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sábado, 14 de marzo de 2020

INVÉNTATE UN ORIGEN

INVÉNTATE UN ORIGEN.


INVÉNTATE UN ORIGEN. Marca hispánica

Las mentiras de los nacionalismos: cómo crear un país de la nada en sólo 7 pasos.
El profesor Javier López Facal explica en su nuevo libro cómo surgieron las naciones europeas y qué proceso siguieron para construir su identidad (inventada)
16/01/2014

Este año Europa vivirá dos de los procesos soberanistas más importantes de los últimos años. El 18 de septiembre se celebrará el referéndum sobre la independencia de Escocia y, si todo sale según los planes de Artur Mas, Cataluña celebrará una consulta similar el 9 de noviembre. Ambas regiones europeas cuentan con un fuerte movimiento nacionalista, que insiste en que sus habitantes forman un pueblo sin Estado, con una identidad que se remonta por los siglos de los siglos.
Lo que suelen olvidar todos los nacionalistas, de forma consciente o inconsciente, es que la nación es un invento moderno. En su libro Breve historia cultural de los nacionalismos europeos (Catarata, 2013), el filólogo y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Javier López Facal, explica como “la mayoría de los símbolos, ritos y tradiciones que hoy tienden a creerse inmortales se crearon, en realidad, entre 1870 y 1914”.
La construcción de la identidad nacional permite montajes diferentes a partir de las mismas categorías elementales.
En ese periodo concreto, de la mano del romanticismo, políticos, artistas, historiadores, clérigos y filósofos, construyeron las modernas naciones europeas, y lo hicieron siguiendo un modelo similar, imitado por una nación detrás de otra. La construcción de la identidad nacional se convirtió pronto, tal como explica el sociólogo Orvar Löfgren, en una especie de kit de do it yourself (“hazlo tú mismo”), “un sistema IKEA de construcción de las identidades nacionales, que permite montajes diferentes a partir de las mismas categorías elementales que pertenece actualmente al dominio público mundial”.
De un modo u otro, tal como explica López Facal, todas las naciones modernas siguieron una serie de pasos, encaminados a construir una identidad que hasta entonces no existía. Son estos.
1. Inventar un origen remoto.
Toda nación, para ser tomada en serio, tiene que tener una cierta antigüedad. Esto lo entendieron bien los escoceses que, según López Facal, fueron los primeros en construir su identidad.
En 1707 los parlamentos de Inglaterra y Escocia aprobaron sendas leyes sobre la unión de sus respectivos reinos, dando paso a la creación de la Gran Bretaña. Muchos escoceses no aceptaron de buen grado la unión y en las décadas siguientes comenzaron a crearse una serie de hechos diferenciales para reforzar su scottishness frente a los vecinos del sur.
A mediados del siglo XVIII, James MacPherson (1736-1796) se encargó de traducir al inglés una serie de baladas tradicionales de las Highlands. Pero no se limitó a recoger poemas conocidos por transmisión oral, además los modificó a su gusto, e inventó muchos nuevos, mezclando a Homero, Milton y pasajes de la Biblia. Se sacó de la manga, además, al bardo que los había escrito, Ossian, que, aseguró, había vivido en el siglo II (algo que sería imposible de creer por cualquier historiador).
El bardo Ossian visto por François Gérard (1880)

El éxito de los poemas osiánicos fue arrollador. Fueron el producto literario e ideológico que toda Europa estaba esperando, un poco cansada de rendir culto a la literatura y los mitos de griegos y romanos. Esto era “auténtica” poesía popular, que otorgaba identidad remota a unos pueblos que no carecían de tal cosa.
Pronto muchas naciones europeas imitaron los poemas osiánicos, creando su propia identidad folclórica. El rexurdimiento gallego y la renaixença catalana, son buenos ejemplos del fenómeno. El folclore se convirtió con frecuencia en un fake-lore, una “supercherigrafía”, porque, como explica López Facal, se pasaba con mucha facilidad de estudios etnográficos reales a invenciones “pseudográficas”, que más que recolectar tradiciones, las inventaban. Mediante este proceso llegamos al absurdo de abrir el periódico las pasadas navidades y encontrar un anuncio del Gobierno vasco en que se vende al Olentzero como “uno de los precursores mundiales del shopping”. De aquellas aguas, estos lodos.
2. Buscar un héroe legendario, de raza.
Alemania fue el segundo país, después de Escocia, que más contribuyó a crear la mitología nacionalista en Europa. Y partía de una gran ventaja respecto a estos: no necesitaban inventarse ningún Ossian, porque contaban con un autor prestigioso y, además, antiguo de verdad. El gran historiador romano Tácito (56-117) había escrito un librillo sobre las costumbres y pueblos de Germania, más conocido, sucintamente, como la Germania.
Desde su publicación en época moderna, los humanistas alemanes se lanzaron sobre él y lo convirtieron en una indiscutible, precisa y exacta descripción de cómo era su pueblo en la antigüedad. Siglo tras siglo los alemanes se veían cada vez más identificados con el heroico Arminio, traducido de una manera quizá interesadamente nacionalista como Hermann, que había derrotado a las legiones romanas en el bosque de Teutoburgo en el año 9 a.C y con su gente, tan genuina y diferente de sus vecinos: grandes y vigorosos, con ojos azules, pelo rubio, igualitarios y monógamos. Tácito también los describía como perezosos, borrachos, zafios y bárbaros, pero eso, como explica López Facal, “eran defectillos que más de una edición del libro contextualizaba púdica o comprensivamente, o expurgaba sin más”.
3. Unirse frente a un enemigo común.
Toda nación, para su construcción, necesita de un archienemigo, y al igual que Cataluña, el País Vasco y Galicia tienen a España, España tuvo a Francia. Como explica José Álvarez Junco en su libro Mater Dolorosa. La idea de España en el siglo XIX (Taurus, 2001), “presentar la larga y sangrienta confrontación de 1808 a 1814 como una guerra de la independencia, o enfrentamientos con los franceses por una liberación española, es una de las simplificaciones de la realidad tan típicas de la visión nacionalista del mundo”.
La Guerra de la Independencia fue en realidad una guerra internacional entre Francia e Inglaterra. Como apunta López Facal, no debemos olvidar que el comandante en jefe “español” era el duque de Wellington, y si las Cortes de Cádiz pudieron hacer su trabajo, a pesar de tener a las tropas napoleónicas al otro lado del puente de San Fernando, fue porque las protegía la escuadra inglesa. En realidad, en la guerra dominó más el odio al francés que la voluntad de construir una nación española.

Muerte de Pedro Velarde y Santillán durante la defensa del Parque de artillería de Monteleón. 1884

Años después, la Guerra de la Independencia sería reinterpretada como un episodio más de la secular lucha de los “españoles” contra el invasor, sea este romano –aunque luego quede muy patriótico pensar que Viriato era español– o musulmán. El nacionalismo español, como todos los demás, se ha basado en el mito de una España eterna cuyos belicosos habitantes habrían defendido heroicamente su independencia siglo tras siglo.
Hoy nos parece un hecho natural y de secular antigüedad que en Francia se hable francés; en Italia, italiano o en Alemania, alemán. Pero ni es natural ni siempre ha sucedido así. Durante siglos en ningún lugar de Europa existió algo parecido a una lengua oficial. El latín cumplía la función del inglés, era la lengua académica y culta, y el francés, más adelante, se convirtió en el idioma por antonomasia de las cortes. Por lo demás la diversidad lingüística era abrumadora.
En 1789 el 50% de los franceses no hablaba nada de francés y, correctamente, sólo lo hacía un 12 o 13%
Cuando empezaron a surgir las naciones, se consideró necesario dotarlas también de una lengua propia para distinguirse de los vecinos, y fue necesario un esfuerzo alfabetizador en un idioma que no siempre era mayoritario. Parece increíble, pero según Eric Hobsbawm, en 1789 el 50% de los franceses no hablaba nada de francés y, correctamente, sólo lo hacía un 12 o 13%. La situación española era parecida, se calcula que en 1860 en torno al 50% de los 16 millones de habitantes no eran castellanoparlantes. No existía la tan cacareada “lengua común”, la escolarización de la población en la lengua nacional fue una decisión política.
5. Diseñar una bandera, un himno y un traje típico.
La mayoría de los elementos de distinción de una nación, como la bandera, el himno o el traje típico, nacieron también de la nada, a la vez que se construían las identidades nacionales.
Una ikurriña ondea tras la estatua de Sabino Arana en Bilbao. (Euskalduna/CC)
La famosa falda escocesa para hombre, el kilt, fue un invento de un empresario siderúrgico de Lancashire –en Inglaterra–, que en 1727 mandó transformar las roñosas mantas con las que vestía un clan de las Highlands que había contratado. Ocurre algo parecido con el traje de flamenca, que todas las sevillanas llevan con orgullo el día de la feria: se inventó muy a finales del siglo XIX y no se popularizó hasta 1929, año en que se celebró la Exposición Universal de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla.
El himno más antiguo del mundo tampoco es demasiado viejo. Se trata de La Marsellesa, que se escribió en 1792. Y las banderas se crearon todas al mismo tiempo que las naciones, como adaptación de los estándares militares y las enseñas marítimas de uno u otro reino o, directamente, a partir de planteamientos originales. Para su diseño, de hecho, los nacionalistas se fueron imitando unos a otros. La ikurriña vasca, por ejemplo, fue creada por Sabino Arana –alguien que creía que el pueblo vasco descendía de Tubal, nieto de Noé y había venido directamente desde el Paraíso hasta Euskadi– en 1894, a imagen y semejanza de la Union Jack británica. Luego, claro está, se inventó toda una simbología en torno a ella.
6. Celebra una fiesta nacional.
Toda nación tiene que tener un momento fundacional, un día en que se celebre el despertar del pueblo (por usar la retórica típicamente nacionalista). Que lo que ocurriera ese día no tenga nada que ver con lo que se está festejando, importa poco.
Caso paradigmático es el 11 de septiembre catalán. Todos los años una comitiva encabezada por el presidente de la Generalitat se dirige al monumento a Rafael Casanova, donde se vienen depositando flores desde el año 1894.

Artur Mas y su gobierno durante la ofrenda floral de la Diada, frente a la estatua de Rafael Casanova. (Reuters)

Entre los asistentes que entonan el himno Els segadors (compuesto en 1899), se da por supuesto que Casanova fue algo así como el iniciador de la lucha por la independencia de la nación, por la que resistió heroicamente en 1714 el asedio de la ciudad de Barcelona, frente a las tropas españolas que acabarían arrasando la ciudad y suprimiendo sus tradicionales derechos y centenarias libertades.
Pero lo que se vende como una guerra entre Cataluña y España fue en realidad una guerra entre dos bloques europeos, los Habsburgo de Austria frente a Francia, y cada bando trataba de situar a su propio candidato al trono vacante de la Corte española. Dentro de la propia España las simpatías políticas por uno u otro bando estaban muy divididas. Rafael Casanova, el héroe nacionalista catalán, partidario de los Austrias, creía y confesaba luchar per la libertat de tota Espanya. Considerar esta contienda como una guerra de España contra Cataluña es un desvarío.
7. Escribe buenos libros de texto.
El sistema escolar es el instrumento por antonomasia para lograr la identificación de los ciudadanos con la idea de nación. La historia nacional española “oficial”, inamovible de los libros de texto hasta la Constitución de 1978, fue obra del palentino Modesto Lafuente, que redactó una Historia General de España, entre 1850 y 1867, que recogió todos los tópicos del nacionalismo español: los visigodos, Numancia, la reconquista, el Cid campeador, los Reyes Católicos, los comuneros
Los estudiantes catalanes y vascos están acostumbrados a mapas donde Euskal Herria o los Països Catalans son entidades geográficas y políticas diferenciadas.
El reduccionismo castellanista de Lafuente era evidente, pero eran los nacionalistas españoles los que tenían el poder de imponer la enseñanza a toda la población cautiva en las aulas de España. Con la llegada de la democracia, se dio la vuelta a la tortilla, y las otras nacionalidades se esforzaron por hacer sus propios libros de texto.
Aunque el carácter localista y doctrinario de los manuales escolares no se da sólo en las nacionalidades históricas, es en el País Vasco y Cataluña donde la ideología nacionalista está más generalizada y es más obvia en los libros de texto. Así no es de extrañar que en los libros de geografía de los estudiantes vascos y catalanes no aparezca nunca la palabra "España", sino conceptos como “Estado español” o “Península” y estén acostumbrados a mapas donde Euskal Herria o los Països Catalans son entidades geográficas y políticas diferenciadas.
"Los nacionalismos son como el olor corporal", afirma López Facal a modo de conclusión de uno de los capítulos de su libro.
"Uno no percibe el propio, sino sólo el ajeno".

http://historia-aragon.blogspot.com/search?q=nacio

clvii-arch-dip-diet-1460-diciembre

1461. Setiembre.
SANT KARLES PRIMOGENIT DARAGO E DE SICILIA.
- Dimecres a XXIII. - Aquest die entre III e IIII hores de mati passa desta vida en la gloria de paradis la sancta anima del illustrissimo senyor don Karles primogenit Darago e de Sicilia lo qual fini sos dies en lo palau reyal major de aquesta ciutat de mal de pleusulismochsen grandissim dol en Barchinona e per tot lo principat de Catalunya per la gran e bona amor que ell portava a tota la nacio cathalana quil havien tret de preso el havien lunyat e separat de la ira e furor del senyor rey son pare.
Loat e beneit sia lo nom de Deu a qui ha plagut separar ten sanct e virtuos senyor daquells qui tant lamaven el volien.
Nota: beneit sia lo nom de Deu - tant lamaven el volien; el: y lo – y lo volien, e lo volien, et lo volien. Encara no apareix la i latina, pero sí la y grega.
mal de pleusulis: pleuresía, o más bien tisis
/

Empezóse con la lectura de la carta que sigue:

Núm. 386. Tom. 20. Fol. 1792.

Als molt reverents egregis nobles et honorables senyors: a la vostra molt gran saviesa notifich com per lo patro del laut armat quels honorables consellers de Caller hichan trames he rebut un plech de letres de vosaltres senyors trameses ensemps ab los capitols que la senyora reyna trametia per mossenyer Bertran de la Saga lo qual plech yo he reebut et he vista la sustancia de les dites letres. E de present per correu ho tramis tot a mos companyons en Cathania dels quals he haguda resposta feta a vint et set de abril com han reebut lo dit plech et dada la letra a la dita senyora et als barons de son consell et han explicat de paraula et satisfet segons lo carrech que en la vostra letra per vosaltres senyors nos era donat. De la resposta de la dita senyora et dels barons de son consell sereu plenariament informats per lo honrat en Montholiu lo qual dies ha sta en Mecina sperant les galeas dels venicians ab les quals vol muntar: et si a Deus plaura que passen per sta ciutat yo hi muntare et men ire en sa companyia per ço car me sembla que la concordia de la dita senyora et dels barons de sa part no es en termens ques faça guardant les maneres que per la dita senyora et per son consell son tengudes: ço es quels capitols de la concordia feta et tractada per los navarresos et loats et fermats per la dita senyora et signats de la sua ma et segellats de son segell en neguna manera no ha volguts aquells tenir ne servar: et per nos missatgers vostres fon tractat stant la dita senyora en lo castell de Solento que la dita senyora passas als dits capitols anedinthi algunes altres coses que demanava: et treballam tant quel noble baro mossenyer Bernat de Cabrera mestre justicier passa et loha les addicions que la dita senyora volia: pero ella retengut que nou juraria neu loaria tro tant queu hagues demanat alguns barons en que ho havia promes et jurat que concordia alguna no faria ab lo dit mestre justicier tro los ne hagues demanats.
Et ab aquest pacte parti de Solento per anar al castell de Cathania hon devia tenir son dret cami et no exir en neguna ciutat ne vila que alguns poguessen esser pus poderosos que ella ne al dit castell de Cathania no permetria intrar barons que li poguessen tolre sa libertate sots aquests pactes mos companyons sen anaren ab ella tres: en quant foren a Cathania la dita senyora volch exir a la ciutat et per los dits companyons meus fo requesta que li plagues no isques de la galea ne prengues terra sino al castell axi com havia promes: e no stant per cosa que ells li diguessen ella isque a la dita ciutat els dits companyons meus romangueren en la galea que non volgueren exir tro tant que la dita senyora fon al castell en poder de mossenyer Gabriel de FanoE stant aqui la dita senyora ha haut diversos consells et acorts ab los barons et ab aquells que li ha plagut et ha respost que no passaria en les coses concordades a Solento que convenia que dels quinçe milia florins que devia reebre ans de sa anada que fossen vint milia florins et quel mestre justicier perdonas a tots los foraexits de les terres del domay en manera que segurament poguessen star quiscuns en lurs cases et que fes treua general ab tots los barons et altres parcials seus: e ab aquesta concordia et conclusio fon trames aci en Macia Just scriva nostre: e yo presenti los dits capitols al dit mestre justicier ab una letra quels dits companyons meus li trameteren de la qual havia gran malaltia et ab gran dificultat se podia hom rasonar ab ell: pero ab la gracia del Sperit sant et ab ajuda del noble mossenyer Archimbau de Foix treballi tant et tengui les millos maneres que a mi foren possibles. Lo dit noble baro mossenyer Bernat justicier loha et ferma de fet en poder de notari ço que la dita senyora demanave dels vint milia florins et de la treua dels barons et de la remissio dels foraexits e tot aço havia per loat et fermat ab carta publica tota hora que la dita senyora hagues loats et jurats et fermats los dits capitols ço es en sustancia que totes les terres del domay et les terres et castells de la cambra de la dita senyora fossen meses en mans et obediencia del dit mestre justicier per part de aquel qui per justicia sera elet rey de Arago et de Sicilia: la qual cosa me appar que la dita senyora no hage volgut loar ne fermar jatsia moltes de vegades ho haja atorgat et dit de paraula la qual cosa apparria ara nou volgues fer ne metre en obra per ço car en Mecia Just parti daci a deu deabril ab los dits capitols los quals havia carrech de dir a mos companyons que de present com la dita senyora hagues lohats et fermats los dits capitols per correu propri scrivissen notifficantho al dit mestre justicier et a mi e fins vuy non havem haut certifficacio. Perquel mestre justicier et tot hom generalment se te per dit que la dita senyora no ha cor ne voluntat de fer la dita concordia et aquells per qui ella se governa no li ho consellene par be versemblant que apres que la dita senyora es en Cathania ha fet liurar lo castell de Sent Felip a mossenyer Golota de que la gent de la vila se son molt sentits et han haut gran desplaer en tant ques diu certament quel dit mossenyer Golota ha presos et feta justicia de alguns dels millors de la vila per ço com resistien a la sua senyoria: apres ses seguit quel comte Johan de Vintimilla sa ocupada la ciutat de Xifalo dihent al poble que per nom et per part de la dita senyora ho ha fet mostrant letra sua quel ha fet capita de guerra: pero lo castell que te Johan Aragones nol ha volgut obesir ans ha scrit al dit mestre justicier requirintlo de socorrerli: jatsia tota hora haja stat en obediencia de la dita senyora ara empero no ha acceptada la dita letra la qual li es stada presentada per lo dit comte Johan o per son procurador: perque lo dit mestre justicier hi ha trameses dues galiotes per socorrerlo de ço que haja necessari. Perque mos senyors tot hom hic fa comte que es necessari quel mestre justicier sia poderos et favorit en tal manera que puga conservar aquest regne per la casa de Arago que sens falla si ell fos mort de aquesta malaltia tota la nacio cathalana fore sterpada de aquest regne: hoc encara los barons cathalans qui no son de sa obediencia ab los quals lo dit mestre justicier vol fer pau segons ha dit et atorgat a nos missatgers tota hora que parlat havem ab ell de aquesta materia: pero ab los barons sicilians quel senyor rey que Deus haja havia condempnats no ha atorgada pau neguna sino la treua dessus expressada. Al present noych ha altres coses necessaries scriure a la vostra molt gran saviesa la qual man a mi tot ço quem sia possible. E sia la Trinitat sancta guarda de tots. Scrita en Palerm a cinch del mes de maig del any de mil et quatrecents et dotze. - Apres la data de la present sich es sabut per letra qui es venguda del Matzari que mossenyer Johan de Munchada ses ensenyorit del castell et de la vila de Plosa et que lo castellan quil tenia se te molt per enganat de la manera que li han tenguda perques diu que lo dit mossenyer Johan te vuy la vila et lo castell. Closa en lo dit loch a sis dels dits mes et any. - Lo vostre missatger en lo regne de Sicilia qui humilment se recomana en gracia de tots vosaltres senyors Guillem Gavella.

Fueron leídas después algunas otras cartas en que se trataba de las demandas de abogados que hacía don Fadrique, y de las comunicaciones que había dirigido a las universidades doña Violante.

viernes, 28 de septiembre de 2018

SEGONA JORNADA. NOVELA OCTAVA.

Lo conde de Amberes, acusat en fals, va al exili; dixe a dos fills seus a diferéns puestos de Inglaterra y ell, al torná de Escocia, sense sé conegut, los trobe en bon estat; entre com palafrené al ejérsit del rey de Fransa y, reconeguda la seua inossénsia, es restablit al seu primé estat.

Mol van suspirá les Siñores per les diverses calamidats de la hermosa dona: pero ¿quí sap quina raó movíe los seus suspiros? Potsé ne ñabíe que per anhel de tan frecuentes nupsies en ves de per llástima suspiraben. Pero dixán aixó pel momén presén, habénsen alguna enrit per les raderes paraules de Pánfilo, y veén per elles la Reina que la seua novela habíe acabat, se va girá cap a Elisa y li va di que continuare en una de les seues; ella, fénu, va escomensá :

Al sé lo imperi de Roma dels fransesos als tudescos transportat, va náixe entre una nassió y l’atra grandíssima enemistat y ágra y continua guiarra, per la que, tan per a deféndre lo seu país com per a atacá als atres, lo rey de Fransa y un fill seu, en tota la forsa del seu Reino y jun en los amics y paréns, van organisá un grandíssim ejérsit per a marchá contra los enemics; y abáns de que an alló se ficaren, per a no dixá lo Reino sense gobern, sabén que Gualterio, conde de Amberes, ere un home noble y sabio y mol fiel amic y criat seu, y com tamé coneixíe lo arte de la guerra los pareixíe an ells mes apte per a les coses delicades que per a les fatigoses, an ell al puesto de ells van dixá com a vicari general sobre tot lo gobern del Reino de Fransa, y sen van aná a les seues campañes.
Va escomensá, pos, Gualterio en juissi y en orden lo ofissi encomanat, sempre consultánli totes les coses a la Reina y a la seua nora; y encara que a la seua custodia y jurisdicsió habíen sigut dixades, com a les seues Siñores y prinsipals en lo que podíe les honrabe. Ere lo dit Gualterio hermossíssim de cos y teníe uns coranta añs, y mol amable y cortés, y ademés de tot aixó, ere lo mes galán y lo mes delicat caballé que an aquell tems se coneguere, y lo que mes emperifollat anabe.
Va passá que, están lo rey de Fransa y son fill a la guerra, habén mort la dona de Gualterio y habénlo dixat en un fill y una filla, encara minuts, y sense dingú mes, frecuentán ell la corte de les dites Siñores y parlán en elles frecuenmen de les nessessidats del Reino, la dona del fill del rey va ficá en ell los seus ulls y considerán en grandíssim afecte la seua persona y les seues costums, en amagat amor se va inflamá per nell; y veénse jove y fresca y an ell sense dona, va pensá que siríe fássil fé realidat lo seu dessich. Y pensán que cap cosa se oposabe an alló mes que la vergoña de manifestálay, se va disposá del tot a desfés de la vergoña, y están un día sola y pareixénli adecuat, com si atres coses en ell parlá vullguere, va enviá a per nell. Lo conde, que no sospechabe lo pensamén de la Siñora, sense tardá gens sen va aná aon ella; y sentánse, com ella va volé, en ella damún de un llit, a una cámara los dos sols, habénli ell preguntat per qué lo habíe fet vindre, y ella callán, al final, espentada per l´amor, tota roija de vergoña, casi plorán y tremolán, en paraules entretallades, aixina va escomensá a di: 

- Mol volgut y dols amic y siñó meu, vos podéu, com home sabio, fássilmen vore cuánta es la fragilidat dels homes y de les dones. Per está lluñ lo meu home no puc yo als estímuls de la carn ni a la forsa del amor oposám, y están yo sola, les fleches del amor m´han portat a enamorám. Vos sou digne de sé amat per una dona com yo, y tos ting pel mes hermós, lo mes amable y mes galán y lo mes sabut caballé que al Reino de Fransa pugue trobás; y tal com yo puc di que sense home me vech, vos tamé sense dona. Pel que yo tos rogo, pel tan gran amor com es lo que tos ting, que no me neguéu lo vostre, que la meua juventut, com lo gel al foc, se consumix per vos. Al arribá an estes paraules li van vindre als ulls tantes llágrimes que ella, que encara intentabe rogáli mes, se va encaná y no va pugué parlá mes, y baixán la cara y plorán, a la faldeta del conde va dixá caure lo cap. Lo conde, que ere un lealíssim caballé, en mols serios renecs li va escomensá a rependre lo loco amor y a rechassála perque ya al coll volíe tirásseli, y en juraméns, afirmán que preferiríe sé descuartissat a fé tal cosa contra lo honor del seu siñó y lo seu.
La Siñora, olvidán l´amor y cabrejada li va di:

- ¿Sirá, pos, roín caballé, burlat aixina per vos lo meu dessich? Voléu fém morí. Y dién aixó, se va ficá les máns als pels, despentinánsels y esturrufánsels, y después de habés esgarrat lo vestit per la part del pit, va escomensá a cridá fort:

- ¡Ajuda, ajuda, que lo conde de Amberes vol forsám!

Lo conde, veén aixó, y tenín mes temó de la enveja dels cortessáns que de la seua consiénsia, y tenín po de que se creguéren la mentira de la Siñora, se va eixecá y tan depressa com va pugué, de la cámara y del palau va eixí y va escapá cap a casa seua, aon, sense péndre datre consell, va ficá als seus fills a caball y montán ell tamé, tan a escape com van pugué sen va aná cap a Calais. Als brams de la Siñora van córre mols, y veénla y coneixén la raó dels seus crits, no sol van doná fe a les seues paraules, sino que van afegí que la galantería y les adornades maneres del conde habíen sigut una excusa per a pugué arribá an alló. Van córre, pos, cap als palaus del conde per a arrestál; pero com no lo van trobá an ell, los van saquejá tots y después hasta los solaméns los van fé solsí (assolá).
La notíssia va arribá en les huestes al rey y al fill, que, mol enfadats, a perpetuo exili al conde y als seus dessendéns van condená, prometín lo rey una grandíssima recompensa a qui viu o mort lay portare. Lo conde, apocadet perque, sén inossén, al fugí, se habíe fet culpable, va arribá sense donás a conéixe o sé reconegut, en sons fills a Calais, va passá a Inglaterra y en pobres vestits va aná cap a Londres, aon abáns de entrá, en moltes paraules va adoctriná als dos minuts fills seus, y sobretot en dos coses: primera, que soportaren lo estat pobre al que sense culpa de ells la fortuna los habíe portat, y segona, que en máxima prudénsia se guardaren de manifestá a dingú de aón eren ni fills de quí, si amaben la seua vida.
Ere lo fill, de nom Luigi, de uns nou añs, y la filla, que teníe per nom Violante, ne teníe uns sat. Segóns lo que permitíe la seua tendra edat, mol be van compéndre la lecsió del pare, y en lo comportamén u van mostrá después. Y per a que alló milló puguere fes li va paréixe cambiáls los noms; y aixina u va fé, y va cridá al chic Perotto y Giannetta a la chiqueta; y entrán a Londres en pobres vestits, igual que veém fé als pordiosseros fransesos, se van dedicá a pidolá limosna. Y están per cassualidat en esta ocupassió un matí a una iglesia, va passá que una gran dama, que ere dona de un dels mariscals del rey de Inglaterra, al eixí de la iglesia, va vore al conde y als seus dos fillets que demanaben limosna, y li va preguntá de aón ere y si seus eren aquells dos chiquets. A lo que va contestá que ell ere de Picardía y que, per un delicte de un fill mes gran, habíe tingut que fes vagabundo en aquells dos, que eren seus. La dama, que ere piadosa, va ficá los ulls en la mosseta y li va agradá mol perque hermosa y gentil y agrassiada ere, y va di:
- Bon home, si vullgueres dixá que vingue en mí esta filleta teua, perque té bon aspecte, la enseñaré de bona gana, y si se fa dona virtuosa la casaré al tems que sigue convenién, de manera que viurá be.
Al conde mol li va agradá esta petissió, y va contestá que sí, y en llágrimes lay va doná. Y habén aixina colocat a la filla y sabén be a quí, va pensá no quedás allí, y demanán limosna va atravessá la isla y en Perotto va arribá hasta Gales no sense gran esfors, perque no estáen acostumbrats a caminá a peu. Allí ñabíe un atre dels mariscals del rey, que gran estat y mols criats teníe, y a la seua corte lo conde y lo fill, per a ressibí algo de minjá, mol se aturáen. Y están an ella algún fill del mariscal y datres sagals de gen noble, jugán an algúns jocs de sagals com conillet a amagá, y atres de córre y de saltá, Perotto va escomensá a ajuntás en ells y corríe tan depressa o mes que consevol dels atres. Veénlo alguna vegada lo mariscal, y agradánli mol la manera y los modos del sagal, li va preguntá quí ere. Li va di que ere fill de un pobre home que alguna vegada a demaná limosna veníe allí. Lo mariscal va fé cridá a son pare y li va demaná al mosset, y lo conde lay va consedí, per mol disgust que tinguere separánse de ell. Tenín, pos, lo conde lo fill y la filla colocats, va pensá que no volíe quedás mes a Inglaterra y sen va aná a Irlanda, y arribán a Stanford, se va colocá com a criat, y fée totes les faenes que un criat o un palafrené fan, y allí sense sé may reconegut per dingú, a disgust y en patiméns se va quedá mol tems.
Violante, cridada Giannetta, en la noble Siñora a Londres va aná creixén en añs, en estatura y en bellesa, y en tan favor de la Siñora y del seu home y de consevol atre de la casa y de consevol que la coneguere, que ere cosa maravillosa de vore; y no ñabíe dingú que les seues costums y les seues maneres mirare que no diguere que teníe que sé digna de tot be y honor. Per naixó, la noble Siñora que la habíe ressibit de son pare, sense habé pogut may sabé quí ere ell, se habíe proposat casála honradamen segóns la seua condissió. Déu, just protectó dels mérits dels demés, sabén que ere dona noble, y portabe sense culpa la peniténsia del pecat de un atre, u va disposá de esta manera: per a que a máns de un home vil no parare la noble jove, té que créures que, lo que va passá, ell per la seua misericórdia u va permétre (permití).
Teníe la noble Siñora en la que Giannetta vivíe un fill únic del seu home a qui ella y lo pare mol amaben, tan perque ere son fill com perque per virtut y mérits u valíe, perque ere mes cortés y valén y arrogán y hermós de cos que cap atre. Teníe uns sis añs mes que Giannetta, y veénla hermossíssima y grassiosa, tan se va enamorá de ella que no vée res mes que an ella. Y com imaginabe que ere de baixa condissió, no sol no osabe demanála a son pare y a sa mare per dona, sino que tenín temó de que lo renegáren per amá a una dona de baixa estofa, lo seu amor portabe amagat. Aixó lo estimulabe mol mes que si lo haguere descubert; y va passá que per massa pena se va ficá dolén, y grave. Habén sigut cridats diferéns dotós al seu cuidado, y no podén trobá la seua enfermedat, tots juns desesperaben de la seua salvassió; pel que lo pare y la mare del jove teníen tan doló y melancolía que mes gran no hauríe pogut tíndres; y moltes vegades en piadosos rogs li preguntaben la raó del seu mal, als que o suspiros per resposta donabe o se desmayabe. Va passá un día que, están assentat jun an ell un meche jove, pero ple de siénsia, y tenínlo agarrat pel bras an aquella part aon busquen lo pols, la muñica, Giannetta, que, per respete per la mare, li servíe, per alguna raó va entrá a la cámara a la que lo jove estabe gitat. Cuan lo jove la va vore, sense di cap paraula o fé cap gesto, va sentí en mes forsa al cor lo ardó amorós, pel que lo pols va escomensá a palpitá mes fort del acostumbrat; lo meche u va notá y se va extrañá, y va está cotet per a vore cuán rato durabe aquell fenómeno. Al eixí Giannetta de la cámara los latits se van calmá, pel que li va paréixe al meche habé entés algo de la raó de la enfermedat del jove; y poc después, com si algo li vullguere preguntá a Giannetta, encara aguantán al dolén pel bras, la va fé cridá. Ella va vindre; encara no habíe entrat a la cámara cuan lo pols se li va torná a abalotá al jove, y cuan ella sen va aná, lo pols se va afoná. Pareixénli al meche tindre plena sertesa, se va eixecá y portán apart al pare y a la mare del jove, los va di:

- La salut del vostre fill no está als reméis dels meches, sino en máns de Giannetta, a la que, tal com hay vist per serts signos, lo jove vol encara que ella no sen haygue donat cuenta pel que yo vech. Ya sabéu lo que teniu que fé si voleu la seua vida.

Lo noble siñó y la seua dona, sentín aixó, se van ficá conténs per una part, ya que se podríe salvá al fill, pero mol los penabe tindre que donáli a Giannetta a son fill per dona. Ells, pos, sen van aná al dolén, y li va di la Siñora:

- Fill meu, no hauría cregut may que me amagáres algún dessich teu, y espessialmen veénte, per no tíndrel, fluixejá. Grássies que nostre Siñó se ha apiadat de tú, y per a que de esta enfermedat no te mórigues me ha amostrat la raó del teu mal, que no es datra cosa que un exessiu amor que séns per alguna jove, sigue qui sigue ella. Y en verdat, de manifestá aixó no hauríes de avergoñít perque la teua edat u demane, raro seríe que no estigueres enamorat. Pel que, fill meu, no te amagos de mí, descubríxme en confiansa lo teu dessich, y la melancolía y lo pensamén que tens y del que esta enfermedat ve, aviáls fora, y consólat y convensíxte de que res ñaurá per a la teua satisfacsió, que tú me demanos, que yo no faiga si está a les meues máns, perque mes te vull que a la meua vida. Fot a fora a la vergoña y a la temó, y dísme si puc fé algo pel teu amor. Lo jove, sentín les paraules de sa mare, primé va tindre vergoña; después, pensán que dingú milló que ella lo podríe ajudá, li va di aixina:

- Mare, res me ha fet tíndretos amagat lo meu amor mes que habém donat cuenta de que la mayoría de les persones, después de entrá en añs, no volen enrecordássen de habé sigut joves. Pero com que en aixó tos vech discreta, no sol no negaré que es verdat alló de lo que tos hau donat cuenta, sino que tos faré manifest de quí; en la condissió de que me prometigáu que tot lo que estigue a les vostres máns faréu, y aixina podréu sanám.
A lo que la Siñora, confián massa en que passaríen les coses com ella creíe, li va contestá que en confiansa lo seu pit li obriguere, que ella sense tardá se ficaríe en acsió per a que ell lo seu plaé tinguere.
- Madama - va di entonses lo jove - , la alta hermosura y les loables maneres de la nostra Giannetta y lo no podé manifestálay ni féla apiadás del meu amor y lo no habé osat may manifestáu a dingú me han portat aon me veéu: y si lo que me hau prometut de un modo o atre no se fa, estáutos segura de que la meua vida sirá curta.
La Siñora, a qui li pareixíe milló consolál que renegál, sonrién li va di:
- ¡Ay, fill meu!, ¿aixina que per naixó te has dixat ficá tan dolén? Consólat y díxam a mí fé, y te curarás.
Lo jove, ple de esperansa, en mol poc tems va mostrá signos de grandíssima millora, pel que la Siñora, mol contenta, se va disposá a intentá lo modo en que puguere cumplís lo que li habíe prometut; y cridán un día a Giannetta, en bromes y discretamen li va preguntá si teníe algún amán. Giannetta, tota colorada, va contestá:
- Madama, a una donsella pobre y treta de casa seua, com soc yo, y que está al servissi de un atre, com fach yo, no se la demane ni li está be serví a Amor.

A lo que la Siñora va di:
- Pos si no lo teniu, volém donáton un, en lo que contenta vigáu y disfrutéu la vostra bellesa, perque no es convenién que una damissela tan maja com vos sou estigue sense novio. A lo que Giannetta va contestá:
- Madama, vos, traénme de la pobresa de mon pare, me hau criat com a una filla, y per naixó lay dec tot; pero no tos voldría contentá en aixó, creén que me fach be. Si tos agrade donám un home, an ell enteng voldre y no a datre; perque si de la herénsia de mons yayos res me ha quedat mes que la honra, enteng guardála y observála tan com duro la meua vida. Estes paraules li van paréixe a la Siñora mol contráries a lo que volíe conseguí per a cumplí la promesa feta a son fill, encara que, com dona discreta, mol estimare al seu interió a la donsella; y li va di:

- Cóm, Giannetta, si monseñor lo rey, que es un jove caballé, y tú eres una hermossíssima donsella, buscare al teu amor algún plaé, ¿lay negaríes?
Y ella de repén li va contestá:
- Forsám podríe lo rey, pero may en lo meu consentimén. La dama, veén lo seu ánimo, va dixá de parlá y va pensá ficála a proba; y li va di a son fill que, en cuan estiguere curat, la faría aná en ell a una cámara y que ell se ingeniare en conseguí de ella lo seu plaé. Lo jove no va está contén de cap manera y de repén va empijorá mol; veén aixó la Siñora, va manifestá la seua intensió a Giannetta pero, trobánla mes tossuda que may, contánli al seu home lo que habíe fet, encara que du los pareguere, de mutuo consentimén van pensá donálay per dona, preferín a son fill viu en dona que no li corresponíe que mort y sense cap dona; y aixina, después de moltes históries, u van fé. Giannetta se va ficá mol contenta y va agraí a Déu que no la haguere olvidat. Lo jove se va curá, se van selebrá les nupsies, y mes contén que cap atre home va escomensá a donás bona vida en ella.
Perotto, que se habíe quedat a Gales en lo mariscal del rey de Inglaterra, creixén mol, va trobá la grássia del seu siñó y se va fé hermossíssim de persona y mol valén, mes que consevol atre que ñaguere a la isla, tan que ni als torneos ni a les justes ni a consevol atre assunto de armes ñabíe dingú al país que valguere lo que ell; pel que per tots, que lo cridaben Perotto lo picardo, ere conegut y famós. Y aixina com Déu no habíe olvidat a san germana, va demostrá igualmén tíndrel an ell al pensamén; perque, sobrevinguda an aquella comarca una pestilén mortandat, que a la mitat de la gen se va emportá, sense contá que grandíssima part dels que van quedá van escampá, per temó, a datres comarques, pel que tot lo país pareixíe abandonat.
En esta mortandat lo mariscal lo seu siñó y la seua dona y un fill seu y atres mols germáns y nebots y paréns tots van morí, y no va quedá mes que una donsella ya en edat de casás, y entre algúns atres criats, Perotto. Frenada una mica la pestilénsia, la donsella, com ere home honrat y valén, en plaé y en lo consell de algúns llauradós que habíen quedat vius, per home lo va péndre, y de tot alló que an ella per herénsia li habíe tocat lo va fé siñó; y poc tems va passá hasta que, enteránsen lo rey de Inglaterra de que lo mariscal habíe mort, y coneixén lo valor de Perotto lo picardo, al puesto del que mort habíe lo va ficá y lo va fé mariscal seu. Y aixó es lo que va sé dels dos fills del conde de Amberes, dixats per nell com a perduts. Ya habíen passat devuit añs desde que lo conde de Amberes, fugín, sen habíe anat de París cuan, sén habitán de Irlanda, habén patit moltes coses a la seua vida misserable, veénse ya vell, li va vindre lo dessich de sabé, si puguere, qué habíe sigut dels seus fills.

Veénse del tot cambiat de aspecte, y sentínse mes fort pel mol ejercicio que li tocabe fé, mol mes del que fée cuan ere jove, sen va aná, pobre y mal vestit, de aon mol tems habíe estat, cap a Inglaterra, y allá aon a Perotto habíe dixat se va adressá, y va trobá que éste ere mariscal y gran siñó, y lo va vore sano y fort y hermós, lo que li va agradá mol, pero no va volé donás a conéixe hasta sabé qué habíe sigut de Giannetta. Pel que, ficánse en camí, no va descansá hasta arribá a Londres; y allí preguntán cautamen per la Siñora a qui habíe dixat la seua filla pel seu estat, va trobá a Giannetta dona del fill, lo que mol li va agradá; y totes les seues desgrássies passades va tindre per poca cosa, ya que vius habíe trobat als seus fills y en bon estat. Y dessichós de puguéla vore va escomensá, demanán limosna, a arrimás a la vora de casa seua, aon, veénlo un día Giachetto Lamiens, que aixina se díe lo home de Giannetta, tenín compassió de ell perque apuradet y vell lo va vore, va maná a un dels criats que a casa seua lo portare y li donare de minjá, lo que lo criat va fé de bona gana.
Habíe Giannetta tingut ya de Giachetto uns cuans fills, dels que lo mes gran no teníe mes de vuit añs, y eren los mes hermosos y los mes grassiosos chiquets del món, y cuan van vore minjá al conde, tots juns se li van ficá en rogle y van escomensá a féli festes, com si per amagada virtut hagueren sabut que aquell home ere son yayo.

Ell, sabén que eren los seus nets, va escomensá a demostráls amor y a féls caríssies y cussigañes; pel que los chiquets no volíen separás de ell, per mol que los cridare lo maestre que los vigilabe. Giannetta, sentínu, va eixí de una cámara y va aná cap allí aon estabe lo conde, amenassánlos en pegáls una surra si no féen lo que lo seu mestre volíe. Los chiquets van escomensá a plorá y a di que volíen quedás en aquell home honrat, que los volíe mes que lo seu mestre; del que la Siñora y lo conde sen van enriure. Se habíe eixecat lo conde, no com pare sino com mendigo, per a saludá a la filla com a Siñora y un maravillós plaé al vórela habíe sentit a l´alma. Pero ella ni entonses ni después li va conéixe de res, perque estabe mol cambiat, vell, canós, barbut, prim, moreno, y pareixíe un atra persona que lo conde. Y veén la Siñora que los chiquets no volíen separás de ell, sino que al vóldrels separá ploraben, va di al mestre que los dixare quedás un rato mes. Están, pos, los chiquets en lo home honrat, va passá que son pare de Giachetto va torná, y pel mestre se va enterá de alló; pel que, com despressiabe a Giannetta, va di:
- Dixéulos en la roína ventura que Déu los dóno, que són imache de aon han naixcut: per sa mare dessendixen de vagabundos y no ña que maravillás que en los bohemios los agrado está. Estes paraules va escoltá lo conde, y mol li van dóldre; pero arronsánse de muscles va patí aquell despressio com mols atres ne habíe patit. Giachetto, que habíe sentit les festes que los fills li féen al home honrat, es di al conde, son yayo, encara que li va desagradá, tan los amabe que, abáns de vórels plorá va maná que si lo home honrat volíe quedás per a fé algún servissi, que fore ressibit. Ell va contestá que se quedaríe de bona gana pero que no sabíe fé res mes que cuidá caballs y bésties de cárrega, a lo que tota la seua vida s´habíe dedicat. Donánli, pos, un alazán, cuan lo habíe arreglat, se ficabe a jugá en los chiquets. Mentres la fortuna aixina com se ha contat conduíe al conde de Amberes y als seus fills, va passá que lo rey de Fransa, consertades moltes tregües en los alemáns, (tedescos), va morí, y al seu puesto va sé coronat lo fill, de qui ere dona aquella per qui lo conde habíe sigut perseguit. Éste, habén expirat la radera tregua en los tudescos, va escomensá un atra cruga (crúa) guerra, y a la seua ajuda, lo rey de Inglaterra va enviá molta gen a les órdens de Perotto lo seu mariscal y de Giachetto Lamiens, fill del atre mariscal. Lo conde hi va aná, y sense sé reconegut per dingú se va quedá al ejérsit durán mol tems com a palafrené, y allí, com home de pro, en consells y obres, mes del que li corresponíe va ajudá.

Va passá durán la guerra que la Reina de Fransa se va ficá dolenta grave; y veén ella mateixa que se moríe, arrepentida de tots los seus pecats se va confessá devotamen en lo arzobispo de Rouen, que per tots ere tingut per home bo y santíssim, y entre los demés pecats li va contá lo gran mal que per la seua culpa habíe patit lo conde de Amberes. Y no sol se va contentá en contáu, sino que dabán de mols atres homes de pro va explicá com habíe passat, rogánlos que en lo rey intersedíren per a que al conde, si estabe viu, y si no an algún de sons fills sels restituíre lo seu estat; y mol después, ya finada la seua vida, honrosamen va sé sepultada.
Y contánli al rey la confessió, después de algúns dolorosos bufits per les injuries fetes sense raó al valén home, u va fé publicá y pregoná per tot lo ejérsit, y ademés per atres parts, lo bando de que a qui sobre lo conde de Amberes o algún dels seus fills li donare notíssies, siríe recompensat maravillosamen, perque ell lo teníe per inossén de alló que lo habíe fet expatriás per la confessió feta per la Reina y enteníe restituíli lo estat que teníe y aumentálay. Estes coses va sentí lo conde transformat en palafrené y veén que eren verdat, se va adressá a Giachetto y li va rogá que en ell y en Perotto aniguere, perque volíe amostráls lo que lo rey estabe buscán. Reunits, pos, los tres, li va di lo conde a Perotto, que ya teníe lo pensamén en descubrís:
- Perotto, Giachetto que aquí está té a tan germana per dona; y may va tindre cap dote; y per naixó, per a que tan germana no estigue sense dote, vull que sigue ell y no datre qui obtingue lo benefissi que lo rey prometix, que es mol gran, y que te declaro com fill del conde de Amberes, y a Violante, tan germana y la seua dona, y a mí, que lo conde de Amberes y lo vostre pare soc.
Perotto, sentín aixó y miránlo fíxamen, enseguida lo va reconéixe, y plorán se va aviá als seus peus y lo va abrassá dién:
- ¡Pare meu, siguéu mol benvingut!
Giachetto, sentín primé lo que habíe dit lo conde y veén después lo que Perotto fée, se va extrañá mol y tanta alegría teníe que apenes sabíe qué se teníe que fé; pero donán fe a les paraules y avergoñínse mol de les paraules ofensives que habíe fet aná en lo conde palafrené, plorán se va dixá caure als seus peus y humildemen de totes les ofenses passades li va demaná perdó, y lo conde, mol benignamen, eixecánlo de peu, lo va perdoná.

Y después de contás les aventures de cadaú, y habén plorat y habénse alegrat mol juns, volén Perotto y Giachetto vestí al conde, de cap manera se va dixá, sino que va di que primé se teníe que obtíndre la recompensa prometuda (promesa), y que tal com estabe vestit sel emportare.

Giachetto, pos, en lo conde y en Perotto se va presentá al rey y li va oferí portáli al conde y a son fill si, segóns lo bando publicat, vullguere recompensál. Lo rey rápidamen va fé portá una maravillosa recompensa dabán dels ulls de Giachetto y va di que se la emportare si de verdat li amostrabe, com prometíe, al conde y als seus fills. Giachetto entonses, fénse atrás y ficán a dabán de ell al conde, lo seu palafrené, y a Perotto va di:
- Monseñor, aquí están lo pare y lo fill; la filla, que es la meua dona y no está aquí, pronte vindrá en la ajuda de Déu.
Lo rey, sentín alló, va mirá al conde, y per mol cambiat que estiguere, sin embargo después de habél mirat una mica lo va reconéixe, y en llágrimes als ulls, al conde, que achinollat estabe, lo va fé ficá de peu y lo va abrassá y lo va besá, y amigablemen va ressibí a Perotto; y va maná que lo conde en vestits, criats y caballs y arnesos fore convenienmen provit, segóns requeríe la seua noblesa, cosa que inmediatamen se va fé. Ademés de aixó, mol va honrá lo rey a Giachetto y va vóldre sabéu tot sobre les seues aventures passades. Y cuan Giachetto va agarrá la gran recompensa per habé mostrat al conde y a son fill, li va di lo conde:

- Tí estos dons de la magnifissénsia de monseñor lo rey, y enrecórdaten de di a ton pare que los teus fills, nets seus y meus, no són per part de sa mare naixcuts de cap mendigo. Giachetto va agarrá los dons y va fé vindre a París a la seua dona y a sa sogra; va vindre la dona de Perotto; y allí en grandíssima alegría van está en lo conde, al que lo rey habíe restituít tots los seus bens y lo habíe fet mes alt del que ere abáns; después, cadaú en la seua venia sen va entorná a casa seua, y ell hasta la mort va viure a París en mes honor que may.


NOVENA