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martes, 25 de mayo de 2021

Ricart García Moya, la muerte de Pompeu Fava


Me he enterado de la muerte de un valenciano que, altruistamente, batallaba en Twitter con el seudónimo «Pompeu Fava». No sé su nombre auténtico, pero reconozco por sus escritos que fue valioso miembro de la Resistencia ante el fascismo expansionista, y que utilizó ingeniosamente la ironía en nuestra desigual liza contra el catalanazismo. Supone gran pérdida para la dispersa y acorralada guerrilla de los que nunca serán siervos de la superior raza aria catalana. Carecemos de un neoplatónico florentino que, en epitafio, exprese poéticamente la nostalgia y tristeza hacia el digno ser que nos ha dejado; aunque, según Marsilio Ficino: «El hombre asciende a las regiones superiores sin descartar el mundo inferior, y puede descender al mundo inferior sin desechar el superior». Esto lo decía en latín, que queda mejor, pero…

Lo que sigue se interpretará mal, muy mal, aunque tengo la ventaja de que, al estar en el estrato más inferior del submundo valencianista (y no aludo a colaboracionistas de la AVL y demás cancerberos), tampoco sorprenderá a mis 10 o 15 lectores. Así que iniciamos transición, valga el símil, del Requiem de Berlioz a las estridencias del mundano Offenbach; o de un admirado ser humano, Pompeu Fava, a la modesta preposición «sinse».

Las convicciones valencianistas del honesto ‘Pompeu Fava’ se regían, supongo, por las Normas del Puig, las de la RACV y la disciplina de Lo Rat Penat, de ahí su paródico seudónimo «Fava», morfología arcaica compartida con el catalán. Y aquí surge el conflicto con el valenciano moderno; pues, si pretendemos mantener la secular singularidad, no podemos desperdiciar o condenar una sola morfología, vocablo o construcción sintáctica surgida en la lengua viva y plasmada negro sobre blanco. Por cierto, si he tardado unos 20 años en recopilar morfología y léxico en el DHIVAM 2020, no es mucho pedir que, quien quiera fundamentar la independencia del valenciano moderno, invierta 20 minutos en consultar documentación sobre el sust. «faba» o cualquier otra voz prohibida por los colaboracionistas:

A) ¿fava o faba? -del latín faba, ¿por qué rechazar la grafía valenciana moderna ‘faba’, si es culta, etimológica y distinta al cat. «fava»?

B) ¿sense o sinse? -del latín sĭne surgieron corrupciones neolatinas peninsulares: sin, sins, sen, senes, sens, sensesinse…. ¿Cuál nos singulariza más ante la lengua invasiva?

Pocos se atreven a usar la prep. valenciana moderna «sinse». El terror al qué dirán coagula la sangre de horchata. El pavor a que se les considere incultos es eficaz espada de Damocles; así, uno de los mantras repetidos en la inmersión es que huyamos de cualquier voz sospechosa de castellanismo, salvo que sea catalanismo como tarda, vegada, etc. Los timoratos, cohibidos ante el matonismo filológico, buscan amparo en las tímidas Normas del Puig que, inútilmente, limosnearon tolerancia y consenso de los colaboracionistas. Uno de los firmantes, mi amigo Pepe Boronat Gisbert, a pocos días de la firma nos comentaba su arrepentimiento y decepción por el catalanismo subyacente en las mismas. Ese lamento lo escuchamos repetidas veces los contertulios (Duardet Monllor, Vicente Ramos, Antolí, Redó…) en nuestras reuniones semanales en la Casa de Alcoy de Alicante.

Así nos asustaba Corominas

En valenciano podemos construir el ablativo: «Patim tristea sinse’l companyer Pompeu Fava», pero nos llamarían churros. La cosa viene de lejos y arriba. No hace falta rascar mucho bajo la erudición del lexicógrafo barcelonés Corominas —luz de etimólogos— para descubrir su mentalidad racista, además del virtuosismo en la manipulación documental. Así, respecto a la voz que usamos de paradigma, lanzaba esta brutal descalificación:

«Una variant sinse cal dir rotundament que no ha estat mai de la nostra llengua, encara que la donin com a variant valenciana… ha estat allà tan rara, que no hem de dubtar a qualificar-la de barbarisme ocasional de xurros» (Corominas: DECLLC, VII, p.798)

Nos topamos, ya lo ves, con la alambrada racial inherente a estos lingüistas. Para no caer en su red de engaños colaterales, la misma grafía «xurro» no existe. En valenciano se escribe con ch-, «churro«1, voz infamante que señala al étnicamente distinto e inferior y, lo más grave, que habla la lengua de las bestias, el español, y masculla valenciano. Frutos del racismo son las voces empleadas para discriminar por aspecto, cultura, raza o idioma: maqueto, judío, sudaca, churro, charnego, etc. Volviendo al tema, Corominas descalificaba la prep. «sinse» con argumentos que traducimos del catalán:

«una variante sinse conviene decir rotundamente que no ha pertenecido jamás a nuestra lengua, aunque la den como variante valenciana… ha sido allí tan rara, que no hemos de dudar a calificarla de barbarismo ocasional de churros» (Corominas: DECLLC, VII, p.798)

Corominas insiste con frases intimidatorias contra algún escritor «patoisant» que, osadamente, usara tal barbarismo. En realidad, la prop. «sinse» ha sido vapuleada desde tiempos de Prat de Riba, Jaume Massó y Pompeu Fabra, de ahí que el terror a emplearla y ser degradado a «patoisant» afecte incluso a la Resistencia. La bola de nieve ha engullido hasta a mis conocidos del GAV, que consideran vulgaridad a «sinse» y siguen con el «sense» de marras; en parte por la aportación de filólogos bien intencionados como López Verdejo que, taxativamente, insistía en lo asimilado en la Universitat del autoodio:

«Recordem que la preposicio sense es pronuncia ‘sinse en alguns llocs, pero es tracta d’un fet propi de la llengua vulgar que no s’ha d’escriure i que hem d’intentar corregir» (Voro López: Parlem com cal, cap. III)

Ese «com cal» es construcción sintáctica catalana arrastrada por Voro desde su juventud universitaria: «en val. modern el defectiu ‘cáldrer’ asoles te sentit negatiu, raere del adv. no: “entre amics no cal tovalles” (Ros: Adages, 1736, p. 55); “No cal, arremate pronte” (Serrano, M.: Voreta de l´Albufera, 1928, p.45), etc.

La prep. «sinse» no es «churra» ni vulgar

La preposición valenciana conserva una –i– que no ha caído del cielo extremeño o salmantino. Procede del latino sĭne, que generó derivados como «sins«, presente en clásicos:

«hores stigué sins algún recort» (Martorell, J.: Tirant, c.1460)

El supuesto ‘barbarismo de churros’ era lo contrario. El pueblo conservó el lexema latino, aunque no fuera consciente de emplear un cultismo; y hay indicios del uso ininterrumpido con la morfología más etimológica «sins«, o la actual «sinse«. El ciudadano Jeroni Llopis, autor de un lacónico dietario, confirmaba la presencia de la preposición culta «sins» en el valenciano del renacentista Reino de Valencia. El manuscrito de Llopis no tenía pretensiones literarias o divulgativas, por lo que empleaba la lengua usada por sus conciudadanos, de ahí que hallemos la morfología verbal «vixqué», (Vita Christi: "Ans ha vixcut en la terra d´les besties tribulat continuament per ell e sos fills nuncha se son millorats de res:") e indicios de la moderna simplificación y unificación de oclusivas sordas, «cuart»; aparte de la secular copulativa «y» valenciana; ("hy perque enla fonda y plorosa vall de lagrimes de aquest mon miserable") conjunción que, como tú sabes, engendra terror a los miembros del Rat Penat, GAV y RACV, salvo contadas excepciones:

«…li tallava les venes. Y vixqué un cuart (sic) y sins confesió» (Ms. Dietari de Jeroni Llopis, 5 d’abril, any 1575)

En escritos notariales, eclesiales o cancillerescos también hallamos la preposición usada por el pueblo:

«…sins llanterna… més de una espasa sola» (Decret de Vespasiá Gonzaga, Virrey de Valencia, 6 d’octubre 1576)

¿Recuerdas, Pompeu Fava, lo qué adoctrinaba el barcelonés? ¡Ah, sí, que esta preposición «era barbarismo ocasional de churros»!. En el Auschwitz idiomático creado por Corominas para ‘churros’ encontraríamos a Joanot Martorell, escribanos cancillerescos, dietaristas del Renacimiento o al prolífico Pere Jacint Morlá, un beneficiado de la iglesia de San Martín en el centro de Valencia que, en su abundante obra, intentaba plasmar lo escuchado a la monja tornera, el albañil, los contertulios Arguix, Sisternes, Maluenda, etc. Actualmente, sus escritos son botín de la «llengua catalana»; pero, en el Barroco, el poeta lo dejó claro; p.ej., en la composición para el certamen de Gandía: «He volgut, noble auditori, / escriure com acostume: / en ma llengua, en valenciá«. Un siglo después, el ilustrado Ximeno recordaba: «Pedro Jacinto Morlá (+ 1656). Fue uno de los poetas más celebrados de España por su ingenio, agudeza y facilidad para componer en todo género de metro, ya fuese en idioma valenciano o castellano» (Ximeno: Escritores del Reyno, 1747). El poeta escucharía la preposición «sinse» en conversaciones, y dejó constancia: “sinse deixar una olla” (B.. Univ. de Valencia, Pere Jacint Morlá, ms. 6781, c.1650); «la camisa sinse randa» (ib.);»sinse honra, sinse …2,/ sinse bolsa3 y sinse dinés» (ib.), etc.

Corominas afirmaba «rotundamente que no ha pertenecido jamás a nuestra lengua», y tenía razón: no perteneció a la catalana y sí a la valenciana. El lexicógrafo, enardecido, nos ofendía: «sinse era barbarisme ocasional de xurros», por lo que seguimos ofreciendo churros como el cáustico Francesc Mulet: “sinse fer rumor4” (BNM, Mulet: Ms. Infanta Tellina, c. 1660); igual que su coetáneo Ayerdi: “quedá sinse castic” (BUV. Ms. 59, Joachim Ayerdi: Noticies de Valencia, maig 1662); o el carmelita Armengol: “era pelat est home, sinse monyet” (Armengol: Nov. a S. Juan de Mata, 1669), etc.

orti-mayor
En este sencillo grabado valenciano del Barroco, una apática y dubitativa Muerte refleja la inutilidad de nuestras luchas mundanas; pero, ¡ay!, seguiremos con ellas. El cultísimo cronista Ortí Mayor usaba la prop. «sinse» , por lo que Corominas y demás racistas filólogos lo degradarían a ser inferior o «churro» (Grabado en la obra de Ortí Mayor, J. V.: Recomendación del alma, Valencia, c.1740)

No esperen que algún millonario de la AVL se ponga gallito y emita quiquiriquís de protesta ante las manipulaciones corominescas, y las hay de todo tipo (generadas por su aversión al valenciano y español). Hemos comprobado que el barcelonés negaba rotundamente la existencia de «sinse» en los susodichos siglos XVII y XVIII; y, además, que fue barbarismo de churros. Uno de ellos sería el cronista Ortí Mayor:

“la deixá sinse paraula” (Ortí Mayor: Coloqui pera lo Convent de Senta Ursula, 1730)

O los «churros» de la Torre d’en Basora:

sinse ser avisats” (Archiu Mun. Torre d’en Besora, Stabliments T. B., 31 d’agost de 1738)

Y el «churro» Carlos Ros:

“no vol treballar, / sinse pensar en…” (Ros: Segona part de les penes, 1745)

En fin, en el 1700, el Reino estaba plagado de seres inferiores o churros», desde el anónimo de Elche a los de Valencia o la Torre d’en Basora:

“home sinse fills” (A. Mun. Elig, Romans del pleit, 1776)

“en l’aire sinse poder…” (Poesías que se arrojaron desde los carros triunfales, 1755)

“les llágrimes… sinse parar” (BUV, Ms. 744, Relació que fa a Thomás, 1769)

sinse pensar” (En obsequi dels Voluntaris Honrats del Reyne de Valencia, 1794)

sinse bucles” (Sento y Tito… per lo feliz Part de Luisa de Parma, 1794)

sinse tindre por a un poble” (BNM, Zarzuela D. Jorge Palacios, en valenciá, 1801)

Leo y releo, estupefacto, el texto de Corominas en que afirma que «sinseen los siglos XIX y XX ha sido allí (Reino de Valencia) tan rara que no hemos de dudar a calificarla de barbarismo ocasional…» (DECLLC, VII, p.798). Tan rara que no voy a reproducir las innumerables fuentes que desmienten al racista filólogo; valga, por ejemplo, la traducción al valenciano de los aforismos de Fages (Aforismes catalans, Figueras, 1849), donde sí figura nuestra preposición, inexistente en el texto catalán:

sinse doctrina, y farás be la ruina” (Aforismes catalans traduits al valenciá, 1853, p. 9)

Un ejemplo en Castellón, ahora catalanizado y núcleo del autoodio a Valencia:

“el carro sinse rodes” (Baidal Llosá, F.: Amor torna, Castelló, 1917, p. 20)

Y hasta del catalanista Carles Salvador, antes de serlo:

“lo millor sería tindre dinés y estic sinse un clau” (Salvador, Carles: Un negosi com un atre, 1921, p.7)

Y los de Torrent:

sinse ducte foraster” (Catalá G.: La carchofa, Torrent, 1926, p. 13)

Y Gandía:

sinse un apretó” (Ferrer, L.: A la vora del riu Serpis, Gandía, 1932, p. 12)

Y los de Alicante:

sinse ducte” (El Liberal, Alacant, 23 d’agost 1897)

Los de Novelda:

“s´han quedat sinse finques” (El Tío Gabia, Novelda, 7 -1- 1884)

Los churros del «Mongó» (ahora catalanizado en Montgó»)

sinse el seu consentiment” (Barreda, M.: La cara de Mongó, 1873)

La producción churrera se exportaba, siguiendo la tradición medieval, a los vecinos del Norte:

sinse lley” (Merelo: Tot ho apanyen els dinés, choguet valenciá, Lérida, 1866, p. 33)

Quien se tome la molestia de consultar el DHIVAM 2020 (no los anteriores) comprobará la indigna manipulación de los expansionistas, y la suicida actitud de los valencianistas que se avergüenzan de esta preposición elegida de paradigma ¿Por qué ese autoodio a la huella etimológica de la «i», que hallamos incluso en el viejo provenzal: «sin jamans eran e sí s’ amaven» (Questa del sant grasal, c. 1300)?

Al ya conocerte, amigo Ricart Alós , me pongo confidencial

Hoy me dicen que te llamabas Ricart Alós, y que buscabas salvar del naufragio a tus compatriotas. Recurro a la ficción comunicativa para decirte que lo tenemos difícil ante el poder omnímodo del fascismo expansionista. Padecemos, leal Ricart Alós, un Régimen que esclaviza con la obligatoriedad de catalanizarnos, y han conseguido que el mismo pueblo participe, sin ser consciente, del oprobio. Así sucede en el instante en que un valenciano escribe «telèfon» en lugar del val. «teléfono«5; o que vamos a ‘Consum’ y nos ofrecen «maduixa», en lugar de «fresa» o «fraula«. Hay valencianistas que usan el cat. «salutacions» (raro arcaísmo revitalizado por los catalanes del 1860), al creer que si escriben «saluts» mutarán en churros. ¡Ay, Ricart Alós, cómo nos han lavado el cerebro!. Nuestro mozárabe Pedro Pascual ya incorporaba esta fórmula de cortesía en el mismo siglo en que vivía Jaume I: «Foren al encontre, e les primeres saluts foren de Sanct Johan dient: Gloria e honor sia a Deu lo Pare…» (Pasqual, Pere: Obres, c.1280). Femenino en aquellos años de vaivenes morfológicos, en val. moderno es masculino: ‘¡Che, Huiso, donali un salut de ma part a ton tío!’. Hasta el colaboracionista Guarner recordaba la divergencia semántica de esta voz homógrafa del mismo étimo: “El salut, acció de saludar; la salut, sanitat” (Sanchis Guarner : Gram. Valenciana, 1950, p. 206). También hay valencianistas que prefieren escribir «reba» en lugar del moderno valenciano ‘recibixca’, ‘resibixca’6.

Ahora sabes, noble Ricart Alós, qué fácil es caer engañado por los estafadores piramidales. Si los catalanes Corominas y del IEC ordenan que hay que escribir «canvi» y «canviar», todas las terminales colaboracionistas en el Reino nos machacarán con este dogma de fe ¿Consecuencias? Nadie de Lo Rat PenatRACVGAV o la Oronella quiere ser «churro», por lo que escribirán «canvi»,»canviar»; y les da igual que les demuestres mil veces que es cultismo valenciano clásico y moderno. La cobardía o el qué dirán paraliza a estas personas que, escupiendo al aire, seguirán usando catalanismos. Fíjate, Ricart Alós, que en el DHIVAM les ofrecí una cantidad considerable de autores y obras donde se demostraba que «cambiar» es la morfología valenciana, ¡les da lo mismo! Ellos, los de las entidades citadas, seguirán usando el catalán «canviar» ante el regocijo expansionista. Mira, amigo Ricart Alós, aquí tienes unos ejemplos del DHIVAM 2020 (despreciados por nuestros compañeros de fatigas):

catalanazis
El ejército de la Muerte, amigo Ricart Alós, es invencible; pero el proyecto catalanazi de ampliar la Gran Cataluña hasta la Vereda del Reyno, en Beniel, sí encontrará tarde o temprano réplica airada (Bolaños, J.: La vida de la Muerte, 1792, p.216)

cambiar –cultisme valenciá, del lletí cambiāre. En billabial era comú al valenciá, castellá y catalá. A finals del sigle XIX vullgueren els catalans alluntarse d´eixa homografía, «adoptant canviar, AMAlcover, amb aplaudiment de Fabra (DOrt.) es convertí en defensor decidit de la v» (DECLLC, II, p.493). Els colaboracionistes, unflant este acort catalá com a cult y progresiste, olvidaren el rigor etimológic tantes vegaes glorificat davant del tremolós poble: “cambiar” (Canals, fr. Antoni: Providencia, NCL., 102, c. 1395)

“dret pera… vendre, cambiar, baratar e…” (APH. Sta. María d´Elig, Sig.168, 17 abril 1418, f. 42v)

que tan be sabetz de cambiar” (Jordi de St. Jordi: Lo Cambiador, c.1423)

“vendre, alienar, empenyar, permutar, concambiar” (BNM, ms.11677, Procés de la Condomina d’Alacant, a. 1674)

La muerte no tiene antídoto en este delicioso Reino, amigo Ricart, ¿y el catalanazismo?

No emborrono más folios. Es muy tedioso este artículo, incluso para ti , Ricart Alós, que tienes alma y tiempo libre. Estoy melancólico y no veo más futuro que un Reino devorado por la Gran Cataluña o… como en el pasado, una indeseada solución armada. Cuando en los siglos XV y XVII tuvimos que rechazar la invasión comenzada por el Maestrazgo de Montesa, el ejército valenciano venció al catalán y, en 1650, persiguió hasta Barcelona a los ambiciosos. En 2020, los colaboracionistas no forman una ONG benéfica, sino que pretenden devorar hasta la Vereda del Reino; y, en un futuro cercano, cuando consigan crear la policía y el ejército de las Bases de Manresa… ¿cómo se desharán de nosotros? De momento nadie se opone a la destrucción de España y del indefenso Reino de Valencia. Colaboracionistas y catalanazis gozan de todo el poder y medios de comunicación.


1 De raíz posiblemente prerromana, en el s. XVIII muestra morfemas derivativos: “sarahuellets de churrets” (En obsequi dels Voluntaris Honrats, 1794, p. 5)

2La palabra ofrece dudas al ser casi ilegible en el manuscrito.

3 Los que se escandalizan al leer «bolsa» en Morlá, desconocen que es secular vocablo valenciano.

4 La grafía valenciana «rumor» es culta, del lletí rumor, -ōris: “no fer rumor” (Ferrer, St. Vicent: Sermons,1408)

5 –teléfono: cultisme valenciá, del compost grec-lletí tele, ‘llunt’, phoneo > fono, ‘sonit’. El sust. val. es homógraf del it. telefono y gallec teléfono; cat. telèfon; 1ª doc.: “teléfono” (Escrig: Dicc. 1887); “Vorás. Figurant el teléfono…” (Semanari Garrotá de sego, 12 d´agost de 1888, Alacant, p.1); “teléfono… ¿quí diu que crida? (“La nova traca, Valencia, 19 juliol 1894); “parlar per teléfono en u” (Vidal Corella, V.: ¡Quína lluna de mel!, 1934, p.6)

6“resibixca, pues, públic testimoni de nostre agraiment” (Ignasi y Concheta Ruiz: Anima valensiana, 1927, p.2)

jueves, 7 de enero de 2021

Lo Camí, XVI.

XVI.

Don José, lo mossen, que ere un gran san, fée aná, desde lo púlpito, tot género de recursos persuassius: apretabe los puñs, bramabe, reconveníe, suábe per lo fron y lo clatell, se mesabe los escassos pels blangs, recorríe los bangs en lo seu índice acussadó y inclús un matí se va esgarrá la sotana de dal a baix a un dels párrafos mes patétics y violéns que recordaríe sempre la historia de la vall. Encara aixina, la gen, particularmen los homens, no li féen massa cas. La missa los pareixíe be, pero al sermó li ficaben mala cara y arrugaben lo fron. La Ley de Deu no manabe escoltá cap sermó sansé tots los domenges y festes de guardá. Per tan, don José, lo mossen, se sobrepassabe en lo cumplimén de la Ley Divina. Díen dell que preteníe sé mes papista quel Papa y que assó no estabe be y menos en un mossen; y encara menos en un retó com don José, tan piadós y comprensiu, de ordinari, pera les flaqueses dels homens. Eren una mica aspres y desagraíts los homens de la vall. No obstán, un franco espíritu deportiu los infundíe un notori aliento humano. Los detractós de don José, lo mossen, com a oradó, díen que no se podíe di que parlare be un home que cada dos per tres díe "en realidat". Aixó ere sert. Claro que pot parlás be dién "en realidat" a cada dos per tres. Les dos coses, a juissi de Daniel, lo Mussol, resultaben perfectamen compatibles. Pero algúns no u enteníen aixina y si assistíen a un sermó sansé de don José ere pera jugás los dinés a pares o nones, sobre les vegades que lo mossen díe, desde lo púlpito, "en realidat". La Pesteta gran assegurabe que don José díe "en realidat" aposta y que ya sabíe que los homens teníen per costum jugás los dinés durán los sermóns a pares o nones, pero que u preferíe aixina, pos al menos de esta manera lo escoltaben y entre "en realidat" y "en realidat" algo de solamén los quedaríe. De un atra forma se exposabe a que los homens pensaren en la herba, lo ploure, lo panís o les vaques, mentres ell parlabe, y aixó ya siríe un mal irremediable o sense remey. La gen de la vall ere obstinadamen individualista. Don Ramón, lo alcalde, no mentíe cuan afirmabe que cada individuo del poble preferiríe morís abáns de moure un dit en benefissi dels demés. La gen vivíe aislada y sol se preocupaben dells mateixos. Y en verdat, lo individualisme ferós de la vall sol se trencabe les tardes dels domenges, al caure lo sol. Entonses los jovens se emparellaben y se escapaben als prats o als bosquets y los agüelos se embutíen a les tasques a fumá y a beure. Aixó ere lo roín. Que la gen sol perguere lo seu individualisme pera satisfé los seus instíns mes baixos. Don José, lo mossen, que ere un gran san, va empendre un matí a les parelles que sen anaben als prats o als bosques los domenges, al fes de nit; contra los que se apretaben al ball tancat; contra los que se emborrachaben y se jugaben hasta los pels a la taberna del Chano y, en fin, contra los que durán los díes de festa segaben lo fenás o entrecavaben les pataqueres o repassaben los panissals. Va sé aquell día cuan don José, lo mossen, en un arrebato, se va esgarrá la sotana de dal a baix. En definitiva, lo mossen no va dixá títere en cap, ya que a la vall podíen contás en los dits de la ma los que dixaben passá una festa sense escapás als prats o als bosques, refregás al ball tancat, engatinás y jugá a la tasca del Chano o segá lo fenás, repassá los panissals o entrecavá les pataqueres. Lo siñó retó va afirmá que, "en realidat, lo día del juissi Final ñauríe mol poca gen del poble a la dreta de nostre siñó, si les actuals costums no se enmendaben radicalmen".

Una comissió, pressidida per la Pesteta gran, va visitá al retó a la sacristía al acabás la missa.

- Siñó retó, ¿está a les nostres mans cambiá estes costums tan corrompudes? - va di la Pesteta.

Lo agüelet mossen va carraspejá, sorprés. No se esperabe una reacsió tan rápida. Va escrutá, una detrás del atra, aquelles cares predilectes del siñó y va torná a aclarís la gola. Guañabe tems.

- Filles meues - va di, al remat -, está a les vostres mans, si estéu ben disposades.

Al atrio, Antonio, lo Buche, li abonabe dos pessetes a Andrés, lo sabaté, perque don José habíe dit "en realidat" coranta dos vegades y ell habíe jugat a nones.
A la sacristía, don José, lo mossen, va afegí:

- Podem organisá un sentro aon la juventut se distrague sense ofendre al siñó. En bona voluntat assó no siríe difíssil. Un gran salón en tota classe de entreteniméns. A les sis podríem fé sine los domenges y díes de festa. Claro que proyectán sol películes morals, católiques a machacamartell.

La Pesteta gran va fé palmetes.

- Lo local podríe sé lo corral de Pancho. No té bestiá ya y vol véndrel. Podríem arrendál, don José - va di en entussiasmo.

Catalina, la Llebre, va intervindre:

- Lo Sensedéu no sedirá lo corral, siñó retó. Es un tunante sense fe. Antes se morirá que dixámos lo corral pera un fin tan san.
Daniel, lo Mussol, que habíe fet de escolanet a missa, escoltabe en la boca uberta la conversassió de don José en les beates. Va pensá anássen, pero la idea de que al poble se podíe montá un sine lo va aguantá.

Don José, lo mossen, va apassiguá a Catalina, la Llebre:

- No faigues juissis temeraris, filla. Pancho, al fondo, no es roín.

La Pesteta gran va saltá, com si la puncharen:

- Pare, ¿es que se pot sé bo sense creure en Deu? - va di.

Camila, l´atra Llebre, va unflá la seua exhuberán pechúa, com les Alejandre, y va tallá:

- Pancho per guañá una pesseta siríe capás de vendre l´alma al dimoni. U sé perque u sé. Va intervindre, tota exitada, Rita, la Tonta, la dona del sabaté:

- L´alma la ha regalat ya eixe tunante. Lo dimoni no nessessite donáli ni dos reals per nella. Assó u sabem tots.

Don José, lo mossen, va imposá, finalmen, la seua autoridat. Va nombrá una comissió, pressidida per la Pesteta, que faríe les gestións en Pancho, lo Sensedéu, y aniríe a la siudat pera comprá un proyectó sinematográfic. A tots los va pareixe de perles la dessisió. Al acabá la seua perorata, don José va anunsiá que les próximes colectes o plegues durán dos mesos tindríen per finalidat comprá una sotana nova. Tots van elogía la idea y la Pesteta, creénse obligada, va escomensá la suscripsió en un duro.

Tres mesos después, lo corral de Pancho, lo Sensedéu, ben blanquejat y desinfectat, se va inaugurá com a sine a la vall. La primera sessió va sé un gran éxit. Apenes se va quedá pels montes o als bosques alguna parella. Pero a les dos semanes va eixí lo problema. No ñabíen disponibles mes películes "católiques a machacamartell". Se va obrí un poc la ma y van tindre la nessessidat de proyectá alguna que atra frivolidat. Don José, lo mossen, tranquilisabe la seua consiensia, agarránse, com un náufrago a un tauló, a la teoría del mal mes menut.

- Sempre estarán milló aplegats aquí que magrejánse als prats - díe.

Va passá un atre mes y la frivolidat de les películes que enviaben de la siudat anabe en aumén. Per un atre costat, les parelles que antes se amagaben pels bosquets o pels prats al fes de nit aprofitaben la oscurina de la sala pera arrullás descomedidamen.

Una tarde se va ensendre la llum en plena proyecsió y Pascualón, lo del molí, va sé enchampat en la novia assentada als ginolls. La cosa anabe mal, y a finals de octubre, don José, lo mossen, que ere un gran san, va convocá a casa seua a la comissió.

- Ña que pendre medides urgéns. En realidat ni les películes són ya morals, ni los espectadós guarden a la sala la deguda compostura. Ham caigut an alló contra lo que luchabem - va di.

- Fiquem llum a la sala y censurem duramen les películes - va di la Pesteta gran.

Después de moltes discussións se va aprobá la sugerensia de la Pesteta. La comissió de censura se va quedá integrada per don José, lo mossen, la Pesteta gran y Trino, lo sacristá. Los tres se reuníen los dissaptes al corral de Pancho y passaben la película que se proyectaríe al día siguién.

Una tarde van pará la proba a una escena dudosa.

- Al meu entendre eixa marrana enseñe massa les cames, don José - va di la Pesteta.

- Assó me estabe pareixén a mí - va di don José. Y girán la cara cap a Trino, lo sacristán,

que mirabe la imache de la dona sense pestañejá y en la boca uberta, li va di -:
Trino, o dixes de mirála aixina o te excluíxco de la comissió de censura.

Trino ere un pobre home de escás criteri y gens de voluntat. Teníe una mirada blana y com aigualida y no teníe barbilla. Tot alló li donabe a la seua cara una torpe y bobalicona expresió. Cuan caminabe se assentuabe la seua torpesa, com si li costare mol esfors desplassá a cada pas lo volumen de aire que nessessitabe lo seu cos. Una completa calamidat. Claro que hasta lo mes simple servix pera algo y Trino, lo sacristá, ere casi un virtuós tocán lo armonio. Dabán de la reprimenda del retó, Trino va humillá los ulls y va sonriure bobamen, contristat. Al mossen li assistíe la raó, pero ¡Votovadéu!, aquella dona de la película teníe unes pantorrilles y una safraña admirables, com no se veíen assobín per lo món. Don José, lo mossen, veíe que cada día creixíen les dificultats. Ressultabe peliagut luchá contra les apetensies instintives de tota la vall. Trino mateix, a pesá de sé censor y sacristán, pecabe de dessich y pensamén en aquelles donotes que amostraben en la poca vergoña mes gran les cames a la pantalla. Ere una faena ímproba y ell se trobabe ya mol vell y cansat. Lo poble va agarrá en destemplansa les bombilles distribuides per la sala y enseses durán la proyecsió. Lo primé día van chulá; lo segón les van chafá a patades. La comissió se va torná a ajuntá. Les bombilles habíen de sé roijes pera no perturbá la vissibilidat. Pero entonses la gen la va agarrá en los talls o intermedios. Va sé Pascualón, lo del molí, qui va escomensá la queixa.

- Miro, doña Lola, pera mí si me trauen les cames y los bessuqueos se ha acabat lo sine
- va di. Atres mossos lo van secundá.

- O fiquen les películes sanseres o tornem als brosquills.

Un atra vegada se va reuní la comissió. Don José, lo mossen, estabe alterat:

- Se acabará lo sine y se acabará tot. Proposo a la comissió que los oferixque lo aparato de sine als Ajuntaméns de la comarca.

La Pesteta va chillá:

- Vendrem la ocasió del pecat, don José.

Lo mossen va acachá lo cap, abatut. La Pesteta teníe raó, li sobrabe raó esta vegada. Vendre la máquina de sine ere comersiá en lo pecat.

- La cremarem entonses - va di.

Y al día siguién se va cremá lo proyectó. A la vora de la sendra, la Pesteta gran, en plena fiebre inquisidora, va proclamá la seua fidelidat a la moral y la seua dessisió inquebrantable de no descansá hasta que esta reinare sobre la vall.

- Don José - li va di al retó, al despedís -, seguiré luchán contra la inmoralidat. No u dudo.

Yo sé lo modo de féu. Y al domenge siguién, al fes de nit, va agarrá una llinterna y va eixí sola a voltá los prats y los bosquets. Detrás de les romigueres y bardisses, y als puestets mes amagats y espessos trobabe alguna parella de tórdoles arrullánse. Proyectabe cap a les cares confundides la llum de la llanterna.

- Pascualón, Elena, estéu en pecat mortal - sol díe. Y sen anabe.

Aixina va recorre los voltáns sense fatigás, repetín incansablemen la seua terrible admonissió:

- Fulano, Fulana, estéu en pecat mortal.

"Ya que los mossos y mosses del poble tenen la consiensia tapada en suro, yo sustituiré a la veu de la seua consiensia", se díe. Ere una faena ardua la que se tirabe a la esquena, pero al mateix tems no estabe exenta de atractius.

Los mossos del poble van soportá lo entrometimén de la Pesteta en los seus devaneos durán tres domenges consecutius. Pero al cuart va arribá la insurrecsió. Entre tots la van voltá a un prat. Uns volíen fótreli una palissa, uns atres despullála y dixála a la serena, lligada a un abre, tota la nit. Al final se va imposá un tersé grupet, que va sugerí aviála de cap al Chorro. La Pesteta, abatuda, va dixá caure la llinterna an terra y se va disposá a entrá a les llargues llistes del martirologio cristiano; encara que, alguna vegada, ploriquejabe, y demanabe, entre singlot y sanglot, una miqueta de clemensia.

Proferín crits y insults, la van portá hastal pon. La corrén del Chorro vertíe l´aigua

en violensia a la Badina del Inglés. Flotabe, a la nit de la vall, un ambién tétric y sinistre. La multitut pareixíe alocada. Tot estabe disposat pera lo seu final y la Pesteta, mentalmen, va resá un acte de contricsió. Y, al final de cuentes, si la Pesteta no va pará aquella nit al riu, a Quino, lo Manco, lay habíe de agraí, encara que ell y la difunta Mariuca se hagueren minjat, segóns ella, lo cocido antes de les dotse. Pero, per lo vist, lo Manco encara conservabe al seu pit un assomo de dignidat, un caliu de noblesa. Se va interposá en valentía entre la Pesteta y los mossos y la va defendre com un home. Hasta se va enfadá y va moure lo muñó al aire com si fore lo mástil de una bandera arriada. Los mossos, als que los mals fums sels habíen dissipat al trayecte, van considerá que en aquell susto ne ñabíe prou y se van retirá. La Pesteta se va quedá sola, frente al Manco. No sabíe qué fé. La situassió ressultabe pera nella una mica embarassosa. Va soltá una risseta de compromís y después se va ficá a mirás les puntes dels peus. Va torná a riure y va di "bueno", y, al final, sense donássen cuenta de lo que fée, se va incliná y va besá en forsa lo muñó de Quino. Inmediatamen va apretá a corre, assustada, carretera abán, com una loca. Al día siguién, antes de la missa, la Pesteta gran se va arrimá al confessonari de don José.

- Ave María Puríssima, pare - va di.

- Sense pecat consebuda, filla.

- Pare, me acuso... me acuso de habé besat a un home a la oscurina de la nit - va di la

Pesteta. Don José, lo mossen, se va santiguá y va alsá los ulls al techo del confessonari, ressignat.

- Alabat sigue lo siñó – va musitá. Y va sentí una pena inmensa per aquell poble.

jueves, 26 de julio de 2018

Mon rebisyayo y lo Titanic

Este ere mon rebisyayo. Me va contá que va vore lo Titanic y que va avisá a tot lo món que aquell barco s'afonaríe, pero ningú li va fé cas. Va insistí varies vegades dién que aquella embarcassió aniríe a pique, hasta que lo van traure a puntapeus del sine de Beseit. La película la proyectae lo gatet de Valdarrores.


Mon rebisyayo y lo Titanic