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jueves, 14 de octubre de 2021

A LA VIRGEN MARÍA. A LA VERGE SANCTA MARIA.

A LA VIRGEN MARÍA.

En el capítulo LXXXIII del libro titulado Blanquerna, que escribió Raimundo Lulio en la ciudad de Montpeller hacia los años 1282 y 1283, se lee una trova dirigida a la virgen María, que puso el autor en boca de uno de los personajes que en la obra figuran. Es una composición corta, de bellas formas e ingeniosos y elevados conceptos, que nos da una idea del atractivo que debieron tener los lais o tensiones del enamorado trovador.
- "A vos, Señora, santa virgen María, dice, a vos doy todo mi albedrío, y con tanto ardor quiere de vos enamorarse, que sin vos en nada anhela fijar sus deseos ni su amor: porque el amor que a vos se dirige, que sois madre del amor, es el más fino y elevado de todos los amores; y quien sin vos amar intenta, malogra infelizmente el amor de su corazón. Y pues ya que queréis, excelente reina, toda mi voluntad, os quiero también hacer presente de mi memoria y de mi inteligencia, porque sin voluntad ¿qué haría de ellas, Señora? Mas ay, si os place, madre mía, recordad y haced entender a toda la clerecía cuanto se os honrara si emprendiesen unos el camino de la Tierra-Santa para predicar la divina palabra a los infieles y convertirles a la fé cristiana, y sembrasen otros la paz entre las ovejas de Jesús: que muchos son los que se jactan de que arrostrarían la muerte por vuestro hijo, si ocasión se ofreciera; mas pocos los que emprendan el apostolado, pues el temor de morir les hace andar remisos y negligentes." -

En la versión que en 1521 se publicó en Valencia del Blanquerna, aparece también traducida la trova que nos ocupa, aunque en diferente metro; y si bien en la traducción observamos el lenguaje más culto del siglo XVI, en nuestro concepto no iguala al original. A continuación de este insertamos aquella para que el lector juzgue por sí mismo.

Blanquerna en castellano (descargar pdf)

Blanquerna, castellano, Raymundo Lulio, 1521, valenciano, lemosin, lemosina, lengua castellana, 1749


https://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=8246


A LA VERGE SANCTA MARIA.


A vos, dona verge sancta María,

Dó mon voler, qui 's vòl enamorar

De vos tant fort, quí sens vos no volria

En nulla rè desirar ni amar.

Car tot voler ha melloria

Sobre tot altre que no sia

Volent en vos, qui est mayre d' amar;

Qui vos no vòl no 's pòt enamorar.


Pus mon voler vòl vostre senyoria,

Lo meu membrar e 'l saber vos vuyll dar;

Car sens voler, dona, ¿eu qu ' els faria?

E, vos dona, si us play façats membrar

E entendre, mayre, a clereçia,

Per ço que vagen en Suría

Als infaels convertir e preycar,

E ' els christians fassen pacificar.


Mant hom se vana que murria

Per vostre fill si loch venia;

Mays pauchs son çells qui 'l vagen preycar

Als infaels, car mort los fá duptar.


(Versión de 1521.)

A vos, mare verge, excelsa María,
Lo meu voler done qu' es vòl enamorar
De vos a qui 'm postre, sens quí no volria
Alguna altra cosa desirar ni amar.
Qu' en vos quant s' endreça té, cert, milloria
Sobre 'l que no era ni esser poria;
Puix sou en nosaltres d' amor vera mare:
Y a vos qui nous ama no 'l vòl l' Etern pare.

Puix mon voler prompte voleu, reyna pia,
La mia memoria e 'l saber vos vull dar:
Car sens voler, dea ¿yo qué d' ells faria?
Mas qu' es recordassen d' entendre y amar,
Excelsa princessa, a vos si plahía,
Tots vostres bons clergues d' amar en Suria
A tots los heretges infaels predicar;
Y 'ls crestians fessen prest pacificar.

Mas l' hom perdra 'l viure per vos se gloría
Y 'l vostre fill sacre si 'l cas se seguia;
Y pochs son qui vagen la fe predicar
Als infaels heretges per mort reçelar.

sábado, 12 de enero de 2019

Día del Pilar (Luis del Val)


https://www.cope.es/programas/herrera-en-cope/la-fotografia-de-luis-del-val/noticias/las-palabras-luis-del-val-sobre-dia-del-pilar-que-han-dejado-deslumbrado-herrera-20181012_271536



El 12 de Octubre es el día de la Fiesta Nacional de nuestra patria. También es el día de la Virgen del Pilar, coincidiendo con el día de la patrona de España. De la misma forma, es patrona de la ciudad de Zaragoza, como no podía ser de otra manera, después de ser la ciudad que alberga el templo mariano más antiguo de la cristiandad. Además es la patrona de la Guardia Civil, que celebra su día grande coincidiendo con nuestra Fiesta Nacional.
Virgen del Pilar

Luis del Val, periodista, escritor y colaborador de 'Herrera en COPE', ha querido aprovechar este 12 de octubre para dedicar unas palabras muy emocionantes a este Día del Pilar
Hasta el mismo Carlos Herrera ha subrayado un par de veces lo "bonito" que estaban siendo las citas del zaragozano. "¡Enhorabuena! Un mañico como Luis del Val no podía escribir otra cosa hoy", ha dicho de forma agradecida el comunicador.
Aquí puedes leer el texto completo de Luis del Val:
“Buenos días, pido perdón de antemano pero en este día se me pone el alma de jota y el corazón de guitarra. Y es que para el Pilar, sabe la jota a rosa recién abierta, a besico de la madre y a visita mañanera.
Son cuatro estrofas que se convierten en seis y que como decía Manuel Machado, Manuel, no Antonio, que fue bibliotecario en el Ayuntamiento de Madrid,
hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.
Y hay unos latigazos líricos estremecedores, tremendos, de poetas fortuitos que nunca conoceremos, y que en la parte de atrás de un recibo en la margen de las páginas de un periódico, con premura y sin pensar, escribieron cuatro esquinas de amor o de pena, de nostalgia o desafío, que se han quedado para siempre tan clásicas como la literatura de los consagrados.
Recuerdo a José Oto rotundo y fuerte, recordando a una jotera recién fallecida cantar eso de
cuando se murió le puse
mi pañuelo por su cara
pa´ que la tierra no toque,
boquita que yo besara.

https://www.youtube.com/watch?v=TLHh2qXEYIU José Oto, la fiera y eso es un aragonés.

El amor del hombre por la mujer, pero también el amor de la mujer por el hombre del que nace está jota. Cuando una baturra quiere a quien la sabe querer, de tanto querer se muere, y muerta, quiere también.
Por el amor a la patria, la chica y la grande, España va tan adentro del sentir de mi Aragón, que ser baturro supone ser doblemente español.
ser baturro supone ser doblemente español, Carlos Rallo Badet

Y el amor claro a la Virgen, tuve un tío al que no creo haberle visto ir a misa nunca pero iba al Pilar a ver a la Virgen y se quedaba de pie un rato, luego daba media vuelta y salía del templo en silencio.
Un día escuche una jota que parecía escrita para él.
Entré un día a ver la Virgen
y como no sé rezar,
canté una jota despacico
y vi a la Virgen llorar.


Pido perdón de nuevo pero en este día se sientan los recuerdos a mi lado y me dan pellizcos de Bandurria y me llevan por la calle Alfonso y me susurran coplas al oído y hay una que este invierno musitaré en el lugar más tranquilo del pueblo de Ateca, una jota que no sabía que un día me iba a parecer que estaba dedicada a una circunstancia personal y que dice tan escueta como lírica, tan rotunda como delicada:
'Cómo quieres que en invierno
den rosicas los rosales,
si fue una tarde de enero
cuando se murió mi madre'.
Decía Vázquez Montalbán que la vida no era un tango sino un bolero. Y es posible que por Navarra, La Rioja y Aragón, la vida pueda ser un puñadico de jotas”.

José Iranzo, el pastor de Andorra, la palomica


Estuve en el cementerio el día de su entierro en Andorra. Cantaron "aunque el tiempo no acompañe", y una versión de la palomica en la que levanta por fin el vuelo. 


jueves, 11 de octubre de 2018

Samalamdrán

Samalamdrán. Persona gran desgarbada, per alusió a San Balandrán ,  Monasteri o convén del Pueyo o Puch.

https://es.wikipedia.org/wiki/Balandr%C3%A1n_(santo)


A Tamarite encara se diu.


samalandram 


chapalandrán 


Samalamdrán


Balandrán es un santo legendario. De acuerdo con la tradición, fue un pastor aragonés al que se le apareció la virgen en el lugar en el que posteriormente se construiría el Monasterio del Pueyo

Corría el año 1101 y se acababa de trasladar la sede episcopal de Roda de Isábena a Barbastro. Ocurrió en un día de esos tiempos que Balandrán, un pastorcillo apenas adolescente natural de Morilla (hoy en día una aldea una perteneciente a Ilche), dormía en una choza y, de repente oyó una voz que pronunciaba su nombre tres veces. Se trataba de una voz feérica acompañada de música interpretada por instrumentos celestiales. Presa del temor, salió fuera de su refugio pastoril y se topó con la imagen de la Virgen entre las ramas de un almendro (en otras versiones se dice que era una carrasca). Comunicó la noticia a los vecinos de Barbastro, los cuales en el lugar donde se produjo la aparición divina construyeron una primitiva ermita al estilo rústico y tradicional de la zona. Posteriormente se edificó en ese mismo paraje el Monasterio del Pueyo. En ese diminuto templo Balandrán sirvió de sacerdote hasta su muerte. En una pequeña estancia vecina a la iglesia del actual monasterio se halla una tumba de características góticas donde está sepultado San Balandrán, el cual era un hombre de gran estatura y poderío físico. Cuenta una tradición oral del Somontano de Barbastro que las mujeres en edad de merecer de Barbastro y de las aldeas cercanas debían ser capaces de abarcar con sus brazos extendidos toda la longitud de la tumba a fin de poder conseguir pretendiente con el que compartir los sagrados votos nupciales.

jueves, 27 de septiembre de 2018

SEGONA JORNADA. NOVELA SÉPTIMA.

Lo sultán de Babilonia envíe a una filla seua a casás en lo rey del Algarve, Portugal, la que, per diverses calamidats, en cuatre añs arribe a les máns de nou homes a diferéns puestos. Al final, restituida al pare com a donsella, torne a la voreta del rey del Algarve com a dona, a lo que anabe primé.

Potsé no se hauríe extés mol mes la história de Emilia sense que la compassió per madama Beritola no los haguere conduít a derramá llágrimes. Pero después de que an aquella história se va ficá fin, li va apetí a la Reina que Pánfilo continuare, contán la seua; per lo que ell, que ere mol ben cregudet, va escomensá:
Difíssilmen, amables Siñores, pot sé sabut per natros lo que mos convé, pel que, com moltes vegades se ha pogut vore, ne han ñagut mols que, estimán que si se faigueren rics podríen viure sense preocupassións y segús, u van demaná a Déu no sol en orassións sino en obres, no rehusán cap pena ni perill per a intentá conseguíu: y cuan u habíen lograt, van trobá que per dessich de tan gran herénsia van aná a matáls los que abáns de que se faigueren rics dessichaben que visqueren. Atres, de baix estat pujats a les altures dels reinos per mich de mil perilloses batalles, per la sang de sons germáns y dels seus amics, creén está an elles la suma felissidat, van vore (no sense la seua mort) que a l´or de les taules reals se bebíe lo veneno. Mols ñabíe que la forsa del cos y la bellesa, y serts ornaméns (adornos) en moltes ganes van dessichá, y no se van percatá de habé dessichat mal hasta que aquelles coses no los van sé ocasió de mort o de dolorosa vida.
Y per a no parlá un per un de tots los dessichos dels humáns, afirmo que no ña ningú que en tota la precaussió, segú dels azars o dessignios de la fortuna pugue sé triat per los vius. Si volém obrá be, a péndre y arramblá hauríem de disposamos lo que mos dono aquell Déu que sap lo que mos fa falta y lo que mos pot doná. Pero si los homes pequen per dessichá varies coses, vatres, grassioses Siñores, mol pecáu per una cosa, que es per dessichá sé mes hermoses, hasta lo pun de que, no bastántos los encáns que per la naturalesa tos han sigut consedits, encara en maravillós arte busquéu aumentáls.
Tos contaré lo hermosa que va sé una mora (sarracena) que, en uns cuatre añs, va tindre que casás nou vegades. Ya ha passat mol tems desde que va ñabé un sultán a Babilonia que va tindre per nom Beminedab, al que als seus díes moltes coses al seu gust li van passá. Teníe éste, entre mols fills mascles y femelles, una filla cridada Alatiel que, pel que tots los que la véen díen, ere la dona mes hermosa que se haguere vist en aquells tems al món.

Lo rey del Algarve li habíe ajudat a Beminedab a guañá una escabechina que habíe caussat moltes baixes a una caterva de árabes que li habíen caigut damún. Lo rey li habíe demanat com una grássia espessial a la filla, y ell lay habíe donat per dona; y en honrada compañía de homes y de dones y en mols nobles y un ric ajuar la va fé montá a una nave ben armada y ben provista, y enviánlay, la va encomaná a Déu. Los marinés, cuan van vore la bonansa del mar, van eixecá al ven les veles y del port de Alejandría van eixí y mols díes van navegá felísmen; y habén passat Cerdeña, se van eixecá un día contraris vens, impetuosos, y lo mar va sacsá tan la nave aon anabe la Siñora y los marinés que moltes vegades se van tindre per perduts. Pero, com eren homes valéns, fen aná tot lo seu arte y tota la seua forsa, sén combatits y esbatussats pel infinito mar, van ressistí durán dos díes; y escomensán ya la tersera nit desde que la tempestat habíe escomensat, y no parán ésta sino que encara creixíe, no sabén aón estaben ni podén calculáu tampoc per la vista, perque lo sel estabe tapat de núgols negres y tenebrosa nit, están no mol mes allá de Mallorca, van sentí que cruixíe la nave. Pel que, no veén reméi per a la seua salvassió, van aviá a la mar una chalupa, y confián mes en ella que en la nave esbadocada, allí se van aviá los patróns, y después de ells tots los homes que ñabíe a la nave, y creén fugí de la mort se la van trobá de cara: perque no podén en aquell mal tems aguantán a tans, se va afoná la chalupa y se van aufegá tots.
Y la nave, que per lo impetuós ven ere espentada, encara que tota badada estiguere y ya casi plena de aigua - no habénse quedat an ella dingú mes que la Siñora y les seues dones, y totes per la tempestat del mar y per la temó vensudes, estáen tombades a bordo com si estaren mortes - navegán mol rápidamen, va aná a varás a una playa de la isla de Mallorca, en tan ímpetu que se va empotrá casi sansera a la arena, a un tiro de pedra de la vora; y allí, batuda pel mar, sense podé sé moguda pel ven, se va quedá durán la nit. Arribat lo día cla y algo apassiguada la tronada, la Siñora, que estabe mich morta, va alsá lo cap y, tan fluixeta com estabe va escomensá a cridá a la seua servidumbre, pero en vano cridabe: los criats cridats estaben massa lluñ.
Com no contestabe dingú ni vée a dingú, se va assustá mol y va tindre molta temó; y com milló va pugué, eixecánse, a les dames que eren la seua compañía y a les atres dones va vore tombades, y les va aná sacsán, después de mol cridá a poques va trobá en vida, perque se habíen mort per lo estómec revolt y escagarsades per la gran temó: pel que la po de la Siñora se va fé encara mes gran. Pero apretánli la nessessidat de dessidí algo, ya que allí sola se veíe (y sense sabé aón estabe), tan va animá a les que vives estaben que les va fé eixecás; y veén que no sabíen aón habíen anat los homes, la nave varada an terra y plena de aigua, totes elles van escomensá a plorá. Y va arribá la hora de nona abáns de que a dingú veigueren, ni per la vora ni a cap atra part, a qui pugueren despertá la piedat y les ajudare.
Arribat michdía, per sort, tornán de una terra seua va passá per allí un gentilhome de nom Pericón de Visalgo, en mols criats a caball; éste, veén la nave, se va imaginá lo que ere y va enviá a un dels criats cap an ella per a que li contare lo que ñabíe.

Lo criat, encara que fénu en dificultat, allí va pujá y va trobá a la noble jove y la poca compañía que teníe, daball de la punta de la proa, tota tímida, amagada. Y elles, al vórel, plorán van demaná missericórdia moltes vegades, pero donánse cuenta de que no les enteníen y de que elles no los enteníen, per señes se van ingeniá en amostráli la seua desgrássia. Lo criat, com milló va pugué mirán totes les coses, va contá a Pericón lo que allí ñabíe, y éste va fé portá a les dones y les coses mes pressioses que allí ñabíe y que van podé agarrá, y en elles sen va aná a un castell seu; y allí en minjá, beure y repós reconfortades les Siñores, va compéndre, per lo ric ajuar, que la dona que habíe trobat teníe que sé una gran y noble Siñora, y va sabé quina ere al vore los honors que les atres li féen an ella. Y encara que estabe blanca y desarreglada per les penes del mar, les seues facsións li van paréixe bellíssimes a Pericón, per lo que va deliberá que si no tinguere home la voldríe per dona, y si per dona no puguere tíndrela, la voldríe tindre per amiga.
Ere Pericón home de fiero aspecte y mol robusto; y habén fet serví mol be durán algúns díes a la Siñora, y están ella tota reconfortada, veénla ell hermossíssima, apenat per no podé enténdrela ni ella an ell, y aixina no podé sabé quí ere, pero no per naixó menos prendat de la seua bellesa, en obres amables y amoroses va intentá convénsela per a pugué cumplí lo su plaé sense oposás. Pero ere en vano: ella no volíe la seua familiaridat, y mes se inflamabe lo ardó de Pericón. La dona, com ya portaben uns díes allí y sen donáe cuenta per les costums de que entre cristianos estabe, y a un puesto aon, si haguere sabut féu, lo donás a conéixe de poca cosa li servíe, pensán que a la llarga o per la forsa o per amor tindríe que satisfé los gustos de Pericón, se va proposá calsigá la miséria de la seua fortuna, y a les seues dones, que mes de tres no ni habíen quedat, va maná que a dingú manifestaren quí eren, salvo si an algún puesto se trobaren aon veiguéren que podríen trobá una ajuda per a la seua libertat. Ademés de aixó, animánles mol a conservá la seua castidat, va afirmá que ella se habíe proposat que may dingú gosaríe de ella mes que lo seu home. Les seues dones la van alabá per naixó, y li van di que observaríen tan com puguéren la seua órden.
Pericón, inflamánse mes de día en día, y mes cuan vee de prop la cosa dessichada y moltes vegades li ere negada, y veén que los seus piropos no li valíen, va prepará tot lo seu ingenio y arte, reservánse la forsa per al final. Sen va doná cuenta que a la Siñora li agradae lo vi, y com no estabe acostumbrada a beure, en ell, com ministre de Venus va pensá que podíe conseguíla, y, aparentán no preocupás de que ella se mostrare fura, va fé una nit un magnífic sopá, a la que va acudí la Siñora; y en ella, sén per moltes coses alegrada lo sopá, va maná al que la servíe que en uns cuans vins mesclats li donare de beure. Lo sommelier u va fé, y ella, que de alló no se guardabe, una mica acalentada per la beguda, va afluixá la seua honestidat; pel que, olvidán totes les adverténsies passades, se va ficá alegre, y veén an algunes dones ballá a la moda de Mallorca, ella a la manera alejandrina va ballá. Veénu Pericón, está prop li va paréixe del que dessichabe, y continuán lo sopá en mes abundánsia de minjás y de begudes, va aná allargán la velada. Al final, anánsen los convidats, sol en la Siñora va entrá a la seua alcoba; ella, mes calenta pel vi que templada per la honestidat, com si Pericón haguere sigut una de les seues dones, sense cap contensió de vergoña se va ficá descorcholí (despullá) en presénsia de ell y se va ficá al llit. Pericón no va dudá en seguíla, y apagán totes les llums, a l’atra part se va gitá jun an ella, y agarránla en brassos sense cap ressisténsia, en ella va escomensá amorosamen a voltá y girá. Después de habéu probat, no habén sentit may abáns en quina forsa espenten los homes de verdat, casi arrepentida de no habé acsedit abáns a les insinuassións de Pericón, sense esperá a sé invitada a tan dolses nits, moltes vegades se invitabe ella mateixa, no en paraules, en les que no se sabíe fé enténdre, sino en obres. An este gran plaé de Pericón y de ella, no están la fortuna contenta en habéla fet en ves de dona de un rey amiga de un castellano, va passá lo siguién:
Teníe Pericón un germá de vintissing añs de edat, guapo y fresc com una rosa, de nom Marato; éste, habénla vist y habénli agradat mol, pareixénli que segóns les seues acsións li agradabe, com Pericón la guardabe seguit, va cavilá una maldat: y al pensamén va seguí sense tregua lo criminal efecte.

Estabe entonses, per casualidat, al port de la siudat, una nave carregada de mercansía per a aná a Clarentza, a Romania, de la que eren patróns dos joves genovesos, y teníe ya la vela eixecada per a anássen en cuan bon ven bufare; en éstos se va conchabá Marato, y van arreglá que la nit siguién siríe ressibit en la dona. Y fet aixó, al fes de nit, va aná en algúns de los seus fidelíssims compañs a casa de Pericón, secretamen, habíe demanat ajuda per a lo que pensabe fé, y a la casa, segóns lo que habíen acordat, se va amagá. Y después de passá una part de la nit, habén ubert als seus compañs, allá aon Pericón en la dona dormíe sen va aná, y obrín la cámara, van assessiná a Pericón mentres dormíe y a la dona, desperta y gañolán, amenassánla de mort si fée algún soroll, se la van emportá; y tamé gran cantidat de les coses mes pressioses de Pericón, sense que dingú los haguere sentit, sen van aná al port, y allí sense tardá van pujá a la nave Marato y la dona, y los seus compañs se van doná la volta y van colá.


Los marinés, tenín ven favorable y fresc, se van fé a la mar. La dona, amargamen de la seua primera desgrássia y de ésta se va dóldre mol; pero Marato, en lo San-Crescencio-en-máque Déu li habíe donat va escomensá a consolála de tal manera que ella, ya familiarissánse en ell, va olvidá a Pericón; y ya li pareixíe trobás be cuan la fortuna li va portá noves tristeses, com si no estiguere contenta en les passades. Sén ella hermossíssima de aspecte, com ya ham dit moltes vegades, y de maneres mol dignes de alabansa, tan ardénmen de ella los dos patróns de la nave se van enchochá que, olvidánse de consevol atra cosa, sol a servíla y a agradála se aplicaben, tenín cuidado sempre de que Marato no sen donare cuenta de la seua intensió. Habénsen donat cuenta la un del amor del atre, van tindre una secreta conversa y van convindre en guañás aquell amor común, com si Amor se puguere partí com se fa en les mercansíes y les ganánsies. Y veénla mol custodiada per Marato, y per naixó impedit lo seu propósit, anán un día la nave a molta velossidat, en mes nugos que la fusta de sabina, y Marato están a la popa y mirán al mar, no sospechán res de ells, sen van aná an ell de común acuerdo y, agarránlo rápit per detrás lo van aventá al mar; y ya estaben mes de una milla náutica alluñats abáns de que dingú sen haguere donat cuenta de que Marato habíe caigut al mar; lo que sentín la dona y no veén manera de podél recobrá, nou dol va escomensá a tindre. Y al seu consol los dos amáns van vindre, y en dolses paraules y grandíssimes promeses, encara que ella poc los entenguere, an ella, que no tan pel perdut Marato com per la seua desventura plorae, se ingeniaben en tranquilisá. Y después de llargues considerassións una y un atra vegada dirigides an ella, pareixénlos que la habíen consolat, va vindre la hora de discutí entre ells quí se la emportaríe primé al catre. Y volén los dos sé lo primé y no podén arribá a cap acuerdo entre los dos, primé en paraules series y dures van escomensá un altercat y ensenénse en ira van fótre má als gaviñets, y furiosamen se van aviá la un damún de l´atre; y mols cops, no podén los que a la nave estaben separáls, se van doná un al atre, y un d'ells va caure mort, y l´atre gravemen ferit, pero va quedá en vida; aixó va desagradá mol a la dona, y com se veíe sola, sense ajuda ni consell, mol se temíe que contra nella se girare la ira dels paréns y dels amics dels dos patróns; pero los rogs del ferit y la arribada a Clarentza del perill de mort la van librá. Allí, jun en lo ferit, van baixá a terra firme, y están en ell a un albergue, va córre la fama de la seua gran bellesa per la siudat, y als oíts del príncipe de Morea, que entonses estabe a Clarentza, va arribá: pel que va voldre vórela, y veénla, y mes del que la fama diebe pareixénli hermosa, tan ardénmen se va enamorá de ella que en atra cosa no podíe pensá. Y habén sentit com habíe arribat allí, se va proposá conseguíla per an ell, y buscánli la volta y sabénu los paréns del ferit, sense esperá mes lay van enviá rápidamen; al príncipe li va agradá mol y a la dona tamé, perque fora de un gran perill li va paréixe está. Lo príncipe, veénla ademés de per la bellesa adornada en trajes reals, no podén de atra manera sabé quí ere ella, va estimá que siríe noble Siñora, y va doblá lo seu amor per nella; y tenínla mol honradamen, no com amiga sino com a dona la tratabe. Considerán la dona los passats mals y pareixénli está bastán be, tan consolada y alegre estabe mentres los seus encantos floríen que de res mes pareixíe que se tinguere que parlá a Romania.
Lo duque de Atenas, jove y guapo y arrogán, amic y parén del príncipe, va volé vórela: y fen com que viníe a visitál, com acostumbrabe a fé de Pascues a Rams, en bona y honorable compañía va aná cap a Clarentza, aon va sé honradamen ressibit en gran festa. Después de algúns díes, parlán los encantats dels encantos de aquella dona encantadora, va preguntá lo duque si eren cosa tan admirable com se diebe; a lo que lo príncipe va contestá:

- Mol mes; pero de aixó no les meues paraules sino los teus ulls vull que dónon fe.

A lo que, invitán al duque, juns van aná cap aon ella estabe; ella, mol cortésmen y en alegre cara, sabén ya de la seua vinguda, los va ressibí. La van fé sentá entre ells, pero no se va pugué parlá en ella perque poc o gens de aquella llengua enteníe; los dos la miraben com a cosa maravillosa, y mes lo duque, que apenes podíe creure que fore cosa mortal, y sense donás cuenta, al mirála, en lo amorós veneno que dels ulls bebíe, creén que lo seu gust satisfée miránla, se va enviscá an ell mateix, enamoránse de ella completamen. Y después de anássen y están sol pensán, pensabe que lo príncipe ere lo home mes felís a la terra, y después de mols pensaméns, pesán mes lo seu fogós amor que la seua honra, va determiná, passare lo que passare, privá al príncipe de aquella felissidat y fes felís en ella an ell mateix si puguere. Y, tenín al ánimo donás pressa, dixán tota raó y tota justíssia apart, als engañs va disposá tot lo seu entenimén; y un día, segóns lo plan cavilat, en un secretíssim camarero del príncipe que teníe per nom Ciuriaci, tots los seus caballs y les seues coses va fé prepará per a anássen, y venín la nit, en un compañ, ben armats, Ciuriaci lo va portá a la alcoba del príncipe de amagatóns y en silénsio. Lo va vore tot despullat perque fée molta caló. Mentres dormíe la dona, ell estabe a una finestra uberta al port, prenén la briseta que de aquella part bufáe. Habén abáns informat del que faríe als seus compañs, silensiosamén va caminá per la cámara hasta la finestra, y allí en un gaviñet, ferín al príncipe a la riñonada, lo va traspassá de part a part, y agarránlo rápidamen, lo va aventá per la finestra aball.


Estabe lo palau a la vora del acantilat y mol alt, y aquella finestra a la que estabe entonses lo príncipe donabe a unes cases que habíen sigut assolades pel ímpetu del mar, a les que poques vegades o may hi anabe dingú; pel que va passá, tal com lo duque u habíe previst, que la caiguda del cos del príncipe no va sé sentida per dingú. Lo compañ del duque, veén que alló estabe fet, va agarrá rápidamen un cabestro (brida, corda) que portabe per an alló, y fingín féli caríssies a Ciuriaci, li va fé una lligassa a la gola y va estirá estrangulánlo, de manera que Ciuriaci no va pugué fé cap soroll; y reunínse en ell lo duque, lo van acabá de asfixiá, y aon lo príncipe estabe, lo van aviá an ell tamé. Y fet aixó, veén que no los habíen sentit ni la dona ni dingú, va agarrá lo duque una llum a la má y la va eixecá sobre lo llit, y silensiosamén va destapá a la dona sansereta, que dormíe profúndamen; y miránla la va apressiá mol, y si vestida li habíe agradat sense comparassió li va agradá despullada. Pel que, inflamánse en mes gran dessich, sense está espantat pel ressién pecat cometut, en les máns encara ensangrentades, jun an ella se va gitá y están ella mich adormida, creén que ere lo príncipe, van fornicá. Después de está en ella un bon rato en grandíssim plaé, eixecánse y fen vindre allí an algúns del seus compañs, va fé agarrá a la dona de manera que no puguere fé soroll, y per una porta falsa, per aon habíe entrat ell, emportánsela y ficánla a caball, lo mes silensiosamén que van pugué, en tots los seus se va ficá en camí y sen van entorná cap a Atenas. Pero com teníe dona, no a Atenas sino a un puesto seu mol majo a les afores de la siudat jun al mar, va dixá a la mes dolorosa de les dones, tenínla allí amagada y fénla serví honradamen de tot lo que nessessitabe.

Pel matí siguién, los cortessáns del príncipe habíen esperat hasta la hora de nona a que lo príncipe se eixecare; pero com no sentíen res, espentán les portes de la cámara que estaben entreubertes, y no trobán allí a dingú, pensán que sen habíe anat an alguna part per a está sols ben a gust en aquella hermosa dona, no se van preocupá mes. Va passá que, al día siguién, un loco, entrán per les ruines aon estaben lo cos del príncipe y lo de Ciuriaci, en la maroma va arrastrá afora a Ciuriaci, y lo anabe arrossegán detrás de ell. Aixó va sé vist per mols, y se van fé portá pel loco allí aon lo habíe trobat, y en grandíssim doló de tota la siudat, van trobá lo cos del príncipe, y lo van sepultá; y van investigá este gran crimen, y veén que lo duque de Atenas no estabe, y que sen habíe anat furtivamen, van creure, com ere, que ell debíe habé fet alló y se habíe emportat a la dona. Van sustituí al príncipe per un germá del mort, y lo van insitá en tot lo seu poder a la vengansa; éste, per moltes atres coses confirmat después que habíe sigut tal com u habíen pensat, cridán a amics y paréns y criats de diverses parts, va reuní una gran, bona y poderosa hueste, y se van adressá a féli la guerra al duque de Atenas. Lo duque, sentín estes coses, com a defensa va aparellá tot lo seu ejérsit, y van vindre a ajudál mols Siñós, entre los que, enviats pel emperadó de Constantinopla, estaben Costanzo, lo seu fill, y Manovello, lo seu nebot, en atres grans hómens, que van sé ressibits honradamen pel duque, y mes per la duquesa, perque ere san germana. Están la guerra mes prop cada día, la duquesa, va fé vindre als dos a la seua cámara, y allí entre llágrimes y en moltes paraules tota la história los va contá, contánlos los motius de la guerra y la ofensa feta contra nella pel duque en la dona a la que teníe de amagatóns; y dolénse mol de alló, los va rogá que al honor del duque y al consol de ella oferigueren la reparassió que cregueren milló.
Sabíen los joves cóm habíe sigut tot aquell fet y, per naixó, sense preguntá massa, van confortá a la duquesa lo milló que van sabé y la van plená de bona esperansa, y informats per nella de aón estabe la dona, sen van aná.
Com habíen sentit moltes vegades parlá de la dona maravillosa, van volé vórela y al duque li van demaná que los hi mostrare; recordán lo que al príncipe li habíe passat per habélay enseñat an ell, va prométre féu: y fet aparellá a un bellíssim jardí, al puesto aon estabe la dona, un magnífic diná, al día siguién, an ells y algúns atres compañs a minjá en ella los va portá. Y están assentat Costanzo en ella, la va escomensá a mirá ple de maravilla, diénse que may habíe vist res tan hermós, y que sertamen per excusat podíe tíndres al duque y a consevol que per a tindre una cosa tan hermosa cometiguere traissió o consevol atra acsió deshonesta: y una vegada y atra miránla, y selebránla cada vegada mes, li va passá an ell lo que li habíe passat al duque. Pel que, anánsen enamorat de ella, abandonat tot lo pensamén de guerra, se va ficá a pensá cóm lay podríe péndre al duque. Pero mentres ell se inflamabe en este foc, va arribá lo tems de eixí contra lo príncipe que ya se arrimabe a les terres del duque; lo duque y Costanzo y tots los atres, segóns lo plan fet a Atenas, van aná a luchá a les fronteres, per a que no puguere abansá lo príncipe. Y estánse allí mols díes, tenín sempre Costanzo al ánimo y al pensamén an aquella dona, imaginán que, ara que lo duque no estabe en ella, mol be podríe conseguí lo que volíe. Com a excusa per a torná a Atenas va fingí está mol dolén, y en permís del duque, delegat tot lo seu poder a Manovello, cap a Atenas va aná a la vora de la germana, y allí, después de algúns díes, fénla parlá sobre la ofensa que del duque li pareixíe ressibí per la dona que teníe, li va di que, si ella volíe, ell la ajudaríe, traénla y emportánsela de allí aon estabe. La duquesa, creén que Costanzo per amor an ella y no pel de la dona u fée, va di que li agradaríe mol sempre que se faiguere de manera que lo duque may sapiguere que ella habíe consentit alló. Costanzo lay va prométre, la duquesa va consentí que ell u faiguere com milló li pareguere.

Costanzo, de amagatóns, va fé armá una barca ligera, y aquella nit la van amagá prop del jardí aon vivíe la dona, informats los seus que en ella estaben del que habíen de fé, y en uns atres van aná cap al palau aon estabe la dona, aon va sé alegremen ressibit per aquells que allí al servissi de ella estaben, y tamé per la dona; y en ésta, acompañada per los seus criats y per los compañs de Costanzo van aná al jardí. Y com si a la dona de part del duque vullguere parláli, en ella, cap a una porta que donabe al mar, sols sen van aná; están ya la porta uberta per un del seus compañs, y allí en la siñal convinguda cridada la barca, fénla agarrá y ficá a la barca, giránse cap als seus criats, los va di:
- Que dingú se mogue ni digue cap paraula, si no vol morí, perque no li robo al duque la seua dona, me emporto la vergoña que li fa a man germana.
An aixó dingú se va atreví a contestá; pel que Costanzo, ya a la barca y arrimánse a la dona que plorae, va maná que ficaren los remos al aigua y sen anigueren; estos, no bogán (remán) sino volán, casi al alba del día siguién van arribá a Egina. Baixán aquí a terra firme y descansán Costanzo en la dona, que la seua desventurada hermosura plorae, se va tranquilisá; y después van torná a pujá a la barca, y en pocs díes van arribá a Quíos, y allí, per temó als renecs y a la bronca de son pare y per a que la dona robada no li siguere arrebatada, li va apetí a Costanzo com quedás allí, aon mols díes la dona va plorá la seua desventura, pero después, consolada per Costanzo, com les atres vegades habíe fet, va escomensá a agarráli lo gustet a lo que la fortuna li deparabe.

Mentres estes coses anaben de esta manera, Osbech, entonses rey dels turcos, que estabe en continua guerra en lo emperadó, va vindre per casualidat a Esmirna, y sentín allí que Costanzo estabe a Quíos en una dona seua que habíe robat, y sense cap precaussió, sen va aná cap allí en unes barquetes armades una nit y de amagatontes en la seua gen va entrá a la siudat, ne va pessigá mols als seus llits abáns de que sen donaren cuenta de que los enemics habíen arribat; y an algúns que, despertánse, habíen corregut a les armes, los van matá, y, botánli foc a tota la siudat, lo botín y los prissioneros (presonés) ficats a les naves, cap a Esmirna sen van entorná. Arribats allí, trobán Osbech, que ere home jove, al revisá lo botín, a la hermosa dona, y coneixén que aquella ere la que en Costanzo habíe sigut pessigada al llit, se va ficá mol contén de vórela; y sense tardá la va fé la seua dona y va selebrá les bodes, y en ella se va gitá contén mols mesos.
Lo emperadó, que abáns de que estes coses passaren habíe tingut trates en Basano, rey de Capadocia, per a que contra Osbech baixare per una part en les seues forses y ell en les seues lo assaltare per l’atra, y no habíe pogut cumplíu encara del tot perque algunes coses que Basano demanabe, com eren menos conveniéns no habíe pogut féles, sentín lo que a son fill li habíe passat, triste se va ficá. Va fé sense tardá lo que lo rey de Capadocia li demanabe, y va solisitá que baixare contra Osbech, preparánse ell a l’atra part per a fótresseli damún. Osbech, al sabé aixó, reunit lo seu ejérsit, abáns de sé agarrat al mich per los dos poderosos Siñós, va aná contra lo rey de Capadocia, dixán a Esmirna al cuidado de un fiel familiá y amic a la seua bella dona; y enfrentánse en lo rey de Capadocia después de algún tems va trobá la mort a la batalla y lo seu ejérsit va sé vensut y dispersat. Basano, victoriós, va aná cap a Esmirna, y al arribá, tota la gen com a vensedó lo obeíe. Lo familiá de Osbech, de nom Antíoco, que teníe a la hermosa dona a cárrec, per tranquil que fore, veénla tan bella, sense observá lealtat al seu amic y siñó, de ella se va enamorá; y com sabíe la seua llengua, y an ella aixó mol li agradabe, perque uns cuans añs com sorda y muda habíe tingut que viure, per no habéla entés dingú y ella no habé entés a dingú, insitat per l´amor, va escomensá a péndre tanta familiaridat en ella en pocs díes y no tenín cap considerassió al seu siñó que en armes y en guerra estabe, van fé un trate no sol amistós sino amorós, trobán tan la un com l´atre maravillós plaé daball dels llansols. Sentín que Osbech estabe vensut y mort, y que Basano veníe de pillaje, van dessidí no esperál allí y agarrán molta part de les coses de mes valor que allí teníe Osbech, juns y de amagatóns, sen van aná a Rodas; y no habíen viscut allí mol tems cuan Antíoco va enfermá de mort.

Están allí un mercadé chipriota mol amat per nell y mol amic seu, sentínse passá als atres, va pensá que li dixaríe an ell les seues coses y a la seua dona.
Y ya afilán la dalla de la mort, los va cridá als dos, diénlos:
- Vech que men vach sense reméi; lo que me dol, perque may tan me va agradá viure com ara me agradabe. Y sert es que de una cosa me mórigo contentíssim, perque, tenín que morí, me vech morí als brassos de les dos persones a qui vull mes que a cap atra que ñague al món, als teus, mol vullgut amic, y als de esta dona a qui mes que a mí mateix hay estimat desde que la vach conéixe. Es verdat que dolorós me es sabé que se quede forastera y sense ajuda ni consell, al morím yo; y mes dolorós me siríe encara si no te veiguera a tú que crec que tindrás cuidado de ella pel meu amor com lo tindríes de mi mateix; y per naixó, te rogo que, si me mórigo, que les meues coses y ella se quedon al teu cuidado, y de les unes y de l’atra fes lo que cregues que sirá lo consol de la meua alma. Y a tú, mol volguda dona, te rogo que después de la meua mort no me olvidos, per a que yo allá puga vassilá de que soc amat aquí per la mes hermosa dona que may va sé formada per la naturalesa. Si de estes dos coses me donáreu segura esperansa, sense cap duda men aniré consolat. Lo amic mercadé y la dona, al sentí estes paraules, ploraben; y habén callat ell, lo van confortá y li van prometre pel seu honor fé lo que los demanabe, si ell se moríe; y poc después va expirá y per nells va sé sepultat honorablemen. Después de pocs díes, habén despachat lo mercadé chipriota tots los seus negossis a Rodas y volén torná a Chipre en una coca(barquet) de cataláns que allí ñabíe, va preguntá a la hermosa dona qué volíe fé, ya que an ell li conveníe torná a Chipre.
La dona va contestá que aniríe en ell, si li apetiguere, de bona gana, esperán que per l´amor de Antíoco siríe tratada y mirada per nell com una germana. Lo mercadé va contestá que lo que an ella li agradare se faríe: y, per a deféndrela de consevol ofensa que puguere sobrevíndreli abáns de que arribaren a Chipre, va di que ere la seua dona. Van pujá a la nave, y habénlos donat un camarote a la popa, per a que les obres no pareguéren contráries a les paraules, en ella dormíe a una litera (llitera) bastán minuda. Pel que va passá lo que encara no habíe sigut acordat al partí de Rodas; es di que, insitánlos la oscurina, la comodidat y la caldoreta del llit, olvidada la amistat y l´amor per Antíoco mort, moguts per les ganes, van escomensá a burchás la un al atre, y abáns de que a Pafos arribaren, de aon ere lo chipriota, se habíen fet paréns; y una vegada a Pafos, mol tems va está en lo mercadé.
Va passá que a Pafos va arribá per algún assunto seu un gentilhome de nom Antígono, en mols añs y juissi encara mes gran, pero poques les riqueses, perque habénse enfangat en moltes coses al servissi del rey de Chipre, la fortuna li habíe sigut contraria. Este, passán un día per dabán de la casa aon la hermosa dona vivíe, habén anat lo mercadé chipriota en la seua mercansía cap a Armenia, li va passá per ventura vore a una finestra de la casa an esta dona. Com ere hermossíssima, va escomensá a mirála fíxamen, y volíe enrecordássen de aon la habíe vist atres vegades, pero de cap manera li veníe al cap.
La hermosa dona, que mol tems habíe sigut un juguet de la fortuna, arrimánse al final dels seus mals, al vore a Antígono se va enrecordá de habél vist a Alejandría al servissi de son pare, en no baixa condissió; pel que, consebín una esperansa de podé torná al estat real en los seus consells, sense pensá en lo mercadé, va fé cridá a Antígono. Vingut an ella, en timidés li va preguntá si ell ere Antígono de Famagusta, com creíe. Antígono va contestá que sí, y ademés de alló va di:
- Siñora, a mí me pareix conéixetos, pero no puc enrecordám de aón tos hay vist abáns; pel que tos rogo, si no tos es engorrós, que me faigáu memória de quí sou. La dona, veén que ere ell, plorán mol li va ficá los brassos al coll, y, después de una mica, an ell, que mol se maravillabe, li va preguntá si la habíe vist a Alejandría. Sentín Antígono esta pregunta la va reconéixe, ere aquella Alatiel, la filla del sultán que se creíe morta al mar, y va volé féli reverénsia; pero ella no lo va dixá, y li va rogá que en ella se assentáre una mica. Li va preguntá cóm y cuán y desde aón habíe arribat allí, ya que se creíe per tota la terra de Egipto que se habíe aufegat al mar, fée ya algúns añs.
A lo que va di la dona:
- Mes me valdríe que haguere sigut aixina en ves de habé tingut la vida que hay portat, y crec que mon pare voldríe lo mateix, si u sapiguere.
Y dit aixó, va torná a plorá; Antígono li va di:

- Siñora, no tos desconsoléu. Contéume les vostres calamidats y quina vida hau portat; per ventura los vostres assuntos podrán encaminás de un atra manera, en ajuda de Déu.
- Antígono - va di la hermosa dona - , me va paréixe vore a mon pare al vóret a tú, y moguda per l´amor y la ternura que an ell li hay tingut, podénme amagá me hay manifestat a tú; y per naixó, lo que durán la meua mala fortuna sempre hay tingut amagat, a tú com si fores mon pare tu descubriré. Si veus que pots fém torná de algún modo a la meua condissió, te rogo que u fáigues; si no u veus cla, te rogo que may a dingú li digues que me has vist o que has sentit algo de mí.
Y dit aixó, sempre plorán, lo que li habíe passat desde que va naufragá a Mallorca hasta aquell pun li va contá; Antígono, mogut per la Piedat, va escomensá a plorá, y después de pensá un rato, va di:

- Siñora, ya que amagat ha estat quí sou, sense falta tos tornaré mes volguda que may al vostre pare, y después com dona al rey del Algarve. Y preguntat per nella que cóm, lo que habíe de fé li va di; y sense pédre tems, sen va entorná Antígono cap a Famagusta y sen va aná a trobá al rey, al que li va di:
- Siñó meu, podéu al mateix tems fétos grandíssim honor a vos, y a mí (que soc pobre per vos) gran profit sense que tos costo mol.
Lo rey li va preguntá cóm. Antígono entonses va di:

- A Pafos ha arribat la hermosa jove filla del sultán, de la que ha corregut tan la fama de que se habíe aufegat; y, per a presservá la seua honestidat, grandíssimes privassións ha patit mol tems, y ara se trobe en pobre estat y dessiche torná a son pare. Si a vos tos apetix enviálay en la meua custodia, siríe un gran honor per a vos, y un gran be per a mí; y no crec que may tal servissi se li olvidare al sultán.
Lo rey, mogut per real magnanimidat, va contestá que sí: y envián a per nella, a Fainagusta la va fé vindre, aon per nell y per la Reina en incontable festa y en magnífic honor va sé ressibida; después, lo rey y la Reina li van preguntá per les seues calamidats, y segóns los consells donáts per Antígono va contestá y u va contá tot. Y pocs díes después, demanánu ella, lo rey, en bona y honorable compañía de homes y de dones, en la custodia de Antígono la va torná al sultán; si va sé selebrada la seua tornada dingú u pregunte, tots u saben be, y lo mateix en Antígono en tota la seua compañía. Después de descansá una miqueta, va volé lo sultán sabé cóm ere que estabe viva, y aón se habíe aturat tan tems sense may habéli fet sabé res sobre la seua condissió.
La jove, que habíe adeprés be les enseñanses de Antígono, a son pare aixina li va escomensá a parlá:
- Pare meu, después de vin díes de anámen del vostre costat, per una fiera tempestat la nostra nave se va esguellá, va encallá a sertes playes allá al Ocsidén, prop de un puesto que se diu Aigüesmortes, una nit, y qué va passá en los homes que a la nostra nave anaben no u sé ni u vach sabé may; de lo que men enrecordo es de que, arribat lo día y yo casi tornán de la mort a la vida, habén sigut ya la nave vista per los llauradós, van córre a robála desde tota la comarca, y yo y dos de les meues dones vam sé ficades a la vora primé, y después agarrades per los joves que van escomensá a fugí, un en una y los atres en les atres pobretes. Qué va sé de elles no u vach sabé may; pero habénme agarrat a mí, que me ressistía esgarrañánlos, entre dos joves y arrastránme per los pels, plorán yo, va passá que, passán los que me arrastraben per un caminet per a entrá a un bosque grandíssim de carrasques, cuatre homes en aquell momén van aparéixe per allí a caball, y los que me arrossegáen me van soltá y sen van aná pitán. Los cuatre homes, que per lo seu semblán me pareixíen de autoridat, vist alló, van córre aon yo estaba y mol me van preguntá, y yo mol vach di, pero ni me van entendre ni an ells los vach compéndre. Ells, después de llarga consulta, pujánme a un dels seus caballs, me van portá a un monasteri de nones (monges), y vach sé allí ressibida y sempre honrada, y en gran devossió jun en elles hay servit desde entonses a San-Crescencio-a-la-cova, a qui les dones de aquell país adoren. Pero después de está un tems en elles, y habén adeprés ya algo de la seva llengo, preguntánme quí era y de aón, y sabén yo aón estaba y tenín temó de, si día la verdat, sé perseguida com enemiga de la seua religió, vach contestá que era filla de un gran gentilhome de Chipre, que me habíe enviat a Creta per a casám, y per azar allí habíem sigut portats al naufragá. Y moltes vegades en moltes coses, per temó a lo pijó, vach acatá les seues costums; y preguntánme la mes gran de aquelles Siñores, a la que díen «abadesa», si a Chipre me agradaríe torná, vach contestá que res dessichaba mes; pero ella, procurán pel meu honor, may me va volé confiá a dingú que cap a Chipre vinguere hasta que fa uns dos mesos, cuan van arribá allí serts homes bons de Fransa en les seues dones, entre los que algún parén teníe la abadesa, y sentín ella que a Jerusalén anaben a visitá lo sepulcro aon aquell a qui tenen per Déu va sé enterrat después de sé matat per los judíos a la Creu, an ells me va encomaná, y los va rogá que a Chipre vullgueren entregám a mon pare. Cuán me van honrá estos gentilhomes y alegremen me van ressibí jun a les seues dones, llarga história siríe de contá. Embarcats, pos, a una nave, después de mols díes vam arribá a Pafos; y allí, sense conéixem dingú ni sabé qué tenía que di als gentilhomes que a mon pare me volíen entregá, segóns los habíe sigut manat per la venerable Siñora, me va portá Déu, a qui potsé donaba llástima, a Antígono a la mateixa hora que natros desembarcáem a Pafos; lo vach cridá y en la nostra llengua, per a no sé entesa per los gentilhomes ni les Siñores, li vach di que com a filla me ressibiguere. Ell me va entendre enseguida; y fénme gran festa, an aquells gentilhomes y an aquelles Siñores segóns les seues pobres possibilidats va honrá, y me va portá al rey de Chipre, que en honor me va ressibí y aquí a vos me ha enviat. Si algo per di quede, que u conto Antígono, que moltes vegades me ha sentit esta peripéssia. Antígono, entonses, giránse cap al sultán, va di:

- Siñó meu, tal com me u ha contat moltes vegades y com aquells gentilhómens en los que va vindre me van contá, tos u ha contat; sol una part ha dixat per dítos: cuán me van parlá de la honesta vida que en les Siñores religioses habíe portat y de la seua virtut y de les seues loables costums, y de les llágrimes y dels plos que van fé les Siñores y los gentilhomes cuan, tornánmela, se van separá de ella. De estes coses si yo vullguera di lo que ells me van di, no en este día sino en tota la nit que ve no ne tindríem prou; segóns les seues paraules mostraben y lo que yo hay pogut vore, podéu está orgullós de tindre la mes hermosa filla y la mes honrada y la mes valenta que datre siñó que porto corona pugue tindre.
Estes coses va selebrá lo sultán y moltes vegades va rogá a Déu que li donare la grássia de recompensá a consevol que haguere honrat a la seua filla, y mes al rey de Chipre per qui honradamen li habíe sigut tornada; y después de uns díes, habén fet prepará grandíssims regalos per a Antígono, li va doná llisénsia de torná a Chipre, donánli al rey en cartes y en embaixadós espessials grandíssimes grássies pel que li habíe fet a sa filla. Y después de aixó, volén que lo que habíe sigut escomensat se faiguere, es a di, que ella fore la dona del rey del Algarve, an éste tot lay va fé sabé, escribínli y diénli que si li apetíe tíndrela per dona, que enviare an algú per nella. Mol va selebrá aixó lo rey del Algarve y, envián honorablemen a per nella, alegremen la va ressibí. Y ella, que en uns atres vuit homes unes deu mil vegades se habíe gitat, a la seua vora se va gitá com si fore virgen, y li va fé creure que u ere, y, Reina, en ell alegremen mol tems va viure después. Y per naixó se diu:

«Boca besada no pert la fortuna, que se renove com la lluna».


OCTAVA

lunes, 8 de enero de 2018

La virgen santa, los que ñan per ay sense medicassió

La virgen santa, los que ñan per ay sense medicassió

La virgen santa, los que ñan per ay sense medicassió

Castellano: La virgen santa, los que hay por ahí sin medicación.

Catalá : Verge santa, els que hi ha per ahí sense medicació