Mostrando las entradas para la consulta teu ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta teu ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

jueves, 20 de diciembre de 2018

Estudies una carrera


Estudies una carrera.
Fas unes opossisións.
Per a conseguí les teues metes te dixes la sang, suó, llágrimes, mil hores de son y alguna que atra dioptría.
Te criden per a cubrí una baixa a un poble que ni saps situá al mapa.
Es sol per a una sustitussió temporal y te agarre mol llun.
Pero es una bona notíssia.
¿Qué collóns? ¡Es una gran notíssia!
Y ton pare obri una botella de vi per a selebráu.
Y ta mare escomense a tráure la roba de hivern.
Y tú tens una miqueta de temó perque eixí de la teua zona de confort y la teua terreta sempre acollone, pero tens cla que tens que anáy, que nessessites escomensá a adquirí experiénsia professional, traballá "de lo teu", llaurát un futuro, "embutí lo cap" an algún puesto.
Trobarás a faltá al teu novio, pero ell entén que tens que anáten per a créixe professionalmen y te apoye per a que u fáigues, encara que sap que te añorará mol.
Bueno, no passe res, tos voréu los caps de semana, tos abrassaréu en mes ganes y la verdat, te fa ilusió conéixe lo teu nou destino per a enseñálay cuan víngue a vóret.
Y lo día que ten vas ta mare te fique fiambreres a una bossa, insistíx en que no íxques de casa sense bufanda y te diu bastantes vegades que la cridos cada día.
Y a ton padre li cau una llagrimeta mentres veu cóm sen va de casa la seua chiqueta per a guañás les llentíes.
Y ta yaya te done un billet mol ben doblegadet com si fore de contrabando.
"Venga, yaya, no fáe falta".
"A callá, prénlo, sagaleta!".
Y ten vas.
Poble nou.
Pis nou.
Traball nou.
Compañs nous.
"Hola, soc Laura, encantada".
Descubríxes aon está lo forn de pa mes prop de casa. Als teus veíns los escomense a soná la teua cara. Crides a la teua família cada día per a contáls les teues noves aventures y adornes la nevera en una foto aon lo teu chic te está donán un beset a la galta.
Y una tarde consevol íxes a fé deport y te cruses en un psicópata, un degenerat, un depredadó sexual, un assessino, un sádic...
Y un desconegut acabe en lo mes valiós que teníes: la teua vida. Y perdénla u perts absolutamen tot.
Lo teu novio no ballará en tú a la vostra boda.
Tons pares no sirán los yayos de tons fills.
Les teues amigues no podrán paí este sensesentit.
Ta yaya no se perdonará may habé viscut mes que tú.
Y tots passarán lo que los quede de vida preguntánse per qué no te van impedí que asseptares eixe traball, per qué te van animá a anáten al puesto aon te han tret la vida.
Sisquera que may mes dingú tingue que aná pel carré en temó, mirán cap atrás, aligerán lo pas perque algún extrañ ronde prop.
Ojalá no te haguere passat aixó, Laura.
Ni a tú ni a dingú.
Descansa en pau...


Estudies una carrera, Laura Luelmo
Laura Luelmo

Original en castellá, no sé lo autó :

“Estudias una carrera.
Haces unas oposiciones.
En tus metas te dejas sangre, sudor, lágrimas, mil horas de sueño y alguna que otra dioptría.
Te llaman para cubrir una baja en un pueblo que ni siquiera sabes situar en el mapa.
Es sólo para una sustitución temporal y te pilla bastante lejos.
Pero es una buena noticia.
¿Qué coño?
¡Es una gran noticia!
Y tu padre abre una botella de vino para celebrarlo.
Y tu madre empieza a sacarte la ropa de invierno del altillo.
Y tú tienes un poco de miedo porque salir de tu zona de confort siempre acojona, pero tienes claro que te quieres ir, que te tienes que ir, que necesitas empezar a adquirir experiencia profesional, trabajar "de lo tuyo", labrarte un futuro, "meter la cabeza" en algún sitio.
Vas a echar de menos a tu novio, pero él entiende que tienes que irte para crecer profesionalmente y te apoya para que lo hagas, pese a que sabe que va a añorarte muchísimo.
Bueno, no pasa nada, os veréis los fines de semana, os cogeréis con más ganas y a decir verdad te hace ilusión conocer tu nuevo destino para enseñárselo cuando vaya a verte.
Y el día que te vas tu madre te mete tuppers en una bolsa e insiste en que no salgas de casa sin bufanda y la llames cada día.
Y a tu padre se le cae una lágrima mientras ve cómo su niña se va de casa para ganarse las lentejas.
Y tu abuela te da un billete muy bien dobladito como si fuera de contrabando. "Anda ya, abuela, no hace falta". "Te callas y lo coges, niña".
Y te vas.
Pueblo nuevo.
Piso nuevo.
Trabajo nuevo.
Compañeros nuevos.
"Hola, soy Laura, encantada".
Descubres dónde está la panadería más cercana, a tus vecinos les empieza a sonar tu cara, llamas a tu familia cada día para contarles tus nuevas aventuras y adornas el frigorífico con una foto en la que tu chico te está dando un beso en la mejilla.
Y una tarde cualquiera sales a hacer deporte y te cruzas con un psicópata, un degenerado, un depredador sexual, un asesino, un sádico...
Y un desconocido pone fin a lo más valioso que tenías: tu vida.
Y perdiéndola a ella lo pierdes absolutamente todo.
Tu novio no bailará contigo en vuestra boda.
Tus padres no serán abuelos de tus hijos.
Tus amigas serán incapaces de procesar este sinsentido.
Tu abuela no se perdonará jamás haberte sobrevivido.
Y todos pasarán el resto de sus días preguntándose por qué no te impidieron que aceptaras ese trabajo, por qué te animaron a irte al sitio donde te quitaron la vida.
Ojalá nunca nadie tuviera que ir por la calle con miedo, mirando hacia atrás, aligerando el paso por la cercanía de un extraño.
Ojalá no te hubiera pasado esto, Laura.
A ti ni a nadie.
Descansa en paz...”

jueves, 25 de febrero de 2021

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA OCTAVA.

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA OCTAVA.

Sofronia, creén sé la dona de Gisippo, u es de Tito Quinto Fulvio y en ell sen va a Roma; aon Gisippo arribe en pobre estat, y creén que Tito lo despressie, afirme, pera morí, que ha matat a un home. Tito, reconeixénlo, diu, pera salvál, quel ha matat ell, y veénu qui u habíe fet, se inculpe an ell mateix; per naixó son ficats en libertat per Octavio, y Tito a Gisippo li done a san germana per dona y se repartix en ell tots los seus bens.

Filomena, per orde del rey, habén callat Pampínea y habén ya totes elles alabat al rey Pedro, y mes gibelina que los atres, va escomensá:

Magnífiques siñores, ¿quí no sap que los reys poden, cuan volen, fé les mes altes coses y que ademés an ells los cumplix espessialíssimamen lo sé magnífics? Quí fa lo que té que fé, fa be; pero no ña que maravillás tan ni alsáu tan alt en alabanses com convendríe a datre que u faiguere, que, tenín menos possibles de ell menos se esperare. Y per naixó, si en tantes paraules les obres del rey exaltéu y tos pareixen bones, mol mes tos han de agradá les dels nostres iguals cuan se assemellen a les del rey o són encara millós; per lo que una admirable y magnífica obra feta per dos siudadáns amics me hay proposat contátos en una historia.
Al tems de Octavio César, no encara com Augusto, sino desde lo triunvirato, regíe lo imperi de Roma, va ñabé a Roma un home noble de nom Publio Quinto Fulvio que teníe un fill de nom Tito Quinto Fulvio, de maravellós ingenio, lo va maná a Atenas a adependre filossofía, y lo va recomaná a un home noble de la siudat de nom Cremetes, un antic amic seu. Per lo que Tito va viure a la seua propia casa, en compañía de un fill seu de nom Gisippo; y los dos van estudiá en un filósofo de nom Aristippo. Y frecuentánse mol los dos joves, tan van arribá a assemellás en les costums que una fraternidat y amistat tan gran va naixe entre ells que may después va sé destruida mes que per la mort; y cap dells se trobabe be si no estáen juns. Habíen escomensat los estudis, y los dos dotats de altissim ingenio, pujaben a la gloriosa altura de la filossofía en passes iguals y en maravillosa alabansa; y en esta vida (en grandíssim plaé de Cremetes, que casi consideraba als dos com a fills seus) van está al menos tres añs. Después, com passe en totes les coses, va passá que Cremetes, ya agüelo, va tancá los ulls an esta vida, de lo que los dos van sentí igual doló, y ni los amics ni los paréns de Cremetes veíen a quín dels dos se habíe de consolá mes. Va passá, después de uns cuans mesos, que los amics de Gisippo y los paréns van está en ell y jun en Tito lo van animá a pendre dona, y li van trobá una jove de maravillosa hermosura y de nobilíssims paréns y siudadana de Atenas, de nom Sofronia, de uns quinse añs de edat. Y arrimánse lo momén de les futures bodes, Gisippo li va demaná a Tito un día que anare en ell a vórela, que encara no la habíe vist; y arribats a casa della, y están ella entre los dos, Tito, veén la hermosura de la novia del seu amic la va escomensá a remirá en molta atensió, y agradánli per tot arreu, sense donáu a coneixe, se va inflamá per nella. Pero después de está allí un tems, despedínse, sen van entorná a casa. Allí, Tito, entrán sol a la seu alcoba, en la jove que li habíe agradat va escomensá a pensá, y se va aná enamorán mes contra mes pensabe en ella, y va escomensá a dís: - ¡Ay! ¡Miserable vida la teua, Tito! ¿aón fiques lo teu ánim y lo teu amor y la teua esperansa? ¿Pos no saps de quí sirá esta dona? Pensa en los honors de Cremetes y la seua familia, y en la verdadera amistat que ña entre tú y Gisippo; an esta jove te convé tíndreli la reverensia que se li té a una germana. ¿Cóm es que la vols? ¿aón te dixes portá per lo engañós amor?, ¿aón per la lissonjera esperansa? Obri los ulls del intelecto y conéixte a tú mateix; díxali pas a la raó, refrena la gana, calma lo dessich y adressa a un atra part los teus pensaméns; fésli frente an este escomensamén de la lujuria, y vensíxte a tú mateix cuan encara estás a tems. Lo que vols no te convé, no es honesto; lo que te disposes a seguí, encara que fore segú que u alcansares, que no u es, hauríes de evitáu si mirares alló que la verdadera amistat te demane. ¿Qué farás, pos, Tito? Abandonarás lo amor indegut, si vols fé lo que es degut.

Y después, enrecordánsen de Sofronia, tornán cap atrás, tot lo dit u condenabe, diénse: - les leys del Amor són mes poderoses que cap atra; trenquen no sol les de la amistat sino les divines. ¿cuántes vegades ha volgut lo pare a la filla, lo germá a la germana, la padrina al fillol? Coses mes monstruoses que un amic vullgue a la dona del atre han passat mil vegades. Ademés de aixó, yo soc jove, y la juventut está sometuda a les leys del amor. La hermosura della mereix sé volguda per tots; y si yo la vull, que soc jove, ¿quí podrá empéndrem en raó? No la vull perque sigue de Gisippo, la vull tan com la voldría fore de qui fore; peque aquí la fortuna que lay ha consedit al meu amic Gisippo en ves de a un atre. Y si té que sé volguda per la seua hermosura mereixcudamen, mes contén té que está Gisippo, al sabéu, de que la vullga que un atre.

Y en este raonamén, burlánse an ell mateix, tornán al contrari, y de este an aquell y de aquell an este, no sol aquell día y la nit siguién, sino moltes atres, hastal pun de que, perduts la gana y la son, per debilidat va tindre que gitás. Gisippo, que mols díes lo habíe vist cavilán y ara lo veíe dolén, mol se dolíe, y se esforsabe en consolál, y en moltes instansies li preguntabe la raó dels seus pensaméns y de la enfermedat. Pero habénli moltes vegades Tito contestat en mentires y habénsen donat cuenta Gisippo, sentínse, sin embargo, Tito obligat, en ploreres y en suspiros li va contestá de esta guisa:

- Gisippo, si los deus hagueren volgut, a mí me siríe mol mes grata la mort que seguí vivín, pensán que la fortuna me ha portat a un puesto al que me ha convingut probá la meua virtut, y en grandíssima vergoña meua la trobo vensuda; pero per sert que espero pronte la recompensa que mereixco, es a di, la mort, la preferixco a viure en lo record de la meua vilesa; com a tú no puc ni ting que amagát res, en gran vergoña te la manifestaré. Y li va descubrí la raó dels seus pensaméns y la batalla de estos, y al remat de quí ere la victoria y que se moríe per l´amor de Sofronia, afirmán que, coneixén cuán li conveníe an ell alló, com a penitencia se habíe imposat lo morí, y creíe que pronte u conseguiríe. Gisippo, al sentí aixó y vore les seues ploreres, va reflexioná, com si de la bellesa de la jove estare mes tibiamen prendat; pero enseguida va deliberá que la vida del seu amic teníe que séli mes volguda que Sofronia, y aixina, apegánseli les llágrimes dell, li va contestá plorán: - Tito, si no estigueres tan nessessitat de consol com u estás, me queixaría de que haigues violat la nostra amistat tenínme tan tems amagada la teua gravíssima passió. Y encara que no paregue honesta, no ña per naixó que seláli al amic les coses deshonestes, perque lo qui es un bon amic, aixina com en les honestes coses sen alegre en lo amic, en les deshonestes se esforse per apartá de elles lo ánimo del amic. Pero abstenínme al presén, vindré a lo que vech que mes nessessites. Si en ardó vols a Sofronia, prometuda en mí, no me extraño, me extrañaríe que no fore aixina, veén la seua hermosura y la noblesa del teu ánim. Y com vols a Sofronia, tan te queixes injustamen de la fortuna, encara que no u digues, que a mí me la ha consedit, pareixénte que vóldrela tú siríe honesto si haguere sigut de un atre que no fora yo. Pero si eres discret com sols, ¿a quí podíe consedíla la fortuna, de qui mes grassies pugueres donáli, si no me la haguere consedit a mí? Consevol atre que la haguere tingut, per mol honesto que siguere lo teu amor, la hauríe volgut an ella mes que a tú, lo que de mí, si per tan amic me tens com soc, no tens que esperáu, y la raó es esta:
no men enrecordo, desde que som amics, de que yo tinguera res que no fore tan teu com meu; lo que, si tan lluñ hagueren anat les coses que no puguere sé de un atra manera, aixina faría en esta com en les atres; pero encara estam a tems de fé que sigue sol teua, y assó faré. Es verdat que a Sofronia la vull mol y en gran alegría esperaba les bodes en ella, pero com tú la vols en mes ardó, pots viure segú que sirá la teua dona a la meua alcoba. Y per naixó, aparta la melancolía, recupera la salut perduda y lo consol y la alegría, y espera contén lo premio del teu amor.
Tito, al sentí parlá aixina a Gisippo, encara que mol plaé li donare la esperansa de tíndrela, se avegoñíe y li pareixíe mal asseptála. Plorán, li va contestá:
- Gisippo, la teua liberal y verdadera amistat mol cla me amostre lo que a la meua amistat li convé fé. No vullgue Deu que aquella que te han donat a tú la ressibixca yo per meua. Pren, pos, contén, lo que has triat y te han donat, y a mí díxam consumím en llágrimes.

A lo que Gisippo va di:

- Tito, la nostra amistat me done llissensia pera forsát a seguí esta dessisió meua, y si tú no fas cas als meus rogs, en la forsa que té que fés en be del amic faré que Sofronia sigue teua. Sé cuánta forsa té l´Amor y que moltes vegades ha portat a una infelís mort als amáns; y te vech tan prop de aixó que no podrás vense les llágrimes y caurás a la dalla; y yo, sense cap duda, pronte te seguiría. Sirá, pos, teua Sofronia, perque fássilmen no trobaríes a datra que tan te agradare, y yo en fassilidat podré contentámos a tú y a mí. Potsé no siría tan liberal si les dones se trobaren en la mateixa dificultat que se troben los bons amics; per naixó, podén yo mol fássilmen trobá un atra dona pero no un atre amic com tú, vull per naixó (no vull di pédrela, que no la pedré donántela a tú) de be a milló transferíla, antes que pédret. Y per naixó te demano que ixques de esta aflicsió, y mos consolos als dos, y en esperansa del be, vivín te dispongues a la alegría quel teu amor dessiche de la dona volguda.
Encara que Tito se avergoñíre de consentí que Sofronia siguere la seua dona, espentánlo per una part l´amor y per latra insitánlo los ánimos que li donabe Gisippo, va di:

- Prou, Gisippo, faré lo que tú me dius, ya que la teua generosidat es tanta que li guañe a la meua vergoña. Pero u fach perque no sol ressibixco de tú la dona volguda, sino en ella la meua vida. Ojalá Deu puga alguna vegada mostrát cuán apressio lo que fas per mí. Después de estes paraules, va di Gisippo:

- Tito, en aixó, pera que tingue efecte, me pareix que ham de fé aixó: com saps, después de llargues negossiassións entre los meus paréns y los de Sofronia, ella se ha convertit en la meua prometuda; y per naixó, si yo ara dic que no la vull per dona, se montaríe un gran avalot y escándol, y se enfadaríen los meus paréns y los seus; potsé que si la abandono, los seus paréns la donon enseguida a un atre, y alomilló no sirás tú. Y per naixó me pareix, si te pareix be, que continúa lo que hay escomensat, y com dona meua la portaré a casa y selebraré les bodes; y después tú, de amagatóns, com u prepararém, en ella te gitarás com a dona teua; después, al seu puesto y al seu tems manifestarém lo assunto, y si los agrade, be estará, y si no los agrade, de totes formes ya estará fet y no podén tirá cap atrás, tindrán que contentás en alló per forsa.
Tito va está de acord, y Gisippo la va ressibí com a dona seua a casa. Están ya Tito curat y en bona salut; y fen una gran festa, al arribá la nit, les dones van dixá a la nova dona a la alcoba del seu home y sen van aná.
Estabe la alcoba de Tito apegada a la de Gisippo, y desde una se podíe entrá al atra. Están Gisippo a la seua alcoba, una vegada apagades totes les llums, sen va aná en cuidadet cap aon estabe Tito y li va di que ya podíe aná a gitás en la seua dona.
Tito, al sentí aixó, mort de vergoña, va voldre fés atrás y no hi volíe aná; pero Gisippo, lo va fé entrá allí. Al arrimás al llit, agarrán a la jove, com fen broma, en veu baixa li va preguntá si volíe sé la seua dona. Ella, creénse que ere Gisippo, li va contestá que sí, y ell, ficánli un anell al dit, li va di: - Y yo vull sé lo teu home.

Y consumán aixina lo matrimoni, mol rato y en mol plaé va chalá en ella, sense que ni ella ni dingú sen acataren de que no ere Gisippo lo que se gitabe en ella. Están, pos, en estos termes lo matrimoni de Sofronia y de Tito, Publio, son pare va tancá los ulls an esta vida, per lo que li van escriure que sense tardá tornare a Roma a velá pels seus assuntos. Y per naixó, va parlá en Gisippo de anássen y emportássen a Sofronia, lo que no se podíe fé sense manifiestá cóm estaben les coses; un día, cridánla a la alcoba, li van explicá tot lo assunto, y Tito li va doná probes. Ella, después de mirássels als dos ben enfadada, va escomensá a desfés en llágrimes, queixánse del engañ de Gisippo; y abans de que a casa de Gisippo ni una paraula se diguere de alló, sen va aná a casa de son pare, y allí an ell y a sa mare los va contá lo engañ de Gisippo, afirmán que ere la dona de Tito y no de Gisippo com ells creíen. Aixó va sé mol du pera son pare de Sofronia y en los seus paréns y en los de Gisippo van ñabé llargues y grans lamentassións, y van sé los comadreos y los enfados mols y grans. Gisippo va despertá lo odio dels seus y dels de Sofronia, y tots díen que no sol ere digne de reprobassió, sino de un aspre cástic. Pero ell afirmabe que habíe fet una cosa honesta, y que sons pares de Sofronia teníen que donáli les grassies perque la habíe casat en algú milló que ell mateix. Tito, per un atra part, de tot sen enterabe y en gran traball u soportabe; y coneixén que ere costum dels griegos exitás en los renecs y les amenasses hasta que trobaben algú que los responguere, y que entonses no sol humildes, sino mol cobarts se tornáen, va pensá que los seus discursos no se podíen aguantá mes sense contestáls; y tenín ell ánimo romano y pensamén ateniense, de una manera mol oportuna va ajuntá als paréns de Gisippo y los de Sofronia a un templo, y entrán allí acompañat sol per Gisippo, aixina los va parlá als que esperaben:
- Creuen mols filóssofos que lo que los passe als mortals es dispossisió y providensia dels deus inmortals; y per naixó creuen algúns que es inevitable tot lo que mos passe o mos passará alguna vegada, encara que ñan algúns que esta inevitabilidat atribuixen sol a lo que ya ha passat. Estes opinións, si en perspicassia són mirades, se vorá mol ubertamen que lo rependre algo que no pot cambiás no es mes que voldre demostrás mes sabut que los deus, dels que ham de creure que en eterna ley y sense cap error gobernen y disposen de natros y de les demés coses; per lo que, cuán loca y bestial presunsió siríe voldre corregí la seua obra, mol fássilmen u podéu vore, y encara cuántes y quínes cadenes mereixen aquells que se dixen aná a tal atrevimén. Entre los que, segóns lo meu juissi, tos trobau tots, si es verdat lo que hau dit y dieu continuamen, que Sofronia es la meua dona, cuan lay hau entregat a Gisippo, sense vore que estabe disposat que no fore la dona de Gisippo, sino la meua, com podeu vore al presén.
Pero com lo parlá de la secreta providensia y la intensió dels deus los pareix a mols du y difíssil de compendre, presuposán que ells de cap de les nostres acsións sen ocupen, baixaré als raonaméns dels homens, parlán dels que me convindrá fé dos coses mol contraries a les meues costums: la una, alabám a mí mateix y latra parlá mal de atres o humilláls; pero com no me apartaré de la verdat ni en una cosa ni en latra, y la presén materia u demane, u faré. Les vostres queixes, mes insitades per la rabia que per la raó, en continues protestes, aixina com abalots, ofenen, reprenen y condenen a Gisippo perque me ha donat per dona, per dessisió seua, a qui vatros an ell per la vostra habíeu donat, en lo que yo crec que té que sé mol de alabá; y les raóns són estes: la primera, perque ha fet lo que té que fé un amic; la segona perque ha obrat mes en coneiximén de lo que u habíeu fet vatros. Lo que les santes leys de la amistat volen que un amic faigue per un atre, no es la meua intensió explicátos al presén, contentánme sol en habétos recordat delles que los llassos de la amistat mol mes ajunten que los de la sang o la parentela; tenim los amics que triem y los paréns que mos done la fortuna. Y per naixó, si Gisippo va voldre mes la meua vida que la vostra benevolensia, sén yo amic seu com me ting, dingú té que maravillás. Pero anem a la segona raó (a la que en mes insistensia mos convé aturámos): lo habé sigut ell mes sabut que vatros u sou, com me pareix que de la providencia dels deus poc ne entenéu, y mol menos que sapigáu los efectes de la amistat. Dic que lo vostre escomensamén, lo vostre consell y la vostra deliberassió li habíen donat Sofronia a Gisippo, jove y filósofo; Gisippo lay ha donat a un atre jove y filósofo; lo vostre consell la va doná a un ateniense, Gisippo a un romano; lo vostre a un jove noble, Gisippo a un encara mes noble; lo vostre a un jove ric, Gisippo a un mol ric; lo vostre a un jove que no sol no la volíe, sino que apenes la coneixíe, Gisippo a un jove que per damún de la seua felissidat y mes que a la propia vida la volíe. Y que lo que dic es verdat, y mes de alabá que lo que habíeu fet vatros, miréu pun per pun. Que yo jove y filósofo soc, com Gisippo, la meua cara y los meus estudis, sense cap discurs mes llarg poden explicáu. La mateixa edat es la seua y la meua, y en les mateixes passes sempre ham estudiat avansán. Es verdat que ell es ateniense y yo romano. Si de la gloria de la siudat disputem, diré que yo soc de una siudat libre y ell de una tributaria; diré que yo soc de una siudat Siñora de tot lo món y ell de una siudat obedienta a la meua; diré que soc de siudat florida en armes, imperi y estudis, mentres ell no podrá alabá a la seua mes que en los estudis. Ademés de aixó, encara que me veigáu com un escolá humilde aquí entre vatros, no hay naixcut dels fems del populacho de Roma; los meus palaus y los puestos públics de Roma están plens de antigues imaches dels meus antepassats, y los anals romanos se troben plens de mols triunfos lograts per los Quinto sobre lo Capitolio romano; y no está per la vellesa semada, sino que avui mes que may florix la gloria del nostre nom. Callo, per vergoña, les meues riqueses, tenín a la memoria que la pobresa honrada es lo antic y copiós patrimoni dels nobles siudadáns romanos; la que, si per la opinió del vulgo es condenada, y són alabats los tessoros, soc en ells, no com avarissiós, sino com amat de la fortuna, abundán. Y mol be sé que tos ere mol apressiat tindre per parén a Gisippo; pero yo no tos ting que sé, per cap raó, menos apressiat a Roma, considerán que allí tindréu en mí a un óptim huésped; y un útil y solíssit y poderós protectó tan en les oportunidats públiques com en les nessessidats privades.
¿Quí, pos, dixán apart la passió, y mirán en justissia, alabará mes les vostres dessisións que los del meu amic Gisippo? Sertamen, dingú. Está, pos, Sofronia ben casada en Tito Quinto Fulvio, noble, antic y ric siudadá de Roma y amic de Gisippo; per lo que qui de aixó se dol o se queixe no fa lo que té que fé ni sap lo que fa. Ñaurán potsé algúns que diguen no doldres de que Sofronia sigue la dona de Tito, pero se doldrán del modo en que se ha convertit en la seua dona: a amagatontes, engañánla, sense que cap amic ni parén sapiguere res. Y aixó no es cap milagre ni cosa que passo per primera vegada. Dixo de bona gana a una vora an aquelles que contra la voluntat del pare han pres home y an aquelles que han fugit en los seus amáns y primé han sigut amigues que esposes, y an aquelles que abans han descubert en embarassos y partos los seus matrimonis que en la llengua, y la nessessidat ha fet consentíu, cosa que no li ha passat a Sofronia; sino que ordenada, discreta y honestamen ha sigut donada per Gisippo a Tito. Y dirán atres que la ha casat aquell a qui casála no incumbíe. ¡Nessies lamentassións són estes y típiques de dones, y prossedéns de la poca considerassió! No fa aná ara la fortuna per primera vegada diferéns camíns y instruméns nous pera induí les coses a determinats efectes. ¿Qué pot importám a mí que lo sabaté al puesto del filósofo haigue expresat lo seu juissi sobre un fet meu (amagat o públic) si lo fin es bo? Ting que cuidám, si lo sabaté no es discret, de no dixáli prosseguí, y agraíli lo fet. Si Gisippo ha casat be a Sofronia, aná queixánse de la manera y dell es una bobada superflua; si no confiéu en lo seu juissi, cuidéutos de que no pugue casá a dingú mes y agraíuli aixó. Tamé hau de sabé que yo no vach buscá ni en astussia ni en fraude tacá la honestidat y la claridat de la vostra sang en la persona de Sofronia; y encara que de amagatontes la haiga pres per dona no vach vindre com un raptó a tráureli la seua virginidat ni com a enemic vach vullgué tíndrela deshonestamen, rechassán emparentá en vatros; sino que en ardó enchisat per la seua cautivadora hermosura y de la seua virtut, veía que si en lo orden que potsé voléu di que tenía que habéla procurat, sén mol amada per vos, per temó a que a Roma me la emportara, no la haguera obtingut. Vach empleá, pos, la manera oculta que ara to se pot manifestá, y vach fé que Gisippo consentiguere en lo meu nom en alló que ell no estabe disposat; y después, encara que yo en ardó la vullguera, no com amán, sino com home, vach buscá lo ajuntamén en ella (com pot ella mateixa en verdat testimoniá), diénli les degudes paraules y ficánli lo anell de desposada, preguntánli si me volíe per home; a lo que ella va contestá que sí. Si li pareix que ha sigut engañada, no mu hau de espetá a mí, sino an ella, que no me va preguntá quí ere. Este es, pos, lo gran mal, lo gran pecat, la gran falta cometuda per lo Gisippo, amic, y per mí, amán; que Sofronia se haigue de amagatóns convertit en dona de Tito Quinto; per naixó, lo feríu, lo amenasséu y lo insidiéu. ¿Y qué mes faríeu si lay haguere donat a un villano, a un vagabundo, a un criat? ¿Quínes cadenes, quína presó, quínes creus tos bastaríen? Pero dixem ara aixó; ha arribat lo tems que yo encara no esperaba de que mon pare se ha mort y me vech obligat torná a Roma. Per lo que, volén emportám a Sofronia en mí, tos hay descubert lo que pot sé encara tos seguiría amagán; lo que, si foreu sabuts, alegremen u soportaríeu, perque si engañátos o insultátos haguera volgut, podía dixátola; pero no vullgue Deu que en a espíritu romano se pugue albergá tanta vilesa. Ella, pos, es a di, Sofronia, per consentimén dels deus y per vigor de les leys humanes y per lo loable juissi del meu amic Gisippo y per la meua astussia, es meua, aixina que vatros (teníntos en mes que los deus y los demés homens sabuts) bestialmen, en dos maneres mol odioses pera mí, mostréu que tos equivoquéu: una es tenín a Sofronia, sobre la que no teníu cap dret; y latra es tratá a Gisippo, al que estáu obligats justamen, com a enemic. Y no tos explicaré lo mal que feu, sino com amic tos aconsellaré que apartéu la rabia y que Sofronia me sigue restituida pera que yo alegremen men vaiga com a parén vostre: segús de aixó, que, tos agrado o no, lo que está fet, si voleu obrá de un atre modo, tos pendré a Gisippo y sense faltá, si arribo a Roma, recuperaré a la que es mereixcudamen meua, per mol que tos disgusto; y tos faré vore lo que pot la rabia dels romanos, hostigántos sempre.
Después de que Tito va dí aixó, ficánse de peu en la cara tota enfadada, prenén a Gisippo de la ma, mostrán que tan li fotíe que ñaguere gen al templo, movén lo cap y amenassánlos, va eixí. Los que se van quedá a dins, en part induits per les paraules de Tito de amistat y parentela, y en part assustats per les seues raderes paraules, de comú acuerdo van deliberá que milló siríe tindre a Tito com a parén, ya que Gisippo no habíe volgut séu, que pedre a Gisippo y tindre a Tito com enemic; per naixó, ixín, van aná a buscá a Tito y li van di que los pareixíe be que Sofronia fore seua, tindrel an ell com a parén y a Gisippo com a bon amic; y fen juns una festa en familia, sen van aná y li van enviá a Sofronia, la que, com a discreta, fen de la nessessidat virtut, l´amor que teníe per Gisippo rápidamen lay va entregá a Tito y en ell sen va aná cap a Roma, aon en gran honor van sé ressibits. Gisippo, quedánse a Atenes, después de no mol tems, per unes cuestións sivils, en tots los de casa seua, pobre y mesquí va sé aviát de Atenas y condenat a perpetuo exili. Están aixina Gisippo, habén arribat a sé no sol pobre sino pidolán, com va pugué va arribá a Roma a probá si Tito sen enrecordabe dell; y enterat de que estabe viu y volgut per tots los romanos, preguntán quína ere casa seua, dabán della se va colocá hasta que Tito va arribá. Per la miseria en la que estabe no se va atreví a dirigíli la paraula. Per lo que, passán Tito abán y pareixénli a Gisippo que lo habíe vist y esquivat, enrecordánsen de lo que ell habíe fet per nell, enfadat y desesperat sen va aná; y sén ya de nit y están ell en dijú y sense cap perra, sense sabé aón aná, mes dessichós de morí que dingú, va arribá a un puesto mol salvache de la siudat, aon, veén una gran cova, a dins va entrá pera arrasserás aquella nit, y damún de la terra despullat y mal vestit, vensut per les llágrimes, se va adormí. An esta cova, dos que habíen estat robán aquella nit, en lo furt fet van apareixe a la matinada, y reñín los dos, la un, que ere mes fort, va matá al atre y va colá. Habénu vist y sentit Gisippo tot, li va pareixe que habíe trobat lo camí a la mort que dessichabe, sense matás ell mateix; y per naixó, sense anássen, se va quedá allí hasta que los esbirros del tribunal, que ya sen habíen enterat del cas, van acudí y se van emportá a Gisippo detengut. Y ell, interrogat, va confesá que lo habíe matat y que no habíe pogut anássen de la cova, per lo que lo pretor, que se díe Marco Varrón, lo va condená a mort crussificat, tal com allacuanta ere costum. Habíe Tito, per casualidat, arribat al pretori en aquell momén y, mirán al pobre condenat y habén escoltat lo perqué, de repén va reconeixe a Gisippo, y se va extrañá de la seua miserable fortuna y de cóm habíe caigut tan baix, y volén ajudál y no veén cap atra vía pera la seua salvassió, mes que acusás an ell mateix y excusál an ell, rápidamen se va adelantá y va cridá: - Marco Varrón, fes cridá al pobre home al que has condenat perque es inossén; bastán hay ofés yo als deus en una culpa matán an aquell al que los teus esbirros van trobá este matí mort com pera ara encara oféndrels en la mort de un atre inossén.
Varrón se va extrañá y li va doldre que tot lo pretori lo haguere sentit, y no podén retraures de fé lo que li manaben les leys, va fé torná a Gisippo, y en presensia de Tito li va di:

- ¿Cóm has sigut tan loco de confessá lo que no has fet, jugánte la vida? Me has dit que tú habíes matat esta nit an aquell home, y este ve ara y diu que ha sigut ell.

Gisippo va mirá y va vore que aquell ere Tito y va vore que fée alló pera salvál, com agrait per lo servissi que antes li habíe fet; per lo que, plorán de piedat, va di:
- Varrón, verdaderamen lo hay matat yo, y la piedat de Tito pera salvám arribe ya massa tard. Tito, per un atra part, díe:

- Pretor, com veus, este es extrangé y desarmat lan trobat jun al mort, y ya veus que la seua miseria li done motiu pera voldre está mort; y per naixó, fícal en libertat y a mí, que u hay mereixcut, castígam.

Se va extrañá Varrón de la insistensia de aquells dos y ya se pensabe que cap dels dos ere lo culpable; y, pensán en la manera de absóldrels, en aixó que ve un jove de nom Publio Ambusto, de perdudes costums y lladre mol conegut entre tots los romanos, qui verdaderamen habíe cometut lo homissidi; y sabén que cap dels dos eren culpables de lo que se acusaben, tanta va sé la ternura o tendresa que va omplí lo seu cor per la inossensia de estos dos, que mogut per compassió va acudí dabán de Varrón y li va di:

- Pretor, los meus fets me porten a resoldre la dura discusió de estos dos, y no sé quín Deu me espoleje y me espente a manifestát lo meu pecat. Cap de estos dos es culpable de lo que se acusen. Yo soc lo que ha matat an aquell home esta matinada al apuntá lo día; y an este desgrassiat que está aquí lo vach vore que dormíe mentres yo me repartía les coses robades en aquell al que hay pelat. Tito no nessessite que yo lo excusa; la seua fama es clara per tot arreu, y ya se sap que no es home de tal condissió; aixina que libéral y castígam a mí en la pena que les leys me imposon. Habíe ya Octavio sentit estes coses y, fen vindre als tres, va voldre sentí quína raó habíe mogut a cadaú pera condenás; y ells lay van contá.
Octavio, als dos amics perque eren inosséns y al tersé per amor seu los va ficá en libertat. Tito, renegán primé a Gisippo per lo seu desapego y desconfiansa, li va fé molta festa y lo va portá a casa seua, aon Sofronia, en piadoses llágrimes lo va ressibí com amic. Y allí, confortánlo y vestínlo en la roba apropiada a la seua virtut y noblesa, va compartí en ell tots los seus tessoros y possessións, y después, a una germana joveneta que teníe Sofronia, de nom Fulvia, lay van doná per dona; y después li va di: - Gisippo, de tú depén ara, o quedát aquí en natros o entornáten a Atenas en tot lo que te hay donat.

Gisippo, obligat per lo desterro al que estabe condenat per la seua siudat y per
l´amor que li teníe a Tito, va dessidí fés romano. Y ell en la seua Fulvia, y Tito en la seua Sofronia, van viure a una gran casa, fénse mes amics cada día, si es que podíe sé.

Santíssima cosa es, pos, la amistat, y no sol digna de reverensia, sino de sé alabada perpetuamen com a mare de la magnifissensia y de la honestidat, germana de la gratitut y de la caridat, y enemiga del odio y de la avarissia; sempre, sense esperá cap rogativa, preparada per a fé per los atres lo que voldríe que per nella mateixa se faiguere; los seus sagradissims efectes raríssimes vegades se veuen avui, per culpa de la enveja y egoisme dels mortals que sol miren per nells.
¿Quín amor, quína riquesa, quína parentela li haguere fet sentí a Gisippo lo ardó, les llágrimes y los suspiros de Tito, en tanta eficassia que per nells a la hermosa dona noble y volguda la haguere fet casá en lo seu amic? ¿Quínes leys, quínes amenasses, quína temó li haguere fet abstindres a Tito dels abrassos de la hermosa jove als puestets solitaris, apartats, o al llit? ¿Quíns estats, quíns mérits, quínes ganansies li hauríen fet a Gisippo no preocupás de pedre als seus paréns y als de Sofronia, no preocupás de les deshonestes murmurassións del populacho, no preocupás de les burles per a satisfacer al seu amic? ¿Quí haguere procurat la seua mort per a salvá a un atre, podén dissimulá, y arrencál de la creu que ell mateix se procurabe?, ¿Quí haguere compartit lo seu gran patrimoni en aquell al que la fortuna lay habíe tret? ¿Quí li haguere donat per dona a la seua germana, veénlo pobrissim y en extrema miseria?
Vullguen, pos, los homens moltes consortes, caterves de germáns y gran cantidat de fills, y en los seus dinés se aumento lo número dels seus criats; y no reparon en que consevol de ells te temó de un perill propi, y no se preocupen del pare, germá o siñó, mentres que tot lo contrari veém que fa lo bon amic.

lunes, 29 de julio de 2024

4. 9. Seguix lo mateix registre. Morfina.

Capítul IX.

Seguix lo mateix registre. Morfina.


De Graus va passá a Benabarre, va doná una volta per la Llitera, va baixá a Monzón, Monsó, Monçó, de allí va pujá a Fontz o Fonz y Estadilla, va pensá en dirigí lo rumbo cap a casa seua, penanli no podé torná a Benabarre, perque va sé aon va vore mes cares majes, y pits mes uberts, (y caps mes grillats, com lo de Manuel Riu Fillat,) y olvidán en pena alguns amors que se va dixá allá desperdigats. 

- Pero prou, va di; hay donat gust a mon pare y me l'hay pres yo tamé, y no poc.

Li faltáen micha dotsena de pobles, entre atres lo de Morfina; y donán los demés per vistos, se va atansá al de aquell nobilíssim primé amor que no sabíe cóm trobaríe ni cóm se habíe de presentá, ni en quina cara después de tans añs. Y dudán, y bateganli fort lo cor, y en no menos temó que dessich, va arribá al poble y se va encaminá a casa seua.

Habíe mort lo pare fée dos añs, com vam di, aquell don Severo tan bo y tan generós; y lo fill fée cuatre que estáe casat. 

Morfina, cumplits ya los vintissing añs, sense pare, sa mare pensán sol en misses y rosaris, y lo germá en poca autoridat a casa seua, se miráe an ella mateixa com la sombra de la casa; lo que jun en lo chasco tan cruel que li va doná lo home del seu amor y a qui li va fiá mes que lo seu cor (que chasco se pot di tan llarga suspensió de la seua esperansa), y sempre en una passió que no teníe sol ni día al añ, habíe perdut aquella alegría que tan brilláe a un atre tems al seu bellíssim rostro, y sense está esguellada se coneixíe que se habíe semat la lozanía dels seus pensamens, entregada a una ressignassió penosa, que de sé ella menos animosa o de temple menos fi, la haguere consumit del tot. ¡Ah!, dels vin als vintissing passe una época, una edat sansera, y la mes forta y de mes gran mudansa a les donselles. Pero a Morfina ademés se li ajuntáe la causa espessial de que habíe amat y amabe encara al únic home que va arribá al seu cor y éste ¡fée set añs que la teníe olvidada!, mentres ella ere insensible pera tots, resignada a morí an aquell estat antes que doná la seua má a datre.

Va arribá Pedro Saputo y sol ella lo va coneixe abans de parlá; pero tots se van alegrá, hasta la cuñada. Buscán una ocasió li va preguntá a Morfina qué ere de lo seu antic amor y cariño. 

Ella li va contestá que no sabíe en quí parláe.

- En lo teu amán, va di ell.

- No tos conec per tal, va contestá ella; pero sí tos diré que ne vach tindre un, y que si me se presentare se trobaríe com la primera vegada, y com la segona, y com la tersera que mos vam vore.

- Pos yo soc, va di ell; dónam la teua queixa, pero dispósat a sentí la meua contesta.

- No trobo cap satisfacsió, va di ella; y si tots los grans homens són com vosté, si tal prossedí es inseparable de la seua exelensia, ben infelises són les que los volen. Yo tos vach volé sense sabé quí ereu, perque vach vore lo que ereu; vach vore que la idea de perfecsió que yo me había format de un home cabal, de un home digne de mí omplíe vosté cumplidamen, y mes si mes puguere sé, encara que tan jove. Después vach sabé que ereu Pedro Saputo, y sol vach tindre que ajuntá a la persona la fama del nom; y al sentí del vostre naiximén vach doná grassies a la meua estrella perque me fassilitabe fé algo per vosté y per lo meu amor; pos encara que de la fortuna fores poc afavorit, teníes un alma mol sublime. Yo tenía que heredá de mon pare, lo just pera no tindre temó que per esta causa fore mes poca la nostra felissidat. Y desde aquell momén passe un añ, ne passen dos, y cuatre y sing y sis, y cap notissia ressibixco de vosté. ¿Tos escric y qué me contestéu? Va aná a vóretos mon pare, vau prometre vindre, y tos vau burlá de la vostra paraula. 

¿Debía yo creure, dec ara creure, que me hau vullgut?

Se case mon germá, mor mon pare, quedo del vostre amor abandonada y sola; passen los añs, ni veniu, ni teniu la cortessía de escríurem una carta, o de enviám un simple recado. Sé per la fama que estéu per la vostra terra; y al mateix silensio sempre. 

¿Debía creure, ting que creure ara, que me volíeu o que me haigáu volgut may? Lo meu amor es sempre lo mateix, u confesso, perque es la meua mateixa vida, soc yo mateixa; ¿qué me diréu vosté del vostre? ¿Qué me diréu pera que a mí no me sigue fassilidat, imprudensia y error voluntari créuretos y fiám de les vostres paraules? Y encara abans de sentí la vostra resposta, vull sertificatos que no me ha penat ni me penará habetos vullgut, encara que ara mateix sense contestá a la meua queixa me aviéu una mirada de despressio, y me giréu la esquena y desapareguéu, y sápiga después que tos hau casat en un atra. Es mes fort que tot aixó lo amor que tos hay tingut, y la alta aprobassió que lo meu cor li ha donat sempre. Y encara aixina, sacrifissi per vosté no ne hay fet cap; may faré aná esta paraula, tos vach doná lo cor, allí estáe tot.

Va sentí Pedro Saputo la seua justa y sentida queixa sense interrumpila o interrómprela, y miranla afablemen, li va contestá:

- La sort y no la meua voluntat te ha privat de la satisfacsió que lo teu amor nessessitáe y lo meu ploráe per no podét doná. 

No admitixgo, pos, no admitixco contra mí la teua queixa, perque no ha estat a la meua má lo naixe de pare conegut, la seua desgrassia ha sigut la causa general y particulá de la forsa de moltes sircunstansies, ben tristes, per sert, después de conéixet, de diverses époques de la meua vida. Pensarás tú, enhorabona, en tota la noblesa que dius y vach vore per los meus ulls; pero yo debía tindre datres miramens en tú y en lo nostre amor, que no habíe de sé de un sol día, ni gosás a la soledat y fora del trate humano. Talento tens, y no nessessites que te explica estes reflexions. 

Per un atra part, a la teua edat y al meu dessich ya no cabíe entretindre la esperansa en plassos indefinits, pijós mil vegades que lo absolut silensio que hay guardat, perque éste podrá matá un amor vulgar, pero no traure lo temple ni embotá un amor verdadé a cors com los nostres. Una mirada de la fortuna que ningú sap encara, me va fassilitá lo podét proposá condissions que mos permitíen pressindí de lo que tú me oferíes en los bens de ton pare. Y cuan me disposaba a vindre a vóret, va ocurrí un cas que ha arretrasat esta visita hasta ara, com te diré cuan me haigues declarat la teua ressolusió. Estam al día; avui es, dolsa y encantadora Morfina. 

Mira lo sel; y si encara eres la mateixa pera mí, dónali les grassies al teu cor, y vine pera sempre als brassos del teu volgut, als brassos del teu home...

Va di estes raderes paraules en tan afecte, que no va pugué Morfina aguantás; y abalotada, tendra y resolta lo va abrassá ben preto exclamán: 

- ¡Amor meu! ¡Home meu!

- Pos ara, li va di ell, sabrás pera la teua satisfacsió y la de la teua familia, que ya no soc Pedro Saputo, fill de aquella pupila de Almudévar, sino que soc fill de ella y del caballé don Alfonso López de Lúsera, en qui se va casá ma mare fa cuatre mesos, habenme ell conegut per casualidat y trobanse viudo de la seua primera dona.

- ¡Fill eres, va di Morfina espantada, de don Alfonso López de Lúsera! Lo conec de nom y de vista, perque añs atrás va passá per aquí dos o tres vegades y se tratáe de amic en mon pare. Sí que eres son fill, sí; men enrecordo, te li assemelles. Be díe la fama que eres fill de un gran caballé. ¡Don Alfonso, ton pare! Tamé, pos, haurás ya conegut a la seua nora, ara ta cuñada, aquella Juanita que diuen que es tan discreta, y la mes selebrada de tota esta terra.

- Sí, va contestá ell, y la vach coneixe ya de estudián, en la seua amiga Paulina...

- Són inseparables, va di Morfina; y tamé diuen de ixa Paulina que es mol grassiosa.

- Ara vindrás tú, va di Pedro Saputo, a aumentá lo número de les persones que unix aquella amistat y la sang, mes discreta que Juanita, mes amable que Paulina, mes hermosa y digna que les dos, y la verdadera gloria meua y de la meua familia. Mira sinó lo consepte que li mereixes a mon pare. Y li va enseñá la llista de les donselles en la nota que teníen totes. La va mirá Morfina; estáe ella la cuarta habenles ficat son pare per orden de distansia dels pobles; y sen va enriure de lo que afegíe al final sobre no voldre sentí parlá de amors ni casás.

- ¿Cóm, va di, haguere pogut lo bon don Alfonso imaginá, que si yo no volía sentí de amors, ere perque amaba a son fill? Pareix, pos, que ya les has vist a totes, si aixó signifique la creu que porten los seus noms.

- Ixa creu, va contestá ell, la vach fé a totes lo primé día, donanles per vistes; pero pera feli cas a mon pare y passá uns díes de curiosidat que me recordáen una mica la vida de estudián, hay estat an alguns pobles, y sert que men hay enrit.

- ¿Tamé has vist a la filla del escribén Curruquis?, va preguntá Morfina.

- ¿Quí es lo escribén Curruquis?

- Este (siñalán en lo dit); y si no hi has estat, mira de anay encara que faigues volta, perque vorás a un pare y a una filla mol originals. Y de pas podrás vore estes dos que formen la sombra del cuadro.

Va arribá en aixó la cuñada, y van continuá la charrada, y tamé dabán del germá que va vindre después, y de sa mare; que va sé la declarassió de Pedro Saputo a la familia, pos tratán a Morfina en tanta familiaridat, van entendre que ñabíe algún secretet ya no secret entre ells.

- Este caballé, va di Morfina, es fill de don Alfonso López de Lúsera.

- ¿Cóm?, va di lo germá; ¿pos no es Pedro Saputo?

- Sí, don Vicente, va contestá ell, pero tamé soc fill de don Alfonso, encara que hasta fa poc tems no se sabíe; com fa poc tamé que va enviudá de la seua primera dona y se ha casat en ma mare. Y en lo nou nom y en lo antic hay vingut a vore a Morfina y ditos a tots, que desde estudián mos volem y teníem tratat, o entés al menos entre los dos, lo nostre casamén.

- ¡Oy, sel san, si visquere mon pare!, va exclamá don Vicente. ¡Vosté, Pedro Saputo, fill de don Alfonso López de Lúsera! ¡miréu si u vach di yo cuan vach vore lo retrato! ¿Quí está, pos, a casa nostra?

- Un amán de Morfina, va di ell; un fill polític vostre, siñora (diriginse a la mare), y un germá vostre, don Vicente, si Pedro Saputo primé, 

y ara don Pedro López de Lúsera es digne de tan honor, així com es amo fa tans añs del cor de la vostra germana.

- Miréu, va di don Vicente a sa mare, miréu a la que no volíe casás. 

- ¿Y cóm había de voldre a datre, va contestá Morfina, volén ya desde sagala a don Pedro? Sí, germá, desde entonses lo vull y mos volem, y ni vull ni voldré a datre home, ni lo podría voldre, encara que don Pedro haguere mort. Y perdonéu, siñora mare, que sén donsella y están vosté presén me atrevixca a parlá de esta manera. 

- Filla, va contestá sa mare: ya saps que ploraba de vóret reassia y perque no volíes casát; ara ploro de goch de sentí lo que me dius y de vore a don Pedro a la nostra casa; ya no ting res mes que demaná a Deu an este món. ¡Ay, si vixquere ton pare! ¡Tan que parláe de Pedro Saputo, y no sabé que tots lo coneixíem! 

Pero tú, filla meua, ya u sabíes.

- Sí, mare; pero no me atrevía a díu.

- Pos siñó, va di don Vicente; ara sí que no ton aniréu al cap de un mes, ni may; ham de cassá, amic, ham de aná de cassera, y hau de tocá lo violín, anem, aquelles coses tan bones que sabéu fé. 

¡Conque Pedro Saputo! Y tú, Morfina, u sabíes tot, y qué calladet que u has tingut.

- No tan cassá, amic don Vicente, perque vull fé lo retrato de la vostra germana. - Y lo de la meua dona, va di don Vicente.

- Be, tamé lo farem.

- Y lo meu.

- Pos tamé, ya que mos hi fiquem. Después ting que contali a Morfina coses importans de la meua vida, y preguntán moltes atres. 

- Ahí la teniu, va di don Vicente; ya no es chiqueta; vostra es 

¿no es verdat, mare?

- Sí, fill, sí, va di la bona siñora. Deu los beneíxque com yo los beneíxco de la meua part. La nora, sin embargo, se coneixíe que pensabe alguna vegada en lo patrimoni que significabe Morfina, a la que teníe destinada al seu cap com a tía mol volguda dels seus fills. Li habíe dixat son pare un patrimoni que pujáe uns mil dossens escuts al añ; y sentíe la nora que ixquere de casa seua. 

Lo germá ere mes noble.

Pedro Saputo va enviá al criat a son pare, escribinli que estáe a casa del difún don Severo Estada, una familia que coneixíe mol desde estudián, y lo aturaben alguns díes pera fé los seus retratos.

Pero Morfina en la gran satisfacsió de tindre al seu amán y en la seguridat del seu amor que tans suspiros y llágrimes li habíe costat, y en la libertat de confessáu y manifestáu, va recobrá la seua antiga bellesa, la energía dels afectes, la alegría del seu cor; y serena, contenta, ufana y gloriosa brilláe en totes les grassies y encans de la incomparable hermosura que li debíe a la naturalesa.

Mes y mich se va pará allí Pedro Saputo, fen los retratos, cassán tamé algún día, y gosán de la felissidat suprema del amor en la seua amabilíssima y dolsíssima enamorada, Morfina. 

Don Vicente, veénlo tan hermós, pincho, caballé, cabal y perfecte en tot y en tantes grassies y habilidats li va preguntá un día a la taula: 

- La verdat, don Pedro; ¿cuántes dones hau tornat loques an este món? ¿Totes les que hau vist?

- Y mes, va contestá Morfina, perque algunes se haurán enamorat de ell per la fama.

- No, per sert, va contestá ell; perque algo diríe ixa mateixa fama, y res hau sentit. Aixó, Morfina, signifique sol que vach naixe pera vosté, així com vosté hau naixcut pera mí; y don Vicente, que me vol com amic y com a germá, está sense cap duda encara mes sego que tú, y per aixó delire tan.

Al remat va arribá lo día de separás: día anugolat y tristot; día que may haguere tingut que portá lo sel en les seues voltes; y dixá casi sense vida an aquella infelís.

¡Gloria de este món! ¡Felisidats de esta vida!

4. 11. Elecsió de dona. Viache del pare y lo fill a Saragossa.

Capítul XI.

Elecsió de dona. Viache del pare y lo fill a Saragossa.


Día per día, poble per poble y donsella per donsella, li va contá ell llargamen la historia de la seua expedissió, donán mérit hasta als fets mes sensills. Resumín, después de lo mes particulá que ya se ha referit, an estes observassions generals: que habíe trobat a les mosses bastán ben enteses, pero sense cap instrucsió, ya que está mol errada o del tot abandonada la educassió, fenla consistí massa en exterioridats casi de hipocressía y en práctiques religioses y devossions que no ixen del cor ni penetren an ell, ni tenen mes arraíls que la imitassió, ni mes autoridat que lo que manen los pares y la forsa del ejemple desde que són chiquetes, pero vanes generalmen, sense suc y incapases de doná cap fruit de verdadera, sólida y entesa virtut. Lo que mes li habíe agradat: del Semontano, lo epicureísmo; de Graus, la formalidat; de Benabarre, la sensillés; de Tamarite, la caridat; de Monzón, la cortesanía, y de Fonz y Estadilla, la amenidat. Li van advertí que se olvidáe de Barbastro, y va contestá que de Barbastro li agradáe mol la aussensia.

Y los va contá lo cas de la pintura del Puch, del que sen van enriure tots, espessialmen don Alfonso, perque coneixíe an alguns dels sujetos.

- Sé empero, fill, que ñan sagales mol garrides (no garrudes ni garrules) y menos mal criades que a datres puestos.

Pero arribats al pun de triá novia, se va reduí la competensia a les tres consabudes, callán Pedro Saputo pera sentí mes libres los vots, lo que teníe tratat y adelantat en Morfina, y dién sol que contaren en ella, pos la seua repugnansia al matrimoni no habíe sigut lo que se creíe.

Una Rosa sen va aná y va dixá unes rosetes, "cúidameles, Ramonet, al jardinet de Queretes."

Rosa, la amable Rosa, aquella pensadora, inossenta y enamorada Rosa, va tindre tres vots, lo de la mare, lo de don Jaime y lo de Paulina. Los va di Pedro Saputo que teníen raó perque ere una sagala mol pressiosa; pero que li ere impossible mirala mes que com a germana; per mes que se habíe esforsat a doná al seu afecte lo temple del amor, may la podríe abrassá com amán ni com home, perque no li exitaríe mes que la correspondensia de un puro germá. Van sedí a tan just reparo, encara que sa mare en gran sentimén, desconsolanse de un modo que en prou penes la van pugué fé assistí a la consulta.

Eulalia va tindre los vots de tots menos lo del pare, que va di:

- Mol me agrade, mol vull a Eulalia, y mol val; pero aon estigue la perla, lo diamán de Morfina, que callon totes les donselles del món; ya que mos dius que has vensut la seua repugnansia. 

Entonses va pendre la paraula Pedro Saputo y va di:

"No hay vensut la repugnansia de Morfina al matrimoni, perque no la teníe; no, siñó pare, no la ha tingut may, y es éste un dels secrets de la meua vida, que se revele ara.

Desde chiqueta, o desde lo primé sentit y coneiximén de estos afectes, ha vullgut Morfina a un home, y ni abans ni después ha pogut voldre a datre; de modo que si en ell no haguere donat, potsé no sen trobare al món cap atre capás de arribá al seu cor.

Y eixe home soc yo.

Al passá per allí de estudián se va enamorá de mí y yo de ella; y se va enamorá perque la vach mirá y li vach parlá en intensió forta y atinada de penetrala de amor, y no va pugué resistís, ajudanme an este empeño la semellansa de sensibilidat que ña als dos, lo seu gust delicat; y lo raríssim y sublime entenimén de que va naixe dotada. Se va confirmá después este amor en dos visites mes que li vach fé, la una en los estudians a la volta o gira, l'atra, después de separám de ells, habén fet posada a casa seua, per rogs de son pare la primera, y de son germá la segona vegada. Pero en lo tems vach advertí que había cometut una imprudensia, pos lo meu naiximén no permitíe tan altes mires. Be va sabé quí era yo la radera vegada, adivinanu per unes paraules que son pare va di en alabansa meua, y lay vach confessá sense engañ; be me va jurá y probá que lo seu amor per aixó no dixáe de sé lo mateix y que seguíe están mes segura encara y enamorada; en tot no habíe tornat a vórela desde entonses, dixanla en libertat de un modo indirecte, y com obliganla a olvidám si puguere, o a pensá en lo que mes li convendríe. 

Va sé ella pera mí lo primé amor, perque hasta an aquell pun había sigut mol chiquet y puros jocs de sagalet los meus entretenimens en atres; y yo per an ella lo primé tamé, y ademés lo únic possible, com se ha vist. Yo, mentrestán, no me hay obligat a cap atra. Perque de Rosa ya te hay dit lo que ña; y Eulalia, que si no me haguera prendat de Morfina y obligat an ella, seríe la meua tría entre totes les donselles que conec, may me ha insinuat res de casamén ni ha demostrat extrañá que yo no li insinuara res an ella. Potsé u ha donat per cosa plana, pos ha dit algunes vegades que me preferíe a tots los prinseps del món juns; pero aixó no es una verdadera obligassió positiva pera mí; ni micha promesa ni asseptassió entre natros: mos unix la finura; gran, sí, mol; pero res mes que finura; així com ella me deu a mí datres que si no equivalen an eixa, al menos són de bastán momén pera que may me puguere di desconegut o ingrat. De chiquet vach jugá en ella; y cuan vach torná home al poble, ya era de un atra, y a la seua amistat y trate no hay olvidat esta sircunstansia.

Prop de set añs hay dixat passá sense visitá ni escriure a Morfina, sense fela entendre de cap modo que pensaba en ella, donán puesto al que hay dit; y se ha mantingut constán, fiel, amán sempre y la mateixa que cuan mos vam declará la primera vegada. Encara ha acreditat de un atre modo que lo seu amor es lo mes assendrat y fi y que cap al cor humano. En este tems ha tingut mols pretendens, entre ells alguns mayorazgos de cases de tituls, mossos ben plantats, adornats de aventajades parts, y mol estimats, y pera tots ha sigut insensible, habense format y cundit al món la opinió que no habíe naixcut en sensibilidat a propósit per al matrimoni, y que no ñabíe an ella inclinassió natural als homens. Tot aixó ¿qué vol di? ¿En quin cas y obligassió me fique, sense la que miche entre los dos fa tans añs? No sé yo quí u declare; a vosté, pare, a vosté siñora mare, a tots dixo la ressolusió. Sol demano que se tinguen per sertes les raons que hay ficat y los motius que hay manifestat, així respecte de ella, com de Eulalia y Rosa, que són les tres a qui está la competensia.

Va pará de parlá Pedro Saputo, y ningú preníe la paraula.

Va parlá al remat don Alfonso y va di:

- Morfina Estada es la donsella mes hermosa y discreta que hay conegut. Y habén yo cregut que absolutamen no volíe casás, com u va creure tamé son pare pandescanse, en qui vach parlá de ella algunes vegades, mos trobem ara en que ere lo teu amor lo que la fáe pareixe desdeñosa y fura, o mes be desamorada.

Mol apressiades són, cada una per lo seu, Rosa y Eulalia; consevol de elles te mereix, y la voría en gust de nora a la familia; pero después de lo que acabes de dimos, ya no tenim que pensá en elles, potsé se podríe repará en que Morfina té dos añs o una mica mes que tú, cuan fore milló que ne tingueres tú dotse mes que ella; yo no fico cap reparo.

- Ni yo, va di Pedro Saputo; perque la virtut may se fa vella y la discressió sempre té flo.

- Pos a la faena, va di lo pare; demá pronte monto a caball y men vach a vore a Morfina y a la seua bona mare, y tú, Pedro, si te pareix, perque lo teu juissi es lo sol que an aixó ha de regít, podríes aná a Almudévar a satisfé an aquelles dos amabilíssimes joves del modo que lo teu talento y lo teu discurs te sugerixque; perque Rosa no pot dissimulá lo seu amor, que al meu pareixe té poc de germana y mol de amán; y si ademés de aixó la han confiat, ya veus que seríe un cop de mort per an ella, sobre quedá mal en sa mare, que es tamé mare teua. Y a Eulalia ¿qué no li deus? ¿Qué no se mereix?

Yo vech que lo empeño es fort: pero, cumplix, fill meu, cumplix al teu honor y reputassió, has de doná este pas que exigix la humanidat al amor de aquelles dos amables donselles.

- Aniré, pos, a Almudévar, va di Pedro Saputo; les voré, les parlaré; y encara que les dones an estos casos tenen la raó al cor y no admiren reflexions, en tot no desconfío de dixales si no contentes, perque es impossible, al menos no desesperades ni enemigues meues. Ixiré demá mateix, mon anirem los dos a un tems.

En efecte, van eixí los dos en son demá, lo pare a vore a Morfina y tratá del casamén en la deguda formalidat, y lo fill a fé a les infelises de Almudévar la declarassió acordada, que va sé lo trance mes ressio al que se va vore en tota la seua vida. La mare va quedá pensán en la seua Rosa, que li pareixíe la mes grassiosa y amable de totes les donselles naixcudes de dona, y pressindíe de lo que díe son fill.

Dos díes fée que estáe Pedro Saputo a Almudévar, no habén insinuat encara res a les sagales, tot se habíe reduít a festa y jubileu entre ells, cuan va ressibí un plec del virrey aon li díe que se serviguere aná a Saragossa, pos teníe que comunicali una lletra de S. M.

Va acusá lo ressibo al virrey, li va di que anáe a empendre lo camí, y va volá.

Va arribá, y al vórel vindre tan pronte se va admirá y li va preguntá qué ñabíe.

A Morfina, veén la admirassió de don Alfonso, perque ya sabíe que estáe a Almudévar, encara que no va di res, li va doná un salt al cor, y sol se va assossegá veénlo sonriure sense cap siñal sospechosa. Los va amostrá lo plec, y va di son pare:

- Hi anirem juns; pero cuan va pugué parlali libremen a Pedro Saputo, li va di: me ha trastornat ixa notissia. ¡Yo que después de tans añs de esperá y no esperá, y de patí continuamen me creía ya al día de la meua felissidat y gloria!

- Se haurá de diferí o postposá per uns díes, va di Pedro Saputo; ara veus cóm es la sort la que done y trau los gochos de la vida, la que done llum y sombra, la tristesa y la alegría, en los nostres calculs y contra nells, en los nostres dessichos y en la seua contra.

¿Puc yo dixá de obeí al meu Rey? ¿Puc dixá de aná y presentám inmediatamen a Saragossa? Pos causes tan contraries com esta y de mes eficassia encara, per lo que ara se pot jusgá, te han privat de tindre noves de mí estos añs, y a mí de seguí lo meu dessich de donáteles y visitát. No ploros...

- No puc dixá de plorá, va contestá ella, y mes ara que puc plorá y sentí en libertat, y di per qué y per quí ploro. ¡Amán meu! ¡Home meu! ¡gloria meua! No acababe la infelís de lamentá la seua desgrassia, y dabán de tots ploráe y díe que no habíe ressibit lo seu cor cap cop tan fort en la seua vida. Pero no va ñabé arbitri pera detíndrel; pare y fill se van despedí, y ella se va tancá al seu cuarto a afligís y fartás de dili cruel y malissiosa a la sort, barruntán oscuramen allá al sego sentimén desgrassies que no sabíe quines siríen, ni cóm ni per aón habíen de vindre, pero que li anunsiabe lo cor com infalibles.

Pedro Saputo y son pare van aná al seu poble y sense pará se van ficá al camí de Saragossa. Se va presentá primé al virrey Pedro Saputo sol y li va enseñá aquell una carta de S. M. a la que li díe que averiguare aón se trobáe Pedro Saputo y li diguere que lo nessessitáe y dessichabe vórel; y va afegí:

- Espero que no tos faréu esperá a Palau.

- No, va contestá Pedro Saputo; pero primé vindré a vóretos en mon pare, que fa poc tems que 'l vach trobá y vach sé reconegut per nell. Hi van aná los dos en efecte, van minjá en lo virrey, y li van contá la seua historia, folgán mol S. Y. de sentila. Se va aturá a Saragossa uns díes, y se van separá, partín la un cap a la Cort, y l’atre cap a la seua aldea.

Se va aturá a Saragossa uns díes, y se van separá, partín la un cap a la Cort, y l’atre cap a la seua aldea.

sábado, 29 de septiembre de 2018

SEGONA JORNADA. NOVELA DÉSSIMA.

Paganín de Mónaco li robe la dona a micer Ricciardo de Chínzica. Éste, sabén aón está ella, va y se fa amic de Paganín; li demane que lay torno y ell, si ella vol, lay consedirá. Ella no vol torná en ell, y mort micer Ricciardo, se case en Paganín.

Tots los de la compañía van alabá per bona la história contada per la seua Reina, y Dioneo, lo únic que faltabe per novelá a la presén jornada, después de fé moltes alabanses de ella, va di:
Hermoses Siñores, una part de la história de la Reina me ha fet cambiá de opinió, volía contán una pero ne contaré un atra. La bestialidat de Bernabó (encara que acabare be) y de tots los demés que se creíen lo que ell mostrabe. Algúns, anán pel món ara en ésta y ara en aquella entretenínse, se imaginen que les dones dixades a casa se estarán de brassos crusats, com si no sabiguérem los que entre elles naixém y creixém y estém, qué es lo que les agrade. Y contánla tos mostraré cuánta es la simplesa de estos, y cuánta la de qui, pensánse mes poderosos que la naturalesa, se creuen (en fantástics raonaméns) que poden fé lo que no poden y se esforsen per portá a datres a lo que ells són.
Va ñabé un juez a Pisa, mes dotat de ingenio que de forsa corporal, de nom micer Ricciardo de Chínzica, qui, creén podé satisfé a la seua dona en les mateixes obres que fée per als seus estudis, sén mol ric, en no poca solisitut va buscá a una dona hermosa y jove per cónyuge, cuan tan de una com de l´atra, si haguere sabut aconsellás ell mateix com fée als demés, debíe fugí. Y u va conseguí, perque micer Lotto Gualandi li va doná per dona a una filla seua de nom Bartolomea, una de les mes hermoses y vanidoses joves de Pisa, encara que allí ne ñan poques que no pareguen sargantanes mossegadores y cuqueres.

Lo juez, portánla en grandíssima festa a casa seua, y selebrán unes bodes hermoses y magnífiques, va assertá la primera nit a tocála una vegada per a consumá lo matrimoni, y poc va faltá per a que
faiguere tables; pel matí, com ere fluix y sec y de poc espíritu, va tindre que reconfortás en garnacha y en dolsos, y en atres reméis torná a la vida.
Pos este siñó juez, habén adeprés a valorá milló les seues forses que abáns, va escomensá a enseñáli an ella un calendari bo per als chiquets que adeprenen a llichí, y potsé fet a Rávena. Tal com li enseñabe, no ñabíe cap día al que no se selebrare una festa o mes de una; per diverses raóns li enseñabe que lo home y la dona debíen abstíndres de tals ajuntaméns, afegín an ells lo dijú y les cuatre témporesy vigilies dels apóstols y de mil atres sans, y divendres y dissaptes, y lo domenge del Siñó, y tota la Cuaresma, y sertes fasses de la lluna y atres moltes exepsións, pensán potsé que tan conveníe descansá de les dones al llit com descansos ell se preníe al pleitejá les seues causses. Y esta costum, no sense gran melancolía de la dona, a qui potsé tocabe una vegada al mes, y ben just, per mol tems va mantindre; sempre guardánla mol, per a que cap atre anare a enseñáli los díes laborables tan be com ell li habíe enseñat los díes de festa. Va passá que, fen molta caló, a micer Ricciardo li van entrá ganes de aná a recreás a una possessió seua mol hermosa prop de Montenero (Montenegre), y allí, per a péndre lo aire, quedás algúns díes. Y va portá en ell a la seua hermosa dona, y están allí, per a entretíndrela una mica, va dessidí un día eixí a peixcá; y en dos barquetes, ell a una en los peixcadós y ella a un atra en les atres dones, van aná navegán y, sentínse a gust, se van adentrá al mar unes cuantes milles casi sense acatássen. Y mentres estaben atentos mirán, de repén una galera de Paganín de Mónaco, entonses mol famós pirata, va apareixe, y vistes les barques, se va adressá cap an elles; y no van podé fugí antes de que Paganín arribare an aquella a la que anaben les dones, y veén a la hermosa Siñora, sense vóldre datra cosa, y veénu micer Ricciardo que estabe ya an terra, pujánla an ella a la seua galera, sen va aná. Sabén lo selós que ere micer lo juez, que teníe temó hasta del aire, no cal preguntá si li va doldre. Sense profit se va queixá, a Pisa y a datres puestos, de la maldat dels corsarios, sense sabé quí li habíe robat la dona o aón la habíe portat. A Paganín, al vórela tan hermosa, li va paréixe que habíe fet un bon negossi; y no tenín dona va pensá quedás en ella sempre, y com plorabe mol va escomensá a consolála dólsamen. Y, vinguda la nit va escomensá a consolála en los fets, pareixénli que de poc habíen servit les paraules durán lo día; y de tal manera la va consolá que, abáns de que arribaren a Mónaco, lo juez y les seues leys se ni habíen anat de la memória y va escomensá a viure en Paganín com la mes alegre del món. Portada a Mónaco, ademés dels consols que de día y de nit li donabe, honradamen com a la seua dona la teníe. Después de sert tems, arribán als oíts de micer Ricciardo aón estabe la seua dona, en ardentíssim dessich, pensán que dingú sabíe verdaderamen fé lo que fee falta per an alló, se va disposá a anay ell mateix, y a gastá en lo rescate consevol cantidat de dinés; y fénse a la mar, sen va aná cap a Mónaco, y allí la va vore y ella an ell. Ella, per la tarde, lay va di a Paganín y lo va informá de les seues intensións. Al matí siguién, micer Ricciardo, veén a Paganín, se va arrimá an ell y va establí en ell en un momén gran familiaridat y amistat, fingín Paganín no reconéixel y esperán a vore aón volíe arribá. Pel que, cuan li va paréixe be a micer Ricciardo, com milló podíe y del modo mes amable, va descubrí la raó per la que habíe vingut, rogánli que demanare lo que vullguere y li tornare la dona. A lo que Paganín, en la cara alegre, va contestá:
- Micer, sou benvingut, y contestántos, tos dic:

Es verdat que ting a casa a una jove que no sé si es la vostra dona o de algún atre, perque a vos no tos coneixco, ni an ella tampoc, sol de alguna vegada que en mí ha estat un ratet. Si sou vos lo seu home, com diéu, yo, com pareixéu gentilhome amable, tos portaré aon está ella, y estic segú de que tos reconeixerá. Si ella diu que es com diéu, y vol anássen en vos, per amor de la vostra amabilidat, me donaréu de rescate per nella lo que vos mateix vullguéu; si no fore aixina, faríeu una canallada volénmela traure perque yo soc jove y puc tindre una dona igual que consevol atre, y espessialmen ella que es la mes agradable que hay vist may. Va di entonses micer Ricciardo:
- Per sert que es la meua dona, y si me portéu aon ella está, u vorás pronte: me se aviará al coll; y per naixó te demano que no sigue de atra manera que com tú has pensat.

- Pos entonses - va di Paganín - aném.
Van aná, pos, a casa de Paganín y, están ella a una cámara seua, Paganín la va fé cridá; y ella, vestida y preparada, va eixí de una cámara y va vindre aon micer Ricciardo en Paganín estaben, y va fé tan cas a micer Ricciardo com lay haguere fet a consevol atre forasté que en Paganín haguere vingut a casa seua. Lo que veén lo juez, que esperabe sé ressibit per nella en grandíssima festa, se va maravillá mol, y va escomensá a dis:
«potsé la melancolía y lo llarg doló que hay passat desde que la vach pédre me ha desfigurat tan que no me reconeix».

Pel que li va di:

- Siñora, car me costará habét portat a peixcá, perque un doló paregut no vach sentí may com lo que hay tingut desde que te vach pédre, y tú no pareixes reconéixem, pos tan fura me dirigixes la paraula. ¿No veus que soc lo teu micer Ricciardo, vingut aquí a pagáli lo que vullgue an este gentilhome, per a recuperát y portát en mí; y ell, la seua mersé, pel que yo vullga donáli te torne a mí?

La dona, giránse cap an ell, sonrién una miqueta, va di:

- Micer, ¿me u diéu a mí? Miréu que no me haigáu pres per un atra perque yo no men enrecordo de habétos vist may.
Va di micer Ricciardo:

- Mira lo que dius: míram be; fes memória y vorás que soc lo teu micer Ricciardo de Chínzica.

La Siñora va di:

- Micer, perdonéume: no me es honesto mirátos mol com tos imaginéu, pero tos hay mirat prou com per a sabé que may tos hay vist abáns. Se va imaginá micer Ricciardo que fée aixó de no volé confessá o reconéixeu per temó a Paganín pel que, después de un ratet, va demaná per mersé a Paganín que li dixare parlá en ella a una cámara. Paganín va di que sí a cambi de que no la besare contra la seua voluntat, y va maná a la dona que aniguere en ell a la alcoba y escoltare lo que vullguere díli, y li contestare com vullguere. Anánsen, pos, a la alcoba sols la Siñora y micer Ricciardo, en cuan se van assentá, va escomensá micer Ricciardo a di:
- ¡Ay!, Cor del meu cos, dolsa alma meua, esperansa meua, ¿no reconeixes al teu Ricciardo que te ame mes que an ell mateix? ¿cóm pot sé? ¿estic tan desfigurat? ¡Ay!, bonicos ulls meus, míram una mica.

La dona va escomensá a riure y sense dixál seguí, va di:

- Be sabéu que no soc tan desmemoriada que no sápiga que sou micer Ricciardo de Chínzica, lo meu home; pero mentres vach está en vos vau mostrá conéixem mol mal, perque si éreu sabio o u sou, com voléu que de vos se penso, tos va faltá lo coneiximén de vore que yo era jove y fresca y gallarda, y sabé lo que les dones joves demanen (encara que no u diguen per vergoña) ademés de vestí y minjá; y lo que féeu be u sabéu. Y si tos agradabe mes lo estudiá les leys que a una dona, no haguéreu tingut que péndre estat; encara que a mí me pareix que may vau sé juez sino pregoné de fires y festes, de dijú y de vigilies. Y tos dic que si tantes festes haguéreu fet guardá als llauradós que llauraben les vostres terres com féeu guardá al que teníe que entrecavá lo meu hortet, may haguéreu arreplegat un gra de blat. Me hay doblegat a qui Déu ha volgut, com piadós defensó de la meua juventut, en qui me quedo an esta alcoba, aon no se sap lo que són les festes, dic aquelles que vos, mes devoto de Déu que de serví a les dames, tantes ne selebrábeu; y may per esta porta van entrá dissaptes ni domenges ni vigilia ni cuatre témpores ni cuaresma, que es tan llarga, mes que de día y de nit se traballe y se carde la llana; y desde que una nit van tocá a maitines, be sé cóm va aná lo assunto mes de una vegada. Y, aixina, vull quedám en ell y traballá mentres siga jove, y les festes y les peregrinassións y fe dijú esperá a féles cuan siga agüela; y vos anéu en bona ventura tan pronte com pugáu y, sense mí, guardéu cuantes festes vullguéu.

Micer Ricciardo, sentín estes paraules, patíe un doló insoportable, y va di, cuan ella callabe:
- ¡Ay, dolsa alma meua!, ¿quines paraules són estes que me has dit? ¿no mires lo honor dels teus paréns y lo teu? ¿vols de ara en abán quedát aquí de barragana en éste, y en pecat mortal, en ves de a Pisa sé la meua dona? Éste, cuan lo haigues fartat, en gran reprobassió te fotrá al carré; yo te tindré sempre amor y sempre, encara que yo no u vullguera, siríes la ama de casa meua. ¿Tens que abandoná lo teu honor per este dessich desordenat y deshonesto, y a mí que te vull mes que a la meua vida? ¡Ay, esperansa meua!, no diguéu aixó, dignáutos vindre en mí: yo de ara en abán, ya que conec lo teu dessich, me esforsaré; pero, dols be meu, cambia de opinió y víne en mí, que no hay tingut cap cosa bona desde que me vau sé arrebatada.
Y la dona li va contestá:

- Pel meu honor no crec que dingú, ara que ya res pot fes, se preocupo mes que yo: ¡ojalá se hagueren preocupat los meus paréns cuan me van entregá a vos! Y si ells no u van fé pel meu, no vull yo féu ara pel de ells; y si ara estic en pecat mortero, alguna vegada estaré en pecat macero: no tos preocupéu mes per mí. Y tos dic mes, que aquí me pareix sé la dona de Paganín y a Pisa me pareixíe sé la vostra barragana, pensán que segóns les fasses de la lluna y les escuadres geométriques debíem vos y yo ajuntá los planetes, mentres que Paganín tota la nit me té en brassos y me aprete y me mossegue, ¡y cóm me cuide, que u digue Déu per mí!

Diéu encara que tos esforsaréu: ¿en qué?, ¿en empatá en tres basses y eixecála a palos? ¡Ya vech que tos hau fet un caballé de pro desde que no tos hay vist! Caminéu y esforséutos per viure: que me pareix que estéu a pensió, tan arguellat y prim me pareixéu. Y encara tos dic mes: que cuan éste me dixo, a lo que no me pareix disposat, no penso torná may en vos que, exprimíntos tot sansé no podríe fes en vos ni una escudella de salsa, perque en grandíssim mal meu y interés y rédits allí vach estáy una vegada; pel que a un atra part buscaré la meua manduca. Lo que tos dic es que no ñaurá festa ni vigilia aon penso quedám; y per naixó, tan pronte com puguéu, anéu en Déu, si no, cridaré que voléu forsám.

Micer Ricciardo, veénse en apuros y veén la seua locura de triá una dona jove están apátic y sén casi impotén, en doló y tristesa, va eixí de la alcoba y va di a Paganín moltes paraules que de res li van valé. Y sense habé conseguit res, dixada la dona, sen va entorná cap a Pisa, y se ni en va aná lo cap de tan doló. Cuan anabe per Pisa, a qui lo saludabe o li preguntabe algo, no contestabe res mes que:

- ¡Lo mal foro no vol festes!
Y después de no mol tems va estirá la garra. Se va enterá Paganín, y sabén
l´amor que la dona li teníe, la va desposá com a la seua legítima mullé, y sense may guardá festes ni vigilies o dichuná, van traballá mentres les cames los van aguantá y be que se van divertí.

Pel que, volgudes Siñores meues, me pareix que lo siñó Bernabó dispután en Ambruogiuolo vullguere apartá la cabra del monte.

Esta história va fé riure tan a tota la compañía que no ñabíe dingú a qui no li faigueren mal les barres (mandíbula); y de común consentimén totes les dones van di que Dioneo teníe raó y que Bernabó habíe sigut un animal. Pero después de acabá la história y les risses van callá, habén vist la Reina que la hora estabe ya mol abansada y que tots habíen novelat, y lo final del seu señorío habíe arribat, segóns lo orden escomensat, traénse la guirnalda del cap, damún del cap de Neifile la va ficá, dién en alegre gesto:
- Ya, volguda compaña, ara es teu lo gobern de este poblet - y va torná a assentás. Neifile se va ficá una mica roija en este honor ressibit, y la seua cara pareixíe una fresca rosa de abril o de mach tal com se amostre al clarejá lo día, en los ulls anheláns y chispejáns, una mica baixos, com una matutina o matinera estrella o estrel. Después de que lo cuchicheo dels concurréns se va pará y ella va recuperá lo ánimo, assentánse una mica mes alt del que acostumbrabe, va di:
- Ya que ara la vostra Reina soc, sense alluñám massa de la costum seguida per aquelles que abáns de mí u han sigut, tos faré manifest en poques paraules lo meu paréixe, y seguirém si u estiméu aixina. Com sabéu, demá es divendres y en son demá dissapte, díes que, per les minjades que se acostumbren a fé, són una mica engorrosos a la mayoría de la gen; sense di que, lo divendres, ya que an este día per la nostra vida Jesús va morí, va patí la passió, es digne de reverénsia; en honor de Déu, valdríe mes que en orassións en ves de en históries mos entretinguérem. Y lo dissapte es costum de les dones rentás lo cap y tráures tot lo pols, tota la brutíssia que pel traball de la semana se haigue agarrat; y tamé mols acostumbren a fé dijú en reverénsia a la Virgen Mare del Fill de Déu, y lo domenge, descansá de consevol traball. Com no podém estos díes seguí la vida que ham adoptat, crec que estaríe be que estos díes dixém les históries. Después, com haurém estat aquí cuatre díes, si volém evitá que arribo la gen nova, jusgo adecuat mudámos de aquí y anámon a un atre puesto. Allí, cuan estiguém reunits lo domenge después de dormí, com ham tingut avui mol tems per a raoná conversán, tindrém mes tems per a pensá, y sirá milló que se limito una mica la libertat de novelá y que se parlo de un dels mols cassos de la fortuna, hay pensat que sigue sobre qui alguna cosa mol dessichada haygue conseguit en industria o una pérdua recuperada.

Tot lo món va alabá lo dit y lo imaginat per la Reina, y aixina van quedá que se faríe. La Reina, después de aixó, fen cridá al seu senescal, li va di aón debíe ficá la taula per la tarde, y tot lo que después teníe que fé durán lo tems del seu señorío; y ficánse de peu, los va doná llisénsia per a fé lo que a cadaú mes li apetiguere. Van agarrá, pos, les Siñores y los homes lo camí de un jardinet, y allí, después de entretíndres una mica, vinguda la hora del sopá, en festa y en plaé van sená; y eixecánse de allí, segóns li va apetí a la Reina, portán Emilia la carola, esta cansó de Pampínea, que los demés corejaben, se va cantá:

¿Quí podríe cantá al meu puesto
que ting tot cuan ansío?
Víne, pos, Amor, raó de la meua ventura,
de la esperansa y de tota la alegría,
víne en mí a cantá
no de suspiros, penes y amargura,
que ara me es dols lo que va sé agonía,
mes que de este brillá
del foc, a les seues flames vull está
adoránte a tú com a Déu meu.
Tú dabán dels ulls me vas portá, Amor,
cuan en lo teu foc me vach sucarrá per primera vegada,
a un de tal talante
que en bellesa y ossadía, y en valor,
atre milló may se trobaríe,
ni datre paregut;
y tan me va inflamá que en este instán
felís te estic cantán, siñó meu.
Y este que es per a mí máxim plaé
y que me vol cuan yo lo vull
Amor, per la teua Mersé,
pel que an este món vull,
gosá de pas en un atre espero;
pos li guardo fe
que hasta al seu Reino, Déu, que aixó u veu,
confío que per la seua bondat mos portará.

Después de ésta, atres moltes se van cantá y se van ballá moltes danses y se van tocá diferentes músiques; pero jusgán la Reina que ere tems de anássen a descansá, en los cresols per dabán cadaú a la seua cámara sen van aná, y durán los dos díes siguiéns fen cas a lo que la Reina habíe dit, van esperá en dessich la arribada del domenge.


Acabe la segona jornada.