidad, lo que le proporcionó una plaza de escribano coadyuvante en la secretaría de esta ciudad, donde murió en la noche del 23 al 24 de junio de 1827. Escribió: 1. Diccionario valenciano-castellano. Un tomo en 4.° manuscrito. Es un vocabulario muy copioso que ha quedado en borrador y sin concluir ni darle la última mano por la muerte del autor. (Hay un ejemplar editado por Joseph Gulsoy en la biblioteca nazarine de París)

2. Silabario de voces lemosinas y plan de enseñanza de este idioma, para la lectura, instrucción e inteligencia de los escritos lemosinos. Manuscrito en pliego, que existe en el archivo de la real sociedad económica.

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https://riunet.upv.es/handle/10251/20546

Memorial de Manuel Joaquín Sanelo, pidiendo la devolución de su trabajo sobre monosílabos Valencianos, presentado a fin de que se le nombrase profesor de la escritura Valenciana.

https://riunet.upv.es/handle/10251/19943

Propuesta de D. Vicente Ignacio Franco para la formación del índice de los Escribanos del Reino de Valencia desde la Conquista por el Rey D. Jaime. Informe sobre la utilidad de esta obra por parte de D. Manuel Joaquín Sanelo y D. Miguel Fernando Albalat.

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D. RAFAEL MORANT. 1827.

Natural de la ciudad de Alicante, fue primer oficial de la secretaría de estado y del despacho universal de hacienda de ultramar, y actualmente ministro del supremo consejo de Indias, socio numerario y de mérito de la real sociedad económica de Valencia, y secretario de su diputación en la corte. Escribió:

1. Discurso sobre contribuciones, presentado al gobierno en 3 de marzo de 1817. Valencia, imprenta de D. Benito Monfort, 1821, en 8.° de 122 folios.


D. FAUSTO VALLÉS. 1827.

Barón de la Puebla, nació en Castellón de la Plana año 1762; desde muy joven se dedicó al estudio de las matemáticas, en especial a la astronomía que fue su ciencia predilecta, cultivando para su recreo las musas; era tanta su afición a la lectura y bellas letras que reunió una selecta librería de todas las mejores y más modernas obras extranjeras de ciencias naturales y exactas, muchos instrumentos para las observaciones astronómicas, y una abundante colección de productos de los tres reinos de la naturaleza. Murió en Valencia, parroquia de S. Miguel, día de todos santos primero de noviembre de 1827, estando los reyes D. Fernando VII y doña María Josefa Amalia en esta ciudad, por haber entrado el rey en la tarde del 30 de octubre, y la reina en 31 del mismo, en la que permanecieron hasta el 19 del mes de noviembre del mismo año. Escribió:

1. Curso y efemérides del nuevo planeta descubierto en Sicilia en el observatorio de Palermo en primero de enero de 1801, para este mes de mayo de 1802, calculadas en Valencia por E. B. D. L. P. (el barón de la Puebla). Valencia, por José de Orga, 1802, en 4.° 

2. Observaciones de los eclipses ocurridos en este año. Se halla impreso a páginas 91 de las actas de la sociedad económica de Valencia del 9 de diciembre de 1804, en 4.° 


D. FRANCISCO DE PAULA MARTÍ. 1827.

Natural de la ciudad de Játiva, ahora S. Felipe, nació el año 1762, fue discípulo de dibujo de la academia de S. Carlos de Valencia, dedicándose después al grabado con tal aplicación, que en los premios que esta distribuyó en 9 de octubre de 1786 logró el de su clase, teniendo en aquel entonces la edad de 24 años: pasó después a la corte, donde se estableció, y tuvo el honor de ser admitido por académico de la de S. Fernando, publicó varios grabados de bastante mérito, y debido a sus talentos el adelantamiento de la taquigrafía, por lo que le pensionó su majestad y nombró para la enseñanza pública de este arte. Fue socio de mérito de la sociedad económica matritense. Murió en Madrid en 1827. Publicó:

1. Stenografía o arte de escribir abreviando, siguiendo la palabra de un orador, o la conversación de dos o más personas. Madrid, 1799, en 8.°, con algunas láminas. Luego se volvió a publicar con el siguiente título: Tachigrafía castellana, o arte de escribir con tanta velocidad como se habla, y con la misma claridad que la escritura común. Por D. Francisco de Paula Martí. Madrid, en la imprenta sita en la calle de Capellanes, 1803, en 8.° Contiene 16 láminas grabadas en cobre en que están dibujadas todas las operaciones de este arte, y también las figuras que deben tener las plumas que han de emplearse en este método de escribir. Se publicó una segunda impresión de esta obra, y la tercera muy aumentada en el texto y estampas en la imprenta real, año 1821, en 4.° 

2. Poligrafía, o arte de escribir en cifra de diferentes modos, arreglado a los métodos de varios autores antiguos y modernos, con una colección de tintas simpáticas y comunes, el modo de hacer revivir la escritura en los manuscritos antiguos, y de borrar lo escrito cuando convenga. Madrid, imprenta de Sancha, 1808, en 8.° mayor con 4 láminas.


D. MIGUEL PELLICER Y MARTÍ. 1827.

Natural de Valencia, estudió la filosofía en su universidad, graduándose de bachiller en esta facultad cursó la medicina, y obtuvo también las matrículas de matemática y lengua griega en 1811, defendió pro cátedra conclusiones públicas de fisiología, que según el plan que entonces regía nombraban los catedráticos para ello al más sobresaliente. En 1813 se graduó de bachiller en medicina, y poco después fue elegido practicante de esta para el segundo ejército, así llamado en la guerra de la independencia, logrando al fin de la campaña una certificación honorífica del primer médico de dicho ejército D. Antonio Hernández Morejón, en la que manifestaba que había llenado sus deberes con conocimiento y celo por la salud del soldado y mejor servicio del rey, mereciendo que su majestad le nombrase en 1815 para el ejército de observación de Cataluña. En 1814 se revalidó de médico, y en 1818 obtuvo los grados de licenciado y doctor en su facultad: la real academia de medicina de Murcia le nombró socio correspondiente por haberla presentado una memoria latina sobre la apoplegía que compuso Pellicer, como una de las cosas precisas para el obtento de la licenciatura en esta escuela. Ha sustituido y regentado en esta varias cátedras de su facultad, y ha sido también médico vocal de la junta de sanidad de esta capital, continuando en el día ejerciendo su profesión con crédito y aceptación. Asociado con D. Ramón Sabater, médico también valenciano, ha traducido del francés la obra siguiente. 1. Piretología, fisiológica, o tratado de las calenturas consideradas según el espíritu de la nueva doctrina médica de F. G. Boisseau, doctor en medicina de la facultad en París. Valencia, imprenta de D. Ildefonso Mompié, 1827. Dos tomos en 4.° 


D. JOAQUÍN ELEUTERIO GARCÍA. 1827.

Hijo de José y de Joaquina Castañer, nació en la villa de Guadasuar a 18 de abril de 1788, estudió la gramática latina en las escuelas pías de la ciudad de Valencia, y siguió en la universidad de la misma algunos años de estudios mayores, que le fue forzoso interrumpir por las vicisitudes de los tiempos, singularmente por la fatal guerra llamada de la independencia. Concluida esta, y habiéndosele manifestado voz proporcionada para la música, se dedicó a este estudio con aplicación particular; y después de haber hecho oposiciones a diferentes plazas de sochantre, y agraciado en todas ellas, logró por fin en el año de 1810 la capellanía, o beneficio de esta clase en la iglesia parroquial de los santos Juanes de Valencia: en cuyo destino, sin desatender al estudio de la teología pastoral que había principiado, y que continuaba cursando en dicha universidad, deseoso de manifestar sus adelantamientos, y que no careciesen de un tratado metódico en este ramo las personas que quieran dedicarse al conocimiento del canto eclesiástico, publicó la obra siguiente:

Elementos prácticos de canto llano y figurado, con varias noticias históricas relativas al mismo. En esta composición siguió de cerca a los autores más acreditados, pero tratando la materia con arreglo al sistema moderno. Madrid, por D. Francisco Martínez Dávila, 1827, en 4.° 


FR. JOSÉ VIDAL. 1827.

Nació en la villa de Albaida, y estudió en la universidad de Valencia la filosofía, teología y lenguas griega y hebrea, graduándose de maestro en artes. En junio de 1784 vistió el hábito de predicadores en el real convento de esta ciudad; hecha su profesión y concluidos los estudios, enseñó en su orden las artes y teología durante trece años, con dos más de lenguas griega y hebrea. Para poder seguir la carrera literaria en esta universidad, era preciso obtener el grado de candidato, y sufrir los actos prevenidos por el plan de estudios; los tuvo en efecto, y recibió la borla, y pudo hacer oposiciones a varias cátedras de teología, regentando otras hasta que fue provisto en 1825 en una perpetua de dicha facultad, que desempeña en el día a satisfacción de sus discípulos. Escribió: 1. Espíritu irreligioso de las reflexiones sociales de D. J. C. A. por un miembro del pueblo de Valencia. En ella, por los yernos de José Esteban, 1811, en 4.° 

2. Idea ortodoxa de la divina institución del estado religioso contra los errores de los liberales y pistoyanos monacómacos. Valencia, oficina de D. Benito Monfort, 1823, en 4.° 

3. Theologia pastoralis Francisci Giftschutz castigata. Valencia, por Ildefonso Mompié, 1826, en 8.° 

4. Origen de los errores revolucionarios de Europa, y su remedio. Valencia, imprenta de Monfort, 1827. Un tomo en 4.° En esta obra se impugna la del jacobinismo de D. José Gómez Hermosilla.


D. JUAN BAUTISTA FIGOLS. 1827.

Natural de Cinctorres, cura párroco de Almenara, diócesis de Tortosa, socio de mérito de la real sociedad económica de Valencia y su reino, estimulado por algunos amigos dio a luz: 1. Discurso práctico: la virtud del precioso mineral de Toga poco conocida, demostrada en la verdad. Valencia, imprenta de Brusola, 1821, en 4.° En él manifiesta las virtudes y curaciones hechas con el agua de la fuente de dicho lugar que dista doce leguas de Valencia, mitra de ella, y gobernación de Peñíscola. 

2. Discurso sobre la desecación de la marjal de Almenara, al que intitula su autor: Un gran bien de un gran mal. Esta memoria quedó manuscrita en poder de su autor, y se halla en el archivo de la real sociedad a quien la dirigió, obteniendo por ello el título de individuo de mérito.


FR. MARIANO BLANQUER. 1828.

Religioso franciscano de la regular observancia, nació en Callosa de Ensarriá, reino de Valencia, vistió el hábito y profesó en el convento de S. Francisco de esta ciudad: después de sus estudios hechos con aplicación, fue lector de artes y teología, que leyó en los conventos de Chelva y S. Felipe: era sumamente aficionado al estudio de la sagrada escritura, sabiendo casi toda la biblia de memoria. Manifestó un particular gusto por la propiedad del lenguaje y poesía, incluyendo muchas de sus producciones poéticas en el diario que publicaba D. Manuel López en esta ciudad, con las iniciales de su nombre, apellido y profesión, lo que hacía a instancias de sus amigos, y en especial de su sobrino Fr. José Blanquer, religioso del mismo orden. Su natural apocado y humilde le retrajo siempre de dar a conocer sus producciones literarias. Su carácter era noble, franco, sencillo, dulce en su trato y fino en sus modales, de sentimientos religiosos, y de una conducta ajustada a su profesión. En el capítulo provincial de su orden, celebrado en Alcoy en 1815, fue electo custodio, y poco después bibliotecario mayor del convento de S. Francisco de Valencia. Murió en su patria Callosa a los sesenta y siete años menos dos días de edad. Sus obras son:

1. Un apólogo que imprimió en Alicante en tiempo de la invasión francesa, en respuesta a las calumnias que circularon en uno de los periódicos de aquella ciudad contra un prelado suyo que le pertenecía por sangre y letras.

2. Himno a S. Buenaventura en verso sáfico, compendiando los principales rasgos de su vida. Valencia, imprenta de Brusola, 1816, en 8.° 

3. El inmortal Elio, poema en verso de arte mayor, en tres cantos. Valencia, imprenta de López, 1824, en 8.° 

4. Mi golondrina: oda anacreóntica contra los indolentes y apáticos. Valencia, por el mismo, 1825, en 8.° 

5. Vida de santa Catalina de Génova, traducción literal del italiano, de la que escribió su confesor. Manuscrito. Esta, no tuvieron a bien los censores se imprimiera por tocarse algunos puntos muy delicados en los opúsculos de la santa, anejos a su vida. La traducción de esta, que se imprimió en nombre de D. Luis Monfort, presbítero, dice en la página sexta del prólogo: “He procurado que mi traducción sea enteramente española, en lo cual debo grande alivio al R. P. jubilado Fr. Mariano Blanquer, ex custodio de la orden de S. Francisco, que tanto ha empeñado mi gratitud con su ilustrada modestia y cristiana discreción.”

6. Diferentes poesías impresas en los diarios de esta ciudad, imprenta de López, cuando era su revisor.

7. Menudo examen del número 79 del diario patriótico de Valencia, sobre su artículo milagros. En él vindica el rasgo historial de la vida de S. Francisco, pintado en los claustros del convento de esta ciudad en el obispo enemigo de su orden, que amaneció degollado a manos del santo. Está manuscrito.

8. Dejó muchos manuscritos originales en que manifiesta su instrucción, corrección de lenguaje y afición a las musas.


D. VICENTE SEGURA. 1828.

Nació en Alcira año 1785, estudió en la universidad de Valencia la filosofía, medicina y la clínica con el Dr. D. Félix Miguel, granjeándose tanto su estimación que le sirvió de secretario particular en los negocios del claustro, y le confió la visita de sus enfermos con la sustitución de la cátedra de medicina práctica: encargos que desempeñó a satisfacción de este profesor. En 1809 fue médico de ejército o de número en la guerra de la independencia, y en 1813 se retiró al pueblo de Torrente, sirviendo una de sus plazas hasta el año 1819 que se estableció en Valencia, en donde una hemotisis extraordinaria le inhabilitó para seguir la carrera de la universidad, obligándole a volver a Torrente a recobrar su salud. Ha trabajado algunas obras y traducido otras, como son: 1. 1817 hizo la traducción de la del catarro uterino o flores blancas de Blatin, agregándole varias notas, y un erudito prólogo; obra que después de la censura y aprobación del tribunal de imprentas quedó inédita por ciertas circunstancias.

2. Examen crítico e imparcial del tratado de la medicina curativa de Mr. Le-Roy. Valencia, por Ildefonso Mompié, 1827. Con motivo del extraordinario aplauso que en esta ciudad tuvo la medicina curativa de Mr. Le-Roy, incomodado de ver los escandalosos abusos que se observaron, se propuso en 1827 deshacer este coloso de la superstición popular en un escrito de más de sesenta pliegos, del cual publicó sólo el cuaderno primero que contiene el discurso preliminar, y cuya continuación estorbaron circunstancias tan desagradables, como imprevistas, que le desanimaron. En las décadas de medicina y cirujía del año siguiente se publicaron unas reflexiones sobre este opúsculo, a las que trata de contestar su autor, y tiene a punto de imprimir.


D. NICOLÁS PÉREZ. 1828.

Natural de S. Felipe, antes Játiva, por lo que se intitulaba en sus escritos el setabiense, estudió filosofía y teología en la universidad de Valencia, en la que se graduó del mayor de esta facultad, pasó a la corte, y fue individuo de la academia latina matritense, publicó varias obras, pero concluyó pocas, y murió en S. Felipe en febrero de 1828, dejando muchos manuscritos: daremos noticia de los que publicó, aunque no de todos, por ignorarlo.

1. El filósofo arrepentido y sabio penitente, tomo primero, que no continuó. Valencia, por José Esteban y Cervera, 1789, en 8.° 

2. Catechismus Romanus ad Parochos ex decreto Sacrosancti Concilii Tridentini novissimis perpolitus curis á Nicolao Perez Setabitano. Matriti, typis Benedicti Cano, 1798, en 4.° mayor. En el prólogo dice que esta edición se halla más correcta que las dos que se hicieron en Roma por los Manucios. Tiene además sobre dos mil notitas a las variantes de algunas obras de los santos padres, anotadas en el texto por legítimas y genuinas.

3. El censor de la historia de España, o censura fundada de la historia crítica de España del abate Masdeu, y de las de Flores, Morales, Garivay, Ocampo, Mariana y otros escritores, y nacionales, ya extranjeros. Madrid, oficina de García y compañía, 1802, en 4.° Sólo publicó el tomo primero. En el memorial literario del año 1802 se encontrará el detalle y crítica de esta obra.

4. El anti-regañón. Son algunas cartas contra el periódico intitulado el regañón. Madrid, 1803.

5. El anti-Quijote. Madrid, por Justo Sánchez, 1805, en 8.° tomo primero. Este autor pretende encontrar defectos donde los literatos hallan bellezas; el hecho es que debía constar la obra de seis tomos, y sólo vio la luz pública el primero.

6. Descripción de las dos batallas del Bruch. Manresa, 1809, en 4.° Dos cuadernos. = Elogio de los ampurdaneses. Manresa, 1809, un cuaderno en 4.° = Diálogos de Mina. Madrid, 1824: es traducción del francés, seis cuadernos que debían continuar.


D. JUAN DEL CASTILLO Y CARROZ. 1828.

Hijo del marqués de Valera y Fuentehermosa &c., nació en Valencia, y fue bautizado en la parroquial de S. Esteban día 9 de febrero de 1760. Estudió en esta universidad artes y derecho civil, pasó la práctica en la academia de derecho español de Madrid, contrajo matrimonio y estuvo empleado de oficial de la secreataría de estado, fue nombrado ministro plenipotenciario para la corte de Río Janeiro; pero habiéndosele muerto su consorte abrazó el estado eclesiástico, logrando el que su majestad le nombrase en 1815 arcediano de S. Felipe, dignidad de la catedral de Valencia, en cuya ciudad se ordenó de presbítero; y en 1824 el ayuntamiento, entonces patrono de esta universidad, lo eligió rector de ella, cuyo empleo desempeñó por orden de su majestad hasta su muerte, que fue casi repentina, en la madrugada del 6 de septiembre de 1828. Sus obras:

1. El orden natural y esencial de las sociedades políticas, traducido con notas por D. Justo Lindacalle y Zocrar, (anagrama de su nombre y apellidos). Valencia, oficina de D. Benito Monfort, 1822, y reimpresa en 1823. Dos tomos en 8.° 

2. Del Papa y de la iglesia galicana, traducida del francés por un eclesiástico. Valencia, oficina de D. Benito Monfort, 1824. Tres tomos en 8.° 

El autor de esta obra es el conde de Maistre, que la publicó en francés en 1819 y 1821.


D. JOSÉ MONTESINOS. 1828.

Natural de la ciudad de Orihuela, fue catedrático de humanidades en aquella universidad, que enseñó hasta que por su ancianidad obtuvo la jubilación, pues murió en su patria de una edad nonagenaria a fines de 1828. Escribió:

1. Historia de Orihuela. Comprende no sólo los hechos históricos relativos a la referida ciudad, si que también los de los pueblos de su gobernación: contiene además las nóminas de las insaculaciones en sus testamentos, una detallada narración de los muchos personajes ilustres en santidad y letras que ha producido Orihuela, la historia particular de sus obispos, origen y progresos de su universidad literaria, el de su cabildo y demás establecimientos religiosos, con otros muchos puntos históricos tan curiosos como necesarios para ilustrar las glorias de su patria. Está dividida esta obra en diez y ocho tomos en folio, manuscrita de su mano, que paran originales en el día en poder de D. Juan Roca de Togores, vecino y hacendado de aquella ciudad.

2. Blasones de Orihuela. Se propuso el autor en esta obra escribir una historia particular de esta ciudad, y propiamente puede lamarse epítome de la anterior. Consta de nueve tomos en 4.° manuscritos, y existen en la biblioteca episcopal de Orihuela.


P. JOSÉ VIDAL. 1828.

De la compañía de Jesús, nació en Valencia, y fue bautizado en la parroquial de S. Bartolomé día 29 de enero de 1739, estudió las humanidades, y vistió la sotana a los diez y seis años de su edad, cumplidos los del noviciado cursó la filosofía en la ciudad de Gerona, y la teología en la de Valencia: después lo destinaron sus superiores para maestro en la universidad de Gandía, en cuyo magisterio perseveró hasta el extrañamiento de los de su religión. Conducido a Italia se fue a Roma, y en la universidad de la Sapienza estudió las lenguas hebrea y árabe, que aprendió con perfección. Pasado algún tiempo se encargó de la educación de dos sobrinos del cardenal Borja, en cuya casa se mantuvo hasta la vuelta con sus compañeros a España: logró un beneficio eclesiástico en la parroquial de S. Martín de Valencia, que residió el tiempo que estuvo en esta: vuelto a Roma fue recibido con estimación de los sabios, e incorporado en la academia de los fuertes de aquella capital. Restituido nuevamente a su patria Valencia, y otra vez a la religión de la compañía, le destinó la obediencia para catedrático de elocuencia, poesía y lengua hebrea al seminario de nobles de S. Pablo de esta ciudad, donde continuó con asombro leyendo, aun sin auxilio, en la edad de ochenta y nueve años, libros de humanidades a que su inclinación le llamaba, no cesando de escribir, hasta que la mucha edad le impidió del todo la continuación de sus tareas. Acaeció su muerte en el mismo colegio de S. Pablo en 14 de agosto de 1828. Compuso varias disertaciones con diferentes notas históricas sobre puntos de erudición, las que en latín o italiano manuscritas paraban en poder de su autor, y él mismo me las comunicó.

1. Disertación en latín sobre los santos apóstoles S. Pedro y S. Pablo. = Otra de Situ Paradisi. = De materia sacrificiorum ethnicorum. = De mercede prostibuli, et de pretio canis (carnis?). = Dissertazione del calendario ebraico. = Calendario de los antiguos griegos y romanos sobre las fiestas de sus dioses, sus templos, dedicaciones y juegos. = Dissertatio de Diis Jano, Junone et de modo loquendi per digitos. = Dissertatio de solemni Judaeorum expiatione, et de Hirco Emisario. = Sopra il primo linguaggio. = Poligraphia sopra le Lucerne antiche de sepolcri. = Sopra l'Imperio Proconsulare. = Sopra la Porpora. = De significatione litterarum majuscularum apud Romanos. = Pro ecclesiastica tonsura Dissertatio. = De causis obscuritatis Sacrae Scripturae. = Sopra i catecumeni dissertatio. = Cristiani dal primo secolo, sino all' era del IV secolo dissertatione. = De his, quae de medicina, et de morborum remediis in sacris scripturis notate sunt digna dissertatione. = Sobre el uso y modo de vestir de los eclesiásticos. = Sobre la confesión y absolución de los siglos bárbaros. = Cronología universal de la creación, hasta el siglo IX de la era cristiana. = Sobre el asilo de los antiguos. = Sobre la América y americanos. = Sobre el alma del hombre. = Dissertatione aumento decadenza é nuevo ristablimento della scienza, fisica. 


D. FRANCISCO AMORÓS. 1828.

Nació en Valencia, y fue bautizado en la parroquial de S. Esteban día 19 de febrero de 1770. Empezó el servicio militar a los nueve años de su edad, porque ya en este tiempo se encontraban en él las cualidades que pide la ordenanza. Dedicado a la lectura de Julio César, Vegecio y otros autores antiguos, le convencieron de la necesidad de fortificar el cuerpo y adornar su alma con una educación enérgica, y a pesar de las inquietudes de una tierna madre, aprendió a nadar, montar a caballo, haciendo uso de otros ejercicios, como correr, saltar &c. Aprendió el latín, filosofía, matemáticas, lenguas y cuanto era preciso para su instrucción. Su tío respetable y sabio anciano, sucesor del célebre Olavide, intendente de la Carolina, le enseñó la economía política, y a saber administrar sus intereses. En la edad de veinte y un años fue nombrado alférez, y en el sitio que los moros pusieron a Orán fue herido gravemente, por lo que mereció que su general lo propusiese al rey para teniente, cuyo grado obtuvo. En la guerra de Francia en 1792 y 93 logró también por sus servicios militares ser muy estimado del general Ricardos, y hecha la paz en 1795 fue llamado para servir a las órdenes de su tío el teniente general Fonsdeviela, gobernador militar y político de Cádiz, y después virrey de Navarra, de donde pasó a oficial de la secretaría del ministerio de la guerra. El Sr. D. Carlos IV le confió en 1803 la organización de algunos establecimientos benéficos y de utilidad pública: pasó a Andalucía para la apertura de un camino de comunicación desde el Guadalquivir con el interior de la bahía de Cádiz, y plantificar un jardín de aclimatación en S. Lucar, concediéndole una pensión extraordinaria por sus servicios, encargándole la dirección del instituto militar de Madrid, con el importante objeto de reformar la educación pública en España, siguiendo el método de Peztalozzi, que fue declarado el mejor de los conocidos por una junta de sabios que para ello se hizo. Tuvo también el grande honor de dirigir la educación del serenísimo Sr. infante D. Francisco de Paula, que le proporcionó nuevas recompensas del rey. Hallóle la revolución en Aranjuez con los empleos de coronel de infantería, regidor de S. Lucar, consejero de Indias y secretario del rey, pero los trastornos de aquel tiempo le hicieron ser uno de los miembros de las llamadas cortes de Bayona y refugiarse en París perdiendo todos sus bienes, y entrando pobre en aquella corte: allí tuvo que dedicarse para lograr su subsistencia en la educación pública, y logró tal aceptación que desde luego fue nombrado miembro de la sociedad elemental y de otras de París: estableció varios gimnasios (pone gimnacios : instituto de educacuón), publicando muchos discursos en favor de sus instituciones.

En 16 de julio de 1816 Luis XVIII le expidió carta de naturalización con las expresiones más honoríficas, porque le dice: Mr. Amorós est un homme de lettres distingué qu'il adonné des preuves de son zéle et de ses lumieres et que sa conduite envers le gouvernement de S. M.  à mérité une opinion favorable. Logró tanta confianza pública, y al gobierno como fundador de una institución tan útil como precisa, lo que hizo se le nombrase director del gimnasio civil, del norma militar, del gimnasio especial de zapadores y pontoneros de París, y de los gimnasios particulares de S. A. R. el duque de Orleans en Nevilly, y de los pajes de su majestad en París, hallándose en el día condecorado con la cruz de la legión de honor por Carlos X. Sus escritos:

1. Discurso leído en la sociedad económica de S. Lucar de Barrameda el 30 de noviembre de 1803. Impreso en Cádiz por acuerdo de dicha sociedad. Se da noticia de él en la obra periódica de variedades de ciencias, literatura y artes, tomo segundo, página 275.

2. Gymnase Normal Militaire et Civil, idée et etat de cette Institution an comencement de l'année 1821. París par P. N. Rougeron, 1821, en 8.° mayor.

3. Extrait du Reccueil de cantiques Gimnastiques publié en 1818 par M. Amorós. París (la même imprimerie 1820), en 16.° mayor.


D. LORENZO BOSCASA. 1828.

Hijo de D. José y doña Agustina Igual, nació en Valencia día 10 de agosto de 1786, estudió en esta universidad filosofía, matemáticas, lengua griega, química, botánica, y demás partes de la medicina. Recibió a su tiempo los grados de bachiller en filosofía y en medicina, y de premio el de maestro en artes. Aprobado de médico en 11 de mayo de 1811 por la subdelegación de Valencia, ejerció su práctica sucesivamente en la misma ciudad, como médico de número de los reales ejércitos en los hospitales militares durante la guerra de la independencia, y después de esta en Fuenlabrada y en Chinchón, hasta que pasó a la corte en marzo de 1822 para ocuparse en la traducción castellana del diccionario de ciencias médicas (treinta y ocho tomos en 4.°) y un suplemento, impresos en Madrid desde 1821 a 1827. De los cinco mil y más artículos que hay desde Corazón (patología) tomo 8.°, hasta Vigilia, tomo 38, tradujo dos mil novecientos (pone nuevecientos cincuenta y siete, suma tan considerable que ocuparían sobre diez y ocho tomos de la obra. Esto manifiesta el sumo trabajo de Boscasa, porque no solamente los vertió del francés al castellano, si que unas veces los redactó, y en otras hizo la versión literal según lo pedía la materia, aumentando además lo traducido con doscientas veinte y siete notas, treinta y ocho adiciones, y algunos artículos de redacción o compilación original, a lo que le obligaron los progresos posteriores a la publicación de la obra francesa que estaba traduciendo. En el suplemento le pertenece únicamente la alocución de los traductores, que hace las veces de prólogo, y que era parte del principio de un trabajo algo extenso en contestación a algunas críticas del diccionario, publicadas en un periódico, cuyo trabajo ha quedado inédito. No ha insertado su nombre en ningún tomo de la obra, siguiendo en esto el ejemplo de los que habían traducido antes los siete primeros tomos de ella, y aun sus notas no llevan mas que las iniciales de Nota Bene, o la expresión de Nota de los traductores; en que consumió cuatro años y nueve meses: hizo oposición a las siete plazas, entonces vacantes, de médico de la real familia en un concurso de veinte y tres opositores, y su majestad (que Dios guarde) le honró nombrándole para la primera de ellas, cuyo destino ocupa en el día, siendo al mismo tiempo médico del pontificio y real hospital de italianos en Madrid.


D. MIGUEL MENDOZA. 1828.

Nació en Valencia, y fue bautizado en la parroquial de santo Tomás día 21 de septiembre de 1784, estudió la filosofía y leyes en esta universidad, que no continuó por la guerra de la independencia y servicio de su patria; siguió la carrera de escribano, pero la afición a las antigüedades fue el motivo de que se dedicase a leer letras antiguas para poder entender los protocolos y pergaminos, tanto latinos como lemosinos en que están escritos, logrando descifrar con facilidad las muchas abreviaturas de que abundan, por lo que en 1810 se encargó de sacar las copias que se le pidiesen de los muchos que recogió el Dr. D. Mariano Tortosa, presbítero (1: murió en el convento de la corona de Valencia, donde se hallaba recluso en 19 de febrero de 1826, después de declarado inocente por el tribunal de la nunciatura), pues a este benemérito sajuntado más de mil ochocientas regencias de notarios que se hallan custodiadas en los desvanes del real colegio de Corpus Christi, del que era colegial perpetuo, cuyas copias sacaba Mendoza con anuencia de este y autorización del escribano que las regentaba. Por muerte del dicho sacerdote, sin haber dispuesto en su último testamento, autorizado por el escribano D. Carlos Soliva en 29 de diciembre de 1811, de la referida colección, y recaído en su herencia, los interesados en ella deseando se perpuetuase en el referido colegio la memoria de su apreciable pariente, con escritura ante D. Joaquín Gil y Alarcón en 6 de mayo de 1826 la cedieron en favor del real colegio, y quedó colocada en la misma forma que la tenía su instituidor, continuando Mendoza en el referido encargo hasta el año 1828 en que se separó para atender a otras obligaciones de su inspección. Adquiridos mayores conocimientos e instrucción en la lectura e inteligencia de letras antiguas, mereció que su majestad, en real orden de 21 de marzo de 1816, le nombrase oficial amanuense del real archivo de este reino y de la comisión que asimismo se había servido nombrar por otra real orden de 23 de julio de 1815, para el arreglo de los libros y papeles del citado archivo, y extractos de sus documentos que se hallaban confundidos por su precipitada traslación en 1810 desde el palacio del real al tiempo de su demolición, donde se hallaba colocado, al edificio del colegio de S. Pablo, antes casa profesa de la compañía de Jesús, donde existe en gran parte arreglado. Además de este archivo se conservan en el día otros cuatro en esta ciudad, que se titulan: el de la Antigua Diputación, antigua Gobernación, de la Corte del Justicia civil, y el del Justicia civil hasta en cantidad de trescientos sueldos. Su natural inclinación y deseo de adquirir noticias, así de su tiempo como de los anteriores, ha sido causa de encontrarse con bastantes materiales de que tiene formados muchos cuadernos, entre ellos: 

1. Extracto del resumen de Esclapes, añadidas todas las capillas y altares de las iglesias de Valencia con sus invocaciones y particularidades. Manuscrito.

2. Diario sacro valentino de todas las fiestas anuales que se celebraban en todas las iglesias. Lo escribió en 1801 a imitación del que daba a luz por los años 1771 el maestro de ceremonias de esta catedral. Manuscrito.

3. Noticia de todas las procesiones generales de esta ciudad de Valencia. = Descripción de la solemnísima función anual del Corpus y su octava. = Descripción del cementerio general de este vecindario y su solemne bendición en 1807. = Noticia de los funerales del Papa Pío VI, del ilustrísimo Sr. D. Juan Francisco Ximénez del Río, del excelentísimo e ilustrísimo Sr. D. Fr. Joaquín Company, con otros muchos apuntes de noticias diarias de diferentes años que no pueden circunstanciadamente expresarse, y conserva manuscritos en su poder.

4. Cuaderno de apuntes de escrituras sobre diferentes asuntos, y de testamentos de los sujetos que allí se citan, y ante qué escribano, y su fecha, se otorgaron. Son dos tomos en folio manuscritos.


D. VICENTE FERRER Y TORMO. 1828.

Nació en Montaverner, gobernación de S. Felipe, estudió en la universidad de Valencia la filosofía, teología y cánones, se graduó de bachiller en artes y cánones, y de doctor en teología; fue familiar del arzobispo de esta diócesis D. Francisco Fabián y Fuero, y destinado a la secretaría, empleo que desempeñó muchos años, consiguiendo un beneficio eclesiástico en la parroquial de Cocentaina, de donde pasó a residir otro que obtuvo en la de los santos Juanes de Valencia: ha sido vice-rector, y desempeña otros destinos a satisfacción del público. Ha publicado sin nombre de autor la obra siguiente:

Seis puntos útiles y aun necesarios a todo eclesiástico. Los puntos son: Primero. Que no puede lícitamente celebrarse la santa misa en el altar cuya ara no incluya sepulcro de sagradas reliquias. Segundo. El celebrante (misa rezada) pasando por delante del santísimo sacramento expuesto debe llevar el bonete puesto en la cabeza en el tránsito al altar o de este a la sacristía, hecha la genuflexión y adoración. Tercero. En la  noche de Natividad del Señor no puede celebrarse misa rezada ni aun por el que cantó la solemne sin privilegio especial, y débese esperar la aurora. Cuarto. Donde debe colocarse la cruz procesional y preste en las exequias, contra lo que de ordinario se practica. Quinto. Si la costumbre de celebrar misa de réquiem siempre en los semidobles y feriales es más laudable que la del rezo u oficio del día. Sexto. Del uso de la estola, que sólo debe ser en la administración de sacramentos; por consiguiente ni el hebdomadario ni otros deben usarla. Añádese un decreto, del que puede usar la palmatoria en las funciones eclesiásticas. Sus resoluciones están tomadas de las mismas rúbricas y decretos, y de los autores clásicos. Imprenta de Manuel López, 1828, en 8.° 


D. ANTONIO ROSELL VICIANO. 1829.

Hermano del P. Fr. Basilio y de D. Manuel Rosell, que ocupan un honorífico lugar en esta biblioteca, nació en Valencia, parroquia de los santos Juanes, cursó la filosofía, y graduado de maestro en artes en la universidad de la misma, hizo oposición a la cátedra de astronomía, vacante a la sazón en ella; continuó estudiando la teología, pasó a Madrid a oponerse a las dos cátedras de matemáticas que se habían de proveer en los estudios reales de la corte, la que obtuvo a fines del año 1771; ejercitó su enseñanza hasta principio de 1893, en que habiéndole nombrado su majestad comisario de guerra de los reales ejércitos en propiedad, de cuyo empleo tenía ya los honores, fue destinado a Valencia, donde se empleó en componer algunas obras. Fue un habitante pacífico, ejemplar de paciencia, sufriendo con resignación sus achaques hasta que le alcanzó la muerte, en 23 de marzo de 1829. Sus obras:

1. Demostración de las causas que concurrieron a los daños y ruinas de las obras del prado nuevo de Madrid en la tarde del 23 de septiembre de 1775, y modo de precaverlas en adelante. Madrid, imprenta de Ibarra, en 4.° 

2. La geometría de los niños. Por D. A. R. C. D. M. Madrid, imprenta real, 1784, en 8.° 

3. Instituciones matemáticas... Tomo primero: contiene la aritmética propia y los principios del álgebra. Madrid, imprenta real, 1785, en 4.° El segundo paraba concluido manuscrito en poder del autor. Las efemérides de Roma de 13 de mayo de 1786, artículo de Madrid, alaban esta obra.

4. Tratado de la verdadera nobleza. Valencia, por Benito Monfort, 1804, en 8.° 

5. Artículo comunicado de R. V. en el diario de Valencia de 8 de enero de 1811 sobre el abuso de algunas voces.

6. Censura confidencial del periódico el Robespierre español. Valencia, imprenta de Monfort, 1811, en 8.° 

7. Memoria instructiva sobre contribuciones y venta de frutos. P. D. A. R. V. Valencia, por Monfort, 1820, en 8.° 

8. Disertación sobre la causa de las auroras boreales, manuscrito que trabajó en 1770. Compuso esta memoria con motivo de haber observado dicho año en Valencia la noche del 18 de enero una de las más completas, y haber discurrido un modo nuevo y más verosímil de explicar sus fenómenos.


D. GABRIEL CISCAR Y CISCAR. 1829.

Nació en Oliva día 17 de marzo de 1769, estudió las humanidades en las escuelas pías de Valencia, y la filosofía en su universidad, en la que obtuvo el grado de bachiller. Inclinado al servicio de su majestad en octubre de 1777 sentó plaza de guardia marina de la compañía de Cartagena (raro que no fuese en Torrelodones): después de haber hecho algunas campañas en los mares de Europa y América, y desempeñando algunos destinos subalternos, fue promovido a teniente de navío, y nombrado director de la academia de dicho departamento en 26 de abril de 1788: el real nombramiento decía que se le conferían la expresada graduación y destino en atención a sus servicios y méritos, y al especial que hacía en la instrucción y enseñanza del curso de matemáticas sublimes que su majestad había puesto a su cargo, aprobando el plan de estudios propuesto para formar oficiales a la real armada. Concluído el curso en febrero de 1789 presentó los discípulos a examen público, presidido por el capitán general de aquel distrito, en cumplimiento de real orden, y en premio de este acto le concedió su majestad la graduación de capitán de fragata. En la campaña de mar que hizo en 1796, determinó las longitudes de los principales puntos de la costa meridional de Cerdeña, mal establecidos en las cartas, por medio de un cronómetro de Arnold; y en julio de 1798 fue nombrado comandante de artillería de marina del departamento de Cartagena, con la graduación de capitán de navío que obtenía desde fines de 1796. En 27 de agosto del mismo año 1798 le nombró su majestad para trabajar en la determinación de los nuevos pesos y medidas con los sabios del instituto nacional de Francia, y a su vuelta de París determinó con suma precisión la longitud del péndulo simple, que oscila los segundos en Madrid. Después de condecorado con la cruz pensionada de Carlos III, y promovido a la clase de brigadier de la real armada (con sede entre Pinto y Valdemoro) en 25 de abril de 1806, le confirió su majestad el cargo de comandante general de artillería de ella, y en febrero de 1808 el de comandante interino de guardias marinas de Cartagena. Desempeñaba estos dos destinos cuando fue elegido individuo de la junta de gobierno por aclamación popular el 21 de mayo del propio año, y la junta central, pocos días después de su instalación, esto es en septiembre del mismo año, lo eligió secretario vocal de la junta general militar que debía residir a su lado: a fines de diciembre le confirió igual destino en el supremo consejo interino de guerra y marina, instalado en Sevilla. La misma junta suprema, después de haberle promovido a jefe de escuadra de la real armada, le confirió el cargo de gobernador militar y político de la importante plaza de Cartagena, que ejerció desde fines de marzo de 1809 hasta noviembre del siguiente año. El primer consejo de regencia que entró a ejercer la soberanía por la extinción de la junta central en 3 de febrero de 1810, le nombró secretario de estado y del despacho universal de Marina, con la prevención de que continuase en el gobierno hasta la llegada del sucesor; pero antes que esto se verificase, en octubre del año 1810, las cortes reunidas en la isla de León, le nombraron individuo del supremo consejo de regencia triunviral de España e Indias, en unión con los Sres. Blake y Agar, cuyo cargo ejerció hasta principios de enero de 1812 en que las mismas le exoneraron de él nombrándole consejero de estado: y a principios de marzo de 1813 lo eligieron individuo de la regencia triunviral de las Españas, en unión con D. Pedro Agar, bajo la presidencia del eminentísimo Sr. cardenal arzobispo de Toledo, y continuó en dicho destino hasta el 10 de mayo de 1814 en que su majestad, restituido felizmente a España (ya no puedo aguantar la pesadez de Justo Pastor Fuster. Si no estuviese por la página 478 de 555 aquí se acababa la edición de este libro, que he escrito palabra por palabra, sin ocr), se dignó tomar las riendas del gobierno. En 1823 pasó a Gibraltar, donde murió en 12 de agosto de 1829. (Escribió:)

1. Discruso que en los certámenes públicos de los oficiales que han concluido el curso de estudios mayores en el departamento de Cartagena, leyó siendo teniente de navío día 11 de febrero de 1789. Impreso en Murcia, imprenta de la viuda de Felipe Teruel, dicho año, en 4.° 

2. Examen marítimo teórico-práctico, o tratado de mecánica, aplicada a la construcción , conocimiento y manejo de los navíos y demás embarcaciones. Por D. Jorge Juan. Es segunda edición, aumentada con una exposición de los principios del cálculo, notas al texto y adiciones. Por D. Gabriel Ciscar, capitán de fragata. Contiene la mecánica de los sólidos, y las aclaraciones y adiciones componen más de las tres cuartas partes de ella, desde la página 59 hasta la 98 de la numeración de bastardilla se pone un índice razonado de las materias añadidas, con el objeto, como así lo expresa en la introducción, de hacer del examen marítimo un tratado mucho más extenso, cuyo estudio pueden emprender los que se dediquen a la mecánica, para aplicarla a cualquiera de los ramos que comprende esta ciencia casi universal.

3. Tratado de aritmética para la instrucción de los guardias marinas. Murcia, imprenta de Muñiz, 1795, un tomo en folio en que se explica la aritmética con más extensión que en el tomo primero del curso, de que se hablará en el número siete.

4. Tratado de trignometría esférica para la instrucción de los guardias marinas. Por D. Gabriel Ciscar. Cartagena, en la oficina de marina del departamento, 1796, en folio. Se explica en él esta materia más extensamente que en el tomo tercero del curso de estudios de marina, de que hablaremos.

5. Tratado de cosmografía para instrucción de los guardias marinas. Por D. Gabriel Ciscar. Cartagena en la oficina de marina del departamento, año 1796. En este tomo se explican algunas materias con más extensión que en el tomo tercero del curso elemental.

6. Memoria elemental sobre los nuevos pesos y medidas decimales, fundadas en la naturaleza. Por D. Gabriel Ciscar. Madrid, imprenta real 1803, en 4.° 

En esta memoria se manifiestan las ventajas del nuevo sistema métrico, se propone una nomenclatura castellana, y se expresan las relaciones de los nuevos pesos y medidas con los usados en las oficinas reales del reino.

7. Explicación de varios métodos gráficos para corregir las distancias lunares con la aproximación necesaria para determinar las longitudes en el mar, y para resolver otros problemas de la astronomía náutica. por D. Gabriel Ciscar. Madrid, imprenta real, 1803, en 4.° Con siete estampas o cuarteras. En la introducción que precede a esta obra, que por la elegancia y novedad de las prácticas que enseña puede considerarse como original en su especie, examina el autor la diferencia que hay entre el astrónomo terrestre que observa desde un piso fijo y estable, eligiendo tal vez aquella ocasión en que está más dispuesto para la operación, y el marino que trabaja sobre un cuerpo en continuo movimiento, y que al mismo tiempo que observa necesita atender a las operaciones que exige el manejo del buque: deduciendo de esta comparación, que así como debe observar con frecuencia, tiene también que calcular con prontitud. De este modo la facilidad y brevedad en las operaciones es el mayor mérito de las obras que se destinan a la resolución de los problemas puramente náuticos; porque de tal manera facilita el cálculo de las observaciones más cumplidas del pilotaje astronómico, que le deja reducido a una operación semejante a la de hallar en los cuarteres ordinarios el rumbo y la distancia, una vez conocida la diferencia de latitud y el apartamento del meridiano. Con su auxilio, y por decirlo así de una mirada, se hallan los resultados sin necesidad de tener presentes, ni aun de conocer los principios de la trigonometría esférica, lo que es muy expedito para el uso diario de abordo.

8. Curso elemental de estudios de marina, escrito de orden de su majestad. Por D. Gabriel Ciscar. Madrid, imprenta real, 1803. Se reimprimió por disposición y a expensas del consulado de Mallorca, para uso de los alumnos de su escuela de navegación. En Palma, en la imprenta real, 1811. Cuatro tomos en 4.° 

Los tres primeros contienen los elementos de aritmética, geometría, trigonometría plana, cosmografía y trigonometría esférica, pero precisos para la inteligencia del pilotaje, que se explica en el tomo cuarto con la extensión necesaria para determinar el punto de la nave en medio del océano (Occeano), y dirigir con acierto la derrota a cualquier punto conocido del globo, y este curso ha sido hasta ahora el texto para la enseñanza en las escuelas náuticas del reino.

9. Apuntes sobre medidas, pesos y monedas que pueden considerarse como una segunda parte de la memoria elemental sobre los nuevos pesos y medidas decimales fundadas en la naturaleza: publicada en 1800. Por D. Gabriel Ciscar. Madrid, 1821, en 4.° En el prólogo se resume y mejora el sistema métrico propuesto. Para su adopción basta hacer una corta alteración en las medidas, y establecer para los pesos una libra intermedia entre las usadas en diferentes provincias del reino. Las ventajas que proporciona son:

1. El retener sin dificultad sus relaciones en la memoria.

2. El comprobarlas y construirlas con suma sencillez.

3. El reducir los nuevos pesos y medidas a los decimales, y estos a aquellos con mucha facilidad.

4. El determinar con la misma facilidad las relaciones de las nuevas medidas itinerarias con las más usuales entre los griegos y romanos. En el apunte quinto se da una regla muy sencilla y muy aproximada para obtener mentalmente las distancias en estadios, o décimos de milla marina, por medio del sonido: en los once, doce y trece, se trata de las ventajas del peso, sobre la medida, de los fraudes que pueden cometerse con los pesos de cruz, y del modo de pesar con exactitud: y en el diez y ocho se habla de las monedas. La falta de vista del autor, y la precipitación con que fue preciso publicar esta obra antes de que se hiciesen innovaciones que no fuesen convenientes, son las causas de algunas imperfecciones, y de que en la misma fe de erratas haya dos de consideración fáciles de conocer. 

10. ensayos poéticos de D. Gabriel Ciscar, académico de mérito de la real de S. Carlos de Valencia. Imprenta militar de Gibraltar, año 1825, en 8.° 

Contiene entre otras la traducción de cuatro fragmentos selectos del poema latino de Tito Lucrecio, en los cuales nada hay contra la religión ni contra la moral; y por último un ensayo didáctico astronómico dirigido al sol, y un fragmento a la tierra, compuestos al mismo tiempo que se hacía la impresión, y pueden considerarse como muestras del poema físico astronómico en siete cantos, con más de cinco mil versos endecasílabos que está concluido; advirtiendo que el autor ha hecho más de cien correcciones en los setecientos cuarenta y ocho versos que contienen los dos ensayos expresados. Los versos sobre los signos y estaciones del año, impresos en las páginas setenta y cinco y setenta y seis, se sacaron de los rudimentos de cronología.

11. Poema físico-astronómico en cinco cantos divididos en artículos. Gibraltar en la librería militar, 1828, en 8.°, de doscientas cuarenta páginas. La crónica de Gibraltar, número dos mil trescientos setenta y siete, febrero 19, 1829, anuncia este poema y dice: El autor ofrece al excelentísimo Sr. duque de Wellington esta composición rimada, escrita con el objeto de manifestar la sublimidad e importancia de los conocimientos que suministran la física y la astronomía, y facilitar su adquisición. Con la viva voz de un buen maestro puede servir de texto para aprender los rudimentos de las ciencias expresadas, aunque sólo se indican aquellas materias que exigen los auxilios del cálculo y de las figuras, por no permitir otra cosa su naturaleza. Nada contiene contrario a la moral, ni relativo a opiniones políticas, y en ellas se hace mención honorífica de algunos españoles beneméritos como D. Martín Fernández Navarrete, D. Agustín Betancourt, D. Dionisio Alcalá Galiano &c. El poema contiene cerca de seis mil versos casi todos endecasílabos; va acompañado de un extracto en forma de índice, y de unas breves aclaraciones con el título de advertencias.

12. Tiene además algunos escritos impresos en obras de otros autores, como la determinación de la figura de la tierra, deducida de diez y seis observaciones, hechas en diferentes latitudes, con un péndulo para marinos españoles, cuyo resultado es muy poco diferente del que estableció el sabio Laplace en su mecánica celeste.

13. Rudimentos de cronología en verso y prosa. Manuscritos que existen como estaban en el año 1814 por el incidente que se indica en el artículo tercero del prólogo de los ensayos poéticos, y por la misma causa se desapareció la parte teórica de la maniobra que constituía el tomo quinto del curso elemental de los estudios de marina. 

13. Pueden reputarse pertenecientes a la clase de obras inéditas muchos escritos sobre materias científicas, dirigidos a la superioridad, algunos de los cuales es regular existan en la secretaría de estado y del despacho de marina, en la dirección general de  la real armada, o en el depósito hidrográfico; pero ninguno de ellos convendría se publicase sin ser revisado por algún sujeto muy inteligente. 

FR. FRANCISCO HURTADO. 1829.

Religioso agustino, nació en la parroquial de S. Lorenzo en 9 de marzo de 1767. Estudió las letras humanas en las escuelas pías de esta ciudad, y en la universidad de la misma la filosofía y un curso en teología antes de su ingreso en el real convento de S. Agustín, donde profesó a los diez y siete años de su edad en 25 de agosato de 1785. Estudió un año de teología en su claustro, pero de orden de sus prelados continuó toda la carrera en esta universidad. Tuvo en su orden los grados de lector, maestro y doctor en sagrada teología, y fue prior del observantísimo real convento de Aguasvivas por espacio de nueve años, y después del de S. Agustín de esta ciudad, y vicario provincial de todos los del reino de Valencia. Invitóle la excelentísima ciudad, como patrona entonces de su escuela, con la sustitución de una cátedra de teología, y habiéndola regentado dos años mediante oposición, elegido catedrático perpetuo de instituciones teológicas, fue con sólo el bachillerato de teología, y habiendo recibido después los grados de licenciatura y doctorado. Ha servido el encargo de censor en los concursos a las cátedras de instituciones teológicas y lengua hebrea por elección y nombramiento del ilustre claustro general. Es actual examinador sinodal de este arzobispado, socio honorario, y del número de la real económica de amigos del país, revisor real de libros, predicador titular y cronista del excelentísimo ayuntamiento, y por comisión de la superioridad ha sido nombrado censor de esta biblioteca para su publicación. Se ha impreso de este autor lo siguiente:

1. Elogio fúnebre en las solemnes exequias de la V. M. sor Vicenta Rita Aguilar, religiosa agustina del convento de S. Julián, predicado en 15 de septiembre de 1803. Valencia, por Monfort, en 4.° 

2. Sermón en la aprobación y extensión del culto de los tres beatos agustinos, Antonio de Sena, Gerónimo de Recanate y Ugolino de Cortona, predicado en 25 de enero de 1807 en el templo de S. Agustín de Valencia. Por Monfort, dicho año, en 4.° 

3. Sermón de S. Jorge mártir, predicado en la iglesia del sacro real convento de nuestra señora de Montesa en 23 de abril de 1819. Por Monfort, dicho año, en 4.° 

4. Sermón del santísimo Cristo de S. Salvador de Valencia, en acción de gracias por haberse libertado esta ciudad y reino del contagio del año 1821, predicado en su parroquia día 8 de febrero de 1822. Valencia, por Monfort, dicho año en 4.° 

5. Elogio fúnebre en las solemnes exequias de S. M. C. la reina nuestra señora doña María Josefa Amalia de Sajonia, celebradas por el excelentísimo cabildo eclesiástico de Valencia, día 10 de julio de 1829. Por Monfort, en folio.

6. Del mismo autor son las notas del censor de esta biblioteca en que ilustra varios puntos, las de la Josefina del maestro Gerónimo Gracián, en la reimpresión que en esta ciudad se hizo por la viuda de Muñoz, y la descripción de las exequias de la universidad en el fallecimiento de la reina doña María Josefa Amalia de Sajonia que hizo por comisión del ilustre claustro de catedráticos, y se publicó al frente de su elogio fúnebre, predicado por el R. P. M. Fr. Jorge Comín, elector general de la orden de la Merced, y catedrático perpetuo de teología. Por Monfort, en folio, año 1829.

7. Compendio de la vida y monásticas virtudes del M. Fr. José Meliá, ejemplar sacerdote de la orden de S. Agustín. Manuscrito.

8. Colección de varios himnos eclesiásticos que ocurren en las festividades de la iglesia romana y de la orden de S. Agustín. 

El autor ha trabajado esta colección de himnos sueltos, guardando en la versión castellana el mismo metro del original latino, a petición de algunas religiosas de la Presentación de Valencia, donde sirve el oficio de vicario. Manuscrito.


D. VICENTE MARTÍNEZ BONET. 1829.

Nació en Valencia, y fue bautizado en la parroquial iglesia de S. Esteban: instruido en las humanidades cursó en esta universidad la filosofía y jurisprudencia civil y canónica, recibiendo los grados de bachiller en artes, y el de bachiller y doctor en ambos derechos (pone drechos): hizo algunas oposiciones a las cátedras, y una a la pavordría de su facultad: frecuentó la escuela hasta que concluida la práctica forense fue recibido de abogado e incorporando los cargos de abogado de pobres, el de secretario de su junta de gobierno, &c. &c. Estos destinos no impidieron el servicio de la patria, pues fue diputado del común en los años 1809 y 10, en cuyo tiempo desempeñó varias comisiones que en aquella época de efervescencia con motivo de la guerra ocurrieron, con otros muchos cargos y negocios interesantes que se le confiaron, y no refiero por no ser difuso. En el día ocupa los empleos de consultor de la ilustre junta de gobierno del hospital real y general, y de las fábricas de muros, valladores y caminos de esta ciudad, el de abogado consistorial primero del ayuntamiento de la misma, el de fiscal del tribunal de la alcaidía del demolido palacio y sitio llamado el real y bureo, agregado al real patrimonio, y el del juzgado de la subdelegación de espolios y vacantes, ramo de inquisición, y finalmente sirve la plaza de juez peculiar y privativo por su majestad del real tribunal de diezmos, tercios y primicias de Valencia y su reino. En los descansos que le han permitido tan laboriosa carrera ha escrito varios opúsculos que conserva inéditos en su poder, y ha dado a luz lo siguiente:

1. Retrado del abogado perfecto, presentado a los ilustres jóvenes que intentan ejercitar la honrosa y noble profesión de la abogacía. Valencia, imprenta del diario, 1794, en 4.° 

2. Hechos, trabajos y martirio, o admirable vida y preciosa muerte del V. siervo de Dios Fr. Jacinto Castañeda y Puchasons, religioso sacerdote de la sagrada orden de predicadores. Valencia, imprenta del diario, 1796, en 4.° 

3. Novena del beato patriarca Juan de Ribera. Valencia, en la referida imprenta, 1797, en 8.° 

4. Relación de las fiestas con que la ciudad de Valencia celebró la beatificación del V. Sr. D. Juan de Ribera. En la misma, e imprenta del diario, 1789, en 4.° 

5. El patriotismo. Discurso que a la real asociación de caridad en alivio de los presos de la cárcel de S. Narciso de la ciudad de Valencia, dando principio a la primera junta general que celebró en virtud de sus nuevas constituciones día 26 de enero de 1809. Imprenta del diario, en 4.° 

6. Diferentes piezas literarias, políticas y morales, publicadas en el periódico de esta capital desde primero de junio de 1791, hasta diciembre de 1811 inclusive, con el nombre antonomástico de: El amante de la verdad, de las cuales se formaron algunas colecciones.


D. JORGE WASINGTHON MONTGOMERI. 1829.

Nació en Alicante en 1796, a los doce años de edad lo enviaron sus padres al colegio de Ereter, en Inglaterra, donde estudió durante seis años las humanidades, adquiriendo otros conocimientos. Concluidos sus estudios regresó a España, aplicándose con tesón a recuperar el idioma castellano que tenía casi olvidado, dedicándose con este fin al estudio de los autores clásicos españoles del siglo de oro, cuyo estilo y lenguaje no ha cesado de admirar. Su carrera actual puede decirse es la diplomática, pues se halla agregado como traductor a la legación de los Estados Unidos en la corte. Llevado de su afición a las letras ha compuesto algunos escritos, pero sólo ha publicado:

1. Tareas de un solitario, o nueva colección de novelas. Madrid, imprenta de Espinosa, 1829. Un tomo en 8.° 


D. VICENTE PLA Y CABRERA. 1829.

Natural de la ciudad de Valencia, administrador de rentas generales de Segorbe y su partido, de donde fue trasladado a las de Alicante, en cuya ciudad murió en abril de 1829. Escribió:

1. El regocijo de Valencia en los días 5, 6, y 7 de noviembre de 1796, por la feliz noticia de haber elevado a las aras N. SS. P. Pío VI en 18 de septiembre del mismo al B. Juan de Ribera, patriarca de Antioquía, virrey, capitán general y arzobispo de Valencia. En ella, por Agustín Laborda. Escrito en verso, en 8.° 

2. Reparos críticos sobre la legitimidad de ser el célebre catecismo para instrucción de los nuevamente convertidos del V. e ilustrísimo Sr. D. Martín de Ayala, arzobispo de Valencia. En la misma imprenta del diario, sin año, en 8.° 

3. Disertación histórico-crítica de las antigüedades de la villa de Almenara, y descubrimiento de su famoso templo de Venus. Valencia, imprenta de Muñoz, 1821. tres cuadernos en 4.° 

4. Otros varios romances y poesías insertas en los diarios de esta ciudad con otros versos y comedias que quedaron. Manuscritos.


D. MIGUEL CANTÓ. 1829.

Nació en Aspe, reino de Valencia, en 28 de abril de 1768, hijo de D. Miguel Cantó y doña Felicitas García: después de la filosofía que cursó siendo colegial en el tridentino de Orihuela, estudió el derecho civil y canónico en aquella universidad, graduándose en ella de bachiller licenciado y doctor en cánones. Estudiada la moral recibió el presbiterado en 1792, dedicándose al confesonario y púlpito. Fue agraciado con el hábito de Calatrava (pone Calatraba), que vistió en virtud de real despacho, y el entonces obispo de Orihuela, ilustrísimo Sr. D. Simón López, actual arzobispo de Valencia, le nombró en 1816 su secretario de cámara, consultor de la mitra, juez de obras pías, visitador de su obispado y examinador sinodal, y con este último título le honró asimismo el obispo de Tarazona D. Gerónimo Castillón, y en el de consultor de la mitra. En el concurso de 1817 fue provisto con el curato de Callosa de Segura, que sirvió hasta que mediante oposición obtuvo en noviembre de 1825 la canongía doctoral de la colegial de S. Felipe, y murió en junio de 1829. Sus escritos son:

1. Discurso con el que se persuade a los sacerdotes la obligación de emplearse en ejercicios de su ministerio. Murcia, por Teruel, 1795, en 8.° 

2. La ciudad sobre la villa. Murcia, por dicho, 1798, en 8.° 

3. Proclama de un sacerdote valenciano. Orihuela, 1808, papel en folio.

4. El verdadero sabio. Murcia, por Teruel, 1809, en 4.° 

5. Las glorias de España. Murcia, por el mismo, 1809, en 4.° Es un sermón predicado a S. Tiago (Santiago, Jaime, Jacobo, etc).

6. La Cuaresma patriótica. Alicante, por Nicolás Carratalá, 1811. Dos tomos en 8.° 

7. El solitario y Blake. Alicante, por el mismo, 1812, en 4.° 

8. El anacoreta de Moncayo. Alicante, por dicho, 1813, en 4.° 


D. JOSÉ CHICHOY. 1829.

Nació en Valencia día 15 de agosto de 1773, cursó en esta universidad la filosofía, teología escritura e historia eclesiástica; y antes de concluir esta carrera, emprendió la de medicina, y recibió el grado de doctor previa la licenciatura médica; siguió desempeñando la enseñanza de las cátedras de su facultad por espacio de 25 años. Publicó en aquel tiempo un crecido cuerpo de conclusiones, tanto de esta como de física experimental y matemáticas, que defendió, y le fueron aprobadas para aspirar a la candidatura. Entretanto hizo igualmente el servicio de primer médico de los hospitales militares establecidos en esta capital durante la guerra de la independencia, y sucesivamente el de médico de esta plaza. Cultivó con bastante crédito la poesía; en los diarios de esta ciudad hay insertas muchas producciones suyas. En 10 de septiembre de 1825 fue nombrado catedrático de clínica de esta universidad literaria, cuyo destino desempeñó hasta su muerte, acaecida en lunes 31 de agosto de 1829. Tiene publicadas y escritas las siguientes obras:

1. Discurso inaugural leído en la apertura del mes de octubre de 1825 en el real estudio de medicina clínica de la universidad literaria de esta ciudad. Valencia, por Benito Monfort, dicho año en 4.° 

2. Discurso que con motivo de colocar el Sr. D. Juan del Castillo, rector de la universidad literaria, el retrato de nuestro augusto soberano D. Fernando VII en el nuevo local que para el estudio de medicina clínica ha destinado la M. I. junta de gobierno del real hospital de esta ciudad, lo leyó en la mañana del día 6 de enero del año 1827. Valencia, dicho año, en 4.° mayor.

4. Breve discurso contra la medicina curativa o la purgación de Mr. Le-Roy y contra los abusos de la administración de su receta, para desengaño del público, y en honor de los buenos profesores del arte de curar. Valencia, imprenta de D. Benito Monfort, 1827, en 4.° 


FR. MIGUEL MAGRANER. 1829. (Magrana, mangrana : granada; magraner : granado)  Del orden de S. Francisco, natural de la villa de Alcudia de Carlet, y cronista de la provincia de Valencia: murió en el real convento de esta ciudad día 18 de septiembre de 1829. Ha escrito:

1. La petimetra corregida. Comedia moral ajustada a las reglas del drama en verso. Valencia, por Miguel Esteban, 1804, en 4.° 

Salió a nombre de doña Joaquina Magraner, hermana del autor.

2. Sermón de exequias de la difunta reina de España doña María Isabel de Braganza. Valencia, 1819, en 4.° 

3. Rita, ejemplo de las esposas. Por Fr. M. M. Y. S. Valencia, por Monfort, 1821, en 4.° 

4. Sermón de S. Félix diácono, doctor y mártir de Gerona, patrón de S. Felipe de Játiva. Valencia, 1821, en 4.° 

5. La virtud premiada. = El pleito en que todos ganan, comedia en tres actos en verso. = Ruth moabita, bisabuela de David. = La venida de la imagen de nuestra señora con el título del Oreto (de Loreto) a la villa del Alcudia de Carlet desde Roma. Drama en tres actos, verso heroico. Manuscrito.

6. Romance heroico a la entrada del rey D. Fernando VII en Játiva. Valencia, 1814, en 4.° 

7. Villancico para los maitines de Navidad de los años 1806, 1811 y 1817, que se cantaron en la colegiata de Játiva. Impresos en Valencia. 

Tiene además algunas sátiras jocosas e impresas a saber:

8. La óptica del ciego de la embrolla y del mundi novi en España. En cuatro números, de los que sólo se publicaron tres de a dos pliegos de impresión.

9. Varias poesías, algunas manuscritas y otras impresas como son: El cabañal del Grao de Valencia, retratado en la estación del estío. = Las del altar de S. Vicente de 1828 que se imprimieron en dicho año.


D. JOSÉ MARÍA PUIG DE SAMPER. 1829.

Natural de la ciudad de Valencia, estudió la filosofía y jurisprudencia en esta universidad, fue agraciado con una beca en el colegio que fundó mosen Pedro Rodríguez de la Vega, vulgarmente llamado de la ciudad, y en 1774 recibió el grado mayor de leyes en dicha universidad. Aprobado de abogado en 1777, e incorporado el mismo año en el colegio de su patria hizo oposición a una pavordría de leyes, y estuvo encargado de la corrección y cuidado de la edición que se hizo en Valencia del Vinio con las adiciones del derecho (pone Drecho) de España: atendidos sus méritos lo agració su majestad con la plaza de oidor de la real audiencia de Mallorca, de donde lo ascendió a regente de la de Aragón, condecorándole con la cruz pensionada de la real y distinguida orden española de Carlos III, y después a presidente de la real chancillería de Granada, de donde lo elevó a ministro del consejo y cámara de su majestad, y al presente desempeña también el importante encargo de la dirección de estudios. Escribió:

1. Razonamiento en la apertura del despacho de los negocios del tribunal de la audiencia de Aragón, en 2 de enero de 1796. Zaragoza, imprenta real. Se reimprimió en Valencia a solicitud del real colegio de abogados por D. Benito Monfort , dicho año en 4.° 

2. Sobre la importancia de la administración de justicia en lo criminal. Discurso pronunciado en la real chancillería de Granada en 2 de enero de 1801. Impreso en Granada por Moreno, en 4.° 


D. BERNARDO BORRÁS Y BONAFE. (Bonafé). 1829.

Nació en la villa de Carlet, profesor de matemáticas, individuo de mérito en la clase de educación de la real sociedad económica del país, y oficial de la contaduría principal de propios y arbitrios del reino de Valencia. Ha invertido una nueva ortología, que presentada a la real sociedad mereció su aprobación, y es la que sigue:

1. Ortología, nueva instrucción teórica y práctica. Valencia, por José Gimeno, 1825, en 8.° Más aumentada, con una pequeña idea de la caligrafía. Se publicó en Valencia por D. Benito Monfort, 1829, en 8.° Esta obrita según se manifiesta en el frontis de ella, es para el uso de los padres, ayos y demás encargados de la instrucción de los niños en sus casas, a fin de que consigan el enseñar a leer y escribir a sus discípulos en muy corto espacio de tiempo.


D. FRANCISCO CISCAR Y CISCAR. 1829.

Hermano menor de D. Gabriel Ciscar, nació en Valencia; aficionado desde su juventud al servicio del rey, sentó plaza de guardia marina en el departamento de Cartagena día 28 de octubre de 1778, y concluidos sus estudios ascendió a alférez de fragata. A las órdenes del general D. Félix de Tejada, y después a las de D. Antonio Barceló, hizo el corso contra los ingleses en el bloqueo de Gibraltar. Pasó a Cádiz y se embarcó en el chambequín andaluz, desempeñando varios reconocimientos de que estaba encargado. En abril de 1780 se trasladó a la isla de Cuba a las órdenes del general D. José Solano, después marqués del Socorro. Siguió haciendo la guerra en aquella parte de América, siendo sus principales compañas la primera expedición contra Panzacola, en que sufrió la escuadra destinada a este fin en el seno mejicano uno de los más grandes temporales de que no hay memoria de otro mayor. En la segunda expedición contra dicha plaza, verificándose su toma, fue uno de los oficiales que mandó las embarcaciones menores; con su buque llevó al interior de la bahía, a pesar del vivo fuego del castillo de las Barrancas que defendía la entrada, las tropas de desembarco. La tercera expedición fue el pasar al Guarico francés en la isla de santo Domingo, e incorporándose en la escuadra del marqués del Socorro, salir a proteger la retirada de la del mando del conde de Grasse después de su derrota. Hecha la paz en 1783 regresó a España y asistió por espacio de tres años al curso de estudios mayores y matemáticas sublimes. Seguidamente se embarcó en la fragata Loreto para sstir a la formación de las cartas marítimas de la península española; concluidas estas concurrió  al observatorio astronómico de Cádiz en la misma forma que antes lo habían verificado D. Jorge Juan y D. Antonio de Ulloa, y después D. Vicente Tofiño y D. José Varela. En octubre de 1793 se embarcó de segundo comandante del navío firme, en que pasó al puerto de Tolón, entregado a la escuadra de D. Juan de Langara en la guerra declarada entonces contra la Francia; durante todo el tiempo de dicha hizo sus campañas en el navío S. Fulgencio. Hecha la paz pidió su retiro, que obtuvo con el grado de capitán de navío. En enero de 1807 fue vuelto al servicio activo y ascendido a capitán de navío efectivo, con destino de primer oficial de la secretaría del almirantazgo que acababa entonces de crearse. Entrados los franceses en Madrid en 1808, y después de la catástrofe del dos de mayo, se fugó de aquella villa, pasando por Aragón, Valencia a Cartagena, y cuando nuestras tropas, después de la batalla de Bailén, entraron en Madrid regresó a la corte que luego fue sitiada y tomada por los franceses mandados por el mismo Napoleón. Durante este sitio se halló en los parajes del mayor riesgo; el mismo día de la entrega trató de fugarse dirigiéndose a Móstoles; pero sorprendido junto a la venta de Alcorcón por un destacamento de úsares de caballería de la guardia imperial de Bonaparte, se le destinó a ser fusilado, triste suerte que felizmente pudo evitar. Regresado a Madrid fue conducido prisionero a Francia, y hallándose pasado Somosierra obtuvo permiso para volver a la corte en calidad de prisionero, siendo responsable de su persona el general Mazarredo. Luego que este jefe marchó a Galicia escapó por tercera vez de entre los franceses y se presentó en Valencia en el verano de 1809 a las órdenes del capitán general de dicho reino D. José Caro. Hizo varios servicios, hasta que elegido vocal a cortes por el reino de Valencia, tuvo que pasar a Cádiz en agosto de 1811, después de un año de estar aquellas instaladas. En ellas propuso se nombrase al lord Wellington para general en jefe de todos los ejércitos españoles contra la Francia. Este lord después de las reconquistas de las plazas de Ciudad Rodrigo y Badajoz y célebre victoria de los Arapiles, se presentó en Cádiz para concertar los planes de su siguiente campaña contra los franceses: en la misma mañana que Wellington entró en Cádiz fue elegido D. Francisco Ciscar presidente de las cortes, y como a tal pudo cooperar a la aprobación de todos los planes que el lord había propuesto a la regencia, cuyo decreto se halla firmado por el Sr. Ciscar como presidente. La regencia de aquella época, en la que entre otros individuos se hallaban los Sres. duques del Infantado y capitán general de la real armada D. Juan María Villavicencio, nombró a D. Francisco Ciscar para que con amplias facultades formase y dirigiese la grandiosa obra de un canal de comunicación desde el mar del sur al seno mejicano, en el istmo de Tegualtopek y corrientes del río Goasalcoalcos, que no tuvo efecto por las ocurrencias posteriores de la América española. En 5 de julio de 1815 fue ascendido por el rey nuestro señor a brigadier de la real armada, y condecorado con la cruz y placa en la real y militar orden de S. Hermenegildo, y en 26 de abril de 1820 fue nombrado vocal de una junta auxiliar del ministerio de marina que de orden del rey acababa de establecerse en Madrid; pero elegido vocal a cortes por Valencia para las legislaturas de 1820 y 21, hubo de asistir a ellas, y acabadas volvió a la referida junta de asistencia de la dirección general de la real armada. Creado después el almirantazgo se transfirió al departamento de Cartagena, donde era comandante propietario del real cuerpo de brigada de artillería de marina, cuyo mando militar nunca tomó, desempeñándolo por sustitutos. Últimamente por real orden de 16 de abril de 1827 fue elegido para la formación de los pequeños tratados de mecánica, artillería, maniobra y táctica naval para el estudio de los guardias marinas después de embarcados; e igualmente el rey nuestro señor lo ha nombrado vocal de la junta de dirección de la real armada con residencia en la villa y corte de Madrid, y promovido a la clase de jefe de escuadra de la misma. Ha escrito lo siguiente: 1. Reflexiones sobre las máquinas y maniobras del uso de abordo. Madrid, imprenta real, 1791, en 4.° mayor con veinte y tres láminas. De esta obra habla con elogio la gaceta de Madrid del martes 1.° de noviembre 1791, página 803 diciendo:

“La dependencia que tiene el manejo de las embarcaciones de todas las partes de la mecánica, ya se consideren en sí las máquinas o potencias que obran en ellas, ya los movimientos que producen, ha ocupado en tan útiles aplicaciones a los mayores matemáticos de nuestro siglo. La sublimidad con que D. Jorge Juan trató en su examen marítimo algunos de estos puntos, sin descender al pormenor de todos los casos prácticos, exigía que a favor de los maniobristas principiantes se ordenase un tratado que reduciendo al de cortos principios sólidos el estudio de la maniobra, se pudiese entender con los principios de la geometría elemental, y abrazase al mismo tiempo todos los conocimientos necesarios para el manejo de los bajeles. Con tal idea se ha formado esta obra, la cual (después de establecidos algunos principios de mecánica) se divide en tres libros. Trata el primero de las máquinas, distinguiendo las que aplicamos para aumentar nuestras fuerzas de las que usamos para la conservación de nuestra salud en las navegaciones. Entre aquellas se explica toda la teoría y uso de la palanca, motones, aparejos, cabrestante, cabrias, timón, bombas &c., y entre estas se reflexiona sobre los medios discurridos para conservar abordo el agua dulce y desalar la del mar, sobre las mangueras y nuevos ventiladores para renovar el aire de varios sitios de las embarcaciones, y sobre algunos usos que en ellas se hace del barómetro. En el segundo se aplican algunos principios de mecánica a varias maniobras: se consideran para la mayor resistencia y seguridad de los buques, la situación más ventajosa de las jarcias, la mejor figura de los palos masteleros y vergas, y la dirección con que el viento ejerce sus esfuerzos sobre ellos &c., aplicando la doctrina de la composición y descomposición de las fuerzas de la mar y de puerto. El tercero comprende los movimientos de los buques, exponiendo con claridad la teórica de D. Jorge Juan aplicada a varios casos prácticos: trátase de los efectos del timón, del uso de las velas, de las viradas, de la capa y de otras maniobras frecuentes, concluyendo con un extenso capítulo sobre la estiva, y otro sobre el flete y arqueo de las embarcaciones. Esta obra de que carecíamos hasta ahora, combina oportunamente las teóricas más sublimes con las prácticas mejor adoptadas, fijando sólidamente los principios del arte del marinero, siendo por tanto no sólo indispensable para los oficiales de marina y todo hombre de mar, sino muy necesaria para los ingenieros y constructores de las máquinas del uso de abordo.”

2. Tratado de artillería de marina para el uso de los individuos de la brigada real del mismo cuerpo, escrito de real orden por D. Francisco Ciscar, caballero de cruz y placa de la real y militar orden de S. Hermenegildo. De orden superior. Madrid, imprenta real, 1829. Dos tomos con trece láminas en 4.° 

En el primero se trata de la pólvora, su fabricación y modo de obrar, y de la artillería especialmente así llamada. El segundo tomo contiene la parte de la misma facultad denominada bombardería, y la otra que tiene por objeto la composición de mixtos para el servicio de los fuegos arrojadizos en los combates de mar y otros artificiales, como son los cohetes voladores de varilla o rabiza, y su uso para hacer señales, y las carcasas y balas luminosas para alumbrar de noche la campaña, tanto de cerca como a largas distancias, concluyendo con un método sencillo para hallar el contenido de balas, bombas y otras municiones que suelen disponerse en los parques de artillería en pilas de pirámides triangulares y cuadradas y en pilas cuadrilongas a que acompañan algunas tablas. En esta obra ha tenido presente su autor todos los nuevos descubrimientos en la construcción de piezas como son las carronadas, obuses &c., cañones inventados por Villantrois, Paixans, Congreve y otros, e igualmente la máquina o artificio llamado torpilla o máquina infernal marítima, inventada por el inglés Roberto Fulton. Algunos de estos descubrimientos no están aún perfeccionados, como sucede con los nuevos cebos de pólvora fulminante y llaves de percusión proyectadas para el disparo de las piezas de artillería; y por lo mismo sólo se habla de ellos expresando las ventajas que pueden proporcionar y los medios de conseguir la perfección en su servicio. Con presencia de varias de las muchas obras escritas sobre la artillería, se citan las doctrinas de sus autores para adoptarlas, mejorarlas o desecharlas, al propio tiempo que se menciona el mérito de varios de nuestros distinguidos antiguos autores de artillería como Luis Collado, Diego Ufano, D. Sebastián Fernández de Medrano, y aunque más modernos, de D. Sebastián de Labayru, D. Vicente de los Ríos y del teniente general de la real armada, hijo de Alicante, D. Francisco Xavier Rovira. Atendiendo a que los trabajos de Galileo, su discípulo Evangelista Torricelli, D'la Hire y otros sabios geómetras introdujeron una especie de novedad en la teórica y práctica de la artillería, suponiendo que los movimientos de los proyectiles se verificaban describiendo las curvas llamadas parábolas, se manifiesta la equivocación que padecieron por no haber contado con la resistencia del aire, que en cierto modo ha hecho vana la mayor parte de sus trabajos, y se trata por lo mismo en varios capítulos de esta obra de este punto interesantísimo, aventurando una hipótesis en el capítulo 41 en orden a la influencia que los remolinos de aire, causados por el rápido movimiento de las balas, pueden tener para alterar sus descensos que se calculen con arreglo y las leyes de la fuerza de atracción o gravedad. Todas estas materias como otras de la mayor importancia de la facultad de la artillería para el acierto de las punterías, determinación de los ángulos de elevación que deben darse a las piezas para que el tiro alcance a determinada distancia, o bien verificado el ángulo concluir esta última, se tratan con la mayor sencillez, en términos de no necesitarse ni una fórmula algebraica, ni una noción de la llamada geometría superior para su completo conocimiento.


FR. MARIANO RAIS Y REY. 1829.

Nació en Valencia en 4 de marzo de 1796, y fue bautizado en la iglesia de santa Catarina mártir: tomó el hábito en el convento de predicadores, y siguió allí sus estudios de filosofía y teología; concluidos, fue trasladado a su convento de S. Onofre, sito entonces en el término de Museros, huerta de Valencia. Pasó después de lector de teología al de dominicos de S. Felipe, y concluida su lectura fue nombrado confesor ordinario de las religiosas de su orden de la misma ciudad. Ha sido también confesor y vicario de las de Villareal, prior de los conventos de S. Felipe y Alicante, y dos veces de su real convento de S. Antón y S. Onofre, trasladado desde el año 1804, al que fue de los extinguidos Antonianos en la calle de Murviedro, extramuros de Valencia. Escribió:

1. Historia de la provincia de Aragón de la orden de predicadores desde el año 1808, hasta el de 1818: supresión y restablecimiento de sus conventos, y servicios hechos por la misma a la religión y a la patria. Zaragoza, por Francisco Magallón, 1816, en 4.° 

De esta obra dicen los editores de la colección eclesiástica ilustrando la nota doce del tomo primero, página 247, lo siguiente: Véanse los capítulos trece y catorce de la Historia de Aragón, orden de predicadores... digna de leerse, así en esto como en todo lo demás que contiene.

2. En la apertura del seminario patriótico de S. Felipe, impresa en Valencia por Benito Monfort, año 1806, hay una poesía de este mismo autor, y es también obra suya la carta escrita en verso endecasílabo a D. Vicente María Rodrigo y Ros, inspector de la real casa de beneficiencia de la Habana, inserta en el diario de Valencia de 23 de marzo de 1825.

3. Villancicos para cantar las religiosas del convento de dominicos de nuestra señora de la Consolación de la ciudad de S. Felipe, en la festividad que han de celebrar por haber sido llevada a los altares la beata Juana de Aza, condesa de Caleruega y madre de santo Domingo de Guzmán. Valencia, imprenta de Brusola, 1829, en 4.° 

Tiene otras poesías impresas en español y lengua del país, en las que no se expresa su nombre. Consérvase entre sus manuscritos un canto heroico en honor de los cuarenta y nueve mártires de Sandomira, religiosos de su orden.


FR. JOSÉ GIMENO. 1829.

Religioso observante de S. Francisco, nació en Gandía, y vistió el hábito en este convento de Valencia, siguió los estudios con aplicación, la orden lo nombró para las lectorías de artes y teología que desempeñó con lucimiento; pero cuando se pensaba en condecorarlo con el título de procurador general quiso pasar a América y ocuparse en la conversión de infieles; obtenida su patente partió para el colegio de Propaganda de Santa Cruz de Querétaro en la nueva España, donde se empleó con fruto en las misiones de aquel continente. Actualmente se halla en la Habana trabajando en solicitar la fundación de un colegio de misioneros en la misma, y está condecorado con los títulos de ex-guardián y padre de los colegios de Querétaro, Zacatecas y Pachuca, padre de la provincia de Jalisco, y examinador sinodal del obispado de Valladolid. Ha escrito: 1. Explicación de casos reservados en el arzobispado de Méjico. En la misma ciudad, 1816, en 8.° 

2. Siete pláticas que predicó el año 1811 en la iglesia de su colegio, dirigidas a pacificar la ciudad en la insurrección del año anterior por el cura Hidalgo y otros cabecillas.

3. Conciliación del probabilismo y probabiliorismo. Manuscrito.

4. Devoción al dulce misterio de la inmaculada concepción. Manuscrito.


D. PEDRO VICENTE GALABERT. 1829.

Nació en Valencia día 31 de enero de 1757, y fue bautizado en la parroquial de los santos Juanes: siendo aún muy joven lo enviaron sus padres al colegio del oratorio en León de Francia, donde aprendió las humanidades y filosofía, recibiendo el grado de bachiller en artes. Pasó a Holanda y sucesivamente a Inglaterra e Italia con el fin de imponerse en el comercio e idiomas de estos países que habla con perfección. Vuelto a su patria y obtenido en 1784 del Sr. D. Carlos III el permiso para construir un puerto mercantil en Cullera, con un canal de navegación que terminase en la puerta del mar de Valencia, proyecto que ya algunos años antes había ideado el marqués de la Romana, pasó a aquella villa acompañado del ingeniero extraordinario D. Luis Ochoa y formaron los planos correspondientes, pero no tuvo efecto, después de expendidas grandes sumas, por la muerte del referido ingeniero. En 1798 presentó a su majestad una memoria para la extinción de vales reales y de la deuda nacional, y el rey se dignó nombrarle subdirector de la real caja de amortización instituida en aquel año, y poco después le confirió el empleo de contador de la misma con los honores de ministro del tribunal de la contaduría mayor de cuentas en premio de sus trabajos. Continuó en varias comisiones, siendo la última el de director económico de los reales canales de desagüe y riego de Albacete, que terminó felizmente el año 1820 como lo había ofrecido a su majestad en su informe sobre el origen, progresos, coste, productos y resultados de aquella benéfica cuanto importante real empresa, de la cual presentó, en unión de la su junta de gobierno, una memoria histórica y analítica de estas obras, con un plan topográfico comprensivo de los referidos canales, tierras desencharcadas &c., cuyo plan delineó el director facultativo D. Manuel Blasco, de la real academia de S. Carlos de Valencia, de grata memoria. Son varias las obras que tiene trabajadas este laborioso valenciano, que vive retirado en Vilanesa, pueblo inédito a esta ciudad; pero sólo pondremos aquí aquellas de las que tenemos noticia y son:

1. Cartas del marqués de Roselle vertidas del francés al holandés, en 8.° Manuscrito. Las tradujo siendo aún muy joven en Holanda.

2. Memoria sobre la desecación de la laguna del cabo de Oropesa. Manuscrito. La presentó al príncipe de la paz en el año 1792 con conocimiento y complacencia de los condes de Cerbellón (Cervelló, Cervellón).

3. Memoria sobre la perfección y conservación de nuestros caminos. Manuscrito. Presentada al mismo en 1797, entre otras cosas propone en ella la grande medida de ensanchar las llandas y llantas de nuestros carros. 

4. Seis memorias presentadas a la real sociedad de amigos del país, de la que es individuo numerario en los años 1805 y 6, acerca del origen, progresos, decadencia y posible restablecimiento de la real fábrica de sedas de Vilanesa de la cual se hallaba director.

5. Cartas político-económicas subscritas por D. J. A. Talens, escritas en el año 1810, y presentadas a las cortes en 1811. Valencia, por D. Benito Monfort, 1813, en 4.° 

En ellas habla sobre las muchas atenciones del gobierno en la crisis de su época.

6. Memoria sobre los principios e importantes objetos de una contribución directa. Manuscrito. La presentó en 1813 a la diputación provincial de Valencia, que le agregó a una sección de su seno para borrar la estadística de este reino. 

D. ESTANISLAO DE COSCA VAYO. 1829.

Nació en Valencia el día 17 de noviembre de 1804, y fue bautizado en la parroquial iglesia de los santos Juanes. Estudió la gramática en las escuelas pías de esta ciudad y demás estudios en la universidad literaria de la misma. Las obras que tiene publicadas son:

1. Ensayos poéticos. Valencia, oficina de D. Benito Monfort, 1826, en 8.° 

El mérito y defectos de esta obra se discutieron en diferentes folletos escritos por D. Luis Lamarca y el bachiller valenciano. Reconocido el autor a las advertencias de estos y otros literatos tiene dispuesta la obra para una segunda edición, suprimiendo las poesías que ha creído más defectuosas y corrigiendo las otras con esmero, añadiendo muchas impresas en papeles sueltos, como en el diario de esta ciudad, y reimpresas en los periódicos de Madrid. 

2. Voileano o la exaltación de las pasiones. Novela original. Valencia, por Ildefonso Mompié, 1827. Dos tomos en 8.° 

3. Amalia o no todas son coquetas. Por Ascanio Florigero. Comedia en dos actos. Valencia, por el referido Mompié, 1827.

4. En 1826 ofreció la real sociedad económica de Valencia un premio al autor de la mejor memoria que resolviese esta cuestión: “¿Cuáles son los medios de contener el lujo en España y reprimir su influencia sobre las costumbres sin perjudicar nuestra industria?” y habiéndose presentado diferentes memorias Vayo consiguió el accésit, quedando nombrado individuo honorario de dicha sociedad, y premiado con una colección de actas de la misma.

5. Los terremotos de Orihuela, o sea Enrique y Florentina. Valencia, por José Ferrer de Orga, 1829, en 8.° 

6. Educación del bello sexo fundada en la moral práctica de la sociedad. Manuscrito. En esta obra ha procurado vaciar las ideas más apreciables esparcidas en los escritos de los filósofos antiguos y modernos, acomodándolas a nuestras costumbres y sentimientos apartándose de las teorías impracticables. No ha visto todavía la luz pública por no haber conseguido su autor el permiso.

7. Los partidos. Comedia original en tres actos y en verso, que está en la censura para su impresión.

8. Diccionario de las frases castizas de Cervantes. Manuscrito.

D. PASCUAL GENARO RODENES. 1829.

Natural de la villa de Ayora, en este reino, estudió en la universidad de Valencia, graduándose en leyes pasó a la corte, donde fue recibido de abogado, vuelto a esta ciudad tradujo del francés la obrita siguiente:

1. Atala o los amores de dos salvajes en el desierto. Por Francisco Chateubriand. Valencia, por José de Orga, 1803 y 1813. Con una advertencia del traductor, en 8.° 

En las actas de la real sociedad de amigos del país de Valencia del año 1804 hay a página 86 una oda de este señor que actualmente vive.

D. FRANCISCO BROTONS. 1829.

Nació en Valencia en 1786, estudió las humanidades en el colegio de S. Pablo, y cursó en esta universidad: inclinado a las musas empleó su numen en varias composiciones; pero sobrevenida la gloriosa lucha de la guerra de la independencia corrió al campo de marte y sirvió con el grado de subteniente, no cesando, en medio de las armas, de cultivar la poesía lírica, ejercitando su numen en varias odas que algunas vieron la luz pública. Retirado a su patria, y en la quietud de su casa, ha compuesto:

1. La seducción y la virtud, o Rodrigo y Paulina. Novela original. Valencia, imprenta de José Gimeno, 1829. Tres tomos en 8.° 

2. La hija de las olas, o la huérfana ilustre. Novela original. Valencia, por el mismo, 1829. Un tomo en 8.° 

3. El sitio de Zaragoza (Las ruinas de santa Engracia o). Novela original e histórica. 

La está concluyendo para publicarla.

(También se atribuye a este autor: Teodora, heroína de Aragón)


D. JOSÉ ANTONIO PIQUER. 1829.

Nació en Valencia en 1.° de julio del año 1775, fue bautizado en la parroquial de los santos Juanes, estudió en la universidad de su patria la filosofía y medicina, regentó después las cátedras de su facultad, obteniendo en 1798 la reválida para ejercitar su profesión. En la guerra de la independencia fue nombrado consultor y primer médico de los reales ejércitos, vocal y secretario facultativo de las juntas de caridad y beneficencia, comisionado para los exámenes de médicos, cirujanos y farmacéuticos en Valencia y en Madrid, a donde se trasladó por los años de 1815, después de haber ejercitado con crédito su profesión en varios pueblos de la península: el rey nuestro señor le nombró médico de real familia (como lo fue Andrés Piquer, aragonés de Fórnoles). Actualmente continúa ejerciendo su facultad en la corte, sirviendo en casi todo este periodo de tiempo la plaza de médico del hospital de la Corona de Aragón, llamada de Monserrat, y dando a luz algunas producciones propias de su facultad, que son las siguientes:

1. Memoria premiada por la suprema junta general de caridad sobre la hospitalidad domiciliaria. Madrid, imprenta de Burgos, 1820, en 4.° 

La suprema junta general de caridad propuso al público en el diario de 7 de enero de 1819 el programa siguiente. ¿Cuán ofrece más ventajas y mejores resultados, comparándolos entre sí en toda su extensión y en cada uno de sus extremos, el método de asistir y curar a los enfermos menestrales, honrados y pobres jornaleros en los hospitales, o el de la hospitalidad domiciliaria? ¿Por cuáles razones y causas... fundándolo todo en la misma experiencia con datos los más claros y terminantes, y con raciocinios los más exactos, metódicos y precisos.

Entre doce memorias que se presentaron, deseando la suprema junta el acierto, las remitió a la superior de medicina, y reconocidas por esta las devolvió, manifestando que después de un comparativo examen rigurosos, era de opinión que la distinguida con el lema Maximum est aegris curari benevolentis dextera, era sin duda la que mejor resolvía enteramente el programa, y por lo mismo acreedora al premio ofrecido. Esta censura tan justamente apreciable para la junta suprema de caridad, por todas sus circunstancias fue todavía más satisfactoria por cuanto era cabalmente la misma que tenía ya formada antes de remitirlas; y por consiguiente habiendo reunido el voto uniforme de ambas corporaciones no se trató ya más que de abrir el pliego cerrado, cuyo sobre tenía el mismo lema, y hallando ser su autor D. José Antonio Piquer, la junta se le adjudicó y mandó entregar el premio ofrecido, anunciándolo todo al público en el diario de 30 de mayo de 1819. En las crónicas de 22 de enero y 12 de marzo del mismo año se insertaron dos artículos con las iniciales J. V. C., en ellos pretende criticar lo que al parecer no entiende, porque supone defectos y vicios cabalmente en el mismo punto cardinal en que consiste el principal mérito y la mayor ventaja de la hospitalidad domiciliaria: el Sr. Piquer ilustró su Memoria con varias notas, en las que satisface completamente a cuanto el anónimo ha querido impugnar, dando con esto motivo a que se patenticen sus errores.

2. Cuatro reflexiones sobre la nueva doctrina médico-fisiológica, y sobre los llamados impropiamente sistemas de medicina, en vista del catecismo de Broussais y de su refutación y vindicación, publicadas en Madrid en los dos últimos años anteriores. Madrid, imprenta de D. Miguel de Burgos, 1827, en 4.° 

3. Broussais abandonado o Palinodia, en que los médicos fisiólogos manifiestan la imposibilidad de sostener su sistema. Madrid, 1829. Un cuaderno en 4.° 

FR. VICENTE HERNÁNDEZ MEDINA. 1829.

Religioso dominico, natural de Redován, reino de Valencia, obispado y gobernación de Orihuela; vistió el hábito en el convento de predicadores de S. Felipe: después de los estudios obtuvo en la religión los empleos de maestro en sagrada teología, predicador honorario y perpetuo de Alicante, y examinador sinodal de aquel obispado, actualmente morador en el convento de su filiación. Escribió:

1. Elogio fúnebre en las exequias de la reina y señora doña María Luisa de Borbón, celebradas por el real acuerdo de la audiencia de Valencia en la iglesia del convento del Carmen en el día 19 de febrero de 1819. Valencia, por D. Benito Monfort, dicho año, en 4.° mayor.

2. Elogio fúnebre que en las exequias de la reina nuestra señora doña María Josefa Amalia de Sajonia, celebradas por el real acuerdo de Valencia en la iglesia del convento del Carmen el día 15 de junio de 1829. Valencia, por D. Benito Monfort, en 4.° mayor.

D. JUAN BAUTISTA LLOPIS. 1829.

Nació en Játiva por los años de 1770, estudió en la universidad de Valencia la filosofía y medicina, graduándose en esta facultad. La villa de Cullera lo eligió por su primer médico, donde en el día ejerce su facultad. Escribió:

1. Reflexiones a la carta del Dr. D. Francisco Llansol, sobre el sistema del Dr. Guillermo Cullen y su impugnación. Por D. Juan Brown, dirigidas a los amigos de la verdad. Valencia, por José de Orga, 1803, en 4.° 

D. FRANCISCO XAVIER BORRULL Y VILANOVA.

FR. ANTONINO DIAGO. 1829.

Del orden de predicadores, nació en Valencia, y fue bautizado en la parroquial de S. Pedro apóstol, estudió las letras humanas y retórica en las escuelas pías, vistió el hábito en el real convento de su patria: después del noviciado se unió para siempre a esta religión, pronunciando sus votos y mudando el nombre de Salvador que recibió en el bautismo con el de Antonino en la profesión que hizo en 30 de septiembre de 1781.

Pasó al colegio de Orihuela donde leyó artes y teología, obteniendo después los grados de presentado y el de maestro de esta última facultad. Fue también regente en el convento de su filiación, y actualmente el excelentísimo Sr. D. Simón López, arzobispo de esta diócesis, lo nombró examinador sinodal. La historia de la provincia de Aragón, orden de predicadores, en la página 218 dice que escribió el P. Diago, bajo el nombre de Di mas palos, contra unos folletos miserables que se publicaron a fines de 1810 y principios del 11, (los rojos de entonces, no tenían otro cosa mejor que hacer) y eran calumniadores de la religión, que llamaron: el Frical, el Criticón, y el Viejo de la capa azul. Escribió también algunas poesías contra los enemigos del estado regular, y la historia de la vida y muerte de los tres dominicos fusilados en Murviedro (son 6 memorias históricas, para recuerdo de los actuales rojos y liberales), &c. 

Se publicó aunque anónima esta relación con el siguiente título:  

1. Memorias históricas de la vida y muerte de los MM. RR. PP. Fr. Pedro Pascual Rubert, maestro provincial del orden de nuestra señora de la Merced, Fr. José de Xérica, guardián de capuchinos, Fr. Faustino Igual, lector de filosofía, Fr. Gabriel Pichó (1), maestro de novicios, y Fr. Vicente Bonet, de la orden de predicadores, fusilados por los franceses en Murviedro el 18 de enero de 1812; y del presbítero D. Juan Bautista Casañs, fusilado junto al convento del remedio en 29 de enero de dicho año. Valencia, por José Tomás Nebot, 1813, en 4.°  

(1) Fr. Gabriel Pichó, religioso dominico, natural de Valencia. Escribió algunas poesías con motivo de sacar en rogativa el cuerpo de S. Luis Bertrán, que se insertaron en los Diarios de esta ciudad de 17, 21 y 23 de febrero de 1811. También compuso unas disertaciones sobre la virtud del patriotismo, o de la piedad con la patria. (Lo que le costó el fusilamiento por los patrióticos de otra patria, la France, aquel país que pasó de monarquía a república, otra vez a monarquía, exportadores de monarquías, los de la liberté, egalité, fraternité)

D. JOSÉ ROS DE LOS URSINOS CAMPO DE FLOR Y MASERAS. 1829.

Regidor perpetuo en la clase de nobles de la ciudad de Orihuela, y natural de la misma. Ha escrito y tiene a punto de imprimir.

1. Disertación sobre los bólides (bólidos) o globos de fuego. Manuscrito. La escribió con motivo de las dos extraordinarias apariciones que se notaron sobre el horizonte de aquella ciudad en el año de 1827.

2. Arte de sentir y juzgar en materias de gusto. Manuscrito. Esta obra versa sobre la elocuencia filosófica.

3. Historia antigua del arte Rollin, compilada por D. Francisco Javier de Villanueva, adornada de notas histórico-crítico-cronológicas por D. José Ros de los Ursinos. En esta obra se propone el autor, no sólo enriquecer de noticias la de Villanueva, si que además fijar la cronología y exponer las diferentes cuestiones que principalmente en la antigüedad se notan, ya controvertidas, ya fabulosas.

D. DOMINGO GADEA. 1829.

Nació en Planes año 1766, estudió filosofía, teología escolástica, sagrada escritura e historia eclesiástica en la universidad de Valencia, en la que se graduó de bachiller en artes, y en la de Orihuela de bachiller y doctor en teología. Fue el primer colegial que por oposición a los beneficios curados vistió en 1792 la beca en el seminario sacerdotal y conciliar que acababa de fundar el Sr. D. Francisco Fabián y Fuero, arzobispo de esta diócesis: en 1793 se ordenó de sacerdote, y después de treinta y tres años del ejercicio de cura de almas, y de ellos los veinte y uno en Alcolecha, fue promovido en 1827 al curato de la parroquial de S. Miguel de esta ciudad que desempeña en el día. Escribió.

1. Arte de Curas o máximas parroquiales, para desterrar abusos y formar un Cura perfecto en su ministerio. Manuscrito. Lo compuso por haber descubierto muchos abusos practicados en diferentes parroquias de este arzobispado.

2. Relación histórica de todas las parroquias, anejos, dismembraciones, despoblados, masías o casas de campo, almas de confesión y comunión, minas, edificios antiguos y otras particularidades de cada término de la misma diócesis. Esta obra estadística en dos tomos en folio existe en la secretaría de este palacio arzobispal, que trabajó el autor por encargo del Sr. arzobispo Fabián y Fuero, a quien se lo hizo el conde de Floridablanca, y las noticias las suministró cada cura párroco en respuesta de una circular que les pasó su prelado.

3. Vida del V. mosen Miguel López de Grez, vicario perpetuo de Rotova. Manuscrito que tiene su autor aún sin poner en limpio.

D. FRANCISCO PEIROLÓN. 1829.

Natural de la ciudad de Valencia, socio numerario de esta real sociedad, de la que actualmente es archivero. Ha escrito:

1. Memoria literaria de la vida y escritos de D. Manuel Lassala, redactada por D. F. P. y L., sobrino del autor. Valencia, por D. Benito Monfort, 1828, en 8.° 

2. Como secretario que fue de la referida sociedad, hizo el extracto de sus actas en los años 1800, 1801 y 1802 que se publicaron entonces.

D. VICENTE JOAQUÍN NOGUERA Y CLIMENT. 1829.

Marqués de Cáceres y barón viudo de Antella, nació en Valencia en 10 de marzo de 1759, bautizose en la parroquial de S. Martín, fue hijo del Sr. D. Vicente Antonio, página 176, y hermano de D. Pedro Juan, página 340. Debió a su erudito padre que por sí mismo le enseñase los principios de las humanidades y del idioma francés. Estudió filosofía en la universidad literaria con el Dr. D. José Molins: el derecho civil, y luego el canónico con los pavordres D. Juan Sala y D. Carlos Cipriano Marín. En 22 y 27 de mayo de 1777, obtuvo los grados de bachiller y de doctor en leyes: sustituyó varias cátedras de este claustro, y leyó de oposición en 1778 a dos de instituciones civiles: fue recibido de abogado en la real audiencia en 1781. El Sr. rey D. Carlos III en 29 de enero de 1787 le nombró alcalde del crimen y de hijosdalgo de la chancillería de Valladolid, en la que optó a plaza de oidor en 17 de agosto de 1790. Por los achaques contraídos en aquel clima frío pidió y obtuvo en 17 de marzo de 1795 su traslación en la misma clase a la audiencia de Valencia, de cuya sala del crimen fue gobernador desde el año 1800 hasta el 1802 inclusive; y hallándose decano de su tribunal le promovió el Sr. D. Fernando VII en 12 de noviembre de 1814 a fiscal togado del supremo consejo del almirantazgo recientemente creado. En 21 de abril de 1815 se sirvió el rey proveer en él, a consulta de la cámara, la regencia en comisión de la audiencia de Valencia, de la que obtuvo la propiedad en 7 de septiembre del mismo año. En 20 de noviembre de 1817 se le nombró visitador regio de la real audiencia de Mallorca, y por real orden de 1.° de enero de 1818 fue relevado de este cargo por el mal estado de su salud y el de su mujer. Sin embargo en 1.° de julio del mismo año fue provisto regente de la audiencia de Cataluña, la que no pudiendo tampoco servir por lo ya dicho, se dignó su majestad jubilarle a su instancia, conservándole todos los honores, gracias y preeminencias de su destino en consideración a sus buenos y dilatados servicios. Desde fines del año 1795, hasta el de 1800, fue con real aprobación el primer encargado de la casa recogimiento de mujeres, llamada de la Galera, cuyos adelantamientos bajo su régimen merecieron la aprobación de su majestad en 5 de mayo de 1797, comunicada por el príncipe de la paz. En 15 de septiembre de 1802 obtuvo real nombramiento de juez visitador de la acequia real. En 10 de julio de 1809 subdelegado del capitán general, protector del real cuerpo de maestranza. Su decisión por su legítimo rey y la independencia nacional le hizo uno de los primeros vocales de la junta de gobierno de esta ciudad y reino en mayo de 1808. Retirado el general francés Moncey de las murallas de Valencia compuso la inscripción latina mandada colocar (y no tuvo efecto) en la puerta de Cuarte, que compuso en loor eterno de la defensa que bajo de ellas hizo en 28 de junio de aquel año este pueblo a las armas francesas, y es la siguiente.

IMPAV. CIVIBUS GRATA PATRIA

OB STRENVE SERVATAM REGI VRBEM

PVLSO HIS MOENISS IV. CAL. JVL. A M.DCC.VIII.

MONCEYO DVCE STRAGE MVLTA (duce, duque, general, ductor, conductor, etc)

NAPOLEONIS EXERCITVS

DE RELIGIONE REGNO ET AVIT. LARIB.

OPT MERIT.

SVPRE. GVBERN. SEN. DECRETO

H. M. P.

A. M.DCCC.IX. REGNI OPTATIS. FERDIN. VII. A II. 

La misma puso en castellano y es.

LA PATRIA AGRADECIDA A SVS VALIEN. CIVDADAN.

POR EL GRAN SERVICIO QVE HICIERON

A LA RELIG. AL REINO Y A LOS HOGAR. DE SVS ABVEL.

AHVYENTANDO DE ESTOS MVROS EN 28 DE JVNIO DE 1808 A MONCEY

CON GRANDE ESTRAGO DE LAS HVESTES DE NAPOLEON,

CONSERVANDO ASI ESFORZADAMENTE LA CIUVDAD A SV REY

POR DECRET. DE LA SVPREM. JVNT. DE GOBIERNO

PVSO ESTA MEMORIA,

A M.DCCCIX EL II DEL REYNADO DE N. MVY DESEADO

FERNANDO VII.

En diciembre del mismo fue comisionado de la misma junta a la ciudad y gobernación de Orihuela para las quintas, alistamiento de tropas, recolección de caudales y demás ramos de defensa y ofensa contra los franceses, lo que desempeñó durante cinco meses a su costa y gratuitamente, a satisfacción y con las gracias de sus comitentes, los que en febrero de 1810 le eligieron por su representante en las cortes extraordinarias convocadas para la ciudad de Cádiz, en las cuales sirvió, a pluralidad de votos, la presidencia desde el 24 de febrero de 1811, hasta igual día del siguiente marzo, como también otros encargos en los términos y circunstancias que pueden leerse en los diarios impresos de aquel congreso. Restituido a su patria y tribunal se le comisionó de real orden en compañía del Sr. D. Francisco Xavier Borrull para la purificación de la conducta política de los ministros togados y subalternos de la audiencia de Valencia durante la dominación intrusa de Napoleón, y sus trabajos merecieron la real aprobación y conformidad. En 14 de agosto de 1814 mereció la real gracia de juez conservador de la encomienda del peso real de Valencia en la orden de Alcántara. La serie de tantos negocios no ha impedido que la real academia de la historia acordase en 11 de marzo de 1795 su admisión en aquel cuerpo científico en la clase de individuo correspondiente, que la de las nobles artes de Valencia le nombrase su académico honorario en 1802, y que la real sociedad económica le adoptase en 18 de mayo de 1815 entre sus socios honorarios. A pesar de su modestia séanos permitido indicar que ha tenido relaciones literarias en sus tiempos con los bien conocidos Sres. José Llanos, marqués de la Romana, Pérez Bayer, Sisternes y Feliu, Cabanilles y otros científicos españoles; que ha recogido una buena cantidad de monedas romanas y españolas antiguas: y algunos muy curiosos manuscritos; que conserva alguna parte de su correspondencia epistolar latina con sus amigos en la edad juvenil; y que en cuantos papeles e informes ha trabajado en desempeño de su larga carrera se descubre buen gusto, sólida instrucción y constante amor al rey. Sus trabajos literarios impresos son:

1. Las tablas cronológicas. Los suplementos del gobierno de los pretores romanos en España, y de la guerra de Quinto Sertorio en ella, y muchas notas del tercer libro de la historia general de España, impresas en el primer tomo de la edición de Valencia por Monfort, con alguna otra del libro nono de la misma historia y edición.

2. Discurso leído en la real audiencia de Valencia por el barón de Antella, su regente, en el día 2 de enero del año 1816. Por Benito Monfort.

(al año siguiente:)

2. Breve discurso leído en la real audiencia de Valencia por el barón de Antella, su regente, en el día 2 de enero del año 1817. Por Benito Monfort.

D. ANTONIO MARÍA PEYROLÓN. 1829.

Natural de Valencia, y oficial escribiente único de la administración del real estado de la Albufera, joven que con facilidad cultiva las musas. Ha escrito:

1. Las batuecas, novela traducida del francés. Valencia, por Mompié, 1820, en dozavo (doceavo, 12.°). Dos tomos.

2. Poesías para la real maestranza de esta ciudad a la venida de los reyes nuestros Sres. en 1827. Tiene también un soneto a la muerte de D. Simón de Rojas Clemente que se insertó en el diario de Valencia de 5 de abril de 1817.

DR. D. LUIS MONFORT. 1829.

No se deben oscurecer las fatigas de aquellos honrados ciudadanos, que procuran imitar o competir a sus predecesores en sus correspondientes destinos, y mucho menos las de aquellos que se dedican con el mayor cuidado a adelantar y perfeccionar las artes, cuyo ejercicio emprendieron. Entre otros es muy digno de atención el esmero y aplicación con que ha intentado D. Benito Monfort realzar la imprenta en la capital de un reino tan floreciente en las letras, industria y artes, como Valencia. La pérdida de este célebre profesor, que murió el día 12 de marzo de este presente año (1783; o 1785) a los 69 años de su edad, la debe sentir toda la nación, pues para bien y honor de ella se adquirió, con su infatigable aplicación y talento, los conocimientos más útiles del arte tipográfico. Dedicóse desde sus primeros años al ejercicio de este noble arte, y esforzándose loablemente en llevarle a la mayor perfección de que fuese capaz, en breve tiempo llegó a adquirir en él una singular firmeza y gusto, no sólo por lo que toca a la exactitud y corrección de las impresiones, que es la cualidad principal en un buen impresor, sino también en la belleza y hermosura de ellas, que es el complemento del arte, donde llegan pocos. Para esto entre otros muchos medios, que nunca omitió, debemos hacer aquí particular memoria de los afanes con que supo hallar el modo de hacer la tinta apagada o clara para que no ofendiese la vista de los lectores, sin otro maestro, ni estudio, que el que pudo adquirir con las impresiones de los más aventajados profesores de Europa, señaladamente de las del célebre Barqueruill, que deben mirarse como singulares en su género. Bastaría para prueba del distinguido adelantamiento de nuestro profesor, en este ramo, la declaración misma de su majestad en la carta, que de su real orden, escribió el excelentísimo señor conde de Floridablanca en 24 de octubre de 1783; y se halla inserta en el prólogo del segundo tomo de la nueva edición de la historia de España, donde dice: El Rey, a quien he presentado el primer tomo de la Historia de España, que escribió el P. Juan de Mariana,ha visto con particular complacencia la hermosura de su edición, ejecutada por el hábil impresor D. Benito Monfort etc. Pero aun cuando careciese su mérito de este tan señalado abono y testimonio, las obras mismas que de su oficina han salido, son un elogio vivo que lo publican en nuestra edad, y no lo callarán en las venideras. Suyas son, entre otras muchas, la impresión de las obras de Juan Luis Vives, y la traducción del Socorro de los pobres, del mismo autor; la de las Crónicas del rey D. Juan el segundo, y la de los reyes católicos: la de las leyes de partida, con la glosa de Gregorio López: la de Juenin de sacramentis: la de los nombres de Cristo, del M. Fr. Luis de León: el primer tomo de las Fábulas de Samaniego: los dos tomos de la Historia de España: la Historia de las guerras de Granada, por Mendoza, y por no alargar más este índice, la de la obra última que ha publicado el ilustrísimo Sr. D. Francisco (Pérez) Bayer, de Numis Hebraeo-Samaritanis, la cual por su belleza y corrección ha merecido los mayores elogios de las naciones extranjeras. He copiado literalmente este artículo del memorial literario de Madrid, tomo sexto, número 23, mes de noviembre de 1785, por parecerme que en la Biblioteca de los que en este reino nos han comunicado sus producciones literarias por medio de la imprenta correspondía de justicia este lugar a la noticia de los progresos que en tan noble arte hizo este benemérito valenciano, y también por ser padre del escritor de que vamos a hablar, en cuya biografía me he ceñido a redactar los títulos, certificaciones, testimoniales y otros documentos auténticos, transcribiendo sus mismas expresiones. Su imprenta pasó después de sus días con nuevo lustre a D. Manuel Monfort y Asensi, su hijo mayor,  criado del rey, académico de mérito de la de S. Fernando, y también de la de S. Carlos de Valencia, su director en la clase de grabado, tesorero de la real biblioteca de su majestad, por cuyos consejos y exquisito gusto se formaron varios jóvenes que han dado honor a su patria, y cuyos relevantes méritos y servicios están consignados en los establecimientos y corporaciones a que perteneció durante su vida. Sucedióle su sobrino D. Manuel Monfort y Roda, que la sostuvo con decoro en circunstancias difíciles, y en el día se halla, como propiedad de los herederos, siempre con el nombre de D. Benito Monfort, según real orden de 27 de mayo de 1788, para que se perpetúe con el nombre de su fundador.          

Don Luis Monfort, hijo menor de D. Benito Monfort, nació en Valencia en 15 de marzo de 1780, fue bautizado el día siguiente en la parroquial iglesia de S. Andrés de la misma ciudad. Desde noviembre de 1791, hasta julio de 96 estuvo de seminarista en el real de nobles educandos, en cuyo tiempo tomó los principios de religión, civilidad, geografía e historia; y sucesivamente estudió la gramática latina, retórica, poética y lenguas griega y francesa con aplicación y aprovechamiento, que acreditó en la función literaria que se tuvo en el año 1793 en dicho seminario y en el progreso de sus estudios, siendo constantemente de conducta irreprensible. Permaneció después seis años en el colegio de la purificación, llamado de la ciudad, cumpliendo cuanto previenen las constituciones, respeto a las costumbres y estudios, asistiendo con edificación a los actos de religión, y frecuentando sacramentos, habiendo sacado la primera censura en los tres exámenes rigurosos de tres cuartos de hora que sufrió todos los años, siendo de buena moralidad, de un talento superior, una aplicación extraordinaria a los estudios y de bello gusto para la amena literatura. Estudió en este tiempo la filosofía en la universidad literaria, y habiendo defendido conclusiones públicas se le confirió el grado de bachiller. Dedicose al estudio de ambas jurisprudencias canónica y civil, y habiendo merecido que el claustro le distinguiese con el nombramiento de vice-rector de la academia pública, en junio de 1802 recibió los grados de bachiller y de doctor en la facultad de sagrados cánones con todos los honores de la escuela. Asistía también al mismo tiempo a las aulas de la lengua hebrea y árabe y de la historia de la literatura; ya desde 1803 estuvo regentando una cátedra temporal de derecho canónico, desempeñando con igual esmero otras que se le encargaron, así perpetuas como temporales. En mayo de 1804 fue ordenado de presbítero a título de una capellanía, consistente en juros, agregada a la iglesia parroquial de S. Pedro de Madrid, con que fue agraciado por su majestad en 1796; y habiéndosele conferido las licencias de confesar y predicar acudía por mañana y tarde al confesonario de la iglesia de S. Andrés y otras, aliviando así con el fruto de su buena doctrina las cargas parroquiales. El abad de la orden regular de la Trapa, conociendo sus religiosos sentimientos, le remitió la carta de hermandad en 1805, y como tuviese en su favor la buena opinión pública, en 1814 el gobierno le encargó la redacción del diario de este reino; y en la oposición a los curatos vacantes de esta diócesis se le aprobaron con recomendación todos los actos y ejercicios literarios. En 15 de enero de 1816 el ilustrísimo cabildo de esta metropolitana iglesia le concedió el uso de las insignias doctorales para la predicación, por haber tenido el honor de anunciarle el nacimiento de nuestro Salvador en una oración latina la víspera de Navidad.

Por real despacho de su majestad de 10 de mayo del mismo año fue nombrado capellán párroco del segundo regimiento del real cuerpo de artillería, cuyo ministerio ha ejercido once años, en uso de las facultades del excelentísimo Sr. patriarca de las Indias, con singular aprecio y predilección de todos sus feligreses; y en este concepto, el excelentísimo Sr. director general del cuerpo, le nombró profesor de primeras letras, mandando que en todas las escuelas del mismo se siguiera en la enseñanza el método y lecciones que dictaba a sus discípulos, y confiósele el encargo de dirigir la educación moral de los alumnos del segundo departamento. Desde el año de 1817 fue secretario de la subdelegación castrense de Valencia; y en la ausencia del propietario, y con aprobación del vicario general de los reales ejércitos, desempeñó por algún tiempo las funciones de subdelegado y teniente vicario general en esta diócesis, y habiendo sido presentado para un beneficio vacante en la iglesia parroquial de S. Andrés de esta ciudad, a que le llama la fundación, se están practicando en el día por esta curia eclesiástica las diligencias previas para su canónica colación y posesión. Escribió: 1. Poesías de varios géneros publicadas, ya sueltas en diferentes ocasiones, ya también en los diarios de esta capital de los años 1798, 1812, 13, 14 y 15 con el anagrama de Formont, de las cuales en la censura que hicieron sus redactores D. Pedro Estala y D. Fernández Moratín afirman que tenían bastante mérito elogiando la belleza de sus versos.

2. Vida y muerte de D. Juan Bautista Casañs, presbítero, fusilado por los franceses junto al convento del remedio en 23 de enero de 1812. Valencia, por Nebot, 1813, en 4.°

3. Muerte de los cinco mártires de la patria, víctimas de la rendición de Valencia. En esta por Esteban, 1814, en 4.° (5+1, los seis que más arriba aparecen) 

4. Gramática francesa simplificada; principios de lengua francesa para uso de los españoles. Imprenta de Esteban, 1815, en 8.° 

Comprenden la parte teórica y práctica de esta lengua: en la primera se describen sus fundamentos gramaticales, y en la segunda se aplican en la lectura, traducción y escritura. En la crónica científica y literaria, número 133, se dice: Esta obra presenta un método analítico y simplificado, reglas seguras y cómodas y preceptos sencillos y expuestos con claridad. La recomendamos a los que empiezan el estudio de la lengua francesa, y a los maestros que deseen ahorrarse el trabajo de consultar muchas obras de esta especie. El autor halla con destreza las equivalencias y analogías de los dos idiomas, y se conoce que ha practicado mucho el arte, que enseña, de traducir con elegancia y propiedad.

5. Cantos guerreros de Tirteo acomodados a la situación actual de España. Valencia, por José de Orga, 1814, en 8.° El original es griego; reinan en ellos la noble sencillez y los rasgos sobresalientes que son el carácter de los escritos sublimes.

6. Oficio de la Semana Santa y de la octava de Pascua, con una explicación en cada día de sus ceremonias y misterios. Valencia, por Ildefonso Mompié, 1815, en 8.° Se han hecho varias impresiones. Se propuso en esta traducción clara e inteligible evitar la necesidad de las notas que perturban la lectura y fomentan la curiosidad, valiéndose, bajo nueva forma, de las explicaciones del abate Alexandro Mazzinelly en su preciosa edición de la Semana Santa.

7. Lecciones de leer, escribir y contar para las escuelas de primeras letras del real cuerpo de artillería. Valencia, por Mompié, 1818, en 8.° 

8. Sermón de la sagrada eucaristía que se había de predicar en esta metropolitana iglesia el día de octava del corpus en 1819. Se halla impreso en la obra Evidencia de la religión cristiana, tomo segundo, página 307.

9. Vida de santa Catalina de Génova que escribió en italiano el P. Alexandro Mayneri, de la compañía de Jesús, puesta en español, dedicada a este Sr. arzobispo. Valencia, imprenta de López, 1826 y 27, en 8.° Dos tomos.

10. La familia de Vieland o los prodigios etc. Valencia, por Ferrer de Orga, 1826. Cuatro tomos en 8.° 

11. El sensual por sistema. Adición a la obra Voz de la naturaleza.

12. Evidencia de la religión cristiana contra la filosofía de la incredulidad, y voz de la iglesia católica a los protestantes. Valencia, por Mompié, 1826. Dos tomos en 8.° 

Esta obra nos presenta a la revelación en toda su belleza, majestad y esplendor, contrapuesta a la tenebrosa y maléfica incredulidad, y en dos cortos volúmenes nos suministra el antídoto contra la lectura de los libros de sus partidarios, y el preservativo del contagio de sus errores. ¡Desgraciado el hombre que se alista bajo los estandartes de la incredulidad para abandonarse al desenfreno de sus pasiones! Vive en las amarguras de la irreligión, y le amenaza la muerte con la desesperación de una conciencia impenitente. Pero ¡cuán envidiable es el cristiano, que obedeciendo a la luz del evangelio, adora a Dios en espíritu y en verdad! Es feliz en el cumplimiento de sus deberes religiosos, y le alienta la dulce esperanza de una venturosa inmortalidad.

13. Los crímenes constitucionales de la Francia. Los tradujo en unión del P. Martínez Colomer.

14. Los votos temerarios o el entusiasmo. Por madama Genlis. Manuscrito.

15. La delfina. Por madama Stael. Manuscrito.

Estas dos traducciones son en parte suyas.

16. Consideraciones cristianas para todos los días del año, con los evangelios de los domingos, por el padre Juan Crasset, de la compañía de Jesús; traducidas de orden del excelentísimo señor D. Simón López, arzobispo de Valencia, en cuatro tomos en 8.° Valencia, por D. Benito Monfort, 1829. Cual sea el concepto que esta obra y su traductor merecen a nuestro dignísimo prelado, lo expresa su excelencia en la carta pastoral que va al frente del tomo 1.° en donde dice, página 15. “Siendo pues nuestro propósito hacer universal el beneficio, que nos prometemos de estas consideraciones, habíamos resuelto hacer de ellas una traducción en nuestra lengua, la que ya habíamos comenzado a trabajar, y con la asistencia del señor prensábamos acabarla; pero la falta de salud, y la incesante reclamación de otras atenciones de nuestro oficio pastoral, nos han obligado a encargarla a un sacerdote de nuestra confianza y satisfacción, y esta es la que os ofrecemos, quedando cristianamente esperanzados de que será bien recibida de vosotros. ¡O qué gozo espiritual comienza a bañar (leo buñar) nuestro corazón mediante la promesa de los felices resultados de esta obra de nuestro celo!

Anónimas.

17. Prescindiendo de varios prólogos, anuncios y otros escritos sueltos, se le atribuyen otras varias producciones literarias, que no llevan su nombre, en prosa y en verso, originales y traducidas; pero no teniendo bastantes fundamentos para rebatir esta opinión, ni sostenerla, dejamos a los críticos su adjudicación.

Inéditas.

Más conformes a su carácter y principios nos parecen las obras de este escritor que no han salido a luz todavía. Tenemos noticia de un Sistema general de instrucción literaria = Lógica de la composición. = El libro de la Iglesia para el uso de los fieles. = La gramática de la lengua española, fundada en la filosofía del lenguaje y del don de la palabra. = Espíritu de Richardson. = Diccionario manual de los sinónimos y equívocos de la lengua española, = y Principes de la langue espagnole al' usage des françois.

Estas hubiesen merecido la preferencia sobre las anteriores si para su publicación se hubiera consultado sólo su elección y gusto, mas por desgracia no es para todos la aceptación inseparable del verdadero mérito. 

D. FRANCISCO BONAFON. 1829. (Bonafón, Bonafont, Bonafuente, Buenafuente)    Nació en Vinaroz año 1772, estudió las humanidades en su patria, y la filosofía, química y demás partes de la medicina en la universidad de Valencia, graduándose de bachiller en ambas facultades principió la práctica bajo la dirección de su maestro de teórica el Dr. D. Manuel Pizcueta, y antes de concluirla se vio precisado a trasladarse a la corte con motivo de la orden que expidió el gobierno, mandando que nadie pudiera obtener la reválida sin haber asistido dos años al real estudio de medicina práctica que iba a establecerse en Madrid. En este dio pruebas de su aplicación componiendo algunas disertaciones así latinas como castellanas que se leían en público, contestando a las objeciones que le oponían los asistentes. Obtenida la reválida ejerció su facultad y concurrió a la cátedra de botánica y química médica, aprendiendo también las lenguas griega, francesa e italiana, y mereció que el Sr. D. Carlos IV le nombrase catedrático sustituto de la real cátedra de clínica de Madrid mientras estuvo ausente su propietario; desempeñó igualmente por espacio de ocho años la plaza que tenía su maestro en el jardín botánico para la observación de las plantas medicinales. Ha escrito: 1. Influjo de las pasiones del alma en las enfermedades. Madrid, 1798, en 8.° Es traducción de la que compuso Mr. Tisot.

2. Introducción al estudio de la naturaleza y de la medicina del Dr. Selle, médico de Federico II, rey de Prusia. Madrid, 1800, en 8.° 

3. Filosofía médica, o principios fundamentales de la ciencia y arte de conservar la salud del hombre. Madrid, 1801, en 8.° Es traducción de la obra del Dr. Lafon.

4. Las leyes ilustradas por las ciencias físicas, o tratado de medicina legal y de higiene pública del célebre Foderé. Madrid, 1802 y siguientes. Ocho tomos en 8.° 

5. Tratado de Hipócrates de los aires, aguas y lugares, por el Dr. Coray. Madrid, en 8.° Precede un largo prólogo del Sr. Bonafon.

6. Tratado de las calenturas perniciosas o malignas del Dr. Alibert. Madrid, en 4.° 

7. Sistema físico y moral de la mujer, traducido del Dr. Rousel. Madrid, en 4.° y en 12.°

8. Compendio de la doctrina de Hipócrates, o análisis razonado de sus más principales e importantes tratados, sacados de la historia de la medicina del Dr. Tourtelle. Madrid, 1828, en 8.° 

9. Consejos a los gotosos y reumáticos, o medios de restablecer, conservar su salud, y evitar las afecciones gotosas y reumáticas con varias observaciones sobre estas enfermedades. Se está imprimiendo.

10. Tratado sobre el modo de criar sanos y robustos a los niños del célebre Pedro Franc. = Memoria sobre el crup o angina tragucal. = La medicina clínica reducida a mayor precisión y exactitud por medio de la análisis. = La historia filosófica de la medicina del Dr. Tourtelle. Todas estas obras tiene traducidas, y algunas a punto de presentar a la censura para su impresión.

D. JUAN ROCA DE TOGORES. 1829.

Caballero hacendado, natural de Orihuela. Ha escrito:

1. Descripción histórica de la huerta de Orihuela, con dos planes, el uno topográfico, y el otro sinóptico del río Segura, con las diferentes ramificaciones, acequias y canales que benefician aquella hermosa huerta. Manuscrito que está concluyendo su autor y confiamos se dará a la prensa.

D. ANTONIO VIVES. 1829.

Natural de Denia, en este reino, sujeto hacendado, vecino de Valencia, ex-secretario de la junta de inspección de escuelas de esta capital, individuo de número y mérito de la real sociedad económica y contador de la misma. Ha publicado el siguiente opúsculo: 1. Indagaciones para fomentar el cultivo de la albufera de Valencia. En esta por Manuel Muñoz, 1821, en 4.° 

2. Memoria sobre cría de caballos. Manuscrito.

D. FRANCISCO DE PAULA ALGUER. 1829.

Nació en Valencia día 3 de mayo de 1781, y fue bautizado en la parroquia de santa cruz: su padre que reunía a una regular hacienda un extendido comercio, trató de proporcionarle una educación conforme a su estado, y a los seis años le colocó en el seminario de nobles de S. Pablo, donde estudió la gramática latina, retórica, matemáticas, geografía y principios de dibujo. A los catorce principió la filosofía en esta universidad, y se graduó de bachiller en artes, estudió cuatro años leyes, que no continuó por dedicarse al comercio, que siguió hasta el año 1824, y por su quebrantada salud lo abandonó. En 1821 fue admitido como individuo de número en esta real sociedad económica. En el de 1826, habiéndose paralizado las fábricas de seda de esta ciudad, quedaron reducidos a la última indigencia un número considerable de trabajadores. Para atender al socorro de tantos necesitados se formó una junta de beneficencia; y la real sociedad, en 8 de junio del mismo año, acordó un premio de mil reales vellón a la mejor memoria sobre los medios más fáciles y realizables de emplear y mantener a un tiempo a los individuos del arte de la seda en Valencia, cuando temporalmente cesase su trabajo, con los fondos que permitiese reunir por suscripción entre sus vecinos pudientes en la situación escasa en que generalmente se hallaban. Se presentaron cuatro memorias a optar al premio, y fue concedido este a la del Sr. Alguer, quien habiendo renunciado los mil reales en favor de dicha real corporación para que esta les diese el destino que le fuese bien parecido; se le condecoró con el título de socio de mérito en la clase de economía política, y una medalla emblemática de oro del peso de una onza, y más una banda de seda con el lema amistad patria al mérito. Se le nombró individuo de la comisión de industria y artes, en la que trabajó varios informes y otros papeles que merecieron el aprecio del cuerpo, y este le distinguió con el honroso cargo de tesorero de la real sociedad para el año 1830. Sus trabajos literarios son:

1. Juicio imparcial sobre el mejor método de llevar los libros de cuentas en el comercio, comparando la partida doble de los alemanes Rogier, Koninch y Geestevels, y de los franceses Sabari, Laporte y Champoursin, con el método simplificado del célebre inglés Eduardo Tomas Jones (Edward Thomas). Manuscrito.

2. Aritmética pura y comercial para el uso de mi hijo, con la reducción de pesos, monedas y medidas de España e islas Baleares. Manuscrito. (¿no estaban en España entonces?)

3. Correspondencia del pie de Burgos en pulgadas y líneas con el palmo valenciano, en dedos y líneas para averiguar la verdadera relación de la vara valenciana con la de Castilla. Manuscrito.

4. Memoria sobre un nuevo aparato para destilar los aguardientes y conseguir que se presenten en el comercio sin el gusto empireumático que regularmente contraen en los alambiques comunes. Acompaña una lámina en grande de la máquina. Manuscrito.

5. Método para dirigirse con acierto en el gobierno de los aerómetros o pesalicores, tanto en invierno como en verano, y de las mezclas de los aguardientes de diferentes grados para conseguirlos de la graduación que se quiera, quedando vencida la dificultad que hasta ahora han tenido sobre esto los fabricantes y comerciantes. Manuscrito.

6. Noticia de las cuatro especies de tabaco que se conocen en América: descripción de sus hojas, flores y simientes: su cultivo, fabricación de la melaza, hilarlo y hacer los rollos; traducido del diccionario general de comercio francés. Manuscrito. 

7. Memorias sobre los medios más fáciles de emplear y mantener a los trabajadores del arte de la seda cuando temporalmente cesa su trabajo. Esta memoria lleva por epígrafe los versos siguientes de Virgilio. Sunt lacrimae rerum et mentem mortalia tangunt. Solve metus: feret haec aliquam tibi fama salutem.

8. Plan sinóptico de las acequias del río Turia y de otros que entran en él, con expresión de los pueblos cuyos términos riegan, su vecindario, distancia a la capital, nombres que las distinguen, filas de agua que recibe cada una, y nota de las ocho que a derecha e izquierda de dicho río fertilizan esta huerta, su longitud, situación de sus azudes, cahizadas de tierra, molinos y fábricas que benefician, con algunas observaciones topográficas e históricas, y otras sobre las aguas y la población. Dedicado a la real sociedad económica, e impresa a expensas de la misma, imprenta de D. Benito Monfort, 1828, en 4.° De este opúsculo se hizo mención honorífica en los periódicos del correo literario mercantil de Madrid de 3 de diciembre de 1828, y en la gaceta de Bayona del mismo año. 

9. Etimología del nombre de la acequia de Cuarte, comprobada por documentos antiquísimos, presentada a la real sociedad; obra manuscrita, en su archivo.

10. Informe pedido por el gobierno a la real sociedad sobre las variaciones que convendría hacer en las ordenanzas de los gremios de la ciudad de Alicante. Existe en el mismo archivo.

11. Instrucción para el gobierno de los dos modelos de molinos de descascarar arroz que remitió esta real sociedad a la de Manila en las islas Filipinas en el año 1828. Manuscrito.

12. Historia de los bancos de Venecia, Amsterdam, Hamburgo y Francia. Traducción del diccionario general de comercio francés. Manuscrito.

13. La pluralidad de los mundos de Mr. de Fontenelle de la academia francesa. Manuscrito. Después de concluida la traducción de esta preciosa obrita llegó a su noticia haberse impreso otra en Madrid en la imprenta de Villalpando, año 1796. 

14. Traducción del primer tomo de la obra francesa del Sr. Jaubert de Passa, titulada: Voyage en Espagne dans les annees 1816, 1817, 1818, 1819, ou recherches sur les arrosages, sur les lois et coutumes qui les regissent, sur les lois domaniales et municipales, consideres comme un puisant moyen de perfectioner l' agriculture française. Este tomo contiene los riegos de la alta y baja Cataluña (cualquier catalanoparlante entiende el título anterior), y los de los ríos Mijares, Palancia y Guadalaviar en el reino de Valencia, con la descripción y ordenanzas de las ocho acequias que fertilizan esta huerta, y rectificadas algunas equivocaciones involuntarias del autor francés.          

15. Comedia original española en dos actos, titulada: la criada fiel y la esposa prudente, o la huérfana de Granada. En prosa.

16. Informe presentado a la real sociedad por la comisión de industria y artes, sobre el establecimiento de la fábrica de sedas en el huerto de Batifora. Por Mr. Juanin en el año 1829. 

D. VICENTE PASCUAL Y VERGADA. 1829. 

Hijo de D. Antonio Pascual García de Almunia, de quien hicimos mención en esta biblioteca, nació y fue bautizado en la parroquial de S. Martín de Valencia, y emprendidos los estudios mayores en esta universidad, recibió en ella los grados de filosofía con todos los honores de la escuela. Fue individuo de la real maestranza de Valencia; pero por amor a la vida retirada sin gustar de regentar por sí la regiduría, en clase de nobles,que heredó de su padre, fijó su domicilio en la ciudad de Gandía, donde vive. Publicó:

1. Oratio de Logices praestantia et utilitate habita in Val. lyceo cum Dialecticae theses propugnaturus esset, die 25 Junii ann. 1786. Impresa por Monfort en 4.°, el mismo año.

2. Oratio de nova Academiae Valentinae studiorum ratione, habita in Val. lyceo die 20 Julii 1788, antes de defender las conclusiones para el grado de maestro en artes. Por Monfort, dicho año, en 4.° 

FR. JORGE COMÍN Y BENZÓN. 1829.

Religioso mercedario, nació en Valencia a 8 de enero de 1780, y fue bautizado en la parroquial de S. Pedro mártir y S. Nicolás obispo. Aprendió la gramática y retórica en los padres de las escuelas pías, y en el año escolar, que empezó en 1795, estudió filosofía en esta universidad con el Dr. D. Vicente Tatay. La vocación al estado religioso le obligó a desistir de la carrera empezada, y en 12 de octubre de 1796 vistió el santo hábito de nuestra señora de la Merced en el colegio de S. Pedro Nolasco, extramuros de la ciudad, y en el mismo día fue trasladado al convento de Valencia, en cuyo noviciado permaneció hasta el 4 de septiembre del siguiente año, en que se le mandó pasar al de el Puig para aprender la filosofía, y en él profesó en 13 de octubre de 1797. Concluidos los tres años defendió conclusiones generales en el convento de Valencia, y en él se le mandó quedar conventual para estudiar los años de teología que disponen las constituciones de su orden, y al fin de ellos defendió igualmente un cuerpo de conclusiones de dicha facultad en ella. En 22 de septiembre de 1804 fue ordenado de presbítero, y en el mismo año, previas las oposiciones correspondientes, fue creado lector de artes del Puig, y con las mismas, lector de teología del de Valencia concluidos los tres años de aquella. En el capítulo provincial, celebrado en Sollana a 14 de mayo de 1811, fue elegido maestro de novicios del convento de Valencia. Siendo aún lector de teología fue nombrado secretario de provincia en 20 de enero de 1814, y después visitador de los conventos de Tarragona y Tortosa. En 20 de septiembre de 1818 se le eligió rector del colegio de S. Pedro Nolasco, por haber sido promovido a otro destino  que lo era, y el capítulo provincial,

celebrado en la ciudad de S. Felipe en 14 de julio de 1819, le confirmó en la misma prelacía, que continuó hasta el 24 de junio de 1820, en que se le mandó pasar de comendador al convento de Valencia, cuyo destino se hallaba vacante por renuncia del que fue nombrado en el último capítulo. Suprimido el convento de esta ciudad por decreto de las cortes del mes de septiembre de 1822, y trasladada su comunidad a la del Puig en 2 de octubre del mismo año, se fue igualmente con ella en clase de súbdito hasta el 19 de junio de 1823, en que reasumida la prelacía procuró reunir a la comunidad en dicho día y empezar a reponer el convento. En 16 de septiembre del mismo año el excelentísimo y reverendísimo P. maestro Fr. José García Palomo, general de todo el orden, le distinguió con el grado de maestro de número, y en el capítulo provincial que el mismo presidió en la ciudad de Orihuela a 31 de julio de 1824, no sólo le fue aprobada su conducta en la prelacía, si que se le mandó continuar en dicha encomienda, distinguiéndose con los empleos de director general de estudios de la provincia, y de definidor general de la orden: con este respeto sufragó en el capítulo general de Málaga en 16 de septiembre de 1824, y en el de el Puig en 2 de junio de 1827, tenido por fallecimiento del que fue nombrado general en aquella ciudad. Con motivo de haberse de ausentar el M. R. P. provincial de la de Valencia a visitar los conventos del extremo de ella, le nombró en 3 de abril de 1826 en vicario provincial interino, con facultades para ocurrir a cuantos negocios se ofreciesen en el oficio provincial con urgencia o perentoriedad. Habiendo mandado su majestad en su real cédula y plan de estudios para las universidades de España, dada a 14 de octubre de 1824, continuar a los religiosos mercedarios de Valencia en el goce de la cátedra de teología bajo cierta asignatura; empezó a regentarla en el escolar que dio principio en octubre del mismo año, y llamado a concurso por edictos públicos se graduó de bachiller, y en este grado desempeñó las oposiciones que manda el citado plan, y fue agraciado con ella en 4 de abril de 1827. Inmediatamente se graduó de licenciado y doctor en sagrada teología. El M. I. claustro general, celebrado en 18 de octubre de 1827, le nombró por moderante de oratoria, y ha continuado hasta el presente reeligiéndole en cada un año. En el capítulo provincial, celebrado en la villa de Burriana en 18 de mayo de 1828, terminó su encomienda de Valencia, y fue nombrado elector general de la orden. El excelentísimo e ilustrísimo Sr. D. Simón López, arzobispo de Valencia, le hizo examinador sinodal; la excelentísima ciudad predicador honorario; la real sociedad de amigos del país de Valencia y su reino socio de número; el juez de imprentas censor y revisor real de libros. Ha publicado:

1. Elogio fúnebre en las exequias que el M. I. claustro de catedráticos celebró en 17 de junio de 1829 por el alma de doña María Josefa Amalia de Sajonia, reina de España, y que de orden, y a expensas del mismo, fue impreso en la de D. Benito Monfort, año 1829. 

2. Oratio de Valentiane Academiae in omni virtutum ac disciplinarum genere praedtantia, dicha por el mismo en la apertura de la escuela en 18 de octubre de 1829, e impresa en el mismo año por el impresor de la dicha universidad D. Francisco Brusola.

REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE VALENCIA. 1829.

En el reinado del Sr. Carlos III, 1776, dieron principio a esta sociedad los Sres. D. Pedro Mayoral, arcediano de Alcira, D. Francisco Pérez Mesía, oidor entonces de esta real audiencia, el marqués de León, marqués de Mascarell, D. Sebastián Saavedra, D. Francisco Lago y D. Juan del Vao, que movidos del amor a la patria, y a ejemplo e imitación de la de Madrid, y otros pueblos de la península, trataron de erigir en esta ciudad una sociedad económica; para efectuarlo acudieron al consejo pidiendo su permiso, y por real cédula de 31 de enero de 1785 fueron aprobados sus estatutos.

El objeto de esta corporación es promover y auxiliar la enseñanza primaria, el fomento y mejora de la industria popular, fábricas, comercio, navegación y en general todo cuanto contribuya a mejorar la constitución de sus patriotas. (Palabras del párrafo tercero de sus estatutos.)

No tiene número fijo de individuos, se dividen en numerarios, mérito y honorarios, contribuyen sólo los primeros, cuyo producto y una pensión sobre la mitra de este arzobispado, son los fondos que dispone esta sociedad, los cuales parte se invierten en cinco enseñanzas para la educación primaria de cien niñas pobres, en los premios que anualmente distribuye a la juventud estudiosa, y a los que más se distinguen en el dibujo de esta real academia de S. Carlos, pues ya con medallas de plata y oro, bandas de seda y numerario, como también en la recompensa que de sus fondos da a los literatos y artistas que contribuyen con sus luces y conocimientos a la mejora de los artefactos de esta provincia. Sus progresos han correspondido a la mira de los fundadores, como manifestaremos en la noticia de las actas que este cuerpo ha publicado. 

1. Instituciones económicas de la sociedad. Valencia, oficina de Benito Monfort, 1777, en 4.° Comprende: discurso de apertura por su censor D. Pedro Mayoral, canónigo de esta iglesia. = Reglas para el gobierno de la sociedad. = Real decreto de aprobación. = Oración gratulatoria del excelentísimo Sr. D. Joaquín Crespí de Valdaura, primer alumno de la sociedad. = Representación sobre fábricas de esmalte y bordados &c.

2. Estatutos de la sociedad de amigos del país de Valencia. En esta, oficina de Benito Monfort, 1785, en 4.° mayor.

3. Extracto de las actas del año 1785. Valencia, por Monfort, 1787, en 4.° 

4. Con el mismo título están las del año 1786. Valencia, imprenta de Monfort, 1788. Ambos extractos publicó D. Pascual Vicente Lansola, su secretario. Comprenden entre varios asuntos tres láminas que representan: la primera la máquina para reducir a polvo los palos de brasil y campeche: la segunda la de agramar cáñamo: y la tercera para atar el punto de media de seda.

5. Extracto de las actas desde 1785 hasta 1791. Valencia, por Monfort, 1792, en 4.° Lo publicó su secretario D. Tomás Ricord. Comprende además de las actas varios discursos y poesías leídas en las juntas públicas de aquellos años.

6. Junta pública de 11 de diciembre de 1799. Valencia, por Monfort, 1800, en 4.° Comprende: discurso de apertura por el marqués de Valera. = extracto de actas desde 1792 hasta 1799, por D. Francisco Peirolón, secretario. = elogio del excelentísimo Sr. D. Luis de Urbina, director que fue de la sociedad. = discurso contra el egoísmo, por D. Manuel de Velasco. = extracto de la memoria, acompañando el proyecto de un canal de navegación al puerto del Grao, por D. Joaquín de Lacroix (Delacroix, de la croix), y el elogio del ilustrísimo Sr. D. Félix Rico, por D. Tomás Ricord.

7. Junta pública de 9 de diciembre de 1800. Valencia, por Monfort, 1801, en 4.° Contiene: memoria sobre el establecimiento de convoyes (pone comboyes) promovido por la sociedad, por D. José Inocencio de Llano, natural de esta ciudad, y secretario de la junta gubernativa de los mismos. = Informe sobre la planta llamada maní o cacahuete, por los socios D. Tomás Domingo Otero (1), valenciano, y D. Joaquín de Lacroix. = memoria premiada sobre montes y maderas del reino de Valencia, por el referido Lacroix. = endecasílabos de D. Pedro Pichó. = oda de Esteban Chaix. = Memoria sobre plantío de olivos, por el P. Fr. Miguel del Campo (véase su artículo), y otra sobre varios sistemas para socorrer y extinguir los mendigos.

8. Junta pública de 9 de diciembre de 1801. Valencia, por dicho, 1802, en 4.° Contiene: discurso de apertura por el marqués de Valera. = extracto de las actas del año 1801. = distribución de premios, poesías recitadas por los niños premiados. = origen, progresos, estado y ocupaciones de la junta de beneficencia, por D. Tomás Otero. = elogio del P. Benito de S. Pedro, por el conde de Contamina, (véase su artículo, página 44.) = Discurso sobre el estado económico del reino de Valencia, por D. Manuel de Velasco. = Distribución de premios en Valencia y S. Felipe: poesías. = Noticia de las lagunas y terrenos pantanosos de este reino, por D. Esteban Chaix. = Medios y arbitrios para minorar, ocupar y socorrer a los mendigos, escrita por D. Cristóbal Talens de la Riva, (véase página 307).

9. Junta pública de 10 de diciembre de 1802. Valencia, por Monfort, 1803, en 4.° Comprende: discurso de apertura por su vice-director marqués de Valera. = extracto de actas del año 1802, por D. Francisco Peyrolón, secretario. = distribución de premios: poesías. = memoria sobre la feliz terminación del establecimiento de convoyes, por D. José Inocencio de Llano, secretario de la junta gubernativa de los mismos. = Canción al feliz cumpleaños de la reina nuestra señora, por D. Francisco Bahamonde. = odas por los socios D. Pedro Pichó y D. Esteban Chaix. = distribución de premios en la ciudad de S. Felipe. = memoria premiada con la noticia de varias minas de carbón de piedra en el reino de Valencia, su explotación, uso, preparación, gastos y análisis por el socio D. Joaquín Maximiliano de Lacroix.

10. Junta pública de 9 de diciembre de 1803. Valencia, por Monfort, 1805, en 4.° Comprende: discurso de apertura por el vice-director marqués de Valera. = extracto de actas de la real sociedad del año 1803, por D. Tomás de Otero, secretario. = distribución de premios: poesías. = canciones, epístola y oda de los socios D. Pedro Pichó, D. Francisco Bahamonde, P. Rafael del Ángel Custodio y D. Esteban Chaix. = clasificación de las piedras del gabinete de la real sociedad, por D. Juan Sánchez Cisneros, vice-secretario. = memoria estadística de la ciudad de Gandía y villas de Pego, Callosa de Ensarriá y Enguera, que obtuvo el accésit por D. Vicente Ignacio Franco. 

11. Junta pública de 9 de diciembre de 1804. Valencia, por el dicho, 1805. = discurso de apertura por el vice-director marqués de Valera. = extracto de actas del año 1804, por D. Tomás Otero, secretario. = distribución de premios: poesías. = endecasílabos y odas por los socios P. Rafael del Ángel Custodio, D. Domingo Baquer, D. Pascual Rodenas y el marqués de Bárboles. = observaciones de los eclipses ocurridos en este año, por el barón de la puebla. = memoria indicativa de los minerales del reino de Valencia, por D. Juan Sánchez Cisneros, vice-secretario. = memoria sobre los caracteres orictognósticos del carbón mineral, hallado en las minas del reino de Valencia, y conocimientos para su exploración. = distribución de premios en la ciudad de S. Felipe.

12. Junta pública de 9 de diciembre de 1805. Valencia, por Monfort, 1816. = discurso de apertura por el vice-director marqués de Valera. = extracto de actas del año 1805, por D. Tomás Otero, secretario. = distribución de premios: poesías. = distribución de premios en Villareal. = informe sobre la utilidad del espato barite o tierra pesada, usada como abono en los campos, por D. Tomás de Otero. = elogio académico del socio de número D. Francisco Bahamonde y Sesé, por D. Joaquín Fusell. = canciones por los socios P. Rafael del ángel custodio y D. Domingo Baquer.

13. Junta pública de 10 de diciembre de 1808. Valencia, por el dicho, 1807, en 4.° Comprende = discurso de apertura, por el vice-director marqués de Valera. = extracto de actas de 1806, por D. Tomás de Otero, secretario. = distribución de premios: poesías.

14. Junta pública de 9 de diciembre de 1807. Valencia, por el mismo, 1808. Contiene = discurso de apertura por el vice-director marqués de Valera. = extracto de actas del año 1807, por D. Vicente María de Vergara, secretario. = Distribución de premios: poesías. = noticia del cultivo del arroz en el Asia, e informe sobre las experiencias hechas por el socio D. Tomás de Otero. = memoria premiada sobre la enfermedad de las moreras, conocida con el nombre de seca, por el socio D. José de Arramendia, valenciano. = índice de las aves que forman la colección completa de las especies propias de la albufera de Valencia, disecadas y clasificadas por el socio D. Tomás de Vilanova. = plan estadístico de la villa de Alcoy, por D. Francisco Pérez Planelles, premiado por la real sociedad. = relación del cultivo de la indigófera tinctoria, y de la extracción del añil, por D. Vicente Alfonso Lorente. = canción a la amistad patria, por el P. Lorenzo de S. Blas de las escuelas pías. = distribución de premios en la villa de Onda.

15. Publicó también esta real corporación: exequias en la muerte del Sr. rey D. Carlos III, y su elogio fúnebre, por el socio D. José Faustino de Alcedo. Valencia, por Monfort, 1789.

16. Noticia de las producciones del reino de Valencia con varias tablas sinópticas. Cuaderno en 4.° de 14 páginas.

17. Memoria sobre la restauración de la cosecha de la caña dulce, y de los ingenios de azúcar en el reino de Valencia, por los socios P. Benito de S. Pedro y Peyrolón. En 4.° 

18. Discurso sobre el estiércol y polvo que se saca de sus calles de Valencia, por el marqués de Carrús, véase su artículo.

19. Consideraciones sobre el hilado y torcido de la seda, por la real sociedad de Valencia. Cuaderno en 4.° 

20. Método para enseñar las letras a los niños por medio del juego de la perinola, por el P. D. Jaime Roig, prior de la real cartuja de Porta Coeli, impreso por la real sociedad.  Un cuaderno en 4.° con dos estampas. La invasión francesa y cautividad de nuestro amado monarca llamó la primera atención de todo español, por lo que quedaron paralizados los trabajos de esta sociedad; pero recobrada la tranquilidad volvió a continuar en sus tareas, ofreciendo todos los años en carteles públicos diferentes premios, con cuyo motivo conserva varias memorias que le han sido presentadas, muchas de ellas han obtenido el premio, y esperamos que muy en breve vean las más dignas la luz pública. Las que han llegado a nuestra noticia son: una de D. Rafael Martínez Valiente, que habla sobre el invento de un nuevo aparato clarificador para el vino. Otra de D. José Gómez de la Cortina sobre los medios de contener el lujo en España y reprimir su influencia sobre las costumbres sin perjudicar nuestra industria. = Otra de D. Estanislao Vayo (véase página 486). = Elogio histórico de D. Antonio José Cabanilles, por D. José Pizcueta, natural de esta ciudad, catedrático de botánica, e hijo del célebre facultativo y profesor de medicina D. Manuel Pizcueta. = Otra de D. Francisco de Paula Alguer, (véase su artículo). = Dos elogios de D. Gregorio Mayans, el uno de D. Mariano González y Valls, valenciano, y el segundo de D. Marcial Antonio López, y últimamente una memoria de D. Gregorio González Azaola sobre agricultura, y otros muchos frutos literarios que se conservan en el archivo de esta real sociedad, la cual hallándose al frente de esta biblioteca, debió también terminarla, pues sale a luz bajo sus auspicios y protección. Empero esta misma circunstancia contuvo mi gratitud dentro de los límites de una noticia histórica, dejando a otras plumas más dignas el placer de describir para gloria de Valencia los efectos filantrópicos y monumentos de la influencia benéfica de la amistad patria en un suelo que lo produce todo para su prosperidad, y por esto es la divisa en el escudo de sus armas. Fert omnia tellus.

  




ANÓNIMOS

ORDENADOS SEGÚN LOS AÑOS EN QUE ESCRIBIERON.


Anónimo valenciano. 1535.

Consolat dels fets maritims. Descripción de esta obra. En la ley primera se dispone que los patrones y marineros se junten en la iglesia de santa Tecla de Valencia para elegir dos cónsules y un juez de apelaciones. En la segunda que los cónsules presten el juramento debido ante el justicia civil de dicha ciudad en la iglesia de santa María de la Seu en el día de Navidad. En la tercera que después de la fiesta de Navidad, los cónsules con algunos prohombres del mar, presenten este juez de apelaciones al vice-procurador del reino de Valencia, o su lugarteniente, y jure ante el mismo. En la quinta que los cónsules usen de un sello, en que haya un escudo en cuyas dos partes estén las armas reales y bajo, las olas del mar, y alrededor las palabras: Sigillum Consulatus maris Valentiae. Este libro se imprimió primeramente en Barcelona en el siglo XV con el siguiente título: Consolat. Por ser tanta su rareza haremos una descripción de él. Comienza: “A gloria é laor de nostre senyor Deu Jesu-Christ, é de la gloriosa Verge Mare sua... per quant en lo libre de Consolat se trobaven moltes correccions yo Francesch Celelles.... me so esforzat corregir lo present libre &c.”

Síguese el índice de los capítulos, y después en el primer folio: “Sigueixse lo libre de Consolat novament corregit e stampat &c.” Finaliza: “Deo gratias. Fon acabada de stampar la present obra á XIIII de Julio del any MCCCCXCIII (1493) en Barcelona per Pere Posa, prevere é stampador.”

Contiene 334 capítulos en 88 folios: y concluida se siguen (de la misma especie de letra) algunos Decretos y Leyes tocantes a la marina en 13 folios. Es libro en folio y habla de él Diosdado: de prima typographiae Hispanicae aetate specimen, página 49; y el P. Méndez en la página 106 de la tipografía española. Por las palabras (novament corregit é stampat) parece hubo de haber antes otra edición. (También lo muestran las palabras, “per quant en lo libre de Consolat se trobaven moltes correccions yo Francesch Celelles.... me so esforzat corregir lo present libre &c.”)

Se volvió a imprimir en la misma ciudad en 1502, en 4.°, y se repitió la impresión allí mismo por Sebastián Cormellas en 1592, en folio. Se tradujo al castellano e imprimió en Valencia por Francisco Díaz Romano en 1539, en 4.°; añadiendo al fin el privilegio concedido por el rey católico a los cónsules y comerciantes de la lonja de Valencia.

Traducido al italiano por el doctísimo jurisconsulto Lorenzo María de Casa Rey, ilustrado con varias declaraciones; se imprimió en Venecia por N. Pedronazo, 1544, en 4.° = Al francés en Marsella, por Francisco Muyssoni (se lee Mnyssoni) en 1577, a expensas de G. Geraud; y en Aix por Esteban David en 1635, y al latín y al holandés, según refiere Camany (Capmany) en las memorias del antiguo comercio de Barcelona, capítulo 2, página 191. El veneciano Víctor Sandi en la historia civil de Venecia habla con grande encomio de esta que llama: Racolta della usanza, é consuetudine delle genti di marina dell Regno di Valenza; cuya colección (añade) tradujeron muchas naciones y la adoptaron como un código universal de Europa. Con razón manifiesta Sandi que este código es propio y peculiar de las gentes de marina del reino de Valencia; pues él mismo descubre haberse dispuesto para el gobierno de su consulado, que es el más antiguo de la península. Él está escrito en lengua lemosina (valenciana, capsot); si se trata de la elección de cónsules, manda (como he dicho) que se haga en una iglesia de Valencia; si del juez de apelaciones, que ante el vice-prior de su reino; y de su sello, que se exprese ser del consulado de Valencia. Y aunque se ha impreso tres veces en Barcelona, nunca se ha omitido alguna de dichas circunstancias (cosa que hoy en día habría que verificar), además que nada prueba estar impreso en aquella ciudad, porque en ella se imprimió en 1481; el Quinto Curcio vertido al lemosín (lengua valenciana) por Luis de Fenollet, valenciano; la Biblia pequeña de S. Pedro Pascual en 1492; el Roman (novela) caballero Tiran Blanc (Tirant lo blanc), compuesto por Martorell, que se imprimió en 1497, aunque antes lo estuvo en Valencia en 1480, con algunos otros que podría citar de autores valencianos, que imprimieron sus obras en Barcelona. Siendo pues el libro Consolat un código propio y peculiar de este consulado, parece correspondiente presumir que lo dispuso alguno de sus cónsules u otro valenciano instruido; y como no puso su nombre y quedan tan pocas noticias de aquel tiempo, no ha podido descubrirse quien fuese. 

Capmany en el lugar citado no se atreve a negar estas especies (lo que le honra), ni atribuir tampoco a sus paisanos las 43 primeras leyes que contienen la elección y juramento de los cónsules, y orden judicial de sus procedimientos; y sólo dice que las demás leyes estaban anteriormente en uso, y las habían recogido los barceloneses; pero como no cita manuscrito alguno que las contuviese al tiempo de la formación del consulado de Valencia, no puede probar que en el código publicado del mismo no se hubiesen añadido algunas leyes que no tuviesen recogidas los barceloneses.

Ninguno da noticia del tiempo en que se compuso este código en los términos referidos, y yo me persuado que fue antes del 25 de febrero de 1358, pues en la primera de dichas leyes se manda que se junten para la elección de cónsules sólo los patrones y marineros, sin añadir que concurran también mercaderes, y que sea de este ejercicio uno de los cónsules; lo cual dispuso D. Pedro II (de Valencia) en dicho día, y privil. 69, folio 126 del Corpus privil. Civ. et Reg. Valentiae, y confirmó en 1362. priv. 100, folio 121 vuelta; por lo cual el código se formó antes de la expedición de dichos privilegios.


Anónimo valenciano. 1720. 

Escribió: Reparos críticos contra varios pasajes de los comentarios del marqués de S. Felipe. Los imprimió Valladares en el tomo diez y ocho del Semanario erudito.


Anónimo valenciano. 1734.

Vertió del toscano del P. Pinamonti e imprimió: El sacro corazón de María, motivos de una afectuosa devoción al sacro corazón de la virgen madre. Valencia, por Antonio Bordázar, 1734, en 8.° Se dice en el frontis que el traductor es un caballero valenciano.


ADICIONES Y CORRECCIONES A TODA LA OBRA.


1538. MOSEN FRANCISCO JOAN.

Descendiente de uno de aquellos dos insignes varones que vinieron a servir al invicto D. Jaime I en la conquista de Játiva; sus hijos y nietos se mantuvieron con mucho honor y decoro, así en esta ciudad como en la de Valencia, ascendiendo a los empleos de gobierno que estaban destinados para la nobleza. El D. Francisco, según las noticias que se han descubierto, era hermano de mosen Gaspar, padre del ilustrísimo y doctísimo Sr. D. Honorato Joan, preceptor del hijo del Sr. D. Felipe II y obispo de Osma: los que informaron a Ximeno le hicieron creer que este D. Juan fue el lugarteniente general de la orden de Montesa, siendo así que él vivía en el siglo XV, y el lugarteniente no consiguió este empleo hasta 31 de enero de 1642, según refiere Samper en la tercera parte de su Montesa ilustrada, número 979. Se dio a mosen Francisco una educación correspondiente a su clase: descubrió mucho talento, acompañado de una gran prudencia y juicio. En el año 1503 se inflamó su ánimo en vivos deseos de defender la patria, luego que supo que el rey de Francia disponía un ejército para invadir el Rosellón: y así, con licencia del rey católico, logró incorporarse en el de Cataluña (como él lo cuenta en el referido año). Él mismo fue acreditando más y más de cada día el tino con que procedía en el manejo de los negocios. Y así habiendo empezado a establecerse la rebelión, que con el nombre de Germanía afligía a este reino, hizo repetidas instancias el brazo real para que viniera el Sr. D. Carlos, emperador electo de Alemania, a prestar el juramento prevenido por los fueros, e impedir las funestas resultas que ocasionarían los proyectos de la plebe: mas su majestad envió primero al cardenal Adriano, y después al vice-canciller miser Antonio Agustín, que reunido el estamento militar en la cofradía de S. Jaime le entregó la carta de creencia, manifestándole la imposibilidad de venir el rey, que estaba pronto a prestar dicho juramento por medio de un comisionado, y a celebrar cortes presididas por uno de los tres sujetos que le propusieran: no convino en ello el estamento militar, y encargó la respuesta al susodicho, y a otros cinco de sus individuos; no obstante lo cual marchó el rey para su solemne coronación de emperador, sin dejar fuerzas para sujetar la plebe; por lo cual consideró la nobleza que recaería sobre ella todo el peso de la guerra de cuanto conviniera al real servicio y defensa del patrimonio del soberano y del de los que seguían su voz, con cuyo motivo se nombraron veinte caballeros, y entre ellos a mosen Francisco Joan para acordar cuantas providencias convinieran a un objeto tan importante: uno y otro lo refiere Viciana en la cuarta parte de la crónica de Valencia, folio 16 y 23. Extinguida la Germanía vino a esta ciudad el emperador en el año 1528, y el ayuntamiento dispuso para obsequiarle una justa real en la plaza del mercado, junto a la bolsería, y se nombraron jueces, para la adjudicación del premio, al maestre de Montesa, a mosen Francisco Joan, y a cuatro más, como lo escribe el mismo dicho año. Su afición a la historia de la patria le obligó a registrar el archivo del ayuntamiento, y entresacar de sus libros, citando los folios, las cosas más dignas de memoria que ocurrieron en ella; pero desde el año de 1490 refiere los sucesos que él ha presenciado sin acudir a los citados libros, según manifiesta el no hacer mención alguna de sus folios, como lo hacía en los años anteriores, y compuso un libro en folio con el título: 1. Libre de noticies de la Ciutat de Valencia. Ha quedado manuscrito, y conserva una copia en su poder el Dr. D. Francisco Xavier Borrull; empieza en el año de 1306, y concluye en el de 1535, y puede presumirse que murió poco después.


JUAN LUIS VIVES. 1540.

No pudiendo ocultar algunas noticias que acreditan el alto concepto que se había merecido este insigne restaurador de las letras, añadiré varias que han publicado los autores ingleses. Todos hacen la justicia debida a su gran talento, severo juicio e inmensa erudición: algunos de ellos refieren que su fama no se contuvo dentro de los gabinetes de los literatos, sino que voló por todas partes, llegando a penetrar en los palacios de diferentes príncipes, también en el de los reyes de Inglaterra, manifestando el particular aprecio que hacía de este benemérito español la reina doña Catalina (de Aragón), primera mujer de D. Enrique VIII, y sus deseos de auxiliarle con los elogios que le tributaban varios cortesanos eruditos. El cardenal Wolsei en el año 1523 le convidó para que pasara a aquel reino, aunque otros aseguran ser una equivocación el que por instancia del cardenal fuera entonces Vives a Inglaterra, y que esto dimanaba de no haber examinado con la diligencia correspondiente las memorias del tiempo referido, descubriéndose que sucedió antes, pues de ellas resulta que en una carta de la universidad de Oxford al cardenal en 1519 se hace mención de Vives, como actual catedrático de retórica nombrado por el mismo; contando otros que el fundador del célebre colegio de Corpus Christi de Oxford, en 4 de julio de 1517, lo llamó, estando en Lovaina, y lo elevó a la clase de los primeros individuos del mismo; y contestan que en 26 de octubre de 1523 incorporó en aquella universidad el grado de doctor en leyes que había recibido en alguna de las del continente, y regentó una cátedra de esta facultad en la misma, y otra de humanidades en el citado colegio. A su erudición inmensa en varios ramos añadió la de la filología, que fue uno de sus más brillantes adornos, y con su ejemplo e instrucción contribuyó poderosamente a introducir en aquella universidad la afición a los estudios agradables, y con otras muchas mejoras que refiere con extensión Ricardo Fiddes en la vida del cardenal Wolsei, impresa en Londres en 1724, en 4.° 

Los reyes de Inglaterra hicieron tal aprecio de su gran ciencia que le dispensaron singulares honras, tales fueron dignarse tanto el mismo Enrique VIII, como la reina doña Catalina, y los principales personajes de la corte de asistir a sus lecciones, según refiere Briantwyn en la apología, libro 3.°, sección 210, y encargarle con preferencia a todos los nacionales la instrucción en la lengua latina de su joven hija doña María (fue declarada ilegítima tras el matrimonio de Henry VIII con Ana Bolena).

Lo demás que sucedió a Vives durante su permanencia en Inglaterra, y el motivo de ausentarse de ella, puede verse en la vida que escribió del mismo el Sr. Mayans. Dicen los escritores ingleses que no se sabe de cierto el año y día en que murió este excelente escritor. Antonio Posevino refiere que falleció en Brujas, ciudad de la Flandes austríaca, en 1536, poco antes o después, habiendo dejado de escribir en 1535. Luis Guichard en su descripción de Brujas o de los Países Bajos que en 1540. Thuano pone su muerte en Lovaina, donde era profesor en 1541. Juan Whyte en su Diacosia Martirion, impresa en 1553, dice, que el fallecimiento de Vives ocurrió en Bruselas en 1545. Este último autor, siendo el primero que escribió, y el que podría tener mejores noticias, parece que debía ser creído más que los otros, no obstante siendo incierto este punto se aventura un crítico inglés a fijar su muerte en 1544 en Brujas, añadiendo que fue enterrado allí en la iglesia de S. Donancio. Pero la opinión más probable es la de Mayans, que en la vida de este valenciano, puesta al principio de la reimpresión de sus obras, acota su muerte en el día 6 de marzo de 1540. Enrique Jackson que murió en 1662 reconoció con sumo cuidado, y añadió notas marginales, con un índice copioso a los siete libros De corruptis artibus, y a los cinco De tradendis disciplinis de nuestro Vives. Una lista de cerca de ochenta tratados de este prolífico autor se puede ver en la biblioteca británico-hibernica de Taner, página 740. Londres, 1748, en folio. Los encargados de la colección de retratos de los españoles ilustres que se publicaba en Madrid, colocaron también en ella el de Vives, mas no le semeja por no habérseles proporcionado algún original o buena copia de él, y por fortuna se conserva en la real academia de S. Carlos una antigua y exacta, pintada por el celebrado Cristóbal Zariñena, valenciano, discípulo del Ticiano, y enteramente conforme con otras de aquellos tiempos, de que se sacó lámina, que va al frente de la excelente colección de sus obras impresas por Monfort de cuenta del excelentísimo Sr. arzobispo Fuero.  

Y es de extrañar que en el teatro de esta universidad literaria en que se han colocado los retratos de sus fundadores y de los catedráticos que han sido promovidos a distinguidos empleos, no esté el de Vives que, a instancias del ayuntamiento, dictó los medios más proporcionados para arreglar dicha escuela, y así le debe los grandes adelantamientos que ha logrado.


FR. LORENZO MARTÍN JORDÁN. 1637.

Monje gerónimo, tomo primero, página 253, lo incluí creyéndole valenciano; pero la biblioteca nueva de escritores aragoneses de D. Félix Latassa, tomo tercero, página 434, lo inserta en ella; lo notamos y sólo advertimos que de este autor no da las noticias exactas, el que en compañía de un hermano mayor vino a esta ciudad, y este por su buena voz y destreza se colocó en el colegio del Sr. patriarca, entonces recién fundado, y el P. Jordán, teniendo las mejores ideas de la santidad y buen olor del monasterio de nuestra señora de la Murta de Valencia, con especial impulso y llamamiento de Dios, se presentó en él a pedir el hábito religioso, al que examinada su habilidad y espíritu se lo vistieron con placer día 27 de febrero de 1607, de edad de 20 años. Fue maestro de capilla y también de novicios. Murió en el referido monasterio a 24 de abril de *1673 (arriba pone 1637), a los 83 años de su edad, y de hábito 66. Está enterrado en la capilla de los Santos Reyes. Hago esta relación para que se vea que nunca estuvo en la Murta de Cataluña como dice Latassa. Lo creí valenciano por haber pasado toda su vida en los monasterios de este reino, y las obras que compuso son las que se ven en su artículo, y no las que trae el susodicho (Latassa) equivocadamente.


FR. JUAN BAUTISTA GALVIS. 1750.

Del orden de predicadores, valenciano, hijo del convento del Rosario de la ciudad de Alicante, fue en su religión regente de estudios y presentado, calificador del santo oficio de Valencia y Murcia. Dio a luz: 1. Suma moral para exámenes de curas, confesores y predicadores. Alicante, en la oficina de Nicolás José Villagordo y Alcaraz, 1750. Tomo primero en 4.° 


SOR JOSEFA ANTONIA NEBOT Y COSCOLLA. 1773.

Nacida y bautizada en la parroquia de los Santos Juanes en 23 de agosto de 1750: por la escasez de los bienes de fortuna de la casa de sus padres entró a servir en casa del excelentísimo Sr. marqués de Dosaguas, de donde pasó con el mismo destino a la del caballero maestrante D. José Cardona y D. Francisco Cebrián y Valda, entonces canónigo de esta metropolitana, y después obispo de Orihuela, patriarca de las Indias y cardenal, con cuyas limosnas pudo vestir el hábito de religiosa agustina en el monasterio de Bocairente, donde profesó en junio de 1771. Fue religiosa tenida por de gran virtud y extraordinario conocimiento y experiencia en las cosas tocantes al espíritu, a pesar de no haber leído ningún libro de estas doctrinas. Vivió solos dos años, y su funeral en 12 de diciembre de 1773 fue extraordinariamente concurrido. Se dio tierra a su virginal cadáver en la sepultura común de las religiosas de dicho convento. Pero abierta esta algún tiempo después, y advertida la incorrupción y flexibilidad de sus carnes, se colocó en caja separada con la nota de su buena opinión de virtud. Escribió de orden de su confesor:

1. Relación de lo que pasaba en su espíritu. Este manuscrito de propia mano de la autora comprende ciento diez y ocho hojas de papel. 

2. Por mandato de su mismo confesor: relación de toda su vida hasta su ingreso en el monasterio. Esta relación está incompleta a causa de su última enfermedad.

3. Varias coplas muy devotas y espirituales al niño Jesús de la Estrella, que se venera en dicho convento. Todo lo que se guarda original en el archivo de dicha casa en Bocairente.


D. TOMÁS FUENTES. 1780.

Nació en Valencia día 21 de diciembre de 1748, y fue bautizado en la parroquial de santa Catalina mártir, hizo sus estudios en esta universidad, en la que se graduó de doctor en teología: dedicado a la carrera eclesiástica se ordenó de diácono, y obtuvo en S. Fulgencio de Murcia la cátedra de retórica, de donde pasó a Madrid, e hizo oposición a un canonicato de S. Isidro, en el que fue provisto, aunque no tomó posesión de él, por haber fallecido por los años de 1780. (Hubiera sido buena si hubiese tomado posesión de él estando muerto)

1. Thomae Fuentes, rhetoricae (pone rhetoticae) professoris oratio de humanarum disciplinarum usu ad theologiam. Habita in Fulgentino Murciae Seminario XII kal. Octob. 1777. Murcia, apud Philippum Teruel.

2. Thomae Fuentes, Valentini Doctoris theologi rhetoricae Profesoris oratio de theologie studii optima ratione. Habita Fulgentino, en 4.° Murciae Seminario XI. Octob. kal. 1778. Murcia, apud Philippum Teruel, en 4.° 

El pavordre D. Mariano Liñán tiene manuscritas dos oraciones del mismo autor, intituladas.

3. Thomae Fuentes, oratio habita in Fulgentino Murciae Seminario Nonis Decembris 1776 quum designatus fuisset á Secretis C. R. Caroli III. I. D. D. Josephus de Moñino: y la otra Thomae Fuentes oratio de praestantia sapientiae: sin que se sepa ni cuando, ni en donde la pronunció. Sólo dice en el exordio que la compuso algunos años después de haber dejado el estudio de las humanidades y dedicádose al de la filosofía.


FR. TOMÁS CANDEAL. 1782.

Religioso agustino, nació en la villa de Novelda de padres hijos de Valencia, vistió el hábito de su orden, y profesó en el real convento de S. Agustín de esta ciudad, del que fue hijo, y donde siguió toda la carrera de los estudios hasta enseñar la filosofía y teología, en cuya facultad obtuvo el grado de maestro y doctor. Lo mereció en verdad por su grande aplicación al estudio, especialmente al de la teología moral, cuyos casos, aun los más difíciles, desenlazaba con sabias decisiones del derecho canónico y decretos pontificios. Esta prontitud y acierto duró toda la vida del M. Candeal, pues aún en su ancianidad en que divagaba su mente en muchas materias; hablándosele de moral presentó siempre un juicio firme y maravillosamente exacto. Fue a más ejemplarísimo sacerdote, y observantísimo de su instituto. Murió sin conocida enfermedad, dejando de vivir como por resolución con la gracia de todos los sacramentos en su convento de Valencia, día 30 de octubre de 1782. Escribió:

Vida de santa Mónica. Un tomo en folio de excelente letra que quedó a punto de imprimirse en la biblioteca de dicho convento con las censuras y aprobaciones de los señores pavordre D. Vicente Calatayud y R. P. M. Mas, del orden de predicadores.


D. JOAQUÍN MANUEL FOS. 1789.

Comerciante e inspector general de las fábricas de seda de esta ciudad, nació en Valencia día 26 de octubre de 1730. Escribió de orden de su majestad el Sr. D. Carlos III una obra sobre los mueres, y este monarca mandó se pasase el libro a la secretaría de estado y despacho universal de hacienda para que se dispusiera su impresión; pero habiendo fallecido este rey, el ministro D. Pedro Lerena se lo hizo saber al Sr. D. Carlos IV que se dignó admitir la dedicatoria, y se llevó a efecto la impresión, no teniendo Fos el placer de ver su escrito publicado por haber muerto en Valencia día 14 de agosto de 1789. La obra impresa tiene este título:

1. Instrucción metódica sobre los mueres, con el epígrafe: Honos alit artes. Madrid, imprenta de la viuda de Ibarra, 1790, folio mayor de magnífica impresión, adornada con doce láminas. Por el título del manuscrito que dejó a sus hijos se vendrá en conocimiento de lo que comprende esta obra, y es: Instrucción metódica para establecer y dirigir una fábrica de hacer mueres con perfección, lustrar rasos y setíes, dar asiento a las estofas de seda y de oro o plata, con la descripción de una máquina inventada por el autor para dar perfecto lustre y suavidad a los grodetines y tafetanes.

El elogio de este hombre célebre no cabe en el pequeño círculo del artículo que pudiéramos consagrarle en esta obra, y no es justo comprimir sus virtudes filantópicas por una fuerza geométrica. Los gritos de la fama reclaman que una pluma digna las compile y traslade a la posteridad con la extensión de su naturaleza, señalando el distinguido lugar que nuestro paisano ocupa entre los héroes de las artes de la paz, que con su fecundo ingenio derramaron la prosperidad en el afortunado suelo que los vio nacer, para que sirva de estímulo y modelo a los genios privilegiados que consagran los afanes de su vida entera a la gloria de la patria.


FR. JOSÉ LORCA. 1789.

Religioso agustino, natural de Villajoyosa, hijo de hábito de dicho convento patrio. Siguió toda la carrera de los estudios en su orden, obtuvo por oposición la lectura de filosofía y teología, a cuyo mérito siguió el grado de maestro en dicha sagrada facultad. Fue religioso ejemplarísimo, de gran candor y mucho celo por la salvación de las almas. Estando morador del convento de Orihuela y del de Villajoyosa, cuando los intervalos de tiempo que le permitían sus ocupaciones religiosas y confesonarios de monjhas los destinaba a la enseñanza de la doctrina cristiana a los niños, especialmente pobres, que para ello acudían a la portería. Siendo prior de Villajoyosa, anijmado de los deseos de que no faltase el pasto espiritual, y se facilitase el divino culto en una de las partidas del campo en dicha parroquia, erigió una capilla rural pública, titulada de S. Vicente. Siendo vicario de las monjas agustinas de Bocairente copió de propio puño los manuscritos de sor Josefa Antonia Nebot, de la que hicimos mención en el año 1773, ejemplar religiosa de dicho convento, dando noticias de dicha religiosa desde antes de su profesión y de después de su fallecimiento. Murió el P. M. Lorca en su convento de Orihuela en 1789. Dejó manuscrito:

1. Libro de los manuscritos de sor Josefa Antonia Nebot, extendidos de orden de su confesor. Un tomo en 4.° de buena letra que obra en poder del autor de esta biblioteca.

2. La chamberga. Esta obra que el autor titulaba así, era el fruto de sus religiosas recreaciones, contenía varios gozos a diferentes santos de su devoción, y las más singulares graciosidades que encontraba en las vidas de los siervos y siervas del señor, con cuya lectura, a horas de recreación, solía instruir divirtiendo hasta a los mismos sacerdotes, y a los prelados de la provincia en sus visitas. 


DR. D. FRANCISCO PERELLÓ. 1797.

Nació en la villa de Buñol en el año de 1712 de una familia antigua y distinguida, descubrió mucha viveza y talento, una feliz memoria que conservó hasta los últimos tercios de vida: estudió filosofía en esta universidad bajo la enseñanza del Dr. D. Miguel Furió, varón doctísimo, promovido después a una pavordría, y últimamente al canonicato magistral de esta iglesia: en 1729 se graduó de maestro en artes, y concluido el curso de teología con mucho aprovechamiento de doctor en la universidad de Gandía en 21 de julio de 1737: manifestó su inclinación al estado eclesiástico, y logró, después de otros, un beneficio de la iglesia parroquial de S. Juan del mercado: queriendo dedicarse a la oratoria sagrada deseoso de evitar los monstruosos vicios que la afeaban, y por desgracia eran aplaudidos y se extendían por todas partes, procuró primero perfeccionarse en la lengua castellana por medio de las obras del P. Luis de la Puente, P. Luis de Granada y P. Juan de Mariana, y adquirir las verdaderas ideas de la elocuencia en las de Cicerón, S. Juan Crisóstomo y los PP. Granada, Séñeri y Bordalu que formaban sus delicias y conservó en su biblioteca: y así se dio a conocer desde el año de 1738 como un elocuente orador, libre de los defectos que reinaban, y aumentando de cada día su crédito, fue celebrado por los más sabios varones de esta ciudad. Conociendo sus profundos conocimientos de la teología, y gran disposición para dirigir espíritus, le nombró el Sr. arzobispo D. Andrés Mayoral en 1742 por vicario del convento de monjas de la Encarnación, que redujo a la más exacta observancia de su instituto, y añadiéndole su ilustrísima el cuidado de las rentas del mismo, que estaban en un estado deplorable, procuró con extraordinario celo su arreglo y ventajas, de suerte que cuando acabó con estos encargos habían adquirido un excesivo aumento. Lució por su don de gobierno, y experimentándolo el clero de S. Juan del mercado, le nombró siete veces por su vice-rector, y aseguró con ello una suma paz y tranquilidad. Observó constantemente una conducta ejemplar, un encendido celo por el honor del señor, una afectuosa devoción a nuestra señora, una imponderable paciencia en los trabajos y enfermedades que padeció, una humildad tan profunda que en los últimos días nunca hablaba de sus sermones, ni se supo que tuviera escritos algunos hasta que después de su muerte se le encontraron, y se conoció su mérito: su trato fue siempre muy amable, y mereció un gran concepto y confianza a los ilustres Sres. D. Andrés Mayoras, arzobispo de Valencia, D. Francisco Borrull, obispo de Tortosa, D. José Tormo y D. Rafael Lasala, obispos auxiliares y gobernadores de esta diócesis, D. Francisco Pérez Bayer, preceptor de los Sres. infantes, y otros eruditos, cuya correspondencia se le encontró. Le sobrevinieron varios accidentes, y últimamente el humor negro; y recibidos con gran edificación los santos sacramentos, murió tranquilamente en esta ciudad en 16 de marzo de 1797, de edad de ochenta y cinco años. Sus obras:

1. Sermones predicados en diferentes iglesias desde el año de 1738 hasta el de 1769, que escritos de su letra conserva en su biblioteca el Sr. Borrull. Dos tomos en 4.° En el primero de los cuales ha puesto el mismo las noticias de su vida y algunas cartas de dichos ilustres Sres. que realzan su mérito. 


D. JUAN BAUTISTA COLOMES. 1807.

Página 298. La obra del número 18, Adoración de los pastores, se imprimió en Valencia por D. Benito Monfort, 1829, en 8.° 


FR. BASILIO TOMÁS ROSELL. 1808.

Página 319, murió en el real convento de Aguas-vivas, y no en S. Agustín de Valencia, como se dijo.


D. PEDRO CARRASCO VIDAL. 1816.

Natural de la villa de Mogente, arzobispado de Valencia; en el año 1754 y ocho de su edad entró colegial de las escuelas pías en la calle de Hortaleza de Madrid, donde en los cuatro años que vistió la beca se instruyó además del catecismo, en leer, escribir y contar, con algún principio de dibujo, en la gramática, retórica y poesía latina. En 1776 el reverendo obispo de Ávila de los caballeros, D. Manuel Fernando Merino, le llamó a la ciudad de Ávila haciéndole su familiar, en cuyo servicio estuvo nueve años. Estudió artes y teología en la universidad de santo Tomás de dicha ciudad, recibiendo la tonsura en 15 de julio de 1770. Pasó a Salamanca a incorporar en aquella universidad  el grado de bachiller que tenía recibido en Ávila; allí estudió la lengua griega, y para prepararse a recibir los órdenes sagrados en 1777 se retiró al colegio de las escuelas pías de (Lavapiés) Avapies de Madrid, donde se mantuvo más de un año. Vino a Valencia, y el Sr. arzobispo de esta diócesis D. Francisco Fabián y Fuero, en 1779, lo hizo su familiar: estudió en esta universidad los sagrados cánones, y recibió de manos de este prelado todos los órdenes que le faltaban hasta el de presbiterado. En 1783 hizo oposición a la cátedra de griego vacante en esta escuela, logrando su colocación en el clero de S. Andrés de esta ciudad, donde permaneció hasta su muerte, que fue día 11 de mayo de 1816. Escribió:

1. Los pensamientos de Pascal, obra que quedó manuscrita y traducida del francés, exornada con algunas notas, y paró en poder de frey D. José Caro y Fontes, caballero y comendador del orden de S. Juan.

2. Jardín de las raíces griegas, traducido del que compuso en francés Claudio Lanceloto, haciendo por este medio para el estudio de dicha lengua una obra de mucha utilidad.


JUAN TIMONEDA. 1597.

De este autor hablamos tomo primero, página 161. Además de las obras que insertamos publicó también la siguiente.

Turiana (alusivo al río Turia), en la cual se contienen diversas comedias y farsas muy elegantes y graciosas, con muchos entremeses y pasos apacibles, ahora nuevamente sacada a luz por Juan Diamonte (anagrama de Timoneda), dirigida al muy ilustre señor D. Joaquín de Villarrasa, gobernador y teniente de virrey y capitán general del reino de Valencia, mi señor. Con privilegio real por cuatro años. Valencia, por Juan Mey, en 8.° sin año.     

             

ÍNDICE POR APELLIDOS DE LOS AUTORES CONTENIDOS EN ESTE SEGUNDO VOLUMEN: (Se omite. Está en la página 537 del pdf del tomo 2).


ÍNDICE GENERAL DE LAS COSAS MÁS NOTABLES DE ESTA OBRA.

(I: tomo 1; II: tomo 2; las páginas no se corresponden con este formato, sólo con los pdf escaneados)

A.

Abedul aliso, árbol que se cría en los contornos de Valencia, su uso. II. 358.

Administración de cien cahices de trigo en Murviedro. I. 200.

Alfonso Segobiense, escribió: Manipulus curatorum. I. 6.

Alfonsina jurisdicción, qué es. I. 10. II. 275.

Alonso Fernández de Córdoba, imprimió en Valencia: Sumula confessionis de S. Antonino de Florencia el año 1477, y la Biblia Lemosina (valenciana) de D. Bonifacio Ferrer. I. 15 y 16.

Altar mayor de la catedral de Segorbe, cuándo se puso la primera piedra, y quién fue el arquitecto. I. 68. = El de la iglesia del Salvador de Valencia, en qué día se ejecutó lo mismo para el nuevo retablo, y renovación de este templo. II. 377.                          

Antonio Riera acusa a Eimerico de ser enemigo de la doctrina de Lulio, la que es aprobada. I. 2 (o 11)

Mosen Antonio Bou, canónigo de Valencia, fue en nombre del cabildo y clero a besar el pie a Calixto III con regalos para su santidad. I. 31. = Por su disposición testamentaria se hizo el altar y enrejado de hierro en la capilla de S. Pedro de la catedral. I. 32. = Su cadáver en el monasterio de Valdecristo y la inscripción de su sepultura. I. 31.

Mosen Antonio Vilaragut tradujo al lemosín (valenciano) las diez tragedias de Séneca. I. II (2, 11). = Por sus servicios lo agració el rey D. Juan I de Aragón con la baronía de Dos-aguas. I. II (2, 11).

Antonio Real y Antonio Juan Ripollés, catedráticos de matemática y astrología en la universidad de Valencia. I. 144.

Antonio Pau Font, labrador de la huerta de Valencia en 1597, hospeda en su casa al ilustrísimo Pérez, obispo de Segorbe. I. 70.

D. Antonio Ramos escribe contra la obra del Dr. D. José Berní, intitulada: Títulos de Castilla. II. 122.

P. Andrés marcos Burriel, de la compañía de Jesús, en compañía del ilustrísimo Sr. D. Francisco Pérez Bayer pasa a Toledo de orden del rey a reconocer los archivos de aquella iglesia. II. 144.

Apellido de santo Tomás de Villanueva es diferente de como lo nombran. I. 223.

Apellidos, dudas que ocasiona el latinizarlos. I. 40

Arnau de Morera, es celebrada su integridad, y es comentador de los fueros. I. 7.

Arnau Joan. Observaciones del Sr. Borrull sobre la época en que escribió. I. 8. = Su ciencia e integridad, y comisiones con que le honró el rey. Ibidem.

N' Albert d' Alavanya, comentador primero de los fueros. I. 2. = Fue consejero del rey D. Jaime. = Su familia vino a la conquista de Valencia. Ibidem.

Armiño (orden del) se establece en Nápoles. I. 38.

Ave María. S. Vicente Ferrer introdujo esta salutación angélica antes del sermón. I. 18.

Mosen Ausias March, su gran talento, instrucción y monumento poético. I. 25. = Su nombre Auxias u Osias, equivale en castellano a Agustín. I. 20. = Fue poeta laureado. I. 24. = Origen de su familia y demostración de su patria por el Sr. Borrull. I. 25. = Fue señor de Beniarjó. Ibidem. 


B.

Baile de la diablera, qué es. I. 218.

Biblioteca mayansiana, paró la mayor parte en el convento de S. Agustín de Valencia. I. 157.

Bolonia, el crédito de su universidad. I. 5. = Concurrrencia a dicha. I. 2.

Biblia, según Ximeno, es traducida por S. Vicente Ferrer; se prueba que no es así (su hermano Bonifacio). I. 15. Fueron quemados todos los ejemplares de ella. I. 16.

Bernardo Gomis recibe la escritura de inventario de la grande librería que tenía Domingo Masco (Mascó). I. 19.

Bernardo Villanova Navarro, descripción de una obra suya lemosina (valenciana). I. 35.

Mosen Bernardo Fenollar funda un beneficio en S. Lorenzo de Valencia. I. 13 (o 15). = Fue catedrático de matemáticas en su universidad. I. 52.

Nombres de los poetas, de quienes hay poesías en el certamen poético, primer libro impreso en España. Ibidem. 

Baltasar Portell, poeta valenciano. I. 53.

Biblioteca de la catedral de Valencia: se halla en ella la traducción lemosina de los Salmos, original manuscrito de D. Juan Roiz de Corella. I. 43.

Bartolomé Matoses manifiesta su ciencia en los empleos de gobierno en esta ciudad. Fue almirante de la escuadra de Valencia cuando esta auxilió al rey de Bugía. I. 307.

Baluarte que se hizo, y después se derribó, para la defensa de Valencia en la guerra de la independencia. II. 72.

Borrull, D. Francisco Xavier. = Sus laboriosas y eruditas investigaciones sobre los comentarios de los fueros y sus autores. I. 2.

Ilustrísimo Borrull. D. José manda que no se cobren derechos ni gratificaciones que se acostumbran dar en las visitas, so pena de quedar despedido de su servicio el que las reciba. II. 41. = Es consagrado en Roma. II. 40.

Bonrepós, se nombraba antiguamente Bellrepós. II. 73.

Beneficios préstamos de la mitra de Orihuela; de sus rentas erige el obispo Tormo sesenta y cinco curatos y vicarías. II. 128.

Baile general de Valencia, su jurisdicción. II. 129.

Busto de plata de santo Tomás de Villanueva de la catedral, noticias de él. II. 225.





C.

Cometa que apareció en Valencia. I. 44. (¿No sería un masclet?)

Calle donde nació Luis Vives. I. 72.

Convento de monjas de S. José de Valencia, estaba antes junto a S. Andrés. I. 209.

Convento de S. Onofre, religiosos dominicos, su traslación al de S. Antonio Abad, cerca de Valencia. I. 70.

Cervantes en el Quijote habla de la lógica de Fr. Diego Mas. I. 202.

Ciudad de Valencia; su ayuntamiento favorece a varios autores con mano liberal, dándoles muchas cantidades para las impresiones de sus obras. I. 271 y 278.

Compañía de impresores y su protección en la imprenta naciente en Valencia. I. 44.

Mosen Cristóbal Despuig. Sus Coloquios de Tortosa se conservan manuscritos en la biblioteca mayansiana. I. 101.

Cortes; prohíben los jurados de Valencia a los diputados enviados a ellas el que no puedan solicitar del rey cosa alguna para sí ni por ningún conducto, gracia que ceda en su beneficio. I. 307.

Convento de carmelitas de Onda, por dádiva del ilustrísimo Sr. D. fray Andrés Ceperó, posee un tomo manuscrito de sermones de santo Tomás de Villanueva. I. 11.

Casa en donde nació el P. Dr. Vicente Tosca. II. 13.

Curas de Valencia convocados por el canónigo capitular, si deben acudir a las procesiones públicas. II. 42.

Conclusiones muy copiosas latino, fueron compuestas y defendidas por Fr. Manuel Vidal, religioso mínimo. II. 37.

Colegio español de S. Clemente de Bolonia, es visitado por el ilustrísimo Sr. D. Francisco Pérez Bayer. II. 145.

Concilio valentino en tiempo de los godos, qué año se celebró. II. 179,.

Camino recto desde el convento de santa María de Jesús hasta esta ciudad, cuándo se hizo. II. 347.


D


Diablo del Socós. Su historia. I. 203.

D. Domingo Aimeric, por su crédito y representación fue apoderado en las cortes de 1342, y también comentó los fueros. I. 101.

Domingo Masco (Mascó), su erudición y embajada. = Fue vice-canciller. I. 19. = Su copiosa librería estimable antes del descubrimiento del noble arte de la imprenta. Ibidem. = Sus obras existentes en el día. I. 19.

Fr. Domingo Agramunt, sus virtudes y letras. Sus comentarios sobre el maestro de las sentencias estaban en la biblioteca del convento de dominicos de S. Onofre de Valencia. I. 13.

Diego de Gaztelú traduce al italiano la obra confusión de la secta mahometana de Juan Andrés. I. 63.

Ilustrísimo Sr. D. Damián Palou, arzobispo de Rijoles, en la Calabria, dedica a la ciudad de Valencia un sínodo que celebró en su arzobispado. II. 35.


E


Esquerdo Onofre no es el autor de las trovas sino mosen Jaume Febrer. I. 4.

Escorial. (En su librería) se conserva un códice del libro Regiment de Princeps de Arnaldo Stanyol, religioso carmelita. I. 20.

Escuela del justador. Se da noticia de este libro donde se enseña este Arte de justar. I. 38.

Epístolas de Séneca traducidas al castellano. Se publicaron en 1500. I. 40. 

Escuelas de Valdigna, eran públicas. I. 48. = Del cabildo lo que eran. II. 332.

D. Enrique de Centelles fue padre de D. Serafín. I. 100.

Economía que debe observar el estudioso. I. 102.

Escritos del Sr. Climent, son examinados por un consejo extraordinario, compuesto de cinco arzobisps y obispos, con los dos generales del Carmen y Merced, y se declara en él su mérito y buena doctrina. II. 96.

Eustaquio Zanotti, maestro de astronomía del abate D. Manuel Lassala. 279. 


F


Ilustrísimo D. Felipe Marimón, nombrado obispo de Ampurias, da un digno ejemplo, no queriendo llevarse en su compañía a un su hermano sacerdote ni a sus sobrinos, admitiendo en su familia a los diocesanos, y proveyendo en los más beneméritos las prebendas. I. 211.

S. Francisco de Borja, siendo duque de Gandía, se opuso con otros a la ida de santo Tomás de Villanueva al concilio de Trento. I. 223.

Francisco Ribalta, impostura sobre su patria. I. 254.

Francisco Petusa. El memorial de la fe católica de este autor, habla de los artículos principales de la fe, de sus dudas y soluciones. I. 26. = Se encuentra manuscrito en lemosín en la catedral de Valencia. Ibidem. 

Mosen Febrer, premia el rey D. Jaime sus servicios. I. 3. = La comprobación de sus trovas por el P. Teixidor. Ibidem. = Erudita discusión sobre las familias que vinieron a la conquista. Ibidem.

Fueros primitivos de Valencia: el original antiguo manuscrito se halla en el monasterio de Benifazá. I. 34. = Se formaron en latín, y después se trasladaron al lemosín. Ibidem. = Noticia extensa de todos los que se han impreso. I. 83 y siguientes.

Fiesta de la sangre de Cristo, qué año se instituyó en Valencia. I. 96.

Ilustrísimo Sr. D. Francisco Borrull, obispo de Tortosa, es consagrado en Roma en la iglesia de Santiago. II. 40.

D. Felipe de Castro hace el retrato de perfil que tiene la lápida sepulcral del famoso D. Jorge Juan. II. 67.

Frailes legos conversos de la cartuja ponen pleito formal a los monjes, queriendo eximirse del servicio de estos. II. 126.

P. Feliu, de S. Felipe el real de Madrid, pronuncia el elogio fúnebre del ilustrísimo Sr. obispo Lasala. II. 136.

Fundación de los conventos de Sancti Spiritus. = De Santa Tecla. = Corona de Valencia. = De la parroquial de S. Lorenzo. = Monasterio de la Zaidía. II. 185.

Dr. D. Francisco Orchell, natural de Valencia, noticia de sus estudios y discípulos que tuvo en su enseñanza de la lengua hebrea. II. 370, en la nota.


G


Guido de Mont Rocher. Ilustración sobre su obra Manipulus curatorum y sus traducciones en griego. I. 5.

Gabriel Riucech, noticia cabal de su obra, traslado auténtico de los fueros, no menos rara que apreciable. I. 32.

Guillem Jaffer asistió en estamento militar en las cortes celebradas en esta ciudad por el rey D. Pedro II en 1342. I. 9. Escribió comentarios sobre los fueros. Ibidem. = Ha habido tres de este nombre. Ibidem. = Su ciencia ha sido apreciada por su mérito, fue consejero del rey. I. 9 y 10. = Sus declaraciones sobre los fueros existen en la biblioteca del Sr. Borrull. I. 10. = Son muy ventajosas para entender la fundación de muchos lugares, y a la población y agricultura en este reino. Ibidem.

Fr. Guillermo Anglés. Noticia individual de su obra Expositio Missae, que existe en la exquisita librería de la catedral de Valencia. I. 8.

Giner Rabaza fue el comentador que más ilustró los fueros. I. 14. Y uno de los nueve barones que deliberaron en Caspe sobre la Corona de Aragón, en que fue elegido D. Fernando. Ibidem. = Mereció el mayor aprecio por su juicio y ciencia, y fue consejero del rey. Ibidem. = De este desciende la casa de los marqueses de Dosaguas. I. 15.

Giner o Janer Rabaza (o Rabassa, Rabaça), el padre, su ciencia, empleos y asistencia a las cortes en Valencia. I. 7.

Gaspar Gil Polo. Son dos con este nombre, uno autor de la Diana, y el otro jurisconsulto. I. 150. = Este asistió como abogado del brazo real a las cortes de Monzón. I. 151. = El primero era escribano, y la ciudad de Valencia le honró con el empleo de coadjutor de maestre racional, de cuyo empleo no hablan ni D. Lorenzo Mateu ni Branchat. I. 152.

Gil Polo catedrático de griego en la universidad de Valencia: es distinto de estos. I. 152.

Guillermo Sabartez (Sabartes, Guillem?) se cree ser uno de los traductores del latín a la lengua lemosina de los fueros de Valencia. I. 35. 

Gerónimo Artés, poeta valenciano, sus poesías se hallan en el cancionero de 1540. I. 54.

Guerra de la Germanía: envía el pontífice comisión al ilustrísimo Sr. D. fray Gilabert Martí para entender en los crímenes que en estas revoluciones cometieron los eclesiásticos en el reino de Valencia. I. 68.

Gandía, antes villa, cuándo fue elevada a ciudad. I. 72. 

Mosen Gaspar Antist, su testamento se halla en el archivo del convento de predicadores de Valencia. = Fue hijo de otro Gaspar Antist, de quien habla Ximeno equivocándole con este. I. 135.

Galcerán de Guerau: demostración de la nobleza de esta familia. II. 50.

Mosen Galvany de Castelví, juntamente con otros, compone una homilía sobre el salmo De profundis. I. 57.

D. Gregorio Mayans escribe en defensa de los derechos de la Corona. I. 98. = Le concede el rey los honores de alcalde de su real casa y corte. Ibidem. = Es creado académico de honor de la de S. Carlos de Valencia. Ibidem. = Y de la real sociedad de la misma. Ibidem.

Honorato Martín, caballero valenciano. I. 224.

Hospital de nuestra señora de Monserrate de la Corona de Aragón de Madrid en 1657. Por mandado del rey se elige en administrador a un Freile de Montesa. I. 268. = Se traslada este hospital del barrio de Lavapiés a la calle de Atocha. Ibidem.

Himnos (los) del oficio de la sangre de Cristo fueron compuestos por el V. Fr. Juan Micó. I. 96.



I

Fr. Isidro Hurtado, religioso agustino, desde Roma da noticia al P. Méndez, autor de la tipografía española, de la obra Tirant lo blanc (blanch) de Martorell. I. 10.

Inscripción de Guillemona Desplugues, mujer de Jaume March. I. 13.

Impresores. Alonso Fernández de Córdoba y Lamberto Palmart imprimieron por los años 1478. I. 16.

Impresiones de la segunda parte del Viciana. I. 131.

D. Isidro Camp-rubí, catedrático de leyes en Salamanca. II. 143.

Iglesia parroquial de Burjasot, su cura D. Antonio Pelechá contribuye a su edificación predicando las cuaresmas y sermones de las festividades, cediendo el honorario para su fábrica. II. 244.


J


D. José Álvarez de Toledo, duque de Alba, franqueó un traslado de los manuscritos pertenecientes a las prelacías de santo Tomás de Villanueva en Castilla. I. 223.

D. José Mariano Beristain escribió: Biblioteca hispano-americana. I. 199.

D. Jaime Falcó escribió del murciélago (lo rat penat) puesto sobre las armas de la ciudad de Valencia. I. 207.

D. Juan Borja, primer comendador del orden de Montesa. I. 144.

Jaime Ferruz publicó en el púlpito de la catedral el sínodo del beato Ribera. I. 159.

Juan Timoneda fue librero. I. 162.

D. Juan de Palafox fue íntimo amigo de D. Cristóbal Crespí de Valdaura. I. 263. = Dos veces fue consultado para el arzobispado de Valencia. Ibidem. Estudió en la misma la lengua griega con el pavordre D. Pedro Juan Trilles. I. 264. = Se le hacen exequias en la catedral de esta ciudad. I. 265.

Juan Bautista Ballester fue el que dividió la universidad de Valencia en tomistas y ballesteristas, o anti-tomistas. I. 265.

Mosen Jaime Roig, su retrato se hallaba en el monasterio de la Murta. I. 31. = Su muerte. I. 30. = Reimpresión de sus obras. I. 31.

Juan Bautista Souchay tradujo al francés la obra de nuestro valenciano Martorell, intitulada: Tirant lo blanc. I. 11.

Fr. Juan Monzó se prueba ser valenciano, oponiéndose a D. Félix Latassa. I. 14.

Jaime March, su diccionario de consonantes para el uso de los poetas (diccionari de rims), hubiera sido muy conducente su publicación a la poesía lemosina. I. 12.

Juan Mercader, primogénito de los condes de Buñol y de los barones de Chest. I. 20. = Su carrera, honores, crédito, cargos honoríficos y notas sobre los fueros. Ibidem.

Juan Antonio Canals: su Valerio Maximo en vitela está en la librería del excelentísimo Sr. marqués de Dos-aguas. I. 19.

Mosen Jofre de Monpalau entendió en la causa del crimen de la quema del retablo mayor de la Seo de Valencia. I. 28.

Mosen Juan Roiz de Corella. Lo Cuart del Cartoija de este autor, se imprimió en Valencia dos veces en un mismo año, y modo de distinguirlas. I. 42.

Juan Escrivá, poeta valenciano, racional del rey. I. 53.

Juan Luis Vives, qué año nació, cómo se llamaba su madre. = No fue preceptor de Felipe II cuando era príncipe. = Qué año murió. I. 77.

Juan Partenio Tovar, sevillano; su correspondencia epistolar con Onofre Capella. I. 46. = Fue maestro de gramática latina en Valencia. Ibidem.

Mosen Juan Caldes, rector de Javea, juntamente con D. Ramón de Centelles, tomó posesión del arzobispado de Valencia por D. Pedro Luis de Borja y Llansol, que después fue cardenal. I. 56.

Fr. Juan Morera, monje gerónimo, escribe la historia de la fundación del monasterio de la Murta de Alcira. I. 69.

D. Juan Gonzalo Nieto tradujo al castellano el Socorro de los pobres de Luis Vives. I. 77.

Dr. D. José Reyes, canónigo de Gandía, posee la prebenda que en el siglo XVI tenía D. Bernardo Pérez Chinchón. I. 99.

D. Juan Segriá, canónigo de Valencia, y obispo Cristopolitano, fue administrador de los bienes de doña Ángela Almenar y de Monfort, fundadora del colegio de este nombre. I. 99. = Cuándo fue elegido arzobispo turritano o de Sácer en Cerdeña (pone Serdeña). I. 136.

Juan de Celaya está enterrado en el convento de monjas de la puridad de Valencia. I. 106. = Fue rector perpetuo de esta universidad. I. 107. = Su padre se llamó Juan de Celaya, ciudadano vecino de Valencia; obtuvo el hijo un beneficio en la catedral bajo la invocación de la Espina del cuerpo de Cristo. Ibidem. = Se llamaba Juan Lorenzo Salaya. I. 108.

D. Juan Bautista Cardona: equivoca Ximeno el lugar donde murió. I. 148.

Julián Polo, hijo del autor de la Diana, escribano de registro del maestre racional, y su muerte. I. 143.

Fr. D. José Ramírez sacó por sus manos el santísimo sacramento de las ruinas de Montesa en el terremoto de 1748. II. 97.        

Fr. José de S. Pedro de Alcántara escribe sobre la obra de Mayans: defensa del rey Witiza. II. 102.

D. Juan Andrés Díaz en Göttingen tradujo al francés el primer tomo de los viajes de España por D. Antonio Ponz. II. 132.

Junta de caridad en socorro de los ahogados, establecida en Orihuela. II. 123.

Fr. Joaquín Elías Embuena, religioso carmelita. Su artículo. II. 134.

D. Joaquín Castelví: sale en su nombre el certamen del colegio de S. Pablo de 1745, compuesto por el P. Serrano. II. 320.  

D. José García Hidalgo, pintor de cámara. II. 335.

D. José Elías de Vallejo, alcalde del crimen, y después oidor de Valencia, II. 377.

D. José Cadalso: su muerte desgraciada en el campo de Gibraltar. II. 381.

D. Juan Bautista Ripollés, maestro de gramatica, y después canónigo de Segorbe. II. 385.

D. Juan Francisco Navarro, obispo de Albarracín, visitador del arzobispado de Valencia. II. 412, en la nota.


L


Luján de Sayavedra, quién fue. I. 198. 

Lilio de Manfredi tradujo la obra de Martorell: Tirant lo blanc. I. 11.

D. Luis Cornell, una obra suya manuscrita, intitulada: Les sues letres de batalla; esto es carteles de desafíos: se halla en la librería del Escorial. I. 30.

Lucas Bonastre, anotador de los fueros. Se conserva su obra en la librería del Sr. Borrull. I. 13.

Lógica o dialéctica de S. Vicente Ferrer: se conserva copia manuscrita en el convento de Ávila, orden de predicadores. I. 17.

S. Luis Bertrán en el archivo de santo Domingo de Valencia. Armario de beatificaciones y canonizaciones: se conserva copia de un sermón de este santo con una noticia digna de saberse sobre él. I. 139. = No se imprimió el referido sermón en la colección de los de este santo, y el motivo. I. 40.

Mr. Leveque, ingeniero de marina francés, traduce a su lengua la obra Examen marítimo de Jorge Juan. II. 68.

Lápida de la torre de santa Catalina; la equivocación con que la describe el Dr. D. Agustín Sales. II. 73. = Su verdadera inscripción. Ibidem.

P. Lorenzo Ignacio Thiuli, jesuita sueco; es autor del poema fabuloso: rebelión de los animales contra los hombres. II. 140. (¿lo leería George Orwell?)

Librería de la universidad de Valencia: fue dádiva del ilustrísimo Sr. Bayer. II. 149. Descripción de ella. II. 160. (¿Se quemó todo en la guerra de la independencia?)

Laura Bassi, profesora de física en la universidad de Bolonia. II. 279.

D. Luis Lassala, canónigo de Valencia, noticias de él. I. 352, en la nota.


M


Matías Mercader, escribió en italiano, sus obras manuscritas en el Escorial. I. 32.

Morino Marzano atenta a la vida de D. Fernando, rey de Nápoles. I. 38.

Miguel Juan Fuster, notario, tiene un epigrama latino en el principio de Fori Regni Valentiae. I. 83.

En Martí de Torres fue asesor del justicia civil. I. 10. = Sus anotaciones a los fueros se conservan manuscritas en la librería del Sr. Borrull. Ibidem.

S. Miguel de los Reyes. Se conserva en su librería la obra que cita Ximeno: Aragonum clara insignia Regum, I. 101.

Miguel Gerónimo Oliver hizo los versos que se pusieron en el arco triunfal puesto en el mercado y puertas de Serranos para la entrada de Felipe II en Valencia. I. 127.

Miguel Ferrer, aragonés, es distinto de otro del mismo nombre y apellido valenciano. I. 130.

Fr. Miguel Maiques fue obispo uselence o de Ales (Alés, Alais?), y después arzobispo de Sácer; lo omite en sus catálogos Vico; historia de Cerdeña. = No fue obispo de Bossa, se manifiesta la equivocación del P. Jordán en su historia de la provincia de S. Agustín. I. 136.

D. Manuel Díaz: noticia de un ejemplar de su libro de la menescalía, y su traducción en catalán. I. 21.

Metropolitana Iglesia de Sevilla: en su librería se conserva un códice de Jaime March. I. 12.

Mengho Blanchelli, Faventino o de Faenza, comentó las Súmulas de Pablo Veneto. I. 17.


N


Nicolás saguntino. Su traducción de Re Militari de Onosandro se halla manuscrita en la librería del Escorial y en san Miguel de los Reyes. I. 29. 

Nombres de muchos poetas antiguos valencianos. I. 52 y 57.

Nicolás Leoniceno. Su tratado de Morbo gálico, primera impresión. I. 82.

Nicolás Tartaglia, su error en el alcance de los cañones. I. 44. (El que se dio en un pie)

Nicolás Rovira fue catedrático de griego en la universidad de Valencia. I. 214.

Niños huérfanos de S. Vicente, su fundación en Castellón de la Plana. II. 94.

Noticias de una física valenciana. II. 168 y 169. = De varias gramáticas árabes. II. 165.

Noticias de varios historiadores de América y de los manuscritos encontrados en la muerte de D. Juan Bautista Muñoz. II. 202 y siguientes.


O


Onufrio Jordán muere en 1570. I. 242.

Oficio de nuestra señora de la Cinta de Tortosa; fue ampliado por Fr. Baltasar Sorio. I. 105.

Orihuela ciudad: sus estatutos. II. 2.

D. Onofre Danvila, regidor de Valencia. II. 109.

P. Onofre Prat de Sabá, jesuita catalán, es el autor de la obra intitulada: Operum Scriptorum Aragonensium à Joseph. Pontio-Valle-Ausitano. II. 137.


P


Pedro Juan Núñez es llamado por la ciudad de Barcelona para leer lengua griega y retórica. I. 194. = Escolano lo hace clérigo sacerdote. I. 196. = Equivocación de Ximeno en decir que Núñez pronunció una oración latina en esta universidad presenciándolo los reyes; se dice quién la dijo. I. Ibidem.

Miser Pedro Belluga asistió a las cortes de 1438 y 39. I. 28. = Fue señor de Beneixida en término de Játiva. I. 27. = Sus empleos y cargos. Ibidem. Aclaración sobre la causa y motivo de su destierro. I. Ibidem.

Palavecino, en la historia del concilio de Trento, equivocó al obispo de Segorbe con el segoviense (sería porque los dos parecerían cochinillos), colocando a este en lugar de aquel. I. 160.

D. Pedro de Thous, maestre de Montesa, insta a Guillem Jaffer haga una obra sobre las dudas de los fueros nuevos. I. 10.

Pedro Carbó estuvo en la conquista de Nápoles, fue gran humanista, poeta y honrado del rey. I. 20.

Pedro Juan Torres escribió sobre desafíos. I. 30.

Pedro de Villarasa. En la biblioteca del Sr. Borrull hay un manuscrito de sus Notas sobre los fueros del reino de Valencia. I. 5.

Pedro Martínez, poeta valenciano. I. 52.

Mosen Pedro Adriá (se lee Adría), y mosen Pedro Anyó (se lee Anyo), juntamente con otros, componen una homilía sobre el salmo De profundis. I. 57.

Privilegios de Valencia; se explica su contenido y se defiende al P. Rodríguez, autor de la Biblioteca Valentina. = I. 60. = Equivocaciones de este. I. 61.

Palacio del real de Valencia; cuándo se derribó. I. 67.

Puente de Serranos; qué año se reedificó. I. 108.

Puente del Mar; una furiosa avenida del río Turia se lleva cuatro arcos de él. II. 146.

Poetas; nombre de los muchos que cita Palmireno. I. 116.

Pedro de Villarasa. En la biblioteca del Sr. Borrull se halla un manuscrito de sus notas a los fueros de Valencia. I. 5.

Procesión general que todos los años se hace en Valencia domingo segundo de mayo; qué año empezó. II. 119.

Pinturas que se hallan en la iglesia de la catedral de Valencia de mano de D. José Vergara. II. 186.

En Palidano, cinco leguas de Mantua, se enterró, de orden de la condesa Mariana Lanardi, al P. Pinazo, jesuita. II. 419.





Q     


Quema del monumento de santa Catalina de Valencia; qué año fue. I. 150. = Idem del retablo mayor de la catedral de Valencia; qué año sucedió. I. 28.


R


Riego del llano de Cuarte; discurso sobre su ejecución. I. 236.

Retratos de varones insignes que se conservaban en el monasterio de la Murta. I. 253.

D. Ramón Boil estuvo en la jornada del rey D. Alonso V de Aragón para la conquista de Nápoles. I. 20.

Ramón Muntaner, jurado de Valencia, es obligado por la ciudad, mediante juramento de no pedir cosa alguna para sí, ni para otro, en las cortes de 1329, para donde era nombrado. I. 307.

Rector de la universidad de Valencia; puede suspender por tres días a los catedráticos. II. 40.

P. Raimundo Alafont, jesuita, es autor de la relación de fiestas de la proclamación de D. Carlos III, que corre con el nombre de D. Mauro Oller. II. 48.

Río Turia; avenida en el siglo XVI. I. 108. = Otra en el año 1731. II. 89. = Otras dos en 1776. II. 146. 

Retratos de Mutis y Cavanilles; los mandó colocar el Sr. D. Carlos IV en el jardín botánico de medicina de Madrid. II. 257.

Rubio; medida de trigo romano equivale a casi cahiz y medio nuestro. II. 349.


S


P. Sarmiento; se queja de que no se imprimen muchos libros de los siglos XIV. I. 12. = Habla de mosen Juan Tallant. I. 81.

Sixto Riessinger fue el primer impresor de Nápoles. I. 38.

Sepulcro de Agnesio o Anyes; noticia de él. I. 95.

Señorío de Petrés; empezó el año 1340, y fue uno de sus poseedores D. Juan de Aguiló Romeu de Codinats. I. 127. = De la familia de este caballero trata largamente Cerdá en las notas al canto del Turia de Polo. Ibidem.

D. Simón Frígola, vice-canciller del supremo consejo de Aragón. I. 151.

Fr. Serafín Tomás Miguel, religioso dominico; equivocación de Ximeno y de Echard, relativo a la patria de este escritor. II. 12.

Stanhope (el conde de) inglés de nación; regaló a D. Jorge Juan los Elementos de Euclides de una magnífica impresión. II. 68.

Seminario clerical de S. Carlos de Salamanca; lo establece D. Felipe Bertrán, obispo de aquella diócesis. II. 3.

Mr. Saverien; historia de las ciencias naturales. II. 140.

Excelentísimo Sr. D. Santiago Giustiniani, nuncio de su Santidad en Madrid, ahora eminentísimo cardenal de la santa romana iglesia, fue discípulo de hebreo del Dr. D. Francisco Orchell, valenciano. II. 374, en la nota.



T


Terremoto en Alcoy en 1620. I. 221.

T. Tomás Izquierdo y Guerrero tradujo al castellano las trovas de Febrer (Jaume, Jaime, Jacme, Iavmes, Jacobo, etc). I. 4. Estas se hallan originales en la librería del Sr. Borrull. Ibidem.

Tomás Brabardino; su aritmética (se lee Arismética) y Geometría. I. 46.

D. Tomás Sánchez, bajo el nombre de D. Pedro Fernández, escribe contra la disertación del Dr. Berní y Catalá, intitulada: defensa del rey D. Pedro. II. 122.

D. Tomás Aspuru, arzobispo de Valencia, elige por gobernador de dicho arzobispado a D. frey Rafael Lasala. II. 135.

Torno de nueva invención para hilar la seda. II. 297.

Santo Tomás de Villanueva; su busto de plata en la catedral qué año se hizo. II. 352 en la nota.


V


Valencianos van a Ampurias llamados por el obispo para enseñar a ingerir (injertar) y cultivar los olivos. I. 211.

Universidad de Bolonia; iban muchos españoles a estudiar en ella. I. 2 y 9. = De la de Salamanca fue catedrático Gregorio Muñoz. I. 143.

Universidades de Lérida y Barcelona se reúnen a la de Cervera. I. 13.

Universidad de Valencia pasa a la corte D. Vicente Guerau de Arellano para sostener los derechos de patronato de la ciudad de Valencia. II. 175. = Plan de estudios hecho por el Sr. Blasco; su explicación. II. 365. = Sus catedráticos perpetuos o temporales, sustitutos, &c. &c., ganan las distribuciones en sus iglesias según Breve de Benedicto XIV. II. 367.

Vidal de Blanes, caballero valenciano, es nombrado teniente de la gente de guerra que envió Valencia contra Perpiñán. I. 76.

S. Vicente Ferrer, gloria de Valencia; adiciones a sus obras. I. 16 y 17. = Sus coplas en lemosín (N. E. lengua valenciana). I. 18. = Sus obras teológicas y ascéticas, y notas a la Suma de santo Tomás. Ibidem. = Sus glosas a la obra del maestro de las sentencias. Ibidem. = Sus sermones sobre el Anti-Cristo. Ibidem.

Valencia. En 1376 el rey D. Pedro IV de Aragón por la fidelidad de su gente en la guerra con Castilla añadió a sus armas las dos LL coronándolas. I. 10. = Se apoderan de esta ciudad las armas del archiduque D. Carlos. II. 7. = Habla de su fundación, ampliación, muro, río, puentes, palacios, gobierno, moneda, conquista, torres, portales, cloacas, cárceles, lonjas, casas públicas y catedral, con su episcopologio crítico &c., el P. Fr. José Teixidor en su obra manuscrita Observaciones críticas. II. 75. = De la universidad literaria, estudios, adelantamientos antes y después de la conquista, provisiones de todas sus cátedras desde el año 1560 hasta 1616 en dicho P. Teixidor, página 76 del tomo segundo. = Fue la primera ciudad en España que declaró guerra al usurpador Buonaparte. II. 333.

Vicente Ricatti, maestro de matemáticas del abate D. Manuel Lassala. II. 279.

Vicente Ricatti, maestro de matemáticas del abate D. Manuel Lassala.

ERRATAS EN LOS DOS TOMOS.

(Se omite. Algunas las he corregido al editar. 

Empiezan en la pág. 553 del tomo 2.

Por FIN. 913 páginas en el documento de word, odt, todas escritas con el teclado Microsoft - Disponible en doc en el grupo de Facebook Yo parlo chapurriau)

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BIBLIOTECA VALENCIANA.